MINISTERIOS DE PAREJAS CEPC - ICT

AGOSTO 2015

SEMINARIO “DERROTANDO AL EGOÍSMO”

OBJETIVO:

-Brindar a las parejas de nuestro ministerio un espacio de reflexión sobre la esencia espiritual del vínculo matrimonial y cómo cultivarlo y fortalecerlo a través de comprender las verdades expuestas en la Palabra de Dios, y de pedir su sabiduría para tomar decisiones y su poder para seguir sus instrucciones, haciendo así de nuestro matrimonio y familia, la más maravillosa experiencia de amor y la más grande herramienta para traer el Reino de los Cielos a la tierra.

-Generar un ambiente que nos permita ganar a muchas parejas nuevas, que lleguen cada semana y que también se queden para hacer parte de nuestra familia.

PROGRAMA GENERAL DE LA REUNIÓN:

5 min. Saludo y bienvenida 15 min. Alabanza y adoración (propiciar un ambiente de paz, de tranquilidad y de confianza en el Señor, nuestro Terapista por Excelencia)5 min. Presentación de las personas nuevas (propiciar una cálida acogida)5 min. Introducción al tema (informe de actualidad, anécdota, testimonio, historia, video, canción para reflexionar, encuesta, taller de sensibilización, etc.)40 min. Tema teoterápico (propuesto en el presente documento)15 min. Taller de afianzamiento (taller para afianzar conceptos vistos, reflexionar sobre la situación personal y promover la toma de decisiones. Propuesto en este documento)15 min. Oración teoterápica (Individual y en pareja)10 min. Tiempo de compañerismo (atención especial a nuevos)

SUGERENCIAS:

- Organizar la célula madre del ministerio si no se tiene aún.

- Establecer los distintos Comités con sus perfiles y funciones claramente establecidas.

- Trabajar la visión y la inscripción de candidatos para el Redil de parejas.

- Realizar una movilización mensual. Se sugiere la semana 4.

INTRODUCCIÓN AL SEMINARIO

La relación matrimonial es un vínculo de tipo espiritual, por cuanto Dios la instituyó y le dio un significado y un propósito supremo, de cuyo cumplimiento depende la total realización, bendición y

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cuidado sobrenatural que cada familia necesita experimentar y disfrutar.

Es por eso que el apóstol Pablo utiliza la figura del matrimonio para explicarnos la relación de pertenencia que se establece con Cristo cuando le recibimos en el corazón y decidimos cada día vivir la comunión del Espíritu. En Romanos 7:1-6, nos explica que la mujer casada está sujeta a su marido mientras éste vive y de ninguna manera puede unirse a otro hombre pues sería considerado adulterio lo cual desagrada a Dios, por el vínculo de pertenencia que implica el matrimonio y que se manifiesta en compromiso, fidelidad y entrega total. Así mimo, sucede con nuestro espíritu. Antes, estábamos ligados a la carne lo cual se manifestaba en pasiones pecaminosas que daban fruto para muerte. Pero luego del nuevo nacimiento, morimos al pecado, nos unimos ahora a Cristo pues le pertenecemos a Él, y damos fruto para Dios.

Aunque el sentido esencial de la enseñanza es comprender las características de nuestra relación con Cristo, encontramos una valiosísima aplicación al matrimonio, que debe darnos luz a todo aquello que lo fortalecerá en medio de la crisis de las familias de hoy. En este seminario aprenderemos lo necesario para recuperar el sentido de pertenencia que implica el vínculo matrimonial manifestado en compromiso y entrega, con fidelidad y lealtad total. Sólo así se fortalecerán las familias y darán frutos de felicidad, plenitud y bienestar permanente. Pero esto sólo es posible a través del amor de Dios reinando en los corazones de cada cónyuge. De lo contrario, en lugar de pertenencia, habrá individualismo y el flagelo del egoísmo horadará lo más profundo de la relación matrimonial hasta destruirla.

Semana 1 - INSTRUCCIÓN QUE LIBERA

Introducción

En la Palabra de Dios encontramos todo lo necesario para ser libres de toda esclavitud y de todo comportamiento egoísta que termine haciéndonos daño y afectando nuestra vida familiar y social. Respecto del matrimonio, la más grande libertad, desarrollo y bienestar lo vamos a experimentar a través de la instrucción que Dios da tanto al hombre como a la mujer, acerca del papel fundamental que debe cumplir cada uno como esposo y esposa, lo que traerá la mayor bendición posible y creará el escenario para la realización y sanidad de toda su familia en general. Pero, ¿cuál es esa instrucción?

Pasaje Bíblico de Referencia: Efesios capítulo 5

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (vers. 1-2)Someteos unos a otros en el temor de Dios (vers. 21)Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo (vers. 22-24)

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Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (vers. 25-27).Desarrollo

Una persona que vive una genuina relación con Dios, experimenta su amor incondicional y eterno y generándose un compromiso de amor recíproco que como hijo, lo manifiesta en la obediencia que le lleva a ser imitador suyo y a ejecutar todo lo que a Él le agrada. Pero, ¿en qué hemos de obedecerle? En la sujeción.

Cristo se sujetó al Padre por amor a nosotros hasta dar su vida, nosotros debemos sujetarnos unos a otros para disfrutar esa vida abundante que Él nos otorgó. El mandamiento es entonces que la mujer se sujete al varón a través de su respeto y el hombre se sujete a la mujer a través de su amor.

La mayoría de los matrimonios no comprenden este mandamiento, y lo toman como una opción. Veamos qué sucede cuando la mujer tiene la opción de someterse o resistirse, y el hombre tiene la opción de amar u odiar. Se establecen tres tipos de relación, a saber:

1. Odio y resistencia: Es el plan absolutamente contrario al que nos muestra la Palabra de Dios. El hombre y la mujer han entregado completamente el control de sus vidas a su propio “yo”. Les domina su naturaleza egoísta. Todo lo que hacen es buscando su propio bienestar, más no el de su pareja e hijos, con el único propósito de satisfacer sus necesidades, expectativas o anhelos.

Él: No reconoce que su cabeza es Cristo, por tanto, no tiene temor de Dios ni puede contar con

Él en el ejercicio de su función. Está incapacitado para ejercer una autoridad basada en el amor y en el servicio, una autoridad que dé ejemplo y edifique la vida de su esposa e hijos.

El trato que da a su esposa no corresponde al plan de Dios. Se caracteriza por la dureza y hostilidad que puede manifestarse en indiferencia pasmosa, en falta de respeto y consideración, o en agresión de cualquier tipo. Afecta su dignidad y estima propia.

Cuando toma decisiones acerca de la familia no tiene en cuenta a Dios y mucho menos las ideas o sentimientos de su esposa. Antepone su propio bienestar y comodidad, al bienestar de su familia.

No cultiva ningún tipo de detalle, ni manifestaciones de ternura y consideración. No cuida a su esposa integralmente, causando que ella se enferme o deteriore de manera

paulatina y progresiva.

Ella: Al no entregar el control de su vida a Cristo, se manifiesta su falta de fe y esto la debilita

frente a su propio papel como esposa y madre, haciéndose inefectiva en su importante misión de edificar su casa. Por el contrario, todos sus pensamientos, sentimientos y acciones

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resultan necios, faltos de sabiduría y cordura, y contribuyen considerablemente al derrumbamiento de su hogar.

No puede establecer con su esposo una relación de respeto, que le brinde a él un entorno adecuado para su crecimiento y desarrollo como autoridad. Esto implica que ella tampoco pueda sujetarse a él ni complementarlo, haciéndose imposible experimentar, en su matrimonio la unidad. Cada uno seguirá siempre su propio camino, hará lo que bien le parece, dejando a sus hijos sin dirección clara y sin la seguridad y confianza que ellos deben experimentar en casa.

Le quedará imposible complementar a su esposo, es decir, proveerle lo que a él le falta y disfrutar, reconocer y aprender de lo que él le aporta. En lugar de esto, ella se convierte en una competencia que termina agotando y desgastando la relación conyugal.

Al no confiar en Dios, su corazón se llenará de amargura, y así lo reflejarán sus palabras que estarán siempre cargadas de reclamos, quejas, acusaciones, sarcasmos, hasta improperios y groserías.

Sus acciones terminarán siendo contraproducentes, y en lugar de hacer bien a los suyos, termina haciéndoles mal, perdiendo su reconocimiento, su respeto y su confianza.

2. Desamor y sumisión.

Sucede cuando el hombre no respeta ni obedece a Dios, pero la mujer sí. Entonces, se impone para ella recorrer un camino donde el amor, la fe y la esperanza la sostendrán y le darán fuerzas hasta ver la respuesta sobrenatural de Dios para su vida, hasta ver lo imposible hecho realidad y recoger frutos de vida, paz y justicia que alegrarán su corazón. Este camino necesariamente está basado en las promesas de Dios, las cuales ella debe creer firmemente pues sabe muy bien que quien se las ha dado es el Justo y Fiel, el que nunca falla.

“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido” Hebreos 11:11

3. Amor y resistencia.

En este caso es la mujer la carente de fe en Dios, lo que impone a su esposo recorrer el camino del amor, la fe y la esperanza, que lo llenarán de valor ante las dificultades, de certeza ante lo incierto y de fuerza ante la debilidad, hasta ver el cumplimiento de los planes perfectos de Dios para su vida. Este camino está basado en la obediencia total y absoluta a Dios que implica caminar en pos de sus instrucciones y mandamientos.

“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a donde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamento, cuyo arquitecto y constructor es Dios… por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar” Hebreos 11:8-12

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Aplicación Teoterápica:

La vida familiar está diseñada para ser un reflejo de nuestra relación con Dios. Medite hoy y permita que el Espíritu Santo le revele cómo se encuentra con respecto a Él. ¿Ha recibido usted en el corazón al Señor Jesús como Señor y Salvador personal estableciendo un vínculo supremo e indivisible? Si lo ha hecho, ¿está viviendo usted ese vínculo con total fidelidad y amor? ¿Experimenta usted que le pertenece a Cristo y que debe vivir para glorificarlo así como Él le pertenece a usted, es su Padre y su todo?

Le invito a que haga un compromiso con el Señor de entregarle su vida y su voluntad, para que Él le dirija y le ayuda a ordenar su casa. Si usted pide la ayuda del Espíritu Santo, Él le capacitará con su poder para permanecer fiel a Dios, y de esta manera, será muy sencillo permanecer fiel a su cónyuge, y entregarse plena y absolutamente, venciendo el egoísmo y desempeñando a cabalidad el rol y la misión que Dios le ha entregado como esposo(a) y padre o madre. El resultado será sin duda la hermosa libertad de toda esclavitud y comportamiento egoísta que ha venido afectando su vida familiar. Usted verá fruto de gozo, de alegría y de bendición todos los días que viva en esta tierra.

TALLER:

Antes de la oración, ver el video de youtube titulado: ¿Qué pasa si lo doy todo? Durante unos minutos cada cónyuge reflexionará y escribirá en una hoja de papel, ¿qué

acciones representarían dar todo por su esposa(o) y qué efectos cree que lograría ese regalo? Luego de escribirlo, disponerse a orar pidiendo al Señor que les permita llenarse de su amor y

ser valientes para verdaderamente darlo todo por su familia, esperando sólo en Él y en que su amor es la más poderosa fuerza para derribar cualquier muralla por fuerte e invencible que parezca.

Anotar las acciones de amor realizadas cada día de la semana y los efectos que ellas produjeron en su cónyuge y en su familia, en general. Compartirlas a manera de testimonio.

SEMANA 2 - IDENTIFICANDO LOS PRINCIPALES OBSTÁCULOS

Introducción

Así como nuestra relación con Cristo debe ser pura, santa, transparente, honesta, llena amor genuino y recíproco, sin que ninguna sombra la opaque, así mismo es la relación con nuestro cónyuge. Debemos limpiar nuestra vida conyugal cada día de aquellas actitudes que la deterioran y enferman, de la misma manera como diariamente debemos revisar nuestros pensamientos, nuestras emociones y motivaciones más íntimas, buscando agradar a Dios y glorificarlo en todo, como era el anhelo del Salmista cuando clama:

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“Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío”. Salmo 19:14

Lamentablemente no somos tan cuidadosos para limpiar cada día nuestro corazón respecto de Dios y respecto de nuestro cónyuge, de modo que permitimos que nuestra relación se contamine y enfer-me. Es lo que el libro de Cantares advierte respecto a “las pequeñas zorras” que pueden deteriorar la relación de pareja y hacer que el amor más tierno y dulce se convierta en hastío y desdén.

“Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”. Cantares 2:15

Pasaje Bíblico de referencia: Efesios 4

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4: 22-24

Desarrollo

Veamos las distintas zorras que pueden echar a perder nuestro matrimonio y que reflejan el profundo egoísmo que podemos albergar en nuestro corazón.

1. La mentira y el engañoSe trata de una “zorra” muy peligrosa porque atenta contra la esencia misma del matrimonio que es la unidad y la indivisibilidad. El ser “uno solo” ya no puede cumplirse, pues hay intereses, pensamientos e intenciones que ya no están sintonizados hacia el mismo propósito. Si se es miembro el uno del otro, no podremos mentirnos, pues sería tan absurdo como quien se engaña a sí mismo.

“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros” (vers. 25)

2. El enojo, la irritabilidad y la amarguraEsta zorra destruye a muchos hogares, pues a veces se hace habitual el enojarse con quienes están más cerca, y con quienes “no tenemos que perder”, porque ya nos conocen y de alguna manera equivocada consideramos que nos deben soportar con todas nuestras imperfecciones. Esto obviamente ensombrece el ambiente del hogar, volviéndolo tenso e insoportable, quitando la alegría, el color y el sabor que debe disfrutarse en casa, reemplazándolo por la crítica, el juicio, el señalamiento y la ausencia de perdón y reconciliación. Este ambiente no puede perdurar por mucho tiempo pues rápidamente acarrea destrucción a la vida conyugal y familiar.

“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo (vers. 26)

3. La pereza y la deshonestidad

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Otra zorra que atenta contra la vida familiar es la falta de honestidad e integridad para asumir la responsabilidad de proveer para las necesidades del hogar o cuando se buscan caminos fáciles para conseguir el sustento, lo cual termina causando daños irreparables a nuestro cónyuge e hijos. La familia experimentará miedos, temores, incertidumbres, frustración, amarguras, y muchas veces peligros que terminan destruyéndola. No se comprende que el trabajo honesto es el camino que el Señor respalda y bendice para proveer a nuestra familia de todo lo que pueda necesitar.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad (vers. 28)Solo hay una manera de proteger nuestra vida matrimonial de estas peligrosas zorras y es atendiendo a lo que la misma palabra del Señor nos dice:

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (vers. 17-18)

“Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído; y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús” (vers. 20-21)

Aplicación Teoterápica

El único antídoto contra nuestro propio egoísmo es la palabra de Dios, la verdad de Cristo revelada por su Espíritu a nuestro espíritu, lo cual sana nuestra conciencia, aclarándola e iluminándola, de tal modo que sea ajustada a los parámetros justos de Dios. Esto trae lucidez a nuestra mente para comprender que la voluntad de Dios es agradable y perfecta, de tal forma que la hagamos nuestra y que nos deleitemos ejecutándola. Como consecuencia nuestras relaciones con los demás experimentan también sanidad al estar impregnadas de justicia y amor. Esto trae bienestar, fuerza y vigor aún a nuestra dimensión física. Así se cumple lo que el Padre proclama:

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; aman-do a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Ja-cob, que les había de dar.” Deuteronomio 30:19-20

A través de la oración, presentémonos hoy delante del Señor y con un corazón genuino reconozcamos cuánto nos hemos separado de Él al no seguir sus mandamientos e instrucciones y más bien, seguir los impulsos de nuestro egoísta corazón. Pidamos perdón y la llenura de su Espíritu para comenzar a pensar, sentir y actuar de la manera como a Él le agrada y que es la misma que traerá libertad y bendición a nuestra vida familiar como nunca pensamos experimentar y disfrutar.

TALLER:

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Antes de la oración, reunirse en pareja y tratar de identificar las “zorras” que hay que cazar de inmediato en su vida matrimonial para que no sigan destruyéndola, aún si no fueron mencionadas en el desarrollo de nuestro tema. Colocar el nombre y el mandamiento e instrucción de Dios que actuaría como antídoto para contrarrestarla o arma para vencerla, haciendo el compromiso mutuo de obedecerlos anotando también los cambios que esto traerá al bienestar de su matrimonio y familia.

SEMANA 3 - COMUNICACIÓN GENEROSA PARA VENCER EL EGOÍSMO

Introducción

Hemos venido tratando durante este mes cómo liberar nuestra relación conyugal del terrible flagelo del egoísmo que puede acabar con los más nobles esfuerzos, los sacrificios más heroicos y el más tierno amor que hayamos cultivado durante mucho tiempo tratando de sacar adelante nuestra familia y fortalecer nuestro hogar.

Aprovecharemos el valioso elemento de la comunicación para seguir en nuestra tarea y lograr grandes conquistas que den valor, fortaleza y disfrute a nuestra vida matrimonial, aprendiendo todo aquello que la puede mejorar haciéndola más generosa y efectiva. En el pasaje que hemos tomado como referencia en este seminario: Efesios capítulo 4 y 5, encontramos aspectos claves que nos aportarán enormemente a nuestro propósito.

Desarrollo

1. Desterrar las palabras destructivas

Debemos atender a lo que el apóstol Santiago nos enseña acerca del poder de la lengua y como siendo algo tan pequeño puede causar un devastador fuego. Seamos conscientes que la palabra hablada no se puede recoger nuevamente y aunque nos arrepintamos luego, el efecto está causado. Evitemos entonces producir innecesarios daños a nuestra vida matrimonial, que luego al tratar de enmendarlos dejarán cicatrices y marcas, enmendaduras que terminarán afectando la limpieza y la belleza de nuestra armonía conyugal. Veamos cómo lo expresa la palabra de Dios:

“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Efesios 4: 29

“Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen…” Efesios 5:4

2. Erradicar las palabras tóxicas

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Cuando el corazón está lleno de resentimiento y dolor, no se han podido sanar las heridas del pasado, no se ha perdonado y/o pedido perdón, no se han puesto de acuerdo en las cosas que los afectan a cada uno, no han buscado soluciones sabias guiados y dirigidos por Dios, aparece en el matrimonio necesariamente aquello de lo cual el apóstol Pablo nos previene y que causa tanto daño:

“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” Efesios. 4:31

3. Cultivar la bondad y el amor

Definitivamente “de la abundancia del corazón habla la boca” y por eso lo que hay que sanar y cambiar es el corazón. Un corazón que decida perdonar y amar, producirá las palabras adecuadas, propicias, y edificantes que el cónyuge e hijos necesita escuchar y que le harán el mayor bien posible, tal como nos dice la Palabra de Dios:

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Efesios 4:32

“… sino antes bien acciones de gracias” Efesios 5:4

TALLEREn pareja realizar la siguiente actividad:

1. Buscar el significado y ejemplo de:-Corrupción, aplicado a palabras corrompidas.-Deshonestidad, aplicado a palabras deshonestas.-Necedad, aplicado a palabras necias.-Truhanerías, aplicado a las palabras que decimos.

2. Identificar situaciones de la pareja y hogar que desencadenan enojos, iras y que terminan en griterías, ofensas y maledicencias (proferir maldiciones).

3.Identificar qué palabras pronunciadas habitualmente reflejan amarguras del corazón (situaciones del pasado que se traen una y otra vez al presente, de las cuales muchas veces ya se había dado como resueltas)

4. Hacer acuerdos y tomar decisiones de cómo romperán el círculo de las palabras identificadas que destruyen su relación de pareja y diseñar un nuevo tipo de comunicación basado en la justicia, el perdón, la verdad y el amor.

Aplicación Teoterápica

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La Palabra de Dios nos explica que para limpiar el corazón y ponernos en sintonía con la voluntad de Dios, produciendo pensamientos, sentimientos y acciones de paz y de amor para con los demás, es necesario reconocer que hemos dejado al egoísmo reinar en nuestra relación, pedir perdón al Señor por no vivir el plan de vida abundante que Él nos ha dado y disponernos de corazón a pedir la llenura de su Espíritu.

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” Efesios 4:30

Entregar el control de nuestra existencia al Espíritu Santo permitirá que se vea en nuestra vida las manifestaciones de su fruto en nuestra vida y nos permitirá agradar al Señor en todo.

“Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando lo que es agradable al Señor” Efesios 5:9

“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” Ef. 5:18-20

El resultado de ser guiados por el Espíritu, producirá un corazón limpio, renovado y lleno de amor, que se manifestará en todo lo que hablamos. Las palabras que pronunciemos estarán cargadas de bondad, de reconocimiento, de ánimo, de entusiasmo, de acción de gracias… palabras que producen edificación y enseñanza, y que nunca destruirán ni dejarán huellas de dolor.

SEMANA 4 - TIEMPO, UNA INVERSIÓN DE VIDA

Introducción

Todo lo que vale la pena, lo que es verdaderamente valioso y trascendente, requiere tiempo. Cuando se trata de la familia, mucho más, pues lo que la familia necesita es amor, y para amar se necesita tiempo.

Desarrollo

1. Comprendiendo la naturaleza del tiempo

No se estira, no se detiene, no se puede acumular“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años” Génesis 1:14“Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría” Salmo 19:2

No es una potestad del hombre

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“En tu mano están mis tiempos;…” Salmo 31:15

Hay que aprovecharlo “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” Efesios 5:15-20

Hay que vivirlos con sabiduría “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12)

2. ¿Un aliado o un enemigo? Tú decides

Si bien el tiempo tiene una naturaleza única y singular que puede agobiarnos, esclavizarnos y obligarnos a vivir en permanente ansiedad, todo depende de nuestra sabiduría para aprovecharlo, disfrutarlo y administrarlo, de tal forma que se convierta en nuestro mejor aliado para la consecución de nuestras metas y anhelos. Necesitamos aprender a entregarle nuestra vida al Espíritu Santo, de tal manera que permitamos que Él nos dirija y experimentemos los frutos de su llenura como el dominio propio, la fortaleza, el denuedo, el poder. Esto nos permitirá cumplir momento a momento con nuestro verdadero propósito, como es dar a conocer la gloria de Dios primero en nuestra casa:

“Tiempo es de actuar, oh Señor…” Sal 119:126 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Eclesiastés 3:1 “Porque para todo lo que quisiereis hay tiempo y juicio;…” Eclesiastés 8:6“Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” Juan 5:17

3. Tiempo para nuestra familia, la mejor inversión de vida

Se necesita tiempo para dedicarle toda la atención que nuestro cónyuge y/o hijo(s) requieren.

Para el cónyuge: El tiempo dedicado y compartido con el cónyuge representará los mejores dividendos para la armonía, la paz y la felicidad conyugal. Entre más tiempo de calidad se comparta, los cónyuges se conocerán mejor, encontrarán más fácilmente los puntos de acuerdo, aprenderán a resolver mejor los conflictos, podrán disfrutar más del compañerismo y amistad, podrán planear mejor sus vidas y el rumbo que quieren dar a su familia. En general, serán más felices, unidos y estables.

Para los hijos:Se requiere tiempo para escucharlos y orientarlos; tiempo para pasear, conversar, jugar y reír con ellos, y para compartir momentos de esparcimiento; tiempo para asistir a los eventos de su colegio,

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y para comunicarse con sus profesores… Esta recomendación es tanto más importante cuanto que los apuros de la vida moderna y el trabajo de las madres dificultan su cumplimiento; así, pues, por llena que esté la agenda, hay que apartar en ella un rato exclusivo para cada hijo. La exclusividad de la atención de los padres es de suma importancia, porque de nada sirve pasar todo el día con él, si la mente está ocupada en otros intereses; hay que recordar, por tanto, que el contacto con el hijo nutre su afectividad en la medida en que se le brinde la totalidad de la atención en los momentos que se le dedican.

Lo anterior quiere decir que el tiempo que los hijos necesitan es de Calidad y de Cantidad.

Tiempo de calidad, significa parte de su vida, su total atención, que nada más importe. Este tipo de tiempo es un poderoso comunicador de amor. “Sin una atención concentrada, un adolescente experimenta una creciente ansiedad debido a que siente que todo es más importante que él. Por consiguiente, es menos seguro y se perjudica en su crecimiento emocional y psicológico” Ross Campbell psiquiatra.

4. Algunas tareas para comenzar hoy mismo

CompañerismoNo sólo estar juntos sino estar en contacto mutuo. Se trata de que la persona con la que comparte (cónyuge o hijos) es el foco central de su atención y disfrutar de él(ella), su mayor objetivo.

ComunicaciónEs el diálogo en que cada uno puede expresar sus experiencias, pensamientos, sentimientos y deseos, en una amigable atmósfera de aceptación. Es pasar de “hablar a”… a “hablar con”. Aquí es más importante escuchar, que aún, decir algo. La proporción correcta con un adolescente, por ejemplo, es emplear el doble de tiempo en escuchar que en hablarle. Pero escuchar con simpatía. Para estimular a que la otra persona hable, podemos realizar preguntas, no de una manera molesta, sino con un sincero deseo de comprender los pensamientos, sentimientos y deseos del joven. Una vez el joven comience a hablar, no se trata de dar consejos o sermones no solicitados. Debemos aprender a ayudarle a evaluar sus ideas, comprender sus emociones y dar pasos prácticos hacia el logro de sus metas, en una atmósfera amigable y estimulante, en vez de las dogmáticas expresiones de un monólogo.

Pautas que ayudan a comunicarse mejor

-Mantenga el contacto visual mientras habla con su cónyuge o hijo.-Sólo escuche. No trate de hacer otra cosa al mismo tiempo.-Preste atención a los sentimientos.-Observe el lenguaje corporal.-Evite interrumpir.-Formule preguntas reflexivas.-Exprese su comprensión.-Pida permiso para expresar su punto de vista, aunque respecto de los hijos, es necesario que los padres sigan teniendo la palabra final.

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Por cuanto ellos responden por sus hijos y tienen la responsabilidad, deben dar la última palabra, pero esto no quiere decir que tengan que hacerlo despóticamente, lo cual generará rechazo, rebeldía y desamor. Si usan de respeto y amabilidad, aunque la respuesta sea no, será mejor aceptada y no afectará la autoestima de nuestros hijos. Al hablar, concéntrese en expresar sus propios pensamientos, sentimientos y deseos, no en atacar los de los demás. Para esto, haga declaraciones con “yo”, enseñe en lugar de predicar, y ofrezca razones.

Actividades compartidasEl juego, la lúdica, el movimiento, el alegre compañerismo, compartir sus intereses, proporciona alegría y genera impresiones y enseñanzas inolvidables, además que responde a la naturaleza de los niños y jóvenes que son criaturas en acción. Cuando un padre busca compartir actividades con su hijo, le está dando una parte de su vida y esto expresa profundamente su amor por ellos.

Los jóvenes se desenvuelven mejor en los desafíos comunes de su desarrollo adolescente, si sus padres participan con ellos en el transcurso normal de su vida. Muchas veces hay que crear estos ambientes, planificando y ejecutando cosas fuera de las rutinas normales como excursiones o caminatas, paseos por el campo, actividades acuáticas, encuentros deportivos, musicales, teatros, lugares de interés históricos. Hay que tener en cuenta elegir cosas que les gusten a sus hijos. Usted podrá conocerlos mejor, crear recuerdos importantes y duraderos y comunicarle cuán importantes son.

Aplicación teoterápica

Dios nos da cada vez la preciosa oportunidad de comenzar de nuevo para hacer las cosas, esta vez, mucho mejor (1 Juan 1:9; Filipenses 3:13-14). Respecto de la familia, las decisiones que usted tome hoy para mejorar la calidad de vida de ella, conforme al plan y diseño de Dios, le requerirán esfuerzo, paciencia, trabajo, disciplina, sacrificio, pero también las mayores alegrías y la seguridad de que la obra de su vida continuará por siempre en la de sus hijos y de generación tras generación, como estrella en el firmamento a perpetua eternidad.

TALLER:Ver el video en youtube: “Antes de divorciarte de mí, abrázame” e interactuar en pareja sobre aquellos aspectos a recuperar de su vida matrimonial, que han perdido, como un abrazo.

Elaborar en pareja un plan para mejorar la inversión de tiempo en su vida matrimonial y familiar, basado en las pautas estudiadas. Coloquen actividades y fechas de cumplimiento y comprométanse a anotar cada semana los efectos que estos cambios producen en el ambiente del hogar y en la relación con cada uno de sus miembros.

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