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SUSTANTIVO Sustantivo, categoría léxica que expresa la pertenencia de las cosas a alguna clase o conjunto de entidades que poseen rasgos en común y que se caracteriza por ser núcleo de sintagmas nominales. Tradicionalmente, los sustantivos se han definido como las palabras que sirven para designar personas, animales o cosas, ya sean reales o existentes sólo en la mente humana. El término ‘cosas’ resulta bastante vago, pues los sustantivos pueden hacer referencia a: objetos físicos (libro), cualidades (hermosura), acciones (movimiento), sentimientos (alegría), cantidades (millar), entre otros. Sin embargo, hay también otras categorías léxicas que pueden hacer referencia a cualidades, como los adjetivos (bello), a acciones, como los verbos (moverse), o a cantidades, como los numerales (tres), por lo que es necesario ampliar la definición tradicional, puramente semántica, con criterios formales. En la actualidad, se suele utilizar nombre como sinónimo de sustantivo, aunque la gramática tradicional incluía los adjetivos también en la categoría nombre, de manera que se distinguía entre nombre sustantivo y nombre adjetivo. No es sorprendente que se incluyeran dentro de una misma categoría, puesto que, en español y en otras lenguas romances, los sustantivos y los adjetivos comparten muchas características, como la flexión. Además existen muchas palabras que pueden ser tanto sustantivos como adjetivos, dependiendo del contexto en que aparecen. Así, jóvenes es sustantivo en Muchos jóvenes acudieron a la manifestación, mientras que es adjetivo en Los asistentes eran muy jóvenes. El sustantivo constituye una clase de palabras abierta, lo que significa que se pueden incorporar nuevos sustantivos a una determinada lengua. Véase Neologismo. FORMA Desde el punto de vista formal, el sustantivo es una categoría con flexión en muchas lenguas, es decir, admite variaciones en su terminación para indicar las categorías gramaticales de género, número y, a veces, caso (véase Flexión). GENERO DEL SUSTANTIVO

Sustantivo

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Tipos de sustantivos

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SUSTANTIVO

Sustantivo, categoría léxica que expresa la pertenencia de las cosas a alguna clase o conjunto de entidades que poseen rasgos en común y que se caracteriza por ser núcleo de sintagmas nominales.

Tradicionalmente, los sustantivos se han definido como las palabras que sirven para designar personas, animales o cosas, ya sean reales o existentes sólo en la mente humana. El término ‘cosas’ resulta bastante vago, pues los sustantivos pueden hacer referencia a: objetos físicos (libro), cualidades (hermosura), acciones (movimiento), sentimientos (alegría), cantidades (millar), entre otros. Sin embargo, hay también otras categorías léxicas que pueden hacer referencia a cualidades, como los adjetivos (bello), a acciones, como los verbos (moverse), o a cantidades, como los numerales (tres), por lo que es necesario ampliar la definición tradicional, puramente semántica, con criterios formales.

En la actualidad, se suele utilizar nombre como sinónimo de sustantivo, aunque la gramática tradicional incluía los adjetivos también en la categoría nombre, de manera que se distinguía entre nombre sustantivo y nombre adjetivo. No es sorprendente que se incluyeran dentro de una misma categoría, puesto que, en español y en otras lenguas romances, los sustantivos y los adjetivos comparten muchas características, como la flexión. Además existen muchas palabras que pueden ser tanto sustantivos como adjetivos, dependiendo del contexto en que aparecen. Así, jóvenes es sustantivo en Muchos jóvenes acudieron a la manifestación, mientras que es adjetivo en Los asistentes eran muy jóvenes.

El sustantivo constituye una clase de palabras abierta, lo que significa que se pueden incorporar nuevos sustantivos a una determinada lengua. Véase Neologismo.

FORMA

Desde el punto de vista formal, el sustantivo es una categoría con flexión en muchas lenguas, es decir, admite variaciones en su terminación para indicar las categorías gramaticales de género, número y, a veces, caso (véase Flexión).

GENERO DEL SUSTANTIVO

Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos. Véase Género.

No debe confundirse el género con el sexo: el género es una característica gramatical mientras que el sexo es una característica biológica de algunos seres vivos. De hecho, los sustantivos tienen género independientemente de que los seres referidos tengan sexo o no, como sol, que es masculino o luna, que es femenino. No hay nada en las entidades designadas que determine el género gramatical de los sustantivos. De hecho, en otras lenguas, estos sustantivos presentan otros rasgos de género (como en alemán Sonne, femenino y Mond masculino).

SERES ANIMADOS

Los sustantivos que designan seres animados suelen indicar la diferencia de género, y de sexo, con morfemas de género, es decir presentan moción:

Formas masculinas señaladas por los morfos de género masculino -o, -e o -Ø: chico, jefe, señor.

Formas femeninas señaladas por el morfo -a: chica, jefa, señora.

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En muchas ocasiones, aunque los sustantivos se refieren a seres sexuados, tienen género inherente, es decir, son sólo masculinos o sólo femeninos. Algunos pueden referirse a seres de cualquier sexo: persona es siempre femenino aunque designe a hombres; abanto o desastre son siempre masculinos. Otros sustantivos, aparte de tener género inherente, se refieren a seres de un único sexo, por lo que se recurre a palabras diferentes para establecer el contraste de sexo: hombre/mujer; caballo/yegua, etcétera.

En el caso de sustantivos con género inherente referidos a animales o plantas, la distinción de sexo se realiza añadiendo ‘macho’ o ‘hembra’: la araña macho / la araña hembra; el abrótano macho / el abrótano hembra. La gramática tradicional llamaba a estos sustantivos epicenos.

Otros sustantivos referidos a seres animados se dice que son comunes en cuanto al género pues, según el contexto, tienen un género u otro para referirse a un sexo o a otro: el/la estudiante.

ENTIDADES INANIMADAS

La mayoría de los sustantivos que se refieren a entidades inanimadas tienen género inherente. No obstante, algunos sustantivos son ambiguos en cuanto al género pues pueden acompañarse indistintamente de artículos o determinantes femeninos o masculinos (el/la maratón). En algunos casos, sin embargo, existen connotaciones diferentes (el/la mar). No deben confundirse este tipo de sustantivos con aquellos que cambian radicalmente de significado según se trate del femenino o del masculino, como coma, y que normalmente tienen orígenes diferentes. No se trata en este caso de sustantivos ambiguos en cuanto al género, sino de sustantivos homógrafos.

NUMERO EN LOS SUSTANTIVOS

En español, los sustantivos pueden ser singulares o plurales. La mayoría de los sustantivos presentan flexión de número, es decir tienen formas diferentes para el singular y para el plural, lo que se señala con el morfo Ø (o ausencia de morfema de número, según los autores) en casa y canción, frente a los alomorfos de plural /s/, casas, o /es/, canciones. Véase Número.

Algunos sustantivos son invariables, es decir, tienen la misma forma en singular y en plural, como los llanos que acaban en –s o –x, por ejemplo tesis o clímax, incluidos los compuestos formados a partir de un verbo y un sustantivo, como saltamontes o guardaespaldas.

Existen sustantivos que designan entidades formadas por dos partes simétricas y que pueden significar lo mismo en singular que en plural: Ayer me corté con una tijera/unas tijeras. Tanto si existe la forma en singular (pantalón/pantalones) como si no (prismáticos), el plural puede referirse a un solo objeto o a varios: Me gustan las gafas que llevas puestas (un objeto); En su casa tiene muchas gafas (varios objetos).

Algunos sustantivos sólo tienen forma singular. Se trata de los singularia tántum, como sed.

Los sustantivos que sólo tienen número plural se denominan pluralia tántum, por ejemplo víveres o bártulos.

FUNCION

La función primordial del sustantivo es la de constituir el núcleo de un sintagma nominal.

En la oración María ve la televisión, María es el sintagma nominal sujeto, constituido en este caso únicamente por un núcleo; televisión es el núcleo del sintagma nominal la televisión, que hace la función de complemento directo.

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Dentro de un sintagma nominal, el sustantivo puede ir acompañado y ser modificado por:

a) Determinantes de cualquier tipo o artículos: ‘Esta’ casa me gusta. b) Adjetivos: El hombre ‘alegre’ resulta siempre agradable. c) Sustantivos: Han construido una nueva ciudad ‘dormitorio’. d) Sintagmas preposicionales: El estuche ‘de cuero’ es bonito. Quiero café ‘con leche’. e) Oraciones de relativo: El balón ‘que me regaló mi tío’ es grande.

El sustantivo, como núcleo del sintagma nominal, impone el género y el número a los determinantes, adjetivos o participios que lo acompañan o complementan: El zapato es precioso; Esas chicas son portuguesas; La niña estaba cansada. Véase Concordancia.

Cuando un sustantivo completa el significado de otro sustantivo realiza la misma función que un adjetivo. Véase Adjetivación.

Ciertas palabras, sin ser sustantivos ni pronombres, realizan en la oración la misma función que estos; se dice entonces que están sustantivadas o que son sustantivos de discurso. En estos casos van precedidas de un determinante o de artículo: Siempre tiene un ‘no’ para todo. Véase Sustantivación.

SIGNIFICACION

Los sustantivos pueden ser sometidos a diversas clasificaciones semánticas:

COMUNES Y PROPIOS

Hoy día se habla de sustantivos o de nombres, aunque a la hora de distinguir entre comunes y propios se utiliza el término ‘nombre’ más frecuentemente que el de sustantivo. Así se habla de nombres propios o nombres comunes y no de sustantivos propios o sustantivos comunes.

Los nombres comunes aluden a personas, animales o conceptos en general que existen en la realidad o son producto de la imaginación humana y cuyas características especiales no difieren de los de su misma clase: zapato, cisne, unicornio, masmédula (véase Oliverio Girondo), jitanjáfora. Asocian un elemento a un determinado conjunto de elementos (zapato al conjunto de los zapatos).

A diferencia de los comunes, los nombres propios distinguen o identifican un individuo entre los demás elementos de una misma clase: Leonor, Babieca, Tizona. Cuando se refieren a personas o cosas personificadas reciben el nombre de antropónimos, si aluden a espacios geográficos se denominan topónimos. Se escriben siempre con mayúscula inicial (véase Antroponimia; Toponimia).

CONTABLES Y NO CONTABLES

Los sustantivos no contables son aquellos que se refieren a materias y son medibles. Denotan cosas que pueden dividirse hasta el infinito conservando su naturaleza. Los sustantivos contables, por otro lado, designan entidades individuales que al dividirse no mantienen su naturaleza. Un poco de agua (no contable) sigue siendo agua, mientras que una parte de una silla (contable) no es una silla.

Esta clasificación semántica tiene notables consecuencias sintácticas.

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Los contables pueden combinarse con numerales cardinales (una silla, dos sillas, etcétera) al contrario que los no contables (*un dinero, *dos dineros, etcétera). En algunos casos, los nombres no contables se recategorizan como contables para referirse a unidades típicas o a tipos de sustancia: un café es una taza (contable) de café en Se tomó un café; un establecimiento (contable) en Quedamos en el café de la esquina o un tipo (contable) de café en Compró un café brasileño en lugar de colombiano.

Los sustantivos no contables pueden utilizarse sin determinantes como complementos, lo que no sucede con los contables, que para aparecer sin determinación deben presentar forma plural, como se observa en los siguientes ejemplos: La niña pidió pan; *La niña pidió libro; La niña pidió libros. Véase Determinantes.

Los sustantivos contables pueden subdividirse a su vez en colectivos e individuales. Los sustantivos colectivos designan en singular conjuntos de entidades, como familia o ejército, mientras que los individuales designan una sola entidad, como soldado.

CONCRETOS Y ABSTRACTOS

Los sustantivos concretos designan elementos individuales cuya existencia el hablante percibe a través de los sentidos o de su representación en imágenes: libro, tejado.

Los sustantivos abstractos nombran un concepto, una cualidad o un estado que sólo es aprehensible por la mente humana: libertad, amor. Muchos sustantivos abstractos de cualidad derivan de adjetivos: simpleza, hermosura.

Algunos sustantivos son abstractos en singular y concretos en plural. Por ejemplo, amistad es abstracto en Aquel abrazo fue una manifestación de amistad, mientras que amistades es concreto en A su madre no le gustan sus amistades, pues se refiere a los amigos de alguien.

ADJETIVO

Adjetivo, parte variable de la oración que acompaña opcionalmente al sustantivo en el sintagma nominal, para calificarlo (adjetivo calificativo) o determinarlo (adjetivo determinativo), concordando con él en género, número y en algunas lenguas también en caso.

ADJETIVO CALIFICATIVO.

En la gramática tradicional se le llama nombre adjetivo, y comparte con el sustantivo el género, el número y alguna función gramatical.

FORMA

El adjetivo, desde un punto de vista formal, está compuesto por un lexema o raíz, que aporta el significado de la palabra, y unos morfemas que lo completan. Los morfemas son de dos tipos: constituyentes y facultativos.

Los constituyentes u obligatorios son los gramaticales de género (masculino y femenino) y número (singular o plural). Como el adjetivo calificativo no tiene un género específico, se limita a adoptar el del sustantivo al que acompaña. Puede presentar dos formas: una variable, que ofrece una terminación para el masculino y otra para el femenino, cuya oposición es -o/-a, -e/a, ø/a: bueno/buena, rubiete/rubieta, cantarín/cantarina, y otra invariable, cuya única forma sirve para ambos géneros: rebelde, infantil.

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Cuando aparecen antepuestos a un sustantivo masculino, algunos adjetivos presentan una forma apocopada: mal asunto / mala noticia. Véase Apócope.

El adjetivo toma el mismo número que el del sustantivo, ya que ha de establecer la concordancia con él. Los adjetivos que en singular terminan en vocal átona forman su plural añadiendo una -s; los que en singular acaban en consonante o en vocal tónica, lo hacen añadiendo -es.

El artículo no es, como ocurre con el sustantivo, un morfema del adjetivo. Si en un sintagma aparecen un artículo y un adjetivo sin ningún sustantivo al que completen, el artículo sustantiva al adjetivo. Véase también Sustantivación.

Los constituyentes facultativos del adjetivo son los prefijos y sufijos, que modifican el significado del lexema. Los sufijos pueden ser: aumentativos, diminutivos y derivativos.

Ejemplos de análisis de adjetivos desde el punto de vista formal: Bajito: baj- (lexema), -it- (morfema diminutivo), -o (morfema gramatical de género), -ø (ausencia de morfema gramatical de número).

Mexicanas: Mexic- (lexema), -an- (morfema derivativo), -a (morfema gramatical de género), -s (morfema gramatical de número).

Algunos adjetivos se han formado a partir de palabras primitivas que originalmente no tenían esta categoría gramatical, pues eran sustantivos, adjetivos o verbos, pero a las que al añadir a su lexema un morfema derivativo, además de darles éste un nuevo significado, las ha convertido en adjetivos: Colonia, colonial; trigo, trigueño; azul, azulado; amar, amable; oír, oíble. Otros se han formado a partir de dos palabras primitivas: barbilampiño, agridulce.

GRADO DEL ADJETIVO

Casi todos los adjetivos (los que señalan propiedades o características cuantificables) pueden presentar su cualidad en diferentes grados de intensidad o plenitud para mostrarla tal cual es, para establecer una comparación entre dos elementos o para potenciar al máximo la cualidad del adjetivo.

El grado positivo presenta la cualidad del adjetivo en su término medio, sin ponerla en relación con ninguna otra: alegre, bondadoso. El grado comparativo presenta la cualidad del adjetivo en relación con otra, estableciendo su superioridad (más generoso), igualdad (tan agradable) o inferioridad (menos risueño) con respecto a ella. Más, tan y menos son adverbios, adyacentes del adjetivo al que acompañan; el segundo término de la comparación se establece mediante otros marcadores, los nexos conjuntivos comparativos que y como. El grado superlativo expresa la cualidad en su más alto grado, marcando una relación absoluta (superlativo absoluto) mediante:

a) los adverbios muy, extraordinariamente, enormemente, altamente, extremadamente: Muy especial, enormemente listo. b) los prefijos archi-, extra-, requete-, super-: Requetelimpio, superinteligente. c) con los sufijos -ísimo o -érrimo: listísimo, celebérrimo. d) locuciones adverbiales: la mar de simpático.

El superlativo puede ser también relativo, si expresa la máxima cualidad de algo o alguien en relación con otras personas, animales o cosas de un grupo determinado: Sonia es la más simpática de mis amigas (de superioridad), Juan es el menos complaciente de la clase (de inferioridad). Muy es incompatible con la terminación -ísimo: muy buenísimo.

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Procedentes del latín, en español se conservan comparativos y superlativos irregulares que conviven con las regulares correspondientes. Así, del bueno surge el comparativo mejor y el superlativo óptimo, que pueden alternar con más malo y muy malo. Los demás comparativos y superlativos irregulares son:

de malo: peor; pésimo de grande: mayor; máximo de pequeño: menor; mínimo de alto: superior; supremo o sumo de bajo: inferior; ínfimo.

Además, existen otros superlativos irregulares, procedentes del latín, de carácter culto o literario, cuyas formas más usadas son:

acre: acérrimo amable: amabilísimo amigo: amicísimo antiguo: antiquísimo áspero: aspérrimo benévolo: benevolentísimo célebre: celebérrimo cierto: ciertísimo o certísimo cruel: crudelísimo fiel: fidelísimo frío: frigidísimo fuerte: fortísimo libre: libérrimo mísero: misérrimo noble: nobilísimo nuevo: novísimo pobre: paupérrimo pulcro: pulquérrimo sagrado: sacratísimo salubre: salubérrimo simple: simplicísimo

Estos superlativos presentan otra forma popular o coloquial, como amiguísimo, asperísimo, cruelísimo, integrísimo... Algunos adjetivos tienen formas duplicadas en el superlativo con variaciones fonéticas: bonísimo/buenísimo, fortísimo/fuertísimo, o cambios de grafías: antiquísimo (derivado de antiguo). Potísimo, ‘muy poderoso’ y ubérrimo, ‘muy abundante y fértil’ son superlativos cultos, no existen en español adjetivos en grado positivo de los que se hayan formado.

Relacionados con los comparativos y superlativos tradicionales están los aumentativos, diminutivos y los despectivos, que establecen también una relativa idea comparativa y que se hallan a medio camino entre la flexión y la derivación.

FUNCION

El adjetivo calificativo puede acompañar a un sustantivo, apareciendo antepuesto o pospuesto a éste, o puede aparecer de forma independiente realizando las siguientes funciones:

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a) adyacente: modificador o adjunto de un sustantivo. Puede aparecer antepuesto o pospuesto a éste: un ‘claro’ día, un niño ‘alegre’. b) atributo o predicado nominal, si en la oración aparecen los verbos ser o estar: Mis amigas son ‘simpáticas’. c) predicativo: Vi a Raúl muy ‘enfadado’. d) núcleo de un sintagma adjetivo: Está ‘lleno’ de alegría. e) núcleo de un sintagma adjetivo sustantivado: El ‘verde’ me gusta. f) aposición: mi amigo, ‘feliz por verme’, me abrazó.

En algunos países de América es frecuente la adverbialización de los adjetivos: Toca ‘lindo’.

El participio equivale a un adjetivo, por lo cual puede realizar sus mismas funciones. Si el participio conserva su naturaleza verbal puede ir complementado por otras palabras y formar una proposición de participio.

SIGNIFICACION

El adjetivo calificativo expresa una cualidad del sustantivo al que acompaña o con el que se relaciona. Puede ser especificativo o explicativo. El especificativo es el que delimita (especifica) la significación del sustantivo; aporta una información necesaria, por lo que no se puede suprimir sin que varíe sustancialmente el significado de la frase. Suele ir pospuesto al sustantivo: El libro ‘pequeño’ está sobre la mesa. El explicativo o epíteto aporta una información ya conocida e intrínseca al significado del sustantivo; por lo tanto, si se prescinde de él no varía notablemente el significado de la frase: Dejó su huella en la ‘blanca’ nieve. Aparece antepuesto al sustantivo.

La posición que ocupa el adjetivo con respecto al sustantivo al cual acompaña suele estar muy relacionada con lo semántico. Generalmente se afirma que en español el hablante goza de una cierta libertad para anteponer o posponer el adjetivo al sustantivo en función de su preferencia o intencionalidad: prado verde, verde prado; la casa alta, la alta casa, pero hay veces en las que la norma impone su anteposición o posposición; así se dice, por ejemplo, mujer casada, color azul, cosa difícil de conseguir. A veces cambia el significado del adjetivo dependiendo de su posición: buen hombre/hombre bueno, pobre hombre/hombre pobre, mala comida/comida mala.

ADJETIVOS DETERMINATIVOS

Los adjetivos determinativos acompañan al nombre en el sintagma nominal para actualizarlo: limitan la significación del nombre de varias formas. Si delimitan la significación en el espacio se trata de adjetivos demostrativos, del tipo este, ese, aquel. Si refieren el significado del nombre a las relaciones de posesión, se trata de adjetivos posesivos, del tipo mi, mío, tu, tuyo, su, suyo; las formas breves, que son apocopadas, se emplean sólo antepuestas al nombre; las plenas van pospuestas y tienen un carácter estilístico. Si limitan la significación del nombre y la cuantifican u ordenan, se trata de adjetivos numerales, del tipo dos, segundo, doble, mitad. Esta clase de adjetivos se ve seriamente discutida por algunas escuelas lingüísticas: las que admiten su existencia distinguen entre numerales cardinales, que dan cuenta de la cantidad, como tres o trescientos; numerales ordinales, los que refieren la significación a un determinado orden, como tercero o tricentésimo. Hay otros tipos de adjetivos determinativos, los que presentan al nombre de forma deliberadamente imprecisa; se trata de los indefinidos, como algún, ningún, todo, cierto o semejante.

Todos los adjetivos determinativos pueden pasar a funcionar como pronombres; a su vez, pueden acompañar a un pronombre en función de adjetivo. A veces un solo nombre puede ir acompañado por más de un tipo de adjetivos determinativos: las dos primeras sillas son para

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esos amigos tuyos. Salvo en un caso así, los adjetivos determinativos se anteponen al nombre; la posposición ofrece posibilidades estilísticas: Este cuadro es de Miró; el cuadro este es de Miró.

ADVERBIO

Adverbio, parte de la oración que sirve para modificar, precisar, matizar o ampliar el significado de un verbo, de un adjetivo, de otro adverbio, de un sintagma nominal, de un sintagma preposicional o de una oración.

Es una categoría gramatical heterogénea, caracterizada por su invariabilidad, con algunas excepciones, ya que muchos adverbios pueden admitir morfemas de sufijación; ejemplo: de ahora, ahorita. Carecen de morfemas de concordancia con otros elementos de la oración; ejemplo: Luisa está mal. Los niños están mal educados.

FORMA

En español, los adverbios no tienen unidad morfológica; por lo tanto, los hay con formas simples: hoy, mañana; con formas compuestas: anteayer; e incluso con formas complejas, como las locuciones adverbiales: a lo grande, de vez en cuando.

El adjetivo adverbializado es también un adverbio: bajo, alto, oscuro, rápido; también se adverbializa con sufijos como -mente, que se forma así: si el adjetivo tiene dos terminaciones se utiliza la forma femenina: buena/buenamente, loca/locamente; si el adjetivo sólo tiene una terminación, se añade el sufijo —mente: atrozmente, felizmente. Muchos adverbios tienen la posibilidad de admitir morfemas de sufijación para formar aumentativos, diminutivos o superlativos. Aumentativos: lejotes, arribota. Diminutivos: despacito, cerquita, ahorita, lueguito, poquito, prontito, tempranito. Superlativos: cerquísima, lejísimos, prontísimo, tardísimo, poquísimo, muchísimo, tempranísimo. Igualmente, algunos adverbios admiten la gradación, característica de los adjetivos, por medio de la anteposición de cuantificadores (más, menos, mucho, poco, muy): Mucho mejor, poco antes, muy abajo, más cerca.

FUNCION

Según la gramática tradicional, el adverbio es un modificador del verbo, de un adjetivo o de otro adverbio. Juan estudia bastante (bastante modifica al verbo). Él es bastante torpe (modifica al adjetivo). Lo hizo bastante bien (bastante modifica al adverbio bien). También pueden ejercer por sí mismos el valor de oración, con significado completo: ¿Vendrás a casa esta tarde? ‘Sí’. ¿Saldrás hoy? ‘Probablemente’. Equivalen a: Sí, iré a tu casa esta tarde, y Probablemente saldré hoy.

A veces el adverbio afecta a toda la oración, utilizado como recurso lingüístico por el hablante: Increíblemente, Carmen vino. También pueden desempeñar función de nexos o conectores entre oraciones: Lo harás ‘como’ yo quiera. Iré ‘cuando’ pueda.

SIGNIFICACION

Los adverbios se pueden clasificar tradicionalmente en varios grupos, en cuanto a sus valores léxico-semánticos:

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Adverbio de tiempo: luego, ahora, antes, después, ayer, hoy, mañana, entonces, tarde.

Adverbio de lugar: cerca, lejos, aquí, allí, arriba, abajo, fuera, alrededor, allá, ahí. Adverbio de modo: bien, mal, así, despacio, deprisa, aprisa, gratis... Y la mayoría de los terminados en -mente: lentamente, rápidamente, felizmente. Adverbio de cantidad e intensidad: más, menos, poco, bastante, demasiado, muy, mucho, apenas, casi, medio, algo, nada. Adverbio de afirmación: sí, también, ciertamente, claro, desde luego, en efecto, asimismo. Adverbio de negación: no, nunca, jamás, tampoco. Adverbio de duda: acaso, quizás, tal vez, probablemente.

Junto a esta clasificación, hay que señalar otra que obedece a criterios funcionales:

Adverbios demostrativos: aquí, entonces, ahora, así, luego, tal, tanto. Adverbios relativos: donde, como, cuanto, cuando. Adverbios interrogativos: cuándo, dónde, cómo, cuánto, qué.

En cuanto a su significación, se pueden señalar dos tipos de adverbios: situacionales y nocionales.

Adverbios situacionales o deícticos: son aquellos que señalan la situación extralingüística espacial y temporal; por ejemplo: ‘Aquí’ no ha venido. ‘Allí’ ocurrió el accidente. ‘Hoy’ me han hecho un regalo;. ‘Mañana’ te llamaré a casa. Los adverbios de lugar establecen como punto de referencia a los interlocutores del discurso, en relación con los demostrativos: 1ª persona: aquí, acá; 2ª persona: ahí; 3ª persona: allí, allá. Existen formas locativas o de situación estática, como dentro: El libro está ‘dentro’ del cajón; y formas direccionales, que marcan movimiento, adentro: Pasa ‘adentro’ de la casa.

Con los adverbios de tiempo, se dan dos posibilidades en cuanto a la relación hablante-oyente: en la primera, la situación actual, creada por el hablante que expone al oyente, es el momento del discurso, y corresponde al mundo comentado; en la segunda, el hablante narra hechos que se refieren a un contexto diferente, que no es en el que se hallan el hablante y el oyente, y corresponde al llamado mundo narrado.

Referencia al presente. Indican simultaneidad: ahora, hoy. Referencia al pasado. Indican anterioridad: ayer, anoche. Referencia al futuro. Indican posterioridad: mañana. Ejemplo: ‘Hoy’ hace frío, ‘ayer’ hizo buen tiempo y ‘mañana’ no sabemos si nevará.

Adverbios nocionales o conceptuales: son los adverbios de modo, y expresan cómo se realiza la acción. Gran parte de los adverbios de modo están formados a partir del femenino del adjetivo, al que se le añade el sufijo -mente. Provienen de un ablativo absoluto: Fríamente, ‘con la mente fría’; calurosamente, ‘con la mente calurosa’; generosamente, ‘con la mente generosa’. Otros adverbios de modo están constituidos por la misma forma del adjetivo en masculino singular. Alto, claro, firme: Habla ‘claro’. También se pueden formar con una preposición y un sustantivo, creando una sola palabra: Apenas (a + penas), despacio (de + espacio). ‘Apenas’ tengo tiempo.

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Los adverbios de cantidad expresan modificaciones cuantitativas y presentan igual forma que los pronombres indefinidos y numerales, excepto los apócopes muy y tan. Los adverbios de cantidad se clasifican en: adverbios de tipo gradativo: poco, mucho, bastante, algo, demasiado; intensivos: más, menos, tanto; múltiplos: doble, triple; partitivos: medio.

Los adverbios de orden están relacionados con los numerales ordinales y sirven para expresar series, primero o primeramente, último o últimamente, sucesivamente, alternativamente, finalmente, por ejemplo: Primero trabajó, finalmente descansó.

Los adverbios relativos e interrogativos se refieren a un antecedente. Pueden ejercer una doble función, igual que los pronombres relativos. Introducen oraciones subordinadas y desempeñan una función sintáctica. Los hay de lugar, donde, adonde: Ésa era la calle ‘donde’ vivía; de tiempo, como cuando: Llámame el lunes, ‘cuando’ vayas a venir; de modo, como: Duerme destapado, ‘como’ le apetece.

Los adverbios interrogativos sirven para preguntar por una circunstancia; son tónicos, llevan tilde y exigen una respuesta: ¿’Dónde’ estabas ayer? En el museo. ¿’Cuándo’ vendrás? Mañana. ¿’Cómo’ estás? Bien.

Los adverbios modalizadores u oracionales, incluidos dentro de los adverbios conceptuales, modifican a toda la oración con sentido completo. Los hay de afirmación: sí, ciertamente, cierto, claro, exacto, justo, bien; de negación: no, nunca, jamás, tampoco, quia, ca; de duda: quizás, acaso, tal vez.

LOCUCIONES ADVERBIALES

Las locuciones o frases adverbiales son una serie de formas lingüísticas múltiples que han quedado en el uso de la lengua como expresiones fijas y que adquieren la función y valor del adverbio: a escondidas, a hurtadillas, a ciegas. En muchas ocasiones están compuestas por una preposición unida a sustantivos, adverbios o adjetivos: Enfrente, encima, despacio, debajo, acaso, adentro. Si se consideran estas unidades como adverbios, no hay ninguna razón fundada para no aceptar otros grupos análogos separados gráficamente: A oscuras, de pronto, a duras penas, de frente, de súbito, por fuera, a bulto, a tientas, a regañadientes, en secreto, en particular.

PREPOSICION

Preposición, palabra que relaciona un nombre o un pronombre con otra palabra de la que es complemento, como indica su etimología de origen latino prae ‘delante’, positio, ‘posición’. Las preposiciones son palabras que enlazan un elemento sintáctico cualquiera, principalmente, un sustantivo o equivalente, con el que forma un complemento de otro sustantivo, mujer ‘con’ suerte, de un verbo, voy ‘a’ casa, de un adjetivo, bueno ‘de’ naturaleza, de un adverbio, lejos ‘de’ casa, de un pronombre, ninguno ‘de’ nosotros, o de una interjección, ¡ay ‘de’ mí! Al término del cual depende el complemento se llama término regente, núcleo o inicial, y al término que sigue a la preposición, término regido o terminal.

En español, la preposición precede siempre a su término formando con él una unidad sintáctica y fonética que no puede destruirse sin alterar el sentido, compramos una

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novela ‘en la librería’, o ‘en la librería’ compramos una novela, aunque se altere el orden, el término regente o inicial será compramos una novela y el término regido en la librería.

Las preposiciones carecen de acento propio, son átonas, excepto según, y se usan siempre en proclisis con su término, con lo que se expresa y fortalece su unidad sintáctica. Pueden intercalarse, entre la preposición y término, artículos u otros determinantes, recuerdos ‘del’ pasado; trabajo ‘con mis’ amigos; ‘con tanta’ nieve es imposible salir.

FORMA

Por su forma, las preposiciones pueden ser propias e impropias. Las preposiciones propias están constituidas por una sola palabra y son: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre y tras. Además hay que añadir allende y aquende, de uso únicamente literario y que se consideran locuciones por su origen, formadas por los adverbios allén y aquén con la preposición de, significan ‘a este lado de’ y ‘al lado de’; pro, cultismo de uso limitado a fórmulas: Campaña ‘pro’ lucha contra el cáncer, cupón ‘pro’ ciegos.

Las preposiciones impropias son adjetivos, adverbios y participios que funcionan como preposiciones. Algunos adjetivos inmovilizados en su significante masculino singular se usan como marcas de la circunstancialidad del sustantivo al que se antepone, durante y mediante: La ciudad cambió mucho ‘durante’ el último año. Lo vamos a conseguir ‘mediante’ vuestro apoyo. Así como el uso del sustantivo vía como preposición, está reducido al estilo administrativo de las comunicaciones: Fui a Sevilla ‘vía’ Córdoba; televisión ‘vía’ satélite.

FUNCION Y SIGNIFICACION

La función de la preposición es la de ser un enlace de subordinación y su significación semántica informa sobre circunstancias espacio temporales y nocionales que viene determinada por la misma preposición y su término. Los valores y usos de las preposiciones del español son:

A, expresa movimiento, lugar y tiempo en que sucede algo, proximidad en el espacio o tiempo, modo, distribución, precio, situación, costumbre...; además es componente de muchas locuciones adverbiales (véase Adverbio): Mañana iré ‘a’ Sevilla (dirección). Te veré ‘a’ la entrada del instituto (lugar). Nos encontraremos ‘a’ las diez (tiempo). Escribe ‘a’ mano (modo). ‘Al’ diez por ciento (cantidad). Todo ‘a’ cien (precio). Gira ‘a’ la derecha (espacio). Se despidió ‘a’ la francesa, ‘a’ oscuras, ‘a’ toda prisa (locuciones). Se emplea formalmente como introductora del complemento directo de persona o cosa personificada o animada: Quiero ‘a’ Luisa. Amo ‘a’ mi perro, y también precede al complemento indirecto: Vendí la casa ‘a’ Juan.

Ante, significa ‘delante’ o ‘en presencia de’: Se presentó ‘ante’ nosotros. Tiene un empleo culto, se utiliza en ciertos ámbitos y en la lengua escrita: El acusado fue llevado ‘ante’ el juez. A veces se utiliza en su lugar el adverbio delante de. Expresa prioridad de lugar, de tiempo y preferencia: Que venga ‘ante’ mí. ‘Ante’ un año como aquel. ‘Ante’ todo lo haré. Introduce complementos circunstanciales.

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Bajo, indica situación inferior, o dependencia de una cosa o persona respecto de otra: Está ‘bajo’ sus padres. Vive ‘bajo’ techo. Se echó ‘bajo’ los árboles. Sintácticamente expresa la circunstancialidad. Hoy en día suele sustituirse por la locución debajo de.

Cabe, significa ‘junto a’, ‘cerca de’; hoy se considera un término arcaizante: Espérame ‘cabe’ la puerta.

Con, expresa preferentemente compañía: Salgo ‘con’ mis amigos; instrumento: Come ‘con’ las manos; modo: Bebe ‘con’ ansiedad; contenido: Perdió el portafolios ‘con’ los apuntes; y relación: No habla ‘con’ su novia. A veces, equivale a la conjunción adversativa o concesiva aunque: ‘Con’ ser rico, gasta muy poco.

Contra, expresa contrariedad u oposición tanto en sentido real como figurado: Luchó ‘contra’ las mareas, luchó ‘contra’ la adversidad. Puede expresar un matiz especial de violencia: Chocó ‘contra’ la pared. Aunque esta idea se podría expresar utilizando la preposición con, chocó con la pared, la expresión tendría menor fuerza expresiva.

De, empleo formal para introducir el complemento agente de la voz pasiva, aunque hoy es más frecuente el uso de la preposición por: Es muy querido ‘de’ todos, es admirado ‘por’ todos. Puede marcar principalmente posesión o pertenencia: El libro ‘de’ mi padre; materia: Vaso ‘de’ cristal; cualidad: Músculos ‘de’ acero; origen o procedencia: Viene ‘de’ Madrid; causa: Se desternillaban ‘de’ risa; parte: Comió ‘de’ lo que había; cantidad indeterminada: Comió ‘de’ todo; tiempo: La hora ‘de’ cenar; modo: Salto ‘de’ espaldas. Se usa con infinitivos: Difícil ‘de entender’. Sirve para marcar la ilación o la consecuencia: ‘De lo dicho, hasta el momento’ no hay nada. Puede colocarse entre distintas partes de la oración para indicar dolor, pena o amenaza: ¡Ay ‘de’ mí!, !Pobres ‘de’ nosotros!, ¡Ay ‘de’ vosotros, si no lo hacéis! Se usa en lugar de otras preposiciones: Me contestó ‘de’ mala forma (con). Voy ‘de’ Madrid a Sevilla (desde). Lloré ‘de’ pena (por). Botas ‘de’ caza (para). Su uso sintáctico más frecuente es como introductora del complemento del nombre o del complemento circunstancial.

Desde, marca el punto exacto en el espacio o en el tiempo a partir del cual se origina o produce algo: Iremos ‘desde’ Madrid hasta Sevilla. Tendré vacaciones ‘desde’ el uno de julio. Introduce complementos circunstanciales de tiempo y de lugar.

En, expresa el lugar en donde: Vive ‘en’ Lima; término de un movimiento: Entró ‘en’ casa; tiempo durante el cual tiene lugar la acción: Lo hizo ‘en’ cinco minutos; instrumento: Lo coció ‘en’ la olla; medio: Hablaba ‘en’ inglés; causa: Lo reconocí ‘en’ la forma de actuar; precio: Se la tasaron ‘en’ diez millones; modo: Lo dice ‘en’ serio. Es un componente de numerosas locuciones adverbiales, modismos o frases hechas: ‘En’ general. Caer ‘en’ gracia, y frases verbales con infinitivo y gerundio: No tengo problemas ‘en hacerlo’ o ‘En llegando’ a casa descansaré.

Entre, expresa situación espacial: Los Pirineos están ‘entre’ España y Francia; temporal: Iremos ‘entre’ las seis y siete; estado en medio de dos o más personas o cosas: El río pasa ‘entre’ dos montes. También puede expresar cooperación: Lo hicimos ‘entre’ todos. Equivale a para: Lo dije ‘entre’ mí. Introduce, al igual que un gran número de preposiciones, los complementos circunstanciales, aunque, a veces, enlaza los términos del sujeto coordinado de una acción: ‘Entre’ tú y yo lo haremos.

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Hacia, indica el lugar donde, aproximadamente, está o sucede algo: Voy ‘hacia’ tu barrio; también señala adonde una persona, acción o cosa se dirige: ‘Hacia’ ahí está mi pueblo. Está orientado ‘hacia’ el sur. Ocurrirá ‘hacia’ el año dos mil.

Hasta, indica el punto límite del cual no se pasa (o se va más allá); con idea de lugar: Fuimos ‘hasta’ París; tiempo: Estudiamos ‘hasta’ las tres de la madrugada; cantidad: Lloró, suplicó y ‘hasta’ se humilló; número: Te prestaré ‘hasta’ un millón.

Para, puede indicar el fin propuesto: Estudia ‘para’ saber; el destino que se da a algo: Tazas ‘para’ café; la finalidad: He escrito un poema ‘para’ María; el movimiento: Salimos ‘para’ Barranquilla; el tiempo: Lo dejamos ‘para’ mañana; la relación de las cosas: Esto es ‘para’ niños; proximidad de algún hecho: Está ‘para’ nevar. Se utiliza como introductora del complemento indirecto: Compró una casa ‘para’ su familia. Y en las proposiciones circunstanciales finales: Hago los trabajos ‘para’ aprobar o hago los trabajos ‘para’ que me aprueben.

Por, puede expresar causa: Lo hizo ‘por’ gusto; finalidad: Lo hizo ‘por’ los suyos; medio: Lo oyó ‘por’ la radio; precio: Lo vendió ‘por’ mil yenes; lugar a través del cual se realiza la acción: Bajaron ‘por’ el ascensor, o se produce un movimiento: Caminamos ‘por’ el campo; espacio o tiempo imprecisos: Iré ‘por’ el verano. Introduce el complemento agente en las oraciones de la voz pasiva: Los ladrones fueron apresados ‘por’ la policía.

Según, única preposición tónica, expresa modo, particularidad: Lo hizo ‘según’ sabía. Se comporta ‘según’ la norma.

Sin, expresa privación o carencia: Estoy ‘sin’ dinero. Estudia ‘sin’ parar. Estoy ‘sin’ ganas.

So, equivale a ‘bajo de’, es una forma arcaizante. Se utiliza con los sustantivos: capa, color, pena y pretexto: Se marchó ‘so’ pretexto de enfermedad. También se puede anteponer a palabras insultantes: ‘So’ tonto.

Sobre, indica el lugar con valor de ‘encima de’: Ponlo ‘sobre’ la mesa; aproximación: Serían ‘sobre’ las cuatro; asunto del que se trata: Escribe ‘sobre’ matemáticas. Se emplea en locuciones adverbiales: ‘Sobre’ seguro, ‘sobre’ aviso.

Tras, significa el orden con que siguen unas cosas a otras: ‘Tras’ el verano volvimos al trabajo. Ocultó el rostro ‘tras’ la máscara. Va siempre ‘tras’ sus hermanos.

CONJUNCION

Conjunción, palabra o conjunto de ellas que enlaza oraciones o palabras, como su etimología de origen latino explica: cum, ‘con’, y jungo, ‘juntar’; por lo tanto, ‘que enlaza o une con’.

FORMA

La conjunción es una parte invariable de la lengua que se utiliza para enlazar oraciones y establecer relaciones entre ellas: Luisa va a trabajar y luego regresa a casa. También

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enlaza, dentro de la oración, elementos que desempeñan una función sintáctica equivalente: Luis y Carmen salen juntos.

La conjunción sólo tiene valor gramatical, no tiene valor semántico. Su significado lo adquiere en las relaciones oracionales que puede presentar. Valor aditivo: Luisa compra y vende objetos. Valor de oposición: Carmen trabaja, pero no todos los días.

Son partículas que unen entre sí elementos sintácticos equivalentes, aunque hay otros muchos nexos, en su origen adverbios o preposiciones, que encabezan oraciones y que adquieren valor de conjunción, aunque no tengan forma conjuntiva.

FUNCION

En español, las conjunciones se clasifican en propias, las que unen oraciones o elementos del mismo nivel sintáctico, grupo nominal o adjetivo, como son las conjunciones coordinantes o coordinativas: y, ni, pero, sino...: Luis caminaba triste ‘y’ pensativo: e impropias, las que enlazan oraciones dependientes, como son las locuciones o partículas subordinantes: cómo, cuándo, que, porque, para que... Las conjunciones subordinantes degradan la oración en que se insertan y la transponen funcionalmente a una unidad de rango inferior que cumple alguna de las funciones propias del sustantivo, del adjetivo o del adverbio: Dijo que vendría. Lo hizo porque quiso.

Las conjunciones, según los distintos tipos de relaciones o enlaces oracionales que presentan, pueden adquirir valores significativos diversos, y se clasifican en dos tipos: coordinantes o subordinantes.

1.

Conjunciones coordinantes o coordinativas

Las conjunciones coordinantes son copulativas, adversativas, disyuntivas o distributivas.

1.

Conjunciones copulativas

Las conjunciones copulativas sirven para reunir en una sola unidad funcional dos o más elementos homogéneos e indican su adición. Son: y, e, ni, que. Y es la conjunción más usada en la lengua coloquial: Sergio ‘y’ Daniel pasean; se repite frecuentemente en el lenguaje infantil, como expresión sucesiva de enunciados: El perro es mi amigo ‘y’ lo quiero mucho ‘y’ juega conmigo. Este uso pleonástico se mantiene en la lengua popular de las narraciones, y como recurso expresivo intensificador. Se emplea e cuando la palabra siguiente empieza por i o hi, para evitar la cacofonía: Se reunieron ‘e’ hicieron los trabajos. Vinieron los padres ‘e’ hijos. La conjunción ni señala la adición de dos términos pero implica que sean negativos: No hizo los trabajos ‘ni’ estudió. A fin de marcar la expresividad, se antepone a veces a todos los términos unidos: ‘Ni’ tengo

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trabajo ‘ni’ dinero. La conjunción copulativa que es de uso arcaizante, aunque también figura en locuciones con valor intensificador: Y tú llora ‘que’ llora.

2.

Conjunciones adversativas

Las conjunciones adversativas son las que contraponen dos oraciones o términos sintácticos. La contrariedad puede ser parcial o total; la parcial expresa una corrección o restricción en el juicio de la primera oración, de modo que la coordinación es restrictiva: mas, pero, aunque. Existe una serie de conjunciones que proceden de formas lingüísticas más extensas y que se han gramaticalizado total o parcialmente que se usan como nexos adversativos: sin embargo, empero, con todo, a pesar de, no obstante, más bien, excepto, salvo, menos... Si hay incompatibilidad entre las dos oraciones coordinadas, de manera que la afirmativa excluya totalmente a la negativa, la coordinación es exclusiva: sino, sino que, antes bien, al contrario: No lo hizo Juan ‘sino’ Pedro.

Las conjunciones adversativas más utilizadas son pero y sino: Iría contigo ‘pero’ no puedo; mas está reducida a la lengua escrita y principalmente a la lengua literaria: Hizo un juramento, ‘mas’ en vano; empero pertenece al estilo literario afectado; pero y mas, pueden encabezar una cláusula con sentido enfático. ¡’Pero’, Juan, si tú no estabas!

3.

Conjunciones disyuntivas

Las conjunciones disyuntivas indican alternancia exclusiva o excluyente: o, u, se coloca entre los términos que indican la alternancia o antepuesta a cada uno de ellos: Llamó Pedro o Juan. Se emplea u cuando precede a una palabra iniciada por o u ho: Lo hará uno ‘u’ otro, también para evitar la cacofonía. Otras veces, o indica que los términos unidos son equivalentes y sirven para designar una misma realidad: Todo ocurrió ‘o’ sucedió en un momento.

4.

Conjunciones distributivas

Las conjunciones distributivas indican distribución o alternancia; repiten los términos: o... o; se emplean a veces unidades de tipo adverbial: bien... bien, ya... ya, ora... ora también se usa la forma verbal inmovilizada sea, cuando los términos unidos expresan equivalencia: ‘Ya’ vienes, ‘ya’ te quedas.

2.

Conjunciones subordinantes o subordinativas

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Las conjunciones subordinantes o subordinativas introducen oraciones que desempeñan la función de un sintagma nominal (sujeto, atributo, complementos o aposición) o la función de un complemento circunstancial dentro de la oración principal.

Las conjunciones sustantivas se clasifican según la función que la oración sustantiva desempeñe dentro de la oración principal. Se utiliza que, conjunción completiva, para la función de sujeto y de complemento directo: Me molestó ‘que’ no me lo dijeras; Dijo ‘que’ lo haría. A veces, se emplea que con alguna preposición, por ejemplo en función de suplemento: Él se convenció ‘de que’ era importante. También es elemento constituyente de un gran número de locuciones conjuntivas utilizadas en oraciones adverbiales o circunstanciales: Me voy a dormir ‘ya que’ estoy cansada (valor causal).

La conjunción condicional si introduce oraciones subordinadas condicionales: Lo haré ‘si’ quiero. De este si condicional se derivan las locuciones: como si, si bien: Estudias ‘como si’ no te importara; ‘Si bien’ estudié los temas, no logré aprobar (valor concesivo).

La conjunción que puede tener valor causal: Me voy a la cama, ‘que’ estoy cansada; y también consecutivo: Estoy muy cansada, ‘así que’ me iré a la cama.