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TEMA 10: SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL (1936-1939). DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. EVOLUCIÓN DE LAS DOS ZONAS. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA. INTRODUCCIÓN La II República tuvo un fin trágico: La Guerra Civil Española. Desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, España se vio envuelta en una larga y dura guerra civil, que constituye sin duda el acontecimiento más dramático de nuestra historia reciente. Esta guerra comenzó con un golpe de estado de un sector del ejército contra la República, que al no triunfar en toda España se convirtió en una guerra civil. La victoria del llamado bando nacional en 1939, truncará el proceso democrático abierto en 1931, y se resolverá con la implantación de una dictadura personal que durará cuatro décadas. 1.- CAUSAS DE LA GUERRA Se pueden distinguir dos tipos de causas, unas internas, relacionadas con los problemas latentes no resueltos durante la II República, y otras externas, relacionadas con el contexto internacional europeo de la década de los años 30: a) Causas internas - El problema social fue el más importante debido a las enormes diferencias entre trabajadores y propietarios. Los odios eran profundos y la lucha de clases se había radicalizado, debido a las esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II República y a la oposición de los patronos a cualquier cambio (sobre todo en el campo). El tema agrario fue clave. - El problema regional se produce por la oposición de la derecha y del ejército a los nacionalismos periféricos. La concesión del Estatuto a Cataluña (1932), y la tramitación de los estatutos vascos y gallegos en 1936, se interpretó por estos sectores, como la división y la desmembración de España, algo inaceptable desde su punto de vista. Profesora: María Cobos López 1

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TEMA 10: SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL (1936-1939). DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. EVOLUCIÓN DE LAS DOS ZONAS. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.

INTRODUCCIÓN

La II República tuvo un fin trágico: La Guerra Civil Española. Desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, España se vio envuelta en una larga y dura guerra civil, que constituye sin duda el acontecimiento más dramático de nuestra historia reciente.

Esta guerra comenzó con un golpe de estado de un sector del ejército contra la República, que al no triunfar en toda España se convirtió en una guerra civil. La victoria del llamado bando nacional en 1939, truncará el proceso democrático abierto en 1931, y se resolverá con la implantación de una dictadura personal que durará cuatro décadas.

1.- CAUSAS DE LA GUERRA

Se pueden distinguir dos tipos de causas, unas internas, relacionadas con los problemas latentes no resueltos durante la II República, y otras externas, relacionadas con el contexto internacional europeo de la década de los años 30:a) Causas internas

- El problema social fue el más importante debido a las enormes diferencias entre trabajadores y propietarios. Los odios eran profundos y la lucha de clases se había radicalizado, debido a las esperanzas de los trabajadores en las reformas de la II República y a la oposición de los patronos a cualquier cambio (sobre todo en el campo). El tema agrario fue clave.- El problema regional se produce por la oposición de la derecha y del ejército a los nacionalismos periféricos. La concesión del Estatuto a Cataluña (1932), y la tramitación de los estatutos vascos y gallegos en 1936, se interpretó por estos sectores, como la división y la desmembración de España, algo inaceptable desde su punto de vista.- La cuestión religiosa contribuyó a dividir a la población española y al alineamiento en uno u otro bando. Por un lado estaban los defensores de que todo siguiera como antes, manteniendo el poder predominante de la iglesia en la sociedad; y por otro los que se oponían a ello, defendiendo un anticlericalismo radical, la separación Iglesia-Estado, la enseñanza laica, etc., en una sociedad mayoritariamente católica. El enfrentamiento entre ambas posturas, la legislación republicana en este sentido y la falta de diálogo agudizó el problema.- El recurso al uso de la fuerza para la resolución de los problemas y no la vía democrática, tanto por la izquierda, con un movimiento obrero que deseaba alcanzar el poder mediante una revolución social; como por la derecha, que temía una revolución marxista y estaba acostumbrada a solucionar los conflictos con los militares. Faltó paciencia, diálogo y voluntad por ambas partes.b) Causas externas

- La crisis económica y social internacional que se produjo en la década de 1930, que coincidió con la república en España; esto hizo que aumentase el desempleo y la conflictividad laboral y el descontento del movimiento obrero cada vez más partidario de la revolución.

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- La crisis de las democracias y el auge de los regímenes totalitarios influyeron asimismo en el origen y desarrollo de la Guerra Civil, pues propició el apoyo de los fascistas a la derecha española y de la URSS a los republicanos.Conviene recordar que en los años treinta Hitler en Alemania, con el modelo nazi, y Mussolini en Italia, con el modelo fascista, se habían aupado al poder. El avance del fascismo tiene consecuencias inmediatas en la derecha española, que se va a decantar mayoritariamente por el uso de la fuerza y por el desprecio a la democracia como sistema político, y que se manifiesta en la fundación de Falange Española y otros grupos fascistas (como las JONS, Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista).También hay que señalar el cambio de política de la URSS y la Internacional Comunista, que se tradujo en una alianza con la izquierda burguesa para la creación de frentes populares frente al fascismo. Como contrapeso a los grupos paramilitares fascistas, los partidos del movimiento obrero organizan milicias comunistas y socialistas (como la JSU, Juventudes Socialistas Unificadas, etc).

2. LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y SU FRACASO: LA DIVISIÓN DE ESPAÑA EN DOS ZONAS.

Al clima de radicalización, violencia callejera y bipolarización de la vida política española desde las elecciones de febrero de 1936, se unen los asesinatos del socialista y teniente de la Guardia de Asalto José Castillo el 12 de julio por pistoleros falangistas y al día siguiente el de José Calvo Sotelo, líder de la extrema derecha, por los compañeros del teniente de la Guardia de Asalto. Este asesinato fue el detonante de la Guerra Civil, un regalo político para la derecha quien lo esgrimió como una prueba más de desgobierno y anarquía. Aunque el alzamiento contra la República estaba ya decidido y preparándose desde febrero, los planes se adelantaron y el 17 de julio por la tarde, se inicia el alzamiento nacional en Marruecos y al día siguiente se extendió a toda la Península.

Franco, tras controlar la situación en Canarias, se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. Y aunque el general Mola lo había diseñado como un golpe rápido y efectivo, no llegó a triunfar en todo el territorio nacional, sólo en las zonas rurales más conservadoras, el levantamiento pudo considerarse un éxito; por otra parte, en las zonas más industrializadas y en las grandes ciudades, con una mayor presencia de las ideas progresistas, fue un fracaso. Este fue el motivo de que se convirtiera en una cruenta guerra civil.

España se dividió en dos bandos bien delimitados: el bando autodenominado “nacional”(por su defensa de la unidad de España) y el bando republicano, que defendían principios contrapuestos e irreconciliables: por un lado, los viejos grupos oligárquicos, que se oponían al cambio y que contaron con gran parte del ejército, de tradición golpista; por otro, la burguesía media y el movimiento obrero, que pedían la redistribución del poder mediante la aplicación de un sistema democrático, con partidos políticos, autonomías, estado laico y constitución.

Para los sublevados, el “Glorioso Alzamiento Nacional”, se había hecho necesario para salvar a España de la anarquía, para restablecer el orden, y acabar mediante una “Cruzada de Liberación” con los enemigos del país: anarquistas, comunistas, socialistas y separatistas. Para los que permanecieron fieles al gobierno legal de la República, había que luchar para defender los logros de una República democrática y para terminar con el fascismo que se estaba extendiendo por toda Europa.

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Sin embargo, para muchísimos españoles, el unirse a uno u otro bando se debió no a una ideología clara, sino a que en la zona en que ellos vivían hubiese triunfado o fracasado la sublevación militar. Zona Republicana

Las zonas más desarrolladas e industrializadas apoyaron la República: Madrid, el País vasco, Cantabria, Asturias y la costa mediterránea desde Gerona hasta Málaga.

La situación estratégica de la República era notablemente superior: contaba con la práctica totalidad de la escuadra y con casi toda la aviación y con la mitad de los efectivos del Ejército de Tierra, aunque la mayor parte de los generales y altos oficiales se habían sumado al alzamiento. Políticamente dominaban los grupos políticos de la izquierda; contó con el apoyo de las clases más populares (proletariado urbano, los jornaleros y la pequeña burguesía) y de las clases medias progresistas.

A diferencia del bando nacional careció en los primeros meses de unidad en la dirección política y militar de la guerra, debido al papel que tuvieron las milicias de partidos y organizaciones obreras, de gran ardor combativo, pero inexpertas y desorganizadas; sobresalieron por su destreza las milicias comunistas (el famoso 5º Regimiento), que hacen “su” revolución, al modo de los soviet de la Revolución Rusa. Esto le restó eficacia al bando republicano y contribuyó a que perdieran la guerra. Zona Nacional

El alzamiento por su parte, tuvo éxito en Galicia, Castilla y León, Navarra, Aragón y la Andalucía del Bajo Guadalquivir, es decir, la España rural y más atrasada (compuesta en su mayoría por grandes latifundios y pequeños propietarios muy conservadores). Por contra, sólo triunfaron en dos grandes ciudades: Sevilla y Zaragoza.

El "bando nacional" contó con importantes ventajas: disponía de la mayor parte de la producción agrícola y ganadera; dentro de las fuerzas armadas la mayoría de los generales y oficiales del ejército de tierra se unieron al alzamiento ; contó además con el ejército de Marruecos (mejor entrenado y disciplinado), y con las milicias falangistas y carlistas (los famosos requetés). También le prestaron su apoyo los diferentes grupos políticos de derecha: Falange Española, carlistas, monárquicos alfonsinos, la mayoría de la CEDA y una parte de la Lliga Catalana; y los grupos sociales tradicionalmente dominantes, latifundistas y alta burguesía, que impulsaron y financiaron el golpe (Juan March), además de un gran número de católicos y de pequeños propietarios agrarios. La Iglesia por su parte también los apoyó, ya que veían en la República al peor enemigo de la religión. Incluso el Papa se pronunció a favor de Franco.

Desde el primer momento se intentó organizar la zona y evitar conflictos de poderes, así tras la muerte de Sanjurjo, el 20 de julio, en un accidente aéreo, cuando regresaba a España desde Lisboa para dirigir el alzamiento, se constituyó en Burgos la “Junta de Defensa Nacional”.

3.- LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Los dos bandos buscaron desde un principio apoyo exterior y todas las opiniones coinciden en que sin la masiva ayuda extranjera, la guerra de España no hubiese durado más de medio año por la escasez de material militar y de repuestos en los dos bandos.

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La Guerra Civil coincidió con el momento de mayor poder de Hitler y Mussolini, y los países europeos comenzaron a albergar el temor de que el conflicto se extendiera si participaban en él. Esto llevó a que Gran Bretaña y Francia crearán el Cómite de No-Intervención, cuyo objetivo era mantener la paz en Europa y no ayudar a ninguno de los dos bandos en conflicto. El pacto de no intervención fue firmado por 27 países, pero no se cumplió.

La República, recibió ayuda inmediata de material militar de la URSS y en menor cantidad de Francia y México. Por este apoyo soviético, la España republicana, quedaba vinculada al comunismo según la opinión pública internacional, y se le empezó a tachar de "República roja y marxista". La ayuda soviética tuvo que ser pagada con el oro del Banco de España, el llamado “oro de Moscú”. La ayuda humana le llegó a través de las Brigadas Internacionales: unos 60.000 hombres de 30 países, combatientes antifascistas, sin demasiada experiencia militar, pero disciplinados que vinieron bajo el lema: “España será la tumba del fascismo”, a luchar por la democracia Republicana en España.

El bando nacional, recibió la ayuda incondicional de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, y de Portugal en menor medida; no tuvieron que pagarla de forma inmediata sino al final de la guerra y aceptando para el pago materias primas, especialmente minerales.... Aunque Italia proporcionó muchas tropas a Franco, la ayuda alemana fue cuantitativamente menor pero cualitativamente muy superior, envió su Legión Cóndor, unos 6.000 asesores militares, tanguistas, aviadores… Tampoco hay que olvidar el respaldo moral que el Vaticano dio a Franco desde Julio de 1937 que influyó en los católicos españoles.

La guerra civil tuvo una gran repercusión internacional gracias al despliegue de medios periodísticos. El interés de la contienda se debía a la profunda sensibilización en la Europa occidental ante el avance del fascismo. Se entendía que en España se estaba produciendo la lucha entre la democracia y los fascismos. Si bien, los dos bandos tuvieron sus defensores, fue mayor el espíritu de solidaridad y apoyos intelectuales con los que contó la república (Neruda, Malraux, Hemingway, Brecht...)

4.- DESARROLLO MILITAR DEL CONFLICTO

Podemos distinguir tres fases en el desarrollo del conflicto:

a).- La Guerra de Columnas. El objetivo Madrid. (julio del 36 a marzo del 37)

La base de la guerra hasta noviembre de 1936 al menos, son grupos de tropas formados con pequeñas unidades de diversas armas, de escaso volumen y mucha movilidad. El objetivo prioritario de los rebeldes fue tomar Madrid. Los ataques contra la capital debían de hacerse de forma simultánea desde el norte y desde el sur. Desde Pamplona, dirigidas por el general Mola, columnas compuestas de soldados, fuerzas de orden público, requetés y algunos falangistas, avanzaron hacia la capital con dificultad. Madrid fue defendido por los milicianos y las tropas leales a la República. Mola tuvo que desistir y ocupó Irún y San Sebastián a principios del Septiembre. Por el sur, el avance tenía que hacerse contando con las tropas de África, que cruzaron el Estrecho de Gibraltar gracias a

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la ayuda de Alemania; se unieron a los sublevados en Sevilla y desde aquí amplían y consolidan su dominio de la Andalucía del Guadalquivir y establecen conexión con los sublevados de Granada. Más tarde, se dirigieron a Extremadura y penetraron en la provincia de Toledo, donde se efectúa, a través de la Sierra de Gredos, el enlace entre las fuerzas sublevadas del Norte y del Sur. El territorio y el Ejército rebelde quedan unificados en un solo bloque. Franco pretendía cercar Madrid, pero se desvió hacia Toledo para liberar el Alcázar asediado por los republicanos. Toledo cayó a finales de septiembre y a principios de octubre las tropas rebeldes llegaban a Madrid.

La batalla por Madrid comenzó el 7 de noviembre. Un día antes el gobierno de la República se había trasladado a Valencia. En la defensa de Madrid, jugaron un papel importante, la creación de la Junta de Defensa de Madrid, presidida por el general Miaja, que canalizó el esfuerzo de la guerra, la ayuda extranjera, el esfuerzo de los milicianos y la propaganda, que funcionó muy eficazmente bajo el lema (“¡No pasarán!”) para mantener la moral, usado por la líder comunista Dolores Ibárruri, conocida como la Pasionaria, que se convertirá en un símbolo de la resistencia antifascista. Madrid resistió y después de varios intentos fracasados de cortar las comunicaciones con el levante (batallas del Jarama y Guadalajara en febrero y marzo de 1937), Franco desiste y se plantea un nuevo objetivo: la liquidación del frente norte.

En esta primera fase de la guerra en la retaguardia de los dos bandos se procedió a la persecución y ejecución de los que se consideraban enemigos. En el bando republicano el caso más llamativo fueron los asesinatos de 2000 presos en Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz; en el bando nacional, abundaron las ejecuciones masivas en el avance de las tropas, como es el caso de los 2000 fusilados en Badajoz.

b).-Caída del frente norte (abril- octubre de 1937)

Ante el fracaso en la toma de Madrid, las tropas de Franco pretenden conquistar toda la zona del norte peninsular, que había permanecido fiel al República (Asturias, Santander, Vizcaya). Participan en esta acción, efectivos italianos y la Legión Cóndor alemana, que el 26 de abril de 1937 bombardeó Guernica, (símbolo de la identidad vasca), el primer bombardeo de la historia sobre una población civil, que sería inmortalizado por la obra de Picasso. Este bombardeo provocó la muerte de 200 civiles. Tras la caída del País Vasco, el ejército republicano realizó dos ofensivas (Brunete en Madrid y Belchite en Zaragoza) para disminuir la presión sobre el Norte, sin poder evitar la caída de Santander en agosto y de Asturias dos meses después.

Con la desaparición del frente norte, la república perdía una zona con abundantes recursos industriales y mineros. Se estaba alterando seriamente la relación de fuerzas entre los dos bandos. La república intentó superar la situación intentando que el jefe de gobierno concentrara más poder y se dirigieran las operaciones de forma más coordinada. Esta labor le tocará a Juan Negrín.

c).-El frente este (octubre del 37 a abril del 39)

La idea de atacar Madrid estuvo de nuevo presente en la estrategia de Franco, pero la ocupación de Teruel por parte de los republicanos hizo que se mirara hacia el este. Las tropas nacionales recuperan Teruel en febrero del 38. Toda la ofensiva nacional se centrará

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en el valle del Ebro mirando hacia Levante. A comienzos de abril se ocupó Lérida y a mediados de abril llegan al mediterráneo por Vinaroz. Cataluña quedaba de este modo, parcialmente ocupada y aislada de la zona republicana. Desde mayo del 38, las tropas franquistas se dirigieron hacia Valencia. Para detener su marcha y para cortar el frente nacional y volver a reconstituir la España republicana, lanzan a finales de julio una ofensiva en el Ebro (Batalla del Ebro). Durante tres meses se enfrentaron en la batalla más cruenta del conflicto. Las fuerzas de la República quedaron muy dañadas, la ayuda soviética llegaba con mucha dificultad y el cuerpo de las Brigadas internacionales abandonaban el país en octubre. El fin de la República se acercaba. En diciembre las tropas franquistas entran en Cataluña y el 26 de enero se ocupa Barcelona. La única posibilidad de resistencia de la República se encontraba ahora en la extensa zona Centro-sureste. Los republicanos se dividieron y lucharon entre ellos; por un lado, los que querían resistir el gobierno de Negrín y los comunistas, que consideraban que había que prolongar la guerra española, hasta que estallase la previsible guerra europea y por otro lado, los que querían pactar con Franco una paz negociada. El 5 de marzo el coronel Casado daba un golpe de Estado y creaba un Consejo de Defensa en Madrid, compuesto por socialistas, anarquistas y republicanos, que intentan negociar la paz. Pero estos hombres cometían la ingenuidad de pensar que Franco podía pactar con ellos. Franco la rechaza, quiere la rendición incondicional. El 28 de marzo las tropas de Franco entraron en Madrid. En los días siguientes, el ejército franquista fue conquistando todo el resto del territorio fiel a la República. El 1 de abril de 1939, Franco anunciaba que la guerra había terminado.

5.- EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS DOS ZONAS

a) Evolución política de la España republicana

En la España republicana, el golpe militar provocó un proceso de revolución social, que careció de dirección centralizada y aunque los diferentes gobiernos, poco a poco, lograron aumentar su poder para ganar la contienda, sin embargo, chocaron con las fuerzas revolucionarias.

Hasta el fin de la guerra, las instituciones republicanas siguieron funcionando sobre la base de la pluralidad y con la Constitución en vigor, a pesar de las limitaciones que imponía la situación bélica. La dinámica de los partidos y las organizaciones republicanas, con posiciones diferentes acerca de la marcha de la guerra y las medidas políticas consiguientes, provocó cambios de gobierno y enfrentamientos, a veces sangrientos, en el propio bando republicano.

Tras estallar la guerra, Casares Quiroga dimitió al sentirse culpable por haber desoído los rumores de golpe de Estado. Fue sustituido por el sevillano Diego Martínez Barrios, el fracaso de éste en sus gestiones para paralizar la sublevación y sus recelos de entregar armas al pueblo lo llevaron también a dimitir el mismo 19 de julio. Fue el llamado «presidente por un día»

Azaña nombró nuevo presidente a José Giral, miembro de Izquierda Republicana. Giral entregó armas a las milicias de los partidos para contrarrestar el alzamiento militar. Pero el poder efectivo fue tomado por las Organizaciones obreras (UGT, CNT, FAI) que crearon órganos de poder popular (comités y juntas) en las distintas regiones, que ejercían el poder verdadero y tratan de desarrollar una revolución social de carácter colectivista en paralelo a la Guerra Civil. Para ello, colectivizan las tierras, las industrias

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y se hacen con el poder de los ayuntamientos, sobre todo en Cataluña, Aragón y Andalucía. También, alentaron la formación de las milicias populares, que hicieron fracasar la sublevación en muchos sitios y atacaron a los presuntos colaboradores de los sublevados (Iglesia, burgueses, católicos, clases acomodadas, etc.) con saqueos, detenciones, asesinatos, y requisas de sus bienes y propiedades. Es decir, la CNT y la FAI eran partidarias de hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra. El resto de fuerzas (PSOE, PCE y Republicanos) se oponen a esta revolución y a la división del poder. Giral dimitió al no ser capaz de hacer frente a la Revolución social.

A los 4 meses de la guerra, Giral dimite, se necesitaba un jefe de gobierno con prestigio entre los obreros y se eligió a Francisco Largo Caballero, antiguo ministro de trabajo y secretario General de la UGT. Formó un gobierno de coalición (republicanos, socialistas, nacionalistas (Vascos y catalanes) comunistas y anarquistas, hecho excepcional en la historia del movimiento anarquista. El gobierno de Largo Caballero, se trasladó a Valencia, por el ataque a Madrid de los rebeldes. Su primer objetivo fue unificar el poder político, eliminando las juntas y comités locales y recuperar así el poder efectivo. Para poder dirigir adecuadamente la guerra, creó el Ejército Popular de la República mediante la militarización de las milicias, que estarían sujetas a un mando único; Pero habrá fuertes divergencias internas: los republicanos, parte del PSOE y el PCE, defendían la reconstrucción del Estado republicano; frente al sector radical del PSOE-UGT, la CNT-FAI y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), que postulaban el orden revolucionario surgido de la guerra. La situación degeneró en un conflicto armado en Barcelona entre los grupos obreros. El gobierno mandó fuerzas a Cataluña para controlar el orden público y reprimió a estos grupos con dureza, lo que le hizo perder el apoyo de los comunistas, de la CNT e incluso de un sector de su partido, el PSOE (el de Indalecio Prieto). Largo Caballero dimitió.

Azaña encargó gobierno a Juan Negrín, (miembro del PSOE, mayo 1937- abril 1939), que dirigió un gobierno socialista, con apoyo de comunistas, republicanos y sindicatos. Su idea era luchar hasta el fin. Su lema sería ¡Resistir es vencer! pensando que el inminente estallido de la IIª Guerra Mundial, forzaría a los países antifascistas a ayudar a la República. Para ello, trasladó el gobierno a Barcelona e impulsó la Batalla del Ebro. En abril de 1938 elaboró los llamados «13 puntos de Negrín»,en los que proponía (el cese de la lucha armada, la permanencia de la República y la apertura de un proceso de elecciones democrática), una oferta para poner fin a la guerra. ¡Pero naturalmente su propuesta de paz fue rechazada por Franco!. El inicio de la guerra mundial no llegaba y la situación en España era desesperada en 1938, Negrín ofreció un nuevo pacto de tres puntos (salida de ejércitos extranjeros, no represalias y régimen democrático), Franco tampoco aceptó, solo exigía rendición sin condiciones.

La sucesión de derrotas de la República (pérdida de Cataluña) y la Conferencia de Munich que alejaba la posibilidad de la Guerra Mundial, llevaron a buena parte de los republicanos a buscar una paz negociada con Franco. Ello llevó al Golpe de Estado del Coronel Casado que derribó al Gobierno Negrín.

Negrín, se marchó a Francia donde siguió presidiendo el gobierno republicano en el exilio hasta 1945. El gobierno se trasladó a México y se mantuvo en el exilio hasta 1977.

b) Evolución política de la España Nacional

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Los grupos políticos que habían apoyado al ejército rebelde no tenían ningún proyecto común y dejaron que fuese el ejército el que llevase el peso político etc. además del militar.

Los militares sublevados crearon en Burgos una Junta de Defensa Nacional presidida por el general más antiguo (Miguel Cabanellas) e integrada por Mola, Franco, Queipo de Llano etc.. Tenía que gobernar el territorio ganado, no tenía atribuciones militares. Al morir José Sanjurjo considerado el líder de la sublevación se hizo necesario elegir a un jefe supremo. El 30 de septiembre de 1936 Francisco Franco que había pactado con Hitler y Mussolini, había liberado el alcázar de Toledo etc. fue elegido como Generalísimo de los Ejércitos Españoles y Jefe del Gobierno del Estado español. El cuartel general se trasladó a Salamanca y la Junta de Defensa desapareció siendo sustituida por una Junta Técnica de Estado con sede en Valladolid y Burgos y en la que había civiles.

En la zona sublevada se suprimió la Constitución, los partidos políticos, sindicatos y se paralizaron todas las reformas de la República, además, se procedió a una fuerte represión de los fieles a la República.

Al principio, sólo actuaban como partidos, Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera (fusilado en Alicante en noviembre de 1936), Comunión Tradicionalista y la CEDA. Más tarde, se optó por crear un partido único dirigido por un “jefe” único con plenos poderes, siguiendo el modelo italiano y alemán. En abril de 1937 por el decreto de unificación, Franco creó el partido Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con Franco como Jefe del Partido. Se le dotó de uniforme y saludo al estilo fascista. Los que se resistieron a la unificación fueron encerrados o desterrados (Fal Conde –carlista- y Manuel Hedilla -jefe de Falange-).

En enero de 1938, se da el primer paso importante para la configuración definitiva del "Nuevo Estado" con la formación del primer gobierno de Franco, tenía ministros militares y civiles. A franco se le pasó a llamar “Caudillo de España”.

Antes de acabar la guerra, se aprobó el Fuero del Trabajo, que organizaba los sindicatos de modo vertical con empresarios y trabajadores juntos (por ramas de producción) y prohibía las huelgas.

Otras leyes controlaban la libertad de imprenta y prensa, se prohibía el divorcio y el matrimonio civil, se estableció el culto religioso en la enseñanza y en el ejército, el mantenimiento del clero,… y en febrero de 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, facultando al ejército y a la Falange, para juzgar y aplicar penas a personas no adictas al régimen (republicanos, de izquierdas,..)

6. L AS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

- Consecuencias demográficas

La guerra supuso una verdadera sangría demográfica, difícil de evaluar con exactitud, el número de víctimas varía ostensiblemente según las fuentes. Según varios autores en la Guerra murieron más de 400.000 republicanos y más de 200.000 sublevados, víctimas tanto de los combates como de las acciones de represión, así como de las penalidades derivadas de la guerra.

La represión durante la guerra fue brutal por ambos bandos. Se trata del llamado «terror rojo» y «terror blanco» Las técnicas más utilizadas eran los «paseos» (los detenidos eran llevadas fuera de la ciudad y ejecutados) o la represión en las checas (cárceles

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clandestinas). Las milicias republicanas acabaron con la vida de 50.000 «nacionales», destacando la matanza de más de 7.000 frailes y curas y los incendios indiscriminados de Iglesias. Ello sirvió de justificación al Clero para apoyar al bando franquista. Además asesinaron a patronos, militares y políticos derechistas como Melquíades Álvarez, Ledesma Ramos y Ruiz de Alda. Los sublevados acabaron con la vida de casi 80.000 detenidos, sobre todo políticos, profesores de universidad y maestros tildados de izquierdismo. Entre ellos destacan las muertes del poeta García Lorca, Lluis Companys, presidente de la Generalitat o el anarquista Joan Peiró.

A todo esto hay que añadir los 400.000 españoles heridos en las operaciones militares y los 300.000 prisioneros que una vez acabada la guerra, ingresaron en las cárceles franquistas o en campos de trabajo forzado.

También, dentro de la represión de la posguerra hay que mencionar El “maquis”, ese conjunto de movimientos guerrilleros antifascista de resistencia en España que comenzó durante la Guerra Civil y que no aceptaron la rendición formal y continuaron combatiendo. A partir de 1947 se intensificó la represión franquista, que poco a poco fue terminando con las partidas o grupos. Muchos de sus integrantes murieron o fueron detenidos (lo que en muchos casos supuso igualmente la muerte), otros escaparon a Francia o Marruecos.

Por otro lado, más de medio millón de personas partió para el exilio. Decenas de miles de españoles exiliados se concentraron en campos de internamiento en el sur de Francia, más tarde se dispersaron por países europeos, por el norte de África y sobre todo en Latinoamérica; México fue la nación que acogió mayor número de personas y su capital se convirtió en la sede política de la República en el exilio. Pero tras la caída de Francia en manos de los alemanes -durante la 2ª Guerra Mundial-, muchos fueron devueltos a España donde sufrieron cárcel o fueron ejecutados. Se marcharon bastantes de los mejores intelectuales y científicos del país, con lo que el panorama cultural quedó muy empobrecido.

- Consecuencias sociales

El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera.

Todo el drama humano de la guerra marcó moralmente a la sociedad española de la posguerra y dificultó considerablemente la reconciliación entre los vencedores y los vencidos. Desde el punto de vista militar, la Guerra Civil finalizó el 1 de abril de 1939, pero la paz no terminó de llegar. Durante casi cuarenta años, la paz fue la aplicación de lo que los franquistas estimaban que era su victoria. La Guerra Civil continuó estando muy presente en la memoria colectiva de los españoles, especialmente porque para el régimen franquista era la fuente de su legitimidad. En este sentido, la aprobación de la Constitución democrática de 1978 cerró el capítulo de la Guerra Civil, aunque en los últimos años se está desarrollando un movimiento por la recuperación de la “memoria histórica” que busca el reconocimiento de todos aquellos represaliados durante el franquismo.

- Consecuencias económicas En el terreno económico, la Guerra Civil tuvo efectos desastrosos: endeudamiento del

estado por los gastos de la guerra, pérdida de las reservas de oro del Banco de España, la disminución de la población activa, la destrucción de infraestructuras viarias y fabriles, así como de viviendas -todo lo cual provocó una disminución de la producción- y la caída del

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nivel de renta. La mayoría de la población española hubo de sufrir a lo largo de las décadas de 1940 y 1950 los efectos del racionamiento y la privación de bienes de consumo.

- Consecuencias políticas

Fue el final de la más importante experiencia modernizadora y democratizadora que había tenido la España contemporánea y el inicio de un larguísimo período de represión, de falta de libertad política y la supresión de derechos fundamentales de las personas.

En el ámbito internacional, España inició veinte años de aislamiento político, con excepción del reconocimiento que obtuvo de algunos estados, como el Vaticano y Argentina. Quedó fuera del fuerte impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945. España llegaba a la mitad del siglo XX sin haber solucionado sus problemas de convivencia política y sin conseguir la participación de todos sin exclusión.

CONCLUSIÓN

Como las guerras carlistas en el siglo XIX, la Guerra Civil fue el episodio más traumático que vivió la sociedad española durante el siglo XX. Durante tres años, conciudadanos, e incluso miembros de una misma familia, luchaban entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó, resultando inevitable el deseo de aniquilación del contrario. Los que vencieron excluyeron y persiguieron a quienes no se habían sumado de manera entusiasta a su bando. El dolor de la mayoría y el rencor de muchos era el denominador común de la España de los años posteriores a la contienda.

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