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Terceras Jornadas de la
Asociación Mexicana de Historia Económica
Autor: Gabriel Eduardo Grégoire
Mesa 10: Instituciones y Políticas Económicas
Empresarios y acción colectiva en la Provincia de La Pampa
La Cámara de Comercio, Industria y Producción de La Pampa entre 1947 y 1966
El objeto de la ponencia es ofrecer un avance de un proyecto de investigación que
se propone analizar la trayectoria y acciones de las asociaciones empresariales en la
Provincia de La Pampa durante la segunda mitad del siglo XX, enfocándonos en una de
sus principales organizaciones. La Cámara de Comercio, Industria y Producción de La
Pampa se conformó durante el primer gobierno peronista, en 1947, etapa en la que se
transformó sustancialmente la relación entre el Estado y las corporaciones.
A lo largo de sus primeros años de desarrollo, el contexto económico y político fue
determinante en los momentos en que la entidad avanzaba en la construcción de una
identidad común de un sector que aspiraba a representar y a la vez se presentaba, en
principio como, muy heterogéneo. En esos momentos comenzó también a definirse el
perfil de su conducción y se desarrollaron distintas estrategias mediante las cuales se
integró al juego político-institucional a fin de poder defender los intereses de sus
representados, tanto frente al Estado como en relación a otros actores sociales.
Para comprender la dimensión estructural-económica de la Cámara, se analizaron
las memorias, balances, libros de actas, censos de población y censos nacionales
económicos, a fin de poder determinar el peso de los sectores que representaba en
relación al resto de los actores económicos de la provincia. También se caracterizó su
dimensión interna-organizacional, y se realizó un primer análisis del desarrollo de sus
acciones colectivas en el contexto del sistema político, partir de la documentación de la
propia organización.
Fundación y organización de la Cámara
A diferencia de lo que ha sucedido respecto a las organizaciones de los
trabajadores, la atención prestada a la organización de la burguesía como actor político
ha sido menor a partir del retorno de la democracia. A partir de la década del noventa, y
retomando la propuesta de trabajo de Carlos Acuña, empezaron a aparecer algunos
análisis sobre las acciones colectivas del sector empresario que articulan distintas
variables estructural-económicas, político-institucionales e ideológicas en el análisis
político en el ámbito nacional (Dossi: 2002; Lissin: 2008). Sin embargo, es reducido
cuando no prácticamente nulo lo que se ha trabajado desde el punto de vista de las
economías regionales, donde la organización del sector podría haber constituido una
herramienta fundamental para la defensa de los intereses de la pequeña y mediana
burguesía local. Por este motivo, advierto que este primer informe puede pecar de
excesivamente descriptivo.
La Cámara de Comercio, Industria y Producción de La Pampa se fundó el 14 de
septiembre de 1947, en una asamblea realizada en el Teatro Español de la Ciudad de
Santa Rosa. El objetivo de la reunión era constituir una asociación que agrupara a todos
los comerciantes e industriales de La Pampa, que velara por sus derechos e intereses y
les aportara todos los beneficios que fuera posible obtener como resultado de la
solidaridad y unión de los empresarios.
El Dr. José Fermín Garmendia, uno de sus principales impulsores, resumía ante los
concurrentes las aspiraciones de la nueva organización: “fomentar la Industria y el
Comercio para hacer estas actividades fuertes y poderosas... defender sus derechos,
expondrá sus aspiraciones, sus criterios, sus puntos de vista ante sus asociados, ante
Instituciones similares o ante las autoridades y se sabrá oficialmente que es lo que piensa
sobre los distintos problemas económicos, sociales o culturales; los comerciantes e
industriales del Territorio estarán en condiciones de estudiar y de contemplar el problema
social de los empleados y obreros con un criterio realista pero inspirándose en el
bienestar general y en la justicia, que será la bandera en todas las manifestaciones de la
Cámara... La Cámara intervendrá para solucionar conflictos, su papel es para establecer
armonía, tranquilidad, paz entre sus asociados o terceros, factores indispensables para la
existencia de una Industria y Comercio florecientes”. Y agregaba que en el programa de
la Cámara se disponía establecer en forma directa o indirecta Institutos de Investigación
Científica y escuelas y colegios especializados en la enseñanza de la Industria y el
Comercio.
El perfil de sus integrantes
Lo primero que nos proponemos dilucidar es quiénes se integraron a la Cámara,
cuál fue la representatividad que llegó a alcanzar en estos primeros años. Su primera
Comisión Directiva estuvo encabezada por Rufino Tierno, con el cargo de Presidente,
Vice-presidente 1º Emilio Werner, Vice-presidente 2º Gustavo Pérez de General Pico,
Secretario el Ing. Héctor Torroba, Prosecretario Antonio Armesto y Tesorero R. Luis
Comas. La preocupación predominante de sus primeros dirigentes fue la de organizar y
afianzar la nueva institución en todo el territorio, logrando formar al finalizar el primer
ejercicio en diciembre de 1948, según consta en la Mermoria y Balance de la institución,
60 delegaciones repartidas en distintas localidades, que representaba a más de 1100
socios.
Según el censo de 1947, La Pampa tenía 169.480 habitantes urbanos y una
población rural de 117.381. Tenía sólo 11 centros urbanos de más de 2000 habitantes. En
todos esos centros urbanos, la Cámara de Comercio e Industria va contar con delegados
desde el primer año de su fundación. En el Territorio de La Pampa se contabilizaban 87
localidades, según el mismo censo, y sólo dos tenían entre 10.000 y 19.999 habitantes
(Santa Rosa y General Pico), no habiendo ninguna otra que alcanzara los 5000 habitantes
para ese año.
A partir del análisis de los listados de socios de la Cámara individualizados en las
Memorias anuales, durante el período de 1947 a 1954, constatamos 82 localidades y
parajes distintos de los que provenían los integrantes de la nueva institución. Otra fuente
con que contamos para valorar la representatividad de la organización, tanto a nivel
territorial como en cuánto al peso específico dentro del sector que aspiraba a representar,
es el Anuario Kraft. De los datos para el territorio de La Pampa del año 1952, observamos
que se nombran otras veinticuatro localidades y parajes donde hay establecidos
comercios y/o industrias, pero de los que la Cámara no tendría asociados.
Esta fuente presenta una serie de inconvenientes si la comparamos con la
tendencia de los censos, a partir de los cuales se interpreta que, durante la década de
1950 se produce una disminución de la población del espacio en cuestión, y una
concentración en las zonas urbanas, ya que si se suma el número de habitantes que se
menciona en el Anuario para cada ciudad, localidad o paraje, da un resultado superior a
los ciento noventa mil habitantes, muy superior a los del lustro anterior que contabilizó el
Censo Nacional. Esto se puede deber al hecho de duplicar población al utilizar distintas
fuentes para realizar el anuario, o contabilizar trabajadores golondrinas, por lo que el
número de habitantes que ofrece como dato el anuario vamos a tomarlo con reservas.
Pero sí nos sirve de referencia, ya que los datos proporcionados sobre la identificación de
los actores coinciden con las otras fuentes analizadas, y porque el espacio entre los
censos (1947-1960) es lo suficientemente amplio como para poder saber
taxativamente/fehacientemente cuándo comenzó el declive de la población, aunque todos
los datos confirman el abandono de las áreas rurales y la concentración urbana. Aclarado
esto, tratamos de responder a las siguientes preguntas: cuántos son los socios de la
Cámara, de dónde provienen, y qué representatividad tiene la Cámara.
Balance 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 Datos obtenidos contabilizando los socios en las memorias (’48 y ’55 no se publican)
975 1004 997 1084 1175 1257
Datos publicados en las Memorias y Balances
1002 1020 1038 1050 1111 1250 1311 1350
Porcentaje de correspondencia 95,59 96,72 95,00 95,57 94.00 95,88
Si tomamos los datos trabajados de la Memoria correspondiente al año 1952, que
podemos comparar con los datos del Anuario Kraft, tenemos mil ochenta y cuatro socios
de la Cámara que provienen de 76 lugares diferentes.
En el Anuario Kraft, aparecen para 1952 seis localidades con más de 5000
habitantes. A Santa Rosa y General Pico, se suman General Acha, Eduardo Castex,
General San Martín, Quemú Quemú e Ingeniero Luiggi. En Santa Rosa, cuenta con más
de la mitad de las industrias y comercios adheridos a la Cámara, tomando como
referencia los individualizados ahora en el Anuario. General Pico, General Acha, Eduardo
Castex y Gral. San Martín cuentan con entre el 15 y el 25% de sus comercios e industrias
asociados. En Quemú Quemú y Luiggi, el nivel de adhesión ronda en torno al 10%.
Aparecen luego, siempre siguiendo el Anuario, veintidós localidades que cuentan
con una población que va de los 2000 a los 5000 habitantes. En diez de ellas,
considerando los comercios e industrias individualizados en la guía, el porcentaje de
asociación a la Cámara es superior al 20%, y sólo en una no se registra inserción, que es
Conhello, que sólo en ese ejercicio a lo largo de tota la serie no aparece con asociados a
la Cámara.
Se destaca además un nivel de adhesión superior al 30% de las empresas
comerciales e industriales existentes en varias localidades de alrededor de 1000
habitantes, como Carro Quemado, Doblas, La Maruja, Luan Toro, Metileo, Monte Nievas,
Pichi Huinca. Este alto nivel de adhesión podría explicarse por la presión política para
tener organizados los sectores de la producción a los efectos de que legitimaran los
distintos ámbitos de discusión de las políticas económicas, como eran las mesas
paritarias. Pero a través de la documentación analizada no se ha podido aclarar esta
hipótesis.
Hay dos cuestiones más a destacar. En principio, durante los primeros años, hasta
1953, más allá del impulso con que nace, se encuentra estancado el número de
asociados a la Cámara, lo cual puede relacionarse con el nivel de actividad económica del
período, influido por una serie de malas cosechas que son el tema central recurrente de
las primeras presentaciones de las Memorias y Balances de la institución.
La otra se relaciona con el peso que tiene desde sus inicios la capital de Territorio,
y cómo este pero va aumentando con el correr de los ejercicios, más allá de las claras
manifestaciones y acciones de sus dirigentes por ser representativa de todo el territorio en
su conjunto.
En las primeras reuniones de la Comisión Provisoria de la nueva entidad,
constituye un tema recurrente la organización de comisiones para visitar las distintas
localidades de la provincia, a fin de hacer conocer los objetivos de la entidad y sumar
nuevas voluntades. La primera gira se lleva a cabo hacia las localidades de Winifreda,
Eduardo Castex y General Pico, los días 18 y 19 de octubre de 1947. En Winifreda,
durante la reunión con los empresarios locales, Inchaurraga les informa que existe ya
organizada en la localidad un Centro de Comercio que aglutina a los empresarios locales,
por lo que se incorpora al Centro a la Cámara en carácter de delegación de la misma.
En las demás localidades se organizan reuniones, se hacen nuevos socios y se
eligen delegados. Seguirían en los próximos días otras giras, una por las localidades de
Toay y General Acha, Atreucó, Rolón, Doblas, Macachín, Tomás Anchorena, Cereales,
Miguel Riglos, Lonquimay, La Gloria, Uriburu y Anguil, en el mes de noviembre, y a fines
de noviembre, otra a Catriló, Luan Toro, Loventuel, Victorica, Telén, Carro Quemado,
Trenel, Metileo, Monte Nievas, Arata, Caleufú. Bernasconi, General San Martín, Jacinto
Arauz. Entre el momento de su fundación, el 14 de septiembre, y el 21 de diciembre,
fecha en que se realizó la Asamblea Ordinaria para aprobar los estatutos de la nueva
entidad, los integrantes de la Comisión Provisoria y el gerente Felice visitaron treinta
localidades, estableciéndose veintiséis representaciones en el interior del Territorioi.
El interés de que la Cámara por sumar el comercio y la industria del interior del
Territorio, queda demostrado también en las sedes elegidas para realizar sus asambleas
ordinarias: la de 1951 se concretó en el Club Independiente de General Pico, la de 1952
se desarrolló en el Cine Cervantes de Eduardo Castex, y la de inicios de 1955 se llevaría
a cabo en Quemú Quemú.
Pero paralelamente, se forman comisiones para visitar el Comercio y la industria de
la ciudad capital, dividiéndose Santa Rosa en cuatro secciones:
1. Avellaneda al oeste y norte del Bv. Roca, a cargo de los señores Tierno y
Armesto.
2. Avellaneda al oeste y sur del Bv. Roca, a cargo de los señores N. Montesi y
Bautista Sastre.
3. Avellanda al Este y norte del Buolevard, Srs. Felice y Gavilán.
4. Avellaneda al Este y Sur del Boulevard, a los Sres. Ing. Torroba y Nicolás Felice.
Analizando la evolución del número de asociados por localidades, el peso de Santa
Rosa para del 22% al 34% del total del padrón de socios de la Cámara, mientras que la
otra localidad importante de la región, General Pico, baja u participación del 14% al 11%.
La otra localidad mediana que crece en porcentaje de socios es General Acha, que sube
del 7% al 10%, y tomando el resto de las localidades y parajes en su conjunto, bajan
fuertemente su participación en el padrón de socios, de un 57% a un 45%, lo que sube la
capital.
Evolución de los socios de la CCILP en las mayores localidades
1949 1950 1951 1952 1953 1954
Intendente Alvear 20 22 19 19 23 23
Realicó 13 14 13 32 36 37
Eduardo Castex 41 34 40 40 45 37
General Acha 24 32 34 37 68 84
General Pico 138 150 138 133 138 141
Santa Rosa 220 229 265 319 335 411
Total socios 975 1004 997 1084 1175 1257
Otro dato que se relaciona con lo anterior, y a fin de poder atender de la mejor
manera la administración de la Cámara, se creó una Gerencia, cuya sede se encontraba
en Santa Rosa, nombrándose al frente de la misma al Sr. Nicolás L. Felice, y se dotó a las
oficinas de un auxiliar y un cadete. El Gerente Felice asumió la mayor parte de la
responsabilidad de visitar las localidades del interior, sumando nuevas adhesiones a la
Cámara, lo que hubiera resultado problemático para los integrantes del directorio que no
podían dejar de atender sus propios emprendimientos.
Pero también es importante el hecho de que la propuesta de abrir una oficina en
General Pico para atender a los socios del norte del Territorio, más allá del
reconocimiento de los beneficios que acarrearía la misma, fue largamente discutida en e
seno de la Comisión Directiva, logrando luego de arduos debates abrir una sede en esa
localidad y nombrar un empleado para atenderla. En este primer período también se
organizaron, para una mejor atención a las necesidades de los socios, la Asesoría
Letrada, a cargo del consejero Dr. José Fermín Garmendia, la Oficina de Informes y
Cobranzas, la Oficina de Trámites y una comisión de Prensa encargada del Boletín Oficial
de la Cámara. Y en 1953 se volvió a convocar la asamblea en Santa Rosa, esta vez para
inaugurar la sede propia, que se pudo construyó en un tiempo récord gracias al esfuerzo
de un equipo de trabajo liderado por el Director de la Cámara Héctor Torroba.
Otro aspecto importante para definir el perfil de los integrantes de la nueva
organización empresaria es la identificación de las actividades económicas que
desarrollan. Para ello hemos realizado un análisis, en primer lugar, de la pertenencia
sectorial de los distintos integrantes del primer Directorio de la Cámara.
Según el Estatuto aprobado en diciembre de 1947, podían ser socios de la Cámara
los comerciantes e industriales, así como las sociedades civiles, comerciales e
industriales que con antecedentes de una moralidad y corrección sean aceptados por el
Directorio y las tres cuartas partes de los miembros presentes en la sesión respectiva.
Del perfil de los veintiún primeros integrantes del Directorio de la Cámara, se
destacan los representantes de los almacenes de ramos generales. Sólo 4 de los
miembros de la comisión pertenecen a firmas que desarrollan actividades de tipo
industrial, más allá que la firma Calandri había surgido también a partir de un almacén de
ramos generales, lo cual se corresponde con el perfil productivo de la provincia, en el que
predominan las actividades de servicios sobre las industriales, descontando las
agropecuarias.
Además, doce son de Santa Rosa, más de la mitad, y el resto se reparte entre
General Pico (3 integrantes), General Acha (2), Eduardo Castex, Telén, Villa Mirasol y
Macachín, con un representante cada una de estas últimas localidades en el Directorio.
Nombre Razón Social Ramo
Rufino Tierno Tierno y Cía Acopio, almacén de ramos generales,
concesionario de cerveza, nafta
Emilio Werner Molinos Werner Fábrica de fideos, molinos
Gustavo Pérez Manera Pérez y Cía de G. Pico automóviles, repuestos
Héctor Torroba TODAM SRL/COBA SRL
Empresa constructora/ Refrigeración,
agente de automóviles, Estación de
Servicio.
Antonio Armesto Armesto y Fuertes Fraccionador y depósito de vinos
R. Luis Comas Torroba y Comas SRL Acopio, almacén de ramos generales,
agente de nafta, neumáticos, seguros.
Bautista Sastre Bautista Sastre
Suc. De Bautista Sastre SRL
Agente de automóviles, camiones,
carpintería, estación de servicios para
automóviles, fábrica de muebles,
transporte de pasajeros
Nazareno Montesi Nazareno Montesi Depensa
Manuel Gavilán Manuel Gavilán Panadería
José Porta Porta J. Imprenta, juguetería, librería, papelería,
artículos para deporte.
Daniel Vaquero Selva SRL Venta de telas
Jesús Rondero Casa Alvarez y Cía Almacén de ramos generales
Agustín Marcos Agustín Marcos Artículos para el hombre
Federico Calandri Calandri y Cía de Castex Aserradero, curtiembre, agencia de
seguros, máquinas agrícolas.
Félix Alcalde Ruiz Pérez y Cía de Gral. Acha Almacén de ramos generales, acopiador,
agencia de automóviles, agentes de
cerveza, nafta.
Francisco Otero Otero y Cía de Gral. Acha Almacén de ramos generales, acopiador,
agencia de automóviles, agentes de
cerveza, nafta.
Bautista Rodríguez Rodríguez y Cía de Gral. Pico Almacén de Ramos Generales, agencia
de Automóviles
Tomás Zucconi Tomás Zucconi de Gral. Pico Comisionista, rematador, representa-
ciones, depósito de fideos y sal.
Angel Trapaglia Trapaglia Generoso e hijos
SRL, de Telén
Acopiador, forrajes Shell YPF. Depósito
de cerveza.
Faustino
Lombardía
Firma Lombardía y Urquiza de
Villa Mirasol
Almacén de ramos generales.
Ernesto Antonelli Antonelli e Hijos de Macachín Almacén de ramos generales.
Cuadro realizado en base a datos obtenidos de Memorias y Balances, Libros de
asistencia y la Guía Kraft de 1952.
Su relación con otros actores.
Sus dirigentes podían informar a los asociados, al hacer el primer balance de la
gestión, que la Cámara había intervenido representando los intereses de sus asociados
frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión, la Dirección General Impositiva, la
Secretaría de Industria y Comercio, la Comisión Paritaria, la Gobernación y la Jefatura de
Policía. También estaba presente en la discusión de los convenios colectivos entre
patrones y obreros, siendo convenios más importantes en cuyo debate participó la
Cámara durante el primer gobierno peronista, los de empleados de comercio, de los
obrajeros, de los metalúrgicos y de la construcción.
En 1949 el Gobierno Nacional, mediante la Resolución 1419 del Ministerio del
Interior, creó el impuesto “A las Actividades Lucrativas”, que significaba un cuatro por mil
sobre las entradas brutas de todas las actividades empresarias, destinado a los gastos
corrientes de las municipalidades y comisiones de fomento. La Cámara se movilizó para
que no se aplicara la medida en el Territorio Nacional, iniciativa a la que adhirió la
Asociación Agrícola Ganadera de La Pampa. Se realizó una asamblea conjunta el 30 de
agosto de 1949, en la que se resolvió elevar un petitorio dirigido al Presidente General
Perón y otro al Ministro del Interior para que quedara sin efecto la aplicación del
mencionado impuesto hasta tanto se constituyeran los Concejos Municipales electivos.
El movimiento iniciado por las entidades pampeanas se extendió rápidamente al
resto de los territorios nacionales que se manifestaron en un congreso realizado en la
Capital Federal, de cuyo seno se destacó una comisión que obtuvo una entrevista con el
Ministro del Interior, quien dispuso suspender la aplicación del impuesto hasta tanto se
hicieran nuevos estudios.
Como resultado se obtuvieron modificaciones en la mencionada legislación, se
derogó el impuesto para las actividades agropecuarias, aplicándose el impuesto
únicamente en aquellas localidades en las que las comunas no contaban con los recursos
necesarios para su funcionamiento, reduciéndose en algunos pocos lugares donde se
aplicó el mismo al 2 o 3 por mil, y manteniendo el planteo para su derogación.
La defensa de los intereses de los empresarios locales se manifestó también en la
intervención de la Cámara en favor de los comerciantes multados por supuestas
infracciones a las leyes contra el agio, llevando los planteos directamente hasta los
gobernadores interinos del Territorio, primero al Sr. Eduardo R. Reguero y luego al Dr.
Juan Carlos Neveu, logrando la reconsideración en la mayoría de los casos.
Un factor importante surgido de la movilización y búsqueda de alianzas de los
dirigentes de la Cámara para enfrentar la problemática impositiva, fue el activo rol que
comenzaron a desempeñan en distintos niveles de la vida política institucional del país,
formando parte de la creación de la Confederación General Económica, y siendo uno de
los actores de mayor relevancia en le ámbito local en el marco de la concertación
propuesta por el Gobierno para enfrentar la crisis económica producto de la segunda
posguerra. Como plantea Brennan, las políticas desarrolladas entre 1946 y 1951 habían
ayudado a crear nuevos interesas provinciales, y estas personas necesitaban que quien
los representara estuviera imbuido de un fuerte federalismo. (Brennan, 1997)
Pero seguramente el hecho que marcó el perfil de la nueva organización en el
escenario pampeano fue la preocupación y acciones desarrolladas por la nueva entidad
sobre problemáticas fundamentales para el desarrollo de la región y que todavía hoy, a 65
años de su nacimiento, siguen marcando la agenda política de la Provincia de La Pampa.
En la memoria y balance de la gestión de la Cámara correspondiente al año 1950,
luego de la revisión obligada de la situación del sector agropecuario, afectado durante
prácticamente un lustro por la sequía, y al que se consideraba el corazón de la economía
de la región, se ponía el acento en la problemática del agua, a partir del corte de sus
cursos normales debido a la construcción de la Represa de los Nihuiles. Se denunciaba
allí: “En los últimos tiempos, ha visto desaparecer las principales fuentes de ese precioso
elemento. Enormes extensiones cubiertas de agua -verdaderos lagos en los cuales se
había iniciado la explotación pesquera -sólo se muestran hoy como retazos desérticos
que se suman a los miles de hectáreas erosionadas. La acción de la naturaleza, activada
por la mano del hombre hizo posible este retroceso en el camino de la conquista del
desierto. El aprovechamiento por un Estado vecino, de los cursos de agua que antes
penetraban en La Pampa -con las consecuencias que dejamos expresadas- amenazó
hacerse más aguda, con motivo del proyectado desvío de subafluentes del Río Colorado,
proyecto que provocó justa ansiedad en el Territorio.”
En julio de ese año, la Cámara de Comercio, Industria y Producción de la Pampa,
con el auspicio de la Asociación Agrícola Ganadera de La Pampa, convocó a una
asamblea territorial, a la que asistieron delegados de diversos puntos de La Pampa y
Bahía Blanca. Fue de esa asamblea que surgió la Comisión Permanente del Agua,
encargada de estudiar la problemática y promover la lucha para su solución.
Durante ese mismo año, frente a la supresión de varios servicios de trenes a
distintas localidades del territorio, también intervino activamente la Cámara, logrando
gracias a sus gestiones que los trenes fueran rehabilitados nuevamente.
Finalmente, un tercer tema medular para el futuro desarrollo de la Provincia era ya
planteado por la Cámara cuando todavía seguía siendo un territorio nacional: la
colonización de 25 de Mayo. Luego de que se creara una comisión involucrando a otras
entidades locales, una delegación realizó una visita a la colonia, a fin de recoger
información y complementar estudios anteriores, que les permitió realizar un proyecto que
se elevó a la Dirección de Planificación para ser incorporado al Segundo Plan de
Gobierno. Decían las autoridades de la Cámara frente a la Asamblea Ordinaria realizada
en 1951: “En el proyecto se contemplan las posibilidades futuras del Río Colorado y de
sus valles, especialmente el de Colonia 25 de Mayo, una vez efectuadas las obras de
riego necesarias. Asimismo se estudian los medios de transporte y se proponen algunas
normas de colonización”.
Un hecho relevante fue la transformación institucional derivada de la sanción de la
Ley 14.037 de julio de 1951 que convirtió el Territorio Nacional en la nueva Provincia de
La Pampa. Para la elección de los convencionales constituyentes de la nueva provincia se
utilizó el sistema de listas uninominales, impugnado por la oposición ya que no dejaba
representación a las minoría. Como resultado, todos los convencionales electos
pertenecían al peronismo, por lo que además de sancionarse la primera constitución
provincial, se impuso el nombre de Eva Perón por el de La Pampa. La nueva provincia
eligió sus autoridades el 12 de abril de 1953. El peronismo fue la única fuerza política que
presentó candidatos a la Gobernación y de los 63.615 sufragios emitidos, la fórmula
Salvador Ananía-Esteban Ardohain obtuvo el 87,92% de los votos contra el 12,02% en
blanco1.
El sistema de elección empleado produjo también que el Poder Legislativo tuviera
representantes únicamente del oficialismo; sin embargo, fue por un Decreto del Poder
Ejecutivo Provincial, el n° 2.085/1954, que se exigió el cambio de denominación a la
Cámara de Comercio e Industria de La Pampa, para que incorporara en su epígrafe el
término “Producción” y se cambiara “de La Pampa” por “de la Provincia Eva Perón”.
La situación fue evidentemente conflictiva para los integrantes de la Cámara, y los
integrantes del Directorio trasladaron a la Asamblea Ordinaria que se realizó el 24 de abril
de 1955 en Quemú Quemú, la definición del tema, entendiendo que implicaba un cambio
de Estatutos. El agregado de la rama “producción” en el epígrafe, para referirse a la
representación de productores forestales, salineros y sulfareros, entre otros, no presentó
inconvenientes, y de hecho ya en una Asamblea Extraordinaria realizada en diciembre
1953 había decidido contemplarse esa situación en los Estatutos de la entidad. Sin
embargo, la inclusión del nuevo nombre de la Provincia se aceptó como una imposición
externa, situación planteada por los asambleístas que hicieron uso de la palabra, y que
se volvería a rever inmediatamente después del golpe de estado de 1955, en reunión de
Directorio y con un simple informe a la próxima asamblea, quedando desde entonces
denominada Cámara de Comercio, Industria y Producción de La Pampa.
Cambios y continuidades a partir de 1955
La primera experiencia provincialista democrática fue muy breve, ya que en
Septiembre de 1955 un golpe cívico militar autodenominado como la Revolución
Libertadora tomó el poder, provocando la marcha al exilio del Presidente Juan D. Perón.
El Gobernador Ananía fue depuesto y encarcelado, y una de las primeras medidas del
nuevo gobierno, encabezado por el general Eduardo Lonardi, fue cambiar el nombre de la
1 Historia de La Pampa II.
provincia por el histórico de La Pampa. Se anuló la Constitución del año 1952 y cuatro
años más tarde fue derogada, de este modo, se produjo un vacío institucional que se
cimentó con la alternancia de diferentes gobernadores e interventores en momentos en
que comenzaba a construirse la provincia. En febrero de 1958 ganó las elecciones
nacionales la fórmula de la UCRI integrada por Arturo Frondizi y Alejandro Gómez,
quienes recibieron el mando de parte del General Pedro Eugenio Aramburu el 1º de
Mayo. En La Pampa, donde la UCRI se había impuesto con un 58% de los sufragios, el
gobierno desarrollista nombró al frente del ejecutivo provincial al dirigente Ismael Amit,
figura clave que dominó la escena política local entre fines de los años cincuenta y
mediados de los sesenta, primero como interventor y luego como gobernador electo en
dos oportunidades.
Las autoridades de la Cámara adhirieron efusivamente al cambio de gobierno,
como dejaron claro en la presentación de la Memoria y Balance correspondiente al
Ejercicio del año 1956: “El extraordinario cambio experimentado por el País en
Septiembre de 1955, significó también la renovación de las condiciones en que se
desenvuelve el sector empresario, tanto en lo que respecta a las empresas particulares,
como en lo que concierne a sus derechos gremiales. Si bien la Nación no ha tomado aún
la senda de la normalidad institucional y por ellos muchos aspecto, especialmente el
económico, no han experimentado la renovación deseada; el clima de libertad que vivimos
y, más aún, el que vislumbramos fervientemente para un futuro que fervientemente
deseamos sea muy próximo, ha influido, lógicamente, para que la labor de nuestra
Cámara se viera facilitada con respecto a lo que otros años se pudo hacer”.
En primer lugar, hay que señalar que, si bien las fuentes consultadas hasta el
momento no dan cuenta de la evolución de la masa societaria después de 1959, durante
los primeros ejercicios llama la atención el aumento del número de socios, en un
porcentaje que ronda el 20 % de los existentes en 1955, como se puede apreciar en el
siguiente cuadro:
Ejercicio 1955 1956 1957 1958 1959
Socios 1350 1595 1620 1625 1631
Con respecto al perfil de los integrantes de los directorio, tampoco se puede
observar cambios importantes: el sector comercio y servicio va a continuar ocupando la
mayoría de los lugares A esto hay que sumar que, más allá de los cambios en el discurso
y las políticas desarrolladas hacia otras entidades empresarias, las principales figuras del
elenco dirigente seguirán teniendo un peso gravitante en la Cámara durante el período
siguiente.
Lo que sí va a acentuarse va a ser la pérdida de peso del empresariado de la otra
ciudad importante de la Provincia, General Pico, que va a terminar con la clausura de su
delegación durante el ejercicio correspondiente al año 1961.
La Delegación de General Pico había gozado desde su creación de una importante
autonomía, acordándose que administrara por su propia cuenta con destino al
funcionamiento de la oficina y el personal rentado, el 70% de su recaudación local de
cuotas sociales, debiendo ingresar a la Cámara el 30% de las cuotas sociales. Sin
embargo, como se denunciara en la Memoria del Ejercicio de 1958, la Delegación Pico
arrojaba un déficit que afectaba a toda la organización, ya que utilizaba el 100% de su
recaudación y no alcanzaba a cubrir los gastos que allí se producían, volcando ese déficit
al resultado general de la Cámara.
Esta situación se siguió manteniendo por otros tres años, hasta que en 1961 se
decidió su cierre, previo convocar a una reunión a los socios de la ciudad norteña en su
delegación, a la que sólo acudió un empresario piquense, dando muestras de la pérdida
de inserción de la Cámara en ese espacio, más allá de que el Directorio siguió
sosteniendo que no había decaído el número de asociados en la localidad.
La relación con otros actores
No se puede deducir de las fuentes analizadas que durante la primer etapa, bajo el
signo del gobierno peronista, la Cámara fuera participara en forma obligada de las
distintas instancias de organización de segundo y tercer grado, ni que sus integrantes se
hubieran asociado a ella a partir de la presión de las autoridades o el clima político de la
época. Pero sí podemos afirmar dos cuestiones. La primera, que el discurso de las
autoridades de la Cámara, que nominalmente no tienen muchos cambios, se transforma
diametralmente, denunciando las presiones que habían determinado durante la primer
etapa su participación en el ámbito de la Confederación General Económica.
Al respecto, en una posición pública fijada por el Directorio de la Cámara el 5 de
Julio de 1956, manifestaba que el principio de libre agremiación, sostén de la democracia,
había sufrido “un rudo golpe con la formación y puesta en marcha de la C.G.E. que en
principio tomó la bandera del federalismo y en forma insólita terminó siendo un
instrumento totalitario”. Acusaban a la C.G.E. de un “centralismo absorbente con afiliación
compulsiva” y de haber puesto a las organizaciones empresariales al servicio del estado,
haciéndoles perder efectividad y razón de ser, demonizando el rol que llevó adelante
durante el gobierno peronista y justificando el golpe de estado. “Una resolución cortó de
raíz el mal, violentamente, como sólo debe actuar una revolución. De no cortarse, los
empresarios seguirían con la estructura corporativa, con sus sumas extraordinarias de
dinero, las suficientes para construir el palacio de cuarenta pisos en Buenos Aires y así
materialmente exteriorizar en ese edificio el ideal de centralismo que asfixia al país. Bien
se ha dicho que 'de muchos males se ha salvado el país y a tiempo'”.
A partir de entonces, la Cámara fija una nueva política gremial, definida en cinco
puntos:
1) “Fortalecer a las Asociaciones, Centros o Cámaras. Hasta que estas
instituciones no logren el pleno ejercicio de sus fines siempre será inconsistente el
gremialismo;
2) Que en cada Provincia se agrupen con lo que deseen y en las formas que las
Asociaciones, Centros o Cámaras lo determinen;
3) Resolver y solucionar todos los problemas dentro de las provincias respectivas;
4) Que el Poder Ejecutivo Nacional y demás poderes públicos prescindan en el
orden gremial de su injerencia en los gobiernos de provincia, en todo aquello que a
éstas y en tal aspecto, les sea propio dentro de los límites geográficos;
5) Cuando se tengan que resolver asuntos en común con otras provincias, que se
propicien reuniones y/o convenios para cada fin en particular”.
Esos puntos significaban no integrar, por el momento, ninguna central económica y
propender a un pleno federalismo en el orden gremial. Se vuelve a acentuar el reclamo
para que sea en el ámbito local donde se discutan los convenios y demás asuntos que
involucraran a sus representados.
En el Ejercicio de 1958, volvía a resaltarse el sostenimiento de esta línea de
política gremial, indicando que los empresarios de cada Provincia se debían organizar de
acuerdo a sus necesidades e intereses, y que naturalmente surgirían luego los contactos
y afinidades entre las distintas Entidades: “No descartamos desde luego, la necesidad e
unión en un plano superior, pero no como algo estable -a no ser en su parte técnico
administrativa- sino lo accidental que las circunstancias lo exijan”. En un cambio total
respecto al rol que le cupo como miembro fundador de la Confederación General
Económica, la Cámara de Comercio, Industria y Producción de La Pampa seguiría por lo
menos hasta 1962 sin comprometerse seriamente con otras entidades empresarias.
Consecuente con esta política, el 31 de mayo de 1956, la Cámara se dirigió al
Ministro de Trabajo y Previsión, solicitando la integración de comisiones paritarias dentro
de la jurisdicción de la Provincia de La Pampa, a los fines de la discusión de los convenios
de trabajo, entendiendo que era la mejor manera de llevar a la práctica “el tan mentado
federalismo y no, que una vez más, el centralismo absorbente de la Capital Federal
pretenda monopolizar geográficamente, el derecho que le asiste a todos los Estados a ser
responsable de sus actos y artífices de los mismos, en una suerte de amalgamas que no
son posible generalizar con un convenio nacional, pues son privativos de cada zona y
excluyentes en el más de los casos para el resto del país”.
Las preocupaciones gremiales
Otros reclamos gremiales que seguirán repitiéndose en comunicaciones y
memorias luego del golpe de 1955, serían aquellos vinculados con la necesidad de
eliminar los impuestos a las ventas, el impuesto provincial a la herencia de padres a hijos,
y la reducción del impuesto a los réditos. También los reclamos respecto a mejoras en los
servicios de comunicaciones, como el del Ferrocarril Roca, la pavimentación de rutas y la
instalación de teléfonos.
Un documento que se ubica claramente en la serie de posiciones que va a
sostener la Cámara, a partir del estudio y discusión de proyectos para el desarrollo
regional, va a ser el presentado en el Congreso del Ferrocarril Trasandino Sur, realizado
en la ciudad de Bahía Blanca durante el año 1957. Se trataba de un antiguo proyecto, que
proponía unir esa ciudad, atravesando La Pampa con Chile, para salir a Océano Pacífico.
La Cámara se sumó al proyecto, destacado la potencialidad para unir regiones
económicas que podrían complementarse, como el Alto Valle de Río Negro y Neuquén
con la de la Provincia de La Pampa, potenciando además el desarrollo de la Colonia 25
de Mayo, sobre la vera del Río Colorado. Los empresarios pampeanos se imaginaban que
“la ruta General Acha, La Japonesa, Chelforó, será la gran avenida del futuro, que unirá el
este de La Pampa y el oeste de la Provincia de Buenos Aires, con Río Negro y Neuquén,
como así también con poblaciones chilenas”.
Pero va a ser con la llegada de Ismael Amit como Interventor Federal al Poder
Ejecutivo de la Provincia de La Pampa, que la Cámara encontró un interlocutor que diera
respuestas a sus planteos. En la asamblea ordinaria realizada en el año 1959, se van a
manifestar los mayores elogios hacia su persona, debido a las gestiones realizadas frente
a las autoridades nacionales en lo que respecta a obras viales, líneas telefónicas, minería
y energía hidroeléctrica a través de la presa de Huelches, como así a la activación de
obras de riego en la zona de la Colonia 25 de Mayo.
Y uno de los proyectos en que la Cámara va a comprometer todo sus esfuerzos
junto a las autoridades provinciales va a ser la de la organización del Banco de La Pampa.
Al hacer un balance de las realizaciones del año 1958, el Directorio puso en primer
término la colaboración brindada para la puesta en marcha del Banco de La Pampa, éxito
que radicó en el apoyo del empresariado local que había integrado acciones por varios
millones de pesos al capital de la nueva institución, en el convencimiento de que
retornarían bajo los lineamientos de una sana política crediticia.
Al hacer público el apoyo, también expresaban sus deseos para que la nueva
entidad pudiera conjugar todos los intereses económicos de los pampeanos, en una
suerte de política crediticia y de fomento dirigida al desarrollo de la economía local. Como
dato ilustrativo, llama la atención qe entre el monto de acciones llegadas a la entidad para
su posterior entrega al Directorio del Banco de La Pampa, al margen de las integradas
directamente al Banco, los socios de Santa Rosa aportaron $1.456.900, mientras que los
de General Pico, con una Delegación en franco declive, integraron a través de la Cámara
$788.300.
A partir de entonces, la Cámara de Comercio, Industria y Producción de La Pampa
tendría una activa participación en diversos organismos gubernamentales, tal como
quedaba expresado en la Memora y Balance correspondiente al año 1962, en el que se
daba cuenta de la injerencia que se había otorgado desde el gobierno a la entidad en la
nuestra estructura del Ente del Río Colorado, en la que habían nombrado como
representante al Ing. Héctor Torroba y al Sr. Juan Carlos Paz como representante ante su
Consejo Superior, además de tener un director nombrado en el ente de Vialidad Provincial.
La Década del '60
La caída del gobierno desarrollista frente a un nuevo golpe de estado, las
elecciones y la llegada de un nuevo gobierno constitucional, el de Arturo Illia, no
contribuyeron a controlar la situación económica, y la inflación comenzó a convertirse en
una de las principales preocupaciones de los sectores empresarios. Desde el Directorio
de la Cámara, encabezado por R. Luis Lambert, los empresarios se lamentaban por la
incapacidad de los dirigentes políticos para disminuir el déficit que se insinuaba en el
presupuesto del Estado Nacional alcanzaría los cien mil millones de pesos para 1964. Los
empresarios se quejaban de que el fruto de su trabajo se lo llevaba “un sistema impositivo
y de cargas sociales abusivo y deprimente... para solventar una burocracia pesada e
ineficaz”.
Respecto a la Ley de Abastecimiento, se señalaba que esta estaba condenada
inexorablemente al fracaso, y que no era diferente a la les contra el agio y la especulación
vigente durante el gobierno peronista. Denunciaban que su único objeto había sido el de
conformar a los sectores sindicales para contener las protestas obreras, y que su único
resultado era el de paralizar las actividades productivas del país. Y en referencia al
proyecto de Ley de Salario Mínimo Vital y Móvil cuyo debate impulsaba el Gobierno de
Illia, los empresarios consideraban que equivaldría a una aumento masivo de salarios que
provocaría un espiral inflacionario incontrolable. Esta situación, sostenían los dirigentes
locales, escapaba a las posibilidades de acción de la Cámara.
Donde sí trato de incidir la corporación fue en el ámbito local. En principio, con
fecha 19 de febrero de 1963, se solicitó al Interventor Federal Alfredo Mendez, la
actualización del coeficiente de coparticipación municipal, elevando el total a distribuir del
30% al 50% de lo recaudado por los impuestos a las Actividades Lucrativas y los
Automotores. El objetivo era capitalizar a los municipios para que no tuvieran que recurrir
permanentemente a préstamos del Poder Ejecutivo Provincial para financiar sus obras y
mejoras en los servicios. El gobierno de la intervención actualizó el coeficiente, aunque no
en el 20% solicitado por la Cámara.
Frente a la constitución de nuevos Concejos Municipales y la renovación de la
Cámara de Diputados en 1963, se reclamó por nota a los nuevos legisladores de la capital
y del ámbito provincial para que tuvieran moderación en la fijación de sus dietas. Los
ediles de Santa Rosa mandaron a archivo la nota, por considerar el planteo “improcedente”
y “desubicado”. En la Cámara de Diputados, la nota motivó que uno de los bloques
políticos solicitara “prisión por un día” para el Presidente y el Secretario de la Cámara de
Comercio, Industria y Producción de La Pampa. La propuesta de los empresarios
tampoco dio frutos en ese órgano político. El interés detrás de la propuesta corría en el
mismo sentido que el de mejorar la coparticipación de los impuestos provinciales. Los
dirigentes empresarios observaban que las tasas sufrían estaban sufriendo un importante
aumento a raíz del aumento burocrático. Por lo tanto, pretendían que los municipios
pudieran autofinanciarse bajando el gasto político, en lugar de recurrir al aumento de
tasas que terminaba siempre recayendo en ellos.
La Cámara también intervino en el debate de la Ley Impositiva para el año 1964
realizado en la Legislatura Provincia, ya que se proyectaba un aumento de la alícuota
general del Impuesto a las Actividades Lucrativas, llevándolo del 6 al 8%, argumentando
que al gravarse con este impuesto la venta bruta, se lo convertía en un verdadero
impuesto al consumo. Y en ese sentido, los consumidores, quienes realmente terminaban
pagando el impuesto, no habían mejorado su capacidad contributiva y, por el contrario, en
su gran mayoría se había contraído al máximo su poder adquisitivo, por lo que mal podía
pensarse que un aumento de la alícuota traería alguna solución. Sostenían los
empresarios, que el resultado de la medida sería otra vez recargar a aquellos que siempre
pagan impuestos, en lugar de ampliar la base de contribuyentes.
El Directorio de la Cámara mantuvo durante el período reuniones con distintos
partidos políticos además de los órganos legislativos, pero en las memorias se presentan
como las más fructíferas las mantenidas con el Poder Ejecutivo Provincial: “hemos sido
bien atendidos en las oportunidades que recurrimos, ya sea en le momento de la
intervención como cuando se hicieron cargo las autoridades electivas”. Y como muestra
de los buenos resultados obtenidos, se mencionaban el Decreto-acuerdo nº 1655/63 que
reglamentó y puso en vigencia en La Pampa la Ley Nacional de Bien de Familia que era
demandada por la Cámara, la integración de la entidad en diversos organismos, como la
Comisión de Lucha contra la Sequía, el Ente Provincial del Río Colorado, Vialidad
Provincial y el Concejo Provincial de Abastecimiento y la modificación de los horarios de
los servicios ferroviarios a solicitud de la Cámara. Otro dato importante fue que, como
resultado de las Primeras Jornadas Industriales de La Pampa, organizada por la Cámara
en junio de 1964 con el auspicio del gobierno provincial y la colaboración del Instituto de
Investigaciones Económicas Financieras de la CGE (lo que marca nuevamente un viraje
en lo que respecta a las relaciones con otras entidades empresarias), el gobierno de Amit
contrató una serie de estudios para la radicación de Frigoríficos, Lavaderos de lana e
hilanderías, Usinas Pasterizadoras y Fábricas de alimentos balanceados.
Entre los servicios brindados a sus asociados durante el período, además de
continuar con el asesoramiento legal e impositivo brindado desde sus inicios, se comenzó
a prestar para distintos eventos en forma casi diaria el salón de actos de la entidad y se
constituyó un registro de miles de clientes de los distintos comercios asociados a la
Cámara a fin de organizar un sistema de Informes Comerciales para avalar la venta a
crédito.
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