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Trabajo Fin de
Autor/es
Director/es
Facultad de Veterinaria
DATOS PERSONALES
Apellidos: Lahoz Molina
Nombre: Francisco
DNI: 17.457.017 – Z
Dirección: P/ Sixto Celorrio Nº 47, 3º B. C.P. 50300 Calatayud (Zaragoza)
Teléfono: 606 75 12 78
Email: [email protected]
ÍNDICE
1. Resumen......................................................................................1
1. Abstract...............................................................................2
2. Introducción.................................................................................3
1. ¿Qué es la dieta cetogénica?................................................3
2. ¿Qué relación tiene con las enfermedades mitocondriales?.4
3. Posibles causas de las enfermedades mitocondriales...........5
4. Funcionamientos de la dieta cetogénica...............................6
5. Tipos de dieta cetogénica.....................................................8
1. Dieta de triglicéridos de cadena media.............8
2. Dieta modificada de Atkins...............................9
3. Dieta de bajo índice glucémico.......................10
3. Justificación y Objetivos..............................................................11
4. Metodología...............................................................................12
5. Resultados y Discusión................................................................14
1. La dieta cetogénica en enfermedades neurodegenerativas14
1. Epilepsia..........................................................15
2. Enfermedad de Alzheimer...............................18
3. Enfermedad de Parkinson................................19
4. Síndrome de deficiencia del transportador de
glucosa (GLUT1)........................................................21
5. Esclerosis latera amiotrófica............................22
2. Cáncer................................................................................24
3. Otras enfermedades relacionadas con la dieta cetogénica.27
6. Conclusiones...............................................................................30
1. Conclusions........................................................................31
7. Aportaciones en materia de aprendizaje.....................................32
8. Bibliografía…………………………………………………………………………………33
1
1. Resumen
La dieta cetogénica es una dieta que se caracteriza por el bajo consumo de
carbohidratos, una cantidad adecuada de proteínas y una ingente cantidad de grasas.
Este tipo de dieta imita el estado de inanición, donde al haber bajos niveles de glucosa
en sangre, se fuerza al metabolismo a usar la grasa como fuente primaria de energía.
Esta grasa se transforma en el hígado en cuerpos cetónicos, que se distribuirán a través
de la sangre por todo el cuerpo y, una vez en la mitocondria del tejido diana, estos
actuarán como combustible para la adquisición de ATP a partir del ciclo de los ácidos
tricarboxílicos. Además de suministrar energía al metabolismo, los cuerpos cetónicos
poseen otras cualidades que les permiten actuar como moduladores de los niveles
hormonales, modificar los niveles de neurotransmisores, así como la capacidad de
regular otros procesos metabólicos.
Dadas estas propiedades, se buscó la inclusión de esta dieta en el ámbito médico
para el tratamiento de enfermedades en cuya etiología están implicadas las
mitocondrias: epilepsia, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, esclerosis
lateral amiotrófica, cáncer, síndrome de deficiencia del transportador de glucosa,
síndrome de ovario poliquístico, diabetes, autismo, obesidad y depresión. Por ello, no es
de extrañar la creciente aparición de estudios para dar explicación a los distintos
mecanismos sobre los que puede actuar la dieta cetogénica.
Este trabajo es una revisión bibliográfica con la intención de esclarecer y poner a
disposición una gran cantidad de información en relación con el efecto de una dieta rica
en grasas y baja en carbohidratos, y su consecuencia en las enfermedades de carácter
mitocondrial.
2
1.1 Abstract
The ketogenic diet is based in low carbohydrate intake, an adequate intake of
protein and high intake of fat. This diet mimics the metabolic state of starvation, in
which low glucose levels force the metabolism to utilize fat as its primary source of
energy. The fat is transformed in the liver into ketone bodies, which will be distributed
through the blood, and therefore throughout the body. Once the ketone bodies are in the
mitochondria of the target tissue, they will be transformed into ATP by the tricarboxylic
acid cycle. In addition, ketone bodies have other qualities that allow them to act as
modulators of hormone levels, modify levels of neurotransmitters, as well as the ability
to regulate other metabolic processes.
Due to these properties, several studies have sought the inclusion of this diet in
the medical field for the treatment of diseases in which mitochondria are implicated in
their etiology: epilepsy, Alzheimer’s disease, Parkinson’s disease, amyotrophic lateral
sclerosis, cancer, glucose transporter deficiency syndrome, polycystic ovary, diabetes,
autism, obesity and depression. Therefore, it is not surprising the increasing appearence
of studies to explain the different mechanisms on which the ketogenic diet can act.
This work is based on a bibliographical review that will focus on the compilation
of studies worldwide, with the aim of clarifying and making available a large number of
studies related to the effects and consequences of a diet rich in fat and low in
carbohydrates
3
2. Introducción
La nutrición está pasando a un primer plano como determinante importante de
enfermedades, ya que no cesan de crecer las evidencias científicas en apoyo del criterio
de que el tipo de dieta tiene una gran influencia en la salud a lo largo de la vida. Lo que
es más importante, los ajustes alimentarios no solo influyen en la salud del momento,
sino que pueden determinar que un individuo padezca o no enfermedades tales como
cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes en etapas posteriores de la vida
(OMS/FAO, 2003).
Junto a esto, se ha observado un gran avance en el ámbito de la medicina debido,
principalmente, a la necesidad de encontrar soluciones al creciente número de
enfermedades. Esta necesidad ha llevado al estudio del papel que tienen los alimentos
en el metabolismo y al efecto positivo de estos en pacientes enfermos, dando como
resultado la implementación de dietas como tratamiento médico.
Estas dietas juegan con las características nutricionales, restringiendo o
incrementando la ingesta de determinados nutrientes, lo que permite un cambio deseado
en el funcionamiento del metabolismo que ayuda a un mejor tratamiento de la
enfermedad.
2.1 ¿Qué es la dieta cetogénica?
La dieta cetógenica (DC) nació como una estrategia para imitar los efectos
bioquímicos del ayuno (Wheless, 2004) y ha usado como tratamiento para la epilepsia
resistente a fármacos por más de 90 años (Avoli, 2012). La DC consiste en la ingesta de
alimentos con un alto contenido en grasas, una cantidad moderada de proteínas y un
reducido contenido en carbohidratos, en una proporción en peso de 3:1 o 4:1 de grasa
frente a carbohidratos + proteínas y con una distribución de energía del 8% para las
proteínas, un 2% para los carbohidratos y un 90% para la grasa (Allen et al., 2014). Los
alimentos pueden ser muy apetecibles: tocino, huevos, atún, salchichas, camarones,
mayonesa, mantequilla, carne de vacuno… (Avila, 2006).
Esta dieta permite imitar el estado metabólico de la inanición, forzando al cuerpo
a usar la grasa como fuente primaria de energía (Vidali et al., 2015).
4
2.2 ¿Qué relación tiene con las enfermedades mitocondriales?
Se ha demostrado que las DC también son beneficiosas en el tratamiento de
pacientes con defectos en el transporte de glucosa y en otros trastornos metabólicos
congénitos, favorece el retraso en la progresión de la esclerosis lateral amiotrófica
(ELA), reduce el crecimiento de tumores y son beneficiosas para enfermedades
neurodegenerativas como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. Además, hay
estudios que indican una mejoría en los pacientes con autismo, depresión, síndrome de
ovario poliquístico (SOP) y diabetes mellitus tipo 2 (Allen et al., 2014).
Este grupo heterogéneo de enfermedades con diferentes características clínicas
se asocia a disfunciones mitocondriales (Khan et al., 2015) (Figura 1). Donde las
mitocondrias son descendientes de las bacterias simbióticas que residen en el citoplasma
de prácticamente todas las células eucariotas (Lennarz, 2013). Es el orgánulo encargado
de la producción de energía que implica la oxidación del piruvato, la oxidación de los
ácidos grasos, el ciclo de Krebs y los cinco complejos de la fosforilación oxidativa
(OXPHOS) para la síntesis de ATP. También está implicada en las rutas metabólicas y
catabólicas, la homeostasis del calcio, en el balance REDOX y la regulación de la
apoptosis
(Vidali et al., 2015).
Figura 1. Características clínicas y órganos afectados por las enfermedades mitocondriales
(Khan et al., 2015)
5
Prácticamente, todo el flujo de energía en las células eucariotas pasa a través de
la mitocondria y es controlado por el ADN mitocondrial (Lennarz, 2013).
2.3 Posibles causas de las enfermedades mitocondriales
Dichas disfunciones pueden ser debidas a mutaciones en el ADN mitocondrial, y
cuya gravedad dependerá del porcentaje de los genomas mutados y su distribución en
los diversos órganos (DiMauro et al, 2006).
Hasta la fecha, se han descrito más de 300 mutaciones, conocidas por causar una
gran variedad de enfermedades mitocondriales. La principal razón para la mayoría de
estas patologías es la producción insuficiente de energía o ATP, resultando en trastornos
multisistémicos. Las manifestaciones clínicas son extremadamente graves en tejidos que
necesitan una alta cantidad de energía, como el músculo esquelético, el sistema nervioso
central y los músculos del corazón, sin embargo, la disfunción mitocondrial puede
afectar a cualquier órgano (Khan et al., 2015).
Existen 3 tipos de mutaciones que afectan al ADN mitocondrial: mutaciones
puntuales, reordenaciones a gran escala (deleciones y duplicados) y disminución de los
niveles del ADN (depleción) (DiMauro et al., 2006). Dicho ADN, está formado por
16.569 pares de bases y aparece formando una doble cadena superenrollada con forma
circular, que codifica 37 genes necesarios para la producción de energía. Trece genes
codifican proteínas que son necesarias para la cadena de transporte de electrones, o la
OXPHOS. Los 24 genes restantes codifican 22 ARN de transferencia (ARNt) y 2 ARN
ribosómico (ARNr) (Young & Copeland, 2016). La presencia de mutaciones en genes
que codifican proteínas encargada de la OXPHOS, provoca una deficiencia bioquímica
aislada en ese complejo en particular, mientras que mutaciones en el ARNt y en el
ARNr, causan deficiencias en todos los complejos, debido a la falta de disponibilidad de
ARN funcional a la hora de la traducción (Khan et al., 2015), lo que deriva en una
producción de energía insuficiente.
6
2.4 Funcionamiento de la dieta cetogénica
Estos problemas energéticos pueden ser solventados con una dieta que cambie la fuente
de energía, como es la DC, que provoca un aumento de los niveles de cuerpos cetónicos
obtenidos de la grasa, debido a la disminución de glucosa en sangre procedente de los
hidratos de carbono. Esta falta de glucosa es la causante del estado de cetosis en el
cuerpo, donde la fuente principal de energía es obtenida mediante el uso de los cuerpos
cetónicos (Branco et al., 2016), procedentes de las mitocondrias de las células del
hígado. Estos cuerpos cetónicos son transportados a través de la sangre para cubrir la
demanda de energía (Vidali et al., 2015).
El término “cuerpos cetónicos” se refiere a tres compuestos: acetoacetato
(AcAc), D-β-hidroxibutirato (βOHB; no es estrictamente una cetona, sino más bien un
ácido graso hidroxi) y acetona. Los niveles de cuerpos cetónicos dependen tanto de su
tasa de producción (cetogénesis) como de su tasa de utilización (cetolisis). La acetona
resultante se forma por la descarboxilación espontánea de AcAc, y da un olor
característico en la respiración de los sujetos cetóticos (Sumithran & Proietto, 2008).
En el proceso de la cetogénesis los cuerpos cetónicos se generan de la lipólisis
del tejido adiposo liberando ácidos grasos mediante lipasas. La lipólisis de los
adipocitos se produce durante el ayuno o el estrés adrenérgico y es estimulada por
catecolaminas β-adrenérgicas y el glucagón, y está fuertemente inhibida por la insulina
(Sumithran & Proietto, 2008). Los ácidos grasos resultantes se metabolizan a acetil-
CoA (Ac-CoA) a través de la β-oxidación (Newman & Verdin, 2014). Tras una
secuencia de reacciones cetogénicas catalizadas por β cetotiolasa, 3-hidroxi-
3metilglutirato-CoA sintetasa 2 (HMGCS2) y hidroximetilglutaril-CoA liasa (HMG-
CoA) se obtiene AcAc (Chikahisa et al., 2014). El AcAc es el precursor común de los
otros dos cuerpos cetónicos, acetona y βOHB. La mayoría del AcAc se metaboliza por
β-hidroxibutirato deshidrogenasa para dar βOHB, el más abundante de los cuerpos
cetónicos que entran en la circulación (Figura 2).
7
Figura 2. Cuerpos cetónicos (Fukao, Lopaschuk & Mitchell, 2004)
Por otro lado, la cetolisis ocurre en tejidos extrahepáticos mediante dos
reacciones reversibles que median la activación de AcAc libre a acetoacetato-CoA
(AcAc-CoA) y a la creación de Ac-CoA (Fukao, Lopaschuk & Mitchell, 2004). Una
vez que el βOHB llega al tejido objetivo, en la membrana de la mitocondria, este se
oxida en AcAc mediante la enzima β-hidroxibutirato deshidrogenasa (Newman &
Verdin, 2014). El AcAc es activado por la enzima succinil-CoA-3-oxoacido CoA
transferasa (SCOT) que dona su CoA para dar AcAc-CoA (Fukao, Lopaschuk &
Mitchell, 2004). La conversión de AcAc-CoA a dos Ac-CoA está catalizada por la
enzima metilacetoacetilo CoA tiolasa (MAT) (Sumithran & Proietto, 2008). El Ac-CoA
producido entra en el ciclo de los ácidos tricarboxílicos (TCA; ciclo de Krebs) para
proveer al tejido de ATP, que será la energía que sustente al organismo (Figura 3).
Figura 3. Creación y metabolización de los cuerpos cetónicos por el metabolismo (Vidali et al.,
2015).
8
2.5 Tipos de dieta cetogénica
Conocido ya el mecanismo de los cuerpos cetónicos, es de interés conocer los
distintos tipos de DC, que pueden variar en los nutrientes y en la química de los
alimentos que se ingieren.
Actualmente, hay cuatro variedades importantes de la DC: la dieta de
triglicéridos de cadena media (DTCM), la dieta modificada de Atkins (DMA), la dieta
de bajo índice glucémico (DBIG) y la dieta cetogénica clásica (DCC), de la cual ya se
ha hablado más arriba. Estas variedades surgieron como alternativas para solventar la
dificultad de la implementación de la DCC por causas como la palatabilidad o la
preocupación sobre las consecuencias a largo plazo debido al aumento de los
triglicéridos y el colesterol (Gano, Patel & Rho, 2014).
2.5.1 Dieta de los triglicéridos de cadena media
La DTCM, como su nombre implica, utiliza los triglicéridos de cadena media
como componente graso y se describió por primera vez en 1971, informándose de que
tenía efectos anticonvulsivos similares a la DCC (Gano, Patel & Rho, 2014). Se
desarrolló para conseguir una mayor palatabilidad permitiendo una mayor ingesta de
carbohidratos y proteínas para mejorar el sabor. La DTCM produce más cuerpos
cetónicos por caloría de energía que los triglicéridos de cadena larga ingeridos en la
DCC, además de requerir menor cantidad de grasa para producir la cetosis debido a que
los triglicéridos de cadena media se metabolizan más rápido (Reid et al., 2014) por su
mejor absorción y su facilidad de ser transportados al hígado por la albúmina. Mientras
que los triglicéridos de cadena larga requieren de carnitina como transportador, lo que
hace que su absorción sea más lenta (Giordano et al., 2014).
También hay un efecto positivo en los niveles lipídicos, con una significante
disminución del colesterol frente al ratio de lipoproteínas de alta densidad en
comparación con la DCC (Reid et al., 2014).
La dieta consiste en un 71% de grasas, un 18% de hidratos de carbono y un 10%
de proteínas, con un ratio cetogénico de 1,2:1 (Figura 4). El contenido de TCM
9
inicialmente suponía un 60% del aporte calórico total (Lambruschini & Gutiérrez,
2012), pero fue modificada a un 30-45%, ya que causaba problemas gastrointestinales
como diarrea, vómitos y dolor abdominal (Freeman et al., 2006).
Esta dieta permite un aumento en los niveles en sangre de ácido octanoico (AO)
y ácido decanoico (AD) presentes en los TCM con una composición del 81% para el
AO y un 16% de AD (Chang et al., 2015). Estos ácidos tienen un efecto directo (AD) e
indirecto (AO) en la inhibición de las convulsiones procedentes de la epilepsia, aunque
su funcionamiento para la inhibición no está muy claro todavía (Chang et al., 2013), por
lo que no se profundizará en él.
Figura 4. Fórmula para calcular el ratio cetogénico (McDonald, 1998).
2.5.2 Dieta modificada de Atkins
La DMA fue introducida en el hospital John Hopkins para restringir el contenido
de grasa de la DCC permitiendo la ingesta de más carbohidratos y, específicamente,
proteínas, sin limitar la ingesta total calórica. La DMA se basa en la popular dieta de
pérdida de peso descrita en 1972 por Robert Atkins (Giordano et al., 2014),
diferenciándose en que en la DMA se limita la ingesta de hidratos de carbono
manteniéndola indefinidamente y el objetivo no es la pérdida de peso sino el aumento
de las cetonas (Reid et al., 2014). Esta dieta fue adaptada a una ingesta de carbohidratos
con un máximo de 10-30 g/día y permite una ingesta más liberalizada de proteínas,
fluidos y calorías. Posee un ratio de 1:1 en la ingesta de grasas frente a
carbohidratos/proteínas, por lo que es menos restrictiva que el ratio 3:1 o 4:1 de la DCC
(Schoeler & Cross, 2016).
10
Los efectos secundarios de esta dieta son menores que los de la DCC, teniendo
efectos adversos como la elevación de la concentración de colesterol total y colesterol
LDL y en ocasiones hay un ligero aumento de la urea (Kossof & Dorward, 2008).
2.5.3. Dieta de bajo índice glucémico
El índice glucémico o índice glicémico es un sistema que permite cuantificar la
respuesta glucémica de un alimento que contiene la misma cantidad de hidratos de
carbono que un alimento de referencia, que generalmente suele ser glucosa o pan blanco
y que se le suele asignar arbitrariamente un índice de 100 (Lambruschini & Gutiérrez,
2012).
La DBIG descrita por Pfeifer and Thiele, es una dieta menos restrictiva que la
DCC ya que permite la ingesta de alimentos con bajo índice glucémico. Un índice
glucémico bajo causa una menor elevación de la glucosa en sangre y de la insulina tras
las comidas, por lo que dicha dieta admite una mayor cantidad de carbohidratos (Reid et
al., 2014).
Esta dieta permite una ingesta de unos 40 a 60 g/día de carbohidratos,
restringiendo aquellos con un índice glucémico mayor de 50. La ingesta total calórica se
determina en base a las necesidades de los pacientes, pero en general ronda el 20-30%
de las calorías en forma de proteínas y un 60% en forma de grasas, el resto han de
proceder de los carbohidratos (Gano, Patel & Rho, 2014)
11
3. Justificación y Objetivos
Como se ha mencionado anteriormente, la medicina está en constante avance
con el propósito de mejora. Por ello, se implementó la alimentación como método de
tratamiento para los pacientes dando resultados positivos, como fue el caso de la
epilepsia tratada con la DC, basada en la ingesta de alimentos con elevada cantidad de
grasas y poco contenido en carbohidratos.
Pese a ser usada durante más de 90 años, esta dieta fue perdiendo importancia
con el pasar de los años, y no fue hasta 1995 que volvió a tener importancia en el
ámbito científico. Este hecho se pude observar con las publicaciones en PubMed entre
1966 y 1995 donde se publicaron 93 artículos sobre la DC, mientras que de 1996 a
2003 se llegaron a publicar 172, casi el doble de artículos (Wheless, 2004). Desde el
2003 hasta hoy, estos datos se han incrementado exponencialmente, habiendo una
ingente cantidad de artículos relacionados con el tema tratado.
Visto el creciente interés despertado por la DC en las dos últimas décadas y sus
efectos positivos sobre el organismo, producto del cambio en el mecanismo de las
mitocondrias, se pensó en la elaboración de una revisión bibliográfica que englobase
esta temática. El desarrollo de este Trabajo Fin de Grado se centrará en la recopilación
de información y su estructuración para permitir una mejor disposición de ella y, a la
vez, una recopilación de estudios donde se aprecie el avance y la efectividad de dicha
dieta sobre el metabolismo.
12
4. Metodología
Para la realización de este Trabajo Fin de Grado, se ha llevado a cabo una
revisión bibliográfica de artículos científicos, informes de organismos oficiales,
enciclopedias y trabajos académicos. Las fuentes bibliográficas se han referenciado
mediante el gestor bibliográfico ofrecido por la Universidad de Zaragoza, Mendeley.
Para la búsqueda de información, se han usado varias bases de datos, entre las que
caben destacar: Pubmed, ScienceDirect, Scopus y Google Académico.
Pubmed: Motor de búsqueda de libre acceso a la base de datos MEDLINE
producida por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. La cual
recoge referencias bibliográficas de los artículos publicados en unas 5.500
revistas médicas que cubren áreas de biomedicina y salud. Actualmente posee
más de 24 millones de citas.
ScienceDirect: Motor de búsqueda bajo suscripción producido por el proveedor
de información científica, técnica y médica, Elsevier. Posee unas 12 millones de
citas procedentes de 3.500 revistas académicas y 34 e-books.
Scopus: Base de datos bibliográfica que reúne resúmenes y citas de artículos de
revistas científicas. Cubre 18.000 títulos de más de 5.000 editores
internacionales, incluyendo la cobertura de 16.500 revistas de ciencia,
tecnología, medicina, ciencias sociales y artes y humanidades. Producida por
Elsevier.
Google Académico: Motor de búsqueda producido por Google, enfocado en el
mundo académico que se especializa en literatura científica-académica.
Jerarquiza los resultados usando un algoritmo similar al que utiliza Google para
búsquedas generales, usando también como señal de “calidad” la revista en la
que se ha publicado.
Para la búsqueda inicial de los artículos, se han usado palabras claves
relacionadas con la temática del Trabajo Fin de Grado: Ketogenesis, Ketone bodies,
Mitochondrial diseases, Ketogenic diet, Ketosis, Hig-fat diet, Mitochondrial disorders,
Mitochondrial dysfunction.
13
Tras la recopilación de información de la búsqueda principal, se ha procedido a
realizar una búsqueda en profundidad relacionando la DC con las enfermedades
objetivo. Para ello se ha usado la palabra Ketogenic y palabras que comparten idéntica
raíz (utilizando *) más el nombre de las enfermedades (utilizando “and”): Epilepsy,
Alzheimer, Parkinson, GLUT1, Amyotrophic Lateral Sclerosis, Cancer.
Se probó la búsqueda de artículos en español, pero dada la poca cantidad de
artículos encontrados, se pasó a una búsqueda en inglés donde sí se pudo observar una
mayor disponibilidad de artículos. En cuanto al año de publicación de estos, no ha
habido restricción alguna.
14
5. Resultados y Discusión
5.1 La dieta cetogénica en enfermedades neurodegenerativas
La DC es comúnmente usada en pacientes que sufren trastornos neurológicos,
principalmente epilepsia, pero se está introduciendo cada vez más en enfermedades
como el Alzheimer, Parkinson, ELA, síndrome de deficiencia de GLUT1… (Branco et
al., 2016). Estudios señalan que la disfunción mitocondrial ha sido reconocida como un
mecanismo que subyace a muchos trastornos neurológicos. El papel de la mitocondria
como fuente energética y como mediador de la muerte neuronal, evidencia el rol de
estas en las disfunciones mitocondriales (Johri & Beal, 2012).
Los cambios patológicos específicos en las disfunciones incluyen la reducción
de ATP mediante la OXPHOS o la inhibición directa de complejos específicos de la
cadena de transporte de electrones y elevaciones en la producción de especies reactivas
de oxígeno (ROS) (Figura 5) que pueden alterar la señalización celular. Además, dado
que los mecanismos de las enfermedades neurodegenerativas son similares, la
aplicación de la DC y el uso de los cuerpos cetónicos para el tratamiento de las
enfermedades anteriormente nombradas, pueden ser beneficiosos (Paoli et al., 2014).
También se ha estudiado el efecto neuroprotector de la DC para poder prevenir
futuras enfermedades (Guzmán & Blázques, 2004; Maalouf, Rho & Mattson, 2009;
Maalouf et al., 2007).
Figura 5. Formación de las especies reactivas de oxígeno (ROS) (Bhat et al., 2015)
15
5.1.1 Epilepsia
Como ya se ha mencionado anteriormente, la DC tiene efectos anticonvulsivos
frente a la epilepsia. La epilepsia es un trastorno neurológico crónico caracterizado por
convulsiones repetidas debido a descargas eléctricas anormales en las neuronas, que
afecta alrededor de 65 millones de personas en todo el mundo (Mantis et al., 2014). La
epilepsia forma un amplio grupo de más de 50 síndromes que abarcan enfermedades
con múltiples etiologías y manifestaciones clínicas muy variadas, siendo un problema
importante para la salud. Pese a haber una gran variedad de convulsiones, generalmente
se dividen en dos grupos: focales, que afectan a una región cerebral, o generalizadas,
que involucran a redes bilaterales distribuidas por el cerebro (Reid et al., 2014).
Las causas metabólicas que pueden desencadenar epilepsia pueden ser debidas a
distintos factores como el desequilibrio entre la neurotransmisión excitatoria e
inhibitoria, que conduce a un aumento de la neurotransmisión excitatoria mediada por el
glutamato (Rho, 2015), cambios estructurales en las neuronas o a la disfunción
metabólica que afecta a la producción de energía. Esta última puede dividirse en tres
clases: trastornos mitocondriales, déficit de creatina y deficiencia en el transporte de
glucosa (Reid et al., 2014).
Para explicar el funcionamiento de la DC en pacientes con epilepsia se han
propuesto cuatro mecanismos: reducción de carbohidratos, activación de los canales de
potasio sensibles al ATP por el metabolismo mitocondrial, inhibición de la diana de
rapamicina en células de mamífero e inhibición de la transmisión sináptica
glutamatérgica (Danial et al., 2013).
Reducción de carbohidratos: Este mecanismo propone la
limitación de la ingesta de carbohidratos para la actuación de la molécula 2-
dexosi-D-glucosa (2DG), análoga a la glucosa, que inhibe la glicolisis
disminuyendo la captación de glucosa y compitiendo por la fosfoglucosa
isomerasa (Lutas & Yellen, 2013). La 2DG es capaz de disminuir la progresión
de las convulsiones como se comprobó en el modelo de convulsiones de
roedores (Garriga-Canut et al., 2006). Este efecto anticonvulsivo resulta de los
cambios debidos a la 2DG en la expresión del factor neurotrófico derivado del
16
cerebro (FNDC), responsable del factor de crecimiento nervioso, y del receptor
de FNDC, TrkB, ambos regulados por la actividad de transcripción del factor de
silenciamiento neuronal restrictivo (FSNR), el cual reprime la transcripción
mediante la unión de la proteína CtBp con el elemento silenciador restrictivo de
neuronas (ESRN) (Rho, 2015). Existen varios paralelismos anticonvulsivantes
entre el tratamiento con 2DG (Garriga-Canut et al., 2006) y el tratamiento con
DC (Bough, Schwartzkroin & Rho, 2003). Ambos retrasaron la progresión de la
epileptogénesis en modelos de epilepsia in vivo, disminuyeron la
hiperexcitabilidad hipocampal causante de convulsiones y ambos elevaron el
umbral de convulsión electrográfica in vivo. Estos resultados sugieren que las
acciones anticonvulsivas de la DC pueden funcionar mediante la inhibición de la
glucólisis (Bough & Rho, 2007).
Activación de los canales de potasio sensibles al ATP por el
metabolismo mitocondrial: Recientemente se ha encontrado en la sustancia
negra pars reticulata (SNr, una estructura subcortical que influye en la
propagación de las convulsiones) de la rata que el AcAc y βOHB reducen el
disparo espontáneo de las neuronas GABAérgicas, secretoras de GABA (el
principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central), mediante la
apertura de los canales de potasio sensibles al ATP unidos a la membrana celular
y, por lo tanto, la reducción de las convulsiones (Ma, Berg & Yellen, 2007).
Los canales de potasio son un tipo de canal que se activa cuando caen los niveles
intracelulares de ATP, y durante mucho tiempo se consideró el candidato lógico
para vincular los cambios metabólicos a la excitabilidad de las neuronas. A pesar
de la apelación intuitiva de esta observación, queda por reconciliarse una
discrepancia inherente. Y es que los estudios han demostrado que la DC
aumenta los niveles de ATP y otros sustratos bioenergéticos a través de la
respiración mitocondrial. Debido a que los altos niveles de ATP bloquean la
actividad del canal de potasio, no está claro cómo se consigue la apertura de los
canales mediante los cuerpos cetónicos en el SNr (Avoli, 2012).
Inhibición de la diana de rapamicina en células de mamífero: La
diana de rapamicina en mamíferos (mTOR) es una proteína quinasa que ejerce
múltiples efectos sobre el metabolismo energético a través de las acciones de dos
complejos, mTOR complejo 1 (mTORC1) y mTOR complejo 2 (mTORC2).
mTOR se activa cuando hay mucha energía, resultando en la inducción de la
17
síntesis de proteínas y la traducción de mRNA, entre otras acciones, que
promueven el crecimiento y la proliferación celular (Gano, Patel & Rho, 2014).
La rapamicina puede implicar cambios estructurales, alterar la liberación de
neurotransmisores o alterar la expresión del canal iónico sugiriendo que la diana
de rapamicina promueve la epileptogénesis (Danial et al., 2013). Por ello, se
propone que la inhibición de la diana de rapamicina en células de mamíferos,
mediante el uso de la DC que disminuye la señalización de mTOR consiguiendo
así unos efectos antiepilépticos. Esta inhibición se obtiene por el incremento de
un complejo enzimático denominado AMPK (proteína quinasa activada por
AMP) inducido por la DC, que inhibe el complejo mTORC1 a través de la
fosforilación directa (Gano, Patel & Rho, 2014).
Inhibición de la transmisión sináptica glutamatérgica: Se cree que
existe una conexión entre las cetonas AcAc y βOHB y la transmisión sináptica
glutamatérgica, debido a la inhibición de la absorción de glutamato en las
vesículas sinápticas, por la competencia con el cloruro en la zona alostérica de
los transportadores de glutamato vesicular en las neuronas presinápticas, lo que
resulta en una liberación menor de glutamato y, por lo tanto, en la reducción de
las convulsiones. Sin embargo, es necesario investigar más a nivel clínico la
relación entre el metabolismo del glutamato y el control de las crisis mediadas
por las cetonas (Branco et al., 2016). Hasta ahora hay controversia entre algunos
estudios, como en el modelo in vivo en ratas, donde el acetato fue capaz de
bloquear la liberación de glutamato de las neuronas del hipocampo (Juge et al.,
2010) y en modelos in vitro en los cuales no se mostraron efectos del AcAc y
βOHB sobre la función del receptor de glutamato y la transmisión sináptica
excitatoria. (Danial et al., 2013). Por lo que sería conveniente el desarrollo de
más estudios sobre los efectos que puedan tener las cetonas en la liberación del
glutamato, y el efecto de este sobre los efectos anticonvulsivos.
18
5.1.2 Enfermedad de Alzheimer
El Alzheimer es una patología progresiva e irreversible que afecta a millones de
personas en todo el mundo, y que representa la forma más común de demencia entre las
personas de elevada edad. El Alzheimer ha atraído la atención de la comunidad
científica y del gobierno, debido a su creciente impacto social y a su coste. Para el año
2050, se estima que el 50% de las personas mayores de 85 años padezcan esta
enfermedad (De Castro, Martins & Tufi, 2010).
Los síntomas producidos por esta enfermedad, van desde un deterioro cognitivo
con déficits de memoria progresiva hasta cambios de personalidad. Las causas de tal
deterioro se atribuyen a una disfunción sináptica progresiva y a la subsiguiente pérdida
de neuronas. Esta pérdida parece estar localizada en muchas regiones vulnerables del
cerebro: principalmente en el neocortex, el sistema límbico y las regiones subcorticales.
(Paoli et al., 2014). Aproximadamente, el 20-30% de los casos de Alzheimer son dados
a defectos en 6 genes específicos, resultando en una acumulación excesiva de la
proteína amiloide. El 70-80% restante tiene efectos patológicos similares (Veech, 2004),
acumulación de ovillos neurofibrilares y de placas amiloides compuestas de
enrollamientos erróneos de proteína tau y β-amiloide (βA), resultando en la muerte
neuronal (Mattson, 2012).
Otro problema que puede surgir del Alzheimer, es el desarrollo de epilepsia y
enfermedades neurológicas en personas mayores debido a déficits en el metabolismo
energético mitocondrial y a elevaciones en el estrés oxidativo. Por lo tanto, existe un
creciente interés en el uso de la DC para retrasar la progresión de estas enfermedades
(Gano, Patel & Rho, 2014).
La acumulación de βA y sus características neurotóxicas son las responsables de
la aparición del Alzheimer. Dicha acumulación, origina unos eventos neurotóxicos
como la formación de ovillos neurofibrilares, respuestas inflamatorias crónicas y un
aumento del estrés oxidativo, que desencadenan en unas disfunciones mitocondrial y
metabólicas (Paoli et al., 2014) (Figura 6). Estas disfunciones, sugieren que podría
haber una razón para el uso de la DC. Un ejemplo es el estudio in vitro que demuestra
19
que la adición de βOHB protege las neuronas del hipocampo de la toxicidad de βA
(Kashiwaya et al., 2013).
El funcionamiento de esta toxicidad es debido a que βA estimula la fosforilación
de la subunidad E1α del piruvato deshidrogenasa (PDH) por la glucógeno sintasa
quinasa 3β. La fosforilación de la PDH bloquea la conversión del piruvato en Ac-CoA,
el cual es necesario para alimentar el ciclo de los TCA, que proporciona el NADH
mitocondrial, necesario para impulsar el transporte de electrones. Para contrarrestar esta
inhibición, se propone la DC donde las cetonas (AcAc y sobretodo βOHB)
proporcionan la única fuente alternativa de Ac-CoA para el cerebro. Para comprobar
esta hipótesis, se inoculó 5 μM de Aβ en las neuronas del hipocampo de ratas, a las que
posteriormente se les inoculó 4mM de βOHB para contrarrestar los efectos tóxicos del
Aβ (Kashiwaya et al., 2000).
Figura 6. Rol de la mitocondria y el estrés oxidativo en el Alzheimer (Bhat et al., 2015)
5.1.3 Enfermedad de Parkinson
El Parkinson es uno de los trastornos neurodegenerativos más común, que afecta
aproximadamente al 2% de la población mayor de 60 años, y al 4% de los mayores de
20
80 años. El sistema nervioso central es muy susceptible a los daños inducidos por las
ROS, debido a diversas causas: el elevado consumo de oxígeno, el alto contenido en
ácidos grasos poliinsaturados de membrana susceptibles al ataque de radicales libres, al
déficit de las defensas oxidativas y al alto contenido en hierro y ascorbato que se puede
encontrar en algunas regiones del sistema nervioso, lo que permite la creación de más
radicales libres a través de la reacción Fenton/Haber Weiss (Bhat et al., 2015). La
enfermedad de Parkinson puede ser causada por anomalías genéticas, toxinas
ambientales o infecciones, y clínicamente se caracteriza por la rigidez muscular,
temblores en las extremidades distales y bradicinesia. El signo patológico de la
enfermedad es la acumulación de depósitos fibrosos llamados cuerpos de Lewy, que
están compuestos por la nucleoproteína α-sinucleína y por ubiquitina, y por la muerte de
importantes neuronas dopaminérgicas situadas en la sustancia negra del mesencéfalo
(Kashiwaya et al., 2000).
Durante las últimas décadas, se ha evidenciado que la disfunción mitocondrial
puede estar implicada con el Parkinson. El descubrimiento de una deficiencia en la
actividad de la cadena NADH deshidrogenasa (Complejo I) mitocondrial en la sustancia
negra de pacientes con Parkinson llevó al estudio de este acontecimiento, con el
consiguiente hallazgo de que se encontraron los mismos déficits en plaquetas, linfocitos
y en tejido muscular (Johri & Beal, 2012).
A partir de dicho descubrimiento, surgieron algunos estudios que arrojaron luz al
asunto. Experimentalmente se administró un análogo de la heroína 1-metil-
4fenilpiridinio, MPP, que tiene la capacidad de inducir un síndrome indistinguible del
Parkinsonismo. Este análogo es absorbido por el transportador de dopamina de las
neuronas dopaminérgicas, donde inhibe la actividad de la NADH deshidrogenasa
(Kashiwaya et al., 2000). Como método para contrarrestar esta inhibición, aparece un
estudio que propone a la cetona βOHB como protectora del efecto neurodegenerativo
procedente de la toxicidad de 1-metil-4fenilpiridinio y de la rotenona, otro inhibidor del
Complejo mitocondrial I (Maalouf, Rho & Mattson, 2009).
βOHB es transformada en AcAc, que es usado para el ciclo TCA, incrementando
los niveles de succinato intermediario. El succinato se oxida por la succinato
deshidrogenasa, que es parte del Complejo mitocondrial II y que, por lo tanto, puede
21
suministrar oxígeno cuando el Complejo I está bloqueado. Así, los cuerpos cetónicos
pueden considerarse una fuente de energía alternativa en el Parkinson (Tieu et al.,
2003).
Además, otros estudios han demostrado que la DC protege las neuronas
dopaminérgicas de la sustancia negra frente a la neurotoxicidad de 6-hidroxidopamina
en un modelo de rata con Parkinson (Cheng et al., 2009). VanItallie et al., demostraron
que 5 de 7 voluntarios con Parkinson mejoraron su puntuación en la Escala Unificada
para la evaluación de la Enfermedad de Parkinson tras seguir una DC durante un
periodo de 28 días (VanItallie et al., 2005).
5.1.4 Síndrome de deficiencia del transportador de glucosa (GLUT1)
La deficiencia del transportador de glucosa tipo 1 (GLUT1) es una de las causas
menos conocidas de retraso mental evitable, resultante de un suministro reducido de
glucosa al cerebro (Gordon & Newton, 2003). Esta deficiencia es debida a un error
innato en el transporte de glucosa causado por una mutación en el gen SLC2A1 que fue
identificado en 1998. Esta mutación puede comprometer el transporte de la glucosa a
través de la barrera hematoencefálica desencadenando en la deficiencia de la glucosa
subministrada al cerebro de los nonatos (Ramm-Pettersen et al., 2014). En
consecuencia, se origina una hipoglucorraquia debida a la baja concentración de glucosa
en el líquido cefalorraquídeo y que es indicativa de esta enfermedad. Como resultado
del fracaso en el suministro de energía al cerebro, los pacientes suelen presentar
convulsiones que no responden a los anticonvulsivos durante la infancia, que viene
seguido por el retraso del desarrollo y en un trastorno motor complejo con elementos
espásticos (contracción de los músculos), atáxicos (descoordinación del sentido del
equilibrio) y distónicos (movimientos involuntarios).
Los síntomas más comunes son: epilepsia infantil con sus respectivas
convulsiones, trastornos en el movimiento, retrasos del desarrollo y microcefalia. En los
casos graves, se puede desarrollar microcefalia secundaria, sin que se originen
anomalías en la estructura del cerebro (Klepper et al., 2004).
22
La DCC se postula como uno de los tratamientos más importantes para la
deficiencia del transportador GLUT1 (Klepper et al., 2004). Pero no es la única, ya que
estudios han demostrado que la DTCM (Ito et al., 2005) y la DMA (Klepper, 2008)
también sirven como tratamiento para el déficit GLUT1.
Este tratamiento en contra de la hipoglucorraquia, funciona manteniendo un
estado anabólico mediante el aporte de cuerpos cetónicos gracias al transportador de
monocarboxilato (MCT1) que permite el paso de las cetonas al cerebro, donde se usan
como combustible alternativo (Klepper et al., 2004) (Figura 7).
Figura 7. La dieta cetogénica en el síndrome de deficiencia del transporte de glucosa (Klepper
et al., 2003)
5.1.5 Esclerosis lateral amiotrófica
La ELA es un trastorno neurodegenerativo en el que las neuronas motrices
vertebrales y corticales mueren, originando una debilidad y un desgaste progresivo en
los músculos esqueléticos en todo el cuerpo. Los individuos afectados por la ELA
tienen una esperanza de vida de unos 3 a 5 años desde la primera aparición de los
síntomas (Zhao et al., 2006). La muerte suele ser debida generalmente a una parálisis
respiratoria y por el momento no existen tratamientos específicos para la ELA. La ELA
23
puede ser una enfermedad hereditaria y, en el 20% de los casos de ELA hereditario, la
enfermedad se asocia con una o más mutaciones en el gen SOD1 que codifica la enzima
Cu/Zn. También se han observado mutaciones dominantes en dos proteínas de unión
ADN/ARN, TDP-43 Y FUS/TLS que representan el 5 y el 4% de casos de ELA (Johri
& Beal, 2012).
Las causas de la muerte neuronal son complejas y multifactoriales, abarcando
factores genéticos y ambientales: daño oxidativo, acumulación de neurofilamentos,
excitotoxicidad (sobreactivación de receptores del neurotransmisor excitatorio del
glutamato) y disfunción en la membrana mitocondrial son algunas de las posibles
causas de la muerte neuronal (Paoli et al., 2014).
Como otros trastornos neurodegenerativos, la DC se plantea como una
herramienta prometedora para el tratamiento de ELA. Además, la mutación del gen
SOD1 está ligada a la actividad mitocondrial, ya que este gen se encuentra localizado en
la proteína antiapoptótica bcl2, que está vinculada con la mitocondria (Zhao et al.,
2006). Los cuerpos cetónicos actúan bloqueando la activación de la proteína fosfatasa
2A, desencadenante de la apoptosis por la inactivación de la proteína bcl2 (Maalouf,
Rho & Mattson, 2009).
También se ha encontrado una disminución de la actividad del Complejo I
mitocondrial en las plaquetas, el músculos biopsados y en la médula espinal de
pacientes con ELA. Estudios sobre los cuerpos cetónicos mostraron que estos pueden
actuar sobre agentes farmacológicos que hayan bloqueado el Complejo I mitocondrial
permitiendo su funcionamiento (Zhao et al., 2006).
En ratones transgénicos con el gen SOD1 modificado se comprobó que la
función motora mejoraba mediante el uso de la DC. En otros estudios en ratones
transgénicos con ELA, la adición de βOHB in vitro aumentó la producción de ATP en
presencia del inhibidor del Complejo I, rotenona, pero no sucedía lo mismo con el
inhibidor del Complejo II, malonato (Zhao et al., 2006) (Figura 8).
24
Figura 8. Complejo enzimático mitocondrial de la cadena respiratoria y las zonas de inhibición
Se conoce poco sobre el mecanismo de la ELA y sobre el efecto de la nutrición
en él, por ello es necesaria una mayor investigación del efecto de las dietas como
método de tratamiento.
5.2 Cáncer
Pese a no ser una enfermedad mitocondrial como tal, se hablará sobre este
conjunto de enfermedades debido a la importancia que tiene la mitocondria en él.
El cáncer es el resultado de múltiples cambios en el equilibro del
funcionamiento celular. La raíz de esta transformación neoplásica todavía es objeto de
estudio, por ello hay una gran variedad de teorías: el cáncer es principalmente una
enfermedad genética, es una enfermedad del metabolismo anormal debido a una
disfunción respiratoria de las mitocondrias, el cáncer se debe a la sobreproducción de
ROS, así como una ingente cantidad de teorías (Kapelner & Vorsanger, 2015).
Independientemente de la causa, la mayoría de las células neoplásicas presentan
un metabolismo anormal descubierto por Warburg et al. en 1924, este mecanismo es
conocido por el nombre de “el efecto Warburg” (Kapelner & Vorsanger, 2015). Se basa
en el cambio de las células cancerosas de la OXPHOS a la glicólisis, ya que en las
células cancerosas, la glicólisis aeróbica convierte la mayor parte de la glucosa en
lactato en lugar de metabolizar el piruvato a través de la OXPHOS. La producción de
ATP por glicólisis puede ser más rápida que por OXPHOS, pero es menos eficiente en
términos de moléculas de ATP generadas por unidad de glucosa. Por lo tanto, las
25
células tumorales deben incrementar la tasa de captación de glucosa (Vidali et al.,
2015). Dado que las células tumorales utilizan preferentemente la glucosa para la
energía, y la DC reduce el flujo glicolítico y mejora el metabolismo oxidativo (Seyfried
et al., 2003) que, sumado a la creencia de que las células tumorales carecen de enzimas
capaces de oxidar los cuerpos cetónicos y transformarlos en energía (De Feyter et al.,
2016), la DC de alto contenido en grasa puede representar un tratamiento
potencialmente viable para la oncogénesis (Seyfried et al., 2003).
Para entender mejor el funcionamiento de la DC, Allen et al., 2014 proponen
que se puede aprovechar la dependencia de la glucosa por parte de las células tumorales
para generar en estas un estrés oxidativo originado por la restricción del metabolismo de
la glucosa por el uso de la DC, consiguiendo así disminuir la reproducción celular e
incluso favorecer la muerte de la célula tumoral. Este estrés oxidativo se cree que se
debe a que las células cancerígenas poseen una cadena de transporte de electrones
disfuncional, que resulta en la reducción de oxígeno conduciendo a la producción de
ROS que originan el estrés oxidativo (Allen et al., 2014) (Figura 9).
Figura 9.Comparación del metabolismo entre una célula normal y una célula tumoral en una
dieta normal y en una dieta cetogénica (Allen et al., 2014)
Hay un gran interés en el uso de la DC como una terapia metabólica para los
tumores. Este interés nace de lo ya explicado con anterioridad, la dependencia de
26
glucosa por parte de las células tumorales, dada su limitación a la hora de oxidar
cuerpos cetónicos. Esto ha llevado a numerosos estudios del efecto de la DC en modelos
animales y a estudios en pacientes con diversos tipos de cáncer (Tabla 1). La gran
mayoría han mostrado efectos positivos sobre el crecimiento y la supervivencia tumoral
(De Feyter et al., 2016).
Estudios en ratones con células tumorales procedentes de cáncer de colon,
mostraron que una DTCM tenía un efecto retardante en el crecimiento tumoral y dio
lugar a áreas necróticas de mayor tamaño dentro de los tumores (Otto et al., 2008).
También se observó el crecimiento de neuroblastomas (tumor desarrollado a partir de
tejido nervioso) en presencia y ausencia de glucosa (usando una DC), dando como
resultado que las células del neuroblastoma no prosperaban en un ambiente con cetonas,
postulándose como causa el aumento de ROS en las células tumorales (Skinner et al.,
2009).
Tabla 1. Estudios de la dieta cetogénica como terapia contra el cáncer en modelos de ratones
(Vidali et al., 2015)
Otros estudios realizados en ratones proponen la aplicación de la DC junto a
otras terapias como la oxigenoterapia hiperbárica o la ya conocida quimioterapia, para
27
aumentar las probabilidades de erradicación del tumor por actuación sinérgica entre
ambas (Abdelwahab et al., 2012; Allen et al, 2013).
En lo referente a ensayos con personas, informes preliminares de la Universidad
de Würzburg, Alemania, indican que los pacientes que habían fallado en la terapia de
cáncer tradicional y que se enrolaron en el ensayo y mantuvieron la dieta durante más
de 3 meses, mostraron una mejoría con condición física estable, encogimiento del tumor
o ralentización del crecimiento (Allen et al., 2014).
5.3 Otras enfermedades relacionadas con la dieta cetogénica
Aparte de las enfermedades ya nombradas, también hay estudios sobre el efecto
de la DC en otras enfermedades que involucran alteraciones mitocondriales (Branco et
al., 2016) como la obesidad, la diabetes, SOP, autismo o la depresión. Pero dada la
menor cantidad de estudios realizados sobre esas enfermedades en comparación con las
otras, se agruparán en este grupo.
Obesidad: DC puede ser usada como método de pérdida de peso (McDonald,
1998), por ello estudios plantean la DC como método de tratamiento para la obesidad.
La obesidad es un problema creciente al que hay que ponerle solución. Se ha
investigado el efecto beneficioso de una dieta rica en ácidos grasos insaturados como
forma de reducir la obesidad (Dashti et al., 2006). Además la obesidad está relacionada
con desórdenes metabólicos como la diabetes, hipertensión, infartos… y dado el efecto
protector de los cuerpos cetónicos en estos desórdenes, se planeta la correlación de la
obesidad con los cuerpos cetónicos y su efecto positivo (Alexandre, 2013). Pese a no
haber un mecanismo de actuación claro (Sumithran & Proietto, 2013), se observó que el
uso de la DMA en ratones tenía un efecto reductor de la obesidad (Mobbs et al., 2009),
mientras que en otros estudios se observó que la DC tenía efectos positivos en el
colesterol reduciendo el LDL (Dashti et al., 2006) y aumentando el HDL (Gutiérrez et
al., 2013).
Diabetes: La diabetes es un problema de salud universal, que se caracteriza por
la insuficiencia de insulina en el metabolismo de los pacientes (diabetes tipo I) o la
resistencia a la insulina (diabetes tipo II) con elevados niveles de glucosa en sangre, esta
28
última más común (Al-Khalifa et al., 2009). La mayoría de estudios se centran en el
efecto de la DC en el tratamiento de diabetes tipo II, señalando que previene o retrasa la
pérdida de masa magra corporal total y la sacropenia que se asocia al envejecimiento
debido a un balance proteico positivo (Nuttal & Gannon, 2012). Un estudio en ratones
con diabetes tipo II demostró la reducción de los niveles de glucosa en sangre llegando
a los niveles normales (Al-Khalifa et al., 2009). También se observó que después de 12
meses del uso de la DC, hubo una reducción de la hipoglucemia en la diabetes tipo I
(Dressler et al., 2010).
Síndrome de ovario poliquístico (SOP): El SOP es el trastorno endocrino más
frecuente entre las mujeres en edad reproductiva, y se suele asociar con síntomas de
exceso de testosterona: menstruación irregular o ausente, exceso de vello corporal o
infertilidad. El estudio realizado por John C Mavropoulos et al. demostró que siguiendo
una DC baja en carbohidratos, se mejoraba el peso corporal, el porcentaje de
testosterona libre, la insulina en ayunas y los síntomas en mujeres diagnosticadas con el
SOP (Mavropoulos et al., 2005).
Autismo: El autismo es un trastorno neurológico complejo caracterizado por una
interacción social anormal, escasa comunicación verbal y no verbal, y un limitado
interés en el ambiente circundante. Se han hecho avances científicos limitados con
respecto a las causas del autismo, con el acuerdo general de que tanto factores genéticos
como ambientales contribuyen a este trastorno (Napoli, Dueñas & Giulivi, 2014). Se
han realizado diversos estudios sobre la DC en esta enfermedad, pero su mecanismo de
acción es desconocido. Un estudio realizado en niños con autismo mostró que los
pacientes con menor puntuación en la escala de CARS respondían mejor a la dieta. Este
estudio se debe considerar con gran cautela (Lambruschini & Gutiérrez, 2012). Otro
modelo de autismo inducido por ácido valproico demostró que los ratones que se
alimentaron con grasas mostraron un interacción social mayor que los que no (Castro et
al., 2016).
Depresión: La DC también se ha ensayado en un modelo animal de depresión.
Murphy utilizó el test de Porlsot para su evaluación. Este estudio sugiere que la DC
puede producir cambios de conducta similares a los producidos por los fármacos
antidepresivos (Evangeliou et al., 2003).
29
6. Conclusiones
Las principales conclusiones obtenidas con la realización de esta revisión
bibliográfica son las siguientes:
1. Una gran cantidad de estudios demuestran en distintos modelos la efectividad de
la DC como método de tratamiento para una gran variedad de enfermedades
relacionadas con las disfunciones mitocondriales, sobre todo para las
enfermedades de carácter neurológico.
2. Pese a llevar casi un siglo usándose como tratamiento frente a la epilepsia
resistente a fármacos, el mecanismo de acción de la DC no está claro todavía. De
los estudios realizados hasta el momento, cuatro mecanismos se postulan como
los responsables de los efectos anticonvulsivos: reducción de carbohidratos,
activación de los canales de potasio sensibles al ATP por el metabolismo
mitocondrial, inhibición de la diana de rapamicina en células de mamífero e
inhibición de la transmisión sináptica glutamatérgica.
3. Los cuerpos cetónicos tienen efectos neuroprotectores sobre las enfermedades
neurodegenerativas. Esta neuroprotección proviene del uso de otras vías
metabólicas para el aporte de energía y de la interactuación de los cuerpos
cetónicos con otros componentes metabólicos.
4. La DC es efectiva frente al tratamiento de tumores dada su capacidad para
reducir la velocidad de crecimiento e incluso reducir el tamaño del tumor. Esto
es debido a la dependencia de glucosa por parte de las células tumorales, algo
que no pueden conseguir en un ambiente cetótico, y a la creación de ROS en las
células tumorales.
5. Se ha observado un creciente aumento de los estudios acerca del efecto de la DC
en enfermedades en las que anteriormente no se había probado esta dieta,
pudiendo observarse efectos positivos en la obesidad, diabetes, SOP, autismo y
depresión.
6. Es necesario una mayor investigación para aclarar completamente los
mecanismos de actuación que puede tener la DC en el metabolismo y, por
consiguiente, en las enfermedades mitocondriales.
30
6.1 Conclusions
The main conclusions reached after completion of this bibliographical review
are the following:
1. A large number of studies demonstrate in different models the effectiveness of
the ketogenic diet as a treatment method for a wide variety of diseases related to
mitochondrial dysfunctions, especially for neurological diseases.
2. Although it has been used for almost a century as a treatment against drug-
resistant epilepsy, the mechanism of action of the ketogenic diet is not yet clear.
Four mechanism are postulated to be responsible for the anticonvulsive effects:
reduction of carbohydrates, activation of potassium channels sensitive to ATP
by mitochondrial metabolism, inhibition of the target of rapamycin in
mammalian cells and inhibition of glutamatergic synaptic transmission.
3. Ketone bodies have neuroprotective effects on neurodegenerative disesases. This
neuroprotection comes from the use of other metabolic pathaways for the energy
supply and the interaction of them with other metabolic components.
4. The ketogenic diet is effective for treatment of tumors due to its potential to
slow down growth and even reduce tumor size. This is because of the reliance
on glucose by tumor cells, something that they cannot achieve in a ketotic
environment. The creation of reactive oxygen species in tumor cells is another
cause of slow down growth and reduction of tumor size.
5. It has been noted a growing increase in studies on the effect of the ketogenic diet
on diseases in which this diet hasn’t previously been tested, with positive effects
on obesity, diabetes, polycystic ovarian syndrome, autism and depression.
6. Further research is needed to fully elucidate the mechanism of action that the
ketogenic diet may have on metabolism and consequently on mitochondrial
diseases
31
7. Aportaciones en materia de aprendizaje
Las aportaciones de este Trabajo Fin de Grado han sido varias y muy
beneficiosas para mi propia autonomía. Entre esas aportaciones cabe destacar:
Búsqueda, análisis y síntesis de información relacionada con la
aplicación de dietas en el ámbito médico.
Uso de gestores bibliográficos.
Perfeccionamiento de un inglés más técnico en relación con el tema
tratado.
Mejora en la redacción y estructuración de informes científicos.
Ampliación de los conocimientos adquiridos en asignaturas como
Bioquímica, Fisiología general y de la nutrición, Química y Bioquímica
de los alimentos y Nutrición y Dietética, entre otras.
Capacidad de resolución de distintos problemas surgidos a lo largo de su
realización.
Gestión del trabajo de manera autónoma.
Realización de una revisión bibliográfica extensa.
32
8. Bibliografía
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