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Universidad de Castilla-La Mancha Facultad de Medicina de Albacete Doctorado en Neurociencias TESIS DOCTORAL HIPOACUSIA INFANTIL: UN ESTUDIO RETROSPECTIVO DE PREVALENCIA, DETECCIÓN PRECOZ Y ACTUACIÓN EN EL COMPLEJO HOSPITALARIO Y UNIVERSITARIO DE ALBACETE Lucrecia Roque Taveras Albacete, 2017

TESIS DOCTORAL · 2019-01-04 · en el recién nacido, sea cual sea su causa, persiguiendo su detección al primer mes de vida, diagnóstico a los 3 meses e intervención y tratamiento

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Universidad de Castilla-La Mancha

Facultad de Medicina de Albacete

Doctorado en Neurociencias

TESIS DOCTORAL

HIPOACUSIA INFANTIL: UN ESTUDIO RETROSPECTIVO

DE PREVALENCIA, DETECCIÓN PRECOZ Y ACTUACIÓN

EN EL COMPLEJO HOSPITALARIO Y UNIVERSITARIO DE

ALBACETE

Lucrecia Roque Taveras

Albacete, 2017

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INFORME DE LA DIRECTORA DE TESIS

HACE CONSTAR: Que Dña. Lucrecia Roque Taveras ha realizado bajo mi

dirección el trabajo de su Tesis Doctoral titulada “Hipoacusia Infantil: Un estudio

Retrospectivo de la Prevalencia, Detección y Actuación en el Complejo

Hospitalario y Universitario de Albacete” que ha finalizado con el mayor

aprovechamiento. Por ello, considero que este trabajo reúne las condiciones

necesarias de calidad y rigor científico para su exposición pública y defensa con el

fin de optar al título de Doctora por la Universidad de Castilla-La Mancha.

Y para que así conste y surta los efectos oportunos, firmo la presente a 2 de Junio

de 2017.

Dra. Verónica Fuentes Santamaría

Facultad de Medicina de Albacete.

Universidad de Castilla-La Mancha

Departamento de Ciencias Médicas

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AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a mi directora de tesis por animarme a iniciar este proyecto.

Gracias Verónica por tu paciencia y dedicación, gracias a ti esta tesis hoy es una

realidad. Agradecer a mis compañeros de trabajo del Hospital de Barbastro por su

apoyo y estimulo constante y por hacerme pasar horas de trabajo muy amenas y

divertidas cada día. Muchas gracias a mis amigos, a mis compañeros del servicio

de Otorrinolaringología de Hospital de Albacete y del Hospital Miguel Servet, han

influido en mi formación y han contribuido a definirme como soy, en especial a

Félix de Miguel por la confianza depositada y la gran oportunidad dada. A toda mi

familia, mis padres y hermanos en especial a mi madre, no solo por esta tesis, si

no por todo, sin su sacrificio y fe hoy no sería lo que soy, Gracias a mi hija Camila

por iluminar mi vida; muchas gracias a todos, gracias por creer en mí, por

hacerme mejor persona y mejor profesional cada día.

En un momento como este, entre un montón de personas muy valiosas para mí,

que me han querido y apoyado, no nombradas en estas líneas por falta de

espacio, es difícil no recordarte, esta va por ti Gonzalo, siempre estarás presente

en nuestros corazones.

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ÍNDICE

ABREVIATURAS ............................................................................................... 1

RESUMEN ......................................................................................................... 3

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 4

1.1 ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA..................................... 4

1.2 ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA AUDICIÓN ............................................. 4

1.3 CONCEPTO DE HIPOACUSIA. CLASIFICACIÓN ....................................... 8

1.4 HIPOACUSIA INFANTIL ............................................................................. 13

1.5 FRECUENCIA DE LA HIPOACUSIA INFANTIL .......................................... 14

1.6 PRUEBAS DE DETECCIÓN DE LA HIPOACUSIA ..................................... 15

1.6.1 OTOEMISIONES ACÚSTICAS ................................................................ 16

1.6.2 POTENCIALES EVOCADOS AUDITIVOS DEL TRONCO CEREBRAL .. 19

1.6.3 VALORACIÓN DE LA PRUEBA DIAGNÓSTICA ..................................... 22

1.7. ESTRATEGIAS DE CRIBADO DE HIPOACUSIA EN RECIÉN NACIDOS . 24

1.7.1. ESTRATEGIA DE CRIBADO EN GRUPOS CON INDICADORES DE ALTO

RIESGO DE HIPOACUSIA. .............................................................................. 24

1.7.2. ESTRATEGIA POBLACIONAL O CRIBADO AUDITIVO NEONATAL

UNIVERSAL ..................................................................................................... 28

1.7.3. METODOLOGÍA DEL PROGRAMA DE DETECCIÓN PRECOZ DE

HIPOACUSIA EN RN ....................................................................................... 31

1.7.3.1 PRIMER NIVEL O FASE DE CRIBADO NEONATAL ............................ 32

1.7.3.2 SEGUNDO NIVEL O FASE DE RECRIBADO ....................................... 39

1.7.3.3 TERCER NIVEL O FASE DIAGNOSTICA ............................................. 39

1.7.3.4 CUARTO NIVEL O FASE DE TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO ......... 40

1.8 REGISTRO Y EVALUACIÓN DEL PROGRAMA ........................................ 44

2. HIPÓTESIS .................................................................................................. 47

3. OBJETIVOS ................................................................................................. 47

3.1 OBJETIVO GENERAL ................................................................................ 47

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS: ...................................................................... 47

4. MATERIAL Y MÉTODOS ............................................................................. 48

4.1 ASPECTOS ÉTICOS .................................................................................. 48

4.2 POBLACIÓN DE ESTUDIO ........................................................................ 48

4.3 CÁLCULO DE LA MUESTRA ..................................................................... 49

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4.4 INDICADORES DE COBERTURA .............................................................. 49

4.4.1 PARTICIPACIÓN EN EL 1ER NIVEL ........................................................ 49

4.4.2 DERIVACIÓN AL 2O NIVEL ..................................................................... 49

4.4.3 PARTICIPACIÓN EN EL 2O NIVEL .......................................................... 49

4.4.4 DERIVACIÓN ENTRE EL 2O Y EL 3ER NIVEL .......................................... 50

4.4.5 PARTICIPACIÓN EN EL 3ER NIVEL . ....................................................... 50

4.4.6 REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN .................. 50

4.4.7 DERIVACIÓN AL 3ER NIVEL POR FACTORES DE RIESGO ................... 50

4.5 INDICADORES DE PROCESO .................................................................. 50

4.5.1 CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO DE CRIBADO. .......... 50

4.5.2 MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS ............................... 51

4.5.3 PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN

ANTES DE TRES MESES ................................................................................ 51

4.5.4 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO. ............... 51

4.5.5 PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE LOS

SEIS MESES ................................................................................................... 51

4.5.6 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO ........................ 51

4.5.7 PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS

MESES ............................................................................................................ 51

4.6 INDICADORES DE RESULTADO .............................................................. 52

4.6.1 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA .............................................. 52

4.6.2 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO. ...... 52

4.6.3 NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD. ...................... 52

4.6.4 TASA DE CASOS SEGÚN AFECTACIÓN ............................................... 52

4.6.5 VALOR PREDICTIVO POSITIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO. .......... 53

4.6.6 PORCENTAJE DE FALSOS POSITIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN

ORIGINARIA. ................................................................................................... 53

4.7 CRITERIOS DE INCLUSIÓN COMO POBLACIÓN DE RIESGO DE

HIPOACUSIA ................................................................................................... 53

5. RESULTADOS ............................................................................................. 56

5.1 INDICADORES DE COBERTURA .............................................................. 56

5.1.1 PARTICIPACIÓN EN EL 1ER NIVEL ......................................................... 56

5.1.2 DERIVACIÓN AL 2O NIVEL ...................................................................... 56

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5.1.3 PARTICIPACIÓN EN EL 2O NIVEL .......................................................... 60

5.1.4 DERIVACIÓN ENTRE EL 2O Y EL 3ER NIVEL ........................................... 62

5.1.5 PARTICIPACIÓN EN EL 3ER NIVEL ......................................................... 62

5.1.6 REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN .................. 64

5.1.7 DERIVACIÓN AL 3ER NIVEL POR FACTORES DE RIESGO ................... 64

5.2. INDICADORES DE PROCESO ................................................................. 65

5.2.1 CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO DE CRIBADO ........... 65

5.2.2 MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS ............................... 66

5.2.3 PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN

ANTES DE TRES MESES ................................................................................ 66

5.2.4 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO ................ 67

5.2.5 PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE SEIS

MESES ............................................................................................................. 67

5.2.6 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO ......................... 68

5.2.7 PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS

MESES ............................................................................................................. 68

5.3 INDICADORES DE RESULTADO .............................................................. 69

5.3.1 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA ............................................... 69

5.3.2 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO ....... 69

5.3.3 NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD ....................... 70

5.3.4 TASA DE CASOS SEGÚN AFECTACIÓN. .............................................. 70

5.3.5 VALOR PREDICTIVO POSITIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO ........... 71

5.3.6 PORCENTAJE DE FALSOS POSITIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN

ORIGINARIA .................................................................................................... 72

5.4 FACTORES DE RIESGO DE HIPOACUSIA .............................................. 74

6. DISCUSIÓN .................................................................................................. 75

7. CONCLUSIONES ......................................................................................... 93

8. REFERENCIAS ............................................................................................ 94

TABLAS ......................................................................................................... 104

FIGURAS ....................................................................................................... 106

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ABREVIATURAS

AICE: Asociación de Implantes Cocleares Española

AEP: Asociación Española de Pediatría

CAE: Conducto Auditivo Externo

CHUA: Complejo Hospitalario y Universitario de Albacete

CODEPEH: Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia Infantil

CCLM: Comunidad de Castilla-La Mancha

DTT: Drenajes Transtimpánicos

FIAPAS: Confederación Española de Padres y Amigos de los Sordos

FN: Falso Negativo

FP: Falso Positivo

FR: Factor de Riesgo

HL: Hearing Level

HNS: Hipoacusia Neurosensorial

IC: Implante Coclear

INSALUD: Instituto Nacional de la Salud

MBPN: Bajo Peso al Nacer

OD: Oído Derecho

OEA: Otoemisiones Acústicas

OEAT: Otoemisiones Evocadas Transitorias

OI: Oído Izquierdo

OMA: Otitis Media Aguda

OMS: Otitis Media Serosa

ORL: Otorrinolaringología/Otorrinolaringólogo

PDPHI: Programa de Detección Precoz de Hipoacusia Infantil

PEATC-A: Potenciales Evocados Auditivos del Tronco Cerebral Automáticos

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RN: Recién Nacidos

SEORL: Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico Facial

SPL: Sound Pressure Level

UCIN: Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal

VM: Ventilación mecánica

VPP: Valor Predictivo Positivo

VPN: Valor Predictivo Negativo

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RESUMEN

La hipoacusia es un déficit sensorial secundario a la pérdida o alteración de la

función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo, cuya potencial producción

de discapacidad depende de la precocidad con la que se realice el diagnóstico y

se instaure el tratamiento. Durante los últimos años, ha existido una gran

preocupación por el impacto de la sordera infantil en nuestra sociedad, ya que

constituye un problema de salud importante debido a las repercusiones que tiene

en el desarrollo emocional, académico y social del niño, afectando a cinco de

cada mil recién nacidos vivos. Por ello, que el diagnóstico temprano de esta

patología mediante programas de detección precoz de hipoacusia sea prioritario

en la actualidad. El objetivo de estos programas es la identificación de la sordera

en el recién nacido, sea cual sea su causa, persiguiendo su detección al primer

mes de vida, diagnóstico a los 3 meses e intervención y tratamiento a los 6

meses. El objetivo principal de esta tesis es realizar un estudio retrospectivo de la

eficacia del programa de detección precoz de la hipoacusia infantil en el Complejo

Hospitalario y Universitario de Albacete para valorar su eficacia durante los años

2007-2011. Para ello, se revisaron 405 historias clínicas, seleccionadas de

manera aleatoria, de niños nacidos durante esta ventana temporal. Nuestros

resultados muestran dos casos diagnosticados de hipoacusia, que alcanzaron una

tasa de 4,9‰ de los recién nacidos vivos. Solo uno de ellos presentaba una

historia familiar de hipoacusia y requirió de tratamiento con audioprótesis,

drenajes transtimpánicos e implante coclear. Estos datos concluyen que el

programa de detección precoz de hipoacusia es una herramienta útil en el

diagnóstico temprano de la hipoacusia infantil, sin embargo, a pesar de los

grandes avances a lo largo de los años en el desarrollo del programa aún existen

retos a superar, siendo algunos de ellos el seguimiento y el acortamiento de los

tiempos en el diagnóstico y tratamiento de esta patología.

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1. INTRODUCCIÓN

1.1 ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA

La integridad del sistema auditivo es imprescindible para potenciar la estimulación

auditiva necesaria para acceder al lenguaje oral y en consecuencia, al resto de

habilidades cognitivas que de ella se derivan (1,2). La hipoacusia en recién

nacidos (RN) es una deficiencia en la agudeza auditiva, de origen congénito o de

aparición en los primeros días de vida (1). Por ello, que la realización de un

diagnóstico precoz (3) sea prioritario, ya que cuanto más se demore mayor

repercusión tendrá sobre el desarrollo del individuo y peores serán los resultados

de cualquier intervención terapéutica (1,2,4–6).

Durante los últimos años ha existido una gran preocupación por la sordera infantil

que afecta a cinco de cada mil RN vivos (5,7). Teniendo en cuenta que el

desarrollo neurológico auditivo precisa de estimulación en los primeros 18 meses

de vida, es necesario detectar sin demora las deficiencias auditivas congénitas a

fin de instaurar un tratamiento con la máxima anticipación posible (8). El

diagnóstico precoz de la hipoacusia neonatal se recomendaba anteriormente sólo

a los neonatos que tuvieran factores de riesgo (FR); sin embargo, este hecho

demostró que había un porcentaje elevado de niños afectados que no se

beneficiaban de este diagnóstico por no ser incluidos en el programa (8).

La hipoacusia reúne los requisitos mínimos de las patologías que son

susceptibles de cribado (2,5,9–12); ya que existe un método fiable, objetivo y

sencillo de detección y de diagnóstico y además, se pueden instaurar tratamientos

de forma precoz capaces de solucionar el problema en su totalidad o al menos

limitar sus consecuencias a largo plazo (2,5,9,10). Actualmente existen programas

de detección precoz de hipoacusia en todas las comunidades autónomas de

España (5,13) e incluso en algunas de ellas existe un programa común a

desarrollar en todos los centros hospitalarios de una forma coordinada (5). El

objetivo de estos programas es la identificación de la sordera en el RN, sea cual

sea su causa (14), persiguiendo su detección al primer mes de vida, diagnóstico a

los 3 meses e intervención y tratamiento a los 6 meses (11,15–17).

1.2 ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA AUDICIÓN

El sistema auditivo se desarrolla de forma evolutiva mediante un proceso de

maduración (1), que se inicia aproximadamente a la tercera semana después de

la fecundación (18) y se prolonga hasta los 12 años de vida postnatal (1). El oído

es el órgano sensorial encargado de la audición y el equilibrio (18) y está dividido

en tres áreas anatómicas claramente diferenciadas, el oído externo, el oído medio

y el oído interno (19–22) (Figura 1). El oído externo está compuesto por el

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pabellón auricular y el conducto auditivo externo (CAE) (1,23,24) y tiene función

de protección, amplificación y localización de los estímulos sonoros (1,24,25).

Figura 1. Áreas anatómicas del oído. Corte coronal del oído donde se muestra el oído externo, medio e interno junto a las diferentes estructuras que los componen.

El oído medio está formado por una serie de cavidades aéreas (1,26), donde su

parte central, la membrana timpánica, tiene como función principal transformar las

vibraciones sonoras aéreas que llegan al tímpano en variaciones de presión en

los compartimentos líquidos del oído interno (25). El oído interno ubicado en el

interior del hueso temporal, está dividido en dos regiones funcionalmente

distintas; el sistema vestibular con el órgano del equilibrio y la cóclea, que

constituye el órgano receptor del sonido (1,19,27). La cóclea o caracol, está

formada por un conducto enrollado sobre sí mismo, con dos vueltas y media

sobre un eje central de hueso esponjoso llamado modiolo o columela, donde se

encuentra el ganglio espiral. En sentido longitudinal se divide en tres escalas:

timpánica, media o coclear y vestibular. La escala timpánica y la vestibular

contienen perilinfa y la escala media está llena de endolinfa (1,27) (Figura 2). La

base de esta última escala la forma la membrana basilar y sobre ésta se sitúa el

órgano de Corti, elemento sensorial donde están asentados los receptores de la

audición y sus células de soporte (1,27) (Figuras 3 y 4).

La cóclea, al igual que los núcleos auditivos centrales se encuentra organizada

tonotópicamente, de manera que los sonidos de bajas frecuencia se encuentran

representados en la región apical y los tonos más agudos en la región basal

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(Figura 3). En humanos, esta frecuencia tonotópica se extiende desde 200 Hz

hasta 20000 Hz (1).

Figura 2. Estructura de la cóclea. Se muestran las escalas timpánica, media y vestibular.

Figura 3. Representación tonotópica de la cóclea. Regiones de la cóclea en humanos mostrando las diferentes frecuencias analizadas.

El receptor auditivo está constituido por células ciliadas externas e internas que

presentan prolongaciones rígidas en su porción apical denominadas estereocilios

(1,27) (Figura 4). Las células ciliadas internas se organizan en una sola hilera y

en su región basal hacen sinapsis con las dendritas de las células ganglionares,

por lo que se consideran las estructuras principales en el proceso de

transformación de estímulos acústicos mecánicos en impulsos eléctricos que

circularán por la vía auditiva (1,28). En cambio, las células ciliadas externas se

organizan en tres hileras y presentan propiedades contráctiles que responden a la

estimulación sonora (27). Son las encargadas de realizar la amplificación de las

ondas que se transformarán en un potencial de acción en el nervio auditivo (1,28).

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Figura 4. El receptor auditivo. A) El diagrama ilustra el órgano de Corti. B) Preparación histológica de la cóclea mostrando las 3 hileras de células ciliadas externas (OHCs) y 1 hilera de células ciliadas internas (IHCs). La distribución organizada de los estereocilios se indica con barras amarillas en B (29).

A través del ganglio espiral, los impulsos eléctricos auditivos procedentes del oído

interno son transmitidos a lo largo de las distintas estaciones de relevo auditivo.

Desde los núcleos cocleares, la vía auditiva ascendente se dirige de forma

contralateral atravesando los núcleos del complejo olivar superior, los núcleos

ventral y dorsal del lemnisco lateral, el colículo inferior, el geniculado medial y

finalmente, la corteza auditiva (1,30) (Figura 5).

Figura 5. Vía auditiva ascendente. La información auditiva se transmite desde la cóclea hasta la corteza auditiva a través de múltiples estaciones sinápticas.

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1.3 CONCEPTO DE HIPOACUSIA. CLASIFICACIÓN DE LAS HIPOACUSIAS

La hipoacusia se define como una disminución de la percepción auditiva por

afectación del oído bien unilateral o bilateralmente que se traduce en umbrales

mayores de 20 decibelios (dB SPL) (1,11,14). Se considera la alteración sensorial

más frecuente del ser humano (9,31–36) y una de las discapacidades más

frecuentes a nivel mundial (37). Se puede clasificar de varias formas dependiendo

de su extensión, del momento de aparición, del grado de hipoacusia, de la edad

de aparición, de su etiología y de su localización.

1. Según la extensión: podemos distinguir entre hipoacusia unilateral, si

afecta a un solo oído o hipoacusia bilateral, si afecta a ambos (1,38).

2. Según el momento de producirse la pérdida auditiva:

a. Hipoacusia prelingual o prelocutiva: cuando se produce antes del

desarrollo del lenguaje (1,5,14,38), entre los 0-2 años (1,10,11) y

puede ser prenatal, perinatal y postnatal (1,5).

b. Hipoacusia perilingual o perilocutiva: cuando sucede durante la

etapa de adquisición del lenguaje (11,14,38), entre los 2-5 años

(1,11).

c. Hipoacusia postlingual o postlocutiva: cuando se produce después

de la adquisición del lenguaje (1,5,11,14,38).

A efectos auditivos, todas las sorderas congénitas son de tipo prelingual (1),

siendo las consecuencias más graves cuanto más precoz sea la pérdida (11).

3. Según el grado de hipoacusia y siguiendo las normas del “American

National Standards Institute” (1,5) y el “Bureau International

d´Audiophonologie” (BIAP) (14,39) las pérdidas auditivas se clasifican en:

a. Leves (21-40 dB) (1,5,14,39,40): En la hipoacusia leve solo

aparecen problemas de audición con voz baja y en ambiente ruidoso

(11,14). Aunque el niño oye todo, sólo comprende parte de lo

escuchado, lo que provoca pérdidas de atención en clase y dificultad

de comunicación en las conversaciones de grupo. Se producen

dislalias, por dificultad en la discriminación de algunos fonemas,

retraso del lenguaje y del habla, las cuales en muchas ocasiones

pasan desapercibidas por los padres y son causa de bajo

rendimiento escolar (1,5).

b. Moderadas (41-70 dB) (1,5,14,39,40): El lenguaje aparece de forma

espontánea pero con retraso y suele ir acompañado de muchas

dificultades fonoarticulares (1,5,11). Necesitan apoyarse en la

lectura labial y presentan problemas importantes de comprensión en

ambientes ruidosos o en grupos (1,5).

c. Severas (71-90 dB) (1,5,14,39,40): Discriminan sonidos del entorno

frente a sonidos del habla, pero la audición residual no es funcional

por sí sola, por lo que su aprendizaje es difícil, lento y a veces, muy

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limitado (1,5). Solo se oye cuando se grita o se usa amplificación, y

no se desarrolla el lenguaje sin ayuda (11,14).

d. Profundas (>90 dB) (1,5,14,39,40): La comprensión es

prácticamente nula, incluso con amplificación (11). La adquisición

del lenguaje oral es muy difícil, ya que el niño depende de la lectura

labial y tanto la voz como la inteligibilidad del habla están muy

alteradas (1,5). No se produce un desarrollo espontáneo del

lenguaje (11,14).

4. Según la edad de aparición:

a. Hipoacusia congénita: cuando el déficit auditivo está presente en el

nacimiento (1,14) y por tanto, es detectable por medio de pruebas

de cribado auditivo.

b. Hipoacusia progresiva o de aparición tardía: cuando el déficit

auditivo aparece después del nacimiento y por tanto, no es

detectable con las pruebas de cribado auditivo (14).

5. Según su etiología (1,38):

a. Hereditaria

b. Adquirida

c. Idiopática

6. Según el período en que aparece el agente etiológico pueden ser:

a. prenatales: aparecen durante el embarazo. Estas a su vez pueden

ser:

o Genéticas: Representan del 50 a 60% del total de hipoacusias

(1,11,32,41,42) y pueden ser:

▪ Sindrómicas: asociadas a otras malformaciones. Representan

alrededor del 25% de las genéticas (1,5,32), habiendo sido

descritos cerca de 600 síndromes con posibles estigmas

asociados (17). Pueden ser de patrón autosómico dominante,

autosómico recesivo, ligadas al cromosoma X o

mitocondriales (1,5,43) (Tabla 1).

▪ No sindrómicas: sorderas simples o aisladas (1,5).

Representan alrededor de un 70-80% de las genéticas

(32,41,42), siendo la mutación en el gen GJB2 (Gap junction

B2, Conexina 26) la causa no sindrómica más

frecuentemente encontrada (5,41).

o Adquiridas: La mayoría son RN asintomáticos. La afectación puede

manifestarse desde el nacimiento o puede ser una hipoacusia de

aparición progresiva y observarse meses o años después de nacer.

Las causas puede deberse a (1,5,11):

▪ Infecciones (Toxoplasmosis, Rubéola, Citomegalovirus,

Herpes y Sífilis)

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▪ Fármacos ototóxicos

▪ Radiaciones

▪ Enfermedades metabólicas maternas como diabetes o

hipotiroidismo

▪ Hábitos tóxicos maternos: alcohol y/o drogas vía parenteral.

▪ Teratógenos

▪ Antipalúdicos

b. perinatales: aparecen durante el parto y periodo neonatal. Pueden

ser debidas a (1,5):

o Hipoxia, anoxia

o Prematuridad

o Hiperbilirrubinemia que requieren exanguinotransfusión

o Meningitis

o Traumatismo craneal

o Ototóxicos

o Ventilación mecánica (VM)

c. Postnatales: una vez producida la lesión se manifiestan después del

nacimiento. Pueden ser debidas a (1,5):

o Meningitis, encefalitis

o Sarampión

o Otitis media crónica

o Laberintitis

o Ototoxicidad

o Enfermedad de Meniere

o Traumatismo craneoencefálico

o Enfermedades autoinmunes

o Anemia de células falciformes

o Otras.

7. Según su localización:

a. De transmisión o de conducción: Alteraciones en la transmisión del

sonido a nivel del oído medio y externo (1,5,14,34). Con pronóstico

favorable y leves consecuencias para el lenguaje, siempre que se

realice el tratamiento adecuado farmacológico, quirúrgico y/o

audioprotésico (1,5). En la hipoacusia de transmisión existe una

deficiencia de la transformación de energía en forma de ondas

sonoras a ondas hidráulicas en el oído interno, lo cual impide que el

sonido llegue a estimular correctamente las células sensoriales del

órgano de Corti debido a lesiones localizadas en el oído externo o

medio. Las malformaciones graves del oído externo y del oído

medio, tales como la ausencia de CAE y de la membrana timpánica

y la fusión de los huesecillos, provocan una pérdida auditiva de 60

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11

dB como máximo, si la cóclea es normal, la cual es suficientemente

grave como para comprometer la adquisición del lenguaje (11).

b. De percepción o neurosensorial: se incluyen las hipoacusias

cocleares o sensoriales y las retrococleares o neurales (14,34). En

las cocleares, la lesión se localiza en las células sensoriales del

órgano de Corti, donde la energía mecánica del sonido se

transforma en energía eléctrica. Mientras que, en las retrococleares,

la lesión se localiza en la vía nerviosa que conduce el impulso

eléctrico, bien a nivel periférico (nervio coclear) o central (tronco

cerebral y centros superiores hasta la corteza cerebral). La

hipoacusia neurosensorial (HNS) infantil se localiza, generalmente, a

nivel de las células ciliadas y se debe a una degeneración o

agenesia celular (14). En este tipo de hipoacusia hay una

transformación inadecuada de las ondas del oído medio en actividad

nerviosa debido a las lesiones en el oído interno o en las vías y

centros nerviosos auditivos (1,5,11). Dependiendo del grado de

deficiencia auditiva pueden presentar un mejor o peor pronóstico

(1,5).

c. Hipoacusia mixta: es aquella en las que participan mecanismos de

transmisión y neurosensoriales (11,14), originándose por varias

lesiones coexistentes que afectan al mismo tiempo al sistema

auditivo periférico y central (14). Por ello, que cualquier sordera

superior a 60 dB implica una pérdida neurosensorial pura o mixta

(11).

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12

Tabla 1. Síndromes genéticos asociados a hipoacusia.

Patrón hereditario

Síndromes asociados

Patrón de Herencia

Autosómica Dominante

S. de Waardenburg

S. Braquiootorrenal

S. de Stickler (Artro oftalmopatía hereditaria)

S. de Alport (con elevada heterogeneidad genética, estando descritas también formas

autosómicas recesivas y ligadas al sexo)

S. de Treacher-Collins (Francheschetti)

S. de Leopard

Patrón de Herencia

Autosómica Recesiva

S. de Usher

S. de Cockraine

S. de Pendred

S. de Jervell-Lange-Nielsen

Enfermedad de Refsum

Mucopolisacaridosis (tipo I, IV B y VI)

S. de Johanson-Blizzard (5)

Patrón de Herencia Ligado al

Cromosoma X (sexo)

Enfermedad de Novrie

S. de Coffin-Lowry

S. de Gustavson

S. de Schimre

Mitocondriales S. de Kearns-Sayre (11)

La neuropatía auditiva es el término utilizado para describir las enfermedades

caracterizadas por una función normal de las células ciliadas externas y una

función anormal o ausencia de la misma del nervio auditivo (42,44,45). Aunque la

neuropatía auditiva no está completamente entendida (39,44), se considera un

trastorno identificado gracias a los programas de cribado y las nuevas tecnologías

de evaluación objetiva de la audición (11,42,44,46,47). Este trastorno puede ser

detectado con el uso combinado de Otoemisiones Acústicas (OEA) y Potenciales

Evocados Auditivos del Tronco Cerebral (PEATC) (11,42,44,46,47). Las medidas

fisiológicas de la función auditiva muestran OEA normales, que sugieren un

funcionamiento normal de las células ciliadas externas y PEATC atípicos o

ausentes, lo que sugiere una disfunción de la conducción nerviosa (11,39,44,45),

que puede pasar desapercibida dependiendo de la estrategia de cribado que se

utilice (39). Por ello, que sea prioritario identificar a los niños que presentan riesgo

de neuropatía auditiva para someterlos a PEATC, aunque tengan unas OEA

normales (43).

Estudios bibliográficos sugieren que los niños con riesgo aumentado de padecer

neuropatía auditiva son aquellos lactantes con complicaciones neonatales que

han recibido atención en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN),

niños con historia familiar de hipoacusia infantil y lactantes con hiperbilirrubinemia

grave (11,43,45) e hipoxia-isquemia perinatal aguda (43). Actualmente no se

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13

conocen ni la prevalencia ni la historia natural de la neuropatía auditiva en

neonatos (11), aunque algunos autores refieren que puede ocurrir en 19.5% de

los RN con pérdida auditiva (46). La neuropatía auditiva no es un diagnóstico, sino

una forma de presentación de la hipoacusia, ahora identificable por medio del

cribado. Este trastorno de la conducción todavía desconocido se reconoce en la

actualidad gracias a los avances de la audiología (11,43,44).

1.4 HIPOACUSIA INFANTIL

Durante la infancia, la hipoacusia representa un problema de salud importante,

dadas las inmediatas repercusiones que tiene sobre el desarrollo intelectual,

cognitivo, emocional, lingüístico y social del niño (1,5,7,48–50). Los déficits de la

audición congénitos o adquiridos en el período neonatal constituyen un grave

trastorno sensorial que afecta, en los casos más severos, al desarrollo del habla y

del lenguaje, ocasionando por ello serias dificultades psicológicas y de

comunicación para el niño y su familia (1,5,46). Desde los años 90, diversos

estudios han demostrado que la aparición precoz de una sordera durante los

primeros seis meses de vida interfiere con el desarrollo normal del habla y del

lenguaje oral (11). La audición y el lenguaje en el niño se desarrollan en

consonancia con la maduración del sistema neurosensorial y motor, siendo un

proceso de adquisición ininterrumpido y progresivo (1,5). En los primeros meses

de vida, el niño debe presentar una respuesta refleja ante los estímulos sonoros,

respondiendo con parpadeo, agitación o despertándose, considerándose esta

fase de maduración la que precede a la audición y al lenguaje (1).

El momento de aparición de la hipoacusia y su detección precoz es fundamental

para el pronóstico y la calidad de vida del niño (1,2,31,48). La hipoacusia durante

los primeros 6-12 meses de vida interfiere irreversiblemente en el desarrollo

normal del habla y del lenguaje oral (5,11,31,48,51,52), debido a que las primeras

semanas de vida extrauterina son determinantes para el desarrollo de las vías

auditivas y la adecuada plasticidad cerebral (1,2,5,31). La hipoacusia es un

impedimento grave cuyos efectos trascienden ampliamente a la imposibilidad de

hablar (11). Por ello, que la identificación e intervención temprana de esta

patología permitan un mejor desarrollo del lenguaje oral al favorecer el desarrollo

y la maduración cognitiva del niño (1,2,33,37,48,53–56).

Un amplio número de estudios han demostrado que las personas afectadas por

una hipoacusia padecen retraso en el lenguaje y tienen peores expectativas

laborales y profesionales (8,11,48). Las personas con discapacidad auditiva

severa o profunda, que no han recibido un tratamiento audioprotésico y

logopédico adecuado y precoz necesitan invertir mayor esfuerzo para lograr ser

autónomos (5). Como consecuencia, el individuo con discapacidad auditiva puede

enfrentarse a una situación de inadaptación personal y social, que contribuirá de

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manera negativa en su madurez psicológica y en su estabilidad emocional,

resultando en ciertos casos, en trastornos emocionales y de personalidad (5,57).

Dada la relación existente entre audición y lenguaje, y debido además al periodo

crítico de aprendizaje (0-4 años), en el que quedan selladas las características

morfológicas y funcionales de las áreas corticales del lenguaje, es fundamental

facilitar el acceso del niño sordo al lenguaje oral en las primeras edades ya que es

en este momento cuando se sientan las bases del desarrollo comunicativo y de la

adquisición del lenguaje oral, así como de la maduración de la percepción auditiva

y de todas las capacidades y habilidades cognitivas que de ella se derivan

(2,5,32). Con la detección precoz se logran reducir las consecuencias negativas,

mejorando la intercomunicación del niño con su entorno y el aprendizaje del

lenguaje (1,2,42). Si bien la evidencia no es definitiva (11), son numerosos los

estudios que abogan por una detección temprana de la sordera infantil

(4,9,16,42,48,58) a través de programas de detección e intervención de

hipoacusia infantil (59,60).

1.5 FRECUENCIA DE LA HIPOACUSIA INFANTIL

La epidemiología de la hipoacusia neonatal permanente no se conoce con

precisión ya que varía dependiendo de la edad, el grado de pérdida auditiva y la

existencia de FR (40). Según la Organización Mundial de la Salud la incidencia de

hipoacusia severa o profunda en el RN es del 1 ‰ (1,2,5,48,53,56), ascendiendo

casi al 3 ‰ si se incluyen las hipoacusias moderadas (1) y al 5 ‰ si se consideran

todos los grados de hipoacusia (1,2,5,6,8,31,38,48,53) (Tabla 2).

Algunos estudios indican que la incidencia de pérdida de audición severa bilateral

en niños varía de 2-3 por cada mil nacimientos (40,49). Mientras que otros

refieren prevalencia en el RN y el lactante entre 1,5 y 6,0 casos por cada mil

nacidos vivos (11). La prevalencia podría ser hasta 10 veces mayor en los

neonatos hospitalizados en las UCIN (40,61), describiéndose tasas entre el 2-4%

(34,40,46,49,54) y el 20-50% (5,35,61). Existen pocos datos de la incidencia de

hipoacusia en España (48), ya que las bibliografías existentes no son

concluyentes. Las cifras varían, entre 1-6 ‰ según el tipo de hipoacusia

examinada y los diferentes estudios presentados (14).

Tabla 2. Incidencia de hipoacusia infantil

En España según datos del estudio multicéntrico “Detección Precoz de la

Hipoacusia Infantil en Recién Nacidos de Alto Riesgo” (1991), realizado en

Incidencia de hipoacusia prelocutiva en RN (1,6)

Hipoacusia severa (> 70 dB) 1 ‰ RN

Hipoacusia moderada (> 40 dB) 3 ‰ RN

Hipoacusia de cualquier grado 5 ‰ RN

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15

distintas Comunidades Autónomas y promovido por la Confederación Española de

Padres y Amigos de los Sordos (FIAPAS) y la Organización Nacional de Ciegos

Españoles (ONCE) (1,6), se concluye que la incidencia de hipoacusia de cualquier

tipo en esta población de riesgo es de 7,69 %, lo que supone un 2,8 ‰ RN

(1,6,31,48). Las hipoacusias de grado severo o profundo suponen el 2,13 % de la

población de riesgo, lo que equivale a 0,77 casos por cada mil RN vivos

(3,8,31,48). Estos datos se mantienen en estudios posteriores realizados por

algunas Comunidades Autónomas en el año 2004 (1,6)

La Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia Infantil (CODEPEH)

(1,5,48), según datos del año 2000, manifiesta que cada año en España nacen

alrededor de 2000 niños con problemas auditivos de distintos grados, incluyendo

los leves (5‰ RN) (1,5,6). Esta incidencia puede considerarse baja para la

realización de un programa de cribado universal, pero es superior a la de otras

enfermedades congénitas como el hipotiroidismo (1 por 3.500) o la fenilcetonuria

(1 por 14.000) (14). Se considera tres veces más frecuente que el síndrome de

Down, seis veces más que la espina bífida y alrededor de 25 veces más frecuente

que el hipotiroidismo (32).

1.6 PRUEBAS DE DETECCIÓN DE LA HIPOACUSIA

La pérdida auditiva en RN y lactantes no es fácil de detectar mediante los

procedimientos clínicos rutinarios u observación del comportamiento

(11,41,47,60), aunque a menudo los padres comunican la sospecha de

hipoacusia, falta de atención o respuesta errática al sonido antes de que la

pérdida auditiva se confirme (11). Estos métodos se asocian a altas tasas de

falsos positivos (FP) y falsos negativos (FN) que socavan los fundamentos de

cribado poblacional (47).

Sin programas específicos de detección precoz de hipoacusia congénita, la edad

media del diagnóstico se situaría entre 2,5-3 años

(1,3,5,6,11,14,15,16,32,48,59,62), tanto en España como en el resto de la

Comunidad Europea y Estados Unidos (1,5,6,15,48), aunque otros autores hablan

de 1,5 a 2 años (39,42,63,64). Los niños que tienen una pérdida auditiva de

severa a profunda o discapacidades múltiples suelen detectarse antes de que

cumplan 30 meses (11); sin embargo, los niños con pérdidas de leves a

moderadas a menudo no son identificados hasta la edad escolar (11,63).

Muchos casos de hipoacusia moderada se detectan en la edad escolar cuando

los profesores observan un bajo rendimiento académico que muchas veces es

confundido con déficit de atención, retraso mental, autismo u otros diagnósticos

neurológicos (7). La valoración subjetiva de la audición es, por todo ello, difícil y

poco sensible como método de cribado durante los primeros meses de vida

(7,11,60), por lo que es necesario realizar un cribado universal en RN para

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prevenir trastornos en la adquisición del lenguaje (1,5,6,11,60). Con programas de

cribado universal bien establecidos, la edad media del diagnóstico está alrededor

de los 3-6 meses (7,32,42,46,65) y el inicio del tratamiento a los 5-7 meses (7,32).

Los métodos de detección como los de diagnóstico pueden ser divididos en dos

grandes grupos: subjetivos y objetivos.

1. Los métodos subjetivos o conductuales se denominan así porque requieren la

elaboración, por parte del sujeto, de una respuesta tras percibir el estímulo

auditivo. Dicha respuesta, automática o voluntaria, según las características del

sujeto, es observable por el examinador.

2. Los métodos objetivos, en cambio, no requieren de la cooperación del sujeto.

Estos procedimientos se basan en la detección mediante artificios técnicos

apropiados de los cambios fisiológicos inducidos por el estímulo acústico en el

oído medio, en el oído interno o en las vías y centros nerviosos. Su ejecución no

depende de la cooperación del sujeto, por lo que éste puede permanecer

despierto, dormido o sedado (5).

Estos métodos objetivos de exploración tienen las siguientes ventajas:

• Aplicación a cualquier edad, desde los primeros días de vida.

• Aplicación en sujetos con deficiencias mentales, autistas y niños con

trastornos de conducta, que impiden el uso fiable de otros métodos.

• Alta sensibilidad, que permite afirmar la existencia de una pérdida auditiva,

incluso a nivel subclínico.

• Información topográfica acerca de la porción del sistema auditivo donde radica

la lesión (5).

Los métodos objetivos de detección son los únicos seguros durante el periodo de

lactancia y los primeros años de vida (11). Si bien los test conductuales son la

herramienta clave para la determinación de la hipoacusia permanente, éstos no

pueden ser realizados con fiabilidad antes de los 8 ó 9 meses de edad (5) debido

a la complejidad de la realización de la técnica (14). Por este motivo, la estimación

de la hipoacusia congénita habrá de realizarse mediante métodos objetivos (5),

siendo las OEA y los PEATC, las técnicas utilizadas para la detección de

hipoacusias en RN (5,11,14,39,48,63,66–68).

1.6.1 OTOEMISIONES ACÚSTICAS

Las OEA se definen como la energía acústica generada por las células ciliadas

externas del órgano de Corti que se registran en el CAE (5,11,31,41,56,60)

(Figura 6). Espontáneamente o a partir de un estímulo se produce un

desplazamiento en la membrana basilar que despolariza y contrae a las células

ciliadas externas, transmitiendo de forma retrógrada hacia el CAE la

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17

correspondiente modificación de presión sonora o energía acústica provocada por

dicha contracción (5,42). Existen distintos tipos de OEA:

• Espontáneas: producidas sin que exista estímulo sonoro.

• Provocadas: producidas tras un estímulo sonoro.

• Evocadas transitorias: (OEAT: otoemisiones evocadas transitorias), cuyo

estímulo es un clic de una duración de 80 ms y una intensidad de 80-87 dB.

Son las utilizadas en el cribado de hipoacusia en RN (31) (Tabla 3).

Las OEAT han sido ampliamente utilizadas en el cribado auditivo neonatal

(36,69). Su uso en el momento del alta hospitalaria y su repetición en caso de

fallo en la primera exploración proporcionan un índice de derivación muy bajo

(5,42). La posibilidad de tener hipoacusia en un oído, que no ha pasado dos

pruebas de otoemisiones en 1 semana, es de un 70% (5).

En la actualidad las OEAT (Figura 6) se consideran la principal técnica de cribado

auditivo debido a las siguientes características (10,31,60,69):

• Son objetivas (5).

• No son invasivas, puesto que el micrófono receptor y los generadores del

estímulo se ubican en una sonda que se introduce en el CAE (5,68).

• Pueden ser registradas en el 99% de los oídos con audición normal (7,41), en

oídos cuyo umbral tonal audiométrico sea < 30-40 dB HL (5).

• Origen preneural: dado que sólo intervienen las células ciliadas externas del

órgano de Corti, esto nos permite realizar un diagnóstico diferencial de

lesiones neurales versus sensoriales (5).

• El tiempo de realización de la prueba es breve (5,10,31,39,47,56,70),

oscilando entre dos y tres minutos para cada oído (31).

• No precisa de personal altamente especializado (5,42,58,70).

• Es de bajo coste (5,10,31,39,47,56,70).

• Es una técnica sencilla, eficaz (5,68), de fácil interpretación y relativa

inmunidad al nivel de ruido ambiental (31).

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Figura 6. Realización de una OEA. Se puede observar el micrófono receptor y los generadores del estímulo ubicados en una sonda que se introduce en el CAE.

Figura 7. Aparato Echocheck ®. Este dispositivo se utiliza para realizar las OEA.

Las OEA debido a que se generan en la cóclea por las células ciliadas, tienen

como inconveniente la no detección de hipoacusias de origen retrococlear. Por

ello, que en algunos casos, si se opta por utilizar esta técnica, se deba combinar

con los PEATC (5,11,31,37,58) que son generados por las vías nerviosas

auditivas y permiten detectar neuropatías o alteraciones en la conducción

nerviosa (11,45,47). En los últimos años se han desarrollado equipos más

sencillos de OEAT que requieren una mínima formación técnica por parte del

explorador (31), y que realizan las mediciones automáticamente a través de un

sistema luminoso que incluso puede ser impreso en papel (5,58) (Figura 7).

Actualmente la prueba es considerada válida con el mínimo de estímulos

necesarios para que se cumplan los criterios de normalidad (5).

Hay una serie de factores que van a influir en la necesidad de repetir el número

de pruebas que pueden generar un coste incrementado del programa. Entre ellos

se encuentran los siguientes (5):

• La edad:

La edad es uno de los factores que más influye en el resultado de las OEA. Es un

parámetro determinante que puede contribuir a repetir el número de exploraciones

(5). Las OEA son sensibles a la obstrucción del CAE, derrame del oído medio

(10,11,34,37,40,60,70) u ocupación por vérnix o cera, una situación muy común

en las primeras 24-48 horas (47) de vida del RN (34,50,57). Por lo tanto, una

disfunción conductiva temporal puede causar un test positivo en presencia de una

función coclear normal (10,11,37) y puede contribuir a los altos índices de

repeticiones de pruebas (34,40). Situación muy importante a tomar en cuenta ya

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19

que regularmente se recomienda realizar la prueba antes del alta hospitalaria

(31,57,58).

• El Sexo:

Los resultados derivados de 17.867 exploraciones que corresponden a niños

estudiados en el Hospital Materno Infantil de Badajoz durante los años 1996 a

2001 mostraron que las respuestas a las OEA y el porcentaje de normalidad eran

mejores en las niñas que en los niños. Aunque este es un parámetro difícilmente

influenciable, hay que tenerlo en cuenta ya que si nacen más niños existe la

posibilidad de realizar más repeticiones (5).

• La experiencia del personal:

La experiencia del explorador puede afectar a los resultados (5,16), a más

experiencia menos remisiones a diagnóstico y, por lo tanto, menos FP (16). Los

aparatos modernos de OEA están regulados para detenerse automáticamente

cuando las respuestas cumplen el criterio de normalidad, permitiendo con ello que

la prueba dure menos y haya un menor número de fallos, ya que a mayor

duración del procedimiento mayor riesgo de que la prueba no sea válida por la

falta de colaboración del RN (5). Según un estudio de Cavalcante e Isaac (2013),

el examen se puede realizar fácilmente en los RN con independencia de la edad

gestacional (69). Sin embargo, es preciso que el niño esté dormido (31,55,58,69),

en una habitación tranquila, con el menor nivel de ruido posible y realizar la

prueba antes del alta hospitalaria, preferiblemente a las 48 horas de vida (31,58).

Las OEA se deben realizar al menos dos veces en los RN a término sanos antes

de remitirlos a la realización de los PEATC (61).

1.6.2 POTENCIALES EVOCADOS AUDITIVOS DEL TRONCO

CEREBRAL

La primera descripción de los PEATC en humanos se atribuye a Jewet y Williston

en 1970 (5,71). En años posteriores, esta técnica fue usada extensivamente para

el cribado de hipoacusia en niños identificados como de alto riesgo, mediante el

análisis visual de las ondas por especialistas otorrinolaringólogos (ORL) y

neurofisiólogos (5). Los PEATC provocados por una estimulación acústica, miden

la actividad del nervio y de la vía auditiva hasta su entrada en el encéfalo. Esta

activación de la vía auditiva tras un estímulo seleccionado, generalmente un clic o

chasquido, se refleja en un trazado eléctrico recogido mediante electrodos de

superficie colocados en la piel (5,31,71), a nivel del mastoides ipsilateral y vértice.

El estímulo habitualmente es aplicado mediante un auricular colocado en el CAE,

enmascarando el lado contralateral con ruido blanco (5,71). Los PEATC están

constituidos por varias ondas de vértice positivo que aparecen en los primeros 10

ms posteriores al estímulo. Son denominadas con números romanos (5,71–75) y

las cinco primeras ondas son las de mayor relevancia clínica (5,71) (Ver figura 8).

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Figura 8. Trazados de potenciales evocados auditivos del tronco del encéfalo (PEATC). En este esquema cada onda representa una estación de relevo auditivo (76).

A pesar de las controversias, se acepta que las respuestas de la actividad

neuronal en la cóclea, nervio auditivo, núcleos cocleares, complejo olivar superior,

lemnisco lateral y colículo inferior en humanos se corresponden con las ondas I,

II, III, IV y V; respectivamente (71,73,75,77–80) (Figura 9). La onda V es la última

en desaparecer al disminuir la intensidad del registro y por tanto, la que se utiliza

para determinar el umbral auditivo al realizar audiometrías por PEATC (5) (Tabla

3).

Tabla 3. Criterios de “pasa” de las pruebas de detección.

Potenciales evocados auditivos del tronco cerebral (PEATC)

Otoemisiones acústicas (OEA)

Criterio de “pasa”: Identificación bilateral onda V a 40 dB

HL (31,48).

Criterio de “pasa”: Obtención bilateral de OEA a 80 ±

6 dB SPL (8,31,48,58).

Habitualmente además, se analizan las latencias de las onda I, III y V, así como

las diferencias entre ellas (intervalo I-III, III-V y I-V) (5,71,75,81). Las aplicaciones

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clínicas más usuales de los PEATC son la detección del umbral auditivo (5,72) y

el diagnóstico topográfico de las hipoacusias neurosensoriales con especial

referencia a las de tipo retrococlear (5).

Figura 9. Vía auditiva y origen de las ondas de los PEATC. Ondas I-II, Cóclea y nervio auditivo; onda III, núcleos cocleares; onda IV, complejo olivar superior; onda V, lemnisco lateral y colículo inferior; ondas VI-VII, núcleo geniculado medial (82).

Los PEATC, como comentado anteriormente, son utilizados en programas de

cribado auditivo en RN con alto riesgo de padecer hipoacusia, ya que aportan

resultados superiores a las técnicas utilizadas hasta entonces. Sin embargo, su

uso en programas de cribado universal está limitado, ya que este test audiológico

especializado requiere personal experimentado para su interpretación además de

tiempo y condiciones de realización específicas. Esto supone un coste difícil de

asumir por programas de cribado universal, por lo que se puede optar por utilizar

los potenciales evocados auditivos del tronco del encéfalo automatizados

(PEATC-A). Los PEATC-A consisten en el análisis automático informatizado de la

respuesta auditiva troncoencefálica de un RN a partir de un patrón de respuestas

almacenadas obtenidas a partir de PEATC de lactantes con audición normal (11).

El test es una prueba sencilla, rápida, valida y fiable que explora la vía auditiva

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desde el órgano receptor hasta el sistema nervioso central, por lo que es un test

idóneo para su utilización en un programa de cribado auditivo neonatal (5).

Varios dispositivos comerciales automatizados se han desarrollado para satisfacer

la creciente demanda de las pruebas de cribado auditivo neonatal para evitar así

la interpretación subjetiva de los datos. Estos dispositivos son convenientes ya

que pueden realizarse rápidamente por personal no especializado (68). La

realización de la prueba es sencilla, inocua e indolora y guiada por instrucciones

detalladas en la pantalla de los diferentes equipos. La prueba finaliza

automáticamente cuando se detecta una respuesta o tras un número determinado

de señales, si no es capaz de detectarla. El resultado que aparecerá en la

pantalla será al igual que las OEA de ¨pasa la prueba¨ (detecta la onda, prueba

negativa, «pass») o ¨no pasa la prueba” (no detecta la onda, prueba positiva,

«refer») (5). Sin embargo, presenta la desventaja del coste del equipo y

consumibles y la necesidad de mayor tiempo para el desarrollo de la prueba en

comparación con las OEA (14,70).

1.6.3 VALORACIÓN DE LA PRUEBA DIAGNÓSTICA

• Sensibilidad de la prueba: probabilidad de que un enfermo sea catalogado por

el programa como enfermo (14). Representa el porcentaje de verdaderos

positivos que serán detectados con esa enfermedad y esa técnica. Aplicado a

los estudios de cribado auditivo neonatal, se considera que es la capacidad de

detectar como realmente hipoacúsicos a los niños que padecen de hipoacusia.

Un test de cribado de una enfermedad de baja prevalencia o con

consecuencias importantes para la salud pública debe tener una sensibilidad

cercana al 100% (5).

• Especificidad de la prueba: probabilidad de que un niño sano sea catalogado

por el programa como sano (14). Representa el porcentaje de verdaderos

negativos que serán detectados en pacientes sanos con esa prueba. Se

considera por tanto como la capacidad de una prueba para detectar como

normoacúsicos a los RN sanos. Son Falsos Positivos (FP) aquellos niños que

siendo normoacúsicos no pasan la prueba. El test de cribado debe tender

hacia una especificidad del 100% en enfermedades de baja prevalencia (5).

• Valor predictivo para resultado positivo: Probabilidad de que una prueba

patológica se corresponda con una sordera (5,14). Representa el porcentaje

de resultados verdaderamente positivos obtenidos cuando lo aplicamos a una

población general (5).

• Valor predictivo para resultado negativo: Probabilidad de que una prueba

normal se corresponda con un oído normal. Constituye el porcentaje de

pruebas verdaderamente negativas aplicadas a la misma población (5).

Los requisitos del test ideal para el cribado auditivo neonatal son los siguientes:

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23

1. Ser sensible y específico para que pocos casos de hipoacusia pasen

desapercibidos y pocos casos no hipoacúsicos sean falsamente

identificados.

2. Debe haber un adecuado punto de corte que diferencie bien entre los

sujetos normales y los patológicos.

3. Ser aplicable al 100% de la población sin poner en riesgo a la misma,

siendo una técnica no invasiva y que requiera poco tiempo para su

realización.

4. Debe permitir que el programa de cribado sea abordable desde el punto de

vista económico (5).

Partiendo de lo descrito previamente, la prueba de cribado auditivo ideal para los

niños aún no se ha definido (67). Actualmente se dispone de técnicas sencillas,

no invasivas, de fácil manejo y con la suficiente eficacia para ser utilizadas en la

detección precoz de hipoacusias en RN (11,31), siendo las OEA y los PEATC, las

técnicas de elección (5,11,14,39,48,63,66–68).

Ambas técnicas han sido utilizadas con éxito en programas de cribado neonatal y

constituyen registros no invasivos de la actividad fisiológica de la función auditiva,

por lo que se utilizan con facilidad en neonatos (11). Sin embargo, no hay que

olvidar que ninguno de estos dos métodos evalúan audición, más bien, son un

medio objetivo para estimar la probabilidad de función auditiva adecuada en el RN

(68).

Según la prueba utilizada, los programas actuales de cribado universal de

hipoacusia en RN utilizan principalmente dos tipos de protocolos:

• Las OEA, que se realizan como un primer escalón, seguidas de los PEATC

(14,83).

• Los PEATC-A (Potenciales Evocados Auditivos del Tronco Cerebral

Automáticos) (14,47,63,67).

Tanto la medición con OEA como con PEATC tienen una alta correlación con el

grado de sensibilidad auditiva periférica (11). Con la técnica de OEA se describe

una alta sensibilidad que va desde 86% al 100% y especificidad de 83% al 95%

(11,31,60), con una tasa de concordancia global con los PEATC de un 91%.

Mientras que los PEATC, tienen una sensibilidad del 97-100% y una especificidad

del 86-96% (11). Los diferentes grupos de trabajo que han empleado el protocolo

usando de forma combinada las OEA y los PEATC, han descrito una sensibilidad

del mismo del 80-100% y especificidad superior al 90% (5,42) (Tabla 4).

Cualquiera de las técnicas dará lugar a FN y algunos niños con pérdida auditiva

pasarán el cribado neonatal, dependiendo de si la pérdida auditiva existente está

en el rango diana del cribado (11).

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24

La prueba de OEA no es excluyente de los PEACT ni éstos de aquélla, sino que

son pruebas complementarias (5,13,17). En los programas de cribado basados en

las OEA, los niños que presenten FR de hipoacusia retrococlear han de ser

sometidos a una prueba complementaria mediante PEATC-A o a PEATC

diagnóstico aunque hayan superado las OEA, con el fin de evitar los FN

asociados a la existencia de una neuropatía auditiva (13,17,39,60,70). Por la

misma razón, en los neonatos cribados mediante PEATC-A se debe aplicar

conjuntamente las OEA en los casos que no hayan superado la primera prueba,

con el fin de documentar la existencia de una posible neuropatía auditiva (13).

Tabla 4. Validez de las pruebas de detección de hipoacusia.

PARÁMETROS OEA + PEATC PEATC-A

Sensibilidad (SS) 96% 100%

Especificidad (ES) 98% 98%

Valor Predictivo Positivo** (VPP) 22,46% 23,18%

Valor Global de la Prueba** (VG) 97,99% 98,01% ** Se estiman considerando una incidencia de 6‰ RN (14).

1.7. ESTRATEGIAS DE CRIBADO DE HIPOACUSIA EN RECIÉN NACIDOS

Esencialmente hay dos estrategias de cribado para las HNS neonatales: el

cribado universal, que cubre todos los nacidos vivos y el cribado de selección, que

se dirige a aquellos individuos con uno o más FR de hipoacusia (5,37).

1.7.1. ESTRATEGIA DE CRIBADO EN GRUPOS CON INDICADORES DE

ALTO RIESGO DE HIPOACUSIA.

En ausencia de un programa de cribado universal, el esfuerzo debe centrarse en

la identificación de aquellos indicadores asociados a cualquier tipo de sordera y

en asegurar la realización de una prueba objetiva cuanto antes (6,11). El cribado

en población de riesgo ha sido la estrategia más empleada, ya que al ir dirigida al

6-10% de los RN, su implantación es más fácil y con menor coste que el cribado

universal. En diversos estudios de cohortes, se establece que entre los niños

hipoacúsicos el 47-67% presenta uno o más indicadores de riesgo auditivo (5).

Por ello, cabría esperar que el rendimiento potencial de este tipo de cribado fuese

el diagnóstico del 60% de todas las hipoacusias congénitas. Sin embargo, en la

práctica este porcentaje es más bajo por la dificultad que entraña el instaurar una

buena cobertura de todos los indicadores de riesgo auditivo, que en el mejor de

los casos asciende al 40-50% por lo difícil que resulta detectar alguno de ellos, en

especial los antecedentes familiares de hipoacusia que con frecuencia son

reconocidos a posteriori (5,48).

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En este modelo estratégico, para la población sin FR, la detección debe basarse

en un alto grado de sospecha y en preguntas sistemáticas a la familia en los

controles de salud sobre la audición del niño, en la exploración de la reacción al

sonido y en el seguimiento de la adquisición del lenguaje verbal (11).

Indicadores de riesgo de hipoacusia: Según la CODEPEH, ya no se

recomiendan los programas de cribado de niños de alto riesgo (43), ya que un

programa de detección por grupos de riesgo solo localiza aproximadamente a la

mitad de los RN afectados (1,3,5,11,16,43,58). Los indicadores de riesgo pueden

ayudar a identificar aquellos niños que deberían ser monitorizados y vigilados

médica y audiológicamente y además pueden ayudar a identificar a niños con

mayor riesgo de presentar una neuropatía auditiva (43).

Inicialmente los indicadores de riesgo de hipoacusia estaban agrupados por la

edad de presentación en RN y lactantes (14) (Tabla 5). Sin embargo, dado que

los indicadores asociados con la hipoacusia congénita/neonatal y con la

hipoacusia progresiva/de desarrollo tardío se solapan significativamente

(13,31,43) (Tabla 6), la lista de indicadores de FR se modificó posteriormente por

las declaraciones establecidas en el “Joint Committee on Infant Hearing

Screening” (JCIHS) en 2007 (17). Entre los cambios realizados en esta

actualización está la retirada del indicador de hipoxia-isquemia perinatal aguda, el

peso menor de 1500 g al nacer y la modificación de 48 horas de estancia en la

UCIN (43).

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Tabla 5. Indicadores de riesgo agrupados por la edad de presentación en RN y en lactantes.

Edad FR de hipoacusia

Indicadores de alto riesgo en neonatos

(0-28 días)

Antecedentes familiares de hipoacusia congénita o de instauración en la primera infancia (5,14,35,48,58).

Infección intrauterina del grupo TORCH (5,14,48,58).

Malformaciones craneofaciales (5,14,48,58,61).

Peso al nacimiento inferior a 1500 gr (5,48,58).

Hiperbilirrubinemia subsidiaria a exanguinotrasfusión (5,35,58).

Uso de fármacos ototóxicos en el RN o en el embarazo (5,48,58).

Meningitis bacteriana (5,48,58).

Hipoxia-isquemia perinatal (5,48,58).

VM durante más de 5 días (5,35,48,58).

Estigmas o síndromes que cursen con hipoacusia (5,14,48,58).

Indicadores de alto riesgo en lactantes

(29 días-2 años)

Historia familiar de pérdida auditiva permanente desde la infancia (14).

Sospecha de hipoacusia o retraso del lenguaje (5,48).

Meningitis bacteriana u otras infecciones que puedan cursar con hipoacusia (5,14,48).

Traumatismo craneal con pérdida de conciencia o fractura (5,14,48).

Estigmas asociados a síndromes que cursen con hipoacusia (5,14,48).

Uso de fármacos ototóxicos (5,48).

Otitis media secretora recurrente o persistente (5,14,48).

Infección intrauterina por citomegalovirus, rubéola, sífilis, herpes o toxoplasma (14).

Síndromes asociados con pérdida auditiva progresiva como la neurofibromatosis, osteopetrosis y síndrome de Usher (14).

Aunque el muy bajo peso al nacer (MBPN) ha dejado de ser considerado como

indicador de riesgo de hipoacusia, varios autores coinciden en que un peso <

1500 g al nacer es uno de los factores más frecuentemente identificados en RN

con diagnóstico de hipoacusia. En un estudio realizado por Borkoski-Barreiro y

cols., (2013), se observó que de 364 RN que pesaron menos de 1500 g al nacer y

que fueron incluidos en el programa de cribado universal de la hipoacusia infantil

en la Comunidad Autónoma de Canarias, el porcentaje de niños con diagnóstico

de hipoacusia era superior al esperado en la población general. Sin embargo, no

está claro si el nacer con muy bajo peso u otros factores adicionales son los que

hacen a estos RN vulnerables al déficit auditivo (53).

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Tabla 6. Actualización de los indicadores de FR de hipoacusia.

FR de hipoacusia

Sospecha de hipoacusia o de un retraso del desarrollo o en la adquisición del habla o del lenguaje.

Historia familiar de hipoacusia infantil permanente. *

Todos los niños, con o sin FR, con un ingreso en UCIN > 5 días, incluidos los reingresos en la unidad dentro del primer mes de vida.

Haber sido sometido a oxigenación extracorpórea*, ventilación asistida, antibióticos ototóxicos (gentamicina, tobramicina) o diuréticos del asa (furosemida). Además, independientemente de la duración del ingreso, hiperbilirrubinemia que requiera exanguinotransfusión.

Infecciones intraútero como citomegalovirus*, herpes, rubéola, sífilis y toxoplasmosis.

Anomalías craneofaciales, incluidas aquellas que afectan al pabellón auditivo, conducto auditivo y malformaciones del hueso temporal, labio leporino o paladar hendido, asimetría o hipoplasia de las estructuras faciales.

Hallazgos físicos como un mechón de cabello blanco frontal, heterocromía del iris, hipertelorismo, telecantus o pigmentación anormal de la piel.

Síndromes asociados con hipoacusia o sordera progresiva o de aparición tardía, como la neurofibromatosis*, la osteopetrosis y el síndrome de Usher. Otros síndromes frecuentemente identificados incluyen el Waardenburg, Alport, Pendred y Jervell and Lange-Nielsson.

Enfermedades neurodegenerativas* como el síndrome de Hunter, neuropatías sensorimotoras, como la ataxia de Friederich y el síndrome de Charcot-Marie-Tooth.

Infecciones posnatales asociadas con HNS incluyendo meningitis bacteriana y vírica confirmadas (especialmente los virus herpes y varicela). *

Traumatismo craneal, especialmente de base de cráneo o fractura temporal que requiere hospitalización.

Quimioterapia. *

Enfermedades endocrinas. Hipotiroidismo (12,13,31,43).

* Poseen mayor probabilidad de asociarse a hipoacusia. En los casos que se presenten estos

indicadores de mayor riesgo en niños, es preciso indicar una vigilancia más temprana y más

frecuente (43).

En esta actualización la preocupación por prevenir que la neuropatía auditiva

pase desapercibida en los programas de cribado hace que se recomienden

protocolos separados para los niños ingresados en la UCIN. El cribado neonatal

puede no identificar las hipoacusias adquiridas y las progresivas de aparición

tardía (5,67), que representan aproximadamente de 10-30% de los problemas de

audición infantil (5,39,50), por lo que se debe disponer de métodos de

seguimiento (5,39,50,67). Por ello, una vez identificados los FR, se recomienda

monitorizar audiológicamente al niño cada 6 meses (43), hasta la edad de los 3

años (11,43). Este seguimiento puede realizarse por los profesionales de atención

primaria, ya que en dicho ámbito existe el denominado «Programa del niño sano»

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en el que de forma periódica los niños son revisados durante toda la infancia, por

lo que estos profesionales serían los encargados de completar el programa para

detectar alteraciones en la esfera auditiva y transmitir la sospecha de hipoacusia a

los padres y/o cuidadores del niño (5,48). Si no existieran FR, la familia se

encargaría de explorar su reacción al sonido y evaluar la adquisición del lenguaje

verbal en los controles periódicos de salud. A partir de los 4-5 años, en caso de

sospecha, podría efectuarse el cribado mediante audiometría tonal (11).

Otra de las actualizaciones planteadas, establece que los bebés reingresados en

el hospital con hiperbilirrubinemia que requiere exsanguinotransfusión o sepsis

diagnosticada con cultivo positivo durante el primer mes deben repetir la prueba

de OEA y PEATC independientemente del resultado de detección (13,17,39).

1.7.2. ESTRATEGIA POBLACIONAL O CRIBADO AUDITIVO

NEONATAL UNIVERSAL

La valoración subjetiva de la audición a través del desarrollo temprano, las

adquisiciones psicosociales, el comportamiento auditivo y la respuesta al sonido e

incluso el lenguaje expresivo no son métodos fiables para detectar la sordera en

la infancia temprana, lo que hace necesario el cribado auditivo neonatal universal

(11).

En 1993, “el National Institute of Health”, estableció en Estados Unidos el primer

consenso sobre la identificación de la hipoacusia (5,58,84) mediante la

publicación de un protocolo en el que se combinaban las técnicas de OEA y

PEATC para que los niños hipoacúsicos pudieran ser diagnosticados antes del

tercer mes de vida (5,84). Posteriormente, en 1996, la CODEPEH en España,

editó un folleto similar en el que también se proponía utilizar ambas técnicas de

forma combinada para el despistaje precoz de la hipoacusia congénita con el fin

de homogeneizar los programas de actuación en todo el territorio español (5).

Este programa inicialmente estaba dirigido a los niños con indicadores de riesgo

auditivo pero posteriormente se aplicó a la población general (5,58). La idea de

implantar el cribado universal fue también impulsada en el “European Consensus

Statement on Neonatal Hearing Screening” en 1998 (5,41), en el que se

estableció un decálogo (Tabla 7) sobre el desarrollo de los programas de cribado

auditivo neonatal. Pero fue posteriormente en el año 2000 cuando se

establecieron las bases del diagnóstico y tratamiento de los niños detectados

mediante los programas de cribado universal (5).

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Tabla 7. Decálogo de Hipoacusia Neurosensorial según el “European Consensus Statement on Neonatal Hearing Screening” (1998).

DECÁLOGO NHS EUROPEAN CONSENSUS

• La hipoacusia permanente bilateral con un umbral > 40 dB es un problema serio de salud que afecta a 1 por cada mil niños.

• La intervención temprana supone una mejora en la calidad de vida y en las oportunidades de estos niños.

• Los métodos de identificación aceptados en la práctica clínica en el período neonatal son efectivos y con ello cabe esperar identificar el 80% de los casos de hipoacusia.

• Los FP (2-3%) están controlados por el programa.

• El cribado neonatal en las maternidades es el más efectivo y económico.

• El cribado restringido a población de riesgo reduce el coste, pero deja sin identificar el 40-50% de las hipoacusias.

• El cribado neonatal puede no identificar las hipoacusias adquiridas y las progresivas de aparición tardía (10-20%), por lo que se debe disponer de métodos de seguimiento.

• La ansiedad familiar que genera los FP, así como el retraso en el diagnóstico de los FN son riesgos aceptables frente al beneficio esperado por el programa.

• El programa de cribado debe tener un sistema de control de calidad, debiendo tener un responsable del mismo.

• La implantación de estos programas no debe demorarse ya que ofrecen al ciudadano europeo mejores oportunidades y mayor calidad de vida (5).

El objetivo a medio plazo es el cribado universal de los RN con un método

objetivo y el realizar una historia clínica adecuada, exhaustivamente enfocada en

la detección de FR (11), ya que los déficits auditivos en la infancia reúnen todos

los requisitos que se exigen a las enfermedades sometidas a examen colectivo

para la detección neonatal (1,5,31,48). Los cinco más importantes son:

• Frecuencia y gravedad del trastorno.

• Que la detección e intervención tempranas de la enfermedad, antes de ser

detectable por criterios clínicos, mejoren el pronóstico.

• Que las técnicas de detección posean la sensibilidad y especificidad

suficientes, debiendo existir un criterio discriminador de los sujetos normales y

patológicos.

• Que la intervención y el tratamiento de la patología sean eficaces y estén

disponibles.

• Que el programa de detección tenga una relación coste/beneficio aceptable y

sea aplicable al 100% de la población, sin exponer ésta a riesgo (31,48).

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De los diversos programas de cribados neonatales que existen, entre los más

conocidos y extendidos se encuentran los estudios de hipotiroidismo,

fenilcetonuria, hemoglobinopatías, etc. La gran ventaja de estos sistemas radica

en que para su realización sólo necesitan de una analítica sanguínea, lo que

disminuye mucho el costo y facilita su determinación al carecer de necesidades

personales o técnicas especiales en el centro (5). Sin embargo, de todas las

patologías que se presentan, la hipoacusia es la de mayor incidencia (5,46) y

mucho más frecuente que todas las siguientes juntas: fenilcetonuria,

hipotiroidismo, galactosemia, enfermedad de la orina de jarabe de arce,

homocistinuria, déficit de biotinidasa, fibrosis quística, hiperplasia suprarrenal,

tirosinemia, toxoplasmosis y hemoglobinopatías (5). El costo por paciente tras el

diagnóstico es de los más bajos siendo su tratamiento de los más efectivos

(5,11,16,46).

Relación coste-efectividad de la detección precoz universal de la hipoacusia

La hipoacusia, incluso la sordera profunda, es una entidad tratable (6,11,46). Las

repercusiones de las hipoacusias prelinguales sobre la salud han sido valoradas

por diferentes estudios, aunque ninguno de ellos está basado en ensayos clínicos

debido a los problemas éticos que plantean (14,32,85). Algunos estudios no

encontraron evidencia científica suficiente que avalara el hecho de la mejora en la

intervención precoz (86), sin embargo, en su mayoría todos inciden en las

alteraciones que produce la hipoacusia en el desarrollo del niño y la afectación en

su capacidad de comunicación, aprendizaje y a largo plazo en su integración

social (14,32,87). Por ello, que cada vez más grupos de trabajo han llegado a la

conclusión de que actualmente existen pruebas suficientes para recomendar el

cribado universal (88).

Los costos de tener personas con hipoacusia son considerablemente altos para la

sociedad. Según datos presentados por Albertz y cols., (2013) los pacientes con

hipoacusia severa y profunda cuentan con pensión de invalidez o bien doble

asignación familiar antes de los 18 años, siendo considerados discapacitados (7).

Se ha estimado que la inversión realizada en la detección e intervención precoz

de la hipoacusia será amortizada en diez años mediante el ahorro que se

producirá en la intervención tardía, incluidos los costes de estudio, intervención y

educación especial (5).

Con el objetivo de promover específica y concretamente la detección precoz de

los trastornos auditivos de los niños en España, la Asociación Española de

Pediatría (AEP), la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico

Facial (SEORL), FIAPAS y el Instituto Nacional de la Salud (INSALUD), acordaron

constituir un grupo de expertos que estudiara y propusiera las actuaciones

pertinentes a tal fin. De dicha iniciativa nació en 1995 la CODEPEH (1,2,4,5,32).

El 26 de marzo de 1999, el Pleno del Congreso de los Diputados aprobó por

unanimidad que el Ministerio de Sanidad y Consumo elaborara un plan nacional

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de prevención de la sordera infantil en coordinación con las comunidades

autónomas en el seno del Consejo Interterritorial del sistema nacional de salud

(1,2,6,14,31). En el año 2002, el Ministerio de Sanidad estableció los programas

de detección precoz de hipoacusias en RN para todas las comunidades

autónomas, aprobando los indicadores de calidad y los contenidos básicos y

mínimos de los mismos (1,6). Particularmente en Castilla-La Mancha, el Programa

de Detección Precoz de Hipoacusia Neonatal comenzó a aplicarse en el año 2003

en todos los hospitales públicos. Para el año 2013, la participación obtenida a

nivel regional fue del 97,17 % (31).

1.7.3. METODOLOGÍA DEL PROGRAMA DE DETECCIÓN PRECOZ DE

HIPOACUSIA EN RN

La implementación de la detección precoz de hipoacusia en RN persigue los

siguientes objetivos:

1. Identificar desde el nacimiento cualquier deficiencia auditiva en el niño/a.

2. Iniciar el tratamiento y la rehabilitación precoz en niños con hipoacusia o

sordera de distintos grados.

3. Permitir el mejor desarrollo del lenguaje oral en los niños/as con discapacidad

auditiva.

4. Conseguir la integración del niño/a con discapacidad auditiva.

5. Mejorar su comunicación, desarrollo intelectual, emocional, social, rendimiento

escolar y su futuro profesional (1,2,17).

Los contenidos básicos y mínimos de estos programas son (6,10,14,66,89,90):

• La detección precoz durante el primer mes de vida mediante cribado

universal.

• Acceso a la fase de diagnóstico a los 3 meses.

• Acceso a la fase de tratamiento a los 6 meses.

• Seguimiento de todos los casos detectados.

Con ello se pretende explorar la audición de ambos oídos en al menos el 95% de

los RN, detectar todos los casos de hipoacusia neonatal con umbral de >40 dB

(1,5,8,48,58,66) entre 0,5 y 4 KHz (39) en el mejor oído, presentar una tasa de FP

<3% y de FN del 0%, lograr una tasa de remisión al servicio de ORL <4%, y

conseguir un diagnóstico definitivo e intervención antes de los 6 meses de edad

(1,5,8,48,58,66). El desarrollo de los objetivos del Plan de Detección Precoz de

Hipoacusias en RN en la comunidad de Castilla la Mancha se desglosa en cuatro

fases: primera fase de cribado, segunda fase de recribado, tercera fase de

diagnóstico y cuarta fase de tratamiento y seguimiento (31) (Figura 10).

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Figura 10. Flujograma PDHN Castilla la Mancha (31).

1.7.3.1 PRIMER NIVEL O FASE DE CRIBADO NEONATAL

Se realiza las primeras 24 horas o durante el primer mes de vida (6) en todos los

hospitales públicos (5,14,31) que cuenten con un aparato de OEA, un enfermero/a

encargado de hacer la prueba y un ORL responsable del programa (5,31). Puede

ser realizado por el servicio de neonatología (1,5,8) o de ORL de los centros

hospitalarios, siendo conveniente que los profesionales responsables de la

realización de las pruebas tengan experiencia en el manejo de RN. Se dará

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33

información oral y escrita a los padres, antes del cribado de hipoacusia (1,6). Esta

exploración se realiza con el niño dormido o tranquilo en una habitación del

servicio habilitada para este fin y con el menor nivel de ruido posible. La prueba

se lleva a cabo mediante la detección de OEA por clic en ambos oídos

(Echocheck® OAE Screener de Otodynamics Ltd.) (Figura 7). El criterio de

«pasa» es la obtención bilateral de OEA a 80 ± 6 dB SPL (8,58). Se realiza antes

del alta hospitalaria (5,6,14,17,31,48,67), preferentemente a las 48 horas de vida,

ya que antes el CAE puede estar ocupado por residuos del parto (8). Los niños

que sean dados de alta sin realizar la prueba deberán ser citados para la

realización de la misma a la mayor brevedad posible (11,31). Sería deseable

alcanzar una cobertura igual o superior al 95% de la población neonatal. No

obstante, la tendencia actual a facilitar un alta más temprana, dificulta la

realización de las técnicas empleadas en la detección universal, pues la tasa de

FP con OEA aumenta a un 5-20 %, en caso de realizarse en las primeras 24

horas de vida (48).

Funciones del personal de enfermería

• Realización de la prueba.

• Recopilar los datos requeridos sobre casos de niños que precisen derivación a

la segunda fase, neonatos de los que no se tiene certeza de haber realizado la

prueba de cribado para proceder a su recaptación, y casos de pretérminos sin

realización de la prueba al darles el alta o con la prueba realizada y no

superada.

• Cursar los trámites para derivar a consultas externas a los niños que no

superen la prueba, para realizar la segunda fase del cribado. También se

derivarán los nacidos pretérmino que son dados de alta antes de la semana 37

de edad postconcepcional sin prueba realizada o con prueba realizada y no

superada (31).

Funciones del médico especialista

• Anamnesis y exploración física para descartar FR. En el caso de neonatos

procedentes de partos no complicados que permanecen en maternidad con su

madre, el mismo especialista que efectúe la exploración previa al alta (o bien

el personal de enfermería antes de la visita médica) interrogará a la madre por

antecedentes familiares de sordera o síndromes y estigmas asociados a ella y

obtendrá de la historia obstétrica y prenatal la posible existencia de FR.

• En caso de niños ingresados en neonatología, la anamnesis se realizará a los

familiares por el médico encargado de su asistencia, que dispondrá de los

datos de la historia clínica para comprobar si el RN tiene FR obstétricos y

perinatales.

• Informar a los padres sobre las características de las pruebas, obtener el

consentimiento e incorporación del mismo a la historia clínica. En casos

excepcionales que los padres o tutores se nieguen a la realización de esta

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prueba a su hijo/a, deberá constar su decisión por escrito firmando la falta de

consentimiento.

• Comprobar que se ha realizado la prueba y cumplimentado el sistema de

registro.

• Identificar los FR de hipoacusia. Derivar directamente al tercer nivel para

realización de PEATC o pruebas complementarias.

• Informar sobre la realización de la prueba y los resultados obtenidos,

minimizando la generación de ansiedad en los padres de los RN que pasan a

la segunda fase (1,6,31).

Recién nacidos sin factores de riesgo de hipoacusia

En los RN sin antecedentes de riesgo de hipoacusia, la primera fase de cribado

auditivo puede realizarse tanto por OEA como por PEATC-A. En caso de no

superar el cribado con PEATC-A, no será necesaria una segunda prueba y

pueden ser derivados a la tercera fase, para confirmación diagnóstica. Sin

embargo, si se usa OEA como prueba inicial, especialmente en caso de haberse

llevado a cabo antes de 72 horas de edad, ha de repetirse al menos una vez

(recribado) antes de contemplar el paso a la tercera fase (31).

En los RN a término, la prueba se llevará a cabo preferentemente antes del alta

hospitalaria de la madre pasadas las 48 horas de vida del neonato (1,6,17,31). A

los niños prematuros y/o que requieren hospitalización se les realizará la prueba

antes del alta hospitalaria (1,6). En estos RN, la prueba debería realizarse a partir

de las 37 semanas de edad postconcepcional. Si el alta se produce antes de esta

edad, se practicará la prueba en el momento del alta, repitiéndose nuevamente a

las 37 semanas de edad si no la hubiera superado (31).

En los neonatos que superen la prueba, deberá anotarse la fecha de realización y

su resultado en el informe de alta, para que los datos puedan ser consignados en

la cartilla de salud infantil y en la historia clínica informatizada de Atención

Primaria (31). Deberá existir un sistema de recuperación de los niños a los que no

se les realizó dicha prueba al nacer (1,6). Los padres y madres serán informados

de la existencia de formas de hipoacusia de comienzo postnatal o de curso

progresivo, así como de posibles resultados de FN del cribado, de modo que se

entienda que haber superado la prueba no excluye la aparición de una hipoacusia

con posterioridad (31).

Es importante el seguimiento permanente de los niños, aunque hayan superado

las pruebas de cribado en la etapa neonatal. El seguimiento se hace en todos los

controles establecidos en el programa de salud infantil en atención primaria,

asegurando que cada 6 meses y al menos hasta los 3 años de edad, el desarrollo

comunicativo y del lenguaje del niño es el adecuado (13,31). En los controles del

programa de salud infantil se tendrán en consideración las observaciones de la

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35

familia, profesorado y/o cuidadores. Ante la sospecha de hipoacusia se

recomienda la derivación al servicio clínico especializado para valoración y

estudio. Los neonatos que no superen la prueba pasarán al segundo nivel,

informando a los padres de la posibilidad de FP, ya que un primer resultado

anormal no supone que el niño sea sordo y la mayoría de las veces se trata de un

trastorno madurativo que se normalizará en la segunda prueba realizada (31)

(Figura 11).

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Figura 11. Procedimiento de actuación en ausencia de FR de hipoacusia.

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37

Recién nacidos con factores de riesgo de hipoacusia

Los niños que tengan indicadores de alto riesgo de hipoacusia de aparición tardía,

aunque pasen el cribado, serán remitidos directamente al servicio correspondiente

(1,6,8,13,17) para la realización de la prueba de PEATC y pruebas

complementarias (13,17,31,88), confirmar la hipoacusia y realizar el seguimiento

del desarrollo del lenguaje (1,6). Hay recomendaciones específicas para el

cribado de los RN que han sido ingresados en la UCIN por más de 5 días porque

están en mayor riesgo de neuropatía auditiva (13,88) (Figura 12).

Figura 12. Procedimiento de actuación en presencia de FR.

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Los RN con FR auditivos de aparición tardía deben ser objeto de seguimiento

individual, adaptando los exámenes y revisiones a cada caso según la

probabilidad de pérdida auditiva (13,31). Aunque hayan pasado el test de cribado

neonatal, han de ser evaluados cada 6 meses hasta los 3 años de edad en el

Servicio de ORL y anualmente durante el crecimiento, vigilando su audición y el

desarrollo del lenguaje oral (1,6,13). Es recomendable valorar más precozmente y

con más frecuencia a los niños con infección por citomegalovirus, síndromes

asociados con hipoacusia progresiva, trastornos neurodegenerativos,

traumatismos o infecciones asociadas a hipoacusia, niños sometidos a

oxigenación extracorpórea o quimioterapia cuando exista sospecha de hipoacusia

por parte de los padres o una historia familiar de sordera (13,31).

Los niños que reingresan durante el primer mes de vida en el hospital con

hiperbilirrubinemia que requiere exsanguinotransfusión o sepsis diagnosticada

con cultivo positivo deben repetir la prueba de OEA y PEATC independientemente

del resultado de detección (13,17,39). Los antecedentes de riesgo de hipoacusia y

los resultados del cribado se consignarán por escrito y serán registrados en el

documento de salud infantil por el profesional que lo realice (1,6).

Interpretación de resultados del primer nivel

A los padres se les debe informar que:

• En ausencia de OEA en ambos oídos (prueba positiva, no pasa, no supera la

prueba) (1,6,31), es posible que se trate de un RN con hipoacusia que precise

nueva valoración para confirmación diagnóstica. Hay que tener en cuenta que

esta situación también puede deberse a causas como la realización de la

prueba en un ambiente ruidoso, tapón de cerumen en CAE o en la sonda, otitis

secretora y en general (8,31), cualquier hipoacusia de más de 35 dB debida a

patología del oído medio. Se insistirá a los padres en que el niño no es

necesariamente sordo hasta que se repita la prueba nuevamente (31) .

• En presencia de OEA en ambos oídos (prueba negativa, pasa, supera la

prueba), la mayoría serán normoyentes, con las mismas probabilidades que la

población general de padecer problemas del oído medio o hipoacusias

progresivas tardías (31).

• En ausencia de OEA en un solo oído (no pasa, no supera la prueba). Además

de las consideraciones anteriores, hay que tener en cuenta que la audición

normal en un solo oído es suficiente para no tener los problemas graves de

desarrollo lingüístico de los sordos profundos. Debe pasar a la segunda fase

(31).

Según la respuesta del paciente o bien sale del protocolo, o es incluido en

vigilancia por pertenecer al grupo de riesgo o se le repite la prueba,

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aproximadamente una semana después de la primera. Si en la repetición

permanece la anormalidad de la prueba de OEA el niño es citado a la consulta del

ORL responsable del programa. En los hospitales de área, los niños son citados a

la consulta al mes de vida. En ese momento se repite la prueba de OEA y si sigue

siendo “no pasa”, se derivan a PEATC (5,8).

1.7.3.2 SEGUNDO NIVEL O FASE DE RECRIBADO

El recribado puede considerarse una segunda e incluso una tercera prueba de

cribado antes de derivar a diagnóstico (13). Los niños con un resultado positivo en

la prueba de OEA en la primera fase (no superan la prueba) serán citados un mes

después para asistir a consulta y ser estudiados con la misma técnica y los

mismos criterios de paso. El examen será llevado a cabo por el personal de

enfermería de la consulta. Las citaciones se darán a los padres en el momento del

alta. Se derivará a la consulta de ORL a los niños que no pasen el cribado para un

estudio de tercer nivel (31).

La prueba se realizará según el procedimiento establecido, teniendo en cuenta

que los lactantes deben ser evaluados de forma bilateral, aunque en la prueba

inicial solo fallara un oído (13,17,31). La información a los padres se hará

siguiendo las recomendaciones indicadas anteriormente. Si el niño supera el

recribado, será dado de alta y se emitirá un informe para atención primaria. Si el

niño no supera el recribado, se citará en la consulta de ORL en un plazo no

superior a un mes. El especialista ofrecerá a los padres la correspondiente

información y facilitará la citación y derivación a la tercera fase (31).

1.7.3.3 TERCER NIVEL O FASE DIAGNOSTICA

También llamada fase de confirmación diagnóstica. Se llevará a cabo en

hospitales que tengan capacidad para realizar técnicas de PEATC y otras pruebas

complementarias audiológicas (5,14,31), analíticas y de imagen (5) que se

consideren necesarias para llegar al diagnóstico etiológico (5,31). El diagnóstico

de patología auditiva se iniciará antes del tercer mes de vida (1,10,16) o a los 3

meses de edad corregida en casos prematuros (14). A esta fase accederán

alrededor del 4 % de los RN (1,10). Los niños remitidos desde la segunda fase

serán citados a una consulta específica con el fin de no retrasar el proceso

diagnóstico (5,31).

Los PEATC se realizarán en ambos oídos con el niño dormido con sueño natural

o con sedación y a las intensidades de 80, 60, 40 y 20 dB HL (hearing level) para

valorar el grado de sordera por la identificación de la onda V (5). La hipoacusia

estará identificada cuando con las OEA no se recojan respuestas ante estímulos

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de 80 ± 3 dB SPL o cuando con los PEATC no se obtenga onda V de amplitud y

latencia normales con estímulos de 35 dB HL (14).

Si la onda V está presente a <35 dB HL (bilateral) se le dará el alta:

• Si no existen FR

Se informará a los padres.

Seguimiento del niño por su pediatra.

• Si existen FR:

Se informará a los padres.

Seguimiento especial del niño por su pediatra.

Si la onda V está presente a >35 dB HL unilateral se le dará el alta:

• Se informará a los padres.

• Seguimiento del niño por su pediatra según el protocolo.

Si la onda V está a nivel >35 dB HL bilateral:

• Interviene el trabajador social

• Segundo test de PEATC, a los 6 meses de edad corregida.

• Si la onda V está presente entre 40-50 dB HL: se remite al centro de

referencia.

• Si onda V está presente entre 50-90 dB HL: se remite al centro de referencia y

se prescribe tratamiento audioprotésico.

• Si onda V a nivel >90 - 100 dB HL: se remite al centro de referencia y se

prescribe tratamiento audioprotésico y/o IC (14).

El diagnóstico de la hipoacusia debe ser precoz y preciso (5,48), en todos los

casos se entregará un informe a los padres con los resultados del estudio y la

conducta a seguir (5,31,48). El tratamiento médico-quirúrgico, audioprotésico, la

intervención logopédica y educativa han de iniciarse precozmente y los

profesionales que atiendan al niño hipoacúsico, junto a su entorno familiar, deben

actuar coordinadamente, enmarcando sus esfuerzos en un trabajo en equipo

(5,48). Los resultados de las pruebas en tercera fase y el diagnóstico se incluirán

en la historia clínica y registro informático. Los niños diagnosticados de hipoacusia

pasarán a la cuarta fase (31).

1.7.3.4 CUARTO NIVEL O FASE DE TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO

El tratamiento se debe iniciar antes del sexto mes de vida (1,48). Al igual que el

diagnóstico, el tratamiento de la hipoacusia neonatal se realizará por medio de un

equipo multidisciplinario en el que intervienen, además del personal sanitario,

logopedas, audioprotesistas, pediatras, radiólogos, genetistas, asociaciones de

sordos y la propia familia (1,5,6,42,48). Basándonos en tres pilares fundamentales

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41

como son la estimulación precoz, el tratamiento logopédico y la amplificación

audioprotésica (5,66) se pueden diferenciar tres niveles:

• Tratamiento inicial, que es simultáneo a la fase de diagnóstico, y que se debe

aplicar a todos los niños con hipoacusia >35dB. Su objetivo es estimular todas

sus capacidades, así como hacer de soporte informativo, emocional y

educativo a la familia.

• Tratamiento del niño con hipoacusia que no va a ser susceptible de IC. El

objetivo es intentar desarrollar al máximo las capacidades de lenguaje e

integración social, compensando, si está indicado, su pérdida con

amplificación auditiva (audioprótesis) debidamente adaptada y vigilada.

• Tratamiento del niño con hipoacusia con IC. Tiene los mismos objetivos que el

nivel anterior pero incluye el seguimiento de la adaptación del niño al IC (14).

Tratamiento

La aplicación de tratamientos médico-quirúrgicos y de ayudas tecnológicas

depende de la etiología, de la localización topográfica de la lesión que da origen a

la hipoacusia y de su intensidad (5,48).

1) Tratamiento de las hipoacusias de conducción o de transmisión: Es de

pronóstico favorable (5,48). Entre los distintos tipos de tratamiento que se

pueden emplear se encuentran los siguientes:

• Farmacológico: basado en el empleo de antibióticos, antinflamatorios,

mucolíticos, descongestionantes, etc. (5,48).

• Quirúrgicos: dirigidos a mejorar el estado de los espacios y de la mucosa

que recubre el oído medio o a reconstruir las diferentes estructuras

anatómicas que intervienen en la transmisión del sonido a través del oído

externo y medio (5,48).

• Audioprotésico: tanto de vía aérea como de vía ósea. Entre las primeras se

encuentran los audífonos retroauriculares, intraauriculares e intracanales, y

entre los segundos los vibradores (aplicados a diademas o gafas auditivas)

y los implantes osteointegrados (5,48).

2) Tratamiento de las hipoacusias de percepción o neurosensoriales:

El pronóstico en el tratamiento de estas hipoacusias no solamente viene marcado

por la intensidad de la pérdida auditiva, sino también por su momento de

aparición, (prelingual o postlingual) y por la localización de la lesión que las

produce (coclear o retrococlear) (5,48). En la actualidad no existe un tratamiento

curativo de estas hipoacusias, ya que el daño producido a nivel de la cóclea o de

las neuronas de la vía auditiva es irreparable. Sin embargo, hoy en día existen

medios eficaces de tratamiento que de forma paliativa son capaces de promover

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la percepción auditiva, haciendo que cambie radicalmente la evolución natural que

seguiría un niño con una HNS sin tratamiento alguno (5,48).

Entre los sistemas destinados a tratar paliativamente las hipoacusias perceptivas

de origen coclear en niños, se encuentran los audífonos y los IC. La elección de

unos u otros dependerá fundamentalmente de la intensidad de la hipoacusia

(5,48).

• Audífonos:

El audífono es un dispositivo activo destinado a mejorar, corregir y rehabilitar las

deficiencias auditivas, con una adaptación específica y apropiada a sus

capacidades de percepción y de tolerancia (1) (Figura 13). En el caso de las

hipoacusias neurosensoriales, básicamente se emplean prótesis auditivas de vía

aérea, entre las que se pueden citar los audífonos retroauriculares,

intraauriculares e intracanales (1,5,48). Si bien no existen reglas fijas para

determinar cuál es el nivel de la pérdida de audición a partir del cual se hace

imprescindible la adaptación de una de estas prótesis, se estima que en los niños

existe una indicación absoluta para su prescripción cuando el umbral de audición

medio es igual o peor a 40 dB HL (500-2.000 Hz) para el mejor oído. Sin

embargo, en los adultos, con desarrollo comunicativo y cognitivo ya adquirido, se

podría decir que la indicación de audífonos en hipoacusias de intensidad superior

a moderada (40 a 70 dB HL) es recomendable, en hipoacusias de tipo severo (70

a 90 dB HL) necesario y en hipoacusias de carácter profundo (> 90 dB HL)

imprescindible, si bien en este último caso se debe claramente considerar la

opción de indicar un IC (48).

En un taller realizado en Estados Unidos con el objetivo de mejorar la calidad del

programa, se planteó que el tratamiento con audífonos dentro de 1 mes después

de realizar el diagnóstico era de máxima prioridad (88). Por ello, que cuando se

indique la adaptación audioprotésica por parte del ORL, ésta debe llevarse a cabo

antes de que transcurra un mes y deberá iniciarse la intervención logopédica

temprana, ya que sin ésta, el diagnóstico precoz es estéril y la adaptación

protésica insuficiente (13) (Figura 13).

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Figura 13. Audífono retroauricular. Dispositivo para niveles de sensibilidad auditiva de moderados a graves.

• Implante Coclear:

Cuando la hipoacusia del niño sea >90 dB y la adaptación protésica y el trabajo

rehabilitador no ofrezcan resultados durante al menos 6 meses, el niño es

susceptible de IC (14). Un IC puede ser definido como un aparato que transforma

los sonidos y ruidos del medio ambiente en energía eléctrica capaz de actuar

sobre las aferencias del nervio coclear, desencadenando una sensación auditiva

en el individuo. La intervención consiste en la realización de una operación

quirúrgica para situar en el oído interno el dispositivo ya definido,

desencadenando una sensación auditiva (1) (Figura 14). Los IC están indicados

en pacientes que presentan una HNS bilateral profunda de asiento coclear

(1,5,48) o una hipoacusia profunda en un oído y de grado severo en el otro (5). El

protocolo se aplicará a niños de entre 0 y 6 años de edad, con sordera congénita,

prelingual o perilingual (1). Partiendo de los criterios de la “Federal Food and Drug

Administration”, esta indicación se aplica a individuos con umbrales auditivos

bilaterales superiores a 90 dB de media en las frecuencias de 5000 Hz, 1 kHz y 2

kHz, (1,5,48) que además, con la utilización de audífonos presentan en campo

libre unos umbrales superiores a 55 dB y una discriminación de la palabra inferior

al 40%, empleando listas abiertas de palabras (1,48). En los niños menores de 2

años, la falta de lenguaje hace que tengamos que apoyarnos solo en pruebas

tonales. En estos casos, se consideran indicados los IC en la audiometría tonal en

campo libre con audífonos bien programados y con el entrenamiento adecuado

para obtener umbrales en las frecuencias de 2.000 Hz y 4.000 Hz, iguales o

mayores de 60 dB, aunque existan umbrales superiores en frecuencias graves

(5).

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44

Figura 14. Implante coclear. Se pueden observar los electrodos implantados en la cóclea.

Esta fase de tratamiento se realizará prioritariamente en los servicios de ORL

donde se ha realizado el diagnóstico o se derivarán a otros equipos siempre que

dispongan del equipamiento y profesionales con la experiencia adecuada para

realizar el tratamiento. Estas unidades llevaran a cabo el seguimiento ORL-

audiológico del paciente, así como la evolución de la audición, el desarrollo del

lenguaje y la correcta adaptación protésica (1,6). Los familiares de los niños a

quienes se confirme la hipoacusia serán informados de las posibilidades de

tratamiento. En el hospital se procederá a facilitar el contacto con los servicios

médicos y/o quirúrgicos, según proceda, y con los recursos para la rehabilitación.

Además, se les pondrá en contacto con las asociaciones de hipoacusia y con los

centros de atención temprana. Si es oportuno, se orientará sobre el consejo

genético (31). Los niños diagnosticados de cualquier grado de hipoacusia

mantendrán un seguimiento periódico en los servicios de ORL (1,48).

1.8 REGISTRO Y EVALUACIÓN DEL PROGRAMA

Registro

A efectos de evaluación, además de la historia clínica, cada hospital dispondrá de

un sistema de registro de datos en el que consten los resultados obtenidos en las

pruebas. Este sistema será supervisado por el coordinador o referente

hospitalario del Programa. Cada coordinador hospitalario enviará a la “Dirección

General de Salud Pública, Drogodependencias y Consumo” información periódica

y anual sobre la actividad del Programa. Dicha entidad elaborará los indicadores

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de evaluación del Programa por áreas y a nivel regional, al objeto de obtener

información periódica sobre la cobertura y la efectividad del mismo (31).

Sistemas de información y evaluación

El Sistema de Información está dirigido a evaluar el seguimiento y la consecución

de los objetivos del Plan, relacionados con la cobertura, la estructura, el proceso y

los resultados. La evaluación se realizará anualmente y se referirá principalmente

al cumplimiento de las actividades programadas y a la consecución de los

objetivos, utilizando los indicadores cuantitativos y cualitativos (1,6).

Indicadores del programa

Los indicadores de calidad del PDPHI son parámetros mínimos que recogerán

todas las comunidades autónomas para poder evaluar el programa (4), integrados

por indicadores de cobertura, indicadores de proceso e indicadores de resultados

(1,16,31,58).

Indicadores de cobertura:

• Participación en el primer nivel, captación o cobertura.

• Derivación al segundo nivel o rescreening.

• Participación en el segundo nivel.

• Derivación entre el segundo y el tercer nivel.

• Participación en el tercer nivel.

• Remisión para estudio auditivo y confirmación diagnóstica.

• Derivación al tercer nivel por FR.

Indicadores de proceso:

• Cumplimiento del tiempo recomendado para el cribado.

• Media de edad para la realización de pruebas de confirmación.

• Proporción de niños que realizaron pruebas de confirmación antes de los 3

meses.

• Cumplimiento del tiempo recomendado para el diagnóstico.

• Media de edad a la que se realiza el diagnóstico.

• Proporción de niños que fueron diagnosticados antes de los 6 meses.

• Media de edad a la que se inicia el tratamiento.

• Proporción de niños que iniciaron el tratamiento antes de los 6 meses.

• Cumplimiento del tiempo recomendado para el tratamiento.

Indicadores de resultado:

• Tasa de detección de hipoacusia.

• Tasa de detección de hipoacusia en grupos de riesgo.

• Número de casos en función de la gravedad.

• Tasa de casos según afectación.

• VPP de la prueba de cribado.

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• Porcentaje de FP respecto a la población originaria.

Resultados esperados en cuanto al control de calidad del programa 1. El objetivo del programa es descubrir todas las hipoacusias unilaterales o bilaterales presentes en el nacimiento, independientemente de su gravedad y etiología. Como criterio de calidad, los procedimientos de cribado deben asegurar que los FN tiendan al 0%.

2. Indicadores de calidad del cribado universal: se explorarán los oídos de todos

los niños nacidos en la Comunidad Autónoma.

• Para ser universal: los niños cribados han de superar al 95% de los RN.

• Para ser neonatal: se debe realizar la primera prueba antes del mes de vida a

más del 95% de los RN.

• Recribado: se explorará a todos los niños que no pasaron la primera prueba.

Se debería tender al 100% de los niños derivados a segunda o tercera prueba,

aunque se considera cumplido si supera el 95%.

3. Indicadores de calidad de la confirmación diagnóstica: se explorará a todos los

niños derivados de la fase de cribado.

• No debe superar el 4% de tasa de derivación a las pruebas de confirmación.

• Se debería tender al 100% de niños con confirmación diagnóstica hecha

durante el tercer mes de vida, aunque se considera cumplido si se supera el

90% en el tercer mes.

4. Indicadores de calidad del tratamiento:

• La instauración de la atención temprana adecuada antes de los 6 meses de

edad debe tender al 100% de los niños con confirmación diagnóstica de

hipoacusia, aunque se considera cumplido si se supera el 90%.

• Si se decide la adaptación protésica, no debe pasar más de un mes entre la

indicación y la adaptación en el 95% de los candidatos.

• Para niños/niñas con pérdida auditiva congénita de aparición tardía o

adquirida, el 95% debe haber iniciado el tratamiento en el plazo de 45 días

desde el diagnóstico.

• El porcentaje de niños con pérdida auditiva permanente a los que se ha

llevado a cabo un control de desarrollo (cognitivo y lingüístico) antes de los 12

meses debe ser del 90%.

5. Criterios de calidad de seguimiento del programa:

• Epidemiológico: Registro informático de todos los niños y los resultados de

las distintas fases (13).

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2. HIPÓTESIS

El programa de detección precoz de hipoacusia infantil (PDPHI) del complejo

Hospitalario y Universitario de Albacete (CHUA) es eficaz en el diagnóstico y

tratamiento temprano de la hipoacusia infantil.

3. OBJETIVOS

3.1 OBJETIVO GENERAL

Realizar un estudio retrospectivo de la prevalencia, detección precoz y actuación

del PDPHI del CHUA para valorar su eficacia durante los años 2007-2011.

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

• Conocer la prevalencia del déficit auditivo infantil de acuerdo al PDPHI.

• Determinar el valor predictivo positivo de la prueba de cribado.

• Determinar el porcentaje de falsos positivos y falsos negativos en la

aplicación de las OEAs.

• Determinar la edad promedio de realización del cribado, diagnóstico y

tratamiento.

• Estimar el número de infantes con diagnóstico de hipoacusia unilateral o

bilateral.

• Conocer el número de niños adaptados o intervenidos con prótesis

auditivas o implantes cocleares unilaterales/bilaterales.

• Identificar los diferentes factores de riesgo, tipos de sordera y estrategias

terapéuticas aplicadas a los infantes diagnosticados de hipoacusia.

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4. MATERIAL Y MÉTODOS

Se ha realizado un estudio retrospectivo de la prevalencia del Programa de

Detección Precoz de Hipoacusia del Complejo Hospitalario y Universitario de

Albacete mediante la revisión de 405 historias clínicas de RN durante el período

comprendido entre Enero de 2007 y Diciembre de 2011. Las 405 historias clínicas

analizadas fueron seleccionadas de manera aleatoria de un total de 14847 (Ver

Tabla 8).

Tabla 8. Distribución de la población de estudio por año.

Años Población Muestra

2007 3344 83

2008 2831 79

2009 3547 81

2010 2785 80

2011 2340 82

Total 14847 405

4.1 ASPECTOS ÉTICOS

El presente proyecto de tesis doctoral fue aprobado y autorizado por el Comité de

Ética y el Comité de Investigación del Complejo Hospitalario y Universitario de

Albacete (CHUA). El estudio se desarrolló en concordancia con los principios de

ley 15/1999 de protección de datos y el BOE núm. 251 del 4 de abril de 1997 del

Convenio de Oviedo para la protección de los derechos humanos y la dignidad del

ser humano con respecto a las aplicaciones de la biología y la medicina, así como

con las recomendaciones para la buena práctica clínica. La garantía de la

confidencialidad y la protección de los datos personales son los pilares éticos con

los que dirigimos la investigación a la hora de la recogida de información a partir

de las historias clínicas. El uso de la información es colectivo para no publicar

datos que pudieran identificar o dar la sensación de que se trata de una persona

física en concreto.

4.2 POBLACIÓN DE ESTUDIO

Como población de estudio se han seleccionado RN residentes en la localidad de

Albacete con la finalidad de evitar pérdidas en el seguimiento debidas a retorno a

su domicilio y con el objetivo de aumentar la probabilidad de detectar pacientes

que presenten hipoacusia tardía o que se pasaran por alto en el cribado como FN.

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4.3 CÁLCULO DE LA MUESTRA

Para el cálculo muestral se utilizó una calculadora virtual

(https://www.netquest.com/es/panel/calculadora-muestras/calculadoras-

estadisticas) con una heterogeneidad del 50%, margen de error del 5% y nivel de

confianza del 95%. Se realizó un registro de las variables enumeradas en los

objetivos y se archivó en una base de datos Excel para su posterior análisis. Una

vez analizados estos datos y partiendo de las recomendaciones aportadas por la

CODEPEH, la Academia Americana de Pediatría y estudios equivalentes, los

resultados se cuantificaron mediante índices y objetivos aceptados

internacionalmente (2,8,14).

4.4 INDICADORES DE COBERTURA

Estos indicadores nos proporcionan información sobre el grado de alcance del

programa en sus diferentes niveles y el grado de participación y cumplimiento en

relación a los objetivos esperados.

4.4.1 PARTICIPACIÓN EN EL 1er NIVEL (Captación o cobertura del programa)

(31).

Corresponde al número de RN examinados en el primer nivel entre el número

total de nacimientos. Este indicador no será objeto de estudio en este trabajo por

no disponer de una base de datos del total de los RN en los años

correspondientes al estudio, ya que los RN no suelen ingresar en el hospital a

menos que presenten alguna complicación.

4.4.2 DERIVACIÓN AL 2o NIVEL (31).

(Nº de recien nacidos derivados al segundo nivel

Nº de recien nacidos examinados en el primer nivel) ∗ 100

4.4.3 PARTICIPACIÓN EN EL 2o NIVEL (31).

(Nº de recien nacidos examinados en el segundo nivel

Nº de recien nacidos derivados al segundo nivel) ∗ 100

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50

4.4.4 DERIVACIÓN ENTRE EL 2o Y EL 3er NIVEL (31).

(Nº de RN derivados del segundo nivel para estudio de confirmación

Nº total de recien nacidos examinados) ∗ 100

4.4.5 PARTICIPACIÓN EN EL 3er NIVEL (1,31).

La participación en el diagnóstico o estudio de confirmación hace referencia al

porcentaje de pruebas diagnósticas de hipoacusia realizadas con respecto al total

de niños derivados a los servicios de ORL para confirmar los resultados de la

prueba de cribado (1).

(Nº de recien nacidos que realizan estudio de confirmación

Nº de recien nacidos derivados para estudio de confirmación) ∗ 100

4.4.6 REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN DIAGNOSTICA

(31).

(Nº de recien nacidos que realizan estudio de confirmación

Nº de recien nacidos examinados en el primer nivel) ∗ 100

4.4.7 DERIVACIÓN AL 3er NIVEL POR FACTORES DE RIESGO (31).

(Nº de RN derivados al tercer nivel por pertenecer al grupo de riesgo

Nº de recien nacidos) ∗ 100

4.5 INDICADORES DE PROCESO

Estos indicadores nos proporcionan información sobre los tiempos acotados en

cada uno de los niveles y el grado de cumplimiento en relación a los objetivos

esperados para cada uno de ellos.

4.5.1 CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO PARA EL CRIBADO.

Porcentaje de niños que accedieron al cribado de hipoacusias en el primer mes

de vida respecto a los niños con la prueba de cribado realizada (1).

(Nº de RN que se realizaron la prueba de cribado en el primer mes

Nº de recien nacidos con la prueba de cribado) ∗ 100

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51

4.5.2 MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN

(31).

Promedio de edad en que se realiza la prueba de confirmación a través de los

PEATC.

4.5.3 PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS DE

CONFIRMACIÓN ANTES DE TRES MESES (31).

Porcentaje de RN que accedieron a pruebas diagnósticas de hipoacusia a los tres

meses o antes, respecto del total de RN enviados al ORL (1).

(Nº de recien nacidos que se realizaron la prueba ante de los 3 meses

Nº de recien nacidos derivados al ORL para diagnóstico) ∗ 100

4.5.4 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO (31).

Promedio de edad de realización del diagnóstico en los RN derivados al 3er nivel.

Se considerará como diagnóstico cualquier patología identificada inicialmente que

justifique la hipoacusia presentada por el paciente, independientemente de ser

identificado o no un agente etiológico.

4.5.5 PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE LOS

SEIS MESES (31).

Será considerado como diagnosticado de hipoacusia cualquier RN con pérdida de

audición, independientemente del grado, siempre y cuando ésta no se resuelva y

quedando descartadas los casos de hipoacusias transitorias.

(Nº de recien nacidos dignosticado de hipoacusia antes de los 6 meses

Nº total de recien nacidos diagnosticados por el plan) ∗ 100

4.5.6 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO (31).

Promedio de edad de iniciado el tratamiento, considerando como inicio del mismo

cualquier conducta con vista a mejorar el nivel de audición y/o desarrollo del

lenguaje del niño como puede ser a través de intervención quirúrgica, logopedia,

audioprótesis o tratamiento médico, entre otros (16,58).

4.5.7 PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS

MESES (31).

Porcentaje de niños que accedieron al tratamiento antes de los 6 meses entre los

niños diagnosticados por el plan (6 meses, teniendo en cuenta la prematuridad)

(1).

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52

(

Nº de RN dignosticado de hipoacusia que iniciaron tratamiento antes de los 6 meses

Nº total de recien nacidos diagnosticados por el plan) ∗ 100

4.6 INDICADORES DE RESULTADO

Estos indicadores nos proporcionan información estadística de los casos

diagnosticados por el programa, permitiendo así comparar con otros estudios.

Además, valoran la veracidad de las pruebas diagnósticas utilizadas en los

distintos niveles.

4.6.1 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA (31).

(Nº de casos diagnosticados

Nº total de recien nacidos examinados en el primer nivel) ∗ 1000

4.6.2 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO (31).

(Nº de casos diagnosticados en grupo de riesgo

Nº total de RN derivados al tercer nivel por pertenecer al grupo de riesgo) ∗ 1000

4.6.3 NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD (31).

En función del grado de hipoacusia los casos diagnosticados se clasificarán como

leves (21-40 dB), moderados (41-70 dB), severos (71-90 dB) o profundos (> 90

dB) (1,5,14,39,40).

4.6.4 TASA DE CASOS SEGÚN AFECTACIÓN (31).

La tasa de detección de hipoacusias unilaterales y bilaterales hace referencia a

los niños diagnosticados de hipoacusia con respecto al total de niños cribados,

por mil (1).

(Nº de casos diagnosticados (unilateral y bilateral)

Nº total de RN cribados) ∗ 1000

La tasa de detección de hipoacusia bilateral hace referencia a los niños

diagnosticados de hipoacusia bilateral entre todos los niños cribados, por mil (1).

(Nº de casos diagnosticados de hipoacusia bilateral ∗

Nº total de RN cribados) ∗ 1000

* Definición de niño diagnosticado de Hipoacusia bilateral: “Niño sometido a dos

pruebas de potenciales evocados consecutivas, con diferencia mínima de un mes,

que muestran un patrón alterado de forma que no existe onda V a 40 dB en el

mejor oído” (1).

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53

4.6.5 VALOR PREDICTIVO POSITIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO.

El VPP hace referencia a los RN sin FR diagnosticados de hipoacusia entre los

que presentan prueba de cribado alterada (NO PASA), por 100 (1,58). El VPP

indica la probabilidad de que un niño que falla dos niveles de OEA tenga

realmente una pérdida auditiva (16,58).

(Nº de casos diagnosticados de hipoacusia confirmado

Nº total de RN con prueba de cribado alterada (NO PASA)) ∗ 100

4.6.6 PORCENTAJE DE FALSOS POSITIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN

ORIGINARIA.

(Falsos positivos

Nº total de recien nacidos sometido a cribado) ∗ 100

Indicador de calidad de la prueba de cribado. Porcentaje de RN derivados del

segundo nivel a fase de confirmación por no pasar la prueba de OEA. En éstos se

descarta la posibilidad de pérdida de audición tras la realización del estudio de

confirmación en relación al total de RN sometidos a cribado.

En base al análisis de los indicadores descritos y a los criterios de calidad

internacionalmente establecidos esperamos alcanzar los resultados recogidos en

la Tabla 9.

Tabla 9. Resultados Esperados

INDICADOR CRITERIO

Participación en el primer nivel (13,31). > 95%

Primera prueba antes del mes de vida (13,31). > 95%

Participación en el segundo nivel (Recribado) (13,31). > 95%

Tasa de derivación al tercer nivel (1,5,8,13,31,48,58,66). < 4%

Confirmación diagnóstica antes del tercer o cuarto mes de vida (13,31).

> 90%

Atención temprana adecuada antes de los 6 meses (13). 90%

FP (1,5,8,48,58,66) < 3%

FN (1,5,8,48,58,66) 0%

4.7 CRITERIOS DE INCLUSIÓN COMO POBLACIÓN DE RIESGO DE

HIPOACUSIA

Los factores de riesgo de hipoacusia están claramente establecidos como bien se

ha descrito previamente en la introducción de esta tesis doctoral, sin embargo,

existen brechas y situaciones que dan lugar a diversidad de criterios a la hora de

considerar a un paciente como población de riesgo y decidir su derivación a la

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54

prueba de confirmación. Entre los factores de riesgo más frecuentes se

encuentran los siguientes:

• El uso de fármacos ototóxicos (número de dosis y días de tratamiento) tales

como la gentamicina, que para ser considerada como FR de hipoacusia tendrá

que haber sido administrada durante más de 5 días o independientemente del

número de días, en combinación con ingreso en UCI, otros ototóxicos u otros

factores de riesgo de hipoacusia.

• Los niveles de hiperbilirrubinemia. En este último caso, solo se considerarán

los RN que precisen exanguinotransfusión o sufran de hiperbilirrubinemia

grave, considerada esta última por Faustino y cols., (2008) y por Pozo y cols.,

(2008) como la concentración de bilirrubina mayor de 14 mg/dl en el

pretérmino y 20 mg/dl en el neonato a término (38,91).

• Sospecha de hipoacusia o de un retraso del desarrollo o la adquisición del

habla y del lenguaje.

• Historia familiar de hipoacusia infantil permanente.

• Todos los niños, con o sin indicadores de riesgo, con un ingreso en UCIN

mayor de 5 días, incluidos los reingresos dentro del primer mes de vida (en

caso de sepsis y exsanguinotransfusión) y que puedan haber estado

sometidos a oxigenación extracorpórea, ventilación asistida o diuréticos del

asa (furosemida).

• Infecciones intrauterinas como citomegalovirus, herpes, rubéola, sífilis y

toxoplasmosis.

• Anomalías craneofaciales, incluidas aquellas que afectan al pabellón auditivo y

conducto auditivo y malformaciones del hueso temporal, tales como labio

leporino o paladar hendido, asimetría o hipoplasia de las estructuras faciales.

• Hallazgos físicos como un mechón de cabello blanco frontal, heterocromía del

iris, hipertelorismo, telecantus o pigmentación anormal de la piel.

• Síndromes asociados con hipoacusia o sordera progresiva o de aparición

tardía, como la neurofibromatosis, la osteopetrosis y el síndrome de Usher.

Otros síndromes frecuentemente identificados incluyen el Waardenburg,

Alport, Pendred y Jervell and Lange-Nielsson.

• Enfermedades neurodegenerativas como el síndrome de Hunter, neuropatías

sensorimotoras, como la ataxia de Friederich y el síndrome de Charcot-Marie-

Tooth.

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55

• Infecciones postnatales asociadas con hipoacusia neurosensorial incluyendo

meningitis bacteriana y vírica confirmadas, especialmente los virus herpes y

varicela.

• Traumatismo craneal, especialmente de base de cráneo o fractura temporal

que requieren de hospitalización.

• Quimioterapia.

• Enfermedades endocrinas tales como hipotiroidismo (12,13,31,43).

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5. RESULTADOS

La población de estudio está constituida por 365 RN a término y 38 pretérmino,

presentándose 2 casos de RN con edad gestacional desconocida. El género

masculino representa el 53% frente al 47% del género femenino. Un total de 15

de los RN estudiados presentaron patología otológica posterior a la edad

promedio de 1,6 años, siendo la patología infecciosa la causa más

frecuentemente presentada (Tabla 10).

5.1 INDICADORES DE COBERTURA

5.1.1 PARTICIPACIÓN EN EL 1er NIVEL

Como mencionado anteriormente, este indicador no será objeto de estudio en

este trabajo por no disponer de una base de datos del total de los RN en los años

correspondientes al estudio, ya que estos no suelen ingresar en el hospital a

menos que presenten alguna complicación.

5.1.2 DERIVACIÓN AL 2o NIVEL

De los 405 RN cribados, 17 fueron remitidos al segundo nivel para la realización

de recribado, obteniéndose durante el año 2007 el mayor número de derivaciones

con 7 RN, mientras que en el año 2008 todos pasaron las OEA no precisando ser

derivados a fase de recribado. En el resto de los años, el porcentaje de RN que

fueron derivados al 2o nivel no alcanzó el 7% de los pacientes examinados (Tabla

11).

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Tabla 10. Datos estadísticos de la población de estudio

2007 2008 2009 2010 2011 Total

RN a término 75 73 73 72 72 365

RN pretérmino 8 5 8 7 10 38

Edad gestacional desconocida

0 1 0 1 0 2

Niños 49 44 42 38 40 213

Niñas 34 35 39 42 42 192

Presenta patología otológica

8 3 3 0 1 15

Tipo de patología otológica

OMS/OMA

OMS/OMA Otomastoiditis

Retracción timpánica

OMA de repetición

-- OMA --

Edad promedio en años de la patología.

3 2 2 -- 1 1,6

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Tabla 11. Derivación al 2o nivel

(A: Nº de RN derivados al segundo nivel

B: Nº de RN examinados en el primer nivel) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 7 83 8,4

2008 0 79 0,0

2009 3 81 3,7

2010 5 80 6,3

2011 2 82 2,4

Total 17 405 4,2

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De los 405 niños inicialmente cribados, 20 no pasaron las primeras OEA realizadas. De éstos, 5 no pasaron el OD, 6 no pasaron el

OI y 9 no pasaron la prueba bilateral, siendo 17 RN remitidos al segundo nivel (Tabla 12).

Tabla 12. Resultados 1er nivel

Años 2007 2008 2009 2010 2011 TOTAL

Resultado % Resultado % Resultado % Resultado % Resultado % Resultado %

Total RN 83 100 79 100 81 100 80 100 82 100 405 100

Cribado 1er mes 81 97,5 79 100 75 92,5 75 93,75 81 98,7 391 97

Pasa OEA 76 91,6 79 100 78 96,3 72 90 80 97,6 385 95

No pasa OEA 7 8,4 0 0 3 3,7 8 10 2 2,4 20 4.9

No pasa OD 3 43 0 0 0 0 2 25 0 0 5 25

No pasa OI 2 28,5 0 0 0 0 2 25 2 100 6 30

No pasa bilateral 2 28,5 0 0 3 100 4 50 0 0 9 45

RN con FR 2 2,4 3 3,8 5 6,1 7 8,75 5 6 22 5,4

Derivados al 2o nivel

7 8,4 0 0 3 3,7 5 6,25 2 2,4 17 4,2

Derivados al 3er nivel por FR

2 2,4 2 2,53 2 2,5 5 6,25 5 6 16 4

Edad promedio cribado (días)

12 -- 9 -- 15 -- 16,6 -- 12.4 -- 13 --

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60

5.1.3 PARTICIPACIÓN EN EL 2o NIVEL

La participación en el 2o nivel fue muy alta, siendo 100% en los años 2007, 2009 y

2011, y alcanzando el 80% en el año 2010 por la pérdida del seguimiento de un

paciente. Dado que en el año 2008 ningún paciente fue derivado al 2o nivel, el

resultado de ese año no fue calculado (Tabla 13).

Tabla 13. Participación en el 2o nivel.

(A: Nº de RN examinados en el segundo nivel

B: Nº de RN derivados al segundo nivel) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 7 7 100,0

2008 - - -

2009 3 3 100,0

2010 4 5 80,0

2011 2 2 100,0

Total 16 17 94,0

De los 16 RN examinados en el segundo nivel, 6 de ellos no pasaron las

segundas OEA. De éstos, 2 no pasaron el OD, 2 no pasaron el OI y 2 no pasaron

la prueba bilateral. Durante el año 2010, a 1 de los 2 pacientes que no pasó el 2o

nivel se le realizó una tercera OEA, la cual pasó, por lo que solo fue remitido un

paciente al estudio de confirmación. Sin embargo, el estudio no fue realizado

porque el paciente no acudió a la consulta (Tabla 14).

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Tabla 14. Resultados 2º nivel

2007 2008 2009 2010 2011 TOTAL

Resultado % Resultado % Resultado % Resultado % Resultado % Resultado %

Examinados en el 2o

nivel 7 100

N/A - 3 100 4 100 2 100 16 100

Pasa 5 71,4% N/A - 2 75 2 50 1 50 10 62,5

No pasa 2 28,6% N/A - 1 25 2 50 1 50 6 37,5

Total estudio No

pasa 2 0,5

N/A - 1 0,25 2 0,5 1 0,25 6 1.5

No pasa OD 1 50% N/A - 0 0 1 50 0 0 2 33,3

No pasa OI 0 0 N/A - 1 100 0 0 1 100 2 33,3

No pasa bilateral

1 50% N/A

- 0 0 1 50 0 0 2 33,3

Cribado completo el

1er mes 1 14%

N/A - 0 0 0 0 1 50 2 12,5

Remitido a estudio de

confirmación de 3er nivel

2 28,5%

N/A

- 1 3,3 1 25 1 50 5 31,3

Edad promedio 2a

prueba (días)

41 -

N/A

- 50 - 41,7 - 35 - 42 -

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5.1.4 DERIVACIÓN ENTRE EL 2o Y EL 3er NIVEL

De los 16 RN examinados en el segundo nivel, 5 de ellos no pasaron las OEA y

fueron derivados para estudio de confirmación. De estos, 2 RN pertenecían al año

2007 mientras que los otros 3 se encontraban distribuidos equitativamente en

cada uno de los tres años restantes, no habiendo derivación a este nivel durante

el 2008 (Tabla 15).

Tabla 15. Derivación entre el 2o y el 3er nivel (a)

(A: Nº de RN derivados del segundo nivel para estudio de confirmación

B: Nº de RN examinados en el segundo nivel) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 2 7 28,5

2008 -- -- --

2009 1 3 33,0

2010 1 4 25,0

2011 1 2 50,0

Total 5 16 31,3

De 405 RN examinados en el programa, 5 de ellos fueron remitidos al 3er nivel

para estudio de confirmación, alcanzando un índice de derivación global de 1,2%.

En el 2010, 2 RN no pasaron las OEA en el segundo nivel, sin embargo, a uno de

ellos se le repitió una tercera OEA que pasó favorablemente por lo que no se

remitió al estudio de confirmación, de manera que solo 1 paciente fue remitido al

tercer nivel (Tabla 16).

Tabla 16. Derivación entre el 2o y el 3er nivel (b).

(

A: Nº de RN derivados del segundo nivel para estudio de confirmación

B: Nº total de RN) 100

AÑO A B (%)

2007 2 83 2,4

2008 0 79 0

2009 1 81 1,2

2010 1 80 1,3

2011 1 82 1,2

Total 5 405 1,2

5.1.5 PARTICIPACIÓN EN EL 3er NIVEL

En este nivel se encuentran los RN derivados del primer nivel por presentar FR de

hipoacusia y los RN que fueron remitidos del segundo nivel tras no pasar el

recribado. De 16 RN remitidos al 3er nivel por identificarse la presencia de FR de

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hipoacusia se evaluó a 10 de ellos, siendo el 2009 el mejor año con una

evaluación del 100% de los pacientes derivados frente a los demás años donde si

bien no se superó el 60%, en ningún caso fue inferior del 50% (Tabla 17).

Tabla 17. RN derivados por presentar factores de riesgo de hipoacusia

(A: Nº de RN con FR que realizan estudio de confirmación

B: Nº de RN con FR derivados para estudio de confirmación) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 1 2 50,0

2008 1 2 50,0

2009 2 2 100,0

2010 3 5 60,0

2011 3 5 60,0

Total 10 16 62,5

Durante los años evaluados en este estudio, 5 RN fueron remitidos del segundo

nivel por no pasar las OEA. Sin embargo, debido a 2 perdidas de seguimiento

durante los años 2009 y 2010 (una por cada año), se obtuvo como resultado

global una participación del 60%, siendo del 100% para los años 2007 y 2011

(Tabla 18).

Tabla 18. RN derivados del 2º nivel

(

A: Nº de RN derivados del segundo nivel que realizan estudio de confirmación

B: Nº de RN derivados del segundo nivel para estudio de confirmación) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 2 2 100,0

2008 0 0 0

2009 0 1 0

2010 0 1 0

2011 1 1 100,0

Total 3 5 60,0

Un total de 21 RN fueron remitidos a consultas de ORL para la realización del

estudio de confirmación durante los años de estudio. De éstos, solo en 13 (61,9%)

RN se realizó la prueba ya que los demás casos fueron descartados bien por

perdidas de seguimiento o por decisiones facultativas. Específicamente,

ocurrieron 3 perdidas de seguimiento, 1 en el año 2007, 1 en el 2008 y otra en el

2010 tras la valoración por ORL y la solicitud de PEATC. Otra sucedió por pase

de una tercera OEA, la cual fue realizada en la consulta al único RN remitido

durante el año 2009. Dos perdidas adicionales sucedieron durante el 2010 debido

a que los pacientes no acudieron a la consulta para valoración ORL y 2 más por

ser descartados como población de riesgo de hipoacusia tras decisión facultativa

(Tabla 19).

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Tabla 19. Total de RN derivados al 3er nivel

(A: Nº total de RN que realizan estudio de confirmación

B: Nº total de RN derivados para estudio de confirmación) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 3 4 75,0

2008 1 2 50,0

2009 2 3 67,0

2010 3 6 50,0

2011 4 6 66,7

Total 13 21 61,9

5.1.6 REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN DIAGNOSTICA

Del total de RN cribados, a 13 de ellos se les realizó el estudio de confirmación,

obteniéndose así un 3,2% en este indicador de manera global, representando el

año 2008 el año de menor número de remisiones con un 1,3% y el 2011 el mayor

con un 4,9% (Tabla 20).

Tabla 20. Remisión para estudio auditivo y confirmación diagnóstica

(A: Nº de RN que realizan estudio de confirmación

B: Nº de RN examinados en el primer nivel) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 3 83 3,6

2008 1 79 1,3

2009 2 81 2,5

2010 3 80 3,8

2011 4 82 4,9

Total 13 405 3,2

5.1.7 DERIVACIÓN AL 3er NIVEL POR FACTORES DE RIESGO

De la población de estudio, 16 RN fueron identificados como población de riesgo

representando el 3,9% de la población, siendo los años 2010 y 2011 los de mayor

representación, superando un índice de derivación del 6% frente al resto de años

que no llegaron a superar el 3% (Tabla 21).

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Tabla 21. Derivación al 3er nivel por factores de riesgo

(

A: Nº de RN derivados al tercer nivel por pertenecer a grupo de riesgo

B: Nº total de RN) 100

AÑO A B (%)

2007 2 83 2,4

2008 2 79 2,5

2009 2 81 2,5

2010 5 80 6,3

2011 5 82 6,1

Total 16 405 3,9

5.2. INDICADORES DE PROCESO

La duración promedio de ingreso fue de 3,3 días, incluidos en estos los ingresos

prolongados en UCIN. El tiempo establecido de ingreso en pacientes no

complicados fue de 48 horas. Todas las pruebas de OEA fueron realizadas una

vez el paciente era dado de alta, con un promedio de 13 días tras el nacimiento.

El menor tiempo de realización de la prueba fue de 3 días correspondiente al año

2008. Solo 1 paciente fue cribado antes del alta durante el 2007 debido a un

ingreso prolongado por atresia esofágica (Tabla 22).

Tabla 22. Duración promedio de ingreso

Año Duración

promedio de ingreso en días

Promedio de realización de cribado (días)

Promedio del menor tiempo de realización

de prueba (días)

Cribado antes del

alta

2007 4,0 12,0 5,0 1

2008 2,8 9,0 3,0 0

2009 3,0 15,0 5,0 0

2010 2,7 17,0 5,0 0

2011 3,8 12,0 6,0 0

Total 3,3 13,0 4,8 1

5.2.1 CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO PARA EL CRIBADO

De la población de estudio, 391 RN fueron cribados en el primer mes de vida

representando un 96,5%. Solo durante el año 2008 fueron cribados todos los RN

durante el primer mes de vida. Este año fue seguido por el 2011 con un 98,8%,

aunque hay que destacar que en los restantes años se superó el 92% (Tabla 23).

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66

Tabla 23. Cumplimiento del tiempo recomendado para el cribado

(A: Nº de RN que realizaron prueba de cribado en el primer mes

B: Nº total de RN con la prueba de cribado) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 81 83 97,6

2008 79 79 100,0

2009 75 81 92,5

2010 75 80 93,7

2011 81 82 98,8

Total 391 405 96,5

5.2.2 MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN

La media de edad de realización del estudio de confirmación fue de 4,2 meses,

siendo el 2008 el año con la menor media de edad (1,7 meses), superando el

resto de años la media de 3,6 meses (Tabla 24).

Tabla 24. Media de edad de realización de pruebas de confirmación

AÑO RN que realizan

la prueba de confirmación

Media de edad en meses

2007 3 6,7

2008 1 1,7

2009 2 3,6

2010 3 5,0

2011 4 4,0

Total 13 4,2

5.2.3 PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS DE

CONFIRMACIÓN ANTES DE TRES MESES

De los 21 RN derivados al 3er nivel, solo a uno (4,8%) de los mismos se le realizó

la prueba de confirmación antes del tercer mes, siendo el 2008 el único año

durante el cual fue realizada una prueba antes de la fecha descrita representando

un 50% (Tabla 25).

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67

Tabla 25. Proporción de RN que realizaron pruebas de confirmación antes

de tres meses

(A: Nº de RN que realizaron la prueba antes de los tres meses

B: Nº de RN derivados al ORL para diagnóstico) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 0 4 0

2008 1 2 50,0

2009 0 3 0

2010 0 6 0

2011 0 6 0

Total 1 21 4,8

5.2.4 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO

En este estudio fueron identificados 2 casos de hipoacusia, uno durante el año

2007 a los 10 meses y otro durante el año 2010 a los 5 meses, siendo la media

para todos los años de 7,5 meses (Tabla 26).

Tabla 26. Media de edad a la que se realiza el diagnóstico

AÑO RN con diagnóstico de

hipoacusia Media de edad

(meses)

2007 1 10,0

2008 -- --

2009 -- --

2010 1 5,0

2011 -- --

Total 2 7,5

5.2.5 PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE

SEIS MESES

Solo un RN del estudio fue diagnosticado antes de los 6 meses durante el año

2008, como se ha expuesto previamente (Tabla 27). El porcentaje global de la

población remitida para el diagnóstico fue de 4,8%.

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68

Tabla 27. Proporción de RN que fueron diagnosticados antes de seis meses

(A: Nº de RN que fueron diagnosticado antes de los 6 meses

B: Nº de RN derivados al ORL para diagnóstico) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 0 4 0

2008 1 2 50,0

2009 0 3 0

2010 0 6 0

2011 0 6 0

Total 1 21 4,8

5.2.6 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO

Como se mencionó anteriormente, solo 2 pacientes fueron diagnosticados de

hipoacusia. El paciente diagnosticado durante el 2007 no precisó tratamiento por

presentar una hipoacusia leve que posteriormente se diagnosticó como OMS.

Mientras que, en el RN diagnosticado durante el año 2010, el tratamiento inicial

fue la colocación de DTT a los 9 meses debido a un diagnóstico de OMS

persistente, audioprótesis y posteriormente un IC (Tabla 28).

Tabla 28. Media de edad a la que se inicia tratamiento

AÑO Media de edad en meses

2007 --

2008 --

2009 --

2010 9

2011 --

Total 9

5.2.7 PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS

MESES

Como indicado previamente, durante los años evaluados no fue identificado

ningún paciente con tratamiento inicial antes de los 6 meses de edad (Tabla 29).

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69

Tabla 29. Proporción de RN que iniciaron tratamiento antes de seis meses

(

A: Nº de RN diagnosticados de hipoacusia que inician tratamiento antes de seis meses

B: Nº total de RN diagnosticados ) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 0 1 0

2008 -- -- --

2009 -- -- --

2010 0 1 0

2011 -- -- --

Total 0 2 0

5.3 INDICADORES DE RESULTADO

Estos indicadores solo pudieron determinarse para los años 2007 y 2010, ya que,

durante los años 2008, 2009 y 2011 no se realizó ningún diagnóstico de

hipoacusia.

5.3.1 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA

La tasa de detección de hipoacusia en el 2007 y en el 2010 fue de 12‰ y 12,5‰

respectivamente, siendo la tasa de detección global de 4,9‰ (Tabla 30).

Tabla 30. Tasa de detección de hipoacusia

(A: Nº de casos diagnosticados

B: Nº total de RN examinados en el primer nivel ) ∗ 1000

AÑO A B (‰)

2007 1 83 12,0

2008 -- 79 --

2009 -- 81 --

2010 1 80 12,5

2011 -- 82 --

Total 2 405 4,9

5.3.2 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO

La tasa global de detección de hipoacusia en grupo de riesgo fue de 62,5‰, con

solo un paciente diagnosticado durante el año 2010 (Tabla 31).

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70

Tabla 31. Tasa de detección de hipoacusia en grupo de riesgo

(A: Nº de casos diagnosticados en grupo de riesgo

B: Nº total de RN derivados al tercer nivel por pertenecer al grupo de riesgo) ∗ 1000

AÑO A B (‰)

2007 0 2 0

2008 -- 2 --

2009 -- 2 --

2010 1 5 200,0

2011 -- 5 --

Total 1 16 62,5

5.3.3 NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD

Durante el estudio se identificaron 2 casos, 1 caso de hipoacusia leve por una

OMS durante el año 2007 y 1 caso de hipoacusia profunda de etiología

desconocida durante el año 2010. Durante el 2009 se determinó el diagnóstico de

hipoacusia en 1 paciente, aunque posteriormente se resolvió a los 4 meses, ya

que era debida a un tapón de cerumen. Por ello, al ser una hipoacusia transitoria

no fue incluida en nuestro estudio (Tabla 32).

Tabla 32. Número de casos en función de la gravedad

NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD

2007 2008 2009 2010 2011

Leve 1 0 0 0 0

Moderada 0 0 0 0 0

Severa 0 0 0 0 0

Profunda 0 0 0 1 0

Total 1 0 0 1 0

5.3.4 TASA DE CASOS SEGÚN AFECTACIÓN.

La tasa de detección de hipoacusia global, incluidos los casos unilaterales y

bilaterales, fue del 4,9‰ (Tabla 33).

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71

Tabla 33. Casos diagnosticados unilaterales y bilaterales

(

A: Nº de casos diagnosticados (unilateral y bilateral)

B: Nº total de RN cribados) ∗ 1000

AÑO A B (‰)

2007 1 83 12,0

2008 -- 79 --

2009 -- 81 --

2010 1 80 12,5

2011 -- 82 --

Total 2 405 4,9

La tasa de detección de hipoacusia global incluyendo solo los casos bilaterales

fue de 4,9‰, similar a la tasa unilateral y bilateral, ya que ambos casos

diagnósticos fueron bilaterales (Tabla 34).

Tabla 34. Casos diagnosticados bilaterales

(

A: Nº de casos diagnosticados bilaterales

B: Nº total de RN cribados) ∗ 1000

AÑO A B (‰)

2007 1 83 12,0

2008 -- 79 --

2009 -- 81 --

2010 1 80 12,5

2011 -- 82 --

Total 2 405 4,9

5.3.5 VALOR PREDICTIVO POSITIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO

Tomando en cuenta que el VPP se calcula a partir del número de casos

diagnosticados en pacientes sin FR de hipoacusia tras fallar dos pruebas de OEA,

de un total de 6 RN sin FR que fallaron la segunda prueba de cribado, solo 1 caso

fue identificado durante el 2007, representando un porcentaje global del 16,7%

(Tabla 35).

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72

Tabla 35. Valor predictivo positivo de la prueba de cribado

(

A: Nº de casos diagnosticados de hipoacusia confirmado

B: Nº total de RN con prueba de cribado alterada (NO PASA)) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 1 2 50,0

2008 -- -- --

2009 -- 1 --

2010 0 2 0

2011 -- 1 --

Total 1 6 16,7

5.3.6 PORCENTAJE DE FALSOS POSITIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN

ORIGINARIA

De 5 RN remitidos del 2o nivel para estudio de confirmación, 2 presentaron

pérdida de seguimiento, 1 fue diagnosticado de hipoacusia leve y en los otros 2 se

descartó hipoacusia tras realización de PEATC, con lo que el porcentaje de FP

fue de 1,2% en 2007 y 2011, siendo el porcentaje global de 0,5% (Tabla 36).

Tabla 36. Porcentaje de falsos positivos respecto a la población originaria

(A: Nº Falsos positivos

B: Nº total de RN sometido a cribado) ∗ 100

AÑO A B (%)

2007 1 83 1,2

2008 -- 79 --

2009 -- 81 --

2010 -- 80 --

2011 1 82 1,2

Total 2 405 0,5

En general, a 13 RN se les realizó el estudio de confirmación, de los cuales 3

presentaron PEATC alterados, 2 fueron confirmados como casos diagnósticos

durante los años 2007 y 2010 y 1 caso fue descartado por presentar hipoacusia

transitoria según se ha descrito previamente. HLTB (Hipoacusia leve de

transmisión bilateral); HPB (Hipoacusia profunda bilateral) (Tabla 37).

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73

Tabla 37. Resultados 3er nivel

Resultado

2007 Resultado

2008 Resultado

2009 Resultado

2010 Resultado

2011 TOTAL

Acude a fase diagnostica 4 2 3 4 6 19

Se realiza estudio de confirmación/ 3er

nivel 3 1 2 3 4 13

Edad primera consulta (meses) 3 3 1,5 1,75 1,9 2,23

Edad estudio de confirmación (meses) 6 1 4 4,8 4 3,96

Realización prueba de confirmación antes de 3er mes.

0 1 0 0 0 1

Exploración ORL normal 4 2 2 3 6 17

PEATC normal 2 1 1 2 4 10

PEATC alterado 1 0 1 1 0 3

Se realiza diagnóstico 1 0 0 1 0 2

Tipo de hipoacusia HLTB - - HPB - -

Se descarta diagnóstico de hipoacusia 2 1 3 2 6 14

Diagnóstico al 3er mes 0 0 - 0 - 0

Edad de realización del diagnóstico (meses)

10 - - 5 - 7,5

Tratamiento No precisó - - DTT, audioprótesis e

IC

- -

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74

5.4 FACTORES DE RIESGO DE HIPOACUSIA

En total fueron identificados 22 RN con FR de hipoacusia, de los cuales 11

presentaron ingreso en UCIN, siendo éste el FR más representativo, seguido del

uso de antibióticos ototóxicos e hiperbilirrubinemia grave con 8 y 5 pacientes,

respectivamente (ver Tabla 38). Durante este estudio se identificaron un total de

7 RN con FR de hipoacusia que no fueron remitidos al 3er nivel para el estudio de

confirmación: 1 paciente en el 2008, 3 en el 2009, 1 en el 2010 y 2 en el 2011.

Durante el 2011 sin embargo, fue remitido un paciente que no presentaba FR.

Durante este último año, se identificaron 2 niños con síndromes:

1. Un caso de síndrome de Turner: Se trataba de un pretérmino, femenino de 35,4

semanas que pasó las OEA en el primer nivel, no presentaba indicios de FR de

hipoacusia y en sus controles no refieren patología otológica.

2. Un caso de síndrome de Noonan: El paciente estuvo ingresado durante 1 mes

aproximadamente por prematuridad, de los cuales 9 días estuvo en la UCIN. No

figura en el volante de OEA como FR, pasó las OEA y no se remitió al 3er nivel.

Tras la revisión de la historia clínica se observó que fue remitido al logopeda por

alteraciones en el desarrollo del lenguaje, pero no existía la pérdida de audición

objeto de nuestro estudio.

Tabla 38. Resultados de los factores de riesgo

Frecuencia relativa de FR 2007 2008 2009 2010 2011 TOTAL

Ingreso en UCIN > 5 días 2 1 3 2 3 11

Antibióticos ototóxicos 2 1 2 1 2 8

MBPN 2 -- -- 1 -- 3

Isquemia perinatal aguda 2 -- -- -- -- 2

Hiperbilirrubinemia grave -- 2 2 -- 1 5

Ventilación mecánica -- 1 1 -- -- 2

Historia familiar de hipoacusia

-- -- -- 3 -- 3

Número total de RN con FR 2 3 5 6 6 22

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75

6. DISCUSIÓN

Se realizó un estudio retrospectivo del programa de detección precoz de

hipoacusia infantil del complejo hospitalario y universitario de Albacete mediante

la revisión de las historias clínicas de 405 RN durante el período comprendido

entre Enero de 2007 y Diciembre de 2011, con el objetivo de conocer su eficacia

en el diagnóstico y tratamiento temprano de la hipoacusia infantil. El análisis de

los resultados demuestra el cumplimiento satisfactorio en la mayor parte de los

indicadores y el déficit en algunos otros, debido principalmente a la pérdida de

seguimiento de los RN y a los largos tiempos en el diagnóstico y posterior

tratamiento. Se concluye que el programa es eficaz y útil en su cometido, pero

con puntos débiles a superar.

6.1 INDICADORES DE COBERTURA

6.1.1 PARTICIPACIÓN EN EL 1er NIVEL.

Con este indicador, como uno de los indicadores de calidad del cribado universal,

se plantea explorar la función auditiva de todos los niños nacidos en la

Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Para ser universal, los niños

cribados han de superar al 95% de los RN. Sin embargo, dada la limitación de no

poder disponer de una base de datos global de todos los RN en los años

correspondientes a la tesis, este indicador no fue objeto de estudio ya que los RN

no suelen ingresar en el hospital a menos que presenten alguna complicación.

6.1.2 DERIVACIÓN AL 2o NIVEL.

De los 405 niños inicialmente cribados con una edad media de 13 días (Tablas 11

y 12), 20 no superaron las primeras OEA realizadas. De éstos, 5 no pasaron el

oído derecho, 6 no pasaron el oído izquierdo y 9 no superaron la prueba bilateral.

Diecisiete de ellos fueron remitidos al segundo nivel por no presentar FR para la

repetición de la prueba, alcanzando un porcentaje del 4,2% (Tabla 12). En un

estudio realizado por Ramos y cols., (1999) sobre los factores que influyen en los

resultados de las OEA, también se observó, al igual que en este estudio, que la

proporción de oídos normales fue similar en un oído y en otro en las primeras

pruebas y repeticiones (5).

En relación al porcentaje de derivación al 2o nivel, Gonzalo y cols., (2009)

realizaron un estudio retrospectivo de 1.095 RN que fueron evaluados entre mayo

de 2001 y diciembre de 2007 en Chile, cuyo tamizaje auditivo se realizó mediante

OEA y PEATC-A. Los pacientes de la sala cuna fueron evaluados con OEA

después de 36 horas de vida, mientras que los RN de la UCIN fueron sometidos a

una evaluación tanto con OEA como con PEATC-A. El tamizaje de sala cuna de

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76

¨no pasan¨ para 457 RN fue del 4,6%, un porcentaje de remisión al segundo nivel

similar al encontrado en nuestro estudio. Por el contrario, de los 94 RN de la

UCIN, 19 pacientes (20,2%) no pasaron el tamizaje. De estos, 11 pacientes

fallaron únicamente en los PEATC automatizados, uno falló exclusivamente en las

EOA y 7 de ellos no superaron ninguno de los exámenes (92). Sin embargo, otro

estudio como el realizado por Ahmad y cols., (2011) en Malasia refiere valores del

25,5% de RN a recribado. Los autores concluyen que la realización de la prueba

antes del alta hospitalaria puede haber contribuido al incumplimiento de este

indicador (93).

Apoyando esta última observación, Van Dyk y cols., (2015) demostraron una alta

tasa de fracaso cuando las pruebas de detección se realizaban a una edad

temprana (57), lo cual se ha atribuido a la obstrucción del CAE con vérnix,

desechos y/o líquido amniótico, que desaparecen gradualmente durante los

primeros días de vida (57,93). Por ello, que los autores recomienden realizar las

pruebas después de 24 horas de vida (93) para obtener un porcentaje de

derivación más bajo. Adicionalmente, Mukari y cols., (2006) en Malasia

encontraron un porcentaje de remisión del 11,97%. En este estudio las OEA

fueron realizadas antes del alta hospitalaria, antes de las 24 horas de vida,

excepto para los casos de ingresados en la UCIN que fueron realizados pasadas

las 48 horas de vida, representando estos una población minoritaria (7,10%). La

comparación de los porcentajes de derivación entre los ingresados y no

ingresados en la UCIN (11,75%) no mostró ninguna tendencia particular (94).

Lupoli y cols., (2013) correlacionaron la tasa de fracaso en la prueba de audición

del RN con la edad a la que se realiza el procedimiento. Por ello que dividieron los

RN en tres grupos: 1) menos de 24 horas de edad, 2) entre 24 y 36 horas, y 3)

más de 36 horas, y observaron un mayor número de pases (pruebas normales) en

los dos últimos grupos y con esto un menor número de derivaciones al segundo

nivel (95). Otros autores como Botelho y cols., (2010), detectaron que de un total

de 6.889 RN evaluados en Brasil, el 82,7% pasaron las OEA mientras que un

17,3% fueron remitidos a la prueba de recribado (96). Akinpelu y cols., (2014)

realizaron una revisión bibliográfica donde refirieron que las tasas de referencia

fueron del 13,8%, cuando la detección se realizaba dentro de los 2 días siguientes

al nacimiento mientras que esta tasa se redujo al 4,7% cuando se realizaba

después de los 2 días de vida (97). Nuestros datos apoyan todas estas

observaciones, ya que en el presente estudio se obtuvo una referencia a segundo

nivel de un 4,2% considerando que las evaluaciones fueron hechas pasado el

primer día de vida del paciente.

Algunos autores consideran que las tasas de fracaso para la detección mediante

OAE varía entre 5-20%, cuando la evaluación se realiza en las primeras 24 horas

de vida, y disminuye hasta el 3% cuando se lleva a cabo entre 24 y 48 horas (95),

viéndose esto afectado por el alta hospitalaria temprana. El estudio detallado de la

bibliografía revela que el tiempo de estancia en el hospital se ha ido reduciendo a

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77

lo largo de los años en los diferentes países. Los defensores de altas hospitalarias

a edades tempranas indican que la práctica es segura y ventajosa desde el punto

de vista médico, social y económico, con perspectivas de reducir el número de

infecciones hospitalarias, además de cumplir con el deseo de los padres de

requerir períodos más cortos de hospitalización y una disminución de los gastos

de hospitalización (95).

6.1.3 PARTICIPACIÓN EN EL 2o NIVEL.

De 16 RN que participaron en el recribado (Tablas 13 y 14), 6 no pasaron las

OEA, representando un 1,5% en relación a la población total de estudio. De éstos,

2 RN fueron del oído derecho, 2 del oído izquierdo y 2 bilaterales. Solo 2

pacientes presentaron el recribado completo en el primer mes de vida,

alcanzando un 12,5%, siendo la edad promedio de la segunda prueba de 42 días.

Estos resultados contrastan con los obtenidos por Ramos y cols., (1999) que

observaron que la edad media de recribado fue de 24 días (5). De los 6 RN que

no pasaron el cribado, solo 5 RN fueron remitidos al tercer nivel ya que durante el

año 2010 a uno de estos pacientes se le realizó una tercera prueba de OEA que

pasó satisfactoriamente.

Uno de los objetivos del programa es la cobertura del recribado, donde se plantea

explorar a todos los niños que no pasan la primera prueba. Se debería tender al

100% de los niños derivados a una segunda o tercera prueba, aunque se

considera cumplido si supera el 95% (Tabla 9). En nuestra revisión se pudo

observar un cumplimiento del 94% (Tabla 13) debido a una pérdida de

seguimiento en el 2010. Durante este último año se alcanzó un 80%, sin embargo,

en el resto de los años (2007, 2009 y 2011) se obtuvo un cumplimiento del 100%.

Durante el 2008, no se derivó ningún RN al segundo nivel por pasar todas las

OEA.

En el estudio realizado por Gonzalo y cols., (2009) se observó que de los 457 RN

remitidos, 393 (86%) pacientes acudieron a revisión, mientras que 64 (14%) no lo

hicieron por diversas razones, entre ellas el rechazo de los padres a repetir el

examen (13 casos) (92). Estudios posteriores como el de Botelho y cols., (2010)

en Brasil indicaron que de los 1.189 RN que fallaron el cribado con las OEA, 900

RN (75,7%) acudieron a repetir la prueba, mientras que 289 RN (24,3%) no lo

hicieron (96). A diferencia de los estudios descritos anteriormente, nuestros

resultados confirman una pérdida de seguimiento del 6% que sugiere un mejor

control en el seguimiento de los pacientes que el descrito en otros países.

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78

6.1.4 DERIVACIÓN ENTRE EL 2o Y EL 3er NIVEL.

En nuestro estudio, 5 RN fueron derivados del segundo al tercer nivel (Tablas 15

y 16), con lo que se alcanzó un 1,2% de derivación de la población total de

estudio a prueba de confirmación tras la realización de las dos pruebas de OEA.

Estudios previos en Nigeria (Olusanya y cols., 2008) han referido un porcentaje de

un 4% de remisión para la evaluación diagnóstica de un programa llevado a cabo

por personal no especializado y sin experiencia previa audiológica (98). Sin

embargo, en el estudio realizado por Gonzalo y cols., (2009) en Chile, solo el

0.4% de los RN (n =10) fue remitido a la fase confirmatoria, indicando un

porcentaje inferior de remisión en comparación con nuestro estudio (92). Valores

similares a los mencionados en esta tesis se obtuvieron en una publicación

realizada por Vos y cols., (2014) en Bélgica, en donde se alcanzó un 2,4% (n =

6340) tras dos pasos de cribado (99).

6.1.5 PARTICIPACIÓN EN EL 3er NIVEL.

El 3er nivel está compuesto por los RN remitidos ya sea directamente del 1er nivel

por presentar FR o por ser RN que no pasaron las OEA tras la fase de recribado

(Tablas 17, 18 y 19). Se considera como indicador de calidad de la confirmación

diagnóstica la exploración de todos los niños derivados a esta fase. Sin embargo,

como puede observarse en la Tabla 19 este indicador está muy por debajo de los

resultados esperados, obteniéndose una cobertura del 61.9%. En el 2007 (Tabla

17), uno de los pacientes remitidos al 3er nivel por FR acudió a la consulta para el

estudio de confirmación, se procedió a solicitar PEATC, sin embargo, no consta

en la historia clínica más seguimiento por parte de ORL, ni el resultado del

PEATC. Además, en controles posteriores por parte de neonatología refieren un

buen desarrollo del lenguaje, con lo que se podría descartar indicios de

hipoacusia tardía. Durante el 2008, también se remitió a uno de los pacientes al

3er nivel por FR (Tabla 17), se solicitó PEATC, pero tras la revisión minuciosa de

la historia clínica, no se encontró su resultado en la historia clínica ni más

seguimiento por parte de ORL.

Durante el 2009 (Ver tabla 19), al único paciente remitido al 3er nivel se le repitió

las OEA en consulta ORL y como las pasó satisfactoriamente y no presentaba FR

no se le realizó el estudio de confirmación o PEATC, descartándose el diagnóstico

de hipoacusia. Si tomamos en cuenta este suceso tendríamos una mejora en el

porcentaje global de 61,9% a 65%, sin embargo, este valor queda aun así por

debajo de lo esperado. En el año 2010 se remitieron 5 pacientes al 3er nivel por

FR (Ver tabla 17), con pérdida de seguimiento de 2 de ellos. El primer paciente

acudió a la primera consulta, se solicitó el PEATC, pero posteriormente no hubo

más seguimiento ni se encontraron los resultados del PEATC en su historia

clínica. El segundo paciente ni siquiera acudió a la primera consulta para

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79

valoración ORL. En este mismo año se remitió del 2º nivel solo a 1 paciente, pero

no acudió a la primera consulta para valoración ORL (Ver tabla 18).

Sin embargo, en el 2011 (Ver tabla 17) se observó que a 2 pacientes remitidos al

3er nivel por FR no se les realizó el estudio de confirmación por decisión

facultativa. Uno de ellos fue remitido a consulta por recibir gentamicina durante 10

días, y sin otro FR agregado, pasó las OEA. Tras ser valorado en el 3er nivel fue

descartado como FR de hipoacusia, no realizándose el estudio de confirmación.

El otro paciente pasó las OEA y fue remitido por FR debido a la ingesta de

aspirina por parte de la madre durante 2 meses. Se remitió al 3er nivel, fue

valorado en consulta y al igual que el caso previo, no se solicitó PEATC por

considerarlo poca dosis y se descartó como FR. Considerando que 3 de los

pacientes no precisaron realizar la prueba de confirmación por decisión

facultativa, del total de 21 pacientes (Ver tabla 19) solo debieron considerarse 18

RN como derivados, dando como resultado un porcentaje por debajo de lo

esperado (13/18 X 100 = 72%). Es importante considerar que las pérdidas en el

seguimiento minimizan la eficacia del programa puesto que pueden reducir la

detección de los RN con pérdida de audición (93).

Este es un problema a nivel mundial, tal como evidencia el Joint Committee on

Infant Hearing” (2007), (un grupo de expertos pediátricos multidisciplinarios de

audiología, patología del habla y lenguaje, pediatría y muchas otros profesionales,

que comparten conocimientos sobre cuestiones relacionadas con la audición

infantil, el desarrollo, la patología del habla y el lenguaje), al afirmar que

demasiados niños se pierden entre el cribado y recribado y entre el recribado y la

evaluación diagnóstica, siendo la resolución de este problema uno de los

principales retos planteados a resolver (17). En la publicación realizada por

Olusanya y cols., (2008) del plan piloto en Nigeria, solo un 70% de los RN que

precisaron la derivación a fase diagnóstica completaron la evaluación (98). Según

una revisión de los programas de cribado auditivo neonatal en las maternidades

brasileñas, la cobertura varía ampliamente, y sólo unas pocas salas de

maternidad alcanzan el 95% de los casos examinados.

La remisión a los procedimientos de diagnóstico está por debajo del 4%, pero la

falta de adherencia por parte de los pacientes puede ser considerada como una

obstáculo para el éxito de seguimiento (100). En el caso de Estados Unidos, el

95% de los RN son analizados para descartar hipoacusia al nacer; de éstos un

2% (76.000) tienen una prueba de detección positiva que requiere el seguimiento,

ya sea recribado o evaluación audiológica de diagnóstico para determinar si

tienen pérdida de audición permanente. Los datos del 2007 indicaron que casi en

la mitad de estos niños no se documentó diagnóstico y la mayoría fueron

clasificados como perdidos durante el seguimiento (101).

En el estudio realizado en Malasia por Ahmad y cols., (2011) se observó que la

tasa de pérdida de seguimiento en el segundo y tercer nivel fue del 33,9% y

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80

40,7%, respectivamente (93). Resultados semejantes se observaron en un

estudio realizado en Bélgica por Vos y cols., (2014) donde solamente el 62,21%

de los RN tuvieron seguimiento. Aunque el porcentaje de seguimiento de los

pacientes analizados fue particularmente bajo para el primer año (44,91%)

posteriormente aumentó, pero nunca superó el 70% (99). De manera similar,

Mukari y cols., (2006) observaron una pérdida de seguimiento de un 43% de los

RN. Sin embargo, en este estudio, además se realizó una encuesta a los padres

en la que se puso de manifiesto que los factores que contribuyeron a un mal

cumplimiento del seguimiento fueron: 1) la falta de comunicación entre los padres

y el personal de cribado; 2) la debilidad del protocolo para la fijación de

seguimiento; 3) la falta de conciencia de los padres en relación con la pérdida de

audición y la necesidad de una intervención temprana, y 4) los problemas de

transporte (94).

Sería lógico pensar que estos mismos factores puedan ser los responsables de la

alta pérdida en el seguimiento de los pacientes encontrados en el presente

estudio y, por tanto, sería ideal reforzar el programa en tales aspectos. La

CODEPEH en sus recomendaciones del 2014 refiere que a pesar de los buenos

resultados del programa a nivel nacional, éste presenta un tendón de Aquiles,

debido a las tasas de abandono en el seguimiento del programa, por lo que

recomienda llevar a cabo acciones adicionales y diseñar programas más allá del

cribado neonatal para asegurar que todos los niños con una hipoacusia

significativa sean detectados precozmente (12).

6.1.6 REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN DIAGNOSTICA

En nuestro estudio se obtuvo un 3,2% de tasa de derivación a estudio de

confirmación (Ver tabla 20), no superando el 4% de la población. Sin embargo, si

tomamos en cuenta los 3 pacientes previamente descritos a los que se les solicitó

PEATC y a los que se les perdió en el seguimiento estaríamos frente a un 3,95%,

cumpliendo aun así con los resultados de calidad esperados por el programa (Ver

tabla 9).

6.2 INDICADORES DE PROCESO

6.2.1 DURACIÓN PROMEDIO DE INGRESO

En nuestro estudio, la duración promedio de ingreso en el centro fue de 3,3 días

(Ver tabla 22), incluidos en estos los ingresos prolongados en la UCIN. Como

protocolo, el tiempo establecido de ingreso en madres con parto vaginal no

complicado es de 48 horas. Todas las pruebas de OEA fueron realizadas una vez

el paciente era dado de alta, con un promedio de 13 días tras el nacimiento,

siendo el menor tiempo de realización 3 días durante el año 2008. Solo un

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81

paciente en el 2007 fue cribado antes del alta, debido a un ingreso prolongado por

atresia esofágica.

El realizar la prueba tras el alta es la estrategia adoptada por el centro para evitar

un alto índice de FP y de una mayor repetición de pruebas, ya que como hemos

visto el tiempo de estancia de los RN con buena evolución es de 48 horas. Si

comparamos estos resultados con los mencionados en la publicación de

Olusanya y cols., (2008), la edad media de ingreso fue de 2,6 días. En este

estudio, se indica que las madres con partos normales son generalmente dadas

de alta en el tercer día, mientras que los partos complicados o con cesárea

permanecen durante cinco o más días (98).

En el 2012, Benito-Orejas y Romero-Hergueta realizaron una encuesta sobre el

Programa de Hipoacusia Infantil 5 años después de su aplicación universal en

Castilla y León y promediaron que el alta de los RN sanos en los hospitales

públicos se producía entre 24 y 48 horas en el 45% de hospitales y entre 48 y 72

horas (55%) en el resto (102). Promediaron además que la primera prueba de

cribado era realizada por una enfermera y que en el 80% de los hospitales esta

prueba era llevada a cabo en la sala de obstetricia, siendo realizada en el 70% de

los RN sanos en una habitación especialmente habilitada y en el 30% restante al

lado de la madre. En los ingresados en neonatología, la primera prueba se

practicaba en la misma unidad por la enfermera encargada del resto del cribado y

en el 65% de los casos se llevaba a cabo antes del alta hospitalaria (102). Es

importante considerar que las pruebas de cribado en los centros antes descritos

son realizadas con PEATC-A, que a diferencia de las OEA producen una menor

tasa de FP al no estar afectadas por la ocupación de residuos en el CAE.

6.2.2 CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO PARA EL CRIBADO

Para que el programa se considere neonatal, se debe realizar la primera prueba

de cribado antes del primer mes de vida a más del 95% de los niños. En nuestro

estudio, de un total de 14 RN que fueron cribados pasado el primer mes de vida, 5

tuvieron un ingreso prolongado en UCIN, otros 5 habían nacido en centros

concertados y los otros 4 nacieron en el centro de estudio. Se realizó la prueba a

un total de 391 RN en el primer mes cumpliéndose este objetivo con un 96,5%

(Ver tabla 23). Benito-Orejas y Romero-Hergueta (2012) refirieron que los niños

que nacen en hospitales privados son los que presentan un mayor descontrol en

la realización de esta prueba, quizás debido al hecho de que deben desplazarse a

los hospitales de la red sanitaria pública para que se efectúe la prueba de cribado

auditivo (102). En nuestro estudio esta población representa el 35% del total de

incumplimiento de este indicador.

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82

6.2.3 MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN

La media de edad fue de 4,2 meses (Tabla 24). Durante el 2008, fue de 50 días,

sin embargo, en los demás años osciló entre 109 y 202 días, lo cual equivale a

unos 4-6 meses de vida, no alcanzando con esto las recomendaciones de la

realización de la prueba de confirmación antes del 3er mes. En el 2008 se realizó

la prueba de confirmación a solo un paciente que al acudir a la primera consulta

con el ORL ya se había realizado los PEATC. Esto resultó ser una buena

estrategia para acelerar la realización de la prueba, aunque contraproducente en

situaciones de dudas por parte de enfermería a la hora de catalogar a un niño con

un determinado FR.

6.2.4 PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS DE

CONFIRMACIÓN ANTES DE TRES MESES

Aunque se debería tender al 100% de niños con confirmación diagnóstica

realizada durante el tercer mes de vida, se considera cumplido si se supera el

90% en el tercer mes. Nuestro análisis demuestra que la proporción de RN que

realizaron las pruebas de confirmación ante de tres meses fue de un 4,8% (Tabla

25), un porcentaje muy por debajo de lo esperado. Como se indicó previamente,

la media de edad fue de 4,2 meses, con solo un caso realizado antes del mes en

el año 2008. Según la encuesta realizada por Benito-Orejas y Romero-Hergueta

(2012), a los niños que “no pasan” el cribado se les realiza los primeros PEATC

diagnósticos con ≤ 3 meses de edad corregida (si es pretérmino) en el 60% de

hospitales y en el 40% a los 3 meses. Es importante mencionar que de los

hospitales que cuentan con PEATC en este último estudio descrito, la mitad están

ubicados y dependen del Servicio de ORL mientras que la otra mitad del servicio

de Neurofisiología (102), a diferencia del centro de estudio, donde los PEATC

dependen totalmente del servicios de Neurofisiología, situación limitante para el

cumplimiento.

En Estados Unidos un equipo constituido por 8 estados se reunió con el objetivo

de mejorar la calidad del seguimiento. En el análisis de la situación observaron

que ninguno de los equipos fue capaz de mantener un aumento en el porcentaje

de niños con diagnóstico completo antes de los 3 meses de edad. Este equipo

identificó varios fallos en el sistema que contribuyeron a esta situación. Entre

ellos, una severa escasez de audiólogos pediátricos, necesidad de múltiples citas

para determinar el estado de la audición, remisiones a otros especialistas durante

la fase de diagnóstico, y una mayor necesidad para programar citas más largas al

requerir PEATC bajo sedación (101). Las cifras tan bajas de realización de

pruebas de confirmación encontradas en el presente estudio se pueden atribuir a

diversas causas, entre las que se encontrarían el retraso existente en las

consultas de ORL secundario a la organización de las mismas, al propio proceso

de citación y a la carga asistencial a la que está sometido el personal de las

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83

consultas. Esto último llevaría a los mismos fallos mencionados anteriormente,

una falta de personal calificado y una necesidad de múltiples evaluaciones para

realizar el diagnóstico definitivo de los pacientes.

6.2.5 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO

Evidentemente un retraso en la edad de realización de las pruebas confirmatorias,

conllevaría a una demora en la edad de la realización de diagnóstico definitivo, tal

como se evidencia en los datos obtenidos en el presente estudio.

Específicamente, fueron diagnosticado 2 casos de hipoacusia, uno durante el año

2007 a los 10 meses y otro en el 2010, a los 5 meses (Ver Tabla 26). La media de

edad fue de 7,5 meses, sobrepasando el criterio de calidad de 3 meses. En el

estudio realizado por Mukari y cols., (2006), la pérdida de audición se diagnosticó

entre 1,25 y 6,75 meses, con una media de 3,56 (94). En la publicación realizada

por Olusanya y cols., (2008), la edad de diagnóstico varió ampliamente entre 46-

360 días, con una media de 233 días (7,8 meses), alcanzando resultados

similares a nuestro estudio (98). Según el estudio realizado por Ahmad y cols.,

(2011) en Malasia, la edad a la que se detectó la discapacidad auditiva utilizando

PEATC diagnósticos osciló de 2,4 a 5,2 meses con una media de 3,3 meses (93).

Todos estos estudios superaron la media de edad recomendada como indicador

de calidad del programa, lo cual sugiere que el problema es generalizado y que

requiere ser analizado en profundidad para aplicar los correctivos necesarios.

6.2.6 PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE

SEIS MESES

En nuestro estudio solo un niño fue diagnosticado antes de los 6 meses durante el

año 2010, como se indicó previamente (Ver Tabla 27), siendo este valor

significativamente mayor a los obtenidos en los estudios previamente descritos

que registran una media de 4,9 meses (93,94,98). Este hallazgo confirma el

importante retraso que existe tanto en la realización de las pruebas

confirmatorias, como en el establecimiento del diagnóstico definitivo de los

pacientes del programa, lo cual podría tener repercusiones negativas en el

desarrollo biopsicosocial de los niños afectados.

6.2.7 MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO

De los 2 pacientes diagnosticados de hipoacusia, solo un paciente (año 2010)

precisó tratamiento, realizándose éste a los 9 meses (Ver Tabla 28). Resultados

similares se observaron en el estudio de Ahmad y cols., (2011) donde la edad de

inicio del tratamiento osciló entre 5 y 18 meses (93). Considerando que la

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84

hipoacusia durante los primeros 6-12 meses de vida interfiere irreversiblemente

en el desarrollo normal del habla y del lenguaje oral (5,11,31,48,51,52), la

realización de los tratamientos a edades tan tardías tendrá un impacto negativo

en estos pacientes.

6.2.8 PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS

MESES

La instauración de una atención temprana adecuada antes de los 6 meses de

edad debe tender al 100% de los niños con confirmación diagnóstica de

hipoacusia, aunque se considera cumplido si se supera el 90%. Si se decide la

adaptación protésica, no debe pasar más de un mes entre la indicación y la

adaptación en el 95% de los candidatos, sin embargo, ninguno de los pacientes

diagnosticados fue tratado antes de los 6 meses, dando como resultado un 0% en

este indicador (Tabla 29). Dada la importancia de un tratamiento temprano,

medidas apropiadas deberían ser tomadas lo antes posible para tratar de cumplir

con este indicador.

6.3 INDICADORES DE RESULTADO

6.3.1 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA

La tasa de detección de hipoacusia observada en este estudio fue del 4,9‰

(Tabla 30), coincidiendo con lo referido en la literatura (1,2,5,6,8,31,38,48,53),

donde se describen tasas del 5‰ en todos los casos de hipoacusia,

independientemente del grado de pérdida auditiva. En la publicación realizada por

Olusanya y Col.; (2008) sobre el plan piloto en Nigeria, la incidencia de todos los

grados de hipoacusia, ya sean unilaterales o bilateral fue de 5,7‰ (7 / 1237) y de

3,1‰ (4/1237) para los casos bilaterales mayores de 40 dB (98). Por otro lado, en

el estudio realizado en Brazil por Botelho y cols.; (2010), la prevalencia de la

pérdida de audición fue del 2‰, sin especificar el grado de perdida u oído afecto

(96).

6.3.2 TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO

Nuestros datos indican que la tasa de detección en niños con FR se incrementa

drásticamente de un 4,9‰ a un 62,5‰ en comparación con los que no presentan

FR de hipoacusia (Tabla 31). Estos resultados son comparables a los obtenidos

por Rai y Thakur en 2013. Este último estudio se realizó en 500 neonatos en la

India, obteniéndose una incidencia global de discapacidad auditiva del 8‰, con

una incidencia en RN ''sin riesgo'' de 2.27‰ y ''con riesgo'' de 49,18‰ (103). En

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85

el presente estudio solo fueron identificados FR de hipoacusia en el 50% de los

RN diagnosticados de hipoacusia, lo que coincide con lo referido por varios

autores que indican que la estrategia de realizar un tamizaje auditivo sólo en

pacientes con FR ha demostrado ser insuficiente, ya que aproximadamente el

50% de los pacientes con hipoacusia no presentan ningún factor clínico aparente

de riesgo (92,103,104).

Jakubikova y cols., (2009) con el objetivo de evaluar la influencia del programa en

la detección precoz de hipoacusia en niños antes y después de la implementación

del cribado auditivo neonatal universal obligatorio en Eslovaquia, observaron que

se identificaron 22,8% más casos de hipoacusia en el primer año del programa.

Los autores además argumentaron que si la prueba de audición del RN no fuese

universal, más de 30% de los casos de pérdida de audición permanente

permanecerían sin descubrir (105). Nuestros datos junto con los hallazgos de

otros autores, si bien justifican la evaluación exhaustiva en aquellos pacientes que

presenten FR de hipoacusia, además refuerzan la necesidad de realizar un

tamizaje universal obligatorio en todos los RN.

6.3.3 NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD Y AFECTACIÓN

El objetivo prioritario del programa universal de detección precoz de hipoacusia

infantil es descubrir todas las hipoacusias unilaterales o bilaterales presentes en

el nacimiento, independientemente de su gravedad y etiología (17). Los datos

recopilados en esta tesis indican que durante los años 2007-2011 hubo 2 niños

con diagnóstico de hipoacusia, 1 caso de hipoacusia leve por una OMS y 1 caso

de hipoacusia profunda de etiología desconocida (Tabla 32). Ambos casos

bilaterales alcanzaron una tasa de detección del 4,9% (Tablas 33 y Tabla 34). La

CODEPEH en sus últimas recomendaciones para la detección precoz de la

hipoacusia tardía insiste en que es necesario un cuidadoso examen del estado del

oído medio. Exhorta que los niños que presenten una otitis serosa que persista

durante al menos 3 meses seguidos tendrán que ser remitidos para una

evaluación otológica (12).

En el estudio realizado por Mukari y cols., (2006) en Malasia, el 56,75% de los

casos con pérdida de audición fue unilateral. La pérdida de audición fue leve en

10 RN (62,5%) y tan solo 3 (18,75%) tenían pérdida auditiva moderada bilateral

(94). Mientras que en el estudio realizado en Brazil por Botelho y cols., (2010), de

los 15 RN (100%) en los que se había confirmado la pérdida de audición, 7

(46,7%) de ellos tenían pérdida de audición neural, 2 (13,3%) presentaban

pérdida de audición conductiva y 6 (40%) sufrían de pérdida de audición

neurosensorial (96).

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86

6.3.4 VALOR PREDICTIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO

El VPP indica la probabilidad de que un niño que falla dos niveles de OEA tenga

realmente una pérdida auditiva (16,58). Nuestros resultados indicando un 16,7%

(Tabla 35) coinciden con los referidos por Morales Angulo y cols., (2003), que

registran valores con límite mayor o igual a un 8% en Cantabria. En el 2008, todos

los pacientes examinados en el primer nivel pasaron las OEA. En el 2009 el único

paciente examinado en el 2o nivel que no las pasó fue remitido al 3er nivel. Sin

embargo, tras la valoración por ORL se realizó una tercera OEA que pasó y no se

requirió de un estudio de confirmación. En el 2010, el segundo de los dos

pacientes que no pasó el 2o nivel, en lugar de ser remitido a fase confirmatoria fue

citado para una tercera prueba de OEA la cual superó, siendo remitido solo 1

paciente al 3er nivel. Por tanto, podemos concluir que, durante los años 2008 y

2009, a diferencia del resto, todos los RN sin FR que completaron el proceso

pasaron las OEA, ya sea en la primera, segunda o tercera prueba. Sin embargo,

hay que tener en cuenta que en nuestro estudio solo se considera hasta la

segunda prueba para calcular el VPP, por lo que 6 RN son los que presentaron

las pruebas de cribado alterada (Tabla 35).

Akinpelu y cols., (2014), realizaron una revisión bibliográfica para determinar los

efectos de los diferentes protocolos de detección con OEA en las tasas de

referencia y el VPP. La tasa de referencia fue del 5,5%, las tasas de derivaciones

individuales variaron de 1,3% a 39% y el VPP de 2 a 40%. En seis estudios de

esta revisión realizada por los autores se observó una reducción progresiva en las

tasas de derivación con repeticiones de pruebas y, concretamente, con el

aumento de edad en el momento de la repetición de la prueba. Las tasas de FP

más altas se asociaron con la realización de las OEA en los 2 días posteriores al

nacimiento (13,2%). Sin embargo, los autores refieren que aunque una mayor

edad es crítica para disminuir la ocurrencia de FP, los problemas existentes con el

seguimiento hacen que sea poco práctico en su aplicación (97).

En este estudio se alcanzó un porcentaje de FP menor del 3% (Ver Tabla 36),

bien de manera global o en particular para cada uno de los años estudiados,

cumpliendo con los objetivos esperados. Sin embargo, algunos autores (Ahmad y

cols., 2011) consideran que es difícil determinar la tasa de FP debido a que la

tasa de pérdida de seguimiento entre los RN inicialmente "positivos" es muy alta.

Los autores refieren además que la tasa de FN también es dificultosa de

establecer debido a que todos los “RN negativos" fueron dados de alta de

seguimiento en su centro de estudio (93).

El “Valor Predictivo Negativo (VPN)”, representa la probabilidad de que una

prueba normal corresponda con un oído normal. Es el porcentaje de pruebas

verdaderamente negativas aplicadas a la misma población (5). Como criterio de

calidad, los procedimientos de cribado deben asegurar que los falsos negativos

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(FN) tiendan al 0%. Una de las limitantes de los programas de cribados basados

en OEA es la no identificación de niños con neuropatía auditiva, situación que

contribuirá a incrementar la tasa de falsos negativos (45). En nuestro estudio es

difícil confirmar la ausencia de FN o de hipoacusia tardía, sin embargo, tomando

en cuenta el período de estudio y la población de referencia seleccionada

(asumiendo la ausencia de cambio de domicilio fuera de la provincia) podríamos

inferir, tras la revisión de las historias clínicas, que de los pacientes seleccionados

con prueba de cribado negativa no figura pérdida auditiva. Tras la revisión de las

historias clínicas de los 405 RN estudiados, se detectó que 15 de ellos

presentaron patología otológica posterior con una edad promedio de 1,6 años,

siendo la patología infecciosa la causa más frecuente (Ver Tabla 10). En ningún

caso se encontraron pacientes con diagnóstico de hipoacusia tardía o alteración

en el desarrollo del lenguaje asociado a la hipoacusia.

6.4 DIAGNÓSTICO DE HIPOACUSIA

Como se puede observar en la Tabla 37, a 13 RN se les realizó el estudio de

confirmación. De estos, 3 de ellos presentaron PEATC alterados. En el 2007, se

identificó un caso de hipoacusia leve en un varón a término de 38 semanas, sin

FR de hipoacusia. Se realizó la segunda prueba de OEA a los 51 día, no la pasó

bilateralmente y se remitió al 3er nivel. Acudió a la consulta, la primera a los 105

días (4 meses) y se realizó el estudio de confirmación a los 198 días (7 meses).

Resultado del PEATC: OD: 40 dB, OI: 70-80 dB tipo transmisivo (hipoacusia leve

en OD y moderada en OI), aunque no se descarta la afectación neurosensorial.

Se repite PEATC: 30 dB bilateral tipo transmisivo leve, con diagnóstico final de

OMS bilateral, no requiriendo tratamiento.

En el 2009 uno de los RN pasó las OEA, pero fue remitido por FR dudosos (la

madre refirió varicela durante el embarazo, pero no figura en la historia clínica

ginecológica). Se realizó el PEATC y se evidenció una hipoacusia transmisiva

moderada. Durante la exploración ORL en la siguiente consulta se detectó un

tapón de cerumen que se extrajo del oído izquierdo. Al resolverse la hipoacusia,

se consideró como una hipoacusia transitoria y, por tanto, ha sido descartada

como caso diagnóstico de hipoacusia en nuestro estudio. En el 2010 fue

identificado un caso de hipoacusia profunda bilateral en un RN con FR de

hipoacusia. La paciente nacida a las 38 semanas tenía antecedentes familiares de

hipoacusia (hermano con IC y padres con hipoacusia). No pasó las OEA

bilaterales y fue remitida desde el 1er nivel a prueba de confirmación, donde fue

valorada por ORL a los 22 días de nacida. Se realizó PEATC en dos ocasiones (el

primero a los 3 meses) y se obtuvo un diagnóstico de hipoacusia profunda

bilateral a los 5 meses. Se adaptaron audífonos (fecha desconocida en la historia

clínica) con respuesta inicial, se realizaron drenajes transtimpánicos (DTT) por

otitis media serosa (OMS) persistente (los primeros a los 9 meses) y catarros

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continuos. Posteriormente perdió la respuesta auditiva en campo libre y se decidió

colocar un IC a los 4 años.

6.5 FACTORES DE RIESGO DE HIPOACUSIA

En total fueron identificados 22 RN con factores de riesgo de hipoacusia (Tabla

38), de los cuales 11 presentaron ingreso en UCIN, siendo éste el factor de riesgo

más representativo, seguido del uso de antibióticos ototóxicos e

hiperbilirrubinemia grave con 8 y 5 pacientes, respectivamente. Según un estudio

alemán realizado por Meyer y cols., (1999) en el que se evaluaron 777 bebés de

la UCIN mediante PEATC, los FR más predictivos de la discapacidad auditiva

fueron los antecedentes familiares de deficiencia auditiva, las infecciones

bacterianas y las malformaciones craneofaciales (106,107). Datos registrados del

Hospital Universitario Central de Asturias por Núñez-Batalla y cols., (2008)

mostraron que de 21.590 neonatos cribados, en 496 se detectó la presencia de

factores de riesgo de hipoacusia retrococlear, en 151 se observó hipoxia perinatal,

en 202 riesgos por antecedentes familiares y en 100 de ellos hiperbilirrubinemia

(91). Según otros autores como Botelho y cols., (2010), el indicador de riesgo más

prevalente en Brazil fue la hiperbilirrubinemia, seguido de la anoxia,

malformaciones, herencia, parto prematuro / bajo peso al nacer, síndromes e

infección congénita (96).

Por el contrario, otro estudio realizado por Vohr y Cols., (2010) concluye que, en

4478 niños en la UCIN, los FR más frecuentes fueron los medicamentos

ototóxicos, peso muy bajo al nacer (<1.500 g) y la ventilación durante 5 días o

más (106,108). Mientras que los datos aportados por Rai y Thakur (2013) indican

que de 500 neonatos en la India, los FR más frecuentemente encontrados fueron

las infecciones postnatales de cultivo positivos, asfixia al nacer, bajo peso al nacer

y prematuridad (103). Por último, según el estudio realizado en Palma de Gran

Canaria por Borkoski Barreiro y cols., (2013), los FR más comunes fueron la

exposición a fármacos ototóxicos, la historia familiar de pérdida auditiva en la

infancia e hiperbilirrubinemia (9).

RN que presentan FR de hipoacusia y no fueron remitidos al 3er nivel

Durante la revisión de las historias clínicas se encontraron casos de RN que

presentando FR de hipoacusia no fueron identificados y derivados. En el 2008, se

pudo encontrar 1 paciente que presentaba FR de hipoacusia por ingreso en la

UCIN durante 5 días, tratamiento con gentamicina por 5 días y VM durante 2 días.

Sin embargo, no fue remitido a fase diagnóstica. Durante el año 2009 fueron

identificados 3 RN con FR que no fueron derivados al 3er nivel. Uno de los

pacientes presentaba FR por ingreso en UCIN durante 6 días, uso de gentamicina

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por 14 días e hiperbilirrubinemia de 16,8 mg/dl, considerada grave por ser

prematuro. No figuraban los FR en la historia clínica recogida de las OEA y como

pasó las OEA no fue remitido a la fase de confirmación o 3er nivel. Un segundo

paciente tampoco fue remitido al 3er nivel, aunque presentó un ingreso durante un

mes aproximadamente por prematuridad. Además de estar 9 días en la UCIN fue

diagnosticado de síndrome de Noonan. Pasó las OEA. Tras la revisión de la

historia clínica se observó que fue remitido al logopeda por alteraciones en el

desarrollo del lenguaje, pero no existía la pérdida de audición objeto de nuestro

estudio. Un tercer paciente con FR no registrado, pasó las OEA y no fue remitido

al 3er nivel, presentó ingreso en UCIN por 7 días, ventilación mecánica 6 días y

gentamicina durante 6 días.

Durante el año 2010 se identificó 1 paciente con FR que no fue remitido al 3er

nivel. El paciente presentaba hiperbilirrubinemia de 17,1 mg/dl, considerada grave

por ser prematuro, no pasó las OEA bilaterales, aunque figuraba como RN sin FR.

Fue valorado en el 2o nivel y pasó las OEA. En el 2011 se identificaron 2

pacientes. Un prematuro de 35,2 semanas y bilirrubina de 18,1 que pasó las OEA

y no se remitió al 3er nivel por no ser considerado como RN de riesgo. Otro RN

estuvo ingresado durante 6 días en UCIN, recibió tratamiento con gentamicina

durante 2 días, pasó las OEA y al no identificarse FR, no se remitió al 3er nivel.

Durante este año además fue remitido un RN por ingesta de aspirina, referido

previamente, que no se ha considerado en nuestro estudio como RN de riesgo

como se comenta a continuación.

Partiendo de la disparidad a la hora de decidir que pacientes son considerados

como de alto riesgo y si se remiten o no al 3er nivel, podemos ver diferencia de

criterios en la literatura, así como también algunas contradicciones que pueden

ser críticas a la hora de toma de decisiones. Un ejemplo de ello es el uso, dosis y

duración de fármacos ototóxicos, así como también los niveles de

hiperbilirrubinemia. Si consideramos a todos los niños que durante su ingreso

precisaron el uso de fármacos ototóxicos, independientemente de la duración y

del número de dosis, terminaríamos con una población de 22 RN con FR solo por

su uso, en lugar de los 8 RN incluidos en este estudio. Esta decisión además

podría ser contraproducente a la hora de remitir a la fase confirmatoria, ya que

aumentaría las demandas para la realización de pruebas, pudiendo afectar el

valor del indicador de remisión a fase confirmatoria que debe ser menor del 4%.

Aminoglucósidos

Los aminoglucósidos son utilizados para la prevención y el tratamiento de

distintas infecciones (109–111), de ahí su uso tan frecuente. Entre sus distintos

efectos adversos destaca su ototoxicidad (109,111); con una incidencia entre el 3-

16% (109). Resulta además lógico pensar que si los aminoglucósidos afectan a la

viabilidad de las células ciliadas externas (64,109–111), esta afectación podría ser

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detectada mediante la realización de OEA en los casos donde no hay sospecha

de hipoacusia y donde solo prevalece la gentamicina como FR y en un número

reducido de dosis. En este respecto hay que considerar además que la

gentamicina puede reducir el número de sinapsis entre las células ciliadas y las

neuronas del ganglio espiral (28), con lo cual sería necesario recurrir a otros tipos

de pruebas adicionales para medir la función auditiva como serían los PEATC. A

lo largo de los años, diversos autores han analizado dichos efectos ototóxicos. Si

bien los datos hallados en la literatura siguen siendo insuficientes para explicar

con exactitud el mecanismo de acción ototóxica de los aminoglucósidos

(28,109,110), una de las teorías propuestas es la predisposición genética debido

a mutaciones que determinan una mayor susceptibilidad al efecto ototóxico a

dosis bajas (110). Un preciso control de las concentraciones plasmáticas no nos

asegura que no exista dicha toxicidad, por lo que en la actualidad la única manera

de evitar totalmente dicho riesgo es la elección de otro tipo de antibiótico (109).

Hiperbilirrubinemia

La hiperbilirrubinemia es otro FR neonatal que está asociado con la hipoacusia

neurosensorial. La lesión retrococlear causada por la hiperbilirrubinemia, que deja

la cóclea intacta, hace imposible detectarla en un protocolo de cribado basado

únicamente en las otoemisiones. Núñez-Batalla y cols., (2008) realizaron un

estudio sobre la incidencia de la hipoacusia secundaria a hiperbilirrubinemia en el

contexto del programa de cribado auditivo neonatal universal basado en OEA y

PEATC. Los criterios de selección para definir la hiperbilirrubinemia patológica

fueron que las concentraciones de bilirrubina fueran mayores de 14 mg/dl en el

pretérmino y 20 mg/dl en el neonato a término (91). En este estudio se

identificaron 109 (0,5 %) pacientes con hiperbilirrubinemia severa en el período

neonatal, 96 (88,07 %) de ellos pasaron la prueba de otoemisiones en el primer

intento y 13 (11,93 %) no la pasaron; 11 de los 13 niños a quienes se les repitió la

prueba de otoemisiones la superaron. En los 2 niños que no pasaron las OEA, los

PEATC fueron normales pero 3 (2,75 %) neonatos que pasaron la prueba de OEA

no superaron los PEATC (91).

Estos resultados les llevaron a la conclusión de que los valores de

hiperbilirrubinemia previamente considerados seguros pueden dañar el sistema

auditivo y ocasionar problemas aislados en el procesamiento auditivo sin

asociarse con otros signos del kernicterus. Las concentraciones elevadas de

bilirrubina indirecta que se aproximen o excedan de 20 mg/dl ponen al neonato en

situación de riesgo por ocasionar efectos tóxicos, incluida la hipoacusia. Este

riesgo se incrementa si se asocia con otros factores como la hipoxia perinatal y la

prematuridad, que incrementan la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y

de la membrana celular a la bilirrubina (91), por lo que la prematuridad forma

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parte de los principales FR para el desarrollo de hiperbilirrubinemia grave que

puede requerir de exsanguinotransfusión (112).

Dado que no está definido el valor de bilirrubina en suero que indique la

necesidad de una exsanguinotransfusión, esta variable clínica puede ser

interpretada de muchas formas. De hecho, algunos autores consideran como FR

las hiperbilirrubinemias graves que precisan exanguinotransfusión o cuyos valores

estén por encima de 20 mg/dl (38). Garay-Mendoza y Murillo-Hernández (2007)

en un estudio realizado a 30 niños encontraron anormalidades en los PEATC de

6 de ellos, concluyendo que este hallazgo debe ser tomado en cuenta,

independientemente de la edad de gestación y siempre que la bilirrubina indirecta

sea mayor de 16 mg/dL (81). Sin embargo, Panahi y cols., (2013) investigaron la

relación entre los umbrales de audición por PEATC en niños con antecedentes de

ictericia y niveles máximos de concentración de bilirrubina en sangre y observaron

que 6 niños (33,3%) tenían umbrales de audición normales mientras que el resto

(66,7%), tenía algún grado de pérdida auditiva. No obstante, no hubo relación

significativa (r = -0.28, p = 0,09) entre los niveles de bilirrubina neonatal y los

umbrales promedios de audición (113).

En el centro objeto de estudio en la práctica clínica habitual los niveles superiores

a 20 mg/dl son considerados como FR por hiperbilirrubinemia grave, sin

discriminación entre RN pretérmino o a término. Sin embargo, en nuestro estudio,

se estableció como FR la concentración de bilirrubina sérica total de 14 mg/dl en

el pretérmino y 20 mg/dl en el nacido a término (Ver Metodología) (91).

Síndromes asociados a la hipoacusia

Durante el año 2011 fueron identificados 2 niños con síndromes asociados a la

hipoacusia. El primer caso presentaba síndrome de Turner. Se trataba de una

pretérmino de 35,4 semanas que pasó las OEA en el primer nivel y no presentaba

indicios de FR de hipoacusia, por lo que no fue remitida al estudio de

confirmación. Tras la revisión de la historia clínica, se observó que en sus

controles posteriores no se refería patología otológica. El síndrome de Turner es

la anomalía cromosómica sexual más frecuente en seres humanos. En más de la

mitad de las mujeres afectadas por este síndrome se ha documentado la

hipoacusia neurosensorial progresiva. Presentan fenotipo femenino, estatura baja,

disgenesia gonadal y esterilidad, entre otras anomalías físicas y alteraciones en

múltiples órganos (114). Como una de las manifestaciones clínicas más

frecuentes descritas por Castillo Zeller y cols., (2006) figuran las displasias de

pabellones auriculares, otitis media, otitis serosa e hipoacusia (115).

Un segundo caso presentaba síndrome de Noonan. Este caso fue descrito

previamente como uno de los pacientes no remitidos al 3er nivel a pesar de

presentar FR de hipoacusia por ingreso en UCI por 9 días. El síndrome de

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Noonan es un trastorno autosómico dominante con anomalías asociadas, que

incluyen baja estatura, defectos cardíacos congénitos, retraso en el desarrollo y

rasgos faciales característicos. La deficiencia de articulación y retraso en el

lenguaje a menudo están presentes y requieren terapia del habla. La otitis media

y la pérdida de audición son frecuentes en estos pacientes (116). Se reporta que

ocasionalmente en un discreto porcentaje de éstos pacientes (15 %) existen

anomalías estructurales del oído interno e HNS (117). El diagnóstico puede

hacerse sobre la base de las características clínicas, pero se puede perder en

pacientes levemente afectados. El estudio genético molecular puede confirmar el

diagnóstico en el 70% de los casos (118).

Estos síndromes descritos no se consideran de forma directa FR de hipoacusia,

aunque si están asociados a ella (117,119–123), por lo que merecen ser

considerados a la hora de evaluar la presencia de hipoacusia.

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7. CONCLUSIONES

Tras la realización del estudio y análisis de los datos para evaluar la eficacia del

PDHI del Complejo Hospitalario y Universitario de Albacete las conclusiones

obtenidas fueron las siguientes:

1. Se obtuvo una tasa de detección de hipoacusia del 4,9‰ de la población de

estudio que incrementó a un 62,5‰ en recién nacidos considerados como

población de riesgo.

2. El valor predictivo positivo de la prueba de cribado fue del 16,7%.

3. El porcentaje de falsos positivos de la población estudiada fue de 0,5%.

4. La tasa de falsos negativos no fue calculada debido al alta prevista y

estipulada por el programa de los recién nacidos tras descartar el diagnóstico

de hipoacusia.

5. Las edades promedio para la realización del cribado, diagnóstico y de

tratamiento fueron de 13 días, 7,5 meses y 9 meses; respectivamente.

6. Durante este estudio se encontraron 2 casos de hipoacusia bilaterales, uno

diagnosticado de hipoacusia leve y otro de hipoacusia profunda.

7. Solo un paciente precisó tratamiento basado en audioprótesis, drenajes

transtimpánicos e implante coclear unilateral.

8. Los factores de riesgo de hipoacusia identificados con más frecuencia fueron

el ingreso en UCIN, el uso de antibióticos ototóxicos y la hiperbilirrubinemia

grave.

9. Solo uno de los pacientes de los dos diagnosticados de hipoacusia presentaba

FR, siendo éste el de historia familiar de hipoacusia.

10. El programa de detección precoz de hipoacusia es una herramienta útil en la

detección temprana de la hipoacusia infantil, sin embargo, a pesar de los

grandes avances a lo largo de los años en el desarrollo del programa aún

existen retos a superar, siendo su principal reto el seguimiento y el acortar los

tiempos en el diagnóstico y tratamiento.

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104

TABLAS

TABLA 1. SÍNDROMES GENÉTICOS ASOCIADOS A HIPOACUSIA. ................................. 12

TABLA 2. INCIDENCIA DE HIPOACUSIA INFANTIL ...................................................... 14

TABLA 3. CRITERIOS DE “PASA” DE LAS PRUEBAS DE DETECCIÓN. ............................ 20

TABLA 4. VALIDEZ DE LAS PRUEBAS DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA. ........................ 24

TABLA 5. INDICADORES DE RIESGO EN RN Y EN LACTANTES. .................................. 26

TABLA 6. ACTUALIZACIÓN DE LOS INDICADORES DE FR DE HIPOACUSIA. .................. 27

TABLA 7. DECÁLOGO DE HIPOACUSIA NEUROSENSORIAL SEGÚN EL “EUROPEAN

CONSENSUS STATEMENT ON NEONATAL HEARING SCREENING” (1998). ................. 29

TABLA 8. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE ESTUDIO POR AÑO. ........................... 48

TABLA 9. RESULTADOS ESPERADOS ..................................................................... 53

TABLA 10. DATOS ESTADÍSTICOS DE LA POBLACIÓN DE ESTUDIO ............................. 57

TABLA 11. DERIVACIÓN AL 2O NIVEL ...................................................................... 58

TABLA 12. RESULTADOS 1ER NIVEL ....................................................................... 59

TABLA 13. PARTICIPACIÓN EN EL 2O NIVEL. ............................................................ 60

TABLA 14. RESULTADOS 2º NIVEL ......................................................................... 61

TABLA 15. DERIVACIÓN ENTRE EL 2O Y EL 3ER NIVEL (A) .......................................... 62

TABLA 16. DERIVACIÓN ENTRE EL 2O Y EL 3ER NIVEL (B). ......................................... 62

TABLA 17. RN DERIVADOS POR PRESENTAR FACTORES DE RIESGO DE HIPOACUSIA .. 63

TABLA 18. RN DERIVADOS DEL 2º NIVEL ................................................................ 63

TABLA 19. TOTAL DE RN DERIVADOS AL 3ER NIVEL ................................................. 64

TABLA 20. REMISIÓN PARA ESTUDIO AUDITIVO Y CONFIRMACIÓN DIAGNÓSTICA ......... 64

TABLA 21. DERIVACIÓN AL 3ER NIVEL POR FACTORES DE RIESGO ............................. 65

TABLA 22. DURACIÓN PROMEDIO DE INGRESO ....................................................... 65

TABLA 23. CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO RECOMENDADO PARA EL CRIBADO ............... 66

TABLA 24. MEDIA DE EDAD DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN ........... 66

TABLA 25. PROPORCIÓN DE RN QUE REALIZARON PRUEBAS ANTES DE TRES MESES . 67

TABLA 26. MEDIA DE EDAD A LA QUE SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO........................... 67

TABLA 27. PROPORCIÓN DE RN QUE FUERON DIAGNOSTICADOS ANTES DE SEIS MESES

...........................................................................................................................68

TABLA 28. MEDIA DE EDAD A LA QUE SE INICIA TRATAMIENTO .................................. 68

TABLA 29. PROPORCIÓN DE RN QUE INICIARON TRATAMIENTO ANTES DE SEIS MESES

......................................................................................................................... 69

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TABLA 30. TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA .................................................... 69

TABLA 31. TASA DE DETECCIÓN DE HIPOACUSIA EN GRUPO DE RIESGO .................... 70

TABLA 32. NÚMERO DE CASOS EN FUNCIÓN DE LA GRAVEDAD ................................. 70

TABLA 33. CASOS DIAGNOSTICADOS UNILATERALES Y BILATERALES ........................ 71

TABLA 34. CASOS DIAGNOSTICADOS BILATERALES ................................................. 71

TABLA 35. VALOR PREDICTIVO POSITIVO DE LA PRUEBA DE CRIBADO ....................... 72

TABLA 36. PORCENTAJE DE FALSOS POSITIVOS RESPECTO A LA POBLACIÓN ORIGINARIA

...........................................................................................................................72

TABLA 37. RESULTADOS 3ER NIVEL ....................................................................... 73

TABLA 38. RESULTADOS DE LOS FACTORES DE RIESGO .......................................... 74

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106

FIGURAS

FIGURA 1. ÁREAS ANATÓMICAS DEL OÍDO. HTTP://WWW.IMAGUI.COM/A/DIBUJO-SOBRE-EL-

OIDO-CJEAOZEYB. ................................................................................................... 5

FIGURA 2. ESTRUCTURA DE LA CÓCLEA.

HTTP://PHYSICS.STACKEXCHANGE.COM/QUESTIONS/174082/PHYSICS-OF-HOW-THE-COCHLEA-

ISOLATES-FREQUENCIES-ALONG-ITS-LENGTH . ............................................................. 6

FIGURA 3. REPRESENTACIÓN TONOTÓPICA DE LA CÓCLEA. HTTP://SPAIN

AUDIOLOGY.BLOGSPOT.COM.ES/2012/12/LA-SENSIBILIDAD-DEL-OIDO-HUMANO.HTML . ........... 6

FIGURA 4. EL RECEPTOR AUDITIVO.

HTTPS://WWW.GOOGLE.ES/SEARCH?Q=ORGAN+OF+CORTI&BIW=1920&BIH=930&SOURCE

=LNMS&TBM=ISCH&SA=X&SQI=2&VED=0AHUKEWI2V8278THRAHWJ1ROKHE-

IBGUQ_AUIBIGB#IMGRC=AZINSKXBO-GSKM%3A . ................................................... 7

FIGURA 5. VÍA AUDITIVA ASCENDENTE.

HTTPS://WWW.PINTEREST.COM/PIN/275845545902066571/ . ...................................... 7

FIGURA 6. REALIZACIÓN DE UNA OEA.

HTTP://WWW.CASTILLALAMANCHA.ES/GOBIERNO/SANIDAD/ESTRUCTURA/DGSSPC/ACTUACIONES/

DETECCI%C3%B3N-PRECOZ-DE-HIPOACUSIA-NEONATAL-SANITARIOS . .................. 18

FIGURA 7. APARATO ECHOCHECK®.

HTTP://WWW.OAE.IT/OLD/FTP/OTODYNAMICS/ECHOCHECK.PDF ............................. 18

FIGURA 8. TRAZADOS DE POTENCIALES EVOCADOS AUDITIVOS DEL TRONCO DEL

ENCÉFALO. BOSCH GARCÍA D. CARACTERIZACIÓN DEL FENOTIPO ADULTO DEL RATÓN DEFICIENTE

PARA LA DESYODASA TIPO 2: IMPLICACIONES FUNCIONALES DE LA GENERACIÓN LOCAL DE T3. 2012

......................................................................................................................... 20

FIGURA 9. VÍA AUDITIVA Y ORIGEN DE LAS ONDAS DE LOS PEATC. OLDS C, OGHALAI JS.

AUDIOLOGIC IMPAIRMENT ASSOCIATED WITH BILIRUBIN-INDUCED NEUROLOGIC DAMAGE..

......................................................................................................................... 21

FIGURA 10. FLUJOGRAMA PDHN CASTILLA LA MANCHA. ............................................ 33

FIGURA 11. PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN EN AUSENCIA DE FR DE HIPOACUSIA. .... 36

FIGURA 12. PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN EN PRESENCIA DE FR. ......................... 39

FIGURA 13. AUDÍFONO RETROAURICULAR. HTTP://WWW.AMPLIFON.ES/SOLUCIONES-

AUDITIVAS/TIPOS-DE-AUDIFONOS/PAGES/DEFAULT.ASPX. ............................................. 43

FIGURA 14. IMPLANTE COCLEAR. HTTP://WWW.PERLAVISION.ICRT.CU/AVANZA-PROGRAMA-DE-

IMPLANTE-COCLEAR-EN-CIENFUEGOS/. ..................................................................... 44