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EL PASAJE A UNA SOCIEDAD POSMODERNA: En torno a la segunda Guerra Mundial la escuela de Frankfurt ha mostrado claramente el movimiento de la ilustración podría volverse su contrario. El proceso de en manipacion produce tales efectos secundarios, que los hombres pagan el aumento de su poder por la alienación respecto de aquello sobre lo cual ejerce su poder. La relación con las normas y la relación con los otros se tornan medios de información de sí. La pedagogía vuelta racional ya no tiene motivo para justificarse por una elección proyectada de valores. La racionalidad le basta para querer promoción y adaptación. La racionalidad pedagógica se ha vuelto la finalidad sin fin, pero está en consonancia con la preeminencia de la esfera económica en la sociedad y en la escuela. He aquí la modernidad desconstruida. Por la posmodernidad. Derrida, Lacan, Foucault, Girard, Lyotard son considerados muy generalmente como pensadores de la desconstrucción.Leirman recuerda las características de ese pensamiento posmoderno: nada puede conocerse con certeza, la historia está exenta de teología, la realidad social y política está marcada ante todo por la vigilancia( control de la información y supervisión social), el capitalismo ( acumulación del capital por la organización del trabajo competitivo y de los mercados de los productos), el poder militar ( control de los medios de violencia e industrialización de la guerra), el industrialismo ( transformación de la naturaleza en su entorno fabricado). Las consecuencias en la educación son más bien radicales: ya no hay realmente fin que perseguir, en la medida en que la verdad definitiva no existe, no hay meta universalmente justa y no hay unidad.

Tarea Marcelino Educacion y La Filosofia

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EL PASAJE A UNA SOCIEDAD POSMODERNA:En torno a la segunda Guerra Mundial la escuela de Frankfurt ha mostrado claramente el movimiento de la ilustracin podra volverse su contrario. El proceso de en manipacion produce tales efectos secundarios, que los hombres pagan el aumento de su poder por la alienacin respecto de aquello sobre lo cual ejerce su poder.La relacin con las normas y la relacin con los otros se tornan medios de informacin de s. La pedagoga vuelta racional ya no tiene motivo para justificarse por una eleccin proyectada de valores. La racionalidad le basta para querer promocin y adaptacin. La racionalidad pedaggica se ha vuelto la finalidad sin fin, pero est en consonancia con la preeminencia de la esfera econmica en la sociedad y en la escuela.He aqu la modernidad desconstruida. Por la posmodernidad. Derrida, Lacan, Foucault, Girard, Lyotard son considerados muy generalmente como pensadores de la desconstruccin.Leirman recuerda las caractersticas de ese pensamiento posmoderno: nada puede conocerse con certeza, la historia est exenta de teologa, la realidad social y poltica est marcada ante todo por la vigilancia( control de la informacin y supervisin social), el capitalismo ( acumulacin del capital por la organizacin del trabajo competitivo y de los mercados de los productos), el poder militar ( control de los medios de violencia e industrializacin de la guerra), el industrialismo ( transformacin de la naturaleza en su entorno fabricado).Las consecuencias en la educacin son ms bien radicales: ya no hay realmente fin que perseguir, en la medida en que la verdad definitiva no existe, no hay meta universalmente justa y no hay unidad.Hasta la razn ha de aceptarse de ahora en ms como relativa, al menos a decir de Rorty.Mientras que haber ms defiende la idea de que la razn, forjada por la ilustracin, encuentra en el corazn mismo de la comunicacin intersubjetiva, la garanta de su propia legitimidad y est por lo tanto protegida de los azares de la historia, Rorty considera que la razn es solo el producto de na tradicin cultural entre otras, la de la ilustracin.Defender la razn, entonces significara solamente defender un conjunto de valores al que la experiencia histrica y ella sola, nos ha convencido poco a poco de adherir.La educacin es la marca del hombre, el hombre es la creacin continuidad del hombre. En esa calidad, la educabilidad no es un postulado, es la definicin misma de la realidad humana. Y la apuesta de la educaciones la de creacin necesaria pero siempre frgil y perfectible de los valores.Manejar el pluralismo supone de hecho dos cosas: manejar la laicidad por un lado, manejar la democracia por el otro.Coincideremos en que, en ese caso, la cuestin de la escuela est ligada de la ciudad y que de hecho es imposible separa la una de la otra.La gestin de la laicidad:Tener en cuenta el desarrollo en profundidad de la sociedad es hoy quiz aceptar definir la laicidad no como un menos que garantiza y persevera, sino ms bien como un ms a asumir. Es un poco como si la laicidad iluminada de la ilustracin hubiera necesitado vestir los hbitos del laicismo espiritualista de la religiosidad, del laicismo irreligioso, incluso antirreligioso, para llegar a ser realmente percibida como el fundamento jurdico que preserva los derechos de ejercicio del pensamiento y de lacidadania.La neutralidad de la enseanza no es un remedio para el adoctrinamiento, sino una renuncia frente a todos los adoctrinamientos. En ese sentido, la enseanza de la moral presenta un peligro netamente menor que muchos otros contenidos, acaso porque es manifiesto. Por cierto, supone que se tomen ciertas precauciones pedaggicas .Supone tambin que se resista, y que lo verdadero es lo que libera y que no se va a lo verdadero sino en libertad.El espacio de la educacin para los valores esta quiz diseado por esas preguntas en una sociedad y una escuela pluralistas y secularizadas. La escuela de J. Ferry pareci relegar el pluralismo (religioso y social) fuera de la escuela a fin de asegurar mejor en su seno de educacin para los valores basado en humanismo que se haca un poco mstico.Aceptar el pluralismo no significa, sin embargo, contentarse con desplegarlo y tomar nota de ello. De alguna manera, hay que pluralizar el pluralismo, es decir, ponerlo en tensin con otro principio el de la unidad y de la universalidad.Una sociedad secularizada y reconocida como tal, supone que se pase de un valor mnimo de la laicidad, que la considera como una adhesin razonada pero abstencionista a una vida en comn, a un valor mximo, que acepta confrontar las morales, los valores y las filosofas, todo sobre la base de un principio de inmanencia en el funcionamiento pedaggico mismo, lo que no excluye la expresin de las referencias trascendentes. La laicidad ya no debe ser neutralista o vengativa , sino reflexiva, es decir que debe permitir y conjugar a la vez las tomas de posicin , la tolerancia y el anlisis crtico.La gestin de la democracia:La democracia, en tanto sistema que organiza el juego de la diversidad, de las oposiciones y de los antagonismos, forma un conjunto mixto de soluciones pragmticas, contingentes y provisorias para tolerar sistemas de valores diferentes, regular los conflictos y captar sus dinmicas.Si concebimos, siguiendo a baechler, que la democracia es el rgimen ms apropiado para manejar el vivir juntos en la sociedad y en la escuela, ello supone que renunciemos a un gobierno fundado en la potencia o en la autoridad que se basa en un carisma una superioridad recibida de un principio trascendente para recurrir solamente a la direccin que mueve a la idoneidad servidora del inters de los que se pronuncian, los gobernadores.La democracia no puede consistir en imponer un principio general abstracto, supone una gestin de la heterogeneidad. Y la escuela no puede hacer como si las cosas ya fueran diferentes. Tambin debe aprender a manejar la incertidumbre. Despus de todo, secularizacin, pluralismo, laicidad y democracia permiten definir un marco y una direccin a la accin educativa. En cuanto a la actitud educativa que parece adecuada en el acompaamiento de la gestin de la incertidumbre, hay tambin parecen emerger valores. Distinguiremos tres. El primero gira en torno a la relacin podemos presentar de mltiples maneras: apertura, tolerancia, comunidad de confianza bondad, ternura proximidad etc. El segundo gira en torno a la responsabilidad y la solidaridad, en tanto tica de los compromisos, de la singularidad y entrega. El tercero esta articulado con la necesidad de construir la ley por medio de la instauracin comn de mediaciones. La accin educativa no est, entonces, desvalida en absoluto, aun si estaba acostumbrada en pensarse en un mundo en busca de certidumbre.La relacin entre educacin y valores ha cambiado en forma radical. As como en una sociedad signada por la bsqueda de la certidumbre, los valores parecan asegurados, su justificacin imperecedera y la institucin escolar encargada de transmitirlos seguro de s, de su misin y de sus medios as tambin en una sociedad obligada a la gestin de la incertidumbre, los valores parecen relativos y contradictorios, su justificacin ausente y la institucin escolar en crisis, dependiente de la sociedad e incapaz de sostener un proyecto que resista.La democracia pluralista no tiene verdad o ms bien su verdad es que constituye las condiciones que permite reconocer el error, denunciar la mentira y buscar la verdad. La bsqueda del sentido, que supone fragilidad y pluralidad, se ha instalado, ocupado el espacio y el lugar de la promesa y de la certidumbre.