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Star Wars (1977) La guerra de las galaxias George Lucas Suena la conocidísima banda sonora de la película mientras leemos el texto que nos informa de la lucha de las fuerzas rebeldes, encabezadas por la princesa Leia, contra el malvado imperio, que ahora dispone de “La Estrella de la Muerte”, una estación espacial capaz de destruir un planeta entero. Los rebeldes han conseguido robar los planos secretos de la estación, y la primera escena muestra precisamente a la nave rebelde perseguida por la Estrella. El asalto de los soldados imperiales es inminente. Es el momento de conocer a los dos androides que tendrán un papel decisivo en el desarrollo de la trama: R2d2 y C3po, versión espacial de otra pareja clásica, el Gordo y el Flaco, con quienes tienen varias similitudes. El asalto permite la presentación de Lord Darth Vader personaje malvado caracterizado visual y auditivamente, tanto por la oscuridad de su indumentaria y su armadura como por su rostro oculto tras una máscara, su voz metálica y grave, y su incómoda respiración. Él, junto con el comandante de la estación, personifican el mal y representan el despótico y corrupto orden imperial. Esta descripción visual se completará posteriormente cuando Obi Wan Kenobi nos descubra el pasado del personaje. La princesa Leia es el contrapunto del malvado Vader (también lo será después Obi Wan), que se nos presenta grabando el material robado en el

Star Wars

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Star Wars (1977)

La guerra de las galaxias

George Lucas

Suena la conocidísima banda sonora de la película mientras leemos el

texto que nos informa de la lucha de las fuerzas rebeldes, encabezadas por

la princesa Leia, contra el malvado imperio, que ahora dispone de “La

Estrella de la Muerte”, una estación espacial capaz de destruir un planeta

entero.

Los rebeldes han conseguido robar los planos secretos de la estación,

y la primera escena muestra precisamente a la nave rebelde perseguida por

la Estrella. El asalto de los soldados imperiales es inminente. Es el momento

de conocer a los dos androides que tendrán un papel decisivo en el

desarrollo de la trama: R2d2 y C3po, versión espacial de otra pareja clásica,

el Gordo y el Flaco, con quienes tienen varias similitudes. El asalto permite

la presentación de Lord Darth Vader personaje malvado caracterizado

visual y auditivamente, tanto por la oscuridad de su indumentaria y su

armadura como por su rostro oculto tras una máscara, su voz metálica y

grave, y su incómoda respiración. Él, junto con el comandante de la estación,

personifican el mal y representan el despótico y corrupto orden imperial.

Esta descripción visual se completará posteriormente cuando Obi Wan

Kenobi nos descubra el pasado del personaje.

La princesa Leia es el contrapunto del malvado Vader (también lo será

después Obi Wan), que se nos presenta grabando el material robado en el

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androide R2. No tardará en ser detenida y en mostrar su valor y firmeza de

carácter, en tanto que los robots escapan en una cápsula, que aterriza en

Tatooine, un planeta desértico, donde los androides, en tono humorístico,

discuten (voz metálica el uno, lenguaje binario el otro, sonidos, silbidos)

sobre el camino que deben seguir y se separan. Serán capturados por los

jawas, criaturas del desierto que ofrecen todo el material que encuentran a

Owen y a su sobrino Luke Skywalker. De esta manera se reencuentran

ambos autómatas. Mientras Luke repara y limpia a R2D2, acciona el

dispositivo que proyecta la imagen holográfica de la princesa Leia y escucha

parte de su mensaje de ayuda dirigido a Obi Wan Kenobi. El nombre

despierta en la memoria de Luke el recuerdo del anciano BenKenobi, un

extraño eremita, un viejo brujo, un loco, en palabras del tío Owen, que

quiere destinar a los androides a otras tareas para lo cual decide borrarles

la memoria.

La relación de Luke con

sus tíos no es sencilla: de un

lado, llama la atención del

espectador la ausencia de los

padres de Luke, vacío que

quedará cubierto más

adelante, y de otro, el propio

Luke manifiesta claramente

sus deseos, abandonar a sus

tíos cuanto antes (le gusta

ser piloto) pero su tío le pide

que espere. El que no espera

es R2D2: programado para

cumplir su misión, parte en busca de Obi Wan. Tras él irán C3PO y Luke,

sufrirán el ataque de los moradores de las arenas y serán salvados por un

misterioso encapuchado, que no es otro de Obi Wan.

El encuentro supone un momento clave del relato, que sirve tanto para

ofrecer al espectador aclaraciones del pasado como para introducir a Luke

en el camino de la Fuerza, una especie de iniciación espiritual al poder que

proporciona un campo de energía creado por todas las cosas vivientes, la

Fuerza, una energía “que nos rodea, penetra en nosotros y mantiene unida la

galaxia”.

Obi Wan informa a Luke sobre su padre, al que este no conoció: fue

un valiente caballero Jedi, el mejor piloto de la galaxia. De paso, le entrega

el arma de su padre, la espada de luz de los Jedi (algo que su tío Owen

desprecia). Es el momento de explicar quiénes fueron los Jedi: los

guardianes de la paz y la justicia en la antigua república durante más de mil

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generaciones, antes de estos tiempos, los del imperio, tiempos tenebrosos,

en los que triunfa un antiguo Jedi, Darth Vader, seducido por el lado oscuro

de la Fuerza. Vader es, sin duda, uno de los grandes malvados de la historia

del cine.

Obi Wan se decide a responder a la llamada de socorro de la princesa

Leia, y también lo hará Luke al comprobar que los soldados imperiales,

siguiendo la pista de los androides, han arrasado la casa de sus tíos y los han

asesinado.

Mientras el mando imperial, a bordo de la Estrella de la Muerte, se

felicita de que el emperador haya disuelto el senado imperial, último

reducto de la antigua república, y de que la misma estación sea suficiente

para mantener el orden en la galaxia a través del miedo, Vader avisa: “No se

ofusque con este terror tecnológico. La posibilidad de destruir un planeta

no es comparable con el poder de la Fuerza”. Tal poder consiste, según uno

de los presentes, en una antigua religión, cuyo culto no ha servido para

evitar el robo de importantes planos secretos.

Mos Eisley es, según Obi Wan, un lugar de maldad y vileza, vigilado

por los soldados imperiales, pero

también es un puerto espacial.

Con la intención de encontrar un

piloto que los lleve a Alderaán,

Obi Wan y Luke entran en el bar.

La escena, presentada a ritmo de

jazz, sirve para mostrar una

fauna variopinta y curiosa, entre

la que se incluyen un condenado en

varios sistemas, un sicario que viene a cobrar la deuda contraída con su

jefe, o el propio Han Solo, un contrabandista arrogante y aventurero que

acabará siendo el piloto buscado por Obi Wan y Luke. La escena trae a la

memoria de los seguidores del western la importancia del salón, de la

cantina, en las películas del género. Se trata del lugar donde suelen citarse

y retarse los protagonistas. En este caso, tienen lugar, primero, una

escaramuza protagonizada por Luke y después una refriega en la que Han

Solo se deshace del sicario que le reclamaba dinero.

Los rescatadores ponen rumbo a Alderaán, pero nunca llegarán al

planeta. Vader y el comandante Tarkin ordenan su destrucción como medida

de presión sobre la princesa Leia para que revele el lugar de la base secreta

rebelde. La destrucción se siente de inmediato en la Fuerza, y Obi Wan

acusa el golpe. Mientras Luke se ejercita, Han Solo se muestra descreído:

“Ningún campo de energía mística controla mi destino. Todo eso son

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leyendas”. Pero Obi Wan insiste: “Actúa por instinto. Un jedi puede sentir

cómo la Fuerza penetra en él”.

Los soldados imperiales han llegado al lugar revelado por Leia, pero

solo han encontrado los restos de una antigua base abandonada. La princesa

los ha engañado y los mandos de la estación, reunidos en una sala metálica,

oscura y sombría, decretan la muerte de Leia, pero la ejecución se retrasa

por la captura de una nave, atrapada en el campo magnético de la estación

espacial. Esa nave es “El halcón milenario”, a cuyos mandos se encuentra Han

Solo.

Comienza

entonces el rescate de

la princesa, un largo

episodio salpicado de

aventuras, dosis de

humor, persecuciones,

enfrentamientos con los

soldados imperiales,

salvaciones en el último

momento, el rescate

propiamente dicho y uno

de los momentos

centrales de la película, el combate entre Vader y Obi Wan (el mal contra el

bien: negro absoluto el primero, túnica blanca el segundo; rostro oculto

aquel, rostro descubierto este. El antiguo aprendiz contra el maestro). En

paralelo se narran las andanzas de Luke y Han Solo en busca de Leia

(vestida de un blanco inmaculado), de los tres con la ayuda de los androides

para regresar a la nave, así como los movimientos de Obi Wan para

desactivar el campo magnético. Han Solo demuestra un valor sin límites, Leia

un carácter fuera de lo común, Obi Wan una generosidad inmensa al

sacrificarse para que sus compañeros puedan huir con los planos secretos de

la Estrella de la Muerte, aunque deja a Luke en su lugar, iniciado ya en los

secretos de la Fuerza.

A la larga secuencia del rescate sigue, en el tramo final de la película,

la destrucción de la Estrella de la Muerte, otra secuencia espectacular

construida sobre la tensión creada por la inminente aniquilación de la base

rebelde, que ha sido descubierta por la nave imperial tras la huida del

Halcón Milenario. La cuenta atrás para esa destrucción corre en paralelo al

ataque rebelde para alcanzar el talón de Aquiles de la estación. La tensión

alcanza su grado máximo con el propio Vader al mando de las operaciones (lo

que le permitirá salvar la vida cuando la estación sea destruida, y mantener

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al personaje en la saga) y la inesperada aparición de Han Solo para socorrer

a Luke.

Star Wars no es una película más en la historia del cine. Se trata más

bien de un hito, una cinta que ha abierto caminos, que ha señalado la

dirección que han seguido muchas otras obras después. En su construcción

George Lucas supo adaptar materiales muy diversos: una princesa

secuestrada (tema frecuente en los cuentos de hadas, aunque esta será una

princesa muy distinta) encerrada en una especie de castillo encantado e

inaccesible, dos robots que son en realidad los personajes cómicos de la

película (un dúo inspirado en otra famosísima pareja, el Gordo y el Flaco,

Stan Laurel y Oliver Hardy, dos caracteres opuestos que se necesitan), una

idea construida con conceptos filosóficos y religiosos (extraídos de las

religiones orientales), cine de aventuras, cine fantástico, referencias al

western; una espléndida

galería de personajes: un

contrabandista con aire de

pistolero (de mercenario a

héroe, tan seguro de sí

mismo y arrogante como

valiente), dos personajes

malvados de los que quedan

en la memoria del

espectador, en especial

Darth Vader, el villano entre los villanos del cine, perfectamente

caracterizado por su máscara y su voz (el ilustrador y diseñador Ralph

McQuarrie, responsable de los diseños originales de personajes, naves,

paisajes y vestuario, se inspiró para Vader en máscaras y armaduras de

guerreros japoneses y en los trajes espaciales), y, en el fondo, el combate

eterno entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad. Los personajes

centrales no carecen de cierta complejidad: Han Solo, contrabandista y

mercenario durante gran parte de la obra, se redime al final (por lo que está

preparado para iniciar una aventura amorosa con Leia en la entrega

siguiente). Luke abandona sus planes al entrar en contacto con Obi Wan y,

especialmente, tras el asesinato de sus tíos, para iniciarse en el mundo

misterioso de la Fuerza. Detrás de la figura despiadada de Darth Vader se

adivina una personalidad compleja y atormentada; él sobrevive a la

destrucción de la estación espacial y será figura central en la entrega

posterior de la saga. Además, una banda sonora legendaria y unos efectos

especiales desconocidos hasta entonces (cámaras de control de movimiento

por ordenador para reproducir los mismos movimientos en tomas diversas,

maquetas, pantallas azules, animaciones, maquillajes) hacen decir a muchos

Page 6: Star Wars

que con Star Wars comienza el cine moderno. De hecho, Lucas logró sentar

las bases de un sector, el de los efectos especiales, hasta entonces casi

inexistente, y, de paso, las bases de lo que hoy es la industria

cinematográfica.

La banda sonora de Star Wars constituye una herramienta de estudio

en cuanto al desarrollo y aplicaciones temáticas, ya que contiene un elevado

número de motivos individuales.

Por recomendación de su amigo Steven Spielberg, George Lucas

contrató al compositor John Williams quien previamente había trabajado

con el primero en la banda sonora de Tiburón, trabajo que le valió su primer

premio Óscar como compositor.

En el plano musical, el enfoque de George Lucas era brindar a la

audiencia una conexión emocional con la historia. En marzo de 1977,

Williams comenzó a dirigir a la Orquesta Sinfónica de Londres para grabar

la música de Star Wars, en un período de veinte días en total, con esto

reinauguró en cine las partituras ejecutadas por grandes orquestas

sinfónicas.

Posteriormente, en 2005, el American Film Institute, reconoció a la

banda sonora de la película como la música cinematográfica más memorable

de todos los tiempos. Así mísmo, Williams obtuvo tres premios Grammy en

febrero de 1978, además de su tercer premio Óscar en su trayectoria como

compositor tan sólo un mes después, el tres de abril, ambos por la creación

del material musical del filme.

¿Qué es lo que hace que esta banda sonora sea tan especial?

La música nos envuelve desde el principio. Tiene una presencia casi

continua desde el inicio de la película. A veces la música parece fundirse con

los diálogos, de manera que nos sumerge en un único plano. Williams

incorpora los sonidos del exterior a la música de una manera sublime.

Su orquestación está construida en base a una variada mezcla de

estilos, entre los que sobresale su influencia del Romántico tardío de

Richard Strauss y sus contemporáneos. El director George Lucas deseaba

mantener un tono clásico, esto le llevó a tener algunas diferencias con

Williams quien por su parte deseaba hacer la partitura más accesible al

público optando por tendencias más modernas, pero moviéndose siempre en

el campo de la tonalidad.

Williams utilizó la técnica del leitmotiv, que consiste en una melodía

única asociada a cada personaje, escenario o situación específica.

Los principales temas musicales son: Tema de Star Wars o Tema principal, o incluso Tema de Luke, el

cual es simplemente el vértice de toda la saga y considerado por la mayoría,

Page 7: Star Wars

especialista de música y público, como uno de los mejores temas

cinematográficos de todos los tiempos. El tema es prominente en la película

y algunos fragmentos son utilizados en varias escenas de acción de Luke Skywalker, el héroe de la misma. Es una música muy descriptiva, majestuosa.

En la entrada de los personajes recuerda la entrada de los Reyes en la

Antigüedad. Es una marcha con un toque de suspense.

Tema de los Rebeldes. Es una melodía corta que transmite la

dramática audacia de cuando los Rebeldes entran en acción, por lo cual tiene

una verdadera profusión en la obra. La música se adecúa a los personajes,

siempre retomando el tema principal en diferentes colores, para ello utiliza

diferentes instrumentos: metales, cuerdas, maderas.

Tema de la Princesa Leia. Acompaña a la Princesa Leia y la presenta

bajo la romántica idea con que como personaje fue concebida, por lo cual se

utiliza posteriormente para representarla cuando actúa sola y en sus

momentos de mayor vulnerabilidad. Musicalmente al comienzo recuerda a

Debussy en su Preludio a la siesta de un fauno, yendo de menos a más y

volviendo al punto de reposo. Utiliza flautas y violines.

Tema de la Fuerza. Es otro de los temas principales de toda la saga

y el más consistente de la película, que bien representa a la Fuerza, a los

Jedis o incluso al venerable caballero Obi-Wan Kenobi. Utiliza ampliamente

diversos instrumentos de percusión, en una muy efectiva variación de uno de

los acordes del Tema principal de Star Wars. En la última escena de la

película existe una variante muy sofisticada del tema, conocida como Throne Room, cuando los héroes son condecorados al haber destruido la Estrella de la Muerte, esta es básicamente tocada en forma de Marcha, lo hace de

forma fúnebre pero sin llegar a dar sensación de dolor. Tema del Imperio. Utilizado para Darth Vader, para el Grand Moff Tarkin y para El Imperio. De cierta inspiración militar, anticipó la tan

característica Marcha Imperial.

Tema de la Estrella de la Muerte. Es un tema de sonido imponente

que acompaña las apariciones en pantalla de la Estrella de la Muerte. Utiliza

los recursos utilizados por Wagner.

Tema de los Jawa. Tema lúdico utilizado para los Jawa y para

algunas escenas del planeta Tatooine.

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Tema de la Batalla de Yavin. Acompaña la penúltima secuencia del

filme, en la cual los Rebeldes deben combatir sobre la órbita de la Estrella

de la Muerte. La última de sus secciones contiene el Tema de la Fuerza.

Música de la cantina de Mos Eisley. Es una orquesta de jazz pero

utilizando un sintetizador, no el contrabajo, así como un instrumento

autóctono jamaicano metálico de percusión. Esta combinación de

instrumentos, en el año 1977, sonó extremadamente novedosa. Utilizó dos

temas, uno para cuando los personajes entran por vez primera en la cantina

y otro para más adelante, en este último utiliza los mismos instrumentos,

haciendo uso de recursos que eran utilizados en los dibujos animados.

Cierre de créditos. Como todas las películas de Hollywood, la

orquestación de acompañamiento para la secuencia de créditos de presenta

como una síntesis de todos los temas ejecutados durante la misma, pero en

el caso de Star Wars hasta esa música es célebre. El cierre comienza con el

Tema de Luke, seguido de inmediato por el de los Rebeldes, para

nuevamente volver al Tema de Luke, y es entonces cuando pasa al resumen

como tal de los temas ejecutados durante la película. En este final nos

recuerda nuevamente a los clásicos con la Marcha nupcial de Mendelssohn que retoma el Tema principal y juega con él para dar fin.

En las escenas de más expectación no hay música, lo que crea un

ambiente de tensión aún mayor, como pasaría en cualquier obra musical,

donde el compositor utiliza el silencio como parte de la música.

Nuria Jiménez Migallón José Manuel González Espino