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ayudar a una persona deprimida es, a menudo, muy cansado a nivel moral y psíquico. Por lo tanto, piensa en cuidarte y en ofrecerte algunos momentos de respiro y de descanso bien merecidos.
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SUGERENCIAS
Siga hablando con su hija.
Bríndele su apoyo. Dígale que usted está allí para ayudarla.
Escuche. Trate de no abrumar a su hija con preguntas o sermones. Los
adolescentes suelen volverse herméticos con ese tipo de método.
Ayude o apoye a su hija con las rutinas diarias.
Programe su vida familiar para ayudarle a dormir lo suficiente.
Cree una dieta saludable para su familia.
Dele a su hija recordatorios amables para que tome su medicamento.
*Observe si hay señales de que la depresión está empeorando. Consultar con
el especialista en caso de ser asi.
Anime a su hija a hacer más ejercicio y a realizar actividades que le gusten.
No mantenga alcohol en el hogar o guárdelo bajo llave.
Su hija está deprimida, lo mejor es retirar cualquier arma de la casa. Si usted
siente que debe tener un arma, mantenga todas las armas bajo llave y guarde
las municiones aparte.
Guarde bajo llave todos los medicamentos recetados.
Exhortar a que hable: Debido a que a ella le embargan sentimientos de
poca autoestima, procure ayudarle. ¿Cómo? Desde luego, no con comentarios
sentenciosos del tipo “No debes sentirte así” o “Esa no es una buena actitud”.
Al contrario, trate de ponerse en su lugar manifestando ‘sentimientos de
compañero’ Recuerde que la persona que está verdaderamente deprimida
padece mucho. El sufrimiento no es imaginario; no lo finge solo para llamar la
atención. Después de escuchar, intente que se sincere con usted. Pregúntele
por qué se siente de esa manera. Luego, con bondad y paciencia, ayúdele a
ver por qué esa opinión tan negativa de sí misma no está justificada.
Recuérdele que puede contar con el amor de su padre; esa confianza aliviará
gran parte de su inquietud
Asegúrese de que descanse lo suficiente, se alimente bien y haga ejercicio, en
este caso se le receto medicación, ayúdele a ver la importancia de tomarla.
No deje nunca de animarle ni de mostrarle amor.
Estimularla para que escuche su música favorita. Según un estudio de Jones
y Field, la terapia musical mejora significativamente los estados de ánimo de
los adolescentes que muestran signos de depresión.
El sufrimiento debe tomarse en serio: si ella te tiene confianza, no banalices
su sufrimiento diciéndole frases del estilo “ya pasará, sólo es un obstáculo
difícil”. Si se siente incomprendida, tendrá una mayor tendencia a aislarse, a
sentirse desubicada y a pensar que nadie la puede ayudar.
Aprende a no juzgar: sé consciente de que es imposible razonar en este
momento con ella ya que padece una enfermedad que afecta al control de
las emociones. También es imperativo aprender a no juzgarla ni culparla,
aunque a primera vista no comprendas las razones de su enfermedad: “no
puedes permitirte este tipo de comportamiento”. Olvida también todo tipo de
reproches, del tipo “hay gente más desgraciada que tú en el mundo”. Y, por
supuesto, evita los consejos básicos y las lecciones morales sobre lo que
debería hacer para retomar las riendas de su vida.
Una escucha atenta: aprende a mostrarle cariño, paciencia y escucha. Deja
hable a corazón abierto, aunque se repita mucho y parezca que no te
escucha. Tu apoyo será, en un primer momento, un consuelo infinito. Por el
contrario, dale un punto de honor e intenta no infantilizarla, para que no se
vuelva totalmente dependiente de ti.
Permanece positivo: para ella, el futuro está muy oscuro. Es tu función hacer
que cambie de idea, aunque no se muestre nada receptiva. Háblale de tu
vida, de tus ocupaciones, hazla partícipe de tus momentos de alegría y
muéstrale el lado positivo de las cosas. Y, sobre todo, anímala a que
conserve la esperanza diciéndole que todo irá mejor mañana.
Empújala a mantener una vida social: ocurre con frecuencia que una persona
deprimida se aísle totalmente y destierre toda vida social. Por lo tanto, eres tú
quien debe animarla a salir contigo. Sin ser demasiado directivo, proponle dar
un paseo, ir al cine, salir a cenar… Si no es necesario que seas demasiado
autoritario, por lo menos muéstrate firme. En lugar de decir “¿prefieres pasear
o nos quedamos en casa?”, mejor di “ven, te llevo a dar un paseo”. Aunque
ella se muestre recalcitrante al principio, seguro que te lo agradecerá más
adelante.
Ayuda a tu hija a reconocer las cosas buenas de la vida. Según el Dr. Steve
Bressert, es beneficioso ayudarla a redescubrir las alegrías de la vida. Esto
puedes hacerlo ofreciéndole distraerse (por ejemplo, llevándolo de excursión) y
envalentonarla para que participe en las actividades que alguna vez le
resultaron placenteras. El Dr. Bressert señala que si bien deseas impulsar a tu
hija, no lo hagas demasiado ni muy rápido.
Ayuda a crear un ambiente de bajo estrés. Puedes ayudarla a reducir los
síntomas de depresión asegúrandote de que tu hija tiene una rutina regular y
de otra forma minimiza el estrés. Esto incluye un horario regular para comidas y
descanso. También puedes ayudarla que se organice para que no experimente
el estrés asociado con el desorden y el caos. Esto incluirá ayudarla con las
cuentas, la lavandería, las compras diarias y el mantenimiento del hogar.
Ofrece apoyo durante todo el proceso de tratamiento tanto si hay algún
progreso notable como si no lo hay. Pregúntale sobre sus emociones en el
tratamiento de la depresión y escucha atentamente todo lo que te diga.
Permanece informado e involucrado para que puedas seguir de manera
efectiva el progreso del tratamiento objetivamente.
Cuida de tu propia salud durante el proceso de curación y asegúrate de
mantenerte sano y enfocado para seguir siendo un cuidador eficaz. Si te exiges
demasiado o ignoras tus propias necesidades, te volverás malhumorado,
irritable y menos paciente con ella , minando de manera potencial cualquier
apoyo que le hayas dado.
Muestra tu confianza en su capacidad para recuperarse completamente de la
depresión. Los estudios demuestran que con el tratamiento adecuado,
incluyendo psicoterapia y prescripción de medicamentos, entre el 85% y el 90%
de todos los que sufren depresión se recuperan completamente para llevar una
vida normal y saludable.
Ayúdala a recuperarse de la depresión haciendo que participe en actividades
divertidas y emocionantes como la naturaleza, una comida en un restaurante
especial, una noche en el cine o cualquier otra cosa que formaba parte de la
vida normal antes de tener la depresión. Involucra a otras personas si es
posible para reducir los sentimientos de soledad, aislamiento y desesperación
que a menudo acompañan a la depresión.
Lo más importante es que no dudes de ti mismo ni de tu capacidad de
escuchar, Si te sientes debilitado, es ella quien podría utilizarte como chivo
expiatorio. Pero si ella siente que conoces tus límites y tiene confianza en ti,
se sentirá más responsable de ella misma e intentará curarse.
Última sugerencia: ayudar a una persona deprimida es, a menudo, muy
cansado a nivel moral y psíquico. Por lo tanto, piensa en cuidarte y en
ofrecerte algunos momentos de respiro y de descanso bien merecidos.