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Problemáticas ambientales derivadas de la expansión urbana
Celia Torrens
Mabel Ciminari
Elsie Jurio
Departamento de Geografía
Universidad Nacional del Comahue.
Fuente:
Torrens, C.; Ciminari, M.; Jurio, E. (2000). “Problemáticas ambientales derivadas de la expansión
urbana”. Departamento de Geografía. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del
Comahue, Neuquén, Argentina.
1- Delimitación de la problemática analizada
La tendencia mundial a la concentración de población en grandes urbes lleva al surgimiento de
situaciones de riesgo ambiental producto de una evidente falta de control y planificación de la
expansión de los centros urbanos. A partir de ello, la ciudad es considerada como el escenario de
desastres y el ámbito más propicio para la generación de conflictos ambientales.
Las ciudades argentinas son reflejo de este proceso y entre ellas, ciudades de la provincia del
Neuquén, se presentan con un significativo crecimiento de población y expansión urbana. En este
sentido se producen conflictos asociados a la urbanización en áreas de riesgo natural, caracterizado
por las condiciones de marginalidad a que se ve sometida gran parte de la población y las estrategias
que desarrollan para superar esta situación. Asimismo, en las últimas décadas surgen cambios en la
valoración de los recursos que se traducen en nuevas formas de apropiación de la tierra y que tienen
su explicación en los procesos de ocupación del espacio. Se generan así conflictos altamente
dinámicos donde la competencia por el uso es intensa dando lugar a la competitividad en los usos del
suelo a partir de la explotación petrolera en tierras de cultivo y a la expansión urbana sobre áreas
agrícolas con la consecuente pérdida de tierras productivas.
La ciudad de Neuquén se presenta como una de las más problemáticas de la región producto, en
parte, de la intensidad del crecimiento poblacional registrado en las últimas décadas. Este
crecimiento se tradujo en una expansión desordenada de la planta urbana, provocando
irregularidades en la demanda de tierras y viviendas, en las dotaciones de equipamiento y servicios y
en la ocupación de espacios no adecuados para urbanizar, generando situaciones de riesgo ambiental.
En otras áreas de la provincia, las características naturales son altamente valoradas como recursos
escénicos potenciando el desarrollo de la actividad turística en áreas de uso ganaderoforestal sin
prever las consecuencias que esta actividad y la dinámica que genera sobre el territorio, imprimen en
el ambiente. Este desarrollo se traduce en el crecimiento y expansión de los asentamientos que, si
bien en algunos casos son el resultado de la planificación estatal, no han sido acompañados por
políticas y normativas tendientes a la protección y preservación de los recursos y de la calidad
ambiental. En este sentido es necesario considerar que las transformaciones territoriales van
definiendo y redefiniendo condiciones y condicionantes ambientales para el desarrollo sustentable.
Los objetivos generales planteados para el desarrollo de los trabajos de investigación han sido el
análisis de los conflictos ambientales, la evaluación de los riesgos, el diseño de una metodología
adecuada para su abordaje y brindar un marco de referencia para la gestión ambiental orientada al
ordenamiento del territorio. En este sentido se incorporan como herramientas fundamentales en el
análisis y explicación de los problemas la consideración de la dimensión jurídico-normativa y la
aplicación de la tecnología SIG.
2- Aspectos conceptuales y metodológicos
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El ambiente es considerado como una expresión de la doble dimensionalidad sociedad- naturaleza
cuya complejidad no sólo está dada por la multiplicidad y heterogeneidad de los elementos, factores
y procesos que lo conforman (de índole natural, social, económica, tecnológica, jurídica y político)
sino además, por las interrelaciones entre los componentes y por la dependencia de sus funciones. En
esta articulación de la sociedad con la naturaleza a través de los sistemas de producción, es
determinante la dinámica que adquieren los procesos económicos y tecnológicos en el marco de las
nuevas formas del capitalismo. Los cambios que se han producido en los modos de apropiación y
transformación de los recursos naturales, dan lugar a nuevas y diferentes organizaciones espaciales y
llevan a la aparición de problemas y conflictos ambientales que requieren urgente solución. Es así
como la problemática ambiental cobra gran relevancia en las últimas décadas y capta la preocupación
de investigadores de las más diversas disciplinas llevando incluso, a replantearse las teorías y
modelos de desarrollo enfocados hoy en lograr la sustentabilidad de los recursos.
No cabe duda que los problemas ambientales son sociales y en este complejo proceso de articulación
tanto los recursos como los diferentes actores que intervienen en su apropiación, uso y manejo,
constituyen los ejes fundamentales para su análisis. Entendiendo a la sociedad como intrínsecamente
heterogénea, las lógicas de actuación de los grupos sociales responden a un proceso de valorización,
que será diferente para cada uno según se articulen las relaciones entre ellos y con el territorio a
través de su proceso de construcción y organización.
En este contexto, el marco de la sustentabilidad implica, una reinterpretación de los propios objetivos
del desarrollo (Gutman, P. 1984). El mismo deberá considerar las potencialidades y los
condicionantes de los recursos naturales así como el conjunto de valores, intereses, significaciones,
objetivos, medios, instrumentos, acciones, formas y técnicas de producción, reglas sociales, normas
que van conformando una racionalidad social (Leff, E. 1994) mediante la cual los distintos actores
intervienen en la modificación y construcción del territorio.
Interpretarla y comprenderla permitirá orientar las políticas y acciones hacia los fines del desarrollo
sustentable y tender a lograr una “racionalidad ambiental” (Leff, E. 1994) en los actores sociales
involucrados en estos procesos.
Según Sabsay, D. (2002) la preservación del medio ambiente recién cobra una posibilidad cierta
cuando se acopla al concepto de desarrollo dando lugar a la noción de desarrollo sustentable.
Así, el límite de toda acción de planificación estaría dado por la no afectación del ambiente.
Entonces la planificación deberá presuponer la definición de políticas tendientes al mejoramiento de
la calidad de vida, considerando el uso más apropiado de los recursos y los distintos intereses y
necesidades de la sociedad. Puede postularse que el desarrollo sustentable solo es posible en el marco
de una sociedad protagónica que asuma sus responsabilidades, derechos y obligaciones. Esto
"implica la participación ciudadana en la toma de decisiones y la disminución de las desigualdades
sociales" (Ciminari, M. y otros, 2004), el respeto de la diversidad cultural considerando las visiones
propias de los distintos grupos en el sentido que lo expresa González, F. (1996), es decir, como un
elemento de potencialidad y no como un obstáculo en el camino del desarrollo.
En el marco del desarrollo sustentable y ante el impacto de las distintas actividades humanas sobre el
medio, es necesario diseñar herramientas para lograr un diagnóstico ambiental integral comprensivo,
que permita analizar los procesos de desarrollo en relación con el medio ambiente.
Las mismas deben partir de una visión interdisciplinaria teniendo en cuenta la complejidad y la
multifuncionalidad que cumplen los diferentes componentes que interactúan en el sistema.
Los asentamientos poblacionales son resultado de la construcción social y es el ámbito donde se
ponen de manifiesto, funcional y espacialmente, las desigualdades y controversias existentes entre
distintos actores sociales. Su expansión y crecimiento lleva al surgimiento de nuevas formas de
ocupación del espacio urbano y rural, que pueden entrar en contradicción con la calidad ambiental de
los mismos. En este sentido, al incorporar el análisis temporal, resulta fundamental tener en cuenta el
complejo proceso de apropiación del territorio contemplando la diversidad de actores sociales
involucrados en el mismo (diferentes grupos sociales, instituciones públicas, el Estado provincial y
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municipal, organizaciones no gubernamentales, cooperativas de vivienda, etc.). La consideración de
estas variables cobra sentido si tenemos presente lo que explica Fernández, R. (en: Leff, E.1994) con
relación a que los asentamientos se definen y se transforman por procesos históricos de organización
social y apropiación territorial, muchas veces de larga duración o efecto lejano en el tiempo.
El ordenamiento del territorio es entonces el instrumento que tiene como objetivo definir el uso más
adecuado del mismo tendiente a lograr el desarrollo y bienestar de los habitantes. Permite a su vez,
definir medidas para prevenir y/o mitigar los factores involucrados en las amenazas y la
vulnerabilidad de la población.
Dentro de las problemáticas ambientales más preocupantes detectadas en el ámbito de la
investigación, el riesgo ambiental implicó la consideración de marcos conceptuales y metodológicos
específicos. En este sentido la construcción del riesgo fue entendida como el resultado de un peligro
o amenaza de tipo natural que afecta a una población expuesta a situaciones adversas. Es producto
del accionar de una sociedad que no reconoce y no respeta las leyes de la naturaleza. Si bien es cierto
que en el mundo hay lugares más seguros que otros, en la interacción sociedad-naturaleza está la
explicación del riesgo y éste se manifiesta con mayor intensidad en los países subdesarrollados
donde las condiciones socioeconómicas de la población la tornan más vulnerable.
Toda situación de riesgo ambiental representa un potencial destructivo que amenaza a la sociedad
involucrada y que al materializarse se traduce en un desastre. El mismo se expresa en magnitudes
muy diversas desde leves hasta muy graves, con pérdidas de vida, daños en la infraestructura y
desestabilidad económica. Así como lo expresa Lavell, A. (1996) un desastre es el fin de un proceso
de construcción de condiciones de riesgo en la sociedad.
La evaluación del riesgo tuvo como objetivo identificar zonas inestables donde el uso colocaría a las
estructuras y a la población en peligro de ser destruidas o dañadas. En este sentido se definen las
áreas de criticidad a partir de los lugares de riesgo potencial caracterizados por aquellos elementos
que definen la vulnerabilidad y la amenaza y, en función de ellas, evaluar los sectores en que se
deben implementar medidas preventivas estructurales y no estructurales.
Como lo expresa Marsh, W. (1991) "Zonificación y planificación son el resultado de estos estudios,
junto con la creación de la planificación de manejo de riesgos en programas de desarrollo”.
La detección y representación de los conflictos ambientales y las situaciones de riesgo se realizaron
con el aporte de la tecnología SIG (Sistemas de Información Geográfica). Los SIG constituyen una
herramienta eficaz en los estudios ambientales; proporcionan alternativas de análisis para la
investigación y facilitan el abordaje de las interrelaciones sociedad-naturaleza ya que ofrecen la
posibilidad de combinar mapas (variables) y datos provenientes de diversas fuentes.
Cabe destacar que la actualización periódica de los datos integrados a este sistema permiten el
análisis predictivo y la evaluación de tendencias, importantes en la planificación y gestión del
territorio. El dinamismo que adquieren hoy los procesos de cambio y transformaciones que se
generan permanentemente y sus consecuencias ambientales, lleva a que los organismos de decisión
requieran de una permanente y rápida actualización de la información y producción cartográfica.
La metodología implementada contempla en etapas futuras, la definición de indicadores ambientales
y de sustentabilidad a fin de contar con información básica para la definición y el seguimiento de
políticas, acciones y estrategias conducentes al logro de un desarrollo sostenible.
El desarrollo de indicadores ambientales y su incorporación a un Sistema de Información Geográfica,
son herramientas fundamentales en el proceso de planificación y gestión ambiental.
La organización de este sistema de información deberá ser estructurada según el contexto y en
función de las necesidades a las que se deba responder (ámbito local, regional, provincial).
3- Avances logrados y/o esperados
La detección de conflictos ambientales y la evaluación de los riesgos permitieron obtener avances y
resultados para llegar a explicar la situación del área de trabajo y poder brindar así propuestas a los
organismos de gestión. Entre los conflictos y riesgos ambientales analizados se destacan los
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relacionados a la competitividad de usos del suelo, urbanización en áreas de riesgo natural y aquellos
productos de la superposición jurisdiccional, dominial y contradicciones normativas.
Entre los conflictos generados por la competitividad de usos diversos se destaca la expansión urbana
sobre áreas de producción agrícola. En los valles inferiores de los ríos Limay y Neuquén se
desarrolla una actividad de tipo frutihortícola con importante incorporación de actividades
agroindustriales, administrativas y de servicios. Esta actividad económica dominante evidencia una
marcada fragilidad ante factores estructurales, como son la tendencia regional al monocultivo y la
dependencia del mercado externo, y factores coyunturales que se deben a intereses originados dentro
y fuera del país.
Como elemento central puede señalarse la intensa subdivisión de la propiedad de la tierra agrícola
con tamaño de las explotaciones inferiores a 5 o 10 hectáreas, las que no constituyen una unidad
económico-productiva, por lo tanto los loteos para uso urbano presentan las mejores posibilidades
económicas. De esta manera, la alta rentabilidad que ofrece el loteo de las tierras origina una lucha
desigual “entre ciudades en expansión y retroceso de la agricultura lo que genera un conjunto de
conflictos de uso de la tierra altamente dinámicos y el rápido movimiento de la franja urbana”
(Zinck, A., 1990).
En principio la pérdida de tierras agrícolas fue más intensa en la ciudad de Neuquén durante las
últimas décadas sustentada básicamente en la expansión de las actividades del sector terciario,
situación que se refleja además en el crecimiento de las ciudades vecinas de Plottier, Centenario y
Cipolletti que comienzan a funcionar como lugar de residencia de la población que desempeña sus
actividades en la capital neuquina. Esta expansión urbana, sin una planificación y previsión por parte
de los organismos estatales, se produce principalmente en aquellos sectores localizados cerca de la
planta urbana como de las vías de comunicación, áreas que presentan una marcada fragilidad ya que
ofrecen menor resistencia al avance urbano con la consecuente pérdida de tierras agrícolas.
Otra de las actividades en conflicto con las explotaciones agropecuarias y con el uso y manejo del
agua es la vinculada a la extracción de petróleo y gas. Esta actividad se realiza tanto en el piso del
valle, donde los usos urbanos y agrícolas son los dominantes, como en el área de meseta,
correspondientes a los ejidos de Neuquén, Plottier, Centenario y Vista Alegre. En el piso del valle la
actividad hidrocarburífera entra en conflicto por un lado con el agua, tanto por la ubicación de pozos
como por el tendido de oleoductos, gasoductos y otras obras de infraestructura conexas y, por otro,
con la actividad frutícola a partir del inadecuado manejo de los efluentes, que produce contaminación
hídrica y degradación de los suelos. Se trata de una de las áreas más sensibles, por los riesgos
ambientales permanentes y significativos que ello implica para las economías agrícolas aguas abajo,
así como para todo tipo de asentamiento humano en general.
En el área de meseta, la actividad petrolera produce cambios en el paisaje producto de las numerosas
picadas y accesos a los pozos petrolíferos. Se genera entonces un nuevo espacio productivo sobre el
ya existente dado por la actividad ganadera, que comienza a perder su predominio sobre el ambiente.
Este tipo de actividad, desarrollada en ambientes áridos, con limitaciones hídricas y edáficas, va
deteriorando el suelo y generando diversos procesos de desertificación en un amplio espacio del
territorio.
La planificación del uso de la tierra y el ordenamiento territorial son actividades complejas que
deben considerar el uso más apropiado para el recurso suelo ya que muchas actividades productivas
necesitan del mismo como medio de producción. Las mejores tierras son aptas para más de un uso y
esto genera inevitablemente conflictos entre los mismos. Esta disputa generalmente se define por el
uso económicamente más rentable que no siempre es el que responde a los intereses y necesidades de
la sociedad ni contempla una calidad ambiental acorde con un desarrollo sostenible.
En relación a los conflictos derivados de la urbanización en áreas de riesgo natural, éstos se
manifiestan en aquellos asentamientos que se localizan en las riberas de los ríos Limay y Neuquén
así como en la superficie y en el frente de la meseta. Estas áreas han sido ocupadas por pobladores
social y económicamente marginales y/o por planes de viviendas pertenecientes a instituciones
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(gremios, cooperativas, asociaciones mutuales, etc.). Se generan de este modo serios conflictos
ambientales y se expone a la población más vulnerable a situaciones de riesgo.
Uno de los conflictos analizados es el que surge entre los asentamientos y los ríos de la cuenca a
partir del avance del hombre sobre la planicie de inundación, hecho que comienza con la regulación
de los caudales de los ríos Limay y Neuquén. Con la construcción de las represas hidroeléctricas, el
área ´normalmente` inundable ha ido disminuyendo paulatinamente en los últimos 30 años y estas
´nuevas` tierras cercanas al río, que parecen no presentar riesgo de inundación, van siendo ocupadas
por el hombre para distintos fines. Los mayores cambios en el avance sobre la planicie de inundación
se han dado a través de la urbanización de estas tierras, siendo la ciudad de Neuquén la que registra
la mayor expansión de la planta urbana hacia sectores ribereños.
En el momento de evaluar la urbanización en áreas inundables es necesario diferenciar el tipo de
asentamiento. Por un lado se ha producido la ocupación de la planicie de inundación por habitantes
de pocos recursos y que no tienen mayores posibilidades de elección, los cuáles han construido
precarias viviendas en terrenos fiscales, ocupando tierras no aptas para uso urbano.
Por otro lado se han instalado barrios residenciales, de tipo planificado, construidos por cooperativas
de vivienda; junto a grandes casas particulares y countries en tierras cercanas al río. Se presentan así
tres modalidades distintas de ocupación, en la primera el poblador no tiene alternativas de elección
de un sitio mejor, en cambio en estas últimas el municipio y/o el Concejo Deliberante tienen
responsabilidad al autorizar el loteo y ocupación de estas tierras.
Por otro lado se ha dado la urbanización de la superficie de la meseta, frente de barda y piedemonte
generando diversas situaciones de riesgo derivados de la ocupación de áreas geomorfológicamente
inestables. En el sector norte de la ciudad de Neuquén es donde los conflictos y riesgos ambientales
se manifiestan con mayor representatividad espacial. El mismo limita con un relieve mesetiforme
que presenta un elevado escalón topográfico o “frente de barda” muy disectado por la acción hídrica.
Numerosas cuencas aluvionales conforman este frente las que paulatinamente han sido incorporadas
al ámbito urbano, a pesar de las limitaciones que presentan para el asentamiento. La amenaza, de tipo
natural y socionatural, se asocia principalmente a la manifestación de precipitaciones torrenciales,
superiores a la media anual, la que es potenciada por la obstrucción y ocupación de los cauces
naturales a través de la urbanización. La red de drenaje natural, de tipo intermitente, ha sido
rellenada y ocupada por la construcción de viviendas y trazado de calles. De esta forma, las arterias
que son diseñadas paralelas a la pendiente, se convierten en colectores del agua de lluvia que escurre
en la cuenca.
Esto provoca la erosión y el deterioro de la zona superior y la inundación de las áreas bajas después
de cada precipitación.
Se dan dos tipos de ocupación en estos sectores, por un lado los asentamientos espontáneos por parte
de pobladores social y económicamente marginales que, imposibilitados de adquirir terrenos,
construyen sin autorización viviendas precarias y localizadas muchas veces, en áreas no adecuadas -
piso y laderas de cuencas aluvionales, en cortes realizados sobre las laderas del frente de barda, en
sectores del piedemonte o en remanentes de erosión decapitados aumentando la vulnerabilidad de los
grupos allí asentados. Por otro, están las viviendas planificadas, construidas por instituciones
privadas y estatales (gremios, cooperativas de viviendas, asociaciones mutuales, etc.), sin tener en
cuenta los riesgos presentes.
En consecuencia los grupos sociales localizados en estas áreas se tornan especialmente susceptibles a
los peligros naturales. Ante esta situación, las decisiones públicas y privadas muestran haber estado
ajenas a la prevención de los riesgos que estas ocupaciones podían generar.
De este modo se van construyendo áreas de riesgo ambiental siendo las de mayor criticidad aquellas
donde se conjuga la ocupación de sectores geomorfológicamente inestables por parte de grupos
sociales de escasos recursos, baja calidad de la vivienda, falta de provisión de servicios básicos y
dificultades en la accesibilidad. Se han realizado estudios de aquellas cuencas más problemáticas
como es Cuenca VIII (Cordón Colón), asentamiento que se caracteriza por viviendas muy precarias y
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sin cobertura de los servicios básicos. Muchas de las construcciones se encuentran ubicadas en los
fondos de los cauces utilizando los azudes o defensas aluvionales como paredes de las viviendas. Sin
embargo en otra de las áreas analizadas, Cuenca XII, no solo los ocupantes están expuestos a
situaciones de riesgo sino también lo están los habitantes de loteos privados, planes habitacionales y
cooperativas de viviendas, todos ellos localizados en tierras de bajo valor inmobiliario debido a las
irregularidades topográficas del terreno (cauces, remanentes de erosión, laderas de fuertes
pendientes).
La cartografía elaborada a partir del SIG permitió delimitar las áreas según el grado de riesgo
presente destacándose la cantidad de población que se encuentra en una situación potencial de riesgo
medio y alto. En estos casos es inminente la actuación del municipio a fin de solucionar esta
problemática.
Además de considerar la inestabilidad geomorfológica del sitio y la vulnerabilidad de la población es
necesario tener en cuenta la normativa existente que regula la ocupación de las áreas de riesgo. En
algunos casos como en Cuenca XV nueve ordenanzas y un anteproyecto regulan su manejo. Todas se
encuentran vigentes creando una gran confusión ya que mientras unas tratan la intangibilidad del
área tanto por restricciones de tipo natural como por su valor científicoeducativo, otras otorgan
permisos para que sectores de la misma sean incorporadas al ámbito urbano. Debido a ello, antiguos
proyectos de urbanización de esta cuenca no logran concretarse y se enfrentan a informes técnicos
negativos que recomiendan mantener las condiciones naturales del área y respetar su intangibilidad.
Después de casi diez años de controversias el uso del sector sigue indefinido.
En síntesis, la ciudad de Neuquén ha crecido entre barrios planificados, viviendas particulares y
asentamientos ilegales muchos de los cuáles, se han consolidado y regularizado en lugar de
relocalizarlos y recuperar los espacios apropiados para otros usos. En los últimos años se agudiza la
carencia habitacional y la incapacidad de inclusión de la población a través de políticas sociales
urbanas. Así las usurpaciones se repiten constantemente y el gobierno local no ha actuado
eficientemente para resolver esta problemática. Ante esta inacción los habitantes de la ciudad y los
nuevos migrantes han convertido a los asentamientos ilegales en una nueva modalidad de
urbanización.
En función de lo desarrollado se puede concluir que las condiciones de marginalidad a que se ve
sometida gran parte de la población y las estrategias que desarrollan para superar esta situación, se
convierten en los ejes que explican la conformación de espacios de riesgo. La falta de interés, el
costo político, presupuestos escasos, intereses partidarios, ausencia de planificación, estrategias
sociales vinculadas a la necesidad son factores que se entremezclan a la hora de implementar
acciones tendientes a un adecuado ordenamiento y gestión del territorio.
Por otra parte, la ausencia de coordinación entre el gobierno provincial con el municipal no garantiza
un ordenamiento del espacio urbano socialmente equitativo.
En otras áreas de la provincia del Neuquén el Estado ha promovido el desarrollo del turismo a través
de políticas que facilitaron la instalación de población, lo que derivó en la consolidación y paulatino
crecimiento de los asentamientos. Sin embargo, estas políticas no han sido acompañadas con una
adecuada dotación de servicios básicos, una zonificación de usos en la ocupación del territorio, lo
que evidencia la falta de pautas de ordenamiento orientadas a preservar el ambiente y la calidad de
vida de los habitantes. En algunos casos, esto ha ocasionado el asentamiento de pobladores de
segunda residencia, con fines turísticos, que de manera ilegal, han construido viviendas de muy
buena calidad en zonas de alto valor paisajístico. Son actores que corresponden a grupos sociales de
poder adquisitivo elevado que ocupan áreas de ribera, impiden el libre acceso a los lagos y ríos y
construyen sobre la franja marginal de rutas provinciales (afectada a Vialidad Provincial),
presentando así una situación irregular y de riesgo difícil de solucionar. Ante esta situación ni el
gobierno local ni el provincial han intervenido regulando o impidiendo este tipo de ocupaciones.
En la tarea de ordenar el territorio surgen caminos que muchas veces en lugar de arribar a soluciones
que contemplen las diferentes facetas de la complejidad ambiental terminan resultando
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contradictorios. En aquellos territorios que incluyen tierras que se encuentran bajo distintas
jurisdicciones y dominios se manifiestan valoraciones diferenciales de los recursos, situación que
puede potenciar o condicionar la planificación y las acciones desde la gestión.
Confluyen así en un mismo territorio una multiplicidad de intereses que deberían ser coordinados a
fin de propiciar la participación activa de los organismos del Estado, las organizaciones sociales y
demás agrupaciones con injerencia local y regional.
4- Conclusiones
A través del análisis realizado se evidencia la complejidad que presentan las áreas sujetas a riesgo
ambiental y por lo tanto, lo difícil que resulta definir e implementar las medidas más adecuadas para
su solución o mitigación. Queda claro además que la reducción del riesgo es una labor multisectorial
donde los diversos actores sociales tienen responsabilidad en aumentar la seguridad social,
económica y ambiental, por lo que constituye una tarea de gestión y planificación que debe ser
abordada de manera interdisciplinaria.
Los conflictos y las situaciones de riesgo analizados demuestran que el poder local no ha regulado la
ocupación del territorio, como tampoco ha tenido una visión global e integral de los procesos
económicos regionales que permita obtener una proyección adecuada de sus implicancias
territoriales.
Con respecto a la aplicación de la tecnología SIG la realización de estos trabajos demuestra que la
misma constituye una valiosa herramienta para los estudios ambientales, proporcionan alternativas
de análisis para la investigación y facilitan el abordaje de las interrelaciones sociedad-naturaleza ya
que ofrece la posibilidad de combinar mapas, variables y datos provenientes de diversas fuentes.
Permite además la actualización periódica de datos integrados, importante para el análisis predictivo
al considerar las relaciones espacio-temporales en este tipo de estudios.
El dinamismo que adquieren hoy los procesos de cambio y transformaciones que se generan
permanentemente en el territorio y sus consecuencias ambientales lleva a que los organismos de
planificación y de gestión requieran de una permanente y rápida actualización de la información y
producción cartográfica. En este sentido la cartografía digital sirve de base para establecer normas de
planeamiento y gestión del territorio necesarios para la toma de decisiones.
Entre las limitaciones que se presentan cabe mencionar que esta herramienta no está aún incorporada
masivamente en los organismos de planificación y, en los casos en que lo está, no se aprovechan al
máximo sus potencialidades; es utilizado simplemente como un medio para producir cartografía
automatizada de base. Otro inconveniente detectado está relacionado a la falta de integración de las
bases de datos en los distintos organismos provinciales y a nivel municipal y al interno de éstos. No
existe una base única de datos que contenga el caudal de información que se maneja desde las
distintas áreas municipales, como tampoco una integración y homogeneización de los sistemas
cartográficos utilizados.
5- Potencialidades y/o restricciones para el abordaje interdisciplinario
Al considerar el ambiente como el resultado de la interrelación sociedad–naturaleza cuya
complejidad está dada por la multiplicidad y heterogeneidad de los elementos que lo conforman, el
estudio del mismo requiere de un abordaje interdisciplinario para su cabal entendimiento. Este
abordaje implica la superación de la fragmentación disciplinaria a partir de reconstruir un
conocimiento totalizador que incorpore la complejidad ambiental (Iglesias, A. 1994)
Sin embargo, la realidad demuestra que la conformación de equipos con profesionales de distintas
disciplinas por variadas razones, no garantiza el logro de la interdisciplinariedad. Entre los
problemas se puede mencionar la dificultad para adecuar los marcos conceptuales y metodológicos
específicos de cada formación, muchas veces rígidos, para el abordaje de estudios de la complejidad.
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6- Líneas futuras de acción propuestas
- Consensuar un marco teórico conceptual a partir del cual se fundarán las bases de los trabajos
a desarrollar en forma vinculada.
- Intercambio de metodologías que surjan de la experiencia de trabajos aplicados en las
distintos grupos de investigación.
- Establecer convenios de cooperación con diferentes organismos para la transferencia de los
avances y/o resultados logrados.
- Implementar un programa integral de educación ambiental con el fin de que los habitantes
sean los principales actores en el mejoramiento de la calidad de vida.
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