2
Terruño Retornaba a aquella tierra generosa a sanar. La siesta la llamaba con magnetismo hacia las vides estallantes de vida y, excusándose, se levantó de la mesa copa en mano y escapó hacia la luz. Un verde enceguecimiento la colmó de ancestral bienestar. Reconocía aquel espacio, y mientras las hojas la acariciaban en amoroso gesto a cada crujir de los terrones bajo sus pies brotaba en ella una sonrisa. Repleta de placer cerró los ojos y bebió un nuevo sorbo. Él la tomó suavemente por la cintura acercándola contra su cuerpo y le susurró al oído: Tranquila, estás en casa. Clara María Berduc 2012.- Terruño

Terruño

Embed Size (px)

DESCRIPTION

clara berducmicrorrelato

Citation preview

Page 1: Terruño

Terruño

Retornaba a aquella tierra generosa a sanar. La siesta la llamaba con magnetismo

hacia las vides estallantes de vida y, excusándose, se levantó de la mesa copa en

mano y escapó hacia la luz.

Un verde enceguecimiento la colmó de ancestral bienestar. Reconocía aquel

espacio, y mientras las hojas la acariciaban en amoroso gesto a cada crujir de los

terrones bajo sus pies brotaba en ella una sonrisa. Repleta de placer cerró los ojos y

bebió un nuevo sorbo.

Él la tomó suavemente por la cintura acercándola contra su cuerpo y le susurró al

oído: Tranquila, estás en casa.

Clara María Berduc 2012.-

Terruño

Retornaba a aquella tierra generosa a sanar. La siesta la llamaba con magnetismo

hacia las vides estallantes de vida y, excusándose, se levantó de la mesa copa en

Page 2: Terruño

mano y escapó hacia la luz.

Un verde enceguecimiento la colmó de ancestral bienestar. Reconocía aquel

espacio, y mientras las hojas la acariciaban en amoroso gesto a cada crujir de los

terrones bajo sus pies brotaba en ella una sonrisa. Repleta de placer cerró los ojos y

bebió un nuevo sorbo.

Él la tomó suavemente por la cintura acercándola contra su cuerpo y le susurró al

oído: Tranquila, estás en casa.

Clara María Berduc 2012.-