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13 La Gambeta — Año 4 — Volumen 10 — Nº 3 — Edición gratuita organizada por Julio César Parissi — 9 de junio de 2013 Alfredo Grondona White Subsurrealismo Misterios 1 Misterios 2 Misterios 3 Misterios ESPERPENTOS Esteban Grinbank Manicura En cierto sentido, el misterio de la encarnación se repite en cada mu- jer; todo niño que nace es un dios que se hace hombre. La belleza es ese misterio hermo- so que no descifran ni la psicolo- gía ni la retórica. Según vamos adquiriendo cono- cimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más mis- teriosas. Simone De Beauvoir Albert Schweitzer Jorge Luis Borges Hojas de otoño Roberto Alifano Desde sus ojos tristes despierta en el rocío otro verano. No te has ido en el viento ni en la luz que robaba tu figura, hablo y en mi palabra permanece la mano que en tu frente reposaba. ¡Amor, cuánta distancia desciende con la noche! Me conoce una pena y mi alma se muere! Los labios se han dormido y un olvido los cubre como nieve.

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13 La Gambeta — Año 4 — Volumen 10 — Nº 3 — Edición gratuita organizada por Julio César Parissi — 9 de junio de 2013

AlfredoGrondona

WhiteSubsurrealismoMisterios 1

Misterios 2

Misterios 3

Misterios

ESPERPENTOS

EstebanGrinbank

Manicura

En cierto sentido, el misterio de laencarnación se repite en cada mu-jer; todo niño que nace es un diosque se hace hombre.

La belleza es ese misterio hermo-so que no descifran ni la psicolo-gía ni la retórica.

Según vamos adquiriendo cono-cimiento, las cosas no se hacenmás comprensibles, sino más mis-teriosas.

Simone De Beauvoir Albert SchweitzerJorge Luis Borges

Hojasde otoño

RobertoAlifano

Desde sus ojos tristesdespierta en el rocío otro verano.No te has ido en el vientoni en la luz que robaba tu figura,habloy en mi palabra permanecela mano que en tu frente reposaba.

¡Amor, cuánta distanciadesciende con la noche!Me conoce una penay mi alma se muere!

Los labios se han dormidoy un olvido los cubre como nieve.

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GuillermoPilía

Del libro Ojalá el tiempo tan solo fuera lo que se ama

Ved el tronode la noble cultura

RaúlUrtizberea

Juglar

JuliaViola

Siempre fue viejo —a mis ojos— mi padre—no sé si por su innata pasión por el tangoque en mi infancia aborrecía, por el sencillohecho de ser mi progenitor o por otrasrazones que ya no comprendo—. No obstante erami padre entonces muy joven, crecidotal vez por tempranas responsabilidades.Su reloj empezó a caminar algún díamás lento que el mío —tan preocupadopor graduarme, por viajar y escribir,por ser padre... Ahora mi hijo diceque él y yo sintonizamos la radioen la misma frecuencia —si el tango es tan sólouna herida repetida en el tiempo—y más que mi imagen el espejo reflejala de mi padre, la de quien fue años atrásmi padre: siempre viejo a mis ojos, cantandoAdiós muchachos, compañeros de mi vida...

Casi al mismo compás —y acaso sin dolor—ahora vamos los dos envejeciendo.

¿Qué es la cultura?Quienes se formulan esta pre-

gunta son unos incultos. Quienesla contestan, uno inseguros de sucultura.

No obstante, esté prevenido,tarde o temprano, tendrá que dar

una respuesta. Considero que éstaes la fórmula más conveniente:«Cultura es aquello que nos quedacuando nos hemos olvidado detodo lo que leímos». Nadie está encondiciones de saber cuánto es loque hemos tenido que olvidar con

esa fórmula y, de paso, se compla-ce a los convencidos de que el úni-co medio de adquirir cultura es leer.A partir de esta definición interpre-tarán su incultura, como una con-secuencia de su asepsia intelectual,como un verdadero esfuerzo porevitar toda tentación de plagio. Sesupone que usted lucha contra lassombras de la reminiscencia quetratan de socavar sus pensamien-tos originales.

¿Cómo hacer para ocultar laausencia de pensamientos origi-nales?

Lo más eficaz consiste en asu-mir el papel del escéptico y salir delas preguntas molestas con una res-puesta emitida en forma de interro-gante y subrayada con una miradapuesta en el infinito. «¿Quién pue-de saberlo?» Pruebe contestar cual-quier pregunta de esta manera y veráque siempre encaja bien. Hasta elcaso extremo de que alguien le pre-gunte: ¿Qué hora es? Si es posible,dígalo en inglés: «Who knows?»

Por otra parte, mantenerse enla definición que les ofrezco, lespermitirá miara con desprecio aquienes piensan exactamente locontrario, es decir, a aquellos se-ñores cuya cultura consiste pre-cisamente en recordar a su inter-

locutor todo lo quehan leído, ya que noles quede otro cami-no para demostrarque han leído. Cuan-do se encuentre fren-te a uno de estos se-ñores cultos, a la pri-mera frase que le apli-quen, desconciértelocon esta observación:«Parece que esa fraselo apasiona, siempre sela escucho». Conse-guirá turbarlo con el te-mor de la reiteración e inmediata-mente el señor pasará a preocupar-se tratando de recordar en qué mo-mento pudo haber repetido esa fra-se que ha leído el día anterior. Nose olvide que un hombre que ne-cesita refugiarse en el caparazón de

la cultura es un tímido o, al menos,alguien capaz de conformar unaconciencia cultural culpable en laque el «repetirse» asume catego-ría de pecado.

Del libro Cómo parecer culto

Al principio la fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que elpaisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios.

Pero cuando la fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de movermontañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en ellugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificulta-des que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la fe y ahora las montañas permanecen por logeneral en su sitio.

Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es quealguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.

Casi tango

La fe y lasmontañasAugusto

Monterroso

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MaritoAlmaraz

Postales 2

AnaMaríaNavés

Fieles e infielesQue las hay, las hay; las excep-

ciones, digo. En casi todas lasmilongas —en realidad, en to-das— se vive la misma historia,que se repite todos los días.

Muchos milongueros sevanaglorian diciendo que tienen sumesa reservada en tal o cual local,que su mesa es sagrada y que elorganizador se la guarda porque éles habitué de los de la primera horay asiste a esa milonga desde vaya asaber cuánto tiempo atrás.

Realmente, no es tan así. En lamayoría de los lugares, la reservade mesas se toma de manera con-dicionada; no es como cuando re-servamos una mesa en un restorán.En algunas milongas, las reservasno existen. La única manera de con-seguir un buen lugar es llegar an-tes de que abra y esperar en la puer-ta. Sí o sí. Igual que si estuviéra-mos haciendo cola en la caja delsupermercado.

En todas las milongas, los or-ganizadores son decididamente in-fieles; no se comportan con la mis-ma lealtad que sus seguidores. Enel caso de las milongas en las quenunca se reserva nada, los organi-zadores consiguen que el lugar estémás o menos lleno desde el precisomomento en que se abre, y esto esun artilugio para que la gente no lle-

gue tarde y para tener armado el bailedesde temprano. Y en este aspectoson inflexibles. Aunque alguien lle-gue siempre temprano y pueda ele-gir su mesa, si alguna vez llega unpoco más tarde por algún imprevis-to, tendrá que conformarse con loque queda, sin discusión. A su lle-gada, el comentario del organizadorserá: “Ay… ¡qué lástima que vinistetarde…!”, pero nada más; fidelidadcero. Las otras milongas, las quedicen “se hacen reservas”, funcio-nan casi de la misma manera, ya quela vigencia de dicha reserva existesi se llega temprano y, a lo sumo, seguarda la mesa por una hora. Estaes la clase de reservas que se hace.

La última verdad es que, paratener una buena mesa en los luga-res donde se baila tango, hay quellegar temprano. Aunque se sea ha-

bitué, aunque se sea amigo. Lo delas reservas es una excusa para cal-cular la cantidad de gente que irá esanoche y que los responsables delbufet no se lleven un chasco. Nadamás. Un ejemplo práctico: si unapersona habitué llega a la mediano-che a una milonga que comienza alas diez, se sentará en la misma mesaque el que ha llegado a la mismahora y no tiene reserva.

Es decir, los organizadores,tanto los que hacen reservas como

los que no, son decididamente in-fieles a sus asiduos e incondicio-nales concurrentes, esos que de-jan todo por ir a la milonga, dondetienen “su” mesa reservada. Eso sí,van tempranito, por las dudas.

Existe otra cuestión que tieneque ver con las mesas en una mi-longa y es el descontento que sur-ge por actitudes ajenas. Cuandoalguien va temprano tres o cuatroveces al mismo lugar y elige siem-pre la misma mesa, literalmente seha ganado el derecho de afirmar ocreer que esa mesa es la suya. Digo“literalmente” porque nadie se lo hagarantizado verbalmente ni por es-crito. El problema surge cuandoalgún día esta persona llega unpoco más tarde que lo habitual, tansolo un poco, y encuentra “su”mesa ocupada por otra persona queha llegado antes. La primera reac-ción es decirle: “Perdón, esta mesaes mía”. A lo que la persona encuestión responderá: “No sé, medijeron que me sentara aquí”.

Esta es una situación poco feliz,en la que ambos están disconformesy molestos. Uno, porque le ocupa-ron sin su consentimiento “su” mesa;el otro, porque, sin tener nada quever con esa decisión, está siendo eldepositario de un reproche que de-bería ser dirigido a otro.

A veces, por estos motivos elambiente se enrarece demasiado ylos reclamos pueden terminar de lamanera menos pensada.

Mientras, los bailarines de tan-go continúan debatiéndose en elintrincado mundo de “las mesasreservadas al que llegue primero”,salvo rarísimas excepciones, por-que que las hay, las hay.

Del libro Hombre Tango Mujer

Una vez Zeng Shen1 vivióen Fei. Allí había un hombrede su mismo nombre y apelli-do, quien mató a una perso-na. Alguien le dijo a la madrede Zeng Shen: “¡Zeng Shenmató a una persona!”

La madre de Zeng Shendijo: “¡Mi hijo no mata a laspersonas!” Como si nada hu-biera pasado continuó hilando.

Un momento despuésvino otra persona y dijo:“¡Zeng Shen asesinó a al-guien!”

La madre prosiguió hilan-do como si nada.

Transcurrió un corto tiem-po. Una persona más vino adecirle: “¡Zeng Shen mató a unhombre!”

La madre de Zeng Shen seasustó. Arrojó la lanzadera a unlado, saltó la pared y escapó.

Zeng Shenmató a una

personaZhanGuoCe

AndrésTrías

Día delPadre

Abelardo, Arsaín, astuto abogado argentino, asesino agu-do, apuesto, ágil aerobista acicalado. Atento. Amable. Amigoasiduo, afectuoso, acechante. Ambicioso. Amante ardiente, arre-cho. Autoritario. Abrazos asfixiantes, ansiosos, asustados. Alu-vión apagado, artefacto ablandado, apocado. Agravado. Alta-mente agresivo, al acecho. Abelardo Arsaín. Arma al alcance,arremete artero, ataca arrabiado, asesina. Atrapado. Absuelto:autodefensa. ¡Ay!

Palabras parcas

LuisaValenzuela

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Carau es el nombre de un ave

zancuda, de plumaje negro y vue-

lo torpe, que habita en lagunas,

esteros y bañados co-rrentinos.

Como su nombre lo indica su ca-

racterística es su grito que lo

emite casi toda la noche o ante

la proximidad de algún extraño a

la comunidad en que vive.

Cuenta la leyenda que Carau

fue un muchacho apuesto y muy

buen bailarín, aparte de

guitarrero y cantor, que vivía en

compañía de su madre, para

quien eran todos sus cuidados y

desvelos. Pero cierta vez que ella

enfermó seriamente, Carau agotó

sus esfuerzos para atenderla con

medicación casera, y al no tener

mejoría resolvió marchar al atar-

decer hacia el pueblo más próxi-

mo, distante varias leguas del

rancho. En el camino encontró un

baile, donde se acercó por curio-

sidad, pero enseguida se confun-

dió con los bailarines, atraído por

una muchacha muy agraciada,

que a su vez coqueteaba con él,

teniendo en cuenta que sobresa-

lía entre todos, por su postura y

elegancia. Olvidando por comple-

to la enfermedad de su madre,

continuó bailando toda la noche

hasta que de madrugada un ami-

go le trajo la noticia que su ma-

dre había muerto.

—¡No importa, mi buen ami-

go —respondió Carau—. ¡Hay

tiempo para llorar!

Sin embargo, atormentado

El Caraupor el remordimiento salió del

baile para hacerse cargo de su

madre muerta. Cuenta la leyen-

da que durante mucho tiempo

peregrinó por el pago sin hallar

consuelo. La ropa oscura que

usaba, desgastada y desteñida

por el tiempo y la intemperie se

hizo trizas transformándose des-

pués en plumas. Los brazos se

volvieron alas y el cuerpo adqui-

rió la forma de un ave. Se largó a

Leyendacorrentina

AlejandroAguadoJeremías

Recuerdo

ESFÉRICO MUNDO

TotoAl-AssadMursi

vivir y llorar por los esteros. Cuen-

ta la leyenda que la muchacha

que lo retuvo en el baile, también

se convirtió en ave, tomando la

forma de la pollona, y lo acom-

paña al carau en su constante pe-

regrinar.

Una sola vez me concediste el placer de lacita, pero fue suficiente para que no dejara derecordarte con tu espalda sobre la antigua pie-dra, encendida por ese furtivo encuentro en so-ledad, cálida y temerosa de que te descubrieran.

La piedra y el recuerdo siguen ahí; tú, no.

JulioCésarParissi

ConradoArbiza

Virtudtenística

En la primavera de 1232, cerca de Aviñón, el caballero Gontran D’Orville mató por laespalda al odiado conde Geoffroy, señor del lugar. Inmediatamente confesó que había venga-do una ofensa, pues su mujer lo engañaba con el Conde. Lo sentenciaron a morir decapitado,y diez minutos antes de la ejecución le permitieron recibir a su mujer, en la celda.

—¿Por qué mentiste? -preguntó Giselle D’Orville-. ¿Por qué me llenas de vergüenza?—Porque soy débil -repuso-. De este modo simplemente me cortarán la cabeza. Si hu-

biera confesado que lo maté porque era un tirano, primero me torturarían.

La confesiónManuelPeyrou

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GuadaSuárezGarfio (2)

ClaudiaPanno

Flash danceLa ex chica

PepeMujica

JaimeClara

Hay un tipo de mujer que si-gue conservando el interés por lamúsica y, además, sabe lo que estáde moda. No se le arruinó el oídoni el buen gusto, como a las casa-das, y se copa yendo a mega reci-tales de bandas extranjeras o a unarave party, esas fiestas electróni-cas de Djs, que duran varias no-ches.

Se trata de la ex chica Flash

dance, que está sola y a los 40 si-gue conservando el físico y las po-lainas de la juventud. Tiene unacolección importante de CD, ade-más de long plays y cassettes quede vez en cuando escucha para re-vivir el pasado, aunque lo suyo esla electrónica.

Puede vivir sin pareja, sin tra-bajar, pero nunca sin música, por-que le pone las pilas y la hace feliz.Escucha la radio a todo volumendesde que se levanta hasta que seacuesta. Esa tolerancia al sonido sedebe a que todavía no le cambió elcarácter como a la casada, que seirrita ante el menor ruido, como, porejemplo, el de la llave que coloca elmarido en la cerradura de la puertade entrada al llegar.

De chica se movía al ritmo detodos los géneros musicales, por-que la mandaban a baile. Hoy pien-sa que si se hubiera dedicado a la

danza de lleno, formaría parte delBolshoi, aunque por la edad y porcómo se viste está más para el bai-le del caño en Cocodrilo.

La ex chica Flash dance no tira

la toalla y sabe que alguna vezretomará las clases de danza en elliving de su departamento, cuandose decida, finalmente, a instalar allíel palo para hacer pole-dance.

RaúlRemigioVargas

Riguroso

Del libro A verso limpio

Jericles

En vidafue un hombre de aspecto rigurososu corazón también fue rigurososu esposa y sus hijos lo admirabansu amante también lo admirabaLe tocó en suerte merecer el bronceEs extraño verlo ahorainmóvil, en el centro de una plazacon un pajarito en la cabeza

Planeta

Mark Twain¿Por qué nos alegramos en las bodas

y lloramos en los funerales?Porque no somos la persona involucrada.

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HamTragamonedas

AAGGGHHHH

WilliamGezzioGauchaje

Lar

Paseadorbíblico

Playa

LucasCasale

Del libro Paraderos, poesía y prosa.

DisfracesDiego

JourdanPereira

Albert Einstein

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Mi conciencia es una playa de naufragios,un patio donde la hojarasca no se descomponepermanece ahí girando con el vientosiendo barrida por la concienciasólo cambiando de lugar y de tenor

Pon tu mano en un horno caliente durante un minuto yte parecerá una hora. Siéntate junto a una chica preciosadurante una hora y te parecerá un minuto. ESO es larelatividad. La gravitación no puede ser la causa de que lagente se enamore.