Suicidio, teder la mano

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Artículo sobre el problema comunitario del suicidio

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Prevenir el suicidio: tender la mano y salvar vidasPor Jess Alonso Valera (*) y Beatriz Martnez Pascual (**) (*) Psiclogo, Especialista en Clnica y diplomado en Emergencias y situaciones de violencia(**) Psiquiatra, Doctora en Psicologa de la Salud y Psicoterapeuta

Bajo este lema se ha celebrado el da 10 de septiembre de 2015 el da mundial de la prevencin del suicidio, impulsado desde el ao 2003 por la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) y la Asociacin Internacional para la Prevencin del Suicidio.

Un da necesario para visibilizar un mal social escondido en el silencio. Segn el informe de la OMS recientemente publicado y titulado Prevencin del suicidio, un imperativo mundial, se calcula que 800.000 personas mueren anualmente por suicidio. La cifra real, como reconoce la OMS, es probablemente muy superior ya que estas muertes tienden a ocultarse por el estigma social asociado al suicidio, la falta de procedimientos fiables de registro de las muertes y/o sanciones religiosas o jurdicas contra esta accin en bastantes pases. En Espaa, en concreto, no ha dejado de aumentar la cifra de personas que se suicidan en los ltimos aos (cuando se empiezan a mostrar cifras oficiales). Los datos mas recientes son de 2013 y nos hablan de 3.870 personas (2.911 varones y 959 mujeres), lo que supone una tasa del 8,3 fallecidos por esta causa por cada 100.000 habitantes. Supone un incremento del 2,7%, an con cambios metodolgicos, respecto al ao 2012 (y eso que ese ao haba habido un incremento espectacular y doloroso del 11,3% respecto al 2011), y es la cifra mas alta desde 2005, colocando, una vez mas, al suicidio como la principal causa de muerte en nuestro pas.

Y un dato muy llamativo segn el Instituto Nacional de Estadstica espaol: el grupo de edad al que mas afecta este tipo de muerte por causas externas es el incluido entre los 10 y los 39 aos. Y el 90% de ellos con problemas de salud mental. Como nios y nias de edades prximas a los 10 aos pueden sentirse tan angustiados que deseen morir?. Cmo jvenes del entorno a los 20 y 30 aos, momento lgido de nuestras vidas, pueden sentirse sin fuerzas para afrontar los problemas -que van asociados a la vida misma-?. Qu est pasando?.

Si abandonamos la fra estadstica y miramos desde la tragedia humana que supone cada una de estas muertes, podemos difcilmente imaginar el intenso dolor psicolgico que lleva a alguien a tomar esa decisin, como nico recurso a su alcance. La soledad, la crisis econmica y, sobre todo, la exclusin social, donde las tradicionales redes de apoyo informales han desaparecido y el Estado ha dejado de ofrecer o mermado significativamente la calidad de las redes formales pblicas, podran ser algunas de las variables relevantes a tener en cuenta en el afrontamiento de este problema.

En nuestra prctica diaria como profesionales nos encontramos con la demanda de un abordaje individual de los problemas, a travs del diagnstico y las psicoterapias con o sin apoyo farmacolgico centradas en el sntoma (irritabilidad, ansiedad, estrs). Pero el enfoque clnico no es suficiente para abordar los problemas de salud mental, precisamos incluir la perspectiva y el abordaje social. Este incremento significativo de los suicidios nos sealan un problema social, no un problema individual. Por tanto debemos abordarlo como sociedad, resignificando la situacin (es el individuo el enfermo o es la sociedad la que est enfermando?) y reestableciendo y/o creando las redes sociales que protegen a los individuos al sentirse de un colectivo, a sentirse pertenecientes a una sociedad, a saber que no estn solos ante los problemas que surgen en la vida (empoderndose como sujetos y como grupo). Cuidar la salud mental de nuestra sociedad no nos compete slo a los profesionales, nos corresponde a todos. Y todos, ya sea desde nuestros puestos institucionales o desde nuestras acciones individuales, podemos aportar esa solidaridad, esa confianza y apoyo muto con nuestro entorno que convierta a nuestras sociedades en sistemas seguros, donde la soledad slo sean esos momentos elegidos. Es cuestin de voluntad.

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