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;VVVVAA\VVVAAAA^VV\\VVVVV\A^^VVVVVVVVVVV^AA\VVVVVVVVVVVVVV\V ROUTE, organe de la FUL ei France I I lícimbre, 1948 Aniéi Y n- 178 Prix: 12 francs Redaction et Administrarían : Pablo Benaiges UM Bclfort - TOULOUSi (Htt.-6n.Ej Leed en 4' pagino el reportaje de actualidad (( Venezuela bajo la bota del ejér- ór^Qcuru» da \a.¿$WÍX7+3.1 e*¿ ^zancXau j ^HO gOIfleClSta ^wwwwwws/w^^ Idioma animada de la conducta anaufuísla ¡iiiiiiinninnitnnniHjniiiiiiiüiüiüi Los jóvenes libertarios hemos aspirado siempre a cumplir una tarea propia dentro del conjunto del Movimiento. A ejer.cer una fun- ción que representando un complemento de las inquietudes gene- rales, no fuese un obstáculo para nadie ni una dualidad de funcio- nes. Creímos siempre en la existencia de un vacio que sólo nosotros podíamos llenar. Acercarse a loa jóvenes, despertar en ellos las in- quietudes del ideal, orientarles y estimularles en la necesidad de dar. un contenido provechoso a sus actividades, canalizar sus ener- gías y sacar un rendimiento positivo de su dinamismo, es misión que no puede encomendarse a cualquiera. El factor psicológico es inseparable de todo propósito proselitista. La similitud de condición, de ser jóvenes entre los jóvenes, implica una ventaja que no puede suplir por si sola la buena voluntad ni la capacidad Usa y llana. Los consejos de los veteranos consiguen hacerse escuchar con res- peto y hasta con reverencia, pero son raras veces contagiosos cuan- do van destinados a la juventud. Suenan casi siempre a sermón parroquial dominguero. El uso, la costumbre y la educación reve- rencial, obliga a encajarlos como un mal trance que hay que pasar y en tanto que pasajero. Pasado este trance, en el que el espíritu del destinatario ha permanecido hermético ante la prédica evange- lista del veterano, expeditor y destinatario continúan viviendo su vida aparte en un mundo aparte. La juventud necesita buenos ejemplos de los mayores. Mas buenos ejemplos qup buenas palabras. Los hijos precisan buenos ejemplos de los padres. Más buenos ejemplos que consejos, con- minaciones y amenazas. Toda la filosofía paternal queda reducida a cero cuando los patriarcas desdicen con su conducta cuanto pro- digan con la palabra. El niño es fino observador de las costumbres, gestos e inmoralidades que concurren en el hogar. Las impresiones de la infancia quodan grabadas en el cerebro del niño para toda la vida. Para el niño, el significado de las palabras es indescifrable, más indescifrable cuanto más profundo y reverencial. En cambio, posee el secreto de todos los actos de los mayores, así perniciosos romo edificantes. Ronduet», pl ejemplo, es el sólo lenguaje ani- mado que. comprende la niñez y la juventud. Sentada esta norma de conducta ejemplar para uso de mwitf ros y veteranos, hay que dejar a la juventud fíente a su» problemas. Darles facilidades de desenvolvimiento, ver con -rgullo su •ano desarrollo, sus progresos de orden físico, moral e intelect mi. Las supuestas desviaciones de la juventud son de orige n y fi ctura de la gente bizarra, con pelo en pecho y calva esmaltada. El optimismo de la juventud, sus ímpetus de generosidad, el romanticismo, la idealidad y el espíritu de sacrificio que impregna l dos sus ¡ ctos, despierta en los mayores, ganados por el clima materialista y ven- cidos por el pesimismo, un sordo resentimiento subconsciente. Este resentimiento nace en los adultos del hecho de mirarse en el espejo de la juventud y contemplarse apóstatas, claudicantes y vencidos. Las demostraciones de vitalidad y optimismo de la juventud, cons- tituye un acta de acusación para quienes, traspuesto apenas el cabo cíe las tormentas, y lejos de la edad senil, se sienten ya envejeci- dos moralmente, envueltos en una crisis de remordimientos y con- tradicciones. Los que cayeron vencidos en la ruta del ideal no sienten otra quimera que la postuma y tardía de compatibilizar §u vida con la de la juventud que sonríe al mañana. He aquí el acto más dramá- tico, el más lamentable y el más inhumano. El veterano intenta convencer a los jóvenes con alegatos fríos, cerebrales, desprovistos de calor y de emoción, de que han equivocado el rumbo. Y vienen /as apelaciones a la experiencia, a la filosofía realista, al circuns- tancialismo y al oportunismo. Tnr n pnres de ascender hasta la cum- bre de la juventud, rectificando de este modo todo un proceso de inconsecuencias y tortuosidades, se intenta desesperadamente atraer a los jóvenes hacia el abismo en qup resbalaron por falta de ente- reza y en el que continúan debatiéndose por carencia dg hombría y de sinceridad. La F.I.J.L. persigue. la creación de un clima de fraternidad libertaria entre los jóvenes, estimularles al estudio y canalizar sus impulsos de rebeldía de cara a la liberación de España. No cejare- mos en nuestro empeño mientras subsistan en el mundo 'njushcíai que reparar, dolores a mitigar^^ea cautiva la libertad de los ar- tífices de los Estados y de las^PPras. \VVVVWVVWVVVVVVVVVWV\AA\VIVVVVVVVV^^ iCunda el ejemplo! «Compañero administrador de RUTA: De acuerdo con la tuya de fecha 3 de los corrientes, mandarás ocho nümreos de nuestro paladín a las direcciones que a continuación te detallo: Ramón Mitja, Saint Girons (Ariége). Eustaquio UUibarri, la misma dirección. Juan Fernández, la misma dirección. Francisco Duran, la misma dirección. Jaime Colominas, la misma dirección. Vicente Méndez, la misma dirección. Jacques Soler, la misma dirección. Ciríaco García, la misma dirección. El importe de dichas suscripciones te lo mando por gi r 0 postal. Sin nada más de particular, tuyo y acracia.—R. Duran. Saint Girons, 3 diciembre 1948.» ¡Los jóvenes déla F.I.J.L. en Francia responden al llama- miento de la Administración de RUTA! ¡Que cunda el ejemplo de los compañeros do Saint Girons! ¡Adelante, compañeros, impulsad la labor educativa y revolucionaria de nuestro vocero! ¡Suscribiros a RUTA! ¡Leedla y propagadla entre todog los trabajadores exilados! rt\\VVVVV*V*VVVVVV**W\*Wl\VVW\\\VVVWWWVVVVWVvV^ V\^VVlAAAAAAAAA^^\VVVV\^VVVVMAaVlA^aVVVXAA1A^AAa^V'VVV'VVVÍ; León Felipe no pudo hablaren el Perú No es la primera vez que ocu. rre esto a nuestro poeta pere- grino ni la primera ocasión en ocuparnos desde RUTA de estos incidentes. León Felipe no es un diletante de la lira ni un inte- lectual de oficina. La mayoría tid nuestros intelectuales emi- grados ai llamado Nuevo Con- tinente adoptan una po&.ura re. miigona u e contemporización con la fauna de arrastiables, presupuesteros y sacr.stan.s que epidemizan ia s veintitantas re- puDucas americanas con sus ín- sulas adyacentes. En manos de León Felipe, l a lira no tiene na- da de delicado merengue y si mucho de hacha de p. dental. Sus versos se ríen de la métrica y de la geornearia. Sus poemas con- trastan con los desmayos lloro- nes y las ampulosidades rebus- cadas. Son espontáneos y veriles. Repletos de vicia y de emoción humana. Su invectiva cruda y su agudeza herética, no atienden .i las regias y cartabones disci- plinarios de la rima. León Feli. pe no es un poeta sedentario, ancaao como tantos en un es- tanque poblado de nenúfares y pcCus de colores. Desde hace va- nos anos se ha ecnaao a cues- oaj la tarea de requemares la sangre, eu su prop.a guarida, a ÍOS ensoianauos que laureCa tranco para consumo de sus co. louias eop^ntuaies. Hay que sa- oer 10 que representan ios hitos escogíaos para su cruzada, para canbi'ar la importancia y casi oemenaad de la misma. Bogotá güito, Lima y La 1-az, son ver- daderos niaos de cucarachas ne- gras. Plantarse sin más ni más en esos históricos dominios de 1a sotana equivale a desafiar al rayo. Nadie sino él, se ha atre. vido, ni antes ni después- a lia- marles «ratas» en su propio gra- nero. Nadie ha afrontado las iras y agresiones de los fanáticos aguijoneados desde el pulpito, y las bombas lacrimógrnas y has- ta las tentativas de linchamien- to. Su paso anterior por Lima provocó un terremoto en las iglesias y conventos que cubren materialmente el área de aque- lla meca cristera. Ni ccvto ni perezoso^ León Felipe se ha plantado allí otra vez dispuesto a sobarles nuevamente c o n su bácuio retorcido. He aquí lo que nos cuentan del caso nuestros compañeros de la Fed-ración Anarquista Peruana: «Desembarcaba el poeta León Felipe, ateo de buena cepa. Y como ya le conocían por las con- ferencias 'que pronunció en la Universidad Mayor de San par- cos, en su visita anterior, los murciélagos de la cruz llamaron la atención a las damas de núes- tra «sociedad», para que por me. dio de la presidente (al estilo argentino, su «esposo» es el men- tor de esta colonia de Roma) hicieran ver al poeta que el país se encuentra en estado de sitio y, como tal, debía abandonarlo. En efecto, al día siguiente de su desembarque se marchó. Un ateo no cabe en un ambiente de tartufos, como tampoco sería po- sible que un águila comulgara con los cerdos... señores de la clerigalla. Ya tienen el campo libre. Ya se fué el lobo. Para cotorrear sobre la unión cató- lica se goza de libertad Pero para decir que todo eso es una mentira existe el estado de si- tio. Bien os dijo la| primera vez que todos vosotros, os que componéis la clerigalla «no sais ra ás que unas ratas que os coméis el queso de ta felicidad sin sudarlo. ¡ Ratas !» •••••••••••••••••••••••••••••••••••5 •ni íiiiiiiiini IIHJIII 11? DIRECTEUR-GÉRANT: VICENTE JOSEPlt IMPRIMERIE DU SUD-OUEST 6, RUÉ STK-URSULE oiioa^wvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvwvvvww W El terror en Bulgaria L3S COntiflUaS <AVVVVVVVVVV\A^aAAVVX^V\A.\VVVVVWAAAA^VVVVVAAAaVVVVVVVVVV\ represalias bolcheviques son de una crueldad inaudita La esclavización del pueblo bü'.garo y el martirio de Sus mejores hijos, los que conservan un pensamiento y una conciencia libres, se desenvuelve, como plan premeditado, de una mane- ra sistemática. Todos los que en Bul- garia no piensan como ordenan Dimi- trof y sus criados, agentes del impe- rialismo bolchevique, están condena. dos a una muerte lenta, pero segura. En las ciudades< se.gün la estrategia bolchevique, sólo Se deja vivir a los comunistas. Los enemigos d e 1 régi- men, ciertos o supuestos, con sus fa- milias, son expulsados diariamente de Sofia por decreto de la s milicias. En un plazo de 24 horas tienen que aban, donar Sus domicilios. Por millares se cuentan ya los enviados a los campos d& concentración ; por millares los enviados a los campos de trabajo for- zado como «vagabundos». Se les des- pide del trabajo, se les arroja de su domicilio; todas las puertas de otra ocupación o de otra vivienda se les cierran ; se les quita la carta de ali- mentación. Su destino es morirse de hambre. No hay relación alguna, por esas circunstancias, entre los reSios de l.s organizaciones no comunistas, y es de todo punto imposible pensar en una ayuda ni permanente, ni transitoria, organizada en el interior a los que caen, cada vez más numerosos. Centenares de estudiantes han sido mentó de su ultimo examen, y por «vagabundos» se les ha enviado tam. bien a los campos de trabajo forzado, de los cuales, está lleno el país Todo él, al paso que se va, será en poco tiempo un sólo campo de trabajo for- zado. Lo mismo que las de la Universi- dad, las puertas de las escuelas se cierran para los hijos de los que no se alistan entre los comunistas y no Se pliegan a ellos. A causa de la capitulación idco'ó- gica del bolchevismo, los comunistas búlgaros t e m e n particularmente el prestigio crecien que adquieren el anarquismo y la F.A.C.B. Antes de morir definitivamente^ porque están condenados a morir, porque es mons- truoso que vivan, quieren acabar coa todos los anarquistas. Para nadie son tan crueles, y con nadie dejan de ser crueles. Los anarquistas son los pri- meros en ser arrojados de su trabajo <f de su domicilio. Los estudiantes anar- quistas han sido los primeros en ser expulsados de la Universidad. Para los hijos de los anarquistas, ha sido para los que se han cerrado primero las puertas de Las escuelas. Ouieren cuando no los asesinan, que se mueran de hambre. Entre los maestros, los ánarquiofefi son los primeros suspendidos. En todo sin nombre. Sólo del hospital univer- sitario de Sofia han sido 'trasladados a provincias cuarenta médicos, sospe- chosos de anarquismo o de simpatía por el anarquismo: algunos de ellos grandes especialistas. No hay espe- cialidad que valga para el terror que ha caído sobre Bulgaria. E! día del aniversario de Cristo Boteff, el revolucionario más grande de Bulgaria, gran poeta además, hé- roe de todas las luchas de su tiempo, anarquista, discípulo de Bakunin. to- dos los anarquistas del país aun en libertad_ fueron llamados por la po- licía y abligados a firmar una decla- ración de que no tomarían parte en las fiestas organizadas por el Estado y que en el plazo de tres días abando- narían sus domicilios. El partido co- munista, las milicias, todas las gen- tes del régimen odioso a que está so- metido Bulgaria, querían estar solos en la conmemoración de la muerte de aquel maestro, que habría sido el pri. mero en escupirles a la cara, como merecen. Las detenciones no cesan. Hace po- co, en Haskovp, Plovdiy, Pernik y otras ciudades, han detenido a muchoe personas, anarquistas sobre todo. En- tre los detenidos figura de nuevo el mi. litante sindicalista Manol Vasseff^ que ha dedicado más de veinte años a la lucha contra el fascismo. Por tres veces ha pasada ya por los campop holchevimies F.sta /><• la, marta v ha sido torturado horriblemente. (Pasa a la página 3. excluidos de los estudios, en el mih IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIU aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiu TODAVÍA UN LANCE POR LA LEYENDA NEGRA Acabamos de, leer uno de esos libros cuya lectura nos {leja sumidos en la perplejidad. Se -trata de uno de esos vo- lúmenes en cuya primera página está ya visto todo, desde 1 el retrato del autor hasta la conclusión de su pensamiento. Es un libro para desdeñar al momento sin pasar del pri. mer capitulo. Sin embargo, ío hemos leído todo, desde el nombre del autor hasta la fecha de impresión. Un libro que no puede dejarse de lado a pesar del choque profundo que produce en nuestros sentimientos y en nuestras opinio- nes. Escrito por un suramencano e impreso impecablemente en la República Argentina, apenas necesita más presenta- ción. Se lee con, la Sonrisa reprimida, trocada a veces en carcajada abierta. Escrito por un español o por un hispanista de los muchos que oyen campanas sin saber qué hora es, la broma no tendría perdón. No hubiéramos pasado de las doce primeras líneas. Escrito por un americano y conocien- do a los americanos, no deja de tener curiosidad, producien- do cierto contagio emotivo con raíces en la indulgencia y en la piedad. La buena fe, la candorosidad, el entusiasmo y la buena voluntad son cualidades estimables en sí. El autor y su es, crito rebosan de estas cualidades. No hay un sólo párrafo, ni una sola línea que cuadre a nuestro modo de ver y de pensar. La tesis no puede ser más vulgar sin que el tema lo sea. Los argumentos son calco de otros argumentos, so- badísimos y convencionalistas. Las contradicciones,' los lu- gares comunes y las perogrulladas asedian al lector a todo lo largo de más de cuatrocientas páginas. El estilo, épico, Jitirámbico y vocativo, no tiene un momento de fluidez analítica, de altura ni de profundidad. Es el estilo subor. dinado a los arrebatos de un poseído, defecto gravísimo en un historiador. El autor se lo titula y ésta es otra laguna. La ampulosidad encomiástica es el distintivo de noventa y nueve por ciento de los escritores latinoamericanos. La ampulosidad y el lirismo. Cuando el tema hispanista ha quedado relegado por voluntad o desidia de los propios his. panos, los jóvenes escritores de hispanoamérica lo han re- cogido del desván del olvido en que lo dejaron nuestros antiguos cronistas, escribanos de los gobernadores de In- dias. La mayoría de los cronistas de Indias eran burócratas de los conquistadores y de los virreyes. Nuestros conquis- tadores de América unían a sus arrogancias de lanceros y espadachines la comün solemnidad del analfabetismo. Pí- zairo, Hernán Cortés y Níiñez de Balboa firmaban los per- ¿aminos caligrafiados por los frailes con la yema del dedo pulgar. * Hasta hace poco, todo lo que sabíamos de América, los pormenores de su conquista y de su colonización, las gestas *^e nuestros capitanes y los milagros de nuestros misione- /ros, lo fué a través de las tales crónicas de Indias. Salvo algunas revelaciones aisladas, envueltas con la fantasía poética todo nos fué servido por los frailes que, ora cam- pando por sus respetos, ora incrustados en las escribanías de las capitanías generales y de las audiencias, entretenían I sus ocios en Henar in folios con relatos insolventes de he. dios inverosímiles. Esta literatura barata, plagada de ba- r r o q u i s m o fabuloso y cOn olor a santidad, conquistó y co- lonizó a su turno las aulas universitarias de la península ibérica hasta la aparición de la crónica científica de loa Alejandro Humbolt, Teodoro Wolf, Carlos Darwin y EU- Foo Reclüs. Por su parte, las jóvenes .generaciones americanas reci- bieron una educación no menos contrahecha, a cargo tam- bién de esa infantería eclesiástica que forman los misione- ros del catolicismo, sobre la historia y realidades de Es- paña. En Santo Domingo, en México, en Lima y en Buenos Aires, los fundadores de las universidades fueron encope, tados elementos del clero. Sus rectores iban ataviados con sotana como en la Europa de la Edad Media. Y esa Edad Media americana no quedó clausurada en 1810 con los pri- meros clamores de la independencia. ,• En España hemos logrado emanciparnos de las influen. cias de un pasado bochornoso cantado con tonos altisonan- tes por historiadores domesticados, rastreros y falsarios. No sin penas y trabajos hemos logrado reconstruir nuestra propia historia, una historia distinta de la fabricada, en las sacristías con cánticos marciales y música de rezos. Nuestros hermanos de América no han tenido tanta suerte. Continúan paladeando el brebaje preparado por los quími- cos con capucha y sandalias, con materias e ingredientes del venero de las glorias de España: la España visigótica, la España de Covadonga, la España salvadora del mundo cristianos contra moros, turcos y judíos, la España de la San- ta Inquisición discriminadora de la sangre impura y de la sangre hidalga, la Espafia sin sol poniente, la España descubridora de un nuevo mundo y madre de veinte na. ciones... He aquí el motivo de nuestra tesonera lectura del libro de Enrique de Gandía (nombre que delata a un descendiente judío a pesar de sus furibundos alegatos contra hebreos, otomanos y musulmanes), «España en la cconquista del mundo». Enrique de Gandía rebosa buena fe en sus con- ceptos hasta cuando reniega (sin Saberlo) de sus propios antepasados, del judío, del hereje «que era un extranjero o un enemigo de la patria». Gandía tiene una rara virtud en su libro: haber conSe. .guido hacer una recopilación concienzuda y meticulosa de todos los tópicos, argumentos, alegatorias, citas, paisajes y documentos jaleados en defensa de una falsa tesis que es la Suya. Conseguir esto y conseguir igualmente dejar en el olvido el frondoso acopio de hechos y razones sostenedo- ras de la opinión contraria; retorcerlos cuando se le echan encima por impulso aplastante de la lógica y saber llevarjos a su molino, es una demostración verdaderamente genial. La genialidad de Gandía reside en la antología, ya no en la tesis, que halló fabricada en los textos escolares y en muí. titud de documentos de una época remota para los españo-» les, pero que de palpitante actualidad en América. Saber recopilar tan cuidadosamente todo lo que se ha escrito por apologistas con Sotana contra la leyenda negra, sin dejar un dato ni olvidar un detalle, le equipara a los misma» **ai- les, especialistas en labores pacienzudas. Lo importante para nosotros es que Gandía ere* , pies juntillas, noble, sincera y fervorosamente, en esa historia y en ese mundo que le han hecho ver, el mundo y la his- toria empollada por el noventa y cinco por ciento de los americanos que escriben y hablan castellano. He ahí el por qué de nuestra indulgencia tras haber leído su libro de cabo a rabo, y habernos recreado—lo con- fesamos^—con su infantilismo y su ingenuosidad. I PE1RATS. I

TODAVÍA UN LANCE POR L A LEYEND NEGRArencial, oblig aa encajarlo s com uon mal tranc e que hay que pasar y en tanto qu pasajeroe . Pasado este trance en el que e,l espíritu del destinatari

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Page 1: TODAVÍA UN LANCE POR L A LEYEND NEGRArencial, oblig aa encajarlo s com uon mal tranc e que hay que pasar y en tanto qu pasajeroe . Pasado este trance en el que e,l espíritu del destinatari

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ROUTE, organe de la FUL e i France

I I lícimbre, 1948

Aniéi Y

n- 178

Prix: 12 francs

Redaction et Administrarían :

Pablo Benaiges U M Bclfort - TOULOUSi (Htt.-6n.Ej

Leed en 4' pagino

el reportaje de actualidad

((Venezuela bajo

la bota del ejér-

ór^Qcuru» da \a.¿$WÍX7+3.1 e*¿ ^zancXau j HO gOIfleClSta ^wwwwwws/w^^

Idioma animada de la conducta

anaufuísla ¡iiiiiiinninnitnnniHjniiiiiiiüiüiüi

Los jóvenes l iber tar ios hemos asp i rado s iempre a cumpl i r una tarea propia den t ro del c o n j u n t o del Movimien to . A ejer.cer una fun­ción que r e p r e s e n t a n d o u n c o m p l e m e n t o de las inqu ie tudes gene­rales, no fuese u n obs tácu lo pa ra nad ie ni u n a dua l idad de funcio­nes . Cre ímos s i empre en la existencia de u n vacio q u e sólo nosot ros pod íamos l lenar . Acercarse a loa jóvenes , desper ta r en ellos las in­quie tudes del ideal , or ientar les y es t imular les e n la neces idad d e dar. u n con ten ido provechoso a sus actividades, canal izar sus ene r ­gías y sacar u n r e n d i m i e n t o positivo de su d i n a m i s m o , es mis ión q u e n o puede e n c o m e n d a r s e a cua lqu ie ra . El factor psicológico es inseparab le de todo propósi to prosel i t is ta . La s imi l i tud de condic ión, de ser jóvenes entre los jóvenes , implica una ventaja q u e no puede supl i r por si sola la buena vo lun tad ni la capacidad Usa y l lana . Los consejos de los veteranos cons iguen hacerse escuchar con res­peto y hasta con reverencia , pe ro son ra ra s veces contagiosos c u a n ­do van des t inados a la j u v e n t u d . Suenan casi s i empre a se rmón par roquia l d o m i n g u e r o . El uso , la c o s t u m b r e y la educación reve­renc ia l , obl iga a encajar los c o m o un ma l t r a n c e que hay que pasa r y e n tan to q u e pasajero . Pasado este t rance , en el q u e el espí r i tu del des t ina ta r io ha pe rmanec ido hermét ico an te la prédica evange­lista de l ve te rano , expedi to r y des t ina ta r io c o n t i n ú a n v iv iendo su vida apa r t e en u n m u n d o a p a r t e .

La j u v e n t u d necesi ta buenos e jemplos de los m a y o r e s . Mas buenos e jemplos qup buenas pa labras . Los h i jos prec isan b u e n o s e jemplos de los padres . Más buenos e j emplos que consejos, con­minac iones y amenazas . Toda la filosofía pa t e rna l queda reduc ida a cero c u a n d o los pa t r i a rcas desdicen con su conduc ta cuan to pro­d igan con la p a l a b r a . El n iño es fino observador de las cos tumbres , gestos e inmora l idades que c o n c u r r e n en el h o g a r . Las impres iones de la infancia quodan g rabadas en el ce rebro del n i ñ o para toda la vida . Pa ra el n iño , el significado de las pa lab ras es indesc i f rable , más indescifrable c u a n t o más profundo y reverencia l . En cambio , posee el secreto de todos los actos de los mayores , así pernic iosos r o m o edif icantes . L» Ronduet», pl e jemplo , es el sólo l e n g u a j e ani­m a d o que. c o m p r e n d e la niñez y la j u v e n t u d .

Sentada esta n o r m a d e conduc ta e j e m p l a r pa ra uso de m w i t f ros y ve te ranos , hay que dejar a la j u v e n t u d f íente a su» p rob l emas . Dar les facilidades de desenvo lv imien to , ver con -rgullo su • a n o desarrol lo, sus progresos de o r d e n físico, mora l e in te lec t mi. Las supues tas desviaciones de la j u v e n t u d son de o r i g e n y fi c tu ra de la gen te b izar ra , con pelo en pecho y calva esmal tada . El op t imi smo de la j u v e n t u d , sus ímpe tus de generos idad , el r o m a n t i c i s m o , la ideal idad y el espír i tu de sacrificio que i m p r e g n a l dos sus ¡ ctos, despierta en los mayores , ganados por el c l ima mater ia l is ta y ven­cidos por el pes imismo, un sordo resen t imien to subconsc iente . Este resen t imien to nace en los adul tos del hecho de mi r a r s e e n el espejo de la j u v e n t u d y con templa r se apósta tas , c laudicantes y venc idos . Las demost rac iones de vital idad y op t imismo de la j u v e n t u d , cons­t i tuye u n acta de acusación para qu ienes , t raspues to apenas el cabo cíe las t o rmen ta s , y lejos de la edad senil , se s ien ten ya envejeci­dos m o r a l m e n t e , envuel tos en una crisis de r e m o r d i m i e n t o s y con­t rad icc iones .

Los q u e cayeron vencidos en la ru ta del ideal n o sienten otra q u i m e r a que la pos tuma y tardía de compat ib i l izar §u vida con la de la j u v e n t u d que sonr íe al m a ñ a n a . He aqu í el acto m á s d r a m á ­tico, el m á s l amen tab le y el más i n h u m a n o . El ve te rano in ten ta c o n v e n c e r a los jóvenes con alegatos fríos, cerebra les , desprovis tos de calor y de emoc ión , de que han equ ivocado el r u m b o . Y vienen /as apelaciones a la exper iencia , a la filosofía realista, al c i r cuns -t anc ia l i smo y al o p o r t u n i s m o . Tnr n pnres d e ascender hasta la cum­b r e de la j u v e n t u d , rect if icando d e este m o d o todo un proceso de inconsecuencias y tor tuosidades , se in tenta d e s e s p e r a d a m e n t e atraer a los jóvenes hacia el ab i smo en qup resba laron por falta de en te ­reza y en el que c o n t i n ú a n debat iéndose p o r carencia dg hombr ía y de s incer idad .

La F . I . J . L . persigue. la creación de u n cl ima de fraternidad l iber ta r ia en t r e los jóvenes , es t imular les al es tudio y canalizar sus impu l sos de rebeldía de cara a la l iberac ión de España . No cejare­mos en n u e s t r o e m p e ñ o mien t r a s subsis tan en el m u n d o ' n j u s h c í a i que repa ra r , dolores a m i t i g a r ^ ^ e a caut iva la l ibertad de los ar­tífices de los Estados y de l a s ^ P P r a s .

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iCunda el ejemplo! «Compañe ro admin i s t r ador de RUTA: De acuerdo con la

tuya de fecha 3 de los corr ientes , m a n d a r á s ocho n ü m r e o s de nues t ro pa lad ín a las di recciones q u e a con t inuac ión te deta l lo :

R a m ó n Mitja, Saint Gi rons (Ariége). Eus taquio UUibarr i , la mi sma d i recc ión . J u a n Fernández , la m i s m a d i recc ión . Francisco D u r a n , la misma di recc ión. J a i m e Colominas , la mi sma di recc ión. Vicente Méndez, la misma di recc ión. J acques Soler , la mi sma d i recc ión . Cir íaco García, la m i s m a di recc ión. El i m p o r t e de dichas suscr ipciones te lo m a n d o por g i r 0

posta l . Sin nada m á s de par t i cu la r , tuyo y d© acrac ia .—R. Duran. Saint Girons, 3 d i c i e m b r e 1948.»

¡Los jóvenes d é l a F . I . J .L . en Franc ia responden al llama­m i e n t o de la Admin is t rac ión de RUTA! ¡Que c u n d a el e j emplo de los c o m p a ñ e r o s do Saint G i rons ! ¡Adelante , c o m p a ñ e r o s , impulsad la labor educat iva y revolucionar ia de n u e s t r o vocero! ¡Suscr ibi ros a RUTA! ¡Leedla y p ropagad l a en t r e todog los t raba jadores exi lados!

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León Felipe no pudo hablaren el Perú

No es la primera vez que ocu. rre esto a nuestro poeta pere­grino ni la primera ocasión en ocuparnos desde RUTA de estos incidentes. León Felipe no es un diletante de la lira ni un inte­lectual de oficina. La mayoría tid nuestros intelectuales emi­grados ai llamado Nuevo Con­tinente adoptan una po&.ura re. miigona u e contemporización con la fauna de arrastiables, presupuesteros y sacr.stan.s que epidemizan ia s veintitantas re-puDucas americanas con sus ín­sulas adyacentes. En manos de León Felipe, la lira no tiene na­da de delicado merengue y si mucho de hacha de p. dental. Sus

versos se ríen de la métrica y de la geornearia. Sus poemas con­trastan con los desmayos lloro­nes y las ampulosidades rebus­cadas. Son espontáneos y veriles. Repletos de vicia y de emoción humana. Su invectiva cruda y su agudeza herética, no atienden .i las regias y cartabones disci­plinarios de la rima. León Feli. pe no es un poeta sedentario, ancaao como tantos en un es­tanque poblado de nenúfares y pcCus de colores. Desde hace va­nos anos se ha ecnaao a cues-oaj la tarea de requemares la sangre, eu su prop.a guarida, a ÍOS ensoianauos que laureCa tranco para consumo de sus co. louias eop^ntuaies. Hay que sa-oer 10 que representan ios hitos escogíaos para su cruzada, para canbi'ar la importancia y casi oemenaad de la misma. Bogotá güito, Lima y La 1-az, son ver­daderos niaos de cucarachas ne­gras. Plantarse sin más ni más en esos históricos dominios de 1a sotana equivale a desafiar al rayo. Nadie sino él, se ha atre. vido, ni antes ni después- a lia-marles «ratas» en su propio gra­nero. Nadie ha afrontado las iras y agresiones de los fanáticos aguijoneados desde el pulpito, y las bombas lacrimógrnas y has­ta las tentativas de linchamien­to. Su paso anterior por Lima provocó un terremoto en las iglesias y conventos que cubren materialmente el área de aque­lla meca cristera. Ni ccvto ni perezoso^ León Felipe se ha plantado allí otra vez dispuesto a sobarles nuevamente c o n su bácuio retorcido. He aquí lo que nos cuentan del caso nuestros compañeros de la Fed-ración Anarquista Peruana:

«Desembarcaba el poeta León Felipe, ateo de buena cepa. Y como ya le conocían por las con­ferencias 'que pronunció en la Universidad Mayor de San p a r ­cos, en su visita anterior, los murciélagos de la cruz llamaron la atención a las damas de núes-tra «sociedad», para que por me. dio de la presidente (al estilo argentino, su «esposo» es el men­tor de esta colonia de Roma) hicieran ver al poeta que el país se encuentra en estado de sitio y, como tal, debía abandonarlo.

En efecto, al día siguiente de su desembarque se marchó. Un ateo no cabe en un ambiente de tartufos, como tampoco sería po­sible que un águila comulgara con los cerdos... señores de la clerigalla. Ya tienen el campo libre. Ya se fué el lobo. Para cotorrear sobre la unión cató­lica se goza de libertad Pero para decir que todo eso es una mentira existe el estado de si­tio. Bien os dijo la| primera vez que todos vosotros, os que componéis la clerigalla «no sais raás que unas ratas que os coméis el queso de ta felicidad sin sudarlo. ¡ Ratas !»

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D I R E C T E U R - G É R A N T :

VICENTE JOSEPlt IMPRIMERIE DU SUD-OUEST

6, RUÉ STK-URSULE

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El terror en Bulgaria L 3 S C O n t i f l U a S <AVVVVVVVVVV\A^aAAVVX^V\A.\VVVVVWAAAA^VVVVVAAAaVVVVVVVVVV\

represalias bolcheviques son de una crueldad inaudita

La esclavización del pueblo bü'.garo y el martirio de Sus mejores hijos, los que conservan un pensamiento y una conciencia libres, se desenvuelve, como plan premeditado, de una mane­ra sistemática. Todos los que en Bul­garia no piensan como ordenan Dimi-trof y sus criados, agentes del impe­rialismo bolchevique, están condena. dos a una muerte lenta, pero segura.

En las ciudades< se.gün la estrategia bolchevique, sólo Se deja vivir a los comunistas. Los enemigos d e 1 régi­men, ciertos o supuestos, con sus fa­milias, son expulsados diariamente de Sofia por decreto de la s milicias. En un plazo de 24 horas tienen que aban, donar Sus domicilios. Por millares se cuentan ya los enviados a los campos d& concentración ; por millares los enviados a los campos de trabajo for­zado como «vagabundos». Se les des­pide del trabajo, se les arroja de su domicilio; todas las puertas de otra ocupación o de otra vivienda se les cierran ; se les quita la carta de ali­mentación. Su destino es morirse de hambre.

No hay relación alguna, por esas circunstancias, entre los reSios de l.s organizaciones no comunistas, y es de todo punto imposible pensar en una ayuda ni permanente, ni transitoria, organizada en el interior a los que caen, cada vez más numerosos.

Centenares de estudiantes han sido

mentó de su ultimo examen, y por «vagabundos» se les ha enviado tam. bien a los campos de trabajo forzado, de los cuales, está lleno el país Todo él, al paso que se va, será en poco tiempo un sólo campo de trabajo for­zado.

Lo mismo que las de la Universi­dad, las puertas de las escuelas se cierran para los hijos de los que no se alistan entre los comunistas y no Se pliegan a ellos.

A causa de la capitulación idco'ó-gica del bolchevismo, los comunistas búlgaros t e m e n particularmente el prestigio crecien que adquieren el anarquismo y la F.A.C.B. Antes de morir definitivamente^ porque están condenados a morir, porque es mons­truoso que vivan, quieren acabar coa todos los anarquistas. Para nadie son tan crueles, y con nadie dejan de ser crueles. Los anarquistas son los pri­meros en ser arrojados de su trabajo <f de su domicilio. Los estudiantes anar­quistas han sido los primeros en ser expulsados de la Universidad. Para los

hijos de los anarquistas, ha sido para los que se han cerrado primero las puertas de Las escuelas. Ouieren cuando no los asesinan, que se mueran de hambre.

Entre los maestros, los ánarquiofefi son los primeros suspendidos. En todo

sin nombre. Sólo del hospital univer­sitario de Sofia han sido 'trasladados

a provincias cuarenta médicos, sospe­chosos de anarquismo o de simpatía por el anarquismo: algunos de ellos grandes especialistas. No hay espe­cialidad que valga para el terror que ha caído sobre Bulgaria.

E! día del aniversario de Cristo Boteff, el revolucionario más grande de Bulgaria, gran poeta además, hé­roe de todas las luchas de su tiempo, anarquista, discípulo de Bakunin. to­dos los anarquistas del país aun en libertad_ fueron llamados por la po­licía y abligados a firmar una decla­ración de que no tomarían parte en las fiestas organizadas por el Estado y que en el plazo de tres días abando­narían sus domicilios. El partido co­munista, las milicias, todas las gen­tes del régimen odioso a que está so-metido Bulgaria, querían estar solos en la conmemoración de la muerte de aquel maestro, que habría sido el pri. mero en escupirles a la cara, como merecen.

Las detenciones no cesan. Hace po­co, en Haskovp, Plovdiy, Pernik y otras ciudades, han detenido a muchoe personas, anarquistas sobre todo. En­tre los detenidos figura de nuevo el mi. litante sindicalista Manol Vasseff que ha dedicado más de veinte años a la lucha contra el fascismo. Por tres veces ha pasada ya por los campop h o l c h e v i m i e s F.sta /><• la, m a r t a v ha sido torturado horriblemente.

(Pasa a la página 3. excluidos de los estudios, en el mih

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIU aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiu

TODAVÍA UN L A N C E POR LA LEYENDA NEGRA

Acabamos de, leer uno de esos libros cuya lectura nos {leja sumidos en la perplejidad. Se -trata de uno de esos vo­lúmenes en cuya primera página está ya visto todo, desde

1 el retrato del autor hasta la conclusión de su pensamiento. Es un libro para desdeñar al momento sin pasar del pri. mer capitulo. Sin embargo, ío hemos leído todo, desde el nombre del autor hasta la fecha de impresión. Un libro que no puede dejarse de lado a pesar del choque profundo que produce en nuestros sentimientos y en nuestras opinio­nes. Escrito por un suramencano e impreso impecablemente en la República Argentina, apenas necesita más presenta­ción. Se lee con, la Sonrisa reprimida, trocada a veces en carcajada abierta. Escrito por un español o por un hispanista de los muchos que oyen campanas sin saber qué hora es, la broma no tendría perdón. No hubiéramos pasado de las doce primeras líneas. Escrito por un americano y conocien­do a los americanos, no deja de tener curiosidad, producien­do cierto contagio emotivo con raíces en la indulgencia y en la piedad.

La buena fe, la candorosidad, el entusiasmo y la buena voluntad son cualidades estimables en sí. El autor y su es, crito rebosan de estas cualidades. No hay un sólo párrafo, ni una sola línea que cuadre a nuestro modo de ver y de pensar. La tesis no puede ser más vulgar sin que el tema lo sea. Los argumentos son calco de otros argumentos, so­badísimos y convencionalistas. Las contradicciones,' los lu-gares comunes y las perogrulladas asedian al lector a todo lo largo de más de cuatrocientas páginas. El estilo, épico, Jitirámbico y vocativo, no tiene un momento de fluidez analítica, de altura ni de profundidad. Es el estilo subor. dinado a los arrebatos de un poseído, defecto gravísimo en un historiador. El autor se lo titula y ésta es otra laguna.

La ampulosidad encomiástica es el distintivo de noventa y nueve por ciento de los escritores latinoamericanos. La ampulosidad y el lirismo. Cuando el tema hispanista ha quedado relegado por voluntad o desidia de los propios his. panos, los jóvenes escritores de hispanoamérica lo han re­cogido del desván del olvido en que lo dejaron nuestros antiguos cronistas, escribanos de los gobernadores de In­dias. La mayoría de los cronistas de Indias eran burócratas de los conquistadores y de los virreyes. Nuestros conquis­tadores de América unían a sus arrogancias de lanceros y espadachines la comün solemnidad del analfabetismo. Pí-zairo, Hernán Cortés y Níiñez de Balboa firmaban los per-¿aminos caligrafiados por los frailes con la yema del dedo pulgar.

* Hasta hace poco, todo lo que sabíamos de América, los pormenores de su conquista y de su colonización, las gestas

*^e nuestros capitanes y los milagros de nuestros misione-/ros, lo fué a través de las tales crónicas de Indias. Salvo algunas revelaciones aisladas, envueltas con la fantasía poética todo nos fué servido por los frailes que, ora cam-pando por sus respetos, ora incrustados en las escribanías de las capitanías generales y de las audiencias, entretenían

I sus ocios en Henar in folios con relatos insolventes de he. dios inverosímiles. Esta literatura barata, plagada de ba­

r roqu i smo fabuloso y cOn olor a santidad, conquistó y co­lonizó a su turno las aulas universitarias de la península ibérica hasta la aparición de la crónica científica de loa Alejandro Humbolt, Teodoro Wolf, Carlos Darwin y EU-Foo Reclüs.

Por su parte, las jóvenes .generaciones americanas reci­bieron una educación no menos contrahecha, a cargo tam­bién de esa infantería eclesiástica que forman los misione-ros del catolicismo, sobre la historia y realidades de Es­paña. En Santo Domingo, en México, en Lima y en Buenos Aires, los fundadores de las universidades fueron encope, tados elementos del clero. Sus rectores iban ataviados con sotana como en la Europa de la Edad Media. Y esa Edad Media americana no quedó clausurada en 1810 con los pri­meros clamores de la independencia. ,•

En España hemos logrado emanciparnos de las influen. cias de un pasado bochornoso cantado con tonos altisonan­tes por historiadores domesticados, rastreros y falsarios. No sin penas y trabajos hemos logrado reconstruir nuestra propia historia, una historia distinta de la fabricada, en las sacristías con cánticos marciales y música de rezos. Nuestros hermanos de América no han tenido tanta suerte. Continúan paladeando el brebaje preparado por los quími­cos con capucha y sandalias, con materias e ingredientes del venero de las glorias de España: la España visigótica, la España de Covadonga, la España salvadora del mundo cristianos contra moros, turcos y judíos, la España de la San­ta Inquisición discriminadora de la sangre impura y de la sangre hidalga, la Espafia sin sol poniente, la España descubridora de un nuevo mundo y madre de veinte na. ciones...

He aquí el motivo de nuestra tesonera lectura del libro de Enrique de Gandía (nombre que delata a un descendiente judío a pesar de sus furibundos alegatos contra hebreos, otomanos y musulmanes), «España en la cconquista del mundo». Enrique de Gandía rebosa buena fe en sus con­ceptos hasta cuando reniega (sin Saberlo) de sus propios antepasados, del judío, del hereje «que era un extranjero o un enemigo de la patria».

Gandía tiene una rara virtud en su libro: haber conSe. .guido hacer una recopilación concienzuda y meticulosa de todos los tópicos, argumentos, alegatorias, citas, paisajes y documentos jaleados en defensa de una falsa tesis que es la Suya. Conseguir esto y conseguir igualmente dejar en el olvido el frondoso acopio de hechos y razones sostenedo-ras de la opinión contraria; retorcerlos cuando se le echan encima por impulso aplastante de la lógica y saber llevarjos a su molino, es una demostración verdaderamente genial. La genialidad de Gandía reside en la antología, ya no en la tesis, que halló fabricada en los textos escolares y en muí. titud de documentos de una época remota para los españo-» les, pero que de palpitante actualidad en América. Saber recopilar tan cuidadosamente todo lo que se ha escrito por apologistas con Sotana contra la leyenda negra, sin dejar un dato ni olvidar un detalle, le equipara a los misma» **ai-les, especialistas en labores pacienzudas.

Lo importante para nosotros es que Gandía ere* , pies juntillas, noble, sincera y fervorosamente, en esa historia y en ese mundo que le han hecho ver, el mundo y la his­toria empollada por el noventa y cinco por ciento de los americanos que escriben y hablan castellano.

He ahí el por qué de nuestra indulgencia tras haber leído su libro de cabo a rabo, y habernos recreado—lo con­fesamos^—con su infantilismo y su ingenuosidad.

I PE1RATS.

I

Page 2: TODAVÍA UN LANCE POR L A LEYEND NEGRArencial, oblig aa encajarlo s com uon mal tranc e que hay que pasar y en tanto qu pasajeroe . Pasado este trance en el que e,l espíritu del destinatari

R U T A 2

onedp

•cTf. ufa (De nuestros corresponsales en el Interior)

Los monárquicos MADRID.—Los monárquicos españo­

les son unos pobres seres ilusos que esperan convencer por las buenas a Franco para que se vaya y les deje go­bernar. Ilusiones t a n candidas como las que también han abrigado de con-tar con la protección de Inglaterra.

Se mueven continuamente contando con determinada impunidad, ya que Franco los trata con cierta benevolen­cia, tal vez esperando convencerlos. Su actuación es clandestina nada más que hasta cierto punto. Publican con­tinuamente octavillas y, cuando Sg ex. ceden mucho, la cárccel no ha sido hecha para ellos y, todo lo más, sufren un insighiflante destierro a Canarias, como lo sufrió Kindelán, o son confi­nados en una magnífica finca hacién­dose correr la voz de que están enfer­mos, como ocurre con el capitán ge­neral de Cataluña.

Y son tan inocentes q u e pactan alianzas con los socialistas y su señor

se entrevista con el caudillo en alta mar para participárselo.

La respuesta ha sido dada en toda la prensa franquista, publicándose en todos los periódicos dos artículos ¡ uno publicado por un aristóccrata español en América, defendiendo a Indalecio Prieto, en vista de su conversión y arrepentimiento; otro, firmado por Juan Español y escrito expresamente como respuesta, en el que se pone al dirigente socialista como chupa de dó­mine con las palabras más soeces y manifestando que jamás habrá pardón para él—CORRESPONSAL.

Las de l ic ias de la usura VALENCIA.—He necesitado adquirir

una gabardina. No es que me guste presumir, sino que la buena presen­tación es indispensable en esta ruda lucha económica. Y me he dirigido a mi sastre.

Este ha dejado de ser sastic P&ra

convertirse en usurero. Trabaja mucho menos y gana mucho más. Y Se ha ne-gado a hacérmela a medida, propo­

niéndome que la adquiriera confec-nada.

Por indicaciones suyas me ne diri, gido a unos almacenes donde me he probado y elegido una y me han dicho que cuesta 500 péselas. He vuelto a ver a mi sastre-usurero y rnej ha hecho firmar nueve letras para nueve meses suesivos y pa,jar. otra mensualidad adelantada. Pero a las 500 pesetas que cobra el almacén por la venta al con, tado, le ha sumado el 20 por 100 para gastos de intereses, de modo que cada mensualidad ha resultado dfi 60 pe­setas, salvo la primera adelantada, a la que ha habido que sumar el coste de las nueve letras, resultando de 69 pesetas.

Este usurero ha llevado inmediata­mente mis letras a un Banco, donde s¿ las han descontado, entregándole el importe total de 540 pesetas, desqui­tando el 2 por 100 mensual. De modo que por la primera le han descontado una peseta y veinte céntimos ¡ por la segunda, dos pesetas y cuarenta cénti, mos y, así, en total, por las nueve, 54 pesetas, cobrando, pues, 486 pese­tas.

Entre estas 486 pesetas y las 60 que he entregado al contado suman 546, de las que ha entregado en el alma, cén las 500 que importa la prenda al contado y se ha embolsado tranquila-, mente 46.

¿Capital empleado? Cero. ¿Benefi­cio industrial? El infinito por ciento. Si acaso, como capital, ea correspon­diente al alquiler del despacho.

¿Pérdidas posibles Ninguna. Por­que exigen el contrato de inquilinato y el recibo del último mes. Y una le, t ra es un documento ejecutivo que, caso de no ser pagada, permite el era, bargo. Y un inquilino siempre tiene algo que pueda ser embargado.

Se trata de una usura descarada y cínica tolerada en este paraíso fran­quista.

Su base es el capitalismo bancario que descuenta letras, hasta nueve me, ses, con el agio del dos p o r ciento mensual, o sea el 24 por 100 al año.

Así, los Bancos españoles, cuyos accionistas son los de Falange, ganan

«ccionor o ,0 o, oncoclopMoco HERENCIA.—Jurisprudencia. Facul­

tad sancionada por las leyes de los Es­tados, leyes hechas por los ricos y ca­pitalistas, que permite a éstos dispo. ner de sus bienes aun ante el trance de la muerte, y darles aplicación y destino en la persona de sus herede­ros, hijos, parientes e instituciones privadas. Sobre la facultad de testar se escribió en el siglo XVIII:—«Ad. ni 11ida en el mundo la distinción de do>/:< mos según la que cada uno dice "esto es, o no es mio'\ fué consiguien. te el aso arbitrario de aqiiptlo que cada uno podio, llamar suyo, disponien­do de ttlio a su voluntad. Pero esto parece debiera observarse ínterin que la vi4a permite al hombre el uso de las cosas del. mundo; mas llegando al tiempo en que parece que va a apar­carse la luz vital, con ella debiera extinguirse la facultad de usar de sus haberes. No puede conceptuarse en el que va a morir más potestad en dis­poner de su hacienda que de su vida.n francisco de Castro;.

BALDÍO.—Agricultura.— Terrenos pertenecientes al Estado o a los Ayun, tamienios y que ésios ceden a veces en explotación particular, constituyendo, k mayor parte de las veces, conce­siones de la autoridad a los ricos y caciques para que se enriquezcan éstos con el sudor de los verdaderos labrie-gos sin tierra ni hacienda. En un li­bro publicado en ¡i>¡2, puede leerse:— «En ios Fpcos paraje.se donde se ha in­

tentado poner en cultivo los baldíos se han cometido las mayores injusti­cias en su repartumento. Kl labrador pobre ha sido el menos attndido y el último en disfrutar de ese oenwficio Antes se ha preferido a los individuos del Ayuntamiento y a las personas ri­cas y principales del pueblo. Estos, después de haber escogido lo mejor, dejaron las tierras endebles y malas a los labradores pobres, de cuya iniqwL dad ha resultado que los necesitados se han perdido y la gente acomodada ha acrecentado sus labores y con ellas su caudal.» (Pedro Franco Salazar).

EXPLOTACIÓN.—Sociología. Con­secuencia de la inicua división de la sociedad en clases, castas e intereses particulares. Acto inhumano de vivir un hombre, varias familias o ciertas castas, del trabajo agobiador y priva­ciones de los humildes :—«El jornal de un infeliz que cultiva la tierra es a lo más de cinco reales; lo menos

que puede consumir con su familia son tres; con lo que le sobran dos. Su­puesto que el que no trabajo ha de mantenerse indefectiblemente del tra-ba¡o de otro, para cada dos reales que consume el no trabajador ha de estar un trabajador sudando un día para pro. ducirtos o hacer que la naturaleza los produzca en premio a su sudor Al ver consumir en una diversión, en una fruslería, mil, dos mil, tres mil duros., se, me representan diez, vemtei o trein­ta mil infelices cubiertos de polvo y sudor en las fatigas del campo• em­pleando un día entero en ganar lo que un tartesana despilfarra en una hora.» (Campomanes).

VACCEOS.—Historia civil. Comu­nidad ibérica descrita p o r Diodoro Sícuio, en la que se poseían las tie-rras «n común, se trabajaban en co­mún para repartir los frutos entre to­dos, según las necesidades de cada uno. El. ejemplo histórico de los vacceos représenla la constatación, para mu­chos autores españoles, dedicados ai estudio de la viaa y costumbres comu­nales, de la existencia de una Edad d« Oro en los estratos más profundos de la civilización ibérica:—«Las des­gracias y las felicidades, la buena o mala suerte de la tierra, La cosecha aaversa o favorable, el buen o mal ano, el auno o entraaa aet ganado aqui o allá, en ésta o la otra sementera; en una palabra, los infortunios todos del cielo y suelo, a nadie echaban de su casa como ahora; se compartían entre todos y tocaban a poco. La comunidad entera, soportaba todas esas viccisitu-dest y ella ponía pecho por tierra pa­ra levantar las pérdidas, así como las cargas públicas y la, a)efensa\ común del territorio y demás intereses gene­rales de la comunidad, porque no ha. bía otras. ¡Qué delicia no habría sido vivir en aqueilos tiern>pos¡ Como hoy no conocemos estas ventajas, se arre­bata un hombre cuando oye hablar de días en que se gozaba y había medios reales y verdaderos de gozarse, a pe­sar de la opinión d)e jAritetótetes y tantos falsos políticos como nos tienen engañados con la aprensión de que si no hubiese propiedad y dominio par. ticular, tampoco habría codicia entre los hombres ni el apego necesario para aplicarse al trabajo y engrosar las ha­ciendas a beneficio de las familias. 4 Cómo lo había, sin embargo# en núes, tros Vacceos f» (Rafael d* Floranet),

no los paga. Otro treinta por ciento no puede hacérselos y compra prendas usadas, o viste miserablemente. El cuarenta por ciento restante es pasto de estas aves de rapiñas y engorda a Falange.

Tien erazón mi sastre y, en su plan puramente crematístico, h a c e bien, transformándose de sastre en usure­ro. Gana mucho más y casi no trabaja.

CORRESPONSAL.

Notas breves BARCELONA.—Una vieja momia

mejicana.—Virginia Fábre.gas—sea nos presenta con su compañía t .atral en la que su nieto es galán joven. Su hijo tiene 51 años y ella pretende tener 65. Un caso de madre «prodigio».

El Ayuntamiento de Barcelona, que derrocha pródigamente el dinero en la urbanización de las zonas aristo­cráticas y mantiene las barriadas obre, ras convertidas en muladares, ha de­cidido gastar unas cuantas perras chi­cas en proteger la cría de pobres. Au efecto, abre un concurso entre padres pobres con más de doce hijos.

En este paraíso no nos privamos de nada en servicios sociales. Hasta te­nemos también seguro de vejez. Ver­dad es que son muy pocos los sexage­narios que logran alcanzarlo, pero, en cambio, la cuota es estupenda: una peseta diaria.

cada año más del 30 por 100 del ca. pital desembolsado, ganancia disimu. lada con el aumento de reservas pa­gas extraordinarias a los altes em-pleados y compras de edificios.

Y, como los pobres vivimos a pre­cario, pero nos es indispensable ves­tir bien, si queremos vivir, el sesen­ta o el setenta por ciento de los es­pañoles de Franco tenemos forzosa­mente que pasar bajo estas horcas cau-dinas y dejarnos estafar por estos usu. reros que Son los agentes estraperlis­tas de los Bancos y de sus accionistas de Falange.

En esta España, un treinta por cien, to escaso se hace sus trajes al con­tado. O, lo que es lo mismo, los com­pra diciendo que es al contado y luego

Slll l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l i l l i l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l l^

I Personajes de un l ibro que no se escr ibirá

RODOLFO; por M. p.

Sólo al conocer el marxismo Rodolfo fué Rodolfo. Antes ¡ i era otro, un hombre que reta y de vez en. cuando. Cornelia la £

S tontería de llorar. Se hizo más ¡uerte, más duro, más seco; p • comprendió que era demasiado hombre y quiso ser menos.

S . Reía, si—su doctrina no le vedaba eso—. P,ero roia comfl ¡ E militante, como afiliado, de acuerdo, a la interpretación mat\ ¡ [ xisla de la risa. Y se avergonzaba de llorar, porque el sollozo jjj • no responde a la dialéctica marxisla. ¡=

£ Aprendió también una nueva lógica, una nueva ética. £ i Aprendió que el arte es un. proceso económico, la literatura £

£ un motor a explosión y la poesía una dínamo sublimizada. • Supo que el estómago y el cerebro cumplan ¡unciónos idénti- £

£ cas y que su amor a la belleza podía equipararse a una está- £ £ distica de productividad; descuidó entonces su amor a la be- ¡ • lleza y so preocupó de las estadísticas de productividad. £

£ Pero no era malo; era bueno en la medida qu¿ se lo per- \ £ milla su deber de militante. Quizás—no lo aseguro—era itíntío £ • también en la misma medida: se había encerrado en ella y j

£ desconocía las otras. 0 las otras le desconcían, que es igual. ¿Amaba? Amaba, si, pero su conciencia le reprochaba ese £

£ pecado. Me atrevo a decir que al pensar en él se ruborizaba e \ I invocaba la ayuda de la dialéctica. Se desentendió ésta, nalu- | • raímente, y Rodolfo continuó amando con la convicción pro- £ • funda de que cometía una infidelidad; porque el amor tampoco ¡

"B respondo a la dialéctica marxj.&a Poseía la capacidad de persuasión, y sospecho cue él mis- 5

£ mó se había convencido hablándose. Tenia jara < xpresirse el i I calor que no tenía para sentir. Y hacia sentir, hacia emocio* £

£ nar, aunque a él le desagradara que los hombres sintieran y £ £ se emocionaran, seguro de que el. sentimiento es un prejuicio •

i especifico del. pequeño-burgués. £ Rodolfo siguió siendo marxisla; sigue y seguirá siéndolo. £

£ Pese a que ni él, ni el amor, ni el sollozo, responden a la ¡ £ dialéctica marxista. £ rjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiic

C U É N T A N O S algo, compañero.»

No hay enemigo pequeño

En un barco de la marina men­eante norteamericana de tiempo de paz, a falla de maseola, lué aceptada la matrícula de un chi­no auténtico, uno de esos chinos nacidos en el Lejano Oliente y llegados a las playas americanas camuflado en un barril, como tantos y Untos feligreses, de Con-iucio incorporados a la naciona­lidad sajona por acción directa.

Lonociüo es el menosprecio de jos yanquis por las gentes que consideran de signo mierior. ra­sada la culona ue la novedad y ateniéndose a la iiiosoiia utilita­ria en auge por aquellos lares, ai mascota lué obligado por el ca-pitan a las altas obligaciones d o * a bordo, tales como barrer y fre­gar la cubierta y atender a los menesteres de la cocina, pronto se dio cuenta éste que ios tripu­lantes blancos tienen sólo de ci­vilizados el barniz de la piel. El chinito era objeto de malos tra­tos y su aparición en cualquier parte y rincón de la nave era sa­ludada con verdaderas tandas de paladas y mojicones a] por ma­yor.

Durante una de las travesías y encontrándose a bordo un cura protestante, hizo éslo honor a su secta protestando enérgicamente de los malos tratos dispensado» al ayudante cocinero. La mari­nería, compungida, aguantó e^ chaparrón bíblico del pastor y. prometió unánimemente rectifi­car su poco edificante conducta.

—Esto—dijo el anglicano— tiene que ser ahora mismo.

Y acto seguido mandó llamar a la victima, quien no lardó en presentarse con la natural pre­vención contra la acostumbrada lluvia de golpes.

—Te hemos llamado— contin nuó el eclesiástico—para que es-

cuches la promesa de todos los presentes de que, en lo sucesivo, serás tratado con el respeto y la consideración* que merece todo hijo de dios.

Uno a uno, los marineros fue­ron estrechándole la mano a su antiguo supliciado, reiterándole la decisión de ser respetado en adelante.

—Muchas gracias—contestó el asiático—•. En lo sucesivo pro­meto solemnemente no orinar más en la sopsx.^—Antolin.

Una retirada estratégica

El hecho ocurrió en el frente de Guadalajara y en ocasión de uno de Jos episodios más dramá­ticos y culminantes de nuestra guerra. Atacaban po r aquel iren-te las consabidas columnas ita­lianas, compuestas por la crema de las tropas d e choque de] duce. Las fuerzas leales iniciaron de pronto la célebre ofensiva que fué la clave victoriosa de la de­fensa de Madrid. Un destacamen­to motorizado italiano guarnecía cierto lugar c u a n d o empezó a acentuarse la presión de los es­pañoles. La situación de los fas­cistas fué pronto comprometida. En vista de ello, el general pidió refuerzos por teléfono al alto mando franquista.

—I Qué refuerzos ni ocho cuar­tos !<—contestó un mandamás—. ¡A la bayoneta!

La columna motorizada italia­na volvió grupas con la veloci­dad de un rayo en dirección a la retaguardia.

—-Queda usted procesado por deserción v desobediencia de ór­denes—dijeron al general en el alto mando.

—¡Cómo! — replicó sorprendi­do el italiano—. A mí se me hn ordenado que ja la camioneta! y aqui estov sin perder un hom­bre—J, Pérez.

CARTAS DE NUEVA YORK

liragea* neyorquina* ¿or Alejandro Sux

«THÁNKSGIVING DAY».—¡Payos\... ¡Pavos!... ¡Pavos!... La acción de gracias de los primeros inmigrantes—«peregrinos» in­gleses y holandeses—, se ha vuelto, con el desfile del tiempo, una comilona ritual, cuya victima es el pavo, vuelto símbolo de la ge­nerosidad divina. «El Día de la Acción de Gracias» (esto significa Thanksgiving Day) es un día dedicado a comer pavo, animal ori­ginario de esta América que tiene más de mil motivos para e3tar agradecida de su destino, por lo menos hasta ahora.

Pero no solamente se come pavo en banquetes ruidosos y co­piosos; como los niños ocupan un lugar importantísimo en la exis­tencia norteamericana, y como no lodos los niños deben asistir a esas orgias familiares de volátil en carne y hueso y en copas, para ellos se realizan otras ceremonias, entre las cuales descuella el des­file de un importante y popular almacén de géneros. Este año es el vigésimo segundo destile organizado por la Lasa Macy, y consistirá, como antes, en una marcha ruidosa semejante a la de gigantes y cabezudos españoles. Los gigantes, aqui son verdaderamente gigan­tescos: la altura de cuatro o cinco pisos; en cambio, son muchísimo' menos sólidos, puesto que están hechos de goma inflada. Los gi­gantes representan a personajes míticos populares; gnomos, el marinero Popeye Espinaca, el oso de oro, el Pirata, el cocodrilo, Peter el conejo, el elefante danzarín, etc., et.

Las escuelas de varios estados, instituciones particulares de en-, señanza, cuerpos de policía y de bomberos, corporaciones diversas, cooperarán enviando bandas de música formadas por las revistas musicales, infantiles e infatigables muchachas que manejan monu­mentales batutas y visten con mallas y lentejuelas.

Los diarios—y especialmente en las páginas de anuncios co-mercialest—•, preguntan a todas las madres y padres neoyorquinos, si ya saben desde qué lugar van a ver con sus hijos e¡ prestigioso y colorido desfile de Thanksgiving Day que empieza a las diez de la mañana en calle 77 y termina en la 28 y la Séptima Avenida. Esle año, tras los gigantes de goma y aire, llega Santa Claus en su coche de oro y purpura, arrastrado por seis pares de ciervos blancos como la nieve.

El precio de los pavos sube de hora en hora...

COLORES «JUANA DE ARCO».—El drama medieval de Juana de Arco, heroína, mártir y luego sania francesa, ha sido resucitado con fidelidad asombrosa en una película que ha costado cuatro mi­llones do dólares, en la cual, la actriz sueca Ingrid Bergman, en­carna a la virgen guerrera. Esto lo sabe ya el mundo entero, pero lo que saben solamente los neoyorquinos es que la obra cinema­tográfica ha desteñido... por decirlo con gran propiedad, puesto que es en tecnicolor, sobre la moda, y, sobre todo, sobre los paños de moda.

En los escaparales de las «casas chic», se exponen, junto a prendas de vestir de Juana de Arco, incluyendo trozos de su arma­dura, casco, cimera, escudo, rodela, guanteletes, lanza, etc. (natu­ralmente apócrifos) unos rollos de tela, desdeñosamente arrojados con sumo gusto, mostrando algunos metros artísticamente plegados de cada uno. Los colores están «en sordina»; parecen empalidecidog por la intemperie, poro los nombres son evocadores de los «cuadros» más sobresalientes de la película: Blanco de Lorena, Celeste de Ori­flama, Rosa Penacho, Azul Coronación, Rojo do OrleánS, Negro dd Pira... y asi por el estilo.

No creo necesario revelar el éxito de éstos «colores Juana de Arco»; parece que una esponja empapada en agua clara hubiese bo­rrado todos los colores de los trajes femeninos, y varias oirás espon­jas teñidas, hubieran coloreado nuevamente a faldas, corpinos, blu­sas, sombreros y hasta medias::: Y como en estos meses que anun­cian al invierno, el gris predomina en todos los planos, esos tonoa agrisados que Su Majestad la Moda lanza al mercado s e armonizan admirablemente con el ambiente cotidiano.

PASTELERÍA PICTÓRICA—En el Orand Central Palace sa abrió la octagésima exposición de Arte Culinario, junto con la tri­gésima tercera de la Sociedad Nacional Hotelera... (¿Verdad que es-1

gésima tercera de la Sociedad Nacional Hotelera... (¿Verdad que" parece que estuviéramos en París, antes de la segunda mundial?)

Visité los salones, uno a uno, deleitando el gusto, el olfato... y el oído, porque el recinto estaba invadido por vapores musicales muy suaves, como para no distraer la atención de los tufillos culinarios. Para hablar de esa doble exposición necesitaría cinco reces el es­pacio de que dispongo; lo más sobresaliente fueron los colores y las formas, todo en materhs comestibles: bombones como piedras pre­ciosas, caramelos como metales preciosos, pasteles de crema, me­rengue, mantequilla dulce, azúcar barnizada, etc.. figurando cas­tillos ramilletes de flores, canastillas de frutas, caricaturas... y hasta paisajes neoyorquinos. Se ignoraba dónde estaba el escultor y el pintor, y dónde el cocinero. Y para que no se creyese que todo era visualización, un bufete selecto ofrecía muestras de cada manjar.. . oue revolvía los o ios y aguaba la boca. Cada gran hotel envió un alarde de pastelería... ¡maravilloso!

Estas son las grageas de Nueva York, en el umbral del invierno y la penülüma etapa dej año 1948.

niiiimiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiiiiiinr

Una conferencia de Paul Lapeyre

Bajo el tema «La iglesia Con­tra los trabajadores», dio su anunciada conferencia el pasado día 8, el compañero Paui Lapey­re, en la Sala Sénéchal loiosano.

Ante una nutrida concurren­cia, compuesta por un publico variado, empezó nuestro compa­ñero a desgranar su tema, docu­mentando s u s argumentos con ci.tas históricas y textos entresa­cados de los llamados libros sa­grados. Finalidad: demostrar la estrecha colaboración de la igle­sia católica con todos los Estauos y los representantes del privile­gio.

Para ello le fué necesario recur­rir a citag históricas en demos­tración de las actividades del pa­pado y demás representantes del clericalismo contra la ciase tra­bajadora. Hizo una completa di­sertación sobre las llamadas ten­dencias liberales encabezadas por el Papa León XIII demostrando l a s flagrantes contradicciones contenidas en su famosa encícli­ca, en la que se ha venido ins­pirándose ej sindicalismo cristia­no, inspiradora a su vez de las

modernas tendencias de. los go­biernos de posi-guerra. Demos­tró que la Iglesia, en su afán de predominio, no vaciló en lanzar a unos pueblos contra otros y a los mismos católicos, so pretexto de herejías y m o m i a s a ¡a fe dogmática. Asimismo, señaló la conducta oportunista del catoli­cismo durante la invasión euro­pea por el mazismo y su carencia de escrúpulos, para coiilanuiarse y colaborar con et ¡ejercito pro­fano de llitler.

Finalizada la primera parte de su discurso, pidieron hacer uso de la paiaora uos. párrocos pre­sentes en la sala. Estos, mjtenia-ron reivindicar la gestión histó­rica del catolicismo y del movi­miento obrero cristiano con sede en el Vaticano.

Los argumentos de los contra­dictores fueron materialmente pulverizados por el conferencian­te con razones^ irrebatibles que hallaron gran satisfacción en la concurrencia, que subrayó las ultimas palabras del orador con nutridos aplausos.

Page 3: TODAVÍA UN LANCE POR L A LEYEND NEGRArencial, oblig aa encajarlo s com uon mal tranc e que hay que pasar y en tanto qu pasajeroe . Pasado este trance en el que e,l espíritu del destinatari

R U T A

La situación en China Nuestro conocido y viejo mi l i t an te Lu-Chien-bo nos acaba de

escr ib i r ú l t imamente; d a n d o a lgunos uetaltes in te resan tes de la situa­ción ac tua l e n Ch ina . T ransc r ib imos a nues t ros lectores a lgunos f ragmentos i lustrat ivos de su car ta .

«El r e i n a d o reacc ionar io del Kuo-ming- t ang está l l egando a su fin def ini t ivo. E n c u b i e r t o b a j o el n o m b r e de ((democracia», la dic­t a d u r a de Ghiang-Kai-Chek imposibi l i ta toda reforma social p o r pe­q u e ñ a que ella sea. El p u e b l o , n o so lamente está p r i v a d o de liber^ tad, s ino que está en pe l igro de sufr ir u n h a m b r e espantosa . Des-p u e s de la re forma mone ta r i a , la apa r i c ión del bi l le te de Golden Yuan n o ha conseguido n i n g ú n éxito; los precios h a n alcanzado a u m e n t o s d e 1.000 a 5.ooo p o r ioo en morios d e t res meses . Des-, confiando del valor del billete de G. Y., en todas las c iudades se c o m p r a todo lo que se p u e d e s in tener en cuen ta la clase d e mer ­canc ía , la gen te pa rece a tacada de locura . Es por ello, q u e el. bi l lete d e G. Y. e m p r e n d e el m i s m o c a m i n o que su antecesor , el C. N. C. Maestros, pequeños funcionar ios , obre ros , e tc . , s in posibi l idades d e g a n a r s e la. vida se h a n suic idado en g r a n n u m e r o . Profesores de liceos y de un ive r s idades , es tán en paro forzoso.'

Con mot ivo de las i nundac iones del u l t imo ve rano y especial­m e n t e con la reducc ión de t e r r e n o fértil invad ido por las fuerzas comunis tas , la carencia de a l imentos se .hace sent i r de una mane ra a l a r m a n t e . El n u m e r o incre íb le de m u e r t o s , he r idos y desaparecidos en el c a m p o de bata l la , obliga a los campes inos de las provincias de Su r a e n t r e g a r casi i n t e g r a l m e n t e el p roduc to de sus cosechas"— y a m e n u d o su vida—con el obje to de poder s egu i r m a n t e n i e n d o la desp iadada g u e r r a civil . Hasta ahora , el g o b i e r n o sólo p ro t ege a los mi l lonar ios y capitalistas, e spec ia lmente todos aquel los que tie­n e n a lgún contacto con Chiang-Kai-Chek. Pe rd ida la M a n c h u r í a , amenazada la reg ión de Yang-tse y Kiag en pe l ig ro , el gob ie rno po­s ib lemente abandona rá toda la reg ión del Norte y se establecerá en Kouang T o u n g o Fo Kien, la Formosa es su u l t i m o l u g a r de refugio posible .

Ciertos intelectuales y profesores h a n r e c l a m a d o la paz y so­lici tado a las dos par tes combat ien tes d e cesar- la g u e r r a civil , cosa impos ib le , ya q u e el Kuo-ming- t ang , tanto c o m o si con t inua c o m o si cesa la g u e r r a , ha de desaparecer , pese a q u e todavía s u e ñ a con consegu i r la supremacía , o en s u defecto, d iv id i r la China e n dos par tes r ivales a semejanza de lo ocur r ido en Corea .

C h i a n g , ent r is tec ido con la de r ro ta de Dewey en las pasadas elecciones pres idencia les no r t eamer i canas , espera que MarshaU pue­da ser reemplazado por alguien q u e quiera reforzar el apoyo mi l i ta r a C h i n a . Hay a lgunas personal idades que , como ún ica tabla de sal­vación, confian en u n a tercera g u e r r a m u n d i a l . El pueb lo c h i n o , sin aprec ia r en lo m á s m í n i m o a los comun i s t a s , pero asqueado e n g r a d o m á x i m o con el Kuo-ming- tang , considera que si no h a y ot ro camino a seguir , es prefer ible caer bajo la dominac ión comunis t a . El pueblo t iene h o r r o r al to ta l i t a r i smo, y a toda pé rd ida de l iber tad , pero desg rac i adamen te no t i ene poosibi l idad de escoger , ya q u e la g u e r r a lo d e t e r m i n a todo. Desde el p u n t o de vista pol í t ico, econó­mico y mi l i t a r , e l Kuo-ming- t ang aleja al pueb lo en beneficio ex­clusivo del c o m u n i s m o .

Nuestro m o v i m i e n t o tropieza de día en día con m á s dificulta­des . Es d e todo p u n t o impos ib le i m p r i m i r per iódicos o folletos, pues apar te la opres ión que se sufre del Estado, el precio de l papel y de impres ión r educe todo el esfuerzo a la nada , ¿ o s c o m p a ñ e r o s de S h a n g h a i y de N a n g k i n g e n c u e n t r a n las mismas dificultades.

Mi h e r m a n o Lou-Kien- then, está t r aduc i endo La vie ardente et intrépide de Lnuisys Michel, de F e r n a n d Blanche , y se t ra tará de edi ta r lo en Fou-kien . Nosotros vamos a. t r aduc i r i n m e d i a t a m e n t e el l ibro de Gastón Leval. Social reennstructirm in Spain, así c o m o 'Anarc.hhm: its pnxf and fufu-re. de Herber t Read.»

Secretaría de Relaciones de la F . I . J . L .

i i i i i i i f imimii i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i inih

Actividades de le F U L Se encarece la p u n t u a l presen­

cia de todos los jóvenes , pues h a y que t ra ta r cuest iones a u e afectan al buen func ionamien to de nues ­tra quer ida organizac ión j u v e n i l .

P o r el Comité local .—El secre­tario.

I TERROR EN BUL

El Comi té Local de J u v e n t u ­des Liber ta r ias de L imoux p o n e en conoc imien to de todos sus afi­l iados que para el día 26 de este m e s , t end rá l u g a r una r e u n i ó n gene ra l en e l local de cos tumbre , a las n u e v e e n pun to de la ma­ñ a n a .

(Viene do la página 1). En el campo «Cutziyan» continúan

muriendo ientameme los valientes lu­chadores anarquistas Cristo Koieff, Micnei Mindotf, Siaveyco Ivanoff, Vas. sil Iankoff, Gueor,guy Karamichayloff y muchos otros que ya habían sutndo en los campos fascistas y que sufren noy en el, campo <(de la muerte» bol­chevique, sólo porque son hijos dignos y orgullosos de la clase obrera.

Otros anarquistas están obligados a esconderse y a vivir como pueden, es decir, mal, para escapar a la muerte segura de los campos y salvarse de las torturas de los últimos inquisido­res aparecidos en la tierra.

Entre los más torturados por esos inquisidores se cuenta el célebre agrónomo Agroff, organizador cíq las cooperativas y que tomó parte en la guerra civil de España y ha sufrido todas las persecuciones fascistas du­rante 22 años. Hoy está condenado al trabajo forzoso, por «vagabundo», por aquellos mismos cuyo espíritu soste­nía, en los campos fascistas.

Todos esos hombres honrados y dig­nos, defensores de. -\la (libertad ayer como hoy, defensores, ayer como hoy, de la dignidad humana, de los intere­ses del pueblo y de su cultura, extien­den sus manos hacia el mundo y le piden ayuda moral y material.

Todos los hombres libres de Europa y de América deben acudir en su ayu. da. Todos. No se trata de una lucha de sectarios, de un partido, de un mo­vimiento o de una clase. Se trata de la lucha de la humanidad contra la bar. barie, de la justicia contra el terror, de los hombres contra los esclavos voluntarios de un esclavo voluntario del imperialismo bolchevique, protec. tor en todas partes como en Bulgaria, de los más monstruosos procedimien­tos inquisitoriales.

G. BAI)XANSKY. * * *

Invitamos con especial requerimien­to a todos los militantes y organiza­ciones de acogier .generosamente y dar­le une amplia difusióh a dicho lla­mamiento También solicitamos, en nombre de la solidaridad humena, una máxima aportación de generosidad eco­nómica para sostener a los c:ompañe-ros búlgaros en Su lucha contra el comunismo.—LA COMISIÓN.

Commission £Atde aux Antifasois-tes de Bulgarie^ ¿*¡ rué de la Victoire. PARÍS (IX).

C.C.P. Laurent, 344S-63. PARÍS.

iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiiirc

Carnet extraviado Por haberse ex t rav iado , queda

anu l ado el ca rne t d e la F . l . J . L . a n o m b r e de Anton io Florei-yachs , n u m e r o nac ional 5.a46, y local 5a.

Publ icarnos el aviso pa ra que t omen nota todas las Federacio­nes locales.

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Concursos de «RUTA» En el p róx imo n u m e r o publ i ­

caremos el resu l tado de nues t ro concurso de repor ta jes .

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Las investigaciones atómicas de los soviets

AVISO IMPORTANTE • • C o n motivo del t r a s l ado de R U T A a T o u l o u s e , p a r a los efectoa de C O R R E 5

P O N D E N C I A , C A N J E S , P E D I D O S Y S U S C R I P C I O N E S k a b

dirigirse a P A B L O B E N A I G E S , 4 . rué B e l f o r t , T o u l o u s e , ( H . G . )

L o s envíos d e giros deben nace r se asi mismo, a l nombre de l A d m i n i s t r a d o r y d

dos a l a C C P o s t a l N . o i 3 3 8 ~ 7 9 , T o u l o u s e ( H . G . )

1 mi« iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii fiiiiiiiiiiiiiiinnii 11111111111111111 iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiT'. iiimiiiiimii iiiiiiiiiiiiiimiimiii 11 1111 imimiimiiiiiiii mi

Lo s h o m b r e s d e ciencia de la Husia soviética, t i enen , al igual ífue los ar t is tas , que adaptarse a la l inea del par t ido , Los biólogos que se m u e s t r a n díscolos con Jas cand idas teor ías de T. D. Lysen-ko, p r i m e r geni<i- la de] comu­n i s m o , cor ren el r iesgo de ser l lamados a la discipl ina. Esta cla­se de discrepancias s 0 p a g a n con la dest i tución, la cárcel o a lgo peor . Economis tas y t ra tadis tas que se desviaron de la l inea pa­saron p o r esta exper iencia . Pero hasta hace muy poco lo s físicos soviéticos gozaban d e cierta ' au ­tonomía . Ahora la Unión Sovié­tica necesi ta de todos sus r e c u i v sos científicos p a r a ob tene r la bomba a tómica .

Rec ien temente , 1 o s físicos so­viéticos fueron t ambién l lamados a la l ínea . La ((Gacela Literaria» fea p u ü c a d o dos fogosas nnale-nias contra p reeminen te s lisíeos soviéticos. El profesor Y. I. Fren-kel , au tor de u n l ib ro sobre la energía atómica, ha sido acusa­do de «promulgar la teoría de la cant idad de energía disfrazada con ropa je dia léct ico-marxis la». Los profesores M. Markov v V. Sviderskv. fueron denunc iados como «idealistas y formulistas en sus concepciones sobre la teoría a tómica.

La ((Gaceta» hace un l lama­miento a los verdaderos físicos fon vistas a «rescatar la teoría de la cant idad del cieñe en a " e la han a r ro jado los físicog e idealis­tas de todos los t intes y colon El (¡ultimo y m á s gigantesco t r iunfo de la Física en mate r i a de des in tegrac ión de la energía alo-mica y del es tudio de los rayos

«LOS CHICOS de la calle Paul»

(Viene de la p.igina 4.) Héio s, capitanes ridículos que do

minan el ridiculo hombres que] se elevan sobre el hombre: eso son ellos, a pesar de que lloran y tunen miedo. No saben qué es honor, ¡<ero lo po-setn; no sabtu qué es solidaridad, pero la respetan. Y van formando un códi­go—mamo, petS/ontií, que aesburag, el íodi^o ojiCLuL tUÉoptaúO ppr el refti micmo—y que nace ae uno convicción profunda que ninguno conoce. <-Sub.:n acaso la existencia de esa heroicidad diana? La ignoran, viven persiguien­do el uieal nebuloso que temen no al­canzar, pese a que ya han 'onseguido cogerlo en el puño,

Nemtcsek muere sin conocer la tiis-teza que lo hubiera abrumado: la per-dtda de su pequeña patria, el sotar de los sueños y los juegos comunes. t- Se hubiera resignado tal vez a ese 1x1-lio, a la dolorosa búsqueda de un nue­vo hogar que albergara el bullicio de los cnicos de la calle Paul ? No, Ne-meeselc era demasiado héroe pa.a re­signarse-, hubiera imitado seguramen­te a su padre Don Qwijote, acometien­do al enemigo montado en brioso Ro­cinante. Y como de Don Quijote se hu­biera dicho de él que era un loco y un fracasado hidalgo,- porque parece que sólo en el triunfo estuviera la ver­dad.

Nemeesek, Boka, Franz Ats: los ca­balleros sin miedo y sin tacha. Los' mños nuestros, los héroes de la hom­bría infantil; bellos, fuertes, grandes. Jugaban a la guerra porque la guerra los educaba; pero eran capices, aun despreciándola, de alcanzar la paz.

RICARDO MEJIAS PEÑA.

Cósmicos—retumoa la uuaceta» —Lio 11a siuo lu^ iuuo grac ias a ia c o r n e m e Leona sino a uespeem.-uc e i ia».

La 1 or ina en qué ios tísicos so \1em-0s n u m e r a n pou iuo evitar su caiua en GUjsgiatia aparece cía. i a a t ravés ue las iiicxniiesiacio-nc5 uei p io icsor ^e ige i ivanoviCli \ a v U u \ , pLiniicuuas en «Ugonek» ( f e q u e n a r i a m a j : « u n científico soviético — d i c e — considera que no hay t r iun lo posibis , en nin­g ú n campo Uei conoc imien to , si­no bajo la influencia comple ta de las leyes del m a t e r i a l i s m o d ia . lee t ico».

El profesor es una au to r idad en la m a t e r i a . ¡Su h e r m a n o Ni-kolai , famoso genicis ta r u s o , r i ­val de T. D. Lisenko. desapareció n i i s ter iosanie ide en 10/12, sleii-do creencia genera l de que m u ­rió en un c a m p o de concentra­c ión. i i i i i i i i i i i i i i i i i i imi i i i i i l imi i i imi i i i i i ;

Así andan los cosas en los Dominios ingleses

Guanüo el. p r imer m i n i s t r o uei g o b i e r n o iiazi-naeíonausLa de la L inon firurairicana, Daniel Mu­ían, fué exaltado al poder en la p r imave ra pasada, e m p r e n d i ó in­m e d i a t a m e n t e u n a c a m p a n a c o n . Ira los negros \ contra los j u d í o s de la que el mis ino Goebels se hubiese s en t ido orgu l loso .

Los comun i s t a s sura í r icanos ca l la ron en tonces . Pe ro en el mo­m e n t o oportuno:—en ocasión de las recientes elecciones — los satélites de Moseü lanzaron la cand ida tu r a de. un tal Saín Mían

. quien apoyó s u propaganda elec­tora l con discursos incendiar ios cont ra los pre ju ic ios raciales del p r i m e r min i s t ro , t i ldándole d e campeón de la «doctr ina nazi de supremacía de la raza b lanca» . Una masa de c iudadanos de co­lor se voleó en las urnas procla­mando al Khan el p r i m e r comu­nista electo al P a r l a m e n t o SOT-afr icano.

Fs lo que se l lama ser o p e i -tun i s ta .

CORREO DI LA

E. Vivancos. — Ao creemos o p o r t u n o pub l i ca r tu t r aba jo . Se­n a avivar una polémica l levada l a m e n t a b l e m e n t e po r el pedre ­gal üe ios a taques personales . Al­g u i e n tiene que ceder . ¿,\o lo crees asi? Lo exige el pres t ig io de n u e s t r o per iódico. KL'l'A me­rece este sacriücio quq os, por otra par te , nues t r a m e j o r dis­culpa.

J. Barba.—Ira lo tuyo si bien con re toques . Acostúmbrate) 4 a b o r d a r temas concre tos . La fi­losofía y e l l i r i smo es tán m u y b i e n c o m o c o n d i m e n t o de p ro ­b lemas vivos. No te avergüenees de pisar e l suelo a u n q u e haya ba^ r r o . El estilo per iodís t ico r equ ie . re concreción sobre p u n t o s do referencia pa lpables : cifras, nom­bres hechos . Si escribes sobra hechos n o te repe t i rás n u n c a y ha l l a rás t e m a s a b u n d a n t e s .

/ . D.—En p r i m e r l u g a r d inos quién ores . ¡No s o n suficientes unas iniciales. Y apl ícate el c u e n , to del an te r io r . La prosa difusa e s s i empre confusa. El tono vo­cativo, dec lamator io y reca rgado d e ad j e t ivos—sobr e todo de m a l gus to—e§ an t i cuado . Habla siem­pre de algo que se pueda medir y pesar . Hay q u e t ene r m u c h a s cual idades de escr i tor para hacer , se in te resan te h i l vanando frases sin decir nada . Esta ve te has g a n a d o el panteón d e 1 o lv ido . Esperamos q u e i n s i s t a s — e n es­c r ib i r , se en t i ende—pero c u r a d o de la en fe rmedad del efectismo.

Octavio Alberola S.—¡Salud, c h a m a c o i ¿Cómo te sientan los aires de México? P o r a q u í ya ves, co leandi to . Salúdanos a tu papá , a q u i e n desear íamos leer. Y vamos a lo nues t ro . Tu canto a la paz y requis i tor ia con t ra la g u e r r a está ya m el p l o m o . Ve­remos sí logramos in t roduc i r lo en este n ú m e r o . La t i jera se ha ensañado en u n o de tus largos pár ra fos . A esa señora n o le gus ­tan 1 o s ar t ículos la rgos como longanizas . Suelen ser mues t ra do repet ic iones y nadie los lee . Cor r ige tu afición al la rgo m e ­t ra je y a las redundanc ias . Cul­tiva la sobriedad y la síntesis , dos s g r a n d e s v i r tudes del per io­d i s m o . Y n o provoques a la maza de F raga . ¡Adiosilo!

e i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i i m i i l | l „ „ „ l „ l l l l l l l l l l l | I | | | | E | | | | | l

CURSOS DE CAPACITACIÓN DEL MILITANTE

De acuerdo con las enseñanzas de la experiencia y comando con un mayor numero de compañeros profesores, los ((Cursos gratuitos de cultura g( neral y d? capacitación del militante» que, organizados por la Secretaria de Cul­tura del M.L.E.-C.N.T. en . Francia, vienen funcionando con éxito desde 1940, van a ser ampliados e intensi­ficados a partir del primero de enero de 1949.

Como hasla ahora, seguirán abier­tos, sin excepción, para cuamos sien­tan ansias de saber. La matricula que­dará definitivamente cerrada el dia 31 de diciembre d© 1948.

Residiendo los profesores en distin­tos lugares de Franca, para ev.tar toda dilación, la correspondencia será mantenida directamente de alumno a profesor. • Salvo enfermedad o fuerza mayor, los alumnos deben comprome­terse para la eficacia del curso, a con, testar como mínimo- una lección por semana.

Toda irregularidad en la recepción de las secciones u observación sobre la enseñanza de una asignatura, deberá señalarse i(,Tmediatamcnte; al pjrofe-

soi respectivo y al secretario de Cul­tura dei Comité Nacional, 4, rué Bel. fort. Toulouse (H. G.)

Asignaturas que se amplían y cuya matrícula queda abierta hasta el 31 de diciembre de 1948.

Algebra y Trigonometría ¡ Anatomía y Fisiología Humana; Aritmética e.e. mental y superior; Ciencias naturales; Contabilidad, Dibujo artístico y li­neal; Geograf'a; ,Geome:<nia; Histo­ria ae la Civilización; Historia del Movimiento Obrero; Gramática ele­mental y superior; Ortografía prácti­ca; castellano, catalán, esperanto, fran­cés, inglés; orientación .general del militante; Sociología; Taquigrafía.

Ante las numerosas peticiones de amigos franceses, deseosos de apren­der e l idioma español y contando con profesorado competente en enero 1949, será inaugurado un curso especial de español para alumnos de lengua fran­cesa.

Las solicitudes de inscripción acom­pañadas de un sobre franqueado y con la dirección del alumno—uno por cada asignatura a que se matricule—deben dirigirse a J. Puig Elias, Secretaría Cultura M.L.E.-C.N.T., 4, rué Belfort. Toulouse (H. G.)

SOLÁRII (CONTINUACIÓN)

En las vertientes meridiona­les de la Sierra Nevada y sus dependencias, hay vegas peque­ñas, pero tauy fértiles (Marbe. 11a, Málaga, Motril, Alfnu'íol, Adra, Almería). También en la Meseta hay algunas, de las que la más famosa es la de Aran-Juez.

Estas huertas y vegas produ­cen intensa y continuamente. Pero los secanos, de producción precaria y escasa, son infinita­mente más extensos, pues ocu­pan más de las tres cuartas par­tes de la tierra cultivada. Esta podemos dividirla en las si-•guíentes regiones:

Septentrional (húmeda). — Maíz, centeno, legumbres, hor­talizas, frutales (manzanos, pe­rales, ciruelos).

Central (árida). — Cereales de invierno, legumbres, vid, olivo, azafrán, hortalizas (en l u vegas), espárragos, frutas, tubérculo*.

Meridional y sub-oriental. — Sejmitropical, cultivándose el algodón, la palmera dactilífera, oañti de azúcar, moniato, da. cahuet, frutales.

Levantina. — La mejor rega­da artificialmente, dedicada en la mayor parte de su extensión a la arboricultura, pero tam­bién a la produección de arroz, sandías, chufas, forrajes.

Occidental. — La ocupa el te. rritorio portugués, el cual corta de Norte a Sur todas las zonas agrícolas de la Península. En él están representados los cul­tivos de las zonas anteriormen. te dichas, desde los de la hü. meda (Minho) hasta los hortíca, los de regadío.

Una producción importante y verdaderamente ibérica es la del corcho. Entre España y Por­tugal podrían llevar al merca, do universal el 80 por 100 del consumo. No sólo en esto es­tán íntimamente unidas por la economía natural las dos par­

tes de Iberia, perfectamente se­paradas por la política artifi­cial, sino en todo lo demás.

Condensamos en dos cifras el valor de la agricultura en cada una de ellas:

Agricultura española: produc­to anual, 9.000.000 de pesetas oro.

Agricultura portuguesa: pro­ducto anual: 1.500.000 pesetas oro.

Estas cantidades Son lapenas aproximadas. La primera está tomada de cálculos oficiales es­pañoles recientes. La segunda, de la Memoria del ingeniero agrónomo portugués Sertorio ¿o Monte Parerira en Notas sobre Portugal. Pero este documento es bastante antiguo (1908) y le utilizo por no tener otro a ma­no. Si bien aumentando ligera­mente la cifra en proporción con el aumento de la población agrícola de Portugal desde en­tonces, y teniendo en cuenta que eSU misino autor calcula

la productividad de; lab) ador portugués en unas 850 pesetas anuales, tipo, por cifrto, muy bajo, pero que quizás no difiere mucho del de la productividad del labrador español. Esta cifra es como el índice del nivel de la energía de la raza, aun no '.'llllllllinilllllllllllllllllllllllllMMIIIIlIlHIlllll'.

i p o r

Gonzalo de Reparaz I 7iiiiiiiiliimiiuiiiiiiitiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii£

asistida de la instrucción téc­nica ni de la alimentación y comodidades de la vida, así co-mo de la maquinaria, que ha-rían mucho más fructífero el trabajo del hombre,

La ganadería, después de -un lar.go período de decadencia, va levantándose en España. El nu­mero de cabezas de ganado es ya de cerca de cincuenta mi­llones. La estadística de 1922 arroja el s i g ú e t e resultado en toda la, península;:

Ganado lanar.—España, 20 millones 987.000 cabezas; Por­tugal, 3,748.000.

Ganado de cerda.—España, 4 •millones 267.238 cabezas; Por­

tugal, 891.000. Ganado cabrío.—España, 4

millones 750.000 cabezas; Por­tugal, 1.445.000.

Ganado vacuno.—España, tres millones 794-000 cabezas; Por­tugal, 726.000.

Ganado mular.—España, un millón 287.000 cabezas ; Portu-gal, 58.000.

Ganado asnal.—España, un millón 078.000 cabezas; Portu­gal, 144.000.

Ganado caballar. — España, 698.000 cabezas; Portugal, 8S mil.

El ganado b o v i n o es más abundante y da mayor rendi­miento en la España oceánica, Portugal inclusive, por la me­jor alimentación, pues el clima le brirda excelent s pastos. Allí

se cría mucho más de la mitad del de toda Iberia (Galicia y la zona cantábrica la mital del. de España), y su empleo principal es la labranza, la tracción, la producción de carne y de leche (más de ochenta millones de li-t/os al año). En la Iberia seca y en Andalucía hay ganadería de reses bravas para la lidia, em­pleo sin comparación mucho menos ütil e importante.

Galicia, Asturias, Extrema­dura, Cataluña y las Baleares, poseen la mayor y mejor parte del ganado de cerda. El ganado asnal, mular y caballar abunda más en la España central y en la Mediterránea. Los caballos andaluces son famosos.

Hay mucha caza en España, 6obre todo conejos. No faltan venados, jabalíes, cabras monte­ses. De gallinas se calculan unos veinte millones. Hay me­dio millón de patos y unos cien mil .gansos,

España importa considerable cantidad de huevos, los más de ellos de Marruecos, cuando po­dría bastarse a sí misma y aun exportar. Portugal exporta vein­te millones de huevos anual, mente. La, apicultura empieza a desarrolarse en España. En Portugal se calcula el valor de la miel y la cera en cereca de medio millón de ¿uros al año. En ambos países ha decaído la cría del gusano de seda, pero se pretende devolverle su antiguo esplendor.

IV

La España medieval tuvo in­dustrias importantes cuando en Europa apenas se iniciaba la edad agrícola. Recuerdo de las textiles oriéntale^ aquí intro-ducidag con las palabras da­masco (de la ciudad de este nombre), muselina (de Mosul), baldaquín (de Bagdad, nombre

(Continúe, rá).

Page 4: TODAVÍA UN LANCE POR L A LEYEND NEGRArencial, oblig aa encajarlo s com uon mal tranc e que hay que pasar y en tanto qu pasajeroe . Pasado este trance en el que e,l espíritu del destinatari

<9^Qctnx» do.

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DIVULGACIONES

Médico-Sanitarias j>or elDr. PUJOL

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Diagnóstico precoz del embarazo En múltiples circunstancias, se desea conocer precozmente y con exacti.

tua la existencia de un embarazo y quienes lo duseen, saldrán siempre defrau­dados del consultorio médico por no poder establecer éste un diagnóstico pre. ci*o.

Clínicamente no se puede, en la mayoría de los casos, establecer la proba­bilidad de un embarazo, antes de los tres meses, ni su afirmación antes de los cuatro o cuatro y medio. En clínica obstétrica, se clasifican en probables y ciertos los signos de embarazo y éstos últimos no Ifacen su aparición hasta el cuarto me3 (movimientos fetales) y el más importante hasta principios del quinto (latidos del corazón del feto). Pasamos por alto los signos probables por carecer de importancia para el lector.

Muchos trabajos se han realizado en el curso de los años para conseguir un diagnóstico cierto en los primeros meses de la gestación.

Alderhender, bacteriólogo alemán, consiguió, por el año 1921, con la re-acción que lleva su nombre, establecer la existencia cierta de embarazo a los

cuatro meses. En el año 1925, en la clínica obstétrica del Dr. Doderlain, de Ber­lín, se diagnosticaba, radiológicamente, un embarazo de dos meses.

En la actualidad, existen una serie de reacciones biológicas, que permiten afirmar la existencia o ausencia de embarazo a los quince días de retardo de la regla. Todas estas reacciones, se basan en el hecho siguiente: Toda mu­jer embarazada, elimina por su orina, gran cantidad de hormonas (producto

á': las glándulas de secreción interna) ováricas, del grupo de los prolanes y ls orina que las contiene, inyectada en la sangre de ciertos animales, produce visibles alteraciones en sus aparatos genitales internos.

Daremos a conocer las más corrientemente empleadas, así como las mo­dificaciones que cada una de ellas produce en los animales de prueba.

Reacción de Friedmann-Brouha: A los tres días de inyectar la or ina de la persona embarazada en la corriente sanguínea de una coneja, se observa previa laparotomía (abertura de la cavidad abdominal) los ovarios del animal sem. brados, en toda su superficie, de falicuios (pequeñas vesículas) originada»? por f\ prolan A.

Ascheim-Zondedek, practican la misma operación en el ratón hembra y de ser positiva, aparecen cuerpos amarillos y manchas hemorrágicas en el mis. mo órgano (ovario) que el anterior.

Brouha-Hinglais y Simonet escogen para sus experiencias ratones machos impúberes, a los que la inyección de orina les produce un considerable aumen. to de sus vesículas seminales.

Todas estas alteraciones prueban la existencia de preñez. En muchos países, entre ellos España, no importa qué laboratorio, puede

realizar estas experiencias a la sola petición de la interesada. En Francia, estos trabajos están reglamentados e n virtud de un decret* del 19 de marzo de 1940, limitando la autorización de esas pruebas a ciertos laboratorios ofi­cialmente autorizados y previa indicación médica.

Preguntas y respuestas Pregunta.—¿Qué procedimien­

tos modernos e.vislen en la actúa, lidad para combatir el bacilo de Koch?—ü. T., de Perpigitan.

Respuesta.—Según la localiza-ción. r,n la tuberculosis pulmo­nar y en determinados casos pro­porciona grandes servicios la slreptomicina. En las meningitis tuberculosas se obtienen con este medicamento porcentajes consi­derables de curaciones. Se estu­dia con optimismo stl apli'ación en la tuberculosis renal.

P.—La mujer que padezca una metritis, ¿puede proporcionarle

complicaciones en el estómago e hígado?—F. E., de Lilla.

B.—La mayor parte de metri­tis producen trastornos en todo el organismo y entre ellos alte­raciones funcionales del aparato digestivo (gastritis, etc.)

P.—¿Qué posibilidades tiene actualmente la cirugía para cu­rar el cáncer?—A. V., de Nancy.

R.—El éxito de la intervención quirúrgica en el cáncer depende mucho de la precocidad de la misma y del empleo de una téc­nica perfecta. Aunque ahora co­mo antes, debe ir seguida de unas sesiones de radio-terapia.

urij^Q VENEZUELA BAJO LA BOTA DEL EJERCITO GOMECISTA

Finalizada la 111 gran guerra, hubo en los países latinoameri­canos un movimiento casi gene­ral enlocado a la supresión Ue las dictaduras y de los dieludo-res. Ll lina! de la guerra seña­laba un ÍHi de tregua. Los pue­blos latinoamericanos lucieron sentir su repulsa por los viejos procedimientos de opresión en­carnados en la dictadura militar de los respectivos ejércitos. So-íiiuza, TrujiHo, Moriñigo, Gelu-lio Vargas y Medina Angarria en­tre muchos mandarines entor­chados, eran personajes omnipo­tentes en sus respectivos feuuos. Una apariencia de legalidad de­mocrática fué instaurada en el Rrasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Guatemala y Veneuela. Dichos movimientos, tuvieron, desgra­ciadamente, su o t ' igen en ios cuarteles o con el visto bueno de los cuarteles.

De todos estos movimientos, el más característico íué el produ­cido en la patria natalicia de Bo­lívar, en el mes de octubre do IQ45 . Este movimiento se pro­dujo en el interior d© lo s cuarto. les, enfrentándose 1 o s propios militares, los jóvenes, do tenien­te para abajo, con los viejos, de mayor paca arriba, \eiicieron los militares jóvenes, apoyados por el pueblo y por uno de los sectores políticos más avanzados del país. Los protagonistas de e»" te movimiento fueron los tenien­tes Carlos Delgado Chabaud y Mario Vargas, teniendo como eminencias grises a los escritor res Rómulo Retancourt y liómu-lo Gallegos.

Uno de los síntomas más im­portantes de la revolución de octubre, lo fué, sin duda, para los conocedores de la historia ve­nezolana, el hecho de que no hu­biera demostraciones contra la fatal tradición militarista que ha venido asolando a Venezuela des­de los albores de la independen­cia. La memoria d e 1 fatídico Juan Vicente Gómez, q u e fué propietario del país durante cer­ca de treinta años, persistió in-

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"Los chicos de la calle Paul" «... y por primera vez su al­ma de niño se sobrecogió an­te la idea de lo que era en. realidad la vida a la que to. dos servimos, a veces luchan, do, a veces alegremente, a veces con tristeza.»

Acabo de descubrir a Fcrtnc Molnar, descubrimiento que no por tardío me es menos precioso. Ambo de. descubrir su libro fresco, vibrante, de una pu­janza salvaje y Semi-mgi nua y un es. tilo que encanta a fuerza de no ser es-tito : porque Molnar no crea una no. vela, crea unas vidas que ni siquiera son originales—la vieja historia repe. tida que es. siempre novedad—y logra que el lector se acerque a ellas sin­tiendo que son Suyas, un algo íntimo que le pertenece por derecho propio. ( Es eso suficiente r No quiero ahora preguntármelo; soy feliz habiendo co. nocido "Los chicos de la calle Paul" y temo perder su cariño—porque sé también que ellos me aman—si pre­tendiera reprochar a Molnar el no ha­ber sabido dar a la obra un sentido más hondo; la acepto tal tomo es, con Sus altibajos y sus vulgaridades, con sus excesos de sentimentalismo y su psicología a veces primitiva. No quie. ro ni puedo criticar a un ser querido.

Un mundo infantil. Dos, cinco cien niños que combaten y se emocionan, que han hecho un universo a su ima­gen y a la imagen del universo extra­ño en que viven los hombres. Niños que Son héroes, que se alegran de ser héroes, que. lloran si no pueden ser

héroes. Niños que hacen una vida y la deshacen cuando se cansan de ella, y sufren a veces cuando, estando ya can. sados, no pueden deshacerla. Ellos son gigantes, cíclopes en miniatura que juegan a la guerra y se atreven a des. preciar la paz; luchan, protestan, se odian, se comprenden, y tienen sobre todo la impresión de que integran un sólido bloque distinto—no sólo en gra­do sino en esencia—al de ¡os mayores. Saben que son ellos, quijotescos caba-

por Ricardo Mejías Peña

lleros de una verdad que nadie entien. de, los que constituyen el único mun­do real: y ven en los hombres pálidas caricaturas de si mismos.

De cuando en cuendo, intuyen ese mundo ajeno y soportan su presencia. ¿Cómo negarla entonces, si los muer­de y los lastima ? Conocen la muerte —ese algo tan raro que no puede com-prenderse ni concebirse—, la tristeza que no se calma con una ración de miel, el egoísmo del r-eñor Csetneky, la tragedia del sastre que pierde a su hijo y i\ene en su desesterarían e% gesto automático de apartar de sí la chaqueta de su cliente para no ensu­ciarla con sus lágrimas. Conocen la otra vida, s í ; pero cont>inüan conven­cidos de que han de escapar a ella en virtud de un milagro natural.

¡Y qué vida tan intensa la suya! La viven minuto a minuto, en cada si­lencie y en cada grito alegre o aira.

do; en la impaciencia con que es pe. ran el fin de la clase escolar, en el Pa-mu/to de sus bata/las violentas y agí. tadas, en el sueño nocturno. Su noción del tiempo no es la del grave profesor Racz, ni la del italiano que les vende sus golosinas, ni menos la del eslo vaco que fuma apacible las ccoliüas que ellos mismos le llevan. También tienen ellos su tiempo, su medida pe­culiar que se integra a todos s*s actos y los determinan en parte: un vértigo de vivir sin etapas, de no desperdi.iu.r el más pequeño instante, de saborea la propia continuidad, Y late en ellos un amargo rapioche a los hombres. ¿ Por que se detienen, por qué ese de. seo aücurdo de dejar Jiuir ta vida

Son héroes, toaos ellos son héroes. Nemecsek reúne en si la valentía in­genua que les es común. El, único sol­dado del regimiento infantil, único soldado que obedecía d]e buen grado porque "le gustaba ser mandado", sabe, moror por un ideal: un ideal pequeño como su cuerpo débil, como Su vida breve. Muere por el prestigio de la calle Paul, por su regimiento de opee reta que luchaba con bombas de arena; y lo hace como un hombre—mejor qui­zás que un hombre—, con la satisfac­ción de haber cumplido su deber. Su muerte 0s más bella que él, y más grande, y más conmovedora: no es ya soldado, es un glorioso capitán a la ca­beza de un ejército infinito. Ha ganado una batalla y al morir gana otra que supera a la anterior y lo convierte en fnártir..

(Pasa a la pagina 3.

violable. Los desahogos d e los nuevos polít icos, de los propios mil i tares y d e g r a n pa r t e del pueb lo , se p r o d u j e r o n en t o r n o de los des t ronados herederos de Gómez, los genera les López Con-treras e. Isaías Medina. La som­bra de Gómez, el señorío de los ga loneados , con t inuó e n p leno auge , c o m o u n a amenaza d e to­das las ho ra s .

La ausencia del pueblo sitúa

a éste a merced de los

aventureros

A principios de IQ46 sostuvo este repórter, con et duecior de «El País», cotidiano guberna­mental, la siguiente conversa­ción:

—c'Qué opina usted de nuestra revolución?—preguntó el señor Troconis Guerrero.

—Opino que es una revolu­ción hipotecada—respondí seca­mente.

—¿En qué funda su opinión? —En que lo que usted llama

revolución, ha sido realizada por el ejército, y el ejército no hace revoluciones, sino para si.

—La revolución la ha hecho también el .pueblo y el partido ((Acción Democrática».

—La revolución la inició el ejército y ustedes siguieron al ejército. Este la reclamará algún día para si.

—Teníamos necesidad del ejér-

para emprender nuestra

La felicidad—y la libertad—que em­barga a los moraaores del paraíso te. rrenal soviético salta a tos ojos de ios ciegos.

— • — Circulan por las ene uc. jadas dJ

mundo occidental profusión de, testi­monios gráficos de esa euforia para­disíaca.

Junta con el pan—y con la libertad de respjrar a pulmón abierto— la Se. riedad misantrópica, nostálgica e ira­cunda, es artículo prohibido en Rusia.

Los «pin-up»—revueltos con la ven. tisca publicitaria que sopla de las es. tepas—rivalizan con los anuncios de cremas dentífricas.

El cine soviético Se declaró e n re­beldía con las estrellas y astros de' firmamento cinematográfico.

Eisenstein—y todos los cineastas de la época dorada—opusieron el argumento da «masas» a la taima avUidLOL.ee tica basada en el «protagonismo».

— - • - — i

Toda la vida peluca soviética es un «film» cuajado de astros, estrellas y ungido de protagonismo anttdialéc­tico.

Hace más de treinta años que no ha­bla el. pueblo ruso—ni como protos ni como masa—en la trama real, ie la vida soviética.

Una de las innovaciones aniicariia-listas del cine soviético ira—también —su aversión a la upóse1» y al «maqui­llaje».

.La iconografía oficial soviética—des. parramada en miles de toneladas de papel impreso—ha convertido aquel prinócipio en una bagatela, en una copla.

Una copla es atronar contra la pose y el maquillaje y aparecer cejidepi-lados—mostrando dentaduras postizas—• en primer plano de periódicos y re. vistas.

Dolores es también de la¡s de la copla, y esa copla de la Dolores la en­tonan todos los tiples, barítonos y ba­jos de la coreografía staliniana.

Las poses y primeros planos del pro­tagonista máximo pudieran pasar por anuncwi de la «Metro Goldwin Ma.

cito o l j i a .

c—Ahora ya no tienen necesi­dad de el.

—Ao podemos disolver el ejer­cito...

—Tanto peor; el ejército les disolverá a ustedes.

—El ejér.Cito está a h o r a en buenas manos. La oiicialidad es joven y han sido eliminadas de el las viejas jerarquías.

—En ejército, viejo o joven, es siempre una amenaza. Las jerar­quías jóvenes se harán viejas pronto.

—Ño podemos quedarnos sin ejército...

—¿Para qué lo necesitan? E! ejército constituye un lujo peli­groso en todas las partes del inundo, mucho más en la Amé­rica latina.

—No podemos dejar al país a merced de posibles invasores y enemigos.

—El peor enemigo e invasor es el Propio ejército. No existe en América tradición guerrera. Vuestros ejércitos no se. han de­dicado nunca a la guerra, sino a hacerla a sus propio s paisanos. Han sido tan incapaces para re­peler las invasiones del exterior como aptos p a r a oprimirlas y desgobernarles a ustedes.

—El ejército es, de todas for­mas, necesario.

—Lo necesario es la presen­cia del pueblo. Su ausencia de la revolución o su actitud de comparsa ante la misma es un error que se paga quedando a merced de los aventureros.

"Acatad la voluntad del

ejército. Plazo: mañana

Una revista norteamericana expUca lo6 recientes sucesos de Caracas ue la siguiente manera:

«lii ejercito cno a Venezuela Su primer, gobierno democratice. ¿4 mismo ejercito la lia despo-sciüo. L.os j e l e s militares que dieron la semana pasaüa esie «golpe irio», fueron ios mismos oiiciai.es que derribaron ai dic­tador Isaías Medina en IQ45 , pre­parando el terreno para la elec­ción popular del presidente Ga­llegos del pasado año. \ a en el pasado agosto, corrían rumores por Caracas de que el ejercito no estaba satisfecho con el rum­bo que se daba a los asuntos desde el palacio de Miradores. hl presidente Gallegos y su par­tido «Acción Democrática» pre­tendían reducir el ejercito a sim­ple luerza de policía. El ejerci­to no estaba dispuesto a permi­tir ser desmontado. La alta oii­cialidad conminó al presidente, pidiéndole cuatro puestos en el gabinete que gigniiicaban cuatro gobiernos. Gallegos dio la calla­da por respuesta.

En noviembre, 1 o § militares volvieron a la carga. Gallegos y líetancourt se mostraron uis-puesios a negociar, p e r o sin aceptar dictados. Detras suyo ha­bla cerca de medio millón de militantes del partido gobernan­te. Por espacio de dos semanas los rumores fueron aumentados. Los venezolanos empezaron a manifestarse por un rápido re­torno del teniente coronel Mario Vargas, enfermo de tuberculosis en los Estados Unidos. Este, fué siempre amigo intimo de Galle­gos y BetancourU

La pasada semana, e l teniente coronel Garlos Delgado Chai-baud, ministro de Defensa, y otro teniente coronel, Marcos Pérez Jiménez, jefe del Estado Mayor, se dirigieron al presiden, te Gallegos con este simple men, saje: acatar la voluntad del ejér­cito. Plazo: mañana.

Al siguiente día, dimitió el gabinete. Llegó en este momen­to Mario Vargas, quien dirigién­dose a sus compañeros de armas indicóles la conveniencia de aca­tar los compromisos establecidos con los elementos civiles.

«Las cosas han cambiado», fué la única respuesta.

Vargas, como buen militar, se sumo a los militares.

Cómo el ejército gomecista

arrebató al pueblo lo

consideraba suyo

que

Inmediatamente, los tanques y camiones repletos de solüauos con casco de acero, empegaron a patrullar por las calles de la capital y a lomar posición ante el palacio de Miraílores. En treinta minutos, las tropas ocu­paron los puntos estratégicos de la ciudad y los ediiicios má s im­portantes. Ln el ministerio de Defensa se empezaron a dar ór­denes drásticas. Los efectos fue­ron inmediatos: todas las guar­niciones del país estaban al lado del ejército... Ni un solo tiro fué disparado.

A media noche, sentado de es­paldas, a un gí an retrato de. Si­món Bolívar, el tenientes coronel Delgado Chaloaud lué procla­mado presidente provisional a la caboza de una Junta militar, Bó-mulo Gallegos quedó bajo cus­todia en la Escuela Militar. Pro­minentes militantes do «Acción Democrática» buscaron refugio en el santuario de las embajadas, extranjeras. Betancourt perma-i necio oculto. Pero la gran ma­yoría de los militantes del par­tido gubernamental y dirigentes obreros, ingresaron en la cárcel. Los sindicatos fueron ocupados por el ejército. Los periódico» fueron conminados a acatar es­trictamente l a s directrices del ejército y un continuo barraje de propaganda por la radio ayu­dó a extender la sublevación por todo el país. La huelga ge­neral iniciada por los trabajado­res quedó abortada a la mañana siguiente. Los comercios abrie­ron sus puertas, empezando a funcionar los negocios. Y al fi­nal de semana, hubo ya carreras de caballos en el Hipódromo Na­cional. La Junta prometió respe­tar la legislación vigente, hacer honor a los contratos c o n las compañia s petrolíferas, convo­car a elecciones próximamente y... ratificarse en los principios democráticos. Y, Como botón de muestra, suspendió las garantías de «Inviolabilidad de la corre»-pondencia, d e la morada, de la libertad de pensamiento, de la libertad de trabajo, de cambiar de domicilio, de abandonar el país v de regresar a él, las asam­bleas públicas y la seguridad in­dividual».

Con el golpe militar ha que-dado deirauuado el primer ex­perimento democrático en Vene» zuela. Ha quedado defraudado, también, la ilusión de q u e el electorado había reemplazado, al fin, a los militares y su influen­cia en el poder político. «La mente del soldado profesional debiera ahora liberarse de toda preocupación política»... He aquí las cínicas manifestaciones de Pérez Jiménez.»

¿Qué hay en los entretelo-

nes de la militarada'?

«El pueblo y las compañías pueden progresar hermanados», ha dicho Pedro Ignacio Aguerre-vere, ministro de Fomento en­cargado de dirigir la política pe­trolífera de la nueva Junta da Gobierno. Pedro Ignacio Ague-rrevere fué educado en la ((Co­lorado School of Mines» de los Estados Unidos de Norteamérica y es ahora una especie de minis­tro asesor del triunvirato militar compuesto por los tenientes co­ronales Carlos Delgado Chal-baud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez. No hay más que relacionar estos datos con la constante disputa entablada en­tre el anterior gobierno y las compañías petroleras yanquis, y propiamente con la persona del embajador norteamericano, para deducir algunas de las causas dé la militarada venezolana, o qui­zá la única causa,

ñepor'ter,