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"La Produccin Del conocimiento local"

Autor: Luis Tapia Mealla

agosto 2003

INDICE

Introduccin1. 2. 3. Qu es lo que se estudia? 1 4 Objetivos 29 Por qu y para qu estudiar la obra de Zavaleta?

Cmo se estudia y se estructura esta investigacin? 7 4.

BLOQUE A: MOMENTOS DEL NACIONALISMOI. Del culturalismo telrico al nacionalismorevolucionario .El culturalismo telrico .En el nacionalismo revolucionario: periodismo poltico II. 42 70 32 36

Interpretacin y constitucin del ser nacional .La ontologa dual del revisionismo histrico nacionalista .La estrategia retrica del yo nacional y la negacin especfica del pragmatismo local .Consideraciones metodolgicas sobre revisionismo histrico y ciencia social 72

77 101 110

III.

Momentos del nacionalismo .Fases poltico ideolgicas del nacionalismo: partida, maniobra, llegada 110

.Nacionalismo de despedida: rquiem y cada .Mirar hacia adentro IV. 144

119

Consideraciones sobre historia local y proyectos internacionales:una transicin poltico-intelectual 147

BLOQUE B: MOVIMIENTO OBRERO, HISTORIA Y CIENCIA SOCIALV. Movimiento obrero y ciencia social .Las condiciones histricas de posibilidad del autoconocimiento social .Crisis y conocimiento VI. Historias e interpretaciones del 52 .Historia: ciencia y memoria .Periodizacin de la historia .Historias comparadas VII. El desarrollo de la autonoma obrera: autonoma de lo poltico y lgica del lugar 258 163 178 213 214 217 227 163

BLOQUE C: TEORIA POLITICAVIII. El estado .Modelo de regularidad y diversidad de las historias .El estado como sntesis, unidad, mediacin y racionalidad .Estado de separacin y desarrollo de la autonoma de lo poltico .Reforma del marxismo 284 286 295 306 320

IX.

La cuestin nacional .Del estado de separacin a la subsuncin real y la reforma moral e intelectual .Estado aparente y estado-nacin .Nacionalizaciones

328

328 337 352

X.

Formas de la poltica y el estado en Amrica Latina 360

.Bonapartismo: incapacidades de autorrepresentacin y autonoma de lo poltico

362

.Populismo: sustitucin del pueblo y nacionalizacin con revolucin pasiva .Dictadura y fascismo: proyecto, movimiento de masas y estructura de poder XI. XII. Antimperialismo y soberana Democracia

372 382 397 412 412 416

.Programa de investigacin y sntesis intelectual .Estado de separacin y representacin .Democracia, sociedades abigarradas y estado aparente .Conocimiento en democracia .Autodeterminacin: fundacin de la libertad

422 438 452

BLOQUE D: LA PRODUCCION DEL CONOCIMIENTO LOCAL

XIII. Las masas en noviembre: autotransformacindel pueblo y crisis del estado 457 .De la centralidad proletaria a la autodeterminacin de la masa 457 .Autoconocimiento en la crisis y nacionalizacin desde la sociedad civil 475 .La reforma moral e intelectual: autotransformacin, deseo y conquista de la democracia

483 493 503

.Reforma del estado y recomposicin oligrquica XIV. XV. XVI. La forma primordial: una estrategia explicativa Momentos constitutivos Tiempo, historia y sociedad abigarrada .Tiempo histrico .Formacin social abigarrada .Diversidad de historias y tiempos histricos .Matriz de recepcin de otras historias .Sociedad abigarrada y barroquismo terico .Abstraccin que subsume, abstraccin que universaliza .La necesidad de contener varias concepciones del mundo 548 554 524

548

560 564 578

582 585

XVII. Nacionalizacin del marxismo

589

.Subsuncin formal y subsuncin real de las teoras 591 .Nacionalizacin de una teora general de la poca 597 .Conocimiento local= produccin terica + lgica del lugar 603

XVIII. La estructura explicativa deLo nacional-popular en Bolivia .Programa de investigacin .El modelo de la separacin .El ncleo de la ley del valor 608 619 623 606

.Lgica especfica (compleja y compuesta) del objeto especfico (complejo y compuesto) .Lo nacional-popular .La seleccin simblica de los momentos constitutivos .Composicin de ncleos proliferantes 627

625

629 634 636 640 640 643 645

.La diversidad explicada por una gran abstraccin XIX. Conocimiento y autodeterminacin .Composicin de conceptos .La teora como objeto de deseo

.Organizacin de la autorreferencia intelectual .Pensar el autodesarrollo .Organizacin de la conciencia nacional y el yo colectivo .La identidad nacional-popular XX. La concepcin de la poltica 647

650 655 658

.La poltica como sntesis, constitucin y gobierno 658 .Poltica y conocimiento local 667

.Pensamiento poltico, libertad y autodeterminacin 671

BLOQUE E: MAPAS COGNITIVOSXXI. Mapas cognitivos: sntesis y conclusiones 676

.Mapas cognitivos: esbozo terico .Primera configuracin y primer recorrido: el espacio nacionalista 682 .Segundo recorrido: salida del espacio nacionalista. 697

676

.Segunda configuracin y tercera serie de recorridos: el espacio de la centralidad proletaria 702 .Tercera configuracin y cuarta serie de recorridos: el espacio de la autodeterminacin de la masa .Grficos y mapas de recorrido 721

714

BLOQUE F: SOBRE LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE ZAVALETA:ANALISIS COMPARADOXXII. Sobre el pensamiento de Zavaleta en nuestros das 741 .Sobre la evaluacin de teoras pretritas .El horizonte intelectual local .Problemticas actuales en el contexto intelectual internacional a. Marxismo analtico b. Problemas de la globalizacin para la explicacin 764 767 746 741

759 759

c. Posmodernismo vs barroquismo modernista d. Hermenutica y reflexividad .Validacin, contrastacin, actualidad .Sntesis - conclusin 778 771 775

Bibliografa y hemerografa de Zavaleta Bibliografa general 793

779

I.

DEL CULTURALISMO TELURICO AL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO

La poca es un horizonte de existencia que proporciona la matriz de los procesos formativos del individuo, en tanto configuracin particular de un conjunto de procesos macro sociales que se han articulado con diferente extensin, como sociedades locales, y como mundo u horizonte cultural global del presente. Es cierto que la mundializacin es ms o menos intensa de una sociedad a otra, y tambin que cada sociedad articula su particular horizonte cultural (ms o menos heterogneo) que es el que ms intensamente vive. Por horizonte de existencia aqu se entiende el conjunto heterogneo, articulado o no, de las condiciones y posibilidades generales de las formas de vida social existentes y virtuales en un espacio histrico que generalmente en nuestros tiempos se articulan y delimitan a la vez, como nacin, estado o pas (en esta enumeracin no se pretende sinonimia, por supuesto).

De manera especfica, dira que un horizonte de existencia es una nocin que sintetiza la articulacin que histricamente se realiza entre las formas materiales (en sentido estricto) de organizacin y produccin de la vida social, con las formas y alcances de los procesos de significacin y simbolizacin, que implica las formas de conciencia y de atribucin y produccin de sentido. Utilizar esta nocin como un fondo categorial que me permita referir el anlisis de la obra de Ren Zavaleta a procesos histricos que dan sentido a su obra y que permiten a su vez explicar algunos aspectos de la produccin y desarrollo de su pensamiento. Este estudio no desarrolla una biografa personal. No voy a narrar la formacin y vida del autor. Las referencias muy puntuales y sintticas de este tipo son bsicamente para relacionar su obra al contexto de su produccin. El objeto de este estudio es su produccin intelectual, en el contexto de los debates polticos y tericos de los diversos momentos en que sta fue realizada. Voy a privilegiar la referencia al fondo histrico sobre el cual hilvanar slo algunas puntadas que se refieren a la vida poltica de Zavaleta. La relacin vida poltica nacional produccin intelectual es la que aqu exploro y exploto como eje del anlisis. Ren Zavaleta nace el 3 de junio de 1937 en la ciudad de Oruro. En la poca era la ciudad ms ligada a los principales centros mineros del departamento del cual es capital, como tambin a los centros mineros que se encuentran en territorio del departamento de Potos pero que estn ms comunicados con esta capital regional. A su vez, la produccin minera era la principal actividad econmica del pas, a partir de la cual se organizaba y ejerca el poder y gobierno poltico en el pas. Los aos de niez y juventud de Zavaleta son los de la crisis del estado de la poca de dominio de la oligarqua minera y latifundista, as como tambin es el tiempo de las primeras experiencias nacionalistas que se dan como cortas y trgicas rupturas en el gobierno de un orden poltico que hasta 1952 se basaba en una estrategia censitaria 1 que exclua al conjunto de las comunidades indgenas y a la mayora de los trabajadores, con un criterio que slo inclua como ciudadana aquel margen de poblacin alfabeta que tena un ingreso anual que no provenga de servicios de trabajo domstico. 2 Al terminar la guerra del Chaco (1932-1935) que Bolivia pierde frente al Paraguay, se da un ciclo de crisis de este modo recortado de articular y practicar el dominio estatal. Por un lado, ocurren los golpes de militares nacionalistas que dirigieron cortos gobiernos (Toro 1935-37; Busch 1937-38; Villarroel 1943-46) que tomaron medidas que aumentaban la recuperacin de excedente producido por las empresas mineras, y se nacionaliza el petrleo. Justamente por esto los intereses afectados organizan su derrocamiento.

Cfr. Flisfish, Angel. "La polis censitaria: la poltica y el mercado" en Autoritarismo y alternativas populares en Amrica Latina.2

1

Cfr. Malloy, James. Bolivia: la revolucin inconclusa.

Por otro lado , es un perodo de crecientes conflictos con sindicatos mineros que son objeto de fuerte represin y masacre 3 por parte del ejrcito a pedido y bajo rdenes del poder minero. La dcada del 40 tambin es la del surgimiento e intensa actividad poltica del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) que luego ha de ser el partido que ha de reorganizar el estado despus de 1952 , y en el que Ren Zavaleta militar por un buen tiempo hasta 1970. Hay una poca nacionalista en Bolivia, y para Zavaleta tambin, que justamente creci en un perodo de gestacin y desarrollo de la crtica nacionalista al oligrquico poder minero. En este captulo pretendo analizar el pensamiento de Zavaleta que participa genricamente del discurso del nacionalismo revolucionario y del tiempo en el que milita en las filas del partido que deca representar tal ideologa y programa en el perodo post revolucionario. El objeto de esta parte es analizar la modalidad especfica del discurso nacionalista de Zavaleta a la vez que la matriz general y las influencias de las cuales se alimenta su produccin. Se centra en las nociones que se tenan sobre poltica e historia. Tomo como materia prima bsica de anlisis los textos de Zavaleta, su pensamiento escrito, o el que acaba escrito aunque se origine en entrevistas o intervenciones pblicas. Sus apuntes personales son un material de apoyo en algunos puntos, en que se puede y cabe distinguir cmo se gestaron las ideas y qu es lo que qued como producto final.

El culturalismo telricoZavaleta empez a escribir para la prensa desde muy joven. La actividad periodstica fue algo que realiz durante toda su vida de escritor, en diferentes pases. Aqu utilizo un par de artculos publicados en la prensa en 1954 para bosquejar brevemente cmo empieza en la expresin del pensamiento organizado y personalizado, y para rastrear y sealar las influencias del pensamiento boliviano de la poca. En 1954, con casi 17 aos, en la prensa pacea publica: Los ciclos histricos y la aptitud creadora del individuo y El porvenir de Amrica Latina y su papel en la elaboracin de una nueva humanidad. El nivel u horizonte conceptual de este momento es el de la cultura, que aparece como una especie de sujeto de la historia. Su preocupacin es la relacin entre culturas, y la relacin entre historia e individuo, todo esto marcado por algunas influencias intelectuales todava operantes en el momento. Veamos esto con algn detalle. En El porvenir de Amrica Latina... siguiendo la idea de que hay dos Amricas , escribe: Una sola es la verdadera, la del carcter guardado por la raza en el alma de su hombre original. y El alma indgena se encuentra en el interior de todoa mericano, pues creemos que es indio todo lo creado por la accin del paisaje y el ambiente anmico de este continente. Esta Amrica de cultura indgena es contrapuesta a una cultura occidental decadente. Esta decadencia se debera a que ha agotado su fuerza creadora en general, a que en la especificidad del continente el conquistador, a pesar de ser el dominador, pasa por un proceso por el que lo que se llama el alma espaola se integra lentamente y para siempre en la autoctonia americana. Se trata, en consecuencia, de una Amrica que a pesar de estar vencida polticamente y explotada econmicamente, tiene una fortaleza cultural que no slo resiste la conquista sino que acaba transformando los elementos culturales del conquistador en el fondo histrico cultural ancestral y telrico de lo indgena. La conquista reprimi y detuvo el desarrollo de esta forma cultural. Una vez que Occidente est decadente y sus elementos que vienen por la va de la conquista son reformados por el alma indgena y la fuerza del paisaje, esta cultura est en el tiempo de desplegarse de nuevo; ya que slo los oprimidos pueden renovar la historia. Ahora bien, la idea de los oprimidos que se tiene aqu es la de aqullos que sufren la angustia y la sed de humanidad, no es una idea definida en trminos socio-econmicos y de dominacin poltica. La opresin es3

Cfr. Barcelli, Agustn. Medio siglo de luchas sindicales en Bolivia.

cultural, sentida y pensada en trminos culturales, y la proyeccin de la liberacin tambin. Zavaleta establece una distincin entre fondo cultural y fuerza histrica. Una vez que Europa ha perdido la creatividad y la energa, se convierte en un fondo cultural que ya slo puede aportar sus mejores realizaciones del pasado, y que otra fuerza histrica con ansia de creacin puede retomar. Esa fuerza es Amrica. Aqu subyace una concepcin de la historia como dinmica cuasi natural de civilizaciones y culturas que surgen, se desarrollan y mueren, coexistiendo conflictivamente por un tiempo y sucedindose unas a las otras. Esta concepcin que fue difundida por Spengler circul mucho por Amrica Latina en las primeras dcadas de este siglo y tuvo su influencia en Bolivia. 4 Otra discusin y distincin de la poca que Zavaleta retoma, es la que se realiza entre cultura y civilizacin. Aqu sirve para acabar el bosquejo anterior con la relacin entre historia e individuo. Al respecto Zavaleta escribe: Toda civilizacin - si por esto quieren entender un progreso tcnico y en cierto modo un bienestar material-, tendr como consecuencia necesaria una cultura. y

Juan Albarracn Milln ha realizado el estudio ms amplio sobre el pensamiento social boliviano de fines del siglo pasado y el siglo XX hasta la dcada del 60. El conjunto de estudios a los que me refiero es: Orgenes del pensamiento social contemporneo de Bolivia (1976); El gran debate. Positivismo e irracionalismo en el estudio de la sociedad boliviana (1978); La sociedad opresora. Corrientes eclcticas de transicin del positivismo al marxismo (1976); Sociologa indigenal y antropologa telurista (1982); Geopoltica, populismo y teora sociotriconopanormica (1982). Esta obra ha sido la referencia bsica para realizar la contextualizacin intelectual.

4

La cultura sera la inclusin e integracin de los valores espirituales y personales humanos en los procesos histricos para alterar el cambio natural, la novedad espontnea que vendra a ser la civilizacin. 5 Toda esta concepcin tiene como fin el hombre realizado ya que: Las sociedades se hacen para que el hombre realice lo que tiene slo en potencia y en general para que obtenga su plenitud. 6 Esta especie de optimismo teleolgico se combina, sin embargo, con la idea de que los hombres que quieren superar su condicin actual de sufrimiento viven en estado de ansiedad y angustia dirigiendo sus actos a la realizacin de la justicia. Se puede caracterizar el pensamiento de este momento como un existencialismo cultural telrico, que resulta de la combinacin de la concepcin de la realidad y la historia como una dinmica compuesta por entes llamados culturas, que son el modo en que una vida espiritual trasciende a la vida social; por la valoracin prioritaria que se hace del alma o cultura indgena fuertemente formada por la tierra y el paisaje, o lo telrico, por ltimo, por una combinacin de sentimiento de angustia y de necesidad de desarrollo de una potencialidad o existencia dada por la raza y autoctona que es pensada como energa y fuerza primera que luego necesita desarrollarse. Por estos motivos, aunque no se configuran de una manera fuerte, pienso que se introduce un rasgo vitalista y existencialista en este pensamiento de juventud de Zavaleta. El rasgo fuerte de estos breves escritos citados y comentados es su nfasis en el alma indgena americana y la fuerza y energa potencial de la cultura autctona. La principal referencia e influencia en este sentido es el pensamiento de Carlos Medinacelli, a quien recurre sealando que la estrategia consiste en :

5

Zavaleta, Ren. "Los ciclos histricos y la aptitud creadora del individuo". 1954. Idem.

6

volcar los ojos a las potencias originales de nuestra condicin 7 Maya Aguiluz en su estudio sobre Medinacelli 8 seala que l pensaba que el desarrollo del mestizaje originara el verdadero tipo nacional que propiciara la unificacin de una heterogeneidad tnica y de caracteres que est en el origen de los problemas de desorden nacional. Desarroll la literatura (novela) y la crtica ensaystica cultural que despliega la idea del mestizaje como matriz de desarrollo de la nacin an inexistente. 9

7

Zavaleta, Ren. " El porvenir de Amrica y su papel en la elaboracin de una nueva humanidad", 1954. Aguiluz, Maya. Una lectura sociolgica: el caso de un pensador boliviano. Carlos Medinacelli y su poca. p. 25-

8

26. De Medinacelli se puede ver: La Chascaawi (novela, 1947); Estudios crticos (1938); Educacin del gusto esttico (1942); El huayralevismo (1972); La reivindicacin de la cultura americana (1975).9

Estos textos juveniles de Zavaleta se publicaron a dos aos de la revolucin de abril de 1952 que produjo una reorganizacin global del estado y sus relaciones con la sociedad civil ampliada en el mismo momento revolucionario. La ideologa predominante en la fase de crtica del estado y sociedad anteriores y en la reorganizacin global post revolucionaria, es el nacionalismo revolucionario. Los textos de Zavaleta comentados no estn concebidos en los trminos del discurso nacionalista, a pesar de estar escritos en la poca de su auge, tampoco lo estn en contra; mas bien acusan influencias anteriores a la maduracin del discurso del nacionalismo revolucionario, pero que fueron tambin condicin de su desarrollo sobre todo a travs de su incorporacin o utilizacin por Carlos Montenegro 10,que es el primero en formular la matriz de esta ideologa como ensayo de revisin e interpretacin histrica.

Montenegro, Carlos. Nacionalismo y coloniaje. Esta obra se analiza ms adelante cuando se trate de bosquejar y tipificar el discurso del nacionalismo revolucionario.

10

Aqu parece que Zavaleta estuviera reproduciendo o viviendo a su manera las fases previas de las tendencias del pensamiento boliviano que pretenden arraigarse en la historia y culturas locales, slo que varias dcadas despus, cuando la estrategia de volcar los ojos a lo autctono e indgena ya ha transitado de la valoracin y crtica general de culturas, a la formulacin de un discurso poltico que adems identificaba sujetos polticos en esas culturas que, por un lado, ejercan la opresin y, por el otro, encarnaran la lucha por la emancipacin y la realizacin de esas potencialidades culturales. Se haba convertido en nacionalismo revolucionario. Considero que esta vivencia intelectual de las fases ms generales y pretritas, o de los orgenes, de la mentalidad de la poca, se explican ms como expresin del tipo de formacin del perodo escolar, ms universalista o general y menos politizada, sin embargo, ya con una sensibilidad para reconocer y proyectar lo nacional y lo americano como matriz de desarrollo de las ideas, sentimientos, identificaciones y valores.

En el nacionalismo revolucionario: periodismo polticoEl siguiente rastro escrito que se encuentra de Ren Zavaleta es el producto de su actividad como periodista escribiendo para Marcha (56-57) en el Uruguay en sus aos de estudiante de derecho en Montevideo, donde adems trabajaba como periodista para el peridico La Maana; y sus artculos como uno de los responsables del peridico La Nacin (1959-1960), que era una especie de peridico oficial del MNR. En todos los escritos de este perodo se expresa ya un pensamiento desarrollado desde el nacionalismo revolucionario como matriz poltico-ideolgica. Es su contacto con la poltica nacional lo que le lleva a especificar, nacionalizar y politizar ese su previo culturalismo pro mestizo e indgena. Realizar un anlisis de los textos de este perodo para especificar el modo en que Zavaleta se adhiere al nacionalismo revolucionario y hacer una tipificacin sinttica de este discurso y, por ltimo, avanzo unas hiptesis sobre el desarrollo del nacionalismo en Bolivia, como un paso a la consideracin de los textos ms maduros, personales y originales de Zavaleta todava en el horizonte del nacionalismo revolucionario, en la que presento a su vez la parte fuerte del modelo de interpretacin y anlisis de la produccin de la poca. En lo intelectual, la interiorizacin de Zavaleta en el nacionalismo revolucionario se da a travs de Augusto Cspedes y de Carlos Montenegro. Aqu digo interiorizacin en el sentido de conocer y empezar a pertenecer a un pensamiento, al apropiarse de un ncleo de ideas y empezar a pensar desde su horizonte. Augusto Cspedes es autor de Sangre de mestizos (relatos de la guerra del Chaco, 1962); El dictador suicida. 40 anos de historia de Bolivia (1956); El metal del diablo (1945); El presidente colgado (1975); Salamanca o el metafsico del fracaso (1973). Montenegro escribi Nacionalismo y coloniaje (1944); Frente al derecho del estado el oro de la Standard Oil. El petrleo, sangre de Bolivia. (1938); y Las inversiones extranjeras en Amrica Latina (1962). Augusto Cspedes es uno de los principales responsables de la difusin de la idea de situar en la guerra del Chaco (1932-1935) el hito principal para el desarrollo de la conciencia nacional. Sangre de mestizos es la literatura de ese momento de desencuentros y encuentros. Al comentar El dictador suicida que hace la historia del surgimiento del nacionalismo y del poder liberal que ste critica, Zavaleta escribe: Cuando se alejaron de sus ciudades y semiciudades para ir a guerrear al Chaco , aunque aparentemente iban al encuentro de un enemigo, partan en realidad hacia el hallazgo de su propio destino y al descubrimiento de sus enfermedades y mitos como nacin. La catstrofe sembr en las almas no disolucin ni derrota, sino una voluntad enconada de recobro y confirmacin de las races propias, porque no se trataba solamente de reformar la contextura existente, sino hacer una, dando al pas, por primera vez, una existencia, es decir, una independencia. 11 y de manera mas sinttica: La guerra del Chaco signific el retorno de Bolivia a s misma. 12 El momento del Chaco es importante para los nacionalistas porque all empezieza a articularse con ms fuerza la nacin que hasta entonces era tan slo una potencialidad pero no una comunidad poltica existente. A partir del Chaco se impulsa un proceso de articulacin de la nacin, de abajo hacia arriba, en contraposicin a la11

Zavaleta, Ren. "Augusto Cspedes y una historia chola" en Marcha, 7-XII-1956. Zavaleta,Ren. "Cinco aos de revolucin en Bolivia", en Marcha, 26-IV-1957.

12

repblica seorial que mas bien inhiba desde arriba un proceso de formacin nacional; sobre todo porque se basaba en la exclusin de la ciudadana del conjunto de la poblacin indgena y la mayor parte de los trabajadores, manteniendo relaciones de servidumbre y explotacin tributaria con esa poblacin. El relato e interpretacin histricos del nacionalismo privilegia en su discurso el desarrollo de la conciencia nacional, pero es un desarrollo que lejos de ser referido a ideales culturales generales o al desarrollo de una dinmica de ideas y valores en s mismos valiosos, se lo concibe como resultado de conclusiones sacadas de frustraciones en experiencias tales como la guerra perdida con una direccin inepta e irresponsable, de los fraudes de las empresas mineras explotadoras de los recursos del pas sin pagar casi nada por ello, de la inorganicidad de toda empresa colectiva, porque el poder econmico y poltico lo divida todo excepto sus ganancias. Los nacionalistas como Cspedes y Montenegro narran cmo los fragmentos de la nacin potencial se van organizando a s mismos y luego se van relacionando, para ampliar y sustituir la direccin poltica del pas a la cual se consideraba extranjera o la antipatria. Sobre todo se trata de capas medias urbanas que participaron en la guerra y se organizan como Liga de Ex-combatientes, y tambin se trata de la formacin de sindicatos mineros. Pero esto es un proceso largo. Cspedes escribe: Del Chaco no surgi una conciencia, sino el desorden propicio para incubarla. 13

Zavaleta piensa que la obra de Cspedes retoma y contina la de Montenegro, aunque considera que la de Cspedes es una combinacin de documento y recuerdo, son memorias personales que escriben a su vez la historia del pas. Por otro lado, considera que:

13

Cspedes, Augusto. El dictador suicida. 40 aos de historia de Bolivia, p. 145.

En Carlos Montenegro se dio por primera vez el caso de una filosofa de la historia boliviana 14Aqu cabe revisar la concepcin de historia de estos dos autores ms importantes de la primera fase del nacionalismo revolucionario, para esbozar un fondo de la tradicin intelectual en la que se inserta desde entonces, por un tiempo, el trabajo de Zavaleta. Cspedes presenta del siguiente modo su concepcin de historia: Los hechos son los cromosomas de la historia, considrese sta como un acontecimiento del espritu o como un engendro de las formas de produccin. Para hallar el perfil de los hechos es til concebir la historia no en figura rectilnea, sino en movimiento cclico, global, de modo que al seccionarse con un plano, descubra todas las formas existenciales que corresponden al ciclo. Los juicios que surgen a lo largo de este relato tienden a ser sntesis sobre varios acontecimientos que, transcurridos en diferentes pocas, integran series pertenecientes a un mismo motor y estilo. 15 El principio de globalidad en base al cual cabe interpretar y explicarse los hechos, implica ya en la prctica y despliegue, el determinar un eje de rotacin y de corte (por as decirlo de un modo compatible con la enunciacin citada), para que sean posibles las sntesis , que son el otro aspecto importante de esta concepcin. Este eje que permite practicar la referencia a la globalidad como compuesto de pasado, presente y futuro, es el que Carlos Montenegro plante para la historia boliviana como la contraposicin entre nacin y antinacin. Los hechos adquieren su perfil segn afirmen o nieguen una de estas grandes tendencias de la historia boliviana, que es la globalidad de referencia. Pon un lado estn las potencialidades y fuerzas de la nacin y, por el otro, las prcticas y sujetos que perpetan el dominio extranjero o la direccin de los esfuerzos y trabajo hacia fines externos. Se trata, pues, de una globalidad histrica poblada ya de hechos y sentidos, que son la condicin y el medio no slo de interpretar los nuevos hechos sino tambin de constituirlos. Es una historia sinttica, que articula y jala los hechos considerados y seleccionados hacia un ncleo que est constituido por fuerzas y tendencias histricas contrapuestas. Son stas las condicionantes bsicas de las acciones de los individuos que as no son tomos de accin, sino son tambin las condiciones de la actividad del historiador que escribe tomando partido; ya sea silenciando las luchas de la nacin por articular su soberana y realizar su independencia, es decir, narrando los hechos de un modo que hace perder el sentido histrico de los acontecimientos, como dira Cspedes, marcando poun un lado:

14

Zavaleta, Ren. "Augusto Cspedes y una historia chola, Marcha, 7-XII-1956. Cspedes, Augusto. El dictador suicida, p.49.

15

las lneas generales del entreguismo en los actos de coaccin a lo nacional 16, o narrando la memoria y conciencia de los hechos de afirmacin, colectiva sobre todo, de lo nacional y sus potencialidades, por el otro lado. Carlos Montenegro, a quien Zavaleta atribuye la primera formulacin de una filosofa de la historia boliviana, postula que su obra: ofrece un esquema de conjunto del pasado boliviano, dando a ste la vivencia continua que le atribuye la concepcin de lo nacional como energa histrica afirmativa y, por lo mismo, creadora y perpetuadora. 17

Es un trabajo que adems pretende tener un sentido no slo circunstancial sino porvenirista. 18Se trata, pues, de un trabajo que interpreta el pasado como proceso global, pero no como un fin en s mismo, sino para proyectarse al porvenir y para eso se tiene que combatir la mentalidad que imposibilita la realizacin de la nacin. De manera ms explcita y especfica, el programa de Montenegro es el siguiente:

16

Cspedes, Augusto, op. cit., p. 48. Montenegro, Carlos. Nacionalismo y coloniaje, p.18. Idem.

17

18

La evidenciacin vitalista del pasado constituye, por lo tanto, no menos que el gran baluarte en que los destinos autnticos de Bolivia pueden atrincherarse para contrarrestar y repeler la invasin que ha facilitado, consciente o inconscientemente, la psicologa colonialista creadora del devenir anti-boliviano. 19 En este programa se puede percibir que existe como supuestos una ontologa teleolgica en lo que concierne a lo nacional. En la realidad hay algo que puede distinguirse como lo nacional y que adems tiene un destino. Y existe un criterio al hacer memoria del pasado, se narra lo que se convierte en expresin de vitalidad de la nacin. Esta vitalidad se refiere a dos dimensiones del mismo proceso. Aqu se habla de vitalidad cuando algo expresa o expres con fuerza el despliegue de ciertas fuerzas sociales y culturales; pero la vitalidad de la que habla Montenegro sugiere que se refiere a la inconclusin de las cosas, de los procesos, no por abandono voluntario, sino porque fuerzas extraas y contrarias lo impiden. La vitalidad de la nacin tambin le viene de esta inconclusin, es decir, todava no se ha desplegado a s misma, no conoce sus propios lmites y a su vez su realizacin, constantemente conoce y vive los lmites de su negacin externa. Subyace aqu lo que se puede llamar una concepcin romntica de la nacin o de lo nacional. No se concibe que la nacin misma pueda engendrar o contener el desarrollo y organizacin de sujetos y estructuras de su imposibilidad final. Lo negativo o negador es concebido como algo externo. Este tipo de diferenciacin es ms verosmil y practicable debido al hecho de la conquista espaola y la continuacin de estructuras colonialistas a travs de la repblica. En este sentido, lo que desde dentro apoya la continuidad colonial es concebido como parte de la otredad dominadora. La idea de globalidad o conjunto mencionada por Cspedes y Montenegro se convierte en una dualidad, pero es la globalidad de esta dualidad la que da sentido, aunque con esa nocin romntica de nacin se asla las posibilidades positivas de lo autctono y su ya histrico mestizaje en una esencia de lo nacional y se trata de promoverla en una historia que por lo general transcurre por el lado malo, parafraseando a Marx, aqu en relacin a lo colonial. En Montenegro la revisin histrica tiene un carcter beligerante, hablar del pasado sobre todo cuando se articulan los hechos como procesos y luchas, tiene connotaciones polticas en el presente en que se pretende hacer historia. Esta revisin histrica beligerante fue realizada por Montenegro y Cspedes a travs del peridico La Calle desde 1936, que es cuando se funda.

19

op. cit., p. 17.

La Calle se afirm como columna vertebral del antientreguismo, descubriendo el reverso de la poltica consagrada por presidentes, ministros, abogados y pensadores del campamento minero al que se haba reducido el pas. Algo ms, La Calle someti a anlisis la historia arguediana e hizo revisin de la historia desde el punto de vista del pueblo... La Calle, con sus ocho pginas fue capaz de enfrentar durante diez aos al aparato de la oligarqua y constituirse en la cuna de la revolucin nacional. 20 Despus del momento de la guerra del Chaco que los nacionalistas consideran que fue de encuentro y de toma de conciencia de la desarticulacin y desgobierno del pas, el otro mbito privilegiado de desarrollo y expresin de la conciencia nacional fue la prensa organizada por intelectuales independientes, la mayor parte de ellos de procedencia socialista. A travs de la prensa se informa y denuncia los fraudes del estado, la desnacionalizacin de sus recursos y el servilismo en relacin a las grandes empresas mineras sobre todo. La idea de Benedict Anderson de que la novela y los peridicos fueron los medios para representar la nacin como una comunidad imaginada 21, corresponde al proceso boliviano. Cspedes hizo literatura en este sentido, y practic el periodismo poltico tambin con esa finalidad, junto a Montenegro. El primer sentido que Anderson le atribuye a lo imaginado de la comunidad nacional, se refiere al hecho de la imposibilidad del encuentro y conocimiento o contacto directo de todos los miembros de la comunidad. Los nacionalistas bolivianos pensaban que la guerra del Chaco habra sido un momento de encuentro catastrfico de las principales fuerzas que unidas constituiran una nacin soberana. A partir de ese encuentro se tena la base material e histrica para poder proyectar o imaginar con mayor fuerza la comunidad nacional. El otro sentido de lo imaginado se refiere a lo proyectado polticamente o la finalidad, esto es, ser un estado independiente y soberano. La actividad de La Calle es como una crnica sucesiva de cmo el estado gobernaba Bolivia negando continuamente su potencial soberana y afirmando a la vez la del poder minero sobre el conjunto del pas y las instituciones polticas. El ideal de independencia y la soberana es el norte de las crticas.

20

Cspedes, Augusto. El presidente colgado, p. 39. Anderson, Benedict. Imagined comunities, p. 25.

21

Benedict Anderson escribe que la comunidad de lectores forman en su visible invisibilidad el embrin de la comunidad imaginada nacionalmente. 22 Se podra decir, utilizando esta idea en una variacin que d cuenta de los nacionalistas bolivianos, que en la percepcin de stos su periodismo poltico proyecta y representa en lo posterior y cotidiano,la nacin que se encontr en el Chaco. Ahora bien, en la Bolivia de ese tiempo la burguesa, que es bsicamente minera, y otros grupos de poder econmico no tenan en sus proyectos la construccin de un estado nacional. Sobre todo los grandes mineros prefirieron mantener un estado dbil y coercitivo, servil a sus intereses particulares. El capitalismo vigente en las minas, no se plante como modelo para todo el pas.

22

op. cit., p. 44.

La nacin y su estado soberano era un proyecto de los subalternos. De hecho, La Calle y sus similares tenan que trabajar entre perodos de clausura y en medio de otros peridicos financiados por los poderes econmicos que practicaban un proyecto contrario. 23 Es sintomtico que Nacionalismo y coloniaje de Montenegro es una historia del pas realizada al hacer una historia del periodismo en la vida republicana y los movimientos de independencia. Cuando la prensa se vuelve negocio o se articula prensa y capitalismo, es que los peridicos en vez de cumplir una funcin ms o menos pblica de control del gobierno al generar una opinin pblica, se ocupan de justificar y emitir el discurso de los grupos de poder dominantes. Sobre todo en la dcada del 40 se puede ver que a travs de la prensa se enfrentan los intelectuales orgnicos tradicionales del bloque minero-terrateniente dominante, y los intelectuales orgnicos de un bloque todava no existente pero en gestacin. Se trata de una organicidad a un proyecto poltico antes que a un bloque existente. Al inicio de la dcada del 40 se funda el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), en el que militan polticamente Cspedes, Montenegro y despus tambin Zavaleta. Este partido fue el principal protagonista de la oposicin poltica, junto a los sindicatos mineros, en la fase ms crtica del viejo poder poltico. Tambin fue el reorganizador del estado despus de la ruptura poltica de 1952, momento que a su vez encumbra al partido e ideologa nacionalista revolucionaria a la condicin de predominantes. Es el mismo Zavaleta, seguidor de estos pensadores, que sintetiza y caracteriza este tipo de nacionalismo y lo diferencia del europeo, en un artculo a 5 aos de la revolucin:

Un panorama de la prensa oficial y de la nacionalista se encuentra en El presidente colgado de Augusto Cspedes.

23

Pero el pueblo a su vez no puede realizar su destino histrico si no es a travs de la independencia y autonoma, es decir, la realizacin de la nacin (nocin potencial). Identificadas las

concepciones de nacin y pueblo, se encontr de inmediato que la nacin no exista sino como dependencia y sujecin y se formul un nacionalismo de existencia en lugar de un nacionalismo de expansin que bogaba entonces por Europa. 24 Esta nocin de nacionalismo de existencia puede servir para vincular esta parte sobre las influencias de Zavaleta, con una etapa de su vida en que trabaja junto a Augusto Cspedes en el peridico La Nacin, que era un diario oficial del MNR, y en EL cual escribe entre 1959-1960. Carlos Montenegro muere en 1953, poco despus de la revolucin de abril de 1952. Augusto Cspedes era director de La Nacin y EL mejor amigo de Zavaleta por la poca; fuera de su actividad periodstica, los libros que escribi despus del triunfo tambin son sobre historia boliviana pre-52. 25 Los artculos periodsticos de esos aos son anlisis y comentarios de coyuntura poltica, marcados por un fuerte nfasis polmico en relacin a los sujetos polticos a quienes se refieren. Los principales temas que son objeto de la atencin son: crtica del sindicalismo y las relaciones COB-gobierno; la derecha poltica, sobre todo en relacin al regionalismo en el oriente del pas; el caciquismo entre campesinos; temas de poltica econmica y ayuda yanqui ; la polmica interna del MNR y problemas de liderazgo. En el conjunto de estos textos hay la preocupacin por defender la revolucin nacional de los peligros externos e internos al propio partido y el bloque social que es la base del proceso. Aqu, dira que Zavaleta sigue practicando lo que l mismo llam nacionalismo de existencia, en el sentido de que a pesar de ser gobierno hay un sentimiento y percepcin de que la revolucin est en peligro, que hay que defenderla, que su existencia no est asegurada a no ser que se pelee por ella constantemente. Pero a la vez trata de desarrollar un nacionalismo de desarrollo, no de expansin, ya que la mejor manera de defender la existencia de algo es desarrollarlo. Los artculos de Zavaleta son un buen espectro de los problemas polticos del perodo. Realizar una presentacin muy resumida y selectiva de ellos, con el objeto de bosquejar el ambiente poltico y la manera en que el autor se adscribe y participa del nacionalismo revolucionario. Para que sean inteligibles las referencias de aspectos particulares de la poltica del pas, es til tener en cuenta cul es el marco poltico global de interpretacin de Zavaleta al momento, proporcionado en un breve ensayo periodstico sobre la clase media: Polticamente, sin embargo, las sociedades - todas las sociedades - se dividen en solo dos grandes clases: la de los explotados por un lado y la de los explotadores. Sobre esta oposicin, ms inmediata y funcional que la nueva diseccin tcnica, se hizo la revolucin boliviana.

24

Zavaleta, Ren. "Cinco aos de revolucin en Bolivia" en Marcha, 26-IV-57. Cspedes, Augusto. El presidente colgado (1975), y Salamanca o el metafsico del fracaso (1973).

25

En el caso de Bolivia, pas semicolonial y subdesarrollado, de soberana imperfecta y disminuida, pas acorralado y semiexistente a causa de la despersonalizacin impuesta por la invasin que dura cuatrocientos aos, esta dicotoma se expresa en la lucha de clases nacionales contra el imperialismo, cuyos componentes polticos son los intereses metropolitanos y las partes demogrficas de la sociedad boliviana que le sirven y se le adjuntan, constituyndose en las clases extranjeras de la poltica nacional. 26 Aunque se reconoce que existe un espectro clasista ms amplio, la poltica polariza la estructura de clases. Las explotadas histricamente tienden a la unidad y la alianza. Se trata de una sobredeterminacin poltica que finaliza y sintetiza la divisin clasista, que de otro modo slo es una previa distincin tcnica. Los explotados son los identificados con la nacin.

Zavaleta, Ren. "ambivalencia de la clase media", La Nacin, 1-6-1959. Al final se encuentra un apndice con lista de artculos de peridico, citados y no citados, organizados por poca y peridico.

26

Si la nacionalidad existe de alguna manera es a travs de lo carnal, lo activo y cotidiano, que es el pueblo, khesti y pobre, todo lo contrario de un mito. 27 Por el otro lado o polo: Por determinacin sociolgica, la rosca (las clases extranjeras) ha constituido siempre un frente, una indisoluble alianza. La oligarqua es una aunque tenga varios partidos. 28 Despus de la revolucin de 1952, la rosca se articula y acta polticamente sobre todo a travs de dos referentes: FSB y el Comit Cvico de Santa Cruz. Ambos son objeto de anlisis y de crtica por parte de Zavaleta. En el perodo posrevolucionario la unidad del frente rosquero se viabiliza a travs de Falange Socialista Boliviana (FSB), partido por el que se presenta a elecciones parciales en 1958. Pero antes y despus , se trata de un partido que privilegia la bsqueda del golpe de estado como mtodo de cambio poltico. Se vuelve el partido de la oligarqua derrotada el 52 y de la clase media temerosa de la irrupcin popular. En el caso de los falangistas, la inclinacin a lo al pueblo es Un verdadero aborrecer a lo real porque no se mueve en la misma direccin de uno. 29 irracional y a lo terrorista resulta de un temor innato

27

Zavaleta, Ren. "Los muertos que no han vivido", en La Nacin, 1959. Zavaleta, Ren. "Ante las elecciones, Falange prefiere el camino del golpe", La Nacin, 26-5-1959. Zavaleta, Ren. "Falange o la cada de un estilo poltico" en La Nacin, 29-4-1959.

28

29

Segn Zavaleta, FSB era producto de una importacin y transculturacin frustrada, caracterizada por una poltica fetichista que tiende al mito 30 y se organiza en torno al lder y el terror. Estos rasgos juntos - al ser en la coyuntura posrevolucionaria el partido utilizado por la rosca desplazada para hacer poltica e intentar quebrar el nuevo rgimen - a la vez que marcan el modo en que la oposicin se expres despus del 52, tambin contienen los lmites y causas de su fracaso, el de ser una minora derrotada pero activa en un proceso que la niega social y polticamente. Falange fracasa en las elecciones evidenciando su carcter de minora, en consecuencia, opta por el golpe de estado, por un lado, continuando su tradicin hasta la muerte de su lder en 1959 justamente en ocasin de un intento de golpe. 31 Luego de su poltica de maniobras se pasa a la tctica que Zavaleta llama repliegue a instituciones polticamente laterales. A propsito de un acontecimiento en que el Comit Cvico de Santa Cruz asalta por las armas las instituciones pblicas regionales, escribe:

"El mito que es la prolongacin abstracta del fetiche", en Zavaleta, Ren. "Falange o la cada de un estilo poltico". La versin oficial es que Unzaga De la Vega se suicid al saber del fracaso del golpe; algunos opositores afirmaron que fue asesinado por agentes del gobierno. La crnica de estos hechos realizada por Zavaleta se encuentra en : "El sangriento domingo onomstico: tema para la calumnia y el absurdo, La Nacin, 1959.31

30

Las maniobras forma parte del repliegue de la rosca a las instituciones polticamente laterales universidades, comites cvicos, y otros- luego de su reiterado fracaso electoral, de su derrota por las armas, de sus frustrados intentos de comprometer a los miembros de las instituciones de la defensa nacional. 32 Luego de fracasar al nivel del gobierno central, la derecha pretende resquebrajar el nuevo estado por la va de invalidar su soberana regionalmente. Los artculos de Zavaleta sobre este conjunto de temas son una combinacin de anlisis y de crtica poltica, es decir, un intento de explicar sociolgicamente el por qu y el carcter de la existencia de este tipo de fenmenos y hechos, y una respuesta a esas fuerzas polticas que protagonizan tales acontecimientos y lneas de accin. Son anlisis de la lucha poltica y lucha poltica al mismo tiempo. Para que exista el anlisis hay cierta distancia que evita reducir la inteleccin de los hechos a la evidenciacin de las intenciones de los sujetos; pero no es una distancia imparcial, es la distancia que permite relacionar los hechos a la globalidad del proceso. Como diran sus precursores, es una distancia partisana. Son textos que estn dirigidos a los que el discurso del nacionalismo revolucionario considera al momento la nacin o su pblico potencialmente simpatizante, al que constantemente hay que interpelar para mantener y continuar la constitucin del sujeto nacional, sealando dnde, con quines y cmo est actuando el enemigo y la reaccin. Es un periodismo que informa sobre los movimientos en su sociedad, analiza y toma posiciones. A su vez son textos dirigidos a los criticados como parte de la polmica y lucha poltica. Un rasgo peculiar de estos artculos es que se percibe que el autor no est trasmitiendo la opinin oficial del gobierno sobre los hechos tratados, sino el anlisis y opinin personal, pero de alguien que pertenece y piensa desde dentro de una ideologa y movimiento poltico. El sindicalismo y las relaciones COB-gobierno es otro tema de constante seguimiento y polmica. Hacia fines de la dcada del 50 las relaciones de la propia izquierda del MNR - que bsicamente son los dirigentes sindicales y sus bases - son problemticas. A su vez, dentro de la COB hay una intensa actividad de otras fuerzas de izquierda disputando la direccin del movimiento obrero, especialmente el Partido Obrero Revolucionario (POR), de tendencia trotskista, y de cuyo seno proviene la Tesis de Pulacayo que es el documento oficial de la Federacin Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, que a su vez es el ncleo de la COB.

Zavaleta, Ren. "La subversin de la rosca crucea, un atentado contra la unidad nacional", en La nacin, 27-51959.

32

A fines de los 50 se da lo que Zavaleta llam el asalto porista33, que consiste en una serie de movimientos por medio de los cuales el POR pretende desplazar al MNR de las direcciones de los sindicatos e influir en la direccin del movimiento obrero con su programa.

Zavaleta, Ren. El asalto porista. El trotskismo y el despotismo de las aclamaciones en los sindicatos mineros de Bolivia, 1959.

33

El problema de fondo consiste en la separacin del movimiento obrero o la COB y el MNR. Segn Zavaleta sta es una poltica falaz ya que la COB y el MNR contienen bsicamente a la misma masa humana, no tiene sentido la separacin. Considera al proletariado como la clase dirigente de la alianza movimientista 34, y establece una distincin entre clase dirigente y alta direccin de la revolucin nacional, que seria la del partido, el MNR. En este sentido, cuando en la COB crecen las influencias del POR y de los comunistas, Zavaleta piensa que se trata de una clase con madurez pero sin direccin y esto se debe a que el partido se ha alejado de sus militantes mineros. 35 Los escritos de estos aos son de constante polmica con el sindicalismo salarialista impulsado por el POR y la poltica de separacin y autonomizacin de la clase. La crtica se dirige a la poltica del POR, por un lado, y a la poltica de la llamada izquierda del MNR, bsicamente compuesta por dirigentes sindicales y Lechn, a su vez lder de la COB y miembro de la direccin del MNR. Es una crtica contra la oposicin externa de izquierda, y a la interna expresada por el lechinismo, pero tambin al propio partido por el alejamiento de los obreros. Quiero referir aqu un aspecto de la crtica de izquierda que es significativa de un modo que luego ha de tener su explicacin histrica, que consiste en el recurso a una combinacin de dimensiones sociolgicas y psicolgicas. Primero, a propsito de los que llama fines esquizofrnicos de la izquierda porista y la derecha falangista, escribe:

34

Zavaleta, Ren. "Funanbulesca teora expnese en nombre del sindicalismo", La Nacin, 1959. Zavaleta, Ren. El asalto porista, p. 6-7.

35

El imperativo de ser, comn a todos los hombres, acta por desviacin para querer trasladar lo que es en el yo al mundo exterior y, en servicio de esa voluntad compensatoria (lo real es para ellos un vaco que hay que llenar con el yo) utiliza las circunstancias que propicia la realidad con sus fallas.36 y en particular La izquierda acrrima es siempre resultado de una enajenacin propia de la clase media que, por las posibilidades de su ambivalencia (es una clase soadora e invasora de las otras), slo puede lograrse histricamente arrimndose a la presencia material del proletariado ( cosa que no ocurre con el POR, que se arrima al proletarismo, una idea, no una clase). 37 La realidad principal para Zavaleta era la alianza o bloque movimientista en su carnalidad y en su indiferenciacin poltica, la falla es el alejamiento del partido o direccin de la clase dirigente (que es tal por ser clase social activa del proceso revolucionario). El POR que cada vez ms se compona de miembros de la clase media, habra aprovechado esa falla para intentar realizar su esquizofrnico proyecto de realizar una segunda revolucin separando a los obreros del resto de la nacin. Se trata de realizar un yo ideolgico particular (aunque no individual) por sobre el yo nacional, a travs de sus debilidades. En esto Zavaleta no ve indicios de un desarrollo hacia la autonomizacin de la clase obrera que poda estar ocurriendo por debajo o a travs de la poltica de los partidos de izquierda en el seno de la COB. Considero que esto se debe al rasgo ms general y con el cual sintetizara el conjunto de su modo de proceder del perodo, y ste consiste en que Zavaleta piensa desde el partido , no desde la clase. El cree que piensa desde la nacin que contiene a la clase y al partido, que si bien se unen en la poltica no dejan de ser componentes potencial y virtualmente diferenciables por su historia especfica. No en vano se utiliza por los nacionalistas la nocin de alianza. Ahora bien, el punto de alianza es el partido. Dicho de otro modo, Zavaleta piensa desde la expresin poltica de la alianza movimientista, no desde algn punto del nivel clasista de sus componentes. Piensa desde la sntesis poltica predominante de la poca. Por eso su preocupacin se centra en cmo los diversos sujetos individuales y colectivos, y las diversas dimensiones de la realidad del pas, contribuyen o dejan de contribuir a esa sntesis poltica que es la revolucin nacional, como proceso global y programa de la poca; y al gobierno del MNR como direccin especfica. La amplitud del diagnstico dentro de este esquema se debe a que considera que los problemas y obstculos no slo provienen de fuera del movimiento, aqu en el sentido ms amplio de nacin en su dinmica poltica, sino tambin desde dentro. El principal sera la desarticulacin y distancia crecientes entre proletariado y partido nacionalista, que es un obstculo interno. Ya refer antes lo que piensa de la derecha y la vieja rosca, que son externas al movimiento pero internas al pas. Hay dos aspectos ms que vale la pena referir para ampliar el panorama de su visin del momento. Uno de ellos es el del caciquismo, sobre todo desarrollado en el sector campesino. El caciquismo consista en la organizacin de poderes locales y micro regionales por parte de lderes sindicales que contando con bases armadas negociaban su apoyo con polticos del partido gobernante a cambio de apoyo a su poder local casi soberano.

36

Ibid.,p. 9. Ibid. p. 12.

37

Esta negociacin o intercambio poltico 38 no se realiza generalmente con el conjunto del gobierno sino con lderes y polticos de sectores del MNR, que utilizaban esta poltica a favor de la lucha interna del MNR. Los artculos de Zavaleta documentan estas pugnas internas aunque escriba: la gran masa movimientista no tiene sectores. 39

38

Cfr. Rusconi, Enrico. "Intercambio poltico", en Problemas de teora poltica. Zavaleta, Ren. "La estructura democrtica del MNR no admite imposicin de formulas', La nacin, 23-8-1959.

39

Los artculos de La Nacin tambin se dirigen a sealar que hay polticos dentro del MNR que promueven sus intereses y poder personales y de sector, reduciendo va caciquismo la unidad poltica del estado nacional. Este es un obstculo o mal interno, que en la coyuntura consideraba que se poda atacar a travs del impuesto predial rstico que, en breve, consista en una tributacin unificada sobre la tierra en sustitucin de las varias tributaciones que existan previamente, que en lo poltico (que es lo que en este punto interesa) implicaba que en el pago del impuesto se inclua la cuota sindical que sera recolectada por el estado y redistribuida luego a los sindicatos. La cuota sindical era el 5% del impuesto. 40 El beneficio poltico segn Zavaleta consista en que as se evitara que los caciques locales se apropien de las cuotas sindicales y las cobren una y otra vez sin rendir cuentas ni beneficiar a sus bases 41; es decir, debilitara el caciquismo y fortalecera el estado nacional. Por ltimo est el problema de la poltica econmica y la ayuda norteamericana. Una preocupacin de la que se haca eco Zavaleta en algunos de sus artculos era la necesidad de capitales para la inversin en desarrollo. En este sentido, despus de la nacionalizacin de las minas, el gobierno empieza a fomentar la inversin de capitales extranjeros. Una medida en esa lnea es el Cdigo del Petrleo. Hay una expresada esperanza de que la venida de capitales por esta va posibilitara el desarrollo de la industria al convertir las divisas de la exportacin en desarrollo orgnico de la economa. 42 Dejo este punto en suspenso hasta referir un otro aspecto que me permitir sealar algunas contradicciones de las posiciones de Zavaleta en la coyuntura. Se trata de la ayuda norteamericana. El presidente y el gobierno emitan un discurso favorable y positivo en relacin a ella desde el momento inmediatamente posterior a la insurreccin del 52.

Zavaleta, Ren."Opnense al predial rstico dirigentes mal informados y explotadores bien informados", La Nacin, 1-2-1963. Zavaleta, Ren. "Caciques enriquecidos adoptan para el campesinado una tesis rosquera", La Nacin, 27-11963. Zavaleta, Ren. "La explotacin del petrleo", La Nacin, 11-1-1957; "Campaa sin sentido favorecida por equivocados y extremistas", La Nacin, 20-8-1959.42 41

40

En algunos artculos de Zavaleta se halla el eco de esa visin oficial del ejecutivo y del partido, es decir, que existe una amigable asistencia al desarrollo 43, aunque lo expresa sin mucha fuerza. Existe un momento en que Zavaleta expresa su crtica a los resultados y direccin de lo que se llamaba ayuda.

43

Zavaleta, Ren. "Imposibilidades de alto nivel", La Nacin, 25-5-1958.

La sntesis puede ser la siguiente: La ayuda yanqui,

aprovechando su carcter de imprescindibilidad,

fortifica a una minora oligrquica lo que, indirectamente, viene a constituirse en el sostenimiento de la contrarrevolucin, visiblemente anti-popular. En cumplimiento de la teora de importar a Bolivia la iniciativa privada, se niega el estmulo a las entidades nacionales y a los planes de vertebracin

econmica del pas, sosteniendo la crisis e impidiendo la posibilidad de crear nuestra propia riqueza. Se vuelve un menosprecio constante de lo nacional al crear un poder paralelo al del estado, independiente de l, y al utilizar tcnicos extranjeros, rechazando los nativos. 44 Esta crtica a la intervencin norteamericana, cuando el gobierno se hace cada vez ms dependiente y solicitante de ella, significa que un rgano de prensa como La Nacin considerado oficial, tiene alguna autonoma a travs del ejercicio de cierta independencia de pensamiento, aunque militante, de sus redactores. Sobre todo a travs de los artculos de Zavaleta y Cspedes, funcionaba como un periodismo poltico que haca la crtica a la oposicin y tambin haca la crtica interna dentro los lmites que la pertenencia a una empresa poltica lo permite. Esto tambin puede ser ndice de cierta heterogeneidad en la composicin del movimientismo, que tena expresin a travs de diversos modos: el sindicalismo de izquierda, este tipo de periodismo poltico, el caciquismo local, la tendencia pro-norteamericana, entre otros; tambin es ndice de que para mantenerse tena que permitirlos de algn modo a riesgo de debilitarse ms. Retomando el hilo suelto, se podra decir que por un tiempo Zavaleta no relaciona orgnicamente la poltica de fomento legal a la inversin extranjera con lo que llama ayuda yanqui, que en la sntesis citada aparece ya como programa de fomento neocolonial de un tipo de civilizacin que implica el desarrollo de la economa y cultura de la metrpoli imperialista y no el desarrollo de la nacin y su estado soberano. De algn modo los artculos de la poca, en algn resquicio, muestran las contradicciones que resultan de la participacin en la defensa de la poltica de un gobierno (a travs de la prensa orgnica) que se considera la direccin de la revolucin nacional, pero que depende mucho de la intervencin norteamericana, en relacin a la ideologa antimperialista de la lnea de nacionalismo revolucionario que representaran Cspedes y Zavaleta al momento.

44

Zavaleta, Ren. "Dogmas y paradojas que anulan a la ayuda norteamericana", La Nacin, 15-11-1959.

En el comentario y anlisis de los problemas de fines de la dcada del 50, sobre todo en los que tiene que ver con la distancia entre partido y obreros, divisiones internas del partido y conduccin global del proceso, Zavaleta se aferra a la frmula de todo el poder al lder. 45 As se expresa una mentalidad poltica que piensa los problemas y debilidades del proceso revolucionario desde el partido que se considera la sntesis del movimiento nacional, y que confa a su vez la unidad y continuidad poltica en la sntesis personal del jefe. Por una va de reduccin de complejidad y de concentracin, se resume la direccin y la solucin de los problemas en el jefe.

Expresada colectivamente en "Elijamos un presidente y no un prisionero. Militantes del MNR exigen todo el poder para el jefe del partido", La Nacin, 22-4-1959.

45

Esta puede ser una esquematizacin exagerada, pero slo sirve para sealar que existen problemas de capacidad poltica de resolucin de la complejidad poltica, que se crea a travs de la creciente desarticulacin de MNR-COB, de las contradicciones entre poltica econmica e ideologa. El recurso a la concentracin en el jefe significa que no existen fuerzas y sujetos colectivos que puedan resolverlos, es ms, que mas bien stos tienden a lo contrario. En esta primera parte se ha querido bosquejar el contexto poltico e intelectual en el que Zavaleta forma sus ideas y se vincula a la poltica nacional. En un segundo momento me centro en el pensamiento de especificidad. En un tercer momento vuelvo a considerarlo en el contexto ms global del nacionalismo revolucionario en su conjunto, al bosquejar sus fases y sus cambios. Zavaleta para analizarlo y caracterizarlo en su

II.

INTERPRETACION Y CONSTITUCION DEL SER NACIONAL

A relacao com o sentido sempre dialgica. O ato de A explicaao implica uma nica conscincia, um nico dois

comprensao j dialgico. sujeito: a comprensao implica duas conscincias,

sujeitos. O objeto nao suscita relaao dialgica, por isso a explicaao carece de modalidades

dialgicas (outras nao puramente retricas). A comprensao , em certa medida, dialgica. O texto nao e um objeto, sendo por esta razao impossivel eliminar ou neutralizar nele a segunda conscincia, a Bakhtin conscincia de quem toma conhecimento dele.

Este captulo es un ejercicio de concentracin analtica en el pensamiento de Zavaleta del tiempo nacionalista. Es un recorte centrado en una serie pequea de textos de los aos 60 que he seleccionado para caracterizar el nacionalismo revolucionario de Zavaleta en su momento de mayor desarrollo en el horizonte de este tipo de pensamiento poltico. Por un momento voy a dejar de lado la consideracin de las influencias y voy a privilegiar la especificidad de Zavaleta. Luis H. Antezana 46y Fernando Mayorga 47 han abierto y desarrollado un campo de anlisis del discurso del nacionalismo revolucionario que hoy es la base y centro de las consideraciones sobre l. Luis H. Antezana ha propuesto entender el nacionalismo revolucionario como una episteme, y Fernando Mayorga ha estudiado la capacidad interpelatoria y constitutiva de sujetos. Aqu pretendo hacer un trabajo algo diferente, que no considero excluyente sino mas bien complementario de tales trabajos, que adems son condicin del mo. En 1961 Zavaleta obtiene la licenciatura en Ciencias Jurdicas, Polticas y Sociales en la Universidad Mayor de San Andrs (UMSA), donde acaba sus estudios que haba iniciado en Montevideo. En 1964 obtiene el ttulo de abogado. Al finalizar la dcada del 50, Zavaleta es agregado cultural en la embajada de Bolivia en Uruguay (19581960). Durante los primeros aos de la dcada del 60 es primer secretario de la embajada de Bolivia en Chile (1960-1962); es diputado nacional (1962-1963) y ministro de Minas y Petrleo (1964). La produccin que considero aqu se realiza bsicamente durante estos aos. De principio se puede decir que el programa analtico que aqu practico se plantea trabajar en torno a la estrategia retrica y a las nociones de historia y poltica, que servirn como ejes de reconstruccin analtica del discurso de Zavaleta. Son bsicamente tres los textos con los que trabajo: Estado nacional o pueblo de pastores (el imperialismo y el desarrollo fisiocrtico (1963); La revolucion boliviana y la cuestin del poder (1964); La formacin de la conciencia nacional (1967). Como complemento mencionar algunos otros artculos de la poca. La ontologa dual del revisionismo histrico nacionalista Las ideas de Bakhtin citadas en un inicio sirven para comenzar a acompaar el desarrollo del anlisis que considera que en los textos de Zavaleta no slo no es posible eliminar la conciencia del que toma conocimiento de ellos, sino que estn escritos tomando en cuenta esa otra consciencia, estn dirigidos a constituirla, desarrollarla, ampliarla. Se trata de una serie de textos que realizan interpretaciones de la historia boliviana con un hilo conductor del acto interpretativo y articulador del relato de los sentidos. Este hilo es el proceso de formacin de la conciencia nacional, que es precisamente el nombre del ensayo que sintetiza el pensamiento de este perodo. El ensayo La formacin de la conciencia nacional incluye partes ntegras de ensayos que estn incorporados en sus anteriores libros, slo que en una nueva articulacin narrativa. Estos primeros ensayos fueron escritos en un clima de fuerte polmica y lucha poltica en un perodo en que el MNR todava estaba gobernando y Zavaleta era diputado primero y ministro de estado despus. La formacin de la conciencia nacional se articula y acaba de redactar en Montevideo, ya en el exilio, despus de la cada del MNR el 64; tal vez por eso un tono ms reflexivo sustituye al estilo ms polmico de los das de directo enfrentamiento y lucha polticointelectual. Los primeros escritos son bsicamente preparados para intervenir en eventos pblicos de debate. Zavaleta escribe en la introduccin de La formacin de la conciencia nacional: En estas lneas, de una manera por dems sinttica, he procurado enumerar los elementos con los que los bolivianos de los ltimos treinta aos han tratado de lograr una identidad para s mismos y para el pas. y tambin:

46

Antezana, Luis. "Sistema y proceso ideolgicos en Bolivia (1935-1979)" en Bolivia hoy. Mayorga, Fernando. El discurso del nacionalismo revolucionario.

47

La historia es la nica que nos define, en la medida de que el hombre, a pesar de que siempre es un animal que huye, puede lograr arraigo, rostro y tiempo, es decir, una identificacin.48 Se trata, pues, de trabajar una interpretacin de una identidad nacional, la cual no es concebida como una sustancia o esencia cultural intemporal, sino precisamente a travs de practicas sociales y polticas vivenciadas por lo que l llama la nacin fctica, o el cuerpo desde el cual se constituye el yo nacional. No existe el supuesto de una cultura o esencia nacional que los bolivianos encarnan o expresan en cada coyuntura. Se trata de una historia abierta, aunque condicionada. De un modo general, se puede decir que esta apertura histrica se da sobre todo a travs de la poltica, y el conjunto de condicionamientos polticos y culturales se pueden sintetizar o son sintetizados en la nocin de semicolonia. Primero vale la pena revisar la concepcin de poltica. Zavaleta piensa que:

48

Zavaleta, Ren. La formacin de la conciencia nacional, p. 22

la poltica es, en efecto, el destino, la definicin hacia adelante de la suerte de la polis o ciudad, entidad de convivencia cuya versin de nuestro tiempo, son las naciones, o ms propiamente los estados nacionales... La poltica es el aire de todos puesto que se refiere a la suerte de la vida de todos. 49 Aqu, Zavaleta identifica una forma epocal privilegiada de formacin de las identidades colectivas que es la nacional, que es algo que se configura polticamente. Identidad se relaciona con destino escogido deliberadamente, con el desarrollo de autonomas y soberana. Adems, establece una otra relacin entre proceso de formacin de identidad colectiva e individual:

49

Zavaleta, Ren. La revolucin boliviana y la cuestin del poder, p. 7.

Los hombres siguen la suerte del lugar en el que viven y es intil huir. No se podra esperar que sus seres se realizaran en una nacin que se frustraba. Supimos que cada hombre es, en cierta medida, del tamao de su pas y que la nacin es un elemento del yo, que el yo individual no se realiza sino a travs del yo nacional. 50 Esto no slo significa el condicionamiento histrico y social en la formacin de la subjetividad individual sino que pone nfasis en la dimensin poltica de esta relacin constitutiva. La poltica es elegirse a uno mismo, pero uno slo puede elegirse con los otros. No slo se trata de una relacin de condicionamiento socio-histrico sino que a la vez es una eleccin o autoconstitucin. Aqu, la historia es condicionamiento y eleccin, ya que: ser no es solamente resistir sino que es tambin necesario elegirse. 51 En rigor, la condicin histrica de la vida social est dada tambin por la poltica: Los hombres existen como historia cuando se organizan polticamente con propsitos en el tiempo. 52 La poltica es esa dimensin teleolgica temporal de la asociacin humana. Este modo de plantearse la poltica como una dimensin sinttica o decisiva en la configuracin del destino de los individuos y de las colectividades, como una dimensin de eleccin y constitucin de autonoma, sirve para introducir la crtica nacionalista de la condicin semicolonial con la que se caracteriza a Bolivia, que es aqulla en que los bolivianos se plantean los problemas de identidad y existencia. La condicin semicolonial es aquella en que se deja de ser autnomo y, en consecuencia:

Zavaleta, Ren. Formacin de la conciencia nacional. Tambin aparece en "La revolucin boliviana y el doble poder" en Marcha, 20-7-62, p. 12.51

50

Ibid., p. 67. Ibid., p. 29.

52

la evolucin histrica del pas y el cuerpo nacional debe soportar un crecimiento exgeno, desigual, por saltos, introducido desde fuera, al que ciertamente le cuesta acomodarse, dentro del que debe moverse defensivamente porque la iniciativa histrica no le pertenece.53 En este sentido puede entenderse que la condicin semicolonial es una condicin de parcial despolitizacin, que aqu significara negacin o ausencia de prcticas de decisin colectiva endgena o autorreferida. Historizacin y politizacin parece que corren paralelas en procesos de formacin de identidades nacionales. La historia que es el destino recorrido por la definicin y eleccin de la polis, es tambin lucha contra aquello que la niega. Zavaleta escribe: en sus grandes lineamientos, la historia del pas es el escenario en el que se contradicen a menudo violentamente los invasores y el ser nacional. 54

La estrategia retrica del yo nacional y la negacin especfica del pragmatismo local A continuacin retomo la reconstruccin hasta aqu avanzada para plantear una hiptesis interpretativa que me servir para ordenar el anlisis y sistematizar el desarrollo posterior, a la vez que se tiene un eje ms analtico de exposicin. Esta hiptesis aborda una articulacin de lo que llamar estrategia retrica, estrategia interpretativa y ontologa de la historia. El discurso articulado por Zavaleta en estos textos es un conjunto de interpretaciones que a la vez que producen una determinada conciencia, tambin est dirigido a interpelar o continuar la constitucin y desarrollo de la conciencia nacional de la que en un momento es su voz, un yo individual que se constituye al constituirse el yo nacional. En este sentido, es una conciencia que habla a la nacin fctica con el objeto de argumentar una relacin fuerte entre conciencia de esta realidad semicolonial y las tareas polticas del momento y de la poca. Para hablar de esto utilizar la nocin de estrategia retrica y documentar este modo de articulacin discursiva.

53

Ibid., p. 29. Ibid., p. 28.

54

La dimensin retrica de un discurso es aqulla que lo organiza o estructura para la persuasin. En este sentido se trata de producir un discurso verosmil, por el lado de su referencia a la realidad. Chaim Perelman utiliza la nocin de estructura de la realidad 55 para definir el modo en que un discurso o argumento da cuenta de sus referentes o realidad y se presenta como verdad o una buena creencia sobre ella. Utilizar esta terminologa como tambin la de ontologa, cuando las consideraciones referidas sean ms generales. Considero que la estrategia retrica de Zavaleta consiste en elaborar una ontologa histrica polar que tiene como extremos condensadores a la nacin y la antinacin, sta sera la estructura ms general de la realidad, y se trata de convencer al pblico de reconocerse como parte de la nacin y que esta eleccin es una cuestin de vida o muerte. La encrucijada que se plantea para nuestras generaciones es, pues, entre la semicolonia para siempre, entre la repblica de pastores y el estado nacional realizado y dueo de s mismo. 56 y Lo que est en juego aqu es la propia existencia de la nacin, su existencia histrica y no slo las caractersticas o atributos de esa existencia. 57 La estructura general de la realidad se caracteriza como condicin semicolonial en la que, sin embargo, caben dos situaciones vitales de definicin del ser social e individual, o dos principios de accin. Se trata de una ontologa polar y simplificada pero abierta en el sentido que cabe la eleccin de uno mismo a pesar de y en ese contexto de condicionamientos negadores de la autonoma nacional; pero a la vez cabe notar que esta apertura que est dada sobre todo por el lado de la decisin vital, tiene una forma genrica: el estado nacional. No se puede ser autnomo de cualquier manera, la eleccin tiene un horizonte tambin delimitado por las experiencias de la poca y su configuracin mundial. Las diferencias pueden desarrollarse pero como estados nacionales. Se tiene tambin una ontologa del desarrollo interdependiente entre el individuo y su nacin a travs de esa relacin entre el yo nacional y el yo individual.

55

Perelman, Chaim y Olbrecht-Tyteca, The new rethoric. Zavaleta, Ren, Estado nacional o pueblo de pastores. Zavaleta, Ren. La revolucin boliviana y la cuestin del poder, p. 9.

56

57

Una vida que aspire adems a ser conciencia de la vida quiere diferenciarse y no se acepta a s misma si no es libre. El yo individual, en efecto, est incompleto y sin sosiego, frustrado y preso cuando no se realiza el yo nacional. La necesidad orgnica de un yo se extiende a la necesidad igualmente ontolgica y congnita, de un yo como pueblo y se plantea as la construccin histrica de un tipo, de un tempo propio, que es el origen de todas las culturas. La lucha por la personalidad individual se desenvuelve en medio del acecho del exterior ajeno pero la personalidad nacional est tambin continuamente invadida. El yo individual fracasa donde no se realiza el yo nacional. 58 Esta fuerte imbricacin o relacin entre yo individual y nacional es tambin un mecanismo o estrategia retrica que se ejerce a la vez como interpelacin poltica, que al continuar el desarrollo de la conciencia nacional en sus interpretaciones de la historia y su estructura ontolgica, convoca a una politizacin de esos yo. Considero que hay una interdependencia en la elaboracin o despliegue de una ontologa desde las necesidades retricas del discurso y la que se hace desde las concepciones de historia y poltica, o se da una articulacin de dos procesos de generacin ontolgica. De este modo, la ontologa esbozada por la retrica busca completar la ontologa histrica. Interpretar es tambin pensar esta sincrona de niveles discursivo-ontolgicos. A travs de esta estrategia retrica y esa ontologa polar se da un proceso de politizacin del discurso y de la concepcin de la realidad histrica, que se puede pensar al modo en que Carl Schmitt conceba la politizacin, como distincin amigo-enemigo. No estoy sugiriendo que haya una influencia de Schmitt, sino simplemente que ste puede ser til aqu para explicar mejor el carcter polar y politizado de la retrica y la ontologa subyacente en la interpretacin histrica de Zavaleta. Lo que tienen en comn las ideas de Zavaleta y Schmitt es el carcter polar de la realidad poltica, por ejemplo en la ltima cita Zavaleta llega a escribir que la propia personalidad se desarrolla bajo el acecho del exterior, el enemigo es externo bsicamente y se tiene agentes internos que en el lenguaje poltico boliviano de la poca se nombra como la rosca. Slo que la nocin del yo nacional no es equivalente a la de amigo, el yo nacional no es un conjunto de amigos, es una identidad, no una alineacin flexible y cambiante de la correlacin de fuerzas polticas.

58

Zavaleta, Ren. Formacin de la conciencia nacional. p. 56.

Zavaleta concibe la diferencia amigo-enemigo sobre todo al nivel interestatal o mas bien internacional, que segn Schmitt es el modo en que principalmente se daba la distincin amigo-enemigo hasta el siglo XIX, antes de que la poltica liberal competitiva internalice la distincin amigo-enemigo al estado nacin como espacio privilegiado por la lucha poltica. 59 Zavaleta argumenta 60 que en pases semicoloniales no se habra consolidado esta internacionalizacin de la distincin amigo-enemigo precisamente porque el estado nacional es algo no logrado y que se frustra por los estados nacionales ya consolidados que se vuelven imperialistas. Para Zavaleta: La caracterstica fundamental del estado nacional es, en efecto, lo que en derecho poltico se llama soberana, que es un elemento esencial del estado. 61 y el obstculo formidable que frustraba la realizacin de la soberana del estado boliviano era, sin duda, lo que se ha llamado... superestado minero. Este superestado minero se hizo parte del imperialismo debido a un conocido proceso por el cual las oligarquas nativas se juntan a la opresin internacional. 62 Para Schmitt la soberana o el soberano es quien bsicamente determina la distincin amigo-enemigo. Soberana es justamente lo que no hay en la condicin semicolonial segn Zavaleta. En este sentido, el desarrollo de una identidad o yo nacional y su materializacin como estado es, por as decirlo, una politizacin que distingue el enemigo desde el subordinado y desde el acto negador del que quiere ser libre. Deseo continuar sobre la politizacin de la interpretacin histrica de Zavaleta desplazndome a un eje ms hegeliano que s es explcito. Con relacin a lo que l cree que un boliviano piensa sobre la universalidad y la especificidad escribe:

59

Schmitt, Carl. El concepto de lo poltico. Zavaleta, Ren. Estado nacional o pueblo de pastores. p. 9-10. Idem. Idem.

60

61

62

Para afirmar a su nacin, para hacerla existir, necesita negar la fase ms alta de la nacin opresora que no le permite afirmarse, es decir, que la niega y, por esta va, niega una negacin y configura una situacin acorralada, especfica, determinada y defensiva que es todo lo contrario de un pensamiento universal. En ella existe ms la defensa que el pensamiento y ste existe para la defensa, es un pensamiento armado. No le corresponde comprender y, para afirmar y afirmarse, necesita negar. 63 La negacin es especfica, afirma un tempo propio, pero a la vez participa de o se orienta por una generalidad de la poca que es la forma estado nacional. La negacin especfica es un pensamiento partisano y local, no es humanista ni universalista, es nacionalista y existencial en el sentido de no ser un programa de realizacin de nada ms all de lo que no se contenga virtualmente en la nacin fctica; y es belicoso. A partir de esto quiero caracterizar el tipo de nacionalismo desarrollado por Zavaleta. Primero abordar el paso de nacin fctica a la nacin para s, y luego el papel de la conciencia en l y, as, el cmo se concibe el nacionalismo revolucionario. La nacin fctica es expresada de varios modos:

63

Zavaleta, Ren. La formacin de la conciencia nacional, p. 85.

La nacin fctica, es decir, la nacin inevitable y carnal, hecho a veces pasivo pero presente siempre y existente sin duda. 64 La nacin fctica, que perseveraba en una resistencia paciencia petrificada. 65 y su negacin dialctica: Es el trnsito de la nacin fctica a la nacin para s misma y del pas resistente al pas histrico en un proceso por el cual, despus de haber resistido a la negacin de la nacin, las clases que la contienen, niegan la negacin de la nacin y tratan de realizar un estado nacional, en sustitucin de las semiformas estatales creadas por las clases extranjeras. 66 Cabe reconocer aqu la presencia de la dialctica hegeliana y tambin su diferenciacin o distancia. Aqu, la nacin fctica hace las veces de la nacin en s, pero a diferencia de Hegel que piensa el momento en s como algo a ser superado dialcticamente (esto es, parcialmente negado, conservado y, por ltimo, conteniendo la novedad auto-reflexiva), Zavaleta piensa una nacin fctica que al modo mas bien de Spinoza persiste en un modo de ser, y que en su momento de negacin no va a negarse principalmente tambin a s misma sino bsicamente a una negacin que le viene de fuera. Esto se debe principalmente al modo en que es concebida la contradiccin, que para el caso es externa a la nacin, aunque interna al pas. La especificidad de la negacin de la negacin hegeliana es que viene de dentro, es un trabajo sobre uno mismo, en este sentido de autosuperacin. Ahora bien, se podra decir que si el horizonte de referencia de la realidad en consideracin es el sistema mundial, como lo hace Zavaleta al exponer su ontologa polar de la realidad histrica epocal, se diferencia el polo nacin oprimida y el polo imperialista negador de la autonoma virtual de la otra; pero sta no es una contradiccin dialctica en el sentido fuerte hegeliano. La negacin de la negacin de la que habla Zavaleta resulta en un uso ms metafrico para hablar de un enfrentamiento, polticamente articulado por el nacionalismo revolucionario, entre dos cuerpos histricos con relaciones de exterioridad ontolgica, aunque pertenezcan a una misma unidad histrica cuando se mundializa la realidad. Sobre todo esto queda ms claro cuando se expresa que la negacin de la negacin no participara de una superacin que incluya una otra modalidad superior de unidad de los contrarios, sino que es un arrancar o alejarse de una autonoma que olvida por un tiempo la integracin hasta desarrollar su soberana. Ahora bien, el pensamiento que concibe la negacin de la negacin es un pensamiento que se niega a ser universal o universalizable, es para s, casi en el sentido lato del trmino, un volcarse sobre s mismo que a la vez tiene que objetivarse como estado, que no comprende a los otros, por un momento. Hace una ontologa polar de la realidad histrica y se posiciona en uno de sus polos en el que su posibilidad de existencia y libertad pasa por el desarrollo de una identidad colectiva de forma nacional. Es un pensamiento que escoge uno de los polos de su ontologa para desarrollar su ser. Es un pensamiento partisano en este sentido de pensar la realidad como un conflicto y su desarrollo desde una parte de ella, y tambin en un otro sentido que quiero explicitar al presentar su modo de concebir el nacionalismo revolucionario, que es como se identifica este pensamiento de constitucin conflictiva del yo nacional. introvertida, que insista sobre s misma en una

64

Op. cit. p. 65. Ibid.,p. 66. Ibid., p. 67.

65

66

El nacionalismo vincula a las capas medias con el proletariado pero no como un pacto lato, como una fraternidad extensa y numrica, sino como una conjura y si esto hubiera sido tan general no habra sido al final una poltica sino una pedagoga. 67 o de manera ms breve:

67

Ibid., p. 103.

el acuerdo conspirador que es, desde el principio, el

nacionalismo revolucionario. 68

El nacionalismo revolucionario es, entonces, una ideologa y poltica no generales, en el sentido de que primero articula a una parte de la sociedad y no a todos de esa parte, y porque es un discurso de negacin especfica no universalizable; tambin porque es una conspiracin y conjura, no un dilogo. Este modo de concebirse como una poltica conspiradora tiene que ver con la no existencia de una comunidad poltica con derechos pblicos en el pas pre-revolucionario y, en consecuencia, la constitucin poltica de los negados pasa por o se convierte en una conjura contra el orden poltico excluyente. Este modo de pensarse el nacionalismo revolucionario tambin explicita el carcter representativo de tal discurso y poltica. El nacionalismo revolucionario todava no es conciencia general de la nacin, polticamente existe una parte ms desarrollada que otra y en este sentido representa a la otra. Se trata de una especie de iluminismo local, de individuos ms iluminados que otros y por eso ms representativos, pero que no encarnan ningn ideal universal de orden poltico y de razn, sino una voluntad de soberana estatal local, en la que la forma del rgimen poltico es secundaria. Polticamente se traduce en un grado y tipo de vanguardismo, en el sentido de que existe un grupo limitado de hombres que representa al resto de la nacin y hace poltica, pblica cuando puede y no pblica, para subvertir el orden poltico y, as, tal vez hacer pblica a la nacin. Slo que el modo estatista en que el nacionalismo revolucionario es pensado y practicado, contiene ya la virtualidad de que en un perodo post revolucionario la nacin pase de la marginalidad o cladestinidad en la semicolonia, a una representacin monopolizada en el estado nacionalista, con poco espacio pblico para la vida poltica plural y autnoma. Esto ltimo fue posible gracias al movimiento obrero; el partido (MNR) tom el otro camino. Cabe tomar en cuenta desde dnde est siendo emitido este discurso. Los escritos de Zavaleta en consideracin son de principios de la dcada del 60, la revolucin fue el 52, y son emitidos en condicin de diputado representante del MNR desde el 62 y como ministro de minas el 64; es decir, son emitidos desde alguna instancia estatal, aunque como opinin personal. Ahora bien, esta caracterizacin del nacionalismo revolucionario como conjura conspiradora sobre todo est refirindose al pasado revolucionario; ya no sirve para caracterizar el nacionalismo revolucionario cuando su partido articulador est gobernando y ha reorganizado el estado. Para esta nueva fase no se tiene una autodefinicin satisfactoria. Aqu paso a apuntar algunos problemas que Zavaleta encuentra en esa poca, pero antes cabe anotar que esa inadecuacin revela o es expresiva de un mecanismo comn del nacionalismo revolucionario que consiste en la emisin de un discurso que busca legitimarse e identificarse con referencias al pasado, al momento glorioso de la revolucin, a un recorte poltico y temporal en que se incluiran todas las conquistas del proceso y de las cuales el nacionalismo revolucionario y el MNR se reclaman principales responsables. En torno a este recorte o ncleo contina a reproducir su identidad poltica como representante de la nacin. Las crticas o referencias a acciones o momentos fuera de ese ncleo o recorte son deslegitimadas, criticadas como secundarias, sin importancia. As, el nacionalismo revolucionario construye el espacio discursivo en el que se busca y permite la crtica y la poltica, delimitando as, con preponderancia, una de las condiciones de la lucha poltica post 52. Zavaleta, sin embargo, identifica un campo de divergencias, contradicciones y luchas al interior del nacionalismo revolucionario y del estado, que expresa a travs del debate y pugna entre proyecto de industrializacin pesada contra lo que l llama la concepcin y proyecto de desarrollo fisiocrtico, que polticamente se traduce en el dilema de ser una repblica de pastores o construir un estado nacional. La pugna en el perodo post 52 se internaliza. Ahora se da entre representantes de ambas tendencias dentro del partido. Tales alternativas consisten en lo siguiente:

68

Idem.

Lo que ir definiendo cada vez ms a las fuerzas polticas del pas, con el nacionalismo y la liberacin o con el entreguismo, es el problema de la marcha del pas hacia una industria pesada. 69

69

Zavaleta, Ren. Estado nacional o pueblo de pastores, p. 22.

Es de mi opinin que Bolivia, como pas centralmente minero, debe desarrollar previamente la industrializacin de sus minerales antes que dispersar sus recursos en el desarrollo de su periferia.70 El desarrollo fisiocrtico es aqul que se dirige al desarrollo de la agricultura y ramas laterales o secundarias de la industria con la idea de diversificar la estructura econmica, con el resultado de perpetuar el carcter predominantemente exportador y primario de su actividad productiva. En los escritos del 63 y 64 existe, por un lado, esa caracterizacin del nacionalismo revolucionario marcada todava por el modo en que lo conceba antes del 52 y, por otro lado, son escritos con un discurso que polemiza ahora al interior del MNR las vas de lograr la soberana nacional. A pesar de ser emitidos desde la posicin de representante parlamentario y ministro, se nota que expresan, de manera combativa, un punto de vista que parece no ser el predominante. Entonces, la propia existencia y autonoma no es algo que se tiene que afirmar y realizar negando al enemigo exterior, sino que se hace necesario argumentar la forma de desarrollar spberana al interior de la nacin y sus cuerpos dirigentes, en un momento en que despus de ejercer el poder poltico por una dcada, el lado crtico del nacionalismo revolucionario siente que la existencia de la nacin est en peligro, porque no se han decidido las polticas y desarrollado las condiciones para ejercer soberana; ya que sta no es un asunto meramente legal sino tambin y bsicamente es cuestin de fuerzas y condiciones materiales para ejercerla, que en el caso pasa, segn Zavaleta, por la industrializacin pesada. Desde 1952 hasta 1964, que es el perodo en que gobern el MNR, se discuti y polemiz sobre estrategia econmica-poltica, ms fuertemente entre movimiento obrero y gobierno; pero tambin entre la poltica fisiocrtica( por as decirlo en trminos de Zavaleta) predominante en los gobiernos post revolucionarios y los nacionalistas industrialistas que en general estaban ms cerca del movimiento obrero, y hacan algo as como un ala izquierda del nacionalismo revolucionario. Se trata de un proceso en el que el para s de la nacin es algo problemtico y algo que la parte exigente no cree que se haya realizado materialmente. Tal vez tomando en cuenta otra dimensin del nacionalismo revolucionario se pueda ver como algunas condiciones para esta irrealizacin estn presentes en las mismas caractersticas que explican o posibilitan segn los nacionalistas, sus xitos. El mismo Zavaleta escribe lo siguiente sobre el MNR: Desde el principio aspira a practicar y practica de hecho una suerte de pragmatismo nacional que resulta singularmente rico y activo porque, gracias a los factores sui generis que lo integran, adquiere una veloz capacidad para integrarse a los hechos histricos y apoderarse d