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Índice
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Sinopsis
Situado aorillas delmarBáltico,Lerviken es el idílicopueblopesquero en elqueHarrietVesterbergsolíapasarlosveranosdesuinfancia.Décadasmástarde,Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y unarelación tormentosa, y regresa a Lerviken para trabajar con la policía local yestarcercadesupadreenfermo.Menosdeveinticuatrohorasdespués,elcuerpodeLauraAnderssonaparecebrutalmenteapuñaladoyconlospárpadosabiertos,pegadosconcintaadhesiva.Empiezaasíunafrenéticacarreracontrarrelojparaencontrar a un asesino imparable.Cuando empieza a investigar por su cuenta,Harrietverásuvidaamenazadaalavezquelareddementirasqueenvuelveelcaso se hace cada vez más densa. ¿Puede el asesino ser alguiena quien ellaconoce?
TESTIMONIOMORTAL
AnnaBågstam
TraduccióndePontusSánchez
1
Domingo,27deagostode2017Margaretadebedeestarloca.¿EnserioesperaqueHarrietempieceensunuevotrabajoundomingo?¿Desdecuándolosinvestigadorescivilestrabajanenfindesemana?VuelvealeerelSMS.
Margareta:Harriet,heintentadollamarteantes,perotuteléfonopareceestarapagado.¿Podríasvenirmañanamismo?
Saludos,MargaretaBladh.
ElSMSloenvióa las22.37horasel sábado.«Obiensunueva jefaesunaadictaaltrabajo,obienlodetrabajarenfindesemanasehavueltonormalenlaprovinciadeSkånedesdelareorganizaciónquesehizodelcuerpodepolicía»,piensaHarriet,yguardaelteléfonoenelbolso.
Es temprano por la mañana y el banderín en el asta de la vecina Yvonnerevoloteaporelviento.Enelmarsevenrizosblancosyelairequeentradesdeelpuertoarrastraunlevearomaaalgas.Harrietcierralapuertaconcuidadoysealeja tranquilamente por el camino de piedra del jardín. Oye un chasquido alabrirelSaabgrisplateadoquehayaparcadoen lapuertadelgarajeyechaunúltimovistazohacialacasadepiedraencaladadesupadre.
Antañohabíasidounapequeñacabañadepescadores,peroamedidaquelafamiliafuecreciendo,seamplióhastaconvertirseenlatradicionalcasaalargadatantípicadelsurdelpaís.Negrayblanca,destacasobreelpradoverde,yestáubicada justo donde la pendiente de la colina se encuentra con la playa. Lasmalvarrosasquecrecencasihasta la cumbreradel tejadoocultan lasventanas,peroHarrietpuedeverquedentrolaluzaúnsigueapagada.Nisupadre,Eugen,nielpastoralemán,Kato,estándespiertos.
Vuelveasacarelmóvil.Quémalasuertequesufuturajefanolahayapodidolocalizar... Las antenas de telefonía casi nunca tienen alcance suficiente paraLerviken, donde vive Eugen, por lo que la cobertura va y viene. Se puedenenviar mensajes, pero las llamadas casi nunca llegan. «No es nada que nospreocupeaquí enelpueblo», sueledecirYvonneconungestocariñosocon lacabezahaciaEugenmientrastomanelcafédelatardeeneljardín,disfrutandodelfinaldelverano.Yvonnellevaviviendoenlacasadeladrillorojadealladode ladeEugendesdequeHarriet tienememoria,peroaúnnohacumplido loscincuenta.DebíadesermuyjovencuandoHarrieterapequeña,perosiemprelehabíaparecidomuchomayorquesupropiamadre,Jorun.TalvezporqueYvonnesiempre decía cosas que les suelen gustar a las personas mayores. «Aquíllevamosunavidatranquila,Eugen,yoytodoslosdemás.EnLervikenfrenamosenlugardeacelerarcuandoelsemáforoseponeámbar.»
Encuantosalealacarreteracomarcalpisaelaceleradorafondoydejaatrásel pequeño poblado. Dentro de un cuarto de hora estará en la comisaría deLandskrona.
Loscamposdecultivoseextiendenhaciael interior,yentre lasparcelassepuedenvislumbrar lasgranjasqueasomanenpequeñasarboledas.Loscamposestáncosechadosyelpaisajerecuerdaaunamantadepatchwork.Harriettomaeldesvíohacialacarreteranacionalquevaporlacosta.Ellitoralestádecoradocon pueblos pesqueros. Ålabodarna, Sundvik y Borstahusen. Y tambiénLerviken, que recibe su nombre de la cantera de arcilla que alimentaba a lasfábricasdeladrillosduranteelsiglopasado.Hoy,elúnicorecuerdoquequedadeaquellostiempossonlosfososprofundosllenosdeagua.
«Ésteesellugarmásbonitodelmundo,talvezdetodoeluniverso»,piensaHarriet.Hatomadoladecisióncorrecta.Poruninstante,sumiradaseapartadelalíneablancacentraldelacarreteraydejaquesepaseeporlosvallescubiertosdehierbaquevadejandoatrás.Vealgunasvacasmarronesyblancaspastando,yen el horizonte, en medio del estrecho ondulante, se asoman los molinos devientoyelperfildelpuentequecruzaaDinamarca.
Laapuestadelaregiónsurporlosinvestigadorescivilesfueunaoportunidadparaelladepodertrabajarconalgodiferentedelosallanamientosdemoraday
de los jóvenesdescarriados,queeraa loquesehabíadedicadoenEstocolmo.Desde que, para gran decepción de Eugen, había abandonado la carrera deDerechoyhabíaempezadoaestudiarSociología,sentíaqueteníaquedemostrarqueeracapazdealcanzarsusobjetivos.Aunquenunca llegueasercatedráticacomo su padre, un puesto de investigadora civil en Landskrona es un pasoadelante.Inclusoalgodeloqueélpodrásentirseorgulloso.Además,lebrindalaposibilidaddepasarlospróximosseismesesenelpequeñopueblopesquerodeÖresundquetantolegusta.
«Me habría enfadado contigo si hubieses dicho que no. No cabe lamenorduda de que esto conducirá a algo que me dará una envidia monumental, yademásnospodremosvermás amenudo», había dichoLisa.Harriet sonríe alrecordarlo.ALisa leencantan loshombresconuniforme.Ahoraestá instaladaenMalmö,despuésdehabervendidosupisodeEstocolmoparairseavivirconun hombre bastante extravagante con quien tuvo una cita maratoniana deexactamente sesenta y siete horas durante el fin de semana del solsticio deverano.
Harriet no es para nada igual de aventurera, pero de todosmodos se sientevaliente, aunque Lerviken no sea algo nuevo para ella. Pasaba aquí todos losveranosdesuinfancia.Losúltimosañosnohaidodemasiado,puescadaveranosuhermanoPaulhaocupadolacasadurantediezsemanasjuntoconsuesposa,Eva-Lena, y sus tres hijos. Y al fin Harriet ha desistido, después de haberdedicado varias semanas preciadísimas de vacaciones a saltar por encima demanguitosy flotadores repartidospor todo el céspeddedelantede la casa, dehaber visto las cenas interrumpidas con el «ya estoy, ven a limpiarme»de losniños y de haber sido explotada como canguro. Es cansino ser siempre la tíadivertida y despreocupada que no tiene ni novio ni trabajo fijo, y que encimatienemalcarácter.
«Pero ahora estoy aquí», piensa. Además, Paul y ella se han puesto deacuerdo en que estaría bien que alguien pudiese pasar un tiempo con Eugen.«Cuandounpadreseacercaalosochenta,alguientienequeecharleunaojeada»,habíadichosuhermano.YestabaclaroqueestealguieneraHarriet.Él,porsu
parte, se había largado aBali con la familia, endosándole el perro a supadre.Paulsiemprehacelomismo,ponealgoenmarchayluegoselarga.
«Creo que un animal de compañía es justo lo que Eugen necesita, así noestará solo», había argumentado, como si lo hiciese por el bien de su padre.HarrietcasipuedeoírlavozdesucuñadaenlaspalabrasdePaulcuandollamaalpadreporsunombredepila.PeroHarrietsabequenosetratadeEugen.EstábastanteseguradequePaulnecesitairsedeviajeparaarreglarsumatrimonio.Yalguien tendrá que cuidar delmaleducado pastor alemán, al que nunca le handedicado el tiempo suficiente.Mueve las manos sobre el volante y reduce lavelocidad.El pensamiento le produce remordimientos. Su hermano tiene buencorazón,peroavecesparecequesuúnicaobligaciónesEva-Lenaylosniños,yqueeltiempolibredeHarrietquedaensegundoplanoporelhechodenotenerfamilia.
GiraporlacalledelayuntamientoyaparcaelSaabdelantedelapizzeríaqueestáenfrentedelacomisaríadeLandskrona.LashermosascasasdefinalesdelsigloXIX, los ladrillosrojosy los trolebuses leproducensiempreaHarrietunasensacióncasiexótica.
Bajalaviseradelcocheysemiraenelespejito.Losrizosmorenosselehanenredadoylapuntadelanarizestásonrojadaporelviento.Desearíaquelacaraque ve reflejada tuviese más autoridad, pero no hay nada que hacer. Casiveintinueveañosyaún tiene lacara redondadeunaadolescente, igualque losmuslos.
ElmóvildauntintineoyHarrietseabalanzasobreél.MensajedeLisa.
Lisa:Bienvenidaalsur,Harry,suerteconeltrabajonuevo.Cruzolosdedosparaque
lacomisaríaestéllenadebuenorros.Dimecosasencuantopuedas.
Harriet sueltauna risita.La imagenqueLisa sehacede lospolicíasesquellevanlosbrazostatuados,comensiemprehamburguesasy,sobretodo,notienenreparoenusarlasesposastambiénenprivado.«What’snottolove»,habríadichoLisa.Tieneque intentaracordarsede llamarlaantesdemetersedenuevoen lapenumbratelefónicadeLerviken.Mientras,leenvíaunmensaje.
Harriet:Gracias,¿túcreesqueelentrenodefloorballloharánenuniformeojugaránapechodescubierto?
SabequeLisasereiráconesemensaje.Harrietseponebienlostejanosysaledelcoche.Hallegadoelmomento.
2
Las puertas grandes y oscuras de cristal de la comisaría de policía no tienentimbre.Conmanotemblorosa,marcaelnúmerodeMargareta.Trasuntonodellamada,lajefacontestaconunavozáspera.
—Ahoramismobajoyabro.Unos segundos más tarde aparece al otro lado del cristal una mujer de
mediana edad vestida de negro. No es para nada como Harriet se la habíaimaginado.Seesperabaunapersonarubiayatlética.Margaretaesaltaydelgada,y lleva el pelogris cortadoenunamediamelena atrevida.Noesparanada eltipodepersonaquecompralaspastasdedosendos—unaparacomérselaenelacto y la otra para disfrutar del sabor—. Es como si Harriet pudiese oír elenvoltoriodeplásticovacíoquesabequeestáescondidoenelfondodesubolsotraselviajeentrendeldíaanterior.MargaretalasaludaconunapretóndemanosfirmeyHarrietpuedeapreciarunasuñassinpintarperobiencuidadas.HarrietretirarápidamentesumanoesperandoqueMargaretanonoteelpintaúñasrosaclaro descascarillado en las suyas.Debería habérselo quitado, pero en casa deEugennohabíaquitaesmalte.
—Québienquehayaspodidoempezarde inmediato.Estoesuncaosdesdeque hicieron la reorganización y, claro, luego pasa lo que pasa. Tocaacostumbrarse —dice Margareta a toda prisa mientras guía a Harriet por unpasillodeoficinasoscuropordetrásdelarecepción—.Lena,queseocupadelmostrador, te ayudará mañana con la tarjeta de acceso y todas esas cosas—prosiguemientrasavanzan—.Perotalvezselotengasquerecordar.Esunadeesaspersonasquelalíancuandopiensan.
Harrietnotienetiempoderesponder,perosedacuentadequelapantalladelordenadordeLenaestárepletadenotasendiferentescolores.
—Ayer por la noche, la policía que estaba de guardia recibió el aviso delhallazgodeuncuerpo.Quieroqueestésenelcasodesdeelprincipio—continúaMargareta,observándolamientrashabla—.Vamoscortosdepersonal,y loqueantesrecaíaenlosinvestigadoresespecialesdeMalmöahoranostocahacerloanosotrosanivellocal.Sipasaalgo,tenemosqueestarpreparados,nohaymás.Aunqueseaenfindesemana.Hellamadoaotroinspector,peronopodíavenirhastadespuésdecomer.
Llegan a una salita de descanso amueblada con mesas de abedul y sofástapizadosconunatelalilajaspeada,típicadelosañosnoventa.Margaretasacaenseguidaunvasode cartóny lepasaotro aHarriet antesde seguir hablandoacercade la reorganizacióndelcuerpopolicial.Lamáquinadecaféhace tantoruidoqueHarrietapenaspuedeoírloqueMargaretaledice.
—¿Qué experiencia tienes? —pregunta cuando la máquina se queda ensilencio—.Noformépartedelreclutamiento,asíquemelotendrásqueexplicartúmisma.
—Soy socióloga. He trabajado con adolescentes y familias en situación deprecariedad, y también con delitos leves —responde Harriet rápidamentemientras se recoloca el jersey, que se le ha subido bajo la cazadora. Tal vezdebería comentar que ha estudiado Derecho y que su padre es catedrático deDerechoCivil, y por tanto tiene algo de conexión con la justicia. A lomejorhabríasonadobien.
Margaretatomaunsorbodecafé.Seleformanmuchasarrugasalrededordelabocacuandobebe.
—Me refería a tu experiencia investigando delitos, en la universidad no teenseñan a resolver crímenes. ¿Has participado alguna vez en algún caso dehomicidio?
Harriettoqueteaunpocoelvaso.—No, pero llevo casi tres años trabajando como investigadora civil —
consiguedeciralfinal.«Ysoyvaliente,observadorayanalítica»,lehabríagustadoañadir,porquees
loquesolíadecirsuanteriorjefe.Algoqueesmásimportantequeelderecho.LacaradeMargaretapermaneceimpasible.
—Ven,vamosamidespacho.Eltuyoaúnnoestálisto.Montaremosaquíunasala especial para el caso, amenos que al final lo cojan enMalmö, cosa quedudo.Todoslosrecursosestándestinadosalostiroteos—dicedeformaescueta,ysiguecaminandoporelpasillo,delantedeHarriet,hacia laúnicapuertaquehay,quedaaunahabitaciónconlaluzencendida.
La estancia es amplia. Un escritorio, dos librerías repletas de carpetas, unsillónyunsofá.SobreesteúltimocuelgauncuadroquerepresentalaciudadeladeLandskrona.MargaretasesientaalescritorioeindicaaHarrietconlacabezaqueseinstaleenlasilladeenfrente.
—Podemoshablarmásdurante lacomida,sinosda tiempo.Nomevan lastrivialidades. Te voy a poner al día sobre el caso de inmediato —prosigue.Enciendeelordenadoryañade—:Noesperabaquefuerastanjoven.
Harrietcruzalaspiernasyseapoyaenlosreposabrazos.Esdifícilencontrarunaposturaqueseacómodaenesasilladevisitastandura.
—Ayerporlanocheencontraronelcuerpodeunamujerenunagranjaenlasafueras de Landskrona. Fueron los servicios de atención domiciliaria los quedieron el aviso. Nadie los abrió al llamar al timbre, y cuando vieron que lacomidaseguíacolgandodelapuertasospecharonquealgohabíapasadoydieronunavueltaporlafincaparaecharunvistazo.Estabatumbadaenlosestablos.Alparecerlahabíanmatadodeunapaliza.LaCientíficaestáallíenestemomento.Leshepedidopermisoparairaverlos.
Harriet carraspea un poco. Hace diez minutos que Margareta y ella seconocenyyaestáinvolucradadeplenoenuncasodehomicidio.
—Aúnnohemosinformadonialosmediosnialmaridodelavíctima.Segúnelpadrón,viveen lagranja,perono lohanvisto.Tieneunossetentaaños.Heconseguidoqueeltestigodelserviciodeatencióndomiciliarianodiganada,almenoshastaellunes.Esimportantequeestonosalgaalaluz.
Mientrashabla,lamiradadeMargaretareposasobreelcuadroquecuelgaporencimadelacabezadeHarriet.
—Las primeras veinticuatro horas son determinantes para que consigamosencontrar al culpable. Casi siempre es alguien cercano a la víctima, y si elmaltratotienelugareneldomicilio,elmaridosueleserelculpableenelochenta
por cientode los casos.Pero seguroque esoya lohas estudiado, al igual quetodo el mundo. En primer lugar, quiero aclarar esto lo antes posible paraahorrarnoslainjerenciadeotros—continúaMargareta—.Elfiscaldeguardiahapedidoqueinterroguemosalmarido,peronotenemosniideadedóndeestá.Hanenviado un SMS con número oculto a su móvil, pero no lo ha recibido. Esprobablequeestéapagado.Nomesorprenderíaquehubieraentradoenpánicoyqueaestasalturashubierasalidodelpaís.
Margaretaabreuncajóndelescritorio,sacaunabarradeprotectorlabialsinperfumeyseuntaloslabios.
—Leencontraremos.Siemprelohacemos—dice.—¿Qué sabemos de la víctima y de su marido? —pregunta Harriet con
cautela.—Lamujertienecincuentaytresaños,notrabaja.Elmaridotienesetentay
dos años, es propietario de la granja desde 1982. Los ingresos de él el añopasado ascendieron a cuatromillones ymedio de coronas; en principio los deellasoninexistentes.ÉltienebienesenSueciaporunvalordeaproximadamentecientoveintiochomillonesdecoronas,y la finca tieneunvalorde tasacióndeunossetentaycincomillones.Nohayhijosniotrosparientes.—Margaretahaceunapausaydejalabarradelabiossobrelamesa—.Mejor,asínosahorramoslasllamadas.
HarrietobservaquenohayfotosnideniñosnidenietossobreelescritoriodeMargareta,ytampocollevaanillodecasada.
—Elhombrehasidocondenadoendosocasionespormaltratarasumujer.Enmi opinión, el fiscal podría haberlo detenido en su ausencia. Pero el fiscal deguardia aún está verde—continúa—. Lennart, el técnico de la Científica, haprometido que nos enseñará el escenario del crimen. Nos llamará en cuantoterminen con lo más importante. He pedido que podamos ir antes de que lanoticiasalgaalaluz.Luegoseráuncaos.
—¿Dóndeestálagranja?—preguntaHarriet.—Aunosdiezkilómetroshaciaelnorte,apocoskilómetrosdelacosta.Justo
enlasafuerasdeunpequeñopueblopesqueroquese llamaLerviken,porsi teconocesestazonadelpaís.
Harrietseatragantaconelcaféyempiezaatoser.—Aquílacostaestárepletadepueblospesquerosmodernos.AntesLerviken
eraunsitiodegentenormal,peroahorasehatransformadoenlaflorynatadelmunicipio.
«Eso no es del todo cierto», piensa Harriet, pero el gesto de la cara deMargaretaestandespectivoquepierdeelhilo.
—¿Cómosellamalavíctima?—consiguedeciralfinal.—LauraAndersson.EsposadelfinancieroDouglasAndersson.Lecompróla
fincaaunafamilianoble,peronuncasehaocupadoenpersonadelagranja.Latierraestáarrendada.
Mierda,HarrietconocealmatrimonioAndersson.TodoelmundoenLervikenloconoce.HaceañosqueHarrietnolosve,perolosrecuerdadelosveranosdecuandoerapequeña.Teníanuncochegrandeyreluciente,talvezunJaguar,quesolíanaparcarenelpequeñomuelledeinvitadoscuandobajabanpaseandohastalaplayaensusalbornocesblancoseimpolutosadarseunbañomatutino.Enelpueblosiemprehabíamuchochismorreosobreellos.LauraeramuchomásjovenqueDouglas; teníauna largamelenapelirrojay laeleganciadeunaestrelladecine. Pero caminaba de forma extraña, cojeaba como si tuviese una piernalesionada.
Unaseñalestridenteinterrumpeelsilencio.—EseltécnicodelaCientífica,llevantrabajandoenelescenariodesdeayer
porlanoche,yyapodemosir—diceMargareta,yselevantadeprisa—.Cuandoestemosallí,yosoylaresponsabledelcaso.Sóloqueríadejarloclaro.
Harriet baja lamirada. ¿Qué pretende decir? ¿Acaso cree queHarriet va ameter la pata? ¿Que se comportará como una recién graduada que lo vavinculando todo a la teoría que ha leído?Aveces,Eugenhace bromas de susestudiantes, que se comportan así.Aparecen trajeados y hablan dándoselas deimportantes,ynotienenniideadequeenrealidadEugenpiensaquesusensayosyartículossólosuperanligeramentelamediocridad.Perosupadreesdemasiadobuenocomoparadecirnada.Sinembargo,Margaretaseguroquelospondríaaparir. Harriet no debería haber hablado de su formación académica. Deberíahabersabidoqueibaaserunaprovocación.Noexisteagentedepolicíaqueno
semolesteanteelhechodequelaspersonasconotrosestudiostenganunsueldomás alto. Si encima menciona que viene justo de Lerviken, un lugar queMargareta acaba de sentenciar como la flor y nata de la zona, seguro que sunuevajefalajuzgaráypensaráqueesunaniñamimadaquenuncahatenidoqueesforzarsepornada.
EncuantoMargaretasaledelparking,seponeelteléfonoaloído.Parecequehablaconlapatrullaqueestáenlazona.
—Joder, estoy hasta las narices del jefe de operaciones—dice, y corta lallamada—. Estoy intentando quemanden una patrulla canina, pero al parecerestánenalgúnsitiocercadeOlofströmbuscandoaunviejoquesehaperdidoestefindesemana.—Niegaconlacabeza.
Harriettienelamiradaclavadaensuspantalonestejanos.¿CómovaadecirleaMargaretaqueellaenrealidadviveenesepueblopesquero?Tomacarrerilla,peroMargaretayahatenidotiempodellamaralfiscaldeguardia.
—Necesito una autorización para una extracción del registro de la antena,Henrikehill330grados.
SeparalamiradadelacarreteraysevuelvehaciaHarriet.—Laantenarepetidoramáscercana—aclara.Harriet conoce bien Henrikehill, un castillo sobre un monte a unos pocos
kilómetrosdelabahía.«Elgranhotel»,lollamanenelpueblo.—Detodosmodos,Konrad,elfiscalhabitual,querrátenerelregistromañana.
Másvalepedirloyayasíganamosunpocodetiempo.Luego,cuandolleguelalista,puedesempezararevisarla.
JustoantesdeLerviken,Margaretasedesvíaporunpequeñocaminodetierraentrecamposdecultivo.Lafincadelestrecho,Sundgodset,estáaunkilómetrooasí,oculta tras losárboles.Seha levantadovientoy lashojas revoloteanenelaire.Enlaexplanadadedelantedelacasahaydoscochespatrullaaparcadosyuna gran furgoneta plateada. Cuatro policías uniformados vigilan la zonaacordonada. La finca es hermosa, de un reluciente y cálido amarillo, y conmarcosdecolorblancoalrededordelosgrandesventanales.EstáigualquecomoHarriet la recordaba, excepto que el jardín, los dos edificios de la parte de la
granjayelparquequeasomapordetrásde lagranviviendaestánrodeadosdecintasazulesyblancasconeltexto«policía»impreso.
—¡Hola!Unhombrecubiertodepiesacabezaconropadeprotecciónblancasalede
uno de los edificios con una bolsa marrón de papel en la mano. Sus botinescrujensobrelagravilla.Caminahaciaellasconpasofirme,seretiralamascarillaque le tapa media cara, consigue quitarse un guante de goma de color lila yalargalamanohaciaHarriet.
—LennartMattson,soyeltécnicodelapolicíacientífica.Voyaenseñaroselsitio.¿Túereslanuevainvestigadora?
—Sí,HarrietVesterberg.Hoyesmiprimerdía.LosojosdeLennartparecenamables.—¿Hoy es tu primer día?—dice sorprendido, pero Harriet asiente con la
cabeza.—¿Podemosempezarya?—preguntaMargaretaconimpaciencia.Lennartsonríeunpoco.—Másvaleestarabuenasconella,sobretodosiaúnnohapodidotomarse
un café —dice él señalando a Margareta con la cabeza para que Harrietcomprendaaquiénserefiere.Margaretapareceignorarelcomentario.
»Ostraigoropaprotectora.Esperad.—Desapareceendirecciónalafurgonetaplateada—.Empezamosporlagranja.
HarrietyMargaretaseponenlostrajesprotectores.—Lamujersigueallí,losdelarecogidaestándecamino,perotardaránalgo.
AnochetuvieronuntiroteoenMalmö—añadeLennart.Empiezanacaminarhaciaunodelosdosedificiosalargadosdecolorblanco
yconpuertasnegras.Unabrisafrescapasaporelpatio.Harrietsecalienta lasmanosenlosbolsillos.ObservaqueMargaretapermaneceimpasible.Esdifícilimaginarsequeespolicía.Dalaimpresióndequeelvientoselapodríallevararastrasencualquiermomento.¿Cómolohabráhechoesecuerpotanflacoparasuperarlaspruebasfísicas?
Lapuertachirríaylasrecibeunleveoloradiésel.Dentrodelestablohaydostractores.Porlodemás,eledificioestávacío.
Harriet la ve de inmediato. Las piernas asoman por detrás de uno de losvehículos. Está tumbada bocarriba y lleva un vestido claro. Descalza. Su pielreluceenuntonoblancocremoso,ylasuñasdelospiesestánpintadasdecolorrojo, elmismo tonoque sumelena.Lapiernaderecha está rota, torcida enunánguloantinatural,yeldedogordodelpieapuntahaciaelsuelo.
Harriet se acerca. A medida que avanza hacia el interior del establo, elespacio se vuelve cada vezmás oscuro.Hay una granmancha negra sobre elsuciosuelodecemento,justodelantedelaruedadelanteraizquierdadeltractor.
—Haperdidomuchasangreporlacabeza—diceLennart.LapuertaexteriorchirríayotrapersonavestidaconropablancatipoMichelin
entraenelestablo.Saludaconlacabeza.—¿Habéis encontrado algún arma u objeto contundente? —pregunta
Margareta, escaneando el espacio con la mirada. En la penumbra, sus ojosparecennegros.
—No,nadaquepodamosvincular conel cuerpo.Hemos incautadoalgunasherramientas y utensilios que había dentro del establo —contesta Lennart—.Luegoosdamosaccesoalasfotos.Hemoshechocasitrescientas.
Harriet se inclina hacia delante ymira debajo del tractor.Lennart enciendeunalinternayHarrietdetienelavistaenelcuerpoinerteydesfigurado.
3
Harrietjamáshabríareconocidolacaraquelaestámirandosinohubiesesabidodequiénsetrataba.LabocaylabarbilladeLauraAnderssonestáncubiertasdecintaamericana,y lospárpados, levantados, tambiénsehansujetadoconcintaamericana,deformaquelosvasossanguíneosdelinteriorbrillanenuntonorojointenso.Elblancodelosojospareceunagelatinarosada.Losirisazulclaroylaspupilas negras la observan con unamirada vacía. El pelo, de un tono oscuro,parecerígidoenlapartemáscercanaalacabeza,ylafrenteestáempapadadesangre.
—Diosmío—susurraHarriet.—Lahemorragiaprovienedelacabeza.Porloqueparece,tieneunaheridade
armapunzanteenlasien.—LennartdesplazalaluzdelalinternadesdelosojosentornadosdeLaurahaciaelladodesucara—.Mihipótesisesquelohanhechoconuncuchillouotroobjetopuntiagudo.
Harrietreprimelasganasdevomitar.—¿Pensáisquehamuertoaquímismo?—preguntaMargareta.—No hay marcas de arrastre ni de sangre que indiquen que la hayan
desplazado,ysuspiesestánlimpios.Podríanhaberlatraídoenbrazoshastaaquíoqueelculpablesehayallevadosuszapatos.Yocreoque...—Lennarthaceunapausaysecolocabienlamáscaraconelguantedegoma—.Yocreoquelahanmatadoaquí.Creoqueestabatumbadadeladocuandolecausaronlaherida.
—¿Cuántotiempollevamuerta?—preguntaMargaretadeprisa.—Hellamadoalmédicoforenseparaquehagaunaestimacióndelahora.Es
muydifícil saberlo.Ya estaba fría cuando llegamos nosotros, lo cual significaque probablemente lleve más de diez horas muerta —contesta Lennart, y seagachaencuclillasalladodeHarriet.
—¿Estárígida?—preguntaHarriet.—No,peroelrígormortissedesarrollaenlasprimerasdocehoras,esdecir,
esmásfuertedurantelasdocehorassiguientesyluegodisminuye.Portanto,enrealidadnonosdicenada—respondeLennartmientrastomalabarbilladeLauray gira la cara para que la herida se pueda vermejor. Parece tener unos cincocentímetrosdelargo.Harrietselevantadeprisayseagarraalaruedatraseradeltractorparanoperderelequilibrio.
ElotrotécnicodelaCientíficahavueltoasalirdelestablo.Harrietnisehapercatado,estabatotalmenteconcentradaenelcadáverdeLauraenelsuelo.
Lennart les enseña algunas pistasmarcadas en el interior del edificio y loslugaresdedondehansacadohuellas.
—LashuellasylosrastrosdeADNnosepuedentemporalizar.Tendréisquehacer una lista de las personas que se han movido por el lugar para poderdescartarlasluego—añade,alparecerdirigiéndoseaHarriet.Margaretanodicenada.
—¿Quéotraspistashabéisasegurado?—Margaretasecolocaelpelodetrásdelaorejamientrashabla.Lennartnocontesta,perohaceungestoconlacabezaindicándolesquesalgandelestablo.
Harriet se quita la mascarilla nada más salir para respirar aire fresco. EsdifícilquitarsedelacabezaelcuerposinvidadeLaura.Selehacerarodejarlaallí dentro, sola sobre el frío suelo de cemento.Alguien debería quedarse conella.
—Poraquí—diceLennartguiándolasalrededordelacasa—.Anochellovióy el suelo está embarrado. En la parte de atrás hay una huella de zapatointeresante.—Seponeencuclillasyseñalaconeldedo.
—Lahemosmedido,másomenosunatallacuarentayuno.Harétambiénunmoldeado.En la casanohemos encontradoningúnzapatodel cuarentayuno.¿Veisestasmarcas?
Enelsuelosevenunassuavesmarcasredondasquellevanhastauncubodebasuracolocadojuntoalapared.
—Creoquealguienhamovidoelcubohastalaventanabalanceándolodeunladoaotro.Ycreoquealguienquecalzaunnúmerocuarentayunolohausado
parapodermirarporlaventana.Lennartinclinaelcubohaciaunladoparamostrarlescómosehanproducido
lasmarcasenelbarro.—¿Se puede ver el cuerpo desde la ventana? —Margareta hurga en su
bolsillo, saca la barra protectora, se pinta los labios y luego los frota el unocontraelotro.
—Sí,sepuede—contestaLennart.Lo siguen en silencio hacia la vivienda principal. La finca parece haberse
construidohaciaelaño1700,ycuentacondosplantasycongrandesventanales.Elsetoquelarodeaestácuidadoyunaescalinatadepiedrallevahastaunagranpuertamarrónderoble.
—Hemoscambiadolacerradura—diceLennartmientrassacaunllaverodelbolsillo.
Entranenungranrecibidor.Desdelaantesalasubeunamajestuosaescalerahastalaplantasuperior,yeneltechogiraungranventilador.
—Laplantadearribaestáintacta,creoquenolautilizaban.Todaslaspuertasde las habitaciones estaban cerradas con llave y los muebles cubiertos confundas blancas —dice deprisa y sigue caminando—. Empezaremos por eldormitorioprincipal.
Lahabitaciónesampliayluminosa.Unasuavealfombrablancacubretodoelsuelo, y en medio del dormitorio hay una cama doble, bien hecha, con unacolchablancaajuegoconelsuelo.Alladohaydospuertas.Estánentreabiertas,yHarriet puedever queuna lleva a unbañodemármolblancoy la otra a unvestidor.Trajesoscurosyvestidos, lamayoríaenvueltosenfundasdeplástico,cuelgan en un orden impecable a lo largo de las paredes, y al fondo hay unarmariogrande.
—¿Vabiensiloabro?—preguntaHarrietseñalandoelarmario.Lennartasienteconlacabeza.Estállenodecamisas,ordenadasporcolores.—¿Teparecequefaltaropa?Lennart niega con la cabeza. La ha seguido al interior del vestidor y
Margaretahadesaparecidodesuvista.—¿Nadaquehagapensarquehahecholasmaletasoquehadejadolacasade
formaapresurada?Cuando Margareta no está pegada a ella le resulta más fácil hablar con
Lennart,sesienteseguraytranquila.—No, parece que no. Encontramos un teléfonomóvil y un ordenador que
creemosquepertenecenaLaura.UnadelaspatrullasquevinoselosllevóalosforensesinformáticosdeMalmö;seguroquepodrántenercopiaspreparadasparaqueobtengáisunarespuestamañanaporlatarde.Esosinotienenlistadeespera,claro.
—Quierotambiénelregistrodellamadas—dicelavozdeMargaretadesdeeldormitorio.
Salen del vestidor y de la habitación y caminan hacia el salón en silencio.Harriet se muerde la lengua para no hablar. Hay miles de preguntas que legustaríahacerleaLennart,peronoquiereparecerimprudente,cosaquelesueleocurrircuandoseemociona.Además, legustaríasaberquéestápasandoporlacabeza deMargareta. Aunque las estadísticas digan que la mayor parte de laviolenciacontralasmujeresesperpetradaporalguiencercano,resultabastanteinverosímil que Douglas Andersson, con sus setenta y dos años, pueda haberhechoesto.¿Otalvezseajustoesoloquequierehacerlespensar?
La primera sala después del recibidor está recién renovada con unempapeladotípicodelsigloXVIII.AunladohayungrupodesofásclásicosestiloChesterfieldqueestáncolocadosalrededordelachimenea,y,alotro,unamesaderoblemacizo.Estátorcida,ylassillasvolcadas;debajodelaventanahayunamacetarota.Haypapelesylibrostiradosporelsuelo,yHarrietsefijaenqueelbordedelaalfombraestádobladojuntoaunodelossillones.
—¿El coche del marido sigue aquí? —Harriet no consigue permanecertranquila.Puedeoírseasímismaatragantándoseconlaspalabrascuandohacelapregunta, y con su acento apresurado de Estocolmo se vuelven ininteligibles,comohabríadichoYvonne.
—Haydoscochesaparcadosenelotroestablo.UnJaguaryunPorsche—contestaLennart.
—Hay tres coches registrados a nombre de Douglas Andersson —diceMargareta—.UnLexus,también.
Harrietfijalamiradaenelsuelo.Deberíahaberinvestigadounpocomientrasestabandecaminoenlugardequedarsesentadaycalladacomounainútil.
Se acerca a la chimenea. El sofá está torcido. ¿Alguien que ordena lascamisas por colores aceptaría que losmuebles no estuviesen alineados con lachimenea?Sigueelbordedel sofá con lamirada. Justoal ladode lapareddeentrelasventanashaydosgrandesarañazosenelparquet,formandounaespeciedeespinadepez.
—¿Quésonestasmarcas?Seagachaparaverlasmejor.Elparquetestácompletamentehundidoendos
sitios,comosihubiesenarrastradoalgomuypesadoporelsuelo.—Juntoaesasmarcashemosencontradounasmanchastransparentes.Podría
ser sudoro saliva, y tal vezno tenganadaquever con el crimen, pero las hemandado a analizar —dice Lennart—. Hemos asegurado varias muestras deADN,quehabráquecontrastarconelregistro.
Harrietmiraporlaventana.Elparquededetrásdelacasapareceeljardíndeun castillo enminiatura.Estámuy cuidado, y unos arbustos de azalea formanunaglorieta.Enelcentrohayunapequeñafuente,yalfondo,enunrincón,alasombradelfollajedelosárboles,seveunacaseta.Elvientoarañaelsetoylassombrasbailansobrelapareddelacasa.Elcansanciodelmadrugónempiezaahacerse patente. Pronto va a necesitar un descanso o algo dulce que le déenergía.Deja que lamirada repose sobre el baile de sombras.Unade ellas semuevediferenteencomparacióncon lasdemás.Sebalanceadeun ladoaotrohastaquesedetieneporcompleto.Lasombraseretiradespaciohacialossetosquehaydetrásdelacaseta.¿Hayalguienahí?Harrietfuerzalavista.Elcontornodeunapersonaseperfilaentrelasventanasoscurasdelacasetaylepareceverunacaraydosmanchasoscurasenlascuencasdelosojos.
—¿Hayalguienenlapartedeatrás?—pregunta.—ElGrupodeIntervención,esprobablequenosehayanidotodavía.Harriet agudiza la mirada. La cara ha desaparecido. Puede haberse
equivocado.—Hemosterminado—diceMargareta,carraspeayañade—:Porestavez.Salenensilencio.LapuertahaceuncliccuandoLennartcierraconllave.La
explanada de delante de la casa está desierta; los establos, clausurados, hanretirado la cinta policial y hay carteles de advertencia pegados en las puertas.Losdoscochespatrullaqueestabanaparcadosjuntoalsetocuandohanllegadohandesaparecido.
Cuandosesientanenelcoche,vuelveaserMargaretalaquehablasobreelcaso y sobre la reorganización. Sus labios se mueven igual de rápido que elvehículoalarrancaryponerseenmarcha.
—Me mareo con facilidad —consigue decir Harriet cuando llegan a lacarreteracomarcal.
La respuestadeMargareta es frenar en seco, yHarriet saledisparadahaciadelante. Un Volvo blanco aparece desde un camino secundario casi oculto yMargaretatieneeltiempojustodeapartarseparaevitarlacolisión.
—Imbécil—diceentredientes.«Diosloscría...»,piensaHarriet.Eugenllamaaesecruceocultoporarbustos«elpasajesecreto»,yHarrietha
aprendidoausarelclaxonparaavisardequevienedecamino.—Porcierto,¿quieresque tedejeenalgúnsitioo tienescoche?—pregunta
Margareta—.Porhoyyaessuficiente.QueríaqueviniesesporqueLennartnospodíaenseñarelescenariodelcrimen,perohoyyanotenecesitomás,seríaunapérdidadetiempopuestoqueaúnnoestásinstalada.Yosigohastalaoficina,elotroinvestigadoryadeberíahaberllegado.Tieneexperiencia,asíquelosdosnosapañaremos hasta mañana, que estará todo el grupo reunido y empezará eltrabajodeverdad.
Harrietsientecómosusánimoscaendegolpe.Claroquepodríahacercosasaunque aún no se haya instalado, como dice Margareta. La jefa debe deconsiderarla una novata. Si esto hubiese sido su antigua unidad, se habríansentadoatomaruncaféyahablardelcaso.Nosólodelascircunstancias,sinodetodoloquerodeabaalsuceso.Eraloquehabríaprecisadoahora.Almenosalgún tipode feedback tras su primera inspeccióndel escenario de un crimen.PeroMargareta no parece tener ningún interés en saber lo que piensa. Eso senotadeformamuyclara.Decaminoallugardeberíanhaberhabladodeloquelesesperaba.SiHarriethubiesetenidoayudaparaprepararse,habríapodidoser
másútilenelescenariodelcrimen.Margaretalahacesentirseinsegura.Harrietmiraasujefadereojo.
—Melasapañoparavolveracasa—contesta.
4
Sonlasdosdela tardecuandoHarrietsaledelacalledelayuntamientoydejaatrásLandskrona.Elhambrerugeensuestómagopornohabercomido.No legusta saltarse el ordende las comidas, porque entoncespasa eso con lo que aLisaleencantabromear:pierdeelcontrol.Dehecho,sólohaidoacomprarunpaquete de tabaco en el estanco de al lado de la pizzería y ha salido con unabolsa de chocolatinasDumle. «El sabor de los cigarrillos semezcla de formaexquisita con el chocolate, y después de un primer día agotador en el trabajobienquemelomerezco»,éstaeslaexcusaquesehapuestoasímisma.Luegose ha fumado dos cigarros seguidos mientras masticaba tofe recubierto dechocolate, aunque en realidad sabe que lo único que conseguirá es tenermáshambre. Antes ha aparcado detrás de la pizzería por si aMargareta, que aúnestabaen laoficinacuandoHarrietseha ido, ledabapormirarpor laventanadesde su despacho.Harriet se puede imaginar lo que le pasaría por la cabeza.«Típico.Uñasdescuidadas, gorday encima fumadora.Todo lo contrariode loqueunoseesperadealguienquepresumedesuformaciónuniversitariayquetieneunsueldoinicialbastantemásaltoquetodoslosdemás.»Harrietreducelavelocidad y estira lamano para coger la bolsa de dulces que ha dejado en elasientodelcopiloto.Consiguesacarotrachocolatina,selaponesobrelalenguay deja que el dulce chocolate se derrita despacio en su boca. Está muy rico.Cuandoelsemáforocambiaaámbar,sacaelmóvil.Nosedebenenviarmensajesmientras conduces, pero la luz ámbar obliga a reducir la velocidad, y necesitahablarconLisa.
Harriet:Minuevajefaeshorrorosa.Creoquemeodia.Memiracomosifueseunagordamimadasin
personalidad.Parecequeporesohevueltoafumar.
ElsemáforocambiaaverdeyHarriettiraelmóvilaunlado;conayudadelosdientesabreelenvoltoriodelúltimoDumleymetelabolsavacíaenlaguanterapara que se esfume de su vista. Mañana se portará mejor, comerá sano y ledemostrará aMargareta que está preparada para este trabajo de investigadora,conosin reorganización.Y también tienequemejorarenesodeno tomárselotodotanapecho.Sabequepuedehacerlo.
CuandoHarrietllegaalabahía,elvientohaamainado.ElbanderínenelastadeYvonnecuelgaflácidocomountristetulipán,eloloraalgashadesaparecidoyelestrechobrillaconuntonoazulverdoso.Unbuquedecargarusosedeslizapor el canal delante de Ven. Cuando Harriet abre la verja, Kato, que estátumbadoeneljardín,acudecorriendoyladrandoasuencuentro.Alsaltarcasiconsiguelamerlelacara.
—Baja.Nosaltes.Abajo.La fina cara de Eugen aparece por la puerta de la casa alargada. Ella se
sorprendecadavezquevea supadre.TeníacasicincuentaañoscuandonacióHarrietysiemprelohavistoviejo,peroenlosúltimostiempossehaencogidoyloshombroshanadoptadounaformaparecidaaunabotella.Esaltoydelgado,yse levedébil.Supelonegrohablanqueadoa los lados,y lasamablesarrugasalrededorde losojosdecolorverdemelosoahoradesciendenpor lasmejillas.Tienelacarahundida.
—Harriet, llegas justoa tiempoparaelcafé.Yvonneyaestáaquí—dice,yhaceungestoconlamanoparaqueHarrietsedéprisa.
EllaapartaaKato,searreglalachaquetayvahacialacasaapasoligero.—¿Cuántotiempovasacuidardeestechucho?—preguntaalavezquecierra
lapuertatrasdesí.SeoyeunaullidolastimosodeKato,quesequierequedareneljardín.
—Talvezpodríassacarloapasearestatardeyasíosvaisconociendo—diceEugenriéndose.DesdequePaulcompróelperrohaestadohaciendolabromadeque Harriet le tiene miedo, y ella sabe exactamente lo que va a decir acontinuación. Pero justo cuando Eugen va a abrir la boca de nuevo, lointerrumpeunavozaltisonantequellegadelacocina.
—Oh,Harriet, ¡québienqueporfinhayasvenido!Esunabendiciónquete
ocupesdetuqueridopadre.Yotampocoentiendoparaquéquiereeseperro.ElcuerporobustoylacabelleracastañaygenerosadeYvonneaparecenenel
recibidor, y antesdequeHarriet tenga tiempode responderya la ha abrazadocontantafuerzaqueelbolsoselecaealsuelo.Harrietoyecómogolpeacontrael parquet y reza en silencio para que no se haya abierto y Eugen vea loscigarrillos.
YvonneyEugen se ven todos los días.Tal vezYvonne sea la personamáscercana a él, a pesar de ser tan distintos: Yvonne, que solía regentar unapeluqueríahastaqueselesionólaespalda,yEugen,consupasadoenelmundoacadémico, catedrático de Derecho Civil y doctorado por la Universidad deLund.Yvonne es directa y habladora, casi ruidosa. Lo sabe todo de todos losvecinosdelpuebloyhabladetodocontodos,adiferenciadeEugen,aquienhayquearrancarlelainformacióncuandounoquieresaberalgo.
—¿Ocuparsedemí?Nonecesitoquemecuiden.Harriethavenidoatrabajar.HaconseguidounempleoenLandskrona—diceEugen.
—Cómome gusta verte, pequeñaHarry—continúaYvonne, y la coge pordebajodelbrazoyestiradeella.LosfuertesbrazosdeYvonnesonsuavesperorotundos.
—EstábamostomandoelcaféyEugenjustoibaadeciralgosobreunartículoinsulsoque le rindeunhomenaje,ocomose le llame.—Seechaa reír—.Mehassalvado.Cuéntamealgosobreestepuestode trabajoque teha traídohastaaquídesdelacapital.Eugenestanparcoenpalabras...
—Pero¿notehecontadoqueHarrietllegóelviernes?—diceEugen,yabreunodelosarmariosdelacocinadedetrásdeYvonne.
—Ayer—suspiraHarriet—.Lleguéayer.—Sí,eso.Cuandoestásjubiladoesfácilperderlacuentadelosdías.—Eugen
coloca dos tazas de porcelana azul oscuro sobre lamesa, delante deHarriet eYvonne.
—Yoyatengouna—diceYvonne,ytomaunbuensorbodelatazaquetieneenlamanoalavezqueniegaconungestodelacabezahaciaHarriet—.Eugen,siéntate. Tanto Harry como yo nos podemos servir solas el café. Harriet, ¿te
apeteceunbollo?EsdelafincaKlinttorp.Hanempezadoavenderpandemasamadre,ynosabeslobuenosqueestánlosbollos.
YvonneseacercaaEugeny loempujaconcariñoa tomarasiento.Coge lacafeteraysirveaHarriet.
Losbollostienenmuybuenapinta.EstánreciénhechosyunsuavearomaaazúcarycardamomoalcanzalanarizdeHarrietcuandoEugenestiraunamanoligeramentetemblorosaparaacercarlelafuente.
«Eldíadehoyyaesunfracaso»,piensaHarriet,ytomaunbollo.Lisasueledecirque,cuandoyatehascomidounabolsadechuches,esedíaeresinmunealazúcaryalagrasa,yque,portanto,daigualsisiguespecando.Además,HarrietdeberíahaberadivinadoqueYvonnellevaríaalgodulceparaacompañarelcafé.
—Puessí,estoycontentodeteneraquíamipequeñaHarryalmenosdurantemedioaño,aunquehabríapreferidoqueacabasesu licenciaturadeDerecho—diceEugenysonríehaciaHarriet.
—Papá aún no ha superado que abandonase la carrera para pasarme aSociología—diceHarriet, a pesar de que sabe queYvonne ya conoce toda lahistoria.
—Estanconservadorquesilofueralamitaddeloquees,yatendríamosmásque de sobra.Es una suerte que tú yPaul no os criarais bajo su techo—diceYvonne.
Eugenlamiraconcaradenoentendernada.—Cuéntanos,¿quépasaenlapolicía?—preguntaYvonne—.¿Vasaconocer
a todos los ladronesde lazona?Heoídoque lapolicíasabemuchomássobreellos de lo que la gente normal nos podemos imaginar. ¿Es verdad que losmantienenvigilados?
—Eso no lo sé. No empiezo hastamañana demanera oficial, pero hoy heconocidoaminuevajefa.
Harrietmuerde el bollo con cuidado.No sabemuybienhastadóndepuedeexplicar. La finca está bastante aislada.Al parecer, los habitantes deLervikenaúnignoranfelizmentelosucedido.¿Deverdadesposible?Loscochespatrulladeben de haber tomado otro camino de vuelta para pasar desapercibidos. Sihubiesencruzadoporelpueblo,losrumoreshabríancorridocomolapólvora.En
Estocolmo,unsucesoasíhabríasidonoticiaenelforoFlashbackencuestióndeminutos, y habrían empezado a aparecer fotógrafos con teleobjetivos en losarbustos,perotalvezaquíseadiferente.
«Sea como sea, cuando la noticia salga en la prensa nacional esto será uncaos»,imaginaHarriet.Elpuebloquedarádestrozado.TienequeesforzarseporocultarelescalofríoquelerecorrelaespinadorsalcuandopiensaquetalvezelcuerpodeLauraaúnyazcasobreelsuelo.
—¿Notegustalajefa?—preguntaYvonne—.Tehaspuestomuyseria.—No,estábien.—«Lamentiradeldía»,considera,ycambiarápidamentede
tema—. Qué rico está el bollo y qué bien que haya un poco de actividadcomercialparaqueelpueblonoacabepordesaparecer.
Muerdeuntrozograndedelbollo,quederepenteyanoestátanbuenocomoantes.
—¿QuésabéisdeSundgodset?¿Lospropietariosnoeranunaparejamayor?—preguntaHarrietfingiendoqueestáintentandorecordar.Yvonnealzalascejas.
—¿QuieresdecirlosAndersson?Hacetiempoquenolosveo.¿Cómoesquete has acordadode ellos?—replicaYvonnemientras con lamano limpiaunasmigasdelamesa.
—Nomegustandemasiado susmaneras.Douglas siempreaparcael Jaguarjustodelantedelcaminoquebajaalpaseodelaplayadetalmodoqueyanadiemáspuedepasar.Noentiendoquépiensancuandohacencosasasí—diceEugen.
—Eugen,estássiendootravezunviejocascarrabias.LosAnderssonsonunagente muy considerada. No está prohibido aparcar allí —se apresura a decirYvonne,yañade—:Avecessientoquesoylaúnicaenestepuebloquesaleensudefensa.—Mientrashabla,elazúcarperladovacayendodesubollo.
—RecuerdoaLaura.¿Nosolíacaminardevezencuandoconunamuleta?—diceHarrietmirandode reojo a supadre.No legusta cotillear, pero tienequehacerlo.Conunpocodesuerte,Yvonneseguiráhablando.
—Laura tuvo la polio.O sea, deniña.Por esoya iba coja entonces—diceYvonne.
Eugennopareceestarescuchando.Hasacado lasservilletasdel servilleteroquehaysobrelamesaylasestádoblando.
—¿Polio?—Sí,enunafamiliadediplomáticosenelextranjero,soncosasquepasan.La
polioeslarazónporlaquenohanpodidotenerhijos,peroséqueellalodeseabamásquenadaenelmundo.Habríahechocualquiercosapara tenerlos.Ella losientecomounapenainmensa,ynohaymillonesenelmundoqueselopuedancompensar.
Harriettragaunpocodesaliva.EstípicodeYvonneempezaracotillear,perosesienteincómodaalhablarasíacercadeLaurasabiendoqueyacesolayheladaen algún lugar de una morgue. Sin que nadie la eche de menos. A Harriettampoco la echa nadie de menos, excepto su madre. Pero desde que Jorunempezó a trabajar para el Fondo Monetario Internacional ha estado muchotiempofuera;ahoramismoseencuentraenunamisiónenSenegalyhaceunmesqueapenasdaseñalesdevida.
Harrietnohatenidonuncaunarelacióndeparejaquehayaidoenserioycreeque le será difícil encontrar a alguien con quien formar una familia.Simplemente,noseledanbienlasrelaciones.
«Siempretepasas,Harriet.Eresagobiante—sueledecirLisa—.Primeroerestímidayreservadaynuncadicesloquepiensas.Peroalaquealguientededicaunmínimodeatención,degolpepierdes todoel controly entonces loquierestodo.EsporesoporloqueGeorgosdesapareció.Cuandotevengaunimpulso,escríbemeprimeroamí,ylascosasteiránmejor.»HarrietsabequeLisalodiceenbroma,perotienerazón.CuandoHarrietporfincogeconfianzaconalguien,las cosas se tuercen. Georgos es el único que le ha gustado de verdad. Seconocieron en Grecia y Harriet supo que sentía algo especial por él desde elprimerinstante.Sereíandelasmismastonterías,élsedabacuentadecosasquenadiemásveía,ycuandoellahablabadeasuntosmásserios,éllaescuchabaylacomprendía.Comosirealmentelegustase.Ellasehabíasentidomuyseguraconél e incluso llegó apensar que justo así era como teníaque ser.Que él era eladecuado.PeroGeorgosyateníaesposa,alaquenuncaibaadejar,porsupuesto.Harriet tardócasiunañoencomprenderloymientras tantoseentregóaélporcompleto,cuandoenrealidadsedeberíahabercortadolarelación.Sólopensarlolahacesentirseincómoda.Nuncamáslovolveráahacer.
—Supongoquelaausenciadehijosfueloqueintentóolvidartodosaquellosveranosque...—continúaYvonne,perosedetieneamediafrase.Harrietvuelvedesuselucubraciones.Haperdidoelhilodeloqueestabanhablando.
»Pero,Eugen,¿quéestáshaciendo?—preguntaYvonne,yparecequesevayaaecharareírdenuevo.
Eugenlevantalamiradaydejalaservilletaquetieneentrelasmanossobrelamesa.
—Bueno,nopodemospasarnostodoeldíaaquídecháchara.Voyaempezarapreparar la cena—dice, y se levanta de golpe—.Estamañana he sacado unalasañadelcongelador.¿Tequedasacenarconnosotros,Yvonne?
Harrietsonríe.Eugennuncacocina.Seráalgoprecocinado,nomuyadecuadoparainvitaraalguienacenar.Aunquenuncallegaronavivirjuntos,aJorun,lamadredeHarriet,leencantabaquejarsedelaalimentacióndeEugen.«Siemprecomefuera.SenotaquesehacriadoenelGrandHoteldeLund.»
Aunquenofuesedeltodocierto,Harriethabíacomprendidoaunatempranaedad que lo que lemolestaba a sumadre era queEugen pudiesemantener suestilo de vida cuando se separaron, mientras que a ellos les tocaba vigilarcualquier gasto en su pisito en Bromma. Mamá, Paul y ella. Pero cuandoapareciósupadrastroysefueronaviviralacasadeSpånga,supieronquehabíasido Eugen quien les había estado pagando el piso y la manutención todo eltiempo.LosproblemaseconómicosdeJoruneransóloatribuiblesaellamisma.
—AhoraquehavenidoHarrietmequedoencantada,peroalmenosdéjamecontribuirconunaensalada.Tengolaneverallenadeverdurasqueprontosevanaestropear.Además,contienenciertascantidadesdevitaminas,locualpodríairbien.Harriet,¿teapeteceacompañarmeabuscarlas?
Harriet asiente con la cabeza, quiere saber más acerca del matrimonioAndersson.
EncuantosalenalacalleycierranlaverjadelantedeKato,quenoparadeladrar,YvonnesevuelvehaciaHarriet.Susojoscastañosestánvidriosos.
—Harriet, estoyunpocopreocupadaporEugen. IntentéhablarconPauldeestoenverano,peroélnuncaescuchaloqueledigo.HayalgoquenomeacabadecuadrarconEugen.—Bajalavoz—.Estáolvidadizo,perodeunaformamuy
extraña. ¿Tehas fijadoenesode las tazas?Ha sacadounasnuevascuandoyateníamosunas.Lepasanesetipodecosasconstantemente.Muchasvecesveoluzen las ventanas en plena noche. El viernes estuvo encendida toda la noche ycuandopaséaverleporlamañanallevabalamismaropaqueeldíaanterior.
Harriet cierra los ojos. Claro que Paul y ella han hablado de eso, pero nohabía visto nada con tanta claridad. Eugen escribe sus artículos y sigueconduciendosucoche.PaulyEva-Lenasiempreexageran,ycuandoalgunavezhancomentadoalgosobre losdespistesdeEugen,HarriethapensadoquesóloqueríandeshacersedeKato.
—Creo que es algo que lleva sucediendo algún tiempo,más de lo que nosimaginamos—continúaYvonne,yseapartalagranmelenaquerevoloteaconlabrisadelatardecer—.Comomínimo,desdeelúltimoaño.Yanotepuedesfiardel todode él.Aveces es como si estuviese enotro sitio.Verás quehabla decosasqueparecehabersoñado.Soloqueríadecírtelo.Notecreastodoloquetecuenta.Cuando empezó la demencia senil demi tíaElsa fue exactamente así.Podía...
—¿Sabesquébarcoesesequeestáahífuera?Noestaráencallado,¿verdad?—lainterrumpeHarrietseñalandounferriblancoenlapuntanortedeVen.Noquierevolveraoír,deningunamanera,lahistoriadelaviejatíadeYvonnequetuvodemenciafronto-temporalconsólosesentaaños.
—No,¿qué?—Yvonnehaperdidoelhilo—.Madremía,laensalada,esoera.Yo también empiezo a andar un poco despistada—dice ella excusándose conunasonrisa—.Megustaquehayasvenido,Harriet.Quieroquelosepas.
Un olor familiar a bollos de canela y perfume golpea a Harriet mientrasespera en el recibidor a que Yvonne rebusque en la cocina las verduras quenecesita. La casa de Yvonne siempre ha olido igual, y le ha despertadorecuerdos.HarrietyPaulibanamenudoasucasacuandoEugenteníaquehacerrecados o trabajar, y es como si no hubiese pasado el tiempo. El empapeladoverdeconmedallonesdelrecibidory lacómodaoscuraconfotografíassonlosmismosquehabíayaentonces.Enlasimágenesseveaunamujerjovencondosniños; Harriet cree que es la hermana de Yvonne, pero nunca ha queridofisgonear, y hay también unpar del hijo deYvonne, Jonas.Esmás jovenque
PaulyHarriet,yenestemomentoestáestudiandoenelextranjero.Depequeños,Harriet solía pensar en lo bien que debía de vivir teniendo a Yvonne comomadre. Aunque fuese soltera, no parecía tan estresada como Jorun y siempremostrabainterésporHarrietyPaul.
SeoyeunruidoeYvonneapareceenelrecibidorconunabolsadepapelenlamano.
—Creoqueahorayalotengotodo—diceella.
5
Unashorasmás tarde, las velas ya se han consumidohasta lamitadyHarrietmira las fuentesvacías.Yvonne seha idoa sucasa.Fuera, en laoscuridad, elmar se ve negro desde las ventanas de la sala de estar. EnVen aún se puededistinguir la fachadablancade la torrede la iglesiay,a lo lejos, las lucesquebrillanenlacostadanesa.
—¿Estáscansada,pequeñaHarry?—diceEugen,y lapellizcaen lamejillaparachincharla.
—No,estoyllena—contestaHarriet.Lociertoesqueleapetecefumarseuncigarrodespuésdelacomidayahora
mismo lacabeza ledavueltas.Yvonnenohaparadodehablardurante toda lacena sobre todo lo que ha sucedido enLerviken el último año.Sobre lamotoacuática de los Lindström, que ha molestado a todos los bañistas durante elverano;sobrelaaparenteeinminentequiebradelatabernaportuariaRuibarbosyCangrejo,ysobreelporchenuevodeNyman,paraelquenunca ledeberíanhaberdadoelpermisodeobras.
HarriethaintentadovolverallevarlaconversaciónhacialosAnderssonportodos los medios, pero sin éxito. El clímax ha llegado cuando Yvonne se hainclinadohaciadelantey,esperandocaptarsuplenaatención,halanzadoeltemade la casa abandonada que hay al otro lado del puerto turístico. La casaabandonadaesunadelaspocascasetasdepescadoresquequedanquenosehanreformadoyconvertidoenmansióndelujoparalosricachosdelaciudad,comolossuelellamarEugen.Elpropietariosefueaviviraunaresidenciayeledificiosequedóvacío,ypocoapocosehaidoderrumbando.
—Pero para que veáis: ahora sí que se ha instalado alguien allí, y nuncaadivinaréisquién—hasusurradoYvonneconlosojosabiertosdeparenpar—.
Tony.Harriet se acuerda de él.Cuando eranpequeños,Paul y ella le solían tener
miedoaTonyysiempredabanunrodeocuandoseencontrabanconél.Poraquelentonceslesparecíaaterradorinclusoqueéllesdirigieralapalabra.
—¿Yeso,cómohasido?—hapreguntadoHarriet.—Necesitaba un sitio donde vivir y no me he visto capaz de negarme a
alquilárselo —ha continuado Yvonne. Como es la que se ocupa de todo lorelacionado con el puerto turístico y las casas a su alrededor, ha empezado aexponerlestodoslosdetallesacercadelalquiler,losconflictosquesurgieronyelmalestar en el pueblo por que hubiese sido precisamente Tony a quien se lepermitió alquilar la casa.Harriet noha tenido fuerzaspara seguir escuchando;aunasíhaidoasintiendoconlacabezahastaquelacenahaterminadoeYvonnesehaidoasucasa.
—Creoquevoyasaliradarunpaseo.TalvezmepuedollevaraKato—diceHarrietconcautela,yselevantadelamesa.Elperro,quehaintentadocolarseporlapuertaenelmomentodeirseYvonne,levantalacabezaygimeunpoco.Enrealidad,aHarrietnoleapeteceenabsolutollevarsealpastoralemán,perounpaseoconelperroeselpretextoperfectoparasalirafumaraescondidas.
—Québien,Katosiemprenecesitasalirapasear—contestaEugenmientrasserascaunpocoladelgadabarbilla.
Harrietpuedevercómolasclavículasselemarcandebajodeljersey.—Papá,¿yacomessuficiente?—¿Quién,yo?Puescomosiempre—diceEugen,ydesapareceendireccióna
lacocina.En la calle se oye el ruidode las olas quegolpean contra la playa, aunque
Harrietnoconsiguedistinguirlasenlaoscuridad.KatoseresisteacaminarynoparecedemasiadocontentodequeseaHarrietquiensujetelacorrea.
—Kato,¿quierespasearporlaplaya?¿Tetirounpalo?Losnegrosojosdelperrolamiranconaspectojuguetón.—¿Oprefieresquesubamosaloscampos?EugenhamencionadoquesueledejaraKatosueltoporloscamposdecultivo
cuandonecesitacorrer.EsunaestupidezporpartedePauldejaraunperrotan
exigenteconunhombremayor;esimposiblequeEugenpuedaprocurarletodoelejercicioquenecesita.SerecogeelpeloyKatoladraunpocoylacontemplaconlacabezaladeada.«Nohaydiferenciaentretenerhijosytenerunperro»,piensaHarriet.Ésterequiereatencióntodoelrato.
Elpequeñosenderoquesubedesdelacarreteracomarcalhastaloscamposdecultivoestáfangosoyresbaladizo.Lamayoríadeloscamposhansidolabrados,y el paisaje queda parcialmente iluminado por la luna y por las farolas de lacarretera. Hay más luz arriba en el campo que abajo en el estrecho. Harrietrecuerda que a Paul y a ella les encantaba corretear por allí cuando eranpequeños.Jugaralpillapillayconstruircabañassecretas.Cuandoeltrigoestababien alto podían esconderse el uno del otro y desaparecer. Eugen los solíaregañarcadavezquelosdescubría.
—Nopodéispisarloscultivos.Alosagricultoresnolesgusta.Ahora las parcelas tierra están abiertas y las granjas parecen oscuras islas
cubiertasdearbustossobreelmardecampos.Alolejos,haciaelnorte,HarrietvislumbralafincaSundgodset.Ay,sisupadreeYvonnesupieranqueLauraestáallítendida,muerta,atansólounospocoskilómetrosdedistancia...TalvezselodeberíahaberexplicadoaEugen.
HarrietestiraaKatodelacorreaparaacercárseloysueltalacadenadelcollar.—Va,acorrer.Perotienesquevolvercuandotesilbe—lesusurra,yledauna
palmadita sobre el lomo.Talvezno seabuena ideadejarlo correr suelto, perocomoEugenhadichoquelosuelehacer,Katodebedeestaracostumbrado.
El barro del campo le salpica en las pantorrillas cuando el perro saledisparado.
«Menos mal que me he traído todos los tejanos que tengo», piensa,sacudiéndose la suciedad de los pantalones antes de sacar un paquete decigarrillosdelbolsilloyencenderuno.Susdedosllenosdetierrahumedecenelfiltro.Lanochees tranquila.Loúnicoque seoyeesel apagadosonidode losferrishaciéndoseseñaleslosunosalosotrosenlabahía.Harrietfumaaoscuras.Cuando se acabael cigarrillo cae en la cuentadequeKato llevadesaparecidodemasiadorato.Consiguesacarelmóvilyenciendelalinternaparailuminarelcampo, pero no puede ver nada, así que da unos pasos con cuidado en la
direcciónenlaqueelperrohasalidocorriendo.Elterrenoquepisaesdesigualyseleenganchanlospies,sehundenenelsuelo.Chuchoestúpido,yasabíaellaquenopodíaconfiarenél.Sisehaperdido,seráundesastre.Sellevadosdedosalabocaysilbaconfuerza.Elsilbidoseapagarápidoeneloscurocampo.Lesubenlaspulsaciones.¿Lohabráperdido?EntoncesoyeunfuerteladridoenladistanciayseacuerdadeloquesueledecirEva-Lena:«Legustavigilar,poresosiempre andamarcando».Esuna excusaquehausado enmásdeunaocasióncuandoKatohaestropeadoelmomentoponiéndosealadrarcomounlocosóloporquealguienpasabapordelantedelacasa,yHarrietlohamiradocomoquienmiraaunperromalcriado.Oírloahoraledamalaespina.¿Estámarcandoolehapasadoalgo?
Salecorriendoendirecciónalaspuntasdelososcurosárbolesfrondososqueasomanaunoskilómetroshacia el sur.El ladridoveníade allí.Esdonde estáSundgodset.Nodeberíair,peronolequedamásremedio.¿CómohapodidosertantontaydejaraKatosuelto?
Amedidaquesevaacercandoalafincaoyedenuevolosladridos.Laslucesde la fachada están apagadas y el color amarillo pulido parece grisáceo en laoscuridad.Losgrandesventanalesdelacasaprincipalparecenmirarlafijamente.«Sinosupieseloquehapasado,imaginaríaquelospropietariosestándeviaje»,piensaHarriet.Losladridosvienendelapartedeatrás.Lagravillacrujecuandocruzaconsigilolaexplanada.Elestabloestácerradoacalycanto,perolaverjadel jardín de la casa está permanece entreabierta. El césped está húmedo y elrocío penetra en las zapatillas de deporte cuando pasa por la verja. La brisanocturnaagitalosrododendrosyformaondasenelaguadelafuente.Intentanorecordarqueseencuentraenelescenariodelcrimen.
Enunrincóndeljardínconairesdeparquesehallalacaseta.Levuelvealamemorialacaraquelehaparecidoverantesporlaventana,perolosarbustosdedetrásdelacasetacrecensalvajesyseensanchanhastalapared.Ahínocabríaunapersona.Sinembargo, losarbustosdel setoqueestáunpocomás lejos seagitan, yHarriet se acerca corriendo.Tiene que apartar las ramas para abrirsepaso.
—¿Kato?¿Estásaquí?—pregunta.Suvozsuenadébileinsegura.Unarama
serompeyseoyeuncrujido.Harrietsepegaalaparedyvuelvelacarahacialaventanaparaevitarquelasramaslarasguñen.Losruidoscesanyellasedetiene.Sería típico deKato querer jugar con ella ahora. Seguro que pretende que lopersiga.Los ojos se le han acostumbrado a la oscuridad y ahora puede ver elinteriordelacaseta.Harrietapoyalosbordesdelasmanosylacaraenelcristalpara mirar dentro. Se ve todo desordenado, como si lo hubiesen usado dedesguace.En lavivienda todoeraordenycontrol:elempapelado,elegidocontantameticulosidad,lascamisasorganizadasporcoloresylosvestidoscubiertosenfundasdeplástico.Sinembargo,estodeaquíestárepletodemueblesviejos.Puede distinguir con toda claridad dos sillones y varias alfombras enrolladas.Juntoalaparedhayunapequeñacocinadejuguete.
Vuelveaoíruncrujidomuycercaydaunrápidopasohaciaatrás,consiguesacarelmóvilde lachaquetayenciende la linterna.Losdedos le tiemblanunpocoenelfríodelanochecuandodirigelaluzenladireccióndelruido.
—¿Hay alguien ahí?—pregunta—. Soy policía.—A la mentira le falta laseguridadquedeseabatransmitir.
Nadie contesta. Con la tenue luz puede ver que no hay nadie entre losarbustos al lado de la caseta, pero, tan sólo unmetro más allá, observa unasramasrotasyhojaspisoteadasenelsuelo.
—Hola...Continúaelsilencio.Harrietiluminaasualrededorconlalinternaysiguecon
lamiradaelmovimientodelahierbaenelviento.Tienelasensacióndequehayalguienahí,peronopuedeveranadie.Derepenteoyeunsonidometálicoalotroladodelseto,comoungolpeteocontraunachapa.Aunosveintemetros,alladode unmontón de estiércol hay un contenedor de color verde oscuro. El ruidoparecevenirdeallí.
«Caminasiempreconcuidadohastaqueestéssegura»,solíadecirsuantiguojefe,yHarrietserepiteasímismalaspalabrasmientrasseacercaalcontenedor.La zona está despejada y el único sitio para esconderse son los arbustos queacabadedejaratrás,asíquenodeberíahaberpeligro.Sihubiesealguienaquí,yalotendríaquehabervisto.Miraasualrededor.Talvezelruidohasidosólofruto
desuimaginación.Perovuelvenaoírselosgolpes.Sordosyregulares,yparecenprovenirdelinteriordelcontenedor.
Tardaunsegundoenreaccionarysalircorriendohaciaeldepósito.Tienesólounaabertura,unaportillaenel ladocorto,yestácerradaconcandado.Harrietagarralacadenayestiracontodassusfuerzas.Loseslabonesdancontraelmetalylossonidosdedentrorespondenenelacto.
—Ábrete—susurraHarriet,perolacadenanocedeniunápice.Losgolpesdedentrosoncadavezmásfuertes.—Hola...¡¿Meoyes?!—gritaHarrietmientrasestiradelacadena.Sinopuedeabrirlaportilla,tendráqueentrarporotrolado.Consiguesubirse
hastaeltechodelcontenedor.Lateladesuchaquetacrujealrozarlasuperficieoxidada. En el centro del techo hay una rendija lo bastante ancha como paramirardentro.Sacaelmóvilydirigeelfocodelalinternahaciaelfondo.Laluzcaesobreunbultoquesemueve.
—¡Tevoyaayudar!—chillaHarrietporlaranura.Nadiecontesta,perooyeunruidodealguienarrastrándose.Sefuerzaasímismaacalmarse.Cuandodejade temblar, puede ver con toda claridad de qué se trata. Un cuerpo humano.Tiene las manos atadas a la espalda y el torso se retuerce de un lado a otromientraslacabezagolpealachapadelcontenedor.Harrietvuelveaapuntarconla linterna. Entonces, la persona vuelve la cara hacia ella. Tiene los ojos y labocatapadosconcintaamericana.
6
Lacaraamordazadacaedenuevoalsueloyelcuerposequedaquieto.Harrietgritacontodassusenergías,perolavozsecortayelsonidosediluyeentrelasparedesoxidadasdelcontenedor.
—¡Teheencontrado!¡Tevoyaayudar!La persona de ahí abajo debería oírla, aunque no pueda contestar. Harriet
marcavariasveceselnúmerodeemergenciasantesdeconseguirpulsarlasteclascorrectas,apesardesersólotrescifras.
—Hayunapersonaencerradaenuncontenedor.EstoyenlafincaSundgodset,en Lerviken. Tenéis que venir ahora mismo. Enviad ambulancia, bomberos ypolicía.
Alotroladodelalínea,unamujerrespondetranquila,peroHarriettienequerepetirvariasvecesdóndeseencuentrayloqueestáviendo.Amedidaquelovarepitiendo,sevacalmandoycomprendequeéseeselpropósitodelaspreguntasdelatelefonista.
—Quédateconmigoalteléfono.¿Puedesestablecercontactoconlapersona?Harrietiluminaatravésdelarendija.—No,tenéisquevenirrápido,yanosemueve.Asualrededor,lanocheseyerguecomounaparednegra,ycomoHarrietse
hapuestoelmóvilenlaoreja,hadejadodeusarlocomolinterna,ysusojosnotienentiempodeacostumbrarsealaoscuridad.
—Harriet,¿estásenunsitiovisible?Sino,tendrásquesaliralacarreteraparahacerseñalesalaambulancia.¿Aúnmeoyes?—preguntalamujeralteléfono.
—Teoigo—contestaHarriet,yponeelaltavoz.—Seguiré aquí hasta que ellos lleguen—dice la mujer en el mismo tono
tranquilodeantes—.Continúahablandoconmigo.
Harrietcierralosojos.Labateríadelmóvilhabajadoalochoporciento,ylafríanochehacequeparezcaqueelpequeñosímbolovadesapareciendocomolaarenadeunreloj.Vuelveagritarhaciaelinteriordelcontenedor.
—Siguequietodeltodo.—Prontoestaránahí.Harriet escucha con atención. Todo a su alrededor está completamente en
silencio.Siestáncerca,¿nodeberíaoírlaambulancia?—Harriet,¿siguesahí?Entonces, muy lejos en la oscuridad, empieza a subir el sonido de unas
sirenas.—Estánllegando,puedooírlos.—Losojosselellenandelágrimas.Baja de un salto del techo del contenedor y sale corriendo hacia la parte
delantera de la casa. Puede distinguir luces azules en el horizonte, reluciendocomolaauroraborealsobreelprado.
—Voyacolgar,yaveolasluces—lediceHarrietalamujerdelacentralitadeemergencias.Necesitaelteléfonoparahacerlesseñales.
Secolocaenmediodelaexplanada,enciendelalinternaygesticulaenelaireconelteléfono.Cuandoestáseguradequelapuedenver,leshaceseñalesparaquecontinúenavanzando.LasambulanciaspasandelargoelestabloyHarriet,corriendo, lassiguehacia lapartedeatrás.Sedetienenal ladodelcontenedor,peroaúnseoyeelsonidodelassirenas.Unosminutosmástardellegatambiénuncamióndebomberosydoscochespatrulla.
Unos focos iluminan la zona y puede ver cómo unos bomberos fuerzan elcontenedormientrasellahablaconlospolicías.Parecetodomuyirreal,comoenunapelícula,yporuninstanteHarrietdudadesiloqueestáviendoesdeverdad.HacetansólounahoraestabacenandoenlacocinadeEugen.Ahoraestáenelescenariodeuncrimenmirandocómosubenuncuerpoinertedelinteriordeuncontenedor. Los ojos y la boca están tapados con cinta americana, como unamomia.Unbrazo cae a un lado cuandodejan el cuerpo sobre la camilla, y sequedacolgando.Introducenlacamillaporlapuertaposteriordelaambulanciayuna manta naranja se desliza a un lado. Se pueden ver dos pies amoratados.
Curiosamente, Harriet lo ve todo con absoluta nitidez, pero es incapaz demoverse.
—¿Esdemasiadotarde?—lepreguntaaunodelospolicías.Las lucesdel techodelvehículoempiezanagirardenuevoy lassirenasse
ponenenmarcha.Cierranlaspuertastraserasdeunportazoysalendisparados.—Lo llevan aLund, tardaránmenos de quinceminutos en llegar—dice el
agente que le está tomando declaración a Harriet mientras el sonido de lassirenassevaapagando—.¿Vivesaquí?¿Sabesdequiénsetrata?
—Sí.CreoqueesDouglasAndersson.
7
Lunes,28deagostode2017Landskrona está sumergida en una penumbra gris y fría, y parece como si lanochehubieseahuyentadolosúltimosrastrosdelverano.Harrietentornalosojosenlaluzblancadelamañana.Lahúmedanieblasehaquedadoestancadaentrelas casasde ladrillo rojo, y laplazadel ayuntamiento estádesierta.Denuevo,aparcaelSaabdetrásdelapizzería.SehaestadoplanteandosidejarelcocheenlaavenidaSlottsgatan,juntoalaplazadeKasernplan,peroalfinallahavencidoel cansancio.Harriet abre la guantera y estira el brazo para coger la bolsa deDumle. Ya sólo quedan envoltorios. Para asegurarse, alarga la mano un pocomásypalpaelfondodelcompartimento.Québienlesentaríaahoraunpocodeazúcar.Sumanotopaconunacajita.Harrietseinclinaparaverquées.Detrásdetoda la basura, hay un paquete de cigarrillos de la marca Prince. La únicapersonaqueconocequefumaPrinceessuhermano.Harrietsonríeantelaideadequesuhermano fumeaescondidas, igualqueella,yquesehayadejadoeltabacoenelcochedeEugen,nimásnimenos.
Toquetea el paquete, dentro también hay un mechero. Los Prince sondemasiadofuertesparaella,yalasochodelamañanalecogedolordecabezasólodemirarlos.Vuelveadejarlosdondeestaban.Necesitacerrarlosojosunossegundos antes de entrar en comisaría y empezar su primer día oficial en elnuevotrabajo.
Los primeros rayos de sol que se abren camino sobre la pared blanca yreluciente del restaurante hacen que le estalle la cabeza. El día está lleno deobligacionesy,antetodo,tienequecentrarseydarunabuenaimpresión.Harrietsacaelmóvil.VuelveaabrirelmensajedeMargareta,quelahadespertadoalascincoymediadelamañana.
Margareta:Venavermedeinmediatoencuantollegues.Antesdelasnueve.
Cortoyexigente.FielalaimagenqueHarrietsehaformadodesunuevajefa.Pero esa noche apenas ha pegado ojo y para poder enfrentarse a ella necesitadormiruncuartodehora.Harrietreclinaelasientoycierralosojos.
Sedespiertaconungolpe.Unhombreconunabatablancayundelantalsuciolesonríedesdeelcontenedordereciclajedecolorverdejuntoalapuertatraseradela pizzería. Se saca un paquete de tabaco del bolsillo de atrás. Harriet seincorpora y lo saluda con cautela a través de la ventanilla del coche. Él ledevuelveelsaludo,peroarquealascejasmientrasexpulsaelhumoporlaboca.Harrietcierralospuños.Noseacordabadequellevalaspalmasvendadasdesdelapasadanoche,debederesultaruntantoextraño.
Sehabíahechovarioscortesenlasmanosaltreparporelcontenedor.Enesemomentonosehabíadadocuenta,peroalllegaracasaempezóanotarundolorintenso en las heridas y Eugen tuvo que ayudarla a limpiar el óxido de lasmanos. Exactamente igual que cuando era pequeña y se hacía daño en lasrodillas.Eugenfueabuscarlalámparadelescritorio,desinfectanteylacajadevendasyllevótodoalacocina.Luegolecurólasmanosmientrasellaexplicabaloquehabíapasado.Cómono, el cabróndelperrohabíavuelto a casapor sucuentayhabíaaparecidojustoantesdequellegaseHarriet.
EugennosedejóafectarporlosnerviosdeHarriet.Siemprehabíasidounapersonatranquila,ycuandoellaerapequeñasolíaserJorunlaquesepreocupabatodoeltiempo.Eugenpasabamuchotiempofuera.HarrietyPaulsóloloveíanenveranoy,porloqueHarrietpuederecordar,élsiemprelesdabatotallibertad.Losdejaba correr en los rompeolas de la playa antes deque supiesennadar ytreparporelfortíncuantoquisieran.Jorunnuncalohabríapermitido.YesoerajustoloquelesencantabaaPaulyaella: lasensacióndeestarhaciendocosasprohibidas.
Tenerunpadremayorcomportabaunasventajas.«Pero,apartirdeahora,todoserádiferente»,piensaHarrietmientrasseestira
las mangas para disimular los vendajes. Lerviken nunca va a volver a ser lomismo, la sensaciónde seguridad sehabráesfumado.Losojos se le llenandenuevo de lágrimas y tiene que parpadear para poder ver bien. En estosmomentos,encasaenelestrecho,Yvonneestarácorriendodepuertaenpuertapara explicar lo ocurrido. Harriet se imagina su melena castaña y enormebalanceándosedeunladoaotroporlaemoción.Despuésdelespectáculodelassirenasylaslucesazules,lomásprobableesquenoquedenadiequenosehayaenteradodel terrible sucesoqueha tenido lugarenSundgodset,yencualquiermomento se va a convertir en noticia nacional en «Ekot», el noticiarioradiofónico.
Sesecalaslágrimasdelasmejillas;deberíairentrando.—¿Va bien que deje el coche aquí todo el día?—le pregunta con tono de
disculpaalpizzero,queestáfumando.—Sí,claro,nopasanada—diceélsonriendo,yapagaelcigarrillo.—Gracias.—Harrietesbozaunalevesonrisa.—Por ti voy a hacer una excepción. Somos un restaurante, no un
aparcamiento,comoparececreerlagente—diceseñalandolosespaciosvacíosalladodeloscontenedores.
—Yamelohaparecido,osloibaapreguntaraunquenohubiesessalido—diceHarriet.
Al pizzero se le ve en la cara que no se lo ha tragado. Su expresión lerecuerdaalasonrisadePaul,laquesueleponercuandoleestátomandoelpelo,intentandoqueHarrietconfiesesilegustaalguienosihahechoalgoprohibido,yHarrietseechaareír.
—Señorita, recuerda coger tus cosas antesde irte.Esto esLandskrona, hayqueirconcuidado.Esmejorquevacíestucocheantesdequelohagaotro.
—Claro—diceHarriet,ytomasubolsodelasientodelcopiloto.ElhombredebedehaberoídoquevienedeEstocolmo.¿SepiensaqueHarrietnohavistocosaspeoresoesqueseestáhaciendoelgracioso?
El hombre le respondeguiñándole unojo cuandoHarriet se despide con lamano.
Siguesinhabernadieenlarecepción,yHarrietllamaaMargaretaporteléfonocuandoseencuentradelantedelaspuertasdecristal.
—Kvällsposten, Sydsvenskan, TT —exclama Margareta en cuanto ve aHarriet—.Nohayniunaredaccióndenoticiasquenosehayaenteradotodavía.Acabodehablarconel jefede laoperaciónyhay fotógrafospor todaspartes.Alguienlestienequehaberdadoelaviso.
Vavestidaconunjerseydecuelloaltorojoyuntrajedecolorgrisacero.—Vamosamidespacho—continúa;pasapordelantedeHarrietconelmóvil
en lamanoy se sientaenel sillónquehaydebajodel cuadrode laciudadela.Harrietduda.¿Sesientaenelsofá,enfrentedeMargareta,osequedaallídepie?Esimposiblesaberloquesujefaquiere.
—Siéntate.Nosoportoalagentequesequedadepieenlapuerta,mirando.Merecuerdaalosvampiros—sigueMargaretamientrasseñalaelsofá—.Aquínohacefaltainvitación.
Margareta deja tranquilamente elmóvil sobre lamesa de centro y toma unsorbodelatazadecaféquetienedelante.
—¿Qué fue loquepasó?—pregunta,yañade—:Lacentralitadeurgenciasgrabólallamadaylaheescuchado.
Harriet se sienta concuidadoenel sofádeenfrenteyempiezaacontárselotodo.LapapeleraquehayalladodelsofáestárepletadevasosdecartónvacíosyelmóvildeMargaretanoparadevibrarenlamesa.
—Voyatenerqueencontrartambiénaunexpertoparagestionaralosmedios.Lo sabía. ¿Por qué no se encargan de esto los imbéciles delDepartamento deComunicación? En estos momentos no tenemos ni tiempo ni recursos paraocuparnos de la prensa. —Niega con la cabeza, coge el teléfono, quita elvibradoryvuelveadejarloconungolpesobrelamesa.
Harrietsesobresaltatantoqueelsofásedesplazaunpocohaciaatrás.—Nomepreguntescómocoñopuedeserquelostécnicospasaranporaltoel
contenedor. Es totalmente incomprensible, deberían haber registrado toda lafinca, teniendo en cuenta que Douglas estaba desaparecido, y comprobar un
contenedordetrásde lacasaesdemanual.EstonoespropiodeLennart,élesbueno.Perosupongoqueellosestánigualquenosotros.Lasputasprisas.
—El contenedor estaba cerrado con un candado, una cadena gruesa—diceHarriet.
Margaretaleclavaunamiradaasertiva.—Estonuncahabríasucedidosinoshubiesenmandadolapatrullacanina—
añade.—¿EraDouglas?¿Hasobrevivido?Estabainmóvilcuandoselollevaron.—Sí,eraDouglasAndersson.EstáenestadocríticoenelhospitaldeLund.
Estabainconscientecuandollegaronyahoralomantienensedado.—Asíquelosdosfueronvíctimasdelcrimen.NosóloLaura.—Sí,y,comocomprenderás,estocambiaporcompletolainvestigación.Pero,
mientraspueda,prefiero evitar implicar aotrasunidades.Voya conseguirquenosdenmásprioridadymásrecursos,perotodoloquetengaqueverconestecaso pasará por mí. Necesito preguntarte: ¿qué hacías en el escenario delcrimen?
Harrietbajalamiradaasuszapatos.Deberíahaberdichoalgoayer.—Vivo en casa de mi padre, no queda muy lejos de allí. Salí a buscar a
nuestro perro, que se había escapado—logra decir. Al menos no es del todomentira.NohacefaltaexplicarleaMargaretaquesacóalperroadarunpaseoparapoderfumaraescondidasniqueloperdióporquetuvounamalaidea.
—¿PorquénohabíapolicíasenSundgodsetvigilandoel lugar?—preguntaHarriet.
Margaretadejalatazaconungolpe.—Ayerretiramoslavigilancia.Sipensabasquedebíamosvolveraregistrarla
zona,deberíashaberidoconuncompañeropolicía.—Fui porque estaba buscando a mi perro y oí un ruido que provenía del
contenedor—empiezaadecirHarriet.—Eresunacivil,nopolicía.Túnopuedesintervenirsipasaalgo.Esperoque
seasconscientedeello.Yosoylaresponsabledenuestrotrabajoenestecaso,ytodo lo que pienses que debemos hacer lo tratas primero conmigo. Es por tupropiaseguridad.¿Entendido?VoyallamaraKonrad,elfiscalqueseencargará
delcaso,ylediréqueyotepedíquefueras.TienessuertedequeKonradyyonosconozcamosyquetengamosunabuenarelación.
—Losiento,novolveráaocurrir—contestaHarrietbajando lamirada.Losvendajes que le puso Eugen hacen que de repente las heridas parezcanexageradasydramáticas.
—Tienesaccesoalacta.Elinformedelospolicíasquefueronlosprimerosenllegarestáallí.Empiezaporélyporelteléfonoqueencontraron.QuierosaberlotodoacercadeLaura, conquién se relacionabaycómopasaba losdías.Sobretodo, quiero saber cómo fueron sus últimas veinticuatro horas. Si te cuestapriorizar,consúltaloconmigo—prosigueMargaretasincambiareltonodevoz.
Harrietasienteconlacabeza.—Ponteencontactoconlatestigodelserviciodeatencióndomiciliariaquela
encontró y hazla venir para interrogarla esta tarde.He quedado para almorzarconKonrad.—Margaretasepintaloslabiosconunabarradecolorrojooscuro,elmismo tonoqueel jersey,y frota los labios—.Nohaymuchospolicíasquecuentenconelrespetodelosfiscales.Paralamayoríasólosomosganado.
AHarrietlehadadolaimpresióndequelesonreíaenmitaddelgesto.«Noparecequesearencorosa»,piensaHarriet,ysearmadevalor.
—Ah,québien.Seráinteresanteconoceralfiscal.¿Aquéhora,másomenos?—Harrietintentapareceranimada.
Lacinturadelospantalonesleaprietacuandoexpulsaelaire.HabíapensadotomarseunbatidoNutrilettdelantedelordenadoroenlacocina,sielrestodelequiposequedabaaalmorzarallí,perosiMargaretalainvita,nopuedenegarse.Además,sesentiríamejorsisujefayellapudieranconocerseunpocomás.
—Alasonceymedia;solemosllamarloun«almuerzocriminal»—comentaMargaretaentonoseco.
Harriet se ríe.AlmenosMargareta tiene sentido del humor, y las palabras«almuerzocriminal»nosuenantanmalconelacentodeSkåne.ALisalehabríaencantadounalmuerzoasí.
Margaretaechaunvistazorápidoalteléfonoquehaysobrelamesa.—Konradnopuedeveniralareunióndelamañana,asíqueyaloconocerás
mañana,seguroqueentoncesconvocaalequipoqueseencargadelcaso—dice
cogiendo el teléfono y haciéndole un gesto con la mano a Harriet para queabandonelahabitación.
AHarriet learden lasmejillase intenta rápidamentecolocarse los rizosdelpeloalrededordelasorejasparaquesujefanopuedaverlasmanchasquesabeque le salenenel cuellocuando se ruboriza. ¿Cómopodía ser tanestúpidadepensarniporunsegundoqueMargaretalaibaallevaralacomidaconelfiscal?
Margaretalasiguemientrasempiezaahablarporteléfono,laempujahaciaelpasilloycierralapuertadesudespacho.
8
Nove anadiemás.Harriet caminadeprisa endireccióna lapuertaque el díaanteriorMargaretaleseñalócomosunuevodespacho.Lasalaestádespejadaylimpia.Ensuanterior trabajo,el jefeprocurabasiempreponerunaplantaparadar la bienvenida a la persona que se incorporaba, pero aquí el escritorio estávacío.
Sesientaconcuidadoen la silladeoficina.Yanoestá tan seguradehaberhecho bien en dejar Estocolmo. Losmiembros de su anterior equipo siempreintentabanalmorzarjuntosloslunes.EnlugardeirseacomerconesefiscaldelqueMargareta estaba tan orgullosa de conocer, su jefa debería aprovechar laoportunidadparapresentaraHarrietalequipo.Delocontrario,ellasolanuncaseganará laconfianzade losdemás.AúnrecuerdaperfectamentecómofueronlosprimerostiemposqueestuvocomoempleadacivilenEstocolmo.Sinoerespolicía, no cuentas. Aunque nadie lo dijese en voz alta, podía sentirlo en lasparedesyenlossutilescomentariosacercadesusueldo,sufaltadeexperienciaysusescasascompetencias.Sólosalióadelanteporquesujefecreíaenellaylehabíaasignadotrabajosenlosquehabíapodidodemostrarquealgosísabía.Eracapazdeaportarlosuyoapesardetenerquepedirayudaaloscompañerosconcosas tan sencillas como el frotis bucal antes de tomarles declaración a lossospechosos.
Cuandoelrelojmarcalas8.58,selevantadelasilladeoficina,searreglaelpeloyseencaminahacialasaladereuniones.Lapuertaestáentreabiertayellalaempujaparaabrirla.Unhombrepelirrojoyrechonchodeunoscincuentaañosalzalavista.
—¿Túereslanueva?YosoyGöran.Eladjunto—diceélestirandolamano.Antes de que Harriet tenga tiempo de contestar, aparece Margareta a sus
espaldas,seguidadecercadeunamujerdeunoscuarentaaños,depelocortoynegro,ydeunhombrejoven,morenoydeojosafables.
—ÉstossonRakelyElias,yveoqueyaconocesaGöran—diceella.—Bienvenida—saludaEliassonriendoaHarriet.—Gracias.—Harriet le devuelve la sonrisa.Almenos alguien se alegra de
queestéahí.Eliasesalto,llevaelpelohúmedoyrepeinadohaciaatrás,yluceunabarba
cuidadaenlacara.Parecesimpático.Encambio,sucompañeraRakelesunadeesaspersonasaquienesHarrietsueletenermiedo.Miradaenfadadayniunápicede ganas de ser complaciente. Saca una silla haciendo ruido y toma asiento.Estira las piernas, se cruza de brazos y se vuelve haciaMargareta, que ya haempezadoahablar:
—Bien, un caso de asesinato en Sundgodset, a las afueras de Lerviken. Elsábadoporlanocheencontramosaunamujerdecincuentaytresañosasesinadaen un establo. Su marido, de setenta y dos, fue hallado ayer por la noche,gravementeherido.Estabaenuncontenedor,detrásdelacasa.Todoestáenelexpediente, tenéis todos acceso. Ayer Harriet y yo visitamos el escenario delcrimen. La mujer había sido apuñalada en la cabeza y le habían pegado lospárpadosconcintaamericanaparamantenerlosabiertos.Losojosylabocadelmarido estaban tapados con cinta americana. —Margareta abre su ordenadorportátilyloconectaaunalargo.
Harrietsedescubreasímismamirándolafijamente.Apesardehaberestadopresente,enestemomentoleparecetodoirreal.
—¿Porquécoñonofuncionalatecnología?—maldiceMargareta.—OtroroboconasesinatoenunafincaaisladaenelsurdeSuecia.¿Quées,
la terceravezen loque llevamosdeaño?¿Losdeaduanasnodeberíanvigilarmejoralasbandasgeorgianas...?—empiezaGöran.
Eliascarraspeayfrunceelceño.—Vale,melasopla.—GöranlevantadosdedosenformadeVylosgolpea
contralapalmadelamano—.Tiempoparaprincipiosfundamentales.Digasloquedigas,teacusandeserracista.
Lo dice con una sonrisa. Harriet aprieta el bolígrafo con fuerza, pero
enseguida losuelta: lasheridasen laspalmasde lasmanos leduelen.Seríaunsuicidio social decir algo en este momento, pero las formas de Göran lemolestan;yasehatopadoconellasvariasvecesdesdequeempezóatrabajarenelcuerpopolicial.Sólodeverloyasabecómoserá.Esdeesaclasedehombresquenuncahablanclaroy,sinembargo,siemprelodicentodo.
—Mirad, aquí podéis ver las fotos —dice Margareta señalando la pizarrasobrelaqueseestáproyectandounaimagendeLaura—.RakelyElias,vosotrososencargaréisdeirdepuertaenpuertaparaaveriguarquésabelagentedelosalrededores acerca de las víctimas. Visitad la tienda local y el restaurante.Cualquier lugar puede ser interesante.Comprobad con laDiputación quién hasolicitado permiso para instalar cámaras de vigilancia y luego os ponéis encontactoconlospropietarios.Sitienengrabaciones,quieroverlasdeinmediato,antesdequedétiempodeborrarnada—prosigue.
—¿Cómoesdegrandelazona?Alomejortendríamosquesermásagentesya de buenas a primeras. —Elias parece tranquilo al plantear la pregunta yHarriet lo contempla.Deben de tenermás omenos lamisma edad, aunque élparecemuchomássegurodesímismo,sinllegaraserpretencioso.
—Patriktambiénformarápartedelcaso,peronoestarálibrehastamañana—respondeMargareta rápidamente—. Douglas Andersson permanece sedado enestos momentos. Göran, tú hablarás con el médico. Las dos víctimas estabanamordazadas con cinta americana. Quiero que te sigas centrando en eso. ¿Dedóndehasalidolacinta?Tambiénnecesitoquecompruebeslabolsadecomidaquecolgabaenlapuerta.—MargaretasevuelvehaciaHarriet—.Túteencargasde toda la investigación interna y del teléfono de Laura cuando nos llegue.Quiero un informe con toda la información que puedas reunir sobre elmatrimonio Andersson. Examina también las cuentas y las transacciones.Konrad, que será el fiscal en este caso, se pasará por aquí en algún instante.Esperoqueentoncesmepuedadarunarespuestasobreelregistrodedatosdelaantenarepetidora.
Margareta se pone las manos en la cintura mientras canta las órdenes,haciéndolaparecertodavíamásdelgada.
—Harriet tambiénvaahacervenir a la testigoqueencontróaLaura, aver
qué sacamosde ahí.No tengo tiempode repasar con ella el protocolo para laorganización de investigaciones especiales.No sabe qué se aplica en casos dedelitosgraves.Göran,¿selopodrásexplicartúluego?
Harriet mira a Göran de reojo. ¿La va a dejar en manos de ése? Görantampocoparecedemasiadocontento,peroMargaretacontinúaantesdequetengatiempodecontestar.
—Lennart es el técnico de la Científica responsable, lo llamaré para quevengacuandoestélistoelinforme.ALauralepracticanlaautopsiamañana.
Enlasalasehaceunsilenciosepulcral.Comosituvieranuncódigosecretoparaquiénpuedehablar,piensaHarriet.
—¿Noiríabienquehubiesealguienpresentedurantelaautopsia?—preguntaalfinalElias.
—Yopuedoir—diceHarriet.DereojovecómoRakelyEliasseintercambianunamirada.—¿NopuedeasistirRakel?—preguntaGöran.—Aver,aEliasyamínostocairalestrechoparainterrogaralostestigos.
¿PorquénopuedeirGöran?—replicaRakel.—Amímegustaríairalaautopsia—repiteHarriet,estavezalzandounpoco
máslavoz.—Tengoquepensardequénossirvequeestéspresenteenlaautopsia.Verás,
aquí tenemos que ir con cuidado con cómo usamos los recursos. Tal vez seadiferentede loqueestásacostumbradaenEstocolmo—respondeMargareta—.Sialgúnparientecontactaconnosotros,teocupastú,Göran.
Göransuspira.—Estamierdayahallegadoalaprensaynohanparadodellamarentodala
mañana. Dale seguimiento a lo que vayan reportando los medios, y vamos atenerquemontarunacentralitaderecogidadepistas.
—Qué bien, yame toca lidiar otra vez con esos locos.Muchas gracias—contestaGöran—.TalvezsepodríahaberencargadoHarriet.
—Nos volvemos a reunir esta tarde; si acabáis antes, venís a verme aldespacho—lointerrumpeMargareta.
EliasyRakelselevantan.
—Yo hoyme voy a las cuatro, sólo para que lo sepas.Ya no pagan horasextras—comentaGöran,ysaledelahabitaciónsinvolveracolocarlasillaensusitio.
HarrietsacaconcuidadosumóvilyescribeunbrevemensajeparaLisa.
Harriet:Grandecepción.MehatocadodejefalaBrujaAmargadaenlugardeltíobuenoenuniforme.
Hahabidounerrorenmisolicitud.¿Quéhago?
—MellamoLena—dicelamujerqueestásentadaenlarecepción.Llevaelpeloteñido de rubio ceniza, un vestido corto amarillo canario y medias de rayasblanquinegras.Aparentaunostreintaycincoaños,perotienelavozagudayestáhaciendoglobosconelchicle.
—Harriet.—Losé,acabadellegartutarjeta—contestaLena.Harriet coge el pase que le entrega la recepcionista y vuelve deprisa a su
nuevo despacho.En esosmomentos habría llamado aLisa, pero no se atreve.Empezar el día con una llamada personal parece algo arriesgado por si entraalguien.Asíquedecideenviarunmensaje.
Harriet:Notepuedesniimaginarlolocoqueesesto.Despuésdelareuniónconlabruja,resultaquelarecepcionista
esunpolluelo.
Sueltauna risita.Luego la invade lamelancolía.Debería tener alguienmásapartedeLisaconquiencompartirsuspensamientos.Sedejacaerenlasilladeoficinayledaunavuelta.Lasparedesestánrecubiertasdeunempapeladocontextura, de color blanco sucio, y enfrente del escritorio se ve la marca de uncuadro.«Enlasantípodasdeloqueseentiendeporacogedor»,piensaHarriet,yenciendeelordenador.Sonlasdiezdelamañana.
La pantalla parpadea mientras se abre la carpeta del caso. Ha llegado elarchivo con las imágenes de Lennart y el informe de la patrulla sobre elescenario del crimen. «Al menos son bastante rápidos», constata, y abre el
informede lapolicía.La testigodel serviciodeatencióndomiciliaria se llamaBritt-MariePersson.
Tiene cuarenta y nueve años y vive en Vallåkra. Según el informe, fue aSundgodset sobre las siete de la tarde. También había estado allí el viernes yhabíallamadoalapuerta.Labolsaconcomidaestabacolgandodelamanilla.Elsábado,alverqueseguíaallí,rodeólacasa.Alfinalentróamirarenelestablo,yaquelapuertaestabaentreabierta.
Harrietserascalanuca,justoenelcuello,dondesehanenredadosusrizos.Le sorprende que elmatrimonioAndersson dejase que el servicio de atencióndomiciliaria les llevase lacomida.Siellahubiese tenido lafortunadeDouglasAndersson, habría preferido encargar la comida a Ruibarbos y Cangrejo. Lataberna es sencilla y sinpretensiones, pero sirve losmejillonesmásdeliciososque te puedas imaginar. Los veranos antes de quePaul, Eva-Lena y los niñosempezasenainvadiraEugen,solíanirallíamenudo.Sesentabanenlaterrazahastalahoradecierre,tomandocoñacymirandolosbarcosquepasabanporelestrecho.CuandolosacompañabaYvonne,tomabanpastelderuibarbodepostre.
«Cubren el pastel con crocante de almendras, está delicioso», se excusabaYvonne cuando se comía también el trozo de Eugen. Papá nunca ha sido dedulces.
HarrietmarcaelnúmerodeBritt-Marie.La líneachasqueaunpoco,peroaltercertonodellamadacontestaunavozdealguienqueseacabadedespertar.
—Hola,Britt-Marie,mellamoHarrietysoyinvestigadoracriminal.¿Podríasveniravernosestatarde?EsenrelaciónconlosacontecimientosdeSundgodset.
Alotroladodelalíneasehaceelsilencio.—Nohesidoyo.Lojuro,llevotodoeldíaencasaynohehabladoconnadie.
—Parecequeselevayaaquebrarlavozyqueestéapuntoderomperallorar.—¿Quéquieresdecir?—preguntaHarriet.—QuenohesidoyolaquehallamadoaKvällsposten.—Britt-Marierespira
condificultadalotroladodelteléfono.Harrietcierralosojosyreprimeunsuspiro.—Tellamoporquenosgustaríaqueviniesesa lacomisaríaaexplicarnos lo
quepasócuandollegasteallugar.¿Teiríabienalasdos?—continúaHarriet.
Porunmomento,noseoyenadahastaqueBritt-Mariecontesta.Ahoraparecemástranquila.
—Alasdosmevaperfecto.FinalizanlaconversaciónyHarrietmiraelrelojenlaesquinadelapantalla.
Eso ledabastantemargende tiempopara labúsquedadeLaurayDouglasentodotipoderegistrosantesdeinterrogaraBritt-Marie.
Caminacautelosaendirecciónalofficeparacogerunatazadecafé.CuandopasapordelantedeldespachodeMargareta lapuertaestácerrada,peropuedeoírlahablarporteléfono.Harrietllenadostazasantesdevolverasudespacho.Quiereestardespejada.Lasilladeoficinaesconfortable; seacomoday tomaungransorbo.Enrealidad,legustaríavolveravisitarelescenariodelcrimenotravez,perodespuésdelossucesosdelanocheanterior,lomásprobableesquelazonaesté acordonada para el examen científico del contenedor. Cierra los ojos eintenta repasar mentalmente los hechos. La explanada, el jardín, losmovimientosenlosarbustos,elvientoylaoscuridad.Dejaquelospensamientosfluyan.
Unosabruptosgolpesenlapuertaladespiertan.Lapantalladeenfrentesehaapagado.¿Sehaquedadodormida?
Alguienbajalamanillay,alcabodeunossegundos,apareceenlapuertalamediamelenagrisdeMargareta.
—Mevoyya,nosvemosenel interrogatorioesta tarde.¿Estásautorizadaallevar interrogatorios? Discúlpame, pero no recuerdo muy bien qué se aplicacuandonosetieneformaciónpolicial.
Harrietseestirayocultaunbostezoconlamangadeljersey.—Sí,estoyacostumbradaahacerinterrogatorios.—Muy bien. Entonces puedes acompañarme. Como sólo se trata de una
testigo, no hace falta demasiada preparación —dice Margareta mirando concuriosidadlastazasquehaydelantedeHarriet.
Ellavuelveaencenderelordenadorencuantolacaradesujefadesapareceporlapuerta.YasonmásdelasonceyHarriethadesperdiciadolamitaddela
mañana.Tendráquedarseprisa.Prontolapantallaestácubiertadedatos,yHarrietcogeunlápizyempiezaa
tomarnotas.Douglasapareceendosocasionesenelregistrodeantecedentespenalespor
malos tratos aLauraAndersson.También estuvo involucrado enuna tramadefraude en los años noventa y aparece en tres procesos judiciales por delitosfiscales. Todos acabaron en liquidaciones complementarias y multas fiscales,peroningunainhabilitaciónnicondena.Douglassaletambiénconfrecuenciaenlaprensaeconómica,comoelVeckansaffäreryelDagensindustri.
Hace un esquema de todos los registros que necesita comprobar y, en lalibreta que tiene delante, va anotando el nombre de las personas a las quepodrían interrogar. Konrad tendrá que decidir si puede tener acceso atransaccionesbancarias,ynodebeolvidarsedellamaraltécnicodelaCientíficaenreferenciaalasincautacionesenelescenariodelcrimen.Sihayalgúnálbumdefotos,cartasotalvezundiario,seráunbuenpasoparaempezar.
«En la mayoría de los crímenes suele haber una relación previa entre lavíctima y el culpable. Si el crimen ha sido planificado, hay un motivo.Encuéntralo», solía decir su anterior jefe en los pocos casos que le habíanllegado de este tipo. Ahora sus palabras le resuenan en la cabeza como unaorden.
Está tan absorta en las búsquedas de Douglas y Laura que se olvida porcompletodecomer,ycuandoLena la llamadesderecepcióny ledicequehayunamujermuynerviosaesperandoenlaentrada,salecorriendoendirecciónaldespachodeMargareta.
La puerta está cerrada, pero puede oír su voz al otro lado. Se está riendo.Harrietgolpeaconcuidadolapuerta,peronadiecontesta.
«No haymás remedio, tendré que interrumpirla», piensa Harriet, y gira lamanilla.
Margaretaselevantaderepenteylamiraconsorpresa.—Éste esKonrad—dice señalando a un hombre sentado en el sofá.Es un
hombre obeso, pasados los cincuenta, y va vestido con camisa, americana de
cuadros con parches de cuero en los codos y pantalones de pana de colorgranate.
—¿Túereselrefuerzo?—preguntamientrasselevantayseacercaaHarrietparasaludarla—.Yodirigiréelcaso.
ElolordelacoloniadeKonradlaazota,yHarriet,poractoreflejo,seechaunpocoatrás.Elhombrellevalacamisaarrugada,ycuandovuelveatomarasiento,ellapuedeverquelefaltaunbotónenmediodelabarriga.
—Igual que yo, Konrad lleva en esto desde tiempos inmemorables—diceMargaretadándoleunapalmadaaKonradenelhombro.
—HallegadoBritt-MariePersson—anunciaHarrietapoyándosealmarcodelapuerta.Nodeberíahaberserecogidoelpeloconellápiz,cadavezquemuevelacabezanotacómosevadeshaciendoelmoño.
—Es la testigoqueencontróelcuerpodeLaura.Penséqueseríamejorqueviniera lo antes posible. Puedes tomarte el café en la sala de escucha—diceMargaretaconungestodelacabezaaKonrad.
—Yo dirijo el caso, pero esGreta quien lo decide todo—contestaKonradsoltando una carcajada que hace que la barriga se le balancee debajo de lacamisa.
—Konradeselúnicoqueme llamaGreta—respondeMargaretaconcisa,yañade—:Losfiscalestienenmuypocaimaginación.
Las carcajadas retumban en el pasillo mientras Margareta y Konraddesaparecenendirecciónalacocina.
9
Britt-MariePerssonestásentadaenfrentedeMargaretayHarriet,alotroladodelamesa blanca que ocupa lamitad de la sala. Parece que no acaba de decidircómoponer lasmanos, si entrelazadas, sobre lamesao en losbolsillos.En lamesahayunagrabadorayenel techounacámara.Porlodemás, lahabitaciónestá vacía. Harriet ha llevado consigo el portátil para tomar notas mientrasMargaretahacelaspreguntas.
—Séqueyahemoshabladoantesyhe leídoel informede lospolicíasquellegaronallugarelsábado,peroaunasímegustaríaquemevolviesesaexplicarcontuspropiaspalabrasloqueviste—diceMargareta.
Britt-Marie semueve incómoda.Llevaunos tejanosyun jerseyde lana.Elpeloteñidoderubio,aunqueselevenconclaridadlasraíces.
—Enrealidad,ibaairLottaahacerlavaloracióndelaayudasocial,perosepusoenferma,poresomeencarguéyo.Noabriónadiecuandollaméalapuerta,nielviernesnielsábado.
—¿Así que el viernes simplemente dejaste la bolsa con la comida en lapuerta?—preguntaMargareta.
—¿Lacomida?—Britt-Marielasmiraconsorpresa.—Sí,enelinformesedicequelacomidaseguíacolgadaenlapuertayque
esotehizosospechar.Alparecer,Britt-Mariesiguesinentenderaquéserefieren.—Ah,no,almatrimonioAnderssonnolellevamoscomida.Habíaunabolsa
colgadaenlapuerta,peronolahabíamosdejadonosotros.Habíanpedidohoraparaunavaloración.SetratabadeLaura.Douglasnecesitabaayudaparacuidarde ella.—A Britt-Marie le tiemblan levemente la barbilla y el labio inferiorcuandohabla—.HabíamostratadoestoconDouglasenvariasocasiones.Osea,
LottalohabíahabladoconDouglasyyosabíaqueavecesélseenfadaba.Lottale había mencionado que a lo mejor la valoración exigía también algunasadaptacionesporsuparte.
—¿Adaptaciones?—preguntaMargareta.—Sí, habríamos tenido que poner una rampa, un ascensor y hacer algunos
cambiosmásparapoderocuparnosdeella.—Noloentiendo.Laurateníasólocincuentaytresaños;Douglaseselmayor
delosdos—constataMargareta.Britt-Marieparecetodavíamásconfundida.—Lauraibaensilladeruedas.Nopodíacaminar.MargaretasevuelvehaciaHarrietconunamiradaimposibledeinterpretar.—¿Quéhicistecuandollegasteallíelsábado?—continúaMargareta.Britt-Mariesecogelasmanos.—Mehabían anuladounavisita que tenía programadapor la tardeypensé
queun sábadopor lanochedebería encontrarlos en casa.Pero labolsa seguíaallí.Meparecióextraño,ynadieabriócuando llaméa lapuerta.Fueentoncescuandotuvelasensacióndequehabíaalgoquenocuadraba.Primerodilavueltaa la casa, pero cuandooí cómo la puerta del establo batía por el viento penséque...
Suvozselequiebra,Britt-Marieseechaallorar.—Hevistoamuchosmuertos;espartedeltrabajo,peroaquelloera...Britt-Marienoconsiguepronunciarlaspalabras.—¿Entrasteenelestablo?—prosigueMargareta.—¿Tal vez te apetece una taza de café? Podemos descansar un poco. —
Harrietusasutonodevozmássuave.—Acabode tomaruncafé,perograciasde todosmodos—diceBritt-Marie
entresollozos—.Comocomprenderéis,enmitrabajo...Otroataquedellanto.—¿Dónde la encontraste? —insiste Margareta en cuanto Britt-Marie se
tranquilizaunpoco.—Nadamásabrirlapuertavilaspiernas.Habíasangreportodaspartes.Lo
comprendídeinmediato.Estabadebajodeltractor.¿Laatropellóconeltractor?
Britt-MariemiraconelceñofruncidoaHarriet.Alatestigoselehacorridoelrímeldebajodeunojo.
—¿Qué hiciste luego? —dice Margareta ignorando la pregunta de Britt-Marie.
—Fuicorriendodevueltaalcocheehicelallamada.—Britt-Mariesuenamásestableycogeunamochiladepielsintéticamarrónquehadejadoasuladoenelsuelo.Sacaunpaquetedepañuelosdepapelyselimpiaelpringuenegrodebajodelojo—.Erahorroroso.Esodelapierna.¿Selahabíarotoél,lapierna?
Retuerce el pañuelo hasta convertirlo en un churro y empieza a liarloalrededordesudedoíndice.
—¿Él?—Sí,olapersonaquelohizo.Margareta la contempla un buen rato y Harriet aprovecha para abrir el
ordenador,deberíaestartomandonotas.—Estoymareadaymeencuentromuymal.Nohepodidohablarconnadie.
Nohedormidoynocreoque...LoshombrosdeBritt-Marievuelvenaagitarseconfuerzayunagotademoco
transparente se ledeslizapor lapuntade lanariz.Se suena conel pañuelodeformaruidosa.
—Creo que es mejor que esperemos a que hayas descansado para seguirhablandocontigo—lediceMargaretaconunasonrisatensaaBritt-Marie,quienasienteconlacabeza.
—Perdonadme—consiguepronunciarentresollozos.—Harriet te acompañará a la salida —dice Margareta. Harriet se levanta
deprisayabrelapuerta.—Sitecuestahablaraquíenlacomisaría,tepuedollamarporteléfono—se
ofrece Harriet cuando están en el pasillo. Le gustaría ponerle la mano en elhombro aBritt-Marie, pero se le hace extraño, pues no se conocen—.Lo hashechomuy bien allí dentro, nos has sido de gran ayuda—añade en lugar detocarla.
Britt-Mariesonríeunpocoyselimpialanarizconeldorsodelamano.—Encualquiercaso,graciasporvenir,esperoquetengasaalguienconquien
poderhablaralllegaracasa.—Sí,tengoamimarido,aLottayalasotraschicaseneltrabajo.Peronome
heatrevidoadecirlesnada.¿Puedohacerloahora?—preguntaBritt-Marie.—Sí,puedeshablarconellos.Losdatosdelasesinatoyahansalidoalaluz
— contesta Harriet, y asiente con la cabeza—. Sal por la puerta de cristal yllegarásarecepción.—Harrietseñalahaciaabajoporelpasillo,peroBritt-Mariesedetieneamitaddelpaso.
—¿Habéishabladoconelchico?—¿Elchico?—HarrietmiraaBritt-Marieconcuriosidad.Enelinformedelapatrulladepolicíaquehabíallegadoprimeroalescenario
yqueHarriethaestadorepasandoporlamañananoaparecíaningúncomentariosobreunchico.
—Sí, el chico que estaba allí. Lo vi en el campo, más allá del establo,mientrashablabaconlospolicías.Parecíaqueestabaahímirando.—Britt-Mariesuenamássegura—.Pensabaquelohabíaisinterrogadoaéltambién.
—¿Quéaspectotenía?—Delgado,vestidodenegro.Harriet la observa. ¿Debería volver a llevar a Britt-Marie a la sala de
interrogatorios?—Lohevistoantes—murmullaBritt-Marie—.SueleestarporLerviken.AbrelapuertaydesapareceantesdequeHarriettengatiempodecontestar.
10
Cuandoregresaalacocina,seencuentraconMargaretayKonradsentadosconsendastazasdecafé.
—¿Todalainstrucciónestárecogidaenelinforme?—preguntaHarriet.—Sí, así escomo trabajamos.Lo reunimos todoenunúnico sitio. ¿Verdad
quesí,Konrad?—añadeMargaretaenseguida.Konradtieneunmóvilenlamanoyestádesesperadointentandoescribiralgo
enlapantallaconeldedoíndice,peroaloírsunombrelevantalamirada.—O sea, que Britt-Marie es la única persona a la que han interrogado en
relaciónconelescenariodelcrimen.¿Nohaynadiemás?—Eslaúnica,ysudeclaraciónestáahíincluida.¿Porquélopreguntas?—Alsalir,Britt-Mariehamencionadoquevioaunchicoallí.Nohevistosu
nombreenladenunciaquehayenelexpediente.AlguiendeLerviken.Margaretasuspira.—Siempre igual,encuantonovas túmismaal lugardondesehacometido
crimen,pasanalgoporalto.TendréquemandarluegoaEliasainvestigarlo.Eselmejorquetengo—dice.
Harriet baja la mirada. Elias parece ser un policía amable y espabilado, yademásmuycompetente.Harrietnuncapodrárivalizarconél.
—¿Quématerial han incautado los de la Científica?—interrumpeKonrad,dejandoaunladoelmóvil.EmpiezaadargolpecitosconlatazasobrelamesayHarrietsefijaensusdedosgruesosyromos—.Lasilladeruedasdeberíaestarporahí.
AHarrietlevienealamentelacasa,lagranpuertaderobleylaescalinatadepiedra.SiLauraibaenunasilladeruedas,lohabríatenidomuydifícilparasalir.
—Eradelgada.Podíallevarlaenbrazos—dice.
—¿Qué?—preguntaMargareta.—EstoypensandoenLaura.Elasesinopudohaberlallevadoenbrazoshasta
elestablo.Konradpareceestarmeditando.—Necesitomásclaridadenesaparte.¿Porquéestabaenelestabloycómo
llegó hasta allí? ¿Alguna de vosotras podría acompañarme hoy a la autopsia?Creoqueestaríabien.Alomejorlopuedeshacertú,Harriet,parecequetienesunamiradafresca.Yasabes,cuandollegasamiedadyaladeGreta,yalohasvistotodoyescomositevolviesesindiferente.
—Justo iba a proponer que Harriet fuese a la autopsia —dice Margaretarápidamente,yseterminaelcafé.
Harriet intenta ocultar su sonrisa. Aunque Elias sea el mejor policía deMargareta, parece que Konrad piensa que es buena. Tal vez él, de formainconsciente,puedasersubilletedeentradaalequipo.Alospolicíasnolessuelegustardemasiadolainterferenciadelosfiscalesenuncaso,peroaMargaretalegustaKonradyhacelascosasqueélpropone.
—Estecrimenesrealmentegrave.SeguroquenoeralaintencióndelasesinoqueDouglasAnderssonfuesehalladoconvida.Lacuestiónessinodeberíaestarbajovigilancia.Harriet,¿puedescontarquépasóayer?—prosigueKonrad.
DejalatazasobrelamesaydenuevoelolordesucoloniagolpeaaHarriet.Justocuandosedisponeacontestar,levibraelinteriordelbolsillo.Sacaelmóvilatodaprisayseloponealaoreja.
—Perdonad,tengoquecogerlo—dicecuandooyequeesYvonne.—Harry,pequeña,perdonaque temolesteenel trabajo,yencimaelprimer
día,peroEugenestádesorientado,otalvezdeprimido.Sehaidohacialaplaya.Notehabríallamadosinofueseporquesólollevaunacamisadelgada.Creoquehacedemasiadofríoparairvestidoasícuandohaceviento.Noquierometerme,pero quizá sería mejor que vinieses; a veces hace estas cosas y me tienepreocupada.Creoqueesmejorquehablestúconél,nomequieroentrometer.
Yvonnepuedeserparlanchina,ruidosayexagerada,peroahorahayseriedadensutonodevoz.HarrietsevuelvehaciaKonradyMargareta.
—Lo siento pero me tengo que ir, se trata de mi padre. Está enfermo—
consiguedecirantesdesalircorriendodelacocina.
Loscamposylasgranjaspasanvolandoporlaventanadelcoche,peroyanosefijaenelpaisaje.Losdedosgolpeanelvolante.NecesitaaPaul.Hablarconélcomosolíanhacer.
Paul ha cambiado mucho desde que se casó con Eva-Lena. Cuando eranpequeños, él siempre cuidaba de Harriet y, pasara lo que pasara, salía en sudefensa. Siempre dejaba que lo acompañase, a pesar de llevarse tres años. Seprestabanlosdiscosylesgustabanlasmismaspelículas.Algunas,comoBorat,se las sabían dememoria, pero reían igualmente a carcajadas cada vez que laveían. A veces hasta tal punto que Eugen entraba corriendo en su habitaciónbramandoqueparasen.Harriet tambiénprotegíaaPaul encualquier situación.Comocuandochutólapelotadefútboldentrodecasaytiróalsueloelbarcoenminiaturadelpadrastro,quenopodíantocar,ylosdossabíanqueelpadrastroseenfadaríamenosconella,queeramáspequeña.YcuandoPaulhacíacampanayse iba a la ciudad en lugar de a la escuela, ella transmitía susmentiras a losprofesoresyasumadre.Todocambióenlauniversidad,cuandoaparecióEva-Lena.
—Tútambiéndeberíasconoceraalguien—solíadecirEva-Lena,ladeandolacabeza, mirándola con pena—. De verdad que te lo mereces, tú que eres tanbuena...
EsaspalabrassacabanaHarrietdequicio.EllanoteníanadadebuenayEva-LenaeraunabrujamanipuladoraquequeríasacaraHarrietdelmedioparatenera Paul sólo para ella. La amistad entre los hermanos lamolestaba. Harriet losabe.
Aprietaelaceleradorafondoyseacercaaloscien.«AlomejorPaultambiénsehartadeEva-Lenadevezencuando»,piensacuandoelcochepasadelargoeldesvíohaciaHenrikehill.Enverano,Paulamenudoseinventarecadosquedebehacer en el Gran Hotel para así poder leer el periódico, conectarse al wifi orefrescarseconunacervezaen la terraza.Excusasparaescaparde la esposaytenerunratodecalma.Esaidealaenfadaaúnmás.Sipuedeinventarsepretextos
para escabullirse alGranHotel, tambiéndeberíapoder encontrarmotivosparaverseconsuhermanapequeña.Pasarunratojuntos,sóloellosdos.EntoncesseleocurrequetalveznosehaenteradodeloquehasucedidoenLerviken.AlomejornoestásiguiendolasnoticiassobreSuecia.Silosupiese,sehabríapuestoencontactodeinmediatoconella.
Reducelavelocidad,sedetieneenelarcénysacaelmóvil.Notieneniideadequéhora es enBali, pero el teléfonodePaulparece estar apagado.Harrietenciendeuncigarrillodesupaqueteolvidadoyse fumadoscigarrillosPrince,unodetrásdeotro.
Hay una larga hilera de coches aparcados en el camino que lleva aSundgodset.HarrietpuedeverellogotipodeTV4enunodeellos.«PareceirrealqueLervikensehayallenadodeperiodistas»,piensamientrasaparcadelantedelacasaalargada.LacabezadeKatosobresaleporencimadelapuertadelaverja,peronohayrastrodeEugen.Cierrarápidolapuertadelcochedandoungolpeysalecorriendoendirecciónalmuelle.Pasapordelantedelascasitasdeladrillodelpaseo.Lasmalvarrosasquecrecenjuntoalascasas,entrelosadoquines,hanempezadoasecarse,ylasmalvassehantransformadoensemillerosmarrones.
Yvonne tampocodaseñalesdevida,peroEugenestásentadoenunode losbancos,alcostadodelfortín,conlamiradaperdida.Lohavistonadamáspasarelmuelle.Harrietsaludaconlamano,peroEugennolave.Aceleralospasos.
—Hola—saluda,ysesientaasulado.—¿Quéhacesaquí?—preguntaEugen—.¿Noestáseneltrabajo?—Sí, pero he salido un poco antes. Puedo decidirmis propios horarios—
contestaHarriet.Noesdeltodocierto,peronoquierequesepaqueYvonnelahallamado—.¿Ytúquéhacesaquísentado?
Eugensevuelvehaciaella,leacaricialabarbillaconsusdedosdelgadosyunpocohuesudos.Susojosverdesestánhúmedos.
—Harriet,nosé,ibaa...—Suspiraconresignación—.Yanoséadóndeiba.—¿Cuántoratollevasaquí?—Harrietpuedevercómotiemblapordebajode
lafinacamisa.Elvientodelmaresfrío,yHarrietsequitalachaquetadeaviadory se lapasapor loshombrosaEugen.Enuna situaciónnormal,Eugenhabría
protestado, pero ahora ni se mueve. Le acaricia la mano como para darle lasgraciassinencontrarseconsumirada.
—Meparecemuyhermosoelestrecho,Harriet.Cuandoyoyanoesté,quieroqueesparzáisaquímiscenizasenelviento,Paulytú—dicealfinal.
Harriet parpadea para deshacerse de una lágrima que insiste en abrirsecamino.
—Vamosacasa.Yvonneytúsiempretomáiselcafédelatardeaestahora.Noquerráshacerlaesperar,¿verdad?
Eugen la contempla desconcertado y Harriet lo estira del brazo paralevantarlodelbanco.Alagarrarlonotalodelgadoqueestá;puedesentirelhuesodurodebajodelapiel.Miraasualrededor.Lasterrazasdelbardelpuertoydelacafetería están repletas de gente, seguramente periodistas. Los Nyman vienencaminandodesdeelcolmadoquehayenlacasadeatrás,seguidosdecercaporsupequeñoperrosalchicha,Beatrix.
—Hola—saluda Harriet, deseando que no se percaten de la chaqueta tanmodernaquellevaEugen.
—Anda, buenos días, Harriet, ¿estás aquí visitando al catedrático deDerecho?
LaseñoraNymanlesonríeyelseñorNymanasienteconlacabeza.Cadavezque se los encuentra, la señoraNyman llama a Eugen «catedrático», como siHarrietnosupieseaquésededicabasupadre.
—Esterrible,nomepuedocreerqueseacierto—continúalaseñoraNymansacudiendolacabezamientrashabla—.¿Quéleestápasandoaestemundo?Nisiquieraaquínospodemossentiryaseguros.
—No,segurosyanonospodemossentir—agregaelseñorNyman.BeatrixsalecorriendohaciaEugenyselesubealaspiernas.Lellegaporlas
rodillas.—La última vez que vimos a Douglas y a Laura fue hace tiempo. No
pudieronveniralainauguracióndelaterraza—prosiguelaseñoraNyman.—Perosiesofueelañopasado—diceelseñorNyman.—Sí, la terminamos el añopasado,pero fue esteveranocuandohicimos la
fiesta—reponelaseñoraNymandedicándoleasumaridounamiradamolesta—.
Había quienes decían que eran unos estirados, pero a nosotros nos parecíanagradables.SolíamosiralafiestadeSanMartínysiempreeranmuygenerosos.Nosotros éramos los únicos a los que invitabande aquí, ¿o tú tambiénvinistealgunavez,Eugen?TalvezDouglasytúosconocíaisunpocomás,¿noestabaisenelmismosector?
«Desde luegoqueno»,piensaHarriet.Sabequesupadredetestaba lafiestadeSanMartín,yaúnmásqueconfundieransuprofesiónconladeunhombredefinanzasdeshonesto,peroalparecerEugennohaentendidoloquehadicholaseñoraNyman.
—EstuvimosallíunasolavezporSanMartín,hacecomoquinceaños,yfueporque Douglas quería nuestro lugar de amarre del barco—clarifica el señorNyman.
—¡Quétonteríasdices!—seenojalaseñoraNyman.—Esrealmenteterrible—comentaEugen.Beatrixempiezaaladrar.—Cállate—ordenaconbrusquedadlaseñoraNyman,estirandodelacorrea
—.Beatrixesmuysociable,quieresaludaratodoelmundo.—A Yvonne siempre la saluda—dice el señor Nyman señalando hacia la
cuesta.—Ah,aésa.¿SabéisqueesculpasuyaqueeseTonytandesagradablevuelva
a estar por aquí?Ella es la que ha hecho que pueda alquilar una de las casasabandonadas—añadelaseñoraNymanarreglándoseunpocoelsombrerodetelagranate.
HarrietyanotieneganasdeseguirescuchandocómolaseñoraNymanhablamal deYvonne y se vuelve.Ve a un chico bajar caminando por la cuesta.Vavestidodenegro, es delgaduchoy tienepintade tener unosdieciséis años.Sumiradasecruzaconladeellaconunaexpresióntemerosae insegura.DuranteunossegundosaHarriet lepareceque laestámirandodirectamentea losojos.Luegodesapareceentrelascasas.
—¿Quiénesesechico?¿Viveenelpueblo?—preguntaHarriet—.Nuncalohabíavisto.
EugensehaagachadoyestárascandoaBeatrixdetrásdelaoreja.
—¿Kenneth?Es el chaval de los Jönsson. Siempre está rondando por aquí,aunquevivenarriba,dondealquilanlascasitasdeveraneo.Nuncadicenada.
AlaseñoraNymanlainterrumpenlosladridosdeBeatrix.—Creoquemevoyavolverloca.Haygenteportodaspartes,comosiconla
tragedia no tuviésemos ya bastante. ¿No podrían mostrar un poco deconsideración?MiraaBeatrix,llevatodoeldíaasí.Deberíaishabervistocómoestaba Ruibarbos y Cangrejo a la hora de comer. A rebosar.Beatrix estaba apunto de romperse en pedazos.Yquieren grabar desde nuestra terraza. ¿Te lopuedescreer?Esgrandeyespaciosa,peroestenerunpocodemorro.Comosinosotrosquisiésemosunequipodetelevisiónennuestrojardín.Desdeluegoqueno,pormuchoquetengamoslasmejoresvistas.
—Pero¿nomedijistequeloshabíasinvitadoavenir?¿Noesporesoporloque voy aKlintorpsgården a comprar unos bollos para el café?—pregunta elseñorNymanmirandodesorientadoasumujer.
La señora Nyman estira de la correa con fuerza y el perro salchicha salevolandohaciaatrás.
—Nostenemosqueir,hastaluego—dicelaseñoraNyman,yelseñorNymanasienteconlacabezaantesdedesaparecer.
«KennethJönsson»,piensaHarriet.ÉsedebedeserelchicoqueBritt-Marievioenelescenariodelcrimen.HarrietsacaelteléfonoantesdeseguiraEugenalinteriordelacasayleenvíaunSMSaMargareta.
11
Martes,29deagostode2017HarrietponeenmarchalaradiodelcocheyFlyonthewingsoflovesaleporlosaltavoces.Tardaunratoenencontrarunaemisoraquenoseadanesa.SihubieseestadoPaul,habríanironizadoalrespecto.«Nolesdejescruzarelpuente»,habíabromeadoélcuandolosOlsenBrothersparticiparonenelfestivaldeEurovisión.LaautopistaE-6quevadeHelsingborgaMalmöesunade las carreteras conmásaccidentesenlaregión,peroaplenodíahaybuenavisibilidadyel tráficofluye.Harrietaumentalavelocidadhastacientotreinta:noquierellegartardeasucitaconLennart,sabequelosdelaCientíficayavanbastanteestresados.Hanquedado delante de la Forense diezminutos antes de la autopsia. Los camposinundados de Barsebäck pasan volando al otro lado de la ventanilla, y a esavelocidad los gansos que picotean en el campo parecen pequeños puntosborrosos. Adelanta a un tráiler y sube el volumen de la radio. En cadainterrupciónpornoticiasmencionanelasesinato.«LapolicíaesmuyreservadaconrespectoalbrutalataquequehatenidolugarestefindesemanaenunafincaalasafuerasdeLerviken,alnortedeLandskrona,enelqueunamujerdeunoscincuenta años ha sido hallada muerta y un hombre de unos setenta años,gravementeherido...»
HarrietpuedeimaginarseaMargareta,sucaracuandohasalidodelaoficinahacemenosdemediahora.Conel teléfonopegadoa laoreja, sin levantar lascejas,ibahablandoconunperiodistadetrásdeotro.Elexpertodemediosalquehabían llamado estaba en casa con los niños enfermos, por lo queha acabadoencargándoseellamismadetodaslasllamadas.EliasyRakelibandecaminoalascasitasdeveraneopara llevarseaKennethe interrogarlo.UninterrogatorioqueHarriet,pordesgracia,sevaaperder.Peroestarpresenteenlaautopsiade
Laura es un gran reto y está contenta de que la hayan invitado a ir, piensamientrastomaeldesvíohaciaelhospital.
Cuando era pequeña a veces había acompañado a Eugen a la Facultad deDerechoenLund,dondeteníasudespacho,perofueradelafincadeLundyelcampusuniversitario,noseorientademasiadobienenlaciudad.PoneenmarchaelGPS.ElDepartamentodeMedicinaForenseseencuentraenunedificiobajodeladrillooscuroenlazonahospitalaria.Lennartlaestáesperandoenlapuerta.Ajuzgarporsupelodespeinadoporelviento,parecequellevaahíunrato.Vavestidoconunospantalonesyunachaquetaazulmarino.Enlamanollevaunamaletaplateada.
—¡Hola!—lasaludacuandoHarrietbajadelcoche—.¡Québienquehayaspodidovenir!Sino tuviese tanto trabajo,podríamoshabercomido juntosparaexaminarunpocolosprocedimientos.
Harrietestiralamanoylosaluda.—Lacomidahabríasidoagradable.Ytalvezmehubieraidobienunrepaso
delosprocedimientos,porqueesmiprimeraautopsia—dice,intentandosonreír.—Tampoco es tan raro; no suele ser habitual que los investigadores civiles
participéis, pero amíme parece bien. En realidad, no hay tanto que explicarsobre losprocedimientos; tú síguemeysiéntete librede interrumpirmecuandoquieraspreguntaralgo.Siestuprimeravez,teavisoquepuedeserdesagradable.Amíyanomeafecta,perosisientesqueesdemasiado,nopasanada.Nosdicesquenecesitastomarteundescansoyyaestá.
Los ojos deLennart siguen igual de tranquilos que el domingo, cuando lesestuvoenseñandoSundgodsetaMargaretayaella.
Harriet cierra los ojos. Ha procurado imaginarse lo horrible que será, perotambiénhapensadoquetalveznoserápeorqueotrascosas.Sabequeellapuedeser dura cuando hace falta y que la sangre no la asusta.Debería ser capaz deaguantarlo.Éstaessuoportunidaddedemostrarquepuedencontarconellatantocomoconlosdemásyquesirveparaotrascosasmásalláderevisararchivos.
—En caso de que pasara, no le comentaría nada a Margareta —añadeLennart.
—Gracias—resoplaHarriet. En el aparcamiento abierto entre los edificios
soplamásvientodeloquepensaba.—Ah,sí,unacosamás.Aveceselolorahídentroesinsoportable.Yasabes,
algunos cuerpos tardan lo suyo antes de llegar aquí.Aunque la verdad es queinclusolosmejoresapestan;tienealgoqueverconelcontenidodelestómago.Sitesoysincero,noentiendocómosepuedetrabajareneseambiente,perointentoquenosemenote.Siquieres,tepuedodaralgoqueayuda,meacabadellegardeEstadosUnidos.Peronolomencionesenvozalta.Esunpedidoespecial.Enverdad,lasautoridadesnoquierencomprarlo.Creenquedeberíamossoportarelolorcomotodoslosdemás.
Lennart, bromeando, se lleva un dedo a los labios mientras rebusca en elbolsillodelachaquetaysacaunpequeñopaquetedeplásticoyselodaaella.
—Taponesparalanariz.Métetelosenlosorificiosantesdeentrarytodoirábien.Luegotetapasconlamascarillayyanoseven—continúa.
Harrietrespirahondotratandodellevarseelairefrescodelacallealinteriordeledificiocuandoentraporlapuerta.Lennartlecaebien.
Elmédicoforenseacudearecibirlosalapuerta.Setratadeunhombrealegredeunossesentaaños,conunagranbarbaoscura.Lennartparececonocerloylosaludaconafecto.
—Hoytraigoconmigounpardeojosextra.TepresentoaHarriet.EslanuevainspectoraqueestáconMargaretaBladhenLandskronayparticipaenelcaso.UnapolicíaespabiladadeEstocolmo.
—Es cierto que soy de Estocolmo, pero no soy policía. Soy investigadoracivil—aclaraHarrietsintiendoelardorenlasmejillas.
—¿Yquédiferenciahay?—preguntaelmédicoforense,contestandoconunsaludodemanofirmequehacequelasheridasdesusmanosseresientan.
—Respecto a la investigación, ninguna—dice Lennart, y se vuelve haciaHarriet—. Perdona, he asumido que eras policía, pensaba que Margareta nocontratabaaciviles.
—Nopasanada—respondeHarriet.—Lahemossacadoparaquepodáisentrardirectamente—diceelmédicoy
añade—:Aquí losmartessonbastante tranquilos,siesquesepuededecirqueaquíhaydíastranquilos.
Losguíahastaunvestuarioqueestáalfondodelpasilloyenelquecuelganbatas verdes con las que cubrirse la ropa. Harriet va mirando todo el rato aLennarteintentahacerlomismoqueél.Élleenseñacómocolocarselostaponesy lepasaunamascarillaazul.Unfuerteoloramenta le invade lanarizyhacequelellorenlosojos.
—¿Puedes coger tú la maleta?—dice Lennart señalando con la cabeza lamaletametálicaplateadaquellevaconsigo—.Esparatomarhuellasdactilaresyextraer los restos de debajo de las uñas —continúa mientras aprieta confamiliaridadlabotelladedesinfectantequecuelgasobreellavabo.
Harrietasienteconlacabeza.Lennartusaloscodosparaabrirlapuertaquelleva a la salade autopsias.Elmédico forenseya está allí dentro, vestido conbatablanca, guantesy el pelo cubierto conungorrodeplástico.La sala tienemuchaluz,peroestáfría.Escomoentrarenunanevera.Unadelasparedestienegrandesventanalesquedanhaciaelpatiointerior.Haytresmesasconfregaderodeaceroinoxidable.Harrietobservaunagrabadoraenlarepisadelaventana.
—Esdelequipodelimpieza.Seponenmúsicamientraslimpianlasala—diceelmédicoforense,yañade—:AdiferenciadeHannibalLecter,nosotrosnonosponemosmúsicadeviolinesydescuartizamoscadáveresporplacer.
Seríedebajodelamascarilla.—Ésteesmiauxiliarforense.—Elmédicohaceungestoconlacabezahacia
elhombrevestidodeblancoqueentraporunapuertaenunodelosladoscortosde la habitación. Va empujando una camilla sobre la cual hay un gran sacoalargadodecolorgris.
—¿Podemosabrir?—preguntaelmédico,ymiraaLennart,quienasienteensilencio.
El hombre abre con cuidado la cremallera y debajo aparece el cuerpo deLaura.Harrietapenaslareconoce.Supielhaadquiridountonoverdoso,locualhace que su pelo rojo brille todavía más. La pasan de forma metódica de lacamillaalamesadeaceroinoxidable.
—¿Queréiselsacoderecuerdo?—preguntaelmédico.—Nonoshacefalta,gracias—respondeLennart.Apesar de las bromas para que ella estémás cómoda,Harriet no consigue
sacarsedelamentelamiradadeLaura,allítumbadaenlamesadelantedeella.Lacabezaestárecubiertadesangre,yenalgunaszonaslapielesverdeolivaytieneunasmarcasvidriosasdecolorvioleta.
—Sonmarcasdecadáver—susurraLennartatravésdelamascarilla.—¿Qué ha pasado con la ropa y la cinta que tenía en la cara? —tantea
Harriet.—Selasquitamosenelescenariodelcrimen,hemandadoaanalizarlacinta
americana—diceLennart, y continúa—:Antes de empezar, voy a tomarle lashuellasdactilaresyarascardebajodelasuñasparabuscarADN.
Abre la maleta plateada y saca algo que parece un bastoncillo de algodónlargo.
Elauxiliarforensevaabuscarotrocarritorepletodeinstrumentos.—Cuandoestéslisto,lalavamosyrepasamoselcuerpo.Harrietcierralosojos.¿Serácapazdesoportarlo?Lennartsacaundictáfonoy
locolocasobrelamesa.—Todosaldráenelinforme,peropodemostardarsemanasencompletarlo—
dice,ysevuelvehaciaHarriet—.Telodigoporsinecesitasparar.CuandoLennart terminaconelraspadodelasuñasguardaelbastoncilloen
unaprobetaconunlíquido.Elauxiliarsacaunamangueradeduchayempiezaalavarelcuerpoconesmero.Harrietmirafijamenteelaguamezcladaconsangrequecorrehaciaelsumidero.«Porahoravoybien»,piensaalmismotiempoqueungrumodesangreconhilosquedaenganchadoenelfilodelamesa.Elmédicoforenserepasadeformametódica todoelcuerpo,documentandocadamorado.Alllegaralaheridaenlasiensedetiene.
—Esto parece una herida de arma blanca—continúa mientras examina laherida.
Elmédicoyelauxiliarsemiran.—Puesvamosaabrirlacabeza—diceelmédico.Harrietsientecómotodosemueveantesusojos.Nocreequepuedasoportar
vercómoabrenaLaura.Lacabezayaleempiezaadarvueltasyunsudorfríolerecorrelaespalda,haciéndolatiritarenlafríasala.¿DeberíaacercarseaLennartydarleuntoqueenelhombroparaadvertirledequevaasalirunmomento?Un
molestoruidointerrumpeelsilencioyelauxiliarapareceensucampovisualconunasierraeléctrica.
—Voyatomarmeundescanso—aprovechaparadecirHarriet—.Loquemásmeinteresasaberessilaheridadearmablancafuelaqueleprodujolamuerteysilalesiónenlapiernaesnueva.Ysiesposible,valorardeformamásconcretaen qué momento murió. ¿Me puedes avisar cuando toquéis estos temas? —Lennartlevantalamiradayasienteconlacabeza.Ellasalecorriendodelasala.
Sequedasentadaenelbancodelvestuariocon lavistaclavadaen laparedrevestidadebaldosas.Sigueahíunbuenratodespuésdequeelruidodelasierramecánicasehayaapagado.Nolohaconseguido,apesardeestarmuydecidida.Nolaeducaronparaabandonarcuandoalgosehacíapesado,másbien todo locontrario.«Unoterminacuandohafinalizado,nocuandoestácansado»,solíaserlafrasedeEugencuandoHarrietlollamabaquejándosedelosdeberesydelostrabajosdelaescuela.Porsuparte,élnuncasetomabaundescanso.Inclusoenverano solía quedarse en la cocina trabajando cuandoHarriet yPaul se iban adormir.Alomejorporesoresultaahoratandurovercómoseleestánacabandolas fuerzas.Harriet respirahondo, seponedenuevo lamascarillay empuja lapuertaparaabrirla.Lovaalograr.
Laescenaqueseencuentraesmacabra.ElmédicoharetiradolapieldeLauraylehaabiertolabarriga.Losórganosinternosestándispuestossobrelamesaenuna fila.«LocuriosoesqueahoraqueLaurayanoparece realesmuchomásfácil»,piensaHarriet.
—La muerte tuvo lugar en algún momento entre la una y las cinco de lamadrugada del sábado.La causa de lamuerte es la hemorragia en la sien.Lomás probable es que la herida fuera producida por un cuchillo o un objetoafilado. El corte mide siete centímetros de ancho y quince centímetros deprofundidad.Seguramente,yanoestabaconscientecuandoselohicieron.Creoquemurióenelestabloenelquelaencontraron.Tienemarcasqueindicanqueestuvo ahí tumbada. Hemos tomado radiografías de la fractura de la piernaderecha.Setratadeunalesiónantigua.
Harriet cierra los ojos. Lo que el médico forense está diciendo es que lapersona que mató a Laura le clavó un cuchillo en la cabeza cuando estaba
indefensa.Elasesinodebedeserunapersonainsensibleparasercapazdehaceralgoasí.¿Qué teníaLauraque ledespertaba tantoodio?Piensaen losojosdeLaura abiertos con cinta americana y lamirada gelatinosa. ¿Por qué clase detormento había pasado las últimas horas de su vida? ¿Qué había hecho paramereceralgoasí?
Elfríodelasaladeautopsialehacaladoelcuerpo.Duranteelexamenforense,almenos en las partes en las que ella ha estado presente, ha permanecido tanconcentrada que no se ha dado cuenta, pero ahora las horas en la fría sala seestánhaciendosentirentodoelcuerpo.HarrietsubelatemperaturaalmáximoyenciendelacalefaccióndelasientoenelviajeencochedevueltaaLandskrona.No tendría que haber ido aMedicina Forense, debería haberse quedado en laoficina e insistir en interrogar a Kenneth Jönsson. Le habría ido mejor. Lasensación a menta de las pinzas de Lennart mezclada con el terrible olor decadáverlecorroelanariz.Harrietnohasentidonuncataldesesperoportomarseunacopadevino.Yahapasado lahorade la cenaynovale lapenavolver acomisaría.Aestashoras,lamayorpartedelagenteyasehaidoasucasa,yellaestádemasiadoafectadacomoparasentarsearedactarsusnotasoempezarconalgonuevo.CuandovelaalamedaqueconduceaHenrikehilltomaeldesvío.Elhotel de allí arriba tiene un bar y una terraza con vistas al estrecho.Además,después puede ir caminando a Lerviken. Es perfecto. Cuando Harriet erapequeña,solíaniramenudoajugaralparquedelcastillo.Poraquelentonceseraunpaseobastantepopular,perohoyendíaelparquesóloseusaparacelebrarbodasyelfestivalanualdeltomateconproductoresdeBjärehalvön.
Noparecequelosperiodistashayanlocalizadoelhotel.Harriettomaasientoenunamesaunpocoaisladadelbarypideunacopadetintoylaclaveparaelwifi.
—¿Puedo conectarme a la red aunque nome aloje en el hotel?—preguntaconcuidado.
—Sólo tienes que rellenar esto —contesta el camarero, un hombre bienvestido con camisa y chaleco. Saca un bloc de notas del bolsillo y arranca la
primerapágina—.Hoyendía suelenvenirmásclientespor la redquepor lashabitaciones,poresotengoquellevaralgúntipodecontrol—leexplica.
—Talvez lacosacambie—diceHarrietenun intentodeanimarlo,perosearrepiente al instante. Le gustaría que Lerviken siguiera siendo igual detranquilo.Esloquemásdeseaenelmundo,sobretodoahora.
El camarero se detieneunmomentoymira el reciboque acabade rellenarHarriet.
—¿Harriet?Quénombretanbonito,mimadretambiénsellamabaasí—dice.Ella asiente en silencio y saca el móvil para no tener que entablar
conversación. Hoy ya no le quedan fuerzas para hablar con nadie más. Elcamareroparece comprenderloy se retira.Harriet tomaun sorbodevinoy sereclinaenelasiento.«Hoyvolveré tarde, dentrodeunpar dehoras.Nomeesperespara cenar»,escribeenunSMSaEugen.Esperaquelesirvaaélderecordatorio,paraqueseacuerdedecenaraunqueHarrietnoestéencasa.
¿QuéquisodecirLennartconlodequeMargaretanocontrataaciviles?¿Losaben todos sus compañeros?Harriethadadopor supuestoque si trabajabienpodráganarselaconfianzadeMargareta,perosiporunacuestióndeprincipiosella no contrata a civiles, lo va a tenermuy difícil.Margareta es diferente detodos los policías a los que ha conocido, y Harriet se da cuenta de que enrealidadnosabenadaacercadesunuevajefa.Escriberápido«MargaretaBladh+ investigador civil» en el buscadorde internet de su teléfono.Elmóvil tardaunossegundosenmostrarunalargalistaderesultados.Enprimerlugar,apareceun enlace a una revista sindical. Cuando hace clic en él, sale una foto deMargaretaconsumediamelenadecolorgrisaceroysupintalabiosrojo.Harrietse endereza de forma inconsciente. Tiene la sensación de estar viéndola ahísentada,justoalotroladodelamesa,mirándolafijamentedesdelapantalladelmóvil.Harrietnuncahabíaleídounartículotandeprisa.
«Estoytotalmenteencontradequealosinvestigadorescivilesselesamplíenlas competencias y se les dé un sueldomás alto. Les falta la experiencia quetenemos las personas que somos policías y va en contra de las basesfundamentalesdeseguridadjurídicadelEstado—diceMargareta,representantedelSindicatodePolicías—.Cuandoreclutoapersonal,lomínimoquequieroes
uninspectordepolicía.Unbuenpolicíaquehayaconducidoelcochepatrullaessuperioracualquierinvestigadorcivilsinesaexperiencia.»
Harrietsueltael teléfonoydejacaerloshombros.Escomosisedesinflase.¿Cómopudosertanestúpidadenocomprobaradóndeibaairapararantesdecambiardetrabajo?Paulselohabíadichomilveces.Compruebasiemprequiéneselfuturojefe,esigualomásimportantequelastareasensí.PerolaentrevistalahabíanhechoenEstocolmoconunjefesuperior,responsabledetodalaregiónsur.
Cuando le dijeron que le habían dado el puesto en Landskrona, se habíaalegrado tantoqueno investigó el lugar de trabajo.Margareta nunca la habríacontratado. Seguro que la obligaron a coger a Harriet a raíz de toda lareorganización,ysenotaquenoestácontenta.
Tienequehabersidoasí.Haoídocasossimilaresdecómolosjefessuperioresfuerzan a sus subordinados a realizar cambios. Tienen que tenermucho podersobreMargaretaparaque ella no sehayapodidooponer, yHarriet tendráquecargartambiénconesaculpa.
Se rasca la frente.Aquínunca lavanaaceptar sinelapoyodel jefe.NoessuficienteconcaerlebienaKonradyaLennart.
Elmóvilvibrasobrelamesa.Númerodesconocido.Miraelreloj.AúnnosonlasochoypodríaserMargaretapidiendouninformedelaautopsiaoparasaberdóndeseencuentrayporquénohavueltoacomisaría.Harrietpuedeimaginarsesuvoz tranquilaperofirme.«Esta investigación ladirijoyo.Túnosirvesparanada.Tefaltacompetenciacontrastada.Notequieroaquí.»
Harriet traga salivay sepone el teléfono al oído, preparadapara recibir unrapapolvo.
—¿Diga?Pasanunossegundosantesdeoírunadébilvozdemujeralotro ladode la
línea.—¿EresHarriet?Harrietrespirahondo.Lavozesflojaperohablacondeterminación,ynola
reconoce.—Sí.
—Reúnete conmigo en el foso de arcilla a medianoche. Y es mejor quevengas sola, como estás ahora... Harry, tengo algo que contarte... sobre elasesinato.
12
Harrietmiraelrelojunavezmásantesdehundirlasmanosenlosbolsillosdelachaqueta.Enelairenocturnosenotaqueelotoñoestádecamino.Sonlas23.48,peronoveanadienioyeningúnruido.Losolmosmuertosquerodeanlacanteradearcillallenadeaguaseperfilancomoesqueletoscontraelcielo.Dedía, loscuervos suelen descansar en las ramas secas, pero ahora, por la noche, lascoronasestánabandonadasylosarbustospermanecesinmóviles.
«Mierda, tal vez no debería haber venido sola, a pesar de todo. Me faltaexperiencia y formación para afrontar situaciones con violencia física. Pero siestamujertienealgoquecontarmeacercadelasesinato,algoquenosseñaleladirección correcta, ¿acaso no valdrá la pena?Esmejor queme coloque en unlugarvisibleydesdedondepuedaver»,piensaHarriet,ydaunpasohaciaunclaro justodelantede la cantera, desdedonde la luzde la luna le permiteunamejorvisión.Elbordedelprecipiciolequedaenfrente,apocosmetros.Elaguaescompletamentenegraylasparedesdelacanteratienenuntonorojooxidado.Sonporosas,comolaarenacorrediza.Sialguiencaedentro,noconseguirásalirjamás.
Elayuntamientodeberíahaberpuestounavalla,peroelfosodearcillaquedaescondidotraslosacantiladosysóloquienloconocelopuedeencontrar.
«Nopodéisiralfoso»,solíadecirEugencuandosushijoseranpequeños.Apesar del miedo, no puede dejar de sonreír ante esa advertencia tan pocopedagógica y tan típica de Eugen. Lo primero que hacían Paul y ella era ircorriendo y competir por ver quién se atrevía a acercarse más. Luego seestiraban bocabajo, tiraban piedras y contaban el tiempo que tardaban enalcanzarlasuperficiedelagua.
Esbastanteenfermizocitarseconalguienaquí.Harrietnuncahabríaidodeno
serporquelaformadehablardelamujerleresultabafamiliar.La correa le tira de lamuñeca cuandoKato se sienta y lamira, como si él
tambiénsepreguntaraquéseestarácociendo.Aunque la mujer del teléfono ha dicho que fuese sola, no debería haber
ningúnproblemaenque laacompañaraunperro.Además,Katoespartedesucoartada; salir a pasear por la noche con un pastor alemán despierta menospreguntas.
Unoscrujidosen losarbustosy losaleteosdeunpájarorompenelsilencio.Katoseincorporadeinmediato.GruñesuavementemientrassearrimaaHarriet.
—Sisetratadeunaloca,tendrásquesalvarme,perroloco—susurraella,ylerascadetrásdelaorejacomohavistohacerasupadreyaPaul.
Peronoestánadaseguradequeelperroleseadeayudaencasodepeligro.Laúltimavezsefuecorriendo.
Oye unas ramas romperse justo al lado de donde están, y Kato eriza lasorejas.
—Hola, perdona, no te asustes, estoy aquí —susurra una voz desde losarbustos.
Harriet seesfuerza,perono logradistinguirnadaen lapenumbra.Desdeelclaro en el que se encuentra, los arbustos parecenmás bien una pared oscura.Katoempiezaaladrareintentairse.
—Traigounperroconmigo,peronoespeligroso—dicemientrasestiradelacorreaparadetenerloylasheridasenlaspalmasdelasmanosleescuecen.
Notaunmovimientoasusespaldas.—Nomedanmiedo losperros,peroprimeroqueríacomprobarqueestabas
sola,Harry—dicelavoz,ahoraunpocomásfirme.Vuelve a sentir un nudo en el estómago, igual que antes. Sólo unas pocas
personas la llamanHarry.Papá,Paul,Lisa y, a veces,Yvonne, su círculomáscercano.¿Quiénesestapersona?
Unafiguradelgaduchaaparecepordetrásdeltroncodeunárbol,atansólounmetrodeella.Harrietechaunvistazorápidoasualrededor.Nivenioyeanadiemás,lamujerestásola.
El miedo desaparece cuando Harriet la contempla. Es pequeña y delgada,
pero la insinuación de una arruga que le cruza la frente revela queprobablementeseandelamismaedad.Tienepómulosaltosyloslabiosformandosarcosperfectos,comoHarrietdesearíaquefuesenlossuyos.Lamujerestanbonitacomounamuñeca,aunquevayavestidaconunostejanosyunasudaderaconcapucha.Llevaelcabellorubiorecogidoenunmoñograndeenlacabeza,pero algunos pelos se le encrespan en la frente. Lamujer se acerca despaciohastaquedarsedepie frenteaHarrietenmediodelclaro,a tansólounmetro,bajolaluzdelaluna.
—Sabíaquevendrías—dicedespacio,ysusojosseiluminan.HarriettiradelcollardeKatointentandosujetarlo.—Déjalequemesalude,somosamigos—continúalamujer.HarrietsueltaunpocolacorreayKatovacorriendoaolisquearlamanodela
mujer.El sonido de su cola al golpear contra las pantorrillas de ella rompe elsilencio.
—¿Noshemosvistoantes?—preguntaHarriet.AvecesenLervikenlepasaquelasaludanyleempiezanahablarpersonas
que ella no acaba de reconocer. «Oh, ¿tú eres la pequeña de Eugen?», suelenpreguntar,yella siempre saludacon lacabezaa laspersonasque seencuentraporelpueblo.Selohaenseñadosupadre.TodoelmundoconocealcatedráticodeDerecho.
—¿Nos conocemos? ¿Nos hemos visto alguna vez? —insiste Harriet denuevo.
Unasonrisasedibujaenloslabiosdelamujer.—Yo sé quién eres, Harriet. Eres la policía que trabaja en el asesinato en
Sundgodset.—Metelamanoenelbolsillodelasudaderaysacaunpaquetedetabaco.
Harrietasienteconlacabeza.Parecequeelrumordequeesinvestigadorahacorrido tan rápidocomoeldel crimenen sí.A«velocidaddeYvonne»,habríabromeadoPaul.
—¿Porquéqueríasvermeaquí?La mujer vuelve a sonreír, saca un cigarrillo del paquete de tabaco y lo
enciende.
—Elsitioprohibido—diceellaconairemisterioso,satisfecha—.Vengoaquíamenudo,cuandonecesito...—Secalladegolpeydaunacaladaprofunda.Eltabacocrepitaenlaoscuridad—.¿Noquieressaberquiénes?
Susojosseestiran,unamiradapenetrante,comosiquisiera interpretarcadagestoquehaceHarriet.
—Primeroquierosabercómotellamas—contestaHarriet.Lamujernoresponde.—¿Pudiste verla?Lehabían abierto los ojos con cinta para quenopudiese
cerrarlospárpados.—Lamujersuenatranquilaydecidida,yexpulsaelhumodeformacontrolada.
Harriet jadea de sorpresa. La policía no ha hecho pública la informaciónacerca de que tenía los ojos abiertos con cinta americana. Lamujer no podíasaberloamenosquerealmenteconociesemásdatosacercadelcrimen.
LamujersedetieneyladealacabezasonriendoantelareaccióndeHarriet.—Ahora sí que me crees. Ya te he dicho que sé quién lo hizo. Él me ha
contadocómo lohizo.SequedósentadoenelcocheesperandoaqueDouglasentrase en la casa y entonces trepó y entró por la ventana de la parte trasera.Dejóqueellamirasemientraslohacía.
Alhablar,mantienelavistaclavadaenHarriet.Ellapiensafebrilmente.Siloque la mujer dice es cierto, ha sido un grave error reunirse con ella a solas.Deberíallevaralamujeracomisaría.Suscompañerospolicíaspodríanhaberlohecho de haber estado aquí. Harriet intenta mantener la compostura, peroacaricia con delicadeza el bolsillo en el que tiene elmóvil.Nunca conseguirásacarlo sin que la mujer lo vea. Y aunque logre sacar el teléfono, ¿qué va ahacer?¿Intentarquelamujernosevayamientrasellallamaasuscompañeros,loscualesnoconfíanenabsolutoenella,ylesdicequesedirijanaunlugarquecasinadiesabeencontrar?
—¿TútambiénvivesenLerviken?—pregunta,dejandoquelamanoregresecon discreción a su sitio. Intenta suavizar su tono de voz todo lo posible—.¿Cómotellamas?
La mujer apaga el cigarrillo. No tiene pinta de querer contestar a laspreguntas.
—ElquelohahechoviveenLerviken—continúa—.¿Nohabéishabladoconlagentedeaquí?
Harrietsientecómosusánimosdecaen.Definitivamente,lamujernopiensaresponderasuspreguntas.
—Verás,yoinvestigoelcaso,peronosoypolicía.—Seesfuerzaenintentarmantener un tono de voz suave—. Me gustaría que vinieses mañana a midespachoyqueexplicarastodoloquemeestáscontandoahoraamijefayalosotrosconlosquetrabajo.¿Podríashacerlo?
Tieneque lucharparaparecer impasible,perosabequecuandoesnecesariopuede ocultar sus emociones bajo la piel. «Eres campeona mundial en nomostrarnuncaloquesientes.Todolocontrarioaunsuperpoderenunarelaciónamorosa»,suelebromearLisa,peroenestosmomentosesolevamuybien.
—Osea,quenotenéisningunapista.Pero¿conquiéneshabéishablado?—Unadelicadasonrisaseexpandepor sucara,y loshoyuelosde lasmejillas sehacenvisibles.
—Sinovienes tú a contárnoslo, tendré quepedir amis compañeros que tevayanabuscar.Loqueestásdiciendotienemuchovalorparanosotros.Quieresquelosepamos,¿verdad?Sino,nomehabríasllamado.
Lamujer laobservayHarriet seacercaunpaso.Lamujersequedaquieta,comosiaúnnosehubiesedecidido.
—Lia,me llamoLia.Esoes todo loquenecesitassabersobremí—dicealfinal.
—Deacuerdo,Lia,tienesminúmerodeteléfono.Megustaríatenereltuyo,paraquetambiénpuedalocalizarte.MañanaalasnueveestaréenlacomisaríadepolicíadeLandskrona.¿Sabes llegarhastaallí?—Harrietbuscaelmóvilenelbolsillo interior—.Estoybuscandoel teléfono—continúa,aunquesabequeesinnecesario aclararlo.Liadebedehaber comprendidoquenova armada.PeroHarrietnoquierehacernadaquelapuedaasustar.
Liaasienteconlacabezayelmoñograndesetambalea.—Hassidomuyvalientealcontactarconmigo.Yonosésimehabríaatrevido
desertú—añadeHarriet.Noesningunamentira.Aunquenosepuededecirqueseaunacobarde:ellatambiénestáahíahoramismo.
ElfollajedelosárbolescrujeyKatovuelvealevantarse.Liamiraatentaasualrededor.
—¿Estásseguradequenadietehaseguido?¿Lehasdichoaalguienqueteibasaveraquíconmigo?—susurraella.
—No,aúnnoséquiéneres—diceHarriet.—Perosabesmuybiendóndeestáelfosodearcilla—siseaLia.Katoladrayempiezaaestirardelacorreaendirecciónalosarbustos.—¿Porquémehasllamadoprecisamenteamí?—Porquetútambiénsabesdequiénsetrata,Harry.Harrietseponetensa.SelehaceunnudoenelestómagocadavezqueLiausa
suapodo.Lia damedia vuelta y sale corriendo, yKato estira con tanta fuerza de la
correa que Harriet pierde el equilibrio y cae hacia delante. El pastor alemánsigue estirando y Harriet sujeta la correa con las dos manos para detenerlo,aunqueleduelan.Elcollardeahogoseleciñealcuelloyelanimaljadea.
—Kato,quieto—ordenaella.Es fuerte y ella tiene que tirar con todas sus energías. Cuando vuelve a
incorporarse,encuclillas,vequeestáatansólounmetrodelprecipiciodelfosoyqueLiahadesaparecido.
—Joder—murmullaHarriet,seponedepieysesacudelostejanos.SiLianosepresentaencomisaría,nopodrániusar lopocoqueya lehacontado.Ysuinstintoledicequenovendrá.
Laluzdelalunahacequelaarenadeentrelosmatojosdehierbadelcaminoparezcaunacintablanca,yHarrietlasigueendirecciónalestrecho.Elcanalestátranquiloy laplaya relucebajo la tenue luzdel alumbradopúblico.PuedeverquelaluzestáapagadaencasadelosNyman.EnRuibarbosyCangrejoaúnseoyeruido.Laposadatienealgunashabitacionesenalquilerenlaplantasuperiorylapequeñacafeteríatambiénsuelealojarhuéspedesenverano.Seguroqueestárepletadeperiodistascuriosos.
CuandopiensaenelgraninterésquehageneradolanoticiaenlosmediossepercatadequePaulaúnnohadadoseñalesdevida.Aestasalturasdeberíahabervistolasnoticiasenlared.
Las ventanas de la casa alargada también están a oscuras cuando Harrietllega.Eugensehaidoalacama,peroenlachimeneaelfuegoaúncrepitaylasbrasas alumbran en calma la sala de estar.Eugenha encendidoungran fuegomientras ellanoestaba.Leencanta el calor, esunade las cosasque tienenencomún.Katosesientaobedienteenlaalfombraquehayenelrecibidoresperandoa
queHarrietlelimpielaspatasconunaviejatoallaqueEugenhasacado.ConelmovimientogolpeaelmaletíndecuerodeEugenqueestádelantedelapuertayalgosalerodandoporelsuelo.Harrietseagacha.Sondostarritosdeplásticoconmedicinas. Las etiquetas están demasiado gastadas como para poder ver quécontienen.LevuelveesadesagradablesensacióndecuandoYvonnelallamóaltrabajo.¿Porquéllevasupadrelaspastillasenelmaletín?¿EstáenfermoynoseloquiereexplicaraHarriet?¿YPaullosabe?
—Kato,quieto—susurra,ydejalosbotessobrelamesitadelrecibidor.Elperrogimeenrespuestayseacomodasobrelaalfombra.—Estanocheduermesaquí,comounperroguardiándeverdad.Lerviken suele hacer que se olvide delmundo de fuera, pero esa noche es
diferente.Todolosucedidoenlasúltimasveinticuatrohorasledavueltasenlacabeza.ElcomportamientodeEugen,elasesinato,laautopsia, loscomentariosde Margareta en la revista sindical y la reunión con Lia. Está muerta decansancioyalavezagitada,yvaanecesitarunapastillaparapoderdormir.
Sinencenderlalámparadelacocina,sacaunvaso;abreelgrifoyésteemiteunsilbido,peroHarrietdejaqueelaguafluyahastaquesalebienfría.
LacocinaseencuentraalfondodelapartedelacasaquedahaciaeljardíndeYvonne. La altura del techo aquí es baja y la única luz natural entra por laventanadel ladocortodelacasa.Yvonnehadejadoquesusrosalescrezcan,ylas ramas se extienden por el jardín de Eugen. Hacen un suave ruido cuandorozanelcristaldelaventana.EugendeberíapediraYvonnequelascortase,perosabequenuncalohará.Yvonneadorasujardín.
Harrietcierraelgrifo,seapoyasobreelfregaderoysebebeelaguaagrandessorbos mientras intenta calmar los pensamientos. Lia ha dicho algo que noconsiguequitarsedelacabeza:queHarrietsabequiéneselasesino.
Se lleva el vaso arriba, a la habitaciónde la buhardilla, dondeEugen le hapreparadolacama.Sequitalaropayladejacaeralsuelo.Buscalapastillaenelbolso y se la traga con el agua fría. Las sábanas huelen a limpio yHarriet sehunde en el calor dejando que la pastilla haga efecto. «Ojalá no hubiese idosola»,tienetiempodepensarantesdequeselecierrenlospárpadosylainvadaelsueño.
13
Miércoles,30deagostode2017Unladridodeperroladespierta,yHarrietseincorporaenlacamaybuscaconlamanoelmóvilentrelaropaqueestáenelsuelo.Sonlastresmenosveinte.Tieneel cerebro embotado por el efecto de la pastilla de dormir y tarda un rato enrecordar dónde está. En la planta de abajo se oyen algunos ruidos leves y lasgarrasdeKato,quearañanlostablonesdelsuelo.Harrietseestiraparacogerelalbornozqueestáenlaotrapuntadelacama.Lateladefelpaleresultaásperayhúmeda.
Laescaleraestáaoscuras,perolaluzdelacocinalemuestraelcamino.Ahíabajooyeasupadremurmuraryhacerruidoconlastazas.
—Papá,¿quéhaceslevantado?Vavestidoconunospantaloneschinosazulmarino,unacamisaazulclaroy
unjerseydelmismocolor,ylevantalamiradacuandoentraHarriet.Encimadela mesa hay papeles y sobres formando montoncitos. Kato recibe a Harrietmeneandolacola.
—Anda, pequeña, pero ¿estás aquí? —dice Eugen con sorpresa. Sus ojosverdesyconfiadoslesonríenconamabilidad.
—Sí...—Harrietnoacabadeentenderlapregunta—.Todavíaesdenoche.Eugen se detiene como si estuviera meditando. Luego coloca la carta que
tiene en lamano encimadeunmontón.Harriet contempla lasmanchaspor laedadquecubrenelfinodorsodelamanodesupadre.
—Sí, pensaba que tenía que quitarme esto de encima, pero tienes razón,mañanaseráotrodía,ydetodosmodosestoyjubilado.Tengotodoeltiempodelmundo —dice con una risa—. No era mi intención despertar a mi pequeñaluchadoracontraelcrimen—añade.
—Nopasanada—contestaHarriet—.¿Nonecesitasdormir?Eugen la contempla unmomento antes de sonreír amodo de respuesta.La
sonrisalamolesta.¿Porquénoquierecontarlequeestáenfermo?Ellanecesitasaberlo.
—Vilosbotesdemedicinasentumaletín.¿Porquéteestásmedicando?—preguntaconcautela—.¿Noestarásenfermo?
—Ah,bueno.No,esmimédicodecabecera,quemeprescribeunmontóndecosascuandovoyamiscontrolesdesalud.Vitaminas,hierroyanticoagulantes.Parece que le preocupa mi alimentación —dice Eugen con una sonrisa—.AunquemáspreocupadaestáYvonne.—Eugenniegaconlacabezaysonríeunpocodebroma.
Harriet lo conoce bien y sabe que no quiere seguir hablando de losmedicamentos,asíquenovaaobtenermásrespuestas.
—Yvonnetienebuencorazón,sóloquierelomejorparati—diceHarriet—.Mevuelvoalacama.
Sale de la cocina. Al regresar a la habitación de la buhardilla coge unbolígrafoyseescribelapalabra«médico»ensumano.MañanapedirácitaparaEugenconunespecialista.Alguienquesetomesudesorientaciónenserio.Ysinoquiere irde formavoluntaria, tendráqueengañarlodealgunamanera.Estáclaroquehayalgoquenovabien.
La mañana es resplandeciente y el cielo azul claro se refleja en las ventanasredondeadasdelayuntamiento,haciendoquereluzcanencontrasteconeltejado.«Tal vez sean los gabletes escalonados de las fachadas los que producen esasensacióntanespecial»,piensaHarrietmientrascruzalaplazadelayuntamiento.Seoyeuntintineoenelbolsilloysacaelmóvil.EsunmensajedeLisa.
Lisa:Perdonaquenotehayacontestado.H.yyohemosdiscutido.Ahoramismoloodio.Peroloqueesmásimportante,
¿quémeestáscontando?¿Quenohaytíosbuenosenlacomisaría?Nopuedestrabajarconunatíaborde.¡Ponlelímites!
¡Yamismo!
El mensaje la hace sonreír. Lisa siempre se pelea con todas sus parejas.Harrietserámalaenlasrelaciones,asfixiandoalapersonaqueleprestalamásmínimaatención,peroLisaespeleona.Essumaneradepedirquelehagancaso.
Harriet:Tienesrazón,tengoqueponerunlímite.¿PorquéhasdiscutidoconH.?
Guardael teléfonoenelbolsilloysigueandando.Seveobligadaacaminarunamanzanademásparaencontrarunestancoabierto,peronecesitael tabacoparadespertarasucerebro.
Alllegaracomisaríaentracorriendoensudespacho.EneldeMargareta,alfondodelpasillo,hayluz,peronotienefuerzasparairasaludar.Harrietcierralapuertatrasdesíydejaelmóvilsobrelamesa.Lapantallaestáoscura.NingúnmensajedeLia.Lomásprobableesquehoynosepresente.
Saca un bolígrafo y empieza a hacerlo rodar entre los dedos. ¿QuéprobabilidadhaydequeLiavivaenLerviken?Aunquesucaralesuena,Harrietnunca la ha visto por ahí. Claro que podría conocer la cantera igualmente.HarrietaprietaelbolígrafoentresuslabiosymarcaelnúmerodeKonrad.
—Buenosdías,Harriet, qué temprano llamas. ¿EsGreta laquehadecididoquetenéisqueempezarantesdelasnueve?
Harrietsueltaapresuradaelbolígrafosobrelamesa.—Creíaqueestaríasdespierto.AúnnohepodidohablarconMargareta,pero
tengoquepedirtealgo.Setratadelregistrodelaantena,¿podríamoscomprobartambién el tráfico de ayer por la noche en los alrededores deHenrikehill? Lonecesitamosparaelcaso,quieroverificarunacosa.¿Podríasdarnospermiso?
Konradsequedaunmomentoensilencio.—Sí, claro que puedo pedir que amplíen el registro. Pero necesito saber la
razón.Yasabes,cadavezestánmásquisquillososconeltemadelainvasióndelaprivacidad.
—Hepensadoquepodríaestarbiencontrastarlosdatostambiénunosdíasenadelante.Ver si el autor regresa al escenario del crimen o si semueve por lazona, tal vez podamos identificar algún patrón. O si hay mucho material, al
menos podríamos tomar unas muestras, ¿no? ¿Algunas horas de ayer por lanoche?
YencontraraLia.Lallamójustoantesdelasochodelatarde.—Por supuesto, yome encargo. Pero después de queme haya tomadomi
primer café. A los fiscales tampoco nos pagan las horas extras —contestaKonrad. Harriet aleja de forma instintiva el teléfono del oído para que lascarcajadas deKonrad no le causen una perforación de tímpano—.Nos vemosdentrodeunrato,luegopasaréavisitaros—diceélparaterminar.
Harriet deja el teléfono sobre lamesay se levanta.Tieneque explicarleyamismoaMargaretaelencuentroque tuvoconLia.Antesdequesu jefahableconKonrad.
LapuertadeMargaretaestáentreabierta,peroaunasíHarrietllamaantesdeentrar.Margareta levanta lamirada del escritorio. Sumediamelena gris acerocuelgaabsolutamenterectasobrelasmejillas,yvavestidacontrajeyunjerseydecuelloaltonegroyajustado.
—¿Sí?Harrietentrarápidoeneldespachoparanosercomoesos«vampiros».Desde
queMargaretalomencionó,nuncamássequedaráesperandoenlapuerta.—Buenosdías,Harriet.¿Quétaltefueayer?—preguntaMargareta.¿Ayer?Harrietnoentiendeaqué se refiere. ¿Habrá llamadoLiaapesarde
todoylahabránpasadoconMargareta?—¿Aquévieneesacaradesorpresa?Lamayoríadelaspersonasquenunca
han presenciado una autopsia suelen pensar que es una experiencia bastantefuerte.Apesardehaber empezadocomopolicíasdelordenyhabersepeleadoconlosmalosdeverdad.¿Talvezseasmásfuertedeloqueaparentas?
Margaretalaestudiaconcuriosidad.Harrietrespirahondo.—Fueunaexperienciadura,peromelasapañé—dice.Margaretanonecesita
saber que se tomó un descanso—. Escribiré un informe para guardarlo en elexpediente.Pero ahora sabemosquemuriópor la herida en la sien, producidaporuncuchillo.—Harriethaceunapausa—.Tambiénradiografiaronlapierna.Lafracturadelatibiaderechaeraunalesiónantigua.
—Deacuerdo.¿Yquétalvalainvestigacióninterna?¿Hastenidotiempode
repasar loquehayen los registrosyen la reden relacióncon losAndersson?¿Podrásponernosaldíadeloquehayasencontradoenlareunióndelamañana?Nomeextrañaríaqueellafuesedeesasquemientenparaprotegerasumaridomaltratador.Lohevistomuchasveces.Siempremepreguntoquéesloquehacequeestasmujeressequeden.
Eltonoconelquelodicesuenaareproche.—Lauraibaensilladeruedas,nosepodíair.Nisiquierapodíasalirsoladela
casa,porqueDouglassenegabaaponerunarampa—diceHarrietarmándosedevalor—.Tengoquecontartealgo.Comovivoallíabajo,enLerviken,mesueloencontrarconalgunaspersonasdelazona.Lagentehabla.
—Esperoquenocomentesnadadelcaso.—Margaretaalzalascejas—.RakelyEliasllevanlainvestigaciónexterna.Sabesenquéconsistelaconfidencialidadde la investigación, ¿verdad? Göran lo repasó contigo, ¿no? ¿O tengo querecordártelo?Si salen a la luz algunosdetalles, podríandestrozar todonuestrotrabajo.
—Sí,loconozco,ynomereferíaaeso.Ayermeencontréconunapersona,unamujerjoven.Tienealgoquecontarsobreelasesinato.
Margaretasecruzadebrazos.—¿Cómosellama?—Lia, pero no llegó amencionar su apellido.Me la encontré enLerviken,
aunque nunca la he visto antes por allí. Deberíamos interrogarla. ¿PodríaacompañaraRakelyaEliascuandosiganconelpuertaapuerta?
—¿No te han llegado los archivos del teléfono que los de la Científicahallaronenelescenariodelcrimen?Hayquerevisarlos.
—Tenemosquehablarconestamujer,sabealgoacercadelasesinato.Yyoséquéaspectotiene—diceHarriet.
—¿Asíquenoquiereshacerlodelteléfonoyenlugardeesoquieresirtecontus compañeros policías?—Margareta mueve un poco el ratón del ordenadorpara que no se apague la pantalla—. Dedícate a sacar lo que haya sobre lasvíctimasenlosregistrosysimilares.
Harrietrespirahondo.—Lamujerquevi sabíaalgunascosasque lapolicíanohahechopúblicas.
Comoeldetalledelacintaamericana—contestaHarriet.Margaretasevuelvehaciaella.—¿Cómopuedesaberlodelacinta?—Esporesoporloquetenemosquehablarconella.—Rakel y Elias fueron ayer puerta a puerta y hablaron con casi todo el
mundo.Losvuelvoamandarallíhoyotravez.¿Quéaspectotenía?—Rubia. Parece joven, pero creo que ronda los treinta. Guapa. Bastante
delgadaypequeña.—HarrietlevantalamanohastalaalturadesubarbillaparaenseñarmásomenosloaltaqueesLia—.¿Noseríamejorquelosacompañara,dadoquepuedoreconocerla?—pregunta.
Margaretaniegacon lacabezayHarriet sientecómo lesubeelcalorporelcuello,talcomolesuelepasarcuandoseirrita.HarrietdeberíaexplicarlequeLialallamóyquehapedidoaKonradquesacaramáslistasdellamadas,peroestátanenfadadaconMargaretaquedecidesaltárselo.
—Les darás las señas personales en la reunión de hoy —dice Margaretamirando con intención hacia la puerta—.La reunión empieza dentro de cincominutosyantestengoquehacerunasllamadas.
Unosminutosmás tarde,Harrietdejaunvasodecartóndecafésobre lamesablancadelasaladereunionesytomaasiento.Sehalimpiadolasheridasdelasmanos y se ha puesto tiritas nuevas. No quiere llamar la atención de formainnecesaria.
Hayunafuenteconpastelitosrellenosdenataenelcentrodelamesa.Sonlasochoymedia,peroHarrieteslaúnicaqueestápresente.Dejaquesumiradasedeslicepor lapizarra llenadegarabatos.La fotodelpálidocuerpoverdosodeLauray sumelena sueltaestácolgadaconun imán rojo.SiLia sabequiénhamatadoaLaura,tienenqueencontrarla.Harrietseencargarádequeesosuceda,conelconsentimientodeMargaretaosinél.
OyepasosenelpasilloyactoseguidoaparecenEliasyRakel.Vanvestidosde uniforme: camisa azul, pantalones azulmarino y armas reglamentarias. Se
sientan a la mesa sin saludar a Harriet. Rakel saca un bocadillo envuelto enplásticoyempiezaatoquetearlo.
—Oye,hoy tengoqueescaquearmeunrato,¿podríamospasarnos luegoporVäla?—diceElias.
—Ah,¿ycuántosañoscumple?—Rakelríeentonodeburla.Eliaspareceavergonzado.—No es su cumpleaños, hoy es nuestro primer aniversario. Pensaba
comprarleuncollar.—Tevasacomerunmontóndehorasen lahípicade Jägersro los finesde
semanasipiensasmimarlaasí.Yasabes,siempiezas,luegonopuedesparar.Elias baja la vista y las largas pestañas le hacen sombra en los pómulos.
Harrietcarraspea,peroningunodelosdoslevantalamirada.—Noesculpamíaquetúvivasconunviejo—diceElias,ylosdosseechan
areírhastatalpuntoqueuntrozodelbocadillodequesodeRakelcaesobrelamesa.
—¿Vamosdespuésacomprarunapizza?—diceél,yseacercaalaventanaquehaydetrásdeHarrietysubelapersiana.
Harrietsacaelmóvilyfingemirarlo;sabequelapreguntadelapizzanolaincluye a ella, aunque se habría apuntado con ganas. Es como si ella noestuviese. Incluso hablan delante de ella de cómo van a «hacer pellas» o«escaquearse»sindisimuloalguno.
Seabrelapuertayapareceunhombreconchaquetaconcapucha,pantalonescolor caqui con bolsillos grandes y zapatos ergonómicos deGore-Tex. SaludaconlacabezaaEliasytomaasiento.«AquívieneelbuenorrodeLisa»,piensaHarriet.Elpolicíaesexactamentecomo losde las fantasíasdesuamiga.Vaasentirenvidiaelrestodesuvidacuandooigalamasculinidadqueinundaenestemomentolasala.
—Qué guapos vais, ¿faltan patrullas?—pregunta dejando una taza de caféconel textoProtectorof thewounded sobre lamesa—. ¿Mucho ladrón sueltoquesalirabuscar?
EliasyRakelseechanareír.Harrietnolevantalamirada.Labromatienelaintencióndeexcluirlaaella.Creenquenovaacomprenderqueserefiereaque
EliasyRakelvanvestidosigualquelospolicíasdeloscochespatrulla.—Veteporahí—diceRakelconunasonrisa.—Es Margareta la que quiere que vayamos hoy de uniforme. Ayer
encontramosauncamelloalquequierequeinterroguemos.HarrietleenvíaunSMSaLisa.
Harriet:Deberíasverlos.Uniforme,bolsillosenlaspernerasytípicachácharadepolicía
sinparar.Peroamímeignoranporcompleto.
Larespuestallegadeinmediato.
Lisa:Tomaelcontrol.Alostíosmachosesolesgusta.
Harrietsearmadevalor.—Nonos conocemos,me llamoHarriet y soy investigadora.—Sepone de
pieyalargalamanohaciaelhombreconlatazaProtectorofthewounded.—Ah,sorry,pensabaqueerasdeadministración,queteencargabasdelasala
de reuniones y de los bollos. La Mosca sólo dijo que eras civil —dice algoconfundidoelpolicía—.AsíqueparecequeaPatrikhoy le toca lapatrulladeinterrogatorios—sigueél.
—Patrik,va,nolallameslaMosca—diceRakel.—Esirritantecomounamoscacojonera.LaMoscaMaggan.—Patrikseríe
desupropiabromaytomaunsorbodecafé.Harrietsientecómosumiradasedeslizaporelcuerpodeellamientrasbebe.—Losmiércolesjugamosafloorballyluegovamosalasauna,porsialgún
díatequieresapuntar—sigueél.AHarriet no le gusta nada el floorball, pero sería una buena historia para
contarleaLisa.—A lo mejor me apunto algún día—consigue contestar con una pequeña
sonrisa.Se oyen voces por el pasillo y Harriet puede distinguir el tono áspero de
MargaretaylarisahuecadeKonrad.—Buenosdías—diceKonradsaludandoconlacabezanadamásentrarporla
puerta.Margareta lacierrarápidotrasélysesientana lamesa.Alcabodeun
segundosevuelveaabrirlapuertayapareceGöran.—Llegastarde—sueltaMargareta,yseponedepiejuntoalapizarra.Göran
seacercadespacioalamesa,sacaunasillaysesientaunpocoescondidodetrásdePatrikmientrasMargaretaempiezaahablar.
—ElestadodeDouglasAnderssonsiguesinevolucionardesdeayer,aúnestáinconscientey lomantienen sedado.Elmédico forenseque lo examinómehallamado esta mañana. Douglas tenía dos moratones visibles en el abdomen,sangrados internos, dos costillas rotas en el costado derecho y fracturas en elbrazoizquierdo.Hinchazonesymoratonesenlacara.Lehandadounapaliza,yestaba seriamente deshidratado y sufría hipotermia. Es probable que llevaseatadomásdeveinticuatrohoras.—MargaretacuelgaunpapelenlapizarraconlasanotacionesdetodaslasheridasdeDouglas—.Todoapareceenelexpediente—añade.
Harrietintentahacercálculosmentales.—¿Cuántosdíaspuedesobrevivirunapersonasincomidaniagua?—Eso depende—contesta Margareta—. Una persona mayor con un gasto
energéticonodemasiadoelevadopuedeaguantarsemanassincomida,perosinaguaaguantassólounosdías.
Harriet se rasca el pescuezo. ¿Puede ser que la agresión hacia Douglashubiese tenido lugar antes del asesinato de Laura? ¿Que Laura estuviera vivamientraselautorledabalapalizaaDouglas?Unescalofríolerecorrelaespalda.Jamás olvidará los ojos abiertos con cinta y la mirada gelatinosa de Laura.¿HabríavistoLauracómomaltratabanaDouglas?PuedeoírlaspalabrasdeLiacuandoseencontraronenlacantera.«Paraquenopudiesecerrarlospárpados.»Ésas fueronsuspalabrasexactas.Antesdemorir,Laura teníaquevercómoelasesinomaltratabaasuesposo.Luegoelagresorlaasesinóenelestablo.
—¿Qué habéis averiguado? Hacemos una ronda, empieza Göran. —Margaretacogeunrotuladorysevuelvehaciaél.
—Aúnnohaynadanuevosobrelacintaamericana;hecomprobadotodaslastiendascercanasysigoconloscomerciosdeLandskrona.Hayuncolmadoenelpueblo y tiene una cámara. He pedido las imágenes de vigilancia que tenga.Arriba en la autopista hay una gasolinera. Se rumorea que es un punto de
encuentro donde los jóvenes compran alcohol y drogas a camioneros. Herequisadotambiénlacintadevigilanciadelfindesemanadelagasolinera,peronocreoquesalganada.Labolsadeplásticodelapuertalatienenlostécnicosenellaboratorioparasacarhuellasdactilares.Segúndicen,conteníabolloscaseros—diceGöran.
—¿Qué tal lacoberturade losmediosy lacentralitadeavisos?—preguntaMargareta.
—Porahora,nada—contestaGöran.MargaretasevuelvehaciaEliasyRakel.—Hemosllamadoalaspuertasyhabladoconlagentedelascasascercanas
—diceRakel rápido—.NadiehavistonioídonadaenSundgodset este findesemana.Lamayoríapareceopinarque laparejaAnderssonerano invisiblesounosestirados.Perounamujerhasidobastantemáshabladora,YvonneOhlsson.
Harriet se endereza. Por supuesto que han hablado con Yvonne. Y,conociéndola, tiene claro que no hace faltamucho para que se explaye sobretodoloquesabedelvecindario.
—Antes era peluquera, y parece estar al corriente de todo sobre todo elmundo del pueblo. Mencionó a alguien que se llama Tony Hesselgren. Uncamello. Por lo visto trabajaba a veces para los Andersson, e Yvonne dicehaberlovistosubiendohacialafincaduranteelfindesemana.Teníaunmontónde cosas que contarnos acerca de su pasado.Al principio pensábamos que sequería hacer la importante, pero hemos comprobado el expediente de ese talTony.—Rakel sedetiene—.Tiene treintay cuatro años, antecedentespenales,conduce unMazda rojo de 1998 y vive en una casa detrás del puerto. CalleLerviksstranden,28.Loconocemosdeantes.
14
Harriet apoya la frente en lamano. La tonta de la cotilla deYvonne.Yvonnenunca tiene malas intenciones, pero es típico de ella no darse cuenta de lasconsecuenciasquesushabladuríaspuedenacarrear.
TonyHesselgren,elcenizodelpueblo.Siemprevestidoconpantalonesverdemilitaryzuecos,o«chanclos»,comosueledecirYvonne.
Harriet lo recuerda con toda claridad. Paul y ella le tenían miedo. Eraespantoso. Borde e irascible. Los otros niños solían meterse con él para queperdieselosnervios.Unavez,PaulyHarrietseloencontraronenelcolmadoyempezóapelearseconPaul:queríaquelediesesusemanada.Harrietrecuerdacómoellaapretabasubilletedentrodelbolsilloparaquenoloviese.«Déjanosen paz», había susurrado entre dientes sintiendo la inquietud en el estómago.Paul eramás pequeño queTony, yHarriet comprendió que no tenían ningunaposibilidad.TonynocedióhastaquePaulledioeldinero.Cuandosefue,Paullehizoprometerquenose locontaríaaEugen.LuegocompartieronlasemanadadeHarriet,peroelestrésenlosojosdePaulnodesaparecióentodoeldía.
Harriet intentaquitarsedeencima lamalasensaciónenelcuerpo.EsciertoqueLiahabíadichoqueelagresorvivíaenLervikenyqueHarriet loconocía.Pero¿porquéquerríaTonymataraLaura?
Mientras los policías siguen hablando, Harriet prepara lo que va a decir.Piensahacersuexposicióncontotalconfianza.CuandoMargaretahaceungestoconlacabezahaciaella,dejaelmóvilyrepasatodoloquehaencontradohastaahorasobreLaurayDouglasysobreelinterrogatorioconBritt-Marie,perosólomencionadepasoquehavistoaLiayqueestaríabieninterrogarla,sindarmásdatos.No se siente lo bastante segura como para explicarlo a todo el equipo.Teniendoencuentaquelospolicíaslaignoranporcompleto,prefierecomentarlo
mástardeconEliasasolas.Éleslapersonaquemásconfianzaleinspira,yesimportantequetengalosdetallesdelasseñaspersonalesporsiRakelyélvanaseguir yendo,más tarde, de puerta en puerta por el pueblo.Todas lasmiradasestánpuestasenellamientrashabla,pero,porprimeravezdesdequehallegado,no se siente demasiado nerviosa. Sabe que ha hecho un buen trabajo con losarchivos. Cuando toca abordar la declaración del médico forense, Elias lainterrumpe:
—¡Joder,esoesunaputaejecución!Osdaiscuenta,¿no?—Todoelmundolomira.
—Sólounpsicópataatraviesaconuncuchillolasiendealguien.¿Quédebíadeestar,aveintecentímetrosdelacaradelavíctima?Además,sehadesujetarlacabezaparapoderhacerlo.Setienequesaberloquesehace.
—¿Quéquieresdecir?—preguntaMargareta.—Me refiero a que lamayoría de los crímenes son imprevistos y suceden
bajolainfluenciadelasdrogasoelalcohol.Siesplaneado,hayunmotivo.Yelquehahechoestotieneuntrastornomentaldealgúntipo.¿Losdearribaestánalcorrientedeestosdetalles?
—Lasvíctimasestabanatadasconcintaamericana.Ylamujerfueejecutada.Esto no puede recaer en nosotros. Tiene que ser competencia nacional—dicePatrik,ysevuelvehaciaMargareta—.Necesitamosmásayuda.¿Porquésomostanpocos?
MargaretaintercambiaunamiradaconKonradantesderesponder.—Poneraotrosaldíatomatiempo,yahoramismonecesitamoscentrarnosen
avanzar en el caso.—Respira hondo—. Vamos a centrarnos en Tony. Podéissacarsufotodelpasaportedelsistema.EliasyRakelcogedelcochedeapoyo.Göran,PatrikyyocogemoselAudi—continúa,ysedirigeaHarriet—:QuierounmapeodeTonyy,encuantolleguenlosregistrosdelaantenadeHenrikehill,siguesconeso.
—Claro —dice Harriet. Casi se arrepiente de la exposición que acaba dehacer.Si lohacedemasiadobien,nunca ledejaránhacerotra cosaqueno seabuscarenarchivosyrevisarregistrosdellamadas.
—Tengo otra tarea para ti—diceMargareta—. Ayer interrogué a Kenneth
Jönsson. Vio a una persona con pantalones verdes entrar por la ventana deSundgodset bastante tarde la noche del viernes. Un testimonio interesante,aunque fue difícil interrogarle. Por decirlo de algunamanera, sus capacidadesparecíanmásbienrudimentarias.Grabamoselinterrogatorioenvídeo.Sitienesunhuecohoy,quieroquelatranscribas.HedejadounamemoriaUSBsobretuescritorio.Quieroquetranscribasliteralmentelaspreguntasylasrespuestas.
Harrietsuspira,aunqueesciertoqueloquedijoKennethenelinterrogatorioresulta interesante, ahora mismo considera una locura emplear su tiempo entranscribir un interrogatorio.EnEstocolmo envían los archivos de vídeo y losreciben de vuelta transcritos al cabo de unas pocas horas. Transcribirlo todoliteralmente,palabraporpalabra,levaatomarmediodía,yMargaretalosabe.
—¿Estás seguradequenoeresde administración?—susurraPatrik en altoarrimándosemásalescotedeHarriet.
—Por motivos de seguridad, es mejor que te quedes aquí, en comisaría,Harriet.—Margaretaaprietalabocademodoqueseleresaltancontodaclaridadarrugascomolaspatasdegallo.
Konradlamirainterrogante.—Harrietnoespolicía,nopuedeirarmada.Nomepareceapropiadoqueesté
presente en registros domiciliarios o detenciones. Tony puede ser violento. Elmodus operandi del asesinato de Laura indica que tenemos entremanos a unpsicópata, tal como ha señaladoElias—le aclaraMargareta—.SiTony es unsospechoso,tenemosqueirpreparadosparaello.
—Tú eres la responsable del equipo, no yo —dice Konrad haciendo unapequeñamuecacon labocaa lavezquesearreglaunpoco laamericana,quehoyesdecuadros.
—Bien,puesvamosallá—diceMargaretaparaterminar.Harriet clava lamirada en lamesa. Los bollos están intactos y el trozo de
quesoyunpringuemonumentaldemantequillapermanecenenel lugardondeestabasentadaRakel.Margareta,GöranyKonradsiguenhablandohastaquesusvoces sedesvaneceny lapuerta al fondodel pasillo se cierradegolpe.Patriksaledelasalariendo.
LeenvíaunmensajeaLisa:
Harriet:Mijefaesrealmentemalvada.
LarespuestadeLisallegadeinmediato:
Lisa:Keepcalmandbeabitchyourselfthen,mydarlingHarry.
Conunsuspiro, introduce lamemoriaUSBenelordenador.LasbúsquedasdeTonyenlosarchivoshansidorápidasyhareunidoenundocumentolosdatosquenecesitaráMargaretaparallevaracaboelinterrogatorio.Porlotanto,ahorale toca escribir cada sílaba del interrogatorio a Kenneth mientras los demáshacenelregistrodomiciliarioencasadeTony.Comoelregistrodelaantenanohallegadotodavía,másvalequesepongamanosalaobra.
Seoyeunchisporroteoantesdequecomiencelapelícula.ElchicoinquietoquelaseñoraNymanhabíaidentificadoenelpuertoaparece
enpantalla.Lacámaraloenfocadefrente.LoúnicovisibledeMargaretasonlasdelgadasmanosenlaparteinferiordelaimagen.«Menosmal»,piensaHarriet,porquehoynotienefuerzasparaverlamás.
Kenneth se balancea nervioso de un lado a otro.Con unamano se coge lacinturamientrascon laotra tamborileasobre lamesa.Harriet seveobligadaapararyarebobinarunayotravezparapoderanotarloquedice.Quécabrona,Margareta.Sabeperfectamentelodifícilqueestranscribirel interrogatorioconalguienquetartamudea.LaimagensecuelgacadavezqueHarrietrebobinaysedetieneenmediodeunmovimientodelabocadeKenneth,deformaquepareceque vaya a vomitar. Almoverse se oyen crujidos en elmicrófono y el audioresulta imposible de entender. Harriet llena el acta de puntos suspensivos e«inaudibles».
—V-v-v-vi el coche... [inaudible] ... estaba aparcado en el trozo de campoentre...ehhh...[inaudible]...elcampingylafinca.Laprimeravezquelovifueeljueves...[inaudible].
Largosilencio.«Uninterrogatoriofantástico»,piensaHarrietconsarcasmo.—¿Quétipodecocheera?La voz deMargareta es alta y clara.Kenneth desvía lamirada ymurmura.
Harrietsubeelvolumen.Máschisporroteo.Kennethcarraspea.—E-e-e-eraunVolvo.UnVolvob-b-blanco.Harrietvuelveareproducirlasecuencia.¿EraunVolvoblanco?Sereclinaen
lasillayreproducelagrabación,unayotravez.KennethdicequeesunVolvoblanco.HavistounVolvoblancoenlaexplanadadelcaminoquehaydetrásdelafinca.Tony,aquienestánapuntodehacerleunregistrodomiciliario,tieneunMazdarojo.
Respirahondoyvuelveaponerelvídeo.SeoyelavozdeMargareta.—¿Vistealgomás,apartedelcoche?—Levi laspiernas.Trepóy entrópor la ventana en lapartede atrásde la
casa.Lospantaloneseranverdes.V-v-vilaspiernas.—Visteunpardepiernasqueentrabanporlaventanaenlaparteposteriorde
lacasa.¿Estocuándofue?—preguntaMargaretaconuntonodevozinalterado.—Elviernes.Kennethcomienzaaagitarsumanomientrashabla.Harrietsedetienedenuevo.«Elviernes.»Hastaestepunto, lahistoriadeKennethcoincidecon loque leexplicóLia.
Harrietvuelveadarlealplay.—¿Quépasóluego?—regresalavozdeMargareta.—Luegosalícorriendo.C-c-cuandollegaronloscochesdepolicíaelsábado
volvíair.Novinadamás.Noviloquepasó.Enlagranja.Noselapodíaverdeltodo.
Harriet se detiene. «No se la podía ver del todo.» El chico se traga laspalabrasmientras lo dice, como si de repente hubiese cambiado de idea. ¿Porquéseñalaquenoeraposibleverladel todo?Suenacomosihubiese intentadoveralgo.¿Puedeserqueinclusovieraalgoenlagranjasincomprenderquéera?
—Ahoranotesigo.¿Puedesrepetirquéfueloqueviste?Dilootravezyunpocomásclaro.
LasmanosdeMargaretaestánquietasenlaparteinferiordelaimagen.«Pregúntale sobre el establo», murmulla Harriet para ella misma. Pero
Margareta le pregunta a Kenneth sobre el coche, sobre el aspecto de los
pantalones, de qué ventana se trataba y dónde había estado él las últimasveinticuatrohoras.
Harrietsefrotalosojos.Estáseguradequeélvioloquepasóenelestabloya Margareta se le ha pasado por alto preguntárselo. Tienen que volver ainterrogaraKenneth.
15
Harrietbuscaunapequeñabotelladeperfumeenel fondodelbolsoy seechaunagota en el cuello.Noquiere oler a tabaco cuandovuelva al despacho.Enrealidad, no debería fumar en horas de trabajo, pero era una situaciónexcepcionalyelcigarrillolahaespabilado.
Luegoneutralizaelsabordebocaconlapuntadeunodelosbollitosdenata.Haaprovechadoparairabuscarlafuentealasaladereuniones.Lenahapuestounanotaconeltexto«Cómeme»yhadibujadouncorazónalrededor.Elrellenoestádelicioso.ElmóvilempiezaavibrarsobreelescritorioyapareceelnombredePaulenlapantalla.
—Hola, pequeña Harry. —Paul parece estar a punto de echarse a reír—.Tieneslavozrara.
Elsonidoesbuenoapesardeestarenlaotrapuntadelmundo.—Perdona,estoycomiendo—consiguedecirella.Tienelabocallenadenata.—Para variar—contesta Paul. Lo dice de forma cariñosa y sabe que está
bromeando.Cuandoleoyehablarpuedeimaginarseasuhermanodelante.Altoy delgado, el pelo rizado y rubio, y unos ojos verdes chispeantes. Una claraversióndeEugen.
En la escuela, todas las chicas perseguían a Paul.Ahora, de adulto, asesorfinancierodeéxito,licenciadoenComercio,podríateneracualquiera.Harrietseparecemásasumadre:ojoscastaños,unosrizosindomablesyunachichamuytozudaqueseniegaairse.SucarreranohadespegadodelamismamaneraqueladePaul.
—¿Estáisbien?—preguntaella.Esagradableoírsuvoz.—Sí, nomepuedoquejar, estamos en el paraíso.Claro que ayerEva-Lena
resbalósobreunaascidiaysehatorcidoelpie.Nopuedeestaralsolyalparecer
tampocotoleralacomidapicante—bromeaPaul—.Unosecreequeconoceesetipodecosasdesupareja,peronoconsigoseguirleselritmoasusalergias;lasvacambiandocadadosportres.
Harrietsueltaunarisita.—Al menos, los niños van a la escuela de buceo, y sólo eso ya vale las
ochentamilcoronasquemehacostadoelviaje,porahora—añadeélysueltaunacarcajada.
AHarriet legustaríaseguirleelrollo,sacarlemáspuntaalahistoriadequéocurriríasiEva-Lenasequedasedormidaalsol,lesirviesenunbatidodeplátanocon chili, subiese corriendo a la habitación y descubriera que el personal delhotelhadobladolatoallaquedejansobrelacamaenformadeascidia.SabequePaulsereiríaagustoconesafantasía,peroahoramismonopuede.Lonecesitayen realidaddesearíapedirlequevolvieseacasa,peroesalgoque jamáspodrádecir. Si le habla de lo desanimado que está Eugen y de los despistes que hadescubiertodesdequellegóaLerviken,Paulsepreocuparáyellalearruinarásusvacaciones.
Harrietcierralosojos.Nosabenipordóndeempezar.—¿Hapasadoalgo?¿Adóndetehasido?—preguntaPaul.Ellacarraspea.—¿Nohasvistolasnoticias?—¿Qué? No, hemos hecho un viaje en barca, los últimos días he estado
desconectadodelmundo.Noheusadomiteléfononiunasolavez.¿Telopuedesimaginar? Me siento como si fuese otra persona. —Paul calla de repente—.Harriet,¿quéhapasado?¿Lepasaalgoapapá?¿Estábien?
Harriettomacarrerilla.—Ha sucedido algo horrible. Han asesinado a Laura Andersson, de
Sundgodset,yDouglasestáencomaporlapalizaquelehandado.—Aldecirlo,sienteunnudoenlagarganta.
Todohasidotanrápidoquenohatenidonitiempoparareflexionarsobreellohastaahora.UnbrutalasesinatohatenidolugarenelpueblodondePaulyellahanpasadotodossusveranosdelainfancia.Apartirdeahora,esoestarásiemprepresente.EnelmomentodecontárseloaPaul,sevahaciendorealidad.
—Diosmío.Sehaceunsilencio.Paul,aquiennuncalefaltanpalabras,pareceperderpor
uninstantelafacultaddelhabla.—¿Cuándohasido?—Estefindesemana.Laencontraronmuertaenlafinca,debajodeuntractor.
Estuveallíconelnuevotrabajo.Paul,lahanejecutado.—Harrietsearrepientenadamáspronunciarlaspalabras.
PuedeoíraPaulrespirandoalotroladodelteléfono.—¿Quédices?—Lamataronconuncuchillo—continúaHarriet—.Peroprimero ledieron
unapaliza.OyequeaPaullecuestarespirar.—Joder.Quéaberración.¿Lodicesenserio?—Sí—contestaHarriet.—Elpueblodebedeestarpatasarriba.—Ya tedigo.—Peroapesardelasesinatoydelalboroto, loque levienea
Harriet a la cabeza cuando piensa en los últimos días es Eugen—.Buf, ojaláestuviesesaquí.
Paulsevuelveaquedarensilencio.Harrietsearrepiente.Noessuintenciónquesesientaculpable.Harrietcarraspea.
—Porcierto,¿conocesaalguienquesellamaLiaenLerviken?Paulnocontesta.—Unamujerrubia,másomenosdemiedad.Muymona.—Perdón,estabamirandoelAftonbladet.Harriet,necesitodigerirlo.Estoes
unalocura.Noloentiendo.¿PorquémepreguntassiconozcoaalguienquesellamaLia?
—Es una mujer con la que coincidí al salir a pasear. Me sonaba de algo.Parecía serdenuestraedad,asíquehepensadoquea lomejor tú laconocías.Necesitoencontrarla,esimportante.
—No,noconozcoaningunaLia—diceal finalPaul—.¿Porquénecesitashablarconella?
—Bueno, prométeme que esto quedará entre nosotros. Ella me llamó para
contarme una cosa, pero luego desapareció. Creo que sabe algo acerca delasesinato. Me dijo cosas que no hemos hecho públicas. Lo que pasa es quedeberíahaberlacitadoencomisaría.Mereuníconellaasolas.Medejéllevarporunimpulso,perodeberíahaberlopensadomejor.Yahoranopodréarreglarlosinoconsigodarconella—empiezaaexplicarHarriet.
—¿Quétedijo?—lainterrumpePaul—.¿Porquéqueríaverte?LavozdePaulsuenadurayHarrietpierdeelhilo.—¿Queporquéqueríaverme?—Harrietlimpiaunamigaquehacaídosobre
el escritorioy se relameunpocode rellenoque tieneenelpulgar—. Imaginoquecorreelrumordequetrabajoenelcaso.YasabescómoesYvonne.
ParecequePaulsueltaunbufido.—Sí,yavecesunopuedeacabarhastalasnaricesdeYvonne—dice.—Porcierto,¿sabesquiénesKennethJönsson?Esotrotestigo.Las palabras salen volando por la boca de Harriet. En estos momentos
necesitahablarconsuhermanomásquenunca.Aélpuedeexplicarlecualquiercosa.Casileduelefísicamentecuandosedacuentadelomuchoqueloechademenos.
—Harriet, frena un poco. No te sigo. Dios, estoy conmocionado. Unasesinato.Joder.—Sevuelveacallar—.Sí,séquiénesKennethJönsson,vivearriba, alquila una de las casitas de veraneo, su madre limpia en casa de losNyman.PeroesaLianotengoniideadequiénes.Noconozcoatodoelmundoen Lerviken.—Se oye un golpe al fondo—.Harry, llega Eva-Lena y no estácontenta.—Paulbajael tonodevoz—.Te tengoquedejar,yasabescómoes.Perdona.Luegotellamo,encuantotengaunmomento.
Sehaceel silencio.Harry sequedaconel teléfonoen lamanoy lamiradapuesta en la pantalla negra que tiene delante. ¿Que se tiene que ir? Hace unmontón que no hablan y ni siquiera pueden terminar la conversación. ¿Se haproducido un asesinato en Lerviken y piensa que esmás importante no hacerenfadaraEva-Lena?Harrietnolograentenderlo.Norecuerdalaúltimavezquehablaron sin que Eva-Lena acabara interponiéndose. Le parece que hace unsiglo.
Necesitaotrocigarrillo.
En el patio de atrás hace frío.Lamayor parte queda a la sombra.El calor definalesdeveranodeestamañanasehadesvanecido.Harrietintentaponerseenlaúnica zona a la que llega un poco de sol, pero es como si los rayos ya nocalentaran.«Eltiempocambiamuyrápidoafinalesdelverano,undíahacesolyalsiguienteesotoño»,piensa.Conunamanosujetaelcigarrilloyconlaotra,elteléfono.ElmóvilempiezaasonaryHarrietselollevarápidamentealaoreja.TienelaesperanzadequeseaPaulquienvuelveallamarla.
—Hola,mellamoRebeckaRobertsson,tellamodeTV4.Buscoaalguienquepueda responder a unas preguntas en relación con el asesinato en Lerviken.¿Trabajasenelcaso?
Harrietsedetieneamediacalada.¿CómohaconseguidoTV4sunúmerodeteléfono?
—Tenemos información de que habéis hecho un registro domiciliario en lacalleLerviksstranden,28,¿escorrecto?—siguepreguntandolamujer.
—No puedo hacer comentarios. Tenéis que dirigiros al Departamento dePrensa—diceHarriet.
—Hemosvistoloscochesdepolicíajuntoalestrecho.¿Esotienealgoqueverconelasesinato?¿Puedesconfirmarlo?
—CreoquelomejoresquetedirijasalDepartamentodePrensa,esperaquetedoyelnúmero.—Harrietseparael teléfonodelabocaparaqueRebeckanooigacómoexpulsaelhumomientrashabla.
—NosconstaqueunhombrellamadoTonyHesselgrenestáempadronadoenesadirección,¿esunsospechoso?—continúaRebecka.
—Tengo que derivarte al departamento correspondiente. Unmomento, quebuscoelnúmero.—Harrietapagaelcigarrillo.Mierda,elnúmeroestáescritoenlapizarraenlasaladeinvestigación,tendráqueentrarparaencontrarlo.
—Tengo en mis manos un extracto de sus antecedentes penales y lo hancondenado en varias ocasiones por delitos graves, ¿es vuestro principalsospechoso?
—Losiento,peronopuedocontestarvuestraspreguntas.Simedastunúmero
de teléfono, lepidoa alguienque tedevuelva la llamada—diceahoraHarrietcon un poco más de dureza mientras siente cómo la nicotina le alcanza elcerebro.Hacemuchotiempoquenofumaasídeacelerada.
—¿Quépuestotienes,Harriet?,¿escriboqueeresinvestigadorapolicial?—No,noquieroquemeciten,nomeocupodehacerlasdeclaracionessobre
nuestros asuntos —contesta Harriet, y se sienta en el muelle de carga de lapizzería.Joder,¿tandifícilesdecomprender?
—De modo que un registro domiciliario es un asunto. Entonces ¿TonyHesselgrenessospechoso?—continúaRebeckaconrapidez.
Harrietsuspira.Estaperiodistaesimposible.—Noquieropronunciarmealrespecto.Hablaconmijefa,MargaretaBladh.Searrepienteenelmismoinstantededecirlo.AMargaretanolegustaráque
lederiveaellalaspreguntasdelosmedios.—MargaretaBladh,¿esellalaresponsable?¿Noteníaantesotronombre?Harriettragasaliva.¿Quéclasedepreguntaesésa?—¿Puedes darme el número de Margareta Bladh?—Rebecka es como un
buldócer.Harriet siente cómo le rezuma el sudor de las axilas. La tela húmeda del
vestido se le pega a la chaqueta mientras busca el número de teléfono deMargaretayluegololeeenvozaltaparaRebeckadeTV4.¿Quéespeor?¿Quedé el número deMargareta a losmedios o que publiquen el dato del registrodomiciliarioyhaganreferenciaaella?TalvezseadarelnúmerodeMargareta,porqueparecequeellaodiaalosperiodistas.
CuandoRebeckadeTV4cuelga,Harrietsacaelcuartocigarrillodeldía.Enrealidad,noleapeteceynosabemuybienporquélohace.Cuandosetermineelpaquetedejarádefumar.Otravez.
Un hombre con bata blanca y un delantalmanchado asoma la cabeza y seenciendeéltambiénuncigarro.
—Hola,señorita,¿undíaestresante?«Niquelodigas»,piensaHarriet,peroselimitaaasentirconlacabezacomo
respuesta.Eselmismohombrealquesaludóelotrodíadesdeelcoche.—Señorita, a veces miro a mis clientes y pienso que en realidad están
estresados porque necesitan reunir dinero para comprarse tranquilizantes.¿Entiendesloquequierodecir?Tómateloconcalma,cómpratealgoricoycierralosojos.Sóloseviveunavez—mientrashabla,lesonríe.
Harrietapagaelcigarrillo.—Losé—diceantesdedejarelpatio.Enelcaminodevuelta,haceunaparadaenlapasteleríaysecompraunbollo
depasasyunaCoca-ColaZero.Serásucomidadehoy.Harrietenvuelveelbolloen labolsadeplásticoysujeta la latadeCoca-Coladebajodelbrazoantesdeempujar la puerta gris de hierro de la comisaría.Quiere tener unamano libreparapodercogertambiénunvasodecaféporelcamino.Sialfinallaaceptanysequedaaquí,talvezellatambiénsecompreunatazadeoficinaconalgúnlemaescrito,igualquePatrik,Protectorofthewounded.
Cuandovuelveatomarasientoenelescritorio,abreelbuzóndeentrada.Estárepletodemensajessinleer.Arribadeltodoenlalistaencuentraloqueestababuscando.HanllegadolosarchivosconlosregistrosdellamadasdelaantenadeHenrikehill, lo cual significa que puede intentar averiguar el número desdedonde la llamóLia.Harriet tomaun sorbodel caféy cogeun trozodelbollo,esforzándoseporno llenar el tecladodemigas.La lista del sistemadepolicíaestádivididaencolumnascon llamadasentrantesysalientesydatosde tráficoenlashorasindicadas.Unafilaparacadadato.LeencantaelExcel.Justoeneseinstante llaman a la puerta y aparece la cabeza de Göran. Harriet reprime unsuspiro.NotieneganasdehablarconGöran;sospechaqueenrealidadloúnicoque quiere es comprobar si está trabajando y si le han dado tareas másinteresantesqueaél.
—¿Cómoteva?—AlverloqueestáhaciendoHarrietfrunceelceño—.¿Porquétienestúlaslistasdellamadas?¿Hastrabajadoconesoalgunavez?
Suprimerimpulsoescontestarleconantipatía,peroluegocambiadeopinión.Enlugardehacerlo,inclinaunpocohaciaatrássusillaysonríe.
—Sí,claro,peroalomejortútienesmásexperienciaqueyotrabajandoconesto.¿Medaríasalgúnconsejo?
Élparececontentarse,yseacercaenseguidaalescritorio.—¿Sabes cómo aplicar filtros? —pregunta, y antes de que Harriet tenga
tiempodecontestarpulsadosteclasconsusdedosrechonchos.—Se pueden filtrar los datos en cada columna y hacer combinaciones para
sacarcoordenadasaproximadas,de formaquepuedasverdóndeseencontrabaunmóvil.Yasabes,haycélulasenlasantenasrecibiendoeltráfico;losdatossonbastante precisos. Sobre todo si la antena está ubicada en un lugar donde eltráficonoesintenso.
—Sí, lo he entendido. Estoy buscando un teléfono que sé que hizo unallamadaaunahoradeterminada—diceHarriet.
—¿Enquéfechayquéintervalodetiempo?Escríbeloaquí.—Göranseñalaconeldedoenlapantalla.
Harriet sonríe por dentro al ver que no usa el puntero del ratón paraenseñárselo.Enelcampodefiltradoindicaelintervalodetiempoentrelassieteylasochodelatardedelmartespasado.MásomenosaesahoraestabasentadaconunacopadevinoenelbardeHenrikehill,buscandoaMargaretaenGoogle.FuecuandoLialallamó.
Los datos filtrados aparecen en la pantalla. La antena recibió tráfico dequinientossetentayseismóvilesenelhorarioindicado.
—Comopuedesver,lalistaderesultadospuedeserbastanteamplia.Sisabeselnúmero,puedoayudarteadelimitarlabúsqueda—continúaGöran.
Harriet escanea rápido la lista hasta encontrar su propio número entre lascifras.
—Ahí, llamadaentrante,a las19.48—exclama,señalandoella tambiénconeldedoen lapantalla.Laconversaciónduróunminutoymedio.En sumóvilaparecía «desconocido», pero en la lista se ve un número. Un número deprepago.HarrietagarraunpapeldelescritorioyanotaelnúmerodesdeelquellamóLia.
—Si esunnúmerodeprepago,ya tepuedes ir olvidandode encontrar a lapersona que hizo la llamada, pero si quieres saber desde dónde llamó, puedesprobar con esto —dice Göran, y abre una nueva ventana—. Parece que lallamada se efectuódesde la antena deVäla—comenta—.El centro comercialestá próximo a la autopista, a las afueras deHelsingborg, pero por allí pasanmilesdepersonascadadía.Ahíseráimposiblerevisarlascámarasdevigilancia.
Mierda.Harrietsemuerdeellabio.Estátancercayalaveztanlejos...SiLiahallamadoconunteléfonodeprepagoesquenoquierequelaencuentren.SabequeHarriettrabajaenlapolicíayqueseguroquelabusca.
Piensaunrato.—¿Cómodeexactasson lascoordenadas?¿Puedesverconexactituddónde
estabalapersona?Enesecaso,almenospodríaacotarlacámaradevigilancia.Göransonríeyniegaconlacabeza.—Creoquetendrásquedejarloporimposible—diceél.Harriet se reclina en la silla deoficina, traga el último trozodel bolloy se
limpiarápidolasmigasdelvestido.—Notengoningunaintencióndedejarlo—murmuraella—.Parecequeestoy
siempresolaentodo.Aldecirlo,seleocurrealgo.Sabedóndeestabaellacuandohizolallamadaa
urgencias desde el contenedor la noche que encontró aDouglas. Podríamirarcómosereflejanlascoordenadasahíparahacerseunaidea.
—Quieroprobaralgunascosasybuscarunpocoenlosarchivosparaacabarde ver cómo funciona—dicemirando de reojo aGöran. Él parece empezar apasárselobien.
Harrietabreelarchivoquecontienelosdatossobreeltráficodelanochedeldomingo.ElordenadortrabajaduroapesardequelaantenadeHenrikehill330gradossehallaenunazonarelativamentepocohabitadaydequeeltráficonoeselevado.Aplicaelfiltrodesupropionúmerodeteléfonoyencuentralosdatosdel tráfico de inmediato. A las 23.27 llamó al número de urgencias.Mira dereojo a Göran y luego hace justo lo que él le acaba de enseñar: buscar lascoordenadas en una nueva ventana. El lugar en el que se encontraba, en elcontenedordelaparteposteriordeSundgodset,aparecereflejadoconprecisión.Alfinaldelallamadavancambiandolascoordenadas;sabequesecorrespondena cuando estaba subiendo hacia el camino.Otra célula de la antena captó losdatosdeeselugar.
—Esos datos de la antena están superbién. El lugar indicado es bastanteexacto —comenta Harriet—. Es justo donde estaba yo. Es ahí donde
encontramos a Douglas Andersson en el contenedor. Más preciso que eso esimposible.
—Vale, a veces hacemos las cosas bien —contesta Göran—. Pero mepreguntosinohascometidoalgúnerrorenlabúsqueda.
Harrietlevantalamirada.¿Quéquieredecir?Sihahechoexactamenteloqueéllehaenseñadoysabeelmomentoexactodelallamada...
—Si lo has hecho bien, me pregunto por qué el resultado de la búsquedacontiene dos filas —continúa Göran. Harriet sigue el ancho dedo de sucompañeroconlavistamientrasseñalasobrelapantalla.Seproduceundestelloyapareceotronúmerovisibleenlafiladedebajo.
—Noloentiendo,¿porquésaleesoasí?—preguntaella.Göranseendereza.—Porquelohashechomal.Oporquehabíaotromóvilencendidoalmismo
tiempo y la antena ha registrado sus datos de tráfico. Como puedes ver, lascoordenadas son idénticas. ¿Nodijistequeestabas solacuando loencontraste?Supongoque,sialguienhubieraestadojustoatulado,lohabríasnotado.
Harriet se inclina hacia delante para comprobar si es correcto.Göran tienerazón.Debajode sunúmerohayotro escrito, con lasmismascoordenadas.EscomosiunairefríorecorriesesuespaldaylepusieralapieldegallinacuandocomprendeloqueGöranacabadeconstatar.
Habíaalguienmáseneselugar.Alguienquenointervino,peroqueestuvoahítodoeltiempo,justoasulado,mirando.
16
HarrietsequedasentadaconlavistaclavadaenlascifrasquecubrenlapantallamientrasGöransaledeldespacho.SabíaquenoestabasolaenSundgodset.Tuvoesa sensación todo el rato. Cuando recuerda el momento, casi puede oír larespiracióndeotrapersonaenlaoscuridadyleparecevolveravermovimientosentrelosarbustos.
Habíaalguienallí.Unasensacióndedesagradolerecorreelcuerpo.La taza de café que tiene sobre lamesa se ha enfriado.No puede dejar de
pensaren lanochedeldomingoyderepasar losacontecimientosensucabezauna y otra vez. ¿Fue alguien que la siguió hasta allí o se encontraba ya en lagranjacuandoellallegó?
Alapersonaquelaviodespellejarselasmanosintentandoabrirelcontenedorledabaigualqueloconsiguieseono.YesapersonadebíadesaberqueDouglasestaba ahí dentro. O almenos que había alguien en el contenedor, los golpesdesdeelinteriorseoíancontodaclaridad.Talvezinclusoselopasóbienviendocómoellatratabadeabrirlo.
Harriet busca enseguida el número en el archivo de teléfonos, pero no loencuentra.Esunatarjetadeprepagosinregistrar,imposibledelocalizar.Suspiraysereclinadenuevoenlasilla.
LapuertadeldespachoseabredegolpeyvuelveaaparecerGöran.Harrietponecaradequeclaramentelaestámolestando.Necesitareflexionarynoquierequesucompañeropiensequepuedeirasudespachocadavezquenotenganadaquehacer.
—Estánvolviendo.¿Adivinaquéhanencontradoensuarmario?¡Bingo!Harrietnopuedeevitarsoltarunarisita.«¿Bingo?»Lisasemoriríaderisaal
oírlo.
—¿Sabesquéhanencontradoenelarmario?—Sí,enelregistrodomiciliario.—Haceunapausaparagenerarexpectación
—.Hanencontradounpardepantalonesverdes llenosdesangre. Igualque loquedijoesepiradoensutestimonio.EstetalTony,¡menudolerdo!Nisiquierase ha desecho de los pantalones y ahora lo hemos pillado. Esto está de putamadre.Aveces,Margaretaesunamáquina,aunquealosdemásnoosguste.
Harrietsequedaseria.LaideadequeTonyhayamatadoaLaurahacequeselerevuelvaelestómagoyseponetensadepiesacabeza.
—¿Estádetenido?—Orden de búsqueda. Seguro que Konrad ya ha decidido arrestarlo. El
Mazdaqueestáasunombreesuncocheantiguo.Esfácildelocalizar.GöranescrutaaHarrietconsusojosazulclaros.—Por cierto, reunión dentro de cinco minutos en la sala, de parte de la
Mosca. —Göran se muerde el labio de forma exagerada—. Quiero decir...Margareta—secorrigeasímismo.
Görandesaparecetraslapuerta,peroHarrietlepuedeoírmurmurandoporelpasillo.Cogerápidosulibretaysaletrasél.
—¿Vas a contarnos algo?—preguntaGöranmirando la libreta queHarrietllevaenlamanocuandoentraenlasaladereuniones.
—Sí,pensabainformardelosdatosquetengosobreTonyHesselgren.Harriet se interrumpe al oír unas carcajadas en el pasillo; Rakel y Elias
aparecenporlapuerta.—Premioparanosotros,ostocainvitaralosbollos—diceRakel.«Primerobingoyahorapremio,estoescomoestarenunconcursodesábado
porlanocheenlatele»,piensaHarriet.Patriksacaunmóvildelbolsillodelaperneracolorcaquiymuestraunafoto
en la que aparece Elias enseñando algo cubierto de manchas y con Rakel alfondoconelpulgarhaciaarriba.RakelríeyHarrietsuspira.
Que Patrik haga tonterías encaja perfectamente con la imagen que se haformadodeél,peroqueEliaslesigaeljuegolasorprende.Parecíadecente.
—¿Aver?—diceHarrietestirandolamanohaciaelteléfono.Patrikpasalosdedospor lapantallaparaampliar la imageny se lomuestraaHarriet.Parece
satisfechodehaberdespertadosucuriosidad.Entonces,Harrietvealgoquelahaceatragantarse.Eliasnosóloenseñaunos
pantalonesverdes, sinoque tambiénsepuedeverun jerseyensangrentado.Unjersey que Harriet reconoce muy bien. En el pecho hay un emblema y pone«Instituto de Spånga» con letras grandes y blancas. Es el viejo centro enEstocolmoenelqueestudiaronPaulyella.
—Está enordendebúsqueday captura.LlevaunMazda,modelode1998.Nuncallegaráapasarelpuente.Escuestióndehoras—diceMargaretaentrandoporlapuertaencompañíadeKonrad.Patrikguardarápidamenteelmóvil,peroHarrietsehaquedadoconlamiradaperdida.¿QuéhaceTonyconunjerseydelinstitutoalquefueronPaulyella?SisehacriadoenLerviken...
—UntestimoniolohavistoabajoenLervikentansólomediahoraantesdelregistro,asíquenohabrállegadomuylejos—dicePatrik.
—Enel recibidor faltabanunos zapatosy chaquetas, y sobre lamesahabíaunatazadecaféaúntibia.Parecíaqueseacababadeir—explicaElias.
Harriethadejadodeescuchar,suspensamientosvanamilporhora.¿Porquétiene Tony ese jersey? Paul tiene un jersey como ese que suele ponerse enverano, pero ¿cómo habrá ido a parar a casa de Tony? ¿Podría ser de otrapersona? Que Harriet sepa, no había más niños de Estocolmo en Lervikencuandoeranpequeños,yqueencimaalgunohubieseidoalInstitutodeSpångaseríabastanteinverosímil.
—Harriet, ¿qué has encontrado sobre Tony? —interrumpe MargaretavolviéndosehaciaHarriet—.¿Hola?
Harrietlevantalamirada.—¿QuétienessobreTony?—Margaretasuenamolesta.Harrietseestiraelvestidoyseacercaalapizarrablanca,deespaldasdesu
jefa.—TonyHesselgrentienetreintaycincoaños.Secrioconunamadresoltera
quesigueviviendoenelpueblodeLerviken.Nohaypadrebiológicoconocido.Notienehermanos.Repitiócursoenséptimo,perodejólaeducaciónbásicasingraduarse.A partir de los quince años hay registros judiciales en relación conmaltrato, robosydelitos levesdedrogas.Uncortoperíododeaplicaciónde la
Ley deCuidado deMenores (LCM) en el que fue a vivir con una familia deacogida en Landskrona. La LCM sólo duró medio año. Al año siguiente fuecondenado y se le internó en un centro de menores de régimen cerrado porconducción ebria, conducción temeraria sin permiso de conducir, robo, estafa,violencia hacia funcionarios y delito grave de drogas. Ha pasado por cincoinstitucionesdiferentes.DondemástiempoestuvofueenlacasadeacogidadeBlåklinten. Y así sigue la cosa, más robos y delitos leves de drogas. En unaocasiónhace sieteaños locondenaronporgraveviolenciadegénero.Acosóauna mujer. Recibe ayuda para la manutención y no tiene empleo. Según losrumores, ha hecho algunos trabajos sueltos en Sundgodset en alguna ocasión,peronomelohanconfirmadoynoconstaenningúnregistro.Peropodríahabertrabajadoennegro.
Harrietsueltaelrotulador.Haintentadoanotarlosdatosmásimportantesenlapizarramientrasibahablando.
—Estásunpocopálida,¿hapasadoalgo?—preguntaElias.Harriet carraspea. ¿Debe decir algo sobre el jersey? Elias la contempla.
Mierda,tienequedeciralgo.—Sí,meacabodedarcuenta,alrepasarsusantecedentes,que...—Serascala
cabeza—.Apartedelacosoalamujer,Tonypareceserunladronzuelonormalyno un psicópata frío y calculador.El quemató aLaura carecía de compasión.Esomehacepensarque...
Se está mareando y se da cuenta de que lo que dice no tiene demasiadosentido.¿Porquéhahabladodepsicopatía?
—Es cierto que no estamos rodeados de muchos psicópatas, sólo hay unpequeño porcentaje de la población que lo sea. Además, el asesino parecebastante inteligente,yestehombre, encambio,noesdemasiado listo.La ropaestabaahímismo—completaElias.
Habla con tranquilidad y tiene el don de no parecer un listillo cuandocompartesusconocimientos.
—Cómoesdefríoyquéescapazdehaceresalgoquenosabemos.Además,esodequeexistaunaconexiónentreinteligenciaypsicopatíaesunmito—diceMargareta, y añade—: He participado en un amplio estudio que trataba justo
sobreeseprejuicio.Elresultadomuestraclaramentequecuantosmásrasgosdepsicopatía tenían los enfermos examinados, más bajo era el coeficienteintelectual.Laideadequelospsicópatassoninteligentesesmuypopular,peroesporquelagentesecreetodoloqueveenlaspelículas.
Está claro que Margareta no quedará contenta hasta que diga la últimapalabra,asíqueHarrietnoagreganadamás.Respirahondo.Seguroquehayunaexplicaciónlógicaparaesodeljersey.
—Göran, ponte en contacto con los policías que han participado antes eninvestigacionesqueimplicabanaTony.Quierosaberquéimpresiónsehanhechodeéldespuésde interrogarlo.Sihayactasdeantiguas investigaciones,puedesreclamarlas—afirmaMargaretaantesdequeGörantengatiempodecontestar.
—Perosiaúnnoestádetenido—murmullaGöranmirandoelreloj.—Essólocuestióndetiempo.Pretendosabercontotalseguridadloquenos
espera,noadivinarlo.Aúnnohaterminadolajornada—respondeMargareta.UnsonidoagudoinvadelasalayMargaretasepalpalaamericanaporfuera.
Sacasumóvilatodaprisa.—ParecequealgúnidiotadelDepartamentodePrensahadadominúmeroa
losmedios.UnapersonatremendamentepesadadeTV4noparadellamar.Noquierohablarnuncacon laprensaymenosaúnconRebeckaRobertsson.¿Mehabéis oído? Por si os telefonease a alguno de vosotros. Si los enanitos de laprensadelacasanoconsiguenlidiarmejorconlosmedios,deberíandedicarseacorregirfaltasdeortografíaenlaintranet.Capullos.
Harrietmirahaciaelsuelo.Margaretanodebeenterarsenuncadequefueellaquienlediosunúmero.
PatriksevuelvehaciaHarrietyemiteundébilymolestozumbidoquehacequeRakelestéapuntodeecharseareír.Harrietentiendeloquequieredecir.LaMosca.
—Loúnicopositivodehaberbajadohoyalpuertohasidolamalacoberturaquehay.Aunquenoentiendocómopuedenvivirconunaseñaltanmalacomolaquetienenallíabajo—continúa,y levantaelmóvilsincontestar la llamada—.Encuantohemosdejadoatráslapendienteenelcaminodevuelta,haempezadoasonarotravez.
Sale por la puerta y la cierra con un golpe. Se sigue oyendo el timbre delmóvilporelpasillo.TodosesperanhastadejardeoírloparaestarsegurosdequeMargareta ha entrado en su despacho y ha cerrado la puerta, y entoncesempiezanaabandonarlasaladereuniones.
Harrietregresaasudespachoycierralapuerta.Necesitapensarynoquierequelamolesten.
En lugar de sentarse al escritorio y encender el ordenador, se acerca a laventana y se sienta en el alféizar. Fuera hay gente caminando por el paseo,bicicletas y perros con cadena que se enredan los unos con los otros. Estácansadaporlafaltadesueñodelanocheanterior,ycuandoapoyalafrenteenlamanove la anotaciónque sehizo enplenanoche.«Médico»,pone.TienequellamarypedirhoraparaquelehaganunarevisiónaEugen.YesalgosobreloquetambiéntienequehablarconPaul.
Después de media hora al teléfono, su llamada llega a la Unidad de laMemoriadelhospitaldeLund.
—Deacuerdo,¿tenéisunvolante?—preguntalamujeralaquehanpasadolallamadadeHarriet.
—No, pensaba que nos podíamos dirigir a vosotros directamente. Estoypreocupadapormipadre.Hacomenzadoaolvidarcosas.
—Seprecisaunvolantedederivaciónparaqueosatendamosaquí.Ytenemosuntiempodeesperadetresmeses.Tenéisqueempezarporira...
EscomositodoslosmurosdeHarrietsederrumbasen.—Por favor, necesitamos venir de inmediato. Esto ya lleva pasando
demasiado tiempo. No sólo se olvida de cosas; el otro día se perdió yme loencontré fuera y sin chaqueta. Es urgente. No podemos esperar variosmeses.Tenéisqueayudarme,mehallocompletamentesolaytalveznopuedaestarconéldentrodetresmeses.
Oyecómolavozselerompealhablar.Notienefuerzasparafingirdelantedelamujerdelteléfono.
—Espera un momento —contesta la mujer, y parece como si dejase el
teléfonoaunlado.Luegovuelveaatenderla—.Tenemosunacancelaciónhoyalastresymedia.¿Osvabien?
«Gracias», piensa Harriet, y cierra los ojos. La mujer ha comprendido sudesesperaciónydealgunamanerahaconseguidometeraEugenentre lascitasdeldía.Harrietmiraelreloj:lequedaunahoraymedia,eltiempojustoparairabuscarasupadreydirigirsealaclínica.
—Nosapañaremos.Talveznosealamejorhora,peronopuederechazarla.Ytalvezseamejor
que esto coja desprevenido a Eugen. Justo a tiempo, deja el teléfono en elinstante en queMargareta aparece por la puerta. Harriet baja de un salto delalféizardelaventana.
—¿Cómo va con el interrogatorio? ¿Me has hecho la transcripción? —preguntaMargareta
—Casi, dentrodeun rato estará—mienteHarriet.Necesitará almenosunahoramás para acabarla.Añade—:Al pasarla a limpio seme ha ocurrido unacosa.TalvezKennethJönssontengaalgomásquecontar.
Margareta reclina la cabeza de forma que la media melena se mete en elcuelloaltodeljersey.
—Enel interrogatoriomencionaunVolvoblancoqueestabaaparcadofuerade la finca, peroTony conduce unMazda rojo.Y hay unmomento en el quehabla del establo. Comenta algo de que no la podía ver del todo. Creo queintentómirar,peroqueenese instantenocomprendió loqueveía.Parecequetienemiedo.Creoquevioalgoenelestablo.¿PodríanserlashuellasdeKennethlasquevimosenelsuelo juntoalcubo?Enesecaso,significaríaquesesubióallí paramirar dentro y tal vez vio lo que pasaba—dice Harriet—. Además,seguroqueKennethsabequiénesTony.Esdelazona.
—Déjameverelborrador—lainterrumpeMargareta.—Aúnnoestádel todo terminado, ¿quieresverlo igualmente?Menciona el
Volvoenlosprimerosminutosdelagrabación;escuchatambiénloqueKennethdice al final. Pierde el hilo, como si se arrepintiese. Como si no lo quisieseexplicar.Poresocreoquehavistoaalguienaquienreconoce—contestaHarriet,yextraelamemoriaUSByselaentregaaMargareta.
—Bien,melovoyamirar.Esodelcocheesinteresante,aunque,claro,nonospodemos fiarde todo loquedicen los testigos.Es sorprendente lacantidaddevecesqueseequivocaninclusorespectoaobservacionessupuestamenteclaras.Además,silepreguntasaKonrad,tampocosirvecomoprueba.
—No,porsupuesto,perocreoque...—empiezaHarriet.NotienetiempodeacabarlafraseporqueGöranirrumpeeneldespacho.—Han cogido a Tony, estaba cruzando el puente. El imbécil iba con el
Mazda.Lohemosdetenido.—Parecequelefaltaelaliento.—Siempreintentanhuirenesadirección—contestaMargareta.—He hablado con los agentes que interrogaron a Tony en relación con el
acoso a la mujer —continúa Göran—. Dicen que fue casi imposible hacerloconfesar.Según la investigación,Tonymanteníauna relaciónmuycomplicadacon ella y hubo situaciones de maltrato y violencia sexual graves. La mujerbuscó ayuda médica en varias ocasiones y las lesiones fueron biendocumentadas.Unhijoputaasqueroso,siqueréismiopinión.
—Vale,pues,Harriet,¿preparamostúyyoelinterrogatorio?Creoqueestaríabienquevinieses.
Harriet no puede creer lo que está oyendo. ¿Margareta quiere que ella estépresenteenelinterrogatorio?¿Inclusoqueseríaalgobueno?
—Acabodehablarconlospolicíasquellevaronelcasoanterior,¿nodeberíaestaryoenelinterrogatorio?—diceGöran,queahorahaentradoeneldespachoysehaquedadoatansólounmetrodelajefa.
—No,prefieroaalguienmásneutro—contestaMargareta.Harriet gira la caraparaocultar su sonrisa.En realidad, es totalmente justo
que ella esté en el interrogatorio. Es una locura que sólo haga algunas tareasadministrativas y busque en archivos. Ahora podrá demostrar lo que vale.Además, le sienta bienqueMargareta la elija a ella antes que aGöran.Es unmarcajeimportante.
—Tengoquehacerunpardellamadas,peropongamosunahoraparavernosyprepararlo.—Margaretaconsultaelreloj—.¿Sobrelastres?
JustocuandoHarrietsedisponeacontestarquelevaperfecto,seacuerdadelavisitadesupadre.LacitadeEugenenlaUnidaddelaMemoriaesalastresy
media.—Hoy necesito salir un poco antes, tengo una visita con el médico, pero
puedovolverluego.Nocreoquetardemásdedoshoras.¿Podríamoshacerloalascinco?—preguntaenseguida.
Nolegustatenerquementir,peroesunamentiraamedias.Tienederechoaausentarse para una visita médica propia en horarios de trabajo. Además, noparece que a Margareta le importe trabajar hasta tarde y es posible que nisiquieralesllevenaTonyantesdelascinco.Asíquealomejornohabráningúnproblema.
—Vaya,entoncestendréquepensarencómolohacemos.Nopuedodecirquenoaunavisitaalmédico,peroestaríabienquelapróximavezmecomunicasesestas citas conmayor antelación, o las anotases en nuestra agenda común.Laplanificacióndelaactividadsecomplicamuchocuandolagentenovieneynoinformadesuausencia.—LacaradeMargaretapermaneceimpasible.
—Lo entiendo, pero es que me lo acaban de decir. No estaba previsto—contestaHarriet,yfingeabrirelcalendarioenelordenador.
—Naturalmente,lolamentosiestásenferma.PeroentoncescreoqueesmejorqueGöranyyonosocupemosdelinterrogatoriocuandotraiganaTony.Enlugardeeso,puedesencargartedemarcarlosmaterialesincautados.Esoesalgoquepuedeshaceraturitmoysindependerdenadiemás.Puedesserlaresponsabledelregistroenestecaso.Lenateenseñarádóndeestálamáquinadeetiquetado.
Su forma de decirlo hace que parezca una promoción. Lamanipulación deobjetosesunanuevaformadecastigarlaporhaberrechazadoel interrogatorio.Joder, no debería aguantar esta mierda. Ya ha tenido suficiente con latranscripción literal de la entrevista. Harriet no es alguien a quien se puedapisoteardecualquiermanera,ymuchomenosdelantedeGöran.
—Nosoyunairresponsableynuncameescaqueo.Estoesalgopuntual.¿Noes un poco absurdo malgastar mis capacidades en algo como marcar losmaterialesincautados?—diceHarrietcontodalacalmaquepuede.
Además, si ha de pasarse la tarde marcando material, no tendrá acceso alordenador,yentoncesnotendráningunaposibilidaddeseguirinvestigandoaesa
talLianidedar seguimientoalmóvilqueestabaencendidocuandoellahabíaencontradoaDouglasenelcontenedor.
—Esperemosquerealmentenoseasunairresponsable—contestaMargareta,ysaledesudespachoseguidadecercaporGöran.
17
El pasillo huele a diputación provincial. Desinfectantemezclado con lavabos.Harrietconsultaelreloj.Lastresyveinte.SumiradacaesobrelospiesdeEugenysuszapatosnáuticosdecolorsangredetoro,quedesentonansobreelsuelodelinóleonaranjamoteado.Está sentadoenelpasillo,en la sillaquehay juntoaella,conlasmanoscruzadassobrelachaquetaazulmarinoconforrodecuadros.No ha dicho ni una palabra desde que han aparcado delante de la clínica. Lapuertaquetienenenfrenteseabreconunchirrido.
—¿EresEugenVesterberg?—preguntaunhombreenbatablancacongafasmetálicas,queselehandeslizadosobrelanariz.
ConungestoinvitaaHarrietyaEugenapasaralaconsulta.Eugensesientaa tientas sobre una silla delante del hombre y Harriet sale a buscar una sillaplegableenelpasilloyseinstalaasulado.
—Bueno,¿porquéhabéisvenido?—preguntaelmédicosubiéndoselasgafasalafrente.
—Ésta es mi hija Harriet y está preocupada por mi memoria —empiezaEugendespacio.
EstípicodeEugenecharleaellalaculpa.«Lohaceparadistanciarse»,piensaHarrietcuandoelmédicosevuelvehaciaella.Tomacarrerilla.
—Acabodeveniravivirconmipadreyhenotadouncambionotableenél.Mihermanotambiénloadvirtióaprincipiosdeesteverano.—SevuelvehaciaEugen.Sesienteincómodaalhablardeélentercerapersona—.Noessóloqueteolvidesdecosas,sinoque también tepasas lasnochesdespierto.Comoestanoche. A veces me cuesta reconocerte. Y no creo que te estén ayudando lasvitaminas que tu médico de cabecera te receta.—Le duele decirle la verdad.Peropiensaenlamiradaqueteníacuandoloencontróenlaplaya.
Eugenapartalavistayabrazalachaqueta.Esdifícilsabersisuspalabraslohanherido.
—Mihijatienerazón.Mimemorianoeslaqueera.Heperdidolanocióndeltiempo. La verdad es que a veces no sé en qué día estamos —reconoce derepente.
—¿Te has sentido desanimado o ha pasado algo especial estos últimostiempos?—preguntaelmédico.
Eugenpareceestarpensando.—Estoyacostumbradoatrabajar.AúnconservomicátedraenlaFacultadde
Derecho y hasta hace muy poco trabajaba a jornada parcial. Todavía escriboartículosyenprimaveraimpartíuncursoespecialalosalumnos.Esetrabajolopuedohacersinningúnproblema,sonlaspequeñascosascotidianaslasqueyanocomprendo.Confundohorarios,lugares,planesynombres.Escomosifuese,sobre todo, un problemadememoria reciente—diceEugen conun suspiro, yañade—:Pero imaginoqueocurreasícuandoempiezasa tenerciertaedad.Yoestoymáscercadelosochentaquedelossetenta.—Intentasonreír,ylasarrugasdealrededordelosojosaparecenconmayorclaridad.
—¿Duermes bien?—pregunta el médico—. Un estrés prolongado, ánimosbajos y falta de sueño también pueden producir alteraciones de memoria. Notiene por qué tratarse de algo extraño. Pero si te has dado cuenta en variasocasiones de que te cuesta recordar cosas, eso sí que puede ser señal de unaenfermedad.
Eugenniegaconlacabeza.—Creoquenuncahedormidodemasiadobien—diceconunarisa.—Megustaríahacerteunexamenyalgunaspruebas—continúaelmédico.HarrietpuedeverdereojoqueEugenseretuercenerviosoenlasilla.—Mientras tanto, yo me voy a la cafetería a comprarme un café —dice
Harrietponiéndosedepie.TalvezEugensesientamáslibreparahablarsiellaestáfueradelaconsulta.
La cafetería se encuentra en un edificio anexo al vestíbulo principal. Harriet
sigue los letreros enelpasilloy la línea roja enel suelohastaunhuecoen laescaleraconascensores.Sedetieneyleeelcarteldelosascensores.
Seoyeunacampanitayseabrenlaspuertas.—¿Qué haces tú aquí? —pregunta una voz a sus espaldas. Harriet se da
media vuelta. Elias sale del ascensor. Va vestido con el uniforme y sonríe aHarriet.Sopesasiexplicarlequéestáhaciendoenelhospital,peroparecedifícilhacerseamigadeél.
—Unasuntoprivado.Ytú,¿quéhacesaquí?—replicaHarriet.Eliasseñalaelcartelinformativo.—Plantanueve,UnidaddeCuidados.HoymehanpuestoavigilaraDouglas
Andersson.—Mira a Harriet—. Pero es una unidad cerrada, así que no va apasarnadaymetengoqueescaquearunrato.Tambiénunacosaprivada.
Ella le guiña el ojo para mostrarle que entiende a qué se refiere. Va amarcharseydesatendersucometidosinqueMargaretaseentere.Hayuncódigoéticoentrelospolicíasencuantoalescaqueo;elquesechivaestámuerto.
—Michicaestáunpocodesanimadaporuntema.Avecesestáasí.Yasabescómopuedenser laschicas.—Sonríeavergonzado—.Hayuna tiendaenLundquelegusta,asíquehepensadoaprovecharparairycomprarleunregalo.Poreso.
—Locomprendo.Nodirénada—contestaHarriet.Parecemuyconsideradoconsunoviayesotienemérito,aunquenoestédeacuerdoenabsolutoenesode«cómo pueden ser las chicas». Pero sabe qué se siente cuando todo pesademasiado.
—Yodijequeibaalmédico,peroestoyaquíporquecreoquemipadreestáenfermo—diceella—.Aunquenosésiesasí,havenidoparaquelehaganunchequeo.
Sequedaensilencio.Temequesisiguehablandoseecharáallorar.Esoseríaterrible.
—Vaya,losiento—Eliaspareceincómodo—.Margaretaesunaimbécilconestetipodecosas,losabes,¿verdad?Sialgúndíanecesitassaliraalgúnsitio,nopasanada.Quierodecirquemelopuedescontar.Puedoocuparmedealgunadetustareasyasínosenotará.
—Muchasgracias,muyamablepor tuparte.—Harriet sonríeyél aparta lamiradaysefijaenelreloj.
—Metengoque largar,nopuedoestar fuerademasiado rato.—Seapresuraen dirección al vestíbulo, y ella se queda allí, contemplándolo mientrasdesaparece.
CuandovuelvealaUnidaddelaMemoriacondosvasosdecaféhumeantes,elmédicoacabade terminaryEugenestásentadoen lacamilla,abrochándose lacamisa.
—He hecho todas las pruebas necesarias, pero igualmente sugiero quehagamosuna resonanciamagnéticayunapunción lumbar.Tambiénosenviaréunvolanteparapedirunexamenpsiquiátrico.Osllegaráacasaunaviso—diceelmédico.
—Gracias—contestaEugen,yañade—:¿Podríausarelbaño?—Fuera, en el pasillo, enfrente de la sala de espera—responde elmédico
tendiéndolelamano.Eugendalasgraciasysaleporlapuerta.—Leagradezcomuchoquelehayarealizadounexamentancompleto—dice
HarrietcuandoEugendesaparecedelavistaporelpasillo.Intentasonarlomásanimada posible. El médico la observa un rato. Las gafas se le han vuelto aresbalarhastalapuntadelanariz.
—Comohedichoantes,ladepresión,elinsomnioylasoledadpuedenllevaraalteracionesdelamemoriayaestadosdedesorientación.Notieneporquéseralgograve,perotambiénpuedeserunindiciodedemencia.Hashechobienencontactarconnosotrosdirectamente.Tienemuchovalorqueteocupesasídetupadre.
Harriet comprendequeno le dirá nadahasta que sepa algo seguro.Tal vezhayaalgúnmotivoporelquelequieradarlaesperanzadequeloqueleocurrenoes tangrave.Sinembargo, lasensaciónque tieneenelestómago ledice locontrario. Sabe que hay algo que no va bien. Una parte de ella ha esperado
siemprequellegaraestedía.Eugenesviejo,lohasidodurantetodalavidadeHarriet.Noestaráahíeternamente.
—Novalelapenaquetepreocupesantesdequetengamosunaideaclaradeloquelepasa—diceelmédicoponiéndolelamanosobreelhombro.
—Gracias—respondeHarrietintentandosonreír.Legustaríadeciralgo,perolavozseleestárompiendootravezylaslágrimasseleacumulanenlosojos.Elmédico le ofrece lamano. Ella la estrecha, asiente con la cabeza y sale de laconsulta.
No puede ver a Eugen en el pasillo. Es unamierda que Paul no esté aquí.Harrietsacaelmóvilylosujetaconfuerza.Novalelapenallamarloahoradesdeuna sala de espera repleta de gente y de enfermeras corriendo arriba y abajo.Nunca le ha gustado hablar de asuntos privados cuando cree que la puedenescuchar.Asíqueenlugardellamarescribeunmensaje.
Harriet:Acabodeestarenelhospitalconpapáparacomprobarsumemoriaacortoplazo.Meparecequeestá
desorientado.Esmuyduro.Metemoqueestopuedeserserio.Elmédicoesbuenoyaúntienenquehacerleunmontóndepruebas.
¿Mepuedesllamar?
Loenvíayconfíaenrecibirprontounarespuesta.
El garaje de la policía y el espacio para los objetos incautados están en eledificiodehormigóngrisquehaydelantedelacomisaría.Aunqueseauntrabajodemierda se siente liberada al poder esconderse ahí. Harriet no tiene fuerzasparahablarconnadieenestosmomentos,yunatareamecánicaquenorequieredemasiadoesfuerzomentalesjustoloquenecesitaparadesconectar.
Aunasí,sedescubreasímismacompletamenteparalizadanadamásentrarenel garaje, con la mirada clavada en la sucia pared. ¿Cómo va a soportar estetiempodeesperahastatenerunarespuesta?¿Deverdadloquieresaber?
Selimpialasmejillasconlamangadeljersey,sesuenalanarizyenciendelasluces. Los tubos fluorescentes del techo parpadean varias veces antes de
encenderse.Almenossuconcienciaestámástranquilaahoraquevuelveaestareneltrabajo.
Elgarajehueleagasolinayaaceitedemotor,ysemareacuandoelolor legolpealanariz.LerecuerdaalestabloenelqueencontraronaLaura.
El Mazda es rojo granate y el óxido crece como la mala hierba en loslaterales.Harriettienelasensacióndeque,sicierralapuertademasiadofuerte,elcochesedesmontará.Seponelosguantesyabreelmaletero.Lenalehadadouna«mierdaparapruebas».
La recepcionista se ha exaltado cuando Harriet le ha preguntado por lasmáquinas de etiquetado. Con la coleta del pelo danzando y los pendientes deflamencobailoteando,lehasoltadotodoundiscursosobrelosaparatos:
—EnunamáquinaseenganchalacintayalaotralefaltalaletraR.PatrikyGöranseponendelosnerviosconeso.Imagínatelo.Siemprelessugieroquesecambien los nombres a Patjik yGöjan.YMajgajeta y Jakel.—Y luego se haechadoareírmientrassesonrojaba.
El maletero cruje cuando Harriet se acerca, y se abre casi sin tocarlo. Lacerradura está rota.El asiento trasero se encuentra reclinadoy todo el espacioestá recubiertodeporquería.Cuchillos,hachas, tenazas,cizallasyunapalancadehierro.Enunrincónhaytresdestornilladoresyuntaladro.Todoparecehabersido tirado de un lado a otro. Tal vez el desorden se deba al registro en elmomentodeconfiscarelcoche,otalvezTonysimplementetiraahílascosasdecualquier manera. Harriet suspira y saca todas las herramientas y loscachivaches. Va con cuidado de no cortarse con ninguno de los cuchillos. Lamáquinadeetiquetadoes lentaycuestacambiar la letracon losguantes.«Mevoyavolver locasi tengoquemarcar todaestamierda»,piensaellacuandolamáquinachasqueaporsegundavezylaletraRdelaetiquetanegrasetransformaen un gran borrón blanco ilegible. Casi puede comprender el mosqueo de«Patjik».
Al fondo del maletero hay un montón de trapos que parecen ropa vieja.Harriet los sacude. Unos guantes de plástico, móviles y unmontón de viejoscartonesdetarjetasSIMcaenalsueloconunestruendoqueresuenaentodoel
garaje.Intentarascarseelpelo,peroesdesagradableconlosguantesdeplásticopuestos.
¿Tiene que introducir en el registro también las cosas que parecen traposviejos y basura? ¿Dónde pone el límite?Margareta le va a llamar la atenciónhagaloquehaga.Levantaelmontónderopa.Siemprehaycosasenlosbolsillos,estásegura.EnelbolsillodelpechodeloquesemejaunacamisadefranelatallaXXLhayunpaquetedepapeldealuminioytresbolsitasconcierredeltamañode un sello. Harriet los pone sobre la palanca mientras sacude unos tejanossucios que huelen a orina. Una bolsa de plástico con pastillas blancas cae alsuelo.Harriet vuelve a dejar los pantalones y abre con cuidado el paquete dealuminio.Algoquepareceuntrozodeazúcarmarrónharinososedesmenuzaensusmanos.Hachís.
Las bolsitas del tamaño de un sello contienen un polvo blanco amarillentocon un leve olor a flores, parecido a lacomo a vainilla.No es una experta ennarcóticos,peroestábastanteseguradequesonanfetaminas.
Sacaunaúltimacajaconchatarrayelespacioquedavacío.Enel suelodelmaleterohayunhuecocontapaparalaruedaderepuesto.Harrietcogeunodeloscuchillosqueacabadesacarparatirardelganchodelatapaypoderabrirla.El hueco está oscuro. La rueda de repuesto ocupa casi todo el espacio, peroparecehaberalgometidodebajodelneumático.La ruedaestá torcida,poresotienequeusarambasmanosparaconseguirmoverla.Lasheridasde lasmanosporloscortesquesehizoconelcontenedoraúnleduelen.
Se pone la linterna en la boca y se sienta en el borde. La rueda pesa y leempieza a sudar la frente. Se coloque como se coloque, la postura es muyincómoda y le duele la espalda. El haz luminoso tiembla delante de ella, ymientrastrabajatienequeirsorbiendolasalivaparaquenoensucieelmangodelalinterna.Lograsacarelneumáticoconunestirón.
Debajo hay un trapo escondido. Harriet lo estira para sacarlo. La tela sedesprende con un rasguido y de pronto Harriet tiene en sus manos una viejatoallarepletademanchasoscurasysecas.Seoyeungranimpactocuandoalgocaealsuelo.Sequedacongeladaalverdequésetrata.Enelsuelo,muycercade
su pie, hay un cuchillo grande. El filo mide casi quince centímetros y estácompletamentecubiertodesangreseca.
18
Harrietentrasinalientoenlacomisaría.—¡¿DóndeestáMargareta?!—legritaaLena,enelmostrador.Larecepcionistaapartasorprendidalavistadelordenadorycierraconrapidez
laimagendeunaristradecartasconunfondoverdequehayenlapantalla.—Han detenido a Tony y en estos momentos lo están interrogando. Se
encuentran en la sala grande, en el tercer piso.Margareta quería grabarlo concámaraysonido—respondeLena,yañade—:¿Faltabaalgoenelkitderegistrodepruebas?Hepedidomásguantes,perolosdelprimerenvíoeranpequeñosydecolorrosachillón,asíquelosdevolví.Unalocura.
LenahablatandespacioqueHarrietyaestácaminodelascensorantesdequeacabelafrase.
Atravésdelapuertadecristaldelasaladereunionesquehayalfondoseveluz.Harrietvahaciaallíyllamafuertealapuerta.Margaretaabredirectamente.
—Sí,¿quépasa?—preguntacontemplandoirritadaaHarriet.—Heencontradounacosa—Harrietbajalavoz.Quizánodebadecirquéesporsiseoyeporelquiciodelapuerta.—Esperoqueseaalgoimportante—respondeMargareta.—Es un 27.4 —consigue decir Harriet. Margareta debería entender qué
significasileespecificaelartículodelaleysobrematerialincautado.—Göran,hacemosunapausaenelinterrogatorio,peroTonyytúosquedáis.
—Margaretacierralapuerta.MiraconseriedadaHarriet.—Heencontradouncuchillollenodesangre.Estabaenvueltoenuntrapoen
el coche, encajado debajo de la rueda de recambio. Creo que es el arma
homicida.—Harrietsedacuentadequehablajadeando—.Enestosmomentosestáenelgaraje,enunabolsadeplástico.¿LomandoaLinköping?
—Bien,Harriet—contestaMargaretaconénfasis—.Yyoquecreíaquehoyyanovolverías...Déjalodondeestá.Quieroverlo.VamosaterminarconTony.Nosquierehacercreerquenotieneniideadeporquéestáaquíynoexplicaporqué estaba a punto de irse del país. Cuando Göran le ha sacado el tema delcomportamiento sádico sexual que aparece en su expediente, él lo ha negadotodo.Sinembargo,ahoratenemossuficientesindiciosparamantenerlodetenidoporelasesinatodeLaura.Alomejorasícantaunpocomás.
—Necesitaráunabogado.—Sí, claro que sí. Harriet, te puedes ir a casa. Mañana nos vemos en mi
despacho.SustituirásaGöranenelinterrogatorio.Harrietasienteconlacabezayvuelvealascensor.—Lohashechomuybien—lediceMargaretaenaltoantesdequelaspuertas
secierren.Harriet se observa a sí misma en el espejo. Sus rizos castaños están
desaliñadosynotalanucaylaespaldaempapadasdesudor.Además,llevaeltopmanchadodeaceite.Intentaapartarseelpeloquelecaesobrelacarasoplándolo,peroselehapegadoytienequeutilizareldorsodelamano.Apesardetenerlosdedospegajosos,logramandarleunmensajeaLisa.
Harriet:Creoqueacabodeconseguirunpunto.Harriet1-Bruja0.Además,tengounamigo.Lleva
uniformeycompraregalosparasunovia.Teencantaría.
Lisaresponde.
Lisa:Go,Harriet.Go.LehedestrozadounjerseyconlastijerasamiH.Meheenfadado.Tambiéndeberíacomprarmeregalos.
Harrietseechaareír.SerelnoviodeLisatienequeserlapeorpesadilladelmundo.
Siente el sabor a tabaco en labocadurante el viaje en cochehasta su casa enLerviken.Eltipodelapizzeríahasalidoylehahechocompañíaalterminarlajornadadetrabajo:sehanfumadounpitilloenelpatiodeatrás.
Elcielovuelveaestardespejadoyelsolbrillasobreelestrecho,aunquenoesté tan alto como enmitad del verano.Los barcos de vela pasan por delanteempujados por el viento del sur. Eugen e Yvonne están en el jardín de ellatomando café. El césped se ve bien cuidado y las anémonas de otoño sebalanceanenlosparterres.EnlacasadeobravistadeYvonneseestá igualdebienquesiempre.
—Harry, pequeña, qué alegría verte —la saluda mientras se levanta y leofreceunasilla.EnlamesayahayunatazademáspreparadaparaHarriet.
—Esperabaquellegarasatiempoparaelcafédelatarde—diceYvonne.Llevapuestounvestidorojo,botasdeaguayunasgafasgrandesdesol.El
peloseloharecogidoconunmoño.—¡Hasvenido!—exclamaEugensonriéndole.Parecequehayaolvidadoque
haceunaspocashorashanestadojuntosenelhospital.—Heremovidolatierradelhuerto—lediceYvonnecuandoHarrietabrela
verja.—Québonito.—Quesepasquehoyhahabidomuchoquehacer.Hayperiodistasportodas
partes.Hemoshabladodeltematodoeldía,todoslosdelpueblo,yahorayanopuedomás—dicequitándoseelsombreroparaservirelcaféenlatazavacíaquehaydelantedeHarriet.
«CuandoYvonnenopuedenihablar,lacosaesseria»,piensaHarriet.—He comprado un roscón de vainilla, probadlo —dice acercándoles la
bandeja.Eugenseveobligadoacogeruntrozo.«Bueno,porlomenoscomealgo»,se
diceHarriet.—Hoysehavividounbuendramaporaquí.Lapolicíahacercadolapequeña
cabaña que alquilaTony junto al agua.La señoraNyman estaba que no cabíadentro de sí. Incluso tienen a los periodistas en la terraza —dice Yvonne
subiéndoselasgafashastalafrente.Parececansadaytienelosojoshundidosyunasoscurasojeras—.Estáenbocadetodos,aunquenodebería.¿Cómovaeltrabajo policial? ¿Es Tony sospechoso de algo?—continúamirando curiosa aHarriet.
Se nota mucho cuando a Yvonne le afectan las habladurías. Ella más quenadie,yaqueseencargadealquilarlascabañasdelaorillaydetodolodemás,deberíasaberlotodosobreelregistrodomiciliario.Porotrolado,fueellaquiencondujoalapolicíahastaTony.
—Nolosé.Hoymehededicadomásquenadaal trabajoadministrativo—respondeHarrietmirandoaEugen.Porlovisto,nolehaexplicadoaYvonnequehanestadoenLund—.¿TrabajabaTonyencasadeDouglasAndersson?—EllamismanotaquealzaunpocoeltonodevozalhacerlelapreguntaaYvonne.Nosuenatannaturalcomopretendía.
—Sí, creoqueDouglas lo contrató enalgunaocasión.Teníaquecomprarleunacajafuerte.Nomepreguntesporqué.Tonyestabametidoenunmontóndejaleos.Creoque,sobretodo,lespedíadinero.Douglastienecabeza,peroTonyesunodeesosdelosqueesdifícilapartarse—diceYvonnebajándosedenuevolasgafasdesol.
—¿Quéquieresdecirconeso?—preguntaHarriet.—Haceunosañosmaltratóaunamujer.—Yvonneestáseriaysuvozcálida
esahoramásgrave—.Fue tremendo.Locondenaronporello.Desdeentoncesnoesbienvenidoenelpueblo.Sinembargo,volvió,yyo,quenosédecirqueno,le alquilé la cabaña. —Se sube de nuevo las gafas de sol a la frente. Susmovimientos inquietos agobian aHarriet—.Si hay algo quememolesta es lagentequeseaprovechadelosotrosdeesamanera.Amímeparecequehayqueserbuenaspersonasconlosdemás,ylosdiosessabenbienquesiempreledoyala gente más de una oportunidad. Los tipos como Tony crean intranquilidad.Nadie quiere tenerlos cerca. Puede ocurrir cualquier cosa. No debería haberlealquiladolacabaña—continúadiciendo.
—Amímeparece tremendamente tristehablar así deTony,pero está claroque sí que tenías que alquilarle la casa—replica Eugen—.Todos deberíamoshaberhechoalgoantesparaayudarlo.
Yvonnelomiraseria.—Eugen,laverdadesquenoentiendoloquequieresdecir.—¿Conoces aTony?—preguntaHarriet.Eugen nunca antes le ha dicho ni
unapalabraalrespecto.—SumadremepidióayudaenvariasocasionescuandoTonyeramásjoveny
sehabíametidoenlíos.Sabíaqueyoeraabogadoysesentíaintranquilaporsuhijoy todas lasbarbaridadesquehacía.Amínuncamehagustadomezclar lavidaprivadaconlaprofesional,peroledilosnombresdealgunaspersonasconlasquesepodíaponerencontacto.
—Me pareces injusto. Hicimos cuanto pudimos. Tú tenías lo tuyo en launiversidadyconeldivorcio,yademásPaulyHarriet,queeranpequeños.Yotenía lomío,mihijo, que también eraun crío.Trabajabamucho.No fue fácilponerenmarchaunnegocio.VivíasolacuandoabríSaxess.Lociertoesqueunanopuedecargarcontodo.Nadiepuedecontodo.Unohaceloquepuede.Yonisiquierapodíahacermecargodelosmíos—diceYvonne—.¿Quiénibaahaceralgo?¿LosNyman?Ellossóloseocupandesímismos.
Harrietnotaporsuvozqueestá indignada.Yvonnesiemprehasidotodolocontrario a Eugen. Casi nunca la ha visto enfadada. Nunca como Eugen, quepodíasubirseporlasparedescuandoHarrietyPaulcogíanlasfloresdelcerezootiraban trozos de queso desde el puente para dar de comer a las anguilas. Aveces,HarrietsoñabaconcómoseríavivirencasadeYvonne.
Yvonnedejalatazaconfuerzaenelplatoyselevanta.—Sólovoyabuscarunjersey—dice,ydesaparecedentrodelacasa.Eugen
esperahastaquenolave.—EstodeTonyleremuevelaconciencia.HoytambiénhahabladodeNiklas
—continúaEugen,ydaunsorboalcafé.—¿Niklas?¿Quiénes?—preguntaHarriet.—ElamigodePaul.¿Nolorecuerdas?Altoyrubio.Tony,Paulyélibanpor
ahí haciendo cosas de críos, y cuandoNiklas estaba con ellos solía acabar enpelea.EsosiemprevolvíalocaaYvonne.Amímedabapenaelchico,senotabaque nadie lo cuidaba. Podía ir vestido con jerséis de adulto con las mangasenrolladas,ysiempreibamediodesaliñado.
Harriet intenta recordar. Había un grupo de críos que jugaban juntos enverano, pero no se acuerda de ningúnNiklas.Tampoco es nadie del que hayahabladoPaul.¿Osí?
—Está bien que Paul y él continúen siendo amigos. Últimamente me loencuentrobastante.Suele recordarme las travesurasquehacíais.Comocuandosalvasteisalgatoquesehabíacaídoenelfosodearcillaconunacuerdayunaviejacestaquerobasteisdeunadelascasetasdelospescadores.Oelvisónquequiso comerse la pesca del día.—Parece que Eugen se encuentre muy lejos.Quizá la discusión sobre Tony le haya despertado viejos recuerdos que hacenquemezclealgoqueélmismoviviócuandoerapequeño,porqueHarrietnohasalvadonuncaaningúngatonilehadadopescadoaunvisón.
—NorecuerdoaNiklas,yPaulnosolíahablardeél—diceHarriettocándoselatiritadelamano.
—NiklassiempremepreguntaporPaulcuandoloveo.CreoquemedijoqueintentaríanversemañanaenCopenhague.
Harrietloobserva.Parecequehayaperdidodeltodoelconceptodeltiempoyelespacio.
—Papá,PaulestáenBali.Haceapenasunashorasquehehabladoconél.—AmenudoíbamosaCopenhagueacomprarcuandotodoeramásbaratoen
Dinamarca. ¿Lo recuerdas?—Eugen no parece haber oído lo que le ha dichoHarriet.Vuelveadejar la tazadecaféenelplato,que tintineaunpocoporsumovimiento tembloroso—. Ahora hace mucho tiempo que no voy. Hay unatienda a unos cientos de metros de Kongens Nytorv donde venden el mejorquesoDanbo.Creoquese llamaOrtmanns.Haestadoallídesdesiempre.Auncuandoyoeraundiligenteestudiantesolía...
—NuncafuimosaDinamarcacuandoéramospequeños.Nuncaheestadoenunatiendadequesos—replicaHarriet.
Eugenmirahaciaarribayparececonfuso.—Porlovisto,estoymezclandocosas—dicealfinal.—Sí, eso creo—replica Harriet intentando disimular un suspiro. No sabe
cómogestionarlaconfusióndeEugen.Siletienequerectificarcuandoempiezaa mezclar cosas o simplemente no hacerle caso. Yvonne ya no le sigue la
corriente,peroaHarrietnoleparecebiennodecirlenadacuandosepierdedeesamanera.
Un joven delgado con la mirada errante aparece de pronto tras la valla.Harrietloreconoceenseguida.Elmuchachoseparacuandolave.
—Hola.—Harrietselevantadelasilladeljardín.Elmuchachomiravigilanteasualrededorydaunpasoatrás.—Kenneth... No te vayas, sólo quiero hablar un momento contigo—dice
Harrietacercándoseconpasostranquilosalchico.Kennethestáalotroladodelavalla,perosenotaquenohadecididodeltodo
siquedarseono.CuandoHarrietestáaunosmetrosdeél,veloflacoqueestá.Tienelaspiernascomodospalosylachaquetanegracontraelvientolecuelgacomoenunapercha.
—MellamoHarriet,soyinvestigadora.TrabajoconMargareta,aquienvistehaceunosdías—seexplicaHarriet—.¿Sabes?,pensaballamartehoy.Hayalgoque te quiero preguntar. Tú vas de vez en cuando a Sundgodset, ¿verdad?—continúa,yechaunvistazohaciaatrás.
Eugen parece estar sumido en sus pensamientos. El muchacho retrocedeinsegurocuandoellaseaproxima.
—¿Suelesirallí?—preguntaHarrietavanzandounpasomás.—Aveces, vivo cerca y t-t-tenían—tartamudeaKenneth, aunque se queda
calladodespués.—¿Teníanmuchostractoresenelestablo?—preguntaHarriet,yañade—:Te
gustanloscoches,¿verdad?Igual que no debería haber ido a ver a Lia sola, tampoco debería estar
hablando conKenneth con una valla de pormedio, pero no puede hacer otracosa.Tienequeaprovecharlaocasión.
Kennethasienteconlacabeza.—¿Hasestadodentrodelestablomirandolostractores?—continúaHarriet.Kennethniegaconlacabeza.—Tienenungrantractorazul.Alosdieciséisyalospuedesconducir—dice
Harriet.ParecequeKennethestépensando.
—N-n-noesazul.Esr-r-rojo—dicefinalmente.—¿Cómolosabessinohasestadodentrodelestablo?—preguntaHarriet—.
¿Lohasvistoatravésdelaventana?Kennethniegaconlacabeza.—No,yono.Yonolavi—diceconunhilodevoz.Después se da la vuelta y echa a correr alejándose. Harriet se fija en la
chaquetanegraquedesapareceenelmuelleysesientedesanimada.CreíaqueeraeldurotonodeMargaretaduranteel interrogatorio loquehabíahechoqueKennethnoquisieraexplicarlo todo,peroahoraparecía tenerelmismomiedo.Encualquiercaso,Harrietestáconvencidadequeelchicovioalgoenelestablo.
—Esemuchacho...sepaseaamenudoporaquí—diceYvonne,quedeprontoestájustodetrásdeHarriet.
19
Cenantarde,cosararaenEugen.Hapreparadoentrecotsconpatatasduquesa.Lacenaestababuenísima,peroélapenashaprobadobocado.Sehapasadotodoeltiempomirandoporlaventana,claramentedesalentado.
HaymuchascosasqueHarrietnohasabidonunca.Porejemplo,porquésumadresellevóaPaulyaellaaEstocolmoyabandonóaEugen,oporquéEugensequedóenSkåne.Nunca los fueaveraEstocolmo.No fueaverniun solopartidocuandoellajugabaalfútbol;noestuvoallícuandoPaulganóunpremioen esgrima o cuando se emborrachó por primera vez. Sumadre tuvo que ir abuscarloalMariaUngdom,unaespeciedehogardonderecogíana los jóvenesborrachos.ParaEugen,Paulesunhijomodélico.Eugen,sinembargo,nosabequeavecessepasabadelaraya.TampocosabequeHarrietfumabaaescondidasniconocesusintentosmalogradosdemantenerunarelación.
—Parece que hoy algo ha irritado aYvonne—diceHarriet al final.Quiereromperelsilencio.
—TonyesuntemasensibleparaYvonne.Nuncaheentendidoporquénolecaebien—respondeEugen—.Ellaacostumbraasermuyconsiderada.
—Avecesnoscuidabacuandoéramospequeños.Nuncapenséquelotuvieratandifícilcomomadresolterayempresaria.
—Yvonne viene de una familia humilde. Su infancia fue dura. Se las hatenidoqueapañarellasola,perotienemuchoempuje.Abriólapeluqueríayhaconseguidounabuenavida,peroasuhermananolefuetanbien—diceEugen.
—¿Quéleocurrióasuhermana?Sóloséqueestámuerta.—Tenían una relación extraña. Su hermana Cathrine era drogadicta y tuvo
unavidadifícil.Yvonnenopudomantenerelcontactoconella.«PobreYvonne»,piensaHarriet.Noteníaniidea.
—Esolaentristecemucho.Cuandodiceaquello,Harrietrecuerdaalgo.—Papá,anteshasdichoquePaulyTonyseconocían.Loqueyorecuerdoes
queleteníamosunpocodemiedoaTony.—Tonyes algomayorquePaul, pero recuerdoque jugaban los tres juntos.
¿Noestabas túconellos,Harriet?¿Ofuedurante tuperíodode losbichos?—Una sonrisa se asoma en los labios de Eugen—. Coleccionabas caracoles yarañasportodoeltrastero.Nohuboniunsolobichoquenoanalizáramos.
Porelcontrario,esosíquelorecuerdaHarriet.Eugenteníaunenormelibrodondeella,fascinada,buscabaelnombredelosinsectos,ylaspáginasdedicadasalossaltamontesestabancasirasgadasantesdequeledejarandeinteresar.
—Harriet,¿hashabladoconPaul?—preguntaEugenmientrasponenjuntoslamesa—. Yo lo he intentado, pero no contesta. Puede que tenga el teléfonoestropeado.
Harrietseapoyaenlaencimeraysacaelteléfono.ElúltimomensajeaPaulloenviódesdeelhospitalynohacontestado.
—Habléconélhaceunrato,peroahoranosédóndeestá—responde.Eljerseydelaescuelasiguetodavíapresenteensumente.SiresultaquePaul
sehacíaunpococonTony,quizáhayaunaexplicaciónlógicaaqueestuvieraensucasa,peroaunasíesincómodoqueesapiezaderopapuedainvolucraraPaul.Aunque esté de viaje, es una desgracia que algo que sea suyo aparezca en uncasopolicial.Laintranquilizasólopensarlo.DeberíahablarconLia.
«El sitioprohibido»,habíadicho cuando sevieron junto al foso.Teníaquehaber un motivo para que Lia propusiera aquel lugar. Como si quisiera queHarrietloconocieraylorecordara.Quizádeberíairallíotravez.
Harrietlopiensaunmomento.Eliaslehadichoquelepodíapedirfavores.Ledavueltasalteléfonoenlamano.PoneMobilix,lareddanesa.Nopuedellamar,perosumensajetendríaquellegarle.
Harriet:Ayerporlanochemeviconunamujerquesabíadetallesdelasesinato.Margaretadioprioridadalregistrodomiciliario,peroyocreoquepuedetenerinformación
importanteysédóndepuedeestar.Hayunfosodearcillaenla
arboleda,aunospocoskilómetrosdelpuertoparainvitadosdeLerviken.Creoquevaporallí.¿Lopodemoscomprobarjuntos?Aunque
sindecirlenadaaMargareta.
Sólopasantressegundoshastaquellegalarespuesta.
Elias:Cuéntamemás.
Harrietsonríe.Sabíaqueibaapicarenelanzueloconlapropuesta.
Harriet:Sigueelcamino,laarenablancaqueempiezadondeelúltimofortín.
Teveoallídentrodeunahora.
Envíaelmensaje,yahoralarespuestadesucompañeroesunemoticonodeunpulgarhaciaarriba.
HarrietleenvíaunmensajeaLisa.
Harriet:Hayquever.Estanochetengounencuentrosecretoconunhombredeuniforme.
Lisaresponde.
Lisa:Bad,badgirl.Quierountrabajocomoeltuyo.
—Papá,voyasalirunrato—diceHarrietenvozaltahacialasaladeestar,dondeseencuentraEugen.Katomirahaciaarriba.—Hoynotellevoconmigo,Kato—añade.ElperrogimoteadesilusionadomientrasHarrietsepone lachaquetaycoge
los cigarrillos que lleva en el bolso. Desde la sala de estar se oye laarchiconocidasintoníadelasnoticiasdelatelevisión.
El viento sopla desde el mar y le echa el pelo hacia la cara. Se ciñe lachaqueta.Noestarde,peroelmuelleestámisteriosamentedesiertoyelruidodeloscabosquepegancontralosmástilesdelosbarcosconelairesuenametálico
yhueco.PasaporelcaminoquellevahaciaHenrikehillycontinúaalolargodelaplaya.
Noveningúncocheaparcadodondeacabaelcamino,peroEliaslehaescritocuandoellasalíadecasa.
Elias:Llegodentrodecuarentaycincominutos.Minoviacreequetengounlío,asíquetevasaenterarsiresultaquenoesnada.
Si no hubiera enviado enseguida los emoticonos de la cara sonriendo yguiñandounojodespués,Harrietsehabríaarrepentido.Sinembargo,sesienteimpaciente.Laarenaquelesalpicalostobillosdesnudosestáhúmedaylaslucesdelosbarcosbrillanenelestrecho.Hueleamar.
Cuandollegaalospradosdespuésdelfortín,queeselpuntomásalejadodelpueblo,enciendeuncigarrillo.Desdeallíhayunsenderodearenahastaelfoso.Haceveinticuatrohorasquehaestadoenaquellugar.Entonces,comoahora,lalunailuminabalatierra,ypuedeverbiendóndeponelospies.Lavegetacióndelosladosparecequerermeterseenelcaminoylascañasleazotanlaspiernasallípordondepasa.Unosmetrosmásalláveelclaroyelesqueletodelárbol.Dondeelclaroseamplíahayluz.Harrietresoplaunpococonelviento.
—Chist—susurra alguien—. Joder, ¿estás fumando?—Elias aparece entrelosárboles.
—Sí, ya lo sé—diceHarriet avergonzada,mirando el cigarrillo—. Es unatonteríadecojones.Voyadejarlocuandoacabeelpaquete.
—Tranquila,estababromeando—explicaél—.Acabodellegar.Heaparcadojunto a la carretera nacional, allí arriba, así que he tenido que atravesar elsembrado. ElGPSme ha indicadomal. El foso de arcilla estámarcado en elmapa,peronodicenadadeloembarradoqueestáesto—explicaenseñandolaspernerasdesuspantalones,queestánoscurasdebarroenlaparteinferior.
—Mala suerte—susurraHarriet aclarándose la voz. Serámejor ser sinceraconElias—.Tengoquecontarteunacosaquenotehedichoantes.Esamujermedijoquesabíaquiénlohabíahecho.SabíaqueLaurateníacintaamericanaenla
cara.Sepusoencontactoconmigoynosreunimosaquíayerporlanoche.Porlovisto,suelevenirporaquí,peronomepreguntesquéesloquehace.
Eliaslesonríeconsusojosdecolormiel.—Ya sé lo que hace aquí—responde él—. Espera a alguien. ¿Lo ves?—
señala el suelo yHarriet se inclina hacia abajo. El terreno es irregular y estárevuelto,yhaycolillasportodaspartes.
—Mira,lashuellasdelaarenadeaquí...—susurraElias.Ajuzgarporlasmarcasenlaarena,parecequehubieranarrastradoaalguien
hastaelbordedelfoso.Eliasdaunpasoyseacercaalprecipicio.—Ve con cuidado. Tiene varios cientos de metros de profundidad y las
paredes son como de arenas movedizas. Si te caes, te matas —le advierteHarriet.
Élsonríeylamiradivertido.—Cuandoerapequeñanonosdejabanveniraquí.Esoesloquenosdecían—
continúa.—Deacuerdo,ydondeyocrecíerapeligrososaliralacalle—respondeél,y
Harrietsecalla.Sesientetonta.Eliasdaotropasoyse inclinahaciadelante.Harriet locogede lachaqueta
negra.Eliasreaccionavolviéndoseconbrusquedadhaciaella,yHarrietlosueltadegolpe.
—Ay, perdona—le dice, pero él la interrumpe al tirarla hacia atrás. Casipierde el equilibrio—. ¿Qué haces? ¡No tiene ninguna! gracia —le gritahaciendoaspavientos.Conelmovimientosedeslizaunpocodearena,quecaealabismo.Losgranossuenancomounalluviadelatigazoscuandolleganalaguaylasondasbrillanbajolafríaluzdelaluna.
—Tenemosquepedirrefuerzos—respondeElias.
20
Jueves,31deagostode2017LaslucesdelaslinternasdelapolicíadeslumbranaHarrietcuandoiluminanelfondodelfosodearcilla,aunqueellayasabequéhayallí.Eliashaseñaladoalgoqueflotabaenmediodelabrillantesuperficie.Sehaquedadodepiedraaldarsecuentadequeeraelcuerpodeunapersonaynoharecuperadosucapacidaddereacciónhastaoírlassirenasenlalejanía.Losvehículosdelapolicíanopuedenllegarhastaallí,yhantardadobastanteenalcanzarlazona.
¿Cómo es posible que pase algo así en Lerviken? El pueblo, que siemprehabía representado la paz y la seguridad, ha cambiado.Ya nada volverá a serigual.
Ya no ve a Elias; ha desaparecido entre el resto de los compañeros. Lospolicías uniformados que tiene delante hablan con una voz que sería perfectaparaleercuentosantesdedormir.Harrietsearropaconlamantadecolornaranjaquelehadadoelpersonalsanitario.Noporquetengafrío,sinoporquelahacesentirse segura.No legustaestar inactiva, loqueempeoraelhechodequeunagentedepolicíalehablecomosifueraunaniña.
—Yotambiéntrabajocomoinspectora,asíquesédequévaesto—respondetranquila—.Tengoqueirabuscarotrobloc—dicemostrandosulibretadenotascompletamentellenaaotropolicíacuandoseoyeelsonidodeunmotor.
Harriet semira las zapatillas de deporte llenas de arena.Crepitan contra lagravilla del suelo cuando las piernas se le mueven de forma involuntaria. Elsonidodelmotoraumentay,cuandosehaceinsoportable,apareceunafuerteluzenelclaro.Hayunhelicópteroatansóloquincemetrosdedistancia.Lahierbadelsueloseinclinaconelaireylaspersonassituadasjuntoalfosoparecequeluchen por mantenerse en equilibrio. La manta que todavía lleva sobre los
hombros se va volando.La gente se aproxima al borde y le tapan la vista, demaneraqueHarrietnoveloqueocurreenelfoso.
—¿Puedopasar?—preguntaacercándose.Unhombreconropaverdeseloimpide;parecequeestéllamandoaalguien.
Entonces ve la camilla. La cuerda tensa que nace de la parte inferior delhelicóptero semueve y un paquete hecho con el cuerpo atado de una personaapareceporencimadelgrupodegentequeestámirando.Sealzanlasvocesylasgotasdeaguadelacamillasalendisparadasporelaire.Harrietseapartaelpelode losojos.Lapersonaestá tumbadade lado,y su ropanegraymojadabrillaceñidaauncuerpodelgadoylargo.Cuandopasabajoelhazdeluzdelosfocos,Harrietsienteunescalofrío.
LapersonaqueestátumbadaenlacamillaesKennethJönsson.
CuandolaambulanciasemarchayLennartylosdemástécnicossepresentanenellugar,ellospuedenretirarse.
—¿Tevienesenmicoche?Tepuedollevaracasa—seofreceElias.Parecetranquiloyamable,yseríaagradablehablarunpocoantesdesepararse.
—Séqueestámuerto—diceHarrietcuandohansalidoalsembrado.Elsueloes irregular y se hace difícil andar con el barro pegado en la suela de laszapatillasdedeporte.
—Seguro que esperan hasta llegar al hospital para declararlo muerto —respondeElias—.¡Joder!Eraunodenuestrostestigos.LaMoscanospidióquelolleváramosadeclararotravez,peroeratardeypensamosquepodíaaguardar.
—Habléconélenelpueblo,enLerviken,haceapenasunashoras—reponeella—.Nosóloerauntestigomás,eranuestrotestigoocular—añade—.Yahoraestámuerto.—Mientraspronuncialaspalabras,sedacuentadequeesosignificaquealguienteníamiedodequeKennethcontaraloquehabíavisto.YnohasidoTony,porqueestádetenido.
—¡Joder!—repiteElias.—Sumuertetienequeestarrelacionadaconloquevioenelgranero.YTony
no ha tenido la posibilidad de asesinar aKenneth—diceHarriet en voz baja,
peroaceleraelpaso.Eliases rápidoy siemprevamediometropordelantedeella.
—Bueno,¿quéledecimosalaMosca?—Yahablaréyoconella.Hesidoyolaquetehatraídoaquí.Eliassevuelve.—Correselriesgodequeseenfadepornohabérselodichoaellayporhaber
venidoporiniciativapropia.Lopuedohaceryo.—Loentiendo,pero,detodasmaneras,estavezestabapresenteunpolicíade
verdad.Asíque¿dequésepuedequejar?Vamosenlamismadirección.PeroHarrietsabequeMargaretaencontraráalgodequequejarse.Almenos
esoyalohaaprendidodesunuevajefa.—Dileexactamenteloquehapasadocuandohablesconella.Nuncaesbuena
ideamentirleaMargareta—añadeél.Harrietloobserva.Lovesegurodesímismo.—¿Quépuedeocurrir?—continúaél—.Díselotodo.—No sé. Es incomprensible. ¿Por qué no pide refuerzos al Departamento
Nacional? El asesinato de Laura parece una ejecución.Douglas sigue sedado,inconscientedesdequeloencontramos,yahoratenemosuntestigomuerto.Unadolescente.Tendríamosquededicartodoslosrecursosdisponiblespararesolverestecrimen,perosólosomoscincopersonas...
—¿No sabes lo de Blekinge? —Elias la interrumpe. Parece sinceramentesorprendido.
—¿Blekinge?—Puede que haga diez años o así. La policía había hecho un seguimiento
durantemeses.Unacantidadenormedecocaína.Estabatodolisto,peroeldíadelaoperaciónalgosaliómal.Alguiencantó.Laoperaciónacabósiendouncaos;un empleado fue abatido y al equipo policial lo acusaron de utilizarmétodosprohibidosparaprovocaryasíobtenerpruebas.Margaretaeralaresponsabledelaoperación.Losmediosseensañaronconella,queentoncesteníaotroapellido.Después pidió el traslado. No quiere que nadie interfiera cuando sabe que latienenenelpuntodemira.Alamínimafalta,laechan.
Harrietaceleraelpaso.
—Yahenotadoque le cuestaconfiar en losdemás,perocreíaqueera sóloconmigo. Porque soy joven e inexperta y no tengo la formación necesaria—dice.
EstavezesEliasquientienequeacelerarelpasoparaalcanzarla.—Esuna tía insoportable,peronoes tonta.Tardaunpocoenconfiar en la
gente.Harrietseechaareír.¿Acabadellamarlainsoportable?—¿Entiendes lo que quiero decir? —continúa sonriendo como un niño y
Harrietvequesusdientesdelanterosestánunpocotorcidos.—No,laverdadesqueno—lediceHarrietenbroma.Después sepone seria.Elias la confunde.Esguapoy siempre lleva el pelo
castañobienpeinadoylabarbaarreglada,tambiénoscurayespesa.Loconsideraamable,listoyconintegridad.EselúnicodelgrupoalqueGöranparecetenerlerespeto,porquesabehacerlefrenteaMargaretadeunamaneraquehacequeellanosientaqueesunataquepersonal.Tiene lamismaedadqueHarriet,perosuportelohaceparecermayor.
—¿Eresdeaquí?—lepregunta.—No.MecrieenMalmö.Rosengård—respondeél.Harrietnotaqueloestámirandounpocodemasiado.—Supe que quería ser policía a los ocho años—añade, como siHarriet le
hubierapreguntadoporlaeleccióndesuprofesión—.Meadmitieronalprimerintento.Bordétodaslaspruebas.
—Muybien—contestaHarriet.Estáapuntodeelogiarloporcómodestacaen el grupo, pero le parece una tontería, ya que apenas haceunos días que seconocen.Tampocoparecequeélnecesitehalagos.
—Sóloparaquelosepas:enverdadmeimportaunamierda—diceélalfinal.Sequedaparada.¿Importarleelqué?¿Elsueñoqueteníadepequeño?¿Que
eraelmejordelaclase?Eliasporfinsonríe.—Quenoseaspolicía,quierodecir.Meimportaunamierda.Nopiensocomo
laMosca.Sóloquería que lo supieras.—Después se pone serio—.Aunque lasituaciónnosealamásfavorable,resolveremoselcaso.
Lodiceparadaránimos,locualresultaliberador.Han salido a la carretera.Harriet se queda parada unmomento en la cima
antesdeentrarenelToyotarojodeElias.—¿Me dejas en Lerviken? —pregunta Harriet cerrando el coche de un
portazo.—Claroquesí.Eselcochedeminovia,asíquecuidadoconlapuerta—dice
incorporándosealacalzada.
Encuantovedesaparecerlaslucestraserastraselpequeñopuertodeinvitados,sacaelmóvil.Soncasilastresdelamañana.NoquierellamaraMargareta,peroporlomenosletienequeescribirunmensaje.Eltextopareceincoherente;tienelos dedos un poco ateridos por el aire de la noche y es difícil dominarlos. Elautocorrectorcambiatresveceslapalabra«espantoso»por«esperanza».Enunasituación normal,Harriet se habría reído de lo absurdo de la función, pero enesosmomentoslairrita.Finalmenteenvíaeltexto.SiMargaretaestádespierta,lallamará. Suena un pling. Error al enviar el mensaje. Harriet suspira. No haycobertura y parece que el móvil no alcanza ni la red danesa. El pueblo depescadores está oscuro. También las ventanas de las casas alargadas están sinluz,perocuandoabrelapuertadecasaKatoapareceparasaludarla.Ladraysucolachocacontralapared.
—Venga,vale.NodespiertesaEugen.—Harriet intenta tranquilizarlo,peroel pastor alemán está excitadoy continúa ladrando—.Soyyo, papá—dice envozaltaHarriethaciaelpisodearriba,peronadiecontesta.
Enciendelalámparadelrecibidor,ycuandovaacogerunaperchaparacolgarelabrigoenelarmariovequelachaquetaazulmarinodeEugennoestáensusitio. También faltan los zapatos. Harriet se queda helada. ¿Eugen ha salido?¿Habráoídoelhelicóptero?Dejadenuevolapuertaentreabierta.Hayluzenelpiso superior de la casa deYvonne. Eugen puede haber ido allí.Despacio, sevuelveaponerbienlachaquetayalargalamanoparacogerlacorreadelperro.Katoseagitaencantadocuandolepasaelcollarporlacabeza,salefueraycruzalaparcela.Elfamiliarchirridodelapuertadelavallarompeelsilenciocuando
laabreyentraeneljardíndeYvonne.Katolaadelantayechaacorrerhacialapuertaazul.Harriet llamacon losnudillosyseoyenruidosenel recibidor.Lapuertatardaunossegundosenabrirse.
—Harry, pequeña—dice Yvonne sonriéndole. La expresión de su cara esdulce.Llevapuestouncamisón largoyblancoy, encima,unalbornoz rojodegruesafranela—.Eugenestáaquí.Estamosenlacocina.Sabíaquevendrías—continúa—.Medespertéporunruido.Ahoralohagoalamínima.¿Haocurridoalgo?
Harrietasiente.Katogruñeintentandoentrarporlapuertaentreabierta.—Deacuerdo,queentreéltambién,aunquenomegustanmucholosperros
—añade.Harriet sienteelaromacálidoy familiar,y la tranquilidad le invade todoel
cuerpo.—Eugenestaba fuera, confuso,y cuandoviquenoestabas en casa lo traje
aquíconmigo.Mepreguntabadóndeestarías,peroEugennoparecíaintranquilo.Sea como fuere, ahora hagamos como si estuviera bien. Simplemente, nohablemosdeello,esloqueélquiere—añadeYvonne.
—Estaba trabajando —le cuenta Harriet entrando en el recibidor. Deberíaexplicarloquehasucedido,losabránprontodetodasformas,peronotieneclarosiestápreparadaparahacerlo.
Yvonne ledaunabrazoyelalbornozseenredacon lacorreadeKato,queempiezaaladrar.
—Katoestáunpocoexcitado,nolequitolacorrea.Sólovengoabuscaramipadre—diceHarriet.
—Quédateunrato.Puedesdejarteloszapatospuestos,limpiarémañana—seríeYvonne.
Eugenestásentadoenlacocina.MirasorprendidoaHarrietcuandoentraporlapuerta.Elperroseleechaencimaparasaludarlo.
—QuizácambiedeopiniónrespectoaKato—diceYvonnealmismotiempoquepasaporencimadelacorrea.Elperrohacomenzadoaolerdeformafebrilelsuelo.
Entraren lacasadeYvonneescomoestarcon lamantacálidaqueantesel
policíalehapasadoporloshombros.HarrietsesientaalamesadelacocinadeYvonne de pino barnizado y ésta, sin preguntar, le sirve una taza de té.En lacocinahueleaEarlGrey.La lámparaTiffany, la correaqueYvonnehapuestoencimadelarmariosobrelosfogonesylosadornosdelaparedcreanelambientequeHarrietnecesitajustoenestosmomentos.
—Pruébalo—diceYvonne,yleacercaaHarrietunabandejaconunroscón—.Eselmismodeantesytodavíaestáfresco.
Harriet estudia labandejademaderaqueaguantaYvonne.Tiene los cantostalladosadornadosconletras.
—Era de la casa de mi familia, la hizo mi padre. Era ebanista. Pone «Lasangreesmásespesaqueelagua»,peroapenassepuedeleer—explicaYvonne.
Harrietcogeunbuentrozo.Despuésdetragarsearmadevalor.—Haocurridoalgo terrible.KennethJönssonhasidohalladosinvidaenel
fosodearcilla.—Noesprecisoentrarendetalles,peroquelohanencontradoenelagualopuededecir.
—Pero,¡porfavor...!—exclamaYvonne,ysequedaparadajuntoa lamesaantesdedejarlabandejaconeldulce.
—Esverdad—continúaHarriet.—¿Qué está sucediendo en nuestro pequeño pueblo? —Yvonne se hunde
deprimidaenunasilla.Apoyalafrenteenunamanoysuoscuramelenalecaesobrelacara—.Hepasadopormuchasexperienciasalolargodelavida,peronuncacreíquefueraaveralgocomoesto—prosigue.
Parecetristeyasustadaalavez.AKatonoleimportaelambientequehayenlacocinaycontinúarascandolapuertaquevaalpisodearriba.Daunladrido.
—Kato,paraya.¡Túmbate!—legritaHarriet.Elperrogruñe,perosetumbaenelsuelo.
—No parece Lerviken.—Eugen tiene aspecto de estar triste—. De verdadquemegustaríadarconPaul,quizáaúnnosepanadadeloquehaocurrido.Nohagomásquellamarloynocogenuncaelteléfono.
Harrietsienteunescozorenelpecho.Eugennosuelellamarla,peropiensaenPaulparaponerseencontactoconél.Siemprehasidoasí.
—Habléconélayer.Lecontélodelasesinato.Losabe—explicaHarriet.
—Mmm,sí.QuePauldisfrutedesusvacacionesconlafamilia.Aunqueunacosaessegura:estonuncavolveráasercomoantes—diceYvonne.
Harriet leshabladelhelicópteroquese llevóelcuerpo,eYvonnehacecienpreguntassobrequéhacíaHarrietenel fosodearcilla.Tienequecontarunayotravezquetienequeverconsutrabajoyquenopuedehablardeello.Unratodespués,Kato,quenosehatranquilizadoenningúnmomento,vuelvealadrar.
—Tenemosqueirnosacasa.Mañanatrabajo—diceHarriet,yselevantadelamesa.
Ha amanecido y las palomas torcaces arrullan cuando Harriet y Eugenregresanasucasa.Harrietsedalavueltayobservaelpueblecitodepescadoresqueestádespertándose.Empiezaunfatigosodía.
21
ElSaabhaceunclicsuavecuandoHarrietapagaelcontacto.Lohaaparcadodenuevoenelpatiotraserodelapizzería.Parecequevaaserundíacalurosodefinalesdeverano.Ledatiempodebajardelcochecuandoelhombredeldelantalblancosaleamirarylasaludaagitandounpaquetedecigarrillos.
—¡Hoytengoprisa!—gritaHarrietseparandolasmanos.Elhombreseríe.—Deacuerdo,señorita.Vuelvealahoradecomer—lediceencendiendoel
cigarrillo.—Quizá—respondeella.—Enmicasatienesdescuento.Tusamigosdecamisaazultambién—añade
echandounagranbocanadadehumo.—Genial.Harriet se despide con lamano y echa a correr a través del patio hacia la
comisaría. Cuando se ve reflejada en el cristal de la puerta de entrada, sepreguntacómopuedesaberélquetrabajaenlapolicía.Notieneelaspectodelatípica agente, con el vestido rojo de algodón que se ha puesto y las zapatillasblancas de deporte. El pelo lo lleva recogido en una coleta. Eugen no teníasuavizantey cuando sehapasadoel cepillopor sus rizos castaños sehadadocuenta de lo secos y enredados que estaban.Deberá acordarse de comprar unboteantesdevolveracasa.NoledatiempodesaludaraLenaenlarecepción,pues lapresentaciónhaceyacincominutosquehaempezado.Elmensajequeintentóenviardurantelanochehasalidocuandoelcochehapasadoporlacuestayhavueltoatenercobertura.Demasiadotarde.
Margaretasaledelcomedorconunatazadecaféenlamanoysetopaconellaenelpasillo.
—Mealegro de que hayas venido,Harriet.Acabo de ver tumensaje.Eliasllamó por la noche y también hemos recibido un informe de la patrulla queestabaenellugar—dicedandounsorboysinhacerunamueca.
Sea lo que sea lo que le ha dicho Elias, todo apunta a que le ha dado aMargaretaunabuenaexplicacióndeloqueestabanhaciendoenelfosodearcillaayerporlanoche.Además,hallegadoaldespachoaprimerahora.Noentiendecómolehadadotiempodetodo.CuandoHarrietsesientaenlasilla,lacabezaledavueltasporelcansancio.
—KennethJönssonfuedeclaradomuertoencuantoentraronenelhospital.Elmédicollamaráalolargodeldía.
Harriet se hunde en la silla.Ni ellamisma puede entender que tuviera unamínimaesperanzadequeelchicosiguieraconvida.
—Como tu superior, Harriet, tengo que recordarte que puedes cogerte lamañana libre para descansar si ocurren cosas así, aunque nunca impediré quealguienquieratrabajar.Noesmiestilo.—Margareta,tensa,intentasonreír.
Luegosedirigenensilencioalasaladereuniones.RakelyEliasyaestánallí.NohayniunasolahuelladecansancioenlosojosdeElias.Llevalacamisagrisplanchada. Patrik aparece un minuto más tarde, tras Harriet y Margareta. AGörannolove.
—Bonitovestido—apreciaEliascuandoHarrietentra.—Gracias—respondeellaarreglándoseelpelo.—KennethJönsson,alqueinterrogamosconanterioridadrespectoalcaso,ha
sidoencontradomuertoenelfosodearcilla,aunkilómetroalsurdeLerviken.ElcuerposehatrasladadoenhelicópterohastaLund,dondeestamañanasehadeclaradooficialmentesumuerte.TenemosmotivosparacreerqueKennethyaestaba muerto antes de acabar en el agua. Los técnicos están allí en estemomento.EselgrupodeLennart,quetambiénseharácargodeestetrabajo,yalolargodeldíallamaráelforense.Harriet,queestabapresentecuandosehallóelcuerpo,sepondráencontactoconlostécnicos—explicaMargareta,yhaceotraanotaciónenlapizarra,queyaestábastantellena.
—¡Joder! ¿No es al que habíais interrogado?—exclama Patrik—. ¿Aquelchicounpocotaradoalquegrabaste?
Margaretaasienteydice:—Menosmalqueelinterrogatorioestágrabado.—Creoquevioalgoque,poralgúnmotivo,noqueríacontarlealapolicía—
opinaHarriet.—No es seguro que a Kenneth lo hayan asesinado, pero tenemos que
reconstruirsuúltimodíaenvida.¿Porquéibadeambulandoporlafinca?¿Quéhacía en el fosode arcilla?Noquiero conjeturas respecto almotivohasta quesepamoscuáles.—Margaretahabladeprisayconfirmeza.
—Rakel y Elias, vosotros os concentraréis en lo que hizo desde el vierneshastaquemurió.Idasucasayhabladconlafamilia.Sinoosdejanregistrarsuspertenencias,llamáisyhablaréconKonrad.
HarrietmiradereojoaElias,quienasientediscretamenteconlacabeza.—Patrik,continúaconelpuertaapuertaenLerviken.Vetealbardelpuertoy
hablaconlosvecinos.—¿QuétalestáDouglasAndersson?¿Nadanuevo?—preguntaElias.—Nopresentacambios,peroestáestable.Hemosdecididoqueyanonecesita
vigilancia. No tenemos recursos para eso —se queja Margareta, y se vuelvehaciaHarriet—.¿HasconseguidoalgodelmóvilqueencontramosencasadelosAndersson?
—Todavíanomehadadotiempo.—Deacuerdo,enesecaso,quelohagaGöran.—No,yalohagoyo,nohayproblema—responderápidaHarriet.—HabíapensadoquetúyyopodíamoscontinuarelinterrogatorioconTony.
Estáarrestado.Konradloautorizódespuésdequedescubrieraselcuchilloenelcoche.Nohemoshabladomásconél.
UnfuertecarraspeodesdelapuertainterrumpeaMargareta.—¿Noserámejorquetodosacabemosconloquetenemosentremanos?No
meapetecemuchohacermecargodealgoqueotroyahaempezado.SiHarrietestáfueraporasuntosprivadosytomasuspropiasiniciativasfueradeltrabajo,nome parece justo queme afecte amí—diceGöran sentándose en una sillalibrefrenteaMargareta.
«Tienequehaberestadoenelquiciodelapuertadesdehaceunrato,comoun
vampiro oyendo la conversación», piensaHarriet, que se vuelve haciaGöran,peroélnolamiracuandohabla.
—Estuve en elmédico, y acabo de decir queme gustaría proseguir con elseguimientodelteléfono.Nohacefaltaquelohagastú—respondeesforzándoseparanoparecerirritada.
—No,prefierohacermecargodelinterrogatorio—continúaGöran—.Opinoqueunapersonaconexperienciaesmásadecuadaparaesatarea.
—Túhacesloquetehedichoquehagas.Ycuandoestéslisto,teocuparásdelagenteydelosfamiliarescuandollamen—respondeMargareta—.Porquehoyllamarán.
Harrietnopuedeescondersusorpresa.¿Margaretasehapuestoasu favor?¿QueríaversiHarrietsedejabaprovocar?
—Graciaspordejarmealasabuelasdespistadasquellamanporquesospechandelcarteroolosparientesenestadodeshockquenoentiendenquehacemosloquepodemos—replicaGöran.Pareceenojado.DespuéssevuelvehaciaHarriet—.SitieneselseguimientodelteléfonodeLauraenunarchivo,mándamelo.
—Claroquesí.Lohagoenseguida—murmuracomorespuesta.—¿Tonytieneantecedentes?—preguntaPatrikmirandoaHarriet.—Unoscuantos.Elúltimodatade2012,cuandofuejuzgadopormaltratara
unamujer. Pero ese tipo demaleantes tiene la tendencia de no envejecer condignidad,precisamente,asíquelehemoshechounanuevamugshot—respondeMargareta.
UnaampliasonrisaapareceenloslabiosdePatrik.—LaMoscahadichomugshot—lesusurramuybajoaHarriet—.Alomejor
sevaatrabajaraEstadosUnidos.—Ayer también tomamos pruebas de sangre y de orina, yMargareta habló
con el forense. Necesitamos un examen médico de Tony. Me sorprenderíamuchísimosisuADNnoestuvieraennuestrosarchivos—diceGöran.
—He pedido a los deArrestos que suban a Tony a las nueve.Harriet, nosvamosdeinmediato—ordenaMargareta.Dejaelbolígrafoysedirigehacia lapuerta—. Haremos un interrogatorio cuidadoso. Es la segunda vez que lo
interrogamossinabogado,perotenemosqueponerenlabalanzaeltiempoqueganamosyelvalordesudeclaracióncomoprueba.
Harrietselevantaylasigue.Encuantosaledelasala,Görantomalapalabra.Harrietpuedeoíraltoyclaroloquedice.
—Hecomprobadoelacta.Hahechounatranscripcióndelinterrogatorioquedapena.SiMargaretano lohubieragrabado,no tendríamoscasinada.¿Noseesperaunpocomásdelagentequehaidoalauniversidad?Amímeparecequesi va a estar aquí trabajando todo el día, por lomenosque sepa transcribir uninterrogatorio.Sabéiscuántogana,¿no?
Harriet ahoga un suspiro, saca el móvil y envía el email con el archivo aGöran.Cuando está seguradequeMargareta no se da cuenta, aprovechaparaenviarleunmensajeaLisa.
Harriet:Tengouncompañeroquelamentablementeesunmierda
depuraraza.¿Túquétalestás?
Se paran unos metros antes de la puerta de la sala de interrogatorios. Loscalabozosylassalasseencuentranenunestrechopasilloenlaplantabaja.Lasparedesestáncubiertasconunempapeladoverdosoyhaymanchassecasdecaféenelsuelodelinóleo.
BajoelPalaciodeJusticiadeEstocolmohayunpasilloqueempiezaen loscalabozosylollamanlacalledelosSuspiros.Porallípasanlosdetenidosparalasdiligencias.Harrietpiensaqueahoraaquíhayelmismoambiente.Malestar,abatimientoyansiedad.Loscalabozosnotienenventanas,ylaúnicafuentedeluz que atestigua que hay un mundo exterior son los ventanucos alargados yestrechosquehayeneltechodelpasillo.
Enelairesenotaundébiloloravómito,yHarriettienequeponerselamanoenlabocaparafrenarlasnáuseas.
—Lanochepasadatrajeronaunborracho.Havomitadoportodoelcalabozo—diceMargaretasecamente.
AHarrietlepareceoírquealguiendagolpesenlapared.
—ElDepartamentodeArrestossirveparagestionarelhotelparalossintechoquenecesitandormirlamona;esparaloquemásusanloscalabozos,porsinolosabías.Cuandounoespolicíadeapieaprendeagestionarlosfollones.Todotipodegente,laverdad—añade.
—Comoasistentesocialtambiénmelashevistoconpersonasvulnerables—respondeHarriet.
Searrepientedeinmediatocuandoveunafríasonrisaexpandirseenloslabiossecos de Margareta. Defenderse es marcar un gol en propia puerta. Deberíahabersecallado.
Anteuninterrogatorio,laimagendeldetenidoquesedirigealasalaesigualde importanteque laposteriorconversación.Laposturacorporal revelamuchosobreelánimodelapersona.Apesardeello,Margaretasemeteconrapidezenlasaladeinterrogatorios.
—Mequedoaquíunsegundo,hastaquesemehayapasadoelmalestar—lediceHarrietsinentrar.
Elmóvilvibra.EsunmensajedeLisa.
Lisa:Ignóralo.Loshombressonhorriblesenlodel«juegosilencioso».Nohacerlescasolessientafatal.Estoydemuymalhumor.
Harrietsonríe.
Harriet:¿Cómolosabes?Ah,vaya.¿Haocurridoalgo?
LarespuestadeLisallegadeinmediato.
Lisa:Ayerleíaescondidassusmensajes.Harecibidounodealguienquenoséquiénes.Sólopone«llámame».Sospechoqueesotrachica,porquehaborradotodolodemás.Vaapagarcondosdíasdesilencio.
Harrietsonríe,peroenseguidaseponeseriacuandolapuertablancadelfondodelpasilloseabreconunclicyapareceTony,condospolicíasuniformados.Loarrastranentreelloscomosifueraunsaco.Esunhombregrande,debedepesarmásdecienkilos.Llevamalabrochadalacamisa,ylabarrigalesobresalepor
encimadelosvaqueros.¿Porquénohancogidosuropacomopruebacuandolodetuvieron? Podrían quedar restos importantes. Tony anda con la cabezaagachada y los policías lo llevan bien cogido por debajo de las axilas. Si lapersonaquematóaLauranosienteningúntipodeansiedad,suposturacorporaldeberíaserotra.Unasesinoquenoconsideraquehahechomalalgunoandaconla espalda recta, y la habríamirado a los ojos. Tony desaparece en la sala deinterrogatoriosdejandotrasdesíunaesteladesudorviejo.
Harrietsearreglaelvestido,enderezalaespaldayentraenlasala.—Esperamos aquí fuera—dice uno de los policías antes de abandonar el
habitáculo.—Gracias—respondeMargareta.Lasalaesblancaylasparedesestándesnudas,aexcepcióndeuncuadroque
representaelayuntamientodelaplazamayor.—Siéntatebien—leordenaMargaretaaTony,queparecequevayaacaerse
sobrelamesa.Harrietseinstalaenunasillaenfrente,juntoaMargareta—.Tony,estásdetenidoporelasesinatodeLauraAnderssonylaagresióngraveointentode asesinato de Douglas Andersson. Creemos que los crímenes se llevaron acabo la noche del sábado. ¿Quieres empezar por contarnos qué hiciste esanoche?
Tonynoresponde.—No es necesario que hables, pero sería bastante interesante para ti si
explicaras lo que pasó. También te iría bien si tuvieras un representante. Tehemospedidounabogado.
Todavíasinrespuesta.—¿Vives en la calle Lerviksstranden, 28? En el registro domiciliario de tu
casa hemos encontrado un jersey y un par de pantalones. Un testigo ha vistotreparatravésdelaventanadelasvíctimasaunapersonaconesospantalones.
—Nosoyyo—respondeTonyirguiéndosedepronto—.¿Quiénhadichoeso?—¿Podrías explicar cómo es que encontramos un par de pantalones
ensangrentadosentucasa?—Nolosé.Lojuro.Puedensermíos,pero,joder,yonoloshemanchadode
sangre.—Tonyseponeatamborilearenelmusloconunamano—.Siemprehay
genteenmicasa.Cualquierapuedehaberlosdejadoallí.—¿Cuántotiempohacequevendesdrogas?—preguntaHarriet.Piensaenlo
queencontróenelcoche.—Oye,no,esparaconsumopropio—dicesonriendo—.Yonovendo.—PerohacíasnegociosconlosAndersson.Tonyparecesorprendido.—No,precisamente.—¿Lesvendisteunacajafuerte?—continúaHarriet.—Fuesólounavez.—¿Porqué?—Trabajabadevezencuandoenlafinca.Repintandoelgraneroycosasasí.
Douglas pagaba bien. Fue Douglas quien empezó a hablar de la caja fuerte.Tieneunmontóndecosasdevalor,ydemayorsehavueltounpocoparanoico.Esunviejocoleccionistaquenecesitabaalgoque fueraapruebade incendios.Creo que le dije que podría conseguirle una. —Tony se queda callado ypensando.
—¿Quéguardabaenlacajafuerte?—preguntaMargareta.—No me lo quiso explicar del todo, pero sé que tiene una colección de
monedasdetodoslosputosrinconesdelaTierra.Esamierdavaleunafortuna.Douglas está loco.Viaja por todo elmundo para comprarmonedas.Creo queestabametido en algún asunto.No estoy seguro de que todas las cosas de sucolecciónseanlegales.Poresolecaigobien—diceTonyriéndose.
—¿Dónde estaba la caja fuerte?—Harriet no recuerda que en casa de losAnderssonhubieraunacajadeésas.
—En la saladeestar, cubiertaporunmantode terciopelo.Chulo, ¿eh?Erapesadadecojones,yelcabróndeDouglasnomeayudónilomásmínimo.
Harriet piensa en lasmarcas en el suelo de la sala de estar queLennart lemostróenelescenariodelcrimen.Parecíaquealgohabíasidoarrastradoporelsuelo.
—No había ninguna caja fuerte en la sala de estar —dice MargaretacontemplandoaHarriet.
—Enesecaso,nolahapodidocambiardesitioélsolo,porqueamímecostó
lahostiallevarlahastaallí.¿Porquémepreguntáiseso?—¿Quiénsabíaquelevendistelacajafuerteaél?—preguntaHarriet,aunque
piensadeinmediatoquecualquieralopuedesaber,yaqueYvonneseloexplicóaella.
Tonyselaquedamirando.—¿Creéisquelacajafuertetienealgoqueverconelasesinato?¿Creéisque
esmotivopara...?—Seempiezaamorderlasuñas—.Yolevendílacaja,pero,joder,nohematadoaLaura—dicefinalmente.
—Bueno,y¿porquéhabíauncuchilloentucoche?—preguntaMargareta.—¿Hasencontradomicoche?Nolocierroniconllaveporqueningúncapullo
lo quiere robar. ¿Lo entiendes?Cualquiera puedehaberlo puesto enmi coche.Nadadeloqueencontréisallíesmío.
Harrietsonríe.Loscarnetsdelapiscina,ladrogaylascosasrobadasseguroquesondeTony.
—Entonces¿porquéteibasairaDinamarcasinoteníasnadaqueverconelasesinato?—continúaMargaretasinimportunarse.
—Porque vi que veníais y siempre me cae un montón de mierda encimacuandoentráisenmicasa.—ParecequeTonyvayaadesanimarse.Conlavistarecorrelahabitacióndeunladoaotro.
Harrietpiensa:«¿EsposiblequealguienhayapuestolaropaencasadeTonyyelcuchilloensucoche?Nosepuededescartar.LosNymandijeronquehabíaunmontóndegenteentrandoysaliendodecasadeTony.InclusoYvonnehabíacomentadoquehabíadesordenensuentorno.QuizáalguienquierahacercreerqueTonyeselasesino».
—Como te hemosdicho, hemos encontradoun cuchillo en tu cochey creoque cuandome llamen desde Linköping dirán que fue el que utilizaron en elasesinatodeLaura—informaMargareta.
Tonylamirafijamente.—Esposible,peroelcuchillonoesmío.¿Nohasoídoloquehedicho,vieja?Sindecirnada,Margaretaselevanta,seinclinahaciadelanteysacaalgode
unabolsa.—Abrelaboca—leordenaaTony,quelaobservasinentendernada.
Mantienelabocacerrada,asíqueMargaretarodeaelescritorioyseponetrasél.Despuéslocogefuertedelafrenteyleinclinalacabezahaciaatrás.Labocase le abre y lemete el palito con rapidez.Lamejilla se le abulta hacia afueracuando le frotapordentro; luego le llegaa lagargantay,al final, le introducemáselpalitohastaqueTonyseponeatoserporelreflejodelvómito.
Ya le hicieron pruebas de sangre cuando lo detuvieron y tienen su ADN.Incluso él se dará cuenta de que lo queMargareta está haciendo es teatro, y,además,yaestáacostumbradoaestardetenido.
CuandoMargaretahaacabado,lesueltalacabeza,sinmediarpalabra,leponedelanteunsobreeintroduceelpalo.
—¿Coincide tuADNcon laspruebasquehemosencontradoencasade losAndersson?—preguntaMargareta.
—Sí,seguro.Heestadoensucasamuchasveces.Nodemuestranada.YonohematadoaLaura.
Margaretanomueveniunmúsculo.«Esbuenaactriz»,piensaHarriet.—Necesitaré ver tus informes médicos. Voy a saberlo todo sobre ti. —
MargaretasacaundocumentoqueledaaTonyjuntoaunbolígrafo—.Simedastupermiso,todoirámásrápido.Sino,esperaréunadecisióndelfiscalmientrasestásdetenido.Asíque,¿cómolohacemos?
Tonyno responde,perocogeelpapelyelbolígrafoy firmadespacioen laparteinferiordelpapel.Parecelafirmadeuncríodeochoaños.
—Quieroalquesuelesalirentelevisión—diceTonydepronto.—¿Hablasdeturepresentante?—preguntaMargareta.Élasienteensilencio.—Tenemosunalistadeabogadosdeoficioanuestradisposición.Siquieresa
algunoenespecial,tienesquedarnosunnombre—añade.—Novolveréahablarhastatenerunabogado—advierteTonyentrelazando
lasmanosdenuevo.—Vale,deacuerdo.—Margareta termina la conversacióny sevuelvehacia
Harriet.—PídeleaLenaquemirelosbufetesalosquenohemosrecurridoantescon
Tony y que no elija a ninguno de ellos. Le dices que opte por alguien de los
grandesdeMalmö.Interrumpimoselinterrogatorio.—Continúayendohacialapuerta,dondellamaconlosnudillos.Lospolicíasdefueralaabrendeinmediato—.Podéisllevarlodenuevoalcalabozo—ordena.
22
Harriet observa la delgada espalda de Margareta cuando abandona la sala.Despuésseapresurahaciasudespacho.Apenashaencendidoelordenadorparaintroducir las diligencias del interrogatorio cuando unas voces de fuera ladesconcentran.Parecequevienendelcomedor.Harrietacabadepasarlosdatos,se levanta y va hacia allí. Debería aprovechar para socializar con suscompañeros,siestánallí,y,depaso,prepararunpocodecafé.Todavíatienelapestede la salade arrestos enganchada en las fosasnasales, por esono sientenada de hambre. Son un poco más de las once, pero por los ruidos que oyeparecequeyasealahoradecomer,locualseconfirmacuandoentraenlasala.Rakel,EliasyGöranestáncomiendo,mientrasquePatrikseencuentrajuntoalaencimeraabriendosufiambrera.
—¿Habéis sacado algo del interrogatorio? —pregunta Patrik volviéndosehaciaHarriet.PorelrabillodelojovequeEliaslevantalavistadesuplatoylaobserva.
—Nomucho—respondeHarriet—.¿Ytú?—HeestadoenLervikenhablandoconunmatrimoniomayor,RutyGustav
Nyman. Tienen una terraza con vistas al puerto y a la casa que alquila TonyHesselgren.Dicen que han estado un pocomás atentos desde queTony fue aviviralpueblo.Parecequetodossabenquiénes.Habíaluzensucasalanochedelviernes,yRutNymancreequeoyóunapelea—informaPatrik.
—¿Lanochedelviernes?—preguntaHarriet.LamuertedeLauratuvolugarentrelaunaylascincodeaquellanoche.Supensamientoseveafectadoporuninsistenteoloryhaceunamueca.
—Yalosé,haceunapestedecojones—dicePatrikexcusándose.—¿Espudíndesangre?—preguntaHarriet.
—Sonlos restosdeayer,perohueleamierdacuando lometesenelmicro.Cuandounovivesolo,noestáacostumbradoapensarsilacomidahuelemal—bromeaPatrik.
—¿Notienesmiedodequemarteconlaspasasquelemetenalpudínporestazona?
—Megustaencontrarfrutaenlacomida—replicaPatrikriendo.HarrietoyeaGöranaclararselavoz.Selesacerca.—AquíenSkånesellamasalchichadesangreynotienepasas.Sinotegusta,
tepuedesiralnorte.Pasa por delante de Patrik y coge una taza del armario que hay sobre la
encimera.—¿Quéproblema tienes?—preguntaHarrietmirandode reojo aElias, que
parecenohaberoídoelcomentariodeGöran.—Estáis hablandodel caso en el comedor, lo cual estámuy fuerade lugar.
Habladdeesoenlasaladeconferencias—responde.Harrietnotaqueleardenlasmejillas.¿QuieredecirGöranqueestáhablando
alaligeradelcaso?Losqueestánenelcomedorpertenecenalgrupo.Patriksevadeallí,perovesusonrisatraselhombrodeGöran.
—Mañana pienso comer pizza, vente si quieres. Iré sobre las once—dicePatrikantesdeabandonarelcomedor.
Göran se queda unos segundos delante de Harriet con la taza en la mano,mirándolafijamente.
—Siquieresestaruntiempoaquí,teaconsejoquenohablesdemás—apuntaconfrialdad.
Harriet se olvida del café y vuelve deprisa a su despacho. Cierra la puertarápidamente.TardaunosminutosensacarsedeencimaelcomentariodeGöran.Esdifícilentenderaesetío.Aveceslosayudayestápredispuesto,yalsegundosiguienteesduroyantipático.Permaneceapartadodelgrupo,peropareceestaragustoasí.EllanohacíanadamalocuandohablabaconPatrik.«Siquieresestarun tiempo aquí, te aconsejo que no hables de más.» Una pulla totalmente
innecesaria.Harrietnomalograríauncasoenlavida.EsunalástimaqueGöranseatanimprevisible.Sino,lepediríaayudaparabuscardenuevoenlosarchivosy ver si podían llegar un pocomás lejos con el número delmóvil que estabajuntoalcontenedorcuandoellaseencontrabaallí.
Se hunde delante del escritorio y marca el número de Paul. No llega lallamada, pero, cuando guarda el teléfono, nota la vibración y lo coge conrapidez.
—Hola,Harriet.SoyKlaus,deMedicinaForense.Tarda unos segundos en caer en la cuenta de que es el forense con el que
hablóelotrodía,elquelehizolaautopsiaaLaura.—Qué bien que te encuentro. He intentado hablar conMargareta, pero no
contesta.—¿Quésucede?—preguntaHarriet.—LehemoshecholaautopsiaaKenneth.Lohicimosdirectamenteencuanto
entró,yaquesabemosquequeréislainformaciónlomásrápidoposible.Harrietsienteunescalofríocuandopiensaenlafríasaladeautopsias.—¿QuiénlehahecholaautopsiaaKenneth?—Yomismo.—Klaushaceunapausa—.Lacausadelamuerteesunderrame
cerebral.Elcráneoestabaaplastado.Ungolpeenlacabezaconunobjetoromoleocasionólamuerte.Noteníaaguaenlospulmonesynohaynadaqueindiqueahogamiento. Lo más probable es que Kenneth muriera por las heridas delcráneoyquetrassumuertelotiraranalfoso.Teníarestosdeanfetaminaenlasangre—continúainformandoelforense.
—¿Podría ser que las heridas se hubieran producido por un accidente?—preguntaHarriet—. ¿La herida de la cabeza pudo haber sido causada por unacaída?
—No puedo afirmar que haya tenido o no un accidente, pero con muchaprobabilidad las heridas fueron provocadas con un objeto que lo golpeó confuerzaenlacabeza.
Harrietintentatomarapuntesmientrasescucha.Aunquetodoquedereflejadoenelacta,quiereanotarlosdetallesparacuandohabledespuésconMargareta.HarrietestabaseguradequeKennethhabíasidoasesinado,peroconestoqueda
disipada cualquier duda. Fija la vista en el bolígrafo que tiene en la mano.Kennethtuvoquehabervistoloqueocurrióenelgranero.LapersonaalaqueKennethdistinguióenelgraneroteníamotivosparamatarlo,ynopuedehabersidoTonyporqueestabaencerradoenelcalabozo.
—Hola,¿siguesahí?—Sí,perdona,sigoaquí—respondeHarriet—.Tengootrapreguntarespecto
aLaura.Cuandolaencontraronestabatumbadadeladoconlacaravueltahaciaeltractor.Sospechoquelapersonaquelediolacuchilladaquelamatóteníaqueestar detrás de ella, cogiéndola de la cabeza con fuerza. ¿Se puede saber si elautoresdiestroozurdo?
Elforensesequedacalladounossegundos.—Espera, tengo el informe aquí.—Guarda silencio unmomento—. Por lo
queveo,lomásprobableesquelapersonaquelediolacuchilladamortalfueradiestra.Conbastantecerteza,elautordeloshechossujetólacabezaconlamanoizquierdaydespuéshizoelcorteconladerecha.
HarrietloapuntaalmismotiempoqueintentaimaginarseaTony.Suposturairritadayalavezsegurodesímismo.Loindolentequeera,engeneralcalladoen lugardeesforzarseencontestarcondetalleasuspreguntas.Convencidodeque no había suficientes pruebas para condenarlo.De pronto,Harriet recuerdacómo Tony firmó el documento, la firma infantil. Escribía con la manoizquierda.
—Muchísimasgraciaspor laayuda,no tengomáspreguntas si túno tienesnadamásqueañadir.
Cuandocuelga,llamanalapuertayLenaasomalacabeza.—Hola—dicesonriéndole—.HallamadountécnicodelaCientífica.Meha
preguntado si nos tienen que mandar a nosotros la ropa de Douglas y suspertenenciasqueyahananalizado,lacarterayunllavero.Lehedichoquepodíaenviarlo todo aquí y le he dado tu nombre. Eres la responsable del materialincautado,¿no?
—De acuerdo—responde Harriet con un suspiro. En realidad, no deberíaaceptarlo, porque entonces siempre se tendrá quehacer cargode lo incautado,peroalmismotiempoquiereayudar—.Estábien.
—Genial.—Lenasedespideconungestodelacabezayseretira.Harriet se reclina en la silla de oficina y enciende el ordenador, que se ha
apagado durante la conversación con el forense. Tiene que conseguir másinformación sobreKenneth. Se queda varias horas ahí sentada, sumida en suspesquisas,ynolodejahastaqueelhambrelearañaelestómago.Sonmásdelascinco.Harrietpasaporelcomedorcuandosale.Nohayfrutaenningunaparte,yenelarmariodedebajode lamáquinadecafésóloveunpaquetesinabrirdegalletasdeavenacaducadoenjuniode2015.Quizádeberíacogerelordenadoreirseacasapronto.AprovecharycenarconEugen.
23
AlmismotiempoqueelferrideOslopasaporelcaboalnortedelaisladeVen,HarrietaparcaelSaabdelantedelascasasalargadas.VeaEugenenelpequeñotrozodecéspeddedelantedesucasa.HablaconlaseñoraNyman,separadodeellaporlavalla.Harrietsuspiraaliviada.Vabienvestido,comosiempre,conlacarteraenlamano.Escomosihubieraidoaalgunaparte.
—Hola—saludaHarriet.Kato echa a correr ladrando y pasa por delante de la señoraNyman. Si la
señora Nyman no hubiera tenido un perro, seguro que aquel enorme pastoralemánlahabríaasustado.
—Pero,bueno,¿estásencasa?—preguntaEugen.—¡Harriet!—grita la señoraNyman—.¿Hasoído loquehaocurrido?Esta
noche.En lasnoticiasdijeronqueeraunode los testigosmás importantesdelasesinatoenSundgodset.¿Enquémundovivimos?
—Todavíanohepodidoverlasnoticias,peroloharemosestanoche.Lohandichoporlaradiodurantelasúltimashoras—comentaEugen.
—Ah,sí.EnTV4salenuestracasa—continúalaseñoraNyman.Harrietnodicenada.Si la señoraNyman supieradónde trabajaHarriet, no
habríasidonecesariohablardeloocurrido,peroesinteresanteescucharla.—Yvanapasaraprisiónprovisionalalapersonaquetienendetenida.Porlo
visto,disponendepruebasfehacientesensucontra.Hanencontradoelarmadelcrimen—prosigue la señoraNyman abriendomucho los ojos—. Creo que esTony.Hicieronunregistrodomiciliarioensucasa.
—Vaya—exclamaHarriet intentandoparecer impasiblemientrassequita lachaqueta. Que Kenneth fuera un testigo principal y que hayan encontrado elarmadelcrimennosondatosoficiales.¿CómohapodidoenterarseTV4?
—¿NoesYvonnequienseencargadealquilarlacasavacía?Quizáellasepaalgomás.
—Enesecaso,pregúntaleaella.Deberíamosentraryversiencontramosalgoparacenar—respondeEugenvolviéndosehaciaHarriet,quienentiende loquesupadrequieredecircontansólooírsutonodevoz.
—Estaba pensando que a lomejor tú habías oído algo. Hasta luego.—LaseñoraNymansedespideconungestodelacabeza.
Harriet la mira al alejarse camino del puerto. Su gran sombrero de colorburdeosestáapuntodesalirvolandoporculpadelvientodelestrecho,ylacosaselecomplicacuandotienequetirardelacorreaparaqueelperrolasiga.
—Harriet, te agradezco muchísimo que pidieras hora al médico y que meacompañarasayer—diceEugenencuantohancerradolapuerta.Susojosverdesestánserios—.Hepensadomuchoenello.Loqueestápasandoestápasando,nohaynadaquepodamoshacersiesquesetratadealgoserio.
—Yalosé.—Harrietoyecómoselerompelavoz.Ellanoloquierenipensar—.¿Quéhashechohoy?—preguntaparacambiarde temadeconversaciónaltiempoqueaparentaestartranquila.
—No mucho. He acabado el borrador de un artículo para la revista deabogados Svensk Juristtidning en el que he estado trabajando desde hace untiempo y lo he celebrado comiendo en la cafetería. —De pronto pareceentusiasmado—.Porcierto,cuando ibaasalirhevistoaNiklasyaPaul.A lolejos,juntoalfortín,perocuandohellegadoyasehabíanido.Loshellamadoynomehancontestado.
Harriet,queestáapuntodecolgarlachaqueta,sequedaparadaamitaddelmovimiento. El corazón le empieza a golpear el pecho. Sabe que puedenapareceralucinacionescomopartedelosefectosdelaenfermedad.
—Papá,nopuedeser.Paulestádeviaje—dicedespacio.—Lohevistoenlaplaya—diceEugenandandohacialacocina—.Siempre
jugabaisallí,juntoalfortín.—Harrietsequedadepieenelrecibidorbuscandoelteléfonoenelbolsillodelachaqueta.TienequemandarleunmensajeaPaul.
Harriet:Hola,¿mepuedesllamar?PapádicequetevioenLerviken.Pareceque
haolvidadoqueestásdevacaciones.Creoqueleiríabienhablarcontigo.
EugenseponeavaciarellavaplatosyllamaaHarrietdesdelacocina.—Aunque Paul tenía el pelo más largo de lo normal. Opino que llevar el
cabello largo hace parecer descuidados a los muchachos. Pero quizá sea asícomovanpeinadosahoraloschicos.
«Es un adulto, no un chico», piensa Harriet, y va hacia la cocina. Eugenmezclaelpasadoconelpresente.
—¿Y cuando has salido de la cafetería habían desaparecido? ¿Se habíanesfumado?—preguntaesforzándoseenmanteneruntonodehumor.
Eugennoresponde.Vahacialanevera,sacaunaspatatasylasponesobrelaencimera.
—No tiene lógica, porque si estuviera por aquí, habría dicho algo. Eso losabestútambién—continúaHarriet.
Eugensequedaparado.—Sí,tienesrazón.Soyyoelqueloconfundetodo.Estuvotantotiempoaquí
enveranoqueescomosimehubieraacostumbradoaél.Ahoraloveotodounpocovacío.Sóloeseso.Aunqueestoycontentodequehayasvenido—añade.
Harrietsonríe,peronopuedequitarsedeencimaunasensacióndesagradable.Cuando deja el teléfono sobre la mesa de la cocina para coger el pelador depatatas, ve que tiene dos llamadas perdidas. Elmóvil está silenciado y no hanotadoque la ha llamado.Lasdos sondeMargareta.El símbolode4G sehaapagado.
—Papá,tengoquetelefonearaltrabajo.Mijefamehallamadovariasveces.Nohaycobertura.CojounabicicletaysubohastaelhotelStoraparallamar—dicerápidaHarriet.
—Esloquepasacuandovivesalfinaldeunacuesta.Contodalatecnologíaquehayenelmundo,todavíanohanconseguidoencontrarunmástildetelefoníaquecubraLerviken.—Seechaareír—.Tengounteléfonofijoporelquepuedesllamar.
—Gracias,peroprefierohablarsinnadaquemedistraiga.Nunca se sabe qué puede querer Margareta, pero dos llamadas perdidas
significaque tienemucho interés.Harriet sospechaqueestán relacionadasconKenneth y la información de los medios. Si su jefa está enojada, prefiere nohablarconelladesdelasaladeestardeEugen.
—Vete.Lacenaestarálistadentrodeunahora—respondesupadre.Harrietpedalealomásdeprisaquepuedeylabocalesabeahierro.Elsillín
esdemasiadoalto,asíquetienequeirdepie.QuizáseaPaulelqueuselaviejachatarradebiciquetieneEugen.NolograrecordarhabervistonuncaaEugeniren bicicleta. Con americana azul marino y camisa blanca, hundido sobre elescritorio:asíescomoestáacostumbradaaverasupadre.Nomontadoenunabicicleta. La rueda de delante está torcida y Harriet casi pierde el equilibriovariasveces.Notaquelefaltapráctica,peroesquenohamontadoenbicicletadesdequeibaalaescuela.Cuandointentacruzaratravésdelosmontículosdehierbaquecrecenenmitaddelcamino,labicicletaescoradegolpe,elmanillarcedeyHarrietcaealsuelocomounsaco.
Leduelenmucholacaderayelmuslo,ytienequeapretarloslabiosparanochillarallí,tumbadaenelbordedelcaminoconaqueltrastoencima.
—¡Joder!Elmusloizquierdo,quesehallevadoelgolpemásfuerte,letiemblacuando
seincorporaparaarreglarseelvestido.Levantalabicicletayvequenohasidoelmanillarelquehacedido.Sehasalido la ruedadelanteray faltan los tornillosque la sujetaban.Ha ido tambaleándose tanto rato que se habrán caído por elcamino.No lesorprenderíaquealgunode los insoportableshijosdePaulhayajugado con ella y la haya roto.Debería haberlo comprobado antes de cogerla.«Nuncamás»,piensa,ydesandaunosmetros.Noseveningúntornillo,nienlagravillanienlaacequia.
HarrietdejalabicicletajuntoaunarbustoycontinúaapiehaciaHenrikehill.Le duelen el trasero y el muslo a cada paso que da. Se siente curiosamenteexpuestasinbicicleta.Retornanaellatodaslasimpresionesdesagradablesdelosúltimosdías.Lervikenestácambiado.Desdequeocurrióeltremendoasesinatoes como si tuviera encima una amenaza constante, como si la estuvieranvigilando.Cuandoella encontróaDouglas,habíaunapersonaescondidaen laoscuridad.Lia sepusoencontactoconella.YdespuésKenneth,quepasópor
delantedeellacuandoestabasentadaeneljardíndeYvonne,apenasunashorasantesdequeloasesinaran.
Intentadesprendersede ladesagradablesensación.Esospensamientosno lallevananingunaparte.
Encuantosubelacuesta,vuelvelacobertura,peropiensaesperarparallamaraMargareta a estar sentada en el bar. Se le produce un vacío en el estómagocuandomiralapantalla.DosllamadasperdidaspuedensignificarqueMargaretaestáenfadaday,queHarriet sepa, sólohayunacosaque lahaya indignado: lanoticia en televisión. Si además la periodista le ha chivado a Margareta queHarriet había hablado con ella, lo tiene jodido. Debería haber colgadodirectamenteenlugardeintentarayudaraesapesada.Seguroqueahoraselevaacaerelpelo,aunquenohasidoellaquienhafiltradolainformación.
Elcielosobreelestrechoestodavíaazulapesardequesonlassietecuandoentra en el hotel. Los sofás modelo Chesterfield y el oscuro bar de caoba lallevanapensarenEscociaoenunfinaldeotoño.Enlachimeneacrepitanunostroncos.Harrietestásola,sincontara lamujerderecepciónyelbarman.¿Nodeberíaestarelbarlleno,contodoloquehaocurrido?Elbarmanhoytambiénvavestidoconcamisayunchalecodecolorburdeos.LlevaunpañoblancoenlamanoyestásecandocopascuandoentraHarriet.
—Buenastardes—dicehaciendounclarogestodequelareconoce.—Unacopagrandedetinto,porfavor—lepideHarrietsonriéndole.Sacasutarjetadecréditoyselada.Elbarmanpreparaunacopayescanciael
vino.Harrietdejadescansarlavistaenellíquidorojo,quetienecasielmismocolorqueelchalecodelhombre.Elbarmanllenalacopacasihastaarriba.
—Noventayochocoronas—indicaelhombremientras le coge la tarjeta aHarriet.Lamiradetenidamente.
—¿Hayalgúnproblemaconmitarjeta?—preguntaHarriet.—No,nada.—Elbarmanniegaconlacabeza,sonríeylaponeenel lector,
queparpadea.—¿Noaceptaelpago?—replicaHarrietriéndosedemaneraconciliadora.A pesar de ser unamujer adulta, de tener trabajo fijo y un buen sueldo, a
veces todavía ledaporpensarquenohaydineroenelbanco.Lasensación la
conserva de su época de estudiante, cuandoLisa y ella siempre estaban a dosvelas. En cuanto le llegaba dinero a la cuenta, Harriet se lo gastaba todo encomida basura y ropa que ni siquiera le sentaba bien, mientras que Lisaconseguíaestarsiempredeslumbrante,almargendelaeconomía.
—Noeseso.—Elbarmanseaclaralavoz—.Hereaccionadoportuapellido,Vesterberg.Laverdadesqueyamesorprendiólaprimeravezqueviniste.¿Notendrásalgúnparientequesuelapasarseporaquí?Comonotenemosdemasiadosclientestengobastantecontroladosalosquevienen—dice,ysonríe.
—MipadreviveenLerviken,muycerca.Elbarmanniegaensilencio.—EstabapensandoenunchicoquesellamaPaul,peronopuedesertupadre
—contestariéndose.—Paul es mi hermano —responde Harriet—. Tienes suerte, porque en
realidadnotendríasquehablardelosclientes.Yopodríahabersidosuirritableesposa,aquienlepreocupanloshábitosalcohólicosdesumarido.—PiensaenEva-Lena cuando hace broma. A Eva-Lena no le gusta en absoluto cuandoHarrietyPaulsequedandespiertosdurantelasnochesdeveranotomandovino.
«Te toca acostarlos a ti», suele acudir corriendo a decirle. Cuando Paul,obediente, desaparece, ella se quedamedia hora hablando por pura cortesía yluegosevaalacama.
—Sí,menosmal—seechaareírelbarman.«Henrikehillpodríasermioasis»,piensaHarrietsentándosealamismamesa
quelaúltimavez,yledaunbuensorboalvino.—¡Oye,tumóvil!—gritaelbarmanconélenlamano.El sonido está silenciado, pero la pantalla brilla por una llamada entrante.
Pone Margareta Bladh. «Agresiva e impaciente, exactamente igual que laMosca»,rumíaHarriet,llevándoseelteléfonoalaoreja.
—Harriet,heintentadoponermeencontactocontigo.DouglasAnderssonsehadespertado.
24
Viernes,1deseptiembrede2017Apesardenosernilasnueve,elsolestáaltoylosrayossereflejanenelasfalto.Laluzresultadeslumbradora,yHarrietbajalaviserayobservaaMargaretaalvolante.Losujetaconfirmezaconsusmanosdelgadas.Eltonoquehaelegidopara las uñas contrasta de forma perfecta con el color gris marengo de suchaqueta. Desde que han salido de comisaría, Margareta no ha dicho ni unapalabrasobrelosmediosdecomunicaciónylafiltraciónalnoticiarioquehuboeldíaanterior.«¿Eltestigodelasesinato,asesinado?»,decíaunodelostitulares.Harrietlosleyótodosalllegaracasa.LamitaddelasnoticiasestabadedicadaaKenneth y a lamuerte deLaura.La cara deTony se había convertido en unasilueta negra y el texto «detenido» decoraba la pantalla. El periodista queinformaba sobre el crimen anunciaba claramente que la policía y la fiscalíahabíandecididonohacerdeclaracionessobreelcaso.
Desde que se han incorporado a la autovía,Margareta ha avanzado a todaprisa por el carril de la izquierda. Harriet mira por el espejo retrovisor. Otrovehículovajustodetrásdeellas,peroMargaretanohaceningúngestodequererapartarse. «O está acostumbrada a conducir el coche de policía, y por eso losotrosvehículosseapartan,oestáfuribunda»,piensaHarriet.Sealoquesea,lomejoresdejarqueselepase.
—Konradvendráluego.NoquierocontinuarinterrogandoaTonysinoestádelantesurepresentante.AKonradnolegustanlosinterrogatoriossinabogadocuando se trata de crímenes tan violentos—explica, y añade—: Por lo visto,Lenahaencontradounbufetealquenohemosrecurridoantes,yestamañanaheoídoqueelabogadoveníadecamino.
HarrietmiradereojoaMargareta.Tieneloslabiosmuyapretados.
—¿QuéhadichoKonraddelosinformativos?—preguntaconcuidado.—Comoesobvio,mehapreguntadocómoesquesehanfiltradolosdatos.Y
yotambiénquierosaberlo.Voyaempezaracontrolarlasconexiones,silacosanoseaclara.
—Sí, puede ser buena idea. ¿Qué han dicho de Douglas Andersson? —preguntaenunintentodecambiardetema.
—Sóloqueestáconsciente.Harrietnotaqueseleaceleraelpulso.LialedijoqueHarrietconocíaaquién
lohabíahecho.Quizáhoypuedanobtenerlasseñasdealguien.—Hayalgoquemepreocupaunpoco—diceHarriet.Margareta emite un sonido para que continúe, pero no aparta la vista de la
carretera.—Cuandorevisé las listasde losmóvilesqueestabanfuncionandolanoche
queencontramosaDouglasenelcontenedor,descubríquehabíaotro teléfonoconectado en la zona. El repetidor había registrado el tráfico de datos de unaubicación muy cercana a donde yo me hallaba. Había alguien más. Habíapensadodecirloantes,perocontodolodeTonysemepasó—reconoceHarriet.Sienteciertoremordimiento.Enrealidad,lodescubriógraciasaGöran.
—Mmm—murmuraMargaretamirando hacia la derecha; luego cruza conrapidez la fila delante de un camión y continúa directamente por el carril desalidahaciaLund.Deformainstintiva,Harrietsecogealcinturóndeseguridad.Si Eugen hubiera ido sentado al lado, no se habría cortado en comentar esaformadeconducir.
—¿Tenemosprisa?—replicaHarriet.—Laantena recoge losdatosde tráficode todos losmóvilesde la zona—
respondeMargareta, ignorando lapreguntadeHarriet.Denuevoseponeenelcarrildelaizquierdaycruzaunarotonda.
—El otromóvil enviaba señales justo ami lado. Los tráficos de datos losregistraronlasmismascélulasdelaantena.
—Ya. Pregúntale a Lennart por las cosas que encontraron en el sitio, yadeberían estar listas. Podría tratarse del móvil de Douglas, todavía no haaparecido.Lonecesitamos.
—No,noeseldeDouglas.EnviaronunSMSconnúmeroocultoalmóvildeDouglascuandodescubrieronaLaura,ynoestabaconectado—prosigueHarrietfijandolavistaeneltejadodeunadelascasasquesevenmásadelante.Elviajeencochelahamareado,ylaluzqueparpadeaatravésdelaventanilla,alolargodelaavenidallenadeárboles,hacequeelmareoseaaúnpeor.
—SinoeraelmóvildeDouglas,significaquehabíaalguienmásenelmismolugar,alguienqueestabamuycercademí,enlaoscuridad,sindarseaconocer.
—Muchas cosas tienen una explicación natural,Harriet. Si uno deja que lafantasíavayaporlibre,acabamal.
Harrietasiente,peronotaquesuirritaciónaumentaalnosertomadaenserio.—Y si había alguien a mi lado en la oscuridad, ¿no es raro que no se
mostrara? Habría sido lo natural, a menos que la persona en cuestión meestuvieraobservando,claro.
—¿Piensas que es el asesino? —Margareta se vuelve con rapidez haciaHarriet—.SieraTonyelqueestabaallí,lotenemosabuenrecaudo.Meimaginoquemañananegociaránlaprisiónprovisional.
Harrietsearmadevalor.—No fue Tony.He controlado el número junto a los que teníamos para el
caso. Y él ha estado detenido un día entero, pero eso no me tranquiliza enabsoluto.DuranteesasveinticuatrohorasasesinaronaKenneth,ynofueTony,comosepuedecomprobar.
Margareta suelta unamano del volante por unmomento, pero lo agarra denuevo.Parecequeestápensando.
—Kenneth fue asesinado, yomisma he hablado con el forense—continúaHarriet—.Murió de un golpe contundente en la cabeza.No tenía agua en lospulmones,asíquenorespirabacuandolotiraronalfoso.
—Losé,nos informasteayer,Harriet.Sinembargo,RakelyEliashablaronconsusfamiliaresduranteeldía.Kennethparecíaestarpasándolomal.Aunquefuera testigoenelcaso,noesseguroquesumuerte tengaalgoqueverconelasesinatodeLaura.Puedehabermontonesdemotivosdeporquélomataron.Siteníaproblemascon lasdrogas, sumuertepuede serunajustedecuentas,unapeleaoalgoparecido.DejaqueRakelyEliasseocupendeKennethydecómo
vivía, y tú te centras en Tony. Para nosotros, Tony es todavía el autor másprobabledelasesinatodeLaura.
Harrietsuspira.UnaimagenbiencompletitadeldesgraciadodeTony.Claroque sí.Aunque le sorprenderíamuchoque fuera culpable. ¿Cuálpodría ser sumóvil?¿Robo?TonysabíaqueDouglashabíacompradounacajafuerte.SabíaqueDouglas iba aguardar suspreciosas colecciones en la caja, pero ¿porquérobarlas después de comprar la caja fuerte y no antes? Ya conocía conanterioridad la existencia de los objetos de valor. Trabajaba en la finca y lospodríahaberrobadoencualquiermomento.Y¿quémotivosteníaparaasesinardeformatanbrutal?HarrietpiensaenlosojosdeLaura.¿PorquéibaaquererTony que viera cómo maltrataba a Douglas? El motivo no es lo bastanteconsistente.NosepuedeconfiarenpersonascomoTony,perocuandonegóqueel cuchillo fuera suyo y afirmó que alguien había puesto los pantalones en sucasa,parecíaqueestabadiciendolaverdad.Habíaalgoensutonodevoz,quizála negativa total y espontánea, que hacía que Harriet lo creyera. Además,KennethnuncaseñalóaTony,sólohabíavistounpardeperneras.
—Hay otra cosa en la que me fijé ayer durante el interrogatorio a Tony.Cuandofirmóeldocumentoqueleentregaste.Eszurdo.
—¿Y?¿Adóndequieresllegar?—preguntaMargareta.—El forense dijo que lomás seguro es que la persona que le hizo el corte
mortalaLaurafueradiestra.Elautorde loshechosprobablemente lesujetó lacabezaconlamanoizquierdaydespuéslaacuchillóconladerecha.
Harriet empieza a ejemplificarlo con las manos, pero cambia de idea. Noquiere tentar a Margareta a que aparte la vista de la carretera. «Sólo tengoveintinueve años, demasiado joven para morir en las afueras de Nova, en eldesvíoaLund»,piensaHarriet.
—Resultaimprobablequeunapersonazurdamataraaalguiendeesamanera.—Mmm.—Margaretanoparecedeltodoconvencida.La torregris de la catedral en el horizonte se acerca con rapidez cuandoel
cochecorreendirecciónalhospital.Harrietlointentadenuevo.—Seríamásnaturalrealizarlaacciónconlamanoderecha.Esoestodo.«Locualnohacequeelcasoseamássencillo—piensaHarriet—.Lamayoría
de lagenteesdiestra, asíque, enestecaso, sólopuede servirparadescartar aTony.»
—Puede ser, pero tenemos a una persona a la que se puede relacionar dediversas formas con las víctimas. Lo cierto es que hemos hallado el armahomicida y que tenemos la grabación donde Kenneth explica que vio a unapersona vestida con los pantalones que encontramos en el armario de Tony,trepandohastalaventanadelasvíctimas.Teprometoque,cuandonostraiganlaspruebasdesdeLinköping,éstasdemostraránqueeslasangredeLauralaquehaytantoenlospantalonescomoenelcuchillo.Harriet,hevistodetodo.Créeme,que la persona que ha matado a Laura lo haya hecho de manera que parececomplicadodeentendernosignificanadaencomparaciónconlosotrosindicios.Konradtendráquedecidirsiloquetenemosessuficiente.
Harrietaprietalasmandíbulas,eslaúnicamaneradeevitardecirloqueestápensando. Que todo es por Blekinge, lo que Elias le explicó. Margareta haresueltoqueTonyesculpableporquequierecerrarelcasoloantesposible.Siseaclara pronto el asunto, no se arriesga a que algún gerifalte de la policía semezcleenelcaso.Harrietlamiradereojo.SiesasícomopiensaMargareta,yanolepuedeinspirarningúnrespeto.¿Quépuedehacercuandosujefa,lapersonaquerespondeportodalainvestigación,yanolosdirigeenladireccióncorrecta?Nuncalehabíapasadoalgoasí.
—TambiénpodríavisitaralamadredeKennethyhablarconellaunrato,averquépuedosacar—proponeHarriet—.SoyunpocodeLerviken,alfinyalcabo.Quizáconsigaalgo.
—EliasyRakelhanestadoallí.Deentrada,quieroqueseconsiderencomodos investigaciones separadas hasta que sepamos con seguridad si guardanalguna relación. Cuando volvamos, tú recopila los datos de la investigaciónpreliminar sobre la muerte de Laura. Konrad necesita la imagen completa—respondeMargaretamientrasaccedealaparcamientodelhospital.AntesdequeHarriettengatiempodeañadirnadamás,sujefayasehabajadodelcocheyhacerradolapuertaconbrusquedad.
—Piensohacerlodetodasformas,quelosepas—murmuraHarrietysaledelcoche.Margaretayaestávariosmetrosmásadelante.
Elhospital,unedificiogrisymarróndelosañossesenta,seyergueanteellas,ycuando entran en el vestíbuloMargareta se pone el móvil al oído y llama almédico.
—Quieroquenosdejenpasardeinmediato—ordenaMargareta,ylehaceungestoconlacabezaaHarrietparaquemantengaabiertalapuertadelascensor.
LaunidadestácustodiadaporagentesdepolicíaalosqueHarrietnoconoce.Margaretalossaludaconsuidentificaciónyabrelapuerta.Elmédicolosrecibeenelpasillo.
—DouglasAnderssonestáenestadocrítico.Harecibidorepetidosgolpesenlacabeza,tieneunhematomacerebralyunderrameinternoquehemosdrenado.Tienerecuerdosfragmentadosdeloquesucedió.CreemosquenoentiendequeLaura está muerta. Además, la morfina que le administramos lo confunde—explicaelmédicodespuésdehaberlesestrechadolamano.
HarrietmiradereojoaMargareta.—Como comprenderás, es muy importante que le hagamos nuestras
preguntas—diceMargaretaescuetamente,ylesueltalamanoalmédico.Ésteasiente.LamiradadeHarrietcaesobreunbuhitohechode fieltroque
llevaenganchadoenelbolsillofrontaldelabatablanca.—Sólodigoloquemepareceapropiadodesdeunaperspectivamédica.Está
muy débil, y si le bajan los niveles de oxígeno, tendré que volver a ponerlerespiraciónasistida—respondeelmédico.
Margaretacarraspea.—Habitación38C,podéispasar—añaderápidoelmédico.Harriet observa la puerta entreabierta del fondo. Se dirigen hacia allí en
silencio.Cuandoentran,unaenfermeraestáajustandoelgotaagota juntoa lacama.
—Podéisusartambiénesasilla—lesindicaseñalandounsencilloasientodemaderapróximoalacamavacíaquehayalladodeladeDouglasAndersson.
Elrespaldodesucamaestáincorporado.Douglastienelosojoscerradosylabocaentreabierta.Pareceestardurmiendo.Sucuerpoesdelgadoytienelapiel
casitransparente.Lanuezpuntiagudaseletensacuandosemuevealritmodelarespiración,que esprofunday regular.Margareta se sienta en la sillaque estálibre,alladodelacama,yHarrietvaabuscarlaotra.Tienequeirconcuidadoparanoenredarseconlostuboscuandolalevanta,yconlaspatasdelasillaledaunfuertegolpealapared.
—Tenéisuncuartodehora,despuésempiezalaronda—informalaenfermeracontemplandoirritadaaHarrietantesdeabandonar lahabitación.MargaretaseinclinasobreDouglas.
—MellamoMargaretaysoypolicía.¿Mepuedesoír?El labio inferior le tiembla, yHarriet veque se lemueven losojos tras los
delgados y blanquecinos párpados. Tiene los labios secos, y dos heridas concostras amarillentas le cubren el labio inferior. «Quizáde la cinta americana»,piensa Harriet. Losmoratones presentan ahora un color amarillo verdoso quehacenquelapielparezcacasiartificialbajolosojosyenlassienes.
—Douglas,¿entiendesloquedigo?Douglassuspirayabrelosojos.—¿Dóndeestá,dóndeestáLaura?—murmura.—¿Sabesloquetehaocurrido?—preguntaMargareta.—¿DóndeestáLaura?—repiteDouglasunpocomásalto.—Soyde lapolicía.Has sufridounagraveagresión. ¿Recuerdasalgode lo
queocurrió?—Lauranoparabadegritar.Todoeltiempo.—LospárpadosdeDouglasse
cierrancuandohabla.Harriettragasaliva.Nopuedeimaginarsecómodebedeseroírquemaltratan
alapersonaqueamas,nosaberloquevaasuceder.Élaúnnosabequesumujerestámuerta.HarriettienelaesperanzadequelosdatosdecómomurióLauranolleguennuncaasuconocimiento.DespuéssedacuentadequeelpropioDouglashasidocondenadopormaltrataraLaura.Apartalavistadesucara.Degolpelecuestamirarlo.
Douglas levanta la cabeza de la almohada unos centímetros. Los vasossanguíneosdesusojosaparecenenrojecidoscuandoabrelospárpados.Después,cogefuerzasylesalenlaspalabras.
—Él...volvió.—¿Quién?—preguntaMargareta.—No hacía más que gritar. —Douglas apoya de nuevo la cabeza en la
almohada.—¿Tehahechoestoalguienquetúconoces?—inquiereMargaretaalzandola
voz.—¿Dónde está la caja? ¿Dónde está? —Las pupilas se mueven agitadas
cuandohabla.Luego,Douglasbajalospárpadosylarespiraciónsevuelvemásprofunda.Sehaquedadodormido.
Elmédicoapareceporelquiciodelapuerta.—Tengo que pediros que lo dejéis —les indica—. Tenemos que volver a
ponerleeloxígeno.—Podemosesperaraquí—respondeMargareta.—Esunseis.Noestádeltodoconsciente—informaelmédicomientraspasa
pordelantedeHarrietparaconectarlostubosenlabocadeDouglas.—¿Unseis?—Esunaescalavariabledelniveldeconciencia.Noestáconsciente, según
micriterio,ylamorfinalodejatodavíamássomnoliento.—Llámanos en cuanto se despierte de nuevo. Espero que comprendas lo
importantequees.—SevuelvehaciaHarriet—.Nosvamos.
25
Cuandosesientaenelcoche,Harrietnotaquelevibraelbolsillointerior.SacaelmóvilalavezqueMargaretadamarchaatrásenelaparcamiento.
—Hola,Harriet—ledicealoídolavozdeLennart.—Hola—respondeella.—Hemos encontrado una coincidencia y te he querido telefonear de
inmediato.Margaretano respondealmóvil,asíqueLenamehapasadoa ti lallamada.
—Québien.Margaretaestásentadaamilado,siquiereshablarconella—leindicaHarriet.
—No,nohacefalta,lainformasdespuésyyaestá.Hemoshalladoalgoenelregistro.ElADNestáen lashuellasqueencontramosenelsuelode lasaladeestar deSundgodset, y esmuyprobable que éstas seandeTony.De sudor.Elanálisis de las otras huellas que obtuvimos de la sala de estar todavía no estáacabado.Tardaremos,lascantidadessonpequeñas.
HarrietsevuelvehaciaMargareta.—HanconfirmadoqueelADNencontradoenelsuelodelasaladeestares
deTony—lesusurradeprisaantesdevolveraatenderlallamadadeLennart.—¿Enquégrado?—preguntaMargaretaalmismotiempoqueHarrietseve
impulsada hacia delante súbitamente. Su jefa ha frenado de golpe en la salidaparacederleelpasoauntransportedemercancías.
—Muyalto—respondeLennart.HarrietlorepiteparaquelooigaMargareta.—Tengootrapregunta.¿Habéishalladoalgúnmóvilcercadelcontenedor?—No.Todoloqueencontramos,menosloquehemosenviadoaLinköping,
estáennuestrolaboratorio.Nohabíaningúnmóvilporallí.Por el rabillo del ojo,Harriet ve queMargareta pone la cuarta.Van veinte
kilómetrosporencimadelavelocidadpermitida.—Deacuerdo,sólomelopreguntaba.—ElmemorandoyelinformedelforenserespectoaKennethlosenviaremos
alolargodeldía;estáncasilistos—continúaLennartcomoparadisculparsepornohaberdescubiertoningúnmóvil.
—¿Qué número calzaba Kenneth? —pregunta Harriet—. ¿Es posible queseansushuellaslasquehabíaenelbarro,alladodelbarril?
Lennarttardaunossegundosenresponder.—Notengoelinformedelante,estamosfueraconotrocaso,peroestáallí.Lo
miraré.—Estupendo—respondeHarriet,ycortalaconversación.—¡Bien!—exclamaMargareta,quedejademirar lacarreteraparavolverse
haciaella—.AcuérdatedelosdatosdelADNparalaexposición.
Cuando llegan, Harriet se apresura a entrar en su despacho. Nunca hubieracreídoqueibaaechardemenoselsucioempapeladotextilylasillagrisáceadeoficina. Tiene que aprovechar todo el tiempo que pueda si quiere redactar unresumenparadespuésdecomer.
«Él...volvió»,hadichoDouglas.Aquellonofueuncrimencasualrealizadoporunapersonamuyenfermapsíquicamente.FueuncrimenllevadoacaboporalguienaquienlosAnderssonconocían.QuizáalguienaquienHarriettambiénconoce,sisecreelaspalabrasdeLia.AlguiendeLerviken.Harrietsereclinaenla silla. ¿Quéhombresconoceella enLerviken?Cogepapely lápizyabreunbloc de notas. Tony y Kenneth. Apunta los nombres. Tony conocía a losAndersson, tiene antecedentes criminales y su ADN está en el escenario delcrimen.Tambiénhanencontrado ropay el armahomicida en el registrode sucasa.Harriet rodea el nombre deTony con un círculo. ¿Aquiénmás conoce?Gustav Nyman. Harriet se ríe para sí misma. Gustav Nyman es un viejoflemáticoquepareceque sólohace loquequiere sumujer.Laúnicaconexiónque Harriet ha oído que los Nyman tuvieron con los Andersson fue por unadiscusiónsobreunamarre.Sinembargo,dejaaGustavNymanen la lista.Por
supuesto,EugenviveenLervikenyconocealosAndersson.AunqueEugennotienenadaquever.Harrietpiensaenlosamablesojosdesupadreysucuerpodelgado. Es viejo y nunca le ha hecho daño ni a una mosca. Ha hablado dealguienquesellamaNiklas,peroHarrietnosabequiénes.Porelcontrario,poneen la listaa losBjörk, losdueñosdel restaurante;aPeter,de la tienda,ya losEnquist, de la cafetería. No ha visto a ninguno de ellos con los Andersson.ContinúaescribiendonombreshastaquellegaaPaul.Harriettragasaliva.Paulnomataríanuncaanadie.Además,estáenBali,aunqueEugenmascullóquelohabíavistoayer.La ideadequePaulpudieraestar involucradohaceque se leencojaelestómago.Suhermanonotienelímitesycometemuchosexcesos,peroes una persona alegre. Claro que también puede enfurecerse si alguien loprovoca. Si sus hijos se pelean o se les cae la leche en lamesa a la hora decomer, les puede gritar hasta que Harriet se va de allí. Cuando eran jóvenespodíadesmadrarse,peroerancosasdejuventudquenoteníannadaqueverconlaviolencianilacrueldad.TienequeinvestigarporquéeljerseydelInstitutodeSpångaestabaencasadeTony,aunquesabequesuhermanonuncaseimplicaríaenelasesinato.Harriet seestiraparaalcanzarelbolso,queestáenel suelo,yempieza a buscar algo dentro de él. ¿Hay algún caramelo en el fondo? Losdulceslasuelenespabilar,peroloúnicoqueencuentrasonenvoltorios.Vuelveadejarelbolsodondeestaba.
¿Quémotivos habría paramatar a Laura ymaltratar aDouglas? Lia habíadichoqueLaurateníapegadoslospárpadosparaquenopudieracerrarlos.¿Porqué era importante quemirara cuando pegaban aDouglas?Harriet recuerda aDouglastumbadoenlacamadelhospital.Lapielcasitransparenteyamarillentadesucara,lacajatorácicasubiendoybajandoalritmodelatomadeoxígeno.«¿Dónde está la caja?» es lo que le preguntó la persona que lo atacó. Dóndeguardaba sus objetos de colección,monedas y oro. ¿Quién sabía queDouglasteníatodoeso?SuvistasequedafijaenelnombredeTonysobreelpapel.«Erapesadadecojones»,lahabíatenidoquellevararastrashastalacasa.Esohabíadicho,yparecíairritado.Harrietpuedeoírsutonodevozinexpresivoylentodelinterrogatorio.Sueltaellápiz.«¿Dóndeestálacaja?»¿PorquéibaTonyahaceresapreguntasiyasabíadóndeestaba?Cierralosojos.Lapersonaquematóalos
Anderssonsabíaquehacíapocoquehabíancompradounacajafuertey loquehabíadentro,peronodónde laguardaban.Despacio,HarrietvuelveacogerellápizytachaenelpapelelnombredeTony.
Harriet enciende el ordenador y abre el archivo con la información delteléfonodeLaura.EnelarchivohayunesquemaquehahechoGöranconlistasdenúmerosycontactosalosquehanllamado.HarriettienelaleveimpresióndequeGöranesvago,perolacarpetaestábienestructurada.Enunasubcarpetahayimágenes tomadas con el teléfono. Harriet abre primero el archivo con loscontactos. No hay muchos. La biblioteca, el centro de atención médica, eldentistayunbufetedeabogados,JuristasdeFamilia,deLandskrona.Yalguienllamado Nathalie. Harriet apunta el nombre. ¿Nathalie? ¿Podría ser Lia unaapócope de Nathalie? No es del todo improbable. Siente que se le acelera elpulso. Coge el móvil y marca el número. Una señal aguda en tres tonos leatraviesaeltímpano.
—Elnúmeroalquellamanoexiste.Harrietbajadenuevoloshombros.Típico.Continúaconlalistadellamadas.
Hay un número que el jueves llamó a Laura cuatro veces, la noche antes delasesinato. Harriet lo escribe rápidamente en la web de hitta.se, el buscadornacionaldepersonasycompañías.Eselnúmerodeunteléfonofijo,aunquenoencuentranada.Buscaentodaslasbasessinobtenerningúnresultado.Despuéscogeelmóvilyllama,peroestáocupado.HarrietsuspiraytelefoneaentoncesaJuristasdeFamilia.
—Bienvenido a Juristas de Familia, estás hablando conVibeke—respondeunaalegremuchachadespuésdetrestonosdellamada.
—Hola,me llamoHarrietysoy investigadoracriminal.Tengounapreguntasobreunodevuestrosclientesporundelitoqueestamosinvestigando.
—Tenemoscontratodeconfidencialidad—contestaVibekeconrapidez.—SoydelapolicíayestamosinvestigandoundelitocontraLaurayDouglas
Andersson de Sundgodset. Quisiera hacer unas preguntas, tengomotivos paracreerquehabían contratadovuestros servicios.—Harriet lodice condecisión.ComolohubieradichoLisa.
—En tal caso, no os las responderemos—contestaVibeke con un tono un
pocomásseco.—Deacuerdo, lo entiendo—suspiraHarriet.Le hace un círculo al número
delbufetedeabogadosquehaescritoenelpapel—.Entoncesvolveréallamarcuandotengalaordenderegistro.SinoestáclarosilosAnderssoneranclientesvuestros, quizá lo mejor sea que pida permiso para confiscar toda vuestracontabilidad de los últimos seis años, todas las carpetas y todos vuestrosordenadores.Estoes importanteparanuestra investigación,asíquepornuestrapartenohayproblema,loúnicoesquetardaremosmás.Comoesobvio,estaréisunabuenatemporadasinvuestrasherramientasdetrabajo.
Lamujeralotroladodelalíneasequedacallada.—¿Llamasdelapolicía,dices?—Yanoparecetansegura.—Sí,yestamoshablandodeuncasodeasesinato.—Mi jefe es el abogado de Douglas Andersson, quizá podrías hablar
directamenteconél.Ahoranoestáeneldespacho,perolepediréquetellame.—Gracias—respondeHarriet—.¿TeníanlosAnderssonmuchosasuntoscon
vosotros?Alotroladodelalíneasehaceelsilencio.—Venían a menudo. Por lo menos, este últimomes—replica. Después se
quedadeltodocallada,comosisearrepintiera.—Nocreoqueatujefeleparezcamalquehablesconmigo.Detodasformas,
élnosinformarádeloquenecesitamossaber,perosi tepuedohacerunpardepreguntas,esoagilizaríalainvestigación.Loquequeremosesencontrarcuantoantesalapersonaqueleshahechodaño—continúa.
—Es horrible lo que le ha ocurrido a Laura. Tanto Douglas como ellaestuvieronaquíunosdíasantesdequeLauramuriera.Mecaíabien,eraamable.Engeneralnosolíavenir,estonoestáadaptadoparalassillasderuedas.
—¿Quéasuntostenían?—preguntaHarriet.—No estoy segura, pero era sobre sus bienes y propiedades —comenta
Vibeke.Despuéssequedacalladaunmomentoantesdecontinuar—.Bueno,noestoymuysegura.Esmejorquelepreguntesamijefe.Mejornoledigasquetehedichoeso.
Vibeke pide disculpas y acaba la conversación.Harriet suspira.A pesar de
haberlapresionado,nohaconseguidosacarlegrancosa.SuspensamientosvuelvenaPaul.Suhermanoha idomuchoporLerviken,
sabía quiénes eran los Andersson, y en el registro de la casa de Tony hanencontradosu jersey.SuertequeestáenBali.Sino, igual lohabría tenidoqueinterrogar.Piensaenlaconversaciónquemantuvoconélhaceunosdías.Cuandole habló del asesinato parecía afectado de verdad. Después tuvo que colgarporquellegabaEva-Lena.Oalmenosesofueloquedijo.
Desde entonces no ha vuelto a saber de él, lo cual es raro enPaul.Harriettienelasensacióndequehayalgoquenoterminadeencajar.¿RealmenteestáenBali?PiensaenaquellotanconfusoquedijoEugendequesehabíacruzadoconNiklas,unamigodelainfanciadePaul,yéstelehabíadichoqueseibanaverenCopenhague.¿Ysi suhermano leestámintiendo?Harriet sequedasentadaconelteléfonoenlamanoylamiradaperdidaunossegundosantesdesacarselaideadelacabeza.¿Porquéleibaamentirsuhermanosobresusvacacionesalextranjero,ydeunaformatanelaborada?Seríaunalocura.
26
—¿Vienes?—Patrikasomalacabezapor lapuerta.Harriet lomiradesubicada—.Acomerpizza.Pensabairahora,antesdequeselleneelrestaurante.—Haycierta calidez en losojos azulesdePatrik.Llevaunpolodelmismo tonoazulclaroquesusvaqueros.Eljerseydemangacortaseciñeasusmusculososbrazosy lleva los botones desabrochados. «Lisa, ¿por qué no estás aquí?», piensaHarriet.APatriklehabríagustadolarubiayencantadoraLisa,que,sinembargo,habla como un marinero. Los chicos como Patrik no suelen mirar a Harriet.Siemprelaconsideranunasimplecompañera.
—Claroquesí—respondeHarrietmientrascoge lachaquetaquehadejadoenelrespaldodelasillayselapasaporloshombros.Detodasformas,noestáavanzandonada.
Harriet se da cuenta de que la puerta deMargareta está abierta, y cuandopasanpordelanteéstasacalacabeza.
—¿Vaisacomer?—preguntaMargareta.—Sí,hemospensadoiralapizzería.—Patrikempujarápidamentelapuerta
decristaldelaescalerayselaaguantaaHarriet.—Osacompaño—avisaMargaretatrasellos.HarrietyPatrikoyendeinmediatoeltaconeodesuszapatos.Patrikmiracon
caradecomplicidadaHarriet.Margaretahaestadodemuymalhumor toda lamañana.Lepreocupalafiltraciónalaprensa.Además,estátanobsesionadaconque el crimen se aclare que se la suda si encuentran a la persona correcta.PasarseunacomidaenteraasuladovaaponeraHarrietdelosnervios.
—¡Québien!—exclamaPatrikaguantandolapuertatambiénasujefa.Margareta se aprieta el cinturón de la gabardina negra cuando pasa. Su
delgada figura hace que parezca un espantapájaros. En la recepción, Patrik se
inclina sobre el mostrador para llamar la atención de Lena. La joven da unrespingo,hacedesaparecereljuegodelsolitariodelapantallaylelanzaaPatrikunamiradaavergonzada.Harrietsedacuentadequeseponecolorada,aunquehayavueltolacabeza.
—Harrietyyovamosacomerpizza.¿Teapetecevenir?—pregunta.—Sólo tengo media hora para comer—responde Lena enseguida, y pone
malacara—.Yalosabes,melopreguntascadadía—añademirandoaHarrietdereojo.
Patrikseechaareír.—Sehaceladura—explicacuandosalenfuera.Bajalavozparaquesólolo
oigaHarriet—.EnlafiestadeNavidaderaharinadeotrocostal.—Me cuesta creerlo, pero a lo mejor estabas borracho, en cuyo caso uno
sueleperderlanocióndesímismo—respondeHarriet.Esdifícil relacionarse conPatrik.Machito como los tontosdeúltimocurso
que tiraban palomitas demaíz en el baile final o que colaban un espejito pordebajodelapuertadelosvestuariosdelaschicasparaespiar.PerosiHarrietvaa comer con él es porque, a pesar de todo, parece buen chico. Es alegre y laayudaarelajarse.
—¿Aquéestamosesperando?—preguntaMargareta,queyasehaadelantadoyestácruzandolacallehaciaelrestaurante.
HarrietyPatriklasiguen.Lasgrandesventanasdelapizzeríasevenoscurasa contraluz. Parece incongruente entrar en el anodino local cuando fuera hacesol.Margaretasesientaenunodelosapartados,enunrincónbienadentro,bajoun cuadro que representa una callejuela italiana. Harriet se instala a su lado,frenteaPatrik.
—YoquierounaVesubio—lediceMargaretaalcamareroqueestájuntoalamesa.
CuandoHarrietaspiraelaromaaquesofundidoyalbahacaquevienedesdeelhornoabiertotraselmostrador,sientequeelestómagolegruñe.Nohacomidonadaentodoeldía.
—Younacaprichosa...No,no,mejorunacalzone—diceconénfasis.Patriklesonríeypideunapizzakebab.
—También le habría pedido patatas fritas si entraran en el menú —lescomentaél.
—Yamelocreo,ya—respondeMargareta.—Hoy pensaba irme después de la reunión —anuncia Patrik—. Necesito
hablarotravezconlosvecinosdelrestaurantedelpuertosobrelodelviernesporlanoche.Porlovisto,hanllamadoporqueteníanalgomásqueexplicar.Aunqueno creo que sea importante. Es curioso que siempre haya personas que, depronto,recuerdencosasencuantovenlasnoticiasdelatele.Creoquesequierendarimportancia.¿HanconseguidoalgoEliasyRakeltraslavisitaalafamiliadeKenneth?¿Nodeberíamosponermásrecursoseneso?
—Nodeberíamosdiscutirloaquí—diceMargareta.Harrietmiraasualrededor.Elrestauranteestácasivacío,aexcepcióndeun
hombremayorque, al otro ladodel local, se está tomandouna cerveza, ydoshombresvestidosdeazul,esdecir,policías,queestánesperandoparapagar.
—¿Hay alguien escuchando? —pregunta Patrik—. A mí me parece quedeberíamos investigar el Volvo blanco que Kenneth también mencionó en elinterrogatorio.¿Nohabremosdescartadoesaprueba?
—Elcuchillo,elADN,elhabervistoaTony treparparaentraren lacasa...Tenemossuficientespruebasparaladetención—informaMargareta.
Patrikapoyaloscodosenlamesaycruzalosdedos.—Sí,esverdad,perojustoporeso:¿nohabremosdescartadolosotroshilos
queteníamosparatirarenelcaso?PatriktampocoestátansegurodequeTonyseaelculpable.AHarrietlegusta
queelVolvosalgadenuevoacolaciónenladiscusión.Porsupuestoquenovanadejardeladoesavía.
—Kennethviounasperneras,nuncadijoquevieraaTony—respondeHarrietbuscandoelasentimientodePatrik—.HerepasadoelteléfonodeLauraymehepuestoa llamara loscontactosquehayensu lista.LosAndersson,sobre todoDouglas, eran clientes de Juristas de Familia. Por algo relacionado con suspropiedades.Alomejornollevaanada,perosuabogadoenJuristasdeFamiliametelefoneará.
MargaretalevantaundedoyHarrietsecalla.
—Señorasyseñores,poraquívienenunaspizzas—diceunavoz trasellos.Noeselcamareroquehatomadonotadesupedido,sinoelhombrecondelantalblancoconelqueHarrietfumóaescondidasenelpatiodeatrás.
Harrietseruborizaylosaludaconlacabeza.—Vaya, hola, señorita, al final te has traído a tus compañeros. A partir de
ahoraosharemosdescuentoenmirestaurante.¡Queaproveche!—lesdiceconunaampliasonrisa.
«Quenoseleocurramencionareltabaco»,piensaHarriet.—¡Vaya,quédetalle!,undescuentoalosdeazul—exclamaPatrikcuandose
va el hombre—. Nunca nos lo habían hecho. Sólo porque estás tú —diceguiñándoleelojoaHarriet.
Patrikllevalaconversaciónhacialoslugaresdondelesuelenhacerdescuentoaél.DespuésselevantayvaabuscarensaladadecolblancaparatodosmientraslepasasuvasodeCoca-ColaaHarriet,quienyatieneelsuyoamedias.
—Sólo los críos sebeben el refresco antesde comer—lediceparapicarlacuandoledaelvaso.
Despuésdehaberquitadoloscantosconcuidado,Margaretacomeabocadospequeños,esforzándoseporingerirunatercerapartedelapizza.
—¿Noestábuena?—preguntaeldueñodelapizzeríacuandovuelveabuscarlosplatos.
—Sí,sí,peroesquenocomomucho—seexcusaMargareta.Harrietmiraelplatovacíoque tienedelante.Supizzahadesaparecidoa la
mismavelocidadquelaCoca-Cola.—Esquenohedesayunado—seexplica.—¿Café?Yolovoyabuscar—seofrecePatriklevantándosedelamesapara
irhastaelmostrador,dondehayunaplacaeléctricacondosjarrasllenasdecaféytazasblancasamontonadasyenfila.Mientras,Margaretasacaelteléfono.Estáclaro que su jefa no quiere hablar con ella. Unos minutos más tarde, Patrikvuelve y pone tres tazas humeantes y un plato de galletas de avena sobre lamesa.
—¿Quémierdaesésta?—sueltaMargareta.—¿Qué,esquelotomassolo?—respondePatrik.
ParecíaquelaspreferenciasdeMargaretaconrespectoalcafénoselehabíanpasadoporaltoanadiedelacomisaría.
—Noelcafé,eltitular.—Margaretalesmuestraelteléfono—.«Alacazadeunpsicópata.»
Las letras ocupan toda la pantalla, y en la parte superior que ha abiertoMargaretaapareceuntextoprogresivo.
—¿Quiéncojonesestá filtrando informacióna laprensa?Es lasegundavez—dicemuyseria—.Sonestascosaslasquehacenquenoquieraquehabléissincuidadoyencualquiersitiodelcaso.
Patriklafundeconlamirada.—Estáclarísimoquenoesningunodenosotros.¿Creesquepondríamosen
riesgoelcaso?—replica.—TendréquehablarloconKonradcuandovenga—continúaMargareta.—En serio, aparte de nosotros haymás gente que tiene acceso almaterial.
Eso del psicópata ni siquiera necesita tener fundamentos. Cualquiera al quehayamos interrogado puede haber llamado al Aftonbladet. Eso no se puedecontrolar—apuntaPatrikconelmismotonodevoz.
Margaretanoresponde,perobebeunsorbodecafémientrasHarrietobservaaPatrik.Parece tranquilo, con esa facultad queHarriet tantas veces ha deseado.Nosetomalascosasapecho.
—Alomejordeberíamosirnos—diceélacabándosedeprisasucafé.Selevantayseponelagabardina.LatazadeHarrietestámediollena,perole
daigual.Noquierequedarse.Paganydespuésechanaandarensilenciohacialacomisaría.Elsoldefinalesdeveranolosobligaaparpadearalsalirdelaoscurapizzería,ysusojostardanunossegundosenadaptarse.Harrietaminoraelpasocuando llegan a recepción para que Margareta entre antes y así poderintercambiar con tranquilidad unas palabras con Patrik. La estrategia no lefunciona.
—Harriet,pasaunmomentopormidespacho—ordenaMargareta.—Voy.Cuando entran, Margareta cierra enseguida la puerta. Harriet aparta una
americanaqueestáenelsofáysesienta.
—AntesdequevengaKonradhoy,hayunacosadelaquedebemoshablar—empiezadiciendoMargaretaalavezquesesientaenfrentedeHarrietcruzandolaspiernas—.KonradtienequedecidirsidetenemosaTony.
Harrietasiente.—Quizácreasquenoteheescuchadoalolargodeldía,peroheoídotodolo
quehabéisdichoPatrikytú.Tienesuntantoatufavor,peropersonalmentecreoqueTonyesculpable.Haymuchaspruebasquelodemuestranporque,aunqueelmóvil quizá no esté claro, se trata de dinero. Las pruebas que tenemos sonsuficientes.AsíquelepiensoproponeraKonradprisiónprovisionalparaTonymientrascontinuamosconelcaso.
Harrietjuntalasmanosenlasrodillasparamantenersetranquila,alavezquesiente que su enojo va en aumento.Margareta ha oído lo que le ha dicho, sinembargo,vaapasarleporencima.Harriettienequeintentarlodenuevoparaquecambiedeopinión.
—Heestado considerando lo queDouglas hadichohoy.Que el agresor nohacíamásquepreguntardóndeestabalacaja.
Margaretaparececonfundida.—¿Enquéestáspensando?—Douglas ha dichoque el atacante había preguntadodónde estaba la caja.
«¿Dóndeestálacaja?»,hadicho.SegúnTony,fueélquienarrastrólacajafuertehastaelinteriordelacasaylapusoensusitio.
—Ya llegaré a eso.Harriet, antes de queme interrumpas, te he escuchado,pero soy yo quien decide qué le decimos aKonrad. Estoy convencida de queTonyesculpable,yesloquelevoyacomunicar.Sitienesotraopinión,prefieroquetelaguardesparatienlareunióndehoy.¿Lohasentendido?—Margaretahaceunapausateatralantesdecontinuar—.AnteKonradmostramosunfrenteunido.Lasespeculacionesylasteoríaspropiaslasdejamosfueradelareunión.Loquecuentansonloshechos.Tambiénescuestióndeprofesionalidadnodejarverlasluchasinternas—añade.
Harrietabremucholosojos.¿QuécojonesleestádiciendoMargareta?¿TienequemantenerlabocacerradadelantedeKonrad,contodoloquesabe?¿Quiereinterrumpireltrabajodelaslíneasalternativas?Esdelocos.
—No. Eso estámal. Konrad tiene derecho a saber cómo están las cosas yformarseélmismounaopinión—exclama.
Margaretafruncesubocarodeadadepequeñasarrugas.—Soyyoquienlodecide.Harrietselevantadeprisaytiraelblocsobrelamesa.—Yestástomandounadecisiónequivocada.Loúnicoquequieresescerrarel
casocuantoantes,porque tienesmiedodequealguienseentrometa.Estecasodebería ser tratadoanivelnacional.Unbrutalasesinatoyun testigomenordeedadalquehanquitadodeenmedio.Todoslosrecursosdeberíanestarpuestosenesto,peroestamossolos.Ymeparecequenoteimporta.
LamiradadeMargaretaesdecolorplomo.—Noeresbienvenidaalareunión,puestoquenoestásenabsolutodelmismo
ladoquelosdemás—replicaMargaretaconcalma,yluegoseñalalapuerta.
27
Harrietselevanta,peroevitalosojosdeMargaretaalsalirdeldespacho.Loquemáslegustaríaesqueselatragaralatierra.Göranasomalacabeza
desdesuoficinaylamiracurioso.TienesudespachoalladodeldeMargaretaysevequehaestadoescuchandolaconversación.Viejocapullo.«Seguroquehaestadotodoelratoconunvasopegadoalaparedylasonrisaenlacara»,piensa.Harriethacecomoquenoloveysedirigeasupropiodespacho.Enseguidaoyelos pasos deGöran a su espalda.Acelera y cierra la puerta, como suele hacerMargareta.Loúltimoquequieredeseaeshablarconél.Quizádeberíallamarasuantiguojefe.Loquemáslegustaríaseríapoderllamarasupuerta,sentarseenlasilla frentea suescritorioyencontrarseconsuamablemiradadecuando lepreguntaba en qué la podía ayudar. Después, desearía oír su voz tranquiladiciéndole que la necesitan en Estocolmo, que hay un puesto libre para ellacuandovayayquetodovolveráasercomoantes.
Saca el móvil y lo pone en la mesa que tiene delante. Estaría bien poderventilarlo todo, pero tiene que solucionarlo ella sola, y la única manera esobteniendopruebasquecontradiganaMargareta.
—¿Hapasadoalgo?—inquiereGörantrasabrirlapuerta.Harrietniegaconlacabeza.Estehombrenoseentera.Harriethadejadobien
claroquenoquierequelamolesten.—Se pueden tener opiniones distintas, pero lo principal es que el caso se
aclare.Yosoydelaopinióndequelosrecursosdelainvestigaciónnosepuedenretirar de ningún modo aunque las pruebas sean buenas. Y no siempre pidopermiso—añadeconunasonrisitamaliciosa—.Todas lasdudasen tornoa lascircunstanciasylosescenariosalternativosdebenserresueltas,peronuestrajefaquierequevayamosdeprisa.
Harrietlomiraconfundida.—¿Quéquieresdecir?—pregunta.—Quierodecirqueelquehahechoestoestáenfermo.Volveráaocurrirsino
leparamoslospies.Aunquehayunacosaquenoentiendo.Resultamuypesadocargar conun cuerpoy una caja fuerte. ¿Por qué se esforzó en llevar aLaurahasta el granero y tirar a Douglas en el contenedor? ¿Por qué no dejar loscuerpos en la sala de estar si al autor de los hechos no le preocupa que losencuentren?
—Yo tampoco lo entiendo, pero cada vez que aporto un nuevo móvilMargaretamecorta.
—Olvídatedelosmóvilesycéntrateenloshechos—replicaél.—Escomosi intentarahacermecallar.Sepiensaque soy imbécilyqueno
entiendo nada porque no soy policía—continúa—. Pero yo no creo que hayasidoTony.
Göransonríe.—Siquieresquetedéunconsejo,olvídatedeellaypiensamásenporqué
noshemosobcecadoenquesetratadeunapersonaenconcreto.Almenosesoesloqueyohago.
Sedespideconungestodelacabezaydesaparece.
Harriet se reclina en la silla y enciende el ordenador. No entiende a Göran.¿Quiereayudarlaosóloestábuscandoalgúntipodeconfirmación?Encualquiercaso, piensa hacer lo que le ha sugerido: pasar de lo que diga Margareta ycontinuarensulínea.SumiradaseposasobreelnúmerodeteléfonodeLauraquehaanotadoenelbloc.Nohaterminadoconlalista.
Tomaelmóvilyvuelveallamaralqueprimeroestabaocupado.Ahorasíquesuena.Elpulso,queyase lehabíanormalizado,se levuelveaacelerar.DesdeaquelnúmerosehabíallamadoalteléfonodeLauravariasvecesalolargodelatardeydelanochedeljueves.Esdecir,esdealguienqueteníainterésenhablarconellaundíaantesdequelaasesinaran.
Seoyeunchasquidoyalguienseaclaralavozalotroladodelalínea.
—YvonneOhlsson.Harrietsesorprendetantoquecuelgadegolpe.Sequedasentadaconelmóvil
enlamano.Yvonne.¿EslaquehaestadollamandoaLaura?¿Porquénoseloha dicho? ¿O a Elias y Rakel cuando fueron a Lerviken? Harriet sabe queestuvieronhablandoconella.También recuerdaperfectamente laprimeracenaen casa de Eugen. Yvonne habló de Tony, pero no comentó casi nada delmatrimonioAndersson.NisiquieracuandoHarrietlepreguntó.Ajuzgarporloquedijo,dabalaimpresióndequenomanteníanningúncontacto.Cuantomáslopiensa,másextrañoleparece.
Presionalatecladevolverallamar.—Hola,soyYvonne.—Suvozdelataqueestáunpocoirritada—.¿Conquién
hablo?—Hola,soyHarriet.—Harriet, bonita, ¿has llamado tú hace un momento?—pregunta con voz
mássuave—.SiquieressabercómoestáEugen,tediréquenolohevisto,niaélniaKato,entodoeldía.
AHarrietseleencogeelestómago.EsnormalqueYvonnecreaquelallamaparasabercómoestáEugen.Quizádeberíainteresarseporél.Eugenaúnnosehabíadespertado cuandoHarriet se ha idode casa, ynohahablado con él entodoeldía.
—Gracias,muybien.Asínonecesitopreocuparme—respondeconrapidez.—No, aunque al final te acabas preocupando igualmente, al menos yo.
Siempre—replicaYvonne—.Peroyatellamaríasipasaraalgo.Porlogeneral,estoyporaquí.¿QuéesesoquesueledecirEugen?Quenoentiendecómopuedocontrolarlosatodos—dice,echándoseareír.
—Ahoraquediceseso...¿ConocíasaLaura?¿Verdadquesolíashablarconella?
—Nomucho.Lauraeraunabuenamujer.Laibaaverdevezencuandoyellaveníaalapeluqueríaalgunaqueotravez,peronopuedodecirquehablaraconellaamenudo.
—¿Eraalguienaquien telefonearíasenalgunaocasión?—continúaHarriet,esforzándoseenpreguntardeformanatural.
Yvonneríenerviosa.—¿Por qué la iba a llamar? No teníamos mucho en común.—La voz de
Yvonneseendurece.—No,claro—responderápidaHarriet—.Sólopreguntaba.Después de colgar, Harriet mira fijamente el papel donde ha anotado el
teléfonodeYvonne. ¿Porquémiente?Harriet sabequeYvonne llamóaLauracuatrovecesenunmismodía,yfuejustoantesdequeéstamuriera.Silopiensabien,norecuerdahabervistonuncaaLauraeYvonnejuntas,yesciertoquenoparecía que tuvieran mucho en común. Sin embargo, algo importante querríadecirle Yvonne si la llamó varias veces el jueves. «Algo que no me quiereexplicarniamíniamiscompañeros»,piensaHarriet,yvuelveacogerelmóvil.Buscaentresuscontactoshastaqueencuentraloquequiere.
—Departamento de Informática—responde una alegre voz al otro lado—.EstáshablandoconHåkan.
Harrietseestirayabreelinforme.—Hola,mellamoHarrietysoyinvestigadoraenlaregiónsur.Necesitoque
meayudesconunacosa.Esunalistadeteléfonos.Yatenemosunaordenenlainvestigación—le explica, con la esperanza de queHåkan, el informático, novayamás allá en las formalidades—.Necesitaría una lista de llamadas de unnúmero.Quisieravereltráficodurante...,digamos...,losúltimostresmeses.
—Claroque sí.Lobuscode inmediato—respondeHåkan—.¿Quénúmeroes?
Harrietleedespaciolosnúmerosquetienedelante.SesienteextrañaaltenerquepedirlalistadellamadasdeYvonne,perosuvecinaestámintiendoyHarrietquiereestarseguradeesoantesdeenfrentarseaella.
—Telopasoporcorreoelectrónico—contestaeltécnicoinformático.Parecemuyágil.Harrietpuedeoírcómosuenael teclado.Cuandocuelgan,
oyeeltintineodeavisodesubuzóndeentrada.Hahecholalistadirectamente.Abre el archivo y se echa hacia atrás. El tráfico del teléfono de Yvonne esenorme,ynecesitará ayudaparaanalizarlo,peroechaunvistazo rápidopor lapantalla para ver la combinación de cifras. Se da cuenta de que aparece unmismonúmeromuchasveces,tantoenllamadasdesalidacomodeentrada,alo
largodelosúltimosmeses.Seacercaalapantallaparaenfocarmejor.Reconoceelnúmero,perohastaquenololeeenvozaltaparasímismanosepercatadecuáles.Ellatambiénhallamadoaesenúmerovariasvecesenlaúltimasemana.Enespecial,enlosúltimosdías.
EselnúmerodePaul.Yvonnelollamóporúltimavezhacedosdías.Cuentahaciaatrásyvuelveamirarelhorario.Hubounallamadapocashoras
después de haber encontrado aKenneth.A las tres y veinte de lamadrugada.Harrietcierralosojosytrataderecordar.Enesemomento,EugenyellasalíandelacocinadeYvonne.Losabe,yaquesefijóenlahoracuandovolvíanacasa.¿Porqué llamóYvonneaPaul?En todocaso,en lacocinaellamintió.Harrietrecuerda queYvonne no dijo ni una sola palabra cuando Eugen preguntó porPaul.
Vuelveasonarelbuzóndeentrada.EsunemaildeGöran.«Konradestáaquíynosreunimostodosenlasaladeinvestigación»,ponela
nota.Elemailvadirigidoatodoslosdelequipo,peroHarrietsabequeellanotendríaquehaberlorecibido,y,aunquepudierairalareunión,yanotieneganasdequedarse.Cogeconbrusquedadsuchupayelmóvilyabandonalacomisaría.
28
El Saab suelta un rugido al incorporarse a la carretera, y los tejados deLandskronaseconviertenenunpuntitoenelespejoretrovisor.SeguroqueahoraestánmuytranquilosinformandoaKonradconmediasverdadesapesardequelainvestigaciónapenasacabadeempezar.Harrietbajalaventanillaytanteaconlamanoenelasientodeatrásenbuscadelbolso.Consigueencontrarelpaqueteeintentasacaruncigarrilloconlamanoderechasinapartarlavistadelasfalto.
Hoynolesalenadabien.YvonnemienteyPaulnolecogeelteléfono.Pero¿porquéélsíllamaaYvonneyporquésuvecinatelefoneóaPaulalastresdelamadrugada?¿YporquémienteYvonnerespectoaLaura?
Harrietmira elmóvil de reojo, que se encuentra en el asiento del copiloto.EllahallamadoaPaulporlomenosdiezvecesynolehacontestado.PresionaelaceleradoryelSaabsedeslizaatodavelocidad,rozandoloscienkilómetrosporhora.Sóloson lascuatroymediaynoquiere iracasaestandodemalhumor.SeguroqueaestashorasEugeneYvonneestán tomandoelcaféde la tarde,yHarrietnecesitaconcentrarseantesdeverseconYvonne,asíquetomaeldesvíoque indica Henrikehill. El hotel dispone de sillones cómodos en el bar queinvitan a hacer la pausa que necesita. No reduce la marcha hasta llegar a laavenidaqueconducealcastillo.AparcaelSaabjuntoalapistadetenis.
Nota que el pulso se le va calmando cuando entra en el bar agradable ytenuementeiluminadodelhotel.
—UnaCoca-ColaZero,porfavor—lepidealbarman.Eselmismohombredeotrasveces,conelmismochalecodecolorburdeos.
—Ahoratelasirvo,siéntatemientrastanto—lerespondeconunasonrisa.Harrietsesientaalamesamáscercanaalabarra,sequitalachaquetaypone
elbolsoenlasilladeallado.Selecaeylamitaddelcontenidodelbolsoacaba
enelsuelo.Labotelladeperfume,unenvoltoriovacíodedulcesdealmendra,lasllavesdelcocheyunoscuantostampones.Miraasualrededor.Enelsillónsituado junto a la chimenea hay un hombre sentado de unos cuarenta años yvestido con traje negro.Lamira y una sonrisa aparece en sus labios.Tiene elpelo castaño y denso, peinado con raya a un lado, y lleva un pañueloperfectamente doblado en el bolsillo de la americana, a juego con la corbata.«Unhombredenegociosdealgún tipo»,piensaHarriet,y seagachadeprisaarecogerelcontenidodelbolso.Cuandomirahaciaarriba,elbarmanestádelantedeellaconunvasodeCoca-Colayuncuencoconhielo.
—Gracias.Harrietvaechandocubitosenelvasohastaquelabebidacasirebosa,porlo
quetienequeinclinarseparatomarunsorboysalvarlasituación.Legustaasídefría. Después saca el móvil y se reclina en el sillón. Contempla de reojo alhombredenegociosqueestájuntoalfuego.Sigueobservándola.Susmiradasseencuentran yHarriet aparta la suya con rapidez.No quiere que la observen ynecesitapensarenloqueestáhaciendo.Seoyeuncrujidodondeestáelhombre.Ha cogido un periódico y parece estar sumido en la lectura de algún artículo.Harriet semoja los labiosen laCoca-Colayempiezaa intercambiarmensajesconLisa.Legustaríallamarla,necesitasacarsededentrotodoloquesiente,peronoconelhombredeltrajeescuchando.
Harriet:¿Estásahí?
Elmensajeapenasacabadesalirysuamigayaleresponde.
Lisa:Siempre.
Harriet se siente reconfortada. Es una de las mil cosas que adora de Lisa.Siempreestáahí.
Harriet:Hoylabrujamehapuestonegra.Todoesunamierda.Ahoramismoestoysola,sentadaen
elbardeunhotel.Noqueríaquedarmeeneltrabajo
ynoquieroirmeacasa.
Otropling.Enlapantallaapareceuncorazónrojoseguidodeotromensaje.
Lisa:¿Adivinaquéestoyhaciendo?
Harrietsonríe.NuncasepuedeadivinarloqueestáhaciendoLisa.
Lisa:Vuelvoarepasarsuteléfono.Selohadejadoenlasilla.Sehaidoaentrenar.
«Típico»,piensaHarriet.Enrealidad,ledeberíadeciraLisaqueescondieraunpocolasuñas.Aveces,suscelostiendenapasarsedelaraya.Lereplica:
Harriet:¿Estásmaldelacabeza?
Lisaseríamuchomejorinvestigadoraqueella.Harrietnoconoceanadiequeseamásdesinhibida.
Lisa:Esquehetenidounacorazonada.Yasabes,siempreestáfuera,yenlosúltimosdíaslohanllamadobastantealmóvil.Cuandocontestaalteléfonosevaaotrahabitación.Porlodemás,parecequetengaunavidadelomásaburrida.Hombres,yasabes,notienenamigosdeverdad.
Harrietnopuedeaguantarselarisa.—Aquítienes—lediceunavozasulado.Harrietbajael teléfonoyalzala
vista. El barman está delante de ella con una copa de Martini con algo quepareceundaiquiridefresa.
—Yonolohepedido—replicaHarriet—.TengobastanteconlaCoca-Cola.—Esdepartedel caballerode allí—dice señalando con la cabezahacia la
chimenea.Harrietsevuelve.Elhombredeltrajedejaelperiódicoyselevanta.Harriet
nosabeexactamentehaciadóndemirar.¿Piensavenirahablarconella?¿Acabadeaceptarsuinvitación?
Elbarmanseretirarápidamentehacialabarra.—Cuandotehevistoentrarmehaparecidoquenecesitabasalgomásfuertey
frívolo.Nohepodidoevitarfijarmeenti—diceelhombre,queahoraestáfrenteaella.
Harrietsientequeseruboriza.Nosabequécontestarle.Nuncalehaocurrido
quealguienempieceunaconversaciónconellainvitándolaaunacopa.—Gracias—profiere por fin, y levanta la copahacia él.Nopensaba tomar
nadamás,perocreequeseríadescortéssinoloaceptara.Yahorayaestarde.—Destacas en la multitud, no le pasa a todo el mundo —comenta él en
broma.Apartedelbarman,estánsolosenelbardelhotel,yHarrietseechaareír.Sus
ojossonafables,aunquenoesenabsolutoeltipodehombreconelqueellasepondríaacharlar.
—Sí,sobresalgo—responde.En cualquier caso, parece que tiene sentido del humor. Por su forma de
bromear, Harriet cree que puede tener unos cuarenta y cinco años. El móvilvuelveatintinearenlamesa.
—No era mi intención molestar. Veo que estás ocupada —continúa él,disculpándose,yvuelvealaesquinadelsofá.
«Cortésynadaentrometido»,piensaHarrietcogiendoelmóvil.
Lisa:Loshombressonunasco.
Leeenlapantalla.
Harriet:Unhombreacabadeacercarseamíymehainvitadoauncóctel.Esextrañoporqueestamos
solosenelbar.
Harriet envía elmensaje.Lisa tiene que tener alguna respuesta para lo quedebehacer.
Pasaunsegundohastaquehacedenuevopling.
Lisa:¿Estábueno?
Harrietmiradereojohaciaelfuego.Esaltoyfibroso, tienelanarizrectaylosojosazules.Guaponoeslapalabraqueellausaríaparadescribirlo,perosíesmuy atractivo. Cuando levanta la vista nota que él la está observando sindisimulo.Seguroqueintuyequeestáenviandomensajessobreél.
Harriet:Másbienesatractivo.Seguroquequinceañosmayorqueyo.Trajeado,yhablacomounadulto.Perotiene
sentidodelhumor.
Plingdenuevoalinstante.Harrietsilenciaelteléfonoymiraelmensaje.
Lisa:Oh,perosiatiteencantanesostipos.Yapuedesircorriendoahablarconél.
Harrietsonríe.Lisasehasacadoesodelamangasóloporquenolegustanlosmismostiposquelegustanaella.Georgos,elúnicoamorverdaderodeHarriet,no era para nada un hombre de negocios vestido con traje, pero tampoco eracomo esos tiposmusculosos ymachotes con los que le agrada quedar aLisa.Georgos ibaconvaquerosyzapatillasdedeporte.Harriet sabeexactamente loque le gustabade él.Cuando lamiraba era como si nohubieranadiemás.NiLisanielrestodelmundoquelarodeaba.Queríasaberlotododeellayparecíaque adoraba sus peculiaridades.Si la hubiera visto cuando se le caía el bolso,como lepasócuandohabía entradoenelbar, sehabría echadoa reíryhabríasuspirado de forma exagerada, peroHarriet habría sabido que sólo con eso legustaba aúnmás a él.ConGeorgos nuncaquiso ser otra.Aunque él estuvieracasado con otramujer.Desde que desapareció,Harriet siempre ha comparadoconGeorgos a todos los hombres que ha conocido, y nunca se ha topado connadiequelehicierasombra.
EnlapantallaapareceunnuevomensajedeLisa.
Lisa:Séloquepiensas,peroveteadecirlehola,esloqueyosuelohacer.Luegotodofluye.
Nosiempre.Harriet recuerdaunavezenqueLisa,desesperada, leenvióunmensajedesdeunarmario.Elhombre tanencantador teníaunamujerbastantemenosencantadoraquedeprontometiólallaveenlacerradura,yLisatuvoquebuscarcorriendounescondite,dondeterminópasandolanoche.
Claroquepuede ir a saludar.Mete el teléfonoenelbolso, coge la copadeMartiniyseacercaalfuego.Nosabesieselalcohol,losmensajesdeLisaolassecuelasdelenojodeldía,perosientequenotienenadaqueperder.
—Holadenuevo—dicesentándoseenunsillónquehayenfrente.Élmirahaciaarriba.
—Gracias por la invitación, no quería molestar, pero de alguna manera tútambiéndestacasenlamultitud.
—¿Suelesvenirporaquí?—lepreguntaélsonriendo.—Vivoenunpueblounpocomásallá—contestaHarriet.—Puesyono—respondeelhombre—.Estoyaquíportrabajo.—Senota...—Harrietobservaelvasovacíodewhiskyquehayal ladodel
periódico.Esimposibleadivinaraquésededica,peroparecedeterminadoyhatenidoquebeberrápido.
—¿Ytú?—Yohetenidounmaldía.Meheenfadadoconmijefa,nolecaigobien.Es
mi excusa—replicaHarriet, toma un buen trago y levanta la copa hacia él amododebrindis.Tendráqueirandandoacasaydejarelcocheaquí.
—Semehace raro, por la formaenquehas entrado—respondeel hombresonriéndole—.Cuéntamemás.
Quizáseaeltonomedioirónico,combinadoconsusalegresojos,oelhechodequeparecequelegustesutorpeza,perolerecuerdaunpocoaGeorgos.Nopor el aspecto, pero sí en las formas. Transmite una especie de calidez queHarrietllevatiemposinsentiryquehacequesearregleeltopysepongaelpelopordetrásdelaorejaantesdeempezarahablar.
Elhombrelehaceunaseñalalbarmanypideunwhiskysourparacadaunoantes dequeHarriet pueda impedirlo.Todavía le quedamediodaiquiri y sabequeseemborracharásisetomaotracopa.
El hombre la escucha con atención cuando habla. Harriet, de modoconsciente, evita decir dónde trabaja; no quiere que la conversaciónineludiblemente sedesvíehacia los asesinatos.Por el contrario, le explicaquetieneunnuevoempleo,cómosecomportasujefaylosesfuerzosquehahechoparaintegrarseenelgrupo.
—Pero es como si no confiara en mí. Le parece que mis estudios y miexperiencianosonlosadecuados,aunquenotengandemasiadarelevanciaparaloquehacemos,ynomedejademostrarloqueséhacer—dicedeformarápida.
—Entonces¿porquéquieresestarenunsitiodondenoestásagustoydondenisiquieratevaloran?—preguntaélalfinal.
Harrietsequedacallada.Ha intentadoevitarplantearseesamismapreguntaenlosúltimosdías,pero,siestotalmentesincera,larespuestaincluyetambiénaEugen. Porque quiere estar cerca si le pasa algo. Aunque no le parece bienempezar a hablar con un forastero sobre su intranquilidad por tener un padremayor y que tal vez esté muy enfermo. Además, la calidez que emana aquelhombreylamiradacasifascinantedesusojossepodríaesfumar.Losabe.
—Nosé—responde,dándosecuentadelotristequeparece.—Ni siquiera imagino en qué trabajas —admite él, y arquea las cejas de
formaexagerada,comosilaestudiaradetenidamente.Harrietseechaareír.—Soy funcionaria. Se puede decir que casi no hago otra cosa que repasar
archivosycifrasendiversosprogramas informáticos.—Piensaen las listasdeteléfonosyarchivosrepasadosduranteeldía.
—¿Auditora?—le pregunta él, y parece que se vaya a poner a reír de unmomento a otro—. Aunque con el descuido de tu bolso habría apostado porcualquierotracosa.
Harrietnotaqueseruborizadenuevo.Esatractivo,peroesmuchomásfácilhablarconéldeloquehabíacreídoalprincipio.Apesardesermayorqueellaydetenerunestilosofisticado,pareceabiertodemiras,ycuandolaconversaciónfluyehacialaspelículasquelesgustan,viajesquedesearíanhacerycomidaquenunca comerían, descubren que tienen las mismas preferencias. Hasta que elcielosobreelestrechonoempiezaaoscureceryhayseisvasosvacíossobrelamesa,Harrietnosepercatadequehanestadounbuenratohablando.
—¿Quieres cenar conmigo? He oído que aquí tienen las mejoreshamburguesasdelmundo—diceéldepronto.
—¿Quiéntelohadicho?—preguntaHarrietriéndose.Nisiquierasabíaquesirvieran comida, pero realmente debería ingerir algo.Ha tomadomuchomásalcoholdelquepensaba.
—Elbarman,comoesnatural.Peropodríamosprobar.—¿Tienesnombre?—preguntaHarriet,dándosecuentadequeaúnnose lo
hadicho—.Nopuedocenarcontigosinosécómotellamas.Esunareglabásicaquetengo.
Elhombrevuelveaobservarla.Escomosiconscientementehicieraunapausa
paraversiellaseruborizacuandosurgeelsilencio.Nodejademirarla.—Rikard—dicealfinal.—YomellamoHarriet.Rikard pide hamburguesas y una botella de Borgoña antes de que Harriet
puedaimpedírseloyseinstalanenlaterraza.Enverdad,esapartedelrestauranteno está abierta, pero el barman asiente con la cabeza cuando Rikard le pidesentarse fuera. La vista es fantástica. El estrecho aparece ante ellos liso ybrillantecomounespejo,yconversansobreellugarylosbarcosquepasan.
—Y bien, ¿quién eres, Harriet? Sé que vives en Lerviken, tienes una jefaestúpidayeresunamujerdecifras,apesardeparecerunpocodescuidada.—Conlacabezaseñalaelbolsoqueellahadejadoenunasillavacía—.Pero,enrealidad,¿quéhacesaquí?
—Nosoydeaquí—explicaHarriettomandounsorbodevino—.Heacabadoaquídebidoamitristetrabajo.
—¿Estássoltera?—preguntaRikardinclinandolacabezahaciaunlado.Porsegundavez,Harrietsienteelruboryrespondeconunsíbastanteagudo.—Esdifícildecreer.Eresmuyguapa.Harriet no sabe dónde mirar. Rikard va al grano. Nunca le ha sido fácil
aceptaruncumplido,ynosesuelesentirbonita.—Gracias.Tengoqueiralbaño—logradecir,yselevantadelamesa.Cuandoentraenlosservicios,vequetieneelpelorevueltoyqueelrímelse
lehacorridobajounojo.Sinembargo,tienelasmejillassonrosadasyeltoplequedabien.Abreelgrifoeintentaarreglarselosrizosconunpocodeagua.Selemojalatiritadelamanoyselaquita.Asítambiénevitaposiblespreguntassobreeltema.Selehacuradolaherida.¿Quéestáhaciendo?Estáborrachaycenandocon un hombre al que no conoce. La cabeza le da vueltas cuando saca elteléfono.EscribevariasvecesmalantesdemandarelmensajeaLisa.
Harriet:Diosmío,esehombre,estoycenandoconél.Parecequeestéinteresado.Tieneestilo.Tieneunabonitaformade...
Harrietenvíaelmensaje sinquerer.Seechaunúltimovistazoenelespejo.Tienequesalir;sinoseríararo.
—¿Tehasduchado?¿Porquéhas tardado tanto?—preguntaRikardcuandovuelve.
Harrietsecolocalosrizosmojadostraslaoreja.Elagualegoteasobreeltop.Apenassehasentadocuandoelbarmanaparecepararetirarlosplatos.—Ponloenlacuentademihabitación—diceRikardsonriéndoleaella.Harrietniegaconlacabeza.Eugennoloshaeducadoasí,niaPaulniaella.
«Nodejesnuncaqueteinvitenanada»,solíadecir,yHarrietsiemprehavividobajoeseprincipio:arreglárselassola.AdiferenciadeLisa,nuncalehagustadoqueloschicosenelbarlainvitaran.Sinembargo,haaceptadoloqueRikardhapedidoalolargodelatardesinpestañear,yahoraquiereinvitarlaacenar.
—No,novasapagarlacena—logradecirHarrietdeprisaalargandoelbrazoparacogerelbolsoyrevolviendoensuinteriorparaencontrarunatarjeta.
—Yohepropuestolodelashamburguesas.Pagoyo—contestaélriéndose.Es violento empezar a pelearse por quién paga la cuenta, pero si lo hace,
quizápiensequeellasequedasóloporquehapagado.Legustahablarconél.Silopiensa,eslamejorcenaquehatenidodesdehace
mucho.Sehaacabadodemasiadorápido.Tienequepensarenalgo.—Puesentoncesyoinvitoalpostre—propone.Rikard coge la cuenta que el barman ha dejado sobre lamesa. La ojea sin
mirarydespuésladejadenuevo.—Yahedecididoquéquierodepostre.—Perfecto,yolollamo—diceHarrietechandounvistazohaciaelbar.Rikardleponeunamanosobrelasuya.—No,élnotieneporquéestarpresente.Hepensadoquepodríamossubira
mihabitación.«Me muero», piensa Harriet. Nunca ha conocido a nadie que fuera tan
directo.Lasalvaelmóvil,quehapuestoasuladosobrelamesayqueempiezaaparpadear.Retiralamano.DeformadiscretaleelarespuestadeLisa:
Lisa:Gogirl!Meenfadarécontigosinoaprovechaslaocasión.
HarrietsevuelvehaciaRikard.—Voyapedirunabotelladechampánenelbar—dicesonriéndole.
Lociertoesqueesanochenonecesitamásalcohol,peropiensapasardetodoy hacer algo totalmente irresponsable. Cuando abandonan el bar, siente queRikard le acaricia la espaldamientras camina delante de él por el pasillo delhotelconunacubiteraparaelchampánenlosbrazos.
29
Sábado,2deseptiembrede2017Harrietnuncahatenidoundolordecabezacomoaquél.Escomosisucerebroestuvieraempujandoenunintentodesalirdelcráneo.Abreconcuidadolosojosyseencuentraconunrayodesolquepasaporlarendijadelascortinascomoelfilodeuncuchillo.Nosabíaqueelsolpodíasertanafiladoenseptiembre,peroelcastilloestásituadoenunacolinayelrayollegaporelcentrodelaventana.La cama donde está tumbada es blanda, y el gran edredón blanco hace frufrúcuandoloapartahaciaunlado.Elrelojdelamesitadenocheseñalalasseisymedia. Se sienta en el borde de la cama. El suelo está cubierto por una viejamoqueta rosaque lehacecosquillas en lospies.Miraa sualrededor.Sobre lasilla,alladodelacama,estácolgadosutop.Harrietseloponerápidamente.
—Buenosdías—lasaludaunavoztrasella.Sedalavueltaveloz.—¿Habíaspensadoescapartesindeciradiós?—Rikardlesonríe.Harrietsefrotalosojos.Lisasehabríaidodeinmediato,estáseguradeello.—Mehedormido,sino,nomehubieraquedado.—Yotambiénmetengoquelevantar—diceRikardsentándoseenlacama.Se
apoyaenelcodo.Contodalaluzqueentraenlahabitación,susojosparecendeuncolorazul
muyclaro.Apesardequetienelospelosdepunta,estáguapo.Harrietbuscasusvaqueros, que están tirados detrás de la mesilla. Cuando se los pone, nota elmóvilenelbolsillodeatrásylosaca.LapantallaestállenadellamadasperdidasdeEugen.
—¡Diosmío!,meolvidédeavisardequenoiríaacasa—exclama—.Deberíahabervuelto.Porlomenosdeberíahaberdichoalgo.
—Yyotengoqueiratrabajarapesardesersábado.Semepresentaundíaterrible —advierte Rikard. Es difícil creerlo porque parece muy contentomientrashabla.
—Nosédequétrabajas.—Harrietsonríeavergonzada.—Ayernoparecíaimportartedemasiado.Harrietcierralosojos.SileexplicaraaLisaloqueestápasando,laréplicade
Rikardpareceríauncliché,peroparececompletamentesincero,yaellalegusta.—Yotambiénvoyatenerundíaduro—informaHarriet.—Exacto.La jefa loca, almenosde esomeacuerdo.Perooye, olvídatede
ella,noseascruelcontigomisma—respondeél.«Estáclaroquenomeconoces»,piensaHarriet,peroapesardeelloleparece
bonitoqueparezcaquecreeenella.—Harriet, es probable que me quede un par de días. Me gustaría cenar
contigodenuevo—continúaRikardmientrasselevantayvahacialascortinas.Laluzdeldíaloinvadetodo.
Harrietenrojeceporenésimavez.Estádeltododesnudo.—¿Quéesloquetienesquehacer?—inquiere.—¿Nopuedescontestaralapregunta?¿Quierescenarconmigootravez?—¿No puedes contestar tú a mis preguntas?—insiste Harriet cogiendo el
bolsoqueestábajolasilla.Puedequetengaunchicle.—Deacuerdo, aunque en realidadno lopuedoexplicar.Pero si vives aquí,
supongoquenohaspodidodejardeoírquesehacometidouncrimen.—Rikardestá serio—. Han detenido a una persona y es muy probable que hoy pase adisposiciónjudicial.Soysuabogado.
Harrietsequedahelada.LoqueacabadedecirRikardnopuedeserverdad.De todas las cosas que no se pueden hacer nunca, ésta es la peor que podríaimaginar,aañosluzdetodoloqueLisahahechojamás.Acabadedespertarseenlamismacamaqueelabogadodelsospechoso.
—Pero¿porquéestástanafectada?¿Esporquevoyadefenderaunpotencialasesino?Estoyacostumbradoaquelagentereaccioneasí.—Rikardvahaciaelarmario y empieza amirar los trajes que están allí colgados. Grismarengo ynegros—.Yo loveoasí: todoelmundo tienederechoaun juicio justo,esuna
garantíademocrática.Estoyorgullosodemitrabajo.Valorolaéticaylamoral.Alos abogadosdeoficio lespaganporhoras, y esunmito esodequeganamossumas enormes al defender a personas que han asesinado a alguien—explicaalzandountrajegrismarengo,quecuelgaenlapuertadelarmario.
Rikard parece del todo impasible, como si aquello fuera una charla que hamantenido muchas veces, y Harriet se queda mirando fijamente su espaldamusculada.¿Puedeestarpasandodeverdad?Untípico«freakaccident»,comoLisalohubierallamado.
—Este asesinato es especial. Antes de ayer apareció muerto uno de lostestigos. Él y mi cliente se conocían. —Rikard elige una corbata entre unascuantasquehacolocadoenhilerasobreelescritorio.
Harrietsequedadepiedra.Ellatambiénhapensadoquelosasesinatosestánrelacionados, pero no tienen pruebas que indiquen que Tony y Kenneth seconocieran. Hasta ahora. Kenneth deambulaba por el parque y por lo vistotomabadrogas,yaquehabíarestosensusangre.QuizáselascompraraaTony.LamentedeHarrietechaavolar.Lasmuertesestánconectadas.SipresionanaTonylosuficienteenelpróximointerrogatorio,quizáexpliqueloquesabe.LesorprendequeRikardhabledelcaso,claroqueélcreequeellaesauditora.
Élsedalavuelta.—Quécalladatehasquedado.Peroestoydeacuerdo:eltrabajoesuntemade
conversación muy aburrido, a cualquiera le quita las ganas. ¿Quieres cenarconmigoestanoche?—insiste.
AHarrietsólolefaltaponerseloscalcetines.Selearruganyselequedaneneltalón.
—Rikard,noséquéresponder,tengoqueirme—logradecirmientraspierdeelequilibrioenlamaniobradeloscalcetinesysaltaconunapierna.
Éllaobservayunasonrisaseextiendeensuslabios.—Di que sí. Ven esta tarde sobre las seis, yo ya habré vuelto. Podemos
repetirlotodo—insisteriéndose.—Deverdadquemetengoqueir—replicaella.—Aunque sólo hace quince horas que te conozco y... —Rikard hace una
pausayconsultaelrelojdeoroqueadornasumuñeca—.Quincehorasytreinta
ysieteminutos,megustas,yquierovolveraverte,Harriet.—Seacercaaellayledaunbesoenlamejilla.
—Sí que quiero, pero no podemos —dice ella poniéndose las deportivascomo si fueran chanclas. Rikard lamira sorprendido y ella aparta la vista. Eldescaroleresultacasiincómodo.
Cierralapuertaalsalir.Casicorrehastaelascensorporelpasillodelhotel,todavíaconsólolaspuntasdelospiesmetidasenlaszapatillas.Lehacedañolapartetrasera,debajodeltalón.Laspuertasdelascensorseabrenenseguida.Norespiratranquilahastaquesehanvueltoacerrar.Seagachaysecalzabienlasdeportivas.Despuéssearreglaelpelo,sequitaelrímelqueselehacorridobajolosojosysacaelteléfonoparaenviarunmensajeaLisa.
Harriet:Acabodedejarsuhabitacióndehotel.Megustaunmontón,peroprobablementehasidoelmayorerrordemivida.
«Deja que todo siga igual que antes», piensa Harriet cuando conduce haciaLerviken.Ensufantasíapuedeverquelapuertadesucasaalargadaestáabiertayabandonada.SeimaginaqueEugensehaidoporahíotravezsinchaqueta.Silehapasadoalgo,noseloperdonaráenlavida.Sinembargo,cuandollega,supadreestásentadoenlacocina,ensimismadoconunperiódico.KatoselevantadesusitiodedebajodelamesayvahaciaHarrietmeneandolacola.
—¡Harry!¿Dóndehasestado?—preguntaEugenmirandohaciaarriba.—Perdona,meheencontradoconunaamigaymeheolvidadodellamar—
respondeHarriet.Eugenparecesorprendido.—Están pasando cosas tan horrorosas por la zona..., pero sé que puedes
cuidardetimisma,Harriet—continúa,tranquilo.HarrietsonríeyrascaaKatodetrásdelasorejas.Nopareceinquieto.¿Habrá
olvidadoquelallamóvariasvecesalolargodelanoche?—¿SabesalgodePaul?—preguntaella.
—Sí,telefoneóayer.Estánbien.Porlovisto,losniñoshanaprendidoahacersubmarinismo.NoséyosihabríaelegidoBalicomodestino,peroélhaceloquequiere.Esadulto.
Harriet sequita lospelosdel perrode lasmanosy se aguanta la iraque lainvade. Maldito Paul. A ella la está evitando, pero a Eugen sí lo llama. Y aYvonne.
—Iba a hacer café. ¿Quieres una taza? También hay bollos. A mí no meapetecenmucho, pero come tú—dicemientras se levantay abre el grifoparallenardeagualajarradecafé.
—¿HavenidoYvonneohasidotúaKlinttorpsgårdenacomprar?—preguntaHarrietcuandovelafuentedebollossobrelamesa.
—No,Niklastrajolosbollos.Estuvoaquítomandocafé.CreoqueesperabaquePaulaparecieraporaquí,peronoslopasamosmuybien.
—¿Niklas?—Sí.—NoparecequeEugennotesusorpresa,porquecontinúahablandode
Niklascomosinada.Harriet lo observa. Eugen habla con total claridad, parece como si el tal
Niklas realmente existiera. Harriet no entiende cómo no ha oído hablar de élantes,niaEugenniaPaul.
—¿ViveporaquíenLerviken?—preguntaHarriet.—La verdad es que no sé dónde está viviendo ahoramismo. Creo que ha
habidoperíodosenlosquelehanidounpocomallascosas,peroporlovistohavueltoaponerordenensuvida.DicequeenparteesgraciasaPaul.Mealegramucho oír cosas así. Pero tendrías que verlo. Lleva tatuajes hasta en losantebrazos,yenunamanoseveunacalavera.Noentiendoesaspintas.Cuandoeresjovenpuedequeteparezcabonito,perodespuésyanoestandivertido.
Eugensirvecaféenlastazas.—¿PorquéquiereveraPaul?¿NosabequePaulestádevacaciones?—No lo sé. Creía que Paul estaba aquí. Fue hastaCopenhague para verlo,
perosevequehubounmalentendido.¿Quieresqueteprepareunbocadilloenlugardelosbollos?—preguntaEugenmirandolafuentedepastelillos,quesigueintacta.
Harriet niega con la cabeza. Si el tal Niklas ha hablado con Eugen sobreCopenhague,esmáscomprensiblequeEugenempieceamezclarlotodo.SienteunpuntoderemordimientosporcreerqueEugenestámuchopeordeloqueestá.
—Esunapenanohaberestadoencasa.MehabríagustadomuchoconoceraNiklas. Habría sido emocionante ver si lo reconocía—dice Harriet. Además,paraellaNiklasesunnuevonombre,ysihaceuntiempoqueestáporLerviken,esolohaceinteresante.
—¿SabescuáleselapellidodeNiklas?—preguntayledaunsorboalcafé.—Esunapellidocomún,JohanssonoErikssonoalgoparecido.Aunqueno
Ohlsson,esolosé.¿Seguroquenoquierescomernada?—No, gracias, no tengo hambre. Debo darme una ducha y después irme
corriendoaltrabajo.—¿Vas al trabajo? ¿Quédía es hoy?—replicaEugenponiendo la jarra del
caféenlarepisadelacocina.—Es sábado, pero trabajo, y voy un poco tarde —responde Harriet
aclarándose la voz. Cuando menciona el trabajo, se acuerda de algo—. Hepensadounacosa.¿SabessiYvonneserelacionabaconLaura?
—Sí,teníanalgoencomúnquenuncaentendí—responde.—¿Quéera?¿Quéteníanencomún?—No recuerdo bien, hacemucho tiempo.Creo que Laura ayudó aYvonne
conalgo,aunqueYvonnenuncaloadmitió.Yasabescómoes.Harrietestáapuntodellevarselatazadecaféalaboca,peroseparaenmitad
del movimiento. Si Eugen lo recuerda bien, puede ser una explicación a lasconversacionestelefónicas.Algoocurrióhacemuchosañosquehizoquehubierauna relación especial entre ellas, a pesar de que tenían un origen totalmentedistinto, y desde hace diez días ocurre algo que las hace volver a ponerse encontacto.AlgoquetienerelacióndirectaconlamuertedeLaura.
—¿Todavíaestamosenagosto?—preguntadeprontoEugen.—No—respondeHarrietocultandounsuspiro—.Es2deseptiembre.
30
Mediahoramástarde,HarrietdamarchaatrásenlaentradadelgarajeysedirigehaciaLandskrona.Enrealidad,hoynodeberíaconducir,peronotieneelección.DebellegarenseguidaaLandskrona.ElpatiotraseroestávacíoyHarrietaparcaelSaabenelmismolugarquelosúltimosdías.Escomosilaplazafuerasuya,yaqueeldueñodelapizzeríalehadichoquepuededejarelcocheallí.Aunqueahoramismodóndeaparcareslamenordesuspreocupaciones.
Seha acostado con el abogadodel principal sospechosodel caso.Laúnicasoluciónesevitarloacualquierprecioapartirdeahora.Aunqueloquehahechohasidounaestupidez,nolehadichoniunapalabrasobreelcaso,delocualestámuyorgullosa.Latemperaturahadescendidounosgradosdesdeayeryseponelachaquetaalbajardelcoche.
—Hola,señorita.Elpropietariodelapizzeríahaidoalazonadedescargaymuevelamanoen
la que sostiene un cigarrillo.Harrietmira el reloj. Son las sietemenos nueveminutos,laverdadesqueledatiempodefumaruno,yademáslonecesita.
—¿Quéestássoñando?—lepreguntaalargándoleuncigarrillo.Ellalocogeyseponeasulado.
—No,nada,sóloestoycansada—respondecogiendoelmechero.—¿Quiénnoloestá?—diceelpropietariodelapizzeríaabriéndosedebrazos
demaneraquelacenizadelcigarrilloquetieneenlamanocaeenelsuelocomounalloviznagris.
—Es verdad —contesta Harriet—. Gracias por hacernos descuento ayer,estuvomuybien.
—Soismisvecinos,señorita—comentaél,encogiéndosedehombros—.Perotumadreparecíaenfadada.
Harrietseechaareír.—Noesmimadre,esmijefa.—Ya me di cuenta. Necesita amor—replica chascando la lengua. Harriet
expulsaelhumoconunasonrisa.—Puedeser.—Asienteconlacabezamientrasapagaelcigarrillo—.Quizálo
necesitemostodos.—Exacto—diceélhaciendovolar la colillaporel aparcamiento.Harriet la
acompañaconlavista.AterrizaentrelasruedasdelanterasdelSaab.—Oye,¿cómotellamas?Eldueñodelapizzeríaseechaareír.—MellamoJosef.—YosoyHarriet.Hastaluego,Josef—responde,ysedaprisaporllegarala
comisaría.Saca el móvil y le manda un mensaje a Lisa, a pesar de no haber tenido
tiempoaúndecontestaralúltimo.
Harriet:Dimealgocuandotedespiertes.¡Necesitounmontóndeconsejos!
—¡Ahí estás, ven ami despacho!—gritaMargareta cuandoHarriet abre lapuertadelpasillo.
AGöranlovedirectamente.HarrietlosaludaconlacabezaycontinúahastalaoficinadeMargareta.Puedeapostaraquedentrodeunpardeminutosélsepondráaescucharconlaorejapegadacontralapared.
—Loprimeroquequierodeciresquenomeparecióbientucomportamientode ayer. No te puedes ir cuando te apetezca. No trabajamos así. Pero no soyrencorosa. Por mi parte, es agua pasada. Además, Konrad está de acuerdoconmigo.—Margaretahaceunapausa,yHarrietnotacómolaestáobservando—.Estádeacuerdoconnosotros—aclara.
«Es evidente», piensaHarriet.Nohaymuchos en el grupoque le lleven lacontrariaaMargaretaenunareunión.QuizáElias,perohacetiempoquenolove.
—El médico llamó ayer por la tarde. Douglas vuelve a estar en coma—
explicaMargareta—.Tonyvaapasaraprisiónprovisional,lasnegociacionesseharánestatarde.
—Deacuerdo—respondeHarriet, seestirael jerseyhaciaabajoymete lasmanosenlosbolsillosdelospantalones.
HadecididoseguirelconsejoqueGöranledioayer.Irafavordelacorrientey continuar con sus pesquisas. Por lo visto,Margareta no la ha llamado a sudespachoparasaberquépiensa,sinoparainformarladecómoestánlascosasyloquetienequeaceptar.
—Suabogadoestáapuntodellegar.IránabuscaraTonyasuceldadentrodeuncuartodehora,peroantestengoquehacerunasllamadas.¿Puedesatenderalabogadoyenseñarlelasaladeinterrogatorios?
Harrietcierralosojos.Justoloquehabíadecididoevitar.—Tengobastantequehacer;elinformedelasdiligenciasdelcasoaúnnoestá
acabado.¿NopuederecibirloGöran?—HepedidoaGöranquemirelaprensa,lanoticiadequeeltestigohasido
asesinadodominalostitulares,asíquetienesquehacerlotú.Aunquesiestástanocupada, envío a alguien a las negociaciones de la prisión provisional y túpuedesavanzarconlosregistros.Noquieroqueelinformedelcasoestétanmalhechocomoelinterrogatoriooralquetepedí.¿Hasescritoalgúninformeantes?¿OesquenotrabajabaisasíenEstocolmo?
Margaretasonríeconfrialdad.«Teodio»,piensaHarriet,peronodicenada.Tienesupropiaagenda.Piensa
iraveralafamiliadeKenneth;descubrirquérelacióntieneYvonneconLaura;seguir intentando contactar con Lia, y averiguar a ciencia cierta cuánto seconocíanTonyyKenneth.
—Nopasanada,recibiréalabogado.¿Ya?—preguntamirandoelreloj.Sabeque serán más de las nueve. Margareta asiente, se vuelve y enciende elordenador.
—Pero¡¿quécoñoesesto?!—exclamahaciéndoleseñalesaHarrietparaqueseacerqueypuedaverlapantalla.
Ésta aparece llenadegrandes letras negras, una fotodeKennethyotra delescenariodelcrimen.
«Hallanmuertoaltestigo.Podríahaberpresenciadoelasesinato»,pone.Enlaimagen del escenario del crimen, se ven las piernas de Laura asomando pordebajodeltractorylagranmanchaoscuradesangrejuntoalarueda.
—¿Quiéncojones lesestápasando las imágenes?¡Lafotodelescenariodelcrimenhasalidode la investigación!Lareconozco. ¡Meestoyvolviendo loca!Estuve controlando las conexiones ayer y nadie no autorizado ha abierto losarchivos.PeropuedequelostécnicosdelaCientíficatenganalgunafiltración.
—PeroeltitulardelAftonbladetesreal.HayunaconexiónentrelamuertedeKennethyloquevio.Tenemosquedescubrirla,aunqueestremendoquehayanpublicadolaimagencomoprimeranoticia—replicaHarriet.
Harriet ha insistido desde el principio, pero Margaret se ha negado aescucharla.Quizátengaunaoportunidadahoraquelosdatossehanfiltrado.Losperiodistasnovanadejarescaparesehiloconuntestigoasesinadoy,paseloquepase,Margareta tendráqueexplicarcómohareaccionado lapolicía.Tienequeirse.
Margareta alarga el brazo para coger un protector labial que está sobre elescritorioyselosembadurna.Parecequeestápensando.
—Los medios quizá no sepan exactamente cuánto tiempo ha estado Tonydetenido o en prisión provisional. Nos da algo de margen. Voy a dejar queKonrad lo lleve a prisión basándose en las pruebas que tenemos, acusado delasesinatodeLauraAndersson.PorlomenoshastaquehayamosavanzadoalgoencuantoaKenneth.EliasyRakelhanidoaverasumadreyhanhabladoconlosvecinosdelazona,ytambiénhanidoalaescueladondeestudió,peronohanconseguidonadaespecial.Necesitamosmásrecursos.
—PodríavolveravisitaralamadredeKenneth—proponeHarriet—.Yosoydeaquíyalomejoresoayuda.
Margaretadejalacremadelabios.—Noacabodeverlo.Tonynosibadeperlas,yloquetenemosdeélesmás
quesuficienteparaculparlodelamuertedeLaura.—AlomejorTonysabealgoquenonoshacontado,peroloquesíestáclaro
es que no hamatado a Kenneth. Y creo, como ya he dicho, que tampoco hamatadoaLaura.
—Sí,vale—respondeMargareta,obstinada—.Yahasdejadoclarotupuntodevista.—YeslaprimeravezquepareceescucharloquediceHarriet.
—Tonyes inocentedelasesinatodeKenneth,perono lopodemosdescartarcomo autor del asesinato de Laura. Así que lo mantenemos detenido, ya quepuedequeconellootroautordeloshechossedescuideynosllevealaverdad—continúaHarriet.
—Esoestábien—murmuraMargareta.—Entonces¿voyaveralamadredeKenneth?—preguntaHarriet.Margaretaasienteconlacabeza.—Primero ve a recibir al abogado y así me da tiempo de prepararme. No
vamos a poder trabajar tranquilos mucho tiempo más —dice para zanjar laconversación,ylehaceunaseñalaHarrietparaquesalgadeldespacho.
Harrietsedetieneenlaescaleraysearreglaelpeloantesdebajararecepción.Tendríaquehaberprevistoqueexistíaelriesgodequeaquelloocurriera,yporlomenos podría haberse puesto una americana o el vestido rojo. Algo con unapizcamásdeportequelosvaquerosyunjersey.Peroahorayanopuedehacernada.
Rikard está depie junto a la ventanadel fondode la sala, de espaldas a larecepciónyconelmóvilpegadoalaoreja.Vavestidoconeltrajegrismarengohechoamedidayllevaunacarteradepieldecolorgranateenlaotramano.Conesaamericanaestrecha,seveloaltoquees.LesacaaHarrietmásdeunacabeza.
Lenanoestátraselmostrador,ylapantalladesuordenadorestáoscura.Nohaymásremedio:Harriettienequeirhaciaél.
—Hola—diceaclarándoselavoz.Rikardsedalavueltarápidocomounrayo.—Oye,tellamoluego—diceporelmóvilalmismotiempoqueesbozauna
ampliasonrisa—.Hola.¿Nosconocemos?Harriet,¿no?—seríeRikard.Luegoseponeserio—.Harriet,mealegrodeverte,aunquetambiénsemehaceunpocoincómodo, y sobre todo extraño, que me hayas seguido. ¿Ha ocurrido algo?Estoyunpocoocupado,tengounareuniónahoraconmicliente.
HayalgoensusalegresojosquehacequeHarrietnopuedapormenosqueecharseareír.
—Nosoyauditora.Trabajoaquí;semehaceunpocoincómodo,ysobretodoextraño, que me hayas seguido —le susurra sacando su tarjeta de pase y laidentificacióncomofuncionariadelbolsillointerior.
Rikardseendereza.AHarrietleparecequelecambialacarayqueunnerviodebajodeunodesusojosempiezaatemblar.«Alomejorsíquepuedesentirseinseguro»,piensa.Noestámal.
SeabreunapuertayLenaaparecedetrásdelmostradorvestidaconalgodecolorchillón,entrecalabazayvioleta.
—Hola,me llamoHarrietVesterbergy soy investigadora criminal. ¿Eres elabogado de oficio?—pregunta en voz alta alargando la mano para saludar aRikard.
Tardaunossegundosenestrechárselayenresponderasusaludo.—RikardSvärd, soy abogado.Represento aTonyHesselgren. ¿Quieres ver
lospoderes?«Casidagrimaverlobuenoqueeshaciendoteatro»,piensaHarriet.—Déjalosenlarecepción,teescoltaréhastaelDepartamentodeArrestos—
continúaHarriet dirigiéndose a la puerta de entrada a las instalaciones.No sevuelve, pero sabe que Rikard va justo detrás de ella. Cuando pasan por larecepción,segirahaciaLena.
—No lohe inscrito en el diario devisitas ni le hedado la tarjeta, peromeocuparédequeluegoloacompañenalasalida—dicerápidamente.
Lenaasienteconlacabeza.—Joder,quéinoportuno—susurraRikardcuandolleganalpasilloylapuerta
secierratrasellos.—Nopodríaserlomás,perotúhazcomosinadayyoharélomismo—dice
Harrietenvozbaja—.Puedoperdermitrabajo—añade.—¿Porquetehaspuestonerviosayhasolvidadodarmeunpase?Quéjefatan
exigentesitevaadespedirporeso.Pensabaquelospolicíaseranunosvagos—respondeenbromaparahacerlarabiar.
—Peroyosoyinvestigadoracriminalytúsuabogadodefensor—replicaella
enfadada—.Nopuedorelacionarmecontigo.Nonoshemosvistonunca.Justoenesemomento se abre lapuerta al fondodelpasilloyPatrikyotro
policíasalenconTonyescoltado.Elacusadocaminadespacio,yconcadapasoarrastra las zapatillas de baño que lleva puestas. Se ve que le han permitidoducharse, y lleva ropa limpia: pantalones de chándal y una sudadera de forropolarholgadaqueparecequelehayanprestadolosdelaCriminal.Llevaelpelogrisáceodespeinadoy lehaempezadoacrecer labarbaensucaracubiertadecicatrices.Loconducenalasaladeinterrogatorios.Rikardapoyaelmaletínenunapierna,loabreysacaunpapel.Despuésseponeaescribirycortaelpapel.
—¿Puedoestarunosminutosasolasconmicliente?—pregunta.—Claro, esperaremos aquí fuera—responde Patrik, y le hace una señal a
Rikard para que entre—. Eh, eh, eh. —Patrik levanta una mano delante deRikardjustocuandovaapasar—.Tienesquedejarelmaletínaquí.
HarrietnotaquePatrikyRikardsonigualdealtos.—¿Qué dices? No tienes derecho a impedírmelo —contesta Rikard con
tranquilidadysevuelvehaciaHarriet.—¿Puedespedirmeuntaxiparadespués?Aquítienesladirección.—Ledaa
Harrietelpapelydesaparecedentrodelasaladeinterrogatoriosconelmaletín.Patriklehaceunamuecadeburla.
—Capullo,noaguantaríaniundíaennuestrotrabajo—dicecuandocierranlapuerta—.Nosquedamosaquí.Margaretavaabajar.Tepuedesir—leindicaaHarriet.
—Mmm—responde Harriet, y cuando está fuera de su vista despliega elpapel. «Por favor, ven esta tarde al hotel igualmente. Tengomuchas ganas deverte»,pone.Harriethaceunapelotaconelpapelylotiraenlapapeleraqueestáalfondodelpasillo.
31
KarinJönssonesunamujerdelgadaconmuchopeloymuycorto,yunosojosmiedososparecidosalosdeuncorzo.Vavestidaconunjerseygranatehechoamano y con pantalones de pana de colormarrón. Invita a entrar aHarriet sinpreguntar quién es. «Ni siquiera he sacado el carnet», piensa ella mirándosedebajo de la mesa las piernas vestidas con vaqueros. Harriet podría sercualquiera.Karindeberíahabercontroladoquerealmenteeradelapolicía.
HarriethasupuestoquelamadredeKennethestaríamásafectada,peroéstaasientecondulzuraconlacabezacuandolesirvecaféaHarrietmientrashablande la casa en laquevive.Fue construida en los años cincuenta, y lamujer sehizocargodeelladespuésdesupadre,queantessededicabaaalquilarcabañas.SiHarrietnosupieraqueacababadeperderasuhijo,jamáslohabríaadivinado.
—Bueno, ya sabes, los de los campos de aquí arriba nunca nos hemosrelacionadodemasiadoconlosquevivenabajo,enelpueblo—dicemirandoporlaventana.Laspequeñascabañasblancasqueestánenfilaparecenabandonadas.
Estánenunacocinaviejaperoagradable,conlaspuertasdelosarmariosdecoloramarilloyelsuelodelinóleodecuadros.ElperiódicoabiertoconlafotodeKennethestásobrelamesa.
—¿Cómoera?—preguntaHarrietcondelicadeza.—Erabuenominiño—respondeenseguidaKarin—.Noloteníafácil.—Se
le corta la voz, pero se esfuerza en contestar—.Nació con un nervio dañado.Teníadificultadesparahablar—continúa—.Laescuelafuemuyduraydespuésde octavo, en el penúltimo año de secundaria, se negó a ir más. Tampoco loobligué,tambiéntelodigo.
—Loentiendo—contestaHarriet.NolehadichoaKarinquefueellaquienencontró a Kenneth, y, si lo mencionara ahora, tiene la sensación de que no
favoreceríalaconversación.—¿Sabes qué estaba haciendo estos últimos días? ¿Por qué fue al foso de
arcilla?—pregunta.—Yo nunca sabía en qué andaba metido—replica Karin suspirando—. A
vecesseibaynovolvía;otrasvecespasabasemanassinsalirdesuhabitación.Con Kenneth nunca se sabía. Se podía enfurecer tremendamente, pero por logeneralseencerrabaensímismo.
—¿Podríahaberestadoconsumiendodrogas?—preguntaHarriet.Karinselevantayvahacialaencimeradelacocina.—Nosedrogaba,siesaloqueterefieres.Séqueenlasangreteníadiversas
sustancias.Estas...—apoya lamano en la encimera—.Elmédico del hospitalmeloexplicó.Kennethsemedicaba,aveceslerecetabananfetaminasparasusproblemas.Avecesquizátomabademásoseguardabaalgunapastilla,peronoeraundrogadicto—continúa.
—¿Sevioconalguienlosúltimosdías?—Looíhablarporteléfono.Debedehacerunpardedíasoasí.Kennethcasi
nunca hablaba por teléfono. Por lo general, se sentaba a escribir. Por eso lorecuerdo.Estabaenelrecibidor,perocuandomeviosefue.Poresopenséquesetratabadelachica.
—¿Lachica?—Sí, dijo algo de que la veía cuando iba a Lerviken. Una chica que le
gustaba.Harrietsequedadepiedra.—¿Cuándofueeso?¿Dijoalgomásdeella?—Haceunosdías.Nolorecuerdobien—replicamirandoasustadaaHarriet.—¿Nodijocómosellamaba?Karinniegaconlacabezaysedejacaerenunadelassillasdelacocina.—Dices que escribía. ¿Hay por alguna parte alguna libreta o algo por el
estilo?—preguntaconsuavidad.Karinelevadenuevolavista.—Espera, te voy a traer algo—dice levantándose de la silla—. O, mejor,
acompáñame.
Karinentraen lahabitaciónquehayal ladode lacocinayHarriet la siguedespacio.
—Ésta era la habitación de Kenneth —comenta—. No es nada del otromundo,peroéllaqueríaasí.
Harrietechaunvistazo.Lasparedesestánpintadasdeazulclaroyelcuartoestáamuebladodeformaespartana.Unacama,unescritorioyunalibrería.Lascortinasquecuelgandelantedelaventanatienenmotivosinfantiles,peroenlasparedes hay carteles de películas que son cualquier cosa menos aptas paramenores. La cara perforada de Pinhead deHellraiser observa aHarriet desdeunapared,ysobreunarmariohayunpósterdePsicosis.
—¿Legustabanlaspelículasdemiedo?—preguntaHarriet.Karinasienteconlacabeza.—Sepodíaquedarencerradodurantedíasviendopelículas.Díaynoche.Yo
nomemetíamucho.Quería serdirector,perosiemprepenséqueeraunsueñoquenuncaseharíarealidad.Eraunpocoespecial.Apenashablaba.Escribíasuslibros.
Señala la librería. Está repleta de libretas de diferentes colores. Harriet seacercaunospasosypasaeldedoporloslomos.
—Tengo todos los que te puedas imaginar, en la buhardilla también —informa—.TodalavidadeKenneth,aunquenoseentiendenmucho.Éstossonsólodeesteaño—diceKarinsacandouncuadernodenotasazulclaroqueledaaHarriet.
—¿Ésteeselúltimo?—preguntaHarriet.—Sí,yaverás.Quizá tendríaquehabérselosdadoa tuscompañeroscuando
estuvieron aquí, pero no pensé que pudieran ser de provecho. Ni siquiera yoentiendoloquepone.
Harriet abre la libreta con cuidado. Las hojas están abombadas y lamayorparte aparecen llenas de dibujos hechos con rotulador negro, cifras y extrañasflorituras.Hayañosescritos,frasesrarasyfechas.
—¿Legustabalahistoria?—preguntaHarrietcuandosefijaenunafechaqueparecereconocerdecuandoibaalaescuela.
—Lahistoriamilitar.Desdequeerapequeñoleha interesadodeformacasi
obsesiva.Sinoveesaspelículasraras,leecosasdelaSegundaGuerraMundial.Harriet pasea lamirada a lo largode la fila denovelasquehay en laparte
inferior de la librería. Libros de Antony Beevor, títulos como Stalingrado,Berlín.AugeycaídadelTercerReich,deWilliamL.Shirer.Eugentambiéntieneeselibroenunestante.Sobreelescritoriohayunmontóndeobrasreferentesalaguerra.Unoestáabierto,comosihubierasidointerrumpidoenlalectura.
—SoloenBerlín—comentaKarin—.Adorabaeselibro.Seloregaléyoporuncumpleaños.Eraloúnicoquequería.Sepusomuycontento.—Lebrillanlosojosalrecordarlo.
—Québonito—diceHarriet.SienteciertomalestaralestarenlahabitacióndeKennethjuntoasumadre.
Nosabebienquédecirycontinúahojeandoloscuadernosescritos.Alfinaldecadapáginahayunapequeñanotaquepareceunaunidaddecantidad.Lasletrasresultan tan pequeñas que Harriet tiene que esforzarse para verlas bien. Lacaligrafía es descuidada, pero parece como si Kenneth hubiera escrito fechas,horas,cantidadeseiniciales.HarrietcreedistinguirlasinicialesT.H.envariossitios.TienenqueserdeTonyHesselgren.Ylascifrasdebendeserhorariosyfechasdelasreunionesconotraspersonas.
Hojealalibreta.AntesdealgunasfechasaparecentambiénlasinicialesN.E.;escomosiKennethsehubieraencontradoconT.H.regularmente.Casisiemprepor lanoche.Harrietbuscael25deagosto.LanochequeasesinaronaLaura.Segúnlasanotacionesdelcuaderno,KennethsevioconT.H.tambiénel25deagosto.Porlodemás,lapáginaestácasienblanco,aexcepcióndeunafrasealfinalenlaesquinaderecha.«ElcircoorbitaLerviken.Ñldodwdñdxud.»
32
—ElcircoorbitaLerviken.Ñld...—Harriet susurra laspalabraspara símismacuandolaslee.
—Escribesiempreasí—diceKarin—.Nocreoquesignifiquenada.Eraunpocoespecial.
Harrietmirahaciaarriba.—Karin,¿mepodríasdejarestalibretasiteprometoqueteladevolveré?—
Tiene que llevársela la comisaría. Aunque no se entienda lo que dice, quiereenseñárseloalosdemás.
—Deacuerdo.Pero ahora creoquequiero quedarme sola—dice de prontoKarin—.Notengomuchosánimos.
—Lo entiendo, me llevo la libreta, y si se me ocurre algo, te llamaré—responde Harriet. Se siente estúpida por dejar a Karin en la habitación deKenneth,peronosepuedequedarallísilamadrenoquiere.
HarrietaprietalalibretaazulcontrasupechoysedaprisaenllegaralSaab.Se arrepiente de no haber llevado a Elias con ella. Quizá no debería haberinsistido tanto en ir sola. Saca el móvil y le manda un mensaje. «¿Te puedollamar?»La respuesta llega de inmediato: «Claro, pero estoy en el coche conRakel.Paraquelosepas».Harrietvuelvealeerelmensaje.Leadviertedequenoestásolo,casicomosituvieranalgúntipodeacuerdosecreto.Legusta.
Encuantosesientaenelasientodelconductor,lollama.—AcabodeestarencasadelamadredeKenneth.—Harrietponela libreta
enelasientodelcopiloto,sujetaelmóvilentrelaorejayelhombroyponeenmarchaelcoche—.Hepodidoversuhabitación.
—Québien.Anosotrosnonosdejóestarmuchorato—murmura,yHarrietoye a Rakel de fondo—. Hemos estado en Lerviken y vamos de vuelta a
comisaría.¿Quétalhaido?—Ha sido fascinante. Deberías haber visto su habitación, era un chico
bastanteespecial.—ElcocheruedaporelcaminodegravaquesaledelbarriodecasasgrisesdelosañoscincuentadondeviveKarin.
—¿Quéquieresdecir?—preguntaElias.—Muy interesado en la Segunda GuerraMundial y en películas de terror.
Tambiénescribíaundiario,ollevabaunaespeciederegistro.Llevoconmigolaúltima libretaque escribió.Laúltimanota esdelmismodía enqueLaura fueasesinada.
Eliassequedacalladounsegundo.—¿Quépone?—«El circo orbita Lerviken», y después unas letras que no sé qué quieren
decir.—Quécurioso.¿Noponenadamás?—Apuntabaalaspersonasconlasqueseveía,juntoalashorasyloqueyo
creo que pueden ser cantidades. Hay una nota de la noche que asesinaron aLauraquedicequeseencontróconalguienconlasinicialesT.H.
—¿TonyHesselgren?—Esomismohepensadoyo.Creoquesetratadecompradedrogas,perono
estoysegura.ParecequeseveíaconT.H.regularmente.EnalgunasocasionesapareceunN.E.—Harrietgirahacia lacarretera,pisaelaceleradorafondoybajalavisera.Elcieloesazulyelsoliluminaelcampoylemolestaenlosojos.
—Bien,Harriet.Ahoratenemosunhiloqueseguir—diceElias.Enelfondoseoyeunruido,ydenuevolavozdeRakel.—Tengo que irme. Quizá nos veamos más tarde —se despide, y corta la
llamada.Harriet deja elmóvil.Ha sido al decirlo envoz alta cuandoha caído en la
cuenta.LaletraN.podríaserlainicialdemuchosnombres,yNathalieesunodeellos. Tiene que intentar localizar a esa tal Nathalie. ¿Será Lia? En ese caso,¿dóndesehametido?Harrietsuspiraprofundamente.Escomosiestuvieraenuncallejónsinsalida.
CuandoHarrietllegaacomisaríaconunacajadepizzas,lasnubeshantapadoelsol y parece como si quisiera llover. Al abrir la puerta ve a Lennart en larecepción.
—Hola,Harriet.HeidoaunincendioenHelsingborg;comoluegopasabaporaquíhepreferidoasomarlacabezaenlugardellamar.
Pareceafable.—SiempremeolvidodequelosdelaCientíficatrabajáisentodalaregión—
comentaHarriet.—Sí, y siempre estamos trabajando. Nunca sabemos cómo será nuestra
jornada. PeroHelsingborg está bastante cerca. Es peor cuando toca el este deSkåne,oinclusolaprovinciadeBlekinge.¿Dóndeestántuscompañeros?
—HanidoaLerviken,yyadeberíanestarderegreso.Entraconmigo,puedesesperaraquísiquieres—lediceellaseñalandolapuertaconlacabeza.
—Puedoprepararmeun café y te hago compañíamientras comes—replicaLennartseñalandolapizza.
—¿Túhascomido?Sino,nomeimportacompartir.ALennartseleiluminalacarayHarrietleenseñaelcaminohaciaeloffice.—Mehe reunidoconvosotrosmuchasveces,peronuncahabíaestadoaquí
dentro—ledicesentándosealamesa.Harrietdividelapizzaengrandestrozos,sacaunplatoparacadaunoysesientafrenteaél.
—¿Hayalgoenconcretoquequierascomentar?—pregunta.—¿Nohasvistolasnoticias?—respondeLennart.—No,heestadobastanteocupada.¿Quépasa?—HansacadounaimagendondesevenlaspiernasdeLauraylasangreenel
suelojuntoalaruedadeuntractor.Tienequehaberlaenviadoalguiendeaquí.Nosotrosnohemosdejadopasaranadiealescenariodelcrimen.Siquieresmiopinión, me parece de lo más inapropiado. ¿Cuánta gente tiene acceso almaterial?
—Creo que sólo los del grupo: Göran, Rakel, Elias, Patrik y yo —dicecogiendo un trozo de pizza—. Y Margareta, claro. —Harriet piensa en lareaccióndeMargaretacuandoviolaimagenenlared.Dijoquehabíacontrolado
lasconexionesyquesospechabaquealguiendelaCientíficapodíahaberfiltradoalgo—.De aquí no ha salido la filtración. Lo hemos comprobado—añade encuantoacabademasticar.
Lennarttambiéncogeuntrozo.—Las imágenes no tienen nada que ver con que yo esté aquí, pero es que
hacepocoque lashevistoymehanmolestado.TengoquehablardeelloconMargareta,perohevenidoa investigarelcoche.Tendríaquehaberlohechountécnicoenelprimermomento.Tienequehaberhabidounerror.
—Está en el garaje. Fui yo quien registró lo incautado, soy la responsable.Todo está marcado, documentado y se halla en el depósito de objetosencontrados. Menos el cuchillo, claro, lo hemos enviado a Linköping. Lasdrogastampocoestáneneldepósito—explicaHarriet.
—Hemosvueltoalescenariodelcrimen.Margaretadijoqueinterrogasteisauntestigoqueviouncocheaparcadoallí,demaneraqueampliamoslazonadebúsqueda.
—Sí,Kenneth—interrumpeHarriet.—Encontré huellas de ruedas que creo que son de interés. Estaban en la
carreteraquepasapordelantedelafinca,dondeseensanchaaambosladosparafacilitareltráfico.Habíallovidolanochedelviernes,perodespuéselpavimentose secó. El barro se quedó impreso y las huellas eran nítidas, así que hemoshecho moldes—continúa Lennart apartando los champiñones de su trozo depizza—.Soyalérgicoalassetas—aclaraLennart—.Unaalergiadelaguardería.Comocuandominietomayorafirmaquenopuedecomersopadeguisantes.—Seponeareír.
—Noimporta—respondeHarriet.SepuedeimaginaraLennartcomoabuelo.Seguro que es de esos que montan Lego con los nietos o ponen voces rarascuandolesleencuentos—.Ymuchasgraciasporlainformaciónsobrelarueda.Esabsurdoquenoestuvieraispresentesalincautarloquehabía.Alguiendeaquídeberíahaberosllamado.
—A veces se cometen errores, y ahora estoy aquí. Lo que necesito, sobretodo, es comprobar una cosa. Una de las ruedas que dejó huellas en el suelojuntoalafincatieneunparche—diceLennarthaciendoundibujoenelaire—.
Quizánotenganingunaimportancia,peroesfácilexaminarelMazdaporsieldibujo concuerda —continúa—. Y, por el amor de Dios, decidles a los delDepartamento de Prensa que no filtren datos sobre esto. Puedes controlarquiénestienenaccesoalasdiligenciassiMargaretanolohahechoya—añade.
—No sé cómo han podido filtrarse las imágenes, pero esmuy extraño quealguien de aquí lo haya hecho. ¿No podría ser que algún fotógrafo hubieseentradoenellugardeloshechos?
—Reconozco la imagenyestoysegurodequeesnuestra—replicaLennartrompiendoun trozodepapeldecocinapara limpiarse lasmanos.En lapalmatienesalsadetomatequesehaescurridodelapizza.
—¿Qué número de zapato calzaba Kenneth? —pregunta Harriet—. ¿Losabes?
—Uncuarentayuno—respondeLennart—.Esprobablequeseansushuellaslasquehayenlaparteexteriordelgranero.Kennethmepreocupa:nosacabadellegarelinformedelforensey,porlovisto,hayrestosdevariassustanciasensusangre.
—¿Anfetaminaycannabis?—preguntaHarriet.Piensaenloqueencontraronen el coche deTony y en las cantidades anotadas en el cuaderno de notas decolorazul.
—Sí,ybenzodiacepinas—agregaLennart, queparece incómodoen la silla—. ¿Quién es el responsable de la investigación de la muerte de Kenneth?¿TambiénMargareta?Deberíaistenermáspersonal.
Harrietmiralacajavacíadepizzaqueestáentreellos.—Sí,lollevamosnosotros.Apenashemosempezado.HarrietpiensaenelgestodeMargaretalamañanaquediscutieroneltema.Es
ahoracuandopareceaceptarelsignificadodelamuertedeKennethyqueescasiseguro que existe una relación con el asesinato de Laura, y que Tony no esculpable. Alarga el brazo y se acerca el bolso donde tiene la libreta. Ella almenoshapuestolaprimerapiezadelrompecabezas,aunquenotieneniideadesilalibretaservirádealgo.
—NecesitoiralgarajeaanalizarelMazdaantesdequesehagatarde.Puedesdecirle a Margareta cuando venga que he estado aquí —le pide Lennart
levantándose.—Claroquesí,ygraciasporlacompañía—respondeHarriet.Ella se queda sentada un ratomás en la cocina después de queLennart se
haya ido. Las sustancias en la sangre de Kenneth coinciden con las queencontraron en el coche de Tony, y las iniciales de Tony coinciden con lasanotaciones en la libreta. Kenneth le compraba drogas a Tony, Harriet estáconvencida. Se conocían de eso. Abre de nuevo la libreta. «El circo orbitaLerviken.Ñldodwdñdxud.»¿Puedeserunmensajesecreto?
Cogelacajavacíadelapizza,vahacialabasuraylatira.—Harriet,hallegadounpaqueteparavosotros.Harrietmirahaciaarriba.Lenahaentradolevantandoconactitudtriunfalun
paquetemarrón.—Noponequién loenvía—continúa.Susgrandespendientes sebalancean
cuando habla—. Suerte que hoy trabajo y puedo recoger los paquetes cuandoningunodevosotrosestáensusitio.
—Muchasgracias.¿NocreesquepodríanserlaspertenenciasdeDouglasquenosibanaenviar?
—Ah,lohabíaolvidadoporcompleto.—LenaleentregaelpaqueteaHarriet,quesevaasudespacho.
Elpaquete estábien cerrado con cinta adhesivay tieneque esforzarseparaabrirlo.Enel fondohayunacarteranegradepieldebecerroyun llaveroconvariasllaves.Abrelacarteraysaltanalamesaunascuantastarjetasdecréditoydostarjetasdevisita.Harrietcogeelllavero.Estáfrío.Enunadelasllaveshayunapequeñachapaconelnúmero138enunlado.Enlapartedeatráshayunaimagengrabadadeungranedificio.Harrietapartalascosasaunladoyenciendeelordenador.Tienequeponerenordenloincautado,hacerelinformedelcasoyseguirtirandodelhiloquetieneentremanos.
33
Elmóvilempiezaavibrarencimadelescritorio.Harrietselollevaalaoreja.—Hola,Harry,bonita—diceunavozconocidaalotroladodelalínea.—Paul,¡tehellamadomilveces!—Harrietsehundeenlasilla.—Yalosé.Perdona.—No pasa nada—responde, a pesar de que en su voz se debe de notar la
irritación que siente—. ¿Dónde has estado, por qué no me has devuelto lasllamadas?
—Esquehemosidodeexcursiónenbarcoahacersnorkel.—Perohas llamadoapapá—replicaHarriet.Piensaen todas lasvecesque
parecequehallamadoaYvonne,peroprimeroquiereoírlaexcusaquepone.—Sí, estaba intranquilo después del mensaje que me mandaste—contesta
Paul—.¿Quétalestás,hermanita?—¿Has hablado también conYvonne?—pregunta de la formamás natural
quepuede.—No.¿Debería?¿Hapasadoalgomás?HevistoelAftonbladet,peroapenas
meatrevoa leer losartículos.Es tan tremendoydesagradable...—responde,ypareceserio—.TienequeserhorribleestarenLerviken.
—¿No has hablado con Yvonne ni una vez estos últimos días?—inquiereHarriet.
—¿Porquémelopreguntas?NosuelollamaraYvonne.Harrietrespirahondo.—Paul, sé que estás mintiendo. Has hablado con Yvonne, y lo sé porque
tengo un archivo de todo el tráfico telefónico de la antena repetidora enLerviken.
Sehaceunprofundosilencio.
—Nomientoenabsoluto.NohehabladoconYvonne.Harrietnotacómosucorazónempiezaalatirlemásdeprisa.—Paul,quieroquemedigaslaverdad.¿Loentiendes?—Perosiesloqueestoyhaciendo.—Deacuerdo.—Harrietsecalla.Novaaadelantarnadaporteléfono,yaque,
por lovisto,élnoquieredecir loquepasa.EstáapuntodepreguntarsobreeljerseyqueencontraronencasadeTony,perodecidenohacerlo.Paulparecequereaccionealadefensiva.
—¿Estáisbien?¿PuedesmandarmealgunafotodesdeBali?—decidepedirle.—Oye, no pretendo escaquearme, pero tengo que dejarte un segundo, no
puedo hablar donde estoy ahora —dice Paul. Su tono es más grave—. Nocuelgues.
SeoyeunruidoenelteléfonoyHarrietescuchavocesdefondo.Hablanaltoyalguiengrita.Parecesueco.DespuésPaulretomalaconversación.
—Ahora ya puedohablar.Harriet, no te lo he explicado todo.Perdona.Deverdadtelodigo,nohehabladoconYvonne.TienequeserNiklas.Seguroquellamódesdelacasadeella.—Paulseaclaralagarganta—.NoquieroqueNiklasvuelvaameterseenotromarrón,poresoesimprescindiblequeestoquedeentretúyyo,¿loentiendes?
Harrietseenderezaenlasilla.—Loentiendo.Estáshablandoconmigo.Nonecesitasrecordarmequenose
lo debo explicar a nadie. Pero ¿quién es Niklas? ¿Cómo es que conoce aYvonne?—preguntaHarriet—.Papádicequeesunamigotuyodela infancia,peroyonolorecuerdo.Nuncaheoídohablardeél.Túnolohabíasnombradonunca.Hapreguntadoportiyestuvoennuestracasa.
—Deacuerdo.—APaulparecequeselecortalarespiración—.Joder,debohablarconél.¿Quéesloquehadicho?
—¿Porquénuncamehashabladodeél?—Harrietcogeel llaveroqueestásobrelamesayempiezaadarlevueltaseneldedo.
—¿No te acuerdas de él? Un chico rubio. Estaba en el grupo en el quejugábamos.Oquizáentoncestúerasdemasiadopequeña.Encualquiercaso,yoibaconéldevezencuando.Tonytambién.
—YorecuerdoqueleteníamosmiedoaTony.—Harrietpiensaenaquellavezjuntoalatienda,cuandoTonylequitóeldineroaPaul.
—La verdad es que Niklas y yo fuimos amigos durante un tiempo, perodespués él desapareció. Se puede decir que ha tenidomás de un problemilla.Haceunosaños lovolvíaver.Fueenel restaurantedelpuerto.Empezamosahablar.Mereconoció,ydespuéssalimosdevezencuando,cuandoyoestabaenelgolfo.
—¿Problemillas? —Harriet piensa en el comentario de Eugen sobre lostatuajesdeNiklas.
—Bueno, lehanpasadoalgunas cosasdurasy lometieronenel talegoporalgo,peronoselodigasaEugen.Nosehadadocuenta,yyoséqueNiklaslecaebien.Esunbuentío,nohacefaltaquelagenteconozcasusantecedentes.
—¿Porquéestátaninteresadoenverte?ParecíacomosicreyeraqueestabasenSuecia.
Al otro lado de la línea se oye un suspiro, y Paul tarda un momento encontinuar.
—Porqueloheayudadoenvariasocasionescuandohanecesitadodinero.—¿Estechico tieneunpasadocriminaly tú lohasayudadocondinero?—
Harrietrespirahondo.Sinquererlo,estáhablandocomohaceEugencuandoPaulo ella le explican algo que él piensa que no tiene sentido. Su hermano esgeneroso,peronocreequeseainocente.Comoinversordeéxitoescasiirónicoqueregaledinero.
—¿Cuántolehasdado?—Noesloquetúpiensas.Esdeconfianzaymelohadevueltosiempre.No
tengastantosprejuicios.Sóloloheayudadocuandohaestadoenalgúnaprieto,ylaúltimavezquizáfueronunassetentamilcoronas.Noesunagransuma.Parajugar.Peroeltíocontrola.
Paulsequedacalladodenuevoysevuelvenaoírlasvocesdelfondo.—Parececomosiestuvierasentreunamultitud—comentaHarriet—.¿Están
hablandoensuecoporahí?—Esqueparecequeenelhotelsólohayasuecos.Tesirvenalbóndigasytodo
eso.Harriet, deverdadque tengoque irme.Eva-Lena se enfada cuandohablo
porteléfono.NosabenadadeNiklasnideldinero,asíquenohacefaltaquelomencionessihablasconella.
—¿YahoraNiklasquiere encontrarteparaque ledejesmásdinero?—A lavezquehacelapreguntalevuelveelmalestarenelestómago.
—Sí,esocreo—respondePaul.Bajalavoz—.Tengoqueirme.—¿Cómosellamadeapellido?—seapresuraHarrietapreguntar.—Eriksson.NiklasEriksson.NiklasEriksson.N.E.Harriet apoya la cabezaen lamano. ¿Puede serque
esteNiklasconocieratambiénaKenneth?¿Levendíadrogas?—Está limpio —continúa Paul—. Sé lo que estás pensando, pero déjalo
tranquilo. Confía en mí. No lo he nombrado antes porque no me parecíarelevante.Esamigomío,Harriet.
—¿ViveenLerviken?—Harriet,déjalo.—Paulalzalavoz.—Puedeserimportante,muchomásimportantequeelhechodequelehayas
dejadodinero.¿ViveenLerviken?¿PorquétehallamadodesdeelteléfonodeYvonne?¿Seconocen?
—Sabía que no debía explicarte nada. ¡No quiero hablar contigo si vas acomportartecomounapolicía!—Paulchilla,yHarrietseapartaelteléfonodelaoreja.Aqueltonodurocasileduele.
—Paul, necesito saberlo. ¿Vive Niklas en Lerviken? ¿Puedes darme susdatos?Tenemosqueinterrogarlo.
—¿Acasopiensasincluirenelcasotodoloquetehedicho?Siesasí,prefieronoseguirhablandocontigo.SiquieressabercómoesqueconoceaYvonne,selopreguntasaella.Noquierovermeinvolucradoenesto.—Seoyeunclic,ylavozdePauldesapareceporcompleto.
Unbuen ratodespuésdehaber colgado,Harriet sigueconel teléfonoen lamano.CasinuncahaoídoaPaulenfadado,ymenosaúnconella.NoentendíaporquéPaulnoqueríahablarconella,ycuandoahoracaeenlacuentaescomosilehubierandadounpuñetazoenelestómago.Noconfíaenella.
Llamanfuertealapuerta.HarrietlevantalavistadelescritorioyseencuentraconlamiradadeGöran.
—MevoyconMargaretaahacerlostrámitesdelaprisiónprovisional.Sitequedas en comisaría, ¿podrías continuar con la investigación?He empezado arepasarlastransaccionesbancariasdeDouglas,peropuedesecharlesunvistazo.HayunatransferenciamensualaHenrikehill.
—¿PagacadamesaHenrikehill?—Harrietmiraelllaveroqueestádelantedeellasobrelamesa.Levantalachapayledalavuelta.Alprincipionosehabíapercatado, pero tras el comentario deGöran está claro que la imagen es la deHenrikehill—.Osea,queeselnúmerodeunacasa.
—Nosabíaquesepudieranalquilar lascasasquetienenallí,creíaqueeranviviendasparalosempleados.
—Sí, pero ha habido poco movimiento, y hace tiempo que las casas sepusieronenalquiler.HevistoanunciosvariasvecesenelperiódicoLandskronaPosten.¿Noesraroquealguienquetieneunafincapropiaalquileunaviviendaenlasproximidades?
—Depende de para qué la utilice —responde Göran—. Aunque tienenespacioparadaryvender.HelocalizadoelLexusquefaltabaenelescenariodelcrimen.Estáenel tallery llevadíasallí.Esbuenosaberlo.Elqueatacóa losAnderssonnoabandonóellugarenelcochedelmatrimonio.
—No,elautordeloshechosllegóconsucochepordetrásdelacasa.Lennarthaestadoaquíantesymehadichoquehanpodidodistinguirlashuellasdeunarueda.EnestosmomentosestáanalizandoelMazdaparaversicoincideconloquetienen.DileaMargaretaquequierehablarconella.
—Bien. —Göran sonríe—. Esta tarde ya no volveremos. No te quedestrabajandosivesquenosacasnada.
Harrietsedespideconlamano.Despuésdequesehayaido,esperauncuartode hora y se pone la chupa; se mete el llavero en el bolsillo de la chaqueta,agarra el bolso y abandona la comisaría. Va a investigar la casa queDouglasalquilaenHenrikehill.
34
Sigue lloviznandoy el aire es denso y cálido.Las gotas parecenperlas en lasmangasdelachaquetayhacenquenotehúmedoeljersey.ElpatiotraseroestávacíoyHarrietsesientaenelmuelledecargaparaencenderuncigarro.Elhumoesespesoyblancocuandoloexpeleenelairebochornoso,yloacompañaconlamirada hasta que se deshace. El día ha estado lleno de emociones. Como elencuentro con la madre de Kenneth, aunque quizá lo peor haya sido laconversaciónconPaul.Nuncasehabíanpeleadodeadultos,ysólopensarquepuedan haberse enemistado, ahora que Eugen podría estar enfermo, le resultahorroroso.Tienequehablardenuevoconél.Aprietaelcigarrilloconloslabiosmientrasbuscaelmóvil.Elhumoselemeteporlanarizylahacetoser,asíquetiraelcigarrillodeinmediatoantesdemarcarelnúmerodePaul.Letiemblanlosdedos en la pantalla. Harriet suspira. Todavía tiene el teléfono apagado. Leentranganasde llamara Jorunparaexplicarlequehandiscutido.Sumadre sepondríadel ladodeél,pero Jorun trabajaenel extranjeroyahoraqueestáenSenegalesigualdedifícillocalizarlaqueaPaul.
Sehundeallísentada.Nohaynadieaquienpuedallamar.NisiquieraaLisa,quenohacontestadoasusúltimosmensajes.
CuandoarrancaelSaabysemarchadeallí, la lloviznahapasadoaserunalluvialigerayHarriettienequeactivarellimpiaparabrisas.ConectalaradioparanotenerquepensarenlaconversaciónconPaul.
«Aquí,Eko.Elhombrequeestádetenidodesdeelmiércoleshasidopuestohoy a disposición judicial con varias pruebas que podrían confirmar lassospechas de su implicación en el asesinato de una mujer a la que hallaronmuertaenungraneroenSkåneelpasadosábado.»
«No, como es normal no estoy satisfecho. Es un caso mal llevado, y me
refieroaquenohaymotivosparamanteneramiclienteprivadodelibertadenesta fase de la investigación.Me sorprenderíamuchísimoque el fiscal tuvieramaterialsuficienteparallevarloajuiciomásadelante.»
LavozdeRikardsuenaporlosaltavoces.«Pareceduroyformal,esirrealoírsu voz en este contexto», piensa Harriet al mismo tiempo que gira de formainstintivahaciaelcastillo.
AparcaelSaabdetrásdelapistadetenis,unpocoalejado;acontinuación,semeteelmóvilenelbolsillodeatrás,secierralachupayechaaandar.Esungrancomplejo.Ademásdelparquey laspistas tambiénhayunas instalacionesparaconferencias y, al lado, una hilera de casas pequeñas, originariamente hechasparalosempleados.Filasdecasasdepiedrapintadasdeamarillo,enelmismotono que el hotel. Casi parecen un pequeño pueblo de cajas de zapatos decincuentametroscuadrados.Notodasestánhabitadas.Senota.
En algunas de ellas, la parcela de césped en la parte de fuera está muycrecida, mientras que otras tienen rosales. No hay luz en ninguna ventana.Harrietconsultaelreloj.Sonlascuatropasadas.Uncaminodegravacruzaporentre las casas. Podría acercarse por allí sólo para ver si encuentra la casaindicada en la llavedeDouglas.Yya la examinarán enotromomento.Ahorapuedelimitarseaecharunvistazo.
Buscaelnúmero138.Elnombredelbuzónsehacaído,peroajuzgarporelcéspedcortadoparecequehayalguienviviendoallí.Harrietseacercaunpocomás.Sihayalguienencasa,podríapreguntar con tacto siDouglas solíavenirporaquí.Harrietdecidellamaralapuerta.Noabrenadie.Vuelveallamar.Nodebe de haber nadie dentro. Lanza una rápida ojeada a su alrededor e intentameter la llave en la cerradura, pero no consigue introducirla. Lo prueba denuevo.Seinclinahaciadelanteymira.Lacerradurabrillayparecenueva.Notaquelefaltaaire.Lallavenoperteneceaesacasa.
Alladodelapequeñaviviendahayunaconstrucciónalargadacongarajes,ycadaunade laspuertas, igualque lascasas, cuentaconunpequeño letrerodecobreconunnúmero.Harriet seaproximasigilosamentehastaelnúmero138,que está al final, y prueba la llave en la cerradura. El metal se desliza haciadentro y se oye un chasquido cuando la cerradura se abre. Harriet se queda
quieta unos segundos. ¿Acaba de abrir la puerta del garaje de DouglasAndersson?Aunquehayasidovíctimadeuncrimen,esunainfracción,ydeberíapedir permiso o tener una orden de Konrad para entrar. Harriet no tieneautorizaciónpararealizarelregistrodeunacasa.Aunqueyahaabiertolapuertayesdemasiado tardeparadarmarchaatrás.No leharádañoanadieecharunvistazo.Esloqueharíacualquieradesuscompañerossiestuvieranensulugar.AunquevaencontradelosplanesdeMargareta.Entrarápidoycierralapuerta.
La oscuridad es total yHarriet busca a tientas un interruptor donde suelenestar,juntoalapuertadeentrada,peroloúnicoquenotaeslasuperficierugosade la pared. Su pie topa contra una caja que emite un ruidometálico. Saca elmóvilatodaprisa.Enciendelalinternayelhazdeluzsedeslizasobrelascajasylasbolsasquecubrenelsuelo.Lamayorpartede lahabitaciónestáocupadaporalgoparecidoauncocheque seencuentrabajoun toldo.Harrietpasaporentre todos aquellos objetos, tropieza, pierde el equilibrio y choca contra untrozodecarroceríablanca.Seinclinahaciadelanteyapartaunpocomáslalonadeplástico.Ve las lucesdeatrásy reconoceeldiseño.Sólohayuncocheconesaslucestraseras.UnVolvo.
Harrietseponeencuclillasypasealaluzdelalinternaporlasruedas.Sobreelneumáticodeladerechahayungranparchedegoma.
Al mismo tiempo que se agacha para tomar una foto de la rueda, oye elcrujidoenelcaminodegravadefuerayunavoz.¿Puedehaberlavistoalguiencuandoibaporentrelascasas?Joder,¿cómovaaexplicarquéestáhaciendoallísientraalguien?Tienequeesconderse.Pero¿dónde?Todoaquelloestállenodecajas,ysiahorasemueve,sedaráncuenta.Lospasossedetienenjustodelantede la puerta del garaje. Harriet aguanta la respiración, se agacha y con sumocuidadoempiezaametersedebajodelcoche.
«Porfavor,noentresaquí—piensamientrasapagalalinternadelteléfono—.Noentresaquí.»
35
Seoyeunchirridocuandolapuertadelgarajeseabreylaluzdeldíainundalahabitación.Harrietrespiraporlabocasinhacerruido.Unestornudodelataríasuesconditebajoelautomóvil.
—EnelgranerodeSundgodset—diceunavozdehombrealavezqueseoyeunfuertesonidoyelgarajevuelveaquedaraoscuras.Unossegundosdespuésseenciendeunalámpara.Parecequeelhombreestáhablandoporteléfono.
Harriet vuelve la cabeza despacio. Ve unas piernas y unas zapatillas dedeportequesemuevenasólounmetrodesucara.
—Entonceshayqueandarconuncuidadodecojones—continúa lavozdehombre—.Tienesqueirconmuchoojo.
Harrietsepegatodoloquepuedecontraelsuelo.Elcementolearañalacara,peronosientenada.Supulsolateaunritmofrenético.Estádebajodelcochequehasidoutilizadoenelasesinato,yelposibleautordeloshechos,lapersonaquehamatadoaLaurayprobablemente tambiénaKenneth,seencuentraaapenasunmetrodeella.Y,porloqueparece,tieneuncómplice.
Laszapatillasseparanjustoalladodelvehículo.Lalonasedeslizadespacioyacabacomountelónalolargodelapartetraseradelcoche.Harrietaguantalarespiración. ¿La podrá oír? Está tumbada entre las dos ruedas. Si tan sólopudieradeslizarseunpocomásadentro,quizálaoscuridadlaprotegería,encasodeque a aquelhombre se leocurriera agacharseparamirardebajo, pero tienemiedoysiintentamoverseseguroquehaceruido.
—Prepárateparacualquiercosa.Esmuchomásfuertedeloqueparece.Nolajuzguesdeantemano.—Lapersonaquehablaparecedura—.Nosevaaescapar.
Oyeunchasquidofamiliarcuandolapuertadelcocheseabre, laszapatillasde deporte desaparecen de su vista y el hombre se pone amover cosas en el
asiento de atrás. Harriet deja que el aire que le presiona los pulmones salgadespacioporentresuslabios.¿Dequéestáhablando?¿Planificaotroasesinato?
UnabolsadeplásticocaealsuelojustodelantedelosojosdeHarriet.«Dios,nolacojas.»
—Teloprometo.Puedesconfiarenmí.Yalosabes.Elsuelodelcochesehundecuandoelhombresesubealasiento.Apareceuna
manoque tanteaenbuscade labolsa.Está tancercade lacaradeHarrietqueinclusopodríatocarlapormeracasualidad.
—Deacuerdo.Nosvemosallí.Lamanoespálidaylapielpareceáspera.Losgruesosdedosluchanporcoger
la bolsa de plástico. Cuando lo consiguen, Harriet ve la negra calavera queadorna el dorso de la mano. Le duele el pecho. «Lleva tatuajes hasta en losantebrazos, y en una mano se ve una calavera.» Niklas. Harriet aprieta confuerzalosojos.
Enesemomentosecierradenuevo lapuertadelcoche.Seoyeelzumbidodelmotorcuandoseenciende,ylapestedeloshumosdeescapeseesparceporelgaraje.Harrietabredenuevolosojosymiraasualrededor.Apenashayunoscentímetrosentresucuerpoylaparteinferiordelvehículo.Sielcocheseponeenmarcha,ellapodríaquedarseenganchadayversearrastrada.Perosisequedaquieta,elconductorpodríaverlaporelespejoretrovisor.Nopuedepensarmásporque las ruedas empiezan amoverse. El ruido delmotor le retumba en losoídos.Después,oyeunchirridodepiezasmetálicasqueseensartanunasenotrascuandoseabrelapuertadelgaraje.
Pocoapoco,Harrietseatrevearespirarmásprofundamente.Sequedaquietaenelsuelocomounapiedraycuentalossegundos.Leparecenunaeternidad,perosabequenohapasadomuchotiempo.
Depronto,eloloralagasolinaselehaceinsoportable,yHarrietsedacuentadequehayalgoquelaestátapandoylaestádejandoencerradaentrelosgases.Vuelveasentirpánico,peroaúnnoseatreveamoverse.Decidecontarprimerohasta sesenta. Lo que le está tapando la cara desaparece en cuantoHarriet se
incorpora.En cuanto puede respirar, nota el aire comouna liberación.Ve queestásentadaenmediodelsuelo,conlalonaquecubríaelcocheenelregazo.
Lapuertadelgarajeestácerrada,perolalámparasigueencendida.Noseoyenada.Elhombresehaidoynolahavistoalsalir.Lahasalvadolalona.
Esperatodavíaunosminutosydespuéspruebaaabrirunpocolapuertadelgarajey sale ahurtadillas.Siente la espalda sudadapor loque acabadevivir.Parecequelasalidadelosgarajesestávacía,yHarrietseapresuraadesaparecerde la antigua zona de viviendas de los empleados. En cuanto queda fuera delcampo de visión de las casas, echa a correr. Tiene que irse de allí y pedirrefuerzos.TienenquepararaNiklas.Paulledijoquehabíaestadoenlacárcelyque necesitaba dinero. Su perfil coincide con el tipo de persona que puedecometeruncrimen.LoquemáslaasustaesqueNiklasnoestásolo,sinoquehaydos personas involucradas. Ni ella ni sus compañeros han trabajado con esahipótesis, aunque ados criminales les resultamás fácilmoveruna caja fuerte,llevaraLaurahastaelgraneroymeteraDouglasenelcontenedor.Además,porla conversación que ha oído, está claro que planean alguna otra cosa. NiklasnombróelgranerodeSundgodsetyhablabandeunamujer.Alguienquenoseescaparía.Alguienqueprobablementesabedemasiado.Harrietcorretandeprisaque laboca le sabea sangreysuspensamientosvuelana lamismavelocidad.ComoNiklas hablaba por unmóvil, la conversación tiene que haber quedadoregistrada en el repetidormás cercano. Si pueden encontrar el teléfono, quizápuedanaveriguardóndeseencuentraelotroautor.
36
NoparahastaquelasueladesuszapatospisaelasfaltodelpatiodedelantedeHenrikehill.Seapoyaenlaásperapareddecementodelhotelparacogeralientoyparaqueselecalmeelcorazónantesdepoderdeciralgo.Cuandorecuperaelhabla,sesacaelmóvilyllamaaElias.
—Elias, tienes que ayudarme con un número —le dice en cuanto el otroresponde.Todavíalecuestarespirar.
—Harriet,¿quéhapasado?—EstoyenHenrikehill, elcastilloen lasafuerasdeLerviken,yasabes.No
lejosdelfosodearcilla.EstabainvestigandoenungarajedelqueDouglasteníalallave.Elias,creoqueheoídoalasesino.Estabaenelgaraje.Estabahablandoconalguien.Sondos.
—¿Puedescontármelotodootravezdesdeelprincipio,aversiteentiendo?LavozdeEliasparecetranquilaynotaqueleprestatodasuatención.Harriet
estáencuclillas juntoa losmacizosde floresquehayal ladodeledificioy leexplica toda lahistoria.Loquehahechoen lasúltimashoras,desdecómohaacabado en el garaje y escuchado esa conversación hasta la descripción deNiklasyelcoche.¿Cómocojonesvanaencontrarlo?Puedequeaestasalturasyasehayaadelantadobastante;notienemuyclaroeltiempoquehatranscurrido,perohapasadomásdeuncuartodehoradesdequeélsehamarchado.
—Yalosé,notenemosgrancosa.Sunombreesbastantecomún,peroporlomenos los tatuajes son característicos, y los he visto con mis propios ojos,aunquenolehayapodidoverlacara,yreconoceríasuvozsilavolvieraaoír.
—Estaréencomisaríadentrodecincominutos,Rakelyyovamosdecamino.SeloexplicaréaMargareta.Konradnoestádeguardiaestatarde,hayotrofiscal,pero el trámite será rápido. Voy a conseguir el permiso para el control de la
antenarepetidorayhacerelseguimientodelmóvil.Tambiénpuedousarunodeloscontactosquetengoallí.Siutilizaelmóvildenuevo,lolocalizaremos.
—¿Y qué hago yo ahora? ¿Voy a comisaría? —Harriet se siente confusa.Haceunsegundoteníaprisaporponerseenmarcha,peroahorayanosabequéhacer.
—Harriet,esperadondeestás.Nohagasnadamás.Tellamaréencuantotengainformaciónyhayamosdecididocómovamosaactuar.
—Vale.—Oye,novayasaLervikenabuscarnaday,porDios,nohablesconnadiede
esto.Podríasestropearlotodo.DéjameamíponermedeacuerdoconMargaretaparaestablecerprimerounbuenplan.Tenemosquefrenaraesapersona,perolomejoresquenosotroshagamostodoloposibleparapillarloconlasmanosenlamasa.Sisospechaalgo,lopodemosfastidiartodo,yenlasituaciónenlaquenosencontramos,sóloélnospuedellevarhastasucómplice.
—Peroestánplaneandootrocrimen.—Se pondrán de nuevo en contacto. Te lo prometo.Y la próxima vez que
utiliceelmóvillopillaremos.Harrietserinde.—Deacuerdo.Esperaréaquíhastaquemellames,pero¿noseríamejorque
fueraalacomisaría?—No,noesnecesarioquevengas.Detodasformas,nohaynadaquepuedas
hacer. Espera ahí mientras tanto. Seguramente me podré poner en contactocontigobastanterápido,peroprepárateparaesperarsitodoresultamáslentodeloprevisto.Sitardomucho,veteacasayquédateallí.
HarrietsabequeEliastienerazón.—Permaneceréaquípreparadaconelteléfonoamano—respondeenseguida,
ycuelga.Podríaaguardarenelbardelhotel.Estátranquiloyprotegido.Entoncesoyeuncarraspeodetrásdeella.Selevantadeprisaysedalavuelta.—Oseaquehasvuelto,apesardetodo—diceRikard—.Peronohacefalta
que te pongas entre las flores para espiarme—añade echándose a reír. Por lasonrisadesuslabiosesimposiblesabersiacabadellegaryporcasualidadlahavisto,osihaoídolaconversaciónqueellaacabademantenerconElias.
Harrietnopuedearticularpalabra.HabíaolvidadoaRikardynoselehabíaocurridoquepodríaaparecerporelhotel.
—Perdona, ha sido una tontería por mi parte hacerte una broma. ¿Qué hapasado?—preguntaserio.
—Nada.Nopuedohablarcontigo.Yasabesporqué—consiguedecir.RikardlaobservaunmomentoyHarrietmirahaciaabajo,haciasusvaqueros.
Están llenosdeaceiteyen las rodillas tienemanchasdesuciedad.Daunpasorápido para salir del arriate y se esfuerza en quitarse la tierra que se le haquedadopegadaenlasueladelaszapatillasdedeporte.
—Harriet,haceunratoqueestoyaquí.Séquehaocurridoalgo.¿Estásbien?¿Tepuedoayudar?
Ellanoresponde.—Heoídotuconversación,peronotevoyapreguntar.Puedesconfiarenmí.Harriet saca el paquete de cigarrillos y enciende uno. Si ha oído la
conversaciónconElias, sabe,o almenospuedededucirlo,que lapolicía tienealgoentremanos.
—Quizánodeberíamosquedarnosaquífuera.Noporquehayamuchagente,pero si alguien nos viera hablar, sería catastrófico. Algunos me conocen, ydespuésdehablar con losmedios estamañana, seguroque alguiende la zonapuededescubrirquiénsoy.
Harrietechaunarápidamiradaasualrededor.—Nodeberíamoshablarenabsoluto—replicaHarriet.—Tienes razón. Sólo quería ayudarte, si había ocurrido algo —continúa
Rikard.Sumiradaesamable,peroseria.—Enestosmomentosnoquieroquenadiemevea—respondeellatirandoel
cigarro.Sólolehadadounpardecaladasysearrepientedehaberloencendido—.Tampococreoquemevayaaquedarenelhotelmuchorato.
Sedespideconungestodelacabezaylodejasolojuntoalarriatedeflores.Despuésabrelapuertadelaentradadelhotel.ElvestíbuloestávacíoyHarrietseacercaalabarra.Elbarmanestáocupadosecandocopas,peroseleiluminalacaracuandoveaHarriet.Sesientaaunamesaenunodelosrinconesyponeelmóvilencimadeésta,delantedeella.
—¿Vino,Coca-ColaZero,wifi?—preguntaelbarman—.¿Quévasa tomarhoy?
—Coca-Cola Zerome va bien—contestaHarriet sin apartar lamirada delmóvil.
Se va a volver loca si tiene que quedarse allí sentada, esperando.Ya estáncercadelasesino.Cuando lopiensa, leparece increíbleya lavezextrañoquehaceun segundoestuviera enelmismo sitioqueel autorde loshechos. ¿Quéhabríapasadosilahubieradescubierto?Ledaunvahídosólodepensarlo.Tieneunángeldelaguarda.Enestosmomentospodríaestarmuerta.
—UnaCoca-ColaZeroporaquí.—Elbarmanponelabotella,unvasoyuncuencoconhielodelantedeHarriet.
—Estupendo.Gracias—diceconvoztranquila,ylaluzmortecinahacequeelpulsoselecalmeaúnmás.
Sesirvelabebidayledauntrago.Lapantalladelmóvilsigueoscura.PiensaenelasesinatodeKenneth.Losdatosquesalieronenlosmediossólodecíanqueteníanuntestigo,noquiénera.Elasesino,olosdosasesinos,tienenqueconocerporfuerzaaKenneth.Seestiraparacogerelbolsodonde tieneelcuadernodenotas.KennethconocealdelasinicialesN.E.,NiklasEriksson.Elhombreconlostatuajesenlamano.ElamigodePaul.Harrietcierralosojosunsegundoysiente las burbujas en la lengua. Paul incluso le ha prestado dinero. CuandocojanaNiklas,porquesuscompañerosloarrestarán,Paulseverámetidoenelcaso,loquieraono.NiklasinclusohaestadobuscandoaPaulencasadeEugen.Debedeestardesesperadoporconseguirdinero.Harrietsientequeseleerizaelvellodelaespalda.TienequeserNiklasaquienLiasereferíacuandoleexplicócómo había ocurrido el asesinato. Cómo esperó en el coche, le puso la cintaamericanaenlosojosaLaura,maltratóaDouglasydespuésmatóaLaura.Seinclinahaciaatrásyalargalamanoparatomarelvasodenuevo.Hayundetallequenoleencaja.SiNiklashacogidolacajafuerteyhatenidoamanolascosasdevalordeDouglas,¿porquénecesitaquePaulleprestedinero?¿YporquénollamaaPaul,simplemente,siesquequierehablarconél?¿PorquévaacasadeEugen?Nolecuadra.
—¿Mepuedosentar?—preguntaunavozafable,yHarrietmirahaciaarriba.
Rikardestádelantedeella.—Sólo estamos nosotros dos y el camarero ya nos ha visto juntos—dice
señalandoelbarconlacabeza.AntesdequeaHarrietledétiempodecontestar,sesientaenelsillónlibrequehayfrenteaella,ponedosvasosdewhiskysobrelamesaysearreglalacorbata.
Harrietmiradereojoelmóvil.Hapasadomediahora.Eliasdeberíallamarencualquiermomento.
—Toma—diceRikardacercándoleunodelosvasosaHarriet.—No,gracias—respondeella,yniegaconlacabeza.—Pensé que quizá necesitaras algo para tranquilizarte un poco.Estás tensa
comounmuelle—insisteRikard.Harrietbajaloshombros,peronosesienteespecialmenterelajada.—Sí,mesientounpocodesconcentrada—dice.—¿Cuántotiempopiensasquedarteaquíesperando?—preguntaél,altiempo
quelevantaelvasohaciaella.Sonríe,yladébilluzdelalámparahacequesusojosazulesbrillen—.¿Ysisehanolvidadodeti?
—No lo creo—responde Harriet cogiendo el móvil. Marca el número deElias, le da la espalda a Rikard y se lo pone al oído. Espera varios tonos dellamada, pero él no contesta. Llama otra vez para mayor seguridad. Despuéscuelgael teléfonoyserascalanuca.Susrizosestándenuevoenredadosylosdedos se le quedan enganchados cuando intenta deshacerlos. ¿Por qué nocontestaEliascuandolotelefonea?
—¿No deberías estar trabajando? —le pregunta a Rikard mirando conintenciónelvasodewhisky.
—Sí,peroprefierohablarcontigo,sitengolaocasión—respondeRikard—.Puedo leer las diligencias esta noche. Además, ya se ha celebrado lanegociación.
Harriet loobserva.Elalcoholy la faltade sueñodeldíaanteriornoparecequehayanhechomellaenél.
—Noesbuenoquehablemos—insisteHarriet—.Nodeberíamosvernos.—Puesnopodemoshacernada—replicaRikard—.Elmalyaestáhechoy,
enrealidad,lasituaciónnopuedeempeorar.—Sonríealtiempoqueconsultael
relojdeoroquellevaenlamuñeca—.Noséloqueestásesperando,pero¿noteiríabiencenarmientrastanto?
Harriet respira hondo.Tiene sentimientos contradictorios.Unaparte de ellanoquiereotracosaquecenardenuevoconRikard.Continuardondequedaronayerysencillamenteolvidartodocuantolosrodea.Cuandoéllesonríe,vuelveabrillar el recuerdo de la noche pasada. Los brazos musculosos de Rikardapretandosucuerpo.Laspequeñasperlasdesudorensuespalda.Ellaseexcitacuandopiensaenél,perosesacudeelpensamientode lacabeza.Suotraparteestátotalmentetensa.Quizáestanochellevenacaboalgunaacciónodetenganaalguien. En cuanto lo decidan, Elias la llamará, y eso esmás importante quecualquierotracosa.
—Querría cenar contigo en alguna ocasión, cuando haya terminado lainvestigación —responde—. Pero tengo que hacer una llamada. —Harriet sedisculpa, cogeelmóvily sevaalotro ladodelbar.Si le contestan,noquierearriesgarseaqueRikardoigaloquedice.MarcaelnúmerodeMargareta,que,aestas alturas, debería estar informada. Suena tres veces antes de que salte elcontestador.Harrietcuelgaypiensaunmomento.DespuésmarcaelnúmerodePatrik. Si están planeando algo, deberían contar con ella, pero tampoco élrespondeal teléfono.Porel rabillodelojovecómoRikard laestáobservandodesdeelotroladodelbar.
—¿Yaseha ido todoelmundoacasay sehanolvidadodedecírtelo?—lepreguntaRikardcuandoellavuelve.
—Nocreo,peronadiecontestaalteléfono—respondeHarriet.—Sé que no tengo nada que ver, pero me has hablado de tu jefa. ¿Te ha
dejado apartada?—Rikard lamira indagador—.No te pongas así. Si no tienemotivos,creoquedeberíasdecírselo.
Lairalaabrumacuandolooyedeciraquello.¿PuedeserqueMargaretahayavueltoadecidirquenoquierequeHarrietparticipe?«No,noesnecesarioquevengas.Detodasformas,nohaynadaquepuedashacer.»EsoesjustoloquehadichoEliascuando loha llamado.Tenía tantaadrenalinaenelcuerpodespuésdeldescubrimientoenelgarajequenohareparadoenelloensumomento,peroahora,cuandopiensaenesaspalabras,sienteelenojoirenaumento.«Detodas
formas,nohaynadaquepuedashacer».¿Eraunaformabonitadedecirlequenolanecesitaban?
—TengoqueregresaraLandskrona—diceella,insegura.EsciertoqueEliaslehadichoquenovaya,peroaunquehayanpartidodela
idea de que ella no va a intervenir por no ser policía, Harriet quiere saberigualmentequéesloquehanplaneado.Eneltrabajosiemprehayotraslaboresquepuedehacermientrastanto.Necesitantodoslosrecursosdisponibles.
—Tepuedollevar—proponeRikard—.Porfavor.Deverdad,querríahablarcontigo de varias cosas. Si tus compañeros están allí, puedo hacer diversasgestionesydespuéstellevoderegresocuandoquieras.Ysinoestán,podemoscomeralgoenalgúnsitio.¿Quémedices?
HarrietobservadudosaelvasodewhiskyquehaydelantedeRikard.Parecehaberledadosóloalgúnqueotrosorbo.Despuésalzalavistayseencuentraconsumiradacálidayesperanzada.Harrietsopesalasituación.Despuésasienteconlacabeza.
—Aunqueelúnicomotivoporelqueacepto—sedaprisaenaclararcuandounagransonrisaapareceenlacaradeRikard—esqueestoytanalteradayalaveztancansadaquenomefíodemímismaalvolante.
37
Hacebochorno.Latemperaturahasubidohastaalcanzarcasidiecisietegrados,yHarrietsudacuandoaceleraelpasohaciaelaparcamientodeinvitados.Rikardlasiguemuy de cerca. Las luces del Jeep parpadean como para saludar cuandoRikardabre lapuertay lehaceungestoparaque suba.Lapuerta secierradenuevoconsuavidadyelsalpicaderodecolorazulclaroseenciendedelantedeella.
Él le guiña un ojo, pone en marcha el motor y gira para salir delaparcamiento. Harriet se fija en las manos de Rikard. Sus largos dedosenvuelvenelvolante.Dedosdepianista,diríaEugen.Asíes todoél.El reflejodelsalpicaderoiluminaelrostrodeRikardyHarrietsesorprendepensandoqueesrealmenteguapo.Dealgunaforma,estáprohibidoirconél,peroalavezlereconforta que le guste ahora que los demás de pronto le hacen el vacío.Además,elpapeldeRikarddentrodepocohabrácambiado,cuandosecierreelcaso.Aprovecharlaocasióndeconocerlounpocomejorcomopersonanoesunpecadocapital si ella secomportacomounaprofesional.SidetienenaNiklas,soltarán a Tony, y entonces Rikard ya no estará involucrado en el caso. Lovuelve a observar. «Seguro que no tuvo ningún problema cuando era joven»,piensaHarriet.Seguroquenuncahasentidoquenoestabaenelsitioadecuado.Nunca habrá ido mal vestido a una fiesta ni habrá evitado situaciones poravergonzarse de sí mismo. Y, como es natural, nunca habrá estado en clasenotandoqueungranoempezabaasalirleenlapuntadelanarizdoshorasantesdelafotoescolar.Rikardnoesdeésos,esevidente.
—¿Siempretehansalidolascosasbien?—preguntasinpensárselomucho.—¿Quéquieresdecir?—respondeRikard.—Quiero decir, ¿no has sufrido nunca adversidades? ¿Has conseguido
siempreloquehasquerido?Vequesonríe,peronosevuelvehaciaella.Seguroquepiensaqueesinfantil.—Nadie lo tiene fácil, lo que pasa es que es diferente para cada uno —
contesta.Poneelintermitenteyseincorporaalacarretera.Loqueharespondidola lleva a pensar en Eugen. Por segunda noche seguida, se ha olvidado dellamarle.Vuelveasacarelteléfono.
—Estaremosallídentrodeuncuartodehora.¿Deverdadtienesquevolverallamar?—preguntaRikard.
—Quierohablarconmipadre,estáunpococonfusoyavecesmepreocupa.Además,deberíadecirlequellegarétarde—replicaalavezqueseponeelmóvileneloído.
Tampoco Eugen atiende al teléfono. Harriet descansa el codo en elapoyabrazosyseinclinaenelasientodelcoche,quehueleanuevo.Notieneporqué haber pasado nada, pero, al no contestar, piensa que puede haber pasadoalgo.Desdequefueronaveralmédico,lapequeñanubedeintranquilidadquesurgióen sucielo interiornoquieredisiparsedel todo.Harrietpasaamirarelcielo real.El techodelJeepesdecristal,ya travésde laventanilla tintadavecómoelsolsevaponiendosobreelpaisaje.
—¿Nocontesta?—Rikardlapresionaconsuavidadelhombro.—No—responderápida—.Hoynomelocogenadie.—Seguroquenopasanada.Pruebadespués.Entranen lacalleRådhusgatan.EnelSaab,Harrietestáacostumbradaaoír
hasta la gravilla, pero el Jeep de Rikard se desliza silencioso sobre la gruesagrava.
—Puedes aparcar en el patio de atrás de la pizzería.Allí nadie advertirá elJeepdesdelacomisaría—indicaHarriet—.Asínadienosverájuntos—añade.
Rikardasienteyconducedespaciohastaloscontenedoresdereciclaje.Harrietabreelcocheysale.
—Sialguiendelrestauranteapareceytepidequetevayas,puedesdecirquevienesconmigo.Conozcoaljefedelrestaurante,Josef.Mehadichoquepuedoaparcar aquí.—Aunque sabe que Josef le ha dicho que el aparcamiento en elpatiodeatrássóloesparaella.Paranadiemás.
—Ah—respondeRikardlevantandolascejas.Cierralapuertaalsalir.
La comisaría está a oscuras y los grandes cristales de las puertas de entradabostezan desiertas cuando Harriet pone la tarjeta en el lector. Harriet pasafurtivamente por delante delmostrador deLenay escucha a ver si oyevoces,perotodoestáencompletosilencio.Tieneunasensaciónextrañaalentrarynoveranadie,casicomosiestuvieracometiendounrobo,yencuantoalcanzaelpasillo enciende las luces. Las puertas de las oficinas están cerradas, todasmenoslasuya.Sudespachoestácomocuandolodejó.LacajaconlascosasdeDouglasestáenelsueloyelescritoriosevellenodepapeles.¿Porquénopuedetenerordenadosupuestodetrabajo?Esalgomuysimple.EldeMargaretaestáimpecableyseguroqueenloscajoneshayunordenminucioso.
Harrietcontinúahastalasalagrande.Enlamesahayunpapelenblancoyenlapizarranosevenanotacionesdeningunaposibleoperación.Sedetieneunossegundos. No parece que haya tenido lugar ninguna reunión. Se los habíaimaginadoallíreunidoscuandohabíallamadoaElias,yaMargaretasaltandodealegría, a su desconcertantemanera, por la información que había compartidoconellos,asícomopidiendorefuerzosdeinmediatoparaencontrarelVolvo,alaesperaderecibirlosdatosdelaantenarepetidora.Porsuparte,Göransuspiraría,pero después se vería obligado a reconocer que Harriet era, a pesar de todo,bastante buena. Sin embargo, aquella sala transmite más la impresión de quetodoelmundosehaidoacasatrasunajornadalaboralcomootracualquiera.
Va deprisa hasta eloffice. Está vacío, a excepción de una fuente con unoscuantos tristes plátanos y el periódico Sydsvenskan del día anterior. Coge sumóvilyleenvíaunmensajeaElias.
Harriet:¿Quéestápasando?Hevenidoacomisaría.Creíaqueestabaisaquí,pero
estoestávacío.¿Mepuedesllamar?
Cuando sale elmensaje, empieza a sentirse abatida. ¿No se han tomado enserioloquehadescubierto?
ElmóvilvibraensumanoyelnombredePaulparpadeaenlapantalla.Porprimeravezenmuchotiemponoleapetecehablarconél.
Harrietsehundeenelajadosofádelasalayresponde.—Hola,Paul.—Hola, Harry. ¿Qué haces? —intenta poner la voz de siempre, pero hay
ciertadulzuraenella.Harrietsuspira.—Estoyeneltrabajo.—Pasealamiradaporelcomedorvacíoysinventanas,
ysedacuentadequeesunarespuestadeprimentealassietedelatardedeunsábado—.¿Ytú?
—Aquísonlastresdelamadrugada.Losdemásestándescansando,peroyono podía dormir, así que he pensado que podría aprovechar para llamarte.—Haceunapequeñapausayseaclaralavoz—.Perdónameporhabermeenfadadoantes, no erami intención. No quería decir lo que he dicho. Entiendo que teresulte difícil. Es que me ha molestado que empezaras a hacerme preguntascomounapolicíasobrecosasqueconsideroprivadasyquenotienennadaquevercontuinvestigación.Sóloqueríaquelosupieras.
—Deacuerdo—respondeellareclinándoseenelsofáycerrandolosojos—.Sólo pretendo aclarar este horrible asesinato. Es que no puedo pensar en otracosa,poresomehepasadodelaraya.Noqueríaindagarentuvidaprivada—indicaHarriet.
—¿HaspodidohablarconYvonne?—preguntaPaul.Pareceangustiado.—Aúnno,hetenidomuchoquehacer.Cuandopuedalepreguntarésiconoce
aNiklas.Puedesestartranquilo,noledirénadadequehassidotúquienmelohaexplicado.Aunquenoentiendocuáleselproblema.
—Gracias,Yvonneyapareceenfadadaconmigo,porlomenosestuvoasítodoelverano.Noséporqué,peropuedeserrealmenteperracuandoalguienno legusta—diceechándoseareír—.YnomequieredecirdequéconoceaNiklas...
Se oye de fondo un berrido que hace que Paul se ponga nervioso: «Joder,apártate.Estásenmedio».
—¿Quiénes?—exclamaHarriet—.¿Havenidoalguien?Paultardaunossegundosencontestar.
—Porlovisto,mehesentadoenlatumbonadealguien.Yasabes,lagentesecree que son los dueños de las tumbonas que están más cerca de la piscina.Algunoslasreservanconlatoallaydespuéssevanadesayunardurantehorasalbufetlibre.—SueltaunabrevecarcajadayHarrietsequedadepiedra.
—Me pareció oír que decías que eran las tres de la madrugada y que losdemásestabandurmiendo—empiezaadecir.Laaparentementira lahadejadohelada.
—Pero he salido a la zona de la piscina. Es que no quería despertar a losniños. Fuera todavía queda gente. Deberían relajarse un poco, se supone queestamosdevacaciones.
—¿Dóndeestás?Paul,¿teencuentrasrealmenteenBali?—Puesclaroquesí.¿Dóndeibaaestarsino?—De acuerdo. Hazte un selfie junto a la piscina y envíamela —le pide
Harriet.—¿Qué dices? ¿Por qué iba a hacer eso? ¿Por qué tengo que hacerme un
selfie?Harriet respira. Por lo general, su hermano nunca tiene problemas para
tomarseunafotodesímismo.—Pueshazleunafotoalhotel.—Pero¿quédices?¿Vasaempezarotravezconel rollopolicial?—replica
Paulconuntonodevozmásduro.—¿Porquénoquiereshacerunasimplefoto?—lepreguntaHarriet.—Manda cojones. Te llamo para pedirte perdón y te explico que me he
enfadadoporquemehasmezcladoenuncasoyahoravastúycontinúasconlomismo. Si piensas andarte con ésas, ya te puedes ir a la mierda, Harriet —respondePaul,fríocomoelhielo,ycuelga.
38
Harriet agarra el móvil con fuerza. Ya no reconoce a su hermano. No puedeconfiar en nada de lo que le ha dicho. ¿Conoce de verdad a Niklas? ¿Sonsiquieraamigos?LapreguntacuyarespuestaHarrietnecesitacomprendermejorqueningunaotraesporquéPauleligeenmarañarsecontantasmentiras.Tienequehaberocurridoalgoquelohayahechotomaresadecisión.Seponedenuevoelmóvilenlaoreja.Sabequetienequehacerloqueestáapuntodehacer,pormuydesagradablequeleresulte.TrestonosdellamadaysaltaelcontestadordeElias.
—Hola, Elias, soy Harriet. Me gustaría que contestarais cuando os llamo.Tenéisquerastrearotroteléfono.—Harriettragasaliva—.Eseldemihermano.—PreferiríapodérseloexplicaraElias,noaunbuzóndevoz,asíqueledictaelnúmerodePaulycuelga.
Cuandopasaporlarecepción,elrelojdelaentradamarcalassieteymedia.Harrietenciendelalámparaapesardequeleresulteincómodoquelapuedanverdesde la calle, como si estuviera en un acuario a la vista de cualquiera. Se leocurre escribir una nota a los demás. Estén donde estén, tienen que llamarlacuandovuelvan.EnelpuestodetrabajodeLenahayunpaquetedechiclesyunlápizconunflamencorosayunacolamovediza.Harrietabreelprimercajónyencuentraunblocdenotasconformadecorazónrosachillón.Cogeellápizconelflamencoypresionalacoladeltapónconloslabiosmientrasescribe.«Hola:/Comonohabéisdichonadahepasadoporaquí. ¿Dóndeestáis?Llamadmeencuantoregreséis,sealahoraquesea./Harriet.»Despuésenganchaelcorazónenla puerta que da al pasillo, donde nadie lo puede pasar por alto. No sabeexactamentequéhacer,peronogananadaquedándose sentadaeneldespachopensando.MenosaúncuandotieneaRikardesperándolafuera.
HayluzenelcocheyRikardestáocupadoconsuteléfonocuandoellavuelve.MirasorprendidohaciaarribacuandoHarrietllamaalaventanilla.Rikarddejaelmóvilenelasientodeatrás.
—¿Cómohaido?—pregunta.—No hay nadie. Pueden haberse largado sin mí—dice hundiéndose en el
asientoasulado.—Deacuerdo,¿vamosaverlaofertaderestaurantesdeLandskronaparaque
me lo puedas explicar todomientras yo te invito a la cenamás agradable delmundo?
Harriet responde encogiéndose de hombros. Se siente indignada y abatida,lejosdemostrarlaactitudadecuadaparairacenaraunrestaurante.Nopodríatragarniunsolobocado.EnloúnicoquepuedepensaresenPaul,endóndeestáyenporquélemiente.Yporquésuscompañeroslaexcluyen.
—¿Quéhaocurrido?¿Prefieresvolveracasa?PorlaexpresióndeRikard,esimposiblesabersientiendeloqueocurreosi
creequeestáperdiendoeltiempoconella.¡Perosihasidoélquienhainsistidoenllevarla!
—Ahoramismoestoycabreadaportodo.Laverdadesqueloúnicoquemeapeteceesirmeacasa—respondeHarriet—.Seríalomejor.Además,noestaríamalecharleunojoaEugen.
Unafuerteseñallainterrumpe,yRikardseestiraenbuscadelmóvil,peronoledatiempodecogerloantesdequeelnombredeCharleneempieceaparpadearenlapantalla.
—Harriet,tengoquecontestarestallamada.Esprivada—leexplicadeformarápidavolviéndosehaciaella—.Disculpa.
Harriettardaunossegundosencomprenderqueélquierequesalgadelcoche.Se levanta deprisa y vuelve la cabeza para que no vea que está avergonzada.Antesdecerrarlapuerta,atravésdelosaltavocesoyeunaagudavozdemujerconeldejenasaldeEstocolmo.
—Cuánto has tardado, ¿por qué nome lo has cogido antes? ¿Has decidido
cómolovamosahacerconlacasadeverano?—empiezadiciendolamujer.Harriet se queda de pie unos segundos y lomira a través de la ventanilla.
¿Charleneessunovia?SólodeoírlavozpuedeveraCharlenedelantedeella.Alta, delgada, seguro que de pelo castaño y brillante, y pendientes de oro.Madura.TodolocontrarioqueHarriet.Charlenetienecasadeveranoyunbolsoordenado.Noesdelasquemetenlapatay,desdeluego,seguroquenofuma.
Harriet se dirige al muelle de carga junto a la entrada de la cocina de lapizzeríayenciendeuncigarrillo.Maldicenohabervenidosola.AhoratienequeesperarsentadacomounaidiotahastaqueRikardacabelaconversaciónconsunovia.
Leda tiempode fumardoscigarrillosantesdeque los focosdelanterosdelJeep se enciendan y Rikard le haga una seña para que vuelva. Cuando lo vegesticularconelbrazo,leentranganasdelevantarleeldedo,irsedeallíytomarun taxi hasta casa, pero llevamás de veinteminutos sentada en elmuelle decarga,asíquepuededignarseirahablarconél.Abrelapuertadelcochedeuntirón.
—Hola—diceél.Harrietsesientaycierralapuertaconfuerza.—¿Estásenfadadaconmigoporalgo?¿Hehechoalgomal?—¿Tú qué crees?—le pregunta mientras le da vueltas al móvil entre los
dedosunayotravez.Eslaúnicamanerademantenersetranquila—.¿Podemosirnos?
—Sientohabertardadotanto,noeramiintención—respondeélarrancandoelmotor.Elcochesedeslizaensilencioparasalirdelpatiotrasero.
Harrietsequedacalladaunmomento.—Vale, entiendo que algo vamal, pero dime adónde vamos. No sé dónde
vives—continúaRikard.Harrietmirahaciaarribaysetopaconsumirada.—¿Creesque soy tontadel culo?Heoído la conversaciónconCharlenede
haceunmomento.Tunovia,¿no?Los ojos deRikard son fríos.Gira hacia la carretera nacional y el cielo se
oscureceasualrededorcuandolaslucesdelaciudaddesaparecen.
—Noesminovia,Harriet—dicesincambiarelsemblante—.Entiendoqueestésenfadadasitehadadoesaimpresión,peronotienesmotivoparaestarasí.
—¿Yquiénessinoestunovia?—Es mi mujer —contesta Rikard mirándola de reojo. Harriet se queda
completamentechafada.¿Quéesloqueestádiciendo?Rikardsequedacalladounmomento.—Aunque no lo seguirá siendo pormucho tiempo. Estamos repartiendo lo
que tenemos en común, pero tú y yo acabamosde conocernos, así quepiensoquenoteincumbe.
Pasan por delante de Borstahusen, y el cartel blanco que indica Lervikenbrillaanteellosporlosfocosdelcoche.
—Es cierto, podría habértelodicho al principio—añade—,pero la primeravezquetevinosabíaqueibasasertanimportanteparamí.
Cuandooyeaquello,Harrietsienteuncosquilleoensuinterior.—¿Nosabíasque ibaa ser importantepara ti?¿Quéquieresdecirconeso?
¿Esporquetengoqueverconuncasodeasesinato,esotehahechocambiar?Harriet nunca seha sentido tan idiota en toda suvida.Tendría quehaberse
dadocuentadesdeelprincipioquesusintencionesnoeranhonestas.Lanota,suinsistenciaenelhotelcuandoledijovariasvecesquenodeberíanhablarentreellos.¿Quiénhaceeso?Sobretododeberíahaberreaccionadoaqueunapersonacomo él no iba a estar interesada en ella de verdad. ¿Cómo lo pudo creer?¿Cómopudocreerseniporunsegundoquehabíaalgoentreellos?
—¿Sabes qué? Déjame bajar aquí. Me voy andando a casa —respondeindicandoconlacabezauncrucealqueseacercanporlacarretera,antesdesudesvío.
—Vengaya.¿Acasonohasoídoloquetehedicho?Megustas.Esungraveproblema que tanto tú como yo trabajemos en el mismo caso, pero prefierocorrerelriesgo.
Harrietsesonríe.Máshablarporhablar.Lediceloquecreequeellaquiereoír,peronocaeráenlatrampa.
—¡Paraelcoche!Rikardaminoralamarchaysedetieneenelarcén.
—Notengoganasdepelearmecontigo,peronotepuedodejaraquíenmediodelacarretera,conlooscuroqueestá.¿Loentiendes?Respirahondoyescuchaloquetevoyadecir—replicaRikardmanteniendosutonodevoztranquilo.
—Gracias,yamelasarreglaré—respondeHarriet—.Yaheoídosuficientesmentirasporhoy.—Sedesabrochaelcinturóndeseguridadysebajaatodaprisadelcoche.
Esta vez da un portazo con todas sus energías y echa a andar sin darse lavuelta.Esun traidor,ysabequeaquellosólopuedeacabardeunamanera.Leharádaño.EsloúnicoquehaaprendidodespuésdelarelaciónconGeorgos.
Pasanunosminutosy luegooyeel sordosonidodelmotorqueacelerayelcrujido contra el asfalto cuando el Jeep se vuelve a poner enmarcha.Harrietapartalacaracuandoelcochepasa,perosiguelaslucesrojasdelapartetraseraconlamiradahastaquedesaparecenenelhorizonte.¿CómolehapodidogustarRikard?Enciertomodo,esculpadeLisa:ellalaanimóalanzarsealaaventura.Noaprenderánunca.
HarrietsacaelmóvilyleenvíaunmensajeaLisa.
Harriet:Estoyenmitaddelanada.Lehepedidoquemedejarabajarenmitadde
lacarretera.Necesitotuapoyomoral.
AlmismotiemposedacuentadequeLisanolehacontestadoaningunodesusúltimosmensajes.Tienequeestarocupadaconsupetimetre,suponeHarriet.Nuncahanestadotantotiemposinhablar.
Elvientocorreporloscampospelados,yelairebochornosohadesaparecido.Latemperaturahavueltoabajar.SeguroquefaltanmásdecincokilómetroshastaLerviken.Enciendeun cigarrillo y camina a lo largode la carretera. ¿Por quécojoneshahechoalgoasí?TendríaquehabercerradoelpicoyhaberdejadoqueRikard la acompañarahasta casa.Piensa enPauly sepreguntaquémentira lehabrácontadoaEva-Lenaydóndeestará.AunqueaHarrietnolecaebienEva-Lena,leentranganasdellamarla.Quizálohagamañana.Losdemásduermenen
suscamas.«Mehesentadoenlatumbonadealguien.»Suspira.CuandopiensaenPaulseponetriste,peroalavezseindigna.Noesmalapersona.Miente,perotiene que haber ocurrido algo tan complicado que no puede explicárselo ni aHarrietniaEugen.
Enelbolsillosuenaunzumbido.Harriettiraelcigarrilloyhaceunaltoantesderesponderalmóvilyreemprenderlamarcha.EsElias.Porfin.
—Harriet,¿dóndeestás?—¿Quedóndeestoy?¿Dóndeestástú?Tehellamadovariasveces.¿Porqué
nohascontestado?—Sequedaquita—.Enestemomentoestoyenmediodeuncampo,caminodeLerviken.¿SehamovidoNiklas?¿Hautilizadoelmóvil?
Eliascarraspea.—Sí, ha estado apagado durante bastante tiempo, pero acaba de hacer una
llamadayhemosencontradolaantenaquerecogíaeltráficodeseñales.Sabemosconbastanteprecisiónenquézonaseencuentra.SigueenLerviken.
—¡Vaya!—Harriet se aparta el pelo de la cara y nota que resopla cuandorespiradirectamenteenelaparato—.¿Dóndeestáis?Hepasadoporcomisaríaynohabíanadie.¿Porquénadiesehapuestoencontactoconmigo?
—Margaretanoshareunidoenotrolugaralaesperadequeelmóvilvolvieraamandaralgunaseñal.
—Pero ¿por qué? —Harriet no entiende nada, ¿por qué Margareta los hareunidoenotrositio?¿Quéestápasando?
—Puesverás...Hayuntema.—Elias,cosararaenél,pareceinseguro.—Sí,yalosé.Tehepedidoquerastrearaselmóvildemihermano.Lacosaes
quesospechoquenoestabadiciendo laverdadcuandohehabladoconély séqueconoceaNiklas,lesueledardinero,yqueríasaberquéesloquetramaparapoderdescartarlodespuésdelcaso.Quizáseaunatontería.Penséqueteníaalgoimportantequeexplicar,dadoquemiente,peroestáclaroquenoestáimplicadoenelasesinato.
—¿Cómolosabes?—preguntaElias.Tajante.AHarrietselecortalarespiración.—Porqueesmihermano—responde—.Loséypunto.Eliassequedacalladounossegundos.
—Harriet, hemos comprobado la llamada que Niklas Eriksson hizo en elgarajecuandotúestabasallí.Estabahablandocontuhermano.
39
AHarrietselellenanlosojosdelágrimas.—¿EstabaNiklashablandoconPaul?—puedepreguntarfinalmente.—Sí, y hemos pinchado el teléfono de Paul, así que sabemos dónde se
encuentra.Porlomenosdóndeseencontrabahaceunosminutos.Han enviado unmensaje privado al móvil de Paul para ver qué antena de
telefonía se encargaba de la actividad del tráfico. Mientras, ella ha estadoesperandocomounaidiotaaquelallamaranyelloslahanmantenidoalejadaapropósitodespuésdesaberquesuhermanoestabainvolucradoenelcaso.
—¿Dóndeseencuentra?—ElrepetidormáscercanoaLervikeneselqueharegistradoeltráfico.Harriet siente un zumbido en su cabeza. Aunque ha oído cada una de las
palabras, no puede entender lo que le dice Elias. La conversación que haescuchadoenelgarajeeradeNiklas,quellamabaaPaulpidiéndolequequitarade en medio a una persona. Ya no sabe quién es Paul. Por mucho que seesfuerce,nopuedeimaginarseaPaulmatandoanadie.
—¿EstáenLerviken?¿Niklasyél?—Sí,losdosestánenlazona.Harrietintentatranquilizarse.Tienequepensarclaro.SiPaulestáimplicado
dealgunamanera,tienequeserporqueNiklasloestáobligando.EsemalnacidodeNiklastienequehaberlopresionadodeunaformauotra.Poresohavueltoacasa. Niklas quería que Paul lo ayudara y le ha obligado a interrumpir lasvacaciones.SabequePaulloobedecerá.Tienequesereso.Niklassehareferidoalgranero,asíquePauldebedeestardirigiéndoseallí.
—¿Vacaminodelescenariodelcrimen,algranerodondeencontraronmuertaaLaura?
—Nolosabemos.¿Porquécreesquevahaciaallá?—preguntaElias.—Lo dijeron cuando hablaron por teléfono, que se verían allí. ¿Qué vais a
hacer?¿Vaisair?Elias la escucha.Ella oyeque respira hondo, como si reflexionara sobre lo
queestáapuntodedecir.—Harriet, no puedo decirte lo que estamos planeando—dice al final—.Y
ahoratengoquecolgar.Ella semuerde el labio. Aunque la ponga triste, comprende su decisión o,
mejordicho,ladecisióndeMargareta.—Loentiendo.Nopreguntarémás—lograarticular—.Perograciasdetodos
modos.Semeteelmóvilenelbolsillodelachaqueta.SiPaulvacaminodelgranero
deSundgodset,tienequeintentarimpedírseloantesdequelapolicíallegue.SusposibilidadesdetrabajoenSkånesehabránevaporadoporcompletodespuésdeaquello, pero tampoco tiene elección. La familia es más importante quecualquier otra cosa, aunque parezca que su hermano no lo entienda. Saca elmóvildenuevoyloponeenmodoavión.SisospechandePaul,estáseguradequetambiénrastrearánelteléfonodeella.
A continuación, echa a andar a toda prisa. A pesar de la oscuridad que seciernesobreloscampos,quepareceninfinitos,consigueorientarse.Másallá,enelsembrado,hayluzenlacasadeKennethJönssonyenlascabañasdealquiler,yalotroladosevelasiluetamuertadelosolmosalrededordelastumbas.EstáapocoskilómetrosdeSundgodset.Si va corriendo, puede llegardentrodeunosminutos.Preferiblemente,antesquesuscompañeros.
Elbarroselepegaenlassuelasdeloszapatosyvariasvecessetuerceelpieenlatierralabrada,peronosedacuentadenada.Sucuerpobombeaadrenalina.Noreducelamarchahastaquedivisaelgranero.Noseveningúncochepatrulla.
Elgraneroparecemásgrandeyoscurode loquerecordaba.Lagranpuertapintada de negro de la parte delantera está cerrada a cal y canto. Harriet semantiene entre las sombras, siguiendo la pared.Donde no se la pueda ver. Sedetieneyescucha.¿Seoyealgodentrodelgranero?Lepareceoírvocesdébiles,peroquizásean imaginacionessuyas.Detrásdelgraneroestáoscuroy lazona
queda tapada por la montaña de estiércol y los arbustos. El lateral largo deledificio tiene varias ventanas. Harriet mira hacia arriba, al sitio dondeseguramente debió de estar Kenneth cuando presenció el asesinato. Deberíamirardentro.Simueveelbidóntalycomolotuvoquehacerél...
Conunempujónenérgico,tumbaelviejobidóndeaceiteylollevarodandohastalaventana.Todavíaestánlasanterioresmarcasenelsuelo,demaneraqueelbidón ruedapor lashuellas.Harriet se subea la tapa.Tienequeponersedepuntillasparapoderdivisaralgo.Estánegrocomolabocadeunlobo,ycuandoahuecalasmanoscontraelcristalparavermejor,laventanaseabresola.Harrietpierdeelequilibrioyestáapuntodecaerse,peroenelúltimomomentosesalvacogiéndosealmarcodelaventana.Elbidónhaceruidocuandosecaeyellasequedacolgando.
—Joder—espeta.Con gran esfuerzo se sube a la ventana.Desde allí oye un chirrido y unos
débiles sollozos. Aguza el oído y se esfuerza en captar de dónde vienen lossonidos.Dentroestá todooscuro,peroundébil rayode luzde luna ilumina ladescoloridasalagris.Harrietlarastreaconlamiradayalcabodeunmomentoveunamanoenelsuelo,enparteescondidadetrásdelboxdeloscaballos.
40
Harrietseapretujaparapasarpor laaberturade laventana.Conmediocuerpodentro del granero, alcanza una viga y puede impulsarse para terminar demeterse y quedar colgada. Hay casi dos metros hasta el suelo, pero no tieneelección. Cierra los ojos y se suelta. Aunque la caída dura menos que unafraccióndesegundo,ledatiempodesentirunescalofríoquelerecorretodoelcuerpo. Después, aterriza con los pies sobre el duro suelo de hormigón delgranero.Harrietcorrehaciaellugardondehavistolamano.Llegatrassólounospasosy,apesardelaoscuridad,puedediscernirdequiénes.SetratadeLia.Estátumbadasobreelfríosueloconunapiernarecogidasobreelvientre.Sudelgadocuerpotiemblaysemuevealritmodesuaceleradarespiración.
—Lia...—Harrietseponeencuclillasasulado—.Soyyo,Harriet.LepasalamanoconcuidadoporlaespaldayLiahaceelgestodelevantarse.
Supelo largoy rubioestádespeinadoyse lehapegadoaunade lasmejillas.MiraaHarrietyparececomosi intentaradecirlealgo,peronopuedearticularpalabra.
—¿Te ha hecho daño alguien?—Harriet la ayuda a incorporarse, pero LiaponemalacaracuandoHarrietlacogedelbrazo—.¿Quéhapasado?
El cabello se mueve sobre sus hombros cuando Lia niega con la cabeza.Despuésrespirahondoyserecompone.
—Aquí —susurra, y se levanta la sudadera hasta la cintura y deja ver elvientre.Tienearañazosportodoelcostadoy,apesardeladébilluzquehayenelgranero,aHarrietleparecequelapielestámuyrojaalosladosdelasmarcas—. También tengo dolorida la pierna, casi no la puedo estirar. Me duele—continúa,y jadea.Secoge la rodillacon lasdosmanosyempujaa lavezqueponebienlapierna—.Ayúdameaincorporarme.
—¿Tehapegadoalguien?—preguntaHarrietlevantándose;letiendelamanoyconfirmezalaalzapocoapocohastaqueseponedepie.Lianopesamucho,menosqueHarriet.Liaemiteunsonidosordo.
—Gracias.—Intentasonreíryloshoyuelosselemarcanenlasmejillas.—¿Quéhapasado?—inquiereHarrietdenuevo—.Lia,¿quéhacesaquí?Ellanoresponde.—Lia,tengoquesaberlo.¿Porquéestásaquí?¿Quiéntehapegado?Liaseapartaelpelodelacara,perosumiradavadeunladoaotrobajosus
largaspestañas.Mirahaciatodaspartesantesdepronunciarpalabra.—Estabaoscuroynomehadadotiempodevernada.Pasabaporaquíyhe
oído ruido en el granero, pero cuando he preguntado si había alguien, no hacontestadonadie,asíqueheentrado.Supongoqueestabaahídetrás.—Señalaelboxmáscercano—.Depronto,alguiensemehaechadoencimaporlaespalda.Heprocurado liberarmeyentoncesmehaarañado.—Sepone lasmanosa losladosyHarrietfijalavistaeneljersey.PodríaserdeNiklas.
—¿Pudisteverquéaspectotenía?—Nohetenidotiempo.Mehequedadoenestadodeshockcuandosemeha
tiradoencima,ycuandoheidoadarmelavueltamehadadounafuertepatadaenlapierna.Eramuchomásgrandequeyo.
—¿Lehasvistolasmanos?¿Llevabauntatuajeenlamano?LiaabrelosojosunpococuandoHarrietnombraeltatuaje,peronoresponde.—Quizátehayasfijadoenalgomás—continúaHarriet.—Nohevistonada.Havenidopordetrás—diceLia.Ahoralebrillanmáslos
ojos.Harrietnohavistonadaalvenir.Elpatioestabatranquiloylacasa,desierta.
La puerta del granero estaba cerrada por fuera. El asaltante no puede habersalidodelrecinto.
—Tienequeseguiraquí—susurraHarrietsoltandoaLia—.Lapolicíaestáencamino—diceenvozmásalta,porsialguienlaoye.
El granero se queda en silencio cuando ellas se callan, yHarrietmira a sualrededor.Los tractoresestánen línea,ydetrásdelcuartodeherramientashay
variosboxes.Laluzqueentraporlasventanasesdébilylassombrasalargadas.Haymuchaszonasoscurasdondeesconderse.
—¿Cómo has entrado en el granero, Lia? Los técnicos han bloqueado lapuertaporfuera.
—Por la puerta de atrás —susurra Lia señalando con la cabeza al otroextremodelgranero.
—¿Haymásdeunasalida?—preguntaHarriet.NorecuerdaqueLennartselahubieramostradocuandovisitóelescenariodelcrimen.
Liaasiente,seapoyaenelhombrodeHarrietydaunpasohaciadelante.—Allí—dice. Cojea, pero parece poder apoyarse en la pierna yHarriet la
acerca a la pared. Despacio, empiezan a moverse hacia donde indica Lia, yHarrietintentanoperderdevistaniaLianielrecinto.Losúnicosmovimientosquevesonsuspropiassombrassobrelasuciapared.
—¿Aquí?—preguntaHarrietseñalandounapuertaverdedemadera.Liaasiente.Harrietnotacómolasangrebombeadeprisaportodosucuerpo,
pero se obliga a mantener la calma. Podría haber alguien al otro lado de lapuerta.Concuidado,alargalamanoybajalamanilla.Lapuertasedeslizaconun chirridomientras ella procura ver dentro de lo que es un espacio oscuro yestrecho.Lahabitaciónapenastieneunospocosmetroscuadradosyparecequesehautilizadocomoretrete.Alolargodeunadelasparedeshayuntablónquecubreelbarrildelaletrina,peroelagujeroestátapado.Detodosmodos,hueleamohoyaviejo.Lasparedessondecolorverdeoscuroylaúnicafuentedeluzllegaporunaestrechaventanaarribadeltodo.
—Se ha ido —dice Lia—. Lo noto en el aire. Suele oler mucho más acerrado.Lapuertadefuerahaestadoabierta.
Entonces,Harrietsedacuentadequehayotrapuertaenelladocontrario.—¿Túyahabíasestadoaquí?Lialaobserva.—Sí,hevividoaquí—explica—.Enverano,cuandoeramásjoven.Eranmis
padresdeacogida.Harrietsequedaparada.¿LosAnderssonhansidopadresdeacogidadeLia?
Enningunadelasinvestigacionesnienlosregistrosquehahechoseindicaque
LaurayDouglasAnderssonfuerantutoresdenadieniquefueranunafamiliadeacogida.
—Sinoteportabasbien,teencerrabanaquí.Aélnolegustabanlosniñosquenosesabíancomportardebidamente.
—¿Qué quieres decir?—Harriet controla las náuseas. El olor de la letrinaimpregnalasparedes.
—Douglasnosencerrabaaquíydespuéscerrabalapuertaporfuera.Entoncesnohabíaesapuertaquedaalgranero,asíquetequedabasaquíhastaquealguienveníaabuscarte.
¿Encerraba Douglas a los niños en la vieja letrina? Harriet siente unescalofrío que le sube por toda la columna vertebral. Lo recordaba como unhombre serio y bien vestido, pero bajo la superficie aflora la imagen de otrapersona.EstácondenadopormaltratoaLaura.Quepresuntamentetambiénhayahecho daño a los niños quizá no sea tan sorprendente. Pertenece a otrageneración,estáclaro, igualquesupadre,peronuncaen lavidaEugenhabríautilizadoelcastigocomométodoparaeducar.Comomucho,lesgritabasierandesobedientes.
—Joder,quéhorror.—Douglaseralamaldadenpersona—comentaLia.Sumiradasehaquedado
clavada en la puerta que tienen delante. Harriet le da una patada para que seabra.
Todoestáoscuro.El lugar lepone lospelosdepunta.Es la terceravezquevieneenmuypocotiempo.
—Todavíanoentiendoquéhacesaquí—dice.Eselescenariodeuncrimen.Liadeberíasaberquenopuedeestarenestesitio.
—FueaquídondemurióLaura.—Liasequedacalladaybajalavista.—¿Sabealguienquehasvenido?—Notelovoyadecir,¿porquétecuestatantoentenderlo?—respondeLia,y
se suelta deHarriet, que de forma instintiva da un paso atrás.Lia parecemásatemorizadaqueirritada,yHarrietlointentadenuevo.
—Cuandonosvimosjuntoalfosodearcilla,dijistequesabíasquiénlahabíamatado.¿Quiénfue?
—Si te lodigo,morirás.Yyo también.Losque lo sabenmueren—replicaelladesesperada—.¿Acasonotehasdadocuenta?
—Trabajoenlapolicía.Podemosdetenerlo.Antesdeacabarlafrase,Lialaagarradelachaqueta.—¿Oyeseso?Creoquevienealguien.Harriet oye el crujido de la gravilla y elmotor de un coche.Se pegan a la
pareddelgraneroydeformaautomáticaHarrietsujetaaLiadeunbrazoalavezqueseestiraparapoderverloqueocurredetrásdelaesquina.
Uncochedepolicíaconlaslucesapagadassedeslizadespaciohaciaelpatio.—Son mis compañeros —dice Harriet, y le coge la mano a Lia—. Ven,
estamosasalvo.
41
Domingo,3deseptiembrede2017Harrietestáenelcomedoresperando.El relojquehayencimadelbancode lacocina acaba de dar la medianoche cuando oye que alguien se acerca por elpasillo.HallamadoaPaulvariasvecesdesdequellegóacomisaría,peroélnoresponde.TienequesaberdequéformaestáinvolucradoyquiénatacóaLiaenelgranero.
—SunombrecompletoesNathalieEriksson—diceMargaretadesdeelquiciodelapuerta.
N.E.denuevo.Harrietnopuededisimularunsuspiro.—HabíauncontactoenlaagendadeLauraquesellamabaNathalie.—Göranlaestáinvestigando—diceMargareta.Vainmaculadamentevestida
conuntrajegrismarengoyunablusadecolorburdeos.Cuando el personal sanitario ha constatado que las heridas de Lia no eran
serias y que no habíamotivos para llevarla al hospital,Margareta ha decididovolverconLiaacomisaríaparainterrogarla.HarriethapedidoestarpresenteyMargaretanohaprotestado.
—El hombre al que he escuchado hablar en el garaje también se llamaEriksson.¿Estáncasados?—preguntaHarriet.AunqueErikssonesunapellidocomún,nopuedesermeracasualidad.SieselmaridodeLia,esotambiénpodríaexplicarqueellasupieratantosobreelasesinato.
—No, Lia está soltera —responde Margareta—. Göran también hareaccionado ante el apellido y ha hecho un registro más profundo. Sonhermanos.NiklasErikssonesunchicoduro,igualqueTony.Hasidocondenadocon anterioridad y aparece en los registros policiales por delitos por atraco y
robo de vehículos, entre otros. Está empadronado en una dirección deHässleholm.LehepedidoaKonradunaordendeunregistrodomiciliario.
—¿EshermanadeNiklas?—preguntaHarrietlevantándose.—Sí,peronotenemosmáspruebasnuevascontraélnielmóvilqueutilizóen
el garaje —precisa Margareta—. Pero hay otra cosa de la que quiero hablarcontigoantesdeinterrogaraNathalieEriksson.
—¿Sí?—Harrietsehundedenuevoenelsofá.SospechaloquelevaadecirMargareta—.Séquedesobedecílasórdenescuandomemetíenelgranero.Novolverá a pasar. Intuí que algo iba a ocurrir allí, ya que había oído a Niklashablardeelloenelgaraje.
—Fue una tontería y podría haber salido mal —se queja Margareta—.Aunquehasalidobien.Sinembargo,hayotrapartemáscomplicadaentodoestoy he estado pensando en cómo lo voy a resolver. Tenemos motivos parasospecharquetuhermanoestáimplicadoenelcaso.
Harrietseestiraparacogerelvasodecartónmarrónqueestásobrelamesaparadoblarlounayotravez.
—Conoce a Niklas Eriksson, son amigos desde hace tiempo, y sé que hatenido contacto con él últimamente. Niklas suele ir a buscar a Paul cuandonecesitaqueledejedineroymihermanotienemuybuenafe—respondeHarriet—.Nomeheenteradohastahaceunashoras.
EsciertoquePaullehadichoquenohabledeldinero,perotardeotempranoestetemasaldráalaluz.
—Mañana,cuandonosreunamoscontodoelequipopararepasarelcaso,tepediréquesalgasdelasalacuandovayamosatratarlapartedelainvestigaciónqueafectaatuhermano.Enrealidad,tedeberíaseparardeelladeltodo,perohasestadoenelgraneroytenemosqueaclararloquehaocurridoallí.CreoqueestaNathalie estará más dispuesta a hablar si tú estás presente. Lo ha dicho ellamisma—explicaMargareta.
Harrietestrujaelvasoenlamano.Margaretatienetodalarazón.Harrietnodeberíacontinuarenelcaso.Eliasesracional,y,detodossuscompañeros,esenelquemásconfía,peropudonotarporsutonodevozqueélnolahabíacreídocuandoledijoquesuhermanoerainocente.Consideróquenopodíancontarcon
ellaporqueestabacegadaporelvínculofamiliar.No la juzgaríaporello,peroseguro que piensa que ya no es conveniente queHarriet haga valoraciones.Yellasabequeestáenlocierto.DesdeelprincipiohaintentadoocultarquePaulpodría ser culpable de algo, pero desde que ha averiguado que era con suhermanoconquienNiklasestabahablandoenelgarajesientequeyanopuedeseguir así. Paul se ha portado de forma distinta. Y lo peor de todo son susmentiras.SiconoceaNiklas,deberíasaberqueLiaessuhermana.Sinembargo,cuandoHarrietlepreguntóporLiadespuésdehabersevistoenlafosadearcilla,élnegóconocerla.
—Margareta, lo sabré llevar. Si está involucrado de alguna manera, loresolveré con profesionalidad —dice Harriet procurando convencerse a símisma.
Margaretalaobservadetenidamente.Escomosipudieraverlapordentro.—Esperoquemedigassihayalgomásquedebaconocerantesdecontinuar.—Claroquesí.Nohehabladoconéldesdequesupequeestabaimplicado—
responde Harriet—. Cuando lo sospeché, le pedí a Elias que localizara suteléfono.Despuésdeesonohetenidomáscontactoconél.
—Y así debes seguir—ordenaMargareta yendo hacia lamáquina de café.Cogeunvasodepapeldelmontónquehayal ladoy lometeenelaparato—.HemospinchadoelteléfonodePaul.
—En ese caso, sabrás que te estoy diciendo la verdad —replica rápidaHarriet.
—Tambiénséqueseefectuóunallamadadesdesuteléfonohacetreshoras.Mientras ibade camino aLerviken.El número al que llamóes el deNathalieEriksson—informaaltiempoqueponelamáquinaenmarcha.
El ruido de la cafetera se extiende por la sala y es imposible contestar. Enestosmomentosesunaliviotenerunossegundospararecuperarse.
—¿PaulhallamadoaLia?—consiguedecir,llevándoselamanoalafrente.Noquieresaberlo.Deverdadqueno.«Prepárateparacualquiercosa...Nosevaaescapar»,habíadichoNiklas.
—Sí, y por eso tenemos motivos para pensar que ella lo esperaba en elgranero. No lo sabemos con seguridad, por eso hemos de intentar que hable.
Comohedicho antes, quieroque estéspresente, yaqueNathalie lohapedidoexpresamente,yporquecreoqueasíaumentanlasposibilidadesdequeexpliquetodoloquesabe,perodespuésnopodrásintervenirenmásinterrogatorios.
Harrietsueltaelvasodepapel.—Si mi hermano está involucrado, o si ha cometido alguna ilegalidad o
planificacometerla,nuncaosimpediríadetenerlo—replica.Sabequeesverdad,perocasisientedolorfísicoaldecirlo.NisiquieraescapazdepensarquePaulpueda dañar a nadie. Si está implicado, tiene que ser porque Niklas haencontradounaformadepresionarlo.
—¿Estás dispuesta a ello? —pregunta Margareta—. Pareces cansada. ¿Noestarásenferma?NathalieErikssonhasidovíctimadeuncrimen,peronoestádetenidaniessospechosadenada—continúaMargareta,ytomaunlargosorbode café—.Aunque se encontrara en el escenariodel crimen.Si nospuededarinformaciónquesearelevanteparaelcasodeasesinato,estábien,peronotienelaobligacióndehacerlo.Notenemosderechoaretenerlasinoquiere.Asíquedebemosconseguirquehabledeformavoluntaria.
—En el granerome explicó que en verano vivía bajo la tutela de Laura yDouglas. Los conoce. Me dijo que fue al granero porque era el lugar dondeLauramurió,peronosocultaalgo.Lo intuíya laprimeravezque lavi—diceHarriet levantándose.Sequitaconcuidado lachupa.Cuando levantaelbrazo,notaelolorasudor.
—¿CuántasveceshasvistoaNathalieEriksson?—preguntaMargareta.—Además de esta noche, sólo la he visto una vez.EnLerviken.Ella es la
mujerqueconocíalosdetallessobrelacintaamericana.Nosencontramosenelfosodearcilla,dondehallamosaKenneth.Mellamóyqueríaverme.Poralgunarazón,sabíaqueyotrabajabaenelcaso,poresosepusoencontactoconmigo.
—De acuerdo—respondeMargareta—. Quiero que continúes contándomecualquierdetallequepuedasrecordar.—LesonríeaHarriety,porprimeravez,parecesincera—.Llévaleunatazadecaféyvamosainterrogarla.
42
ElpasilloquevahastaelDepartamentodeArrestosestáencompletosilencioylosfluorescentesdeltechoparpadeancomofantasmasantesdequelaluzblancayclínica seestabilice.Liayaestá sentadaen la salade interrogatorioscuandoHarrietentra.Eliaslassaludaconlacabeza.
—Heaprovechadopara tomarnotadesudenuncia,y justohemosacabado.—Se levanta y pasa por delante de Harriet. Elias tiene un aspecto aseado ydespejado,comosiempre.
LesonríeaLia,yaHarrietleparecequehayciertoruborensumirada,casiavergonzado.«Típico—piensaHarriet—.Liaesrara,perotieneunencantoqueteconmueveencuantolaves.»
Cuandoentran,Liaalzalavista.ParecemáscontentaahoraqueveaHarriet.Su pelo largo está lacio en la espalda. No va maquillada y parece cansada yafectada, pero esmuy bonita. Sus espesas cejas y sus pestañas son oscuras yparecen naturales. El jersey que lleva puesto es demasiado grande y se lo haremangado.
—Hola —saluda Harriet dándole el vaso de café—. Ésta es mi jefa,Margareta.SéqueyahashabladoconmicompañeroElias,pero,yaqueestásaquí,queremosaprovecharparahacertetambiénunaspreguntas.
—Paracumplirconlasformalidades,teinformodequenoeressospechosadenadaydequenoestásobligadaaresponderanuestraspreguntassinoquieres.Tepuedesircuandoteconvenga—avisaMargaretaalmismotiempoqueseparaunasillayseinstalafrenteaLia.Harrietsesientatambién—.Aunariesgodeque tengas que repetirlo todo,me gustaríamucho saber qué ha pasado y quéestabashaciendoenSundgodsetprecisamenteestanoche—diceMargareta.
Ahoranoparecetanduracomosueleser.Lialamiraindagadora.Después,se
reclinaenlasillayrespirahondo.—Yalosabéis,selohecontadoaHarriet.Peroclaroquesí,loexplicaréotra
vez.He ido porque es donde encontraronmuerta a Laura.Quería ver el sitio.Decirleadiós.—Lavozesdébilymirahacialamesacuandohabla,porloqueresultadifíciloírloquedice.
—¿ConocíasaLauraAndersson?—Sí,vivíaensucasaenverano,cuandoeramáspequeña—respondeLia.—¿CuándohablasteconLauraporúltimavez?—preguntaMargareta.Lianopareceofendidaporlapregunta,sinoquesequedapensando.—Nolorecuerdo,quizáhagaunasdossemanas—contestaalfin.Estáseria
—.PorlogeneralsolíahablarconLauracadasemana.—Asíqueteníaisbuenarelación—diceMargareta.HarrietpiensaqueNathalieestabaincluidaenlaagendatelefónicadeLaura,
perocuandoellalallamóelnúmeronoexistía.—Sí—respondeLiamirándoselasmanos.—Peronoteníatuteléfonoactual—intervieneHarriet.UnaexpresióndeconfusiónseexpandeporelrostrodeLia.—No,obueno...,nosé.Cambiédenúmerohacepoco.Quizámeolvidéde
darleelnuevo.—Pareceinseguraaldecirlo,comosireflexionara.—HáblanosdeLaura—lepideMargareta.—Lauraerabuenapersona.Yolaquería.Sundgodseteracomounhogarpara
mí.Comotienequeser.Nuncalohabíatenido.Muchascosasquenuncahabíavividoocurrieronallí.PormicumpleañosmehicieronregalosyLaurapreparóun pastel. Fuimos en coche hasta una granja para recoger fresas que luegopusimosenlatarta.Fueelmejorcumpleañosdemivida.
HarrietobservaaLia.Esdifícildejardecontemplarla.Escautivadora,ysusgrandes ojos son increíblemente expresivos. Al mismo tiempo, a Harriet hayalgo que no le cuadra. Apenas hace unas horas estaba en la vieja letrina delgranerodiciendoqueDouglaseramalvadoyexplicándolequesolíaencerrarallíalosniñosquenoseportabanbien.
—Cuando estábamos en el granero me has dicho que a Douglas no legustaban los niños que se portaban mal y que te encerraba cuando no eras
obediente—diceHarriet.—Podíaserseveroyavecesseenfadaba.—Hasdichoqueeramalvadoyqueteencerrabaallí.LianiegaconlacabezadespaciomirandoaHarriet.—Pero lohasdichocuandoestábamosallí. ¿Porqué lohasdichosinoera
verdad?—SobretodoeramalvadoconNiklas—dicealfin—.Aélloencerraba.Yo
obedecía. —Se queda callada de golpe y se coge un mechón de pelo, muybrillante,yloretuerceentrelosdedos.
—¿Quién es Niklas? —Margareta parece indiferente cuando plantea lapregunta, y Harriet admira su capacidad de ocultar lo que saben de NiklasEriksson.
—Esmihermanogemelo.LosdospasábamoslosveranosconlosAndersson.—NiklasEriksson—continúaMargareta,yLiaasiente.—¿Tienescontactoconél?—Todo lo que puedo—responde Lia—. Nuestra madre estaba enferma y
tuvimosque irnosdecasa,pero losdeacogidanopodíanhacersecargode losdos y Niklas era problemático. Nos separaron. Él desapareció. Lo echaba demenos cada día e intentaba escribirle, pero no sabía dónde estaba. Hasta elprimerveranoenSundgodset.Tendríamosunosnueveañosynonoshabíamosvisto desde hacía tres. Después de aquel verano nos fuimos viendo porvacaciones.Sundgodsetseconvirtióennuestrohogarcomún.
SelavetantristecuandocuentaaquelloqueHarriettienequeapartarlavista.—Niklaslohacíatodomal.Yosabíaloqueocurriría,peroaélledabaigual.
Nuncasesentabaconlaespaldarectaalamesa,cogíaloscubiertosconlamanoequivocada, se le caían las cosas.No quería obedecer. «Joder,Niklas, haz lascosas bien», le decía yo siempre. Enlazaba las manos y rezaba para que lesalieranbienlascosas.Lauratambiénrezaba.Porlomenos,loparecía.Después,Douglassevolvióloco.EmpezóacogeraNiklasporlospelos,ysolíallevarloalaletrinayallílodejabaencerrado.Aveceslepegaba.Cuandoacabábamosdecomer, yo corría hasta allí yme ponía fuera a escuchar. Luego,Niklas nuncadecíanada,peroyoleveíalosmoratonesenlosbrazosyenlaespaldacuando
regresaba.Unavezlevilamarcadeunasuela.Comolahuellaliladeunzapato.Sinembargo,yosabíaquesilocontaba,yanopodríamosvolverallíyentoncesnossepararíandenuevo.
—¿QuéhacíaLaura?—Nada—responde Lia con énfasis—. Ella era la que nos advertía que si
decíamosalgo,nosvendríanabuscar,perolodecíaconbuenaintención.Teníamiedodeperdernos.
Aunque la sala de estar estuviera desordenada cuando fueron a la finca,HarrietsepuedeimaginarelhogardelosAndersson.Losmuebleselegantes,lagran mesa de comedor en el salón. Cenas tensas. Aquella sala infundía unasensaciónfría.DespuésrecuerdaloquedijoelforensesobreLaura.Laheridadelapiernaeraantigua.Elhuesohabíasoldadomal.Leretornaeldesagradoquesintióenlabocadelestómago.
—¿PorquéLauranopodíacaminar?—preguntaHarriet.Liafijalavistaenelsobredelamesaquetienedelante.—Se cayó por la escalera. Había subido a vernos al piso de arriba.
Dormíamosallí.Nopodíaandarbienynosubíaamenudo.Utilizabaunbastón.NiklasempezóapelearseconDouglas.Ellalespidióquepararan...yperdióelequilibrio.Trasaquellonopudoandarnuncamás.
HarriettragasalivacuandopiensaenLauraenelsuelodelgranero,lapiernadobladaenunánguloantinatural.
—¿Cuándoocurrió?—preguntaMargareta.—No sé, tendríamos unos once años. Creo que fue en el tercer verano.
Después de aquello, Douglas odiaba a Niklas. Era como si creyera que todohabíasidoculpademihermano.
—Pero¿nofuealhospital?Ostendríanquehaberayudado.—No, Laura se quedó en la cama. Nunca más hablamos de ello. Cuando
regresamoselveranosiguiente,ellaibaensilladeruedas.Nuncamáspudosubiralpisodearriba.
Harriet piensa en esa planta.No se utilizaba. Lennart dijo que losmueblesestaban tapados. Quizá no se había vuelto a usar desde que había acabado laacogidadelosniños.
—Es extraño que continuara siendo vuestro hogar de acogida después deaquello—comentaMargareta.
Liasemuerdeellabio.—Creoquenadiesabíaquevivíamosallí—replicaalfin—.Eraunacosaque
habíaarregladomamáuotrapersona,supongo.—¿CuándovisteaNiklasporúltimavez?—preguntaMargareta.Noparece
tanafectadacomoHarrietporlahistoriadeLia.—Nolorecuerdo.Haceunosdías.—Liavuelveasoltarelmechóndepelo.—¿Nolorecuerdasconmásexactitud?¿Dóndeloviste?—No lo recuerdo. Hace algunas semanas. En Landskrona. En el Gröna
Lyktan.¿Porquémelepreguntáis?Niklasnohahechonada.—Miravigilanteasualrededor.
—Cuando te vi en el foso de arcilla me dijiste que Laura tenía cintaamericanaenlacara.¿Cómolosabías?—inquiereHarriet.
Lianiegaconlacabeza.—Tepusisteencontactoconmigoporquesabíasquiénlahabíaasesinado—
continúaHarriet.—Nos encargaremos de que no te ocurra nada si nos lo explicas—añade
Margareta—.Tepondremosprotección.Liamirahaciaarriba.—¿ComoaKenneth?Aélnoloprotegisteis.Niamídeesto.—Denuevose
levanta el jersey. Con la luz fría y blanca de la sala de interrogatorios losarañazosaparecenmuyenrojecidosyHarrietvelasmarcasenlapiel.
—¿Con quién habías quedado en el granero? Porque creo que te ibas aencontrar allí con alguien—pregunta rápidamenteMargareta—. Elias, que harecogido tudenuncia, está repasando la informaciónde las antenas repetidorasdecomunicaciones.Sabremosquémóvilessehanusadoporlatardeycuálessonlosdelazona.Localizaremosaesapersona.
Liasebajaeljerseyenseguida.—Puedesestartranquila.Locogeremospronto.Escuestióndehoras.Harrietagachalacabezaycogefuerzas.Ahoraescuandotienequeintentar
serunaprofesional.Dealgunamanera,Paulpuedeestarinvolucradoenelataque
aLia.—¿Conquiénhablastedurantelatarde?—preguntaHarriet.LamiradadeLiasehaquedadoensusrodillas.Enlugardesoltarlamanga
del jersey, se lahadesenrolladoy se la subey se labajacomoparaprobar loelásticaquees.
—Tepuedessentirseguradeltodosinosloexplicas—agregaMargareta.Lianiegaconlacabeza.—Esomelodicessóloparaquehable.¿Creesquenomedoycuenta?—Sinosloexplicas,podremosdeteneraesapersona—replicaMargareta—.
¿Noesloquequieres?Enesemomento,HarrietvequeunalágrimaapareceenunojodeLia,pero
estavuelvedeinmediatolacabeza,comosinoquisieraquenadielavierallorar.—Sí,yoséquiénlohahecho,peronoquieroquelodetengáis—responde.Su
vozesdébilypareceunsusurro.—Perocuandotepusisteencontactoconmigojuntoalfosodearcillasíque
lodeseabas.—Harrietseesfuerzaporpareceramable.—Sí,esoquería,peronoestanfácil—replicaLia—.Noloentendéis.Harrietyanopuedeaguantarse.—No entiendo lo que pretendes decir. ¿Quieres ayudarnos a encontrar a la
personaquelehizodañoaLauraono?Sisabesquiénes,tienesquedecírnoslo.Estás aquí voluntariamente. ¿Por qué lo haces si no quieres ayudarnos?—Senotalafrustraciónquesiente,peroledaigual.
—Noescomotúcrees.—Liabajaaúnmáslavozyseinclinahacialamesacontemplando directamente a Margareta—. No estáis buscando a un asesino,sinoados.
43
HarrietmirafijoaLia.NoquierenipensarquePaulseaunodeellos.—Prometedme que me vais a proteger —continúa Lia, enderezándose—,
porquemevoyairdentrodepoco.—Mirahacialapuerta.Margaretaasiente.—Yatelohedicho,notevaaocurrirnada.—Deacuerdo.—Liarespirahondo—.Niklasnecesitabadinero.Legustael
juego.Lehaidobienduranteunoscuantosaños,peroahoravuelveaestarconlamierdaalcuello.Esloquelepasasiempre,peroestavezestábienjodido.Tienemuchasdeudaspendientescongentealaqueesmejornodeberlenada,nosésimeentendéis.—Mientrashabla,susojosvansaltandodeMargaretaaHarriet—.SabíaqueDouglasyLaurateníandinero.Todoelmundolosabe;sondeclasealtayacababandecomprarunacajafuerte,yTonyleexplicóaNiklaslodelacolección.Tonylahabíavisto.Estabavaloradaennosesabecuánto.Douglasesunauténticojeque—diceconunaampliasonrisaenloslabios.
—¿Queesqué?—preguntaMargaretasorprendida.—Douglasesrico.Lacolecciónvalemillones.Ynadiesabequelatieneallí,
ensucasa.—Vale, loentiendo.—Harrietdejacaer loshombros.SiTonyyNiklashan
cometidoelcrimenjuntos,quizálaimplicacióndePaulnoseatanseria.—¿NiklasyTonyseconocían?—inquiereHarriet.Liamirahaciaarriba.—NiklasyTonyhacetiempoqueseconocen.Avecesseveíaneibanaalgún
sitio.Lohabíanplaneadojuntos.Nosupenadahastaquepasótodo.Lojuro.Silohubierasabidoantes,loshubierafrenado.—ALialetiemblalavozysusojossellenandelágrimas—.Tonyllamóalapuerta.Noleabríanlapuertaalosque
no conocían. Sospechan de los desconocidos, peroTony había trabajado en lafinca,asíqueconélestabantranquilos.Lesfueadecirquelespodíainstalarunaalarmacontraincendios,quelahabíasacadoabuenpreciodeotraempresaparala que estaba trabajando. Tony siempre intentaba venderles cosas. Dejó laventanadel salónabierta, talycomohabíanconvenido,demaneraqueNiklaspudieraentrar.Tonysequedódentro.
—¿YfueronTonyyNiklaslosquelohicieronjuntos?—preguntaHarriet.—Sí.Niklasmeloexplicótododespués.Quehabíanestadoespiandodesdeel
coche.QuecomoTonyhabía tardadounratoenabrirle laventana,aNiklas lehabía entrado laparanoia.Cuandoentró en el salón, empezaronavolverle losrecuerdos.Sepusocomounloco.
—¿QuéhizoTonycuandoocurrió?—lainterrogaMargareta.—Niklas dijo que lo ayudó —responde Lia rápidamente—. Tenían que
sorprenderles y robarles, pero Niklas estaba fuera de sí. Quería devolvérsela,DouglasyLauraibanarecibirsumerecido.DouglaspormaltratarloyLauraporquedarsemirando.Lepególospárpadosparaquevieracómoledabaunapalizaa Douglas. Después la mató y dejaron a Douglas en el contenedor para quemuriera.Cuandohasestadoencerradoydudasdesivendráalguienasalvarte,sabesloquesesiente.Pánicoyansiedad.—Liaparpadeayunaslágrimasbajanporsusmejillas—.YoqueríamuchoaLaura.Erabuena.Nopudeentenderquelahubieramatadoagolpes.Noteníaporquémorir.YKenneth.Éramosamigos.Noteníaporquémorir,peroNiklascreíaqueKennethhabíavistoalgoyhabíahabladoconlapolicía,asíquelomatóaéltambién.
Harriet y Margareta se miran sin decir nada. Lo que cuenta Lia pareceverídico,ysondemasiadosdetallescomoparaestárseloinventando.
—¿QuélepasaráahoraaNiklas?—preguntaLia.—Lo van a acusar de crímenes muy violentos —informa Margareta—.
Nuestrainvestigaciónacabadeempezar,peroyatenemosmuchomaterial.—¿HabíasquedadoconNiklasenelgranero?—preguntadenuevoHarriet—.
Todavíanoentiendoquéhacíasallí.—Sí,eraNiklas.Lepedíquenosencontráramosallíparaconvencerlodeque
confesara.Penséquesivolvíaallugar,entenderíaelmalquehabíahecho.Pero
fuealrevés,mehizodañoamí,asupropiahermana.Harrietpiensaenlaconversaciónqueescuchóenelgaraje.Niklashablódel
sitio,queeraseguro.Traselexamendelescenariodelcrimennoeraposiblequelapolicíatuvieramotivosparavolverallí.LeoyódecirqueLiaeramásfuertedeloqueparecía,quizáfueporesoporloqueinvolucróaPaulentodoelasunto.Niklasqueríaayudaporsilascosassalíanmal,porsiLiaoponíaresistencia.Sinembargo, esono significabaquePaul fuera culpabledealgúncrimenodelito.Harriet no oyó su parte del diálogo; Paul le habría seguido el juego aNiklasporque sabía que era peligroso llevarle la contraria.Harrietmira de reojo a lamuchachadeshechaquetienedelante.AunqueLiaseguramentepuedesermuychula,esextrañoqueunhombreadultonecesiterefuerzosparadominarla.Puededejarla inconscienteconunsologolpe.AunquequizáNiklas seauncobardeyquería teneruncómpliceaquienacusarmás tarde si algosalíamal. IgualqueconTony,queacabóenelcalabozomientrasélestabalibre.
Liavuelveallorar.—Tenéisqueprometermequemevaisaproteger.Estácompletamenteloco.
Escapazdecualquiercosa,escomosiyanotuvierasentimientos.Harrietsientedenuevounnudoenelestómago.Niklas,queporlovistoestá
loco de atar, tiene contacto con su hermano, que, por algún motivo, no haacudidoalapolicía.NiklasdebedeteneraPaulrealmenteatrapadoparahacerque interrumpa sus vacaciones, mienta a su familia y acuda a Lerviken paraayudarlodelamaneraquesea.
—¿DóndecreesqueestáNiklas?—preguntaHarriet—.LaúltimapistadelapolicíaacabaenlaantenarepetidoradeHenrikehill;despuésdeeso,elmóvilhadejadodeenviarseñales.
—Nosé.Notengoniidea.QuizásehayaidoaCopenhague.PensabairsedeSuecia.Tenéisquedetenerlo—dicealzandolavoz—.ConduceunVolvoblanco.
Margaretamiraelreloj.Escasilauna.—Suspendemoselinterrogatorio.¿Dóndevives?Voyahacerqueteescolten.
—MiraaLia—.¿Vivessola?—Sí.VivoenHenrikehill.Aunquenovoyacasa—diceconvoz tranquila,
peroHarrietobservacómoletiemblalamanoquedescansasobreelmuslo.El
dedoíndicetiradelatela—.Voyaveraminovio,quemeestáesperando.Nonecesitáisllevarmeacasa.
—Es bueno que no estés sola, pero quiero cumplir con mi palabra. Tellevaremosacasaydespuésnosmantendremoscerca,porsiNiklasaparece.
—Gracias.—Te voy a dar mi número para que me llames si pasa algo. Lo que sea,
cuandosea—continúaMargaretasonriéndole.Lia asiente para dar las gracias. Harriet no puede dejar de contemplar a
Margaretacuandosemetelamanoenelbolsillodelachaquetaenbuscadeunatarjetadevisita.Harrietnohavistoanteseseaspectodesupersonalidadquehademostrado ante Lia, lo cual hace que empiece a cambiar su opinión sobreMargareta.Quizátengarasgoshumanosenalgunaparte,trasladurafachada.
—Meavisaréiscuandolodetengáis,¿verdad?—preguntaLia.—Sí, nos pondremos en contacto contigo en cuanto ocurra —responde
Margaretalevantándose—.Ven,teacompañoafuera.Harrietsequedasentadamirándolasmientrasdesaparecenporlapuertadela
saladeinterrogatorios.CuandoyanooyelavozdeMargaretaporelpasillo,sereclina en el asiento. El interrogatorio ha salido mejor de lo esperado yMargaretahaestadobrillante.NocreíaquepudieranhacerhablaraLia,yahoranecesitaconcentrarse,despuésdetodoloqueleshadicho.QueTonyestuvierapresente explica por qué tenía el cuchillo en su coche y la ropa en su casa.Aunque, cuandopiensa en la ropa, en el jersey con el emblemade su antiguoinstituto,nolecuadranlascosas.Hayalgoquenoencaja.
Harriet saca sumóvil de nuevo y le quita elmodo avión. La pantalla estátodavía oscura.Ningúnmensaje ni ninguna llamada perdida.Cierra los ojos eintenta recordar su conversación con Paul. Se había disgustado porque lepreguntaba cosas que él interpretaba que eran privadas y se había negado enrotundoadarexplicaciones.Sehabíacabreadoapesardequeeraunatontería.Le había preguntado por qué Niklas lo había llamado desde el teléfono deYvonne.
Harriet reflexiona. Si Yvonne sabe quién es Niklas, quizá sepa dóndeencontrarlo.Deberíairasucasadeinmediato,apesardesermedianocheyde
tenerquedespertarla.Esdemasiadoimportantecomoparaesperarhastamañana.EsciertoqueMargaretalehapedidoquesemantengaapartadadetodoloqueserefierealaimplicacióndesuhermano,perodespuésdeloquehacontadoLia,ya no tiene tanta importancia. Van a centrar todos los recursos en detener aNiklas.SiYvonnetienealgunainformaciónqueayudeaconseguirlo,Margaretasepondrácontenta.
44
Fueraestáoscurocomoel fondodeunpozoy la farolaquehaydelantede lacomisaría está rota. Harriet cruza la calle y, cuando se encuentra entre losedificiosdelantedelacomisaríayobservaelpatiotraserodelapizzería,vequeestá completamente vacío, a excepción de un contenedor de reciclaje y unMercedesoxidadoazuloscuro.FaltaelSaabgrisdeEugen.TardaunossegundosencaerenlacuentadequeporlatardelohadejadoaparcadoenelhotelStora.
Todavíahayluzenlaventanasobreelmuelledecargayseoyenvocesdentrodelrestaurante.QuizáJoseflepuedaprestaruncoche.
Sesubeenelmuelleen treszancadasy llamaa lapuertadehierro.¿No laoyen?Harrietempiezaaporrearlacontodassusfuerzas.Josefleabrealcabodeunossegundos.
—¿Quéhacesaquí?—lepreguntamirandovigilanteasualrededor.Despuéssonríe abiertamente a Harriet—. Disculpa, señorita, esto es Landskrona, ycuandoalguien llamaagolpes a lapuertade atrásdespuésdel cierre significaproblemas.Penséqueerasunladrón.Tengoqueestaralquite.¿Hapasadoalgo?—inquiereabriendounpocomáslapuerta.
—Necesitoquemedejestucoche—lepideHarrietdeprisa.—¿Nohaocurridonadaperoquieresquetedejemicoche?¿Estássegurade
quenoeresunaladrona?—dicedebroma.—Teprometoquetelodevolveré.Lotendrásaquímañanaantesdelasnueve.Josefseechaareír.—EsunMercedesdepizzero.Lousopararepartircomida.Noseteocurriría
robarlonunca—dicenegandoconlacabezaalavezquesacaunpardellavesdelbolsillodeatrásyselasda.
—Gracias,yapensarécómocompensartecuandovuelva—respondeHarriet
cogiendoelllavero.—Olvídatedelascordialidades,señorita.Favoresdeidayfavoresdevuelta.
Asítrabajoyo.¿Tevasahoramismootienestiempodefumarteuncigarro?—Tengoqueirme.Harrietsaltadesdeelmuelle.Losminutoshanempezadoacontar.—Eltestigoderuedapinchadaseenciendeenelsalpicadero,peronolehagas
caso,hayunmalcontactodesdequelepuselasruedasdeverano.¡Noteolvidesdellenareldepósito,esoestodo!—legritadesdeatrás.
El Mercedes del pizzero se pone en marcha y Harriet lo saca delaparcamiento.
Cuandosalealacarretera,sacaelmóvilylodejaenelasientodelcopilotoparapodercogerloconfacilidadsialguienlallama.Entoncesveunmensajeenlapantalla.
Lisa:Harry,sorrypornohabertecontestado.Elotrodíapasóalgoquemehadejadochafadísima.Esperoqueyahayas
conseguidollegaracasa.Porcierto,eltipoquehasconocidopareceunidiota.Yhablando
deidiotas...Tengoalgoenfermizoquecontarte.¿Mepuedesllamar?
MensajedeLisa.Llevaunaeternidadsinsaberdeellaylegustaríaexplicarletodo lo que ha ocurrido los últimos días. Si fuera una noche cualquiera, lallamaría enseguida, aunque sean casi las dos de la madrugada, pero Harrietsuelta elmóvil.Quiere dejar la línea libre por si Elias o alguien la telefonea.Además,enprincipioyase imagina loqueLisa levaadecir.Seapostaríamilcoronas y sus últimos tres cigarrillos a que, de alguna forma, ha encontradoindiciosdequesuchicotieneunarelaciónconotramujer,quedespuésresultaráserladentistaosuhermana.Siempreesasí.
Esdifícilverporlanoche,ynotaquelosfarosdelanterosdelcocheproyectanunaluzdesigualsobreelasfalto.Lacapadenubesdebedesergruesa,porqueelestrecho,queHarrietsabequeestádetrásdelapendiente,notitila.Nisiquierasevenlaslucesdelosbarcos.Nodistingueningunaluzhastaquedivisalostejadosdelascasasdesdeelprincipiodelacuestaquebajaalabahía.
HayluzenelpisodearribadelacasadeYvonne,yporencimadelavallaHarrietpuedepercibirquealguiensemueveenlacocina.Estádespierta.Harrietno se asombra demasiado. Yvonne nunca ha sido de las que se acuestantemprano.Lanzaunamiradarápidahacialacasaalargada,queestáaoscuras.Lomás probable es que, a estas horas, Eugen esté durmiendo.Conduce hacia unladoyaparcaelMercedesjuntoalarcén,unpocoalejadodelascasas.
¿Cómolovaahacer?¿VaacasadeYvonneyledicelascosastalcualson?¿LepreguntadirectamentecómoesqueconoceaNiklasErikssony leexplicaqueestárelacionadoconelasesinatodeLauraAndersson?
Concuidado,abre laverjaysedirigeconsigilohasta lapuertadeYvonne.NonecesitallamarmuchasvecesantesdequeYvonneleabra.
—Pero, Harry, pequeña, ¿eres tú? —pregunta sorprendida ajustándose elcinturóndelalbornoz.Llevaelpelosueltosobreloshombros.
—Yvonne,tengoqueentrar—consiguedecirHarriet.Yvonne la mira intrigada, pero abre la puerta. En el recibidor hace calor,
comosihubieratenidopuestalacalefaccióntodoeldía.—¿LehaocurridoalgoaEugen?—inquiereYvonnecontemplandoaHarriet
contemor—.Nomequedanfuerzasparamásdesgracias.—No,noesEugen.—HarrietalmenosesperaquenolepasenadaaEugen,
perosientequeseleencogeelestómagocuandopiensaquenolohallamadoentodoeldía—.Tengoquepreguntarteunacosa.Esmuyimportante.
—Quéseriatehaspuesto.—Yvonnetitubeaunmomento—.Entra.Harrietlasiguehastalacocinaysesientaalamesaquehayallí.—¿Preparounpocodeté?—proponeYvonnesacandounhervidoreléctrico.—No,gracias—respondeHarriet,eYvonnedejaconímpetulajarrasobrela
encimeradeformaqueelaguasaleporlaboquilla.—Yvonne, te tengoquepreguntarunacosa.Quizáparezcaextraño,peroes
sobreelasesinatodeLaura.ElcolordesaparecedelacaradeYvonne.—¿Vienes aquí en mitad de la noche para hablar del asesinato? ¿Por qué
tendríayoquesaberalgo?—Séque conoces a una persona que se llamaNiklasEriksson. ¿Dequé lo
conoces?—preguntaHarriet.—Noacabodeentenderquéquieres—diceYvonne.—Claroque losabes.Nomemientas,porqueentonces tendréquepedirlea
algunodemis compañerosquevenga enmi lugar.Séque conoces aNiklas ytenemosmotivosparasospecharqueélasesinóaLaurayaKenneth—continúaHarriet.
Yvonnenodiceniunapalabrayentierraelrostroenlasmanos.Su largo y oscuro cabello se desliza como una crin protectora cuando cae
sobrelamesa.—Sinoquiereshablarconmigo,vendránabuscarte.Bajolacrindecabelloseoyeunprofundosuspiro.—Sabíaquesedescubriría.Antesodespués,sabíaquesedescubriría—dice
Yvonne.Miradenuevohaciaarriba.Lasmejillasestánenrojecidasysusespesascejasparecenalborotadas—.Eshorrible.Me siento fatal.Laura erami amiga,peronoteníaelección.Tienesquecreermecuandotedigoesto,Harriet,porquenoteníaelección.NocuandoNiklasestabainvolucrado.
HarrietcontemplasorprendidaaYvonne.¿Dequéestáhablando?—Siemprepenséque lapolicíavendríaabuscarme,perocruzaba losdedos
paraquenofuerastúquienllamaraamipuerta.Pensabaqueenviaríaisaalguiencuando lo comprendierais.—Yvonne parece rendida pero a la vez aliviada—.¿Ha sido el cuchillo? ¿Dejé alguna huella en él? —pregunta—. Ha sido elcuchillo,¿verdad?Fuiunaidiotaalesconderlodebajodelaruedadelmaletero.Sabíaquenofuncionaría.
—Yvonne,noentiendoloquemeestásdiciendo.¿FuistetúquienescondióelcuchillodebajodelaruedaderepuestodelcochedeTony?
Yvonnearrugalafrente.—Teníamuchomiedo de que le sucediera algo a Niklas. Ya lo ha pasado
bastantemal.Esunbuenmuchachoylohiceparaprotegerlo.¿Locomprendes?—HaceelgestodeestirarlamanohacialadeHarriet,peroéstaapartalasuyadeformainstintiva.
—No entiendo nada, explícamelo desde el principio. ¿Por qué proteges aNiklas?
—Esmisobrino.—Secogelasmanos.—¿Que es tu sobrino? ¿Por qué nome lo habías dicho nunca?—pregunta
Harriet.PiensaenlafotografíadelrecibidordelahermanadeYvonne,Cathrineydosniñospequeños.AsíquesonNiklasyLia.YvonnenuncahadichoniunapalabradequeestuvieranenLerviken.
—¿LosabenPaulyEugen?Yvonneseaclaralavoz.—Me imagino que Paul lo sabe todo. Eugen también lo debe de suponer,
después de tanto tiempo viviendo aquí, aunque no sé si habrá atado cabos—dice, ahoramás entera—.La verdad es que daba por hecho que alguien te lohabríacontado.
Harrietniegaconlacabeza.—NiklashatenidoproblemasyyolepedíaPaulquenohablaradeellopor
ahí.Perotuhermanonoesdefiaryhaceloqueleconviene,asíquepenséquetardeotempranosesabría.
Sus ojos se ensombrecen cuandohabla dePaul, y aHarriet se le formaunnudoen lagarganta.Senotaa lasclarasel tonodecensuradeYvonne.Noespropiodeella,quesiemprehasidotanconsideradayamorosaconHarrietyconPaul.
—ConCathrine,mihermana, lascosassiemprefuerondifíciles.SeguroqueEugenoslohaexplicado.Costabamuchorelacionarseconella.Nospeleábamosconstantemente, y cuando empezó a drogarse ya no pude confiarmás en ella.Desapareció y perdimos el contacto. Cuando nacieron los gemelos me sentídesesperada.Noteimaginaslointranquilaqueestaba,peroellanoqueríadejarquemeimplicara,niamínianadie.Sabíamosqueestabanmalconella.Enunaocasiónfuidevisitaasucasa.Loshabíadejadosolosylosvicuandomiréporlaventana.Cuandoleechélabronca,meamenazó.Yoladenunciéalosserviciossociales, y cuando se los quitaron, me culpó a mí. Me odiaba.—Yvonne seapartaelpelodelacara—.Hubieradeseadopoderhacermecargodeellos,peroyoerajovenyacababadeponerenmarchaminegocio.ConocíaLauracuandovino a la peluquería y empezamos a hablar. Ella tenía un buen corazón y se
sentía triste al nopoder tener hijospropios.No sé cómo fue, pero se lo contétodo.
»Entonces trazamosunplan.Podríasersu tutora.Primerohacíamosbroma,perocuantomáshablábamos,másbuenasoluciónnosparecía.AsíyolostendríacercasinqueCathrinesemetieradepormedio.Sinembargo,LaurayDouglasno fueron admitidos como padres de acogida, y Laura estaba triste. Fue porculpa de la enfermedad, me dijo. Qué injusto. La polio hacía que tuvieradificultadesparacaminar,peronoleafectabaenabsolutoparacuidaralosniños.Despuésdemucho jaleo,conseguíque losniñoscomomínimopudieranpasarlosveranosenlabahía.Lomantuvimostodoensecreto.Silagenteempezabaahablar,Cathrineseenteraría,yLauranoqueríaquenadiesupieraporquénoloshabíanaceptadocomopadresdeacogida.Podíaparecerqueya lo tenían todo,asíqueamítambiénmesorprendió.
«Alomejornoloteníantodo»,pensóHarriet.—Pero¿nosabíasqueDouglashabíasidocondenadopormaltrataraLaura?
—pregunta.—¿Quédices?—Yvonnelamirasincomprender.—Sí,tienequeserelmotivoporelquenolosaprobaroncomotutores.¿Note
lohanexplicadoLiayNiklas?Porquecreoqueelloslosaben.Yvonneniegaconlacabeza.—Pero¿conNiklasmantieneselcontacto?—Siempre he tenido una relación especial con Niklas. Me venía a ver a
menudo, pero ha tenido problemas. Tuvo dificultades después del horribleaccidentequedejóaLauraensilladeruedas,yavecespiensoquefueporculpadeDouglasquenolosupieraencajar.Traselaccidente,Laurayyoperdimoselcontacto;yoséquenosecayóporculpadeNiklas.Noesunamalapersona.
Harrietseyergue.—EngañóaTonyparaqueloayudaraenelasesinato.Tonycreíaqueibana
cometerunrobo.—Noesmalapersona—repiteYvonne.—Yvonne, es el principal sospechoso del asesinato de Laura. Un crimen
horrible.Ydespuésdetureaccióndehaceunmomento,entiendoquetútambién
estásimplicada.¿Cómoesposible?Yvonnesehundeunavezmás.—Vinoacasalaterriblenochedelviernes,amedianoche.Estabatrastornado,
totalmentefueradesí.Nomecontóloquehabíaocurrido,peroteníasangreenlaropayllevabaelcuchilloenvueltoenunjersey.Supusequehabíapasadoalgotremendo.Medijoqueseveríametidoenunlíosinoloayudaba—explica,yhaceunapausa—.Tienesqueentenderlo.EscondílascosasencasadeTony.Yaséqueloquehiceeshorrible,peroeralomásfácil.Teníalasllavesdesucasa,dadoquemeencargodealquilarlas,yTonynomecaíademasiadobien.Noesunapersonaagradable.Losdioseslosaben.
—PerosipusistepruebasencasadeTony...—Harrietsequedadepiedra—.Quieredecirqueélnoestáimplicadoenelasesinato.
¿SignificaesoqueLialosengañó?¿OesqueNiklasledijoaLiaqueTonyestabainvolucradoapesardehabersidoélquienhabíacometidoelasesinato?
—Ya sé que es imperdonable, pero Tony le hizo daño a Nathalie, así quepenséqueselomerecía.
HarrietrecuerdaqueTonyfuecondenadopormalostratos.¿FueronaLia?—¿TonyhabíamaltratadoaLia?Yvonnesienteunescalofrío.—EsemalditoTony...Yonuncaquiseque jugaranconél, perono lopodía
controlar.Inclusocuandoerapequeñalehacíadaño.Levilasmarcasqueteníaenlaespaldayenelcuello.Notendríamásdetreceaños.
Harrietnopuededejardepensaren la infanciasegurade laquedisfrutaronPaulyellajustoenlacasadeallado,sintenerideadenada.
—LiadijoqueTonyyNiklascometieronjuntoselcrimen.—¿Lia?¿Lahasvisto?—Yvonneparecesorprendida.—Lahe...—Harrietnosabequédecir.QuizáseríamejordejarqueYvonnelo
explicara—.¿Cuándolavistetúporúltimavez?—lepregunta.—No lo recuerdo con exactitud. Me llamó y estaba trastornada. Había
hablado con Laura. Tuvo que ser unos días antes de que muriera, claro. —Yvonne se rasca la cabeza y se le queda el pelo levantado—.Como ya te hedicho,yoperdíelcontactoconLauradespuésdelaccidente,peromealegréde
que Nathalie siguiera viéndola. Necesitaba un punto de estabilidad y eraliberador ver que había alguien con quien tenía un vínculo. Aunque deboreconocerquemeasombróunpocoquemantuvieranelcontacto.Enelúltimoveranoquepasóensucasaviquenoestabaagusto.Siempre fueguapa,peroduranteeseperíodoseadelgazó.NosellevabamuybienconDouglasyempezóa salir con Tony —dice abriendo mucho los ojos—. Fue entonces cuandoempezaronaocurrircosashorribles.
—¿Quécosas?—preguntaHarriet.Yvonnehaceunapausaantesdecontinuar.—Enunaocasión,Tonylepegóyacabóenelhospital.Elmédicopusouna
denuncia y a Tony lo condenaron. Nathalie desapareció durante una largatemporada,ypenséqueyanoregresaríanuncamás.Escomosumadre.Siemprenecesitaalgomásparaestarbien.
—¿YluegoNathalievinoaviviraLerviken?—prosigueHarriet.—Sí.Imagínatelocontentaquemepusecuandomelodijo.—¿Por qué estaba tan nerviosa cuando se puso en contacto contigo? —
preguntaHarriet.—Fue por el testamento. Laura quería dejarle la finca a Nathalie. Hacía
tiempo que estaba decidido. No tenían hijos ni otros herederos, y a LaurasiemprelehabíacaídobienNathalie.Sinembargo,algoocurrióydegolpeLauracambió de opinión —explica Yvonne negando ligeramente con la cabezamientraslocuenta—.IntentéhablarconLauraparahacerlaentrarenrazón,perosenegabaacontestar.Hicebollosypenséquepodríamostomaruncaféyhablardeello,peroDouglassenegóaabrirmelapuerta.Colguélabolsaenlamanilladelapuertaymevolvíacasa.
HarrietpiensaenlalistadellamadasdelteléfonodeLaura.AquelloexplicabaporquéYvonnehabíatelefoneadovariasveceslosdíasanterioresalasesinatoyporquélabolsacolgabadelapuerta.
—¿Porquécambiaroneltestamento?—inquiereHarriet.—La verdad es que no lo sé. No era gente fácil de entender. Todavía me
resultaincomprensiblecómopudieronecharaNiklasdespuésdelaccidente.Noera más que un niño. Nunca lo incluyeron en el testamento a pesar de que
Nathalie y Niklas son hermanos y de que los dos habían vivido en su casa.Niklas se preocupó mucho por Nathalie cuando se enteró de lo que habíasucedido.Esmuybuenoconella.
—¿Bueno?—Harrietsientecómoalgolaarañapordentro—.EjecutóaLauray maltrató a Douglas. Después golpeó a Kenneth hasta matarlo porque habíasidotestigodeloocurrido.¡Kennetherainocente,erauncrío!
—¡No!—gritaYvonne.SuvozesagudayhacequeHarrietdéunsalto—.ÉlnomatóaKenneth.
Harrietlamirafijamente.—¿Cómolosabes?Y,entalcaso,¿quiénlohizo?—YoséquenomatóaKenneth,porquelanocheenquemurióélestuvoaquí.
Todoeldíaytodalanoche.CuandoEugenytúvinisteisatomarcafé,élestabaenelpisodearriba.—Yvonnehaceungestohacialapuertadelotroladodelacocinaquesubealpisosuperior.
—Katoestababuscandoalgoallí—constataHarrietalavezquesusensaciónde intranquilidad empieza a aumentar. Podría haber alguien al otro lado de lapuerta.Si esverdad loquediceYvonne,queNiklas estabaen su casa cuandoKenneth murió, el asesinato de Kenneth lo llevó a cabo el otro asesino, queahoraHarrietsabequetampocofueTony.Tragasaliva.
—Yvonne,tienesquesersincera.Nopiensesenqueesmihermano.¿TienePaulalgoquevercontodoesto?¿TehadichoalgoNiklas?SéqueenlosúltimostiemposhaestadoencontactoconNiklasyconNathalie.
Yvonne la contempla detenidamente. Después se inclina hacia delante y lecogelamanoaHarriet.
—Paul no tiene nada que ver con los asesinatos—le dice apretándole losdedos. Harriet nota un gran alivio. Después siente remordimientos por habercreídoalgoasídesuhermano.Peroporfinelnudoquehaestadosintiendoenelestómagoempiezaadeshacerse.
—¿PorquéllamaaLia?—pregunta.—PaulyNathalietienenunarelación—respondeseriaYvonne.Harrietretirasumanodeinmediato.—¿Quédices?—Elalivioquesentíahaceuninstantemutaenotracosa.
—QuieroquesepasqueintentémanteneralejadaaNathaliedeél,peroellaloquería ver al precio que fuera. Sé que es tu hermano,Harriet, pero no es quetengaunbuenconceptodeél.Estácasado,vienedebuena familiayviveotravida. Siempre he sabido que él no iba en serio, pero Nathalie no entraba enrazón.Selehabíametidoenlacabezaqueseiríanjuntosaalgunaparte.Ignoroen quémundo de fantasía vive. La psique deNathalie no esmuy fuerte y seimaginacosas.—Yvonnesepasalosdedosporelpelomientrashabla,yHarrietsiguepetrificadaenlasilla,observandocadamovimiento.
LiayPaul.Enapariencia,sonlaspersonasmásdiferentesqueunosepuedeimaginar.Suhermano,tranquiloyelocuente.Exitoso,luchador,relacionadoconpersonasdelmundode las finanzas.Liaprocededeunmundocompletamentedistinto.Esmuy atractiva, con ese pelo rubio y largo y sus bonitas facciones,pero Harriet no es capaz de ver que tengan nada profundo en común. Sinembargo,PaulhapasadomuchotiempoenLervikenelúltimoañoyhaestadohablando de Eva-Lena de una manera que hace que Harriet se pregunte sitodavía le gusta, y sabe que a menudo él pone excusas para irse de su lado.InclusoelbarmandeHenrikehillrecordabaelnombredePaul.CuandoHarrietvio aLia la primera vez, le sorprendió que ésta la llamaraHarry.Un nombrecariñosoquesóloutilizalafamilia.SiLiayPaultienenunarelación,noesraroqueLia lohaya llamadopor teléfono.Quizá eso explique tambiénporquéhavueltodesusvacaciones.
—¿Cómoseconocieron?¿Cuánto tiempohace?—HarrietnotaqueYvonneempieza a estar cansada. En realidad, Harriet está igual de cansada, pero laadrenalinalamantieneenguardia.
—Se conocieron a través de Niklas. Paul y Niklas hace tiempo que sonamigos.
—¿DóndeestáNiklas?—preguntaHarrietdeformaabrupta—.¿Losabes?Yvonneesbozaunasonrisa.A la luzde la lámparade lacocina resultacasi
desagradable.—Sisabesdóndeestá, tienesquedecírmelo,es importante.Más importante
quecualquierotracosaenestosmomentos.—Harrietalzalavoz—.Haceunas
horasencontréaLiaenelgranerodelafinca.Estabaherida.DijoqueNiklaslahabíaatacado.
LevienenalamentelaspalabrasdeLia.«Estácompletamenteloco.Escapazdecualquiercosa,escomosiyanotuvierasentimientos.»
Entonces,Harriet veque lamanillade lapuertaque lleva al pisode arribaempiezaabajardespacio.
45
Lapuerta se abre poco a pocoy aparece unhombre adulto conmelena rubia.Lleva unos pantalones negros y una sudadera negra. En una mano se ve eltatuajedeunacalavera.Harrietfijalavistaensusdedos.Songruesosysobreelpulgar tieneun arañazo.Se le hiela la sangre.Yvonney ella están solas en lacasaconunasesino.
—Perdón, no era mi intención asustarte. He estado detrás de la puertaescuchandounrato...—Niklasnoacabalafraseydaunpasohacialacocina—,pero no tengas miedo. —Separa las manos para demostrar a Harriet que vadesarmado.AlaluzdelalámparadeTiffany,levelacara.Susojosazulessondespiertos y afables. Tiene los pómulos igual que Lia. Las cejas son rubias yespesascomolasdeYvonne, lanarizdelgaday,además,senotaquese lahanroto.
NiklaslesonríeaHarriet.—No soy un demente y no quiero hacerte daño. Como la policía me está
buscandomehetenidoqueesconder,perocuandoteheoídocontarloqueLiahadicho,yanotienesentidoesconderme.—DaunpasoadelanteyHarrietseapartadeformainstintiva.
—Quieto—suelta de golpeHarrietmientras se palpa el bolsillo.Tienequepedirrefuerzos.
—YonoataquéaLia,y tampocomaténiaKennethniaLaura—continúaNiklas—.Sinembargo,séquiénlohizo,ycuandoteheoídomehedadocuentadequeyanopuedoseguirocultándome.
La mirada de Harriet va de Niklas a Yvonne sin parar. ¿Por qué deberíacreerlo?
—¿DeverdadlehadichoLiaalapolicíaquemehevueltolocoyquelahe
atacadoenelgranero?—preguntaNiklasdenuevo.Cogedespaciounasillaytomaasiento.
Harrietdicequesíconlacabeza.—¡Mierda!—exclamaNiklascerrandolosojos—.Quéjodidaestálacosa.Yvonneleacariciaelhombroconcuidado.—Noentiendonada—logradecirHarriet.—Nuncapenséquepodríahaceralgoasí.—Parecesinceramenteapenado.Niklasseechahaciaatrásysemeteunamanoenelbolsillodelasudadera.
Harrietdaunrespingoy,cuandoélvesureacción,vuelveasacarlamano.Hacogidounagomadepelonegra.
—Nathalieestáenferma—dice—.Siemprelohesabido,peroesmihermanay laquiero,apesarde todo.Peronecesitaayuda.—Aguanta lagomadelpeloconlosdientes,seestirasupelorubiohaciaatrásyselorecogeenunacola.
—¿Quéquieresdecirconqueestáenferma?—Harrietloestudia.—Siemprehasidodifícil.Cuandoéramospequeñosyaestabadesequilibrada
ynopodíagestionarsuhumor,perocuandonoshicimosmayorescambióysehizounaexpertaenautocontrol.Nuncadecíaloquedeverdadpensaba.Yofuiendireccióncontrariaydesahogabamiirapeleándome.Tambiénestámal.
ObservaaHarrietyéstalemantienelamirada.Hacecalor.—Empezóaexplicarcosas,cosassinsentido,quedecíaquelehabíanpasado.
Alprincipiolacreía.Llamabaamedianocheexplicandoquelahabíanatacado,perocuandollegabaasucasa,ellameabríacomosinohubieraocurridonada.Puedeecharsealloraryalsegundosiguienteseponeareír.Laspersonasconlasqueha tenidoalguna relación, segúnella, siempre lehanhechodañoo lahanengañado.Fuehacepococuandomedicuentadequeviveensupropiomundo.
Respirahondoyselesubenloshombros.—Surealidadnuncaesigualdeladelosdemás.Cuandooigoquehadicho
quelaheatacadoenelgranero,cosaquenoescierta,nosésiseloinventaosisucerebrohaconstruidolahistoriayellarealmentecreequeesasí.
—Peroesquenoloentiendo,porqueestabaherida.Meenseñólosarañazosyapenassesosteníaenpie—reaccionaHarriet—.Dijoquelahabíanatacado.
—Se puede hacer daño a sí misma para que parezca un ataque. No te
imaginas de lo que es capaz—dice en voz baja—. La gente juzgamal a Liaporqueespequeñaybonita,ysiemprelohautilizadoensufavor.
—¿FueLiaquienmatóaLaura?—preguntaHarriet.—Debe de hacer unas semanas, me llamó desesperada. Necesitaba dinero.
Fantaseaba con un sueño que tenía y que en cuanto pudiera reunir el dinerosuficienteloharíarealidad.Paulyellahabíanhabladodelfuturo:deirsejuntosyempezarunanuevavida.
AHarrietlefaltaelaliento.—Puedes estar tranquila, sólo es producto de la fantasía de Lia —aclara
Niklas—.LaurasiemprelehabíadichoaLiaqueheredaríalahaciendacuandoellosmurieran,yporesoLiamantuvoelcontactoconella.CuandoPaulyLiaempezaronasalir,ellasevinoaviviraLerviken.Sinembargo,algoocurrió.Séque Douglas la fue a ver varias veces a su nueva casa, y ella dijo que habíacomenzadodenuevo.—NiklasmiradereojoaYvonne,quenopareceentendernada—.
—Yolacreí.Douglasesuncerdo.YcuandoLiaseenteródequeLaurahabíacambiadoeltestamento,sepusohechaunafuria.
—¿QuélehacíaDouglasaLia?—interrumpeYvonne.—Abusabadeella.Yvonnesequedadepiedraconloslabiosmuyapretados.—Yvonne,nopudimosdecírtelo—leexplicaNiklas—.«Quierenquitarmelo
queesmío»:esofueloquemedijocuandolavi,yséquesereferíaalafinca.Lia estaba en baja forma y había vuelto a drogarse. Le compraba la droga aTony. A pesar de todas las denuncias que ella le había puesto, él seguíavendiéndosela.Yvonne,TonynuncalehizodañoaLia.SiemprefueDouglas.
HarrietvequeYvonnesetapalabocaconlamano.—Encualquiercaso,fueTonyquienlerevelólodelacajafuerte.Liaintentó
convencermeparaque fueraa robarla.Sería fácil.Lohabíaplanificado todoyhabíaadquiridotodoloquenecesitaba.Fueideasuyaquelespusiéramoslacintaamericana.Ellaibaallamaralapuertaydiríaquehabíaidoapedirperdónporhaberse enfadado tanto por el cambio en el testamento.Yome quedaría fueraesperandoescondidoenelcochehastaquemehicieraunaseñalporlaventana.
«Medejaránpasar»,dijo.Esperéenelcoche,ycuandomehizounaseñaldesdelaventanaconlaluzdelmóvilmepuselacapuchayfuiahurtadillas.Teníaqueparecer un ladrón y sorprenderlos. Sin embargo, no salió según lo planeado.Cuandoentrépor laventanay cogí aDouglaspara sujetarle lasmanos con lacintay taparle losojos,ofreció resistenciayempezamosapegarnos.Nohabíacontado con que todavía fuera tan fuerte. Además, no vi la caja fuerte. Tonyhabíadichoqueestabacubiertaconunmantelyqueencimahabíaunjarrón.
»Seguimos peleándonos y consiguió quitarme la capucha. Laura mereconocióde inmediato.Empezóa chillarminombre,demaneraqueDouglastambiénsediocuentadequeerayo.AlfinallogrédarleunempujónaDouglas.Sedioungolpeenlacabezaycayóalsuelo.Segúnelplaninicial,Liadebíasertestigodelataqueporpartedelladrónanónimo,llamaralapolicíaysalirdelasituación comounaheroína.Sin embargo, cuando el plan comenzó a irse a lamierda, Lia se volvió completamente loca. “¿Dónde está la caja fuerte?” Seabalanzó sobre Douglas, aunque ya estaba tumbado en el suelo. Empezó apegarle y a darle patadas. Yo debería haberla detenido en esemomento, perosabíaloqueDouglaslehabíahecho,asíquepenséqueselomerecíaporcabrón.Lauraintentóimpedirquesiguiera,peroLialaatóylagolpeóhastaqueladejócasi inconsciente.Me cogió la cinta del bolsillo y al final se las arregló parafijarlelospárpadosaLauraconlacinta.Después,continuódándolepuntapiéaDouglas.Laura sedespertóygritó al ver loqueLia estabahaciendo,yyonopude con ello, así que le golpeé la cabeza demasiado fuerte, sin pensar. Yentoncessequedócalladadeltodo.
Niklashaceunapausa.Surostroexpresadolor.—Me entró el pánico cuando vi lo que habíamos hecho. Pensé que Laura
estabamuerta.Nosemovía,ynoparecíaque respirara.—Busca lamiradadeHarriet antes de continuar—. Lia quería llevar a Laura al granero. Las tierrasestánarrendadasyelquelasexplotatienelostractoresallí.LaurayDouglasnoteníanamigos,ysabíamosquelaposibilidaddequealguienfueraaencontrarlaera mínima si la dejábamos en la casa. Así que después de descubrir la cajafuerteydellevarlaalcoche,trasladamoselcuerpodeLauraalgranero.
Harrietsuspira.Loqueestáexplicandocoincideconlaimagenquetienendel
escenariodelcrimen.—Douglas encerraba a Lia en el granero. A veces abusaba de ella allí.—
NiklasvuelveamirardereojoaYvonne.—Si lo hubiera sabido...—dice Yvonne—. Pobres niños, Niklas, deberíais
habérmelocontado.—Alargaunamanohaciaélyésteselatoma.—LiadijoqueaDouglasloacusaríandehabermatadoaLaura.Fueideasuya
quelometiéramosenelcontenedor.Dijoqueasítendríaunamuertecruelyqueallínadielobuscaría.Locerramosconunacadenaqueyoteníaenelcoche.Coneltiemposellevaríanelcontenedor.Sihabíamatadoasumujer,queeraloquequeríamosquecreyeralapolicía,lonaturalseríaquequisierahuirynovolvieranunca.Douglasesunhijodelagranputa,ylomejorseríaquedesaparecieradelafazdelaTierra.Doyfe.
NiklassequedacalladoyHarrietesperatensalacontinuación.—Cuando estábamos junto al contenedor, oímos un ruido que venía del
granero. Por lo visto, Laura no estabamuerta. Lia se fue corriendo hacia allíantes de que yo pudiera pararla y cuando volvió, al cabo de unos minutos,llevabauncuchilloensangrentadoenlamano.Medijoquesialgunavezmeibade la lengua, ella diríaquehabía sidoyoquien lohabíahecho. «A ti nadie tecreerá,lagentemecreeráamí.Loves,¿no?»,meamenazó.
Harrietlomirafijamente.—Fuicorriendohastaallí.Mearrepiento,peroteníaqueverlo.Habíasangre
portodaspartes.Joder.—Giralacaraconunaexpresióndeasco—.Cuandonossentamosenelcoche,ledijequepodíahacermecargodelcuchilloydelaropaensangrentada.Lopodíahabertiradoencualquierparte,peroestabatrastornado,no podía pensar con claridad y vine aquí.—Niklas se vuelve de nuevo haciaYvonne. Ésta parece concentrada—. Perdona que no te haya explicadoexactamenteloqueocurrió,peronopude.
AHarriet la cabeza le va amil por hora.Todo lo que está diciendopareceverdad,pero¿puedefiarserealmentedeél?PodríaserNiklaselhábilmentirosoynoLia.
—PerohablasteconPaul.Teoíhablarconélenelgaraje.Parecíacomosiélquisieratraicionarla.
—¿Qué?—Niklasfruncesuspobladascejas.—Encontré un par de llaves entre las pertenencias deDouglas que eran de
unadelascasasdeHenrikehill.Cuandolasprobéenelgaraje,pudeabrirunadelas puertas y entré. Después oí que alguien llegaba y me escondí debajo delcoche. Eras tú. Te oí hablar por teléfono y sé que era con Paul. ¿De quéhablabais?
NiklasparecenohaberoídolapreguntadeHarriet.—O sea, que Lia decía la verdad, queDouglas tenía las llaves.No la creí
cuandomelocontó.—¿Quéquieresdecir?¿NoeraDouglasquienalquilabalacasa?—pregunta
Harriet.—Sí, pero es Lia quien vive allí. Tenía un acuerdo con Douglas, y él le
pagabaelalquiler.Nuncaentendíporqué,hastaunanochequefuiaverla.Depronto lecogió laparanoiadequeél ibaavenirymepidióquememarchara.Empecé a sospechar lo que significaba el acuerdo.Ledije que lomandaría alinfiernodeunavezportodassiaparecíaporallí,peroellaseechóallorarymeexplicóqueenrealidaderaélquienalquilabalacasayqueteníalasllaves.Nolacreí,yameconocíaesodeponerseallorarcuandoqueríaquealguienletuvierapena. Supuse que lo decía porque tenía miedo de que Douglas y yo nospeleáramos. Cuando empezó a salir con Paul, dijo que había cambiado lacerradura y que Douglas se había enfadado. Creí que aquello también se loinventabaparaqueyodejaradepreguntarporDouglas.Sabequeloodio.
—Loquenocambiófuelacerraduradelgaraje,porquelapudeabrirconlallave.¿QuieresexplicarmedequéhablasteconPaulyporquéLiasostienequefuistetúquienlaatacóenelgranero?
Niklasserestriegalosojos.—Paul me llamó. Estaba destrozado por el hecho de que Lia estuviera
implicada.NoséexactamenteloqueellaledijoaPaul,peroestabatrastornadoypretendía que Lia fuera a la policía a confesar. Ella deseaba verlo y le habíapropuestoencontrarseenelgranero.Élmedijoqueintentaríahacerlaentrarenrazónyquedespuésiríamosjuntosalapolicía.Vinehastaaquíaesperaraquemedieralaseñal,peronollegóadecirmenada.NohesabidonadamásdePaul.
Tendríaquehaber ido al granero,pero a lomejornunca llegó.Si lohizomástarde,debiódeveralapolicíaydiomediavuelta.Noqueríaverseinvolucrado.
Harrietloobservaynosabequépensar.Oestásentadafrenteaunasesinoysu hermano ha sido el cómplice, o Niklas dice la verdad. En ese caso, suhermano, del que nadie sabe nada, tiene una relación con una psicópata contodaslasletras.
—Te estoy contando la verdad —afirma Niklas como si le leyera elpensamiento—.EstabaaquícuandoKennethmurió.DespuésdequetúyEugenosfuerais, llaméaPauly leexpliquéquesospechabaqueLiahabíamatadoalchico.
HarrietmiraaYvonne,quienasienteconlacabeza.—SéqueLiaconocíaaKenneth.Hablabadeél.TantoellacomoKennethle
comprabanladrogaaTony,yséqueprocurócontactarconélalgunavezcuandoestabadesesperadaynoconseguíadarconTony.
Harriet piensa en la libreta azul de Kenneth, donde apuntaba a todas laspersonasconlasquequedaba.T.H.yN.E.LamadredeKenneth,Karin,hablódeunamujerquelohabíallamadounavezhacíaunassemanas.
Lalibretasiguetodavíaensubolso.Selevantarápidamentedelamesa.—Espera,voyabuscarunacosa—dice.—Novoyaningunaparte—replicaNiklas.Pareceentristecido.Harrietvuelveenseguidaconelbolsoysacalalibreta.—Kenneth hacía pequeñas anotaciones —comenta—. Son muy crípticas,
perolasfechasylasinicialescoinciden.Laabre,buscalapáginaconfechadehacediezdíasyselaenseñaaNiklas.—Casi todos los días apunta que ha visto a alguien con las iniciales T.H.
Pero aquí se ha visto con N. E.—Señala las letras en la parte inferior de lapágina.
—TienequeserLia.—Niklasparecepensativo—.¿Puedoverlo?Harrietselapasayélempiezaahojearla.—¿Estácodificado?—pregunta,y la inclinabajo la luzde la lámparade la
cocina.Harrietseapoyasobrelamesaparavermejor.
Niklasleindicaelincomprensibletexto.«ElcircoorbitaLerviken.Ñldodwdñdxud.»
—Nosé—respondeHarriet,peroalseguirlosdedosdeNiklasmientraslosdesliza sobre las combinaciones de letras le parece obvio. Claro que es uncódigo.
Niklassevuelveaacercarelcuadernoparaestudiarlodenuevo.—Esunsistemadecifrado.Aunqueelchavalnoesespecialmenteoriginal.
EstopareceuncifradoCésarnormalycorriente.—Seponeelpuñodelantedelaboca y tose—.Quizá por eso las primeras letras en las dos primeras palabrasempiezanporlaletraC.Pensaríaqueeraingenioso.
—¿CifradoCésar?—Cuando estuve en la cárcel, siempre usábamos códigos si nos
comunicábamosconalguienqueestaba fuera.Elcódigodesplazado,enelquecambiasellugardelastresprimerasletrasdelalfabetoyponesA,ByCalfinal,eselprimercódigoqueaprendes.Aunquesóloseutilizaunavez.Enverdad,eslomismoquepedirlesalosmaderosquevenganabuscarte.Yvonne,¿tienesunlápiz?
Yvonnedesaparecedelacocinayvuelveconloquelehapedido.Niklascogeuntrozodelpapeldecocinaqueestásobrelamesa.
—Tambiénteníapapel,simelohubierasdicho...—sueltaYvonne.Niklasnoresponde.Harrietobservasusrubiosmechonesmientrasescribeel
alfabetoenelpapel.—¿Ves loqueheescrito?—LevantaelpapeldelantedeHarriet.Haescrito
dos alfabetos en paralelo. Uno empieza por la A y acaba en la Z, y el otroempiezaporlaDyacabaconlaC.
»Lasprimerasletraslaspongoalfinal.Siporejemplohedeescribir“hola”,traduzco letra por letra. La H tiene el lugar número ocho en el alfabeto queempiezaporA.EnellugarnúmeroochodelalfabetoqueempiezaporDestálaletraK. «Hola» se escribe “KRÑD”.—Anota las letras en el papel de cocinamientrasloenseña—.Pensabaquetodoslospolicíasconocíanestecódigo.¿Nolohabíasvistonunca?
Harriet niega con la cabeza y se siente tonta. Seguro que Elias habría
descubiertoelsistemadecódigosdelalibretaalmomentosiellaselohubiesedescritoconmásdetalle.
—¿Yaquíquépone?—preguntaHarrietseñalando«Ñldodwdñdxud».—Nohaymásquedescifrarlo—diceNiklas,ylealcanzaelpapeldecocina
conelcódigodecifrado.Harriet coge el bolígrafo y se pone a cambiar las letras una tras otra.
«LIAMATALAURA.»—Liamata Laura.—AHarriet se le cae el bolígrafo en lamesa y éste va
rodandohastacaerporelborde—.Lovio.—¿Confíasahoraenmí?—preguntaNiklas.Harrietasienteconlacabezaalmismotiempoquesacaelteléfono.—Tengoquecomunicárseloamiscompañeros.Con dedos temblorosos, marca el número de Margareta. Está ocupado.
HarrietllamaentoncesaElias.Tambiénestácomunicando.—Joder.Estáncomunicando.—Envíaunmensaje.—Niklashablacondecisión.HarrietleescribeunmensajeaElias.
Harriet:¿EstásconLia?
Encuantohasalidoelmensaje,aparecentrespuntosenlapantalla.Eliasestáescribiendo.Harrietexpulsaelairequeharetenidoenlospulmones.
Elias:Ibaallevarlaacasa,perohaqueridoqueladejaraporelcamino.
Harrietsequedadepiedra.
Harriet:¿Lahabéisdejadoir?¿Noqueríaprotección?
Larespuestallegadeinmediato.
Elias:Sehadesdichoencuantonoshemossubidoalcoche.Ibaaverasunovioyhadichoqueéllaprotegería.
Harrietlevantalavistadelteléfono.
—HandejadolibreaLia.Vadecaminoaencontrarseconsunovio.—Lavozlesaleroncacuandopronuncialapalabra«novio»,yNiklasselevanta.
—Paul.Todavíanoseharendido.Todavíalequiereenseñarelescenariodelcrimen.Creeque él entenderápor quéhahecho loquehahecho si le explicatodoloquehasufridoallí.EstáobsesionadaconPaul.
Yvonnejadea.—Liahatenidomuchosproblemas,peronuncacreíque...—dice.—Enverano,vioaEva-Lenallegandoenbicicletaporelpuertoyenbroma
mepidióquelaatropellaraconelcoche.Cuandoledijequeno,seechóareíryañadió:«Nohacefaltaquelohagas,lapróximavezquevayaenbicicletanoleirátanbien».Sécómoesavecesynolotoméenserio,peroahora...Notienelímites.Espeligrosa.—Niklashaceunapausa—.ÉsaeslarazónporlaqueyoqueríaacompañaraPaul.Paraquenopasaranada.Peroélnomehadevueltolallamada.
Yvonneseponedepiedeformaabrupta.—Puesidallíahoramismo.¿Aquéestáisesperando?—Suvozestanaguda
queHarrietdaunrespingo.—Cogemos mi coche —dice, y le hace un gesto a Niklas para que la
acompañe.ElhorizontetraslaisladeVenhaempezadoaclarear,aunquetodavíareinala
oscuridadsobre labahíayelvientodelmaresmás intenso.Niklassepone lacapucha y desaparece dentro de su jersey oscuro. Mientras caminan loscincuenta metros hasta el oxidado Mercedes de Josef, Harriet le manda otromensajeaElias.
Harriet:Liasedirigedenuevoalgranero.Vaaencontrarseconmihermano.Voyhaciaallí.Puedehaberproblemas.Pide
refuerzos.
46
Harriet apaga los focos del coche cuando giran hacia el pequeño camino degravaquellevahastalafinca.Lassiluetasdelashojasdelosárbolesdeljardínsemejannegrascomoel carbón.Debende ser casi las cincode lamadrugada.Harrietestátanaceleradaqueescomosielcansancionolehubierahechomella.Niklas tambiénparecedespejadoymiravigilante a su alrededor cuandobajandelcoche.AunqueaHarrietleasusteunpocoloquehahecho,sesientebiendellevarloconsigo.Esgrandeyfuertey,sobretodo,conoceaLia.YaPaul.
—Notepuedes imaginar lo imprevisiblequees.Tienesqueestarpreparadaparacualquiercosa—advierteNiklascerrandolapuertadelcocheconcuidado.
—Osea, que en el granero se autolesionó.—Harriet baja la voz—. ¿CreesquepodríahacerledañoaPaul?¿Puedeirarmada?
Niklassevuelvehaciaella.—Laverdadesquenolosé.El viento sobre los cultivos esmás suave que abajo en la bahía, yHarriet
piensaquelospodríanoír.Niklasdaunpasoalladoycontinúaandandoporlapequeñazanjaqueseformaentreelcampoyelcaminodegrava.Allísuspasosnoseoyenysuropaoscurasedifuminaconelentorno.Harrietvadetrásdeél.Niklastienelaspiernaslargas,asíqueelladebeirdeprisaparaseguirleelritmo.Cuandolleganallímitedelterreno,Niklassemeteentrelosarbustosparaevitarel centro del jardín. Se mueve con soltura, como si hubiera estado allí otrasveces.
—¿Fuistetú?—susurraHarriet.Niklasseparadegolpe.—¿Quéquieresdecir?—La noche que hallé a Douglas en el contenedor. Sé que no estaba sola.
¿Erastúquienestabaaquí?Niklasasiente.—Estabamuyangustiadopor loquehabíamoshecho...Sabíaque lapolicía
habíaestadoallíyquehabíanencontradoaLaura.Liayyodecidimosquenosquedaríamos al margen durante los primeros días, pero me vi obligado acontrolar el contenedor.No sabíamos si lo habíais descubierto ymanteníais elhechoen secreto.Meestabavolviendoparanoico.Apesardeque lo cerramosconunacadena.Nomelopodíaquitardelacabeza.CuandoluegoLiaseenteródequelapolicíalohabíaencontradoydequeseguíavivo,sepusonerviosa.
—Mellamó.—Queríacomprobarquéinformaciónteníaisytratardeconfundirte.—Ysabíaquiénerayo,comoesobvio...Antes de que Harriet tenga tiempo de terminar la frase, Niklas le hace un
gestoparaque sequede callada.Lapuertadel granero, la queda a la antigualetrina, está entreabierta y se oyen voces dentro.Con cuidado,Harriet abre lapuertayruegaquenochirríe.EntrasigilosamenteantesqueNiklas,perosientesualientoenlanucaentodomomento.Lapuertaquecomunicalaletrinaconelgraneroestáabierta.Lalámparaquehayjuntoalestabloarrojaunasuaveluz,ydesdelaaberturadelapuertapuedenvertodoelespacio.Harrietsemeteentrelassombrasysepegaalapared.Lejos,alladodeunodelosboxes,sevenlassiluetas de dos personas. Una alta y la otra bastante más pequeña. La luz estenue, pero a medida que los ojos se adaptan a la oscuridad consiguedistinguirlo:tieneelpelomáslargodelonormalyparecepreocupado,conlosbrazoscruzadossobreelpecho.Esimposiblecaptarloquedicen,peroLia,quetambién aparece más nítida cuando los ojos se han acostumbrado, agita losbrazos y va de un lado a otro. Todavía va vestida con el jersey grande quellevabaenelinterrogatorio,perosupeloestádespeinadoycasiletapalacara.Paulextiendeunbrazopara tocarlayella loapartedeungolpe.Concuidado,Harrietdaunpasoalfrente.EnesemomentonotalamanodeNiklassobreenelhombroysedalavuelta.
—Tú espera aquí. Intentaré acercarme y así estaré preparado por si ocurrealgo,perotardarétodoloposibleantesdedejarmever.Alomejorconvieneque
Paulhableprimeroconella.Harrietasiente.—Siseempiezaaliar,sales.SiLiaempiezaapelear,Paulyyolatendremos
quesujetarhastaquelleguentuscompañeros.—Deacuerdo—susurraHarriet.Apesardesucorpulencia,Niklassemueveconagilidadyavanzaentre las
sombrashastaqueapenasestáaunosmetrosdeLiayPaul.Enesemomento,Liadaungolpecontralapareddelestabloconlapalmadelamano.LaacústicaenelespacioabiertohacequeelsonidosemultipliqueyHarrietsesobresalta.Paulalargalamano,peroLialaapartaysesientaconlaespaldacontralaparedylacaraentrelasmanos.«Parececomosiestuvierallorando»,piensaHarriet.Enesemomento,NiklassaledeentrelassombrasyseacercaatodaprisaaLia.Harrietoyequedicealgo,peronodistingueelqué.Seesfuerza,perounsuavechirridose lohace imposible.Elsonidopareceprovenirde lapuertadelgranero.¿Hanllegadoyasuscompañeros?
NiklasseinclinahaciaLiayparecequeintentalevantarla,peroellaseponeachillar.
—¡No, nome toques! ¡Que nome toques, joder!—Su voz es estridente yatraviesalasalacomosiNiklasleestuvierahaciendodaño—.¡Noteacerquesamí!
Harriet deja elmarcode la puerta para salir corriendo endirección a ellos,pero en esemismo instante ve un destello: una luz azul y blanca entra en elgranero a la vez que un sonido ensordecedor le hace pitar los oídos. Harrietpierde el equilibrio y se apoya en la pared.Ve queNiklas se queda quieto derepente y luego cae al suelo, como si bailara.Todos losmovimientos parecenhacerseacámaralenta.Harrietsiguesucuerpoconlamirada.Adviertealgoporel rabillodelojoycuando seda lavueltapercibeelbrillodel armaqueEliastieneenlasmanos.
47
Elvientosemueveporlasesquinasdelacomisaría.Sonlassieteymediadelamañanadeldomingo.HarriethapuestogasolinaenelMercedesdeJosefylohaaparcadoensusitiojuntoaloscontenedoresdereciclajededetrásdelapizzería.Acaba de despertarse tras dormir una hora en el coche. Es lo único que hadormidoenlasúltimasveinticuatrohoras,peronuncasehasentidotandespierta.Tiene el cerebro totalmente tenso. Ha estado con Margareta viendo cómo sellevabanaPaulyaLiaensendoscochesdepolicía.HarrietesperabaquePaulmirara hacia arriba y la viera, pero él ha caminado todo el rato con la vistapegadaalsuelo.HarriethatardadounratoenexplicarleaMargaretaqueLiaeralaculpable,yalprincipiosujefanolahacreído.Oigualnoqueríacreerla.Perocuando le ha dicho que Niklas tenía coartada para la muerte de Kenneth,Margaretapocoapocosehadadocuentadecómohaidotodo.
—Quésangremásfría,lamuycabrona—hasoltado.Cuando el personal sanitario de la ambulancia se ha llevado a Niklas,
MargaretalehadichoaHarrietqueyasepodíair.PrimerohapensadoenirseacasayexplicárselotodoaEugen,perodespuéshadecididoesperarasabermás,hasta que sus compañeros hayan interrogado a Paul. Así que se ha ido a lacomisaría. Harriet se pasa la mano por el bolsillo donde tiene el móvil. HapedidoquelainformasendelestadodeNiklas,peronadielahallamadotodavía.Se vuelve hacia el patio de atrás y se sube almuelle de carga. Le duelen losmoratonesdelmuslocuandoseleclavaladuravalladeacero.DespuésmarcaelnúmerodeMargareta.Yadeberíaestarencomisaría.
—¿CómoestáNiklas?—preguntadirectamentecuandoMargaretresponde—.¿Habéissabidoalgo?
—Harriet,¿dóndeestás?¿Encasa?—preguntaMargareta.
—No,alfinalhevenidoacomisaría,peroaúnnoheentrado.¿Sabesalgo?Margaretasequedacallada.—¿Notehallamadonadie?—OyecómoMargaretaseaclara lavozalotro
ladodelalínea—.Enrealidaddeberíahaberlohechoyo.—¿Hastenidonoticiasdelhospital?—Harrietrespirahondo.—Sí.—Margaretahaceunapausa—.Niklashafallecidohacemediahora.—
Habladespacio,peroaunasíescomosiHarrietnoentendierasuspalabras.—¿Estámuerto?—Eldisparoibadirigidohacialapierna,perolabalaledioenelvientreyle
atravesóelhígado.Harrietsellevalamanoalaboca.LaideadequeNiklas,conquienacabade
hablar,noestévivoleresultaimposibledeasimilar.—Estascosaspasan.Unotienequeestarpreparado—continúaMargareta—.
Eliasesunpolicíaconexperiencia.Podrávivirconello.AHarrietlevienelaimagendeNiklassentadoenlacocina.Cuandopiensaen
laformaenqueYvonnelepusolamanoenelhombro,laslágrimasempiezanacaer por sus mejillas. Va a ser duro para ella. Hacía cualquier cosa por susobrino,loayudóinclusoaescondersedespuésdelasesinato.
—Harriet,¿dóndetehasmetido?¿Estásahí?Harrietseestremece.—Sí,sigoaquí—responde,ysesecadiscretamentelasmejillasconelpuño
delachaqueta—.¿AlguienhallamadoaYvonneOhlsson?—¿Porquéíbamosallamarla?—Margaretapareceseria—.Elchiconotiene
parientes, aparte de su hermana, pero a ella quiero informarla hasta másadelante.
—Yvonneessutía,peronolosabenadie.—Deacuerdo.Rakelirámástardeaexplicárselo.—Alguientienequeirallídeinmediato.Noquieroqueseentereporlaradio
—contestaHarrietdeprisa.—LediréaRakelquevayaahoramismo—añadeMargareta—.¿Estásfuera
delacomisaría?—Sí.—Harriet oye que el suave viento de las esquinas silba en el móvil.
Probablemente,Margaretatambiénlooye.—Estaréahídentrodeunosminutos.¿Podemosvernosenmidespacho?—
preguntaMargareta.Terminan la llamada, pero Harriet se queda sentada en el muelle de carga
reponiéndoseantesdeecharaandarhacialacomisaría.HayluzenlaoficinadeMargaretaypuedeoíraalguienmoviéndosedentro
deldespacho.Llamadosvecesalapuerta,despuésentra.—Yaestoyaquí—anuncia.Margaretalevantalavistadelamesadetrabajo.—Estábien,Harriet.Tequeríadecirquedisponemosdeapoyoparaestetipo
desituaciones,yquehehabladoconEliasdirectamente.Tenemosquecontinuar,aunqueinclusoyoentiendoquepuedastenerunasensaciónextraña.
Harrietasienteensilencio.—¿AdóndehabéisllevadoaPaul?—pregunta.Quieresabersilehandichoa
PaullodeNiklas.Acabadeperderaunamigo.—Saladeinterrogatoriosnúmerotres.Göranloestáinterrogando.¿Necesitas
descansar? ¿Cómo estás? —Margareta señala una silla vacía frente a suescritorio—.Siéntate.
La primera vez que Harriet vio a Margareta estuvo sentada justo allí. Enaquella ocasión estaba nerviosa y tenía miedo de queMargareta no estuvierasatisfechaconella.Ahoraledacompletamenteigual.
—Debería estar más cansada, pero no podré relajarme hasta que todas laspiezasesténensusitio.Ahoramismomesientomásbienvacía.¿CómolevaaLia?
—Está detenida. Arrestada, y no puede hablar con nadie. Yo la voy ainterrogar. Konrad está todavía preocupado, pero creo que conseguiremospruebas.Estollegóhaceunahora.—LedalavueltaalordenadorylehaceunaseñalaHarrietparaqueseacerque—.Miraesto.
Harrietseinclinasobrelamesa.—SonlaspelículasdelascámarasdevigilanciadelatiendadeLervikenque
Göran solicitó. Ha estado visualizándolas toda la mañana, y el jueves 24 deagostoalas10.45ocurrióalgorealmenteinteresante.
Margaretaponeenmarcha lagrabación.Lasescenas,enblancoynegro, sevenunpocoborrosas.Lacámarapareceestardetrásdelmostrador,porquesalenlas personas que hay en la caja. Un señormayor vestido con abrigo ligero ygorra,GustavNyman.Seabre lapuertayentraotrapersonaen la tienda.Unapersonaahorayamásqueconocida,pequeñaydepelolargoyrubio.Lapersonamira vigilante hacia el señor Nyman y desaparece detrás de una estantería.Margaretaavanzalapelícula.CuandoelseñorNymansemarcha,laotrapersonavahastalacajaydejadosrollosdecintaamericanaenelmostrador.Laimagenestáborrosa,peroenelmomentoenquepaga levanta la cabezay señala algodetrásdelacaja.Aunquesucaranoapuntehacialacámara,nocabedudadequese trata de Lia. La persona de la caja pone un paquete de cigarrillos sobre elmostradoryLiacogeelpaqueteylascintasyseva.Cuandosevuelve,HarrietveelemblemadelInstitutoSpångaeneljersey.
—¿Ves lo que lleva puesto? El jersey que encontramos en el registrodomiciliarioencasadeTony.—HarrietseñalalapantallayMargaretacongelalaimagen.
—Comprólacintaamericana—dice.Harrietnopuedeapartarlavistadelapantalla.¿Cómohapodidosuhermano
tenerunarelaciónconella?—Enrealidad,lagrabaciónsólodemuestraquecomprócintaamericanaeldía
anterior al asesinato, pero tendrá que explicar por qué. —Margareta pareceneutral.
—Elmóvil es el dinero. Quería huir y empezar una nueva vida.—HarrietreprimeunamuecacuandopiensaenlosplanesdeLiaconPaul—.Liasepusohecha una furia cuando se enteró de que no heredaría la hacienda deLaura yDouglas,ycuandooyóhablardelacajafuertedecidiórobarles.
»Alguien que se llamaRutgerme llamó de Juristas de Familia ayer por latarde.DijoqueLaurayDouglas fueron averloshaceunos añosparahacer eltestamentoenfavordeNathalieEriksson.Hacedossemanas,Laurasepusodenuevoencontactoconellosparacambiarel testamento.Habíanredactadootroellos mismos y querían llevárselo. —Harriet le explica a Margareta laconversaciónquehatenidoconYvonneyNiklas—.Creoqueocurrióalgoque
hizo que Laura quisiera cambiar el testamento. A lo mejor se enteró de queDouglashabíahechoalgo,peroLauraculpóaLiaporello.Douglas tenías lasllaves de la casa junto a Henrikehill. Pregúntaselo en el interrogatorio. Porcierto,NiklasteníacoartadaparalanocheenquemurióKenneth.EstabaencasadeYvonne.PeroLiano.
Margaretalaescuchaatentamente.—Ella conocía el foso de arcilla y sabía cómo podría engañarlo para que
fuerahastaallí.Liatuvoquehaberaveriguadoqueelchicolahabíavisto.Alomejor incluso es posible que Kenneth se lo dijera abiertamente.—Harriet lehabla aMargareta de la libreta deKenneth y el código cifrado queNiklas lehabía ayudado a resolver—. En cualquier caso, Tony es inocente de todo—continúaHarriet.
—Sí,yanoestádetenido.Suabogado,RikardSvärd,mehallamadohaceunahoraparasabersilohabíamossoltado—informaMargareta.
UnrayodeiraatraviesaelcuerpodeHarriet.NolehadedicadoaRikardniunsolopensamientoenlasúltimashoras,perocuandooyesunombrevuelveaenfurecerse.
—Untipoempalagoso—diceHarriet.—Sí,nuncamehangustadoloshombrescontrajeelegantequecreenquelo
sabentodoyalosquelesgustamuchogenerartitulares—admiteMargareta.—¿Puedo llamar a Elias? —pregunta Harriet. Le gustaría hablar con él,
preguntarlecómoestá.—Es mejor dejarlo tranquilo un rato. Hoy no vendrá, y probablemente
mañanatampoco—respondeMargareta,ymiraaHarrietconunaexpresiónquenosepuedepasarporalto.
Harrietasienteensilencio.—Tengo pensado interrogar a Nathalie dentro de una hora. Ha pedido un
abogadoyestáapuntodellegar.¿Tevabien?—preguntaMargareta.Harriettragasaliva.—¿Simevabienquedispongadeunabogado?—No, el interrogatorio.Lo hacemos tú y yo. ¿Te va bien vernos dentro de
mediahora?
—¿Noestoyfueradelcaso?—preguntaHarrietsorprendida—.Creíaqueteparecía inapropiado. Aunque yo crea que mi hermano es inocente, estáinvolucrado. Hamantenido una relación con la sospechosa.—Harriet baja denuevolavista.Sólodepensarloledannáuseas—.Yonodeberíaestarpresente.
—Claro que es inapropiado que te impliques en esa parte del caso que serefiere a tu hermano, pero pienso que la última vez salió bien. Mientras lollevemostododeformaprofesional,notengoningúnproblemaconlasituación.
Harriettitubea.—Tambiénmegustaríaqueparticiparasenlasdemáspartesdelcaso.ElteléfonodeMargaretaempiezaavibraryhaceungestoconlamanopara
queHarrietsevaya,peroantesdecerrarlapuerta,éstalevantaeldedopulgar.
48
Unavezensudespacho,Harrietsesientaenlasilladesuescritorio.Niklasestámuerto, y Paul, con el que no ha tenido oportunidad de hablar, está siendointerrogadoahoramismoporGöran.Aunqueelcasoseprolongueunosmeses,antesdepoderconseguir todas laspruebasqueKonradnecesitaparael juicio,Harriet está segura de que Lia acabará entre rejas. Sin embargo, en Lervikennadavolverá a ser lomismo.Elpequeñopuebloha cambiadoy siempre se lorelacionaráconlosasesinatos.
Harriet creía que la apartarían del caso y una parte de ella incluso habríasentidoalivio.Habríasidounaformasencilladeirse.MargaretahasidounajefadifícilyechademenosasuscompañerosdeEstocolmo.Alavez,eltrabajoesemocionanteyesjustoloqueellaqueríahacer.Esdivertidoestarenlamismapartedel paísqueLisa.SiHarriet sequeda, a la largapodríanvivir juntas.SiLisadejaalnovioconelquevive,claro.
AunqueenuniniciolaideafueraqueseinstalaraencasadeEugen,Harrietdeseaencontraralgomáscéntrico,encasodequesequedeunatemporadalarga.Si trabajaenLandskrona,puede iraverloamenudo.AprietaelmóvilcuandopiensaenEugen.Loquierellamarahora,apesardenohabertenidotiempodehablarconsuhermano.AunquePauldeberíatenerlaoportunidaddeexplicarsuversión de todo lo que ha pasado, lomejor es poner todas las cartas sobre lamesa.Eugenseterminaráenterandodetodo.
Los tonos de llamada van pitando en su oído, pero nadie contesta. Harrietllama varias veces, pero sigue sin obtener respuesta. Empieza a sentirseintranquila.Todavíaestáconelmóvilenlamanocuandollamanalapuerta.
—Hola,oye,sóloqueríadecirtequehanllamadodelhospital.—Patrikestáenlapuerta,vestidodeuniforme.Parececontentocuandolave.
—Losé.MargaretayamehainformadodequeNiklashamuerto—respondeHarriet.LemolestalaalegríadePatrik.
—¿Niklas?—Patrikparececonfundido—.Ah,vaya.YopensabadecirtequeDouglasacabademorir.Desdequefuisteisaverlonosehavueltoadespertary,porlovisto,hoyselehaparadoelcorazón.
—¿SelohasdichotambiénaMargareta?—preguntaHarriet.—No,porquenoparadehablarporteléfono.Estámuyestresadaydentrode
pocoempezaránallamarlosperiodistas.—Sonríe—.Esosíquenolegusta.Harrietseplanteacómopuedeinformardeunamuerteyalavezparecertan
contento. Por muy mala persona que fuera Douglas, está relacionado con untriple asesinato brutal, y Harriet considera que Patrik debería mostrar ciertorespeto.
—Alomejorlequedapoco—continúaPatrik.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecir que cuando salga a la luz lomalque seha llevadoel caso,
quizáhayapersonasqueopinenqueMargaretanosirveparallevarestetipodecasos.Aestasalturas,losdearribayalehanechadoelojo.Séquehanvistolasimágenes que se han filtrado a losmedios y el patinazo en lo que respecta aKenneth.Eldisparopodríaserlagotafinal.Imaginacuandoesabombaestalleenlosmedios.
Patriksequedaquieto,comosiesperaraalgunareacciónporpartedeHarriet,peroaellanoseleocurrequédecir.Recordareldisparohacequeseleencojaelestómago.
—¿Notepreguntascómofue?Harrietlomira.—¿Aquéterefieres?—inquiere.—Laimagenaquellaquenodeberíahabersepublicado.¿Dedóndecreesque
salió?—Patrikchascalalengua—.Alaprensaleencantacuandolapolicíanohacesu trabajo,enespecialdesdede la reorganización.Todo loque tengaqueverconlaincompetenciasepuedevendermuycaro.
—¿Una imagen que no debería haberse publicado?—Harriet se queda depiedra. ¿De qué cojones está hablando? ¿Se refiere a la foto de Laura en el
graneroquepublicólaprensa?¿HasidoPatrikquienhafiltradolainformaciónalosperiodistassóloparadeshacersedeMargareta?
—Eh—Patrik seabredebrazos—,nomemiresasí.Yonohehechonada,perotampocoesquemequiteelsueñosiMargaretadesaparecedelmapa.Creíaqueestabasdeacuerdoconmigo.
—Una imagen de una persona muerta se extiende por la red, y se puedeutilizarparacualquiercosa—diceHarriet.
—Ocurreconstantemente.Además,luegosepuedeexigirlaretiradadeesasimágenes,asíquenotieneimportancia.—Sequedacallado.
HarrietdeslizalamiradaporPatrik,exactamentecomoélhizoeldíaqueseconocieronen lasaladereuniones.Loha tratadobien,han ido juntosacomerpizza,habromeadoconélyhapensadoqueeraunbuentipo,aunquenoseadelestilodehombreconelquelegustaríasalir.Peroahoraqueloobservavelofeoquees;noesparanadaelpedazodepolicíaatractivoquepensóqueaLisa legustaría.Tienelosojosmuyseparadosylanarizdecerdito.Tienemanchasenelcuello,seguroquedelafeitado,quebrillanenrojecidassobresupálidapiel.
—Sieres túquienhafiltrado las imágenes,yanosomosamigos—advierteHarrietdespacio—.Esonosehace,joder.
LamiradadePatriksevuelveoscura.—¿Quédices?Claroquenohe sidoyo.No soy imbécil.—Su rostro sigue
impasible cuando lo dice, pero Harriet nota que los músculos del cuello semuevenbajo lapiel.Estámintiendo—. Intentademostrarlo sinomecrees.—Ladealacabeza.
Harrietnoresponde.—Por cierto, que te vaya bien con el interrogatorio de Lia, doña perfecta.
Lenahanombradoalrepresentantemásdifícilquetepuedesimaginar.CharleneSvärd,sellama.Delacapital.Sondurosdepelarloscabronesdeallíarriba.—Desaparececerrandoconunportazo.
«CharleneSvärd»,piensaHarriet.DebedeserlamujerdeRikard.Harrietserelajaunossegundosydejaquelairasecalmeantesdeguardarelmóvil.Cogeunblocdenotasyunbolígrafoysedirigealasaladeinterrogatorios.
CharleneSvärd,LiayMargaretayaestánenlasalacuandoentra.Charlenese
vuelve de inmediato hacia ella. Es justamente como se había imaginado queseríalamujerdeRikard.Elpeloespesoybrillante,cogidoconunaagujadeorocon perlas. Su piel perfecta emana un débil brillo en los pómulos cuando elfluorescenteledaenlacara.Laamericananegralequedaestupenda,nocomolesientan las chaquetas a Harriet, que siempre tienen las mangas muy largas yformanarrugascuandoselasabrocha.
—TepresentoaHarriet,investigadora—diceMargareta,yponeunasillaasulado—. Harriet puede seguirnos desde aquí, no hace falta que hagamos unapausa.Nathalieibaaexplicarnosporquéseencontrabaenelgranero.
Lia lesonríecondulzuraaHarriet.Seharecogidoelpeloenunmoñoyelpeinadolahaceparecermásjoven.Susmejillasestánsonrosadasysusabultadoslabiossondecolorrojoclaronatural.«Esguapa.Lástimaqueunabellezacomoellasevayaadesperdiciarenunpsiquiátrico»,piensaHarriet.
—¿Puedesexplicarnosquéhacíasallí?—LavozdeMargaretaesneutral.—Yalohedicho,ibaavermeconminovio.Habíamosquedadoantes,porla
tarde,peronosepresentó.Entoncesmeatacaron.Mihermanosehabíaenteradode alguna manera de que íbamos a vernos y quería evitarlo. Pero eso ya losabéis.
Harriet aparta la vista de Lia. De pronto no le parece buena idea estarpresente.LoqueLiadicelaprovoca.
—MinoviohadejadoasumujeryhavueltoacasadesdeBaliparaverme.Haceunapausaysepeina.—Mi hermano Niklas vino porque quería pararlo todo. Quizá yo debería
haberlo entendido,pero creíque lapolicía lobuscabaa él yque tal vezya lohabíandetenido.Yahaintentadomatarmeantes,unavez.Estáloco.
Harrietpiensadeprontoquequizánohan informadoaLiade lamuertedeNiklas.
—¿Por qué en el granero, precisamente? —pregunta Harriet. Tiene quedominarseparamantener apartada la iraque lehiervepordentromientrasLiaestáahísentadaacusandoaNiklas.
—Está bastante apartado —responde Lia—. A mi novio le gusta que nosencontremosdondenadienospuedaver,hastaquetodohayapasado.
—Creoqueelegisteelescenariodelcrimen,Sundgodset,porquehascrecidoallíyporqueeraallídondeDouglasabusabade ti.QueríasenseñárseloaPaulparaqueentendieraporquélosmataste.¿Nofueeso?Niklasmehahabladodelabuso—comentaHarriet.
Lianocontesta,perobuscalamiradadeMargareta.Lebrillanlosojos.—¿SeenteróLauradequeDouglasytúteníaisunaespeciederelación?¿Fue
por eso por lo que se enfadó y cambió el testamento? Douglas te buscó unalojamiento y pagaba el alquiler a cambio de poder visitarte cuando leapeteciera.¿Noesasí?Teníalasllaves.
Liaseenderezayparecequeintenterecomponerse.—¿QuéoshacontadoNiklas?¿Hahabladodetodasaquellasnoches?¿Delos
ruidosenlaescalera?Apagábamoslaluz,perocuandooíamoscrujirlaescalerayoyasabíaloqueibaapasar.Sóloteníadoceañoscuandomeforzóporprimeravez.—Letiemblaellabioinferioryparecequeselevaaquebrarlavoz.
—¿Lacosacontinuó?—Harriettienequerecordarseasímismalosactosqueha cometido Lia, porque en este momento parece una niña a la que le hanarruinadolavida.
—Ya sabes cómo puede ser Douglas. Le tengo mucho miedo. «Eres muybonita,Lia»,medicesiempre.Despuésmehacedaño.
Harriettragasaliva.—Estainformaciónesnuevaparamí—afirmaCharlene—.Estoesalgodelo
quemiclienteyyonohemospodidohablar.Su tono es elmismoque utilizó conRikard en el coche.Es atractiva, pero
parecebastanteantipática.—¿Continuaste viéndote con Douglas hasta no hace mucho? —pregunta
Margareta,ignorandoaCharlene.ALiaseleescapaunsollozoyniegarotundamenteconlacabeza.—Liaestáagotada,dejadquedescanse.¿Noosdaiscuentadequeno tiene
fuerzasparacontestaravuestraspreguntas?—diceCharlenevolviéndosehaciaLia—.Nonecesitascontestaraesoenestemomento.¿Quiereshacerunapausa?
Liavuelveanegarconlacabeza.Charlene saca un bolígrafo negro y brillante del bolsillo de la chaqueta, se
miraelrelojdepulseradeoroqueadornasumuñecayhaceunaanotaciónenelblocquetienedelante.
—Esmás fácil si nos lo explicas tú—aclara Harriet—. Si no, tendré quepreguntarle a Paul o aYvonne.O quizá podría preguntarle aDouglas cuandodespierte—añade.SiLianosabequeNiklasestámuerto,esimposiblequesepaqueDouglastambiénhafallecido.
Liaseinclinahaciadelanteyentrelazalasmanos.—Esperoquenodespiertenunca.Merecemorir,igualqueLaura—sueltade
pronto—. Era mi dinero.Me dijeron varias veces que me lo darían. Douglasprometióquemeayudaría,peronolohizo.
—Están apareciendo muchos datos de los que no he oído hablar antes yquisiera tener la oportunidad de tratarlos conmi clienta antes de proseguir elinterrogatorio—diceCharlene—.Quisierahacerunapausa.
—Yodecidocuándosehaacabadoeste interrogatorio.Si lo interrumpesdenuevo, saldrás fueras—respondeMargaretacon tranquilidad—.¿Te traicionó?—preguntavolviéndosedenuevohaciaLia—.¿Noteayudóapesardehabérteloprometido?
Lianiegaconlacabeza.—¿Teengañó?¿Ati,queeresunamujerlista?—continúa.Liaseapartaunmechóndepelodelacara.—Douglas es impredecible. Laura sabía que me venía a ver porque se lo
decía él. Pero no podía hacer nada. Me dijo que se lo decía cuando estababorrachoyqueríasermaloconella.Cuandoseemborrachabasiemprelesalíalamalicia.Ellamellamóymegritóporteléfonoqueyanoerapartedesufamilia.MedesheredaríaigualquehabíahechoconNiklas.
Charlenelaobservafijamente.—Notienesporquécontestarasuspreguntas—lediceconfirmeza.—No,quieroexplicarlo—continúaLia—.Lauraeraunafalsa.Supodesdeel
primermomentoloqueocurría,peropreferíamirarparaotrolado.Loestropeótodo.Fueinjusto.Eldineroeramío.
Mientrashabla,HarrietoyelaspalabrasdeNiklasensucabeza.«Surealidadnunca es igual de la de los demás.»Y la persona que tiene delante parece no
entenderlaimplicaciónquetienensuspropiaspalabras.—Lo que me pregunto es cómo pudiste saber que Kenneth había visto el
asesinato en el granero. Sé queKenneth vio lo que ocurrió en el granero. Lotieneapuntadoensulibreta.
Liaparecepensativa.—PorqueNiklaslovioallí—responde—.Viosucaraenlaventana.Niklas
melodijo.—¿PoresomatasteaKenneth?—prosigueHarriet.Charleneseaclaralavoz.—Nathalie,nocontestesaeso—ordena.—Claro que voy a contestar, porque está equivocada —responde Lia—.
Niklas lomató, noyo.Se enfadóporqueKenneth lo hizomal.Niklas y yo ledijimosvariasvecesloqueteníaquedecirenelinterrogatorio.Quehabíavistoaun hombre entrar por la ventana. Lo ensayamos varias veces, y yo sabía queNiklas le haría daño si se equivocaba, pero a pesar de esoKenneth se puso acantar.
—¿Dequémanerasepusoacantar?—preguntaHarrietdeprisa.—Nombró la caja fuerte.Después se quedó acojonado, porque creía que le
haríaismáspreguntas.Noestabasegurodesipodríadejardecontarlaverdad.Yoledijequetodoibaasalirbienyquenohabíapeligro.Inclusonosechamosareír,perocuandosediolavuelta,Niklascogióunapiedrayselaestampóenlacabeza.
AHarrietselerevuelvenlastripasalimaginarcómomurióKenneth.—¿Cogióunapiedra?—preguntaMargareta.—Sí,seagachó.Fuetodomuyrápido.Nomediotiempodepararlo.Supongo
quelapiedraestabaallí.Niklasestáenfermo.NolamentoqueatacaraaDouglasyaLaura,selomerecían,peroKennethno.
—Hay algo que no entiendo—empieza a decir Harriet, y Lia mira haciaarriba—. Has dicho que ensayasteis lo que Kenneth debía decir en elinterrogatorio.
—Sí,paraquesalierabien.—Peroacabasdedecirqueacordasteisqueteníaqueafirmarquehabíavisto
aunhombreentrarpor laventana.¿PorquéqueríaNiklasquedijeraeso?Esetestimonionoleconvenía.
Liasequedaparada.—No,pero...—Titubeaunossegundosantesderespirarhondo—.Niklasdijo
quecreeríaisquehabíasidoTony.Porestotellaméatitambién.—Vale, ahora lo entiendo mejor —aclara Harriet—. ¿Niklas y tú estabais
solos conKenneth en el foso de arcilla, o había alguienmás que pudo habervistocómoNiklaslomataba?—continúa.
Lialamiraperpleja.—¿Acasonohaexplicadoyacómoocurrió?—interrumpeCharlene.—Sí,peroesquenoloacabodeentender.—Estábamossolosenelfosodearena—respondeLia—.Nadiemáslovio.
Menosyo,claro.Peroentiendoloquepretendes.Niklaslonegaráymeculpará.—No, no es eso. Es que hay alguien que puede certificar que Niklas es
inocentedelamuertedeKenneth.Cuandodiceaquello,laspupilasdeLiasedilatanunpoco.—Niklas no fue en ningún momento al foso de arena la tarde que murió
Kenneth.EstabaencasadeYvonne.Yalehadadounacoartada.—Yvonne miente—responde Lia enseguida—. Siempre miente cuando se
tratadeNiklas.—La verdad es que lo dudo. Además, hay más personas que pueden
corroborarsuversión.Liaseponepálida.—En su libreta, Kenneth había escrito que te vio a timatar a Laura en el
granero.Harrietnotaunavibraciónensubolsilloysacadiscretamenteelmóvilpara
apagarlo.Típico,sehaolvidadodeponerloenmodoavión.EsRikardquienlaestállamando.Harrietrechazalallamada.
—Podemos hacer una pausa si tenéis que hablar por teléfono—aprovechaparadecirCharlenevolviéndosehaciaMargareta—.Quisierahacerundescanso.
—Noestoyhablandoporteléfono—respondeHarriet.—Quierohacerunapausa.—LavozdeCharleneesdura—.Aparentemente,
mi clienta no se encuentra bien. No me parece adecuado que continuéisinterrogándola.
MargaretaasienteyHarrietselevanta.—Paulnopensabahuircontigo—lediceHarrietaLiaantesdeabandonarla
sala.En el pasillo, se aleja deprisa de la sala de interrogatorios, yMargareta la
sigue.—Está de psiquiátrico, así que me pregunto qué va a decir Konrad del
interrogatorio—advierteMargareta.Apenasmueve los labios cuando habla, apesardequeesimposiblequeCharleneyLialaoigan—.SeguroqueLiacambiadeopinióncuandovolvamosaentrar.
Harrietasienteconlacabeza.Liapareceinterpretarvariospapelescadavez.Lasensible, lavigilante, lamiedosay ladecidida.Parecequepuedaecharseallorarcomoquienchascalosdedos.
—¿Ha pasado algo?—Margareta señala elmóvil de Harriet. Otra llamadaperdidayunmensajeenlapantalla.EsdeRikard.
Rikard:Llámamedeinmediato.Esportupadre.Esurgente.CaminodelhospitaldeLund.
49
AHarriet se lenubla lavista.Seobliga amantenerse enpiey se apoya en laparedcontodoelcuerpo.
—Harriet,¿quétepasa?—Margaretalacogeporelhombro.Harriet devuelve la llamada. Rikard contesta antes de que suene el primer
tono,comosiestuvieraesperandoconelteléfonoenlamano.—Harriet, voy camino de urgencias con Eugen. Lo encontré fuera, en la
cuesta,alladodeHenrikehill.Elpulso se leaceleraaHarrietdepuropánico.Yaestá.Piensa.Eugenestá
muerto.Hapensadovariasveces en cómo se sentiría cuando se enterara, perodespuéssiempresehaapartadoelpensamientodelacabeza.
—¿Estabatumbadoenlapendiente?—Sí.Estáconfuso,perosabecómosellama,EugenVesterberg,ytieneuna
hijaquesellamaHarriet.Entiendoquedebesdesertú.Harrietcierralosojos.Alolargodetodalanoche,cuandohaintentadodar
conEugen,elteléfonoestabadesconectado,ycuandoestamañanahapasadopordelante de la casa las ventanas estaban oscuras. Ha supuesto que estaríadurmiendo,peropuedequeEugenhayapermanecidotodalanochetiradoenlacuesta.
—¿Y ahora dónde está? ¿Puedo hablar con él?—Los ojos se le llenan delágrimasmientrashabla.
—Vamos camino deLund, lo llevo a urgencias.—Rikard parece tranquilo,comosiaquellofueraalgoquehicieracadadía—.Eugennoparecepoderhablarenestemomento,peronotepreocupes.
—¿Quenomepreocupe?—Estamosllegando—respondeRikard—.Llámamecuandollegues.
CuandoHarrietcuelga,sevuelvehaciaMargareta.—He oído la conversación. Vete de inmediato. No pienses en el
interrogatorio,volveremosahacerlomuchasmásveces.—¿DóndeestáPaul?Tengoquehablarconél.—Tuhermanoestáenlasaladeinterrogatoriosnúmerotres.Göranlolleva.—¿Lopodemosinterrumpir?Quieroquemihermanovengaconmigo.Margaretasecolocaelpelocanopordetráslaoreja.—Me pones en un compromiso, Harriet —contesta—. Pero, de acuerdo.
Interrumpe el interrogatorio y llévate a Paul.Aunque supongo que no dejarásquetuhermanosevayaaningunaparteyquelotraerásaquíotravezencuantosepáisloquelehapasadoatupadre.
—Gracias.—Harrietsesecacondiscreciónlasmejillasysevaatodaprisa.
LosdosvanconcentradosenuncochecivildelapolicíaqueHarriethatomadoprestado del garaje. Cuando Harriet mira a Paul a los ojos se da cuenta porprimera vez de que se parecenmucho. Tienen lamisma forma de apretar lasmandíbulasyadelantarlabarbillacuandopiensan.
—ViquelapolicíaledisparabaaNiklas.¿Sehasalvado?—pregunta,yfijalavistaenlacentralnucleardeBarsebäckyenlospradoscubiertosporvapordeagua.
—No lo sé.—AHarriet le parece horrible mentir, pero le ha prometido aMargareta no hablar con él del caso ni de nada que tenga relación con él, ypiensacumplirsupromesa.
—Yahorapapáseponeenfermo.¿Creesqueesgrave?—continúaPaul.—No lo sé. De verdad que no lo sé. Intento pensar que está recibiendo la
mejorayudaposible,perolaconfusiónquetienemeintranquiliza.—A mí también, aunque en este momento no te lo creas —admite Paul
bajandolavista—.Lasúltimasveinticuatrohorashansidolaspeoresdemivida.Surostroconfirmasuspalabras.Estádespeinadoylabarba,quenuncadeja
crecer,lecubreahoralabarbillaylasmejillas.Esoscurayrala,locualhacequeparezcaquellevelacarasucia.
—Amí tambiénmecuesta asumir todo loquehapasado—diceHarriet—.Inclusoqueestésaquísentado.
—Ya lo sé.—Paul suspira—.Perdonaporhabertementido,peroesquenopodíaexplicarteporquéhabíavueltoacasa.Liamellamó.Estabadesesperadaporlodel testamentoymaldecíaaDouglasyaLaura.Yonoentendíaporquéestaba tan enfadada. No es un derecho heredar de nadie, pero sé que estádesequilibradayyonoestabaalcorrientedesupasado.Nosabíaloquelehabíapasado en la finca. Cuando me llamaste y me contaste que Laura había sidoasesinada, entendí que Lia podía estar implicada, aunque no lo quisiera creer.Tuve que regresar a casa, necesitaba averiguar si era verdad o no.—Se echahaciadelanteyponemásfuerteelaireacondicionado—.Avecespuedescreerqueconocesaunapersona, confíasenella,ydepronto resultaqueesalguiendistinta del todo. Estaba locamente enamorado de ella, pero ahora ya no lareconozco.
—No entiendo cómo has podido mantener una relación con ella —diceHarriet—. Apenas podía creerme que fuera verdad cuando me lo explicóYvonne.
—Hesidounidiota.—Por lo que he visto, Lia es manipuladora y desconsiderada —comenta
Harriet, pero al mismo tiempo recuerda que a ella misma la engañaron lasmanerasdeLia,lofácilquefuequedarenvueltaensusmentiras.
Paulsuspira.—Noquierovolveraverla,despuésdesaber loquehahecho.Es tristeque
acabeasí.Fuemuymalvadaconmigocuandonosvimosenelgranero.Creoqueimaginabaqueyo,dealgunamanera,podríaentenderla.Peroesoesimposible.—Paul presiona el botón de la ventanilla, que baja despacio—. Cuando se lodije, se puso como una loca. Parecía que todavía creía que íbamos a huir aalguna parte, empezar una nueva vida. Entonces le dije que ya no estabaenamoradadeella.Quepensabacortarconella.
—¿Quédijoella?—Harrietsevuelvehaciaél—.¿Puedessubirlaventanilla?Nomegustalacorrientedeaire.
—Sí,sí.—Paulsubelaventanilladenuevoyledamásfuerzaalventilador
—.Mellamócobarde,asqueroso,gritóquemehabíaaprovechadodeella,quemeodiabayqueibaajodermelavida.Másomenos,esofuetodo.
ElairequesaleexpelidoporelconductolateraldeventilaciónhacequelosrizosdeHarrietlevayanhaciacejas,yellaselosapartaconrapidez.
—¿QuélehasdichoaEva-Lena?—diceHarriet.SepreguntasilamujerdePaulnopensarálomismodeél.QuePaulesalguiencompletamentedistintodelapersonaquecreíaconocer.
—Quehabíapasadoalgoenel trabajo.Comoesobvio,se indignó,peromitrabajo es también lo quemantiene toda nuestra vida, y estaba seguro de queaceptaríaqueyovolvieraacasa.Además,ellaylosniñospuedencontinuarenelparaíso.
Harrietaprovechaparaadelantaraunafurgoneta.—Y,ahora,¿quépiensashacer?YonoledirénadaaEva-Lena,quelosepas.
—HarrietaminoralamarchaygirahaciaLund.—Yalosé,Harriet,peroselovoyaexplicartodo.Serátremendoyloestoy
pensandodesdeelverano,peronomeheatrevido.Nosoytanvalientecomotú—admite.
—Yono tengonadadevaliente—replicaHarriet,aunque trasestasúltimassemanassabequeesmásfuertedeloquecreía.
EncuandovelaseñaldetráficoconlacruzrojayeltextoHOSPITAL,PaulsequedacalladoyningunodelosdosdiceniunapalabrahastaqueHarrietentraenelaparcamiento,juntoalaentradadeurgencias.
Han ingresado a Eugen, y una afable mujer de recepción les señala ladirecciónhaciaeldepartamento.Tienenqueseguirlalíneanaranjadelsueloalolargodelluminosopasillodelhospital.
—Estos sitios siempre huelen de forma muy especial —comenta Paulgesticulando—.Comounamezcladealcoholysuelodeplástico.Esteolormedaunpocodepánico.
Harriet loobserva.Casinuncaveasuhermanonervioso,peroahorapareceagobiado.
—Amítampocomegustaestaraquí—admiteellaalfin,sorprendidaantesupropiacalma.
—Puesquébienqueestemoslosdos—respondePaul.La líneanaranjadel suelogirahacia laderechayHarrietbusca loscarteles
quecuelgandeltecho.Entoncesveaalguienconelrabillodelojo.—¿Éseeselhombrequetrajoapapá?—susurraPaul—.Porquesino,hayun
taradoquenosestáhaciendoseñas.LadelgadafiguradeRikardentrajeoscuroresultainequívocaysediferencia
decualquieraasualrededor.Estáalfondodelpasillo.—Sí,loes.Ynoesunocualquiera.Hesalidoconél.Paul le sonríe y, aunque la situación sea absurda, resulta agradable que
comprendaqueRikardesalguienconquienellaquierehablarasolas.—Parece que han ocurrido muchas cosas desde que me fui—responde—.
Voyabuscaraunmédico.PauldesapareceyHarrietsigueadelante.Nosabeexactamentecómosaludar
a Rikard. Cuando se separaron pensaba que era un cerdo, pero ha salvado aEugen.
—Noséquédecir—admiteHarriet—.Graciaspareceinsignificante.—Hice loquehabríahecho cualquiera—contestaRikard—.Peronovoy a
molestaros.—Mirahaciaelmostradorquehayalolejos.Paulhaidohaciaallí.—EsPaul,mihermano—aclaraHarriet.—Deacuerdo.SequedanensilencioyHarrietnotaqueseruboriza.—¿Quéhandicho?—El médico va a venir de un momento a otro.—La observa—. Oye, no
pensaba quedarme, pero hay un pastor alemán en el portaequipajes queprobablementeloestéllenandotododepelos.Nocreoquemelodejentenerenla habitación del hotel —responde Rikard—. Y, aunque me dejaran, esdemasiadoinquietoparamigusto.
Harrietseechaareírapesardeloseriodelasituación.—¿Te has llevado a Kato? ¿Cómo ha sido eso? —Nota una punzada de
remordimientoporhaberloolvidadoporcompleto.—Salíapasearporelparqueyoíunperroladrardesdelacuesta.Meacerqué
yviaEugen.
—Me pregunto cuánto tiempo estuvo tirado allí —comenta Harriet—. Eshorriblepensarlo.
Rikardseaclaralavoz.—Noquieroentrometerme,perosiquierescompañía,puedoesperaraquí,por
lomenoshastaqueosinformen.Harrietlesonríe.Seríaagradablequesequedara.—O dime qué hago con el pastor alemán —bromea Rikard—. De todas
formas,hebajadolasventanillasunpocoyheaparcadoenlasombra.Hastaaquílleganmisconocimientossobrelosanimales.
—KatoeselperrodePaulyseguroquenolepasaránada,porlomenosunamediahoramás—replicaHarriet—.Mealegraríaquetequedarasunratosi teapetece.
—Entoncesme quedo—respondeRikard, y se sienta en una silla que hayjuntoalapared—.¿Quieres?—Sacaunabolsadegominolas—.Esloúnicoquehabíaenlamáquinadelasaladeespera.
HarrietcogeundulcealavezquePaulllegahastaellos.—Podéisentrar.Yomequedoaquífuera.—Graciasdenuevo—diceHarriet,yabrelapuertadelahabitación.Lasalaes rectangular, tieneunaventanaa lo largodeunade lasparedesy
haytrescamasdehospital,unaalladodelaotra,separadasporunascortinasdeplástico.Eugenestáenlacamamásalejada.Duerme,apesardequeelrespaldoestálevantado.Alladodelacamahayungotero,pero,porlodemás,noparecequeestémuyafectado.
—Teníalatemperaturacorporalbajacuandollegó—diceunavoztrasellos.UnhombreconlabatablancayzapatillasSchloffclarasentraenlahabitación.Lesestrechalamanoparasaludarles—.SoyeldoctorBergström.
—¿Cómoestá?—seinteresaPaul.—Todas las constantes están bien, pero le hemos puesto suero y queremos
tenerlo en observación unos días. La hipotermia es un estado que puede serpeligroso,enespecialparalagentemayorquetienedificultadespararegularlatemperaturacorporal—losinformaeldoctorBergström.
—¿Asíquenohaypeligro?—HarrietmiraaEugenenlacamareciénhecha.
Parecedebilitado.—No, se recuperará bien. Le hemos dado un calmante. Está durmiendo
tranquilo.PaulsesientaenlasillaalladodeEugen.—Aprincipiosde semanaestuvimosaquíparaque sehicieraunaspruebas,
peroaúnnonoshanllegadolosresultados.Llevauntiempodesconcertado.Quedesapareciera y lo hayan encontrado tirado en una cuesta es una parte de susituaciónactual.
EldoctorBergströmsacaunacarpetadeplásticoazul llenadepapelesyseponeahojearlos.
—Acaboderecibirelinforme—dicesacandounescrito—.Losvaloresdelaspruebas sonbuenos y ningún test da cambios fuera de lo normal.Leharemosuna tomografía digital mientras está aquí para estar bien seguros, pero mesorprendería que apareciera nada extraño. Nada de lo que pone aquí sugiereningúntipodedemenciasenil.
HarrietoyecómoPaulsuspiradealivio,aunqueellanoseatreveahacerlo.—Pero ¿y la confusión?Se olvida del tiempo, sale de casa sin chaqueta, y
ahoraesto—diceseñalandoconlamanoaEugen,queduerme—.Realmente,nosueleserasí.
Eugenmueveunpocolacabeza.Parecequeestáapuntodedespertarse.—¿Nooyesloquedice?Sepondrábien—interrumpePaul.Despacio,Harrietsehundeenlasilladealladodeladeél.Estabatansegura
dequelepasabaalgoquelecuestaadmitirloquediceelmédico.—Tienes que pensar que cierta confusión es normal cuando uno se hace
mayor.Siduermebieny tienesuficienteestímulosocial,notaréis ladiferenciaenseguida. La soledad y el insomnio suelen sermotivo de confusiones de esetipo.Aunquesi la radiografíamuestraalgo, lohabréiscogidomuya tiempoypodréisproporcionarlelaayudaquenecesita.
—Harry, escucha al doctor—dice Paul, y en esemomentoEugen abre losojos.
50
Lunes,4deseptiembrede2017Esunanochecálidaytranquiladefinalesdeverano.Harriethadecididoponerseunvestidoligero.EstabaenelarmarioysuponequeesdeEva-Lena,porqueesderayasazulesyblancas.NoesdelestilodeHarriet,precisamente.Alasseisenpunto, Rikard entra en el restaurante del puerto Ruibarbo y Cangrejo. Llevavaquerosyunacamisaazulclaro.Nosehabíaimaginadoquetuvieraunpardetejanos,ymuchomenosqueselospusiera.Enelarmariodesuhotelsólohabíatrajesoscuros.
—Hola—lasaluda,yseinclinahaciadelanteparadarleunligerobesoenlamejilla.
Harriet percibe un suave olor a colonia.Rikard lleva el último botón de lacamisadesabrochadoyHarrietnotaqueelvellodelabarbillatieneuntonomásoscuroquesupelorizado.Hanpasadoveinticuatrohorasdesdequelovioyleha enviado cuatro mensajes desde entonces. Innecesarios, pero él se los hacontestadotodos.
Ha reservadomesa en el patio interior, hacia la cafetería, y se sienta en elbancoquehayfrenteaella.Estáconstruidoconmaderallegadaatierradesdeelmarysebamboleacuandoélsesienta.
—Quépocopretencioso—diceRikardriéndose.Harrietsienteunpuntodeirritación.Nolegustaqueseburledelrestaurante
que ha elegido. Sin embargo, después se lo quita de la cabeza; él sólo estábromeandoynotieneningunamalicia.
—Me gusta estar aquí. Han ocurrido cosas horribles en Lerviken, pero, apesardeello,eselmejorlugardelmundo—ledice.
—¿CómoestáEugen?—preguntaél.
—Lotienenenobservaciónundíamás.Enrealidad,podríanhaberloenviadoacasahoyporqueseharecuperadodeltodo.Élnoloreconocerájamás,peroyocreoquelegustaquelomimen.Paulestáallíconél.
—Meloimagino—diceRikardmirandolosbarcosquepasanporelestrecho.Con el sol de la tarde, su piel morena adopta un tono dorado. Es realmenteguapo.
—¿Te quedarás aquí cuando hayáis cerrado el caso?—pregunta Rikard, yllamaalcamarero.
—Hayqueiralbarapedir—informaHarrietseñalandounapizarraqueestáapoyada en la pared—. Allí está el menú, pero no hace falta que lo mires.Siempresirvenelpescadodeldíaysiempresonmejillones.Yahepedidoyo.
—Deacuerdo—dice,yseechaareír—.¿Puedescontestaramipregunta?Harriet mira hacia otro lado. Le cuesta acostumbrarse a su sinceridad y
siempreconsiguesofocarla.—Lainvestigaciónacabadeempezar,aunqueyahayamosresueltoelcaso—
responde ella—. Seguramente, me quedaré mientras dure, aunque todavía notengo los estudios necesarios y no me caen bien todos mis compañeros. —HarrietpiensaenPatrik.Enestemomento,Harrietlodetesta.Sinembargo,conEliasesdiferente.Legustaríatrabajarconél.Hacedosdíasquenolove,perocuando le mandó un mensaje para preguntarle cómo estaba, le contestó quevolveríaaltrabajoalasemanasiguiente.SabequeMargaretalepidióquedejaraaEliastranquilo,peronopudoevitarlo.Lesabemalporél.LesiguepareciendoinverosímilqueNiklashayamuerto.
—Asíquealfinaltequedarásmásdemedioaño,apesardetodo.Harriet mira a su alrededor. Desde la terraza se ven los valles vestidos de
verdey,enelhorizonte,elpuentequecruzaaDinamarca.—Sí,aunquecomoPaulyaestáaquí,yparecequesevaaquedaruntiempo,
quierohablarconmicolega,aversipodemoscompartirunpisoenMalmö—dice.
Rikardarquealascejas.—¿Un colega enMalmö?—Parece sinceramente sorprendido, yHarriet se
echaareír.
—Unaamiga,Lisa.Viveallí.Laechodemenosyseríaestupendovivirjuntasotravez.Lohemoshechoantes.Esmuydivertida—diceHarriet,perodeprontosequedacallada.
Acaba de caer en la cuenta de que no ha llegado a contestarle los últimosmensajes.Hacedíasquenosabenadadeella.
—Aunqueaúnnohehabladoconella,asíquenosésiquerrá.SialfinalmequedounatemporadalargaenSkåne,quierobuscarmealgoparamísola,aunqueprocuraréqueEugenestéacompañadolamayorpartedeltiempo.Yestanochehereservadounahabitaciónaquí—diceseñalandolacasadeladrillosdondeestálacafetería—.PaulsequedaenelhospitalconEugenyyonoquieroestarsolaenlacasadespuésdetodoloquehapasado.Quierotenergenteamialrededor.
UnaampliasonrisaapareceenloslabiosdeRikard.—Puedesvivirconmigounosdías si teapetece.MequedaréenHenrikehill
porlomenosunasemanamás.Aparece una camarera y pone dos botellas de cerveza y una cesta con pan
sobrelamesa.—Megustalosencillo,peronosésimeveoabriendobotellasconlosdientes
—dicequitandolachapaconelcantodelamesacuandosehaidolacamarera.—Nocreíaquesupierashaceresascosas.Nomeparecíasuntipotanpráctico
—comentaHarriet.—Laverdad es quenoduraría demasiado enuna isla desierta, y todosmis
créditos de la universidadno sirvendemasiadopara sobrevivir, pero abrir unacervezaesdenivelbásico—respondeRikard.
Harriet se echa a reír. Es formal y atemporal en su forma de expresarse, yseguramenteopinaríaqueLisayellasondelomásinfantilessilasvierajuntas,peroenlasdistanciascortasesencantadorylegusta.Sepodríaacostumbraraél.
—He pedido que me destinen en Helsingborg. Me quedaré en Skåne untiempo—diceRikard.
HarrietsearreglaelvestidoazulmarinodeEva-Lena.Notienebolsillosynosabequéhacerconlasmanos.Laseguridadensímismolairritaalavezquelaatrae.Intentadisimularunasonrisa,peroélladescubre.QueRikardhayapedido
eltrasladoaHelsingborgeslamejornoticiaqueHarriethaescuchadoenmuchotiempo.
Él se inclina sobre lamesa.Susojosazulesbrillanyalargaunamanoparaapartarle un tirabuzón. Justo cuando ella se inclina para acercarse, su móviltintineaasuladoenelbanco,dondelohapuestoporsiPaullallama.Nopuededejardemirarlodereojo.
—No te importa estropear este momento —dice Rikard negando con lacabeza.Seríedeella.
—Perdona—respondeHarriet—.Quétontería.Rikardseñalaelmóvilconlacabeza.—Elmomentohapasado.Respondealallamadaoaloquequieraquesea.—
Despuéssevuelvea inclinarhaciadelanteysusurra—:Megustaqueseas tanpocoromántica.
Harriet le da la vuelta al móvil. Es un mensaje de Lisa. Sería de lo másirónico si pusiera algo del estilo «Todos los hombres son unos engendrosmentirosos»,oalgoasí,tanpropiodeLisa.
Peroloqueseencuentraesunmensajedeltododistinto.
Lisa:Mehansecuestrado.
Harrietmirafijamenteelmensaje.¿Lisaestáborrachaodebroma?Tambiénhay unmensaje en el contestador delmóvil. Una llamada perdida delmismonúmero.
—¿Hapasadoalgo?—preguntaRikard.—Tengoqueescucharelbuzóndevoz,esmiamiga.Laquetehedichoque
viveenMalmö.Estáunpocoloca—diceHarriet,ysepegaelmóvilalaoreja.Suenanunpardetonosantesdequeempieceaescucharelmensaje.Unintensochisporroteo hace que Harriet casi se caiga del banco en el que está sentada.Después oye a alguien hablando en un idioma desconocido seguido de unchillidolargoyestridente.EsLisa.
Agradecimientos
GraciasamiseditorasEmmaDanielssonyErikaDegardporvuestrasabiduría,vuestraclaridadyunabonitacolaboraciónquehallevadoestahistoriaaunnivelcompletamentedistinto.
Gracias a Sören Bondeson por tus consejos inestimables, tu constanteempujónyporcompartirdeformatangenerosatusconocimientos.Pero,sobretodo, gracias por abrir en su día aquella puerta que yo ya no quiero volver acerrar.
Gracias al fiscalCarl, a la inspectora criminalCarola y a los exagentes depolicía Lena y Thord por haberme dedicado tiempo a explicarme vuestrasinteresantes experiencias, compartir vuestros conocimientos profesionales yrespondermisextrañaspreguntasacualquierhoradeldía.
Unas gracias especiales a la técnica forense Caroline Karlsson por losagradablescafésendomingoentreconversacionessobreasesinatosyescenariosde crímenes.Gracias amis amigos escritores que desde sus «cuevas»me hanleídoymehanofrecidosuspuntosdevistaalolargodeltrabajo.YalaescritoraHeleneDahlgrenporsuapoyoysusgritosdeánimotantoenlosmomentosaltoscomoenlosbajos.
Unas gracias indescriptibles a mi escudero, escritor y amigo AlbertLindemalm,quesiemprehaestadoamilado.Graciasporleermeyescucharme,pero sobre todo por darle color a cualquiermomento del proceso.Agradecidaparasiemprepordejarmecompartirlavidadeescritoracontigo.
Porúltimo,lasgraciasmásgrandesamiesposo,JohanRyltenius,quenuncasecansadehacersecargode todo lodemásmientrasyoescribo.Sin tuapoyo,implicación y paciencia jamás habría salido ningún libro. Esta novela te ladedicoati.
TestimoniomortalAnnaBågstamNosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdelCódigoPenal)DiríjaseaCEDRO(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447Títulooriginal:ÖgonvittnetDiseñodelaportada,PlanetaArte&Diseño©delafotografíadelaportada,MariusKasteckas/GettyImages©AnnaBågstam2018,publicadoporNorstedts,Suecia,en2018PublicadodeacuerdoconNorstedtsAgency©porlatraducción,PontusSánchezGiménez,2019©EditorialPlaneta,S.A.,2019EdicionesMartínezRoca,unselloeditorialdeEditorialPlaneta,S.A.Av.Diagonal,662-664,08034Barcelona(España)www.editorial.planeta.eswww.planetadelibros.comPrimeraediciónenlibroelectrónico(epub):juliode2019ISBN:978-84-270-4635-1(epub)Conversiónalibroelectrónico:RealizaciónPlaneta
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