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telva - files.salsacdn.comfiles.salsacdn.com/press/634_Capri_la_isla_azul/misc/telva.pdf_default.pdf · meses de invierno. «Entonces la isla vuelve a ser de los ca-preses» dice,

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Si las buenas esencias se guar-dan en frascos pequeños, losescasos diez kilómetros cua-drados de este escollo del golfode Nápoles reflejan el refrán ala perfección.Después de una corta travesíadesde Nápoles en ferry, atraca-mos en el pequeño embarcade-ro de Marina Grande, bulliciosode marzo a noviembre, recogi-do y casi melancólico en losmeses de invierno. «Entoncesla isla vuelve a ser de los ca-preses» dice, sonriendo, unaamable señora de un quioscode souvenirs. Conscientes deque la actividad turística es lafuente de ingresos económicosmás importante, los isleños hanapostado por un turismo resi-dente de gran calidad sin desa-nimar las excursiones masivasde un día.¿Cómo es Capri? Un caprichode la naturaleza. Una isla ro-deada de un mar azul intenso,acantilados abruptos y muchascuestas. Se encuentran dosnúcleos urbanos: Capri y Ana-capri, separados por apenascinco kilómetros de distancia yrepletos de restaurantes exqui-sitos, tiendas de las grandes fir-mas de moda internacional yterrazas abiertas al mar.

Silenciosa y bellaTodos querían conquistarla. Losfenicios y griegos la conocían yvisitaban regularmente; los cor-sarios le arrancaban sustancio-sos botines; pero fue el empe-rador Augusto, en el año 29a.C., el que se enamoró perdi-damente de ella y se la cambióal gobierno de Nápoles por lacercana isla de lschia, muchomás grande y fértil y que, sinembargo, no tenía el mismo en-canto.Su sucesor, Tiberio, vivió allídesde el año 27 hasta el 37d.C. y mandó construir docemansiones dedicadas a otrastantas divinidades del Olimpode las cuales hoy quedan lasruinas de dos, Villa Jovis y Vil-la Damecuta, seriamente daña-das por los siglos y los sa-queos. La más interesante essobre todo la primera: Edificadapor Tiberio en los primerosaños del siglo I d.C. se alcanzatras una agotadora caminata deunos tres cuartos de hora. Lavisita merece la pena por susincomparables vistas.A partir del siglo XIX tras el descubrimiento de la Gruta Azul,se convirtió en una de las me-tas turísticas europeas.Escritores, intelectuales, ma-gnates de todo tipo y excéntri-cos personajes llegaron a la islapara iniciar su conversión en elactual refugio cosmopolita y lu-joso.

Destino chicImagínate una ciudad construi-da sobre un acantilado, adapta-da a una geografía abrupta, concallejuelas, plazoletas y rinco-nes pintados por cascadas debuganvilla y palmeras que rom-pen el horizonte mediterráneo.Así es la capital.En el corazón de la ciudad, laPiazzetta (plazoleta) UmbertoI, retratada por pintores, directo-res de cine y poetas de todoslos tiempos, es un lugar de en-cuentro y balcón privilegiadopara contemplar un desfile detendencias de moda o tomar unaperitivo a precios de infarto.Ajena al ruido del tráfico, inexi-stente en la isla, aquí reina unsilencio absoluto ajeno al carác-ter temperamental y expresivode los italianos del sur. Los ca-preses son gente tranquila queodia la bulla.Partimos de la Piazzetta, para-bajar a pie hasta la playa deMarina Piccola, donde se en-cuentra uno de los principalesbalnearios de la isla; de caminovemos el Gran Hotel Quisisa-na, sanatorio en el siglo pasa-do, hoy uno de los alojamientosmás exclusivos del mundo.Aconsejamos parar en la Certo-sa de San Giacomo, temploedificado en el siglo XIV, así co-mo en los Jardines de Augu-sto, al fondo de la eleganteavenida Matteotti donde se en-cuentra la fábrica de los famo-sos perfumes Carthusia, quese elaboran con productos natu-rales desde hace muchas gene-raciones. Asentados sobre re-stos romanos, los Jardines deAugusto cuentan con uno delos mejores miradores de la islapara contemplar el golfo salpi-cado de barcos y los Farallo-nes de fondo: Cuatro asombro-sas rocas que afloran desde elmar: El Stella, conectado a lacosta, el del Medio, con una ga-lería natural de sesenta metrosde largo, el Scopolo, pobladopor el lagarto azul, y el Monaco-ne, aislado frente al golfo deTragara, donde la leyenda diceque fue sepultado Masgaba, elarquitecto africano autor de lasvillas del Emperador Augusto.El paseo de bajada desde losjardines de Augusto se realizapor una obra arquitectónica im-presionante, la calle Krupp, ex-cavada en roca viva en 1900bajo pedido del magnatealemán Krupp que deseaba unacceso rápido al mar desde elHotel Quisisana, donde solíahospedarse. Llegamos a laplaya de guijarros de MarinaPiccola donde sobresalen laGruta del Castiglione, la másgrande de la isla y refugio du-rante las incursiones corsarias,la Torre Sarracena y la Canzo-ne del Mare, antigua fortalezade vigía.

La historia de Capri se relacio-na directamente con las celebri-ties que la escogieron comolugar de residencia o destino desus vacaciones. Así buscamoslas mansiones de estos perso-najes, edificios que muchas ve-ces pasan inadvertidos al mi-metizarse con el acantilado y lavegetación. No puedes perdertela Villa Malaparte, en la PuntaMassullo, que fue propiedad delescritor Curzio Malaparte, don-de se hospedaron personajescomo Alberto Moravia, JeanCocteau o Albert Camus.Villa Vismara, actual Hotel Pun-ta Tragara, uno de los más lujo-sos, es una genialidad de LeCorbusier con panoramas suge-stivos. En Villa Quattroventi,una mezcla de arquitectura ecl-éctica de estilo árabe vivió elescritor inglés D. H. Lawrence.Si puedes, date una vuelta porla calle Pizzolungo, un paseoexcavado en la roca que siguela costa sureste con maravillascomo el Arco Natural o la grutade Matermania, un lugar sagra-do en la antigüedad. No te arre-pentirás si te acercas al Miradorde Punta Tragara, otra bella lo-calización para disfrutar de losFarallones.

Pasear por Capri es un verda-dero placer para ir de compras,porque la isla es un concentra-do de boutiques de todas lasgrandes marcas. Además, no tepierdas la artesanía local conlas famosas sandalias hechasal instante (y personalizadas),la seda trabajada a mano en te-laresde madera, los zapatos decuerda o la famosa tienda LaParisienne, en la Piazzetta, quese puso de moda en los años60 por su personalísima línea.De su gastronomía, te reco-mendamos platos como los ra-violi con salsa de queso caciot-ta y tomates frescos, laPezzogna (un pescado pareci-do a la dorada) hervida, cala-mares con patatas, la Cianfotta,una deliciosa cazuela de verdu-ras frescas, la famosa Tarta Ca-prese con almendras y chocola-te y el limoncello, unaguardiente realizado con lospeculiares limones de la costaamalfitana.

No dejes de visitar Anacapri, elotro centro urbano de la isla conmansiones como la Villa SanMiguel, hoy transformada enmuseo de la fundación Munthe.Situada a una altura de 286 me-tros, hasta 1887 cuando

seconstruyó la actual carretera,el modo más rápido de llegarera a través de la impresionanteescalera fenicia, construida porlos primeros colonizadores grie-gos, que arranca a la altura delmuelle de Marina Grande hastallegar a la llamada Puerta de laDiferencia, en la entrada de laciudadela, así denominada porla rivalidad entre las dos ciuda-des.Una vez dentro, no te puedesperder el Barrio de Le Boffe, dearquitectura rústica local, ni laIglesia de San Miguel con suParaíso Terrenal del siglo XVIII.Desde la plaza principal toma elteleférico para subir al MonteSolaro, con su incomparablemirador sobre el Golfo de Nápo-les y toda la península de Sor-rento.

Situada en la costa noreste, de-sde el mar (también se puedellegar por tierra), no es más queuna pequeña grieta en el acan-tilado, donde los barcos espe-ran su turno para entrar. En el

interior, reflejos azul turquesa yun agua transparente explicanpor qué el emperador Tiberio latransformó en su piscina perso-nal favorita. Con una acústicaenvidiable, la experiencia resul-tará mejor aún si los barqueros,zorros viejos del marketing na-politano, entonan una conocidamelodía que canta al amor y de-samor, el mar, el sol y la roman-tiquísima luna.

Cómo irDesde Roma (Alitalia tiene dosvuelos diarios desde Madrid yBarcelona), viajar a Nápoles yluego realizar un trayecto detres cuartos de hora en ferry de-sde el muelle Beverello.

Quándo irDesde finales de abril hasta oc-tubre.

Dónde dormir• Grand Hotel Quisisana (cin-co estrellas). Via Camerelle,2.TeI: 081 837 0788. Mucha so-lera, personajes ilustres, máxi-mo lujo y vistas envidiables. Ha-bitación doble: Desde 300€.• Punta Tragara (cinco estrel-las). Via Tragara, 57. Tel: 081837 0844. Similar al anterioraunque menos conocido; exce-lente el restaurante y la ubica-ción, frente a Los Farallones.Habitación doble: Desde 300 €.• Caesar Augustus (cuatroestrellas). Via Orlandi, 4. Tel:081 837 3395. En la carreterade Anacapri, es elegante, tran-quilo y con buenas vistas. Habi-tación doble: Desde 275 €.

• Bellavista (tres estrellas). ViaOrlandi, 10. Tel: 081 837 1463.Céntrico, con buenas vistas. Habi-tación doble: Desde 275€.• La Certosella (tres estrellas).Via Tragara, 13. Tel: 081 837 0713.Similar al anterior. Habitación do-ble: Desde 100€.• Belsito (dos estrellas). Via Ma-termania, 11.TeI: 081 837 0969.Asequible y con vistas. Habitacióndoble: Desde 80 €. También pue-den alquilarse habitaciones parti-culares desde 30 € con desayunoen Alla Bussola di Hermes (Anaca-pri). Traversa La Vigna, 14. VillaPalomba (Capri). Via Mulo, 3.

Dónde comer• Faraglioni. Via Camerelle, 75.Tel: 081 837 0320; uno de los me-jores con cocina tradicional.• Da Paolino. Via Palazzo a Mare,11. Tel: 081 837 6102; cocina tradi-cional.

• La Capannina. Vico San Tom-maso, 1. Te¡: 081 837 0732; enel corazón del casco antiguo, fre-cuentado por famosos.• Villa Verde. Via Sella Orta, 6.Tel: 081 837 7024; pizzeria y re-staurante de gran calidad conespecialidades locales, más ba-rato que los anteriores.

Dónde comprasNo te vuelvas sin las famosas sanda-lias artesanales y personalizadas; terecomendamos Costanzo en ViaRoma, Capri capital y L'Arte delSandalo Caprese, taller en la ViaOrlandi de Anacapri. Tampoco olvi-des hacerte con uno de los perfumesnaturales de Carthusia en la Via Ca-merelle, 10, cerca de los jardines deAugusto.

Más información• ENIT, Oficina de Turismo Italiano.Gran Vía, 84, 1°. 28013Madrid. Tel: 91 559(http://www.enit.it)• La página de Capri.(http://www.capri.it)