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Mil empresas viven en España del negocio legal de la marihuana Las pymes vinculadas al autocultivo de cannabis facturan 50 millones al año ANTONIO BAQUERO BARCELONA N o parece que hablen de una planta. Por el modo cariñoso en que se refie- ren a ella, da la impresión de que la conversación versa sobre un ser querido que precisa constan- tes cuidados. «Fíjate, parece que tie- ne hongos»; «esperemos unos días a ver qué pasa»; «obsérvala bien y, si ves que no mejora, dime algo». Ese ser querido del que hablan Oriol Elies y sus clientes son, en realidad, plan- tas de marihuana. Elies es el propie- tario de Autocultiu Grassia, uno de las muchas grow shops que en los últi- mos años han florecido en Catalun- ya (hay más de 40) y donde se venden semillas, fertilizantes, abonos y to- da la gama de dispositivos diseña- dos para favorecer el crecimiento de la planta de marihuana. Los clientes son personas que han decidido cul- tivar cannabis por sí mismos, en sus balcones o en habitaciones interio- res, para después consumir la flor. Ambos, vendedor y cliente, ali- mentan el negocio de comercios y empresas que se dedican a suminis- trar productos para el autocultivo de marihuana. Una actividad eco- nómica que, pese a estar vinculada a una droga ilegal, está en pleno creci- miento incluso pese a la crisis, pues cada vez son más los particulares que deciden cultivar por su cuenta. Según cálculos de Spannabis, la en- tidad que organiza las tres ferias del cannabis que se celebran en España, hay un millar de empresas españo- las vinculadas al negocio del auto- cultivo de marihuana y el sector fac- tura al año 50 millones de euros. ABONOS ESPECÍFICOS / El abanico de empresas es variado: la mitad son tiendas (grow shops), y el resto, distri- buidoras y bancos de simientes, fa- bricantes de fertilizantes, humidifi- cadores, lámparas, armarios, pipas o papel de fumar. «Es un sector en alza formado sobre todo por pymes que incluso ha crecido con la crisis, pues personas que se han quedado en el paro han montado grow shops», explica Raúl del Pino, portavoz de Spannabis, que añade: «Hay empre- sas de abonos que ya hacen produc- tos específicos para la marihuana». AUGE DE LA ACTIVIDAD COMERCIAL EN TORNO A UNA SUSTANCIA ILEGAL El auge de este sector es palpable en las ferias. Este año, a las de Bar- celona y Madrid se ha sumado la de Málaga. «En la última feria en Barce- lona tuvimos 20.000 visitantes», co- menta Del Pino, que destaca: «Tene- mos lista de espera de empresas que quieren estar en la feria». La actividad comercial no escapa al hecho de que, al orbitar en torno a una droga ilegal, las empresas rozan siempre la línea roja. Así, abundan las argucias para no ser acusados de cometer un delito. Aunque todo el mundo sabe que son para cultivar, los paquetes de semillas siempre in- cluyen la leyenda de que es «un pro- ducto para coleccionistas» o que el distribuidor «no se hace responsa- ble» de su uso posterior. «LABORATORIO DE EXPERIENCIAS» / En otros casos, como el de la distribui- dora de semillas Medicalseeds, el le- ma de la actividad es el uso terapéu- tico. «No somos médicos. Somos un laboratorio de experiencias. Según qué dolencias tiene una persona, le recomendamos una variedad u otra de semilla y luego analizamos qué tal le ha ido», comenta Jak de Sostoa, responsable de la compañía. Como constata Oriol Elias en su grow shop, los perfiles de clientes son muy variados. «Las edades van de los 18 a los 67 años. Tengo desde cha- vales que cultivan por una cuestión lúdica hasta profesores universita- rios a los que este producto les rela- ja. Además, aquí compran personas enfermas por cuestiones terapéuti- cas», explica. Eso sí, reconoce que en este negocio ha irrumpido también «mucho listo». «Hay gente que pre- tende hacer negocio con esto», co- menta, y destaca «la cantidad de ro- bos de plantas de marihuana» que se han producido los últimos meses. Jaime Prats, portavoz de la revis- ta Cáñamo, atribuye el auge del au- tocultivo a que «cada vez hay más gente que no quiere ir a una calle de mala muerte a comprar cannabis a un camello que no sabes lo que te es- tá vendiendo». «La mayoría de gen- te que hace autocultivo son adultos que quieren saber qué fuman y que saben que, para evitar problemas, lo mejor es fumarte lo que tú culti- vas», comenta Prats. Sobre los perjui- Los consumidores crean clubs sociales para evitar incautaciones de la policía cios que acarrea el consumo de ma- rihuana, el portavoz de Cáñamo dice: «Es cierto que para un joven que tie- ne que estudiar no es conveniente. Pero para la gente adulta puede ser una planta amiga». UNA TREINTENA DE ASOCIACIONES / Uno de los indicadores del aumento de los autocultivos es el incremento de los clubes sociales de consumido- res de cannabis. En el 2008, en Espa- ña había dos. Ahora hay más de 30. Se trata de asociaciones que inten- tan amparar a los consumidores me- diante un registro legal y unos esta- tutos respetuosos con la ley para evi- tar incautaciones de la policía. En Catalunya ya hay 13 clubes registra- dos legalmente. El mayor es el Movi- miento Asociativo Cannábico de Au- toconsumo (MACA), que agrupa a 580 miembros. «Estar en un club es una manera de hacer las cosas bien y evitarse pro- blemas. La mitad de nuestros miem- bros son personas aquejadas de do- lencias como fibromialgia, cáncer o fatiga crónica que usan la marihua- na con fines terapéuticos. La otra mi- tad hace un uso lúdico», asegura José Afuera, presidente del MACA. H Abonos y otros productos para el cultivo de cannabis en la tienda Autocultiu Grassia, en BCN, el viernes. Una planta de marihuana en un piso de Barcelona. Los clubs de consumidores tienen estrictos estatutos que prohíben la entrada a menores y a extraños, y que estipulan que el fruto de la marihuana solo puede ser consumido por los socios. Estos pagan una cuota para que unos agricultores les cultiven un número de plantas, no más de 10. 3 Clubs con estrictos estatutos el marco legal Aunque la ley no establece una cifra concreta, la jurisprudencia coloca el límite en 12 plantas. Hasta esa cifra, se considera que la persona que cultiva lo hace para consumo propio, tolerado por la ley. A partir de 13 plantas, las autoridades consideran que el cultivador lo que pretende es vender esa droga, o sea, traficar. 1 Un máximo de 12 plantas en casa La actividad de las grow shop y de las distribuidoras de semillas es posible gracias a que la ley española no prohíbe la venta de simiente. Por eso, en los paquetes siempre consta que las semillas son para coleccionistas. Las tiendas en ningún caso venden la droga, pues eso supondría cometer un delito de tráfico. 2 Prohibida la venta de la droga A raíz del aumento de personas que cultivan cannabis se han multiplicado los robos de plantas, pues los ladrones intentan vender el fruto. El problema es que, al tratarse del cultivo de una droga, la policía denuncia a su vez a las víctimas del robo por un delito contra la salud pública. 4 El problema de denunciar el robo TEMA DEL DOMINGO Páginas 4 a 7 Una droga tolerada DOMINGO 4 10 DE OCTUBRE DEL 2010 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com

TEMA DEL DOMINGO Páginas 4 a 7 Una droga tolerada€¦ · trar productos para el autocultivo de marihuana. Una actividad eco-nómica que, pese a estar vinculada a una droga ilegal,

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Page 1: TEMA DEL DOMINGO Páginas 4 a 7 Una droga tolerada€¦ · trar productos para el autocultivo de marihuana. Una actividad eco-nómica que, pese a estar vinculada a una droga ilegal,

Mil empresas viven en España del negocio legal de la marihuana

Las pymes vinculadas al autocultivo de cannabis facturan 50 millones al año

ANTONIO BAQUEROBARCELONA

No parece que hablen de una planta. Por el modo cariñoso en que se refie-ren a ella, da la impresión

de que la conversación versa sobre un ser querido que precisa constan-tes cuidados. «Fíjate, parece que tie-ne hongos»; «esperemos unos días a ver qué pasa»; «obsérvala bien y, si ves que no mejora, dime algo». Ese ser querido del que hablan Oriol Elies y sus clientes son, en realidad, plan-tas de marihuana. Elies es el propie-tario de Autocultiu Grassia, uno de las muchas grow shops que en los últi-mos años han florecido en Catalun-ya (hay más de 40) y donde se venden semillas, fertilizantes, abonos y to-da la gama de dispositivos diseña-dos para favorecer el crecimiento de la planta de marihuana. Los clientes son personas que han decidido cul-tivar cannabis por sí mismos, en sus balcones o en habitaciones interio-res, para después consumir la flor. Ambos, vendedor y cliente, ali-mentan el negocio de comercios y empresas que se dedican a suminis-trar productos para el autocultivo de marihuana. Una actividad eco-nómica que, pese a estar vinculada a una droga ilegal, está en pleno creci-miento incluso pese a la crisis, pues cada vez son más los particulares que deciden cultivar por su cuenta. Según cálculos de Spannabis, la en-tidad que organiza las tres ferias del cannabis que se celebran en España, hay un millar de empresas españo-las vinculadas al negocio del auto-cultivo de marihuana y el sector fac-tura al año 50 millones de euros.

ABONOS ESPECÍFICOS / El abanico de empresas es variado: la mitad son tiendas (grow shops), y el resto, distri-buidoras y bancos de simientes, fa-bricantes de fertilizantes, humidifi-cadores, lámparas, armarios, pipas o papel de fumar. «Es un sector en alza formado sobre todo por pymes que incluso ha crecido con la crisis, pues personas que se han quedado en el paro han montado grow shops», explica Raúl del Pino, portavoz de Spannabis, que añade: «Hay empre-sas de abonos que ya hacen produc-tos específicos para la marihuana».

AUGE DE LA ACTIVIDAD COMERCIAL EN TORNO A UNA sUsTANCIA ILEGAL

El auge de este sector es palpable en las ferias. Este año, a las de Bar-celona y Madrid se ha sumado la de Málaga. «En la última feria en Barce-lona tuvimos 20.000 visitantes», co-menta Del Pino, que destaca: «Tene-mos lista de espera de empresas que quieren estar en la feria». La actividad comercial no escapa al hecho de que, al orbitar en torno a una droga ilegal, las empresas rozan siempre la línea roja. Así, abundan las argucias para no ser acusados de cometer un delito. Aunque todo el mundo sabe que son para cultivar, los paquetes de semillas siempre in-cluyen la leyenda de que es «un pro-ducto para coleccionistas» o que el distribuidor «no se hace responsa-ble» de su uso posterior.

«LABORATORIO DE EXPERIENCIAS» / En otros casos, como el de la distribui-dora de semillas Medicalseeds, el le-ma de la actividad es el uso terapéu-tico. «No somos médicos. Somos un laboratorio de experiencias. Según qué dolencias tiene una persona, le recomendamos una variedad u otra de semilla y luego analizamos qué tal le ha ido», comenta Jak de Sostoa, responsable de la compañía. Como constata Oriol Elias en su grow shop, los perfiles de clientes son muy variados. «Las edades van de los 18 a los 67 años. Tengo desde cha-vales que cultivan por una cuestión lúdica hasta profesores universita-rios a los que este producto les rela-ja. Además, aquí compran personas enfermas por cuestiones terapéuti-cas», explica. Eso sí, reconoce que en este negocio ha irrumpido también «mucho listo». «Hay gente que pre-tende hacer negocio con esto», co-menta, y destaca «la cantidad de ro-bos de plantas de marihuana» que se han producido los últimos meses. Jaime Prats, portavoz de la revis-ta Cáñamo, atribuye el auge del au-tocultivo a que «cada vez hay más gente que no quiere ir a una calle de mala muerte a comprar cannabis a un camello que no sabes lo que te es-tá vendiendo». «La mayoría de gen-te que hace autocultivo son adultos que quieren saber qué fuman y que saben que, para evitar problemas, lo mejor es fumarte lo que tú culti-vas», comenta Prats. Sobre los perjui-

Los consumidores crean clubs sociales para evitar incautaciones de la policía

cios que acarrea el consumo de ma-rihuana, el portavoz de Cáñamo dice: «Es cierto que para un joven que tie-ne que estudiar no es conveniente. Pero para la gente adulta puede ser una planta amiga».

UNA TREINTENA DE ASOCIACIONES / Uno de los indicadores del aumento de los autocultivos es el incremento de los clubes sociales de consumido-res de cannabis. En el 2008, en Espa-ña había dos. Ahora hay más de 30. Se trata de asociaciones que inten-tan amparar a los consumidores me-diante un registro legal y unos esta-

tutos respetuosos con la ley para evi-tar incautaciones de la policía. En Catalunya ya hay 13 clubes registra-dos legalmente. El mayor es el Movi-miento Asociativo Cannábico de Au-toconsumo (MACA), que agrupa a 580 miembros. «Estar en un club es una manera de hacer las cosas bien y evitarse pro-blemas. La mitad de nuestros miem-bros son personas aquejadas de do-lencias como fibromialgia, cáncer o fatiga crónica que usan la marihua-na con fines terapéuticos. La otra mi-tad hace un uso lúdico», asegura José Afuera, presidente del MACA. H

FOTOS: JOAN CORTADELLAS, JULIO CARBÓ Y JOSEP GARCÍA

Abonos y otros productos para el cultivo de cannabis en la tienda Autocultiu Grassia, en BCN, el viernes.

Una planta de marihuana en un piso de Barcelona.

Los clubs de consumidores tienen estrictos estatutos que prohíben la entrada a menores y a extraños, y que estipulan que el fruto de la marihuana solo puede ser consumido por los socios. Estos pagan una cuota para que unos agricultores les cultiven un número de plantas, no más de 10.

3Clubs con estrictos estatutos

el marco legal

Aunque la ley no establece una cifra concreta, la jurisprudencia coloca el límite en 12 plantas. Hasta esa cifra, se considera que la persona que cultiva lo hace para consumo propio, tolerado por la ley. A partir de 13 plantas, las autoridades consideran que el cultivador lo que pretende es vender esa droga, o sea, traficar.

1Un máximo de 12 plantas en casa

La actividad de las grow shop y de las distribuidoras de semillas es posible gracias a que la ley española no prohíbe la venta de simiente. Por eso, en los paquetes siempre consta que las semillas son para coleccionistas. Las tiendas en ningún caso venden la droga, pues eso supondría cometer un delito de tráfico.

2Prohibida la venta de la droga

A raíz del aumento de personas que cultivan cannabis se han multiplicado los robos de plantas, pues los ladrones intentan vender el fruto. El problema es que, al tratarse del cultivo de una droga, la policía denuncia a su vez a las víctimas del robo por un delito contra la salud pública.

4El problema de denunciar el robo

TEMA DEL DOMINGO Páginas 4 a 7

Una droga tolerada

DOMINGO4 10 DE OCTUBRE DEL 2010Conexión a internet: http://www.elperiodico.com

Page 2: TEMA DEL DOMINGO Páginas 4 a 7 Una droga tolerada€¦ · trar productos para el autocultivo de marihuana. Una actividad eco-nómica que, pese a estar vinculada a una droga ilegal,

FOTOS: JOAN CORTADELLAS, JULIO CARBÓ Y JOSEP GARCÍA

Una plantación particular en Montcada i Reixac.

Semillas de cannabis de Autocultiu Grassia.

Holanda planea vetar los ‘coffee shops’ a los extranjeros

Es uno de los proyectos del nuevo Go-bierno de centroderecha, que quiere aca-br con el ‘turismo de maría’. Los holande-ses tendrían un abono para poder entrar.

La droga ilegal que más se consume en el mundo

Un informe reciente de la ONU señala que la marihuana es la droga ilegal más popu-lar del mundo: unos 200 millones de per-sonas la consumen con regularidad.

En los 70, descubrir a los hijos con un porro tenía una respuesta cla-ra: atajarlo cuanto antes. Esos hi-jos hoy son padres y se enfrentan al dilema de compartir canutos con sus propios hijos, intentando com-prenderles mejor o corregirles. Ni todos los jóvenes fuman po-rros ni todos los padres que lo ha-cen los comparten con sus hijos. Energy Control, oenegé con pro-gramas de reducción de riesgos de consumo, detecta en los institu-tos que algún chico fuma canutos frente a sus padres. CEPS, un gabi-nete que asesora a familias, confir-ma que es habitual que estos ha-gan la vista gorda, faltos de argu-mentos para impedirlo. Algunos fuman porros delante de sus hijos igual que toman una cerveza.

Alguien a quien oponerse

Las guías sobre prevención no dan directrices para padres consumi-dores que quieren adoptar una ac-titud responsable, pero les preocu-pa la hipocresía de censurar lo que ellos hacen. Tendrán que incluir estos consejos cuanto antes, pues los adolescentes consumidores de hoy serán padres mañana. Ejercer una autoridad no auto-ritaria no resulta sencillo cuando todavía tenemos fresco el lema Pro-hibido prohibir. Los chicos, sin em-bargo, piden límites: el 48% de los adolescentes encuestados por la FAD prefieren que sus padres tra-ten de orientarlos, aunque luego ellos hagan lo que quieren. Ana llegó a CEPS derivada por la psicóloga a la que sus padres la lle-varon por una crisis de ansiedad. A los 14 años ya compartía canutos con sus padres: escritor él, pinto-ra ella. Ana les quiere, pero se que-ja de que le arrebataron la infancia y les considera unos colgados. Fumar con los hijos para estre-

char el vínculo puede ser un error. El porro con los padres nunca será co-mo con los colegas, y el joven necesi-ta que cada uno cumpla su papel. Un quinceañero quiere hacer lo que le da la gana, pero no sentirse perdido. Si en casa no tiene a quién oponerse, proyectará esa rebeldía. Es el caso de algunos antisistema. Leonardo DiCaprio es un ejem-plo de hijo de padres hippies en cuyo hogar las noches terminaban entre debates lisérgicos y ronquidos con

olor a whisky. A pesar del entorno, es uno de los privilegiados con re-cursos personales para salir forta-lecido de situaciones adversas. No tuvo tanta suerte River Phoenix, también niño hippy, que murió de sobredosis a las puertas del club Vi-per Room de Hollywood. Es habitual que la fascinación de los adolescentes por las plan-tas y semillas de marihuana no pa-se de compartirla en internet. Pe-ro cuando Pau llegó a casa con la planta de maría, su padre la acep-tó. Era un deseo incumplido que podían compartir. Si la planta va a permitir saber qué piensa y qué toman sus amigos, entonces pue-de tener sentido permitirla, según los expertos. Siempre que los pa-dres expliquen que también esta sustancia natural pasa factura. HPeriodista. Autora del libro ¿Y si mi hijo se droga?

BEGOÑA DEL PUEYOBARCELONA

Los expertos dicen que puede ser un error fumar con los hijos para estrechar el vínculo H Los propios chicos piden límites

Padres colegas

LAS CONSECUENCIAS

A los 14, Ana compartía canutos con sus padres, él escritor, ella pintora. Hoy les considera unos colgados

33 Marcha en Madrid por la legalización de la marihuana, en el 2004.

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10 DE OCTUBRE DEL 2010 5DOMINGOUna droga toleradaTema del domingo