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Tentaciones de Jesús, tentaciones de los discípulos Las tentaciones de Jesús (Mt 4, 1-10) Nos son conocidas las tres tentaciones de Jesús en el desierto, un camino de asunción completa de nuestra realidad de personas pecadoras y de superación de los escollos del camino. Tentación del pan que olvida la generosidad del Buen Padre Dios; tentación de los poderes que olvidan el poder del servicio que es confianza puesta en el Señor; tentación de la fama y la fortuna, que olvidan la solidaridad y el compromiso por la construcción del Reinado de Dios. Estas tentaciones las vivimos los seguidores de Jesús, aún con Éste presente en nuestra vida: Jesús no nos sustrae a las tales tentaciones, pero nos ayuda a superarlas creativamente en cada presente en que se hacen acto. De cara a la cuaresma que iniciaremos dentro de poco, camino espiritual que nos ayuda a caminar de acuerdo a los valores del Reino superando las nuevas formas en que se disfrazan las tentaciones, es oportuno meditar las mismas desde los textos Marcos 6 y de Jn 6. Conociendo a Jesús para seguirle. El contexto de nuestros desiertos El gran contexto de estas dos perícopas es el discipulado, conocer y reconocer a Jesús, en efecto, Marcos (cf. 6, 1-6) nos dice que las personas de su pueblo no reconocían a Jesús, estaban escandalizados por su mensaje y por sus actuaciones. Juan nos relata cómo la actuación de Jesús es recibida con más preguntas, iniciándose el diálogo con aquella confrontación ¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces tú, para que las veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? (Cf. Jn 6, 30) Lo deseable es que en el encuentro con Jesús podamos reconocerle como nuestro Dios y Señor y actuar en consecuencia. Pero, aun observando sus obras y escuchando sus palabras, no estamos libres de las tretas y quimeras del demonio, sino que somos tentados descaradamente.

Tentaciones de Jesús

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las tentaciones de Jesús

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Tentaciones de Jess, tentaciones de los discpulosLas tentaciones de Jess (Mt 4, 1-10)Nos son conocidas las tres tentaciones de Jess en el desierto, un camino de asuncin completa de nuestra realidad de personas pecadoras y de superacin de los escollos del camino. Tentacin del pan que olvida la generosidad del Buen Padre Dios; tentacin de los poderes que olvidan el poder del servicio que es confianza puesta en el Seor; tentacin de la fama y la fortuna, que olvidan la solidaridad y el compromiso por la construccin del Reinado de Dios. Estas tentaciones las vivimos los seguidores de Jess, an con ste presente en nuestra vida: Jess no nos sustrae a las tales tentaciones, pero nos ayuda a superarlas creativamente en cada presente en que se hacen acto. De cara a la cuaresma que iniciaremos dentro de poco, camino espiritual que nos ayuda a caminar de acuerdo a los valores del Reino superando las nuevas formas en que se disfrazan las tentaciones, es oportuno meditar las mismas desde los textos Marcos 6 y de Jn 6. Conociendo a Jess para seguirle. El contexto de nuestros desiertosEl gran contexto de estas dos percopas es el discipulado, conocer y reconocer a Jess, en efecto, Marcos (cf. 6, 1-6) nos dice que las personas de su pueblo no reconocan a Jess, estaban escandalizados por su mensaje y por sus actuaciones. Juan nos relata cmo la actuacin de Jess es recibida con ms preguntas, inicindose el dilogo con aquella confrontacin Qu puedes hacer? Qu seal milagrosa haces t, para que las veamos y creamos en ti? Cul es tu obra? (Cf. Jn 6, 30)Lo deseable es que en el encuentro con Jess podamos reconocerle como nuestro Dios y Seor y actuar en consecuencia. Pero, aun observando sus obras y escuchando sus palabras, no estamos libres de las tretas y quimeras del demonio, sino que somos tentados descaradamente. La tentacin del pan que olvida la generosidad del Buen Padre DiosJess ha multiplicado los panes, tal como vemos en Mc 6, 35-44 y Jn 6, 1-15. Su accin va de acuerdo a la voluntad del Buen Padre Dios, que quiere tengamos vida y vida en abundancia. Pero para los discpulos nos encontramos ante dos tentaciones. La primera tentacin, desde el asistencialismo, desde una mera actuacin social que no ayuda a madurar los corazones ni a despertar el compromiso ni la apuesta por el Reino, la bsqueda de satisfacer las necesidades primarias de reconocimiento, que nos vean como proveedores, como quienes resolvemos. El milagro de la multiplicacin de los panes no es una llamada a resolverles las cosas a los dems, enajenndoles de su propia responsabilidad, por el contrario es la llamada a los discpulos a involucrarse en la vida de los dems, a no desligarse de sus situaciones concretas, a ahondar en le generosidad de quien entrega todo de s, el milagro es un milagro de compartir la vida desde lo ms profundo, desde lo ms vital. He all la segunda tentacin del discpulo, desligarse de su responsabilidad, desconfiar de la bondad de Dios. Que van unidas, la falta de generosidad, responsabilidad y solidaridad no son ms que expresin de una profunda desconfianza en Dios y en su Palabra. Hoy la tentacin del pan que olvida la generosidad del Buen Padre Dios puede expresarse en esa desconfianza a las actuaciones e intuiciones de los dems, un cierto querer hacerlo todo a nuestra manera, sin oracin, sin discernimiento, en esa falta de chispa para acercarnos a los dems, dispuestos a compartir el poco pan que tenemos, en esa poca iniciativa para iniciar el dilogo reparador, reconstructor, liberador. Desde nuestra Espiritualidad Salesiana, hemos de decir que a nuestro alrededor estn los jvenes que, cual ovejas sin pastor, buscan escuchar la Palabra de Cristo, se quieren acercar a Cristo desde sus expresiones juveniles, aunque stas disten mucho de ser nuestras expresiones y las expresiones que deseamos, y el mismo Jess nos est diciendo denles ustedes de comer. Con humildad tendremos que decir que no sabemos del todo cmo hacer Jess, hazte presente en nuestro discernimiento para superar toda tentacin de asistencialismo y de individualismo y caminemos con los jvenes hacia ti. Tentacin de los poderes que olvidan el poder del servicio que es confianza en el SeorLuego de la multiplicacin de los panes, los discpulos quedan solos en la barca, atravesando un mar de dificultades. Aqu nos encontramos ante la tentacin de los poderes de este mundo que soplan de tal manera que hacen zozobrar nuestras barcas personales, de tal modo que llegamos a hipostasiarlos, a darles una gran fuerza, pensamos que todo se resuelve en base a intrigas, a murmuraciones de pasillo, a un uso abusivo de los bienes materiales, as como al abuso de una pretendida autoridad que tenemos delante de los dems, bien sea porque nos empoderan, bien porque nos las apropiamos a fuerza de poder. La tentacin del poder se revela en ese riesgo que tenemos los religiosos, especialmente quienes somos, adems, sacerdotes ministeriales, de pretender que los dems nos deben cierta pleitesa, porque, al fin y al cabo, hemos realizado sacrificios que nos encaminan por la perfeccin de vida. Sin embargo, muy pronto constatamos que no son ms que mera ilusin, que no nos debemos a los poderes de este mundo, sino que nos debemos a Dios, en la tentacin de desesperar ante la hora actual, Jess nos sale al encuentro y nos dice no teman, soy yo. Digamos an algo ms, este encuentro con Jess, que nos fortalece, ha de ser experimentado muchas veces, cada uno de nosotros, como Pedro, estaremos tentados a no creernos lo de Cristo, a llenar nuestros corazones de miedo, de all, en ocasiones, el permanecer en el siempre se ha hecho as, cmo abrir nuevas fronteras si sentimos que nos hundimos, aun cuando Cristo mismo es quien nos est instando a ir hacia l?A nosotros, salesianos, se nos invita a ir a las periferias, al encuentro de cada persona, a la periferia que es cada uno de nosotros y el hermano de comunidad, cada joven cercano o lejano, cada familia Seor que vayamos en comunidad al encuentro con los jvenes, con la confianza puesta en Cristo. Tentacin de la fama y la fortuna Una tercera tentacin es la de fama, fortuna, diramos hoy la del triunfalismo. Esta es una tentacin que no abandon a los discpulos sino en el momento crucial del ministerio de Jess. En efecto, la pregunta por la restauracin del reino de David es nada ms y nada menos que eso, una restauracin de un reino terrenal, llevados por el xito de haber dado de comer a cinco mil hombres, notable ejrcito para aquella poca, es la tentacin de confundir lo de Jess con meros espejismos de grandezas y pocas donde se espera repetir las glorias del pasado Tambin ustedes quieren dejarme El camino, ya lo hemos visto, est lleno de tentaciones, hoy como ayer las mismas se actualizan en la complejidad de nuestras vidas. El proyecto de Jess no es el del xito aparente que se dibuja y desdibuja bajo los aplausos de esta generacin. Por ello se requiere que nos abracemos a Jess, a quin iremos? Que la pregunta no sea slo retrica sino convencimiento, cercana y vivencia de la novedad de un amor que supera toda tentacin para encarnarse en la construccin del Reinado de Dios