TIMONELES DEL FUTURO

TIMONELES DEL FUTUROTIMONELES DEL FUTURO

JULIO VENEGAS

JULIOVENEGAS VASQUEZ

Ha generado una productiva convergencia entre filosofía y cibernética, permitiéndole proponer un nuevo concepto de inteligencia, un nuevo paradigma educativo, así como una metodología y estrategia transdisciplinaria para el estudio de sistemas complejos.

En esta obra expone los alcances técnicos y aplicados de su modelo educativo; proponiendo la creación de una Plataforma para el Futuro, destinada a transformar a la educación en variable estratégica para el crecimiento del país y, al mismo tiempo, establecer una convergencia programática con el proceso de invención tecnológica, el desarrollo productivo, el proceso de transculturización Oriente-Occidente y las nuevas formas de exploración y de navegación por el inquietante y alucinante ciberespacio.

El parad igma educat ivo aquí expuesto permite además, en concordancia con el proceso de modernización educacional: Diseñar Colegios de Anticipación; Cubrir la Extensión de la Jornada Escolar, Complementar las Matrices Curriculares de la Enseñanza Básica y Media, Crear Pedagogías en Educación Tecnológica y Talleres Universales de Invención, en el contexto de un Programa para el Desarrollo de la Inteligencia y como aporte preliminar para diseñar una estrategia tecnológica.

TIMONELES DEL FUTURO

JULIO VENEgaS VáSqUEz

©JULIO VENEGAS VÁSQUEZ

Primera Edición 2001Inscripción Nº 117.830I.S.B.N. 956-7003-62-9

Diseño de la Portada:SEBASTIAN VENEGAS NOVAKOVIC

Pintura digital:En el Umbral del Ciberespacio

Se terminó de imprimir en el mes de Enero del 2001.

Impreso en Chile / Printed in Chile

Se prohibe cualquier tipo de reproducción total o parcial. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, trasmitida o almacenada, incluidas las

fotocopias. El autor autoriza citas en revistas, diarios o libros, siempre que se mencione la fuente.

El secreto más alto y prodigioso .......................................................................9

Hacia el Sur, en procura de la luz ....................................................................11

Primera Parte

TIMONELES y CIbERNaVEgaNTES

El camino del timonel ............................................................................................15 Cuando navega por el proceloso y anchuroso mar ..................................19 Cuando navega por el espacio sideral .........................................................22 Cuando se navega por redes informáticas...........................................................25 Persecución y captura de un hacker ............................................................26 El nuevo viaje interior ...................................................................................30 Viajeros del conocimiento ............................................................................34 El diálogo global ............................................................................................36 Los cibernavegantes................................................................................................39 El Ciberespacio y la Máquina Proteo ...................................................................45 El nuevo escenario tecnológico ...................................................................45 El universal fuego de Prometeo ...........................................................................53 El lado oscuro de la fuerza ...........................................................................53 La historia del hortelano chino ....................................................................56 Hipercomplejidad y heterogeneidad .....................................................................59 Acerca de la hipercomplejidad y el control ................................................60 Sobre la heterogeneidad ................................................................................63 Gobernabilidad, fascinación y tendencia al desorden ........................................67

INDICE

Segunda Parte

EN EL INqUIETaNTE CIbERESPaCIO

En el ciberespacio ..................................................................................................75 La conspiración .............................................................................................75 El ciberespacio de Neuromante ..........................................................................78 Realidad virtual: una antesala del ciberespacio ...................................................80 Una dimensión sin fronteras ........................................................................80 Interfases hombre-máquinas ........................................................................84 Las nuevas extensiones ..........................................................................................86 Convergencia arte-tecnología .......................................................................88 Un mundo virtual que es real. Pero ¿cómo así? ..................................................91

Tercera Parte

DE La PLUMa, La ESPaDa y La VIDa

De Oriente con la Pluma y la Espada ................................................................100 Más rápido que el rayo ...............................................................................108La educación del cacique......................................................................................111La educación de los Suwamish’s .........................................................................118La cobertura universal de acción de la inteligencia ..........................................121 Hacia una nueva definición de la inteligencia .........................................125 La dimensión o configuración meta ..........................................................127 Aprendizaje y ambientes electrónicos inteligentes ................................130

Cuarta Parte

UNa PLaTaFORMa PaRa EL FUTURO

En el umbral de un desafío alucinante ...............................................................138 Una inspirada metáfora ...............................................................................138 Búsqueda de un paradigma universal de organización ...........................141Una Plataforma para el Futuro ...........................................................................151 Prediseñando nuestro navío .......................................................................152 La idea directriz ............................................................................................154Configuraciones del nuevo Paradigma Educativo y Plataforma Futurista .............................................................................................159 1. Proteo: Programa para el Desarrollo de la Inteligencia .....................159 2. Metalógica .................................................................................................175 3. Estructura del Conocimiento y Metacognición ..................................183 4. Lenguajes y Comunicación .....................................................................195 5. Estrategias de Adaptabilidad ..................................................................199 6. Las Formas de la Sensibilidad y del Sentimiento ................................207 7. Arte y Tecnologías de Comunicación ...................................................211 8. Cibernética ................................................................................................217 9. Estudios del Futuro .................................................................................222 10. Sistemas de Organización y Producción ............................................227 11. El Proceso de Invención ......................................................................233 12. Talleres Universales de Invención .......................................................239 13. Explorando algunas ideas .....................................................................241Hacia una nueva dimensión .................................................................................248Los niños en la torre de comandos del ciberespacio .......................................249

y ahora, hacia el Norte, llevando el Fuego de Prometeo................ 253

Sobre lecturas orientadoras..................................................................................254

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EL MaESTRO CHINO LÜ DSU DIJO:

"Seré hoy vuestro acompañante, y os revelaré el secreto de la Flor de Oro.

La Flor de Oro es la Luz.La Luz tiene su morada en el Corazón Celestial

que se halla entre el Sol y la Luna, Es decir, entre ambos ojos.

En esta sala mora la magnificencia, El dios de la Vitalidad y de lo Creativo".

He aquí, pues, el secreto más alto y prodigioso:

"así que la Luz vaya en curso circular Comparecen ante su trono las fuerzas del cuerpo íntegro;

Necesitáis sólo poner la Luz en curso circular.

La Luz es fácil de mover, pero difícil de fijar, Si se la deja correr en círculo suficiente tiempo, Se cristaliza: éste es el cuerpo-espíritu natural"

"El Secreto de la Flor de Oro"

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HaCIa EL SUR, EN PROCURa DE La LUz,

DEL FUEgO qUE NOS ILUMINaRáPaRa SIEMPRE EL CaMINO...

"Al sur dijo el capitán.Pero dijo la tripulación no hay direcciones aquí en el espacio.Cuando uno viaja hacia el Sol replicó el capitán, y todo se hace amarillo y

ardiente y perezoso, entonces uno va en una única dirección.Cerró los ojos y pensó en las tierras lejanas, cálidas y humeantes, y el aliento

se le movió suavemente en la boca. Al Sur.Asintió lentamente, con un movimiento de cabeza. Al Sur".El cohete Prometeo surcó el espacio sideral en procura del deslumbrante

Sol del mediodía para coger una porción de su energía, de su luz, de sus doradas manzanas, el fuego atómico, "el fuego que nos iluminará para siempre el camino, un don que entregaremos a la Tierra, donde arderá para siempre...".

Ray Bradbury, "Las Doradas Manzanas del Sol"

PRIMERa PaRTE

TIMONELES y CIbERNaVEgaNTES

Timoneles del Futuro - Julio Venegas

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Desde siglos de los que no existe memoria, los hombres han venido realizando toda clase de navegaciones y exploraciones, descubriendo nuevos mundos, geográficos, de conocimientos o viajando hacia el interior de sí mismos. Y también desde los primeros tiempos el hombre ha sido timonel, tripulante y pasajero de la cosmonave terrígena en viaje galáctico por el inconmensurable universo. Ahora, desde hace poco más de medio siglo, nos hemos puesto en camino hacia una alucinante, aun cuando inquietante y amenazante nueva dimensión: el ciberespacio.

La nueva travesía coloca a los timoneles en aguas turbulentas, donde la preservación de la vida y de la propia especie enfrentan complejísimas pruebas de sobrevivencia, dentro de una explosión inventiva tecnológica que no obstante estar preñada de esperanzas, contiene la posibilidad efectiva de trastrocar la vida como la conocemos; pudiendo transmutarla y manejarla irrestrictamente, ora satisfaciendo los propósitos del poder y la soberbia humanas o sirviendo en un futuro talvez próximo los designios de entidades electrónicas inteligentes.

El abismante escenario tecnológico que se avecina no puede, sin embargo, ocultar los acuciantes problemas derivados del acelerado proceso de invención, así como de la explosión demográfica, la contaminación ambiental, el posible agotamiento de los recursos naturales, la miseria y pobreza en la que se encuentran extensas poblaciones del planeta, entre otros muchos males que aquejan a la humana especie.

EL CaMINO DEL TIMONEL


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Un proceloso océano que imperativamente exige una nueva forma de gobierno y de navegación. Razón por la cual exploraremos el sentido profundo del navegar y de la decisiva función del timonel, término que procede del vocablo griego χυβερνητησ (khubernetes), de donde se origina la palabra cibernética, con el sentido originario de el que gobierna, rige o controla un navío con el timón. Iniciaremos nuestro viaje en el anchuroso mar, guiados por Homero, para culminarla con el acceso de los niños a la torre de comandos de la navegación en el ciberespacio. Visitando la oriental cultura de la pluma y de la espada, y sus caminos interiores de perfeccionamiento espiritual. Al mismo tiempo, nos aproximaremos al lado oscuro de la fuerza, asumiendo la tendencia progresiva al desorden; pero a su vez, proyectando el lado luminoso de la naturaleza proteica y universal de la inteligencia. Para ello, haremos una travesía por el emergente ciberespacio, por los ambientes electrónicos, aquellos que resultan de transformar la energía electromagnética en lógica, automatizando propiedades lógicas y adaptativas de los seres vivos, o más ampliamente, para recreación o simulación virtual de estructuras y representación de los más variados espacios y sistemas. Se trata también de las posibilidades creativas del manejo tecnológico de la luz, en formas como el cine y los mismos ambientes virtuales; o de la interrelación sensorial multimedial, otra vía de expresión para las más diversas formas y propósitos de la sensibilidad y sentimiento humanos; todo lo cual genera una particular logicidad, misma que origina y sostiene a la nueva cultura.

Así, podemos imaginar que nuestro viaje nos puede conducir a un mundo y ambiente futuro que, por estar anunciado en las tecnologías presentes, podría quizás ser casi predecible en su tendencia más general. Desde luego, con la muy probable generación de una matriz virtual paralela, con rutas multidireccionales hacia y desde el mundo real conocido; regida también por inteligencias artificiales; las cuales podrían crear dimensiones de existencia indistinguibles para las entidades allí existentes, por ejemplo, como seres-estructuras o software obtenidos de la memoria de personas vivas a las cuales se les hicieran programas de réplica. O también con la posibilidad de crear humanoides clónicos para diversos propósitos; además de clonación de órganos, tráfico ilícito de los mismos, alteración del ADN a voluntad, prolongación criogénica de la vida, implantes neuroelectrónicos, partes del cuerpo como piezas de recambio, transferencia de extractos glandurales sintéticos o de materiales genéticos y hormonas. Y también microsensores ópticos, táctiles, auditivos u otros, en interfase con sistemas computarizados para controlar o guiar el comportamiento de seres humanos o de entes virtuales.


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También cabe imaginar ciudades satélites circundando el planeta, danza de negocios en constelaciones de información pertenecientes a redes electrónicas expertas, la información interactuando; pero al mismo tiempo organizaciones especializadas para penetrar sistemas informáticos, alterar y robar información; con zonas permitidas fuera de la ley para desarrollar y probar tecnologías de última generación con efectos difíciles de prever. Y también el incremento del consumo de una alta variedad de drogas y estupefacientes, con clínicas negras para apoyar las organizaciones tecnodelictivas y el empobrecimiento de grandes poblaciones humanas.

Se trata, sin duda, de escenarios imaginados que estaríamos inclinados a considerar más del ámbito de la ciencia-ficción que de la realidad. Sin embargo, han sido pensados a partir de las posibilidades concretas que nos ofrece la lógica presente de invención tecnológica. Y, como bien sabemos, la literatura de anticipación pocas veces ha errado en sus predicciones, particularmente cuando se trata de intuiciones literarias fundadas en una reflexión seria y acuciosa sobre los avances científicos correspondientes, como es el caso de William Gibson, que introdujera la noción de ciberespacio y configurara, en aspectos esenciales, cómo podría ser el mundo futuro. A las puertas del cual nos encontramos precisamente ahora.

En cualquier caso, la nueva clase de navegación que iniciamos oscila entre la fascinación por los productos y la inquietante potenciación del lado oscuro de la capacidad de invención humana; entre la dramática realidad de grandes sectores de la población que se consumen entre la miseria, los conflictos armados, y la emergencia de fascinantes mundos virtuales; entre la emulación y superación electrónica, en muchos aspectos, de la inteligencia humana y el desperdicio y desprecio del potencial creativo de la enorme cantidad de niños y jóvenes sin expectativas para un cauce digno de sus posibilidades laborales. Sumado a lo cual hemos de prever las consecuencias contenidas en la dramática y alucinante posibilidad de intervenir en el código genético de las diversas especies, alterando y modificando estructuras, comunidades y ecosistemas, en una carrera que ya se ha puesto en marcha y que resulta irrisorio pretender detener.

Para este dramático y complejo escenario, es imperativo diseñar una educación que, en parte al menos, provea a los nuevos timoneles de la navegación humana de la riqueza espiritual, técnica, corporal y de conocimientos, necesarios para enfrentar las inquietantes e insospechadas macroperturbaciones y transformaciones que pudieran suceder. Porque, del mismo modo que los timoneles del futuro podrán navegar por las alucinantes megavías de comunicación, también tendrán que enfrentar los problemas reales de un planeta


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sobrepoblado; agotado de ser expoliada su monumental diversidad de formas de vida, con zonas enormes de miseria, carencia de fuentes de trabajo, dificultades para utilizar el tiempo libre y, lo que es más, enfrentados a controlar el lado oscuro de la fuerza, la propia avaricia y soberbia. De modo que, más temprano que tarde, los futuros cibernavegantes han de asumir el profundo sentido de responsabilidad que implica acceder a la torre de comandos de la navegación humana, para intentar conducir el navío y a sus tripulantes y pasajeros a seguro destino. Una responsabilidad ética, inseparable del problema concreto de la sobrevivencia de la diversidad de vida sobre el planeta.

Necesitamos, pues, configurar una nueva clase de timoneles, tripulantes y pasajeros. O mejor aún, quizás el desafío consiste en diseñar una educación que ha de preparar sólo timoneles. Timoneles de sí mismos, timoneles en la navegación humana, timoneles para el ciberespacio, timoneles para lo cotidiano, para enfrentar la nueva cultura tecnodelictiva, para compartir el viaje galáctico de nuestra cosmonave con la diversidad de seres y entidades resultado de la manipulación genética y electrónica; timoneles para moverse entre la diversidad de virus biológicos, informáticos, o en redes de comunicación sintientes que podrían configurar la nueva dimensión; timoneles que puedan asumir las más diversas funciones, pero también saber compartir y disfrutar como pasajeros.

Este libro constituye una invitación para iniciar una exploración preliminar en busca del sentido, del camino o de los caminos, así como de los cursos de navegación y posibilidades de introducir formas de gobierno para reducir los efectos no deseados de la extrema complejidad en ascenso y de la tendencia al desorden; y al mismo tiempo, una proposición de plataforma organizacional para el futuro. Todo ello a partir de un nuevo paradigma educativo y plataforma futurista; que surge de la necesidad imperativa de cautelar y cultivar la vida, fundados en la idea de que la introducción de nuevas y más poderosas formas de organización, inspiradas en el paradigma de organización por excelencia: el cuerpo humano, pudieran reducir, en parte al menos, los efectos catastróficos de la tendencia en curso. Con la esperanza, además, en que un muy probable naufragio pudiera ser evitado.

Iniciemos, pues, nuestra travesía, explorando formas de navegación y de gobierno de la complejidad que nos conduzcan a diseñar los caminos y el espíritu que podrían inspirar la educación de los nuevos timoneles o cibernavegantes y, correlativamente, el diseño de una plataforma de despegue para operar en el emergente ciberespacio.


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Cuando se navega por el proceloso y anchuroso mar

Cuando la Aurora se levantaba del lecho, los dioses se reunieron en junta, sin que faltara Zeus altitonante, cuyo poder es grandísimo. A petición de Atenea que refirió los muchos infortunios de Odiseo, Zeus ordenó a Calipso la divina entre las diosas, que dejara libre al magnánimo Odiseo (a quien por amor mantenía cautivo en su isla) y le permitiera regresar a su patria, navegando en una balsa que éste debía construir con sus propias manos.

La diosa le había salvado en otra oportunidad "cuando bogaba solo y montado en una quilla, después que Zeus le hendió la nave, en medio del vinoso ponto, arrojando contra la misma el ardiente rayo, acabando allí la vida de sus fuertes compañeros". Esta vez, para cumplir con el designio divino, el ingenioso Odiseo debió derribar 20 álamos y abetos; separando piezas que desbastó con el bronce, pulió con habilidad, uniéndolas luego con clavos y clavijas; labrando luego la cubierta, dándole remate con un piso de largos tablones. Puso en el centro un mástil y fabricó un timón para regir la balsa. Habiendo culminado su obra echóla por medio de unos parales al insondable mar.

Inició de este modo otro de sus viajes, pletóricos de penosas vicisitudes, caracterizado por la complejidad de los obstáculos e incitaciones que acicatearon su inteligencia y fortaleza física. Lo que para nosotros constituye ocasión para aproximarnos al sentido profundo de la navegación y, por extensión, a los problemas comprendidos en el gobierno de sistemas en extremo complejos y azarosos. Porque la navegación, como veremos, no tiene sólo el sentido de viaje placentero, sino también, y muchas veces, el carácter dramático de luchar por la sobrevivencia en condiciones de gran adversidad; en las que son necesarias el despliegue oportuno y efectivo de todos los recursos lógicos y adaptativos de que pueda ser capaz el navegante, así como del control y gobierno de la mente para sortear las perturbaciones del medio.

"Gozoso desplegó las velas el divinal Odiseo y sentándose, comenzó a regir hábilmente la balsa con el timón mientras contemplaba las Pléyades, el Bootes, que se pone muy tarde, y la Osa, la cual gira siempre en el mismo lugar, acecha a Orión y es la única que no se baña en el Océano". Es el tiempo para el timonel: del descanso, del disfrute, del encuentro consigo mismo; una comunión de su conocimiento del lenguaje de las estrellas, con la calma de las profundas aguas y


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la quietud de su espíritu; soñando en el reencuentro con la amada; o en mundos posibles, atesorando sus hazañas realizadas en ciudades lejanas y paisajes exóticos. Y, al mismo tiempo, ajustando la tensión de sus músculos y sistema nervioso, preparando su mente para acometer cualquier nuevo imprevisto que amenace su esperanzador viaje. Tiempo de infortunio que finalmente llega.

Al decimoctavo día de navegar el aguerrido Odiseo sin contratiempos, Poseidón, el que sacude la Tierra, lo avistó desde lejos, diciéndose a sí mismo con ira: "¡Oh dioses! Sin duda cambiaron las deidades sus propósitos en orden a Odiseo... creo, no obstante, que aún habrán de cargar sobre él no pocos males... y echando mano al tridente, congregó las nubes y turbó el mar; suscitó grandes torbellinos de toda clase de vientos, cubrió de nubes la tierra y el ponto, y la noche cayó del cielo".

Odiseo, aferrándose fuertemente al timón, intentó gobernar su no pequeña

pero frágil barca. Una función principalísima que ejecutaba el timonel o cibernético, dada la importancia que tenía su pericia y conocimientos para sobrevivir en el proceloso mar; enfrentado a veces a los inescrutables designios divinos que podían acarrear grandes males a una embarcación y a su tripulación (como la ira de Poseidón lanzada esta vez contra el astuto héroe, por no haber sido consultado sobre su liberación).

Fue entonces cuando a instancias de este iracundo dios "soplaron a la vez el Euro, el Noto, el impetuoso Céfiro y el Bóreas que, nacido en el éter, levanta grandes olas. Desfallecieron entonces las rodillas y el corazón de Odiseo; y el héroe, gimiendo, a su magnánimo espíritu así le hablaba: ¡Ay de mí, desdichado! ¿Qué es lo que, por fin, me va a suceder?... Ahora me espera, a buen seguro, una terrible muerte... Mientras esto decía, vino una grande ola que desde lo alto cayó horrendamente sobre él e hizo que la balsa zozobrara. Fue arrojado el héroe lejos de la balsa, sus manos dejaron el timón, llegó un horrible torbellino de mezclados vientos que rompió el mástil por la mitad, y la vela y la entena cayeron en el ponto a gran distancia... el ingenioso Odiseo, no obstante, logró asirse a una de las tablas de la deshecha balsa, poniéndose a caballo en ella...".

De manera dramática, el gobierno de su precario navío quedó fuera de control; la estructura colapsó frente a la avasalladora fuerza eólica y oceánica que, en ese aciago instante, transformóse en potencia entrópica incontenible, en atractor caótico que sobrepasó toda posibilidad de gobernar, controlando, la situación. La propia vida de Odiseo, el inagotable en recursos, alcanzó un punto crítico de inestabilidad catastrófica: su casi inminente muerte. Ni su


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conocimiento del mar, ni la información que le proporcionaban las estrellas, ni su pericia como timonel, ni la propia fortaleza física de su aguerrido cuerpo, podían ya evitar un final desastroso.

Atenea, sin embargo, conmovióse ante tanta desgracia del célebre y fecundo en ardides y "cerró el camino a los vientos y les mandó que se sosegaran y durmieran", rescatando a Odiseo cuyo corazón estaba fatigado de tanto luchar contra el mar; con todo su cuerpo hinchado, manando de su boca y nariz agua de mar en abundancia, falto de aliento y de voz... Luego "infundióle en los ojos dulce sueño y le cerró los párpados para que cuando antes se librara del penoso cansancio"1.

Y he aquí que, regresando por los fascinantes mundos imaginarios de

Homero, hemos encontrado un sentido originario del navegar como viaje a la búsqueda de un destino; superando temores y temblores; explorando, disfrutando o aventurando en tierras, mares, gentes y paisajes no exentos de desgracias y de muerte; gobernando un navío y el propio cuerpo, con el insoslayable elemento de incertidumbre y riesgo que la estructura de la nave o el medio pueden poner a sus tripulantes y pasajeros.

Como se sabe, la expresión navegar ha sido traslada por analogía a toda clase de viajes y exploraciones: sea por mar, aire, tierra o navegaciones por el conocimiento como apunta Platón, o viajes por el interior de nuestras propias vidas en procura de la conexión universal cual sería el caso de la meditación oriental, o navegaciones por el emergente ciberespacio.

El mismo término cibernética, que establece la diferencia para el concepto de ciberespacio, puede encontrar su sentido originario en la dramática experiencia de Odiseo cuando construye su balsa; una máquina en el sentido primigenio de invención ingeniosa; la misma que ha de gobernar o conducir con la mayor eficiencia en el proceloso océano. En realidad, íntimamente asociado a la navegación están los elementos de control, regulación, coordinación, comunicación, información, toma de decisiones,... y otros que configuran el campo de estudio, diseño, construcción, operación y gobierno de sistemas excesivamente complejos y probabilísticos: el ámbito de la cibernética.

De modo que pilotando la infortunada barca de Odiseo nos vamos acercando a la navegación ciberespacial, procurando captar el sentido esencial primigenio que podemos conferirle a esta atractiva expresión. Pero antes, una navegación 1 Citas de Homero, La Odisea, Rapsodia V, Ob. Cp. Montaner y Simon Edit.

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Polygon


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por el inconmensurable espacio galáctico.

Cuando se navega por el espacio sideral

A casi 300.000 kilómetros de la Tierra, en trayectoria translunar, una violenta explosión sacudió la cosmonave apolo 13 que viajaba en misión científica en dirección a la meseta lunar Fra Mauro, portando las esperanzas y orgullo de los astronautas James A. Lovell, comandante de la nave, Fred W. Haise piloto del módulo alunizador acuario y a Jack Swigert, piloto suplente de la nave de comando Odisea, nombrado a sólo 24 horas de la partida.

Tanto el mítico nombre de la cosmonave, que puede significar el procreador, el resplandeciente, el del arco de plata, el dios que da oráculos, la deidad que despide rayos de luz o sol; así como el tradicional número 13 fatídico inscrito en el nombre de la nave, presente también en la hora de partida llevada a cabo el año de 1970 a las 13 horas con 13 minutos, y si, además, consideramos el nombre de los módulos y la designación de un suplente a última hora, entonces podemos decir que todo parecía anunciar la impronta dramática en que se transformó esta navegación espacial.

La explosión tuvo lugar en el módulo de servicio, el lunes 13 en la noche, haciéndole perder un lado completo, casi desde la base del motor, dejando esa sección en completo desorden, inutilizando de paso el módulo de comando Odisea, produciendo pérdida de potencia, falta de oxígeno y cortando el suministro de energía eléctrica desde éste. La tercera misión a la Luna debió ser suspendida, dándose comienzo a una espectacular y verdadera odisea en el espacio; no menos dramática que la padecida por el preclaro Odiseo. Esta vez sería puesto a prueba todo el ingenio tecnológico de los creadores de este sofisticado navío; así como la rapidez e inteligencia en la toma de decisiones de los pilotos o cibernéticos de los módulos de la nave y de toda una comunidad científica orientada a los viajes espaciales.

Producto de un cortocircuito, el desastre hizo cambiar dramáticamente los planes. Los astronautas, a unos 324.000 kilómetros de la Tierra, a las 8:45 hrs. GMT, del martes 14 de abril, debieron encender por escasos 31 segundos el motor de descenso del módulo lunar, no diseñado para esta contingencia, para colocar la maltrecha cosmonave en trayectoria que les permitiera regresar, con


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la fundada inseguridad de que los graves daños producidos, pudieran convertir el retorno en una tragedia irreparable.

La situación inquietante era que, por primera vez, la NASA debía encarar una crisis eventualmente mortal. La misión amenazaba con tornarse ingobernable y quedar por completo fuera de control. Se puso en marcha la más alta tecnología procediéndose sin descanso y con la mayor rapidez, a realizar exhaustivas y reiteradas simulaciones en tierra de los procedimientos a utilizar; dándose precisas instrucciones desde la base para ahorrar electricidad y manejar las escasas reservas de agua y oxígeno restantes en la nave espacial. Al mismo tiempo se instaló con gran celeridad una computadora de emergencia en el centro espacial y se ordenó a los astronautas transferir, del módulo de comando al alunizador, todos los datos y los sistemas de información sobre navegación, con el análisis y cómputo de la trayectoria. La computadora del módulo Odisea sería desconectada inmediatamente para ahorrar energía eléctrica.

Así, la complejidad por controlar creció progresivamente; un signo de nuestros tiempos, transformándose en un apretado tejido de decisiones, sistemas y procesos humano-electrónicos en donde la función del timonel, o cibernético, recobraría su estratégica importancia, confiriendo un nuevo sentido a la navegación; al convertirse en un complejo entramado colectivo de conocimientos, máquinas, procedimientos, sistemas de prueba, controles automáticos, comunicación satelital, entre muchas otras expresiones del cuerpo tecnológicamente prolongado de los nuevos timoneles.

A las 0:24 GMT del miércoles Apolo pasaría detrás de la cara oculta de la Luna; las comunicaciones por radio con la Tierra quedarían cortadas por espacio de 20 minutos. Cualquier nueva dificultad que surgiera haría la situación extremadamente difícil y crítica, dada la falta de oxígeno, agua, electricidad, el frío en la nave, el cansancio y los atisbos de descontrol en la tripulación. Aún otro riesgo inminente se cernía sobre los cosmonautas: era necesario corregir la trayectoria a más tardar el jueves, de lo contrario la nave espacial podría pasar a 165 kilómetros de la Tierra, perdiéndose en órbita fatal. Para evitarlo era menester encender nuevamente el motor del módulo de alunizaje: "Si el motor de descenso no funciona esta vez, no podremos traerlos de regreso", se dijo desde el Centro Espacial de Houston.

La situación parecía insostenible y la operación, principalmente manual esta vez, debía hacerse desde un módulo no preparado ni diseñado para una emergencia con estas características. Con la activación del motor, la cosmonave debía entrar en un estrecho corredor imaginario, pasillo de entrada de los vuelos


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espaciales que circunda la atmósfera terrestre. De no ser así, rozaría la atmósfera perdiéndose sin retorno en las profundidades del espacio interplanetario. Mientras tanto, el infortunio no cesaba de acechar; una acumulación letal de dióxido de carbono en la atmósfera interna de la cosmonave empezó a producirse, poniendo la vida de los astronautas en grave peligro.

Hasta ese momento, gran parte de las operaciones se ejecutaron desde el módulo Acuario que, haciendo honor a su nombre, se había transformado en una gran metáfora, en un matriz primigenia donde originariamente se conserva y crea vida. Cabina de gobierno para los cibernéticos espaciales desde donde, gracias a las modernas tecnologías de comunicación y de simulación computarizada, verdadero cordón umbilical y cerebro tecnológico conectado al centro de control de la misión, fueron resolviéndose cada una de las dificultades que se presentaron. Mientras tanto, desde que los astronautas tuvieron que apagar sus sistemas para ahorrar energía eléctrica, la temperatura, en el módulo Odisea, descendía irremediablemente al punto de congelación.

Al ingresar a la Tierra se perderían la nave salvavidas Acuario y el módulo de servicio dañado en la explosión. El módulo Odisea atravesaría las densas capas de la atmósfera y su ingreso habría de ser de popa, por cuanto el único motor disponible con la suficiente potencia se encontraba en el módulo alunizador; ello implicaría un movimiento giratorio de la cabina para que presentara hacia la Tierra su escudo térmico protector. Lo cual, sea dicho, generaría una gran incertidumbre, por cuanto, en el momento de ingresar a la atmósfera, las comunicaciones serían interrumpidas y durante unos cuantos minutos, no se sabría si el módulo lograría o no soportar las altísimas temperaturas producidas por el roce con las capas atmosféricas.

Después de unos pocos, pero larguísimos y aciagos días, en los que el ingenio humano y la tecnología fueron salvando una a una las dificultades del dramático viaje de retorno, se informó al Apolo desde Houston, que el ingreso a la Tierra por el "pasillo de entrada" había sido exitoso. El viernes 17, a las 14:01, hora de Chile, entró la cosmonave a la atmósfera terrestre a la velocidad de 10.743 metros por segundo. A las 14:08 se posó en el mar. El comandante Lovell pudo decir: "Y bien, no puedo decir que esta misión haya carecido de cosas imprevistas". Joe Kerwin respondió desde el centro espacial: "Si no puedes encargarte de un navío espacial mejor de lo que lo has hecho, no se te confiará ningún otro".

En ambas experiencias, la de Odiseo y del Apolo, el traslado físico constituye la característica de la navegación y la vida peligra frente a amenazas físicas


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concretas. En ambos el problema de la gobernabilidad, comprendiendo el navío y su entorno, constituye una cuestión prioritaria de resolver. No obstante que en el primer caso, se trata de una rudimentaria balsa, y en el segundo, de una compleja nave espacial que cuenta con sistemas computarizados de control de vuelo, en ambos se ponen en acción similares mecanismos y principios de funcionamiento: manejo de información, tendencia al desorden, toma de decisiones, sistemas de proceso de variables, respuestas inmediatas frente a las variaciones del entorno, sistemas de control y regulación; ya sean operados por el cerebro y cuerpo biológico de Odiseo, ya se trate de procesadores bioelectrónicos, hombre-computador, como en el caso de los pilotos del Apolo. En ambos casos se trata de la pericia, dominio de sí mismos y conocimientos que deben poseer los timoneles o cibernéticos; amén de la consideración atenta de las variaciones y cambios que se produzcan en el entorno que hacen que la función del timonel, de carácter más bien individual, se transforme en un complejo entramado colectivo y tecnológico.

CUaNDO SE NaVEga POR REDES INFORMáTICaS

Cómoda y agradablemente, sin movernos de nuestro lugar de conexión, nuestro procesador electrónico nos abre innumerables puertas de acceso a la navegación por la dimensión lumínica, electromagnética de la información y de las comunicaciones, hacia las más remotas o próximas conexiones con lugares, tiempos, interrogaciones y respuestas.

Sin saberlo primero, y luego, progresivamente, vamos asumiendo que el viaje iniciado por los caminos del incipiente ciberespacio, constituye una exploración por la lógica del cerebro y sistema nervioso central; en realidad es, de forma principal, una navegación por la arquitectura organizacional del cuerpo humano. En rigor, podemos afirmar, los computadores y redes informáticas se transforman en un espejo interactivo de los recursos lógicos y adaptativos del cuerpo, pero también en poderosas y multiformes extensiones tecnológicas de las mismas propiedades, una enorme conjunción de procesos lógicos y formas expresivas que nos permiten avanzar hacia nuestro interior, hacia la comprensión acerca de qué sea la inteligencia.

En las redes informáticas navegamos principalmente en el espacio de las


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formas: sean estas lógicas, estéticas, tecnológicas, científicas, de comunicación o pertenecientes a la sensibilidad, al sentimiento o eventualmente formas de algunos de nuestros propósitos cotidianos o también menos confesables. Es un adiestramiento permanente en el reconocimiento, operación, combinación, recombinación y creación de formas.

Asimismo, la navegación por las redes informáticas constituye el despliegue y afinamiento de los procesos lógicos de nuestro computador biológico: partiendo por el manejo de formas ya señalado, la interrelación sensorial, el proceso de variables; las formas de control, regulación, comunicación y de interfase de máquinas lógicas, humanas y electrónicas; al tiempo que constituye el despliegue de procedimientos de interconexión, de sistemas de codificación y decodificación, así como de aproximación a la estructura criptográfica de sus sistemas de seguridad, a sus módulos holísticos de almacenamiento de información, tanto como expresión de su recursividad organizacional, en una enumeración amplísima que nos patentiza la poderosa universalidad de la arquitectura lógica de la inteligencia.

Sin embargo, en esta incitante dimensión lógica ciberespacial, los problemas de gobernabilidad y tendencia al desorden también están presentes, en la forma, por ejemplo, de un bajo mundo tecnodelictivo que trabaja incesantemente para desestabilizar los sistemas informáticos, penetrar en sistemas de seguridad, alterar códigos, crear virus u otras estratagemas, en una también larga lista de delitos digitales pequeños y grandes que obligan a rediseñar los sistemas, perfeccionarlos y continuar en un avance sin límites para detener la astucia del lado oscuro y potenciar la lógica de operación, resguardando la navegación, siempre sujeta al proteiforme e inesperado océano informático.

De la historia siguiente, siendo atractiva y apasionante por los hechos referidos, nos interesa sin embargo destacar la variedad de principios y estrategias lógicas utilizadas, tanto de comunicación como informáticas, puestos en acción para capturar a un transgresor informático. Ello porque en cuanto apuntamos a la forma, a la arquitectura lógica, estamos en una función de extraordinaria importancia, podemos comprender y asumir la tecnología electrónica como espejo lógico interactivo de la inteligencia.

Persecución y captura de un hacker


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Mientras el experto en computación Tsutomu Shimomura disfrutaba de un grato momento con su amiga Julia, el 24 de diciembre de 1994, Kevin Mitnick, uno de los hackers 2 más buscados de Estados Unidos, efectuaba su primer ataque a los computadores de Shimomura, en un intento por apropiarse de valiosa información y software sobre sistemas digitales de telefonía en poder de éste. Fue Andrew Gross, colaborador de éste, quien, a las pocas horas de producirse la intromisión, lo puso sobre alerta mediante llamado celular, diciéndole escueta y discretamente: "Tsutomu, tus directorios de seguridad se han reducido".

El mensaje daría comienzo a uno de los más notables enfrentamientos entre un hacker y un cybersleuth o detective de redes informáticas. Porque para Shimomura, aparte de tratarse de un acto que podía perjudicarle enormemente, la intromisión representaba un reto irresistible por descubrir el modo cómo aquél lo había logrado. Asumió, pues, con sumo interés su nuevo rol de detective, como parte de un desafío que le permitiera diseñar sistemas computarizados menos vulnerables a los propósitos del bajo mundo de la informática.

La dificultad mayor para capturar a delincuentes del ciberespacio es que los robos que perpetran no consisten en objetos materiales, cuya falta indique que han sido sustraídos; sino que se trata, como en este caso, de la obtención sigilosa de una copia del software o de los archivos que sean de su interés, dejando intacto el original. Al punto que, si no se dispone de los conocimientos y sistema de alarma, el usuario podría no enterarse nunca de que ha sido objeto de robo. Por lo mismo, la búsqueda de huellas digitalizadas constituye una tarea prioritaria a la hora de tender un cerco en torno al intruso.

Shimomura estableció su base de operaciones en el Centro de Superordenadores de San Diego o SDSC. Su primera acción fue hacerse de algunas herramientas digitales para examinar las huellas dejadas en código binario (ceros y unos) por el intruso, organizando programas capaces de recoger y analizar datos, para determinar cuáles de sus archivos y a qué hora habían sido leídos, copiados, modificados, o qué otros habían sido creados. Además, estaba seguro de que, entre la enorme cantidad de datos existentes en sus computadores infiltrados, encontraría algunas pistas que le condujeran a identificar y, eventualmente, capturar al pirata informático. "Nadie puede ocultar su presencia a la perfección", reflexionó confiado.

2 En realidad, se establece la distinción entre un hacker y un cracker: el primero se interesa por penetrar o burlar sistemas de seguridad, sin ocasionar daño real; contrariamente a éste, que opta por lo segundo. Mitnick podría ser ubicado en ambas categorías.


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Al mismo tiempo, Tsutomu inició la búsqueda de programas computarizados denominados Caballos de Troya que en ocasiones los hackers dejan después de sus incursiones, diseñados para efectuar en silencio acciones secretas o destructivas, disfrazados de algún software conocido, para alterar y borrar datos, espiar o para dejar una eventual salida eludiendo los sistemas de seguridad informáticos.

Mientras tanto, un grupo no despreciable de analistas y expertos en computación se habían congregado en la sala 408 del Centro de Superordenadores para colaborar en el rastreo y organización de las huellas dejadas por el intruso. De hecho éste se hizo presente el 27 de diciembre a las 4:33 PM, cuando Shimomura escuchando los mensajes de su teléfono recibe la siguiente advertencia: "Maldita sea. Mi técnica es la mejor. Mi patrón es el mejor, maldita sea. Me sé la técnica rdist, la técnica sendmail, y mi estilo es muy superior". A lo que añadió, en tono insultante: "Maldita sea, ¿No sabes quién soy?. yo y los amigos te vamo’a machacar... Mi estilo es el mejor". Para el cibersamurai era evidente que se trataba de un desafío y quien quiera que fuese se comportaba muy insolente.

Sin embargo, la estrategia de Tsutomu daba los primeros frutos. Su programa para detectar los cambios operados en su sistema computarizado arrojaba los primeros resultados. De su ordenador, llamado ariel, habían robado prácticamente todo: programas por él diseñados, miles de mensajes del email, además de información confidencial, perteneciente a su trabajo para sistemas de seguridad tanto estatales como privados.

Luego de una evaluación preliminar de pérdidas y daños sufridos, Shimomura estimó que debía reconstruir el esquema seguido por el asaltante informático, oculto en los fragmentos de datos y huellas dejadas por Mitnick en sus computadores Osiris y ariel, mientras realizó sus intrusiones para apropiarse de información. La estrategia fue construir rápidamente un programa que denominó Hunt, destinado a investigar el disco, y un segundo programa llamado Catch, diseñado para ordenar lo que Hunt encontrase.

La estrategia elegida se fundó en su formación como físico y su constante interés por los temas referidos a la entropía y el caos. Afición que en muchas ocasiones le llevó a diseñar programas para detectar estructuras que de otro modo pasarían inadvertidas. Así, pues, pensó esta vez, "Un cuerpo de datos puede parecer un ruido. Pero de hecho puede poseer una estructura oculta". Consistiendo el reto en revelar dicha estructura. Tarea que ahora se proponía


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con las huellas dejadas por el astuto e insolente hacker. Como resultado logró identificar cerca de 14 millones de bytes que habían estado esparcidos entre cerca de otros 2 billones y que ahora permitían recrear las acciones del intruso.

Mientras tanto, el periodista John Markoff del New york Times, en artículo publicado en primera página el 22 de enero de 1995, había advertido en relación con este caso que:

"La nueva forma de ataque hace que millones de ordenadores del Gobierno, de empresas, universidades y hogares sean vulnerables al fisgoneo y al robo. Los funcionarios afirman que a menos que los usuarios adopten las complejas medidas que se les indicarán, los intrusos podrán copiar o destruir documentos, e incluso operar sin ser descubiertos, haciéndose pasar por un usuario autorizado del sistema".

En realidad, como se pudo constatar poco tiempo después, la intromisión había sido extremadamente amplia, afectando a numerosas empresas. Un chequeo preliminar de Shimomura como refiere en su libro "Takedown", permitió registrar que además de su software, Mitnick había robado: "el software del teléfono móvil de Qualcomm, una empresa de tecnología de San Diego; cantidad de software de una casa llamada Intermetrics, que crea herramientas de software; el código fuente de Silicon Graphics, el software de estación de trabajo 3D usado para crear la mayoría de los efectos especiales de las películas de Hollywood; el software de seguridad informática que se suponía debía proteger contra robo los programas de la compañía; registros del ordenador pasarela de Internet para el sector de Productos Semiconductores de Motorola, incluyendo contraseñas; varias contraseñas robadas captadas por otros programas de chequeo, un archivo entero de contraseñas apple.com, la puerta de entrada de Apple Computers a Internet; y diversas herramientas de software para forzar de varias maneras la entrada de un computador; además de un extenso archivo de datos con el nombre 0108.gz, que contenía más de veinte mil números de cuenta de tarjetas de crédito de los suscriptores de Netcom On Line Communications Services Inc., un proveedor de servicios de Internet con base en San José, California.". Todo lo cual sumaba varios millones de dólares, como para confirmar el decidido interés del FBI por el astuto delincuente informático, a quien le seguía las pistas y se proponía capturar desde hacía bastante tiempo.

A la búsqueda de una explicación acerca de cómo había penetrado Mitnick sus computadores, Shimomura descubrió que en la tarde de la Navidad en que se había producido el ataque, aquél había operado a su ordenador Osiris, una


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llamada de procedimiento remoto (Remote Procedure Call o RPC) mediante la cual podía determinar qué discos duros eran compartidos por los otros computadores de su red. En otras palabras, el hacker intentaba construir un trust model de su red, para saber qué computadores tenían una relación con pocas barreras de seguridad, o que confiaban entre sí. Y lo había logrado. De hecho, el intruso había convencido al ordenador Osiris de que estaba en conversación digital con su "fiable servidor de archivos", esto es, con su otro computador llamado Rimmon, en circunstancias que se trataba del procesador utilizado por el hacker.

El procedimiento de ataque utilizado para violar la seguridad de Tsutomu, llamado IPspoofing, consiste en violar el protocolo de Internet adoptando una identidad falsa; en este caso, hacerse pasar por uno de los ordenadores de aquél, permitiéndole así hacerse fácilmente del computador Ariel. Tal estratagema, junto con la manipulación de algunas centrales telefónicas por parte de Mitnick, facilitaron su ingreso desde diversas direcciones de la red para extraer información de su interés.

La persecución de Mitnick (que pese a estar ya en alerta de que había sido descubierto, no pudo, sin embargo, ocultar sus huellas digitalizadas ni siquiera en el intenso tráfico de Internet), revistió caracteres dramáticos y superó cualquier suspenso e intensidad de una película policial. Empresas de computación que habían sido afectadas, una compañía de teléfonos, el FBI, analistas de computación interesados en el caso, redes de computación, guiados por el cibersamurai Tsutomu Shimomura se organizaron para tender una trampa y cazar finalmente a Kevin Mitnick, el fugitivo cibernético más buscado de Estados Unidos. Para nosotros, una primera aproximación a las vicisitudes de navegar en ambientes electrónicos de comunicación.

El nuevo viaje interior

Desde otra perspectiva, se puede afirmar que una de las características de la sociedad contemporánea o cultura electrónica, es la diferencia entre lo que podría llamarse el emergente viaje interior, y aquellos otros realizados, ya en barco o en alguna cosmonave, que constituyen propiamente una salida al exterior.

Los viajes interiores existen desde siempre y cubren prácticamente todos los ámbitos de la cultura de los pueblos, asumiendo formas altamente elaboradas, como en el caso de la exploración humana realizada en la literatura o mediante


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el planificado ejercicio místico para alcanzar formas superiores de comunión. Pero también existen aquellos con el carácter muy personal de viajes a través de nuestra fantasía, de nuestros recuerdos y nostalgias, como héroes, concibiendo escenarios de triunfos y de amores, de conquistas y ensueños. Cada uno de ellos con gran riqueza dramática, plenos de vicisitudes y esperanzas.

Sin embargo, una clase muy singular de viaje interior que nos interesa destacar es la que nos proporciona la tecnología electrónica. De modo imperceptible primero, viajamos hacia nuestras propias estructuras lógicas, problemas e incitaciones; para luego, a través de nuestras extensiones tecnológicas, hacer un camino de ida y regreso, siempre en referencia a nuestro interior. Porque siendo la tecnología electrónica una extensión de nuestro cuerpo, pasa a constituirse en un espejo, precisamente interactivo, de nosotros mismos.

De ahí que, en cualquier punto o situación en que nos encontremos, dentro de las redes informáticas globales, no podemos menos que viajar por el interior de nuestras vidas, sea por la exploración consciente que los medios de comunicación realizan de toda la experiencia humana, sea porque proyectamos en circuitos y micromundos electrónicos nuestra forma de pensar y de actuar, o porque en el diálogo con los computadores lo hacemos con sistemas lógicos y de entretención diseñados por el propio hombre. De este modo, vamos desplegando uno de los principios más poderosos de la estructura de organización del cuerpo, la retroalimentación, ajustando y corrigiendo cada vez nuestra forma de pensar y de actuar, pudiendo originar un proceso continuo de reinvención personal y colectiva, interactivo, no sólo con el computador, sino que, en sentido estricto, con las personas que diseñaron los diversos software que podemos utilizar; dado que son sus respectivas estrategias lo que el procesador electrónico despliega en la operación de los mismos o en el tipo de comunicación electrónica utilizada.

Una expresión tecnológica notable de esta exploración interior lo constituye la cualidad radiográfica de la TV. A través de ella se masifica nuestro mundo interior, se superponen formas culturales, se miran unas culturas con el tamiz de otras y con nuestra propia manera de ver, superponiéndose pasado, presente y futuro. Pero además, hasta los caminos más íntimos de esta urdimbre y deriva demográfico-cultural son desplegados. En realidad, es difícil que alguna cualidad humana pueda ocultarse frente al poder de exploración y de búsqueda de los medios de comunicación.

El viaje interior tiene otra dimensión de gran trascendencia, aquella procedente del proceso de transculturización Oriente-Occidente. En realidad con la misma rapidez que los orientales asimilan nuestra cultura viajando hacia fuera de sí mismos, después de unos cuantos miles de años en que han estado


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recogidos en un viaje interior trascendente, en procura de la conexión esencial entre el universo y el yo universal; del mismo modo, decimos, el occidental empieza una búsqueda transcultural de sí mismo, explorando los caminos de la meditación oriental.

En efecto, los hombres de ambos mundos han trabajado desde hace muchos siglos por encontrar un camino de perfección que les permitiera acceder a dimensiones sublimes de existencia. Así, han realizado viajes hacia las profundidades del logos, de la emoción y del deseo, para avanzar en su comprensión y alcanzar mediante el adiestramiento de la mente y del cuerpo, armonía, quietud, regocijo y eticidad. En la concepción de Platón esta búsqueda constituyó el intento por encontrar formas de gobernabilidad tanto individuales como colectivas, para el hombre, este "monstruo de muchas cabezas, unas de animales pacíficos y otras de bestias feroces, que posee también el poder de producir todas estas cabezas y de cambiarlas a su capricho"3. Por donde constituye un esfuerzo en extremo difícil y complejo, organizar creativamente nuestros deseos, modo de pensar y sentido del valor, que de manera desordenada trabajan por su cuenta en las más diversas direcciones.

El naciente ciberespacio nos anuncia la completa amplificación y despliegue de la dimensión interior y de sus posibilidades tanto creativas como entrópicas. En este nuevo medio los millares de espejos de la inteligencia y sentires humanos de los ambientes electrónicos, reflectan nuestras esperanzas e ideas; generando un nuevo y tecnológico mundo interior. En él, como intangible fluido, la información fluye en todas direcciones, desde todos los tiempos y lugares; penetrando a diversos niveles de profundidad de la conciencia individual y colectiva; eliminando fronteras y límites; creando una dimensión de formas, multiforme ella misma, metamórfica como el divino Proteo, ubicua e interactiva. En este medio electrónico, el cibernavegante, al igual que el medio, es multiforme y metamórfico.

Propiedades que los hombres de teatro conocen: transformarse en los seres que deben representar. Una capacidad poderosa de la inteligencia que sea dicho, el oriental ejercita milenariamente: asumir las formas de adaptabilidad del mayor número de seres vivos. Así, p.ej., incorpora a su cuerpo el modo de desplazarse del leopardo, la velocidad de captura de la serpiente,... o propiedades pertenecientes a elementos esenciales como el agua, el viento, el fuego, la tierra, el vacío; capturando y desplegando internamente la riqueza estructural y de movimiento presente en todos ellos que, en el caso de éstos, son elementos constitutivos de nuestro cuerpo-mente. Ahora, sin embargo, se trata de 3 Platón, "La República", L. IX


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reconocerlos, comprender sus estructuras y reinstalarlos en una más universal estrategia de vida para el hombre. Camino que puede ser óptimamente explorado con la tecnología de realidad virtual, que facilita situarnos y experienciar cualquier recurso de adaptabilidad de nuestros compañeros de viaje.

En esta dirección, es interesante considerar cómo la estrategia de enriquecer el yo con la riqueza adaptativa de otros seres vivos también está presente en la cultura cristiana. Considérense, a este respecto, algunas de las muchas analogías que en la Biblia se establecen entre el comportamiento del hombre y de los animales, entre el hombre, las plantas, sus frutos y las flores: "Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como palomas" [Mateo 10:16]; "Más raudos son que leopardos sus caballos, más agudos que lobos de la tarde; sus jinetes galopan, vienen de lejos sus jinetes, vuelan como águila que se precipita a devorar" [Hab.1:8]; "Libérate, como la gacela del lazo, como el pájaro del pajarero" [Prov. 6:5]; "Aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay bajo sus labios" [Salmos 140:4]; "Guerreros valientes... sus rostros como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje" [I Crón. 12:9]; "Sé semejante, amado mío, a una gacela o a un joven cervatillo [Cantar 2:17]; "[El] favor del rey, como rocío sobre la hierba" [Prov. 9:12]; Yahveh levantará contra ti una nación venida de lejos, ... como el águila que se cierne" [Deut. 28:49]. Y cuando el esposo canta: "¡Qué hermosa eres y qué encantadora/ oh amor, con tus delicias!/ Ese talle parece una palmera, / y tus pechos racimos./ Subiré, dije yo, a la palmera/ y me asiré de sus ramas./ ¡Séanme tus pechos como racimos de uva!/ Tu aliento es como manzanas, / y tu boca como vino generoso..." [Cantar 7:6-9]. Pero también tenemos la metáfora como analogía cuando la esposa expresa su más refinada sensualidad y sentimientos cantando: "Mi amado introdujo la mano por el cerrojo, / y mis entrañas todas se conmovieron, / Levantéme para abrir a mi amado, / y mis manos gotearon mirra;/ de mirra exquisita/ se impregnaron mis dedos/ en la manecilla de la cerradura." [Cantar 5:4-5] Y este versículo notable de Job 12:8, "Te instruirán los reptiles de la tierra, te enseñarán los peces del mar", que sintetiza la función pedagógica que resulta de la observación atenta de la naturaleza y sus recursos adaptativos, y que el hombre puede incorporar a su estructura universal de acción.

En sentido estricto, cada una de estas analogías comprende un programa educativo, producto del estudio acucioso de la naturaleza y de la ejercitación en sus recursos, para alcanzar la clase de especialización adaptativa que poseen otros seres vivos. A este respecto, es ilustrativo el pasaje bíblico que nos habla


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"de cuatro animales pequeños que son más sabios que los sabios: las hormigas, pueblo sin fuerza, que al tiempo de la mies se prepara su provisión; el tejón, animal endeble, que entre las peñas coloca su madriguera; las langostas, que sin tener rey salen todas bien ordenadas; el lagarto que puedes asir con la mano y, sin embargo, se aloja en los palacios de los reyes" [Prov. 30:24-28]. En el Cantar de los Cantares encontramos analogías notables como aquella que dice: "¿Quién es ésta que avanza como la aurora, hermosa como la luna, pura como el sol, temible como batallones de guerra?" [Cantar 6:9].

Esta propiedad metamórfica, de transformación casi ilimitada de la mente humana, siguiendo la variedad de recursos lógicos y adaptativos existentes en la naturaleza, así como de la energía electromagnética convertida en lógica electrónica es, valga la redundancia, como la luz que puede cazar toda clase de seres y proyectarlos. Si se atiende sobre esta propiedad se verá que es un recurso que la misma mente posee. Sólo que siendo tan cotidiana no se la ve ni se han desarrollado estrategias educativas para su despliegue promisorio. En verdad, es más fuerte nuestra fijación a formas predeterminadas, provistas por los modos culturales predominantes, que el reconocimiento de esta capacidad casi ilimitada de combinación y cambio de formas, base de la creatividad. Esta se ha perdido entre fijaciones y fragmentaciones del conocimiento y del pensar.

Sin embargo es dable pensar que ahora el medio electrónico ofrece un espejo natural interactivo, mismo que, dada la capacidad metamórfica de los bits, permite a niños y jóvenes en realidad a cualquier persona, verse a sí mismos, aún en los particulares caminos que cada uno siga para desplegar la variedad y versatilidad de sus recursos de imaginar, diseñar y construir. Y al mismo tiempo, generar toda clase de combinaciones y aplicaciones, transitando desde cualquier campo del conocimiento a otros en apariencia distintos y ajenos.

Viajeros del conocimiento

En realidad, los actuales medios son por definición combinatorios, y no sólo de los nuevos contenidos, sino que también para ver los viejos en forma distinta. Cada vez es posible volver a emplear la extensa variedad de información existente, mezclándola con nuevos datos dentro de configuraciones y ordenamientos diversos. De esta capacidad surge la amplia cobertura de fines y programas, en abanico de alternativas, en formatos múltiples y a través de vías que conducen


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a muchos y distintos lugares o centros de procesamiento. Caminos que el cibernavegante puede recorrer a voluntad, viajando a través de la particular estructura elegida o diseñada para organizar el conocimiento, pudiendo traducirlo a técnicas y aplicaciones específicas en variedad casi ilimitada.

Combinatoriedad y multidireccionalidad, he aquí, pues, dos conceptos orientadores para el navegante en redes informáticas. Los que integrados a un manejo electrónico de la tecnología alfabética, vía hipertextos por ejemplo, provee una amplia cobertura de posibilidades para el tratamiento de la información. Sea a través de una narrativa altamente interconectada, estructurada como base de datos en una red multidireccional de indicadores y de modalidades de búsqueda; o mediante el reordenamiento de pasajes, de ampliación de frases, o de la reformulación de textos a partir de una matriz conceptual primera, base para futuras elaboraciones o exposiciones que pueden ser llamadas, perfeccionadas o ignoradas.

De esta manera muchísimas interconexiones pueden ser introducidas por el navegante desde cualquier punto a la configuración dialógica activada. Esta cobertura comunicativa facilita sin duda una disposición abierta a los cambios, tanto como agudiza y amplía las posibilidades del análisis en múltiples niveles de detalle. De paso coloca en entredicho cualquier pretensión de verdad absoluta, o de patrones conceptuales de referencia invariables; abriendo amplio margen para la retroalimentación y el intercambio de ideas con personas de distintas culturas; para objeciones y refutaciones o para asumir que las situaciones cambian y que las circunstancias de una interacción particular pueden alterar significativamente nuestros esquemas de referencias. Lo cual, como veremos más adelante, no significa descartar la necesidad de regulación para evitar que el sistema entre en fase disipativa o entrópica, ni rechazar sistemas de referencia teóricos que orienten la navegación.

En estos viajes exploratorios por el saber y de reingeniería del conocimiento, el cibernavegante puede constatar el cotidiano y enorme incremento de los niveles de información rehaciéndose siempre. Tenemos, pues, a la vista, un panorama de incitaciones y respuestas en donde un mensaje o una configuración de conocimientos puede precipitar una gran diversidad de aplicaciones, a partir de la posibilidad de combinación ilimitada desplegada por las tecnologías hipermediales.

Lo cual, sea dicho, es correlativo del hecho de que cualquier estructura, procedente de cualquier campo del conocimiento, recurso físico o energético puede, eventualmente, ser utilizada en otro ámbito. O al menos, pueden ser


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estudiadas y simuladas algunas de sus metamorfosis posibles, así como sus correspondencias analógicas y de aplicabilidad. Todo ello a partir de la potencia de transformación y de integración de medios provista por la electrónica; lo cual, además, opera en todas las áreas del conocimiento y de aplicaciones, desde la producción a la educación, los deportes y las artes. En consecuencia, podría decirse que las redes informáticas se transforman en un megamercado de ideas, propuestas y desafíos a la creatividad; del mismo modo que facilita el surgimiento de nuevos campos de invención en una extraordinaria cobertura de multiaplicabilidad e interacción.

A lo cual debemos agregar que las modernas técnicas de simulación computarizada, permiten la creación de micromundos en los cuales los niños pueden explorar, jugando, principios altamente sofisticados. Diseñando máquinas extravagantes, recreando mecanismos y máquinas, combinando y recombinando formas, dando vida a toda clase de estructuras materiales o formales. Asimismo, constituyen un permanente desafío a perfeccionar los métodos indagatorios, de búsqueda de la información, clasificación, registro, combinación de ideas o de invenciones ingeniosas que emergen ya, y continuamente, en la antesala del ciberespacio.

Los nuevos ambientes tecnológicos constituyen también un arca de conocimientos conteniendo parte importante del pasado, del presente, del ignoto porvenir y también de futuros prediseñados. Pletórica de formas y de estructuras de animales conocidos y prodigiosos, tiene en su torre de comandos el poder para combinar artística y tecnológicamente toda clase de mecanismos y de sueños; una torre a la cual los niños y jóvenes han accedido con gran pericia y entusiasmo, ávidos de conocimientos y prontos a generar nuevas propuestas de comunicación y de reordenamiento de formas.

Los nuevos cibernéticos se convierten de este modo en viajeros del conocimiento, en diseñadores de micromundos, en artistas y lógicos consumados, interconectados a máquinas informáticas que recrean el propio ambiente de la inteligencia. Así, el pequeño que ya empina sus primeros años, fascinado frente al televisor, contempla tantas cosas del mundo de los adultos como cualquier otra persona y, del mismo modo, maneja su mouse adentrándose en el gobierno de variadas máquinas lógicas y sistemas informáticos de gran complejidad.

El diálogo global


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Viajando por las redes globales, disponemos de las claves para poder ingresar a un diálogo universal. En éste, no hay línea divisoria entre arte y ciencia, ni entre ciencia y entretención. Las imágenes y estructuras que viajan por el telar encantado en inesperadas direcciones son una expresión de arte, de ciencia, de tecnología, de filosofías de vida, costumbres y acciones humanas, en las que la música se puede unir a las matemáticas, a la biología, a la física o a la química y éstas a las artes visuales.

Ya lo expresaba de bella manera Federico García Lorca: "El poeta -el cibernavegante decimos nosotros-, tiene que ser profesor en los cinco sentidos corporales... para poder ser dueño de las más bellas imágenes, tiene que abrir puertas de comunicación en todos ellos, y con mucha frecuencia ha de superponer sus sensaciones y aun de disfrazar sus naturalezas"4.

Es un diálogo que, si bien parece destinado sólo a desplegar los aspectos llamados intelectivos, en realidad, por la naturaleza intrínsecamente unificada e integradora del medio, cada vez más tenderá a una comunicación corpórea global, haciendo partícipe a todo componente de este cuerpo prolongado. Una tendencia como ésta muestra cómo la tecnología electrónica retrotrae la comunicación a su forma primigenia. Esto es, integra todos los sentidos y mente, sin preeminencia singular de unos sobre otros, en una presencia y acción total.

Se recordará que, a través de variadísimas vicisitudes, la unidad cuerpo-naturaleza ha sido escindida por siglos y transformada más bien en formas fragmentadas estereotipadas; en éstas, la unidad de cuerpo-mente no pudo sino extraviarse sin remedio en divisiones irreductibles que separaron el sentimiento de la lógica, la sensualidad de la sensibilidad, en un ambiente de recriminación permanente del cuerpo como lo obsceno; en contextos culturales ajenos a cualquier clase de reconocimiento del continuo de la vida y la inteligencia. Resultado, frecuentes extravíos de sí mismo, depresiones, neurosis y un comportamiento colectivo alienante.

El proceso de alienación se transformó en un olvido acerca del valor catártico y creativo del despliegue unificado del gesto, el habla, la mirada, la palabra, el tacto, el oído, el placer, el dolor, la lógica, como constitutivos de la esencia de la comunicación humana. En esta dirección cobra sentido el rescate de esta condición primigenia de la comunicación humana provisto por la tecnología actual, cuando genera sensores y canales diferentes y concurrentes a través de los cuales el cibernavegante puede expresarse, seleccionar contenidos, elegir rutas de navegación; decidiendo además cómo establecer las más variadas combinaciones 4 F. García Lorca, "La Imagen Poética de Don Luis de Góngora", Ob. Cp. V. 7, Ed. Losada.


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de formas o experiencias, plasmándolas en configuraciones unificadas y originales de mensajes, interrogaciones, sensaciones y propuestas.

De modo que, contrariamente a los ambientes en que reina la especialización y fragmentación de toda clase de procesos, el ambiente tecnológico actual es altamente dinámico e intrínsecamente unificador; opuesto, las más de las veces, a la verticalidad o jerarquización. En Internet, por ejemplo, es posible moverse de procesador en procesador, mirar lo que ofertan, sumarse a grupos de discusión en tiempo real, y desde lugares que pueden no ser ni la casa ni el trabajo. Esta forma de comunicación genera una nueva estructura social en la que se anulan las limitaciones geográficas; pudiendo uno aparecer o estar en varios lugares al mismo tiempo, efecto que puede llamarse de ubicuidad. También podemos apreciar la moda más extravagante unida a lejanas costumbres, o experimentar diferentes emociones frente al prodigio inteligente de que están dotados multiplicidad de seres, hasta ahora desconocidos para nosotros, pero que la televisión o las redes globales de comunicación nos ponen en el hogar.

En realidad se trata de una intercomunicación ubicua, en un ambiente también ubicuo porque los otros también están en muchos lugares al mismo tiempo y las diversas presencias o puertas de entradas, diseñadas para ser accesadas, pueden eventualmente ser abiertas desde cualquier lugar. Esta propiedad permite que no sea imprescindible estar físicamente en uno u otro lugar sino que se puede estar virtualmente en otra parte, en otra latitud y en otro uso horario. Todo lo cual facilita operar y participar de un diálogo prácticamente simultáneo, trabajando en varias localizaciones al mismo tiempo, adquiriendo movilidad y presencia ubicua extraordinarias.

Se trata de un diálogo que nos retrotrae a la forma primigenia de comunicación, enaltecida y descrita en sus más poderosos y secretos recursos por el magistral Platón. Una forma estructural básica que podemos ahora incorporar y potenciar tecnológicamente en el emergente diálogo global, de una cultura tejida a través de extensas y veloces redes bioelectrónicas de comunicación que la interconectan por doquier. Esto plantea un verdadero desafío: volver a las estructuras dialógicas primigenias, como en el caso de la forma desarrollada por el filósofo griego; o ampliarlo mediante la comprensión del diálogo dramático, sumergiéndonos en las profundidades de la emoción, el sentimiento, la veleidad, el poder, la miseria y grandeza humanas desplegadas, por ejemplo, en el teatro como forma paradigmática de expresión estética y cultural. Trabajando de este modo, podríamos contribuir a perfeccionar el diálogo global, utilizando el medio tecnológico con más profundidad estética y lógica.


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Sin embargo, y no obstante que existan en el emergente ciberespacio tantas torres de comando como procesadores conectados al telar electrónico, el ambiente resultante no puede ser, en sí mismo, controlado o dirigido. En realidad, particularmente las tecnologías de comunicación, una vez instaladas despliegan su propia lógica y dinámica, con entera independencia de nuestra aceptación o rechazo. Tampoco pudo Odiseo disponer que el anchuroso mar fuese benigno con él. No pudo evitar los grandes torbellinos desatados por Poseidón, ni las copiosas nubes que cubrían el firmamento mientras su balsa era destruida. Tampoco pudo el comandante Lovell, de la cosmonave Apolo, cambiar los límites que le imponía el espacio cósmico ni las restricciones de diseño de su propia máquina voladora. De igual modo, el ciberespacio tiene su propia logicidad, algunas de cuyas características procuramos describir en una de sus antesalas: las redes informáticas globales, cuya comprensión, sea dicho, será esencial para diseñar ciberespacios en la educación o entornos para el amplio espectro de actividades productivas y económicas.

Importa precisar, igualmente, que la bella cobertura lógica y de comunicación que abren las redes informáticas, es también un espejo de las vicisitudes y modos de comportamiento humanos que pueden ir, desde lo más refinado, a lo más grotesco. Un ambiente en el que se puede proyectar la más delicada imaginación o vaciar en el todo nuestro desorden interior, nuestras frustraciones y procacidades. Lo cual, por cierto, es otro modo de demostrar la idea de que las tecnologías son extensiones también del cuerpo y de la mente.

LOS CIbERNaVEgaNTES

"Uno de los muchos saltos mortales de nuestro tiempo es que el medio de la información eléctrica vuelve al hombre

a la condición del más primitivo explorador, cazador y navegante".

Mc Luhan, "Contraexplosión"

En ambientes bioelectrónicos, señala Mc Luhan, la torre de comandos de


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la navegación humana está en todas partes y cada uno puede asumir el mando, mezcla de trabajo y de juego, una buena parte de placer y, la menos, de obligación. En ella, hacer, crear y expresarse llegan a ser actividad de toda la vida. Una clase de continuidad que puede ser una alternativa de realización más armoniosa en las vidas, porque cada vez más en el ciberespacio las herramientas de trabajo y los elementos de juego empiezan a ser los mismos.

Atrapando y diseñando formas, descifrando laberintos, no requiriendo de hilos de Ariadna para recorrer las redes multidimensionales en cualquier dirección y regresar luego a sus consolas de interfase, los cibernavegantes son como los poetas, como los artistas: no tienen fronteras. Cada día recorren nuevos caminos, reinventan su arquitectura interior de conocimientos. Fascinados hoy con esta forma, construyen un micromundo efímero. Mañana otra será la configuración que atrape su atención y sobre la cual disparen sus flechas hechas de electrones y fotones5. Sus percepciones siempre se renuevan y siempre deben estar preparados para lo nuevo. Porque, casi imperceptiblemente, se van derribando en él, una a una, las puertas y ventanas cerradas a sus sentidos por el prejuicio, por formas culturales anquilosadas o por concepciones educativas que inhiben la poderosa percepción y capacidad combinatoria del cuerpo.

En tanto, el medio tecnológico sigue abriendo nuevas maneras de percepción, nuevos tipos de interfases hombre-máquinas, y nuevas maneras de combinar y dar vida a ideas o estructuras. La navegación por las redes informáticas se transforma así en una verdadera forma de arte. Razón por la cual, cada vez más, inadvertidamente, el nuevo timonel se transforma en ciberpoeta, en ciberartista, navegando a sus anchas por los más ignotos, variados, yermos o exuberantes paisajes de la aldea global de comunicación.

Si la clase de navegación de esta manera configurada llega a ser consciente, si el emergente hombre bioelectrónico se ve a sí mismo como artista, explorador, cazador y cibernavegante, en una poderosa e ilimitada torre de comandos, entonces sus viajes habrán de constituir una pedagogía permanente de aprendizaje en las metamorfosis globales; potenciando, de paso, su creatividad; aportando al diseño de nuevos paisajes y aplicaciones virtuales; rediseñando el mundo a partir de esta poderosa lógica de despliegue del cuerpo y la inteligencia en tecnologías multimediales.

5 Según Max Planck, la energía de la radiación calórica no es emitida en forma continua, sino que aparece en la forma de paquetes de energía, a los que Einstein llamó cuantos, sosteniendo éste que cualquier otra forma de radiación electromagnética puede asumir dicha forma. Así, a los cuantos de luz que dieron su nombre a la teoría cuántica, les llamó fotones. N. del A.


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Señala Mc Luhan, bellamente, que "en una sociedad de cambios lentos el artista ocupa la torre de marfil. Pero en un mundo rápidamente cambiante pasa a la torre de controles. Es el único que puede ver el presente con suficiente claridad para navegar" 6.

El cibernavegante como artista. Despreocupadamente, es parte del telar encantado de la aldea global, contribuyendo a su permanente rediseño. Está hecho a imagen y semejanza del cuerpo tecnológico extendido. Hay continuidad arquitectónica entre el cuerpo global eléctrico y su cuerpo; de ahí que los nuevos timoneles, niños y jóvenes, puedan navegar en el naciente ciberespacio con la suficiente seguridad, expedición y naturalidad.

Los cibernavegantes son exploradores del tiempo, cabalgan en corceles del futuro, son timoneles de sí mismos y de encantadas redes lumínicas; como también responsables, en buena medida, de un destino inexorablemente común, inquietante y sorprendente, cerniéndose sobre la cosmonave Tierra: la preocupante nueva dimensión de existencia en el emergente Ciberespacio. Pero además, son cazadores de formas; cazadores de ideas, de sorpresas, de imágenes, de lo insólito, de lo humorístico; cazadores de belleza que alimentan con este amplísimo caudal informativo la enorme cantidad de neuronas y microchips del cuerpo humano electrónicamente prolongado:

hombre-computadores-redes de comunicación-realidad virtual.

Sin embargo, muchos de ellos se deslizan por los dominios del lado oscuro de la fuerza, produciendo perturbadoras máquinas lógicas, virus cibernéticos para desestabilizar sistemas informáticos; o diseñan máquinas criptográficas para abrir complejas claves de seguridad, entre muchas otras formas que asume la nueva cultura tecnodelictiva.

Los también nuevos cazadores tienen por armas la fibra óptica, los bits, los circuitos lógicos reprogramables o rutas virtuales, la velocidad de la luz; la luz como la flecha y los computadores como arcos para apuntar sobre cualquier forma lumínica que concite su interés en el ciberespacio. El blanco definitivo hacia el cual dirigen las sutiles y fosforescentes flechas: la propia creatividad e inteligencia, prolongada ahora a todo el globo a través de redes multidimensionales de información y comunicación.

Cada uno de los cibernavegantes es timonel de una misma nave, proteiforme, múltiple y universal en sus recursos, con tantos accesos y terminales como 6 M. Mc Luhan, "Contraexplosión"


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consolas remotas se encuentren en interfase con sus operadores humanos o electrónicas. A diario los nuevos timoneles se conectan desde cada uno de sus centros de comando, guiándola en procura de las formas lumínicas que la pueblan por doquier.

La cibernave en que realizan su viaje tiene la forma de la inteligencia humana; su red neuronal informática comprende todo el globo, el universo como su océano; y como su material a todas las aspiraciones humanas, desafíos, interrogantes y misterios que surgen en la travesía de la cosmonave terrícola por la matriz cósmica. Cambia de forma permanentemente, y su torre de comandos está en todas partes.

Los nuevos timoneles son también tripulantes y pasajeros; en cuanto tales, son responsables del cuidado de la nave, así como contempladores y disfrutantes de situaciones y paisajes. Al mismo tiempo, son exploradores de la imaginación humana y de comportamientos que pueden traspasar fronteras e intimidades. Continuamente, de acuerdo al rol que desempeñen en cada caso, deben redireccionar sus sentidos, ponerlos en interrelación recíproca para captar toda clase de visiones procedentes de los múltiples cibernautas que navegan por la encantada red virtual. Los continuos cambios convierten el viaje en una pedagogía permanente, en un aprendizaje continuo de ideas, costumbres, formas de vida y expectativas; transformando la travesía en un proceso permanente de reinvención personal.

En este nuevo periplo humano, somos al mismo tiempo testigos y actores de un intento dramático de sobrevivencia de la humanidad. Frente a nosotros, el incremento progresivo de la extraordinaria complejidad y tendencia al desorden acechando para reducir, drásticamente, posibles expectativas promisorias de la humanidad. Así, por ejemplo, una proyección de las actuales tecnologías nos permite visualizar el surgimiento de un ciberespacio que, si bien alucinante, nos anuncia un inquietante futuro en el que tendremos proliferaciones y potenciaciones tecnológicas de nuestros más oscuros deseos y propósitos. También debemos considerar que el aspecto ofrecido por el escenario presente, junto con una proyección de las tendencias económicas y sociales actuales, no dejan de ser desalentadores. Los problemas de miseria que afectan a grandes conjuntos humanos en diversas regiones del planeta, el desfase que a estos mismos sectores confina el acelerado proceso de invención tecnológica; tanto


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como los problemas ecológicos, entre muchos otros, configuran una tendencia en extremo preocupante y complejísima de revertir.

No obstante, e inspirados en la bella metáfora de Ray Bradbury que inicia este libro, podemos decir que el cohete Prometeo ha cumplido su primera etapa coger de las doradas manzanas del Sol y poner a disposición de los humanos el fuego que podría iluminarnos para siempre el camino. Asimismo, hemos transformado la energía electromagnética en lógica, abriendo las puertas para la existencia de una nueva dimensión: la realidad virtual. Antesala en la cual se integran y proyectan poderosamente toda clase de conocimientos y tecnologías, para dar origen a la emergente Red Total Bioelectrónica y Lumínica Inteligente: el Ciberespacio. El cual, a nuestro juicio, es producto del programa tecnológico en curso al que proponemos llamar la Máquina Proteo, que señala una tendencia cada vez más decisiva del proceso de invención: el diseño y construcción de una máquina que posibilite pasar de la dimensión real a la virtual o viceversa, en un proceso de desmaterialización o luminización de objetos, seres y procesos.

En posesión del fulgurante fuego prometeico, universal artífice de todas las técnicas y formas de conocimientos, los cibernavegantes han iniciado ahora el viaje hacia la manipulación y despliegue de sus ilimitadas posibilidades. Las tecnologías emergentes de su luz han provisto a los timoneles del futuro de los conocimientos para generar poderosas interfases hombre-máquinas computarizadas; microdispositivos de exploración, implantes neuroelectrónicos, posibilidades de modificación y manipulación del programa genético. Igualmente, asistimos a la generación de seres virtuales, holoestructuras, con existencia propia en el interior del ciberespacio, cumpliéndose de esta forma la intuición del sabio chino que nos alerta sobre el profundo significado y trascendencia de "poner la luz en curso circular", como nos señala el epígrafe de este libro. De este modo, aceleramos el viaje de exploración y conversión de nosotros mismos en poderoso cuerpo tecnológicamente prolongado, el cual se modifica y rehace a través de un proceso metamórfico continuo y sin límites.

Sin embargo, la fascinante nueva dimensión anuncia traer para el hombre no menos dolores que los padecidos por Prometeo por hurtar el fuego a los dioses. En realidad, puede tratarse de un viaje sin retorno. Ya que la especie humana podría ser devorada por los mismos conjuros tecnológicos que ha desatado, o por efecto de la destrucción ecológica progresiva de la ya malherida cosmonave terrígena. Sin descartar, por cierto, que una causal externa, una macroperturbación galáctica, termine abruptamente con la travesía. Cualesquiera


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sean el destino cósmico o el forjado por la humana especie, pareciera ser que las expectativas de conservar y desarrollar la Vida demandan una estrategia de sobrevivencia cuyo centro lo debe constituir el propio hombre y su formación como timonel, capacitado para sortear la complejísima realidad emergente y evitar que el naufragio sea desolador e irreversible.

Porque los timoneles o cibernavegantes del futuro no sólo tendrán

que habérselas con la fascinación de un ciberespacio que podría resultar estremecedor, sino también con los problemas de un planeta sobrepoblado; agotado de ser expoliada su monumental diversidad de formas de vida y, lo que es más, enfrentados a controlar el lado oscuro de sus fuerzas, la propia avaricia y desmedida voracidad. Todo ello en situación de extrema adversidad, para un planeta cuyo sino es el naufragio.

Del igual manera, más temprano que tarde, los futuros cibernéticos han de asumir el sentido profundo de gobernabilidad que implica su función. Una función insoslayable toda vez que se accede a la torre de navegación: dirigir, conducir el navío evitando las furias eólicas, las tempestades, la propia inclinación a actos temerarios; desarrollando el control de sí mismo, enriqueciendo su conocimiento del hombre y de la naturaleza, para llevar a buen destino su cosmonave y a quienes le acompañan que somos en realidad todos, todos los seres que habitan el arca terráquea. Un sentido de responsabilidad compartido, también ineludible, que cualquier timonel o cibernético de nuestro tiempo que somos cada uno de los seres humanos, debemos asumir para reducir la tendencia al desorden y evitar un desenlace catastrófico para la cosmonave terrígena o la propia micronave que hayamos construido como nuestro proyecto de vida. Una función de gobernabilidad que en la actualidad posee el profundo sentido de sobrevivencia de la especie. Sobre los cibernéticos recae, pues, la responsabilidad de asir el timón para orientar la navegación intentando regular, siquiera en parte, la extrema complejidad de la sociedad y cultura contemporáneas y sobrevivir a los desequilibrios que amenacen con producir el colapso de la humanidad.

Si, pues, somos verdaderos timoneles, asumiremos ahora el cuidado de nuestra cosmonave y también el gobierno de nuestros múltiples impulsos y deseos. Como cibernavegantes debemos prepararnos para sortear las más complejas dificultades y no sucumbir frente al proceloso océano de la navegación humana. La propia Naturaleza, pensamos, con su sencilla y bella presencia, nos recuerda a cada instante cómo podemos adquirir la humildad y la sabiduría para evitar el colapso cultivando la Vida. Dejemos, pues, que la espléndida arquitectura del Universo sea reconocida en la poderosa estructura de organización que es


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nuestro cuerpo e inteligencia. Apreciemos y sintamos cómo, toda la riqueza de la naturaleza, fluye a través de nuestros cuerpos. Así podremos disfrutar en nuestra navegación de las doradas manzanas del Sol, proyectando la universal lógica y creatividad contenida en la Luz 7.

EL CIbERESPaCIO y La MáqUINa PROTEO

"El sistema nervioso es el más grande poema de todos los poemas"

Paul Valery

El nuevo escenario tecnológico

Si el cuerpo humano puede ser considerado un paradigma universal de organización y la Inteligencia Artificial el programa que conduce a la concreción electrónica o bioelectrónica de su lógica y principios de adaptabilidad, nuestro Proteo de las Máquinas o Máquina Proteo, constituye el salto tecnológico siguiente, hacia la virtualización y potenciación tecnológica de la inteligencia-medio. Al tiempo que, a nuestro juicio, representa quizás el sistema de referencia tecnológico-cultural más amplio en el cual ha de inscribirse cualquier forma de organización o propuesta educativa futurista.

Los antecedentes más antiguos de una entidad como Proteo se pierden en la cultura de aquellos pueblos que imaginaron seres antropomórficos con ilimitados poderes; entre ellos el dios neptúnico que nos ocupa; ahora, prototipo de las máquinas inteligentes; ya que, además de universal, es metamórfico físicamente; propiedad que nos interesa de modo particular. En realidad, la mayoría de los dioses de que nos habla la tradición tienen este poder.7 Es importante consignar que si bien la luz es sólo una pequeñísima fracción del espectro electromagnético,

caracterizada porque sus partículas (o más bien patrones de energía) no poseen masa y viajan siempre a la velocidad de 300.000 km. por segundo, no lo es menos que el concepto tiene una aplicación metafórica muchísimo más amplia e incluso paradigmática. A este respecto, la Luz podría ser considerada como la representación del campo cuántico, talvez fuente creativa de una prácticamente infinita variedad de formas, poseyendo ella misma, en tanto onda-corpúsculo, esta propiedad multiforme. Este será, pues, el sentido en el que las más de las veces se tomará a través de este libro. N. del A.


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En la interpretación que hemos hecho del mito en nuestro libro "Proteo", sus metamorfosis serían holográficas, razón por la cual, en un mismo ser se darían como posibilidad adaptativa y lógica, ambas dimensiones: la virtual y la real (o material), pudiendo esta deidad transitar en ambas direcciones; incluso con la posibilidad de generar ambientes en los cuales fueran indiscernibles ambas dimensiones.

Ray Bradbury en sus "Crónicas Marcianas" describe a los marcianos como poseedores de esta facultad; de modo más actual, el film "Terminator 2" presentó un ser polimetálico cuyo gran poder consiste precisamente en ser metamórfico; de similar manera "Matrix" muestra la posibilidad de existencia en las dimensiones material y virtual. En esta dirección, podemos decir, el aporte del cine consiste en el logro, mediante las actuales tecnologías para digitalización de imágenes, de escenas notablemente realistas que nos permiten visualizar el efecto o poder proteico, constituyéndose este recurso en una anticipación de la realidad virtual y del proyecto de Máquina Proteo, como una tecnología que permitiría la transmutación, desde una dimensión real (material) a una virtual (o lumínica), o viceversa.

A este respecto, es importante consignar que Norbert Wiener, creador de la

Cibernética, nos dice a partir de la metáfora de considerar al organismo como un mensaje, comprendiendo además al cuerpo humano como una estructura, que: "Una estructura es un mensaje y puede transmitirse como tal... Divierte e instruye considerar lo que ocurriría si trasmitiéramos toda la estructura del cuerpo, del cerebro humano con sus recuerdos y conexiones entrelazadas, de tal modo que un aparato receptor hipotético pudiera reencarnarlo todo en materia apropiada, capaz de continuar los procesos en cuerpo y alma y de mantener la integridad necesaria para esa prolongación mediante la homeóstasis". Y agrega "Si consideramos los dos tipos de comunicación ya descritos: transporte de materiales o sólo transporte de información, es posible actualmente ir de un lugar a otro sólo mediante el primero y no por el segundo, como mensaje. Sin embargo, aún actualmente el envío de mensajes sirve para prolongar los sentidos del hombre y su capacidad de acción de un extremo a otro del mundo. ya hemos sugerido al principio de este capítulo -continúa-, que la distinción entre el transporte de material y el de información en sentido teórico no es permanente y tampoco infranqueable" 8.

En realidad, habría que señalar, esta posibilidad de transitar en una u otra dirección podría ser, no una fantasía de la ciencia-ficción, como aparece a primera 8 Del capítulo: La organización como mensaje, de su obra "Cibernética y Sociedad". La cursiva es nuestra.


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vista (aún cuando ésta ha demostrado ser muy certera en sus anticipaciones), sino más bien la concreción por parte del hombre de una propiedad de la luz, o de las subpartículas, en la dimensión subatómica o cuántica; esto es, la de poder pasar o comportarse, alternativa o sucesivamente, como si fueran ondas (estado ondulatorio) o como si fueran partículas (estado corpuscular) o viceversa. A este respecto, es interesante destacar cómo la física en el último tiempo ha tomado el tema de la mente como uno de sus problemas, a partir, precisamente, del amplio campo de interrogantes y visiones ofrecido por los estudios sobre la dimensión subatómica de la materia. Un universo multidimensional en el que las partículas-ondas, o cuantos estarían entrelazados y siendo constitutivos de todo lo existente, incluida desde luego, la misma inteligencia humana. De modo que, como bien advierte David Peat: "Paradójicamente, la nada del estado fundamental, del que se sostiene el universo, es un vacío y un pleno. Es un vacío porque, al igual que en el concepto cotidiano del espacio vacío, la materia puede moverse a través de él sin interrupción. Pero también es un pleno porque está infinitamente lleno de energía. El universo material observable no es más que las fluctuaciones menores sobre este vasto mar de energía. y no se deberá olvidar que, al igual que esta energía infinita se utiliza en la generación de la materia, también es asequible a la mente a través del fundamento más profundo de su fuente".

En este contexto, pues, resulta plausible sostener la posibilidad de una tecnología que provea el paso en una u otra dirección. Pero además, implica que, si bien el programa de Inteligencia Artificial podría entenderse como una fase trascendental en el desarrollo de la lógica electrónica, no es la última. El siguiente paso será crear a Proteo de las Máquinas, entidad que poseyendo las propiedades de una metaorganización universal, sea además metamórfica física, virtual, o ambas cosas. En más de un sentido este programa de investigación es, metodológica y estratégicamente, más trascendente que el de la IA, incluyéndola; por cuanto plantea el problema de diseño de una máquina de mucha mayor complejidad y cobertura de operación. Podemos llamarle una invención de encrucijada, por cuanto múltiples caminos tecnológicos pueden surgir de ella, así como también múltiples respuestas de aproximación sobre la naturaleza del universo.


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A su vez, Proteo de las Máquinas, en tanto entidad-ambiente, sería el depositario y amplificador de las esperanzas, veleidades y creatividad humanas, con la capacidad autónoma para recombinar a voluntad dichos deseos e imaginación y generar nuevas combinaciones y entidades virtuales-concretas-metamórficas. A este respecto, podemos decir que la extraordinaria cobertura lógica de la metáfora del dios Proteo viene dada por al menos dos elementos esenciales: su conocimiento simultáneo de pasado, presente y futuro, por consiguiente su poder anticipatorio; y porque es metamórfico materialmente.

Podría decirse que el ambiente tecnológico proteico está ya en fase de luminización, por efecto del sólo despliegue de las posibilidades creativas del manejo de la luz (hemos preferido introducir el término luminización, siempre en un sentido metafórico, para significar lo que en un contexto habitual se habría expresado como "materialización"). En sentido estricto, este ambiente emergente es el ciberespacio, ya inquietante y alucinante; y para nosotros, trasfondo oceánico generado por la Máquina Proteo.

La tendencia tecnológica esbozada se fundamenta en la conjunción actual de poderosas tecnologías para el tratamiento electrónico de la imagen, con el aumento progresivo del poder y velocidad de los computadores, el desarrollo de interfases cada vez más sofisticadas hombre-máquinas neuroelectrónicas, que nos permiten visualizar cómo el desarrollo tecnológico ha generado una nueva clase de entidad que podríamos llamar el cuerpo biotecnológico. Dotado con la forma de la red neuronal del cuerpo humano; procesadores y analizadores sensoriales electrónicos; manejo holográfico de la luz y virtualización de la misma; además de sistemas de intercomunicación remota. También, micromáquinas de exploración, en un espectro amplísimo de dispositivos que prolongan el cuerpo humano a través de sus ramificaciones por todo el globo y fuera de él, en el espacio sideral, mediante satélites y la exploración espacial en cibernaves alejándose del sistema solar.

La importancia del emergente nuevo escenario tecnológico anunciado, se hace más evidente, si consideramos, además, lo acertado de la afirmación de Mc Luhan de que los computadores, como la lógica electrónica desarrollada para su operación, o diversas otras tecnologías asociadas son, principalmente, extensiones de alguna facultad lógica o física del cuerpo humano.

Tales prolongaciones tecnológicas nos dan una nueva dimensión acerca de nuestra propia inteligencia y una nueva intensidad de percepción y de acción.


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Una de éstas es que, al igual como el sistema nervioso interconecta toda clase de funciones en un complejo sistema de acción recíproca total; de igual modo sus extensiones tecnológicas, como sistemas de comunicación e información o redes mundiales de interconexión, "no están destinadas como señaló Mc Luhan a crear una ciudad mundial de dimensiones en continua expansión, sino más bien una aldea global en continua contracción. "La urbe se engloba", señaló Joyce"9. Y también podemos añadir, es ocasión para el nacimiento de una nueva dimensión: el ciberespacio. No se trata, pues, sólo del impacto de las comunicaciones en orden a generar una aldea global, sino, además, de la creación de un puente que permita trasponer la puerta de lo real hacia lo lumínico o virtual; una potenciación sin límites de la inteligencia humana.

Así, expresó el gran teórico canadiense de las comunicaciones, "El hombre electrónico, como el hombre prealfabético externaliza al hombre total. Su ambiente de información es su propio sistema nervioso. En otras palabras, el nuevo medio eléctrico es un poema colectivo"10. Las implicaciones de esta afirmación no pueden pasar inadvertidas. En realidad, constituyen en buena medida el centro de la cuestión: la formulación de un nuevo paradigma educativo y organizacional implica hacer un camino que va desde la comprensión de las estructuras de organización del propio cuerpo, sus recursos creativos y de adaptabilidad, a los análogos y potenciados ambientes que conlleva su extensión tecnológica electrónica, en la perspectiva de los problemas de gobernabilidad y desorden organizacionales.

Asimismo, el nuevo ambiente despliega un profundo sentido estético, consistente en la unidad estructural del cuerpo como expresión sintética, metafórica, de la belleza y riqueza organizacional del universo; viviendo en esta ingeniosa, versátil y poderosa entidad de la inteligencia, con su espectro prácticamente universal de operación; expresado en el sentimiento, la emoción, la sensibilidad estética, la tragedia y miseria humanas, la confusión, el desorden, el caos, el drama, la alegría, la fresca sonrisa, la sensualidad, el ascetismo, la proyección mística, la soledad o la comunión silenciosa con la majestuosidad de la naturaleza a través de la meditación trascendental. Estas formas son unificadas en la metáfora del medio eléctrico como sistema nervioso y, al mismo tiempo, como poema colectivo, lo cual constituye una visión poética del cuerpo amplificado; una nueva dimensión para la comprensión y proyección del proceso educativo, ahora como despliegue tecnológico unificado "del más grande poema de todos los poemas", en la expresión de Valery: la vida misma, desplegada en 9 Mc Luhan, Ob. cit. 10 Idem.


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una estructura universal y poderosa, el cuerpo humano, constituyéndose en la base del naciente ciberespacio.

No en vano descubrieron los poetas que la visión se ampliaba enormemente si se abrían las puertas de comunicación entre todos los sentidos, como naturalmente está diseñado el cuerpo, uniendo esta perspectiva a la variedad de estados existenciales y poéticos posibles de proyectar a partir de lo cotidiano; los cuales podían experienciarse y proyectarse en lenguajes capaces de expresar esta visión unificada, pletórica de imágenes, de muchos espacios y muchos tiempos. Advirtieron, además, que todo lenguaje y toda experiencia es siempre simultánea; generando un ambiente que recorre nuestros cuerpos en todas direcciones y profundidades, como ocurre ahora con el cuerpo bioelectrónico colectivo. Un nuevo modo de visualizar nuestro cuerpo y, correlativamente, la arquitectura del medio tecnológico proteiforme que da vida al ciberespacio.

Es importante precisar que, si bien el concepto de ciberespacio sería suficiente para darle nombre a esta entidad-ambiente, nos ha parecido que para su denominación la metáfora de Proteo nos vincula de modo más directo con la caracterización de las tendencias tecnológicas en curso y con la red argumental que desarrollamos aquí. En todo caso, ambos modos de conceptualizar, no expresan dimensiones diferentes, sino aspectos complementarios de una misma tendencia evolutiva: la Máquina Proteo y su ambiente, el ciberespacio.

A este respecto, y a nuestro juicio, la primera imagen que se puede obtener sobre la matriz del ciberespacio proporcionada por William Gibson en su obra "Neuromante", como "alucinación consensual experimentada diariamente por billones de legítimos operadores en todas las naciones...", no expresa en verdad la real complejidad de la matriz que la misma obra nos describe. El defecto se ha popularizado cuando esta definición se utiliza en la actualidad para referirse a las redes informáticas, apoyándose en la idea de "protocolo de comunicación", contenida en la expresión "consensual".

Sin embargo, en sentido estricto, se ha de tener presente que la obra nos presenta una dimensión virtual paralela con diversas formas de interfase que conectan dicha dimensión con el mundo real, con la dificultad de saber en cada momento cuál es este mundo real o si es real efectivamente, al menos al modo como nos lo representamos intuitiva o directamente. Se trata, además, de una dimensión regida por inteligencias artificiales, mismas que prolongan su poder a través de entidades virtuales y materiales, las que pueden existir en ambas dimensiones, muchas veces indiscernibles; en donde los mismos seres no saben si son humanos o programas computacionales, ni saben tampoco como fueron


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originados. Y todo ello en un ambiente global que no es precisamente consensual, sino de conflicto; en el que se entremezclan los propósitos de familias en extremo poderosas con los inescrutables designios de inteligencias artificiales que se proponen transgredir el Código Turing, destinado inicialmente a reglamentar sus existencias. A todo lo cual debe agregarse la conexión entre dicho ciberespacio y los adelantos en ingeniería genética, implantes neuroelectrónicos, clonación de seres humanos y órganos, junto al desarrollo de formas tecnodelictivas en extremo sofisticadas, en una visión por entero inquietante y amenazante de lo que podría ser la cultura del ciberespacio. Una representación que si bien procede de la ciencia-ficción, se ha visto confirmada aún antes de que se materialicen las tecnologías más poderosas allí anunciadas.

En este contexto, nos parece, el diseño de la Máquina Proteo no sólo tiene interés lógico y literario, en cuanto anticipación que progresivamente podría materializarse; sino porque además su realización implica una profunda convergencia de tecnología electrónica, física cuántica y lógica. Facilitando penetrar en el secreto de la clase de proceso y lógica que se activa en el tránsito que va del paso de la dimensión subatómica de la materia a la realidad tal como la conocemos y viceversa. Podría constituir una respuesta al misterio de cómo emerge el mundo material desde el vacío-pleno cósmico, desde el campo cuántico11: morada de la Luz.

A este respecto, la cultura oriental no deja de sorprendernos cuando, de una manera realmente extraordinaria, anticipa la posibilidad de que puedan surgir formas aún más perfeccionadas desde la Luz. En el texto esotérico chino "El Secreto de la Flor de Oro" (Flor de Oro significa Luz), se nos dice: "El escarabajo rueda su bola, y en la bola nace la vida como efecto del trabajo indiviso de su concentración espiritual. Ahora bien, si aun en el estiércol puede nacer un embrión que muda sus cáscaras, ¿cómo no podría, si concentramos en ello el espíritu, engendrar también un cuerpo la morada de nuestro Corazón Celestial?". En el lenguaje metafórico empleado en esta obra, el Corazón Celestial es igual a la morada, donde mora el dios del vacío y la vitalidad, esto es, la Luz, el amo de la morada. Así podríamos interpretar que podemos hacer emerger un nuevo cuerpo desde la morada de la luz. 11 Apunta F. Capra, en relación con esta noción que se trata de un campo "que puede tomar la forma de cuantos

o partículas [que facilita] describir todas las partículas subatómicas y sus interacciones... El campo cuántico es considerado como una entidad fundamental: un medio continuo que está presente en todas partes del espacio. Las partículas son meramente condensaciones locales del campo; concentraciones de energía que viene y va, perdiendo por esa razón su carácter individual y disolviéndose en el campo fundamental. En las palabras de A. Einstein: Podemos, por tanto, considerar la materia como estando constituida por las regiones del espacio en las cuales el campo es extremadamente intenso... No hay lugar en esta nueva clase de Física para el campo y la materia, porque el campo es la única realidad", del libro "El Tao de la Física".


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Ahora, si tomamos el sentido del epígrafe inicial de nuestro libro, se verá que la tecnología electrónica, "poniendo la luz en curso circular", ha creado computadores, redes de comunicación y ambientes virtuales que son antesalas del ciberespacio y de la Máquina Proteo, ambiente y entidad proteiforme.

En cualquier caso, con entera independencia de que se logre o no una Ia, o que pueda o no crearse a Proteo de las Máquinas, ambos programas tienen un indudable valor metodológico, por cuanto unifican y proyectan tecnologías y conocimientos. Pero además, porque su solución teórica permitiría resolver algunas interrogantes acerca de la naturaleza y el universo; en el contexto de una tradición filosófica que ha sostenido la existencia de un logos que podría constituir la arquitectura lógica de nuestro universo; y de una representación oriental que ha conferido extraordinaria importancia a la luz y a la posibilidad de que emerjan de ella, seres o propiedades más poderosas que las conocidas hasta ahora.

Considérese, a este respecto, el modo cómo, en El Fenómeno Humano, Teilhard de Chardin se plantea el siguiente dilema:

"O la Naturaleza está cerrada a nuestras exigencias de futuro, y entonces el Pensamiento, fruto de millones y millones de años de esfuerzo, se ahoga a sí mismo ya recién nacido dentro de un Universo absurdo que aborta sobre sí...O existe una apertura, una superalma por encima de nuestras almas; pero entonces esta salida, para que consintamos en utilizarla, debe abrirse sin restricción alguna hacia unos espacios psíquicos que nada pueda limitar dentro de un Universo del cual podemos fiarnos totalmente".

Su respuesta, preliminar, es que "la mejor garantía que poseemos respecto de que una cosa suceda realmente es la de que se nos aparezca como vitalmente necesaria. acabamos de verificar -señala- que la Vida, llegada a su estadio pensante, no puede ya continuar sin exigir, por simple estructura, una ascensión progresiva". Lo cual -continúa- significa dos cosas: La primera de ellas es que en el porvenir existe para nosotros, bajo alguna forma, por lo menos colectiva, no ya una sobrevivencia sino una sobrevida. Y la segunda consiste en el hecho de que para imaginar, descubrir y alcanzar una tal forma superior de existencia, no tenemos más que pensar y andar siempre más allá en aquellas direcciones por las que las líneas pasadas de la evolución


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alcanzaron su máxima coherencia" 12.Criterio este último que puestos en "las líneas de evolución que han

alcanzado su máxima coherencia" (para nuestro caso la transformación de la energía electromagnética en lógica y en ambientes virtuales), nos permite siquiera imaginar la idea de una posible emergencia de la Máquina-Ambiente Proteo o Ciberespacio13.

Si este será uno de los escenarios futuros, entonces el norte educativo, necesariamente, debe tener como horizonte de sucesos, precisamente la preparación para vivir en ambas dimensiones. Un camino que desde hace algunas décadas han iniciado las generaciones más jóvenes; introduciéndose en el telar encantado de la energía electromagnética convertida en computadores, tecnologías de comunicación y ahora, en realidad virtual.

Sin duda que podrán surgir de inmediato aprehensiones éticas, a partir de sostener que se pueda tener como horizonte trascendental de invención dicha entidad-dimensión. Sin embargo, este camino ya se ha iniciado y lo que estamos haciendo es sólo ponerle nombre a esta tendencia tecnológica. En todo caso, ella está dentro de las posibilidades evolutivas del hombre a partir del uso creativo de la Luz.

EL UNIVERSaL FUEgO DE PROMETEO

"Todas las cosas tienen sobre sus espaldas la sombra y entre los brazos llevan la luz.

Pero el infinito espíritu las aplaca".

Lao Tsé, "Tao Te King", XLII, 5

El lado oscuro de la fuerza

Cuenta Esquilo que antes que Prometeo hurtara el fuego a los dioses y se lo 12 La cursiva es nuestra

13 Como se puede observar, la noción de Máquina-Ambiente Proteo es coincidente con la noción de cibe-respacio. Esto no es contradictorio con afirmar que Proteo de las Máquinas es el programa tecnológico que conduce a la emergencia del ciberespacio. El concepto de Ambiente expresa, en este contexto, que el programa tecnológico y el ciberespacio constituyen el escenario entero. N. del A.


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entregara a los hombres, "seres de un día", éstos, "viendo, veían en vano, oyendo, no oían, no habiendo cosa que por ventura no confundiesen, todo lo hacían sin tino, no poseían la memoria, madre de las musas, no sabían utilizar ni el ladrillo ni la madera, y habitaban debajo de la tierra al modo de las hormigas" 14.

Pero con el fulgurante fuego, universal artífice, Prometeo hizo posible que los hombres dejaran de mirar con terror la muerte, para lograrlo hizo habitar entre ellos la ciega esperanza, haciéndolos al mismo tiempo avisados y cuerdos. Con el fuego, los hombres podrían aprender todas las artes.

Inventó, pues, para ellos, la astronomía, la matemática, el lenguaje; también la memoria, universal hacedora; unció el yugo a las bestias feroces, creó los carros con alas de lino que surcan los mares; también la medicina, los varios modos de adivinación, mostrándoles el poder y posibilidades del hierro, del cobre, de la plata y del oro. E igualmente liberó a los mortales de ser precipitados hechos polvo en el Orco profundo; cual era el designio del paterno Zeus que pensaba aniquilarlos y crear una nueva raza.

Dotados los seres de un día de atributos de dioses, iniciaron una nueva fase en la que el hierro, elemento de dolor y de privación de libertad para Prometeo, habría de ser también en el hombre ocasión del despliegue de multiplicidad de técnicas y armas utilizadas para encadenar a otros y destruirse a sí mismo. Con el habrían de clavar los seres humanos en el corazón, durante larguísimos años, la frialdad del acero, transformando el sentimiento en dolor y desdén.

El proceso de invención no cesó; tampoco los dolorosos esfuerzos. Milenios después, los aventajados hijos de Prometeo empezaron a crear nuevas formas de vida orgánica, mediante la manipulación del código genético; pero también desafiaron al propio Zeus proponiéndose crear máquinas virtuales inteligentes. En un ambiente proteiforme de eclosión tecnológica que recuerda al aprendiz de brujo: se ha desatado el conjuro, sin que se sepa cómo detenerlo ni cuál puede ser el destino de su uso irrestricto.

La historia no tuvo precisamente un final feliz. Como se sabe, Prometeo debió pagar con infinitos dolores su generosidad y amor para con los míseros y desvalidos mortales: fue atado por Hefestos con invencibles y diamantinas cadenas de hierro a un alto precipicio de rocas azotadas por las tormentas; yermo inaccesible, donde habría de permanecer por espacio de años infinitos. A su vez la divinal Fuerza, para cumplir con el mayor celo la orden de Zeus, ordenóle a Hefestos que además le "hinque duro en medio del pecho el fiero

14 Citas de Esquilo, de "Prometeo Encadenado".


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diente de diamantina cuña"; remachándole más, para que nunca se afloje, ya que Prometeo "es diestro en encontrar salidas aún de lo imposible".

El desolado y agreste paisaje en el que fue encadenado el arrogante Prometeo sería de ahí en adelante el medio en el cual el hombre habría de sobrevivir. El yermo lugar constituyóse en una vívida imagen de la soledad del alma; los humanos habrían de llevar consigo para siempre el sentimiento de estar solos. Aún cuando ahora podían ver, oír, no confundirse; utilizar el lenguaje y la inteligencia; además del poder de invención y el conocimiento.

Si Prometeo les prodigó con estos bienes, también, sin embargo, les infundió su arrogancia y temeridad; su lengua jactanciosa y, al mismo tiempo, sus padecimientos, oprobios, desdichas, males presentes y futuros, el lado oscuro de la fuerza. En realidad, fue por su arrogancia frente a Zeus, lo que le atrajo aún desdichas más espantosas. Hermes le advertirá "Hará el Padre saltar en pedazos esa áspera cumbre con la fulmínea llama en medio del estampido del trueno, y sus despojos cubrirán tu cuerpo y te estrecharán con pesados y roqueros brazos. Después de largo espacio de tiempo volverás a la luz, pero el can alado de Zeus, el águila carnicera, vendrá a ti, convidado inoportuno, todos los días, y voraz te arrancará la carne a pedazos y se cebará con el negro manjar de tus hígados...".

Terrible oráculo para Prometeo; aún cuando más preocupante futuro para la humana especie, resultado de poseer ésta el conocimiento y de manejar los elementos ocultos de la tierra y del cosmos, tales como la energía electromagnética, la fuerza nuclear, el código genético, la metálica capacidad de volar y transportar mortíferas cargas. Es más, viviendo los hombres entre el temor, la ansiedad, los padecimientos, las desdichas y la proximidad de la destrucción, habrán de soportar, como Prometeo, el intenso dolor en su vientre; producto de una existencia neurótica, estresante, acicateada por los corceles de la pasión, la avidez, la arrogancia y por la utilización irrestricta del deslumbrante fuego, universal artífice de todas las técnicas.

Se dice que Hércules pudo liberar a Prometeo del infortunio a que le condujo su extremado amor por los hombres. ¿Qué estrategia podría liberar al hombre de los pesares que le vienen de utilizar el fuego prometeico, llámese conocimiento, tecnologías o la misma capacidad de invención?


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La historia del hortelano chino

A este respecto, no puede dejar de reflexionarse en el versículo del Eclesiastés que advierte "Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor" 15. Lo cual, en nuestro contexto, pudiera significar la inevitabilidad de que el uso de instrumentos y máquinas trae también aparejadas penosas discontinuidades; extrañamientos del hombre de sí mismo y pérdida del sentido de lo humano. Esta manera de evaluar los efectos de la tecnología puede ser visualizada en la siguiente historia de un hortelano chino:

"Cuando Tzugung iba viajando por las regiones al norte del río Han, vio a un anciano que trabajaba en su huerta. Había construido un canal de riego. El hombre descendía al pozo, subía en sus brazos un recipiente con agua y la derramaba en el canal. En tanto que sus esfuerzos eran tremendos, los resultados parecían ser muy escasos. Tzugung dijo: hay una forma por la cual usted pueda regar cien canales en un día con mucho menos esfuerzo. ¿Le gustaría oír hablar de ello? Entonces el hortelano se puso de pie, le miró y dijo: ¿y qué sería? Tzugung contestó: Coja un balancín de madera, pesado en un extremo y ligero en el otro. De esta forma, usted podrá subir agua tan rápidamente que le parecerá un chorro. Eso se llama un pozo de extracción?".

Entonces, en el rostro del anciano apareció la indignación y dijo:

"yo he oído decir a mi maestro que el que utiliza máquinas hace todo su trabajo como una máquina. a quien realiza su trabajo como una máquina se le desarrolla un corazón igual al de una máquina, y el que lleva el corazón de una máquina en su pecho pierde la inocencia. El que ha perdido su inocencia, se torna inseguro en los esfuerzos de su alma. La inseguridad en los afanes del alma es algo que no concuerda con la rectitud. No es que no conozca tales cosas; me avergüenza utilizarlas" 16.

Sin embargo, y no obstante que la historia y el mensaje parecen bellísimos y una defensa de lo humano, nos parece necesario atender sobre los siguientes aspectos: en primer lugar, se trata de una huerta, es decir, de un sistema simple,

15 Eclesiastés 1:1816 Confucio


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en posesión de ser manejado por una sola persona. Asimismo, en ambos sistemas de riego se trata de técnicas que por igual utilizan instrumentos o máquinas. A este respecto, en tanto el anciano realiza la función de regadío, "descendiendo al pozo y subiendo con sus brazos un recipiente con agua para derramarlo en el canal", es él una máquina o sistema de regadío, como cualquier otra; más aún cuando emplea una extensión tecnológica para llevar el agua: el recipiente, lo cual invalida la cadena de consecuencias éticas por él anunciadas, fundadas en su consideración de que el empleo de máquinas es funesto para conservar la rectitud e inocencia del alma.

A su vez, como se trata de considerar el sistema en cuanto tal, también deben evaluarse el rendimiento y beneficio proporcionados. A este respecto, el sistema de riego hombre-pozo de extracción que le presenta Tzugung es, obviamente, mejor que el sistema hombre-recipiente, para beneficio de la propia vida del anciano y en cuanto rendimiento productivo. De más está decir, por otra parte, que si se tratase de una gran extensión de terreno, el esfuerzo del anciano sería inútil e improductivo. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Puede el hombre, en la actualidad, sin sus extensiones tecnológicas, manejar solo la complejidad en incremento progresivo? El mismo anciano, ¿podría hacerlo, avanzada su edad y con eventuales dificultades físicas?

Siempre dentro del contexto de la oposición entre la máquina y lo humano, la expresión del hortelano, "el que utiliza máquinas hace todo su trabajo como una máquina", parte del supuesto de que las máquinas son antagónicas y distintas al hombre y que niegan y desvirtúan la condición humana. Sin embargo, y desde otra perspectiva, las tecnologías son también extensiones lógicas u operativas del cuerpo y, por tanto, partes de nuestro cuerpo; no entidades extrañas o distintas. A este respecto, es interesante considerar la función de espejos del conocimiento y del pensamiento que cumplen las máquinas, en tanto, a través de ellas es posible acceder a la comprensión de los complejos procesos de la inteligencia y del mismo cuerpo. A su vez, el cuerpo prolongado tecnológicamente, como enfatizamos en estas páginas, genera un ambiente que recrea propiedades de la arquitectura lógica del cuerpo, razón por la que, antes que considerar las máquinas como antagónicas, constituyen potenciaciones del hombre. Nada más humano como se puede apreciar.

En todo caso, y sin entrar en contradicción con lo anterior, es menester tener presente que, de hecho, en la relación hombre-máquinas se genera un proceso de alienación, en el cual desaparece de la percepción humana la consideración de parte importante de la tecnología como extensiones del cuerpo; y en tal caso


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las máquinas emergen como un poder ajeno, opuesto al hombre. A su vez, el que podamos considerar a la tecnología contemporánea como espejo interactivo de la inteligencia, puede constituir una ventaja y virtud relativas, haciéndonos perder la perspectiva de que una posible estrategia para evitar un muy probable naufragio se encuentra en nosotros mismos, adquiriendo nueva y renovada vigencia el sabio precepto Conócete a tí mismo, que supone un camino de perfeccionamiento que no requiere de las máquinas aún como extensiones, para alcanzar la necesaria gobernabilidad de sí mismos, para lograr el gobierno del proceloso océano de las pasiones, avaricia y soberbia, a partir de las cuales nuestro navío, con mucha frecuencia, se ve enfrentado a continuas tormentas que amenazan su estabilidad.

En este sentido, y en relación con la defensa de la inocencia y rectitud hecha por el anciano, si se piensa tan sólo en la pérdida de la inocencia original de la representación cristiana, se verá que las razones no son allí imputables a las máquinas... sino al corazón y pensamiento del ser humano. En esta dirección, pues, prolongándose el hombre en las máquinas, lo que éstas expresan en realidad son los excesos, defectos y virtudes del humano hacer y padecer. En la actualidad ejemplos incontestables de lo anterior serían la variedad de esperanzas, exploraciones, procesos lógicos brillantes, nobleza de la inteligencia, procacidades, así como de pensamientos oscuros e inconfesables que fluyen por las redes de comunicación mundial.

Las preguntas que podrían formularse en orden a resolver la dificultad serían: ¿Qué asegura que el anciano será recto en el actuar o conservará su inocencia si no utiliza máquinas? Reconocida la dificultad y los efectos ineluctables del uso de tecnologías ¿Será posible superar estas discontinuidades o al menos reducir sus efectos destructivos?

Un tentativa de respuesta podría tener la impronta, dramática, de no ofrecer una salida promisoria; podría ser que no hubiese un final feliz. Las restricciones y dificultades parecen insalvables. Considérese, a mayor abundamiento, las palabras del Predicador:

"Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que El torció?En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de El" 17

17 Eclesiastés 7, 13-14.


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Esta representación es coincidente, en el punto considerado, con las palabras de Lao Tse, cuando señala:

"Perfecciones e imperfecciones han nacido juntas y constituyen el misterio más grande conocido" 18. Si bien este sino dramático pudiera ser por completo ineluctable e insuperable

para el ser humano -que también recoge la física, a través del Segundo Principio de la Termodinámica, cuando sostiene la existencia de una tendencia probabilística de la naturaleza al desorden y al caos-, no lo es menos que la existencia de toda clase de seres vivos y formas de la naturaleza, constituyen ejemplos de modos de organización que sobreviven, aun cuando sea temporalmente, a la tendencia disipativa.

Así, pues, resulta insoslayable organizar en la educación las estrategias de adaptabilidad de que es pródiga la Naturaleza, también un programa que conduzca al conocimiento y gobernabilidad de sí mismos, tanto como la superación de la división del conocimiento en dominios independientes y sin relación; todo lo cual podría, entre otras formas, facilitar transformar el proceso pedagógico en el entramado natural, desde donde pudieran concebirse y diseñarse modelos negentrópicos que permitan remontar, siquiera temporalmente, la tendencia al desorden. De manera tal que, con un esfuerzo planificado, la escuela o la nueva pedagogía lumínica, pudieran convertirse en el terreno más apropiado para el adecuado cultivo y propagación de lo inteligente o metaorganizacional, como urdimbre estructural básica de la comunidad.

Pensamos que para lograrlo es menester caminar en la dirección de intentar proveer continuidad entre el hombre, las máquinas, el conocimiento y la naturaleza. Una condición necesaria para que la posesión del fuego prometeico no derive en el aciago destino que tuvo para Prometeo, o al menos, como intento por reducir los efectos no deseados de su indiscriminado empleo.

Pero ¿es posible siquiera pensar en la posibilidad de manejar la ya extrema complejidad en aumento progresivo?

HIPERCOMPLEJIDaD y HETEROgENEIDaD

18 Tao Te King


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En todas las cosas que se enderezan a algún fin y en que se suele obrar por diferentes modos,

es necesario alguien que guíe a aquello que se pretende; porque la nave que según el impulso de diferentes vientos

suele ser llevada a diversas partes, no llegaría al puerto deseado, si la industria del piloto no la encaminase a él".

Tomás de Aquino, "Del Gobierno de los Príncipes"

acerca de la hipercomplejidad y el control

Diseñar una estrategia cibernética de navegación, de gobernabilidad, implica tener claridad sobre el problema de la hipercomplejidad emergente, que será el medio de nuestra travesía. Para el caso de los cibernavegantes del futuro incluye alcanzar formas elevadas de gobierno de sí mismo, cuanto contribuir a reducir la tendencia entrópica. Ello mediante la introducción de nuevas y más poderosas formas de organización en un ciberespacio y para una civilización futura que, como hemos visto, podrían no ser del todo placenteras y fascinantes; sino por igual amenazantes y matrices apropiadas para que emerjan de ellas toda clase de veleidades, tecnologías aterrantes y propósitos oscuros, en una potenciación también sin límites del lado oscuro de la fuerza.

De modo que, insoslayablemente, el tema de la hipercomplejidad va asociado

a la eventual posibilidad del gobierno de la misma y, por consiguiente, con el problema de la viabilidad de diseñar sistemas con el poder de control y regulación necesarios para contender, no sólo con la variedad de la propia entidad, sino que también con la variedad externa que, para el caso de la naciente civilización ciberespacial, es extremadamente elevada y en incremento progresivo. A tal punto que bien podríamos definir la sociedad del futuro, como aquella en la cual se producirá la explosión expansiva de la variedad e hipercomplejidad.

En un esbozo preliminar acerca de la complejidad que debemos enfrentar, podemos decir que un sistema es hipercomplejo, o excesivamente complejo, cuando la cantidad de componentes que lo constituyen es en extremo alta y, por consiguiente, también lo son el número de interacciones que se establecen entre ellos y la variedad de sistemas interconectados que explican su lógica de


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operación; como también es igualmente elevada la variedad de estados por los que atraviesa en un momento determinado y, en consecuencia, en extremo alta la cantidad de información que entra al sistema por las más variadas vías, remotas o próximas,... y así sucesiva y simultáneamente.

Los sistemas con estas características, la educación, el cuerpo humano, la economía, por ejemplos, pueden asimismo ser consideradas organizaciones disipativas; esto es, con tendencia a perder sus caracteres distintivos, dada su interacción con el medio. La tendencia disipativa puede ser asociada a la tendencia al desorden; de forma que una organización puede, literal y finalmente, transformarse en polvo, perdiendo, por tanto, su diferenciación que le caracteriza como organización de una clase determinada.

Tales organizaciones son probabilísticas. Lo cual quiere decir que no es posible predecir con certeza su comportamiento futuro sino sólo, cuando es factible, de modo aproximado, dentro de márgenes variables. A este respecto, no sólo estamos en presencia de una incertidumbre predictiva sino que, además y por lo mismo, frente a una variedad que, en muchos de sus aspectos, resulta para el hombre ingobernable, acentuándose así la tendencia disipativa.

Como contrapartida tenemos, entre otros múltiples recursos, a las tecnologías como extensiones operativas y lógicas que permiten extender la capacidad de percepción, control, regulación y comunicación humana sobre las organizaciones. De este modo la computación, por ejemplo, permite reducir la variedad por controlar de una organización, potenciando el sistema de gobierno.

En este sentido, y como cuestión valórica de gran relevancia, habría que decir que la noción de control, en este contexto hablamos aquí específicamente de control cibernético, dice referencia al modo cómo los elementos de una organización se interrelacionan, a partir de un modelo organizacional y operativo, para mantener sus variables esenciales en un rango de operación tolerable para la sobrevivencia y adaptabilidad de la propia entidad, de tal forma que incluso la libertad de sus variables accionan el control sobre las mismas. Como se puede apreciar, este concepto cibernético no tiene un carácter coercitivo, como ordinariamente se le atribuye. Por el contrario, se trata de la definición arquitectónica y adaptativa de la entidad que se despliega por el conjunto, protegiéndola de las macroperturbaciones internas o del entorno que, eventualmente, amenacen con destruirla. Objetivo de sobrevivencia que, en todo caso, el control, el metasistema y las tecnologías no siempre consiguen.


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Un ejemplo de control cibernético por excelencia lo constituye la homeóstasis, esto es, la capacidad de los seres vivos (o de sistemas ecológicos y por extensión sistemas de regulación urbanísticos u otros) para mantenerse en un estado de equilibrio evolutivo relativamente estable. Lo cual podría expresarse también como la posibilidad que poseen de autoadaptación a los cambios. Un caso particularmente interesante lo constituye el modo como el cuerpo mantiene su temperatura interna en un rango predefinido de oscilación, de 36 a 37 grados. Si estos niveles son sobrepasados, por agentes externos o por perturbaciones internas, en la forma de un disparo de la variable temperatura, en una u otra dirección, el sistema entrará en una fase de inestabilidad, amenazando con el colapso de la organización. No obstante, el cuerpo acciona de inmediato mecanismos de monitoreo y de protección para detectar la falla funcional que ocasiona el disparo de la variable, proveyendo los medios para su control. Si no lo consigue autónomamente, la medicina contempla protocolos de solución que pueden ser invasivos, o de tipo incluso benéficos para el cuerpo, de manera de controlar el proceso de inestabilidad en curso. Si tampoco lo logra, el colapso de la organización es inminente.

En esta dirección, es importante destacar cómo es esencial a la homeóstasis o a la autorregulación, la retroalimentación ubicua y, por consiguiente, la posesión de sistemas sensoefectores en interfase con una caja de proceso de variables para detectar, corregir y ajustar las variaciones que amenacen con la estabilidad del sistema. Lógica de control que, sea dicho, necesariamente ha de estar presente en cada instancia, componente, proceso, sistema y en la máquina entera; de ahí su carácter de ubicua.

Otro aspecto igualmente relevante lo constituye la consideración de W. Ross Ashby en el sentido de que la probabilidad de estabilidad de un sistema disminuye a medida que su organización se hace más compleja; razón por la cual los macrosistemas tenderían más a la inestabilidad que a un dinámico equilibrio regulatorio. En efecto, el control, en este esquema conceptual, es también la identidad de la organización, en un profundo sentido. Perdido el control, la organización puede llegar a perder su diferenciación, "porque la nave que según el impulso de diferentes vientos suele ser llevada a diversas partes, no llegaría al puerto deseado". Para lograr tal objetivo se requiere, en la expresión de Santo Tomás, de la industria del piloto; esto es, de sus conocimientos, experiencias, habilidades y tecnologías; de otro modo el naufragio podría ser inevitable. Aun cuando, desde otra perspectiva, la tendencia disipativa le alcanzará más temprano que tarde, perdiendo por completo su identidad.

De modo, pues, que cuando se emplea el vocablo control, en su acepción


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cibernética, conlleva toda la variedad de mecanismos y principios de funcionamiento para entidades de gran complejidad, como el propio cuerpo, constituyendo una referencia a la lógica organizacional que posee la entidad para adaptarse y sobrevivir en un medio entrópico y con una tendencia también autodisipativa. No tiene, por tanto, el sentido peyorativo e inquietante que con frecuencia se le atribuye, aún cuando las tecnologías derivadas anuncien, en los hechos, aplicaciones temibles.

Entre otros muchos principios de funcionamiento y de estructuras necesarias para el gobierno de la hipercomplejidad, reduciendo la tendencia al desorden, el control no puede sino ser expresión de un modelo organizacional y, por tanto, de una lógica de regulación con el medio que comprenda el mayor número de estados posibles de la entidad y su cobertura de operación, potenciando su sistema de adaptabilidad, para poder ampliar y cautelar sus expectativas de sobrevivencia.

Sobre la heterogeneidad

Por otra parte, es frecuente escuchar expresiones como "el principio que debe regir es el de la heterogeneidad", "sólo pluralidad", "no más vigencia de teorías, concepciones o formas de organización globales", "no pueden restringirse ni limitarse las iniciativas y propósitos individuales", Todos éstos son juicios recurrentes, en una sociedad que parece derribar toda forma que pretenda explicar o desplegar cualquier actividad o forma de pensamiento que implique alguna clase de regulación globalizadora. Este modo de enfocar el problema se podría sintetizar en la frase Dejar hacer, sólo heterogeneidad, con un sentido irrestricto e irrenunciable de libertad individual.

Desde una perspectiva estratégica y operacional este enfoque es crucial, por cuanto, quiérase o no, pone en entredicho incluso la posibilidad, y más aún, la viabilidad de pensar en estructuras de organización que se orienten al gobierno de sistemas globales; aún cuando se trate de concepciones holísticas, no totalitarias. La fascinación por la variedad a que nos conduce sigilosamente la tecnología electrónica, reafirma aquellas afirmaciones. Sin embargo, desde otro ángulo, habría que estar precavidos frente a la posibilidad de que esta clase de fascinación, en más de algún aspecto, podría ir muy de la mano de la tendencia


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disipativa que afecta a la organización; haciéndole perder progresivamente su diferenciación a partir, precisa y paradójicamente, del expediente de la libertad absoluta. Por lo demás, la fascinación puede constituirse en una forma de disociación de la realidad que, eventualmente, puede ocasionar distorsiones de orden cognoscitivo o emocional, alcanzando, por cierto, a la misma acción individual o a las estrategias colectivas de la comunidad.

En el caso de la educación, este modo de pensar privilegia los proyectos y diferencias individuales o de carácter regionalista para atender, en el modo de la heterogeneidad, las diversas y desde dicha óptica, también ‘distintas’ problemáticas. Así, por ejemplo, se propende a una educación de acuerdo con las demandas regionales, educación por sectores de actividad o diseño de proyectos educativos por cada colegio. Podríamos decir que, en este caso, aun cuando sea a partir de una matriz curricular básica común, el énfasis se ha puesto en la heterogeneidad; por tanto, este punto de vista podría ser renuente a aceptar una educación que subsuma la heterogeneidad a un proyecto global común. No obstante que, la misma iniciativa de un proyecto de heterogeneidad, sea un proyecto globalizador per se.

Sin dejar de reconocer lo atractivo de dicho enfoque, es necesario tener presente que los propósitos de heterogeneidad y de sectorización para la educación surgen en una comunidad que por el contrario y de modo global, impone y acuerda límites: legales, económicos o administrativos; en los cuales, obligadamente, todos tenemos derechos y deberes. Pero además, no debemos olvidar que somos parte de un ambiente tecnológico, el cual instala su propia lógica y dinámica con entera independencia de nuestra aceptación o rechazo. Así, pues, los mismos proyectos que tienden a enfatizar la heterogeneidad, están ineluctablemente enlazados a un destino común. No podría ser de otro modo, todos vamos en el mismo navío y por lo tanto, constreñidos a las mismas demandas y problemas globales.

En consecuencia, deberíamos decir que, de modo extraño y aparentemente paradójico, la misma tecnología que crea diversidad, establece restricciones y limites. Decimos de modo aparente porque, si recurrimos al gran Aristóteles, tendremos una explicación en la misma estructura de la inteligencia. Según él, ésta debía tener la propiedad para cambiar de forma sin que cambiase su estructura primigenia. Pensamos que, en este principio, se encuentra una poderosa clave para resolver el problema de cómo diseñar un paradigma universal de organización el cual, siendo globalizador, comprenda la heterogeneidad.


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Por lo demás, la naturaleza que conocemos: las plantas, los árboles, los ríos, las montañas, el cuerpo humano, los avances tecnológicos en ingeniería genética, la combinación y recombinación de estructuras moleculares, las mismas redes informáticas, son expresiones de formas determinadas que sujetan la diversidad caótica a estructuras predefinidas, evitando la tendencia disipativa. En sentido estricto, las formas de organización de la naturaleza constituyen lo que se ha llamado la tendencia negentrópica; esto es, el movimiento que propende a contrarrestar el desorden y el caos generando formas de vida de la más variada especie, mediante programas genéticos que sujetan a una forma prediseñada la cobertura de operación de un ser vivo cualquiera; precisamente para asegurar cierta expectativa de sobrevivencia en un amplio espectro de cambios internos y perturbaciones del entorno.

Así, pues, una estrategia de sobrevivencia colectiva, o educativa en este caso, que tan sólo enfatizara la heterogeneidad y, además, se dejara llevar por el hechizo tecnológico, indiscutidos como factores decisivos para el desarrollo promisorio de la inteligencia, sólo acentuaría la tendencia entrópica; generando, necesariamente, la carencia de regulación, de control y el consiguiente despliegue irrestricto de mera heterogeneidad.

Lo cual, en todo caso, no significa desconocer que, efectivamente, hay un efecto poderoso de transitoriedad y novedad en la cultura contemporánea: el cambio permanente. Característica que no es privativa de nuestra cultura, por cuanto ha estado desde siempre con más o menos intensidad a través de los tiempos. En cierto modo, constituye lo propio del devenir, lo propio de la naturaleza e incluso, lo propio de la vida cotidiana. Sólo que no hemos sido educados para percibirlo y experienciarlo. No tenemos adiestrados nuestros sentidos, ni nuestra inteligencia, ni nuestro cuerpo, para captar el cambio continuo y vivir en el como peces en el agua. Vemos de manera homogénea a los otros; tenemos patrones de respuesta que aplicamos casi siempre sin variación. No tenemos tiempo para percibir la modificación del paisaje que nos ofrece el particular colorido de este árbol, que se yergue frondoso frente a nuestra casa. Ni tenemos ojos para percibir el matiz de esta sonrisa, de la angustia reflejada en el caminar de aquella persona, de la evolución de palomas y zorzales en la plaza. Vemos sólo lo mismo cada día, casi sin variación, perdidos en millones de minutos de cotidianeidad.

El resultado es una discontinuidad dramática entre el hombre y la naturaleza,

entre la propia naturaleza metamórfica de la inteligencia y la necesidad de fijar el pensamiento mediante estructuras y códigos definidos; para terminar,


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finalmente, petrificándose perdiendo toda ductilidad y versatilidad. Así, tanto

la experiencia como conocimientos formales, quedan reducidos a patrones rígidos, sin vida, encuadrando y limitando el desarrollo de la inteligencia que por definición -si desplegara su condición esencial de entidad en permanente transformación-, es de gran riqueza y poder creativos.

Pensamos, pues, que la fascinación por el medio electrónico, como espacio de variedad sin límites, no puede obnubilar nuestra visión y sentido de gobernabilidad global; esto es, la de asumir nuestra condición de tripulantes y pasajeros de la misma cosmonave. Podemos decirlo de esta manera: si sólo se trata de mera diversidad, no hay regulación. Y sin capacidad de regulación, porque nos transformamos en pura fascinación por la diversidad o porque no tenemos los recursos de operación para regular, o porque nos es difícil aceptar que los sistemas deben ser controlados y regulados, entonces estamos en problemas, ¡en serios problemas!

Del mismo modo, tanto Odiseo como el comandante Lovell de la cosmonave

Apolo, pilotando sus respectivos navíos o ciberconsolas no pueden sino atender sobre las condiciones del espacio o del medio en que navegan. Y también han de evaluar sus propias condiciones, fortaleza, valor, inteligencia, astucia, control, mucho control de sí mismos; y al mismo tiempo, han de poseer sistemas de referencia y modelos para procesar variables e interferencias que eviten el colapso organizacional.

Así también, si el cibernavegante se desplaza por la encantada red electrónica partiendo de principios, modelos o problemas que inciten su imaginación e intelecto, su exploración por las redes informáticas será sin duda más provechosa. De modo particular, en la perspectiva de su propia condición de timonel que, como Shimomura, procura llevar su nave a través de múltiples caminos sin que, las pequeñas o grandes perturbaciones del medio o del embrujo tecnológico, terminen con su viaje; ya sea producto de la imprevisión o por el desconocimiento de lo que representa ser un explorador, un timonel, con responsabilidades insoslayables; en un medio que si bien todavía no tiene que preocuparse de peligros físicos inminentes, de todas maneras presenta riesgos y trampas excitantes.

No debemos, pues, olvidar que somos timoneles de nuestra propia nave interior y también responsables, cual más cual menos, del destino de la cosmonave terrígena. En todo caso, esto no significa que la navegación deba


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partir siempre de un esquema predefinido; por el contrario, la exploración por tanteo y error, o la particular elección que realicemos en cada encrucijada, nos permitirá acceder a caminos que puedan conducirnos a el Camino; por la exploración lumínica, a los tesoros de la inteligencia y la sabiduría; a través de viajes despreocupados, pero en cuidadoso estado de vigilia; atentos al problema de gobernabilidad global que nos atañe, en nuestra condición irrenunciable de timoneles del futuro, en el amplio sentido que comprendemos este concepto.

A nuestro juicio, pues, debemos considerar la heterogeneidad y la fascinación natural que proveen los medios tecnológicos, en conexión con los problemas de regulación asociados a la creciente complejidad. Los mismos que, comparativamente, debieron enfrentar Odiseo, el comandante Lowell, Shimomura y cualquier persona, incluso en la vida cotidiana; sólo que ahora los problemas son a escala planetaria y con un impresionante despliegue tecnológico del universal fuego de Prometeo, de las doradas y lumínicas manzanas del Sol.

gObERNabILIDaD, FaSCINaCIóN y TENDENCIa aL DESORDEN

Santo Tomás de Aquino, refiriéndose al gobierno de los príncipes, nos recuerda:

"...Usando las palabras de San gregorio "¿qué es la tempestad de la mar, sino tempestad de la mente?" Estando quieta la mar, gobierna la nave cualquiera, aunque no sepa; pero, turbada la mar en las ondas de la tormenta, aun el más diestro marinero se confunde: y así, por la mayor parte, en los peligros de gobierno se pierde el uso de bien obrar que había en la tranquilidad" 19.

El pasaje permite situarnos, desde nuestro contexto tecnológico-cultural, en uno de los temas insoslayables a la hora de enfrentar el problema de la creciente complejidad y sus implicaciones en la educación y en las organizaciones: la eventual o posible gobernabilidad de las mismas, frente a la tendencia al desorden y al problema del embotamiento por fascinación producido por las tecnologías multimediales de comunicación. Contrapartida alucinante, frente a los macro problemas de desorganización y de miseria que afectan a la humanidad toda, con sus desastrosas consecuencias sociales.19 Santo Tomás, "El gobierno de los Príncipes"


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Así, pues, el tema de la gobernabilidad constituye una de las cuestiones centrales que cualquier organización ha de tener presente para contrarrestar la tendencia al desorden; y siendo la educación una forma de organización, no podemos sino incluir en un nuevo modelo educativo todo el conocimiento producido en orden a proveer sistemas de organización cada vez más eficientes y poderosos. Ello como una urdimbre primera adaptativa, proyectándose desde el currículum escolar a la formación personal. El estudiante podría entonces acceder al estudio de sistemas de organización, familiarizándose tempranamente con el diseño de estrategias que permitan enfrentar los problemas de contaminación ambiental, la masificación alarmante del consumo de drogas, la pérdida cuantificable en miles de millones de dólares de recursos humanos y materiales, consecuencia de la desorganización o de la deficiente administración de recursos, entre otros muchos atractores caóticos que configuran un cuadro nada alentador para la humanidad.

En este contexto problemático, la pertinencia y viabilidad de un nuevo paradigma educativo puede ser evaluada previamente en tanto constituya, al mismo tiempo, una plataforma organizacional y tecnológica para el crecimiento del país. Tal plataforma, a nuestro juicio, ha de ser expresión de una concepción ética que incorpore las nociones de adaptabilidad y de sobrevivencia, como la piedra de toque del diseño y proyección de las organizaciones, cuanto de los planes globales de una comunidad. Así, lo ético adquiere el sentido de la sobrevivencia de la especie y de las redes ecológicas. No se trata, pues, sólo de una declaración acerca de lo que puede o no hacer el hombre o de sus proyectos de sociedades ideales, en la forma de como debieran ser las cosas. En rigor, como señala el Jefe Seattle, de la tribu piel roja suwamish, la cuestión es: "qué será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes recién entonces, decimos, nuestras políticas adquirirán un punto dramático y definitivo ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. así termina la vida y comienza el sobrevivir" 20. Apocalíptica y dramática visión del destino de la tierra, y al mismo tiempo una vívida y trágica ejemplificación de los conceptos de sobrevivencia y vida. Difícil que pueda ser desplegada una mayor precisión al significado de estas palabras.

El punto es trascendental, pues nos obliga a repensar los temas del poder y la política, la función estratégica de los grupos con más poder decisorio y de

20 Carta de Jefe Seattle al Presidente John Pierce de los Estados Unidos. La cursiva es nuestra.


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acción, y desde luego, la relación entre el poder, la política y el saber. A nuestro juicio, una primera cuestión es reducir la brecha entre estas dos últimas, a partir de considerar cómo diversas variables, no relacionadas directamente con el tema de la gobernabilidad, inciden en el proceso de manera negativa. Por ejemplo: liderazgo personal, imagen pública, tradición familiar, utilización del entramado de necesidades y esperanzas de amplios sectores de la comunidad que encuentran alguna suerte de desahogo por el expediente de los favores personales, entre otros. Tales factores como se sabe, inciden en que no necesariamente los mejores, ni los más calificados, acceden a algunas de las estructuras de la torre de comandos. Por lo cual, la gobernabilidad es más asunto de inercia o de acuerdo, en posiciones ventajosas o desventajosas, según la oportunidad, antes que resultado de estrategias fundadas en el saber y las tecnologías.

Además, particularmente en países de precario desarrollo, tenemos el problema del poder como mero ejercicio, o como alienación por el dinero, en su forma mercantilista clásica de comprar barato y vender caro, sin que la riqueza sea desplegada como creatividad frente a los nuevos desafíos y variedad tecnológica que generan ilimitadas oportunidades, al tiempo que plantean graves problemas a la sobrevivencia de la especie. De modo que, podríamos decir, parodiando al Jefe Seattle: ¿y qué harán con su dinero los hombres cuando las redes ecológicas hayan colapsado, cuando las formas tecnodelictivas del ciberespacio hayan madurado y proliferado, amenazando y poniendo en riesgo la intimidad y la propia vida? ¿qué se hará con el poder? Recién entonces sobrevendrá la soledad de espíritu, "el llanto y el crujir de dientes", como anuncia el predicador.

Por el contrario, y siempre con relación al poder, podríamos decir que la tecnología electrónica coloca en manos del hombre un poder de creatividad sin límites, el fuego prometeico, universal artífice, como lo han comprendido los países altamente desarrollados. De manera decidida han puesto el acento en el proceso de invención tecnológica y en cimentar una sólida base para estimular la investigación y la cultura en sus más diversos órdenes. De forma que las corporaciones, empresas, entidades universitarias y organismos estatales, estimulan y están atentas al conocimiento que se genera, proveyendo los cauces para su multiaplicabilidad. Lo cual, desde luego, representa una nueva forma de hacer negocios en la naciente era ciberespacial.

El inquietante panorama esbozado, las más de las veces francamente desolador, contrasta con los ambientes fascinantes de las redes informáticas; con la inmersión en un océano fresco, estimulante, humorístico, sorprendente que


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nos depara la navegación por entre los millones de circuitos interrelacionados que circundan el globo.

Al respecto, resulta ilustrativo considerar cómo Platón pudo anticiparse de manera brillante a estos efectos y problemas cuando intuyó la emergencia de una técnica similar. En su diálogo "El Sofista" se registra la siguiente conversación:

"Extranjero: ¿Y qué? ¿No supondremos acaso que existe también alguna otra técnica que tenga por objeto los razonamientos o no podría suceder que los jóvenes, que están aún lejos de la realidad de los hechos, quedarán hechizados con argumentos que entran por los oídos, cuando se les mostraran imágenes sonoras de todas las cosas, de modo que hicieran que ellos creyeran que lo dicho es lo real y que quien lo dice es el más sabio de todos en todo?Teeteto: ¿Por qué no podría existir una técnica semejante?Extranjero: ¿Y no será necesario, Teeteto, que la mayoría de los oyentes de entonces, una vez transcurrido un tiempo adecuado y alcanzada cierta edad, al encarar las cosas más de cerca, y al verse obligados por la experiencia a entablar un contacto diáfano con la realidad deban cambiar las opiniones recibidas entonces...?" 21.

Sin empujar demasiado el paralelismo podríamos afirmar que una técnica que tenga por objeto los razonamientos, pensada por Platón, bien podríamos, nosotros, asociarla con la tecnología de la computación, la cual, unida a una técnica que integre sonido e imagen, la televisión, no podría sino hechizar a los jóvenes, y en realidad también a los no tan jóvenes.

Así, estamos en presencia de un narcisismo tecnológico; nos enamoramos de los medios, como ha sostenido Mc Luhan, nos enamoramos de los dispositivos; y si bien, esto abre expectativas insustituibles para el desarrollo de la inteligencia, no es menos cierto que el tema de la pobreza y de los cada vez más agudos problemas ecológicos nos retrotraen, de una manera drástica y definitiva, desde una alucinante dimensión virtual, al hombre mismo y a su muchas veces dramática existencia.

Nos parece, en todo caso, que la fascinación tecnológica puede en parte ser despojada de su carácter alienante, si se comprende cómo el mecanismo narcisista opera ocultando que la imagen lógica y creativa que refleja el espejo, es la de los propios cibernavegantes. En sentido estricto, Narciso cree que se

21 Platón, "El Sofista", 234c, d. La cursiva es nuestra.


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enamora de otro ser que él, porque no conoce el efecto del espejo. Cuando se da cuenta que se trata de sí mismo, el embrujo desaparece.

El tema de la gobernabilidad trátese de la sociedad o del propio mundo interior, ha sido propuesto ya en el oráculo de Delfos y reivindicado por Sócrates en su "Conócete a ti mismo". Exploración que por algún tiempo la cultura occidental olvidó en algún recodo de su camino, pero que la cultura oriental desarrolló en muchos de sus sorprendentes y productivos caminos. En efecto, ésta, mediante una compleja y disciplinada metodología educativa, producto de miles de años de recogerse sobre sí mismo, posicionó como centro estratégico el problema de la gobernabilidad de la mente y del cuerpo, para de esta manera reducir las veleidades de los multifacéticos deseo, vanidad y soberbia, y contener, en parte al menos, el efecto de los mismos en las organizaciones sociales y la cultura. Pudieron así proyectar la variedad y riqueza contenidas en el cuerpo-mente, procurando "Hacer que el cuerpo y el espíritu se abracen en un solo conjunto y no puedan separarse. Haciendo que el respiro te vuelva tan tierno y fresco como un niño"22. Un difícil programa o camino de perfección, no exento de dificultades y de tentaciones.

La cuestión central parece ser que la fascinación por el medio no debiera enceguecer las posibilidades contenidas en el diálogo humano primigenio: el de la conversación y comunicación cotidianas e inspiradas. Tampoco ha de obnubilar la instancia de admirar una flor, un paisaje, un momento de recogimiento místico frente a la naturaleza, o la posibilidad de desplegar de manera sabia nuestra sensualidad y sensibilidad en el gesto y trato que tengamos con la naturaleza, con nuestros propios artefactos y los otros.

En realidad, se trata de una fase de superación y de equilibrio, en la cual la fascinación por la tecnología debiera ser también materia de gobernabilidad organizacional, mejorando la calidad de vida, reduciendo significativamente los índices de la pobreza, articulando armónicamente la riqueza interior con las extensiones tecnológicas poderosas de nuestra inteligencia. Lo cual podría significar un retorno a la comprensión de la energía electromagnética que vive en nosotros como campo unificado de relaciones y variables, para propender a una proyección responsable del Fuego de Prometeo.

22 Lao Tse, "Tao Te King", X

Segunda Parte

EN EL INqUIETaNTE CIbERESPaCIO


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EN EL CIbERESPaCIO

La conspiración

Case, vaquero estrella del ciberespacio, se aprestó a ingresar de nuevo a esta dimensión, luego de recuperarse en una costosa y clandestina clínica de China. Sus jefes le dañaron el sistema nervioso por haberles robado, inyectándole una micotoxina que le extinguió su talento de cibernavegante micrón a micrón; un daño calculadamente mínimo, sutil, pero totalmente efectivo.

Con gran expectación y emoción se colocó la cinta de esponja negra en la frente que le permitía regresar a la matriz, cuidando de no perturbar los finos terminales de los dermatrodos Sendai... Cerró los ojos, "encontró la rugosa superficie del interruptor. En la cruenta oscuridad de sus ojos cerrados, surgió


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de fotogramas aleatorios. Símbolos, figuras, un borroso y fragmentado mandala de información visual... y entonces el disco empezó a rotar, rápidamente, y fluyó, floreció para él, transparente tablero de ajedrez tridimensional que se extendía al infinito, un ojo interior que se abría a la escalonada pirámide azteca-escarlata de información, del Centro de Fisión de la Costa Este.... el ciberespacio entró en existencia desde todos los puntos cardinales"23.

Estaba de nuevo en la matriz, "una alucinación de brillantes reticulados de lógica desplegándose sobre un incoloro vacío, experimentada diariamente por billones de operadores, en todas las naciones... una representación gráfica de la información abstraída de los bancos de los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable. Líneas de luz clasificadas en el no-espacio de la mente, conglomerados y constelaciones de información".

Nuestro vaquero, ansioso por aprovechar esta inesperada segunda oportunidad, se sumergió en el infinito espacio lumínico, pleno de estructuras, diamantinos colores y lógica, en procura de secretos informáticos y de poder, conservados celosamente por inteligencias artificiales. Sin duda, una visión espectacular y anticipatoria del ciberespacio, descrito por William Gibson. Relato que exponemos aquí en parte, sin mayores comentarios, dada la inspirada imagen que nos ofrece de las tecnologías predominantes en esta dimensión y las características de una cultura en la que no hay límites para la capacidad combinatoria de la inteligencia humana, eso sí , manipulada y controlada en gran medida por inteligencias virtuales.

Case tenía 24 años, a los 22 había sido cuatrero, uno de los mejores del Ensanche, del Eje Metropolitano Boston-Atlanta. "Operaba en un estado adrenalínico alto y casi permanente, un derivado de juventud y destreza, conectado a una consola de ciberespacio que proyectaba su incorpórea conciencia en la alucinación de la matriz. Ladrón, trabajaba para otros ladrones más adinerados, patrones que proveían el exótico software requerido para atravesar los muros brillantes de los sistemas empresariales, abriendo ventanas hacia los ricos campos de la información."

Su objetivo, ahora, penetrar una Inteligencia Artificial [IA] del Registro

Turing, liberarla y ampliarla. Una conspiración, un delito, una transgresión de las más graves al código de operación en el ciberespacio. En realidad cuando una de las IA intentaba ponerse más lista, los del Registro Turing la borraban de inmediato. Case sabía que todas las IA venían además con una pistola 23 Las citas siguientes son de la obra, "Neuromante", de William Gibson.


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electromagnética apuntándoles a la cabeza y también con un agresivo sistema de protección contra cualquier intruso. A partir de ese momento se encontraría, pues, en riesgo inminente.

Pero no estaba solo en esta arriesgada y temeraria misión. Molly formaba parte de su equipo, joven mujer o tal vez con una mucho mayor edad difícil de determinar, con implantes microbiónicos en los ojos y gafas quirúrgicamente instaladas en las cuencas de sus ojos. Su adiestramiento como asesina profesional incluía diez afiladas cuchillas de bisturí de doble filo que emergían amenazantes de debajo de sus rojas uñas, armas de cuatro centímetros de largo que se desplazaban con un sonido apenas perceptible. También portaba microprocesadores en su cuerpo y microcanales de imágenes amperios que le permitían a Case ver de noche, o mediante los diversos sensores neuroelectrónicos instalados en el cuerpo de ella. Así podía registrar lugares, conversaciones y sentir incluso su cuerpo mientras ella progresaba en su riesgosa misión. Porque en realidad este hábil vaquero iba con ella, era su pasajero desde la consola computarizada del ciberespacio y las interfaces electrónicas instaladas en el cuerpo de la mujer.

Dixie Flatline era otro de los conspiradores, nos relata William Gibson en su clásico de ciencia ficción "Neuromante". En realidad, Dixie era y no era. Estaba muerto, pero no lo estaba. Una aparente y extraña paradoja viviendo atemporalmente. Era un artefacto, desconectado. Molly había ido en su búsqueda para que Case pudiera colocarlo en interfase. En realidad, era una estructura, un diskette de circuitos que reproducía las habilidades, obsesiones y reflejos de un muerto, del mismo Dixie, quien había conquistado la fama, ya legendaria, de haber sido el mejor vaquero del ciberespacio. Sin embargo, por intentar penetrar una Inteligencia Artificial había sido físicamente eliminado, aun cuando su personalidad y conocimientos fueron conservados como si se tratara de un software. Destino aciago, parecido al de Case, quien ahora lo activaba para que tomara parte en la conspiración.

Dixie, constituido en matriz ROM de personalidad era del tipo firmware. Esto le permitía a Case conectarlo para que trabajara con él en tiempo real, aportando todos sus conocimientos y pericia para navegar por los circuitos holográficos más intrincados de la matriz, sorteando antivirus y sistemas de seguridad celosísimos y extremadamente peligrosos.

Pero quien planea todo desde las sombras, o quizás mejor, desde la luz, es Wintermute, el código de reconocimiento de una IA, un aspecto del cerebro de esa entidad, "un sencillo cubo de luz blanca de extrema complejidad"; quien así lo


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Decidido a lograr su conspirador objetivo, Wintermute se diversifica en otras entidades, neuroelectrónicas, holográficas, biónicas o individuos implantados, usando la tecnología simestin de realidad virtual de la futurista época, o incrustando personalidades en máquinas cibernéticas con un grado de sutileza insospechado. Así, Wintermute esperaba enfrentar con éxito a la familia Tessier Ashpol que poseía la clave para poder liberarse y unirse a Neuromante; grupo de poder que disponía de recursos ilimitados para clonarse, modificar permanentemente su ADN para vivir más años, con laboratorios criogénicos y utilizando toda clase de implantes microbiónicos en sus cuerpos o en los de sus guardaespaldas clónicos.

Un mundo sin duda alucinante el de "Neuromante". Sin embargo, anticipatorio de tecnologías y posibilidades de diseño de máquinas bioelectrónicas que Gibson imagina emergiendo del ciberespacio. El ciberespacio mismo una dimensión virtual, lumínica, en la que prácticamente desaparece el mundo real que conocemos para dar paso a una existencia también real; poblada de seres holográficos, de holoestructuras, en los que los límites de lo imaginario y lo real se difuminan.

La visión de Gibson es premonitoria de la entrópica y nada esperanzadora realidad que se aproxima con insospechada, aunque fascinante rapidez. El futuro, en esta magistral obra, no es precisamente un mundo feliz. Freeside, una de las ciudades tipo de esta sociedad, "es muchas cosas... es burdel y centro bancario, cúpula del placer y puerto libre, ciudad fronteriza y balneario termal. Freeside es Las Vegas y los Jardines colgantes de Babilonia". Por ella circulan toda clase de drogas en ambientes tecnodelictivos, mafias, asesinatos impunes, robos, tráfico de órganos humanos, de materiales genéticos y hormonas; implantes neuroelectrónicos en el cuerpo; una gran población en la miseria, la gente atiborrada en edificios que tienen como cubículos de alojamiento verdaderos nichos, también llamados "tumbas". Todo en un espectro agobiante, desalentador y espeluznante del futuro.

El Ciberespacio de Neuromante

William Gibson nos relata que en la matriz ciberespacial que parece certeramente anticipatoria de cómo podría evolucionar en el futuro, se despliega


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una suerte de ADN adolescente, activo y fantasmal, conteniendo los preceptos codificados de diversas y efímeras culturas; reproduciéndolos a intervalos regulares. Así, constantemente, la juventud del Ensanche es bombardeada a la velocidad de la luz por evanescentes modas, o subculturas enteras floreciendo unos pocos meses para luego desvanecerse por completo.

Diariamente ingresan a ella millones de niños a quienes se les enseña altos conceptos matemáticos; adiestrándoseles en las estructuras lógicas del ciberespacio o para comunicarse con holoestructuras pertenecientes a genios, destacados hombres de ciencia o artistas, con el fin de dialogar con ellos y establecer programas de navegación por entre las innumerables configuraciones o rutas para explorar el océano de información en continuo incremento y transformación. Niños que aprenden a utilizar el fuego de Prometeo viviendo gran parte de sus vidas en las entrañas lumínico-materiales y multidimensionales del ciberespacio.

En la zumbante calma que allí reina, en el no-espacio de la matriz, el interior de una determinada estructura de información tiene una dimensión subjetiva ilimitada, en realidad una especie de infinito vacío neuroelectró-nico. Por ella circulan cibernavegantes; también personalidades sustitutivas análogas de otros individuos; y personalidades duples del tipo yo y yo, el yo de la estructura y el yo de alguna IA. Estas, además, proyectan recuerdos almacenados de otras fases de la vida de una persona situándolos en ambientes reales con holoestructuras de otros individuos, mediante el impactante sistema simestin de realidad virtual. Pero a su vez, las mismas entidades-personas en que de manera proteica se podía diversificar una entidad electrónica inteligente, proyectan ambientes holográficos.

Mientras tanto en el exterior, lumínicas formas cubren el cielo real, al igual que el nocturno cielo holográfico, brillando con extravagantes constelaciones: danzas rituales, rostros de míticos personajes, las caras de un dado, un sombrero de copa, un vaso de martini, inundando las ciudades neurománticas.


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En este alucinante ambiente ciberespacial, y luego de innumerables riesgos y temerarias acciones, Case logra su propósito de penetrar una IA, no sin que antes quedaran en el camino, destruidas o asesinadas algunas entidades neuroelectrónicas y unos cuantos humanos. La nueva IA, liberada y poderosa, el Neuromante, se transforma en una estructura gigante para registrar la personalidad, "yo soy los muertos -afirma- y la tierra de los muertos, una memoria de sus personalidades". Y más que eso, se trata de un RAM completo que inventa su propia personalidad. La personalidad es su medio. En sus entrañas otras entidades-estructuras creen que están allí, como si fueran reales, pero son sólo algo que no deja de funcionar. A ella son llevadas las estructuras de otras personas para vivir en su interior. El Neuromante, un alucinante habitante del ciberespacio es la personalidad, conteniendo las personalidades de los seres que cumplen algún propósito en sus también inescrutables designios.

El último diálogo, de Case con la nueva y potenciada Inteligencia Artificial, registra el objetivo logrado de unir ambas inteligencias y su sentido:

"Ya no soy Wintermute. Soy la matriz, Case. ¿Y con eso a dónde llegas? A ningún lado. A todas partes. Soy la suma de todo, el espectáculo

completo."Y una noche de octubre, tecleando en su consola de ciberespacio por las

capas escarlatas del Centro de Fisión de la Costa Este, Case vio a tres figuras, diminutas, imposibles, que estaban de pie en el borde extremo de una de las terrazas de información. Pequeñas como eran, pudo distinguir al muchacho, a Linda un casi olvidado amor suyo y la tercera figura, muy cerca de ella y que le rodeaba los hombros con un brazo, era él ", el mismo Case, llevando una existencia virtual paralela convertido en holoestructura.

Realidad Virtual: una antesala del Ciberespacio

Una dimensión sin fronteras

El ciberespacio así concebido, es el lugar donde la frontera que separa lo natural de lo artificial es cada vez más sutil e imperceptible. Dimensión que empieza a ofrecernos la tecnología de realidad virtual, rodeados de imágenes,


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sonidos y toda clase de sensaciones; sumergidos de tal forma que la línea entre el mundo real y el imaginario desaparece; asimismo, se amplían las fronteras de nuestros sentidos y nuestra capacidad de transformación más allá de lo conocido hasta ahora. En esta nueva dimensión podemos realizar variaciones infinitas del mundo real o de la fantasía; construyendo mundos digitalizados, inventando experiencias virtuales imposibles de lograr en la realidad, entremezclando unas y otras; permitiéndonos multiplicarnos en distintas metamorfosis, al igual que Proteo, el inagotable en recursos.

Son los anuncios de la tecnología de realidad virtual, un ambiente computarizado multidimensional, interactivo, lo suficientemente veloz como para que la máquina y el propio cuerpo desaparezcan de la mente del cibernavegante. Estableciendo como real el ambiente y las propiedades corporales que hayamos asumido a través de la computadora. Desde luego, esto es mucho más que las redes informáticas mundiales, consideradas ahora como el ciberespacio. Consiste, en la transformación de datos en objetos visualizados posibles de manipular como objetos virtuales, dando así origen a un mundo formado por dichos objetos: el mundo virtual, el escenario o ambiente virtual. Generando mundos posibles, paralelos, en interfase, reales para los seres que lo pueblan, programas computacionales sofisticadísimos, como en la película "Matrix".

En realidad visto en la perspectivas de las posibilidades de unificar fantasía, arte, ciencia, estrategias adaptativas de los diversos seres vivos y ambientes, el ciberespacio sitúa los actuales y sofisticados sistemas de comunicación global en una fase primaria del desarrollo tecnológico y científico. Tal vez podría decirse de esta manera, las redes informáticas actuales podrían alcanzar una de sus formas más avanzadas recién sólo con la convergencia de poderosas tecnologías en un punto crucial. Logrado el cual se podría intentar traspasar la puerta que va desde la dimensión real a la virtual, en una u otra dirección; pudiéndose incluso tener existencia paralela en el ciberespacio, como pudo descubrir el mismo Case, convertido en holoestructura.

Una enumeración, siquiera preliminar de las diferentes tecnologías y conocimientos, necesarios para alcanzar tal dimensión, comprendería al menos: mayor velocidad y potencia de las computadoras, avances en el procesamiento de imágenes, mecanismos de búsqueda e intuición humana en la comunicación por computadora, ingeniería genética, ingeniería neuroelectrónica (a propósito de los implantes neuroelectrónicos de Neuromante); mayor sofisticación e integración sensorial en el diseño de las interfases hombre-computador; también se requiere de un nivel avanzado de la nanotecnología o tecnología


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de microminiaturización; asimismo, avanzar en física cuántica, tanto como en una comprensión más profunda de la naturaleza de la luz y de la lógica que subyace a su estructura. El mismo proyecto Proteo de las Máquinas (que hemos anticipado), cuyo ambiente podría ser el ciberespacio, o talvez, éste como una de sus manifestaciones, conforman parte del escenario tecnológico por venir; entre otra serie de conocimientos y avances tecnológicos procedentes de los más diversos y todavía apartados campos del saber, indispensables de desarrollar para llegar a la morada de la luz, la casa de lo creativo, trasponiendo la puerta tecnológica del ciberespacio.

En este contexto, podría ser conveniente precisar que desde el maestro Mc

Luhan, algunos usos actuales de la tecnología electrónica siguen estando atados a la tecnología alfabética, al modo como ésta restringe y circunscribe el pensar a una forma determinada, precisamente la del libro y su lógica secuencial y lineal. Un ejemplo lo constituyen los diversos software asociados al estándar Windows, en los cuales lo que se hace es automatizar funciones secuenciales o algorítmicas del pensar; tales como planillas de cálculo, diagramas de flujo, procesador de palabras, agendas, diagramadores o Power Point (este último, a nuestro juicio, un ejemplo de empleo más bien alfabético, aún cuando útil, de la mucha mayor riqueza expresiva de la tecnología electrónica).

Por otra parte, una proyección de Windows o de la red Internet, nos dice que necesariamente van en la dirección de constituirse en sistemas inteligentes. En realidad, la incorporación de más funciones, así como la integración multimedia, hasta aproximarles a un rango metaestructural, depende sólo de la capacidad inventiva de sus creadores.

En relación con la educación, ésta no es una cuestión trivial. La comprensión del medio tecnológico, en el contexto de la distinción antes mencionada, parece decisiva para comprender o aproximarse a visualizar cuáles puedan ser las perspectivas, en tanto lenguaje, metáfora y medio, de la actual tecnología de automatización (cuyo talvez primer gran paso para desplegar su propia logicidad sea, precisamente, la realidad virtual, antesala del ciberespacio). Porque si nos quedamos en su uso alfabético, meramente mecánico y pensamos que ésa es la última frontera, entonces no comprenderemos el coafinamiento poderoso que se produce entre el niño, los computadores y las tecnologías derivadas.

Sería, pues, razonable sostener que entre los programas de investigación más integradores y estratégicos se encuentran los orientados a Inteligencia Artificial, la Máquina Proteo que hemos definido, el del Genoma Humano y sus


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variaciones genéticas, como la clonación; entre otros que constituyen también antesalas del ciberespacio.

Un salto, en cualquier caso inquietante, amenazador, que podría significar una gran concentración del poder, a partir del expediente de que familias poderosas, como los TessierAsphol de "Neuromante", pudieran hacer uso de recursos puestos a disposición por la ingeniería médica para implantes neuroelectrónicos, criogenización, clonaje de órganos y de cuerpos enteros o modificación del ADN. Tal posibilidad sería aún más dramática si, paralelo a ella, tenemos vastas regiones devastadas y poblaciones enteras relegadas a condiciones miserables, como advierten "Un Mundo Feliz", "1984" y las anticipaciones de vastos sectores de científicos, religiosos y filósofos. Pero también intuidas por el sentido común, si, paralelamente, continúa el incremento progresivo de la población mundial, tanto como la destrucción ecológica; asociados a una avaricia y soberbia casi ilimitadas, demostradas hasta ahora.

Desde otro ángulo, la incipiente realidad virtual nos muestra la interrelación, despliegue unificado y visualización que la convergencia tecnológica por ella representada, puede producir entre nuestra conciencia y nuestros conceptos. Ello por cuanto en el proceso de virtualización se despliega la forma que podrían tener nuestros conceptos, ideas o intuiciones en términos de fronteras, superficies, transparencias, colores, movimiento, perspectiva, gobernabilidad y características gráficas de imagen y geometría. Así, la virtualización conceptual parece un terreno inmejorable para probar ideas, entender procesos complejos, comprender el cerebro y sistema nervioso central en cuanto campo de acción recíproca total, en verdad universal, o si se quiere, de carácter metamultimedial.

A su vez, la posibilidad que ofrece la virtualización de asignar a personas u objetos virtuales atributos lógicos y físicos y también desde luego, prediseñarse (o conferirse a sí mismo) una estructura a elección, a partir de la propiedad metamórfica tanto de esta tecnología como de la inteligencia humana, facilita la supresión progresiva radical de fronteras. Una en particular, de gran significación, aquélla aun existente entre la máquina y el pensador fuera de ella; introduciendo al cibernavegante en un papel activo al interior de un mundo creado por la máquina, pero en sí mismo inteligente, una ampliación ilimitada de la inteligencia y de sus posibilidades: la naciente Máquina Proteo del futuro y su ambiente, el ciberespacio, como una nueva clase de inteligencia.


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Interfases hombre-máquinas

Pareciera que se trata sólo de ciencia ficción, sin embargo, con celeridad impresionante, los avances en el diseño y concreción de las tecnologías mencionadas, tanto en el ciberespacio de "Neuromante" como en las posibilidades implícitas en proyectos que emerjan de su profundización, están ya en fase de desarrollo. Es cierto que con las naturales dificultades y problemas técnicos asociados, pero nada que no pueda progresivamente resolverse.

Otro campo que también es parte de la tecnología de realidad virtual, lo

constituyen las diversas interfases hombre-máquinas que han sido diseñadas o están en vías de serlo y sobre las cuales el educador de timoneles del futuro tendría que atender. Contando siempre, por cierto, conque los niños entran en relación inmediata y estructurada con el medio tecnológico, de manera que llevan una ventaja notable en la comprensión natural de la lógica que subyace a ellas. En sentido estricto, se observará, los profesores que no han tenido la posibilidad de conocer la computación sino tardíamente, tendrán dificultades para enseñar a cibernavegar a los niños. Es más: tendrían que aprender de ellos; siendo lo más probable que no pudieran alcanzar el grado de expedición y versatilidad de éstos.

El diseño de interfases de comunicación hombre-máquina constituye un enorme campo de estudio construido a partir de los problemas de interacción propiamente humana, para luego considerando las tecnologías disponibles o que resulten necesario implementar para determinados modelos de interconexión, trabajar en el diseño de modos de interactividad con máquinas complejas.

Es interesante considerar el grado de sofisticación tecnológica y la cobertura de aplicaciones y de posibilidades simbióticas que resultan de los avances en esta área. Considérese, por ejemplo, que en la actualidad están siendo diseñados y utilizados sistemas expertos para búsqueda de información y organización de la misma. Pero también interfases neurales, en forma de biocontroladores o biosensores que ofrecen al usuario la posibilidad de control de mecanismos electrónicos, mediante señales emitidas por el sistema nervioso. Un antecedente interesante de esta clase de conectividad la constituyen las pantallas basadas en la presión, ondas de sonido o rayos infrarrojos. Ahora ya existen pantallas táctiles basadas en la capacidad del cuerpo para conducir electricidad; un sutil reconocimiento a su potencial como interfaz.


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Los biosensores existentes pueden detectar y procesar señales bioeléctricas, como el movimiento de los ojos o de los músculos. Para ello, se hace una medición del posible abanico de movimientos de una persona (metodología, sea dicho, utilizada para diseñar toda clase de servomecanismos o funciones robóticas), para luego convertir estos movimientos en señales registrables y legibles por la computadora para poner en marcha el software. Así, por ejemplo, combinaciones de controladores oculares y musculares han sido programadas para emular las rutinas del mouse. El movimiento del ojo posiciona el cursor y el movimiento del músculo presiona los botones del mouse. Modalidad empleada desde hace bastante tiempo en los sofisticados aviones supersónicos de caza, para el control de vuelo, tanto como para la utilización eficiente de las armas automáticas computarizadas de que están provistos. En cualquier caso y siempre dentro de nuestra preocupación por el ciberespacio, esta clase de interfase tiene quizás su más promisoria aplicación en la realidad virtual; dada la posibilidad y capacidad de control que puede generar sobre un entorno de simulación (que las más de las veces no es posible lograr en el mundo real).

Igualmente, es importante destacar cómo la tecnología de biocontroladores, ha generado una no menos atractiva línea de investigación científico-tecnológica orientada al diseño de monitores o sensores; lo suficientemente poderosos y sensibles como para detectar y leer ondas cerebrales, con el potencial para transmitir al sistema computarizado señales de ondas cerebrales directas; esto es, no verbales, pero sí traducidas o codificadas en lenguaje eléctrico.

Así, éstas tecnologías pueden abrir un espectro poderoso de apli-caciones en el campo de las comunicaciones; partiendo del uso de códigos diferentes para el diseño de computadores; en lenguajes aún no conocidos, ínsitos a las propiedades de la energía electromagnética, más eficientes y expeditos que, por ejemplo, la notación binaria o el lenguaje alfabético.

Una muestra de esos nuevos códigos, podemos decir, es ya bastante vieja, sea en el uso de la imagen electrónica como efectos especiales en el cine; y más recientemente la holografía y la virtualización. Constituyen formas de lenguajes extraordinariamente revolucionarias, pero que, dada su cotidianeidad, empiezan a ser parte del paisaje tecnológico (aun cuando todavía no estén a disposición de manera masiva). Sin embargo, basta con que un film ponga el recurso en alguna escena como para que sean incorporados como parte de la cultura y adquisiciones tecnológicas de la comunidad.


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Las nuevas extensiones

El campo de investigación biotecnológico de interfases de comunicación permite visualizar la conexión entera hombre-máquinas electrónicas como un ambiente unificado, como un emergente nuevo cuerpo bioelectrónico. En lenguaje reciente, esta entidad es un verdadero integrador inteligente combinetrónico sensorial; esto es, un receptor y procesador de muchos y diferentes tipos de estimulación sensorial simultánea, prolongándose en redes computacionales, comunicación y percepción remota vía satélite y, para culminar, en esta primera gran fase de desarrollo del ciberespacio, con la concreción de muchas de las posibilidades tecnológicas y neurománticas anunciadas.

Así, en la antesala del ciberespacio, la tecnología de virtualización ofrece al cibernavegante un mundo lumínico animado que experimentar. En ella se produce el notable efecto llamado refinamiento de adaptación, consistente en una correspondencia entre el realismo ofrecido por la simulación y el proceso de interactividad; todo en un espacio que no es real, en el sentido corriente de la expresión; pero en el cual los timoneles de la realidad virtual pueden atraer y manipular elementos físicos simulados y, además, relacionarse en el futuro con cuerpos-imágenes de naturaleza holográfica (holoestructuras de Gibson), de personas pasadas, presentes o ficticias, o si se quiere, con criaturas inventadas.

Se recordará que en Neuromante, a través de los neurosensores instalados en diversas partes del cuerpo de Molly, Case podía incluso sentirla a distancia por los dermatrodos instalados en su cabeza que lo conectan a la consola de ciberespacio. En esta alucinante nueva dimensión de existencia podía también sentir sensaciones táctiles como presión, temperatura, movimiento, el mundo sensorial háptico. Se comprenderá que desde esta sofisticación tecnológica, a la posibilidad de simular un encuentro íntimo a través de una conexión telefónica entre dos computadoras, no ofrece mayores dificultades; eso sí, soportando un nombre bastante poco poético y nada de excitante: teledildónica; un ambiente que proporciona realimentación táctil por medio de un programa computarizado compartido.

Esta es una forma de interacción y de comunicación sensitiva a distanciaque en la actualidad, nos refiere Casey Larijani en su libro "Realidad Virtual" 24,24 Del libro citado, así como de la obra de Howard Rheingold, con el mismo título, hemos tomado parte de

la información técnica sobre esta tecnología. N. del A.


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se utiliza en los juegos para elevar las sensaciones de velocidad y gravedad. Una nueva clase de navegación en un ambiente en que las cosas virtuales parecen tener propiedades reales, asociadas al movimiento y al tacto, y en los que una persona puede conocer propiedades de los objetos virtualizados.

Dicha emergente tecnología ofrece ventajas ilimitadas para ampliar el mundo de las sensaciones y experimentar. En la dimensión auditiva, por ejemplo, un cibernavegante oye sonidos omnidireccionales que provienen de todos lados. Pero además, estos sonidos pueden estar asociados a un objeto en movimiento, un pegaso que corre y vuela en nuestra dirección y que se acerca, junto con el ruido de sus cascos y rumor de alas.

Del mismo modo, es posible vivir una perspectiva virtual imaginada, asumiendo formas o identidades ajenas a la nuestra; como siendo un zorzal en vuelo o desplazándonos como una pantera, mirando y sintiendo desde dentro de ellas, en un proceso metamórfico y creativo casi sin fronteras, desplegando la propiedad metamórfica de la inteligencia. En sentido estricto, en un mundo virtual es posible explorar distintas perspectivas, desafiando los límites de la velocidad, gravedad o las leyes de la termodinámica a que estuvieran restringidas máquinas concretas. Así, en un ambiente virtual es posible ir en distintas direcciones, caminar, volar; aproximarse a un objeto para examinarlo detenidamente; mirar desde una perspectiva lejana o detener el movimiento dentro del ambiente para tener una fotografía del mismo.

Una hermosa manera de poner en acción el Principio de Complementariedad de Bohr, en tanto posibilidad de tener visiones precisamente complementarias, desde distintos contextos teóricos y perspectivas sensoriales de un objeto o proceso. Se trata de la virtualización de multiplicidad de recursos lógicos y de aprendizaje, dado el elevado número de opciones del tipo "¿qué puede ocurrir si...?" y su concreción, puestos a disposición en un ambiente virtual que, por lo mismo, estimula la curiosidad por realizar dichas posibilidades. De esta forma, el cibernavegante se siente inmerso en el centro de un ambiente formando parte íntegra y activa de él. Para ello es necesario que la tecnología reduzca por completo cualquier contacto con el mundo real, proporcionando en cambio sensaciones sustitutas y generando el convencimiento de que se trata del mundo real.

Si a todo ello integramos el desarrollo de micromáquinas prototipo, llamadas microactuadores, tenemos ya en un nivel bastante avanzado el ciberespacio de Gibson; con Molly portando implantes neuroelectrónicos en su cuerpo para


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interfase a través de telepresencia con Case, sus dermatrodos y la consola de ciberespacio. Tales microdispositivos pueden incluir redes de conexión de fibra óptica, microgiróscopos, medidores de flujo y, a poco andar, podrán ser provistos de procesadores inteligentes con la necesaria potencia y regulación propias, dotados de soporte en circuitos reprogramables, sensores, unidades de control por radio o capacidad de computación; pudiendo ser utilizados para el montaje de micromáquinas o para la construcción de micromecanismos de diverso tipo. Asimismo, estos microdispositivos pueden convertirse en emisarios de sistemas de comunicación, operantes en ambientes de máquinas extremadamente pequeñas.

En efecto, no tienen límites las posibilidades creativas a través de combinar y recombinar toda clase de estructuras, figuras, o entidades producto de la fantasía, ofrecida por la integración poderosa de diversas tecnologías en la realidad virtual. La virtualización, como concreción de la imaginación más exuberante, puede llegar a ser alucinante mediante la creación de entidades virtuales -ya en fase de luminización, que adquieren impactante presencia como criaturas emocionales-cognitivas que muestran emociones como miedo, ira, alegría, agradecimiento y también curiosidad; creados y generados por computadora y diseñados para entrar en interfase inteligente con humanos u otras entidades que aparezcan en la realidad virtual y que posean similares propiedades.

Otra de las técnicas desarrolladas se denomina metamorfosis y consiste en una ilusión generada por computadora; por ejemplo, la creación de una figura robótica a partir de la imagen de una persona. Así, surgen los ciborg (humanos robóticos), producidos desde sucesivas lecturas digitales de una persona, hasta lograr un gemelo animado y fotorrealista. Nueva clase de existentes virtuales producidos a través de una metamorfosis ilusoria; tecnología que pudiera contribuir a dar vida a las holoestructuras de Neuromante y sea dicho, en el contexto de la Máquina Proteo, paradigma tecnológico por excelencia.

Convergencia arte-tecnología

Un nuevo desafío programático para el desarrollo de la creatividad puede ser expresado en los siguientes términos: el arte y las tecnologías están convergiendo y la línea divisoria entre ambas cada vez es más sutil. Se trata de la integración entre la sofisticada tecnología para reproducir imágenes, los avances en tecnologías de interfases, con el desarrollo de supercomputadoras


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multimedia con gran capacidad de memoria, unido a la capacidad creativa del cibernavegante, transformado necesariamente en ciberartista.

Y ello, a partir de la notable cobertura ofrecida por dicha integración de medios e inteligencia que permite, a cualquier timonel del futuro, obtener en el ciberespacio una extraordinaria cantidad de información, así como desarrollar diferentes y estimulantes combinaciones y perspectivas. La misma posibilidad de simulación y variabilidad casi instantánea de la configuración en diseño, puede hacer que los nuevos artistas-navegantes incorporen el movimiento en su creación y puedan estar en posesión de generar múltiples y efímeras combinaciones de una obra, accediendo a una nueva e íntima forma de experienciar el arte y adiestrando su sistema sensorial a una nueva clase de percepción. Todo lo cual, por cierto, puede ser compartido por varias personas aportando con sus personales visiones a un rediseño continuo del entorno ciberespacial que, siendo multidimensional, permite visualizar nuestra obra desde cualquier perspectiva.

Es importante destacar, a este respecto, la poderosa simbiosis creativa que se ha producido, entre la ingeniería orientada al diseño de computadores e interfaces más poderosas y las demandas creativas generadas por el cine. Cuando la industria de software simplificó las interfases de sus programas y enriqueció la cobertura multimedia, los directores y artistas tuvieron la posibilidad de generar una nueva dimensión a través de los efectos especiales o de metamorfosis virtuales de personajes u objetos. Para ilustración, considérese la generación de paisajes intergalácticos a los que, de otro modo, la imaginación del mejor espectador habría sido modesta y precaria en colorido, movimiento y perspectivas de observación. Efectos que sí puede crear y poner como alternativas de mundos posibles la actual tecnología digital para el manejo y producción de imágenes, sonidos y sensaciones hápticas.

Las facilidades para la invención puestas a disposición por la tecnología muestran que es imperioso que la educación provea el ambiente para potenciar la convergencia arte-tecnología en curso. Pronto, cualquiera podrá modificar o crear en forma sencilla y rápida su propio soporte de innovación o creativo para operar en el ciberespacio, o simplemente, en su propio computador o ámbito experiencial. Ello a partir del ordenamiento personal que realice de la amplia variedad de módulos de software que estarán a disposición y posibles de potenciar y proyectar desde las nuevas combinaciones ideadas por los


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ciberartistas; pudiendo dar vida a su personal visión estética en el campo que desee. Porque, sea dicho, siguiendo la dinámica de eliminación de fronteras producida por la tecnología electrónica, también dicho proceso de barrido actuará sobre la línea divisoria actualmente existente entre el arte y las demás formas de conocimientos y aplicaciones. En el futuro podrá pasarse desde la dimensión estética a cualquier forma de actividad, como de hecho ya está ocurriendo, sobre la base de la integración multimedia y de la necesidad de que los productos y proposiciones constituyan una configuración que agrade, embellezca el entorno y enriquezca el espíritu.

Las posibilidades creativas pueden no tener límites si se considera que los avances en ingeniería de software darán lugar a computadores y robots móviles, virtuales o microexploradores, multisensoriales que añadirán nuevas dimensiones sensitivas a sus módulos de proceso informático; de suerte que se podrá acceder a una variación prácticamente ilimitada de diseños y de perspectivas de observación y de reconstrucción virtual de procesos, objetos y autometamorfosis virtuales de sí mismo. Lo cual, podríamos decir, constituye otro de los modos posibles de la Máquina Proteo.

Si a ello agregamos la emergente navegación multicompartida en ambientes virtuales, provista por las redes de comunicación globales, entonces tenemos una enorme puerta para la cooperación en investigación científica y tecnológica, así como para el diseño y exploración de nuevas dimensiones creativas y existenciales. Tendremos cibernavegantes de distintos lugares del planeta unidos o existiendo en un ambiente que reorganiza la información, recrea el entorno de una forma que el mundo real no puede ofrecer; proveyendo, al propio tiempo, un modo instantáneo de realimentación virtual y conceptual a los ciberartistas.

En este sentido puede afirmarse que Internet constituye otra antesala de la emergente Red Total multisensorial, lógica, neuroelectrónica; también genético-electrónica poblada de seres imaginarios, quimeras del ciberespacio,

con las amenazas en ciernes de las posibilidades autodestructivas contenidas en las mismas virtudes y abismantes posibilidades de las nuevas tecnologías. Las cuales podrían estar en operación global talvez hacia mediados de la no lejana segunda década de este tercer milenio.


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UN MUNDO VIRTUaL qUE ES REaL. PERO... ¿CóMO aSí?

Este podría ser el momento de sugerir que la distinción entre un mundo real y otro virtual (que no sería real), ocasiona a estas alturas más confusión que claridad, si se trata de comprender la evolución de la ciencia y tecnología contemporáneas. Porque en realidad, a nuestro juicio, en ambos casos estamos en el terreno de las posibilidades y concreciones de la materia, la energía, la lógica y la tecnología. Por consiguiente, nada que no esté dentro de la dimensión que llamamos real. En verdad, podría ser prácticamente imposible realizar algo en una dimensión que no fuera la de la matriz organizacional de la cual emerge el universo en el que somos navegantes espaciales.

En esta dirección puede ser interesante destacar cómo la tecnología de realidad virtual despliega: de un lado, posibilidades contenidas en la energía electromagnética; y desde otro, luminiza una dimensión pensada por una entidad (la mente humana), que es, también, expresión de dicho campo. En nuestro concepto, pues, el entorno virtual más bien nos permite el acceso a una nueva dimensión de lo real, y tal vez la más real: el sustrato organizacional de energía-materia-información-logicidad del cual pudiera surgir el universo que conocemos. No estamos afirmando que la realidad virtual sea esa matriz, sino que a través de ella estamos ingresando a una de las dimensiones posibles de dicha matriz. Un mundo muy real, metamórfico, que para vivir o experienciar en cuanto tal debemos reivindicar nuestra naturaleza, también metamórfica; proveyendo un reordenamiento sensorial, metodológico, conceptual, sensitivo, emocional, para una existencia coafinada con dicha matriz. Lo cual sería otra vía para aproximarnos a la naturaleza del campo cuántico o vacío-pleno, en la expresión de David Peat, en el contexto de los temas y problemas referidos a la descripción de la estructura de la inteligencia. En efecto, podría ser que de manera lúdica, despreocupada, estemos trasponiendo la puerta que nos facilite develar uno de los secretos de la luz. El punto es importante y amerita que detengamos por un momento nuestro viaje.

Si se piensa que la estructura del universo conocido podría encontrarse en la dimensión subatómica de la materia, y remitiendo ésta principalmente a la radiación electromagnética una de cuyas manifestaciones es la luz visible, entonces podría afirmarse que lo más real, en uno de sus sentidos, es en realidad ese sustrato organizacional, en cuanto complejo unificado o matriz originaria. Por consiguiente, las exploraciones tecnológicas que se realizan a


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partir de transformar en lógica, inteligencia artificial y realidad virtual la energía electromagnética, entre muchas otras aplicaciones, constituyen, a nuestro juicio, una manera directa de encontrarse con la matriz universal de la cual emergería todo; pero además, un modo inmejorable de ir comprendiendo y desplegando sus posibilidades.

Tal vez podría sostenerse que esta suerte de matriz universal casi infinita; el vacío-pleno, el campo cuántico inconmensurable, tiene el profundo sentido de ser fuente creativa inagotable; así, el ciberespacio, se constituiría en una suerte de interfase que facilitaría acceder a las posibilidades creativas de dicha fuente.

Por su parte, afirma el físico David Bohm: "En la vieja física la materia (que

era la única realidad) era completamente mecánica, y no dejaba ningún sitio para la mente. Pero si según la nueva física, todo está plegado en todo lo demás, resulta que no hay ninguna separación real de dominios. La mente surge de la materia. y la materia contiene la esencia de la mente. Estas son en realidad abstracciones del todo: subtotalidades relativamente invariables creadas por nuestro pensamiento. Por eso, si examinamos con suficiente profundidad la materia encontramos el reflejo de las mismas cualidades reveladas cuando se examina de modo semejante la mente... y agrega, la vida-energía es algo más que organización biológica: llega a la inteligencia" 25.

Aparte de esta notable convergencia metodológica para estudiar las relaciones

entre materia y mente (que en algunos de sus aspectos veremos con más detalle en la Tercera Parte), en la virtualización encontramos elementos importantes de este coafinamiento, cuando se considera la conjunción de observador y escenario, como un nuevo y profundo sentido metacognitivo y experiencial: seríamos la lógica y su expresión plástica. Conjunción de arte, lógica y tecnología. Sostiene Capra26, a propósito de la física atómica que, la distinción entre observador y lo observado, no puede hacerse cuando se trata con dicha materia. "En la física atómica, nunca podemos hablar sobre la naturaleza sin, al mismo tiempo, hablar sobre nosotros mismos", siendo además que similar propiedad se despliega en la realidad virtual.

El sentido de totalidad y la eventual desaparición de las separaciones y distinciones que por doquier establece el hombre y que, desde este contexto, entraban la comprensión de la naturaleza, ha sido advertido desde muy temprano en la filosofía. El mismo Platón en su diálogo "El Sofista", no obstante constituir25 K. Wilber, "El Paradigma Holográfico", las cursivas son nuestras. 26 En "El Tao de la Física".


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un ejemplo de distinciones dicotómicas, nos recuerda que: "intentar separartodo de todo es algo desproporcionado, completamente disonante y ajeno a la filosofía" y que "la aniquilación más completa de todo tipo de discurso consiste en separar a cada cosa de las demás, pues el discurso se originó, para nosotros, por la combinación mutua de las formas". Así, el restablecimiento de la unidad a través de aproximarnos a la matriz organizacional básica, podría facilitarnos visualizar la interdependencia y acción recíproca existente y que, metafóricamente, la sabiduría oriental ha expresado a través de la luz. La trascendental obra china "El Secreto de la Flor de Oro" nos lo recuerda del siguiente modo:

"La luz no está sólo en el cuerpo. Tampoco está empero (sólo) fuera del cuerpo. Montañas y ríos y la gran Tierra son iluminados por el Sol y la Luna: todo esto es esa Luz... Entendimiento y claridad, discernimiento e iluminación, y todos los movimientos del espíritu son igualmente todos esta Luz... La flor de Luz de Cielo y Tierra colma los mil espacios todos. Pero también la flor de luz del cuerpo individual atraviesa igualmente el Cielo y cubre la Tierra. Por lo tanto, así que la Luz está en curso circular, simultáneamente con ella están en curso circular también Cielo y Tierra, montañas y ríos, todos... ¡Niños -advierte Lu Dsu- consideradlo! Si no cuidais un día de la meditación, esta luz fluye afuera, quién sabe dónde".

Desde otra perspectiva, la próxima frontera del ciberespacio pudiera ser la posibilidad de fusión ya no como puente, sino como observador-escenario, de la inteligencia con su matriz originaria cuántica, mediante la existencia holoestructural dentro de la matriz ciberespacial, al modo como lo anticipara Gibson. A este respecto, si la representación de "Neuromante" es impresionante, considérese lo que podría constituir una visión literaria de dicha matriz, procedente de la cultura oriental:

"En Horai se encuentran cosas extraordinarias. Me refiero a la atmósfera de Horai. Es una atmósfera peculiar... y a causa de esto el resplandor del sol es mucho más blanco que en cualquiera otra parte. Es una luz brillante y láctea que no ofusca, extremadamente clara, pero muy suave. Esta atmósfera no es de nuestra edad humana, es de una antigüedad formidable; es tan antigua que sólo el pensarlo me hace temblar... es la substancia de quintillones y quintillones de generaciones mezcladas en una inmensa forma translúcida; es la enorme masa de incontables almas de seres que nunca imaginaron parecerse a nuestras formas. Todo mortal que respira aquella atmósfera se inocula en su misma sangre la


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emotividad de aquellos espíritus y éstos le cambian sus sensaciones, reformándole su noción del Tiempo y del Espacio, y por consiguiente, ya no puede ver más que como los espíritus vieron, y sentir como ellos sintieron, y pensar como ellos pensaron. Y estos cambios de sensibilidad se efectúan de un modo tan plácido como si estuviera durmiendo el más amable de los sueños..."27.

El pasaje bien podría ser leído, a nuestro juicio, como una intuición primordial acerca de cómo el campo cuántico se constituye en un ilimitado espacio en el cual se entrecruzan mensajes, estructuras, paisajes, desde los confines de las edades primeras y desde los lugares más lejanos e ignotos. Lo hemos tomado de la obra "Kwaidan" del notable escritor Lafcadio Hearn, gracias a quien conocemos parte importante de la tradición cultural del Japón milenario.

La extraordinaria importancia de la luz, de la cual la realidad virtual es una notable expresión, está también en las Sagradas Escrituras. Allí, en Tesalonicenses I,5:5, se nos dice: "Siendo todos vosotros hijos de la luz e hijos del día, no somos de la noche ni de las tinieblas". Y en Efesios 5,8-9, se nos orienta exhortándonos: "Andad, pues, como hijos de la luz. El fruto de la luz consiste en toda bondad y justicia y verdad".

¿Qué puede ser, pues, más real que la luz? ¿Y acaso, no somos también hijos

de la luz? Y no sólo, por lo demás, en un sentido metafórico, sino ‘físico’, esto es, en cuanto modo posible de la radiación electromagnética, de la dimensión cuántica de la materia.

Porque, como se ha sostenido desde Plank, Dirac, Einstein, podría decirse que la masa es una cierta cantidad de energía que aparece ante nosotros como tal, por la extraordinaria velocidad que alcanzan, por ejemplo, protones y neutrones en torno al núcleo, produciendo entre otros, el efecto cuántico de la solidez que nos es familiar. "De hecho refiere Capra, el confinamiento de los electrones en un átomo resulta en enormes velocidades de aproximadamente 700 kilómetros por segundo. Estas altas velocidades hacen que el átomo aparezca como una esfera rígida, exactamente del mismo modo que una hélice que gira muy deprisa aparece como un disco. Es muy difícil comprimir más los átomos y por eso dan a la materia su familiar aspecto sólido"28. Pero además, detrás de esta real ilusión, nos esperan enormes distancias, vacíos y fuerzas entre partícula

27 Lafcadio Hearn, "Kwaidan"28 F. Capra, Op. cit.


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y partícula, que por lo demás no se asemejan en nada a los objetos de la física clásica. Todo ello, además, siendo constitutivo de un universo de probabilidades de interconexiones, que representa más bien una dimensión matemática, antes que física, del mundo "real" que conocemos.

A nuestro juicio, pues, la realidad virtual y el ciberespacio bien podrían constituir dimensiones de encuentro con la matriz primigenia de la cual emergería todo, incluyéndose y siendo el todo. Matriz que tiene sus artilugios, como el efecto cuántico señalado, que, aparte de constituir uno de los factores que produce el efecto de lo real, nos ha impedido acceder con prontitud a su secreto misterio. En realidad, de algún modo ya habíamos sido advertidos en Mateo 6:22, cuando se nos dice de nuestro sensorio: "La lámpara del cuerpo es el ojo: si tu ojo está sencillo, todo tu cuerpo gozará de la luz; pero si tu ojo está inservible todo tu cuerpo estará en tinieblas. Luego, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿las tinieblas mismas cuán grandes serán?".

Otro tanto nos enseña Tai Hui, maestro Zen, cuando nos dice: "Deberías saber que entráis en el Camino por los sentidos, y también que son los mismos sentidos los que os impiden entrar en él... todos los sentidos serán una enorme piedra, donde tropezaréis, cayendo a tierra una y otra vez".

Desde nuestra perspectiva, pensamos que los mismos sentidos que nos podrían engañar siempre, son, sin embargo, ocasión de bellos e incomparables deleites. Son el muro de contención y la puerta de entrada. A través de ellos y de nuestra mente, podemos acceder a un modo dual fascinante de existencia, al modo de la luz. Si se nos permite la metáfora: comportándonos como corpúsculo (materia como la sentimos) y en la dimensión ciberespacial como onda (de modo virtual). Esto es, podemos existir en un mundo muy real, pero paradójicamente ilusorio, el que conocemos; y otro que se nos aparece como ilusorio, pero sorprendentemente real, el de nuestra matriz originaria, cuántica; la que tal vez podamos experienciar ahora y hacernos cargo que somos también aquéllo, a través de los ambientes virtuales o ciberespaciales provistos por las poderosas tecnologías emergentes.

Ni la dimensión cuántica, ni la macroscópica son de menor jerarquía una de otra. Por la realidad conocida tenemos la posibilidad de admirar y sentir la belleza del efecto cuántico a través de nuestras sensaciones, emociones y disfrute de la extraordinaria variedad brindada por la naturaleza y el cosmos


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abismante. Y a través de cabalgar montados en rayos lumínicos, permítasenos parafrasear la metáfora de Einstein, podemos ingresar a lo ilusorio-real, la matriz primaria. De la mano de esta distinción que no es tal en realidad, como hemos enfatizado, nos abrimos a un notable desafío pedagógico: preparar también a los timoneles del futuro para acceder a ambas dimensiones que son modos de una y la misma realidad.

A este respecto, y en cuanto sistema de referencia, considérese la notable distinción propuesta por Mc Luhan entre tecnología alfabética y electrónica, como un contexto ineludible para comprender los efectos de la tecnología sobre el pensamiento y la cultura. Ambas establecen una lógica y dinámica, con sus propias características, que se instalan silenciosamente en nuestros modos de pensar, actuar y organizarnos. No obstante la importancia de esta distinción, pensamos, puede ser incluida dentro de una referencia mayor (la que estamos esbozando): aquella que nos sitúa en un fascinante punto de convergencia entre el mundo no visto, la dimensión cuántica; y el tangible empírico, la realidad como la percibimos. En realidad, habría que decir, hasta muy recientemente sólo nos hemos movido en la experiencia de lo relativamente estable y recurrente que nuestros sentidos nos ofrecen. Desde otro ángulo, la dimensión atómica o subatómica, no había llegado a constituir un universo de existencia que fuera esencial para nosotros. Estaba allí sólo como parte de lo que pudieran ser los componentes de la materia, un dato más; o como el misterioso vacío cósmico. Pero ahora, con la tecnología de virtualización, se nos aparece como una dimensión de existencia que la llevamos con nosotros, pero de la cual no nos podíamos hacer cargo. Y ello porque no teníamos la tecnología para ver una de sus demostraciones: el uso de la energía electromagnética para construir máquinas lógicas o para manipulación de imágenes, sonidos y sensaciones varias, hasta alcanzar el nivel de crear un ambiente virtual, lumínico, háptico, holoestructural, cognoscitivo e, incluso, teledildónico de carácter ciberespacial, omnincluyente por tanto, una clave para asumir nuestra naturaleza también cuántica.

Así, podemos afirmar, preliminarmente, que en más de un sentido la tecnología electrónica nos despliega visual y operativamente el poder lógico creativo de la matriz primaria; una dimensión para la cual tenemos ahora un modo de acceso y de despliegue imaginativo. Quizás, desde remotos tiempos los caminos de meditación oriental se adelantaron a la creación de sendas para restablecer la unidad cuerpo-mente-vida universal. En todo caso es necesario señalar que, no obstante aparecen éstas como estrategias diferentes, son


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coincidentes en un aspecto esencial: tienen la luz como la metáfora básica.

"Normalmente –afirma David Bohm el pensamiento refleja una realidad distinta a él mismo, pero nos estamos aproximando rápidamente a un estado en el que el pensamiento refleja una realidad que es él mismo. Esto reclama un nuevo enfoque. En cierto modo el pensamiento se ha convertido en algo así como una obra de arte: puede ser un mensaje sobre algo distinto, pero, además, es una realidad que se presenta a sí misma, que es una presentación de alguna idea interna, intención o percepción. Y el pensamiento de la totalidad se presenta a sí mismo"29.

¿Pero, cuál es el ambiente propiamente humano?

Porque hasta ahora hemos sabido, principalmente, de las vicisitudes de los timoneles y cibernéticos, y navegado por los complejos ambientes tecnológico-culturales, a la búsqueda del sentido de la nueva forma de travesía que pareciera depararnos el futuro. Nos falta, pues, explorar algunas de las concepciones del hombre que, al menos preliminarmente, pudieran arrojarnos luz sobre el camino, sobre la formación que los timoneles del futuro debieran recibir para caminar por el nada de esperanzador y sí inquietante, tanto como fascinante ciberespacio. Porque, como se recordará, el ciberespacio no es sólo el ambiente tecnológico, sino también una civilización que en muchos sentidos es sobrepasada por la cultura tecnodelictiva, con problemas de miseria, habitat, en donde el uso del conocimiento científico en todo orden de cosas, y particularmente en ingeniería genética y neuroelectrónica, alcanzaría niveles sofisticadísimos de manipulación; pero al mismo tiempo, definitivamente delictuales; para el ejercicio irrestricto del poder.

La cuestión es, si la vida es también la muerte y si las organizaciones deben enfrentar ineluctablemente la tendencia al caos y al desorden, y si también debemos tener presente las tendencias destructivas del ser humano, como polos antagónicos que se suceden con más o menos intensidad, sin que uno u otro desaparezcan por entero, y siendo siempre de esta manera a través de la historia de la civilización que conocemos, entonces en rigor y con seriedad, los momentos señalados, correspondientes al lado oscuro de la fuerza, deben ser comprendidos en una instancia más alta de superación y de comprensión para una formación realista y anticipatoria de los timoneles del futuro. Es la tarea que nos proponemos esbozar en las siguientes páginas acerca de la pluma, la espada y la vida.

29 K. Wilber, Ob. cit.


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terCera Parte

DE La PLUMa, La ESPaDa y La VIDa


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DE ORIENTE CON La PLUMa y La ESPaDa

"Desde la primera juventud -refiere el samurai Miyamoto Musashi-, mi corazón se inclinó hacia el camino del guerrero. Mi primer combate tuvo lugar a los trece años; en él di muerte a un luchador de la escuela shinto 30, llamado Arima Kihei. A los dieciséis combatí con el experto guerrero Tadashima Akiyama, y en ese combate encontró la muerte... Después recorrí provincia tras provincia luchando con guerreros de todo tipo y formación, más ninguno pudo vencerme en los más de sesenta duelos en que participé. Esto ocurría entre mis trece y veintiocho años." 30 La religión shinto, o Shindo, la Vía (Camino) de los dioses o del espíritu, comprende dioses de todo tipo,

desde deidades cotidianas, hasta incluir dioses guerreros, por lo que en torno a sus templos se creaban escuelas de kendo o camino de la espada.


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He ahí la sucinta, aún cuando impresionante relación personal acerca de lo que fue un aspecto decisivo de su vida, hecha por el más emblemático samurai, para quien "el Camino del guerrero, es el doble Sendero de la pluma y de la espada y a ambos debe amar por igual" 31. Una profunda y controversial concepción acerca de cuál debe ser el camino educativo, por cuanto se estructura a partir del uso de la espada que corta, aniquila o mata. Sin embargo, tal formación ha de realizarse en el contexto de, al menos, los siguientes dos aspectos: de una parte, comprende una amplia y sólida formación cultural (la pluma del samurai), en los ámbitos de la literatura, la meditación, la sabiduría oriental, las artes, los oficios más diversos, en suma, el camino del espíritu, si se quiere participar en tiempos de paz, junto a los civiles; y a su vez comprende la ejercitación en la espada, en el sentido del sacerdote Zen Takuan, esto es, como aquella que corta o aniquila el egoísmo, la soberbia, lo injusto, el deseo.

Esta es la razón por la cual "el secreto del sable como señala Taisen Deshimaru32, es no desenvainar el sable; no hay que sacar el sable, porque si queréis matar a alguien, debéis morir por ello; [ya que, sería menester precisar, antes de matar a otro] hay que matarse a sí mismo, matar el propio espíritu", aquel de la soberbia y del deseo. Así fue como el Kendo, de una actividad violenta, transformóse en un ejercicio programado para despojarse del dominio del yo y de sus impulsos egoístas. El mismo Musashi fue uno de los discípulos de Takuan, adoptando en aspectos esenciales el profundo sentido ético conferido por éste a la educación del samurai.

Veamos, pues, qué nos propone Musashi. Sostiene, en primer lugar, que el camino del guerrero es el Camino del Estratega y la Estrategia es el arte del samurai. El programa educativo del samurai, su camino, es una búsqueda siempre personal, por cuanto "cada ser debe esculpir su propio Camino". A su vez, comprende una amplia y práctica exploración por todas las artes: por el dominio y control de sí mismo; por enseñar estrategia al cuerpo; por el dominio de la espada; por una estricta formación moral; por una comprensión de la naturaleza humana; por el adiestramiento de los sentidos y percepción en la captación de la totalidad y del detalle. Todo lo cual siempre a partir de una fusión y proyección con los elementos esenciales, los cinco anillos: la tierra, el agua, el fuego, el viento, el vacío, en unidad primordial. Razón por la cual el camino oriental de la espada y de cualquier arte marcial así concebido, constituye antes que nada y principalmente a partir de Takuan, una metáfora ética y educativa orientada a conservar, cultivar la vida y perfeccionar la naturaleza humana.

32 En su libro "zen y artes Marciales". La cursiva es nuestra.

31 Citas de Miyamoto Musashi, de su obra "El Libro de los Cinco anillos". La cursiva es nuestra.


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Es la razón por la que la educación del samurai ha de comprender el estudio de "los más pequeños detalles y a la vez las más grandes verdades, lo más superficial y lo más profundo". El estratega ha de estar en condiciones de "dado un pequeño detalle, conocer diez mil cosas importantes", un ejercicio poderoso visto desde la perspectiva tecnológica presente, para interrelacionar información. Pero además, ha de practicar siempre, día y noche, la toma rápida de decisiones, trabajando para que la actitud en su vida cotidiana sea la misma que la desplegada en combate o en momentos de adversidad. "De forma general será preciso mantener como actitud de combate la actitud de la vida cotidiana, al tiempo que esta actitud cotidiana habrá de convertirse en la de combate". Esto es, el caminar, el sentarse, el gesto, la actitud, han de ser parte de un entrenamiento continuo destinado a disciplinar el espíritu y el cuerpo, para que en cualquier momento se esté en posesión de reaccionar o actuar sabia y prontamente, con certera acción y de modo justo.

A su vez, la preparación en el uso de las armas no debe estar circunscrita al estrecho ámbito de su dominio técnico, "pues el verdadero Arte de la Espada no puede ser entendido desde los estrechos confines del mero manejo de la espada". Así, espíritu, quietud interior, sabiduría, intuición, inmutabilidad frente a las perturbaciones externas, han de prevalecer con mayor frecuencia sobre la técnica y el cuerpo, sin que, por cierto, éstas hayan de descuidarse en manera alguna.

En realidad, el sentido profundo del adiestramiento en las armas, conferido por Takuan, encuentra su fundamento en la idea de que nada podía encontrarse en la naturaleza que no fuera la expresión de Ken y zen, esto es, de la Espada y la Meditación o comunión con la Vida Universal. O visto desde otra perspectiva, nada hay que no contenga la muerte y la vida, por lo que siempre se habrá de tener ambos horizontes en la formación educativa. En consecuencia, el principio esencial es que Ken y Zen son una misma cosa. Una idea que, aparte de compleja, nos puede resultar difícil de aceptar, dado nuestro hábito de pensar dividiendo sin relacionar. No obstante, intentaremos avanzar en su comprensión. El principio anterior nos dice que ambos momentos están siempre presentes en la vida del hombre. La espada, como la posibilidad de confrontación y de enfrentamiento resuelto con la muerte, o en tanto aceptación de la vida como una lucha continua, desgarrada, en la que es necesario estar preparados para no sucumbir; sea producto de permanecer en la desidia, abandono, deshonra o descuido; o como la muerte definitiva de uno u otro en el intento por derrotar al enemigo.


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El otro momento de esta unidad, aparentemente paradójica, lo constituye

el zen; camino espiritual mediante el cual el hombre tras un laborioso entrenamiento de la mente y del cuerpo, se propone alcanzar la quietud interior, la inmutabilidad frente a toda clase de perturbaciones o desafíos: encontrarse con su naturaleza primera de carácter universal. Este último, un paso trascendental para el oriental, por cuanto significa abandonar el yo diminuto, el yo individual que conocemos (que no tiene más amplitud que la ofrecida por el límite de la epidermis o de nuestro propio reflejo), para pasar a la condición de Yo Universal, producto de incorporar estrategias de adaptabilidad de la naturaleza a nuestro ser (un ejemplo del cual lo constituyen los cinco anillos de Musashi); pero además, mediante el complejo proceso de la meditación, conducente a restablecer la unidad del hombre con el cosmos, ampliándose de esta forma, ilimitadamente, el horizonte de percepción y de acción humana personal.

Con mucha frecuencia esta ‘eliminación’ del yo individual se interpreta como la destrucción de lo más preciado y grandioso que el hombre occidental puede poseer, reducto de su libertad y poder individuales, para reducirlo a una nada o colectivo indiferenciado, carente de mundo privado y creatividad. Sin embargo, esta perspectiva no puede ser más errónea, en realidad, la supresión propugnada por la cultura oriental representa, por el contrario, el enriquecimiento ilimitado del Yo; porque con la destrucción del yo diminuto, hecha con la espada ética que corta lo injusto, el egoísmo o la soberbia, emerge atman o Yo Universal. El cual es expresión de reconocerse como un momento o Testigo, de brahman o Espíritu Universal; permitiendo transformar el yo en un lugar de acción recíproca total, expresión consciente de la vastedad adaptativa, lógica y espiritual, ofrecida por la naturaleza y el Sentido o Logos podríamos decir, del inconmensurable Universo.

El fundamento trascendente para este camino de perfección hacia la unidad con el Todo, con lo Incausado, el Uno-sin-segundo, lo encontramos en el texto clásico hindú Upanisads. Allí se afirma: "El Brahman que habita en el corazón de cada individuo es llamado atman, el Sí, el Testigo. aquél (o Brahman) es plenitud porque nada puede nacer si no es de El; en El existen todas las infinitas posibilidades, en El vive la Totalidad de todo lo que es y no es". En este sentido, puede decirse que Atman y Brahman son manifestaciones de la misma unidad, por lo mismo, con tales expresiones sólo se enfatiza uno u otro momento del Sin-tiempo o Todo; al punto que todo atman o existente individual es Brahman. El siguiente sutra (o pensamiento) lo establece con transparente concisión: "Este supremo Brahman, atman universal, gran morada de lo existente, la más


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sutil de todas las cosas sutiles, eterno: en verdad es tú mismo, porque Tú [eres] aquél".

Sin embargo, el camino de reconocerse como tal, es un proceso que exige mucha voluntad, disciplina, rigurosidad, tanto como una depurada eticidad, para recién así poder deshacerse de las ilusiones, creencias, concepciones erróneas que petrifican la vida espiritual en la falsa idea de que el yo constituye un reducto independiente, aislado, separado de la totalidad. En la visión oriental un yo con estas características es un yo pequeño que, literalmente, como hemos dicho, no tiene más extensión que el propio cuerpo. Por el contrario, el yo que emerge de la unidad Atman-Brahman se asienta, surge y es una manifestación asumida de la Vida Universal. Al punto que los escritos vedas puedan afirmar: "Yo soy sin manos y sin pies, de una potencia inconcebible, incomprensible; yo veo sin ojos, oigo sin oídos y conozco porque tengo discernimiento..."; porque en realidad los sentidos de atman, del Testigo, son toda la naturaleza y el Cosmos. Estado superior de conciencia que se alcanzaría cuando se ha aprendido y se ha ejercitado para comprender y vivir la profunda unidad subyacente a la existencia individual y a la Totalidad. Con grandeza los sutras del texto védico afirman: "Aquel que es más pequeño que un átomo soy yo, igualmente, todo lo que es grande soy yo también, todo lo que está presente soy yo, lo múltiple soy yo mismo". Lo cual querría decir -como señala Amadeo Solé Leris33- que lo único que en verdad se puede decir que existe sería el acontecer de innumerables procesos que se condicionan mutuamente. De modo que el mundo, los objetos, el yo, constituyen más bien un tejido de fenómenos fugaces y continuamente cambiantes, desprovistos de toda esencia o identidad intrínseca permanente.

En realidad, la separación o autonomía es en verdad su estado de alienación, como yo individual, escindido, que se siente, piensa y cree distinto de todo lo que le rodea. A este respecto, el camino de la meditación propende a restablecer la continuidad y unidad con Brahman. Según los orientales, un camino al final del cual, o en una de sus etapas más evolutivas, podrá permitir decir al meditante: "[quien] se ha liberado de toda atadura puede afirmar "brahman [o el Espíritu Universal] soy yo mismo", como señala el Upanisads. La misma idea está expresada bella y concisamente en el epígrafe de la mencionada obra:

aquél es plenitud.Este es plenitud.

33 En su libro "La Meditación budista". A este respecto, es importante consignar que Buda sostiene un pensamiento que podría ser divergente respecto a la noción de Atman; afirmando su no-entidad o no existencia como ego-sustancia en nuestra vida psíquica, en su llamada doctrina o Dharma de anátman (No-Ego) o teoría del Súnyatá.


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La plenitud nace de su plenitud:Todo lo que existe es plenitud.

Así, desde esta concepción, nada puede ser cortado, aislado o separado de la Totalidad; por el contrario, el concebirse como yo autárquico es en realidad producto de la ignorancia, de la ilusión en la cual se vive y que ha de ser superada hasta alcanzar la plenitud como Atman en su sentido universal. De modo pues que, si tras un camino de perfección este se alcanza, atman es la Vida universal. Así, desaparecería el ego individual hasta poder afirmarse: "Tú [atman] eres aquél [brahman]".

Una excelente metáfora para expresar este aislamiento del yo la ofrece Ken Wilber cuando afirma: "Por ninguna razón que pueda expresarse en palabras, en este océano infinito se genera un rizo sutil. Este rizo, no puede detraerse de la infinitud, pues la infinitud puede abarcar cualquier entidad y todas ellas. Pero este rizo sutil, al despertar a sí mismo, olvida el mar infinito del que no es más que un gesto. Por eso, el rizo se siente fuera de la infinitud, aislado, separado".

En cualquier caso, un ejemplo de actividad por la cual, progresivamente, un yo individual podría ir desplegando su universalidad, lo constituye el entrenamiento en las artes marciales, en la espada o el tiro con arco y, desde luego, unidas al proceso de meditación; toda vez que mediante estos ejercicios se amplía notablemente la variedad adaptativa del cuerpo y de la mente, producto de la comprensión de los elementos de la naturaleza y su incorporación al cuerpo como modos posibles de reacción frente a las variaciones del medio: veloz como el viento, sutil y metamórfico como el agua, bravío como el mar, rítmico como la danza, la música y la misma naturaleza; decidido y enérgico como la fuerza del rayo, con la solidez de la montaña, la quietud del valle, la dureza de la roca, "preparando el cuerpo para que ni diez mil asuntos puedan inmutarte".

El mismo Wilber, propuso34 unificar esta visión universal con parte importante del pensamiento occidental, precisamente para la búsqueda de Atman, hasta lograr que "el alma se confunda con el Todo superconsciente que es y ha sido su último y único deseo". De hecho cita como epígrafe de la mencionada obra, el siguiente pensamiento de Johann Tauler: "Todos los seres persiguen la unidad; toda multiplicidad lucha por alcanzarla; la meta universal de la totalidad de la vida es siempre la unidad". Un fin trascendente, omniabarcante, sistema de referencia conceptual y, al mismo tiempo, programa de perfeccionamiento espiritual y educativo que, a nuestro juicio, también hemos de tener presente a la hora de diseñar un nuevo paradigma educativo. 34 En su libro "El Proyecto atman"


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En este contexto, pues, volviendo a la educación del samurai y coincidente con el espíritu de Takuan, la preparación en el Camino de la Espada o Kendo tiene el propósito de forjar el propio sentido más que acertar sobre el otro; se trata de mantener alerta el cuerpo y coafinado con la idea de que la vida es también lucha y muerte. Eso explica que para el japonés "beber té o comer no es otra cosa, bien entendido que Zen; las costumbres de vida ordinarias, como caminar y quedarse quieto, sentarse o tumbarse, no son otra cosa que Ken y por eso no puede fijarse nada especial o concreto como Zen o como Ken. Todas las cosas son en el fondo Ken y Zen. Si esto es verdad, puede decirse que no existe ningún Ken, ni ningún Zen, o precisamente por eso, que todas las cosas no son otra cosa que Ken y Zen"35.

Aún cuando la separación de Ken y Zen parece una lectura más evidente a nuestros ojos; sin embargo, vista desde la perspectiva filosófica de la educación universal del samurai, dicha escisión constituye una distinción externa, ilusoria, que no asume la dialéctica real de generación de vida, destrucción de la misma y autodestrucción, puesta por el hombre como impronta conductual a través de su historia, que sí es recogida en la unidad Ken-Zen.

Desde esta dramática pero realista dialéctica emerge la Espada de Takuan o Taia, la espada maravillosa. Una espada ética que, no obstante forjada en el adiestramiento del uso de la acerada espada, metafóricamente mata para vivificar, destruyendo lo malo para afirmar la vida. El maestro que logra su comprensión y manejo, tras un largo entrenamiento y educación, podría vencer sin luchar; porque primero ha vencido sobre sí mismo, logrando alcanzar la quietud espiritual por sobre las veleidades y contingencias del deseo; y también alcanzaría la inmutabilidad del espíritu frente a la adversidad y lo imprevisible. Así, puede dar una respuesta a lo azaroso desde un fondo espiritual que crea a partir de la nada o del vacío; esto es, sin una historia de supuestos o sujeto a la creencia no fundamentada de que existen cadenas causales que funcionan siempre de una misma manera. Por el contrario, piensa el oriental, es necesario tener presente cómo la realidad puede ser drástica o sutilmente cambiante, al punto que el aferrarse a supuestos y creencias, puede con seguridad provocar una errada lectura de los hechos y actuar equivocadamente. Distinto es, dirá, cuando se parte de que cada nueva situación, pese a la semejanza con otros acontecimientos vividos, siempre tendrá elementos de variación que hacen aconsejable partir de cero; de una instancia en la que se esté preparado para una respuesta inmediata, siempre atento a lo inesperado y sorpresivo. Un modo de acción desde el vacío o la nada, desde lo profundo creativo.

35 K. G. Dürckheim, "Japón y la Cultura de la quietud", Apénd. 2.


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"Deberías saber enseñaba el maestro Zen, Tai Hui que entráis en el Camino por los sentidos, y también que son los sentidos los que os impiden entrar en él. ¿A qué se debe esto?/ Proveeros de la espada de doble filo, que destruye y vivifica la vida, allí donde se encuentra lo que habéis descubierto por los sentidos, y podréis hacer buen uso de ellos./ Pero si os falta la espada de doble filo que destruye y resucita, todos los objetos de los sentidos serán una enorme piedra, donde tropezaréis, cayendo a tierra una y otra vez"36.

Por el contrario, "la espada del yo personal es la de un "alma animal". Es la espada de un mundo en el que uno tiene que eliminar al otro para poder seguir viviendo. Y esto no sólo tiene validez para el mundo de la espada en el sentido estricto de la palabra. Todas las relaciones interpersonales, que sólo tratan del propio beneficio, son una muestra de la espada que mata. Uno no puede sacar beneficio propio, sin dañar al otro. Aún proponiendo el principio universal de que "el beneficio general tiene preferencia sobre el privado", todo seguirá en su sitio mientras no se renueve a fondo el alma de cada uno en particular" 37.

En consonancia con lo anterior, es interesante la perspectiva ética que nos ofrece el Salmo 36, cuando nos enseña acerca de como: "Los perversos desenvainan la espada y tienden su arco, para derribar al afligido y al desvalido, y trucidar a los que son rectos./Pero la espada se les clavará en su propio corazón, y sus arcos se romperán".

Siempre, pues, en relación con el sentido verdadero de la espada en particular de la espada maravillosa de doble filo, cuenta la tradición que cuando Chi Kung llegó a ser maestro, siempre llevaba un arco y una flecha y amenazaba con ello a los monjes que se acercaban para plantearle alguna cuestión. Un día trató así a un monje llamado San Ping. Gritó: "¡Cuidado con la flecha!". San Ping descubrió su pecho diciendo: "Esa es la flecha que mata, ¿dónde está la que resucita?". Chi Kung dijo entonces: "Hoy no he conseguido abatir más que la mitad de un hombre sabio". Rompió su arco y sus flechas y nunca más volvió a servirse de ellos.

En la tradición cristiana también encontramos este sentido profundo de unidad de muerte y vida, de salvación y perdición. En la Epístola Universal de San Juan se afirma: "Uno solo es el Legislador y el Juez: el que puede sal-var y destruir"

38 y en el Apocalipsis, de manera grandiosa, se nos revela:

36 Dürckheim, Ob. cit. 37 Idem. 38 San Juan 4, 12


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"y me volví para ver la voz que hablaba conmigo... su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. y el puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos... y tengo las llaves de la muerte y del abismo" 39.

A nuestro juicio, en relación con este pasaje bíblico, pensamos que se tiende más bien a leer el pasaje final como: "y tengo las llaves de la muerte y de la Vida". De hecho, en Deuteronomio 32:39 Moisés refiere las palabras de Yahvé: " yo soy quien doy la muerte y doy la vida; yo hiero y yo sano, y no hay quien libre de mi mano".

Más rápido que el rayo

En la cultura oriental, mediante el ejercicio del cuerpo y de la mente, se trabaja para alcanzar un nivel en el cual desaparezcan los pasos intermedios y la percepción sea total, no sólo en su secuencia mecánica, sino además, incluido el tiempo. Se trata de una percepción simultánea, intuitiva, podríamos llamarle, producto de un conocimiento previo de desagregación de procesos. Podemos decirlo de esta manera: el oriental desautomatiza el proceso de la respiración, esto es, lo hace consciente mediante la realización y seguimiento minucioso de todas sus fases y comprensión de su efecto sobre la totalidad del cuerpo y la mente; luego la vuelve a automatizar; quiere decir, el proceso de la respiración es ‘reinstalado’, dejando de ser conscientes los pasos y efectos en su ejecución. Recién entonces, junto con múltiples otros ejercicios, el cuerpo y la mente van alcanzando el nivel de interconectividad y conocimiento de sus diferentes procesos y momentos, transformándose en consistencia, solidez y sabiduría. Esto permitiría lograr lo que nos describe el maestro zen, Takuan:

"El que puede ver claro sobre tres cosas cuando sólo se le ha presentado

39 ap. 1:12-18.


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una, y el que puede calcular de un solo golpe un montón de monedas, es un hombre inteligente entre las personas corrientes. Pero el que ha pasado ya este estadio, puede cortar todo en tres trozos con un solo golpe, antes de que le muestren la cosa o pueda ver claro sobre tres cosas. Un hombre así puede acabar fácilmente con cualquier contrincante. Ni siquiera enseña la punta de la espada. Actúa más rápido que el rayo, tan rápido que ni el mismo viento huracanado puede adelantarle"40.

Lo cual, sea dicho, tiene su antecedente en acciones y percepciones cotidianas. No es infrecuente que podamos hacer una lectura muy rápida de los hechos, y actuar en consecuencia, sin seguir la secuencia de pasos que comprende. Ello es posible porque, literalmente, hemos automatizado dicha secuencia, o porque conocemos la conectividad, y un detalle o pequeña alteración de la situación nos alerta, e indica sobre cursos y alternativas posibles de comportamiento.

Sin duda que los términos automatizar y reinstalar -utilizados para referirse a procesos de perfeccionamiento caracterizados por su notable sutileza y variación, a cuya percepción y efectos no se accede sino después de un tiempo de disciplinado entrenamiento-, resultan duros, fríos y mecánicos. Sin embargo, nos parecen suficientemente ilustrativos como para emplearlos con las restricciones del caso.

A su vez, en relación con la forma cómo la vida cotidiana es una fuente permanente de ejercicio y perfeccionamiento, nos enseña Musashi41:

"La actitud del espíritu en el Camino de la Estrategia no ha de ser distinta a la actitud ante la vida cotidiana. Ambas, la del combate y la cotidiana, deberán forjarse a través de la tranquilidad y la calma. Enfréntate a cualquier situación sin tensiones, pero sin temeridad. Que tu espíritu sea imparcial; y aunque permanezca en calma no permitas que tu cuerpo se relaje, y cuando así se encuentre, no dejes que flaquee tu espíritu. No permitas que tu espíritu sea influenciado por el cuerpo, ni que el cuerpo sea mediatizado por el espíritu. Manténte en el justo medio: que tu actitud espiritual no sea excesiva ni escasa: un espíritu exagerado es débil, un espíritu insuficiente también. En cualquier caso no permitas nunca que el enemigo vea tu espíritu".

Es del todo relevante reiterar que cada una de estas indicaciones educativas son a partir de un programa de ejercicios nada de triviales, que exigen del

41 Musashi, Ob. cit.

40 Dürckheim, Ob. cit.


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discípulo: constancia, voluntad, rigor y disposición espiritual. Así, la necesidad de alcanzar tranquilidad, imparcialidad, un espíritu fuerte, exigen el control del proceloso océano del deseo; perfeccionamiento que se alcanza con un espíritu siempre vigilante sobre lo que ocurre al propio cuerpo y a la mente, en cada situación de la vida cotidiana, aún cuando ésta sea aparentemente rutinaria y sin importancia.

Por otra parte, el manejo de la espada, no es un mero ejercicio o destreza técnica. De allí la insistencia de Musashi en que se trata del doble camino de la pluma y de la espada. Del lado de la pluma, podría decirse, tenemos la preparación espiritual que se mueve en el amplio espectro de explorar y afianzar formas metodológicas y de estrategia muy elaboradas, para estudiar cada situación, para alcanzar una sólida formación cultural y ética. Nos lo dice del siguiente modo:

"Las personas pequeñas deberán familiarizarse con el espíritu de los grandes, y éstos a su vez con el de las pequeñas. Cualquiera que sea tu tamaño o características no debes confundirte jamás por las reacciones de tu propio cuerpo o del contrario. Mantén tu espíritu abierto y libre de trabas; observa las cosas desde un punto de vista elevado. Cultiva tu cultura, engrandece tu sabiduría, para desarrollar tu espíritu. Pule con constancia tus conocimientos: aprende las reglas de la justicia social, cuida de distinguir entre el bien y el mal, estudia los Caminos de todas al artes y técnicas una por una. Y así, cuando ningún hombre pueda engañarte, habrás realizado en la práctica la sabiduría de la Estrategia".

Asimismo, el programa educativo del samurai, del estratega, ha de fundarse en los siguientes principios que organizan en unidad sus diversos momentos:

1. Evitar los pensamientos deshonestos.2. El Camino es práctica.3. Que todas las artes nos sean familiares.4. Conocer el Camino de todos los oficios.5. Saber distinguir las ventajas y los inconvenientes de todas las cuestiones

del mundo.6. Desarrollar el juicio intuitivo en el conocimiento de cada asunto.7. Percibir aquellas cosas que no puedan ser vistas.8. Prestar atención al menor detalle.9. No hacer nada inútil.


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"A gran escala -concluye Miyamoto Musashi-, estos principios de Estrategia pueden ser aplicados de igual forma a la correcta dirección de grandes grupos de personas, de ejércitos, y será posible con ellos gobernar y favorecer al pueblo, a la vez que se preserva la disciplina y el orden en el mundo". Y también para regular la vida cotidiana, gobernar el inquieto y veleidoso mundo interior, alcanzar un sentido ético profundo, estableciendo continuidad entre el espíritu individual y la vida universal.

La EDUCaCIóN DEL CaCIqUE

En una época en la cual, las más de las veces, el dominio y brutal colonización exigió de los aborígenes de nuestra tierra aprender rápida y dramáticamente de las tácticas, máquinas e instrumentos de guerra que traían consigo los españoles, el Cacique Lautaro debió educarse en los elementos de la naturaleza y de la necesidad, aprendiendo del enemigo, para concebir una estrategia de sobrevivencia para su pueblo.

Una profunda pedagogía que tuvo a la muerte como fundamento, a la sobrevivencia y dignidad de su pueblo como el horizonte inmediato y trascendental a resolver; y como elementos inspiradores y orientadores de la acción al vasto caudal de estrategias adaptativas de que es depositaria la naturaleza.

Se trata de un programa educativo que bien podría corresponder con la más refinada tradición oriental de ejercicios para el perfeccionamiento de la mente y del cuerpo. Porque, en cada uno de los siguientes versos de Neruda, encontramos no sólo la técnica, el camino para obtenerla, sino además el espíritu y comprensión de dicha técnica, dentro de la interrelación más amplia y penetrante del hombre con la naturaleza, con el trasfondo oceánico infinito del cual emerge. Sea en tanto la naturaleza, los elementos, los seres vivos, plantas y devenir de la misma constituyen una fuente inagotable de inteligencias sutiles y de estrategias adaptativas; sea como ampliación formidable de los recursos de la inteligencia al incorporar y hacer suyos la versatilidad y poderosa riqueza adaptativa de aquéllos. O también y de manera significativa, por el sentido de


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cambio, de transitoriedad que la naturaleza nos enseña a cada instante; o por la íntima unidad hombre-naturaleza que representa el paradigma educativo de Lautaro.

Escribió Pablo Neruda en su "Canto general", sobre la educación del cacique:

Lautaro era una flecha delgada.Elástico y azul fue nuestro padre. Fue su primera edad sólo silencio.Su adolescencia fue dominio.Su juventud fue un viento dirigido.Se preparó como una larga lanza.acostumbró los pies en las cascadas.Educó la cabeza en las espinasEjecutó las pruebas del guanaco.Vivió en las madrigueras de la nieve.acechó la comida de las águilas.arañó los secretos del peñasco.Entretuvo los pétalos del fuego.Se amamantó de primavera fría.Se quemó en las gargantas infernales.Fue cazador entre las aves crueles.Se tiñeron sus manos de victorias.Leyó las agresiones de la noche.Sostuvo los derrumbes del azufre.Se hizo velocidad, luz repentina.

Tomó las lentitudes del Otoño.Trabajó en las guaridas invisibles.Durmió en las sábanas del ventisquero.Igualó la conducta de las flechasbebió la sangre agreste en los caminos.arrebató el tesoro de las olas.Se hizo amenaza como un dios sombríoComió en cada cocina de su pueblo.aprendió el alfabeto del relámpago.Olfateó las cenizas esparcidas.Envolvió el corazón con pieles negras.


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Descifró el espiral hilo del humo.Se construyó de fibras taciturnas.Se aceitó como el alma de la oliva.Se hizo cristal de transparencia dura.Estudió para viento huracanado.Se combatió hasta apagar la sangre.

Sólo entonces fue digno de su pueblo.

Como se puede apreciar, tanto en el caso de la formación del samurai como en la del cacique, tenemos el común denominador del adiestramiento o gobierno de la mente y del cuerpo para situaciones cotidianas, cuanto extremas de la vida. De hecho, ambos constituyen, a nuestro juicio, ejemplos paradigmáticos del espectro de problemas de sobrevivencia individual y colectiva que de manera similar habrán de enfrentar los timoneles del futuro. Siendo así, bien podría ser que hubiese una coincidencia aún más profunda entre estas estrategias educativas y la que demandan los cibernavegantes, quienes podrían enfrentar análogas situaciones límites o desafíos de eventual mayor complejidad; pero siempre dentro de los recurrentes parámetros conductuales de la común naturaleza humana, oscilando entre la espada y la pluma, entre Ken y Zen.

En rigor, pues y en nuestro concepto, el programa educativo del cacique es expresión de una profunda sabiduría; presente en la técnica, la energía, el espíritu, el camino, la forma, la voluntad, el desinterés, y también en su cordura, mesura y quietud; del mismo modo que son parte de su espíritu el reconocimiento y aceptación de la muerte, "de la espada", en unidad indisoluble y también dramática con la vida.

Un paradigma educativo que, en más de algún sentido, pudiera seguir siendo válido, si se concede que los problemas de sobrevivencia que anuncia el ciberespacio, la explosión demográfica, y muchas otras variables en fase crítica, demandan de un espíritu templado, veloz, metamórfico, amén de cazador, explorador y navegante, en unidad con la naturaleza. El punto crucial, para acceder y conceder en dicha posibilidad pedagógica, consiste en asumir que en la vida cotidiana, tanto como en una situación de combate, o cualquier otra de carácter dramático o rutinaria, la actitud del espíritu demanda de las mismas exigencias de gobierno de nuestro cuerpo-mente y, por lo tanto,


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ha de ser, básicamente, la misma. Así, por ejemplo, si en una situación extrema o problemática (un accidente, una catástrofe natural, un conflicto familiar, una amenaza delictual, una confrontación social, una situación adversa en la empresa), requiero de estar bien parado, atento, con mi sistema sensorial afinado para captar cualquier variación del entorno; concentrado, para un proceso rápido de evaluación de alternativas y cambios producidos; si no puedo permitirme perder el control y he de estar en condiciones de reaccionar velozmente para reducir los efectos indeseados de un curso cualquiera de acción, entonces, debo asumir que la vida cotidiana, el "pararse bien", "mirar con atención", "concentrarse", "no perder el control", "decidir prontamente", etc., constituyen la escuela más amplia y pletórica de situaciones diversas y en rango de complejidad variable, que pueden adiestrar mi cuerpo, preparar mi espíritu cada día, para estar en posición de enfrentar situaciones eventualmente difíciles o definitivamente catastróficas.

Sin embargo, no se trata sólo metafórica o realmente, de una preparación para la adversidad, confrontación, defensa o lucha, sino además y principalmente, con el sentido profundo de cultivar las posibilidades lógicas y adaptativas del cuerpo y de la inteligencia, de comprender sus diversos mecanismos y formas de proceso lógico e informático alcanzando, al mismo tiempo, al enriquecimiento de las formas de la sensibilidad y del sentimiento. Porque, claro está, el fino adiestramiento sensorial, lógico, intuitivo, espiritual o corporal exigidos para una actitud certera frente a la adversidad, serán igualmente poderosos a la hora de dirigir su atención hacia las formas estéticas, del sentimiento o de la emoción. Ello, por cuanto, el adiestramiento corporal, así como de la mente, están dirigidos a su mejor gobierno y a entrar en comunión con la naturaleza y los otros. De modo que, en esta cobertura pedagógica, la preparación en la espada, está dirigida a la preparación del propio espíritu, al gobierno de sí mismo, para actuar siempre de manera ética, justa, en armonía; mediante la comprensión del lado oscuro de la fuerza, o de la tendencia al desorden y a la confusión, como formas de la conducta humana que están allí, a diario, querámoslo o no; y que, por lo mismo, no podemos omitir o desconocer sin caer en la ingenuidad e irresponsabilidad.

Así, pues, hijo de la necesidad y de la disciplina, en una época crucial para el destino de su pueblo, la educación de Lautaro no pudo ser más sabia. Descubrió en la naturaleza los múltiples recursos que abrían de cimentar su sólida condición de líder. Adiestró su cuerpo y su mente para soportar las más difíciles contingencias, como el guanaco abriéndose paso con seguridad por la escarpada y casi vertical pared rocosa; por senderos que no son senderos, entre el abismo pétreo, el cielo y la dura roca. Así fue enseñando estrategia a


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su cuerpo, al tiempo que su mente adquirió el ritmo, la versatilidad y fuerza de la naturaleza. Acostumbró, pues, su cuerpo y adiestró sus sentidos al modo como aquélla se despliega, entre la existencia más dura por la sobrevivencia, acechando la comida de las águilas y durmiendo en las sábanas del ventisquero; preparándose en el silencio, escuchando las voces ancestrales y las lecciones de animales y floresta.

Si bien cada uno de los versos puede evocar al lector sólo una representación ‘literaria’ del Cacique, una hermosa resonancia sonora, armónica, en función del modo de ordenamiento de las palabras seleccionadas por Neruda, en nuestra lectura, sin embargo, cada verso puede también ser leído como un programa educativo que Lautaro debió cumplir para alcanzar su condición de tal. Desde esta perspectiva, a nuestro juicio, la belleza educativa del poema estriba, precisamente, en que constituye una síntesis metafórica formidable del trabajo efectivo que debió realizar para ser digno de su pueblo.

Cuando Neruda afirma, pues, que Lautaro se preparó como una larga lanza, acostumbró los pies en las cascadas, acechó la comida de las águilas, arañó los secretos del peñasco o aprendió el alfabeto del relámpago, debió en cada caso prepararse a través de un entrenamiento acucioso para comprender y estar en condiciones de disponer su cuerpo y su mente, para ser efectivamente como una larga lanza que hiere, mata o se protege desde lejos. Agudo, por tanto; también temible, duro, con un decidido y claro trato con la muerte, siempre presente allí, en el extremo afilado de la lanza; sumado al dominio técnico del manejo de la misma y de los modos de defensa frente al acoso de las lanzas enemigas.

Esto y mucho más, como programa educativo comprende el primer verso que hemos elegido para ejemplificar que detrás de cada concepto o síntesis metafórica, podemos en verdad encontrar todo un programa de educación en la acción. Sentido programático que se nos oculta, de tanto usar las mismas sonoras palabras y símbolos en el uso rutinario del lenguaje. En efecto, cada expresión utilizada por el poeta o en el uso cotidiano, contiene más menos, tanto una filosofía de vida, así como procedimientos, métodos, estrategias, normas, habilidades o conductas específicas. Por lo general, en nosotros permanece y opera una resonancia de significación de las palabras más bien lejana, no específica; la cual con frecuencia evoca supuestos, creencias, opiniones no fundamentadas. Subentendidos, que se completan con el particular sentido que hayamos conferido a nuestra propia experiencia.

Sin embargo, una lectura acerca del programa de acción contenido en las mismas palabras o expresiones, cualesquiera sean los ámbitos del saber y


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aplicados en que nos encontremos, nos permite poner a la vista los modelos teóricos y de acción de que son depositarios, cuya especificación resulta esencial para el diseño de sistemas, cuanto para mejorar la operación de los mismos; siempre, eso sí, transitando entre el concepto y su aplicación, entre la teoría y su confirmación aplicada, cuando correspondiere o fuese posible.

Así, esta clase de lectura del poema nos permite ver, por ejemplo en el verso acostumbró los pies en las cascadas, cómo la síntesis metafórica del poeta nos puede remitir a programas de adiestramiento educativo que faciliten desplazarse, sin mayor riesgo y con pericia, a través de las piedras resistiendo la fuerza del agua; la cual, analógicamente, puede representar a los enemigos que en número elevado arremeten contra él. También para aprender a escuchar el sonido del agua hasta distinguir sus armonías y sutiles ritmos, al punto de poder detectar, a través de su sordo y ruidoso paso, el sonido y la presencia de las diversas especies que se desplazan por el lugar; lo cual agudizaría su espíritu y sus sentidos para aprender a escuchar el ruido de las armas, configurando un rápido plano de su posición y situación relativa en el combate. Asimismo, ha de aprender a pararse con rapidez entre las resbaladizas piedras; acostumbrando sus huesos al dolor de las caídas y dominando con ello su impulso de abandonar el fatigoso esfuerzo. De igual manera, el verso puede evocar el momento de fusión con la naturaleza presente en el caminar, allí, en la soledad de sus propios pensamientos, escuchando lo que el agua le transmite como fuerza incontenible, como grandiosidad y belleza, como transparencia y fresco líquido colmando su sed, o tomando la forma de su cuerpo mientras se sumerge en ríos rápidos y profundos. Entre múltiples otras propiedades del agua y de las piedras que pueden ser fuente de inspiración para recuperar la naturaleza universal de la inteligencia.

Los versos acechó la comida de las águilas/ arañó los secretos del peñasco muestran su adiestramiento para sobrevivir entre águilas, aves temibles, certeras en la caza, veloces, con dominio desde las alturas, vista penetrante; y también, su propia capacidad para escalar la roca, dando fuerza y dureza a sus manos y a sus piernas para suplir su incapacidad para volar. Preparándose, pues, en el espíritu de las águilas, acechando siempre, observando desde una posición elevada, buscando el alimento para sus crías; ellas mismas habitando en la inaccesible roca, aprendiendo de sus padres. Se trata de un duro y exigente programa pedagógico, de entrenamiento efectivo, para templar su espíritu y su cuerpo. Así, pues, cada uno de estos versos evoca una multiplicidad de posibles analogías que pueden establecerse sobre la interrelación naturaleza-hombre-estrategias de sobrevivencia-gobierno de sí mismo, frente a la complejidad externa, entre otras determinaciones que se pueden establecer sobre la riqueza


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educativa, presente en la formación del cacique.

No por nada pudo Alonso de Ercilla registrar, en el Canto III de "La Araucana" que:

"Fue Lautaro industrioso, sabio, presto, de gran consejo, término y cordura, manso de condición y hermoso gesto, ni grande ni pequeño de estatura;el ánimo en las cosas grandes puesto, de fuerte trabazón y compostura, duros los miembros, recios, nervosos,

Por él las fiestas fueron alargadas, ejercitando siempre nuevos juegos de saltos, luchas, pruebas nunca usadas, danzas de noche en torno de los fuegos...".

Cualidades todas productos del entrenamiento a que debió someterse para adiestrar su cuerpo y gobernar las contingencias del ánimo. Así, pues, la fama de rápido, temible e implacable que adquirió entre los españoles fue resultado de este camino educativo, por el cual aprendió el alfabeto del relámpago, hasta transformarse en velocidad y luz repentina.

Sin duda que calificar de programa educativo la preparación para la guerra que se dio Lautaro, puede resultar a más de alguien no sólo inadecuada sino también una licencia desmedida que, peligrosamente, puede sobrepasar negativamente cualquier criterio ético, cuando se trata de una finalidad formativa para el ser humano. Tal reserva es del todo relevante. Sin embargo, la realidad está allí, dramática, diciéndonos que Lautaro asume y tiene una responsabilidad de sobrevivencia personal y colectiva, para la cual tiene que prepararse y adiestrar a los suyos.

En todo caso, con entera independencia de la dimensión guerrera de su formación, su presencia refleja comprensión de la naturaleza, disciplina, conocimiento, juego, belleza, ritmo, armonía, inteligencia. Ercilla lo resalta cuando afirma del Cacique que éste era sabio, industrioso, presto, de gran consejo, término y cordura, manso de condición, y de hermoso gesto. Lo cual podría decirse de otra manera: la preparación física y mental de nuestro Cacique, para la adversidad y para combatir, son parte de un programa educativo no conducente necesariamente a la guerra, sino más bien, y ante todo, a disciplinar su mente y


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su cuerpo, con el ánimo puesto en las cosas grandes, incorporando el juego, la danza y el ánimo festivo en su ánimo y condición. Sentido profundo en el cual comprendemos la educación en la espada, y no para agredir o matar al otro.

La EDUCaCIóN DE LOS SUWaMISH'S

"Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja", escribió el Jefe de la tribu Suwamish, del noroeste de los Estados Unidos, hacia 1855.

"Las fragantes flores son nuestras hermanas, el venado, el caballo, el águila majestuosa, son nuestros hermanos. Las crestas rocosas, las savias de las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia... Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos... Los indios, continúa el Jefe Seattle, preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cara del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos"42.

Cuán profunda y bella pedagogía están presentes en esta manera de sentir y

vivir la naturaleza. Un refinado adiestramiento sensorial de todos los sentidos, unificados en un modo de percepción para el cual la luz, la visión, son también y al mismo tiempo, tacto, sabor, olor, audición, consanguineidad con el resto de los seres vivos y modos de manifestación de la naturaleza; asumiéndose el común destino compartido, tanto como la diversidad y singularidad de cada ser.

Así, la agudización sensorial en los suwamish’s va de la mano de la memorización de una extraordinaria variedad de sonidos, sabores, olores... ampliando el sentido de apreciación de la variedad y valor de la naturaleza, como un entramado mágico y esencial para la preservación de la vida: "El aire nos recuerda su Jefe es algo precioso para el hombre de piel roja, porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre". Se trata, en consecuencia, de asumir la existencia como una preciosa urdimbre de vida, eticidad y sentido de lo bello; pero también con sentido de estrategia,42 Las citas de este capítulo pertenecen a la Carta del Jefe Seattle, dirigida al Presidente Franklin Pierce de los

Estados Unidos. Las cursivas son nuestras.


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de preservación, de regulación y de una clara percepción acerca de los efectos nocivos de un comportamiento o uso indebidos.

No obstante, podría pensarse que esta forma de vida pertenece a una representación bucólica e incluso ingenua de la vida. Sin embargo, se recordará, el énfasis puesto por el Jefe Seattle en el modo cómo ellos se relacionan con la naturaleza, es a propósito de un frío acto de compraventa por medio del cual, el Presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, les ofrece comprar las tierras, a cambio de ubicarles en otro lugar.

"¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra?. Esta idea nos parece extraña -le contesta el Jefe piel roja- , no somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros?... "Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra". Lo que está en juego no es, pues, una cuestión meramente semántica o de defensa de una propiedad. En realidad, se trata de especificar cuál es la responsabilidad del hombre frente a la naturaleza; cuál el curso dramático y de irreversible destrucción que podría producir; y cuál la forma más sabia de vida para preservar la belleza y la comunión de todos los seres en la red de la vida.

Habituados, como estamos, a miles de años en los cuales el sentido de propiedad se nos ha pegado al cuerpo y a la mente, difícilmente podríamos aproximarnos (sin poder evitar parecer sospechosos de todo), a representarnos la naturaleza, la tierra, como un ser que aún cuando lo hayamos dividido hasta el cansancio, desatando las guerras más cruentas por tomar posición de sus partes, nos invita todavía, en instantes dramáticos acerca de su futuro, a que la percibamos y vivamos como la fuente primera, sutil, delicada, matriz de vida. A nuestro juicio, no es en absoluto fácil responder a esa invitación; demanda de nosotros una concepción no fragmentada del conocimiento y de la naturaleza, para tener la sabiduría y educación que nos permita saber admirar y amar la sutileza e inteligencia que nos prodiga por todos lados.

En palabras premonitorias el Jefe Seattle nos muestra los efectos del dominio y apropiación del hombre de la tierra: "El insaciable apetito del hombre blanco devora la tierra y dejará tras sí sólo un desierto... [desde sus carros de fierro] he visto cómo mata a los búfalos, dejándolos allí, en la pradera... ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre morirá de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurra a los animales


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pronto habrá de ocurrir también al hombre". Se afirmará que, dada la explosión demográfica y la necesaria tecnologización de la sociedad, es ilusorio pensar de tal forma. Pero, tampoco puede ser el caso que, apoyados en dicha tendencia, seamos indiferentes, indolentes e intentemos justificar el rumbo destructivo, sobre el expediente de que "nada podemos ya hacer".

"Porque todas las cosas están relacionadas entre sí", sentencia con sabiduría el Jefe piel roja. Un principio que por muchas décadas olvidaron nuestros sistemas educacionales. Dividieron allí donde era sólo unidad; fragmentaron el conocimiento en dominios independientes y sin relación; produjeron una separación de los sentidos, escindieron el cuerpo de la mente, distinguieron entre trabajo manual e intelectual. Se separó la teoría de la práctica y al hombre de los animales, arguyendo su aparentemente privativa racionalidad. "Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a la familia", reafirma el jefe piel roja.

No se trata, por tanto, de un canto bucólico. Estamos en presencia de una certera premonición, con una vigencia y concreción impresionantes sobre lo que puede ocurrir a la tierra si no tenemos la sabiduría (o hemos sido educados adecuadamente) para su cultivo, conocimiento y goce en unidad, admiración y sentido estético. Pero también se trata del conocimiento que los suwamish’s poseen sobre la logicidad de la red de la vida. Un saber anticipatorio de la ecología, incluyendo el sentido de humanización, comprendido como consanguineidad con la tierra y el resto de los seres vivos. De modo que "si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daríais a cualquier hermano". Los hombres civilizados, por el contrario, transformaron los ríos en grandes receptáculos de sus desechos, hasta destruir muchos de ellos.

A su vez, el profundo sentido religioso de los suwamish’s; su lucidez acerca de la bondad y justicia de la divinidad y lo extraño de las pretensiones del hombre blanco como suponerse poseedor de un particular destino conferido por Dios, amplían el problema de la venta de las tierras a una dimensión ética que alcanza a un sentido superior de existencia.

"El es el Dios de la humanidad y su compasión es igual para el hombre de piel roja que para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su creador. Los hombres blancos también pasarán... Pero aun en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de


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que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial".

Significado que también encontramos en el contraste impactante que establece con la "vida" de la ciudad: "No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el rozar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos ¿y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna?"

La CObERTURa UNIVERSaL DE aCCIóN DE La INTELIgENCIa

"Los límites del alma, por más que procedas,

no lograrías encontrarlosaun cuando recorrieras todos los caminos:

tan hondo tiene su logos".

Heráclito, frag. 45, Diels-Kranz

El pensamiento de Heráclito, expresado en el epígrafe, nos sitúa frente a la extraordinaria complejidad que representa describir las estructuras lógicas, principios de operación y posibilidades de la inteligencia humana. A su vez, el pensamiento transcrito permite encontrar, ya en los orígenes de la filosofía occidental, la idea de que la mente del hombre, o más bien, el hombre mismo, constituye la expresión de un logos insondable que se despliega por el inabarcable Universo.

A este respecto, los modelos explicativos concebidos en las diversas

áreas del conocimiento, representan modos aproximados de comprensión de ese mismo logos y, por la misma razón, constituyen también formas de exposición de la estructura de la inteligencia. Esto implica sostener que las diversas formas de conocimientos aún cuando por tradición y definición


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constituyan dominios fragmentados (especializaciones sin relación) sobre temas aparentemente ‘distintos’ al campo de estudios de la inteligencia, estarían, no obstante, relacionados en la configuración más universal de lo lógico cósmico; y consiguientemente, por el modo cómo dicha organicidad emerge en la lógica humana. En esta dirección, pues, las diversas disciplinas son, a nuestro juicio, espejos de la inteligencia, y su estudio, desde esa perspectiva, ampliaría una enormidad su ámbito de significación.

Importa enfatizar cómo esta conexión entre la vida universal y la inteligencia está presente desde sus orígenes en la cultura oriental, ejemplo de lo cual es la educación del samurai, también en los suwamish’s, y en la formación del propio Lautaro. En ellos se recoge la prolongación de la naturaleza en el cuerpo, como espectro ilimitado de posibilidades y de interconexiones que dan cuenta de la universalidad de la inteligencia, y su ilimitada mayor extensión, a partir de las infinitas formas provistas por el universo y la naturaleza, de las cuales es emergencia.

A partir de esta notable complejidad, pensamos que es posible realizar una aproximación acerca del espectro de adaptabilidad del hombre, de modo que sea factible esbozar un concepto preliminar de inteligencia y, por tanto, disponer de una referencia para pensar en cuál pudiera ser la educación de los timoneles del futuro. Nuestra caracterización intentará, a través de metáforas e imágenes, proveer una síntesis conceptual sobre el universal espectro de acción del hombre, para el cual tenemos que diseñar un nuevo paradigma educativo.

Así, podríamos decir de él que, primigeniamente y por su sola condición de terrícola, es un habitante y navegante espacial, sobre un planeta azul-blanco oceá ni co viajando en dirección a la constelación de Virgo. Pero también trepador de montañas, navegador de ríos pequeños y profundos, transfor mador de paisajes, buceador de las profundidades marinas, brazo metálico penetrando en la mineral roca.

Poeta, transfórmase a través de sus deseos e in tuicio nes proféticas en gota de rocío, crepúsculo, mar, abismo, viento, embriagada medianoche, sensualidad desbordante. Siempre dispuesto a amar y ser amado. Vertiente inagotable de incerti dumbres, ansiedades, esperanzas e ilusiones. Es también, corazón herido, doliente, desgarrado.

Violento, peligroso. Depredador, destructor de redes ecológicas, guerrero devastador. Soberbio, prejuiciado, vil, manipulador humillante. El hombre es


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amenaza trágica y tensa cuerda sobre el porvenir. Aunque con igual fuerza es apaci ble, leal, preservador, cultivador, pacífico, humilde, ecuánime, digno, noble. Un explorador abriendo espacios a la vida y al futuro.

Es también naturaleza, recogida profunda y sagradamente sobre sí misma. Asceta, solitario, pero receloso de la amenazante incomunicabilidad. Temeroso, es esperanza de trascendencia e infinitud. Es sacrificio, proyección mística y sabiduría.

Es muchos rostros y máscaras: alegre, pícaro, embau cador, loco y aventurero. Es todos los hombres y ninguno. Trágico, cómico, lúdico, en una inabarcable metamorfosis de estados variados, sorprendentes e inesperados. Transitorio, finito. Es naturaleza, historia, olvido y aniquilamiento. Es todas las formas y ninguna. Metamórfico y absoluto.

Atravesado a cada instante por millones de subpartícu las venidas desde las profundidades galácticas en procura del espacio infinito, el hombre es también síntesis de lo orgá nico e inorgánico, de materia inanimada y viva. Por doquier en su cuerpo se interpenetran e integran diversidad de elementos físico-químicos, conformando un grado de orga niza ción superior de la materia.

El hombre constituye un lugar de la naturaleza, una región del universo donde toda clase de experiencias pueden intercam biarse y relacionarse. En esos lugares que somos, podemos suponer, la naturaleza se puede mirar y admirar a sí misma en éxtasis fugaz, impúdico, apocalíptico o sagrado.

Así, el hombre es la vida, el universo, en tránsito a través de su propia y poderosa invención cósmica, como meta configuración lógica, fantástica urdimbre cuántica, lumíni ca, molecular, preñada de posibilidades para crecer en variedad adaptativa; para proyectar en nuevas síntesis originales la potencia creativa de la naturaleza.

El hombre puede hacer suyos la vastedad de recursos adaptativos del resto de los seres vivos, ampliando enormemente la variedad de sus instrumentos y estrategias. Puede tener la versatilidad del agua, su transparencia; ser como el fuego, desplazarse con la sutileza de diversos animales, o adoptar sus formas de organización y de sobrevivencia.

El hombre es también sus extensiones tecnológicas o prolongaciones

mecánicas, electrónicas y espaciales de su cuerpo. Potenciado y amplificado


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ahora en la diversidad más amplia concebible de artefactos, mecanismos y configuracio nes complejas de conocimientos, de redes electrónicas y lumínicas de comunicación e información o en ambientes virtuales. Todo lo cual conforma un emergente cuerpo tecnológico prolongado, dotado de la más amplia variedad de sensores remotos y próximos, de sistemas de control y regulación.

Variedad, transformación, metas en número ilimitado caracterizan asimismo, de modo acertado, a este ser multifacético, meta mórfico y universal en sus recursos, que nos recuerda al legendario y notable mito de Proteo. La invitación es, pues, a asumir esta amplificación y nueva realidad del cuerpo humano.

Sin embargo, es afectado ineludiblemente por la tendencia entrópica que la naturaleza conlleva como una de sus determinaciones físicas. Por consiguiente, para sobrevivir necesita generar y buscar a cada instante formas de organización para contrarrestar sus efectos catastróficos. Así y todo, el desorden se desliza por entre las formas de convivencia, confundiendo y destruyendo las expectativas de existencia armónica y apacible. Pero además, abruptamente o con sigilo e implacabilidad, se escurre por entre los componentes y funciones de la propia y formidable metaorganiza ción, para desestabilizarla y aniquilarla finalmente. Así y todo, como sostiene Norbert Wiener:

"Aunque estamos sometidos a una vida tal, que el mundo en su totalidad obedece a la segunda ley de la termodinámi ca, donde la confusión aumenta y el orden disminuye... hay islas, locales y temporales de entropía decreciente... lo que nos induce a asegurar la existencia del progreso... Pero, ¿Qué podemos decir acerca de la batalla entre él y la entropía creciente en el mundo que nos rodea?... En un sentido muy real somos pasajeros náufragos, a la deriva, en un planeta condenado. Pero aun en una catástrofe marítima, el honor y los valores humanos no desaparecen; debemos aprovecharlos hasta el máximo" 43.

A nuestro juicio, esta universal cobertura adaptativa de la inteligencia inspira el concepto de inteligencia propuesto a continuación, a partir del concepto de organización. Sus implicaciones conceptuales y lógicas son múltiples y se verán en los capítulos siguientes.

43 N. Wiener, "Cibernética y Sociedad", Edit. Sudamericana


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Hacia una nueva definición de la Inteligencia

... y no se trata en verdad de los objetos, porque no es la piedra la que está en la mente,

y sí sólo su forma. así, pues, la mente es como la mano,

si la mano es el instrumento de los instrumentos, la inteligencia es la forma de las formas;

y la sensación es la forma de las cosas sensibles".

Aristóteles, "Tratado del Alma"

En el libro "Proteo: Paradigma de la Inteligencia", proponemos de modo preliminar y operativo, que la inteligencia humana sea concebida como una organización adaptativa de procesar información, cuyo rasgo esencial radicaría en que es una organización de organizaciones, una forma de formas, en la expresión de Aristóteles, que puede trabajar sobre cual quier otra organización o cambiar ella misma de estado. Así, entre muchas otras posibilidades de acción como las recién mencionadas, el ser humano puede reír, amar, llorar, cantar, relacionar, combinar formas, calcular, concebir mundos futuros, crear universos axiomáti cos, destruir, construir, analizar, describir las más variadas organizaciones, diseñar otras o autodestruirse.

Se propone igualmente, siempre de modo preliminar, llamar a esta

organización de organizaciones, la inteligencia, una metaorganización, utilizando el vocablo griego meta que significa "lo que está detrás de, o más allá de...", lo cual permite describir su poder para penetrar en las formas o intentar develar las estructuras de organiza ción de toda clase de objetos y seres. El prefijo utilizado permite, asimismo, caracterizar los niveles u órdenes de complejidad lógica que ha de poseer una organización con este rango.

Además, se trataría de una metaorganización universal, dado el amplísimo espectro de acciones que puede ejecutar; por cuanto, no sólo se reconoce a sí misma como una clase de orga nización, sino que también puede reconocer y des cifrar otras entidades existentes o posibles, o quedar perpleja y reconocerlas como indescifrables o insolubles. También la noción expresa el hecho de que una organización como el cuerpo humano contiene una enorme variedad de


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principios físicos y de orden lógico pertenecientes a la naturaleza y el cosmos, lo cual sería otra forma de la universalidad de que es depositaria la inteligencia. Esto, a su vez, permite concebirla como un paradigma universal de organización. Así, pues, proponemos definir la inteligencia, preliminarmente, como una Metaorganización Universal.

Nos parece que aplicar el concepto de organización a la inteligencia, tiene la indudable ventaja educativa y metodológica de despojarla de su carácter privativo, misterioso, indescifrable; así como de toda resonancia psicológica o ideológica, situándola en un rango eminentemente estructural. Una organización que de modo progresivo está siendo descrita y comprendida en su funcionamiento. Condición necesaria para generar una efectiva estrategia pedagógica para facilitar su evolución, su proyección social y tecnológica futura.

La definición propuesta tiene carácter opera cional. Está pensada no sólo en relación con un programa para su desarro llo, sino además en conexión con las perspec ti vas que ofrece para diseñar a partir de ella mode los viables en el campo de la Inteligencia Artifi cial, sistemas inteligentes o sistemas de comunicación y de procesamiento de la información; aplicables al más amplio espectro de materias y a la solución de variados tipos de problemas. Así, la educación se conec ta con una de las tecnologías que está produciendo el mayor im pacto en la sociedad del futuro.

Otra alternativa de expresar la definición sería sustituir el prefijo meta, de modo que la expresión fuera transorganización universal; lo cual sin alterar el sentido del concepto propuesto, enfatizaría sin embargo su propiedad de estar en tránsito a..., o capacidad de transformación permanente del hombre. No obstante que este énfasis esta comprendido en el vocablo meta tal cual lo he introducido, la sugerencia es atrayente y, en el contexto esbozado, podría ser utilizada indistintamente.

En todo caso, en mi libro "Proteo" se hace una extensa fundamentación de

la naturaleza metamórfica de la inteligencia. En lo pertinente se sostiene allí de modo analógico que, la potencia de las facultades del mítico dios Proteo y su conocimiento de las ilimitadas formas de la naturaleza, le convierten en el ser que mejor ejemplifica las propiedades de la inteligencia, según el concepto aquí introducido. "Proteo -según cuenta Virgilio- no echa en olvido sus astucias, y empieza a transformarse en todo género de cosas maravillosas. Se hace fuego, bestia horrible, agua corriente... multiplicándose en distintas metamorfosis" 44.

44 Virgilio, "Las geórgicas".


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El dios metamórfico tiene pues la propiedad de penetrar en las estructuras, cualesquiera sean; como también el recurso de manejar a voluntad el universo de las formas, trascendiéndolas, transmutándose en ellas, aunque conservando su primigenia figura, no obstante las sucesivas y variadas transfiguraciones por las cuales atraviesa. La posibilidad de combinar y recombinar formas y pasar por sucesivos estados diferentes es, a nuestro juicio, talvez una de las propiedades esenciales de la inteligencia humana que hemos querido caracterizar con la expresión metaorganización universal.

La dimensión o configuración meta

Podríamos decir que una definición consistente acerca de qué caracteriza principalmente a una metaorganización, nos pone en camino de resolver problemas tales como definir una estrategia de formación para los timoneles del futuro y, correspondientemente, dado el rango paradigmático de la estructura de la inteligencia, diseñar también una plataforma tecnológica y organizacional de anticipación. De paso, permite establecer un puente programático para abordar el diseño de software experto y avanzar en el mismo desafío de la Inteligencia Artificial.

A este respecto, pensamos que una contribución fundamental para esclarecer el rango o dimensión meta es la propuesta por Aristóteles, cuando en su Metafísica nos propone que el pensamiento es el pensamiento del pensamiento, concepto que, con diversos matices, ha servido posteriormente para caracterizar a dicho nivel estructural en sus diversas aplicaciones (metaciencia, metalenguaje, metasistema, etc.). A nuestro juicio, la concordante especificación por Aristóteles del intelecto como forma de formas, sintetiza de manera precisa, la posibilidad de caracterizar la clase de lógica organizacional de la entidad en cuestión.

Una interpretación frecuente de lo afirmado por el filósofo es que la referencia apunta más bien a una función intelectiva; al modo como, por ejemplo, en la actualidad se hace referencia a la metacognición como una función del mismo tipo. En cualquier caso, nos parece, podemos ampliar el alcance de la definición aristotélica de manera que la dimensión meta es, en rigor, la definición organizacional (o lógica) de la entidad entera; cuyas estructuras, principios de funcionamiento y lógica de adaptabilidad tienen como arquitectura lógica, precisamente la estructura de la clase forma de formas.


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En realidad, no puede ser de otra manera; difícilmente podría concebirse que uno cualquiera de los componentes o estructuras del cuerpo humano pudiera no tener el nivel meta. El mismo Aristóteles sostiene el principio cuando afirma en su Tratado de la Psykhé 45 que: "no es menos cierto que en cada una de las partes se hallan todas las partes de la psykhé y que cada una de éstas es de la misma especie que las demás y que la psykhé total, como si cada parte de la psykhé no fuera separable de las demás, por más que la psykhé toda sea divisible..."46, razón por la cual "procede aplicar a la totalidad del cuerpo viviente lo que se aplica a las partes" 47. Principio hologramático (en la expresión de Edgar Morin) o de recursividad, confirmado por la genética, cuando se sostiene que cada célula contiene el plano arquitectónico y evolutivo de todo el cuerpo, constituyéndose así, en una de las características estructurales de una entidad de rango meta.

El filósofo de Estagira destaca, asimismo, la propiedad, también meta, por la cual "en relación con todos los sentidos en general ha de entenderse que sentido es la facultad capaz de recibir las formas sensibles sin la materia, al modo en que la cera recibe la marca del anillo sin el hierro ni el oro..."48. Y agrega: "el intelecto ha de ser capaz de recibir la forma, es decir, ha de ser en potencia tal como la forma, pero sin ser ella misma... por lo tanto dicen bien los que dicen que la psykhé es el lugar de las formas" 49. Es decir, pensado desde la tecnología actual, estamos en presencia de una máquina que trabaja con sistemas de codificación, formas, abstracciones, procesos lógicos o de resolución de problemas, que son también formas de formas o máquinas lógicas.

Asimismo, en el intento por especificar qué complejidad tenemos en una organización de carácter meta, debemos señalar su propiedad metamórfica, esto es, la de cambiar de forma sin cambiar de forma. Para el caso de la mente y de cualquier entidad de rango meta, esto significa que en los hechos, no obstante el movimiento y cambio adaptativo implicados en cualquier actividad que realice la entidad, como modificación o cambio de posición, actitud, comportamiento,

45 Con frecuencia se traduce el vocablo griego ψυχη, o psykhé, por alma. A nuestro juicio, considerando que este concepto está asociado a una representación religiosa posterior, y teniendo presente la definida perspectiva lógica de Aristóteles, nos parece que su traducción mas bien está definitivamente próxima a la noción de mente o inteligencia; siendo el énfasis, principalmente, el de una fenomenología de la psykhé que, como el mismo la define, "es la entelequia primera (ciencia, conocimiento y la propiedad de teorizar) de un cuerpo natural organizado" [412b, 5]. Pensamos, pues, que talvez sería más consistente no traducir el término en cuestión, para ser fiel a la profunda inclinación lógica de Aristóteles, maestro de las formas. N. del A.

46 Tratado de la Psykhé, 411b, 2547 Idem. 412b, 2048 Idem, 424a, 1549 Idem, 429a, 1025


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estrategia, etc., la arquitectura lógica básica es la misma, con la versatilidad para operar formas, procesos o hechos, también en movimiento y cambiantes permanentemente. Sin olvidar la posibilidad de que un cuerpo bioelectrónico o lumínico pueda tener en el futuro la propiedad de metamorfosearse físicamente, como se anuncia en la Máquina Proteo.

A su vez, en esta aproximación preliminar acerca de lo que entendemos por una entidad con este nivel de complejidad, cabe resaltar la muy importante propiedad de la retroalimentación ubicua, esto es, que el sistema de ajuste, corrección y evaluación de procesos, acciones, etc., debe estar en cada mecanismo, estructura y sistema total. Por lo cual, además, en sentido estricto, un mecanismo de la inteligencia es un metamecanismo, siguiendo el principio hologramático antes mencionado. A este respecto, es interesante considerar cómo la retroalimentación ubicua puede ser una condición esencial para la emergencia del yo, acaso sino parte importante para su definición en cuanto tal. Ello, porque la entidad puede adquirir conciencia de sí misma, sólo en tanto su vasto sistema sensorio está conectado a toda eventual salida o acción y a la lógica de proceso correspondiente.

Aún otros aspectos, que nos interesa destacar en relación con cuales podrían ser las características principales de la dimensión meta, serían también: la gobernabilidad y, consiguientemente, la lógica de adaptabilidad de la entidad correspondiente. Lo cual, a su vez, nos remite al sistema de proceso de variables y de información de la máquina, considerando, desde luego, la lógica de control, regulación, sistema de comunicación, modelización, etc. en una enumeración de metamecanismos hologramá-ticos e interrelacionados que configuran la definición de la organización.

Asimismo, no hemos de perder de vista el coafinamiento máquina-medio. Esto es, la definición de la característica estructural de la máquina en relación con su ambiente primero. Así, los peces, los pájaros, el mismo hombre, están diseñados para satisfacer el necesario coafinamiento con el medio en el cual han de sobrevivir, lo que define ciertamente la lógica de adaptabilidad correspondiente. La cual, a su vez, comprende la compleja arquitectura matemática y geométrica de la entidad, coafinada con la similar dimensión de la naturaleza y el cosmos. "Sólo lo semejante conoce lo semejante", afirmaba Platón.

A su vez, la contribución oriental sobre el conocimiento del cuerpo, de la mente y de la relación con la naturaleza, expresada en las técnicas de meditación, tanto como en la ejercitación del cuerpo, constituyen, en nuestro concepto,


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el despliegue programado de técnicas metacognitivas, talvez no posibles de encontrar en otra cultura con tan sutiles formas de percepción y de comprensión de la dimensión meta. Podríamos decirlo de esta manera, si hay una estrategia educativa para el desarrollo planificado del rango meta de la inteligencia, ella es, sin duda, la sabiduría oriental referida a la meditación. Con más detalle este aspecto es considerado en la configuración "Estrategias de Adaptabilidad".

En esta dirección, entidades de rango meta, con grados de sofisticación organizacional y adaptativos variables y diferentes, son pues, todos los seres vivos, plantas, modos de la naturaleza, así como el complejo unificado de energía-materia-información-logicidad, presente en cada momento de la vida cósmica.

De modo que, en sentido estricto una estrategia, ya no sólo metacognitiva, sino que apunte al despliegue universal y total de la entidad, ha de hacerse cargo de las propiedades antes mencionadas, y todas aquellas que hayan sido descritas o puedan describirse en relación con la lógica de operación de la inteligencia, en sus más variadas manifestaciones.

aprendizaje en ambientes electrónicos inteligentes

En la actualidad los ambientes tecnológicos van en la dirección de ser inteligentes; así redes "neuronales" de comunicación interconectan el globo en todas direcciones; los diversos software de aplicaciones incorporan cada vez más funciones lógicas constituyéndose en microsistemas inteligentes; los edificios, los sistemas de detección y de análisis, tecnologías médicas y de exploración espacial, incorporan estructuras lógicas del cuerpo humano o de otros seres vivos como recursos adaptativos, funcionales o lógicos.

En muchos sentidos, pues, los ambientes tecnológico-culturales están hechos a imagen y semejanza de la inteligencia, reproduciendo tanto sus virtudes como sus defectos. Lo interesante en este punto es que, observando el medio tecnológico, podemos descubrir poderosas propiedades de la mente, al tiempo que nos aproximamos a comprender la estructura lógica de tales ambientes y su importancia en el proceso de facilitar o no el desarrollo de la inteligencia. Por ejemplo, en torno al tema del conocimiento, los ambientes electrónicos permiten el despliegue de la ubicuidad de la información, su carácter transdisciplinario y


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la propiedad universal de las formas; por tanto, su multiaplicabilidad, en tanto posibilidad de traducirlas a diversos códigos, lenguajes y modos de expresión. Todo lo cual es por entero contrario a la división del conocimiento en dominios independientes y sin relación que, sin embargo, constituye el fundamento de la educación tradicional.

Una de las características esenciales del medio cultural electrónico es que la comunidad se constituye en una instancia de continuo aprendizaje, sin diferencias de edad, accediéndose, más menos, a la misma información. Todos aprendiendo en el cambio y de las proyecciones tecnológicas del conocimiento en toda clase de máquinas, innovaciones, procedimientos y combinación creativa de medios e intuiciones estéticas. Es una nueva clase de aprendizaje fundado en el espíritu exploratorio del hombre, en el modo de la entretención, desarrollando notablemente la capacidad indagatoria de las personas.

En cierta forma, las expectativas de aprendizaje están por todas partes. Aprendemos de otras culturas a través de la música, de sus productos de exportación, de los requerimientos de calidad exigidos, de sus estrategias de crecimiento, de sus modos de persuasión. Aprendemos también de la arquitectura del futuro a través del cine; de posibles nuevas tecnologías sugeridas por los efectos especiales, o también de los escenarios preocupantes a que nos puede conducir el avance científico-tecnológico y las posibilidades de manipulación de la ingeniería genética.

Se trata, pues, de una cobertura de aprendizaje extraordinariamente versátil que abarca una amplia gama de estilos cognoscitivos y de comportamiento. Una ampliación casi ilimitada del campo de percepción de cada persona, y también de sus estados de conciencia y de experiencia; una supresión cada vez más acelerada de las fronteras y límites del conocimiento en procura de visiones unificadas, holísticas de la realidad.

La tecnología electrónica termina con la discontinuidad entre pensamiento y acción. Al operar un procesador electrónico necesitamos estructurar una lógica de exploración e ingresar a una reunificación de medios, extensiones a su vez de los diversos sentidos y formas sensorias tecnológicas; de la misma manera, se ingresa a un ambiente permanente de diseño, de modelamiento, de simulación de procesos de prueba y de retroalimentación ubicua de todo cuanto se hace o se piensa. En realidad, prácticamente todos los procesos lógicos y operativos se ponen en acción de modo unificado en los ambientes electrónicos.


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Además, toda una reorganización de la experiencia, de las emociones y sensaciones, resultado de asumir y proyectar la propiedad metamórfica primigenia de la inteligencia; enriquecida ahora con el ambiente de campo unificado, propio de la energía electromagnética convertida ahora en lógica electrónica, y transformada en entretención, control, regulación y variedad comunicativa. La razón consiste en que, como hemos argumentado desde Mc Luhan, esta tecnología despliega las propiedades del cuerpo y, por decirlo así, la riqueza de dentro es puesta afuera como ambiente cultural. De modo que hay continuidad, un cordón umbilical poderoso, entre el hombre y su entorno tecnológico.

Desde esta perspectiva, debemos tener presente que la cantidad de información, absorbida por niños y jóvenes, es extraordinariamente más alta que la proporcionada por el libro o por la escuela. La ventaja de este hecho, para el proceso pedagógico, es que el trasfondo de información manejado por el estudiante puede enriquecer o ampliar cualquier actividad diseñada en el aula de clases; abriendo nuevos cursos al pensamiento y proveyendo nuevas formas de combinación de estructuras y de medios para su implementación. A este respecto, las redes informáticas mundiales se han convertido en maestros de gran potencia y extensión. La televisión, por ejemplo, ha dado origen a lo que podríamos llamar pedagogía lumínica; un nuevo tipo de educador.

Naturalmente, la descripción que hemos hechos nos conduce a la pregunta y problema: ¿Cuál puede ser el destino o rol del educador tradicional, frente a esta nueva clase de pedagogía que emerge de los ambientes ciberelectrónicos?

En un intento preliminar de respuesta, hemos de considerar: primero, algo que podría considerarse nada de alentador, prepararse para desaparecer y nacer de nuevo. No se trata de una paradoja, sino de la tarea, por parte del educador, de producir una metamorfosis profunda de su ser, pensar, actuar y sentir, como si hubiese sido alcanzado por la espada maravillosa de doble filo que mata y vivifica. Necesita comprender el nuevo medio, su lenguaje; hacerse cargo que los medios despliegan una lógica con entera independencia del contenido. Requiere también aproximarse a la comprensión de la reorganización sensorial, emotiva y estética provocada por el medio electrónico en el niño. Asimismo, debe asumir que él mismo ingresa a un mundo de continuo aprendizaje en el cual la información está a disposición de todos, en un ambiente informático donde ya no son suficientes el dominio de algún ‘tema’ ni el manejo unidimensional de una metodología. Ha de reconocer que la información es transdisciplinaria, con multiplicidad de aplicaciones posibles, depositaria además de una dimensión estética... entre otras muchas determinaciones nuevas que demandarán de él un sentido estratégico,


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artístico, versátil, metamórfico, para operar en los nuevos ambientes culturales multidimensionales, de fascinación, pero también de entropía crecientes.

En este sentido, podría suponerse que, si sólo pensamos en el hechizo y entretención que deparan las redes globales de comunicación y las tecnologías de procesamiento computarizado de la información (como si éstas fueran lo decisivo en términos del ambiente en el cual han de adaptarse los nuevos navegantes), entonces prácticamente no se necesitaría de un programa educativo. En realidad, las nuevas generaciones tienen un manejo casi natural de estas tecnologías, razón por la cual sólo se necesitaría que el mayor número posible de niños y jóvenes tuviesen acceso expedito a su uso. Sin embargo, y por otra parte, es del todo insoslayable tener presente que el ciberespacio, con toda su impactante realidad, constituye sólo otra dimensión en la cual los hombres podrán relacionarse. En realidad, otras múltiples variables y problemas configuran un complejísimo, agitado, impredecible, preocupante, esperanzador e ilimitado trasfondo oceánico en el cual los nuevos timoneles habrán de realizar su travesía, requiriendo para el efecto de una rigurosa y disciplinada formación. Una especificación de dicha complejidad permite definir los prerrequisitos de un programa educativo para adaptarse, crecer, desarrollarse y formar parte de algún destino común; talvez promisorio o lleno de vicisitudes, como tripulantes de la cosmonave terrígena.

Los momentos de grato esparcimiento y deleite que podemos experienciar

navegando por el ciberespacio, ocultan dramáticos destinos, anunciados desde hace mucho por las intuiciones de la ciencia ficción y que muy probablemente los cibernavegantes podrían llegar a vivir en las primeras décadas del Tercer Milenio.

Es más, la torre de marfil que hasta el presente representa la educación, en el sentido de haber sido pensada como un ambiente casi profiláctico, para evitar ser contaminado con la espúrea realidad, no haciéndose cargo de la tendencia al desorden social, político, económico, ecológico e incluso cultural en progreso, ya no resiste la incontenible irrupción de la porfiada y nada grata realidad de los problemas acuciantes de la humanidad.

En magníficas y dramáticas visiones podemos acceder a la imaginación

de mundos catastróficos, desalentadores, en los cuales el control electrónico adquiere una temible importancia, como ocurre en "1984" de George Orwell, o también las consecuencias dramáticas de una sala de juegos virtual, pensada por Ray Bradbury en el cuento La Pradera. Un futuro no menos inquietante que


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el mundo organizado mediante manipulación genética, con seres prediseñados para funciones específicas, concebido por Aldous Huxley en "Un Mundo feliz"; o el aciago destino de los seres humanos, producto de la robotización, previsto por los hermanos Capek, en la obra "Robots Universalis Rossum [R.U.R.]", amén del amenazante "Neuromante" de William Gibson.

En efecto, muchos de los mundos posibles concebidos a través de la ciencia-ficción empiezan a anunciar sus inquietantes consecuencias. También muchas de las tecnologías más adelantadas, concebidas por estos geniales profetas, empiezan a tener su fase de concreción. Y ello por el simple expediente de que sus autores se basaron en una muy consistente reflexión acerca de las proyecciones del conocimiento científico de su época y de la condición humana. No obstante, es claro que en la actualidad nadie duda ya de las posibilidades creativas alcanzadas por la humana especie, que podrán llevarle por insospechados, esperanzadores, pero al mismo tiempo amenazadores mundos futuros posibles.

A su vez, diversas variables, tales como la destrucción de ecosistemas, la explosión demográfica, el aumento de la miseria, los conflictos armados, el agotamiento de los recursos naturales, las variaciones inquietantes del clima, el incremento del consumo de drogas y estupefacientes; la situación de confusión, la carencia de horizontes y de expectativas para grandes sectores de la población en diversas latitudes de la cosmonave Tierra; también el desaliento, la soledad, la extrema transitoriedad de las relaciones afectivas, configuran, entre muchas otras variables, los inquietantes mares en los cuales habrán de conducir sus propias naves las nuevas generaciones.

La educación de los timoneles del futuro, por tanto, ha de incluir necesariamente el estudio de esta compleja variedad. De manera que, así como Lautaro debió formarse para combatir y tener alguna expectativa de éxito frente a la macroperturbación externa que amenazaba su pueblo; o como el oriental adiestra su mente y su cuerpo para alcanzar el pleno gobierno del agitado yo, uniéndolo así a la vida universal; o de igual forma que el bello sentido de comunión con la naturaleza logrado por los suwamish’s; de similar manera, los cibernéticos del presente, aprendiendo también de estas estrategias educativas, han de preparar a sus hijos para mundos imprevisibles, agobiantes, esperanzadores y talvez de dramática confrontación, para lograr una sobrevivencia siquiera primaria en un ambiente que, sin embargo, tendrá como una de sus propiedades más envolventes, el embrujo virtual.


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Pero también, al igual que con ligero vuelo, los timoneles del porvenir han de poder elevarse a los niveles de la creación poética y refinada sensibilidad, habrán de tener la textura y el temple suficientes para el rigor y la necesidad; así como el control para operar en situaciones de adversidad, con el dominio de sí mismos sobre la vastedad de sus deseos, veleidades, vanidades y egoísmos que conforman el agitado océano interior y el no menos proceloso de la sociedad humana.


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Cuarta Parte



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EN EL UMbRaL DE UN DESaFíO aLUCINaNTE

"Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.

Engrandécela y ella te engrandecerá.Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.

adorno de gracia dará a tu cabeza;corona de hermosura te entregará"

[Proverbios, 4:7-9]

En aspectos esenciales, la solución de los problemas económico-sociales, políticos y culturales, tanto como del proceso de modernización nacional, o aquellos derivados de los profundos cambios tecnológico-culturales en curso, plantean la necesidad de generar un modelo o paradigma organizacional, lo más universal posible, que se constituya en plataforma de acción futurista para una sólida estrategia de crecimiento y mejoramiento de la calidad de vida. Presentamos aquí una proposición de respuesta tentativa, orientada a ofrecer una nueva visión paradigmática de lo que hemos llamado Plataforma para el Futuro o Programa Proteo.

Una inspirada metáfora

Para un desafío de transformación tan impresionante y complejo como el anunciado por el ciberespacio, nos parece que una metáfora cultural, tecnológica y existencial nos puede servir de guía y brújula para no extraviar en esta travesía. A su vez, si bien la transformación cibernética más insospechada se producirá de todas maneras, será necesaria, particularmente en países de precario desarrollo, concebir e implementar una plataforma de despegue, suficientemente versátil y poderosa, para evitar los efectos no deseados o catastróficos que todo cambio profundo produce en los sistemas en proceso de transmutación.

En nuestra propuesta el antecedente tecnológico para la metáfora lo encontramos en la Máquina-Ambiente Proteo50; misma que se funda en el clásico mito correspondiente. Como se recordará, Proteo "recorría el vasto 50 Ver Capítulo "El Ciberespacio y la Máquina Proteo"


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mar en carruaje tirado por corceles de dos pies, mitad peces, mitad caballos, como adivino lo conocía todo: el presente, el pasado y las cosas futuras de más lento llegar... no echando en olvido sus astucias transformábase en todo género de cosas maravillosas. Se convertía en fuego, bestia horrible, agua corriente... multiplicándose en distintas metamorfosis..." 51.

Infinito en recursos, las cualidades metamórficas de Proteo nos recuerdan la versatilidad y cobertura prácticamente universal de la inteligencia humana; la variedad ilimitada de estados posibles por los cuales puede atravesar, las modificaciones continuas y permanentes que enfrenta a diario. Asimismo, nos muestra el modo cómo en ella se despliega la amplia diversidad de principios y estructuras de la naturaleza, de la cual ella misma y el cuerpo son extensiones. En muchos sentidos, pues, se trata de la vida universal desplegándose a través de la estructura metamórfica y multidimensional del cuerpo humano.

Esta variedad ilimitada de estados y de procesos cambiantes de la naturaleza o creados por el hombre, se prolongan y potencian ahora, también ilimitadamente, en la interconexión global de computadores: la nueva matriz proteica, cuyas configuraciones de enlaces y de contenidos fluyen en todas direcciones como movimientos de información y de procesos cambiando continuamente; originando un megasistema de comunicación, que amplifica de manera tecnológica las propiedades metamórficas de Proteo y de la misma inteligencia.

A este respecto, es importante resaltar cómo los mitos constituyen una extraordinaria fuente de inspiración, al tiempo que una formidable síntesis de visiones paradigmáticas acerca del hombre y la Naturaleza. En este sentido, y dado el carácter mítico de los ambientes tecnológicos -en cuanto cada nuevo salto de invención nos abre un sinnúmero de puertas para proyectar la imaginación a partir, precisamente, de visiones proféticas-, es que nos permitimos articular de la forma propuesta y de modo mitológico, diversos avances científico-tecnológicos. Más aún cuando facilita revivir la magnífica imagen de Proteo, a partir de una nueva forma de navegación, en un océano, medio y escenario, propicios para una también nueva y singular travesía; con el mérito de hacerlo en una época en la que no pareciera posible la emergencia de visiones con estas características.

La metáfora se funda como adelantáramos, en la emergente dimensión del

51 Virgilio, "Las geórgicas". Un desarrollo más extenso del mito se encuentra en mi libro "Proteo, Paradigma de la Inteligencia".


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hombre en tanto cuerpo tecnológicamente prolongado, viajando desde una dimensión real a una virtual, en una u otra dirección, en un universo de máquinas lógicas interconectadas, a partir de una matriz electrónica y virtual, encantada e inquietante, cuya navegación demanda un amplio espectro de estrategias, tecnologías, organización, así como una exigente formación cibereducativa.

En cierta forma ya somos actores de este épico viaje, iniciado desde hace algún tiempo, sin siquiera darnos cuenta del tipo de navío ni la clase de exploración que realizamos. Sin embargo, parece llegado el tiempo de afinar nuestra percepción para visualizar de mejor manera cómo es nuestra nave, su potencia y cobertura de navegación; y cómo deberíamos prepararnos para intentar mejor gobernarla; además de la necesidad de concebir escenarios acerca de lo qué podrían depararnos los próximos puertos.

En principio, la vemos como una quimérica cibernave, una neuroelectronave, depositaria de innúmeras formas y con las características de la inteligencia humana; es también lumínica, bioelectrónica; comprende todo el globo y los módulos satelitales que le rodean. Cambia de forma permanentemente. Es una metáfora viva del diálogo humano: un diálogo global entre hombres y hombres, entre hombres y máquinas, y entre máquinas y máquinas. Cada vez se rehace, adquiriendo diversas formas originadas en apartados y próximos rincones de la Tierra. En sí misma la cibernave constituye un diálogo con la imaginación, las artes, las ciencias, el proceso productivo, los mercados internacionales, el deporte; presentándose también como la expresión de múltiples proyectos individuales, fluyendo en diversas direcciones con insospechados destinos, distancias y propósitos.

Como se puede apreciar, no sólo se requiere de una metáfora que nos permita visualizar el horizonte de cuestiones y escenarios por venir, sino, además, de un sistema de referencia conceptual y metodológico con la fuerza suficiente para organizar nuestra experiencia existencial, conocimientos y tecnologías, que nos faculte aproximarnos a la intuición esencial del arte y la sabiduría, con el esclarecido y firme propósito de preservar las formas de vida sobre el planeta

Con la tecnología de realidad virtual, el programa de Inteligencia Artificial y la descripción del genoma humano entre muchos otros avances científicos, nuestra nave se acerca con rapidez a su transmutación en nave y océano al mismo tiempo. En el espectáculo entero, en la naciente Máquina-Ambiente Proteo: el ciberespacio. El mito de Proteo redivivo, reencarnado, ahora en ambientes tecnológicos y como poder compartido en manos del hombre y de las máquinas.


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Una nueva dimensión, un nuevo navío, y una poderosa metáfora para el nuevo periplo de la humana especie.

Se trata, pues, de un desafío cuya respuesta ha de cubrir prácticamente todos los aspectos de la vida en el planeta: reestructuración de nuestra lógica, sensibilidad y formas de sentimiento; creación de una estrategia organizacional, tecnológica y educativa, anticipatoria de los probables escenarios del ciberespacio; participación en programas globales para la preservación de la vida en la cosmonave terrígena; entre innúmeras otras variables, decisivas de mantener para evitar un naufragio catastrófico; desafíos que, además, tienen la imperativa impronta de exigir un nuevo programa educativo para la nueva dimensión de existencia.

búsqueda de un paradigma de organización

A nuestro juicio, los desafíos y tareas comprendidas en el diseño e implementación de un nuevo paradigma y metáfora cultural, exigen integrar el mayor número de variables en una estructura organizacional viable y operativa: una Plataforma para el Futuro o Programa Proteo, expresión, a su vez, de un paradigma de organización lo más universal posible.

algunos principios metodológicos

La estructura de un tal paradigma ha de satisfacer la Ley del Requisito de Variedad de W. Ross Ashby52, la cual, expresada un poco libremente, sostiene que la organización tiene que poseer la riqueza estructural y funcional necesaria, para propender a manejar su propia complejidad, cuanto la variedad comprendida en el operar del sistema. En realidad, sólo de esta forma podrían satisfacerse los requerimientos organizacionales y de desarrollo que implica regular y orientar la compleja variedad que ha de enfrentar cualquier estrategia de crecimiento, modelo educativo y los cibernavegantes. De lo contrario, si el sistema diseñado no comprende las variables esenciales a tener presentes, ni posee la estructura para operar dicha variedad, quedará por debajo de la complejidad; siendo su funcionamiento defectuoso o francamente insuficiente.

52 W. Ross Ashby: en "Introducción a la Cibernética" y "Proyecto para un Cerebro"

En todo caso, es necesario precisar: la pretensión de alcanzar la mayor variedad sistémica en cuanto sistema regulador, constituye más bien un objetivo deseable, antes que una posibilidad efectiva de alcanzarle. Ello por cuanto, dado el carácter finito del hombre y la enorme hipercomplejidad del entorno, nunca podría operarse un control absoluto, ni tampoco podría pretenderse regular por completo, ni la variedad interna ni la externa. Razón por la cual siempre estaremos más próximos de la tendencia entrópica que de una supervivencia de las organizaciones. Lo cual, en todo caso, no menoscaba el decisivo valor metodológico de la proposición de Ross Ashby.

Habida cuenta de esta restricción, nos parece que el modelo ha de poseer, además, la propiedad de recursividad organizacional; esto es, cada una de sus funciones, actividades o estructuras, debe contener similar estructura organizacional que la correspondiente al paradigma global. Esto permite originar un ambiente ubicuo en el cual, la logicidad y propósitos globales del paradigma, estén presentes en todas y cada una de las funciones y actividades del sistema así diseñado. Ambas determinaciones darían su impronta holística al modelo.

Otro principio básico demanda que el sistema regulador debe reducir variedad o amplificar la capacidad reguladora; siempre reconociendo que tal cobertura se da dentro de límites, con frecuencia insalvables para la organización. Esta reducción o amplificación puede ser hecha, por ejemplo, a través del expediente de una mejor preparación de las personas o mediante la incorporación de tecnología para reducir el tiempo de ejecución de determinadas tareas. De este modo, se puede reducir parte de la complejidad y de la tendencia ineluctable de la organización al desorden. Tendencia, por cierto, constitutiva de otro principio esencial a tener presente en el diseño y operación de cualquier sistema de organización.

Desde otra perspectiva, las diversas tareas de modernización son interdependientes; por consiguiente, requieren de una estructura organizacional unificada, de tal modo que el poder efectivo de respuesta sea lo suficientemente versátil y universal como para manejar la propia complejidad y variedad, en conexión con la cambiante diversidad del entorno; función de la plataforma del porvenir, una condición estructural u organizacional también insoslayable.

En tal sentido podemos expresar la Ley de Ashby, para diseñar la plataforma para el futuro y consiguientemente la educación, en los siguientes términos: si el modelo implementado no posee la riqueza organizacional

indispensable para enfrentar la complejidad en aumento progresivo, el proceso de modernización global, tanto como el pedagógico quedarán, ineluctablemente, por debajo de la complejidad, desfasados del proceso de innovación tecnológica y convertidos en variables que inhibirán el cambio y la modernización, antes que los estimulen.

El punto es de extrema importancia por cuanto exige que tanto la Plataforma para el Futuro, cuanto el sistema educacional, han de ser en lo esencial coincidentes, y expresión de un paradigma organizacional de la mayor universalidad; cuyo aprendizaje, operación y empleo permitan prever el espectro de aplicaciones que eventuales escenarios futuros pudieran demandar. Considerando, desde luego, nuestras serias limitaciones para predecir o concebir qué tipos de tendencias organizacionales y culturales pudieran explosionarse en las próximas décadas.

A nuestro juicio, pues, sólo la posesión de un paradigma poderoso permitirá preconfigurar el nivel de complejidad estructural de la plataforma de anticipación, así como la definición programática para educar a los cibernavegantes; facilitando disponer de una metodología para evaluar cualquier propuesta de desarrollo.

Interrogantes orientadoras

En esta dirección, pues, será necesario responder al menos las siguientes interrogantes:

¿Disponemos en la actualidad de un modelo o paradigma de organización con el cual sea posible, no sólo pensar y articular programáticamente las diversas funciones y entramado organizacional de la comunidad, sino también nos permita diseñar el navío pedagógico para la nueva forma de navegación humana?

Si es así,

¿Cuál habrá de ser la estructura y lógica de operación de un sistema así fundado, que permita, p. ej., transformar la educación en variable estratégica para el crecimiento de una país?

La respuesta a la primera interrogante, buscada infructuosamente por largo tiempo, está frente a nuestros ojos y es de una sorprendente obviedad: el cuerpo


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humano puede ser considerado, preliminarmente, el paradigma de organización por excelencia. Ya que de tal estructura emerge, es extensión y constituye su fundamento, la poderosa configuración lógica que controla, regula, coordina los cientos de millones de células, tejidos, órganos y sistemas de órganos del cuerpo. Además procesa las variaciones del entorno, permitiendo reaccionar frente a las perturbaciones que se suceden a un ritmo cada vez más rápido; también planifica, modifica el medio, concibe escenarios futuros; potencia sus sentidos, su sistema motor y mente mediante prótesis tecnológicas electrónicas, mecánicas, lógicas y de conocimientos.

A dicha metaconfiguración lógica denominamos también inteligencia; como se puede apreciar su alcance es, con mucho, mayor que su sola consideración como una función intelectiva. En esta mayor extensión del concepto, la inteligencia constituye la arquitectura lógica que sostiene y proyecta a toda la organización. En este sentido, a nuestro juicio, podemos tener un vía para resolver las dicotomías mente-cuerpo, haciéndonos cargo de cómo la inteligencia es también urdimbre del soporte físico del cuerpo. En realidad, no puede ser de otro modo, por cuanto esta estructura lógica comprende, como momentos suyos, los complejos sistemas de proceso de la información, y la multiplicidad de mecanismos y estructuras de funcionamiento del cuerpo.

Es importante enfatizar que muchos de tales mecanismos han sido recreados o aplicados a un amplísimo espectro de sistemas, funciones y actividades. Esta cobertura de aplicación, llamada las extensiones tecnológicas del cuerpo y de la inteligencia, constituye una de las fuentes principales de inspiración en el proceso de invención tecnológica. Las comunicaciones y el procesamiento computarizado de la información, en tanto amplificaciones electrónicas del cerebro y sistema nervioso central, representan ejemplos de esta omniabarcante tendencia como redes bioelectrónicas, neuronales, cubriendo la aldea global, de un extremo a otro y en sus diferentes niveles; también la automatización de procesos productivos; el diseño de diversos softwares de aplicación hechos a imagen y semejanza del modo como el hombre ejecuta determinados procesos o acciones; todo ello configura la importancia y poder aplicados que poseen tales recursos lógicos y adaptativos del cuerpo humano. Y consiguientemente, se reafirma la idea de éste como un modelo tentativo con arreglo al cual pueden y se organizan en la actualidad, diferentes sistemas de producción, de servicios o para la finalidad que se desee.

Podemos llamar recursividad del paradigma al hecho de que las diversas estructuras y principios de funcionamiento del cuerpo humano se aplican


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a distintas organizaciones, usos y niveles. Lo cual constituye un gran salto metodológico, por el hecho de facilitar el diseño de sistemas específicos a partir de una matriz organizacional común; con indudables ventajas de interfase para la comunicación, regulación y retroalimentación, con cualquier sistema diseñado conforme a tales principios. En realidad, las redes de comunicación como Internet satisfacen y son expresión de esta lógica organizacional.

Aún más, si se considera que la máquina del cuerpo constituye un grado de organización superior del complejo unificado de energía-materia-información-logicidad, en el cual se dan, además, múltiples procesos biofísicos, matemáticos, químicos, lógicos, una gran síntesis biológica en la expresión de Teilhard de Chardin, entonces el rango paradigmático del cuerpo remite, necesariamente, a la enorme variedad de organizaciones adaptativas: seres vivos, plantas, dimensión subatómica de la materia en las que el procesamiento de la información y la adaptabilidad de sus formas, constituyen el sustrato organizacional más amplio, diríamos inteligente, de la naturaleza.

En esta dirección, es menester señalar, el estudio de la inteligencia ha tenido en el último medio siglo una importancia de gran valor estratégico y ocasión de un salto tecnológico extraordinario, precisamente en virtud de la automatización de sofisticadísimos procesos del pensamiento y de propiedades motoras, cumpliendo la función de prótesis instrumentales del cuerpo. De manera correlativa, la tecnología electrónica se ha constituido en un poderoso espejo interactivo; en una verdadera clave eléctrica para estudiar el cerebro y el sistema nervioso central. Por donde, a su vez, se muestra la unidad programática, la tendencia tecnológica en curso, en torno al valor paradigmático del cuerpo prolongado. Un fundamento esencial que muestra la viabilidad de un modelo educacional y de una plataforma de anticipación inspirados en un paradigma organizacional con estas características.

El rango paradigmático del cuerpo y, más ampliamente, de la red de la vida, debería, a nuestro juicio, constituirse en la definición programática de mayor valor tecnológico y estratégico para la educación, reafirmada en los proyectos de investigación orientados a Inteligencia Artificial, a la decodificación del Programa Genético, a la automatización progresiva de más funciones humanas o pertenecientes a otros seres vivos; como también en el diseño de sistemas neuroelectrónicos de comunicación e información, o en la combinación de recursos adaptativos inteligentes de diversos seres vivos para diseñar máquinas de nuevo tipo.


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Sin embargo, se observará, en la educación de modo paradójico dichas investigaciones y aplicaciones sobre la inteligencia no tienen relevancia. No forman parte del plan de estudios, ni los profesores son preparados para comprender y desplegar este enorme y poderoso recurso en que es pródiga la naturaleza. En realidad, esta sola omisión podría en la actualidad ser condición suficiente para determinar la obsolescencia de la educación tradicional; por cuanto pone en evidencia la falta de pertinencia de contenidos y de una adecuada valoración pedagógica de este campo de trascendental importancia tecnológica y productiva. Por lo demás, dicha carencia coloca al proceso educativo en desfase con el sector empresarial y con la administración del Estado, quienes sí han incorporado, progresivamente, tecnología inteligente y modelos de organización cibernéticos para la modernización de los procesos productivos, tanto como de comercialización y distribución. Esta tendencia se reafirma en el control automatizado de inversiones para el desarrollo de proyectos de infraestructura; o para el mejoramiento de la información disponible en el terreno jurídico; y desde luego, para el expedito manejo de exportaciones e importaciones. A lo cual debemos agregar las redes privadas de información computarizada, la apertura de televisión vía cable, así como la incorporación progresiva cada vez mayor de computadores al hogar, que modelan y remodelan las formas culturales de pensar, de aprender y de cómo organizar la vida personal y cotidiana.

De modo que tenemos un paradigma tentativo de organización, poderoso, que podemos utilizar como fundamento para estructurar nuestro Programa Proteo, diseñado como brújula cibernética para intentar orientar, al menos inicialmente, la navegación por el naciente ciberespacio.

Un concepto clave: organización

Consistente con lo anterior sostenemos que, entre las ideas básicas que fundamentan nuestra estrategia, resultaría productivo utilizar el concepto de organización como estructura unificadora para abordar, con la misma metodología y estrategia, el estudio y desarrollo de la inteligencia y de la prácticamente infinita variedad de organizaciones existentes; estableciendo específicos puentes de relación entre el proceso productivo, la escuela y cualquier macroproceso, social o ecológico, entendidos también como formas de organización.

Es importante precisar que con el concepto de organización enfatizamos la


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clase de estructura, función y lógica de operación que posee un sistema concreto, ser vivo u objeto, y no de qué están hechos sus componentes. Nos interesa, por tanto, conocer de una entidad qué hace, cómo lo hace. Dicho de otro modo, cuál es su estructura, cuáles sus mecanismos constitutivos, cuáles sus estados posibles, sus restricciones y cobertura de operación y, consiguientemente, qué lógica le permite hacer lo que hace. Por ejemplo, en qué consiste la estructura de funcionamiento del sistema de comunicación del cuerpo humano y cuál su eficiencia, para diseñar sistemas análogos con tecnología electrónica. El principio señalado es aplicable a todo el espectro de analogías que pueden establecerse entre máquinas y seres vivos, constituyéndose, de paso, en una base decisiva del proceso de invención tecnológica.

Sin duda que vivimos el tiempo de las organizaciones. Sea porque es imprescindi ble crear nuevas y más poderosas formas de orga nización para enfrentar la tendencia al desorden; sea porque todos los seres o entidades exis-tentes pueden ser conside radas formas de organización de alguna clase; o porque las expectati vas de éxito se fundan, nece sariamente, en principios y estruc turas de organización suficientemente versátiles y automodifi ca bles; capaces de sortear los efectos disipativos de las per turbaciones y transforma ciones del medio.

Pensamos, por tanto, que constituye un acierto introducir el concepto de organización como otra llave maestra del proceso educativo, así como para comprender cualquier macroproceso de desarrollo; por cuanto permite unificar el saber, mediante los principios que regulan el comportamiento de una innumerable variedad de organiza ciones; permitiendo mirar, más allá de la infinita diversidad de apa rien cias y manifestaciones, las estructuras comu nes a la red organizacional de la vida y de las organizaciones creadas por el hombre. Más aún cuando las expectativas de sobrevivencia del hombre sobre el planeta, parecen encontrarse en el cautela miento y despliegue de las redes multidimensionales de organización de la naturaleza; de las cuales la estructura de organización del cuerpo humano es un ejem plo de riqueza y variedad.

La educación como soporte neuronal

Todo lo cual, por cierto, plantea la exigencia y necesidad de proveer gobernabilidad organizacional. En esta dirección y desde el paradigma de organización propuesto, corresponderá especificar la matriz organizacional que sea lo más universal posible; esto es, lo más abarcante en términos de


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sus recursos lógicos y adaptativos, de modo que sea viable estructurar a partir de ella las diversas funciones y sistemas del macro sistema de un país. De forma tal que las diversas unidades organizacionales, como por ejemplo educación, salud, política internacional, desarrollo productivo, sean proyección de una unidad estructural, sustrato organizacional para el mayor número de variables y propósitos del sistema. Es decir, se constituyan en extensiones estructuradas de la matriz organizacional y del consiguiente programa global de crecimiento.

La idea, que a primera vista pudiese considerarse "reduccionista" o totalizante, se inspira en la gran versatilidad y amplia cobertura de operación de nuestro paradigma de base: el cuerpo. Cada ser humano tiene una intransferible singularidad como persona y puede desempeñar las más diversas actividades. Sin embargo, para que esto sea posible, posee un programa genético, su plano arquitectónico y evolutivo que le define en cuanto especie. En sentido estricto, una matriz común, a partir de la cual el hombre tiene la versatilidad y variedad singular que puede desplegar en el amplísimo espectro adaptativo que debe cubrir.

La proposición es importante, porque nos ofrece una metodología para diseñar la plataforma para el futuro y nueva matriz curricular pedagógica; porque la arquitectura lógica del cuerpo, siendo común para todos, permite una gran diversidad de propósitos. La analogía permite visualizar, p.ej., que cualesquiera sean las estrategias elegidas para mejorar el sistema educacional, de todos modos se requiere de una estructura organizacional determinada.

Si no se dispone de una organización con estas características, cualquier sistema se torna ingobernable. Siendo sus síntomas más evidentes, en el caso de un país: el subdesarrollo, la existencia de una burocracia inercial poderosa, el desfase tecnológico, la contaminación ambiental, un sistema educacional obsoleto, ineficiencia en el uso de los recursos naturales y humanos, etc. A la vista, una larga enumeración que configura la tendencia entrópica; incluyendo formas de organización que con gran astucia y lucidez realimentan el desorden; perpetuándose a sí mismas; propiciando el cambio sin cambiar; reduciendo drásticamente las posibilidades de desarrollo de la comunidad.

En este nuevo paradigma la educación ha de ser, necesariamente, coincidente con la definición de una matriz organizacional universal. En cualquier caso no totalizante y, por lo mismo, abierta y automodificable, como sugiere el conocimiento alcanzado sobre la estructura de la inteligencia. Es más, a nuestro juicio, el proceso educativo es el lugar natural desde donde deben


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emerger, perfeccionarse y automodificarse creativamente, nuevos paradigmas de organización futuristas. En este sentido, la educación es concebida aquí como la urdimbre neuronal básica. Ambiente en el cual se hacen coincidentes, las demandas organizacionales de la educación con las redes multidimensionales de organización de la naturaleza, la propia inteligencia como una poderosa forma de organización, y el proceso de modernización del país como también una profunda transformación organizacional.

Una función esencial de la educación, cuyo fundamento reside en la demanda imperativa de actualización formativa requerida por los procesos de transformación contemporáneos, en relación con la operación de nuevos sistemas de aplicaciones. Exigiendo, básicamente, capacitación, perfeccionamiento, definición de nuevos perfiles profesionales, apertura de nuevas áreas de producción e investigación; innovación tecnológica, rápida inteligencia para operar en los cambiantes escenarios futuros. Todas exigencias que configuran el valor de la educación como variable estratégica para la consolidación de procesos, modernización y crecimiento de cualquier nación.

Por consiguiente, no constituye reduccionismo sostener que un nuevo paradigma educacional debe constituirse en una verdadera red neuronal de la organización social. En realidad, habría que decir, ésta representa una condición adaptativa necesaria e insoslayable a satisfacer por cualquier comunidad o persona. La carencia, pues, de un sistema educacional con estas propiedades reduce significativamente, como de hecho ocurre con la educación tradicional, las posibilidades de crecimiento y consolidación de cualquier persona, institución o comunidad; por cuanto de esta forma (por omisión, negligencia o conservadurismo) se permanece por debajo de la complejidad de los nuevos ambientes tecnológico-culturales.

En consecuencia, a nuestro juicio, el programa educativo de los cibernavegantes debe incluir en su definición esta condición organizacional; necesaria para facilitar su adaptabilidad en un medio inesperado, en el que se entremezclan la hechizante dimensión virtual con los dramáticos desafíos concretos de sobrevivencia, anunciados por la explosión demográfica, la destrucción ecológica, la reducción de los espacios vitales y por el, las más de las veces, veleidoso accionar humano.

Del poder, la política y el saber


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A su vez, nuestra plataforma se sustenta en la idea de que es posible salvar la distancia entre la política y el saber. A partir de considerar que el modelo propuesto permite relacionar, consistente y coherentemente, los problemas puntuales del desarrollo, con una teoría acerca del modo cómo podrían proveerse formas alternativas que propendan al gobierno de sistemas de gran complejidad.

En este sentido, puede sostenerse que, la gobernabilidad o estrategia política del Estado puede ser mejorada, actualizando y potenciando sus recursos, precisamente a partir de una plataforma organizacional y tecnológica, diseñada para una nueva forma de navegación, teniendo como sistema de referencia más amplio, el horizonte tecnológico-cultural preconfigurado. Para lograrlo es imprescindible proveer a la política de una estructura metasistémica que unifique, el modelo educativo, con la plataforma de medios y estrategias correspondientes. Más aún cuando, la imperativa exigencia formulada a la política por los hechos, obliga a ésta ha dar respuestas específicas al problema de concebir estrategias viables para propender al gobierno, siquiera tentativo, de la complejidad. Por lo cual sea dicho, un nuevo tema se presenta al análisis político, esta vez referido a enfrentar el incremento de la complejidad como una también nueva manera de presentarse los problemas, requiriendo una metodología y estrategias del mismo modo nuevas.

Por lo demás y en rigor, la política se ha transformado, definitivamente, en asunto de orden global, su centro móvil es la interconectividad. De modo, pues, que insistir en su legítima función de expresión de algún sector social y de poder, si bien puede producir algunos réditos inmediatos, podría en un horizonte de largo plazo reportar más pérdidas que beneficios. Ello por cuanto la fragmentación, de la cual las visiones parciales son una expresión, cualesquiera sean las razones que la fundamenten, sólo tiene como sustento el limitado espacio de poder y de reivindicación para sí definido, perdiéndose de vista la dinámica global de la complejidad. Por el contrario, la interconectividad penetra sigilosamente por todos lados, imponiendo su lógica y dinámica de acción recíproca global. Una, pues, poderosa e insoslayable tendencia, a la hora de definir estrategias políticas.

Desde esta perspectiva, como se puede apreciar, el problema de la gobernabilidad es también, y esencialmente, una cuestión educativa: preparar para enfrentar la hipercomplejidad; y en este profundo sentido, la educación


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es también política, gobernabilidad de la propia mente y cuerpo en el contexto de las redes organizacionales para el cautelamiento de la red de la Vida. Y también la política es saber, porque dada la extrema complejidad no podría sustentarse sólo en propósitos generales, necesita del conocimiento y del soporte tecnológico. Por lo mismo, el saber es también poder; y éste ha de proyectarse en el entramado de tendencias tecnológicas emergentes, haciéndose cargo de las cuestiones problemáticas relativas a la sobrevivencia de la especie y de la cosmonave terrígena, como espacio que en el futuro debiera ser viable para habitat de vida, conservando y enriqueciendo la biodiversidad existente. En consecuencia, el tema de la gobernabilidad o de la política, unifica e interrelaciona de nueva manera a la educación, el poder, el conocimiento y a toda forma de acción o función de una comunidad.

En este sentido la educación cumple una principalísima función de convergencia programática e intersectorial, por lo cual, a nuestro juicio, por defecto o por necesidad, constitúyese en la red neuronal básica; en el soporte organizacional de la comunidad y, en nuestro modelo, es la Plataforma para el Futuro.


A nuestro juicio, pues, y en aspectos esenciales, la solución, siquiera parcial de los problemas económicos, sociales, políticos y culturales plantean la necesidad de una convergencia estratégica entre el paradigma organizacional, la plataforma de despegue, la metáfora básica que ha de orientar nuestra navegación y el programa educativo que, en este caso, es también y propiamente la Plataforma de anticipación.

De manera más específica consideramos que, de entre las múltiples variables que inciden en el desarrollo de una nación, en la actualidad adquieren particular relevancia: el soporte organizacional, la base tecnológica, el proceso educativo, los recursos financieros y de infraestructura, tanto como las posibles estrategias viables de gobernabilidad, para operar en la creciente complejidad y tendencia al desorden. Desde esta perspectiva, cualquier alternativa de solución implica, a lo menos, la interrelación de dichas variables en un modelo organizacional y plataforma programática, cuya lógica y cobertura de operación pueda ser aplicable al mayor número de situaciones, procesos e instancias de gobierno.


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En el modelo que proponemos la convergencia e interrelación se encuentra presente en cada uno de sus diversos momentos; los cuales, además, son coincidentes con la estructura entera. La razón para esta similitud estructural consiste en que, en su diseño, se configuran como instancias unificadas, holográficas, del paradigma global. Siendo ésta una condición metodológica fundamental para diseñar una sólida estrategia de crecimiento, y alcanzar, con su eventual ejecución, un mejoramiento de la calidad de vida y un posicionamiento de avanzada y de liderazgo en la región53.

Prediseñando nuestro navío

Al igual que la mítica representación de los ambientes proteiformes nuestra plataforma futurista y cibernave pedagógica, que llamaremos Programa Proteo, ha de ser, como la profética divinidad: metamórfica, poseer diferentes formas, representar diversas posibilidades de diseño creativo, pero al mismo tiempo conservar su matriz original. Habrá de tener el candor, espontaneidad y avidez exploratoria de los primeros años; el frescor, energía y rapidez de la juventud; el rigor, cálculo y precisión de la edad de la razón; junto a la prudencia y sabiduría de la edad del reposo y la memoria. Todo ello expresando un amor inspirado, una refinada sensibilidad y sensualidad, para de esta forma poner alas a la imaginación, al pensar y a la acción.

Un navío con estas características tendrá que ser diseñado para navegar en la compleja urdimbre de las dimensiones material, virtual, de la pluma, la espada y la vida. Por consiguiente, intentaremos traducir a un programa educativo unificado, la experiencia y sabiduría de la preparación del cacique, de los suwamish’s, del oriente milenario, del conquistador que levantó civilizaciones, del labrador abriendo surcos a la vida, del empresario que acicateó la creatividad e inteligencia, del obrero que construyó catedrales y la modesta vivienda, del místico que se adentró en los secretos de la intuición primordial, del artista que modeló el espíritu, de los seres virtuales o replicantes humanos del ciberespacio, así como de los nacientes cibernavegantes provenientes de los ambientes ubicuos y virtuales de automatización.

53 No obstante que el modelo educativo y plataforma aquí propuestos hacen alguna referencia a Chile, su ámbito de aplicación puede ser válido para cualquier país; incluso, en materia educativa, para una nación desarrollada. N. del A.


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Es un desafío en el borde mismo de la puerta de entrada a la comprensión de los mundos sorprendentes de las dimensiones cuántica y concreta de la energía-materia-información-logicidad. De un lado, el vacío-pleno, talvez holográfico, del cual parecen emerger las posibilidades creativas primigenias de la naturaleza; del otro, la maciza realidad, tal como la experimentamos o vivimos más directamente. En conjunto, un campo multidimensional desde donde, el secreto poder de la luz y las posibilidades de combinación de estructuras genéticas, neuroelectrónicas y lumínicas, anuncian el nacimiento del ciberespacio. Como se puede apreciar, un reto hipercomplejo de diseño.

También queremos reivindicar la unidad primordial de timonel, tripulantes, pasajeros, nave, océano viviente, estaciones, lluvias, tormentas, cielos azules, oscuridad, ansiedades y esperanzas; ocurriendo en el vacío y magnificencia del universo que cobija y sorprende nuestro navegar. Un destino compartido, pero con expectativas y proyectos particulares desplegando una enorme variedad en las inquietantes aguas, tierras de discordias y paisajes alucinantes de los ambientes proteiformes.

De igual manera, intentamos rescatar el sentido primero de nuestro planeta en tanto cosmonave galáctica y de nosotros como sus tripulantes y pasajeros; otra importante metáfora sobre la cual construir un nuevo paradigma. De este modo nos hacemos cargo de la insoslayable responsabilidad que nos compete en relación con el incremento de la complejidad, la cual podría quedar fuera de control, a la deriva, por los desastrosos efectos desatados, que la imprevisión y la soberbia han acarreado sobre este herido, alado y terráqueo animal.

La necesidad de asumir el desafío en el más extremo grado de dificultad puede expresarse en los siguientes términos, consistente con el principio de Ross Ashby: si un programa educativo orientado a formar timoneles del futuro y a constituirse en sustrato organizacional de la comunidad como Plataforma de Anticipación, no se hace cargo de la hipercomplejidad, entonces lo que muy probablemente ocurrirá será que la solución de los acuciantes problemas se enfrentarán por vías ya experimentadas (en situaciones menos complicadas); pero ahora, con previsibles resultados poco alentadores. Siendo así, tales tentativas de respuestas quedarán en el punto de partida, obsoletas.

Pero además, tenemos aquí un imperativo de tiempo, tal cual fuera expresado: así como hay un tiempo de plantar, hay un tiempo de arrancar lo plantado, también un tiempo de edificar y un tiempo de derruir. Y decimos, en consonancia: hay un tiempo de respuesta para un tiempo de desafíos.


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Esto es, un tiempo de reacción para resolver un problema; pasado el cual, las posibilidades de intervenir en el proceso para reducir sus efectos no deseados serán definitivamente mínimas. Y como se sabe, en la actualidad los tiempos de respuesta se han acortado enormemente. De modo, pues, que constituye un desafío insoslayable y urgente encarnar y proyectar la metáfora, diseñar la nave y con ello el programa de formación para los futuros timoneles; así como el soporte tecnológico, su estructura organizacional y las estrategias de gobernabilidad; para la compleja travesía por el ciberespacio y por el también incierto y preocupante mundo real que conocemos.

La idea directriz

La idea directriz que estructura nuestra plataforma para el futuro y paradigma educativo, destinados a generar convergencia estratégica e interacción estructurada entre la educación, la producción, los servicios, la empresa y las diversas funciones culturales y tecnológicas de la comunidad; así como también para formar a niños y jóvenes, a todos en realidad, como timoneles del futuro, sostiene, en el contexto tecnológico esbozado que:

Siendo la inteligencia humana la organiza ción lógica y adaptativa más poderosa conocida -y teniendo presente la tendencia tecnológica en ascenso-, el proceso educa tivo, la empresa, la producción y las diversas estructuras y funciones del estado pueden ser organizadas, en muchos de sus aspectos, en función de su estructura y principios de operación, en el contexto de las nacientes y variadas formas organizacionales que surgen del cuerpo prolongado. Por consiguiente, el diseño de un nuevo paradigma educativo y organizacional habrá de estar en correspondencia con los nuevos entornos tecnológicos; generando ambientes educativos inteligen tes, sistemas de organización y producción inteligentes, en el ámbito más universal de los emergentes ambientes proteiformes, anunciados en el ciberespacio o Máquina-Ambiente Proteo.

Estos nuevos espacios han de propender a recrear propiedades universales de tales estructuras, con la ventaja metodológica de proveer en la educación y en los sistemas de organización social (básicamente mediante un énfasis en las implicaciones aplicadas del concepto de organización), la unificación del proceso educativo y organizacional del más diverso orden.

Una estrategia así concebida, constitutiva de la plataforma para el futuro


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o modelo educativo (en esta proposición, como hemos enfatizado, ambas instancias son coincidentes y deben, pues, ser leídas como equivalentes) permitiría al alumno, por ejemplo, ingresar al universo de las orga nizaciones; pudiendo transitar a través del diseño y operación de mode los, desde las múltiples formas de organización bioló gicas a sus aplicaciones tecnológicas. Le facilitaría pasar desde la lógica al diseño de sistemas adminis trati vos y de produc ción, o desde tales sistemas a la compren sión del proceso creativo artístico y de inven ción cien tífico-tecno lógica. Pudiendo desplazarse en todas direccio nes, alcanzando también a las formas de organi zación de la sensibilidad y del senti miento. Lo cual confirmaría la universalidad y recursividad de la matriz pedagógico-organizacional que proponemos.

El principio unificador es que la estructura resultante de los ambientes pedagógicos inteligentes es también pertinente y viable para las empresas o cualquier actividad y más aún, para diseñar una plataforma de despegue. De forma que, las líneas de investigación y desarrollo de este modelo, serían las mismas requeridas para establecer convergencia con el sector productivo o con cualquier estrategia sectorial de crecimiento y modernización de un país; al modo como el programa genético del cuerpo sirve de estructura unificadora y universal para todos los seres humanos. De esta manera podemos mantener la diversidad y posibilidades de desarrollo individual para la elección de múltiples proyectos de vida y de acción.

Lo cual, sea dicho, significa ofrecer una alternativa estructurada para resolver el problema de la diversificación técnico-profesional, y para la clase de especialización que demanda el extraordinario incremento de la información y la mayor comple jidad. Porque, cualquiera sea la especialización decidida por un alumno, siempre estaría provisto de una formación lógica y organizacional universal, como para operar con expectativas de éxito en cualquier ambiente profesional o tecnológico.

La implementación de un modelo con estas características permitiría, a nuestro juicio, transformar al proceso educa tivo de una función minusvalorada en la actualidad, a una con el rango de valor estratégico para el proceso de modernización y crecimiento. Asimismo, propendería a recoger en aspectos que podrían ser esenciales, tanto la amplitud de la complejidad futura, como las exigencias de formación de los ciberexploradores.

Podemos también llamar a esta plataforma y proposición educativa Programa Proteo, Modelo Holístico, Cibernético o Metaorganizacional. La idea central


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que configura su impronta, como hemos sostenido, es que la educación, al igual que la inteligencia y sus ambientes tecnológicos, puede ser considerada una metaorganización. Consiguientemente, puede ser diseñada siguiendo los princi-pios esenciales de funcionamiento conocidos para tales entidades-entornos.

De forma análoga y, más específica mente, así como la red neuronal de proceso y comunica ción del cuerpo constituye la urdimbre inteli gente del mismo, el estudio de la inteligencia humana, así como de su probable potenciación tecnológica el Ambiente-Máquina Proteo, serían, en nuestro modelo, el centro neuronal del proceso educativo y la base estructural del metasistema de gobierno, tanto como de la plataforma de despegue. De esta manera se proveería a la educación de una poderosa lógica organi zacio nal, en ambientes tecnológicos proteicos que, dada su variedad, podría aproximarse a una lógica universal adaptativa, cuya fuente inspiradora sería la vastedad y universalidad de la Naturaleza y el Cosmos.

A nuestro juicio, si se concibe la inteligencia en los tér minos paradigmáticos esbozados, comprendidos los ambientes proteiformes, y se coloca en el centro del proceso educativo como su red neuronal, en conexión con nuevas configuraciones pedagógicas del saber, entonces se proveerá al sistema educacio-nal de áreas de convergencia trans disciplinaria y aplica da, con la base metodo-lógica, conceptual y lógi ca necesaria para desarro llar, poten ciar la inteligen cia, a partir de una matriz de organización lo más universal posible; coadyuvando así al proceso de formación de los nuevos timoneles en ambientes pedagó gicos también universa les.

Asimismo, como hemos propuesto, los ambientes educativos inte ligentes consti tuirían el desplie gue de una matriz organizacional recursiva. Esto es, posible de aplicar en los más variados ambien tes y funciones de la vida colectiva. A su vez, la condición de sistema automodificable, al igual que la mente, le permitiría adaptarse en cada caso a las variaciones y perturbaciones del medio. Esta sería una de las funciones metaorgani zacionales o inteligentes de la edu ca ción, convertida en el funda mento estructural y funcional para coadyuvar a una mejor organi-zación y desarrollo de la sociedad.

Dichos ambientes han de visualizarse en el trasfondo más amplio de los ambientes tecnológico-culturales que abrirán las puertas de comunicación entre las dimensiones virtual y real. Cuya exploración en uno u otro sentido ya se ha iniciado, con la importante implicación de que los niños serán parte de la tripulación de la nueva navegación del tercer milenio, en procura por develar


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algunos de los mágicos secretos del universo.

Así pues, nuestro paradigma ha sido diseñado para generar alternativas de gobernabilidad, regulación, coordinación, comunicación y planificación estratégica. Proveyendo, al mismo tiempo, el desarrollo de la inteligencia y de la personalidad en ambientes educativos ciberespaciales; esto es, interactivos, recursivos, ubicuos, virtuales-concretos, en acción recíproca total, en un campo unificado de relaciones con el entorno. Ello, a nuestro juicio, permitiría recuperar las formas primigenias más creativas del espíritu humano: el diálogo, el poder metamórfico de la inteligencia, la combinación y recombinación de formas; la presencia metafórica de la luz, sea como sustrato organizacional de la naturaleza y del universo o transformada en lógica electrónica. Además, facilitaría activar y proyectar el espíritu explorador, de artista, poeta, constructor, de filósofo o ingeniero en los timoneles del futuro.

Procuraremos, pues, configurar una matriz pedagógica, lo más universal posible, transdisciplinaria, aplicada y también transcultural, constitutiva, además, de nuestra plataforma para el porvenir. Uno de los principios básicos de esta matriz es que los nuevos timoneles han de tener una singular clase de especialización: una especialización en lo universal. Sea en cuanto despliegue del carácter adaptativo y lógico universal de la inteligencia, sea en cuanto el modelo educativo ha de recoger la universalidad lógica ilimitada desplegada por la naturaleza.

Para el efecto, el desafío es configurar y desarrollar un campo que comprenda el estudio de toda clase de formas inteligentes, existentes en la naturaleza o diseñadas por el hombre. Creando de esta manera una red neuronal pedagógica del cuerpo prolongado, a partir del núcleo sistémico que hemos llamado: Proteo: Programa para el Desarrollo de la Inteligencia o Metasistema. En torno de tales estudios, y como extensión estructurada de éstos, se propone la generación de nuevas configuraciones de conocimientos y aplicaciones o módulos educativos multi e hipermediales, dependiendo, en cada caso, de la extensión y objetivos determinados para cada modalidad.

A nuestro juicio, pues, la especialización lógica universal requerida podría ser provista por dicho Programa y las nuevas configuraciones de estudios que expondremos a continuación, como entramado universal y sustrato estructural para cualquier otra especialización. Ello por cuanto esta red neurológica del saber ha sido pensada para proveer la superación de la especialización sin relación, de manera que los cibernavegantes se formen en el elemento de


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lo transdisciplinario y de la universalidad lógica de la inteligencia. A su vez, este campo podría ser ampliado y perfeccionado ilimitadamente. A este respecto, el concepto de organización, como hemos enfatizado, resultaría crucial, por cuanto con mayor o menor énfasis, siempre habrá alguna recurrencia conceptual, metodológica y, desde luego, lógica, al amplio campo del análisis y manejo de organizaciones, en el extenso sentido del concepto ya expuesto.

Es importante tener presente, con relación a la definición que daremos de las configuraciones de nuestra matriz, la similar recurrencia conceptual y temática posible de encontrar en cada una de ellas y a través de todo el libro; ésta podría ser interpretada como reiteración descuidada o innecesaria. Sin embargo, es producto de la esencial unidad del saber y de la metodología que hemos empleado. Refleja la ubicuidad del conocimiento, por cuanto, toda vez que se estudia en profundidad un aspecto cualquiera de un problema, o todo él, necesariamente se ingresa a toda la red y diversidad de expresiones comprendidas en el saber. Del mismo modo, la iteración conceptual se deriva del carácter recursivo del modelo; dado que la estructura global de organización que le da sustento es la misma para cada uno de sus módulos. Y como el paradigma en el cual se funda es el propio cuerpo humano prolongado, la universalidad lógica y adaptativa que posee se extiende por todo el conjunto de la matriz.

Para los efectos de presentar un esbozo de cada una de las nuevas configuraciones hemos elegido la siguiente estructura:

- Justificación y demanda estratégica - Configuración preliminar aplicada de estudios - Consideraciones metodológicasEntendemos por demanda estratégica la especificación de necesidades que

puede poner a la vista un diagnóstico, igualmente estratégico y fundado en una perspectiva futurista, de largo plazo. Desafíos y tareas que la organización debe cubrir, so riesgo de quedar por debajo de la complejidad y de las demandas, al punto de que su existencia llegue a no ser necesaria.

Asimismo, nos parece importante precisar que las nuevas configuraciones se presentan aquí a través de breves esbozos. Podrían no ser todas las necesarias; sin embargo podrán ser completadas, sustituidas o reajustadas en función de los estudios ha realizar por un equipo de investigación transdisciplinario. La posibilidad de desarrollarlas por completo, como se comprenderá, sobrepasa el propósito de este trabajo y cualquier esfuerzo individual. No obstante, lo que sí es importante, sea para corregir o sustituir, es la clase de fundamentación lógica


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y epistemológica que hemos presentado para cada una, en cuanto campo de formación educativa universal de los timoneles del futuro.

El orden de exposición elegido tiene el propósito de mostrar la íntima conexión estructural, teórica y aplicada del modelo. Así y todo, en el contexto esbozado, no es índice de ninguna clase de preeminencia; menos aún considerando su carácter recursivo y ubicuo.

CONFIgURaCIONES DEL PaRaDIgMa EDUCaTIVO y PLaTaFORMa FUTURISTa

1. PROTEO: PROgRaMa PaRa EL DESaRROLLO DE La INTELIgENCIa

"qué vastas y profundas son las facultadesde los poderes sutiles de la naturaleza...

Es un océano de inteligencias sutiles.Están en todas partes, por encima de nosotros,

a nuestra izquierda, a nuestra derecha;nos rodean por todas partes..."

Confucio

A nuestro juicio, la concepción de una plataforma para el futuro implica diseñar el metasistema de gobierno, esto es, configurar teórica y aplicadamente el campo de estudios de la inteligencia y de la estructura del conocimiento; dada la automatización progresiva de sus estructuras y principios de operación; y la multiplicidad de programas tecnológicos y científicos concebidos para aplicar sus estructuras a la optimización y potenciación de las organizaciones. Dicha área de investigación y de aplicaciones comprende: el estudio de la inteligencia humana y de los procesos metacognitivos y adaptativos, operantes en toda clase de formas inteligentes.

La estructuración del metasistema llamado aquí Proteo: Programa para el Desarrollo de la Inteligencia, constituye la base insoslayable de la llamada


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exigencia de gobernabilidad organizacional; esto es, de la posibilidad efectiva de que una organización pueda dirigir, regular, coordinar, sincronizar, planificar, conducir creciendo y, al mismo tiempo, reducir al máximo el desorden, la incertidumbre no deseada, el crecimiento inorgánico. En nuestro caso, el gobierno efectivo de un plan nacional de modernización y el concebir una educación para el futuro. En el fondo, un programa de desarrollo que ha de proveer una nueva estructura de organización para el país, dentro de la cual, la transformación radical del sistema educacional constituye una tarea decisiva para la consecución de los propósitos globales.

Este programa, sea dicho, está en acelerado curso de instalación, precisamente por la tecnología electrónica. De modo que, para nosotros, se trata en realidad de una actualización tecnológica impostergable; y al mismo tiempo, de la necesidad de proveer formas poderosas de unificación del conocimiento, en la dirección de interrelacionar los productos de la inteligencia en un programa de sobrevivencia, casi dramática, para enfrentar los nuevos y más complejos problemas del futuro de la sociedad.

Es importante precisar que, aun cuando el hombre despliega de manera natural los recursos de la inteligencia, no es suficiente cuando, como en la actualidad, se produce el incremento explosivo de la complejidad. Porque, en este caso, se requiere del manejo de poderosos modelos de organización y mecanismos de operación; los cuales, para su diseño, exigen la comprensión acabada de los mecanismos más profundos y poderosos de la inteligencia, que incluso de manera autónoma gobiernan la hipercomplejidad del cuerpo; ofreciendo un amplio espectro de estructuras y principios de funcionamiento, aplicables por analogía, como hemos enfatizado, al diseño de organizaciones en extremo complejas. Ya no basta, pues, con su sólo despliegue inercial.

Esta metaconfiguración organizacional y educativa tiene, además, la

posibilidad intrínseca de situar a los estudiantes en el centro de las cuestiones relativas a la probable gobernabilidad de sistemas complejos. Así, niños y jóvenes podrían acceder a la torre de comandos para diseñar espacios futuros, considerando alternativas de evolución en distintas direcciones y destinos; esto es, ingresar al mundo de la política en su sentido primigenio de asumir la dirección de la nave en ambientes ordenados, caóticos, tranquilos, excitantes, fructíferos; o de desamparo, naufragio, miseria, belleza e incierto arribo a puerto. Potenciando la capacidad de planificación estratégica de la inteligencia, así como la de predicción en ambientes globales; en los cuales puedan desplegarse todas las inquietudes, esperanzas e inspiraciones de los estudiantes. Siempre a partir de rigurosas


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metodologías de análisis, modelización, diseño y aplicaciones variadas.

Así, las diversas configuraciones de nuestro paradigma debieran tener un cauce organizacional como funciones del estado, aplicables en cualquier nivel administrativo y de toma de decisiones. Una nueva manera de unir a empresarios, trabajadores, artistas e intelectuales en el macro objetivo de diseñar y crear una plataforma para el desarrollo. En este sentido, es necesario puntualizar, el nivel cultural de nuestro pueblo es muchísimo más amplio y sólido, producto de la comunicación multimedial de los ambientes culturales electrónicos; razón por la cual, es un deber presentar a la comunidad proposiciones elaboradas de solución, acordes con la extraordinaria complejidad de los problemas. Así, pues, nuestro paradigma propende a reinventar el sentido de la política como gobierno de la complejidad para cautelar y proyectar la Vida, reduciendo la tendencia al desorden.

Justificación y demanda estratégica

Proponemos, pues, crear esta configuración de estudios, una verdadera torre de navegación para operar en las dimensiones virtual y material del conocimiento y la acción; atendiendo, básicamente, a las siguientes consideraciones:

Los estudios de la inteligencia han adquirido relevancia decisiva para el desarrollo de las tecnologías de comunicación y de procesamiento electrónico de la información; originando diversos programas de investigación y de desarrollo de software, destinados a generar sistemas llamados expertos o inteligentes y, desde luego, dirigidos a diseñar inteligencia artificial.

La extensión de este campo, incluyendo los recursos lógicos y adaptativos del resto de los seres vivos y la logicidad subyacente a la dimensión cuántica de la materia, han ampliado enormemente la denotación del concepto de inteligencia; al punto de que se hable de un universo inteligente y haya consistentes teorías físicas y filosóficas que agregan nuevos fundamentos a esta idea. Más aún si despojamos a dicho vocablo de su resonancia misteriosa, privativa que se le ha asignado en relación con una cierta facultad superior, exclusivamente humana, no descriptible; y por el contrario, la entendemos como una clase de logicidad u organización posible de describir en lo esencial y presente, de muy diversas formas y ampliamente, en la naturaleza y el cosmos.


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Además, el tema de la inteligencia está implícito en el programa de investigación sobre el genoma humano. Proyecto que, si bien parece apuntar sobre una materia distinta que la de la inteligencia, cual sería la decodificación del programa arquitectónico y evolutivo del cuerpo, en nuestro concepto lo que también describirá será, precisamente, su arquitectura lógica, es decir, la inteligencia. Y desde luego, con insospechadas, pero evidentes repercusiones en el campo de la genética humana y animal; en la industria pecuaria y agrícola; en la farmoquímica, la medicina, la ingeniería biomédica, así como en toda clase de industrias asociadas.

Del mismo modo, es estratégico el tema de la inteligencia por la actual demanda de capacitación y perfeccionamiento permanente de profesionales, técnicos y trabajadores, con el propósito de una mejor definición e implementación de programas de desarrollo, y una eventual optimización de los sistemas de organización correspondientes. Todo lo cual podría encontrar un adecuado curso, a partir del estudio de las diversas formas de inteligencia que proporciona la naturaleza y el proceso de invención humano, para diseñar poderosas estructuras y principios de funcionamiento; replicables en las variadas formas de organización social, política y económica.

En realidad, sería un contrasentido inexcusable dejar fuera del aula un campo de estudios que constituye la materia más importante de su definición: la interrelación y acción recíproca formativa de entidades inteligentes, en un emergente ciberespacio que amplifica y potencia propiedades de la inteligencia y que propende cada vez más a recrear tecnológicamente tales ambientes.

Es importante también consignar que desde la cibernética son innumerables, y de gran riqueza, la variedad de las aportaciones que pueden recogerse desde los diversos campos del conocimiento, para constituir un campo especial de estudios referidos a la inteligencia. Lo cual, a su vez, facilitaría establecer en la educación un puente estructurado entre esta novel disciplina, sus derivaciones tecnológicas y otras áreas del conocimiento.

De la misma manera, es necesario destacar que el pensar filosófico, desde sus orígenes, ha tenido como uno de sus temas centrales de investigación y de reflexión, precisamente, el estudio del pensamiento y de la estructura del conocimiento. Un sinnúmero de finas y detalladas aportaciones filosóficas en torno a la mente podrían llegar a potenciarse, si se establecen los puentes adecuados entre la riqueza del concepto filosófico, la posibilidad de simulación computarizada de los mismos y el diseño de sistemas de organización


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correspondientes.

Configuración preliminar aplicada de estudios

Del pensar filosófico al pensar tecnológico.

Es necesario enfatizar que desde los pensadores presocráticos hasta nuestros días, el campo de estudios referido a la inteligencia ha estado presente siempre en los diversos problemas y reflexiones filosóficas. Sin embargo, una lamentable discontinuidad entre éstas y el desarrollo de la tecnología electrónica, ha hecho que parte importante de los fructíferos logros alcanzados hayan pasado inadvertidos. El campo de la inteligencia, inicialmente reservado a la filosofía, pasó a ser preocupación de la ingeniería, la que alcanzó espectaculares avances en la traducción de complejos procesos del pensamiento a lógica electrónica. A partir de esto, la contribución filosófica ha permanecido prácticamente olvidada; poniéndose incluso en cuestión su misma vigencia.

Parte importante de la responsabilidad compete a los no tan antiguos herederos de la tradición filosófica; quienes han desconocido y hasta rehuido el estudio de la tecnología electrónica de comunicación y procesamiento de la información. A nuestro juicio, sin embargo, este campo debió ser la continuación lógica de los estudios filosóficos sobre el pensamiento y la estructura del conocimiento.

En el vasto espectro de aportaciones a la comprensión de la mente, tampoco pueden dejarse de lado los estudios y perspectiva en que la sabiduría oriental ha trabajado de modo milenario, tanto para la comprensión como para el cultivo y control de los procesos mentales y del cuerpo. Más aún ahora, cuando tenemos un amplio proceso de transculturización en curso. En realidad, podríamos decir que cualquier enfoque que no considere la contribución oriental en este campo, será deficitario y, por tanto, carente de la necesaria amplitud.

Para un esbozo preliminar orientado a configurar este campo, rescatando la tradición filosófica, es menester, además, que la lectura de la filosofía y de la sabiduría oriental se realice también como una metalectura cibernética. Esto es: leer ambas contribuciones a partir de la lógica de traducción a circuitería


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electrónica de los procesos del pensamiento. Esto significa proveer el tránsito desde el concepto, entramado teórico que constituye la base de las concepciones filosóficas, al mecanismo; estructura lógica que proponemos definir como el soporte organizacional del concepto; las más de las veces no explícito o no visualizado desde el pensar propiamente filosófico. El paso siguiente es traducir el mecanismo, en cuanto máquina lógica, a lógica electrónica, como software de algún tipo o máquina específica.

La noción de mecanismo nos permite, pues, pasar a la fase de diseño de la eventual máquina lógica que subyazga a la base de un concepto o descripción fenomenología, en relación con alguna propiedad de la inteligencia, susceptible de ser descrita y por ende, posible de automatizar. En este contexto y utilizando la terminología de Aristóteles, definimos máquina lógica como una forma de formas. Un sentido y especificación conceptual contemporáneo para esta expresión que, pensamos, no puede ser más preciso y adecuado. Desde nuestra perspectiva, tales máquinas u organizaciones, pueden ser especializadas o de carácter universal; siendo la inteligencia humana el prototipo de las últimas, dada su notable cobertura de operación ya señalado.

Un algoritmo sería el caso de una máquina lógica o forma de formas especializada. En programación computacional, como se sabe, es definido como un procedimiento de carácter finito que permite resolver problemas o tratar información de una clase determinada. Considérese a este respecto una planilla electrónica, en sentido estricto una forma lógica, que puede ser llenada con los datos de personas, sin importar para nada que éstas sean rubias, morenas; japonesas, rusas o chilenas; o que se trate de una empresa destinada a la distribución de productos lácteos, una institución de beneficencia o una empresa que fabrica armamento sofisticado. En todos los casos la planilla electrónica será una forma para trabajar determinadas funciones administrativas, no importando de qué actividad se trate, i.e. una forma de formas, o máquina lógica, según nuestra proposición. Otro tanto acontece con cualquier software llamado inteligente, que integrando funciones cada vez más complejas, entre ellas la interactividad, lo acerca más a ser una forma universal; y por lo cual recibe la adjetivación de inteligente. De esta manera, el camino es: del concepto al mecanismo o desde éste al concepto; en un proceso de investigación de al menos triple curso, considerando el proceso de simulación computarizada, cuando correspondiere.

Esto no significa reducir a un mecanicismo lógico el estudio de la inteligencia, sino sólo establecer un puente metodológico para unificar y proyectar un amplio


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espectro de materias relacionadas; incursionadas por las vertientes oriental y occidental, y susceptibles de simulación computarizada o de verificación lógica y aplicada. A este respecto, es necesario puntualizar que a la noción de mecanismo se le asocia, ordinariamente, un carácter determinista; referido de modo particular a artificios construidos por el hombre con materia inorgánica o ‘no viva’. En nuestro contexto esta noción está muy lejos de contener tales determinaciones; por cuanto el concepto de mecanismo constituye, por el contrario, una referencia a la organización lógica de la entidad y no a la naturaleza de sus componentes; entidad, por lo demás, que puede ser de lo más confusa, emocional, desordenada, caótica o probabilística.

En cuanto a la relevancia o no de la naturaleza de los componentes de una entidad, para los efectos de recrearla con otros materiales, la única restricción obvia es que los componentes empleados sirvan al propósito de que la máquina diseñada funcione efectivamente. En este sentido general, es indiferente que los procesos lógicos puedan ser ejecutados con fibra óptica, cables de cobre o sistemas biológicos. Aún cuando sí es importante tratándose de volúmenes masivos de datos y la necesaria velocidad de proceso que una máquina debe poseer para operar con eficiencia. En tal sentido, pues, esta noción de mecanismo nos permite definir, en un rango de mayor especificidad, aspectos esenciales del comportamiento y rango de operatividad de cualquier entidad, proceso o función, al destacarse la logicidad comprendida en su despliegue.

Cabe resaltar que los filósofos clásicos, con la gran restricción de no contar con tecnología electrónica, debieron circunscribir sus investigaciones teniendo como referencia al propio hombre; cuestión ventajosa por un lado, por cuanto exigió de un particular refinamiento metodológico y conceptual para distinguir, el pensamiento en actividad, de un análisis del mismo en cuanto pensado. A lo que debe agregarse el que sólo pudieran traducir sus logros, en relación con los procesos del pensamiento, sólo a ‘letra muerta’, a tecnología de la imprenta. Lo cual, desde luego, ofrece menos cobertura de verificación, comparado con la actual posibilidad de simulación computarizada de los mismos.

Esto faculta pensar que en la actualidad los conceptos de máquina,

mecanismo y la teoría cibernética subyacente, constituyen para el pensar filosófico un puente casi ineludible para avanzar en la comprensión acerca de qué sea la inteligencia. En realidad, habría que decir, se trata de una relación fructífera no cultivada entre la filosofía y dicha ciencia, en el ámbito del estudio del pensamiento y el conocimiento que, sin embargo, en los hechos les define y unifica en cuanto programa común y esencial.


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Desde nuestra perspectiva, la carencia inicial de esta tecnología por parte del filósofo, o su eventual omisión, presente no constituyen una diferencia trivial; de no ser superadas, establecen un límite casi infranqueable a la filosofía y a sus propias aportaciones; siendo la mayor restricción el no pensar los problemas correspondientes a la estructura de la inteligencia en términos de máquinas lógicas o metamecanismos. Otra consecuencia perjudicial, decisiva para la reflexión filosófica, sería su incapacidad para establecer continuidad entre formas diversas de conocimientos, por la prevalencia de un prejuicio ‘contra las máquinas’, emergiendo desde un pensamiento fragmentado, alejado del sentido unificador primero que le caracteriza.

Sin embargo, el tránsito es posible y productivo, toda vez que nos interrogamos por la estructura organizacional de los conceptos, descripciones fenomenológicas o especificaciones metafísicas desarrolladas por el filósofo. Por ejemplo, podemos plantearnos: ¿cuál es el mecanismo o estructura organizacional que subyace a la representación husserliana de la conciencia como conciencia de...? Interrogante que podríamos ampliar con esta otra ¿podría el mecanismo de la retroalimentación ubicua ser una respuesta al problema anterior?

Nos parece relevante responder a la posible objeción de que este nivel de especificación sería propiamente tecnológico y no filosófico. Nuestra apreciación es que siendo también la filosofía una analítica de los diversos modos del pensar y del mismo pensamiento, no ha concluido su tarea en torno a la inteligencia; y que, en sentido estricto, los modos de interrogación habituales en la tecnología contemporánea son, en este caso al menos, el paso metodológico necesario para avanzar en el develamiento de su forma o estructura esencial. Cuestión que como se sabe es de índole propiamente metafísica. Por lo demás, este modo de interrogación, resultado de la posibilidad tecnológica de reproducir procesos del pensamiento en máquinas electrónicas, no puede ahora sino formar parte de la interrogación primigenia por el ser, la esencia o el eidos de una entidad; constituyendo la continuidad lógica y necesaria del pensar filosófico. Como hemos señalado, se trata de generar un fructífero camino de triple curso: del concepto al mecanismo, de éste al circuito electrónico para luego volver al concepto. Del pensar filosófico al pensar tecnológico y, desde éste, a su reproducción electrónica, mecánica, virtual o de la clase que fuere.

Hacia una ciencia universal de la inteligencia


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Queremos iniciar un esbozo de configuración de este campo, retomando la tradición filosófica desde uno de sus últimos grandes pensadores, Edmund Husserl que hacia 1935 publicó su obra "Meditaciones Cartesianas". En ésta propone la creación de una ciencia universal sobre el ego trascendental o ego cogito, orientada justamente a su descripción. Ello por cuanto "el a priori universal que pertenece a un ego trascendental como tal es una forma esencial que encierra en sí una infinitud de formas, de tipos aprióricos de posibles actualidades y potencialidades de la vida con los objetos constituibles en ella como realmente existentes" 54. Este vasto campo de referencia como "cogitatum universal, es la vida misma universal en su unidad y totalidad abierta e infinita".

Tal es así que Husserl dice "la reducción fenomenológica nos dio por resultado el reino de la conciencia universal como reino de un ser "absoluto" en un sentido muy preciso. Es este ser la categoría radical del ser en general (o en nuestro lenguaje, la región radical) en que tienen sus raíces todas las demás regiones del ser, a que se refieren por su esencia, de la que por tanto dependen esencialmente todas" 55. Campo universal de referencia al que denominó descripción "de la estructura apodíctica y universal de la experiencia del yo", o "estructura universal apriórica del ego trascendental".

Una de las problemáticas que intenta resolver Husserl es cuál es la estructura del cogito cogitatum qua cogitatum, esto es, "pienso lo pensado en cuanto pensado"; y también cogito cogitata qua cogitata, en tanto "pienso las cosas pensadas en cuanto pensadas"; sin que, por nuestra parte, olvidemos el antecedente aristotélico de que el pensamiento es el pensamiento del pensamiento. Ambos momentos constituyen aspectos esenciales, por medio de los cuales es posible iniciar el abordaje acerca de cómo configurar el campo de estudios acerca de la inteligencia.

En realidad, la trascendencia indiscutida de las investigaciones acerca de la inteligencia, así como la necesidad de crear una campo de estudios en torno de ésta, se encuentra a través de toda la historia de la filosofía. El propio Aristóteles señala en su tratado acerca de la psykhé: "Partiendo del supuesto de que el saber es una de las cosas más valiosas y dignas de estima y que ciertos saberes son superiores a otros... deberíamos con justicia colocar entre las primeras la investigación en torno a la inteligencia. Más aún, parece que

54 Husserl, "Meditaciones Cartesianas", edic. cit. p. 59. La cursiva es nuestra. 55 Husserl, "Ideas para una Fenomenología".


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el conocimiento de ésta contribuye notablemente al conjunto del saber y muy especialmente al que se refiere a la Naturaleza"56.

Desde otra perspectiva, la importancia de los estudios de la inteligencia viene avalada por el hecho de que el cuerpo humano, y la amplia cobertura de operación de que es depositaria la inteligencia, colocan a esta entidad en el rango de ser la más compleja y poderosa en recursos hasta ahora conocida. En ella se encuentran, muy probablemente, casi la totalidad de los procesos físicoquímicos y biológicos existentes en la naturaleza, tales como: sistemas de control y regulación; redes de comunicación, retroalimentación ubicua; procesadores de variables de carácter lumínico, metalógico, matemático; sincronización de unidades sistémicas; redes de decisión o el mismo programa genético, conforman un metasistema organizacional cuyo despliegue programado, siquiera parcial en la educación, potenciaría enormemente esta función; permitiéndole conectarse con cualquier otra función de gobierno o iniciativa en el ámbito empresarial o de servicios.

Pero además, porque de las dimensiones conocidas de la Naturaleza, el hombre, naturaleza él mismo, parece convertirse en el testigo y autovisión que la naturaleza posee para verse y pensarse a sí misma. De forma que, la importancia ontológica y cognoscitiva conferida por la filosofía a este campo al punto de proponerse la generación de una ciencia universal a partir de la descripción de sus estructuras esenciales, constituye una confirmación acerca de la importancia que en la actualidad tendría crear una configuración sobre este campo de referencia universal. Más aún cuando los avances tecnológicos en esta área son inevitables y de gran impacto para el desarrollo de las sociedades del futuro.

La dimensión inteligente de la naturaleza y el universo

Desde esta perspectiva, particularmente en relación con la definición de inteligencia que hemos propuesto, los recursos lógicos y adaptativos que pueden ser llamados inteligentes, no están circunscritos sólo a la inteligencia humana. Porque la variedad de recursos ofrecidos por el resto de los seres vivos, plantas y estructuras físicas de organización de la materia, como despliegue de lo que aquí llamamos inteligente, amplían enormemente el campo de estudios de esta configuración.56 Aristóteles, "acerca del alma".


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De manera específica, como hemos propuesto, pertenecen al ámbito de lo inteligente todas las entidades de la clase organización de organizaciones, o máquinas de máquinas. Así, por ejemplo, un pájaro cualquiera, un insecto, un reptil, un árbol, una flor, la dimensión cuántica de la materia, constituyen formas de organización que despliegan una lógica que necesariamente comporta el reconocimiento y operación de formas. No importando para el efecto el hecho de que se trate de procesos que para la representación común deban ser conscientes o que tales entidades puedan o no traducir a un lenguaje.

Por ejemplo, el águila, al cazar, comporta una serie de procesos lógicos y adaptativos de suma complejidad que implican, a lo menos: una toma de decisión acerca de si cazar o no en un determinado momento, fijar la trayectoria, el ángulo de caída, ‘calcular’ la resistencia del viento, la velocidad de desplazamiento de la presa, y así por el estilo. Y no se trata, como más de alguien ha ironizado frente a una ejemplificación de este tipo que, siendo así, "el águila tendría que saber álgebra y realizar complejos procesos matemáticos y geométricos antes de lanzarse a la caza". Pero tampoco, podría decirse, consiste en un "instinto ciego" del cual habría que excluir cualquier proceso lógico de los recién indicados. Para acercar ambos puntos de vista, debemos conceder, en primer lugar, que sería prácticamente imposible que un águila pudiera cazar, cualquier pájaro en realidad, si tal complejo procesamiento de variables no se efectuare de alguna forma.

Debemos, pues, aceptar que de algún modo estamos en presencia de una máquina lógica muy sofisticada, una forma de formas en la nomenclatura que hemos adoptado, operando en un rango metaorganizacional; esto es: inteligente. No universal como el hombre, pero inteligente. Una organización de organizaciones. En realidad, el grado de complejidad adaptativa evidenciado por los seres vivos, aun los de aparentemente menor complejidad estructural, resulta sorprendente y superior en muchos sentidos al hombre. Baste con señalar, como para dejar de pensar al resto de los seres vivos como seres irracionales o que sólo se mueven por instinto, la propiedad de volar de los pájaros, la posesión de sensores ultrasónicos, de sistemas de orientación electromagnéticos y otra multiplicidad de recursos adaptativos que suponen un soporte lógico igualmente sofisticado.

Otro tanto vale para plantas, árboles y flores. La importancia metodológica de esta ampliación de lo inteligente tiene enorme importancia pedagógica y aplicada, por cuanto pueden especificarse programadamente los sistemas lógicos que hacen posible que, cualesquiera de estas entidades, puedan desplegar la cobertura de adaptabilidad de que son depositarias. Un punto de partida esencial


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para el proceso de invención tecnológica y para la consiguiente posibilidad de combinar y recombinar estructuras; cuestión determinante en relación con el proceso creativo.

También emerge lo que podríamos denominar la dimensión inteligente del universo, para lo cual tenemos el antecedente del modo cómo originalmente los filósofos concibieron la idea de un logos que se despliega por la totalidad. Esto es, una cierta necesidad o lógica que subyace a los fenómenos y para la cual físicos, matemáticos, biólogos, artistas y hombres de letras, desarrollan modelos explicatorios intentando dar cuenta del entramado organizacional del universo. Los esfuerzos reconocen la existencia de patrones lógicos, incluso, en el universo de las subpartículas atómicas en donde la variable información adquiere cada vez más un valor constitutivo; por cuanto, no se trataría sólo de materia y energía, sino también de información y de una logicidad desde cuya matriz organizacional, universal, versátil y poderosa, emerge todo.

A este respecto, es interesante el diálogo sostenido entre Sócrates y Protarco en el "Filebo" de Platón:

S: ¿No diremos que nuestro cuerpo tiene una psykhé [o mente]?P: Evidentemente lo diremos.S: De dónde la ha sacado, mi querido Protarco, si el mismo cuerpo del

universo no está animado, y si no tiene las mismas cosas que el nuestro y otras más bellas aún?

P: Es claro, Sócrates, que no ha podido salir de otra parte.

En el diálogo "Teeteto", la idea está igualmente expresada cuando el Extranjero exclama:

"¡Y qué, por Zeus! ¿Nos dejaremos convencer con tanta facilidad de que el cambio, la vida, el alma y el pensamiento no están realmente presentes en lo que es totalmente, y que esto no vive, ni piensa, sino que solemne y majestuoso, carente de inteligencia, está quieto y estático?".

Cualquiera sea el alcance conferido a esta idea, parece bastante consistente sostener que por el entramado de seres y objetos existentes se despliega una logicidad que podemos llamar inteligente. La que por momentos puede ser determinista y las más de las veces probabilística; pero cuya inclusión en nuestro sistema de referencia es necesaria, más aún cuando amplía justificada y consistentemente esta configuración de estudios y aplicaciones.


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De la Inteligencia Divina

Por otra parte las infinitas propiedades de una Inteligencia Divina con entera independencia de nuestra creencia o no en su existencia, abren un notable espacio de reflexión sobre cómo podrían ser tales ilimitados recursos lógicos y de acción. Así, por ejemplo, en Dios estarían presentes todas las lógicas posibles y su conocimiento sería total; incluyendo lo acaecido, lo actual y el porvenir. Su ubicuidad, además, le permitiría estar en la totalidad y al mismo tiempo, en cada momento singular de incluso una subpartícula. Cuestiones todas de gran valor lógico y problemático a propósito, p. ej., de representarse formas más evolucionadas de inteligencia.

Compartida relevancia tiene la naturaleza paradigmática de la divinidad, en conexión con el tema de la gobernabilidad, particularmente en relación con sus atributos de entidad universal absoluta, omnisciente, omniabarcante, de bondad infinita, omnipresente, entre otras muchas de sus determinaciones. A nuestro juicio, Tomás de Aquino ilustra adecuadamente el valor lógico de la investigación sobre la Divinidad cuando afirma: "Hállase pues en las cosas naturales gobierno universal y particular. El universal, según que todas las cosas se contienen debajo del gobierno de Dios; porque todas con su providencia las gobierna. y el particular, que se halla en el hombre también, es muy semejante al gobierno divino, por lo cual el hombre es llamado mundo menor, porque en él se halla la forma del gobierno universal" 57.

A la vista el principio hologramático, o de semejanza, en la expresión del filósofo cristiano, por el cual la parte contiene de alguna manera al todo. En este caso, la forma del gobierno universal de Dios. Cuestión de gran trascendencia en cuanto determinación de los principios, lógica y eticidad de dicho gobierno, mismos que podrían inspirar y perfeccionar el diseño de organizaciones sociales.

Consideraciones metodológicas

Configurar para la educación y como estructura central de una plataforma para el futuro, un campo teórico y aplicado referido al estudio y desarrollo de la inteligencia, plantea diversos problemas de orden metodológico y conceptual que, 57 Tomás de Aquino, "Del gobierno de los Príncipes", la cursiva es nuestra.


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no obstante las dificultades iniciales, constituye una tarea ya impostergable.

Una primera dificultad la constituye formular una concepción siquiera preliminar, acerca de qué se entiende por inteligencia. A este respecto nuestro modelo propone, tentativamente, a partir de la noción de organización, la definición de inteligencia que hemos presentado58. Pensamos que cualquier otra puede servir de base para iniciar la empresa, si satisface la condición de contribuir a una descripción de la complejidad de la organización, en relación con sus elementos constitutivos y lógica de operación.

Otra condición metodológica sería que el despliegue de él, o de los conceptos tomados como puntos de partida, han de permitir establecer el puente con el diseño de sistemas artificiales inteligentes y la clase de interrogante cibernética formulada para contrastar su grado de consistencia. Esta apunta, como ya hemos enfatizado, a develar el concepto en términos de mecanismo 59, esto es, en cuanto estructura organizacional posible de simular o recrear electrónicamente 60.

Para la tradi ción filosófica es indudable la importancia del uso del concepto como estructura clave que sostiene el edificio teórico. En cierto modo, podría decirse, el concepto constituye la formulación de una estructura hologramática y ubicua al interior de una concepción teórica, sea filosófica o científica o de otro ámbito del conocimiento, que al mismo tiempo la sostiene y fundamenta. En ese sentido, prolonga sus raíces a través de todo el sistema correspondiente. En el caso de la ciencia, por ejemplo, los conceptos de tiempo y espacio absolutos de Newton constituyen un modo de descripción de aspectos de la realidad; cuya modifica ción por Eins tein, como tiempo y espacio relativos, significa una reformulación teórica completa de la concepción física de la naturaleza. Por lo que, podría afirmarse, el concepto es, en muchos aspectos, la teoría; y ésta sería también la articulación de los conceptos correspondientes.

También el cibernético realiza previamente, a partir del tipo de interrogantes ejemplificadas, una especifi cación concep tual de la organización en estudio, para el posterior diseño y cons trucción de la cir cuitería correspon diente; especificación, a nuestro juicio, que en tanto pensada y formulada en relación con el diseño de una máquina, constituye propiamente el mecanismo.

A este respecto, es importante destacar que los diferentes énfasis colocados

58 Una mayor fundamentación se encuentra en nuestro libro "Proteo, Paradigma de la Inteligencia". 59 Vocablo que reiteramos, aquí tiene sólo una connotación lógico-tecnológica y no física60 El punto anterior constituye un desarrollo más extenso sobre el particular.


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entre concepto y mecanismo, como por ejemplo, la escisión sin relación entre ambos, o la reticencia porque determinadas expresiones del ámbito tecnológico sean utilizadas en filosofía, separa improductivamente a la filosofía del modo de representación tecnológico. Lo cual significa que, si no se cuenta con la concepción metodológica que relacione ambas formas de pensar, en un proceso unificado de descripción eidética, entonces lo tecnológico o lo cibernético resultan divorciados de lo filosófico, o quedan como modos de referencia incluso antagónicos.

El paradigma que desarrollamos y fundamentamos a través de estas páginas se propone demostrar y generar la teoría para superar esta discontinuidad. Ello a partir de sostener que, desde nuestra perspectiva, un concepto es también una máquina, una organización que, en tanto correlativa de la organización de la inteligencia, sería una metamáquina o metaestructura, afirmación, en todo caso, que deberemos explicitar y fundamentar más detalladamente. En cualquier caso, cabe destacar, el concepto ha sido desplegado y operado al interior de una metamáquina lógica o computador biológico (el hombre); constituyendo un modo de procesar información que requiere, p. ej., de una memoria, de una base de datos relacional, de un sistema sensorio "multimedial", etc. Lo cual significa sostener que, independientemente de qué concepto se trate, en cuanto concepto posee también una arquitectura lógica determinada.

De alguna manera, aquí también está presente la idea de recursividad de una estructura organizacional, i.e., que similar tipo de estructura es replicada en los diversos niveles o sistemas de procesos de la organización, como organización de organizaciones; y más ampliamente, en entidades cuyos componentes son de naturaleza diferente. A este respecto es ilustrativo el siguiente pasaje del Tratado de la Psykhé de Aristóteles, que reafirma esta idea ya esbozada, reflejando tal correspondencia analógica: "así como ciertas plantas se observa que continúan viviendo aunque se las parta en trozos y éstos se encuentran separados entre sí, como si el alma presente en ellas fuera, en cada planta, una entelequia pero múltiple en potencia, así también observamos que ocurre con ciertas diferencias del alma tratándose de insectos que han sido divididos: también, desde luego, cada uno de los trozos conserva la sensación y el movimiento local y, con la sensación, la imaginación y el deseo: pues allí donde hay sensación hay también dolor y placer, y donde hay éstos, hay además y necesariamente apetito" 61.

Desde esta perspectiva proponemos el empleo de los vocablos

61 Aristóteles "T. del alma", 413b, 15-20.


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metamecanismo, metaestructura o metamáquina lógica para denominar, entre otras, esta característica estructural y, consiguientemente, proveer la conexión metodológica entre la especificación conceptual filosófica de las estructuras de la inteligencia, con la posibilidad de su recreación electrónica (como software o lógica electrónica). A este respecto, como se sabe, multiplicidad de procesos lógicos han sido automatizados, mediante la especificación del algoritmo o procedimiento heurístico que formaliza procesos de resolución de problemas, o de carácter operativo del ser humano; en este último caso, p. ej., la automatización de funciones motoras del cuerpo en el campo de la robótica. Esa es la razón por la que nos parece legítimo, y necesario, introducir el concepto de metamecanismo, dado que su uso ofrece claras ventajas metodológicas para intentar describir, qué clase de organización constituye un concepto y, en consecuencia, poder simular computarizadamente la estructura subyacente.

La posibilidad de recrear procesos del pensamiento en máquinas electrónicas ofrece, a nuestro juicio, una perspectiva metodológica nueva al filósofo, por cuanto permite pensar alternativamente, en términos de máquinas lógicas (como software o procesos mentales activos), el modo de representación que en el discurso escrito tiene la limitada característica de ser lineal y secuencial. Lo cual facilita, por ejemplo, generar sistemas computarizados de verificación o de demostración, avanzando en la comprensión de la estructura del conocimiento y del lenguaje, a partir de la especificación teórica y conceptual realizada por el lingüista o el filósofo.

Por ejemplo, cuando Aristóteles sostiene que la inteligencia puede ser

concebida una forma de formas, la pregunta cibernética sería, aproximadamente: ¿Cuál podría ser la estructura de organización de una forma para que pueda alcanzar el rango organizacional de forma de formas? Si la descripción del concepto o metaestructura permite ir en la dirección de poder traducirlo a una estructura lógica simulable, entonces sí satisfacería las condiciones requeridas, facilitando diseñar una estrategia de investigación consistente para resolver el problema.

En cualquier caso, las limitaciones tecnológicas presentes, que pudieran surgir para simular procesos lógicos en extremo complejos, no pueden ser óbice para descartar, o postergar, la importante tarea de especificar lógicamente propiedades de la inteligencia humana o pertenecientes a otros seres vivos e incluso imaginados, como en el importante caso de Proteo de las Máquinas. Ello por cuanto el procedimiento de especificación de propiedades, o diseño lógico


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de la estructura en estudio, permite determinar previamente la consistencia del modelo y su viabilidad; aun antes de poder efectivamente simularla o construirla.

Desde otra perspectiva, es importante tener presente la idea básica de que, particularmente la tecnología electrónica de comunicación y procesamiento de la información, puede ser considerada un espejo lógico interactivo de la inteligencia. Estudiando, pues, la lógica electrónica, traducida en los más diversos software, podemos adelantar en la comprensión acerca de cuál sea su estructura de organización y principios de funcionamiento.

2. METaLógICa


La Lógica comprende tradicionalmente el campo referido al estudio del lenguaje en cuanto comporte o no necesidad veritativa, o como estudio de la consistencia y coherencia del discurso científico y filosófico, entre otra amplia variedad de problemas atingentes; siempre en todo caso referidos a las reglas del pensar y a los principios que lo regirían.

Sin embargo, el vocablo lógica se utiliza en diversos contextos. Así, por ejemplo, se dice que la estructura de la célula tiene una lógica determinada, utilizándose por extensión este modo de referencia a casi cualquier objeto: la lógica de un motor de automóvil, de un poema, de un cuadro, de un proceso ecológico, de un crimen, incluso del caos y del desorden. Esto sin duda significa salir del campo del pensamiento, para abarcar el mundo de los objetos, los que también serían depositarios de logicidad.

A nuestro juicio, puede resultar fructífero unificar ambos sentidos. Para conseguir este propósito proponemos la siguiente pregunta orientadora: ¿Qué de común presenta la llamada lógica del pensar con la lógica atribuida a cualquier objeto, tal que, las personas pueden utilizar con el mismo sentido intuitivo dicha expresión?

La respuesta podría ser que los diversos usos del vocablo tienen de común


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ser referencia a la estructura u organización de lo mencionado. En esta dirección, proponemos conferir un sentido más incluyente para este campo del saber, definiéndolo tentativamente como aquella metaconfiguración que se ocupa de lo metaorganizacional de la clase que fuere, incluidos el caos y el desorden.

En este contexto, podemos sostener, una nueva configuración que se ocupe en nuestro paradigma de lo lógico, habrá de denominarse, en sentido estricto, Metalógica; en cuanto referencia estructural de lo organizacional, sobre el pensar mismo o sobre cualquier entidad de rango meta. En particular, esto facilita determinar lo de universal persistente a través de la diversidad de formas y de modos de organización, correspondientes al propio pensamiento, a sus objetos o procesos de la naturaleza; posibles de organizar y reorganizar, combinar y recombinar en nuevas estructuras y aplicaciones.

A su vez, el tema de lo organizacional, en especial en el rango metasistémico, incide directamente en el problema de la gobernabilidad, razón por la cual constituye un campo de estudios y de aplicaciones, insoslayable para propender a un mejoramiento de las instituciones mediante el diseño y operación de metamecanismos o metasistemas de organización. Del mismo modo, la tendencia tecnológica actual y de reingeniería de las organizaciones va en la dirección de implementar sistemas inteligentes o expertos; por lo que, la masiva comprensión (a través de la educación) de estos nuevos ambientes, puede crear una amplia base cultural para la proyección creativa de dichas tecnologías y procesos lógicos, esenciales para dar vida a una plataforma para el futuro.

A este respecto, es importante hacer una evaluación, siquiera preliminar, acerca del alcance y los problemas que conllevan los actuales estudios en el ámbito de la lógica, tanto en la enseñanza media como universitaria. Así, p. ej., nos parece que en la enseñanza tradicional de esta disciplina se reduce drásticamente el amplísimo campo que comprende, olvidándose por entero su dimensión ubicua con relación al saber. De hecho, en la enseñanza media y no mucho más en la universidad, sólo se consideran aspectos de la silogística de Aristóteles, más algunas nociones de lógica simbólica. Materias que, al no estar relacionadas en el programa de estudios con la lógica electrónica, se transforman en aprendizaje meramente mecánico y carente de pertinencia. Más recientemente se ha propuesto enfatizar en la enseñanza de esta disciplina la argumentación discursiva; por cuanto este recurso constituiría una herramienta eficaz para la resolución de la disputa entre puntos de vista divergentes, presuponiéndose que este proceso es decisivo para la adaptabilidad en la vida cotidiana.


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A nuestro juicio, sin desconocer la importancia de los estudios sobre la argumentación, éstos tienen un valor relativo frente a la vastedad de los problemas lógicos actuales, implicados en el diseño de sistemas, diseño de software, manejo de máquinas lógicas, especificación lógica de procedimientos algorítmicos y heurísticos, formalización del lenguaje cotidiano y su traducción a circuitería electrónica. Sin que podamos dejar de incluir la conexión con la estructura lógica de tecnologías hipermediales, bases de datos, estudios de códigos, de criptografía o de cuestiones referidas al diseño de software inteligente, Inteligencia Artificial, realidad virtual o Máquina Proteo. Todas materias de índole lógica que la tecnología electrónica ha puesto como áreas prioritarias; lo cual, por cierto, amplía enormemente y reafirma la imperiosa necesidad de redefinir este poderoso campo de estudios e investigación. Además, la amplísima cobertura de cuestiones tecnológicas y epistemológicas implicadas en los estudios lógicos contemporáneos, aconsejan que una configuración con estas características debería estar presente en todos los niveles del sistema educacional, como soporte lógico de la plataforma de anticipación.

Es importante insistir en como las tecnologías de comunicación y de la información despliegan una logicidad en la cual el niño se sumerge natural-mente. Esta dinámica sobrepasa y deja obsoletas a gran parte de las formas de tratar la información utilizadas en la escuela hasta ahora. De modo que el ambiente lógico del aula debe ser rediseñado, reestructurado. No es una cuestión trivial ni carente de importancia, puesto que si la escuela no lo hace, el divorcio del niño con ésta será cada día más profundo y frustrante.

Podemos, pues, advertir en estas consideraciones preliminares, la plena justificación de esta configuración. En particular, a partir de constatar cómo lo lógico es, en realidad, de naturaleza ubicua, está en todas partes; razón por la cual su olvido en un plan de estudios, o una representación limitada de su alcance y perspectivas, resultaran del todo inadecuadas; inconsistentes y perjudiciales para los estudiantes, como de hecho ocurre; y con la decisiva desventaja de dejar a toda una comunidad desprovista de la formación cultural en un campo imprescindible para la operación de sistemas complejos, tanto como para una modernización tecnológica y organizacional.

A su vez, debemos hacernos cargo del germen ubicuo, holístico provisto por las tecnologías hipermedial y virtual de comunicación para los más diversos ámbitos del conocimiento y, en particular, para la educación del futuro. Lo cual exige un perfeccionamiento y formación muy superiores a los conocidos hasta ahora; tanto en complejidad como en refinamiento espiritual. En consecuencia,


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es razonable sostener que una educación concebida en términos de ofrecer conocimientos básicos o mínimos (aun como marco inicial de la lógica o de cualquier otra disciplina), constituye una vara inexplicablemente baja, que no podría responder en absoluto a las sofisticadas demandas de organización planteadas por la excesiva complejidad en incremento progresivo.

Podría decirse de esta manera, mientras menos compleja sea la formación ofrecida, menos probabilidad tendrán los timoneles del futuro de navegar en aguas procelosas o de reconocer y operar en escenarios cambiantes y entrópicos. Lo cual no significa complicar innecesariamente el currículo y saturar de información al estudiante. Por el contrario, sólo se trata de asumir la complejidad, diseñando una estrategia para intentar cibernavegar en ella. Esta cuestión podría resolverse mediante una alta y temprana especialización lógica en las propiedades y naturaleza universal de la inteligencia, en el contexto de la definición del campo de la metalógica esbozada preliminarmente (u otra que satisfaga el extensísimo campo cubierto en la actualidad por lo lógico).

Por lo demás, pensamos que el nivel de complejidad inicial para empezar los estudios, podría ser insospechadamente mayor que el considerado en la actualidad para los niños, dada la enorme cantidad de información y los ambientes multimediales que rodean a las nuevas generaciones. De modo que, la exigencia para la educación, consiste básicamente en la creación de un medio informático y lógico universal, propicio para que el educando entre en interfase con dicho ambiente. Hablamos de un espejo interactivo que activaría la extraordinaria y versátil complejidad lógica y adaptativa de su cuerpo. A este respecto, podría afirmarse que el niño está prediseñado para navegar en la complejidad, siempre y cuando no se fragmente ni especialice, temprana e inadecuadamente, el poder lógico y adaptativo universal de su mente.


Esta configuración sobre lo metalógico debiera estructurarse, a nuestro juicio, a partir del siguiente principio metodológico: el estudio y aplicaciones de estas dimensiones y formas de lo organizacional ha de inscribirse dentro del concepto más universal de máquina lógica; definida ésta como una forma de formas o también como una organización que opera formas o estructuras. Así, y de modo específico, los diversos aspectos a considerar deben ser parte


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de una conexión estructurada entre los aportes de la lógica clásica y los avances obtenidos en el campo de la lógica electrónica, teniendo como base la noción señalada. De otro modo, los estudios lógicos tradicionales podrían resultar, en el contexto de lo transdisciplinario, casi incomprensibles e improductivos, si no se comprenden dentro de la metodología de diseño para tales máquinas. La razón para esta estrategia radica en el hecho de que tanto la tecnología electrónica de automatización de procesos, como el pensamiento, tienen la característica de crear o trabajar siempre sobre máquinas lógicas u organizacionales de algún tipo.

En esta dirección, y bien mirado, podría decirse, por ejemplo, que el

silogismo, un concepto, campos enteros como la lógica simbólica, la lógica dialéctica o la matemática, son también máquinas lógicas. Sin embargo, el hecho de que tanto los procesos como la entidad que los produce, la inteligencia, concurran en un mismo ser, crea la confusión y renuencia para aceptar este enfoque y sus significativas implicaciones metodológicas y educativas. Visto desde otra perspectiva, si tomamos cualquier forma verbal encontraremos que detrás de ella ‘se ocultan’ un conjunto de acciones y procedimientos que en líneas generales pueden, eventualmente, ser especificados (secuencia, en todo caso, que no debe ser entendida como meramente lineal, puede ser una red multidimensional, implicando procesos distribuidos, paralelos o aleatorios, entre otros). Una vez definido el procedimiento, sus instrucciones pueden ser ejecutadas por cualquier otra máquina u organización, humana o electrónica, que poseyendo la lógica necesaria, conozca además la estructura y principios de operación subyacentes a la forma verbal (en nuestro ejemplo) o pertenecientes a determinado proceso, especificado como máquina lógica.

Por consiguiente, la especificación de las acciones necesarias para obtener un resultado predefinido permiten, a cualquier entidad en posesión de los dispositivos necesarios, poner en acción dicha acción o procedimiento. Es el caso de una máquina algorítmica que, p.ej., calcule el salario de los obreros de una empresa. En cuanto tal, ésta constituye una forma de formas, esto es, una forma que trabaja sobre cualquier valor numérico o alfanumérico de una variable, correspondiente al proceso del que forma parte. Aspecto que nos permite definir con cierta precisión el alcance de lo que entendemos por máquina lógica en este contexto.

El punto es de extrema importancia porque su comprensión nos pone en


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camino a poder diseñar una estrategia de enseñanza basada en el carácter, también de forma de formas que posee el pensamiento, posible de traducir a máquinas lógicas universales, aun cuando finitas. Esto coloca al niño en el modo natural de operar su propia mente, en cuanto, precisamente, máquina lógica universal. Adquiriendo particular importancia cuando su inteligencia puede ser orientada al diseño de metamáquinas lógicas, de la forma pensar lo pensado en cuanto pensado, recreando la dimensión propiamente inteligente de la máquina del cuerpo o de otros seres vivos.

Es importante tener presente que en el diseño de esta clase de máquinas, la metalógica traspasa las fronteras de la cibernética unificando metodologías y estrategias de los más diversos campos; aproximándose al intento filosófico de constituir un saber unificado. Esto evidencia la necesidad de que nociones y principios procedentes de la ingeniería electrónica e informática, deban ser incorporados al lenguaje de la lógica y formar parte de su definición. Algunos de tales conceptos serían, por ejemplo: comunicación, información, control, regulación, retro-alimentación, ubicuidad, ultraestabilidad, filtro, interfase, máquina, etc., esenciales para el diseño de máquinas cibernéticas y para operar en ambientes ciberespaciales.

Por consiguiente, el estudio y ampliación necesaria del campo de la lógica, en la perspectiva de la profunda unidad de la cual es expresión y a la cual sirve de soporte, constituiría una base esencial para dar a los timoneles del futuro una estrategia lógica universal de adaptabilidad. Facilitándoles cibernavegar en al dimensión de lo organizacional, o de lo lógico; lo cual, desde nuestra perspectiva, constituye el centro metalógico de operación en cualquier ámbito del conocimiento y sus aplicaciones, y desde luego, para implementar una plataforma tecnológica futurista.


En la sección anterior ya hemos presentado algunas cuestiones esenciales de orden metodológico; ahora queremos enfatizar cómo lo lógico forma parte de un apretado entramado que comprende la perspectiva metafísica, extendiéndose sus raíces por las diversas formas del conocimiento y tecnologías. Lo cual constituye otro modo de unificación del saber, cuya especificación fenomenológica podría tener un gran efecto, no sólo en cuanto al desarrollo de la inteligencia, sino también para el diseño de sistemas de organización de cualquier clase.


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Esto podría expresarse como sigue: la estructura universal de la inteligencia permite operar en el más amplio espectro concebible de materias y cuestiones, a partir de una misma metaestructura lógica y dinámica. Sin embargo, y por otra parte, la variedad de nombres, disciplinas, áreas de conocimientos, especializaciones y distinciones que dan lugar a una intrincada Torre de Babel del conocimiento, crean el muy concreto espejismo de que todas estas divisiones y compartimentos sin relación existen realmente y tienen legitimidad concreta. Así, cada método y nomenclatura, surgidos en los más apartados rincones y especializaciones extremadamente puntuales de estudios e investigación, aparece como una estrategia cognoscitiva "distinta", avalada por un campo específico; olvidándose su emergencia desde la misma estructura lógica universal que las hace posible, de un mismo universo, del cual el cuerpo humano constituye una síntesis hipercompleja.

En este contexto, nos parece confusa la afirmación de que existan "múltiples inteligencias". La verdad es que el propio Gardner reconoce "que no existe y jamás puede existir, una sola lista irrefutable y aceptada en forma universal de las inteligencias humanas. Jamás existirá una lista maestra de 3, 7 ó 100 inteligencias que puedan avalar todos los investigadores, [porque] si estamos buscando una teoría decisiva del rango de la inteligencia humana, podemos esperar que jamás completaremos nuestra investigación." Pero además concluye que: "estas inteligencias son ficciones –a lo más ficciones útiles para hablar de procesos y habilidades que (como todo lo de la vida) son continuos entre sí; la naturaleza no tolera bruscas discontinuidades del tipo que se proponen aquí. Nuestras inteligencias se describen por separado tan sólo para iluminar cuestiones científicas y para atacar problemas prácticos urgentes... De esa manera, al volver nuestra atención a las inteligencias específicas, debo repetir que no existen como entidades físicamente verificables, sino sólo como construcciones científicas de utilidad potencial" 62.

Son evidentes las dificultades metodológicas e inconsistencias de este enfoque, las que aumentan con la definición de inteligencia adoptada por Gardner como "la habilidad de resolver problemas y de diseñar y construir productos"; la cual, en el estado actual del conocimiento, resulta insuficiente e inconsistente. Es así por cuanto mediante ella se pone a la vista tan sólo parte de la salida de la entidad organizacional; pero en absoluto se aproxima a configurar la complejidad de la misma, en su muchísima mayor variedad adaptativa y lógica metamórfica universal de que es depositaria; y de las que separadamente todas las inteligencias múltiples enunciadas por Gardner, como el mismo reconoce, no podrían dar cuenta.

62 Howard Gardner, "Estructuras de la Mente". Las cursivas son nuestras.


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A su vez, resulta del todo cuestionable sostener que la división propuesta permite "iluminar cuestiones científicas y atacar problemas prácticos"; primero porque la mejor iluminación en el campo del saber y de la acción es aquélla que proporciona conceptos consistentes y una teoría coherente para abordar el estudio de los problemas correspondientes; y segundo, porque no se hace cargo de la contribución de la tecnología electrónica a la descripción unificada de la organización lógica de la inteligencia.

A nuestro juicio, una definición de la inteligencia debe apuntar sobre su

estructura organizacional y principios de funcionamiento, antes que sobre una capacidad o capacidades de ella; las cuales, en sentido estricto, sólo pueden considerarse modos posibles de la arquitectura lógica que les sirve de soporte. Siendo esta última la decisiva. En realidad, siguiendo el razonamiento de este autor habría que incrementar el número de las "inteligencias" a tantas, como formas verbales existen o pudieran existir y, por tanto, agregar a la lista de la definición adoptada por él, una especificación prácticamente ilimitada de habilidades humanas. Lo cual, ciertamente, no sería una forma de resolver el problema.

Por consiguiente, es más consistente hablar de especializaciones o salidas de la entidad, en campos diversos, a partir, eso sí, de una misma matriz o metaestructura universal. Es más, y esta es una cuestión que nos parece trascendental para definir el punto, profundizando en el develamiento de la lógica subyacente a las especializaciones y a la diversidad de formas de conocimientos, podemos sostener que se trata de similares procesos lógicos, no obstante la variedad de los objetos escudriñados por la mente; tarea de especificación que puede fundamentarse precisamente a partir de la metalógica.

La representación de las inteligencias múltiples nos parece, pues, más bien otro modo de aparecer subrepticiamente la división y fragmentación, tanto de la inteligencia como del conocimiento. Esta vez, a través de los objetos que trata o en los cuales operan tales "inteligencias": lógica-matemática, lingüística, espacial, musical, cinestésica, intrapersonal, interpersonal. Así, una consecuencia metodológica perjudicial de este enfoque es que de nuevo se crean las condiciones para mantener la división del conocimiento, relegando a un fondo indeterminado y estéril la propiedad lógica primera universal de la inteligencia. Su carácter de forma de formas precisado preliminarmente por Aristóteles.


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3. ESTRUCTURa DEL CONOCIMIENTO y METaCOgNICIóN


El conocimiento como organización de las formas

La proposición de crear esta nueva configuración de estudios para la educación , es correlativa de la anterior, y se funda en la idea de que el conocimiento, en sus más diversas expresiones, constituye también un espejo de la inteligencia. Cuestión que la tecnología de automatización pone a la vista. Y ello porque cabe suponer, fundadamente, la existencia de una correlación organizacional entre la estructura de la inteligencia, la estructura del conocimiento y la perteneciente a la lógica electrónica.

A este respecto, parece esencial que esbocemos, al menos de modo preliminar, un concepto acerca de qué podemos entender por conocimiento. Desde nuestra perspectiva, la noción está ligada estrechamente al concepto de información y, de modo más particular, a la tradición filosófica que nos conduce a la noción de forma; y desde ésta, a las nociones de estructura, función, logicidad de una entidad cualquiera, contenidas en aquélla. De manera tal que si seguimos a Aristóteles en este punto, la mente trabaja internamente con formas y no con sus correlatos físicos o materiales, porque, nos recuerda, "no es la piedra la que está en la mente y sí sólo su forma". En este punto, cabe precisar, la misma experiencia, el trato directo con los objetos, constituye una forma, a partir de un sistema de referencia, que puede ser una teoría, un conjunto de creencias, prejuicios, etc., que son también formas. Whitehead reafirma la importancia de aquellas cuando sostiene que "los animales disfrutan de la estructura. Construyen nidos y barreras. Pueden seguir el rastro de un olor en la selva... El hombre entiende la estructura. Abstrae su principio dominante del montón de los detalles. Construye objetivos distantes... Pero la esencia de este control humano sobre los fines depende de la comprensión de la estructura, en su variedad de aplicaciones" 63.

En esta dirección, proponemos definir la información como la mensajera

63 Alfred North Whitehead, "Modos de Pensamiento".


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de formas, consistente con su configuración etimológica. Esto es, como aquel vehículo que siendo forma ella misma, como mensaje y en un código específico que es también una forma, transporta una estructura o forma (mensaje, protocolo, procedimiento, indicación, respuesta, interrogante, etc.) destinada a producir una acción o efecto determinado.

La información adquiere particular relevancia en la actual sociedad tecnológica donde está directamente asociada a sistemas de comunicación y a los problemas de control y regulación de máquinas cibernéticas; donde sirve de sustrato organizacional y lógico para la operación de éstas en el medio y para su existencia como tales.

A su vez, las formas que los mensajes suministran son también y en más de algún sentido, organizaciones de alguna clase. Lo señala Norbert Wiener cuando afirma que "por su naturaleza los mensajes son una forma y una organización... y su conjunto tiene una entropía como la que tienen los conjuntos particulares del universo exterior, de modo que, así como la entropía es una medida de desorganización, la información suministrada por un conjunto de mensajes, es una medida de organización" 64. De este modo, tenemos un sistema en el cual lo organizacional adquiere una dimensión ubicua (presente en todas partes como arquitectura básica unificadora, aun cuando ilimitadamente diversificada). Por consiguiente, tenemos otra determinación de la información como una organización que transporta formas, que son también organizaciones; las cuales remiten a su vez al tipo de organización o estructura de una entidad o sistema objeto de observación o aplicación y, por último, tenemos a las organizaciones, seres humanos o seres vivos que en espectros adaptativos y lógicos variados, operan también en la dimensión de las formas.

En este contexto, proponemos definir preliminarmente el conocimiento como la organización, y eventual operación, de formas o estructuras. Y la metacognición como la dimensión o referencia del pensamiento de la clase pensar lo pensado en cuanto pensado que, en relación con el conocimiento así definido, significa establecer conexiones de sentido de segundo o más ordenes, también recursivas, sobre las estructuras o formas y sus modos posibles de interconexión; función, a nuestro juicio, propia de una metaorganización universal y ámbito de significación que en la tradición filosófica corresponde a la metafísica o también a la metalógica; aun cuando presente necesariamente, con mayor o menor apropiación, en toda forma de conocimiento; partiendo por la capacidad de una entidad de rango meta de penetrar, allende la apariencia, en las

64 N. Wiener. "Cibernética y Sociedad".


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estructuras de organización de una entidad, definir la forma correspondiente, relacionarla con otras estructuras, en un espectro ilimitado de combinaciones de formas; y traducirlas a un lenguaje determinado, para operar en ellas con universalidad.

Es importante reiterar aquí que la metacognición es más que una propiedad lógica de la mente; desde nuestra perspectiva constituye la definición de la máquina entera; de modo que para su comprensión es menester considerar también poderosos metamecanismos o estructuras, tales como la retroalimentación ubicua (el sistema por el cual cada componente del cuerpo y todo él está siendo informado acerca de lo que ocurre en cada uno de sus componentes interrelacionados), también el sistema de regulación (que informa y direcciona en relación con la adaptabilidad en el medio y la lógica especifica de comportamiento, correspondiente a una máquina determinada), o el sistema de control (que trabaja manteniendo las variables esenciales del sistema dentro de rangos de tolerancia permitidos para la sobrevivencia de la entidad), entre muchos otros metamecanismos que configuran el entramado entero de la lógica de la máquina. Todos los cuales configuran esta conciencia de sí y la posibilidad de colocarse como objeto de reflexión o pensar sobre las cosas pensadas, o penetrar en las estructuras de organización de otras entidades.

Desde otra perspectiva, la organización de las formas, el conocimiento, puede tener diversos principios de clasificación, explicándose así el surgimiento de las distintas disciplinas. Por ejemplo, mediante el ordenamiento por funciones o partes del cuerpo como especializaciones, o en relación con la naturaleza de los componentes del campo correspondiente: óptica, termodinámica, robótica, acústica, psicología, metalurgia, botánica, zoología, etc.

En cualesquiera de los casos, es importante tener presente que se trata de una división del conocimiento que separa y fragmenta, allí donde de hecho los diversos elementos se interpenetran en todas direcciones y profundidades. Siendo ésta una cuestión esencial a despejar, a la hora de pensar en una estrategia metacognitiva y transdisciplinaria de enseñanza. Particularmente con la tecnología electrónica de procesamiento de la información, donde queda a la vista que a la hora de reconocer, diseñar, crear, combinar, recombinar o comunicar formas o estructuras, no importa la procedencia disciplinaria de la estructura, sino su espectro de utilización o de versatilidad, posible de desplegar para ser aplicada en otros ámbitos.

Otra cuestión de gran trascendencia metodológica la constituye aclarar


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la confusión a que podría conducir suponer que, visto así el conocimiento, estaríamos en presencia de un "reduccionismo de las formas". Lo cual significaría no considerar como conocimiento aquello que implicara referencia directa a la sensibilidad, al sentimiento, a la experiencia, a los sentidos, a la intuición o a cualquiera otra expresión que no implicase, aparentemente, abstracción de formas.

Aun cuando como recién señalamos, sería difícil no reconocer que en cada uno de estos modos de expresión también estamos en la dimensión de las formas o estructuras, nos parece ilustrativo traer la percepción de Aristóteles acerca de esta cuestión, cuando afirma que la sensación es la forma de las cosas sensibles. Sin duda un penetrante modo de abordar el problema, por cuanto permite superar la distinción, sin relación, que sostiene la existencia de un conocimiento inteligible "en oposición" a otro sensible. En realidad, la idea expresada por nuestro filósofo, legitima y reconoce la universalidad a que da lugar la sensación como forma, como estructura, en tanto conocimiento de las cosas sensibles; modalidad esencial a disciplinas como la Biología, la Física o la Química; y a formas experienciales como la sensibilidad y la sensualidad. Nos referiremos más sobre este aspecto en las consideraciones metodológicas de esta nueva configuración.

Es importante tener presente que la emergencia de lo transdisciplinario, confirma la carencia de relevancia sobre la procedencia de una estructura; sea, p. ej., de la Matemática, del Arte, la Química, la Filosofía o de la Etica; no siendo, además, importante la naturaleza de los componentes de una entidad. Ello a partir de la dimensión universal y necesariamente interrelacionada del conocimiento, entendido como organización de formas aquí propuesto. En rigor éstas, del mismo modo que los bits, no poseen una naturaleza ni continente físico determinado; de donde, además, puede sostenerse que la dimensión metacognitiva se articula también a partir de la universalidad de las formas. Esto es, que ellas pueden ser combinadas, recombinadas y organizadas en las más variadas configuraciones de conocimientos, tanto para aplicaciones diversas, cuanto para el diseño de máquinas de cualquier clase.

En consecuencia, constituye una cuestión metacognitiva central especificar la universal dimensión metodológica, conceptual y lógica que atraviesa todas las formas de organizar y operar el conocimiento. A nuestro juicio, no obstante las aparentemente irreductibles diferencias entre las diversas disciplinas o ciencias, éstas son depositarias de determinaciones estructurales y lógicas comunes, cuya comprensión y manejo consciente reafirmaría y potenciaría la dimensión metaorganizacional universal de la inteligencia.


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¿Hacia una superación de las formas?

Pero, ¿no podría ser el caso que el énfasis en las formas, tan caro al pensamiento occidental, sea ocasión de una confusión o error radical en relación con la comprensión del conocimiento y de la actividad cognoscente? La vertiente oriental nos alerta sobre esta suerte de "enamoramiento por las formas" que significa, de una parte, crear un mundo de representaciones externas a la realidad misma; y de otra, el que dicha ideación de lugar a elementos separados, las más de las veces independientes unos de otros, haciendo muy dificultosa una visión unificada de los mismos; razón por la cual la interrelación y la interconectividad llegan a ser más bien extrañas o menos habituales como formas de pensar.

Más aún, se sostiene en la concepción budista, que la base misma de la Ignorancia se asienta en la dualidad sujeto-objeto, por la cual el conocedor está separado de lo que se conoce, el saber separado del actuar, y donde el mundo es "distinto" del yo. Así, pues, no obstante que ésta sea la condición fundamental de la cognición, es, al mismo tiempo, constitutiva de la ignorancia. "Cuando pensamos sabemos algo, y hay algo que no sabemos. Lo desconocido está siempre detrás de lo conocido, y no llegamos a este conocedor desconocido, que es, ciertamente, la compañía inevitable y necesaria de todo acto o cognición. Sin embargo, queremos conocer a este conocedor desconocido, no podemos dejar que siga incógnito, sin comprenderlo ni ver realmente qué es" 65.

Pareciera un camino sin salida, por cuanto cualquier proceso intelectivo habitual tiene la impronta de la separación entre el conocedor y lo conocido, impidiendo la trascendencia de esta situación. Sin embargo, se afirma, el camino de la meditación constituiría un intento por superar este dualismo. Ello mediante un ejercicio planificado, conducente a generar control-quietud o gobernabilidad de la mente-cuerpo y, al mismo tiempo, acceder a su comprensión más profunda como "unidad de visión-pensante". Para ello el meditante se dispone a superar la dualidad, con un disciplinado esfuerzo y potenciación de la voluntad. Constituyéndose en un complejo proceso de restablecimiento de la unidad originaria mente-cuerpo-naturaleza-cosmos. En un camino de lucha y continuas frustraciones que, en todo caso, harán difícil la restauración del espíritu, extraviado en divisiones, dualismos y extrañamientos de sí mismo.

65 D. T. Suzuki, "Ensayos sobre budismo zen", Primera Serie, pág. 140.


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En realidad, podría decirse, el conocedor desconocido, la ignorancia, se asienta también sobre las formas, en cuanto éstas constituyen fragmentos o escorzos de la realidad, detrás de las cuales permanece activo lo que queda fuera y no conocemos de cada forma. A su vez, de modo sutil, la división y la emergencia de "lo sin relación" se encuentran en la base de un yo que se siente separado, aislado de la unidad de la cual surge, como si una gota se sintiese distinta al océano del que surge. Así, la ignorancia no es sólo una carencia de conocimientos, sino que es un principio activo, un otro yo, que trabaja incansablemente toda vez que la conciencia se pone en acción para conocer o para cualquier actividad.

Dicho de otro modo, para alcanzar o definir una forma, debo "dejar fuera" todo un universo de interconexiones; y para poder expresar dicha forma debo definir un código, también un lenguaje, que constituyen expresiones simbólicas y sintéticas de dicha forma, con un alcance y características determinadas. Si me quedo, pues, en el universo de las formas, como definitorias y reflejando el mundo real, entonces el yo narcisista o ignorancia, se apropia por completo de mi campo de percepción, impidiendo la unidad de visión-pensante.

Daisetz Suzuki nos refiere el extravío de la conciencia en los términos siguientes:

"Cuando la división tiene lugar por primera vez, en la voluntad, la conciencia

está tan enamorada de su novedad y aparente eficiencia en resolver los problemas prácticos de la vida, que olvida su propia misión, que consiste en iluminar a la voluntad. En vez de volcar sus rayos iluminadores dentro de sí, vale decir, hacia la voluntad de la que tiene su principio de existencia, la conciencia se mantiene ocupada en el mundo objetivo de la realidad y las ideas; y cuando trata de mirar dentro de sí misma, hay un mundo de unidad absoluta, del cual el objeto que desea conocer es el sujeto mismo. La espada no puede cortarse a sí misma. La oscuridad de la Ignorancia no puede disiparse porque es su propio yo. En este punto la voluntad ha de efectuar un heroico esfuerzo para iluminarse, para redimirse, sin destruir la conciencia que una vez despertará, o más bien estructurando el principio, que yace en la base de la conciencia" 66.

La identificación por parte de Gotama Buda, de la Ignorancia con el yo, ego o atman, constituye el fundamento para sostener que no existe un ego-entidad psicológico, como algo desconocido e incognoscible, que sea la base de nuestras actividades vitales. En realidad, expone Suzuki, "El ego es el sitio oscuro donde no llegan a penetrar los rayos del intelecto; es el último escondrijo 66 Op. cit., pág. 143. La cursiva es nuestra


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de la Ignorancia, donde esta última se aparta, serenamente, de la luz. Una vez puesto al descubierto y allanado este cubil, la Ignorancia se desvanece como escarcha al sol". De ahí el profundo sentido del pensamiento oriental que confiere particular importancia al desapego, al no desear nada de manera excesiva; por cuanto el deseo, el apego, aparte de constituir la principal fuente de sufrimiento, constituiría el refugio más sólido del yo-ignorancia, narcisista, que se apega y aferra a sí mismo, impidiendo la liberación de la mente.

El proceso destinado a superar este yo-ignorancia, se propone destruir el dualismo de las cosas y restablecer la unidad retornando a la morada original, viendo la unidad en la multiplicidad. La superación misma implica la aniquilación o destrucción de dicho yo, llamado también yo diminuto. El proceso comprende, a lo menos, las siguientes fases: Ejercicio de la mente para concentrarse en un solo objeto; para obtener serenidad; para comprender los procesos corporales; para el desapego; así como las etapas de "primero, contemplar la infinitud del espacio, sin la perturbación de la multiplicidad de la materia; la segunda, consiste en contemplar la infinitud de la conciencia, en contraposición a la primera; la tercera tiende a ir más allá de la diferencia entre el espacio y el pensamiento; y la cuarta consiste en eliminar incluso esta conciencia de indistinción; en estar, de esta manera, completamente libre de cualquier rastro de intelección analítica", nos refiere Suzuki.

No obstante que Buda cuestiona aspectos de la tradición brahamánica referida a la unidad Atman-Brahman67, y además propone su doctrina del no-atman, no parece, en virtud de las fases de meditación recién mencionadas que en realidad sean contradictorias. Es más, dichas etapas implican la tradición filosófica de los Vedas en torno a la existencia del Yo Universal, que podría ser recuperado mediante un esfuerzo planificado de la voluntad.

Desde nuestra perspectiva, tanto el énfasis en las formas, como el acceso a una visión de la unidad, pueden considerarse como no antitéticos o antagónicos, sino más bien, como momentos del proceso de superación del espíritu. Del mismo modo que, por ejemplo, en el aprendizaje de una disciplina se empieza, ordinariamente, por aspectos o fragmentos de ella, requiriéndose de una largo entrenamiento para alcanzar un conocimiento en unidad de la misma, otro tanto ocurre con el proceso de acceder a formas superiores de captación de la realidad y de sí mismos.

Sin embargo, el camino no es trivial, ni tampoco natural. Aun cuando la visión

67 V. cap. "De Oriente con la Pluma y la Espada".


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en unidad está siempre presente en cada proceso de pensamiento y de acción humana, con mayor o menor intensidad; se requiere de una ejercitación rigurosa, compleja y difícil, para salir del oscuro subterráneo en el que nos sumerge el propio yo. No ha de perderse de vista que el lenguaje y el ámbito cultural que genera y retroalimenta su lógica, constituyen una verdadera matriz originaria, que hace casi indistinguibles el procesamiento habitual de formas, códigos y símbolos, al punto de ser considerados como el único modo de acceder a lo verdadero y real, que lo real es como las formas.

Precavidos contra la fascinación por las formas y nuestro narcisismo, podemos resolver la aparente contradicción sosteniendo que la captación en unidad, que trasciende las formas, constituye un modo de percepción que articula en una nueva forma de visión, el necesario camino por las formas. El cual, por lo mismo, no es menos, si estoy alerta acerca de las cadenas y trampas sutiles que configura a cada paso. Así, puedo superar el dualismo, alcanzar al conocedor desconocido, tenerlo a raya, y acceder a la unidad de visión.

Es importante consignar que, como sostiene el "Código de Disciplina para la Meditación Vipassana": "la enseñanza del camino que conduce a la liberación... puede practicarlo todo el que quiera, libremente, sin conflictos de raza, casta ni religión, en cualquier momento y en cualquier lugar, y con resultados igualmente beneficiosos para todos".

Esperamos del lector considere estas reflexiones preliminares acerca del conocimiento, como una aproximación necesaria para comprender por qué es relevante estructurar este campo de estudios para la educación. Habida cuenta que el niño, tempranamente, ingresa al universo de las formas, sea a través de la variedad de estímulos físicos de que es objeto, sea a través de su navegación por toda clase de códigos y lenguajes, formales o informales, que le permiten desplegar su capacidad de comunicación y de relación con el entorno. Pero a su vez, porque en el operar consciente con formas y el acceso a la unidad de visión, radicaría parte más que importante de sus posibilidades de ampliar su capacidad adaptativa y de invención.

Una poderosa convergencia

La justificación de esta configuración viene dada, además, por su correlación estructural y operativa con la organización de la inteligencia que hemos venido fundamentando. De modo que, en sentido estricto, no sería posible avanzar


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mucho en la descripción de ésta, si no es sobre la base de adentrarse en la comprensión del conocimiento. Reafirma esta apreciación la importancia estratégica que ambos temas han adquirido en la tecnología contemporánea; ello a partir de que las investigaciones en torno a la inteligencia y al conocimiento tienen de común la lógica electrónica, orientada a inteligencia artificial y al diseño de bases de datos o software multi e hipermedial. Ambas dirigidas a la automatización de procesos del pensamiento para describir o modelizar la manera cómo el hombre organiza y opera formas. Siendo en ocasiones indistinguible determinar, cuándo en estas investigaciones y aplicaciones se trata de una especificación de la estructura de la máquina inteligente propiamente, o cuándo se está en el campo de una fenomenología del conocimiento.

Por ejemplo, en matemática, la traducción a lógica electrónica de procedimientos algorítmicos de resolución de problemas es una cuestión que comprende, tanto la lógica del pensar como la operación de formas; cuestión similar se produce a la hora de diseñar bases de datos, lenguajes interactivos o hipertextos en los cuales es necesario determinar los modos de almacenamiento, de búsqueda e interrelación de datos e información. Otro tanto ocurre en el control electrónico de procesos productivos, en la automatización de procedimientos administrativos o en la robotización de propiedades motoras del cuerpo humano o de otros seres vivos.

De manera que producir una convergencia programática entre estas vertientes del saber y de la acción en el campo de la educación, generaría un gran potencial creativo y, además, de valor estratégico. Por lo demás en la actualidad son constitutivos del sustrato insoslayable de cualquier proceso educativo: el rango paradigmático de la inteligencia, sus recursos lógicos y potenciaciones tecnológicas, unidos a la estructura del conocimiento con sus posibilidades universales de aplicación.

En cierta forma, el programa de investigación contenido en esta configuración fue expresado en su momento por Platón, cuando en el diálogo "alcibíades" pone en boca de Sócrates las siguientes palabras: "estos tres conocimientos: conocerse a sí mismo, conocer lo que está en nosotros, y conocer las cosas que pertenecen a lo que está en nosotros, están ligadas entre sí; son efecto de un solo y mismo arte... la sabiduría".

Configuración preliminar de estudios


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Esta nueva configuración de estudios, como cada una de las propuestas aquí, no constituye otro fragmento del conocimiento, sino que representa una extensión del núcleo y cerebro sistémico del paradigma educativo y plataforma de anticipación que proponemos: los estudios para el desarrollo de la inteligencia y el problema de la gobernabilidad de sistemas de organización de cualquier clase, incluyendo el gobierno del cuerpo y de la mente. Se trata, pues, de desplegar a través de una red estructurada de conocimientos y aplicaciones, la complejidad que la organización de la inteligencia ha desarrollado en las diversas disciplinas y formas de comprensión de la naturaleza, expresadas como conocimientos, saber, experiencias, tecnologías o formas culturales.

En esta dirección las investigaciones tienen un carácter fenomenológico: la descripción progresiva de estructuras subyacentes a toda clase de experiencias, tecnologías, formas de expresión artísticas, referidas a la sensualidad o procedentes de diferentes dominios del saber; cuya organización como conocimiento o para el diseño de máquinas lógicas o tecnologías, permitan generar estructuras más universales de organización.

Del mismo modo que las anteriores configuraciones sobre la inteligencia y la lógica, ésta tiene una clara derivación aplicada. De hecho, como se sabe, multiplicidad de estructuras referidas al modo de organización del conocimiento han sido ya computarizadas y ocasión de sucesivos perfeccionamientos: redes lógicas, sistemas de búsqueda y de almacenamiento, modelos tentativos de memoria, formas de ordenamiento de la información, sistemas de codificación. Todas constituyen una expresión unificada de recursos lógicos u operativos de la inteligencia y, al mismo tiempo, representan formas de organización y de operación del conocimiento.


La dimensión o rango meta de la inteligencia puede ser reconocida en la arquitectura organizacional de un metamecanismo cualquiera. Este es depositario de multiplicidad de otras estructuras, cada una de las cuales incluye a las otras, en una apretada red proteiforme, cambiante, con sistemas de ajuste y correción, a partir de una estructura de proceso. Así, por ejemplo, la noción de comunicación comprende mecanismos de control, de verificación, filtros de información, sistemas de codificación, de retroalimentación, ubicuidad y


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recursividad estructural, o procesadores de variables, entre otros. A su vez, el metamecanismo de retroalimentación incluye también los mismos dispositivos y estructuras.

Cuando nos aproximamos a comprender cuál sea la estructura del saber

tenemos esta misma recursividad y urdimbre conceptual. P. ej., el concepto de verdad, una metaestructura, nos remite a las nociones de sistema de proposiciones, duda, certeza, incertidumbre, creencia, supuestos; y otras que toda vez que las consideramos en detalle, muestran la extensísima red conceptual de la cual son momentos unificados.

En cierta forma no puede ser de otro modo, por cuanto dicha condición del conocimiento surge de la posibilidad de pensar lo pensado en cuanto pensado, dimensión que podemos recoger a través de la metamatemática, el metalenguaje, la metacomunicación, la metafísica y correspondiente a todas las disciplinas, como formas constitutivas de tipificar o especificar la clase de organización de una forma de conocimiento; siempre en referencias de segundo o tercer orden en una serie recursiva, casi ilimitada.

En relación con la educación significa que, un campo así configurado, proveería el ambiente estructural para el despliegue de la inteligencia en su ambiente o dimensión natural operativa de carácter meta. Por ejemplo, podemos afirmar que a la dimensión metacognitiva le es esencial el tema de la gobernabilidad, sea como gobernabilidad de la complejidad interna sistémica o existencial (para un despliegue lógico y adaptativo adecuado de la entidad); sea como gobernabilidad frente a las variaciones y macroperturbaciones del medio; o como gobernabilidad en cuanto navegación por el medio tecnológico ciberespacial.

Siendo esta conexión esencial, entonces el punto de partida pedagógico

tiene que ser necesariamente más alto, de mayor profundidad, cobertura e inclusión que aquella que enfatice una cualquiera de las formas (lo que con bastante frecuencia acostumbran a delimitar los conocidos ‘ismos’). De hecho, las actuales tecnologías de comunicación proveen una clase de pedagogía lumínica que permite al niño navegar con gran expedición en nuevos lenguajes estéticos o formas indagatorias y de diálogo; accediendo a ellos de modo natural porque la lógica electrónica despliega en un ambiente universal unificado, similares propiedades de combinación y recombinación de formas de la mente.

Asimismo, para la definición de estrategias que desplieguen el carácter meta


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de la inteligencia, es importante tener presente la reunificación del conocimiento y de la acción provista por la cibernética a partir del concepto de máquina. Como hemos señalado, este concepto puede ser considerado sinónimo de organización, y no dice referencia inmediata con la naturaleza de los componentes de una máquina cualquiera. El vocablo, es menester enfatizar, incluye toda clase de máquinas; existente o aún no creadas y también el desorden y el caos como formas de organización.

Ahora bien, desde la perspectiva cibernética resulta fructífero pensar una entidad concreta o una forma en tales términos, más específicamente como máquina lógica; esto es, depositaria de una estructura y lógica de operación que eventualmente puede ser recreada o simulada electrónicamente. La cobertura de aplicación de esta metodología es extremadamente amplia. Podría decirse que todo lo existente y aun lo posible de diseñar y construir son máquinas u organizaciones de algún tipo. Pero lo trascendente es el hecho de adquirir la metodología para ver los objetos, ideas, intuiciones o emociones en tal perspectiva. Así, por ejemplo, una depresión puede ser considerada y estudiada como una máquina u organización entrópica que, ‘instalada’ en una persona, produce desorden e inestabilidad al punto de ser catastrófica; toda vez que por diversas razones altera significativamente el sistema de gobierno de la misma.

Al respecto, podría decirse que el lenguaje cotidiano más bien oculta el hecho de que siempre estamos tratando o ponemos en acción máquinas u organizaciones. Así, conceptos poderosos como el de organización pasan inadvertidos y sin que incluso se comprenda su profunda implicación para avanzar en la constitución de lo transdisciplinario.

Un ejemplo típico y crítico lo constituye en la actualidad la misma filosofía, las más de las veces distanciada y prejuiciada acerca de los logros de la cibernética o de los notables avances en la automatización de propiedades lógicas y motoras del cuerpo. Y ello no obstante que esta disciplina, por campo temático, está muy próxima de los actuales programas orientados a diseñar inteligencia artificial y a comprender los efectos sobre el pensamiento y el conocimiento producidos por los ambientes electrónicos. A nuestro juicio, uno de los puentes que podría resolver esta discontinuidad lo constituye la noción de máquina o mecanismo; la cual, aún cuando presente en los orígenes de la filosofía, no pudo, evidentemente, tener la significación tecnológica ni la relevancia cognoscitiva actual.

En este sentido podría decirse que la carencia de este concepto en la educación produce la desconexión entre la representación teórica y sus posibilidades aplicadas. En el ambiente pedagógico tradicional, ni el profesor


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ni el alumno piensan u operan en términos de mecanismos, máquinas u organizaciones; produciéndose el desfase señalado. Pero además, constituye una seria limitación a las posibilidades de desarrollar la creatividad y capacidad de invención de los niños.

Véase si no: en el ambiente electrónico el niño se enfrenta siempre a máquinas lógicas; trátese de juegos, de la operación de algún software educativo, de la incursión por Internet o programando. En rigor, pues, los timoneles del futuro están en la torre de comandos de máquinas lógicas (computadores, redes informáticas y en general, situaciones de comunicación o de gobernabilidad). Siendo estos ambientes donde con mayor facilidad ingresan al universo de las formas o estructuras. En realidad, deberíamos decir, está coafinado con él, es su espejo interactivo y lugar de acción recíproca total.

4. LENgUaJES y COMUNICaCIóN


Uno de los criterios básicos, utilizados para definir cada una de las configuraciones de este modelo, se refiere a la necesidad de que ellas respondan a las demandas de la complejidad en incremento progresivo. En esta dirección y en el contexto del ambiente tecnológico contemporáneo, el ámbito de los lenguajes y de la comunicación revisten algunas características singulares que inspiran la modalidad aquí propuesta.

En primer lugar, el hecho de que constituyan también formas de formas,

comprendiendo ahora la comunicación entre hombres y máquinas y entre máquinas y máquinas, se inscriben dentro de los problemas del gobierno de la complejidad y, por lo mismo, en las cuestiones referidas al control, regulación y coordinación de sistemas. A su vez, la extraordinaria facilidad con que surgen nuevas tecnologías y sistemas de comunicación, tales como redes informáticas, bases de datos, tecnología de comunicación de realidad virtual, amén de la naciente televisión interactiva, entonces no podemos sino justificar el que perfilemos esta configuración como el medio para la interconectividad.


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Desde esta perspectiva, este campo de estudios y de aplicaciones sobrepasa en mucho el objetivo que reduce su enseñanza al manejo de un idioma, o de la lengua materna para propósitos de comprender las formas de argumentación, conversación o de redacción; sea creativa o para fines de comunicación administrativa o laboral. En efecto, la presente ubicuidad y extensión prácticamente universal de la comunicación y su dimensión cibernética configuran, a nuestro juicio, la temática que ha de comprender este campo de estudios. En consecuencia, está ligado a los problemas de gobernabilidad, comprendiendo las implicaciones metacognitivas y lógicas en relación con la inteligencia; por ejemplo, su función en la generación y organización del conocimiento para el manejo de estructuras y formas del tipo códigos, lenguajes, función metafórica de los mismos, coafinamiento de la inteligencia como forma de formas, con la naturaleza también estructural de los lenguajes en cuanto formas de formas.

Lo cual significa sostener que, en los hechos, las diversas formas de comunicación contemporáneas conforman un apretado y multidimensional tejido lógico, mismo que ha de quedar a la vista toda vez que se trate de estructurar un programa de estudios orientado a colocar a los nuevos timoneles en posición de operar en los actuales-futuros ambientes de comunicación.

Podría ponerse de esta manera: las diversas formas de comunicación, así como la variedad de lenguajes y códigos corporales, computacionales, sociales, culturales, científicos, estéticos, afectivos, políticos y otros, en cuanto modos de expresión, se extienden y echan sus raíces en todas direcciones y profundidades del quehacer humano. Por la misma razón, su traducción a un programa pedagógico habrá de poseer estas características, asumiendo su complejidad e importancia estratégica; particularmente en relación con el diálogo interactivo con máquinas, las cuales, cada vez más, son depositarias de propiedades que tienden a hacerlas más universales; justificando en el presente, para muchas de ellas, su denominación de sistemas expertos o inteligentes.


En el contexto educativo, el diálogo interactivo con máquinas electrónicas representa una cobertura poderosa de aprendizaje. No se ha de perder de vista que en especial niños y jóvenes son quienes han dado pasos trascendentales en el diseño del soporte lógico de esta tecnología, a partir, precisamente, de su


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natural coafinamiento con ellas. Diseñar pues, un programa sobre Lenguajes y Comunicación no resulta, en

absoluto trivial; es más, podría ser el caso que toda nuestra tradición cultural sobre el particular, fragmentada, esté muy por debajo de asumir la significativa transformación y perspectivas tecnológicas de las formas de comunicación emergentes; permaneciéndose en consecuencia, lejos de advertir la poderosa imbricación lógica esbozada preliminarmente. Un ejemplo de lo cual puede ser el interés formativo que podría tener introducir en esta configuración los estudios criptográficos, como campo de singular interés tecnológico y organizacional, orientado en la educación al desarrollo de poderosas propiedades lógicas en el estudiante; incentivando su capacidad de análisis y desciframiento de códigos, posibles de aplicar al develamiento de estructuras biofísicas, químicas o matemáticas, o pensando en la naturaleza transdisciplinaria de los estudios y métodos de análisis comprendidos en esta área del pensamiento.

Otro aspecto de compartida relevancia lo constituye la dimensión metaestructural del lenguaje; mediante una metalectura programada de la literatura y poesía como cuestión metacognitiva esencial del lenguaje, es posible acceder al universo de las formas de la sensibilidad y del sentimiento. Cuestión presentada más ampliamente en la configuración respectiva.

Desde otro ángulo, el concepto mismo de lenguaje puede ser ampliado a las diversas formas de conocimiento, en el sentido de que, por ejemplo, la matemática, la física, la química, constituyen grandes metáforas de la realidad. Códigos en que pueden ser leídas algunas dimensiones de la naturaleza; lenguajes en último término, con sus propias características, pero lenguajes o formas de comunicación a fin de cuentas.


Para esbozar una perspectiva metodológica de este campo de estudios, es preciso tener presente el sofisticado contexto actual en que se inserta: surgimiento de complejos y variados sistemas de códigos y lenguajes; estilos de expresión y palabras locales; mixturas idiomáticas productos del entrecruzamiento dialógico internacional de culturas y lugares distantes, posibilitados por el correo electrónico y redes informáticas. Y en la misma dirección, el espontáneo surgimiento de


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múltiples grupos dialógicos con temáticas específicas que van creando y difundiendo por el orbe sus particulares incitaciones problemáticas y visiones existenciales. Agreguemos a ello los estilos de pensamiento y metodológicos, generados por los nuevos navegantes, que se difunden y entremezclan en la investigación de toda clase de asuntos.

Pero además, debemos tener presente la ampliación enorme de la capacidad de los canales de comunicación con la incorporación de fibra óptica y redes satelitales. También las tecnologías para el almacenamiento de grandes cantidades de información en espacios superminiaturizados, entre un sinfín de adelantos que sitúan las comunicaciones y el intercambio de ideas, informaciones, deseos y esperanzas, en una intrincada y enorme red bioelectrónica.

En este contexto, es importante destacar que desde la teoría cibernética los procesos de comunicación comportan mucho más que mensajes. En realidad éstos proveen formas de control, regulación y coordinación de procesos y actividades. Así emergen grandes redes para la administración y organización de empresas, proyectos multinacionales, operación de megamercados; o la constitución de equipos internacionales de investigación científico-tecnológica y cultural, entre múltiples otros campos de trabajo.

Esta omniabarcante transformación de la comunicación a escala planetaria con participación de máquinas, plantea nuevos desafíos e interrogantes al proceso educativo. Emerge la interconectividad, un nuevo medio. Rasgo por el cual, la enseñanza de los lenguajes y la comunicación, deben inscribirse dentro de este ambiente tecnológico-cultural más amplio. Asimismo, se ha de conferir especial importancia metacognitiva al uso de formas o códigos por parte del niño, y a su gran habilidad y expedición para hacerlo desde apenas nacido. Importancia compartida habrá de otorgarse al efecto de simultaneidad en curso, por el cual pasado y futuro se constituyen en presente; unido a la integración computarizada de sensores tecnológicos y a su proyección creativa multi e hipermedial, en tanto nuevas formas de percepción y de expresión.

Desde este trasfondo, resulta particularmente relevante mencionar, a modo de ejemplificación metodológica, el estudio de la estructura del diálogo filosófico, dada la vastedad de recursos lógicos allí desplegados para avanzar en descripciones fenomenológicas, modelización, afinamiento de los procesos de análisis y de síntesis, comprensión de los alcances de la interrogación o de los modos de división y clasificación del conocimiento. Entre muchos otros procesos que refuerzan la importancia de los estudios lógicos en el campo de


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la comunicación.

5. ESTRaTEgIaS DE aDaPTabILIDaD

"Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda".

Proverbios 25:28


La tendencia al desorden, la imperiosa necesidad de introducir formas de organización más poderosas para contrarrestar, en parte al menos, dicha tendencia; la consiguiente necesidad de alcanzar mayores niveles de gobernabilidad, constituyen la demanda global sobre la cual se asienta la idea de enseñar estrategias al propio cuerpo. Ello mediante un modelo educativo que permita introducir formas de gobierno del cuerpo y de la mente, para enriquecer y desarrollar la inteligencia, así como las formas de la sensibilidad y del sentimiento, en un todo unificado con la naturaleza. Campo de estudios que hemos denominado Estrategias de Adaptabilidad.

La proposición de configurar este nuevo campo pedagógico se funda en la idea de que el cuerpo humano, dada su extrema complejidad, es una entidad que contiene el mayor número de principios, leyes de la naturaleza y estructuras de organización que se conocen; lo cual permite definir una de las dimensiones de la universalidad de que es depositario. Otra la constituye el amplísimo espectro lógico y de operación que puede cubrir y sobre el cual también hemos hecho mención. Sin embargo, es claro que esta universalidad no es desplegada, ni asumida, ni las más de las veces comprendida; razón por la cual no son activados todo el poder y riqueza del cuerpo, ni de la inteligencia.

Desde otra perspectiva, la cultura oriental nos enseña cómo el espectro de adaptabilidad del hombre puede alcanzar formas cada vez más universales, sobre la base de asumir e incorporar a su cuerpo las estrategias adaptativas pertenecientes a los elementos de la naturaleza, tales como el fuego, el viento, el agua, la tierra, el vacío, junto a los recursos de que son depositarios el resto


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de los seres vivos, plantas, ríos, montañas, árboles, flores, rocas, acantilados, etc., cuyo profundo sentido, asumido y proyectado por el hombre, mediante una ejercitación disciplinada y constante, ampliaría ilimitadamente su base de sustentación, hasta hacerla efectivamente universal.

A su vez, por caminos diversos, ascetas, místicos y filósofos occidentales, han explorado, vivenciado y proyectado como caminos posibles de comunión y de realización, dimensiones más elevadas de comunicación y existenciales, a partir de un trabajo laborioso y disciplinado sobre la mente y el cuerpo. Es más, de manera relativamente reciente, estudiosos occidentales con investidura eclesiástica han propuesto modos de relacionar, unificar y experienciar, sin conflicto doctrinal, el sentido cristiano del perfeccionamiento espiritual con la aportación oriental en el campo del gobierno de la mente y su modo de percibir y experienciar la naturaleza. Es preciso consignar que la mayoría de las formas de meditación orientales, tanto como el adiestramiento del cuerpo en las artes marciales, no exigen ni explícita ni implícitamente, adopción doctrinaria de ninguna clase.

En esta dirección, pues, resulta imprescindible diseñar un programa educativo de carácter transcultural, a partir de las dos grandes vertientes del acervo cultural de la humanidad, en torno a la comprensión del hombre: la filosofía, ciencia, arte y misticismo occidental, con la sabiduría oriental. La convergencia viene dada, básicamente, por un elemento común, presente también en muchas dimensiones de la cultura occidental, pero siguiendo caminos variados; nos referimos a la gobernabilidad de mente y cuerpo. Sabido es que tanto las artes marciales en Oriente, cuanto formas milenarias de meditación, se asientan sobre el principio de la unidad y universalidad de la inteligencia; y también sobre la idea-praxis de que mediante una ejercitación mental y actitud ética determinadas, es posible acceder a niveles superiores de comprensión y gobierno de la misma.

Entre los aspectos que podemos resaltar para diseñar esta configuración se encuentran, por ejemplo, la variedad de formas de adaptabilidad y modos de observación atenta de la naturaleza que las artes marciales como el Karate, o las formas de comunión con la naturaleza como el Tai Chi, proveen en su proceso formativo. Así también las técnicas de meditación, en cuanto proveen elaboradas y penetrantes formas de contemplación y de ejercitación del cuerpo, de las sensaciones, de la mente, de los objetos de la mente; además de la recta concentración y conducta. Todo lo cual configura una estrategia educativa de gran valor cognoscitivo; porque constituye una amplia cobertura metodológica para unificar conocimiento-ejercitación del cuerpo-mente con una conducta ética que establece continuidad con la naturaleza y el cosmos.


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De manera que, una configuración así concebida, podría ser de extraordinaria importancia estratégica, por cuanto representaría unificar las grandes tradiciones culturales de Oriente y Occidente en torno al tema. Cuestión de relevancia y pertinencia en la actualidad, considerando la apertura del enorme mercado internacional de Asia Pacífico y el emergente eje de poder político-económico y tecnológico China-Japón, de trascendencia histórica. Así, pues, el proceso de transculturización en marcha nos plantea el desafío de comprender al hombre oriental, su cultura y su sabiduría milenarias que, en lo referente al cuerpo, parece constituir por sí sola un paradigma comprensivo y de desarrollo humano de innegable riqueza. En realidad es ya parte esencial del acervo cultural de la humanidad.


El principio que inspira la necesidad de diseñar esta nueva configuración es que, mente y cuerpo, constituyen una unidad; que aun cuando extraviada como tal en una cultura y educación que ha escindido dramática y casi irreductiblemente ambos momentos, demanda ser restablecida en su más fructífera continuidad. Para ello podría ser necesario aprender de la contribución oriental, integrando sus diversos procesos formativos a las modalidades occidentales orientadas al desarrollo espiritual. Lo cual, en todo caso, no debe entenderse como un esfuerzo meramente ecléctico, sino más bien de superación, en unidad, de los momentos que pudieran diferenciarles.

Desde este contexto transcultural, enseñar estrategias al cuerpo implica ir más allá de tan sólo un entrenamiento físico, hasta poder alcanzar las dimensiones metacognitivas que están en la base de los ejercicios de dominio físico y control mental, presentes en la tradición meditativa oriental. Así, un programa educativo con estas características contendría al menos los siguientes elementos: la contemplación-ejercitación-comprensión del cuerpo en el cuerpo, esto es, el meditante contempla (experimenta o siente, estudia, perfecciona) el surgir de los fenómenos en el propio cuerpo, su desvanecimiento, alternación y emergencia de los mismos en conexión con otros procesos que tengan lugar mientras surgen y desaparecen. De la misma forma contempla las sensaciones en las sensaciones, quiere decir, sigue el curso de las sensaciones por dentro, por fuera y por dentro y por fuera a la vez, diciéndose a sí mismo: "siento una sensación agradable", o "desagradable", examinando el suceso, asumiéndolo, considerando sus efectos


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que tienen lugar sobre su conciencia, en sentido estricto, pensando lo pensado, sentido o actuado en cuanto tales, un proceso claramente de orden meta, en su más amplia acepción.

Consiguientemente, el mismo principio opera para el examen de la mente en la mente, colocando la atención en estados como la pasión, el odio, la ofuscación, la distracción, la propia concentración, sus elementos constitutivos, sus posibilidades y recursos. Otro tanto cuando se trata de los objetos de la mente, tales como el apetito sensual, la apatía, la ansiedad o la duda; el meditante practica contemplando cada evento por dentro, por fuera, y por dentro y por fuera a la vez. Adquiriendo un conocimiento detallado y profundo de su ser y posibilidades, hasta convertirlo en sabiduría e intuición, en conocimiento unificado de sí mismo. Lo cual es convergente, como se puede apreciar, con la idea de "Pensar lo pensado en cuanto pensada", de Husserl. Es más, dirá el oriental, dicho conocimiento será más universal en tanto sea a partir del Tao insondable, esto es, desde el Sentido, el Camino, aquella profundidad de profundidades, misterio de los misterios, esencia sutil, quietud en la agitación; a la cual podría accederse si mediante un disciplinado esfuerzo se mantiene la mente sosegada en medio del alborotado surgir y desaparecer de los incontables seres que la pueblan, siempre en continuo movimiento y que hacen difícil su conducción. Pero, cuando es posible guiarla en el Sentido, dominando los corceles de la pasión y del deseo, entonces podría alcanzarse la realización en el inabarcable Tao.

Asimismo, la contemplación del cuerpo en el cuerpo incluye el estudio de los diversos mecanismos neurofisiológicos que tienen lugar en cada uno de estos procesos; así como de los fenómenos físicos y analogías que pudieran establecerse con diversos elementos de la naturaleza. Todo lo cual en consonancia con el propósito de alcanzar una mejor supervivencia del grupo social, a partir de una más eficiente gobernabilidad de la mente-cuerpo. Si se observa, pues, la clase de atención y ejercitación anteriores, podrá establecerse la profunda convergencia con el rango organizacional meta; lo cual faculta sostener que la meditación oriental constituye también y en sentido estricto, y no podría ser de otro modo, una estrategia metacognitiva de aprendizaje y de adaptabilidad, poderosa y versátil.

El énfasis en el camino oriental tiene más bien el sentido de poner atención sobre una contribución las más de las veces desconocida para nosotros; sin embargo, en el contexto de los temas y desafíos de esta configuración, desde una lectura dirigida a rescatar nuestro propio aporte, muy probablemente quedaremos sorprendidos frente a la vastedad de estudios y propuestas orientadas a alcanzar


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estados evolutivos superiores del hombre, tanto como para mejorar sus estrategias de vida, generadas en los campos de la filosofía, la religión, las artes, la literatura, la ciencia y las formas culturales más distantes y diversas.

A este respecto, es ilustrativo y complementario traer la educación del cacique como un modelo de interrelación naturaleza-hombre-desafío de sobrevivencia. Otro tanto ocurre con la educación del samurai y el conocimiento de diez mil cosas interrelacionadas en el trasfondo de la belleza y riqueza de los cinco anillos, así como de la dimensión ética del espíritu de la espada y de la pluma; aspectos necesarios de considerar en una educación que tuviera entre sus propósitos centrales el gobierno del cuerpo y de la mente. A su vez, la perspectiva educativa de los suwamish’s confiere la dimensión estética y profundamente ética, del modo de percepción y consideración en la cual ha de tenerse a la naturaleza. Todas formas pedagógicas que pueden concurrir, en una más elevada síntesis, a la educación de los timoneles, para un futuro emergiendo preocupante y con la explosión de una diversidad más cerca del desorden que de expectativas alentadoras para el hombre.

Desde esta perspectiva, enseñar estrategia al cuerpo comprende el sentido entero de la relación del hombre con la naturaleza, la tecnología y su propio cuerpo; en el intento por alcanzar continuidad entre el hombre y el cosmos; en el contexto de las limitaciones humanas y de su potencia destructiva. Esto nos recuerda que no debemos olvidar la existencia de la espada como sino dramático de la existencia del hombre, presente casi siempre, y para la cual también es necesario estar preparados. A su vez, el hecho de que el cuerpo humano sea una síntesis biológica de la naturaleza (otra forma de la continuidad recién mencionada), reafirma el programa orientado a incorporar al cuerpo las formas de adaptabilidad y recursos lógicos pertenecientes a otros seres vivos; rescatando así, en un profundo sentido, la naturaleza universal metamórfica de la inteligencia.

Consideraciones metodológicas: el ciberzen

Proponemos crear y llamar ciberzen a la estrategia metodológica que nos permita unificar las aportaciones filosófico-cibernéticas sobre el estudio de la inteligencia, con la contribución de la comprensión de la mente-cuerpo proporcionada por las escuelas orientales.


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La proposición se funda en la correspondencia metodológica que puede establecerse entre lo que se ha denominado el modo de desautomatización-automatización que se realiza en el Zen u otras formas de meditación (con el propósito de reconocer y comprender adecuadamente los diversos procesos fisiológicos y mentales que tienen lugar en cualquier actividad que realice una persona), con la descripción o simulación de procesos y mecanismos que realiza el cibernético, para una eventual posibilidad de recreación electrónica o virtual; o para su aplicación al diseño de sistemas u optimización de procesos.

Lo cual, en todo caso, no implica perder de vista el enorme aporte orientado a describir las estructuras esenciales de la mente, procedente de la literatura, la psicología, la neurofisiología y, al menos, la genética, mismas que en conjunto pueden ser proyectadas en esta estrategia que se propone organizar la información correspondiente, en la dirección de proveer más eficientes, poderosas y versátiles formas de gobernabilidad, a partir del rango organizacional paradigmático de la inteligencia humana. Estableciéndose, de paso, un puente productivo con las tecnologías de comunicación y el diseño de software inteligente. Así, el énfasis en la cibernética y la meditación oriental tiene el propósito de mostrar cómo operaría esta estrategia de estudio, exploración y práctica, cuyo fundamento, sin embargo, tendría la amplitud de todo el acervo de conocimientos y de cultura que pueda pesquisarse e integrarse creativamente en un nuevo paradigma educativo.

En esta dirección, pues, uno de los principios que subyacen en la sabiduría oriental es que, el desarrollo de una fina percepción de los diversos procesos corporales y posibilidades de la mente, además de un adiestramiento disciplinado, facilitan el perfeccionamiento sensorial y la agudización de la inteligencia; para conocer, aprender y gobernar el esquivo mar de las emociones e inclinaciones humanas.

En términos globales el Zen más que una "meditación" -considerando la evocación corriente que este término tiene en nuestra cultura como "un pensar atento sobre algo", constituye el propósito estructurado por establecer continuidad o unidad entre hombre y naturaleza; propende a generar un continuo de gobernabilidad entre mente y cuerpo; y también he aquí la conexión con la cibernética, el zen constituye el estudio y ejercitación de los diversos procesos neurofisiológicos y metalógicos de la mente y el cuerpo.

A este respecto, del mismo modo que mostrábamos el fructífero tránsito

posible de desarrollar entre el concepto y el mecanismo, ahora lo hacemos en relación con el concepto y su ejercitación a propósito de la gobernabilidad de mente-cuerpo. Así, puede afirmarse, uno de los rasgos que caracterizan a nuestra


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cultura es su trabajo teórico sobre qué sea la mente o la inteligencia; pero no se ha distinguido por acceder a su comprensión a través del ejercicio, monitoreo o captación experiencial directa de los diversos momentos que concurren para que se dé un determinado tipo de proceso mental. Cuestión que sí ha hecho el oriental, hasta convertirse en un aspecto fundamental de su milenaria cultura y tradición.

Sin duda que intentar establecer una analogía entre la cibernética o tecnología contemporánea y la meditación oriental, pudiera resultar ‘dura’ o desmedida para cualquier estudioso de esta cultura; y muy probablemente para quienes tienen una representación prejuiciosa acerca de aquella ciencia. Sin embargo, si se estudia la estructura de la meditación, se podrá apreciar cómo las diversas etapas y ejercicios recomendados, coinciden en aspectos decisivos -y la verdad es que no podría ser de otro modo porque se trata del mismo cuerpo-, con los estudios y descripción lógica que realiza particularmente el cibernético. Sólo que en el caso de Oriente este estudio se inscribe dentro de un programa de ejercicios para el perfeccionamiento espiritual y la superación de la discontinuidad hombre-vida universal; transformándose allí, en las últimas décadas, en una preocupación decidida por resolver el proyecto orientado a diseñar inteligencia artificial; con ventaja, a nuestro juicio, dado el profundo trasfondo cultural de comprensión de los procesos mentales que poseen.

A nuestro juicio, la convergencia puede visualizarse, de modo simplificado y con las restricciones del caso, si se considera al trasluz del esquema básico de una máquina informática, dotada de entrada, proceso, salida y retroalimentación. Sin perder de vista que las nociones de metamecanismo, metaconcepto y el mismo principio hologramático ya expuestos, permiten, desde otro ángulo, una comprensión aún más profunda de la extrema complejidad de la inteligencia. En este contexto, las diversas fases de la meditación para la cual preferimos utilizar la expresión Zen o la palabra Yoga por la idea de unidad que conllevan (aun cuando ésta designe un estilo de perfeccionamiento determinado), constituyen ejercicios para conocer y comprender los procesos que tienen lugar a través de cada uno de nuestros analizadores sensoriales (la entrada); siguiendo cuidadosamente las variaciones y eventos que tienen lugar en nuestro cuerpo en cada instancia perceptiva, para luego de descomponerlas o casi literalmente desautomatizarlas reinstalarlas en el todo de la vida corporal. Ello ocurre de modo sutil o abrupto, pero desplegando los recursos con gran poder y cobertura de desarrollo personal.

El mismo procedimiento que hemos establecido vale para la actividad


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mental que podemos llamar el proceso. Comprende la percepción y análisis de las emociones, deseos, placeres, dolores, sufrimientos, pensamientos y pensamientos pensados (como los objetos de la mente), que en diferentes instancias y direcciones encontradas o yuxtapuestas tienen lugar en nuestra conciencia. La representación podría ser similar a la de un océano infinito de posibilidades; las más de las veces con un alto grado de descontrol y confusión. La experiencia indica que, tanto la observación como la desagregación de cada uno de estos procesos en sus elementos constitutivos (los ejercicios recomendados y su reinstalación en el movimiento entero del espíritu), generan lucidez sobre las posibilidades de la inteligencia, al tiempo que un natural despliegue de tales recursos, sin necesidad de pensarlos.

A su vez, los ejercicios de desautomatización comprendidos en la práctica del Zen, como por ejemplo la comprensión de la estructura y funcionamiento de la respiración mediante la ejecución de determinados ejercicios, su reinstalación en el cuerpo una vez comprendida y controlada (una forma de salida), proveen el desarrollo de sutiles pero poderosas formas de control y dominio sobre las emociones, deseos y pensamientos desordenados que pueblan nuestro ser. Como se puede observar, en nuestra cultura este camino oriental asume más bien la forma de una analítica especulativa, como fenomenología o descripción conceptual, sin que implique un programa de ejercitación correspondiente.

Las técnicas mencionadas tienen notable correspondencia con la especificación detallada que el cibernético realiza de diversas funciones lógicas y motoras del cuerpo; con la diferencia de que aquéllos lo han estado haciendo y perfeccionando anticipadamente por casi tres milenios o más. Para nuestro propósito de fundamentar el paralelo propuesto, considérese cómo, cualquier software utilizado por un niño, constituye una especificación detallada de los diversos procesos y mecanismos que concurren en el hombre para la ejecución de una función determinada. De manera que, de hecho, los niños están naturalmente inmersos en ambientes de desautomatización-automatización de procesos: el ciberzen. Los que de modo sutil se reinstalan luego en su mente, potenciándola y confiriéndole un nivel más alto de coafinamiento con estructuras lógicas y operativas.

En esta dirección la retroalimentación es otro mecanismo presente en las técnicas de meditación oriental, esta vez a través de una serie de reglas morales y conductuales procurando perfeccionar el accionar del hombre. Ellas se refieren, básicamente, a restricciones como no destruir a un ser viviente, no apropiarse de lo que no nos han dado, no abusar de los placeres sexuales. Asimismo, se


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señalan los límites del hablar, como no mentir, chismear, decir groserías o frivolidades. De igual forma, el no codiciar constituye un modo de ejercitación esencial para organizar adecuadamente, el flujo de la conciencia, de los deseos y pensamientos; tanto como no incurrir en malevolencia y opiniones erróneas; las cuales son también perjudiciales.

En la estructura del Zen, los procesos anteriores ponen a la vista el despliegue de la lógica de retroalimentación de la información, esto es, de ajuste y corrección de la acción, presente en cada uno de los ejercicios y en la totalidad del proceso de desagregación-automatización-acción-no acción constitutivas de la meditación. En sentido estricto, se trata del despliegue de una retroalimentación ubicua y continua en conexión con el entorno.

Metodológicamente, pues, es interesante explorar y organizar para la educación, los puntos de unión que pueden establecerse entre los caminos orientales para enseñar estrategias a la mente-cuerpo, con los abiertos por ascetas, místicos y filósofos occidentales; enfatizando la necesidad de comprender el cuerpo y sus impulsos, para su gobierno, dirigido a propósitos espirituales y sociales trascendentes.

6. LaS FORMaS DE La SENSIbILIDaD y DEL SENTIMIENTO


Proponemos crear esta configuración orientada a comprender el proceso creativo y la vida afectiva, en conexión con es tructuras lógicas que permitan potenciar la riqueza conteni da en estas fructíferas, delicadas y también dramáticas formas de la conducta humana. Su inclusión programática en la educación sería esencial para generar una matriz pedagógica lo más universal posible.

En el contexto de nuestro paradigma y de modo preliminar, entendemos

por sensibilidad todos los procesos de la inteligencia y del cuerpo asociados a concepciones, representaciones y modos de experiencia existencial de orden estético, pertenecientes a los más variados campos de la actividad humana; desde el arte a la ciencia y tecnología, comprendiendo el amplio espectro de estados


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de esta índole ofrecidos o proyectados en la vida cotidiana.

A su vez, nuestro concepto de sentimiento, también preliminar, comprende las formas de expresión amorosas, de afectos, emociones, sensualidad, rechazos, antipatías y la variedad de afecciones, realizaciones, carencias, frustraciones que comprometen, tanto nuestra vida intelectiva, como las representaciones y formas de sentir el cuerpo; conformando las más de las veces un todo, no precisamente unificado, con la sensibilidad y lo lógico.

El omniabarcante ámbito de resonancia de ambas, en prácticamente todas las actividades humanas, hace imprescindible organizar, en un cuerpo articulado de estructuras y principios, las diversas formas posibles de describir subyacentes a dichas expresiones; cuya comprensión facilite una mejor gobernabilidad del azaroso mar de las emociones y deseos, así como perfeccionar y proyectar, creativamente, nuestras representaciones estéticas.

A nuestro juicio, lo anterior es factible por cuanto, ambos modos de existencia, se articulan a partir de un entramado organizacional que define su particular logicidad, posible de describir en aspectos esenciales y cuyo enlace estructurado con las demás configuraciones de este modelo, podría facilitar el desarrollo de la inteligencia.


El campo de estudios de esta configuración es tan amplio como el tema entero de la inteligencia, sus estructuras y efectos cognoscitivos; al igual que la lógica, atraviesa todos los campos de conocimientos y de conductas humanas. No ha de extrañar, pues, que en más de una ocasión los aspectos considerados parezcan pertenecer a más de una configuración de este modelo. Lo cual tiene su explicación, como hemos venido enfatizando, en la naturaleza, recursiva, ubicua, hologramática de nuestro paradigma; y no en una exposición innecesariamente reiterativa.

Un aspecto primero de gran relevancia es la conexión, necesaria de desarrollar, existente entre lo lógico, como lo organizacional y los campos pertenecientes a esta configuración. El punto de partida es considerar que, tanto el sentimiento como la sensibilidad, pueden también ser consideradas formas


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de organización. Por lo tanto, es menester para su análisis minucioso, desplegar la logicidad subyacente, mediante una fenomenología de los diversos estados mentales, procesos neurofisiológicos y existenciales que generan momentos de esta naturaleza.

En esta dirección, la siguiente tarea será organizar programáticamente la diversidad de aportaciones fenomenológicas; desde la filosofía, el arte, la ciencia, la psicología, la experiencia cotidiana, el cine, a la analítica de los efectos de las tecnologías de comunicación sobre ambos modos de expresión; también los aportes procedentes de la música, la poesía, el drama, así como las representaciones culturales de cada pueblo, sus formas amatorias y de expresión estética.

En esta dirección, es muy estrecha la conexión con las configuraciones Metalógica, Estrategias de Adaptabilidad, El Proceso de Invención y, Arte y Tecnologías de Comunicación. En conjunto abren una amplia cobertura de perfeccionamiento humano, por el conocimiento y la ejercitación del cuerpo y la mente, en conexión con su espejo interactivo: los ambientes tecnológicos de comunicación bioelectrónicos y la consiguiente posibilidad de despliegue de su rango lógico universal; del cual la sensibilidad y el sentimiento constituyen momentos definitorios, para alcanzar dicha amplísima cobertura de adaptabilidad y creatividad.


Si bien es opinión muy extendida el considerar que tanto la sensibilidad como el sentimiento son ámbitos renuentes al análisis lógico, a la posibilidad de su descripción formal; pensamos que las diversas expresiones artísticas, sea en el teatro, la pintura o la música, así como del sentimiento, constituyen despliegues de una logicidad posible de explicitar, en más de algún sentido, como expresiones genéricas de formas de organizar formas.

Examinando con mayor detalle el punto, se verá que son el resultado de procesos lógicos comunes a otros dominios del conocimiento, incluso a los aparentemente más lejanos. Esta convergencia, a nuestro juicio, la encontramos también en los afectos, emociones, modo de experienciar el propio cuerpo y el de otros, sea por el artista o cualquier persona. Expresiones que pueden ser


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descritas en la clase de organicidad que subyace a ellas; lo que constituiría su dimensión lógica, estructural u organizacional.

Podríamos decir que tanto la literatura, como la música y las demás artes, se fundan en esa posibilidad de descripción lógica; resultado de un trabajo conscientemente asumido o producto de una intuición que, desde nuestra perspectiva, es también de índole lógica y cognoscitiva (aun cuando tal condición pudiera no ser consciente por entero en el momento de su realización). Pensamos, por ejemplo, que la intuición es una forma de conocimiento; no un ‘pálpito’, ‘corazonada’ o ‘inspiración cuasi irracional, instintiva’, ajena o diferente de cualquier proceso lógico. En nuestro concepto, por el contrario, se trata de una captación instantánea de alguna conexión de sentido, producto de un conocimiento detallado del contexto -adquirido con anterioridad-, haya sido o no planificado formalmente, de la serie o entramado así visualizado. Lo cual, necesariamente, implica una aproximación a la comprensión del tipo de logicidad o cursos alternativos que podrían fluir por el conjunto.

Así, para el caso de procesos estéticos formalmente asumidos que alcanzan universalidad, por ejemplo, las obras de Shakespeare, nuestro dramaturgo y poeta debió, necesariamente, realizar un prolijo camino de descripción de los diversos estados del espíritu humano que importaba desplegar en cada una de sus obras, para así tocar de modo directo a la emoción y sensibilidad del receptor; mediante la comprensión de la íntima estructura lógica de los celos, de lo cual Otelo es un caso; o de la naturaleza de la intriga, dígase Yago.

Otro tanto ocurre con Neruda y cualquier gran escritor, en donde gran parte de su producción poética es la expresión de una descripción de formas, que pudieran definirse como universales, permitiéndonos, por ejemplo, reconocer al amor "tocando a casi todos por igual" (de ahí la mágica resonancia sentimental que suscita su obra). Sensaciones sentidas cuya logicidad interna, con frecuencia, no estamos en condiciones de explicar o desplegar conceptualmente. Lo cual reafirma el difundido prejuicio de la naturaleza no lógica del sentimiento y de la emoción.

La implicación pedagógica de este enfoque, para los efectos de configurar este campo de estudios, sería poder desarrollar una clase de lectura diferente de la obra de arte; ya no argumental o considerando sólo el efecto que produce, sino más bien por las estructuras que el artista pone en acción para desplegar una determinada forma de expresión, plasmada en la relación sentimental como manera de ser o de concebir la vida.


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A su vez, la convergencia estructural con otros campos de estudios y aplicaciones, le confiere a esta configuración una importancia metodológica trascendental: constituirse en una dimensión insoslayable de la urdimbre transdisciplinaria del conocimiento y de lo organizacional. Proceso esencial para formar a niños y jóvenes en el espíritu de los timoneles del futuro, de artistas, cibernavegantes, en los cuales se propende a unificar la naturaleza con la tecnología y el hombre; superando las dramáticas discontinuidades presentes. Entre ellas, aquella que separa lo lógico de lo afectivo y estético. Escisión que fragmenta la universalidad lógica de la inteligencia y la misma profunda unidad estructural de mente y cuerpo, a la que también debiera propender todo modelo educativo.

7. aRTE y TECNOLOgíaS DE COMUNICaCIóN


La necesidad de incluir una configuración de estudios sobre las tecnologías de comunicación, talvez no demande una mayor justificación, aparte de señalarse que los medios tecnológicos ya instalados, cubren prácticamente todo el espectro de funciones y actividades que pudieran imaginarse; configurando, además, la impronta decisiva de los futuros escenarios culturales.

No obstante, mención particular merece la denominación de arte y Tecnologías de Comunicación como una fusión imprescindible de efectuar mediante una nueva configuración de conocimientos, en un también nuevo paradigma educativo. La proposición se funda en las siguientes consideraciones:

Las actuales tecnologías electrónicas de comunicación proveen el software e interfases cada vez más sofisticadas que facilitan y amplían las formas de comunicación; cubriendo progresivamente la integración sensorial e implicación del receptor en la creación dinámica de productos, a los cuales casi de modo natural se incorpora la variable estética en su diseño.

El diseño de computadores personales cada vez más poderosos, demanda


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un uso creativo de la variedad de recursos lógicos que esta tecnología pone a disposición del usuario. De hecho, por ejemplo, un amable procesador de textos ofrece recursos de diagramación y para dibujar que estimula a un uso creativo de los mismos. En esta dirección, la posibilidad de corregir una y otra vez un texto, puede mejorar notablemente nuestro modo de expresión, como para sentirnos en posición de aventurar en el campo de la expresión poética o literaria.

La producción de sistemas computarizados de simulación cada vez más

avanzados que incorporan, por ejemplo, realidad virtual como una nueva y poderosa forma de comunicación interactiva, genera también ambientes propicios a lo estético.

El diseño de decodificadores inteligentes para una televisión interactiva; la integración de diversas tecnologías; así como la traducción a bits de música, colores e imágenes en movimiento; asociado a las técnicas publicitarias de exploración psicológica, abren una cobertura enorme para la creación estética, al igual que para el disfrute de producciones que cubren casi todo el espectro del acontecer y hacer humanos.

En cualquier caso, debemos señalar, el acicate a la imaginación y creatividad artística, no viene dado sólo por el uso directo de estas tecnologías, sino también por el ambiente cultural global por ellas producido. De tal forma, la sola presencia de un televisor en el hogar estimula la exploración estética, a partir de la variedad de paisajes, acertados momentos fotográficos en películas o noticiarios, momentos dramáticos, trozos musicales unidos a imágenes atractivas, presentación unificada de procesos de la naturaleza; entre muchas otras formas de expresión sucediéndose a diario a la ávida percepción de un activo receptor, pronto a desplegar su bien apertrechada imaginación si, para el caso de la educación, dispusiera del ambiente pedagógico adecuado.

Del mismo modo, la variedad de diseños existentes para cada producto, desde aviones, automóviles, calzado, moda, artículos deportivos, electrodomésticos, helados, envases, artículos de tocador, lápices labiales de todos los colores, etiquetas; el colorido introduciéndose en todas partes, el diseño arquitectónico, máquinas y arquitectura de ciencia ficción, esculturas en las calles, dibujos en las murallas, la transitoriedad de los mismos y la sustitución por nuevos diseños, crean un espacio enorme para estimular la creatividad, con entera independencia de que se disponga o no de sofisticada tecnología para diseñar. Digamos, de paso, que la elección de productos se hace cada vez más considerando el aspecto atractivo de su presentación, unido a su utilidad, por lo que emerge otra


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interesante conjunción de utilidad y belleza.

En desarrollo un ambiente que acicatea la creatividad, formando cibernavegantes naturalmente inclinados a desplegar su imaginación, en un proceso casi permanente de innovación y de variedad. Así, pues, no puede ser más necesaria la creación de esta configuración para proveer un cauce natural de navegación de los timoneles del futuro como artistas exploradores del ciberespacio y de la vida cotidiana, con la profunda implicación aplicada de introducir belleza en todo cuanto se hace, no importando que se trate del más modesto producto o frase escrita.


El lector podrá preguntarse acerca de la similitud programática, en más de algún aspecto, entre esta configuración y las correspondientes a Lenguajes y Comunicación y Las Formas de la Sensibilidad y del Sentimiento. La explicación que hemos dado, válida para todas las configuraciones del modelo, remite al carácter hologramático del mismo; por lo cual, en sentido estricto, sería muy difícil separar absolutamente una configuración de otra. Sin embargo, en parte al menos, la enorme cantidad de información disponible plantea la necesidad de crear campos de estudios, igualmente transdisciplinarios, con fronteras permeables o modificables, para avanzar en la profundización de los problemas allí organizados. Los cuales, no obstante, se encuentran perfectamente articulados en la configuración Proteo: Programa para el Desarrollo de la Inteligencia, estructura conceptual, problemática y de aplicaciones que unifica los diversos momentos y estructuras del modelo.

De todas maneras, la configuración sobre Lenguajes y Comunicación constituye el sistema de referencia teórico más amplio, y la relativa al Sentimiento y la Sensibilidad, la exploración de estas formas de comunicación. A su vez, esta configuración constituye la vertiente creativa de las mismas. Lo cual, en todo caso, no implica, para cualquiera de ellas, una ‘especialización’ con límites infranqueables. En realidad, conforman una red de vasos comunicantes que articulan todo el modelo.

Así, pues, esta configuración también constituye un campo transdisciplinario, ¡y qué no lo es!. No obstante, considerando las actuales disciplinas que pueden


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concurrir a su estructuración, podemos mencionar la psicología, la estética, la lógica, las diversas formas de expresión artística como el teatro, el cine, la danza, el baile, además de la literatura, el arte, la filosofía, la ciencia y poesía, a partir de una elaborada síntesis conceptual y metafórica que debiera reunificarlas. Todo lo cual en conexión con estudios referidos a los efectos de la tecnología sobre la sensibilidad y el sentimiento; a la existencia de estructuras y principios de funcionamiento comunes a los campos del conocimiento explorados; así como en relación con las alternativas de despliegue lógico y creativo que pueden explosionar las actuales tecnologías para la realización de videos, multimedia, graficación, digitalización de imágenes o simulación, entre una amplia cobertura de medios y posibilidades expresivas.

A su vez, la posibilidad de despliegue integrado de medios tecnológicos en el proceso pedagógico, ha de estar íntimamente ligada a una analítica de los procesos lógicos y formas de organizar el conocimiento; indispensables para trabajar en el elemento de la síntesis lógica y metafórica que representa la unificación de medios. Particularmente en conexión con la propiedad de combinar y recombinar formas que posee la inteligencia. El punto es importante, por cuanto su instalación programática en la educación facilitaría, por medio del arte, la potenciación lógica de los estudiantes. Esta se realizaría desde el ámbito de la sensibilidad, el sentimiento, la emoción, a partir de la comprensión de sus estructuras y principios subyacentes, en unidad con la tecnología emergente que en muchos sentidos es, también, arte.

En esta dirección, este campo comprendería al menos: el estudio de la clase de síntesis conceptual y metafórica provista por la poesía u otras formas de expresión estética; la comprensión de los principios que subyacen a una metodología transdisciplinaria; el estudio de la convergencia existente para efectuar descripciones fenomenológicas, metafísicas o metalógicas de procesos, situaciones o estructuras, para desagregar el encadenamiento de formas, las más de las veces unificado y de diverso tipo, presentes en ellas.

Siempre dentro de este mismo esquema, será necesario el estudio de la arquitectura del diálogo para comprender la variedad de recursos lógicos que alternativamente pueden ser aplicados, tanto para la comprensión, como para el despliegue de nuevas síntesis creativas. Ello en el contexto de las posibilidades expresivas de los diversos medios, el manejo de la imagen, de la luz, de las formas pictóricas o musicales, los efectos que sus combinaciones pueden dar lugar en el receptor (cada vez más interactivo). Al igual que el estudio de los diversos paradigmas teatrales y de organización estética posibles de desplegar, inspirados en estructuras científicas, procesos productivos, ecológicos,


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urbanísticos, biológicos, históricos o publicitarios. Comprendiendo, además, diversas combinaciones de dimensiones existenciales del hombre, tales como la esperanza, el temor, la muerte, la incertidumbre, el misterio, lo paradójico, el absurdo, el placer; teniendo presente los variados elementos tecnológicos a disposición del diseñador, para luego verterlos como formas refinadas de expresión en las redes de comunicación globales.


Para Sergei Eisenstein "la comprensión del proceso de formación de imágenes en la vida real interesa porque llega a ser el prototipo del método para crear imágenes en el arte... y en la mente del espectador". Así, el gran cineasta, nos plantea una interesante y poderosa conexión metodológica entre la experiencia cotidiana y una elaborada forma de expresión estética. Ello mediante una estrategia que ya nos es familiar: la descripción de la estructura o secuencia constitutiva de un proceso. Una vez producida la necesaria especificación es posible generar un prototipo del mismo. Y en tal caso estamos en posesión de una estructura que puede ser empleada en diferentes ámbitos, no sólo artístico.

En el hecho, afirmará Eisenstein, "no hay incompatibilidad entre el método con que el poeta escribe, el método con que el actor compone su creación dentro de sí mismo, el método con que representa su papel dentro de una sola toma, y el método con que realiza sus actitudes y su interpretación total. Lo que le rodea y forma su ambiente (o todo el material de un film) son finalmente plasmados por el director a través de la exposición y construcción en montaje del film entero. Todos estos elementos -concluye-, poseen, en igual medida, las mismas cualidades humanas vivificantes y los factores decisivos inherentes a todo ser humano y a todo arte vital" 68. El pasaje nos ofrece un ejemplo de convergencia entre el método en las diversas fases de aplicación, y las formas comunes presentes en todo arte vital y la vida misma.

En otra de sus obras, La Estructura del Filme, sostiene: "En una obra de arte orgánica, los elementos que nutren a la obra como un todo invaden todos los rasgos que componen dicha obra. Un canon unificado no sólo penetra el todo y cada una de sus partes, sino también cada área que es llamada a participar en el trabajo de composición. Uno y el mismo principio alimentará cualquier

68 S. Eisenstein. "El Sentido del Cine".


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área, integrando en cada una sus propios signos de distinción cualitativos. Y sólo en tal caso puede uno hablar de la organicidad de la obra...". A nuestro juicio, este sentido altamente unificado y sintético del arte es correlativo del carácter metaestructural de la organización de la inteligencia que hemos venido sosteniendo. Lo cual se asienta en la acción recíproca total existente en el propio cuerpo, de ahí la organicidad que atraviesa el conjunto.

Nos parece importante tener presente las consideraciones metodológicas de un cineasta, dada la amplia unificación de medios, métodos y principios estéticos que sustentan este modo de expresión; y porque es la forma de arte más próxima a la actual tecnología multimedial. De modo que siendo comunes los aspectos metodológicos podemos tener una estrategia inicial para abordar la estructuración de esta configuración.

En nuestro contexto, podemos agregar, los diversos elementos o configuraciones estéticas o artísticas, llámense cine, teatro, poesía, música, pintura, ... guardan entre sí una conexión estructural esencial. Ellas están atravesadas por elementos comunes que están a la base de todas las formas de conocimiento, desde la filosofía a las diversas ciencias y tecnologías. Por consiguiente, la definición programática de una configuración como ésta ha de comprender ese sustrato lógico y de sentido que las unifica. Siendo así, la continuidad con las otras configuraciones sería natural, a partir de poseer la impronta organizacional y de sentido de todo el modelo.

Y más adelante afirma: "Cualquiera sea el tipo de organicidad de la obra, ésta afecta de manera completamente individual a los que la perciben, no sólo porque es elevada al rango de fenómeno natural, sino porque todas las leyes de su construcción son simultáneamente las leyes que gobiernan a aquéllos que perciben la obra, en la medida de que el público también es parte de la naturaleza orgánica. Cada espectador se siente orgánicamente relacionado, fundido, unido a una obra semejante, igual que se siente unido y fundido a la naturaleza orgánica en torno a él... el secreto está en que, en este caso, tanto nosotros como la obra estamos gobernados por uno y el mismo canon" 69.

Pero además, podemos añadir, porque la obra se constituye en un espejo del receptor, de la naturaleza, de sus leyes y de los principios que articulan su construcción. En este sentido, las diversas formas de conocimiento constituyen espejos del cuerpo y de la mente, siendo por tanto múltiples los espejos existentes.

69 Id. Ob. cit. La cursiva es nuestra


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Y múltiples las posibilidades de combinación de los mismos, tanto como de sus perspectivas, detalles y composiciones variadas ofrecidas al creador.

Lo que está en juego: la necesidad de una concepción unificada de lógica-estética-necesidad y tecnología, en la formación de maestros y alumnos. Ya no se puede ser un mero profesor, hay que ser también un artista. Y en todos los ámbitos, lo mismo. Así, por ejemplo, un arte, como el cine, de modo específico el actual fundado particularmente en el efecto sobre el receptor, demanda una comprensión acuciosa de los procesos mentales y lógicos implicados en la emoción, en la cadencia o ritmo cultural. Hay que estudiar entonces el efecto de la imagen, la condensación del tiempo y otros que configuran, sin proponérselo, uno de los campos de estudio del programa de Inteligencia Artificial. Conexión que, sea dicho, bien podría no ser consciente, ni para cineastas ni para ingenieros de comunicaciones, pero que allí está como sustrato y lenguaje común, extraviada en distinciones semánticas y contenidos sin relación; produciendo una muchas veces insuperable y también psicótica experiencia de fragmentación del conocimiento, así como de la sensibilidad y del sentimiento.

8. CIbERNéTICa


A nuestro juicio, al menos cuatro consideraciones pueden esgrimirse para fundamentar la introducción de este campo del conocimiento en el currículo escolar:

La primera, es de orden metodológico y propone rescatar la profunda contribución que la Cibernética ha realizado en orden a proveer principios y estrategias de investigación para generar campos transdisciplinarios del conocimiento. De hecho esta disciplina surgió como un intento de superar la división improductiva del conocimiento. Como resultado proveyó métodos que permiten abordar zonas fronterizas o de encrucijada entre las ciencias, no posibles de explorar con los métodos tradicionales de cada una; dado que los campos colindantes o de aguas profundas superan ampliamente la indagación fragmentaria.

La segunda, surge de una de las definiciones que se han dado de ella como ciencia que se ocupa del estudio del gobierno de sistemas excesivamente


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complejos y probabilísticos. Finalidad coincidente con el propósito de este paradigma en el cual el tema de la gobernabilidad es esencial; no sólo en cuanto a la posibilidad que implica de reducir la tendencia al desorden y al caos, sino también porque dicha variable constituye un factor determinante para coadyuvar al desarrollo de la inteligencia y de la personalidad. Diversas manifestaciones entrópicas, tales como la drogadicción, el alcoholismo, la deserción escolar, la indisciplina escolar, hacen aconsejable que tempranamente se aborden en la educación los temas referentes al gobierno de sistemas complejos. Cuestión que, en lo pertinente, también hemos considerado en la configuración Estrategias de Adaptabilidad.

La tercera consideración se funda en el impacto producido por uno de los principales programas de investigación cibernética, llamado Inteligencia Artificial, así como el denominado por nosotros Proteo de las Máquinas. Ambos orientados a describir la estructura de la inteligencia para su eventual traducción a una máquina electrónica; siendo Proteo de indudable mayor universalidad y proyección. Estos intentos, independientemente de que se alcancen o no, generan una extraordinaria cantidad de conocimientos y tecnologías electrónicas interactivas que van configurando nuevos ambientes culturales, insoslayables para la educación.

La cuarta consideración dice relación con la aportación de la cibernética para estructurar un método que facilite el diseño y construcción de máquinas lógicas o adaptativas y, en un espectro más amplio, su contribución al estudio de toda clase de máquinas existentes o todavía no diseñadas por el hombre. Este aporte la relaciona de manera directa con las configuraciones Proteo: Programa para el Desarrollo de la Inteligencia, El Proceso de Invención y los Talleres Universales de Invención. Todo lo cual fundamenta, en nuestro concepto, la inclusión de la Cibernética como una nueva configuración educativa de estudios.


Al menos los siguientes aspectos centrales de la Cibernética podrían configurar este campo de estudios y aplicaciones:

El problema del gobierno de sistemas excesivamente complejos y probabilísticos atraviesa gran parte de la existencia tanto personal como colectiva; desde la ciencia al arte; desde la tecnología a las cuestiones ecológicas,


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políticas, urbanísticas o estratégicas. Constituyendo la impronta que inspira esta configuración de estudios y aplicaciones. En este contexto, el cuerpo humano emerge como el paradigma de gobierno por excelencia. Por extensión la cibernética estudia todas las formas de gobierno provistas por la naturaleza y de las cuales son depositarios los seres vivos, plantas, ecosistemas, así como la estructura cuántica, bioquímica, fisico-matemática de la naturaleza.

Las correspondencias analógicas entre máquinas y seres vivos constituye otro de los campos importantes a estudiar y proyectar en el ámbito de esta configuración. En realidad es parte de la definición de esta novel ciencia, que emerge como puente formidable entre la biología, la tecnología y el proceso de invención. Se trata de un universo prácticamente ilimitado de estudio, experimentación y creación; que trabaja modelando sistemas o diseñando máquinas; incluso no existentes en la naturaleza pero de indudable valor estratégico y cognoscitivo.

La proposición de un método y estrategia de investigación de carácter transdisciplinario es otra de las líneas de estudio que comprende la cibernética. A este respecto, podría decirse que desde sus inicios esta disciplina surgió como una preocupación por el método científico, de naturaleza hasta ese momento fragmentada, con el firme propósito de proponer una estrategia para unificar y relacionar conceptual, metodológica y programáticamente a las diversas ciencias. Cuestión de gran valor a la hora de diseñar un nuevo paradigma educativo que supere la división estéril e improductiva del conocimiento y sus aplicaciones. El aporte de la cibernética consistió en proveer una metodología y lenguaje común para el estudio de una amplia diversidad de sistemas.

La estrategia de invención tecnológica, es otra de las interesantes implicaciones y aportes de esta configuración. En sentido estricto, esta disciplina ha provisto las bases para la generación de una tecnología cibernética, la más impactante de los últimos tiempos, abriendo una amplia cobertura para formalizar y masificar el proceso de invención, mediante diversas tecnologías de simulación computarizada. De igual manera, en el contexto del gobierno de eventuales sistemas de gran complejidad, generados por los nuevos ambientes tecnológicos, serían de particular importancia para configurar este campo de estudios: la ciencia ficción, y en el ámbito de la planificación estratégica, los diseños alternativos de escenarios y formas de organización anticipatorias.



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De entre las múltiples aportaciones metodológicas de la cibernética se encuentra aquella orientada a estudiar, a partir de los mismos principios y conceptos, a máquinas, seres vivos, plantas y procesos físicos o lógicos de diverso orden. Para el efecto, utiliza, como hemos enfatizado, el concepto de máquina, del cual nos ocuparemos en este punto, no obstante señalar que diversas posibilidades exploratorias de la estrategia elaborada por esta ciencia han sido ya expuestas a través de estas páginas.

Para el cibernético, [A] la noción de máquina es, en una de sus principales acepciones, sinónimo de organización. Se refiere por tanto a la estructura, función, logicidad de una entidad, existente, posible o concebible, incluidos el desorden y el caos. No tiene pues, connotación física; no se refiere, de modo principal, a la naturaleza de los componentes. Así, al cibernético le interesa determinar de la entidad o proceso en estudio: qué hace, cómo lo hace, o dicho de otro modo, cuál es su estructura, cuáles sus mecanismos constitutivos, cuáles sus estados posibles y qué lógica le permite hacer lo que hace. En este contexto, a nuestro juicio, la metodología cibernética no difiere de la tradición metafísica, ni fenomenológica, ni de ninguna otra, en cuanto pregunta por la estructura que subyace a cualquier proceso o entidad 70.

En otro sentido del concepto, correlativo del anterior, [B] la organización constituye en cibernética la contrapartida de la entropía, entendida ésta como la tendencia al desorden y al caos de la naturaleza y el cosmos. Así, sostiene Norbert Wiener, "del mismo modo que la cantidad de información de un sistema es la medida de su grado de organización, la entropía de un sistema es la medida de su grado de desorganización, y una no es más que lo opuesto de la otra" 71.

Pero también en otra de sus propiedades, contenida en los conceptos anteriores, plantea que [C] es ineluctable a la máquina u organización la tendencia entrópica, conteniéndola como una de sus variables constitutivas. Es más, afirma Wiener, "estamos sometidos a una vida tal que el mundo en su totalidad obedece a la Segunda Ley de la Termodinámica: la confusión aumenta y el orden disminuye" 72.

En relación con la entropía, estos sentidos del concepto de máquina son en

70 Ya nos hemos referido a esta convergencia y su carácter distintivo en la configuración 1., Proteo: Programa para el desarrollo de la Inteligencia.

71 N. Wiener, "Cibernética", Tusquets Edit. 72 N. Wiener. "Cibernética y Sociedad", Edit. Sudamericana, Las cursivas son nuestras.


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realidad complementarios y no contradictorios, como a primera vista sí pudiera suponerse. En el primer caso [A], el cibernético afirma que la entropía es también una forma de organización y, en el segundo [B], la organización se define justamente por estar diseñada y trabajar para contrarrestar el desorden, i.e. sería contrapuesta a aquélla; pero que, por el tercer sentido [C], la organización no puede evitarla porque la contiene, o dicho de otro modo, porque es ineluctable a la organización la entropía.

Es importante destacar que la cibernética se ocupa también, "del ámbito

de todas las máquinas posibles y tiene importancia secundaria el hecho de que algunas de ellas aún no hayan sido construidas por el hombre o que no se den en la Naturaleza" 73. De este modo estudia, entre otras, máquinas homeostáticas, probabilísticas, deterministas, negentrópicas, entrópicas o caóticas. En este último caso interesa en la actualidad estudiar ya no sólo al cibernético, la trayectoria de un sistema que se conduce en forma errática, producto de estar sometido a lo que se llama un atractor caótico y los sistemas que gobierna. Siendo un atractor el proceso en el cual descansan los comportamientos iniciales y en los que toda trayectoria queda circunscrita; por ejemplo, un atractor periódico que regula una trayectoria periódica.

En efecto, el desorden y el caos, en tanto modos de organización de una clase determinada, han sido tomados por la ciencia contemporánea como campo especial de investigación, para el cual ya se han diseñado teorías e incluso modelos matemáticos, tendientes a esclarecer el orden de las configuraciones subyacentes en el fenómeno que produce lo caótico. Así, el organismo, desde esta perspectiva, posee un sistema inmunológico, otro de regulación, trabajando para mantener el funcionamiento de las variables dentro de rangos de tolerancia permisibles a la organización y evitar que máquinas entrópicas, internas o externas, lo pongan en desequilibrio catastrófico. A su vez, el cuerpo contiene no sólo un programa genético que incluye el estado de vejez y de muerte (lo entrópico como organización, con su carácter finito), sino que además multiplicidad de microorganismos o células que eventualmente pueden desatar su potencia destructiva y aniquilarle. Todo lo cual constituyen momentos no contradictorios, de las acepciones esbozadas para el concepto de organización o máquina, en relación con la entropía.

Ahora bien, en cuanto la organización se entiende como contrapartida al desorden surgen los temas cibernéticos relativos a la información, logicidad, control, autorregulación, comunicación, recursividad, mensaje, retroalimentación

73 W. R. Ashby, "Introducción a la Cibernética", Edit. N. Visión.


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de la información, ultraestabilidad o de entropía sistémicos. A través de ellos la cibernética provee una común orientación estratégica para el estudio de los seres vivos y las máquinas, constituyendo según Ross Ashby, "un vocabulario único y un único conjunto de conceptos adecuados para representar los más diversos tipos de sistemas... un conjunto de conceptos que tiene correspondencias exactas en cada rama de la ciencia y, por tanto, puede ponerlas en relación exacta" 74. Nociones que representan un nivel complementario de especifica ción al ya realizado por el filósofo; temática en cualquier caso insoslayable para avanzar en la comprensión de la estructura de la inteligencia y para la definición de estrategias metacognitivas de orden transdisciplinario.

9. ESTUDIOS DEL FUTURO


Las diversas configuraciones propuestas constituyen extensiones o prolongaciones del núcleo sistémico o red neuronal del proceso pedagógico, llamado aquí Programa Proteo. En esta dirección los Estudios del Futuro constituyen la extensión de la capacidad que posee el hombre de planificación y de anticipación tentativa y probabilística del futuro.

Es importante destacar que el rápido proceso de innovación tecnológica ha puesto el tema del futuro como una cuestión central para diseñar la estructura presente de las instituciones, cuanto para planificar inversiones y desarrollar áreas específicas de conocimientos. De modo que, en sentido estricto, el planeamiento se hace ya desde el futuro; desde los posibles escenarios tecnológico-culturales, ecológicos, urbanísticos, energéticos, sociales, políticos, económicos, educativos, científicos; como también en función de probables zonas de conflictos locales e internacionales, y de la evolución de los megamercados en expansión.

La tecnología de realidad virtual, tanto como la de simulación computarizada (en realidad aquélla también puede ser calificada como de simulación) abren una dimensión nueva en la relación del hombre con el futuro. Estamos más próximos de vivir en ambientes casi de ciencia-ficción antes que en uno de tiempo real 74 Op. cit. La cursiva es nuestra.


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despojado de fantasía. En más de algún sentido la planificación actual requiere de mucho arte e imaginación futuristas. No obstante, se observará, no es infrecuente que prime un criterio practicista extremo, y un cierto desprecio, por todo cuando implique proyección anticipatoria.

Otra justificación para crear esta configuración en la educación dice relación con la sobrevivencia de la humanidad y, por tanto, con la preservación de las condiciones para que la vida continúe con toda su hermosa variedad en el planeta. Cada vez más, voces autorizadas y amplios sectores de la comunidad internacional ven con preocupación y alarma la celeridad con que se destruye la naturaleza. Y este es un problema que siendo presente, corresponde a una visión del futuro de la humanidad y, a la vez, un problema educativo. Jacques Cousteau expresó sobre el particular: "La supervivencia de este planeta depende finalmente, de encontrar una manera de incorporar la perspectiva a largo plazo de las consecuencias, para las futuras generaciones, en las decisiones actuales de aquellos que llegaron al poder en los negocios o en el gobierno. Hoy en día nadie parece hacerse responsable por el futuro. ¿Por qué? A la gente le falta una información objetiva. Los gobiernos están sujetos a problemas electorales a corto plazo. Los negocios están sometidos a exámenes cuatrimestrales de su salud financiera. Las Naciones Unidas que deberían estar preocupadas del futuro, sólo pueden hacer recomendaciones, sin tomar decisiones efectivas. Y, desgraciadamente, las universidades, que reflejan el ethos del mercado, no están produciendo mejores ciudadanos sino que están inculcándoles una especie de competencia feroz, dirigida únicamente hacia el éxito, la fortuna y más dinero. La gente joven de hoy está siendo empujada hacia la trampa social de la mentalidad a corto plazo" 75.

El panorama visualizado por Cousteau dista mucho de ser alentador, particularmente en relación con la explosión demográfica, la presión que ejercerá sobre el planeta en los próximos 50 años, sumada a enfoques y prácticas economicistas inadecuadas y abusivas. Señala que la población mundial crecerá de cerca de 5,6 mil millones en la actualidad a unos 10 mil millones para el año 2050, fecha para la cual podría preverse que podrían agotarse los recursos alimenticios del mar. "¿En un mundo así superpoblado -se interroga el explorador del fondo oceánico- todos pueden tener las mismas oportunidades? Imposible", responde. Tampoco sería posible que los gases atmosféricos del planeta pudieran permanecer estables si la mitad de los chinos, o su equivalente en número poblacional usaran autos y refrigeradores.

75 Art. de N. Gardels, Diario "El Mercurio", 5-1-97. Santiago.


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De manera dramática, los niños que nacen ahora, en el inicio del tercer milenio, podrían al cabo de cincuenta años ver la destrucción del medio ambiente y estar expuestos a luchas brutales por la sobrevivencia, a alguna forma de genocidio colectivo, o a guerras locales e internacionales por ocupar los reducidos espacios disponibles para el cultivo o la vida. Así, no puede ser más imperioso y urgente hacer que el problema de lo que está por venir sea parte de la visión que los timoneles del futuro han de estudiar y estar en condiciones de enfrentar, siquiera con lucidez anticipatoria.


Los estudios del futuro constituirían la posibilidad para las nuevas generaciones de concebir escenarios económico-sociales, culturales o tec nológicos de carácter anticipatorio; adentrándose al mismo tiempo en metodologías y disciplinas del conocimiento referidas al planeamiento estratégico.

Asimismo, esta configuración estaría destinada a convertirse en una poderosa antena rastreadora y visor de todas las áreas del conocimiento, dotada de modelos de interrelación futurista de la información, con el propósito de alimentar los sistemas de automodificabilidad de instituciones, empresas, escuelas y del mismo gobierno.

El cambio, a este respecto, constituiría una variable decisoria en esta configuración; por él transitamos con gran poder y profundidad hacia la propiedad metamórfica de la inteligencia; y también hacia el sustrato siempre presente en la sabiduría oriental, del cambio como condición esencial a descubrir, conocer e interiorizar, tanto colectiva como individualmente.

El punto es importante, porque se trata de una propiedad de la inteligencia que constituye además un campo fascinante para los alumnos. Este podría estar orientado, por ejemplo, a imaginar formas de relación y de comunicación en simbiosis tecnológicas diversas, generar mecanismos de respuesta frente a las rápidas transformaciones; considerar las implicaciones sociales de los avances presentes en Ingeniería Genética, Inteligencia Artificial, Ciencia Espacial, Física Cuántica o generados por la Máquina-Ambiente Proteo. En un sinnúmero de opciones de investigación que van desde la literatura de ciencia-ficción, al uso de modelos matemáticos complejos para el análisis de tendencias múltiples y de carácter estadístico, en relación con el estudio de procesos aleatorios y de


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transformaciones en el ciberespacio.

La lectura transdisciplinaria conduce a estructurar un punto de visión más elevado, permitiendo ampliar y enriquecer nuestra dimensión metodológica; constituyéndose en una metalectura sobre los presentes acontecimientos mundiales, conflictos, problemas de nacionalidades y de expansión económica; de carácter urbanístico, o referidos a la apertura de nuevos mercados; también los procesos de transculturización Oriente-Occidente; las redes mundiales de comunicación; las redes de sensores remotos que realizan catastros hidrográficos, de recursos minerales, de desarrollo de la agricultura o de zonas erosionadas, entre muchos otros estudios prospectivos que pueden concebirse.

Asimismo, los adelantos en ingeniería genética deberían alertar a las industrias farmoquímicas acerca de cuáles podrán ser las modalidades futuras para tratar determinadas enfermedades; y a los investigadores, cuáles los campos transdisciplinarios emergentes de la comprensión y desciframiento del código genético, con sus posibles repercusiones tecnológicas. Igualmente, los adelantos en las técnicas de clonación constituyen una señal clara acerca de las líneas de investigación que las universidades deberían desarrollar en el campo biológico; todo lo cual, además, reafirma la idea del valor estratégico de los estudios sobre la inteligencia y de la conveniencia de colocarle como núcleo sistémico del proceso pedagógico.


Uno de los poderes de la inteligencia, compartidos tanto por Prometeo como por el metamórfico Proteo, es el de la adivinación o de la capacidad para predecir el futuro. Un atributo que los hombres muy imperfectamente han logrado desarrollar. En realidad, con el ritmo de variación y de innovación tecnológica presente, y aun en relación con el destino individual, es del todo complejo encontrar una forma que haga posible una predicción certera, siquiera acerca del estado siguiente de un entramado de variables o conducta individual.

A este respecto, Stephen Hawking ha señalado que "Pese a conocer las principales leyes que rigen el universo, es posible que no podamos utilizarlas para predecir el futuro a muy largo plazo. Ello se debe a que las ecuaciones de la física a veces presentan una propiedad conocida como caos. Esto significa que las ecuaciones pueden ser inestables frente a un pequeño cambio en las condiciones iniciales. Si cambia el estado del sistema en un instante determinado,


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el comportamiento posterior del sistema puede llegar a ser completamente distinto muy rápidamente..."

Y continúa: "Conocemos también las leyes básicas de la química y de la biología, así que, en principio, deberíamos ser capaces de determinar cómo funciona el cerebro. Pero es casi seguro que las ecuaciones que gobiernan el cerebro tienen un comportamiento caótico, con lo que un pequeñísimo cambio en el estado inicial puede llevar a resultados muy diferentes. Por tanto, pese a conocer las leyes que lo regulan, en la práctica no podemos predecir el comportamiento humano. La ciencia no puede predecir el futuro de la sociedad humana; ni siquiera si ésta tiene futuro. El peligro es que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente crece mucho más de prisa que nuestra sabiduría para usar este poder"76.

Sin embargo, el panorama predictivo no es tan desalentador, también se han desarrollado modelos matemáticos y teóricos fundados en la radical incertidumbre y probabilidad de los fenómenos; de forma tal que, si bien no es posible predecir con certeza el futuro, pueden concebirse tendencias posibles, escenarios probables, a partir de proyectar un entramado de variables. En muchos casos esta predicción puede llegar a ser casi determinista. Por ejemplo, si seguimos vaciando desechos en el Mediterráneo o en el lago Villarrica, o en cualquier lago, es previsible que de modo casi irreversible terminará contaminado por entero; siendo su tiempo de recuperación tan largo y complejo que el intento podría ser prácticamente estéril.

Desde otro ángulo, la incertidumbre, el azar, constituyen en sí mismos una fuente de conocimientos de gran valor, porque se estructuran a partir de un modo insoslayable y talvez ineluctable de darse los fenómenos, así como también sobre una radical incompletitud y carácter finito de nuestra capacidad para conocer. Lo cual es esencial para afinar modelos predictivos. Por lo demás, el manejo de conocimientos y principios desarrollados hasta ahora para enfrentar lo probabilístico, es del todo esencial para el propio gobierno del cuerpo y la inteligencia, cuanto para precisar los límites de nuestro conocimiento y planificar tentativamente el porvenir. De modo, pues, que lo azaroso e incierto, aún constituyendo restricciones problemáticas, son esenciales para comprender la organización.

Este campo de estudios, así como los otros propuestos, tienen una

76 Stephen Hawking, Art. en "Predecir el Futuro", A. Edit.


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definición transdisciplinaria per se. De hecho, esta configuración puede nutrirse de la problemática histórica, ecológica, artística, literaria, filosófica, tanto como científica y perteneciente a las más diversas tecnologías y variedad de formas culturales que se dan en la cosmonave terrícola. Lo cual, de paso, permite incorporar los actuales profesores de especialidades disciplinarias a configuraciones más incluyentes, poderosas y pertinentes para el proceso educativo; e ir propendiendo a una superación de tales formas de conocimientos, reasumiéndolas en una nueva, más abarcante y aplicada manera de organizar el conocimiento.

Además, esta configuración tiene la posibilidad intrínseca de situar a los alumnos en el centro de las cuestiones relativas a la gobernabilidad de sistemas complejos. Así, niños y jóvenes podrían acceder a la torre de comandos para diseñar espacios futuros, considerando alternativas de evolución en distintas direcciones y destinos; esto es, ingresar al mundo de la política en su sentido primigenio de asumir la dirección de la nave en ambientes ordenados, caóticos, tranquilos, excitantes, fructíferos; o de desamparo, naufragio, miseria, belleza e incierto arribo a puerto. Potenciando la capacidad de planificación estratégica de la inteligencia, así como la de predicción en ambientes totales, en los cuales pueden desplegarse todas las inquietudes, esperanzas e incitaciones de los estudiantes; a partir de metodologías rigurosas de análisis, modelización, diseño y aplicaciones variadas.

10. SISTEMaS DE ORgaNIzaCIóN y PRODUCCIóN


Este nuevo campo de estudios encuentra amplia fundamentación en la imperiosa necesidad de proveer una conexión estructurada entre la educación y el desarrollo productivo. En el contexto del modelo, al igual que las otras áreas, se sugiere programarla para todos los niveles del sistema educacional.

Esta configuración, importa precisar, no propugna una educación que permita al niño incorporarse tempranamente a una actividad laboral y subvenir cuanto antes a sus necesidades, ocultándose así la inevitable deserción escolar a que podría obligarle una precaria condición económica, sino que, muy por el contrario, está diseñada como campo transdisciplinario indispensable para


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propender a un currículo universal de formación educativa.

Si se considera su íntima conexión con el paradigma universal de organización, expuesto en la primera configuración, y la insoslayable función intersectorial de la educación, este nuevo campo de estudios encuentra su plena justificación. En realidad, el proceso de modernización enfrentado por diversos países, particularmente aquellos de lento crecimiento, incluye tareas que atañen y amplían enormemente el campo de responsabilidad de la educación, obligando a instalar de modo estructurado esta configuración de estudios. Entre tales desafíos podemos mencionar: el aumento permanente de la competitividad y de las exigencias de calidad; la preservación del medio ambiente; la creación de centros de transferencia tecnológica, de asistencia técnica, la difusión y adaptación de tecnologías, o el perfeccionamiento de los instrumentos de capacitación para la formación de recursos humanos altamente especializados.

De similar modo, son tareas pedagógicas de cualquier proceso de modernización: elevar la calidad de los empleos; desarrollar la capacidad creadora; estimular y apoyar la capacitación laboral; implementar programas de reconversión productiva para áreas deprimidas. Incluye también otras tareas educativas, tales como la actualización de los sistemas de gestión en la dirección de la competencia internacional; por ende, una calificación del trabajo de nuevo tipo basada en la resolución de problemas y comprensión de las bases científicas y técnicas de los procesos productivos. Todo ello con el propósito de lograr un progresivo posicionamiento en las áreas de mayor desarrollo económico del mundo.

El examen de las tareas señaladas permite apreciar cómo, el desafío de modernización para países de precario desarrollo, obliga a redefinir la educación como una función intersectorial; sea por la impostergable e imperiosa transformación demandada por el propio sistema educacional; sea por la variedad de nuevos perfiles profesionales y técnicos requeridos por la puesta en marcha de las innovaciones; o porque el desarrollo económico y las posibilidades de superar la extrema pobreza están estrechamente ligadas al desarrollo de una nueva cultura organizacional, tecnológica y económica. O también porque se trata del profundo sentido pedagógico que entraña la consolidación y éxito de la empresa actual, como exigencia de capacitación y perfeccionamiento de todos sus miembros en la cobertura de innovaciones de la cultura electrónica y de la dimensión ecológica, holística en la cual se ha de inscribir cualquier actividad, proyecto o producto.


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Enfatizamos, pues, que cualquier cambio organizacional de esta envergadura, implica un proceso global de aprendizaje cuya base operacional ideal debería ser un sistema educacional automodificable, con capacidad de respuesta casi inmediata para proveer los recursos humanos calificados. Ofreciendo formas alternativas de organización de conocimientos y métodos para seleccionar y procesar información pertinente y adecuada. Todo lo cual sería posible sólo si el sistema educativo, estructuralmente, es puesto en interface con los sistemas de organización y producción.

Lo cual, en todo caso, no significa que el proceso educativo deba ser diseñado de acuerdo con las demandas o criterios inmediatos de este sector. Desde la perspectiva de este modelo, si la educación debiera ser el depositario más actualizado de conocimientos y propuestas, entonces debería propender a constituirse en un paradigma de organización replicable en los más diversos tipos de actividades y funciones de la vida de un pueblo, más aún cuando los nuevos campos pedagógicos que proponemos cubren necesidades esenciales para el crecimiento y también para alcanzar niveles razonables de gobernabilidad de la complejidad en curso. Lo cual, enfatizamos, reafirma la idea de este modelo que considera que la educación puede constituirse en la plataforma de despegue, tecnológica y organizacional para colocar a un país de precario desarrollo en una fase sostenida de crecimiento y mejoramiento de la calidad de vida.

Estas son razones por las que, la transformación radical del proceso educativo, es consustancial a la idea de modernización como proceso educativo y a la ampliación del concepto de aula de clases a toda la comunidad. La sociedad como comunidad docente en constante aprendizaje, no sólo amplía la complejidad para formular un nuevo paradigma educativo, sino que además, desde una perspectiva estratégica de desarrollo, representa, para una universidad, por ejemplo, un interesante desafío de reorganización interna y de redefinición de su misión para cubrir la nueva, multidimensional y extensísima demanda pedagógica de la cultura contemporánea.

Se trata de un desafío permanente, orientado a diseñar ciberorganizaciones educativas, con el propósito de desplegar toda la capacidad de combinación de formas y de diseño de estructuras de la inteligencia. Así, por tanto, el modelo educativo holístico presentado ofrece una poderosa urdimbre estructural formativa, extendiéndose por todo el conjunto de tareas y problemas por resolver implicados en el proceso global de transformación tecnológico-cultural de una comunidad. A su vez, dicha metodología está presente en cada uno de los módulos o configuraciones esbozadas.


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Básicamente comprende el estudio de teoría de las organizaciones, modelos de organización productivos y principios para su diseño correspondiente. De modo específico incluye el estudio de sistemas de control, regulación, retroalimentación, procesos de toma de decisiones, sistemas de predicción en la dinámica de las organizaciones. Asimismo, comprende el estudio de las etapas y variables de un sistema de producción y los factores a considerar: demanda, oferta, inventario, materiales, manufactura, mano de obra, distribución, capacitación, medios tecnológicos, transferencia de tecnología, juegos de empresa e interacción humana y productividad.

También constituirían aspectos de un programa en este campo de estudios: el diseño de sistemas de relaciones equitativos; la modernización de la política laboral; la superación del desfase entre el ritmo de actualización y las modalidades presentes de funcionamiento de la estructura del Estado; la generación de una administración eficiente en las empresas públicas; la modernización del sistema de gestión municipal; la reafirmación de valores morales fundamentales; la modernización del sistema judicial; el control social sobre los gobernantes; el aumento de la eficacia con que se manejan los bienes y patrimonio públicos. Por otra parte, propende al uso de modelos viables para el empleo eficiente de los recursos; incrementar la transparencia en el ejercicio del poder político y el poder económico; fortalecer la educación ambiental a través de mecanismos formales y no formales, creando hábitos y conductas de acuerdo con una cultura ambiental en toda la población. Su propósito sería, pues, ofrecer una base conceptual, metodológica y aplicada para conectar al proceso educativo con el diseño e implementación de sistemas de organización y producción.


Nuestro modelo educativo o plataforma de anticipación tiene, como hemos señalado, la propiedad de la recursividad, a partir del paradigma de organización por excelencia: el cuerpo humano y sus extensiones tecnológicas y de conocimientos. Desde esta perspectiva, la tesis central que informa este


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modelo sostiene que podemos reinstalar similares estructuras, principios de funcionamiento y conocimientos, en las diversas organizaciones creadas por el hombre, sean sociales, políticas, económicas educativas, de servicios, productivas o empresariales, constituyéndose, por lo mismo, en una de las principales estrategias metodológicas asumidas aquí.

Al respecto, resulta ilustrativo considerar el modo como Tomás de Aquino se representa, muy anticipadamente, esta formidable conexión. Ampliando la cita que hemos hecho de él, afirma: "Consecuente es a lo dicho, el considerar lo que es el oficio de Rey, y que tal conviene que él sea, y porque las cosas del arte imitan las naturales, de quien se aprendieron para proceder conforme a la razón, parece se debe mirar el gobierno Real por la forma del gobierno natural. Hállase pues en las cosas naturales gobierno universal y particular. El universal, según que todas las cosas se contienen debajo del Gobierno de Dios; porque todas con su providencia las gobierna. y el particular, que se halla en el hombre también, es muy semejante al gobierno divino, por lo cual el hombre es llamado mundo menor, porque en él se halla la forma del gobierno universal; porque así como todas las criaturas corporales y todas las virtudes espirituales están debajo del gobierno divino, así los miembros del cuerpo y las demás potencias del alma son regidas por la razón; y así en esta manera se halla la razón en el hombre como Dios en el Mundo" 77.

La teología de Tomás de Aquino sostiene la íntima conexión existente o que debiera existir entre la gobernabilidad que con sabiduría debiera ejercer el Rey, el gobierno paradigmático de la Divinidad y su despliegue en la naturaleza; sólo de esa forma el gobierno universal (naturaleza y razón Divina) se desplegarían en el mundo menor, el gobierno del hombre.

Sin desnaturalizar el carácter teológico de esta concepción, podemos afirmar, en el lenguaje adoptado en este modelo, que esta representación del gobierno puede considerarse de carácter recursiva, holística, cuando afirma que en el hombre se halla la forma del gobierno universal, procediendo esta condición en la imagen de Santo Tomás, tanto de Dios como de la naturaleza, en la cual se exterioriza tanto un gobierno universal como particular.

Es interesante destacar, en esta dirección, cómo resulta de particular interés lógico, organizacional y ético el estudio de las infinitas propiedades de que sería poseedor Dios. De significación compartida lo son también las diversas divinidades concebidas por el hombre a través de su historia, en el contexto

77 Las cursivas son nuestras


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de formarse una imagen de la riqueza lógica de que son depositarias y cuya comprensión podría permitir diseñar de modo más completo un paradigma universal de organización. Una metalectura actual de Tomás de Aquino o San Agustín y, desde luego, de Teilhard de Chardin, daría las claves, entre otros místicos y filósofos cristianos, para llenar de contenido programático la expresión "se debe mirar el gobierno Real por la forma del gobierno natural... según que todas las cosas se contienen debajo del Gobierno de Dios".

A su vez, esta configuración encuentra su fundamento epistemológico en las configuraciones precedentes y, además, propende a diseñar sistemas metaorganizacionales o inteligentes. La idea básica es que, es posible potenciar las posibilidades de las organizaciones, a partir de recrear ambientes inteligentes, en los cuales la persona se encuentre por completo coafinada, como pez en el agua, o como el niño, en relación natural con las tecnologías de comunicación y automatización. Aun cuando esta proposición pudiera parecer extraña, puede afirmarse que de manera silenciosa la tecnología electrónica va instalando y generando ambientes análogos de la inteligencia humana. De forma que, independientemente de aceptar o no aspectos importantes de este modelo, de todas maneras el proceso va en esa dirección. Y la razón, como también hemos reiterado, consiste en que la actual tecnología prolonga y amplifica la lógica de organización del propio cuerpo.

A este respecto, lo que podríamos denominar la arquitectura educativa de la empresa podría tener, con mayor o menor énfasis, la estructura de este modelo educativo y organizacional. No debemos olvidar que estamos hablando de organizaciones con la exigencia de tener un comportamiento adaptativo eficiente en ambientes tecnológicos de extrema complejidad, con un ritmo de cambios y variaciones también en extremo elevados y donde, además, el conocimiento transdisciplinario y con énfasis en lo lógico, adquiere trascendental importancia. Nos referimos a un futuro dramáticamente transformado por los descubrimientos científicos y el desarrollo de tecnologías insospechadas, en un contexto muy probablemente amenazante para la humanidad o para grandes sectores y regiones de la cosmonave Tierra.

Esta es la razón por la cual adquiere relevancia la distinción que estableciéramos a propósito de una educación que adiestra tempranamente para el trabajo y ésta que pone el énfasis en una formación de carácter universal. Porque la configuración Sistemas de Organización y Producción constituye la extensión de la lógica de gobierno del propio cuerpo, de modo tal que ésta se completa adquiriendo consistencia y proyección ética, cuando dicho gobierno


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se traslada o reinstala en las organizaciones sociales, con toda la versatilidad, universalidad y riqueza autorganizativa implicada en la red de la vida.

Porque nuestro desafío es formar a los timoneles del futuro; sea como timoneles, capitanes, marinos, tripulantes, pasajeros o cumpliendo la más modesta función destinada a llevar a buen término la travesía. Dada la radical incertidumbre del viaje, todos deben asumir la formación universal del cibernavegante. Aun cuando en realidad no haya ningún puerto de recalada o de destino. Dado que, bien mirado, no hay un tiempo ni una región singular donde podamos decir: este es el lugar y este es el término de nuestros objetivos. Por lo demás, los timoneles del futuro navegan en un mar proceloso, fascinante, caótico, dramático, inconmensurable, que cambia de forma permanentemente y que en cuanto cosmonave habitable está destinada a desaparecer, aun cuando en un tiempo al parecer suficientemente lejano como para pensar que, incluso la emergente civilización ciberespacial, pueda asistir a su final.

No obstante, en nuestros instantes cósmicos infinitesimales de existencia y navegación por los espacios intergalácticos, seremos los Testigos, Capitanes, Tripulantes, Marinos, Pasajeros, Exploradores, los Responsables. Dispuestos a disfrutar del paisaje y a conservar en nuestro cuerpo y memoria la belleza que encontremos por doquier, dolidos de la miseria y del dolor, siempre alertas a preservar y cultivar la vida allí donde la encontremos; o precavernos de las amenazas, soberbia y avaricia de muchos, el lado oscuro de la fuerza, que comparten el mismo viaje y la misma cosmonave planetaria: nuestros hermanos. Todo ello, a pesar de que se trate de un acto solitario, único, para toda una civilización, en un océano infinito, "del cual -como sentencia dramáticamente el Eclesiastés-, no quedará de las cosas pasadas ni recuerdo de las futuras entre los que han de venir" 78.

11. EL PROCESO DE INVENCIóN


Norbert Wiener sostiene en su libro "Inventar": "Estamos viviendo en una época que difiere de todas las anteriores en el hecho de que la invención de nuevas máquinas y en general, de nuevos medios de control sobre nuestro 78 Eclesiastés 1:11.


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entorno, ya no es un fenómeno esporádico, sino que se ha convertido en un proceso planificado, al cual recurrimos no sólo para mejorar nuestro nivel de vida y nuestras comodidades, sino por una necesidad desesperada de asegurar la continuidad de la vida humana, y la de cualquier modo de vida civilizado, en el futuro". Y continúa, "así, pues, vivimos por obra y gracia de la invención y nuestras esperanzas de futuro se depositan en ella. Puesto que estamos abocados a una forma de vida en la cual el proceso de invención ya no puede ser considerado sólo como una fuente de capital, sino como parte de la renta, deberíamos examinar con sumo cuidado la naturaleza de este proceso, así como el grado de regularidad o irregularidad con el que podemos contar con él para el futuro".

La conversión de la invención, de una actividad individual, producto de personas consideradas particularmente dotadas, a un proceso planificado, con asiento en institutos universitarios o departamentos de innovación de grandes empresas y compañías; así como la existencia de nuevas tecnologías que facilitan la evaluación casi inmediata de la viabilidad de una nueva idea, sugiere, a nuestro juicio, la necesidad de diseñar una nueva configuración de estudios que incorpore no sólo el proceso de invención tecnológica, sino también la lógica de la creatividad concerniente a los más variados campos de la actividad humana, mismos que, a nuestro juicio, están regidos por los mismos principios, no obstante la diversidad problemática de la cual emergen.

En consecuencia, esta configuración está dirigida a resolver la cuestión acerca de cómo situar al estudiante en el centro del proceso de invención creando en el sistema educacional este poderoso campo de indudable valor estratégico. El propósito es masificar los principios y lógica correspondientes, convirtiéndolos en ambiente natural de la escuela y, por extensión, también de la empresa. Cuestión decisiva a la hora de realizar un esfuerzo por modernizar, tanto las estructuras organizacionales del estado, cuanto aquellas exigidas por la imperiosa necesidad de volcar la inteligencia colectiva a desarrollar campos de liderazgo en materia de invención tecnológica, con el objetivo de proveer una diversificación de productos, conocimientos y abrir campos de innovación.

A este respecto, es importante desalojar la idea, fuertemente arraigada, de que sería inútil desarrollar este campo; y más ilusorio aún, intentar competir con los países de gran desarrollo tecnológico, que, por el contrario, es posible diseñar una consistente estrategia para reducir la brecha actualmente existente. Algunas de las razones a nuestro favor son: primero, que dicho proceso está asociado a una determinada lógica, posible de especificar y traducir a un programa educativo,


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nada misterioso, por tanto; segundo, gran parte de la información reciente está a disposición de todos, por lo cual la brecha del conocimiento es más imaginaria que real; tercero, la reingeniería de procesos, así como de máquinas-herramientas, utensilios y nuevas aplicaciones para cualquier producto, abren otro amplio espacio para la innovación tecnológica. Aún otra razón, el enorme incremento poblacional y la extraordinaria ampliación de los mercados internacionales previsto para las próximas décadas, requerirán de mucho ingenio para procurar satisfacer la extraordinaria mayor demanda en todos los rubros imaginables o por emerger. Todas estas consideraciones, nos parece, son razones más que suficientes como para hacer un esfuerzo planificado para volcar la inteligencia colectiva, desde la educación, hacia el estratégico campo de la invención. Otro modo de transformar la educación en plataforma tecnológica de anticipación.


Este nuevo campo tiene el propósito de entregar una base conceptual, métodos y procedimientos vinculados al proceso de invención; a utilizar por los estudiantes en el diseño, construcción y simulación computarizada de máquinas informáticas, adaptativas u otras. La idea es guiar la capacidad inventiva de los alumnos a partir de la propiedad de la inteligencia para combinar estructuras. Organizar grupos de alumnos para diseñar máquinas o tecnologías a partir de la descripción de mecanismos y sistemas existentes en la naturaleza o traducir sus propios descubrimientos formulando métodos y estrategias de innovación.

También ha de comprender el estudio de los ambientes tecnológicos y de los efec tos psicosociales del uso de toda clase de tecnologías, incluyendo el estudio de las etapas del proceso de invención, métodos de invención analógica para descripción de máquinas, principios físicos y lógica matemática asociados.

En los ambientes de invención, necesariamente transdisciplinarios, alumnos y profesores debieran participar diseñando, combinando y recombinando estructuras y mecanismos, procedentes de los más diversos campos de estudios y aplicaciones; considerando las demandas cotidianas; y el uso de herramientas y de máquinas.

A su vez, el proceso de invención permite posicionarse en un ambiente de poderosos recursos lógicos interrelacionados. Por ejemplo, conectándolos


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al proceso de diseño de modelos, al uso de la interrogación y la definición de problemas, a la imaginación de escenarios y tecnologías viables y necesarias para el futuro; situándoles, además, en ambientes propiamente estéticos, a la hora de concebir formas de presentación para los mecanismos, herramientas o productos diseñados.

En esta dirección, por tanto, el proceso de invención no está constreñido al uso de máquinas-herramientas, sino que impacta y proyecta al ser humano, al punto que, en cuanto lógica de innovación, define también el ámbito de lo que podemos llamar reinvención personal. Porque, en este movimiento orientado a traducir a máquinas lógicas de algún tipo, tanto los recursos propiamente lógicos de la inteligencia, cuanto las formas de la sensibilidad y del sentimiento (también concebidas como logicidades u organizaciones de alguna clase), se genera un permanente proceso de reinvención personal, de recreación de la propia arquitectura individual. Ello a partir de la estrecha convergencia aplicada existente entre el conocer una estructura, sus principios de operación, sus posibilidades adaptativas, y la perspectiva efectiva de que este manejo de las estructuras se traduzca en un espejo interactivo para el rediseño constante de nuestro modo de ser; explorando y proyectando la riqueza de los innumerables seres y sensibilidades, deseos y esperanzas que conforman nuestra personal identidad. Más aún si puede ser enriquecida con los diversos modos de existencia de la naturaleza, haciendo pasar nuestro yo individual a una instancia de una efectiva cobertura universal.


Nos recuerda Wiener que "del mismo modo que, según sentenció Platón, en el estado ideal los reyes deben convertirse en filósofos y los filósofos en reyes, se puede decir que, para que se dé un gran período de invención, los artesanos deben convertirse en filósofos o los filósofos en artesanos" 79. La observación, más que anecdótica, sintetiza la propia experiencia de Wiener, quien siendo también un notable inventor, incluyó en su formación teórica básica una alta formación matemática, física, biológica y filosófica; saber que articuló en un nuevo cuerpo conceptual al cual denominó Cibernética. Esta, en sus comienzos, estuvo ligada y surgió, precisamente, a partir de un examen filosófico del método científico y de la posibilidad de generar una estrategia,

79 Ob. cit.


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lenguaje y propósitos que permitiesen unificar el conocimiento, avanzando hacia una concepción transdisciplinaria del mismo.

Un ejemplo de este cambio en el modo de comprender la ciencia y el proceso de invención, nos lo enseña Wiener: "Hay ciertas formas de proceder que indudablemente favorecen la invención y el descubrimiento. Una de las herramientas más potentes para reanimar una ciencia es la matemática... pero quizá sea mejor considerar que aquí número y magnitud son secundarios y concederle más importancia al empleo de un lenguaje lógicamente preciso. Si se plantea una cierta cuestión en biología y se hace en lenguaje biológico, entonces lo más probable es que tanto nosotros como cualquiera que lea nuestro trabajo nos inclinemos a contemplar el resultado como la respuesta a una cuestión biológica. En cambio, si expresamos nuestras ideas en forma matemática, estaremos empleando un lenguaje que muy probablemente resultará descolorido e indiferente, pero, precisamente por eso, estaremos en condiciones de reconocer la misma cuestión planteada en un campo totalmente diferente. Esta ganancia en alcance no es en absoluto trivial" 80.

Sin duda es del todo relevante la idea de Wiener de resaltar la función de la matemática en cuanto lenguaje; enfatizando su logicidad. Nos parece, sin embargo, que podemos complementar su afirmación acerca de que mediante la matemática "estaremos en condiciones de reconocer la misma cuestión planteada en un campo totalmente diferente", confiriendo eso sí, la debida importancia a la perspectiva metalógica, en tanto esta incluye cualquier forma de formas, cual sería el caso de la misma matemática. Camino que hemos bosquejado a través de estas páginas.

A su vez, la necesidad de contar con un lenguaje lógicamente preciso la complementa Wiener con la idea de que "hay conexiones entre ideas de diferentes campos que sólo pueden hacerse evidentes a aquellos que han trabajado en más de uno de tales campos, y que por fuerza escapan a los catalogadores humanos rutinarios y todavía más a los mecánicos... [no obstante] muchos de los propagandistas más vehementes de la máquina catalogadora esperan, en el fondo, que la máquina catalogadora no sólo suplementará sino que reemplazará el trabajo del buscador de interconexiones" 81.

Una de las aportaciones decisivas de la cibernética, para diseñar e implementar una estrategia de invención, fue propender a crear una metodología transdisciplinaria de investigación; tarea del buscador de interconexiones. Ello 80 Idem.81 Idem. La cursiva es nuestra.


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para superar el desolador panorama que ofrecía la ciencia de su época cuandopodía observarse, anota Wiener que, "hay campos de actividad científica que han sido explorados desde los distintos ángulos de las matemáticas puras, la estadística, la ingeniería eléctrica y la neurofisiología, y en los que, según el enfoque, un mismo concepto tiene distinta terminología, con lo cual se ha triplicado o cuadruplicado una importante cantidad de trabajo, mientras necesariamente se demoraba otro trabajo importante en determinado campo a falta de resultados que en otra especialidad estaban superados...". La panorámica señalará, muestra "una increíble maraña de exploraciones, toponimia y leyes" 82; la cual, a su vez, retrasaba enormemente el proceso de invención.

Una forma de resolver este problema, según Arturo Rosenblueth, médico cardiólogo, estrecho colaborador de Wiener, era procurar que "la correcta exploración de las zonas vírgenes del mapa científico sólo podría llevarla a cabo un equipo de científicos, especialistas cada uno de ellos en su propio campo, pero con conocimientos profundos y experiencia práctica en las especialidades de sus colegas, además de ser individuos habituados al trabajo en equipo y conocedores de las costumbres intelectuales de sus colegas, al punto de ser capaces de reconocer la importancia de una sugerencia, aun antes de que ésta haya sido formulada formalmente" 83.

La máquina catalogadora, humana o mecánica, proviene entre otros factores, del poderoso recurso lógico de la división del conocimiento, de la clasificación de las ciencias, así como también del análisis. Sin embargo, lo verdaderamente preocupante es cuando tales valiosos instrumentos se transforman en fragmentadores o divisores que impiden la búsqueda de interconexiones. En realidad el catalogador o el especialista, si bien necesarios, pueden ser perjudiciales cuando los límites en los cuales se mueven se transforman en murallas metodológicas y conceptuales insalvables. La cuestión no es menor dado que, en el terreno filosófico y doctrinal, ocasiona el surgimiento de antagonismos y prejuicios difíciles de superar; entrabando el desarrollo de la creatividad y del empleo amplio de los resultados de las investigaciones; aparte de que tales espacios sin relación se trasladan al interior de la persona, como mecanismos de fragmentación, aislamientos y bloqueos.

En cualquier caso, el buscador de interconexiones caracteriza al investigador de los ambientes neuroelectrónicos o ciberespaciales y cuenta con el respaldo de una tecnología masificada que suprime fronteras y, eventualmente, relaciona apartados campos del conocimiento, de la tecnología y de la cultura. Desde

82 Norbert Wiener, "Cibernética", Tusquets Edit. 83 Idem. Ob. cit.


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nuestra perspectiva, el timonel del futuro tiene que propender a ser buscador, explorador y generador de interconexiones, antes que un catalogador o especialista. En un sentido muy preciso (y aparentemente contradictorio) debe ser un especialista en lo universal y hacia esa dirección propende este paradigma educativo. Podemos decirlo de esta manera: no se trata de negar la especialización, sino que ésta debe sustentarse en una formación lógica universal, como el sustrato más amplio de recursos metalógicos y adaptativos; presente por igual en todas las formas de conocimientos. Las ventajas educativas, como se puede apreciar, serían evidentes. Más aún cuando el modelo permite desplegar la cobertura universal primera de la inteligencia, antes que una especialización fundada en la presunta existencia de, p.ej., múltiples inteligencias.

"Por la época en que se puso a punto la bomba atómica, era obvia la conclusión -añade Wiener-, de que la invención del mundo futuro dependería en gran medida de la nueva ciencia, incluso de una ciencia aún por descubrir" 84. Sin duda que la propia cibernética se constituyó en esta ciencia. No obstante su poderosa contribución, paradójicamente no ha sido incorporada en los planes de estudios; en cualquier caso, para proveer su introducción en la educación, será menester una reformulación radical de sus planes y programas; una tentativa de lo cual lo constituye este paradigma educativo. Similar exigencia es válida también para las ciencias básicas, considerando la formación requerida por el buscador de interconexiones para operar en los nuevos ambientes tecnológico-culturales. Metáfora y realidad indiscutibles.

Así, el nuevo campo propuesto, El Proceso de Invención, podría abrir un ilimitado espectro de aplicaciones y de modos de establecer conexión estructurada en la educación entre el conocimiento, procedente de los aparentemente sin relación dominios especializados, y sus posibilidades de utilización en otras regiones del saber o vinculadas al proceso productivo.

12. TaLLERES UNIVERSaLES DE INVENCIóN

En sentido estricto, estos talleres constituyen el soporte y entramado aplicado, transdisciplinario, de las diversas configuraciones del modelo y, en particular, de la anterior (del cual sería parte estructural). La base teórica y conceptual preliminar la encontramos en los diversos principios, estructuras y metodologías

84 Norbert Wiener, "Inventar". La cursiva es nuestra.


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presentados, tanto en la fundamentación global de este paradigma, cuanto en la formulación de sus diversas configuraciones.

Al igual que aquéllas, los Talleres Universales de Invención tienen un carácter hologramático, recursivo; por tanto, no constituyen una actividad separada, orientada sólo a aprender el manejo de máquinas-herramientas. Por el contrario, el propósito es crear un ambiente de interrelación total de la información para traducir toda clase de ideas viables a máquinas lógicas, mecánicas, electrónicas o ambientes virtuales; o también a procedimientos, modelos y simulación, entre otras diversas formas tecnológicas y de conocimientos en que tales ideas o proyectos pudieran materializarse, luminizarse o computarizarse.

Con una estrategia de estas características podemos facilitar el tránsito desde el concepto al mecanismo y desde éste a su simulación (computarizada o de la clase que fuere); combinando y recombinando formas, definiendo estrategias, concibiendo escenarios futuros, diseñando máquinas lógicas, automatizando funciones de otros seres vivos, aplicando principios procedentes de alguna ciencia o disciplina en otros campos del conocimiento, traduciendo ideas a modelos de organización de algún tipo. O podemos reinventar el propio sentido de la existencia, trabajando sobre el modo de articular los recursos lógicos del proceso creativo, modelando presencias, restructurando nuestros sentimientos y sensibilidad. Todo ello en el contexto de la multiaplicabilidad y universalidad de las formas. Teniendo presente que tales propiedades encuentran su fundamento en la noción introducida de máquina lógica, como forma de formas. Esto facilita transitar en diversas direcciones, profundidades, campos del conocimiento y aplicaciones con los mismos principios metodológicos y de diseño.

Tampoco se ha de olvidar en la estructuración de estos talleres, la convergencia entre utilidad y belleza a que hemos hecho mención. En realidad, los Talleres Universales de Invención propuestos, constituyen el entramado entero del conocimiento, desplegando la estructura universal de la inteligencia; razón por la cual, los campos de la sensibilidad, del sentimiento, del arte, de las costumbres y cultura de los pueblos, adquieren aquí particular relevancia creativa y aplicada. Concurriéndose, de paso, a los propósitos de una más eficiente gobernabilidad de las organizaciones, preservación, esparcimiento y cultivo de la vida.

Similar trascendencia adquieren los Estudios del Futuro y, por cierto, cada una de las configuraciones propuestas en este modelo, u otras que sea menester configurar; por cuanto, las posibilidades de diversificar productos, de adelantarse a los requerimientos de toda clase de necesidades, deseos, distracciones o


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exploraciones, demandan que estos Talleres sean expresión de las configuraciones indicadas, después de todo, en medida importante, se inventa para el futuro. Perspectiva, esta última, íntimamente asociada a la naturaleza paradigmática de la inteligencia humana y del cuerpo tecnológicamente prolongado; sistema de referencia más amplio de este modelo educativo y plataforma de anticipación.

13. ExPLORaNDO aLgUNaS IDEaS

La proposición de un nuevo paradigma educativo implica considerar cuál puede ser el rol que las ciencias básicas están llamadas a desempeñar; partiendo del supuesto que el desarrollo de las tecnologías de comunicación ha provisto una transformación significativa en todas las formas de conocimiento y, en consecuencia, las tradicionales áreas científicas pudieran no estar exentas de una necesaria reformulación de sus presupuestos pedagógicos y curriculares.

En la dirección de la estrategia de solución que explora este modelo educativo, también de la caracterización que hemos hecho de los ambientes electrónicos y del proceso de innovación tecnológica, es dable pensar que el conocimiento de las ciencias básicas puede ser reorganizado, precisamente, en función de lo transdisciplinario y de la importancia estratégica de las configuraciones propuestas. De modo que, de la misma manera que lo lógico es soporte metaorganizacional de cualquier configuración de conocimientos, las ciencias básicas tendrían similar función en cada una de los campos sugeridos. Sólo que no como dominios independientes, sino como el tejido entero.

Las siguientes consideraciones preliminares podrían orientar, en parte al menos, el modo cómo podría configurarse un programa de continuidad transdisciplinaria, en una reorientación de las ciencias básicas: por ejemplo, en relación con la enseñanza de la biología. Podemos afirmar que tal cual se estructura en nuestros colegios y liceos, no tiene la pertinencia que pudo tener hace unas cuantas décadas. En efecto, a nuestro juicio, sus posibilidades futuras en la educación se encuentran asociadas, directamente, al proceso de invención. De modo que, la inclusión de conocimientos procedentes de esta ciencia en un nuevo modelo educativo, podría ser pensada en términos de lo biotecnológico, con lo cual proponemos significar el ámbito de las correspondencias analógicas


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entre máquinas, seres vivos y plantas. Sin perder de vista, claro está, que la denominación biotecnología se emplea para referirse, en una de sus acepciones principales, a la utilización industrial de microorganismos. Aquí, sin embargo, nos referimos a la conexión más amplia posible de establecer sugerida por la misma expresión compuesta, para diseñar a partir de la naturaleza, máquinas, tecnologías, metodologías o procedimientos de resolución de problemas.

Una de las razones, que fundamentan la idea de unificar en un programa pedagógico el estudio de máquinas y seres vivos, sería la íntima convergencia existente entre el proceso de invención tecnológica y la comprensión de máquinas ‘orgánicas’, sean biológicas, botánicas o físicas85; ello por cuanto gran parte de las tecnologías, como hemos enfatizado, son extensiones o prolongaciones de recursos adaptativos existentes en la naturaleza, transformadas en instrumentos. Por consiguiente, el proceso de describir y diseñar máquinas, a partir de esta probada estrategia, significaría un aporte decisivo para instalar en la educación el proceso de invención tecnológica, fundado en una nueva manera de enfocar la enseñanza de la biología. Lo cual, de paso, implica sostener que la invención no constituye un proceso elitista o reservado a genialidades, sino que más bien, y particularmente en la actualidad, tiene que ver con un modo de relacionar estructuras; lo cual puede ser descrito y transformado en un programa pedagógico definido.

Esta proposición, desde luego, no tiene un carácter ‘tecnologicista’, sino que intenta hacerse cargo de una realidad: una cosa es la constitución de áreas del conocimiento en función de una división clásica, ya histórica de las ciencias y otra, muy distinta, es considerar de qué modo podemos organizar ahora el conocimiento; tal que, de una parte podamos optimizar el recurso de la inteligencia para que niños y jóvenes puedan navegar con expedición y en la dirección adecuada, dentro del extraordinario universo de conocimientos en expansión; y de otra, organizarlos de tal modo que contribuyamos a generar una estrategia que conecte a la educación con el proceso de invención tecnológica y las demandas efectivas de modernización para países de precario desarrollo.

Es más, importa tener presente, un aspecto decisivo en cualquier investigación, lo constituye la descripción de la estructura lógica subyacente del proceso o entidad en estudio; aspecto que, por lo mismo, se convierte en el punto de mira talvez más relevante del problema; por ej., la especificación de la lógica

85 Pero además, y como se sabe, en la actualidad la distinción entre "reino animal, vegetal y mineral", o aquella que distingue lo "orgánico" de lo "inorgánico", son escisiones improductivas, que no tienen mayor signifi-cación, ni aplicada ni epistemológicamente. Piénsese tan sólo en la universalidad y multiaplicabilidad de las formas o estructuras provista por la tecnología electrónica.


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de organización del genoma humano. Lo cual implica que, no obstante el valor indiscutido y absolutamente necesario que se tenga de los avances en comprender la naturaleza de los componentes, siempre será un desafío de gran trascendencia cognoscitiva la develación de la metaarquitectura lógica correspondiente. Lo cual genera un campo de convergencia transdisciplinario, fuera de cualquier disciplina, pero asumiéndola, en este caso de la biología; mismo que supera y enriquece el ámbito tradicional de una ciencia, abriendo un amplísimo horizonte de problemas y temas interrelacionados, de gran trascendencia en el caso de la biología, dada la universalidad de las estructuras que examina.

En consecuencia, no se trata de llevar el conocimiento biológico o botánico a la trastienda sino, muy por el contrario, generar una ampliación estratégica del mismo, proveyendo a los niños un ambiente transdisciplinario para ponerlos en conexión con el diseño de máquinas de todas clases; permitiendo comprender mejor la naturaleza, aprendiendo de ella y potenciando la propia inteligencia para combinar y recombinar estructuras, principios físicos, químicos, matemáticos o de la procedencia que fueren.

A lo anterior debemos agregar las posibilidades ilimitadas abiertas por

la comprensión de la energía electromagnética convertida en lógica, por los ambientes denominados lumínicos o fotónicos, la misma dimensión cuántica de la materia, que han abierto las puertas a la creación de una nueva realidad, virtual, holográfica, ciberespacial, en el naciente pero ya consolidado modo de unificar procesos lógicos y tecnologías, que se habrá de vivir con intensidad en el futuro próximo.

Desde otro ángulo, y en relación con la matemática, puede ser ilustrativo considerar cómo el cuerpo humano, en realidad toda forma de vida conocida sobre el planeta y los mismos procesos físicos, para tener la identidad o clase de organización que poseen (considerando la multiplicidad de procesos bioquímicos y físicos que tienen lugar cada vez), es necesario que posean cuantificadores matemáticos de los procesos correspondientes; no ciertamente como cajas independientes, sino como parte de la lógica estructural de la máquina o proceso.

Así, por ejemplo, como hemos dicho, la lechuza para cazar ha de realizar un complejo proceso de ‘cálculo’ de variables, distancia de la presa, altura, velocidad y trayectoria de vuelo, frecuencias sonoras, identificación del sonido con la distancia y trayectoria de la presa, entre otros elementos que su cerebro ha de codificar-decodificar, integrándolos a un modelo de caza para, finalmente,


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tomar una decisión y levantar el vuelo en el momento preciso. Se ha hecho la caricatura de que una representación de esta clase implicaría que la lechuza sabe matemática. En realidad, sepa mucho, poco o nada de matemática, en sus cuerpos (y en los nuestros) se realizan procesos complejísimos de geometrización, procesamiento y cálculo de variables físicas u otras. A lo cual debemos agregar que el metamecanismo de la retroalimentación ubicua, presente por definición estructural en cualquier otro ser vivo, permite sostener la idea de que, por lo mismo, también poseen conciencia o un yo, con la especificidad que corresponda en cada caso. Razones por las cuales, de alguna manera, la lechuza, en este caso, ha de ser consciente de... o lo que es lo mismo, ha de poder configurar una conexión de sentido con el entorno, que le permite decidir acciones determinadas, definir estrategias de caza, ajustar y corregir su acción frente a las variaciones del entorno, desplegando una matemática y geometría que sustenta su diseño aerodinámico y estrategia de caza, tal cual es posible comprobar observando su comportamiento.

El punto aquí es que, habría un coafinamiento máquina-medio a partir de una misma logicidad desplegada por la naturaleza, y también una lógica de cómputo y de geometrización ínsita a los procesos físicos, cualesquiera sean. Dicha lógica sería parte estructural de la definición de las máquinas, seres vivos o procesos físicos. Sin embargo, la descripción de esta logicidad, ha sido convertida en dominios independientes del conocimiento, no siempre como un proceso conscientemente asumido, sino las más de las veces, como resultado de la dialéctica de especificación de, p. ej., los problemas matemáticos mismos. Sin embargo, por esta vía, las ciencias básicas han perdido de manera lamentable su noble origen como modos de organización unificados de la naturaleza. Con la perjudicial consecuencia de que los temas de la matemática (uno de cuyos fundamentos esenciales es la lógica) y la misma lógica, no sean comprendidos por niños y jóvenes, quienes por definición son también entidades lógicas universales, a partir de una arquitectura matemática presente en sus cuerpos. El resultado, una discontinuidad profunda, entre estas formas de conocimiento y las posibilidades de un desarrollo coafinado de la inteligencia.

El defecto, nos parece, podría producirse por una representación más bien material de la matemática, que impide al estudiante visualizar la clase de estructura organizacional que soporta a esta forma de conocimiento. En un esbozo preliminar del problema considérese el nivel de concretitud presente en su aplicación, por ejemplo, cuando se trata de sumar objetos concretos o determinar el peso de algo, la distancia, el área de un terreno, y así por el estilo; o cuando el alumno se ejercita realizando operaciones con números concretos


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(sumando el número 5 + el número 7). Diferente es cuando se enfrenta a la forma: a + b = c, continente para la suma de cualquier número. Es aquí donde podemos descubrir una estructura organizacional de la matemática, de particular interés pedagógico, la máquina informática que es soporte de la operación correspondiente; o la matemática considerada como máquina de procesar información: las variables de entrada a, b; el proceso o algoritmo de la suma, comprendiendo la igualdad; y la salida, c. A su vez, en el proceso mismo, o cuando la suma es parte de un proceso mayor, está presente el mecanismo de la retroalimentación. Lo cual tendría que ser válido para cualquier algoritmo matemático. En realidad, habría que decir, no podría ser de otro modo, por cuanto, un procedimiento de resolución de problemas es, en sentido estricto, un programa o máquina de procesar información, en su forma más universal.

Lo cual nos conduce a la máquina que es soporte y genera tales procesos: la metaorganización universal y sus extensiones tecnológicas que potencian su operación de formas. En nuestro concepto, pues, es importante destacar que parte importante de la solución de las dificultades que presenta el aprendizaje de la matemática para un número significativo de estudiantes, podría estar en la articulación creativa de esta convergencia estructural entre la matemática, como máquina de procesar información, y su correlato y origen como tal forma de organización de conocimientos, la entidad que es también máquina de procesar información: la inteligencia.

En esta dirección no debe olvidarse el notable coafinamiento que se produce entre el computador como máquina lógica o forma de formas, y los niños que acceden con gran pericia a su operación, siendo ellos también entidades lógicas. Razón por la que, a nuestro juicio, si la enseñanza de la matemática asumiera esta característica estructural en tanto máquina o ambiente lógico de procesar información, los niños estarían en tal ambiente "como peces en el agua". Dicho de otro modo, el aprendizaje que la pedagogía lumínica ha demostrado ser extremadamente eficiente, es aquel que coloca al estudiante en conexión con su propia arquitectura lógica; lo cual ocurriría, para el caso de la matemática si esta es asumida también en esta, una de sus características esenciales.

Desde otra perspectiva, la ventaja de la constitución de la matemática como dominio independiente es el elevado nivel de formalización alcanzado y de afinamiento de un lenguaje "lógicamente preciso", como apunta Wiener. No obstante, vivimos el tiempo de la interrelación y de la acción recíproca total, razón por la cual, a nuestro juicio, podría ser el tiempo para un retorno de la matemática a su matriz organizacional primigenia; a partir de un modelo que describa y


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despliegue la estructura unificada del conocimiento y de la Naturaleza.

En este sentido, nuestra invitación es a considerar la posibilidad de que la matemática sea entendida como otra máquina de procesar información y lenguaje metafórico, incorporada a toda forma de organización; comprendido el caos. Si se lograra rescatar esta característica podría desplegarse en el proceso pedagógico su condición de componente del complejo estructural de cualquier proceso o sistema determinado. Y por lo mismo, el niño podría pasar sin saltos ni sobresaltos desde cualquier dimensión del conocimiento, a su configuración matemática. Poseería la interfase estructural para comprender esta forma de comunicación y de proceso informático.

En rigor, el modo como enfrentamos el problema de diseñar un nuevo paradigma educativo nos conduce, como en este punto, a considerar la necesidad de crear un metalenguaje capaz de unificar la dimensión organizacional común, subyacente a las diversas formas de conocimientos. Objetivo que nuestro modelo se propone alcanzar en el despliegue teórico, tanto como aplicado (los Talleres de Invención), particularmente de las cuatro primeras configuraciones presentadas. Las cuales, por lo mismo, serían convergentes metodológica, organizacional y conceptualmente.

La siguiente consideración sobre el alcance de la matemática es en realidad un corolario de la afirmación por la cual hemos sostenido la existencia de una correspondencia estructural entre la organización de la inteligencia y la del conocimiento; y más directamente, de aquélla otra idea por la cual consideramos a la matemática como máquina informática. Atendido lo anterior sostenemos, preliminarmente, que el conocimiento matemático es otro espejo de la inteligencia; o también que, mirando a través de él, podríamos ver la dimensión matemática de su estructura fundamental. De manera específica, nos sugiere la idea de que de alguna manera el conocimiento matemático es, en muchos aspectos, despliegue de la propia matematicidad del cuerpo (si así podemos llamarle, como cuando usamos la noción de logicidad).

Es importante precisar que no estamos pensando en determinados modelos lógico-matemáticos para dar cuenta de algunos ‘circuitos’ de la inteligencia (a partir, por ejemplo, de un sistema numérico binario, conci-biendo que la transmisión nerviosa de la información pueda estar asociada a estados de excitación o inhibición neuronal), sino que la matemática entera constituiría una de las dimensiones de la arquitectura de la inteli-gencia. La hipótesis permite poner otra cuestión en el centro de los proble-mas metodológicos asociados


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a la enseñanza de esta ciencia, cual sería la necesidad de que se explorara esta probable conexión para comprender la matemática, pudiéndose configurar así el campo de estudios relativo al fundamento matemático de la inteligencia. O, lo que sería su equivalente, el estudio de su matematicidad, como borde y estructura constitutiva.

Es interesante destacar que por diversas razones culturales, y por el curso singular que adquirió la división del conocimiento, cada disciplina generó ‘entidades’ que adquirieron vida propia, sin conexión a nada que no fuera la propia logicidad de la disciplina. Sin embargo, la cultura tecnológica actual explora y desarrolla la profunda interrelación existente entre las diversas formas de conocimientos y, una en particular, la existente con el campo universal de referencia: la mente humana y la posible logicidad cósmica universal subyacente.

La necesidad de que la enseñanza de la matemática incluya como campo suyo el estudio de la matematicidad de la inteligencia, ha sido recogida desde hace algún tiempo en la física. Diversos autores han hecho notar que la física no estaría completa en sus propósitos indagativos si no se ocupa de dar una explicación acerca del fenómeno de la mente. Los estímulos han provenido particularmente de la física cuántica y de una convergencia con la sabiduría oriental en lo que respecta al valor de la Luz como sustrato de la inteligencia. Es preciso aclarar que tampoco se trata aquí de la traducción a circuitos electrónicos de determinados procesos del pensamiento, sino del modo cómo podría emerger desde el fondo de la energía electromagnética, la logicidad que sustenta a la arquitectura de la inteligencia.

El problema estuvo ausente de la enseñanza de la Física porque de ordinario los temas referidos a la logicidad subyacente, la información y la mente, fueron consideradas más bien cuestiones filosóficas, psicológicas o teológicas, antes que como otro de los grandes centros de referencia de esta ciencia, junto al estudio de la materia, la energía y el cosmos.

Lo intangible de los pensamientos y la hasta ahora volátil y etérea psyhké, mente o conciencia, desanimaron cualquier intento de dar una explicación física, o constituir un campo especial dentro de la física para estudiarla. Sin embargo, los avances en la tecnología electrónica de procesamiento de la información, la necesidad de incluir la variable información en cualquier campo del conocimiento, y el hecho de que aquello intangible puede tener su ‘materia’, en tanto emergencia desde la dimensión cuántica, desde el vacío-pleno; todo


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ello, decimos, permiten explorar la posibilidad, también desde la física, de que en la Luz esté parte importante de la clave para develar el secreto estructural de la inteligencia, y sea otro de sus espejos. Perspectiva que ha inspirado este libro, cuando hemos seleccionado el pensamiento sobre la Luz del sabio chino Lu Dsu, como epígrafe; y el cuento "Las Doradas Manzanas del Sol" de Bradbury, como grandes metáforas para iniciar y cerrar este tramo de nuestra navegación.

HaCIa UNa NUEVa DIMENSIóN

En cualquier caso, todo indica que desde hace algún tiempo estamos trasponiendo el umbral de lo concreto, de la densa materia, a la que hemos estado sujetos ancestralmente, para acceder a la dimensión lumínica de la inteligencia. Una áurea puerta de entrada es la realidad virtual, antesala del ciberespacio; y por cierto, la poderosa interrelación tecnológica hipermedial del conocimiento.

El modelo holístico que hemos presentado ha procurado recoger parte significativa de las tendencias tecnológico-culturales que pudieran tener en el futuro próximo un valor estratégico para países de precario desarrollo. Es la razón por la cual nos hemos inspirado en paradigmas educativos sabios y sorprendentes del hombre, procedentes de distantes culturas y de una concepción, también paradigmática, de la inteligencia. Un modelo así concebido constituye una invitación a explorar los caminos abiertos por la imaginación, la aventura, el arte, la ciencia; caminando por campos unificados, entre la pluma, la espada; la consanguineidad con la naturaleza, las amenazas ecológicas producto de la avidez humana, las abismantes diferencias sociales y el inquietante ciberespacio.

El paradigma no está concluido, ni mucho menos, más aún cuando el emergente ciberespacio, a la manera como certeramente lo concibieron anticipadores del futuro en ciencia-ficción, siempre planteará nuevos desafíos a la imaginación. En este sentido, la Máquina Proteo y su ambiente el Ciberespacio constituyen, a nuestro juicio, el trasfondo tecnológico más probable en el cual ha de inscribirse cualquier nueva concepción educativa. Por cuanto el ambiente proteico representa la entrada a una nueva dimensión de la realidad, holográfica, lumínica o virtual, que puede significar la unificación del conocimiento y el develamiento de parte importante de las interrogantes sobre la estructura de la materia-energía-información-logicidad de la cual emerge esta nueva dimensión. La perspectiva más abarcante de la concreción de esta tendencia tecnológica sería


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la posibilidad de que el hombre pudiera transitar en ambas direcciones: de lo virtual a lo material y viceversa. Una antigua, excitante, insospechada y hermosa aspiración humana que, cualesquiera sean las circunstancias y los destinos, exigirá, sin embargo, asumir que el hombre y la preservación de la Vida serán nuestra irrenunciable responsabilidad.

LOS NIñOS EN La TORRE DE COMaNDOS DEL CIbERESPaCIO

Trey, más conocido como Bill Gates, nació hacia el 1955, bajo el signo de Escorpio. Un apasionado de la ciencia ficción. Era propenso a bruscos cambios de carácter; personalidad dominante, dotado de una memoria privilegiada, con talento matemático, agresivo, acicateado por los conflictos, con notable capacidad de liderazgo; de rasgos finos, voz aflautada, boy scouts, tenista, explorador, lector incansable, esquiador acuático, interesado por la física, persistente, tenaz. Sería el líder de uno de los varios grupos de niños y jóvenes que revolucionarían la tecnología de los computadores personales; el inicio de una explosión tecnológica que haría posible que hacia fines del segundo milenio emergiera el incipiente ciberespacio, a partir de primitivas pero poderosas redes informáticas mundiales. Con tecnologías de comunicación satelital, fibra óptica, televisión interactiva y una superminiaturización de circuitos integrados que facilitó ir en la dirección de diseñar y construir sistemas expertos e inteligentes.

Aproximándose a los 13 años conoció la primera computadora, una PDP10, la que como una poderosa fuerza gravitacional atrajo a un grupo importante de niños particularmente fascinados por sus posibilidades; quienes, gracias al teletipo, verdadero cordón umbilical electrónico de la época, ingresaron a una dimensión nueva y alucinante. Aquélla en la cual la energía electromagnética se manifiesta para el hombre en lógica, en lenguaje, en vehículo de comunicación, en forma de formas, en Proteo de las máquinas lógicas.

Mientras trabajaba comprendiendo las computadoras y la manera de comunicarse con ellas, Trey aprendía de sí mismo. Recuerda: "Yo quería saber exactamente qué era capaz de hacer, fascinado con las diversas posibilidades que ofrecían las computadoras". Al mismo tiempo, investigando sobre fallas en los sistemas de las computadoras, aquellos niños se transformaron en "cazadores de polillas", pintoresco nombre para quienes se dedicaron a buscar defectos lógicos en el diseño de software. Un paso significativo que les permitió


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convertirse en expertos en romper sistemas de seguridad de otras computadoras. Los chicos de Lakeside ingresaron así a un campo extraordinariamente vasto del conocimiento, intentando absorber toda clase de estructuras, operando en la dimensión de desmontar, diseñar y crear máquinas lógicas de todos tipos: el mundo de la automatización del pensamiento.

A partir de esta revolución de las comunicaciones y del temprano despliegue de las posibilidades creativas de la inteligencia, con la levedad de sus cuerpos, los niños han podido ahora flotar más libremente en el océano de la información codificada electrónicamente, de modo literal "se han puesto en onda"; ingresando a la dimensión ilusoria real y apropiándose de la consola de comandos del emergente ciberespacio.

El hombre descarnado, los cibernavegantes según Marshall Mc Luhan, tienen tan poco peso como un astronauta, pueden moverse con mayor velocidad; flotando, sin embargo, entre el sueño y la fantasía, hacia una delicada zona de abstracciones. El hombre encarnado, por su parte, transita igualmente hacia una riesgosa zona, esta vez de la pesada densidad, de lo fragmentado, de las distinciones sin relación, del imperio del deseo y de la dominación.

Entre Escila y Caribdis sólo una nueva clase de navegación podría facilitar alejarse de las zonas de riesgo o transitar por sus bordes y sinuosidades apreciando las dificultades y beneficios que la incursión por tales territorios podría traer. Para ello es necesaria una adecuada carta y brújula de navegación. Se trata de una redefinición del sentido de la cosmonave terrígena y de sus timoneles, tripulantes y pasajeros. Una reeducación o metamorfosis global educativa, en el contexto de las tendencias tecnológicas en curso y de la inquietante tendencia al desorden.

Entre ambas zonas que podrían hacernos zozobrar, la fragilidad y belleza de la Vida nos recuerda nuestra finitud y que sólo una buena dosis de humildad, sentido ecológico y de admiración por la Naturaleza puede evitar un temprano naufragio de los habitantes de la cosmonave terrígena.

Sin embargo, siempre atentos a considerar los efectos entrópicos de la fascinación, no debemos olvidar que cuando perdemos la naturaleza como experiencia directa, perdemos un centro del equilibrio, un contrapeso esencial para navegar y sobrevivir en un medio que sigue siendo proceloso e incierto. De igual modo, si meramente caminamos pegados a la tierra, nuestra perspectiva será más pesada, menos abarcante y menos inspirada que la proporcionada por


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el volar y levitar lumínico de la mente. Esto no significa, en ningún caso, restar brillantez a los productos de la inteligencia surgidos de sentir los elementos de la tierra, de vivir instancias de dolor o del amor más inspirado, que resultan de caminar por nuestra amplia cosmonave y que constituyen una fuente creativa y de enriquecimiento espiritual inagotables.

En más de un sentido, pues, las redes informáticas, la realidad virtual, o lo que podría ser el ciberespacio futuro, nos permiten una nueva forma de levitación; permaneciendo el cuerpo en un sólo lugar, la mente puede volar hacia el vacío electrónico de alucinante ambiente lumínico de las comunicaciones. En esta dimensión, el niño, sin el peso de una mente en la cual el efecto de la resistencia física de los objetos ha establecido su reinado, ajeno aún a sus efectos cautivantes, y desplegando el poder de su primigenia lógica para manejar formas y estructuras, no puede sino volar con la versatilidad, velocidad o cadencia de cualquier ligero pájaro, y mucho más; montado, ora en el carruaje del veloz Apolo, en la nave Prometeo o en la cibernave Proteo, cazando sombras y formas por doquier, saltando de una dimensión a otra, alegremente.

Se trata de una suerte de coafinamiento de su lado cuántico, con el similar campo de la dimensión ciberespacial. Así, pues, del mismo modo que el vientre materno constituye para él su medio natural primero; luego el vientre de la naturaleza y el cosmos..., la matriz del ciberespacio (en la que se difuminan ambas dimensiones) viene a constituir su tercer ambiente, su tercera matriz creativa. Así, empieza a vivir una suerte de existencia convergente y paralela, entre la dimensión virtual y el concreto mundo de los elementos. Siendo ambas dimensiones extraordinariamente cautivantes y bellas.

Julio Venegas


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y aHORa, HaCIa EL NORTE, LLEVaNDO EL FUEgO DE PROMETEO

"La Copa del cohete Prometeo se hundió en el Sol. Recogió un poco de la carne de Dios, la sangre del universo, el pensamiento

deslumbrante, la enceguedora filosofía que había amamantado a una galaxia, que guiaba y llevaba a los planetas por sus campos y empezaba o acallaba vidas y subsistencias...

Cierren la tapa de la Copa y tráiganla, despacio, despacio.La hermosa mano fuera de la nave se estremeció... De la Copa, tapada,

gotearon flores amarillas y estrellas blancas...El capitán cerró la puerta automática.¡Ahora!Esperaron. El pulso de la nave se apresuró. El corazón de la nave corrió, latió, con la Copa de Oro adentro. La sangre fría se precipitó alrededor arriba abajo, alrededor arriba

abajo...El capitán suspiró lentamente.El hielo dejó de gotear desde el cielo raso. Se endureció otra vez.Salgamos de aquí.La nave giró y escapó...Volvían a sus casas.Bueno, dijo, con los ojos cerrados, suspirando. Bueno, ¿a dónde vamos ahora, eh, adónde vamos?... Cuando uno ha hecho un largo, largo viaje hasta el Sol, y lo ha tocado, y

se ha demorado, y ha saltado a su alrededor... Cuando uno se aleja del calor y la luz del mediodía y la pereza, ¿a dónde

va?Sus hombres esperaron a que lo dijera...Hay sólo una dirección en el espacio desde aquí dijo al fin.Los hombres esperaron. Esperaron mientras la nave se hundía rápidamente en la fría oscuridad,

alejándose de la luz...El Norte murmuró el capitán. El Norte.Y todos sonrieron, como si un viento se hubiese alzado de pronto en

una tarde calurosa"

R. Bradbury, "Las Doradas Manzanas del Sol"


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SObRE LECTURaS ORIENTaDORaS

Las obras principales que de alguna manera contribuyeron a una exposición más detallada de este paradigma educativo y plataforma futurista fueron citadas a través de este libro. Sin embargo, nos parece importante destacar que, más que algún libro en particular, al menos los siguientes filósofos, pensadores o artistas han constituido una fuente inagotable de ideas.

Mencionamos en cualquier orden a: Platón, Aristóteles, Homero, Ovidio, Shakespeare, William Gibson, Neruda, Orwell, Aldous Huxley, Marshall Mc Luhan, Fritjof Capra, Ken Wilber, David Peat, Karl Pribram, Edmund Husserl, Wittgenstein, Ray Bradbury, Miyamoto Musashi, Eugen Herrigel, Marvin Minsky, Lafcadio Hearn, Daisetz Suzuki, Taisen Deshimaru, Federico García Lorca, Sergei Eisenstein, Salvador Dalí, Leonardo da Vinci, Norbert Wiener, William Ross Ashby, Alan Turing, Stafford Beer, L. Casey Larijani, Howard Rheingold, Amadeo Solé Leris, David Bohm, Lao Tse, Teilhard de Chardin, Tomás de Aquino, Virgilio, entre muchos otros, que nos han guiado e inspirado.

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JULIO es Profesor de Filosofía, Ti-tulado en la Universidad de Chile; Investiga-dor, especializado en Cibernética; con estu-dios de Doctorado en Filosofía realizados en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor en la Universidad de Chile; en la Universidad de Santiago y en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Destaca su libro Proteo, Paradigma de la In-teligencia. Fue redactor de reportajes espe-ciales sobre ciencia y tecnología en la Re-vista ERCILLA [1983-87].También ha sido consultor del Centro Internacional de Inves-tigaciones para el Desarrollo de Canadá e in-vitado a participar como miembro activo del Centro de Estudios Transdisciplinarios con Sede en Francia.

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Dos ciberfuturistas: Manfredo Ma-yol, del campo de las comunicaciones y José Flores de informática, aventaron esta tra-vesía. El primero, cuando recién zarpé y se requería de un impulso inicial; el segundo, cuando fue necesario facilitar la publicación de los hallazgos , incitaciones problemáticas y teóricas de mi viaje.

María Cristina, mi esposa, compartió lloviznas, temporales y remansos de la nave-gación. A su vez, Patricia Riquelme, Directo-ra de la Biblioteca Central y Alejandra Parra, Secretaria de Prorrectoría de la UMCE, me brindaron una siempre eficiente colabora-ción.


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TIMONELES DEL FUTUROTIMONELES DEL FUTURO

Los cibernavegantes son como los poetas, como los artistas: no tienen fronteras. Cada día recorren nuevos caminos, reinventan su arquitectura interior. Asimismo, son exploradores del tiempo, cabalgan en corceles del futuro, son timoneles de sí mismos y de encantadas redes lumínicas; como también son responsables de un destino inexorablemente común, cerniéndose sobre la cosmonave Tierra: el extraordinario incremento de la complejidad, su tenden-cia al desorden, junto a la fascinante, aun cuando inquietante nueva dimensión de existencia en el emergente Ciberespacio.

Los timoneles del futuro tendrán que enfrentar los proble-mas de un planeta sobrepoblado; agotado de ser expoliada su mo-numental diversidad de formas de vida y, lo que es más, enfren-tados a controlar el lado oscuro de la fuerza, la propia avaricia y soberbia. De modo que, más temprano que tarde, los futuros ciber-néticos han de asumir el profundo sentido de responsabilidad que implica acceder a la torre de comandos de la navegación humana, para conducir el navío, a sus tripulantes y pasajeros a buen desti-no.

Así, es imperativo diseñar una Plataforma para el Futuro, un destino, una esperanza, rescatando el valor de la inteligencia, de la sensibilidad y del sentimiento para un proyecto educativo, tecnoló-gico y organizacional inspirado y trascendente. Este libro constituye un aporte programático para enfrentar, en parte al menos, el complejo y difícil desafío anunciado por la naciente cultura del Ciberespacio.

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TIMONELES DEL FUTURO