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fnCv SAIIXETE DIVERTIDO, TITULADO BiL (ama®® n iljì (E hiicbìì PAR.\ CINCO PERSONAS. Juanillo. E l lio Giné». Rosita. El tio Pedro Lanas. La tia Blasüj vieja. El teatro representa sala dt un labrador, con puertas á los lados, en la fachada pared con una mntana rasgada, abierta, cortina medio corrida, debajo una grande escarpia, una mesa, dos taburetes viejos , algún banco, etc. Estará Rosita sentada hilando, y cantando el airecillo siguiente. uA-y , Rosita infeliz, si á Juanillo le diere {i^ana de venir! Mi padre do saldrá, ni á HÚ me dejará, porque está su mercé receloso desde ayer. Todo es ir y venir, todo entrar y salir, yo no sé que será, ni puedo sosegar, ¡ Ay , Rosita infeliz, si á Juanillo le diere gana de venir! I Ay, líosita infeliz!» Sale la tia Bla&a con rueca, vestida de paya, con montera y rebozo. Blas. Alabado sea el Señor. Ros. Dios guarde á usted , tia Blasa. ¿A qué .vendrá esta vieja? ap. ¿Qué busca usted? JBlas. Nada, nada. Enfadada. ¿ Dónde está tu padreniña? . Ros. Vo no sé: todo lo anda de arriba abajo, entra y sale y en parte alguna descansa. Blas. Mejor cuenta le lendria estarse siempre en su casa. Rns. ¿ Ha c<;rrado usted la puerta? Rías. No, no, no. Ros. ¿ Qiié es lo que anda u.'-ted ínirando? Blas. ¿Es allí donde tú tienes la cama? Roa. Sí señora. Blas. ¿Y dónde duermes? Ros. Ya se ve. Blas. Mira, muchacha: iu virtud es un tesoro tan grande, que no le igualan ni los diamantes , ni el oro, ni las joyas , ni la< piala: - sobre todo en las doncellas .... ¡ Ay , ftosiCa, quiéi) se hallara en aquel feliz estado! , ten cuenta con mis palabras; el honor es una rosa que hasta del aire se aja .... Ros. ¿Qué me quiere usted decir? Blas. Ya me enllonyes, buena maula. Ros. No por cierto: , , Blas. ¿Qué, te ries? ¿Piensas, porque soy anciana, que chocheo? pues ya , ya, ya verás lo que le aguarda. ‘ iSu les’daban á los hijos

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fnCvSAIIXETE DIVERTIDO,

TITULADO

BiL (ama®® n iljì (Ehiicbìì

PA R.\ CINCO PERSONAS.

Juan illo .E l lio Giné». Rosita .

E l tio P edro Lanas. L a tia B la s ü j vieja.

E l teatro representa sala d t u n la b ra d o r, con puerta s á los lados, en la fachada pared con una m n tana rasgada, abierta, cortina medio corrida , debajo una grande

escarpia, u n a m esa, dos taburetes v ie jo s , a lgún banco, etc. E stará Rosita sentada h ila n d o , y cantando el airecillo siguiente.

uA -y , Rosita infeliz, si á Juan illo le diere {i^ana de venir!Mi pa d re do s a ld rá , n i á HÚ m e d e ja r á , p o r q u e e s tá s u m ercé r e c e lo so desde a y e r .Todo es ir y venir, todo e n t r a r y salir, yo no sé que será , n i puedo sosegar,¡ Ay , Rosita infeliz, si á Juanillo le diere g an a de venir!I A y , líosita infeliz!»

Sale la tia Bla&a con ru eca , vestida de p a y a , con m ontera y rebozo.

Blas. Alabado sea el Señor.Ros. Dios guarde á usted , t ia Blasa.

¿ A qué .vendrá esta vieja? ap.¿Q u é busca usted?

JBlas. N ada, nada. E nfadada .¿ Dónde está tu p a d r e n i ñ a ? .

Ros. Vo no sé: todo lo anda de arr iba a b a jo , en tra y sale y en p ar te alguna descansa.

Blas. Mejor cuenta le lendria

estarse siem pre en su casa.Rns. ¿ Ha c<;rrado usted la puerta?R ías. N o , n o , no.Ros. ¿ Qiié es lo que anda

u.'-ted ínirando? Blas. ¿ E s allí donde tú tienes la cama?

Roa. Sí señora.Blas. ¿Y dónde duerm es? Ros. Ya se ve.B las. M ira , muchacha:

iu virtud es un tesoro tan g ran d e , qu e no le igualan n i los d iamantes , ni el oro, ni las joyas , ni la< piala: - sobre todo en las doncellas.. . .¡ Ay , ftosiCa, quiéi) se hal lara en aquel feliz estado! ,ten cuenta con mis palabras; el honor es una rosa que hasta del a ire se a ja . . . .

Ros. ¿Qué me quiere usted decir?Blas. Ya me en l lonyes , b u en a m aula.Ros. No por cier to : , ,Blas. ¿ Q u é , te ries?

¿P iensas , porque soy anciana, q u e chocheo? pues ya , ya, ya verás lo que le aguarda. ‘ iSu le s ’dab a n á los hijos

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sus padres esa crianzaen mis Uempos. ;'A1» costumbres!Yo te a s e g u ro , bellaca, que lú me las pagarás .

Ro^. ¿ P ero p o r qué me am enaza u s te d , lia? Blasa.. H e, la mocosa, l i m o n a , que a y e r m añana m a m ó , y al in s lan to q u ie re subírsenos á las barbas.P i le á Hj padre que ten^o q u e decirle , que no salga: luego volveré: ¿qué miras?Ya lo verás: calla , cajia* vase.

Ros. ;CoQ qué entusiasmo vendrá esta vieja I'Vaya , vaVa, que es boy mal día: ni sé cómo estoy, ni tengo gana de hacer labor.

Deja la rueca y se pone pensa tiva . Sale G in. Bueno , bueno.Ros. ;Padre mió! ¿qué ahí estaba

usted? Gi7i. Sí señora , a q u í estoy, viendo como usted trabaj/f..

Ros. G in. T ú : . . . ¿qué?Ros. 1>e ver á usted

que en parte ninguna para , y tan inqu ie to , estoy tan.... ,

G in. T an . . . qué? Ros. Tan desazonada. G in. ¿Pues qué llenes lú la c u lp a t Ros. Como usted luego que acaba

d e c o n ie r se ecba á d o rm ir siempre la s i e s t a . E s t á mala la tarde^ y algo revuelta .Vete 'ó h i la r a d e n t r o , m a rc h a . '

Ros. ¿Y si á usted se le o frece algo? ' G in. Y o te llam aré . Ros. ¡Qué cara

que tiene! [Pobre Juanillo , s i ahora vienes y te ,agarra! vase.

G in. Mejor quisiera g u ard a r en dosíertó una manada de carneros sin cayadó ni perros-, que una muchacha cua^fio el cofítzon la empieza

• á-decjr( |üo ya se fwlla en edad de que la den sus padres lo q u e la íaUa.

Sáté Rosi'ta cófriendo.Ros. ; Ay, padre mió! G in. ¿Qhó traes? Ros. Que ha Vénido esta m añana

un recadu del alcalde,

y sni duda que le aguarda , según la prisa traía , para cosa de importancia: vaya usted p ronto . G in. V;i iré.

,R u s . V á com pra r también (tobada, que es m enester . Gin. Bien está.

Ros. ¿Dónde dejó usted la capa?Gin. \ \ \ i . Ra.^. Bien pudiera usted

ba jar á ver como labra la huer ta el nuevo horte lano .

G in. ¿Qué en)p»‘uo de que yo sa lga tienes h o y , Rosita? Ros. Y o . . . , como es tando usted en casa se pone de mal humoi-, y cua lquiera cosa le en fada .. . .

G in. Dime, ¿qué le enfa^lo á tí?Ros. ¿ A m í? lo d i r á u s ted en elianza:

y si no (puédese usted, y yo iré á ver que nos m anda e í a l c a ld e , y de cam ino .. . .

G ín . No, hrja mía de mi a lm a, yo agradezco tus cuidados; pe ro ag ua rdo á Pedro Lanas.

Rus. ¿ Quién? ¿ al padre de Juaolllo?Con viiKza.

G in . Sí: n o me ha salido vana ap.. la malicia: apues to un curirto á que ahora le esperaba.

Roa. Va no sa ldrá . ap.. Triste .Sale Fcdro ¡Mnas. Buenas tardes,

lio fiinés. G in. Tío l 'edro l.4anas.Ped. A Dios^ Rosita.7íys. ¿E s tá nsl<*d

b u e h o , lio P edn j? Agradubl'i.P ed . A Dios gi'acjas

tengosa lud . V a lo veo, lú cada día m as g u a p a ­

cos . Y muy crifídii de usted.Ped. Lo agradezco. Mi cuñada

rae ha dicho (jue me tenías algo qué decir. G in . Sí: calla .¿Qué haces tú aqtií? A R o s itn sentada.

Ros. Voy á segu irmi labor. Ped. Es aplicada,

G in. Mucho. V e te á la cocina á <íisponer unas m agras .

Ros. Y’a están .Gin. Pues \ e t e á la huer ta

á coger una ensalada./{os. ¿Qué tendrán q u e hablar?

S e Ui:anla y dá vueltas.

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G in. ¿ Qu6 buscas?¿ por <{ué das vueltas?

Rus. P o r nada.Vase, G inés la sigue con cautela y vuehe.G in . Con qne, ainlp:o P e d r o , ¿cómo

van las v iñ as? Ped. No van malas.G in. Lo que va á peo r cada vez

son los hombres.Pcd. ¿ Me buscabas

para darm e esa iiolicia?G in. Va se fue. Cosa mas àrdua

Vuelve á acechar. es pora lo que te llamo.¿C onoces bien esta espada?

P cd. E s de golilla ; tres siglos ha que dura vinculada en mi familia: con ella en tiempos que yo rondaba, he dado mas de mil golpes, y millares de punzadas.

G in . ¿A quién? Ped. A los perros que m e sentían y ladraban.¡Has visto qué boja tan dura!

G in. Mucho,P'id. ¡ \ qué fuerte la taza!G in. Ya lo he visto todo: ahora

a t iéndem e con cachaza.P ed. Vamos, di, di, ya te escucho.G in . Tú eres un viudo, á Dios gracias,

y yo o tro viudo. Ped. E s verdad.G in . N uestra m u g e r , que Dios haya,

nos dejó á tí un hijo, y una bija á mí. P eá . Muy bizarra.

G in . Ahí está para servirte .Tam bién tu chico es alhaja.

Ped. Tu serv idor. Gin. Pues amigo, yo me hallo en las circunstancias de pedirte aho ra u n consejo.

Ped. ¿Sobre qué?G in. .Atiéndeme. Ped. Habla.G in . Si el m uchacho que tú tienes

lo se volviera muchacha, y estando ausente ó dormido, de noche te la rondara a lgún mocito, ¿qué hicieras?

Pcd, ¿ Qué hiciera ? si e ra de mala familia ó m alas costumbres el mocito, le p illara , y le diria: fulano,■yete, que en vano te cansas;

pues m i hija no es para tí, po rque tú eres un canalla, u n b o r ra ch o , un holgüzan,(lo que fuera); y si me pasas otra vez p o r estas puertas, ó te a r r im as á estas tapias, lo m a ta ré . Y con efecto, si vo lv ía , le m atara , m a ta ra á mi hija ̂ y en fin, m atara todasuc<jsta.

G in. M atarás á todo el m undo.Mas volvamos la medalla:¿ y si el tal te convenia?

Ped. Esa ya es o tra tonada.Sí me convenía , entonces, ó l lam aría ó buscara al padre di’l tal muchachoj y le diría : esto pasa: . ti-' h o m b r e , los niños se quieren: yo no tengo repugnancia ,¿tú tampoco? ¿No? P ues vamos a l n e g o c io : se a jus ta rá to d o , tres mas ó tres menos, y acabóse la dem anda.

G in. Pues de este m o d o , Perico, no ex tra ñ a rás que yo haga lo que tú hicieras. Ayer, cuando me volví á mi casa, encontré la puer ta abierta, y aunque algo oscura la sala p o r se r la oracion, allí en t re la mesa y la tapia divisé un bulto, que iba escapando á cua tro patas: y o , creyendo que e ra un perro , le di un puntapié; h e , m archa á la calle : cuando mi hija del pescuezo se me abraza, d ic iéndom e: ¡ a y , pad re miol i con qué cuidado que estaba y a , y qué tarde viene usted!

Ped. ¿ Y qué la dijiste? G in. Saca un a luz. Ped. Sacó una luz.¿Y después? G in. Hallé «sta espada y no mas.

P ed. ¿ A dónde? A dm irado .G in. Allí.Ped. ¡Ah, ah! ¿de ese modo el que anda

á cua tro pies es mí hijo? Riéndose. ¿Cómo negará la casta?

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Yo también cuando m ucbacho tenia esas hum oradas.

O in . Yo tengo otras, y así dile que no v u e lv a , ni me haga la burla o tra voz del porro; po rque le pondré una maza, que (luiique le a r ran q u e n después la c o l a , no se le caiga.

P ed . Pero, hom bre, si los muchachos, según parece , se aman; pud ié ram os . . . . G in. A eso voy, y eso es lo que yo pensaba.

Pcd. ¿Q u é dolo le piensas dar ú lu hija? G in. T o d o , y nada.¿ Y tú al Uiyo ? P ed. I s a d a , y todo. E l es solo.

G in. Mi muchacha tambí(*n es única; y mientras heredare lo que haya, le daré lodo lo que hiíya hilado esta sem ana; el guardapiés de su m adre , i lü con que se casó la h e rm a n a noJ de su ahucia , que au n q u e rolo, no li<;ne n inguna mancha: le daré sus dos pendientes y cruz de piedras de Francia : su par de guan tes de seda, sus cinlfis , su ropa blanca, j lo principal de todo, que es la mitad de la cama hácia ol rincón : la o tra media tú verás si qu ieres darla á tu hijo, y si no que duerm a en el su e lo , ó sobre un a rc a .

P ed. Yo creo que les darem os entra tubos cosas que valgan m uy p o co , y hagan subir y sonar mucho la car ta de dote,

Gin. Así se praclica.¿ Y cuándo piensas que se haga la boda?

Ped. Este mes de Agosto.G in. Es la fuerza de mis parvas

en to n ce s , y yo no puedo;lo mejor se rá dejarla p a ra Ocliibre.

Ped. ¿Y mis vendimias?G in. P ues Irasládese á la Pascua

de Navidad. P cí?. Mejor o?. ’ííi'n. I*ues no se hable mas palab ra

en ello. Daca esa mano.Ped. Toma: y queda la alianza

indisoluble. G in. Lo mismo que si es tuviere lirmada.Lo ()ue imporla es el secreto, pues si los chicos alcanzan á saber esta concordia en lre los d o s , ade lan tan ellos Ja suya , y sa l ie ron lodas las cuen ta s e rradas .

Ped. Rion díres: m ejor será íingir que estatnos de mala fé los dos todo este tiempo.

G in. Me conformo. ¿ e levanta.Pcd. La m uchacha

viene. Gin Si nos hab rá oido.Ped. Disimula.G in. Es muy villana Serio.

esa acción. Ped. Mas lo es esotra:Y si á q u e sois n o m i r a r a un Viejo... .

G in. El viejo lo es él, y m ire bien cómo habla.

Sale Rosita asu^tad(f.Ros. ¡A y , San Antonio! que riñen.Ped. E re s un ru in .d in . Tú un canal la . Ros. ¿Por q u é tPfí/ . M ira . . . . G in . Mira lú . . . .Ros. P ad re mío de mi alma,

Llorando.teneos.

Ped. Le he de m atar .Ros. Por Dios, seño r Pedro Lanas.Ped. Tú te acordarás de mí.Gin. Y lú de mí.Ped. No lue caiga

m as piedra sobre mis viñas, ni en el vino gola de a«ua. si vuelvo á verte ó hablarte en mi vida. mse.

Ros. ¡ Virgen santa![ qué uíaldiciones! Señor,¿ qué es esto? G in. Daca la capa.

Ro.^. ¿ Pues dónde va usted?G in. Al infierno.

Sí sé que m iras ó hablas en lu vida á ese insolente, á su h i jo , á su cuñada,

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il sus c r ia d o s , ó cosa que lo loque 6 que lo lann, te he (le.cortar las piernas.P ues al ju a n i l lo . . . . (¡iié ganas le tengo .. . . Ros. ¡ Pobre de mí!

G in. Cuenta que á nadie me abras la }inerla.. .. pero meíor será deiar te encerrada .

Q uita la llave y vase cerrando por fu e ra .Ros. ¿ P or qué será esto ; Dios mio?

¿pues hasta aho ra no estaban ta n am igos? ¿ Y o no ver á .Tuanillo ? ¡ Desdichada de mí ! ¿ Qué haré? Obedecer á mí pad re : si llegara a h o ra . . . . Dios me libre. ¡ Ay, que Die parece que llaman!Él será .

Dent. Ju a n . Rosa , Rosita.R oí. E l es: mas si está ce rrada

la puer ta y no tengo llave.Ju a n . Tu padre se ba ido á la plaza;

o b r e , Rosa , que yo soy.Ros. Yo no le respondo: guarda;

me a legro que esté cerrado: si sup ie ra lo que pasa:¿si le reñ irá su padre?¡ Cómo me balen las alasdel eorazon ! ¿ ¿i se habráy a ido ? S í , que no llama;voy quedito; con efecto.i Qué poca paciencia gasta!pues en casándose: [ay! A sustada.; quién menea la ventana!Yo me escondo. Se oculta .

Ju a n illo por la ventana, haciendo lo que va diciendo,

J u a n . Rosa , Rosa:con e fe c to , no está en casa.Rosa , tom a un ramillete: voy á echar le en su canasta, que alli le hallará . ;Q üé tino tan puntua l ! pero .‘ i le halla

Cae, en medio del tablado. su p a d re , ó ella te pisa, se perdió. Aqui hay una escarpia grande , y debajo una mesa.¿S i podré bajar? l>ios vaya conmigo; á Dios, el sombrero

Se le cae hacia dentro.

al huer to de la tía Rlasafue á p a r a r . . . . poro no importa.

U a bajado.Mejor huele que la albabaca y el cantueso, el cua r to : bien se conoce que es la estancia de Rosita : cuando encuentre el rumo , ¡ qué sofocada y a tun iida se verá!Yo escapo. ¡ Quién se (rocara en chinche p a ra quedarse en tre la mesa y picarla cuando cierre .

Sube sobre la mesa.Ros. E l picaron

se va sin decirm e nada;voy á t ira r le el dedal. S f h tira .

Ju a n , j Ah p icara , qué ahí estabas! fía ja o tra vez.

Ros. Yete , vete. Ju a n . P e ro d im e . . . .Ros. No hay que decir. Q ue te vayas.Ju a n . ¿ Por qué le escondes?Ros, Mi padre

casi ha reñido á puñadas con el tuyo.

Ju a n . ¿Por qué? R ü s . Yete.J u a n . Pero escucha una palabra.Ros. De rodillas le lo pido.Ju a n . Ya me iré.Ros. Si algo te lardas,

me pierdes. Vete. J u a n . Rosita, aho ra no me dá la gana. Se sienta. ¿Con qué han reñido? Ros. Sí: vete.

J u a n . No quiero . D ime la causa .Ros. Juanillo , vete, ó te l i r a

esta vedija de lana .J u a n . Mira no me descalabres.

P ero parece que andanen la puerta . Ros. Mi padre es.¡ Pobre de mí!

Ju a n . C a l l a , calla, que ya me voy.

Ros. Que le coge.Ju a n . Que se agua rde . Esta ven tana

so ha hecho mas arr iba , desde que bajé , mas de una vara .

Ros. Ya abrió : co rre la cortina, y tente sobre la escarpia.

Lo ejecuta como se dice.Ju a n , i Y si me caiso?

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Boa. No importa:si no te ve. Jxian. M achas grncias.

Ju a n illo se m antiene soht'e la escarpia., cubierto con la ca r lin a , y saca la caben^a

á veces. Itosita asustada.Sa le G in . Buena forlunu ha tenido

de que yo no le topara,Jxos. ¿ Qui¿n , padre mió?O in . Ese Juan ,

hijo de Perico Lanas: tom a la hacienda: el dedal p o r t ie rra : la descuidada,Ja necia , m iren qué bien goberna r la u n a casa.

Ros. Yo, se ñ o r . . . . G in . L a perezosa, (|ue no es buena para nada mas que para enam orarse;¿ y de qiiién? de un papanatas , u n vagam undo, un bribón, que enam ora á todas cuantas so lte ras tiene e l h igar.T o m a la la b o r , y canta; qué sueño tengo. Se sienta.

Ros. Mejor es tar la usted en la cama.

G in. Bien estoy aquí: no quiero mas que d a r dos cabezadas; en durm iendo media hora , desp iér tam e. Vamos, canta?¿ no cantas?

líos. Y'a voy , señor.G in . O y e s , a lguna tonada

de ga s to , que á m í , au n q u e duerm a , ni una gota se me escapa,

E m p ieza á d o rm ir . Ju a n illo se asoma. R osita le m ira -, y con alguna alterador}

canta el sigu ien te a irecito gracioso.«Erase un pajarito gracioso

«que cantaba en el bosque de amoí*, «y subido sobre una ram ita ,«no volaba por el cazador.

J u a n . ¿Se ha dormido?S in cesar la música.

Ros. E s ta te quieto.J u a n . Que me caigo, como hay Dios. G in. ¿ Q u é dices? Ros. Estoy quedita

repasando la canción.«Acechando por en tre las hojas

«y las ram as del m ir to de amor, «escuchaba de su pajarita

«los alhagos y la tierna voz.E sta rn u d a durm iendo .

Ju a n . Achí, achi, G in. Dios te ayude. Ros. Y á usted también.Ju a n . ¿Se durmió?Ros. P arece que sí.Ju a n , i Quién fuera

m osquito en esta ocasion!Ros, «Alternando en acordes acentos

«noche y dia pasaban los dos . . . . Jua n illo al querer esforzarse p a ra sub ir á la v e n ta n a , le falsea la escarp ia , cat sobre la mesUj y esta y él a l suelo , con todo lo que habia en c im a , de modo que hagan u n grande r u id o , y despierta el

tio Ginés asustado.Ros. ¡ Ay , Juanillo!G in, ¿Quién está ahí?

¿quién esta ahí? ¿se caen las tapias? Ros. E s Juanillo .J u a n . Si soy yo,

t io G in é s , ¿ de qué se espanta?G in. ¿ Y á qué vienes aquí? ¿es ese

m odo de e n t r a r e« las casas?Pensé que el techo ¡Jesús! sobre mí se desplomaba,

J u a n . ¿Qué es usted medroso?ÄOS. Chico, aparte con él-

¿ te has ro to algo?J u a n . S í , las nalgas

r»o he partido p o r en medio.G in. ¿ Qué es esto? ¿te has pues to mala?

A Rosita .T ú m ira de lo que sirves.

A Juan illo .Niña , bebe un poco de agua.

Ros. Ya estoy mejor.G in . ¿ A qué vienes

aquí tú? Ju a n . Si me enviaba m i pad re . . . . ¿qué le diré?

G in. ¿A qué? ¡Cuál tiembla! Despacha, Ju a n . A que usted le hiciese el gusto

de enviarle p o r hoy su albarda, porque las de su m erced . . . .

G in. ¿ Q u é dices , hombre?Ju a n , En la cara

parece que p o r ahora es tá usted b u e n o , á Dios gracias, y la señora Rosita.

G in. Sí, hijo, ya entiendo la maula:

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pero veto an tes que yo le ho"a salir.

J u a n , f. Por qué causa?(jin : l'rci^úntasolci á lu p;Klro:

IDUS vele aquí. Ju a n . Esio faltaba.S a h el lio Pedro Livnas.

P ed . Se tnc olvidó... . ¿ tnas que tienes que hacer aquí l ú , canalla?

Ju a n . Yo pasaba p o r aquí; y corno le (enijo lanía ley al l io Ginés.. . .

G in. Eixjbustero;¿pues ahora mismo no acabas d(5 decir que le cnvia Pedro á que le presle mi albarda?

P ed. ¿A lbarda y o , y cada bestia lione la suya en mi casa?

O in. E n re d a d o r . . . .Ju a n . La verdad,

e ra para un cam arada mío. Ped. ¿Q nién?

J u a n . E sm ereglldoel rub io . Pcd. Si está en G ranada .

J u a n . Pues seria para otro .; Ay ta l apretar!

Sale la íia Blasa,B las. Deo gracias:

m e a legro de ha l la r á lodos jun ios . Bündípja la parva el Señor que la crió.

G in. ¿Q ué es o so , señora Blasa?B las. Bien dicen que la desidia

de los padres es la causa de perdición en lo,> lujos.Miren aquí que cr ianra . V agam undo .. . y Ui... ¡.V baenGínésT l ’icarilla descarada. . . . s í , sí: la que pierde madre , piorde el caslillo y la gunrdía.^E n mi tiempo e ra n los padres los que á las hijas guardubanj y aho ra conducen las hijas á los padres por la barba.Así el cielo está irri tado.

/ j m. ¿í>e qué?.. . Pcd. ¿Do qué?B las. Como alzara

la cab'3za ahora lu madre ,Rosita.

í qué azotes que te esperaban!Ros. j , \ qué ha venido usted ahora?

B las. Xo mas que á decir que abran los ojos á vuestros padres, que tienen m uchas légañas.

Riéndose todos.Beid , enseñad los dientes, que si níc descoso... .

Ped. Vaya,descósase u s le d , y despache.

0Í7i. A buela , no sea cansada.B las. ¿Abuela yo? mire e l niño,

y cumplió la ú ltim a pascua.. . .G in. Aliora no viene al caso

la edad aquí para nada.Ped. ¿Quiere dejarnos en paz?Jilas. Mas la líenen per tu rbada

en el luga r vuestros hijos, que todas las noches se habla* po r aquella ventanilla , saltando huer tos y tapias este picaro.

Ju a n . Es embuste.Ros. ¡ Qué testimonios levanta

usted , liaíB las. ¿Teslimonios?

¿N egarás que ah o ra llamabas á esta puerta?

Ju a n . I-ara e n t ra rcualqu iera que viene llama.

B las. ¿No disle despues la vuelta p o r la calleja á la espalda de e s t a , y trepando como un gatilo por la m u ra l la , saltaste á mi huerto?

Ju a n . ¿ Yo?Blas. Tú: yo vi como trepabas

sobre mi h ig u e ra , y caiste, porque se tronchó la ram a mejor. Reniego de tí.Y luego con m ucha rabia te levantaste , y le asiste del marco de es ta ventana, y en tra s te . . . .

Ju a n . P ad re , que miente*Blas. ¿ T ú me desmientes, canalla?

Pues desmiente á tu son>brero, que debajo de mi saya tra igo para buen testigo.

G in. y Ped. Pues p ic a r o . . ..Ju a n . ¡ Ay , que me malan!Gin. Ese.es el ru id o , Perico:

Page 8: TITULADO BiL (ama®® n iljì (Ehiicbììdadun.unav.edu/bitstream/10171/25931/1/FA.Foll.005.439.pdf · i con qué cuidado que estaba ya, y qué tarde viene usted! Ped. ¿ Y qué la

no líPncs ho n ra ni barbas si no le castigas.

J u a n . ¡ Ay!¡luyendo .

P ed . Te h e de h acer dos mil tajadas.Jloa. Todo por usted.B las. Tío Pedro.

Defendiéndole,¡ Ay , hijo de mis en trañas , que ah o ra me acuerdo de que es tuvo lu m adre mala, y U- di la lela un mes!

y J u a n . Padre mió de m í alma, perdón.

De rodillas.G in . Tío Pedro , discurro,

A parte los dos.

quft se anticipó la pascua.Ped. Yo estoy en lo mismo.G in . Pues

echem os el pecho a l agua.//OS dos. Iaevai)t.’)0s.Ros. y Ju a n . ¿ Piirá qué?

Tem blando.B las. P a ra casa rte , m uchacha,

<u)n JuiiniWo: ¿ no lo entiendes?Ros. ¿'Será cierto?G in. Sí: mafiiüia

le da rás mano.Bos. Cuiinlo

ha que se la tengo dada.J u a n . Y pupel.

8 —G in. ¿ C ó m o , si no

sabe escribir?J u m . Nunca 'falta

qu ien sepa.G in, ¿ Y quién lo firmó?Ros. Un testigo á ruego.P ed. V aya ,

que nues tras disposiciones se han lucido.

'G in . Demos graciasá Dios de que no h ayan sido u n poco mas atrasadas.

Blas. Y a , m uerto el asno, de poeo s irve a l rabo la cebada.E s to se acabó: jo lgorio y banque te s , que aunque anciana á com er y resp ingar apuesto con las gitanas.

G in. Pues vamos á disponer la boda.

J u a n . Y el ce lebrarla desde ahora co rre rá de cuenta de las muchachas y m uchachos de mi escuela con una grande tonada, que para el tiempo presente esta propia ta rde ensayan,

G in. Diles ({ue vengan al pun to á m e re n d a r y á can ta rla .

B las. Yo iré , yo iré, que me m u e ro p o r broma y p o r algazara . vase.

Todos. Y aquí concluye la idea, a p la u d id a , ó disculpada.

FIN

I m p r e n t a d e L a b o r d a ^ c a l le d e la B o ls e r ía j n ù m e r o 2 4 ^ d o n d e s e h a ­l la r á n o tr o s d i f e r e n t e s , c o m e d ia s a n t ig u a s j m o d e r n a s j a u to s s a c r a -

m e n ta le s ^ e n t r e m e s e s j Id s to r ia s ^ r o m a n c e s j p a p e l e s s u e l to s .