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POSIBILIDADES DE USO PECUARIO En Oaxaca la siembra de especies pratícolas es una actividad primordial para la ganadería, sobre todo en la explotación de razas de ganado bovino. Numerosas tierras con aptitud son dedicadas a las actividades pecuarias a nivel extensivo, en las que se observan buenos resultados en comparación con las labores agrícolas, las cuales bajo estas condiciones muestran un marcado carácter de subsistencia. Sin duda para los terrenos aquí clasificados, un uso más adecuado sería el complementar actividades mixtas bajo un sistema agro-silvo-pastoril, en el cual exista la asociación de tres componentes de actividades primarias (agricultura, silvicultura y ganadería) en espacio y tiempo, con los rubros forestal y pecuario como fuentes de recursos para la población rural, a través de la producción de madera y alimento, respectivamente. Resulta mejor opción diversificar el usufructo de los recursos y racionalizar su explotación, a la vez de combatir procesos de pérdida del horizonte superficial del suelo. Con respecto a los fenómenos erosivos, una de las prácticas más comunes, sencillas y de probados resultados, consiste en la siembra de diversas especies de agaves, para formar barreras de contención; Agave atrovirens, A. longisephala y otras, siempre resultan una buena alternativa. Recomendaciones para el Manejo y Conservación de Tierras Las recomendaciones generales consisten en el señalamiento de una serie de prácticas agronómicas que tienen como fin prioritario intensificar u optimizar el uso de los terrenos que presentan problemas y que están bajo utilización agrícola, así como el de aquellos que muestran potencialidad para el desarrollo de la agricultura. Las prácticas sólo se proponen en áreas que poseen características físicas o químicas susceptibles de ser eliminadas o cuyos efectos pueden ser reducidos. RECOMENDACIONES RESPECTO A LIMITANTES FÍSICAS Terrenos con diferentes grados de pendiente: Llevar a cabo la nivelación de tierras para obtener superficies uniformes sin modificar la inclinación natural del terreno. Esta labor es adecuada cuando las pendientes no rebasan 12% y se cuenta con suelos profundos. Terrenos con limitaciones por profundidad: Realizar labores de subsoleo; si la capa limitante es cementada, el espesor de ésta no debe ser mayor de 15 cm y, siempre y cuando exista suelo debajo de ella. También realizar subsoleo del terreno si existe compactación del suelo. En tierras someras sembrar cultivos o forrajes con sistema radicular poco profundo como trigo, frijol o alpiste. Terrenos con limitaciones por obstrucción superficial: Es aconsejable realizar despiedres, pero sólo si la acción lo amerita; es decir, en el caso de que los terrenos sean profundos y la obstrucción superficial no exceda 50%. Terrenos erosionados: Es necesario el establecimiento de cultivos en fajas, introducir especies que se adapten a suelos delgados y empobrecidos; sembrar cultivos de cobertura como trébol, veza o avena, los cuales tienen sistema radicular poco profundo; a la vez establecer barreras contra el viento para protección de cultivos y suelo. Terrenos con problemas por drenaje rápido o excesivo: Incorporar abonos verdes, estiércol y residuos de cosecha; así como la humedad suficiente para su adecuada descomposición. En conjunto, realizar obras para la captación de agua. RECOMENDACIONES RESPECTO A LIMITANTES QUÍMICAS Terrenos con problemas por salinidad (menor de 16 mmhos/cm): Aplicar lavados al suelo con eficiente sistema de drenaje, las texturas arenosas predominantes en algunos tipos de suelos hacen viable esta práctica. Otra alternativa adecuada consiste en sembrar cultivos o forrajes tolerantes a la salinidad. Terrenos con problemas por sodio (menor de 40% de Na intercambiable}: Adicionar mejoradores químicos como yeso, azufre, ácido sulfúrico o polisulfuro de calcio; a continuación se deben aplicar lavados con eficiente sistema de drenaje. También sembrar cultivos o forrajes tolerantes a la sodicidad. Terrenos con problemas por acidez: Si se presenta un valor de 5.0 es recomendable adicionar mejoradores básicos como la cal. Sembrar cultivos tolerantes a la acidez. Para Oaxaca las posibilidades de uso son alentadoras, en el sentido de que existen numerosos sistemas de topoformas que sustentan pastos, bosques, selvas y matorrales, con potencial para ser utilizados en la ganadería extensiva, con un fuerte predominio del aprovechamiento de la vegetación natural únicamente por el ganado caprino. Cabe aclarar que la aptitud para la implantación de las actividades ganaderas de tipo intensivo son mínimas, pues sólo se cuenta con 11.71% de superficie con potencial suficiente para el establecimiento de praderas cultivadas; labor básica en la crianza y aprovechamiento del ganado estabulado. Para las actividades de tipo extensivo el panorama es optimista al mostrar poco más de las dos terceras partes (74.67%) del territorio, amplias posibilidades de uso con ganado de diferente índole, al reunir los terrenos condiciones ambientales y de vegetación natural aprovechable que favorecen dicha opción. Ayuda también la dominancia de climas que muestran cierta regularidad en sus índices de precipitación y que mantienen una cubierta vegetal siempre con especies palatables, en mayor o menor medida, para el ganado. 13.51% de la superficie no posee aptitud alguna, para el resto, las condiciones del entorno natural en cuanto a topografía, clima, obstrucción superficial, erosión, edáficas y del tipo de comunidad vegetal dominante -en forma individual o conjunta-, dan lugar a diferentes alternativas por lo que el potencial pecuario es bueno. Considerando como punto de partida los criterios técnicos o biológicos como: desarrollo de especies forrajeras, establecimiento de pastizal cultivado, movilidad del ganado en el área de pastoreo y condición de la vegetación natural aprovechable, de este último, las formaciones vegetales sobresalientes son los bosques y selvas (primarios o secundarios) y, en menor proporción, pastos naturales. Hasta el momento los distritos de desarrollo rural con notable actividad pecuaria son: Tuxtepec VII, Istmo IV, Costa III y Valles Centrales II; en ellos, el ganado bovino y caprino son los importantes. Los cultivos forrajeros son: Panicum maximum (estrella africana) e Hyparrhenia rufa (jaragua); de los naturales: Boutelolua gracilis (navajita) y Bouteloua sp. (navajita morada). En el caso de las tierras con potencial para su explotación con base en el ganado caprino es particular, ya que en Oaxaca son extensas las regiones -dominando las agrestes- con posibilidades de uso (60.94%), sólo que su producción es compleja dado que la dominancia de climas con alta humedad, cálidos húmedos o subhúmedos, provocan restricciones al afectar al ganado en su sanidad reproductiva. Pastoreo sobre Praderas Cultivadas Las tierras en las cuales existe la opción de establecer praderas cultivadas con maquinaria son coincidentes, en el espacio geográfico, con las clasificadas como aptas para la agricultura continua con maquinaria, ya que los requerimientos del medio ambiente físico y de labranza para el establecimiento de los forrajes cultivados, son casi los mismos que los planteados en el laboreo agrícola. Así, el desarrollo de este tipo de uso es viable en múltiples sitios, todos ellos con diferente ambiente en el entorno natural y, por consecuencia, distintos niveles de aptitud. 147 INEGI. Síntesis deInformación geográfica del estado de Oaxaca. 2004

Síntesis de Información geográfica del estado de Oaxacainternet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/... · sodicidad. Terrenos con problemas por acidez: Si se

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POSIBILIDADES DE USO PECUARIO

En Oaxaca la siembra de especies pratícolas es una actividad primordial para la ganadería, sobre todo en la explotación de razas de ganado bovino.

Numerosas tierras con aptitud son dedicadas a las actividades pecuarias a nivel extensivo, en las que se observan buenos resultados en comparación con las labores agrícolas, las cuales bajo estas condiciones muestran un marcado carácter de subsistencia. Sin duda para los terrenos aquí clasificados, un uso más adecuado sería el complementar actividades mixtas bajo un sistema agro-silvo-pastoril, en el cual exista la asociación de tres componentes de actividades primarias (agricultura, silvicultura y ganadería) en espacio y tiempo, con los rubros forestal y pecuario como fuentes de recursos para la población rural, a través de la producción de madera y alimento, respectivamente. Resulta mejor opción diversificar el usufructo de los recursos y racionalizar su explotación, a la vez de combatir procesos de pérdida del horizonte superficial del suelo. Con respecto a los fenómenos erosivos, una de las prácticas más comunes, sencillas y de probados resultados, consiste en la siembra de diversas especies de agaves, para formar barreras de contención; Agave atrovirens, A. longisephala y otras, siempre resultan una buena alternativa.

Recomendaciones para el Manejo y Conservación de Tierras

Las recomendaciones generales consisten en el señalamiento de una serie de prácticas agronómicas que tienen como fin prioritario intensificar u optimizar el uso de los terrenos que presentan problemas y que están bajo utilización agrícola, así como el de aquellos que muestran potencialidad para el desarrollo de la agricultura.

Las prácticas sólo se proponen en áreas que poseen características físicas o químicas susceptibles de ser eliminadas o cuyos efectos pueden ser reducidos.

RECOMENDACIONES RESPECTO A LIMITANTES FÍSICAS

Terrenos con diferentes grados de pendiente: Llevar a cabo la nivelación de tierras para obtener superficies uniformes sin modificar la inclinación natural del terreno. Esta labor es adecuada cuando las pendientes no rebasan 12% y se cuenta con suelos profundos.

Terrenos con limitaciones por profundidad: Realizar labores de subsoleo; si la capa limitante es cementada, el espesor de ésta no debe ser mayor de 15 cm y, siempre y cuando exista suelo debajo de ella. También realizar subsoleo del terreno si existe compactación del suelo. En tierras someras sembrar cultivos o forrajes con sistema radicular poco profundo como trigo, frijol o alpiste.

Terrenos con limitaciones por obstrucción superficial: Es aconsejable realizar despiedres, pero sólo si la acción lo amerita; es decir, en el caso de que los terrenos sean profundos y la obstrucción superficial no exceda 50%.

Terrenos erosionados: Es necesario el establecimiento de cultivos en fajas, introducir especies que se adapten a suelos delgados y empobrecidos; sembrar cultivos de cobertura como trébol, veza o avena, los cuales tienen sistema radicular poco profundo; a la vez establecer barreras contra el viento para protección de cultivos y suelo.

Terrenos con problemas por drenaje rápido o excesivo: Incorporar abonos verdes, estiércol y residuos de cosecha; así como la humedad suficiente para su adecuada descomposición. En conjunto, realizar obras para la captación de agua.

RECOMENDACIONES RESPECTO A LIMITANTES QUÍMICAS

Terrenos con problemas por salinidad (menor de 16 mmhos/cm): Aplicar lavados al suelo con eficiente sistema de drenaje, las texturas arenosas predominantes en algunos tipos de suelos hacen viable esta práctica. Otra alternativa adecuada consiste en sembrar cultivos o forrajes tolerantes a la salinidad.

Terrenos con problemas por sodio (menor de 40% de Na intercambiable}: Adicionar mejoradores químicos como yeso, azufre, ácido sulfúrico o polisulfuro de calcio; a continuación se deben aplicar lavados con eficiente sistema de drenaje. También sembrar cultivos o forrajes tolerantes a la sodicidad.

Terrenos con problemas por acidez: Si se presenta un valor de 5.0 es recomendable adicionar mejoradores básicos como la cal. Sembrar cultivos tolerantes a la acidez.

Para Oaxaca las posibilidades de uso son alentadoras, en el sentido de que existen numerosos sistemas de topoformas que sustentan pastos, bosques, selvas y matorrales, con potencial para ser utilizados en la ganadería extensiva, con un fuerte predominio del aprovechamiento de la vegetación natural únicamente por el ganado caprino. Cabe aclarar que la aptitud para la implantación de las actividades ganaderas de tipo intensivo son mínimas, pues sólo se cuenta con 11.71% de superficie con potencial suficiente para el establecimiento de praderas cultivadas; labor básica en la crianza y aprovechamiento del ganado estabulado.

Para las actividades de tipo extensivo el panorama es optimista al mostrar poco más de las dos terceras partes (74.67%) del territorio, amplias posibilidades de uso con ganado de diferente índole, al reunir los terrenos condiciones ambientales y de vegetación natural aprovechable que favorecen dicha opción. Ayuda también la dominancia de climas que muestran cierta regularidad en sus índices de precipitación y que mantienen una cubierta vegetal siempre con especies palatables, en mayor o menor medida, para el ganado.

13.51% de la superficie no posee aptitud alguna, para el resto, las condiciones del entorno natural en cuanto a topografía, clima, obstrucción superficial, erosión, edáficas y del tipo de comunidad vegetal dominante -en forma individual o conjunta-, dan lugar a diferentes alternativas por lo que el potencial pecuario es bueno. Considerando como punto de partida los criterios técnicos o biológicos como: desarrollo de especies forrajeras, establecimiento de pastizal cultivado, movilidad del ganado en el área de pastoreo y condición de la vegetación natural aprovechable, de este último, las formaciones vegetales sobresalientes son los bosques y selvas (primarios o secundarios) y, en menor proporción, pastos naturales.

Hasta el momento los distritos de desarrollo rural con notable actividad pecuaria son: Tuxtepec VII, Istmo IV, Costa III y Valles Centrales II; en ellos, el ganado bovino y caprino son los importantes. Los cultivos forrajeros son: Panicum maximum (estrella africana) e Hyparrhenia rufa (jaragua); de los naturales: Boutelolua gracilis (navajita) y Bouteloua sp. (navajita morada).

En el caso de las tierras con potencial para su explotación con base en el ganado caprino es particular, ya que en Oaxaca son extensas las regiones -dominando las agrestes- con posibilidades de uso (60.94%), sólo que su producción es compleja dado que la dominancia de climas con alta humedad, cálidos húmedos o subhúmedos, provocan restricciones al afectar al ganado en su sanidad reproductiva.

Pastoreo sobre Praderas Cultivadas

Las tierras en las cuales existe la opción de establecer praderas cultivadas con maquinaria son coincidentes, en el espacio geográfico, con las clasificadas como aptas para la agricultura continua con maquinaria, ya que los requerimientos del medio ambiente físico y de labranza para el establecimiento de los forrajes cultivados, son casi los mismos que los planteados en el laboreo agrícola. Así, el desarrollo de este tipo de uso es viable en múltiples sitios, todos ellos con diferente ambiente en el entorno natural y, por consecuencia, distintos niveles de aptitud.

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Las áreas ya dedicadas a la agricultura de riego o temporal poseen las mejores posibilidades de uso y son las que en forma constante denotan niveles de aptitud elevados para los tres primeros criterios de evaluación: desarrollo de especies forrajeras, establecimiento de pastizal cultivado y movilidad del ganado en el área de pastoreo. La región sur de la ciudad de Oaxaca constituye un ejemplo claro de tierras con un elevado nivel agrostológico y ya incorporadas a las actividades agrícolas y/o pratícolas; integran parte de la subprovincia Sierras y Valles de Oaxaca, las unidades de aptitud alta se ubican en geoformas como el valle de laderas tendidas con lomerío, los que en general se caracterizan por poseer suelos profundos o, al menos, medianamente profundos (60-110 cm) como los feozems o vertisoles, de texturas medias a finas, con drenajes normales a lentos, pendientes planas u onduladas (menor de 6%) y con ausencia o porcentajes mínimos de obstrucción superficial, si ésta se presenta es menor de 15%, características adecuadas para el desarrollo y establecimiento de la mayoría de los forrajes cultivados.

Con niveles de aptitud altos se localizan tierras en toda la periferia de Juchitán de Zaragoza, discontinuidad Llanura del Istmo, en sistemas de topoformas de llanura; aquí el criterio técnico movilidad del ganado en el área de pastoreo no muestra ninguna restricción, el desarrollo de los forrajes eventualmente tiene varias limitantes por causa de fases químicas salinas o sódicas en los suelos de Vertisol, característicos por su textura fina, alta adhesividad y plasticidad, y -en consecuencia- drenaje lento, lo que inclusive provoca ciertos periodos de encharcamiento. Otras más se asientan al suroeste de Salina Cruz en geoformas de llanura asociada con lomeríos, subprovincia Costas del Sur, aquí a diferencia de la unidad anterior, los drenajes son rápidos a muy rápidos, suelos de Regosol asociados a Cambisoles, formando parte de la subprovincia Costas del Sur; en esta región en particular los terrenos con cultivos agrícolas adquieren un valor complementario pues después de la época de cosecha, se generan rastrojos en cantidades importantes que pueden aprovecharse como esquilmos de las cosechas de grano, en este sentido gramíneas como el maíz o leguminosas como el frijol son dos de las plantas valiosas.

También existen tierras con niveles medios y bajos, en el primer caso son extensos y numerosos, en geoformas de llanura costera con lomerío (al oriente de la laguna Espejo, con suelos de Cambisol asociados a Feozem) o, en el segundo, lomerío con cañadas (en la porción oriental de la presa Benito Juárez, con Cambisol asociado a Fluvisol y/o Vertisol), en ambos lugares el establecimiento del pastizal cultivado sufre constantes restricciones, pues múltiples áreas poseen suelos de profundidad media no siendo extraña la aparición de fases físicas -líticas o pedregosas- que complican el laboreo del terreno. La obstrucción superficial puede presentarse tanto en la superficie del suelo como al interior del mismo, como ocurre con los derivados de los conglomerados. Otra unidad, aún con niveles medios, se asienta en los alrededores de San Juan Bautista Tuxtepec, el criterio movilidad del ganado en el área de pastoreo posee aptitud alta, sólo que aquí resalta la condición desarrollo de los forrajes que es medio, pues pese a contar con suelos medianamente profundos (hasta 60 cm), en geoformas planas como la llanura asociada con lomeríos, se ven afectados por una fase química más particular como la acidez. Se trata de el Luvisol crómico característico por su condición ácida derivada del constante lavado

(por precipitación durante el temporal) al cual están sometidos.

Los terrenos con niveles bajos son numerosos y se encuentran distribuidos indistintamente por todo el territorio oaxaqueño, su problemática es compleja dado que múltiples áreas reúnen las condiciones más agrestes para la clase, una característica común a ellos la constituye el criterio establecimiento del pastizal pues en todos los casos el nivel de aptitud es bajo, consecuencia de la profundidad del suelo que es media o baja (40-60 cm) acompañada de constantes fases físicas, ya sea líticas o pedregosas, y todo el tiempo susceptibles de sufrir erosión. Por lo común suelos del tipo Cambisol, Regosol, Fluvisol y, en menor medida, Luvisol y/o Acrisol. Son tierras en las que resulta conveniente llevar a cabo prácticas de acondicionamiento como: nivelación de pendientes, agregación de materia orgánica, despiedres y control de escurrímíentos naturales. En la Llanura Costera Veracruzana se tienen geoformas de lomerío, al este de La Trinidad, y llanura con lomeríos, al sureste de San Juan Bautista Tuxtepec; en ambos lugares además existen problemas de orden químico (acidez), aquí predominan los suelos de Acrisol, en el primer sitio, y Luvisol, en el segundo, de texturas medias a finas y de fertilidad media.

En Oaxaca son importantes, por su valor forrajero, los terrenos que no se han incorporado al cultivo o que aún sustentan vegetación natural (de pastizal ya sea natural o inducido, selva, bosque) y son aprovechados a través del pastoreo extensivo. En muchas de estas tierras las posibilidades de implantar pastoreo intensivo, con base en el establecimiento de praderas cultivadas son optimistas, a pesar de que los niveles de aptitud no siempre son altos; incluyen características contrastantes al considerar distintos tipos de geoformas como lomerío, llanura -con lomerío, de piso rocoso, costera con lomerío, etcétera-, lomerío con cañadas y valle de laderas tendidas, entre otros; por lo común la profundidad del suelo y obstrucción superficial son condiciones que causan las mayores limitaciones, en particular al desarrollo de los forrajes y a la movilidad del ganado en el área de pastoreo.

La región más representativa, con vegetación de pastizal, se ubica entre los poblados Concepción Buenavista y San Juan Bautista Coixtlahuaca, en geoformas de sierras bajas con cañadas y valle de laderas tendidas con lomeríos, en este lugar se tienen las condiciones más agrestes para la clase, afectando en particular los criterios establecimiento de pastizal cultivado con nivel de aptitud bajo y movilidad del ganado en el área de pastoreo con nivel medio; la cobertura de la vegetación aprovechable es baja pues se trata de pastos sobrepastoreados y con procesos erosivos evidentes. Los factores que inciden con fuerza y provocan un menor valor agrostológico del suelo son, entre otros: obstrucción superficial, pendiente irregular, drenaje rápido y erosión, tanto hidrica laminar como surcos en formación. También con pastizales se localizan tierras al sureste de San Juan Bautista Tuxtepec y en toda el área de influencia de Santa Catarina Mechoacán, de características distintas a las mencionadas con anterioridad, pero aún con niveles de aptitud de medios a bajos.

Los terrenos que sostienen vegetación diferente de pastizal y cuyo ambiente natural permite su sustitución por praderas cultivadas son numerosos; se ubican, en forma más o menos continua, en la región sureste de la

entidad y básicamente en geoformas de llanura -costera o con piso rocoso y cementado-; en general son muy similares, por ello es común que los niveles de aptitud sean homogéneos a casi todos: altos para el desarrollo de forrajes, bajos para el establecimiento de praderas, medios o altos para la movilidad del ganado en el área de pastoreo y bajos para las características de la vegetación aprovechable. Aquí vale la pena resaltar que, a causa del disturbio provocado en las comunidades selváticas, por las actividades agropecuarias y forestales pasadas, decrece el número de especies forrajeras tanto en tipo como en cantidad con posibilidades de uso; con respecto al establecimiento de praderas en estas áreas, aspectos como la pendiente, profundidad del suelo, obstrucción superficial y erosión (como ocurre con la llanura de piso rocoso o cementado), son los factores que demeritan en mayor o menor proporción su calidad agrostológica.

En el territorio oaxaqueño los distritos Valles Centrales II, Mixteca I, Istmo IV y Costa II, en un alto porcentaje, son los que poseen más aptitud para el establecimiento del pastizal cultivado, sus características fisicoquímicas, de una u otra forma, otorgan la posibilidad de cultivar un amplio espectro de forrajes, así como de razas y tipo de ganado a explotar; sin duda la introducción del bovino para carne es la opción adecuada al ofrecer las mejores perspectivas de éxito. En este sentido, los distritos en los que, en la actualidad se observa la siembra de pastos cultivados son: Istmo IV, Costa II y Tuxtepec VIII. Una característica en particular para numerosas tierras la constituye el drenaje del suelo el cual se convierte en una restricción primaria para llevar a cabo el establecimiento del pastizal cultivado; ésto porque en las llanuras se aprecia en parámetros extremos, es decir, en muchas ocasiones puede ser rápido o muy rápido como ocurre en los suelos de Regosol más arenosos o, por el contrario, lento o muy lento, como en los vertisoles crómicos susceptibles de sufrir encharcamientos que desembocan en la acumulación de sales solubles. En la subprovincia Costas del Sur este tipo de problemas son continuos, aquí la expresión de la salinidad es evidente e inclusive el drenaje lento o impedido restringe a ciertas áreas el posible establecimiento y desarrollo vegetativo del pasto.

A nivel nacional el cultivo de los pastizales juega un papel fundamental en el desarrollo de la ganadería, sin embargo, en la entidad son escasas las áreas con cobertura de forrajes (esto si se establecen puntos de comparación con las que sostienen cultivos agrícolas), tal fenómeno, al igual que en otros estados, es debido a que los terrenos con capacidad agrostológica son utilizados en la agricultura; por lo común, cuando la actividad pecuaria se realiza es de manera extensiva, al aprovechar pastos inducidos o naturales. De las pocas gramíneas que se cultivan, se cuenta con: estrella africana y jaragua.

En Oaxaca el régimen climático es favorable pues al menos en 25% de su superficie dominan climas cálidos húmedos o subhúmedos con un régimen climático regular en sus Índices de precipitación, por lo que el agua representa una limitante menor para las labores ganaderas; aún así, en múltiples casos siempre es necesario contar con riego para aprovechar en forma integral el terreno.

Al día de hoy los distritos de desarrollo con máxima actividad ganadera son: Tuxtepec VII, Istmo IV, Costa III y Valles Centrales II, con ganado bovino; Valles Centrales II, Mixteca I,

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Sierra V y Cañada VI, con ovino. Entre los tipos de ganado que se explotan, es bajo el porcentaje de estabulado, normalmente los hatos pastan de manera directa en los potreros. Por las elevadas temperaturas y constante precipitación la práctica del ensilado es poco usual.

Pastoreo sobre Pastizales

En el territorio oaxaqueño el aprovechamiento de los pastos constituye una alternativa de uso con buenas perspectivas de desarrollo, pues los naturales, no obstante de su escasa superficie de ocupación (8.27%), tienen capacidad de sostener labores pecuarias con aceptables rendimientos. Aquí se consideran a los terrenos cuyas condiciones ambientales ya no permiten el establecimiento de praderas cultivadas; su característica básica consiste en que la vegetación natural esta conformada -en un alto porcentaje- por gramíneas, en las que se pueden practicar labores pecuarias cien por ciento extensivas.

Básicamente se cuenta con pastizales naturales e inducidos, desarrollados en la provincia Cordillera Centroamericana (discontinuidad Llanura del Istmo) y Sierra Madre del Sur (subprovincia Costas del Sur), en éstas se localizan los que más extensión ocupan con este tipo de cobertura vegetal; cabe destacar que existen otras áreas por todo el territorio, pues el crecimiento de la cobertura vegetal del pastizal, en Oaxaca, se observa como un fenómeno dinámico, donde las gramíneas ganan superficie día con día, dicho proceso sin duda se ha visto favorecido por la fuerte presión poblacional existente sobre los recursos naturales; actividades agropecuarias como el nomadismo y la inducción de pastizales son prácticas constantes, favoreciendo el desarrollo de géneros como: Bouteloua, Aristida, Setaria, Muhlenbergia, Hilaria y Eragrostis, acompañados de las especies: Quercus oleoides (yagpsuy), O. castanea (encino), Q. glaucoides, Cassia grandis (caña fístula), Byrsonima crassifolia (nanche dulce), Curatella americana (tachicón), Acacia farnesiana (espino), etcétera.

Los terrenos bajo condiciones en las que es factible la introducción de razas de ganado vacuno sostienen pastizales inducidos y, en menor medida, naturales; los primeros son los más adecuados pues proveen al animal de forraje con un alto valor energético en áreas, por lo común, delimitadas donde el recorrido del bovino u ovino es menos intenso. Por el

contrario, en el caso de las praderas naturales es poco optimista pues se aprecian bajo condiciones agrestes por factores como la inclinación del terreno u obstrucción superficial; en Oaxaca los pastizales naturales son de baja cobertura y condición, prácticamente todos ya se someten al uso pecuario de tipo extensivo con razas de ganado bovino o caprino. Al momento su uso no es óptimo, ya que se encuentran sobreexplotados -consecuencia de la escasa aplicación de técnicas silvopastoriles- con la consecuente baja en el rendimiento del pastizal.

Es factible ubicar pastizales con severos procesos erosivos (derivados de fenómenos de sobrepastoreo), son escasas las localidades en las que pueden observarse en su forma original, por lo común están invadidos por especies arbustivas indeseables que les hacen perder su fisonomía característica.

El pastizal inducido surge como respuesta al desmonte que sufre la cubierta natural ya sea boscosa o selvática, proceso constante por la explotación silvícola a la que han estado sometidas las selvas y bosques, o por otro lado, en áreas agrícolas abandonadas (derivadas del nomadismo característico en la agricultura). En particular una gran región de la llanura costera del Istmo de Tehuantepec, reúne las mejores

condiciones para la explotación de hatos ganaderos, en esta zona el desarrollo de las especies forrajeras y la movilidad del ganado tienen ligeras limitaciones. Los terrenos que poseen vegetación de pastizal, pero que reúnen condiciones fisicoquímicas adecuadas para permitir la labranza con maquinaria y el establecimiento de riego, quedan considerados en la clase terrenos aptos para el desarrollo de praderas cultivadas. Las razas de ganado que se explotan son cebú, criollo y suizo -en menor medida brahman y holandés-, para producción de carne.

El pastoreo sobre pastizales denota diferentes grados de restricciones, según sea la manifestación de las condiciones del medio ambiente, sin embargo, en los naturales se aprecian las más severas para los dos criterios técnicos considerados: movilidad del ganado en el área de pastoreo y características de la vegetación aprovechable.

De niveles medios para la movilidad del ganado en el área de pastoreo, se localizan comunidades de pastos al suroeste de Putla (subprovincia Costas del Sur) en sistemas de topoformas de lomerío con cañadas o, en menor cantidad, valle con lomerío; pastizales en los cuales condiciones ambientales como la obstrucción superficial o profundidad del suelo

Pastizal natural desarrollado en áreas con escasa pendiente. La ganadería extensiva es una de las actividades agropecuarias importantes de la entidad.

impiden el establecimiento de praderas cultivadas; las características de la vegetación natural aprovechable tiene niveles bajos -por causa del sobrepastoreo en la carpeta vegetal rasante- y evidentes procesos erosivos. En suelos de Cambisol asociados a Luvisol y Regosol, en el segundo los problemas de acidez son aspectos que inciden en el desarrollo del pastizal.

Las unidades de aptitud baja, tanto movilidad del ganado como características de la vegetación aprovechable, son constantes en la provincia fisiográfica Cordillera Centroamericana (discontinuidad Llanura del Istmo) en sistemas de topoformas de lomerío y llanura, ésta en menor proporción. Es impracticable el establecimiento de praderas cultivadas debido a la obstrucción superficial o interna del suelo, la que incluso provoca las restricciones más fuertes en la movilidad del ganado; aquí el criterio características de la vegetación aprovechable posee niveles de aptitud bajos, la propagación de especies arbustivas indeseables, pertenecientes a comunidades selváticas vecinas, demeritan la

En las comunidades de cardonal predomina el uso pecuario, con ganado bovino y/o caprino, por lo que es constante la alteración de su cobertura vegetal y la presencia de procesos erosivos. Formación vegetal cercana al poblado de Totolapa.

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calidad del pastizal; son plantas que bajo condiciones climáticas de mayor humedad lo invaden con agresividad modificando inclusive su fisonomía característica. Por las condiciones agrestes de estos terrenos el ganado sufre notables limitantes para desplazarse con facilidad, de igual forma la calidad y cantidad de los recursos forrajeros disminuye en forma sensible.

Para toda la clase, los niveles de aptitud en cuanto a la cobertura y condición de la vegetación aprovechable por el ganado, se ubican en rangos bajos; un amplio porcentaje de las formaciones vegetales de pastizal muestran signos de manejo poco ordenado en los recursos al existir sobrepastoreo, cuando se presenta tal fenómeno se crea con ello la formación de zonas castigadas en la carpeta vegetal rasante, lo que desemboca en la aparición de plantas herbáceas y/o arbustivas indeseables, invadiendo al pastizal especies como: Mimosa albida, Ipomoea purpurea, Sida rhombifolia, y gramíneas de menor calidad como: Muhlenbergia sp. (zacate de llano) y Sporobolus sp. (rabo de muía).

En ciertas partes de la región occidental del estado, en geoformas de sierras y lomeríos, se han desarrollado pastizales naturales o inducidos con regular valor forrajero, pero de aceptable cobertura y condición, dada la dominancia de climas húmedos y subhúmedos, que aportan cantidades importantes de precipitación en el año; en ellas se propició el crecimiento de gramíneas debido a talas inmoderadas de la vegetación boscosa, la accesibilidad del ganado en el área de pastoreo es baja, al predominar las pendientes escarpadas y constante pedregosidad. Numerosas unidades de pastizal, ya sea por los factores ambientales restrictivos o por cobertura y condición de la vegetación aprovechable, se consideran con aptitud únicamente para ganado caprino por ello quedaron evaluados en dicha clase.

El territorio oaxaqueño reúne condiciones complejas en cuanto a la cobertura y condición de las comunidades de pastizal se refiere, pues la continua explotación a la cual se han visto sometidos se refleja en diversos grados de erosión; desde casos incipientes hasta erosión severa, en los más graves. Es por ello que resulta imprescindible realizar labores básicas de manejo para incrementar la condición de los potreros, como por ejemplo: los terrenos de pastoreo deben dividirse en secciones para distribuir, controlar y concentrar el ganado, adecuando su manejo para llevar a cabo las prácticas de rotación; siempre ajustar la carga animal en las diferentes estaciones del año por disminución o aumento del ganado; evitar al máximo la creación de zonas de castigo en los potreros colocando adecuadamente los abrevaderos y mediante el aprovechamiento de las barreras naturales o artificiales -para inducir una distribución uniforme del pastoreo sobre la superficie total de la pradera-. Aquí se debe acentuar la urgencia de implantar labores de mejoramiento en ciertos pastizales que manifiestan niveles de erosión extrema, llevando a cabo un manejo integral del pastizal, a la vez, buscar en todo momento mejorar los suelos o las comunidades afectadas por uno o varios factores limitantes.

Pastoreo sobre Otros Agostaderos

En esta clase se incluyen los terrenos que poseen condiciones ambientales que los descartan para el posible establecimiento de praderas cultivadas y, al mismo tiempo, sostienen vegetación diferente del pastizal; sólo muestran potencial suficiente en el que es

factible realizar un pastoreo de carácter extensivo con base en el ganado bovino, ovino o caprino. En todo el territorio estatal se localizan tierras con aptitud, se concentran con asiduidad hacia las provincias Sierra Madre del Sur (subprovincia Sierras Orientales) y Llanura Costera del Golfo Sur (subprovincia Llanura Costera Veracruzana), ocupando distintas geoformas, desde áreas con mínimas pendientes hasta las francamente escarpadas -en las que el bovino tiene restricciones severas para su movilidad en el área de pastoreo-, bajo la influencia de distintos tipos climáticos y sustratos edáficos. Por lo anterior, es normal que incluyan diferentes condiciones físicas (obstrucción superficial, pendiente, erosión) y biológicas (en cuanto a la condición y cobertura de la vegetación con potencial que sostienen).

Un bajo porcentaje (12.92%) del territorio oaxaqueño posee aptitud para esta clase, aquí las posibilidades de uso se aprecian bajo dos perspectivas distintas: por un lado están las tierras correspondientes a la provincia Llanura Costera del Golfo Sur, en ésta la condición restrictiva preponderante es constituida por la pedregosidad, no así la pendiente que en términos generales es plana; en ellas la cobertura vegetal denota pobreza en relación con las especies útiles pues se trata de comunidades selváticas -como la baja caducifolia- de pobre condición. Y por el otro, se cuenta con los potreros de la provincia Sierra Madre del Sur, aquí la inclinación del terreno provoca las limitantes más intensas, en múltiples casos asociada con expresión de obstrucción superficial por piedras o afloramientos rocosos, sobre todo en las sierras derivadas de materia! ígneo o calcáreo. En la Sierra Madre del Sur el criterio técnico condición y cobertura de la vegetación aprovechable muestra mejores niveles de aptitud, la cobertura vegetal es más diversificada en especies con potencial de uso, ya que corresponde a distintas comunidades vegetales primarias o secundarias de bosques (pino, encino o sus asociaciones), selvas y ciertos matorrales, todos ellos estrechamente relacionados con pastizales. Las áreas con vegetación boscosa y aún accesibles para el ganado bovino, constituyen una situación particular, son formaciones vegetales con potencialidad las cuales son posibles de localizar en numerosas sierras del territorio oaxaqueño, aquí -dependiendo del grado de disturbio- sus niveles de aptitud en cuanto a la cobertura de la vegetación útil, son variables. Para la movilidad del ganado, las fuertes pendientes constituyen una de las limitantes que afectan en forma severa el pastoreo, la cobertura y condición de la vegetación oscila de media a baja. Entre las especies deseables de los bosques, se cuenta con: Starchytarpheta frantzii, Aristida schiedeana, Paspalum plicatum, Digitaría filiformis, Píeridium sp., Pteridium aquilirtum (yogo), Stevia sp., Mulhenbergia sp. y Aristida aff. Pansa, entre otras.

Las áreas con aptitud sobresaliente se asientan en las subprovincias: Llanura Costera Veracruzana (en lomerío y llanura costera con lomerío) y Sierras Orientales (en sierra alta compleja). Se trata de terrenos con accesibilidad media para el ganado bovino bajo condiciones de pendiente y obstrucción superficial que limitan en forma moderada la movilidad del ganado en el área de pastoreo, con dominancia de suelos como el Cambisol, Luvisol y Acrisol, en la primer subprovincia, y Cambisol, Luvisol y Regosol, en la segunda; todos ellos de texturas medias a finas, con fases gravosas y/o pedregosas, la mayoría profundos por lo que el criterio técnico

desarrollo de especies forrajeras presenta niveles de aptitud altos a medios. La descalificación de estas áreas para la implantación de praderas cultivadas es dada por factores como la pendiente, la obstrucción superficial o interna, erosión y por las diferentes asociaciones de éstos.

Las condiciones físicas que imperan en estas tierras son: inclinaciones irregulares casi de 20%, obstrucción superficial menor de 35%, profundidad del suelo aproximada a 70 cm -en el caso de las sierras menor de 35 cm- y erosión hídrica, al menos, laminar. En los suelos del tipo Acrisol y Luvisol, fases químicas como la acidez.

Soportan una capacidad de carga animal en rangos medios o bajos debido a que la vegetación de utilidad esta constituida por comunidades selváticas intensamente perturbadas, con una fuerte influencia de gramíneas, aquí no es raro el avance de los llamados acahuales (mosaicos formados por una serie de comunidades vegetales secundarias de tipo herbáceo, arbustivo y arbóreo); son unidades cercanas o asociadas con actividades agrícolas de temporal (nomadismo) bajo la influencia de los climas húmedos o subhúmedos, cálidos. Entre las especies deseables incluidas en las selvas bajas, se cuenta con: Caesalpinia spp., Acacia tortuosa (huizache) y Prosopis juiiflora (mezquite), entre otras; de las indeseables: Pereskia iichnidiflora (chitachi), Acacia cymbispina, A. farnesiana, Brahea duicis (palma de abanico, palma sombrero), etcétera.

Existen otro tipo de terrenos, también de niveles de aptitud medios, distribuidos en diferentes áreas y en los más diversos tipos de topoformas, con distintas formaciones vegetales; como sucede en el área de influencia de Santiago Pinotepa Nacional en sistemas de lomerío con llanura (subprovincia Costas del Sur), o al sur de la presa Miguel Alemán, en valle de laderas tendidas (subprovincia Sierras Orientales). En el primer caso se trata de comunidades de selva baja caducifolia o selva mediana subcaducifolia fuertemente afectadas por procesos de nomadismo; en el segundo, selva alta perennifolía -con vegetación secundaria arbórea- con actividades nómadas, aquí se debe resaltar que terrenos aledaños ya se han desmontado estableciéndose pastizal cultivado de estrella africana, guinea, pangóla o alemán. Sus condiciones son: obstrucción superficial (menor de 35%) por pedregosidad o afloramientos rocosos y pendientes en topografía irregular (menor de 25%), ambas condiciones de orden físico que de manera individual o asociadas, propician restricciones moderadas para la movilidad del ganado en el área de pastoreo. La cobertura y condición de la vegetación es baja; ésta desarrollada sobre tipos edáficos como: Cambisol, Regosol y Luvisol.

De la selva mediana subperennifolia, se debe enfatizar que son tierras con una extensa variedad de especies herbáceas y/o arbustivas con adecuadas posibilidades de uso y en la cual resalta la presencia del Brosimum alicastrum (ramón) por ser un elemento de valía debido a sus características forrajeras, sobresaliente porque, independientemente de su valor agrostológico, se adapta y desarrolla bajo un amplio espectro de condiciones del medio ambiente -tanto edáficas como climáticas-, es posible ubicarlo en casi todos los tipos selváticos; otras especies con valor forrajero son: Ficus padifolía (higuera), Parmentiera edulis (chote), Guazuma ulmifolia (guásima, cuahulote), Gliricidia septum

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(cocoite), Enterolobium cyclocarpum (aguacastle, nacaztle) y Leucaena glauca (guaje). Además de ramonear herbáceas y gramíneas componentes de la selva, el ganado bovino llega a consumir especies como: Lysiloma acapulcense (ébano), L. divaricata (tlahuitole, quiebracha), Cyrtocarpa procera (machocote, coco), Ipomoea wolcottiana (cazahuate) e I. arborescens (cazahuate, xegua), cuando se encuentran en etapas tempranas de desarrollo. En la actualidad los distritos con alta población de ganado bovino son: Tuxtepec VII, Istmo IV, Costa III y Valles Centrales II.

Las tierras con restricciones severas son numerosas, se localizan por diferentes porciones de la entidad y bajo contrastantes condiciones del entorno físico, algunas de las representativas se asientan en toda la parte occidental de Santa María Chimalapa (en sierras altas de cumbres escarpadas), subprovincia Sierras del Sur de Chiapas; al suroeste de San Luis Amatlán (llanura aluvial de piso rocoso con lomeríos), subprovincia Sierras y Valles de Oaxaca, y al sureste de Santa María Jacatepec (sierra baja compleja), subprovincia Sierras Orientales. El ganado bovino confronta dificultades para alimentarse pues su desplazamiento es más complicado al dominar pendientes escarpadas de 20-40% - con excepción de las llanuras aluviales con piso rocoso-, la obstrucción superficial es un factor de ocurrencia constante, tanto pedregosidad como afloramientos rocosos en coberturas de 35-50% de la superficie del suelo, y la erosión hídrica. Tales condiciones demeritan con intensidad la aptitud del terreno y sólo permiten un pastoreo extensivo con serias restricciones para la movilidad en el área de pastoreo de los animales. Al suroeste de San Luis Amatlán dominan coberturas de bosques de encino con gramíneas de los géneros Aristida y

Muhlenbergia, con evidentes procesos erosivos (al existir un manejo poco ordenado de los recursos naturales en las actividades silvícolas como pecuarias); en el primer y tercer caso mencionados se cuenta con comunidades de selva alta perennifolia en condición natural o secundaria (con vegetación arbórea o arbustiva), esta última posee un espectro más amplio de especies herbáceas y gramíneas susceptibles de uso.

Una de las formaciones vegetales con amplias posibilidades -por las especies que la conforman- la constituye la selva baja caducifolia la cual se localiza en la porción sur estatal, bordeando la región costera del Istmo de Tehuantepec; por desgracia ha tenido un uso intenso en actividades agrícolas y pecuarias (a nivel extensivo de bovino y caprino) poco sustentable, denotan un alto grado de disturbio sobre todo por prácticas agrícolas como la roza-tumba-quema, realizada para incorporar nuevas tierras al uso agrícola. Aún así, lo importante radica en resaltar que bajo un sistema agropecuario adecuado son tierras productivas en las que sobresalen especies como: Mimosa sp, Acacia tortuosa, Caesalpinia spp., Prosopis juliflora y gramíneas del género Aristida, las primeras son ramoneadas en estadios tempranos de desarrollo. Otro tipo de vegetación suculenta incluida en la comunidad en cuestión, también se considera recurso forrajero como ciertos elementos del género Opuntia.

En Oaxaca para incrementar los recursos forrajeros es necesario realizar una utilización diversificada, complementada con apoyo técnico para el adecuado manejo y mantenimiento de la capacidad productiva de los agostaderos al fomentar la reproducción de: arbustos y árboles forrajeros o para sombra (Bursera simaruba, Ceiba pentandra, Orbygnia sp., Terminalia amazonia, Cedrela odorata,

Parmentiera edulis, Enterolobium cyclocarpum y Ficus padifolia, entre otros) y, en lo fundamental, las gramíneas tanto nativas como introducidas para incrementar las fuentes de pastoreo de los predios ganaderos. Una de las labores básicas la constituye el establecimiento de cercos vivos, plantaciones de árboles con el objetivo de separar potreros de un mismo predio y establecer limites perimetrales. además de que, a la vez, constituyen excelentes reservas para la extracción de postería como ocurre con: Glirícidia sepium, Acacia cymbispína, Bursera sp. (palo mulato), Curatella americana y. para áreas inundables, Pachira aquatica (enopo).

Por otro lado, en los climas de menor humedad, un grave problema en el manejo de los potreros lo conforma la temporada de sequías que influye en forma directa en la producción de forraje para los animales y provocan -por lo común- sobrepastoreo; lo que desemboca en la sustitución progresiva de las especies palatables por otras que el ganado normalmente no consume, además del subsecuente avance de los procesos erosivos en el horizonte superficial del suelo. Por lo anterior, es básico realizar un manejo controlado del pastoreo, mediante el establecimiento de una adecuada carga animal, cercar los potreros, distribuir en forma estratégica los abrevaderos y llevar a cabo labores complementarias en la alimentación de los hatos con melaza o rastrojo (totoste).

Pastoreo de Ganado Caprino

En esta clase se plantea la posibilidad de explotación de ganado caprino de manera extensiva en terrenos en los que no es recomendable la introducción de otros tipos de ganado como el bovino u ovino.

FORRAJES VIABLES Cuadro 2

FORRAJES REQUERIMIENTOS FISICOQUIMICAS Y DE RIEGO

C1 C2 C3 C4 C6 C7 C8 C9 C10 C11 C12 C13 C14 C15 C16 C17

Alemán Alpiste Alfalfa Avena Bahía Bermuda Buffel Elefante Estrella africana Frijol Gandul Gordura Guinea Inglés Italiano Jaragua Kikuyo Lespedeza Llorón Pangóla Panizo azul Pará Rhodes Sorgo Soya Sudán Taiwan Trébol Trigo

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LEYENDA Requerimientos de Riego Bajos en Terrenos con:

C1 - Climas cálidos húmedos C2 = Climas templados húmedos C3 = Climas semicálidos húmedos

Requerimientos de Riego Medios en Terrenos con:

C4 = Climas templados subhúmedos C5 = Climas semicálidos subhúmedos C6 = Climas cálidos subhúmedos

Requerimientos de Riego Altos en Terrenos con:

C7 = Climas semisecos y secos, templados C8 = Climas semisecos y secos, cálidos C9 = Climas semisecos y secos, semicálidos

Características Fisicoquímicas:

C10 = Suelos con más de 20 cm de espesor C11 = Suelos con más de 35 cm de espesor C12 = Suelos con más de 50 cm de espesor C13 = Suelos con problemas leves por

salinidad (4-8 mmhos/cm) C14 = Suelos con problemas leves por

salinidad (8-16 mmhos/cm) C15 = Suelos con problemas por sodio C16 = Suelos ácidos C17 = Inundación * Sólo bajo riego

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En la entidad las posibilidades de uso son amplias, puesto que 60.94% de su territorio muestra la posibilidad de ser dedicado a este uso, se aprecian bajo dos vertientes particulares, por un lado se tienen las tierras donde las condiciones ambientales restrictivas que inciden con fuerza son de orden físico (obstrucción superficial e inclinación del terreno), en ellas la cobertura vegetal puede presentar diferentes tipos de vegetación y cobertura de especies útiles. Y por otro lado, se cuenta con las que, independientemente de su medio ambiente físico, poseen vegetación con una cobertura y condición tan pobre que sólo los caprinos tienen la capacidad para sostenerse, dado que este ganado es capaz de alimentarse con especies de menor valor forrajero o baja palatabilidad.

Los terrenos con potencial para este uso, son aquellos que se encuentran en pendientes con rangos que rebasan 40% y/o altos índices de pedregosidad o afloramientos rocosos; dichos factores condicionan la movilidad de otros tipos de ganado, de ahí que el caprino -por sus características de adaptación a condiciones adversas- ofrezca una adecuada alternativa de producción.

RAZAS DE GANADO MAYOR VIABLES

Esta clase alcanza su punto más alto, en cuanto a dominancia, en la provincia Sierra Madre del Sur, en concreto las subprovincias Cordillera Costera del Sur, Mixteca Alta y Sierras y Valles de Oaxaca, las cuales casi en su totalidad muestran aptitud sólo para este uso bajo diferentes coberturas vegetales, incluidas amplias porciones de pastizal. Por lo extenso de las unidades, comprenden una diversificada gama de condiciones bióticas, edáficas, geológicas y climáticas; distintos sistemas de topoformas entre los cuales se encuentran con asiduidad las sierras (alta y baja complejas, de laderas tendidas, escarpada y compleja), lomeríos (con llanuras, cañadas) y cañadas; geoformas distintivas por sus condiciones restrictivas de obstrucción superficial -por pedregosidad o afloramientos rocosos-, pendiente, profundidad del suelo y, en múltiples casos, erosión severa.

Las restricciones intensas se aprecian en los sistemas de topoformas más escarpados, en los que sólo puede prosperar la ganadería con base en el ganado caprino y siempre bajo esquemas de explotación extensiva; en las formaciones vegetales pobres, sobrepastoreadas o con claros procesos

erosivos, resulta común que los animales tengan forzosamente que desplazarse considerables extensiones de terreno para conseguir alimento. Cable aclarar que este fenómeno no es privativo para toda la clase; al respecto, existen comunidades boscosas de coniferas y/o latifoliadas que poseen una cobertura vegetal más rica en especies forrajeras, que corresponden a vegetación de tipo secundaria - arbórea, arbustiva o afectada por nomadismo- asociada, en múltiples ocasiones, a pastizales que cuentan con una carpeta rasante de gramíneas y herbáceas con especies palatables al ganado. Aquí invariablemente conviene considerar dos aspectos: por un lado, ser cuidadosos en la selección de la raza a explotar, en esta región dominan los climas con índices elevados de precipitación, las condiciones húmedas provocan serias restricciones para el buen desarrollo de los caprinos por lo que su explotación a veces resulta limitada. Y por el otro, nunca debe de soslayarse el utilizar en forma racional los recursos de las masas vegetales boscosas, pues por la naturaleza voraz de la cabra, pueden ser afectadas en su regeneración natural al consumir los animales de manera indiscriminada la carpeta de herbáceas incluidos los renuevos y latisales del bosque.

Cuadro 3

RAZAS DE GANADO REQUERIMIENTOS FÍSICOS Y CLIMÁTICOS

C1 C2 C3 C4 C5 C6 C7 C8 C9 C10 C11

BOVINOS PRODUCTORES DE CARNE Angus XX X X Brahman X X * X X Brangus XX X X Criollo X X X X X X Charoláis XX X X Guzerat X X X X Gyr X X X X Hereford XX X X Indo-Brasil X X X X Nelore XX XX Pardo suizo X XX X Red sindhi XX XX ± Santa Gertrudis XXX X X Shorthorn XX X X

BOVINOS PRODUCTORES DE LECHE Cebú x Pardo suizo XX X X Cebú x Holstein XX X X Criollo X X X X X X Guernsey XX X X ± Holstein X X X X X X Jersey XX X X Lechero Centroamericano XX X X ± Pardo Suizo X X + X X X Shorthorn lechero XXX X

OVINOS Criollo XX X Hampshire X + X X Merino X + X X Pelibuey o Tabasco XX X X X Rambouillet X X X X X Suffolk X X X X X

CAPRINOS Alpina XX X X Criollo XXX X X Granadina XX X X Nubia XXX X X Saanen XXX X X Toggenburger XXX X X

LEYENDA

Tipos de Climas: C1 = Cálidos y semicálidos húmedos C2 = Cálidos y semicálidos subhúmedos C3 = Templados húmedos y subhúmedos asi como secos y semisecos templados C4 = Secos, semisecos y muy secos semicálidos, muy cálidos y cálidos C5 = Semifrlos subhúmedos

Requerimientos Físicos del Terreno: C6 = Pendientes menores a 25% C7 = Pendientes menores a 40% C8 = Pendientes menores a 70% C9 = Obstrucción por piedras y atloramientos rocosos menor a 35 y 20% respectivamente C10 = Obstrucción por piedras y afloramientos rocosos menor a 50 y 30% respectivamente C11 = Obstrucción por piedras y afloramientos rocosos menor a 70 y 50% respectivamente

* Sólo cruzas de esta raza, con otras adaptadas a las condiciones de la región ± Estas razas son poco recomendables en climas cálidos por su baja tolerancia a la humedad y a la garrapata + Las razas de ganado marcadas con este símbolo no son viables bajo climas cálidos semisecos y secos debido a las altas temperaturas veraniegas

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Los niveles de aptitud para la movilidad del ganado y características de la vegetación aprovechable son bajos; en el caso del desarrollo de las especies cultivadas son diversos, pues se cuenta con niveles altos en la zona comprendida entre Santa María Colotepec a Santa María Zaniza (en geoformas de sierra alta compleja), de Santiago Comaltepec a Mazatlán de Flores (sierra: alta compleja y de cumbres tendidas), al sur de Santa María Ixcatlán (sierra baja compleja); con niveles de aptitud medios, al sur de Santiago Totolapa (sierra baja compleja) y en toda el área de influencia de San Cristóbal Amoltepec (sierra baja compleja); con niveles bajos se aprecian numerosas unidades entre las que destacan: una que se ubica al norte de San Miguel Mixtepec (sierra de laderas tendidas) y otra al norte de Santo Domingo Yodohino (lomerío con cañadas, sierra de laderas tendidas y sierra alta compleja). Todos los lugares mencionados se localizan en la provincia fisiográfica Sierra Madre del Sur.

Aquí vale la pena puntualizar que la introducción de este tipo de ganado, independientemente del tipo de comunidad vegetal con que se cuente, debe hacerse bajo premisas de sustentabilidad pues en los lugares en que se ha hecho la explotación en forma indiscriminada, los procesos erosivos se han complicado en forma extrema como ocurre al oriente de Teotltlan del Valle, región en la que inclusive el caliche ya se encuentra aflorando, o en la periferia de Santa Catarina Zapoquila, que son dos de los múltiples casos de áreas erosionadas. En la segunda localidad el problema se ve agravado - al igual que muchas otras- por el pastoreo de tres tipos diferentes de ganado: caprino, bovino y ovino. En la selva baja caducifolia cuando las especies de interés han sido sobrepastoreadas, el caprino llega a ramonear elementos como Acacia cymbispina o A. farnesiana, ambas de escasa palatabilidad.

En el presente, los distritos con mayor población de ganado caprino son; Mixteca I, Valles Centrales II, Istmo IV y Costa III; con ganado equino: Costa III, Valles Centrales II, Mixteca I e Istmo IV.

Las formaciones vegetales de chaparral poseen aptitud para la explotación de ganado caprino, en ellas las asociaciones de Arctostaphylos polifolia-Rhus mollis, son las comunes; cuando su disturbio es evidente prosperan especies como Gymnosperma glutinosum y Salvia thymoides, como pasa -por ejemplo- al norte de Villa Tamazulapan del Progreso, área con aptitud sólo para ganado caprino, no obstante, es común observar además bovino y ovino; situación similar sucede al suroeste de San Pedro Apóstol, región de gran tradición ganadera de caprinos.

Coeficientes de Agostadero

La Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, a través de la Comisión Técnico Consultiva para la Determinación de Coeficientes de Agostadero (COTECOCA), reporta que los coeficientes de agostadero constituyen la información básica para llevar a cabo un manejo adecuado de los agostaderos; a la vez, proporciona una serie de datos relacionados con la calidad de los mismos, con fundamento en la condición de la vegetación natural, toma como unidad de medida la hectárea.

Hace años la COTECOCA realizó estudios correspondientes al estado de Oaxaca; con base en los resultados obtenidos se puede afirmar que la entidad, en términos generales, presenta buenas perspectivas para el desarrollo de la ganadería, con incidencia en las de tipo extensiva de bovinos para carne.

De manera muy general, para la ganadería extensiva se reporta un coeficiente de agostadero mínimo de 0.80 hectáreas por unidad animal al año (ha/u.a./año), máximo de 33.40 y con un coeficiente ponderado de 4.12 ha/u.a./año.

Para la COTECOCA el estado de Oaxaca queda integrado -en un amplio porcentaje- en la región ecológica templada con una superficie de 4 800 892 ha, en menor proporción la tropical con 4 254 388 ha (2 682 104 pertenecen al trópico seco y 1 572 284 al húmedo) y por último, la región árida con 481 120 hectáreas.

Para 1990 se tenía una superficie con actividad ganadera de 4 933 200 hectáreas, de las cuales 4 927 400 se reportaban con labores de tipo anual y 5 800, estacional. Por otro lado, los pastos más utilizados eran el estrella africana, jaragua y guinea, quienes ocupaban una extensión de 568 913 hectáreas; son gramíneas de las consideradas como introducidas o cultivadas.

La carga animal recomendada, según datos de 1990, es de 2 225 411 unidad animal, la que se tenía para ese año fue de 1 592 123; por lo que se puede inferir que en el estado existe un margen importante para incrementar la población animal y seleccionar, a la vez, la carga más adecuada; lo que puede, en un momento dado, ayudar a planear con racionalidad la explotación de los recursos y así evitar el deterioro de la región ecológica en general. En la actualidad las comunidades naturales ya sean primarias o secundarias son aprovechadas para el pastoreo extensivo, sin embargo, es necesario hacerlo con moderación buscando todo el tiempo un desarrollo sustentable; si no se hace así, el sobrepastoreo de las formaciones vegetales provoca la exposición del suelo y por consecuencia la pérdida de éste por erosión, además, el excesivo pisoteo del ganado lo compacta e impide muchas veces el rebrote y buen desarrollo de las especies aprovechables, así como la inducción de modificaciones en su patrón de desarrollo.

POSIBILIDADES DE USO FORESTAL

En la superficie oaxaqueña aún existen posibilidades de uso, pues enmarcadas en una complicada y caprichosa orografía y bajo diversos entornos climáticos se han

desarrollado numerosos tipos vegetativos, entre los cuales las comunidades boscosas ocupan un lugar de privilegio, seguidas por las selváticas. Por otro lado, dicha diversidad continuamente se ve incrementada, aunque no siempre para bien, porque la vegetación -por la fuerte demanda de recursos- se ha visto alterada ya de antiguo por talas para la extracción de recursos maderables, de manera que resulta natural la evolución de múltiples comunidades de orden secundario y porque Oaxaca es pionero en las labores de reforestación o cultivo de vegetación boscosa; así, son normales los subsecuentes cambios en la estructura y composición florística de las comunidades vegetales.

Vale la pena recordar que la entidad tiene una amplia tradición forestal, pues constituye uno de los primeros sitios donde los aprovechamientos han sido a nivel industrial y/o comercial, con base en el establecimiento de varias compañías madereras que han explotado, inclusive a la fecha, con regularidad e intensidad los recursos maderables. No obstante, aún se puede considerar como uno de los estados con potencial, respecto a la cantidad y calidad de su arbolado, sin soslayar que un elevado porcentaje de su extensión territorial, tiene afectación -en mayor o menor grado- en la cubierta vegetal por actividades de orden agropecuario o silvícola. Es común que en múltiples áreas se lleve a cabo una agricultura seminómada que da por resultado un complejo mosaico de comunidades secundarias con distintos niveles de avance.

Dentro de la vegetación que tiene potencial para uso forestal se consideran: bosques (pino, pino-encino, encino-pino, encino) con 38.92% de cubrimiento, selvas (altas, medianas y bajas) con 37.06% y palmares de mínima extensión. Se debe puntualizar que la superficie que ocupan las dos primeras comunidades tienen diferencias mínimas, sin embargo las masas boscosas de pináceas y/o fagáceas, resultan ser sobresalientes al existir potencial suficiente para la obtención de recursos maderables con orientación industrial o al menos comercial; pues en términos generales son homogéneas en su estructura vegetal (reducido número de especies, edades, grosor del fuste y altura del arbolado) caso contrario al de las formaciones selváticas en las que su heterogeneidad es manifiesta, tanto en composición florística como en especies susceptibles de aprovecharse. En ambos casos la extracción de los recursos

En los bosques de la entidad, aún existen especies de pino con diámetros y alturas sobresalientes, con potencial para la industria madedera.

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