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Sistema Nerviso

Sist. nervioso y médula espinal

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Sistema Nerviso

Protección del Sistema Nervioso Central

Punción lumbar

Cola de caballo

Observación microscópica

• Dibuja e identifica:

- Sustancia blanca y gris

- Conducto central o epéndimo

- Meninges

- Vasos nutricios

Términos importantes: raíces anteriores y posteriores, nervio raquídeo o espinal.

Estructura de un nervio

Reflejo cutáneo de flexión

Una historia vinculada con la Médula Espinal

Christopher Reeve, (Nueva York, 25 de septiembre de 1952 - Nueva York, 10 de octubre de 2004), actor, director de cine y activista estadounidense, mejor conocido por su rol en la serie de filmes basados en el popular personaje de comics Superman

La vida de Christopher Reeve cambió para siempre en mayo de 1995, cuando en una competición hípica en Culpepper, Virginia, cayó de su caballo al no poder superar un obstáculo, fracturándose las dos primeras vértebras cervicales.

Tras ser sometido a una peligrosa operación, solo pudo recuperar la movilidad de los dedos de su mano izquierda, que consiguió articular con mucho esfuerzo.

Colaboró con entusiasmo desmesurado con asociaciones como la Unesco, para luchar por causas similares a la suya. También asistía al senado de su estado para intentar que éste permitiera trabajar con células madre embrionarias a los investigadores para intentar conseguir el mayor deseo de Reeve, volver a andar.

Se convirtió en un orador motivacional y creó la "Christopher and Dana Reeve Paralysis Foundation" donde además de luchar por el desarrollo de la investigación de la cura de enfermedades usando células madre, busca apoyar a quienes han quedado parapléjicos como él, ya sea por causas naturales o en accidentes.

Su esposa Dana fue apoyo fundamental para que Reeve pudiese recuperarse

emocionalmente en los primeros difíciles momentos de esta etapa de su vida, ella permaneció como incondicional compañera hasta su deceso.

Reeve incluso llegó a ofrecer su cuerpo para experimentos, en uno de ellos le implantaron celdas electrónicas que generaban pulsos eléctricos que estimulaban la reacción refleja y que le hacían mover sus extremidades, pero esto no prosperó.

Un año después de su muerte, la fundación creada por él, Centro de Investigación Reeve-Irvine de la Universidad de California (EE.UU.), consiguió reparar lesiones medulares de ratones usando células madre provenientes del tejido nervioso de seres humanos.

Un poco de historia del tratamiento de la lesión de la médula espinal

Según el médico griego Hipócrates (460-377 a.C.), no existían opciones de tratamiento para las lesiones de la médula espinal que causaban parálisis y desafortunadamente estos pacientes estaban destinados a morir.

Hipócrates sí utilizó formas rudimentarias de tracción para tratar las

fracturas de la columna que no resultaban en parálisis. La escalera hipocrática (Hippocratic Ladder) era un dispositivo en el que el paciente era atado, amarrado de cabeza a unos escalones y era sacudido vigorosamente para reducir la curvatura vertebral. Otra invención fue el banco hipocrático, el cual le permitía al médico usar tracción en la espalda inmovilizada del paciente usando las manos y los pies o una rueda con un eje giratorio.

• Aproximadamente en el año 200 d.C., el médico romano Galeno introdujo el concepto del sistema nervioso central al proponer que la médula espinal era una extensión del cerebro que transmitía sensaciones a las extremidades y las enviaba de vuelta al cerebro.

• En el siglo séptimo d.C., Pablo de Egina ya recomendaba cirugía para fracturas de la columna vertebral con el fin de extraer los fragmentos de hueso que él estaba seguro eran los causantes de la parálisis.

Desafíos actuales de la investigación:

• Los investigadores están concentrados en profundizar el conocimiento sobre cuatro principios fundamentales de la reparación de la médula espinal:

• Proteger a las células nerviosas sobrevivientes de daño adicional

• Reemplazar células nerviosas dañadas• Estimular el crecimiento otra vez de los axones

y dirigir sus conexiones en forma adecuada• Reeducar a los circuitos neurales a restablecer

funciones en el cuerpo

• El 14 de septiembre de 1991, gran parte de los sueños de una chica de diecisiete años se estrellaron contra una palmera, en la rambla de Punta Gorda. La primera pérdida que tuvo que aceptar —brutal, devastadora, irreparable- fue la de su novio. Ella sobrevivió a esa despiadada maniobra del destino pero debió para eso, obligada por las circunstancias, re-nacer.    Tuvo que aprender de la insuperable dificultad que pueden significar el cordón de una vereda o un vaso de agua. Su cuerpo, ese mismo que los chicos admiraban y que los proveedores de pasarelas codiciaban, dejó de responder a buena parte de las órdenes de su cerebro.

• Desde el momento mismo del accidente —cuando vio a su familia reunida en torno a su cama de hospital- asegura que se propuso sobrevivir y salir de allí, “caminando o en silla de ruedas”. Lo logró y logró muchas cosas más. Un título de psicóloga, por ejemplo, y la posibilidad de encauzar un sueño que ya tiene algunos años: una fundación que dé cobijo a quienes el destino depare situaciones similares a la suya.    Mientras, se propone que no quede un rayo de sol ni un soplo de brisa por disfrutar. “La vida es hoy, mañana puede ser tarde”, dice.

Reflejo de estiramiento.