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Temas Laborales Nº 8 artículo principal SINDICALISMO EN CHILE: Un Actor que Sobrevive Contra Viento y Marea Hugo Yanes, Malva Espinosa Introducción El 16 de Diciembre de 1997, el Senado rechazó la idea de legislar sobre las reformas laborales referidas a la extensión de derechos en materias de sindicalización y negociación colectiva, propuestas a inicios de 1996. No cabe duda, que ésta es una señal de extraordinaria gravedad para el mundo laboral, porque muestra que la derecha política y el sector empresarial, están en una postura que refuerza la actitud de intransigencia frente a este tema; agrava las posibilidades de poner los asuntos laborales en la agenda legislativa. Ello, echa por tierra los esfuerzos desplegados en casi dos años de tramitaciones para obtener un acuerdo razonable sobre materias que se fundamentan en consideraciones de ética democrática (ampliar derechos a trabajadores excluidos de ellos) y de eficiencia económica (los desafíos de la modernización de las relaciones laborales) para amplias capas de empresarios y trabajadores. El presente artículo aborda el tema sindical desde la perspectiva de los obstáculos, que tienen los trabajadores chilenos para acceder a la sindicalización. La información que sustenta las ideas que aquí se presentan ha sido recogida de los funcionarios de la Dirección del Trabajo que, día a día, están en contacto con los trabajadores y con los empresarios. Por ello estimamos que es una fuente de indudable interés y confiabilidad. El análisis no ha estado basado en consideraciones teóricas, sino fundamentalmente en la experiencia práctica y las opiniones vertidas en los talleres de discusión y en encuestas sobre el tema. Estas refuerzan la idea de que el sindicalismo está sometido a fuertes tensiones, que provienen tanto de la parte empresarial como de factores estructurales y culturales del mundo contemporáneo que le ha restado importancia y centralidad al factor trabajo. Una concepción que se aleja de la ética de los derechos humanos y que pretende imponer una idea de "progreso o de éxito como se denomina ahora) divorciada de las personas. El factor trabajo y el nuevo orden económico mundial Hoy, la integración al nuevo orden económico mundial impone nuevas reglas que afectan de manera sustantiva al factor trabajo ( cesantía estructural, inestabilidad y precarización del empleo, competitividad económica basada en el bajo costo de la mano de obra, entre otros) y por e ll o, tensionan los roles que habían venido jugando históricamente el movimiento sindical, que  ju stamente a pun ta b a a las te n d enc ia s inversas: r e ivind ic ación d e pleno em p leo, e s ta bilidad lab o ral y mejoras s alari a les . T o d o ello, en el marco de una aspiración de más democracia y más justicia social; aspiración que obviamente, se sustentaba en los valores permanentes de una ética de los derechos humanos básicos individuales y políticos a los que no casualmente, después de la Segunda Guerra, se le agregaron los derechos económicos y sociales, como una precisión necesaria ante la falta de equidad, que tenían incluso las economías más desarrolladas del planeta. ¿Cuál es la situación de hoy para el movimiento sindical, no solo en Chile, sino también en el mundo? Podríamos decir que el gran desafío es cómo compatibilizar sus aspiraciones históricas; los valores permanentes de los derechos humanos, incluidos los económicos y sociales, con la dinámica que impone la economía capitalista de fin de siglo. Cómo recuperar presencia y protagonismo, en un contexto de cambio tan radical como el que se vive y más importante aún, cómo restituir los controles sociales y políticos a las fuerzas ciegas de una economía, que a ratos, parece sacrificarlo todo en nombre del crecimiento a secas. Ese crecimiento que si no tiene una orientación más humanista podría, incluso, arrasar con el planeta. ¿Crisis del sindicalismo o negación ideológica de los derechos humanos? La llamada crisis del sindicalismo debe ser analizada con cuidado. Es cierto que hay un gran debilitamiento de las representaciones colectivas de los trabajadores, pero también es cierto, que hoy lo colectivo y especialmente, el colectivo de trabajadores, necesita más que nunca organizarse para imponer un nuevo orden social dentro del nuevo orden económico. No es necesariamente cierto que el crecimiento exija un Estado débil o ausente ni que la competividad internacional deba basarse en el bajo costo de la mano de obra o que el mundo laboral desorganizado sea más funcional a las exigencias del mundo moderno. Siempre es posible imaginar que se puede compatibilizar la libertad económica con los derechos humanos si no, la propia idea de desarrollo, dejaría de tener sentido y lo que se requiere es m ás bien, darle sentido al desarrollo. Nuestro país no está ajeno a estas preocupaciones. Vivimos un momento de transición que se podría caracterizar como

Tema Laboral Nº8 Sindicalismo en Chile. Un Actor Que Sobrevive Contra Viento y Marea

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Sindicalismo en Chile. Un Actor que Sobrevive Contra Viento y Marea

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  • Temas Laborales N 8artculo principal

    SINDICALISMO EN CHILE:Un Actor que Sobrevive Contra Viento y Marea Hugo Yanes, Malva Espinosa

    Introduccin

    El 16 de Diciembre de 1997, el Senado rechaz la idea de legislar sobre las reformas laborales referidas a la extensin dederechos en materias de sindicalizacin y negociacin colectiva, propuestas a inicios de 1996. No cabe duda, que sta es unaseal de extraordinaria gravedad para el mundo laboral, porque muestra que la derecha poltica y el sector empresarial, estnen una postura que refuerza la actitud de intransigencia frente a este tema; agrava las posibilidades de poner los asuntoslaborales en la agenda legislativa. Ello, echa por tierra los esfuerzos desplegados en casi dos aos de tramitaciones paraobtener un acuerdo razonable sobre materias que se fundamentan en consideraciones de tica democrtica (ampliar derechosa trabajadores excluidos de ellos) y de eficiencia econmica (los desafos de la modernizacin de las relaciones laborales) paraamplias capas de empresarios y trabajadores.

    El presente artculo aborda el tema sindical desde la perspectiva de los obstculos, que tienen los trabajadores chilenos paraacceder a la sindicalizacin. La informacin que sustenta las ideas que aqu se presentan ha sido recogida de los funcionariosde la Direccin del Trabajo que, da a da, estn en contacto con los trabajadores y con los empresarios. Por ello estimamos quees una fuente de indudable inters y confiabilidad.

    El anlisis no ha estado basado en consideraciones tericas, sino fundamentalmente en la experiencia prctica y las opinionesvertidas en los talleres de discusin y en encuestas sobre el tema. Estas refuerzan la idea de que el sindicalismo est sometidoa fuertes tensiones, que provienen tanto de la parte empresarial como de factores estructurales y culturales del mundocontemporneo que le ha restado importancia y centralidad al factor trabajo. Una concepcin que se aleja de la tica de losderechos humanos y que pretende imponer una idea de "progreso o de xito como se denomina ahora) divorciada de laspersonas.

    El factor trabajo y el nuevo orden econmico mundial

    Hoy, la integracin al nuevo orden econmico mundial impone nuevas reglas que afectan de manera sustantiva al factor trabajo( cesanta estructural, inestabilidad y precarizacin del empleo, competitividad econmica basada en el bajo costo de la manode obra, entre otros) y por ello, tensionan los roles que haban venido jugando histricamente el movimiento sindical, quejustamente apuntaba a las tendencias inversas: reivindicacin de pleno empleo, estabilidad laboral y mejoras salariales. Todoello, en el marco de una aspiracin de ms democracia y ms justicia social; aspiracin que obviamente, se sustentaba en losvalores permanentes de una tica de los derechos humanos bsicos individuales y polticos a los que no casualmente, despusde la Segunda Guerra, se le agregaron los derechos econmicos y sociales, como una precisin necesaria ante la falta deequidad, que tenan incluso las economas ms desarrolladas del planeta.

    Cul es la situacin de hoy para el movimiento sindical, no solo en Chile, sino tambin en el mundo? Podramos decir que elgran desafo es cmo compatibilizar sus aspiraciones histricas; los valores permanentes de los derechos humanos, incluidoslos econmicos y sociales, con la dinmica que impone la economa capitalista de fin de siglo. Cmo recuperar presencia yprotagonismo, en un contexto de cambio tan radical como el que se vive y ms importante an, cmo restituir los controlessociales y polticos a las fuerzas ciegas de una economa, que a ratos, parece sacrificarlo todo en nombre del crecimiento asecas. Ese crecimiento que si no tiene una orientacin ms humanista podra, incluso, arrasar con el planeta.

    Crisis del sindicalismo o negacin ideolgica de los derechos humanos?

    La llamada crisis del sindicalismo debe ser analizada con cuidado. Es cierto que hay un gran debilitamiento de lasrepresentaciones colectivas de los trabajadores, pero tambin es cierto, que hoy lo colectivo y especialmente, el colectivo detrabajadores, necesita ms que nunca organizarse para imponer un nuevo orden social dentro del nuevo orden econmico. Noes necesariamente cierto que el crecimiento exija un Estado dbil o ausente ni que la competividad internacional deba basarseen el bajo costo de la mano de obra o que el mundo laboral desorganizado sea ms funcional a las exigencias del mundomoderno. Siempre es posible imaginar que se puede compatibilizar la libertad econmica con los derechos humanos si no, lapropia idea de desarrollo, dejara de tener sentido y lo que se requiere es ms bien, darle sentido al desarrollo.

    Nuestro pas no est ajeno a estas preocupaciones. Vivimos un momento de transicin que se podra caracterizar como

  • crecimiento con poca equidad. As lo demuestran las cifras:un porcentaje importante de pobres e indigentes, aunque menor que a comienzos de la instalacin democrtica, pero no por ellomenos significativo; una tendencia regresiva de la distribucin del ingreso; una alarmante tendencia a la precarizacin delempleo en fin, una deuda social que aunque se haya ido moderando bajo el rgimen actual, deja an importantes vacos. Almismo tiempo, baja inflacin, altas tasas de crecimiento, buen nivel de inversin y en general estabilidad econmica.

    En lo que se refiere al movimiento sindical, se podra calificar la situacin como difcil, aunque seria prematuro hablar de crisisterminal. Ello, porque el movimiento sindical existe a lo largo del pas y si bien abarca a una proporcin pequea de lostrabajadores, ha sobrevivido momentos muy difciles y ha logrado mantenerse en el contexto adverso, mencionadoanteriormente. Sin embargo, no puede obviarse que el sindicalismo est amenazado en su desarrollo y se le presentanobstculos de diferente ndole, que deben ser abordados por los propios trabajadores, por la parte empresarial y tambin por elEstado.

    En esta transicin, que podra ser considerada como un punto de inflexin entre un tipo de organizacin de la economa y lasociedad y uno nuevo que se est configurando, hay una profusin de ideas o planteamientos acerca del rol, que debera jugarel sindicalismo, incluyendo planteamientos radicales, que provienen bsicamente de la parte empresarial sobre suobsolescencia. El planteamiento recurrente del sector empresarial es que las organizaciones sindicales han perdido su razn deser. Afirman que el sindicalismo se encuentra en crisis terminal, porque ya no es necesario que los trabajadores se organicenpara conseguir mejores remuneraciones y condiciones de trabajo, sino que stas se obtienen en forma mucho ms efectiva,pacfica y fluida, mediante la negociacin individual y directa de cada trabajador con su empleador. Insisten en que no esnecesaria la intermediacin de una organizacin como el sindicato y que ste, ms que una ayuda constituye un impedimentopara lograr buenas relaciones laborales dentro de la empresa

    Adems, y refirindonos a la realidad chilena, si se observa al mundo sindical y se compara con otras pocas de su desarrollohistrico, se puede apreciar que ste se encuentra, efectivamente, pasando por una situacin difcil en cuanto a su capacidadde representacin de los trabajadores y a la calidad que debera tener como elemento de poder e influencia en la marcha de lasociedad. La existencia de sindicatos pequeos, con pocos afiliados, reducidos al mbito empresarial; la existencia delparalelismo, la atomizacin y la falta de unidad; la existencia de gran nmero de sindicatos en situacin de receso demuestranobjetivamente, que el sindicalismo ha perdido fuerzas en el contexto social de nuestro pas.

    Sin embargo, sin desconocer esta realidad, hay quienes plantean una visin ms optimista en el diagnstico de la situacin delmundo sindical. Consideran que, efectivamente, el sindicalismo se encuentra en una situacin de crisis; pero que dicha crisis noes terminal sino que se trata de un lento proceso de adaptacin producido por las dificultades que han encontrado lasorganizaciones de los trabajadores para retomar su accionar y su funcin propia en un contexto econmico, social y poltico,que al mismo tiempo est inmerso en un proceso de cambio violento y profundo, diferencindolo fundamentalmente de lascondiciones imperantes en el mundo en que el sindicalismo fue creado y en el que desarroll su existencia.

    La aplicacin de la tecnologa computacional al proceso productivo; las nuevas formas de organizacin de las empresas; laglobalizacin e internacionalizacin de la economa; el divorcio entre sindicalismo y poltica; los cambios legales e incluso Tosfuertes cambios en la mentalidad de los chilenos (que les han hecho perder, en gran medida, su sentido de la solidaridadreemplazndolo por un fuerte individualismo), han creado una realidad para la cual el sindicalismo no estaba preparado y cuyoproceso de adaptacin ha sido lento y difcil. Agregan, quienes se plantean en esta ltima posicin, que la tradicin sindical denuestro pas contina manteniendo potencialmente su fortaleza y que su despertar requiere nicamente el apoyo de losorganismos e instituciones, que tienen como funcin la promocin del sindicalismo, entregndole los medios para que lostrabajadores y sus organizaciones, autnomamente, comiencen a recuperar su lugar y su necesaria participacin, comoelemento de primera y destacada importancia, en el proceso de desarrollo de nuestra vida nacional.

    Las polticas pblicas y la responsabilidad del Estado democrtico

    Tal es el caso de la propia Direccin del Trabajo y, especficamente, de su recientemente creado Departamento de RelacionesLaborales, al que le corresponder cumplir el mandato que la ley le entrega a la Direccin, de fomentar el sindicalismo ennuestro pas, logrando, de esta forma, el fortalecimiento del sujeto ms dbil de la relacin laboral y permitiendo as, laexistencia de un bipartismo real y no puramente formal como es en la actualidad. Asimismo, la funcin de apoyo y promocin delas organizaciones sindicales calza exactamente con el objetivo principal de la Direccin del Trabajo y con la misin delDepartamento de Relaciones Laborales, que ha sido inicialmente definida como . Lo que no es posible obtener sin superar,previamente, el gran desequilibrio de poder que existe actualmente entre empleadores y trabajadores.

    LOS PRINCIPALES OBSTCULOS A LA SINDICALIZACIN

    Mayoritariamente, las opiniones vertidas en los talleres de discusin y tambin a travs de una encuesta que abordaba lostemas de la situacin sindical en cada regin, consideraron que uno de los problemas ms graves que enfrenta la

  • sindicalizacin proviene de las dificultades que tienen los propios trabajadores, es decir, de la base de afiliacin para lossindicatos. Este dato resulta interesante puesto que muestra una percepcin de que los problemas de sindicalizacin serelacionan, no slo y exclusivamente con factores de contexto, sino con factores internos de la misma orgnica sindical, los quesin embargo estn influidos por el desconocimiento de las normas, las actitudes empresariales y el temor frente a lainseguridad.

    a) El desconocimiento de las normas

    Dentro de estas dificultades provenientes de los trabajadores destaca, en primer lugar, el desconocimiento de stos conrespecto a aspectos bsicos para una accin sindical medianamente eficiente. El desconocimiento se nota, a juicio de losparticipantes, en la poca claridad que se tiene frente a la normativa laboral y propiamente sindical, con respecto al rol deldirigente sindical y a las finalidades del sindicato, ms all de negociar colectivamente. Cabe sealar que, en general, estedesconocimiento repercute, por una parte, sobre una fuerte desmotivacin de aquellos trabajadores que fundaron o se afiliarona algn sindicato cuando se percatan de que existe una asimetra entre su nivel de conocimientos y el del empleador y por otra,en una notoria falta de inters de los trabajadores no afiliados, por incorporarse al sindicato. El desconocimiento de lostrabajadores sobre materias legales, laborales y especficamente sindicales, tiene una directa relacin con la falta de asesorasy capacitacin para los trabajadores y para la defensa eficaz de sus derechos.

    b) La falta 4e inters de las bases s!'ndicales

    La falta de inters de los trabajadores es el segundo obstculo ms mencionado, ligndolo a la falta de propuestas atractivasdel movimiento sindical. Cabe sealar que, desde esta perspectiva, el desinters de los trabajadores no se explica a partir de simismo, sino como una consecuencia de la incapacidad de la dirigencia sindical de atraer a las bases. La base sindical reaccionanegativamente o castigando con su apata e indiferencia la oferta deficiente del movimiento sindical. Otra explicacin que danlos funcionarios para el desinters de los trabajadores, es que stos prefieren una relacin directa con su empleador, sinintermediarios (como seria el caso del sindicato), porque el sindicato es asumido por el trabajador ms como un costo personal(que le puede costar el empleo) que como un beneficio. El trato directo y personal, en cambio, evita los riesgos que traeraconsigo la sindicalizacin e incluso, puede ser fuente de ventajas.

    c) El individualismo y la falta de sentido de lo colectivo

    En tercer lugar, dentro de las dificultades provenientes de los trabajadores, se menciona su falta de sentido de lo colectivo, enotras palabras, su individualismo. Esto ya viene siendo una situacin generalizada en la sociedad chilena y afecta, en particular,a los trabajadores jvenes. Esta tendencia dificulta el funcionamiento del sindicalismo, puesto que, precisamente, el sindicato espercibido como un espacio de encuentro, de agrupacin y de accin colectiva (no individualista).

    d) El temor a las consecuencias en el empleo

    Pero no slo desde los propios trabajadores se producen las dificultades para el desarrollo del sindicalismo. Otra opinin querepitieron con bastante frecuencia los participantes de los talleres es que la accin sindical debe superar el escollo de una malapredisposicin del empleador hacia el rol del sindicato. Es decir, pese a que el sindicalismo se ve afectado por la indiferencia ylejana de los mismos trabajadores debe hacer adems, frente a los problemas que ponen los empleadores para su normalfuncionamiento.

    La mala disposicin del empleador ante el sindicato, segn las respuestas y observaciones de los participantes, se puede darcon intensidades distintas. En algunos casos, la actitud del empleador, slo llega a eso: una mala predisposicin o apata haciala organizacin de los trabajadores. Los empleadores aqu no ven ni comprenden los aportes positivos que puede realizar unsindicato y, por lo mismo, tratan de bajarle el perfil. En estos casos, sin embargo, la mala actitud no llega a medidasabiertamente antisindicales, ms bien se manifiesta en el ( a la organizacin. Estecomportamiento ante el sindicato da cuenta de la incomprensin y desconocimiento por parte de los empleadores del rol de unsindicato y por lo mismo, lleva a una aceptacin slo pasiva (no muy convencida) de su existencia.

    Sin embargo, en otros casos, los empleadores inician ofensivas explcitas en contra de un actor, que representa una suerte de al interior de su empresa, llevando a cabo las llamadas prcticas antisindicales. As, estos empleadores seoponen abiertamente a la formacin de sindicatos, despidiendo a trabajadores sobre los cuales recae la sospecha de quequieren constituir sindicatos o que . Cuando el despido de personal no es factible, estetipo de empleadores opta por negociar el pago de indemnizactones por aos de servicio a las personas con inters en formarlos sindicatos. La lgica implcita en estas acciones es el descabezamiento de la organizacin que est emergiendo, justo antesde que alcance a nacer. Si esto no resulta, ofrecen sistemticamente mejores condiciones de trabajo a los trabajadores nosindicalizados y la ofensiva antisindical se vuelve permanente.

    Podemos apreciar, entonces, que las dificultades del sindicalismo se relacionan tambin con la actitud de los empresarios quetienen mala disposicin ante el sindicato. A veces, sta se mantiene pasiva (indiferencia) y a veces activa (prcticas

  • antisindicales). En ambas versiones, sin embargo, subyace una caracterstica comn. La animadversin hacia el sindicatopuede ser vista como fenmeno de una cultura empresarial especfica, que no concibe aportes posibles del sindicato para laempresa y que, en realidad, lo considera una deslealtad o una disfuncionalidad.

    e) Los cambios estructurales

    Por ltimo, con respecto a las dificultades para el sindicalismo, se piensa que influyen los cambios estructurales de lasempresas. Vale decir, adems de los problemas de las personas (trabajadores o empleadores), se perciben tambin problemasde cambios en las estructuras productivas, que modifican totalmente el campo de accin sindical.

    Los cambios estructurales que fueron mencionados con mayor frecuencia por los participantes son: la disminucin del tamaode las empresas productivas, su fragmentacin y divisin, que produce la ruptura de la base natural "material" de laasociatividad, llevando a la atomizacin de los sindicatos fuertes y grandes; el alto nivel de desempleo; la subcontratacin demano de obra y la externalizacin de servicios. Todos estos cambios tienen una caracterstica en comn: se encuentranasociados a formas de flexibilizacin del mercado de trabajo y, muchas veces a la precariedad de los empleos. De manera, quees posible concluir que la percepcin generalizada es que la debilidad sindical va, tambin, estrechamente unida con lasdificultades de mantener una , estable en el tiempo, de trabajadores miembros de un sindicato y con lacreciente heterogeneidad de las formas de empleo de los trabajadores.

    LAS PRACTICAS ANTISINDICALES

    Segn los funcionarios de la Direccin del Trabajo, que dieron respuesta a la encuesta y que plantearon sus opiniones comoparticipantes en los talleres de discusin sobre el sindicalismo, la prctica antisindical ms comn es el despido de personalpara perjudicar a la organizacin. Hay que sealar que no siempre un despido es una actitud antisindical y que est dentro delas prerrogativas legtimas en el manejo de la empresa. Pero el despido, segn se desprende de los datos de las encuestas es,a veces, realizado con el claro fin de eliminar de la empresa a ciertos trabajadores que resultan claves para el sindicato. Yasealbamos antes que una tpica forma en que ciertos empleadores hostiles a los sindicatos buscan perjudicarlos es sudescabezamiento, mediante el despido de aquellos que inician algn movimiento y que intentan construir sindicatos, antes deque stos se lleguen a constituir (incluso, a veces, con tal de tenerlos fuera de la empresa se les pagan las indemnizaciones porsus aos de servicio o, tratndose de dirigentes de sindicatos ya constituidos, se negocia el pago de su fuero sindical). Elempleador calcula que el costo de pagar sus indemnizaciones siempre es menor que el eventual que el sindicatopodra causar a la empresa.

    Otra coyuntura, donde generalmente se producen despidos de trabajadores, es despus de las negociaciones colectivas. Unade las formas ms tpicas de despedir personal de una empresa para perjudicar al sindicato es la utilizacin indiscriminada delartculo 161 del Cdigo del Trabajo, el cual permite poner trmino al contrato de algunos trabajadores . Un estudio realizado por la Direccin del Trabajo muestra que despus de las negociaciones colectivas, tiende aaumentar la aplicacin de este artculo que, en la prctica, no requiere mayores argumentaciones de parte del empleador.

    La segunda actitud antisindical ms comn, segn los resultados de la encuesta y las opiniones vertidas en los talleres, es laoferta de mejores beneficios para los trabajadores no sindicalizados. Este mecanismo opera en la prctica desincentivando laafiliacin sindical e incentivando las renuncias al sindicato. La tctica del empleador de ofrecer beneficios extras para los nosindicalizados se encama, a veces, en mejores remuneraciones con respecto de los trabajadores sindicalizados, y otras, enmayores incentivos y bonos especiales. En suma, se trata de que, por medio de la recompensa material, el trabajador nosindicalizado comprenda que sus condiciones laborales individuales son mejores que las que tendra siendo miembro delsindicato. Un antecedente importante a considerar para la interpretacin de este tipo de actitud antisindical, es que lo que lafacilita es la posibilidad legal de paralelismo entre trabajadores sindicalizados y no sindicalizados, as como el crecienteindividualismo y sensacin de prdida de utilidad de la organizacin sindical.

    La forma ms extrema en que se da la actitud mencionada en el prrafo anterior es la extensin unilateral de los beneficioslogrados en las negociaciones colectivas a los no sindicalizados y a los que no participaron en la negociacin. Y dentro delmismo contexto de negociacin colectiva, otra actitud es que el empleador aprovecha de desperfilar este procedimiento,ofreciendo mejoras econmicas a los que no negocian y realizando convenios individuales con ellos. El mensaje claro delempleador parece ser: no es necesario estar sindicalizado para obtener mejoras econmicas y, ms an, no es necesarionegociar colectivamente. As, la balanza del poder al interior de la empresa refuerza su inclinacin hacia el empleador endesmedro del trabajador.

    Claramente, las actitudes antisindicales principales son estas dos (despidos y beneficios mayores para los no sindicalizados).Otras, que parecen bastante menos mencionadas, pero quede todos modos son relevantes, son las amenazas, losamedrentamientos y el hostigamiento a los dirigentes.Con respecto de estas prcticas, muchos participantes consideran que elempleador a los trabajadores sindicalizados, amenazndolos constantementecon el despido y amedrentndolos al momento de su contratacin. Hay aqu un elemento distorsionador de las relacioneslaborales. El miedo aparece con reiteracin, lo cual es una seal muy negativa para cualquier proceso modemizador de la

  • empresa. Miedo del empleador hacia el sindicato, como miedo del trabajador a las sanciones de su jefe (aunque la balanza delpoder permite al empleador cortar de raz su fuente de preocupacin, mediante despidos). Este es un tema pendiente quedebiera ser asumido como pas, puesto que slo el establecimiento de relaciones de confianza mutua permitir avanzar haciauna mayor simetra y equidad en los tratos entre ambas partes.

    Por ltimo, el hostigamiento se enfoca con particular nfasis en los dirigentes sindicales. Es comn, segn las encuestas, laprctica del cambio de funciones y de condiciones de trabajo de los dirigentes sindicales (por ejemplo, rebaja deremuneraciones), con el fin de ejercer sobre ellos una presin psicolgica que los haga renunciar a la dirigencia o al empleo.Tambin es frecuente la destinacin de los dirigentes a trabajos difciles y con poco contacto con el resto de los trabajadores,con el objetivo claro de aislarlo de las bases y erosionar su legitimidad. En el mismo sentido de quitar legitimidad, variosempleadores ignoran a los dirigentes sindicales; no los reciben ni asisten a reuniones con ellos. De nuevo estamos ante lapresencia de la ya mencionada tctica de descabezar al sindicato, esta vez por cansancio.

    SINDICALIZACIN FEMENINA

    Con respecto de la sindicalizacin femenina y sus problemas, ocurre un hecho curioso. La mayor parte de los funcionarios (yparticularmente los hombres) opinaron a travs de las encuestas, que consideran que la baja afiliacin sindical de las mujereses, en cierto sentido y no una falta de oportunidades. Y otro tanto considera que, en realidad .

    Segn las opiniones, seran las mismas mujeres trabajadoras las que causan la baja afiliacin sindical femenina, debido a supoco inters por participar. Otros sealan que se trata de un problema de desconocimiento de la legislacin laboral y de lasactividades sindicales. Pero, al menos, el poco conocimiento tiene que ver con una cultura sindical que histricamente haestado asociada a lo masculino. Evidentemente, la conclusin que se puede sacar de estas respuestas, as como de las deaquellos que, a pesar de las tajantes cifras, sostienen que hay igualdad de condiciones entre hombres y mujeres para participaren los sindicatos, es que el tema de la sindicalizacin femenina no ha sido todava asumido con todo el peso de importancia quedebiera tener. El empleo femenino est creciendo (aunque mucho en sectores precarios de la economa) y sin embargo, suagrupacin y organizacin en sindicatos no parece ser considerado un . Ya es hora de que el debate se abra con msprofundidad y que se piensen polticas destinadas a incorporar a la mujer a una mejor defensa de sus derechos laborales.

    Por cierto, hay tambin otras opiniones, pero muy poco mencionadas (en especial por las mujeres), que se refieren al machismosindical, el cual queda totalmente claro si se observa el discurso sindical , tan predominante entre los dirigentessindicales hombres. Tambin aparece sealada la tremenda carga que significa para la mujer trabajadora su doble obligacinlaboral y domstica y el temor al despido, puesto que ste implica la prdida de su fuente de ingreso (muy importante entremujeres separadas o viudas, que deben mantener su hogar). Nos parece que estos elementos son en realidad, los msrelevantes a la hora de explicar la baja afiliacin sindical femenina. Y el hecho de que aparezcan poco mencionados es slo unaseal de que el cambio cultural, de incorporar la variable gnero al sindicalismo (y a la sociedad en general), an estpendiente.

    SINDICALIZACION DE TRABAJADORES JOVENES

    Al igual que en el caso de la sindicalizacin femenina, en el caso de la sindicalizacin juvenil, la opinin mayoritaria es que losjvenes no se involucran en los sindicatos debido a su individualismo, su desinters y a su desconocimiento de sus propiosderechos como trabajadores, es decir, debido a ellos mismos. Sin embargo en los debates tambin estuvieron presentes lasdificultades ms objetivas" de la sindicalizacin juvenil, como son por ejemplo, la temporalidad e inestabilidad del empleojuvenil y los temores a no poder consolidar un empleo ms estable si se sindicalizan. Resulta interesante destacar que elejercicio de reflexin colectiva sobre el desinters" de los jvenes por el sindicalismo llev a los grupos a un interesante debatesobre las grandes preguntas de la sociedad contempornea. All se esbozaron algunas ideas sobre el tipo de sociedad al que seencamina Chile y sobre las incertidumbres que no slo viven los jvenes, sino tambin los adultos: una sociedad fragmentada,donde hay poca cabida para la solidaridad y donde los individuos aisladamente enfrentan fuertes amenazas: endeudamiento,desproteccin, inestabilidad y temor.

    A) La apata juvenil hacia la participacin y la falta de oportunidades

    Como trasfondo de la idea de que los jvenes son, en cierta forma, responsables de su no participacin en los sindicatos,surgieron problemticas interesantes acerca de la responsabilidad que le cabe al mundo adulto en esta situacin,particularmente la falta de oportunidades que tienen los jvenes tanto de acceso a buenos empleos como a la dirigenciasindical. Se plante la idea de que los dirigentes adultos tienden a "entronizarse "en los puestos y no dan oportunidad a losjvenes. Esto ocurre, ajuicio de los participantes, debido a la percepcin que tiene el mundo adulto de la "inexperiencia" e"inmadurez" de los jvenes que los hace no encontrar sentido a los sindicatos. Posiblemente, en el trasfondo de esta percepcinest la gran diferencia entre los cdigos de vida y conducta entre los jvenes y los adultos. Opiniones como que o bien, , apuntan en esa direccin y demuestran cierto grado de incomprensin mutua. que impide el acercamiento entre

  • ambos. En todo caso, a la base de este desinters juvenil en los sindicatos (pero, en general, en toda clase de participacinsocial, por ejemplo, el caso de la no inscripcin en los registros electorales) es posible que estn las crecientes tendenciassociales hacia un mayor individualismo. Los propios participantes consideraron que sera un error adjudicar todo el peso de la a los mismos jvenes. Seguramente aqu tambin existe un tema que no ha sido abordado en totalprofundidad en el mundo sindical, tema, por lo mismo, que est pendiente y que debe abordarse para remover obstculos quepermitan un recambio generacional y favorezcan la incorporacin de las nuevas generaciones de trabajadores.

    b) La precariedad del empleo juvenil

    Bastante menos personas (aunque de todas maneras son un buen nmero) piensa que la baja sindicalizacin juvenil se debe aque los jvenes, debido al alto nivel de desempleo juvenil, estn preocupados de cuidar su estabilidad en el empleo. En estesentido, el sindicato podra significar la prdida del trabajo (y de los ingresos). Esta es una explicacin que, sumada al cambiocultural de tono individualista que los afecta, permite comprender mejor los motivos de la baja participacin juvenil en lossindicatos.

    Dado el alto nivel que alcanza el desempleo juvenil, sumado a la tendencia a la precarizacin de los escasos empleos ocupadospor ellos, ven como primera prioridad el cuidado de su frgil fuente de ingresos. Los jvenes son ms dbiles y vulnerables queel resto de los trabajadores ante las presiones del empleador, puesto que son fcilmente reemplazables. Esto, adems que susexpectativas son ms de desarrollo individual que grupal o colectivo, los lleva a marginarse de la actividad sindical. Queda, esosi, pendiente la pregunta sobre si las condiciones laborales para los jvenes fueran distintas (mayor estabilidad, menordesempleo) ellos se sindicalizaran. Es muy probable que no, por lo tanto, el tema juvenil merece ser analizado con ms detalle.

    SINDICALIZACION DE TRABAJADORES TEMPOREROS

    a) El temor como factor de desinters

    La opinin ms recurrente, es que el desinters de los temporeros por sindicalizarse se debe al temor a represalias: estapercepcin reafirma de manera categrica la hiptesis sobre la vulnerabilidad en que se encuentran los trabajadorestemporales. Segn las percepciones de los funcionarios de la Direccin del Trabajo, los empleadores de los trabajadorestemporeros o por faenas, a menudo los catalogan de conflictivos cuando se sindicalizan y no los contratan ms o bien, losdespiden. Por ello, el carcter cclico de los trabajos, genera en los trabajadores el temor a perder futuros empleos, es decir, ano ser contratados en la prxima temporada. El caso de los trabajadores temporeros nos vuelve a enfocar hacia el elemento delmiedo en las relaciones laborales, que parece tan preocupante.

  • por las empresas.

    En sntesis, la negociacin colectiva se ve amenazada por varios flancos: desde el empleador, la desproteccin legal, y la faltade conocimientos tcnicos requeridos para negociar. Por ello, la opcin de fortalecer este mecanismo de pactar las condicionesde trabajo pasa fundamentalmente por aumentar el equilibrio entre las partes negociadoras, capacitando a los trabajadores yeducando a los empleadores.

    La negociacin colectiva permite impulsar relaciones laborales autnomas, de acuerdo con la realidad de cada empresa, peroinserta dentro de las reglas de juego generales. Por ello, adems de equilibrar la balanza del poder entre los que ya puedennegociar, se trata tambin, de incorporar a los amplios sectores que actualmente estn incapacitados legalmente para lanegociacin colectiva. Capacitar y ampliar la cobertura son dos tareas a realizar. En todo caso, como proceso subyacente,debiera tenderse hacia un cambio cultural en la empresa, donde se comprenda que sindicato y empleadores pueden sentarse ala mesa con el objeto de pactar sus propias relaciones y las condiciones laborales.

    LA LEGISLACIN LABORAL

    Existe un amplio consenso entre los funcionarios con respecto de que la legislacin sobre sindicalismo, as como la denegociacin colectiva, requiere modificaciones. Casi todos estn de acuerdo en esto, aunque un poco ms con respecto delsegundo punto. Sobre sindicalismo, las reformas consideradas ms importantes son: disminuir los qurum para formarsindicato; ampliar los fueros a todos los sindicalizados; sancionar las prcticas antisindicales del empleador; la sindicalizacinobligatoria y la proteccin a la estabilidad en el empleo. Sobre negociacin colectiva, las reformas consideradas msimportantes son: prohibir la posibilidad de contratar reemplazantes durante las huelgas (lejos la ms mencionada); simplificar elproceso de negociacin; cambiar los qurum; que la huelga sea pagada e indefinida y dar mayores seguridades a lostrabajadores que negocian.

    Hay que destacar los siguientes puntos comunes entre todas las reformas que se plantean: en primer lugar, existe unapercepcin generalizada de que la ley no protege lo suficientemente al trabajador ni tampoco a los sindicatos. Por ello, se estde acuerdo con que debieran haber cambios. Pero, curiosamente, una de las reformas ms sealadas (tanto en lo relativo alsindicalismo como en cuanto a negociacin colectiva), es la disminucin de qurum, es decir, en lugar de preguntarse por qu elsindicato no es capaz de atraer a sus filas a ms trabajadores, se propone obviar dicho problema y darle una salida de otraforma. No sera raro que, si dichas reformas se llevan a cabo, en un tiempo ms se volviera a pedir la rebaja de los qurum,puesto que no se habrn atacado los problemas de fondo del sindicalismo.

    Otra demanda de reforma, que aparece destacada en general, es la necesidad de una mayor proteccin a la estabilidad delempleo, sobre todo despus de las negociaciones colectivas. La demanda por proteccin eficaz al trabajador responde alestado de asimetra de las relaciones laborales y a la desventaja en que se encuentra el trabajador frente al empleador en estesentido, y debe complementarse a otra reforma, que haga ms estrictas las sanciones a las actitudes desleales o antisindicalesdel empleador. El cambio pendiente es, precisamente, hacia una mayor equidad y equilibrio entre ambos actores, entendiendoque ellos son indispensables dentro de la empresa y tienen aportes igualmente vlidos que realizar para su modernizacin.

    Por ltimo, llama la atencin la demanda por una simplificacin de los procedimientos. Nos parece que esta percepcin decomplejidad de la ley est muy relacionada con el hecho de que el empleador maneje perfectamente los aspectos legales a sufavor (con recursos y la ayuda de abogados); mientras el trabajador muchas veces ni siquiera conoce las normas que lo rigen.En este sentido, la simplificacin no debiera pasar por alto la necesidad imperiosa de una buena capacitacin a los trabajadoresy dirigentes sindicales en cuanto a sus derechos laborales.

    COMENTARIO FINAL

    Iniciamos este artculo, mencionando el rechazo a las reformas laborales en el Senado. El proyecto de ley que fue desestimadoapuntaba justamente a remover algunos de los obstculos al sindicalismo y a la negociacin colectiva que se han descrito eneste trabajo. Se inspiraba en fundamentos ticos y econmicos. Se inspiraba en una meta de modernizacin de las relacioneslaborales para que nuestro pas enfrente el prximo siglo con nuevos consensos, que permitan compatibilizar crecimiento yequidad. Por ello resulta imprescindible despejar las causas del rechazo y establecer las responsabilidades polticas que tienenen este golpe al mundo laboral la derecha poltica en este pas y las representaciones cupulares del empresariado. No debeolvidarse que la derecha en el Senado rechaz "la idea de legislar". Es decir, bloque la oportunidad de discutir, analizar yproponer modificaciones en lo que estimara pertinente a las medidas del mencionado proyecto.

    Es por ello importante que las organizaciones sindicales de nuestro pas desarrollen estrategias de accin que les permitancontinuar con el proceso de adaptacin a los cambios, a pesar de no contar con instrumentos jurdicos que les abranposibilidades de continuar en el futuro jugando el importante rol, que desempearon en el pasado en el proceso de desarrollochileno. Pero no son solamente los trabajadores y sus organizaciones los que deben aprender a enfrentar los cambios que yaestamos percibiendo y que se agudizarn an ms en el futuro. El pas espera que tambin los empresarios modifiquen su

  • actitud frente a los sindicatos y les reconozcan la importancia que tienen en la positiva evolucin hacia una sociedad msmoderna y justa.. Lo dicho, sin embargo, no significa que no sea necesario modernizar nuestra legislacin laboral. Es por ellofundamental que tanto los trabajadores como los empleadores y tambin los parlamentarios de todas las tendencias polticascomprendan la necesidad moral y econmica de modificar las leyes del trabajo y de la seguridad social, especialmente las quese refieren a las organizaciones sindicales y a la negociacin colectiva, de manera que contribuyan al desarrollo econmico y auna mejor y ms justa distribucin de la riqueza creada por los dos actores principales del mundo laboral y productivo:empleadores y trabajadores.