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coLEccIóN EL cLAN, NÚltEno 13 Carlos A. Aguilera Tponíe DEL ALMA cHINA UMBRAL Libros del Umbral Tlalpan, zooó n

Teoría Del Alma China

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Page 1: Teoría Del Alma China

coLEccIóN EL cLAN, NÚltEno 13

Carlos A. Aguilera

Tponíe DEL ALMA cHINA

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Libros del UmbralTlalpan, zooó

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Page 2: Teoría Del Alma China

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Libos delurnbrøl es røíernbro fund'ødo'1 d'e lø

Afi";t, dt Ednriøt's Mex¡cønøs Ìndcpendientes' A'C'

@ zoo6 Carlos A Aguilera

@ de esta "diã¿o¡

Lib¡os del Umbral' S"'A' de C' V- -¡"*tì¿"

de le Vereda rz, altos z' MIla Coapa

r43goTlalPar¡ D' F'

librosdelumbr¿l@prodigy'necrnx

Porada deJaime Soler

Primeraediciór¡ junio de zooó

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M¿r¿psno

Er, en¡N coRAzóN DE OocTDENTE

Thonfe DEL ALMÂ cHrNA (II)

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Page 3: Teoría Del Alma China

..en unø aerdødera trøgedia no es el héroe

quxen muere sino el coro.

J. Bnoosrv

Page 4: Teoría Del Alma China

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TlonÍe DEL ALMa cnrNe (I),ì. 1

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E.l * CruNe LAs cARRETER{,s son de fango. El fango es

-L,l rojoy cuândo se solidifica parece una escultura de

barro plana. En la periferia de Beijing hay una zor'a.

donde el fango es gds. A ese lugar lo nombran "vas_ija

redonda de esmalte".son largas. Aunque también podría

decirse empinadas, estrechas.Hay dos vías: a la izquierda peâtones, con nna sepa-

ración invisible que todos intuyen. Ala derecha, camio-nes largos fabricados en la república. Si alguna persona

con un auto (por ejemplo, un Oldmosbile 1975) desea

viajar por esas carreteras, está obligado a sacâr permi-so federal una semana antes. De 1o contrario será dete-nido, conducido a la police office de distrito.Allí, se le permiso de conducción por va-nos meses.

Las carreteras chinas son muy complejas. Hay caffe-teras de mesete y carreteras de montaña. Los primerostres días después de salir de Beijing estuyimos en ca-

rreteras de montaña. Estas carreteras hacen difícil laexistencia. No sólo por su constancia vertical sino porla llovizna, la bruma y lo interminables que resultan.

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Claro, para un chino todo es más fácil. En Occiden-te hay un proverbio, según Michaux, que dice: sólo unchino puede dibujar una línea en el horizonte. Despuésde subir durante tres días la carretera Beijing-Afueras deBeijing, no me cansaba de repetir este proverbio.

Por carreteras de montaña el viaje es más corto. Sipara salir de Beijing necesitamos tres días en montaña,por carreteras de meseta, a veces más empinadas y cur-vas, necesit¿ríamos cinco. La única diferencia es que las

cârreteras de meseta están asfaltadas.IJna carretera de montaña conduce a dos o tres ca-

rreteras de meseta. I-Ina que por lo general corre haciadelante, en busca de algún pueblo o museo; otra que co-rre hacia atrás, hacia una planicie o pedazo de muralla;otra que bifurca la primera y se pierd e en rc dirección.

Según GranMongol, chofer concedido por el minis-terio de cultura de la república, esas carreterâs que se

cortan después de pasar por alguna ciudadela se vuel-ven a integrar a la arteria principal de meseta, forman-do una serpiente con anillos grandes y pequeños a tra-vés de todo el territorio.

El gran problema de las carreteras de montaña es elfango. Cuando llueve convierten el camino en algo im-posible. Cuando no, debido a que la tierra es más finaque cualquier reserva que conozcamos en Occidente, se

hace resbaladiza y tanto â personas como a autos lesresulta imposible àv^Írz r.

I-In día de mucho sol vimos una hilera de diez camio-nes chocados que patinaban constantemente sin poderhacer otra cosa que intentar apoyarse en algo.

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Page 6: Teoría Del Alma China

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TÏ!"u", la muier se agacha iunto " """-bilÏ:-::madera y .o,r't"*ol'' úa' t"'d"' corre a ofrecer xixént'

v palillos :o1?r^ "ã;;;' E";t' p"Íiilot' dijeron antes de

retirarse, srg-ot"' ;' od' tuckyloregalan a todos los que

los visitanDe ahí que estos puestos sean reconocidos y se repl-

tan uno â uno en toda la rePública'

Por la noche, tt-if"*i"* con bombillas de diferen-

tes colores.

GRAN MONGOL

tirar fotos.Ngunas noches, cuando nos detenemos en algún ho-

Gran canta. Va hasta karaoke, en

e interpreta cancl0nes

sas: Newo baladas

ew Yorka Ia manera de Frank Sinatra

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pop chinas. (Como niMaki niYo entendemos

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pt.råãiã; ì;út;; el déåorado o ,"ii, a "cdnversar" pbr

el pueblo.)lCada enuada de GranMongol en una Caja de repe-

tición puede durar dos o tres horas. Se sientan todos al-

rededor de una mesa y hablan en voz baja. Si alguien

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hace un chiste sonríen con una que ex-

ploa de pronto yse ene. lo

síntesis (o mala ideación del relato), nunca por venganzaldej a-

por muy detallado que sea' es también un hecho de

dçgferisâ-dilâsda.Cuando alguien se decide a' cãîtarr callan. Obsentan

con los ojos muy abiertos hacia el set y aplaudett' Pt:- ,,pués, invitan alsingera la mesa, lo hacen tomar ".oþ-4'dragón" y masticar "oruguitas delcielo". Le preguntan

pöi la-familia y lo presðntan al resto de los comensales

lorr rrrn reverencia de cabeza.Más tarde, todos se des-

piden.Como Gran Mongol sabe canciones en inglés, los

aplausos se redoblan y lo "obligan" continuâmente â

volver a cântar.

Si los aplausos no han sido suficientes, GranMongolmaneja como si las carreteras de fango fueran pista

1 Por crrestiones de mala-ideación-del-relato, Maki hablá poco

o habla nunca enTèoría del ølmø chinø.No supe cómo escriturø.dø,

ni cómo elaborar situaciones donde apareciera ella ante los demás.

Por 1o tanto, no debe pensarse que nuestro recorrido. fuera siem-

pre así: "un mar ðe paz y calma". Aparte de sonrisitas y lugares

iotografiables, hubo entre nosotros peleas, odios y fracturas de

br^"ar. fuí que, si no aparece o aParece poco, fue por razones de

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dez. Un viaje,

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Page 7: Teoría Del Alma China

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dura. Acelera hasta el delirio y frena de pronto, da gol-pes contra el timón, patea...

Si los aplausos han sido suficientes, maneja de buenhu-mor, se acopla a la velocidad necesariapñ^manipular lacâmarapolaroid y pide permiso para encender el radio.

En esos días es de gran a¡'uda. I]*-b*laæ*-y.scogelugares que según dice son Cuando re-

la pince-lada única..."

-Sng"inudales son lentos.

cAJAs DE REPETTcTóN

En China, al contrario de Occidente,las Cajas de repe-tición (huønxhipQ son pequeñas. Sólo cuatro o cincosmesas y un televisor grande. El que cantâ se coloca enmedio y es aplaudido cuando frnahza. Nadie que no sea

occidental ríe.Las personas que atienden en.las Cajas de repêtición

son jóvenes: muchachas de quince a veinte y cinco añosvestidas con sayas cortas de cuadros rojos y blusas blan-cas. Irtringuna lleva cadenas ni pulsos, sólo un tatuaje enel extremo superior del brazo derecho. Para llamarlashay que decirles ruissy chasquear los dedos. Todas pien-san por alguna razón que nno habla inglés y enseguidacorren a practicarlo. Cuando se dan cuenta que el clien-te no es norteamericano sonríen.

En las Cajas de repetición no se venden bebidas al-cohólicas. Se vende xixérn como en los puestos de fritu-rítas, y té de las diferentes regiones del país.

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iil!k,n.''

Hay un té llamado .,cola de dragón,,, otro ,,aguas

delYangtsé", otro ,,paseo de prim aveÍa,,.

El "cola de dragón,, sJtoma con aceite. Se preparacon buønxbi (azúcar de remolacha) a gusro y rJl f",instrucciones es recomendable para dolores de reuma.Se hace con flo.r3¡ de ta regió" å; H;;î#"*.

E] "aguas del yangts¿,,,i to*" frío. Es color srana_te y lo sirven en pozuelos de porcel";; .;;;;;;;r?*r_p¿-'entes' si a-lguien levanta esos pozueros verá comoros o;eres cambian y toman el color de la luz que los ilu_mina. Este té es oriundo deJiayum, China

"'.";;i-,EI tþaseo

de primavera,, el bí*"o. Se hace moliendotallos de gain, arbusto que crece en Xonjhi", ¡r" f"r_menta con canela, jenjibre ypétalos d. flã."r.t..orr_sume en toda Ia repúblic, y., algunos lugares Ie aere_gan polvo de man! cosa que I" rí^¡r^;iil;;.;;ir"espesor,,y Ia lentitud con que hay que romarlo, f"lfr_man ré de diálogo

EN res Ca¡as DE REpETrcróN no hay adornos.Sus paredes están forradas con t;fetár or"*o, pare_cido-al que usan los plomeros para envolver sus herra_

mientas, y las luces penden dent o de bombillrr-;;;;_sanales que se ,".*plrr"n a propósito de Ia estación:y:_:tïi^:lti:-., verde pär".r otoño, btanco par"Ia prrmavera, azul para el verano.

A fin de año, esas cajas son convertidas en salias de )arr?,. Las mujeres se adornan col trajes o"A.iorrJ.î;; iuaflãlsegún las etnias y sirven d. -.r" en mesa o.orr"_ Iños platos con ingrediéntes a_medioã;.-ild;é, *

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colocan en fila y hacen un ritual de bienvenida por año

nuevo.Ese día está "prohibido" acostarse temprano'

pel grandes, de cerca de un metro, con representacio-nes masoeróticas: un chino con un látigo golpea a otromientras una mujer le pasa la lengua por las heridas yotra con un falo manipulable lo encula.

Pero, por lo general,.las bombillas son pequeñas y se

fabrican con mensajes de tradición: "suerte en la vidafutura" o "unâ persona que no conffa en su familia nopodrá confiar jamâs en sí misma".

Desde principios de los años sesentâ, estas bombillasse exportan.

CARRETERAS DE MESETA

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B OMB IL]-AS

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maz6n es empaPelada Y vendida'

Ahora, este ârte con el éxito se ha banalizado. Por

a ejemplo, en

Las carreteras de meseta son amplias. Atraviesan de unaprovincia a oú^ el país y facilitan viajes y transporte de ¡

mercancías. No hay pueblo o ciudad que no dependade las carreteras. Si hay que hasale y se va a uno de los localeshay que distraerse, igual. Las ca

impulso. Por ellas se conduce a

frena si hambre o aburrimientoÚrri.o problema, alarganlos viajes. ;kG""Si una carretera de montaña reduce la distancia de

un lugar a otro, unâ carretera de øsføho da vueltas alre-dedor del obstáculo hasta engancharse a otra salida yofrecer continuación.

No hay en la república carreterâ de meseta que se

sostenga en línea recta durante ochenta kilómetros.Siempre una elevación o un precipicio, un desvío o undescenso.

En la república las bombillas son de pa-pe-l'

Si enbccidente las luces son disimuladas bajo obje-

tos mutantes' en China no hayvariaciones' Los artesa-

nos fabrican Lombillas de papel: de arcoz, cebolla o hi-

ltza deárboI, y 1o único que cambia es el ideograma o

lón de un hotel.Ngunas poseen paisajes: un pájaro sobre una rama'

orr" ii"dr",ìn po.rra", une escena de cacería"' otras'

ideogramas con mensajes de aliento

Eiinterior de estas bombillas es muy sencillo: una

armazînde madera con palillos cuadrados y pegamen-

to especial para unir cadã pafillo a la ranura más próxi-

-, d"l otro. Después de dos días al aire libre, esta ar-

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Jiq*- vimos bombillas de Pa-

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Page 9: Teoría Del Alma China

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Esto ha convertido a China en un caos, donde elconstånte flujo de autos y personas semeja gusanos que

corïen por el ojo podrido de un animal.

EN c¿-nnBTERAs DE MEsETA el tiempo no pasa. Son tanlargos los viajes que al lado de hoteles, cafeterías, g r^-jes, roød,mlaies, templos budistas, han proliferado cabi-nitas verdes para disminuir la tensión.

El viajante entra en es¿s cabinas: aproximadamentecinco, una al lado de otr.a,y rompe con una pelota ma-

ciza objetos que se fragmentan y producen un ruidosemejante al cristal: vasijas, tazàs, espejos, retratos, et-cétera,

Se dice que ese sonido relaia mucho más que una o

dos horas de sueño, y parece que sí. Después de haberandado cinco días por carreteras de meseta y tres porcarreteras de montaña, reímos nuevamente y habla-mos de las posibilidades que ofrece una sociedad de

contraste para un fotógrafo interesado en "el ntrnlpolí-tico de los objetos" y "zonas de devastación por cerca-

nía de ciudad".

Les c¡m¡'rnRAs DE MESETAtienen curvas muypeligrosas.Enuna de

de los choqumiones Fiat uno frente al otro, ocho muertos, cancela-

ción de vía por seis horas.Según las autoridades, los cue{pos de los tripulantes

quedaron guillotinados repetidas veces y de los dos ni-ños que iban en los Fiat sólo encontraron una pierna ypedazos del cuerpo.

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202T

En esta región (Curva sur de Luanpong), el paisajees muy árido. Grandes extensiones de tierra hacia unIugar y oúo, árboles quemadosr p€Ste.En otros Iugares, no. En otros lugares se ve un pue_blo a lo lejos o campesinos entre cuartones de anoz omontañas o restos de la gran muralla Chu. pero en esta

""i;::"e en Ia república los animales esrán muy con_

zona:

e más que oras meseta

en carrete-

flcano, mitad ame-vacasyun pasto extenso con canoas alrededor pafa echar agva.Según dijeron, el dueño de la cafetería es el dueño deIas vacas, y todas las mañanas las pone a pastar detrásde su negocio hasta la noche, hora en que las recoge etntroduce en una caseta

Los dueños de vacas, por l'o gene.r¿ I dueños de nego_cios, conrratan la fael zà_p.,i¡1i."_á"_región (lt uønizepara evitar er tráfico itegaiyla matanza indiscriminadade animales. Esto h".;";rd;;;l* ltuønzzóen unamaquinaria eficiente de orden,se libremente por I^ ron^

" jo

todos los pueblos. Sólo en el

-{Y:::*j nos registraron dieä ïë¿ä.r-uando un extranjero llega a un pueblo Io más na_tural es que le inrenten o"rrdã, p"f,r.næ tallas de Bud_

1f" r represenraciones en imitãciån marfir de la diosaZhao Tá con los brazos h;;;;;; regando lluvia decampo.

Page 10: Teoría Del Alma China

';à Los Fumaderos de opio están prohibidos en la república..,{vì Un clecreto emitião afinales de los años sesen* clau-

"$* suró leealmente todos los fumaderos y redujo a perver-

S .*sión elipio 1z todo lo que había generado como cultu-

# --""or",

"r.rr."l"rrdo duranie veinte años a los emperadores

=,-Þ este-oeste y prohibiendo cualquier referencia o men-

# ción públió" tobt" los mismos'q'Ï Si un occid.entølis quisiese visitar ahora los fumaderos

tendríaquehacer:u¡rtd'escensoølosinrt'emos'Primero'porlaescasezyelmiedoquegeneralarepresiónestat¿I.Segundo, ior "l

control de los actuales wøngxhiy la le-

¡aiia delos lugares donde están insertados

l.{o hay en loda China más de doce fumaderos, disi-

mulados en ântiguas casas de campo o en-ciudadelas

abandonadàs de la periferia. sin embargo' se llenan tiem-

po completo y sólã se vacían cuando el opio termina o

Para reali zut est^venta colocan mesas en las puer-

tas de sus casas y toldos ocres con inscripciones en in-

glés, prenden sándalo, se mueven de un lugar a otro e

invitan al cliente a fijarse en'rla armonía que posee el

rostro de Buddha,ZhaoTá oMo LzoZhu"' Si el clien-

te se decide sólo tendrá que estirar el brazo y ðecft ê'

con la boca semicerrada, enseguida guardarán en una

cajitr Ia representación e inclinando la cabezala entre-

garân.IJna talla de Buddha lo más que puede costar son

setentâ centavos de dólar.

FUMADEROS DE OPIO

el tiempo por una razón u otra impide el viaje hastaesos lugares.

Lo primero que sirven en los fumaderos son las pi-pas: largas y con una chapilla de bronce que reproducenombre y año de confecciín: El sol sobre Jiayú,m, tgrz.

Lo segundo, el opio.A diferencia de lo que cree Occidente,hayvanas cla-

ses de opio, aunque los fumaderos del oeste se especia-lizan en tres:

Opio gris (o la sonrisa del pájaro)Opio verde vejiga (o aliento de dragón)Opio rojo cieno (o estrellas detrás de las montañas)

El opio gris es el que despierta las sensaciones y cal-ma dolores fisicos. Produce sueño, bienestar, alivio...En estado de no refinamiento es soluble en a;Wa.

El verde vejigaproduce alucinaciones, excitación. Se

consume para un mejor desempeño sexual y aparte defumarse se mastica.

El rojo cieno es el opio de la intensidad. Ilace entraral individuo en lucidezy es el que con más frecuenciaconsumen los estudiantes, en forma de cigarrillos o mez-clado con tabaco antes de las pruebas.

Segun Wei, dependiente de El sol sobre Jiøyúm, se en-tra en la corriente del opio cuando se fuman las trespipas y uno puede detenerse a observar "las ondas queproduce el toro en el gran Lago".

Los rostros de las personâs que frecuentemente acu-den a los fumaderos son impresionantes: chupados como

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Page 11: Teoría Del Alma China

hollejos y sin dientes, encía ennegrecida, mentón caí-

do, pálidos; con una pipa todo el tiempo en la boca yhablando-caminando solos, como si hubieran abiertoun engrama complejo y dificil de destapar.

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À estas personâs las llaman gután,y significa "el que

da vueltas alrededor de su cabeza".

A los fumaderos también asisten mujeres, aunque con

ellas sucede algo curioso: se les surninistra gratis el opiocon la obligación de subir tiempo después a un estrado

y narrar lo que "obseryan".fuí, cuando nosotros está-

bamos ya consumiendo el opio de la excitación, unâ

mujer aseguró ver un caballo que daba vueltas alrede-

dor de un árbol que en vez ðe frutos paúa ratones.. Laimagen de un r"tón o una r"t" colgådaääîffä-îämame dejó pensando y empecé a olisquear ratones portodas partes: ratones grúas y ratones martillos, ratones

hachas y ratones bocas, que mordíany se abalanzaban

sobre mí enseñando los dientes. Uno de ellos dijo: I.o

estyy pnr enciruø d,el concepto røtón, e intentó cortarme el

brzzo.ridades de los fumaderos son sus

s y blancas. Cuando las mujeresansmiten cintas pornos o cintas

tando experiencias sexuales. Se-

e documento es lo que más gus-

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+ 25

CONTORSIONISMO

En China, el contorsionismo es tradición. Se aprendede familia en familia y se practica en circos improvisa-dos o a orillas de carreteras. A veces una mujer, a vecesuna mujer y un hombre, a veces dos hombrás.

- La que más nos impresionó fue la que después apo_damos l_a qujer de ZltnL<,¿. Se descolÅntrb"Loy d'.r_pacio yhabía en sus movimientos algo más que ét pU_cer técnico de mover hacia un lado u otro los pies. Lohacíacon tanta calma que apenas te dabas.,r"rrå,

"o-oun_muelle que es doblado sobre sí mismo "

pr"riórr.LIno de sus números ocurría encima de una vac .

.C"Tdg adquiría Ia posición más extrañ a,la vaca gire_ba alrededor del pribìico y dejabaver difárerrt., eígo-los a exposiciones diferenies deruz.cuando no,I^uZ"

Page 12: Teoría Del Alma China

se mântenía inmóvil y sólo azotzba- su rabo producien-

do un chasquido sordo. Larig¡dez de la mujer y el vai-

vén sonoro del rabo constituían en su pequeño set otro

espectáculo.Lo increíble de esta contorsionista es que cuando

rcalizabasus âctos no movía los ojos. La concentración

era.tal que podía estar horas en ese estado sin observar

hacia ninguna parte. Al terminar, deshacía su nudo y se

incorporaba lentamente moviendo sus brazos, con fle-

xiones de hombros-codos e inclinando desmesurada-

ffi

mente las piernas hasta quedar de pie-

Ciera vãz que la recogimos (tte+fqZhi4loLB-ehúdagg)

dijo: "El contorsionismo es el arte de hablar sin que los

demás nos oigan."

cARRAPATAS DE ¡r,cooóN

La ganapata de algodón es pequeña' ocre. Sus colonias

está; organizadas en estados y es una de las poblacio-

nes más temidas del oeste-sur-centro de China'Según se sabe, una plaga de garrapatas puede devo

."r .t pocas horas cantones enteros de algodón.

Lo interesante de este insecto es que no sólo des-

truye la planta, sino que ahueca y empobrece la tierra,

cosa que no pasâ con la langosta o el trips. Cuando

otr.t .olottia se asientâ en un câmpo, debido a la serie

de venenos e insecticidas que se utilizan pâra su desa-

parición, la tierra se cuarteâ funxøwh) y se arenifica

convirtiendo campos intensamente productivos en pre-

desiertos.

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Como la ganaptta de algodón es un animal tan pe-

pâteras.Cuando exterminan un campo completo de garrapa-

tas, los campesinos las recogen con palas y reúnen en

cuatro o cinco montañas tamaño suizhé (caseta de he-

rramientas). Después, riegan terreno y montañas con

petróleo y 1o prenden. lr[o hay movimiento más her- t

moso que el de las hembras coiriendo por el suelo para I,ro qrrË*"rse y el del fuego sobre la tierra achicha- Irrándolas.

De esta quema sólo algunas se salvan. Los niños las

atrapan, cortan a la mitad y en unâ plancha de metal

las fríen; más tarde las mastican como aperitivos'

La garcapata de algodón en condiciones favorables

alcanzahasta cuatro meses de vida.

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MUSEOS DE GUERRA

Los son teatïicos de marionetas. FIan

ensamblados con gran-

des dimensiones y con un pie de foto donde se identi-fica héroe, ciudad natal, fechas. Estos paneles con imá-

genes de hombres muertos, sin ojos o torturados son

conocidos en la región como hijos del pueblo.

Detrás de los museos hay pequeños cementerios'

tlna bóveda de piedra con ventanas de cristal y cajitas

Page 13: Teoría Del Alma China

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con polvo dentro. Delante de la bóveda, bancos de pie-dra para que familia y amigos se sienten.

Como los museos son lugares tensos, los músicos dela república "incitados" por el Estado componen piezassolemnes para ayudat a cÍeaÍ clima y ofrecerle a estoslugares eI pøtltos que de otro modo no poseerían.

fuí, cuando recorríamos el Fonxhuá con un grupo delituanos, vimos varias mujeres espantadas ante la fuer-z^ de aquellas fotos y la música que como martillo lesrajabala cabeza.

La nota cómica la puso Lola, una grulla bløncø,z sím-bolo del museo y mascota del camarada Chung -se-cretârio de ßnanzas de la república-: se dedicó a per-seguir a las lituanas y picotear los paneles donde loshijos del pueblo son reverenciados día a día por los vi-sitantes. Cuando nos alejamos, vimos como aquellosrostros con huecos en los ojos y manchas de sangre enla boca más que héroes parecían muñecos agujereadospor el horror.

Como la lógica de los museos es imponer naturali-dad, una de sus estrategias son los muestrerios de ob-jetos: botas con fango/saliva, pedazos de reloj con res-tos de cráneo, chapillas con marcas de balas, orinalesmanchados,etcétera. Esto ha convertido al Fonxhuá enuno de los más concurridos. Allí se encuentran en vitri-na las manos del general Wong, genio miliar de las gue-rrillas. Segú¡' el folleto: Tþeøsures of Fonxhuá Maseam,

2 Llamada así por la coloración que adquieren sus plumas y pa-tas al volar.

zB 29

este general fue apresado por'n comando de infanteríay una de sus torturas consistió en cortarle poco a pocolas manos hasa que se desangrara. posteriormente fuìronentregadas al frente maoísta y exhibidas como feticheideológico pørø el ød:ztenimiento d,e løs naeans,generøciones.

Cuando se las ve de cerca, cada mano posee número \de inventario e ideograma de identificación. )

Sin embargo, a pesar de su relación con la muerte losmuseos son excelentes lugares de descanso. Sirven paraescapar del tedio que engendran los días en carretËras,y poseen pequeños locales donde venden banderitascon lemas de la re_pública y sombrillas con pliegues paraescapar del sol. unica cosa desagradable: ptoruliaã ti-rar fotos.

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AUTOPISTAS

Las autopistas del oeste son célebres. Se alargancomolombriceç por la periferia y conecr¿n pueblo"s entre síformando pasillos de movimiento en todas direcciones.

Io mejor de estas autopistas es que no agotan. Hansido diseñadas con grandes t"-pri en los-laterales ymiradores sombreados para observar las ciudad"s *áscercanas.

Así, Huangcheihuan puede ser vista en relación conel lago Yantzú,, o con los puentes que cfirz n los dife_rentes codos de ríos y subdividen la ciudad en dos islas.una al sur: ciudad vieja, con tiendecitas de anticuarioy vida bohemia sin parangón en la república; otra alnordeste: ciudad nueva, con los emporios económicos

Page 14: Teoría Del Alma China

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de mayorChina.

peso y las más tecnocráticas de toda

Lo curioso de estas autopistâs es que atraviesan la

ciudad con grân armonía, por encima de los edificios

más altos o las casas estilo nøilervtsibles en casi toda la

república. Y esto lo hacen sin romper la arquitectura,agrietar el paisaje, o convertir la ciudad en una mole de

hierro y quincallería volante.llna mañana, caminando por Huangcheihuan, ftd-

mos la impresión de que encarnábamos personajes de

algún documental del medioeste norteâmericano.Otra de las atracciones de las autopistas son sus tem'

plos. Pintados de verde con una recámara estrecha y unBuddha de cartón de medio metro de altura. Como los

viajes de una provincia a otra se alargan durante días,

los monjes de la república llevan estos templos prefa-

bricados por todas las carreterâs, enganchados a un ca-

mión que ellos mismos conducen: 1' €n ciertos tramos

los "abren". ltfo resulta dificil ver entonces una peque-

ña cola delante del templo, una-dos personas orando,

o una familia en silencio.A esta modalidad de camiones con templos detrás

y un Buddha enano pintado de blanco, 1o llaman: bu-

dismo de carretera.La diferencia entre este budismo y el que se practica

en templos tradicionales radica en la manera en que se

toca el tamborcillo de ritual (ko'on). Mucho más ligero

y sin intermitencias, con varios golpes que se repiten

invariablemente mientras las personas se encuentran en

"reposo". Esta musiquita permanece hasta que el usuâ-

rio "despierta" o levanta, y no para de golpe, sino que

se lentifica y desaparece a los segundos.

El precio de entrada â estos lugares es veinteyaa'ns.

Sr uN ceuróN se rompe o revientan algunas de sus go-mas, los monjes sin ayuda alguna 1o arreglan. S

Gran Mongol, son malos conductores y buenos mecá

nicos, han sido los causantes de cientos de choques yprovocan situaciones de extremo peligro en carreterâ.

Aún es recordado el día en que uno de estos monjes se

quedó dormido, mató a catorce niños al arrasar con una

escuela en la región de Shi, y huyó mientras la estatua

de Buddha -sonriente- caía del camién y se mante-

nía de pie en medio de sangre y quejidos. Desde enton-

ces, a ese lugar asisten en peregrinaje miles de creyen-

tes; lo apodan "estanciâ de Buddha en Shi".3

Lo cierto es que cadavezque vemos a un monje ârre-

glando un camión o raspándose la grasa de los dedos nos

3 Para ser exactos, habría que apuntar que de lostipos de Buddha

que circulan en la república (sonriente, de la armonía, melancóli-

co, mojado con lluvia de lodo...), eI de lø fertilidød es el más solici-

tado. Se representa con un rostro serio donde no hay marcas de

tristeza, y es el único que no entrecruza o deja caer los brazos, sino

que los semiflexiona hacia delante con los dedos abiertos. Las pa=

rejas se encomiendan"ala fertilidad" y es práctica que las mu¡'eres

le besen tres veces el dedo índice (de la mano derecha) diciendo:

"Buddha de la fertilidad, muéstrame el camino" (xicbo pødrne kang

"0 f,í).Al retirarse deben bajar la c¿bezay no darle la espalda hasta

salir del templo. Para que este deseo se cumpla se debe tomar du-

rante tres días seguidos el té llamado "paseo de primavera".

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1

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I

3o 3r

Page 15: Teoría Del Alma China

ifi{

preguntamos cómo es esto posible y sonreímos" Másque monjes parecen diablillos de una película de Buñuel.

La semana antes de marcharnos paramos en uno delos entronques autopista-carretera de meseta e intenta-mos fotograßar a los monjes. lr{o lo permitieron. Secomportaron de manera huraña y después de taparse lacara, caminar hacia varios lados, gritarse entre ellos...,se acercaron con los puños cerrados y lanzaron piedras.Cuando estábamos relativamente lejos, paramos e hici-mos muecas. tlno de ellos rió, se sacó el pene, orinó.Esa actitud puso en crisis todo lo que hasta ese momen-to pensábamos del budismo.

EIHuøngcheihua.n Sunha,revelado que en toda la repú-blica hay más de mil camiones consagrados a Buddha.

B,.y',IÞr-''Hr\\ç

t ågt:,**S un imperio. Es la ciudad política por excelen-cia, y según nos confesaron nada se mueve sin que elEstado no lo sepa. Para esto la república aplica medidasextremas, hace que cada ciudadano vigile al otro y lodenuncie ante juridicciones que se encargan de proce-sar al individuo y construir una cadena culpa-salvación.

Es famoso aún el caso de los dos carpinteros que antela acusación de venta-ilegal-de-madera-pulida denun-ciaron poco a poco a cincuenta y dos personas, inclu-yendo administradores y maestros operarios que se en-cargaban de controlar el mercado y.regular precios.Esto hizo que la madera se volviera inaccesible y per-sonas dedicadas a la escultura, ebanistería, etc., tuvie-

3233

ran que dedicarse a offo oficio hasta que las autorida-des olvidaran el caso y el negocio d" -"d";; ;&;i;t.ra nuevamente fuerza.

Ahora, esto no hay queneses son persovida como si fumás que angustia despie

Si hubiera que buscar. ol, palabra para definir 8.,sería esta:*lgueta. La ciudad ,. l..¡rrrrì, ,"¡r"

""""i_das rectas,-coriläalles anchas, y su ¿rquitectura es 3/4tradición, 3 / 4 esttlo moderno. berd" un edifi cio ;r,; r"pueden ver casi todos los edificios, y vista así ofrece laimpresión de algunas ciudades del norte de Europa.

\zisión equívoca...

mâ_

,:T:ele-

mento donde se hace visible ra mescora nza d.eestilor.Lo mismo sucede con las iglesias: o.irrir;;;;;.

de población católica. Las .oir*yn con un materialderivado del plástic o reforuado .on gravilla, y pi"r""rojo o_magenta con crisrales alrede lor,

"ruL;.il;.Glan Mongol con una sonrisita dice que ásøs son lascafeterías de dios.

Otra de Ias auacciones de B. son sus máquinas demultiplicar dinero (gonsuwhoxig). Los jóvenes se "nU*alrededor y por unos cuantos centavos ganan el equi_

valente de cinco dólares. Lo terrible es cuando estascajas de meÞl se ffaban. Toda la parsimonia china se

Page 16: Teoría Del Alma China

descompone y dan patadas a la máquina hasta que fun-

ciona o devuelve el dinero. Entonces salen sonriendo y

van hacia otra máquina.tJna tarde, caminando hacia casa de LtZhimou (es-

critor), vimos cómo varios adolescentes descascaraban

una de estas máquinas, golpeaban al celador, vigilante

de distrito, y después corrían.Sin embargo, Beijing es una ciudad tranquila' Apt-

nas hay ladrones ylamayoría de los muertos más que a

asaltoi o robos responden a la prohibición-de-salida-después-de-1as-diez-de-la-noche, hora en que es impo-

sible acceder â transporte y personas con enfermedad

o heridas tienen que esperar las seis de la mañana para

llegar a hospitales.Así, en casa de Zhirnou, algunos escritores pidieron

disculpas por marcharse tan rápido y explicaron que las

personas sorprendidas en la calle después de hora de

toque son encarceladas por contravenir disposiciones

ofiãiales de la república.Zhimou relató cómo los escri-

tores se vigilan entre ellos, yparâ,reunirse con occiden-

tales deben pedir "consejo" a la institución central. Si

alguno desafta esta regla, 1o más posible es que desapa-

Íezca en un pueblecito de provincia.ìna foto, taparon la lehte y

la nación no deben dejar que

e se levantaronr estiraron sus

tos,la esPosa de Zhimou

-traje tradicional, pulsos- apareció con pipas largas,

cajitas de opio y té.

Q{o tuvo que rogarnos mucho. Aceptamos.)

AEROPUERTO

El aeropuerto de Beijing es como una pecef,a. Fue cons-truido con cristales gruesos que amplían la visibilidady escaleras rodantes que entrecrrlzaîlos edificios haciadiferentes salones. Cuando un avión aterriza, o se mar-cha, estas escaleras de baranda plástica transparente yalfombra carmelita convierten el aeropuerto en un hor-miguero.

En lo alto de sus paredes hay vitrales. No pequeñoso medianos, grandes. De más o menos cuatro metrosde longitud. Representan el aiø cracis chino a través deh história y en uno de ellos aparece un Mao gigffiecortándolele cabeza a un dragón que suelta sangre porla boca. Este vitral, frente por frente a la pista, obliga alos pasajeros que regresan a quedarse observándolo.

Cuando nos acercamos, leímos: 56lo an grøn líd.erjanto ø sa pueblo es ca.pøz de cortørle lø cøbezø a.l drøg6n.

En otros, Mao siega espigas con unâ hoz y enseñalectura a diferentes niños en una escuela.

Estos vitrales, de colores llamativos y junturas delga-das, son los más fotografiados de los tres edificios.

Pena r,r,uc¡n AL AERopunnro hay que cambiarvarias ve-ces de autopista. Primero la que conduce a Shuking;después la que bordea la termonuclear-z; más tarde ladefinitiva.

Como se sabe, las autopistas poseen râmpâs destensio-nadoras y cuando paramos en una de ellas, el desmon-taje de cajas de pescado en los muelles y los campesinos

3+ 35

Page 17: Teoría Del Alma China

arando tierra a decenas de kilómetros, parecían más quehechos aislados, el acople natural de unso/oúnico espacio.

Lo mismo sucedió con el cementerio. De lejos: dia-grama rectangular con señales y flechas; de cerca, lugarde meditación y "encuentro".

interesante de las costumbres chinas es que envez o coml a cementerios, usualen diversas culturas, llevan piedras rotuladas con algunafrase o imagen. Por ejemplo: "tu hijo que aún te zma"o fi gura-de-familia-sentada-a-la-mesa. fu í, había rum-bas con montañas de piedras encima y otras con dos,tres piedras a los lados.

Estos cementerios son muysobrios. Sólo una cruz demadera-cemento clavada a tierra y una tarja pequeñade bronce con nombre del fallecido y fechas.

Alrededor, árboles.GranMongol después de estar arrodilladovarios mi-

nutos, nos contó como su padre enterró un gancho decarnicería en el cuello de su madre y la arrastró porShuking "pu^ que aprendiera de una vezpor todas a noalzarleLavoza su marido". Después la colgó en la tien-decita del pueblo y huyó.

Este hombre, más tarde se supo, fue baleado inten-tando cÍrLzàÍ la frontera con Siberia.

Er. ¡¡nopuERTo DE Bnr¡rNc es silencioso. Las personasno hablan entre sí o se lanzzn frases cortas envozbajainclinando la cabezay acercando desmesuradamente laboca al otro. El movimiento de torso los hace parecertentempiés que caen-levantan.

36

, . Cuando presentamos nuestros pasaportes en la ca_bina de verificación, Ios oficiales comenzaron a mirar-se entre ellos y a observarnos detenidamente irrt..rtrrr_do superponer nuesrro rosrro al del pasaporre. E; ;rademoraron varios minutos, tiempo que aprovechamospara despedirnos de Gran Mongäl y ^bri"^rn;.---TJnavezdenffo, un policía deãdrrarra se acercó y me_diante señas dio a entènder que había prott"_"', .o,nuestro equipaje. En la oficina, las fotos polaroid, 75oen total, estaban desparramadas sobre l" m"r" y ñ åä-ciales las examinaban cuidadosamente. Ar advertir nues-tra presencia, el oficial_hombre _traje con chamarre_tas rojas, ojos saltones- se acercó y golpeândo_" .lpecho con el índice dijo: "Tú no saber nad-a de china.,,1{

19 We no respondí intentando captar los detalles dela situación: mesa de hierro, tre, foio, ,r-.io _;á;lo d: dirigentes de la república, paredes grir"r, .il;i_hombre, oficial-muj.ç pìp.I"r.. .

- D_espués de ubicar las fotos en montones desiguales,

el oficial-hombre, que salía constantemente yconsulta_

lr-"?l ?.1#i." de voz parecida a la de Grrí M."g;,senaló: "-Lstas son las que ustedes llevar,', empu¡aidohacia delante un bultico de aproximadamenre ilfü;-tas fotos.

, Las recogí e introduje en un sobre amarillo. Cuan_

,do prge;unté por las otras, nos miró, y casi sin abrir la

boca dijo: "Distorsionan imagen de república,,,hacien_do:l gesto d"f* d,e tod,o d,iálogo

-fut_ q". salimos a la pista |,ro, incorporamos a Ia

cola de escalerilla del avión. observé nuevamente el

37

Page 18: Teoría Del Alma China

Mao. Las venas del rostro se le inflamaban y el dragón

ya no soltaba sangre por la boca, sino que giraba frené-

ticamente sobre sí mismo y reÎa...Apreté nuevamente el paquetico con las fotos.

Subimos.

38

Mereorno n r¿lìì.

ft[]

1+

L ,{. cASA DEL EscRIToR estabâ justamente detrá3 del

matadero.Era osc¡ra, pequ^-ç-ñ.-ar-ç"s-tr--ecþ, con un pasillo largo

r"c-""-"_--Á-+,--r

hasta lä cocina y dostes cuadros con recorticos de ani-

males en las par.des. A este tipo de--onùuîõiöna"êði-fic-ös*ãè cinco plantas con puertâs puertas puertas...,algunosarquitectoslollaman"EatrtP*?-p-"r-a_11¡93es".

Si no fuera demasiado descortés podríamos decir que

Beijing está llena de trampai para ratonps.É¡Jt"tt grandes aseìtañîêntix de estos edificios por

toda la ciudad y algunos de sus âpartamentos ni siquie-ra poseen una pieza ritual destinada al sueño (hueve-

cillos-de-cobre), sólo un baño, una cocina y una sala-

comedor donde también se descansa. Según pudimosconstatar, la casa del escritor tenía una habitación con

dos ventanas que daban directamente al ma.tad-e-ro.

Por lo que dijo la Pekinesa, señora que atiende des-

de el accidente al escritor, ese lugar es una metáfora de

China: sólo sangre, yyãçg-s-!L\lçf"t4s. "Así que no

podemos quejarnos" por mucho que querra-la maquinita historia. .. "mos no podemos escaparnos

Contó cómo el escritor quedó parapléjico después de

39

rI

Page 19: Teoría Del Alma China

4,,.¡rì ì.i* jri"tì

1"" r

una acusación pública en la Bolsa de escritores: "sesupone que le haya dado un derrame cerebral bajandola escalera", y cómo su cabeza barrió cada uno de los

57 escalones que separan la Sección de Literatura de laBiblioteca. "Todo por culpa de esa acusación", dijo,"de esos escritores que se denuncian unos a otros".

Parece ser que el último libro del escritor, la novelaLø grøn rnørchø høciø el costødohabía caído especialmen-te mal en la república y había sido traducida a variosidiomas sin permiso oficial de la Bolsa...; cosâ castiga-da con varios años de cârcel o con un congelamiento ødinfrnitam en una fâbÅca o panadería.

"Como el escritor quedó en este estado después dela acusación -y lo señaló, mientras éste en su silla deruedas babeaba y miraba algún lugar detrás de las ven-tanas- 1o que hicieron fue no reeditar más sus libros,prohibir cualquier referencia en revistas/periódicos yofrecerle esta cesa que es una especie de sarcófago, paraque muera..."

"Sabemos que cada vez que nos visitan", miró al es-critoE "varios funcionarios de la Bolsa se colocan en eltecho del matadero vl Pero a míya no me im-porta eso" lo único que pueden hacer es cas-tlgarnos

FIasta dondemørchø bøciø el costødo fue su cuestionamiento irónico delos últimos años de la república. Su visión de ella comozqrj? dç"-grp!r_go: lugar donde unas vacas matan a otrasvacas y les hacen sufrir distintas vejaciones. "Así que alfrnal ellos fueron más irónicos que é1", soltó la Pekinesa,

comode Lø grøn

4o +r

"lo sacaron del mundo y paracolmo lo pusieron a viviren este lugar, para que se acuerde qt.r. .on ellos no sejuega".

"AI principio el escritor pasó de hospital en hospitaly después fue enviado hacia una crínicì de rehabiiita-miento por dos años en zhn.il".4 ahí fue cuando apzrecíyo

-tocândose las manos-, nos mudaron a este edifi_

sión en inglés delAurorø del Faturo la contamos cuatro-cientas setentaisiete veces.

. Dijimos que no sabíamos exactamente, pero que ha_bíavarìasql,apgfas_dg4ç_sh_ace*-e.d-çarunlale"s,...4ft":,-.9r,

quemándolos al aire libreleo o dejándolos qsmimudren. Según G,tattèt,érte s

Page 20: Teoría Del Alma China

señores feqdales: una lerga "pestificación" hasta que el

fluir del animal se acopla ala nat¿raleza.La Pekinesa hizo un mohín con la cabezzy nos con-

dujo de inmediato hasta la puerta: "Me parece que us-tedes no hanvisto nunca la manera en que un tigre cie-rra la boca. .. @løsh)."

R¡sur,re rNNEcEsARro suBRAyAR que a partir de aquí nues-

tra investigación sobre el escritor se hizo surnamentediftcil, ya que la Pekinesâ nos recibía cuando quería o

nos ahuyentaba argnmentando fuertes dolorcitos de ca-

beza. Cuando le pedimos revisar los inéditos del escri-tor dijo: "Para eso tienen que traer permiso oficial."

. Sus historias se hicieron cedavezmás extrañas y sólogiraban alrededor de detrás de

las paredes y de cómo la Bolsa sustanclas en

el pollo queMás de unaforos fuera

le daban cada seis meses para adormecerla."FIe encontrado Ia caje. de fós-

En uno de sus arranques verbales supimos que ellaestaba emparentada escn por parte de madre(había sido la esposa del tío d. -), y que el escritor du-rânte mucho tiempo la había llamado mi tíø perifêricø;

que en Beijing sólo quedaban ellos dos; y que por aten-derlo había enterrado su vida y ahora era un vegetaljunto a é1r..

Habló.de cómo su angustia se debía alafama cad¡vez más idiota del escritor y cómo en la misma medi-da que esø fømitø bøbíø crecido ella sentía también que

"por tener que dar entrevistas que no quiero dar y salir

de

+2 +3

en fotos donde no quiero salir" su odio crecía juntoa ella.

b[osotros charlamos de nuestra universidady de cómo

algunos departamentos estaban intentando crear unfondo para ayudar al escritor: "eso tambiénva a ser para

usted..., [o se preocupe...' con nuestra investigaciónvamos a demostrar que el escritor puede ser considera-

do la resistencia más prestigiosa a China en los últimoscincuenta años".

Ella quedó durante un tiempo en silencio y después

escudriñó bizcamente nuestros maletines en el suelo.

Dijo: "está bien, pero hoy no, otro día..."; y abúó la

ventana para ver como empujaban a una vac^y la col-gaban úva en uno de los ganchos del matadero.

"El día menos pensado le voy a dar un tiro en la ca-

beza...", dijo.

Pon r,o euE pREGtrNTAMos, el accidente del escritor no

estaba tan claro como la Pekinesa había sugerido. Va-rios escritores cuyo anonimato es mejor no develar afir-maron estar seguros de que no había eústido tal acci-

dente, y de que si había caído erâ porque seguramente

1o habían empujado. LJno juró haber visto una sombra

correr en dirección a las oficinas.Cuando registrâmos las actas del monilento -tuvi-

mos que esperar cerca de una semana para que nos de-jarunobservarlas, ya que un jefe superior debía siempre

darle permiso a otro jefe superior hasta que acordaronque las revisáramos con uno de los poetas vicepresiden-

tes, g+"þ3-_qgg|g de ojos amarillos que nos interrumpía

Page 21: Teoría Del Alma China

acàdaminuto-, vimos que de veintisiete personas que-daron en el local a las ó y 45 sólo tres, contando al es-critor y ata secretaria que levant6 acta.

Esto en principio nos dio mucha alegría. Aparte delescritor, sólo dos personas habían quedado junto a é1,

nos decíamos, así que por algún lado tendrá que salir laverdad. Cosa que hizo que recesáramos ese fin de sema-nay fuéramos a comer pato cantonés a un restauranteque hay en las afueras de la ciudad. Un pato extraordi-nario, sin dudas, el mejor que hemos comido en años.

D¡ vupr,re A cÁ.sa DEL EscRrron fuimos desmontandolas cajitas de inéditos de un clóset disimulado en una de lasparedes del cuarto, el que está frente por frente a las ven-tanas, y abriéndolas con mucho cuidado para ver quécontenían.

Para nuestro asombro, algunas de estas cajas, diecio-cho en total, estaban semivacías. Habían sido abiertasantes y muchos de los papeles que encontramos se in-terrumpían, o lo que reconocíamos como "gtafrade es-critor" se hacía tan diferente que no era difícil sospe-char que alguien las había cambiado o distorsionado.

En una de las cajas sólo apareció un reloj.Cuando le comentamos a la Pekinesa esta arbitrarie-

dad, la de papeles yletra de escritor, dijo no saber nadadel asunto y que ella recordata, eÍa Ia primera vez queesas cajas se manipulaban. "Es muy posible que algunavez é1, tabajara con una secretaria."

Después de pensarlo muchas veces, decidimos queno. Nadie "alquila" una secretaria paru que copie una

44 +5

hoja o la miad de otra. Además, estaban colocadas cornosi no hubieran sido escritas después, sino en el mismomomento de lo que sellamafu,jo dq creøcitín.

lo que vimos, había fragmentos de una novela("la novela que pone al límite *i rridr", según descubri_mos a posteriori en unos apuntes) que no había avan_zado mucho hasta ese momento y dls o tres libros derelatos y uno de teatro en cajas distintas. Éste último sellamaba Yuønx h e i n o fuøn h g (Animales en movimiento).Tàmbién, diferentes libreias que al principio no com_prendimosa y ensayos sueltos.

Otras cajas sólo eran de cartâs.Cuando al vuelo revisamos algunas de éstas, la ma_

yoría escritas en inglés, vimos que un gran volumen es-taban dirigidas a diferent., .r.ritor"r-d" Occidente,s yotras, aparentemente las últimas, a una tal Deør S.

El escritor había vtajado a parís unos años antes pre_sidiendo una delegación oficial y sin querer,

"o*ärrr"en una càÍta,la había conocido. por lo que escribe, fue

' a véase el Inforwe que se reproduce al finar de este rerato. porel permiso de reproducción agradecemos a ra l-Iniversidad de prince-ton, Estados Unidos.

5 Entre las cartas dirigidas a otros escritores, todas apiladas endos cajas color verde, encontramos z4 a Heinrich Böll, i a primoLevi, tz a John Updike, ¡8 a Ricardo Renzi, 5 a Soma Morgen_stern; a este último pidiéndole daros sobre la vida deJoseph Roth.Todas comienzan invariablemente con la palabra ,,euerido...,,

o"Estimado...". La correspondencia sosteniãa con Levi contiene undebate muy interesante sobre "el subsûato no histórico de la pala-bra Lager".

Page 22: Teoría Del Alma China

muy importante recorrer con ella el antiguo Museo de

Antropolo g¡a y Chømps Eþsées...

Le comenta sobre un supuesto relato "que sólo túpuedes escribir, con todas estas frases sobre China que

yo te iré dictando..." y advierte de cómo le gustaría que

esa nou.aelle se llamase z "Apuntes pa'ra' ctn uiøje ø Chinø, así

de sencillo..."La Pekinesa dijo no saber nada de esta relación: "No

sé nada de americanâs", dijo, y cuchicheó que no debía-

mos hacerningún comentario sobre el asunto; de 1o con-

trario los perros de la Bolsa vendrían y se llevarían'las

. cajas. En la nueva repúbl-ica çEl4g"p.fq!úHdgs-1ps víncu-los amorosos ent{g-p.g{*-o*na_q""d-e-l-dçpJ9"greg*çglgati"s.

os reímos de lo que nos pareció otra locura de la

Pekinesa y prometimos silencio total. Como ustedes

'.... :,:þ*",g.g:a china desconfiada puede convertirse en algo

muy serlo.

A penrrn DE EsE MoMENTo empezaron a ocurnr cosas

muy raras en el matadero.Cada vez que llegábamos, el mugido de las vacas se

hacía más y más insoportable, como si todas hubieransido pinchadas a Lavez,y una banda militar vestida a la

manera antigua hacía un recorrido por el gran patio,tocaba largamente un tambor y rcalizaba cuatro-cinco

Oro, así se llamaba este matadero. Cuando la banda

militar daba todas las vueltas que iba a dar, que podíanvariar de seis a veinte según el delirio del capitán de

turno, se colocaban seis rifleros en posición de alerta ydisparaban.

Esto sucedía ocho veces en la mañana y ocho en la

tarde, según visitáramos al escritor. Cuando tabaiáha-mos tiempo completo se articulaban en las dos sesiones.

'

Lo más absurdo siempre era el comunicado.Era leído sin exclusión a cada vaca "lista" y repetido

innumerables ocasiones en tonos diferentes de voz, como

si varias personas se relevaran una derás de otra para con-

denar entre gritos y gritos a las vacas indefensas. (Ina

vezfrnalizado este simulacro, comenzabala ejecución.

Cuando le preguntamos a la Pekinesa si esto era cos-

tumbre en China, aseguró no saber nada de mataderos

pero que hasta ahora nunca habíavisto esta rnanera de

cortarle-l ¡-cabeza-a-las-vacas. "Es un ritual nuevo ",apuntó.

Simulacro que nos molestó muchísimo por la canti-dad de ruido y golpeteo que incorporaba, pero que ter-minamos por introducir en nuestro ca.rTrqas de trabajo.

Otra de las cosas extrañas fueron los hombr-cç,^tt-o_p_4e

cârtón. Aparecieron un día en el techo del matadero,ru Ih-acia la casa del escritor, y se corrían solos de lugar for-mando varios diseños. A veces una cruz, â veces una

espiral, a veces una fi.la horizontal.

conientazos hasta que las

ficiles de mover, caen-Ptro¡rrr¿ã de esto

por la electricidad.Segunda Estrella deocurría en la

,;{ì,

"\+..þ'

Li

xl.i

i fusilamientos.\_ =.*'Æ'-'

-\qs%

Lo extraño es que la manera usual de matar a los ani-males en los mataderos es con uno o dos cuchillos has-

ta descuerarlos (existen varias técnicas, entre ellasla pu

fxj,patentada en la misma república) o con una serie de

46i

I

i

1

47

Page 23: Teoría Del Alma China

j*i

Estaban pintados como los sheriffde las películas deloeste, con pistola/chaleco, y envezde ojos tenían huecos,

dos huecos por donde suponíamos alguien iba a mirar.Lo cierto es que nunca vimos a ninguna persona vigi-

lantemente detrás de ellos, y siempre estaban ahí, comoperritos de

la presencla de estos mirones era más mo-lesta que todo el tejemaneje con las vacas en el patio(sobre todo si se piensa que las ventanas del cuarto es-

taban semirrotas y no podían cerrarse). Era como estar

en unâ pecera en la que en cualquier momento un mons-truo puede introducirzsu mano.

A p¡nrrn oB e¡rf decidimos acelerar nuestro trabajo yvisitar al presidente de la Bolsa en los días del acciden-te. Arrinconarlo. Sacar la verdad.

El presidente era gordo, zambo, de uñas largas, conuna sonrisita perenne y gestos afeminados. Ladraba tanenredadamente que muchas veces se perdía y alfrnalyanadie sabía qué estábamos hablando. Cuando mirabadaba una extraña impresión de peep-show.

Hizo muchos cuentos de su época y sermoneíIarga-mente sobre el alma china. Cómo había escritores que

habían traicionado "la ontología estríada" del alma chi-na: fuøn yei xo guøhn, y por esa razón "no situaban su

locus en el mismo lugai de Ia nación". "Ésos son losrenegados", dijo, "a los que hay que cortarles los bra-zos para que aprendan a nadar a,favot de Ia corriente".

Narró cómo en su tiempo é1. agarraba a ese tipo de

escritores falsos y desagradecidos y los amonestaba se-

velamente por haber incumplido con el Código Aúreodel Soldado de las Letras. Recordó el famosõ caso deun periodista que había burlado la censura ,,que nues_tra protección impone a ciertos temas,,, y como él enpersona lo había arrastrado hasta el manicomio y pa_teado allí. "IJn hombre", observó con los ojitos semi_cerrados, "que se atreva de esa manera sólo puede es_tar fuera de su centro".

A las preguntas sobre el escritor, se mostró evasivo yapenas dio datos que a¡rdaràn à decidir si había sidäaccidente u otra cosa. Sólo dijo: ,,Yo

se lo advertí mu-chas veces: con el inrj6 no se juega.',

. Sobre la secretaria que había levantado acta aquellanoche no pareció recordar mucho y cuando hablata deella parecía diseñar a dos o tres personas alavez: altadelgãda, deforme, bajita..., Qn€ r ef i. prr"rr;;.;;:taba emparentada con él [el escritor], y que era irna deesas mujercitas a las que no hay que tomar muy en cuen_

.t^.--"Por mucho que nos hayamos esforzedoir, picoteó,

"ellas no han podido superar el terreno medio ãe h in-teligencia, ji ji jí ji..." .

Acto seguido pasó a describir los logros literarios delos escritores bajo su mandato: r7 años siendo la cabe-zal5:uíat y cómo é1, junto a dos o tres más, había empu-jado el movimiento reølistønacional ,,hacja,la cumtre

, 6 Término coloquial muy usado en la república para designar

algo mayor e inalcanzable que debe ser tratado con-obedienJia yrespeto, por ejemplo: la alta dirigencia política y el Estado. FuanZhanYu, Dictionøry of Potiticøt Terms,Beijing: Ministry of Culture,English Language Publication s, 1967.

48 49

Page 24: Teoría Del Alma China

que se ilurnina con el primer rayo de sol en la mañana"'

';Descripciones duras", gritó, "no esos novelones sobre

la existencia que nadie entiende".Habtó de cómo en la república se había puesto todo

en función de ese movimientoi*àpesar de las limitacio-

nes que tiene nuestro país", y de la manerâ en que la

alta dirigencia "encârriló" a la verdadera literatura. "Eso

nos hizo grandes", volvió a ladrar, "aunque hayamos

sido al final rnuy criticados".Cuando nos levantamos parâ recoger nuestros bol-

nuestra casa, lo botamos.

to vrÁs cuRroso de todas las opiniones que habíamos

recogido era que varias coincidían en que la secretaria

de aquella reunión estaba emparentada con el escritor

e incluso, las más arriesgadas, especularon que la som-

bra que se había visto en la escalera ântes de la caída era

una sombra femenina.lfn poeta, que no negó sus dife-

rencias estéticas con el escritor, aseguró que existían ru-

mores de que la secretaria era ll-úa de éste o algo así.

¿Sería posible que la Pekinesa fuera la secretaria que

durante los dos últimos meses buseábamos? ¿La mano que

redactó el informe? ¿La sombra que âtravesó de lado a

lado el pasillo? Y si lo era' ¿por qué hasta ahora 1o había

ocultado? ¿Por qué nunca había hecho mención de eso?

Cierto que nunca le habíamos hecho la pregunta di-rectamente. Perdidos en.nuestra propia pesquisa y porlo despótico que sería que la tia del escritor

-¡su pro-

pia tía!- hubiera participado en un juicio contra éste,

no habíamos concebido que ella pudiera estar de mane-ra frontal detrás de todo.

¿Y si todo lo que había sucedido: los vigila¡tes en elmatadero, el fusilarniento de las vacas, las palabras delPresidente de la Bolsa..., ro eran más que un plan pues-to a funcionar por ella misrna? ¿Un plan de constantesdescentramientos y ocultamientos de la verdad? ¿Unplan nefasto concebido por una chinita nefasta?

(IImmmmmm...)

¿Y si la que lo ha,bía empujado por la escalera era ellay ahora como castigo o recompensa, que todo está muyrato y no se sabe, tenía que cuidarlo hasta que final-mente muriera? ¿Vìgilarlo?

La úsita a la casa del Presidente nos dejó con muchí-simas dudas ynos metió en un mundito lleno de atajos/

paranoias. Sólo una cosa erâ segurâ: nada de lo que sa-

bíamos era definitivo,había que desconfiar de todo ytodos. Como ha escrito Confucio: "l]n verdadero Prín-cipe es aquel que duerme con los ojos muy abiertos."

Nor¡:

Pasé por aquí. No estaban. Al escritor le han dado con-vulsiones y está en el hospital. Nos hacen falta medi-clnas

5o

Los espero.

Page 25: Teoría Del Alma China

¿La grrfra de la Pekinesa no era ya un indicio de sos-

pecha? ¿Esa manera de hacerla ø, con unâ bolita dema-

siado contraída abajo y sólo un palito arriba, de cons-

truir oraciones cortas, de obligarnos air alhospital sin

obligarnos, no era todo fruto de un calculado y puntualentrenamiento? ¿I{o había en la autoridad que despren-

día esta nota clavada en la puerta de nuestra habitacióntoda una vida en función de recibir y dar órdenesl ¿Nose encontrabaya en esa tachuela de cabezaroiattlíza-da para martillear la nota algo íntimamente relaciona-do con el movimiento de sus manos cuando hablaba,

así, como si tasajeara dos vacas en el aire? Incluso, ¿noera"ya. todo evidente en las venas que le bajaban por el

brazo hasta las manos y se ramificaban en cada uno de

sus dedos?

Innegablemente, una de las cosas que más nos llamóla atención de la Pekinesa fueron sus venas: anchas, mul-tiformes, verdes... No porque hayan sido sensacionales

en sí mismas -habría

que ver qué significa éste vocablo

aplicado al mundo de l¿s venas-, sino por el simple he-cho de que se tornaban visibles y se podía estar frentea ellas con relativa comodidad. Por mucho que una per-

sona no entendiese, son -por decirlo de alguna mane-

ra- carreteras listas para el "via;je".Aunque p^rezca curioso, en la república, a las muje-

res nunca se les observan las venas. Suelen echarse pol-vo de arroz para tapar la más mínima variación en sus

cuerpos y usan vestidos largos con estampas oscuras o

flores. De hecho, para aficionados a Ia angeología como

nosotros, se hizo sumamente dificil y sólo en la Pekinesa

o en niñas que no pasaban de dtez años pudimos re_cf,earnos, ya que en la república considera¡ de mal gus_to este arte e incluso incomprensible. Dicen: occiden_tales como siempre: aberrados...

trara constantemente, no es esto en verdad y sin exage_ración sospechoso?

¿No es síntoma de un catá.ctet autoritario, de unavoluntad al servicio del mal, de un desafio?

Sí, ya no teníamos dudas. La Pekinesa era ese bicho

7 Lo que más sufrimos fue sin dudas la ausencia de vena ocular.Se la tapan obsesivamente con una resina amarilla que a su yezvea ser borrada con polvo de arroz,y ni siquiera dejan que otras per_sonas se acerquen a sus rostros. Piensan que la localización de esavena hace a los descendientes del antigut imperio vulnerables ypueden ser rèconocidas enfermedades virales o genética, po,

"r"vía. Algunos creen que a partir de esa vena sólo es posibre ra circu-lación ð.e qi en el cuerpo.

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52 53

Page 26: Teoría Del Alma China

EN Br. Hosprrar. todo fue diferente. Se mostró particu-

larmente amab,le y hasta las enf,ermeras' a las que se les

tiene prohibido hablar con extranjeros' sonreían e in-clinaban su cabeza a nuestro Paso.

l.[arró las varias etapâs que había tenido estâ nueva

recaída: primero con manos viradas-lengua afuera, des-

pués con.sr'rplemento de oÍgeno-ojos en blanco, más

larde con espumarajos babosos-contorsiones epilépti-

cas, y cómo desde hace dos días todo se había contro-lado y empezaba a mejorar. "Si contin(ta así", graznó,

"estaremos muy pronto en nuestra casa".

Frase que nos recordó nuestras sospechas -¡debe-mos investigrf debemos investigarl-y nos hizo pen-

sar seriamente en la manera o las maneras en que po-

díamos entrar a la casa sin levantar sospechas:

ano) Ofrecerle un té con somníferos a la Pekinesa,

extraede las llaves y hacerles copia.

d,os) Zafar con un cuchillo de mesa varias de las per-

sianas de la sala y después retornârlas a su sitio

-cosâ que ocuparía mucho tiemPo.

tres)Forzar la puerta.

Aunque, como imaginan, la que menos nos agrada-

ba era la primera, ya que incluía demasiado azar: si se

tomaba eité, si le hacía efecto, si no habíâ unareacción

a\êrgica..., fu" la que estimamos más convenient€ pâra

no fallar en nuestros propósitos. fuí que inventamos un

té inglés de muy reciente repuación, que seguro ella no

había probado: nos guiñábamos los ojos cada que ha-

blábamos de la grandeza de este té, y Ie echamos som-níferos como para que estuviera durmiendo una sema-

na. Cosa que no falló. Precía una puerca ala que âca-

ban de matar. l

Dos horas después estábamos entrando a la casa delescritor.

Ilacer el recuento de cómo nuestra investigaciónva-rió a partir de este detalle -la entrada ala casa, el jue-go entre 1o que se muestrâ y se oculta, el asombro-,sería un sinsentido, una manera de enmarañar las his-torias que posee esta historia. Só1o una cosa podemosadelantar: la Pekinesa no despertó y hubo que enterrar-la en la misma posición que fue encontrada: cubito supi-

no. N escritor le dieron casa: una casa her.mosâ, conestantes de flores-techo de pagoda, y ahora atiende untaller de jóvenes dramaturgos en una provincia cerca-na. El antiguo presidente de la Bolsa se mató. Según elAurorø del Futuro: "el enemigo una vez mâs había de-mostrado, al-asesinar-a-este-matrimonio'símbolo-de-la-república, que no sabía observar las diferentes for-mas que conviven en una naranja".

INronu¡Este inþrrne no bø sido becbo pørø ser'pablicødo. Debe ser

leído en silencio; tomøndo rrPantes. ES de naestro

de lømøløEs

ese

díø, el d,íø de naestro arrestl, en el lagør de los hechos. Qui-siérømos consignør qae nLs høn trøtødo respetuLsønxente y

5+ 55

Page 27: Teoría Del Alma China

nød,ie nos hø obligød,o ø rnlstrør este diørio. Lo hemos entre-gødo s6lo pørø. que nuesLTa. conci.enciø qued,e trønquilø y føci-litør en pørte el proceso. Estømos segurls que lø beneaolencia.

de lø ley será lø únicø que cøerñ sobre nosotros.

r. Todo en la casa ha cambiado. El orden aparente-mente continúa: Ias t¿zts de té, los cuadritos sobrelas paredes, la mesa en medio de la sala... pero a la

vez "todo" posee un orden falso, como si hubierasido trazado para despistar, coger en falta...

z. llna foto del escritor ha sido colgada deuás de Iapuerta. Una foto muypequeña, como las que se co-locan en carnets o planillas, dentro de un marcomuy grande. El marco ocupa más o menos la mitadde la puerta, mientras la foto, ridículamente, está

empotrada en medio. La imagen del escritor en lafoto mueve los ojos hacia todas partes desenfrena-damente mientras nosotros recorremos la casa; a

veces, salta.

3. Han desaparecido once cajas de textos, En las sieterestantes sólo hay papeles sueltos y anotaciones sindemasiada importancia. En una de ellas, junto a unreloj antiguo de bolsillo, hay un gorrión disecado.

4. El gorrión tiene una expresión muy r^ta en el ros-tro. Sus ojos y cierta apertura en el pico, como si

quisiera decir algo, recuerdan los ojos y la boca de

la Pekinesa. Es como si el artesano que lo momificóse hubiera basado en una foto de ésta. Quizá, en unafoto de la Pekinesa joven. Por momentos, no sabe-

mos cómo ni por qué, el gorrión mueve una pâta.

56

5. Del baño ha sido arrancada la tina de porcelana,aún se ven los huecos de los tornillos en el piso, yla ducha. En sustitución, sólo hay dos cubos vacíos.Uno de los cubos tiene un hilo amarrado que llegahasta la foto dentro del gran marco tras la puerta.El hilo es blanco.

ó. En el baño hay otra foto del escritor. En ésta se vedesnudo, acostado sobre una carnilla en un lugarque parece la sala de operaciones de un hospital. Enel fondo hay una mujer con guantes blancos y unacuchilla en la mano izquierda. La mujer, qlorzâ laPekinesa, no parece estar mirando hacia el fotógra-' fo sino hacia algún lugar que no se ve en la foto.

T.Enuno de los rincones de la sala hayun aparato. Esmetálico, con varios bombillitos rojos y una bocinaen forma de cono; por uno de sus extremos botapapeles.

8. En las siete cajas de inéditos que permanecen hayun diario. Mejoa un fragmento de diario, ya quesólo sobreviven algunas páginas de uno mayors que

8 IJna de las páginas dice: "En realidad los matarifes desollanmuy rápido a los toros, como si con esa rupidez quisieran econo-mizar su dolor. Con las vacas se demoran más. Les cortan primerolas ubres y después el rabo en tres pedazos. Posteriormente con uncuchillo las van apuñaleando hasta que la vaca se desangra.,, Otrapá,gqna: "4 los toros los matan con electricidad. Dos o tres cableci-tos alrededor del cuerpo y una descarga.Lo más curioso es quesiempre caen con los ojos cerrados, como si no quisieran culpar a na-die. Las vacas no. Las vacas caen con los ojos abiertos o pestañean-do. Más de una vez he visto como los matarifes les echan chorros

57

Page 28: Teoría Del Alma China

antes no habíarnos visto. En este diario encontrâ-, mos el siguiente apunte: "Están vigilando. Apare-

cen y desaparecen de mi casa y me obligan a pasar

muchas horas inutilizado en un sillón de ruedas...Los occiden@les hablan mucho. Calma, porque si

no la situación se puede volver insoportable."g. Aniltzamos las hojas que suelta el aparato, Hay fo-

tos de'nosotros øbriend'oèerrado las cajas y en otras

posiciones: hablando con la Pekinesa, de pie'juntoa la puerta, mirando por las ventanas, echando azú-

car en el té, etc. En algunas apareie el escritor ba-

beándose. Su boca, en esta foto, recuerda ambiéna la de la Pekinesa joven. Quizá cierta deformación

-hasta ahora imperceptible- en la comisura de

los labios.ro. El aparâto está registrando lo que ahora mismo ha-

cemos. Reproduce imágenes detalladas de nuestros

movimientos por la câsa y va describiendo a pie de

foto nuestras accionesu Por ejemplo: Si nos senta-

mos a leer el diario del escritor dice: "Occidentalessentados leyendo diario. rg.o7 cMT."

r r. Por lo que está escrito en el diario, el escritor tieneque obligar constantemente a la Pekinesa e inclusoa veces convocar reuniones urgentes con los "ka-maradas de la Bolsa" para que ésta cumpla "efrcaz-mente" su papel. En un esbozo de carta que apare-

de agua en los ojos para ver si los cierran." Otra página: "Por la

manera en qtie mueren los toros y las vacas sabemos que son ani-

males en d.iferenciø."

58

esta versión. Charlar con El'rz. Bajo el sofá descubrimos otras cajas con fotos: con

la misma calidad de del âpârato. En al-

gunas aparece el en el

patio del matadero ejecución de las

vacas )l en otras, con su rostro muy cercano al de

varios de estos animales como si estuviera susu-

rrándoles algo. En un álbum, el escritor y la Peki-

nesa pintatt y t..ortan los hombrecitos'de cartón'

Sonríen.

tal con un papelito que dice: "Hechos a mâno por

la Fekinesa."r4. falsa

or Iar de-

59

/li

Page 29: Teoría Del Alma China

r5. Junto a los papeles del escritor aparecen muchascosas que no habíamos "registrado" antes: brazzle-tes de soldado, medallas militares, fragmentos de

...r notas aparecidas en la pr

n. -..r?' semioxidada o que por lo

'r y\t' cía mucho, una portada- ?tr

". .-ii'll-¡" ' É J

escritor son¡iendorriones disecados..

encima de una montaña de

e, al quetan olos y algunas plumas de las alas, se ve como

a nn metro de est¿ montaña mirando hacia lacâma.-ra.Larevista tiene escrito en sus bordes, a bolígra-fo, algo ininteligible.

16. El aparato reproduce insistentemente nuestros mo-vimientos, incluso los de param.os frente a é1, ob-servarlo; y dralos papeles hacia un lado en una ca-nasta plástica. Hace un ruido sordo.

r7. Junto a los libros que se amontonan rras el sofá haydos ceniceros con varias colillas de cigarros. Tàm-bién, pequeños papelitos masticados con restos deapuntes. En algunas de estas colillas hay manchasde labios y grasa de pelo. Encima, plumas de algúnpâjarc que aún no hemos detectado en la habita-ción. Estas plumas tienen pintados unos ideogra-mas que aparentan movimiento cuando las cambia-mos de lugar.

r8. Abrimos uno de los muchos gorriones que haysobreel escaparate y vemos que están totalmente huecos ycon una reproductora de minicasettes encajada en loque antes fue su barriga. Cuando escuchamos, enesta cinta está parte de nuestras conversaciones con

6o 6t

la Pekinesa y a posteriori la voz deun hombre con-signando día y año del encuenrro. EI interior del

'pájaro grande está vacío, con una babaza transpa-rente que hace un poco dificil su manipulación.

19. En otro de los apuntes dice: "FIoy los occidentalesvinieron y registraron las cajas con cartas que hemostardado años en falsificar. Quedaron muy impresio-nados con mis supuestas relaciones y le hicieron a

Ia Pekinesa muchas preguntas al respecto. Realmen-te estoy muy cansado. No sé porque de una vezportodas no intervenimos. Al final, son como ratonci-tos en un laboratorio, están atrapados."

zo. Descubrimos bajo uno de los cubos del baño -elde la derecha- un cartapacio de papeles con ano-taciones precisas de qué deciry cómo gesticular "eneste nuevo caso". Las anotaciones tienen pequeñosdibujos con la mano en disímiles posiciones e inclu-so en una aparece el lugar en que se debe colocar a

los gorriones con respecto al volumen de los cuer-pos: "Para que el movimiento de las manos no cor-te el flujo deIavoz." Por Ia grafía, suponemos queestos apuntes fueron redactados por el antiguo Pre-sidente de la Bolsa ola Pekinesa.

zt. Lasventanas del cuarto del escritor han sido restau-radas y pintadas de verde oscuro. Encima tienenuna telilla blanca con una hozy un martillo incrus-tados. Debajo, otra telilla con la imagen de uno deIos dirigentes de la república. A veces, por una ex-traña anomalía, esta imagen parece recorrer todo elcuarto y después situarse nuevamente en su lugar.

Page 30: Teoría Del Alma China

22.El,aparato emite un ruido áspero y enciendeapaga

todos sus bombillitos insistentemente. El papel que

vomita tiene un raro esquema de gentes fusilandoy vâcas muertas. A pie de nota se lee ¡Lø sonrisø del

escritor construirá el ltorizonte!otro de los apuntes dice: "Ésta va a ser la prue-

más dura. Nunca he tenido paciencia pâra estâr

en cama y creo nunca la tendré. Oialât todo pase rá-

pido. No soporto ya la sltuaciónymenos el olor que

desprenden estos occidentales. Si todo continúa se-

gún hemos ideado, esta misma noche operamos."24. El matadero está toalrnente vacío y han colocado

frente a la casa una valla grande con la imagen de

una vaca muerta y tres gorriones encima picotean-q do su carne. La imagen tiene abajo laler{.,_ en

' letras rojas.

25. Bzjo el sofá encontramos otra revista con unas pre-guntas a la Pekinesa y una foto de ésta junto al anti-guo Presidente de la Bolsa. El artículo cuenta cómo

una sofisticada operación entre varios escritores ylas fuerzas de la Seguridad "salvaron a la nación una

vez más de la calumnia y el sinsentido." El mismo

artículo habla de alucinaciones y de un extraño jui-cio celebrado hace un año a dos personas [páginascentrales].

26. F.;lâparato empieza a soltar tornillos hacia todas par-

tes y un intenso olor a plástico derretido. La últimafoto que imprime es la vista vertical de dos paredes

grises y una ventana con rejas en lo alto. Debajo, unbanquillo de madera.

6z 63

z 7. Decidimos que debemos regresar al hospital y mos-

trarnos como si-nunca-hubiéramos-sospechado-nada. tln verdadero profesional simula incluso has-

ta cuando cree que ha sido descubierto.

28. Luces,

Page 31: Teoría Del Alma China

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Er, cn¿N con¿zóN oB OccTDENTE

f rr*o Es uN p¡Ís de enanos. Los enanos son defor-\-/ mes y cuando se desplazan parece que un martilloles hubiera achatado la cabeza. A este tipo de enano:voz nasal, gestos teatrales... los llaman en el interior dela república ntonos d,e feriø.

Y es que todos los enanos son irremisiblemente mo-nos de feria. No sólo por la forma en que chillan: ani-malitos [ue se estorban unos a otros, sino por la torpe-zacon que gesticulanyla malformación que hace de sucabeza masa de ronchas y huecos.

Si alguna vez hubiera "colaborado" en China -jefe-cillo de hacienda, secretario del ministerio de comer-

cio-, mi primera decisión hubiera sido exterminar alos enanos, cazândol,os uno a uno como moscas o ente-rrándolos vivos en el desierto de Xhu'g.

Mi segunda decisión: linchar a toda persona que hayatenido enanos en la familia.

R¡cuBnoo euE cuANDo le conté al Alemán de mi odiohacia los enanos, comenzí a reír con cada una de mis

. palabras y dijo: "Tienes que ayudarme a cazar enanosen China..."

65

Page 32: Teoría Del Alma China

llna de las escenas rnás interesantes de su película

es cuando el director del reformatorio descubre tras la

ventana a un enano-alumno observando. Lo invita a pa-

sar, y después de acariciarle el pelo, preguntarle por sus

estudios, arreglarle la camisa..., 1o tira contra el piso,

viola.Cuando ha terminado, Ie da vueltas hasta que la ca-

beza del enano-niño revienta contra la pared.Pero lo hermoso de este momento no está en la vio-

lación-en-sí, acto de stimmungy graLr-.deza, sino en la

manera en que el director Io agarra/lo suelta, las líneas

de placer que atraviesân su rostro, la sonrisita inocente

y marionetesca alavez.Toda esta escena, desde que el director del reforma-

torio sujeø por los pies al enano-niño hasta que lo besa

-gesticulando exageradamente y salpicándose de san-

gre la boca-, fue editada en cámara lenta, con una mu-siquita de fondo que anula todo efecto patético, como

si lo visible, es decir: el director, los muebles, el ena-

no..; no fueran más que ul circo perverso, el resultado

de un cerebrito neurótico y sin salida.

En el cine,las pocas personas que había: señoras con

sus hijas, firncionarios medioraros, viej os, lloraban ante

esta escena y se tapaban los ojos para dar tiempo a que

cambiaran los rushes.Yo reía. l.{o podía aguantar cierta mezcla de goce y

extrañamiento ante la sangre que brotaba de la cabeza

del enano-niño y el rostro transfigurado del director,como si con ese gestl hubiera encontrado la clave de loque llevaba años buscando.

Después, un plano largo del enano muerto en elsuelo...e

C¡oe vEz euE prENso en esta película me vienen aIa ca-beza los rasgos del Alemán.

Alto, castaño, con un pañuelo grisoso alrededor delcuello y un rostro más bien cuadrado, de líneas duras.Tomaba cognac fumando un cigarrillo negro que él mis-mo enrollabary reía desmesuradamente, con la bocaabierta. Según é1, esos cigarrillos y la boquilla que en-cajzba en cada uno de ellos la había comprado en Fez:tiendø de liqaidøcilnes, y le había costado menos de 1o

que vale una caja de fósforos en cualquier lugar. Cuan-do la extraía del bolsillo pequeño de su cazadora grit"-ba,: mi boqaillø mørroquí...

A veces también decía: este pøís está mucho más podri-do qae Mørraecos, 1z Se quedaba como intentando escu-driñar algo.

Por lo que sé de é1, antes de viajar a la república a fil-mar su "enciclopedia de los enanos" había hecho un¿pequeña película sobre unos cuervos, unos árboles y unhombre que descubre en el vuelo de estos pajarracos elsentido de su vida. Está días y días estudiándolos hastaque tropieza, caeym.uere. Al final los pajarracos terminan

e Werner Herzog años después frlmarîa Aach Zwerge bøben klein

øngeføngen (Tàmbién los enanos comenzaron desde pequeños), pe-lícula que copia una serie de escenas del cine del Alemán, aunque no

se reconozca en los créditos, y en entrevistas posteriores l{erzoghaya negado incluso saber de la existencia de su predecesor.

66 67

Page 33: Teoría Del Alma China

alrededor del cad íver picoteándolo, cagándoIo, sacán-

dole los ojos, etcétera.

Cuando observé las fotos de la película me resulta-ron impresionantes los cuervos destripando el rostrodel actor y las imágenes del campo con árboles secos al

fondo, tierra roja. Tämbién, fotos de las montañas; de

un hombre orinando en dirección a las montañas.Pero aparte de estas imágenes, nunca he podido ver

otra cosa de la película. El Alemán se negó repetidas

veces a mostrármela, e incluso lnãvez golpeó a su mu-jer en una cafetería por contarme fragmentos de ella.

Le dijo: "Si quieres risita ve a visitar a tu madre. ..",Yla sacó de allí almett zàr'do con darle varias patadas.

No se puede negar que el Alemán era una persona a

veces desagradable, a veces dulce. En el mercado esta-

tal de Beijing, entre comerciantes que empujan hacia

un lado-otro, chirriabu "Fíjate en el rosúo de los chi-nos, son los personajes más fotogénicos que conozco.Son como perros. Se puede hacer sólo una película mos-trando sus cuerpos, sus mâneras de hablar, sus dien-tes... Si algún día tengo la oportunidad quisiera regre-sar y fiImarlos. Ese documental se llamaría Historiø de

mi ztidø en Chinø."En este mismo mercado fue donde compramos la

mariantonieta amarilla. Medía como dieciocho centí-metros y se le daba cuerda por el lado izquierdo, en la

espalda. Representaba a. una mujer de mediana edad

agachada frente a una guillotina mientras un hombrepor detrás halaba una soga y le cortaba la cabeza.. Lacabeza -de facciones muy bien delineadas, cachetes

rojos- se desprendîa, y de un bulbo que la autómâratenía encajado bajo el cuello salía sangre.

No hay que decir que rellenábamos este bulbo tres,cuatro veces para ver cómo se tronchaba la cabe za y lasangre

-mercurio u otro líquidæ- broaba lenamente.

Después de estar días enteros embobecidos con Ia fi-gurita de la guillotina, al Alemán se le ocurrió que ahípodía estar el verdadero final de su película: el directordel reformatorio encerrado en su despacho, los enanos-alumnos dando vueltas alrededor de la habitación, lamâno del director acercándose a la mariantonieta ama-rilla y poniéndola a funcionar.

El final sería precisamente ése: un close-ap al verdugomoviendo la soga mientras la sangre de mariantoniet¿corre en un hilo hasta los espejuelos del director, for-ma un charco.

Cuanco, gritase golpemandíbula.

A todas estas aún no había locales ni actores. Lo dela autórnata ocurrió al princþio de nuestra estancia en larepública y cada uno de los lugares que habíamos en-contrado o lo habían dejado impasible o los había des-echado por una causa u otrâ.

Sólo al mes de estar buscando el local adecuadodimos con aquella vieja casa en Shuking. Llna casa dedos plantas con teÍraza encima, piso de madera, yunenorme patio donde sucedería la mayoúa de las ac-ciones.

68 6g

Page 34: Teoría Del Alma China

Por lo que explicaron, la casa había pertenecido a los

antiguos dueños de aquellas tierras; después, a la clíni-ca estatal psiquiátrica de Shuking. Clínica que desapa-

reció cuando construyeron una nueva -más

grande,con cuartos especiales-y ésta quedó sin uso en mediodel campo.

Detrás de la casa había corrales vacíos, una plazole-ta mediana,parà domar caballos y una caseta con cade-

nas para tranquilizar a los locos... 'r

Segun el Alemán, esto era perfecto,ya que los ena-nos en su afán de destruir todo debían matar a los ani-males en el mismo lugar donde eran martirizados porel personal del reformatorio.

La única desgracia de la casa era precisamente Shu-kitg. Región donde llueve mucho; a veces, varios días

seguidos.

Lo o¡ Los ANTMALBs también fue difícil. Sobre todocuando los campesinos se enteraron de que en la pelí-cula debía morir apaleada una vâca. (I-os chinos sien-ten singular devoción por los animales, especialmentelas vacas.) No querían venderla. Se negaban. Hubo que

traerla escondida de otro pueblo. IJna vaca enfermaque al parecer le quedaban pocas horas de vida y noestaba registrada en el censo vacuno-ovejero.

Para transportarla hubo que sobornar a un camione-ro de granjas: un idiota que no hiciera demasiadas pre-guntâs, y la llevara hasta la casa donde se iba a realizarla película.'Al1í, el Nemán la escondió durante dos días,

precisamente entre el lugar donde los enanos se suble-

van y la cerca de madera que configura los límites delreformatorio.

Por cierto, â ese lugar regresamos tiempo después

con uno de los personajes más interesantes que he co-nocido: el príncipe Saurau. El Príncipe era amigo delAlemán desde hacía algunos años, y es una de las per-sonas más extrañas que ha paseado por la república.

Caminaba con un bastón rematado encabezade águr-

la en una mano y una fox-terrier carmelita en la otra.Cuando le pregunté por el bastón, sentenció: "Es unregalo del mejor de mis biógrafos austríacos", ;' cotrne¡-z6 ahablar de la diferencia entre un biógrafo austríacoy "un imbécil de otra nacionalidad". Dijo: "Sólo los aus-

tríacos saben lo que es e/ imperi o. . ." , y se pasaba la len-

enânos" hizo un mohín de asco, tomó a "41

en brazos -Iafox-tetryier

carmelita-, y afirmórtna razà aplastada podía descubrir belleza en

esa casa. "Es un lugar de mal gusto", graznír "y me pa-rece decadente venir a la república a construir una peli-culita que puede ser rodada en cualquier parte".

Después: Lø aerdøde%t %ßa, no necesita. de lagøres espe-

ciøles; después (acercándose sigilosamente a la c¿bezadel Alemán): Si qaieres bøcer ølgo grønde intentø obsentør

más øllá de ta propio føscisrno... y le acariciaba las orejas

a Køkøniø rnientras el Alemán alejaba el rostro, sorbíavino...

que

7o 7r

Page 35: Teoría Del Alma China

CBnceNe e LA cAsA-E s c o crDA-DE- S nrrxrNc se encuentrala montaña Denha'ø, en mandarín: espacio que separaa una montaña de otra. Famosa por tener en uno de sus

descansos el asilo más antiguo de la república: una cons-trucción de madera con techo a dos aguas, leones depiedra ¿ la entrada.

A los viejos los sientan en una hilera Larya de sillo-nes ylos obligan a mecerse compulsivamente hasta quese retira la visita. A la vuela, según arriesgó uno de ellos,le dan dos palmaditas en el hombro,los mandan a cum-plir diferentes tareas: rastrillar el patio, lavar ropâ, cor-tar árboles, etc. Los que se hayan portado bien -quesignifica no hablar, no hacer cosas extravagantes- los li-beran hasa la hora de almuerzo de su obligøción de trøbøjo.

En realidad, lo más interesante del asilo es una pe-queña sala de fotos. Se muestran los castigos a que eransometidos los viejos "antes de las reformas que han cam-biado por suerte la vida de nuestro pueblo", y la diri-gencia del asilo, todos con batas verdes/guantes blan-cos, las señalan con un rictus de satisfacción u orgullo.

Cuando nos vieron interesados en una de las fotosextrajeron de una gaveta un álbum con detalles de lamisma y nos la pusieron delante. Dijeron: tortura tor-tr¡raz tséntsehú.

La tortura consistía en una jaula de mød,erøbronce

suspendida en el aire con dientecitos afi"lados en el suelo.El supliciado para no morir debía estar siempre en pun-tas de pie o trepado a las paredes hasta que desfallecía.Cuando no podían más

-algunos lograban sobrevivir has-

ta ochenta horas-, los recostaban sobre los dientes y

con unos soportes de madera los estiraban progresiva-mente hasta que se desarticulaban y salaban en pedazos.

Este proceso gustaba mucho a la antigua dirigenciadel asilo. Explicaron que veían en ello una metáfora del"verdadero camino", y la describían

-señalaron un pie

de foto- como la porción exacta entre øcci,Snseretttdadque debe acompañar todo acto del ser humano.

Cosa que agradó mucho al Alemán -la manera enque concebía esto la antigua dirigencia-, alpunto quehizo un boceto del aparato en cuesrión y habló de lo in-teresante que sería construirlo "en alguna de mis próxi-

los detalles con cara de asco, y al mon-tarnos Chewolet que habíamos alquilado escupió

mas

mente.

P¿¡¿

siemblar.

enEstos chinos son øtnø. desgrøcia,...

AI instante, comenzó a hablar de su vi

1Þ'!t\

tética-

,lo

pre ünto y vaflasSe convertía en

único que no soportábamos delera su verborrea. Cuando tomaba vino,

copas alavez, no paraba de ha-una maquinita para la que todo

estaba enfermo, y la historia era el resultado mismo deesa enfermedad. Gritaba: "Mírense, son como periodis-tas, necesitan defecar constantemente sobre la cabezade otro."

Él y el Alemán discutían con frecuencia, y a vecesterminaban de manera violenta. El Príncþe acusándolode ser sólo anø cøbecitø lírica.ro estar construyendo f'liris-mo de autor" (un lirisru.o que ni siquierø pued.e com.unicørse

73

Page 36: Teoría Del Alma China

cln la. nußø...). El Alernán marchándose rápidamente,tirando la silla contra el piso o gra;zna;ndo: "No eresmás que unø filósofø de pacotilla..."

Unavezse ofendieron tanto que el Alemán sacó unapistola,,única vez que la vi, y le entró a tiros al vasodonde el Príncipe tomaba vino. Acto seguido lanzó lapistola contrâ la pared y se marchó.

En realidad el príncipe Saurau a veces daba miedo.Se burlaba literalmente de todo, incluso de él mismo,y p^r^ referirse a los chinos no los llamaba de maneraconvencional, sino que les gritaba idiotas, gonorreicos,hijos de mala madre, etcétera. .,-r--->

Hablaba enfáticamente de su amisad "on þtXta"Ç

y de cómo éste para leer o hablar gesticulaba"ä;õ"luËparccía un monigote enloquecido que quisiera abofe-tear â la gente.

"Cuando nos sentábamos en el Liliencrof', decîa,"no podía parar de ridiculizar a los demás. Susurrabaque todos teníamos bociqaito de øsesino,'aunque no 1o

supiéramos', y señalaba:'La señora de allá, la del vesti-do amarillo, una asesina en potencia; el que está juntoa ella, el escritorzuelo R., otro asesino...'Y así toda latarde: asesino, asesino... Sabía todos los chismes delimperio y era dificil que se le escapara alguna persona.llasta el día de su muerte, cuando aquella bicicleta loarrolló, observó al ciclista con rostro medio pâyasesco

y dijo: 'Asesino...', intentando atravesarlo con el dedo.

"Disfrutaba mucho en invitar amigos a su câsa y to-mar un schnøps con ellos. Los vasos los servía siemprela hija menor de Kraus, una gordita albina que reía des-

parpajadamente mientras el padre después de tres, cua-

tro tragos se montab a atrTbz de ella y gntaba:'Arrea. . .',

dándole nalgadas.

"Recuerdo que un díala, albina me invitó a un café yme entregô Die Føckel,la revista de Kraus. Dijo: 'Tome

-poniend o Ñffi gordos sobre la mesa-, no quie-

ro cochinadas de ese hombre en mi casà'; y pasó a con-tarme las humillaciones a las que el padre la sometía.

'Antes de ayer -limpiándose

dos lagrimitas encima de

Ianariz- me obligó a desnudarme completamente y asaltar croando como una rana, como no podía hacerlo

me golpeó con un palo y echó de casa. llasta que noseas una verdadera rana -me gritó-, no quiero vertenuncâ más. Sólo hoy por la madrugada me ha dejado

entrar.t"Por 1o que continuó contando, a Kraus le gustaba

introducirle objetos en la vagina durante horas 'paraque aprendas a vivir como una iadía'y le hacía corta-

duras pequeñas alrededor del ombligo p^r^ ver cómosoltaba sangre...

"Pero más allá de todo, Kraus era una persona sensi-

ble, equilibrada. Podía discutir con cualquiera sin ofen-

derlo y le gustaba escuchar atentamente lo que rãzoraa-

ban las personas que consideraba inteligentes. Cuando

decidía alejarse de alguien, decía: 'Entre nosotros, se

está imponiendo un larguísimo silencio...'"El día que murió, se dirigía al cementerio a poner-

le flores aI¿ albina.."

74 /)

Page 37: Teoría Del Alma China

Sr n¡er,rz¿.R uNA pnr,Ícur,¿ en la república es algo dificil,lo más dificil de todo el "proyecto de los enanos" fueprecisamente la búsqueda de enanos.

En China no es como en Occidente: los enanos an-dan sueltos y hacen vida común. En China no. Debidoa la proliferación de enanos en Ia república, el Estadoconstruye en cada ciudad repartos especiales donde con-centra a la mayoría y les prohíbe, salvo permiso espe-cial, abandonar el perímetro de lo que se considera suespacio.

Por lo que me han explicado, el veinticinco por cien-to de la población de la república es,enana. De no ha-ber tomado esa medida, la cantidad de ruedionretros enla república hubiera sido aún mayor.

En uno de estos repartos, el rz Oeste deJiayúm, en-contramos a los "actores" de la película: veinte enanossin experiencia alguna de teatro o actuación.

Fue un proceso interesante.El Alemán les mandaba re¿lizt diferentes activida-

des y ellos las hacían bien o no. Por ejemplo: ve hastael árbol; siéntate, saca del bolsillo un periódico, lee; o,caminas por una calle, reconoces a alguien, te acercas,conversas

Algunos de los enanos no podían terminar de hacerlos ejercicios y rompían en risa todo lo que les habíanenviado a hacer. Otros no. Otros lo hacían con tantanaturalidad como si su vida fuera en sí ya una gran pe-lícula.

De estos enanos había uno sumamente cómico. Erael más pequeño y poseía una voz gïuesa que contrasta-

76

I

,l

ba enormemente con su tamaño. Cuando cantaba, yesto constiruía una excepción, había que guardar silen-cio y quedarse escuchándolo.

En realidad, con los enanos hay un falso prejuicio.Todos piensan que por su estatura son desvalidos yhayque tenerles lástima. Después de haber conrrivido conenanos seis meses puedo asegurar lo contrario. Sonmezquinos, groseros, idiotas. Les gusta robar constan-temente y nuncâ se sabe qué están pensando, son mo-nitos listos para mentir.

Además, poseen la risa más desagradable del mu¡do.En una ocasión sorprendimos a uno de éstos roban-

do en el tráiler de la maquillista (lugar donde estabaprohibida su circulación) las pinturas y polvos con losque se preparaba a los actores en Ia película. Salía conun bolso mediano y gracias a que topezó ehizoruidopudieron apresarlo. Cuando fue interrogado )¡ com-prendió que no había otra salida, comenzó a reírse detal manera que casi tenemos que correr para no oír másaquella aserradora-picoteándonos-la-cabeza.

Y así era con todo.Había que obligarlos a cabajar porque sólo querían

comet jog- póker entre ellos o dormir socarronamen-te por más de doce horas. Aposaban todo lo que teníanycuando se les terminaba robaban para seguir en el juego.

Por suerte, el Alemán es una de las personas más ie-cias que conozco. Si se negaban a representar los deja-ba sin almuerzo volteándoselos en elþiso; o los amarra-ba,a un poste en medio del patio y dejabaallí hasta quevolvieran al trabajo.

77

Page 38: Teoría Del Alma China

A algunos incluso los golpeaba con un látigo.Esto fue exactamente lo que sucedió con el coronel

L*g. Lo amarró con unâ soga de barco que había traí-do para asegurar baúles,.etc., y lo martiriz¿ba a cadarato sugiriéndole cambiara de opinión. Le decía: "Si nohaces esa escena te mato..."

La escena era muy sencilla. Como los enanos se su-blevan y a miad de la película toman el reformatorio enprotesta por los abusos que el director detenta en ellos,el más cínico de todos declara el desobedecimiento to=

tal de la ley. En honor a este cargo que el enano se auto-impone comienzan am tar los animales del reformato-r10. una vacâ, retuercen el

t.pescuezo oe varlas

nunciarla a los periódicos. "Es un abuso", chillaban,"ellos

-señalaron al personal técnico- cobran mil dó-

lares al mes y â nosotros sólo nos dan ripios".De hecho, en el periódico local apareció la foto de

uno de estos enanos con el dedo en posición de ame-n^z^y el siguiente rótulo: Sólo quieren escupir sobre nues-

tros tømøñ.0s.

El Alemán tuvo que explicar a los periodistas queen realidad la película poseía muy poco presupuesto y"siempre ha sido de mi interés ya que no puedo pagar-les como a actores profesionales, pagarles por lo menosel doble de lo que cobran en sus respectivos oficios, yaque el que más ingresa en la república gana veinticincocentâvos dollørsy aquí es una preocupación común quegânen el doble y así puedan regresar a sus casas con más

dinero del que 4ormalmente ganan en otra parte".En la siguiente edición del periódico, los enanos in-

sultaron al Alemán y 1o acusaron de racista económico.Escribieron: "Trata todo lo chino como un objeto chi-quitico..."

Cuando el Alemán dijo que no, que no pagaría más,

que daba de plazo dos días, que buscaría otros âcto-res..., los enanos hicieron una reunión especial y se

reincorporaron a sus papeles. En el mismo periódicodeclararon: es mejor un enâno pobre que un enanomuerto.

SrN ouoe, todos estos problemas lo que hacían era atra-sar el trabajo, mølasar el dinero y aburrir a las personasque intervenían en la película.

a una puerca reclen pa-q_.+*,.

por otros, la penetra.El coronel Lung se negó. Empezó a gritar que é1êra

un actoryno un cochino-violador-de-puercas, yno po-dían obligarlo a realizal. actos que estaban en el etctrernl

inaerso de sus costumbres.Como no había manerâ de entrarlo enr¡zón, el Ale-

mán lo amarró a una silla en la caseta de campaña don-de dormía y prohibió que se le diera comida "hasta queno volvierâ en sí".

Esto duró cuâtro días. El coronel L*g accedió casi

desfallecido y se inició nuevamente el rodaje de la pe-lícula.

Otno DE Los cRANDES pRoBLEMAs fue el dinero. Losenanos se negaban a recibir 50 centavos diarios y exi-gían más. Amenazaron con boicotear la película, de-

78 79

Page 39: Teoría Del Alma China

Íb"-or todas las noches al pueblo más cercano -sie-te kilómetros-, y tomábamos fermento de afiozhasta

quedar dormidos o insultarnos mutuamente. Los ena-nos se sentaban en mesas alejadas y nos miraban dereojo... Al final, terminábamos fumando del mismo ci-garro o destruyendo el lugar con sillas-que-volaban-de-un-lado-a-otro y golpetazos estilo Fuller.

De todos los cafés que visitamos, el más disfrutableera el Vientecito d,e Pørß.

Era un lugar típicamente chino, aunque nunca supe porqué se llamaba de esta manera. Esaba adornado con ideo-gramas en las paredes yfragmentos de paisajes antiguos.Al fondo había tres o cuatro cuartos aislados con corti-nas medio sucias donde \asfranchi, así les decíamos a lasprostitutas de Shuking, daban masaje, realizabandanzascampestres o se desco¡runtaban en posiciones extrañas.

La que atendía el lugar respondía al sobrenombre deColita de Loto. Era una mujer de aproximadamentecuarenta.años, bien conservada, y con una manera muyfina de servir el té. Sonreía con una gracia que he vistoen muy pocâs personas.

Esta mujer también hacía,trabajo defranchi, aunquerunca "drtrmió" con nadie del personal extranjero. Cuan-do alguien la requería, se excusaba volteando Ia carahacia otro lado y afrrmaba 56lo me gastan los enønos...

De hecho, más de una vezlavimos sobre las piernasdel coronel Lung.

Cuando meses más tarde regresamos con el prínci-pe Saurau alcafé, también supimos que, aparte de a losenanos, esta mødemoiselle prefería a las mujeres.

8o

Como Saurau nunca había visto un espectáculo detal naturalezapag'.mos entre todos un encuentro entirecolita de Loro y una delasfruncbi del establecimiento.Compramos une botella de vino, cigarros, ynos senta_mos en butaquitas pequeñas en línea recta con la cama.

Era lo que se podría llamarColita de Loto llegaba y

cuello a la þunchi, que cerrel pelo y la buscaba con su boca. Como lafranchi esta_ba sentada, Colita de Loto se agachaba y después de irlebesando poco a poco los senoi, la barriga, ios muslos,la descalzabaylamíael dedo gordo dandã vueltas ørribøabajo e introduciéndoselo en la boca. Esto duraba va_rios minutos, hasta que Colita de Loto subía de nuevo,a.lzaba elvestido y comenzaba amordisquear el clítorisdelafranchi.

I.,afrunchi se meneaba lentamente, cogía la cabeza decolita de Loto y la empujaba con fueriahacia dentrodando suspiros intensos.

Gemía: fuøn yhi xho n6 ò...Colita de Loto abría cadavez más las piernas de la

muchacha y en un momento determinadã una de lasayudantes

-dos en total-, 10 le alcan zaba un cigarrillolargo y con total maestría echaba el humo lentãmente

10 Es costumbre milenaria en la repúbrica que los "actos de pla-cer" sean atendidos por una o dos ay,udantes, por lo general mu_chachas de hasta diecisiete años, que se dedican a corregir posicio-nes o alcanzar utensilios que realcen el cbi delos que lo practican.A estas muchachas, desde niñas, les cortan el clítoris p"r" L-.it", qrr"sientan placer y desatiendan sus deberes.

8r

Page 40: Teoría Del Alma China

en la vagina deLafranchi... Nparecer esto le gustaba

mucho potqo. comenzaba a dar griticos agitados y a

sobarse los senos.

Acto seguido, Colita de Loto se tendía sobre la cama

ylafrunchi, hasta ahora "pasiva", se colocaba en posi-

tiór, p.rro detrás de ella y comenzaba. a lamerle el ano

y ,"rt"g"rse el clítoris contra é1. Lo pasaba- convulsi-

ít-.tttJy si no tuvo dos orgasmos seguidos después de

aquel raspâraspa, no tuvo orgasmo.^El

Príncipe miraba a las dos mujeres con rostro de

sobresalto, tenía empotrada a Knkø'nia contra su cuer-

po y le tapaba los ojos como cuidándola de no conta-

minarse. Ào...t apretaba los labios y abúa los ojos en

un gesto imposible de describir.

io más interesante del espectáculo era elfinal'Después de hacer todo 1o que hacen dos mujeres: be-

sitos, apretones, caricias con un pene plástico, etc', una

de las ay'udantes aparecía por la puerta con un peque-

ño recipiente de cristal y la fruncbz, encima, sobre las

piernas de Colita de Loto, cog¡a eI goldf'sh qye 11 *-ã"n

" le acercaba y se lo introducía enla vagina (a Co-

lita de Loto) mientras la agarraba por los pelos y besa-

ba. Después comenz¡baasuccionarla hasta que sacaba

el pececillo medio muerto y se lo comía.

Þor lo que observamos, sólo así Colita de Loto llega-

ba al clímãx. Se agarraba los pelos en un gesto histêrico

patético y gemía (ufffff. .. !!), con un resoplido largo'- Segúnnos contó otra de ltsfrunchi, estos espectácu-

los se ofrecieron con cierta frecuencia hasta que se crea-

ron los repartos especiales y la amante de Colia de Loto,

una enana de r.ro de estatura, fue elçulsada de Shukinghacia otro pueblo.

Esto, susuraba lafntnchi, dejó desconsolada amøde-

moiselle, que estuvo meses sin ocuparse de sí misma ycaminaba por el pueblo riendo "àvoz en cuello" o ha-

blando sola sin detenerse en ninguna parte. Si alguienla llamaba por su nombre, Lanzaba, varios golpes, es-

cupía...

Le urvon DEscRAcIA que tuvimos en filmación fue lamuerte de uno de los âctores. No tanto por el actormismo, un enano ladrón que estaba siempre jugando

cartas, sino por la intromisión de la policía en nuestros

asuntos, la búsqueda de un nuevo actor.

Lo del actor no fue muy diffcil. Fuimos a uno de es-

tos "zoológicos especiales" y después de hacerle prue-

bas a varios: ve hacia allá, ven hacia acâ,, habl4 llora,etcétera, escogimos a uno que parecía el más convin-cente. Era más o menos del mismo tamaño que el an-

terior y casi de la misma complexión ffsica.

Irtro hablaba. Se mantenía siempre âparte y erâ muyreservado. Cuando se le encomendaba algo, lo cumplía

sin excederse, como si llegado a cierto límite le fuera

imposible seguir. Según él mismo confesó, lo apodaban

Kuon: el møtødor.

Por las averiguaciones que hice, Kuon había tenidosiete años antes unâ escaramrtza con la justicia. Se le

acusaba de haber asesinado a su madre y a su hermana,

de haberlas picotilleadohegado por toda Ia ciudad, de

haberlas violado.

8z 83

Page 41: Teoría Del Alma China

El torso de\ashøntfø'n (madre)yIa cabeza de la her-mana aparecieron en una bolsa de nylon, y gracias a

unos biólogos polacos qug estaban de operaciones fue-ron rescatâdos por la policía en una de las zonas bajas

del río.Por 1o que me informaron, de los otros pedazos del

cuerpo sólo aparecieron unos dedos en un latón fuerade la ciudad, unas piernas que, por la configuración, los

huesos, etc., se determinó eran de la madre.Según los peritos, los cuerpos habían sido lasqueados

conuna cortadora de árboles modelo canadiense -estose sabe por las estrías, el grosor de las trozaduras-,yllevaban más de un mes pudriéndose en el río.

N rcalizar el pesquisaje médico, encontraron restos

de semen en la vagina y el pubis.La persona que me informó aseguraba estar muybien

enterada; que Kuon había negado todo; que después de

estar retenido por varios meses había sido puesto en li-bertad; y que nunca hubo pruebas suficientes para incul-parlo. Desde entonces era un solitario. Huía de todo loque fueran enanos en conjunto.

Af¡mó que este tipo de asesinato era frecuente en larepública y sucedía con frecuencia en una región u otra.A estos carniceros -rostt'o

seco, personalidad torci-da- el Estado los clasifica como enfermitos del orden.

Cuando el Nemán supo esto se puso eufórico. Seña-

ló que de haberlo sabido antes elmøtødor hubiera sidoel personaje central de su película y debíamos atender-1o con total respeto. "En algún momento", dijo, "regre-saré y lo haré famoso".

Como la policía molestaba constantemente por elasunto del enano muerto, elAlemán decidió suspenderel rodaje y aclarar el suceso lo antes posible.

El personal se fue a un hotel cercano con piscina,cua_rtos independientes, y el director de ,,la enðiclope_dia"

-como a veces también la llamaba- marchã aarreglar el problema con las autoridades.

Explicó más de rrnl-vez que el enano: ,,ese idiota ju-gador rompelotodo", se había matado aI tropeza, .onunos reflectores, perder el equilibrio, caer.-.; pero laculpa no era de nadie: "somos inocentes, no hay cul-pâ...", esos reflectores habían estado siempre ahí y elidiotø rompelotodo había realizado ya variarer."rr",

"r,el mismo lugar.La policía no parecía muysatisfecha. Repetía las mis-

mas preguntas de diferentes maneras y alegabaz,,¿Cómopuede tlopezar al Juien en un lugar donde siempre haestado?"

El Alemán rcía e intentaba explicar, pero no podía.Hacer que un chino entre en lógica es una de las cosasmás diffciles del mundo.

Cuando le hicimos este cuento a Saurau se desterni-lló de risa. Dijo que de seguro había sido el Nemân: hønødødo rihimøruente con suerte, y una vez mâs había es-capado "al martillo paranoico de la justicia,,. Sentenció:"No hay que ver sus películas para caer en cuenta quees un asesino."

A lo que el Alemán mostró una sonrisita plana y con-tinuamos tomando...

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Page 42: Teoría Del Alma China

IfNe reroE enl pesnÁ¡euos con el PrÍncipe por el boule-

aørdHu-i, una de esas tardes plomizas tan frecuentesen la república, vimos una pelea de perros. lfn perrogrande (stønford) con uno chiquito de esos que abundan

en cualquier calle. El chiquito tenía atrabancado al

grande. No lo soltaba. Los dueños o personas alrede-dor halaban por las patas traseras al "asesino" rlo zàran-deaban, le gritaban, pero era como si algo lo hubierapegado al cuello del grande y no lo dejara huir. Elstønford giraba hacia todas partes, chillaba

-como im-

plorando perdón-, pero el chiquito no entendía. Su

destino era matar a aquel perro o por lo menos destro-zarle el cuello.

Esto nos recordó nuestra propia pelea en la película.

El Alemán había comprado dos perros. Los había

entrenado, apaleado, dejado sin comer para que cuan-do estuvieran frente a frente se matarân. Ese era inicial-mente el comienzo de la "sublevación de los enanos":

una pelea a muerte entre dos perros cuya única misiónera devorarse o sobrevivir.

Cuando los perros se vieron, huyeron. Chillaban yno había manerâ de acercarlos. Mordían a quien los to-cara.llno se escondió horas bajo una mesa hasta que enla noche salió y comenzó a caminar cerca de nosotros.

El Alemán intentó varias veces esta escena hasta que

no pudo más, cogió un palo, aLmarró a uno de ellos y ledio tantas veces que lo reventó.

Si el director de la película hubiera sido yo, éste ha-bría sido el verdadero comienzo de los enønls. El Ale-mán golpeando al bóxer hasta quedar de rodillas; el

perro echando sangre hasta morir con los huesos des-

trozados; el Alemán sobre el perro llorando de impo-tencia...

Este acto de pasión hubiera redondeado para mí loque el Alemán llamaba lø tesis de mi pelícala.

Al final, el Alemán sustituyó la secuencia de los pe-rros por la de un enano con una hoz inmensa segandohierbas detrás de la casa. El enano cortaba con muchapaciencia, paraba, se secaba el sudor, iba hasta el refor-matorio, abría una puerta, entraba...

Recuerdo que el Alemán me apartó y como si fueraun secreto dijo: "Todo [refiriéndose a la película] debe

girar alrededor de un naturalismo sádico. Como si los

personajes para salvarse tuvieran que rebelarse contrael mal, ése que todos llevamos dentro, y alavez no pu-dieran evitado... Se los comiera."

y',Jrealizar mal esta escena, el Alemán levantó al ena-

no por el chaleco y gritó: "Compórtate como un demo-nio, un verdadero demonio. .." yIo tiró contra el piso.

Años más tarde, a propósito de una entrevista en elKölnische Zeitung, respondió: Høy demøsiødø møldod en

nosotros pønt n0 pnner en crisis todo ø lø aez...rr

tfNe os LAs cosas cuRlosAs de la película era su banda

sonora: una mezcla de risas-gruñidos con musiquia reli-giosa húngara. Yfue 1o más acertado. No había nada más

interesante que veÍ a, aquellos personajitos conspirar

11 Y aparecía sonriendo, con un tabaco entre los dedos y un gru-po de enanos alrededor mirando hacia la câmara.

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contra la institución reformatorio bajo la atmósferacómicosacra de los chillidos de los puercos, la músicahúngara de los siglos xr y xrr.

En la escena de la crucifixión, cliché posterior detoda películâ "contra el orden", los enanos amarcana.l¿puerca recién parida a dos estacas en forma de cruz, lecolocan una corona de espinas en Ia cabezay escribenlø reinø de løs p"***. Más tarde la fijan en el centro delpatio y la queman.

Toda esta escenaylaposterior, la de algunos enanosrezando de rodillas frente a la puerca, fue bajo una de lasstø.ba.trnøtermâs conmovedoras que he escuchado. Has-ta. yo, que no puedo evitar la risa, quedé serio ante elpøtbos del momento y la gravedad que la película lograba.

Este monaje fue definido por la crítica como sin sen-tido, y en algunos países las comunidades católicas pro-testaron por la exhibición "del diablo en nuestra pro-pia vitrina". Cøhiers du Cinernø habló del "preocupantenazismo de esta generación".

Como Saurau estaba al tanto de todo, señaló que lomejor era olvidar ese todo Io antes posible e ir pensandoen una próxima película. "Algo tolerable", dijo, "no esas

cositas idiotas que tú haces y ni siquiera un pobre críti-co entiende".

"La única solución es regresar al imperío", graznó."Tantos días aquí hacen que uno se øchichørre yya ni si-quiera pueda pensar. .. "

Cosa que dijo manoteándole al Alemán en la caray marchándose a su habitación.

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I-INos oÍes puspuÉs fue la fiesta de presenación del,,pro-yecto de los enanos" en la república. Los actores se vis-tieron con trajes blancos, lacitos verdes; e hicieron dul-ces para el momento.

Como hubo que realizarla en uno de los repartos es-peciales pues el Esado no concedió permiso para la sali-da de los enanos, lo que más abund aba era xbonniu (rai-cillas, alcohol fermenado) yuna musiquita exrraña hechapor el Conjunto Estatal del Reparto rz deJiayum.

Todo era como en una película burlesca. Los actoresbailaban y se desabrochaban la ropa, mientras los músi-cos, enanitos de fena, tiraban patadas y daban volteretasrealizando un rock esquizo que no había quien lo en-tendier¿.

El Alemán y yo por supuesto nos apartamos. Si losactores son insoporables, los músicos, sobre todo los delReparto r z deJiayúm, son peores. Intenaban imiar a per-sonajes norteamericanos (Elvis Presley, James Dean...)y se peinaban de manera rara: con el pelo levantadohacia delante y mucha brillantina ar¡ás. Montaban co-reografias sobre el escenario. Gritaban. Cuando le pre-gunté a uno d,e quê ruønerø se pued,e llegør øl bøñ.0, tespon-dió: Don't probleru, boby,y se me quedó mirando.

En medio de toda esta confusión conocimos a W'uLixfan. Fue presentado por el coronel Lung: "toda bon-dad y respeto"lz y afrrmó que era uno de los cineastas

12 Así lo definió el coronel Lung al agarrarme por el brazo yrogarme que hiciera lo posible para que el Alemán lo escuchara.

l

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más preparados de la república. ll/ødie como él hø aisto ø

Chinø en su ødentro.

W'u Lixfan nos mostró fotos de sus varios documen-tales y narró cémo había entregado el guión de una

película al cómite de censura "â ver si se equivocaban yera aprobado". Si no, haré ltTø cosø,, tengo tres guiones rnós

bøjo el brøzo; e hizo una señal de no-hay-por-qué-pre-ocuparse.

Como W'u Lixfan no erâ exactamente un enano, porlo menos no a la manera que Occidente legaliza,Io mi-rábamos clínicamente e intentábamos despiezarlo pâra

ver cómo era. Tènía el tamaño de un animalito peque-

ño: unotreintitantos de estatura, con una verruga en la

frente y unâ pierna más corta que la otra. Reía con undesparpajo tal'que el alemán y yo nos mirábamos para

saber si era cierto o habíamos tomado demasiado xbon-

niu.Poseía un tic: chasqueaba la lengua y râstrillaba el

rostro cadavez que articulaba algunas palabras.

Si alguien no lo observara bien, cose que ocurre fre-cuentemente en China, podría confundirlo con una

persona.Habló abundantemente de sus documentales y de lo

que él considera¡" Ead¡gérylrrg*ya. Cuando el Ale-mán le preguntó Qué Ud. quieildecir cnn esl, hizo un si-

lencio largo y cambió de tema. Gritó -en la fiesta ya

no se podía hacer otra cosa-: "Me gustaría contarlesde mi adaptación de Lolitø en la república."

Dijo que la tenía completamente concebida y que es-

taba seguro iba a ser una obra maestra. "Todo debe ser

de cartón -explicó-; los personajes serán enanos con

máscaras de Humbert Humbert, la ninfetz;yla casa, el

parque, la calle, los bancos, el cielo... de cartón pinta-do para mostrar eI ih qrue hay detrás de las cosas."

"El peso de la película no estará tanto en la historiaen sí misma

-aquí la lengua le chasqueó-, como en la

idea de subversión que desprende una película leídø así."

Cuando el Alemán hizo un gesto de retirada, elpost-

enano se levantó de un salto y dijo: À/o se aa,yø. Si no me

entendití bien, rrze gustøríø høcer estø pelícalø con (Jd.... yquedó con rma sonrisita estúpida en el rostro.

El Alemán susurró que lo disculpara y que era muytarde para tomar una decisión de tanta importancia."Otro día nos vemos, me lo explicas más despacio, y lle-gamos a un acuerdo..."

Cuando nos alejábamos, Wu Lixfan corrió detrás de

nosotros y nos regaló un casette con la música de su úl-timo documental aprobado en la república. Una enana

mezzosoprano interpretando pasaj es de Aídø y Rigo leno.

De más está decir que después de escucharlo y bur-larnos varias veces, lo botamos. lt{o hay nada peor que

una enâna intentando devenir cantante, mientras uno

sólo quiere vomitar y huir hacia lo que los románticosllamaban "El Gran Cor¿zín de Occidente".

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TBonf¡ DEL ALMI cnrNa (II)

L LEGAMos A LA cor,oNra JApoNEsA, un día de muchoftío.

Si después de haber recorrido China alguien pensa-ra que lo ha visto todo -el todo que la república cons-tantemente se encarga de

('yg¡dg¡"-, estaría cayendo

en una trampa. La colonia es tan fascinante como la re-públqe igual ddööilöiìcada. En ella, toda lecrurd"Iâ:"piìfa es un error...

La colonia es un hueco. No un hueco mentaVonto-lógico, tal y como se sobrentiende esta palabra en Oc-cidente, sino un hueco: una jaula hundida y entre rtor-tañas; sin aire.

Sus vías de acceso son casi nulas. Los chinos paraevitar una invasión han dinamitado las carreteras queconectaban la colonia con antiguas ciudades, y ahora al-rededor de ésta sólo hay destrucción: pedazos de puen-te, fango.

De hecho, ni siquieruhay árboles...Los pocos que había han sido talados ("esro facilita

la vigilancia", farfulló Gran Mongol) y aúnse ven a lolejos antiguos muñones ennegïecidos o triturados a rasde suelo; acción que nos llamó poderosamente la atención

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rtpor lo diftcil y disfuncional que resultaba y nos hizoestar largo rato en silencio. Cuando preguntamos, GranMongol sonrió.

Otra de las cosas "cómicas" es el elevador: de made-ra, con plataforma rústica y tres japoneses abajo ha-lando...

Es utilizado solamente para visitas importantes -di-)eron con rostro serlo-, y está estrictâmentelado oor la reoública:

-lãrl- I

ffiùffi.llasta donde anødie puede bøjør oSin pernr.tso)

venguamos, está quealgún habitante de la colonia penetre en y posee apocos metros tres día y noche.Es la vía más fácil ica.

Por ejemplo, el cuatro heri-dos: días después comentábamos las hermosas fotos quehubieran salido de uno de ellos con dos tiros en el ojo,y por mucho que intentamos convencer a Gran Mon-gol de que negociara,p raque fueran evacuados a algúnhospial éste se negó: l'Ensucian el suelo del elevador...",fue su única respuesta.

Pero como uno de los vigilantes explicó, esto es lomenos importante. Cuando todo se pone grave: la vida,el aire, las montañas, los japoneses..., la república uti-liza un helicóptero especial y envía nuevos refuerzos."Después de cuatro meses -gruñÊ, todo 'emisario de larepública'ya se encuentra demasiado cargado para per-manecer âgú", e hizo un gesto de dejenme aer el eleuødor.

Cosa que nos confundió aún más: sus palabras, no elgesto, y nos sumió en una especie de ind,irecciín Nues-tras preguntas intentaban averiguar por los japoneses.

Lo pnrvrnno eun AsoMBRA de la colonia es su paisaje: unenmarañamiento de construcciones de barrõìöñ unedificio de quince pisos en el centro y una estrella gor-da encima. Después, el tazado simétrico de sus calles.

Segun una foto antigua, tirada precisamente desde lamontaña por donde se encuentra la puerta r, esta uni-formidad fue elaborada cuando, a pocos años de go-bierno, Mao declarí ala colonia "enemiga visceral detoda y la más completa tradición china", mandó al pue-blo a echar tierra sobre las montañas que rodean a lacolonia -en una semana ascendieron más de 3oo me-tros- y a fundir unos enchapados especiales para evi-tar que éstas decrecieran de nuevo. Por lo que se ve, las

callecitas eran totalmente caóticas y el lugar parecíamucho más pequeño de lo que semeja hoy.

Cuando sacamos una lupa para escudriñar la foto,replicaron: "Se reproducen como ratas..."

La colonia se ha ensanchado voluminosamente: en-tre la imagen de la foto yla"real" apenas hay semejan-zas,y por escasez de espacio los japoneses han tenidoque ir abriendo huecos en los laterales para de esta ma-nera irse amontonando y sobrevivir.

I a policía de la colonia vigila con atención estos "hue-cos"r3 y cadacierto tiempo desaloja a familias enteras yobliga a los japoneses a reponer la tierra. Pero estas

operaciones sólo se hacen de cuando en cuando y por1r Llamados así por los mismos japoneses para diferenci¿r la

casâ que en algún momento constmyeron del lugar provisorioadonde constantemente por la guerra u otra razón tienen que mu-darse.

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EDIFICIO CENTRAL

lo general no importan a nadie. lln hueco, aseguraronvarias mujeres, siempre es lo más fácil de rehacer.

Hablaron de cómo era peor para ellas perder losobjetos personales en cada nueva rnudanza, y cómoya no tenían porcelanas ni fotos de sus maridos/hi)osmuertos.

Alo que GranMongol hizo un chasquido fuerte conla boca y se echó a reír. Dijo: "Vamos, aún nos quedatoda la belleza de la colonia por delante..."

Asentimos.

diseño, en forma de M y con varias terràzasalrededorllenas de flores rojas. si a un occid.entørispreguntáramoscuál es la forma perfecta para un presidìo ão'mucha,personas dentro, respondería que una donde todos pue_dan ser mirados y alavez todts se vigilen entre ,?, d.manera que desde cualquier parte el recluso sienta en_cima el martillito-de la Ley; pero en ra repúbrica piensanque esta idea es descarnad aberrante, ,qoiro.rr_tendimos bien- y que una ,,pobl aci6n, p,råd. sufrirmás de esta forma que creándole la ilusión de que sonlibres o por Io menos poseen privacidad

"Preferimos la formaMr,, ca.càreaÍon. ,,Es muchomás estética..." b-*-**^*'"*"'nr

De hecho, desde la montaña más alta, esa M gigantecon su estrella de plástico y sus reflectorer .r rio.,ri-miento valía por sí misma todo el trabajo que pasamospara llegar aquí.

EN r.e coLoNrA todos los presos son políticos.

- Irtro porque como en otros lugares hayan extermina_do a'na pequeña delincuencia civil, ,rálro, callejeros,robos y puertas semirrotas, maltratos domésticos.. i ,irroporque no han sido diseñadas leyes contra esro: Ias au_toridades de Ia república lo asumen como caracterísri-ca del japonés nativo, e incluso cuando es atrapado al_guien (por ejemplo: el famoso caso del Raskolnikov deI-I., que mató â una vieja par robarle lavajillade por_celana que había conseryado de sus

"rrtepasado, y

"onun hacha picó su ctbeza en rres pedazos.^..) es juzgadocomo caso político, alguien que ha desafiado el contol-

El edificio central es la cárcel más pintoresca de todoel norte-centro de China. Fue levantada en sólo cincoaños gracias al ahorro del diezmo que los japoneses pa-gan semestralmente a la repúblicary tiene una estrellagiratoria con reflectores nocturnos en el techo.

Como esta estrella queda a la altura exacta del bor-de más pequeño de montaña, es uno de los espectácu-los que en esta zonavale la pena, con cintas de coloresa sus lados y una base movible donde, según los reflec-tores, la estrella aparece/desapârece, da vueltas...; porlo que señalaron, los japoneses viven orgullosos de sumonumentoyyahan escrito varios libros sobre el sig-nificado de esta construcción y su diferencia con patri-monios similares enla zona este del país. Para ellos, enOccidente, sólo algo así como la torre de televisión deBerlín tiene unzfuerza. similar.

Lo que más llama la atención en este edificio es su

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Estado y ha incumplido el código de "moral y ciuda-dania".

Pero dentro de la colonia estos casos pueden consi-

derarse atípicos; ypor lo general la "población" del edifi-cio central pertenece a otras ciudades, condenados entre

otras cosas a olvidar-para-siempre-su-lugar-de-origen.Cuando recorrimos varios paneles de este edificio

observamos que las condiciones eren muy buenas, con

cubículos medianos e higiénicos, y los "inquilinos" mi-raban con un rostro más bien alegre, sin gritarnos co-

sas o exigir que le avisáramos en tal ciudad a algún ami-

go o familia. Al contrario, se comportaban de manera

tranquila, como el animal que sabe que toda educaciónpara que dé frutos tiene que ser dolorosa.

Dos presos modelos -la población penal tiene va-

riâs categorías, según su propio comportamiento- nos

explicaron las maneres en que funcionaba el proyectoregenerativo: "que los volvería a hacer pensar como hom-bres en sociedad", y los diferentes documentales y char-

las sobre realidad china que les daban algunos días a la

semana. Cuando preguntamos cuál fue el último que

vieron, gritaron: "¡Mao es la encarnación de la patria!"Por supuesto, el personal administrativo empezô a

aplaudir.Otras de las cosas interesantes fueron las Salas tec-

ryLódçar, con varios equipos de voltaje ,po.t'ffi-trala pared y muchas sillas, camas, mesitas de colorblanco, correâs, etcétera.

Los mismos presos explicaron cómo en su tiempo li-bre podían ir allí

-aún no se habían terminado de cons-

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truir-, y armørdesarmar equipos e incluso inventarotros. La administración del edificio habíacomprado lonecesario para que todos pudieran desarrollar su inge-nio y hacer lo que en otro lugar nunca podrían. Al in-teresarnos en las camas: unas al lado de otras y todasjunto a los equipos de volaje, tartamudearon un poco,pero aseguraron que tenía ver con eltividad: si unpoco... Con lo que p tlVO movió dentrcvo asertivamente la cabezay rompió a aplaudir.

Después de darnos un recorrido por los sótanos con-feccionaron unâ ceremonia donde nos entregaton Lølløae dorødø d.el ed,ificio, "con la que simbólicamente po-drán abrir todas las puertas", y una corona de flores es-cogida por la presa más antigua del lugar. "Es el sím-bolo del regreso", gt'rtó,"para que desmientan todas lascalumnias que se levantan sobre nuestra colonia". A loque asegurâmos que haríamos lo posible y tiramos fo-tos, recogimos información, etcétera.

Ya afuera, junto al director del edificio, vimos cómomuchas manos por las ventanas más altas se asomabany hacían un gesto inclasificable: el dedo del medio muyestirado y todos los demás alrededor en forma de puño.

Según Gran Mongol, es la manera en la colonia de" gritar" sentimentalmente adiós.

RASKOLNIKOV DE U.

El caso Røskolnikoo d,e [J. ha sido urro de los más comen-tados en la colonia.

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No sólo porque Raskolnikov, nombrado así entresus amigos por su afición a la literatura,haya confesa-do después de nueve meses cómo poco a poco fue com-prendiendo la única "solución moderna: mata\ matar,matar", dijo en el juicio apretándose la cabeza....,y así

hacer un regalo "honorable" a su novia, sino por el her-metismo que mostró después de consumar el acto y Ioinencontrables que fueron durante meses el arma conla que descorchó a la vieja ylavajllla de porcelana que

sacó de su cuarto.La madre de Raskolnikov, todos 1o sabían, no había

sobrevivido al parto y después de pasar toda su infan-cia entre instituciones e instituciones @askolnikov, cla-ro...), "esta pobre señora ahora muerta, residente de

U., y reconocida en su comunidad por su voluntad fi-lantrópica, rostro afable" se había hecho cargo de él ylo había alojado en su casa, ofrecido atenciones...

Lo curioso es que este Raskolnikov, a diferencia delpersonaje de Dostoievshi, fue arrastrando en supulsirínde culpø a diferentes personas: la novia, el padre de lanovia, la hermanastra de la novia, los primos más pe-queños de Ia novia..., y convenciéndolos de que matar,

enfrentarse al hecho puro de la muerte como experien-cia políticà, era'mâs beneficioso que acumular en silen-cio tensiones por las necesidades constantes de la vidaen colonia.

Cosa que hizo que se fuera levantando poco a pocoen diferentes zonas una llermandad -así

llamaban aestas reuniones-, e incluso intentaran editar un folle-tín con textos especialmente escritos para cada edición.

Edición que contenía caricaturas de los borumespolíti-cos de la república.

El primeryúnico número de este plegable _aunquese encontraron otros dos semihechos_ fue el qo" porosobre aviso a la policía, Qu: empezó a.

^tat.abo, , ru.arrestando poco a poco a todos los implicados hasta lle_gar a Raskolnikov, que terminó mostrando el lugar don-de había enterrado la tetera ylas tazas de porãehna yel cuchillito sin fiIo ("cosa que explica todos los verdu'-gones en el cuello de la vteja,,) envuelto en'n pañueloverde con tres manchitas de sangre.

En el juicio, Raskolnikov fue condenado a cadenaperpetua en una cârcel fuera de la colonia: la Ilamadamillø de los internos, y entre otras cosas fue hallado cul-pable de "fundar un partido que intentaba desestabili-zar_a la

-república y destruir el føn ltí del pueblo. . .',.

. Por Io- que asegureron, aún debe estar errando poralgunas de las cárceles de Shi.

MERC¿,DOS AMBULANTES

Los mercados ambulantes son el símbolo del movimien-

rooIOI

Page 50: Teoría Del Alma China

son color tierra con fl.equitos ribeteados en oro y nadie,

hicimos la pregunta a varias personas, sabe por dónde

entran o salen. Constituye una especie de secreto.

En ellos es donde único se pueden adquirir artículos

de primera necesidad: papel higiénico, aceite comes-

tible, especias. ..t pàrà sólo citar algunos, y donde a

veces aparecen objetos censurados incluso en Ia mayo-

ría de las ciudades chinas o en las cuatro tiendas estata-

les de la colonia: alfombras persas, estuches decoradôs

con piedrecitas preciosas' retratos con figuras occiden-

tales, etcétera.Por 1o que explicó uno de los pocos Puy'enra arrrables

que encontramos, el idioma de la colonia es una especie

de jerigonza extaitt: mitad japonés mitad chino mitad

otratosa, y las negociaciones entre vendedor y usuario

se efectúan de manera muy rápida: un gesto' un peque-

ño reconocimiento y el dinero- Siempre se corre el pe-

ligro de que caiga la policía.Por 1o que volvió a gimotear, los japoneses de este

lugar son gente muypacífic :nancø'rega,tea,n,y casi siem-

pre aceptan todo lo que el vendedor sugiere. "Por eso

nos g'usta arriesgarnos aquí", sentenció.

Los vendedores tienen rostros muy diferentes entre

sí, incluso la forma de la cara revela Ia zona donde han

nacido, y entre ellos mismos se gritan, palmotean mu-

cho. Cualquiera no acostumbrado pensaría que viven

peleándose.

ta Palabra sin traducción reconocida, aunque así son llamados

los vendedores en el dialecto de la colonia.

Sólo una cosa los une: a todos faltan los dos dientesde alante...

Cuando Gran Mongol tradujo nuestra pregunta, elvendedor señaló su encía y dijo que erâ una especie de

"tatvajg político". "La república, cada vez que nos apre-sâ, seca esos dos dientes como castigo'1, e hizo rrn gestoamplio como queriendo abarcar la colonia entera.

Habló de su experiencia en el s:c:.: el sur es ttnø especie

de otrø repúblicø;y cómo este oficio Ie ha permitido mo-verse de un lugar a otro sin apasionarse con ninguno:"Si no 'boxeas' te cogen", tirando dos pasillitos y son-riendo; acción que combinó con la de desmontar râpi-damente la tarima y àm rrair en unos trapos los reloji-tos yvasos que estaban en los alrededores de la carpa."La cuestión es entrai y salir 'bien'

-graznó, dando a

entender que era la última frase de la tarde-, así nun-ca te podrán detener... " A 1o que nosotros aseveramoscomprendiendo y nos fuimos.

A la noche, en el mismo lugar, no quedaba ni el más

mínimo rastro.

GUERRA CIVIL

La colonia vive dentro de la guerra civil.EI Sux Li Phom informa cómo por esta ra;zón "an

lugar como éste.. . " d.ene que estâr perennemente vigi-lado, y cómo los japoneses se matan entre sí devoran-do sus órganos genitales o lasquean a los muertos enfosas a veces imposibles de encontrar. Más de una vezha tenido que incinerarse una mano o un pedazo de pie

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por nunca hallársele correspondencia con el resto de

otros cuerpos. Según este periódico, la guerra no dejaestabilizar civilmente a Ia colonia y reduce toda posibi-lidad de vida a miedo, szzsentido, superstición.

Diferentes zonas se enfrentân entre sí: la lI con la A,la B con IaZ,la F con IaJ,y pactan alíanzas que duranvarias semanas hasta que alguien, rül soldado o ama de

casa, viola los acuerdos y estas zonas se tirotean nueva-mente, lanzanbombas.

Según el director del periódico, un chino con labioleporino cuyo rostiro era en sí una mueca, estos âcuer-dos están casi siempre basados en un poder simbólico:si un integrante del bando A canta una canción diferen-te ala que ha pactado con elJ, entonces estos bandosdevienen enemigos e intentan c zaÍse entre sí.

"El delirio de esta guerrita está precisamente en elanimal escogido

-filosofó el director del periódico-.

No porque tengan un fetiche de guerra... Canetti yotros han estudiado como todas las mutas necesitan de-marcar su territorio con un animal al que estos gruposchupøn su energía...-y se quedó con el dedito en eI

aire-, sino porque el fetiche es siempre el tigre y paradiferenciarlo sólo quitan o incrustan una cabezz más."

ZonaA: tigre de dos cabezas.

Zona B: tigre de siete cabezas.

Zona F: tigre de cuatro cabezas.

ZonaJ: tigre de nueve cabezas.

Zona lJ: tigre sin cabeza, con un puñal negro ente-rrado y una hilera de gotas de sangre.

ZonaZ: ttgre de tres cabezas.

Para colmo todas las banderas con tigres son del mis-mo color; de manerâ que â veces, en algún enfrenta-miento, hay que detenerse y contar cuántas cabezas tie-ne la bandera de uno y otro. Siempre se corïe el peligrode tirotear a la propia familia.

Los habitantes de cada zona están obligados a"per-tenecer" y a defender-del-otro su propia zot:r ,y cuan-do los combates son más fuertes, no pueden perdertiempo en averiguar quién está delante o debajo: sen-cillamente matan. Esta es una de las razones por las quelos padres, hijos, sobrinos... siempre intentan vivir encomuna: unos muy cerca de otros y con un sistema devida donde se prohíben las diferencias, o apilándosedentro de un hueco y construyendo ahí sus escaleras/li-teras colgantes para sobrevivir.

Varias veces, la redelimitación de zonas ha sorpren-dido a todos en distintos lugares y es ley que una vezque estás fuera ya no estás dentro. Tus símbolos, can-ciones, fetiches, a partir de ese momento cambian.

Lo curioso, o idiota..., es que estos bandos no peleanpor una ideología determinada: hasta ahora ningúngrupo o zona ha intentado levantarse con el poder dela colonia; cosa que seúafatal,según Labioleporino, yaque significaríalaguerra con la república: "todo lo con-trario a esta vida relajada que la república en estos lu-gares proporcioflà...", sino por un antiguo entreteni-miento nipón, el famoso juego del gongxhiulùi,, y poruna nueva delimítación política de las zonas: quien afinal de año ostente más territorios es lógicamente másfuerte y respetado. Tiene más poder.

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Page 52: Teoría Del Alma China

Razón que nos pareció extremadamente compleja ynos hizo pennanecer un râto en silencio. Gran Mongol,que incluso siempre procura explicarnos las cosas en

detalle, no habló.

Los ¡aroxrsEs soN coMo Nrños. Cada vez que están pe-leando intenan devenir tigre de tres, nueve o siete cabe-

zas según la disputa de turno, y no es extraño entonces

escuchar a miad de la noche, junto a tiritos aislados, dife-rentes rugidos que según ellos mismos recuerdan al tigre.

Lo que apuntó también el director del periódico es

que este devenir es otrâ muestra de los atavismos japone-

ses: "cosa que la república ya no sabe cómo erradicar",y de la irracionalidad que constântemente los gobierna."Los rugidos nuncâ deben ser nuevos en sí

-deditonuevâmente en el aire- sino intentar ser como el ru-gido originario, aquel que dio el primer japonés cuan-do institucionalizó en la vida diaria este juego."

"Eso explica que muchos soldados anden con tapo-nes de algodón en los oídos -prosigui6-,

y a veces

arresten a un 'habitânte' sólo por abrir la boca, hacer

mueces. Como no pueden escucharlo, piensan que es

unâ contraseña y se lo llevan."No obstante, nadie pudo respondernos de dónde los

japoneses sacan las armas, ni cómo-dónde entrenan.Sólo el periódico oficial conoce los detalles.

pública esté interesada en exterminar a los japoneses:

"esto siempre puede hacerse de otra manera...", sino

por la bellezamilitar de este tipo de ceremonia y la ne-

cesidad insular dercalizar mes tras mes 1o que ellos de-

nominan øcto étnico de parezø. De hecho, a personâs que

se han negado a este acto, la república misma les ha cor-

tado la cabezaenterrándolos previamente en la arena o

encarcelado en otra ciudad, provincia.

"Pero esto casi nunca sucede" -¿claró Labiolepo-rino. Para los japoneses es un honor ser destinado porel jefe ðe zonapara un seppaku público y, por lo que su-

girió, muchas veces ellos mismos piden ser el próximo"hérog".

no perrruten son o Cuan-

do lmpuesto por las circunstancias:

gesto que refuerza elnacionalismo de la colonia (dos

periodistas polacos en colaboración con el servicio ruso,

el agente coreano), y esto mrnca ha sido satisfactorio.

FIa generado más de un problema.Hasta donde se ha descrito, el ritual es el siguiente:

varios militares sacan a empellones a un japonés, lo obli-g naagacharse sobre un mantel, tomar un brebaje, pe-

dir perdón en voz alta a.la repúblic a, y encaiarse un cu-

chillo varias veces en el cuerpo.Después los mismos militares lo enrollan en una sá-

bana y entierran.Pero en realidad, por lo que concluimos al hablar

con varios funcionarios, esta información está distor-sionada "y to deja traslucir la armonía de los japone-

ses". El ritual es así: la persona elegida semanas antes

SEPPUKU

De todos los rituales japoneses el único que la repúbli-ca suscribe legalmente es el seppaka. No porque la re-

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Page 53: Teoría Del Alma China

por su comunidad tras haber reaitzado varios actos depurificación y dialogado con sus antepasados camina a

la palestra: una tarima visible a metros de distancia conun tapetico blanco, se concentra invocando una serie defrasecillas cortas, toma un té que le ha sido preparadoespecialmente para la ocasión y encajaun cuchillo...

("En silencio, con serenidad, con valenda.")Acto que le garandza ser enterrado en el cementerio

especial donde se encuentran "los que han sucumbidoante el honor de la colonia",y desde allí convivir juntoal resto de su familia.

Cuando preguntamos a los japoneses si esto era cier-to no desmintieron nuestro relato y señalaron hacia lamontaña donde se encuentra el cementerio. Chillaron,"es la montaña de los que caminan más allá del bordeque señala la ley. .. "

Por supuesto, sonreímos.

nos, ofrece descripciones de lugares visitados el día an-terior, t'sujetos" con los que sostuvo conversaciín, fra-secillas de interés, etcétera.

Si alguien incumpliera este mandato sería encausa-do por traición-a-la-verdad y ejecuado sin muchos úá-mites. "La república no puede permitir la anarquía ensu propia barriga.. . "

Como todo el mundo sabe,la colonia enun gïan actopúblico quemó lamayoríade los libros que narraban lallistoria hasta ese momento: "esa espantosa cabeza oc-cidental del espantoso Occidente", y a mitad de los se-senta adoptó esta nueva manera de pensarla. Muchomás lenta, es verdad, pero también más exactâ, sin mar-gen a errores.

Los japoneses consideran que "con esta manera" haneliminado al interlocutor, el que interpreta-comparadatos fríamente, y así su propia identidad está muchomás protegida, más cerca de la naturalezz o qi.

Cosa que resultó evidente cuando en uno de estos lu-gares nos mostraron el archivo más largo: 87 volúme-nes de 4oo páginas cada uno confeccionado por un an-ciano de la zona G.

Como se supone, después de ver aquello, aplaudimosprofusamente y seguimos. Si una persona había logradoconstruir r¡n archivo con tantos dealles, lo más seguro es

que aún quedara espacio para escribir sobre lo que has-ta ese momento nosotros ni siquiera habíamos pensado.

IJlr¿ oB LAs Hrsronres uÁs TNTEREsANTES que encon-tramos en estos archivos

-apenas existen expedientes

ARCHIVO S

Los archivos son el depósito sagrado de la colonia. Des-de ellos se observan los diferentes espacios de vida queconcentra este lugar, y su frrnción consiste en almacenardatos, quitørponer fotos. "Si esto no fuera así

-comen-ta Labioleporino-, la colonía resultaría aún más inse-gura de lo que ya es y no existirían esperanzas de enca-rrilarla. Tèndríamos que operør." (Palabrita que reforzópasándose el dedo por el cuello y estirando la lengua...)

La "rutina de seguridad", así la llaman, es como si-gue: cada persona narra diariamente sus actos cotidia-

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abiertos de este caso- fue la de la máquinita japonesa:unâ fuera de la

en todos los trozosde la máquina, aún no estaba terminada, f los diferentesplanos de la misma. Tämbién las cosas que aparente-mente le hubieran servido para lograr su propósito:objetos de hierro, papeles, tintas para escritura, enva-ses plásticos, etcétera.

Por la confesión que se encuentra en uno delosfles,el propósito de este hombre era desarrollar esre tipo demáquina

-que más que una máquina era unâ "menta-

lidad"-, p r^ ø. plsteriorivendérsela a Occidenre y conese dinero vivir lo mejor posible dentro de la colonia.

"La máquina al principio no funcionará de maneramuy rápida", escribe en uno de sus papeles este hom-bre. "La persona que desee ir saliendo de la experienciadinero -el dominio que establece éste sobre la com-plejidad hombre- tiene que someterse a meses y me-ses de terapia según los años-conflictos de esa personay estar dispuesto a abandonarlo todo. Esta terapia nodará resultado con personas que no estén dispuestas a

destripør sus afectos."El asunto tendrá forma de caja con varios huecos:

pies, brazos, crbeza,y tendrá una serie de embudos pordonde irán saliendo las experiencias que ligan al 'pa-ciente' con el deas monetario.

"Las primeras pruebas que he hecho con el apârato

-garrapatea- han dado muy buenos resultados. Mi

hijo mayor ha olvidado por completo lâs transâccionesque tuvo que hacer la semana pasada para comprar una

alfombra: transacciones de corte duro, con un vende-dor chiquitico y de frente ancha; y hoy después de la

'cura' sólo me habló de la belleza. estêt:c del productoy 1o bueno que había sido para la familia un regalo así.

"Si esto continúa -apuntó

un poco más abajo-, €n

menos de un año la máquina podrá høcer aiair a plena

capacidad."Otro de los datos que aparecen en el expediente es

que este hombre oficiaba como químico en la cârcelcentral: había sido una persona de confianza d.trantemucho tiempo, e incluso se hablaba de é1 como futurojefe de Ia sección Investigaciones.

Por lo que se consigna, nadie notó unâ conducta ex-

traña o evasiva durante el tiempo en que se comprobóque este hombre se dedicaba a clavetear su máquina("jamás llegó un minuto después de la hora de comien=

zo", comenta uno de los entrevistados), y sólo gracias a

su hijo mayor la policía de la colonia inició secretamen-

te una investigación, la mayor que se había hecho algu-r:avez en esta zorta'ry fue arrestado.

Este hombre murió en un accidente de montaña al

ser trasladado a una cárcel fuera de la colonia.

Orne DE LAs HIsroRIAs ExTRAoRDINARIAs' y de la que

apenas existe información, es la del tren subterráneo.

No or tren en las cercanías de la coionia, como es usual

precisamente en casi todos los mapas de transporte que

se diseñan en la república, sino uno que sólo diera la

vuelta -la'colonia

completa puede caminarse en apro-ximadamente una hora-y ostentara una sola entrada-

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salida, un ojo tecnológico por donde pudiera observar-se de una vez a todo el mundo.

Para esto diseñarían una pizarra especial con bom-billitos de diferentes colores que iría mostrando a lostranseúntes qué zoraa. recorre el tren en ese momento,y vistas de esa zona desde diferentes ángulos. Inclusoserían intercaladas entrevistas a sus habitantes y se mos-taríala manera en que viven, duermen, conversan, echana.gùa, a.las plantas, etcétera.

Estapizarra tendría dos conexiones. IJna encima, envarios lugares de la colonia, donde se ofrecería infor-mación continua del tren y las reacciones de la genteque en ese momento se encuentren en él; otra debajo,más sofisticada, en el lugar que comúnmente ocupan lasventanillas. Allí es donde los habitantes de la coloniapodrían ver las zonas-de-vida filmadas con varias câma-ras especiales y las entrevistas.

Este proyecto fue abortado cuando se supo que este-reconocido-ingeniero ambién se dedicaba a vender ba-ratijas en los mercados ambulantes y había sido atrapa-do srzpermiso fuera de la colonia.

I.{o se consigna qué sucedió con é1.

...TEMBLORES DE TIERRA,.

En determinado momento alguien aseguró que la co-lonia iba a quedar sepultada por una serie de movimien-tos telúricos que irían rajando las montañas y lo únicoque alertaría o pondría sobre aviso a los habitantes deeste lugar sería la flor de pe-shu: flor que todos debían

amarrarse en los ojales de las camisas, así iban a estar

r q:îenidos en cualqui et zona que se encontrasen, y enI diferentes pozuelos y macetas ã.nt o de ras casas.se sabría de la inminencia de esta catástrofe porque

la pe-shu abriría y cerraría sus pétalos úes veces'sin in-ì terrupciones y acto seguido cambiaría de color.se citaba un centro de investigaciones en Austria que

llevaba años dedicado al rrr'to, . incluso se mostraronfotos en periódicos de una visita de científicos de estepaís a la república.

El contrabando con esta flor se hizo muyintenso _hay

I sanías, ramitas secas dentro de un nylon, esculturillasI de arcilla...

En recompensa, la república ofreció gratis pequeñasmacetas de cactus y eucaliptos.

Aún no sabemos si esta medida fue aceptada o no.

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CARRETERÀS

En la colonia no hay carreteras.Las calles son líneas negnrzcas de fango que los ja-

poneses endurecen con cal -((¿5i

se evita el mal olor",gtitó en algún momento Labioleporino- y en las in-mediaciones apenas existe conexión con la república.Sólo un camino, lluvia y pedacitos de troncos.

Tämpoco rampas...Este camino, que llamamos así para nombrarlo de

alguna manera, sube constantemente por el filo inclina-do de varias montâñas y más de una vez se vuelve dema-siado estrecho. Si en ese momento hubiera venido uncamión del otro lado, uno de los dos hubiera tenido que

tirarse al desfiladero.Como al principio explicamos, la república ha des-

trozado las antiguas vías que conectaban la colonia conlas ciudades más cercanas y allí donde había un río o ca-

fetería ahora queda nada: incomunicación, fango y man-díbulas de animales muertos.

De ahí que la república todas sus trânsacciones las

efectúe siempre con helicópteros ("tienen la flota más

extensa de todo el norte de China"), y los japoneses conel tiempo hayan inventado una palabra para designar a

los que deciden regresar de esta manera: yayeen, qtJe

significa "hombre que ha decidido patinar sobre su alma".

Y tienen razón, después de subirbajar varias veces poresas montañas y de ni siquiera tener ya acetatos pârârealizar fotos, sólo teníamos deseos de que nuestro autoe>çlotara y de una vez cesera todo.

Si alguna vez habíamos tenido alma, en ese instante

la habíamos perdido.

Lo úNrco INTEREsANTE QUE ENcoNTRA¡'ros dos o tres

días después de haber dejado atrás este infierno fue el

toneón Yu FIoo, llamado así por su antiguo propietario,

un ex militar asociado a varios asesinatos, y las ruinas

parecido junto con é1.

El torreón como tal pertenenecía a una fottaleztyainexistente, y poseía tres pisos de aproximadamente 5o

metfos .o"dt"dor cada uno con escalera circular en el

centro. Para subir, era necesario arrastrarse'

En el primer piso estaban amontonados los muebles,

vitrinas sin cristales y marcos vacíos; gaveteros'

Las sillas, las mesas, todo, estaba tirado de manera

bastante inusual, yhabíavarios tótems de muebles en-

cajados hasta el mismo techo-

En el segundo: vajillas, tuz s, tacitas, bandejas con

antiguos restos de la casa.

En el tercero' vacío.Por el impreso que nos entregó el velador cuando

llegamos, un plegable de cuatro páginas donde se

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condensaba en mandarín e inglés la historia deLz zonay la ubicación geogrâfrca del torreón, ese lugar habíaestado siempre sin muebles. Era el piso que el antiguodueño utilizaba para mirar. Allí se paraba y permanecíaen vigilia.

Lo mejor de este torreón no eran sus posesiones, aun-que al ser antiguas tenían un yalor incalculable; tampo-co su geografía: Maki comentó que había visro en larepública "paisajes con más ih", sino su concepto demuseo, donde lo expuesto r o responde a la reproduc-ción de espacios de vlda: ese simuldcro inútil que por logeneral archivan los museos en Occidente, sino al amon-tonamiento y al ajuste de cuentás que hizo la historiacon este hombre, al orden precario con que había sidoâmontonado todo, al desprecio...

A su vez, a la imposibilidad de otra cosa.De más está decir que en el lugar, y entre mueble y

mueble, no se acumulaba la más mínima partícula depolvo. El torreón había sido limpiado ran quisquillo-samente que ya permânecer en él era un insulto; y todofuncionaba en armonía con el lugar donde estaba ubi-cado. En otra parte, hubiera sido imposible tal efecto.

Después de esta visita manejamos más relajados yGran Mongol cantó algunas de sus canciones preferi-das en inglés. Sólo una ciudad faltaba: Beijing.

Ar,lÍ rooo nrcn¡só A LA NoRMALTDAD, si es posible aunhablar de normalidad en la república, e hicimos fotossobre ese otro límite de percepción que constituye Bei-jíngy su vida cotidiana. Aunque para ser sinceros está-

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bamos muy agotados. Mientras más excavábamos, másprofundo ese límite se ponía. Así que decidimos r"ii, d"China, los japoneses, Labioleporino, la guerra... y des_

:ansT en alguna playapor algún tiempã. ComoLscri_bían los antiguos filósofos: "pór muchá qo. un hombrecam_ine nunca podrá llegar a ver el finalãel bosque.,,

Y es cierto, Duy cierto.

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