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Solari, A., El Tercerismo en El Uruguay

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Solari, Aldo E., El tercerismo en el Uruguay, Montevideo, Editorial Alfa, 1965

“El tercerismo como ideología, aunque tenga consecuencias desde el punto de vista de la política interna, […], es esencialmente, una posición en política internacional. Para comprender la importancia que ha tenido y tiene en el Uruguay, es necesario recordar que desde los comienzos de la historia del país los acontecimientos internacionales, han tenido una enorme gravitación, y han sido objeto de una persecución muy aguda por parte de los grupos intelectuales”.p.9

“La circunstancia de que, […], tanto el Partido Colorado como el Blanco hayan recurrido en las constantes guerras civiles a la ayuda de fuerzas que, jurídicamente por lo menos, eran extranjeras, sin que, hayan aparecido jamás por ello, pese a las críticas mutuas, como traidores a la nación y colocándose fuera de ella muestra esa ausencia o esa extraordinaria debilidad si se quiere de la conciencia nacional”.p.10

“La Guerra Fría provoca, naturalmente, el crecimiento del tercerismo de una manera mucho más clara y definida. Aparecen entonces, ya delineadas bastante claramente, las diversas orientaciones muy generales, que pueden encontrarse de ahí en adelante en las distintas maneras de concebirlo”.p.17

Una de las expresiones fundamentales del tercerismo es su ferviente anti-imperialismo: “Por definición, el tercerismo se supone igualmente independiente del bloque capitalista como del bloque soviético e igualmente equidistante de ambos”. Sin embargo, el autor acota que se “ha reprochado a veces al tercerismo, el condenar más frecuentemente a Estados Unidos y a su política que a Rusia. Los terceristas han contestado siempre, que ellos condenan por igual a ambas políticas en cuanto son políticas de dominación mundial, pero que tienen más ocasiones de criticar a la política norteamericana porque ella es más importante y más decisiva desde el punto de vista de América Latina y porque, en definitiva, es América Latina la que está sojuzgada por la política de dominación de Estados Unidos. Rusia, en cambio, tiene muy poca o ninguna influencia sobre los asuntos latinoamericanos”.p.28

“Por un lado las masas populares carecen de una clasificada conciencia nacional; por el otro, las oligarquías que rigen a los países latinoamericanos son venales, menos capaces todavía de defender el interés nacional. Está implícito el argumento de que, en definitiva, ejercen el poder por la imposición o la tolerancia interesada de las fuerzas del imperialismo”.p.29

“Este aspecto anti-imperialista del tercerismo, unido a otros, explica la enorme y decisiva importancia que en su desenvolvimiento tuvo la Revolución Cubana […], el enfrentamiento posterior con Estados Unidos, tenía necesariamente que ser recibido como un fenómeno de importancia decisiva en la lucha de América Latina contra el imperialismo y concitar su adhesión más ferviente. El hecho de que la Revolución Cubana tuviera rápidamente que entrar en conflicto con Estados Unidos, el que ese conflicto se hiciera cada vez más agudo, fue percibido por el tercerismo como la conformación de una de sus tesis fundamentales: todo movimiento de auténtica liberación nacional, que persigue fines económicos además del mero establecimiento de una democracia política, es contrario en su esencia al imperialismo que tratará de aplastarlo por todos los medios”. Los sucesos de Cuba revitalizaron al tercerismo ya que a sus ojos “parecía dar una triple demostración. Por un lado que un movimiento nacional auténticamente popular sin infiltración comunista era posible en América Latina, […] demostraba que un movimiento de esa naturaleza estaba condenado a entrar en

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lucha con el imperialismo. […], demostraba que un pueblo podía salir victorioso en esa misma lucha. Por todas estas razones, no sería exagerado decir que la Revolución Cubana era el ‘sueño dorado’ del tercerismo hecho realidad”.pp.30-31

“el hecho decisivo desde el punto de vista de Latinoamérica es su adhesión al anti-imperialismo contra Estados Unidos. Como en definitiva, Estados Unidos es concebido, par América Latina, como el principal imperialismo contra el cual el tercerismo debe luchar, ese rasgo de la Revolución Cubana obliga a defenderla y a acompañarla, pese a los elementos indeseables que puedan estar unidos a ella”.p.32

“No es ajenos a esta conclusión el hecho de que los grupos fervientemente adversarios a la Revolución Cubana, son los máximos conservadores en la política interna y sostienen puntos de vista diametralmente opuestos a los que el tercerismo mantiene con respecto a las transformaciones profundas que requiere la estructura social latinoamericana. Estos factores hacen que la condenación de la Revolución Cubana signifique automáticamente aparecer acompañando al imperialismo y a los grupos más odiados que lo sostienen”.p.33

“El Uruguay es un país que, incluido en la esfera de influencia norteamericana, es quizás el que menos ha sufrido en toda América de sus peores consecuencias. ¿Que es lo que explica que los intelectuales de la izquierda uruguaya no comunista sean más intensamente anti-imperialistas que los de ningún otro país? El Uruguay es un país de casi nula influencia en la política internacional por razones obvias de la cuota que le ha tocado en la distribución del poder político mundial”.p.55

“porque no podemos creer en la democracia que para solucionar los problemas de su pueblo necesita, bajo un régimen que muy jurídicamente denominan ‘medidas prontas de seguridad’ quebrar todas las libertades sindicales, poner presos a los militantes gremiales o despedirlos de sus empleos por el enorme delito de exigir cumplimiento de los laudos de su Consejo de Salarios”.p.60

“Un ingrediente fundamental del tercerismo es la concepción de Estados Unidos y del imperialismo norteamericano. […] La ideología tiene múltiples y reiteradas ocasiones de condenar al imperialismo norteamericano y los más variados textos lo hacen. El apoyo de Estados Unidos a los movimientos más reaccionarios de América Latina, la intervención solapada o a la luz del día en defensa de sus intereses, la idea cada vez más importante en la política norteamericana de que América Latina es una especie de coto de caza privado, justifican esa condenación. Todo parece indicar incluso, que las esperanzas que los movimientos moderados y sinceramente reformistas pusieron alguna vez en el apoyo de Estados Unidos están destinados a frustrarse cada vez más intensamente”.p.65

“cuales son los valores que se ponen en juego en la condenación de Estados Unidos, cuales son las soluciones que se proponen, cual es la función que cumple la condenación. En cuanto a la primera cuestión, numerosos textos muestran que la condena al imperialismo yanqui se funda no solamente en sus actos, sino en la concepción de la vida y del mundo que se le atribuye a la sociedad norteamericana. En otras palabras, el tercerismo es antiimperialista; pero es, además, antiyanqui. […] La sociedad norteamericana aparece vista con una gran simplicidad, dominada por grupos de presión que responden a los grandes intereses económicos y que tienen una dirección única. Los textos terceristas recuerdan a veces, que existen discrepancias notorias entre el Departamento de Estado, el Pentágono y el Senado. Pero ese hecho no altera la imagen fundamental. […] Estados Unidos es el gran mal no sólo porque económicamente está llevado irremisiblemente hacia el

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imperialismo, lo es también porque comporta valores que son contrarios a los mejores del espíritu latinoamericano. Así se produce una tensión de mucho interés. […] las falsedades de América Latina son en gran parte la culpa de Estados Unidos”.pp.66-67

El tercerismo “ha reunido una serie de slogans como ‘la unidad de los pueblos latinoamericanos’, ‘el común destino de América Latina’, etc”.p.71

“todos los estudios empíricos realizados en todas partes revelan que la política internacional es lo que menos interesa a la opinión pública. Puede ser objetivamente cierto, lo es en muchísimos casos, que sea lo que tenga más consecuencias para una sociedad determinada; pero es un hecho que la inmensa mayoría de sus integrantes no lo percibe así”.p.76

“El carácter antiyanqui del tercerismo es, probablemente, uno de los que le resultan objetivamente más desfavorables fuera de los círculos intelectuales y estudiantiles. Por un lado, tiende a confundirlo con el comunismo y a suscitar las reacciones que éste provoca en la gran masa de la población. En el Uruguay el anticomunismo tiene límites, en el sentido de que cuando llega a un cierto extremo de virulencia comienza a provocar resistencias cada vez más serias, porque choca entonces con los valores de tolerancia y de moderación que probablemente están anclados de una manera muy profunda en la población. Pero sin dudas, la mayoría de la población ve con poca simpatía al comunismo y esa tolerancia a que se acaba de aludir no puede engañar sobre este punto. Por otra parte, los mismos mecanismos que llevan a mirar con desconfianza un anticomunismo muy exagerado, conducen a producir el mismo fenómeno con respeto al ‘antiyanquismo’”.p.77

“Más de 10.000 estudiantes participan en cualquier huelga universitaria en el sentido de no concurrir a clase; pero es muy difícil, salvo casos excepcionales, reunir más de unos pocos cientos en un acto público para sostener los postulados de la huelga. Algunos observadores extranjeros han hecho notar que en los días previos a una huelga no existe en el Uruguay la movilización y la efervescencia creadora del clima necesario para llegar a ella que es normal en otros países. Por el contrario, se habla de que habrá huelga a partir de tal fecha como quien acepta un hecho que lo obliga a u determinado comportamiento pero en cuya producción no se ha jugado ningún papel. Este fenómeno, de gran interés sociológico”.p.80

“la amenaza inmediata es la política norteamericana, el factor que de hecho tiende a convertirse en el producto normal de la unidad es la oposición a Estados Unidos. La permanente amenaza sobre Cuba, las intervenciones disimuladas o totalmente desembozadas, vuelven una y otra vez la atención sobre Estados Unidos como obstáculo esencial para la liberación latinoamericana”.p.85

“La radicalización de la política norteamericana con respecto a América Latina que, después de Cuba, parece caracterizarse por la idea de que cualquier medio es válido con tal de evitar la sombra de una nueva revolución; lleva necesariamente consigo la radicalización de los grupos de izquierda, estudiantiles o no, contra Estados Unidos. El abuso que los grupos dominantes, adheridos a la política norteamericana, hacen del anticomunismo tienda a producir el mismo efecto. […] El tercerismo floreció con la guerra fría. […] la política antinorteamericana se convierte en el tema prácticamente único”.p.86

“En el movimiento obrero, el tercerismo no tuco nunca la importancia que tuvo en el estudiantil […] La prensa ha sido casi unánimemente desfavorable al tercerismo. Con la sola excepción de Marcha, y

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en los últimos años, la muy relativa de Época, todos los demás periódicos de una cierta importancia le han sido absolutamente hostiles o moderadamente indiferentes. La coincidencia de un diario como El Debate en ciertas posiciones terceristas no puede inducir a errores. El Debate partiendo de cierto nacionalismo es antiyanqui; pero al mismo tiempo elogia regímenes como el de Stroesner y el de Franco que repugnan a todo tercerista y que incluso son apoyados, en buena medida, por Estados Unidos. […] La prensa ha sido, sobre todo, el vehículo de la posición antitercerista, y por alguno de sus órganos, El País y El Día, ha expandido los estereotipos más caricaturescos”.pp.88-89

“Las sociedades latinoamericanas han enfrentado siempre la dificultad de no poder integrar a importantes grupos sociales dentro del sistema. La sociedad uruguaya, en cambio, lo logró rápidamente, los grupos marginales fueron desapareciendo” mediante la “distribución de los ingresos; distribución de los bienes culturales; distribución de sistemas de expectativas” . De ahí que no extrañara que “muy diversos grupos sociales hayan adquirido expectativas y hayan adoptado valores típicos de las clases medias”.pp.97-98

“Con una constancia admirable o vituperable, según el punto de vista en que se coloque el observador, el 90% de los ciudadanos uruguayos votan desde hace más de 50 años por los partidos políticos tradicionales. Negarse a toda relación con ellos es negarse, al fin toda relación con el poder político efectivo”.pp.102-103

“Una actitud crítica constante, puede perfectamente ser una de las mejores maneras de construir el mañana. Los ‘profetas de la desgracia’ […] puede tipificarse en Carlos Quijano, cuyo pensamiento ha sido tan fundamental en el desarrollo del tercerismo en el Uruguay”.p.103

“El comunismo puede y debe oponerse a lo que ha dado en llamar el ‘desarrollismo’ porque las bases filosóficas de sus diversas concepciones aparecen como antimarxistas”.p.115

“Las razones por las cuales el ‘desarrollismo’ aparece como condenado son muy conocidas y más que sobre ellas parece razonable insistir sobre la complejidad de la cuestión. El ‘desarrollismo’ es rechazado porque está vinculado a la Alianza para el Progreso, la mal nacida, está a la política de los Estados Unidos y está, por fin, al miedo de una revolución popular al estilo cubano. La Alianza para el Progreso es la alianza de Estados Unidos con el statu quo latinoamericano. Este análisis es irrefutable, aunque puede que sea incompleto”.p.116

“al problema del cambio y la innovación en la sociedad uruguaya sobre el que, lamentablemente carecemos de estudios sistemáticos. La encuesta realizada por el Instituto de Ciencias Sociales entre los estudiantes universitarios, parece indicar un fenómeno bastante común en la sociedad uruguaya. Por un lado una fuerte adhesión verbal al cambio, sobre todo en ciertos subgrupos en los que se reclutan los dirigentes estudiantiles; por otro lado es muy difícil encontrar en la encuesta rastros de consecuencias concretas de esa adhesión. Una buena parte de los estudiantes quiere cambios profundos; pero piensa, al mismo tiempo, que su familia futura será igual a la de sus padres, que educarán a sus hijos como han sido educados ellos, etc. Se desea un cambio que es percibido como no teniendo ninguna repercusión en la esfera concreta de sus comportamientos habituales. […] cada vez que en un grupo cualquiera se afirma la necesidad del cambio como salida de la crisis, la afirmación va acompañada del supuesto explícito o implícito de que se trata del cambio en otros grupos, en otras esferas de actividad”.pp.124-125

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“las sociedades occidentales de que la percepción como perteneciendo a las clases medias alcanzó a porcentajes mucho mayores que los que corresponden a la estratificación objetiva, se obtiene la imagen de una sociedad muy conformista con respecto al sistema existente”.p.127