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1 Soldados de Dios Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Efesios 6:13 No olvidemos iniciar con oración La realidad de la guerra COMO DECÍAMOS AYER

Soldados de DIOS

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Soldados de DIOS

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  • 1

    Soldados de Dios

    Por lo tanto, pnganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el da

    malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.

    Efesios 6:13

    No olvidemos iniciar con oracin

    La realidad de la guerra

    COMO

    DECAMOS

    AYER

  • 2

    El hombre siempre ha estado en guerra. Desde su origen la humanidad ha

    hecho de la contienda un elemento principal de su existencia, siendo la

    rivalidad entre los hermanos Can y Abel, que termin con muerte del segundo

    a manos del primero, el abrebocas de este festn sanguinario. Muchos de los

    grandes hitos de la historia son batallas o guerras: las Guerras Mdicas, las

    conquistas de Alejandro Magno, las guerras de Julio Csar, la invasin rabe

    de oriente y del norte de frica, las Cruzadas, la Conquista de Amrica, las

    guerras de independencia, las guerras napolenicas, las guerras mundiales,

    Corea, Vietnam y las guerras del Golfo; todos ellos actos blicos que son

    mojones sangrientos de una historia construida sobre cadveres.

    Por nuestra parte, vivimos en un pas en estado de guerra contina por los

    ltimos 65 aos, siendo as que la mayora de los colombianos no hemos

    conocido un da de paz completa en el territorio colombiano en todas nuestras

    vidas. Nos hemos acostumbrado a definir a nuestros compatriotas como

    enemigos: la guerrilla, los paramilitares, las bandas criminales, hasta nuestro

    vecino o nuestro(a) cnyuge, todos pueden llegar a ser objetivos militares.

    Mientras siguen los combates en Cauca, Nario y Putumayo, se adelantan en

    La Habana conversaciones de paz que generan todo tipo de suspicacias.

    Cundo ir a parar la carnicera?

    Es una triste realidad la de la guerra, especialmente si tenemos en cuenta que

    Dios nunca quiso que el hombre guerreara contra el hombre. Sin embargo, en

    la Biblia se habla de otra guerra, a la cual en verdad estamos llamados y para

    la cual debemos estar equipados.

    Por ltimo, fortalzcanse con el gran poder del Seor. Pnganse toda la

    armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimaas del diablo.

    Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra

    autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra

    fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto,

    pnganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el da malo

    puedan resistir hasta el fin con firmeza. Mantnganse firmes, ceidos con el

    cinturn de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la

    disposicin de proclamar el evangelio de la paz. Adems de todo esto, tomen

    el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del

    maligno. Tomen el casco de la salvacin y la espada del Espritu, que es la

    palabra de Dios.

  • 3

    Oren en el Espritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Mantnganse

    alerta y perseveren en oracin por todos los santos.

    Oren tambin por m para que, cuando hable, Dios me d las palabras para dar

    a conocer con valor el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en

    cadenas. Oren para que lo proclame valerosamente, como debo hacerlo.

    Efesios 6:10-20

    Los actores del conflicto

    Miremos primero que todo quien no es el enemigo.

    V.12: Porque nuestra lucha no es contra seres humanos

    Al contrario de la prctica usual de la humanidad de combatir entre s, la Biblia

    nos dice que los hombres no son nuestros adversarios. Dios ama a todos los

    seres humanos. Nuestro enemigo no son los activistas homosexuales, o los

    abortistas, ni los violentos, mucho menos ateos, masones o agnsticos. Como

    Dios los ama a todos ellos, los hijos de Dios no podemos odiarlos.

    En cambio, todos ellos deben ser objeto de nuestro amor y compasin, pues

    son prisioneros dentro de una estrategia satnica de guerra, que intenta robar,

    matar y destruir lo que Dios ama. De tal manera debemos verlos; as nos ser

    ms sencillo acercarnos a ellos, y nuestra intencin de que reciban a Jesucristo

    como Seor no se ver estorbada. Es ms fcil acercarse a alguien que se ama

    que a quien se odia.

    El verdadero enemigo

    V.11: Pnganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las

    artimaas del diablo.

    Se menciona al diablo, Satans, el prncipe de las tinieblas, como el adversario

    a quien combatimos. Ya en la misma carta el apstol Pablo lo menciona en el

    captulo 4:

    Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prjimo con la verdad,

    porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. Si se enojan, no

    pequen. No dejen que el sol se ponga estando an enojados, ni den cabida al

    diablo.

    Efesios 4:25-27

  • 4

    El apstol ordena que no se le d cabida, es decir, oportunidad de afectar

    nuestras vidas. En la anterior reflexin lo identificamos con el len rugiente y

    habamos dicho que ya estaba derrotado, que era un len sin dientes, pero aun

    as es un enemigo terrible. Es como un perro feroz encadenado, pero cuya

    cadena es larga, y eso le permite un amplio radio de accin.

    Este adversario cuenta con todo un grupo de seres espirituales a su servicio,

    todo un ejrcito, que podra corresponder a un tercio de todos los seres

    angelicales, quienes siguieron a Satans cuando este se revel contra Dios.

    Y apareci en el cielo otra seal: un enorme dragn de color rojo encendido

    que tena siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada cabeza. Con la

    cola arrastr la tercera parte de las estrellas del cielo y las arroj sobre la

    tierra.

    Apocalipsis 14:3 y 4

    Estos seres espirituales de las tinieblas, o demonios, son el ejrcito de

    Satans, y en la lectura que estamos considerando de Efesios 6 se les

    denomina segn sus jerarquas.

  • 5

    Porque nuestra lucha contra poderes, contra autoridades, contra potestades

    que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en

    las regiones celestiales.

    Efesios 6:12

    No vale la pena enfocarse en suposiciones acerca de sus rangos y su campo de

    accin. Basta recordar que son seres de maldad extrema, cuyo poder para

    hacer el mal solo es sobrepasado por su deseo de ejercerlo.

    Tenemos entonces una lucha contra seres de la oscuridad cuyo campo de

    accin se identifica aqu como regiones celestiales. No es que se pueda

    identificar un lugar especfico que se pueda llamar de esta manera, sino que se

    trata de una realidad del mundo espiritual. El campo de batalla se refiere a una

    dimensin supra-humana, en donde se combate con entidades espirituales

    perversas.

    Nuestro ejrcito

    Nuestra cultura occidental es muy individualista. Cuando leemos este pasaje

    de Efesios 6, lo consideramos dentro de esa mentalidad como de uso personal

    y nos enfocamos en implementar cada aspecto de la armadura de Dios para

    nuestro propio beneficio individual, pero en la mentalidad oriental, donde se

    escribi y se ley esta carta era inconcebible considerarlo as. Las iglesias que

    leyeron estas epstolas saban que sus mensajes se aplicaban al conglomerado

    de creyentes, en unidad dentro de la diversidad de cada una de ellos. Todos

    los imperativos en esta seccin estn en plural y, aunque son relevantes para

    el creyente individual, son instrucciones de Pablo para que la iglesia colectiva

    se vista de la armadura y se mantenga firme como un solo cuerpo.

    Pase lo que pase, comprtense de una manera digna del evangelio de Cristo

    luchando unnimes por la fe del evangelio y sin temor alguno a sus

    adversarios, lo cual es para ellos seal de destruccin. Para ustedes, en

    cambio, es seal de salvacin, y esto proviene de Dios.

    Filipenses 1:27 y 28

    As como las fuerzas que enfrentamos son un ejrcito espiritual poderoso,

    nosotros tambin lo somos, nuestro poder no proviene de nosotros mismos

    (ya lo veremos ms adelante) y nuestros generales son los mejores:

    Dios el Padre, el Seor de los Ejrcitos, el Omnipotente (Romanos

    8:31)

  • 6

    Jesucristo el Hijo, Rey de reyes y Seor de seores, vencedor de

    Satans en la cruz, y quien recibi toda potestad en el cielo y en la

    tierra (Mateo 28:18)

    El Espritu Santo, Dios con nosotros (1 Juan 4:4)

    Aparte de estos, Dios dispuso para nuestra ayuda a los ngeles, millones y

    millones de ellos (Apocalipsis 5:11), un ejrcito a rdenes de Dios (no bajo el

    nuestro). l los enva para que acten especficamente en algn lugar o

    situacin de acuerdo al deseo del Padre y en respuesta a la oracin de los

    santos.

    No son todos los ngeles espritus dedicados al servicio divino, enviados para

    ayudar a los que han de heredar la salvacin?

    Hebreos 1:14

    Somos parte del ejrcito de Dios, una milicia victoriosa, temible en combate,

    capitaneados por Jesucristo el Seor, combatiendo con la certeza de ser ms

    que vencedores (Romanos 8:37).

  • 7

    La estrategia de cada ejrcito

    Definamos en primer lugar el tipo de batalla. Cuando en el versculo 12 se

    mencionaba la lucha podramos pensar que Pablo se refera a una batalla

    abierta, con ejrcitos organizados y peleando en regla. Pero veremos que la

    imagen es bien distinta. En el tiempo de Pablo se acostumbraba celebrar

    certmenes de lucha cuerpo a cuerpo que se caracterizaban por su carcter

    sangriento y sin tregua; para el perdedor la recompensa era perder sus ojos. A

    este tipo de evento se refiere la palabra lucha. Podemos imaginar el impacto

    emocional para los lectores de la carta cuando su guerra con Satans era

    comparada con este tipo de deporte.

    Vamos ahora a la estrategia satnica:

    V.11: Pnganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las

    artimaas del diablo.

    Cuando se dice artimaas es la palabra griega methodeia, de donde viene

    nuestra palabra mtodo. Este es un trmino que usado en la Biblia siempre

    tiene implicaciones negativas, y significa ardid, estratagema, engao. Todo el

    sistema del diablo contra nosotros se basa en la mentira.

    Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el

    principio ste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no

    hay verdad en l. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un

    mentiroso. Es el padre de la mentira!

    Juan 8:44

    Su guerra es una de guerrillas, con emboscadas arteras, repentinas y feroces,

    cuyo elemento esencial es la mentira.

    Practiquen el dominio propio y mantnganse alerta. Su enemigo el diablo

    ronda como len rugiente, buscando a quin devorar.

    1 Pedro 5:8

    Si la estrategia del diablo es la mentira, cobra importancia fundamental

    reconocer a la verdad como elemento fundamental de la estrategia de batalla

    de la iglesia.

    La estrategia de nuestro ejrcito

  • 8

    La estrategia del ejrcito de Dios se basa en tres imperativos:

    1. Ser fortalecidos

    2. Ponerse toda la armadura

    3. Mantenerse firmes

    V.10:

    Por ltimo, fortalzcanse con el gran poder del Seor.

    Aqu el comando fortalzcanse se traduce mejor sean fortalecidos

    continuamente. Se entiende entonces que la fuerza no proviene de

    nosotros mismos sino de Dios. Adems, esa fuerza debe renovarse

    continuamente; no es un acto puntual que sucede en algn momento de

    nuestras vidas, sino que debe suceder todo el tiempo. Si entramos en

    batalla contra Satans con nuestras propias fuerzas seremos derrotados;

    dependemos totalmente del poder que viene de Dios.

    Pues aunque andamos en la carne, no militamos segn la carne; porque las

    armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la

    destruccin de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta

    contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la

    obediencia a Cristo,

    2 Corintios 10:35 (RVR1960)

    Para destacar: nuestras armas derivan su poder de Dios mismo; dicho poder

    destruye fortalezas, y con l derribamos argumentos y llevamos todos nuestros

    pensamientos cautivos a Cristo.

    En los versculos 11 y 13 est el segundo imperativo para entrar en batalla y

    se nos dice que hemos de ponernos toda la armadura de Dios. El que la orden

    se reitere es diciente de la importancia que Dios da a que nos la pongamos. Y

    no hemos de ponernos solo una parte de la armadura, sino toda.

    Por ltimo, se nos ordena que nos mantengamos firmes (V.14), y esto se trata

    de una actitud de resistir ante los embates de las tinieblas, no darnos por

    vencidos, sin importar las circunstancias.

    La armadura de nuestro ejrcito

    V.14 al 17:

  • 9

    Mantnganse firmes, ceidos con el

    cinturn de la verdad, protegidos por

    la coraza de justicia, y calzados con la

    disposicin de proclamar el evangelio

    de la paz. Adems de todo esto,

    tomen el escudo de la fe, con el cual

    pueden apagar todas las flechas

    encendidas del maligno. Tomen el

    casco de la salvacin y la espada del

    Espritu, que es la palabra de Dios.

    El apstol Pablo se encontraba

    prisionero en Roma cuando escribi

    esta carta, y es muy posible que

    estuviera encadenado todo el da a un

    soldado romano. Siendo as, tuvo

    tiempo ms que suficiente para

    detallar su vestimenta, y es as como

    construye esta analoga.

    Como dijimos al considerar la

    estrategia satnica, todo empieza con

    la pieza que sostiene toda la

    armadura, y este es el cinturn de la

    verdad. En nuestros das el cinturn

    es ms un artculo de moda, que sirve

    hasta cierto punto para sostener el pantaln, pero en la antigedad el cinturn

    se utilizaba no solo para sostener la ropa en su lugar, sino para sujetar la larga

    tnica que llegaba a las rodillas y les impeda correr. Pero para el soldado

    romano era mucho ms que eso. Era un cinto de cuero que se utilizaba para

    colgar las armas y para sostener la coraza.

    Pero, a qu se refiere con la verdad?

    En nuestro mundo relativista esta es una buena pregunta; todo el mundo tiene

    su idea de lo que es verdad. Lo que es cierto para ti es falso para el otro. Cada

    uno tiene su verdad. Hay tal cosa como la verdad? Esa misma pregunta se

    la hizo Pilato al Seor hace ya casi 2000 aos.

    As que eres rey! le dijo Pilato.

  • 10

    Eres t quien dice que soy rey. Yo para esto nac, y para esto vine al mundo:

    para dar testimonio de la verdad. Todo el que est de parte de la verdad

    escucha mi voz.

    Y qu es la verdad? pregunt Pilato.

    Juan 18:37 y 38

    Definitivamente hay una respuesta a esta pregunta: La verdad es la

    percepcin correcta de la realidad, no distorsionada, tal como la

    percibe Dios. Todos y cada uno de nosotros tenemos una percepcin

    distorsionada de la realidad, condicionada por nuestra cultura, experiencias,

    estudios, tradiciones, etc. Slo Dios tiene una perspectiva no distorsionada y

    exacta de la realidad. Slo Dios conoce perfectamente la verdad. Entonces

    Cmo voy a conocer la verdad? Sencillo, a travs de Su Palabra, la Biblia.

    Toda ella contiene la verdad.

    Santifcalos en la verdad; tu palabra es la verdad.

    Juan 17:17

    Volvamos a nuestro texto de Efesios 6:

    Mantnganse firmes, ceidos con el cinturn de la verdad,

    El que nos mantengamos firmes

    depende de ceirnos de la verdad.

    Un legionario bien ceido con su

    cinturn tena libertad de

    movimiento. De tal manera que si

    alguien quiere seguir a Cristo y vivir

    a la vez en la mentira, no podr

    avanzar y tropezar. No es posible

    que un soldado de Dios viva una

    doble moral. O creemos y vivimos

    todo lo que dice la Escritura (la

    Biblia), o viviremos tropezando y

    cayendo a cada momento.

    Esto nos lleva al siguiente

    elemento:

  • 11

    protegidos por la coraza de justicia,

    Al hablar aqu de justicia, no se est hablando de la justificacin por la fe, ni

    mucho menos del concepto de justicia de los hombres. Se trata por el

    contrario de los actos justos que practica el creyente. La coraza, como su

    nombre lo indica, protega el corazn. Nadie que practique la injusticia y la

    maldad llevar su corazn protegido. El cristiano autntico debe reflejar el

    carcter justo de Dios.

    Continuemos con el siguiente versculo:

    V.15:

    y calzados con la disposicin de

    proclamar el evangelio de la paz.

    Los zapatos o sandalias del

    legionario, llamados calgulas, se

    usaban bien sujetas con tiras de

    cuero al tobillo y el empeine, y

    tenan suelas con clavos. As el

    soldado no resbalaba en batalla al

    pisar sobre el fango y la sangre

    derramada. Eran una mezcla entre

    botas para baloncesto y guayos

    para jugar ftbol.

    No solo se trata de la predicacin

    de las buenas nuevas (evangelio)

    sino de ser vehculo de esas

    buenas noticias. Por donde pasas,

    eres agente de buenas noticias? Iluminas el lugar a donde llegas? O

    ensombreces el panorama con tu paso?

    V.16:

    Adems de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar

    todas las flechas encendidas del maligno.

    El escudo romano, de 120 cm X 100 cm, era un arma defensiva pero tambin

    ofensiva, pues puestos todos los escudos juntos formaban una especie de

    tanque que se llamaba testudo (tortuga).

  • 12

    Las flechas incendiarias, saetas con la punta impregnada de brea encendida,

    eran muy peligrosas en el cuerpo, y representan cualquier tentacin

    procedente del maligno. El escudo romano era muy eficiente, especialmente en

    formacin testudo, para detener estas flechas. La palabra fe (pistis), no se

    trata tanto a la creencia en Dios, sino que se refiere a la fidelidad a Dios. Lo

    que nos protege de las flechas del maligno es nuestra relacin con Dios,

    representada por una vida de obediencia confiada.

    V.17:

    Tomen el casco de la salvacin y la espada del Espritu, que es la palabra de

    Dios.

    Tomen es una expresin para decir pngansela para usarla, hagan uso

    de. El casco se usaba entonces, como hoy, para proteger la cabeza. Si quieres

    derribar a alguien o inestabilizarlo de tal manera que quede vulnerable, pgale

    por la cabeza.

    Si el enemigo logra afectar nuestra mente le ser fcil derribarnos. Por eso es

    importante llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo, ser

    transformados mediante la renovacin de la mente, y afirmarse en la verdad

    de que tenemos la mente de Cristo. Es una actitud racional de poner mi

  • 13

    confianza en l y de hacer ajustes constantes en mis pensamientos para

    cotejarlos con las ordenanzas de Dios.

    Finalmente tenemos la espada del Espritu.

    El trmino aqu es mjaira, genrico en el Nuevo Testamento para espada.

    La del legionario era corta, de doble filo, muy puntuda, utilsima en la pelea

    cuerpo a cuerpo. Era esencialmente arma ofensiva pero tambin defensiva. Se

    le llama palabra de Dios, pero no se traduce de la expresin logos, sino

    rhema que se entiende mejor como declaracin, que tiene que ver con la

    proclamacin hablada del evangelio del Reino de Dios, la palabra de verdad.

    Esta proclamacin es de viva voz pero tambin con hechos. El filo de la espada

    lo da el Espritu Santo, para que penetre profundo.

    Y qu hacemos con todo esto?

    V. 18-20:

    Oren en el Espritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Mantnganse

    alerta y perseveren en oracin por todos los santos.

    Oren tambin por m para que, cuando hable, Dios me d las palabras para dar

    a conocer con valor el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en

    cadenas. Oren para que lo proclame valerosamente, como debo hacerlo.

  • 14

    La guerra espiritual se gana en

    oracin. Podemos tener muy bien

    puesta la armadura, pero si la iglesia

    no ora, no habr ninguna repercusin

    en el mundo espiritual. No es un arma

    ms, es el elemento ms importante.

    Y por quin oramos?

    La oracin que vence a las tinieblas no

    es una auto-enfocada, y que pide

    cosas materiales, sino la que se hace

    por los dems hermanos en la fe, y

    especialmente por el liderazgo,

    pastores, ancianos y diconos,

    pidiendo que proclamen

    valientemente el Evangelio del reino

    de Dios.

    Por otra parte, la oracin individual es

    importante, y mucho, pero en la contienda espiritual es especialmente

    relevante la oracin comunitaria. En el texto que estamos considerando se

    insiste en este tipo de oracin en grupo para tener xito. Recordemos que la

    orden del Seor es combatir a las tinieblas como iglesia, y esto incluye la

    oracin.

    Qu lugar tiene echar fuera los demonios?

    El ministerio del creyente incluye la actividad contra los espritus de las

    tinieblas. Reprender demonios tiene su lugar, pero hay que aclarar que no se

    debe tratar de un espectculo, realizado ms en las fuerzas humanas que en el

    Espritu.

    De la misma manera estos individuos, llevados por sus delirios, contaminan su

    cuerpo, desprecian la autoridad y maldicen a los seres celestiales. Ni siquiera

    el arcngel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputndole el cuerpo

    de Moiss, se atrevi a pronunciar contra l un juicio de maldicin, sino que

    dijo: Que el Seor te reprenda! stos, en cambio, maldicen todo lo que no

    entienden; y como animales irracionales, lo que entienden por instinto es

    precisamente lo que los corrompe.

    Judas: 8-10

  • 15

    Hay que tener cuidado con dar mucha relevancia a los demonios, pretendiendo

    ver posesin demonaca por todos lados. El Seor y los apstoles reprendan

    los espritus de la oscuridad con autoridad pero sin actos circenses ni palabras

    altisonantes. Deberamos cuidarnos de este tipo de actitud pues sucede en su

    mayora en la carne, carece de verdadero poder, y ahuyenta a los incrdulos.

    No se quiere negar la existencia del mundo de las tinieblas, pero el acento

    debe estar en la relacin correcta con Dios y en la vida victoriosa del creyente.

    A esto se refiere Santiago cuando dice que si resistimos al diablo este huir de

    nosotros (Santiago 4:7).

    Recordemos que la armadura de Dios no es un simple traje que me pongo

    simblicamente o que invoco mgicamente sobre m. Se trata ms bien de una

    actitud de vida de dependencia total en el Seor, sincera, con confianza

    denodada en l, proclamando el Evangelio del Reino en el poder del Espritu

    Santo, poderosa en la comunin de los santos, unida, de hecho y en oracin.

    Terminemos con oracin