Tierra en Armas (Salta)- Resumen

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Sara Mata

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Tierra en armas. Salta en la Revolucin- Sara MataMuchos colonialistas han empezado a replantear desde la perspectiva de su produccin historiogrfica el proceso revolucionario y las transformaciones que signific, en la medida en que la crisis poltica iniciada en 1810 es una crisis del sistema colonial y debe abordarse desde la sociedad colonial y sus formas de poder poltico. El perodo estudiado aparece signado por la militarizacin y la guerra. Los procesos polticos a travs de los cuales se organizaron nuevas formas de poder durante los primeros aos de la revolucin, si bien acabaron por transformar las prcticas polticas, muestran el sello de la colonia a travs de las estructuras de poder que permanecieron vigentes. Halpern Donghi atribuye originalidad a la experiencia saltea del pasado prerrevolucionario y a la guerra que se establece en su jurisdiccin, y compara las bases populares y rurales de la revolucin en Salta con las de la Banda Oriental. En Salta la revolucin moviliz amplios sectores rurales organizados por estancieros y hacendados. Tanto en Salta como en la Banda Oriental, el enfrentamiento con ejrcitos enemigos contribuy a definir identidades polticas y regionales, a la vez que result imperiosa la construccin de un liderazgo poltico a partir de las previas relaciones establecidas en la campaa rural. Sara Mata intenta aproximar reflexiones acerca de la originalidad de la experiencia saltea, sopesando el poder social y poltico de los propietarios rurales y la conflictividad subyacente en el mundo rural, e indagando acerca de la constitucin de la elite y los procesos que determinan la emergencia de sectores sociales que albergaban reivindicaciones difciles de satisfacer. Salta y su jurisdiccin a fines de la Colonia: Las diversas condiciones ecolgicas y humanas se manifestaron en la desigual distribucin de estancias, haciendas y chacras entre los valles Calchaqu y de Lerma y los territorios ms llanos hacia el este, frontera de ocupacin difcil extendida hacia el este en interaccin permanente con los guaycures. Estas diferencias se reflejaron en el acceso a los recursos, condicionando las relaciones sociales y de produccin establecidas en el mbito rural, lo cual gener sistemas de trabajo diferenciados en las propiedades rurales, al combinarse con una compleja composicin tnica y social. La demanda de ganado mular fue importante para Salta, donde se efectuaban las invernadas de las tropas hasta su remisin al Per, y para Crdoba y el Litoral, en cuyas estancias se criaba el ganado. El crecimiento demogrfico andino contribuy a incrementar la demanda de ganado vacuno en pie. Este comerci reditu amplias ganancias. Favoreci este proceso mercantil la legalizacin del puerto de Bs. As, la creacin del virreinato, y la incorporacin de la minera altoperuana en su jurisdiccin. Se design a Salta capital de la Intendencia, por lo que arribaron a ella funcionarios, burcratas, y comerciantes peninsulares, habilitando con efectos de Castilla y de la tierra a los arrieros y capataces que emprendan con las tropas de mulas el camino al Alto Per y al Per. Los intendentes y burcratas coloniales estrecharon vnculos con miembros de la elite a la vez que protagonizaron con ella enfrentamientos en los cuales aparecieron comerciantes peninsulares apoyados por la burocracia borbnica. Adscriptos a la elite a travs del matrimonio con hijas de estancieros y hacendados, los comerciantes de efectos de Castilla estructuraron con sus suegros empresas mercantiles que entrelazaron lealtades familiares e intereses econmicos. Se afianza un grupo que comienza a diferenciarse de los estancieros y hacendados, desafiando su poder y hegemona social. Los propietarios de tierras y poseedores de un linaje continuaron ocupando cargos significativos en el Cabildo y afianzando a los burcratas y funcionarios borbnicos. La frontera exhibe una expansin ganadera por las demandas del mercado altoperuano y la valorizacin de las propiedades rurales mejor posicionadas en el camino Real a Jujuy. Esto atraer pobladores que se instalarn en tierras ajenas realengas, practicando una agricultura de subsistencia y produciendo excedentes ganaderos. Entre esta poblacin de condicin tnica diversa se encuentran los soldados partidarios de los fuertes. En el Valle Calchaqu hay pocas haciendas de gran extensin, y producen vino, harinas y ganado equino y ovino. La dinmica econmica de la regin favoreci la fragmentacin de propiedades en algunos sectores del valle y la emergencia de campesinos propietarios de pequeas unidades productivas y de estancieros de mediana condicin, algunos indgenas. En el valle de Lerma, donde se encuentra la ciudad de Salta, las tierras fueron requeridas por estancieros y comerciantes de mulas, y los estancieros conchababan peones y establecan arrenderos y agregados en sus propiedades, por la falta de mano de obra. Se produjeron procesos de concentracin de la tierra por las leyes de herencia, y surgi un campesinado propietario de la tierra y pequeos y medianos productores en las reas ms prximas a la ciudad. El comercio mular hizo posible el retorno en metlico y permiti la posesin de monedas a peones y capataces, que pudieron invertir en la adquisicin de suertes de tierras. A fines del siglo XVIII aument la poblacin rural del valle por el aporte migratorio indgena altoperuano. Los litigios por tierras y los reclamos por los destruidos pueblos indgenas se incrementaron. Lmites del control social. Tensiones y conflictos: Se produjeron adems disputas entre ganaderos y agricultores. La poblacin urbana creci con la afluencia de indios del Alto Per y de esclavos ingresados por Buenos Aires, con el consecuente aumento de castas libres y la constitucin de una plebe urbana. Aument el vagabundaje. El castigo que se impona de trabajar en obras pblicas a quienes no tuvieran papeleta de conchabo indica el conflicto que se generaba por el acceso a la tierra y el ganado, la existencia de sectores sociales que intentaban evadir el control social, y los temores de las autoridades y de la gente decente. La tensin social y la conflictividad aparecen imbricadas en la lucha por el poder en que se encontraban hacendados y estancieros criollos con las autoridades borbnicas. Los reclamos de funcionarios de la Corona a los Alcaldes acerca de la administracin de justicia y el conflicto desatado a raz de la organizacin de las milicias en 1803 revelan estos enfrentamientos generados por el afn de monopolizar el derecho a castigar y ejercer el control social. Esto lleva a los involucrados a exagerar sobre la insubordinacin manifestada a travs del bandolerismo. El descontrol social impulsaba la aplicacin de medidas represivas a travs de las cuales el ejercicio del poder reafirmaba sus estrategias de cohesin y coaccin. Cuestionar tales medidas significaba controvertir la autoridad y el orden social. Estas objeciones afloran sin embargo en la documentacin criminal. Las milicias constituan un elemento de coaccin y disciplinamiento social, por lo que existan conflictos entre comandantes y milicianos. La organizacin de las mismas gener un enfrentamiento en el que participaron funcionarios borbnicos y los jefes de la milicias organizadas segn el Reglamento de 1803 (hacendados y estancieros criollos). El fuero militar fue el centro de la disputa, en la medida que sustraa a los milicianos de la jurisdiccin de los tribunales ordinarios, reforzando el poder de los criollos. En 1805 el Cabildo peda disculpas por el accionar de jueces que sin sumario condenaban al destierro a las fronteras a mulatos, negros, indios y mestizos acusados de vagabundaje y se mostraba indiferente cuando el Sndico Procurador se quejaba del trastorno ocasionado por el fuero militar. En relacin con el fuero se manifestaban en el Cabildo intereses divergentes. Entre 1803-6, los enfrentamientos entre miembros del Cabildo con funcionarios de la Corona y sus allegados se tornaron virulentos, y frente a las denuncias del Sndico Procurador, el Cabildo debi acordar elevarlas a los Jefes de las Milicias. La exageracin del Sndico se justificaba en la lucha por ejercer el control social entablada entre estancieros y hacendados criollos y funcionarios peninsulares, as como en el poder poltico que las milicias otorgaban a los primeros que alcanzaron en ellas cargos de jerarqua. El Coronel del Regimiento de Milicias de Caballera Reglada, Saravia, afirma que el Provisor solicitaba la nulidad del fuero para tener ms hombres a quienes oprimir, y afirma que si quera soldados blancos, rubios o colorados, se fuera a Europa, ya que al soldado no se le preguntaba acerca de su nobleza ni se observaba su color de piel para alistarlo. Al estallar la revolucin, la campaa saltea presentaba una complejidad y conflictividad mayor que la atribuida por Halpern, quien caracteriz a Salta por la presencia de una elite aristocrtica y hacendaria y una multitud de peones sometidos a ella. Pero existan diversos sectores sociales en la campaa y en la ciudad (arrenderos, agregados, peones, residentes, pequeos y medianos propietarios, milicianos), que se movilizaran a favor de la revolucin. Esta sociedad colonial albergaba resentimientos y aspiraciones sociales reprimidas. Protagonistas de la revolucin: Al momento de la revolucin, la representacin del poder de la corona en Salta la detentaba un americano hacendado. El gobernador intendente Isasmendi era un criollo hacendado encomendero del Valle Calchaqu. En el Cabildo, los Alcaldes eran un destacado hacendado y un comerciante peninsular de efectos de Castilla de mediana fortuna. Varios Regidores posean propiedades rurales. El pronunciamiento del Cabildo ante los acontecimientos ocurridos en mayo en Bs. As mostr apoyo de los propietarios rurales, a excepcin de Isasmendi. El peso poltico de estancieros y hacendados les permiti desempear un rol protagnico en el conflicto. La organizacin y disciplinamiento de las milicias les permiti asociar el poder poltico al militar. Esto no signific, sin embargo, la adhesin absoluta de los propietarios rurales. Su adhesin a la causa americana debe ser analizada desde la perspectiva de su lucha por preservar los espacios de poder local frente al avance de los comerciantes peninsulares. Los hacendados mantenan una relacin estrecha con sus peones por lo que se les atribuy la capacidad de movilizar hombres para las milicias, pero la campaa presentaba situaciones conflictivas relacionadas con el acceso a la tierra, el ganado y la produccin. La poblacin rural tnicamente heterognea exhibi variadas relaciones y prcticas sociales sancionadas por la costumbre. La lucha armada de las caractersticas que present en Salta y Jujuy entre 1810-21 no se hubiera podido sostener si no hubiesen existido motivaciones sociales y polticas que llevaron a los gauchos y paisanos de la campaa a luchar contra el ejrcito espaol. Fueron importantes los resentimientos contra el orden social establecido.Clientelismo, milicias y reivindicacin social: En la frontera los productores rurales residentes en tierras ajenas o arrendatarios en las estancias aparecen con frecuencia como poseedores de hatos de vacunos que comerciaban en las estancias y pulperas. Los patrones y capataces los provean de tacuaras y lanzas para defender los intereses de las estancias de las incursiones de ganado por peones de estancias vecinas o del peligro indgena. Eran importantes las relaciones clientelares basadas en el paternalismo y el proteccionismo, y existan alternativas en esa relacin que no excluan el conflicto. Existan espacios de negociacin que hacan posible a los clientes escoger patrones, y estos espacios estaban dados por la demanda de mano de obra y la emergencia de un campesinado propietario de su parcela en el valle de Lerma, donde residan arrenderos y en los que se registr movilizacin de milicias. En junio de 1811 el nmero de milicianos y nuevos capitanes (a menudo modestos o medianos propietarios), se increment por la posibilidad de una mejora en su consideracin social. Su movilizacin y la de negros y afromestizos despert temores y algunas reticencias en la elite revolucionaria. El fuero militar fue aprovechado para peticionar ante las autoridades la reivindicacin de derechos. La plebe que ingresaba a las milicias se pona bajo la jurisdiccin de sus jefes, quienes en estas circunstancias posean escaso margen de negociacin. En los curatos del valle de Lerma, por el crecimiento de un campesinado de hacendados y pequeos propietarios en aos previos a la revolucin, la movilizacin militar adquiri un carcter masivo, acompaada por peticiones reivindicatorias. Amparados por el fuero militar, peticionaban directamente a la autoridad de los jefes militares, y despus de 1815 ante Gemes. Adems, los milicianos podan tomar ganados para el consumo de las tropas. La llegada de Gemes al poder servira para contener un movimiento social que los grandes propietarios no estaban en condiciones de controlar, obligados a requerir los servicios de la plebe rural por el peligro realista. El pronunciamiento del Cabildo de Salta, reacio a conceder el fuero militar a los gauchos oblig a Gemes, recientemente designado como Gobernador de Salta, a afirmar que todos los gauchos alistados gozaban del fuero y de los privilegios que pudieran otorgar las facultades del gobierno supremo. La respuesta del Cabildo fue que no se justificaba el goce del fuero militar ya finalizada la guerra. Al interceder Gemes ante los dueos de las tierras para que contemplen la posibilidad de compensar a los soldados arrenderos, reconoce la necesidad de otorgar algunos de los privilegios prometidos en su Bando del ao anterior. Las diferencias entre el Cabildo y Gemes se nutrieron en las concesiones que ste debi otorgar para mantener movilizada a la campaa. En el valle de Lerma la insubordinacin de los arrenderos fue mayor, afectando los intereses del grupo ms poderoso de la elite. En el valle Calchaqu, slo en las parroquias de Cachi y San Carlos, donde exista un campesinado parcelario y mediano propietarios, se organizaron milicias, y la lealtad a la causa revolucionaria fue dbil. El valle Calchaqu, alejado del campo de batalla, sufri una exaccin menor que los del valle de Lerma. En la frontera fue importante la movilizacin campesina, y su gente continu pagando los arriendos. En el valle de Lerma, a fines de 1810, se encontraban organizadas varias compaas que gozaban de un salario, que vari con el transcurso de la lucha y las dificultades cada vez mayores del erario pblico. Resultaba ms provechoso para todos, incluidos los estancieros y hacendados, resignar voluntariamente los arriendos en reconocimiento de los patriticos servicios de los gauchos, que reconocer su incapacidad para exigir el pago. Por otra parte, slo una porcin de los gauchos eran arrenderos. En los aos previos a la revolucin, el parcelamiento haba dado origen a pequeos y medianos productores en zonas del valle de Lerma, cuyos propietarios eran mestizos, espaoles pobres, indios y afromestizos, que asumieron cargos en las milicias, y aparecen como incitadores de la rebelin social que significa desconocer los derechos del propietario al no pagar los arriendos o no prestar los servicios personal sancionados por la costumbre. La prerrogativa de no abonar los arriendos debe ser visto como una concesin arrancada por el campesinado. En la actitud de Gemes hay que tener en cuenta que no es lo mismo no exigir que se paguen los arriendos a eximir a los arrenderos de su pago. Incluso, algunos oficiales desconocieron las nuevas rdenes de Gemes en 1820 e impidieron que los gauchos pagaran los arriendos. Otros oficiales intentarn conservar prerrogativas a los arrenderos, ya desaparecido Gemes, a veces por el resentimiento contra el propietario que vive en el descanso y comodidad de su casa. Conclusin: La revolucin en Salta fue un movimiento tan urbano como rural en la medida en que las bases econmicas de la elite saltea radicaban en el comercio de mulas y en el control de las mejores tierras. Los comerciantes peninsulares comenzaban a socavar el poder de los hacendados salteos. El crecimiento poblacional y econmico experimentado por la ciudad y su jurisdiccin antes de la revolucin, haba favorecido el crecimiento de grupos marginales y de un heterogneo sector intermedio, con mayor intensidad en el valle de Lerma, donde la fragmentacin de la propiedad rural, la disponibilidad de circulante monetario y la demanda de productos agrarios dio lugar al surgimiento de un campesinado parcelario de variada extraccin tnica. En el valle Calchaqu predominaron colonos e indios sujetos a un dominio casi feudal. El fuero militar y el poder que otorgaban las milicias a los hacendados y estancieros habilitaron un espacio de negociacin. El conflicto entre el arrendero y su patrn revela relaciones clientelares que involucraban a terceros. El vagabundaje reflej la progresiva dificultad para acceder a la tierra y un dominio creciente por parte de los propietarios rurales, al poseer la posibilidad de elegir a los arrenderos. No fue Gemes quien introdujo el conflicto rural en la guerra de la independencia, e incluso su ascenso al poder puede revelar que l forma parte de las reivindicaciones de sectores urbanos y rurales participantes en la guerra. Los pactos sociales se encontraban ya cuestionados por la plebe cuando Gemes asumi la Gobernacin Intendencia, y la legitimidad de su poder se bas en las posibilidades de contener el desborde social, garantizando cierta tranquilidad a la gente decente que haba atrapada entre someterse a la revancha de los realistas si retomaban el control poltico, y las reivindicaciones de clase de indios, mestizos y gentes de color.