Tema 4. La Guerra Civil y Sus Implicaciones Internacionales

7/25/2019 Tema 4. La Guerra Civil y Sus Implicaciones Internacionales

1/24

TEMA 4. LA GUERRA CIVIL Y SUS IMPLICACIONES INTERNACIONALES

La historia de Espaa del siglo XX tiene dos episodios cruciales: 1a Guerra Civily la

transicin a la e!"cracia. La primera condujo al establecimiento de un r#$i!en

ictat"rialque se prolong durante cuatro dcadas e intent acallar para siempre a

todos aquellos que no compartan su proyecto conserador y autoritario! rompiendo as

con toda la tradicin liberal iniciada en 1"1#. La segunda retom esa traicin li%eral

y logr establecer! por primera e$ en nuestra historia! una e!"cracia esta%le. %or

otra parte! tanto la &uerra 'iil como la transicin democr(tica res&"nier"n a

tenencias $enerales eur"&eas. La &uerra 'iil se enmarca dentro del con)lictio

perodo de 1*1+ a 1*+,! en el que se c"!%atier"n "s $uerras !uniales! se produjo

el naci!ient" el c"!unis!" ' (ascis!"! se esta%lecier"n ictauras c"nserva"ras

en la mayora de los pases del Este y el -ur de Europa y en buena parte del continente

se vivi un cli!a e en(renta!ient"! m(s o menos agudo. La transicin democr(tica!

en cambio! se enmarca en un perodo en el que! en menos de einte aos! la

e!"cracia se e)teni &"r t"a Eur"&a! primero con la cada de las dictaduras

conseradoras del -ur y luego con la cada del comunismo en el Este. La historia de

Espaa se inscribe pues en la de Europa! no pudindose entender el desarrollo y el

resultado de la &uerra 'iil espaola sin tener en cuanta su dimensin internacional.

*. EL CONTE+TO INTERNACIONAL

En el siglo XX se han producido en Europa cinc" $ranes c"n(lict"s civiles: la$uerra

civil (inlanesa 1*1"/! la rusa 1*1"01*#/! la es&a,"la 1*2301*2*/! la $rie$a

1*+301*+"/ y el conjunto de guerras ocasionadas por la ru&tura e Yu$"slavia1**1

4 1**,/. 5res de ellas )ueron! en parte! resultado de un c"n(lict" e)tern": la )inlandesay la rusa de la %rimera &uerra 6undial y la griega de la -egunda. 7 casi todas

respondieron a la aspiracin o al temor a una rev"lucin s"cial. 8no de los bandos en la

guerra )ue c"!unistatanto en 9usia! donde result encedor! como en inlandia y en

&recia! donde )ue encido! mientras que en Espaa el golpe militar se present como un

al$amiento contrarreolucionario preentio. -olo en el caso de 7ugoslaia la guerra

surgi de un en)rentamiento ideolgico distinto! de tipo naci"nalista.

La guerra ciil no es un )enmeno )recuente! en parte porque el monopolio del poder

1


2/24

militar de que dispone el Estado hace di)cil que surja una )uer$a capa$ de a)rontarle en

el campo de batalla. ;e ah que el e%ilita!ient" el Esta" sea habitualmente un

)actor preio al estallido de una guerra ciil. En el caso espaol! se debilitamiento ino

del )racaso a medias de una contrarreolucin militar preentia. El $"l&e e -uli" e

*/0 (racas en casi la !ita e las &r"vincias! en parte porque el $"%iern" l"$r

c"nservar al$un"s res"rtes el &"er y en parte por la accin e l"s !ilitantes

rev"luci"nari"s ! que muy pronto se conirtieron en el poder e)ectio en muchos

lugares. En estas condiciones! surgieron dos Estados nueos! uno como resultado de la

rebelin y otro que representaba la di)cil readaptacin del Estado republicano al

proceso reolucionario que se inici en aquellos lugares en que )racas el golpe militar.

El contenido ideolgico de la &uerra 'iil espaola le dio una $ran res"nancia

internaci"nal. Los re%eles que en Espaa se haban al$ado en armas contra la

democracia republicana obtuieron casi inmediatamente el apoyo de 1itler y

Muss"lini! mientras que la resistencia re&u%licana)ue admirada por las i$quierdas de

todos los pases! que ieron en ella el primer caso de resistencia popular al )ascismo! por

lo que en pocos meses la Unin S"vi#ticaacudi a su e$ en apoyo de la 9ep


3/24

rancia! en iolacin del tratado de Bersalles. La situacin era particularmente grae

para rancia! que se ea directamente amena$ada por Clemania! mientras que &ran

?retaa! protegida por su insularidad! centraba su es)uer$o en las )uer$as naales y

areas! necesarias para la de)ensa de su inmenso imperio! y apenas contaba con tropas

de tierra que pudieran desplegarse en apoyo de rancia.

-talin comen$ a tomarse en serio la amena$a na$i en 1*2,! lo que le inclin a buscar

un entendimiento con %ars y Londres! y ello condujo tambin a un cambio de

orientacin en la Dnternacional 'omunista! que a partir de entonces empe$ a proponer

la ("r!acin e (rentes &"&ulares anti(ascistas. Cs es que! cuando en julio de 1*23

estall la guerra en Espaa! R"!a ' 2erlnestaban en una (ase e)&ansi"nista! M"sc:

te!a verse aisla" )rente a un eentual ataque de la Ale!ania na7i! el gobierno

conserador de L"nres se inclinaba al a&aci$ua!ient" y era marcadamente

antic"!unista! y en Parsel socialista Len ?lum! que presida un gobierno de rente

%opular! tena como principio b(sico de su poltica eterior evitar una $uerra eur"&ea.

;. EL GOLPE MILITAR

Dniciado en 6elilla el *< e -uli" e */0! el al$amiento triun) r(pidamente en el

protectorado de 6arruecos y se etendi a la mayor parte del territorio espaol en los

das 1" y 1*. 'asi todas las guarniciones militares de alguna importancia se sumaron al

al$amiento y en muchos lugares la resistencia! protagoni$ada por las autoridades

republicanas! algunos militares y guardias y militantes de i$quierdas apenas armados!

)ue aplastada en pocos das! con lo que muy pronto Galicia! Castilla ' Len! C8ceres!

=lava! Navarra y $ran &arte e Ara$n )ormaron un nLa Manc?a! la c"sta

!eiterr8neay la c"rnisa cant8%rica.

2


4/24

Cl )rente de la subleacin deba haberse puesto el $eneral San-ur-"! pero ste muri

el #1 de julio! en un accidente de aiacin! cuando se dispona a regresar a Espaa desde

su eilio portugus. 5ras ello se )orm una @unta e e(ensa Naci"nal! de la que )ue

nombrado presidente el general Mi$uel Ca%anellas! el de m(s rango entre los

insurrectos! pero que tena como miembro m(s destacado al $eneral M"la! el principal

art)ice de la conspiracin que prepar el golpe.

Casares Buir"$adimiti como je)e del gobierno el mismo 1" de julio y )ue sustituido

por @"s# Giral! quien )orm un nueo gobierno! eclusiamente republicano! porque

Largo 'aballero se opuso a la participacin socialista. El nueo gobierno opt por

proporcionar armas a los militantes de los partidos y sindicatos de i$quierdas! como

eigan las organi$aciones obreras! cuyos militantes se haban incorporado muy pronto a

la lucha contra los insurrectos. En consecuencia el nueo gobierno se encontr con que!

en la mayora de los lugares donde )racas el al$amiento! el control e)ectio pas a las

!ilicias ar!aas e las "r$ani7aci"nes rev"luci"narias.

El desarrollo inicial de la &uerra 'iil estuo condicionado por la escassi!a "tacin

e ar!as ' !unici"nes e 9ue is&"na el e-#rcit" es&a,"l ! por la ausencia e

(uer7as e c?"9ue e(ectivas! ecepto las del ejrcito de F)rica! y por la virtual

esa&aricin el e-#rcit" en el territ"ri" leal a la Re&:%lica! donde )ue sustituido por

improisadas !ilicias rev"luci"narias. El !anteni!ient" e l"s cuar"s y de la

isci&linadaba entaja a las unidades subleadas! porque las milicias republicanas eran

incapaces de operar adecuadamente en campo abierto! aunque seG de)endan bien en las

ciudades o en los puertos de montaa. El e-#rcit" e =(ricaconstitua la gran ba$a de

los insurrectos! pues contaba con !e-"r ar!a!ent" y sobre todo con s"la"s

&r"(esi"nales! bien entrenados y con una el eada moral de combate. -us e)ectiostotales eran de unos +. hombres! la cuarta parte de todo el ejrcito espaol! e

incluan a tropas marroques! mandadas por o)iciales espaoles! y a la Legin.

La superioridad naal de las )uer$as republicanas retras sin embargo su traslado a la

%ennsula. El al7a!ient" ?a%a triun(a" en "s e las tres &rinci&ales %ases

navales! las de El 3err"ly San 3e!an"! quedando slo bajo control republicano la

de Carta$ena! pero ?a%a (racasa" en la !a'"r &arte e l"s %u9ues! por lo que enlos primeros meses de la guerra apenas contaban con e)ectios naales. C su e$ los

+


5/24

republicanos se en)rentaban a un grae problema: la carencia e !an"s &ara iri$ir

sus %u9ues. La gran mayora de los o)iciales de la Crmada simpati$aban con el

al$amiento y bastantes de ellos )ueron detenidos y ejecutados o asesinados. En la

pr(ctica los buques quedaron controlados por c"!it#s e !ariner"s! lo que tuo un

e)ecto muy negatio en la unidad de mando y en la coordinacin de las operaciones.

5ras el al$amiento de las primeras guarniciones! el gobierno &iral haba decretado el

licenciamiento de los soldados cuyos mandos se haban subleado! decreto que no tuo

obiamente e)ecto donde el al$amiento triun)! pero en cambio represent un paso

decisio para la disolucin e)ectia del ejrcito en el territorio leal! impulsada por el

espritu reolucionario del momento. ;urante los combates del erano de 1*23! la

9ep


6/24

ranco. El 1 de octubre! sus camaradas de armas le inistieron como-e(e el Esta".

/. EL GO2IERNO E LARGO CA2ALLERO

El al$amiento militar! al debilitar al Estado republicano! $ener una situacin

rev"luci"naria en aquellos lugares en que )racas! en muchos de los cuales las

instituciones republicanas quedaron suplantadas por el poder e)ectio de las

organi$aciones obreras. Istas se hicieron con los ayuntamientos! colectii$aron tierras y

)(bricas! crearon milicias para combatir en el )rente! suprimieron el culto catlico!

ejercieron la represin en la retaguardia y establecieron incluso sus propias c(rceles! que

con un trmino tomado de la reolucin rusa )ueron denominadas popularmente

=c?ecas>. Ao dieron! sin embargo! el paso decisio de establecer un $"%iern"

rev"luci"nari". Ello se debi al deseo de n" r"!&er c"n la clase !eia re&u%licana

cuando se haca )rente a un enemigo com


7/24

republicana! se )orm un C"!it# E-ecutiv" P"&ularen el que estaban representadas

todas las )uer$as anti)ascistas. En Asturiassubsistieron durante meses "s centr"s e

&"er! uno en la cuenca !inera! dominado por los s"cialistas! y otro en Gi-n!

dominado por los anarc"sinicalistas! hasta que en diciembre se constituy el C"nse-"

e Asturias ' Len! con participacin de todas las )uer$as anti)ascistas. 5oda la

industria asturiana )ue colectii$ada por los sindicatos y el comercio )ue sometido a un

control obrero completo. Dncluso en 6adrid! donde permaneca el gobierno de la nacin!

las organi$aciones obreras impusieron en la pr(ctica su ley.

Los cambios reolucionarios )ueron en cambio limitados en Vi7ca'a y Gui&:7c"a!

debido a la in)luencia del PNV! que a pesar de su tendencia conseradora y catlica! se

mantuo leal a la 9ep


8/24

Estado! pareca imponer! )rente a la amena$a del ejrcito subleado! la c"la%"racin

c"n "tras (uer7asque! por el contrario! &retenan re("r7ar el Esta". Cs es qu! el +

de noiembre! siguiendo el precedente establecido en 'atalua! la 'A5 se incorpor al

gobierno de Largo 'aballero! con cuatro ministros! entre ellos ederica 6ontseny! la

primera mujer que )orm parte de un gobierno espaol.

La poltica de Largo 'aballero! que junto a la presidencia ocup la cartera de &uerra!

tuo tres objetios )undamentales: resta%lecer la aut"ria el $"%iern" central

(rente a l"s &"eres l"calesque haban proli)erado en todas partes! crear un nuev"

e-#rcit" en el que se integraran las dispersas milicias y l"$rar una a'ua !ilitar

e)teri"r. Esta ayuda slo lleg de la Unin S"vi#ticay ello contribuy a la creciente

in)luencia del PCE! que se haba conertido en un )irme partidario de concentrar todos

los es)uer$os en la guerra! aunque ello supusiera )renar temporalmente el aance de la

propia reolucin. Esto implicaba crear un ejrcito disciplinado! someter a una

direccin coordinada a los comits sindicales que controlaban la produccin! a)ian$ar la

alian$a con las clases medias y dar la imagen! en el interior y en el eterior! de que la

9ep


9/24

El al$amiento cont sin embargo! desde los primeros momentos! con un importante

res&al" civil! pues lo apoy la mayor parte de la poblacin que se consideraba de

derechas. La en)ebrecida atms)era de combate )aoreci a las )uer$as m(s etremistas!

por lo que la CEA! que haba sido la principal organi$acin de la derecha espaola y

se sum mayoritariamente al al$amiento! qued reducida a una posicin marginal. Los

!"n8r9uic"s al("nsin"sde etrema derecha! que haban perdido a su principal lder!

Calv" S"tel"! nunca haban tenido un gran apoyo popular y tampoco lo consiguieron

ahora! aunque sus tesis polticas! muy aceptables para los generales insurrectos! les

daban cierta in)luencia. %ero el momento era sobre todo propicio a los traici"nalistas

y a los (alan$istas! a cuyas milicias acudieron en gran n


10/24

;e acuerdo con dicho modelo! un Estado autoritario deba contar con un &arti" :nic"

y desde el punto de ista de ranco ese partido deba estar enteramente a sus rdenes.

La muerte de Hos Cntonio %rimo de 9iera! la ineistencia de ning

En ener" e */Dranco complet el andamiaje b(sico de su rgimen con la )ormacin

de su &ri!er $"%iern"! en el que estuieron representados los istint"s sect"res e la

erec?a! el $eneral 3rancisc" G!e7 @"ranaasumi la icepresidencia y el ministro

m(s in)luyente )ue Serran" Su,er. La de)inicin institucional del nueo Estado qued

apla$ada. ;e momento la guerra! la represin! la depuracin de los )uncionarios

ideolgicamente sospechosos y la anulacin de la legislacin republicana )ueron lastareas principales. ueron prohibidos los partidos y sindicatos independientes! se aboli

1


11/24

la autonoma regional y la prensa )ue sometida a un estrechsimo control

gubernamental.

. LA INTERVENCIFN E+TRAN@ERA Y LAS 2ATALLAS POR MARI

Intervencin ' n" intervencin

Los orgenes de la &uerra 'iil espaola )ueron estrictamente es&a,"les. -in embargo

apenas haban transcurrido die$ das del inicio del con)licto cuando l"s insurrect"s

c"!en7ar"n a reci%ir a'ua !ilitar ale!ana e italiana . En cambio! el $"%iern"

re&u%lican"! aunque go$aba de pleno reconocimiento internacionalG tr"&e7

in!eiata!ente c"n $ranes i(icultaes &ara a9uirir ar!as en "tr"s &ases!

incluso en la misma rancia! que tena un gobierno de rente %opular presidido por el

socialista Lon ?lum. Iste decidi prohibir el suministro de armas a Espaa! por dos

motios! porque no deseaba perjudicar su entendimiento con &ran ?retaa! cuyo

gobierno conserador era contrario a un apoyo )rancs a la i$quierda espaola! y porque

dicho apoyo habra eacerbado la tensin interna en la propia rancia! donde la prensa

de derechas public desde el primer momento datos estremecedores sobre la reolucin

que estaba teniendo en la Espaa republicana y las atrocidades que la acompaaban.

%or el contrario los dictadores de Italiay Ale!aniarespondieron con gran rapide$ a las

peticiones de ayuda de los insurrectos. C )ines de julio empe$aron a llegar al

protectorado espaol de 6arruecos avi"nes ale!anes e. italian"s! que jugaron un

importante papel en la crucial "&eracin el &as" el Estrec?" por el ejrcito de

F)rica. En cuanto a los motios por los que @itler y 6ussolini interinieron en Espaa!

debe recordarse que ambos tenan una )uerte tendencia a aproechar las oportunidadesde epansin eterior que se les presentaran y que el car(cter totalitario de sus

respectios regmenes les permita dejarse guiar por sus impulsos sin tener que dar

cuenta al parlamento ni a la opinin p


12/24

pequea! no haba motios para suponer que )uera a proocar una gran reaccin por

parte de rancia o! a


13/24

una operacin que se mantuo en el m(s absoluto secreto: el e&sit" en M"sc: e las

reservas e "r" el 2anc" e Es&a,a.

C la ayuda soitica se sum la del c"!unis!" internaci"nal! a tras sobre todo de

las 2ri$aas Internaci"nales. Dntegradas por oluntarios de distintas nacionalidades!

cuyo reclutamiento )ue discretamente organi$ado por la Internaci"nal C"!unista. 5ras

un r(pido entrenamiento! la primera de las ?rigadas lleg a 6adrid a comien$os de

noiembre! a tiempo para participar en la decisia batalla en la que el ejrcito

republicano logr )renar la acometida de ranco. En los primeros meses de 1*2J! sus

e)ectios llegaron a ser de #,. hombres! que durante las sucesias batallas que se

combatieron en torno a 6adrid y especialmente en la %atalla el @ara!ade )ebrero de

1*2J! )ueron empleados en los puntos m(s crticos del )rente y aguantaron )uertes

ataques enemigos! al precio de cuantiosas bajas. Luego la llegada de oluntarios se

redujo mucho y el papel de los etranjeros en el Ejrcito %opular de la 9ep


14/24

resistencia hubiera quedado reducida a n


15/24

que se conquistaba una nuea proincia. 6adrid! que haba demostrado ser un objetio

di)cil! dej de ser el centro de las operaciones! que se trasladaron a otros )rentes. En

)ebrero la r(pida conquista de 6(laga demostr que la resistencia republicana no era en

todas partes tan slida! pues all las milicias apenas haban adquirido disciplina y

coordinacin! no haban recibido armamento nueo y no tuieron apoyo areo ni naal.

-i renunciaba de momento a 6adrid! la opcin obia para ranco era atacar en el (rente

n"rte! donde el territorio republicano se reduca a una estrecha )ranja costera! que no

poda recibir re)uer$os por tierra y a la que no era di)cil someter a bloqueo por mar! ya

que la )lota republicana concentraba todos sus es)uer$os en la proteccin de los

mercantes que transportaban los cruciales suministros soiticos a los puertos

mediterr(neos. La conquista de Bi$caya! -antander y Csturias proporcionara a los

rebeldes i!&"rtantes recurs"s inustriales ' !iner"s y una &"%lacin nu!er"sa

9ue &er!itira incre!entar el recluta!ient" e s"la"s. C )ines de mar$o se inici

la o)ensia contra Bi$caya! en la que jugaron un papel muy destacado las ya

militari$adas brigadas de los re9uet#s! es decir los oluntarios carlistas! de Aaarra.

En la:perspectia de una guerra larga! ranco contaba con buenas ba$as. El su!inistr"

e !aterial esta%a ase$ura" &"r Ale!ania e Italia! que lo proporcionaban a crdito.

El !anteni!ient" e la estructura traici"nal el e-#rcit" )acilitaba el

encuadramiento de los reclutas llamados a )ilas y de los numerosos oluntarios

marroques que a)luan a las unidades del ejrcito de F)rica. N" (alta%an %uen"s

!an"s! )orjados en las campaas de 6arruecos. 7 numerosos jenes de clase media

)ueron r(pidamente entrenados para conertirse en e)icaces o)iciales de rango in)erior:

l"s al(#reces &r"visi"nales. %ara la 9ep


16/24

tras un juicio! aunque a menudo ste )uera muy poco con)orme a derecho! pues en la

$ona en que haba triun)ado el al$amiento los consejos: de guerra castigaban como

rebelin militar la resistencia al al$amiento! mientras que en la $ona gubernamental se

instituyeron unos tribunales populares que no estaban preistos en el ordenamiento

legal. %ero lo m(s )recuente! sobre todo en los primeros meses! )ue el asesinat" &ur" '

si!&le! cometido por grupos armados irregulares! inculados a una u otra organi$acin!

es decir anarcosindicalistas! comunistas o socialistas en un bando! )alangistas o

miembros de otros grupos derechistas en el otro. 8na )rmula habitual! que se

denomin popularmente =&ase">! era detener a una persona en plena noche! hacerla

subir a un coche y llearla! qui$( tras un sumario interrogatorio! a un lugar solitario en

el que era asesinada y se abandonaba su cad(er. 5ambin se practic la = saca>! es decir

que las ctimas eran sacadas de la c(rcel para ser ejecutadas ilegalmente.

%uesto que no eran capaces de controlar la situacin en el territorio que gobernaban! ni

el je)e de gobierno! &iral! ni el presidente de la 9ep! eran !ilitantes e las

"r$ani7aci"nes e i79uiera. En 6adrid! por ejemplo! eistan =c?ecas> dirigidas por

militantes de la 'A5! el %'E y el %-ME. -in embargo! al$unas aut"riaes

re&u%licanas! como el catal(n C"!&an'sy algunos de sus colaboradores en 'atalua!

o el cenetista Melc?"r R"r$ue7! desde que )ue nombrado responsable de las

prisiones en 6adrid a )inales de 1*23! se es("r7ar"n en &"ner c"t" a l"s asesinat"s.

En el bando rebelde! en cambio! l"s -e(es !ilitares el al7a!ient"! como 6ola!

Nueipo de Llano o ranco! puesto que disponan de todos los resortes del mando!

tuvier"n una res&"nsa%ilia &ers"nal en cuant" "curra. 6ola dio desde el primer

momento instrucciones de utili$ar el terror para aplastar cualquier eleidad deresistencia y Nueipo se anaglori de las atrocidades cometidas en sus notorios

discursos por radio.

Cunque los meses peores )ueron los primeros! l"s asesinat"s ' las e-ecuci"nes

in-usti(icaas se &r"l"n$ar"n ?asta el (inal e la $uerra! sobre todo en el caso de los

encedores! que )ueron etendiendo su cruenta accin represia a medida que

conquistaban nueas proincias y que incluso ejecutaron a einticinco mil personas!como mnimo! en los primeros aos de la posguerra. El n


17/24

asesinadas o ejecutadas es di)cil de ealuar! pero es probable que la represin

republicana causara en torno a cincuenta mil ctimas mortales y la represin nacional

al menos ciento treinta mil. ;e acuerdo con los resultados de diersos estudios! la

represin i$quierdista caus m(s de quince mil muertes en la regin central! es decir

Mariy Castilla>la Manc?a! m(s de ocho mil en Catalu,ay m(s de ocho mil en

Analuca. Las ctimas de la represin derechista )ueron sobre todo numerosas en las

proincias conquistadas por los rebeldes en las primeras semanas de la guerra! con

cuarenta y siete mil ctimas en Cndaluca y die$ mil en Etremadura! pero hubo

tambin un alto n


18/24

conspiracin mundial/! as como a a9uell"s !ilitares 9ue n" se ?a%an su!a" al

al7a!ient". %or su parte! los militantes de i$quierdas no asesinaron solo a los

implicados en el al$amiento! entre ellos numerosos militares! sino tambin a &atr"n"s

!ilitantes e erec?asy eclesi8stic"s! para construir as una sociedad sin propiedad

priada y sin iglesia. La persecucin religiosa! enrai$ada en el pro)undo anticlericalismo

de las i$quierdas espaolas! se tradujo en que los eclesi(sticos )ueran el sector social

que m(s empeo se puso en eterminar. Cl tiempo que se prohiba de hecho el culto

catlico! ecepto en las proincias ascas! y eran destruidas numerosas iglesias y

conentos! )ueron asesinados al menos 12 obispos! +.1"+ sacerdotes seculares! #.23,

religiosos y #"2 religiosas! casi todos ellos en 1*23. En las comarcas de 'atalua y

Cragn controladas por las columnas anarcosindicalistas! las ci)ras )ueron aterradoras:

pereci el ""O de los curas de la dicesis de ?arbastro! el 33O de los de Lrida y el

3#O de los de 5ortosa.

El n


19/24

con iolencia el con)licto latente en todo el territorio republicano! que en)rentaba a los

de)ensores de la reolucin obrera inicial con quienes consideraban necesario

restablecer la autoridad del Estado.

En 'atalua tena cierta )uer$a el POUM! un partido comunista disidente al que sus

riales del PSUCdenunciaban como trotsista! algo que de acuerdo con las consignas

de 6osc< equiala a una traicin! por lo que en diciembre de 1*23 )ue ecluido del

gobierno de coalicin de la &eneralitat. La CNTsegua teniendo una gran in)luencia!

pero se ea amena$ada por el crecimiento del %-8' y su bra$o sindical! la UGT. %or

otra parte! el je)e del gobierno catal(n! @"se& Tarraellas! de Es9uerra Re&u%licana!

trataba de recuperar para el Estado el control del orden p


20/24

Le sucedi en la presidencia del gobierno @uan Ne$rn! un socialista a)n a %rieto!

mientras que ste asumi la crucial cartera de ;e)ensa. ;el nueo gobierno quedaron

)uera la 8&5 y la 'A5. Aegrn coincida con los comunistas en que era preciso

restablecer plenamente la autoridad del Estado! en que haba que sacri)icar a este

objetio y al logr de una imagen moderada ante la opinin internacional algunas de las

reali$aciones reolucionarias de 1*23! y en que era indispensable el entendimiento con

la 8nin -oitica!


21/24

resistencia a ultran$a. ;esde )ines de 1*2"! sin embargo! la


22/24

republicanos del Aorte.

-in embargo! el gobierno de la 9ep


23/24

ranco )renar muy pronto el aance de los republicanos! que slo se prolong una

decena de ilmetros. 5ras ello comen$ una prolongada y dursima batalla de desgaste.

En el Ebro se hallaban las !e-"res uniaes el e-#rcit" re&u%lican"y ranco emple

su superioridad en artillera y aiacin para debilitarlas al m(imo! aproechando que el

aislamiento de 'atalua respecto al resto del territorio republicano! y el cese de los

suministros soiticos a la 9epsur!


24/24

El e !ar7" el coronel 'asado se suble en 6adrid! negando legitimidad al

gobierno de Aegrn! al que acus de estar al sericio de los comunistas. En 6adrid se

constituy entonces un C"nse-" e e(ensa! en el que junto a 'asado se integraron

dirigentes s"cialistas! entre ellos @uli8n 2esteir"! re&u%lican"sy anarc"sinicalistas.

La mayora de los je)es militares republicanos se mostraron )aorables a este 'onsejo y

Aegrn! que diriga la guerra desde Ela! en la proincia de Clicante! renunci a la

lucha. -ali de Espaa en ain! junto a arios dirigentes comunistas. En la con)usin

reinante algunos mandos militares comunistas optaron por oponerse por la )uer$a a la

subleacin de 'asado! dando lugar a combates! sobre todo en 6adrid! siendo encidos.

'asado y sus colaboradores iniciaron negociaciones con ranco! pero pronto

comprobaron qu ste se mantena in)leible. Ao rest a los dirigentes republicanos m(s

salida que la r(pida marcha hacia los &uert"s e Levante! en los que algunos de ellos

lograron embarcarse! mientras que ranco lan$aba su

Documents

Tema 4. La Guerra Civil y Sus Implicaciones Internacionales