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CONTENIDO DL B - 14022 - 1998

Cubierta: Juan Carlos García.Edita: Editorial Teosófica SCooCL. para la Sociedad Teosófica Española.Presidente de la Sección: José Tarragó.La Sociedad Teosófica Española sólo es responsable de las comunicaciones oficiales queaparecen en esta revista.Las opiniones de los autores son de su propia responsabilidad.

SOPHIANº 221 JUNIO 2007

EDITORIALHUMILDAD Y SENCILLEZ.................................................................................................3

DESDE LA ATALAYA, John Algeo¿Qué deberían estudiar los grupos teosóficos?.......................................................................5

LA DIVINA REALIZACIÓN A TRAVÉS DE LA VIDA Y DE LA MUERTEDra. Van Der Hecht.................................................................................................................9

DE LA PEOR CIRCUNSTANCIA,SACAR LA MEJOR LECCIÓN, Aprender de la Actualidad

Danielle Audoin ....................................................................................................................19

RECTITUD EN EL VIVIRRadha Burnier.......................................................................................................................22

ACTIVIDADES ........................................................................................................................26

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EDITORIAL

Este es el título del capítulo XVIIdel libro Pensamientos para As-pirantes, 2ª Serie, de Sri Ram. Es

un compendio de bellísimos pensamien-tos y sugerencias hechas por este exi-mio teósofo al que siempre nos gustamencionar y citar cuando podemos.

Cuando hablamos de él casi nuncaencontramos las palabras adecuadas quelo reflejen en toda su grandeza. Hemoscitado a veces que, tratándose de un per-sonaje público, en Adyar, a veces la gen-te se le acercaba con sus problemas paracontárselos a él para sentirse aliviadoscontándoselos a él.

Esta era una actitud corriente porparte de muchas personas que, atosiga-das por esos problemas deseaban encon-trar en la comprensión de Sri Ram elsosiego y la paz de la que carecían enaquel momento.

Y es de conocimiento público que,cuando estas personas se acercaban a sualrededor y él permanecía sentado, es-perando tal vez su llegada, cuando estoocurría y ellos se acercaban al entrar encontacto con el aura que el expandía asu alrededor, quedaban presos de la mis-ma paz y tranquilidad que de él emana-ba y se sentían confortados, aún sin ha-

ber podido ni siquiera mencionar el tipode problema que les agobiaba, porquelo habían olvidado por completo. Ese eraSri Ram y de él son los pensamientosdel capítulo que hemos mencionado yque transcribimos de ese pequeño libroque es una compilación de sus notas yde sus escritos que alguien se interesóen recoger.

Este capítulo empieza;

La humildad no es una virtud secunda-ria, sino una cualidad básica que perdu-ra como el fulgor de una joya. Es una des-nudez de nosotros mismos como una in-vitación a lo Desconocido, donde residela verdadera belleza, un conocimiento dela armonía, de las posibilidades de la gra-cia y la sabiduría, a las que se ha de lle-gar por uno mismo.

La verdadera sencillez radica en la inte-gración de un yo purificado en una natu-raleza que pueda expandirse como unaflor, o cerrarse como un capullo. Surgede la eliminación de todo lo que es super-fluo, de toda traba y de toda obstrucción,reteniendo sólo lo esencial de los valo-res.

La humildad no es ser modesto como

HUMILDAD Y SENCILLEZ

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muchos creen, sino una condición priva-tiva que es extraordinariamente sensible,en la que todo lo que uno se encuentra serefleja genuina y fielmente. Es una pura yabsoluta anulación de si mismo.

Si uno se encuentra en estado de humil-dad, que es también pureza en el cora-zón, todos sus actos estarán revestidos degracia y de virtud.

La sencillez radica en una perfecta con-centración, y en la integración de todoslos elementos que componen una formaen particular, un modelo, una expresión,un movimiento o una acción.

Sólo corresponde a la humildad el quepueda existir el florecimiento de la sabi-duría; la sabiduría excluye una actitud deorgullo.

Ser sencillo y natural y percibir la ver-dad, y distinguirla de lo que es falso, delo que es mera superstición o ilusión, esun estado de mente y corazón muy dignode ser sinceramente perseguido.

La humildad es una condición interna quepertenece a nuestra misma naturalezafundamental, y se pone de manifiesto en

la relación con cada uno y con cada cosa.

La humildad no consiste en adoptar unmodo especial de conducta, en hacer alar-de de nuestra propia insignificancia, o encompadecerse de uno mismo, sino que esuna condición básica de ser, de mente ycorazón.

La armonía siempre simplifica.

La naturaleza es complicada tal como lavemos, pero su tendencia siempre es ha-cia la simplicidad en medio de la comple-jidad.

En un estado de verdadera humildad nohay conciencia de las propias virtudes,cualidades o perfecciones. Éstas no exis-ten para uno mismo sino solamente paralos demás.

La humildad es la raíz de todas las virtu-des, porque es la absoluta carencia deegoísmo, el progenitor y el productor detodos los vicios.

Cuando hay verdadera humildad, el yoqueda reducido a un punto sin dimensión.

N. Sri Ram.

¿Qué deberían estudiar los gruposteosóficos?

Muchas veces se pregunta qué es lomás apropiado para estudiar en las ra-mas u otros grupos teosóficos y, sobre

todo, se quiere saber si hay alguna ob-jeción en el estudio de este o aquel au-tor, de este o aquel tema, etc. Probable-mente surge la pregunta tantas vecesporque la Sociedad es una organización

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no dogmática y porque no se mencionael término de “Teosofía” en ninguno delos tres Objetivos de la Sociedad. Sinembargo, la palabra Teosofía sí que estáexplícita en el nombre de nuestra Socie-dad y por eso realmente no se puededudar de la existencia de un cuerpo deenseñanzas agrupadas bajo ese término.Como nadie habla con autoridad por laSociedad, no podemos dar más que unaopinión personal sobre estos temas, peroel planteamiento que damos a continua-ción se basa en las resoluciones toma-das por nuestro Consejo General y tam-bién, a mi juicio, en el sentido común.

La organización de gobierno inter-nacional de la Sociedad Teosófica es elConsejo General, compuesta por losSecretarios Generales de todas las Sec-ciones, los representantes internaciona-les, y un número limitado de miembrosadicionales. Con los años, el ConsejoGeneral ha hecho algunas declaraciones,dos de las cuales tienen una importan-cia especial. Estas dos, llamadas “Liber-tad de Pensamiento” y “Libertad de laSociedad” son complementarias; las dosjuntas tratan del tema que hemos men-cionado antes. Por la importancia quetienen estas declaraciones, vale la penaestudiarlas en detalle y prestarles la aten-ción debida.

LIBERTAD DE PENSAMIENTO

Como la Sociedad Teosófica se ha exten-dido por todo el mundo civilizado y comohan ingresado en ella miembros de todaslas religiones, sin renunciar a los dogmas,la fe o las creencias especiales de cadauna de sus religiones, se considera desea-ble insistir en que no existe ni una doctri-

na, ni una opinión, enseñada o defendidapor nadie, que comprometa de ningunamanera al miembro de la Sociedad, o quecualquier miembro no tenga la libertadde aceptar o rechazar. La aprobación desus tres Objetivos es la única condiciónrequerida para ingresar en la Sociedad.Ningún maestro ni escritor, desde H.P.Blavatsky hacia adelante, tiene autoridadalguna para imponer sus enseñanzas uopiniones sobre los miembros. Cadamiembro tiene el mismo derecho a adop-tar el maestro o la escuela de pensamien-to que él escoja, pero no tiene derecho aobligar a nadie a hacer lo mismo. Ni tam-poco un candidato a un cargo, ni un vo-tante, pueden ser declarados no aptospara presentarse o para votar por causade sus opiniones o por su pertenencia aalguna escuela de pensamiento a la quese haya afiliado. Las opiniones o lascreencias no otorgan privilegios ni infli-gen castigos. Los Miembros del ConsejoGeneral requieren encarecidamente a to-dos los miembros de la Sociedad Teosóficaque mantengan, defiendan y actúen segúnestos principios fundamentales de la So-ciedad, y que también ejerzan siempre sinmiedo su propio derecho a la libertad depensamiento y de expresión, dentro de loslímites de la cortesía y consideración paralos demás.

La declaración “Libertad de Pensa-miento” (escrita por Annie Besant en1923 y aprobada por el Consejo Gene-ral en 1924) es una afirmación clara ynada ambigua de la naturaleza no dog-mática de la Sociedad Teosófica, quegarantiza a los individuos el derecho deaceptar o rechazar cualquier ideateosófica (u otras) que quieran y el de

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pertenecer a cualquier organización oescuela de pensamiento ajenas a la So-ciedad que deseen. Las organizacionesy los sistemas de creencias exclusivistasprohíben a sus miembros afiliarse a nin-gún otro grupo o adoptar otras ideas; laSociedad Teosófica no es una de ellas.Al contrario, la Sociedad Teosófica estáfirmemente comprometida con el mara-villoso principio de la libertad y la res-ponsabilidad individual. En un mundoamenazado por un fundamentalismo in-tolerante en muchos aspectos, este prin-cipio de “Libertad de Pensamiento” esalgo precioso.

La declaración de la “Libertad dePensamiento”, cuyo objetivo principales el de garantizar los derechos indivi-duales, está complementada con otradeclaración que intenta, fundamental-mente, garantizar los derechos colecti-vos:

LIBERTAD DE LA SOCIEDAD

La Sociedad Teosófica, aunque colaboracon todo tipo de organizaciones cuyosobjetivos y actividades posibiliten dichacooperación, es y debe seguir siendo unaorganización enteramente independientede ellas, no comprometida con ningúnobjetivo excepto los suyos, y dirigida adesarrollar su propio trabajo en líneasamplias e incluyentes, para poder avan-zar hacia su propio objetivo, tal como seindica en la intención de alcanzar esosobjetivos y esa Sabiduría Divina que, deuna forma abstracta, está implícito en eltítulo de la Sociedad Teosófica.

Puesto que la Fraternidad Universal y laSabiduría son conceptos que no están

definidos ni delimitados, y puesto quecada uno de los miembros de la Sociedadtiene libertad total de pensamiento y deacción, la Sociedad desea mantener siem-pre su propio carácter distintivo y único,permaneciendo ajena a toda afiliación oidentificación con cualquier otra organi-zación.

La declaración de la “Libertad dela Sociedad” (adoptada en 1949) estuvomotivada por el deseo de insistir en laindependencia de la Sociedad de cual-quier otra organización, incluyendo losmovimientos históricamente relaciona-dos con ella, como la Masonería y laIglesia Católica Liberal, cuyos miem-bros lo han sido también, muchas veces,de la Sociedad. Sin embargo, las pala-bras con las que se expresa esa declara-ción indican una clara referencia a larelación de la Sociedad con cualquierotra organización o sistemas organiza-dos de pensamiento que no sean tanpróximos a ella, por más valiosos queéstos puedan ser en sí mismos.

La Sociedad Teosófica, dice H.P.Blavatsky en La Clave de la Teosofía,“fue formada para mostrar a la humani-dad la existencia de algo como la Teo-sofía, y para ayudarle a ascender haciaella, con el estudio y asimilación de suseternas verdades”. Aunque la Sociedadno tiene dogmas que sus miembros ten-gan que aceptar, es el recipiente de unaantigua Sabiduría Tradición, formuladapara nuestros tiempos por H.P.Blavatsky y sus sucesores. En su fun-ción docente, la Sociedad existe pararecibir, reformular y transmitir esa Tra-dición. La frase “Libertad de la Socie-dad” afirma la independencia que tiene

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la Sociedad de cualquier otra organiza-ción y defiende su fidelidad al objetivopropio que tiene de demostrar que “laTeosofía existe”.

Estas dos declaraciones, sobre la li-bertad de pensamiento y la libertad dela Sociedad, hablan de esa pregunta tansensata y tan constante, por parte de losgrupos teosóficos, sobre qué debería serobjeto de estudio. Los teósofos, comoindividuos, tienen derecho a estudiar ypracticar cualquier sistema de pensa-miento que deseen. Los gruposteosóficos, como ramas oficiales de laSociedad, tienen obligación de estudiary enseñar Teosofía.

¿Qué significa “estudiar y enseñarTeosofía”? Estamos hablando de unaactividad doble. Por una parte, debería-mos profundizar en nuestro propio co-nocimiento de la tradición teosófica ydarla a conocer a los demás. Y por otra,deberíamos ir más allá y tratar de estu-diar y comprender, desde una perspec-tiva teosófica, las demás culturas, cos-tumbres y planteamientos de la vida.

Se dice, desde siempre, que “la Teo-sofía lo es todo, pero no todo es Teoso-fía”, y ello quiere decir que todo puedeser verse bajo un prisma teosófico, perono todos los puntos de vista sonteosóficos. Podemos contemplar cual-quier idea o sistema de pensamiento conuna visión teosófica, y si lo hacemos,estamos estudiando y enseñando la Teo-sofía. Pero si lo que solemos hacer espresentar otros sistemas de pensamien-to que no son teosóficos, con sus pro-pios términos, entonces no estamos “es-tudiando y enseñando Teosofía”. Lo quehacemos es dar a conocer algún otro sis-

tema de pensamiento dentro de un am-biente teosófico.

Tal vez nos ayude verlo con unejemplo concreto. El mormonismo tie-ne unos paralelos interesantes (ademásde grandes diferencias) con el pensa-miento teosófico. A un grupo teosóficole puede interesar poner en su programaun estudio comparativo y contrastadodel mormonismo desde una perspectivateosófica, incluyendo tal vez, en ese pro-grama, un examen del mormonismo ensí, en un esfuerzo por entender ese plan-teamiento de la religión. Eso podría serun estudio teosófico justo y apropiado.

Sin embargo, si lo que ocurre es queese grupo dedica su tiempo a estudiarEl libro de los mormones, La perla degran valor, Doctrinas y alianzas y otrostextos mormones, y a celebrar ceremo-nias religiosas al estilo mormón, enton-ces el grupo habrá dejado de funcionarcomo grupo teosófico y se habrá con-vertido en una organización proselitistadel mormonismo. Ese grupo, entonces,ya no estará cumpliendo su objetivoteosófico para el cual fue creado y, dehecho, con ello estaría violando el prin-cipio de la “Libertad de la Sociedad”.Los miembros individuales convencidosdel valor del mormonismo son libres deingresar en una iglesia mormona o deorganizar su propio grupo de estudiomormón, pero no pueden reconvertir ungrupo teosófico en un grupo mormón.

Exactamente lo mismo se puede de-cir de muchos otros sistemas de pensa-miento, algunos de los cuales se hallan,históricamente, muy próximos a la Teo-sofía, por ejemplo, la Antroposofía, laOrden de la Aurora Dorada, el Movi-

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miento Yo soy, la Iglesia Universal yTriunfante, la literatura Bailey, Astara,etc. No decimos que haya nada malo enninguno de esos sistemas pero, aunquetodos tienen sus raíces en la Teosofía,ninguno de ellos es Teosofía. Tienen suspropias enseñanzas, prácticas y organi-zaciones particulares, a las cuales cual-quier persona, precisamente por la “Li-bertad de Pensamiento” puede adherir-se, pero no hay que confundirlas con latradición teosófica, que tiene “su pro-pio carácter distintivo y único”. Y tam-bién podemos aplicar todo esto a otrossistemas como la Kábala, el Sufismo etc.

Así pues, la respuesta a la preguntasobre el tema de estudio es que el enfo-que de todo grupo teosófico debería ba-sarse en la tradición teosófica. Si no,¿por qué tendría que ser ese grupo ungrupo teosófico? A partir de H.P.Blavatsky y H.S. Olcott se originó unatradición teosófica muy clara, que des-pués fue elaborada por otras personas,como Annie Besant y sus colegas y su-cesores hasta nuestra Presidente, RadhaBurnier. Ninguna de estas personas esinfalible ni dictatorial. Pero en conjun-to, sus obras constituyen un cuerpo co-herente para la exposición de la Sabidu-ría Antigua que llamamos Teosofía.

Además de ese cuerpo coherente deenseñanzas, pueden también estudiarsemuchas otras cosas, siempre que esténplanteadas desde un punto de vistateosófico, porque la Teosofía lo es todo.Pero si el enfoque de algún grupo dejade ser básicamente un enfoque teosóficoy se convierte en otra cosa, habrá deja-do de cumplir el propósito para el cual

se formó, porque no todo es Teosofía.Está muy bien que las Secciones

nacionales y regionales y los grupos lo-cales tengan autonomía para determinarqué quieren estudiar. Pero si un grupodesea alguna sugerencia, puede consul-tar a su Sección nacional o a su asocia-ción regional. Muchas organizacionesnacionales y regionales tienen una ex-tensa información y muchas sugerenciasque hacer sobre temas teosóficos y for-mas de presentarlos. Y estarán encanta-dos de poder compartir esos recursoscon los demás. Quizás resultaría útil quela sede internacional diseñara un esque-ma que ayudara a encontrar ese tipo deinformación y si pareciera una idea in-teresante, tal vez podríamos planificaresa elaboración para el año próximo.Existen muchísimos y muy interesantesrecursos que se pueden utilizar paraayudar a programar las actividades deun grupo “en líneas amplias y totalmen-te incluyentes”, tal como dice la frasede “Libertad de la Sociedad”.

El objetivo de los grupos teosóficoses estudiar la Teosofía y darla a conocera los demás. Ese objetivo puede llevar-se a cabo cuando el estudio se base enla tradición teosófica fundamental, no enun sentido limitativo, sino en toda su ri-queza y variedad. También se puede con-seguir ese objetivo aplicando la tradi-ción teosófica como una lente a travésde la cual pueden verse toda una seriede temas relevantes. La tónica que nohemos de olvidar es que la Teosofía loes todo, pero no todo es Teosofía.

(The Theosophist, Abril 2007)

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L A VIDA es la manifestación enla materia de la imaginacióncreadora, de la voluntad, del

amor y de la inteligencia, que son lasfacultades de la conciencia o espíritu.La conciencia o espíritu es el Ser en uno.La materia es su energía, su voluntadexteriorizada, creando el material nece-sario para su expresión. El Espíritu creala materia: visualiza el espacio yvisualiza la proyección de su energía enel espacio bajo la forma de diversas es-tructuras atómicas. En realidad todo estáen la conciencia.

Es por eso que puede decirse que“Todo, el universo entero, está aquí yahora”, es decir, en la conciencia. Elespacio y la materia son proyeccionesmentales producidas por ella.

Porque la conciencia es inmaterial,es una e indivisible.

Porque la conciencia es el Ser en si,es eterna e inmortal, y soberanamentedespierta. Es el despertar mismo. Es elorigen y el substrato de todo lo que exis-te. Se la llama Dios.

Su expresión apunta a la perfección,progresivamente realizada, de la com-binación más rica de todos los ingre-

dientes de la creación que son las ideasarquetípicas escogidas por ella para laedificación de un universo determinado.Construye por etapas un mundo de ar-monía y de belleza donde cada elemen-to alcanzará la plenitud de su realiza-ción, en relación con todos los demás,mientras que el Ser, el Ser supremo, bri-llará a través del esplendor infinito desu manifestación.

La vida de cada ser es la vida una,universal, animando una forma particu-lar. La conciencia de cada ser es unafocalización de la conciencia universalen una forma compleja y multifuncional.

Vivir , es para cada uno de nosotros,participar en la manifestación de lo Di-vino, es ser un un centro de la imagina-ción creadora, de la voluntad, del amor,de la inteligencia puesta en marcha.

En la medida en que lo conseguimosen armonía con los demás seres vivien-tes, y así pues en la belleza, nuestra co-operación con la obra universal es efi-ciente.

Siendo la expresión del Ser Único,la vida es una. Vivimos necesariamenteen relación con el resto de la manifesta-ción, con todos los demás seres, en la

LA DIVINA REALIZACIÓN A TRAVÉS DE LA VIDA YDE LA MUERTE

Dra. Van Der Hecht

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interrelación y la interdependencia: in-terdependencia de los individuos, inter-dependencia de los reinos de la natura-leza, interdependencia de la naturalezay del hombre. La expansión de la vidaen cada uno está subordinada a la ex-pansión de todos los demás. Podemosconstatar esta interdependencia diaria-mente y a cada instante.

Es por eso que no hemos de vivirpara nosotros mismos sino para el Todo—tomando conciencia de que no somosni este cuerpo en el que está centradanuestra conciencia particular, ni nues-tras emociones y nuestros pensamientos,todo lo que constituye el “yo” efímero,sino que somos la vida divina univer-sal, una e indivisible, que crea y animatodo eso: que somos el Todo, lo Divino,la Conciencia Una.

¿Cómo llegar a esta toma de con-ciencia en nuestra vida cotidiana?

En los extractos de “Los Siete Por-tales” del Libro de Los Preceptos de Orodebido al gran Sabio buddhista del si-glo VII, Aryasangha, leemos:

Hay que aprender a separar tu cuerpo detu mente, a disipar la sombra, y a viviren lo Eterno. Con este fin tienes que viviry respirar en todo, como todo lo que tupercibes respira en ti, sentir que tú resi-des en todas las cosas y todas las cosasen el Yo”. El Yo con mayúscula, el Youniversal, el Yo supremo al que se llamaDios.

Separar su cuerpo de su mente, esdecir, no identificarse en pensamientocon el cuerpo.

Disipar la sombra, es decir, disiparla construcción mental que es la imagenque uno se hace de si mismo, dicho deotro modo, “el yo”.

Vivir en lo Eterno, es decir, cons-ciente de ser la vida una universal, eter-na, que es el Yo en todo o Dios.

¿Cómo no identificarse con el cuer-po, disipar la ilusión del “yo”, y tomarconciencia de que uno es la vida una?Aryasangha nos dice: “Con este fin tie-nes que vivir y respirar en todo, comotodo lo que tu percibes respira en ti, sen-tir que tú resides en todas las cosas ytodas las cosas en el Yo.”

La Teosofía enseña que, para nues-tro planeta, hay un plan divino para laevolución de la vida hacia la perfecciónde la manifestación divina en todo lo queexiste: perfección de todas las almashumanas y de todos los reinos de la na-turaleza, visible e invisible a nuestrosojos de la carne. Es para la consecuciónde esta perfección que cada uno de no-sotros tiene que trabajar y para la quetenemos que actuar todos juntos. Encada momento, en la medida de nues-tras posibilidades deberíamos ayudar alos demás a expandirse, con relación atodos los demás seres con la mayor so-licitud: ser pues, totalmente benévolos,generosos, caritativos, tolerantes, ani-mosos, simpáticos, sin recelos, compa-sivos, con la mejor voluntad hacia cadauno, cooperando con todos. De esemodo cumpliremos lo que la vida espe-ra de nosotros.

Si este trabajo común hacia la per-fección es la razón de ser de nuestravida, y si todos somos uno, ¿por quélos seres humanos son egoístas? Pre-ocupados por su propia expansión, porsu propio bienestar, ¿aunque sea en de-trimento de los demás, aunque sea lacausa de la desgracia de los demás? ¿Por

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qué quieren ser más ricos, más podero-sos, más bellos, más fuertes, más inteli-gentes, más amados que los demás? Esporque esta competición por la excelen-cia forma parte del desarrollo en cadauno del sentido de responsabilidad per-sonal, necesario en vistas al reparto delas tareas en el cumplimiento del granplan de la evolución universal. Una vezlogrado un determinado grado de exce-lencia y una vez desarrollado el sentidode la responsabilidad personal, el egoís-mo dejará paso a la consagración al biende todos, puesto que todos son la expre-sión de una sola y misma vida, la vidadivina.

La misión de nuestra vida, según suverdadero sentido, es vivir en beneficiodel Todo, para la expansión de la totali-dad de la vida, atentos al bien y a la fe-licidad de cada ser, con el deseo de ayu-dar a cada uno a progresar.

En el corazón del alma humana (alser el alma la masa estructurada de ma-teria sutil que anima nuestro cuerpo fí-sico en respuesta a los diversos aspec-tos de la conciencia) —en el corazón decada alma humana hay un centro de laconciencia única universal. Este centro,llamado la mónada, es un átomo últimode una materia supremamente sutil. Lamónada es comparada a un diamante demil facetas, puesto que su estructuraextremadamente compleja le permitecomunicar a la materia del alma los im-pulsos recibidos de los aspectos infini-tamente múltiples de la conciencia uni-versal. Cada faceta del diamante repre-senta una potencialidad del alma. Estaestructura tan compleja es, al mismotiempo, distinta para cada alma y le con-

fiere su unicidad individual, por la cualse diferencia de todas las demás y estádestinada a ocupar un lugar único en elmundo.

Cada mónada está en el origen delas múltiples potencialidades del almade la que ella es el centro: potencialidaden número incalculable para lo que serárealizable en un tiempo ilimitado, ennúmero muy grande para lo que podríaser realizado en el presente.

La tarea de nuestra vida es con-cretar en actos o en creaciones útiles ybeneficiosas las potencialidades dis-puestas a surgir de nuestra alma, o yaactualizadas, bajo forma de capacidadesadquiridas, de hacerlas florecer y fruc-tificar.

El conjunto de las potencialidadesde un alma es como un tesoro de diver-sas semillas para sembrar. Cada vida escomo una parcela de tierra más o menosgrande de la que vamos a hacer un jar-dín sembrando en ella simientes escogi-das que, bien provistas de agua y de luz,darán aquí ese árbol, allí esa hierba, esaplanta florecida, con muchos frutos, eltodo en una creación de belleza que pue-da abrigar, encantar y alimentar.

Para el jardín de cada vida un deter-minado surtido de semillas es extraídodel tesoro total del alma, se recibe undeterminado terreno para plantar, y latarea en esta encarnación es la de reali-zar este jardín. En la siguiente vida seañadirán otras semillas sacadas de lareserva para hacer otro jardín, más gran-de, más rico.

Pues vivir es la expansión siempremás generosa de las potencialidades delser, en relación con el resto de las co-

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sas; es actualizar progresivamente todoslos poderes latentes que emanan de lamónada en el corazón del alma, a fin deque sus potencialidades, comparadasaquí a semillas, se desplieguen y comola belleza única, incomparable, propiade cada alma en su madurez. De vida envida su belleza no dejará de crecer.

En toda vida humana hay una reali-zación interior, el desarrollo de las ca-pacidades de creación, de inteligencia,de amor y de voluntad, y una realiza-ción exterior que consiste en una acción,una obra en el mundo. Cumplir una obradeterminada según sus capacidades ysegún su lugar entre los hombres —enla familia y en la sociedad— es la mi-sión impuesta a cada uno, la tarea quetiene que llevar a cabo, y que no es una,sino múltiple. Esta tarea le es asignadapor las circunstancias, las condicionesque rodean su nacimiento y su desarro-llo, la formación profesional de la quese ha beneficiado, la constelación fami-liar que le rodea, durante todo su creci-miento primero, en la edad adulta des-pués. Cada uno se encuentra situado porlas circunstancias en un punto dondenadie más puede llenar su misión en sulugar, porque él ocupa precisamente estelugar y los otros tienen también su pro-pio lugar. Las tareas que tiene que cum-plir constituyen la misión que tiene asig-nada por la vida. Si no las cumple, fal-tará una hebra en el tejido de la vida delmundo, y el tejido fallará en este punto.

La vida no se desarrolla por azar; esuna expansión continua. En el plano fí-sico, la conciencia queda interrumpidapor el sueño del cuerpo, detenida por sumuerte, pero ella no abandona el plano

físico más que para transferirse a otrosplanos, quedando centrada en la móna-da en el corazón de los cuerpos sutilesque interpenetran el cuerpo físico enestado de vigilia y que lo han dejado.En realidad la conciencia no cesa jamás,pues es el ser en si, la esencia mismadel ser. No se extingue, únicamente seafianza en otro nivel cuando abandonaun vehículo dado. La muerte, para ella,no existe. Nuestro ser esencial, verda-dero, es inmortal.

LA MUERTE es, para el ser humano,cuando el alma abandona el cuerpo físi-co, la forma más tosca y perecedera enla que las potencialidades del alma seexpresan: la forma utilizada tiene que serreemplazada por una forma nueva y almismo tiempo más perfecta, permitien-do una manifestación más rica y másbella de los poderes del Ser.

Después de la muerte del cuerpo fí-sico y de la extinción, más o menos rá-pida o lenta, de los deseos y de los te-mores que animaron el cuerpo emocio-nal o astral, éste se desintegra y el almase retira al plano mental, el plano delpensamiento y de los sentimientosaltruistas, y contempla las realizacionescumplidas en la vida transcurrida. A lamuerte, lejos de haber abandonado elpasado, el alma medita largamente laexperiencia, reviviendo y profundizan-do en los amores, los entusiasmos, re-cogiendo las lecciones bajo formas defacultades desarrolladas y de visionesclaras. De ese modo crece en inteligen-cia, en amor, en voluntad, en imagina-ción creadora.

Cuando llega su hora de retomar unaenvoltura carnal, ella encarna en ella con

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las facultades más desarrolladas, pararealizaciones más hermosas, con la ca-pacidad de aportar una contribución másgenerosa a la vida del mundo. Ese es elsentido de la reencarnación.

Cada vida, por lo que respecta a lascapacidades del alma, es la continuaciónde los desarrollos anteriores, como laobra de cada día continua la obra de losdías precedentes: las capacidades creceny maduran; jamás se vuelve a empezarde cero.

En un nuevo medio físico la obra deuna vida nueva empieza. Es una nuevatarea emprendida en la sucesión de lasrealizaciones del alma, este artista cuyotalento y cuyo genio se han formado enlas vidas precedentes. Las nuevas rela-ciones que se establecen benefician lasuma acrecentada de las cualidades de-sarrolladas, y son más hermosas y másprofundas.

La vida es una expansión sin fin.Examinemos la idea adelantada por

Krishnamurti especialmente, la de queuna vida plenamente vivida es una re-novación total de instante en instanteposible solamente muriendo también deinstante en instante.

Eso sería morir no solamente cuan-do muere el cuerpo, o cuando se asumeque todo lo que ha marcado nuestra vidaserá abandonado, sino morir a cada ins-tante, olvidando todo lo que la ha pre-cedido, para que un nuevo ser nazca alinstante siguiente, un ser que no será lacontinuación del precedente con todossus recuerdos acumulados de los días yde los años pasados. Cada mañana seráel comienzo de una nueva vida; uno norecordará el trabajo emprendido la no-

che anterior y sin terminar todavía, losproblemas no resueltos, las exigenciasmateriales de la vida de cada día. Unose encontrará en el despertar de un sernuevo, y no la continuación del de lanoche anterior. Será una vida fuera deltiempo, la única que puede ser realmen-te plena e intensa y no repetitiva. Esoserá una disponibilidad total en el ins-tante presente, para recibir sus impre-siones todas nuevas, y actuar en respues-ta a la pura realidad del momento.

Esta idea puede seducir pero es con-traria a la verdad de la vida e incluso ala verdad de la muerte, en la que uno selleva el recuerdo completo de la vidatranscurrida para meditarla en el planomental.

Pues la vida humana, por lo que serefiere a la acción, está en continuidad,igual como la vida de la naturaleza, ob-servable en el crecimiento de una plan-ta, en la existencia de un animal. La per-fección admirable de los organismos enlos reinos vegetal y animal y en nuestrahumanidad también es el resultado deuna larga evolución basada en el regis-tro y la transmisión hereditaria de losresultados adquiridos en el curso deltiempo y en las mejoras obtenidas pro-gresivamente. Este registro queda gra-vado en el patrimonio genético de lasespecies, en sus cromosomas específi-cos. La misma continuidad se observaen la evolución de las civilizaciones,edificadas sobre lo adquirido de todo unpasado, y también —nos dice la Doc-trina Secreta— en la sucesión de losuniversos, en que cada uno evolucionasobre un plan más elevado que todos losprecedentes, puesto que la experiencia

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del universo precedente constituye elpunto de partida del nuevo. Y lo mismoocurre al parecer en la evolución delalma humana: progresa de vida en vida,de encarnación en encarnación, quedan-do registrados los progresos realizadosen todos los niveles, en el cuerpo causaly en los átomos o moléculas permanen-tes físico, astral y mental con el arran-que de los cuales se forman los nuevoscuerpos. La memoria es una facultadfundamental, inherente a la misma con-ciencia, inherente a la vida. No se lepuede poner fin. Está en la base de todala evolución de la manifestación de lavida en su expansión progresiva en lasformas siempre más bellas, más ricas ymás complejas, desarrolladas en conti-nuidad a partir de las precedentes.

Desde la formación del embrión has-ta el último suspiro, la vida del cuerpoestá en la continuidad. Se prolonga a tra-vés de las células reproductoras sin in-terrupción —sin muerte, pues— de ge-neración en generación, las modificacio-nes de los genes registrando poco a pocolos progresos conseguidos.

En cada vida humana, una vez edi-ficada la base intelectual, la construc-ción se prosigue sobre esta base comoel árbol se desarrolla a partir del tronco.Una vez escogida la profesión y la ter-minada la formación, los conocimientosteóricos y prácticos adquiridos tiene queser puestos al servicio de la sociedad,en la que, según sus capacidades, cadauno tiene su tarea, su responsabilidadpara el bien colectivo. Una vez consti-tuida la familia, la expansión de los se-res que la componen tiene queproseguirse y continuar, sin descanso.

Cada mañana al despertar volvemos aencontrarnos con las tareas que empren-dimos en los días anteriores y que tene-mos que llevar a buen fin. No podemosemprender un trabajo un día y abando-narlo al día siguiente como si nos hu-biéramos muerto en el entretanto. Ni enla acción, ni en las relaciones, no es po-sible comenzar ningún día desde cero sincrear el desorden, y el retroceso o el es-tancamiento, porque se ha roto algo.Siempre hay que construir sobre lo ad-quirido, siempre hay que sacar las lec-ciones del pasado, siempre hay que es-tablecer bases sólidas para la construc-ción programada.

Asimismo, ninguna encarnación delalma es un volver a empezar desde cero.El alma vuelve a la tierra para una nue-va encarnación, en el medio humano quehan determinado sus actos anteriores,con el carácter y la inteligencia que ellase ha construido en las vidas anteriores,para cumplir un destino cuyas grandeslíneas han sido fijadas para ella en fun-ción de los méritos y capacidades y desus relaciones pasadas, por esas gran-des inteligencias cósmicas a las que sedesigna con el nombre de Señores delKarma.

Pero, si bien es verdad que la accióntiene que hacerse en continuidad, utili-zando los materiales facilitados por lamemoria, ésta tiene que responde entodo momento a la percepción del pre-sente. Es con esta percepción que tene-mos que renovarnos sin cesar y morir alpasado de instante en instante.

La percepción tiene que ser siem-pre actual, siempre nueva, libre de todasuperposición de imágenes del pasado

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proyectadas sobre la realidad presente,tanto que se trate de nuestra percepciónde las cosas creadas por el hombre, depaisajes, de plantas, o de animales, deseres humanos o de situaciones, inclusode ideas. La percepción tiene que estarlibre de las proyecciones del pensamien-to.

Puesto que, el pensamiento sirvepara traducir la realidad, no para perci-birla. Es por la percepción que podemosconocer lo que es, haciendo que nuestropoder de percepción sea cada vez máspenetrante, gracias a la intensidad de unaatención plena. Nosotros no conocemosel pensamiento: éste no es una facultadde percepción, sino el fruto de un en-samblaje de imágenes del pasado yux-tapuestas y comparadas entre ellas, pro-ducto superponible a la realidad a fin deexpresarla o servirle de boceto para laacción.

A medida que nuevas percepcionesentran en el campo de la conciencia, laacción se enriquece en su base, se adap-ta, mejora sus instrumentos. La percep-ción de nuevas ideas, de nuevas reali-dades que se traducirán mediante el pen-samiento en palabras y en obras consti-tuye la inspiración. Es la percepciónnueva la que es el origen de la reno-vación y del progreso en la manifesta-ción de la vida. Aporta en el campo dela manifestación las ideas todavía noactualizadas contenidas en la mente di-vina, en el plan divino de evolución dela vida en nuestro planeta. Nuestra aten-ción tiene que ser estar siempre alerta,siempre disponible para una percepciónpenetrante, y para eso nuestra mentetiene que permanecer en silencio,

contemplativa, vacía de movimiento yde imágenes surgidas de la memoriapuesto que no es necesario ningún pen-samiento para traducir una percepcióno para concebir y programar la acción.

La vida interior de los seres vivien-tes y su relación con el mundo se modi-fican sin cesar. Para ser justa, la percep-ción que nosotros tenemos de ellos nopuede ser estática, tiene que ser nuevaen cada instante.

Es lo mismo para la percepción denosotros mismos. No somos la imagenque nos formamos de nosotros mismos,imagen petrificada y parcial de nuestroser ante las innumerables facetas y a lasinsondables profundidades, de las quela vida es un perpetuo movimiento. Nosidentificamos erróneamente con unaimagen de nuestro cuerpo, asociada auna determinada cantidad de recuerdosde acciones y de percepciones. Es lo quellamamos “yo”, imagen mental en cuyoprovecho viven la mayor parte de laspersonas, en lugar de vivir para el Todo,“para la mayor gloria de Dios” comoquieren tanto la teosofía, la sabiduríaeterna, como la religión cristiana. Aban-donar esta imagen para no ser más queun centro de la Vida Una, irradiando ycreando continuamente, es “morir parauno mismo”.

Para el que conoce la teosofía y haasimilado la sabiduría mediante una se-ria reflexión sobre el sentido de la vida,vivir es una ocasión maravillosa de rea-lización interior y exterior, y morir esun gozo, si la vida se ha vivido bien.

Pues la vida, a través de todas lasdificultades y las pruebas encontradas,es nuestra participación a la vida uni-

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versal y la ocasión de desarrollar ennuestra alma los poderes de lo Divinoque es nuestro mismo ser, confiando ennuestro destino y en la atención divinaque nos rodea con su solicitud y nosguarda, en su poder absoluto. El Serúnico del Universo es nuestra vida mis-ma, nuestra existencia es un fragmentode la Suya, y nada de lo que nos atañe lees ajeno, porque todo es Su vida. ¿Nose dice en el Nuevo Testamento “Ni unpájaro cae, sin la voluntad de vuestroPadre. E incluso los cabellos de vues-tra cabeza están todos contados”? En-tonces, todos podemos aceptar dificul-tades y sufrimientos, con toda confian-za, sabiendo que a través de todo lo quesucede la vida progresa hacia la realiza-ción final de la suprema perfección decada ser y del universo, en una apoteo-sis.

Y la muerte es un gozo porque esel punto final aportado a una vida cum-plida lo mejor que hemos podido a pe-sar de los muchos errores; la muerte esla promesa de un volver a empezar conlas facultades más expandidas y las ca-pacidades mayores, para ejercer en unnuevo campo de acción que nos ofrece-rá la reencarnación. El primer lugar, lamuerte es la ocasión que se nos brinda-rá, en un intervalo de existencia celesteparecido a una resurrección en todo loque esta palabra comporta de luz, deesperanza y de consuelo, la ocasión demadurar el fruto de esta vida, de reco-ger de ella preciosamente las simientespara sembrar nuestros jardines futuros.El que esta vida celeste sea seguida ne-cesariamente de la reencarnación, hastala perfección del alma, es la seguridad

de llenar las deficiencias y reparar losentuertos cometidos, para contribuir a lafelicidad de todos los seres.

La perspectiva de la muerte es,para el teósofo, el gozo de esperar delos Señores del Karma, estos grandesseres que presiden el destino humano,la sorpresa de la vida nueva de la queellos concebirán para nosotros el plan(la trama o el cañamazo, o el hilo con-ductor, según la imagen que nos pare-cerá apropiada), en su inmensa sabidu-ría y su inmenso amor, con una imagi-nación creadora que sobrepasa la de losmás sublimes poetas. Ir hacia la muerte,es esperar de Ellos el regalo inestima-ble del proyecto de esta vida nueva,como el actor espera un nuevo papelpara interpretar, como el niño espera elregalo de Papá Noel. Morir, es ir haciaesta nueva vida, hacia más sabiduría yamor, sabiendo que la ley de karma quie-re que, de vida en vida, donde había odiose desarrolle el amor, donde había amor,se expanda más amor.

Alegrémonos, pues, al pensar ennuestra propia muerte y alegrémonospor todos aquellos que mueren de muer-te natural, porque se dice que, en el plande la vida da cada uno concebido porlos Señores del Karma, el momento dela muerte está programado para coinci-dir con el fin de la tarea asignada en estavida. Por el contrario, el suicidio es unerror formidable, porque es el abando-no de la tarea no cumplida todavía, esprivarse de las posibilidades de progre-so unidas a la presente encarnación alrechazar las pruebas que precisamentepodrían hacer lo mejor para engrande-cer nuestra alma. Ahora bien, hay me-

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nos posibilidades de encarnación favo-rable que no almas en espera de reen-carnar. Y el suicida, el que ha desperdi-ciado su oportunidad, no merecerá quese le reserven las mejores o las máspróximas ocasiones. Sin hablar aquí dela triste suerte que es la suya en el planoastral después de la muerte. La muerteprematura por accidente comporta tam-bién una situación peligrosa en el planoastral, a menos de haber merecido quela prueba sea atenuada o ahorrada gra-cias a una ayuda recibida.

La vida tiene que conservarse y pro-tegerse como el bien más precioso; es elmedio de cooperar en la obra divina, yla ocasión de desarrollar nuestras facul-tades para hacer siempre lo mejor. Y noolvidemos que es deber de la humani-dad el respetar y favorecer al máximo eldesarrollo de la vida en los reinos vege-tal y animal, que constituyen una parteimportante de la manifestación de loDivino.

Pero, (teosóficamente hablando) elmiedo a la muerte es una herejía. Comodestrucción de los organismos físicosformados de miríadas de células morta-les, la muerte está incesantemente mez-clada con la vida. Antes o después elcuerpo se desintegra, pero la concien-cia que lo animó sobrevive en cuerpossutiles y se reencarna en un nuevo cuer-po físico. La vida siempre triunfa. Des-pués de cada destrucción la vida renaceen formas más apropiadas para su ex-presión. E incluso el planeta devastadoreverdecerá un día, florecerá de nuevoy volverá a fructificar. La humanidad seregenerará más hermosa, más sabia, unay otra vez, hasta su perfección en inteli-

gencia, en amor, en sensibilidad, en vo-luntad, en genio creador.

Innumerables veces hemos pasadopor la muerte y el renacimiento. Innu-merables veces todavía tendremos quemorir: la muerte forma parte de la vida.La vida crea, destruye y regenera. Shiva,imagen del Dios supremo, creador, des-tructor y regenerador, cuyo magisterio,en su meditación, se extiende a todos losplanos del Universo, es el símbolo. Por-que la vida física no es sino la expre-sión más densa y pasajera de nuestravida total en todos los planos del Ser.

Un pasaje del Libro de los Precep-tos de Oro, traducido del sánscrito ar-caico por Madame Blavatsky, en el ex-tracto titulado “Los Dos Senderos”, es-timulará nuestra reflexión. Dice esto:

“El peregrino que quiera refrescar susfatigados miembros en las aguas co-rrientes pero que no se atreve a sumer-girse por miedo a la corriente, se arries-ga a sucumbir al calor.”

“La inacción basada en el temor egoís-ta no puede aportar más que malos fru-tos.”

“El hombre que no ha cumplido la ta-rea que le ha correspondido en la vidaha vivido en vano.”

Así: para obtener, sumergiéndose enlas aguas que corren, la vitalidad y lafrescura necesarias para una vida diná-mica, hay que arriesgarse a morir arras-trado por la corriente. Sin correr ese ries-go no se puede conquistar ni mantenerese dinamismo. Se sucumbirá a un esta-do de inercia.

Es decir, que la vida es peligrosa,que es un combate permanente con lamuerte, una conquista continua sobre la

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El mundo pasa por un período degran turbulencia. Los conflictosarmados, que se multiplican, y el

terrorismo, que puede estallar en cual-quier parte, crean un clima de psicosisque se expande como una enfermedadmuy contagiosa, despertando sentimien-tos de odio y de intolerancia, atizadospor los extremistas de cualquier parte.

¿Cómo reaccionamos ante todoesto? ¿Vamos a dejarnos arrastrar poresta gran oleada emocional que, al igualque un tsunami, lo devasta todo a supaso? ¿O bien, podríamos no ceder ante

el pánico general y aprender de estascircunstancias dramáticas una gran lec-ción de la vida?

Mientras que la naturaleza humanasiga siendo lo que es, egoísta yseparadora, llena de ambiciones y decodicia, seguirán existiendo los conflic-tos. La paz no es sólo la ausencia deguerra. Cuando las armas se callan, elconflicto siguiente se prepara. Se fabri-can nuevos artefactos mortales, cada vezmás sofisticados, y el espíritu de ven-ganza anida en los vencidos.

Mientras perdure la identificación

DE LA PEOR CIRCUNSTANCIA,SACAR LA MEJOR LECCIÓN

Aprender de la Actualidad

Danielle Audoin

muerte, un riesgo perpetuo. Todo lo quevive corre el riesgo de ser destruido encada instante. Pero la vida siempre serecupera, siempre triunfa el renacer. Lavida es el Fénix mítico, el pájaro divinoque renace siempre de sus cenizas. Enmuchas de las grandes causas, es conpeligro de su propia vida que se actúapara el progreso humano. El Cristo esuno de los ejemplos más ilustres. En LasCartas de los Mahatmas a Sinnet, lee-mos que muchos de los Adeptos pere-cen (físicamente, se entiende) exploran-do las profundidades de la naturaleza enprovecho del hombre.

La mitología egipcia mostró la ser-piente del océano de lo no manifestadoamenazando sin cesar sumergir la isladel mundo creado, isla que ella rodea portodas sus partes. Hay que vencer conti-nuamente a la serpiente.

El miedo a la muerte engendra elmiedo a la vida, el estancamiento. A ve-ces es atreviéndose a afrontar el riesgo,siempre presente, pero ilusorio, de lamuerte, que la vida se afirma, y se elevasiempre más arriba, triunfante. Es el mi-lagro de la creación perpetua.

(Ecole d’Eté des Pays latins,Naarden, agosto 2005)

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con una nación, con una religión, conuna ideología, será en vano esperar unapaz perdurable y generalizada en estatierra. La paz no puede imponerse nomás por los tratados que señalan el finde las hostilidades como tampoco porlas decisiones de organizaciones comolas Naciones Unidas.

Como han dicho todos los Sabiosdel pasado, y más recientementeKrishnamurti con mucha insistencia, lapaz tiene que nacer en el corazón de loshombres. Si nosotros mismos estamosen un estado interior sin armonía, ali-mentamos las guerras actuales y prepa-ramos las guerras futuras.

No es una exageración decir quenuestro psiquismo es un verdadero cam-po de batalla, aunque creamos que esta-mos relativamente tranquilos. En unanaturaleza que no está totalmente puri-ficada de su egoísmo, de su egocentris-mo, basta una chispa para prender fue-go a las municiones que acumulamos in-teriormente con una completa incons-ciencia.

Cuando creemos que estamos enpaz, esto significa solamente que ningúndetonador está activado. Si empezamosa observarnos, podemos darnos cuentade que el menor incidente, aparentemen-te insignificante, puede servir de deto-nador: una crítica, aunque sea ligera, unacontrariedad, una enfermedad, uno deesos mil incidentes pasajeros quejalonan la vida cotidiana, pueden des-encadenar un conflicto interior, sin quehaya necesidad de un gran choque emo-cional.

La tendencia general consiste en tra-tar de evitar estos detonadores, en lugar

de aplicarse a eliminar la carga explosi-va. Como los incendios forestales quese propagan con tanta facilidad en laszonas en las que hay maleza, las contra-riedades, las dificultades de relación,provocan violentas perturbaciones cuan-do el corazón y la mente están atestadosde sentimientos separadores, de repro-ches, de frustraciones, que mantenemosqueriendo ignorar el peligro que éstosrepresentan, tanto para nosotros comopara los que nos rodean. Cada vez queexperimentamos un sentimiento de odio,de aversión o de repulsión, somos vícti-mas de estos sentimientos lo mismo queaquellos a los que los dirigimos. Ade-más, alimentamos el contingente gene-ral de agresividad que, en cada momen-to, corre el riesgo de derramarse en elmundo en una gran oleada de violencia.

Es inútil tratar de levantar unos em-balses siempre más altos, de rechazaruna y otra vez nuestros sentimientosnegativos para contener o para limitarlos estragos. Como para los conflictosarmados, el único remedio ante la au-sencia de paz interior es el desarme. ¿Po-dríamos liberarnos de todas estas armasque fabrican nuestro egoísmo y nuestrosentimiento de separatividad? Incluso sino las utilizamos, ellas están ahí y re-presentan un verdadero peligro poten-cial.

El odio y la intolerancia son explo-sivos muy poderosos. Pero otros senti-mientos, aparentemente menos violen-tos, como el miedo, la angustia, la duda,el pesimismo, representan un peligro. Elúnico estado que representa unainocuidad total es la serenidad, la ecua-nimidad, la paz interior, este estado que

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nada puede alterar y que no es causa deningún disturbio.

La gravedad de la situación actual,que no puede pasar desapercibida paranadie, podría ayudarnos a salir de nues-tro torpor, de nuestra inconsciencia, y aemprender o bien a profundizar en estedesbrozar interior, que no es sólo unaacción personal, mucho menos una ac-ción egoísta, sino por el contrario, es untrabajo realmente altruista. Porque nopuede hacerse el bien para uno mismosin hacerlo al mismo tiempo para todala humanidad.

Volvamos a la pregunta: ¿como re-accionamos ante el desencadenamientode la violencia que sacude al mundo ac-tual? ¿Cómo reaccionamos como miem-bros de la Sociedad Teosófica, comoestudiantes de la Sabiduría Eterna, ha-biendo aprendido que lo Divino tiene unPlan, que es la Evolución, y que todo loque acontece se inscribe en ese Plan?¿Cómo podemos comprender que la vio-lencia, las masacres, todo el sufrimien-to engendrado por los conflictos actua-les, puedan formar parte del Plan Divi-no, puedan inscribirse en un proceso deevolución?

La primera respuesta que podría al-canzar nuestro ánimo es que todo eso esobra de los hombres, y no de lo Divino.Pero algunos podrían también recordarlas palabras de Krishna a Arjuna en elcampo de batalla de Kurukshetra, esdecir, que nadie es muerto, nadie mue-re, sólo las formas mueren. El Espírituque anima las formas es eterno. Tal veznuestra comprensión del sentido de lavida, nuestra visión forzadamente limi-tada, nos impulse a dramatizar la situa-

ción, y que, desde el punto de vista delPlan Divino, haya, en la situación ac-tual, no una regresión, sino una oportu-nidad de evolución.

En la vida del un individuo, una en-fermedad grave, un choque emocionalviolento, pueden ser una oportunidad detransformación radical y permitir undeterminado despertar de la conciencia.En la vida de la humanidad, las crisisaparentemente devastadoras puedenprovocar también un determinado des-pertar en la oleada de seres humanos queestán maduros para aprender la lección.

No se trata aquí de justificar la vio-lencia y el odio, ni de hacer apología dela guerra, sino de captar el punto de luzen la oscuridad del mundo, y de ir conel movimiento de la vida que, inevita-blemente, devolverá la luz. Nuestra re-sistencia a lo que no entendemos, nues-tra dramatización del estado del mun-do, frena la vuelta de la luz.

Lo que nosotros llamamos el bien yel mal tal vez es más bien la luz y la os-curidad, sin connotación moral. Vistosdesde este ángulo, los conflictos actua-les podrían interpretarse como las ma-nifestaciones del oscurantismo, y esolimitaría las reacciones emocionalescuya amplitud no hace más que agravarlas cosas.

En nuestras meditaciones, en la ob-servación del yo, podríamos esforzarnosy tener la perspectiva necesaria para noconfundir emoción con compasión. Laemoción muy a menudo es una reacciónde miedo, de protección del yo, una ac-titud egoísta, aunque no se piense así.La compasión no es un sentimiento per-sonal. Podría decirse que no se trata de

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un sentimiento. Es un estado del ser, quecapacita sentir el sufrimiento del quesufre sin buscar protegerse uno mismo,sin temor por su propia seguridad.

En la emoción, está la distinciónentre la víctima y el verdugo, entre elagredido y el agresor. Nos sentimosemocionados ante la situación de la víc-tima, no ante la del agresor. En la com-pasión, no existe esta diferencia. Lacompasión está desnuda de todo juiciomoral y se dirige indistintamente a lavíctima y al verdugo, del mismo modoque el sol brilla para los malvados igualque para los buenos.

El Dalai Lama, y con él numerosostibetanos budistas, son la prueba vivien-te de que una actitud semejante es posi-ble, a pesar de la atrocidad de los malostratos sufridos por su pueblo. Sería de-masiado fácil considerar que es un idealinaccesible para la mayoría de nosotros.Refugiarse detrás de nuestro estado ac-tual de imperfección es una huida indig-na de un verdadero buscador espiritual.No podemos quedarnos atrapados en elnivel de la sola emoción. Tenemos querealizar esta apertura más allá de lo per-sonal para descubrir en lo más profun-do de nosotros la compasión que es unade las cualidades de nuestra naturalezadivina.

La época actual nos sitúa ante el de-safío de acceder así a una actitud pacifi-

cadora, sin perder por otra parte nuestrafacultad de discernimiento. La verdaderacompasión no es ni ciega, ni ingenua.Es inseparable de la sabiduría que es laforma más elevada de discernimiento.También es la expresión más profundadel amor. Un corazón rebosante de com-pasión ha vuelto a encontrar con plenaconciencia la inocencia del niño, y se hadespertado a la paz que traspasa todoconcepto.

Alcanzar el despertar es liberarse delo que obstaculiza la expansión de lascualidades divinas que brotan natural-mente de la fuente interior, de lo que hasido llamado la cueva del corazón. Es elegocentrismo que ha tapiado esta fuen-te. Cuando el egocentrismo disminuye,la presa que la retiene se resquebraja ytenemos fulgores de despertar, instantesmísticos de compasión y de sabiduría.Los seres que están libres de todo rasgode egocentrismo, están plenamente des-piertos, son la encarnación de la Sabi-duría y de la Compasión.

La enseñanza teosófica no está des-tinada a hacer de nosotros unos exper-tos en la meditación o en ocultismo, sinoa conducirnos con la ayuda del estudioy de la meditación, por el camino queconduce a este despertar que se expresaen Sabiduría y en Compasión.

(De LE LOTUS BLEU,marzo, 2007.)

MAYO. Pureza5. Nadie que se ponga en contacto con nosotros, nadie que demuestre interés por

saber más de nosotros, deja de ser sometido a examen y de ser puesto a pruebapor nosotros.

K.H.Meditaciones, extractos de cartas de los Maestros, Katherine A.Beechey

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Si se observa la naturaleza, se re-velan algunos secretos de la vida,todo depende de que uno sea

perceptivo o no. Wordsworth, granamante de la naturaleza, podía ponerseen contacto con algo de la Divina Reali-dad reflejada en la creación a causa delpoder sensitivo y receptivo que poseía,al menos en ciertas circunstancias. Élmismo se lamentaba por el hecho de quesu corazón siempre estaba abierto a loque la naturaleza le revelaba.

Uno de los hechos que impresionanes la infinitud del proceso, el vasto planque la naturaleza despliega. Si se obser-va una gota de agua y sólo esa gota,impresiona la mente en un determinadosentido. La gota puede estrellarse con-tra una roca y dejar de existir. Puedetransformarse en rocío que no podráidentificarse ya más como gota. En otrasocasiones, la gota puede ser el instru-mento a través del cual se revelan losradiantes colores del arco-iris. Puede serzarandeada de acá para allá por las co-rrientes del océano, hundida unas vecesen las profundidades, otras vecesemergiendo a la superficie, saltando conlas olas, desapareciendo en la charca oen las arenas absorbentes. Pero siempre

RECTITUD EN EL VIVIR

Radha Burnier

es el mismo elemento, tanto que estéconvertida en vapor invisible en el es-pacio, como condensada en forma denubes de etérea belleza. Es el mismo ele-mento que se presenta como lluvia pararefrescar la tierra sedienta o que aumentael caudal de los ríos. Pero, en cualquierforma que exista, sigue siendo el ele-mento único que sufre numerosos cam-bios; visible a veces, invisible otras,cambiando en líquido, sólido o gaseo-so. El elemento permanece eternamen-te, existiendo siempre en movimiento,presentándose en muchas formas.

Pensar en aferrarse a una gota deagua sería como tener una existenciamomentánea, sujeta tanto al placer comoel dolor, pues pronto se dispersaría y seperdería, lo que es visible puede con-vertirse en invisible; lo que está llenode luz deja de reflejar esa luz. La mismavida es así. Si bien nada es realmenteidentificable, excepto de un modo tem-poral, cuando el pensamiento llega aidentificarse con una esfera de la vidatotal, la percepción se distorsiona y vie-ne el dolor.

Lo mortal, lo variable, contiene ensi lo inmortal, igual que el agua subsisteen las miríadas de gotas variables. Mu-

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chas gotas pueden convertirse en unacharca o moverse en una corriente; pue-den sucederles muchas cosas. Pero sealo que fuere lo que le ocurra a una gota,es todavía parte del eterno elemento delagua donde radica la belleza. El elemen-to simboliza lo inmortal, lo inamovible,la esencia pura que se reviste de muchasformas. La percepción interna que veentre las muchas cosas mortales al serinmortal, que, cuando se enfrenta con loperecedero de todos los objetos, sienteuna sensación de lo imperecedero y delo inmutable; que cuando confrontadacon substancias vulgares es conscientedel espíritu sutil dentro de ellas, originauna actitud interna completamente dife-rente que es la más sólida de las basespara la rectitud en el vivir.

La rectitud de vida no es tanto unacuestión de objetivos, de reglas, de dis-ciplinas, como de llegar a ser conscien-tes, en cierta medida por lo menos, de lamisma naturaleza de la existencia. Pue-de que sea por esto por lo que uno delos Hermanos Mayores dijo que la Teo-sofía es el estudio de la relación entre lomortal y lo inmortal, entre lo finito y loinfinito, entre lo transitorio y lo eterno.

Se nos ha dicho que hay una paz quetrasciende la comprensión y que moraen el corazón de aquellos que viven enlo Eterno. Esto no significa que los ve-hículos físicos de semejantes personassean eternos. En la literatura india hayuna alusión a aquellos que viven parasiempre (los chiramjivins), pero no esal plano material que sobreviven. En elmundo material, nada puede permane-cer para siempre. La vida puede conti-nuar en un vehículo durante un período

relativamente prolongado, pero eso estodo; porque “todo lo que está compues-to,” —utilizando la frase de Buddha—“tiene que descomponerse.” Únicamen-te lo que está libre de composición, sóloaquello que no está formado de partes,sino que es eternamente un todo unido,puede vivir eternamente. Volviendo anuestra metáfora, si el elemento aguaexiste, pero no la gota, ni siquiera el río,la forma no puede continuar para siem-pre. Los ríos pueden secarse y puedencambiar su curso, o pueden ensanchar-se y convertirse en lagos. Son mutablespor su misma naturaleza. Pero el ele-mento no se destruye por las condicio-nes que se crean. Asimismo las distintascombinaciones en los planos materiales,más pronto o más tarde, tienen que per-der su cohesión y desintegrarse.

Los que viven en lo Eterno lo hacenasí porque son conscientes, continua-mente, de la realidad subyacente y vi-ven en ese conocimiento. A medida quecada uno de nosotros, de un modo pare-cido, llega a ser consciente, a medida queposeemos “indicios de la inmortalidad,”hay paz en el corazón. Pero si los ojosestán fijos en los fragmentos fluctuan-tes, se crea el desorden y todo lo demásse perturba. Cuando se lanza una piedraal agua, la perturbación no puede limi-tarse al punto donde cae la piedra. Lasondas se extienden a lo largo de una granárea. Igualmente, un ser humano cuyaconciencia está en un estado de desor-den, de contradicción, de conflicto, estálimitado a crear perturbación y esa per-turbación es la ausencia de la rectitud yde la virtud. Esa percepción ha sido de-nominada la percepción de lo “genuino.”

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Es difícil definir lo que es. Sabemos loque es mortal. Sabemos lo que es el cam-bio y lo inevitable de él. La rueda de lavida gira constantemente. El que muerecomo príncipe puede nacer otra vezcomo mendigo. Pero lo “otro,” lo inmor-tal e inmutable, es distinto de todo eso yno puede describirse en términos cono-cidos.

El conocimiento teosófico hará queseamos conscientes intensamente de laverdad de la vida en nuestros corazonesy no meramente como una teoría. Laasimilación de cualquier verdad condu-ce a una clase distinta de relación. Mu-chos de nosotros nos aferramos a nues-tras pequeñas posiciones en la vida, pero¿cuál es el valor de esa posición ante laperspectiva de la manifestación siemprecambiante moviéndose a través de vas-tos eones de tiempo? Se ha dicho que elúnico modo de vivir en esta tierra es sercomo un viajero en una hospedería tem-poral. Si uno puede darse cuenta de eso,todos los valores que se han acumuladoalrededor de la propia posición, las po-sesiones y las relaciones, cambiarán. Sipudiéramos considerar con madurez lascosas con las que nos ponemos en con-tacto; si, sin llegar a ser irresponsableso insensibles, permanecemos desligadosde ellas, se establece una relación total-mente distinta, una relación que no exi-ge, sino que ofrece, dispuesta a prescin-dir de las cosas. Por ejemplo, ¿podemosvivir en nuestro hogar como si no nosperteneciera? Uno de los nombres quese da a un sannyasi es aniketa, que sig-nifica ‘el sin hogar’. No es necesarioabandonar los propios lares y deambu-lar por todos los confines de la tierra

para ser una persona sin hogar. Se pue-de permanecer donde se está y, sin em-bargo, no sentir que ningún sitio en par-ticular es el hogar. La vida mueve a todoel mundo, quiérase o no. Hoy el hogarestá aquí; mañana puede estar en cual-quier otra parte. Ahora puede ser la hu-milde cabaña de un hombre; y otras ve-ces puede ser una mansión. Desde unamansión uno tiene que aprender a tras-ladarse a aquella que es menos confor-table. Si se llega a ser consciente delhecho de que no hay nada a lo que unopueda aferrarse excepto a aquello quees intangible e incompuesto, la propiaactitud y la relación con los demás sondistintas. Hay una estabilidad que nopuede verse afectada por nada de lo queocurra en el exterior.

De esta profundidad brota cualquierposible virtud. La paz que trasciende lacomprensión que alcanza a “aquellosque viven en lo Eterno,” es la madre detodas las virtudes. Así, pues, uno de losmedios para aprender a vivir rectamen-te es permitirse a si mismo ponerse encontacto con lo genuino de las cosas.

¿Cómo llegar a eso? Tal vez sólo seaposible cuando prescindimos de la con-tinua ocupación y de sus singularidadesy empezamos a introducir el silencio ennuestras vidas. Si hay una sujeción a lagota de agua y la gota desaparece, ha-brá una ansiosa persecución tras ella, in-tentando capturarla de nuevo, lo cual esimposible. Sin embargo, si uno no estácomprometido o sujeto a la particulari-dad, sino que es consciente de un movi-miento más amplio, de la naturalezaesencial, entonces hay el despertar de lapercepción hacia lo genuino de las co-

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sas, hacia lo inmortal, hacia lo eterno,lo infinito, lo Inefable. Esto es muy im-portante si se busca un camino en la vidaen el que haya virtud; si se procuranmomentos de quietud. Si la meditaciónes un esfuerzo para avanzar en benefi-cio propio, no tiene sentido, porque en-tonces se convierte en parte de la luchahabitual de la mente contra la vida y noen un estado de pura receptividad de laverdad de las cosas. Sin embargo, si sur-ge el despertar, aún cuando sea por pocotiempo, existe además un significadolatente en todas las cosas de la vida quenuestros ojos no ven, aquello mismo queserá el principio del despertar de lasensitividad. La sensitividad se logracon la quietud, y la quietud implica queno debe existir ningún deseo de actuarsobre las cosas. Un sentimiento de or-gullo le hace creer a uno que tiene queactuar sobre el mundo, que tiene queinfluir en los amigos y causar impactoen los subordinados, por encima de todo.

El Bhagavad-Gitâ afirma que no sepuede vivir en un estado de inacción.Sea lo que fuere lo que uno piense, sien-ta, perciba, es acción. Tiene que haberacción. Pero, ¿puede haber acción sin eldeseo de influir y moldear a los hom-bres según nuestro propio concepto delo que el mundo debería ser? La Voz delSilencio nos advierte: “Sé humilde siquieres alcanzar la sabiduría. Sé máshumilde todavía cuando la hayas alcan-zado.” El sabio no necesita que le diganque tiene que ser humilde, porque la sa-biduría es la completa ausencia del yo,del orgullo. La advertencia, sin embar-

go, es que, en esencia, la sabiduría nopuede alcanzarse sin humildad. El orgu-llo no es siempre visible pero es la inci-tación que le hace creer a uno que tieneque ejecutar e imponerse. El hombre quecree que lo que ve, el mundo visible, elmundo de las cosas corrientes, es la úni-ca forma de existencia, está impulsadopor el fuerte deseo de actuar en ese mun-do y de moldearlo de acuerdo con suspropias y triviales ideas. Hay otros queconsideran este mundo como una ilusióny que buscan la realidad trascendente Laverdad puede estar en aquella frase delVeda que dice que este mundo que lle-gamos a conocer a través de nuestrossentidos y de nuestra mente, no es otroque Aquello, pero que no es la totalidadde Aquello. Figuradamente, es una cuar-ta parte de Aquello, estando tres cuartaspartes en la atmósfera divina de lo in-mortal. (Pado’sya visva bhutani, tripadasyamritam divi). Sin embargo, tenemosque actuar de acuerdo a nuestra com-prensión y dejar el resultado de nues-tros actos en manos de la sabiduría deAquel que se está manifestando en cadamomento y en cada esfera de la existen-cia. Si tratamos de imponer continua-mente nuestra influencia en lo que nosrodea, la vida no podrá revelar su signi-ficado a nuestros corazones y a nuestrasmentes. Así, pues, aprender la virtud esaprender a actuar sin deseo de lograr ode obtener nada. “Mata la ambición perotrabaja como trabajan los ambiciosos.”

(The Theosophist, julio 1981.)

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ACTIVIDADES

RAMA ALICANTELunes 1º (a las 18,30h.) - Reunión de Rama con estudio y coloquio. (Sólo para miembros).

- 2º, 3º y 4º - (a las 18h.) - O.T.S. Ritual de sanación. - (a las 18,30h.) - Estudio sobre“Estudio sobre la conciencia”, de A.B. Conducido por miembros de la Rama.

Mar tes 1º y 3º (a las 18h.) - Técnicas de interpretación astrológicas. Moderador B. Martínez.Miér coles (a las 18h.) - Curso sobre “Qué es el conocimiento de la vida de si mismo”. A

través de Patanjali, A.B. y W. Slater. Conducido por T. De la Hoz.Jueves 2º y 4º (a las 19,45h.) - O.T.S. “Onda de Paz”. 2º,3º y 4º (a las 20h.) - Las Fuentes

del conocimiento, conducido por A. Pérez, con la participación de la Rama de Benidorm.Sábado 14 y 21 (a las 18,30h.) - ¿Qué es la personalidad? Aspectos psicológicos y enfoque

teosófico. Moderados por T. De la Hoz y B. Martínez.

RAMA ARJUNAMartes (a las 18,30h.) - Reunión de Rama. (Sólo para miembros) Estudio sobre “La Doctri-

na Secreta” Tomo I, a cargo de J. García Lop. Coordina F. Pastor.Jueves, 21 (a las 19h.) - Nuestra posición única, por M. Vila.Viernes (a las 17,30h.) - Curso sobre Teosofía, por J. Tarragó.Viernes 8, 22 (a las 19,30h.) - Conferencia pública. Estudio meditativo basado en las ense-

ñanzas de J. Krishnamurti. Por N. Venegas.Viernes 1, 15 (a las 19h.) - Conferencia pública. Estudio sobre “El Hombre, Dios y el Uni-

verso”, por J. García Minguez.Viernes (a las 20,30h.) - Taller de diálogos teosóficos. A cargo de M. Cartañá. Coordina J.

Tenes.Viernes 29 (a las 20h.) - Cena fraternal en el local. Coordinan J. Tenes y Mercè Cartañá. Tn.

93.330.64.28.Domingo 10, Visita al Pueblo Ibérico de Olérdola. Información Jaume y Mercè Tel.

93.330.64.28 (Cada uno lleva su comida).

Vacaciones veraniegas - No habrá actividades en la Rama desde el 1 de julio al 30 deseptiembre (ambos inclusive.)

RAMA BHAKTIMartes (a las 18,30h.) Coordina C. Elósegui. Espacio de recogimiento y concentración

preparatorio para el trabajo y estudio que sigue. (A las 19h.) Coordina P. Pujós. Reflexio-nes sobre los Yoga Sutras de Patanjali. (A las 20,30h.) Reunión de Rama. (Sólo paramiembros).

2º y 4º miércoles de mes (a las 18h.) - Grupo de estudios de Sant Cugat del Vallès. CoordinaC. Elósegui. Estudio del libro “La Sabiduría Antigua”, de A.B.

Jueves (a las 17h.) Estudio de “Conocimiento de Si Mismo”, de IKT. Coordina C. Elósegui.(A las 21h.) Curso sobre Teosofía. Coordina C. Elósegui.

Sábados (a las 17h.) - Coordina C. Elósegui. Coloquios abiertos: los retos de la vida diariaa la luz de la Teosofía. 2º sábado de cada mes (a las 17h.) - Coloquio teosófico a cargode los miembros de la Rama.

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RAMA BILBAOViernes, 1 - La Rendición del Ego, a cargo de N. Carbonell. - 8 - El desarrollo emocional,

a cargo de A. Aransay. - 15 - La Sabiduría Divina (II) a cargo de C. Revuelta. - 22 -Caminando con Krishnamurti, a cargo de J. Lekereica. - 29 - Reunión ordinaria deRama. Sólo miembros. Las actividades empezarán a las 20h.

Mar tes (a las 19h.) - Lectura de Krishnamurti, seguida de Meditación. Coordina Allende.

RAMA CERESLunes, 4, 11 y 18 (a las 29h.) - Estudio del libro “El Hombre, Dios y el Universo” de IKT.Miér coles, 6, 13 y 20 (a las 20,30h.) - Curso de Iniciación a la Teosofía. Coordinan U.

García y J. Martin.Sábado, 9 - (a las 10h.) - Curso de Simbología. Simbología personal, por los participan-

tes del curso.Domingo, 10 - Excursión a MuseoLunes, 25 - (a las 20h.) - ¡Fiesta de fin de curso!

RAMA HESPERIAConferencias todos los lunes (a las 20h.) 4 - Función sutil de la sangre. Elena Rola - 11

- Feng Shu: energías sutiles telúricas. David Villacañas. - 18 - Rejuvenecer conAyurveda. Juan Carlos Estévez. - 25 - Liberación. José Ramón Caveda.

Último sábado de mes (a las 18h.)- 30.Proyección de vídeo y coloquio. Agua. Dir. DeepaMehta.

RAMA JINARAJADASAMiér coles (a las 18h.) - Tertulias teosóficas. Grupo de meditación. Estudio sobre textos

teosóficos. Talleres de trabajo. (En c/. Cádiz, 20, bajo. Valencia. Tel. 96-328-32-51.

RAMA MOLLERUSSATercer domingo de mes - Charla-coloquio con C. Elósegui. C/. Templers-Escorxador. C/

Lluís Companys, 22, Lleida. Por la mañana a las 11h. Por la tarde a las 17h.Todos los lunes (a las 20h.) - Auto-educarse para educar. Coordina M. Pellicer.Todos los martes (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro “Luz en el Sendero” (Pláticas

III). Coordina P. Duch.Todos los miércoles (a las 20h.) - Estudio en grupo del libro “A los Pies del Maestro”

(Pláticas I). Coordina J. Carcar.Todos los viernes en Mollerussa, en Estudi de Ioga, c/. Navarra, 8 (a las 20,30h.) - Estu-

dio en grupo del libro “A los Pies del Maestro” (Pláticas I). Coordina J.M. Espasa.

RAMA RAKOCZYLunes 4 y 18 - Grupo de Meditación activa y ritual dévico. - 11 - O.T.S. Ritual de Sanación.Miér coles, 6 - Curso de meditación. - 13 - Meditación a cargo de F. Béjar. Estudio sobre

los Tres Objetivos de la S.T. - 20 - Meditación a cargo de A. Del Rosario. Estudiogrupal sobre los Tres Objetivos de la S.T. - 27 - Meditación a cargo de J. Rodríguez.Estudio grupal sobre los Tres Objetivos de la S.T.

RAMA SHAKTI-P ATMiér coles (a las 17h.) - Estudios para miembros. Proemio de la DS. Coordinan miembros

de la Rama.

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Miér coles (a las 18h.) - Curso de Iniciación a la Teosofía y cursillo de Raja-Yoga (W. Slater).Coordinan miembros de la Rama.

Jueves alternos (a las 19,45h.) - Rituales de la O.T.S. (A las 20h.) - “Las fuentes del Cono-cimiento”, en colaboración con miembros de la Rama Alicante.

2º sábado de mes, Conferencias, charlas, vídeos.

RAMA VIVEKASábado, 2 (a las 17,30h.) - Tema: La actitud teosófica. A cargo de M. Vila. - 16 - Tema:

Retos de la vida diaria a la luz de la Teosofía. A cargo de Clarisa Elósegui.4º sábado de cada mes estudio de La Sabiduría Antigua, de A.B.

GRUPO DE ESTUDIOS TEOSÓFICOS “DHARMA”Jueves (a las 21h.) - en c/. San Vicente Mártir, 172, ptª 8 - ValenciaLunes (a la misma hora) - Curso sobre Teosofía, 2º nivel.

GRUPO DE ESTUDIOS TEOSÓFICOS “LA RIOJA”Todos los viernes, (a las 21,45h.) - Reunión pública.

NOTICIARIO: Jornadas Ibéricas Teosóficas 2007Del 5 al 8 de Abril se celebraron las Jornadas Ibéricas Teosóficas en Cercedilla (Madrid).Acudieron 75 personas tanto miembros de la STE como simpatizantes. Tuvimos el placer depoder reencontrarnos con 15 personas venidas de Portugal, entre ellas la Sra. GuillerminaNobre Santos, ex-presidenta de la ST en Portugal hace bastante años y que nos dirigió unassimpáticas palabras de fraternidad. Hacía muchos años que no acudía a estas Jornadas Ibéri-cas, si bien su hija Isabel no falta nunca a este encuentro.El genérico fue “La doctrina del corazón”, tema muy sugestivo y de gran amplitud.Isabel Nobre Santos, representante del Presidente de la S.Teosófica en Portugal se hizo cargode la apertura de la Jornadas y José Tarragó, presidente de la S.Teosófica en España hizo unaintroducción al tema de la “Doctrina del corazón”.Durante estos tres días intervinieron sucesivamente: Isabel Nobre Santos: La doctrina delcorazón – una vocación teosófica), Nilda Venegas: “Desde Ramana Maharshi al Sutra delCorazón”,José Ramón Caveda : “Vivir desde el corazón”, Nuria Carbonell: “ La rendicióndel Ego”, Clarisa Elosegui: “El corazón abrazando a toda la humanidad”.Los ejercicios prácticos muy interesantes y amenos fueron dirigidos por Margarita López“Abriendo el corazón”, “Yoga terapéutico” y Mª Luz Aguileta dirigió la práctica “Hermanarosa, hermana espina….. Hacia el Sol del nuevo día”.Las meditaciones fueron susurradas por la voces de Isabel Nobre Santos, Juan Carlos Estévezy Ana Mª Coelho de Sousa.La Comisión Organizadora de la Rama Hesperia de Madrid se encargo de todo, reservas,confección del programa etc. Todo se desarrolló perfectamente, en un ambiente de estudio,fraternidad y con la satisfacción legítima de encontrarse otra vez con personas conocidas yafines en las enseñanzas teosóficas. El Presidente José Tarragó les agradece el trabajo bienhecho y el trato fraternal.Las hermanas del Sagrado Corazón muy simpáticas cuidaron el alojamiento, la comida y unaexcelente relación con los asistentes.Estos encuentros son muy estimulantes, agradables lástima que éste de Semana Santa seamuy corto. Isabel Nobre Santos y José Tarragó cerraron muy satisfechos estas Jornadas Ibé-ricas Teosóficas 2007 el domingo 8 de Abril.