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«La indivisibilidad de la interacción musical e interpersonal subraya el problema de considerar la improvisación en jazz como un texto. En el momento de la interpretación simplemente no tiene nada en común con un texto (o su equivalente musical, la partitura) dado que se trata de música compuesta mediante la interacción cara a cara. Los musicólogos que están familiarizados con el siglo XVIII sabrán que los escritores contemporáneos también se referían a los aspectos conversacionales y retóricos de la producción musical. Friedrich Wilhelm Marpurg habló de sujeto y respuesta en su descripción de la fuga barroca, mientras que Heinrich Christian Koch relacionó la relación entre antecedente y consecuente en el fraseo periódico con el sujeto y predicado de las frases. Las metáforas lingüísticas son de hecho extremadamente comunes en muchos períodos musicales y en muchas culturas. Una partitura del XVIII es, con todo, mucho más cercana a una novela, en el sentido de Mikhail Bakhtin, que a una conversación: si una novela retrata múltiples caracteres y puntos de vista todos refractados a través de la pluma de un único autor, una partitura musical presenta múltiples líneas, instrumentos, contrapuntos, texturas y armonías coordinadas por el compositor. La interpretación de estos textos musicales – la transformación de la notación a sonidos – incluye múltiples participantes, pero en la música clásica occidental los intérpretes no pueden alterar o (en algunos repertorios) incluso ni adornar la notación musical. En la improvisación de jazz, como hemos visto, todos los músicos están constantemente tomando decisiones respecto a qué tocar y cuándo hacerlo, todo en el marco del groove, que puede o puede no estar organizado en torno a una estructura de acordes. Los músicos son participantes en términos compositivos, que pueden ‘decir’ cosas inesperadas o sonsacar respuestas de otros músicos. La intensificación musical es un proceso abierto en lugar de predeterminado y posee un carácter marcadamente interpresonal. Estructuralmente es mucho más similar a una conversación que a un texto.» Permítasenos finalizar esta serie de artículos invitando al lector a disfrutar del siguiente ejemplo. Un caso claro y representativo de la interacción del grupo y donde se aprecia también el afán de los solistas por contar una historia, investigar, aventurarse... todo ello en el ambiente de libertad y expresividad que caracteriza, cuando se interpreta a un alto nivel, a esta música.

Sobre Improvisar

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Page 1: Sobre Improvisar

«La indivisibilidad de la interacción musical e interpersonal subraya el problema de

considerar la improvisación en jazz como un texto. En el momento de la interpretación

simplemente no tiene nada en común con un texto (o su equivalente musical, la partitura)

dado que se trata de música compuesta mediante la interacción cara a cara. Los

musicólogos que están familiarizados con el siglo XVIII sabrán que los escritores

contemporáneos también se referían a los aspectos conversacionales y retóricos de la

producción musical. Friedrich Wilhelm Marpurg habló de sujeto y respuesta en su

descripción de la fuga barroca, mientras que Heinrich Christian Koch relacionó la relación

entre antecedente y consecuente en el fraseo periódico con el sujeto y predicado de las

frases. Las metáforas lingüísticas son de hecho extremadamente comunes en muchos

períodos musicales y en muchas culturas. Una partitura del XVIII es, con todo, mucho más

cercana a una novela, en el sentido de Mikhail Bakhtin, que a una conversación: si una

novela retrata múltiples caracteres y puntos de vista todos refractados a través de la pluma

de un único autor, una partitura musical presenta múltiples líneas, instrumentos,

contrapuntos, texturas y armonías coordinadas por el compositor. La interpretación de

estos textos musicales – la transformación de la notación a sonidos – incluye múltiples

participantes, pero en la música clásica occidental los intérpretes no pueden alterar o (en

algunos repertorios) incluso ni adornar la notación musical.

En la improvisación de jazz, como hemos visto, todos los músicos están constantemente

tomando decisiones respecto a qué tocar y cuándo hacerlo, todo en el marco del groove,

que puede o puede no estar organizado en torno a una estructura de acordes. Los

músicos son participantes en términos compositivos, que pueden ‘decir’ cosas inesperadas

o sonsacar respuestas de otros músicos. La intensificación musical es un proceso abierto

en lugar de predeterminado y posee un carácter marcadamente interpresonal.

Estructuralmente es mucho más similar a una conversación que a un texto.»

Permítasenos finalizar esta serie de artículos invitando al lector a disfrutar del siguiente

ejemplo. Un caso claro y representativo de la interacción del grupo y donde se aprecia

también el afán de los solistas por contar una historia, investigar, aventurarse... todo ello

en el ambiente de libertad y expresividad que caracteriza, cuando se interpreta a un alto

nivel, a esta música.