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Teoria Positiva Del Capital - Eugen Von Bohm-Bawerk

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Obra de escritor austríaco

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  • Eugen von Bhm-Bawerk es el lderindiscutible de la segundageneracin de economistas de lallamada Escuela Austriaca deEconoma y su Teora Positiva delCapital, nos dice Schumpeter, esimprescindible dentro delinstrumental de todo terico y hallegado a convertirse, con mucho, enla ms apreciada de lascontribuciones originales de nuestrapoca.Nadie antes que l supo ver que latasa de inters de una economa esuna caracterstica de la accin

  • humana y como tal se encuentrapresente tanto en las economas demercado como en las economassocialistas que prescinden de esemecanismo o lo obstruyen. De estamanera. Bhm-Bawerk fue el primereconomista en suministrar unargumento de peso contra la teorade la explotacin del trabajador deKarl Marx. La irrupcin de Keyneshizo que los economistas olvidaranque, en condiciones de estabilidaddel patrn monetario, la tasa deinters viene determinada por unaserie de factores reales que aqu seanalizan y su alteracin puede tenerconsecuencias de largo alcance,

  • como las crisis inflacionistas, muydifciles luego de remontar.

  • Eugen von Bhm-Bawerk

    Teora positivadel capital

    ePub r1.0Titivillus 06.04.15

  • Ttulo original: Kapital und Kapitalzins.Zweite Abteilung: Positive Theorie desKapitalsEugen von Bhm-Bawerk, 1889Traduccin: Jos A. AguirreRetoque de cubierta: Titivillus

    Editor digital: TitivillusePub base r1.2

  • INTRODUCCIN ALA EDICINESPAOLA

    I

    Eugen von Bhm-Bawerk naci el ao1851 en Brnn (en la actualidad Brno)en la Moravia, regin de la actualChequia. Su padre era un distinguidofuncionario del Imperio Austro-Hngaroy l mismo perteneca a la prestigiosaadministracin fiscal del Imperio, en laque haba ingresado en 1872, despus de

  • cursar estudios de Derecho en laUniversidad de Viena. En 1875, trasobtener el doctorado en esa disciplina,consigui una beca del gobierno paraestudiar Economa y acceder a laenseanza de esta disciplina acadmica.Estudi en Heidelberg con Knies, en laciudad de Leipzig con Roscher y en lade Jena con Hildebrand, representantestodos ellos de la escuela histricaalemana, cuyos pasos no haba de seguir.En 1880 fue designado para ensearteora econmica en la Universidad deInsbruck, donde permaneci hasta 1889.

    En este periodo, y siguiendo lospasos de Carl Menger (1840-1921),escribira, entre otras obras, los dos

  • volmenes que le consagraran. En 1884aparece su Historia y Critica de lasTeoras del Inters y cinco aos mstarde su Teora Positiva del Capital.Ms adelante, en 1921, se publicara untercer volumen separado que recoge unaserie de ensayos escritos para aclararlas teoras expuestas y contestar a lascrticas formuladas[1]: EnsayosAdicionales sobre el Capital y elInters. Estos tres volmenes integransu obra magna Capital e Inters.

    En 1889 renunci a una ctedra en laUniversidad de Viena y se incorpor denuevo al Ministerio de Hacienda paraintervenir en la preparacin de unareforma que se proyectaba del impuesto

  • sobre la renta. En ese departamentoministerial hizo una carrera meterica yestuvo al frente del mismo en tresocasiones: 1893, 1896 y 1900. En 1904dimiti a causa del enorme incrementode los gastos militares que aprob elParlamento y que, en su opinin, ponaen peligro la estabilidad financiera delImperio. Su prestigio era enorme, yaunque se le ofreci el cargo deGobernador del Banco Central deAustria, el mejor remunerado de toda laMonarqua, prefiri retomar a laenseanza como titular de una ctedraespecialmente creada para l en laUniversidad de Viena junto a su cuado,el reputado economista Friedrich von

  • Wieser (1851-1926) que ocupaba lactedra de Menger, ya jubilado, y Eugenvon Philippovich (1858-1917). De estapoca es el famoso Seminario Bhm-Bawerk del que seran alumnosdestacados dos grandes economistas,Ludwig von Mises (1881-1973) yJoseph Schumpeter (18831950). El 27de Agosto de 1914 falleca enRattenberg-Kramsach, en la regin delTirol.

    II

    El que su Teora Positiva del Capital noestuviera disponible en nuestra lengua

  • resulta inexplicable, pues es sabido que,con independencia de las dificultades decomprensin que ofrece, sealadas porsus crticos y que trataremos de aliviar,Bhm-Bawerk fue el primer economistaen suministrar un argumento de peso encontra de la teora de la explotacin deKarl Marx, y hasta quienes no han vistoy posiblemente no vean con simpata alos que socavan sus convicciones ycreencias han tenido que reconocer lafuerza de su argumentacin, porqueBhm-Bawerk es un terico puro quesiempre estuvo al margen de las disputasideolgicas. Schumpeter nos dice alrespecto:

  • Siempre me he credo en la obligacin decomparar a Bhm-Bawerk con Marx. Talvez parezca extraa esta comparacin, perosi as fuera se debera nicamente a que elnombre de Marx ha estado siempreenvuelto en el ardor de la pasin poltica y aque su sistema est animado por untemperamento muy distinto al de Bhm-Bawerk cuyos objetivos no eran ms quecientficos No obstante, por muydiferentes que Marx y Bhm-Bawerk hayansido, en lo que se refiere a sus vidas, comocientficos tuvieron el mismo objetivoUna conviccin anloga acerca de laenorme importancia que tena el problemadel inters y del beneficio oblig a ambosa orientar explcitamente su anlisis delproceso socioeconmico en funcin de talproblema. Ambos adoptaron de otros laidea fundamental. Menger fue para Bhm-Bawerk lo que Ricardo para Marx En

  • cualquier caso, aunque su grandeza nisiquiera hoy ha sido plenamentereconocida La Teora Positiva delCapital es imprescindible dentro delinstrumental de todo terico y ha llegado aconvertirse, con mucho, en la msapreciada de las contribuciones originalesde nuestra poca[2].

    En fecha reciente se ha dicho de estaobra lo que sigue:

    Bhm-Bawerk plante un problema cuyaimportancia nadie haba visto antes que l,el papel que juega el tipo de inters en laeleccin del mtodo ptimo de produccin,cuando sta es indirecta, as como sudeterminacin mediante una teora que setoma con seriedad la imposibilidad deagregar los bienes de capital en trminos

  • fsicos. La solucin que propuso no estexenta de problemas, pero, a pesar de todoel progreso experimentado por la teoraeconmica desde entonces, algunas partesde su argumento destacan hoy como puntosde referencia obligados para el desarrollodel pensamiento econmico. Entre estospuntos se encuentra su discusin delproceso de formacin de los precios en losmercados, especialmente en aquellos dondese negocian bienes indivisibles o divisiblesde manera finita, su anlisis de laspreferencias subjetivas en el tiempo y sudemostracin de que la tasa de inters noes ms que una propiedad de laestructura temporal de los precios. Sudefinicin del periodo de produccin seconvirti en un callejn sin salida, pero lasposibilidades que ofrece su anlisis delpapel del tiempo en el proceso deproduccin no parece que se hayan agotado

  • todava.

    As concluye el profesor K. H.Hennings su artculo sobre nuestro autoren el Nuevo Diccionario Palgrave deEconoma (1987), una publicacin nadaproclive al individualismometodolgico que es clave en eldesarrollo de la Escuela Austraca deEconoma fundada por Carl Menger y dela que Bhm-Bawerk fue miembrodestacadsimo, por no decir principal desu segunda generacin.

    Con muchos aos de retraso, enefecto, nos llega la primera versinespaola de esta obra cumbre de lahistoria del pensamiento econmico

  • publicada dentro de la Biblioteca deGrandes Economistas del Siglo XX deEdiciones Aosta. En nuestros das ladificultad mayor que comporta su lecturaderiva de los conceptos y la visin delproceso econmico que nos da laortodoxia keynesiana.

    Hayek, en los aos treinta, yaadvirti que el gran defecto de la obrade Keynes era que careca de una teoradel capital y el inters fundamentada enslidas bases microeconmicas. Perohoy da pocos podrn entender estaclase de objecin si desconocen laTeora Positiva del Capital de Bhm-Bawerk, en la que bebieron todos losgrandes economistas que trataron el

  • tema del inters antes que Keynes.Recuerdo que en mis aos de formacincomo economista, en pleno dominiointelectual de la ortodoxia keynesiana,rara vez omos hablar de esta obra yrespecto a la de Hayek, basada en ella,se nos adverta que era enormementecompleja por no decir ininteligible.Mucho ms tarde, cuando la AcademiaSueca galardon a Hayek con el PremioNobel de Economa (1974), la situacinno haba cambiado demasiado.

    Como va a tener ocasin decomprobar el lector, la cosa no es tanininteligible como se nos ha dicho, Peropara facilitar las cosas he idoredactando, al trmino de algunos

  • captulos, unas notas de orientacin y hedado algunas recomendaciones paraordenar de la manera ms conveniente lalectura del libro, recomendaciones quesiguen, en parte, las que diera en su dael gran economista sueco Knut Wicksell(1852-1926), uno de sus principalesseguidores[3].

    La Teora Positiva del Capital es unlibro que trata de explicarnos a nivelmicroeconmico en qu consiste y cules la esencia de los procesos deproduccin de bienes de consumo queutilizan capital. Como ya he indicado,en el lugar apropiado, el lector puededejar para el final la lectura de toda lacontroversia terminolgica que los

  • economistas han sostenido en tomo alconcepto mismo de capital y seguiradelante, reteniendo, a lo sumo, que porcapital entiende el autor todo unconjunto heterogneo de bienesintermedios o no consumibles que seutilizan para producir otros bienes. Puesbien, la esencia de esos procesos queutilizan capital es que consuma tiempo,porque transcurre un periodo, ms omenos prolongado, entre el momento enque aplicamos inicialmente las fuerzasproductivas originarias (la tierra y eltrabajo) y aquel en el que aparecenlistos para ser consumidos los bienesaptos para satisfacer nuestrasnecesidades.

  • Una caracterstica predicada deestos mtodos indirectos de produccin,frente a aquellos que aplican losfactores originarios a la obtencininmediata de bienes de consumo, es queson ms productivos, aunque a medidaque el proceso se va haciendo msindirecto, los aumentos de produccinque cabe obtener son cada vez mspequeos. Pero naturalmente estaventaja que supone la obtencin de unamayor cantidad de bienes en el futuro,frente a la renuncia al consumoinmediato de una cantidad menor, esalgo que el sujeto econmico ha dedecidir. De donde se deduce queaplicaremos mtodos indirectos de

  • produccin o, para decirlo de una vez,mtodos capitalistas de produccin,siempre que estemos dispuestos arenunciar al consumo inmediato debienes a cambio de un consumo mayor,ya sea en cantidad, calidad o ambascosas, en el futuro.

    Por regla general, los hombresenfrentados a esta decisin deintercambiar bienes presentes por bienesfuturos suelen exigir una prima a favorde los primeros. O de otra forma,valoran menos los bienes futuros que losbienes presentes. Y llamamosprecisamente inters a esa prima oagio a favor de los bienes presentesen el intercambio intertemporal.

  • Naturalmente esto y lo que siguepuede ser una sorpresa para muchos,porque si se nos preguntara en quconsiste el inters, algunos podranresponder que el inters es lo que noscobran los bancos por el dinero. Y, enefecto, el prstamo de dinero es, sinduda, la forma ms clara y directa deintercambio de bienes en el tiempo, perohay otras muchas. Cuando un empresarioemplea a un trabajador para fabricar unamercanca que slo estar disponible enuna fecha futura estamos tambinintercambiando bienes en el tiempo(salarios por una mercanca que sloexistir en el futuro) y cuandoconstruimos nuestra casa o la

  • adquirimos, estamos intercambiandobienes presentes (el dinero da derecho aellos) por unos servicios que lavivienda nos ir prestando, a lo largo detodo un perodo dilatado de tiempo en elfuturo.

    La economa es un gran mercadodonde desde luego se llevan a cabointercambios de bienes presentes, perouna buena parte de esos intercambiostienen lugar entre el presente y el futuro.Pues bien, en ese gran mercado que tienemuchos compartimentos se fijar unnico precio, producto de la interaccinde las valoraciones de una multiplicidadde sujetos, que establece la relacin deintercambio entre bienes presentes y

  • bienes futuros; a ese precio se le llamatipo de inters y suele expresarse enforma de tanto por ciento.

    Un bien presente o disponible hoyvale un cinco, un diez o un quince porciento ms que otro de igual calidadpero disponible dentro de un ao. Demanera que cien disponibles hoyequivalen a ciento cinco, ciento diez ociento quince disponibles en ese plazo.Tenemos ya el tipo de inters en escena,como precio de un mercado muyespecial entre bienes disponibles enfechas distintas, y esa magnitud nos va adar la respuesta a un problema quepresenta la produccin mediante lautilizacin de bienes de capital, la

  • produccin indirecta, la produccin queimplica siempre renunciar al consumoinmediato de unos bienes a cambio de unconsumo mayor pero en el futuro. Laaltura del tipo de inters servir paradeterminar el carcter, ms o menosindirecto o ms o menos capitalista, denuestros procesos de produccin. Nadiealargar los procesos de produccinms all de lo que nos aconseje la alturadel tipo de inters; es decir, nadieestar dispuesto a renunciar al consumoinmediato de cien, para obtener dentrode un ao ciento tres, aplicando capital,si el tipo de inters es el cinco porciento.

    Esta es la idea central del libro de

  • Bhm-Bawerk y su gran aportacin a lateora econmica, una idea cuyodesarrollo se vio entorpecido no slopor las dificultades que comporta[4] y alas que me he ido refiriendo en las notaselaboradas a algunos de los captulos,sino por el desarrollo que imprimi a lamacroeconoma la obra de Keynes. Enefecto, Bhm-Bawerk no se ocup deanalizar cmo puede afectar a laestructura de capital que la economaha ido creando a lo largo del tiempo yde cuyo mantenimiento y conservacindepende nada menos que el nivel devida alcanzado, la poderosa mquina degenerar medios fiduciarios que se estabacreando, ya en su tiempo, en torno a los

  • bancos centrales nacionales de emisin.Es decir, el austraco no se preocup delo que hoy da llamaramos el problemao aspecto especficamentemacroeconmico y seran sus seguidoreslos encargados de afrontarlo.

    Fue Knut Wicksell el primero enabordar esta cuestin con tan malafortuna, al decir de Hayek[5], que loseconomistas fueron a tomar de suaportacin a la teora monetariaprecisamente aquello en lo que el suecoestaba equivocado; a saber: su anlisisde los efectos que tiene en el nivelgeneral de los precios la diferenciaentre lo que Wicksell llam el tipo deinters natural a largo plazo y el tipo

  • de inters del dinero o monetario queestablecen a corto plazo los bancos[6].Ya Mises[7], en 1912, haba llamado laatencin sobre esto, pero sera Hayek ensu obra Precios y Produccin de 1931,gestada casi a la par que el famosoTratado del Dinero de Keynes, quien lopuso de manifiesto. Y a esta obra hemosde acudir si queremos entender ladesviacin a que inevitablementecondujo la falta de sintona entre Hayeky Keynes y el abandono definitivo porparte de ste de la teora del inters deBhm-Bawerk[8].

    La cosa no deja de ser curiosaporque Keynes, en su Tratado del

  • Dinero de 1930, captulo XIII, nos diceque ha buscado en vano un tratamientosistemtico de la teora del inters enlos escritos de Marshall, Pigou, Taussigo Irving Fisher. Pero slo ha podidoencontrar uno, desconocido de loseconomistas anglosajones, en la obraGeldzins und Gterpreise (Inters yPrecios) del sueco Knut Wicksell que, asu vez, ha dado origen en Alemania yAustria a una escuela neowicksellianacuya explicacin del inters enrelacin con el equilibrio entre elahorro y la inversin y el ciclo delcrdito se parece mucho a la teora deeste tratado[9].

    Por lo que se refiere a Wicksell, su

  • influencia en Keynes es evidente, perodesafortunadamente no es el Wicksellms acertado el que influy en su obra yla ausencia de Bhm-Bawerk en la listade autores de un tratamiento sistemticodel inters habla por s sola. Afirmarque no hay en Irving Fisher una teorasistemtica del tipo de inters carece defundamento[10]. Y, por ltimo, decir queMises o Hayek daban una explicacindel ciclo del crdito y del tipo deinters, en relacin al equilibrio entre elahorro y la inversin, similar a la de suTratado del Dinero, no tiene ningnsentido.

    Es verdad que Keynes considerpronto que su Tratado del Dinero era un

  • error y en lo que toca a la teora delinters y el capital que all se contenalo era en efecto, pero es que entre esaobra y su Teora General del Empleo, elInters y el Dinero, que sirvi paraconfigurar la nueva ortodoxia en materiade teora monetaria, no hay msinnovacin que el descubrimiento de queel consumo agregado es una funcin decaractersticas muy concretas, de maneraque las variaciones de la renta y elempleo sirven para configurar unequilibrio entre lo que Keynes llamabaahorro e inversin que permita a laeconoma permanecer en esa situacin, apesar de que hubiera recursos ociosos.Aunque uno no sabe muy bien cmo se

  • puede llegar a una situacin estable enesas condiciones, desde luego el inventoserva para justificar la intervencinactiva del gobierno y as fue. Que Hayeky Mises no compartan una cosa as eraya evidente en 1930, de manera que nose sabe bien qu haba extrado Keynesde la lectura de Bhm-Bawerk y de susseguidores. Pero esto es algo quemerece analizarse con un poco ms dedetenimiento.

    III

    Hayek consideraba, en efecto, queabordar la teora monetaria mediante el

  • estudio de los niveles de precios notena mucho sentido. Primero, porqueesto es lo que haba impedido vaticinarla Gran Depresin en los EstadosUnidos, donde, antes de 1929, losniveles de precios no haban dadosntoma de inestabilidad alguna[11].Segundo, porque suscita la falsa idea deque un nivel de precios creciente es unsntoma de bonanza y un nivel deprecios decreciente lo contrario.Tercero, porque nos hace creer a todosque el banco central emisor tiene laclave del problema. Y esto es,efectivamente, lo que atrajo a Keynesdel trabajo de Wicksell, la posibilidadde utilizar la poltica monetaria para

  • controlar el ciclo del crdito.Como es sabido, en el Tratado del

    Dinero y de una forma muy simplificadapara no alargar demasiado estaintroduccin, Keynes formula unaexplicacin de los niveles de losprecios de los bienes de consumo y delnivel general de los precios[12] en tomoa unos centros de gravedad que son loscostes (incluida la tasa de beneficionormal). Es decir, los precios andarangirando alrededor de los costes, pero seapartaran de ellos cuando la inversin yel ahorro no fueran iguales.

    Esto forzosamente tuvo quesorprender a sus colegas economistas ysobre todo a los formados en la

  • tradicin de Bhm-Bawerk. Quentenda el austraco por ahorro? Muysencillo, en la Teora Positiva delCapital nos haba explicado que elahorro era el diferimiento que hacemosde nuestro consumo inmediato al dedicarfactores productivos originarios (tierra ytrabajo) a la inversin en procesosindirectos de produccin, capaces deprocurarnos, en el futuro, un consumomayor. De manera que ahorro einversin, por definicin, eran iguales.La mayor o menor dedicacin defactores originarios a procesos que noproducen bienes de consumo de manerainmediata conforma una estructura decapital que slo se modifica a impulso

  • de las variaciones del tipo de inters,magnitud bastante estable, pues vienedeterminada, en el gran mercado deintercambio de bienes presentes yfuturos, por unas preferencias subjetivasque no cambian con demasiadafrecuencia. Lo importante es nomodificar las pautas de consumoexigiendo a esa estructura de capital unamayor cantidad de bienes de la que escapaz de irnos suministrandocontinuamente, porque estocomprometera nuestro nivel de vidafuturo. Por otro lado, si en algnmomento decidiramos consumir menos,siempre lo haramos en aras de unconsumo futuro mayor. Es decir, si

  • decidimos ahorrar ser porque hemosencontrado la forma de invertir recursosproductivos en procesos capaces deproporcionarnos mayor cantidad y/ocalidad de bienes en el futuro.

    Cmo es que Keynes nos hablabade que el ahorro no coincide con lainversin y eso aparta los precios de sucentro de gravedad? Desde luego, ellector buscar en vano en el Tratado delDinero y luego en la Teora General laexplicacin de esas diferencias entre elahorro y la inversin, porque Keynes losdefini iguales[13], pero a pesar de ellohablaba de diferencias entre uno y otroque tenan una gran relevancia. Enefecto, cuando la inversin agregada

  • exceda del ahorro agregado, los preciostendan a subir y si haba recursosociosos lo ms probable es que esassubidas de precios indujeran aumentosde la produccin y el empleo. Por elcontrario, si la inversin agregada caapor debajo de los ahorros, los preciosdescendan, y si la situacin persista,inducira descensos acumulativos de laproduccin[14]. Como consecuencia, siqueremos evitar esas fluctuaciones delos precios, la produccin y el empleo,debemos aplicarnos a la tarea demantener iguales el ahorro y la inversinagregados mediante una polticaadecuada del tipo de inters bancario; esdecir, del tipo de inters del dinero a

  • corto plazo. El control del tipo deinters a corto plazo nos dar el controldel tipo de inters natural a largoplazo[15].

    Keynes crea, a diferencia deWicksell, que ese tipo de inters naturalestaba sometido, a corto plazo, afluctuaciones muy violentas, de maneraque las autoridades monetarias iban aencontrar muy difcil la tarea demantener iguales el ahorro y lainversin[16]. En realidad, esainestabilidad del tipo de inters naturala largo plazo no caba deducirla de laobra de Bhm-Bawerk ni de la deWicksell[17] y se transformara, con el

  • tiempo, en la incontrolable inestabilidadde la inversin privada del esquema desu Teora General y de toda la ortodoxiakeynesiana posterior.

    A los ojos de Mises y Hayek, si elmecanismo de ajuste del tipo de intersnatural no funcionaba, se deba a laenorme facilidad de crear sustitutos deldinero por parte de las nuevasautoridades monetarias. De otra formadicho, y a pesar de que las definicionesque haba dado Keynes del ahorro y lainversin daban a entender quedesconoca la teora del capital deBhm-Bawerk, si el ahorro y lainversin agregados podan llegar adiferir, esto slo era posible si variaba

  • la cantidad de dinero. La explicacin deeste fenmeno la da Hayek en su obra de1931 Precios y Produccin.

    IV

    Hayek haba visitado los EstadosUnidos en 1923 y le habanimpresionado dos cosas, el desplieguede investigaciones estadsticas sobre elciclo econmico en aquel pas y lapobreza paralela de su investigacinterica sobre el tema. Lo primero lefascin y lo segundo llampoderosamente su atencin. El resultadofue su ataque a una doctrina muy en boga

  • entonces en los Estados Unidos queatribua el ciclo econmico al exceso deahorro y a la falta de consumo[18], algomuy propio, deca, de la mentalidad deun tendero y que tena muy poco que vercon la de un economista formado en ladoctrina de Bhm-Bawerk sobre lanaturaleza del proceso capitalista deproduccin. Lo sorprendente es que elmundo acadmico de los Estados Unidosconoca bien la doctrina del austraco atravs de las famosas polmicasmantenidas con dos economistasnorteamericanos, John Bates Clark(1847-1938) e Irving Fisher (1867-1947).

    De aquel despliegue de

  • investigaciones estadsticas una cosahaba llamado su atencin, lasfluctuaciones en las industrias dematerias primas y bienes de capital eranmucho ms intensas, pero si elmecanismo del tipo de intersfuncionaba con normalidad esto erainexplicable. El tipo de inters evitarasiempre una ampliacin excesiva de losrecursos invertidos por encima de lo quepermitiera el aplazamiento de lademanda de bienes de consumo porparte de los consumidores (ahorrovoluntario). Ahora bien, si la oferta decapital, en forma de dinero lquido, sehace independiente del ahorro, debido ala facilidad existente en nuestro tiempo

  • para crear sustitutos del dinero, entonceses posible deducir, a priori, fenmenoscomo las fluctuaciones cclicas queobservamos[19].

    En Febrero de 1931 lo explicabaHayek en unas conferenciaspronunciadas en la London School ofEconomics. Se sirvi para ello de unosingeniosos tringulos[20] que son unautntico rompecabezas si se desconocela doctrina de Bhm-Bawerk, algo que,en efecto, aquellos economistas debanhaber olvidado, como tambin habanhecho con el trabajo de Jevons[21]. Enrealidad, lo que all se planteaba era unamacroeconoma bastante diferente de la

  • que luego se construy sobre la base delas ideas de Keynes, que al referirse aestas conferencias, publicadas enseptiembre de 1931 bajo el ttulo dePrecios y Produccin, las calificara deconfusas y de un ejemploextraordinario de cmo arrancando deun error, una lgica implacable nospuede llevar al manicomio[22]. Y, enefecto, sin conocer a fondo esta TeoraPositiva del Capital de Bhm-Bawerkpuede ser as.

    Segn se deduce de esta obra, locaracterstico de un sistema deproduccin que utiliza capital es que laparte principal de los recursosoriginarios disponibles (tierra y trabajo)

  • no estn empleados en la produccin debienes que podamos consumir de manerainmediata sino de bienes de inversin ocapital; es decir, productos intermediosque, transcurrido un periodo de tiempodeterminado, se convertirn en bienes deconsumo[23]. Esto configura unaestructura de produccin o capital,fruto de decisiones que se han tomado enel pasado, se toman ahora y se volverna tomar en el futuro, que es la que nospermite disfrutar de un nivel de consumoque no cabe alterar sin consecuencias.Cualquier decisin de modificarlo,aumentndolo repentinamente porejemplo, obligara a disponer losrecursos empleados de forma distinta.

  • Tendramos que detraerlos de procesosque tardaran ms en madurar bajo laforma de bienes de consumo y aplicarlosa otros que nos los ofrecieran deinmediato y esto, de acuerdo con la LeyBhm-Bawerk, afectara negativamentea nuestra provisin de bienes en elfuturo[24].

    En ausencia de avances tecnolgicoso recursos ociosos, la nica manera deaumentar nuestro nivel de vida esdedicar ms recursos productivos aprocesos ms intensivos en capital, demayor duracin pero que sean msproductivos. Es decir, necesitaramosahorrar de manera voluntaria; es decir,invertir ms recursos productivos en

  • procesos que consumen ms tiempo yson ms productivos, razn por la cualtendremos que posponer el consumopara una fecha ms lejana. Hayek partapues de una situacin en la que laestructura de capital existenteproporcionaba empleo a toda lapoblacin trabajadora y analizaba cmoesa estructura poda dejar deproporcionarlo y acumular paro,problema que Keynes no se planteaba.Sencillamente parta del hecho del paroy propona remedios, no sin antes daruna explicacin terica que es la quedisputaban ambos.

    Dnde estaba el problema? Para elKeynes del Tratado del Dinero, en la

  • dificultad que tienen las autoridadesmonetarias para seguir las violentasfluctuaciones de la tasa de intersnatural. En el Keynes de la TeoraGeneral, en las violentas fluctuacionesde la inversin privada que dejainactivos los grandes ahorros quegeneran las sociedades modernas. En elHayek de Precios y Produccin, en losintentos de sustituir por dinerofiduciario el capital que slo el ahorrovoluntario puede generar. Lo importantees el mantenimiento y la conservacinde la estructura de capital de laeconoma o su ampliacin para elevarnuestro nivel de vida, nico camino, enausencia de avances tecnolgicos que

  • aumenten la productividad. PeroKeynes, arrancando de unas definicionessui generis del ahorro y la inversin,permaneca ciego a esa estructura decapital e ignoraba

    que la maquinaria de produccin capitalistafuncionar sin tropiezos slo si aceptamosconsumir nada ms que la parte de nuestrariqueza total que bajo la organizacinproductiva existente se destina al consumocorriente[25].

    La construccin de Keynes, haciendodepender el consumo de la renta, eracuando menos inconveniente. Elconsumo puede variar, pero lo decisivoes que intentar consumir ms de lo que

  • la estructura productiva nos procura, deforma continuada, empeorar nuestronivel de vida futuro. Por el contrario, siconsumimos menos y lo invertimos enprocesos ms productivos,aumentaremos nuestro nivel de vida enel futuro.

    No hay garanta alguna, objetaraKeynes, de que ese inferior consumo(ahorro voluntario) se invierta enprocesos ms productivos. Y Hayekreplicara que ste no sera el caso si lacantidad de dinero se mantieneconstante y no interfiere en elmecanismo natural del tipo de inters.Esas diferencias de las que nos hablaKeynes entre su ahorro y su

  • inversin no son ms que variacionesdisfrazadas de la cantidad de dinero ysus ecuaciones fundamentales, por lotanto, meras ecuaciones cuantitativascamufladas[26].

    Si hubiera arrancado de laestructura de capital de la economa yanalizado cmo podemos conservar estaestructura o ampliarla, habra llegado ala conclusin de que slo manteniendoconstante la cantidad de dinero cabraalcanzar ese resultado. Si intentamosvariar esa cantidad, ya se destine elaumento a incrementar un consumo queesa estructura no puede procurarnos o aampliarla sin haber reducidopreviamente nuestro consumo (ahorro

  • voluntario), crearemos una estructuraartificial que se derrumbar en la crisisinflacionista; entonces el paro masivoser inevitable. Si la cantidad de dineropermanece constante, el ahorro y lainversin sern siempre iguales. Enotras palabras y de acuerdo con laTeora del Capital y el Inters de Bhm-Bawerk, el mecanismo natural delinters asegura que los recursosproductivos ahorrados sern invertidos,y si no lo son, es porque el dinerointerfiere y obstaculiza ese proceso.Pero Keynes respondera airado a esteargumento y conviene reproducir aqu suagria respuesta:

  • El Dr. Hayek concluye y as resultaobligado desde los supuestos de los quearranca que la condicin necesaria paraevitar los ciclos del crdito es que elsistema bancario mantenga la cantidadefectiva de dinero (interpretada en elsentido casi ininteligible de Hayek)absolutamente inalterada siempre.

    Mi anlisis tena que sercompletamente diferente, ya que el ahorroy la inversin, tal y como los defino,pueden salirse del engranaje sin que elsistema bancario abandone su posicin deneutralidad, tal y como la define Hayek,simplemente como consecuencia de lasvariaciones en los hbitos del ahorro delpblico o de inversin de los empresarios,pues no hay ningn mecanismo automticoen el sistema econmico (como la teorade Hayek parece suponer) que mantenga losdos iguales siempre que la cantidad de

  • dinero permanezca invariable[27].

    Es decir, no hay un tipo de intersdel mercado, como haba explicadoBhm-Bawerk, y por lo tanto no tienesentido atribuir a las variaciones de lacantidad de dinero los efectos queHayek les daba.

    V

    En realidad, la propuesta austraca de nointerferir monetariamente el mecanismode conformacin de la estructura decapital de la economa al tipo de intersdel mercado no era ninguna novedad. En

  • los Estados Unidos Irving Fisherpensaba tambin que el factor deperturbacin principal de esemecanismo eran las variacionesmonetarias, pero para evitarlas proponaestabilizar el nivel general de losprecios[28]. Hayek nos hablaba, sinembargo, de mantener constante lacantidad de dinero, cosa que Keynesconsideraba ininteligible.

    Vaya por delante que Hayek admitavariaciones en la cantidad de dinero encasos de pnico financiero, para hacerfrente a los cambios estacionales y enrespuesta al lento crecimiento de lademanda de dinero, consecuencia de lacreciente monetizacin de la economa.

  • Pero se opona a los aumentos de lacantidad de dinero que indujeran unconsumo mayor del que nos procura laestructura de capital o que llevaran a losempresarios a la creencia de que existedisponible un capital que no ha sidocreado posponiendo el consumo. Enotras palabras, que indujeran a losempresarios a creer que el tipo deinters es ms bajo de lo que realmentees. Esto les hara pensar que puedenembarcarse en proyectos de inversinque slo daran sus frutos ms tarde.Pero la reduccin subsiguiente de laproduccin de bienes de consumo, sinque su demanda hubiera cado,producira una presin (ahorro forzoso)

  • que obligara a nuevas reducciones deltipo de inters y nuevos aumentos de lacantidad de dinero. Los precios y lossalarios aumentaran y en algnmomento el sistema bancario decidirainterrumpir la aventura emprendida;sera el comienzo de la recesineconmica.

    Por qu era ininteligible lapropuesta de mantener constante lacantidad de dinero? Sencillamenteporque cuando Hayek se refera a elloaluda siempre a un sistema cerrado; esdecir, a un pas sin relacioneseconmicas con el exterior o al mundoen su conjunto. Y esto es algo que anhoy da hay que explicar con algn

  • detalle porque no es muy conocido.Para una regin o un pas que forma

    parte de una unidad econmica msamplia y tiene una moneda nica, lacantidad de dinero en circulacinsiempre podr fluctuar sin que estoperturbe la estructura de capital. Todolo contrario, un aumento de la cantidadde dinero en circulacin, dentro delrea, constituye uno de los pasos delproceso de ajuste necesario alincremento de la participacin de laregin o el pas en la produccin delconjunto. Keynes jams pudocomprender esto, porque lo que lesuceda a la Inglaterra de su tiempo eratodo lo contrario. Nunca pudo entender

  • que Hayek afirmara, frente a losnacionalistas del dinero que atacabanlas bases del sistema de patrn oro, queprecisamente el mayor inconveniente deeste sistema era no ser lo bastanteinternacional[29].

    Si creemos que es posible laregulacin de la cantidad de dinerodentro de un rea nacional que poseeuna moneda propia y que forma parte deun sistema econmico ms amplio, comocrea Keynes, encontraremosininteligible la propuesta de mantenerconstante la cantidad de dinero. Pero larealidad era otra. Lo que habamos idoconstruyendo alrededor de las monedasnacionales era un sistema bastante

  • inconveniente y Keynes proponaacentuar estos inconvenientes an mscon su teora de la discrecionalidadmonetaria para evitar el paro. Estaba, enrealidad, metiendo a la zorra en elgallinero.

    Cuando los ciudadanos de un pasque posee una moneda nica se veninducidos no importa la razn areducir su participacin en la cantidadtotal de dinero en un diez por ciento,sencillamente entregan ese diez porciento. Pero con el sistema actual demonedas nacionales cada vez msindependientes (tipos de cambioflexibles), cuando una nacin se veobligada a reducir su participacin en la

  • cantidad mundial de dinero en un diezpor ciento, lo que hace es entregar enalguna moneda aceptadainternacionalmente (dlares), porejemplo slo el uno por ciento y el restodel ajuste lo hace contrayendo el crditoque nunca deban haber expansionado,ocasionando as una crisis y depresinque de otra manera no hubiera tenidolugar.

    Sencillamente, el crdito intentabasuplir al diferimiento del consumo quees preciso para ampliar la estructura decapital, pero lo nico que consegua eradisparar los precios y salariosmonetarios. Por el contrario, si esaampliacin de la estructura de capital se

  • hiciera manteniendo constante lacantidad de dinero, cuando en el futuroaumentase la produccin de bienes deconsumo que esa nueva estructuraprocura, los precios y los salariosdescenderan pero nuestra renta realaumentara, nuestro nivel de vida serams elevado porque ste slo dependede la dotacin de bienes de consumodisponibles.

    Cuando el crdito suple al ahorrovoluntario suben los precios y lossalarios, pero nuestra situacin real nomejora, y cuando las autoridadesmonetarias detienen el proceso dereduccin del tipo de inters de loscrditos bancarios, la estructura

  • artificial creada se derrumba. Lostrabajadores despedidos encontrarndifcil ubicacin, a corto plazo, en lanueva estructura menos intensiva encapital. Es posible que la reaccin seadesproporcionada y el nimoempresarial decaiga hasta lmites quehagan difcil la recuperacin hasta quelas cosas vuelvan a su cauce natural. Yas llegamos a resultados que sloconfirman la vieja verdad de quequizs podamos impedir la crisis sifrenamos la expansin a tiempo, perono hay nada que podamos hacer parasalir de ella antes de que llegue a sufin natural, concluir Hayek[30].

    Todo esto era bastante pesimista y

  • explica la impopularidad de laspropuestas austracas, cosa que nodejaba de reconocer Hayek, que viocmo su oponente, mucho ms hbil,acababa ganando la adhesin de todos.Cuando se escribe lo que viene acontinuacin hay que resignarse a lopeor:

    De ah que la nica mxima prctica para lapoltica monetaria que ha de derivarse denuestras consideraciones es probablementenegativa. El simple hecho de un incrementode la produccin y el comercio noconstituye una justificacin para unaexpansin del crdito, y los banqueros salvo durante una crisis aguda no debentemer perjudicar a la produccin por unexceso de precaucin. Es probablemente

  • una ilusin suponer que alguna vez seremoscapaces de eliminar completamente lasfluctuaciones industriales por medio de lapoltica monetaria[31].

    En realidad, Keynes acabarallegando a idntica conclusin, pero porrazones muy distintas, y arbitrara todauna serie de medidas de poltica fiscal ymonetaria que terminaron convenciendoa todos de que su sistema terico estababien fundamentado. Pero, como nosrecuerda Mark Blaug, los economistasnorteamericanos, dentro y fuera de lasuniversidades, estaban a favor de laspolticas que se llamaron keynesianasmucho antes de haber tenido ocasin de

  • conocer la Teora General y de pensarde acuerdo con su esquema terico[32].

    Sin duda Keynes fue un hombreafortunado al sintonizar as con elespritu de la poca, pero aqu no setrata de eso sino de averiguar si suteora del inters tena algn fundamentomicroeconmico[33]. Los dos intentossistemticos de dar una explicacinmicroeconmica del inters en laliteratura anterior a la entrada en escenadel britnico son ste de Bhm-Bawerky el de Irving Fisher, que sigue muy decerca el tratamiento de su predecesor.

    En realidad, no se puede decir queKnut Wicksell intentase una explicacin

  • microeconmica del inters[34],sencillamente trat de abordar unproblema que Bhm-Bawerk habadejado a un lado, el de las variacionesde la cantidad de dinero. Como decamuy bien Fisher, una cosa es la teorapura del inters y otra la incidencia en elmismo de las variaciones en la cantidadde dinero[35]. Ambos, Fisher y Wicksell,lo abordaran desde la ptica del nivelgeneral de los precios, pero Mises yHayek, sobre todo este ltimo, loabordaron desde la ptica de laestructura de capital y los preciosrelativos. Pero ni que decir tiene quetodos tenan como fundamentomicroeconmico a Bhm-Bawerk.

  • VI

    Si Mises y Hayek se dira que forman lavanguardia de la ortodoxia en lainterpretacin de Bhm-Bawerk, laheterodoxia est representada por eltambin austraco Joseph Schumpeter.Para Schumpeter la esencia delcapitalismo est en la innovacin; esdecir, en la puesta en prctica de nuevascombinaciones de los medios deproduccin ya existentes que elempresario espera sean beneficiosas. Elproceso de innovacin tiene carcterdiscontinuo y comprende la introduccinde nuevos productos, nuevos mtodos de

  • produccin, la apertura de nuevosmercados, la utilizacin de nuevasmaterias primas, la reorganizacin desectores de la economa, etc. En caso deacierto, sta es la causa de la aparicindel beneficio empresarial, llamado adesaparecer en el proceso decompetencia cuando otros acuden paraexplotar tambin esa fuente debeneficios que el empresario pionero einnovador ha sabido descubrir. Estaatractiva idea es el centro de toda lateora econmica de Schumpeter, peroaqu nos interesa solamente suaplicacin a la teora del inters y elcapital.

    Para poder llevar a cabo estas

  • nuevas combinaciones, lo que necesitael empresario innovador es capital,pero ste se entiende de una forma hartodiferente que lo hace coincidirprcticamente con el crdito, pero no elcrdito al consumo, cuya importanciapara el progreso econmico esinsignificante, ni el crdito exigido porel funcionamiento rutinario y repetitivode la estructura productiva existente,sino el crdito para poner a disposicinde ese empresario innovador los mediosde produccin que planea combinar deforma diferente y ms productiva. Comoresultado, Schumpeter definir el capitalcomo la suma de medios de pagodisponibles en cualquier momento para

  • la transferencia de medios deproduccin al empresario[36].

    El capital es pues un fondo de poderadquisitivo que si no se tiene se puedecrear por el sistema bancario, y esto lelleva a identificar prcticamente elmercado de capitales y el mercado dedinero[37]. La falta de sincronizacinentre la creacin de nuevo poder decompra y la puesta en el mercado de losfrutos de aquella innovacin crea unaapariencia de inflacin que tienecarcter transitorio y carece deimportancia[38]. Es evidente que esto seencuentra en el origen de los augescclicos, pero es la nica manera de

  • avanzar, de salir de la situacin deequilibrio estacionario. Esta es la formade progresar al margen de otros factoresexternos al sistema como los avancestecnolgicos, el crecimiento de lapoblacin, los cambios de laorganizacin social, etc. La nica causapuramente econmica que explica elprogreso econmico es la accin delempresario innovador que encuentra enel capital creado por el sistema bancariola forma de romper la inercia de losviejos mtodos de produccin ycombinacin de fuerzas productivas.

    Esta particular teora le ocasionaradificultades a la hora de formular suteora del inters[39], en la que trata de

  • utilizar la de Bhm-Bawerk como base,a pesar del rechazo expreso de ste asus ideas sobre el capital y el inters. Enesencia, Schumpeter se ve obligado aconsiderar en el inters dos clases defenmenos diferentes, de un lado elinters de los prstamos al consumo que,nos dice, ha existido siempre pero noconstituye el gran fenmeno social queexige una explicacin[40], y de otro elinters productivo y que, en suconstruccin, tiene su origen en elbeneficio del empresario. Como slo elproceso de innovacin empresarialgenera esta clase de beneficios, sesigue: a) que bajo el sistema socialista,donde las nuevas combinaciones de

  • medios que la innovacin exige sepueden decretar, no habr inters, b) quesolamente en la sociedad en desarrollo ydebido a la accin de los empresariosinnovadores se da el intersproductivo como fenmeno que exigeuna explicacin.

    En cuanto a la primera de estasconclusiones, remitimos al lector alcaptulo II del Libro IV de esta obra,seccin quinta, donde encontrarargumentos que rebaten esta conclusinde Schumpeter. El fenmeno del intersest presente tambin en las sociedadesque no reconocen la propiedad privada,porque el inters es un fenmeno propiodel intercambio en el tiempo y no

  • depende de factores institucionales. Otracosa es, como muy bien resalta Bhm-Bawerk, la atribucin del mismo, queconstituye un problema jurdico-institucional, no econmico, as comolos abusos que en tomo al inters existeny que el autor de esta obra pone demanifiesto con una maestra pocas vecesigualada. Bhm-Bawerk es un tericopuro, al margen de cualquier ideologa yque nunca se dej llevar por la pasinpoltica. Esto fue lo que le permitimoverse en este enfangado campo conabsoluta autoridad.

    En cuanto a la arbitrariadiferenciacin en el fenmeno delinters que introduce Schumpeter, nos

  • remitimos a lo dicho en nuestroscomentarios al Libro IV de esta obra.Schumpeter era una persona dotada demanera excepcional para dar expresinliteraria a sus ideas y convicciones ynadie en la ciencia econmica le negarsu aportacin a la configuracin precisade la funcin empresarial en el procesoeconmico, pero el fenmeno del interses una consecuencia de la existencia deltiempo, de la incidencia que ste tieneen nuestras valoraciones en el mercadoy del hecho de que los procesosproductivos, sean nuevos o antiguos,consumen tiempo. Dice uno de losbigrafos de Schumpeter[41] que en suvida fue un autntico enfant terrible

  • dispuesto siempre a adoptar posicionesextremas si su lnea de argumentacin selo exiga. Y ste creo que es uno de loscasos. Despus del elogio que escribide Bhm-Bawerk no cabe duda algunaacerca del aprecio que le tena comohombre y como economista:

    Bhm-Bawerk era un terico puro, unterico nacido para ver y explicar vastasrelaciones Tan pronto como suinteligencia empez a interesarse en elproceso socioeconmico escogi demanera resuelta su punto de partida: CarlMenger Y en su lucha con esta tarea,lleg a convertirse en uno de los cinco oseis economistas ms importantes de todoslos tiempos. El xito de Bhm-Bawerktard en llegar Logr imponerse

  • nicamente mediante la fuerza de susescritos, sin perseguir el xito literario, sincampaa periodstica alguna, sin ninguno deesos medios que, aunque a veces puedanresultar necesarios y justificables, taninadecuados son a los ms altos ideales dela empresa intelectual; y todo esto sindejarse llevar de la amargura y sin caer enlas disputas personales[42].

    Pero es indudable que esa sutendencia a asumir posiciones extremasjug a Schumpeter una mala pasada en elproblema del inters. Su proposicin deque si compro los servicios de la tierray el trabajo por cien unidadesmonetarias y llevo a cabo con ellos laproduccin que resulte ms beneficiosa

  • slo podr vender el productoexactamente por esas cien unidades esfalsa, lo mismo que la deducida de suteora, llevada al extremo, segn la cualslo podremos obtener un valor mayoren el mercado cuando esas fuerzasproductivas se combinen de una formanueva, valor mayor que explica el que seotorgue por los empresarios una prima alas sumas de dinero presentes sobre lasfuturas que constituye el inters[43].

    En suma, para Schumpeter el interses un fenmeno monetario que surgecomo fruto de la actividad empresarialinnovadora. Los empresarios son losnicos que tienen una estimacin mayorde las sumas de dinero presentes que de

  • las futuras, pues son los nicos capacesde alumbrar combinaciones de medios,adquiridos con ese dinero, que producenbeneficios y que posibilitan as el pagode un inters siempre positivo, ya que lademanda de fondos con ese propsitoexceder siempre a la oferta con interscero[44].

    Una doctrina como esta tiende, aligual que la de Keynes, a subestimar lafuncin del ahorro, creemos que carecede base microeconmica y llev a suautor a concebir la falsa idea de que elinters es una especie de freno alprogreso, un impuesto sobre laganancia del empresario[45], lo que,unido a su errnea conclusin de que no

  • sera un elemento necesario de todas lasorganizaciones econmicas, llev amuchos a creer que el sistema socialistapresentara, en este sentido, ventajassobre su alternativa.

    VII

    La obra de Bhm-Bawerk suscit desdeel principio numerosas controversias enlas que particip con la meticulosidadque le caracterizaba y que en ocasionesha provocado cierta indignacin de suscrticos. En vida del autor las msfamosas fueron las sostenidas con loseconomistas norteamericanos John Bates

  • Clark e Irving Fisher, as como la yaaludida con Schumpeter, que no fueobstculo para que ste calificara estaTeora Positiva del Capital comoimprescindible dentro delinstrumental de todo terico y conmucho la ms apreciada de lascontribuciones originales de nuestrapoca[46].

    Por lo que hace a la teora delinters de Irving Fisher, cabe decir queno es radicalmente distinta de lasostenida por el austraco, a pesar de lasdiferencias que existen y que elnorteamericano siempre resalt. Estaera, desde luego, la opinin del propioBhm-Bawerk[47]. No as respecto a su

  • disputa con Clark, que luegoreproduciran en los aos treinta Hayeky Knight.

    Sus seguidores ms directos tambinadvertiran dificultades en suplanteamiento, como las relacionadascon el periodo de produccin,reconocidas por toda la escuelaaustraca y exageradas al mximo porKnight y sus seguidores. Mises, porejemplo, cuestionara los fundamentossicolgicos de su teora del inters ypropondra alternativas a stos y alplanteamiento del periodo deproduccin[48], pero tanto ste comoHayek se esforzaran por preservar elmensaje central de la obra y

  • desarrollarlo.Uno de los efectos que tuvo la

    rpida aceptacin por los economistasde los planteamientos de Keynes fue elolvido en que cayeron estas cuestionesrelacionadas con el capital y el inters.A la vista de la enorme confusin de lasdisputas y los temas implicados es muyposible que muchos economistascontemplaran esto con alivio. Pero locierto es que la preferencia por laliquidez de Keynes no explicaba elfenmeno del inters sin lo cual todo eledificio de la teora del valor que losescritores neoclsicos haban idoconstruyendo pacientemente quedaba sincoronar. Sin una teora pura del inters

  • no cabe construir una explicacincoherente del precio de los bienes decapital y con una teora como la deKeynes el precio de esos bienesdepende de la actitud que adopte elsistema bancario respecto a los cambiosen la preferencia por la liquidez.

    Es difcil saber las razones delrechazo que Bhm-Bawerk suscit enalgunos de sus contemporneos y quems tarde se extendera a la llamadaEscuela Austraca de Economa, pues nocabe duda que hoy todos reconocen larelevancia de las cuestiones que plante.No viene mal, por lo tanto, traer aqu laaguda observacin de Hicks en los aossetenta cuando recordaba que los

  • austracos no son una secta que acampafuera de las fronteras que enmarcan lacorriente principal de pensamiento de lateora econmica, sino que forman parteintegrante de ella. Son otros los que seencuentran fuera de esa corrienteprincipal[49].

    Dispongmonos pues a leer una delas principales obras de la economaterica de la que por un exceso deespritu crtico o combativo no se hanextrado todava las consecuencias quecaba esperar.

    Jos Antonio de AguirreMadrid, enero de 1998

  • INTRODUCCINDEL AUTOR

    Por lo regular, en todas las exposicionessistemticas de la Ciencia Econmicanecesitamos ocupamos del trminocapital y de la teora del capital endos reas del conocimiento separadas ydistintas. Primero tenemos que hacerlocuando estudiamos la produccin debienes y segundo cuando examinamos sudistribucin. En el primer caso elcapital se nos presenta como un factor oinstrumento de produccin, como una

  • palanca de la que los hombres se valenpara poder extraer de la naturaleza, demanera ms provechosa, distintas clasesde bienes. En el segundo caso el capitalse nos presenta con una fuente de renta,como un fondo que produceganancias. En relacin con esto se nosdemuestra que una vez que ha terminadotodo el proceso productivo que llevan acabo, de manera conjunta, todos losmiembros de una sociedad, el capitalejerce la funcin de un imn que atraeuna parte de la produccin nacional yentregndosela a sus propietarios enforma de ganancia. En otras palabras,el capital se considera el origen o lafuente del inters.

  • Cuando decimos que el capitalayuda a producir bienes y que tambinayuda a asignar una parte de esos bienesa sus propietarios, se sigue o se deduceque los dos fenmenos estnntimamente relacionados y que uno esel resultado directo del otro. El capitalatribuye una parte de los bienes a supropietario porque ayuda a produciresos bienes; es un hecho que la cienciaeconmica suscribe en bloque y que semanifiesta en ese deslumbrante tro defactores productivos: Tierra, Trabajo yCapital al que se le asignaban tresclases de rentas, la renta de la tierra, elsalario del trabajo y el inters delcapital.

  • Desde los tiempos de Say a nuestrosdas esas tres clases de rentas no eranotra cosa que la remuneracin pagada aesos tres factores productivos. Enconcreto, el inters se consideraba lacompensacin que la sociedad otorgabaal llamado factor capital en ladistribucin del producto y comoresultado de su contribucin a esaproduccin.

    Muchas teoras distintas del intersexpresan esta idea, pero la ms concisay a la vez la formulacin ms ingenua seencuentra en las llamadas teoras de laproductividad. Para estas teoras estfuera de toda duda que el inters es elfruto natural de la fuerza productiva que

  • es innata y peculiar al capital[1].Aunque no hemos hecho ms que

    comenzar a desarrollar la Teora delCapital, no es ni mucho menosprematuro ni exagerado decir aqu queesta idea impide, a cualquiera que seencuentre bajo su hechizo, investigar sinprejuicio el problema del capital. Y estoes as por muy simple y natural que estaidea pueda parecer. Con independenciade cualquier otra clase deconsideraciones, hay una que por s solanos debera hacer sospechar. Me refieroal hecho de que la palabra capital en lateora de la produccin tiene un sentidoy en la teora de la distribucin otro.

    Por supuesto, todo el capital que

  • sirve como instrumento de produccines susceptible de devengar inters. Perolo contrario no es cierto. Una vivienda,un caballo de alquiler o una bibliotecaque presta libros produce a supropietario un inters, pero esto no tienenada que ver con la produccin denuevos bienes. Por lo tanto, si elconcepto de capital, a efectos de lateora de la distribucin, incluye objetosque no son capital para la teora de laproduccin, esto nos debera hacer caeren la cuenta de que el devengo delinters no puede atribuirse, sin ms, alas propiedades productivas del capital.

    No tratamos aqu de una fuerzasingular que simplemente proyecta su

  • efectividad en varias direccionesdistintas. En realidad, no tratamos dedos grupos de fenmenos que estn tanntimamente relacionados entre ellos quela explicacin de uno coincide, demanera completa y plena, con laexplicacin del otro. Todo lo contrario.Tratamos de fenmenos quecorresponden a dos reas diferentes. Enlos centros de estas dos reas seencuentran dos objetos que difieren eluno del otro en aspectos materiales yque proporcionan datos para plantearproblemas cientficos igualmentedispares. Las soluciones a estosproblemas deben buscarse siguiendosendas distintas. Y el nico punto comn

  • que estos problemas dispares presentanes que accidentalmente en uno y otrocampo se utiliza el trmino capital.

    Es posible que esto haya contribuidoa que las dos clases de problemas y losdos grupos de fenmenos puedanparticipar de alguna relacin intrnseca.Es algo que la investigacin que vamosa llevar a cabo podr revelar, pero estarelacin tiene que ser demostrada y nopodemos suponerla de antemano. Y siqueremos hacer una autnticainvestigacin tenemos que renunciar,desde el principio, a cualquier ideapreconcebida sobre la cuestin de si lafuncin productiva del capital y sucapacidad de producir inters son

  • manifestaciones de una cualidad idnticao incluso son manifestaciones paralelasde cualidades diferentes.

    Para resaltar la diferencia entre lasdos clases de problemas he dedicado unlibro del presente volumen a estudiar elcapital como instrumento deproduccin y otro a la teora delinters. Pero antes de abordar estascuestiones dedicar una seccinindependiente de este volumen a otratarea. Para empezar, tratar de estudiarel concepto y la naturaleza de lo queentendemos con el ambiguo trmino decapital. Esto es algo que ha estadosometido a toda clase de explicaciones einterpretaciones y me temo que, al ir

  • mezclndolas todas, las sucesivasgeneraciones de economistas no hanhecho ms que oscurecer el tema, enlugar de aclararlo.

  • LIBRO I

    CONCEPTO YNATURALEZA DEL

    CAPITAL

  • CAPTULO I

    EL HOMBRE Y LANATURALEZA.CONDICIONESBSICAS DE LAPRODUCCINMATERIAL DE

    BIENES

    Apenas existe un libro o sistema de

  • anlisis econmico que no contengadiscusiones de temas que correspondenal campo de las ciencias naturales. Porlo regular estos comentarios seencuentran siempre en el captulo dondese analiza la produccin. Se nos diceentonces que la creacin de nuevosbienes no significa creacin de materianueva porque la materia es constante eimposible de aumentar. Aprendemos quelas distintas clases de materia y lasfuerzas de la naturaleza contribuyen alproceso de produccin y que esacontribucin se lleva a cabo por mediosmecnicos, qumicos y orgnicos de lasfuerzas naturales. Se nos habla del papelque juegan el clima, el calor, la

  • humedad, en el desarrollo de laproduccin, as como de los factorestcnicos que subyacen en la produccinmecnica y otras muchas cosasparecidas.

    Ninguna persona razonabledesaprobar esta manera de proceder.Consciente o inconscientemente, sta esla forma de rendir homenaje a uno de losprincipios ms importantes delconocimiento humano, el principio deunidad de toda la ciencia. Desde lostiempos de Francis Bacon se haaceptado que ninguna rama de la cienciaagota, en su anlisis, los hechos de quetrata, sino que estudia una parte concretade los distintos aspectos que presenta, y

  • encomienda a las distintas cienciashermanas el anlisis de los dems. Porlo tanto la explicacin integral es unatarea de todas las ciencias. Si noqueremos ofrecer a nuestros lectoressimples fragmentos estriles, comomnimo tenemos que equipar losengranajes de la maquinaria de cadaciencia especfica con dientes quepermitan el acoplamiento con losmecanismos explicativos de las cienciascomplementarias, indicando el procesoen virtud del cual las explicaciones quese han iniciado alcanzan su conclusin.

    No obstante, sera presuntuoso, paranosotros los tericos, suponer que lainterpolacin de lo que podamos llamar

  • apropiadamente las fronteras de laverdad no tiene otro objetivo quecompletar nuestras proposiciones oinstruir moralmente a nuestros lectores.Utilizado de manera conveniente, puedeser de una gran ayuda para promovernuestra investigacin, porque puede ydebe ser un medio de verificar nuestropropio trabajo, impidiendo cualquierpropensin a construir, en el aire todanuestra estructura terica o una parte deella. Esto debera impedirnos hacer, ennombre de la Economa Poltica,proposiciones que en sus presupuestos oconclusiones demostraran ser undisparate hablando en trminos fsicos osicolgicos. Confo en que se me

  • entienda. En absoluto trato de defenderla transformacin de la cienciaeconmica en una ciencia sicolgica onatural. Simplemente deseo insistir enque no puede estar en conflicto con esasciencias, porque, a la vista de la unidadde todo el conocimiento humano, lo quees errneo desde el punto de vista de lasicologa o las ciencias naturales lo esdesde cualquier otro punto de vista. Paraimpedir cualquier violacin nointencional e implcita de ciertasverdades fundamentales nada mejor quehacerlas explcitas.

    El tema que me corresponde trataren este volumen es de tal naturaleza queresulta particularmente exigente basarse

  • en fundamentos slidos, porquecualquier fallo a la hora de hacerlo assera especialmente perjudicial. Demanera que tengo ms razones que lasordinarias para seguir la buenacostumbre de exponer como vanguardiade mi teora unas cuantas verdadesbsicas que proceden del campo vecinode las ciencias naturales. No haycuidado, a buen seguro no voy a abusarde la ocasin agobindoles con unaprofusin de observaciones cientficasdetalladas. Las pocas verdades quetengo intencin de presentar, en sentidoestricto, corresponden al campo de lasciencias naturales, pero son de uncarcter tan general que se puede decir

  • han traspasado los confines de cualquierciencia en concreto y pertenecen a todas.

    Son conocidas por todos y, de unaforma u otra, hace tiempo que vienensiendo tratadas en la discusineconmica, dira yo que de manera casiexhaustiva. Pero hay algo, en mipresentacin, que la diferencia de lasdems. Trato, en suma, de hacer queesas verdades se incorporen al espritumismo de la teora y no simplementesean aludidas como incorporables aciertos pasajes. Las digresionescientficas, por lo regular, se encuentranescondidas en alguna esquina de loslibros de Economa y sirven ms paraadornarlo que para enriquecerlo. Se

  • hace un gran despliegue de estosprincipios en un captulo y en elsiguiente se les olvida cuando no se lescontradice. Yo trato de no olvidarlossino de mantener un contacto permanentecon ellos siempre que dependa de m elhacerlo as. Y precisamente en el temadel Capital esto es de la mayorimportancia. Pero esto no quiere decirque mi teora pertenezca al campo de lasciencias naturales. Simplemente estoydiciendo que es una teora econmicaque no se estrella contra la superficie delas ciencias naturales.

    Los hombres buscan con afn lafelicidad. Con toda seguridad sta es laforma ms comn y general de expresar

  • la idea de que todos nuestros esfuerzosse encaminan a promover lascondiciones y actos que nos procuren lamxima felicidad o, a la inversa, quenos eviten lo contrario. En lugar dedecir que buscan con afn la felicidadpodamos decir que buscan su auto-preservacin o desarrollo o la mejoramxima de sus condiciones de vida o lams completa satisfaccin de sus deseoso necesidades. Los trminos deseos,necesidades, satisfaccin de lasnecesidades se encuentran de continuoen el lenguaje de los economistas. Eldeseo o necesidad, en ltimotrmino, significa nada menos que algoque no se ha cumplido todava y que

  • pertenece, pues, a la categora de unacondicin deseable o ms deseable,mientras que satisfaccin denecesidades es, precisamente, latraduccin completa y plena de esedeseo.

    Todo el mundo natural est sometidoa la ley de la causalidad y unaconsecuencia inexorable de esta ley esque no hay efecto sin causa. El hombre ysu existencia no escapan a esa ley.Ninguno de esos cambios que mejoransu condicin y que llamamossatisfaccin de necesidades puedentener lugar salvo que se d una causa.Toda satisfaccin requiere elfuncionamiento apropiado de una serie

  • de medios que la satisfacen. Decirmedios apropiados para la satisfaccinde las necesidades humanas o lo que eslo mismo causas de cambios quemejoran las condiciones de vida delhombre es, en una palabra, definir losbienes[1].

    El hombre que experimentanecesidades encuentra bienes parasatisfacerlas en distintos mbitos delmundo en que vive, tanto en el mundo delas personas como en el de las cosas.Por razones evidentes, en las que nonecesitamos entrar ahora, al hablar debienes damos un tratamiento distinto aestas dos clases de mundos. Por un lado,no llamamos bienes a las personas,

  • aunque estn a nuestro servicios, sinoque aplicamos ese trmino a losservicios que prestan y son tiles. Deotra parte, aplicamos el trmino bienes alos bienes materiales mismos y losdistinguimos as de los mediospersonales que nos proporcionanbeneficios, llamndoles expresamentebienes materiales. En todo lo que siguea continuacin ignorar los bienespersonales y tratar exclusivamente delos bienes materiales.

    Los bienes materiales son una partedel mundo natural externo a nosotros; esdecir, los objetos naturales. Como tales,su naturaleza y comportamiento seapoyan en bases y leyes de la naturaleza.

  • El hecho de que los bienes que elhombre controla constituyan los mediosde llevar a cabo los objetivos delcreador no les exime de estar porcompleto sometidos a las leyes de lanaturaleza. Ni el hombre mismo es capazde sustraerse a ellas. Los bienesmateriales pueden existir slo en lamedida en que tal y tal ley as lopermiten y cambian de forma si se danlas condiciones y actan las leyesnaturales que as los configuran. Estosbienes son incapaces de ejercer la msligera influencia, buena, mala oindiferente, en el hombre a menos queesto se derive as de la conjuncin deelementos y fuerzas materiales que los

  • constituyen.Todo lo anterior son realmente

    proposiciones que todo el mundo aceptay que probablemente nadie pone enduda, por lo que no necesitan serprobadas. Pero su aceptacin tal vez nosea tan general como para garantizarque, bajo ciertas circunstancias, nopuedan ser perdidas de vista uolvidadas, de manera que circulanteoras que, aunque, de forma explcita,no rechazan estas verdades, hay quedecir que implcitamente sonincoherentes con ellas. Por consiguiente,los tericos tenemos buenas razonespara insistir en ellas e incluso derivarsus implicaciones en aquellos campos

  • donde constituyen los pilaresfundamentales de la teora econmica.Esos campos son la funcin y el origende los bienes; es decir, la teora de lautilizacin de los bienes y la teora dela produccin de los bienes.

    He desarrollado ya la teora de lautilizacin de los bienes en otroslugares[2] y demostr all que los bienesmateriales no son otra cosa que materiadispuesta de forma tal que permitedirigir las fuerzas naturales, que residenen ella, de manera ventajosa para elhombre. Demostraba all que la ventajaque deriva de ellos llegaba a estardisponible slo a travs demanifestaciones concretas de las fuerzas

  • naturales que poseen; es decir, a travsde aplicaciones genuinas de suspoderes. Destacaba que su utilizacinslo puede tener lugar de una forma quese poda describir como sigue: En unmomento concreto el hombre libera lacapacidad que subyace, en potencia, enesos bienes, mediante el ejercicio tilde sus cualidades, y pone esascualidades al servicio del objeto que sepersigue cubrir con su manifestacin. Enesta clase de consideraciones es dondese basa el nico concepto acorde con lanaturaleza de los objetos materiales, elconcepto de prestacin de servicio.En sentido contrario rechazaba ciertasrepresentaciones msticas que se

  • encuentran en anteriores tratados deteora econmica relacionadas con eltrmino utilizaciones de bienes, ytodava me parece que tengo queemplear un mtodo parecido parapresentar unos cuantos conceptosbsicos referentes al origen de losbienes.

    Ya hemos dicho que el origen de losbienes materiales est completamentesometido a las leyes de la naturaleza.Ningn bien material puede existir si nose da esa conjuncin de fuerzas que, deacuerdo con las leyes naturales,permiten su conformacin como tal.Desde el punto de vista fsico o comofenmeno fsico, la formacin de cada

  • clase de bien es un puro proceso natural,pero no es as desde el punto de vistadel hombre, porque l tiene base pararesaltar una diferencia que, desde elpunto de vista puramente fsico, noexiste. Una buena parte de las formastiles de la materia existen sin que enello haya intervenido el hombre. Desdeun punto de vista teleolgico constituyenel resultado fortuito de conjuncionesfavorables de la materia y las fuerzasnaturales. Ejemplos de esto los tenemosen las islas frtiles que se forman a lolargo del curso de un ro, la hierba quecrece en las tierras de pastos naturales,los rboles que crecen en los bosques,los yacimientos naturales de minerales

  • valiosos. Pero aunque la casualidadpura hace mucho, no lo es todo. Lanaturaleza, dejada a s misma, secomporta a gran escala de una formacomparable a escala pequea con unapersona que, deseando hacer unmosaico, no lo hiciera deliberadamentesino que mantuviera dando vueltas 1000piezas de piedras de colores en uncaleidoscopio y esperase hasta que, porcasualidad, la configuracin deseadasurgiese. En la infinidad de formas enque las fuerzas y materiales activospueden combinarse, en los dosejemplos, hay un nmero deasociaciones posibles incalculables,pero muy pocas favorables, y en el

  • ilimitado curso de los acontecimientosrara vez se dan esos pocos, favorablesal hombre, como para que puedalimitarse a esperar pacientemente que seden esas combinaciones, cuando lasatisfaccin de sus necesidadesforzosamente depende de ello. Por lotanto, de una forma consciente, elhombre tiene que inyectar aqu su propioesfuerzo en el proceso natural yconvertirlo en un factor del mismo. Elhombre, en suma, produce los bienesque necesita.

    Qu queremos decir con el trminoproducir? Crear bienes no significa aquhacer que existan materiales que nuncaantes existieron y por lo tanto no se trata

  • de crear en el sentido pleno que tieneesta palabra, sino hacer que la materiaya existente adopte formas cada vez msventajosas y que nunca tuvo. Se ha dichotantas veces que parece superfluo volverde nuevo sobre esto. Est msjustificado decir lo que tambin omos amenudo, y es que el hombre, al producirbienes, somete a su control las fuerzasde la naturaleza y las conduce demanera que le sean favorables. Pero estaproposicin se presta tambin a errores.Sera as completamente errnea si fuerahecha con la idea de hacer creer que elhombre podra sustituir la soberana delas leyes naturales por la suya propia.Sea o no un Dios el que lo haya hecho

  • as, ni un solo tomo de la materia,aunque sea en un solo instante, podraser inducido, en base a su poder, adesviarse siquiera un pice del cursoque le marcan las inviolables leyes de lanaturaleza. El papel que el hombreinterpreta en esto es mucho msmodesto. Siendo, l mismo, una parte deese mundo natural, juega su partecombinando sus propias fuerzasnaturales con las fuerzas impersonalesde la naturaleza y lo hace de tal maneraque la colaboracin de todas esasfuerzas unidas, de conformidad con lasleyes naturales, inevitablemente conducea la conformacin deseada y definida dela materia.

  • La originacin de los bienes, por lotanto, sigue siendo un proceso puramentenatural, a pesar de la intervencin delhombre. El hombre no altera eseproceso, simplemente lo gua hacia suconsumacin. Posee el conocimiento yla habilidad para inyectar sus propiospoderes naturales de tal manera quellena los vacos que previamente yaexistan en la cadena de condiciones yrequisitos naturales de los que dependela produccin de bienes.

    Si observamos ms de cerca cmoayuda el hombre en este proceso natural,veremos que su nica actividad, si biencompletamente adecuada, consiste en elcontrol espacial de la materia. La

  • capacidad para mover la materia es laclave del xito productivo del hombre yde todo su poder sobre la naturaleza ysus fuerzas[3]. La explicacin es queesas fuerzas residen en la materia. Enbase a sus poderes fsicos el hombretiene capacidad para influenciar el lugardonde estar la materia y por lo tantocontrola tambin el lugar donde suspoderes naturales se ejercern. Engeneral, esto es equivalente a ordenardnde y cundo ejercern su funcin. Yodecido cmo funcionar un podernatural. Por supuesto, admito que unalibra de peso no funciona de maneradistinta si es utilizada como unpisapapeles en mi escritorio, como peso

  • de una balanza o para oprimir la vlvulade seguridad de una mquina de vapor.Simplemente est ejerciendo la fuerzagravitatoria de la que est dotada sumasa. Pero por la misma razn de que laforma en que se manifiestan las fuerzasnaturales es siempre la misma, esposible utilizarlas en combinacionesmuy variadas, alcanzando as tambinresultados muy diversos. Por lo tanto,aadiendo una cantidad igual a otradesigual podemos obtener, con cadanueva adicin, un resultado diferente.Exactamente igual sucede a una libra depeso, que en s misma funciona siemprede la misma manera, pero de acuerdocon los distintos ambientes donde la

  • situemos produce resultados diferentes.En un caso pisa un montn de papeles demi escritorio, en otros nos dice el pesode un objeto y en otros regula la presindel vapor de una mquina.

    Tambin decido cundo entrar enfuncin una determinada fuerza natural.Pero esta proposicin tampoco se puedetomar literalmente. Esto no puede serinterpretado en el sentido de que lasfuerzas de la naturaleza funcionanintermitentemente y que por medio desus poderes el hombre las deja encompleto suspenso unas veces y otrasles permite reanudar su actividad. Es locontrario, las fuerzas de la naturalezaestn en accin constante y hablar de una

  • fuerza natural inactiva es, en realidad,una contradiccin. Pero es posiblecombinar una serie de fuerzas de talmanera que se produzca una obstruccintemporal de su funcionamiento, de modoque el resultado prctico sea lainactividad o si no es completa, ungrado de actividad tan pequeo que, alos efectos perseguidos por el hombre,pueda ser ignorado. Esta situacin puedeser tal que antes de que ocurra algoefectivo que afecte a los intereses delhombre tenga que haber algn cambio enla combinacin de la materia y lasfuerzas. Esto nos dice que el hombrecontrola el punto del tiempo en el queaparece un determinado resultado.

  • Simplemente necesita aprovecharse desu capacidad para transferir la materiaen el espacio con la suficiente habilidadpara reunir, de manera apropiada, losfactores causales del resultado deseadocon una excepcin. Precisamente entanto en cuanto sa no se da, lascondiciones de las que depende elefecto no se cumplirn y el efecto,mientras sea as, no puede sobrevenir.Ahora bien, en el preciso instante en queentra en accin, la actividad que seencuentra como detenida resultaliberada de repente y el efecto deseadose registra en el momento apropiado.

    De esta manera el cazador de antaointroduca la plvora y la bala en el

  • can de su rifle provisto de unfulminante por percusin y mova haciaatrs el percusor. Cada uno de estosobjetos posea poderes peculiares en smismos y as era desde haca tiempo. Laplvora haba albergado, desde hacamucho tiempo, la energa molecular que,en ltimo trmino, acaba disparando labala desde el can del rifle. En elmomento del disparo es cuando lascualidades de cohesin y resistencia delcan se ponen de manifiesto. Cuando elpercusor impacta, el lanzamiento queprocura es algo que durante muchotiempo ha estado contenido en espera deproducirse. Todos estos elementosreunidos y las influencias recprocas

  • entre ellos estaban como inactivas yentonces basta apretar el gatillo, cuandoel cazador tiene enfilada la pieza, y elcan dispara[4].

    Las reflexiones que nos procuranalguna aclaracin sobre la clase depoder del que disfruta el hombre sobrela naturaleza nos permiten, a la vez,sacar alguna conclusin sobre laextensin y lmites de ese poder. Esverdad, como hemos visto, que elhombre tiene un cierto poder para ponera su disposicin las fuerzas que lanaturaleza alberga cuando as lo quiere yen el momento que quiere. Pero esto esas en la medida en que pueda controlarla sustancia material en que aquellas

  • fuerzas residen. Ahora bien, el volumende esa materia es enorme y la masa deinercia a superar antes de que se puedanderivar beneficios es, a menudo,prodigiosa. A la vez, la fuerza fsica adisposicin del hombre es deproporciones solo modestas y, a menudoy por comparacin, realmenteinsignificante. A menudo y a la inversa,la materia a ser tratada es demasiadodelicada para nuestras torpes manos.Cuntas veces necesitamos llevar acabo ajustes infinitamente delicados departculas diminutas para conseguirnuestros objetivos y qu torpes sonnuestras manos a la hora de tratar conmolculas o tomos! Qu incapaz se nos

  • muestra la mano del hombre parareproducir uno slo de esos milagrosostejidos celulares que la naturalezaconfecciona cada da en cada flor yrama. Por tanto somos doblementeinadecuados. Nuestra fuerza no es lobastante grande para tratar con esasmasas y dominarlas y es demasiadotosca para tratar con destreza la finacontextura de los materiales que lacomponen.

    Bajo estas circunstancias, nuestracapacidad de produccin se encontraraen una situacin realmente penosa si nofuera por algunos aliados muy potentesque estn detrs de esa nuestra dobledebilidad. Uno de esos aliados es el

  • intelecto humano. La mente humana tienela facultad de descubrir las relacionesde causalidad entre las cosas y por tantoest en condiciones de conocer lascondiciones naturales y lasestipulaciones de las que depende lageneracin de los bienes. Comoresultado, puede saber cundo la fuerzadel hombre se puede aplicar con ventajay cundo no es as. Y esto ensea alhombre cmo eludir el gasto intil deenerga y elegir la ms ventajosa manerade aplicar su esfuerzo. El poder delhombre nos recuerda as al de unejrcito pequeo, pero bien dirigidoque, a base de movilidad, unidad yexplotacin enrgica de sus

  • oportunidades, suple su deficiencianumrica.

    Un segundo aliado, una poderosaayuda en la lucha con la naturaleza, es lanaturaleza misma. Escaso y miserablerealmente sera nuestro potencial, en elcampo de la produccin, si no furamoscapaces de encontrar ayuda entre lospoderes mismos de la naturaleza,enrolando as fuerzas pertenecientes alcampo enemigo para ponerlas a nuestrofavor en la lucha. Sin embargo, esto tocaun punto demasiado importante engeneral, y en particular para nuestrainvestigacin, que me contento con hacersimple mencin de ello.

  • CAPTULO II

    LA NATURALEZADEL CAPITAL

    El objetivo ltimo de toda produccines proporcionar cosas con las quesatisfacer nuestras necesidades, es decirbienes de consumo o bienes deprimer orden como los he llamado enotro lugar[1]. El camino que nos lleva ala preparacin de esta clase de bienes loconocemos en trminos generales. Enrealidad se trata de combinar nuestros

  • poderes con los del mundo externo anosotros de tal forma que, a travs de laaccin de las leyes naturales, seproduzca necesariamente el resultadomaterial querido. Pero dentro deldispositivo extremadamente general queaqu hemos trazado hay una variacinposible e importante de la que todavano nos hemos ocupado.

    No nos hemos ocupado de destacarel carcter directo o indirecto que tieneel camino que se extiende entre laaplicacin del trabajo humano y lageneracin del bien material deseado.Por una parte podemos aplicar nuestrotrabajo de tal forma que exista slo unabreve distancia entre ese punto de

  • aplicacin y el de destino. Por asdecirlo, nuestro trabajo constituye elltimo eslabn de la cadena necesariapara la conclusin de toda la cadena decondiciones que son el pre-requisitopara la generacin del bien, de maneraque la produccin del bien es laconsecuencia directa de la aplicacin denuestro trabajo. De otra parte podemoselegir, de forma deliberada, un caminoindirecto. En este caso nuestro trabajose combina de forma inmediata conotros factores causales ms remotospara la generacin del bien y lacombinacin que se lleva a cabo ahorano produce el bien deseado sino otrosfactores causales menos remotos. En

  • realidad lo que existe son una serie deetapas intermedias hasta que, al final detodo, se logra la produccin de losbienes ya terminados que son aptos parasatisfacer nuestras necesidades.

    La mejor forma de ilustrar lasimplicaciones que esta variacin tienees dar unos cuantos ejemplos. Creo puesnecesario y adems permisibleextenderme algo en su desarrollo, todavez que su intencin es probar una de lasproposiciones fundamentales de nuestrateora.

    Un agricultor necesita y desea beberagua. Hay una fuente a alguna distanciade su casa. Para satisfacer susnecesidades puede seguir alguno de los

  • varios procedimientos que paso arelatar. Puede ir a la fuente y bebersirvindose de sus manos. Este es elprocedimiento ms directo. En este casopodemos decir que la satisfaccinexperimentada es la consecuenciadirecta de la aplicacin de su esfuerzo otrabajo. Pero tiene el inconveniente deque nuestro personaje tiene que recorrerla distancia que le separa de la fuentecada vez que siente sed durante el da.Pero adems resulta inadecuado, porqueeste procedimiento nunca le permitereunir y almacenar una cantidadconsiderable de agua como la quenecesita para una multitud de cosas.Tenemos una segunda posibilidad. El

  • agricultor puede coger un tronco demadera y vaciarlo, de manera queconsiga una especie de cubo con el queacudir a la fuente, una sola vez cada da,procurndose el agua necesaria paratodo ese tiempo. La ventaja es evidente,pero para conseguirla tiene que dar unimportante rodeo. Tiene, por ejemplo,que emplear todo un da fabricando elcubo. Pero para hacer esto, antes hatenido que cortar el rbol y antesprocurarse un hacha y assucesivamente. Por ltimo, existe unatercera posibilidad. En lugar de cortarun rbol corta varios, los ahueca yconstruye una conduccin hasta donde seencuentra la fuente, de manera que el

  • agua pueda fluir hasta su casa durantetodo el da. Sin duda, este caminoindirecto de aplicar su trabajo paraconseguir el agua resultaconsiderablemente largo, pero elresultado es bastante ms satisfactorio.Ahora nuestro personaje se ve relevadode la pesada tarea de ir a la fuentecargado con el cubo y en todo momentotiene a su disposicin todo el agua quenecesita.

    Veamos otro ejemplo. Necesitopiedra para construir una vivienda y hayun montculo cercano que ofrece piedrade excelente calidad. Pero cmohacerse con ella? El primer mtodo esescarbar con nuestras propias manos

  • hasta arrancar la que se pueda por estaclase de mtodo. Es el ms directodesde luego pero es menos productivo.Un segundo mtodo es hacernos con unpoco de hierro para fabricar un martilloy un escoplo para trabajar con ellossobre la dura roca. Este es un caminoindirecto pero, como todo el mundosabe, conduce a un resultadoconsiderablemente mejor. Hay entoncesun tercer procedimiento. Seguimosfabricando con hierro un martillo y unescoplo, pero ahora lo que hacemos conellos es una serie de agujeros en la roca.El prximo paso consiste en procurarnoscarbn, azufre y salitre para mezclarlosy conseguir plvora de can. A

  • continuacin introducimos la plvora enlos agujeros que hicimos antes y lahacemos explotar. Este es unprocedimiento ms indirecto todava,pero la experiencia ha demostrado quees muy superior en eficacia al segundo yal primero.

    Y ahora vamos al tercero de nuestrosejemplos. Soy corto de vista y me gustapresenciar espectculos. Para ellonecesito unas grandes lentes y unamontura de metal. Pero la naturaleza nome ofrece otra cosa que tierra silcea ymineral de hierro. Cmo puedotransformar estas sustancias en las quenecesito? Cualquiera que sea laintensidad con la que trato de trabajar,

  • es imposible para m fabricar las lentesdirectamente a partir de la tierra silceay lo mismo puede decirse de la monturametlica. El camino directo deproduccin est descartado, tengo puesque seguir una ruta indirecta,extremadamente indirecta y realmentecon una multitud de estaciones. Tengoque hacerme con la slice y elcombustible, tengo que construir unafbrica donde fundir la slice y obtenervidrio. Cuando ste se enfre yutilizando otra serie de ingeniosos ycuidadosamente preparadosinstrumentos, tengo que perfilar toda unaserie de lentes que se adapten a lamiopa que padece mi ojo. De manera

  • similar tengo que construir un hornopara fundir el mineral de hierro,transformar el lingote de hierro en aceroy fabricar la montura con ste. Todosestos procesos no se pueden llevar acabo sin una larga serie de herramientasy construcciones y exige una grancantidad de trabajo previo. Slodespus de un largo rodeo estamos puesen condiciones de conseguir el objetivodeseado.

    La leccin a extraer de todos estosejemplos es bastante clara. Los mtodosindirectos de producir bienes deconsumo son bastante ms productivosque los mtodos directos y sta es unacuestin de hecho que se manifiesta de

  • dos formas. Cuando un bien de consumopuede ser producido de forma directa oindirecta, la superioridad de esta ltimaforma viene demostrada por el hecho deque el mtodo indirecto conduce bien auna cantidad mayor de producto por lamisma cantidad de trabajo o a la mismacantidad de producto con menos trabajo.Adems la superioridad se manifiesta enel hecho de que algunos bienes deconsumo no pueden ser producidossalvo que para ello se utilicen mtodosindirectos de produccin. En este casocabra decir que el mtodo indirecto estan superior que a menudo es la nicaforma de hacerlo.

    Como consecuencia, nuestra

  • proposicin se podra enunciar as: Laadopcin de mtodos indirectos o queimplican dar un gran rodeo antes deobtener los bienes de consuntodeseados conduce a la consecucin deun volumen de produccin mayor.Hemos enunciado as una de lasproposiciones ms importantes yfundamentales de toda la teora de laproduccin[2]. En este punto deberamosdestacar sobre todo que se trata de unprincipio basado exclusivamente en laexperiencia de la vida prctica. Lateora econmica ni prueba ni puede apriori probar que esto tenga que ser as.Sencillamente las cosas son as y toda laexperiencia suministrada por la tcnica

  • de produccin en cada una de lasrespectivas reas es unnime alrespecto. Y esto basta. Es lo ms quepodemos hacer, puesto que los datosempricos sobre los que est basada laproposicin son universalmentereconocidos y nos resultan familiares atodos nosotros[3].

    Pero por qu son las cosas de estemodo y no de otro? El economistapodra, si quisiera, declinar la respuestaporque el hecho de que aquellosmtodos de produccin cuyo arranque esmuy remoto produzcan, de ordinario, unacantidad de producto superior es un datopuramente tcnico y el economista notiene que entrar en la explicacin de la

  • tcnica. Hay, por ejemplo, toda una seriede datos tcnicos tales como la superiorfertilidad de los climas tropicalesrespecto a las zonas polares, la mayorduracin de las monedas fabricadas dealeaciones a las hechas con metalespuros, la mayor seguridad y eficacia delas autopistas comparada con la de lascarreteras ordinarias. Se trata de hechostcnicos que el economista tiene encuenta, pero su misin no consiste enexplicarlos. A pesar de ello, en estaocasin, estamos ante uno de esos casosen los que el economista se veenfrentado a la necesidad, por su propiointers, de ir ms all de los lmites quesu ciencia le marca para verificar sus

  • propias premisas. Si el hecho desnudose expone con toda la sobriedad yclaridad de la ciencia fsica, entonces laciencia econmica se ver liberada detoda la serie de fantasas y erroresrelacionados con este asunto y tenemosque admitir que, en el pasado, la teoraeconmica no lo ha hecho asprecisamente, razones por las quepienso que, en este caso, el tratar deponer de manifiesto las causassubyacentes de esta ley emprica tendrespecial valor, por muy probada que loest. Y despus de todo lo que se hadicho respecto a la naturaleza de laproduccin no me debe resultardemasiado difcil hacerlo.

  • Todos los problemas de produccinson reducibles, en ltimo trmino, a unanlisis de transferencia y combinacinde la materia. Tenemos que saber cmocombinar los materiales apropiados enel momento preciso para producir elresultado deseado. Pero sabemos ya quelos materiales que la naturaleza nosofrece son muchos y a menudodemasiado masivos o demasiadodelicados para su manipulacin por loshumanos, que, a la vez, son demasiadodbiles e ineptos para ello. Somos tanincapaces de superar la cohesin quenos presenta una masa de granito con laque pretendemos construir todo unedificio como de combinar carbn y

  • nitrgeno, hidrgeno y oxgeno, fsforoy potasio y cosas as, para formar unsimple grano de trigo. Pero lo que le hasido negado a nuestras propias fuerzases factible para las mismas fuerzasnaturales. Hay fuerzas naturales quepueden hacer autnticos prodigios deuna potencia infinitamente superior a lade la capacidad del hombre y otras, enel mundo de lo minsculo, que actancon una delicadeza que nos desborda. Sipodemos hacer de todas estas fuerzasnuestros aliados, entonces nuestracapacidad se ver incrementada demanera enorme y de esa formaalcanzaremos el xito y el triunfo.

    El xito es nuestro, considerando

  • que es ms fcil, para nosotros, manejarla materia donde todas esas energasresiden que dominarla por completo, alobjeto de transformarla en los bienesobjetos de nuestro deseo. Por fortunaesto es posible con bastante frecuencia.Nuestras dbiles manos no puedenvencer la cohesin que la masa degranito nos presenta, pero la dureza dela barra de acero s puede hacerlo yafortunadamente es fcil para nosotrosmanejarla, as como los martillos quepueden construirse a partir de estosmateriales. No tenemos la capacidad decombinar los tomos de fsforo ypotasio que hay en el suelo, del carbonoy el oxgeno de la atmsfera y formar el

  • grano de trigo. Pero mediante losconocimientos que nos suministra laqumica orgnica podemos hacer que lasfuerzas que se encuentran en el interiorde las semillas acten para iniciar elmgico proceso de desarrollo del trigo.Para nosotros es relativamente fcilsituar la semilla en el seno de la tierra ydejar que all tenga lugar toda esamisteriosa funcin.

    Ahora bien, tenemos que admitirque, a menudo, somos incapaces demanejar de forma directa la materia enla que reside toda esta clase de poderque nos ayuda. En este caso noshacemos con una segunda clase demateria que a su vez nos ayuda frente a

  • la primera, es decir hace para nosotroslo que por nosotros mismos no podemoshacer. Esta fuerza material auxiliar nospermite extender nuestro dominio sobrela primera. Queremos, por ejemplo,llevar el agua de la fuente a casa.Mediante una canalizacin hecha demadera podemos hacer que el agua vayahasta ella, pero con nuestras simplesmanos no podemos hacer que el rbol seconvierta en una conduccin o caera;necesitamos la fuerza auxiliar del hachay todo el herramental necesario paratransformar luego el tronco en laconduccin que nos procure el agua. Ylo que tiene lugar en estos ejemplos, conla ayuda de uno o dos elementos, se

  • pue