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SUMAR I O - una · Felipe Arias, agricultor de Acosta (San José), al referirse a la agricultura orgánica afir- ma que "los campesinos de hoy somos los nuevos hombres de ciencia,

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OCUPA TODO EL ESPACIOGuía urbana

S U M A R I O 1 4 5

Director y editor Eduardo Mora. Asistente Karol Montero.Consejo editor Manuel Argüello, Gustavo Induni, Wilberth Jiménez, Luis Poveda.Fotografía Alfredo Huerta {salvo excepciones señaladas}Asistencia y administración Rebeca BolañosDiagramación e impresión Litografía e Imprenta Segura Hermanos, tel. 279 9759.

Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional,tel.: 277 3688, fax: 277 3289, apartado postal: 86-3000, Costa Rica,[email protected], w w w . a m b i e n t i c o . u n a . a c . c r

EditorialOrgánico: sano, sostenible, justo

Evelio GranadosActualidad de la agricultura orgánica en Costa Rica

José A. ChavesMovimiento de Agricultura Orgánica:

por una nueva ruralidad guiada por los productores

Jonathan Castro y Manuel AmadorFincas orgánicas: alimentos sanos, fijación de C

y menos gases-invernadero

Manuel AmadorMercado nacional de productos orgánicos

Eduardo MoraLa finca de película de Anselmo Rodríguez

Eva CarazoUna ley para la agricultura orgánica

345

7

101214

U.S. FISH & WILDLIFE

SERVICE

DE

PA

RTMENT OF THE INTERIO

R

Rectificación: el artículo "Excazadores integrados a manejo de áreas sil-vestres", aparecido en nuestra edición 143, tiene como único autor a J. P.Carvajal. El nombre de M. Wiedl fue consignado erróneamente.

E N N O V I E M B R E

T E M A D E P O R T A D A

2 Octubre 2005

Parque Nacional La Cangreja

TLC y recursos marinos

Presiones sobre Parque Nacional Tortuguero

Energía solar en Costa Rica

O T R O S T E M A SGian Carlo Delgado

Metales en América: explotación y ambiente.El caso tico de Glencairn

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E D I T O R I A L

La agricultura orgánica, muy importante en Europa des-de hace décadas, ha cobrado gran relevancia en nues-tro país en los últimos años. Ella es también popular-

mente reconocida como agricultura biodinámica, agricultu-ra biológica, agricultura natural, permacultura y, más recien-temente, agricultura ecológica. Aun cuando existen diferen-cias conceptuales y operativas entre esas prácticas, en estaedición, cuando se usa el concepto agricultura orgánica seestá haciendo referencia a todas esas variantes.

Técnicamente, en la agricultura orgánica se hace un ma-nejo adecuado y óptimo del suelo, del agua, de la vegetacióny de otras formas de vida, sin usar fuentes externas de ener-gía de síntesis química; en ellase evita o minimiza la conta-minación del ambiente, seprocura la independencia tec-nológica, la producción sanade alimentos para los produc-tores/as y los consumidores/asy se busca el bienestar de la fa-milia y la población rural. Pa-ra los productores/as orgáni-cos esta agricultura supone larecuperación del conocimien-to y las prácticas desarrolladaspor nuestros antepasados y vi-talizadas con nuevos conoci-mientos originados en la cien-cia llamada ecología. Estenuevo enfoque ha derivado enla agroecología, nueva disci-plina en construcción a la quela academia llegó tardíamente. Felipe Arias, agricultor deAcosta (San José), al referirse a la agricultura orgánica afir-ma que "los campesinos de hoy somos los nuevos hombresde ciencia, pero de una ciencia de vida, de recuperación delas experiencias hermosas y valiosas que hicieron durante si-glos nuestros padres y abuelos".

La agricultura orgánica ha surgido en un contexto enque el deterioro del ambiente es parte de la realidad de mu-chos seres humanos en el mundo y, destacadamente, de losagricultores/as que sufren sus consecuencias en carne pro-pia. Por ello, en la agenda de muchos de éstos está la luchapor un ambiente poco o nada desequilibrado y por una pro-ducción libre de químicos dañinos para la salud. La agricul-tura orgánica proporciona eso y, además, supone una nuevaforma de vida y de relaciones entre los seres humanos y en-tre éstos y su ambiente; para los productores/as la agricultu-ra orgánica es la agricultura de la vida y por la vida.

Diversas actividades productivas agrícolas y pecuarias

forman parte del abanico de experiencias que ha alcanzadola agricultura orgánica. En una investigación realizada porCedeco, publicada en 2003, se indicaba la existencia de al-rededor de 3.000 familias costarricenses ligadas a la agricul-tura orgánica en una superficie de unas 15.000 hectáreas.Entre los principales productos orgánicos ticos ligados almercado de exportación destacaron el banano, el cacao, lanaranja, el café, la mora y la caña de azúcar; y, en menorproporción y para el mercado interno, destacaron el frijol ta-pado y las hortalizas. También se registraron volúmenes me-nores de productos de consumo cotidiano, como plátano,yuca, plantas medicinales y algunas frutales de temporada.

Como la agricultura su-pone una diversidad de pro-ductos en la finca, muchasde las unidades de produc-ción orgánica han avanzadohacia la construcción de fin-cas orgánicas integralescampesinas (foic), que resul-tan ser más ventajosas paralas familias orgánicas, puesposeen mayor diversidad deproductos para el mercado ypara el autoconsumo.

Para la agricultura orgá-nica es fundamental el creci-miento de la producción encantidad, en variedad y encalidad, y también es funda-mental el mercado, especial-mente el local, en lo que jue-

gan un papel determinante los consumidores. Si -como haafirmado una consumidora- todos precisamos consumir,nuestro consumo debiera ser ético, consciente y justo, conun mercado orgánico fuerte y justo. Consumir productosagroecológicos es fortalecer doblemente el consumo, porqueinvertimos en un mercado orgánico y justo.

Los retos de la agricultura son numerosos y entre ellosdestaca el lograr el reconocimiento social de su aporte a unaalimentación y ambiente sanos, también el lograr el creci-miento del consumo interno y el mejorar su incursión en elmercado externo. Un reto más inmediato es lograr el apoyoabierto y decidido del estado mediante una política consis-tente y sostenida de promoción y estímulo de esta agricultu-ra, y no menos importante es lograr que el aparato de inves-tigación de los institutos y universidades públicas orienteuna buena parte de su accionar a las necesidades de los pro-ductores/as orgánicos para validar, legitimar y mejorar estasnuevas formas de producción.

Orgánico: sano, sostenible, justo

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El mercado de productos orgánicos ha venido mos-trando un desarrollo interesante a lo largo de las dosúltimas décadas. Gran cantidad de productores, casi

6.000 según las empresas certificadoras, y diferentes gruposorganizados se han posicionado en este subsector producti-vo y el área cultivada alcanza 11.000 hectáreas. El merca-do nacional genera una circulación de al menos $1.500.000al año y anualmente se exporta alrededor de $10.000.000en diferentes productos orgánicos. Entre las organizacionesque se han posicionado están Apodar, Appta, Alianza Ca-fetera, Oro Verde, Aprocan (mora), Grupo Mujeres de SanLuis de Grecia, Productores Independientes y Asomag. Losprincipales puntos de venta son (cronológicamente en esteorden): las ferias del agricultor, la Feria del Trueque, los su-permercados y las exportaciones, siendo consideradas lasferias del agricultor y la Feria del Trueque como mercadosinformales donde los productores dan a conocer los pro-ductos. Allí los clientes, mayoritariamente, no son exigen-tes y se guían principalmente por el precio. En los super-mercados, donde hay superiores normas y formalidad, elcliente es más exigente y los precios son mayores. El mer-cado internacional es el comprador más exigente de todos.

El impulso recibido por la agricultura orgánica tiene dife-rentes orígenes. Por una parte, están las prácticas an-

cestrales y tradicionales de productores rurales e indígenasque desarrollan una agricultura conservacionista y amiga-ble con el ambiente. Por otra, está el desarrollo dado enZarcero en los años ochenta por estímulo de agentes exter-nos, como los japoneses, y el boom de la agricultura ecoló-gica en Europa. A Talamanca lo impacta ese boom pero,acaso más que eso, allí se le da continuidad a prácticas pro-ductivas con fuertes raíces culturales indígenas.

La producción orgánica en Costa Rica se inició con pro-ductos como el cacao, el café y el banano orientados haciael mercado internacional, con apoyo extranjero en la co-mercialización. Gradualmente, se fue suscitando interéspor la producción de otras especies como cardamomo,mango, especias, raíces, lechuga, tomate y zanahoria, y seempezó a generar un mercado interno. Con la aparición delos productos en el mercado se originó un fenómeno deconcienciación a nivel local, promocionado especialmentepor Cedeco, que gradualmente el estado y otras organiza-

ciones han estimulado potenciándolo en cuanto a las ven-tajas de lo orgánico en salud y ambiente.

En la investigación Estado actual de la agricultura orgáni-ca en Costa Rica, realizada por Cedeco y auspiciada por Hi-vos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo yla agencia de cooperación Oxfam en 2003, se establecióque Limón y Puntarenas son las provincias que concentranmayor número de familias productoras orgánicas; y las ma-yores concentraciones de áreas de producción están enGuanacaste, Limón y Puntarenas, sobresaliendo en Guana-caste la producción de naranja, en Limón la de banano-ca-cao y en Puntarenas (región Brunca) y en la región Choro-tega la producción de frijol tapado.

El fortalecimiento del subsector productor de agriculturaorgánica pasa por la necesidad de superar las limitacio-

nes de las organizaciones y los productores y por el robus-tecimiento de políticas públicas de producción orgánicacompetitiva. La debilidad presente en el subsector es indi-cador del divorcio histórico entre las políticas ambientalesy las políticas agropecuarias en el país y de la estrecha vi-sión de lo que es un sector agroalimentario y lo que es la se-guridad alimentaria. En la actualidad, la presencia del Mi-nisterio de Agricultura no es tan fuerte como sería desea-ble, y el Ministerio del Ambiente apenas empieza a plan-tearse la relación entre el ámbito productivo y el ambien-tal. La presencia del Ministerio de Salud es muy débil.Otras dependencias tienen aún una presencia más débil.También las debilidades se expresan como una desarticula-ción entre el sector ambiente y el sector productivo, por loque se hace necesario el desarrollo de una agenda agroam-biental.

Existen algunas iniciativas tendientes a apoyar el desa-rrollo de la agricultura orgánica en el país; por ejemplo, unproyecto del Banco Interamericano de Desarrollo para de-sarrollar experiencia de agricultura orgánica (Catie-Mag)en zonas de pendiente, con la idea de contribuir a la con-servación en cuencas. En el contexto nacional, fuertemen-te influenciado desde lo global, diversos actores estratégi-cos (oenegés y productores con escaso apoyo del estado) seabren paso para construir un proceso alternativo de pro-ducción sobre una realidad económica y ambiental asfi-xiante que busca encadenar una prospectiva de vida ruralsustentable adaptando una filosofía de solidaridad hacia lafamilia campesina y el ambiente en general.

4 Octubre 2005

Evelio Granados, ingeniero agrónomo, es investigador y profesor en laUniversidad Nacional ([email protected]).

E V E L I O G R A N A D O S

T E M A D E P O R T A D A

ACTUALIDAD DE LA AGRICULTURAORGÁNICA EN COSTA RICA

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5Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

El Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense(Maoco) apuesta a consolidarse como un movimien-to social, como una iniciativa compuesta por un con-

junto de gente diversa: organizaciones de productores yproductoras orgánicos, oenegés, universidades y entidadesestatales que deciden establecer un rumbo común y apro-vechar sus diferencias como riqueza para trabajar en pos deun ideal.

Los orígenes de este movimiento hay que buscarlos enla decisión de muchos productores y productoras que du-rante los años ochenta y noventa se aventuraron a produ-cir de manera sostenible, abandonando la receta de la Re-volución Verde. Al principio, esta forma de producción sellamó natural, ecológica, producción sin químicos y, más ade-lante, producción orgánica. A este esfuerzo se sumaron otrossectores sociales representados por oenegés y organizacionessociales que apostaban a un desarrollo diferente basado enuna producción limpia, por medio de programas de capaci-tación, intercambios, investigación e incluso propuestas delegislación y reglamentación. Las universidades también hi-cieron su aporte en materia de capacitación, investigación,sistematización y acompañamiento y, finalmente, el estado,a partir de la Ley orgánica del ambiente (de 1995), establecióinstancias para la promoción y la regulación de esta activi-dad.

Estas fuerzas e iniciativas confluyeron en el año 2000 yfundaron Maoco como un espacio de encuentro, como unaoportunidad de diálogo y como una forma de desarrollariniciativas comunes -ahora como una fuerza nacional, di-versa y en crecimiento. De esta manera se decidió trabajaren tres áreas estratégicas: (1) construcción de una estrate-gia nacional de agricultura orgánica que logre definir yorientar el rumbo del trabajo en los próximos 10 años; (2)desarrollo de procesos de incidencia política tendientes agenerar condiciones institucionales y políticas favorables ala promoción y el desarrollo de la agricultura orgánica, y(3) gestión institucional, que significa, por una parte, forta-lecer la necesaria institucionalidad dentro del Movimientoy, por otra, la relación y el establecimiento de alianzas paralos distintos procesos de desarrollo.

Hemos logrado avanzar en la construcción de una estra-tegia nacional de agricultura orgánica desde procesos

regionales. En éstos, los productores y productoras de lasdistintas regiones del país, en primera instancia construyenestrategias para el fomento y el desarrollo de la agriculturaorgánica a 10 años plazo para cada una de sus regiones, es-tableciendo así la producción orgánica ante todo como unaforma de vida pero que trasciende el ámbito de la finca o laexperiencia individual y se propone como una vía para eldesarrollo de una nueva ruralidad, en tanto experimenta ydesarrolla nuevas tecnologías productivas basadas en el co-nocimiento de los ciclos naturales y en la integración de di-versos cultivos y crianzas. Esta producción, en tanto no sig-nifica peligro, permite una mayor integración de la familia,hombres y mujeres, adultos y jóvenes, creando nuevas for-mas de empleo en la producción directa y en el manejo pos-terior a la cosecha, en el procesamiento para generar mayorvalor agregado y en procesos de control y manejo contableadministrativo, así como de mercado. Se establece comomercado natural de la producción orgánica el mercado lo-cal: el inmediato vecinal, el de las ferias e, incluso, el de lossupermercados, sin dejar de lado la exportación cuando és-ta se hace posible.

La articulación de la producción orgánica, la agregaciónde valor por medio de pequeñas industrias caseras y grupa-les y la comercialización directa, en una propuesta de

J O S É A . C H A V E S

MOVIMIENTO DE AGRICULTURA ORGÁNICA:POR UNA NUEVA RURALIDAD GUIADA

POR LOS PRODUCTORES

Selección de calidad de jocotes destinados al mercado, realizada familiarmente en fincaorgánica Los Bobos, Acosta, San José.

José Antonio Chaves es secretario ejecutivo del Movimiento de AgriculturaOrgánica Costarricense (Maoco).

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6 Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

desarrollo rural en la que los productores y productorasson los proponentes y protagonistas, es uno de los ele-mentos esenciales de Maoco.

Uno de los esfuerzos más importantes en la línea degestión política ha sido la elaboración y trámite de

un proyecto de ley para el fomento de la producción or-gánica. Ése, que actualmente está en conocimiento dela Comisión de Asuntos Agropecuarios de la AsambleaLegislativa, tiene las siguientes características definito-rias: (a) Reconoce la producción orgánica como una ac-tividad de interés público, en igualdad de condicionesque la agricultura convencional, por lo que merece losmismos apoyo y promo-ción por parte del Minis-terio de Agricultura yGanadería. (b) Apoya laagricultura orgánica des-de la educación, la in-vestigación y la exten-sión, permitiendo a dis-tintas instituciones apor-tar a su promoción y de-sarrollo. (c) Fomenta laagricultura orgánica pormedio de incentivos co-mo la promoción demercados locales de pro-ductos orgánicos, la im-plementación de segurosde cosecha especialmen-te adaptados y el apoyobancario en condicionesapropiadas a la lógica dela producción orgánica,ampliando el apoyo delfondo Fodemipyme; eneste sentido también es-tablece exoneracionestemporales de algunosimpuestos a los producto-res y productoras y, finalmente, fortalece lo que ya sehace, adecuando formas de transición y certificaciónmás amigables para la producción destinada al mercadonacional. (d) Finalmente, la propuesta de ley protege laagricultura orgánica de las amenazas reiterando la im-portancia del uso y el acceso a semillas criollas y prohi-biendo el uso de organismos transgénicos y su siembraen áreas donde hay cultivos orgánicos. Con la mismafuerza, exige castigo para quienes hagan fraude hacien-do pasar los productos convencionales como productosorgánicos, todo lo cual abona a crear condiciones parael desarrollo y consolidación de la actividad orgánica.

La gestión institucional en Maoco se desarrolla enuna doble vía:

Internamente se trabaja para consolidar los meca-nismos de encuentro y decisión de actores sociales y pa-

ra fortalecer el trabajo de productores y productoras or-gánicos y sus organizaciones en las regiones; así, pro-ductores y productoras de Upala-Guatuso, Talamanca,Brunca, Huetar Norte, Huetar Atlántica, Guanacaste,Valle Central Sur, Oriental y Occidental y, más recien-temente, región Pacífico Central, a partir de la cons-trucción de sus estrategias se organizan como maocos re-gionales a la vez que son parte del Maoco general.

Y, por otra vía, la gestión institucional apunta al de-sarrollo de una robusta política de alianzas que logre do-tar a la actividad orgánica del reconocimiento y legiti-midad necesarias, y de las condiciones económicasapropiadas, mediante el desarrollo de acuerdos con la

banca estatal para obte-ner financiamientoadaptado a las condicio-nes, ritmos, rentabilidady potencialidad de laproducción orgánica. Yacuerdos con iniciativasde cooperación interna-cional que puedan apor-tar recursos reembolsa-bles y no reembolsables ala actividad productiva,a la industria y a la co-mercialización orgánicas.

La gestión institucio-nal apunta también aformar parte de iniciati-vas continentales, comoel Movimiento Agroeco-lógico Latinoamericano,con la intención de com-partir a nivel internacio-nal, generando procesosde aprendizaje y proyec-ción.

De esta manera, Mao-co apunta al fomen-

to de la producción orgánica como una propuesta dedesarrollo rural y nacional que parte de la diversidadcultural y productiva como potencialidad. Con una vi-sión de desarrollo inclusiva en la que hombres, mujeres,jóvenes y adultos tengan oportunidad no solo de produ-cir sino también de formarse para conducir sus propiasiniciativas, basados en los principios de equidad y soli-daridad. Trabajamos en la agricultura orgánica para for-talecer una nueva ruralidad costarricense donde el co-nocimiento, la producción, la organización y la partici-pación son parte de una misma propuesta integral enmanos de los productores y productoras, propuesta den-tro de la que la sostenibilidad no es más un discurso ouna utopía, sino una tarea diaria basada en el compro-miso de dejar a nuestros hijos e hijas un mundo mejor.

Café, banano, cítricos, con monte, en finca orgánica Los Bobos, San José

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La producción orgánica, tanto agrícola como pe-cuaria, es de reciente desarrollo en el país, pero yason numerosos los productores que han optado

por ella, siendo evidentes y públicos los buenos resulta-dos en sus fincas y en sus productos. La CorporaciónEducativa para el Desarrollo Costarricense (Cedeco)tiene 15 años de apoyar la gestión de la producción or-gánica en todas las fases de la cadena agroalimentaria,procurando el protagonismo del productor y el consu-midor orgánico en la producción en finca, en la indus-trialización y en la comercialización tanto nacional co-mo internacional. Actualmente, Cedeco lleva a cabouna investigación sobre el papel de las fincas orgánicasen la mitigación de los gases de efecto invernadero y laproducción de alimentos sanos. La tarea es coordinadacon la Federación Mundial de Movimientos de Agricul-tura Orgánica que, en 2004, se propuso definir cuál po-dría ser el aporte de la agricultura orgánica ante el cam-bio climático (Kotschi y Müller-Samann 2004). La in-vestigación, que parte de las evidencias científicas deque las actividades humanas están impactando y modi-ficando el clima mundial de manera tal que los desba-lances negativos para el desarrollo de todos los países yase empiezan a ver, revelará cuál es el aporte concreto delas fincas orgánicas (de pequeños y medianos producto-res) en la mitigación del cambio climático a través delsecuestro de carbono y la reducción de emisiones de ga-ses de efecto invernadero.

La investigación es, concretamente, sobre 15 fincasubicadas en diferentes regiones del país (la caribeña,

San Ramón, Zarcero, Valle Central y Caraigres) condistintos grados de avance hacia la producción orgáni-ca (fincas convencionales, fincas en transición, fincasorgánicas certificadas y fincas agroecológicas con altadiversidad). En las fincas se estudia: emisión de óxidonitroso (N2O básicamente) desde suelos a partir de lafertilización nitrogenada, emisión de gases por la activi-dad ganadera bovina, eficiencia en la utilización de laenergía en la producción agrícola y papel del suelo y lavegetación como sumidero de carbono.

Durante dos años de investigación, Cedeco ha cen-

trado su esfuerzo en la gestión de metodologías amplia-das para la estimación de gases de invernadero y su apli-cación en fincas orgánicas, lo cual resulta clave. Lasmetodologías hasta ahora descritas y los ámbitos inves-tigados no han profundizado en la producción orgánica,por lo que nuestro estudio es pionero.

Paralelamente a los estudios físicos, químicos y bio-lógicos, se efectúan valoraciones socioeconómicas, pre-tendiéndose explicar cómo la toma de decisiones de unproductor y su familia cuando transitan hacia la pro-ducción orgánica constituye un aporte favorable a unaproblemática global: se trata de resaltar el papel de lasfincas orgánicas en la producción de alimentos sanos ala sociedad como un servicio ambiental no reconocido.

Mediante un modelo de interpretación matemáticaque integra todas las valoraciones en fincas se puede di-lucidar el aporte de éstas en la mitigación de los gasesde efecto invernadero y la producción de alimentos sa-nos. Se obtiene datos concretos sobre el valor de cadauna de las variables que intervienen en el proceso detransición. Es posible utilizar los resultados del modelopara afianzar estrategias de desarrollo de la agriculturaorgánica.

Durante el desarrollo de la investigación se determi-na una serie de prácticas de la agricultura orgánica quese relacionan con la reducción de emisiones de gases deinvernadero y la acumulación de carbono en suelos yvegetación (ver cuadro).

Básicamente, se observa aportes en: menor depen-dencia de insumos externos aumentando la eficienciaenergética de las fincas, reducción de emisiones direc-tas de gases desde suelos y fortalecimiento del suelo y lavegetación como depósitos de carbono.

Mediante las metodologías desarrolladas queda latarea de cuantificar el aporte concreto de los diversoscomponentes de la finca orgánica. La evaluación cien-tífica de procesos biológicos en fincas constituye ele-mentos técnicos de validación para la agricultura orgá-nica de aspectos aún no descritos. Esta tarea fortalece lagestión de la agricultura orgánica y la consolida comouna alternativa para las familias campesinas.

El contexto político del cambio climático, a pesar dela incertidumbre de los acuerdos globales, ha estableci-do la priorización de estrategias vinculadas al progreso

7Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

J O N A T H A N C A S T R O Y M A N U E L A M A D O R

FINCAS ORGÁNICAS: ALIMENTOS SANOS,FIJACION DE C Y MENOS GASES-INVERNADERO

Jonathan Castro y Manuel Amador son ingenieros agrónomos e investigadoresen la Corporación Educativa para el Desarrollo Costarricense (Cedeco).

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8 Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

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9Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

de los países en vías de desarrollo. Mecanismos como elde desarrollo limpio delimitan ámbitos para reconocereconómicamente servicios ambientales por reducción deemisiones y secuestro de carbono.

La investigación busca dar elementos claros y conci-sos sobre la problemática de gases y su mitigación me-diante la agricultura orgánica y brinda bases para la to-ma de decisiones por parte de organismos políticos. Asíse puede fortalecer propuestas vinculadas a la mitigaciónde los gases de efecto invernadero y al desarrollo econó-

mico y social de sectores vulnerables ante los cambiosglobales.

Desde Cedeco esperamos, a través de la fundamenta-ción científica de la problemática analizada, legitimar laagricultura orgánica como un medio de producción co-herente con las demandas de cambio y sostenibilidad dela sociedad global. Además, intentamos validar compo-nentes poco documentados para fundamentar conceptosagroecológicos que aporten para al desarrollo de la po-blación rural costarricense.

RefReferencias biberencias bibliográficasliográficasKotschi, J. y K. Müller-Samann. 2004. The Role of the Organic Agricultura in Mitigating Climate Change. Bonn. Consultado en febrero-2005 en:http://www.ifoam.org/.Olesen, J. et al. 2004. FarmGHG A model for estimating greenhouse gas emissions from livestock farms. Danish Institute of Agricultural Sciences. Dinamarca.Consultado en febrero-2005 en: http://www.agrsci.dk/media/webdav/filer/jpm/plant__1/jeo/farmghg

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10 Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

No hay un mercado de productos orgánicos enCosta Rica, sino solo un grupo creciente de con-sumidores que asiste a ferias y supermercados, y

agricultores proveedores de una diversidad limitada deproductos -muchas veces estacionales- que constituyenuna oferta creciente en función de una demanda no es-timada. El crecimiento de la agricultura orgánica ha si-do muy desordenado y espontáneo, producto de lapreocupación de consumidores interesados en la ali-mentación sana y de la de otros que ven en esa agricul-tura una alternativa de desarrollo ante los desatinos dela Revolución Verde.

Desde 1995, la comercialización de los productos or-gánicos ha evolucionado así: (1) venta informal cercade la finca y en ciudad o pueblo vecinos, (2) vincula-ción con una feria y otros puntos de venta aislados y pe-queños y (3) abastecimiento de supermercados. En rea-lidad, esta evolución ha dependido y aún depende de laconjunción de múltiples factores. Es como un juego sinantecedentes entre la oferta y la demanda. De esta ma-nera, el crecimiento de la agricultura orgánica y susmercados internos se genera en un ambiente marginalcon respecto a las formas de agricultura que hacen usode insumos químicos industriales y tóxicos para el serhumano.

A finales de los años ochenta surgieron, simultánea-mente, muchas organizaciones no gubernamentales yproductores interesados en hacer avanzar la producciónorgánica; en Brasil, Perú, Argentina, Ecuador y Colom-bia se empezó entonces a hablar de la necesidad de pro-ducir sin químicos. A mediados de los noventa esos mis-mos agricultores empezaron a presionar para que losproductos de sus fincas fueran reconocidos en sus pro-pios países como productos orgánicos, incluso sin la cer-tificación. Y en esos mismos años nos sorprendió la de-saparición de la mayoría de aquellas oenegés promoto-ras, otrora, de la producción orgánica… Pocas queda-ron gestando nuevos mercados -que requieren de nue-vos criterios- y nuevos procesos en función del protago-nismo de los pequeños productores.

La conformación o establecimiento de los primerospuntos de venta fue muy complicado para las oenegés y

personas que animaban procesos de desarrollo. El para-digma inicial solo indicaba producir sanamente, sinconsiderar que el producto debiera avanzar en la agre-gación de valor ni procurar mecanismos más simples pa-ra acortar el camino entre productor y consumidor. Enlas oenegés era corriente la duda acerca de si se debíaanimar a productores "que no saben comercializar" yacerca de si ellas debían meterse en eso. Para las oene-gés el apoyo a los mercados locales representó un cam-bio de pensamiento y acción, dado que solo se apoyabala producción en finca, la primera fase de la cadena.Aún hoy día las instancias que asesoran limitan su apo-yo a la producción en finca, circunscribiéndose a abo-namiento, control de enfermedades y "plagas" y manejode la finca en general. Desde la posición tradicional, lavinculación de las oenegés y los agricultores con los mer-cados fue considerada en América Latina como una"herejía" debida al cambio en el enfoque del desarrollorural.

Cedeco inició el proceso de gestión del mercado na-cional alrededor de 1997, cuando se empezó, junto conotras organizaciones, a organizar ferias nacionales quetenían el propósito de acercamiento a un público mássensible a los productos sanos. Como el progreso en laregión de Centroamérica estaba limitado a los cultivosorgánicos de exportación, la gestión del mercado localdebió orientarse sobre la base de otras experiencias enel continente, más otras experiencias de referencia enalgunas regiones de EU y Europa; es por eso que en re-cientes estudios realizados por Cedeco se ha encontra-do algunas similitudes entre los procesos en el conti-nente.

Todas las experiencias de producción orgánica, pues,desarrollaron sus mercados a inicios de los ochenta,cuando daban sus primeros pasos productivos. Sus ca-racterísticas definitorias eran las siguientes: (1) la ma-yor parte de los productores mantiene una alta diversi-dad en su finca, no usa productos químicos por conven-cimiento de sus familiares antiguos o de personas de laregión que aumentaron su sensibilidad; (2) el interéspor la producción y el consumo de productos orgánicosestaba determinado por los peligros e impactos en la sa-lud por parte de los agroquímicos; (3) la oferta de pro-ductos creció desordenadamente, originándose en pe-

M A N U E L A M A D O R

MERCADO NACIONALDE PRODUCTOS ORGÁNICOS

Manuel Amador, ingeniero agrónomo, es investigador y exdirector de Cedeco.

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11Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

queñas fincas no superiores a 10 hectáreas; (4) la pro-moción de productos orgánicos era limitada, depen-diendo fundamentalmente de la información proporcio-nada por los consumidores coloquialmente; (5) los pun-tos de venta se sustentaban en la relación cercana en-tre el productor y los consumidores; (6) la cercanía en-tre productores y consumidores propició el nacimientode formas de "certificación" alternativas al modelo con-vencional, en procesos regionales fue común el uso deun sello o marca distintiva sobre el origen de los pro-ductos; (7) existía una mayor valoración del trabajo dela mujer en el sentido de que en muchos casos ella seapropiaba de los ingresos de la venta; (8) los espacios demercado (ferias, etcétera) intentaban mantener los pre-cios normales (de mercado nacional o menores), salvocon productos difíciles de manejar.

La colocación de productos orgánicos ha tenido unrepunte en los últimos dos años gracias a que algunascadenas de supermercados se interesan en ellos. La pro-moción realizada por los diferentes actores involucradosha convencido a un importante número de consumido-res -más allá de los "concientes" que ya existían hacecinco o siete años- y ha establecido una suerte de mo-da. Algunas características definitorias del mercado deproductos orgánicos en el país son las siguientes: (1) laferia semanal de productos orgánicos más importanteen Costa Rica (El Trueque, al sur de San José) vendemás de 4.000.000 de colones mensuales: unos 150.000colones por participante cada semana, suma de la queaproximadamente un 60 por ciento queda como ingre-so neto para cada familia agricultora; (2) considerandolos supermercados, hoy día existen más de 15 puntos deventa en todo el país y, si bien no se han cuantificadolos consumidores ni los volúmenes exactos por produc-to comercializado, se infiere que el mercado crece inte-gralmente; (3) la promoción está a cargo de varias fuen-tes: algunas oenegés que lo hicieron desde el principio

pero hoy día, principalmente, a cargo del Movimientode Agricultura Orgánica Costarricense.

A pesar de la influencia de la certificación conven-cional y su normativa, los mercados locales ticos buscanmecanismos para una certificación ajustada a sus nece-sidades que brinde un servicio al consumidor y, a la vez,apoye el desarrollo del mercado nacional. La relaciónde "confianza regulada" entre el productor y el consumi-dor tiene la potencialidad de incorporar un gran núme-ro de productores no reconocidos por la certificaciónoficial y complementa procesos que se han limitado conla certificación oficial. La llamada certificación participa-tiva, existente en otros países, siendo más sencilla valo-ra más la participación de agricultores y consumidores.La "normativa" para aplicar esta certificación no es ho-mogénea internacionalmente y se ha adaptado a nor-mas éticas de acuerdo a los contextos nacionales y a losprocesos locales. Hasta ahora, entre otros lugares, se haprobado en los estados del sur de Brasil (Ecovida) y enEcuador (sello Probio).

El mercado de productos orgánicos es nuevo y estáen construcción, depende aún de muchos factores en-tre los que está la incredulidad de la gente, de los polí-ticos y, principalmente, de los que han dependido de lacomercialización de los insumos externos. Quienes apo-yan la agricultura orgánica no la ven como una sustitu-ción de la convencional, sino como la construcción deun nuevo enfoque de desarrollo más justo y equilibrado,con alimentos más sanos producidos de forma más in-dependiente, con trabajo concreto que requiere de ma-yor cercanía entre el productor y el consumidor.

Jocotes orgánicos destinados a un supermercado, San José

Feria orgánica semanal El Trueque, San José.

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12 Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

Él está viendo Bob Esponja y yo me siento a su ve-ra, miro la pantalla y le suelto que ayer estuve co-nociendo una finca orgánica.

-… ¿Ah…?-, musita sin verme.-Ayer, cuando te telefoneé, estaba en una finca don-

de no usan plaguicidas… eh, artificiales, sintéticos, ¿en-tendés?, sino que ahuyentan las plagas… digamos, bi-chos que se comen las plantas… o garrapatas que se lespegan a las vacas… no los ahuyentan con, eh, produc-tos químicos hechos en fábricas, sino con… por ejem-plo, a las vacas les dan de comer ciertas plantas que ha-cen que los bichos no se sientan atraídos… y más bienhuyan, y las matas de maíz las siembran dejando que en-tre ellas proliferen… a sus anchas, otras plantillas quelos agricultores suelen cortar, pero que son plantillasque hacen que el suelo se mantenga fértil… o que ahu-yentan a bichos que se comerían el maíz…, ¿ves?

-…Mmm…-. Sin verme.-Es una finca por allá (mi ademán no lo hace desviar

la atención), subiendo la cordillera… Y los chanchos…(¡he visto un filón!): ¡a los chanchos les recogen la ca-ca para producir metano, con el que encienden cocinasy ponen a trabajar…!, ¡Masterblaster!, ¿te acordás?, -casi le grito-, ¡en Mad Max!, ¿los cerdos que con sumierda hacían poderoso a Masterblaster?…-. Ahora síme ha vuelto a mirar (además, en la tele han puesto unanuncio).

-¡Sí!, ¡¿cómo era?!-, pregunta.-Son como… creo… 50 cerdos… no grasosos por-

que…-¿Pero se parece?-¿A qué…?, ¿a Mad Max? No, bueno…, en un sen-

tido sí: Mirá, pagan poca electricidad gracias a la utili-zación de la caca... y si hubiera una guerra termonu-clear, sucedería, en esa finca, como en Mad Max: ahí yatendrían la producción de energía… aparte de que nonecesitarían los agroquímicos ni los alimentos concen-trados que hacen las fábricas.

-¡Ahhh!, ¿y qué, cómo es?-. Después de Bob Esponjaviene Sabrina la bruja adolescente, que no le gusta tan-to… Ha girado el cuerpo y ya me encara. Dejo la tele atodo volumen y le cuento a Tomás, mi hijo de 10 años,lo siguiente:

R O S A R I O A L F A R O

LA FINCA DE PELÍCULADE ANSELMO RODRIGUEZ

Descargando boñiga en lombricera para hacer fertilizante

Un cerdo orgánico

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13Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

¡Atención!: Trátase de una pequeña finca, de seis hec-táreas y media, que el campesino Anselmo Rodríguez

compró hace 30 años, cuando estaba dedicada a produ-cir pasto para su venta en "fajas" (como felpudos de pas-to): tapetes de zacate con todo y raíz y humus para im-plantar en otros lugares, hasta que quedó la tierra inú-til, y Rodríguez tuvo que rehacer la capa fértil y sembróaguacates. Pero después de un tiempo unos árbolestrenzaron sus ramas con las de los otros hasta constituiruna gran telaraña a varios metros del suelo, ante lo queun técnico agrícola vio como remedio podarlos con sie-rra, malogrando así absolutamente la plantación. En-

tonces el hombre, como hastiado de las desacertadasprácticas agrícolas y los desatinos de la tecnología con-vencional, se hizo orgánico. Y en esas seis y media hec-táreas ubicadas en las montañas del noreste de San Jo-sé tiene seis proyectos: producción de leche y derivados,producción de abonos naturales, producción porcina,producción de hortalizas, producción de gas y, final-mente, turismo rural, todo sobre la base de lo orgánico,y vinculado al mercado. No son líneas de actividad pro-ductiva aisladas, sino integradas. Así, las 30 vacas estánla mayor parte del tiempo bajo techo para recogerles450 kilos de excremento diario y convertirlo en biofer-tilizante, del que la mitad (dos toneladas al mes) se ven-de y la otra mitad se usa en el potrero donde ellas pas-tan y en los cultivos, que son: maíz -entre cuyas matascundidas asombrosamente de frutos crecen hierbas quefijan nitrógeno-, papa, tomate -en macetas donde la mi-tad es tierra y la otra mitad biofertilizante- y caña deazúcar, de la que, mezclada con morera, se alimentanlos 55 cerdos. ¿Que qué tal los cerdos con esa dieta? Es-beltos, muy poca grasa y abundante carne suave…, ycon su caca un biodigestor produce el metano que hacefuncionar la planta para procesar la leche de las vacas yproducir queso y natilla. ¿Que qué tal las vacas…?Fuertes, sanas y libres de medicinas sintéticas: se despa-rasitan a punta de comer, mezclados con el zacate (es-trella y maní forrajero), nacedero y morera, los cualesallí mismo se cultivan. Para rematar, se recibe grupos deagro-eco-turistas que por un tour que los lleva hasta elconfín del pequeño fundo, en el que hay una franja debosque que protege al río Parasito, pagan unos dos dó-lares por barba... Luego pueden tomar café y comer enun rústico restaurante parte de la empresa. Seis peonesson la mano de obra de esta finca, alegremente rentabledurante todo el año…

Eduardo Mora

Maizal, invernadero, potrero con vacas, boscaje donde acaba la finca y, más allá, otraspropiedades y la Cordillera Volcánica Central

Las vacas orgánicas

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14 Octubre 2005

Actualmente, las principales regulaciones legalespara el sector agropecuario orgánico están esta-blecidas en los artículos 73, 74, 75 y 76 de la Ley

orgánica del ambiente y en el Reglamento sobre la agri-cultura orgánica emitido por el Ministerio de Agricultu-ra y Ganadería (Mag). Sin embargo, la discusión sobreel mejor marco legal para promover la actividad empe-zó a crecer en 2002, cuando el diputado Carlos Salazarpresentó ante la Asamblea Legislativa el proyecto deLey de promoción de la agricultura orgánica (expedientenúmero 14.934), que consta de dos artículos en que seestablecen exenciones de impuestos para las personasproductoras y distribuidoras de productos orgánicos.

A raíz de la presentación de ese proyecto, el Movi-miento de Agricultura Orgánica Costarricense (Mao-co) inició un amplio proceso de consulta con el fin deenriquecer la propuesta, contemplando necesidades delsector más allá de la exención de impuestos. Así, de for-ma simultánea a la elaboración de las estrategias regio-nales para la agricultura orgánica, decenas de personasproductoras, indígenas y campesinas, y organizacionescomprometidas con el desarrollo de esta actividad, dis-cutieron sobre los contenidos que debería tener una leyque facilite y promocione el desarrollo de la agriculturaorgánica. Los resultados de esa consulta fueron presen-tados el 15 de mayo de 2003 en la Asamblea Legislati-va como parte de la celebración del Día del Agricultor.En Maoco hemos llamado a esa primera propuesta lacarta al Niño, porque era todavía una declaración de de-seos que en algunos casos debían establecerse más bienen un reglamento y en otros casos no tenían viabilidadpolítica ni económica, como por ejemplo la creación deuna nueva dirección en el Mag. Sin embargo, la enormemayoría de esas propuestas fueron incorporadas en untexto que ha sido trabajado y perfeccionado por Maococon el apoyo de asesores y diputados de la Comisión deAsuntos Agropecuarios. Me voy a resistir a la tentaciónde ahondar en las características de ese proceso, así co-mo en lo profundamente vigente, válida y revoluciona-ria que es la agricultura orgánica como propuesta pro-ductiva para el país, y voy a aprovechar este espacio pa-ra resumir los contenidos de la propuesta de ley que ha-ría posible el crecimiento de esta actividad.

Inicialmente, hay que mencionar que este proyecto deley parte de los principios que orientan la agricultura

E V A C A R A Z O

UNA LEY PARA LA AGRICULTURA ORGÁNICA

Eva Carazo Vargas, psicóloga social, trabaja para el Movimiento de AgriculturaOrgánica Costarricense ([email protected]).

T E M A D E P O R T A D A

Coexistencia de café y cítricos, con monte, en finca orgánica Los Bobos, San José

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15Octubre 2005

T E M A D E P O R T A D A

orgánica y, por lo mismo, establece dentro de sus finesla promoción de la equidad de género, el respeto a la di-versidad cultural y el adecuado reparto de la riqueza, asícomo la protección del ambiente. De manera especial,la propuesta pretende el beneficio de las personas mi-cro, pequeñas y medianas productoras orgánicas y susfamilias -que representan 9 de cada 10 agricultores or-gánicos en el país-, reconociendo que como sector re-quieren de la promoción y fomento del estado para de-sarrollar plenamente su actividad, por lo que este énfa-sis cruza toda la propuesta de ley.

A partir de este contexto, las principales propuestasdel proyecto de Ley para el desarrollo, promoción y fomen-to de la actividad agropecuaria orgánica se pueden agruparen cuatro áreas principales: (1) reconocimiento del pa-pel importante de la agricultura orgánica a nivel nacio-nal; (2) apoyo a la agricultura orgánica desde la educa-ción, la investigación y la extensión; (3) fomento de laagricultura orgánica por medio de incentivos, y (4) pro-tección de la agricultura orgánica frente a amenazas.

Reconocer el importante papel de la agricultura orgáni-ca en el país tiene que ver, por ejemplo, con declararlaactividad de interés público, con al menos la misma im-portancia que tiene la agricultura convencional, ya queen este momento está definida como "complementaria"de las otras prácticas productivas. Se le da al Mag la res-ponsabilidad de jugar un rol activo en la promoción, de-sarrollo, fomento, regulación y control de la actividad yse facilita el apoyo de personas e instituciones de todoel sector público y el establecimiento de convenios yacuerdos para impulsarla.

Un énfasis especial se hace en lo que tiene que vercon la educación y la investigación. Pensamos que la me-jor forma de que la agricultura orgánica crezca cada vezmás es incluyendo sus principios y su práctica en todoslos niveles educativos, desde las escuelas hasta las uni-versidades. El proyecto incluye también un apoyo espe-cial a las personas agricultoras orgánicas experimenta-doras y una orientación para la investigación pública yla formación de profesionales sensibles y capacitados enesta actividad

Como es una ley de fomento, la propuesta dedicabuena parte de sus contenidos a establecer incentivos quefaciliten e impulsen un mayor crecimiento de la agriculturaorgánica. En este sentido se propone, por ejemplo, el de-sarrollo de programas de apoyo, crédito diferenciado yservicios no financieros al sector por parte de los bancospúblicos, además de la posibilidad de utilizar el fondo deavales y garantías establecido en la Ley de pequeñas ymedianas empresas. Se autoriza especialmente al BancoPopular a utilizar sus recursos en apoyo al sector y tam-bién se contempla la creación, por parte del InstitutoNacional de Seguros, de un seguro de cosechas favora-ble.

Para la etapa de transición, que muchas veces impli-ca costos sin que los productos sean todavía reconoci-dos como orgánicos, se propone el acceso a fondos del

Programa de reconversión productiva. También se le daal Mag la posibilidad de fijar el período de transición enmenos de tres años cuando los parámetros internacio-nales y la fundamentación científica así lo permitan, porejemplo diferenciando entre cultivos anuales y de ciclocorto, o de acuerdo con el tipo de químicos que se uti-lizaron antes de iniciar la producción orgánica. Igual-mente, el Mag definiría el mecanismo para que una fin-ca donde nunca se hayan aplicado agroquímicos sea de-clarada como orgánica de forma inmediata, sin necesi-dad de pasar por un período de transición.

En cuanto a la certificación, la propuesta pretende,por un lado, fortalecer el apoyo del estado a través deservicios de inspección gratuitos y, adicionalmente, darun reconocimiento legal a la certificación participativa -que ya se ha empezado a implementar en algunas zonasdel país-, como mecanismo para garantizar la condiciónde orgánico de los productos para el mercado nacional,que es también más horizontal y permite la participa-ción e involucramiento en el proceso de grupos de per-sonas productoras, consumidoras y otros sectores inte-resados. Se crea también la figura de grupos de personasproductoras organizadas como mecanismo para imple-mentar la certificación participativa y para canalizar al-gunos de los incentivos propuestos. Es importante ano-tar que en todo el tema de certificación se obliga a man-tener las condiciones de calidad y control que han per-mitido el reconocimiento de Costa Rica como tercerpaís por parte de la Unión Europea.

El proyecto de ley también propone la creación delrégimen de beneficios ambientales agropecuarios, que seríaun incentivo económico que podrían recibir las fincasorgánicas en reconocimiento a su aporte a la conserva-ción del suelo, el agua, el aire, la biodiversidad y, en ge-neral, los agroecosistemas orgánicos. La creación de es-te incentivo se sustenta en el Programa de fomento a laproducción agropecuaria sostenible que actualmenteimpulsa el Mag y se financiaría a partir de un 0,01 porciento de impuesto a los combustibles. Otra fuente definanciamiento importante es la posibilidad de que lasdonaciones a la actividad agropecuaria orgánica seandeducibles del impuesto sobre la renta, lo que permiti-ría canalizar fondos importantes desde el sector privadopara el apoyo a la producción orgánica.

Por otro lado, un importante incentivo para el creci-miento de la agricultura orgánica es también la promo-ción de mercados locales y puestos de venta específicospara productos orgánicos, lo que junto con el desarrollode estrategias de información sobre las ventajas de losproductos orgánicos, y la posibilidad de compras porparte de las instituciones del estado, debería ayudar afortalecer las posibilidades de venta para las familias yorganizaciones productoras, así como la disponibilidadde productos sanos y accesibles al alcance de las perso-nas consumidoras.

Finalmente, para incentivar la producción agrope-cuaria orgánica se propone también una exención de

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T E M A D E P O R T A D A

impuestos que abarca la compra de maquinaria, in-sumos, vehículos de trabajo, el impuesto sobre la rentay el impuesto de bienes inmuebles por un período dediez años, así como una exención del impuesto de ven-tas para la distribución de productos orgánicos.

La última gran área de interés de la propuesta de leytiene que ver con la protección de la agricultura orgánicafrente a amenazas. Aquí se abarca todo lo relacionadocon el registro y acreditación del sector, que seguirá acargo del Mag con base en el sistema existente en la ac-tualidad, así como el establecimiento de sanciones porejemplo para quien venda productos convencionalescomo si fueran orgánicos, situación que hasta ahora noha sido siempre sencillo controlar.

Adicionalmente, el proyecto de ley establece la pro-hibición de utilizar transgénicos en la agricultura orgá-nica y la prohibición de sembrarlos en zonas donde yaexistan cultivos orgánicos que puedan ser contamina-dos, así como las sanciones respectivas si esto se incum-ple. Como prevención frente a la amenaza que implicala erosión genética y cultural, la propuesta obliga alMag también a promover y estimular el acceso, uso, in-tercambio, multiplicación y resguardo de las semillascriollas por parte de las personas y organizaciones agri-cultoras orgánicas, con el propósito de resguardar el pa-trimonio genético criollo.

La aprobación del proyecto de ley aquí reseñado,puesto efectivamente en la corriente legislativa el pasa-do 30 de septiembre con el favor y compromiso de va-rios diputados, depende de la agilización del trabajo dela Asamblea Legislativa, ahora entrabada por el proyec-to de reforma fiscal, con la discusión del TLC a puntode empezar y, para colmo, en vísperas de nuevas elec-ciones.

Insectos conviven con cultivos pero alimentándose de la hierba remanente, en finca orgánica Los Bobos, San José

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En América Latina, como en el resto de los estadoscapitalistas periféricos, la problemática ambientalvinculada a la minería es particularmente delica-

da pues los ritmos de explotación y de generación de re-siduos contaminantes sobrepasa la capacidad de losecosistemas. Se trata de uno de los principales resulta-dos de la constante y creciente transferencia de riquezaque tiene como sustento el pago de las deudas externasy que solo ha sido posible gracias a la anuencia de unaoligarquía local para consolidar el saqueo mediante elaumento genuino de la productividad, el empobreci-miento de las personas de los países deudores y el men-cionado abuso de la naturaleza. Tal saqueo Norte-Surse originó en la época colonial: entre 1503 y 1660, porejemplo, con base en datos de los Archivos de Indias, laextracción solo de metales preciosos fue de unos185.000 kilos de oro y 16.000.000 de k de plata (ODGs.f.). Solo en México, la extracción de plata entre 1521y 1921 representó cerca de dos terceras partes del totalde la producción mundial de ese metal: más de 155.000toneladas con un valorestimado para ese últimoaño de $3.000.000.000(Kluckhohn 3-3-1937).Los impactos ecosocialesde la explotación de talesminerales, si bien fuerondevastadores, no podían alcanzar las dimensiones insos-tenibles que se registran debido al empleo de tecnolo-gías y técnicas propias del siglo XX y XXI.

Ahora bien, vale puntualizar que América Latina hasido fuente no solo de recursos valiosos como el oro o laplata (lo que se conoce en la teoría-mundo como precio-sities), sino también de diversas materias primas que sehan caracterizado por tener un bajo precio y que sonextraídas fundamentalmente para su exportación a gra-nel (bulk commodities); un rol que en la actualidad con-tinúa siendo central y que es llevado a cabo ya no porel aparato de "funcionarios" de la Colonia sino por ac-tores empresariales de los estados capitalistas centralesy de los nacionales/locales, independientemente de quemuchas veces estos últimos terminen siendo socios delos primeros.

Tal mecanismo de transferencia de la riqueza natu-

ral se ha venido consolidando, por un lado, a partir delya indicado pago de intereses de las deudas externasque tienen los países en cuestión y, por el otro lado, des-de un sostenido comercio ecológicamente desigual que secaracteriza tanto por una fuerte divergencia del tiempo-natural- necesario para producir los bienes exportadospor los estados capitalistas periféricos (un tiempo mu-cho más largo que el requerido por los bienes -industria-les- y servicios de los estados capitalistas centrales), co-mo por la falta de incorporación de los "costes ambien-tales" en los precios de las exportaciones de los periféri-cos (caso de la explotación minera y que incluye la delos hidrocarburos).

Diversos estudios sobre el saqueo de los recursos na-turales latinoamericanos han sido realizados hace ya va-rios años. Entre los más conocidos destacan el deEduardo Galeano (1971) y el de Jacobo Schatan(1998). En el mismo tenor y como respuesta a tal sa-queo, una serie de especialistas en la materia han veni-do hablando correctamente -ya desde 1992 con el Ins-

tituto de Ecología Políti-ca de Chile (Martínez-Alier y Oliveras 2003:9)- de una deuda ecológi-ca que tienen los paísesdel Norte con los del Surya que estos últimos, co-

mo se puntualizó, tienen que aumentar su productivi-dad y sobreexplotar sus recursos naturales. Y, como sesuele decir en la jerga de la economía ecológica, dado quelos tipos de interés son usualmente altos y el peso de ladeuda es grande, se infravalora el futuro y se relegan lascuestiones ambientales a favor del presente (Ibid.).

No sorprenden entonces los datos proporcionadosen 1999 por Schatan: "el volumen de exportaciones deAmérica Latina ha aumentado desde 1980 hasta 1995en un 245 por ciento. Entre 1985 y 1996 se habían ex-traído y enviado al exterior 2.706 millones de toneladasde productos básicos, la mayoría de ellos no renovables.El 88 por ciento corresponde a minerales y petróleo.Haciendo una proyección hacia 2016 se calcula que eltotal de exportaciones de bienes materiales de AméricaLatina hacia el Norte sería de 11.000 millones de tone-ladas. Entre 1982 y hasta 1996, en catorce años, Amé-rica Latina había pagado $739.900 millones, es decir,más del doble de lo que debía en 1982 -unos $300.000millones- y, sin embargo, seguía debiendo $607.230 mi-llones" (Schatan 1999). La tendencia se mantiene has-

METALES EN AMÉRICA: EXPLOTACIÓN Y AMBIENTE.EL CASO TICO DE GLENCAIRN

por Gian Carlo Delgado

Gian Carlo Delgado, economista, es autor de Agua y Seguridad Nacional (Ran-dom House Mondadori. México. 2005), Biodiversidad, desarrollo sustentable ymilitarización (Plaza y Valdés/Ceiich, Unam. México. 2004) y La amenaza biológi-ca: mitos y falsas promesas de la biotecnología (Plaza y Janés. México. 2002)([email protected]).

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ta ahora.En este último punto, un estudio de Saxe-Fernández

et al. (2001) corrobora los datos anteriores y, además,muestra que entre 1976 y 1997 América Latina realizóuna transferencia total de excedentes (no solo de pagode intereses de deuda) a favor de los países ricos estima-da conservadoramente en $2 billones 51 mil 619 millo-nes, deflactados al pib 1990 de EU.

El impacto ambiental -y social- en América Latina,como puede deducirse, es de orden mayor. Un panora-ma que se recrudece si se contemplan las diversas in-fraestructuras que se han emplazado y se tienen proyec-tadas como parte de proyectos de "desarrollo" de tipoextractivo e industrial-maquilador (autopistas, ferroca-rriles de alta velocidad, hidroeléctricas, hidrovías, etcé-tera). Ello es así porque, por un lado, tal infraestructu-ra impacta directamente en los ecosistemas, muchas ve-ces de modo irreversible, y porque, por otro lado, justa-mente esa infraestructura es la que permite intensificarla explotación de los ecosistemas para facilitar la trans-ferencia de riqueza a favor de los acreedores, particular-mente los de EU, una potencia que históricamente hamantenido una vasta proyección militar sobre la regióny en zonas con recursos estratégicos. Y es que, como sesabe, "las regiones del trópico combinan su alta inciden-cia de biodiversidad con las altas concentraciones deminerales. Juntas… [a nivel mundial] …representanimportantes centros de producción de minerales con el17,4 por ciento del hierro, 14,2 del cobre, 2,2 por cien-to del oro y el 50,4 por ciento de bauxita" (IUCN 1999:26). Esas mismas zonas megadiversas atraen las lluvias yla humedad atmosférica, factores que contribuyen a in-crementar sus importantes reservas de agua dulce.

Para dar un ejemplo de la riqueza mineral en el he-misferio, cabe indicar que desde la parte central del ist-mo de Tehuantepec -México- (sierra Mixe, Chimalapasy parte de Uxpanapa), y en dirección sureste, la topo-grafía se comprime por la presión de las placas conti-nentales del golfo de México y, sobre todo, del de Te-huantepec, presentándose la formación de abruptas sie-rras cubiertas de extensos bosques y selvas con aflora-mientos rocosos y con presencia de yacimientos de hie-rro y regiones con potencial no metálico en barito, fluo-respato, grafito, cuarzo, calcita, dolomita, puzol, toba,mármol, yeso, amatista, caliza, granito y titanio, así co-mo cobalto, níquel, cromo, potasio, mica, tungsteno,calhidra y fosforita. En Centroamérica se puede encon-trar yacimientos de oro en Nicaragua y Costa Rica y, enmenor medida en Honduras y Panamá; de plata enHonduras, y de cobre en Honduras y Panamá. Aflora-mientos no metálicos como azufre, asbesto, granito, ce-mento, etcétera, se concentran en Guatemala, El Salva-dor y en menor medida en Honduras (Ibid.: 25).

Así, tomando nota de la riqueza del subsuelo mesoa-mericano resulta fundamental un balance de los ritmosde saqueo de esa riqueza y de las reservas remanentes.Especial atención requiere el carácter geoeconómico y

geopolítico de los recursos per se donde hay que tenerpresente que organismos como el Banco Mundial y elBanco Interamericano de Desarrollo se colocan comoverdaderos instrumentos de proyección de la pax ameri-cana1 y, dado que EU claramente tiene una marcadaventaja hemisférica (de proyección económica y diplo-militar), la lectura se hace desde la perspectiva de lahistórica dependencia estadounidense de recursos na-turales del hemisferio.

Como es de conocimiento público, la dependenciaestadounidense de -en primer lugar- petróleo y -en

segundo lugar- minerales es un hecho cada vez más pro-nunciado que desde la Segunda Guerra era reconocidopor William Clayton, entonces subsecretario de Estadode esa potencia norteña: "debido al serio desgaste denuestros recursos naturales durante la guerra, debemosahora importar muchos minerales y metales … Cierta-mente hoy somos importadores netos de casi todos losmetales y minerales importantes excepto dos, el carbóny el petróleo. Quién sabe por cuánto tiempo podremosseguir adelante sin importar petróleo" (Kolko 1972: 13). Y, en efecto, la dependencia de EU respecto de las im-portaciones de esos recursos no solo se ha mantenido si-no que ha aumentado a ritmos preocupantes. La de pe-tróleo pasó de ser del 28 por ciento en 1973 a ser cerca-na al 55 por ciento en 2003, y se calcula que para 2025será de un 70 por ciento. En 2002, los cuatro principa-les países exportadores de crudo y sus derivados a EUeran Canadá, con cerca de 2.000.000 de barriles diarios,Arabia Saudita y México con poco más de 1.500.000 debarriles diarios respectivamente (Arabia Saudita expor-ta tan solo 5.000 barriles diarios más), y Venezuela concasi 1.400.000 barriles diarios. En el hemisferio, Colom-bia aporta 260.000 barriles diarios (British Petroleum2004). Los datos anteriores revelan la verdadera impor-tancia de las reservas petroleras hemisféricas para laeconomía estadounidense a lo largo del siglo XX y, cier-tamente, principios del siglo XXI, momento en el quetales reservas mantenían una posición por encima de lasreservas de Medio Oriente y Rusia.

Sin indagar en el caso puntual del petróleo, del gasni del resto de combustibles fósiles, y volviendo a nues-tro hilo temático central: los minerales no energéticos,EU dependía, cuando menos desde la Segunda Guerra,en un grado creciente de las importaciones. Según elHandbook of Economic Statistics (Central IntelligenceAgency 1977), a fines de los setenta los porcentajes dedependencia de EU y Europa respecto de minerales es-tratégicos era así: de bauxita un 88 por ciento, de cobreun 16 por ciento, de níquel un 61 por ciento, de plomoun 12 por ciento, de zinc un 60 por ciento, de estaño un75 por ciento, de cobalto un 94 por ciento, de hierro un 1Para una revisión del rol que juega el Banco Mundial en América Latina en la apropiación,gestión y usufructo de los recursos naturales y otros activos estratégicos, véase: (a) Delga-do, Gian Carlo y John Saxe-Fernández. 2004. Imperialismo y Banco Mundial en AL. CentroJuan Marinello. Cuba., y (b) Delgado, Gian Carlo. 2004. Biodiversidad, desarrollo sustenta-ble y militarización. Plaza y Valdés. México.

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35 por ciento, de manganeso un 100 por ciento y decromo un 90 por ciento. En los primeros años del sigloXXI la dependencia estadounidense, y en buena medi-da europea, era total en minerales como el arsénico,asbestos, bauxita, grafito y manganeso. En el caso deEU, casi en su totalidad en minerales como platino, dia-mante industrial, barita, cobalto, cromo, manganeso,potasio y titanio. Y, con poco más o poco menos de lamitad de dependencia, se colocaban minerales como si-licón, zinc, plata, cobre, aluminio, amoniaco y níquel.

Del oro, un metal estratégico en el marco del funcio-namiento de la economía mundo, se viene registrandoun boom en su extracción que encuentra su origen en lacreciente inseguridad económica de principios del sigloXXI pero que viene gestándose desde por lo menos la dé-cada de 1980. En particular destaca la inestabilidad de laeconomía estadounidense2 que, a la par de la aparicióndel euro, ha generado una estrepitosa caída de las reser-vas internacionales en dólares que pasaron, a nivel mun-dial, del 76 por ciento en 1976 al 50 por ciento en 1990.Junto al aumento de los petroprecios y la profundizaciónde la deuda de esa potencia norteña, las expectativas deuna convulsión económica mundial es probable; escena-rio en el que el oro juega un rol fundamental precisa-mente porque unilateralmente Nixon desvinculó el dó-lar del oro en 1971 con el objeto de descargar sobre elresto del mundo los costos del elevado déficit fiscal deEU por la vía del dólar (de ahí que se calcule que EU de-pende, para salir del atolladero y enfrentar sus necesida-des de financiamiento, de unos $2 mil millones diariosdel exterior o el equivalente al ahorro total generado porlas exportaciones de todos los países de Asia y Europa)(estimaciones de Garten citadas en Saxe-Fernández enprensa). Ante un eventual escenario de esa naturaleza sepuede deducir que el oro ya comienza a ser una inversión

refugio para salvaguardar el valor de los capitales anteuna potencial devaluación del todavía papel monedamás importante de la economía mundo. La agudizaciónde la crisis en 1982 corrobora tal tendencia ya que losprecios del oro alcanzaron índices astronómicos.

Por lo anterior, es de esperarse que la extensión de laminería de oro se mantenga a pesar de los costes ambien-tales que pudiera implicar; ello sobre todo -y por el mo-mento- en los países del Sur, ya que el actual precio deese metal hace que excavar en uno de estos países seamás ventajoso que hacerlo en los del Norte debido al ba-jo retorno de ganancias en éstos. Se sabe, por ejemplo,que en Canadá extraer una onza de oro cuesta alrededorde $325, por lo que, como el valor está ligeramente so-bre los $400, no vale la pena la inversión. No obstante,de aumentar el precio del oro, por ejemplo a los $900/oz,que es el punto al que los expertos estiman podría llegaren los próximos años, las minas del Norte podrían co-menzar a ser objeto de explotación rentable. Canadá po-dría figurar como una reserva importante de oro en unescenario de ese tipo y, con el Tratado de Libre Comerciode América del Norte en función, se estaría especulan-do respecto de una transferencia de ese mineral haciaEU, aunque en efecto con rangos de saqueo menores a

Colina destruida para extraer oro de su entraña, Mina Bellavista, Miramar, Costa Rica

2 Destacan los siguientes puntos: (1) en 1950 el PNB de EU representaba la mitad del PNBmundial, hoy es del 21 por ciento; (2) en 1950, 60 por ciento de las manufacturas del mundoeran suyas, en 1999 su participación era del 25 por ciento; (3) su tajada en las exportacionesde servicios fue de 24 por ciento en 2001 mientras Europa registró un 23 por ciento en esemismo rubro; (4) las empresas no-estadounidenses empezaron a dominar sectores vitales(en 2002, nueve de las 10 empresas más grandes en electrónica y equipo eléctrico no esta-ban domiciliadas en EU; en otros rubros se repite la pauta: ocho de las 10 principales auto-motrices y de servicio eléctrico y de gas; siete de las principales refinerías; cinco de las prin-cipales firmas farmacéuticas; cuatro de las seis principales empresas químicas; cuatro de lasprincipales siete aerolíneas); (5) de los 25 bancos más grandes del mundo, 19 no eran esta-dounidenses aunque los dos principales sí: Citigroup y Bank of America; (6) en 2000, de lasprincipales 100 empresas del mundo, en relación con los activos extranjeros bajo su control,23 eran de EU;Alemania, Francia, el Reino Unido y Holanda con un PNB combinado que rep-resentaba siete décimas el de EU, controlaban 40 y Japón 16; (7) en la década de 1990 deltotal de ventas al exterior de las 100 corporaciones multinacionales más grandes delmundo, las de EU pasaron del 30 al 25 por ciento mientras la participación de las empresasde la Unión Europea aumentó del 41 al 46 por ciento (Saxe-Fernández en prensa).

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los efectuados en Latinoamérica pero con similares gra-dos de devastación ambiental y de costos sociales.

Ahora bien, de los minerales no preciosos que desta-can por su dimensión de uso vale puntualizar el alumi-nio, el cobre, el zinc y el níquel. La dependencia esta-dounidense de aluminio rondó, a principios del sigloXXI, el 40 por ciento del consumo de esa potencia, queen términos concretos asciende a más de 4.000 tonela-das métricas. De alúmina y bauxita la dependencia es to-tal, alcanzando importaciones en 2003 de cerca de9.000.000 de toneladas métricas. De aluminio (alúminay bauxita procesadas), Canadá aportó el 59 por ciento delas importaciones estadounidenses, Venezuela el 5 porciento y México el 2 por ciento. En total, América Lati-na cubrió dos terceras partes del aluminio importado. Encuanto a bauxita, las importaciones de ésta provinieronen un 35 por ciento de Jamaica, en un 11 por ciento deGuyana y en un 10 por ciento de Brasil. Las de alúminafueron cubiertas en un 10 por ciento por Jamaica (USGeological Survey 2005).

Las cifras anteriores toman las dimensiones geoeco-nómicas y geopolíticas adecuadas cuando se tiene enconsideración que la tercera parte de las reservas mun-diales de bauxita se localizan en Sudamérica, particular-mente en Brasil, donde, según estimaciones de fines delsiglo XX, se encuentran reservas de 2.500.000 de tone-ladas métricas. Le sigue Jamaica con una suma similar,Guyana con 900 mil y Venezuela con 350 mil toneladasmétricas. Así, pues, dado el abanico de usos del mineral,empresas como Alcoa (de EU) se han abalanzado hacialas reservas latinoamericanas de aluminio (alúmina ybauxita) fomentando e incluso financiando el emplaza-miento de hidroeléctricas para que produzcan la energíanecesaria para transformar el mineral en aluminio, unproceso que requiere grandes cantidades de electricidady que en Sudamérica es abastecida en un 91 por cientopor hidroeléctricas3. El impacto ecológico y social delemplazamiento de tales hidroeléctricas y sus embalses,

así como del proceso de extracción del aluminio, ya esmayor, lo que hace que la producción del mineral arras-tre consigo una pesada mochila ecológica4 que en el mar-co del comercio internacional coloca la venta de alumi-nio como una transacción de fuerte comercio desigual.

Respecto del cobre, la dependencia estadounidensees similar que respecto del aluminio: un 40 por cientodel consumo nacional fue cubierto, a principios del sigloXXI, con importaciones provenientes de: Canadá -28por ciento-, Chile -26 por ciento-, Perú -23 por ciento-y México -9 por ciento. El monto total de cobre impor-tado por EU ascendió en 2003 a casi 900.000 toneladasmétricas de mineral refinado y a 1.140.000 sin manufac-turar. Entre las reservas más importantes de cobre en elhemisferio y que históricamente han sido transferidas apesar de los altos costos ambientales hacia EU u otrospaíses como Japón y China que ahora se colocan a nivelmundial como importadores netos de cobre por encimade EU, están las chilenas con cerca de 360.000.000 detoneladas métricas -35-40 por ciento de las reservasmundiales. Otras menos relevantes por su cantidad sonlas peruanas con 60.000.000 y las mexicanas con40.000.000 de toneladas métricas. Entre los impactos dela producción de cobre que se han registrado están lasfuertes emisiones de dióxido de azufre, de arsénico y dematerial particulado, así como la contaminación de sue-los y aguas con materiales tóxicos.

La importación de níquel por parte de EU represen-tó a principios del siglo XXI poco más del 50 por cientode su consumo nacional, equivalente a 135.000 tonela-

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Pilas cubiertas de plástico en que se separa el oro de la roca gracias al cianuro, Mina Bellavista, Miramar, Costa Rica

3 Para producir 1 tn de aluminio se requiere 5 tn de bauxita para 2 tn de alúmina con unconsumo de 13.000 Kw/h. De ahí que lo que se comercialice a nivel mundial no sea bauxi-ta sino alúmina o aluminio, ya que los costos de transporte de la primera son muy elevados(Delgado 2005).

4Friedrich Schmidt-Bleek propone el concepto de mochila ecológica a partir de desarrollar loque denominó input material por unidad de servicio, que lo que en síntesis intenta medir eslos flujos de materiales y energías que incorpora la extracción de un recurso o la fabricacióny tiempo de vida de un producto (Schmidt-Bleek 1993: 71).

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das métricas para el año 2003. Su dependencia de reser-vas extranjeras fue mayor, sobre todo si se considera queel níquel tiene diversos usos, entre los más importantesel de otorgar propiedades anticorrosivas al acero (aceroinoxidable) y a otros materiales, de ahí que sea un ele-mento central para la industria aeroespacial. Canadá,con unas reservas de 15.000.000 de toneladas métricas,cubrió el 40 por ciento de las importaciones estadouni-denses, pero las reservas latinoamericanas claramente seperfilaron como estratégicas pues son considerables. Tansolo Cuba cuenta con unos 23.000.000 de toneladas mé-tricas, Brasil con 8.000.000, Colombia y República Do-minicana con 1.000.000 cada uno y Venezuela con unas630.000. No sobra indicar que es tal el grado estratégicode las reservas de níquel (y cobalto) cubanas que en losprimeros años del siglo XXI China pactó fuertes inver-siones en la isla para satisfacer sus propias demandas,una operación que confrontó los intereses de EU ya que,en medio del bloqueo económico impuesto por este país,no le es posible acceder a tal recurso ni siquiera a travésde sus multinacionales y subsidiarias.

Los impactos ambientales de la extracción de níquelsugieren ser similares a los del resto de las actividadesmineras. Su consumo en grandes concentraciones estávinculado al cáncer nasal y de pulmón.

El movimiento ambientalista en América Latina haconsiderado a lo largo del siglo XX y lo que va del XXIque las actividades mineras son altamente agresivas conel ambiente y la población. En general, sus reclamos con-cretos han sido por los impactos negativos en el suelo, elaire y las aguas superficiales y freáticas, por los impactossobre la biodiversidad y los cambios inducidos a los mi-croclimas –además de por lo que se relaciona con la sa-lud de los trabajadores que son intensamente explotadosbajo condiciones límite y de alto riesgo. Esos reclamosconfirman que las compañías mineras -las más grandes yen su mayoría de origen extranjero- se aprovechan deldesconocimiento y la falta de conciencia sobre el impac-to y los efectos perjudiciales que causan, no consultan alas comunidades donde se realiza la exploración y la ex-plotación mineras y constantemente cometen violacio-nes a los derechos humanos.

A tales aspectos negativos de la actividad minera sesuman los repetidos accidentes, muchas veces por in-transigencia, como el del escandaloso vertido tóxico dela mina de pirita de Porco, en Bolivia, en 1996. Enton-ces se vertieron 235.000 m3 de desechos sólidos y líqui-dos a la quebrada del río Pilaya, parte de una subcuencadel río Pilcomayo; las consecuencias fueron graves y susefectos se extienden aún hacia Argentina, Bolivia y Pa-raguay.

En resumen, tales costos ambientales son algunos delos que América Latina ha venido pagando para, antetodo, cubrir los intereses de las impagables deudas exter-nas mediante el remate de recursos naturales estratégi-cos cuyo valor de mercado, como se ha indicado, no re-presenta el verdadero coste de su producción. El rol del

Banco Mundial y otros organismos similares ha sido cen-tral. Este Banco rutinariamente ha asesorado a los paísespara facilitar la minería de gran escala a cargo de multi-nacionales extranjeras mediante la "modernización" desus legislaciones. Pero vale puntualizar que EU y sus ins-trumentos de proyección hegemónica, como el BancoMundial, no son los únicos actores norteños operandoen América Latina. Diversas multinacionales europeas,asiáticas (sobre todo chinas) y canadienses vienen ac-tuando en ésta y otras actividades extractivas de los re-cursos estratégicos latinoamericanos. El caso canadienseresulta de interés puesto que se trata de otro actor he-misférico que triangula buena parte de la transferenciade recursos naturales latinoamericanos hacia adentro desus fronteras y hacia EU por medio del TLC de Américadel Norte (contexto en el que suma una canasta de re-cursos naturales propios). El daño ambiental que dichosaqueo implica en América Latina es bien ejemplificadocon el caso del proyecto Bellavista de Glencairn GoldCorporation en Costa Rica, donde particularmente lla-ma la atención la reacción de la multinacional ante de-nuncias sociales de sus operaciones cuando decidió de-mandar a las oenegés involucradas usando el método deslaps o juicios estratégicos que tradicionalmente han si-do empleados por las multinacionales para silenciar a ladisidencia. La ilustración demuestra doblemente la ver-dadera cara de la minera.

Glencairn Gold Corporation, una multinacional consede en Canadá, opera con dos proyectos en Cen-

troamérica, uno denominado Limón (Nicaragua) y otroBellavista (Miramar, Costa Rica). El primero es una mi-na cerrada, mientras que el segundo es un campo de ex-plotación a cielo abierto que hace uso de cianuro paraobtener el oro.

El caso tico de Bellavista no destaca solo por las ca-racterísticas de explotación y sus dimensiones (2.000 ha)sino por ser uno de los más recientes intentos de saqueode riqueza por parte de un actor norteño con altos cos-tes ambientales y, sobre todo, porque actualmente se en-cuentra abierto un proceso de demanda iniciado por lamultinacional al acusar por difamación al Comité Cana-diense para Combatir los Crímenes contra la Humani-dad (CCCCH) quien denunció, junto con otros actoresticos, los altos costes ambientales del proyecto y el turbioescenario en el que la multinacional obtuvo los permisosde actividad minera en Costa Rica. Ello hace de este ca-so un espacio de pelea no solo por la libertad de expre-sión sino también por un ambiente sano para los costa-rricenses (en www.comitecanadien.org están los docu-mentos sobre el caso).

El proceso legal nace cuando se denuncia, desde laAsociación de Ecologistas de las Comunidades del Gol-fo de Nicoya y el CCCCH el contexto en el que la mul-tinacional obtiene derechos de explotación adquiridossupuestamente en forma fraudulenta durante la presi-dencia de Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002), quien

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fuese poco después arrestado por las autoridades ticaspor cargos de corrupción. Según esa Asociación, el pa-go de sobornos podría estar incluido en los $62.000.000invertidos por la multinacional en el país, por lo queexigió la investigación de los permisos otorgados aGlencairn y a Vannessa Ventures (de Canadá), otramultinacional que desde Industrias Infinito S. A. operaen el yacimiento de oro de Crucitas (en Costa Rica). Lainvestigación es fundamental pues es cierto que hastamediados de 2005 no había pruebas que demostraran loanterior.

Como respuesta a la denuncia, Glencairn decidióentablar una demanda por $17.000.000 contra la oene-gé canadiense y por $250.000 a cada uno de sus directi-vos por cargos de difamación. Al mismo tiempo, a nivelpúblico general, la multinacional señaló en diciembrede 2004, por boca de su presidente y director ejecutivoKerry Knoll, que se trata de "acciones que simplementeson el último paso de una campaña de un pequeño gru-po compuesto por añejos oponentes al proyecto minerode Bellavista con el objeto de retrasar su construcción yoperación. No hay ningún fundamento para sus alega-ciones. Estos mismos individuos han probado muchasveces llevar el caso a cortes y a instancias administrati-vas y han fallado completamente. No hay ninguna ra-zón para creer que el resultado será diferente esta vez"5.Como indica CCCCH, la demanda de la multinacionalpor difamación es ridícula pues los documentos dados aconocer por CCCCH fueron enviados con antelación alprocurador general de Canadá, Irwin Cotler, quien co-municó por escrito que aquéllos habían sido enviados aAnne McLellan, vice-primera ministra canadiense y, si-multáneamente, ministra de Seguridad Pública (De-puty Prime Minister and Minister of Public Safety andEmergendy Preparedness). Tal demanda, pues, podríaser vista como una violación a la libre expresión y, portanto, no ser resuelta a nivel nacional sino llevada a laCorte Internacional o a la Interamericana de DerechosHumanos.

Ahora bien, lo que aquí interesa sobre todo es laproblemática ambiental del proyecto Bellavista. Segúndenuncian esas organizaciones civiles, Glencairn reci-bió los permisos ambientales de minería a cielo abierto(por lixiviación con cianuro) en la zona alta del río Ci-ruelas, un área importante como fuente de agua paradiversas actividades en el golfo de Nicoya. Tales permi-sos, cuando menos totalmente irresponsables por partedel gobierno tico, se basan en un estudio ambiental am-pliamente negativo puesto que los impactos, sobre todode contaminación de aire, suelos y aguas superficiales ysubterráneas, serían enormes pues el cianuro es una delas sustancias más tóxicas que existen. En este sentido,la Resolución de la Sala Constitucional de Costa Ricadel 13 de mayo de 2005 , si bien se posiciona a favor deGlencairn en el sentido de la legalidad de sus permisosy por tanto de sus actividades, sí afirma implícitamenteque el procedimiento utilizado por la multinacional es

altamente contaminante. Según se puede leer, es nece-sario "adoptar las medidas pertinentes dirigidas a garan-tizar que no se producirá contaminación en los mantosfreáticos… [que] se adopten las medidas de seguridad,y se emplee la tecnología necesaria a efecto de garanti-zar un adecuado manejo de todas las sustancias quími-cas que se tiene planeado utilizar en el proyecto mine-ro, en especial el cianuro de sodio, de manera que no seproduzca afectación al ambiente, ni a los seres huma-nos… [o que se] deberán realizar los estudios pertinen-tes a efecto de determinar la incidencia de drenaje áci-do en el proyecto minero, y luego deberán tomarse lasmedidas preventivas con el fin de mitigar sus efectos,no solamente durante el período operativo y el de clau-sura del proyecto, sino también con posterioridad delcierre…" (www.poder-judicial.go.cr/salaconstituciona-l/actas/2005/0513.html).

Lo que debe llamar la atención de la resolución an-terior es que un Tribunal Supremo reconoce que haycontaminación. Y es que resulta innegable lo anteriorpuesto que las experiencias registradas en la literaturaampliamente coinciden en señalar que esta modalidadde explotación minera es la más agresiva para el am-biente y la salud: la minería a cielo abierto remueve lacapa superficial de la tierra para hacer accesibles los ya-cimientos de mineral de baja calidad; los modernosequipos de excavación, las cintas transportadoras y lagran maquinaria, entre otras infraestructuras, permitenremover grandes cantidades de tierra en cuestión dehoras haciendo rentable en muchas ocasiones la extrac-ción de un gramo de oro por tonelada de material remo-vido, resultando cráteres de hasta 150 ha con profundi-dades de hasta 500 m, a la par de contaminación desuelos, aire y agua por l uso de cianuro. Dado que estosimpactos no son desconocidos para nadie interesado, lacúpula de políticos ticos se ha visto orillada a recono-cerlos en el ámbito legal con la formalización de prohi-bición de cualquier proyecto de esa naturaleza en el fu-turo; no obstante, tal medida no incluyó las actividadesde Glancairn (véase: www.aida-americas.org/aida.php-?page=47&lang=es), lo que sugiere ser más una medi-da coyuntural de tipo preventivo ante cuadros de des-contento social que una verdadera preocupación por elambiente. Dejar pasar un proyecto de esta naturalezano es cosa menuda pues los casos de desastres ambien-tales son numerosos: recuérdese el que ocasionó la ac-tividad minera de oro a cielo abierto en el río Vila No-va al sudoeste de Brasil, donde, además de los muertos,los afectados por contacto e ingesta de agua contamina-da por cianuro siguen sufriendo a casi 10 años de habercesado la actividad. Por tanto cabe preguntarse si el oroque se extraería, para costear a final de cuentas el ser-vicio de la deuda de ese país o para cubrir otros gastosimproductivos, vale la muerte del ecosistema de esa zo-na y los costos en salud de sus habitantes.5”Glencairn responds to unfounded claims by interest group; Bellavista mine scheduled tobegin production in Q2, 2005". Diciembre, 2004.

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Por ende, el proceso legal en el que están envueltaslas oenegés mencionadas ante la Corte Superior de Justi-cia de Ontario debería ser apoyado y canalizado decidi-damente por la población y el gobierno ticos para lacancelación del proyecto y, en su caso, para la solicituddel pago de compensaciones a cada uno de los afectadospor ése, así como para la constitución de un fondo quefinancie programas de recuperación ambiental en la zo-na como consecuencia de la infraestructura ya emplaza-da ahí.

Y, aunque el caso Glancairn no trata de una multi-nacional estadounidense, sí hace un llamado a la urgen-te necesidad de generar conciencia social respecto delcómo y el en qué están operando diversas multinaciona-les involucradas en la explotación y saqueo de los recur-sos latinoamericanos. La participación pública y el diá-logo activo entre la población, los gobiernos latinoame-ricanos y los actores interesados en la explotación de los

recursos naturales de la zona deberá ser el eje centraloperativo para definir su viabilidad, siempre teniendocomo fundamento la integridad del ambiente y de la so-beranía y la seguridad nacionales. El meollo del asuntoes que no debería de caber duda de que un ambiente sa-no es invaluable para las generaciones actuales y futurasmás allá de cualquier propósito de acumulación de ca-pital. Un ecosistema provee aire, agua y alimentos fun-damentales para la vida humana y de otras especies, eloro ni se respira, ni se bebe ni se come; es más, ni siquie-ra es indispensable para la producción del sustento ma-terial humano. No se trata de oponerse a todo esquemade explotación de recursos naturales en América Latinay el mundo sino de oponerse a todo aquel que en buscade beneficios privados -y en su mayoría extranjeros-atente contra los ecosistemas y la calidad de vida y la sa-lud de la población actual y venidera.

Ladera en proceso de reforestación luego de la explotación, Mina Bellavista, Miramar, Costa Rica

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