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NOTAS Y DISCUSIONES MANUEL MEDINA Universidad de Barcelona Tecnología y filosofía: lnás allá de los prejuicios epistemológicos y humanistas Los prejuicios de la filosofía tradiciol1al libro \11 de su Ética a Nicómaco no sólo aparece el prejuicio epistemológi- co (elaborado en el capítulo anterior), sino que incluye un segundo prejuicio filosófico. Según Aristóteles, toda tech- l1e es ESU; ¡.tE1:a Aóyo1J CxA,1)80iJS lWt1:tK:1í (Ética a Nicómaco 6.4,1l40all), tradu- cido literalmente, «la capacidad de producir objetos materiales confom1e con un logos verdadero». En esta defi- nición queda patente el prejuicio epis- temológico (j.lE1:0: Aóyo1J lXA,lleoiJC;) y, además, se identifica techl1e con la producción de objetos materiales o poiesis. A lo largo de todo el capítulo cuarto Aristóteles repite machacona- mente que E1:EPOV 8'100'1:1 lWt1lO'lC; Km 1!paS1C;, esto es, la poiesis (producción material) y la praxis (actividades no productivas propias del hombre libre) son cosas completamente distintas. Por tanto, hay que separar las técnicas productivas de las capacidades huma- nas «superiores», entre las que desta- can las discursivas y teóricas (como la filosofía), las políticas y las de disfTute. Ya Platón (Philebo) había separado el dominio de la producción material del de la actividad y el conocimiento de tipo político (como la educación o el gobierno) y lo había asociado al ám- bito de las cosas materiales no-huma- nas.' Y Aristóteles está de acuerdo con él en separar la técnica de lo concer- niente a los asuntos humanos, espe- cialmente los políticos. 5 Las teorías fi- losóficas de la tec1me junto con la in- terpretación epistemológica de la polí- tica como conocimiento teórico condu- cen directamente, en la filosofía plató- nica y aristotélica, a la descalificación política de las technai y de los artesa- nos que las ejercen. 6 En estas divisio- nes y contraposiciones entre el nUl11do de lo humano y el mundo de lo no-hu- mano o técnica, entre los asuntos polí- ticos, sociales y culturales y los arte- factos materiales, se asienta el prejui- NOTAS Y DISCUSIONES rior de conocimiento, centrada en la explicación teórica o deducción a par- tir de primeros plincipios. 3 Para Platón (Gorgias) al igual que para Aristóte- les (Metafísica y Ética a Nicómaco) las tec1117ai tenían que ver con logoi, es de- cir, con la verdad de enunciados. Se- gún esta interpretación epistemológica, las tec7111ai correspondían a un conoci- miento verdadero pero contingente, o sea, doxa que nunca podía alcanzar la categoría de conocimiento teórico, ne- cesariamente verdadero e inmutable, representado por la episteme o ciencia. Los diversos tipos de técnicas se dis- tinguían conforme a una gradación epistemológica según estuvieran más relacionadas con objetos simbólicos (ele orelen superior) como la aritméti- ca, o con la producción de objetos ma- teriales (de orden inferior) como la es- cultura. En esta epistemologización de la téc- nica se asimilaba primeramente la mis- ma al conocimiento predicativo para luego construir su subordinación esen- cial respecto a la episteme. Según esto, un artesano al producir un objeto ma- terial reproducía una forma que repre- sentaba Ima idea inaccesible a su pro- pia técnica, puesto que ésta era ateóri- ca. Sólo el teórico tenía acceso a esa idea inmaterial y era quien, como usuario, determinaba la forma que el artesano, a su servicio, tenía que re- producir. La tec1117e era, pues, una apli- cación subordinada de episteme. Con estas interpretaciones filosóficas se [-unda el antiguo prejuicio epistemo- lógico o teoricista, consistente en inter- pretar la técnica en términos epistemo- lógicos para luego contraponer tec1111e y episteme y desembocar, finalmente, en la descalificación epistemológica de las técnicas y en el primado de la teoría. En la caracterización que da Aristó- teles de techl1e en el capítulo cuarlo del general - específico profesional - público permanente - ad hoc Véase D. Shapiro, ((A Single National Voice for Bioethics: Ref1ections fram Europell, Polilics and Ihe Lilé Sciel1ces, 13 (1994), pp. 98-99.. 38. K. Shrader-Frechette, "Technology Assess- ment as Appliec1 Philosophy oE Sciencell, Sciel1ce, Techl1otogy & HlIman ]fatues, 33 (1980), pp. 33- 50; Y A. Rip, ((Controversies as InfolTIlal Techno- lag)' Assessmentl', Kl1olFledge: Creatioll, Diffusiol1, Ulilizalioll, 8 (1986), pp. 346-371. losofia y sus relaciones con la técnica, llegando incluso a marcar la moderna filosofía de la tecnología y a enfTentar distintas corrientes dentro de la mis- ma. La superación de dichos prejui- cios, tanto en la filosofía de la tecnolo- gía como en la filosofía de la ciencia, pasa por la integración de ambas en una filosofía de la tecnociencia, dentro de los actuales estudios interdisciplina- res de ciencia y tecnología. La ongmaria interpretación filosófica de la técnica partió del supuesto de que el conocimiento predicativo (<<sa- ber qué») representaba el conocimien- to propiamente dicho, mientras que el conocimiento operativo (<<saber cómo») quedaba relegado como mera empeiria.' Por este camino se llegó al conocimiento teórico (<<saber por qué») o episteme como la forma supe- ding a Forum for Bioethics in U.S. Fublic Po- Iic)'., Polilics alld Lilé Scíel1ces, 12 (1993), pp. 205-219. Véase también el conjunto de contribu- ciones sobre bioética y política pública en el nú- mero de febrem de 1994 de Potitics al1d Lilé Sciel1ces, 13, pp. 77-101. 37. David Shapiro sugiere las siguientes Coor- denadas para clasificar los comités de ética: nacional - local Con estatuto jurídico. voluntm;o centralizado - plural regulador - consultivo En el índice de casi sesenta páginas de la Encyclopedia of Philosophy editada por Paul Edwards no figura ninguna entrada con el ténllino «técnica" ni «tecnología».1 Esta ausencia, en una obra bien conocida, ilustra claramente la notable ignorancia y marginación con la que la tradición filosófica ha tratado, hasta nuestros días, todo lo re- ferente a las técnicas. De hecho las relaciones entre técnica y filosofía quedaron ya sentenciadas en los mismos orígenes de la tradición fi- losófica. Platón y Aristóteles construye- ron la división teórica entre tec7111e y episteme y entre poiesis y pmx:is, es de- cir, entre las técnicas de producción material, por un lado, y el conocimien- to teórico, la filosofía y las actividades no productivas, por otro. La separa- ción teórica de la técnica respecto a la ciencia y las humanidades configu- ra los prejuicios filosóficos que han acompañado la larga historia de la fi- 180 ISEGORiA/12 (1995) ISEGORiN12 (1995) 181

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NOTAS Y DISCUSIONES

MANUEL MEDINAUniversidad de Barcelona

Tecnología y filosofía: lnás allá de los prejuiciosepistemológicos y humanistas

Los prejuicios de la filosofía tradiciol1al

libro \11 de su Ética a Nicómaco nosólo aparece el prejuicio epistemológi­co (elaborado en el capítulo anterior),sino que incluye un segundo prejuiciofilosófico. Según Aristóteles, toda tech­l1e es ESU; ¡.tE1:a Aóyo1J CxA,1)80iJS lWt1:tK:1í(Ética a Nicómaco 6.4,1l40all), tradu­cido literalmente, «la capacidad deproducir objetos materiales confom1econ un logos verdadero». En esta defi­nición queda patente el prejuicio epis­temológico (j.lE1:0: Aóyo1J lXA,lleoiJC;) y,además, se identifica techl1e con laproducción de objetos materiales opoiesis. A lo largo de todo el capítulocuarto Aristóteles repite machacona­mente que E1:EPOV 8'100'1:1 lWt1lO'lC; Km1!paS1C;, esto es, la poiesis (producciónmaterial) y la praxis (actividades noproductivas propias del hombre libre)son cosas completamente distintas.Por tanto, hay que separar las técnicasproductivas de las capacidades huma­nas «superiores», entre las que desta­can las discursivas y teóricas (como lafilosofía), las políticas y las de disfTute.

Ya Platón (Philebo) había separadoel dominio de la producción materialdel de la actividad y el conocimientode tipo político (como la educación oel gobierno) y lo había asociado al ám­bito de las cosas materiales no-huma­nas.' Y Aristóteles está de acuerdo conél en separar la técnica de lo concer­niente a los asuntos humanos, espe­cialmente los políticos.5 Las teorías fi­losóficas de la tec1me junto con la in­terpretación epistemológica de la polí­tica como conocimiento teórico condu­cen directamente, en la filosofía plató­nica y aristotélica, a la descalificaciónpolítica de las technai y de los artesa­nos que las ejercen.6 En estas divisio­nes y contraposiciones entre el nUl11dode lo humano y el mundo de lo no-hu­mano o técnica, entre los asuntos polí­ticos, sociales y culturales y los arte­factos materiales, se asienta el prejui-

NOTAS Y DISCUSIONES

rior de conocimiento, centrada en laexplicación teórica o deducción a par­tir de primeros plincipios.3 Para Platón(Gorgias) al igual que para Aristóte­les (Metafísica y Ética a Nicómaco) lastec1117ai tenían que ver con logoi, es de­cir, con la verdad de enunciados. Se­gún esta interpretación epistemológica,las tec7111ai correspondían a un conoci­miento verdadero pero contingente, osea, doxa que nunca podía alcanzar lacategoría de conocimiento teórico, ne­cesariamente verdadero e inmutable,representado por la episteme o ciencia.Los diversos tipos de técnicas se dis­tinguían conforme a una gradaciónepistemológica según estuvieran másrelacionadas con objetos simbólicos(ele orelen superior) como la aritméti­ca, o con la producción de objetos ma­teriales (de orden inferior) como la es­cultura.

En esta epistemologización de la téc­nica se asimilaba primeramente la mis­ma al conocimiento predicativo paraluego construir su subordinación esen­cial respecto a la episteme. Según esto,un artesano al producir un objeto ma­terial reproducía una forma que repre­sentaba Ima idea inaccesible a su pro­pia técnica, puesto que ésta era ateóri­ca. Sólo el teórico tenía acceso a esaidea inmaterial y era quien, comousuario, determinaba la forma que elartesano, a su servicio, tenía que re­producir. La tec1117e era, pues, una apli­cación subordinada de episteme.

Con estas interpretaciones filosóficasse [-unda el antiguo prejuicio epistemo­lógico o teoricista, consistente en inter­pretar la técnica en términos epistemo­lógicos para luego contraponer tec1111ey episteme y desembocar, finalmente,en la descalificación epistemológicade las técnicas y en el primado de lateoría.

En la caracterización que da Aristó­teles de techl1e en el capítulo cuarlo del

general - específicoprofesional - públicopermanente - ad hoc

Véase D. Shapiro, ((A Single National Voice forBioethics: Ref1ections fram Europell, Polilics andIhe Lilé Sciel1ces, 13 (1994), pp. 98-99..

38. K. Shrader-Frechette, "Technology Assess­ment as Appliec1 Philosophy oE Sciencell, Sciel1ce,Techl1otogy & HlIman ]fatues, 33 (1980), pp. 33­50; Y A. Rip, ((Controversies as InfolTIlal Techno­lag)' Assessmentl', Kl1olFledge: Creatioll, Diffusiol1,Ulilizalioll, 8 (1986), pp. 346-371.

losofia y sus relaciones con la técnica,llegando incluso a marcar la modernafilosofía de la tecnología y a enfTentardistintas corrientes dentro de la mis­ma. La superación de dichos prejui­cios, tanto en la filosofía de la tecnolo­gía como en la filosofía de la ciencia,pasa por la integración de ambas enuna filosofía de la tecnociencia, dentrode los actuales estudios interdisciplina­res de ciencia y tecnología.

La ongmaria interpretación filosóficade la técnica partió del supuesto deque el conocimiento predicativo (<<sa­ber qué») representaba el conocimien­to propiamente dicho, mientras queel conocimiento operativo (<<sabercómo») quedaba relegado como meraempeiria.' Por este camino se llegóal conocimiento teórico (<<saber porqué») o episteme como la forma supe-

ding a Forum for Bioethics in U.S. Fublic Po­Iic)'., Polilics alld Lilé Scíel1ces, 12 (1993), pp.205-219. Véase también el conjunto de contribu­ciones sobre bioética y política pública en el nú­mero de febrem de 1994 de Potitics al1d LiléSciel1ces, 13, pp. 77-101.

37. David Shapiro sugiere las siguientes Coor­denadas para clasificar los comités de ética:

nacional - localCon estatuto jurídico. voluntm;o

centralizado - pluralregulador - consultivo

En el índice de casi sesenta páginas dela Encyclopedia of Philosophy editadapor Paul Edwards no figura ningunaentrada con el ténllino «técnica" ni«tecnología».1 Esta ausencia, en unaobra bien conocida, ilustra claramentela notable ignorancia y marginacióncon la que la tradición filosófica hatratado, hasta nuestros días, todo lo re­ferente a las técnicas.

De hecho las relaciones entre técnicay filosofía quedaron ya sentenciadas enlos mismos orígenes de la tradición fi­losófica. Platón y Aristóteles construye­ron la división teórica entre tec7111e yepisteme y entre poiesis y pmx:is, es de­cir, entre las técnicas de producciónmaterial, por un lado, y el conocimien­to teórico, la filosofía y las actividadesno productivas, por otro. La separa­ción teórica de la técnica respecto ala ciencia y las humanidades configu­ra los prejuicios filosóficos que hanacompañado la larga historia de la fi-

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NOTAS Y DISCUSIONES NOTAS Y DISCUSIONES

cio humanista de la filosofía con rela­ción a la técnica.

Cuatro siglos más tarde encontra­mos el tándem de los prejuicios epis­temológico y humanista funcionandoclaramente en las interpretaciones filo­sóficas de la ciencia y la técnica. En suobra Vidas Paralelas, Plutarco relata lasgrandes dificultades que tuvo el cónsulromano Marcelo para conquistar Síra­cusa debido a las invenciones de Ar­químedes para defender la ciudad. Enesta época las technai artesanales ha­bían dado paso a tecnologlas ingenieri­les deSalTolladas en conexión con tra­tados de mecánica teórica, entre losque destacan los del propio Arquíme­des. La invención y desarrollo de estetipo de tecnologías, especialmente lasrelacionadas con la guerra, pasaron aser objeto de gran interés y promociónpolítica, sobre todo a partir de Alejan­dro Magno.

Al explicar las invenciones tecnológi­cas de Arquímedes asociadas con arte­factos materiales de tipo mecánico,Plutarco las presenta como aplicacio­nes de sus grandes conocimientos cien­tíficos. Así, el polipasto que da lugar ala espectacular demostración de Arquí­medes en Siracusa sería una aplica­ción de su teorema de la palanca:

Arquímedes escribió al rey Hierón, pa­riente y amigo suyo, que con una fuerzadada se podía mover cualquier peso; y sedice que, alentado por la fuerza de la de­mostración, declaró que si hubiera otra tie­n-a y se pudiera trasladar a ella, podna mo­ver ésta. Hierón quedó maravillado y le pi­dió que aplicara su teoría y le mostmra ungran peso movido por una pequeña fuerza.Entonces Arquimedes escogió un barco decarga de tres velas de la flota real que ha­bían sacado a tien-a muchos hombres congrandes esfuerzos y, después de poner abordo gran número de pasajeros y la car­ga habitual, se sentó a distancia, y sin granesfuerzo, sólo accionando con su mano

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un polipasto [sistema de poleas compues­tasJ, lo movió hacia sí suave y unifor­memente como si estuviera deslizándosesobre el mar. El rey, estupefacto y com­prendiendo el poder de la técnica, encar­gó a Arquímedes que le construyera máqui­nas de defensa y ataque pam todo tipo deasedio,;

Pese a reconocer la importancia so­cial y política de este tipo de técnicas,Plutarco insiste en su versión platónicade la figura de Arquímedes, en la quese mantiene la separación entre la vil ydesdeñable técnica material y la subli­me excelencia de la teoría.

En cuanto a Arquímedes, poseía un espi­rítu tan elevado y profundo y una riquezatal de teonas científicas que, atmque sus in­ventos le habían ganado renombre y famade una inteligencia sobrehumana, no con­sintió en dejar ningún tratado sobre estamateria, sino que considerando las prác ti­cas mecánicas y en general todas las técni­cas relativas a las necesidades de la vidacomo viles y manuales, dedicó todos sus es­fuerzos sólo a aquellos estudios cuya belle­za y excelencia no se mezclan con las nece­sidades materiales. Estos estudios no sepueden comparar can los otros y en ellos elobjeto de estudio rivaliza con la demostra­ción, aquél proporcionando la grandeza y labelleza y ésta una precisión y un poder in­superables.s

Como autoridad legitimadora de lagran división entre las técnicas y arte­factos materiales, por un lado, y la teo­lia y las actividades no productivas,por otro, Plutarco señala a Platón. Elprincipal responsable, según él, de quela mecánica fuera desestimada comoobjeto de interés filosófico.

Pues la técnica mecánica, ahora tan apre­ciada y celebrada, había sido ejercida an­teriormente por Eudoxo y Arquitas, quie­nes adornaron la geometría con sutilezas eilustraron con ejemplos mecánicos intuiti­vos problemas geométricos que no podían

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resolverse teóricamente. Así, para resolverel problema de encontl-ar dos segmentosproporcionales entre sí, requisito necesariopara muchas figuras geométricas, habíanechado mano de recursos mecánicos em­pleando mesolabios delivados de curvas ysecciones cónicas. Pero Platón se enfureciócon esto y los condenó como conuptores ydestmctores de la pura excelencia de lageometlia, que de esta farola se aparta­ba de las cosas incorpóreas del pensamien­to abstracto y descendía a las cosas sen­sibles haciendo uso de objetos propios depesados y viles oficios manuales. Por estarazón la mecánica se separó completamen­te de la geometría y fete despreciada du­rante mucho tiempo por la filosofía, pasan­do a ser considerada como una técnica mi­litarY

Así pues no es de extrañar que losprejuicios filosóficos originarios consi­guieran mantener la relegación de latécnica a lo largo de la historia de lafilosofía. Habrá que esperar al sigloXIX para que surja un interés teóri­co por la técnica y hasta el último ter­cio del siglo xx para que empiece ainstitucionalizarse, paulatinamente, unnuevo campo académico dedicado a lafilosofía de la tecnología.

La modema filosofía de la tecnología

Karl Marx f-ue el primer teórico queatribuyó a la técnica un papel cen­tral en la construcción de sus teorías.Al "poner a Hegel sobre sus pies»Marx reinvirtió también, de algúnrnodo, el prejuicio del humanismo filo­sófico acerca de la técnica, emplazán­dola como motor de la emancipaciónhumana en su teoría del desarrollo his­tórico. Según esta teoría, el desarrollode los medios de producción, detenni­nado por las innovaciones técnicas, esel que configura los cambios en lasestructuras socio-políticas e ideológi­cas. Su <clnaterialismo» o humanismo

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materialista consiste, precisamente, enconceder a las técnicas materiales laprimacía sobre el desarrollo político ycultural. Marx centró su análisis en lamoderna tecnología industrial y reco­noció anticipadamente las tendenciashacia la sistematización tecnológica yla automatización de la producción.

Sin embargo, el primer autor enacuñar la expresión "filosofía de latécnica" fue el geógrafo antimarxistaErnst Kapp. En su obra Grundlinien ei­ner Philosophie del' Teclmik, publicadaen 1877, desarrolló una interpretaciónde las invenciones e instrumentos téc­nicos como proyecciones de los órga­nos humanos. Desde una- perspectivaoptimista, Kapp intentó una revalo­rización neohegeliana de la técnicacomo propulsora del desarrollo cultu­ral, moral e intelectual.

En esta misma línea de valoraciónpositiva, el ingeniero Friedrich Des­sauer repite el título Philosophie del'Tecl171ik en una obra publicada en1927. Para Dessauer las invencionestécnicas consisten en aproximacionesa la solución ideal, platónicamentepreestablecida, de problemas técnicos.El hombre sólo actualiza formas técni­cas existentes ya en potencia y, al ha­cerlo, obra como instrumento de Diospara continuar la creación. En la filo­sofía de Dessauer reencontramos el in­tento de revalorizar la técnica y el esta­mento ingenieril, que el autor escalahasta llegar a la rehabilitación teoló­gica.

José Ortega y Gasset es el primer fi­lósofo profesional que dedica expresa­mente un estudio a la técnica. Su Me­ditación de la técnica se publica en for­ma de libro en 1939, pero recoge losescritos para un curso impartido en1933 en la universidad de verano deSantander, que habían sido ya publica­dos en forma de artículos por La Na­ción de Buenos Aires en 1935. La obra

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drino» de la filosofía de la tecnologíanorteamericana, organizó en 1975 y1977 congresos sobre «Filosofía y Tec­nología» en la Universidad de Delawa­re. A partir de aquí cristalizaron los so­portes institucionales de la filosofia dela tecnología en Norteamélica. La Phi­losophy and Tec1molog)' Newsletter, lacolección Research in Philosophy andTechnology, que más tarde se llamarásimplemente Philosophy and Tec1mo­logy y será la publicación oficial de laSociety for Philosophy and Teclmology(SPT). Esta asociación, tras un períodode funcionamiento más o menos infor­mal, se organiza formalmente en 1983,casi exactamente cincuenta aii.os des­pués de que se fundara la Philosophyof Science Association (PSA).

A principios de la década de losochenta, el filósofo alemán FriedrichRapp, quien había editado Contribu­ti017S to a Philosoph)' of Technology en1974, se pone en contacto con PaulDurbin para organizar un congresoconjunto de los grupos norteamericanoy alemán que estaban promocionandola filosofía de la tecnología en sus res­pectivos países. Este congreso, que tie­ne lugar en 1981 en Bad Homburg,Alemania, y cuyas actas editarán con­juntamente Durbin y Rappen 1983con el título Philosophy and Tec1mo­lag)', inaugura la serie de congresosbienales de la Society for Plúlosophyand Technology que se han venido ce­lebrando regularmente a partir de en­tonces.

Desde hace ahora más de veinteai'ios, los promotores de la filosofia dela tecnología han ido acotando un nue­vo telTitolio que es muy difícil de car­tografiar, debido a la heterogeneidadde los tratamientos y valoraciones dela tecnología que se engloban. No obs­tante, se han esbozado diversos mapasen forma de introducciones a la filoso­fía de la tecnología que, de hecho, co-

sofías de la técnica difícilmente hubie­ran llegado por sí mismas a configurarun ten-itolio filosófico propio. De he­cho, han sido los incansables esfuerzosde algunos profesionales de la filosofialos que han ido logrando establecerlentamente, en algunos países, una fi­losofia de la tecnología como discipli­na por derecho propio. Sobre todo apartir de los años setenta, filósofosprovenientes de diversas con-ientes lle­garon a unirse en EE.UU. y Alemaniaen el empei'io común de crear las basesinstitucionales de una nueva rama dela filosofía, al igual que se había con­seguido para la filosofia de la cienciaen la primera mitad del siglo.

La plimera reunión académica enque se planteó la filosofía de la tecno­logía como una meta concreta tuvo lu­gar a la sombra del VIII CongresoAnual de la Society for the History ofTechnology (SHOT), celebrado en SanFrancisco en 1965. En dicho con¡rresose organizó un simposio con e! ;om­bre de «Toward a Plúlosophy of Tech­nology» en el que intervinieron, entreotros, Joseph Agassi, Mario Bunge, Le­wis Mumford y Henryk Skolimovski.Las actas elel simposio aparecieron alaño siguiente en la revista de la SHOTTechnolog)' and Culture. Por esta mis­ma época el tema de la filosofía dela tecnología resonaba también dentrodel colectivo filosófico internacional.En el marco elel XIV Congreso Mun­dial de Filosofia, que se celebró en Vie­na en 1968, tuvo lugar un coloquio es­pecial dedicado a «Cibernética y Filo­sofia de la Tecnología», al que se pre­sentaron numerosas contribuciones.

Pero habría que esperar a la décadade los setenta para que empezaran aproliferar obras filosóficas dedicadas ala tecnología y, sobre todo, para quecuajaran los intentos de institucionali­zación en los EE.UU. Paul Durbin, aquien se ha llamado con razón el «pa-

Por el hecho de que la esencia de la técni­ca moderna se basa en la imposición, esatécnica ha de utilizar la ciencia naturalexacta. De ahí nace la apariencia engañosade que la técnica moderna es ciencia natu­ra! aplicada. Esta apariencia se puede man­tener en tanto no se indaga suficientementeni el origen esencial de la ciencia modernani todavía menos la esencia de la técnicamoderna. 13

provocar su desocultamiento como uncomplejo calculable de fuerzas.J2 Entérminos menos esotéricos se podríadecir que los procesos energéticos pro­vocados, controlados y reproducidosmediante los artefactos creados por lafisica constituyen la naturaleza que se«revela» en la ciencia. Dadas las carac­terísticas de la fisica y de la técnicamodernas no se puede afirmar, a jui­cio de Heiddeger, que la técnica seaciencia .aplicada, sino más bien lo con­trario:

Hasta aquí Heiddeger interpreta entérminos de su propia filosofia lo queel físico Werner Heisenberg y otrosteóricos de la fisica, como Hugo Din­gler,14 habían ya constatado. Lo másoriginal de su filosofía de la técnicason las conclusiones y valoraciones ne­gativas a las que llega en la línea de losprejuicios del humanismo filosóficotradicional. Según Heiddeger, el carác­ter de la técnica y la ciencia modernarepresenta un «extremo peligro, nosólo para la esencia de! hombre, sinopara todo desocultar en cuanto tal».ISy «la verdadera amenaza ya ha afecta­do al hombre en su esencia. El domi­nio de la imposición amenaza con laposibilidad de que al hombre le pudie­ra ser negado el acceeler a un desocul­tar más originario y de este modo ex­perimentar el aliento de una verdadmás iniciaJ".16

Estas y otras heterogéneas protofilo-

Se dice que la técnica moderna es incom­parablemente diferente de todas las anterio­res porque se basa en la moderna ciencianatural exacta. Entretanto se ha reconocidocon más claridad que también la inversa escierta: la física moderna, en cuanto experi­mental, depende del aparataje técnico y delprogreso de la construcción de aparatos. Laconstatación de esta relación mutua entretécnica y física es correcta. 11

En la terminología heiddegeriana, latécnica moderna se interpreta comouna imposición a la naturaleza para

empieza anticipando que «uno de lostemas que en los próximos años seva a debatir con mayor brío es el senti­do, ventajas, daños y límites de la téc­nica».lo La interpretación orteguianade la técnica no es trascendental, sinomás bien existencial. Para Ortega elhombre es un ser técnico determinadobiológica pero no culturalmente, «elser para el cual lo superfluo es necesa­rio». La técnica representa «la creaciónde posibilidades siempre nuevas queno hay en la naturaleza del hombre»,posibilitando así la realización de dife­rentes «planes vitales».

A diferencia de Ortega, cuyos escri­tos sobre la técnica apenas encontra­ron eco ni entre sus propios seguido­res, otro filósofo profesional, MartinHeiddeger, habría de ejercer con suopúsculo La pregunta por la técnica,editado en 1954, un notable influjo enla corriente fenomenológica y huma­nista de la filosofia de la tecnologíanorteamericana. Su interpretación filo­sófica de la técnica y de la relación deésta con la ciencia se centra en el ca­rácter esencialmente tecnológico de lafísica moderna, constatación a la quedebió llegar a través de la lectura deLa imagen de la Naturaleza en la físicaactual de Heisenberg, al que él mismomenciona en su obra:

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NOTAS Y DISCUSIONES NOTAS Y DISCUSIONES

rresponden a las distintas concepcio­nes filosóficas y perspectivas naciona­les (básicamente alemana, francesa ynorteamericana).!7

Algunas tendencias de la filosofía dela tecnología se enmarcan explícita­mente en determinadas corrientes dela filosofia tradicional. Así, en EE.UU.se da una corriente fenomenológicaque entronca con la obra de Heiddegery que se autoconsidera como un desa­rrollo de sus ideas." También se po­dría hablar de una filosofía política dela tecnología, en la que cabría distin­guir tendencias con influencias marxis­tas, de Herbert Marcuse, Jürgen Ha­bermas..., y otras tendencias con dis­tintas influencias como las de la filoso­fia de Dewey.!9 Pero, en general, no sepueden clasificar planteamientos teóri­cos muy definidos sino más bien afini­dades conceptuales y valorativas gene­rales.

A mi entender, lo más destacable delnuevo campo de la filosofía de la tec­nología es su polarización en dos gran­des corrientes contrapuestas que repre­sentan y desarrollan, en la actualidad,los prejuicios tradicionales de la filoso­fía respecto a la técnica. En consonan­cia con dichos prejuicios, podemos lla­mar a estas corrientes filosofía huma­nista y filosofía analítica o epistemoló­gica de la tecnología.

Filosofía humanista y filosofíaanalítica de la tecnología

En la formación de la filosofia huma­nista de la tecnología en Norteaméri­ca han tenido una notable influenciarepresentantes de la filosofía continen­tal como Martin Heidegger y JacquesEllul. Este último, influenciado él mis­mo por Heidegger y el teólogo KarlBarth, publicó en 1954 su primeraobra, La technique ou l'enjeu du si¿cle,en la línea pesimista heideggeriana y

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de valoración negativa de la técnicapropia de la filosofía tradicional, queGoffi llama la «technophobie éterne­lle».20 Para Ellul «el mundo técnico esel mundo de las cosas materiales; secompone de cosas materiales y con re­lación a ellas. Cuando la técnica mues­tra algún interés por el hombre i 16hace para convertirlo en un objeto ma­teria]".2! Según él, «la técnica nuncapuede engendrar libertad»22 y el desa­rrollo imparable de la tecnología, quese rige en su teOlia por una especie delógica interna detenninista, tiende aabsorber la naturaleza y todas las for­mas de cultura humana. Su propuestafrente a los graves peligros que se deri­van de la moderna confianza en la tec­nología, son soluciones que trascien­den la propia tecnología paraen la fe bíblica.23

La con-iente humanista tiene unpeso notable dentro de la filosofía dela tecnología y marca, en mayor o me­nor medida, la obra de distintos filóso­fos. El autor que mejor contrasta conla filosofía analítica de la tecnología. esCarl Mitcham, quien ha hecho de la fi­losoria humanista su estandalie en ladefensa del primado de la propia filo­soria frente a la tecnología. Mitcham,uno de los principales promotores Srcronista de la filosofia de la tecnología,contrapone la que él llama HwnanitiesPhilosophy of Technology2' a la Engi­neering Philosophy of Technology. Con­trariamente a los «análisis de la tecno­logía desde dentro»25 y a la «primacíaconceptual de la fabricación de arte­factos materiales»26 y su carácter «pa­radigmático para otros tipos de pensa­miento y acción»,27 características pro­pias, según Mitcham, de la filosofía«ingenieri]" de la tecnología (la tradieción de Kapp y Dessauer), la filosofúhumanista de la tecnología ha de en"tenderse como «el intento de la reli­gión, la poesía y la filosofia de que las

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perspectivas no tecnológicas o trans­tecnológicas influyan en la interpreta­ción del significado de la tecnología».28

En este programa filosófico, al con­trario que en la filosofia «ingenieri]",la pregunta por la tecnología "no estáal servicio de ésta», sino que, en reali­dad, puede estar incluso dirigida «afrenar o interrumpir el desan-ollo tec­nológico».29 La filosofía, que para Mit­cham es una actividad claramente dis­tinta de la tecnología, está llamada asalvar a nuestra época de la destruc­ción tecnológica de «muchas cosas quepor otras razones se consideran verda­deras, buenas, bellas, justas o reales».30Para ello palie de la pregunta fun­damental por lo humano, preguntaque «quizás no puede llegar a teneruna respuesta definitiva».3! El princi­pio f1.mdamental de la filosofía huma­nista de la tecnología es el primado delas humanidades (entre las que figuraen lugar destacado la propia filosofía)sobre las tecnologías.32 De dicho prin­cipio se deriva la prioridad de dicha fi­losofía respecto a la filosofía "ingenie­ril» de la tecnología.33

Ciertamente Mitcham ocupa una po­sición más bien extrema dentro delabigarrado campo de la filosofia de latecnología. Pero sus planteamientos fi­losóficos, como los de su inspiradorEllul, exhiben una serie de característi­cas que, diversamente distribuidas yponderadas, son compartidas por otrosautores, configurando la corriente hu­manista en filosofía de la tecnología.Entre las tendencias más característi­cas de esta coniente destaca una acti­tud crítica respecto a la tecnología quepuede ir desde la crítica cultural y so­cial hasta posiciones que algunos críti­cos tachan de antitecnológicas. El tra­tamiento teórico que se hace de lascuestiones tecnológicas se basa, por logeneral, en la especulación propia dela filosofía tradicional, llegándose has-

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ta planteamientos metafísicos y religio­sos. Su foco de atención se centra, másque en teOlias sistemáticas sobre la na­turaleza de la tecnología, en los impac­tos de la misma y la valoración éticacon predominio de los tonos negati­vos. Para hacer frente a las crisis tec­nológicas dictaminadas por esta mis­ma filosofía, se propugna, generalmen­te, un activismo militante en favor desoluciones «humanistas» por encimade planteamientos tecnológicos especí­ficos.

Esta caracterización ideal-típica dela filosofía humanista contrasta con laque perfilaría la filosofía analítica de latecnología. La actitud caractelistica dela coniente analítica es protecnológica,pudiendo llegar su tecnofilia filosóficahasta la exaltación de la tecnologíacomo quintaesencia de la acción racio­nal. En general se pretende un trata­miento descriptivo-teórico sistemáticoy riguroso, en el que se llega a recun-irocasionalmente a la formalización. Elobjetivo principal de las elaboracionesteóricas tiende a centrarse en la inves­tigación de la naturaleza misma de latecnología. Implícitamente se da porsupuesta una cierta neutralidad de losestudios filosóficos con relación a pro­nunciamientos sobre cuestiones valo­rativas. Según esta versión de la filo­sofía de la tecnología, la solución alos eventuales problemas planteadospor las tecnologías es una cuestiónque concierne a la propia investigacióncientífica y tecnológica.

El primero en utilizar la expresiónde filosofía analítica de la técnica fueFriedrich Rapp en una obra suya de1978, que lleva ese mismo título. Elautor relaciona expresamente su plan­teamiento filosófico con la filosofíaanalítica de la ciencia. Al igual queesta última se centra en el análisisde las estructuras teóricas, la filosofíaanalítica de la técnica tiene por objeto

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NOTAS Y DISCUSIONESNOTAS Y DISCUSIONES

nes entre ciencia pura y tecnología a laexcelencia y superioridad de las mo­dernas tecnologías frente a las técnicastradicionales de «las artes y oficiosprecientíficos» .53 Pal-a la filosofía analí­tica, las reglas tecnológicas «prescri­ben el curso de la acción práctica óp­tima"s, y los actos guiados por la tec­nología «pueden considerarse mCD::ima­mente racionales».ss

Los modemos prejuicios filosóficos

Entre la filosofía humanista y la filoso­fía analítica de la tecnología existe,pues, un claro enfrentamiento tanto enla valoración de la tecnología modernacorno respecto al papel de la filosofía.56

La revalorización o el rechazo de latecnología dependen de las diferentesinterpretaciones de la misma, segúnse prilnan, respectivamente, las nuevasversiones del prejuicio epistemológicoo humanista.

En la interpretación de la filosofíaanalítica, que se entiende a sí mismacorno una filosofía moderna de tipo"científico)), la tecnología es una fonnaderivada de conocimiento científico y,por tanto, pali:icipa de la excelenciadel mismo. En cambio, para la filoso­fía humanista, heredera de la filosofíatradicionaJ,5' la tecnología representael moderno dominio de los artefac­tos materiales opuesto a las 'activida­des y valores humanoS superiores. Am­bas concepciones coinciden, sin embar­go, en la defensa de la suborcIinaciónde la tecnología: con relación a la cien­cia, según la filosofía analítica, y res­pecto a la propia filosofía y las huma-nidades, según la filosofía humanista.

En la versión moderna del prejuiciohumanista reencontrarnos la antiguaseparación platóhico-aristotélica entreel mundo de los asuntos humanos y elmundo técnico de los aliefactos mate­riales. Dentro de esta traclición, Mit-

teóricos susceptibles de análisis lógicoe incluso formal.

La conclición de que las reglas tecno­lógicas han de estar fundamentadas enleyes científicas, establece el nexo di­recto entre la filosofía de la tecnologíay la filosofía analítica de la ciencia.Dado que el modo analítico de funda­mentar se basa en la derivación lógi­ca y que en buena lógica asertoria nose pueden derivar reglas tecnológicas(enunciados normativos) de leyes cien­tíficas (enunciados nomológicos), Bun­ge introduce lo que él llama enuncia­dos nomopragmáticos, a guisa de unaespecie de equivalentes aseliorios delas reglas, que perrniten la derivaciónen cuestión."" De este modo, la moso­fía de la tecnología queda subordinadaa la filosofía de la ciencia en 10 quepodría llamarse una filosofía de la cien­cia de la tecnología, no sólo en cuantoa la metodología analítica, sino tam­bién con relación a los mismos con­tenidos. La filosofía analítica transfie­re la interpretación nomológica de laciencia a la tecnología, para acabarfundamentando la efectividad tecnoló­gica en la verdad científica.

Esta filosofía tiene importantes con­secuencias para el método tecnológicoy la valoración de tecnologías. Deacuerdo con la misma, la investiga­ción tecnológica ha de «paliir de t~o­rías para llegar a regIas»so intentando«transformar algunas fórmulas legali­formes en reglas tecnológicas efecti­vas».SI De hecho, en la visión de Bun­ge, «los científicos y los tecnólogos ela­boran reglas sobre la base de las teo­rías científicas Y los técnicos aplicandichas reglas».S! Es decir, la tecnologíasería ciencia aplicada y la ingeniería, asu vez, aplicaría la tecnología.

Dada por supuesta la superioridaddel conocimiento científico por encimade toda otra forma de conocimiento,es fácil pasar de las presuntas relacio-

nes centrales de la filosofía de la tec­nología serían, según Bunge, a) la 'exis­tencia de un método tecnológico para­lelo al método científico, b) la existen­cia de leyes tecnológicas y, en su caso,su diferencia respecto a las leyes cien­tíficas, y c) la peculiaridad de las re­gIas tecnológicas en relación con lasreglas científicas.'!

Para aplicar el tipo de análisis pro­pio de la filosofia de la ciencia, habíaque encontrar en el campo de la tecno­logía (identificada usualmente con ar­tefactos y procedimientos) formula­ciones lingüísticas que, de alguna for­ma, fueran equivalentes a los sistemasconceptuales y teóricos con los quese identifica analíticamente a la cien­cia. La interpretación de la tecnologíacomo ciencia aplicada resuelve esteproblema." En primer lugar, se descar­tan como no pertenecientes a la tecno­logía el saber práctico o saber-cómo­proceder, por tratarse de «mera habi­lidad o capacidad en vez de conoci­miento conceptua],,:' y las «recetas delas artes y oficios y de la produc­ción»."s Para Bunge, 10 que caracterizala tecnología y consti tuye el estucliocentral de la filosofía de la tecnologíason las reglas tecnológicas o normasfundamentales de la acción.'6

Según esto, las reglas tecnológicasson «instrucciones para realizar un nú­mero finito de actos en un orden dadoy con un objetivo determinado» y "PlIe­

den simbolizarse por una cadena designos»Y Son normas ql.'.e «indicancómo debe uno proceder para conse­guir un fin determinado» y están ade­más basadas «en un conjunto de fór­mulas de leyes capaces de dar razón desu efectividad»."B Bunge destila comoquintaesencia de la tecnología las re­glas tecnológicas, entendidas como for­mulaciones lingüísticas que represen­tan teólicamente el saber tecnológico.De esta forma se llega a enunciados

«el análisis estructural de la acción di­rigida a un fin concreto», para «tratarde comprender el estatus metodológicoy -además gnoseológico- del actuartécnico»." El planteamiento analíticode la filosofía de la técnica «no intentaformular juicios de antemano acercade cuestiones de contenido»" y se re­afirma, por lo demás, en el principiode la «neutralidad de los medios técni­COS».J6

Rapp forma parte de un grupo de fi­lósofos alemanes surgido en torno alVerein Deutscher Jngenieure (VDI),J7 alque también pelienecen, entre otros,Hans Lenk, Günter Ropohl y WaltherZimmerli. Desde los años setenta, estegrupo ha impulsado de forma muy sig­nificativa la filosofía de la tecnologíaen Alemania y ha logrado establecerlaen los cunicula de institutos y univer­sidades politécnicas. La filosofía ale­mana de la tecnología tiene un marca­do carácter ingenieril al haberse desa­rrollado con el apoyo del influyenteVDI y dentro de la tradición filosóficade Kapp y Dessauer.JB Para Rapp, «lacapacidad de rendimiento de la técnicamoderna» no sólo «se basa en la apli­cación de los principios de las cienciasnaturales» sino también «de los cono­cimientos de las ciencias de ingenie­ría».J" Estos últimos tienen en comúncon los priIneros «el método empíricoy la formación matemática de teo­rías».'o Es decir, según esta filosofía, latecnología es ciencia natural y cienciaingenieril aplicadas.

En Norteamérica, Mario Bunge es elautor que más sistemáticamente hatransportado los planteamientos de lafilosofía analítica de la ciencia a la fi­losofía de la tecnología y que más cla­ramente se contrapone a la filosofíahumanista de la tecnología." Así comola filosofía tradicional d';; la ciencia secentra en el análisis del método, las le­yes y las teorías científicas, las cuestio-

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188 ISEGORíAl12 (1995)ISEGORíAl12 (1995)

NOTAS Y DISCUSIONESNOTAS Y DISCUSIONES

En temía de la ciencia se empieza a reco­nocer lentamente en nuestro siglo con elllamado giro pragmático que toda ciencia(toda teoría) sólo puede comprenderse so­bre la base de una técnica -ya parcialmen­te- exitosa. Las teorías son instrumentoslingüísticos en apoyo de una práctica ya enl11archa.70

mateliales sino que puede considerarse La tarea de la filosofía constructivacomo el conjunto de todas las capaci- de la ciencia empieza, precisamente,dades humanas, incluyendo el lengua- por conceptualizar y formular teórica­je, la lógica, las mismas ciencia y filo- mente esos procedimientos técniccissofía, así como las formas de organi- (constructivos) previos, para llegar a lazación social y política." La ciencia comprensión de las ciencias como so­constituye una forma especializada de fisticadas prácticas tecnológicas que sepráctica65 y es «una raman y «un modo han desalTollado con la ayuda de teo­de tecnologían'" no siendo los avances rías. Desde sus mismoS inicios, la teo­científicos otra cosa que avances tec- ría constructiva de la ciencia se hanológicos.67 De todo ello se deriva que centrado en la reconstrucción sistemá­la comprensión de la tecnología es tica de disciplinas científicas específi­fundawental para comprender la cien- cas como la matemática (desde la arit­cia y no a la inversa, corno pretende la mética al análisis), la lógica, la geome­filosofía analítica. tría o la física. La matemática Yla lógi-

Dentro ya del campo de la filosofía ca constructivas se entienden comode la ciencia, hay que reconocer a la teorías de! operar con símbolos (lo quefilosofía constructiva un lugar pionero puede llamarse técnicas simbólicas) enen e! estudio sistemático de! carácter la práctica del cálculo o la argumenta­tecnológico de la ciencia y de su con- ción. Geometría Y física, en cawbio,cepción como práctica y cultura. Esta pertenecen a las «ciencias técnicasn,filosofía, inspirada originariamente en en e! sentido de técnicas materiales.los trabajos de Dingler, se ewpezó a Así, por ejemplo, la geometría (teóri­desarrollar a partir de los años sesenta ca) euclidiana es una «ciencia fun­en Alemania. Paul Lorenzen ha sido el damentaln (Gnmdlagemvissenschaft) deprincipal impulsor de la teoría cons- nuestra tecnología, por ser una condi­tructiva sistemática de las ciencias. ción para la reproducibilidad de lasSu obra ha dado lugar a una impor- mediciones." ::er?, a su vez, tiene untante corriente filosófica" que anticipó fundan-:er:to tecmco. Este se basa «enen más de un decenio las tendencias una practlca que pertenece, desde haceconstructivas en sociolocría del conoci- al menos 5.000 años, a las técnicas ele­miento científico. '" wentales de nuestra cultura

n.72

DichasPara Lorenzen la ciencia moderna técnicas de la construcción (material)

«se rnuestra como un producto de de form~s. geométricas >superficies ?l~­nuestra cultura técnica: se basa en una nas, esfencas ...) Y de cálculo geometn­práctica precientífica exitosan." El re- ca precientífico -que alc~nzaron unconocimiento de esta idea se ha ido alto d~sa:rollo en .la.

s.antlguas c~tu­

abriendo camino lentamente en nues- raseIglPclas y babilomcas- constltu­tros días: yen a geometría técnica. La conceptua-

lización teórica de tales operacionestécnicas de construcción geométlica,que recibe el nombre de Protogeome­tria, permite reconstruir el fundamentotécnico de los conceptos fLll1damenta­les de la geometría teórica. La teOliza­ción protogeométrica es un ejemploclaro de filosofía de la técnica implica­da en las ciencias, que, en la filosofía

Conclusión. El giro tecnológico: másallá de los prejuicios epistemológicosy humanistas acerca de la tecnología

Las doctrinas subordinativas tanto epis­temológicas como humanistas reflejan,en el fondo, las predilecciones de losfilósofos por actividades consideradascomo más afines a las suyas propias,'3justificando así, de paso, la pretensiónde preeminencia de sus respectivas es­pecialidades. En todo caso, está bas­tante claro que los viejos prejuiciostradicionales acerca de la técnica per­viven incluso en la moderna filosofíade la tecnología. A mi modo de ver, lafilosofía de la tecnología más libre deprejuicios tradicionales se encuentraen el campo de los nuevos estudios deciencia y tecnología, donde se puedehablar de un giro tecnológico que in­vierte los antiguos presupuestos sobrelas relaciones entre tecnología, cienciay sociedad.

Dicho giro tiene antecedentes en al­gunos heterodoxos de la tradición filo­sófica. Sin retrotraerse demasiado yquedándose en el ámbito general de lafilosofía del siglo XX hay que destacara John Dewey. Para Dewey la tecnolo­gía no se circunscribe a los artefactos

quier intento de subordinar la investi­gación científica a objetivos tecnológi­cos pondría, catastróficamente, en pe­ligro su misma esencia. Por el contra­rio, es la tecnología la que debe per­manecer subordinada a la creatividadcientífica como a su motor de desarro­llo, si quiere conservar la excelenciapor encima de cualquier otro tipo deconocimiento técnico. Este principiode subordinación de la tecnología a laciencia apuntala la subordinación me­todológica de la filosofía de la tecnolo­gía a la filosofía analítica de la ciencia,de la que la primera sería algo asícomo una aplicación.'2

cham define la tecnología como «themaking and using of artifactsn, parapuntualizar a renglón seguido: «hu­man making, in turn, can be broadlydistinguished from human doing -forexample, political, moral, religious,and related activitiesn.58 Además ha­bría que excluir de la tecnología las ar­tes, el lenguaje5Y y, por descontado lamisma filosofía.'D Dado que la tecnolo­gía se entiende como esencialmentematelial,61 se supone que todos losasuntos humanos que se le contrapo­nen tienen un carácter «inmateria¡"ajeno a lo artefactual. La preeminenciade la tecnología en nuestra cultura porencima de esas facultades «espilitua­lesn pone en peligro, según denunciainsistentemente esta filosofía, los valo­res superiores humanos. Se trataría,pues, de invertir la preeminencia encuestión restableciendo la subordina­ción de la tecnología moderna frente ala filosofía y todas las demás «humani­dadesn. Conforme a esta doctrina delhumanismo extra-tecnológico, las solu­ciones a los problemas tecnológicostrascienden el propio ámbito de la tec­nología.

Del lado analítico, la definición fun­damental de tecnología como cienciaaplicada revive la vieja caracterizaciónaristotélica de la tec7me como epistemeiplicada. Sólo que la ciencia moderna:la ocupado el lugar de la episteme clá­;ica y, al mismo tiempo, la condiciónle que la techne había de conformarse1 un lagos verdadero que se ha tra­lUcido por la necesaria conforn1idadle la tecnología con las leyes científi­:as. Sin embargo, la moderna asimila­:ión epistemológica de la tecnología10 comporta ninguna equiparación de:iencia y tecnología. La ciencia pura,egún la filosofía analítica, es una em­n-esa esencialmente intelectual de in­'estigación teólica que debe deslindar­e claramente de la tecnología. Cual-

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90 ISEGORiN12 (199S) ISEGORiN12 (199S)

NOTAS Y DISCUSIONESNOTAS Y DISCUSIONES

constructiva, precede siempre a la in­terpretación de las teorías científicascomo construcciones teóricas. La filo­sofía de la técnica es, pues, una parteintegrante fundamental de la filosofiaconstructiva de la ciencia.

En el caso de la fisica en general, losfundamentos técnicos (objeto de la lla­mada Protofísica) no sólo incluyen lastécnicas de construcción y uso de losinstrumentos de medición (esto es,además de la geometria técnica, la cro­nometría e hilometria técnicas para lamedición de tiempos y masas) sinotambién la exuberante tecnología delos aparatos de reproducción y controlde los efectos y procesos en los labora­torios.;] Los estudios constructivos hancontribuido a poner de manifiesto laconstitución esencialmente tecnológicade la física moderna, llegando a laconclusión de que más que de una pre­sunta ciencia de la naturaleza, se tra­ta fundamentalmente de tecnología.;4La filosofía constructiva reinvierte porcompleto los prejuicios analíticos acer­ca de las relaciones entre ciencia y tec­nología, para entender la ciencia, másbien, como «tecnología aplicada»J5Con ello queda reinvertido también elpapel subordinado que la filosofía ana­lítica asignaba a la filosofía de la tec­nología. En su planteamiento cons­tructivo, filosofía de la ciencia y filoso­fía de la tecnología quedan integradasen lo que se podria caracterizar comofilosofía de la tecnología de la ciencia.;6

Desde su institucionalización acadé­mica en los años sesenta, la historia dela tecnología ha contribuido a desmon­tar la tesis de la tecnología como cien­cia aplicada, defendida t;mbién por al­gunos historiadores de la ciencia encontra de los estudios originarios dehistoria social de la ciencia. Pero elgiro tecnológico es patente asimismoen la evolución más reciente de la mis­ma histOlia de la ciencia. A partir de la

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década de los ochenta, han proliferadolos estudios lústóricos que insisten enel papel central de los instrumentos ylas tecnologías experimentales, produ­cidas en los laboratorios, para el desa­rrollo de la ciencia.;; Así, Derek DeSo­lla Price ha puesto en primera línea elcarácter tecnológico de la investiga­ción científica moderna y la importan­cia decisiva de la innovación tecnológi­ca de instrumentalidades para el cam­bio científico. Plice sugiere, de hecho,una revisión tecnológica de las inexpli­cadas revoluciones kuhlúanas. Estasvienen dadas por los cambios tecnoló­gicos producidos en la investigacióncientífica.;s

Incluso desde la misma filosofía es­tándar de la ciencia han surgido auto­res como Ian Hacking, que se ha des­marcado de los prejuicios analíticospara reconocer que la ciencia no pue­de reducirse a las teorías científicas(representing) , sino que la práctica ex­pelimental es esencialmente un modode intervención tecnológica (interven­ing).;Y Hacleing propone abandonar la«moda» analítica de «don't talle abouttlúngs, talle about the way we talkabout things»so y dejar de hablar deenunciados observacionales para ha­blar de la actividad experimenta!.B' Se­gún su filosofía, «las teOlias de lasciencias de laboratOlio no se compa­ran directamente con "el mundo"; per­sisten porque son verdaderas acerca delos fenómenos producidos o inclusocreados por aparatos en el laboratorioy se miden mediante instrumentos quenosotros hemos construido».s2

Los numerosos estudios de la sociolo­gía del conocinúento científico han sidodecisivos para desmantelar defilútiva­mente los prejuicios epistemológicos,otrora dOllÚnantes desde la filosofíaanalítica de la ciencia, al poner de ma­nifiesto el carácter constructivo y arte­factual de la actividad científica. Sin

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embargo, en algunos planteamientosque sostienen la tesis de la construcciónsocial raclical de la ciencia y también dela tecnología, continúa presente el pre­juicio humanista en una «modalidad so­ciológica». En este caso, lo humano nose identifica con lo filosófico, sino conlo social. Se da por supuesto que existe,por un lado, lo social "puro» (los acto­res humanos, las relaciones e interac­ciones sociales sin intervención de arte­factos) y, al otro lado de la división, ten­dríamos los objetos (los no humanossin conexiones sociales). El primado hu­manista consiste, en esta versión, enplimar unilateralmente la explicaciónsociológica pura (es decir, partiendoúnicamente de causas sociales) del cam­bio científico y tecnológico.53 Al presen­tar la ciencia y la tecnología como cons­tructos puramente sociales y cliscursivosse está plimando lo humano, comoesencialmente constitutivo de las mis­rnas, y relegando a los artefactos mate­riales científicos y tecnológicos.

Contra esta discriminación han sur­gido, en los estudios más recientes deciencia y tecnología, replanteallÚentoscríticos que se pueden también califi­car de giro tecnológico." Este giro semanifiesta en una cierta ruptura con lasociología del conocimiento científico(SCC) aniInando a «eliminar la prime­ra e de SCC, puesto que el tema cen­tral no es el conocinúento sino la prác­tica, y también la S, ya que no pareceestar justificado atlibuir una prioridadcausal a lo social para comprender lapráctica y la cultura científicas»."

El interés central del estudio de laciencia se ha reorientado claramentehacia la dimensión tecnológica de la111ÍSIna:

Traditional accounts of science take it forgranted that the end of science is to produ­ce representations of how the world reallyis; in contrast, acln1itting a role [or n1atelial

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agency points to lhe fact that, in conmlonwith technology, science can also be seen asa realm oE instn..1n1ents, devices, machines,and substances that act, perfOlID, and dothings in the material world.86

En esta hnea, Anill-e\v Pickeringquiere «comprender la ciencia comoun campo de dispositivos materialesoperativos (y comprender las represen­taciones científicas en relación con es­tos dispositivos, antes que en su usualaislamiento esplendoroso»)." Su pro­puesta es un análisis posthwnanista dela práctica científica que tenga real­mente en cuenta el carácter tecnológi­co de la misma, reconociendo el papelde los agentes no-humanos (esto es,materiales) en la ciencia y su entrama­do con los agentes humanos.ss

Bruno Latour ha sido uno de los pli­meros en abogar por una revisión de laSCC en esa misma clirección. Sus estu­clios se han centrado, desde un plinci­pio, en la práctica de los laboratOlioscomo centros de la producción tecno­cie11tífica. Para Latour, la ciencia y latecnología han de entenderse constmcti­vamente, pero no están construidas so­cialme11te,'" sino por entramados (collec­tives) de humanos y no humanos. «Laobstinada devoción por la "conshLlcciónsocial" como recurso e:--'Plicativo» ,YO tantoen sociología del conocinliento científicocomo en sociología de la tecnología, hamantenido la clicotomía entre actoressociales y objetos, enh-e humanos y nohumanos, cuando en realidad...

If anytlling, lhe modem collective is thatin wruch the relalions of human and non­human "re so intimate, the transactions somany, the mediations so convoluled, thatthere is no plausible sense in which artifnct,corporate body, and subject can be distin­guished."

En opinión de Latour, la filosofía dela tecnología tampoco ha ido muy le-

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NOTAS

NOTAS Y DISCUSIONESNOTAS Y DISCUSIONES

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Quintanilla es quien ha desanul1ado de fomlamás coherente y sistemática los planteamientosbu¡¡gia1l0s. Cf. su Tecl1ología: U1I e¡¡foque filosófi­co, Madrid, Fundesco, 1989.

42. Mario Bunge, {tFive Buds of Techno-Philo­sophy», Tec!l11olo[;;' i,¡ Society, 1 (1979), pp. 67-74.

43. «Technology as Applied ScienceJI es preci­samente el título del artículo publicado en Tech­¡¡ology alld Culture en 1966 que reproduce la con­tribución de Bunge al primer simposio sobre [ilo­soña de la tecnología (cf. supra).

44. Nrario Bunge, La investigación científIca,Barcelona, Ariel, 1969, p. 43.

45. ¡bid., p. 695.46. ¡bid., p. 694.47. ¡bid.48. ¡bid., p. 695.49. Así, p. ej., el enunciado «Si se calienta un

cuerpo imantado por encima de su punto de Cu­rie, entonces pierde su imantación)) sería el enun­ciado nomopragmático correspondiente a la regbtecnológica {tPara desimantar un cuerpo, calién­tesele por encima de su punto de CUliell. A suvez, dicho enunciado se deIivaría de la ley cientí­fica (tSi la temperatura de un cuerpo imantadorebasa su punto de Cune, entonces el cuerpopierde su imantación¡).

50. Bunge, op. cit., p. 699.51. ¡bid., p. 696.52. ¡bid., p. 699.53. ¡bid., p. 695 s.54. ¡bid., p. 683.55. ¡bid., p. 684.56. Bunge se ha refeIido a los escritos de

Heiddeger y Ellul sobre la técnica diciendo queno son filosofía sino mala literatura (Bunge,«Five Buds of Techno-PhiJosophy», p. 68). Mit­cham, más moderado, afirma que la filosofía ana­lítica es incapaz de reconocer las propias limita­ciones (Mitcham, op. cit., p. 140).

57. uLike aH previous philosophy, the philo­sophy of technology raises in a ne\\' [GIm peren­nial questions that are not subject to any straight­fonvan:l resolution» (ibid., p. 113).

58. ¡bid., p. 153.59. ¡bid., p. 156.60. (tPhilosophy is not science, nor is it techno­

logy» (ibid., p. 113).61. ¡bid., p. 156.62. En 1976 tuvo lugm" un simposio de la Phi­

losophy Association titulado ((¿Hay alguna cues­tión filosóficamente interesante en la tecnolo­gía?ll. Ronald Giere se encargó de exponer los re­sultados, llegando a la conclusión de que la filo­sofía de la tecnología no debía considerarse comootra especialidad dentro de la [ilosofí~, sino comouna "filosofía aplicada» (cE. CarJ Mitcham, ¿Quées la ftlosofi#a de la tecnología?, Barcelona, Anthro­pos, 1989, p. 189 s.). De hecho, los practicantesde la filosofía analítica de la ciencia no han sabi-

Ives Goffi, Úl philosophie de la teClmiql1e, París,PUF, 1988, Y Don Ihde, Philosophy of Tecll11010gy.f111 Jl7troductio11-, Nueva York, Paragon I-Iouse,1993.

1S. Esta coniente está representada pIincipal­mente por Don Ihde, !..,1ichael Zimmennann y Al­bert Borgmann.

19. En la línea de Dewey destacan Paul Durbiny Lany Hiclcman. El au tor más conocido en elcampo de la filosofía política de la tecnología es,sin duda, Langdon \-\linner.

20. Jean-h'es Gom, op. cit., p. 95.21. Jacques EJlul, ,The Technological arder»,

en C. lI'litcham y R. Mackey (eds.), Philosophyal1d Teclm%gy: Readi17gs in lhe Philosop/zical Pro­blel1ls o{ Tec!l11%¡;y, Nueva York, Free Press,1972, p. 90.

22. ¡bid.23. CE. Mitcham, op. cit., p. 60.24. La filosofía «humanísticall de la tecnología

de r...litcham no coincide exactamente en la carac­terización ni menos aún en la valoración con laque aquí se denomina filosofía humanista.

25. Mitcham, op. cit., p. 39 (traducción del au-tor).

26. ¡bid., p. 152.27. ¡bid., p. 39.28, ¡bid.29. ¡bid., p. 113.30. ¡bid.31. [bid., p. 64.32. ¡bid., p. 39.33. La filosofía humanista es para Mitcham el

(¡café café)) de las filosofías de la tecnología porestar necesariamente ({más cargada de filosofía ysofisticación filosófica que la fiJosoña ingenierilcle la tecnología, claclo que la filosofía es una delas humanidades tradicionales y la ingeniería nolo es» (op. cit., p. 138).

34. Friedrich Rapp, Filosofia aI1alítica de la téc-¡¡ica, Buenos Aires, Alfa, 1981, p. 14.

35. ¡bid., p. 27.36. [bid., p. 60.37. Asociación de Ingenieros Alemanes.38. La E¡¡gi¡¡eerillg Philosophy of Tecllllolo¡,y de

IVUtcham se identifica, prácticamente, con la filo­sofía alemana de la tecnología. La contraposiciónde' ésta con la HUl1lanities Philosophy o{ Tec/11lo­lag:v equivale a una con[1"onlacÍón nacional entrelas filosofías norteamericana y alemana de la tec­nología.

39. 01'. cit., p. 60.40. ¡bid.41. Bunge ha abt;Jgado desde el principio por

la institucionalización de la filosofía de la tecno­logía y ha contribuido a la misma, pero siempreen clara oposición a la coniente humanista. Algu­nos miembros de la SPT, como Joseph Pitt JI1<.J.istin Shrader-Frechette estarían cercanos a SllS

posiciones analíticas. En España, Ivriguel Ángel

ISEGORíN12 (1995)

En todo caso, si la filosofía de laciencia y la filosofia de la tecnologíahan ele tener un f'uturo que no sea pa­sar a formar parte del ya bien surtidomuseo filosófico, habrán de superarlos viejos prejuicios tanto humanistascomo epistemológicos, para integrarseinterdisciplinmiamente en los actualesestudios de ciencia y tecnología. Mien­tras tanto, habría que empezar por in­tegrar ambas" en una filosofía post­epistemológica y posthwnanista de latecnociencia, de acuerdo con el plinci­pio de que no debe separarse académi­camente lo que viene unido en la prác­tica y en la cultura. Pero esto es yatema para otro trabajo.

ISEGORíA/12 (1995)

[eds.J, Ciencia, Tec17ología y Sociedad. Estudios i11.­terdiscipli17ares ell la universidad, en la educacióny el1 la gestiól1 pública, Barcelona, Anthropos,1990, pp. 153-167).

7. Plutarch's Lives V, Londres, Heinemann,1968, p. 472 s. (traducción del autor).

8. ¡bid., p. 478 s.9. ¡bid., p. 470 s.10. José Ortega y Gasset, l11editació1Z de la téc­

llÍea, Madlid, Espasa-Calpe, 1965, p. 13.11. lVIartin Heidegger, «Die Frage nach der

Technik)), en 1!ortrage l.l17d flllfstitze, Pfullingen,Neske, 1954, p. 21 (traducción del autor).

12. {tEl desocultan1iento que impera en In téc­nica moderna es un provocar que le" exige a lanaturaleza suministrar energía que Como tal pue­da ser extraída y almacenada. [oo.] Esta [provoca­ción] se realiza en tanto que se extrae la energíaoculta en la naturaleza, lo extraído se transforma,lo transfonnacio se almacena, lo almacenado a suvez se distlibuye y lo distribuido se conmuta denuevo. Extraer, transformar, almacenar, distri­buir y conmutar son farolaS de desocultarn Cap.cit., p. 24).

13. ¡bid., p. 31.

14. Entre otras muchas obras de I-Iugo Din­gler, cf. Der Glal/be ll17d die 1Veltinaschi11c tl11d sci­He Übel1\ti¡zdUHg, Stuttgart, Ferdinand Enke,1932, y Über die Geschichte lwd das ].\fesel1 desE'7'erimemes, Munich, Eidos, 1952.

15. Op. cit., p. 40.16. ¡bid., p. 36.17. Cf., p. ej., Friedlich Rapp, rll1alitische Tech­

l1ikphilosophie, Friburgo, KarJ Alber, 1978; Jean-

14

1. Paul Edwards (ed.), The Ellcyclopedia of Phi­'sophy, 8 vols., Nueva York, MacMiJlan, 1972.2. Al establecer la contemplación (8EOlp,a)

Jrno el fundamento del conocimiento se instau­I la división teórica sujet%bjeto y la prácticaJeda epistemológicamente descalificada.3. Cf. Manuel Medina, «Mito de la teoría y fi­sofía de la tecnología" Allthropos, 94-95 (1989),J.35-39.4. Cf. Mitcham, 1994, p. 119.5. ¡bid., p. 120.6. ((Sobre las visiones platónicas en las que lartud carncteristica de la clase dominante es elmocimiento teólico, se levantan el primado pa­ico de la teoría y la descalificación política des leclmaL La sabiduria política se proyecta ens regiones de un conocimiento superior inalcan­lble para artesanos y comerciantes -obligadostrabajar con sus propias manos para poder vi­l'- y solamente accesible para el reducido gnl­) que disfru ta del ocio y del placer. De la in­'l11patibilidad entre el conocimiento teólico y elber técnico, se hace derivar la incompatibilidadltre la función política -y la función técnica.Ira Aristóteles, la pertenencia al dominio de las:::nicas productivas descalifica para la participa­5n en el dominio político. La deliberación polí­:a es un asunto del discurso teórico para el que3 artesanos están, tanto epistemológica comoácticamente, incapacitados. En el refinado sis­.11a teólico de Aristóteles la descalificación epis­.nológica conduce a la incapacidad ética y polí­"a» (lvIanuel 1vledina, (tLa filosofía de la tecno­:lcian, en 1vlanuel lvledina y José Sanmartín

os, porque ha desconocido la produc­:ión conjunta de actores y artefactos.'"'-Tosotros podríamos añadir, debido a;us prejuicios humanistas y epistemo­ógicos. La misma división entre filoso­la de la ciencia y filosofía de la tecno­ogía con-e paralela a la separación delUmanos y no humanos. Sólo repre­.enta una división territorial académi­:a de entramados que nunca han esta­la separados en la práctica. Creo que,'n la actualidad, está bastante clarolue la filosofía de la ciencia no tieneentido sin la filosofía de la tecnología,li a la inversa. A no ser quenas refira­nos al sentido de los intereses ten-ito­iales.

NOTAS Y DISCUSIONES NOTAS Y DISCUSIONES

REFERENCIAS

de todos los campos del conocimiento,incluyendo la ciencia, era desde supunto de vista el problema fundamen­tal de la filosofía y la epistemología. [

Diez años después y aplicando lapropuesta de Carnap a la Filosofia dela Ciencia, Reichenbach establecíados distinciones que ya habían sidoinsinuadas por otros autores y que hi­cieron fortuna rápidamente.' La pri­mera era la diferencia entre las rela­ciones internas y externas del conoci­miento. Llamaba 'internas' a las que

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En 1928, en pleno auge del Positivis­mo Lógico, Carnap propuso un progra­ma de trabajo que tuvo importantesconsecuencias posteriores. Según Car­nap la Epistemología debía realizaruna reconstrucción racional de losprocesos de conocimiento y 'confonna­ción de la realidad' que en la mayoríade los casos llevamos a cabo intuitiva­mente. Consideraba tal reconstruccióndescriptiva, fidedigna y siguiendo "lafOfila racional de derivaciones lógi­cas". Llevarla a cabo con los conceptos

JESÚS SÁNCHEZ NAVARROUniversidad de La Laguna

La sociología y la naturaleza social de la ciencia

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77. Cf., p. ej., Steven Shapin y Simon Schaffer,Leviatltan alld the ;lir-Pump. Hobbes, Boyle andthe Experimental Life, Princeton, Princeton Uni­versity Press, 1985; Peter Galison, Ha\\! Experi­ments ElldJ Chicago, The University of ChicagoPress, 1987; David Gooding, Trovor Pinch y Si­mon Schaffer (eds,J, The Uses 01' Experiment. 5111­dies in the Natural ScielIces, CambIidge1 Cambrid­ge University Press, 1989.

78. Plice, 1984.79. Hacking, 1983.80. 01'. cit., p. 167.81. Ibid., p. 181.82. Hacking, 1992, p. 30 (traducción del au­

tor).83. Es lo que Pickering llama reduccionismo

sociológico (Pickering, 1992, p. 14 s.) y Latour 50­ciologismo (Latour, 1994, p. 42).

84. \Voolgar se ha referido también a un girotecnológico en los estudios sociales de la ciencia,pero en un sentido distinto al que aquí se expone(Steve \Voolgar, !cThe TUln to Technology in So­cial Studies oE Science, Scie11ceJ Tecll1zology &J-IllIl1all Fallles, 16, n." 1 [1991], pp. 20-50).

85. Pickering, 1992, p. 14 (traducción del au­tor).

86. Pickering, 1993, p. 563.87. Pickering. ibid. La consonancia con la filo-

sofía constructiva de la ciencia es asombrosa.88. Ibid., pp. 562 Y 567.89. Latour, 1994, p. 53.90. Ibid., p. 54 (traducción del autor).91. !bid., p. 53.92. ¡bid., p. 30 ss.93. Don Ihde, 1991, apunta también hacia una

cierta integración de la filosofía de la ciencia y lafilosofía de la tecnología, aunque en un contextofenomenológico.

do, en general, por dónde empezar con la tecno­logía. Hace algunos años, cuando la filosofía dela tecnología empezaba a conocerse en España,un colega del área de lógica y filosofía de la cien­cia me argumentó que la filosofía de la tecnolo­gía era imposible, pues teno se puede hacer filoso­fía de una cámara fotográficall.

63. La predilección de Bunge se orientaría ob­viamente hacia la ciencia, mientras que la deMitcham sería hacia la filosofía tradicional.

64. Hickman, 1990.65. Ibid., p. 115.66. Ibid., p. 46.67. Ibid., p. 116.68. Forman parte de la misma, entre otros, Pe­

ter Janich, Jürgen !v1ittelstrass, Kuno Lorenz,Christian Thiel, Holm Telens y Rüdiger Inhet­veen.

69. Lorenzen, 1978, p. 153 (traducción del au-tor).

70. Lorenzen, 1987, p. 18.71. Lorenzen, 1986, p. 23.72. Ibid., p. 24.73. Cf. Janich, 1978; Tetens, 1987.74. Cf. Peter Janich, 1978.75. Cf. Peter Janich, 1988. La filosofía cons­

tntctiva de la ciencia como q.tecnología aplicada»tiene obviamente radicales consecuencias para lapolítica de la ciencia y la tecnología, así comopara las relaciones entre ciencia, tecnología y po­lítica. En términos de Lorenzen, ({Toda teonasólo puede comprenderse sobre la base de unapráctica: este es el primado de la práctica. [...]toda práctica técnica presupone. al menos. for­mas previas de una práctica política. Junto con elprimado de la práctica respecto a la teoría valepor tanto, además, el primado de la política res­pecto a la técnica> (Lorenzen, 1978, p. 153). Véa­se en este contexto: lvlanuel I'vledina, ({Estudios deciencia y tecnología para la evaluación de tecno­logías y la política científica», en José Sanmartínet al.. Superando /1mIteras. Estudios europeos deCiel1cia-Tec11olob,rfa-Sociedad y Evaluación de Tec­1lologías, Barcelona, Anthropos, 1994, pp. 95-126.José Sanmartín, «Ingeniería genética humana:evaluación y percepción públicas de las tecnolo­gías genéticasl), en José Sanmartín, Manuel Medi­na et al., Estudios sobre sociedad y tecnología,Bm-celona, Anthropos, 1992, pp. 224-265.

76. En España, Manuel Medina y José San­martín, vinculados personalmente a la comen tede la filosofía constructiva de la ciencia, handesaITollado sus planteamientos integrándolosen los actuales estudios de ciencia y tecnología.

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