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Tercer mandamiento

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Page 1: Tercer mandamiento
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El ser humano es el único ser de la Tierra que puedeestablecer una relación personal con Dios. El modo en que serelacionan los hombres con Dios se llama culto.

Es un deber de la persona humana dar culto a Dios. Cumplimoseste deber con actos de adoración, agradecimientos,satisfaccion por las culpas y petición de nuevas gracias.

Como el hombre esta compuesto por alma y cuerpo, el cultopuede ser interno y externo:

*Culto Interno: es el acto intimo con el que manifestamosnuestro amor y adoración a Dios, por ejemplo, una oraciónen silencio, un pensamiento de acción de gracias, etc.

* Culto Externo: es el que tributamos a Dios con palabras ygestos, por ejemplo, la participación e la Santa Misa, el cantolitúrgico, etc.

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El fin principal del culto cristiano y de la liturgia es

dar culto a Dios, por medio de Jesucristo. El culto a

Dios es un culto de adoración. Pero los católicos

damos culto también a la Virgen María y a los

santos, aunque en este caso el culto es de

veneración, que es distinto del tributado a Dios. En

ocasiones emerge con renovada fuerza un

laicismo militante, que niega a los creyentes la

posibilidad de manifestarse públicamente según

sus convicciones de fe. Este tipo de laicismo, es un

atentado contra la libertad religiosa de las

personas.

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En el Antiguo Testamento, el día del Señor es el sábado, pues

Dios había declarado santo ese día para conmemorar el

descanso de Dios en el Séptimo día de su creación.

Para los cristianos , el sábado ha sido sustituido por el

domingo, porque este es el día de la resurrección de Cristo.

El domingo como primer día de la semana recuerda la

primera Creación; el sábado como octavo día, significa la

nueva creación.

El domingo es considerado así por los cristianos como el

primero de todos los días y de todas las fiestas: EL DIA DEL

SEÑOR.

En este día (domingo), los fieles se deben reunirse en la Santa

Misa a fin de recordar la pasión, muerte y gloria de Cristo.

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La iglesia enseña que “Los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser de que estén excusados por una razón seria. Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen pecado grave” (CEC, n°. 2.181).

La Iglesia impuso este precepto, inspirada en Dios, porque no hallo medio mas digno para tributar a Dios que el honor que le es debido y el culto publico de adoración que se merece. La misa es el acto mas excelente y sublime que podemos ofrecer Dios, porque es el mismo sacrificio ofrecido por Jesús en el calvario, sacrificio de valor infinito, que renueva sin cesar los altares del mundo entero Nuestro Señor Jesucristo por medio del sacerdote celebrante.

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Para cumplir con esta obligación se requiere:

• Estar unidos en la fe de la Iglesia.

• Estar presente físicamente en el lugar donde

se celebra la Santa Misa.

• Prestar atención.

• Asistir a la misa entera.

“Quienes participan de la comunión

eucarística, comen el pan que Cristo nos da

para la vida del mundo” (Jn 6, 51).

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La acción de Dios en la Creación del mundo es el

modelo de la acción humana.

Si Dios tomo respiro el día séptimo (Gn 2, 1-3) también el

hombre debe “descansar”. El día del Señor es para

disfrutar del tiempo de descanso que les permita

cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa.

“El domingo y las demás fiestas de preceptos, los fieles

absténganse de aquellos trabajos que le impidan dar

culto a Dios, gozar de la alegría propia del Señor o

disfrutar del debido descanso de la mente y del

cuerpo” (CEC, n°. 1,2470).

El descanso dominical es necesario para el hombre.

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• La Gloria a Dios.

• El bien de la propia alma y la salud del

cuerpo.

• La vida de Familia.

• El bien de la sociedad.

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Éxodo 20, 8-11Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo Dios el cielo y la tierra, el mar y cuanto contiene, y el séptimo descansó, por eso bendijo Yahvé el día sábado y lo hizo sagrado.

Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2, 2)

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Deuteronomio 5, 12-15

Guardarás el día sábado para santificarlo,

como te lo ha mandado el Señor tu Dios... No

harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija,

ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno,

ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que

vive en tus ciudades; de modo que puedan

descansar...