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    SITUACIONES DE CONTACTO LINGSTICO EN HISPANOAMRICA:

    ESPAOL Y LENGUAS AMERINDIAS

    Azucena Palacios Alcaine

    Universidad Autnoma de Madrid

    A pesar de que en la poca colonial los pobladores indgenas superaban

    cuantitativamente de forma abrumadora a los espaoles, las caractersticas de la

    colonizacin espaola no siempre permitieron situaciones de influencia de la lengua

    indgena en el espaol. As, por ejemplo, en las zonas en las que la poblacin indgena

    desapareci en un breve lapso de tiempo, como las Antillas, no puede hablarse de

    influencia lingstica excepto en el campo lxico. Lo mismo ocurre en la mayor parte de

    Argentina, Uruguay y Chile o de la Amrica Central, donde las comunidades indgenas

    fueron relegadas, exterminadas, o prontamente hispanizadas. Los restos lingsticos que se

    pueden encontrar en el espaol de estas zonas son ms bien escasos, puesto que no se han

    dado situaciones histricas complejas que hayan posibilitado la influencia lingstica.

    Para hablar de consecuencias lingsticas de las situaciones de contacto, no basta

    pues con la introduccin de algunas palabras indgenas en el vocabulario espaol; slo tras

    un contacto lingstico prolongado entre dos culturas puede tener lugar la influencia

    lingstica. En efecto, deban darse ciertas condiciones en la interrelacin de los grupos

    indgenas y de los espaoles para que, en situaciones de contacto de lenguas, tuviera lugar

    una influencia interlingstica permanente. La simple contigidad geogrfica de las

    lenguas no es suficiente para proponer influencias indgenas sobre el espaol. El grado de

    adquisicin del espaol y si esta adquisicin tiene lugar de manera formal o informal, los

    factores socioculturales que rodean la comunidad, el nivel de escolarizacin, el aislamiento

    geogrfico o el nivel socioeconmico, entre otros, desempearn un papel fundamental en

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    la influencia lingstica de las lenguas amerindias en la variedad de espaol local y en el

    mantenimiento o abandono de esa variedad subestndar, socialmente desprestigiada.

    Por otra parte, hay que tener en cuenta que existen grados de influencia distintos as

    como mecanismos de cambio lingstico inducido por contacto tambin diferentes, lo que

    conlleva soluciones o efectos lingsticos muy variados. En algunos casos, esta influencia

    se deja sentir en la fontica, como ocurre con la pronunciacin glotal de la /k/ de

    poblaciones indgenas de Guatemala, en la morfosintaxis, como es el caso de las

    discordancias gramaticales de gnero y nmero o la reestructuracin del sistema

    pronominal en esas variedades de castellano y, por supuesto, en el lxico bsico referido

    tanto a realidades conocidas como desconocidas para el mundo hispanohablante; en otros

    casos se producen cambios de cdigo.

    Por tanto, las situaciones de contacto son mltiples y complejas, lo cual incide en las

    consecuencias lingsticas del contacto. As, a diferencia de lo que ocurre hoy con las

    comunidades rurales aisladas donde el espaol es usado como segunda lengua, en los

    ncleos de poblacin urbanos o semiurbanos de las zonas de contacto histrico las lenguas

    amerindias han sufrido un proceso de sustitucin lingstica, cuyo resultado es el

    predominio del espaol y la desaparicin rpida de las lenguas amerindias, a veces en una

    nica generacin como ocurre en muchas zonas indgenas de Guatemala, Per o Ecuador,

    por ejemplo.

    Es importante resaltar que, a diferencia de lo que suele creerse, las variedades de

    espaol influidas por las lenguas indgenas suelen ser estables y se transmiten de generacin

    en generacin, por lo que no es posible hablar en estos casos nicamente de errores de

    aprendizaje en la segunda lengua, el espaol; por el contrario, en amplias zonas de

    bilingismo histrico se constata cmo hablantes ya monolinges de espaol hablan una

    variedad de espaol en la que se aprecia la influencia de la lengua amerindia en ciertas

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    estructuras de su variedad (al respecto remito, entre otros, a los trabajos de Granda en el

    NOA, a los de Garca Tesoro para Guatemala o a los mos propios para la sierra ecuatoriana).

    Las reas lingsticas de influencia amerindia ocupan una parte importante del

    territorio americano de habla hispana. En la actualidad pueden destacarse las siguientes: las

    reas bilinges de Mxico y Guatemala; el espaol de la Guajira venezolana y colombiana; el

    espaol andino: sur de Colombia, zonas serranas de Ecuador, Per, Bolivia, NO Argentina y

    Norte de Chile; el espaol de reas guaranticas: Paraguay, NE de Argentina y Este de Bolivia;

    el espaol de reas mapuches de Chile y Argentina o el espaol en contacto con lenguas

    amaznicas. Sin embargo, la mayora de estas reas, generalmente rurales, carece de

    descripciones serias sobre el grado de bilingismo y la influencia de las lenguas amerindias en el

    espaol local de la zona. Frente a la relativa abundante documentacin bibliogrfica sobre Per,

    Paraguay y Argentina, el resto de las reas apenas s tienen estudios descriptivos, que

    generalmente suelen tratar aspectos parciales y no ofrecen una visin de conjunto; algunas otras,

    como las reas amaznicas, Centroamrica o zonas de influencia mapuche, han sido

    prcticamente excluidas de la atencin de los investigadores. En cualquier caso, la carencia de

    estudios en estas reas de contacto, basados en trabajos de campo serios y rigurosos, deja

    demasiadas lagunas sobre una generalizacin del espaol hablado en estas zonas bilinges. Slo

    con la elaboracin de estudios empricos podremos empezar a conocer ms profundamente el

    espaol de amplias reas hispanoamericanas.

    As, por ejemplo, apenas se mencionan algunos rasgos del espaol de Yucatn

    atribuibles al contacto directo o indirecto con lenguas amerindias, como la simplificacin del

    paradigma pronominal, las discordancias de gnero, nmero y caso, la elisin del cltico de OD

    o la alta frecuencia de uso de los diminutivos, sin que haya estudios serios que demuestren que

    stos, en efecto, se deben como causa ltima al contacto con una determinada lenguas amerindia

    y cules son los mecanismos de contacto que han operado en ese cambio lingstico.

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    Desgraciadamente son demasiadas las descripciones lingsticas que dan cuenta de los efectos

    del cambio lingstico, los rasgos interferidos por las lenguas amerindias, pero no explicitan los

    mecanismos que han posibilitado el cambio ni cmo ste se ha producido, parmetros

    absolutamente necesarios en una lingstica del contacto seria y rigurosa.

    Una de las zonas que ms atencin ha recibido es la del espaol andino: una zona de

    influencia quechua y aimara de un vasto territorio que comprende desde el sur de los Andes

    colombianos, las sierras ecuatorianas y peruanas, gran parte de Bolivia, noroeste de Argentina y

    norte de Chile, si bien esa atencin se ha centrado casi de manera exclusiva en Per y Argentina.

    Esta rea lingstica muestra ciertos rasgos lingsticos comunes que permiten abogar por

    considerarla como tal: son, entre otros, la tendencia a la reduccin del sistema voclico

    (motosidad), las discordancias de gnero y nmero, la reestructuracin del sistema pronominal,

    los usos anmalos del gerundio y las perfrasis de gerundio, usos de ser intensivo,

    reestructuracin de los tiempos verbales de pasado, la aparicin de modales evidenciales, las

    formas de atenuacin, las alteraciones de orden de constituyentes, el cambio del rgimen

    preposicional o la elisin de elementos como artculos, cpula verbal o preposiciones.

    El testimonio de documentos histricos de individuos bilinges indios y mestizos de la

    poca colonial en esta rea permite constatar que estos mismos rasgos aparecan ya entre

    bilinges de los siglos XVI y XVII, por lo que podemos concluir que esta es una modalidad

    lingstica con continuidad histrica y no meramente el habla de bilinges que han aprendido

    deficientemente una lengua. Al contrario, esas desviaciones de la norma estndar del espaol

    se transmitirn de generacin en generacin hasta llegar a nuestros das (hay que matizar que no

    aparecen todos los rasgos en todos los hablantes, y que stos dependern, entre otras cosas, de la

    naturaleza bilinge o monolinge y del nivel social de los hablantes). En este sentido, los

    trabajos de Granda, Escobar, Cerrn-Palomino, Rivarola, Calvo, Godenzzi, Martnez, Haboud o

    Palacios aducen pruebas documentales que corroboran esta hiptesis y aportan datos que deben

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    ser presentados y, en algunos casos, reinterpretados en el marco de la lingstica del contacto

    moderna. Estamos, pues, ante una modalidad histrica del espaol que, desde los finales del

    siglo XVI se ha constituido en una variedad bien definida, con un ncleo de rasgos que se

    transmiten de generacin en generacin, algunos de ellos incluso entre las capas sociales medias

    y altas monolinges de la zona. No hay que olvidar que los rasgos ms locales, ms fuertemente

    interferidos, slo aparecen en las clases menos instruidas, pues la escolarizacin supone una

    nivelacin que elimina los rasgos ms llamativos, los que se apartan en mayor medida del

    espaol estndar.

    En cuanto a la zona de influencia guarantica, Paraguay y Nordeste argentino, en la

    variedad de espaol de estas reas se aprecian algunos fenmenos achacables a la influencia

    directa o indirecta de la lengua amerindia sobre el espaol. As se constatan fenmenos fonticos

    como la sustitucin de los fonemas voclicos espaoles /i, u/ por la sexta vocal guaran; el uso

    de la oclusin glotal prevoclica o intervoclica; realizacin del fonema /b/ en posicin inicial

    como [mb] -fonema existente en guaran-; la realizacin de las secuencias consonnticas

    intervoclicas del espaol [mp], [nk], [nt] como [mb], [ng], [nd] -fonemas del guaran.

    En el nivel morfosintctico, hay numerosos prstamos de elementos -incluso subsistemas

    completos- del guaran al espaol, algunos de los cuales son marcadores modales del verbo ko,

    niko, katu, ndaje; morfemas del sistema imperativo verbal guaran como na, ke, michi, ani;

    morfemas temporales verbales como kuri, aspectuales como hna, interrogativos como -pa o

    piko, posesivos como che, preposiciones como -gua, -gui, rupi, cambio del rgimen de algunos

    verbos, bien por un rgimen preposicional que no tena, bien por un cambio de preposicin

    ('cay por mi pie'), etc.

    En efecto, algunos casos de interferencia como influencia de esquemas transferidos

    desde el guaran al espaol paraguayo, que pueden orse en cualquier calle de Asuncin, son

    los siguientes:

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    (1) De dnde vienes piko?

    (2) Voy a visitar para mi casa

    (3) Mira por mi

    En la oracin (1) aparece un elemento no hispano, piko. Es un morfema interrogativo

    que indica sorpresa o incredulidad, transferido directamente del guaran. La oracin (2) tiene

    el significado de voy a visita mi futura casa; la preposicin para es una parfrasis del

    morfema nominal -ra que indica futuro en guaran. As, la contrapartida de para mi casa es el

    nombre guaran ga-ra casa-futuro. Finalmente, la oracin (3) es una transferencia literal de

    la frase guaran o-maa che rehe (3sg-mirar fijamente yo por). El rgimen del verbo mirar

    tanto en guaran como en esta variedad de castellano paraguayo es preposicional y tiene el

    significado de me mira fijamente, insistentemente.

    Ntese que los ejemplos anteriores mantienen estructuras transferidas de la lengua

    guaran, encajadas en los esquemas del espaol, sin que stos coincidan con aqullas. Los

    resultados, por tanto, son usos lingsticos que se apartan del espaol estndar. Ahora bien,

    estos usos estn ampliamente extendidos, al menos en la lengua coloquial, y solamente el

    primero est estigmatizado.

    El espaol paraguayo ha integrado en su estructura gramatical numerosos morfemas

    verbales guaranes cuya funcin consiste en matizar la actitud del hablante, del mensaje o de

    la realidad que los rodea. Algunos de estos morfemas verbales son: -na llamado imperativo

    amistoso, que suaviza el mandato; -mi, imperativo carioso, que implica afecto en el

    mandato; katu, -ko, -niko que indican verosimilitud narrativa o nfasis; - voi posee valor

    aseverativo; -rei indica que la accin o su resultado se ha frustrado, se ha realizado en vano.

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    Estos morfemas han sido transferidos a la lengua espaola mediante equivalentes lxicos. Se

    puede escuchar as en Asuncin oraciones como las siguientes1:

    (4) Ven un poco.

    (5) Ven s, que te estoy esperando.

    (6) Le dijo luego para no ir all

    (7) Trabaja por nada (= trabaja en vano).

    En (4), un poco es la traduccin del morfema modal atenuador de imperativo mi, que en

    la lengua guaran sigue al verbo. Esta oracin significa ven, por favor. Se ha creado, por

    tanto, una frase anmala, con un esquema modal inexistente en el espaol. El correlato en

    guaran sera el que aparece en (8):

    (8) E-ju-mi

    2sg.- venir-morfema atenuador

    En el caso de (5), el elemento s no indica afirmacin, como en espaol estndar, sino

    que enfatiza la orden y equivale exactamente a la matizacin que katu provoca en la oracin

    correspondiente guaran, que transcribo en (9):

    (9) E-ju katu ro-ha'a-roana

    2sg.-venir enfatizador 2sg.obj.-esperar- aspecto progresivo

    Ven que estoy esperando

    En cuanto a (6), la oracin puede parafrasearse como ciertamente le dijo que no fuera

    all y es el correlato de la oracin guaran (10):

    (10) Ha'e voi ichupe ani hagua oho upepe

    Dijo verosimilitud a l no para 3sg-ir all.

    Finalmente, en (7) el elemento por nada sera la traduccin del morfema de modo

    frustrativo rei, que significa que el evento que se expresa en la oracin no se ha consumado o

    1 Datos obtenidos en grabaciones directas en mi trabajo de campo en Asuncin (Paraguay) realizado en 1987.

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    que no se ha conseguido el resultado que se pensaba obtener. El correlato de la oracin en

    guaran es la que muestro en (11):

    (11) O-mba'apo-rei

    3sg.-trabajar-modo frustativo

    En espaol coloquial, sobre todo en las capas sociales con menor instruccin, pueden

    incluso coaparecer el elemento transferido en espaol y en guaran o aparecer como

    transferencia lxica slo el elemento guaran, como muestran (12) y (13), respectivamente:

    (12) Le dije voi luego para no ir all

    (13) No ve ni oye nada voi

    Cierto es que la aceptacin social de estas modalidades de habla no es igual en todas las

    reas, pero, en algunos casos, como ocurre en Paraguay, algunas normas locales estn

    socialmente aceptadas y as la poblacin las emplea en su variedad de habla coloquial. Es

    evidente que el componente social es decisivo en la aceptacin o estigmatizacin de las

    normas, por lo tanto, su relevancia en una comunidad no tiene que ver con el sistema

    lingstico de cada lengua, sino con cuestiones extralingsticas que obedecen a dictados

    sociales y, por ello, son variables. En este sentido, la aceptacin social de estas modalidades de

    habla no es similar en todas las reas.

    Pongamos un ejemplo, en Paraguay y en Per existe simplificacin del sistema

    pronominal tono, reestructuracin que obedece a un multicausalismo en el que cabe destacar

    la influencia indirecta de las lenguas amerindias que coexisten en cada zona como potenciador

    del cambio lingstico. Pues bien, el resultado de esa simplificacin, la utilizacin de un nico

    pronombre de manera generalizada le, para objeto directo e indirecto sin distincin de gnero

    e incluso de nmero no supone un cambio estigmatizado y se generaliza entre la poblacin

    urbana de nivel medio y medio-alto. Por el contrario, la simplificacin del sistema pronominal

    tono que se da en algunas reas peruanas, ecuatorianas, mexicanas o guatemaltecas, esto es, la

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    tendencia a utilizar un nico pronombre lo para el objeto directo sin distincin de gnero s

    est estigmatizada y se ha convertido en un marcador sociolingstico asociado con la variedad

    de bilinges sin instruccin formal. Sin embargo, he constatado esa utilizacin de lo como

    cltico de objeto directo con referentes femeninos en personas bilinges con estudios

    universitarios (Palacios 2000, 2002, en prensa a y c).

    Para terminar, dar cuenta de una pequea muestra de otras variaciones

    morfosintcticas inducidas por contacto directo o indirecto que pueden encontrarse tambin

    en reas de influencia guarantica (Paraguay), quechua o aimara (Per o Ecuador) y maya

    (Guatemala). Ni el quechua ni el aimara tienen marcadores gramaticales obligatorios de

    gnero y esto se refleja en la falta de concordancia de gnero, como muestran los ejemplos

    siguientes tomados de bilinges peruanos de espaol-aimara y bilinges ecuatorianos de

    espaol-quechua:

    (14) la problema , la tema, el costumbre

    En estos casos hay una generalizacin en la asignacin del gnero femenino, que se

    identifica exclusivamente con el morfema a. Los ejemplos muestran as que los nombres

    femeninos que no estn marcados con a no son reconocidos como tales femeninos y se les

    aplica el gnero no marcado, en este caso el masculino. Hay que decir que estas discordancias

    de gnero se documentan entre los hablantes bilinges y monolinges, incluso con

    instruccin, de las zonas andinas y guatemaltecas, si bien la intensidad del fenmeno no es la

    misma en cada caso.

    El espaol hablado en la zona andina parece que ha incorporado elementos modales

    relacionados con la verosimilitud de la informacin y con la fuente de conocimiento del

    mensaje, elementos stos presentes en la estructura del quechua y del aimara. Un ejemplo de

    este fenmeno es la diferenciacin establecida por los hablantes ecuatorianos entre dos

    tiempos verbales del pasado, el pretrito indefinido y el pretrito perfecto. El ltimo de estos

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    ha abandonado su valor temporal para adoptar un valor modalizado similar al pasado

    narrativo o delegatorio del quechua: indica que el hablante no ha presenciado la informacin

    que transmite. As, la oracin el nio se cay denota el conocimiento directo por parte del

    hablante del mensaje transmitido, mientras que el nio se ha cado indica el conocimiento

    indirecto, no personal de la accin.

    En las variedades de espaol en contacto con lenguas amerindias se han documentado

    cambios en el sistema pronominal tono que han sido explicados como cambios inducidos

    por contacto lingstico. Estos cambios tienen como resultado la simplificacin del sistema

    pronominal. As, por ejemplo, en la variedad de espaol andino ecuatoriano, se han

    constatado dos sistemas pronominales simplificados (Palacios 2002 y en prensa a y c), uno

    predominante en Quito y otro en Otavalo. El sistema pronominal de Quito ha neutralizado el

    rasgo de caso, gnero e incluso nmero, a favor de un nico pronombre le. Esto significa que

    en este sistema pronominal los rasgos de gnero, y tambin el de nmero, y de caso no son

    relevantes y han sido neutralizados. Se ha producido, pues, una tendencia hacia la

    invariabilidad pronominal.

    En la variante de espaol registrada en Otavalo se ha documentado un sistema

    pronominal simplificado cuyas formas pronominales tienden a neutralizar slo el rasgo de

    gnero, pero no el caso. As se mantiene la distincin de caso (le para dativo y lo para

    acusativo) pero no hay diferencia de gnero, lo que significa que este rasgo de gnero no es

    pertinente en la seleccin de los pronombres de objeto.

    Se ha constatado que es la inexistencia de marcadores gramaticales de gnero, nmero

    e incluso de caso en el quechua la causa indirecta que consolida estos sistemas pronominales

    simplificados que no necesitan marcas de concordancia redundantes como ocurre en el

    espaol.

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    En definitiva, los fenmenos de contacto lingstico pueden afectar a los distintos

    niveles de la gramtica de una lengua y pueden verse implicados aspectos tales como el

    sistema pronominal, la marcacin de casos, el uso de preposiciones, diferentes tipos de

    concordancia gramatical, el uso de artculos, la marcacin de gnero, el orden de palabras,

    etc. En este sentido, coincido con Sara G. Thomason en que cualquier rasgo de cualquier

    lengua se puede traspasar a otra lengua2.

    Quisiera, por ltimo, hacer una reflexin en torno a la estigmatizacin de la variedad de

    espaol que se habla en reas bilinges, fundamentalmente rurales. En efecto, la sociedad

    mestiza o mayoritaria cree que los indgenas hablan mal el espaol. stos, a su vez, tienen

    una actitud negativa hacia su variedad de espaol, lo que les hace que, en muchos casos,

    hablen a sus hijos slo en espaol, en la creencia de que as el espaol no se mezclar con

    la lengua indgena y ser un espaol mejor. No cabe duda de que las variedades de espaol

    habladas por bilinges en reas de contacto histrico muestran variaciones lingsticas

    significativas que inciden en la fontica o la morfosintaxis, como hemos visto. Sin embargo,

    estos cambios pueden registrarse igualmente en hablantes monolinges de espaol en esas

    reas, por lo que el argumento del bilingismo como causa directa de un mal aprendizaje

    de espaol no deja de ser una falacia. Por otro lado, tanto la sociedad mayoritaria como los

    propios hablantes de las zonas de contacto, as como una gran parte de los lingistas que han

    estudiado estas variedades de espaol las han etiquetado como variedades imperfectas de

    espaol, explcita o implcitamente, lo cual ha contribuido a catalogarlas como errores

    lingsticos y no como cambios lingsticos producidos por la influencia de las lenguas

    amerindias, que es, en mi opinin, cmo deben analizarse.

    2 Conferencia pronunciada en el I Simposio Internacional sobre o Bilingismo, Vigo 21-25 de octubre, 1997.

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