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Tormenta sobre Acción Nacional

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Tormenta sobre Acción Nacional

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“Ya no somos el partido del cambio”, es la conclusión de un análisis elaborado por el Partido Acción Nacio-nal tras su debacle electoral de 2009. En el documento correspondiente, que se mantuvo en reserva pública clasificado como de “alta confidencialidad” y del que Proceso obtuvo una copia, el PAN se flagela y desnuda sus múltiples fallas: su elitismo y soberbia, la corrupción de varios de sus militantes y funcionarios, su “democra-cia simulada”, su corporativismo y su complejo de infe-rioridad frente al PRI. Peor aún, consigna la existencia de “ayuntamientos panistas y legisladores panistas coop-tados por el crimen organizado”.

cumento obtenido por Proceso, también es un fracaso: “No hemos construido un mo-delo de gobierno panista” “ni tenemos una agenda programática con 3-4 temas emble-máticos”, sino que “al ganar el gobierno no hicimos un ‘manual de procedimientos pa-nista’ y asumimos la práctica priista”, y por ello “los gobiernos del PAN no han removi-do las estructuras clientelares que estable-ció el PRI”.

No sólo eso: “Ha aumentado el desem-pleo”, “algunos funcionarios hacen nego-cios desde el gobierno”, “no se redujo el dispendio”, prevalece el “nepotismo”, “hay comportamientos públicos vergonzosos que quedan impunes” y “se manda un mensaje contradictorio al ejecutar programas contra la pobreza manteniendo el despilfarro y lu-jo de políticos”.

Los panistas no sólo “no tenemos ofer-ta política ni programas de gobierno que respondan a distintos grupos: clase media, mujeres, jóvenes, empresarios, etc.”, sino que “algunas acciones de gobierno y legis-lativas han afectado a la clase media y otros grupos de apoyo en donde radica la fuer-za del PAN”.

Peor aún, hay “ayuntamientos panis-tas y legisladores panistas cooptados por el crimen organizado”.

El diagnóstico lo acepta: Los panistas “no propusimos cambio” y “la ciudadanía esperaba más de nuestros gobiernos”.

Miedo al PRI

Esta evaluación del PAN fue elaborada por una comisión de 10 panistas coordinados por José Luis Coindreau, para conocer las razones del fracaso en las elecciones fede-rales de 2009, a raíz de las cuales Germán Martínez renunció a la presidencia de ese partido y fue sustituido por César Nava.

El 8 de agosto de 2009, el Consejo Na-cional, máximo órgano de dirección del PAN, designó integrantes de la comisión a María Elena Álvarez, Mariela Pérez de Tejada, Gabriela Ruiz del Rincón, Luisa María Calderón, Fernando Torres Gracia-no, Alejandro Vázquez Cuevas, Humber-to Aguilar Coronado, Marko Cortés, José Espina y Arturo García Portillo.

“¡Necesitamos hacer una catarsis, echar fuera todo el coraje que traemos!”, dijo Coindreau al reportero ese día y anti-cipó: “Hay gente que quiere linchar a gente. ¡Éste es el culpable! Y es un error. ¡No hay culpables! ¡Todos somos responsables!”.

Luego de que los integrantes de la co-misión recorrieron todos los estados para

escuchar a panistas, analistas y líderes so-ciales sobre las razones de la derrota del PAN, Coindreau informó al reportero, el 11 de septiembre de ese año, un día antes de entregar el informe al Consejo Nacio-nal, que se había elaborado un documento de 16 cuartillas.

“Fuimos con mente abierta. Lo que vi-mos, lo vaciamos. No nos podemos ver el ombligo (sino) levantar la mirada y ver al ciudadano al que tenemos que servir”, dijo, y añadió que elaboraron el diagnóstico de ocho cuartillas y propusieron, en otras ocho, un conjunto de “iniciativas de solución”.

Los miembros del Consejo Nacional del PAN conocieron el informe en la se-sión del 12 de septiembre de 2009, antes de la conmemoración del 70 aniversario de la fundación del partido; Coindreau, quien leyó el texto, advirtió que no entregaría co-pia del documento y pedía confidenciali-dad de su contenido, según la grabación de esa reunión que también obtuvo Proceso.

“Hay la observación de que este do-cumento contiene cosas muy delicadas y que, por lo mismo, exigen de nosotros una alta discrecionalidad (sic), una alta con-fidencialidad”, advirtió Coindreau, quien enseguida aclaró: “Pensamos que no debe ser repartido… Es muy delicado porque es la estrategia que sugerimos que el parti-do siga para recuperar su liderazgo políti-co en el país”.

Casi dos años después –cuando el PAN es presidido por Gustavo Madero y luego de elecciones estatales en las que ese partido, en alianza con el PRD, ganó los gobiernos de Puebla, Oaxaca y Sinaloa pero en fecha reciente recibió derrotas contundentes en los estados de México, Coahuila y Nayarit– el diagnóstico conserva vigencia.

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Tormenta sobre Acción Nacional

ÁLVARO DELGADO

Visto por sí mismo, en una ri-gurosa introspección, el Parti-do Acción Nacional (PAN) es un desastre: “En el comporta-miento de los panistas no se aplica la fuerza de las ideas, si-no la fuerza del interés, la nó-

mina y el poder”, “no hay agenda para y con la sociedad”, “se han tolerado actos de corrupción de funcionarios y militantes”, “se han privilegiado el arribismo y el opor-tunismo”, “se permite la democracia simu-lada” y se impone “la aplicación discrecio-nal de estatutos y reglamentos”.

También hay “manipulación de los pro-cesos internos”, “la onda grupera divide al

partido, la autoridad no lo remedia y a ve-ces es factor de parcialidad al tomar deci-siones”, “desechamos gente valiosa”, “los dirigentes se reciclan” y “la cultura y men-talidad corporativa persiste: derechos, anti-güedades, cacicazgos”.

Tan cruda descripción forma parte del diagnóstico sobre el PAN elaborado por la Comisión de Reflexión y Análisis de ese partido a raíz de la debacle electoral de 2009. La completa una afirmación que con-signa sin atenuantes la real condición de los panistas: “Hemos dejado de ser escuela de ciudadanía”.

La clasificación de “alta confidencia-lidad” había convertido a este diagnóstico en un documento secreto. Hoy Proceso lo da a conocer públicamente.

No sólo “nos olvidamos de nuestros

aliados históricos” y “no hay plan de rela-ciones con sectores líderes de la sociedad (Iglesia, empresarios, intelectuales, artis-tas, académicos, universitarios, etc.)”, si-no que “no sabemos comunicarnos con los grupos minoritarios en su idioma (chavos banda, emos, darketos, homosexuales, dis-capacitados)”, “continúa la resistencia a la cuota de género” y “la fama de mochos nos aleja de muchos de esos grupos”.

El diagnóstico reconoce que “no ha ha-bido congruencia entre la democracia exi-gida y las prácticas del partido”, que los mi-litantes y dirigentes del PAN “perdimos el valor de la ciudadanía hasta en la integra-ción del Instituto Federal Electoral (IFE)” y la conclusión es lapidaria: “Ya no somos el partido del cambio”.

Y el PAN como gobierno, según el do-

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“Decidir líneas estratégicas de qué co-municar, que sean pocas, sensibles y nos vuelvan a hacer distintos y distinguibles frente a la ciudadanía.

“Acercarnos a los generadores de opi-nión en medios para que nos conozcan y les generemos información de primera ma-no para influir en sus producciones.”

Volver a la protesta

En el documento de 16 cuartillas, la Comi-sión de Reflexión del PAN plantea nume-rosas recomendaciones para remediar la crisis que padece como partido y como go-bierno y pone especial énfasis en la capaci-tación de cuadros, en la coordinación parti-do-gobierno y recuperar la mística.

Plantea, por ejemplo, “elaborar un pro-grama especial para formar una escuela para ciudadanos con la mística del PAN, basado en el servicio a los demás“, “elegir tres temas emblemáticos para los gobier-nos panistas acordes a su población y a su nivel de gobierno, que se apliquen como sello panista” y “donde seamos oposición impulsar la voluntad de arriesgar, retar y protestar de manera responsable”.

Para afrontar que “algunos comités del PAN y algunos de sus gobiernos han caído en malas prácticas del PRI, y esto ha gene-rado desilusión en los ciudadanos y la mi-

litancia”, se plantea poner atención a “los actos de corrupción de gobiernos panistas, con la finalidad de solucionar estas situa-ciones al interior del partido y no pública-mente”, y “generar un área de relaciones públicas para comunicarse con todos los sectores de la sociedad, siendo abiertos”.

Para mejorar la organización del PAN insiste en la coordinación y la capacitación, revisar el padrón, atender eficazmente los conflictos internos, abrirse a la sociedad y aprovechar sus liderazgos.

“Debemos placear liderazgos propios, nuevos y viejos, y también ciudadanos pa-ra que la ciudadanía los identifique con no-sotros y podamos hacerlos candidatos”, plantea el documento y enfatiza la efica-cia en la planeación de las campañas con mensajes claros y “reducir la confrontación a lo estrictamente necesario”.

El documento pone énfasis en que “la Ley Electoral (vigente) pervirtió y complicó el acceso a los medios”, y plantea impul-sar una reforma “que deje de censurar y se base en la libertad, posicionar el para-digma de la libertad y el derecho priorita-rio de los ciudadanos para modificar una ley (para) que la reforma propicie la agili-dad en respuesta partidista en propagan-da política”.

Plantea mayor coordinación entre el PAN y los gobiernos a todos los niveles y

acercarse a grupos socioeconómicos cla-ve y a la población más vulnerable a través del reparto, casa por casa, de folletos con los logros y programas del gobierno fede-ral, integrando en estas brigadas a los fun-cionarios federales y representantes por diputados o regidores.

También propone “difundir las acciones específicas de (sic) la clase media, mujeres, jóvenes, empresarios”, “tener una campa-ña radiofónica que ofrezca nuestras ofertas (sic)”, “que la Secretaría de Vinculación for-talezca el enlace con grupos vulnerables, religiosos, deportistas, agricultores, etc., creando un consejo social plural”.

Añade: “Desde (la Secretaría de) Vincu-lación tener una estrategia para promover y gestionar los programas sociales (la Segob concentra el listado de proyectos de las gestiones del PAN para concentrar folios, el PAN nacional organiza cursos y gestiona el tener despachos que elaboran proyectos, el PAN estatal ejecuta acciones)”.

Y finalmente recomienda reconocer “la validez de alianzas con otros partidos en determinadas condiciones”, “diseñar crite-rios y lineamientos claros para aceptar o no alianzas y a partir de ahí discutirlas en cada caso concreto”, “hacer alianzas con lide-razgos prestigiados en la sociedad: OSC, organismos ciudadanos (y) recuperar nues-tras alianzas históricas”.

lo en el debate y no hubo otros operadores políticos que actuaron de manera estructu-rada y coordinada.

“Se percibe abandono del CEN y sus dirigentes.

“La operación con gobernadores pa-

nistas y de oposición se ha descuidado por parte de la Segob.

“Tibios para implantar programas bon-dadosos de alto impacto.

“La operación se hizo con ‘dinosaurios’ antidemocráticos, se ganó perdiendo.”

“Las paraestatales y/o las delegacio-nes otorgan los contratos a empresarios con vínculos priistas.

“Los gobiernos priistas y perredistas están utilizando electoralmente los pro-gramas sociales federales para sus propios fines.

“Error en el manejo de recursos en la forma o vehículo en que se bajan a la po-blación: a través de ayuntamientos o ven-tanillas estatales.”

En contraparte, en el PAN faltó apoyo de funcionarios para ayudar legalmente al partido: “Los ayuntamientos panistas tie-nen gerentes, no políticos”, “los delegados o secretarios de Estado adulan a los gober-nadores y no presumen que los recursos son del gobierno federal”, y “gobernadores pa-nistas se declaran en ocasiones abiertamen-te en oposición a nuestros candidatos”.

Expone: “No hubo una visión y estra-tegia conjunta y compartida entre gobierno federal, CEN, gobernadores y legisladores.

“No se aprovechó la fuerza política de los gobernadores a nivel nacional.

“Falta de operación política del CEN en los estados.

“Nuestros operadores están ‘ocupados’ trabajando en el gobierno.

“El presidente del partido apareció so-

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Fox y Calderón. Corresponsables del fracaso

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El informe subraya la impotencia del PAN ante la eficacia del Partido Revolu-cionario Institucional (PRI) –“no se ha po-dido acotar la operación de la maquinaria priista”– y una especial connivencia del gobernador del Estado de México, Enri-

El Partido Acción Nacional (PAN) se ha propuesto implementar numero-sas medidas para “recuperar su lide-razgo político en el país”, y van des-

de reactivar la “resistencia civil” contra los “abusos” de gobiernos priistas, en particu-lar el de Enrique Peña Nieto, hasta la crea-ción de “oficinas de relaciones públicas” para volver a comunicarse con todos los sectores de la sociedad.

Para acotar la operación de la “maqui-naria priista” en las elecciones, la Comi-sión de Reflexión y Análisis del PAN dispu-so, desde finales de 2009, exhibir la alian-za de Peña Nieto con Televisa y Televisión Azteca:

“Exhibir e invitar a los medios interna-cionales y los organismos internacionales de regulación de medios de comunicación y de derechos humanos para que presio-nen a reducir el abuso del duopolio televi-sivo y su alianza con Peña Nieto y los go-biernos del PRI en general.”

En el documento de Iniciativas de So-lución al devastador diagnóstico elabora-

do sobre el PAN, luego de su debacle elec-toral de 2009, se recomienda implementar varias disposiciones para enfrentar al Par-tido Revolucionario Institucional (PRI):

“Resistencia civil que haga partícipe a la ciudadanía de los abusos presupuesta-les y operativos de los gobiernos priistas y manifestarnos públicamente en contra para exhibirlos.

“Que la ASF (Auditoría Superior de la Federación) fiscalice los recursos de go-biernos estatales.

“Que el gobierno federal fiscalice que el uso de recursos en los estados y mu-nicipios priistas o perredistas se dé sin discriminación.

“Que el gobierno federal condicione entrega de recursos a resultados.

“Observatorios ciudadanos con indi-cadores objetivos de desempeño y utiliza-ción de recursos públicos apegados a pro-gramas y reglas de operación.

“Revisar con los congresos y la ciu-dadanía el origen e independencia de los miembros de los órganos electorales.

Ahora, a poner parches...ÁLVARO DELGADO

“Exigir supervisión del órgano fiscali-zador del IFE en los canales de televisión de los estados para fines políticos y exhibir monitoreos.

“Mostrar a nuestros militantes análi-sis fríos, como el de Schettino, respecto de nuestras reales posibilidades de ganar el 2012 y las intermedias.”

En el documento del grupo de panistas coordinado por José Luis Coindreau y entre-gado al Consejo Nacional –máximo órgano de dirección del PAN– se proponen varias líneas para remediar la falta de estrategia de comunicación, como las siguientes:

“Diseñar con expertos en comunicación y dirigentes del partido una estrategia de lar-go aliento para ser buenos comunicadores.

“Que el PAN se acerque sistemática-mente a los directores y concesionarios de medios para conseguir igualdad de acceso a los medios a ellos concesionados.

“Ser estrictos desde la Cofetel en el cum-plimiento de normas de comunicación.

“Utilizar los medios alternativos decomunicación.

“Volver a exigir que haya democracia en los medios a través de la participación ciu-dadana en acciones públicas.

“Volver con nuestros aliados históricos a compartir y corresponsabilizar de la necesi-dad de participar en la democratización de los medios.

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que Peña Nieto: “El maridaje Televisa-Pe-ña Nieto es cínico y está impune”.

Agrega: “No supimos inhibir la acción de gobernadores priistas en campaña.

“La actitud del PRI era ganadora y la del PAN no.

“Los gobernadores priistas operan con todo y los funcionarios y delegados fede-rales se cuidaron mucho de no participar con el PAN en el proceso electoral.

“En algunas zonas siempre gana el PRI (vía cualquier partido).

“Se permite que los gobiernos del PRI actúen a su arbitrio y se atribuyan logros del gobierno federal.

“Los gobiernos estatales priistas usa-ron sus propios medios y también los del gobierno federal para operar a su favor.

“Control del PRI sobre organismos electorales.

“Algunos delegados del gobierno fede-ral han sido cooptados por los gobernado-res estatales.

“La ausencia de la Segob en la elección. “Las concesiones de canales televisi-

vos a los gobiernos estatales operaron pa-ra el PRI.

“No denunciamos los excesos de Pe-ña Nieto y la mayor parte de gobernadores priistas.

“Parece que le tenemos miedo a los gobernadores priistas y no hemos asumido la influencia y poder del gobierno federal.

“En algunos estados, se manifiesta la relación PRI-narco.”

Anatomía de la derrota

Parte del fracaso electoral ante el PRI en 2009, según el diagnóstico de la Comisión de Reflexión y Análisis, obedece a errores de los gobiernos del PAN, particularmen-te los encabezados por Vicente Fox y Feli-pe Calderón, que han tenido “un exceso de funcionarios priistas”:

“Los gobiernos del PAN no han removi-do las estructuras clientelares que estableció el PRI, las vacantes en las delegaciones fede-rales no se ocupan con panistas y funcionarios priistas redireccionan recursos hacia sus alia-dos, en detrimento de los intereses panistas.”

Pero además “el uso del presupuesto federal por parte de gobiernos priistas no es fiscalizado por el gobierno federal”, por lo que “el PRI vive en el mejor de los mun-dos: recibe y gasta dinero sin responsabi-lidad o supervisión del gobierno federal”.

Y prosigue: “Los gobiernos del PRI compran, chantajean o extorsionan a los operadores políticos del PAN. Coindreau. Hipercrítico

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Sin mencionarlos por su nombre, el diagnóstico sobre la derrota en 2009 alu-de al entonces secretario general adjunto, Jorge Manzanera Quintana, y al secretario de Elecciones, Alejandro Villalobos, so-cios en la empresa Desarrollo y Operación de Campañas (DOCSA), allegados ambos a Martínez y Calderón.

“(Hubo un) proceso deficiente de pla-neación, ejecución y seguimiento de las campañas”, la “asignación de fondos pa-ra detección, monitoreo y movilización no fue claro y fue insuficiente”, “en ocasio-nes la parte jurídico-electoral del CEN fue externa y no contaba con la suficiente ex-periencia” y “el porcentaje de cobertura de casillas fue el más bajo en años”.

Los mensajes de campaña no conec-taron con la ciudadanía: “Nuestra agenda fue atacar al PRI recordando su pasado y no pareció interesar al electorado… Se ha-bla de pasado y no de futuro en los mensa-jes… El CEN se equivocó en priorizar la confrontación con el PRI, la gente ya no quiere pleitos”.

Además, “el mensaje de la seguridad no funcionó”: “El mal manejo del tema de la inseguridad no da votos… Hubo una satu-ración de spots al elector y una queja por el monto erogado. Nuestro discurso no estu-vo dirigido a grupos homogéneos, como jó-venes, mujeres, etc… No sabemos usar los medios en forma creativa”.

Pero siendo un diagnóstico descarnado sobre el PAN, el documento omite un da-to clave: La intervención de Calderón en la vida interna del PAN y las imposiciones de Martínez y Nava, así como de numerosas designaciones de candidaturas a diputados federales.

Aunque admite que “se dieron injeren-cias indebidas de nuestros gobiernos para definir la selección de candidatos”, a am-bos los deja a salvo: “El sabotaje dentro del PAN no fue por las designaciones, si-no por no respetar la fila”.

Reconoce, sí, que se generó “desánimo y molestia por el proceso de selección de can-didatos”, porque hubo “imposición de can-didatos plurinominales de fuera del entorno estatal”, “en algunos casos el PAN no postu-ló a los más aptos para el cargo” y “el CEN designó en algunos casos a buenos candida-tos, pero el partido no los acompañó”.

Pero además, “la designación de can-didatos fue tardía y no condensada”, “no se definió un perfil mínimo de candidatos, no se formalizaron compromisos a cum-plir por los candidatos ni se les propor-cionó capacitación”, “el PAN se olvidó de identificar a ciudadanos distinguidos pa-ra postularlos como candidatos” y “se des-cartaron líderes internos en pos de atraer priistas”.

En la campaña, dice el documento, hu-bo “soberbia electoral que descartó posi-bles alianzas y generó polarización”, se ati-zó la “desconfianza de posibles alianzas con otros partidos y negligencia de coope-ración con aliados históricos”, y en cambio “se formalizaron amarres con grupos de in-terés de poco prestigio (IMSS, SNTE)”.

Adiós a la mística

Y es que el diagnóstico aborda, también, un tema que el PAN no ha sabido resolver desde que es gobierno federal y aun desde que, en 1989, ganó su primera gubernatu-ra: la relación partido-gobierno.

En el documento se reconoce que hay una “mala coordinación gobierno-legisla-dores-partido” y “una percepción de aleja-miento entre nuestros funcionarios públi-cos y la militancia” porque “no hay una definición clara de cómo debe ser esta re-lación”, y “no hay voluntad para vincular al partido con gobiernos y legisladores de acuerdo a la normatividad existente”.

Expone: “Hay una percepción confu-sa sobre la relación entre el presidente de la República y el presidente del partido…

Con frecuencia hay un enfrentamiento pú-blico entre nuestros funcionarios y los di-rigentes del partido… No hay una coordi-nación efectiva entre dirigencias estatales y delegados federales. No hay una visión ni estrategia conjunta y compartida entre gobierno federal, CEN, legisladores y go-bernadores panistas”.

Además, “falta de disciplina de gober-nantes panistas con respecto a su obliga-ción con el PAN y sus dirigencias”, “hay una percepción de que el gobierno federal panista está peleado con el estatal panista, y los candidatos del gobernador son boi-coteados y vetados por el federal”.

El diagnóstico establece que el PAN tiene una “estructura mal diseñada y con deficiente funcionamiento, acompaña-miento, supervisión y control”, “deficien-te identificación, formación y capacita-ción de liderazgos que compartan nuestros ideales”, “no existen la afiliación ni la par-ticipación voluntaria”, y “el proceso de afiliación tiene como premisas la descon-fianza y el control”.

Además, “los conflictos internos no han sido atendidos en tiempo y forma y han crecido”, “se disfrazan, eluden o minimi-zan los problemas”, hay “ausencia de ope-ración cicatriz” y “existe una relación di-recta entre conflictos internos y resultados electorales”.

En el PAN hay “impunidad por razones de índole política” (“no hay castigo para mi-litantes y funcionarios que trabajan para el contrario”), algunos “dirigentes trabajan más por su proyecto personal que por el partido”, “se han vuelto excluyentes” y “les molesta que les señales errores u omisiones”.

Además, este partido ya “no tiene líde-res emblemáticos que nos representen an-te la comunidad, desechamos gente valiosa del PAN, el esquema de remuneración pa-ra dirigentes no favorece la atracción de ta-lento y liderazgo, ha dejado a sus viejos li-derazgos fuera del juego, existen dirigentes con reputación de infiltrados o cooptados”.

Los panistas, expone el documento, tie-nen “falta de sensibilidad y voluntad para acercarnos a los segmentos populares o de menores ingresos”, “descalificamos los li-derazgos populares”, “no se establecen alianzas bajo la premisa de ser pares y re-cíprocos, los vemos hacia abajo”, “confun-dimos sensibilidad social con populismo”, y alerta: “Los grupos más vulnerables son muy sensibles a la soberbia, los prejuicios, la posición social, etc.”.

El diagnóstico advierte que no ha ha-bido un relevo generacional en los opera-dores políticos que acompañan y ejecutan las acciones de las dirigencias estatales y el CEN: “Hay que formar nuevos genera-les que puedan pelear en el campo de bata-lla, no en el cuarto de guerra”.

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Nava y Martínez. Debacle y relevo

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Con fines exculpatorios e inculpatorios, en la ruta hacia 2012 siguen destapándose cloacas al calor del miedo o las ambiciones políticas. Seis años después de haber sido derrotado como candidato del PAN al gobierno del Estado de México, Rubén Mendoza Ayala da su versión de cómo se planeó su debacle ante el ganador de los comicios, En-rique Peña Nieto. En entrevista con Proceso, asegura que el triunfo del priista estaba pactado desde Los Pinos.

no se metieran en lo del desafuero desde diciembre de 2004. ¿Dígame ahora quién me va a dar dinero con estas encuestas?’”

“¿Cómo le hacemos?”, le preguntó Fox. “Busque a su secretario de Hacienda (Fran-cisco Gil Díaz). Él puede hablar con empre-sarios para que den donaciones”, reviró el candidato panista. “Fíjate que no le tengo confianza”, se excusó el presidente.

–¿Quién era entonces el candidato de Fox para el Estado de México? –se le pregunta.

–José Luis Durán Reveles. Yo les des-compuse el esquema. Cuando me salí de Los Pinos, sin dinero, abajo en las encues-tas, me pregunté cómo vamos a ganar un estado como éste. Yo soy un político pro-fesional. Sin dinero no puedes enfrentar-te a esta maquinaria. Si Presidencia de la República no estaba de acuerdo con ellos, ¿por qué llego a una reunión después de ver a Marta Sahagún en Los Pinos y a los 10 minutos Rubén Aguilar, su vocero, dice que yo nunca estuve ahí? En ese momen-to todos me tildaron de mentiroso. Rubén Aguilar estuvo metido en eso. ¡Un voce-ro de la Presidencia negando mi presencia en Los Pinos! ¡No me ayudes compadre!

–¿Intentó usted pactar o hablar nueva-mente con Fox y con Sahagún?

El trueque de Fox: el Estado de México por la

Presidencia

A seis años de distancia, tras las recien-tes declaraciones de Fox a favor de Enrique Peña Nieto, Mendoza Ayala concluye en en-trevista con Proceso que el presidente y su esposa, Marta Sahagún, “estaban amarrados con Arturo Montiel a través de la venta de le-che y de los negocios de los hijos” de ella.

No le sorprenden las recientes decla-raciones del exmandatario panista, reali-zadas al periódico puertorriqueño Nue-vo Diario. Fox dijo que era inminente el

retorno del PRI a la Presidencia y afirmó que “hay una nueva generación de priistas cuyos miembros crecieron en un ambien-te democrático. Enrique Peña Nieto –pun-tualizó– pertenece a esa generación”.

En esa misma entrevista, Fox se mos-tró pesimista sobre el futuro del PAN en 2012. “A mi juicio, el PAN no ha hecho su tarea” y “ya es tarde, veo difícil que logre cerrar la brecha” frente al avance de la pre-candidatura de Peña Nieto.

Mendoza Ayala señala que las declara-ciones de Fox coinciden con los obstáculos y la falta de apoyo que él padeció durante su campaña en 2005, cuando el PAN aven-tajaba en las encuestas al PRI y se vino aba-jo frente al empuje y “la operación de Esta-do” para que ganara Peña Nieto.

“A 50 días de mi campaña, Fox se me-te en el desafuero contra Andrés Manuel Ló-pez Obrador, instigado por Santiago Creel. Yo no sé si pactaron, pero la realidad es que mi candidatura se cayó 30 puntos. De tener de 10 a 13 puntos arriba del PRI, me fui pa-ra abajo en las encuestas, solamente como efecto de López Obrador”, recuerda el exal-calde de Tlalnepantla y exmilitante del PRI.

“Voy con el presidente de la Repúbli-ca, Vicente Fox, y le reclamo: ‘Le dije que

POLÍTICA / PAN

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JENARO VILLAMIL

Entre el gobierno de Vicente Fox y el PRI hubo un “acuerdo cu-pular” para garantizar el triunfo de Enrique Peña Nieto en el Es-tado de México, a cambio de que el PAN ganara los comicios pre-sidenciales de 2006, asegura el

excandidato panista a la gubernatura mexi-quense en 2005, Rubén Mendoza Ayala.

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–¿Peña Nieto hará posible el retorno del PRI a la Presidencia?

–Hay un voto antipriista en el país muy fuerte, que necesita ser excitado, concien-tizado. No hay hasta ahora nadie que lo es-té haciendo.

–¿Y López Obrador?–Su problema es que no se ha movi-

do al centro. Se ha mantenido en una posi-ción mesiánica, un tanto radical, muy con-gruente de su parte, pero la gente pide que reconozca que se equivocó con el plantón de Reforma. Necesita moverse al centro.

–¿Peña Nieto se moverá al centro?–El problema es que Peña Nieto está

muy pegado a la derecha. No ha podido tras-ladar su popularidad a la efectividad del voto a favor del PRI. Ahí están los resultados en Guerrero, en Oaxaca, donde él se compro-metió para lograr la victoria del PRI.

–Pero logró arrasar en el Estado de México…

–Sí, porque controla y quebró a la opo-sición. La quiebra de la oposición es una tragedia cultural para el país que nos va a costar muchos años de retraso. En el Es-tado de México está barrida la oposición. Nadie ha visto la tragedia de esto. El único líder opositor es Andrés Manuel, pero no está haciendo lo adecuado.

A rajatabla

El político mexiquense recuerda que des-de el principio tuvo dificultades para que el PAN aceptara su candidatura. Protago-nizó una discusión muy fuerte con el en-tonces secretario de Gobernación, San-tiago Creel, a raíz de que las autoridades electorales dieron entrada a una demanda del PRI en su contra por actos anticipados de campaña.

“Hubo un intento de impedir mi candi-datura en el PAN, a través del PRI. Yo esta-ba desesperado después de tantos obstácu-

los. Estaba hasta el queque, y hablé con Luis Felipe Bravo Mena”, entonces dirigente na-cional del blanquiazul.

“Cuando finalmente Luis Felipe Bra-vo pide audiencia en Gobernación, se sienta amablemente mi querido Santiago Creel, ve la resolución y me dice ‘vámo-nos a tribunales’.”

“Entonces doy un manotazo en la me-sa y le digo: ‘¡Ya basta, Santiago!’ Esta-ban ahí Ricardo García Cervantes, Fran-cisco Gárate y Luis Felipe Bravo. Le dije: ‘Mira Santiago, ustedes saben usar el po-der, ¿o no? Tú eres el secretario de Gober-nación. Y te lo digo de una vez, Santiago, si tú me haces pedazos, yo me iré de la candidatura, pero tú te vas conmigo’.”

Mendoza Ayala recuerda que Creel “se puso blanco”. Tomó el teléfono de la red interna de Gobernación y llamó a Arturo Montiel, gobernador del Estado de Méxi-co. No le contestó.

“¡Tú eres el secretario de Gobernación. Si no sabes usar el poder federal, yo te en-seño!”, le espetó Mendoza Ayala. En 24 ho-ras se resolvió la demanda en su contra por actos anticipados de campaña.

“¿Quiénes estaban metidos? Santiago Creel, Vicente Fox y Arturo Montiel”, acusa.

“Manlio Fabio Beltrones me lo dijo: ‘¿Sabes por qué fue tu candidatura? Porque te pusiste demasiado tigre en Gobernación’.

“Desde ahí yo comencé a ver los hilos y los indicios de que existía un acuerdo cu-pular” entre Fox y el gobierno de Montiel, subraya Mendoza Ayala, quien finalmente renunció a su militancia en el PAN y aho-ra encabeza un movimiento ciudadano en Tlalnepantla.

La versión de Montiel

En su libro de memorias Desde Atlacomul-co, Montiel relata así la contienda electo-ral de 2005:

“Enrique Peña Nieto se enfrentó a la perredista Yeidckol Polevnsky y al panis-ta Rubén Mendoza Ayala. El adversario a vencer era este último. Estaba apoyado por Los Pinos más que por la militancia mexiquense, lo cual lo debilitó. Había sido priista en su juventud y conocía los inte-riores y defectos del partido. Sin embargo, Mendoza Ayala fue víctima de sus exce-sos y se convirtió en su peor enemigo. De ser un candidato ganador se desdibujó y perdió. Lo mismo sucedió con la candida-ta del PRD, impuesta por López Obrador; los demonios del pasado y sus errores lo condujeron a la derrota.”

Montiel destaca que Peña Nieto ganó las elecciones con 47% de los votos, con-tra 25% de Rubén Mendoza Ayala y 24% de Yeidckol Polevnsky. El exgobernador y tutor de Peña Nieto no duda en adjudicar-se la victoria:

“Con este triunfo cumplí otro de mis objetivos: dejar la gubernatura en manos de un priista. Lo logramos y esto me forta-leció para la contienda presidencial.”

El 10 de octubre de 2005 Montiel cayó en desgracia debido al escándalo en torno a los negocios de sus hijos y su presunta co-rrupción, ventilada en la pantalla de Televi-sa a través de los programas noticiosos con-ducidos por Brozo y Carlos Loret de Mola.

Fue obligado a dejar la contienda por la nominación priista. En su libro Mon-tiel anota que “como se ameritaba una to-tal transparencia, el gobernador Enrique Peña Nieto envió el expediente del ‘caso Montiel’ a la Procuraduría General de la República. Se hicieron investigaciones en Francia, España, Alemania e Italia y no se hallaron irregularidades”.

Montiel señala que las denuncias en su contra fueron “orquestadas”. “¿Por quién? Por Vicente Fox y su esposa, la señora Mar-ta Sahagún. Estaban resentidos por las di-ferencias que se habían ido acumulando durante los años de su mandato: el malo-grado Proyecto Nuevo Texcoco (Atenco), mi oposición a su reforma fiscal, el desple-gado de los gobernadores contra Fox, mi li-derazgo en la Conago, la denuncia judicial que el PRI estatal le hizo por hacer proseli-tismo en etapas electorales, etcétera.

“Además, la pareja presidencial sabía que podía complicar la elección: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llevaba ventaja sobre Felipe Calderón; con mi pre-sencia, la candidatura panista no tenía via-bilidad. Yo podía derrotar a AMLO y a Fe-lipe Calderón, Madrazo era un candidato ‘a modo’, con un PRI atomizado en feudos es-tatales y sin la confianza en las organizacio-nes populares. Por estas razones se filtró la información sobre mi supuesta corrupción y se aprovecharon de la ambición de Ro-berto Madrazo para canalizarlas.”

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Sahagún y Mendoza. De gira con el enemigo

32 1813 / 31 DE JULIO DE 2011

POLÍTICA / PAN