SUSON. Reglas de la vida interiorInstrucciones a un alma piadosa

(Es un texto de la Vita, según versión del Apostolado Mariano, con textos añadidos del NT)Para que aproveches más en la vida de unión con Dios quiero darte algunas reglas espirituales que serán de mucha utilidad para tu espíritu y para tu corazón. Con ellas te será más fácil ir desprendiéndote de la grosería de los sentidos, y elevarte rápidamente hacia las regiones de tu suprema felicidad.Por muy espiritual y muy interior que sea tu vida y tu modo de ser, nunca lo manifiestes ni salgas fuera de ti misma por tus conversaciones, tus actos o tu modo de proceder. Procura estar cada día más concentrada en ti, y déjate ver solamente, no cuando lo pida la vanidad, sino cuando lo exija la verdad. LUCAS 18,11. El fariseo oraba, diciendo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros, o como ese publicano” Nunca te preocupes, sucédate lo que te suceda, nunca te preocupes demasiado de los muchos auxilios del cielo que necesitarás para salir airosa, ni este pensamiento te sea motivo de turbulencias exageradas de tu espíritu. Cuando más nos apuramos nosotros por salir de los grandes aprietos, entonces es cuando menos hace por nosotros la Verdad y la mano de Dios. MATEO 7,21. No bastará con decirme: Señor, Señor, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que haga la voluntad de mi Padre.Cuando estés con otras personas, procura borrar pronto de tu espíritu cuanto vieres u oyeres. Recógete en seguida dentro de ti misma, para que así perseveres siempre en la presencia de Dios que esté siempre contigo. Esto es muy fácil para las almas que de verdad aman a Dios. MATEO 6,5 Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas... Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí a solas contigo. Y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.Cuida de que sea la razón, y no los sentidos, quien dirija todas tus acciones y quien en todas ellas salga vencedora. Cuando el espíritu está supeditado a los sentidos, nuestro corazón es capaz de todos los males. I Pe. 4,3 Ya dimos bastante tiempo a todo lo que buscan los paganos: excesos, pasiones, borracheras, orgías y culto a los ídolos. A ellos les parece raro que ustedes ahora no corran con ellos hacia este torrente de perdición.Evita con precaución el verte arrastrada por el placer, y que la propia satisfacción te lleve a seguir el dictado de los sentidos. Solo Dios y la Verdad ha de ser el centro de todos tus consuelos. MATEO 22,37. Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. este es el gran mandamiento, el primero.Dios no quiere vernos privados de toda clase de consuelos; pero sí quiere ser él, con la pureza y ternura infinitas de sus inefables abrazos, la única fuente de todos ellos (Vita p.234). MATEO 11,29 Carguen con mi yugo y aprendan de mi, que soy manso y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana. Ten seguro una sumisión sincera a la voluntad de Dios, que nazca en ti una profunda humildad, el desprecio de sí misma, y el exacto conocimiento de todas tus miserias, han de ser las alas con que has de remontar hasta la cumbre de la unión perfecta con el Señor. LUCAS 14,11 El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.Toda persona que quiera vivir en recogimiento, dentro de sí misma, ha de huir de la multitud de cosas, la diversidad de pareceres que disipan el espíritu, y ha de renunciar para siempre a todo lo

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que no sea Dios, que es nuestro bien único. Sólo una cosa es necesaria, decía nuestro Señor Jesucristo a María. LUCAS 10,41 “Marta, Marta, tu andas preocupada y te pierden en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte”.

Toda alma que busca descanso en los sentidos y pretende encontrar en ellos su propia satisfacción, no encontrará más que fatigas, dolores, inquietudes de espíritu y tinieblas de entendimiento. La mayor de las felicidades consiste en estar íntimamente unido con Dios, y dejarse guiar por él en todas las cosas. JUAN 17,21 “Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mi y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tu me has enviado”.La vida verdadera de un alma que se ha renunciado en manos de Dios consiste en morir a sí misma. MATEO 16,24 “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”.Cuando te aficiones a alguna cosa creada y la amas y tu corazón siente interés por ella, entonces no amas lo substancial y lo que vale, sino lo accidental y caduco; amas una cosa falsa, no una cosa verdadera. No conviene nunca rehuir las imágenes de cosas santas; basta esperar que ellas cesen por sí mismas, pues casi siempre estas imaginaciones piadosas y santas brotan espontáneamente del fondo del alma, y en este caso nuestro amor no se refiere a ellas, sino a las virtudes cristianas que ellas atesoran. Cuando más nos abandonamos a nosotros mismos ya todas las cosas creadas, tanto más nos unimos a Dios. MATEO 6,24. Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.Todo el que saliere de sí mismo y de su vida interior desordenadamente encontrará dolor en todas las cosas de la vida; así en las prósperas como en las adversas.Si quieres ser de gran utilidad para todo el mundo, aparta tu corazón de las creaturas y entrégate resueltamente a Dios.En todas las dificultades de la vida acógete en seguida al Señor y verás cómo se te hace fácil.Mira siempre por ti, y teme echar en el olvido tus santos propósitos y los ejemplos de la vida de Jesucristo.Nuestra naturaleza es muy egoísta y mira mucho por sí, y es preciso mortificarla y dominarla siempre por amor de Dios.Cuida siempre de conservar tu corazón limpio y libre de toda imaginación, de todo pensamiento, de todo afecto y de todo recuerdo de las cosas de esta vida; hazte cuenta de que estás sola en el mundo y entonces podrás decir al Señor: por mucho que haga, jamás podré llegar a ser para Ti lo que Tú eres para mi (Vita p.235). Jn ,28 Tomás exclamó: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús replicó: “Crees porque me has visto. Felices los que no han visto, pero creen.

Del “Tratado de la unión del alma con Dios”, capítulo II, en Beato Enrique Susón. Obras Selectas. Sevilla, Apostolado mariano.

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