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TEMA 3. CONOCIMIENTO Y VERDAD TEXTOS DE DESCARTES. MEDITACIONES METAFÍSICAS. 1641. Meditación primera- De las cosas que pueden ponerse en duda Ya me percaté hace algunos años de cuántas opiniones falsas admití como verdaderas en la primera edad de mi vida y de cuán dudosas eran las que después construí sobre aquéllas, de modo que era preciso destruirlas de raíz para comenzar de nuevo desde los cimientos si quería establecer alguna vez un sistema firme y permanente (…..) Todo lo que hasta ahora he admitido como absolutamente cierto lo he percibido de los sentidos o por los sentidos; he descubierto, sin embargo, que éstos engañan de vez en cuando y es prudente no confiar nunca en aquellos que nos han engañado aunque sólo haya sido por una sola vez. Con todo, aunque a veces los sentidos nos engañan en lo pequeño y en lo lejano, quizás hay otras cosas de las que no se puede dudar aun cuando las recibamos por medio de los mismos, como, por ejemplo, que estoy aquí, que estoy sentado junto al fuego, que estoy vestido con un traje de invierno, que tengo este papel en las manos y cosas por el estilo. ¿Con qué razón se puede negar que estas manos y este cuerpo sean míos, a no ser que me asemeje a no sé qué locos cuyo cerebro está tan turbio y ofuscado por los negros vapores de la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres, estar vestidos de oro y púrpura, estando en realidad desnudos, o se imaginan que son cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Pero estos son dementes, y yo mismo parecería igualmente más loco que ellos si me aplicase sus ejemplos. Sin embargo, he de considerar aquí que soy hombre y, por consiguiente, que tengo costumbre de dormir y de representarme en sueños las mismas cosas (…) ¡Cuántas veces me ha sucedido soñar de noche que estaba en este mismo sitio, 1

Textos de Descartes.meditaciones Metafísicas.11-12

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TEMA 3. CONOCIMIENTO Y VERDADTEXTOS DE DESCARTES. MEDITACIONES METAFSICAS. 1641.

Meditacin primera- De las cosas que pueden ponerse en dudaYa me percat hace algunos aos de cuntas opiniones falsas admit como verdaderas en la primera edad de mi vida y de cun dudosas eran las que despus constru sobre aqullas, de modo que era preciso destruirlas de raz para comenzar de nuevo desde los cimientos si quera establecer alguna vez un sistema firme y permanente (..)

Todo lo que hasta ahora he admitido como absolutamente cierto lo he percibido de los sentidos o por los sentidos; he descubierto, sin embargo, que stos engaan de vez en cuando y es prudente no confiar nunca en aquellos que nos han engaado aunque slo haya sido por una sola vez. Con todo, aunque a veces los sentidos nos engaan en lo pequeo y en lo lejano, quizs hay otras cosas de las que no se puede dudar aun cuando las recibamos por medio de los mismos, como, por ejemplo, que estoy aqu, que estoy sentado junto al fuego, que estoy vestido con un traje de invierno, que tengo este papel en las manos y cosas por el estilo. Con qu razn se puede negar que estas manos y este cuerpo sean mos, a no ser que me asemeje a no s qu locos cuyo cerebro est tan turbio y ofuscado por los negros vapores de la bilis, que afirman de continuo ser reyes, siendo muy pobres, estar vestidos de oro y prpura, estando en realidad desnudos, o se imaginan que son cacharros, o que tienen el cuerpo de vidrio? Pero estos son dementes, y yo mismo parecera igualmente ms loco que ellos si me aplicase sus ejemplos.

Sin embargo, he de considerar aqu que soy hombre y, por consiguiente, que tengo costumbre de dormir y de representarme en sueos las mismas cosas () Cuntas veces me ha sucedido soar de noche que estaba en este mismo sitio, vestido, sentado junto al fuego, estando en realidad desnudo y metido en la cama! Bien me parece ahora que, al mirar este papel, no lo hago con ojos dormidos; que esta cabeza, que muevo, no est somnolienta; que si alargo la mano y la siento, es a propsito y a sabiendas; que lo que sucede en sueos no parece tan claro y tan distinto como todo esto. Pero si pienso en ello con atencin, me acuerdo de que, muchas veces, ilusiones semejantes me han burlado mientras dorma; y al detenerme en este pensamiento, veo tan claramente que no hay indicios ciertos para distinguir el sueo de la vigilia, que me quedo atnito ()

Supongamos, pues, ahora, que estamos dormidos y que todas estas particularidades, a saber: que las manos y otras por el estilo, no son sino engaosas ilusiones; y pensemos que, acaso, nuestras manos y nuestro cuerpo no son tales como los vemos. De la misma manera, aunque estos rganos generales (los ojos, la cabeza, las manos, etc.) puedan ser imaginarios, se habr de reconocer al menos otros verdaderos ms simples y universales (..). A esta clase parece pertenecer la naturaleza corprea en general en su extensin, al mismo tiempo que la figura de las cosas extensas, la cantidad o la magnitud y el nmero de las mismas, el lugar en que estn

En consecuencia, deduciremos quiz sin errar de lo anterior que la fsica, la astronoma, la medicina () son ciertamente dudosas, mientras que la aritmtica, la geometra y otras de este tipo, que tratan sobre las cosas ms simples y absolutamente generales, sin preocuparse de si existen en realidad en la naturaleza o no, poseen algo cierto e indudable, puesto que, ya est dormido, ya est despierto, dos y tres sern siempre cinco y el cuadrado no tendr ms que cuatro lados; y no parece ser posible que unas verdades tan obvias incurran en sospecha de falsedad. No obstante, hace tiempo que tengo cierta opinin de que hay un Dios que todo lo puede, por quien he sido hecho y creado como soy. Y Qu s yo si no habr querido que no haya tierra, ni cielo, ni cuerpo extenso, ni figura, ni magnitud, ni lugar, y que yo, sin embargo, tenga el sentimiento de todas estas cosas ()? Y es ms an: Qu se yo si Dios no ha querido que me engae cuando sumo dos y tres, o enumero los lados de un cuadrado o realizo cualquier otra operacin ()? Pero quiz Dios no ha querido que yo me engae de este modo, puesto que de l se dice que es sumamente bueno ()

Supondr, pues, que no un Dios ptimo, fuente de la verdad, sino algn genio maligno de extremado poder e inteligencia pone todo su empeo en hacerme errar; creer que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y todas las cosas exteriores no son sino ilusiones y engaos de los que hace uso, como cebos, para captar mi credulidad; considerar que no tengo manos, ni ojos, ni carne, ni sangre, sino que lo debo todo a una falsa opinin ma; permanecer, pues, asido a esta meditacin y de este modo, aunque no me sea permitido conocer algo verdadero, procurar al menos con resuelta decisin (..) no dar fe a cosas falsas y evitar que este engaador, por fuerte y listo que sea, pueda inculcarme nada. Meditacin segunda- De la naturaleza del espritu humano; y que es ms fcil de conocer que el cuerpo.Supongo, por tanto, que todo lo que veo es falso; y que nunca ha existido nada de lo que la engaosa memoria me representa; no tengo ningn sentido absolutamente: el cuerpo, la figura, la extensin, el movimiento y el lugar son ficciones de mi espritu. Qu es entonces lo cierto? Quiz solamente que no hay nada seguro.

Pero qu s yo si no habr otra cosa diferente de las que acabo de juzgar inciertas y de la que no se pueda dudar? Yo, al menos, no soy algo? ()Me he persuadido ()de que no existe nada en el mundo, ni cielo ni tierra, ni mente ni cuerpo; no significa esto, en resumen, que yo no existo? Ni mucho menos; si he llegado a persuadirme de algo o solamente si he pensado alguna cosa, es sin duda porque yo era. Y si cierto burlador muy poderoso y astuto dedica su industria toda a engaarme siempre, no cabe duda alguna de que yo soy, puesto que me engaa y, por mucho que me engae, nunca conseguir hacer que yo no sea nada, mientras yo est pensando que soy algo. De manera que, una vez sopesados escrupulosamente todos los argumentos, se ha de concluir que la proposicin siguiente Yo soy, yo existo es necesariamente verdadera. No alcanzo, sin embargo, a comprender todava quin soy yo ()Puedo afirmar que tengo algo, por pequeo que sea, de todo aquello que, segn he dicho, pertenece a la naturaleza del cuerpo? () Qu acontece a las cosas que atribua al alma, como alimentarse o andar? Puesto que no tengo cuerpo, todo esto no es sino ficcin. Y sentir? Esto no se puede llevar a cabo sin el cuerpo, y adems me ha parecido sentir muchas cosas en sueos que he advertido ms tarde no haber sentido en realidad. Y pensar? Aqu me encuentro lo siguiente: el pensamiento es lo nico que no puede separarse de m (). No admito ahora nada que no sea necesariamente cierto; soy por lo tanto, en definitiva, una cosa que piensa, esto es, una mente, un alma, un intelecto, o una razn, vocablos de un significado que antes me era desconocido. Soy, en consecuencia, una cosa verdadera, verdaderamente existente. Pero, qu cosa? Ya lo he dicho: una cosa que piensa. () Qu es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, y, tambin, imagina y siente.PAGE 3