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TEMA4
¿CUALES HAN SIDO LAS SECUELAS ECOLOGICAS DELA EXPLOTACION PETROLERA EN VENEZUELA?
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Intervención de laDra. Isbelia Sequera de 5egnini.
Intervención deMarco Negrón, Coponente
Dr. Luis Mejfas, Moderador.
Dra. Marfa 501 Pérez Schael, Relator.
¿CUALES HAN SIDO LAS SECUELAS ECOLOGICAS DELA EXPLOTACION DE PETROLEO EN VENEZUELA?
Isbelia Sequera de Segnini
Ecología y petróleo, El íntimo vínculo que une a esta ciencia y este recurso suscita, de inmediato, numerosaspreguntas, Preguntas muy graves, por tratarse de Venezuela. Porque la primera que nos sale al paso, fundamental másque inicial y que lleva dentro de sí un profundo contenidodramático, es ésta: ¿Hasta dónde la presencia det petróleoen Venezuela y la forma como éste ha sido explotado ha modificado la ecología de nuestro país? Y a continuación deésta surgen otras que, de enumerarlas, casi podría decirse queemprenderíamos un interminable camino. Porque independientemente de la acción material que ocasiona el aprovechamiento V explotación directa del petróleo y las consecuenciasdirectas de esa explotación, Zcuáles son otras, indirectas, queen el desarrollo de nuestra nación, en su evolución económicaurban ística, social en general, ha traido para nuestro pa ísla forma cómo ha sido proyectada y llevada a cabo la explotación de ese recurso natural no renovable?
Preguntas que, aunque sea a muy grandes rasgos, intentaré contestar en este foro. A muy grandes rasgos, repito,porque muy lejos de m l' pensar que el estudio de problemas
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de tal magnitud pueden abordarse en unas cuantas cuartillas. Por ello, más que analizarlos en toda su complejidad,me limitaré sólo a señalarlos en sus aspectos esenciales, subrayando el interés de algunos y -también, aunque ello seaingrata tarea, juzgando desnudamente las causas que los suscitan así como sus consecuencias.
Porque me resulta muy difícil, dentro de mi concepclan global de la ciencia, referirme exclusivamente a las secuelas ecológicas; es decir, únicamente a través del análisisdel equilibrio de la naturaleza en relación con la explotaciónpetrolera y de las inter-relaciones de los organismos con sumedio, del estudio de las funciones vitales en su ambientenatural y, aun incluyendo lo inerte, su proceso de interacción consigo mismo y con lo biótico, Cuando sabemos queel problema va mucho más allá, pues en ese equilibrio ecológico es .esencial el hombre. El hombre como ente principal del entorno. Y en este momento la ecología trasciendelo ambiental considerado como medio físico-biótico y alcanza la dimensión espacial como producto de lo social.Por ello el enfoque esencial de nuestro análisis ecológico traspasará la dimensión ambiental-humana hacia lo espacial -social, independiente de la referencia específica en algunos casos a la ecología, tal como ha sido solicitado para la realización de este foro. Estos conceptos se sustentan en laconsideración de que una sociedad determinada, una formación social, estructura su espacio, es decir, imprime una particular forma de organización. El espacio modificado, apropiado. humanizado constituye uno de los elementos materialesque influye de nuevo en la formación social de cuya dinámicaha surgido en tanto espacio humanizado. La organización delespacio es una manifestación de las modificaciones que sufrela naturaleza por parte de la sociedad. En este proceso deinteracción es uno de los aspectos más importantes el desarrollo de una tecnología que implique poco riesgo, que no
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contamine y sea de aplicación descentralizada. Estoy refiriéndome a la llamada tecnología real, o verdadera tecnología; aquella que no es desvirtuada por la orientación única deobtención de bienes, aquella que no produce contaminación.Aun cuando hasta se pueda alcanzar ese ideal, se puedeaceptar un concepto no extremo, referido a una tecnolog íaque, aunque marque cierta evolución contaminante, no lleguea ser degenerativa. Más, en el caso de Venezuela, no mereferiré a lo que la explotación del petróleo ha significado ennuestro pa ís desde el punto de vista de ciertos aspectos de laconducta humana. Cuando se negoció el petróleo se negoció,también, parte de la dignidad nacional. Fue el hombre quiendirigió tan oscuros manejos. Pero esa no es materia de estaponencia.
Lo que no me impide que para circunscribir el problema en su amplia y justa dimensión, me sienta obligadaa expresar algunas reflexiones sobre temas ampliamente conacidos,. pero que no pueden silenciarse para evitar así correr el riesgo de formular juicios que pudiesen considerarsecomo ajenos al problema en cuestión.
Desde el momento en que el hombre abandona lavida nómada entra en contacto permanente con la naturaleza.Cierto es .que los recolectores de conchas y sus antepasados,muy lejanos si recordamos al hombre de Neardenthal, semantenían en contacto con la naturaleza y de ella vivían.Mas ese contacto, por la movilidad de los pequeños gruposque lo practicaban, le permitía a la naturaleza fácilmente reponerse en cualquier acción agresora. Lo que no ocurre conel sedentarismo, especialmente en el avanzar del tiempo, donde el hombre, el grupo social que se ha ubicado en determinado sitio, comienza a modificar el ambiente de una manerafirme y decisiva para asegurarse de una vida estable, conpermanencia. Así inician sus pasos los cultivos y la cría.
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El desarrollo de los grupos humanos sedentarios seampl ía. Muy lentamente comienzan a formarse los burgos,y con menos lentitud, el hombre extiende su dominio sobrela naturaleza. Es decir, a modificar substancialmente el entorno, obligado a ello por el aumento de población. Y muyposteriormente, con el desarrollo de los medios de comunicación, con el adelanto técnico, con la construcción de lasmetrópolis contemporáneas y la satisfacción de las necesidades vitales de más de 4.000 millones de habitantes que hoytiene el mundo, que para el año 2.000 se estima llegará acerca de 6.000 millones, el hombre, además de ampliar sudominio sobre la naturaleza que desde sus comienzos encierrael germen de la destrucción, embiste ahora directamentecontra ésta de la cual hasta el presente ha vivido, en unadesmedida acción, que potenciando hasta el méximo el inicialimpulso destructivo, amenaza atentar contra la propia vida dequien le ha dado la suya.
Me he detenido en este cuadro, apuntando con pinceladas de brocha gorda, porque sin presentarlo aunque sea debulto como lo he hecho, no seda fácil comprender cómo laexplotación de nuestro petróleo y las consecuencias que parala vida nacional ha tenido esa explotación, rebasan el marcodel hecho material en sí, de lo que puede modificar el ambiente, la presencia del taladro, del oleoducto, del gasoducto,del tanque de almacenamiento, de los mecanismos de consumo y de exportación. Porque, lo veremos a continuación, siesos hechos materiales que acabo de enunciar han modificadonuestra ecología, donde ellos se han cumplido, ha sido elcambio estructural que la explotación del petróleo ha ocasionado en nuestra economía y la forma alegre -para no calificarla por ahora de otra manera- como ha sido utilizada lariqueza proveniente de esa explotación, la que ha ocasionadola más peligrosa y condenable modificación de esa nuestraecología y toda nuestra vida social. Porque el violento desarrollo de la explotación petrolera marca el momento en que
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ésta tr.asciende el impacto ecológico para afectar a todos losórdenes de la vida nacional.
Antes de continuar en este camino creo necesariauna definición de posiciones. Al señalar al petróleo, a su explotación, a su industrialización, a su comercio, como lacausa prmcrpal del proceso de destrucción en unos casos yde modificación en otros de nuestra ecología, y al señalarademás, que la acción directa del hombre sobre la naturaleza para asegurar su supervivencia constituye un esencial hecho de degradación ambiental, podría creerse que para mipensamiento el país hubiese estado mucho mejor si no se hubiese explotado el petróleo y que la naturaleza estaría totalmente conservada si el hombre no la hubiese utilizado ensu propio beneficio. De razonarse así tendríamos forzosamente que considerar la época del recolector de conchas como vida perfecta para mantener el equilibrio ambiental.V, hablando directamente del petróleo, si esa nuestra principal riqueza estuviese todavía oculta en las entrañas de latierra. Pero no hay tal. Porque el problema no radica sóloen la lógica utilización que el hombre deba hacer de la naturaleza para asegurar su desarollo y, en el caso del petróleo,la explotación de una riqueza natural cuya utilización esfundamental para nuestro desarrollo. Porque el problema noreside sólo en la propia explotación del petróleo, en su industria o mercadeo, sino en la manera cómo ese recurso natural ha sido explotado y en la forma alegre en que el Estado ha utilizado la riqueza proveniente de su explotación.
Sin detenerme ahora en ciertos antecedentes de valorpuramente histórico y referencial, la explotación del petróleo se inicia como tal en Venezuela en los años próximos anteriores y posteriores a 1920. Zumaque I levanta hacia loalto sus negras columnas en 1915, El Barroso 1I en 1922 yLa Rosa en 1924. El capital financiero internacional se estremece con esos estallidos. Al alcance de su mano estaba
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una presa fácil Y junto con la entrega de nuestro petróleoa los consorcios Internacionales anglo-holandeses y norteamericanos, lesionándose así la soberanía nacional, se inicia
el proceso de cambio estructural y deformación que de manera violenta se cumple en nuestra econom ía. De inmediatoel fisco se encadena a la renta minera y el país comienza a.vivir, con menos escasez que antes, del m ísero beneficio quele producía la explotación de su petróleo. No vaya extenderme aqu í en un examen del cómo se entregó nuestro petróleo a las compañ ías explotadoras y del poder omn ímodoque éstas tuvieron hasta la muerte de Juan Vicente Górnez.Más, y sólo con la única intención de señalar los alcances deesa entrega, me permito citar un párrafo de la respuesta quea los reclamos desmedidos de las compañ ías explotadorasdió en 1933 un propio Ministro de la dictadura, Dr. Gumersindo Torres: "En Venezuela se han concedido los más amplios favores a los interesados; los plazos más largos; los derechos más fijos y más amplios; el menor número de impuestos y los impuestos más reducidos que en ninguna otra legilación similar. " A la confianza, lealtad y cordialidad delGobierno corresponden instalando fuera del pa ís sus refinerías en Curazao y Aruba: y actualmente la Standard hacepreparativos para establecer la suya en Trinidad, a pesar decuantas facilidades tiene para su establecimiento en la República ...En Venezuela no sólo se exoneran hoy las maquinarias, sino multitud de efectos de todo género. El monto de lasexoneraciones asciende en diez años a la cantidad de Bs.233.359.462,66 y los impuestos recaudados en igual períodomontan a la cantidad de Ss. 171.952.126,10. De la comparación de estos guarismos resulta el cálculo desconsolador deque habría sido preferible no cobrar impuesto alguno de explotación en cambio del pago de los derechos de aduanaexonerados" .
Como se ve Venezuela les regalaba el petróleo a lascompañ ías explotadoras y encima les pagaba para que selo llevaran.
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Ese cambio estructural, ese paso a saltos de la Venezuela pastoril a la Venezuela minera, junto a 105 problemaseconómicos, presupuestarios y de balanza de pagos que originaria, comienza a hacer sentir sus efectos en el ambientede Venezuela y en la mentalidad de quienes la pueblan. Movidas sólo por su desmedido afán de lucro y por su poder incontrolado las compañ ías explotadoras, para ejecutar el hecho material en sí no ten ían consideración alguna en lo quéy a quiénes lesionaban. La superficie del Lago de Maracaibose pobló de torres de explotación, iniciándose así el procesode contaminación del Lago. De la misma manera se pueblany contaminan 105 campos de Zulia y Falcón y de otros lugares en el oriente. Al amparo de la demanda de brazos para eltrabajo surgieron ciudades deformadas y caseríos miserables.La agricultura en 105 sitios de explotación directa fue destru ída, y abandonada, la existente en regiones cercanas porausencia de brazos que, oprimidos por el miserable salariocampesino proveniente de la Venezuela semifeudal, correnpara engancharse en los dominios de la vida menos miserable que, por 105 contrastes del comienzo, le ofrecía la industria petrolera o las actividades que indirectamente se desarrollaban. Y era insalvable la diferencia que existía entre las viviendas construidas tras rejas metálicas para el alto personalde las compañías explotadoras, con jardines cubiertos de grama y flores, y aquellas donde se veían obligados a vivir, ocupando extensiones yermas, el enorme grupo de venezolanoshacinados en conglomerados de insalubres construccioneserectas mediante la ejecución de una poi ítica de tierra arrasada. No existió freno alguno para esa acción devastadoradel ambiente llevada a cabo por las filiales de la Royal DutchShell y de la Standard ou.
Acción devastadora que, con resultados evidentes, seproyectó sobre la casi totalidad del país, con la excepción deImportantes zonas montañosas, 105 Andes y 105 espacios 10
carizados en la margen Sur del río Orinoco. La explotación
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del petróleo, lo señalé antes, produjo un cambio estructul alen la vida económica del país. Pese a lo exiguo de las cann
dades recibidas por el Estado venezolano por concepto deimpuestos, la débil producción agropecuaria comienza a declinar a medida que avanza la explotación petrolera. El pai
saje rural sufre profundos cambios; regiones productoras enmarcadas en verde se convierten en eriales, se dispersa más elhabitat rural, y el campesino se sumerge más en SI mismo, ensu profunda tristeza, en su Intima rebeld la. Antes que esaexplotación cobrase intensidad, aún dentro de la propia década del 20 al 30, Venezuela era un país productor agropecuario, cuyos principales renglones de exportación fueronel café, el cacao, el añil, el tabaco, las pieles, etc. Con el producto de la exportación de esos bienes, Venezuela compensaba su balanza de pagos y su balanza comercial. Y el presupuesto nacional, reflejo claro de nuestro estado de atraso yde la debilidad de nuestra producción, oscilaba para esa década alrededor de los 100 millones de bolívares.
Apenas el dinero proveniente de los ex íquos impuestos de la industria petrolera comienza a ingresar a las arcasdel Estado, el fisco se encadena a la renta minera. Para elaño de 1936, cuando ya nuestras importaciones hablan ascendido a cifras muy elevadas para la época, el 90 0 / 0 denuestra balanza de pagos se cubre con el producto de la renta petrolera. Y el pa ís entero, todos lo sabemos, comienza avivir de modo definido bajo la órbita del petróleo. Creceel comercio de importación de art (culos de consumo, las ciudades pasan a convertirse, por su crecimiento, en polos de poderosa atracción para la población campesina cuya vida estaba enmarcada por las miserables condiciones que le impon lala existencia de un régimen semifeudal. El campo, lentamente, se ve abandonado mientras el éxodo campesino aumentala presión sobre las nacientes urbes, ahora en vigoroso desarrollo.Y cuando,a partir de la mitad del siglo presente el mundo trata de reconstruir su econom la, Venezuela orienta la
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suya por la v'(a del urbanismo y la macrocefália ciudadana,cuyos efectos negativos tanto desde el punto de vista económico como desde el humano no pudieronser contrarrestadospor el desarrollo de una industria nacional que de habersedescentralizado quizás hubiese podido frenar la presión humana sobre las grandes ciudades.
Debido a estas razones no es arriesgado afirmar que elseñalado cambio estructural que por la presencia de la explotación petrolera se produce en la econom ía nacional, es mucho más amplio, mucho más extenso, y abarca todos los aspectos de nuestra vida social y cultural; originando deformaciones siempre por el mismo hecho, por la forma como serealiza la explotación de nuestra principal riqueza minera.Explotación que, lo hemos visto, hiere directamente nuestroambiente, nuestra ecol~gía humana, socio-espacial.
Las cifras actuales de concentración de nuestra población en las zonas urbanas son índice claro del proceso de desgaste y destrucción sufrido por el ambiente de Venezuela.Para el momento en que se inicia la explotación del petróleocon verdadero carácter económico, la señalada década de losaños de 1920 a a 1930, la población de Caracas sobrepasabaescasamente la cifra de 100.000 habitantes y el resto de loque podría considerarse para la época como centros urbanosera casi insignificante. Maracaibo ten ía cerca de 50.000 habitantes , Valencia 30.000, Barquisimeto 24.000, San Cristóbal 22.000. Para el presente (según Censo 1981) la población. de Caracas•. del Area Metropolitana Interna (1) alcanzaa 2.600.000 habitantes; Maracaibo ha ascendido a cerca de unmillón de habitantes; Valencia se orienta por el mismo camino con una población actual de 630.000; y lo mismopuede decirse de Barquisimeto, Maracay, Ciudad Guayana ySan Cristóbal cuyas poblaciones actuales son aproximadamente de 524.000, 323.000, 300.000 y 200.000 habitantes, respectivamente.
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La comparacion de esas cifras permite apreciar conmayor claridad cómo se ha cumplido el proceso de éxodocampesino y el de desarrollo urbano a expen~as de los dañosambientales. Para la citada década del 20 al 30 la poblacióntotal de las que para le época podr ían señalarse como ciudades agrupaba alrededor del 23 0 / 0 del total de la poblaciónnacional, radicándose en el campo el 770 / 0 restante, es decir, más de las tres cuartas partes de la población nacional.Para esa época la verdadera Venezuela vivía en el campo. Yestas cifras, para el presente, lo hemos visto, han cambiadode manera alarmante debido al violento éxodo de la población campesina hacia la ciudad, hacia esa ciudad que le ofreceradio, televisión, cine, posibles servicios asistenciales y educacionales, cobijando todo esto el más resonante clima de vio
lencia. Hoy, mientras en el campo venezolano vive apenasalgo más del 20 0 / 0 de la población total, cerca del 800 / 0
de esa población se agrupa. en los centros urbanos. Los cinturones de miseria que rodean nuestras grandes ciudades yque cobijan a veces hasta el 20 y el 300 / 0 de la población decada una de éstas, son el más dramático ejemplo de ese proceso y una de sus consecuencias.
Este crecimiento humano de la ciudad, que obligó aun desmedido desarrollo urban ístico, no se ha efectuado trepando hacia el espacio, verticalmente. En el Area Metropolitana, muy especialmente, es cierto, ha aparecido el gran edificio, aspirante a rascacielo. La humanidad que vive en esosedificios, víctima del hacinamiento que ellos le imponen,crea a su vez, graves problemas que no han sido resueltos, porlo que sus efectos negativos se multiplican. Más, en su aspecto esencial, el crecimiento de esas ciudades, que es el temaen cuestión, ha sido horizontal. Ha sido mediante la ocupación progresiva y radical de todo el magn ífico cinturón natural que para los años del 20 rodeaba nuestras ciudades.Para los años de 1920, Sabana Grande no era aún como Joes ahora un subu rbio de Caracas; a esa pequeña población
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de entonces iban los caraqueños de vacaciones. Chacaoera un pequeño núcleo campesino, lo mismo casi era Petare,punto de enlace entre la capital y los Valles del Tuy. Y DosCaminos y Los Chorros comenzaban a ser pequeños lugaresde reacreación vacacional. Catia estaba rodeada por camposdesiertos de viviendas. Y Antímano, Las Adjuntas y LosTeques eran pequeños centros poblados no vinculados urban Isticamente a la vida de la capital.
Quien observe una fotografía aérea de lo que sonhoy esas zonas, quien contemple el cinturón de miseria quelas rodea, aparte de meditar sobre los graves problemashumanos que semejante concentración ciudadana produce, en una rápida ojeada puede apreciar cómo y a costade qué se ha desarrollado nuestra ciudad capital. Y lo mismoha ocurrido en el resto de las que he nombrado, las que handevorado de manera inmisericorde considerables cuotas denuestros campos. Cabe agregar que este proceso de poblamiento destructivo se ha robustecido, particularmente enfas dos últimas décadas, con la inmigración incontrolada proveniente de otros países del continente, en especial los localizados más cerca de nuestro pa ís, y que es atra ida por losmejores nivefes de vida en comparación con los que privanen los países de donde emigran.
Procesos éstos que han incidido directamente y demanera destructiva en el equilibrio de nuestro ambiente. Yque, directa o indirectamente, tienen un solo origen: laexplotación del petróleo. Durante la primera época de ladictadura de Juan Vicente Gómez, el desmedido poder delas compañ ías transnacionales que explotaban nuestro petróleo, era igualo si no mayor que el de la propia dictadura.Para explorar nuestros campos y explotar el petróleo lascornpañ ías practicaban la poI ítica de tierra arrasada sin conmiseración alguna, y sin que ninguna autoridad intentase poner freno a los resultados de esa acción. La contaminación
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de las aguas del Lago de Maracaibo es claro ejemplo de lo quepor falta de autoridad ocasionó la explotación y exportaciónde nuestro petróleo llevadas a cabo por las transnacionales.
Los otros puertos de embarque del petróleo sufrieron ensu ecología daños irreparables. Y el mismo daño sufrieronnuestros campos, debido al éxodo no controlado de la manode obra hacia la explotación petrolera o bajo su espejismo yal sistema semifeudal imperante en la Venezuela pastorilque constitu (a, junto con las transnacionales del petróleo,el verdadero poder de la dictadura.
La muerte de Juan Vicente Gómez, el fin de esa dictadura, abrió ante Venezuela la posibilidad de correqir loserrores y de cicatrizar las heridas profundas que éstos habían ocasionado. Pero no ocurrió así. En algunos sectoresde nuestra vida pública, en el poi ítico esencialmente, se iniciaron y comenzaron a afirmarse hechos positivos que garantizaban el respeto al ser humano, a su libertad de pensamiento. Para el sector económico la situación fue distinta. Cesó,en parte, la complicidad del Estado venezolano para con ladiaria violación de derechos de la nación por parte de lastransnacionales. Pero en nada cambiaron los contratos celebrados durante la época de Gómez, ni la actitud de las transnacionales para con el país. Fue años más tarde Isaías Medi·na quien, desde su emocionado discurso de Maracaibo(1942), inició una política de rescate de nuestra riqueza petrolera y de respeto al cumplimiento de las normas que deberían regir para esa explotación; política que debido a la correlación de fuerzas internacionales permitió que varios añosdespués, durante el gobierno de Carlos Andrés Perez, se efectuase lo que aquí se ha denominado nacionalización de laindustria petrolera.
No es tema de esta ponencia analizar esa denominadanacionalización de la industria petrolera, muy ventajosa paralas transnacionales, por lo demás. La he mencionado porque
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desde ese momento no es ya sólo a las transnacionales delpetróleo a las que debemos formular cargos en relación conlas incidencias de esa explotación en nuestra ecología sinotambién al propio Estado venezolano.
En este sentido no puede menos que lamentarse que,dentro del conjunto de decretos dictados por el PresidenteCarlos Andrés Pérez en Cumaná, a poco tiempo de haberseiniciado en el ejercicio de las funciones casi ilimitadas que leotorgó el Conqreso Nacional (1974), algunos muy justossobre conservación del medio ambiente, no se hubiesen también establecido claras providencias en lo que respecta a larelación explotación petrolera v.s. protección ambiental.Mucho más cuando para la fecha no se había celebrado aúnla transacción por medio de la cual Venezuela pasó a ser propietaria mediante el pago de varios miles de millones de bol ívares de una industria de extracción y transporte de petróleo marcadamente anticuada.
Celebrada esa transacción y a juzgar por publicaciones oficiales (2), en la actualidad los problemas de contaminación ambiental ocasionados por la industria petrolera estánbajo estricto control. Se sabe, y nadie lo niega, que esa industria, su establecimiento y funcionamiento, tiene que alterar in situ el medio físico-biótico. Pero se nos informa ahoraque los anteriores excesos de contaminación no se producendesde el momento en que Venezuela asume directamente laindustria del petróleo.
Según esa información, a partir de la nacionalizacióntodas las empresas filiales de Petróleos de Venezuela han dotado a sus estructuras de una poi ítica y sus correspondientesinstrumentos para la protección del ambiente, no sólo en elejercicio de sus actividades industriales y marítimas sino también en la tarea general de prevención y control de la contaminación. En el caso del aire, se señala que la industria
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reutiliza el 98 0 / 0 del gas producido en el propio proceso deproducción de petróleo, con lo cual se reduce en alto gradola contaminación generada por el gas disperso en la atmósferao quemado en mechurrios. Simultáneamente se utilizan filtros en las chimeneas y en los alivios de todas las plantas yrefiner ías: tal es el caso del sistema de alivio centralizado dela refinería de Punta Cardón.
En cuanto al suelo, la industria petrolera nacionalizada ha reducido considerablemente los daños al disminuir lasáreas de deforestación y las picas en las zonas de perforaciones; de 60 metros de ancho a lo más angosto posible las picas,y el área deforestada a una hectárea cuando en el pasado cubría de 10 a 15 hectáreas.
La prevención contra la contaminación del agua esde mayor importancia, aún cuando es similar a la de la perforación en tierra; es decir, está básicamente relacionada conlos derrames de petróleo y de lodo.
En el recurso agua, concretamente, ha sido sustituidala dinamita en la exploración sismográfica por cañones deaire comprimido o gas que crean ondas sísmicas que disturban al m ínimo la vida acuática. El lodo que se usa en la perforación de pozos hoy se deposita en sitios especiales en lugarde lanzarlo! a las aguas del mar o del Lago de Maracaibo como se hacía antes, o simplemente de depositarlo en cualquierzona terrestre adyacente al pozo sin ninguna prevención descontaminante. Además, se han afinado los estudios geológicos del subsuelo y los éalculos de toda la instrumentación y
equipos utilizados a los fines de evitar los reventones de petróleo y gas durante las perforaciones. Se destaca, también,que las empresas nacionales han tomado especial cuidado enla exploración costa afuera, en la plataforma continental,a los fines de evitar los derrames de petróleo.
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En el caso del transporte del petróleo hay que separar de la flota mundial al grupo de tanqueros venezolanos quese desplaza entre los países vecinos del Cari be y los terminales nacionales. Los tanqueros venezolanos, según estas fuentes oficiales, no contaminan el mar, sino que usan las instalaciones de deslastre que tienen los terminales petroleros delpaís. Es innegable que todos estos hechos son positivos;pero en lo que se refiere a las aguas marítimas en su conjuntoel problema de la contaminación continúa porque las flotastransnacionales con frecuencia violan los convenios y las medidas muy generales que se toman en relación con deslastramiento, limpieza, prevención de accidentes, etc., afectandoa la gran masa marina.
Otra fuente de contaminación del mar proviene de losefluentes de las refinerías localizadas en las costas; mas desdehace algún tiempo se tratan las aguas usadas por dichas refinerías antes de devolverlas al mar.
Mención especial merece el Lago de Maracaibo porser la principal fuente productora de petróleo desde hacesetenta años. Además de lo complejo del medio y de la diversidad de técnicas y vías de utilizar para el cumplimientode todo el proceso desde su extracción hasta su almacenamiento o transporte a las refinerías o vaciado en los tanqueros para la exportación. Un panorama que cubre más de5.500 pozos, 200 estaciones recolectoras, refinerías a orillasdel Lago, nueve terminales de embarque y cerca de 20.000kilómetros de tubería, sin incluir las plantas de inyecciónde gas yagua y los equipos terrestres, conforman un espectro muy complejo de dominar, sobre todo porque no fueronaplicadas desde el comienzo todas las medidas preventivas decontaminación. Es así como hoy el Lago sufre un procesograve de deterioro, a pesar de las medidas que toma la industria petrolera nacionalizada para evitar la corrosión de las instalaciones causada por los derrames de petróleo, así como las
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otras medidas protectoras de las operaciones tales como tI ampas de petróleo, controles automáticos de pozos y estaciones,y sistemas de control y alarma de anormalidades en la operación, y vigilancia aérea de las operaciones petroleras en elLago. Desde luego que el problema de degradación del Lagoproviene no sólo de las fugas y de los derrames de petróleo,sino también de la salinización de sus aguas como consecuencia del dragado de la barra de Maracaibo y de ser el vertederonatural de las aguas negras de sus ciudades costeras y de losdesechos del pujante desarrollo agrícola e industrial del área.
Pero esto no es todo. Porque, tanto en materia de explotación del petróleo como de desarrollo urban ístico. paracitar otro ejemplo, el problema no reside sólo en limitar almínimo la embestida ambiental que produce esa industria oese desarrollo. Además de ese límite, debe establecerse ladebida compensación. En el caso del desarrollo urban ístico,el otro ejemplo que he citado, la situación es bastante fácilde comprender. No es posible pensar que la manera de detener los estragos que el desarrollo urbano produce en el medioambiente sea paralizar ese desarrollo. Pero sí, y esto es loque aún no se ha hecho, compete a un Estado responsabletomar las providencias necesarias para reglamentario y exigirel cumplimiento de las medidas compensatorias que retribuyan a la comunidad, con creces. si es posible, la lesión quecausa el urbanismo. Y esas medidas compensatorias, que nose han tomado en relación con el urbanismo y de al! í la formainorgánica y de lesión permanente que éste ocasiona al amobiente, tampoco se tomaron frente a los problemas producidos directamente por el establecimiento de la industria petrolera. Y si bien es verdad, como lo acabamos de ver, queal asumir el Estado la industria del petróleo el atentado contra la naturaleza se ha detenido en cierto límite, lo cierto esque la herencia que nos dejó esa industria en el área de laecología, provocó lesiones profundas y no reparables.
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He aqu í. planteado a muy grandes rasgos, el problema petróleo v.S. protección ambiental en su relación directa.Pero al lado de esa relación directa está otra, la indirecta.La producida por la manera alegre y nada responsable comoel Estado venezolano ha utilizado los cuantiosos recursos provenientes de la explotación de nuestro petróleo.
Durante los últimos años de existencia de la Venezuela pastoril, el semifeudalismo campeando todavía por estas nuestras tierras de la Venezuela polvorienta, de aquellaVenezuela productora de café y cacao, de tabaco y pieles,el presupuesto nacional -lo hemos visto- apenas llegó asobrepasar la cifra de 100 millones de bolívares. Durante losaños de López Contreras se inicia el ascenso de nuestro presupuesto. Y para el último año del gobierno de Isaías Medinasu cifra alcanzaba a 498 millones de bol ívares, es decir, menos de medio millón de millones. El régimen interinariode tres años, cuando el partido se convierte en órgano de poder, el presupuesto anual alcanza la cifra de 3.600 millonesde bol ívares. Durante los años siguientes continúa su ascensoprogresivo, y ya para los años del gobierno de Rafael Calderaalcanza cerca de 14 mil millones de bol ívares. Más, apenascomienza el ascenso en los precios del petróleo, se precipitasobre Venezuela la lluvia, la copiosa lluvia del petródolar.Durante el régimen de Carlos Andrés Pérez el presupuesto, enviolento salto espacial, sobrepasa los 60.000 millones debol ívares. En el presente, ese presupuesto asciende a 120.000millones de bol ívares. Toda esa riqueza inesperada, toda esacopiosa lluvia de petrodólares que en setenta años ha elevado el presupuesto nacional de 100 millones de bolívaresa 120.000 millones de bolívares, proviene del petróleo. Yesa riqueza proveniente del petróleo, que durante los añosde la propia dictadura de Gómez comienza a distorsionarnuestra econom ía convirtiendo al pa ís de productor agropecuario en monoproductor de aceite es la que ha ocasionado, por la irresponsable actitud de sus clases dirigentes,
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el más arbitrario y desequilibrado desarrollo de nuestra vidaeconómica y social. Poderosas sectores internacionales y lavoracidad partidista han sido los factores fundamentales detan condenable consecuencia. Como elocuente ejemplo porel destino y forma de distribución que se ha dado a tancuantiosa riqueza, Venezuela, pese a que la naturaleza le haproporcionado los más abundantes y extraordinarios mediospara acometer la tarea del desarrollo, apenas ha dado losprimeros pasos en este sentido y ello obedece a que en unpaís de apenas 15 millones de habitantes, con un presupuesto per capita casi inigualable en el mundo, dedica las trescuartas partes de ése presupuesto para gastos corrientes y unmlnimo porcentaje de él para impulsarlo en el camino de superar su condición de pa IS no desarrollado. Bajo el imperio del bipartidismo poi ítico, la porción más jugosa del presupuesto nacional es absorbida por los gastos generales. Cercade 1.500.000 personas viven directamente del presupuestonacional, lo que permite afirmar que la tercera parte de lapoblación nacional se nutre directamente del tesoro público.La clientela del bipartidismo poi ítico, de los electores, asílo ha impuesto. Y esto explica que un país, flotando en petrodólares, se haya visto obligado a recurrir a un inexplicabley condenado endeudamiento internacional, a devaluar sumoneda y, además, a detener la continuidad de gran partede las escasas empresas de aprovechamiento de riquezas naturales en las cuales se había comprometido. El caso de laparalización de proyectos hidroeléctricos no puede sermás elocuente.
El problema, sin embargo, no se detiene ah í. Porqueesa "democrática" distribución del presupuesto nacional haocasionado, a su vez, cambios profundos de nuestra vida económica y social. El desenfrenado desarrollo urbano, el abandono del campo y la macrocefalia de la ciudad. el desmedidoe Incontrolado desarrollo de una actividad comercial. tambiénde muy abiertas fauces. se ha traducrdo en una curva inflacio-
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naria donde los precios se multiplican a diario y la viviendallega a límites imposibles de alcanzar aún para la clase mediaadinerada. Por ello Venezuela, la Venezuela de hoy, la Venezuela ávida de riqueza alegremente obtenida, la Venezuelapartidista, vive sólo el presente. El pasado pastoril no le interesa. Tampoco el futuro. Lo que interesa, sí, y así lo reclama la sociedad de consumo, es absorber y dilapidar hasta laúltima gota de lo que hoy le produce la explotación del petróleo. Que el mañana, ese duro y sombrío mañana que yanos está amaneciendo, que se hará más duro a medida que elcomercio del petróleo arroje menores beneficios y que muchomás lo será cuando se desarrollen las fuentes de energía sustitutivas del petróleo, a ese mañana sorrrbr.ío y dramático, laVenezuela del presente no quiere enfrentarse. Y ésto significa que la influencia del petróleo ha copado de tal manerano sólo nuestra vida económica sino aún nuestra propia vidaespiritual en forma tal que coloca una muralla entre nuestropresente y el dramático futuro de la Venezuela post-petrolera. Y digo esto porque ¿es que el pa (s, sus clases dirigentes,el Estado manejado por esas clases dirigentes, ha meditado ytomado providencia alguna! sobre las consecuencias que paranuestra vida tendr ra el posible descenso de los precios del petróleo? ¿Es que quienes dirigen el Estado venezolano han tomado medidas ciertas y eficientes para contrarrestar la posible decl inación de nuestra riqueza petrolera y la necesidad dedesarrollar otras fuentes de energía y de riqueza?
La respuesta a tan graves interrogantes es negativa.Hechos materiales así lo demuestran. La ya citada parcialparalización de los proyectos hidroeléctricos del país, medida tomada por el Estado venezolano para ahorrar gastos,no puede ser más elocuente. Y si ello ocurre en esa fuentede energía que podría sustituir al petróleo, lo mismo ocurreen otros campos de la econom ía nacional. En este orden deideas podría citar muchos ejemplos más, Pero ello me obligar ía a alejarme del tema central de esta ponencia y aumentarsu extensión en demasía.
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Estas reflexiones, duras, amargas, me salen al pasoal abordar el tema Petróleo y Ecología. Y me salen al paso,así lo afirmo al comienzo, porque la lucha por mantenernuestro equilibrio ecológico no está en circunscribirse sólo ala agresión directa contra la naturaleza. Su contorno es mucho más amplio y su alcance más dilatado. Junto a la naturaleza está el hombre. Y en la vida en común del hombre y lanaturaleza está la sociedad, la ciudad, el desarrollo rural eindustrial del país, todo un complejo universo económico ysocial. Y las alteraciones que ese complejo universo ha sufrido, en el caso nuestro, durante los años de nuestra vidacomo país productor de petróleo, directa o de manera indirecta, provienen en su mayor parte tanto de la explotaciónpetrolera como de la irracional utilización de los recursosque ésta produce. De esa industria que nos ha proporcionadoriqueza casi inconmesurable, que ha puesto en manos de lanación la posibilidad de clavar muy lejos la pica en el caminoque debe conducirnos a superar nuestra condición de pa I'S
no desarrollado. Riqueza inconmesurable, repito, pero quenosotros los venezolanos, en particular sus clases dirigentes.hemos irresponsablemente despilfarrado.
(1) Area Metropolitana Interna (AMI) -según Oficina Metropoli
tan a de Planeamiento Urbano (OMPU)- comprende Departa
mento Libertador del Distrito Federal y Distrito Sucre del
Estado Miranda,
(2) Maraven, Petróleo y Conservación Ambiental.
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LAS SECUELAS ECOLOGICO-AMBiENTALESDE LA EXPLOTACION PETROLERA EN VENEZUELA
Marco NegrónInstituto de Urbanismo -UCV-
INTRODUCCION
Los efectos directos de la actividad petrolera sobre elambiente en la experiencia venezolana son bastante conocidos, si bien, hasta donde llegan nuestros conocimientos,no existe un inventario detallado de los mismos. El volumen "Problemas Ambientales de Venezuela" del estudioSistemas Ambientales Venezolanos (MARNR-NNUU, Caracas, 1982) presenta un cuadro géneral pero razonablementesatisfactorio de la situación y de las acciones que permitirían enfrentarla, lo que nos exime de repetir aquí un análisis ya cumplido por especialistas ampliamente calificados.
Donde, en cambio, nos parece que los progresosson más débiles es en el análisis de sus efectos indirectos,es decir, los relativos a sus impactos en la transformacióndel ambiente en su sentido más general y, más precisamente,en la inducción de transformaciones en la ocupación del territorio que, en el caso petrolero, tienen características muypropias y efectos de notable alcance.
315
Las consideraciones anteriores nos han conducido aestructurar esta breve ponencia del siguiente modo: en primer lugar procederemos a una sumaria revisión de los efectos directos que sobre el ambiente ha producido la actividad petrolera en Venezuela, dando también un rápido vistazo a algunos potenciales riesgos futuros; en segundo lugar, intentaremos una aproximación a los menos discutidosefectos indirectos; por último, presentaremos algunas conclusiones tentativas orientadas por la intención de ofrecerlineamientos de acción para el futuro..
Revisión sumaria de los efectos directos de laactividad petrolera sobre el ambiente
En este caso es necesario distinguir los efectos quederivan de la actividad de explotación propiamente dichade aquellos relacionados con la transformación de los crudos (refinerías y petroqu imicas).
Las diferencias ambientales existentes entre los distintos ámbitos geográficos en que se ha desarrollado la explotación petrolera en Venezuela han determinado que losimpactos sobre el ambiente hayan sido también diferenciados.
Los problemas más notorios se refieren al Estado Zulia, donde los derrames petroleros han contribuido gravemente a la contaminación que tan críticamente afecta hoyal Lago de Maracaibo.(l) A ello se suman, como peculiaridadde la región, los problemas de subsidencia que se confrontan en algunos sectores de la Costa Oriental del Lago, especialmente graves en cuanto afectan importantes áreas urbanas.
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En las otras principales zonas petroleras del país (Anzoátequi y Monagas) los problemas son aparentementemenos graves. Sin embargo, durante nuestras investigacio-.nes en la Faja Petrol ífera del Orinoco entre 1977 y 1979encontramos indicios de contaminación por aguas servidasde la explotación petrolera en acu íferos subterráneos de laMesa de Guanipa. Aunque se trataba de problemas aislados, la atención que a ello se debe prestar es evidente porel rol crucial de esos acu íferos en la agricultura de la región. Por su localización al sur del área de las mesas, los
programas de la Faja Petral ífera hacen menos probable este tipo de riesgo, pero plantean otro tal vez más grave;el de afectar el sistema del Orinoco por el eventual impactocontaminante sobre su delta, donde los manglares, a la vezque como trampa de nutrientes, operan como trampa decontaminantes.
También los efectos contaminantes, especialmentesobre las aguas y el aire, de las refinerías petroleras y de lasindustrias petroqu ímicas son bien conocidos. Queremosanotar solamente que en los proyectos originales de la Faja del Orinoco -concretamente en el Proyecto DSMA deLAGOVEN- estaba prevista la instalación, al sur del Estado Monagas, de una planta de mejoramiento de crudos pesados que originaría emisiones de gases de dióxido de azufre, uno de los causantes .de las llamadas lluvias ácidas cuyos devastadores efectos sobre la vegetación y los cursosde agua son bien conocidos, constituyendo una preocupación primordial en los países desarrollados. Lo sorprendente en este caso es que, pese a ello, dicha obra no se poníaen discusión -ni siquiera se discutía su localización- sinoque apenas se sugería el desarrollo de "un programa paradeterminar la sensibilidad del pino Caribe a las emisionesde S02" y de un modelo matemático que permitiera estimar la dispersión de esas emisiones (Bechtel Corp., Regional Characterization Report,mimeo, Caracas, 1981) (2)
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En todo caso lo que nos interesa decir en relacióna la mayoría de estos efectos directos de contaminación,que en efecto pueden ser muy graves, es que ellos son controlables o, cuando ocurren por accidente -para lo quetambién es posible tomar medidas que reduzcan al m ínimo esta eventualidad-, son posibles acciones neutralizadoras. Tales posibilidades tienen que ver con el grado de concentración de estas actividades, su alto nivel de desarrollotecnológico y sus amplios márgenes de beneficio, pero también con la inmediatez con que suele manifestarse el efectocontaminante. En nuestro caso, todo ello debería reforzarse por tratarse de una actividad hoy nacionalizada. Sinembargo, en el caso de instalaciones que pudieran producirlluvias ácidas las cosas son bastante más complicadas, tantopor la gravedad de sus efectos como por el todavía insuficiente conocimiento que se tiene acerca de estos fenómenos. (3)
Aproximación al análisis de los efectos indirectos de lasactividades petroleras sobre el ambiente
La incidencia del petróleo sobre la socíedad venezolana durante los últimos sesenta años ha sido tan importante que es fácil caer en la tentación de identificar el unocon la otra. Sin llegar a tal extremo, nos parece sin embargo que un análisis de los efectos ambientales de la actividad petrolera sería gravemente insuficiente si no estudiarasus consecuencias sobre las formas de ocupación del territorio en las mismas regiones petroleras. En nuestro casoaquell~s han sido realmente profundas por la circunstanciade que los' yacimientos se localizaban -yen gran parte se localizan- en áreas con baja densidad de población, sin centrosurbanos significativos y caracterizadas por el amplio pradominio de econom ías de subsistencia. Con el inicio de la producción petrolera, en dichas áreas se instalan focos de acti-
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vidad caracterizadas por la incorporación de tecnologíasaltamente intensivas en capital, la elevada remuneraciónde su fuerza de trabajo y la acentuada extroversión de susencadenamientos, tanto por el origen de los insumas como por el destino de la producción.
Pese a su relativamente baja capacidad de generaciónde empleos estables, esta actividad, tradicionalmente, haatraído importantes contingentes de población hacia susáreas de localización, lo que puede ser atribuido a dos causas fundamentales: a) al nivel de expectativas que ella ge"nera en regiones caracterizadas por la debilidad de su vida
económica: b) porque la actividad de exploración, contrariamente a lo que ocurre en las otras, demanda transitoriamente un volumen significativo de fuerza de trabajo.incluso no calificado. Esta capacidad de atracción de población ha sido tan fuerte en las áreas productivas más estables que no resulta exagerado decir que la actual organización territorial en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y en el área de El Tigre es, en lo fundamental, una consecuencia de la actividad petrolera.
En una primera fase, el resultado de esta dinámica esla succión de población del campo y la expansión aceleradade núcleos urbanos más o menos improvisados, de crecimiento anárquico y carentes de servicios elementales. Estos efectos negativos no sólo se ven reforzados sino que además resultan difíciles de resolver porque, al no generar 'laactividad petrolera encadenamientos hacia el interior de suárea de localización, la mayoría de esa población reciéninurbada -incluyendo gran parte de la que había sido incorpereda en la exploración- se ve imposibilitada de conseguirun empleo remunerativo, Como a la vez, el costo de la vida tiende a elevarse rápidamente por el efecto conjunto dela eliminación de la producción agrícola tradicional y la
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incorporación de bienes de consumo "urbanos", inducidapor la demanda de la fuerza de trabajo incorporada a la actividad petrolera, el resultado es la tendencia a la "marginalización" de la mayoría de esa población. Nos encontramos así con aglomeraciones urbanas que períodos decrecimiento muy acelerado y que alcanzan un tamaño significativo (4), pero con escasa capacidad para contribuira retener en la región al menos parte de los efectos dinamizadores de la actividad de la misma estructura social.
Naturalmente, esta situación no permanece estática: en los últimos quince años tanto en la Costa Orientaldel Lago de Maracaibo como en la zona de El Tigre se haregistrado una importante expansión de las actividades agrícolas e incluso, en el último caso, una localización industrial incipiente. Estos desarrollos se han apoyado engran medida en la consolidación de las redes regionalesde transporte y, sobre todo en el caso de El Tigre, en elrespaldo que algunos proyectos han recibido por partedel Estado.
En todo caso, el hecho es que la actividad petroleraha jugado un rol de primer orden en el reordenamiento delterritorio en esas regiones, tanto en la reorganización delespacio rural como por el impulso a la formación de importantes conglomerados urbanos. Estas nuevas configuraciones espaciales, sin embargo, son todav ía débiles y,particularmente en el caso de El Tigre, pueden ser alteradas sensiblemente si los nuevos proyectos petroleros songuiados por los tradicionales criterios productivistas e ignorando los impactos locales y regionales. Los centros urbanos, a su vez, arrastran la pesada herencia del desordeny la débil estructuración con que nacieron, lo que Incideen su ineficiencia y en los bajos niveles de la calidad de vida.
320
En un nivel más general se encuentran otros efectosque, más que el petróleo directamente, se vinculan a lapoi ítica oficial de precios de sus derivados en el mercadointerno. En efecto, como es sabido, la poi ítica de los diferentes gobiernos en la materia ha sido la de garantizar unaoferta barata de energía de manera indiscriminada, tantopara la producción como para el consumo. (5)
Si bien semejante por ítica podría justificarse en elcaso de ciertas actividades estratégicas donde no existealternativa al uso de tecnologías altamente consumidorasde energ ía, lo cierto es que ella ha incidido de manera negativa en dos ámbitos directamente vinculados con la cuestión ambiental: el desarrollo de los sistemas de transportey las tendencias en las soluciones arquitectónicas y urban ísticas.
En el primer caso se ha favorecido la expansión deltransporte automotor en detrimento de otras solucionesde mayor eficiencia energética. Pero además se ha estimulado el crecimiento constante del parque sin siquiera restringir el acceso a los modelos más costosos e ineficientes,con la consiguiente exacerbación de los problemas de congestión y contaminación (sónica y por emisión de humos)en las ciudades, obligando a inversiones crecientes para laexpansión de la red vial.
En el segundo caso, el fácil acceso a sistemas artificiales para. el acondicionamiento ambiental de las edificaciones ha propiciado el desarrollo de soluciones de diseño arquitectónico y urban ístico que, si por una parteexigen un elevado consumo energético, por la otra resultanpoco compatibles con las condiciones determinadas por elmedio en que se localiza la mayoría de nuestras ciudades.
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EVidentemente, la potrtrca de favorecer la oferta deenergía barata está cambiando y deberá cambiar aún másradicalmente como consecuencia de la situación del mercado internacional del petróleo y del estado de nuestras reservas. Sin embargo, los efectos que hemos analizado tendrán una fuerte tendencia a permanecer tanto en razón dela larga vida útil de las infraestructuras Y las edificacionescomo en razón de las profundas raíces que un cierto estilode vida ha echado en amplios e influyentes estratos de la
población venezolana.
Algunas conclusiones:
De lo dicho resulta que las secuelas ambientales másprofundas que ha dejado la actividad petrolera en nuestrasociedad son las indirectas, particularmente los cambiosque ella ha inducido en los patrones de ocupación del territorio en las regiones petroleras y su influencia en la elección de los sistemas de transporte y en las opciones de diseño arquitectónico y urbanístico. No todos estos efectoshan sido negativos, si bien casi siempre han tenido un altocosto, pero requieren de la formulación de poi iticas que,sobre todo en la perspectiva postpetrolera y de un futurode escasez de energía barata, permitan la consohdacrón delos efectos positivos y la reversión o neutraltzacrón de losnegativos. Entre éstas cabe destacar:
a) poi íticas regionales destinadas a la consotidacrón
y expansión de la diversificación productiva en las regiones petroleras;
b) políticas destinadas a la consolidación económicay reestructuración urbana de las ciudades petroleras;
322
e) una poi ítica nacional de transporte orientada asustituir progresivamente el modelo actual por otro menosconsumidor de energía y menos contaminante;
d) una poi ítica de desarrollo urbano cónsona con lasdeterminantes ambientales y con una poi ítica de ahorro deenergía.
Con esto no queremos subestimar las secuelas directas. sólo que en estas en general, cuando el daño no es yairreversible, la corrección es técnicamente sencilla, al menosen términos relativos, y depende básicamente de [aexisten-
cia de una voluntad poi ítica. En cambio, en el caso de lassecuelas indirectas las soluciones son técnicamente complejas y políticamente difíciles.
Pero no podemos concluir sin insistir en los riesgosasociados a las instalaciones destinadas al mejoramientode crudos pesados (aunque no sólo a ellas) que ya mencionamos: sería una inconcebible paradoja que la industria petrolera del Estado venezolano fuera quien abriera las puertas, sobre todo en una región .ecológicamente tan sensiblecomo la del Orinoco, a lo que hoy se considera como eJriesgo ambiental más grave que enfrenta el mundo contemporáneo, la "guerra química" del hombre contra la naturaleza.
(1)
(2)
Sin embargo, como se sabe, esta situación se debe también alas descargas de aguas servidas de las industrias y ciudades localizadas en sus riberas.
En la fundición de cobre de La Oroya, en el Perú, se ha comoprobado la presencia de los gases de dióxido de azufre desde
323
los 4 hasta los 68 ki16metros, habiendo hecho desaparecertotalmente la vegetaci6n en un área de 30.200 hectáreas. En1982 el Ministerio del Ambiente del Canadá reconocía que"las lluvias ácidas son una de las formas de contaminaciónmás devastadoras que se pueda imaginar, una insidiosa malaria de la bi6sfera" (Time Magazine, 8-11-82). Sus efectos negativos han sido comprobados tanto en la vegetaci6n comosobre todas las formas de vida en ríos y lagos, desde los peces hasta la vegetaci6n microsc6pica, y en las construcciones;hay sospechas también de efectos sobre la salud humana através de la contaminaci6n de acueductos.
(3) Se estimaba que para finales de 1983 el Gobierno Federal delos Estados Unidos habría gastado alrededor de 64,5 millones de dólares en los programas de investigaci6n sobre laslluvias ácidas.
(4) El Area Metropolitana de El Tigre cuenta actualmente con unapoblación cercana a los 100.000 habitantes, cifra que ya había sido superada en 1971 por las AreasMetropolitanas deCabimas y Lagunillas.
(5) Recuérdese que hasta. 1982 los precios internos de la gasolinaen nuestro país no llegaban a cubrir los costos de producci6n.
324
PERIODO DE DISCUSION
canes Oquendo
Doctora Segnini, sus protestas ante la irresponsabilidad,
ineptitud y corrupción en el manejo de los dineros del petróleo,
son muy conocidos y justos, pero me pregunto ¿qué se puede
hacer? ¿Vamos a seguir siempre así? No se observan indicios deun cambio. Cada cinco anos tenemos elecciones y siempre es lomismo, los gobiernos se turnan ¿Hasta cuándo va a continuar es
ta situación? ¿Cuál es su opinión al respecto?
Isbelia Sequera de Segnini
Precisamente ese es uno de los planteamientos de la ponencia. Lo que usted expone es la forma como se ejerce nuestrademocracia, la forma del imperio del bipartidismo, la forma delclientelismo electoral y lo hemos presentado como causa y efecto del perturbado equilibrio social y económico que vive el país.
Decía yo que lo esencial en el tema que me correspondiódesarrollar es cómo lo anterior ha afectado a la ecología, en el
sentido de la organización, de la macrocefalia, del haclnamtcnto,de la ruptura, de la eliminación de las zonas verdes, del fortalecimiento de cinturones de miseria, etc. La pregunta que usted
formula tiene un alcance mayor, se trata de una pregunta de índole política: ¿Cuándo se va a operar un cambio en Venezuela?y se supone que si este cambio ocurre, debe entonces detenerlos datos que se causan al ambiente.
En realidad, no estoy en condiciones de contestar cuándo se va a producir. Eso depende de todos los venezolanos, de
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la conciencia de todos. Me encuentro entre aquellos que luchanpor la conservación de la naturaleza, por mantener el equilibrioecológico, por la justicia social. Soy una de esas voces y supongo que usted es otra, y probablemente todos los aquí presentesa quienes, desde luego, les interesa este tipo de temas formenparte de esa legión de motores que mueven las sociedades. No
obstante, nosotros tenemos a grupos muy poderosos, interesesmuy fuertes, intereses económicos que predominan, intereses
políticos e intereses internacionales que privan sobre estos buenos deseos, estos buenos sentimientos y estas causas noblespor las que estamos luchando. No podría darle una respuesta.Pero de algo estoy consciente: aquellos que creemos en el cam
bio, en la mejora y en todo lo que he señalado, tenemos quemantenernos firmes, porque las sociedades se salvan, justamente, gracias a esas personas, que como las que están en esteauditorio, se preocupan por su país.
Genoveva de Genatios
Siendo los cinturones de miseria de las principales ciudades del país uno de los resultados de nuestro desarrollo petrolero, ¿cuáles serían los lineamientos que sugiere para el retorno de los venezolanos al campo? ¿Cómo podrían ser incorporados a los procesos de vital interés para el país tales como la producción de alimentos?
lsbella Sequera de Segninl
Sí, me puedo referir a las políticas porque tengo ideas alrespecto. Pero saber si se podrían cumplir o nó es muy difícil porque no dispongo del poder para ejecutarlas. Lo único que puedo hacer es encauzarlas y discutirlas. Quienes pueden hacerloson sólo aquellos que tienen poder, cuando lo tienen en sus manos los que dominan el Estado y los dirigentes. Sin embargo, po-
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demos señalar cuáles son esas grandes ideas. No cabe duda de
que la descentralización se hace necesaria. Lo que equivale in
clusive a establecer una cuota de crecimiento a las ciudades y
fijar las cuotas a las cuales se deben reducir las que han llegado aesos niveles exagerados. Obviamente, esto no puede hacerse
por decreto únicamente y arbitrariamente, sino que tiene que for
mar parte de un contexto global, y el Estado venezolano debe es
tar inmerso en una posición muy compleja y muy completa a la
que catalogó de Afirmación Trascendente.
Permítaseme explicar en qué consiste la Afirmación Tras
cendente. Significa en primer lugar, que Venezuela define su po
sición en cuanto a la defensa de su territorio y a la defensa de lasoberanía nacional. Posteriormente define en su territorio una se
rie de políticas económicas, sociales, jurídicas, etc., orientadas a
utilizar el espacio en función de la satisfacción de las principalesnecesidades de las mayorías y en función de todas las realidadesque estamos viviendo, como por ejemplo: el problema petrolero,el de la defensa de los precios del petróleo y de su peso en la
economía mundial y sus repercusiones en la economíanaclonal.
Luego, a la luz de todos estos acontecimientos, define elEstado sus políticas y, desde luego, planifica sus estrategias.Una de ellas, de orden político, por ejemplo, es la política de des
centralización. Es decir, la regionalización del país, cónsona conestas nuevas realidades. Entonces, la gente, se irá forzosamente del centro al interior, no digo obligados como ocurrió en una o
portunidad que los campesinos venían y construían sus ranchosen una noche, y luego se los llevaban al día siguiente para losasentamientos de Pimpinela en Portuguesa y se les metía 300bolívares en el bolsillo y a la semana siguiente los mismos campesinos estaban levantando los mismos ranchos. Luego, al sábado siguiente recibían otros 300 bolívares y eran enviados en
el mismo autobús para Pimpinela.
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No se trata de eso sino de que en la medida en que simul
táneamente se desarrollen otros sectores, se desarrolle el sectoragrícola a través de una serie de medidas que me llevaría mucho
tiempo enumerar. A grandes rasgos deberían ser divididos endos grandes sectores. Uno de ellos el sector que llamaremos pro
ductor gerencial, y otro el sector campesino, y para lo cual hayque definir las políticas más convenientes. Tengo ·una idea más
clara al respecto. En la medida en que se creen estímulos nece
sarios para la ocupación de las áreas del interior, en esa misma
medida se reducirá esta macrocefalia urbana, yen esa misma medida se pueden ir erradicando esos cinturones de miseria y sus
tituyéndolos por árboles productores de oxígeno. Todo ello co
mo parte de la asunción del Estado venezolano de la política deAfirmación Trascendente.
IrisParra de Garcfa
Tuve la oportunidad de participar en el Seminario de Conservación del Lago de Maracaibo que tuvo lugar en Maracaibo y al
cual asistí con la inquietud de que se me presentara una normativa legal que sirviera de garantía contra esa contaminación tan sonada y conocida por toda Venezuela, y que lamentablemente noha pasado de ser un teoricismo.
En esa ocasión no se plantearon normativas concretas
para descontaminar el Lago de Maracaibo. Unicamente se plan
teó en el sentido de la normativa, la Ley Penal del Ambiente, asícomo también se habló de tribunales agrarios, Por supuesto, pedí la palabra y manifesté mi preocupación en cuanto a que la normativa surgiera de Maracaibo, concretamente de una AsambleaLegislativa dedicada a crear una Ley que respetara las disposiciones nacionales del ambiente y que simultáneamente perfilara,refinara y adecuara la característica especial de la contaminacióndel Lago y tratara de aportar las soluciones necesarias, ya que se
trata del gran lago que tiene Venezuela.
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En el caso del Lago de Valencia no hay en realidad unanormativa, y la ausencia de una ley local hace que las ordenanzasmunicipales sean incapaces de controlar esa contaminación.
En realidad el problema de la normativa del lago es un problema que me preocupa como zuliana y como venezolana y como abogado. Existe únicamente un decreto a nivel nacional sobre descontaminación del Lago, que siendo objetiva, no se pue
de aplicar ya que es de carácter nacional y obvia las características peculiares de la región. El Lago de Maracaibo perece díaa día ante nosotros; a pesar de todos estos eventos que organizamos para crear conciencia, carecemos de una normativa.
La respuesta que se me dio en el Seminario fue que nuestras asambleas legislativas-eran entelequias jurídicas, no precisamente con esas palabras, pero se me dijo que en Venezuela existía un federalismo teórico, ypor lo tanto las asambleas legislativasno podían pensar en eso.
Quisiera oír su opinión al respecto como persona conocedora del fenómeno ecológico, del ambiente, de la protecciónde los recursos, y como excelente ponente, motivante y que goza de toda credibilidad ¿Cuál es su opinión en cuanto a las posiciones que se plantearon? ¿Cuál sería la más acertada?
Isbelia Sequera de Segnlnl
Me- complace contar con la participación de una representante del Zulia en este Foro. Entre los puntos a los que hizoreferencia planteó el problema del petróleo como la causa de losgrandes males. No es el petróleo en sí, sino la forma en que seutilizan los beneficios derivados de su explotación. Ahora bien,desde luego que el petróleo In sltu produce problemas, contaminación, degradación del ambiente, y no puede ser de otra mane-
329
ra porque es una máquina que está perforando el terreno, el suelo, degradando el ambiente, deforestando hectáreas para abrirun pozo, picas, etc. Todo ello implica degradación del ambiente.Pero hay que tomar en cuenta las consecuencias indirectas que
ya mencionamos.
Luego usted señaló una cosa muy importante: su preo
cupación como joven venezolana. Yo decía que el venezolanode hoy (y es verdad) está todavía como el venezolano del año29, con la diferencia de que vamos a ser ricos-pobres y antes éramos pobres-ricos. Pero la inquietud y la preocupación son las mismas, tal como lo señalaban el doctor Oquendo y la ingeniero Genatios.
Los problemas de Venezuela no se resuleven por falta decarácter de los gobiernos, yeso ocurre a todos los niveles, no sólo en la contaminación del ambiente, de la naturaleza, sino también en la contaminación del espíritu del venezolano. Es sorprendente ver cómo se siembra la duda y la inseguridad. ¿Cómo esposible que el Puente sobre el Lago esté en peligro de caerseporque se haya utilizado are.na marina en su construcción? Tengo entendido que los materiales que están vinculados con estasarenas y con el tipo de agua que se puso cerca de las cabillas están produciendo corrosión, es decir, que el problema del puentees doble: el exceso de salinización del agua del lago y el materialutilizado en la propia construcción del puente.
Ante esta realidad, los constructores y responsables merecen no menos de 40 años de cárcel. Pero no se les condena niun día; ni a ellos ni a los banqueros, ni a los que desfalcaron elpaís y que se llevaron los 30.000 millones de dólares que debeVenezuela. He aquí el gran problema. Por eso nos encontramoshoy como en el ano 29, con la diferencia de que estamos hablando de una magnitud espeluznante, que no cabe en nuestros ce-
330
rebros cómo ha sido desbancado el Estado venezolano y no lepase nada a quienes lo han hecho.
No obstante, a pesar de todo, sigo teniendo fe. Piensoque mientras exista gente preocupada como ustedes y como yo,y sigamos hablando aquí y allá, escribiendo en la prensa, escribiendo libros, exponiendo todas estas preocupaciones, nuestras voces harán eco algún día. Y la verdad se impondrá Ustedesdirán: ojalá se imponga antes de que se caiga el puente. Y estoyde acuerdo. Pero debemos seguir luchando. Debemos luchar.Es cierto que los venezolanos estamos muy mal, hundidos emocionalmente y hasta desconcertados. Pero, así como el hombredegrada y vende la soberanía del país, también el mismo ser humano que hace todas esas cosas malas, es también el mismohombre el que construye la sociedad y el que tiene aliento y dafuerzas para seguir adelante. Debemos seguir luchando, mantenernos en nuestra línea o esperar que alguno de nosotros tenga poder para aplicar esas medidas contra toda la gente que hacecorrupción y que endeuda al país en treinta mil millones de dólares que se encuentran simple y llanamente en los propios bancos que nos están cobrando. En otras palabras, Venezuela noestá realmente endeudada, pues los bancos tienen el dineroguardado a nombre de 10, 20 o más personas.
Sigamos manteniendo nuestra línea de defensa, nuestralínea de fe y de firmeza y algún día ello servirá para salvar a la sociedad.
Francisco Mieres
El movimiento del ambiente también tropieza con el realismo de la gente bien pensante. Es como frenar la urbanización ycomo proceder a una suerte de desurbanización y sobre todo dedesmetropolización, una suerte de descapitalización de Caracas
331
y se ha asomado tímidamente dos propuestas: la de congelar a
Caracas y la de mudar la capital administrativa al río Orinoco, de
manera de descentrar el polo fundamental de distribución del in
greso petrolero y separar a Caracas de la nueva capital orinoquense o apureña. Esta se condena también como utópica e impracti
cable.
Quisiera exponer algunas reflexiones al respecto. Tene
mos ante nosotros el ejemplo de Brasilia; el mal experimento de
Brasil, porque Brasilia fue una ciudad hecha con todos los recursos, muy costosa, etc. La propuesta de una capital administrativa
modesta parece que no cuadra con nuestra propia concepción.
Por otra parte, en el Seminario petrolero de Maracibo, un ingenie
ro petrolero, por añadidura director de una revista petrolera, for
muló una pregunta acerca del petróleo y el gas como productos
inofensivos al ambiente. Luego, está el problema de la fauna marina y la derivación del daño por los hidrocarburos. Posterior
mente se hizo una apreciación acerca de la situación de las tierras
agrícolas. Se preguntó: ¿en qué medida el proceso de urbaniza
ción e industrialización, al tomar las mejores tierras agrícolas, ha
reducido en calidad y en cantidad el recurso suelo? y ¿En qué
medida la extensión de la frontera agrícola ha logrado o no resolver esa situación?
Isbelia Sequera de Segninl
El académico Mieres abordó una serie de temas muy inte
resantes como por ejemplo el aparente círculo vicioso entre el desarrollo económico y la protección ambiental. A este respecto esbueno destacar que existe la posíbllldad de utilización de una tec
nología, llamada 'tecnología real' o "verdadera tecnología" que
es aquella que no es desvirtuada por la orientación única de producción de bienes, que no produce contamínaclón y que resulta
ser un tipo de tecnología ideal con la que se puede lograr no con-
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taminar. Y dado que es imposible detener el desarrollo, o dejar elpetróleo y todos los bienes guardados en las entrañas de la tie
rra, hay que saberlos utilizar y con tecnología adecuada.
Mas es también cierto que esta verdadera tecnologíaideal, es muy difícil de aplicar; por tanto hay que recurrir a una detipo intermedio, que se aproxima. Me refiero a una tecnologíaque marca una evolución que aunque sea contaminante, no lIega a ser degenerativa. Los pueblos jamás aceptarían detener eldesarrollo. Tal y como lo señalaba el profesor Mieres, existen personas que prefieren arriesgar su salud a perder el trabajo; por tanto, lo que se trata no es de detener el desarrollo sino usar, para lograr el mismo, las tecnologías apropiadas.
En cuanto al planteamiento que se formulara respecto a lacreación de un clima para la inversión extranjera, deseo responder que realmente me preocupa mucho, como también me preocupan los comentarlos hechos por colegas economistas que sostienen que inclusive la empresa petrolera debe vender accionesa las trasnacionales, es decir, devolvernos al negativo pasado dehace setenta años. Pues definitivamente al capital trasnacional leinteresa exclusivamente el beneficio inmediato, y mientras éstesea mayor, mejor, sin preocuparse en cuanto afecte a la naturaleza y a la sociedad venezolana. No me explico cómo se ha planteado esto en el país y cómo tiene acogida en los diferentes sectores políticos, entre economistas y gente sumamente preparada.Se trata, en fin, de una realidad preocupante en alto grado, y conla que, desde luego, no estoy de acuerdo. Porque después delo que nos ha costado llegar a la nacionalización (a pesar de seruna pobre nacionalización, en la que se recibió chatarra y en laque seguimos dependiendo de la técnica y el comercio de lastrasnacionales) a pesar de todo ello y ser una nacionalización"chucuta" como la calificara Pérez Alfonzo, no estoy de acuerdoen volver a las etapas iniciales de la industria petrolera en el país.
333
El otro punto de la pregunta que me fue hecha se refiere
al problema de Caracas, cómo congelar su crecimiento o mudarla.
Al respecto quiero señalar que la idea original del traslado de Ca
racas a orillas del Orinoco, fue discutida hace tiempo y surgió deun compañero nuestro. Considero que habría que continuar los
estudios definitivos y ciertos sobre este problema. Ya iniciadospor el Instituto de Urbanismo de la Universidad Central, para to
mar decisiones.
Otro aspecto de la pregunta es el comentario que alguienhiciera en el sentido de que el petróleo era inofensivo; no me lo
explico. ¿Cuáles eran las razones de esa persona para decir quees inofensivo? Porque bien se sabe que los derrames del pe
tróleo y sus efectos en las llamadas playas negras, las alfombrasnegras, que provienen casi siempre de derrames de pozos petro
leros o de accidentes de tanqueros, lo que se observa en las costas, sus efectos sobre la fauna, el agua, etc., están más que com
probados. Por tanto, el argumento de lo inofensivo me parece ab
surdo. Debemos estar muy alertas, ya que quizás ese señor representa determinados intereses y está hablando de esa formapara ir creando conciencia en torno a su idea.
En cuanto al otro asunto preguntado sobre el uso de lasmejores tierras para la urbanización y la centralización, indudable
mente ello forma parte de las consecuencias indirectas de la explotación del petróleo. Aquí mismo, en las ciudades, se acabó
con todas las zonas verdes. Muy cerca de aquí, por ejemplo, enlas tierras de los Valles de Aragua y Carabobo (de las pocas tierras buenas del país) se utilizan también para producir bienesque están orientados, por ejemplo, a la producción de alcoholeso a la producción del azúcar que tiene un mercado asegurado.Sin embargo, cada día se abre mas camino a la urbanización. Indudablemente que esto en Venezuela es gravísimo porque ennuestro país no hay suelos de primera. En la clasificación interna-
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cional de suelos, se estimó que nuestros mejores suelos se en
cuentran, creo que a partir de la tercera escala, y se encuentranen los principales valles de la Cordillera de la Costa y de la Cordillera de los Andes. Si vamos en sentido Este-Oeste, encontramos los valles de Cumanacoa, Aragua, Carabobo , Yaracuy, Turbio, Motatán, ureña, y muy pequeños sectores en Portuguesa y
Guárico. Entonces, si además de lo reducido de los buenos suelos se amenaza con dedicarlos al urbanismo, a la industrialización,
realmente queda muy poco para la agricultura.
Sin embargo, insisto en que la agricultura es la gran y úni
ca salida al problema petrolero que enfrenta Venezuela. Nuestropaís debe volcar su mirada hacia el campo, es decir, hacia su pro
pia realidad. Venezuela tiene que redimensionar su realidad yperspectiva en función de lo que tiene. ¿Cuántos son sus sue
los? ¿Cuáles son sus tipos de suelos? Existen de tercera, cuartay quinta categoría. Además hay que elaborar todo un programade desarrollo agrícola, empresa completamente factible y opinoque estamos en condiciones de autoabastecernos e inclusivede producir por lo menos para el mercado latinoamericano. Porque, a su vez, todas las medidas que tomemos en materia agrícola, en lo social, etc. deben estar enmarcadas, a mi juicio, dentrode una concepción americanista que cubra desde México hasta
Tierra de Fuego y las Islas Malvinas. Creo que es la única salidaque tiene América y, dentro de América, Venezuela.
Marcos Negrón
Quisiera hacer unos breves comentarios. Comenzaré conla Ley de Permisología que se quedó en el Senado.
La Comisión de Administración y Servícíos del Senado sedirigió al Instituto de Urbanismo, al Ministerio de Desarrollo Urbano, a la Cámara de la Construcción, a la banca hipotecaria, etc.
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para solicitar su opinión sobre la llamada Ley de Permisología.
Considero que estos trámites de permisos deberían simplificarse
en ciertos casos para las edificaciones, y no en las urbanizacio
nes. Se trata de dos problemas distintos. La Ley se refiere a ambas cosas por igual. Pero evidentemente dicha Ley lo que plan
teaba no era simplificar el trámite de permiso sino eliminarlo. Lo
que la Ley planteaba como filosofía es que la zonificación es un
derecho a la propiedad y que una vez que se tiene ese derecho
no hay que pedirle permiso a nadie.
Cuando la Comisión de Administración y Servicios del Se
nado nos llamó sostuvimos una posición muy radical: rechaza
mos el proyecto de Ley y opinamos que había que comenzar poralgo que solucionase no sólo el problema de los permisos sino algo así como una Ley Nacional de Urbanismo y a partir de allí comenzar a de~cender hasta llegar a una simplificación en el otorgamiento de los permisos para edificaciones, e insisto, no para urbanizaciones en las que los problemas ambientales no sólo sonmuy serios sino que los daños que ocasionan pueden ser irre
versibles, independientemente de la multa que se aplique, yaque las multas no resuelven el problema. Para sorpresa nuestra,la Comisión de Administración y Servicios del Senado acogió lapetición del Instituto de Urbanismo y acordó devolverle su Ley alMinisterio de Desarrollo Urbano y dedicarse a preparar una LeyNacional de Urbanismo.
El problema es que ésta debe ser la decimosegunda o decimotercera Ley Nacional de Urbanismo que se trata de prepararen Venezuela y ninguna de ellas ha sido aprobada hasta ahora.En este caso la iniciativa ha partido del Senado y a lo mejor se obtienen resultados.
Se trata de un caso muy fácil de manejar porque el problema estaba bastante localizado. Además, la ley también sugería
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una falsedad: la industria de la construcción está paralizada porlos permisos. Nada más lejos de la verdad. Hace 6 años ó 7 se hacía el mismo trámite y la construcción se desarrollaba vertiginosamente. Ahora lo que existe es un problema de demanda y de financiamiento; no se trata de un problema de permisos.
Lo que me inquieta de todo esto es que quienes asumimos una posición crítica ante lo que pudiéramos llamar el estilo oel modelo de desarrollo venezolano no hemos sido capaces depresentar respuestas alternativas que tengan visos de viabilidad.En mi opinión, el ejemplo de la Ley de Permisología es interesante, porque el problema era pequeño, no muy complicado ypudimos presentar una argumentación radical contra la ley y convencer, por lo menos a una Comisión del Senado, para que no laprocesara y que optara por otra alternativa.
En otros campos hemos sido también poco capaces, independientemente de la buena voluntad y de los esfuerzos que hemos desplegado; entre otras cosas, porque son campos sumamente difíciles y, como decía Francisco Mieres, es un problemacrucial esta especie de círculo vicioso entre desarrollo económico y ambiente.
Uno de los problemas más graves de la ciudad moderna,en todos los órdenes, es el automóvil. Su solución, aparentemente, es sencillísima: no vamos a producir más automóviles¿Qué sucedería entonces con los trabajadores de la industria automovilística que, según tengo entendido, es todavía la mayorempleadora del mundo? No hemos sido capaces de responder,no porque no se hayan realizado esfuerzos (creo que se podríanhacer más todavía) sino porque los problemas son complejos.Pienso que el problema del crecimiento urbano ha sido tratadomuy a la ligera, pero nadie, a lo largo de la historia, ha logrado poner un techo al creclrníento de la ciudad. El único caso exitoso de
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retorno al campo que conozco, es el del Khmer rojo en Camboya, yeso a punto de pistola y, por supuesto, el período que siguió a la caída del Imperio Romano, único gran período de desur
banización de la historia.
Por supuesto que hay problemas de crecimiento. Esta esuna vieja polémica entre los urbanistas y se han publicado toneladas de libros sobre lo que se conoce como el tamaño óptimo delas ciudades. Cuando Rotival y Villanueva, Leopoldo MartínezOlavarría, etc., elaboraron el plan monumental de Caracas en elaño 1938, la estimación que hicieron para la Caracas del año2000 fue de 700 mil habitantes. En este momento es de 6 millones; por lo tanto, se trata de una realidad difícil de manejar y deentender. Cuando menciono a las personas que elaboraron elPlan del38, lo hago para que se observe que no se trata de incapaces. Evidentemente, la ciencia urbana en esa época estabamenos desarrollada que ahora, pero la ciudad también era un problema más fácil de tratar, aunque en un cierto momento explotara. En otras palabras, cuando uno piensa en las cifras de ciudadde México, la cual tiene hoy la población de Venezuela, se estima que para el año 2000 se calculará quizás en un poco más de30 millo~es de habitantes, se da cuenta de que son inmanejables, y no se sabe como frenarlas.
Es evidente que tenemos que desplegar esfuerzos porfrenar el crecimiento. No nos hagamos ilusiones en cuanto al techo que se le-puede poner. No obstante, existe un problema sobreel que se reflexiona poco: la organización interna de la ciudad. No hay razón para que las ciudades sean lugares en los queno se pueda vivir. Es más, el gobierno acaba de tomar una decisión que me es muy familiar y sobre la cual me atrevo a dar una opinión en privado. He pensado en la posibilidad de escribir un artículo pero no me arriesgo a hacerlo porque no dispongo de suficientes elementos de juicio: se trata de la conversión de la Ave-
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nida Bolívar en un Parque Urbano, uniendo el Parque Los Caobas con El Calvario; es decir, convertir todas esa área en un parque. Tengo la sospecha de que esa es una pésima solución.
En las ciudades, no todo el espacio humano vivible tienepor qué ser parque. En ocasiones, esos parques son difíciles deutilizar, son incluso hasta peligrosos, sobre todo en el centro dela ciudad, y son lugares que no se pueden cerrar, como es el caso del Parque del Este. Todos sabemos en lo que se ha convertido el Parque Los Caobas por las noches: es un sitio impenetrable. Entonces, las soluciones aparentes, aquellas que aparecen evidentes de entrada, pueden resultar malas en la práctica.Sin lugar a dudas, en los espacios urbanos hacen falta áreas verdes, entre otras cosas, por la necesidad de mantener el aire limpio. Caracas, por suerte, tiene el Avila, y este sí es un pulmónque hay que defender hasta con sangre si es necesario. Perodentro de las ciudades, es decir, en espacios centrales, las áreasverdes no son necesariamente las mejores y aparentemente loserían, en todo caso, áreas verdes relativamente pequeñas, noexcesivamente pesadas y abundantes. En lugar de tener sólo ungran parque, tener un conjunto de pequeños espacios fácilmente controlables para evitar los riesgos y peligros inherentes a estas áreas con poco control yen definitiva poco utilizadas.
Hemos hablado mucho de la necesidad de mudar la capitalo de ponerle un techo al crecimiento de Caracas. pero, por el contrario, no hemos hecho el énfasis suficiente en la tarea de cómoestructurar las ciudades internamente e incluso, hay poca investigación al respecto. Puedo imaginarme un espacio urbano comoel de ciudad de México, un espacio urbano continuo, bastantegrande, de 30 millones de habitantes para el año 2000 y me lopuedo imaginar no siendo hostil. Todo depende de la manera enque sea estructurado. Se han hecho algunas proposiciones como el de utilizar sistemas de transporte rápido, trenes urbanos,
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etc., sugerencia de los franceses en cuyo país existen núcleos
urbanos muy densos, separados por áreas agrícolas, bosques,etc., pero relativamente cercanos entre sí, de modo que la distancia de cinco o diez minutos entre uno y otro pueda ser recorridamediante el uso de los sistemas de transporte mencionados. Entonces esto puede permitirnos 'encerrar' a la ciudad en el verde,dentro de las áreas agrícolas y, evidentemente, con limitaciones
para la expansión. Se trata de áreas que no pueden ser ocupadas, que permitan concentraciones bastante densas, pero que al
mismo tiempo sean vivibles; porque está claro que las grandesciudades tienen atractivos. Recuerdo que cuando el arquitectoGuinand Baldó era gobernador de Caracas, decía no entenderpor qué la gente se venía a Caracas si é1 cada vez que tenía unaoportunidad se escapaba al campo. Lo que esos campesinos llamaban 'el monte', para él era el campo, porque probablemente llegaba a una buena casa. Por el contrario, esos campesinos estaban buscando, desesperadamente, un sitio o en última instancia,robarle algo a alguien so pena de morir entre pobres y miserables.
Si hago estos planteamientos es con la intención expresade problematizar, es decir, de difundir la idea de que no hay soluciones sencillas. El problema es muy complejo y nosotros hemos hecho relativamente poco por darle una respuesta viable. Elestudio sobre la mudanza de la capital le fue encargado al CENDES, porque precisamente su Director, en un artículo que unavez escribiera, tuvo la idea de decir que era factible mudar la capital. Luego se vería que no se resolvía nada con mudarla. En elcaso de Brasilia, por ejemplo, considero que el problema no estanto el costo sino un problema que escapa a la decisión propiamente dicha de la ciudad. Este caso no es paradójico, porquelo mismo sucede en todos nuestros países. Brasilia es una ciudad nueva, que nace con un cinturón de ranchos en el que vivían los obreros que construyeron la ciudad. Tuve la oportuni-
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dad de conocer Brasilia, recién fundada y los sitios más agrada
bles se encontraban, por cierto, en esa zona llamada marginal,
mucho más humana que la famosa ciudad nueva.
No quiero extenderme porque el tema es muy largo, que
ría solamente sugerir estas cosas. Los problemas son mucho
más complejos de lo que parecen y nosotros hemos sido poco
eficaces en dar respuestas. Esto último me sugiere un comen
tario final acerca del papel que pudiera cumplir un organismo como la Academia Nacional de Ciencias Económicas, recién nacida,para motivar ciertas líneas de investigación en el país, un tanto
descuidadas. Creo que el prestigio de que pueda gozar una Aca
demía podría ayudar a operar una motivación, es decir, a estimu
lar este tipo de investigación.
María Sol Pérez Schael- Relatora
A mi juicio hay coincidencia fundamental en la ponenciapresentada por la doctora Segnini y en la coponencia del arquitecto Marcos Negrón, en cuanto al reconocimiento del hombrecomo protagonista de toda esta problemática biológico-ambientalque circula en relación al petróleo y en lo relativo al énfasis de losefectos contaminantes en términos sociales o si se quiere espaciales, consecuencia de la administración de los recursos genera
dos por el petróleo.
Recuerdo que cuando estudiaba Geografía Económica,
en 42 año de bachillerato, el petróleo era considerado como unode los récords del venezolano y, por ende, era calificado positivamente. Hoy en día el petróleo aparece como un sujeto que ani
ma todas las vibraciones del país, y ocasiona una cierta divisiónde las relaciones humanas y de las declaraciones políticas.
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Diría que la doctora Segnini identifica el problema central
en la forma como han sido desarrollados la administración y el aná
lisis del problema del petróleo, señalando como rasgo, a mi juicio
significativo, el hecho de que si bien ha habido un cambio y unasuerte de pasaje temporal en la historia desde la época de Gó
rnez hasta nuestros días, hay, sin embargo, una especie de conti
nuidad en este mal método de utilizar el recurso y de administrar
lo. En un comienzo, por la complicidad del Estado, luego por la
permanencia de contratos y posteriormente por la forma como la
nacionalización es asumida por el Estado venezolano, y/o la responsabilidad frente a la administración de este recurso.
Otro aspecto que me gustaría señalar 'de la ponencia de ladoctora Segnini, es el relativo al uso actual de los recursos del Es
tado, señalando como problema fundamental no sólo el limitar las
consecuencias o las secuelas que pueda generar la explotaciónde un recurso de esta naturaleza, susceptible de crear ciertos
problemas de contaminación; sino también el no retribuir socialmente las consecuencias que en algunos casos pueden ser inevitables con políticas de desarrollo que realmente permitan queel inmenso caudal de recursos sea utilizado en beneficio de or
den social.
El doctor Negrón coincide con lo antes expuesto, porqueese tipo de efectos del petróleo es controlable y está siendo con
trolado con más efectividad que los indirectos; también se refirióa los efectos de la ocupación del territorio, factor que consideróde igual importancia y que es evidencia de la necesidad de reflexionar sobre las potencialidades actuales del país ante aquellosrubros que se encuentran lamentablemente perdidos, como esla producción agrícola, por ejemplo. Es importante considerar este punto, como lo señalaba la doctora Segnini, para efectos decualquier política que garantice el futuro de auto-abastecimientoeconómico del país.
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Señaló el crecimiento anárquico en las propias zonas pe
troleras y sus consecuencias, fundamentalmente resumidas enese problema que conocemos como marginalización. Por otra
parte, es importante volver a mencionar las responsabilidades humanas en todo este problema ambiental y social y en lo relativo alas políticas de precios de los derivados, y de todas las políticasenergéticas que han favorecido soluciones, arquitectónicas y urbanas, que no resultan beneficiosas para el ambiente de vida humana.
En cuanto a las temáticas abordadas en las preguntas, loque más significativo me parece es que ciertamente el panoramaes relativamente deprimente y no nos dan solución las respuestas demagógicas de los políticos soñadores ni las respuestas meramente pragmáticas cuyas consecuencias, por la premura de lasolución, podrían también no tenerse en cuenta, por no ser lasmás adecuadas. El problema reclama investigación y estudio yreflexiones serias y debates nacionales.
Creo que esta idea de la descentralización de las decisiones podría también generalizarse, no sólo como descentralización del país sino de la política de democratización de las discusiones en torno a la temática petrolera con el objeto de que dejede ser el tema de los técnicos que se alejan un poco del dominiode la opinión pública o de los políticos que no siempre actúancon la debida responsabilidad de informar a la gente sobre este tipo de eventos para que, como dice la doctora Segnini, divulgany sostienen todavía esa voz, y que permitan efectivamente queestos problemas no sean resueltos utópica sino humanamente,en términos de sociedad vivibles.
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Isbelia Sequera deSegnlnl
Es mi deseo agradecer a los asistentes y a los compa
ñeros del panel, al moderador geógrafo Luis Mejías, a !a relatoraMaría Sol Pérez Schael, en nombre de la Academia Nacional de
Ciencias Económicas, y señalar también que la presencia de uste
des representa para nosotros, académicos. un gran respaldo; unreconocimiento a una Academia que recién comienza; un reco
nocimiento al organizador de este tan importante evento, doctor
Francisco Mieres, y un estímulo para que como académicos jóvenes, como ente nuevo dentro del país cumpla esa función de
ductor del país que debe cumplir una Academia Nacional de Ciencias Económicas.
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Se terminó de imprimir en losTalleres de
Fundación Editorial UniversitariaCaracas, junio de 1989