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“Y de improviso la soledad invadió su ánimo como un reflejo negro. Cerró los ojos. La oscura puerta de su interior se abrió y él cruzó el umbral. Y dio comienzo el […] espectáculo del teatro anímico de Grenoullie. […] Continuó día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Así continuó durante siete años enteros […] En [ese] lugar, en esta sepultura pétrea aislada del mundo había yacido durante siete años […] [N]ingún ser vivo, ya fuera hombre o animal, podía haber estado allí jamás […] [Un día se] dio [la] media vuelta y hecho a andar […] hacia el aire libre. Una vez fuera, se vistió con los harapos (hacia años que los zapatos se la habían podrido), cubrió sus hombros con la manta y abandono aquella misma noche el Plomb du Cantal en dirección sur. Su aspecto era espeluznante. Los cabellos le llegaban hasta las rodillas, la barba rala, hasta el ombligo. Sus uñas eran como garras de ave y la piel de brazos y piernas, en los lugares donde los andrajos no llegaban a cubrirlos, se desprendía a tiras. […] Los primeros hombres con os que se cruzó, campesinos de un pueblo próximo a la ciudad de Pierrefort, que trabajaban en el campo se alejaron gritando al verle. En la ciudad, en cambio, causó sensación. La muchedumbre se apiño a centenares para contemplarlo. Muchos lo tomaron por un galeote fugado y otros dijeron que no era un ser humano, sino una mezcla de hombre y oso, una especie de sátiro. Lo condujeron a presencia del alcalde y allí, ante el asombro de los reunidos, enseño su certificado oficial de artesano, abrió la boca y contó con palabras un poco incoherentes –pues eran las primeras que pronunciaba después una pausa de siete años- pero bien inteligibles que en un viaje había sido atacado por bandidos, secuestrado y retenido prisionero durante siete años en una cueva. En todo este tiempo no vio ni la luz del sol ni a ningún ser humano, fue alimentado por una cesta que una mano invisible hacia bajar hasta él en la oscuridad y liberado por fin con una escalera sin que él conociera la razón y sin haber visto jamás a sus secuestradores y a su salvador. Se inventó esta historia porque le pareció más verosímil que la verdad, como en efecto lo era […] [E]l alcalde levantó el acta de hecho e informó del caso al marques de la Taillade-Espinasse, señor feudal de la ciudad y miembro del parlamento de Toulouse. El marqués, a sus cuarenta años, ya había vuelto la espalda a la vida cortesana de Versalles para retirarse a sus fincas rurales y dedicarse a la ciencia. […] [S]e entregó con verdadero entusiasmo de investigador a la escritura de un gran ensayo sobre las relaciones entre la proximidad de la tierra y la energía vital. Su tesis era que la vida sólo puede desarrollarse a cierta distancia de la 4

Trabajo Final de Licenciatura

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“Y de improviso la soledad invadió su ánimo como un reflejo negro. Cerró los ojos. La oscura puerta de su interior se abrió y él cruzó el umbral. Y dio comienzo el […] espectáculo del teatro anímico de Grenoullie. […] Continuó día tras día, semana tras semana, mes tras mes. Así continuó durante siete años enteros […] En [ese] lugar, en esta sepultura pétrea aislada del mundo había yacido durante siete años […] [N]ingún ser vivo, ya fuera hombre o animal, podía haber estado allí jamás […] [Un día se] dio [la] media vuelta y hecho a andar […] hacia el aire libre.Una vez fuera, se vistió con los harapos (hacia años que los zapatos se la habían podrido), cubrió sus hombros con la manta y abandono aquella misma noche el Plomb du Cantal en dirección sur.Su aspecto era espeluznante. Los cabellos le llegaban hasta las rodillas, la barba rala, hasta el ombligo. Sus uñas eran como garras de ave y la piel de brazos y piernas, en los lugares donde los andrajos no llegaban a cubrirlos, se desprendía a tiras. […] Los primeros hombres con os que se cruzó, campesinos de un pueblo próximo a la ciudad de Pierrefort, que trabajaban en el campo se alejaron gritando al verle. En la ciudad, en cambio, causó sensación. La muchedumbre se apiño a centenares para contemplarlo. Muchos lo tomaron por un galeote fugado y otros dijeron que no era un ser humano, sino una mezcla de hombre y oso, una especie de sátiro. Lo condujeron a presencia del alcalde y allí, ante el asombro de los reunidos, enseño su certificado oficial de artesano, abrió la boca y contó con palabras un poco incoherentes –pues eran las primeras que pronunciaba después una pausa de siete años- pero bien inteligibles que en un viaje había sido atacado por bandidos, secuestrado y retenido prisionero durante siete años en una cueva. En todo este tiempo no vio ni la luz del sol ni a ningún ser humano, fue alimentado por una cesta que una mano invisible hacia bajar hasta él en la oscuridad y liberado por fin con una escalera sin que él conociera la razón y sin haber visto jamás a sus secuestradores y a su salvador. Se inventó esta historia porque le pareció más verosímil que la verdad, como en efecto lo era […] [E]l alcalde levantó el acta de hecho e informó del caso al marques de la Taillade-Espinasse, señor feudal de la ciudad y miembro del parlamento de Toulouse.El marqués, a sus cuarenta años, ya había vuelto la espalda a la vida cortesana de Versalles para retirarse a sus fincas rurales y dedicarse a la ciencia. […] [S]e entregó con verdadero entusiasmo de investigador a la escritura de un gran ensayo sobre las relaciones entre la proximidad de la tierra y la energía vital. Su tesis era que la vida sólo puede desarrollarse a cierta distancia de la tierra, ya que ésta emana constantemente un gas putrefacto, un llamado <<fluido letal>> que paraliza las energías vitales y tarde o temprano conduce a la extinción. Por esta razón todos los seres vivos tendían a crecer alejándose de la tierra, hacia arriba en lugar de hacia adentro de sí mismos, por así decirlo; por esto desarrollaban sus partes más valiosas en dirección al cielo: el grano la espiga, la flor sus capullos, el hombre la cabeza; y por esto, cuando la edad los inclinaba y acercaba de nuevo a la tierra, eran indefectiblemente víctimas del gas letal, ya que el proceso de envejecimiento los conducía a la muerte y la descomposición. Cuando llegó a oídos del marqués de la Taillade-Espinasse que en Pierrefort habían encontrado a un individuo que había pasado siete años en una cueva –totalmente rodeado, por lo tanto, del elemento de putrefacción tierra-, no cupo en sí de gozo y ordenó que Grenoullie fuese enviado sin pérdida de tiempo a su

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laboratorio, donde se le sometió a un riguroso examen. Vio confirmada su teoría de la manera más gráfica: el fluido letal había atacado de tal modo a Grenoullie que su cuerpo de veinticinco años mostraba claros indicios de deterioro senil. […] Ahora su salud sólo podía reestablecerse eliminando a fondo el fluido letal mediante un aparato de ventilación de aire vital inventado por él, Taillade-Espinasse, […] si Grenoullie accedía a someterse al experimento científico, él no sólo le curaría de su irreversible contaminación de gas terrestre, sino que le pagaría una buena cantidad de dinero… [Ya en camino a Montpellier] Grenoullie, […] [fue] obligado a permanecer en su asiento envuelto en sus harapos y en una manta impregnada de tierra húmeda y barro, mientras sólo recibía como alimento durante todo el viaje tubérculos crudos. De este modo esperaba el marqués conservar unas horas más en su estado ideal la contaminación de fluido terrestre. Una vez llegados a Montpellier, […] Grenoullie se encontró sobre un podio en el aula magna de la Universidad de Montpellier para ser presentado como la sensación científica del año a un auditorio de varios centenares de personas. Taillade-Espinasse lo describió en su conferencia como la prueba viviente de la verdad de su teoría sobre el fluido letal terrestre. Mientras le arrancaba del cuerpo uno a uno los harapos que todavía conservaba, explicó el efecto devastador producido en Grenoullie por el gas putrefacto: aquí se veían las pústulas y las cicatrices, causadas por la acción corrosiva del gas; allí en el pecho, un enorme carcinoma rojo brillante; por todas partes, una descomposición de la piel; e incluso un claro raquitismo fluidal del esqueleto; visible en el pie deforme y la joroba. También estaban gravemente dañados los órganos internos […] como probaba sin lugar a dudas el análisis de los excrementos que todos los presentes podían examinar en el plato colocado a los pies del sujeto. En resumen, todo ello indicaba que le deterioro de las energías vitales a causa de al exposición de durante siete años al <<fluidum letale Taillade>> había alcanzado tales proporciones, que el sujeto –cuyo aspecto, por otra parte, presentaba significativas facciones de topo- debía describirse como un ser más cercano a la muerte que a la vida. No obstante el ponente se comprometía, mediante una terapia de ventilación en combinación con una dieta vital, a reestablecer al moribundo, pues así podía calificársele, hasta el punto de mostrar en el plazo de ocho días signos de una curación completa que saltarían a la vista de todo el mundo y convocaba a los asistentes para que fueran testigos [del] éxito de éste diagnóstico, que debería considerarse entonces como prueba definitiva de la exactitud de su teoría del fluido terrestre letal.La conferencia fue un éxito sensacional. El docto público aplaudió con entusiasmo al ponente y luego desfiló ante el estrado donde se encontraba Grenoullie. En su estado de abandono ficticio y con sus antiguos defectos y cicatrices, su aspecto era realmente tan impresionante y repulsivo que todos consideraron su estado grave e irreversible, a pesar de que él se sentía pletórico de salud y fuerza física. Cuando hubo concluido la representación, Taillade-Espinasse […] lo encerró, en presencia de varios doctores elegidos de la Facultad de Medicina, en el aparato de ventilación de aire vital, un artilugio hecho con listones de abeto rojo, sin intersticios, en el cual se introducía aire desprovisto de gas letal mediante una chimenea aspiradora que se elevaba a gran altura sobre el tejado […] Grenoullie estaba rodeado de este modo por una constante corriente de aire purificador, cada hora le servían a través de una

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esclusa practicada en la pared lateral alimentos dietéticos de procedencia alejada de la tierra: caldo de pichón, empanada de alondras, guisado de ánade, frutas confitadas, pan de una especie de trigo muy alto, vino de los Pirineos, leche de gamuza y mantecado hecho con huevos de gallinas criadas en el tejado del palacio.Cinco días duró esta cura mixta de descontaminación y revitalización, al cabo de los cuales el marqués hizo detener los ventiladores y llevar a Grenoullie a una cámara de baño donde lo sumergieron en agua de lluvia templada durante varias horas y a continuación lo lavaron de pies a cabeza con jabón de aceite de nuez procedente de la ciudad andina de Potosí. Le cortaron las uñas de manos y pies, le cepillaron los dientes con cal pulverizada de los Dolomitas, lo afeitaron, le cortaron y peinaron los cabellos y se los empolvaron. Avisaron a un sastre y a un zapatero y vistieron a Grenoullie con una camisa de seda, de chorrera blanca y puños blancos encañonados, medias de seda, levita, pantalones y chaleco de terciopelo azul, y lo calzaron con bonitos zapatos de piel negra, con hebilla, el derecho de los cuales disimulaba hábilmente el defecto del pie. Con sus propias manos maquilló el marqués el rostro lleno de cicatrices de Grenoullie, usando colorete con talco, le pintó los labios y mejillas con carmín y prestó a sus cejas una curva realmente distinguida con ayuda de un carboncillo de madera de tilo […] le salpicó con su perfume personal […], retrocedió unos pasos y necesitó mucho tiempo para expresar su satisfacción con palabras. […] Estoy impresionado de mi genialidad. Ciertamente, no he dudado nunca de mi teoría fluidal, por supuesto que no, pero me impresiona verla corroborada de forma tan magnifica por la terapia aplicada. Erais un animal y he hecho de vos un ser humano. Un acto verdaderamente divino. […] ¡Poneos delante de aquel espejo de aquel espejo y contemplad vuestra imagen! Reconoceréis por primera vez en vuestra vida que sois un hombre, no un hombre extraordinario ni sobresaliente en modo alguno, pero si de un aspecto pasable. […] Lo que más desconcertaba a Grenoullie era el hecho de ofrecer un aspecto tan increíblemente normal. El marqués tenía razón: no sobresalía en nada, ni en apostura ni tampoco en fealdad. Era un poco bajo, su actitud era un poco torpe y su rostro, un poco inexpresivo; en suma; tenía el mismo aspecto que millares de otros hombres. Si ahora bajaba a la calle, nadie se volvería a mirarle. Ni siquiera a él mismote llamaría la atención un hombre así, si se cruzaba con él por la calle. […] Y, no obstante, sólo hacía diez días que los campesinos habían huido gritando ante su aparición. Entonces no se sentía diferente de ahora y ahora, si cerraba los ojos, no se sentía nada diferente de entonces. Aspiró el aire que emanaba de su persona y olió el mediocre perfume, el terciopelo y la piel recién lustrada de sus zapatos; olió la seda, los polvos, la pintura y el débil aroma del jabón de Potosí. Y supo de repente que no había sido el caldo de pichón ni el artilugio de aire purificador lo que había hecho de él un hombre normal, sino única y exclusivamente las ropas, el corte de pelo y un poco de maquillaje.”1

A manera de introducción

1 Süskind, Patrick. “El perfume. Historia de un asesino.” Editorial Seix Barral. Barcelona. España. 1985. 126-138 pp.

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En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era un dios.

Juan; 1:1.

Las entrañas del ser no hablan al hombre, sino por la voz misma del hombre.

Nietzsche

Para empezar, en el presente escrito, no pretendemos teorizar sobre la multiplicidad de factores “originarios” y fundamentales que contribuyen a la eclosión, a la constitución y el desarrollo de los problemas que, hasta cierto punto, pueden producir o producen la indigencia. Tampoco, tenemos la intención de trabajar a profundidad sobre el estudio del escabroso y complejo problema de las psicosis, de las estructuras psicóticas y sus consecuencias. El problema que pretendemos abordar en este trabajo de investigación esta en función de lo que consideramos el probable proceso de psicotización de los indigentes. Tomaremos además, en este trabajo, las nociones de locura y de loco -con sus singulares desplazamientos de sentido- como sinónimos de psicosis y psicótico respectivamente ya que, son términos que se han contextualizado y naturalizado en el espacio y tiempo histórico que ha determinado el problema-fenómeno del que queremos dar cuenta. De alguna manera pretendemos elucidar y analizar cómo es que a través de las co-incidiencias e intersecciones en la experiencia de estratos y estrategias singularizadas se constituyen o construyen tipos convencionales de sujeto; de cómo a partir del contacto en las relaciones y vínculos, habitus humanos, denominados como experiencia -los cuales han sido mediatizados culturalmente por y en el poder- se incide en la construcción -se crean- de nuevos saberes (que a su vez constituyen tipos tecnológicos desarrollados como modalidades históricas personalizadas para el control y el castigo) y viceversa. Así como de discurrir sobre la puesta de acción del discurso y sus prácticas sociales efectivas, de cómo se produjeron ciertos efectos de sentido y “realidad” en los puntos de cruce del binomio saber-poder, en este punto de cruce espaciotemporal denominado como CAIS Cuemanco. Finalmente, cómo fue que la experiencia clínica identificó y uni-formó la concepción y percepción “científico-social” que se tenía de las razones, “causas y efectos” generadores de la problemática sociocultural designada como indigencia, y, por consecuencia también a sus productos –los sujetos sociales denominados como indigentes- con los conceptos y representaciones simbólicas de la perturbación psíquica denominada como psicosis y por consiguiente con sus sujetos, es decir, los psicóticos; de cómo, probablemente, fue que la mirada y enunciados clínicos crearon y justificaron el vínculo -a partir del cruce, de la yuxtaposición, de la superposición de formas discursivas y no discursivas heterogéneas, además de sus concernientes modos de ejercicio del poder (psiquiátricas, médicas y de asistencia social)- que empalmó, mezcló y articuló al indigente y al psicótico para fabricar y perpetrar una especie de isomorfismo a través de los indicadores, los signos, los conocimientos, las concepciones y las apreciaciones teóricas y prácticas constituidas y hechas por y en el lenguaje, instrumentos o dispositivos determinantes en el juicio – y prejuicio- de y en la observación y la experiencia –“imaginarizadas” y constituidas socialmente a priori- sobre lo que es o debe ser considerado como la evidente manifestación de la naturaleza psicopatológica o de la verdad esencial al respecto de la enfermedad mental. Simiente inmediata de lo que antes fue considerado como la condición determinante de la locura y de su loco. Queremos subrayar que, a lo largo de este trabajo denominaremos, en particular, a nuestro sujeto de investigación como usuario porque: a) ese es el nombre que se le ha constituido social e institucionalmente; porque, b) esta, es la designación que fue construida e instituida

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socioculturalmente para personificarle en la tensión singularizada dada entre éste sujeto y la institución referida (componente de y en la sociedad); y, c) en general, nos referiremos a él –al indigente psicotizado- como sujeto, porque, creemos, al estar sujetado a un conjunto de normas, valores, prácticas, hábitos, costumbres, imaginarios, razonamientos, sentimientos, sentidos, sinsentidos, ideas, etc., este es el mejor término o epíteto que, por lo menos en este caso –talvez no sea así- podemos utilizar para “designarle”. Esto, por una parte, lo hacemos para evitar caer al máximo –ya que es imposible no hacerlo- en categorizaciones o adjetivaciones radicales y ecuménicas que, de algún modo, impliquen, señalen y fijen identificaciones con tipos ideales, así como identidades absolutas y determinaciones presentificadoras o re-presentativas de la naturaleza y esencia. Efectos sintéticos y reduccionistas severos, rígidos e intransigentes de y en la mirada; por la otra, para limitar y restringir la esquematización, la figuración previa, por la paradójica voluntad y necesidad de certeza, la voluntad de dominación y la tirana voluntad de verdad, todas estas, reunidas en la gramática representativa o de representación; severo sobrevenir de disposiciones y de ordenaciones simbólicas oficializantes que definen lo que será o no será dicho en nuestros enunciados y de lo que será o no será visto y percibido por nuestra mirada. Tarea escabrosa realizada ante la búsqueda de alternativas que intentan fracturar y disolver prescripciones y prejuicios sin reflexión que modelen y pre-escriban las posibles figuraciones inferidas “razonablemente” de los acontecimientos y sus respectivas problemáticas. De la necesidad que surge en nosotros a partir de la afección constante del saber liberador, del saber –conocimiento- de ruptura, utilizado como herramienta letal y destructiva de la despótica y dictatorial luz universalizante -axiomática y contundente- de la razón y de la conciencia; artefacto o artificio reconstructor de las evidencias esenciales que “presentificadas” emergen como las evidencias, demostraciones y argumentaciones -justas y necesarias- categóricas y decisivas que dan los elementos inapelables que son y deben ser valorados como los indicios y manifestaciones de la verdad. Dogma secularizado o raíz logocéntrica que orienta indefectible y “naturalmente” la o las concepciones e interpretaciones que deban tenerse. Descripciones generalizables que inducen al sujeto a actuar y pensar de una manera individualizada e individualizable, ya sea por la parmenidea unificación universal integradora que decreta que lo que es es. Resultante dictada por el acomodo, paulatina conciliación y ajuste de los sucesos y sus elementos espaciotemporales constitutivos (sujeto y contexto) con y en concordancia, o simetrización obrada, con los cimientos, las bases perceptivas –físicas y psíquicas- del conocimiento, claro esta, intervenidas crónica, regular y variablemente por el lenguaje; discernimientos y sentidos que, además, dan los cánones, pautas y fundamentos, los “informes y datos” propios de los componentes originales que justifican y sustentan científicamente tal o cual saber -fundamentos originales “textuales”-, descubrimientos registrados en el papel que al ser revelados, develados en la consciencia se van ramificando –por vía del sistema comunicativo de la publicación- y extendiendo, como una hiedra venenosa, en el pensamiento. Representaciones validadas irrefutablemente por la facultad intelectual, la técnica y la teoría, instrumentales y procedimientos del poder y del saber instaurado –particularmente, en este problema-cuestión que al respecto de la sociedad disciplinaria, y que por medio de este texto nos convoca- que transportan las deducciones y las evidencias sólidas y contundentes reunidas alrededor de este unilateralismo racional, núcleo, centro de gravedad, “embrión racional” o racionalizado que por emanación de este tipo saber reductor desvirtúa y deforma las ideas y percepciones, sensibles y abstractas que puedan tenerse de la realidad, pues son estos los elementos a priori –y también a posteriori- “fundantes y legítimos” por convención del hombre masificado los que pretendemos poner en cuestionamiento. Pues consideramos que, por lo menos en este, nuestro trabajo académico de uno de tantos problemas de lo social, también nos hemos –y nos veremos- visto relacionados con tales percepciones y predisposiciones “academicistas” fusionales y de orientación reduccionista; las que implican, categórica y esquemáticamente, la lectura de lo signos y los códigos que pretenden dar cuenta de lo que se cree es la naturaleza y manifestaciones de la “cosa” denominada o lo que se, en esta situación en particular, se debe creer que es o debe ser el usuario-sujeto del CAIS Cuemanco. Esto lo señalamos porque, en otros trabajos de investigación terminal, aunque se habla y re-conoce a la locura como un producto social o de lo

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social, como un producto espaciotemporal construido en y por la interacción y afectación -afección- mutua del sujeto por la sociedad, de la sociedad por el sujeto en la cultura. A pesar de que se pretende considerar o se considera –explícitamente- al loco, a la locura y sus significaciones como una resultante, como la afección reciproca dispuesta a partir de la puesta en marcha de formas discursivas y no discursivas en y por la cultura y la sociedad. Contrariamente a lo que se dice sobre el loco; no obstante de la intención que pretende “problematizar” un evento de la actualidad; empero de las consideraciones históricas teóricas y practicas sobre el sujeto de la locura; aunque se dice que la locura es considerada como el producto o efecto de sentido generado en las intersecciones y puntos de contacto historizado de estratos y estrategias, de poderes y saberes, que crean los efectos o producciones sociales temporalizadas y especializadas que podemos o debemos concebir consensualmente consideramos como la verdad. Si bien, en estas reflexiones, se menciona que la verdad no es lineal, única y absoluta, la “traducción” que se hace del fenómeno, paradójicamente, dice lo contrario. La verdad y sus posibles efectos de sentido se construyen, históricamente, por mediación de los empalmes, vínculos, nudos, enlaces, reuniones, rupturas, quiebres, disoluciones dadas socialmente por el complejo resultante de las relaciones entre el poder y el saber. En algunos, en la mayoría de los materiales consultados por nosotros, en varios de los trabajos, documentos de investigación, y a través de ellos, se sustantiviza al sujeto cosificándolo, porque, desde nuestra perspectiva, y aunque se le denomina de maneras diversas –sólo cambian la forma nominal- se tiene la idea global(izada) –que esta implícita en los enunciados y dan la luminosidad necesaria para percibir lo visibilizado-de lo que éste es, disertaciones e imagos representativos reveladores de lo mismo. Ejemplos de esto van desde lo más “elaborado” como lo son los términos: indigente enfermo mental, loco miserable, indigente loco, a los más simples como es el caso de interno, o derechohabiente y estos por poner, solamente, algunos ejemplos de ello. Nos-otros, consideramos que, como cada maquina social produce sus “propios” sujetos. Esto, claro esta, desde el supuesto de que cada maquinaria institucional crea, de alguna manera, no sólo sus propios mecanismos y tecnologías singulares de sujeción y punitivos, sino, además, sus propios emplazamientos, funciones y disposiciones condicionantes y determinantes del sujeto, esto es, sus sujetos, y, en este caso, la antigua Casa 4 ahora CAIS Cuemanco, desde esta óptica, no es y no podría ser la excepción por lo que, de ninguna manera, estamos de acuerdo con alguna de las denominaciones que han sufrido los usuarios de éste CAIS, las cuales se han fijado y establecido por sujetos que en su momento investigaron dicha institución. Nominaciones que, a largo del tiempo y a partir del supuesto carácter de aproximación “real” y fidedigna con lo que es y acontece en ese lugar, en general, han intentado no sólo describir lo que allí sucede o sucedió, sino, del mismo modo, dichos investigadores consideraron justo y necesario definir y conceptuar quién o qué es el indigente, el psicótico, el loco. Establecieron las definiciones que, conceptualmente, daban o debían dar cuenta de la naturaleza de sus combinaciones y sus distintas variaciones –en sus dimensiones sintácticas, semánticas y pragmáticas-. Este crítica la señalamos porque, en la Casa 4 o en el ahora denominado CAIS Cuemanco, en ningún momento se denominó o se le denomina –ni anterior ni actualmente- a este tipo caracterizado de sujeto social como indigente enfermo mental o interno (aunque esto último en gran medida delimita lo que, desde una generalidad, es su “situación existencial”, en esta institución, pero, esto, no es condición o no condiciona que se le llame como al sujeto investigador le venga en gana, pues, en este artefacto institucional de ningún modo se le designó o se le designa de esta forma). No se le llamó de esta o de aquella manera, por lo menos en esta producción discursiva singularizada en espacio y tiempo acotados por la relación del poder-saber que implican la experiencia. Y, aunque, por un lado, la heterogeneidad de estos discursos fluctúa y, de uno u otro modo, parecen -momento a momento- contraponerse y hasta excluirse, también, por otro lado, se van o se han sedimentado y estratificado nociones y paradigmas epistémicos, saberes que, hasta cierto punto, han determinado y también limitado y delimitado las percepciones y concepciones en y de la experiencia. Por lo que, creemos que, por lo menos nosotros, designaremos a nuestros sujetos de investigación –al sujeto del CAIS Cuemanco- de acuerdo a como actualmente se le denomina en esta institución, desligándonos de la tarea de conceptuarle –rotularle o estigmarle- a partir de nuestros muy particulares criterios o de

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criterios plagados, plegados por preconcepciones y prejuicios e intentaremos no ponerles calificativos, adjetivos, predicados e identificaciones sustantivas que los modelen, concreten o cosifiquen por fuerza (voluntad de dominio y deseo de verdad despótica, voluntad de poder) de nuestra autoritaria arbitrariedad. Trataremos de no anteponer o instalar en el sujeto-usuario los nombres que a nosotros nos parezcan más convenientes o adecuados para “re-presentarlo”. Intentaremos evitar este tipo de nominaciones definitorias y generalizables –universalizantes-, ya que, consideramos que, este tipo –y otros tipos- de clasificación están cargadas de imagos simbólicos, gráficos -materiales e inmateriales- que anteponen y disponen propiedades y atributos en el sujeto-usuario, y que además se superponen, se yuxtaponen, se imponen como uno más de los tantos factores dogmáticos que, en mayor o menor proporción, modelan y determinan lo que será o debe ser pensado sobre estos o aquellos.

En el primer capitulo, el cual hemos titulado Historia de los Acontecimientos abordaremos e intentaremos, por una parte, desde un perspectiva histórica, dar cuenta, aunque de manera transitoria y en extremo superficial, sobre las transformaciones estructurales –operadas a partir de la interacción del binomio saber–poder- operante en la institución intervenida. Asimismo, tratamos de pensar la constitución de los sujetos –de ciertos sujetos- en la sociedad -y viceversa- y, por ende, sobre la “consecuente” transformación de las instituciones afectadas por la permanente tensión entre sujeto y sociedad; considerando que su mutabilidad y cambio no se da, no se efectúa linealmente ni mucho menos a la manera que plantea la teleología de carácter positivista y mecanicista, esto es de modo causal, ya sea evolutivo o progresivo. A partir del desmontaje y cuestionamiento de las consideraciones teóricas hegemónicas pensamos que: los acontecimientos, y por ende, las instituciones, los sujetos, la sociedad y la misma cultura no pueden ser reducidos (homogeneizados) por medio de artificios “intelectualoides” manipulados a través del ejercicio de violentas arbitrariedades “racionalizadas” o racionalizantes operadas por mediación de supuestas síntesis conciliadoras del sujeto y la sociedad. Del mismo modo, por mediación de razonamientos sustentados por juicios y disertaciones dialécticas -de velada raíz platónica- que pretenden incorporar en un todo unitario las –múltiples y multiplicadas- negatividades, las posibles oposiciones y las diferencias existentes entre uno(s) y otro(s) acontecimiento(s). Por lo que, principalmente, en este apartado pretendemos expresar, aunque, como ya lo habíamos mencionado, brevemente y de manera harto superficial, las diferencias, divergencias, contingencias existentes entre ellos (los acontecimientos y las estructuras institucionales). Nos proponemos mostrar, con sus limitaciones, cómo cada formación estructural –y estructurante- se constituye singularmente (efecto de la relación entre lo global y lo local) a partir de las interacciones e intercambios simbólicos y pragmáticos cotidianos entre sujeto y sociedad. De cómo sujetos singulares se construyen en función de las prácticas sociales operadas y operantes realizadas en contexto. Además de advertir cómo, posiblemente, fue que cada una de ellas, generó y genera –dependiendo de la institución referida ya que, desde nuestro hipotético planteamiento, la maquinaria social que antes fue conocida como la Casa 4 no es la misma institución que el ahora llamado CAIS Cuemanco- sus propios instrumentos y procedimientos regulativos –y punitivos-; pero, en este apartado, el énfasis, queremos ponerlo en como es que cada momento-institución esta constituido por singularidades irreductibles la una a la otra; además de manifestar -en este documento- que cada una de ellas esta atravesada por sus propios mecanismos, tecnologías y estrategias políticas para el disciplinamiento del cuerpo, del sujeto. Procuraremos, a partir de las posibilidades sustentadas en la teoría, la interpretación (herramientas que nos proporciona o que tomaremos de la hermenéutica para explorar y reflexionar sobre ciertos matices u horizontes de sentido necesarios para la comprensión) del fenómeno para el posterior análisis; así como de mostrar ciertos contrastes entre uno y otro momentos históricos; enunciar , no solamente que la historia no esta conformada ni trazada definitivamente hacia lo que puede considerarse como el único horizonte de sentido dictado por un monólogo deítico mítico y ultraterrenal antropomorfizado (universal y divino) que omnisciente y omnipotente ordena, invariablemente, el inamovible ser de las “cosas”; metadiscurso que funda y fija, de una sola vez, lo que se dice, lo que es, lo que fue y lo que serán “el

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pasado, el futuro y el ahora”, el uno y lo otro en la Historia Global. Esta, nuestra historia, la historia que pretendemos contar es la historia “habitada” por discursos colectivos, por multiplicidades ignoradas de historia(s) y de sujetos que están atravesadas por relatos heterogéneos y anónimos, por diversidades que nos cuentan la historia de maneras distintas: singularidades que compre(he)nden la versión general, oficial, extraoficial y local, que hablan de las tracciones y las contracciones tensionales vinculantes del sujeto a la sociedad recíprocamente. Historia general que se cuenta no como una metanarrativa universal sino como un multiverso-pluralidad que relata diferentes tipos y atípicas historias que da sentido y sinsentidos a la historia, a la Historia General. Ficciones-realidad que aparecen y desaparecen, que parecen estar situadas en planos aparentemente análogos, miméticos e idénticos y que se han superpuesto en el supuesto mismo contexto espaciotemporal y sus elementos, pero que, a pesar de ello, denuncian, se rebelan, renuncian, enuncian e invocan el re-conocimiento de sus diferencias; expresiones de la differance que “dicen”, en silencio, cómo es que han sufrido –las instituciones, los sujetos y las culturas interventivas-intervenidas- sus transformaciones, sus cambios, sus escisiones, desgarrones y rupturas. No deseamos –por lo menos en este momento- indagar o inquirir por el fundamento primordial o darnos a la absurda tarea de in-tentar des-cubrir la esencia y el origen. Nuestra tentativa de problematización va más acá -“más allá”- de esto. Nuestro cometido, intenta dar a pensar no sólo la discontinuidad y la muerte –y el “nacimiento”- de cada uno de esos acontecimientos, sino, además, tratamos de esforzarnos por analizar el o los posibles sentidos, en documentar y analizar el principio de algo probablemente nuevo, a partir de un principio que consideramos potencialmente alquímico. De reflexionar sobre este presente, de pensar en ese algo que esta en referencia con el vacío que ha quedado en el lugar del supuesto origen; de pensar las relaciones y las prácticas en torno a la referencia, a lo que esta en referencia a… pero que, no es lo mismo. Situación que incide directamente en la constitución, en la construcción de tipos distintos, no idénticos, no identificables de sujeto. Específicamente, nuestro interés se centrara en analizar dos momentos -que creemos clave para la comprensión del problema trabajado y desarrollado- por los que, probablemente, atravesó la institución intervenida al arranque del proyecto institucional y de, cómo, talvez posteriormente, estos –sujeto/institución- se fueron modificando por medio de las relaciones de poder y los saberes que se fueron acumulando en torno a los sujetos en situación de indigencia, transformando así, la experiencia clínica de la locura, en ese lugar. Así como es que este conocimiento modificó las técnicas y los objetivos “originales”, efectuando (accionando efectos) un nuevo enunciado sustantivista que, procesualmente, altero y, a la vez delineó otro tipo de sujeto: el indigente-psicótico, el indigente-loco. En este trabajo intentamos dar pautas de análisis, además de que, en conjunto con nuestros lectores deseamos poder darnos la oportunidad -coyuntura mutualista- de reflexionar, en este caso, sobre el probable proceso de psicotización de personas en situación de indigencia que de algún modo se supuso o se supone cubren el perfil señalado –psicótico- por los dispositivos (maquinas de visibilidad) constituidos a partir del saber que generó instrumentales para el uso legitimo –e ilegitimo- del ejercicio del poder, de las relaciones de poder que crearon este tipo característico de saber. Buscamos dar cuenta de la –probable- discontinuidad existente entre lo que fue y lo que en este momento es la Casa Cuemanco, antes, como ya se menciono, oficialmente conocida como la Casa de Protección Social No 4. Trataremos, intentaremos hacer en este capitulo un poco de historia, de historia del presente, del presente que, también, nos tocó vivir.

En la siguiente sección, denominado por nosotros como: Del Examen Mental a la Genealogía del Estigma, intentaremos, por medio de una rigurosa labor de pensamiento crítico, tocar el problema que se organiza, se estructura y se habilita a través de la disposición convencional de signos de etiquetación del sujeto en situación de indigencia que le conceptúan como loco, alienado o psicótico. También abordaremos papel que juega el discurso psiquiátrico en la constitución genealógica del supuesto sujeto de la locura; de cómo, la experiencia clínica en esta institución fue “extractando” de los síntomas y signos el conocimiento que fue cimentando no sólo la construcción del concepto sino, además, la constitución de un tipo singular de sujeto, de sujeto de la psicosis. Además de los problemas patentes y latentes que acarrea la constitución del estigma, de las dificultades que se crean

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por la tipificación del indigente –no psicótico- como enfermo mental, de algunos de los perjuicios y daños que sufren por tales trazas significantes los indigentes considerados psicóticos. “Hablaremos” de las repercusiones e impactos que se establecen en lo social, en las formas de sociabilidad, de sociabilización -no sólo con este tipo de sujetos- a partir de la instauración de los dispositivos que implican la relación y la vinculación con los individuos que han sido evaluados o diagnosticados psicóticos; de cómo el conjunto de saberes con voluntad de verdad y relaciones con voluntad de dominio y de poder están inmersos en la sociedad y regulan invisiblemente, naturalmente, las redes sociales que instituyen medidas de control y disciplinamiento. Discutiremos sobre las posibles estrategias y tácticas encubiertas bajo el seudónimo de solidaridad o de humanismo, que, con el pretexto de brindarles asistencia y apoyo social a sujetos en extrema situación marginal -particularmente, nos referimos a los indigentes- se justifica la sustracción de la sociedad global, el aislamiento, el maltrato, la negación de sus derechos, la indiferencia y el olvido. Situación que en gran medida se da por ser considerados anormales, dadas sus “radicales prácticas” y modos diametralmente “desviados” de existencia. Por último, tratamos de pensar cómo y por qué fue que, ¿hasta cierto punto?, tales personas son consideradas a partir de la adjetivación, sustancialización o hipóstasis “gestada por la locura” no solamente como transgresores del orden, sino además como un peligro de amenaza constante para el desarrollo, la paz y la concordia de la sociedad.

El problema fue abordado en éste trabajo, básicamente, a través de un dispositivo arqueológico y genealógico de corte foucaultiano. Pues, en general, y como ya se menciono, utilizamos, por una parte, el instrumental arqueológico como saber liberador de todas las síntesis del discurso, tratando de “devolver los saberes y lo enunciado en cada discurso a su discontinuidad previa a las reunificaciones debidas fundamentalmente a un sujeto y a un tiempo histórico fundados en el progreso” 2. Para ello, tuvimos que recurrir, no a un análisis a profundidad o de la profundidad, sino, a un análisis marginal, análisis de superficie sobre las discursividades locales, sobre el dictum, esto es, sobre los discursos efectivos o en acción. Disposición analítica que pretende tener en cuenta la “literalidad” de lo dicho, es decir, de reconocer los discursos liberados de interpretaciones fenomenológicas soportadas, en su mayoría, por una inconfesada y a veces negada idea de soberanía, unidad y hegemonía de la conciencia. Nuestra diferencia metodológica y de enfoque pretende captar lo dicho en su materialidad, ya que, intenta romper con interpretaciones fenomenológicas y/o hermenéuticas que suponen, por un lado, excedentes de sentido ocultos, disimulados, encubiertos, enmascarados, pero que, por medio de sus instrumentales teóricos y técnicos son “descifrables”, y por el otro, interponen funciones explicativas fundamentadas por velos ideológicos tan propios de la Razón. Es por esto que, por una parte nos servimos de la arqueología metodológica de Foucault, ya que, en general, “pretende describir el suelo y el subsuelo donde se ejercita el pensamiento3, y, por la otra, de la genealogía foucaultiana, poruqe en esta investigación, la consideramos como la “búsqueda [...] [y] recorrido, [...] [que toma] como punto de partida el presente del entramado de relaciones saber-poder que generan determinado discurso y a su vez cierto tipo de sujetos.”4 En palabras de Foucault podríamos decir que, la genealogía es el “redescubrimiento meticuloso de las luchas y memoria bruta de los enfrentamientos.”5 Genealogía –anticiencia- aplicada al conflicto-tensión dinámico y diferencial denominado andamiaje social; herramienta que consideramos capaz de liberar los saberes históricos de su sujeción al discurso teórico, unitario, formal y científico. Nos dimos a la tarea de promover un ejercicio de pensamiento que intentara pensar el impensado. Por lo que, la mínima capacidad de composición o quantum de libertad denominada capacidad de resistencia nos alentaba a alterar, a transgredir el modo de razonamiento tradicional que, regularmente, exhorta a examinar cómo se han constituido e integrado el saber o el conjunto de saberes menores en un sistema racional superior,

2 Julián Sauquillo, Para leer a Foucault, Alianza Editorial S.A., Madrid, España, 2001, 179 p.3 Ibíd., 99 p.4 Fernando Álvarez Uria y Julia Varela, prólogo a Saber y Verdad, 1985, 8 p. Nota: las cursivas son mías.5 Michel Foucault, Genealogía del racismo, Traducción de Alfredo Tzveibel, Caronte Ensayos, Editorial Altamira, La Plata Argentina, 1996, 18 p.

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legitima y lícitamente, en un todo enunciable y visible sintetizado que por consenso se interpreta y se comprende como conocimiento científico socialmente válido. Por el contrario, la operación trazada y proyectada por nosotros consistió en intentar enunciar esos saberes “menores” como el efecto o producto de la relación-tensión dada entre elementos constitutivos de lo histórico-social múltiple y lo polimorfo-cultural, mezclado y filtrado, pero irreductible a la universal coherencia y consistencia de lo global . La incipiente labor de toma de distancia, de la crítica que inscribe el irreductible ser de la diferencia, implicó aislar y estudiar distintas variables, series múltiples denominadas prácticas discursivas, generadoras de instrumentales y técnicas inherentes o endémicas a la composición diagramática singularizada, historizada, estructura de control y dominación organizadora y productora de los mecanismos e instrumentos utilizados por y para el ejercicio del poder; y también de los dispositivos, líneas de enunciación y visibilidad estratificados y territorializados, efectuados en el contexto –histórico y político- en cuestión. Espacialización temporalizada en la cual, analizamos prácticas discursivas irreductibles al absurdo deseo narcisista de unidad, homogeneidad y de certeza que se han constituido y fundado como las verdades plataforma de la necesidad y deseo de seguridad; en este armazón colectivo y globalizado de sentido se van encarnando en la periferia, se han situado –materializado-, extrañamientos, acontecimientos, eventos temporales y, por lo tanto, finitos, los cuales, crearon las condiciones –determinaciones- históricas y sociales para que estas entidades diferidas y diferenciales aparecieran. Por medio del artefacto y dispositivo teórico-metodológico foucaultiano, se posibilitó que se develaran, entre otras cosas, y como ya se mencionó, series discursivas y no discursivas distintas, esto es, formas y modos de ver y de decir heterogéneos. Este instrumental, desmontó unidades-sistema amalgamadas y homogeneizadas por artificios conciliadores generados en y por el sistema, podemos considerar que esto es el producto de la intersección-condensación del cruce transversal practicado por los discursos Psiquiátrico, Médico y de Asistencia Social, discursos mixtos mezclados de los que se tuvieron que operar cortes –que deben ser necesariamente históricos y políticos- que, aunque imprecisos, fueron significativos, para poder expresar la discontinuidad existente entre unidades molares disímiles, las cuales, habían sufrido toda clase de unificaciones y suturas. Reconocimos, en parte, la irregularidad positiva y práctica existente entre los acontecimientos que disectamos, lo que resultó en una serie de reflexiones al considerar debíamos indicar que estábamos frente a consistencias ontológico-temporales heterogéneas, parte constitutiva del complejo entramado histórico social generalizado en el que concretamente intervenimos, y que, coloquialmente transcribimos como nuestra actual sociedad. En pocas palabras, nuestro dispositivo mostró, en perspectiva, una de tantas, materialidades distintas que, de un modo u otro, daban cuenta de la singularidad y “naturaleza” mixta, diversa y plural existente entre acontecimientos y sujetos. Se produjo una considerable serialización de cuestionamientos que, aunque discontinuos, fueron utilizados de cara a suscitar el potencial, virtual y/o real ejercicio del pensamiento, pensamiento pretendidamente crítico que aspiraba ir al encuentro del la alteridad, de la diferencia o de lo impensado a través del reconocimiento de la diferencia, de la distancia y del diálogo. El problema-trabajo del cual nos ocupamos, o que nos ocupó, gravitó en lo que, para nosotros, y, en ese momento, consistía en lo que creíamos o considerábamos una paradójica ruptura-unión, disolución-constitución, muerte-nacimiento, de efecto marginal, en el límite, efectos dados en el entre de las estructuras-acontecimiento que tomaron como punto de partida y criterios para la acción distintos mecanismos ejercitados por el biopoder y que están cimentados sobre lo que podemos considerar como el modelo político de la guerra.6 Discurso-fuerza, estrategia y táctica biopolítica que sirve de trasfondo para la fundamentación e instauración de diversos mecanismos e instrumentales disciplinarios cuyo objeto a grosso modo es el cuerpo. La operación principal de la disciplina tiene como finalidad la fabricación-modelaje del cuerpo-sujeto; la construcción y estandarización de tipos normales y ordinarios de sujetos. Foucault declara que, las maquinarias institucionales, o, la institución, se constituye como el espacio fundamental o zona temporalizada

6 La base de la relación de poder sería el enfrentamiento belicoso de las fuerzas (esta es, desde la perspectiva de Foucault, una de las hipótesis centrales de Nietzsche)

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elemental necesaria para el montaje de las tecnologías y técnicas de constitución de las operaciones, maniobras, ejercicios y acciones encaminadas a la corrección-regularización, disciplina-avasallamiento y construcción-fabricación de tipos uniformes y esteriotipados de sujetos. Es la anatomopolítica de los cuerpos lo que ha organizado la sociedad disciplinaria en cuarteles, fábricas, hospitales, asilos, etc., es la historia política, la historia de la guerra de y en los cuerpos, por lo que hay que reconstruir la historia puesto que, la lucha, ya no tiene la misma forma. Es indudable que, al transformarse, también se van construyendo nuevas formas y modos singulares de dominación y de sujeción, de modelaje singularizado –individualizado- del cuerpo y del sujeto, del control y del castigo, para posteriormente instituirse a través del ejercicio del poder sustentado por la voluntad de verdad. Pues, “no hay ejercicio del poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que funcione en, a partir de y a través de esta cupla: estamos sometidos a la verdad del poder y no podemos ejercer el poder sino a través de la producción de la verdad.”7 La reflexión, en este sentido, consideramos que, debe ser, necesariamente a partir de la problematización de la historia vista desde una perspectiva general, no global; porque, aquella da cuenta de las asimetrías, de las discontinuidades, de las variaciones técnicas y tecnológicas historizadas efectuadas por el poder, en concreto, en los acontecimientos discursivos materializados en las prácticas sociales singulares y que, han sido regularizadas culturalmente por concepciones axiomáticas y axiológicas que las perciben, por maquinaciones falsificadoras y actos de filiación-parentesco y que las enuncian e identifican como similares y/o hasta idénticas, pero que, de ninguna manera, pueden ser incorporadas en una totalidad universal, íntegra e invariable. Esto, lo consideramos por cuestiones de ontología histórica, situación por la cual los acontecimientos-sujetos son materias contingentes, sustancias fabricadas innovadoras y, por tanto, distintas. Conjuntamente, esta situación da o debe dar, desde este punto de vista, como resultado-efecto, un producto de composición maquínica diferente y variable de sujeto y de “realidad”. Pues son la resultante del efecto resultante entre las relaciones-tensiones dadas entre las fuerzas características -o caracterizadas- en circunstancias-situacionales singulares producidas por el eventual posicionamiento-estructuración del sistema de modelaje-dominación del sujeto-efecto que es fabricado en el nudo-relación establecido por diagramas disciplinarios y dispositivos estratificados y formalizados institucionalmente. En esta historia particular, abordaremos la posible construcción de un tipo discontinuo de sujeto-efecto, diseño operado en la interacción y mutua afección del dispositivo-diagrama denominado como Casa Cuemanco. sujeto-norma que ha sido producido-moldeado por y en el empalme de los discursos Psiquiátrico, Médico y de Asistencia Social. Discursos que, además, se relacionan histórica y políticamente, con lo que nosotros hemos denominado como: el probable proceso de psicotización de los indigentes. El dispositivo de investigación-sospecha trató de indagar la posibilidad de dar pie a iniciar el hipotético planteamiento al inquirir: “cómo funcionan las cosas en el nivel de aquellos procesos continuos e ininterrumpidos que sujetan los cuerpos, dirigen los gestos, [y] rigen los comportamientos.”8 Al mismo tiempo, tratamos de dar cuenta de cómo es que se han constituido, históricamente, maquinarias e instrumentos modernos de sujeción. Esto es, mecanismos y artificios institucionales que, por consecuencia, son productores de sujetos. Es decir, cómo es que, probablemente, se ejecutan las operaciones que ejecutan y elaboran los efectos teleológicos; cómo se fraguan los artefactos y aparatos de la mecánica disciplinaria que constituye a los sujetos. Asociado a lo anterior, queremos enunciar y resaltar la importancia o el papel que juega el lenguaje en la constitución de los sujetos. La palabra, es, el incorporal corporalizado que hace al sujeto y no viceversa, “por eso cada que alguien toma la palabra, es, en realidad, tomado por ella.”9 Esto, desde la perspectiva foucaultiana, rompe con la concepción o con la ilusión existencialista y humanista del

7 Michel Foucault. Genealogía del racismo. Op. Cit. 28 p.8 Ibíd. 31p.9 Marina Lieberman, Entre la angustia y la risa, Cuadernos del TIPI, No. 10, Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Educación y Comunicación, México, Febrero, 2005, 24 p.

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discurso independiente y del sujeto autónomo, pues, “el discurso no depende del sujeto” 10, por lo que, el enunciado, tampoco “existe por creación de un sujeto pues éste guarda una relación funcional con el enunciado que le da el lugar necesario para ser sujeto del enunciado.”11 Debemos considerar que, el lenguaje, circula, transita anónimamente, ya que no tiene autor, se sabe que nadie lo inventó. El Lenguaje como Otro, “produce” fabrica sujetos, al sujeto, le da un lugar, un emplazamiento, le da una colocación espaciotemporal que le signa, le da características y atributos. Es, “la palabra la que hace al mundo y no al revés”12. Del mismo modo, Vattimo considera a “la esfera del lenguaje como [el] lugar de la meditación total de toda experiencia del mundo y de todo darse del ser” 13, lo que, de algún modo, expresa que, el lenguaje, no es aquello que el sujeto habla, sino aquello por lo cual el sujeto –sujetado al lenguaje- es hablado. El lenguaje “obra como mediación total de la experiencia del mundo sobre todo en cuanto lugar de realización concreto del ethos común de una determinada sociedad histórica.”14 Por un lado, Foucault, rechaza el loado presupuesto, el supuesto papel hegemónico, la preponderancia y privilegios atribuidos al señorío existencialista del hombre, el cual, supuestamente, está dotado, por antonomasia, de una conciencia introspectiva, intuitiva, volitiva, además de, fundadora. Para el filósofo francés, el sujeto, no es el autor, ni del discurso ni tampoco del o de los sentidos generados por estos, circunstancia por la cual, es calificado por algunos de sus más severos críticos como un representantes más del antihumanismo posmoderno.15Pero, al retomar lo pensado por Jean François Lyotard, y para convocar a Foucault, respondemos que, el humanismo brinda lecciones, si, brinda grandes lecciones, pero, casi siempre, en sus veredictos y sentencias establece al hombre como un valor seguro que no necesita interrogarse. “Que tiene incluso autoridad para suspender, [y] prohibir la interrogación, la sospecha, [además del] pensamiento que todo lo roe.”16 Por una parte, sí fuera verdad -como señala Lieberman en su texto- que, “al principio era la palabra y no la acción.”17, de alguna manera, esta frase, insinúa o alude lo que se plantea o desliza en el primer epígrafe inscrito –escrito- en la introducción de éste texto; además de que, creemos, probablemente nos da pie a algunos de los cuestionamientos que pretendemos desarrollar. Para empezar, ¿porque y cuando es y debe ser tomada literal y simbólicamente, la palabra, como una irrefutable e indiscutible verdad universal?, ¿es incuestionable el supuesto ser y sentido del lenguaje codificado por convención que se pretende universal y unívoco, el cual que nos aduce, insinúa, reglamenta y define lo que creemos y debemos creer que “ella nos dice”, ¿es en realidad es así?, ¿debe ser?, ¿Qué en la palabra es, que en ella no es?, ¿la relación que se da entre las palabras y las cosas son sólo ficciones?, ¿el vínculo entre estas es causal ordinario, es decir, de la causa al efecto, es el efecto consecuente de la causa? ¿el vínculo es necesario, es decir, el resultado de estas mezclas llamadas cuerpos o efectos, cuasi causas, son casi causas de acontecimientos que dependen de causas reales? ¿son arbitrarias? ¿si pudiéramos explicarlo, con ello, diríamos la verdad? Si fuera así, que no lo creemos, y, muy a pesar de ello, las constantes dispersiones, los desgarrones y las múltiples rupturas de y en el lenguaje, jamás, concederán tregua o una suspensión definitiva a la guerra que se vive en y por la palabra; tal capitulación –aunque creemos que esto es imposible-, si sucediera, probablemente, permitiría abarcar, definir, ordenar, clasificar y restringir por completo el caos que experimentamos no sólo en la realidad, sino, además, en ese algo limitado, pero inconmensurable, que sufrimos como la totalidad de

10 Julián Sauquillo. Opus Cit. 94 p.11 Ibíd. 98 p.12 Marina Lieberman. Op. Cit., 42 p. 13 Gianni Vattimo, El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna , Traducción de Alberto L. Bixio, Gedisa Editorial, Serie Cla-De-Ma Filosofía, Barcelona, España, 2000,117 p.14 Ibíd. 15 Julián Sauquillo, Op. Cit., 101 p. “El discurso no es una actividad racional del sujeto”16Jean François Lyotard, Lo inhumano. Charlas sobre el tiempo, Editorial El Manantial, Buenos Aires, Argentina, 1998, 9 p. “Qué es valor, qué es seguro, qué es hombre: estas preguntas se consideran peligrosas, y se las clausura muy pronto.”17 Ibíd., 65 p.

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la vida. ¿Es así? , y si lo es, nosotros no lo sabemos. Tal complicación, con sus respectivos límites, nos permite al retomar el planteamiento elucidar que: “la palabra […] [también] se rebela en y contra el lenguaje”.18En función de esto último, suponemos que, bien, este argumento, podría talvez aludir a lo que Foucault preconizaba al respecto de que “el auténtico combate político se da, en nuestros días, en el interior del lenguaje.”19 Esto se vio reflejado en nuestro trabajo de intervención-acción de estructura académica, el cual, resistió varios de los embates no sólo al inicio de la investigación sino durante todo el proceso, puesto que, se vio, momento a momento, coaccionado e implicado, en mayor o menor grado20, no sólo por implicaciones o afectos, estratos y estrategias, discursos y visibilidades de todo tipo, racionales y sensibles, de orientación y disposición –prejuicios- reduccionista, ya fueran ora psicologistas, ora sociologistas, o, por que no, constituidas por una mixtura de ambas. Pero, lo que generó mayor angustia y preocupación fue lo que especulábamos podría determinar estas y otras –inevitables- contingencias. Como ya lo mencionamos, pensamos, durante diversos instantes de la investigación, en: el gran inconveniente. Qué quiero decir con esto: valorábamos que, una -o varias- de las más complejas dificultades con la que habríamos de tropezar o enfrentarnos en ésta, nuestra problematización del presente, era una terrible fatalidad “operativa” inherente a todo acto de investigación, interpretación y reflexión; éste infortunio, emergía como lo que, para nosotros era, quizás, la situación, condición o circunstancia más abrupta, confusa, oscura y conjetural que, además, todas ellas coincidían, se afectaban de manera colectiva para perfilarse y distribuirse alrededor de lo que, juzgábamos, se nos presentaba, principalmente, como el complicado problema de la verdad. Este último, no lo calificábamos como uno más de los tantos y tantos problemas de y en lo social, sino que, desde nuestra espectral percepción, éste era, y es, el problema (humano) social y cultural por excelencia. La experiencia liminal vivida -producto del saber de ruptura- fue elaborada por un enérgico, insolente y violento influjo, efecto del enlace establecido entre el pensamiento nietzscheano y la teoría foucaultiana. Ello dio paso a la necesidad de búsqueda, más que comprobar y demostrar para dar importancia, legitimidad y autenticidad al problema construido por medio de respuestas fáciles, la duda nos hizo desear zanjar algunas cuantas cuestiones, pero eso si, del modo difícil. Queríamos desgarrar y fracturar, la verdad, la verdad universal, de manera dolorosa, al estilo del nuevo filósofo, esto, de acuerdo al esbozo sugerido por Deleuze.21 Anhelábamos desmantelar varias de las viejas y agónicas complicidades razonadas, con-sentidas y admitidas colectivamente como las leyes naturales, códigos y estatutos representantes de valores generalizados, que se presumen únicos y universales; así como de disolver, hender y deconstruir las certezas y evidencias, justificaciones constitutivas de verdades absolutas más venerables valoradas como legítimas y justas por ser racionales y objetivas. Era una forma de romper con una ancestral y venenosa herencia metafísica, perjudicial y nociva para el acaecer de la vida. De allí se derivó la necesidad de la toma de distancia, la necesidad del diálogo, la necesidad de conocimiento y reconocimiento de la diferencia, además de investigar la serie de métodos mnemotécnicos (rituales disciplinarios ) por los que se graba la memoria del cuerpo, de cómo mediante los “instrumentos de ingeniería disciplinaria o mnemotécnica histórica”22 y, por medio de ellos, se pretende “producir un hombre necesario, uniforme, igual y calculable”23 Tratamos de dar cuenta de la historia política de los cuerpos, de pensar una historia singular de los procedimientos de subjetivación del individuo en nuestra cultura, particularmente, de los modos y los medios homogeneizadores y normalizadores que han intentado borrar la alteridad –radical, si es que todavía la hay- y la diferencia, esto es, en otras palabras, la supresión de la otra raza. Métodos y técnicas desarrolladas por maquinarias político-sociales, las cuales además de producir hombres semejantes y necesarios, también, configuran artefactos codificadores que van signado a los sujetos con los rubros de la identidad y de lo idéntico, por mediación de improntas

18 Ibíd., 67 p.19 Julián Sauquillo, Op. Cit., 41 p.20 Variabilidad azarosa.21 Cf. Gilles Deleuze. ¿Qué es la filosofía?, Editorial Anagrama, Barcelona, España. 2000.22 Julián Sauquillo, Op. Cit., 19 p.23 Ibíd.

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mnemotécnicas cinceladas en el cuerpo instituido, o de la inscripción de la memoria colectiva a partir de buriles y escoplos normativos cimentados en la identidad de las representaciones, irradiaciones presentificadoras de verdades inanimadas e invariables que “hablan” y “ven”, persistentemente, lo mismo en lo que consiste indistintamente e insiste en mostrarse como su par incompatible y antagónico. Por lo menos un instante -talvez solamente vivimos una ficción más- practicamos una transitoria suspensión –una virtual “supresión”- de los axiomas socioculturales naturalizados y admitidos colectiva y universalmente –impersonalmente- como lo verdadero. Además de esto, se instaló una serie diversa de interrogaciones entre el acontecimiento-evento y los más uniformados, unificados, legítimos y plausibles dogmas y certezas socialmente (empírica y teóricamente) adquiridos–científica, cultural, técnica, moral y positivamente- admitidas, por tal modo, razonadas como los juicios, percepciones, mesuras y criterios de validez ecuménica; concebidas consensualmente, como las manifestaciones de máxima valoración más justas y rectas, apropiadas y convenientes, y que, también, suministran las pruebas y evidencias, certidumbres representativas, presentificadoras, de la sustancia, naturaleza y el ser de las cosas y, por consiguiente, de eso, absolutamente identificable, a la vez reconocible, y que, coloquialmente, calificamos como la verdad del mundo o el mundo-verdad. En éste sentido, Kant dice que, “el entendimiento legisla sobre toda experiencia posible”24, pero, a su vez, de acuerdo a Reboul, Nietzsche intensifica, impugna ésta proposición para generar una mordaz controversia con Kant, a través de la siguiente apreciación:

[Es] el entendimiento humano [el que] impone sus leyes a la naturaleza, en lugar de recibirlas de ésta, Kant tiene razón; pero su naturaleza no es otra cosa que el mundo como representación, es decir como error. El mundo conocido no es un mundo objetivo, sino un mundo útil, manipulable en función de nuestras necesidades vitales. La ciencia, gracias a las categorías subjetivas, no nos da el conocimiento de las cosas, sino el poder sobre las fuerzas naturales, la posibilidad de dominarlas. Las categorías, como todos nuestros conceptos, son instrumentos al servicio de una necesidad; necesidad no de conocer, sino de identificar las cosas para preverlas y manejarlas, lo que significa esquematizarlas, deformarlas.25

Nos-otros, simplemente, deseábamos.26 Nietzsche, se opone a la ideología de la objetividad, ya que, “el intelecto [no es] sino el instrumento de nuestra voluntad de poder, es ésta quien se afirma en todos nuestros juicios, al tiempo que es la necesidad de dominio la que confiere a todo conocimiento su carácter <<perspectivista>>”.27La articulación de las reflexiones de Foucault y Nietzsche nos hicieron plantearnos a fortiori, que eso, que supuestamente llamamos conocimiento objetivo, no pasa de ser una más de entre tantas perspectivas antropomórficas, las cuales están condicionadas por nuestras “necesidades vitales”, pero, en este sentido, como dice Olivier Reboul sobre el pensamiento de Nietzsche: “denunciarla no es suprimir toda perspectiva, es sustituir aquélla por otra […] es interpretar una interpretación. [porque un] mundo verdadero, más allá de toda perspectiva, sería la nada.”28 A partir de múltiples reflexiones al respecto de nuestras implicaciones, también nosotros, hemos podido dar cuenta –no totalmente- de que nos vimos –y nos veremos- relacionados con percepciones y predisposiciones “academicistas” y saberes regularizados fusionales, pautas sistemáticas reductoras y sintéticas globalizantes, los cuales, conjuntamente, implican, categórica y

24 Olivier Reboul, Nietzsche, crítico de Kant, Colección dirigida por Jaume Mascaró, Traducción de Julio Quesada y José Lasaga, Autores, textos y temas. Filosofía, No. 44, Anthropos Editorial del Hombre y Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, Barcelona, España, 1993, 40-41 pp.? Julián Sauquillo, Op. Cit., 37 p.25 Olivier Reboul, Op. Cit., 17 p.26¿Es eso?, ¿qué es?, ¿es porque estamos atravesados por el deseo, productor de lo real, porque somos una multiplicidad de sujetos-fractura, sujetos de deseo, que surge la “necesidad”, desencadenada en el no-lugar del pensamiento, que nos incita-mos mutuamente para transgredir el umbral o el límite del pensamiento y de la realidad para pensar desde lo impensado, desde lo otro, no sólo quien soy o quien creo que soy sino además quien quiero ser?27 Olivier Reboul, Op. Cit., 87 p.28 Ibíd. 40-41 pp. Nota: las cursivas son mías.

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esquemáticamente, la lectura e interpretación de los signos y los códigos que consideramos “hablan” natural y directamente de la verdad y esencia de y en lo social. De una manera u otra, este tipo de juicios, percepciones y lógicas generalizadas, no solamente pretenden dar cuenta de lo que se cree son las manifestaciones ónticas o fenoménicas de las cosas, sino, además, de se debe creer, es, la endoconsistencia primordial o consistencia ontológica, naturaleza o esencia, el ser mismo de “la cosa en sí”, la cual, además, por medio de los múltiples artificios y el descomunal (y violento) poder del lenguaje ha sido nominada –domesticada- para devenir en lo real. Foucault retoma a Nietzsche como punto de partida para exponer el conocimiento como una invención de “unos animales inteligentes”29. De lo anterior Foucault responde lo siguiente:

[C]onsideraré -y de buen grado- la insolencia y la desenvoltura de Nietzsche al decir que el conocimiento fue inventado en un astro y en un determinado momento. Hablo de insolencia en este texto de Nietzsche porque no debemos olvidar que en 1873 estamos, si no en pleno kantismo, al manos en plena eclosión del neokantismo. Y la idea de que el tiempo y el espacio no son formas del conocimiento, la idea de que pueden preexistir al conocimiento y son , por el contrario algo así como rocas primordiales sobre las cuales viene a fijarse el conocimiento, es una idea absolutamente inadmisible.30

Es así que, la “propia ciencia es una lengua cifrada, que permite dominar, pero no explica nada”31, además, “toda ciencia, en cada momento histórico, produce sus propias normas de verdad.”32Por otra parte no hay que con-fundir ciencia con saber ya que, el “saber es un agenciamiento práctico, un <<dispositivo>> de enunciados y de visibilidades. […] El saber no es la ciencia, y es inseparable de tal y tal umbral en el que está incluido: [el saber esta constituido] incluso [por] la experiencia perceptiva, incluso [por] los valores de lo imaginario, incluso [por] las ideas de la época o los elementos de la opinión común.”33En particular, nuestro problema-discusión, en concreto, tocara tres dimensiones, las cuales serán utilizadas como argumentos de nuestra polémica –¿o beligerancia?-, estos son: el poder, el saber y la verdad. Estos ejes, componentes de lo ontológico, aunque estrictamente histórico, serán tomados como parte de los elementos que son constituyentes de las condiciones efectivas en las que surgen las formaciones discursivas y que tienen como efecto el constituir lo que es o se debe creer que es o debe ser, en ésta trama singular, el usuario-sujeto que “habita” –o es habitado por- el CAIS Cuemanco. En estos aparatos de ver y de decir van constituyéndose los índices, las correspondencias, los preceptos, las vías o las directrices y las re-presentaciones que pautan o pautaran las posteriores disertaciones, enunciaciones y visibilizaciones o imagos audiovisuales representativos que son, han sido, serán o deberán ser adquiridos y utilizados, pragmáticamente, como las evidencias reveladoras de la verdad del ser de las cosas, además de estar facultadas para mostrar y hablar de lo que se concibe colectiva o gregariamente como lo inmutable. Asimismo, Foucault, desde la perspectiva nietzscheana, sugiere que “la historia de una cosa no sería la historia de su progreso, sino la historia de sus sucesivos avasallamientos, profundos e independientes en mayor o menor grado, sobre la cosa.”34

Verdad y poder, poder y verdad. Por un lado, la verdad como efecto, como afecto del poder en el saber, por el otro, la verdad como efecto, afección del saber en el poder, efecto-verdad, efecto de

29 Cf. Michel Foucault. La verdad y las formas jurídicas, Gedisa Editorial, Barcelona, España, 1999. El texto de Nietzsche dice: “En algún punto perdido del universo, cuyo resplandor se extiende a innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que unos animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue aquél el instante más mentiroso y arrogante de la historia universal” De esto Foucault formula: “ [d]ecir que fue inventado es decir que no tuvo origen, o lo que es lo mismo y de manera más precisa aunque parezca paradójico que el conocimiento no está en absoluto inscrito en la naturaleza humana.”30 Ibíd. Nota: las cursivas son mías.31 Olivier Reboul, Op. Cit., 20 p.32 Julián Sauquillo, Op. Cit., 33 p.33 Cf. Gilles Deleuze, Foucault, Traducción de José Vázquez Pérez, Ediciones Paidós Ibérica S.A., Barcelona, España, 1987.34 Ibíd. 67 p.

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verdad, verdad efectiva producto de la racionalización y sistematización codificada por y en el logos, entendido como lenguaje –el cual incluye a los diversos discursos científicos y de la razón- ya que, éste es la “forma básica de ordenación de la experiencia y de construcción de la subjetividad” 35. Y puesto que “el lenguaje nos antecede con un discurso autónomo del que sería una ilusión sentirnos soberanos”, por consecuencia, éste es el “fundamento de la realidad y lugar donde se dan nuestro pensamiento y nuestra habla.”36Elemento espaciotemporal a priori, estructura estructurante productora y generadora de sentido, la cual traza formas y “contenidos” sin significado, sin representación, así como sus condiciones de posibilidad; pero que, posteriormente, son objetivadas no sólo en enunciados y sus prácticas, sino que, conjuntamente, implica las visibilidades que califican, juzgan y validan las cualidades del sujeto-objeto; estatutos clasificatorios cualitativos por mediación de consensos regularizadores denominados como conocimiento objetivo -evidencia factible o manifestación de la naturaleza del ser de las cosas y por consiguiente de la esencia de la verdad, verdad que para nosotros fue y es producida en y por el régimen discursivo hegemónico expresado en cada contexto.37 En este sistema biopolítico individualizante del que -por las condiciones de posibilidad que generaron las relaciones de fuerza suscitadas- se derivó una economía política y del castigo convencional -que sería aplicada de acuerdo a su respectiva teleología- y que fue producto del cruzamiento, en el espacio temporal denominado social e institucionalmente como Centro de Asistencia e Integración Social Cuemanco. Finalmente, lo que en realidad buscamos fue problematizar un evento del presente, más que intentar responder, respondernos o comprobar la verdad esencial de las cosas. La investigación intentó dar cuenta cómo fue que en ese lugar la experiencia clínica identificó, uni-formó e incorporó, por medio de la palabra-mirada, del dispositivo desplegado en la institución, la concepción, idea, percepción, enunciación, definición y explicación “científico-social” que al haber fundido al indigente y el psicótico en un solo ser creo un nuevo conocimiento al respecto de la locura. De cómo en la indigencia, traducida en las palabras, conceptos y representaciones –simbólicas- sociales de otro fenómeno marginal, y a través de la luz del sentido y la razón, se manifestaron las causas originarias de la perturbación psíquica de-signada como psicosis. Efectuándose el empalme de sus respectivos sujetos, es decir, la mezcla de los sujetos de la psicosis o, los psicóticos y de los sujetos de la indigencia o indigentes, dando como resultado los indigentes psicóticos o psicóticos indigentes. Intentamos analizar cómo, probablemente, fue que la mirada y los enunciados clínicos (de los respectivos discursos) crearon y justificaron el vínculo -a partir del cruce, de la yuxtaposición, de la superposición de formas discursivas y no discursivas heterogéneas, además de sus concernientes modos de ejercicio del poder (Psiquiátricas, Médicas y de Asistencia Social)- que fusionó, mezcló y articuló, científica y legalmente, al indigente y al psicótico. Simulación-mimesis que posibilitó fabricar y perpetrar una especie de isomorfismo sustancial a través de los indicadores, los signos, los síntomas, los conocimientos, las concepciones y las apreciaciones teóricas y prácticas constituidas y hechas por y en el lenguaje, utilizando instrumentos y dispositivos determinantes del y en el juicio – y prejuicio-, en la observación y la experiencia –empirismos“imaginarizados” y constituidos socialmente a priori- sobre lo que es o debe ser considerado como la evidente manifestación de la naturaleza psicopatológica o de la verdad esencial al respecto de la enfermedad mental. Efecto sintético y reduccionista severo, rígido e intransigente de y en la mirada, límite restrictivo denominado esquematización, producto de la figuración previa, de la

35 Ibíd., 38 p.36 Ibíd.* La verdad, señala Foucault, “es la centella que surge del choque de dos espadas; la verdad es el resultado bélico de los discursos. […] sin conciliación pues representan intereses diversos en juego.”37 Julián Sauquillo, Op. Cit., 74-75 pp. La hegemonía del lenguaje discursivo une y desune las cosas dentro del orden de las palabras. “el lenguaje representativo organiza, describe, compila […] La comparación racional según identidades y diferencias entre las cosas se abre paso sobre la semejanza. Las dos formas clásicas de comparación son la medida y el orden. Estas dos comparaciones forman una mathesis o ciencia general del orden. Todas las cosas adquieren aquí un lugar de acuerdo con los grados de igualdad o de diferencia […] El lenguaje ya no es parte del mundo sino que tiene que representarlo desde su exterior.”

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paradójica voluntad de certeza, la voluntad de dominación y la tirana voluntad y necesidad de verdad absoluta; todas estas, reunidas en la gramática representativa o de representación; severo sobrevenir de disposiciones y de ordenaciones simbólicas oficializantes que definen lo que será o no será dicho en nuestros enunciados y de lo que será o no será visto y percibido por nuestra mirada. Tarea escabrosa realizada ante la búsqueda de alternativas que intentan fracturar y disolver prescripciones y prejuicios sin reflexión que modelen y pre-escriban las posibles figuraciones inferidas “razonablemente” de los acontecimientos y sus respectivas problemáticas. De la necesidad que surge en nosotros a partir de la afección constante del saber liberador, del saber –conocimiento- de ruptura, utilizado como herramienta letal y destructiva de la despótica y dictatorial luz universalizante -axiomática y contundente- de la razón y de la conciencia; artefacto o artificio reconstructor de las evidencias esenciales que “presentificadas” emergen como las evidencias, demostraciones y argumentaciones -justas y necesarias- categóricas y decisivas que dan los elementos inapelables que son y deben ser valorados como los indicios y manifestaciones de la verdad absoluta. Para contextualizar el problema tratado, consideramos que, debemos exponer las condiciones, los modos, los perfiles, las formas y los contornos característicos de cada uno de los aparentes acontecimientos en cuestión, de los que existen múltiples diferencias y divergencias; variedad efectuada por la ruptura entre los acontecimientos heterogéneos, históricamente determinados, que, a su vez, configuraron la escisión entre uno y otro, lo que permite, hasta cierto punto, su contrastración de dos modalidades disímiles de maquinarias institucionales y, por consiguiente, de sujetos.

A 38

“La teoría del conocimiento racionalista de Descartes hace del sujeto, el «yo pienso», o la razón humana reflexiva, el punto de partida de todo conocimiento, inaugurando así la distinción entre «sujeto que conoce» y «objeto conocido»”39. Por otro lado, tal distinción es atenuada por Kant, ya que considera que: “«el sujeto que piensa» sólo se conoce a sí mismo como objeto empírico, y por lo mismo como fenómeno, y no como sujeto o yo último, como cosa en sí, por lo que queda desconocido: es el llamado yo trascendental”40.

Para Kant, este yo, no puede ser conocido en absoluto sino solamente afirmado o pensado, esta es, “la condición, considerada como necesaria, para todo acto de conciencia”41 Considera que de esa manera se hace posible toda experiencia, en cuanto él mismo constituye toda condición a priori de la misma; ésta es, construcción del sujeto, y hay objetos porque hay sujeto. Más allá de la experiencia, la cosa en sí, la esencia, el noúmenon resulta desconocido. El sujeto atraviesa con condiciones apriorísticas la experiencia de conocimiento y, accede a conocer, solamente, las manifestaciones fenoménicas de su propia experiencia.

La noción de sujeto, es, eminentemente moderna. “Antes del fin del siglo XVIII, el hombre no existía”42 “Fue Kant quien tuvo el inhóspito gesto de inscribir, indiferente a la historia y al fracaso, una subjetividad capaz de dar origen al tiempo y a la distancia, habitada por la facultad de construir las

38 Esta sección pertenece a un ensayo realizado por el “autor” de éste trabajo terminal, Freddy Castillo, el cual, fue titulado ¿Antisujeto, locura y modernidad? Y que incluimos porque lo consideramos importante para la comprensión de la noción de sujeto que se utilizó para la realización del presente trabajo de investigación.39 Cortés Morató, Jordi; Martínez Riu, Antonio. Diccionario de filosofía en CD-ROM. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.1996-99.40 Ibidem.41 Ibíd.42 Foucault, Michel. “El hombre y sus dobles” en: Las palabras y las cosas. Siglo XXI. 2005. 300 p.

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formas de los objetos y la certeza de la libertad, de ser el asiento de la razón y la fuerza de determinación del sentido de la acción moral”43

El hombre moderno reflexiona, piensa en sí mismo, pero, que ¿no “la reflexión sobre sí mismo carece de una historia propia, de un origen o de un horizonte reconocible.”44? En el proceso de reflexión, en ese continuo pensarse, se ha constituido en sujeto-objeto, actúa sobre sí mismo, buscando aprehenderse, se constituye en categoría principal de su investigación, formamos al otro como objeto epistémico inquiriendo de ellos sobre nuestros propios enigmas, nos concebimos como el objeto primario del propio conocimiento; el hombre hace consigo, lo que no experimentaría ni con los animales. “(...) el hombre es designado (...) ya que es él el que habla” 45 Se confronta, momento a momento, con su propia imagen, imagen temporal, artificialmente construida, que, pensada como naturaleza, como lenguaje, esencia de sí, representación histórica del conocimiento humano que ha sido aprendida y universalizada y que prescribe formas, para mostrarle como el “vehículo para palabras que existen previamente a él”46 y que no le dicen nada, por lo que, ¿se vive fragmentado?, se sabe finito, objeto natural o rostro que ha de borrarse -tarde o temprano- del corazón de la historia. Su propio conocimiento, el cual, le trasciende, ¿lo anula al no responderle quien es él? Situación aporética que lo enfrenta con su propia razón, con su propia finitud, la de él y la de su razón. 47 Se sabe condenado, a la experiencia de su propia imposibilidad, además como hombre experimenta “la caducidad del cuerpo y las pasiones, de los límites del recuerdo y las restricciones de la imaginación, del porvenir, de los extravíos del tiempo”.48 ¿El hombre establece con el mundo una relación que no es el puro reconocimiento de la realidad tal como es y un obrar moral que le concierne únicamente como sujeto?, o “una autentica relación de re-creación del mundo mismo, redimido de la casualidad y de la brutalidad del hecho, en una creación poética en la que está vigente una nueva necesidad”49

Certeza -y ¿hambre? de identidad, y de diferencia- que se ha-n visto obstaculizada-s y contrapuesta-s de cara al fracaso por no poder olvidar, por estar fraguado en los abyectos moldes de la negación de sí por entelequias universales construidas en tiempos remotos y que se han desligado de la vida y de su propia existencia. “donde la Diferencia es lo mismo que la Identidad” 50 “<<Un hombre que no tuviera en absoluto la capacidad de olvidar; que estuviera condenado a ver en todas partes un devenir; semejante persona ya no cree en su propio ser, ya no cree en si mismo, ve que todo se desintegra en puntos móviles y se pierde en ese torrente del devenir: como auténtico discípulo de Heráclito apenas se atreverá a levantar un dedo. A toda acción le corresponde el olvido>>. ”51

43 Mier, Raymundo. “Prólogo. Bitácora de seducciones: contribuciones para la construcción de sujeto y subjetividad en la UAM-Xochimilco”. En: Tras las huellas de la subjetividad. Cuadernos del TIPI. UAM-X. División de Ciencias Sociales y Humanidades. Departamento de Educación y Comunicación. México. 2003. 24 p.44 Ibidem. 12-13 pp.45 Foucault. “Las palabras y las cosas”. 304 p.46 Ibidem. 305 p.47 Vattimo, Gianni. “Diálogo con Nietzsche. Ensayos 1961-2000” Editorial Paidós. Barcelona. España. 2002. 40 p. “Se diría que la dilatación de la conciencia histórica ha de ir acompañada de una ampliación de la personalidad más allá de los angostos límites de la situación individual, el final o la reducción de los egoísmos. Por el contrario, sucede al revés: el hombre de la enfermedad histórica al haber perdido el sentido del horizonte infinito, sustituido por la precisa definición de la situación en todos sus componentes, se retira en sí mismo, en el restringido círculo de su egoísmo, y acaba por secarse.”48 Mier, Raymundo. “Prólogo. Bitácora de seducciones: contribuciones para la construcción de sujeto y subjetividad en la UAM-Xochimilco”. En: Tras las huellas de la subjetividad. Cuadernos del TIPI. UAM-X. División de Ciencias Sociales y Humanidades. Departamento de Educación y Comunicación. México. 2003. 12 p.49 Vattimo, Gianni. “Diálogo con Nietzsche...” 35 p.50 Foucault. “Las palabras y las cosas”. 307 p.51 Vattimo, Gianni. “Diálogo con Nietzsche...” 37 p.

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Experiencia-naturaleza que se manifiesta en sus propios contenidos empíricos en el mundo la cual deviene en trascendencia, (olvidando que, “Lo que llamasteis mundo antes debisteis creároslo”) 52

imposibilitada para registrar cabalmente la singularidad de su acontecer en el universo, imposibilidad de inscribir las particularidades del existir, de su insólito andar sobre la tierra, ni de dar cuenta de los avatares del tiempo que a su vez le transforman, momento nómada e inabarcable que le constituye como ser inaprensible y febril de deseo. La voluntad y la fuerza se han visto condenadas a tambalearse y languidecer ante el florecer cotidiano de la necesidad de estabilidad del universo de lo Mismo. Eterno conflicto que se da entre la necesidad de inteligibilidad de sí y del deseo de lo otro. No se ha podido obtener del aprendizaje el esperado acceso, por medio de las iluminaciones, a la esencia y el fundamento. “Los arrebatos de la percepción de sí, de los otros, del entorno, se conjugan con la sensación de placer que surge como un momento de aprehensión del sentido ante la mirada del sujeto volcado sobre sí mismo.”53 Pensar sobre el mundo, para pensar sobre sí mismo; actuar sobre el mundo para actuar simultáneamente sobre sí “actuar sobre sí mismo y sobre las categorías y figuras de la propia identidad ha sido una manera reticente y a veces inconfesada de actuar sobre el mundo”54 Occidente ha dado lugar a relatos, elucidaciones sistemáticas que jamás llegaran a la conciencia de sí, fantasías fraguadas en los lenguajes de la certeza: una variedad de tentativas cuyo fracaso se extiende hacia el pasado y hacia el futuro como una intrincada sucesión de cumbres y declives, una cambiante marea de espectros, un a esfera de voces sin contorno” 55El hombre se distingue de los animales en cuanto que “aprende a decir<<es war>> (así fue), y se reconoce un pasado con el que ha de entrará en relación. (…) al aprender a decir <<es war>> el hombre reconoce también su más profunda naturaleza, que es la de <<un imperfecto que nunca se completa>> (ein nie zu vollendes Imperfektum),”56sucesión ininterrumpida de instantes, cada uno de los cuales es la negación del otro, por lo que su vida es una lucha continua con el pasado, que gravita como un peso sobre él. “El pasado, sin embargo, no es sólo el peso del que uno se ha de liberar; tiene también siempre el carácter, aparentemente opuesto, del paraíso perdido”57La especulación sobre la identidad, desde su origen, cedió a la negación del tiempo, “los fantasmas de la teología ahondaron la certeza de la separación entre cuerpo y alma: lo perecedero y lo durable, lo que nos arrebata la putrefacción y lo que se preserva más allá de la presencia, lo que se consume en la precipitación de la materia y lo que se purifica en la combustión de lo divino”58

B

En general, y muy brevemente, hemos tratado de hacer un poco de historia, particularmente de narrar cierta parte de la historia que esta en relación con la psicología, pero, al hablar de la historia, de la historia de la psicología, de la psicología en la historia, no intentamos, de ninguna manera, dar cuenta globalmente de la historia de la psicología. No pretendemos difundirla y proclamarla como síntesis evolutiva de completud o desarrollo progresivo armónico en aras de consumación de la Totalidad; y, en general, que debe considerarse que no consentimos, no creemos pertinente plantear a la psicología en la historia como una disciplina que se ha ido desarrollado de manera lineal, autónoma, constante, homogénea y totalizada, sino, por el contrario, tratamos de exponer cómo es que, en su largo decurso tal disciplina ha adquirido múltiples rostros, máscaras, además de sentidos diversos. También, queremos advertir que, el proceso de conocimiento de la psicología sobre lo social, de lo social en lo psicológico, los avatares que la han ido constituyendo como ciencia, también han sufrido tropiezos,

52 Ibíd. Nietzsche citado por Vattimo. 35 p.53 Mier. “Prólogo. Bitácora de seducciones...” 12 p.54 Ibidem. 13 p.55 Ibíd.56 Vattimo. Opus cit. 38-39 pp.57 Ibidem. 58 Mier. Opus. cit.13 p.

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discontinuidades, rupturas y contradicciones; así como de reflexionar sobre las transformaciones que han sido dadas por lo que hemos denominado fundamentalmente, su historicidad. Y, aunque consideramos que: desde su inicio como ciencia, la psicología, particularmente en el estudio de la subjetividad ha tenido diferentes orientaciones, trayectorias y sentidos, que, de algún modo, han sido modelados por su historia y en la historia, aunándose además a las circunstancias socioculturales de la cuales son parte los investigadores los cuales están permeados, y hasta predeterminados, por factores teóricos, políticos, sociales, culturales y económicos, y que, de un modo u otro, perfilan –relativamente- las disposiciones, perspectivas, y objetivos planteados y por plantearse sobre la(s) finalidad(es) de estudiar al sujeto en sociedad; los estudios de estos –nosotros-los científicos sociales (noveles y expertos), sus reflexiones, problemas y problematizaciones también están ligados a las constantes y permanentes contradicciones que se dan en el paradójico ámbito de la ciencia social y de las “humanidades. Pero, hay que reconocer que, a pesar de estar plagadas de contradicciones, imprecisiones, divagaciones, en fin todos los desvíos y desvaríos en las investigaciones de esos hombres de ciencia, y todo lo que ello comporta –positiva y negativamente- nos ha servido para confluir –no estáticamente- en el derrotero disciplinario que se ha denominado académica y culturalmente como: psicología social.

La psicología social tiene como objeto de estudio, ordinaria y extraordinariamente, el entramado de relaciones constituidas entre los individuos y la sociedad. Se instaura, como una disciplina que toma, críticamente, como punto de partida: el no favorecer el estudio de lo individual por encima de lo social, ni tampoco el darle –o no debería darle- preeminencia a la sociedad colocándola por arriba o sobre el sujeto. La psicología social estudia, como ya lo habíamos mencionado, el entramado complejo y complejizado de relaciones que se establecen entre grupos humanos en sociedad, así como los vínculos, las relaciones y los puntos de tensión existentes en el nudo-articulación generado entre el sujeto y la sociedad. Tal proceso relacional o vinculatorio, consideramos, a partir de los efectos-replejos-reflexivos manufacturados y procesados en las reflexiones colectivas hechas en clase que: lo social humano no puede ser explicado solamente a partir de la realidad de los individuos que participan en el espacio de lo social, ni tampoco se puede –se debe- explicar la realidad individual o individualizada únicamente a través de lo social. En el estudio de la relación entre lo social y lo individual se puede, podemos caer –involuntariamente, momento a momento- en posiciones y enfoques reduccionistas.

Por un lado, se puede incurrir en lo que ha sido denominado por literaturas teóricas disciplinarias diversas como psicologismo, el cual, es uno de los problemas en los que puede incurrir el psicólogo social. Como ejemplo de ello, Baró nos menciona en el texto “Acción e ideología” que las tres tendencias o posiciones reduccionistas más acentuadas en este tipo de situación son:

1.-se puede alterar el objeto de análisis desvirtuándolo, al centrarse en el estudio de la persona, se desarticula al sujeto de los problemas de la historia, del contexto social en el que se desenvuelve, y asimismo, de la misma realidad, puesto que lo social sería visto como una extensión de la voluntad del sujeto, con independencia de los factores externos que le constituyen;

2.-por otro lado, encubre el juego de las fuerzas sociales en un momento histórico específico, ya que el sujeto es parte del proceso llamado historia, por lo que está contextualizado y temporalizado, configurado por los elementos de lo socio-histórico;

3.-y por último, los análisis centrados en la persona transforman los problemas sociales en problemas de índole personal o de la personalidad. Lo colectivo se ve con aires de particularidad.Por el otro lado, y también, en otra de las vertientes reduccionistas, está el sociologismo, que proclama y reduce –causalmente- la totalidad de las acciones y problemáticas del sujeto en colectividad a derivaciones, secuelas o expresiones resultantes y accidentales de la esencia-estructura

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de la sociedad. Constantes estructurales que manifiestan fenómenos los cuales son considerados como expresiones simples, simples expresiones -simplificantes-, de la adjetivada sustancia y naturaleza social. La persona y el sujeto son, solamente, el resultado o expresión accidental de las fuerzas estructurales o sistémicas de la sociedad. Este tipo de análisis considera que el sujeto es generado única y exclusivamente por la sociedad. Esto último lo intentaremos ilustrar con un comentario de Foucault, quien dice:

[...] esta forma de análisis [...] tiene un defecto muy grave: el de suponer, en el fondo, que el sujeto humano, el sujeto de conocimiento, las mismas formas de conocimiento, se dan en cierto modo previa y definitivamente, y que las condiciones económicas, sociales y políticas de la existencia no hacen sino depositarse o imprimirse en este sujeto que se da en forma definitiva.59

En ese sentido, el sujeto, se ve, como producto acabado y determinado indefectiblemente por la sociedad, emerge como un objeto imperfecto pero perfectible, accidente, como sujeto cosificado, como sujeto-cosa. Ente orgánico simbolizado alienado y producido sólo en y por el sistema social. Unidad pasiva funcional sujeta a la cual no se le ve como entidad activa y productora, necesaria e imprescindible de lo social, en lo social.

Hemos intentado romper, en parte, con reduccionismos dicotómicos a los que nos enfrentamos día a día en esta disciplina. Y ya que la psicología social construye su objeto de estudio a partir de la relación de la acción humana individual o grupal en cuanto referida a otros, la reflexión, nuestra reflexión versa en la relación a los sentidos que se generan en el entre vinculatorio de la estructura personal y la estructura social. Bidimensionalidad posible de desarticular solamente por mediación de artificios reductores teóricos y pragmáticos. El individuo separado utópica, pero, “racionalmente”, del medio es solamente una abstracción, algo irreal. De acuerdo con Heidegger, consideramos que, el espacio no puede existir por si mismo, sino que, éste, existe a partir de la relación de elementos que le son constitutivos y que le constituyen, y que, por su parte, tampoco hay o puede haber independencia o autonomía total del tiempo, puesto que, éste, se define también por los distintos acontecimientos que se suscitan en él.60

[...] lo que una persona es sólo explica parcialmente lo que esa persona hace. Nadie puede resistir las fuerzas del medio ambiente61

De lo que se entiende fundamentalmente que: tales urdimbres se manifiestan como una serie de dinámicas dadas entre las fuerzas y los procesos que se producen entre los individuos y la sociedad los cuales se encuentran en mutua y constante interacción y afección, y que, además, se presentan como entidades abiertas y dependientes la una de la otra.

La psicología social (...) se interesará también por muchos de los aspectos estudiados por la sociología, pero examinaría la vida – social- (...) como un sistema de interacción humana, con unos mecanismos y procesos peculiares de comunicación, donde los requerimientos de unos y otros van generando normas explicitas o

59 Foucault, Michel. “La verdad y las formas jurídicas”. Gedisa Editorial. Barcelona. España. 1999. 14 p. Nota: las cursivas son mías.60 Cf. Heidegger. “El concepto de tiempo” Conferencia pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo, julio de 1924. Editorial Trotta. Madrid. 1999. “El interés por la cuestión de qué es el tiempo se ha despertado nuevamente en la actualidad por el desarrollo de la investigación física (…) El estado actual de esta investigación está recogido en la teoría de la relatividad de Einstein. Veamos entonces algunas proposiciones de la misma: el espacio no es nada en sí mismo; no existe ningún espacio absoluto. Sólo existe a través de los cuerpos y de las energías contenidos en él. Coincidiendo con una antigua afirmación aristotélica, tampoco el tiempo es nada en sí. Sólo existe como consecuencia de los acontecimientos que tienen lugar en el mismo. No hay un tiempo absoluto, ni una simultaneidad absoluta. Nota: las cursivas son mías.61 Baró, Martín. “Acción e ideología”. UCA Editores. Costa Rica. 1985. 27 p.

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implícitas de convivencia, y donde las fuerzas de los miembros dan sentido a los conflictos y a la estructuración de las relaciones y comportamientos.62

Aun así, y aunque, de algún modo, “sabemos” que la experiencia de otros investigadores nos sirve de punto de apoyo, también reconocemos que esto no es motivo o razón suficiente para sustraernos de perpetrar análisis reductivos. No estamos exentos de cometer errores. Estamos bajo la amenaza constante de caer en ese tipo -y talvez en otros tipos no definidos- de orientación reduccionista, por lo que debemos estar al acecho constante no sólo de nuestros prejuicios sino también de nuestras inclinaciones, certezas, de nuestras circunstancias, en general, de nuestras implicaciones. Se debe –debemos- reflexionar profundamente en cada momento, en cada situación sobre y en cada contexto, espacio y tiempo; porque, como ya lo habíamos dicho, corremos el riesgo de cristalizar el pensamiento al dejarnos caer en las garras de la evidencia y la obviedad; al arribar y estacionarnos en islotes perentorios cientificistas situados en los cómodos desiertos de la razón universal, en los arenales yermos y páramos inorgánicos de ciegas e intransigentes verdades despóticas y absolutistas extendidas y extensibles validadas por convención. Síntesis técnica y tecnológica que, se pretende, nos da los paramentos del bien y del mal, lo justo y lo necesario, lo moral y lo ético, además de la seguridad y herramientas necesarias para dominar, comprender y sobrevivir las inclemencias y embates de la naturaleza en lo social y de lo social en lo natural. ¿Es por ello que nos inclinamos a dividir la realidad? Sirviéndonos de lógicas binarias diseñadas por prejuicios internos exteriorizados y externos introyectados, fragmentamos y dividimos -de una manera bestial- el complejo entramado de relaciones que emergen entre sujeto y sociedad. Tendencia que favorece alguno de los polos que se ha supuesto persisten en excluirse. Polarizaciones que, han sido y son construidas, desde la arbitrariedad. La psicología social debe ser operativa. Esto, lo expresamos, en el siguiente sentido: nuestra disciplina –y otras- debe crear los elementos pertinentes y necesarios que se constituyan en las bases reflexivas del pensamiento crítico, los cuales, a su vez, deben ser utilizados como dispositivos e instrumentos para la acción, para crear una múltiple gama de posibilidades para la transformación de la realidad -social e individual. Buscando además, por medio de la interacción no sólo el intercambio, sino comprensión y la solidaridad. Pero, principalmente, debe potenciar el diálogo. Contacto dialógico constante-variable indispensable que fortalezca la posibilidad de vincular-nos, conocer-nos y reconocer-nos mutuamente, para conocer y re-conocer lo familiar en lo extraño, lo extraordinario en lo habitual, y ser con los otros. De darnos a la tarea de transformarnos solidariamente, cualitativamente y cuantitativamente, día a día, porque estamos siendo articulados en esta unidad diferencial analogizante denominada: el mundo. Por estar colocados indefinible y diferencialmente, en el eterno devenir de la mutua existencia.

Por un lado, no podemos hablar de lo social sin tomar en cuenta al individuo así como no puede haber individuos fuera del marco de lo social. No hay, ni puede haber sujeto si no es en el ámbito de lo colectivo. Si no existieran el o los vínculos, y aunque estos se encuentran en permanente tensión, entre sujeto y sociedad, el uno y el otro -podrían- dejarían de existir. Coexisten, se cohabitan –sujeto y sociedad-, son entidades cosustanciales la una de la otra. Se alimentan recíprocamente el uno de la materia del otro, los unos de los otros. Son -somos- sustancia compartida, y que, además, se manifiesta inacabada, por lo cual, inmanentemente, se transforma. “Lo único permanente… es el cambio”. El vínculo es un elemento, conjunto o cúmulo de elementos que son sustantivos del sujeto y la sociedad; asimismo, es una condición estructural y estructurante que diseña y designa las posibilidades simbólicas y de acción de ambos, por lo que funda los adjetivos que configuran el devenir existencial del sujeto y la sociedad. En el proceso dialéctico, en el dialogo gestado entre lo global y lo local, entre el individuo y la sociedad, los vínculos afirmarán o negarán las normas institucionales dependiendo de las necesidades de la situación, lo que nos muestra como es que a través del vínculo creado entre sujeto y sociedad, ambos, podemos existir.

62 Ibíd. 7 p.

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Por otro lado, a partir de un arduo trabajo de pensamiento, creemos haber percibido, de uno u otro modo, las formas contingentes que toma el lazo social que lo son también de lo individual, dar cuenta del mirar -aunque sea por un instante-, la capacidad de afectar y ser afectados por la trama que constituye a lo individual y lo colectivo, reflexión que, hasta cierto punto, ver a ambos elementos en una relación más que dialéctica, trágica –puesto que, desde esta perspectiva se considera que no pueden existir el uno sin el otro- que se da en esa afección de choque recíproco y permanente entre las fuerzas de lo social y las fuerzas individuales. Expresiones psicosociales caracterizadas por síntesis integradoras en movimiento constante; crisol de acción y reacción, reciprocidad transformadora de lo social sobre los individuos y viceversa. Ambos creados el uno por el otro. Las relación-acción de la sociedad sobre los sujetos y de los individuos al colectivo nos muestran, intermitentemente y sin dejarse descubrir directa y abiertamente, sus profundidades y superficies, los complejos enlaces que se han creado entre sujeto y sociedad. Teoría, experiencia, praxis, etc., filtran por y en la mirada, la incesante tensión reflejada por la lucha eterna que transmuta lo social, y las formas de relaciones, articulaciones, empalmes, relaciones, consonancias y correspondencias diversas –y sus “contrapartes”- dadas entre parejas individuales o colectivas. Encuentros y desencuentros de acción constante de uno(s) sobre el (los) otro(s); situación o circunstancia que cuestiona a cada instante lo que se supone esta dado: sociedad e individuo. Vinculo-intersección que por medio de la acción transforma la(s) realidad(es) momento a momento.63 Estimamos conveniente señalar y hacer énfasis en un problema que consideramos capital, que, desde nuestra perspectiva, incide directa e indirectamente en el estudio de lo social, esto es: sobre la investigación y el debate académico autonomizados, desvinculados de la realidad-ficción, los cuales también edifican dispositivos constrictores del pensamiento, de las diferencias y de las multiplicidades. Pues, creemos, pensamos que: no sólo el investigador novel, el “alumno” (a-lumen; el sin luz), el estudiante o el discípulo se enfrentan a los problemas de la implicación, del prejuicio, de la sobre o infravaloración de y por la hermenéutica, de la extrema sistematización o rigidez estructuralista, de la sobreestimación de lo corporal o de lo incorporal, de los excesos y las alteraciones a partir de polarizaciones o conciliaciones imperceptibles vinculatorias de lo teórico y lo práctico en la realidad social. El cuerpo docente no esta exento de incurrir en la modelización-imposición de criterios globalizantes, universalizantes ¿pensamiento omnisciente, omnipresente y/u omnipotente?; del mismo modo que el o los discípulos, los sujetos de la cátedra, no se escapan de instalar, por mediación de sistemas de significación, de la producción de discursos con efecto de verdad. Relaciones “autorizadas” de signos, objetos e interpretantes que imponen orden, forma y contenido en el pensamiento signado. Sentido generado en el acto de de-codificación de los códigos, que como líneas de enunciación y de visibilidad, suscriben, inscriben, en ciertos discernimientos condiciones –conclusiones- globalizantes, polarizantes y trascendentales con voluntad de poder y de control; espectros de sujeción y disciplinamiento que instauran leyes, generalidades y disposiciones normativas a los acontecimientos y sentidos emergentes surgidos en el heterogéneo tejido social. Execrables derivaciones inferenciales y axiomáticas unilaterales o unilateralizantes, que ubican la compleja red de entramados sociales dentro de profundos esquemas lógicos descontextualizados y elaborados a priori. Se crean contextos falsificados o falsificables al forzar encajar de una u otra manera la teoría en la realidad o viceversa. Uno de los ejemplos más frecuentes de esta situación se da a través de la aplicación de fórceps conceptuales, de la selección y del uso “convencionalizado” de herramientas teóricas y empíricas plagadas de todo tipo de juicios valorativos y de certidumbres inquebrantables o poco flexibles. Los dogmas y la arbitrariedad académica también esta a la orden del día. Como ya se menciono no están sustraídos, no son libres o no

63 Vattimo, Gianni. “Diálogo con Nietzsche. Ensayos 1961-2000” Editorial Paidós. Barcelona. España. 2002. 35 p. La relación entre voluntad y mundo “Lo que llamasteis mundo antes debisteis creároslo” Desde la perspectiva nietzscheana “(…) el superhombre es el que establece con el mundo una relación que no es el puro reconocimiento de la realidad tal como es y tampoco un obrara moral que concierna únicamente al sujeto, sino una autentica relación de re-creación del mundo mismo, redimido de la casualidad y de la brutalidad del hecho, en una creación poética en la que está vigente una nueva necesidad”

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pueden prescindir voluntariamente del incurrir o no de la brutal e intolerante violencia simbólica por la cual también su juicio está atravesado.

El catedrático-pedagogo a través de la enseñanza puede favorecer, potenciar y constituir -con sus alcances y limitaciones- lo producido -en términos de conocimiento- en factores de posicionamiento o de-posición ética, política y epistémica -casual o causal- que induzca, suscite y promueva el pensamiento crítico en sus discípulos o, contradictoriamente, se puede constituir en elemento o componente ortodoxo-rector inflexible que lo obstaculice. O también, por que no, si estamos hablando de, sobre y en los márgenes se pueden dar los dos casos –o más. Supuestos altamente influidos por determinaciones libresco-eruditas introducen complejos revestimientos simbólicos que se incrustan como costras representacionales en el tejido vivo oscureciendo aun más los ya tan difíciles y complicados fenómenos de la existencia humana. Tales nociones-razonamiento o disertaciones re-presentativas de la existencia apelan –aunque pretendan no hacerlo- o son hiladas a formas similares a las Ideas últimas y perfectas del topos uranos platónico del cual se filtra el inmóvil, ultraterrenal e inmortal veneno egológico trascendental en las distintas realidades histórico sociales. Herida narcisista que busca ser subsanada de cualquier manera, por lo que, posiblemente, se procesan formas cicatrizantes o capas de revestimiento de las fisuras, de las rajaduras que amenazan al Yo del sujeto. Dispositivos de gran impacto y alcance que “presentifican” lo dicho. Voluntad de verdad de la que se desprenden obtusos coágulos de irreflexión que a su vez crean cortezas verticales y de lógica lineal que tapona, recubre y vulnera la porosa superficie generadora del pensamiento. Esclerosis conceptual subsidiaria de la úlcera metafísica que pretende endurecer la corteza de la superficie de sentido. Perspectivas mortecinas totalizantes -de corte seudocientífico-, funestas para la comprensión del tejido social vivo. Además de tales obliteraciones, estos –y otros- instrumentos de razonamiento ilustrado -enormemente docto y exageradamente técnico- se han constituido –previamente- en mecanismos trascendentales de conocimiento que compelen e intervienen en las percepciones como principios del y para el entendimiento que darán el o los sentidos que serán advertidos por el grupo. Las posiciones “epistémicas” -de algunos- de ciertos preceptores instalados en el cientificismo se integran, en mayor o menor grado, en el corpus curricular profesado, esto, determina, implícitamente, el contenido, los modos, y las formas, potenciales y operantes que pautan o reglamentaran la dirección, la orientación y, a la postre, el sentido. Puesto que el conjunto de conocimientos acumulados e incorporados al edificio colegiado de tipo científico –llámese la Universidad- proporciona sentidos y significaciones -por medio de sus saberes-, y, por ese conducto, pauta las orientaciones y las acciones, las cuales, están a su vez afectadas por las finalidades y tecnologías –de alto impacto en la ideología- de la institución (relación saber-poder), y que a su vez son estructurantes de lo que se cree son las distintas problemáticas por las que atraviesa la sociedad.

El conocimiento acumulado por distintas sociedades -en diferentes ámbitos y momentos- se ha edificado y organizado -además de ser elegido-, ordinariamente, como una red o como redes epistémicas, estéticas, morales y éticas, de las cuales, se han sistematizado lógica y formalmente, esquemas y conceptos que buscan alcanzar el status trascendental de conocimiento universalmente válido, condición que le da el o los atributos axiomáticos que a su vez legislan, instituyen y constituyen los que será concebido como los principios, modalidades y condiciones nomotéticas necesarias a las que han de someterse y ajustarse las relaciones que surgen o surgirán, por un lado, entre las ideas y los hechos, entre los acontecimientos y el pensamiento, entre las palabras y las cosas, y por el otro, básicamente, entre le hombre y la naturaleza y del mismo modo entre el hombre y la sociedad. Principalmente, queremos exponer cómo es que tales principios o verdades primeras universalizadas y naturalizadas por el hábito y experiencia regulativa dogmatizada por el o los hombres de ciencia, de cómo es que dichos juicios sintéticos a priori64 pautan,

64 “Expresión que aplica Kant al conjunto de conocimientos que, por un lado, son a priori, esto es, independientes de la experiencia y, por otro, se refieren a la experiencia, no siendo meramente explicativos (de las palabras), sino extensivos (del conocimiento) (…) los <<juicios sintéticos a priori>>, (…) son necesarios y universales y a la vez amplían el conocimiento sobre la experiencia (…) La explicación es que tales juicios sólo

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se intercalan, interfieren, y se incorporan para intervenir en la constitución cognoscente y cognoscitiva, material e inmaterial de la existencia humana, al constituirse como los mecanismos y estructuras estructurantes de los esquemas operativos, de los dispositivos operantes que hacen pensar y actuar, de un modo u otro, al constructo espaciotemporal existencial singularizado -escindido para posibilitar su conocimiento- y que se ha constituido en el doble “unitario” o sujeto-objeto y que coloquialmente hemos denominado como: el hombre. Además de esto, dichos axiomas empirizados, elementos trascendentales del conocimiento, se configuran como los referentes que, legítimamente, van a -y deben- orientar y ordenar las condiciones65 de posibilidad del o de los vínculos o puntos de contacto que se dan entre el sujeto cognoscente y el objeto a conocer; de cómo es que estos inciden en la relación que, a priori y a posteriori se da o será dada en el ejercicio -racional y empírico- del acto de conocer; y, por consecuencia, en ese algo que llamamos el conocimiento en general. Como ya se mencionó, tales principios se erigen como el o los pilares o como, la columna vertebral del corpus del o de los conocimientos que pregonan y enseñan las instituciones educativas. Por un lado, se juzga que son los elementos cognitivos o de cognición necesarios para instruir y formar, en nuestro caso, a los futuros técnicos-investigadores en ciencias sociales, pero, por el otro, a falta de “espíritu” crítico los conocimientos se institucionalizan, se naturalizan y se valoran como los elementos epistémicos que dan cuenta de la verdad absoluta. Verdad verdadera, verdad tautologizante que recupera los fundamentos esenciales autentificados que hacen eco de su naturaleza y mismidad; repetición in-diferente mimetizada que hace calcos, imitaciones y copias de lo que dice da cuenta de lo que se cree son los fundamentos y los orígenes de ese y otros ser-es. Verdad de aproximación a sus propiedades elementales, contacto formal y operacional, recto y racional, que perfora y penetra los obstáculos que ocultan y disimulan el ser del objeto; objeto de observación, experimentación, especulación y comprensión que, por medio del proceso y de los métodos epistemológicos utilizados, posibilitan la aprehensión de las estructuras primigenias y primordiales del ser mismo de la cosa, principios universales, inmanentes, eternos, constantes, indelebles independientes de lo que se considera el mundo de la apariencia, contingente, aleatoria, irregular y fenoménica; fenómenos que, por tales conductos, se considera, objetivamente, son o pueden ser “advertidos” positiva y progresivamente los atributos y las propiedades esenciales y naturales de los objetos. Objetos que al ser liberados de su coraza fenoménica, se pretende, explicitan genuina y legítimamente, palmariamente, las evidencias innegables, incuestionables e irrefutables del ser descubierto del objeto. Conocimiento posibilitado por medio del entendimiento apoyado, reforzado y fundamentado en y por la razón que “se dice” neutral. Éste, el objeto, el objeto, sujeto de conocimiento, sujeto al conocimiento, objeto-sujeto, sujeto-objeto es “auxiliado” y asistido por mediación del logos traductor para “tomar” o ser tomado por la palabra, bajo el supuesto de que se intenta hablar de lo que se cree hace referencia a lo que dice éste es, su identidad. ¿El sujeto-objeto habla o es hablado? ¿hace uso del lenguaje o el lenguaje –o los lenguajes- hace uso de él? ¿se puede traducir o puede ser traducido “literalmente” lo que se cree o se dice se ha hablado o se habla materialmente del signo?, ¿se puede acceder al quimérico núcleo creador, a la estructura de la necesidad, pre-liminar a la estructura liminar , al inconsciente del inconsciente, al sustrato vacío y caótico, matriz de la producción-efecto caosmico que ha y va fabricando permanentemente, talvez, una limitada pero inconmensurable posibilidad de multiplicidades, una amplia gama-multiplicidad de posibilidades y de relaciones significantes significativas generadoras de significados -y significantes- y sentidos que son y serán pensados y sentidos, singularmente, como el sentido -y el más allá de éste- que debe ser pensado en sensaciones, así como sentido en pensamientos, en sensibilidades pensantes, y que se experimentan y desean en y por la propia existencia, por lo que se supone es lo que se va correspondiendo o lo que es correspondiente con lo que creemos es la identidad y la diferencia? La individualidad incorpora la diferencia. ¿Cómo es que deben ser o cómo son interpretadas la existencia, la contingencia, la supuesta trascendencia del sujeto-objeto en el acto de conocer y por qué? ¿ la “esencia” -o esencias-, identidad -o identidades- y diferencia -o diferencias- del sujeto objeto, del sujeto objetivado, del objeto sujetado deben y pueden ser comprendidas como estructuras estructurantes (y

son posibles porque se componen de intuiciones a priori, o de conceptos a priori. Lo que mediante ellos sabemos de la experiencia es, justamente, qué hace posible a priori la experiencia”. Diccionario de filosofía. Opus cit.65 Reales, imaginarias y simbólicas ¿repito a Lacan?

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desestructurantes) históricas y transitorias, circunstanciales, dependientes de constantes y variables espaciales y temporales y, por ende finitas o simplemente deben ser o son –debemos- consideradas como estructuras estructuradas nucleares, básicas y esenciales permanentes, fijas e infinitas?, y si es así ¿por qué? ¿debemos establecer -y creer- que dichos movimientos y efectos analíticos sintetizados –que además se han empeñado en que son los representantes privilegiados y dominantes, por lo demostrado, comprobado y afirmado como la verdad y certeza de la razón? Juicios de la experiencia mediados por concepciones a priori y prejuicios de la experiencia que han sido elaborados, divulgados, promovidos y decretados por el discurso hegemónico que se ha introyectado de la razón (razón aplicada e instrumentada en diferentes ámbitos que, además, se pretende universal) ¿estos y aquellos, realmente nos da o nos dan a conocer, utilizando el entendimiento, la o las señales o síntomas que verazmente nos proporcionan el contenido real y verdadero, el paso del sentido patente al sentido latente del signo denominado sentido o acontecimiento? ¿la “propia” identidad ha sido o debe ser identificada y relacionada directa y rígidamente con lo que se considera es lo esencial u original, con el supuesto self que se dice permanece oculto en las “más oscuras profundidades” de “nosotros mismos”, pero que, con la luz directiva, benévola, servicial y omnicomprensiva de la razón se podido localiza al observar, analizar, categorizar, dudar, cavilar, lo particular y característico de lo que se cree se ha identificado y limitado en su infinitud, esto es, el ser de las cosas, la cosa en sí, la naturaleza del hombre, la verdad, el origen, el cauce y el fin de la existencia de las ideas y los actos que denotan nuestra humanidad? ¿por qué y para qué se ha dispuesto, oficial y autorizadamente, legitima y plausiblemente, que se este tipo de juicios de la razón han podido colocarnos en la verdadera realidad, esencia y naturaleza de las cosas? ¿acaso es que por estos caminos unilaterales y globalizados, en verdad, podemos circundar por medio de estas deducciones e inducciones en el interior de las cosas por medio de la palabra, del logos que, aparentemente, se habla a si mismo de si? ¿éste tipo de coordenadas idealizadas y ejes categóricos medulares, simplificadores y reductores o, reductivos, han podido, pueden enclaustrar, prender, sujetar y reunir, por medio de retraimientos unificadores racionales regionalizados, el o los sentidos que se producen en las elipsis y rupturas socioculturales e históricas denominadas como acontecimientos además de todo, de la totalidad de lo que ellos implican? ¿es que acaso la dinámica de la identidad-diferencia procesual o las identidades diferenciales proceso que vamos experimentando singularmente a lo largo de la vida deben ser presentadas y conformadas, solamente, ineludiblemente, con la imagen oficializada o las imágenes primordiales, descendientes de racionalizaciones puras o que aspiran a la pureza? En este sentido, se dice, nos dicen, que la verdad o las verdades naturales, universales y necesarias que constituyen, que construyen el o los conocimientos nos dan cuenta de lo que es y debe ser el porqué y el para qué de la cosa pensante que Heidegger denominó dasein, o como nosotros lo llamamos: el ser en el mundo. Sentidos y verdades absolutas que se cree, o se nos hace creer que se ocultan en terrenos subterráneos e inhóspitos, en los territorios más herméticos e inescrutables de la existencia humana, velados al hombre por ignorancia o sinrazón, pero, a pesar de ello, se dice, se considera, que se tiene, que tenemos la ventaja, la posibilidad de que unos y otros son o sean potencial, cierta y legítimamente cognoscibles; se antoja que éstos y aquellos, de una u otra manera, pueden ser conocidos en su plenitud, abundancia, totalidad y claridad, como ya dijimos, por medio de la cualidad-agente que suministra al sujeto cognoscente la energía necesaria, la capacidad y poderío; por la condición trascendental del conocimiento, por esta, la autonombrada máxima facultad, por esta autoridad, que hasta nuestros días se considera como la matriz de la verdad, de la comprensión y el entendimiento; por la que es considerada la suprema soberanía del hombre -única posibilidad del y para el entendimiento de lo humano- que se dice se ha producido en el espacio interior más importante de si mismo, esto es: la Razón Universal. Esta, configura las verdades genéricas y totales, autónomas y autoreferenciales que, son manifestadas en sus realizaciones, en los hechos de la experiencia. “Naturalmente” implantan nueva(s) ortodoxia(s) metafísica(s) secularizada(s), disimuladas, encubiertas bajo –y sobre- los artificios, no sólo de la retórica, sino también por poderosas e impresionantes críticas apócrifas que persistentemente se alimentan y nutren de la violenta infección-divulgación monolítica y logocéntrica que se nos presenta diaria, cotidianamente, en los espacios que han sido destinados para el ejercicio del debate y la reflexión del o de los pensamientos. Situación que sedimenta y atrofia el pensamiento en las zonas que

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supuestamente son destinadas para ser utilizadas como las áreas especializadas para la “instrucción” y fomento del pensamiento crítico66 (básicamente, estos son, los salones de clase); “circunstancia” formativa de una forma de pensar o para pensar que será y debe ser regulada en periodos monocíclicos homogenizados y homogeneizantes que, en interminables, absurdas y extremas abstracciones que son o que se van desvinculando de la realidad, pero que, a pesar de ello, la absorben, institucionalizan para posteriormente cosificarla. Abstracciones muertas que aunadas a la praxis, se erigen en los componentes objetivos -objetivantes-, en guías o pilares constrictores de la reflexión y la orientación en torno a una heterogeneidad de conflictos psicosocioculturales y biológicos, entre los cuales, creemos, se encuentra el tema que hemos elegido para el presente trabajo.

Desde esta, nuestra perspectiva, queremos, ¿estrictamente? señalar cómo tales disertaciones o razonamientos, maquinas deseantes encarnadas en los sujetos, intentan no solamente producir, mostrar o exhibir cómo el sentido –o los sentidos y sus posibilidades- y los significados sociales o socializados pueden ser aprehendidos, de una u otra manera, por mediación de los saberes científicos; sino además, y a través del análisis, debemos proceder a des-codificar -con otros dispositivos o herramientas teóricas críticas- tal conocimiento sistematizado, y, de este modo, pensar de otra manera. Asimismo, de construir nuevas formas de trabajar, otras formas de investigar y accionar en el campo, pero, principalmente, de concedernos la oportunidad, de darnos a la difícil tarea poder de preguntar-nos -de problematizar- los cómos y los porqués –o por o menos verterlo como sospecha que sugiere potenciales y futuras problematizaciones al respecto de los cuestionamientos anteriores- del sentido, las acciones y los efectos del (o de los ) dispositivo(s) desplegado(s) en el (las) aula(s).

Otro de nuestros conjeturales puntos de vista pretenden dar cuenta de cómo, probablemente, al investigar, tales conocimientos se erigen como vehículos mediáticos de las formas y contenidos y que están hilados en los objetos de investigación, en el campo de intervención así como en la realidad. También, de la urgencia de enunciar los peligros que se corren –que corremos- al no tomar la distancia necesaria dado el exceso de implicación. Conjuntamente, debemos intentar comprender cómo es que se instauran y porqué se pretende que estos son los sistemas de conocimiento categorizado que se han configurando como las entidades racionalizadas, productos de la cultura, que dicen y suponen –objetivamente-, ser los instrumentales técnicos y teóricos más idóneos que nos posibilitan el supuesto punto de contacto o de aproximación más cercano con la realidad. O –en el mejor de los casos- atendernos las cuestiones que implican discurrir e inquirir en el o los por qués se consideran o deben considerarse como los medios de acercamiento –dependientes también de la capacidad interpretativa del investigador- que dan cuenta no sólo de las múltiples superficies virtuales productoras de sentido-s, sino altiva, soberbia y petulantemente de por qué se han erigido y dis-pensado como los medios abstractos empíricos utilitarios que nos aproximan o nos permiten acceder al corazón, al núcleo mismo del (los) sentido(s). Asimismo, deseamos exponer y proponer que en un futuro próximo se abra y amplié el debate y la crítica no sólo entre los actores de la relación académica, que tales razonamientos no sean ni monológicos ni unilaterales, que no sean solamente del uso exclusivo - como parte de los derechos otorgados como parte de los beneficios institucionales- del cuerpo docente. Que no sea sólo un “dialogo” entre miembros del mismo gremio; que no se constituya solamente en parte del desempeño de la legitimación autorizadora de las discusiones permisibles o que deben ser permitidas por y entre los profesores. Consideramos que el debate y el diálogo necesariamente deben ser llevados más allá de los espacios académicos. Creemos que entre el decir y el hacer hay varios abismos. Buscamos canales y rutas alternas, alter-nativas de diálogo, de dialogizaciones, alteraciones dialógicas, diálogos que alteran y transforman la supuesta mismidad, del dialogar, de dia-logos que, también, paulatinamente, sean inclusivos –y no exclusivos (de exclusión)- del punto de vista, claro esta, paradójicamente, no sólo reflexivo y crítico, sino además absurdo y acrítico -

66 “Nunca intentes frenar el pensamiento, pues seguramente lo lograrás. (…) Encuentra un mayor placer en la disensión inteligente que en el acuerdo pasivo pues, si evalúas la inteligencia como se debe, lo primero implica un acuerdo más profundo que lo segundo.” Rusell, Bertrand. “Decálogo liberal”. Citado por Robles, José Antonio. Opus cit. 18-19 pp.

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pues consideramos que, también de los “desvíos” y erratas se producen pensamientos, que inducen e invitan a pensar- de los estudiantes. Por medio de deconstrucciones críticas de los múltiples dispositivos pedagógicos montados, analizar y tratar de comprender, entender, y problematizar las posibles incidencias e implicaciones que están filtradas (filtros) en el pensamiento; y así comenzar a desmontar el edificio de instrumentales teóricos que dirigen y producen en mayor o menor grado las perspectivas y los horizontes de sentido que se generan en la cátedra. De cuestionar cómo estas maquinarias discursivas academicistas fabrican modos y formas mediáticas estructurantes que inducen a ver en la experiencia real efectos de la voluntad de verdad de estructura epistémica desplegada, proyectada e introyectada. Situación estructurante que homologa los discursos teóricos con la realidad. Voluntad de poder y de verdad que se suma a la violencia simbólica que se pretende combatir y que están “presentes” en las lecturas que se practican en las múltiples y cotidianas intervenciones e investigaciones que son realizadas en el profundo y complejo entramado social, y además, invitamos a divulgar y debatir cómo en un abrir y cerrar de ojos –diría yo que en varios- los “dispositivos críticos” también pueden domesticar, alienar –negativamente- y adoctrinar a los sujetos investigadores en corrientes de pensamiento que, contradictoriamente, devalúan, descalifican, y cristalizan la realidad. Además de que niegan las implicaciones linealizantes de la visión. Por lo que, tomando en cuenta lo anterior ¿podríamos suponer que a partir de tales dispositivos críticos, lejos de intentar com-prender-nos, nos aleja-mos por con-secuencia de la mirada omnisciente de unos y poco critica de otros de los sentidos constituidos en y por lo social? ¿es el o los dispositivos? ¿Somos nosotros? ¿o son ambos? ¿Qué nos provee de la luminosidad necesaria para visibilizar, para poder “ver” así apreciar los contenidos del pretendido e hipotético sentido latente que la totalidad dilata en sus construcciones colectivas manifiestas?

Debemos posicionarnos críticamente y reflexionar sobre la posible imposibilidad de com-prensión y de con-tacto que pueden generar los monólogos discursivos o de discurso (colectivos o singulares, entendiendo lo singular no como lo meramente individual, ya que lo individual como indiviso –o total- es algo atractivo pero quimérico, sino, como sujeto –imposiblemente irreductible a lo estrictamente social, pero implicados e inseparables el uno del otro), del excesivo racionalismo, idealismo, materialismo y todos los ismos habidos y por haber, que ante su rigidez no evocan, ni provocan la vertiginosa, intensa y descomunal descarga del pathos-relámpago o estruendo desgarrador que hemos denominado como diálogo. Reflexionar, sustraernos e incorporarnos en el eterno movimiento espiral que en constantes e inconstantes pliegues y repliegues nos hacen… pensar el nos-otros… Así como de -y sobre- las nuevas formas que toman las estructuras de poder-saber, que como mecanismos de dominación, de violencia, y de guerra destructiva median y se inter.-ponen entre nosotros -los occidentales- y los otros (que nos dan la esperanza de poder, de poder ser la promesa de un nos-otros). Posibilidad, una de tantas posibilidades, del tratar de entender-nos, de re-conocer-nos, por medio del arte hecho lenguaje, de inventarnos constantemente día a día. Una corporal-incorporal conexión (nexo participado, la relación de la relación) que hace de la relación-acontecimiento-sentido un cuerpo-sujeto, un cuerpo vivo, vivido, experimentado, en una multiplicidad de palabras hechas sangre. Irreductibles al estricto e inhumano significar-se univoca-mente como lo puramente social, psíquico o biológico.

A través de las diversas proyecciones-introyecciones dialógicas que nos tras-tocan, limen-vínculo del interior-exterior y del exterior-interior que, como sesgo del lenguaje (nos) pretende(n), seducen y con-voca(n) y, además nos con-fronta, en una o varias acometidas-intentos -a partir del desconocimiento mutuo- al reconocimiento, intensión de re-conocer, de conocer-nos, y así poder enunciar(nos) mutuamente, no sólo el/los posibles sentido-s –plurales, singulares, diferidos, inexactos, heterogéneos, cartográficos, territorializantes, desterritorializados, etc.- oculto-s de-l(os) signo-s que vamos deconstruyendo y construyendo en el entramado social; sino, además, de reconocer que las relaciones -en permanente tensión- articulan la-s diferencia-s e identidades de manera procesual y que, de un modo u otro, se van dando en la sociedad y en el sujeto en y por la historia. Vínculo historizado –temporalizado y especializado- que une y distancia, que ficciona productos-entidades creados en el (des)concierto suscitado por las atípicas, múltiples y enigmáticas polifonías de los símbolos, significante-significado-

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significancia que se expresan en la rítmica del ser-lenguaje; compás(es) atonales quien(es) produce-n cualitativamente el histórico-ontológico ser del signo. Ficción-realidad-intensidad forjada en el azar de la contingencia, inaprensible, ilimitada e inconmensurable atopía nómada desterritorializada que se desplaza, se desliza -en un eterno resplandecer- hacia la forma que toma el cuerpo-palabra, en algún-ningún lugar (atopos), y que eclosiona el principio de un nuevo, inefable y excepcional amanecer nombrado por-venir. Intensidad que se encubre, se recubre bajo las crónicas (de Cronos) relatadas por los cuerpos sujetos del acontecimiento, sobre la experiencia vivida del horizonte de sentido. Huella, ausencia que, desplazada y vinculada con los diversos elementos contenidos en el espacio, nos promete mutuamente, colocados la presencia de la ausencia, falla, fractura que interpretada y resignificada no solamente orienta, sino además, nos da la posibilidad de crear a partir de la grieta y el vacío un posible territorio-sentido que construir, configurado como la necesidad de las posibilidades, como la esperanza del encuentro en y con el porvenir. Pasado que da a la palabra hueca, indirectamente proporciónal al significado directamente proporcional al sentido, un exceso de sentido que estalla y se derrama en la totalidad, extra-ser significante que no reproduce el excedente, pues sabe, que sobra y que falta a la vez, que esta quebrado, por lo cual le es imposible, enunciar totalmente, las propiedades y las impropiedades, las “esencias” últimas y significados totales que de la vida llamamos realidad. Realidad dotada de significancia, que intenta expresar -con sus limitaciones- el sentido inaprensible e inconmensurable de una realidad viviente, de una vida viva.

Debemos tomar en cuenta que, ya que el logos discursivo, modelador del pensar, del pesar los objetos construidos socialmente, objetivado en especulaciones de toda índole, por una parte, consideramos, se da a la tarea –una entre otras tantas-, de la búsqueda de la aproximación a los fundamentales terrenos del insondable magma, ¿diría Castoriadis?, o al espectro creador -como lo hemos llamado nosotros- de significaciones y sentidos estructurantes de la existencia humana y que, dada su necesidad de certidumbre y seguridad, se ha plegado del exterior al interior del pensamiento, y viceversa. Además, domo tales estratificaciones epistémicas se pliegan en el interior de las aristas del pensamiento -sólo en algunos rincones, afortunadamente-, orientando el sentido de los intangibles e insustanciales contenidos mentales de lo Otro; en estratos que engloban masas complejas de conocimiento que escenifican cantidades inconmensurables de fenómenos gestados en el devenir existencial del conflicto humano que es el vivir. Es necesario replantearnos ética, política y epistemicamente cada uno de los “fundamentos” y axiomas que se han constituido a través del tiempo como la verdad, única y esencial. En este sentido, creemos que la realidad o las realidades, hablando con toda arbitrariedad, pueden referirse más a síndromes biopsicosocioculturales, si se estableciera una equivalencia entre la problemática social y un tipo personalizado de concepto, y no a síntomas -asemejados de igual forma al signo-, ya que aquellos no tienen como éste último, un único referente de origen.

Los sujetos, implantan factores particularizantes en sistemas multirreferenciales circunstanciales que, se aglutinan y convergen en entramados situacionales que los saberes han globalizado o ajustado a presupuestos y premisas teóricas que, en parte, se han formado, en el proceso de interacción e intersubjetividad, para tomar, posteriormente, la forma del corpus existencial del sujeto; adecuándose como nociones de realidad que se legitiman por convención, por lo que al ser aceptadas por una comunidad científica, ulteriormente se instituyen e instauran en el colectivo para introducirse, internalizarse, por medio del proceso de subjetivación como el producto social que “representa” la experiencia objetiva la cual familiarmente denominamos como conocimiento. Nociones, juicios, discernimientos, comprensiones e ideas socialmente adquiridos –y producidos-, certificados, legalizados, nomizados, que simbolizan los conocimientos que van regulando los filtros y los instrumentos ópticos a través de los cuales será –y deberá ser- mirada la virtualidad que hemos calificado culturalmente con el característico y naturalista nombre de… ¿realidad?

Las consideraciones que nos han llevado a problematizar el acontecimiento –¿construido despóticamente por el equipo investigador?- al que creemos enfrentarnos, creemos, se nos revela en

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apariencia fugaz, múltiple e ilusoria, en ciertos tipos de corporeizaciones transitorias o materialidades que transita, que además es transitada por espacios y tiempos que se concretizan en signos que se van emplazando en el pensamiento. Acontecimientos que son adaptados, ordenados y organizados en géneros, clases y familias sintácticas, semánticas y pragmáticas que a la vez van confeccionando eventos inteligibles, legibles, explícitos, claros, pero por desgracia también en eventos adulterados, adulterables, falsificables por la mirada en el lenguaje o la mirada del lenguaje, que, dado lo anterior, se presentan ante nuestros ojos no como encuentros sino como desencuentros, disensiones divisorias efectuadas por el fundamentalismo intransigente, poca o nula tolerancia y hasta extrema y severa aversión a la aceptación de lo otro, animadversión s lo otro, a los sentidos disímiles que se considera deben ser poco o nulamente tolerados. Otredad que busca ser incapacitada, descalificada, desarmada, invalidada y anulada a través del ajuste de las alteridades a los regímenes “lícitos y legítimos” del intelecto hegemónico cosificado.

Quizá, en algunos momentos -¿objetivamente sabremos cuando? ¿y no estará ahí, uno de los puntos nodales del conflicto?-, “realmente” se “exteriorizan” los sentidos y sinsentidos en formas paradójicas a los que sistemáticamente, por fuerza de categorizar los eventos suscitados en lo social. Por lo que se yuxtaponen y prescriben formas y contenidos que pretenden “capturar”, domesticar y modelar las producciones socioculturales humanas, en las oscuras fábricas de las inagotables -y a veces innecesarias- disertaciones de la razón; obradas por grupos alienados a las estructuras del saber-poder, y que, manufacturadas y delineadas como producciones maquínicas, son fabricadas para ser re-presentadas, para re-presentar-nos. Constructor racionalizados y procesados que, encausan el pensamiento por las rectas veredas que determinan el origen, fin y destino; y que van desdibujando una amplia gama de multiplicidades-proceso, horizontes sentidos y sinsentidos ininteligibles e inaprensibles de los acontecimientos que intentan mostrarse de manera global. Acontecimiento(s) y sentido(s) que no puede(n) contenerse en un metarrelato, y que tampoco puede dar cuenta globalmente de la(s) totalidad(es) de la(s) historia(s) humana(s), esto, dado por el carácter finito de la razón y de la “existencia”. Unileteralización racional que autoriza fijarles no sólo dentro de las fronteras de lo permitido e imaginable, sino además, de inmovilizar, cosificar o marginar al pretender incrustarles de manera drástica, severa e insensible, en los unívocos senderos-sentido de la razón hegemónica y dominante que, al mismo tiempo, ha constituido terribles obstáculos y barreras para el conocimiento de otro tipo de experiencias, racionalidades y prácticas de y en los márgenes. Descalificación que pretende suspender las experiencias-sentidos marginales que se desbordan en flujos y reflujos no codificados a través desplazamientos y deslizamientos constantes, fugaces, vertiginosos e intensos alrededor, debajo, sobre, dentro y fuera, en las periferias, en el exterior, y en interior, en la profundidad y superficie, entre lo incorporal y corpóreo del sentido y sinsentido. Efecto transgresor que se expande en la superficie del “núcleo”, en el rostro y epidermis del absurdo y supuesto sentido concéntrico que se pretende universal.

Desde diferentes causas, casualidades y perspectivas, y por que no decirlo, desde heterogéneos finalidades trataremos de abordar –o ser abordados- el tema que hoy nos ocupa: la moderna locura. temática que ha sido abordada, históricamente, desde diferentes enfoques de pensamiento que comprenden desde los más comunes hasta los más fantásticos, críticos y acríticos, etc. –filosóficos, psicológicos, sociológicos, antropológicos, etc.- Puesto que, el hombre, deseando instaurar sentido y orden al supuesto caos emanado del supuesto sinsentido o sentido irracional e ilógico o lógico desordenado y trastornado emulado por la locura; ante la necesidad de darle cierta inteligibilidad y respuesta a los tan insólitas e incomprensibles situaciones-problema con los que se enfrenta diariamente en su complicado existir en y con el cosmos, de varias formas y por variados métodos y procedimientos, busca dar respuesta, particularmente a éste, al problema de la locura, uno de los más oscuros, vetustos, complejos e indescifrables enigmas, conformados como parte inherente de la inextricable y sorprendente paradoja que es la existencia humana. El hombre tratando de comprender, entender y dar respuesta –y por que no, solución- a los sentidos y problemas que acarrea la LOCURA instituye sociolectos que delimitan los fundamentos, argumentos, demostraciones, explicaciones, evidencias así como las medidas (del medir y del hacer), técnicas y significados hipotéticos objetivables y objetivados en torno a dar respuesta a las

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demandas y necesidades capitales “interpretadas” de antemano; sentencias que, se afirma, son solicitadas por el grupo social, es decir, primordialmente, este tipo de veredictos ya están determinados previamente por lo que nosotros consideramos -se supone- el imperio tiránico y despótico de la razón unilateralizada.

Cánones sociales y preceptos normativos se instituyen ante el presupuesto de la inminente e imperiosa necesidad del desarrollo y perfectibilidad de la organización y de la regulación de las relaciones, de las supuestas exigencias de reglamentar las múltiples interacciones generadas y conformadas entre los sujetos en sociedad. Presupuestos, supuestos, figuraciones y conjeturas que buscan instaurar deducciones, inferencias y conclusiones que, presuntamente, dan el sustento y la materialidad oportuna para constituir las bases y certezas que proporcionen seguridad, estabilidad y orden; de establecer un universo de significaciones que trascienda en la naturaleza, y forje una moral que combata, proteja y de sentido a la existencia del colectivo, al grupo masificado que, ante el temor y la expectativa, se ven enfrentados al terrorífico caos anómico. Ya que, uno de tantos –no solamente por ejemplificar o mencionar alguno de ellos, además de que no consideramos haya sido incluido de manera arbitraria, sino que, lo hemos aludido porque lo creemos un elemento o motivo constitutivo e importante para la elucidación de nuestro problema de investigación- objetivos trazados por la sociedad es el desarrollo y perfeccionamiento de políticas públicas, de disposiciones, de estrategias y técnicas que regulen el intercambio y la interacción entre los ciudadanos, miembros del pacto social. Se instauran formas de gobierno –o así debería ser- que promuevan y que incidan en el mejoramiento y desarrollo de las condiciones de existencia de los sujetos en con-vivencia micro y macrosocial. Las consiguientes normas son institucionalizadas y, además, legitimadas por su carácter de plausibilidad ya que se basamentan en relaciones contractuales, en pactos y acuerdos establecidos en y por la sociedad bajo el supuesto de estar probadas y aprobadas consensualmente pues, se considera –en general- que dichas regulaciones se encuentran en relación directa o indirecta con el proyecto o teleología social. Normas en las que, además, se definen sentidos globales –o globalizados- y, por consecuencia, sus consiguientes significados. Se establecen las formas y los contenidos que modelaran y orientaran, asimismo, no sólo el posible cauce -hasta cierto punto- sino también la probable, la posibilidad de identificación con el proyecto social y, además de esto, la formulación de las representaciones de manera sintética, de lo que, consciente e inconscientemente, se considera como la identidad.

A partir de validaciones y legalizaciones del sentido interferidas por las interpretaciones oficiales, el sentido-fundamento es vertido en términos y moldes, el cual se ha coagulado o uniformado por mediación de “los conceptos”. Imágenes alienadas –negativamente- a preceptos unívocos que intentan “fijar” el sujeto-acontecimiento -y sus plurívocos efectos de sentido- en “significantes cosificados”. Particularmente, en este caso, nos referimos al sujeto loco en su relación con el hombre sensato, la relación entre lo normal y lo anormal. Codificación que ordena y juzga –son juzgado- a partir del posicionamiento, de la colocación –dualista y moralizante- que se le de a uno o a otro en uno u otro en alguno de los extremos establecidos en y por la oposición. Posicionamiento que define el sentido esencial (morfológico, “espiritual” y psicológico) que es constitutivo de las partes que conforman la dualidad; argumento que en la proposición materializada por el binomio normal/anormal significa que o quien debe ser considerado -a partir de la identificación y etiquetación por parte de la masa humana- como mentalmente saludable o como demente. Significaciones y representaciones apuntaladas en el imaginario-dispositivo construidas a partir de contemplaciones y especulaciones disímiles y múltiples generalizadas y hechas por y para el Hombre. Y que, además, como dispositivo, maquinaria de visibilidad (e invisibilidad), de acuerdo a Foucault, entendemos que: ya que una de las primeras -o principales- cualidades dimensionales del dispositivo son, por un lado, las curvas de visibilidad y, por el otro, las de enunciación, lasa cuales grosso modo permiten poder ver y decir, esto es: los dispositivos son maquinas para hacer ver y hacer hablar. De acuerdo con lo anterior y tratando de abarcar solamente –un mínimo fragmento de- las finitas pero inconmensurables combinaciones función-ales del lenguaje, creemos que, tales condiciones –semióticas-, son, en este sentido -y talvez en otros sentidos- lo que básicamente cimentaría lo que se considera en la cultura y la sociedad lo que conocemos como principio

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de realidad. Así, al exponer, el social y culturalmente llamado loco, su “científicamente” tan demostrada (demostrable) y explicada (explicable) condición desviada y anormal, la cual es valorada –extremadamente- asimétrica, incongruente e incompatible con los parámetros de lo que socialmente ha sido definido -por la razón en y por la palabra- como lo sano o normal. Diagnostico estigmatizante que determina, por una parte, los cómos y los porqués asistenciales y humanitaristas dirigidos al loco; de cuales son las razones que determinan el porqué se le debe amparar para salvaguardarle de la sociedad o proteger a la sociedad sino, también, de él, de él mismo. No sólo se valida la internación –voluntaria e involuntaria- y el tratamiento para guardarle y asistirle de las vicisitudes de la enfermedad, sino también se toman como las medidas necesarias que deben ser llevadas a cabo para prevenir la posibilidad, siempre latente, de que el sujeto de la psicosis o de la locura pueda cometer –cualquier- algún tipo crimen. El loco, al que se asume esta privado de la razón se estima y considera, además, como un enfermo moral con amplísimas probabilidades y tendencias orientadas a acciones violentas de tipo criminal o cuasicriminal. Por lo que, regularmente, se le condena al enclaustramiento –medida de transformación y recuperación basada en el tratamiento y terapia física y psíquica moralizante-, se le sujeta a permanecer encerrado en el lugar del no-lugar, en el lugar del no-sujeto, en los escenarios que pretenden colocarle en los límites especializados –espacializados- de la orfandad. Separación-emplazamiento idónea, sitio ideal para los inhumanos marginales “locos”. In-corporación a lo(s) otro(s) que se considera lo que No Es. Movimiento de exclusión-inclusión, de la unidad, de lo familiar y humano a lo inhumano, a lo segregado y maldito. Sujetos expulsados hacia los magros territorios del mal ¿por haber o por ser el/los (los) transgresores del orden, los representantes y apologistas del caos y la desmesura? Sujetos de derecho, de desecho, sin derecho, sin derechos civiles, ¿civilizados? sí… vileza. Si… viles, viles desechos sin derecho. Derechos sin derecho, sin derecho al ejercicio, al ejercicio de sus derechos, de sus derechos “humanos”. Pero ¿cómo ejercerlos si, hasta cierto punto, no se consideran humanos aunque así se les diga?, ¿cómo es que podrán ejercerlos si son considerados, en el mejor de los casos, como semihumanos, y en el peor de ellos, inhumanos? Por lo que nos preguntamos: ¿Qué es lo que debe considerarse como lo humano? Absurda paradoja que consume su “derecho” a la libertad, a la existencia, a la vida, simplemente, por “carecer” de la luminosa (¿universal?) y humana razón. El loco, producto social, producto-productor de sentidos y sinsentidos en la sociedad, apreciado como uno de los principales arquetipos del desorden, el caos ¿y la muerte? Sujeto-signo conceptuado como la figuración caótica corporeizada, la revelación por excelencia del caos, como la negra minuta del símbolo, símbolo sombrío radicalizado que amenaza sediciosamente en disolver el sentimiento y la idea -y certidumbre- de la Unidad de la Realidad. Figura alegórica, emblemática, enigmática y fantástica emanada del desconocimiento del desconcierto que provoca el descontrol y el deseo desmedido de comprensión e inteligibilidad de lo ininteligible del sentido o del sinsentido de lo inteligible, o, “simplemente” –sin minimizarlo-, se lo Otro, otro. A toda costa, el Hombre busca responderse a través de la razón ¡Qué es! Duda enfermiza que intenta conocer el fundamento del “porqué de las cosas”, deseo de acceder al corazón, a la naturaleza del fenómeno, por medio de la razón y la conciencia, por lo que este ente, autodenominado hombre, hace uso de los conocimientos acumulados y desarrollados, hace uso de sus herramientas, teóricas y técnicas, ejercita su experiencia positiva en el uso de los signos -entendidos como entidades incorpóreas y racionales que median y posibilitan el conocimiento; por ser imaginados como los vehículos mediáticos capaces de acceder o dar acceso, al sujeto cognoscente, a las propiedades y la verdad esencial e inherente del objeto cognoscible. Bajo estas consideraciones -aun ahora- se pretendía que la razón le permitiría al hombre de ciencia conocer y acceder, paulatinamente, por medio de la experimentación y de la experiencia al principio fundamental, al tan anhelado origen, y así llegar a la re-apropiación de la “esencia” misma de las cosas, noúmenon, objeto de deseo situado en las profundidades, en el centro, en el corazón del abismo aun insondados del universo (¿signo o síntoma?). Una supuesta traducción “literal” de los signos-síntomas, lectura descifrada en el cuerpo signado del loco incidió en las consideraciones diagnósticas que los sujetos (de investigación e investigados) proyectaban e introyectában a la par, recíproca y asimétricamente (pasivo-activo, activo-pasivo desplazado, en alternancia y continua movilidad) Los sujetos de la locura, los sujetos que han sido o se consideran como

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los locos, los insensatos, o los psicóticos, jamás, en la “historia de la humanidad”, han sido los mismos. Histórica, social y culturalmente, los locos, los “psicóticos” –de acuerdo a nuestro problemático planteamiento- han sido construidos y asimismo, consideramos que, por esas vías, en sus múltiples relaciones, son construidos.

Sujeto-variable contextualizado, contorno, significación y expresión móvil que converge -y diverge- parcialmente en un instante en el que se desdibujan cuerpos –simbólicos-, los cuales se borran, se bosquejan, se re-diseñan y se vuelven a dibujar, para plasmarse en lo que será calificado como lo inhumano y humanamente hostil, lo negativo y enemigo del orden, de la seguridad, de la paz y la concordia del hombre en sociedad. Se dice que, el loco, el psicótico está, es, un individuo disociado y pervertido interior y exteriormente. , Pero nosotros nos preguntamos: ¿Quién a estas alturas puede decir que el hombre es un ser unificable, perfectible, sistémico e integral que esta constituido por una estructura homogénea que tiene, tiende, hacia una única finalidad, claro esta a partir de la adecuación a instancias genéricas trascendentales -ideales y abstractas- como el yo o la conciencia? ¿son acaso la nueva generación de positivistas fundamentalistas ortodoxos y religiosos? ¿científicos dogmáticos? ¿es o son los productos necesarios del hombre masificado? ¿Quién, a estas alturas, puede pretender que el sujeto –tarde o temprano- estará -en algún momento paroxístico- en el cenit, en el definitivo y terminante nivel que ha concretado la consumación, la culminación de la completud, la obtención y consecución del ser que totalmente ha sido acabado? ¿Pues que no, el sujeto social, ser bidimensional, esta compuesto, también, de su “contraparte”, esto es, el sujeto del inconsciente, por lo que esta constantemente dividido, fragmentado, en gran parte –medida e intensidad- fracturado, disociado -no sólo de los demás sino además de si mismo-, inmensurablemente fisurado y, por lo tanto, en permanente falta? El loco-psicótico, realmente, ¿se ha auto o heteroexiliado? ¿Se desarraigo “voluntaria o involuntariamente2? ¿El loco, el psicótico se fugó o “lo fugaron” de “la realidad”? ¿O es que ha sido sentenciado solamente a un aparente exilio? ¿Está - total o parcialmente- fuera de la realidad? ¿Estará condenado a vagar y deambular por siempre entre los murmullos del silencio? ¿realmente está colocado en el pretendido vacío sin sentido que ha generado el discurso hegemónico del sentido?

I.- El desencuentro como punto de partida. El arribo a la “revolucionada” Stultifera Navis.

“El encuentro entre dos personalidades es como el contactoentre dos substancias químicas. Si hay alguna reacción,

ambas serán transformadas...”C. G. Jung.

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El interés germinal por el presente trabajo, inició como una tentativa de investigación, de la cual se forjó subsecuentemente un ensayo, y que, se tornó en posibilidad, en incipiente problematización - problematización potencial, que aun en ese momento se encontraba en gestación, ya que todavía durante la intervención estábamos intentando construirlo con los datos que nos arrojaba día a día el campo de investigación, situación que nos puso a pensar que se encontraba directamente relacionado -¿o no?- con el tema que, para éste, nuestro Trabajo Terminal, tentativamente habíamos sugerido-. Problema que se instauró, se incrustó gradualmente en las comisuras de nuestro pensamiento; se alojó, poco a poco, en las aristas de la conciencia, en la superficie del insondable océano que nosotros, hasta ahora, consideramos como: el espíritu humano. Acontecimiento que se injertó en los umbrales, en el limen del “razonamiento”. Procedió a dirigirse -¿el deseo? o ¿Quién sabe que cosa?-, a dispersarse, paulatinamente, para producir y crear una-s idea-s, un-os sentimiento-s extraño-s, experimentados como contingencias… A ratos, tales sensaciones y pensamientos se tornaban “confortables”. ¿Por qué? ¿Buscaban un cauce?, ¿una respuesta? Se dispersaron para encarnarse indeterminadamente, milímetro a milímetro, en los espacios que se habían considerado por largo tiempo como los territorios de lo propio. El ímpetu y la rabia del pensamiento los transformó tornándoles confusos y extraños, en ese momento -¿sólo en ese instante? ¿solamente fue -o será, en ese- ese instante? ¿habrá sucedido? ¿sucedió? ¿sucederá?-, creíamos haber llegado al límite, a la conmoción que creemos talvez se experimenta al desconocer-nos, al sentir que se ha perdido el tan confortable, pero frágil, centro de gravedad, eje que, hasta ese instante, soportaba parcialmente una ínfima parte de nuestra propia existencia67. Porque, aunque en varias circunstancias, sólo por poner un ejemplo: el exceso de soberbia y egolatría observado en nosotros mismos a posteriori, ya que durante el transcurso y fuera de clase nos pretendíamos críticos, pero, más temprano que tarde, terminamos por caer, en la práctica, actuando -en mayor o menos grado- de una manera extremadamente institucional -¿alienación? La inquietud de indagar en los espacios de lo que considerábamos lo siniestro fue agregada -creemos- durante el acontecer de la visita que fue efectuada a una de las instituciones, que al principio del octavo trimestre, se nos había sugerido, por parte del profesor asignado al grupo, como una de las posibles alternativas que debíamos elegir de un conjunto de X opciones, alternativas que fueron descartadas automáticamente, eliminadas casi de inmediato, puesto que, a esas alturas -estábamos por finalizar la 10ª semana de clases- ya no era posible elegir otras opciones. Así que, se decidió –democráticamente- que la institución que se vería favorecida por nuestro grupo para instruirnos –ya darnos, aunque de manera muy superficial, la experiencia necesaria para adentrarnos en el complejo tema de las psicosis- era la muy célebre Casa 4.

La visita a una institución relacionada con la salud mental, tratamientos psicopatológicos, y, en general, sobre cuadros clínicos correspondientes a trastornos mentales agudos y crónicos, era uno de los tantos objetivos que nuestro docente consideraba, debían ser alcanzados por los alumnos del grupo de psicología que coordinaba; grupo del cual, formaba parte, por lo que, tal objetivo, desde la perspectiva de nuestro asesor grupal, era valorado como un factor académico-didáctico de suma importancia para el aprendizaje y comprensión de las estructuras psicóticas, el objetivo especificado debía ser alcanzado por nuestro grupo antes de finalizar formalmente el trimestre en cuestión (Conflicto Psíquico, Salud Mental y Sociedad). Fue así que nuestro docente, en esos momentos, además de haber considerado, que la institución que se ajustaba o adecuaba para ejemplificar, en casos concretos, alguna o algunas de las psicopatologías categorizadas por la clínica –psicológica y psiquiátrica-, como ya lo habíamos mencionado, era la ya muy mencionada Casa 4. Creemos que, de

67 “Reflexionar y actuar sobre sí mismo parece inherente a la confrontación del hombre con su propia imagen, con su propia finitud, con el régimen siempre presente de los decaimientos e impulsos arrebatados de un cuerpo condenado a la experiencia de su propia imposibilidad, de la caducidad del cuerpo y las pasiones, de los límites del recuerdo y las restricciones de la imaginación, del porvenir, de los extravíos del tiempo”. Mier, Raymundo. “Prólogo. Bitácora de seducciones: contribuciones para la construcción de sujeto y subjetividad en la UAM-Xochimilco”. En: Tras las huellas de la subjetividad. Cuadernos del TIPI. UAM-X. División de Ciencias Sociales y Humanidades. Departamento de Educación y Comunicación. México. 2003.

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algún modo, esta decisión fue tomada, también por comodidad o practicidad, pues, la Casa Cuemanco o ex-Casa 4 es una institución que brinda muchísimas facilidades para ser visitada además de esto, dicha institución se encuentra, se localiza muy cerca –diríamos demasiado cerca- de nuestra casa de estudios. En un primer momento, pensaba que la visita que se le había presentado a nuestro grupo debía apreciarse y valorarse como una gran oportunidad. Lo concebíamos como parte de una inequívoca y fundamental praxis, elemento fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje del módulo que cursábamos. Trimestre en el cual, -se nos hizo- se nos hacia el señalamiento -por conducto del docente a cargo-, de que existía la posibilidad de visitar la Casa 4. El docente-académico preconizaba que la institución se encontraba habilitada para suministrarnos ejemplos tangibles de enfermedades psicopatológicas en sus diferentes tipos –particularmente en materia de psicosis- , pues en sus instalaciones se reunía a una amplia gama de sujetos con padecimientos psicológicos graves: patologías agudas o afecciones mentales en sus distintos “grados” y aspectos; enfermos mentales quienes, además, denotaban visiblemente las características esenciales de la estructura psicótica -la cual estaba dividida en tipologías-, “signos” -¿sintomatologías?- teóricamente “conocidos” por nuestro grupo, que nos servirían de indicadores para interpretar la situación percibida. Juzgaba-mos68

habernos aproximado a ellas –o más absurdo aun: fantaseábamos que habíamos logrado tocar a la locura misma- por mediación de los textos estudiados durante el trimestre, aunados a la supuesta experiencia práctica. De lo que, ene ese momento, desprendimos las siguientes preguntas: ¿Qué entendemos -como noveles investigadores de lo social- por práctica? ¿Cuál es el papel, la importancia o el sentido del factor empírico en la investigación? Particularmente ¿Cuál es el sentido de la dichosa experiencia a través de la supuesta práctica en el trabajo de campo? ¿Para que sirve? ¿Para legitimar o para invalidar los supuestos teóricos que forman el problema eje como corpus de nuestra investigación? Lo empírico ¿es también una interpretación? ¿La teoría se modela con la experiencia en el trabajo de campo? ¿Lo empírico modela la teoría o es a la inversa? ¿Cómo generar el diálogo entre teoría y práctica, y no dejarse arrastrar, polarizando, a partir de lógicas binarias, empíria y teoría, al ejecutarse oposiciones –arbitrarias o “necesarias”-, por medio de una especie de maniqueísmo teórico que conduce a darle preeminencia a uno de los términos o posiciones en cuestión, enfoques irreconciliados en y por la supuesta teorización?69

68 Ya que al salir de la institución hablamos al respecto de lo que habíamos percibido en ellos, de lo cual, derivamos un diagnóstico como buenos estudiantes de psicología.69 Vattimo, Gianni. “Diálogo con Nietzsche. Ensayos 1961-2000” Editorial Paidós. Barcelona. España. Consideraciones sobre el método: “(…) la filosofía de Nietzsche se caracteriza por el frecuente empleo del aforismo y por el rechazo de la forma sistemática. Esta asistematicidad plantea con urgencia la demarcación de los límites de “violencia hermenéutica” que un texto puede soportar sin estallar en una pluralidad de fragmentos irreconciliables entre sí. (…) parece sensato admitir un término al vértigo interpretativo, de lo contrario el ejercicio de comprensión se tornaría inútil y vano: las partes permitirían no sólo una pluralidad de interpretaciones –cosa hasta cierto punto plausible- sino una pluralidad tal que lejos de remitir, cual horizonte, a un centro de gravedad que le fuera común, produciría una disgregación radical en la que todo puede ser impunemente afirmado” (…) de una filosofía que se presenta fragmentaria, no se concluye una fragmentación total de su sentido; por el contrario, (…) debemos suponer que lo que la anima es siempre una suerte de programa o de diseño que pretende dar cuenta de una serie de problemas vinculados entre sí. (…) la palabra, su aspecto impositivo, “violento”, pues con éste la interpretación misma pierde su función mediadora, aquella función de traducir cumplida por el interprete entre hablantes de diversos idiomas. Si la interpretación no traduce, ¿qué hace entonces? Nietzsche esta convencido de que su papel es la creación, y en ésta la interpretación termina cuestionando el concepto de realidad. ¿Hay una realidad independiente de la interpretación? Y de no ser así, ¿no será la propia realidad el resultado de la interpretación? Si aceptamos lo segundo, nos vemos remitidos a un vértigo interpretativo: detrás de una interpretación habría otra interpretación y así sucesivamente hasta el infinito (…) Empero el vértigo interpretativo tiene el grave inconveniente de destruir el mismo sentido de los textos (…) a menos que se piense en él como algo absolutamente provisional. Este otro camino nos conduce a pensar que el sentido del texto (…) no se encuentra acabado, sino que esta “suspendido” a la espera del lector y de sus circunstancias. El texto (…) no es entonces un texto del que se aprende un sentido, sino un texto en el cual se aprende a hacerse cargo del sentido (…) Pero, ¿significa esto último que todo

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Llegado el día, se efectúo la visita a la institución citada. Esperábamos en el exterior de la institución, el docente y el grupo. No dejábamos de hacer comentarios y bromas al respecto de los “locos” que estaban guardados en ese lugar. En la zona que sirve como vestíbulo del centro, uno de los psicólogos que trabajan en el lugar nos esperaba para recibirnos y darnos las indicaciones pertinentes y necesarias para poder ingresar al Centro. La orientación sugerida y dictada, creemos, no sólo tenía como objetivo indicarnos como es que debíamos conducirnos en el interior del lugar, sino, también, tal discurso tenía como finalidad el suministrarnos los medios adecuados para salvaguardar, de acuerdo al instructor-pedagogo, nuestra integridad física y emocional. Se nos advertía algo así como: “Si son ustedes muy susceptibles les recomiendo que mejor se queden aquí, ya que lo que van a ver ahí adentro es muy impresionante y no cualquiera lo soporta”. Mientras él hablaba y anunciaba lo que probablemente viviríamos dentro, -por lo menos yo, “mi” persona-, sentíamos, nos hicieron sentir, rehicieron sentir los rumores del temor, del terror morboso, que parecía rozar el fondo y la forma del propio ser, el cual, se desnaturalizó. Con él, se desplomó se vino abajo el sentimiento de cercanía. al sentirme arrastrado por la magnitud de la monstruosa implosión cósmica que suscitó el fenómeno que creo debía ser equiparado a la potencia caosmica constructivo-destructiva de una Supernova. El ímpetu de esta tan extraña y entrañable fuerza fue tal que… daba la impresión, por su fuerza destructiva, que se tragaría el Todo. Esta potencia horrorosa ¿devoraría más allá del mundo para depositarnos en el limen del caos?, ¿nos transportaba al límite de los límites? Umbral que sentíamos nos había llevado hasta el punto de fisión, a experimentar el paroxismo de la mismísima desintegración del supuesto fondo y sus cimientos. Mientras nos esperába-mos, los unos aquí, en el salón preliminar al portal-borde, que nos dividía y unía a la vez, los otros, ellos, “los locos”, “los anormales”, esperaban allá, del otro lado de la distancia. Experimentaba toda una serie, inconmensurable serie de sucesiones en las sensaciones que constantemente eran intervenidas por nuestras ideas. Fantasías y representaciones que pincelaba con las tinturas, los colores, los aceites y la savia de la sangre que era sustraída de los tejidos de mis sueños; de las cortezas de la superficie. Los ojos, los intestinos, surtieron las coloraciones más abigarradas y amargas que dieron el polvo y los matices necesarios para adornar el anormal y extravagante arte que surgió de lo que fue pensado por

sentido producido por la lectura es válido? No pareciera ser así, pues, por más acabado que sea, remite siempre a una materialidad textual, y esta indica siempre una dirección (…) No se puede a partir de lo inacabado del texto, acabar con el sentido mismo, proclamando que todo puede ser afirmado (…) Interpretar un aforismo, descifrarlo, significa otorgarle un sentido a partir del gesto que él esboza: la indefinición de todo aforismo debe ser superado por la definición que el lector aporta por medio de otros aforismos: los textos deben ser puestos en perspectiva sobre sí. A la vez, en toda indefinición hay algo que no puede ser pasado por alto: esta no equivale a nada o a un simple vacío (…) el texto (…) se parece a esa escultura sin acabar, con la diferencia de la conciencia ganada de que nunca se puede terminar de una vez por todas la escultura, pues otro siempre vendrá y obrara sobre ella (…) con la advertencia de que el que arriba no debe ultrajarla irrespetando las formas iniciadas, a menos que explícitamente afirme que no esta interesado en hacerse cargo de esa obra. En este segundo caso, la obra misma será reventada para ser utilizada como material para una nueva obra diferenta de la anterior” “(…) hay que interpretar para decidir si la contradicción puede ser disuelta a través de una lectura de más amplio respiro, o si en cambio la contradicción permanece sin resolverse (…) El problema radica, precisamente, en discernir aquello que puede formar una unidad de sentido de aquello que no lo hace (…) el texto (…) ofrece una pluralidad de fragmentos, que aguardan por una narración que les confiera un significado. La totalidad no esta presente y tampoco puede estar constituida. De ahí que la narración funcione como una herramienta supletoria que identifica y explicita ciertos centros de gravedad. En relación con esa narración, los fragmentos se reinterpretan constantemente y se revalúa su significación a la luz de la información posterior obtenida mediante el hilo conductor hipostasiado por la significación de un pasaje del texto es preguntar algo que sólo puede ser respondido e el contexto de un relato (…) Ya hemos dejado claro que no toda narración es posible, pues la materialidad del texto impide ciertos hilos conductores. Sin embargo, debemos reconocer que “existe un factor imprescindible de convención y arbitrariedad” en la recolección y presentación de los fragmentos, que vuelve difícil otorgar un único relato (…) el relato es, entonces, simplemente una alternativa de sentido”“(…) Nietzsche piensa a través de la metáfora de la rumia; leerlo de otro modo, significa pasar de una perspectiva a otra para dotar de sentido aquello que en su inmediatez o no lo tiene o parece distorsionado.”

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los sentidos. Esos retratos fueron delineados y configurados en los talleres de lo inadmisible, se formaron a la par de las sombras, del humo extraviado de nuestros cuerpos, se simbolizaron, se re-presentaron, se “presentaron” como las ideas terribles, terribles ideas que se encarnaron en un infierno particular, sin distinción, impreciso pero singular. Tremenda impresión que desenterraba los restos, las huellas de un no lugar, que sin lugar a dudas, tenía la fuerza y violencia suficientes para irrumpir-nos, para transgredir abruptamente la verdad y quebrantar los irónicos y, supuestamente, infranqueables límites de la existencia.70 En esto, que creíamos nuestra masa corpórea, se descargaron, a caudales, torrentes de energía derramada, impelida del lugar sin nombre. Experiencia que nos dejó suspendidos en un… vacío, en una oquedad que nos hacia –nos hizo- saltar al vértigo abismal que nos volvió carne la herida mortal que fue traducida en las miradas de esos restos de piel anónima y extraña, que llana y descortésmente, secretamente, nos cohabitaban, que silenciosamente permitía cohabitar-nos. Pasaje mortal que nos desplazó de la certeza-verdad más cercana a la más oscura y lejana sensación de absoluta perplejidad, apariencia y precariedad. Lo que iba hilvanándose entre estos huesos, era, el brutal sufrimiento del exceso, que, pensamos, brotó de la velada y lóbrega ausencia que en ese instante estaba fusionada en una multiplicidad de ideas y emociones heterogéneas. Además, creo, todo ello, era, la “expresión” de algo más que el fluir una brutal indigencia perversa. También, en este cuerpo-sujeto, se transcribieron de y en la experiencia, sentimientos ambiguos, turbios. Lo único claro era que… la confusión reinaba. Esto, y más, se producía al respecto de nuestro primer contacto con la locura. La experiencia que, durante nuestra visita, viví-mos en ese lugar, fue por demás desconcertante. Se dio en nuestra experiencia una mezcla descomunal de horror y espanto, de ira y asombro, fue un momento cargado de morbosa lástima, de sorpresa y desagrado, de indignación y de llanto... de miedo y repugnancia conjugados. La amalgama de sentimientos encontrados, crearon –por lo menos- en mi persona una especie de situación liminal, implantaron una especie de lindero marcado con los signos del desencuentro, generó una especie de... des-conocimiento. ¿Qué era ese lugar? ¿Quiénes lo habitaban y porque? ¿Eso, era la locura? ¿Quiénes eran ellos? ¿Cómo llegaron allí? ¿Por qué causas se integraron a ese lúgubre sitio? ¿Era acaso el heredero, el hijo bastardo del lugar que en algún momento Michel Foucault había denominado como el gran encierro, el cual había relatado en el segundo capítulo de la Historia de la locura?71 ¿Es que acaso el tiempo se había detenido en ese lugar? Nuestro pensamiento, formuló con urgencia una cantidad innumerable de preguntas, varias de ellas sin sentido, pues considerábamos que, en muchas ocasiones -si no es que siempre- se piensa más de lo que puede decirse, y no siempre lo que se piensa, es; y en otras tantas, ni siquiera es posible poder pensar. Al provocarse la aparición, de lo que nosotros percibíamos como lo otro, eso otro, o ese otro que irrumpió en nosotros de una forma violenta... el cual se mezcló en nuestra persona toda una serie de ideas y sentimientos, los cuales poco a poco empezaron a pesar, a abrumar, a la persona, a mi persona. Yo, me entregue en ese momento a pensar... a pensar-me... a pensar-nos... a pesar... a pesar el pensamiento... el pensamiento ¿pensaba?... ¿pensaba profundamente?... ¿Debía abandonarme a la “profundidad” o es que debía pensar en la superficie… en la superficie? Pensaba… pensaba cómo pensar en el límite. A ratos, me perdía pensando, pensando para sentir, sintiendo para pensar, pensando en esas personas, en ese teatro cruel72, en esa verdad impresionante, y que días atrás creía haber abandonado; pero… no. Aun recordaba a esos sujetos, en ese, su espectáculo; en su escenario, en ese escenario artificialmente construido, reconstruía en la imaginación el escenario y sus actores; rememoraba los momentos en que, el uno y lo otro, lo uno y lo otro, se empalmaron en mi cerebro. Aunque la situación y “sus circunstancias”, los malestares y placeres que se producían y se reproducían de manera transitoria y fugaz, estos, me poseían. Se articulaban, se articularon –los

70 “La intervención como un sentido de lo otro. La aparición de lo otro tiene algo de especular: suscita la extrañeza de sí mismo. Así el enrarecimiento, conmueve a quien interviene y a quien experimenta la intervención: aun así, se trata de dos ámbitos y dos calidades distintas de extrañeza.” Mier, Raymundo. “El acto antropológico. La intervención como extrañeza.” En revista Tramas No 18-19 .UAM-Xochimilco.16 p.71 Foucault, Michel. “Historia de la locura en la Época Clásica” FCE. México. 2000.72 Referir que se quiere dar a entender. (Kant “Prolegómenos a una metafísica de las costumbres”) FALTA

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articule- en mi ser: el ellos y el nosotros, la mismidad y la alteridad, yo con ellos y ellos en mi, pulsaban de forma inconstante, incongruente pero aun así, permanente. Permanencia que desencadenaba pequeños –pero no menos letales- fragmentos de perplejidad, en el tiempo y el espacio personales; se filtraron, irradiando múltiples trances, e intervalos inconmensurables de tiempo indeterminando, los cuales, indudablemente, fueron cuestionando mi propia existencia; se cuajaron a ratos en alma y materia. Por varios días, tales re-presentaciones taladraron -simbólicamente- cabeza y cuerpo, afectaron la totalidad de la existencia de ese otro –de esto otro- que sospecho, que pregunto si… aun... ¿aun?... ¿aun soy yo?73 Produjeron, una fractura imborrable en la percepción cotidiana de la realidad; esas sensaciones e imágenes, convergieron en mí ser sobreexcitándose, sobreexcitándome; por lo menos -así lo creí- durante algún tiempo. Fui sujeto de una fantasía personalizada que se proyectó, que se trasladó y se superpuso al exterior, en la imagen colectiva que denominamos: “realidad”.

La quimera evocada, ¿estuvo influida y dibujada, en mayor o menor grado, como ya lo había dicho, por la lectura del texto foucaultiano?, ¿Se produjo, por decirlo de algún modo, un efecto de verdad, en quien creyó vivir a través de la mirada, a través de los propios ojos, la insolencia de la paradójica e ininteligible existencia humana, retratada en el bello y terrible documento del loado filósofo francés?

De la “muerte” del fundamento-raíz perpetrado por el desconocimiento-herida, se aceleró enérgicamente el resquebrajamiento del cuerpo-objeto. Del impacto-producto se registró una honda dislocación que impresiono –impresión-cicatriz- las inscripciones el cuerpo-sujeto. Escritura oculta que conmociono el cuerpo vivido, la experiencia viva; impronta de fractura, de la radical desgarradura que quebró, que quiebra al sujeto que soy – hendidura, rajadura que tragó desde las raíces el tan familiar nosotros y vomitó -a partir de ello, de ninguna parte, del a-topos- este yo, este yo que ya no se si es el mío. Ahora Pienso-pensamos, cavilé-cavilábamos –y aun ¿lo especulare-mos?- que no era, que, no sería lo mismo (non est, -nihil- ipsum) escuchar, leer u observar por medio, por re-presentación de ojos, oídos y lecturas ajenas sobre el escabroso e ininteligible fenómeno humano que ha sido emplazado y territorializado en las regiones de lo inhumano, en el horizonte desterrable –despreciable- de lo extraño, que, ahora, era, es calificado, nominado, que ha sido actualizado bajo el apelativo (moderno) de: la psicosis. Arcano que antaño fue considerado un castigo divino. Misterio que en otra época fue juzgado como el producto de la acción punitiva de los dioses o como el anatema-figuración de lo sagrado manifestado en el hombre pecador y perverso, efecto generado como una de tantas execraciones hieráticas. Nosotros deseábamos investigar afanosamente, y por nuestra propia cuenta, el insoluble enigma que otrora fuera bautizado con el concepto de vesania, insania o de locura. De ello se derivó (¿sujeto de deseo, de producción de lo real?) la primera de las condiciones, que, como aproximación teórica, nos impusimos, pues la evaluábamos capital: el conocimiento aportado, concebido y construido a partir la experiencia. Deseábamos generar las condiciones necesarias para vivir la situación “cara a cara”, por lo que, el “contacto directo” a partir de la experiencia personal era necesario e imprescindible para poder iniciar nuestro tema y realizar “adecuadamente” el proceso de investigación. Pero, por otra parte, y hasta cierto punto, también, dicho contacto lo catalogábamos insustancial, porque, de acuerdo a lo planteado, opinábamos, que, de ninguna manera se acercaba –“cualitativamente” hablando-, de –a- ninguna forma se aproximaba, en lo más mínimo, a la experiencia misma de la locura –porque le comprendemos como una alteridad radical intransmisible que no sólo se tornaba en una experiencia de extraña naturaleza, sino, además, exterior y enloquecedoramente ajena-. Por una parte, llegamos a la consideración de que, no era lo mismo el hojear un libro y de entre sus paginas poder extraer mediante el ejercicio de la lectura el sentido, los significados de la locura; de esa manera –y creemos que aparte de esta, otras, otras tantas,

73 “La intervención como un sentido de lo otro. La aparición de lo otro tiene algo de especular: suscita la extrañeza de sí mismo. Así el enrarecimiento, conmueve a quien interviene y a quien experimenta la intervención: aun así, se trata de dos ámbitos y dos calidades distintas de extrañeza.” Mier, Raymundo. “El acto antropológico…” 16 p.

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demasiadas diríamos- no creíamos alcanzar a descubrir o encontrar, el o los sentidos, de la tan desconcertante locura. En este sentido, ya no deseábamos escuchar de ella o sobre ella ni por mediación de los textos ni a través de palabras –fónicas o gráficas- ajenas que fueron registradas en diferentes superficies, por las palabras escritas y pronunciadas por filósofos, psicólogos, sociólogos, literatos, poetas, etc. Por esta y por otras cuestiones fue que, también, quisimos romper con las demarcaciones erigidas por las ideas, experiencias y sentidos que fueron transmitidos por los ideólogos facultados para orientarnos en el proceso educativo. Por esas razones y sinrazones, lo que perseguíamos, era el hecho. Apetecíamos tocarle integralmente, palparle con la totalidad de los sentidos y el pensamiento, anhelábamos impregnarnos de su misticismo, queríamos abismarnos en la experiencia ajena y viva de la locura, nos consumíamos por mirarle con nuestros propios ojos y tal vez más allá de ellos, deseábamos sentirle, inhalarle, exhalarle, abandonarnos y recuperarnos en y de la tragedia de la locura, en pocas palabras, teníamos la necesidad de cumplir el enfermizo y absurdo deseo que intentaba, de una u otra manera, vivirla. Aunque reconocíamos los límites, los propios límites, los límites de lo propio, por lo que quedamos conformes de que, solamente esto fuera, o se diera, de manera artificial y ficticia... Deseábamos co-existir, aunque sólo fuera por unos breves instantes, con y en el delirio, el desequilibrio y la inescrutable e inexorable experiencia trágica –radicalmente ajena- de la locura.

En el transcurso de la inspección-visita al centro, nuestro tema y problema de investigación empezaron a fraguarse. Principiaron a forjarse en la trémula alborada de un nuevo despertar, dábamos inicio a la planeación de los preparativos, al discurrir de los posibles golpes y energías que debían ser descargados para comenzar el cincelado del posible horizonte de intervención en el terreno que sería –que “quería ser”- indagado. En el hierro derretido en las hogueras del entendimiento se comenzó a estructurar “el problema”, se moldeó a partir de juicios y prejuicios, de sueños y realidades, de demonios y fantasmas; pulsión-deseo que se erigió sobre cúmulos de abstracciones que alimentábamos con migajas de experiencia; que amasamos con un poco de romanticismo y un mucho de prejuicio, de seriedad e idolatría. Como ya lo habíamos indicado, a partir de esa, la primera visita, realizada por nosotros a la Casa Cuemanco -aproximadamente en el mes de febrero del año 2005-, se sugirieron los posibles conductos por los que queríamos explorar el problema, aunado a las supuestas vías de análisis que se cimentarían sobre la situación que interpretábamos como un problema “digno” de nuestra atención: el Gran Encierro de la actualidad. Encierro en el que se confinaba a los enfermos, a los locos, a los inadaptados, a los vagabundos, a los libertinos, a los “sodomitas”, etc., en general, al sitio que comprendía y reunía a todos los sujetos que eran considerados como los parias, los inhumanos de la sociedad. Conflicto social que aun no habíamos problematizado, que no conocíamos realmente, que no habíamos delimitado y que, por si fuera poco, tampoco, tampoco comprendíamos. No teníamos los elementos suficientes, los más mínimos, puesto que, lo que observamos, solamente era un minúsculo fragmento de su superficialidad. Discurríamos sobre un contexto del cual no nos habíamos tomado el tiempo y la molestia necesarios y suficientes –si es ello posible- para reflexionar sobre él; pero, que, a pesar de esto, considerábamos, requería de diversas categorías de reflexión y análisis por parte de los futuros científicos sociales, de los técnicos en psicología en proceso de formación. Y aunque juzgábamos importantes las pretendidas categorías de análisis, reconocemos que, ni siquiera habían sido contempladas, meditadas, confrontadas, comparadas, etc. Los dichosos niveles de razonamiento que debíamos emplear para su aplicación en el campo no habían sido pensados –a profundidad-, no había una estructura, un sistema, o algún punto de apoyo teórico y práctico, que hasta cierto punto, nos sirviera de sostén para poder deambular sin “desvarío” por la superficie quebradiza en la que nos habíamos colocado. Situación idónea por la cual me pregunté: ¿por qué? y ¿para qué?, ¿por qué demandábamos algún tipo de estrategia y táctica organizadas bajo el supuesto de utilizarlas como estación crítica de pensamiento en la cual poder tomar aliento necesario para poder efectuar la compleja y embrionaria investigación? Para empezar, teníamos el lugar, pero no teníamos ni la más mínima idea del cómo, y qué íbamos a hacer, mucho menos nos habíamos preocupado por pensar el porqué de la investigación. Se trataba más de una

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compilación de buenas intenciones y acciones encaminadas al altruismo y humanitarismo, que a la creación de un proyecto de investigación e intervención de tipo político y social por parte de un incipiente científico social. Era un territorio extranjero que se había deformado por las constantes idealizaciones que, como ya se dijo, además de “pervertir” el campo, nos habían embotado los sentidos, la razón y el entendimiento. Tantos excedentes, excesos en el ejercicio de las “facultades y capacidades” de abstracción habían obturado la posibilidad de pensar. Lo que, inicialmente, se había abierto como una posibilidad de experiencia para el aprendizaje, de intervención-acción en un terreno-problema, de intento de problematización, se había transformado a posteriori en un imago-calco de mis ideas. Esto era ¿una especie de reproducción de mi supuesto saber? O, ¿era en realidad la materialización en el evento de los “clones” gestados por nuestros más ilustres y sublimes saberes, legitimados, institucionalizados, instituidos y enseñados en los establecimientos de educación superior a los que pertenecemos? Lo peor de todo fue que, estas “re-presentaciones” habían vuelto un terreno extremadamente fértil e ilimitado de sentidos en un islote yermo y sin sentido al haberse circunscrito a “mis” ideales y deseos.74

Especulábamos –aunque, pensamos, que aunque parezca ilógico y contradictorio, que, no del todo –éste problema de investigación- fue constituido de manera apriorística-, que se exteriorizaban ciertas contradicciones, algunas visiblemente, otras, valorábamos, eran cuasi-imperceptibles o se habían invisiblizado-naturalizado a partir de practicas hechas regularidades (habitus institucionalizados). Fueron consideradas, como conflicto o punto de tensión, que estuvieron determinadas a partir de la situación característica que observamos a los usuarios del Centro. Leíamos uno o varios problemas, de manera intuitiva -claro esta, por mediación de la teoría- además, de ciertas incompatibilidades, algunas de ellas expresadas y señaladas, en aquel entonces, por el psicólogo que nos guiaba por los alrededores de la antes denominada Casa 4. Posiciones u oposiciones que no sólo eran advertidas y señaladas a través de las palabras expresadas por los técnicos adscritos a la institución representados por nuestro guía, sino principalmente, hicieron “acto de presencia” al apreciar nosotros mismos las condiciones reales de existencia de los sujetos a Asistencia social. Por las condiciones que observamos, las que, denotaban una hipotética crisis en la que juzgamos se hallaban los internos del CASI Cuemanco. Condiciones saturadas de divergencias, realidad asimétrica a las explicaciones y descripciones-argumento atribuidas, narradas por el psicólogo sobre la situación general de estos sujetos. Discurso que, creíamos, estaba atravesado, influido y mediado por la institución, ya que, de alguna manera, éste sujeto era, en ese momento, el representante legal de las autoridades y del centro asistencial. Al escuchar, durante el transcurso, y también al final de la sesión-inducción, los comentarios esbozados por el psicólogo -encomendado por la dirección del Centro para guiarnos por las instalaciones de la institución-, sujeto institucionalizado (además de autonomizado) quien, desde el principio al fin del trayecto, procuró -al expresar, describir, declarar y señalar cuales eran los motivos, las causas, los efectos y las circunstancias, que generan y originan las psicosis. Esto es: las raíces y fuentes somáticas y psíquicas fundamentales, orígenes indudables de las distintas clases de esquizofrenias, psicosis maniaco depresivas o bipolares, etc.- con sus palabras -constituidas como explicaciones- dar los preámbulos, presentaciones y re-presentaciones necesarias y obligadas –respaldadas por su amplia experiencia en materia psicopatológica- para transmitir y equipar a nuestro grupo de los tamices “empíricos” necesarios y eficaces, imprescindibles e indispensables para que pudiéramos obtener la cantidad mínima de luminosidad, la dosis suficiente de luz para que, en tal lobreguez de conocimiento, nuestros ojos pudieran enfocar, focalizar, y así hacer visibles los elementos a examinar. Ahora, podríamos además, observar, discriminar, mirar y reconocer los

74. “Reflexionar, pensar sobre el mundo, ha sido también intrínsecamente pensar sobre sí mismo; actuar sobre el mundo ha sido desde el primer instante actuar simultáneamente sobre sí mismo y, como en u juego equívoco y tortuoso de analogías truncadas e imágenes viciadas, actuar sobre sí mismo y sobre las categorías y figuras de la propia identidad ha sido una manera reticente y a veces inconfesada de actuar sobre el mundo” Mier. “Prólogo. Bitácora de seducciones…” 13 p

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verdaderos, aunque variables, “rostros de la locura”. Daba la impresión, por los diversos comentarios y ejemplificaciones efectuadas por el psicólogo (tutor y guía) -sobre las supuestas acciones y reacciones que, de acuerdo a él, nos decía, se llevaban a cabo en y por la institución, también por lo que respecta a lo tocante a las actividades encaminadas a la prevención y corrección -según fuera el caso- de las diversas problemáticas gestadas en torno a las psicosis-, que había cierta actitud de adecuación y conformidad por parte de nuestro anfitrión (histrión diría yo) a los míticos ideales y planteamientos teóricos institucionales. Situación de la cual creímos observar que –no totalmente-, el funcionario público y consejero-monitor encargado de mostrarnos este CAIS no solamente buscaba ilustrarnos gradualmente con los sujetos que nos encontrábamos de manera progresiva en los dormitorios, los pasillos y las áreas verdes cuales eran las características esenciales y fundamentales de cada una de “las diferentes psicopatologías que hasta este momento existen”, sino además, pues, también nos lo decía recurrentemente -y se jactaba de ello-, que ahí hasta la fecha, en ese lugar, la ex–Casa 4, confluían todos los tipos de patología psíquica que hasta ahora se conocen o pueden existir. Creíamos que, de una u otra manera, pretendía no sólo trazar y transmitirnos su conocimiento, sino, dirigir-nos para así orientar no sólo las preguntas y las posibles respuestas que el grupo al que instruía podía emitir, sino, también, normar y modelar la experiencia misma que sufriríamos en el campo; puesto que, en varias ocasiones durante el transcurso de la visita se nos dijo que: “no es lo mismo ver las patologías en los libros que tratar con ellas todos los días (...) ustedes no saben lo que es una psicosis más que por los libros, aquí pueden ver lo que es realmente una psicosis (...) es fácil que se confundan, puesto que, ustedes no tienen la experiencia”. A través de sus razonamientos, evidencias, ilustraciones y a-claraciones quizá, ¿dibujó a pinceladas los instrumentos apolíneos que utilitariamente usamos para “des-cubrir” las oscuras imágenes que se habían formado en nuestro pensamiento? ¿estos instrumentales proporcionaron la luz necesaria para iluminar el cauce, el camino que debería seguir nuestra mirada?, ¿Pudo instalar y modelar algún o algunos tipos representacionales o consignar re-presentaciones o fotografías mentales en algunos de nosotros, los asistentes -los “invitados” estereotipados por formalismos interinstitucionales hechos “tradición”- convocados en ese momento en El CAIS C. por medio de la visita guiada? ¿Las representaciones o esquemas mentales o referenciales que fueron organizados desde el exterior a través de un discurso científico -el cual, a partir de una relación saber-poder- pudieron haber tenido uno o varios efectos de verdad en la experiencia vivida por nuestro grupo en la institución? Aunque, tal situación, bosquejó en nuestro pensamiento una problemática potencial a partir de circunstancias superficiales y apriorísticas; tal situación, de alguna manera, indujo en nosotros el necesario y cuestionable compromiso de una intervención sin demanda, que nos dio los “motivos” suficientes para comenzar a elaborar un incipiente plan de acción para “resolver” y actuar inmediatamente en un conflicto que habíamos construido de manera arbitraria y extremadamente abstracta. Todo esto y más estuvo dado, por las supuestas reflexiones que, en un primer momento, conjeturamos fundaron las paradojas que se erigieron como los estímulos necesarios para proseguir con la tentativa de investigación, la cual, como ya lo habíamos mencionado, estuvo sustentada por la “lectura superficial” de un contexto al cual, proyectivamente y con anterioridad, nos habíamos vinculado.

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II.- El segundo acercamiento. De vuelta al “Gran Encierro”.

“(...) dijo Tarrou- los acontecimientos le han superado. -Es verdad-dijo Rieux. -La organización del servicio es mala. Le faltan a usted hombres y tiempo. -Esta usted bien informado. Pero el descontento es grande y el prefecto está ya dudando. -¿Por qué no pedir voluntarios? -Ya se ha hecho, pero los resultados han sido escasos. -Se ha hecho por la vía oficial, un poco sin creer en ello. Lo que falta es imaginación. No están nunca a la altura de las calamidades. Y los remedios que imaginan están apenas a la altura de un resfriado. Si los dejamos obrar solos, y nosotros con ellos. (...) -He vivido en los hospitales para gustarme la idea del castigo colectivo. Pero ya sabe usted, los cristianos hablan así a veces, sin pensar nunca realmente. Son mejores de lo que parece.

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-Usted cree, sin embargo, como Paneloux, que la peste tiene alguna acción benéfica, ¡que abre los ojos, que hace pensar! -Como todas las enfermedades de este mundo. Pero lo que es verdadero de todos los males de este mundo lo es también de la peste. Esto puede engrandecer a algunos. Sin embargo, cuando se ve la miseria y el sufrimiento que acarrea, hay que ser ciego o cobarde para resignarse a la peste. -¿Cree usted en Dios doctor? (...) Rieux titubeó. -No, pero, eso ¿que importa? Yo vivo en la noche y hago por ver claro. Hace mucho que deje de creer que esto sea original. -¿No es eso lo que lo separa de Paneloux? -No lo creo. Paneloux es un hombre de estudios. No ha visto morir bastante a la gente. Pero el último cura rural que haya oído la respiración de un moribundo pensará como yo. Se dedicará a socorrer las miserias más que a demostrar sus excelencias”75

El día 17 de octubre de 2005, me integré, como prestador de servicio social, a la plantilla técnica de servidores públicos del Centro de Asistencia e Integración Social “Cuemanco”, puesto que, de acuerdo a la evaluación preparatoria hecha sobre la institución, se nos presentaba, de uno u otro modo, como el lugar más adecuado o propicio para iniciar el trabajo de campo del proyecto de investigación final.

El Centro de Asistencia e Integración Social “Cuemanco”, anteriormente denominado “Casa 4”76, es uno de once organismos gubernamentales destinados a la protección social y comunitaria; planeados para dar atención integral a personas que viven en situación total o parcial de abandono social. El programa de protección concebido y dispuesto para ser aplicado en el Distrito Federal, tiene la finalidad de enfocar, orientar y reubicar a los sujetos amparados, a la vida socialmente activa, se da a la tarea de generar la posibilidad de reintegración a la vida social, a través de un marco organizacional social estructurada a partir del Modelo de Comunidad Terapéutica.

La correlación o articulación dada entre el perfil establecido por el Instituto de Asistencia e Integración Social y las características personales que son observadas y registradas de cada uno de los candidatos a resguardo, protección y reintegración social -los posibles usuarios-, determina a que Centro de asistencia social serán o deberán ser canalizados. Por razón de tal categorización-enlace, los sujetos se derivan a los núcleos de protección o albergues que diagnósticamente son considerados –institucionalmente- como los sitios o lugares que se supone cuentan con la infraestructura material y humana, idónea y adecuada para dar el impulso necesario y que de manera óptima influirá maximizando el desarrollo y posibilidad de éxito del proceso terapéutico de resocialización. Dadas estas correspondencias, se establecen los criterios que instituyen y determinan el tratamiento que será efectuado en cada caso particular. Esta dependencia asistencial de Integración Social está subordinada a la Secretaria de Desarrollo Social, la cual depende, básicamente, del Gobierno del Distrito Federal.

La información que a continuación expresamos, fue formulada por la licenciada, comisionada por el instituto, como coordinadora del área de servicio social, quien, además, está encargada de notificar –función que está comprendida entre sus actividades de servidor público- al personal con perfil universitario interesado en desempeñar su compromiso y labor social de servicio en alguno de los centros asistenciales circunscritos al IASIS; cumple con la función, entre otras tantas, de informar a los interesados, sobre los trámites necesarios, para ejercer y desempeñar tales ocupaciones a efecto,

75 Camus, Albert. “La peste”. Alianza Editorial. 1999. México. 107-109 pp.76 El cambio de designación social se dio a partir del proyecto de modernización económico-política proyectado por el equipo administrativo de orientación perredista, del cual, en esos momentos, era jefe de gobierno, el Lic. Andrés Manuel López Obrador.

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así como de las condiciones políticas y legales, jurídicas y administrativas, que rigen la institución. Al aceptar, mutuamente, las condiciones establecidas en la supuesta negociación, mediante un compromiso contractual, y, a través del trámite de inscripción se da inicio a las actividades en la dependencia elegida del gobierno. Al presentarnos ante la licenciada como un grupo de alumnos -mis dos compañeros y yo- interesados en realizar o prestar el servicio social en el IASIS, particularmente en la Casa 4, nos comunicó lo siguiente: “El CAIS Cuemanco alberga y asiste a personas en situación marginal”. La cual, de acuerdo a los criterios del instituto asiste y alberga, particularmente, a personas que subsistían en situación de calle. La atención asistencial se ajusta, primordialmente, al siguiente perfil: “Hombres mayores de 18 años en estado de indigencia con daño mental severo .”77 Por lo que, acorde a lo anterior, dentro de la población, se considera, que en su mayoría, los usuarios, fundamentalmente, deben ser adultos -varones- que visiblemente exterioricen, y de acuerdo a su sintomatología, algún tipo de deterioro mental o daño psíquico que está tasado o tipificado en distintos grados y variantes. A su llegada a la institución, al arribar al CAIS son evaluados y diagnosticados por los técnicos que allí laboran, y ellos, a través del examen, la inspección y la valoración diagnóstica definen si se trata o no de enfermos mentales. También queremos hacer referencia a que, a dichos sujetos ahora se les denomina como pacientes psiquiátricos, por ser considerados sujetos que están afectados en diversos grados e intensidades con algún tipo de patología psíquica, psicopatologías entre las cuales se encuentra principalmente la psicosis. Los enfermos mentales que dicen hay en el Centro son del tipo esquizofrénico –paranoides, residuales, por toxicomanías, etc.-; también nos informaron que existen en el lugar sujetos con retrasos mentales profundos, medios y ligeros; asimismo, nos comunicaron que en el lugar se puede encontrar a sujetos con trastornos psicóticos diversos, trastornos que, indiscutiblemente, afectan sobremanera el comportamiento. En este sitio las psicosis han sido clasificadas en diferentes dimensiones y vertientes. Se juzga que el perfil de los sujetos debe cumplir, esencialmente, con los tres requisitos básicos para poder ser aceptados y así darles no sólo la estancia sino además los beneficios y derechos que brinda en el CAIS. Estos son: el carecer de familia, estar en situación de indigencia y padecer de alguna de las enfermedades mentales arriba mencionadas.78

El Centro tiene capacidad para albergar aproximadamente a trescientas cincuenta personas, las cuales, son apoyadas y supervisadas diariamente por técnicos que, formados en distintas áreas y disciplinas, ya que se considera que deben supervisar todas las actividades que los usuarios realizan al interior del lugar. Los técnicos están organizados en tres turnos (matutino, vespertino y especial. Este último labora sábados, domingos y días festivos). Estos realizan sus actividades en el CAIS encuadrados en las siguientes áreas: psiquiatría, psicología, medicina, trabajo social, enfermería y rehabilitación. El inmueble cuenta, básicamente, con los siguientes servicios: catorce dormitorios, dos comedores –uno, el principal, para los usuarios y el otro para el personal técnico y administrativo 79, un almacén que proporciona equipo para vestuario, el archivo técnico, un cuarto de calderas, una lavandería, varios espacios con áreas verdes, un dormitorio-sección que es considerado y utilizado como Casa de Medio Camino, una biblioteca pequeña, varias estancias o espacios que se supone deberían ser utilizados como talleres de diversos giros: mantenimiento, tarjetería, manualidades, etc., también, esta

77 Fuente: Tríptico proporcionado por el Instituto de Asistencia e Integración Social. Xocongo No 225, Colonia Tránsito, Distrito Federal, 2005.78 Centros de Asistencia e Integración Social. El IASIS ofrece servicios de asistencia social en 10 Centros de Asistencia e Integración Social (CAIS) “En los CAIS se brinda cuidado y atención a niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres adultos, así como a personas de la tercera edad en situación de calle, indigencia o alta vulnerabilidad. El IASIS proporciona en estos centros: alojamiento, alimentación, atención médica, psicológica, psiquiátrica y gericultura, así como talleres de capacitación para el trabajo, educación, actividades recreativas, deportivas y culturales. CUEMANCO proporciona asistencia a hombres de más de 18 años con problemas severos de salud mental en situación de abandono social. Avenida Canal Nacional s/n, Colonia Villa Quietud, Delegación Coyoacán. Teléfono 5671-9872. Responsable: Lic. P. M. M.”79 Aunque este último no se utiliza.

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institución, cuenta con una sala de usos múltiples, en la cual está instalado un aparato de televisión de, aproximadamente 26’’ y, lo que más llamó nuestra atención de este sitio fue que aquí, no sabemos desde cuando pues estaba allí antes de que iniciara nuestra investigación, se contaba un pequeño atrio que fue acondicionado “provisionalmente” para celebrar actos y rituales religiosos. En esta misma estancia también se cuenta con un podio móvil que se utiliza para las reuniones de una congregación civil que, de algún modo, los integra en una sección especial (espacial) que ha sido reservada para recibir a otro grupo social con sus propios planes y programas terapéuticos de rehabilitación: Alcohólicos Anónimos.

Como se mencionó, en los párrafos anteriores -explícitamente en el primer apartado-, fue posterior a la visita que hicimos a la institución cuando surgió cierta inquietud –efectuada, que afectó, en general, al grupo del cual formábamos parte; singularmente, a un grupo formado por tres alumnos del octavo trimestre de la carrera de psicología de la UAM Xochimilco y, “particularmente”, dejó una honda impresión en mi persona- de precisar a través de la investigación y el análisis las siguientes cuestiones: ¿Qué enuncian, qué dicen, visibilizan, invisibilizan, los discursos emitidos por el lenguaje y discurso psiquiátrico, y a la vez el lenguaje o el discurso médico? Así como de indagar, ¿cuáles son los efectos de verdad, producidos y mediados por tales discursos, en la interrelación generada entre los técnicos y los usuarios de la ex-“Casa 4”? También sobre ¿Qué tipo de estructura discursiva existe y que tipo de sujetos han producido dichos discursos?, ¿Qué promueven, invizibilizan, qué visibilizan, qué dicen, qué no dicen los diagnósticos y tratamientos de la psicosis en relación con los internos del CAIS Cuemanco?, pero, principalmente, de darnos a la tarea de investigar, analizar y reflexionar ¿Cómo fue que se vinculó o articuló al indigente con la psicosis y la idea de la locura?

Teníamos la necesidad de dilucidar, de discernir sobre las relaciones y las regulaciones instauradas que habían sido estructuradas en el contexto citado, sobre las prácticas sociales que estructuran al sujeto. No buscábamos la verdad, la verdad absoluta, de ninguna forma o manera. Ni tampoco pretendíamos ir al encuentro de los supuestos fundamentos y orígenes del proceso. Los móviles primarios que nos impulsaron a intentar investigar –o inventar- rutas de comprensión durante el transcurso de la intervención se transformaron, en parte, en gran parte. Pues, nosotros, al principio de esta investigación, pretendíamos estudiar y analizar la actual relación, y el sentido o los sentidos del vínculo existente entre el hipotético enfermo mental y la sociedad de la que formaba parte, así como el papel de las instituciones en dicha articulación además de la relación gestada en la tensión que existe entre lo global y lo local. Particularmente, queríamos reflexionar sobre el conflicto existente entre las fuerzas actuantes en la tensión generada entre el psicótico internado en el CAIS Cuemanco y el contexto sociocultural al cual pertenece. De analizar lo que considerábamos como el espacio temporalizado en el cual ambos se desarrollaban y el acontecimiento del cual uno y otro eran producto. Ya que, al hablar, al estar hablando de sujeto, se sobrentiende, creíamos que se sobreentendía que el sujeto se comprendía como un producto no terminal, pero construido en y por la sociedad y viceversa. Deseábamos mostrar que la realidad es vista, en la ciencia social, como un producto del interjuego establecido entre el sujeto con la sociedad, como efecto del proceso social; acontecimiento generador de efectos múltiples de sentido en donde sociedad y sujeto son procesos y transformaciones incesantes e inacabadas. Fincamos nuestro interés, en ese momento, en la pretensión de informarnos sobre las condiciones en las cuales se produjo y se produce ese entramado de relaciones, de informarnos y reflexionar sobre la relación o los enlaces que se producen o se disuelven entre el sujeto internado en el CAIS Cuemanco y la sociedad particular de la cual, también, es parte y que a su vez, le acontece. Sobre los conflictos y las tensiones generadas entre el organismo virtual nómico sistematizado y regulado denominado culturalmente como sociedad y la entidad existencial moral y ética denominada históricamente como sujeto social. Así como de sus cómos y sus por qués; planteamientos hipotéticos los cuales creíamos deberían y serían analizados por nuestro equipo investigador preponderantemente a través de su historia. Difícil, ardua tarea para ser realizada en un periodo ligeramente mayor a los seis meses.

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La situación en términos de metodología cambió, pues, se necesitó de un recorte teórico y práctico, una delimitación capaz de acotar la realidad que había sido constituida como una problemática en dispersión. Para este efecto la orientación y vías de análisis y problematización sugeridas por nuestra asesor-directora fueron fundamentales. Gracias excepcionales a la Dra. Frida Gorbach Rudoy por la amistad, el tiempo y el esfuerzo que implicó ese algo que fue más allá de lo que se puede considerar su trabajo. “Ahora”, -palabra acontecida diferida, que, paradójicamente dice algo que, ya no es actual, pues, también, esta se disuelve en la ausencia, en ese algo que a través de la narración ya se ha constituido en lo que conocemos como: el pasado- buscábamos investigar e indagar, a través de una metodología cualitativa como la hermenéutica, sobre el sentido y los significados aprendidos o aprehendidos, constituidos por los sujetos a la maquina social llamada CAIS Cuemanco. Centralmente, pensábamos como debíamos interrogarnos e investigar sobre la estructura a la cual esta sujetado el sujeto; de cómo estructurar las vías de análisis sobre las relaciones singulares establecidas entre los individuos a través de la normatividad institucional y cotidiana, así como de los procedimientos de control social basados en las regulaciones normativas en el interior –y de ser posible en el exterior- de la institución al respecto de sus sujetos. También, sobre los objetivos trazados por las ciencias del comportamiento, las ciencias “humanas”, para el “beneficio” de las “mayorías” y así defender la sociedad, pero ante todo, enfocándonos en investigar sobre la historia política de los cuerpos, de las tecnologías del poder utilizadas para lograr la “normalización y homogeneización de estos sujetos “anormales”, así como de los objetivos particulares de estas, nos dimos a ala labor de investigar en la ex-Casa 4 ¿Cómo es esta realidad posible? ¿Qué es lo que la hace posible? ¿Cómo se fundamenta? ¿Cómo se legitima? Así, decidimos que, nos encauzaríamos a reflexionar sobre la “(...) historia de las relaciones que anudan el pensamiento con la verdad, la historia del pensamiento en tanto que pensamiento de la verdad”80

“Ahora, ya no se les denomina -regularmente- como locos, puesto que tal concepción ha evolucionado, a partir de los progresos de la ciencia moderna, por lo que se les ha designado -en la actualidad- como enfermos mentales, enfermos psiquiátricos o psicóticos.” Tal fue la contundencia e impacto de la declaración (como intento de aproximación al comentario efectuado) que realizó uno de los técnicos –en ese momento el coordinador- asignados al área de psicología que dio pie para decidirnos a indagar bajo qué argumentos o a partir de qué tipo de nociones y experiencias científicas se consideraba que eso era así. La información referida, posteriormente decodificada, produjo, casi de inmediato, toda una serie de cuestionamientos, de los cuales extrajimos y formulamos, principalmente, la siguiente pregunta para planteársela subsecuentemente a nuestro interlocutor: “¿Pero...? que... ¿no este centro no estaba planeado para darle atención solamente a personas en situación de indigencia?” A lo que el coordinador del área nos respondió: “Sí, pero eso era antes” “Además... la gente no esta informada que la indigencia y la esquizofrenia van de la mano”.

Situación problematizable de la que básicamente discurrimos para tomar como punto nodal de la investigación los siguientes cuestionamientos:

¿Qué tipo de historia política de los cuerpos realizo la genealogía del psicótico indigente, del indigente psicótico? ¿Cómo y porqué se dio –históricamente- la transformación, la discontinuidad, que probablemente modificó al sujeto que residía en el Centro de Asistencia e Integración Social Cuemanco?, ¿Cómo se transformó -si sucedió- el sujeto que habitaba la anteriormente y aun llamada por miembros de la UAM-X como la Casa 4?, ¿Que tipo de institución es en este momento Casa Cuemanco? ¿Debemos considerar que hablamos, en este momento, en este, nuestro presente, del mismo sistema estructural que se constituyó en los “inicios”? Entendido el sistema estructural o estructura como un conjunto de elementos regidos por leyes internas u ordenación de elementos según o de acuerdo a una ley que determina la dinámica de sus relaciones, que regularmente suele 80 Foucault, Michel. “El interés por la verdad.” En “Saber y poder”. 230 p.

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denominarse ley de composición. En general, que puede considerarse, un conjunto de elementos en interacción. Así que, la interrelación o interacción de los elementos que hace que éstos se organicen en un sistema o que puedan ser considerados partes de un sistema; la interrelación supone también interdependencia. Y, generalmente, un sistema puede considerarse una forma de «totalidad», sin ser estrictamente un todo, o de «organización», sin ser necesariamente un organismo. Al existir divergencias estructurales operadas en y por lo histórico ¿Se conserva invariablemente el mismo carácter teleológico y por ende, los mismos instrumentos tecnológicos del poder orientados a alcanzar el o los fines establecidos?, ¿son los mismos? ¿son otros? ¿Respondió, tal designación, a necesidades económicas, políticas, sociales o culturales? ¿Cuál es el papel del discurso psiquiátrico y médico en la designación que se le da al indigente como enfermo mental en esa institución? ¿Cuáles son los argumentos y justificación que se enuncian para sustentar el diagnostico emitido? ¿Qué tipo de humanismo sustenta el ejercicio de la violencia hacia estos sujetos? ¿Cuáles son las formas que adquiere la resistencia en este lugar? ¿Como y bajo que aparatos se pretende “nulificar” la resistencia a los aparatos de poder instaurados en el CAIS Cuemanco? ¿De que instrumentos y técnicas se sirve el binomio saber- poder para sujetar al sujeto, al indigente-loco? ¿Existe alguna relación con la problemática social denominada callejerísmo? ¿Qué tienen que ver indigencia y callejerísmo enunciados en términos de salud-enfermedad? Los indigentes ¿En que sentido están relacionados con el problema social denominado personas en situación de calle y cuales son los sentidos atribuidos? ¿Directa o indirectamente tienen que ver con la problemática de las personas en situación de calle? ¿Es que acaso el problema del callejerísmo ha rebasado las políticas públicas, económicas y sociales y la llamada Asistencia Social se ha tornado en una nueva forma de control de la sociedad disciplinaria? ¿Cuáles son los fines perseguidos? De las inquietudes expresadas en la primera parte del este escrito nos quedamos solamente con las siguientes consideraciones: ¿Qué enuncian, qué dicen, visibilizan, invisibilizan, los discursos emitidos por el –lenguaje- discurso psiquiátrico, y el –lenguaje- discurso médico? y ¿Cuáles son los efectos de verdad, producidos y mediados por tales discursos, en la interrelación generada entre los técnicos y los usuarios de la ex-“Casa 4”? ¿Qué tipo de estructura discursiva existe con efecto de verdad y que tipo de sujetos ha producido dicha estructura?, ¿Qué promueven, invisibilizan, que visibilizan, que dicen, que no dicen los diagnósticos y tratamientos de la psicosis en relación con los internos del CAIS Cuemanco?, ¿Cómo se vinculó o articuló al indigente con la psicosis y la idea de la locura? ¿Cuál es el rol y la función de los técnicos en relación con la estructura institucional? ¿Cuales son las funciones y los objetivos de los distintos exámenes realizados por cada uno de los técnicos del CAIS Cuemanco? ¿Qué papel juega lo jurídico y/o lo judicial como tecnología del poder y cuales son sus estrategias, y bajo que formas se presenta? ¿Existe una “subjetividad colectiva” endémica al centro? ¿Cuál es el papel que juega lo simbólico, el lenguaje en la ex-Casa 4 -en términos de identidad y representación- en el asilado? ¿Cuáles son las funciones de la moderna locura en ese fragmento del tiempo y el espacio, en ese territorio local codificado y atravesado globalmente por las significaciones del imaginario de la sociedad en la cual esta inserto?, ¿Cómo afectó o afecta socialmente tal sentido y significación del término a los sujetos vinculados a tal enfermedad? Fueron preguntas muy generales pero que, en ese momento, nos sirvieron de punto de partida para estructurar la posibilidad teórico-practica que diera inicio a nuestra complicación académico-existencial concebida como investigación.

El tiempo que realizamos el servicio social, establecimos a través de entrevistas, historias de vida, la revisión de documentos y expedientes, de los cuales, creímos haber encontrado ciertas irregularidades, contrastes y oposiciones lógicas e ilógicas de todo tipo, esto, en el sentido de que, las tipificaciones y sentencias diagnósticas avaladas por la clínica psiquiatrita dadas a los sujetos de la psicosis, a los “psicóticos”, no se veían ni “evidentemente” ni expresamente. Los supuestos argumentos tan firmes y contundentes sobre los cuales se fundamentaban y sustentaban los dictámenes nosológicos, en términos de patología mental, en los que se basaban los técnicos a cargo de la labor de reinserción social para establecer el diagnostico psicofísico dado a los usuarios asistidos por el CAIS Cuemanco.

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El trabajo de investigación estuvo ligado directamente con el trabajo campo. Los dispositivos de interpretación teóricos estuvieron relacionados directa e íntimamente con los “datos” que fueron arrojados del campo, claro esta, mediados por “la experiencia”. Las concepciones teóricas fueron puestas en juego, en contacto, cuestionadas por mediación de un intenso trabajo de reflexión efectuado por nosotros al interactuar con la realidad. El acercamiento realizado al campo fue realizado, como ya se dijo, a través del ejercicio del servicio social, el cual, fue consumado en la institución que ya hemos citado. Uno de los instrumentos metodológicos que en esta investigación privilegiamos fue, el diario de campo, ya que él, este instrumento-herramienta daba o podía dar cuenta de los elementos, normas y relaciones de estructura además de los sucesos que habíamos observado y participado y que habíamos recopilado en las observaciones-registro y que, posteriormente, analizamos. Por ejemplo, tratamos de dar cuenta de las formas de relación-interacción de los sujetos, de las posibles y distintas implicaciones del sujeto investigador en el campo, y en general, nuestro interés se centro en la vida del sujeto en situación. Trabajamos con 6 usuarios del Centro, a quienes abordamos en múltiples ocasiones por una parte, para recopilar no sólo información de su historia de vida y, por la otra, para emplear con dichos sujetos una “nueva” modalidad metodológica que conjugó la entrevista abierta y la entrevista a profundidad. Tales individuos fueron elegidos bajo el hipotético y conjetural supuesto de tener algún tipo de correspondencia con el perfil de sujetos que vivieron en situación de indigencia –indigentes- y que, por varias cuestiones, no cumplían con los supuestos criterios psiquiátricos que determinaban estos debían ser considerados como psicóticos; como sujetos que la ser “estigmados”, codificados y tipificados como psicóticos debían ser mirados y tratados como tales pero que, por una razón u otra no encajaban en el modelo o perfil institucional. También, trabajamos con los profesionales que promueven –o promovían en ese momento- la idea y acciones encaminadas a la preservación de la Salud Mental en interior de la institución y al servicio de la sociedad. Se realizaron entrevistas a profundidad a un técnico de cada una las diferentes áreas del lugar (psiquiatra, psicólogo, trabajador social, enfermero, rehabilitador) pues, desde nuestras consideraciones eran ellos quienes reportaban, registraban, evaluaban, dictaminaban y establecían las medidas de tipo disciplinar, así como las prescripciones y acciones terapéuticas, coactivas, punitivas, de estímulos, etc. En resumen, era el personal “especializado”el que, la mayor parte del tiempo, estaba a cargo de la operación y planeacion de las actividades psicoterapéuticas de carácter readaptativo que se realizarían con los sujetos, con los sujetos a la Casa Cuatro. Este personal utilizaba las tecnologías positivas y negativas que, desde la perspectiva institucional, debían ser aplicadas por los administrativos y trabajadores para el óptimo funcionamiento y progreso del lugar. En general, estos, ocupaban –en ese momento- las plazas de director, la persona comisionada para administrar y dirigir la casa de medio camino, se entrevisto informalmente a uno de los vigilantes del centro, además de la sujeto archivista; y, también se estableció, a través de contactos transitorios, “fugaces”, un sondeo que buscaba establecer un panorama general que contemplara abarcativamente a la población en general. El periodo de recopilación de los elementos primarios como lo fueron: documentos, entrevistas, historias singulares, etc., fueron adquiridos en su mayoría en un intervalo de seis meses, el periodo de duración de nuestro servicio social. Y ya que lo que nos interesa investigar se manifiesta en las prácticas sociales que son expresadas en las espirales de la cotidianidad, en las regularidades, regulaciones establecidas en contexto por la dinámica de la convivencia colectiva, figuradas en lo que, a fuerza de obrarse y repetirse se ha convertido en norma. La investigación realizada buscaba como punto de partida las relaciones establecidas y orientadas por las normas instituidas al interior de esta institución. Las entrevistas no fueron transcritas totalmente, ya que era demasiado material y, evaluando que sería muy difícil terminar en el tiempo que se nos demando conveniente para la terminación del proceso de investigación, no sólo para comenzar y terminar el análisis del problema sino, principalmente, para concluir y dar concreción a nuestro compromiso académico. De cualquier forma, la investigación también estaba atravesada por regulaciones institucionales que se correspondían con los requerimientos y mecanismos institucionales que establecen periodos precisos de consumación pues

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es uno de los tantos requisitos establecidos administrativamente por la UAM. Por lo que, se hizo uso solamente de fragmentos de la información recopilada durante la investigación; fragmentos que, permitieran, de algún modo, argumentar y ejemplificar las distintas situaciones a las que se aludía, las cuales, serían extraídas e incorporadas al trabajo y, por la misma circunstancia la información contenida en las cintas magnetofónicas, posteriormente, serían integradas al trabajo final a través del trabajo de escritura.

Pero, también, queremos puntualizar lo siguiente: dado que lo que investigamos fue un problema social, cuya “naturaleza” es dinámica no estática, por o que la orientación, los argumentos, y en sí toda la estructura el trabajo, con el paso de los meses, fue cambiando, ya que este, nuestro proyecto, fue, es y será, parte de un proceso inabarcable. Ni el texto ni esta investigación, fueron construidos para “presentarse”como un producto acabado. Este trabajo se articuló y se conformó es como una tentativa, un intento de aproximación al fenómeno social indicado y que, jamás alcanzara a describir más que en una mínima proporción, el problema, el gran problema que creemos, ahora y aquí hemos señalado.

Se recopiló material documental para el análisis. Hicimos la propuesta, en el planteamiento “original”, de que efectuaríamos visitas-entrevista a las autoridades del instituto, cosa que no pudimos realizar; a su vez, revisamos y nos servimos del material constituido por los trabajos finales de investigación realizados y publicados sobre la ex-Casa 4 para tomar algunos puntos de referencia para historizar las posibles rupturas y escansiones efectuadas en y por los acontecimientos dados, esto, en lo tocante a la investigación que fue propuesta.

III.- De los hilos de Ariadna o sobre las vías metodológicas.

-Estaba un anciano cangrejo mirando absorto el azul del firmamento. Mientras éste se perdía inquiriendo el oscuro marisma celeste, mientras se extraviaba en el profundo y absurdo trabajo de pensar el vacío, de estar pensando el sentido y sinsentido del por qué pensar sobre la inconmensurable infinitud del universo. -Otro, de su especie, se acercó a él sorda y sigilosamente, curioso de lo que sucedía, pero, aun a pesar de las precauciones que tomó para no asustarle, aun así, le sobresaltó. -Aquel se recobró de manera violenta y estrepitosa de su ausencia, de su fugaz y transitorio alejamiento del ser; de su silente y acongojante tarea de pensamiento. -Al preguntarle, el otro, el crustáceo que subrepticiamente le había sacado de su trance: “Oye…oye hermano, hermano cangrejo ¿qué haces? ¿en qué piensas? ¿en que pensabas? -A lo que el viejo cangrejo contestó musitando meditabundo:

Ah… Yo, yo ¿Qué en que pienso yo? ah, ah, si, si… en nada, no pienso en nada, pienso en… la nada, mejor dicho… pienso... en la inmortalidad, en lo que se dice es... la terrible inmortalidad...

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la terrible y temible inmortalidad... ¿?...¿qué en que pienso?... en... en la Inmortalidad del Hombre.81

Como pretensión metodológica, utilizamos el dispositivo metodológico arqueológico-genealógico foucaultiano82, por la razón de que, fue considerado, y se considera como el instrumento de análisis más adecuado para la tarea que habíamos programado puesto que, de acuerdo a Foucault: “La genealogía es búsqueda, recorrido, tomando como punto de partida el presente del entramado de relaciones saber-poder que generan determinado discurso y a su vez cierto tipo de sujetos”83 y, asimismo, de la arqueología que intentamos utilizarla como el “Saber liberador del discurso de todas las síntesis, clasificaciones, agrupaciones y argumentos que pretenden los historiadores convencionales para agrupar los saberes de cada época. Se trata de devolver los saberes y lo enunciado en cada discurso a su discontinuidad previa a las reunificaciones debidas fundamentalmente a un sujeto y a un tiempo histórico fundados en el progreso”84 No se trataba de analizar el o los saberes como efectos o productos históricos y sociales de impacto cultural debidos a un sujeto trascendente y omnicapaz sino de aislarlos y estudiarlos en el singular contexto de las prácticas situadas en el acontecimiento en las que aparecen. “Hay que olvidar la cuestión del origen 85

81 Castillo Osorio, Freddy. “Ausencia del ser”. 82 Foucault, Michel. “Nietzsche, la genealogía, la historia.” <<La genealogía [...] se opone [...] al despliegue metahistórico de las significaciones ideales y de los indefinidos teleológicos. Se opone a la búsqueda del “origen”.>> [...] El origen está siempre antes de la caída, antes del cuerpo, antes del mundo y del tiempo: está del lado de los dioses, y al narrarlo se canta siempre una teogonía. Pero el comienzo histórico es bajo, no en el sentido de modesto o discreto como el paso de la paloma, sino irrisorio, irónico, propicio a deshacer todas las fatuidades.[...]La relación de dominación tiene tanto de “relación” como el lugar en la que se ejerce tiene de no lugar. Por esto precisamente en cada momento de la historia, se convierte en ritual; impone obligaciones y derechos; constituye cuidadosos procedimientos. Establece marcas, graba recuerdos en las cosas e incluso en los cuerpos; se hace contabilizadora de deudas. Universo de reglas que no está en absoluto destinado a dulcificar, sino al contrario a satisfacer la violencia. Sería un error creer, siguiendo el esquema tradicional que la guerra general, agotándose en sus propias contradicciones, termina por renunciar a la violencia y acepta suprimirse a sí misma en las leyes de la paz civil. La regla, es el placer calculado del encarnizamiento, es la sangre prometida. Ella permite relanzar sin cesar el juego de la dominación. Introduce en escena una violencia repetida meticulosamente. El deseo de paz, la dulzura del compromiso. La aceptación tácita de la ley, lejos de ser la gran conversión moral o el útil cálculo que a dado a luz a las reglas, a decir verdad, no es más que el resultado y la perversión: “falta, conciencia, deber, tienen su centro de emergencia en el derecho de obligación; y en sus comienzos como todo lo que es grande en la tierra ha sido regado de sangre”. La humanidad no progresa lentamente, de combate en combate, hasta una reciprocidad universal en la que las reglas sustituirán para siempre a la guerra, instala cada una de estas violencias en un sistema de reglas y va así de d[...] si interpretar es ampararse, por violencia o subrepticiamente, de un sistema de reglas que no tiene en sí mismo significación esencial, e imponerle una dirección, plegarlo a una nueva voluntad, hacerlo entrar en otro juego, y someterlo a reglas segundas, entonces el devenir de la humanidad es una serie de interpretaciones. Y la genealogía debe ser su historia: historia de las morales, de los ideales, de los conceptos metafísicos, historia del concepto de libertad o de la vida ascética como emergencia de diferentes interpretaciones. Se trata de hacerlos aparecer como sucesos en el teatro de los procedimientos.83 “Investigación genealógica (...) Conducción del análisis a partir de una investigación presente. El trabajo genealógico exige una minuciosa analítica de las mediaciones, aislar las tramas (...) definir sus conformaciones, sus transformaciones, sus incidencias en el objeto de estudio, y (...) repensar los conceptos que permiten su definición”. Álvarez Uria, F.; Varela, J. prólogo a “Saber y Verdad”. 8 p.84 Sauquillo, Julián. Op. Cit. 179 p.85 Foucault, Michel. “Nietzsche…”. [...] Buscar un tal origen, es intentar encontrar “lo que estaba ya dado”, lo “aquello mismo” de una imagen absolutamente adecuada a sí; es tener por adventicias toda las peripecias que han podido tener lugar, todas las trampas y todos los disfraces. Es intentar levantar las mascaras, para develar

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y atender en cambio, a los comienzos; hay que desestimar la búsqueda de ese mítico punto cero, lugar del sentido de la verdad, y buscar, por el contrario, el modo como una serie de líneas azarosas y dispersas coinciden en un punto determinado, forzando un desplazamiento en el equilibrio de conjunto, transformando la realidad.”86 Vattimo87 considera -y nosotros con él-, de la lectura hecha de la obra de Nietzsche y Heidegger, que, la modernidad y su ciencia se puede caracterizar, como un fenómeno dominado por la idea de la historia del pensamiento, que hasta ahora sigue siendo entendida como una progresiva “iluminación”, como un desarrollo progresivo hacia los fundamentos, historia que se desarrolla sobre la base de un proceso cada vez más pleno de apropiación y reapropiación de los “fundamentos”, los cuales se conciben –analógicamente- como los orígenes. La ontología del presente, que es lo que analizamos, no es otra cosa que la interpretación de nuestra condición o situación, en la que el ser no esta ya fuera de su “evento”, el cual, acontece, se sucede, en el “historizarse” -suyo y nuestro. “Mientras el hombre y el ser sean pensados metafísicamente, platónicamente, según estructuras estables que imponen al pensamiento y a la experiencia la tarea de “fundarse”, de establecerse en el dominio de lo que no evoluciona y que se reflejan en una mitificación de las estructuras fuertes en todo campo de la experiencia, al pensamiento no le será posible vivir de manera positiva ese verdadera y propia edad postmetafísica que es al posmodernidad”88 El sujeto es historia, acontecimiento, discontinuidad, no una entidad inamovible, eterna, sustantiva y trascendental que puede ser definida, y cosificada por el pensamiento que cristaliza y se ha cristalizado. La actualidad de nuestro trabajo de investigación versa en ese sentido. En esta historización, problematización del presente, en esta superficie-contexto analizaremos: ¿de que sujeto estamos hablando en el aquí y ahora? ¿Es acaso el mismo sujeto que se produjo en el interjuego de lo global y lo local, de lo particular a lo colectivo, establecido en la ex-Casa 4? Si partimos de la perspectiva en la que se considera que el sujeto no es una entidad universal, invariable y eterna: ¿cuál es el sujeto que habita ahora, en este momento, en el CAIS Cuemanco? ¿es un indigente? ¿un loco? ¿es un psicótico? o ¿un indigente loco? ¿un indigente psicótico o un psicótico indigente? Y si es así, epistemológica e históricamente ¿por qué es así? ¿cómo fue que se construyó, se “descubrió” este tipo de conocimiento? Se trata de hacer un poco de historia como problematización de un presente, de un presente que ya no es.

[...] el cuerpo está aprisionado en una serie de regímenes que lo atraviesan; está roto por los ritmos del trabajo, el reposo y las fiestas; está intoxicado por venenos -alimentos o valores, hábitos alimentarios- y leyes morales todo junto; se proporciona resistencias (…). La historia “efectiva” se distingue de la de los historiadores en que no se apoya sobre ninguna constancia: nada en el hombre -ni tampoco su cuerpo- es lo suficientemente fijo para comprender a los otros hombres y reconocerse en ellos. Todo aquello a lo que uno se apega para volverse hacia la historia y captarla en su totalidad, todo lo que permite retrazarla como un paciente movimiento continuo -todo esto se trata de destrozarlo sistemáticamente-. Hay que hacer pedazos lo que permite el juego consolador de los reconocimientos.

finalmente una primera identidad. Pues bien, ¿si el genealogista se ocupa de escuchar la historia más que de alimentar la fe en la metafísica, qué es lo que aprende? Que detrás de las cosas existe algo muy distinto: En absoluto su secreto esencial y sin fechas, sino el secreto de que ellas están sin esencia, o que su esencia fue construida pieza por pieza a partir de figuras que le eran extrañas. ¿La razón? Pero ésta nació de un modo perfectamente razonable, del azar ¿El apego a la verdad y al rigor de los métodos científicos? Esto nació de la pasión de los sabios, de su odio recíproco, de sus discusiones fanáticas y siempre retomadas, de la necesidad de triunfar - armas lentamente forjadas a lo largo de luchas permanentes - ¿Será la libertad la raíz del hombre la que lo liga al se y a la verdad? En realidad, ésta no es más que una “invención de las clases dirigentes”. Lo que se encuentra al comienzo histórico de las cosas, no es la identidad aún preservada de su origen -es la discordia de las otras cosas, es el disparate.86 Morey, Miguel. “Lectura de Foucault”. Ed. Taurus. Madrid. 1986. 365 p.87 Vattimo, Gianni. “El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna.” Editorial Gedisa. Barcelona. España. 2000. 10 p. 88 Ibíd.

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Saber, incluso en el orden histórico, no significa “encontrar de nuevo” ni sobre todo “encontrarnos”. La historia será “efectiva” en la medida en que introduzca lo discontinuo en nuestro mismo ser. Dividirá nuestros sentimientos; dramatizará nuestros instintos; multiplicará nuestro cuerpo y lo opondrá a sí mismo. No dejará nada debajo de sí que tendría la estabilidad tranquilizante de la vida o de la naturaleza, no se dejará llevar por ninguna obstinación muda hacia un fin milenario. Cavará aquello sobre lo que se la quiere hacer descansar, y se encarnizará contra su pretendida continuidad. El saber no ha sido hecho para comprender, ha sido hecho para hacer tajos.89

En síntesis, a través del diario de campo, de entrevistas a los usuarios, y en general, a partir del diálogo con el personal adscrito y que trabaja en esta institución; sumado a: observaciones, pláticas no programadas pero registrables, además de la revisión de varios de los expedientes de la institución –privilegiando, de algún modo, los de los sujetos de investigación-, así como de los documentos personales y narraciones de los usuarios, conjuntamente con el registro y observación de las actividades, los rituales, las regulaciones, las reglamentaciones, las sanciones, los estímulos. Todo este material que estudiamos fue asociado a los dispositivos teóricos esbozados por Michel Foucault, dispositivos metodológicos que utilizamos como mecanismo y herramienta de interpretación que sirvió de analizador de las estructuras discursivas y prácticas sociales instauradas en el espacio físico institucional –ya nombrado- en el periodo que comprendió, aproximadamente, a mediados del mes de octubre del año 2005 al 17 de abril del año 2006.

Se hizo uso, parcialmente, del método hermenéutico, como parte de la metodología cualitativa, vía epistémica de aproximación que, pensamos nos abría pautas de reflexión y acción y que, nos permitirían, una mayor comprensión, una comprensión más amplia del fenómeno social estudiado, ya que, de alguna manera sigue vigente. Pues, la hermenéutica, es el arte-herramienta que por más de doscientos años ha sido utilizado por historiadores para la interpretación de los textos. Uso que, en este caso, y hasta cierto punto, fundamentó una parte importante del análisis; nos sirvió de medio –el “más conveniente”- para la proceso de problematización del evento. La hermeneútica, fue parte de la maquinaria reflexiva utilizada en éste trabajo, del que consideramos hay algún tipo de aporte para la teoría psicosocial; fue parte fundamental del proceso y de los procedimientos “necesarios” para el análisis que fue efectuado a partir de y por nuestra interpretación. Interpretación analítica que pretendimos, y pretendemos poner en un futuro, a discusión para volver a problematizar sobre la supuesta relación -estructurada- que ha sido construida –“científicamente”- entre el texto y el evento. Convocados por lo que dice Miguel Morey en el prólogo que escribe sobre el libro que Deleuze dedica al pensamiento de Foucault, en el que aquel, a quien hacemos eco, expresa lo siguiente: “La teoría como caja de herramientas –escribe Foucault- quiere decir: a) que se trata de construir no un sistema sino un instrumento, una lógica propia a las relaciones de poder y a las luchas que se comprometen alrededor de ellas, b) que esta búsqueda no puede hacerse más que poco a poco, a partir de una reflexión (necesariamente histórica, en alguna de sus dimensiones) sobre situaciones dadas.”Por otra parte, “El libro –escribe Deleuze- ha dejado de ser un microcosmos a la manera clásica (...) El libro no es una imagen del mundo, aún menos un significante (...) No nos hallamos frente a la muerte del libro, sino frente a otra manera de leer (...) No hay nada que interpretar ni significar, sino mucho experimentar (...) debe ser un pequeño útil sobre un exterior”90 Es así que, principalmente, usamos la teoría foucaultiana porque pensamos que ésta nos serviría como el instrumento metodológico -de suma importancia- (no sólo en éste sino en otros, en futuros problemas y sus respectivos análisis problematizadores) que desempeñaría el papel de artefacto y dispositivo crítico que sería, momento a momento, utilizado para ser probado y rebatido en eso que llamamos el exterior. Durante el desarrollo de la investigación empleamos constantemente sus teorías como parte de nuestro dispositivo de análisis e interpretación. Opinamos, particularmente, al respecto de los conceptos clave, las significativas y alternativas posibilidades que nos brinda la hermenéutica o teoría interpretativa, la importancia que en ella radica es la de la posibilidad de "comprensión". Nuestro punto de partida o “eje” fundamental para

89 Véase Foucault, Michel. “Nietzsche…”90 Deleuze, Gilles. Op. Cit. 12-13 pp

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esta posibilidad de entendimiento será a partir de la siguiente consideración: el comportamiento humano "lenguaje" tiene la característica de ser comprensible por otros humanos y a su vez de poderse interpretar por estos. Esto desde una dimensión cualitativa que, hasta cierto punto, creemos, respondió de hecho a algunas de las preguntas que se efectuaron sobre el fenómeno social contemplado. Interpretemos, en contexto, a partir de sus significaciones y condiciones de existencia.

Los diferentes enfoques de la hermenéutica se distinguen precisamente por sus diferencias en cuanto a la forma de comprensión por un lado y la necesidad de distanciamiento por el otro; la hermenéutica debe liberarse de su carácter normativo, el intérprete debe distanciarse reflexivamente del contexto original a la vez que debe comprometerse con el sujeto. 91

El hombre dialoga, y al hacerlo, se obliga a si mismo a encontrarse con la posibilidad de comprensión de lo otro. Del contacto, efecto de encuentros y desencuentros en y por el otro. En el diálogo, se puede llegar a sufrir el encuentro, el encuentro de la otra verdad, la cual, puede ser no solo distinta sino además divergente y, a su vez, nos puede parecer irracional o ilógica porque ante nuestros ojos puede ser absurda y en demasía estar plagada de contradicciones.

el acto antropológico no puede excluir de su propio impulso un momento de violencia en el que confluyen la voluntad de verdad y voluntad de poder (...) Existe, sin embargo, la posibilidad de dar otro sentido a la violencia inherente al acto antropológico –es decir, una intromisión, una irrupción de la mirada antropológica en el mundo del otro, pero que lo constituye como punto de partida para conocimiento y comprensión de las formas de vida de los otros--, a la vez una posibilidad ---quizás única: volver la violencia de la intervención sobre su propio universo regulativo, como único recurso para hacer visible los fundamentos de su propia violencia. (...) La violencia de la reflexión antropológica trabaja en el desmantelamiento de las propias categorías: la acción autoreflexiva no toma como objeto especifico la identidad el investigador, ni los oscuros impulsos que lo llevaron a su trabajo, sino el campo mismo de las categorías que fundan su identidad y su mirada, al mismo tiempo que caracterizan el universo cultural, ético y político en el cual se inscribe.92

Los “lenguajes” de la locura.La ¿psicotización de la indigencia?93

¿“Psicotización” de lo “inhumano”?94

Historia de los acontecimientos

Pobreza y neoliberalismo.

El discurso-documento, denominado Plan Nacional de Desarrollo -que fue elaborado en los inicios del sexenio comprendido entre los años 88-94 por la administración del ejecutivo federal del gobierno salinista-, manifiesto en el que se exponían los proyectos, estrategias y acciones que se consideraban necesarios y pertinentes para ser aplicados, desarrollados y ejecutados en y durante dicho periodo-gestión bajo el supuesto de estar constituido como la táctica económico-política más ad hoc que, fundamentalmente, se suponía estaba al servicio y era para el provecho de la nación. En este

91 Gadamer, Hans Georg. “El Giro Hermenéutico”. Cátedra: España. 1995. 77p92 Mier, Raymundo. “El acto antropológico…” 26 p.93 En algún momento pensamos en la probabilidad de cambiar la segunda frase por la de ¿La psicotización de los marginales? Porque creímos que se acercaba más a lo observado durante el proceso de investigación.94 Material e interpretaciones extraídos del diario de campo.

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protocolo-escrito de planeación administrativa se pretendía mostrar, desde una perspectiva general, como los intereses nacionales y sus necesidades estaban en función con los objetivos –fundamentales y prioritarios- y las medidas que se habían diseñado en él por un selecto grupo de especialistas, eran las medidas adecuadas para servir como el motor que podría encauzarse activamente en aras del desarrollo óptimo y del crecimiento socioeconómico real, sostenido, gradual y progresivo de México. Además de que, se decía, que era el plan visionario capaz de colocar al Estado mexicano en un nivel de desarrollo y crecimiento no sólo político y económico sino fundamentalmente social jamás imaginados. Estabilidad social íntegra que se llevaría a cabo por conducto de la “metamorfosis”, de la reforma de la estructura social en general, particularmente, se enfatizaba la necesidad de cambio del sistema económico y político que dicha administración había heredado del gobierno de Miguel de la Madrid. La reforma estructural, cambio obligado para el Organismo Social Nacional del que se decía, tendría el poder de insertarle –como ya se dijo, por mediación del esbozo-proyecto de corte neoliberal- e incorporarle al “iniciático” proceso modernizador, promesa que se sugería era el conducto necesario para acceder hacia las ventajas del tan anhelado primer mundo. Éste era el designio de un modelo político-clínico innovador que, como ya se mencionó, había sido establecido por el presidente Salinas De Gortari como el pasaje-camino necesario y esencial para que la nación mexicana no sólo consiguiese salir del rezago económico que afectaba negativamente al país, sino que además, serviría, de algún modo como un instrumental “abductor” que nos posibilitaría salir del foso en el que se hallaba sumido –se halla- México y los mexicanos. Por lo demás, y a nivel macro, por medio de la organización del procedimiento de re-forma se postulaba que se buscaba la total transformación de la estructura política y económica, en aras de que la economía nacional pudiese insertarse y competir en y con las grandes economías mundiales. Diseños y re-formas económicas, políticas y sociales que de acuerdo a lo propuesto en ese momento por el gobierno federal “debían” necesariamente, efectuarse por el Ejecutivo, como ya se había mencionado, para provecho y beneficio públicos. El escrito comenzaba así:

Cumplo hoy (…) con la obligación que impone la Constitución y la Ley de Planeación al Ejecutivo Federal al elaborar el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994 (…) El Plan responde, así, a la obligación legal y al compromiso político del Gobierno de la República de enfrentar, con el concurso de todos, los retos del cambio que hoy vive la nación 95

El documento continuaba de la siguiente manera:

Una amplia participación ciudadana –a cuya movilización contribuyó, como una instancia de consulta, el Consejo Nacional de Concertación Económica- permitió la elaboración del Plan a partir del diagnóstico vivo de la realidad, de las aspiraciones y necesidades de la población 96

Estaba visto que, a esas alturas, la investidura presidencial lo autorizaba –como a otros- para ejercer y desempeñar ¿una posible nueva disciplina?: la política clínica., facultad científico-social que, a partir de los saberes acumulados a través de las observaciones, las experiencias y la memoria colectiva, aunadas a las distintas prácticas operadas en el cuerpo de la nación, así como también por medio de las consultas (ciudadanas), de las exploraciones-auscultaciones y de la permanente focalización de los síntomas y signos reveladores de deterioro “causados” por las más graves enfermedades nacionales (pobreza, desempleo, marginación, etc.). El Congreso de la Unión se constituyó en el espacio maquínico contingente en el que se facultaba y atribuía el derecho-poder de ordenar el inaplazable cambio y nuevo funcionamiento –pues ya que “el ejercicio del poder no es una estructura que se mantiene por siempre (…) [éste]se elabora constantemente, se transforma, se desorganiza y se

95 Plan Nacional de Desarrollo. 1989-1994. Poder Ejecutivo Federal. Mayo de 1989. Secretaría de Programación y Presupuesto. México. En adelante abreviaremos dicho documento con las siglas PND.96 Ibíd. xi p. (las cursivas son mías)

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vuelve a organizar”97- de los sujetos que serían construidos en las distintas maquinas sociales, de asignar los instrumentos o mecanismos “receta” de profilaxis social para combatir y exterminar las causas (etiologías) de los problemas sistémicos de salud colectiva.

Cambio e identidad -¿en que sentido?- fueron presentadas como las pautas, el motor de las acciones de saneamiento social. Se establecieron como las bases que dirigirían el Plan, como procedimientos que sólo serían sustentables –así debían serlo- por medio de la lealtad colectiva. Se le indicaba, al pueblo mexicano, que solamente de esta manera podría darse la posibilidad de factibilidad de la instauración del ideal social de vida, de dar comienzo no sólo a la reconstrucción global del país, sino también, de pretender dar inicio al proyecto de construcción, ensamblaje y armado de la tan anhelada utopía nacional, “su incorporación plena y en mejores condiciones a los beneficios del progreso”. Se sugería que el cambio era una de las demandas más urgentes de la población y que debía efectuarse de inmediato. Se decía por una parte que eran indispensables -las reformas señaladas- y por la otra, ineludibles; que eran medidas trascendentales para la vida política, económica y social de nuestra nación. Se invitaba al consenso, preferentemente mayoritario, se convocaba a la participación ciudadana. Al abrigo de que, al transitar por esas vías, probablemente, en México, pudiera darse el cambio.

Contextualizando lo dicho, tratando de hacer dialogar a la teoría y un evento histórico singular - y de acuerdo a nuestra muy particular lectura. Aclarando que debemos reconocer la enorme distancia que media entre el sentido real –total- del acontecimiento y el simulacro –o la ficción- que creamos en torno a él a partir de nuestra fragmentaria, limitada y limitante interpretación- del texto de García Canal, - Foucault y el poder98, consideramos que, dicho discurso –de corte político-se constituía en una de tantas tecnologías diseminadas que tenían por función orientar al pueblo mexicano hacia los objetivos marcados por dicha lógica o racionalidad de Estado. Acción sobre las acciones de los otros dirigida a producir un tipo de subjetividad particular, un tipo singular de sujeto. Las acciones de los sujetos debían adherirse al proyecto de reconstrucción nacional; se pretendía que los ciudadanos se sujetaran a los lineamientos disciplinares que de alguna manera asegurarían el bienestar y seguridad globales.99 Debían inscribirse a la causa-objetivo popular, pues se atribuía que eran para el beneficio de las mayorías además de ser el superlativo social de mayor interés para la nación. Se les exhortaba a in-corporarse, pues, como su buen pastor, Salinas, el mesiánico personaje, manifestaba, implícita y explícitamente, que su proyecto podría guiar al rebaño a su salvación pues él conocía “los sentimientos y deseos más secretos” del colectivo. Por medio de tal comunicado, se proponía crear una forma identitaria e idealizada de ser, la generación necesaria de un orden de poder de carácter positivo, una disciplina indispensable e imprescindible, un imperioso, ineludible y necesario nuevo deber ser. Tomando como base de su discurso los saberes que “poseía”, a Salinas, jefe del Ejecutivo, se le otorgaba el derecho de guiar y conducir al conjunto, a la masa humana condensada y concebida como la sociedad mexicana, situación del ejercicio del poder legalizada, avalada y legitimada, también, por el pueblo – ¿inconscientemente? Los mexicanos “sin saberlo” también se hicieron cómplices, tomaron la parte que les correspondía para poder darle continuidad a las acciones, a accionar las disposiciones políticas desarrolladas, a adecuarse a ellas y, posteriormente, desarrollarlas y reproducirlas.100 Además y, de acuerdo a lo planteado por García Canal especulamos que, el tipo de tecnología utilizada por el aparato estatal salinista de maquinaria estructural de orientación

97 García Canal; María Inés. “Foucault y el poder”. Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco. México. 2002. 39 p.98 Cf. García Canal. Opus cit. Capítulo “El sujeto y el poder”.99 Foucault. Michel. “Tecnologías del yo” Capitulo: Omnes et singulatim. “(…) al ser Dios un pastor, el rebaño que le sigue se somete a su voluntad y a su ley. (…) el lazo con el pastor es un lazo individual, un lazo de sumisión personal (…) La obediencia es una virtud. Lo cual significa que no es (…) un medio provisional para alcanzar un fin, sino más bien un fin en sí”

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disciplinaria y homogeneizante que el poder político utilizó y buscaba era para la sumisión total o mayoritaria de la sociedad en general, ratificada, por supuesto, y, efectivamente por el pueblo. Ya que dichas medidas de corrección estaban constituidas para favorecer la anhelada realización de los “deseos más profundos” de esta nación pues, ¿“Esta sociedad acumuló saber sobre sus miembros mediante la observación de los mismos, así que nada dejo al azar, lo que permitió adelantarse a las reacciones de los observados”?101 De Gortari nos decía:

Nuestra economía no puede permanecer en el estancamiento o en la inflación. La población actual y la que año con año se incorpora demandan alimentación, educación, vivienda, salud, servicios, seguridad y un ambiente sano: en breve, un horizonte de progreso personal y familiar. Exigen además que no sea efímero. Reclama que sea equitativo y atienda prioritariamente las necesidades de quienes menos tienen. El cambio económico debe ser el del crecimiento con estabilidad y equidad. Estado y sociedad deben cambiar para crear empleos, para erradicar la pobreza extrema, para que los mexicanos todos tengan acceso a servicios de calidad en un clima de libertades, concordia y seguridad. El cambio es, por eso, indispensable 102

Se llegó, “Salinas” llegó a considerar que, en su sexenio, la tarea de la sociedad mexicana en su conjunto, era, por un lado, la de promover y aceptar la innovación del Estado Mexicano; pero, conjeturamos que, por el otro, tal parece que lo que realmente estaba de fondo -prioridad que debía efectuarse inmediatamente de ser posible, como ya habíamos mencionado- era la modernización total (global) de México. Entre algunos de los múltiples objetivos trazados que se perseguían se encontraba, en algunos aspectos, el fortalecer la inversión del capital privado, y así, oscuramente desarrollar las ganancias y privilegios de los unos sobre los otros, además del marcado interés en acumular más ganancias, económicas y políticas, para los grupos sociales en el poder. Se evaluó, en ese entonces, que tales innovaciones, eran las únicas medidas operativas que podrían hacerle frente, que podrían enfrentar, cabalmente, las nuevas realidades y problemáticas económicas y sociales que debilitaban y mermaban dramática y contundentemente este país. “Pensó”, nos decía, a los mexicanos, que tales reformas estructurales, paulatinamente y progresivamente, generarían, producirían y potenciarían la creación de los tan anhelados nuevos empleos, los cuales, -deberían – además, consecuentemente estarían mejor remunerados. Se estableció también que debía de impulsarse el fomento a la participación activa -a través de la eliminación de los viejos obstáculos que, de acuerdo al discurso salinista, impedían el desarrollo de los potenciales nacionales, de la iniciativa e industria pública y privada, además de la participación, la creatividad y la acción de los mexicanos- de la población para el mejoramiento del país, pues, las autoridades administrativas federales le atribuían a la supuesta injerencia del colectivo, la fuerza y energía necesarias para impactar positivamente en los esfuerzos estatales encaminados al mejoramiento,. seguridad y desarrollo sociales del país en general.

Las estrategias de acción política se enfocaban –en algunos, varios de sus aspectos moralizantes- a establecer los criterios pedagógicos y normativos, la disciplina, los códigos y los comportamientos a los que se debería amoldarse y sujetarse el hombre nuevo. La ilustración e instrucción didáctico-pedagógica de corte político-moral –creemos- estaba basada en la imposición de una moraleja

100 “Si el Estado es la forma política de un poder centralizado y centralizador, llamemos pastorado al poder individualizador. (…) la asociación entre Dios y el rey se lleva a cabo fácilmente, puesto que los dos desempeñan el mismo papel: el rebaño que vigilan es el mismo, al rey pastor que le corresponde cuidar las criaturas del gran pastor divino.” “1.- El pastor ejerce el poder sobre un rebaño más que sobre una tierra (…) la relación del Dios-pastor con su rebaño es la que es original y fundamental. Dios da o promete, una tierra a su rebaño. 2.- el pastor agrupa, guía y conduce a su rebaño. El pastor dispone de una meta para su rebaño. 4.-queda otra diferencia en la idea según la cual el ejercicio del poder es un deber. La bondad pastoral se halla más próxima de la <<abnegación>>. Todo lo que hace el pastor lo hace por el bien de su rebaño.” Cf. Foucault, Michel. “Tecnologías del yo”. Editorial Paidós Estudio.101 Véase. García Canal. Op. Cit. Cap. “La sociedad disciplinaria”.102 PND. Las cursivas son mías.

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instituyente que establecía el modelo de hombre cívico que era necesario producir y hacer accionar en nuestra sociedad, operado y producido por mediación de las maquinarias institucionales de ese entonces. Se insistía que, por estos conductos, se podría tener un mayor rango de alcance e impacto social, esto, al respecto, aumentando las oportunidades y la posible emergencia de la que condujera a la trayectoria y eventual meta que era esperada. Los logros obtenidos, en general, deberían posicionar -y dar acceso- a la nación mexicana sobre las veredas del desarrollo y el progreso. Se esperaba que dichas acciones abrieran la senda que conduciría indefectiblemente hacia lo que se considera los países desarrollados. Medidas que además de estos beneficios, a mediano plazo, nos encauzarían a la configuración y eclosión del acontecer, al posible suceder, de la tan ambicionada utopía nacional. Tal mito-discurso proyectaba erigirse y funcionar como el elemento rector de las acciones colectivas a partir de la instauración-implantación de las instituciones-fundamento que darían sentido y cohesión al colectivo ante la consagración de la tan apetecida seguridad social. Como ya se dijo, estas disposiciones eran vistas como las vías tecnológicas virtuales y potenciales más pertinentes para abrir las brechas, las condiciones mínimas y necesarias para dar acceso a la tan deseada edad de oro moderna. Intentaban constituir –por medio del proyecto salinista- las vías, las metodologías políticas estructurantes capaces de acceder hacia la teleología o escatología secularizada integradora del colectivo que, procesualmente, iba a constituirse en la alternativa resolutiva real que respondería a la acometida y devastación que la fatalidad y la decadencia del viejo sistema había causado en el uni-verso compartido por las masas. El sentido globalizador de esta metanarrativa se abría, se desplegaba como la promesa más acertada para habilitar y dar sustentabilidad al futuro por-venir, el dispositivo desplegado florecía, se comunicaba y se expandía como la señal que desplegaba la posibilidad de dinamizar el sistema estructural en crisis, sanear integralmente la estructura socioeconómica; mejorar la calidad de vida de sus habitantes, de desarrollar y fortalecer el avance tecnológico e intelectual, además de atacar la marginalidad, el desempleo y de resolver los problemas que el subdesarrollo había heredado para crear un nuevo y mejor horizonte.

Las reformas, y sus perspectivas actualizadas, exigían abrir nuevas sendas para transitar veredas por las que se abrirían las condiciones necesarias que habilitarían y darían motivos al pueblo mexicano, no sólo para mantener la esperanza y la fe en ese futuro prometido o prometedor, sino, conjuntamente, de poder ser la entrada que diera el paso para un asequible alcance del tan perseguido sueño terrenal. El plan liberal, neoliberal, liberador y liberalizador se configuró como el indicio más cercano y factible de encuentro –en- con el futuro en la tierra prometida. Se pretendía que, plenamente, se depositara la fe y la esperanza en el etéreo abstraccionismo positivo –o positivista- objetivado que se apoyaba y amparaba en los datos y las estadísticas que se decía eran obtenidas de la realidad. El plan, implícitamente, decía ser la posibilidad tangible de iniciar la construcción del paraíso materializable, fin último imaginado por las mayorías en la nación. Éste metadiscurso estaba soportado, fundamentalmente, por un apócrifo sentido que daba cuenta de las necesidades y deseos globales. Sentido universal y absoluto que, además de ello, pretendía que habría –debía ser- de ser montado –e introyectado- como la operación definitiva y decisiva que no sólo actuaría en el imaginario nacional, sino, primordialmente, fue dispuesto como lo que sería la única e ideal posibilidad para el cambio, transformación que, como ya se dijo, era, si no la mayor y mejor alternativa por excelencia si debía considerarse como la oportunidad única e irrepetible por la estábamos obligados a recorrer para poder construir un mejor mañana. La gloriosa, sagrada y etérea viabilidad fue denominada reforma estructural, y esta medida haría posible, la inmejorable, esplendida y palpable oportunidad u oportunidades que –particularmente- debían de “favorecer y salvaguardar”a la nación, pero, principalmente, los intereses, los derechos y las demandas efectuadas por las necesidades básicas, naturales e inalienables que debían gozar las mayorías en la nación. De esta población considerable en número, se suponía que, esta reforma, debía o debió incidir en el mejoramiento de las precarias y difíciles condiciones de existencia en las que, en ese momento, se encontraban las clases más desprotegidas y marginadas de este país. Tal prescripción disciplinar

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actualizó y asignó los deberes, las obligaciones, los roles y los compromisos que debían establecerse entre los unos y los otros, en la sociedad mexicana de ese momento histórico, ipso facto.

Al respecto de las declaraciones registradas en el Plan sobre La Evolución y Situación Económica y Social, por un lado, se hacia hincapié, en lo que debía tomarse como el argumento –objetivo y veraz que fundamentaba la reestructuración total del estado, la nación y la sociedad. Éste hablaba sobre el impacto positivo que se había experimentado en la nación a partir del montaje y la práctica de las acciones de transformación hechas por el progreso. Así, se señalaba y se justificaban las medidas, estrategias y tácticas, que tomaría la administración salinista para resolver la crisis social. Dadas las condiciones de lo que éste llamaba las repercusiones fructíferas, los resultados altamente positivos efectuados en materia de salud y educación. Se evaluó que de igual forma esto podría ser aplicado en otros ámbitos institucionales. Aunque, por otro lado, también tal administración reconocía, los rezagos generalizados en los cuales, en ese momento, se decía se encontraba nuestro país. En su Plan Nacional de Desarrollo decía:

[…] un buen número de mexicanos quedaron al margen de los beneficios del progreso . En la mitad de la presente década, alrededor del 20 por ciento de la población el consumo básico era inferior a la mitad del que se estima necesario para satisfacer las necesidades fundamentales

Asimismo, en el parágrafo titulado La Política Económica se señalaba que:

para hacer frente a esta situación, era necesario adaptar la estrategia económica al cambio de las condiciones, con el fin de aprovechar las oportunidades del mercado externo para compensar la pérdida de dinamismo del mercado interno […] En vez de efectuar cambios estructurales a fondo, se intentó compensar el debilitamiento de la producción con medidas para aumentar la demanda, que comprendieron la adquisición por parte del Estado de empresas privadas en difícil situación financiera y la creación de nuevas empresas públicas en campos de actividad antes limitados a la acción de los sectores social y privado. Al mismo tiempo se aumentaron los subsidios al resto de las empresas, con el propósito de evitar el deterioro de su nivel de producción y de mantenerlas financieramente a flote. Los subsidios de todo tipo se generalizaron sistemáticamente, para compensar parcialmente el impacto sobre el bienestar nacional del debilitamiento estructural de la economía 103

En síntesis, se manifestaba que sin la instauración del nuevo sistema –neoliberal- la reestructuración progresiva y sus beneficios -proyectadas por el Ejecutivo- no se lograrían, ni tampoco se darían ni las alternativas de desarrollo ni las posibilidades de estabilidad y crecimiento económico, y, por tanto, la consecuencia lógica que podría esperarse por conservar el viejo modelo político, económico y social, era, grosso modo, la de que, probablemente, no sólo no habría ni la posibilidad, ni siquiera existirían las mínimas condiciones para la evolución y progreso a nivel macro y microeconómico, y, además, se denunciaba que no habría ni desarrollo a nivel social global y mucho menos a nivel “individual.” 104

De acuerdo al Ejecutivo, se necesitaba de la inversión del capital privado para el crecimiento económico y social de la nación, así como para la eventual generación de los tan necesitados –y aun potenciales- y codiciados empleos. La administración salinista consideraba:

[…] el país continua enfrentando serios problemas económicos y sociales, debido principalmente a la combinación de tres factores: problemas estructurales acumulados en muchas décadas que no podían ser

103 Ídem 6-7 pp. Las cursivas son mías.104 “La vigilia (…). Hace resaltar dos aspectos de la dedicación del pastor. En primer lugar, actúa, trabaja y se desvive por los que alimenta y se encuentran dormidos. En segundo lugar, cuida de ellos. Presta atención a todos, sin perder de vista a ninguno. Se ve llevado a conocer al rebaño en su conjunto, y en detalle. (…) los buenos pastos, las leyes, (…) el orden de las cosas (…) y las necesidades de cada uno en particular. (…) El poder pastoral supone una atención individual a cada miembro del rebaño” Foucault. “Tecnologías…” 102-103 pp. Nota: Las cursivas son mías.

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corregidos en unos cuantos años, agotamiento de recursos por una evolución externa desfavorable, y el crecimiento histórico más elevado de la fuerza de trabajo […] Sin duda, de entre los aspectos derivados de esta situación el más preocupante es la insuficiencia de empleos productivos y bien remunerados para una población en edad de trabajar en constante aumento, a lo que se suma la pérdida del poder adquisitivo de los salarios 105

Salinas, por otra parte, hacia énfasis en que, una parte importante de la problemática situación social por la que atravesaba México en ese momento se debió al aumento desmesurado de la población, al crecimiento demográfico inmoderado –principalmente- en las urbes, a las altas tasas de fecundidad, al problemático crecimiento poblacional que se había desfasado, pero, principalmente el deterioro y desgaste de la economía que afectaba directamente la dinámica social se había dado por el derroche excesivo de recursos de la nación, despilfarro que fue emanado del descomunal gasto público, por la desmesurada aplicación de políticas “estabilizadoras”, las cuales, destinaban recursos del erario público a una multiplicidad, a diversos y amplios sectores de la población. Recursos que al ser destinados y aplicados, inmoderadamente, a servicios y seguridad sociales habían generado un colapso que se tornó alarmante y que, además afectó, de manera descomunal a todos los estados, condiciones y circunstancias del país. Se decía que a partir del incremento del gasto público -el cual buscaba equilibrar la crítica situación económico-social- sin retribución, sin la necesaria inyección de capitales e inversiones –públicas, pero, fundamental y necesariamente, del sector privado-, al no contar con los mecanismos económicos y políticos -estatales e institucionales- que pudieran hacer frente a tales problemáticas y sus impactos, se veían, los miembros del ejecutivo, en la necesidad de buscar la concertación de convenios contractuales de libre comercio para con los inversionistas y empresarios de la iniciativa privada para poder contraponerse y arremeter contra el debilitamiento y posible desastre de la estructura económica, política y social de nuestra nación y, así, este artificio se suponía tendría el poder de orientar y dar otro cauce, un revés, debía hacer reversible y, por que no, erradicar la crisis en la cual se encontraba instalada la sociedad mexicana en aquel momento. Consecuencia que estaba ligada directamente con el desequilibrio que se dio en la relación mortandad-fecundidad. Se consideraba que ante el aumento de la masa social, ante el incremento demográfico excesivo, y la crisis estructural, en general, se había formado –uno de tantos factores que lo hicieron- un grave colapso que abarcaba e influían negativamente todos los ámbitos, aspectos, contextos, situaciones y entornos del país. Esta negatividad, se decía, afectaba considerablemente no solamente los aspectos económicos de la nación, sino que, se propagaba y extendía, nefastamente, en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida social. De lo que se derivó la estrategia a seguir, la cual fue manifestada en el Plan Nacional de Desarrollo que sería aplicado del año 89 al 94, preparativo operacional formalizado que debía intentar solucionar el problema nacional al respecto del decremento de las oportunidades, estas eran vistas insuficiencias y parquedades que se habían derivado del los viejos y obsoletos métodos económicos y políticos que, se decía, habían viciado el sistema. El plan de desarrollo del sexenio salinista debía gestar los posibles y tan necesitados beneficios económico-sociales que serían y deberían ser aplicables y aplicados en dichas asimetrías, lo cual se formulaba en Los Medios y las Oportunidades, apartado en el que se hacía referencia a:

El país cuenta con cuantiosos recursos humanos y materiales, creados y aumentados a lo largo de muchas décadas, y que serán una base importante para su progreso, una vez corregidos los desequilibrios y superados los problemas inmediatos que enfrentamos. Tenemos una fuerza de trabajo con mayor escolaridad, así como una infraestructura educativa que servirá de apoyo para aumentar la calidad de la educación106

Sobre su programa táctico político, en el punto 6.4, espacio dedicado a la táctica prevista para contrarrestar la miseria social designado Erradicación de la Pobreza Extrema menciona:

105 Cf. Plan Nacional de Desarrollo 88-94.106 Ibíd. 11p. Las negritas y cursivas son mías.

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Mediante una mayor selectividad de las políticas económicas, en la asignación de subsidios y en el gasto social, se aumentará la incidencia de la política económica en el bienestar social de quienes más lo necesitan. Las acciones para atender a los grupos de escasos recursos del campo y las ciudades serán selectivas y específicas, para atender de lleno y eficientemente esta urgente demanda social […] La atención a las colonias populares de las zonas urbanas se orientará a proveer los servicios básicos municipales, los de educación, alimentación y salud, así como de apoyar a la construcción y el mejoramiento de la vivienda, regularizar la tenencia del suelo, capacitar para el trabajo productivo e impulsar los proyectos productivos de los propios colonos […] La voluntad y el esfuerzo de superación de los grupos marginados, la movilización social, la inversión pública y los recursos provenientes de los fondos del Gobierno Federal serán los principales instrumentos para abatir la pobreza extrema. En el manejo de los recursos se observará una estricta selectividad y se vigilará que las asignaciones se canalicen efectivamente a los beneficiarios […] El Programa Nacional de Solidaridad […] es el instrumento que el gobierno de la republica ha creado para emprender una lucha frontal contra la pobreza extrema, mediante la suma de esfuerzos coordinados de los tres niveles de gobierno y los concertados con los grupos sociales. Se conformará con acciones de ejecución inmediata que gradualmente permitan consolidar la capacidad productiva de grupos que no la tienen, para impulsar su incorporación plena y en mejores condiciones a los beneficios del progreso 107

En este discurso de planeación y estrategia política, creemos, que se percibe la importancia que se le daba a la participación mediante la capacitación para el trabajo orientado a la productividad, además de la necesidad del adiestramiento y disciplinamiento de la potencial fuerza de trabajo procedente de las clases marginadas, la cual, mediante su inserción e incidencia, pudiese favorecer el desarrollo y beneficio económico no sólo social sino también individual. Una especie de inversión estatal con la posibilidad de redituabilidad-interés, ¿era un posible plus de la fuerza de trabajo extraído de la inmensa masa-magnitud de los posibles grupos de asalariados?

El Programa Nacional de Solidaridad fue establecido por acuerdo presidencial el 2 de diciembre de 1988. Fue el primer acto de gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari […] Sin definir líneas claras de acción, el Programa es presentado como un compromiso personal: "Pondré [en marcha] de inmediato el Programa Nacional de Solidaridad Social con acciones eficaces en las regiones rurales y en las zonas urbanas con niveles de vida deprimido […] En el mismo acto el presidente anunció la instalación de la Comisión Nacional del Pronasol, como el "órgano de coordinación y definición de las políticas, estrategias y acciones que en el ámbito de la administración pública se emprendan para combatir los bajos niveles de vida , y asegurar el cumplimiento en la ejecución de programas especiales para la atención de los núcleos indígenas y la población de las zonas áridas y urbanas en materia de salud, educación, alimentación, vivienda, empleo y proyectos productivos" Tal organismo sería presidio por el titular del Ejecutivo Federal, e integraría permanentemente a los titulares de las dependencias y entidades federales que, conforme a sus atribuciones, tuvieran relación con la atención de las necesidades básicas de la población. Según el Acuerdo con que se creó la Comisión del Programa Nacional de Solidaridad, se exigía abrir "espacios de concertación que encaucen el esfuerzo creativo de las comunidades y los grupos sociales en la definición y ejecución de las acciones y programas de gobierno 108

Se tenía la idea de incorporar a los grupos sociales, “directamente”, de hacerles participar de las decisiones y acciones sociales comunes; para que los procedimientos, acciones, razonamientos, etc. no fueran tomadas unilinealmente por el organismo sino también por los grupos en juego, para gestionar y resolver los problemas sociales en conjunto. Idea presente y circunscrita en varías de las líneas de acción del Plan Nacional de Desarrollo. El Pronasol, fue incluido como parte importante y fundamental en el Acuerdo Nacional para el Mejoramiento Productivo del Nivel de Vida, se le consideró, como ya se había mencionado:

107 Ibíd. 126-127 pp. (Las negritas y cursivas son mías).108 Barajas, Gabriela. “Comités de Solidaridad en México. Surgimiento y evolución de la estructura organizativa promovida a partir del Pronasol.” ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS. Septiembre - Diciembre de 1997 Hemeroteca Virtual ANUIES; http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES

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"el instrumento que el gobierno ha creado para emprender una lucha frontal contra la pobreza extrema, mediante la suma de esfuerzos coordinados de los tres niveles de gobierno y los concertados con los grupos sociales"

El mismo documento anota una serie de rasgos que posteriormente serían característicos del Programa:

se emprenderá sólo lo que pueda ser terminado y que sea demanda de las comunidades. Cada acción deberá ser asumida como propia, procurando que sean los beneficiarios quienes definan el rumbo del desarrollo de sus comunidades 109

No se había considerado la estructuración e instrumentación de un programa sólido de combate a la pobreza extrema del tipo “convencional”. No se planearon los objetivos, ni las metas de largo alcance, ni las estrategias económico-políticas que debían ser alcanzadas por Pronasol en ciertos plazos o intervalos de tiempo, tampoco se elaboró algún tipo de mecanismo de seguimiento y de evaluación del impacto y resultados –positivos y negativos- que fueron o no alcanzados por la instancia de gobierno, pues, ¿no se suponía que la institución fue creada para intentar incidir en el combate a la pobreza extrema? Cómo establecer los criterios de efectividad o ineficacia, cómo reestructurar, reevaluar, rediseñar, si no se teñían los instrumentos logísticos, analíticos, prácticos, teóricos, etc. de los logros, alcances, limitaciones, coincidencias, disidencias al respecto de los objetivos e intereses iniciales del Estado en relación con las problemáticas reales de la población marginada El Proyecto de Presupuesto de 1989 mencionaba que: “no se trataba de esperar la integración de grandes programas, que en su sola elaboración absorberían tiempo” 110 Para ahorrar tiempo, se propuso que el eje conductor de los trabajos del Pronasol sería el de la concertación, lo que implicó

la delimitación de competencias entre lo que corresponde hacer al Estado y lo que le toca a la comunidad(…) Los recursos -afirma el mismo proyecto- "habrán de llegar directamente a los beneficiarios, una vez definidas acciones y compromisos, para que sean ellos quienes [las] ejecuten y evalúen" Según estos primeros documentos no se pretendía crear una estructura de organizaciones propias del Pronasol; esto es congruente con los esfuerzos iniciales que utilizaron a las organizaciones sociales existentes como interlocutores entre los funcionarios de Solidaridad y las comunidades.(…) Por último, vinculado con la idea de la organización de los beneficiarios y su capacidad de demandar como mecanismo de definición de obras y asignación de recursos, en el texto referido se anota que "la efectividad del programa podrá ser medida según la proporción de ayuda que continúen requiriendo los grupos más desprotegidos"(…) La labor del Pronasol, dominada por el pragmatismo, consistió por un lado en dar apoyo a programas ya existentes que funcionaban en otras dependencias gubernamentales y, por otro, en realizar pequeñas obras y acciones mediante los Convenios Únicos de Desarrollo firmados con los gobiernos de los estados. Según un informe destinado a los miembros del Consejo Consultivo del Pronasol, hasta mayo de 1989 en conjunto con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se continuaba con el programa “Salud para Todos”111

El impacto, la efectividad del programa era medida de acuerdo a los criterios proporcionados por el alto grado de solicitud que se tenía por parte de los sujetos en torno de los apoyos económicos. Sujetos adjetivados, clasificados y representados con el rótulo de beneficiarios, expresión que la administración salinista había retomado de la gestión que lo antecedió dando continuidad a la designación. Estos sujetos no sólo tenían –la obligación o el deber de cumplir con los compromisos pactados y adquiridos con el organismo institucional- la ardua labor, el deber de ejecutar las medidas

109 Ibíd.110 Ibíd.111 Ibíd. Las negritas y cursivas son mías.

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“programadas”, sino, además, debían asumir la paradójica tarea de auto-evaluación de la política maquinada.

Los recursos y subsidios que fueron proporcionados por el Estado -por medio del Pronasol- eran canalizados, distribuidos y aprobados a partir de la con-incidencia dada entre la institución y los beneficiarios, en común acuerdo a partir de la concertación. Era una especie de medida contractual entre el Estado y las comunidades. Un arreglo que implicaba la mutua colaboración, pacto o acuerdo de corresponsabilidad, de adecuación, conciliación y búsqueda de alternativas y soluciones de las partes en cuestión. Negociación que se definió –democráticamente- como el compromiso mutuo o solidaridad. Tal acomodamiento o conciliación implicaba –indefectiblemente- las acciones de los unos sobre los otros. Oscuramente se establecían las condiciones y las cláusulas para obtener los favores de la asistencia gubernamental. Los beneficiarios recibirían el apoyo gubernamental si correspondían con el perfil acordado. En ese momento no solamente se tomarían en cuenta las necesidades de la comunidad, sino además –y creemos que primordialmente-, se incluirían los imperativos establecidos por el proyecto de reestructuración económico, político y social.

Ligarlo con el siguiente apartado

El estado de minoridad

¿Sociedad disciplinaria e indigencia? El “nacimiento” de la Casa Cuatro

El sistema u organismo de asistencia social denominado anteriormente como Casa 4 -y que fue “constituido e instaurado” por el Pronasol en el año de 1988 (del sexenio salinista), año en el que arrancó sus actividades- fue creado no solamente como un instrumento político, jurídico y social que debía incorporarse e incidir en la dinámica de la vida social y comunitaria del Distrito Federal. En general, no fue constituida como una más de las incipientes instituciones que debían sumarse a los programas y proyectos ya constituidos por el gobierno anterior, del sexenio que fue gobernado por el Lic. Miguel de la Madrid. Sino, se instauró para desarrollar pautas y medidas de acción en materia de asistencia social o colectiva. Se pensó, se proyectó como un instrumento de rehabilitación y de terapéutica social necesario que constituiría uno de los recursos o artefactos institucionales eficaces que, se suponía, servirían como una de tantas medidas operativas y de intervención social que incidirían decisiva y directamente en contra de los factores y efectos generadores y generados por la desigualdad social. Crisis de estructura –social, económica, política- que tuvo una gran repercusión en la generación de las condiciones y efectos negativos, efectos de repercusión extremadamente perjudiciales para los sujetos que se encontraban posicionados e incluidos en la categoría denominada clase marginal minoritaria. Se pretendía erradicar, de manera positiva, el o los elementos catalogados como negativos y causales que, al mismo tiempo, eran considerados como factores determinantes y productores de la pobreza extrema. En la puesta en marcha de medidas institucionales resolutivas de las problemáticas y difíciles condiciones en las que existían una gran cantidad de personas en situación de pobreza extrema, en situación extremadamente marginal. Se instauró la Casa 4, en su momento, como un componente elemental, como un dispositivo de acción idóneo para erradicarla. La Casa de Protección Social No. 4 se construyó no como uno más de los tantos y tantos proyectos

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gubernamentales de rehabilitación de tipo psicosocial que fueron creados en otros sexenios como parte de las medidas de acción y respuesta de lucha en contra de la pobreza y la marginación. La maquinaria disciplinaria denominada como Casa 4, tenía en un principio, la tarea de coadyuvar a la gestión, dirección, asistencia y educación moral de los sujetos en situación marginal extrema, de los practicantes de la vagancia inmoderada además de la indigencia –se pensaba que estas últimas eran los posibles efectos secundarios de la pobreza extrema, del desempleo, de las adicciones, etc. Condiciones extra-ordinarias de existencia que en nuestra sociedad se consideran como anormales. Y aunque, este tipo de situación se consideraba como una gran anomalía, a pesar de esto, se creyó, que aun a pesar de la adecuación, empero de la práctica y la costumbre de este tipo poco habitual de estilo de vida, realizado en las más difíciles e irregulares condiciones de existencia, a pesar de ello, se creía que estos sujetos podrían ser corregidos, se pensaba que estos tenían otro tipo de alternativas, además de vastas posibilidades para su total readaptación y reinserción, de reactivación a través del tratamiento, el cual no solamente podía y debía contribuir al mejoramiento de su persona en particular, sino, también, debía de incidir en el desarrollo y mejoramiento de la sociedad. Además de esto, la terapia psicopedagógica debía de proveerles, debía de darles la oportunidad de adiestrarles para poder trabajar y, por consecuencia, de vivir de una manera digna, normal y natural, de acuerdo a lo que se consideraba una condición recta y respetable, condición en la que se considera o se dice debe de existir el Hombre.112 Estos últimos eran los objetivos que se pretendían lograr o realizar, en los indigentes, por mediación de la aplicación de operaciones técnicas disciplinarias y medidas pedagógicas de corrección -y castigo. No se trataba, entonces, de una política de exclusión dirigida a purificar a la comunidad de los “desechos humanos”, ni tampoco se relacionaba con el hecho de instaurar o reactivar el modelo de exclusión de los leprosos, como, probablemente, en este caso lo llamaría Foucault. La institución, en un principio, no fue creada para excluir y expulsar a los indigentes, sino, por el contrario, lo que se buscaba, lo que se trataba de hacer con este tipo de medida era para dar una especie de tratamiento psicosocial de índole disciplinaria y reformatoria a los individuos que estaban catalogados como una clase rara, exótica y grotesca de sujetos, muy, muy extraños y singulares con una extrema propensión y disposición para la “anormalidad social”. Se buscaba, por medio de la internación y aplicación de tratamientos socializadores o terapéuticas educativas poder incidir en sus materialidades corporales –simbólicas, físicas y psíquicas-, de ponerles en “cuarentena-convalecencia” para así poder tener una mayor posibilidad de consumar su recuperación integral. Por medio de la rehabilitación-curación, que tendría efectos ulteriores positivos, se pretendía poder constituírsele o construírsele como un sujeto-objeto útil y utilitario. Esto último sólo se lograría si éste tipo de individuo se esforzase para ajustase a un estricto trabajo de disciplina que posibilitaría su sucesiva coerción. Condiciones que lo adecuarían a los modelos morales hegemónicos regulares y normales para su mejor desarrollo, actuación y correcto proceder. Modelos de actuar y de pensar que adoptaría como consecuencia del tratamiento, en beneficio y a favor del pacto social. Estos eran los modelos de experiencia oficiales a los que, se decía, los indigentes debían apropiarse. Ellos se encuadrarían o reintroducirían de una forma ordenada, conciliada y conveniente con y para la masa social, para, posteriormente, incidir utilitaria y correctamente, de forma personalizada, en el progreso y desarrollo –normales- de las estructuras económicas, políticas y sociales de la sociedad, esto, claro esta, en un sentido global. Como ya lo asentamos, la Casa de Protección Social No. 4 no se construyó e instituyo, en un “inicio”, con la finalidad de excluir tajantemente al indigente –como se dice en el trabajo de investigación final

112 García Canal. “Foucault…” 60 p. “La sociedad disciplinaria, es maquina gigantesca que inscribe cuerpos, hace de ellos instrumentos dóciles, obedientes, aptos para trabajar, busca disociar las fuerzas corporales: aumenta sus fuerzas en sentido económico, al mismo tiempo que las disminuye en su sentido político. A mayor uso de las fuerzas del cuerpo en el trabajo productivo, sus fuerzas políticas decrecerán y de esta manera el cuerpo se convertirá en un objeto útil, ya que todas sus fuerzas estarán dedicadas a la producción y al trabajo, lo que le restara potencia para oponerse y resistir. Así, a mayor fuerza económica, menor fuerza política; este mecanismo permite producir cuerpos sumisos y obedientes. Cuanto más obediente es un cuerpo, más productivo y útil será”

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denominado “Una mirada detrás de la exclusión…”113 citado en este trabajo-, pues, de acuerdo a nuestra lectura de Foucault, esta institución, con sus instrumentos o aparatos específicos de carácter punitivo; esta instancia de control de lo anormal, del anormal corregible, tenía entre sus objetivos principales y primarios -además, esto, de alguna manera, estaba entre sus facultades-, no solamente el darle sentido y justificación al control y la reclusión de este sujeto clasificado, medidas asistenciales y terapéuticas de las cuales, eran objeto –sustentadas, además, por legislaciones, pericias y juicios medico legales. Se consideraba que este tipo de medidas no sólo debían efectuarse al instante, se consideraba que debían hacerse para poder -inmediatamente y sin reserva- darles las oportunidades y facilidades de las que habían carecido por largo tiempo, así como los instrumentos esenciales y necesarios para poder acceder a los beneficios generados a partir de la convivencia ordenada y recta, objetiva y honorable, justa y razonable de la vida social. Se suponía que por conducto de las rigurosas y duras terapias, por un lado, le posibilitarían al indigente la rectificación de sus malos y negativos hábitos, además de su comportamiento y conducta, también se consideraba que se produciría la reordenación y conveniente uso del pensamiento, así como de su efectiva recuperación social. Por loq que le suministrarían, además, las nuevas herramientas y las habilidades que no poseía o, por otro lado, si ese era el caso, el trabajo psicológico y pedagógico de orientación terapéutica, les ampliaría y posibilitaría la tarea de normalización de las actitudes y habilidades que habían sido pervertidas, viciadas y corrompidas por el ocio, el desenfreno, los vicios, el hambre, etc. Los mecanismos de corrección le proveerían de los justos hábitos, los modos y las ideas, los esquemas y pautas necesarias en el intercambio e interacción colectivos, condiciones legítimas y plausibles que, de cualquier manera, lo facultarían y le darían el derecho de ser reincorporado totalmente a la sociedad. También, este tratamiento, se suponía, le concedería, a partir del incremento dado por el entrenamiento efectuado por el trabajo disciplinario, del desarrollo y eventual ejercicio y practica de las capacidades y habilidades ineludibles, necesarias, forzosas, obligadas, precisas e ineludibles para poder sustentar por si mismo su propia supervivencia. El control y el castigo de estos sujetos -antes indigentes- eran practicados con la finalidad, -entre otras tareas- de ejercer funciones de corrección y de regularización de las irregularidades. Esto, supuestamente, en beneficio de la 113 Un problema muy “común” en los trabajos de investigación final que fuimos revisando durante el proceso de recopilación de información de los temas relacionados con o sobre la institución intervenida, no sólo para documentarnos, sino, además, para tener más líneas de acción y reflexión sobre el problema construido en este trabajo. Problema que queremos señalar aquí es que: frecuentemente, noveles investigadores, particularmente los que indagaron sobre la Casa 4 o Cuemanco, utilizaron, supuestamente un instrumental metodológico de corte “foucaultiano”, hicieron uso de ciertos dispositivos de intervención que se suponía estaban “soportados” en las teorías y reflexiones de Foucault, pero tales instrumentos metodológicos contradicen o se contraponen -en varios momentos- a las propuestas teóricas y metodológicas de la arqueológica y genealógica foucaultiana. Esto, lo decimos en función de que se incide y se reincide en la desfiguración y alteración negativa de la posibilidad de problematización del presente, en el sentido de que, se procede a conciliar, a dialectizar no sólo el acontecimiento, sino además de hipostasiar al sujeto, de sustantivarlo para cosificarlo. Se procedió a fundirlos en un todo histórico unitario, a partir de una metafísica universalizante que no da cuenta de las singularidades -de las posibles rupturas- de cada uno de ellos. Se habla y se escribe de un proceso global y lineal, del desarrollo, del progreso, en pocas palabras, se habla y se escribe –y ratifican la inmovilidad- de lo mismo, de un universal que no cambia, de una mirada que solamente alude a la esencial naturaleza, la cual, se presenta en el transcurso del tiempo con diferentes máscaras. “Los dispositivos tienen, pues, como componentes líneas de visibilidad, de enunciación, líneas de fuerzas, líneas de subjetivación, líneas de ruptura de fisura, de fractura que se entre cruzan y se mezclan mientras unas suscitan otras a través de variaciones hasta de mutaciones de disposición. De estas circunstancias se desprenden dos importantes consecuencias para una filosofía de los dispositivos. La primera es el repudio de los universales. El universal, en efecto, no explica nada, sino lo que hay que explicar es el universal mismo. Todas las líneas son líneas de variación que no tienen ni siquiera coordenadas constantes. Lo uno, el todo, lo verdadero, el objeto, el sujeto no son universales, sino que son procesos singulares de unificación, de totalización, de verificación, de objetivación, de subjetivación, procesos inmanentes a un determinado dispositivo. Y cada dispositivo es también una multiplicidad en la que operan esos procesos en marcha distintos de aquellos procesos que operan en otro dispositivo.” Deleuze, Gilles. “¿qué es un dispositivo? En: Michel Foucault, filosofo”. Gedisa Editorial. Barcelona. España. 2002.

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sociedad y del propio individuo. Su ministerio estaba dirigido y determinado por una teleología que se justificaba en el saber adquirido. El poder que se ejercía en este lugar, este ejercicio del poder no era otro que el ejercicio del poder de normalización. La Casa de Protección Social No. 4 no fue constituida como una institución que desempeñaba labores de alojamiento para excluir, para apartar, totalmente, de la sociedad a los sujetos en situación de indigencia; sino que, era un sistema disciplinar con mecanismos y tecnologías constituidos para instaurar efectos de normalización. La Casa 4 era un instrumento o maquinaria institucional que fue constituida por la Sociedad Disciplinaria para normalizar al sujeto indigente. El modelo de intervención de esta institución, entonces, tenía, se adecuaba un poco más o tenía mucho más parecido al modelo de inclusión del apestado expuesto por Foucault en “Los anormales.” De él el historiador-filósofo nos decía:

[…] se circunscribía –y verdaderamente se aislaba- un territorio determinado: el de una ciudad, eventualmente el de una ciudad y sus arrabales, que quedaba configurado como un territorio cerrado […] ese territorio no era el territorio confuso hacia el que se expulsaba la población de la que había que purificarse, sino que se lo hacía objeto de un análisis fino y detallado. […] No se trata de exclusión, se trata de una cuarentena. No se trata de expulsar, sino, al contrario, de establecer, fijar, dar su lugar, asignar sitios, definir presencias y presencias en una cuadrícula. No rechazo sino inclusión.114

La comisión institucional o sistema social encargado de ejercer las funciones correctivas, en aras de obtener los objetivos trazados y establecidos por este apartado de normalización de los incorregibles, era la antes denominada Casa 4. Tenía las funciones y los objetivos de corregir a los individuos considerados como incorregibles, pero, incorregibles que podían o eran susceptibles de ser corregidos. Al tomar en cuenta las observaciones y comentarios registrados en el expediente de uno de tantos sujetos de Protección Social, particularmente, de la CPS No 2, en el periodo comprendido entre los años 1984 –hay notas de otras instituciones todavía más antiguas sobre esta persona 115- hasta el de 1987, en notas informativas realizadas por trabajadores sociales y profesores (maestros), se cifran las siguientes indicaciones: del sujeto singular116 al que se le proveía de servicios de asistencia social, a quien, además, se le denominaba en este espacio social como beneficiario, que en este caso en particular, se trataba un sujeto llamado M. G. Constantino117, de él, se decía en los informes que

114 Foucault. “Los anormales”. 51-53 pp.115 Sintetizar lo siguiente: “Infancia: (hijo único) asistió al escuela hasta el 4º grado (…) lo corrieron porque llegaba tarde y se salía del salón (…) cuando dejó la escuela se dedicó a andar en la calle solo y le daba por caminar durante mucho tiempo, no tenía amigos porque prefería andar solo.Adolescencia: (…) seguía andando en la calle (…) viviendo con sus padres, le daba por llegar muy tarde a su casa, tenía amigos con los que se ponía a jugar, le pegaban porque andaba en la calle.Juventud: en esta época se inicia en el hábito de la marihuana, inhala thinner y cemento.Madurez: a los 22 años se vino a la Cd. de México a trabajar en una fábrica como obrero, andaba solo no tenía un lugar adonde quedarse a dormir. Refiere no recordar su 1ª relación sexual, nunca se casó ni tuvo novias.Vida conyugal: (…) nunca ha tenido novia, niega relaciones sexuales.”“se trata de sujeto que en la actualidad no existe cambio en cuanto a la sintomatología. Por lo regular se le observa aislacionista, la mayor parte del tiempo recostado. La capacidad de relación con los demás beneficiarios es nula, con tendencia a periodos de dromomanía; se le observa la mayor parte del tiempo con movimientos en manos; mantiene irregulares hábitos de aseo personal, mas, cuando se los indica los realiza sin problema alguno. El deterioro en cuanto a FS en el beneficiario se encuentran severas; la actividad a realizar en cuanto a funcionalidad se enmarcan principalmente en técnicas conductuales y recreativas, y a que por la realización son adecuadas para el paciente”116 “El sujeto no es una sustancia. Es una forma y esa forma no es siempre la mismo..., lo que interesa es precisamente la constitución histórica de esas formas diferentes del sujeto en relación con el juego de la verdad”. El sujeto de la modernidad que Foucault criticaba era un sujeto ya constituido, un sujeto estático, pero ahora, de lo que se trata, es del dinamismo por el cual el sujeto se constituye a sí mismo, es decir, de un proceso de subjetivación.117 ¿?0984 (Lo agarraron en Garibaldi borracho) “Lugar de nacimiento: San Luis Potosí (…) Nunca trabajó (…) Hábitos perniciosos: fuma (…) situación física: joven descuidado.”(Firma la Profra. T.)

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“asiste regularmente a la sala de T. V. y al Cine (…) pero no trabaja. [Es un] beneficiario (…) [que] asiste al grupo cuando quiere o cuando le indican. (…) [Además de que es una] persona un tanto agresiva, pero que generalmente no pelea con sus compañeros (…) [aunque] golpeó –en días pasados- a un Gericultista sin causa importante o justificación. (…) Observaciones: (…) no obedece a la mayoría del personal, [pero] se le puede motivar con cigarros.”. Constantino, posiblemente, al estar habituado a otro tipo de prácticas, usos y costumbres –pues, el hecho de haber estado tanto tiempo en situación de indigencia implicó un tipo distinto de práctica social, mucho más marginal, una forma de vivir y de existencia enrarecida, constitutiva de una moral distinta o irregular, un ethos muy diferente al instaurado por la moralidad hegemónica; su con-textura óntica difería, era una forma muy otra de ser y de comportarse, una alteridad muy disímil, heterogénea del modelo de ser generalizado e instituido oficial y “públicamente” en y por la sociedad. Se decía que era un sujeto que “(…) no permanece quieto (…) [es un] beneficiario tranquilo, [pero] no realiza las actividades que se le indican. (…) Observaciones: No es sociable y no habla con nadie (…) a veces está en el módulo de T. V. y otras en lectura. (…) Observaciones: persona que no realiza ninguna actividad, no charla con nadie, se limita a obedecer las indicaciones que se le dan. (…) Observaciones: la calidad de sus trabajos es buena, se muestra accesible y tranquilo”118 Participó durante su estancia en Casa 2 “doblando papel y cortando popotes, por su asistencia (…) [se hizo acreedor a una recompensa por lo que] recibe 100 puntos, mismos que puede canjear en la economía de fichas”

240886 El beneficiario asiste diariamente al grupo, desempeña con cuidado las actividades que se le asignen. No presenta problema con sus compañeros. Por su asistencia se le otorgan 100 puntos para que los cambie por galletas o dulces. Se continuara informando.

12-86/01-87. Beneficiario que diariamente se integra al grupo, realiza las actividades que se le asignen; tranquilo, no necesita de motivación. Por su asistencia recibe 100 pts., los cuales puede canjear en el Área de Psicología para apoyar la economía de fichas.119

Después de haber “trabajado” en periodos variables de tiempo intentando regular y normalizar a un “incorregible”-nuestro corte comprende un intervalo de aproximadamente tres años en este caso-, la Casa de Protección Social No 3 abortó la operación delegada de normalización puesto que, el sujeto en cuestión no participaba, no se ajustaba, se resistía a las políticas estandarizadoras corporales que se instrumentaron (con aparatos tecnológicos específicos –exámenes, vigilancia, control, individualización, etc.) para homogeneizarle. Esta maquinaria institucional, la Casa No. 3, declinó su labor, su participación en la obra de modelaje normalizador de Constantino, al evaluar que no se habían podido alcanzar los objetivos trazados y propuestos; el personal técnico consideró que el proceso re-formatorio había fracasado -pues durante tres años se intentó modelar –amoldar- a éste sujeto sin conseguirlo120- el mecanismo correctivo había fallado con este tipo singularizado de sujeto. Al no obtenerse los resultados positivos esperados, al no haberse alcanzado -por mediación de los

118 Departamento del Distrito Federal. Dirección General de Acción Social, Cívica, Cultural y Turística. Centro de Protección Social No 2. Área de Terapia.119 “(…) se asume al interno con un rol “infantil”, concretizado en la utilización de tales medios el premio y el castigo.” “[aquellos que ejercen] el poder, (…) deciden si el merito [o la falta] es suficiente como para recompensarlo [o castigarlo]” Cf. Cuevas Puente, Norma. Gonzáles Weichselbaum, Eva. Et. Al. “Es tiempo de indigentes”. Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco. Invierno 1993. 120 Foucault, Michel. “Los anormales”. FCE. México. 2000. 64 p. “(…) el individuo incorregible (…) [a] la persona que hay que corregir [, se] le presenta en ese carácter en la medida en que fracasaron todas las técnicas, todos los procedimientos, todas las inversiones conocidas y familiares de domesticación mediante las cuales se pudo intentar corregirla. Y sin embargo, paradójicamente, el incorregible, en la misma medida que lo es, exige en torno de sí cierta cantidad de intervenciones específicas, de sobreintervenciones con respecto a las técnicas conocidas y familiares de domesticación y corrección, es decir, una nueva tecnología de de recuperación, de sobrecorrección.”

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aparatos de corrección- los fines u objetivos trazados, la meta señalada, parte fundamental del plan de acción-ortopedia establecido para penetrar y re-formar este cuerpo. Por lo que se le mandó a Casa 4, el lugar de corrección de los incorregibles.121 Ya en esta institución de tipo asilar, Cuemanco, se desplegó un nuevo dispositivo clínico (psiquiatrizado) que supuestamente, permitió visibilizar y enunciar122, dejó ver a los técnicos, gracias a la luminosidad adquirida por dicho dispositivo, les dio la luz necesaria para “mostrar” las irregularidades y alteraciones del sujeto. Por cuestiones negativas de conducta, aunadas a su poca flexibilidad, además de estro, se sumaban las múltiples incapacidades, discapacidades, insolvencias, torpezas e ineficacias que día a día mostraba, éste sujeto, anteriormente indigente y que se había constituido, en ese momento, al ser ingresado en la institución, como beneficiario; quien, como no podía desempeñar correctamente las tareas que le eran encomendadas se discurrió, se conjeturó, apoyados en la teoría, la experiencia, el juicio y la razón que, su cuadro clínico, sus síntomas evidenciaban, a primera vista, que éstas, sus capacidades elementales –necesarias y fundamentales- estaban extremadamente deterioradas por causa de determinaciones orgánicas de tipo patológico, por consecuencia de algún tipo –ya clasificado- de enfermedad mental. Esta, a segunda vista, consecuentemente, había tenido un efecto negativo, devastador, destructivo y de gran impacto en su constitución, fisiología y naturaleza corporal (neural), por lo que, se había afectado, gradual, significativa y substancialmente, no sólo el cuerpo físico, sino, además, la estructura psíquica y mental. Deteriorándose y cronificándose con ello el comportamiento, el juicio, la razón y el entendimiento con el paso del tiempo. Se dispuso que, una probable lesión en la estructura, claro esta, a nivel cerebral, el cual es concebido como el soporte lógico y esencial para el correcto desempeño del comportamiento y del pensamiento. Según el dictamen, la evaluación diagnostica determinaba que su enfermedad mental incidía, directa, negativa y absolutamente en todos los aspectos de su constitución y condición existencial, somática y psicológica. Por consecuencia de tal conjetura, que establecía que tal detrimento y descomposición -aunque sólo fuera una parte, una mínima parte del sistema nervioso central-, la alteración y deterioro de la materialidad neuronal, la progresiva disgregación –descomposición- y la subsecuente anormalidad de la materia cerebral, elemento corpóreo fundamental, al estar perturbado y trastornado, definitiva y categóricamente, eran la causa de que, este sujeto -al estar dañado y afectado por tal situación, por lo que no se dudo, no se dudaba- estuviese perjudicado y perjudicase -directa y plenamente- por motivo de su enfermedad, y de lleno, condicionaba totalmente –nocivamente- cada acto, palabra, sentimiento y pensamiento de su vida. Además se argüía que estos desórdenes psicofísicos obstaculizaban decisivamente y determinantemente el desarrollo óptimo e integral –limitando o imposibilitando cualquier posibilidad de progreso- de éste sujeto. Como consecuencia de la(s) falla(s) evidentes y constantes déficits capacitarios, como ya se dijo, probablemente, estos estuvieron provocados por el daño psicológico o mental que, asimismo, lo in-capacitaba para poder (saber), sus discapacidades mentales le imposibilitaban y le imposibilitaron no sólo aprender, sino aprehenderse (sujetarse) a los cánones y normas, a las necesidades y compromisos sociales, y, asimismo, a la misma realidad. No se pudo ocupar (colonizar) racionalmente, con los principios, valores y normas “reales y verdaderos” este cuerpo codificado, aunque se hizo uso de los mecanismos óptimos para in-corporarle cor-rectamente a la colectividad, pues se consideró que sólo se podría a-gregar, que este objetivo de recuperación del sujeto solamente se podría haber alcanzado y realizado de manera lógica y congruente si tales instrumentos hubieran dejado una huella o impronta profunda en el supuesto

121 Ibíd. 63 p. “(…)el individuo a corregir (…) [se] diferencia del monstruo [porque] (…) El monstruo es la excepción por definición; el individuo a corregir es un fenómeno corriente (…) [tiene] la característica de ser, en cierto modo regular en su irregularidad”122 En “Las palabras y las cosas” Foucault señala, que “la gramática de los seres es su exégesis", queriendo decir con ello que, el lenguaje, el discurso, y los códigos son las estructuras en la cual pensamos las cosas . Por tanto, la episteme no es posible sino como una experiencia del lenguaje, expresada en lenguaje y en el orden de las cosas en el que su orden arbitrario dice existir. Foucault buscó un orden en el espacio-temporal delimitado de la cultura que permitía la emergencia y acceso a la palabra en un espacio contextual delimitado. El mundo tal como lo conocemos es escritura.

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cuerpo instituible del éste, condición que, a su vez, estructuraría el pliegue codificado que debería o tendría la función de generar el efecto esperado. Esto es, de constituirse en una estructura estructurante que operaría en su materialidad corporal –incorporal, de generar los efectos de estructura necesarios que harían funcionar (se aproximaba –de prójimo) los dispositivos de control instalados en su persona -a través de la internalización- del proceso-factor de normalización-resocialización que eran practicados en este Centro. Pero que, fallaron dado el deterioro del cuerpo físico denominado como lesión del cerebro, por las irregularidades presentes en el sistema neural. Después, se informó -implícitamente-, se concluyó, que éste (anti)sujeto fraccionado y de-formado se des-centro, se desvinculó, se distancio radicalmente de la realidad y, por lo tanto, de la normalidad, degenerándose, al alejarse de la constitución original, de la naturaleza verdadera, moral y biológica, constitutiva del hombre. La institución reconocía su fracaso al no haber podido obtener los resultados razonablemente esperados. La Casa de Protección Social No 3, determino que “se reporta al beneficiario motivo de estudio, éste asiste diariamente a TO123 y Recreativa, siendo una persona tranquila, permanece sentado y callado. Cuando se le pone alguna manualidad lo hace con lentitud ya que presenta problema mental.”. Dado que no se obtuvieron resultados útiles y productivos, la Casa no. 3 consideró que –el anormal reactivo- debía ser enviado, el 02 de agosto de 1990, a la Casa de Protección Social No 4. Sólo pasaron dos años, después de su “fundación”, para que este albergue o asilo social se constituyera, al pasar del tiempo, en una institución de estancia prolongada; ésta Casa de Protección Social, poco a poco, se fue configurando y especializando -no se sabe, no sabemos en que momento se inició el proceso de transformación- en el tratamiento de los monstruos incorregibles. Porqué decimos esto, pues porque, ésta Casa, empezó a mutar y a caracterizarse, a diferenciarse de las demás Casas de Protección Social en función de las prácticas y tareas realizadas. Esto fue constituyéndose en función del conocimiento que se iba incorporando poco a poco a partir de la experiencia y observación, lo que fue aunado a las medidas y las prácticas que se fueron adquiriendo y que, además, fueron constituidas o constituyéndose en y por la relación que se dio entre la institución y los sujetos. Medidas que se fueron adoptando, adaptando por el supuesto carácter específico del indigente que se hizo beneficiario tomadas para disciplinar, reformar, controlar y castigar a los sujetos que por sus circunstancias llegaban de la calle a la Casa de Protección Social No. 4. Se organizó e instituyó como la corporación de tipo social o institución que daba cabida a los casos más problemáticos en materia de readaptación de indigentes, pues, sus operaciones terapéuticas, se basaron y fundamentaron en el ejercicio de pautas de acción y medidas de intervención -y de ejercicio del poder- mucho más drásticas, estrictas, severas, rigurosas y radicales. Ellos, los miembros del personal técnico y administrativo de la Casa 4, se hacían cargo de los casos más difíciles y escabrosos en materia de socialización u ortopedia socializante de indigentes. Sus medidas de acción estaban encaminadas a tratar de resolver, de cualquier forma y por cualquier medida, los casos más difíciles (indisciplinados) que se presentaban en las Casas de Protección Social de la problemática social difícil –o ¿imposible?- de resolver denominada como: indigencia.

020890 (Nota de Ingreso A Casa 4) Beneficiario que ingresa por primera ocasión procedente de CPS #3. Se encuentra ubicado en Tiempo y Espacio, con lenguaje coherente y congruente. En regulares condiciones de higiene y aliño. Realiza sus ABC´s básicas cotidianas por si mismo. Acepta el baño de buena manera y sigue indicaciones (…) Deambula sin dificultad. Durante su estancia en esta casa no ha causado problemas de conducta.Plan terapéutico: -Integrarlo a taller, baño diario, cambio de ropa.

Área: Psicología. Exploración clínica.Edad aparente: mayor. Actitud: consciente.Vestimenta: regular. Higiene: regular.123 Terapia ocupacional.

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Postura: normal. Apariencia general: tranquilo.Orientación: (…) en Tiempo mas no en Espacio y Persona.Atención: atención y concentración hacia si mismo.Percepción: probablemente alucinaciones auditivas.Consciencia: clara.Memoria: ambas disminuidas.Pensamiento: mal en curso y en forma.Lenguaje: es poco claro y en ocasiones incongruente.Afectividad: indiferente y apático.Conducta motora: disminuido.Capacidad de juicio: disminuido.Autoconocimiento: bien.Observaciones generales: refiere antecedentes de drogadicción y alcoholismo crónico. No se puede realizar una entrevista precisa ya que el beneficiario es variable en su versión. Prueba de Bender: se observa probable POC. Dx. (probable): 1.- Probable Esquizofrenia. 2.- POC.

Las autoras del trabajo titulado “Es tiempo de indigentes”124, realizado en 1993 -este fue el documento de investigación más antiguo que encontramos al respecto de esta institución- hacían referencia a que el modelo asistencial utilizado por la institución designaba a los sujetos de asistencia social que estaban acogidos en esta institución como “beneficiarios”. Además, nos dicen en su escrito sobre la Casa de Protección Social No 4 (Cuemanco) que, las impresiones se llevaron de ese sitio al momento de la investigación, fueron que [era] “un sitio con las características de un albergue y asilo”125. Lo primero, lo señalaban, porque lo consideraron “un lugar para apearse y reguardarse del mal tiempo y de algún modo quedar “guardado y protegido”. Sobre la población que se amparaba, en la aun Casa 4, nos decían que

[…] sus moradores son gente que esta sucia, desarropada, desaliñados y gustan de pasar varias horas al día recostados en el pasto […] [parece] un lugar para alojar a los minusvalidos […] Sus movimientos son lentos, su pesadumbrez, su falta de agilidad, el silencio pronunciado hace que nos formemos una idea respecto al lugar como habitado por ancianos.[…] Su población esta conformada […] por indigentes que han sido ingresados ahí en la mayoría de los casos de manera involuntaria por haber sido recogidos por la camioneta […] durante la campaña de invierno […] Al ingresar se les va despojando de sus pertenencias.

Alberga a varones indigentes con problemas de adicción, que además a causa de ello están mentalmente deteriorados […] el establecimiento define como indigente a la población conformada por el adulto o anciano con incapacidad manifiesta para mantenerse por si solo y que además carece de familiares o personas que puedan responsabilizarse de él. El tipo de gente que corresponde proteger a Casa 4 se ubica en la extrema miseria y carece asimismo de las condiciones mínimas físicas y mentales para superar por si sola esta condición. La población atendida […] es aquella que se localiza en la vía pública […] que no tiene empleo y que sobrevive por la dadiva que le brindan los particulares; que presentan un grave deterioro de su salud

124 Cuevas Puente, Norma. Gonzáles Weichselbaum, Eva. Et. Al. “Es tiempo de indigentes”. Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Invierno 1993. 125 Ibíd. “basta ser pobre y loco para ser aceptado, en su mayoría tiene antecedentes de vagancia, de alcoholismo y de drogadicción. Su aspecto físico es desagradable: están sucios y desaliñados, su ropa tampoco esta limpia y muchos no tienen zapatos. Pero además de esto, están las distintas deformidades físicas: nos encontramos con muchas personas en sillas de ruedas, o que usan andaderas para poder moverse de un lugar a otro. Hay quienes no tienen un brazo, una pierna, o bien que están ciegos o tuertos.” Las autoras refieren sobre sus prejuicios –e implicaciones- que estos probablemente afectaron su perspectiva al respecto de su relación con los beneficiarios, por lo que, al estar con ellos “no pudiendo evitar sensaciones como el asco y rechazo por su aspecto físico”

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producto del prolongado ejercicio de la vagancia y la prostitución y el acentuado consumo de drogas y alcohol y que se manifiesta en una severa desnutrición e invalidez mental […] que esta incapacitado incluso para realizar las actividades cotidianas elementales como comer, asearse, vestirse, etc.

En las declaraciones realizadas por una de las enfermeras del lugar, la cual tiene un poco más de 17 años de estar trabajando allí, menciono -en una entrevista126- concedida a mí compañero de servicio social que:

antes era una situación fea, llegaban los pacientes directamente de la calle, feos, así bien piojosos con unas heridas bien feas, súpermugrosos, y no me lo vas a creer, pero, hasta los piojos estaban caminando en las paredes, los piojos estaban caminando por donde quiera, y como no tenían un manejo de medicamentos, de psicofármacos, había muchas agresiones, hubo mucho personal que fue agredido muy feo, personal que le pegaban.

Se expresaba que la estructura arquitectónica y distribución de las zonas de ejercicio de las labores de reinserción y terapéutica se componían, se dividían, principalmente de dos pabellones: el “A” y el “B”. En el área A se ubicaba a los sujetos que, en ese momento, ya eran catalogados como “pacientes”. En el área A se encontraban los “enfermos agudos” o susceptibles de curación. En la zona B, se albergaba a los “pacientes” que estaban diagnosticados como enfermos crónicos o incurables. Se manifiesta en el trabajo realizado que la institución “[…] sin ser cárcel, utiliza modelos que tienen que ver con el régimen carcelario.” ¿El área B era una especie de zona punitiva de corrección?

La división en pabellones nos fue explicada desde su operatividad, pero nosotros pensamos que esta cerca de querer esconder a las personas más dañadas ya que el pabellón B se encuentra al final del establecimiento.

Sobre la “asistencia que se le proporciona a los indigentes en el Centro:

[Esta] tendrá como propósito fundamental la integración social de la población. Considerando como tal la reincorporación inmediata de los sujetos a la vida colectiva y en la custodia únicamente de aquellos a los que las circunstancias específicas determinen una invalidez efectiva para mantenerse por si solos (…) Las políticas de atención serán: rigurosa diferenciación diagnóstica de la población beneficiaria, determinación de ubicación inmediata de la terapia correspondiente a cada sujeto, concientización de éstos sobre el daño que registran y su aceptación sobre la terapia resolutoria, limitación a seis meses de estancia a los beneficiarios susceptibles de resocialización, administración de psicotrópicos sobre la estricta prescripción y supervisión del personal especializado en psiquiatría, ocupación plena de tiempo (…) ocupación de los beneficiarios en actividades educativas, recreativas y productivas”

Se consideraba que la estricta discriminación diagnostica de la población serviría para identificar a los residentes susceptibles de resocializar y así poder “limitar su estancia, frenar el uso de psicotrópicos, [y] estimular la participación del beneficiario en su propia rehabilitación”.127

El modelo institucional de servicio estaba integrado por tres niveles de atención: el primero estaba destinado al reestablecimiento de los vínculos familiares y sociales de la población. Los servicios que se debían proporcionar en este nivel eran: servicios de dormitorio nocturno, alimentación diurna y nocturna –se proporcionaba desayuno y cena, vestido, consulta médica general, hospitalización en sistema de salud, apoyo psicológico y terapia ocupacional recreativa. El tiempo de estancia de los

126 Ver Anexos.127 Cuevas Puente. Gonzáles Weichselbaum. Opus cit.

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beneficiarios no debía superar lo quince días; “sin embargo los servicios de dormitorio y/o alimentación matutina y nocturna pueden prolongarse hasta treinta días más. (…) siempre y cuando aporten una cuota de recuperación de carácter simbólico.”128

El segundo nivel se proyectó debía proporcionar, dadas las necesidades aun notables, pues eran sujetos que vivían en situaciones mucho más extremas de pobreza, a estos beneficiarios se les proveía de un tipo de asistencia institucional mayor, se les brindaba, además de los servicios anteriores, hospedaje y bolsa de trabajo. La prestación de estos servicios debía otorgarse por espacio de seis meses, el cual se consideraba el suficiente como para poder alcanzar la resocialización. Además, y de acuerdo al avance registrado, este solamente podía prolongarse, pero siempre especificándose el tiempo de termino del supuesto tratamiento.

El tercer nivel, que es el que nos interesa, estaba dirigido sólo a aquellos a que por sus condiciones no podrían ser reintegrados de ninguna manera a la sociedad.

La atención a los beneficiarios de este nivel será por tiempo indefinido y se proporcionara no obstante estos tengan familiares.

En los documentos de la institución que datan del año de 1988129, se reporta del área de Rehabilitación (en ese entonces las encargadas del área de Rehabilitación eran personas licenciadas en educación y pedagogía130) de la Casa de Protección Social No 4: que del beneficiario B. W. Julio -derivado de la CPS No 2 de la cual se elaboro el primer expediente-antecedente, y que por sus circunstancias se consideró como parte de la población permanente, pues entre otras cosas se estimó que esta persona carecía de proyección a futuro131- se observaba que, por una parte, éste se encontraba en una situación muy difícil por no tener familia o alguien que se hiciera cargo de él. Pero o más importante y que se tomo como la justificación de su protección y asistencia de manera permanente fue por el motivo de que, al momento de la evaluación psicológica, y no sólo por no aportar datos sobre su historia personal, sino también porque de acuerdo a la valoración psíquica se consideró que se encontraba fuera del tiempo y el espacio, y por consecuencia del marco de la realidad. Se juzgó y se llegó a la determinación, por medio del examen clínico de tipo psíquico, que aunque su comprensión era la adecuada ya que respondió de manera correcta al interrogatorio, se manifestaba que, al momento de cuestionársele si tenía alucinaciones auditivas, éste respondió que no, pero, dadas las habilidades periciales psiquiátricas del médico –general- en turno, a través de los exámenes y las observaciones realizadas por el técnico que elaboro la nota, éste, determinó e informó que, desde su

128 Como en Plaza del Estudiante.129 030388 Área: Trabajo Social. (Documento en cuyo encabezado se registra Dirección General de Protección Social. Centro de Protección Social No 2. Oficina de Trabajo Social. Resumen de Caso) “se trata de una persona que ingresa a esta institución por primera vez, lo deriva el Sr. X, operador de la unidad No 647 de Protección Social, con reporte de deambular en la vía pública, su captación fue en la calle de Chiapas y Jalapa, Col. Roma”130 “La señora del archivo me comentó que, antes, cuando recién empezó a funcionar la casa, trabajaban en el lugar tres pedagogas, pero que, éstas, se cansaron del lugar pues, creían que allí no funcionaba, de nada servia su trabajo. Estuvieron laborando en la Casa 4 aproximadamente por dos años. Empezaron a trabajar allí, desde que se “inauguro” el centro en el 88, de acuerdo a lo mencionado por la archivista, su periodo de gestión en el área de rehabilitación comprendió, aproximadamente, del año 1988 hasta el 1990”131 140191 “Con esta fecha el beneficiario (…) no ha mostrado avances para poderse integrar por si solo a la sociedad, no proporciona información de su familia, no es sociable; su higiene y aliño son deplorables, su situación mental (persona psiquiátrica) sin ninguna variación (…) su proyección a futuro es nula.Plan social: Vigilar conducta. -No dar pase de salida (persona psiquiátrica). -Población permanente.” (Firma Lic. en Trabajo Social)

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perspectiva, “su actitud [si] lo denotaba”132. Sumándose a su disfunción psíquica y argumentando, su deterioro de juicio, a partir de que, a Julio, no le gustaba bañarse diario (cuando la camioneta de Protección Social lo captó en la calle, en el momento de presentarlo a la institución que lo recibió, se encontraban muy sucias, en muy malas condiciones de higiene -como dirían ellos- y sus ropas estaban en condiciones similares), y además de ello, se informaba que éste persistentemente tenía una actitud pasiva e inactiva, además de que, siempre, se levantaba tarde.

En nota registrada el 08 de mayo de 1990 se decía de él (Julio), que éste era un joven incongruente e incoherente, que presentaba soliloquios, que seguía desorientado en tres esferas, por lo que se llegó a la conclusión de que este individuo, semifuncional, padecía de Esquizofrenia simple. El hecho de ser un psicótico no le impedía, no lo imposibilitaba para que éste realizara sus actividades básicas por si solo, ni lo limitaban a no poder acatar órdenes, por lo que se decía que era cooperador, que le agradaba leer, pero, que debía observársele y también se requería del análisis de su situación ya que Julio se mostraba en varias ocasiones intranquilo (se pensaba que era una amenaza potencial ya que en ocasiones se tornaba agresivo) y deambulaba sin tarea y rumbo fijos por las instalaciones de la institución. En las notas que se le elaboraron anteriormente en otras instituciones de asistencia social se mencionaba que:

070187/11:30 hrs. “Paciente masculino traído a esta institución por vagabundeo (…) cursa proceso de desestructuración e incluso refiere neologismos.Dx.: CCG. Deterioro Mental (Pb) Esquizofrenia Residual o Proceso Mixto Funcional Orgánico”

230387 “(…) Nombre del beneficiario: Wilmir Arias Gruesa (…) Paciente (…) se refiere asintomático (…) consciente, deambulante, sin movimientos anormales, desorientado en tiempo y lugar, risa sin causa aparente, soliloquios, alucinaciones visuales y auditivas, incoherente e incongruente, cooperador”

Otro sujeto que fue captado por estar en situación de calle y vagancia (A. B. Armando), beneficiario, el cual de acuerdo a su expediente, “ingresó en muy malas condiciones de higiene”, por lo que, dado el enorme grado de suciedad en que este sujeto se encontraba, se le quitó la ropa y se le sugirió u orientó que debía bañarse, lo cual fue cumplido, por su propia persona, ya que esto es obligatorio si el sujeto no lo hacía, en ocasiones, se hacía uso de la violencia. Posteriormente se le entrevisto-examinó para dar cuenta de su estado de salud “interior”, al finalizar se reportó y se anotó que se había llegado a la conclusión, al respecto de condición mental integral, de su sociabilidad y conducta que: se valoró estaba consciente, tranquilo, y regularmente orientado, y además, que hasta esos momentos, no se había comportado de manera agresiva con los otros beneficiarios o el personal. Además se consignó que Armando no establecía comunicación ni se relacionaba mucho con sus compañeros, ni con el personal de la Casa, que solamente respondía –poco- concretamente a lo que se le preguntaba; también, se anotó que era un sujeto extremadamente introvertido y aislado. Sujeto que era poco cooperador en las actividades propias de la institución, “teniéndole que insistir para que realice las de beneficio propio.”

Observaciones biopsicosociales: se trata de Beneficiario joven que ingresa (…) sin alteraciones físicas aparentes, aceptando su alimentación bien y sin negativa alguna; desorientado, al parecer con alteraciones psicológicas” (Rehabilitadora que firma como Maestra)

Para el primer y segundo niveles se establecía que se estimularía el desarrollo de actividades productivas, ya fuera mediante la maquila o el establecimiento de talleres cuyas líneas de producción

132 190389 (Nota de valoración Psiquiátrica escrita por un Médico General) “Su comprensión es adecuada. No acepta la presencia de alucinaciones auditivas, sin embargo, su actitud lo denota”

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tuvieran demanda en el mercado. Con esto se pretendían evitar los efectos negativos del ocio, así como de rehuir el impacto económico de estos centros.

Nos dicen que “[El] Tiempo [es] largo, eterno, las horas de trabajo dentro del lugar nos parecen una gran pérdida, nos sentimos extraviados en un lugar sin nombre, en un tiempo que no corre, que se detiene y atrapa” Se hace referencia al “(…) trato despótico de los médicos al no responderles el saludo o no dirigirles la mirada [a los beneficiarios] (…) [que] a pesar de haber una doctora cerca del lugar del accidente [de uno de los sujetos a asistencia social], en el área del comedor, no se tomó ni la más ligera molestia en acercarse a auxiliarlo. En cambio ordenó que alguno de los que estaban ahí cerca lo levantaran.” Y esto nos recuerda, nos trae a la memoria, la experiencia personal que “sufrimos” en el campo, los momentos en que, co-existir, se traducía de diferentes maneras. No sabíamos si se redujo a la espectralización de un simulacro, al calco-reproducción de otra experiencia similar o a la adecuación-mimesis de lo que experimentábamos en nuestra intervención a eso, experiencia similar que narraron y experimentaron otros sujetos, ahí en el campo de investigación. “Volví” (incorporalmente a ese lugar) al ser afectado por la huella, por la impronta que agrietó el ser, y quedó, dejó una herida marcada en no sabemos que lugar, en todo lugar, trazada y borrada por la experiencia de lo que vivimos en el lugar, ¿esto es o sólo parece ser parte del interminable juego de espejos-referencia que dan el lenguaje y la o las representaciones de la o las cosas? ¿es un eco falaz? ¿o acaso un reflejo espectral de la verdad? ¿son los restos, los residuos de un espejismo colectivo y circunstancial? De los probables brillos y opacidades que de estos espejos percibimos ¿se reflejan y dispersan en múltiples pluralidades de densidad-derramamiento, expansión-recogimiento, reunión-disgregación, disipación-encadenamiento, ruptura-enlace, desviación-regularidad, disensión-consenso y fuga-contención? o ¿sólo nos queda esperar e ir al encuentro de las sujeciones representativas y totalitaristas de la luz y la sombra que proyectan los criterios y razonamientos universales? ¿debemos sólo representar, imitar y reproducir uniformemente, idénticamente, lo dicho y lo sucedido y trasladarlo de un acontecimiento a otro, traspolarlo la experiencia de que nos ha sucedido en una situación singular a otra similar? ¿sólo nos queda retener de los acontecimientos las máculas y luminosidades referenciales que se supone presentifican en y por el discurso lo esencial e indestructible-eterno, copia invariable y repetitiva del mundo universal inmovilizado, estancado, inmune y perenne? Estructura estable, imperecedera, perdurable e inmortal del ser que, metafísica que, aunque se cree ha sido “superada” y sepultada en el olvido, nos hereda de los monótonos ecos del pasado la reiteración de la sustancia única –racional y cognitiva- en la imitación analogizada “duplicación fenoménica” e identificación unilineal que se hace carne en las anifrctaciones espejismos uniformes? o ¿cual argonautas nos embarcaremos , ¿solo podremos escuchar las voces sordas del espectro universal y hacer surgir de las cenizas de la voz y del silencio las representaciones absolutas que fenecidas claman por volver a nacer? ¿Dónde y cómo moverse de un lugar así?

Se hace una referencia constante, se señala a los sujetos que se consideran un peligro, para la comunidad, para el personal, para ellos mismos. “

de que [se] trata de alguien MUY AGRESIVO, y que es necesario QUE SE LES DIGA A TODOS, lo que pone en evidencia una manera que les posibilita a los médicos y al personal la identificación (etiquetamiento) de las características de ese individuo, pero que también se mueve hacia los beneficiarios con los que tendrá que convivir y que de alguna manera, se habrán formado a través de esto una imagen de él.133

Cuando deambulábamos por el Centro observamos que existen áreas que anteriormente estaban destinadas a utilizarse como espacios de capacitación para el trabajo, sitios que pueden ser considerados como lo que fue parte de la antigua infraestructura y que corresponde a los espacios

133 Cuevas. Puente. Et. Al. Opus cit.

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físicos que funcionaron y fueron denominados como taller (de serigrafía y tarjetería española, de marionetas infantiles, de carpintería y vitrales, de mantenimiento y de costura). Talleres que no funcionan desde hace ya varios años.134 Por ejemplo, en el taller de mantenimiento, aun está montada la maquinaria de la que, en el pasado, se hacía uso para “rehabilitar” a los vagos e indigentes que estaban confinados en este lugar. Talleres que no funcionan porque, de acuerdo a los propios técnicos no tiene sentido trabajar con ellos porque dicen, que “aparte de que no hay recursos materiales por causa del bajo presupuesto gubernamental”, y primordialmente, es porque, éstos sujetos, son casos perdidos. El no hacer nada, por parte del los sujetos a protección social, la no participación en las “actividades” institucionales, en su momento, y, ahora ¿fue y es una forma de resistencia, fue y es una forma de antipoder psiquiátrico? 135

Muerte y nacimiento. El devenir de “Casa Cuemanco”

Las impresiones o trazas inscritas en la superficie virtual de un registro-escrito diferido, en este caso, es “Politiqueo en Casa 2”136, de algún modo, nos da ciertas formas, luminosidades de enunciados, una amplia gama de enunciaciones visibilizadoras, además de vacíos significantes, códigos y símbolos que convergen y se diseminan azarosamente, circunstancialmente en ideas, en signos de pensamiento que pensamos como herramientas dispuestas para pensar, codificaciones que, a partir de variedades y sentidos múltiples evocados por distintas interpretaciones, nos dan las trazas semióticas; las que utilizamos porque pretendemos y deseamos, codificar, decodificar y, asimismo, no codificar -en códigos universales- para comprender, para pensar los posibles sentidos-acontecimiento circunscritos al problema del posible proceso de psicotización de los indigentes. Ya que, además, queremos contribuir sugestiva, brutal y críticamente a fracturar, paulatinamente, el reactivo y absurdo único sentido que se cree aglutina tales dispersiones y heterogeneidades fenoménicas que son consideradas como los signos o los síntomas que no sólo aluden sino hacen referencia directa de las propiedades esenciales de las psicosis. Recurrimos a estas, las herramientas teóricas y conceptuales que creemos pueden ser pensadas para pensar -e imaginar- las experiencias otras, las experiencias ajenas y hasta las que se consideran (a)propia(da)s, las cuales fueron, son y serán devoradas por el sentido globalizante y uniformador. Situaciones modeladas en y por lo simbólico al pasar del caótico desvío asignificante que escurre de lo real vivenciado y que es transportado y traducido por el lenguaje y en el lenguaje a lo que, hasta ahora, creemos e imaginamos -fuga de y en las palabras que sugieren el suspiro súbitamente enardecido y enrarecido del fantasma-, un no codificado que viaja para verterse sin acomodo total con el o los significantes y conceptos pero que se reanima, se reaviva en el sueño y las formas que proporciona el lenguaje en lo que a pesar de ello es experimentado como una ausencia. Ausencia que parece ser la esencia misma de “la cosa”. Las experiencias vividas en el campo por otros sujetos investigadores y de investigación, nos relatan parte de las posibles mutaciones que sufrió con el tiempo la institución intervenida. Las huellas, señales y alteraciones parece, parecen sugerirnos un ligero cambio, una transformación estructural, una mutación estructurante que al parecer expresa algo distinto de lo era en “sus inicios” ésta institución, un ahora que la hace diferente de lo que en el

134 En algunos trabajos de investigación hacen referencia a estos talleres o espacios de trabajo aduciendo, implícita o explícitamente, que aun funcionan y esto no es así. Los técnicos encargados de dar el “tour” por la Casa Cuemanco aluden y, en ocasiones, afirman que estos talleres –algunos- siguen en marcha o en funcionamiento, puesto que estos talleres son parte integral del programa terapéutico de reinserción social. Parte de la orientación e información –la mayoría- que se les da a los visitantes es la versión autorizada por la administración y los técnicos encargados del lugar, es la versión oficial del lugar que debe proporcionarse a los visitantes.135 Ver Foucault, Michel. Clase del 3 de enero de 1974 En: “El poder psiquiátrico”. FCE. Buenos Aires. Argentina. 2005.136 Oropeza García, Adriana. Reyes Casillas, Ramón Pascual. “Politiqueo en Casa 2”. Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Abril. 2000

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pasado fue ella misma. Rasgos de asilo, de asilo asistencial, inscripciones que se contraen y extienden en el espacio, en este espacio, por los ritmos acompasados diseminados y disipados por las melodías aterradoras y extrañas -resucitadas del silencio- del enfermo, del enfermo mental, del desequilibrado psíquico y social. Así como pliegues y signos materializantes del manicomio institucional en el asilo, productor bastardo del manicomio asilar, territorio ilegible de relativa apertura. Albergue asistencial psiquiatrizado, residencia marginal, lugar de leprosos, de apestados, de apestados con lepra y de leprosos apestados. Diversidad existencial y de sentido producida en el cruce e intersección de múltiples efectos, efecto sintáctico, semántico y pragmático del poder, del saber. Mixtura de afección regularizada y objetivada que alteró la subjetividad, que subjetivó, creando otro tipo de subjetivación subjetivante que a su vez generó otros tipos de experiencia, un producto social “nuevo”, y, como ya se dijo, algo diferente, algo distinto del que esto era. Producción maquínica que destiló líneas de enunciación, de visibilidad, de subjetivación, de fisura, de fractura, las cuales, se entrecruzaron, se mezclaron y produjeron algo distinto de lo que eran sujeto e institución. Sedimento y fuerzas en interacción que pautaron e implicó la creación y el advenimiento de la muerte y el nacimiento, el punto de contacto, el umbral de lo que antes fue y ahora es la institución, condición para que surgiera “la otra” Casa 4. Esto, queremos ilustrarlo teóricamente por medio del contraste y análisis histórico que hace Foucault sobre el modelo político de la exclusión de los leprosos y el modelo –también político- de inclusión de los apestados. Primero, sobre la peste, en su libro titulado “los anormales” el filosofó francés nos mencionaba que: “(…) la peste, (…) implica una especie de aproximación cada vez más fina (…) ante la peste estamos ante un intento de maximizar la salud, la vida, la longevidad, la fuerza de los individuos. Y, en el fondo, de producir una población sana, no se trata de purificar a quines viven en la comunidad, como si lo era con la lepra (…) [N]o se trata de una marcación definitiva de una parte de la población; se trata de un examen perpetuo de un campo de regularidad. (…) El momento en que la peste se desencadena es el momento [en que] la peste atraviesa la ley como lo hace con los cuerpos. (…) La ciudad en estado de peste (…) se dividía en distritos; estos, en barrios, y luego en ellos se aislaban calles. En cada calle había vigilantes, en cada barrio, inspectores; en cada distrito, responsables de distrito; y en la ciudad misma, o bien un gobernador nombrado a esos efectos o bien por lo regidores que, en el momento de la peste habían recibido un poder complementario.”137 Al respecto de la lepra escribía que: “La exclusión de la lepra era una practica social que implicaba, en principio, una partición rigurosa, una puesta a distancia, una regla de no contacto entre un individuo (o un grupo de individuos) y otro. Se trataba (…) de la expulsión de esos individuos hacia un mundo exterior, confuso, más allá de las murallas de la ciudad, más allá de los límites de la comunidad. Constitución por consiguiente, de dos masas ajenas una a la otra. (…) se trata de una suerte de un gran rito de purificación (…) esta exclusión del leproso implicaba la descalificación –talvez no exactamente moral, pero en todo caso sí jurídica y política- de los individuos así excluidos y expulsados. (…) [S]e trataba de, en efecto, de prácticas de exclusión, prácticas de rechazo, de marginación (…) esa es la forma en la que se describe, y creo que aun en la actualidad, la manera en la que se ejerce el poder sobre los locos, los enfermos, los desviados, los niños, los pobres” “(…) cuando a mediados del siglo XVII se inició la gran caza de los mendigos, los vagabundos, los ociosos, los libertinos, etcétera (…) creo que lo que la administración real activaba políticamente era la exclusión del leproso, o ese modelo.”138 La reacción a la lepra es una reacción negativa, una reacción de rechazo, de exclusión (…) [su poder, el de la exclusión] actúa por la separación de grandes masas confusas (…) poder que (…) esta ligado al desconocimiento (…) [su tecnología es una] (…) tecnología del poder que expulsa, excluye, prohíbe, margina y reprime.”139

137 Foucault. “Los anormales”. 51-55 pp.138 Ibíd. 51 p. Se menciona –en el pie de página- que Foucault señala que probablemente este modelo, el modelo de exclusión de los leprosos, “haya estado históricamente activo en la época del gran encierro o la caza de los mendigos”.139 Ibíd. 51-55 pp.

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El poder disciplinario ejercido en el anterior modelo político estructurado para su aplicación (táctica y práctica) en la Casa 4, circunscribió a los sujetos en situación de indigencia a un proyecto de restauración –recuperación- integral de tipo psicosocial que buscaba incidir -por medio de técnicas e instrumentales habilitados y constituidos activamente para hacer eficaz la tarea de normalización- en el paulatino modelaje -disposición correctiva- de los sujetos –los indigentes- considerados como socialmente desviados y anormales. Tal parece que, inicialmente, la institución había adoptado el modelo de inclusión de los apestados, modelo político de control que, en su momento, se considero que servía como la tecnología operativa que se pensó idónea y conveniente, congruente y apropiada para lograr los fines y metas propuestos. Mediante la observación constante de los beneficiarios, la vigilancia de los mismos, los exámenes, los nuevos mecanismos instrumentales que se iban adoptando, las descripciones diagnosticas, físicas y psíquicas, que se iban acumulando, las relaciones –¿arbitrarias o necesarias?- que se establecieron entre la teoría y la práctica, arreglo que comprometió la lectura, valoración y evaluación de la realidad material. Se enlazaron, por un lado, elementos teóricos y prácticos de la psiquiatría que fueron incorporados a la experiencia. y por el otro, se relacionaron los síntomas percibidos en y por la observación a los cuadros clínicos que se iban formando, de los cuales, ya se disponían elementos teóricos y empíricos que debían ser vinculados con los síntomas que denotaban la naturaleza de la enfermedad. Verticalmente, se incorporaron esos signos patologizados en un todo sintéticamente constituido, claro esta, en consensualmente. Esta composición sintética y analítica condensada (¿juicio sintético a priori?) acabó por clasificar, sistematizar, describir y definir los síntomas y signos que en adelante deberían considerarse como parte de los nuevos descubrimientos, fundamentales y de suma importancia, que además convendrían ser sumados e incorporados a los conocimientos científicos “tradicionales” e indiscutibles, pues, servirían para la comprensión, discernimiento y solución de las causas de los enigmáticos e incomprensibles fenómenos derivados o producidos por las psicosis. Síntomas y signos traducidos por el saber-poder visibilizador que tendría el poder de orientar, ulteriormente, la interpretación y el análisis de la sustancia, causa factible de la enfermedad. A partir de la uso de los modernos descubrimientos, efectos y conclusiones emanadas de la relación poder-saber, se conjugaron para constituir los mecanismos tecnológicos de acción y reacción en contra de la enfermedad. Los estímulos e indicaciones simbólicas y representativas suministradas por los sujetos, anteriormente denominados como indigentes, fueron motivo suficiente para establecer que estos estaban afectados gravemente de sus facultades mentales de manera irreversible, esto es: sus extraños comportamientos, la inflexibilidad exhibida, la negativa imposibilidad de normalizar y readaptar a los sujetos asistidos por protección social que la institución llamaba -en un primer momento y taxativamente- beneficiarios, las situaciones anómalas -constantes y repetitivas- sin posibilidad de cambio fueron los razones y los precedentes que fueron constituyéndose como el saber que daba cuenta de su condición patógena. Saber que, posteriormente, fundamentaría, daría el sustentó y el conocimiento necesarios para instaurar otro tipo de medidas y mecanismos terapéuticos orientados o guiados -por supuesto por la mirada y el discurso psiquiátrico- psiquiatrizada o psiquiatrizantemente para, por una parte, permitir la comparación y la contrastación del sujeto anormal con el patrón hegemónico instituido y denominado como hombre normal, y por el otro, establecer patrones de acción para informar, operar, intervenir y corregir este tipo de complicación. Las discordancias y divergencias existenciales entre el hombre normal y el anormal, materiales e inmateriales, psíquicas y físicas, de personalidad y de conducta, de actuar y de pensar, de hábitos y de moral, se tomaron como los fundamentos racionales, éticos y morales para legitimar y hacer plausibles las medidas terapéuticas que deberían de usarse -positiva y efectivamente- para controlar y corregir a los monstruos morales y biológicos denominados indigentes, indigentes locos, indigentes psicotizados o psicóticos. Las irregularidades de estos sujetos, sin posibilidad de corrección, las perversiones y anomalías generalizadas de los incorregibles fueron dando las pautas, perfilando las medidas de acción que en adelante se tomarían, se formularon nuevas técnicas de control, de represión, castigo, que “ahora” son designadas eufemísticamente bajo el nombre Asistencia o Protección Comunitaria y Social. Como tales individuos no se adecuaban al modelo establecido, sugerido, por la sociedad a través de la institución (la Casa 4), se consideró que,

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deberían, por su propio bienestar y el de la sociedad, que debían ser amparados e internados permanentemente en la instancia de gobierno. Se mezclaron así, dos modelos políticos de control social. El modelo de inclusión de los apestados y el modelo de exclusión de los leprosos. Los sujetos susceptibles de incorporación a la sociedad tendrían, hasta cierto punto, la posibilidad de continuar con la terapéutica de normalización dándole el carácter de medida de curación y de readaptación social (indigente apestado). Pero, a los sujetos (indigente leproso) inmorales, depravados, desviados e incorregibles y que, de ninguna manera co-rrespondían positivamente con la terapéutica; la terapia correctiva no funcionó con los antisujetos incorregibles, con estos, los monstruos se había fracasado. Con los sujetos, con los indigentes-beneficiarios a los que las medidas correctoras soportadas en castigos distintos no habían surtido los efectos esperados, se les condenó, a la reclusión permanente, al aseguramiento y reclusión definitiva de su persona, ya que, se argumentaba que esta medida había sido tomada para evitar auto y heteroagresiones, pues, también se consideraba que, el dejarlos libres tendría consecuencias nocivas, funestas y en extremo dañinas para una y otra de las partes que se encontraban en conflicto en esta cuestión (sujeto y sociedad). Al sujeto, al usuario de la Casa 4 se le califica, hasta la fecha, según su “funcionalidad”, categorización que, en estos términos se determina en razón de su carácter, de sus condiciones y apariencias psíquicas y orgánicas, las cuales, son tipificadas de acuerdo a una lógica binaria como normales o patológicas. Además de estos modelos, hay mixturas más sutiles y mucho más “personalizadas”, como por ejemplo, podemos citar lo que parece conceptuar y describir al indigente apestado con rasgos de lepra o, también, al indigente leproso con tintes de peste, usuario funcional que puede psicotizarse y psicótico funcional. Punto de cruce y de contacto, amalgamas semánticas establecidas de discursos heterogéneos. Punto de contacto, no definible que circunscribe la relación que hace hablar con “una misma voz” al sujeto-umbral producido por el choque no dialectizable dado entre el beneficiario y el usuario, entre el usuario psicótico –significante y significado, conceptuado por el discurso médico psiquiátrico- y el beneficiario -sujeto del discurso de asistencia social- indigente, entre el discurso de asistencia social y el discurso médico psiquiátrico. Masa fusionada, producto alquímico, mixtura producida, en general, en el espacio abierto y limitado, creada en el intersticio, en el entre que se produjo por el cruzamiento y empalme de los discursos Psiquiátrico, Médico y de Asistencia Social. Condiciones semiósicas que aparentan contradicción, pero que paradójicamente, se reafirman, se superponen, se relevan, se acusan, se recusan, se unen, difieren, coinciden y se conjugan mutuamente. Discursos en acción que implican, por una parte y de alguna manera, la cuasi imposibilidad o, imposibilidad, de que alguno de estos sujetos salga definitivamente (“curado”) de este paradójico lugar. Varios de ellos –la mayoría- están condenados de por vida a residir en este sitio, su vida está condenada (penalidad médico-psiquiátrica) a institucionalizarse. Esto, de algún modo, puede verse reflejado en uno de los comentarios que nos hizo una de las psicólogas del Centro.

Aquí de lo que se trata es de que los capacitemos para que se adecuen a la vida institucional, para intentar darles aunque sea una vida un poco más digna, ya que ellos han pasado por tantas instituciones que, pues la verdad, no es posible reinsertarlos, no se pueden reintegrar a la sociedad pues ya están muy deteriorados… la única forma que tienen de salir definitivamente de aquí es muertos… este… aunque no queramos aceptarlo [éste] es el último deposito por el que pasan antes de morirse.140

Del expediente de un usuario-beneficiario podemos dar cuenta de esta situación:

140191 “Con esta fecha el beneficiario (…) no ha mostrado avances para poderse integrar por si solo a la sociedad, no proporciona información de su familia, no es sociable; su higiene y aliño son deplorables, su situación mental (persona psiquiátrica) sin ninguna variación (…) su proyección a futuro es nula.Plan social: Vigilar conducta. -No dar pase de salida (persona psiquiátrica)

140 Psicóloga G. M.

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-Población permanente.” (Firma el Lic. en Trabajo Social L. G. R.)

280603 “Beneficiario (…) su estancia ha sido prolongada (…) aproximadamente 15 años (…) ante lo anterior se determina como POBLACIÓN PERMANENTE (…); conducta (…) deambular casi todo el día (…) realiza soliloquios constantes (…) no es agresivo (…) Plan social: Seguir evaluando conducta del beneficiario; Seguir integrándolo a ABC´s de la institución.”

Comentarios de alumnos que investigaron en la Casa de Protección Social dan cuenta de las mutaciones que sufrió la institución de asistencia social. Éstos nos dan algunas de las características actuales de ella:

nos fue impresionante, al pasar lo primero es el olor que se respiraba del lugar, es un olor a orines, excremento y humedad […] después el que este una cierta cantidad de beneficiarios en la puerta esperando o viendo quien entra o quien sale, fue como si quisieran salirse o como si te recibieran.141

Descripción física […] Esta casa esta dividida en dos áreas: “A” […] esta constituida por ocho dormitorios, cada dormitorio alberga 24 beneficiarios, por cada dos dormitorios existe un baño sin puertas que cuenta con cuatro regaderas, cuatro tasas y cuatro lavabos, estos baños se encuentran el un estado de limpieza dependiendo del dormitorio en el cual se encuentran, ya que los beneficiarios son asignados a cierto […] dormitorio dependiendo de su “funcionalidad” (gente que no da problemas y son capaces de realizar algún trabajo a beneficio de “ellos mismos” y de la institución. […] “B” [...] esta sección esta dividida de la sección “A” por una malla ciclónica […] esta constituida por ocho dormitorios de los cuales funcionan seis, […] cuenta con 24 camas […] algunas tienen colchones de hule espuma sin forro […] en su mayoría las camas no cuentan con esto [colchones], las que cuentan con colchón lo tienen destruido, otros orinados, defecados y sus ventanales sin vidrios, estos dormitorios se encuentran sumamente sucios […] se puede observar por cualquier lado excremento orines, zapatos y ropa […] podemos encontrar a los beneficiarios desnudos […] El comedor es un lugar amplio [donde] los beneficiarios defecan dentro, algunos comen parados, no utilizan cubiertos y llevándose la comida a la boca con las manos, hay continuas peleas por que se roban la comida entre ellos […] [el área de] Enfermería se encuentra abierta y tiene contacto con la sección “B” por una pequeña ventana y desde este espacio físico son […] [observados] constantemente los beneficiarios.142

los dormitorios están constituidos por veinticuatro camas de concreto, colchones de hule espuma forrados de vinil, en los dormitorios A1, A2, A3 y A4 los beneficiarios cuentan con lockers, un coordinador (beneficiario) que se encarga de tener ordenado el lugar, de darles quehaceres de limpieza y de conducta a los beneficiarios […] para poder ser coordinador de dormitorio […] deben […] tener algunas características, como son: […] sentido de pertenencia, que sea respetado, que no sea una persona agresiva, que comprenda las indicaciones que les da […] intendencia.143

Se mencionaba además, en el trabajo de investigación, realizado en abril del 2000, que:

[…] el Departamento del Distrito Federal continua recogiendo este tipo de gente [personas indigentes], saturando [así]esta casa con indigentes enfermos mentales crónicos, lo cual […] [tuvo] como consecuencia que esta casa sólo funcione como un depósito de enfermos mentales indigentes 144 ya que no tenían cabida en

141 Ver Oropeza, García. Reyes Casillas. Opus cit. Nota: las cursivas son mías.142 Ibíd.143 Ibíd.144 Notas sobre B. W. Julio:-140200 “No le gusta bañarse diario, se levanta tarde (…) poca tolerancia para las ABC´s (…) Plan a seguir: motivación para el baño. -levante más temprano. -seguir fomentando la socialización.”-111200 “Se trata de usuario quien acude a valoración (…) Sin problema aparente en sensopercepción. Aunque se puede notar en él una serie de ideas delirantes al referir en diversas ocasiones (…) “Estoy ciego… no me

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hospitales psiquiátricos, pero la casa tampoco funciona como un hospital psiquiátrico, debido a la estructura física y a la preparación del personal, no estaba ni están preparados para esta función. Esta sobre población y tipo de paciente genera una deserción de personal provocando el rompimiento del programa inicial 145

Un ejemplo del tipo de sujeto que se alberga o al que se la da tratamiento en este lugar son los siguientes:

(Notas sobre Gabriel L.) 040300 -Usuario (…) desorientado en tiempo, lugar y circunstancia y parcialmente ubicado en persona. Su lenguaje es poco entendible, es cooperador al interrogatorio pero sus respuestas son un tanto pueriles. (…) Examen mental: RMM con CI menor a 5 años (…) Lenguaje poco articulado (…) IDx.: RMM sin alteraciones conductuales normales (…) Observaciones: Gabriel no participa en actividades de la casa y no tiene impedimento para colaborar en actividades acorde a su capacidad. Continúa con las estereotipias verbales. (…) Tx146.: se buscara la manera de integrarlo a alguna actividad de acuerdo a sus posibilidades físicas y mentales. 147

importa nada lo que pasa, ya estoy muerto” (Dx.: Esquizofrenia Simple)145 “la casa tenía muchos proyectos de rehabilitación para incorporar al enfermo a la sociedad, pero no se lleva a cabo porque el personal que labora, al ver la llegada de tantos pacientes y [ante] su falta de preparación [esto] provoca [posteriormente] la renuncia de muchos trabajadores”. Véase Oropeza García. “Politiqueo en Casa 2”146 Tratamiento.147 Para mayor información consultar los Anexos.

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La nueva “Casa 4-Cuemanco”

Los expedientes del archivo clínico del lugar, de varios de los documentos que fueron revisados por nosotros durante el proceso de investigación, llamaron nuestra atención a partir de que advertimos que, en las ultimas transcripciones realizadas –de algunos años para acá, menos de una década- por el personal técnico del CAIS, en documentos que, estos, daban cuenta de sus valoraciones, planes de acción y de la orientación terapéutica encaminada a la normalización, de sus exploraciones diagnósticas en las que, se sugerían, se establecían, las rutas y los procedimientos que deberían tomarse con el sujeto psicotizado para su tratamiento psicosocial comunitario de rehabilitación. En dichas prescripciones y registros clínicos -que se tomaron como parte del instrumental tecnológico, parte importante de la terapéutica utilizada para el control de los sujetos a Asistencia Social- ahora se les denomina como: usuarios. Nomenclatura que registra e inscribe al indigente, por una parte, se le sujeta a la lógica discursiva y los planes de acción modelaje de los programas rehabilitadotes –correctivos- de Asistencia Social, y por el otro, se inscribe en el campo de acción y la lógica del poder-saber psiquiátrico148. Se constituye así el signo corporalizado que pretende definir y nombrar al producto fabricado en esta maquinaria social, la Casa Cuemanco. Deseo de representación que hace uso del lenguaje para producir en esta singular maquinaría colectiva, de intención dominante y representacional, con voluntad de poder, surgida de la necesidad de poder representar lo que se concibe determinable, explicable, inteligible, evidente, lógico y racional, necesidad de representar en un tipo caracterizable, legible, comprensible y uniforme de sujeto, lo que se cree, escapa de la comprensión y el entendimiento. Y, aunque, este sujeto singular fue elaborado, creado y producido en el encuentro y la disputa eterna dada por la tensión entre sujeto y sociedad, entre la ley y la trasgresión, la norma y el deseo, entre la público y lo privado, entre lo global y lo local, entre lo racional y lo irracional, entre el cuerpo y “el alma”, por el conflicto dado entre soma y psique, entre sensación y pensamiento, productos obtenidos en los cruces que se han efectuados históricamente en y por los discursos que fluyen, atraviesan, discurren, concurren, se dispersan, etc. a partir, a través del contacto humano en lo social. En este sentido, nos referimos, particularmente, al contacto y mutua afección que, probablemente, efectuó, generó efectos de sentido al co-incidirse los discursos psiquiátrico, médico y de asistencia social, incorporando sintéticamente el hospital y del asilo, así como los saberes y los poderes, formas de ver y de decir, de conocer y de percibir, de hablar y de

148 Aunque el sujeto esta atravesado por una heterogeneidad dimensiones discursivas y no discursivas de relaciones de poder y de saber, de una multiplicidad e topologías –topologías-discusivas, de una amplia gama de lógicas de poder y de saber, pero, no pensamos hacer un análisis detallado, por lo tanto, solo tomaremos en cuenta los regímenes discursivos que hemos enunciado y que lo atraviesan.

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pensar, modos de dominar y controlar, que fueron adquiridos y mezclados por experiencia propia. Experiencia que se formó con una orientación clínica, como instrumento teórico funcional de la psiquiatría aplicada, a la que recurrieron los técnicos de la Casa 4 dada su practicidad y efectividad para actuar en los casos más difíciles de conducta y de comportamiento anormal. La Casa de Protección Social No. 4 absorbió y plegó prácticas sociales confeccionadas y utilizadas en el Manicomio o el Hospital de Salud Mental, que en éste, nuestro asunto, se trata del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez –por nombrar alguna de las instituciones psiquiátricas con las que tienen mayor relación. Conjunción-disyunción, desplazamiento, deslizamiento y reinterpretación de sentido de los significantes que ensamblaron y soldaron al beneficiario de asistencia social y al usuario de los servicios de salud mental. Articulación formalizada por la supuesta congruencia y captura de la naturaleza, del ser y del sentido de la enfermedad y de las cosas, de las esenciales propiedades que se pretende se traducen “literalmente” por conducto y mediación de las palabras. Necesidad de la re-presentación de “la cosa” innombrable. De lo que se cree es o debe de ser la psicosis. ¿la locura?

040300 “Usuario (…) desorientado en tiempo, lugar y circunstancia y parcialmente ubicado en persona. Su lenguaje es poco entendible, es cooperador al interrogatorio pero sus respuestas son un tanto pueriles. (…) Examen mental: RMM con CI menor a 5 años (…) Lenguaje poco articulado (…) IDx.: RMM sin alteraciones conductuales normales (…) Observaciones: Gabriel no participa en actividades de la casa y no tiene impedimento para colaborar en actividades acorde a su capacidad. Continúa con las estereotipias verbales. (…) Tx.: se buscara la manera de integrarlo a alguna actividad de acuerdo a sus posibilidades físicas y mentales”

Queremos iniciar la siguiente exposición de las opiniones que fueron efectuadas por la Coordinadora Técnica del CAIS Cuemanco, psiquiatra de formación, ya que, en sus declaraciones, nos relata un poco sobre las singulares transformaciones que se efectuaron en la institución y, también, nos dice, desde su perspectiva, cuales fueron los posibles porqués:

F: es que a mí me llama la atención que… bueno… no sé, tengo la idea de que este centro fue, originalmente, planeado para darle atención a personas en estado de indigencia, pero al paso del tiempo ha tomado como que un giro y, como que la orientación y el tipo de sujeto que ahora se… esta aquí bajo protección social es otro tipo de sujeto. Que no es el mismo para el que originalmente se planeó el centro…

P: Lo que pasa es que… ¡estas en todo!, estas en toda la razón. Cuando originalmente llega a crearse este tipo de instituciones (…) Ah… del origen de este tipo de institución… de hecho mira yo… he tratado de investigar historia de cómo se genera este tipo de casas, este, efectivamente, yo creo que la necesidad ha cambiado, ha ido cambiando todo el rumbo de las mismas instituciones. ¿Cómo?, por ejemplo: aquí se trataba de hacer… la atención a los indigentes como… lo mismo que pasa en Plaza del Estudiante, sin embargo, la visión, al inicio como que no, era, era: vamos a trabajar con indigentes y ya. No se tenía una conciencia de que… de que realmente estos indigentes tuvieran alguna condición psicótica, ¿no? Esto, de hecho, hasta ahorita es una cuestión que le cuesta trabajo a las autoridades identificar… ¡que esto es una cuestión psicótica! Y que necesitan psiquiatras para atenderse, sin embargo, esto lo repletan de médicos… generales, lo repletan de personal no especializado, este, y de pronto, pues, empiezan, por el mismo fenómeno de la confusión de la psicosis se da esta situación de que… pues ya, la misma institución empieza a exigir que se haga, que se tenga mejor trato, tratamiento, vigilancias psiquiátricas. Entonces es donde ya se rebasa la visión inicial de un centro como este. Y es necesario dar un giro, en esta época, dar un giro a la atención de este tipo de pacientes. Porque aunque no queramos psiquiatrizar totalmente al centro… pero si necesitamos darle la atención de calidad y de vigilancia para el indigente, para el usuario.

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F: ¿tú crees que la infraestructura y los programas y las políticas que se han establecido para este centro, hasta cierto punto, cumplen con las necesidades que hasta este momento tú consideras tiene, tiene la población de este lugar?

P: Yo creo que… cumplen con lo básico. O sea, con dar albergue, con dar alimento, con dar cobijo, eso si lo cumple. Pero dar una atención para el manejo específico de las cuestiones psicóticas, yo creo que todavía no. Pero estamos en vistas de eso, estamos tratando de, de integrar programas ya con más este, vigilancia para este tipo de cuestiones. Tanto hasta en el mismo manejo de farmacia, que el psicotrópico se maneje de una mejor manera. Se controle más la entrada, la salida. Se controle más la prescripción de antipsicóticos… ¡por el psiquiatra especializado!, o sea, esa es la idea que se espera. Hoy todavía estamos en vías de… poder tener una infraestructura que sea, cien por ciento eficaz para el manejo de estos pacientes.

Queremos rescatar el material consignado en el trabajo titulado La experiencia subjetiva de la locura. Un acercamiento a la significación del encierro para construir, desde una posición interpretativa, las alteraciones históricas del lugar, en esta nos relatan que <<Durante mucho tiempo, este Centro estuvo dividido por una malla en dos áreas: el área “A” para los sujetos catalogados como “funcionales” y el área “B” donde se encontraban aquellos en condiciones muy deterioradas. Esta división se suprimió en el 2000 (…) comenzaron a sacar a algunos usuarios del área “B” esporádicamente (…) el hecho de que se retirara la malla tuvo que ver más que con un proyecto, con un accidente: la puerta que los dividía cayó (…) y los usuarios comenzaron a salir y “al observar que no pasaba nada” como temían, la quitaron. Lo interesante es que los rasgos de esta antigua clasificación aún son evidentes (…) el área “B” fungió en algún momento como lugar de castigo para los usuarios del área “A”. 149

Aún en la actualidad ésta área es poco frecuentada por la mayo ría de los usuarios y del personal. >> La división o polarización –unas veces situacional, otras obrada de manera permanente150- de la institución, la cual, se constituyó a partir de las observaciones realizadas por los trabajadores del lugar como medida discriminatoria que implicaba distintas formas de relación, tratamiento y de categorizaciones mucho más específicas que aplicaron medidas de corrección mas severas sobre los sujetos que eran considerados, todavía aun, mucho más anormales. Las distinciones que implicaban determinar cuales eran los “monstruos”151, lo sujetos considerablemente más locos que los otros determinaron medidas de tipo correctivo mucho más rígidas; cuando no fue la medicación extrema se pago con la exclusión y el aislamiento en el área B. El área A, fue utilizada para alojar (aun, hasta la fecha, aunque ya no hay malla, tiene esa pequeña peculiaridad, la de hospedar a los anormales más normales, a los locos menos locos. Si alguno de los “psicóticos” normales –sujetos diagnosticados con esquizofrenia paranoide o trastorno bipolar- son situados en alguno de los dormitorios de la “extinta” área B, ellos mismos se reubican, buscan acomodo en la otra área pues, de acuerdo a lo que éstos creen no corresponde con sus características físicas y psíquicas; propiedades que de algún modo introducen cierto choque e incompatibilidad a partir de la simetría con lo que nosotros consideramos,

149 230198 CPS4 (Nota del área de rehabilitación para canalización de usuario a Psiquiatría) A. B. Armando. “Paciente (…) sumamente deteriorado desde su cambio del área A a los B´s por problemas conductuales. Es importante se le valore y ponga atención para evitar su deterioro total. En ocasiones se muestran actitudes desafiantes que sugieren tener cuidado y estar alerta con dicho paciente. Por su estado es poco probable integrarlo en este momento a alguna actividad”150 La polarización o “dualismo de precisión y colocación”, como nosotros lo hemos llamado, estaría no solamente en función y dependencia directa e indirecta con el diagnóstico sino además del tipo de vínculo, relación y perspectiva –teórica y práctica que implica ideas y sentimientos, sino también, depende de los elementos relacionales o vinculantes que median entre los sujetos. 151 Concepto que usa Foucault para referirse de alguna manera por sus características “excesivamente anormales” o incorregibles o desviadas, las cuales se supone, son diametralmente opuestas, contarías al modelo normal, homogéneo o común de hombre moral, civil, político, biológico, etc. Esto, claro esta, desde la perspectiva o punto de vista de las sociedades disciplinarias (normalizadoras, homogeneizantes).

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su identidad –identificación que se ha ido forjando o construyendo durante su “carrera psiquiátrica”- ) a los usuarios con rasgos físicos y psíquicos similares, atributos mucho más “aproximados” a los modelos y criterios socioculturales –comportamientos, modos de ver y actuar, valoraciones y juicios, etc.) aceptados y considerados, colectivamente, como los criterios y principios morales y racionales que declaran, definen y delimitan lo que es y deberá ser concebido como el canon y modelo legitimado y plausible de existencia y normalidad. Estos sujetos, los A´s, eran mucho más participativos, -son- eran los sujetos menos agresivos, los sujetos que, regularmente, no le causaban problemas “arduos” y difíciles a los técnicos y a la institución. Ellos, eran la fracción, el fragmento de la población que en su mayoría patentizaba los síntomas de la enfermedad que el diagnóstico clínico, psiquiatrizado, había examinado, percibido y descubierto en ellos, esto fue: la esquizofrenia paranoide. Estos, eran -son- los sujetos que, en el CPS, se consideraron los psicóticos funcionales, anormales, pero, mucho menos anormales que los que fueron ubicados en el área B. Los otros, los más otros, los sujetos más “deteriorados”, los radicalmente desviados, los más pervertidos, los incorregibles perturbadores e insurrectos, los irrecuperables, los individuos que, en general, son casi todos los usuarios que, hasta la fecha, comparten, por la evaluación diagnóstica, el característica de pertenecer al tipo de enfermo mental contenido en la género psicopatológico distinguido como Retraso Mental.152 Además, se considera que en esta institución se cuenta con los especimenes humanos que denotan -supuestamente- los casos más raros y severos de esquizofrenia. Se dijo que estos indigentes tenían ataques constantes de furor, accesos de agresividad repentinos y “sin motivo”; además, se mencionaba, se informaba a cada miembro del personal de base, a los eventuales y, a toda clase de persona que tuviera contacto directo con ellos, y como datos importantes de su irrazonable, incoherente y difícil situación, de sus circunstancias patológicas que, por un parte, , que ellos, los B´s, eran los sujetos más renuentes al baño, asimismo, se consideraba que eran los usuarios que más se aislaban de las personas y, casualmente, también, eran los individuos que casi no tenían participación o que no querían participar en las actividades desarrolladas por la institución para su recuperación y rehabilitación, para su posible egreso del CAIS. Los A´s, como, hasta la fecha, muchos de los usuarios, con “orgullo” aun se autodenominan –esto es para marcar sus obvias diferencias que, de algún modo, los desvinculaban y desligaban de los locos, a los usuarios que se habían emplazado y depositado en el área B. los primeros se comportaban de una manera mucho más dócil –no siempre, eran más cooperativos, también, se estipulaba que eran los mejor aliñados. Los que realizaban los mejores y más convenientes hábitos de higiene, los que casi no se peleaban, los que mejor hablaban y se comunicaban con el personal, los que no se quejaban tanto, los que en mayor grado se sometían y respondían favorablemente a las ordenes que se les daba, los menos “informes”o los menos deformes física y moralmente. En fin, estos sujetos tenían ciertas cualidades, mínimas o máximas, tenían o poseían alguna o algunas de las características, cumplían con una minoría, pero cumplían con ciertas exigencias y obligaciones demandadas. Reivindicaciones e imposiciones solicitados que, llevados a efecto, median el impacto y la efectividad del programa de readaptación social. Los A´s tenían, aunque imperfecta e incompletamente, como ya se mencionó, ciertos elementos orgánicos, cognitivos, racionales, éticos y morales, elementos básicos y esenciales que se consideraban fundamentales para establecer el criterio de salud, de salud mental, que era uno de los efectos de la terapéutica de la normalidad. Eran los sujetos a los que, la mayor parte del tiempo, se les ordenaba y, obedecían. Características y pruebas de que el tratamiento había alcanzado los fines propuestos; de diversas maneras, se consideró que estos eran los anuncios indicativos de que había sido efectivo y conveniente el tratamiento; respuesta, argumento y afirmación ineludible para poder ofrecerles a estos ciertas garantías y beneficios por ser los sujetos juzgados como los más aptos y capacitado para su posible curación. En pocas palabras, los sujetos más aptos y adecuados para residir en el área A fueron los mejor disciplinados, los que fueron más susceptibles y que se abandonaron en gran medida a la terapia correctiva. Esto es, los sujetos que se consideraron funcionales fueron los sujetos que

152 Del cual se derivan los distintos grupos en los que se divide, los cuales, en el caso del retraso mental, principalmente, que, por otro lado, se categorizan y se organizan, en esta institución, en tres grupos principales, esto es: el retraso mental va de profundo y moderado a grave.

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consintieron y aceptaron en mayor grado la aplicación de las medidas de domesticación de éste lugar. Por lo que los A´s, hasta ahora, gozan de algunos beneficios, como es el salir al acceso, límite del exterior y el interior –si es que tienen a alguien que los supervise, cuide o responda por ellos o, si es que están solos, deben tener motivos y argumentos lo bastante sólidos para pretender hacerlo- o a la calle. Esto, claro esta, solamente si sus tutores lo aprueban (su persona es responsabilidad, en menor grado, del médico, el rehabilitador y la trabajadora social, en un grado mayor, en el cual hay una notable dependencia del psicólogo, pero, principalmente, el sujeto de mayor jerarquía del cual éste depende casi totalmente y quien además decide lo autorizable o lo interdicto, los premios y los castigos, las formas de tratamiento y acción, las relaciones que se deben establecer con lo usuarios en función del diagnóstico este sitio asilar es, el médico psiquiatra153). Pocos son los usuarios que pueden salir, la mayoría de los usuarios que tienen el derecho, autorizado por dictamen, de salir a la calle, son los sujetos que, de alguna manera, están de acuerdo con las políticas institucionales o que no tienen inconvenientes mayores por estar instalados o confinados en esta institución. Esto último, se da por varias razones, o es porque muchos no tienen a donde ir o, aunque tienen un “hogar” a donde ir, allí no los quieren recibir, o por comodidad, ya que, algunos consideran que por lo menos allí tienen techo, comida y, una que otra compañía, o porque, creemos que, en su gran mayoría, estos sujetos marginales ya se han institucionalizado. Regularmente los sujetos que pueden “visitar” la calle son los usuarios que ya se han habituado al sitio, por fuerza de la costumbre, por el tiempo que llevan ahí, por evitar los “problemas” que en la calle se acarrean –vejaciones por parte de ciudadanos y autoridades, agravios de los mismos, por las frecuentes detenciones y custodia de que son presa, por carencia de sustento, etc.- se institucionalizan y ya no le ven algún sentido al hecho de irse de ahí. Los otros, los B´s son los sujetos que se cree que, de ninguna manera, pueden o deben salir, ni de forma provisional y mucho menos de manera definitiva en razón de su desamparo –y auto y hetropeligrosidad-, su patología, esta medida, por supuesto, se determina y apoya en función del diagnóstico emitido. Sólo hay algunos casos, casos excepcionales, en los que a un incurable puede permitírsele la salida del CAIS, esto, de acuerdo al reglamento vigente, desde el punto de vista “legal”, principalmente, o es porque la familia del usuarios asume el compromiso de responsabilizarse totalmente154 de ellos, o extraoficialmente y, desde otro punto de vista, porque “se dieron de baja”, esto es, aunque las autoridades no lo dicen de esa manera porque los usuarios se escaparon. Escape que muchas veces se encubre bajo el término de “baja voluntaria”. Eso si, no a cualquiera se le permite acercarse a la salida. Para poder tener derecho a estar por lo menos en el umbral del Centro, vía última para acceder a la calle. Para que un usuario pueda llegar a la puerta de acceso, esto, solamente podrá ser, o será posible, si antes de intentarlo por voluntad su decisión ha sido consentida y legitimada por las autoridades de la institución. Tan sólo el merodear -y no digamos ya intentar cruzar el acceso al CASI- será o es permitido en razón de que ese usuario-sujeto haya sido autorizado con anterioridad por los directivos y técnicos del lugar; para que éste pueda ejercer el derecho de hacerlo, esto, también, es así, porque saben que lo más probable es que este tipo de sujeto anómalo no tiene intenciones reales de marcharse. El policía que guarda el acceso-salida se encarga de impedir que, un no autorizado, interior y exterior acceda o salga del lugar –aunque, este tipo de vigilante esta mucho más al pendiente del sujeto que habita el interior, del que mora en la Casa. El usuario, de antemano, ha sido destituido del ejercicio de sus libertades y de sus derechos, tiene los derechos pero no el goce de estos, como ya se mencionó, ni siquiera se le permite deambular o acercarse “demasiado” a la puerta principal, ya que, si lo hace será reprendido, primero verbalmente, mediante amenazas, o advertencias sobre posibles castigos; después, si aun así el usuario indócil no

153 que aquí casi todos se dedican a esta profesión –visión psiquiatrizada-, aunque no corresponda con su campo de injerencia, limitado por su disciplina de formación o profesión.154 O hasta, parcialmente, porque la institución, cuando la situación lo amerita, se considera que entre sus funciones esta el apoyar a las familias –en el caso de que esta exista o haga acto de presencia para visitarle o responsabilizarse- con atención médica, psicológica, psiquiátrica gratuita, esto a veces incluye el apoyo y las facilidades para adquirir o suministrar psicofármacos para el uso en la externación y el funcionamiento de la alternativa terapéutica y ambulatoria del usuario.

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entiende, se procederá a ejercerse o hacerse el uso legitimo de la fuerza y la violencia. Ejemplos de esto pueden ser: el sujetarle entre una o varias personas para reintroducirlo, aplicar golpes ligeros para persuadirle de entrar, o, como una de las últimas y más efectivas medidas de castigo y corrección, se recurrirá, se hará susceptible a la aplicación de uno de tantos psicofármacos de control, y como ejemplo de ello, podemos mencionar que, regularmente, en esta institución, se hace uso indiscriminadamente y, para tales fines, del Haldol. Esto también nos hace pensar, al respecto de lo comentado en otros trabajos de investigación, sobre los “locos” que observan desde la puerta para ver quien llega y quien sale de la institución. Unos nos dicen que es porque interpreten que estos se presentan como posibles anfitriones del lugar, o porque buscan nuestra mirada, nuestro “reconocimiento”, también, nos dicen que es por querer ver a alguien o algo distinto, o por compartir, etc. Nosotros, por lo menos en este momento, compartimos la opinión que los alumnos Oropeza García y Reyes Casillas plasmaron en el trabajo que realizaron en el año 2000 el cual fue denominado como “Politiqueo en Casa 2”. En este trabajo los “autores” nos dicen que: “una cierta cantidad de beneficiarios [esta] en la puerta esperando o viendo quien entra o quien sale, fue comos si quisieran salirse o como si nos recibieran.” Esto lo señalamos porque, en nuestro período de investigación-intervención, algunos, muchos, varios de los habitantes –usuarios- de la institución nos expresaron su deseo ferviente de salir definitivamente de ese lugar, sólo que, nada ni nadie se los permitía. Mientras estuvimos en el CAIS cumpliendo con el compromiso colectivo denominado servicio social, en dos ocasiones, se fugaron –solicitaron o se dieron a si mismos su “baja voluntaria” dirían las autoridades del lugar- dos de los sujetos que estaban bajo el cuidado de Asistencia Social, huyeron de allí dos usuarios-beneficiarios del lugar. Cuando el vigilante se ausentaba, ya fuera porque era requerido en el interior del CAIS, o en las oficinas administrativas o era porque -la mayor parte de las veces creemos que fue así-, éste guardián se iba momentáneamente al baño, ocasión que aprovechaban algunos de los sujetos que están contenidos en Cuemanco -que vigilaban al sujeto que tiene la tarea de vigilar la entrada y mientras la vigila vigilarlo- que se atrevían a intentar escapar. La mayoría de las veces resultó en rotundo fracaso, la mayoría significa que, no siempre es o fue así. Nos sorprendió como era posible que personas con movimientos entorpecidos por el psicotrópico, sujetos “gravemente alterados psíquicamente y fuera de la realidad” tuvieran la fortaleza física, la “intuición” para actuar en el momento justo, que planearan su fuga, que aprovechaban el momento adecuado, el alejamiento y desaparición momentánea del policía, para poder fugarse155. Acto que se repite constantemente, aunque, varios de los “indigentes psicóticos” –usuarios- son recapturados nuevamente en las calles de la ciudad por los operarios de las camionetas y empleados de PASE o por otras instancias gubernamentales de este tipo. Al “captarlos” de nuevo, regularmente, o se les deriva al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez o al Centro de Asistencia e Integración Social nombrado como “Plaza del Estudiante” (Centro filtro) y, como de estos sujetos ya existen antecedentes psiquiátricos se les devuelve, canaliza o retorna al CAIS Cuemanco, pues este es considerado su “lugar de origen”.

Durante nuestra estancia en el lugar, uno de los psicólogos-instructores –el sujeto que tiene mayor antigüedad trabajando en el área de psicología y de nombre D.- nos comentó que: la institución buscando reincorporar, dar atención, asistencia médica, psicológica, social (para localizar redes sociales, familiares), alimentación, vestido, alojamiento para las personas que más lo necesitaban, personas en situación marginal, indigentes. Por lo que, en los programas que se establecieron, se decidió que se fueran recogiendo a estos sujetos de las calles para darles el apoyo necesario, y además, intentar reincorporarles por medio de la rehabilitación de sus capacidades y facultades, además de la capacitación para el trabajo; y principalmente, trabajo de disciplina, disciplina para el trabajo, servicio que allí mismo se les brindaría; estas labores estaban contempladas como parte integral del programa institucional de reinserción social, pero, al pasar el tiempo, se fueron dando cuenta que la mayoría de los sujetos que recogían en las calles, que la mayoría de las personas que

155 Hay otros más audaces que se brinca la barda pero algunas veces son descubiertos por el personal del centro, otras, logran escapar del lugar, pero, a corto, mediano o largo plazo son recapturados por las brigadas de protección social, o de salubridad o por parte de otras instituciones en la calle.

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estaban viviendo en situación de indigencia, estaban, existían, vivían este tipo de situación por “causa directa” de sus patologías. Como, por una parte, no tenían la capacidad de juicio, o, si este existía, se veía afectado y desviado por la enfermedad. Se consideraba que los sujetos de la indigencia, en su gran mayoría, estaban afectados de sus facultades mentales, los “enfermos” se salían de sus hogares cuando no había alguien que los cuidara o los supervisara y, era por ello que éstos sujetos se extraviaban, y ya en el exterior de sus hogares. Al encontrarse solos en la calle, sin saber que hacer y como llegar a sus casas, se veían forzados a deambular por la ciudad y en la penosa circunstancia de existir en esas condiciones marginales y precarias en las calles. Era así como los “enfermos mentales” se hacían indigentes. Por otro lado, también a raíz de su condición patológica, y a causa de su enfermedad mental, se les arrojaba de sus hogares porque, la mayoría de las familias que experimentaban este tipo de problemática (la dificultad de convivir con un psicótico), además de que, este tipo de familia, en general, estaba conformada por personas de pocos recursos económicos –llámense pobres- y que, por su difícil situación, económica y social, no podían o no querían hacer cargo -no sólo de los gastos- de sus enfermos mentales, sino que, además, los parientes ya no querían hacerse responsables de éstos sujetos, porque, de acuerdo a lo que nos explicaron, la familia ya estaba harta de ellos, por lo que no sólo no deseaban continuar con las obligaciones que esto implicaba sino porque ya no deseaban adjudicarse las responsabilidades que se contraían, involuntariamente, con y por el psicótico. Deseaban evadir y desligarse definitivamente de los problemas que esto involucraba y que se generaban al vivir cotidianamente con un alienado. El psicólogo nos decía saben, “si se puede saber si un sujeto es esquizofrénico o no”, y nosotros sin preguntarle cual era la respuesta nos dijo: “por el índice prodrómico”. Después de formular esto le preguntamos: ¿qué es eso? “Es un estado de abandono total o casi total de la propia persona por parte del enfermo, además de esto, ellos –los psicóticos- se aíslan de las personas, huyen de la compañía de otros”. Así que nos dedicamos a investigar cual era o que significaba el dichoso estado prodrómico. La información la adquirimos, los resultados de la investigación fueron “aclarados” por el CIE-10.

Estadios prodrómicos (…) Antes de la aparición de los síntomas esquizofrénicos característicos puede haber un periodo prodrómico de semanas o meses, en particular en enfermos jóvenes, durante el cual aparece un conjunto de síntomas inespecíficos, tales como pérdida de interés, evitación de la compañía de otros, abandono del trabajo, irritabilidad e hipersensibilidad. Estos síntomas no son diagnostico de ningún trastorno en particular, pero tampoco son característicos del estado normal del individuo. A menudo estos síntomas son tan perturbadores para la familia e incapacitantes para el enfermo como los síntomas más claramente morbosos, como las ideas delirantes y las alucinaciones que se presentan más tarde. Considerando retrospectivamente, este estadio prodrómico parece ser una parte importante de la historia natural del trastorno, aunque hay poca información sobre los pródromos similares en otros trastornos psiquiátricos o sobre la aparición y desaparición ocasionales de estados similares de personas que nunca desarrollan un trastorno psiquiátrico diagnosticable.156

Por una parte, y de alguna manera queremos ilustrarlo con las declaraciones efectuadas por la psiquiatra del lugar, de los que extraemos lo siguiente:

El enfermo es el síntoma más agudo de una familia enferma. Entonces es ahí donde vemos… la familia no es sana. Una familia sana a nivel psicodinámico no podría generara un enfermo psicótico. Porque si se supone que tiene todos los factores de protección, además de factores individuales de protección como es la resiliencia. Que es esta capacidad de… a pesar de las adversidades que tú puedas salir por todas… de todas formas de allí, despegar… de allí… eh, aparte de tus cuestiones genéticas, todo lo que ellos llaman el área libre de conflicto. O sea, es una cuestión que podemos entremezclar perfectamente a estas alturas los nuestros conocimientos de genética que tenemos, pero que sin embargo, insisto, como que la familia todavía no, no se lo logra integrar, no logramos nosotros mismos… integrarlos como parte del tratamiento de la misma psicosis. Entonces es, allí donde surge todo este fenómeno de indigencia, aparte de que el psicótico tiene toda esta cuestión que se llama dromomanía, o sea, tiene la manía de estar caminando, caminando, caminando. Y que la mente por su cuestión de que esta desorientada a veces, dependiendo del estado psicótico en el que se encuentre, si es muy agudo o digamos manejable se llega a perder y ya no sabe como regresar a casa. Y entonces, ¡boom!, se queda en la

156 Ver CIE-10. Punto F20 denominado Duración Requerida de los Síntomas en la Esquizofrenia.

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calle, y obviamente, pues, como esta en todo su fenómeno alucinatorio-delirante, pues, se le olvida, se le olvida y como aparte del delirio que tenga él puede este… estar pensando que en su casa le pueden estar haciendo daño o le están envenenando la comida, pues, y se salen. Entonces es ahí donde se da el fenómeno de la indigencia. La indigencia con la locura es totalmente corresponsable.157

Por otra parte, al cuestionarle a la psiquiatra si, por una lado, podría ser factible que, por un lado, el loco se hacía indigente, pero también, por otro lado, si existía la posibilidad de que también el indigente podría decirse que se hace o se le hace loco. A lo que ella nos respondió:

No, no, no, no. El loco se hace indigente, pero el indigente se hace loco no. No, no, no. Yo creo que aquí tenemos también dos grupos de indigentes. Los indigentes que realmente son indigentes por esa situación de que no se pueden valer por sí mismos… lo que es el concepto en sí de la indigencia, este, pero debido a que su capacidad esta limitada, esta… su juicio es desviado, es nulo, entonces, por eso siguen en ese papel. Sin embargo también tenemos otro fenómeno de la indigencia, que es el indigente que él si también… podría ser que no tiene un trastorno psicótico, pero, este, tiene si un trastorno caracteriológico de personalidad. Digamos que yo… creo y, porque los he conocido… a los indigentes que, básicamente son indigentes por comodidad. Porque saben que se les va a proporcionar todo y además… ¡exigen que se les proporcione todo! Porque esa es su condición social, y entonces, ya son un grupo que… se presta al uso de drogas entre ellos, el uso de limosna como un ingreso y, entonces ya, esa indigencia pareciera ser que tiene como ganancias secundarias. De hecho, yo digo que el cien por ciento de los indigentes no son locos, digamos que la mitad sí. Y a los que yo creo que se les debiera dar atención es a esa mitad. A los locos indigentes. A los otros los deberíamos de… ¡también! ver esta cuestión del enlace familiar, para ver qué es lo que esta pasando, para ver cual es la característica funcional que hace que el cuate se vaya a vivir a la calle. También es caracterológico de personalidad… pero como tal, psicótico no.158

En otro trabajo159, además, se hace referencia al concepto de Institución Total, concepto acuñado por Goffman, que ligan con la institución denominada Casa Cuemanco, se articula el concepto con la institución a razón de lo siguiente: “una institución total puede definirse como un lugar de residencia y trabajo, donde un gran numero de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente.” Esta institución -Casa Cuemanco- solamente se corresponde en parte con las descripciones de Goffman al respecto de la institución total ya que, es un lugar aislante o de encierro en el que residen un número vasto y determinado de individuos que comparten, en general, las mismas situaciones. En que es un sitio en el que existe una rutina diaria administrada sujeta a reglamentaciones, pero, aquí, como ya lo habíamos mencionado en otro apartado, al estar constituido por una mixtura, producto del modelo de exclusión e inclusión, no se ajusta a las características totales que son definidas por el teórico. Por ejemplo, aquí, al respecto del adiestramiento para el trabajo, sólo se aplica con un número minoritario de sujetos. Solamente los usuarios que habitan la Casa de Medio Camino son los que “encajan” en este tipo de regularidad disciplinaria. La mayoría de los usuarios de este Centro no realizan ningún tipo de actividad, salvo contadas veces y ocasiones. Cuando hay prestadores de servicio social se les exige la planeación de talleres ocupacionales, de supuesta intención terapéutica, pero, la mayor parte de estas actividades están encaminadas solamente a la recreación de los sujetos. Sin temor a equivocarnos, el 70 % de los usuarios del Centro si no están dormitando por los alrededores del lugar, ya sea por los efectos secundarios del fármaco, o porque no hay algo que les interese hacer (las personas que participan en los talleres casi siempre son las mismas. Estas actividades son creadas y aplicadas sin la participación, la opinión, la sugerencia de los usuarios, se

157 Ver entrevistas incluidas en Anexos.158 Ibíd. “(…) el sujeto de la locura en el encierro, (…) el encierro como la respuesta privilegiada a distintas problemáticas sociales, entre ellas la enfermedad mental”159 Ver Arcos Rosales; Juárez López. “La experiencia subjetiva…” Opus cit.

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planean desde lo que la institución cree es lo mejor para ellos), o andan deambulando por las instalaciones por intervalos considerables de tiempo. Aquí el trabajo planeado como una actividad formal o formativa no existe más que en la Casa de Medio Camino. El trabajo que, de alguna manera, aquí se desarrolla tendría que ver con algo un poco más informal y que los técnicos denominan como actividad terapéutica –aquí dicen que todo es terapéutico- que consiste en apoyar en algunas áreas, como, por ejemplo: algunos sujetos acompañan a las enfermeras que van a suministrar los medicamentos, por una parte, para darles el agua necesaria a los usuarios y así puedan ingerirlo con mayor facilidad, además de servirles de salvaguarda, ya que entre las tareas que realizan esta la de proteger a las enfermeras de los usuarios agresivos; por la otra, uno que otro de los usuarios que asiste al cuerpo clínico tienen el deber de “persuadir” –de una forma muy convincente (amenazas, gritos, etc.)- a los usuarios para que en el momento y, voluntariamente, se tomen el fármaco. El otro tipo de trabajo informal realizado por estos sujetos es el que brinda apoyo a las áreas de intendencia, mantenimiento, cocina, lavandería, etc.; trabajo de todo tipo que es realizado por los usuarios sin existir un salario establecido y reglamentado, trabajo que es remunerado -o canjeado- con cigarros, refrescos y/o algunas monedas. Un ejemplo de esto es las labores que desempeñan los usuarios de Casa Cuemanco para el área de intendencia –al igual que en la lavandería-, estos son quienes realizan las labores más dificultosas y “repugnantes” para el personal como lo es el lavar los baños sin el material básico y adecuado (un ejemplo de ello se expresa en un comentario realizado por uno de los usuarios de lugar quien nos dijo que, uno de nuestros sujetos de investigación era la persona que se dedicaba a destapar los retretes con sus propias manos, que esto sucedía regularmente por las condiciones de las instalaciones pero , principalmente por lo que los usuarios los atascaban; a este usuario lo llamaban cada vez que no se podía lograr evacuar el escusado con ningún tipo de material o instrumento, y cada que lo conseguía, el personal de intendencia lo gratificaba con un refresco y unos cigarros); trapear los dormitorios más sucios y fétidos los cuales, hasta la fecha, corresponden a lo que –supuestamente- era la extinta área B. En la cocina si se les proporciona un salario, el cual corresponde, aproximadamente, a la ilustre cantidad de 250 pesos semanales. De igual forma, en el autolavado, se les da el 40 % de las ganancias y esto equivale a una cantidad que promedia o se aproxima a, más o menos, una cantidad de 300 pesos a la semana. Pero, en general, la institución funciona, en su mayoría, como un sistema social de custodia permanente. Por otra parte, en ese trabajo –“La experiencia subjetiva…-citan a Goffman del que refieren que: “las instituciones totales no reemplazan la peculiar cultura propia del que ingresa por algo ya formado; confrontamos algo más restringido que una aculturación o asimilación (…) De ahí que si la estadía del interno es larga, puede ocurrir lo que se ha denominado “desculturación”; o sea, un “descentramiento” que lo incapacita temporariamente para encarar ciertos aspectos de la vida diaria en el exterior, si es que vuelve a él y en el momento que lo haga. (…) todas las prácticas dentro de las instituciones totales estad encaminadas a ejercer control y un sometimiento (…) dichas instituciones constituyen una despedida simbólica y literal –temporaria o permanente- de la lógica social del mundo externo y una bienvenida a un mundo también social, pero con una lógica distinta”. De lo que discurrimos que, de algún modo, por una parte, al hacer la indicación de que se trata de “algo más restringido que una aculturación” se devalúa, se obtura la posibilidad de comprensión y el sentido general del fenómeno social, no sólo porque al hacerlo, al pretender hacer a un lado el proceso de aculturación o de asimilación cultural y simbólica –de suma e inevitable importancia para la interpretación y comprensión del posible sentido- que se da en la “institución total”, del desconocimiento de los efectos que se producen en el contacto del afuera y el sujeto “internado”, sino, además, desde esta perspectiva se hace énfasis y además se le da preferencia al paulatino proceso de disimilación cultural -o desculturación como lo denomina Goffman-, polarizando la relación sujeto-sociedad. Se genera así, una dicotomía en favor del carácter o aspecto sociológico, un sociologismo reductor. La relación sujeto-institución o sujeto-sociedad, el contexto y sus partes, la institución y el sujeto, no pueden analizarse dándole prioridad a uno u otro aspecto de la constitución psíquica y social del sujeto. Esto lo creemos a partir de la proposición que hace Goffman sobre la institución total desvincula temporalmente al sujeto confinado en este tipo de regimenes institucionales de índole correctivo y punitivo al decir que: “si la estadía del interno es

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larga, puede ocurrir lo que se ha denominado “desculturación”; o sea, un “descentramiento” que lo incapacita temporariamente para encarar ciertos aspectos de la vida diaria en el exterior”, pues, nosotros consideramos que el contacto entre lo global y lo local, entre lo que él llama el exterior y el interior institucional no se desvinculan ni temporariamente, ni hay una despedida momentánea, ni despedida ni corta ni larga de la lógica social que existe en el exterior. El adentro y el afuera, aun en situación de encierro, permanecen en contacto y tensión en diferentes momentos, espacios, intensidades, etc. El interior y el exterior, aun en las instituciones que él –Goffman- llama totales siempre están en afección y juego constante, en un interjuego permanente, no hay una independencia franca de uno u otro extremo, sujeto y sociedad están en permanente contacto y afección. Goffman, en eso de los aspectos sociales de la tensión que se da entre el sujeto y la sociedad. Asimismo, en este trabajo de investigación se da cuenta de la mixtura discursiva y no discursiva asistencial-psiquiátrica que hasta la fecha existe en el CAIS. De la Casa Cuemanco nos dicen que:

En el desarrollo de nuestra investigación hemos pensado a Casa 2 [así denominaban a Casa Cuemanco] como una institución total híbrida. No podemos dejar de lado que la diferenciación y los puntos de encuentro que ésta tiene con sus parientes más cercanos, es decir, el hospital psiquiátrico y la cárcel, son muy indefinidos. (…) De entrada, esta institución es una combinación (muy extraña a la mirada) de un albergue para indigentes y un establecimiento psiquiátrico (…) este albergue asiste a indigentes que tienen diagnosticada una enfermedad mental (…) indigentes con una patología mental, la significación que los sujetos atribuyen a su encierro está atravesada indiscutiblemente por la institución psiquiátrica que los define.160

También, se hace una crónica del tipo sujeto y la atención que se le brinda en este lugar:

Aun cuando este centro ofrece una atención de tipo psiquiátrico dentro de la lógica gubernamental no es dependiente del Sector Salud sino de la Secretaria de Desarrollo Social. Forma parte de una red de casas de Protección Social (…) para atender a aquellas personas marginadas que padecen distintas problemáticas entre ellas, drogadicción alcoholismo, enfermedades mentales, etc. (…) La lógica con la que funciona este escenario no corresponde ni a la organización formal de un hospital psiquiátrico ni a la de un albergue para indigentes.161

Hemos mirado a Casa 2 Cuemanco como una institución total heterogénea y flexible, ya que su estructura, organización y funcionamiento no son tan rígidos como en las instituciones psiquiátricas o carcelarias (…) no es un encierro tipo manicomial o al menos no totalmente. (…) las practicas psiquiátricas no es igual que en los hospitales psiquiátricos. (…) Nos referimos al conjunto de discursos y acciones encaminados a atender médicamente y normalizar las conductas de quienes padecen una enfermedad mental. (…) la lógica de internamiento es variada. Existe la posibilidad de vincularse de alguna manera con el exterior (…) Es característico de este lugar que no estén encerrados bajo llave como en los hospitales que aun conservan la tradición de una psiquiatría manicomial (…) la mayor parte del tiempo las puertas que dan al exterior están literalmente abiertas (…) es y no es un encierro de puertas abiertas.162 Impresiones que, dan a pensar a las investigadoras que, “En este lugar [solamente] son depositados aquellos locos que nadie quiere, ni siquiera los hospitales psiquiátricos”163

160 Véase. Arcos Rosales, Rosalba Jimena; Juárez López, Olga Iliana. “La experiencia subjetiva de la locura: Un acercamiento a la significación del encierro”. Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Julio. 2004.161 Ibíd.162 Ibíd.163 Ibíd.

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¿El matrimonio entre el cielo y el infierno? El enlace entre Asistencia Social e Institución Salud (mental).

En el trabajo de Arcos Rosales y Juárez López se hace referencia a las características de la institución de asistencial social de orientación psiquiátrica que nosotros -para evitar confusiones pues a lo largo del tiempo ha tenido variaciones en su denominación y se le conoce de diferentes maneras (CPS No4, Casa 4, Casa 2, Casa Cuemanco, CAIS Cuemanco- por lo que la hemos denominado en este trabajo como Casa Cuemanco. De la Casa asilar social de disciplinamiento psiquiátrico se manifiesta: “Los usuarios del CAIS han llegado de diferentes maneras; la más común es por medio del PASE (Programa de Atención Social Emergente), cuya función es captar a los sujetos en estado de indigencia en la vía pública; la intersección de estos sujetos puede ser por petición de la misma población o porque “la camioneta” que recorre al ciudad los ubique. (…) Otra manera de ingresar es por la canalización directa de otro hospital psiquiátrico, principalmente, el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez y el Samuel Ramírez Moreno. La razón de estos traslados es el abandono por parte de sus familiares, además de que el reglamento de estos lugares establece como límite de internamiento tres meses (…) Otra forma de ingreso es directamente por medio de la familia, la cual solicita a la institución que se haga cargo de su familiar, estos casos son muy pocos” 164. Cuando una persona es captada en la calle y se “sospecha” que padece algún tipo de enfermedad mental, antes –o también después- de ser canalizado a alguno de los distintos CAIS que existen en la ciudad, se le conduce al Hospital Psiquiátrico para evaluar y determinar –supuestamente- cual es su situación y las condiciones psicológicas en las que en ese momento se encuentra. Después ser evaluado, diagnosticado y medicado por los peritos -expertos en materia de psicopatologías-, se le obliga a permanecer el tiempo estipulado –tres meses- por la institución de salud mental para controlar los síntomas y efectos que se generan en los estadios y momentos más críticos del trance psicótico. Además, dado que el departamento y los técnicos de trabajo social, por la poca o nula información que se obtiene en los exámenes e interrogatorios-entrevista por los psicólogos y otros técnicos se determina no solamente que se desconocen los datos suficientes para enviarlo con su familia, o no que talvez, los datos están falseados y no existen o porque los “pacientes” no se lo quieren proporcionan, o porque su estado patológico no se los permite, o porque están tan deteriorados psicofíscamente que es necesario ampararlos y protegerlos dadas sus condiciones, pero, se hace principalmente para proteger a la sociedad165. Al establecer que se carece de los datos necesarios para

164 Ibíd.165 Cuando le pregunté a la psiquiatra: ¿tú crees que ellos no están preparados para la sociedad o la sociedad no esta preparada para ellos? Ella me contestó: es una buena pregunta. Yo creo que la sociedad no esta preparada para ellos. De hecho por eso están aquí, porque la sociedad no esta preparada para los locos. Porque la sociedad los relega… y estas instituciones surgen de reunir mucha gente relegada, y entonces hay que dar, también hay que ver sus derechos humanos, también hay que darles comida, también que darles cobijo, y como que la sociedad no esta preparada y, ellos… para la sociedad, yo creo que ellos si podrían […] si podrían estar en la

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la localización de familiares se procede a enviarlo a las instituciones asilares o de asistencia social que puedan hacerse cargo de ellos, ya que no existe ningún tipo de respaldo en el exterior. En estas circunstancias se les hace sujetos permanentes de protección social. Con el paso del tiempo, este tipo de práctica social, se normativizó, se hizo norma. Ahora, al parecer, cuando un sujeto es captado en la calle, en su mayoría, se le envía al Hospital Psiquiátrico para evaluarlo y diagnosticarle, darle un tratamiento y, si carece del apoyo redes sociales o familiares se le pone en manos de Protección Social de forma permanentemente, pues este tipo de sujeto, el usuario psicótico incorregible de ningún modo y manera, pesar de todos los métodos, técnicas, procedimientos, correctivos, castigos no se puede rehabilitar, esto, determinado desde el discurso psiquiatrizado de los técnicos del lugar, no es posible acceder al objetivo, se juzga que si no es del todo imposible si lo es casi, por lo que, se le pone en custodia total e indefectiblemente, se falla a favor de que cubrir una sentencia-penalidad inquebrantable que le depara el permanente resguardo institucional.

Notas sobre el expediente de Gabriel L: Mamá (…) fallecida. Se solicita intervención del Departamento Jurídico para presionar a la familia a que se responsabilice y éste realizó estudio socioeconómico y determinó que el usuario debe permanecer en Protección Social.

100102 (…) Dr. J. A. L. B. (…) Dir. Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” (…) Presente (…) Por este conducto solicito a usted (…) los antecedentes de ingreso de los siguientes pacientes166 (…) Dra. R. S. (…) JUD Técnica del CAIS Cuemanco.

010202 (Contestación al documento del 100102 sobre antecedentes de ingreso. Documento que en las esquina superior izquierda ostenta el sello de la Secretaría de Salud y en contraposición tienen registrada la siguiente leyenda: Dependencia: Servicios de Salud Mental HPFBA; Sección: Subdirección de Hospitalización; División de Atención Médica) “En atención a su oficio (…) en el que solicita antecedentes de los ingresos de los C.C. (…) usuarios del CAIS Cuemanco (…) le informo que encontramos antecedentes de atención médica del C. Flores H. Alfredo 167(…) [de los demás] no se encontró antecedente alguno de atención.

280398 CPS4(Área: Psiquiatría) “Dx.: CCG. RMM (…) Examen mental: se trata de paciente masculino (…) íntegro, bien conformado, facies bobaliconas, se encuentra en regulares condiciones de higiene y aliño. Actitud libremente escogida, es accesible a la entrevista, trata de ser cooperador, es abordable. Se encuentra orientado en persona, desorientado en tiempo y lugar. Su consciencia neurológica es clara, comprensión disminuida (…) Lenguaje mal articulado, parco, repetitivo, (…) menciona (…) frases “me trajo de allá de Nogales… no sé para qué (…) trabajaba con el señor Andrés y su esposa (…) limpiaba pisos” No se detectan alucinaciones en el contenido del pensamiento, niega alteraciones sensopreceptuales. Afectivamente impresiona embotado, aunque refiere sentirse bien (…) no puede hacer cálculos mentales, ni saber (…) diferencias y semejanzas que se le preguntan, memorias parcialmente conservadas. CI impresiona subnormal. Juicio disminuido.

Área: Rehabilitación200799 Apatía para realizar su aseo personal y no acepta órdenes porque arremete verbalmente cuando se trata del baño, pero finalmente lo hace (…) por su patología que presenta RM no se le ha podido integrara a ninguna actividad de TO o TR

200103Gabriel, no se le han observado cambios de conducta. Continúa aislado, sin interesarle ninguna actividad de la institución, casi siempre se le observa irritable, mencionando que ele molestan sus compañeros. Se continuara observando conducta”

sociedad. La sociedad es la que los rechaza. De hecho, se hacen los intentos, se… se capacita, se educan, se preparan para salir y, cuando salen, la gente es quien los rechaza. Aun ya no estando psicóticos o tan perdidos en sus delirios. La misma gente los rechaza por este tipo de mito… y… de cosas.

166 Entre ellos Gabriel.167 De aproximadamente 10 usuarios sólo se encontraron los “antecedentes” de el sujeto mencionado ¿qué paso con los demás? ¿A dónde fueron a parar? Nota: las cursivas son mías.

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020305 Gabriel es un usuario –que- continua con una conducta poco sociable, muy irritable, se le observa en su dormitorio acostado. Al entrevistarlo se muestra desconfiado, negativo, mencionando que sus compañeros lo molestan constantemente y no lo dejan realizar sus ABC´s. Realiza sus actividades básicas cotidianas y de aseo personal voluntariamente, ocasionalmente con apoyo. Se niega a realizar alguna actividad ocupacional dentro o fuera de la institución. Al insistir se muestra alterado tomando una actitud de ausencia.Plan de trabajo: -Continuar observando conducta. -Insistir en integrarlo a alguna actividad de TO o TR. (Nota firmada por Gericultura)

Área: Psicología.110299 Sujeto que no está integrado a ninguna actividad, se muestra renuente y apático para integrarse, solitario. Responde acertadamente a cualquier indicación; su conducta es tranquila sin manifestación de agresión. Buena marcha, lenta, sin necesidad de implemento para realizarla. Hasta ahora se muestra autosuficiente. (…) Examen Mental: Paciente que presenta deterioro cognitivo; alteración de la memoria; orientado en persona y lugar NO EN TIEMPO; lenguaje no entendible, dificultad en la expresión verbal. Pensamiento limitado sin orden ni secuencia. Consciencia y juicio disminuido; no hay capacidad de atención sostenida; no existe aparentemente alteración perceptual en nivel auditivo, visual y táctil. (…) Dx.: TMC sec. a lesión orgánica/CCG. (…) Tx.: Integrarlo a terapia grupal –Rehabilitación Cognitiva. Orientación a la realidad. Estimulación sensorial. Integración a terapia recreativa.” (Firma psicóloga X)

040300 Usuario (…) desorientado en tiempo, lugar y circunstancia y parcialmente ubicado en persona. Su lenguaje es poco entendible, es cooperador al interrogatorio pero sus respuestas son un tanto pueriles. (…) Examen mental: RMM con CI menor a 5 años (…) Lenguaje poco articulado (…) IDx.: RMM sin alteraciones conductuales normales (…) Observaciones: Gabino no participa en actividades de la casa y no tiene impedimento para colaborar en actividades acorde a su capacidad. Continúa con las estereotipias verbales. (…) Tx.: se buscara la manera de integrarlo a alguna actividad de acuerdo a sus posibilidades físicas y mentales.

Por lo que, como dicen Arcos Rosales y Juárez López, “El CAIS Cuemanco o Casa 2 se encarga actualmente de captar a una parte importante de la población psiquiátrica indigente de la Ciudad de México. Se trata de un lugar de asistencia exclusivo para varones adultos, menores de 70 años “marginados”, incapaces de subsistencia propia, en rigor, indigentes, características relacionadas de manera importante a padecimientos mentales crónicos. Casi un cien por ciento de los usuarios atendidos padece o ha padecido alguna trastorno psiquiátrico denominado entre ellos: esquizofrenia, retardo mental y otros [tantos] trastornos [que están] relacionados a [los] abusos de [todo tipo de] sustancias”168 Población psiquiátrica indigente… cómo dar cuenta de quien “esta realmente afectado” de psicosis si no se tienen, ni existen los criterios diagnósticos ni nosológicos precisos para determinar quien si y quien no esta enfermo. La psicosis en este sentido también es un producto de la cultura, la psicosis viene a relevar los imaginarios y fantasmas que se han creado alrededor de la locura. Esta situación la dejamos abierta para futuras reflexiones e inflexiones al respecto.

F: por ejemplo, de lo que estábamos hablando ayer, al respecto del diagnóstico. Creo que… la mayoría de ellos llegan a… Plaza del Estudiante y ¿ahí hay un psiquiatra que, hasta cierto punto, evalúe su… condición, eh… psíquica y de ahí pues, se considere que deben ser canalizados o no hacia cierto tipo de centros… y particularmente a este que, se supone trata a… pacientes psiquiátricos o personas…?

P: ¡No!, fíjate que, no, no. El problema de la institución es que no tiene tampoco esa visión de salud mental. Entonces, no hay un psiquiatra que haga eso. ¡Que sería ideal! también sería importante que no nada más en un centro se ubicara el psiquiatra. Ubicar al psiquiatra precisamente en el lugar que se

168 Arcos Rosales; Juárez López. Opus cit.

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llama PASE, que es el Programa de Atención Social Emergente. Que allí mismo en el PASE se valorara si ese paciente es candidato para nuestro centro o realmente si se puede trabajar con la familia desde el primer contacto que se tiene con el indigente… y hacer un seguimiento por medio de trabajo social, para ver sus… al área donde anda y ver si se puede localizar a sus familiares, o sea, sería lo ideal que desde PASE, desde ese programa que es el primer contacto, para ingresar a estos centros tienes que pasar por PASE. Para empezar, desde allí debiera haber personal suficientemente capacitado para determinar si realmente amerita… internación aquí o no. Pero no, no, ¡no hay!, porque el instituto todavía no lo ve… como una necesidad todavía, no se tiene esa conciencia. Aun después de… no sé, en este caso, en esta institución… aun después de dieciocho años y como que todavía les cuesta trabajo saber… que están trabajando pacientes mentales (¿?)

F: te digo, te hago esta pregunta porque digo: ¿que tanto si no existe un, un profesionista capacitado para evaluar la condición psíquica de un sujeto?… pues, ¿no llegaría en algún momento a confundirse por esa situación de que el indigente, hasta cierto punto, actúa de una manera poco social o antisocial… se llegara a confundir un indigente con un loco por toda esa manera que ha tenido de vivir, en la cual, hasta cierto punto, no comparte la misma manera de… relacionarse con los demás que nosotros, los autonombrados normales?

P: claro, este… fíjate que […] yo creo que no, yo creo que no se puede confundir porque aun cuando tienen quizás otras reglas para vivir en la calle, de una u otra manera, tienen esas reglas. Y como que el indigente que tiene un trastorno mental no conoce eso, yo creo que ahí se puede diferenciar. Pero es necesario que alguien lo haga, alguien que lo identifique.

F: por eso te digo, si no existe, o si hasta cierto punto es como muy… particular, hasta cierto punto, algo que… sería del privilegio de algunos centros como en este que estas tú. Si no hay un psiquiatra ¿no podría alguien hacer una lectura… a partir de una lectura superficial, establecer que uno de estos sujetos es un psicótico […] por no tener estas herramientas teóricas, por no tener la experiencia, como para poder…?

P: pues de hecho eso es real, de hecho eso se hace. Hay alguien para dónde van los usuarios, dependiendo de, dependiendo de su, este… estado, pero este… pero precisamente nosotros aquí, lo volvemos a valorar al probable ingreso para realmente identificar si cubre los criterios de la institución.

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El umbral de la tragedia. ¿Experiencia y (des)conocimiento?……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

171005169: (día uno) “Me sentí atemorizado y ansioso mientras esperaba en el lobby del centro…El conejo trapeaba… Los olores…las miradas ¿“mi mirada” modelaba las miradas?”170

El día que –oficialmente- me fue señalado por las autoridades del Instituto de Asistencia e Integración Social, para dar inicio a mis actividades como prestador de servicio social en el Centro de Asistencia e Integración Social Cuemanco, fue el día 17 de Octubre del año 2005.171

Estaba muy, muy nervioso al llegar al CAIS; me acerque al escritorio de la recepción, para posteriormente, presentarme con el policía que se encontraba sentado detrás del mueble. Dicho sujeto, me indicó, esperara en uno de los sillones que se encontraban en el recibidor de la institución, mientras él avisaba al subdirector del centro de mi presencia, me dijo, que el servidor público se encontraba atareado por lo que no podía recibirme en ese momento, exhortándome, en ese mismo instante, a esperar que dicho funcionario se desocupara. Mientras esperaba, trataba hacer un levantamiento etnográfico, de registrar, por lo menos mentalmente172, absolutamente todo lo que

169 De aquí en adelante presentaremos las fechas en las cuales fueron redactados la nota o documento que hemos abreviado las fechas en las cuales fueron escritas las notas del diario de campo. Como ejemplo de ello tomaremos el número que antecede la cita: 171005, el cual, como podrá notarse, se refiere a la fecha que alude al día diecisiete de octubre del año dos mil cinco.170 Nota: algunos de los registros que se llevaron a cabo y que fueron conservados por medio del diario de campo se fecharon y encerraron entre comillas en este texto para ser desarrollados y explicados en la parte inferior, como se puede ver en cada uno de los casos. En varias ocasiones tuvimos que anotar o registrar en cualquier tipo de superficie, en trozos de papel, en la piel, hasta en boletos del metro, así como en documentos o cuadernos que pertenecían a la otros compañeros quienes realizábamos en conjunto el servicio social institución, por lo que, algunos de ellos –las notas de campo- se extraviaron durante el proceso de investigación.171 Después de haber entregado la documentación solicitada por la institución y de haberles ganado un volado a dos compañeros, quienes también deseaban, hacer la investigación en la Casa 4, con lo que pude ganarme el derecho de ocupar el único lugar vacante que ofrecía el CAIS Cuemanco para hacer el servicio social. Esta situación última, fue algo que me causo mucho conflicto, ya que, por una parte, ya durante trimestres anteriores, les había platicado a ellos, sobre el interés personal que tenía al respecto de investigar a profundidad sobre el complejo tema de la locura. 172 Ya que, al ser una de mis primeras incursiones en el campo no creía conveniente, el descararme, al anotar en presencia de los trabajadores del centro lo que pretendía observar. Al principio me daba la impresión que para que mi trabajo no se viera “contaminado y pervertido” tenía que hacer el trabajo de investigación de forma velada. Al inicio, el trabajo de investigación, se parecía más a una labor de espionaje que a un trabajo académico.

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pudiera de controla el acceso al centro, comunicándole quien era, para después solicitarle, de la manera más atenta, le informara al Licenciado P. M.173 que esperaba me recibiera , mientras hablaba con el vigilante tartamudeaba, dudaba de lo que hacia y debía decir, ¡no sabía que hacer y mucho menos que decir!; me autoobservaba, reparaba en mi proceder y conducta, pensaba: “por lo regular, mi manera de conducirme, hablar y actuar es distinta, según yo, no soy una persona tímida, me considero abierto y extrovertido, pero en este momento ¡no se que hacer, que pasa conmigo!” 174

Me encontraba extremadamente afectado, me sentía en shock, impactado, en un vacío extremo; por un lado, me asustaba un poco –o eso quería creer- el hecho de estar solo, mi persona aunada a las de los psicóticos los cuales estaríamos reunidos en la soledad del turno de la tarde. Me había sobrecargado de imágenes “traumatizantes” durante el transcurso de los días, ya que, entregue mis papeles, aproximadamente, diez días antes, por lo que, al haber tenido más de una semana libre 175 me di a la tarea de imaginar no sólo lo que probablemente sucedía en ese lugar sino además, que sucedería conmigo ahí. Tenía episodios de temor y nervios, en segundos pasaba de una sensación a otra: vergüenza, miedo, alegría, asco, orgullo, etc. Se me había informado que al no haber psicólogo en la tarde, debía cubrir en el turno vespertino las obligaciones correspondientes a los técnicos que habían sido formados para actuar en dicha área, al enterarme de ello, me sentía no solamente incapaz, puesto que, por un lado, consideraba que no contaba con las herramientas necesarias para desempeñar adecuadamente las tareas asignadas, por el otro, y de acuerdo con lo que se me había planteado, el ejercicio de mi profesión debía efectuarse desde una perspectiva cuasi-estrictamente clínica, situación que chocaba conmigo, pues consideraba que la psicología clínica estaba cargada de prejuicios organicistas y universalizantes, aunado a que me encontraba o me sentía sin el apoyo de algún otro técnico en psicología. Pensaba, fabulaba toda una novela de suspenso y terror encadenada a las ideas que se producían en serie, alrededor de lo que días anteriores había imaginado al respecto de esos sujetos, de ellos, los locos.

“181005: El Psicólogo Coordinador A. B: y las clases sobre psicosis. El indicador prodrómico –falta o abandono de sí mismo- ¿sintomatología?Aquí se aplica la clínica…Nos regimos por las disposiciones de la Norma Oficial Mexicana No 025. Los indicadores (el perfil para ser candidito al centro) son: indigencia y deterioro psíquico.” El segundo día de servicio social, por instrucciones del Subdirector del Centro, me presente con el coordinador del área de psicología como prestador de servicio social. Le comunique al coordinador quien era. Le dije mi nombre, le comenté que procedía de la Universidad Autónoma Metropolitana, a lo que él respondió: ¡Ah, de la UAM Xochimilco!, Mmh…En ese momento, se quedo pensativo e inmediatamente me dijo: “Los estudiantes de la UAM siempre dicen que no hacemos nuestro trabajo, pero ellos no saben todas las limitaciones y las carencias que tenemos aquí como institución”. También me preguntó las supuestas intenciones que tenía, el por qué de haber elegido realizar ahí el servicio social. Le respondí diciéndole que me interesaba conocer un poco más a fondo sobre la locura a lo que él me respondió: “no, no es la locura eso era antes ahora con los nuevos conocimientos ahora se le conoce como psicosis”. Proseguí con mi comentario y le dije que me interesaba saber un poquito más sobre psicología clínica ya que en la UAM no abordábamos muy a fondo tal orientación psicológica y que a mi me interesaba en sobremanera conocer casos vivos que pudieran ilustrarme sobre lo que es la psicosis. En realidad lo que hacía y decía era, hasta cierto punto, una especie de farsa, hasta cierto punto era falso, puesto que, por un lado, no sólo disentía –

173 Nota: los nombres utilizados son ficticios, los cuales, fueron cambiados para guardar el anonimato.174 Mier, Raymundo. “El acto antropológico…” 17 p. “(…) la intervención da miedo. Engendra una trama de efectos, un vértigo que, en ocasiones, impulsa a la regresión, al retorno; alimenta la nostalgia de la restauración de la inteligibilidad, las figuras idílicas de la plenitud. No obstante la intervención quebranta la trama del sentido: torna todo retorno inadmisible.”175 Puesto que los periodos de inicio de actividades para los pasantes o prestadores de servicio social son a principios y a mediados de mes, regularmente los días 1º y 15 de cada mes.

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cuasi-parcialmente de tal disciplina –y aun no estoy de acuerdo- pues creía que sus consideraciones teóricas y prácticas patologizaban todo o casi todo en el sujeto y, por el otro, realmente sí me interesaba poder instruirme, quería saber y conocer las articulaciones, las posibilidades e imposibilidades de tal disciplina, de los alcances y limitaciones de la práctica clínica. Si quería o creía un poco ¿o un mucho? en esa disciplina tan refutada, criticada y descalificada por docentes, por alumnos, por compañeros y además, por mi mismo. Quería saber y hacer un poco de clínica para construir argumentos sólidos para poder criticarla. En trabajos de investigación final consultados, y que habían sido realizados por otros compañeros, de estos escritos, me llamaba mucho la atención que la mayoría de estos sujetos, incipientes investigadores sociales, se habían acercado al campo, al terreno que en ese momento yo intervenía, a ese singular espacio tan intervenido en el pasado en el cual operaron, para aprender y ejercer lo que no les habían enseñado en nuestra Universidad y que les interesaba demasiado, que consideraban fundamental para el ejercicio de su profesión, dadas sus implicaciones, consideraban importante aprender en la práctica la teoría psicopatológica, les interesaba demasiado estudiar y ejercer la tan estigmada, en nuestra universidad, psicología clínica. Una mañana llegó un individuo –de quien me fue proporcionado no sólo el nombre (René M.), el diagnóstico clínico y también una recomendación al respecto de que, si éste me llegaba a solicitar o a hablar de algo, de cualquier cosa, no le hiciera mucho caso porque éste era un manipulador empedernido, situación habitual que se presentaba repetitivamente y que estaba condicionada por su patología (Psicosis maniaco-depresiva). Esta información sobre el sujeto me la dio el coordinador poco después de que éste sujeto saliera de su oficina –, un usuario fue a pedirle al psicólogo A. que hablara con otro de los usuarios, sujeto que hasta la fecha continúa en anonimato con el cual René había tenido un problema. Mientras esto sucedía A., por una parte, me miraba cada que el decía algo, como si con sus discretos gestos y miradas pudiera yo captar los signos o síntomas característicos de la psicosis, era una clase mutista, sin palabras, a través de lenguaje no verbal el perito-maestro pretendía instruirme sobre la patología del sujeto que nos acompañaba. Por la otra, para complementar lo expresado y dicho mediante expresiones gestuales –ind(ex)icaciones-, se le dieron las guías e itinerarios que debía seguir por medio de indicadores verbales, por medio de articulaciones y encadenamientos fonéticos e imágenes simbólicas, figuraciones hechas palabra –pienso- se establecieron los criterios de procedimiento (tratamiento) que el técnico en psicología creía necesarias para guiarme e instruirme para efectuar mejor las labores que debía desempeñar en las instalaciones del lugar con los usuarios, y además esto, dijo me adjudicaría un tutor que tendría la tarea de capacitarme, en las actividades que más adelante practicaría, y que sería por medio del adiestramiento y ejercicio paulatino que, supuestamente, me proveería de la experiencia necesaria para actuar. Lo que sucedió fue muy distinto a lo que esperaba, el ciclo inductivo (minúsculo) de capacitación o curso de inducción sería solamente un falaz montaje de simulación que estaba soportado en una lógica rígida e inflexible que implicaba la ineficacia de los planes de acción en los que estaba sustentada la organización institucional. El sistema institucional no estaba organizado para incidir y potenciar el proceso socializador sino que, su sistematización operaba para producir lo contrario. Los ejemplos eran en relación a lo que se podía hacer, o podría hacerse sino en función a lo que no debía bajo ninguna circunstancia hacerse. “Se deben potenciar las capacidades, mira por ejemplo, en donde colocarías a un megalómano.” No sabía que debía contestarle. “Debes evaluarlo…pues ellos no trabajan bien en equipo, por lo que lo ideal es colocarlo en un empleo donde pueda ser independiente, en un trabajo donde no este subordinado a alguien más para que no tenga problemas”.Debes efectuar notas de evolución de la enfermedad, de actualización y seguimiento (Explicar en que consisten las notas –ingreso, informativa, de actualización, de seguimiento y resumen de caso) Me pregunto un usuario ¿quien eres? Comencé a registrar en mi cuaderno las indicaciones, realice apuntes de casi todo lo que el coordinador me exponía, para poder desempeñar adecuadamente las labores que iba a realizar… Evaluaciones del sujeto de protección social en referencia a su supuesta orientación en espacio, tiempo, persona y circunstancia (explicar en que consiste), también de las facultades mentales superiores: cálculo, síntesis, abstracción y comprensión; además de reportar y registrar las

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conductas adecuadas o disruptivas, de la apariencia física, tratando de hacer una descripción general de su persona; sensopercepción, motricidad –gruesa y fina-, Dx. (diagnóstico), etc.

La hora de la cena es hasta las 6 de la tarde, entonces, ¿por qué se forman antes? Para acceder al comedor los usuarios en silla de ruedas se forman desde las 4: 30, algunos duermen sobre sus sillas mientras esperan, otros se quedad junto a ella, se distribuyen en la entrada principal del comedor y a sus alrededores. Otros se han establecido en distintos lugares de la institución, como en las inmediaciones del comedor, en la entrada principal del centro, parece que se han apropiado de ciertos lugares de la institución dependiendo de “lo que esperan” ¿qué papel juega el tiempo en este lugar? Varios ayudan a los usuarios semipostrados para poder entrar más rápido al comedor, toman la silla y los empujan para que no se les reclame el no haberse formado a la hora especificada. Me esta costando muchísimo trabajo establecer criterios de selección de ciertos datos que pretendo registrar, no sé que pueda resultar relevante y que no, aislar ciertos grupos de otros, establecer criterios para establecer estratos de relaciones. Hay un sujeto que esta encargado de mantener el orden, a toda costa, él dirige a los usuarios que pretenden entrar a tomar alimento. A veces, funciona, pero, en muchas ocasiones –diría yo- se comporta de manera tiránica. Decide quien sí y quien no, el momento en que se puede pasar. Cuando las cosas no son como se debe, los golpea con saña, los patea, les da puñetazos en cara y cuerpo, y los agredidos, no se defienden. Los encargados de apoyar y supervisar en el área de comedor, que regularmente son los de Rehabilitación, permiten dichas actitudes por parte de ese sujeto ¿por qué? Muchas veces, mientras están formados, los usuarios se meten en la fila y nadie les dice nada, ni ellos mismos reclaman. Se supone que hay un normatividad, pero no es la normatividad estipulada en los reglamentos de la institución, parece una amalgama de ambas, la que ha sido generada por el centro y que ha sido modificada por los usuarios de dicho lugar. No hablan entre ellos, no se dicen nada, sólo algunos, que casi siempre son los mismos, son los que se quejan de tal situación. Se forman, rompen la fila y ya adentro, forman otra para que les den de comer. En el interior del comedor, mientras comparten la mesa, nadie –o casi nadie- habla (la mayoría de ellos). El usuario que ayuda a la señora de intendencia se dedica durante casi todo el día a deambular por el centro para recoger la basura que esta tirada por los jardines de la institución ¿sujeto-maquina?

“191005: Las palomas anormales (la mirada implicada y la lectura personal de la supuesta actitud de médicos y psicólogos que hacían énfasis en visibilizar la anormalidad) Además, ¿Por qué los pájaros deambulan -sin problemas- en el comedor?”

Una de las primeras ocasiones que me tocó asistir al servicio de comedor como parte del grupo de apoyo del área de psicología, recuerdo que, por sentirme desarmado -puesto que en ese momento y aun ahora, creía no poseer ni el conocimiento teórico y mucho menos el práctico para actuar en diversas situaciones de conflicto, de hecho en ese momento no vislumbraba que era lo que se consideraba era una situación de conflicto, lo que en ese lugar se entendía por crisis o problema grave- por lo que, optaba por integrarme con los psicólogos del centro, pues, consideraba que al no gozar de la experiencia necesaria para incidir o intervenir con algún tipo de acción o propuesta de solución, no podía, no debía actuar en las tan destacadas y denominadas -por los psicólogos de Casa Cuemanco- circunstancias de riesgo o de conflicto, las cuales, hasta ese momento aun desconocía. Esta idea –esta amenaza que a ratos se torno en una idea paranoica de daño-, de alguna manera, fue mediada, y reconfigurada por mi durante el transcurso de los días, por los múltiples comentarios que nos habían sido expuestos en la incipiente inducción al terreno, en uno de las tantos momentos pedagógicos de instrucción que nos fueron dados por nuestro coordinador de área. Él, no perdía la oportunidad para evaluarnos –tanto al compañero de la UAM como a mi-, no malgastaba el tiempo que compartía con nosotros, pues, en ningún momento dejo de explicarnos cada situación habida y por haber, entornos y estrados unas veces tácitos, breves, demasiado generales y otros en sobradamente “claros”, perceptibles, comprensibles. Escenarios y significaciones que evidenciaban un ambiente inteligible e intranquilizablemente diáfano. De algún modo pretendía que su pedagógico

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discurso no solamente nos ejemplificara –teórica y prácticamente- los conocimientos que él había adquirido en su vida profesional que no se reducía solamente a lo aprendido en la universidad, sino, primordialmente, creo, que el coordinador deseaba expiarse ante nosotros de las criticas tan severas efectuadas por exalumnos de la UAM-X, trataba de persuadirnos de la importancia de los actos, de las acciones, de los conocimientos adquiridos que implicaban las medidas, en el acto de proporcionarnos información, conocimiento de los elementos esenciales en materia de psicosis se disculpaba a si mismo y en el mismo acto excusaba a la institución. Le daban un carácter imperioso y excepcional valor a las disposiciones y los actos realizados en el CAIS. Nos exhortaba a valorar y conservar lo aprendido en la experiencia y aquilatar el saber que en materia de psicosis se había acumulado en ese sitio, pues era uno de tantos escenarios que se veía privilegiado por convocar las distintas manifestaciones de la psicosis; además, nos decía, lo vivido y aprendido posiblemente nos serviría para tener que enfrentar el mercado laboral, pues, al inspeccionar el personal comisionado del área recursos humanos nuestro currículo, y por tal procedimiento, por tal exploración, tendríamos la posibilidad de una mejor oportunidad de empleo, una mayor posibilidad de incorporarnos a la vida socialmente activa; pues decía, los futuros y posibles empleadores nos considerarían más que a otros para la potenciales plazas vacantes en hospitales, escuelas, o para tener nuestro consultorio particular. Así que los saberes transmitidos eran los básicamente más necesarios e imprescindibles que debíamos asimilar para proceder, pues, como pautas de conocimiento-acción, en algún momento nos permitirían poder ejercer (¿ejercer poder?) nuestras actividades de rutina y posiblemente –si nos dedicábamos a eso- de constituirse en la base fundamental que sostendría, el éxito o fracaso de nuestro trabajo profesional en un futuro porvenir; era lo más significativo, importante y trascendental que podíamos adquirir ahí, ya que nosotros sólo íbamos de paso. A partir del contacto personal con los psicóticos, con la psicosis, con la institución posiblemente se despertaría nuestra vocación, el llamamiento a tratar la enfermedad mental. Lo aprendido nos garantizaba salir victoriosos del duro desafío que había declarado la enfermedad mental a la sociedad, el saber transmitido y acumulado era el único cimiento en el cual nos podíamos colocar, y que nos respondería positivamente para poder salir con éxito en la guerra que tendríamos que pelear con la tan difícil problemática que se suscita día a día en el ámbito de la salud mental. A ratos nos observaba, cuando podía nos preguntaba, nos hacia pequeños exámenes de pasillo.176 Recuerdo vagamente que un día nos dijo a mi compañero de la UAM y a mi que, posiblemente, nos enfrentaríamos, en el CAIS, a todo tipo de vivencias, que serían desde situaciones exageradamente sosegadas e impasibles hasta, posiblemente, también nos afrontaríamos los sucesos más crudos y peligrosos. ¿A qué se refería con ello? Nos advertía que tuviéramos cuidado en todo momento, ya que, aunque consideráramos algún incidente como el más insignificante este podría tornarse en cualquier momento en un suceso de alto riesgo, nos advirtió que en cualquier momento podríamos correr peligro o cualquier tipo de accidente ya que estábamos tratando con pacientes psiquiátricos. Esto, al principio generó más temor del que, por o menos yo, ya sentía; pero, a pesar de todo, tenía muchísimas ganas de proseguir con la tan anhelada experiencia que creía, de ahí en adelante no solamente se suscitaría en las fantasías que imaginaba, sino que ahora podrían vivirse. Podría vivir, en la aventura personal que había idealizado, podría vivir con la locura. Además, deseaba participar en las actividades del centro, no sólo porque institucionalmente me correspondían, sino también, porque, creía que era un lugar donde podría incidir y trabajar como psicólogo social. Al entrar al comedor, lo primero en lo que fije mi mirada fue en varios de los

176 Por un lado, el coordinador solicito nuestra presencia en su oficina para cuestionarnos sobre nuestra visión, nuestra posición al respecto no sólo del problema de la salud mental, sino, además, de informarnos de los ataques y críticas que consideraban –la institución y los psicólogos- en extremo severas por parte de los alumnos de la carrera de psicología de la UAM, varias de ellas sin el menor fundamento, acusaciones de toda índole que habían sufrido durante varios años no sólo la institución en su generalidad, sino, particularmente, sus técnicos en psicología; y por el otro, su intención fue la de cuestionarnos sobre el papel qué pensábamos desempeñar en el centro, de preguntarnos que queríamos y qué esperábamos hacer y encontrar allí. De interrogar para saber si pensábamos trabajar o solamente criticar, pues, expresaba que qué fácil era criticar sin proponer nada al respecto de lo criticado.

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usuarios, observaba sus rostros que yo consideraba reflejaban un infinita e inconmensurable tristeza, la mayoría evadía nuestras miradas, sus pies estaban extremadamente maltratados y sucios, la cabeza y sus extremidades –brazos y piernas de los más y de los menos, –pocos- deambulaban desnudos en los pasillos del comedor y así divulgaban en silencio sus voces hechas llaga en el cuerpo- denotaban marcas de viejas cicatrices, otros –varios- de ellos mostraban recientes y abochornadas heridas que se filtraban de las hendiduras hechas en la carne y la materia, hilos de sangre que rápidamente se ocultaban en los cabellos o en los ajados ropajes de sus dueños. La tibia y fresca sangre escurría no sólo sangre sino además mostraba la potencia ultrajada de sus cuerpos, de sus rostros y talvez, de su alma. Sus heridas, su silencio, su aparente voluntad perdida incitaban a la compasión y a la lástima. Aguzábamos los sentidos para escanear su vestimenta, sus caras, sus comportamientos, sus palabras. Nuestra atención estaba puesta en todo lo que dijeran, en absolutamente todo lo que pudiéramos captar en cada ocasión. Mientras los médicos se reunían con sus colegas, las enfermeras se dedicaban a asistir a los usuarios; a algunos les daban medicamentos, a otros les daban indicaciones para ubicarlos en la mesa; algunas estaban al pendiente de que cada uno ocupara su sitio: los anormales hipertensos, los psicóticos diabéticos, los locos lisiados, los anómalos semipostrados, los anormales normales en el comedor que eran quienes no generaban problemas por su alimentación, en fin. Mientras el cuerpo de psicología “observaba” –entre ellos yo- que todo transcurriera en orden y sin contratiempo, sin actitudes disruptivas, sin peleas o muestras de violencia, sin robo de comida, sin ataques convulsivos, sucedía todo sin desobediencia, que, en este caso observaba sólo es un decir pues lo que normalmente sucedía, lo que hacían los psicólogos era platicar sobre sus vidas e intereses personales, burlarse y hacer bromas a expensas de los usuarios, maltratarlos de vez en cuando, mostrar actitudes de menosprecio; a veces, también, trataban de evitar no sólo el contacto físico, sino también, otro tipo de contactos como el que podía efectuarse a través de la mirada. 177Mientras ellos hablaban y observaban, nosotros los observábamos a ellos. Era como si estuviéramos más al tanto de lo que decían y hacían que de intentar comprender porque se pensaba y se sucedía, se hacía esto y aquello en el campo. Mientras realizaban los usuarios su desayuno unas palomas volaron al interior –siempre se meten las palomas al comedor y al parecer no temen que les hagan daño porque no intentan huir aun cuando se este caminando entre ellas; nos recordó en ese momento, la explanada de un iglesia-178caminaban por aquí y por allá buscando comida. Entonces, dos de los psicólogos señalaron a una paloma que tenía una pata lesionada, casi amputada, decían mira a la paloma que le falta un patita, en ese momento, deducimos de una manera brutal por no decir bruta, que esto era porque los técnicos, tan acostumbrados a tratar con patologías, anormalidades y deformaciones habían desarrollado la capacidad de sólo querer ver lo anormal e irregular y que todo lo que veían los técnicos del CAIS era en esos términos, este fue uno de los primeros absurdos e irreflexivos contactos sobredeterminados por nuestra oposición a la mirada clínica reductora y que establecimos en una de nuestras primeras lecturas del contexto, lectura sobreimplicada, muy prejuiciada, contaminando con ideas apriorísticas que hacían que se perfilara un horizonte falsos y plagado de los sentidos “con voluntad de verdad y de poder”, con las significaciones y situaciones que queríamos atribuirle .

177 Una psicóloga decía mientras trataban de ocultarse entre los demás psicólogos: “que no me vea, que no me vea o me va empezar a molestar”; otros, simplemente, se volteaban en otra dirección; se les negaba la atención (antes que los usuarios se atendían las “prioridades”, como platicar sobre sí); las más de las veces se hacia caso omiso de la demanda (casi cualquiera que fuera, por ejemplo: una vez uno de los usuarios que pueden salir a trabajar tirando basura en el mercado que esta frente a la UAM necesitaba una firma para que el policía le permitiera ausentarse para realizar sus labores, pero, mientras la solicitaba, la psicóloga a cargo de su dormitorio, más o menos, nos decía: “pues si quiere que se aguante, no ve que estoy ocupada, además, así, indirectamente, vamos a trabajar su capacidad de demora, aunque pensándolo bien me habló mal y eso no se les debe permitir a los pacientes psiquiátricos aunque tengan razón al solicitar el pase”) por la sencilla razón de que tenían que esperar los usuarios, cuando los técnicos estaban en el comedor, a que acabara la hora dedicada para la ingesta de alimentos, ya que, en ese momento, estaban cumpliendo con una parte muy importante de sus obligaciones y responsabilidades.178 Además, hay un usuario que desde hace ya varios años se dedica a alimentar a las palomas, pues según él, esto le da sentido a su vida.

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Hugo. L. fue una de las primeras personas con quien tuve el primer contacto en la Casa Cuemanco. Nuestro encuentro, se dio de manera fortuita, o acaso ¿habrá intervenido el “destino”? Lo conocí por una compañera, estudiante de la carrera de psicología inscrita en la UNAM, quien realizaba, en ese período, su servicio social. Su nombre era I. Ella estaba encargada de supervisar y evaluar, todo lo que concerniera a los aspectos psicológicos del dormitorio número 5. Se le delegó la tarea de darme las instrucciones pertinentes para el supuesto mejor desempeño de mi trabajo en la Ex-Casa 4. En una ocasión, nos quedamos platicando durante algunos minutos en el corredor del acceso principal del área, de Ella, me platicaba sobre la patología de Hugo. “Tiene psicosis maniaco-depresiva”, en ese momento empezó el trabajo de pedagogía informacional para que diéramos cuenta de que tipo de enfermedad sufría cada uno de los sujetos que nos abordaban. Cada vez que se podía, a cada momento, se hacía énfasis en el diagnostico que estos tenían para que, de acuerdo al rotulo, nosotros nos dirigiéramos a ellos y a partir de eso, nos comportáramos y posteriormente los tratáramos. La evaluación diagnostica determinaba también que: si el sujeto nos decía o comentaba algo y, por ejemplo, se consideraba que este usuario estaba afectado de esquizofrenia paranoide, debíamos poner en duda todo o casi todo lo que nos dijera, porque de acuerdo a los técnicos, estos estaban alucinando o en su delirio o fuera se razón. Y casualmente, aunque tenían otros “diagnósticos” siempre, lo que dijeran, era producto de su situación psicopatológica, siempre estaban desvariando.

201005: Un día sujeto se acercó a la puerta de acceso al área de psicología–después me entere que su nombre era A D.- yo lo miraba desde uno de los cubículos de la sección, me encontraba de pie mientras platicaba con I., dicho individuo, tocó la puerta de metal de color verde acuoso, que es el acceso al espacio en el que nos encontrábamos mi compañera de la UNAM y yo, y como, de una u otra manera, ya quería ponerme en acción, deseaba, de inmediato, poner manos a la obra en mi trabajo de investigación en el campo que yo había seleccionado, anhelaba nutrirme con la profunda experiencia que creía se me avecinaba; por lo que me acerqué a la puerta, le abrí y me dijo: “¡Quiero una entrevista!” A lo que respondí: ¿Quién es tu psicólogo?, ya que, por una parte, no sabía que hacer al respecto, puesto que no tenía ni la experiencia en tales situaciones ni creía poseer la técnica necesaria para actuar de forma asertiva; me daba miedo hacer un mal trabajo, regarla y quedar mal, por un lado, con la institución179, y por el otro, con los objetivos que me había trazado durante supuestas horas de reflexión, que tenían un carácter epistémicos, éticos y políticos, y que dotaban de sentido y le daban el cauce a mi problema de investigación. Consideraba que partían y se fundamentaban en lógicas distintas, dualismo irreconciliado en constante conflicto y oposición en el que además se daba un fenómeno de mutua exclusión. Pensaba, que la visión que teníamos de la situación se veía subordinada a los intereses y políticas de la institución marginalizante.

179 En un principio, pretendí que no me importaba, aunque al encontrarme ya ahí, sintiendo en carne propia el calor del drama circunstancial, me di cuenta que de lo que en varias ocasiones había alardeado –de mi posición “contrainstitucional”, en la que en ese momento no había reparado del todo, puesto que desde mi primera visita a Casa Cuemanco, hasta cierto punto, había victimizado, convertido en victimas, a los anormales de la casa 4, y por consecuencia, en victimarios y chivos expiatorios a la mayoría de los trabajadores de la institución que ya había intervenido -, lo especulado no se presentó de la misma manera que en la realidad. Al haber contraído obligaciones a corto plazo con el CAIS Cuemanco a través de los acuerdos pactados con el Instituto de Asistencia e Integración Social en el que se establecían cuales eran mis tareas y responsabilidades en la institución a la que iba a ser canalizado, y de acuerdo a los documentos que había firmado, me comprometía a actuar de acuerdo a los lineamientos. Además como fui uno de los pocos “favorecidos” por la institución asistencial, ya que aun alcance a recibir el tan ansiado apoyo económico destinado a los prestadores de servicio social (aproximadamente 2700 pesos) por lo que, después de haberlo recibido me sentía con la obligación de retribuirlo, de actuar con reciprocidad. Creía que debía cumplir –por lo menos en cierto grado- con las tareas que me habían encomendado en el CASI, las cuales consistían en realizar lo poco que conocíamos del ejercicio de la clínica psiquiátrica.

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Capitulo II

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Del “Examen Mental” a la Genealogía del Estigma.Sobre las tecnologías del poder y los mecanismos de control.

La camioneta de PASE. La denuncia ciudadana.

Cuando intentaba establecer, en el momento de la investigación, las posibles vías de análisis que estaba construyendo pensé que, una de las situaciones creía constituían parte importante del problema, y además, fue una de las circunstancias que debía esclarecer y que llamó mucho mi atención -una de tantas-, mientras empezaba a adentrarme en el terreno de investigación, buscando a los posibles sujetos que de alguna manera cumplieran con el pretendido perfil de indigente psicotizado. Fue una cuestión dada durante el proceso de investigación, la cual, se fraguó al comenzar a preguntarme: ¿Cómo diablos es que dichos sujetos habían llegado ahí? ¿Cómo era que tales personajes habían podido arribar a tal institución? ¿Es que acaso se presentaron -o llegan- por “su propia voluntad”? Cuestión que quería esclarecer, principalmente, por vía de las palabras de los usuarios, por lo que, me di a la tarea de preguntarles –en algunas ocasiones “discretamente”; en otras tantas, se dio de manera casi espontánea, por ejemplo: durante las charlas que tuvimos en el área de psicología, en los jardines del centro mientras fumábamos, cuando esperábamos que el personal de intendencia terminara de limpiar el área de psicología; otras –no sé con que grado de violencia- fue de manera tajante y directa. Me ocupé en hablar con varios de los sujetos con los que tenía contacto y cuestionarles, unas veces lo hacía con los usuarios con los que convivía casi diariamente; otras, con los sujetos que se acercaban a pedirme un cigarro, o un peso o una paleta (ya que en ocasiones llevaba dulces de todo tipo –paletas, tamarindos, etc.- con el propósito de utilizarlos como artículo de emergencia cuando se me terminaba mi dotación de cigarros); otras tantas, mientras les realizaba una entrevista “clínica” o cuando nos encontrábamos de frente y me solicitaban una consulta, una entrevista, pero, particularmente, platicaban conmigo mientras les proveía del elemento que es considerado hasta este momento el objeto más preciado en el Centro: un cigarro, o en su defecto, un poco de fuego para poder encender su cigarrillo. Eso sí, la mayor parte del tiempo no los obligue o condicione a que hablaran a cambio de un cigarrillo. En algunas de nuestras conversaciones lo que generalmente les preguntaba a ellos – a los usuarios- era en relación o al respecto del cómo, porqué y por quien llegaron ahí. Me respondían a veces cuando se los solicitaba, otras, me lo platicaban sin necesidad de que lo planteara, se daba “naturalmente” durante la charla. Cuando les preguntaba yo les decía: ¿y tú cómo llegaste aquí? La mayoría de ellos, si no es que todos, en general, me respondieron de la siguiente manera: “Me trajo una camioneta”, “una camioneta me agarro cuando estaba durmiendo en la calle”, “me trajo una camioneta blanca”. Salvo algunas excepciones, pues no todos los usuarios que habitan la Casa Cuemanco han sido recogidos en las calles por la dichosa camioneta de Asistencia Social. Pues, como ya se ha hecho referencia, algunos, varios de los sujetos de la población del CAIS Cuemanco han sido internados por sus propias familias a razón de su supuesta situación psicopatológica o de enfermedad crónica mental. Asimismo, hay sujetos que han llegado

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por “cuenta propia”, los cuales han sido orientados por sus familiares, o amigos, o conocidos y hasta desconocidos con “muy buena voluntad”. A partir de las consideraciones y los supuestos de que, por lo menos, en ese lugar, les será suministrado a estos individuos el alojamiento, el alimento, atención médica, psicológica y, posiblemente, hasta algún tipo de afecto –el cual se cree que les será proveído si no por el personal, primordialmente, se les brindara por conducto de sus propios compañeros, ya que, estos sujetos atraviesan también –casi- por las mismas desgracias. Dado que no creíamos –totalmente- que era pertinente o prudente preguntar directamente a los técnicos o a los trabajadores del centro sobre la dichosa camioneta, pensaba, ¿cómo y que debería hacer para conseguir la información que tanto deseaba? Información que además creía era capital y que debía incorporar como material de análisis, pues la creía conveniente para ser utilizada en la construcción e interpretación del trabajo de investigación, la cual, además, creía que me permitiría elucidar parte del problema. Me interesaba dar cuenta de cómo fue que llegaron “los usuarios” a la institución, así como también del intento de penetrar en sus porqués. Deseaba proponerme el re-conocer a partir del desconocimiento –no sólo por medio de la reflexión-, buscaba elucidar algunos puntos a partir de los discursos en acción. No quería ser tajante, mucho menos determinista. Por lo que, mientras los examinaba, cuestionaba, inquiría o dialogábamos tomaba nota de lo que ellos me decían. Las palabras emuladas por los sujetos del CAIS hacían que lo sucedido allí se volviera aun más complejo, las imágenes auditivas que se formularon a través de sus palabras enrarecieron el contexto, además de extenderlo también a las situaciones que experimentaba y de las que buscaba algún tipo de referencia o punto de apoyo para no perderme sobre y en el campo de investigación. Lo dicho allí hacía más perplejo el campo. Estas complicaciones, las dudas, y la confusión alimentaban aun más y más la necesidad de comprensión e inteligibilidad, así como también nutrieron las sospechas que precedían de la intervención en el campo. Hasta ese momento, creía que no solamente ignoraba lo que allí pasaba, sino que además, del caótico cosmos que se había inducido en mi cabeza, se inició una multiplicidad de conjeturas, suposiciones, dudas, y pensaba que todo eso me insistía, me sugería desconfiar, y darme a la ardua tarea de investigar para no mistificar. Todo, a cada momento, se volvía cada vez más confuso. Esperaba que la más minúscula gota intuición y discernimiento me dieran ciertas pautas para intentar comprender lo que talvez sucedía o sucedió en el CAIS. Buscaba cauces, modos y alternativas para responder cómo se había creado esta situación al respecto del indigente psicotizado. Creía que debía comenzar por algún lugar y que ese era uno de los puntos de inflexión propicios para intentar acercarme al problema, y así aclararme alguna de las variadas e inagotables incógnitas que se me presentaban día a día. Cuando, por otra parte, me atreví a preguntarles a los técnicos que laboran en la institución, la mayoría de ellos me contestó que los usuarios llegaban por medio de PASE (Programa de Atención Social Emergente) o por conducto de algún familiar. Es por ello que empezamos a indagar que era PASE y cómo era que, al respecto de los indigentes, los llevaba a Casa Cuemanco. En el párrafo siguiente hemos incluido parte de la información que durante el proceso investigamos.

De acuerdo al escrito nombrado“En frío invierno, el calor humano” en el que, Salvador Zaragoza –autor del artículo- explica que: “Todo [se] inicia con una llamada al Servicio Público de Localización Telefónica, Locatel”. En tal reportaje se hace referencia a la cuestión de que, tal servicio, no solamente proporciona asistencia, orientación y apoyo en la búsqueda de personas extraviadas vía telefónica, sino además da servicios –entre otras funciones- de ubicación, localización, “orientación y asistencia” a personas que viven o sobreviven en situación de calle, sujetos a los cuales se les ha denominado: indigentes. En el artículo web se escenifica una especie de simulacro de la conversación que da un ejemplo de la información, atención y servicios que se brindan a la población para apoyarles y orientarlos sobre qué y cómo hacer para, a su vez, brindar apoyo, ser “solidario” y, por ende, “auxiliar” humanísticamente a las personas que viven en situación de indigencia.180

180 GDF. Coordinación General de Modernización Administrativa. “Nombre del Servicio: Orientación y atención telefónica para brindar asesorías de apoyo a personas y familiares en riesgo de calle . Tiempo de

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-Locatel muy buenos días, ¿en qué le puedo servir?

-Señor, deseo reportar a una persona que al parecer es indigente y lleva dos días durmiendo en la calle y con el frío que está haciendo por las noches, podría pasarle algo.181

Todo comienza con la llamada que se hace a Locatel, además de que se señala que, es, <<precisamente con esa llamada, como se alerta a las autoridades del GDF sobre el riesgo que corren los llamados “indigentes”>>182

La llamada para Locatel es prioritaria y la considera como emergencia, pues pone en peligro la vida de una persona que vive o deambula en la calle (…) En la llamada que hacen los usuarios para reportar a los indigentes, se toman datos sobre la ubicación, descripción física, cómo viste y así inicia una segunda etapa de todo un proceso para salvaguardar la vida de una población que oscila en 12 mil personas consideradas como indigentes, sólo en el Distrito Federal (…)Toca el turno del Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS) y su Programa de Atención Social Emergente (PASE), quienes son responsables de acudir por las personas.(…) Con la información proporcionada por el usuario que reportó al indigente y el enlace que hace de inmediato Locatel con el IASIS, se acude pronto al lugar donde está el indigente para trasladarlo a distintos albergues donde se les brindan cobijas, cenas calientes y un lugar donde pasar la noche.(…) Se pronostica en el Distrito Federal temperaturas debajo de los cero grados centígrados en esta época invernal; comienza pues, el trabajo de cientos de hombres y mujeres para brindarle a los indigentes: “calor humano”.183

Ahora quisiera ilustrar, parte de la problemática del callejerísmo, particularmente, al respecto de la condición –no sustantiva- de la indigencia. Por lo que, voy a abordar una de las caras, un pequeño aspecto del problema que hoy nos incumbe y que tendría que ver un poco con el comentario realizado por un compañero de la carrera de psicología quien, en una ocasión, me hizo participe de su opinión muy personal al respecto de un “ligero problema” que tuvo con una persona en situación de indigencia. Mientras realizábamos nuestro servicio social en Casa Cuemanco, mi compañero y yo –frecuentemente- hablábamos sobre los locos o los indigentes o los indigentes locos o los psicóticos en situación de indigencia. No era raro suponer que nuestras conversaciones versarían regularmente sobre estos temas. Hablábamos de un supuesto proceso de deshumanización de la sociedad, del estigma, de los aspectos románticos de la locura, locura que equiparamos en varios momentos con las psicosis, discutíamos del cuerpo de la locura, de la locura como construcción social, de la vecindad que se había creado con la demencia, del probable factor orgánico o no orgánico de la estructura psicótica, de los discursos sobre la psicosis desde una perspectiva psicoanalítica, de la posición y

Respuesta: Es de acuerdo a las condiciones que se presenten. Descripción: Servicio que presta el Gobierno de la Ciudad a través del Instituto de Asistencia e Integración Social (I.A.S.I.S.) con la finalidad de brindar orientación y asesorías vía telefónica a Instituciones Públicas, Privadas y Ciudadanía en general, sobre la atención que se les puede otorgar en su caso a familiares de personas que se encuentren en riesgo de quedar sin domicilio. Requisitos: 1.-Realizar llamada telefónica al Instituto de Asistencia e Integración Social (Programa de Atención Social Emergente) solicitando orientación y asesoría, según sea el caso (…) Beneficios para el usuario: Mediante vía telefónica los ciudadanos del Distrito Federal pueden recibir orientación y asesoría sobre la atención que se les puede otorgar a familiares de personas vulnerables y que se encuentren en riesgo de ser expulsados a la calle. (…)Observaciones: Es necesario considerar que al realizar la llamada telefónica se deben proporcionar datos fehacientes, para poder proporcionar la orientación y asesoría necesaria de acuerdo a la situación presentada.”181 Zaragoza Andrade, Salvador. “En frío invierno, el calor humano” Universidad Nacional Autónoma de México. www.com182 Ídem.183 Ídem.

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concepción psiquiátrica en torno a este arcano, en fin, de una innumerable cantidad de temas al respecto de las enfermedades mentales humanas, y también, al respecto de la moderna locura. Nos dejábamos arrastrar por nuestras convicciones, por nuestros dioses y demonios, teóricos y prácticos, por nuestros deseos y sueños, empíricos e idílicos. Decía él que, se sentía conmovido y terriblemente influido por Foucault, por lo que quería “darle la palabra a la locura”. Esto último en términos muy subjetivos, pues había demasiadas implicaciones en torno a lo que mi acompañante significaba era el otorgarle la palabra, a darle el derecho de hablar. No consideraba que sería por medio del lenguaje verbal sino a partir de la expresión corporal. En ese momento mi colega estaba tomando un curso de introducción a un taller de psicodrama, taller que, para él, era una manera distinta y mucho más eficaz de asumir el contacto y vínculo–mucho más físico o material-, de relación más esencial con el mundo. De manera sorda y velada hablaba conmigo de sus discordias y controversias con el poder, el saber, los discursos y las prácticas psiquiátricas. Decía que lo mejor era liberar a los locos. Pero no proponía nada. Solamente se quejaba y despotricaba en contra de la psiquiatría y la psicología, sólo se salvaba la filosofía, pero, especialmente, ensalzaba mucho el nombre y muy poco los pensamientos de Michel Foucault. Cada vez que mi compañero podía atacaba o se ponía en contra de lo que, de alguna forma, no iba de acuerdo a su forma de ser y pensar, de lo que no estaba dentro de su rango de intereses y posibilidades. Pero esto, el estar criticando y reprobando lo que otros hacían o decían, sólo lo hacía conmigo, porque, por una parte, éramos alumnos de la UAM Xochimilco que habíamos leído a Foucault que creían y decían que no eran cómo los demás, por la otra, él imaginaba –porque me lo llegó a insinuar en algunos comentarios- que teníamos las mismas pasiones y deseos al respecto del re-conocimiento de los “derechos” del otro. No creo que di-vagáramos por las mismas sendas, ni mucho menos que deseábamos lo mismo. Pero me pregunto ¿qué era lo mismo? ¿Qué era lo que nos unía? Y ¿por qué? Lo que me impactó demasiado, al punto de consternarme, fue que, en una de nuestras charlas mi compañero me contaba que estaba bien respetar a los indigentes mientras no se pasaran de listos y te afectaran –significando el afectar como daño o perjuicio. “Bueno, no hay bronca si ellos te afectan a ti pero no es justo y es mal pedo que afecten a las personas que quieres”. Aun no sabía porque me había hecho participe de este comentario, yo le decía que no eran ondas hacerles daño o excluirlos o violentarlos solamente porque imaginábamos, temíamos, creíamos por todo lo que giraba alrededor de ellos que de una u otra manera se verían afectados nuestra seguridad y estabilidad, en pocas palabras nuestros “privilegios”184. Fue después de terminar estas frases cuando él me dijo que tenía pocos días que un indigente se había “plantado” en el lugar donde su papá vendía. En el lugar que le servía a su progenitor de zona de negociación pues, éste último ya tenía el tiempo necesario como para que sus clientes lo ubicaran, era el sitio en el que había comerciado durante mucho tiempo, se había ganado el derecho de estar ahí, y, no era justo que este sujeto llegara así nada más y le creara problemas al jefe de su familia. Se acercaron a persuadirle que se moviera hacia otro sitio y lo único que obtuvieron fue que éste se alejara algunos metros del lugar que antes ocupaba. Me dijo que como iban a permitir que el estuviera cerca del lugar si, aparte de que apestaba, por su aspecto atemorizaba a la gente, por lo que era negativo para el negocio paterno. “Nadie va querer comprarle a mi jefe… no es en mal son, yo no traigo nada contra los indigentes, pero, pues, mejor que le llegue… Como no se quería ir pues llamamos a la patrulla, pero nos dijeron que ellos no pueden llevárselo, que mejor llamara a los de la camioneta,185 que ellos si tenían la autoridad para sacarlo de aquí” Me contó que después de esto se fueron a hablar otra vez y “en buena onda” con él, pero que éste se resistía, no hacía caso de lo que le pedían, por lo que, ante la negativa, optaron por correrlo a empellones, lo insultaron, lo amenazaron, lo cargaron, lo aventaron y, aun así, el indigente no se

184 “La institución responde a una demanda social, hay que proteger a la ciudadanía de este tipo de gente (indigente), es creada para la rehabilitación pero en realidad funciona como “vertedero” (lugar de depósito) de esta población” Cuevas Puente. Gonzáles Weichselbaum. “Es tiempo de indigentes”. 185 “Los usuarios del CAIS han llegado de diferentes maneras; la más común es por medio del PASE (Programa de Atención Social Emergente), cuya función es captar a los sujetos en estado de indigencia en la vía pública; la intersección de estos sujetos puede ser por petición de la misma población o porque “la camioneta” que recorre al ciudad los ubique” Véase Arcos Rosales. “La experiencia subjetiva de la locura…”

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inmutó y permaneció allí. Eso fue lo único que supe, no sé que fue lo que pudo haber pasado o paso después con el indigente de la narración. Mi compañero ya no me contó más, hasta ahora no sé que fue lo que paso con él, en que había terminado toda esta historia.

Lo que a continuación presentamos da cuenta de algunos de los registros de ingreso de los sujetos de investigación de este trabajo. En uno de los reportajes-entrevista realizados a uno de los funcionarios de la Sedesol se afirma que la mayoría de las personas a las cuales se aproximan y que están viviendo en esos momentos en situación de calle aceptan el servicio de asistencia. Hacen mención que “Las camionetas del IASIS se alistan para llevar a las personas a los albergues correspondientes”. Y que en su labor humanitaria y altruista sus acciones están en función de ser el medio para socorrerles de su situación de marginación, de su desventura y rescatarles de su miseria.

Para los indigentes llegó la hora de cenar, de probar alimento después de tal vez días sin comer y de pasar lo que resta de la noche en un lugar donde pernoctar.

A Ricardo G. P., uno de los sujetos de esta investigación, lo encontraron vagando por las calles de la Ciudad de México, el cual, responsablemente, fue reportado por una humanitaria y “filantrópica” persona a Locatel. Al localizarle los operadores de PASE y la trabajadora social a cargo, inmediatamente se acercaron para hacer contacto con él y al no responder, de manera positiva, al abordaje realizado por la servidora pública quien buscaba persuadirle de que la acompañara a un lugar donde podría estar mejor, medida a la cual este sujeto se negaba. Ante la insistencia de los elementos de Protección Social se tornó agresivo para con ellos por defenderse de lo que estos pretendían hacer con él.186 Ricardo no quería acompañarlos. Insultaba y amenazaba a la técnico y sus acompañantes quienes intentaban llevárselo de cualquier manera. Posteriormente, después de estas desavenencias, de este choque fue trasladado al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez por la violenta y negativa actitud que tomo dicho sujeto hacia sus protectores autorizados por la sociedad, la trabajadora social y demás personas que la acompañaban. Ésta profesional de las problemáticas sociales tenía la firme convicción de ayudarle y hacerse cargo de él, aun en contra de su voluntad. Después de ingresarlo el 6 de octubre del año 2005 al Fray y ulteriormente elaborarle su expediente personal, pues no lo tenía, se autoriza, después de la valoración psiquiátrica, su correspondiente clasificación y diagnóstico. Después de estos necesarios e imprescindibles trámites clínicos y psiquiátricos se le canalizó, del nosocomio, por su situación de indigencia y presunta enfermedad crónico mental, al CAIS Cuemanco.187 Aunque en las notas de la Coordinación de Salud Mental del HPFBA se reconocía que de esta persona “desconocemos sus antecedentes tanto personales como psiquiátricos. Sin embargo con el tratamiento empleado vimos respuesta adecuada con respecto a los síntomas que ocasionaron su internamiento.”188 El poder psiquiátrico como “poder disciplinario es un tipo de ejercicio del poder que tiene como función principal “enderezar conductas”. Si recordamos la forma en que se ha caracterizado el poder entendido como una acción sobre las acciones de otros, será posible afirmar que la disciplina es la forma más eficaz y económica de dirigir mediante una acción

186 Esto lo menciono a razón de haber sido uno de los primeros comentarios que me dijo poco tiempo después que nos conocimos. Me dijo que a él lo había agarrado la camioneta y que no pudo hacer nada para evitarlo, que el no quería irse con ellos pero esto no fue impedimento para que lo subieran a la unidad móvil de protección social.187 “Acude la T. S. M. Á. de PASE localizando a un masculino el cual no proporciona nombre, por las actitudes que presenta, es trasladado al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez por la trabajadora social Adela Hernández, quedando internado en el 5º piso.El día 21 de septiembre es dado de alta con el Dx Trastorno Psicótico en estudio y Pb Esquizofrenia Paranoide, no proporciona dato alguno para localizar a familiares, motivo por el cual se le solicita el ingreso al licenciado Ch. [exdirector de la Casa Cuemanco], el cual informo que por el momento no contaba con espacio, solicitando llamar en el transcurso de la semana.”188 Ver expedientes de Ricardo G. P. los cuales han sido incluidos en los Anexos.

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las acciones de los otros, es una forma ejemplar y eficaz de ejercicio del poder.”189 Por otro lado, Foucault, en “El nacimiento de la clínica” nos dice, al respecto de la relación signo-síntoma, “Signos y síntomas son y dicen lo mismo: aproximadamente lo que el signo dice, es lo mismo que es precisamente el síntoma. En su realidad material, el signo se identifica con el mismo síntoma; este es el soporte morfológico indispensable del signo. Por lo tanto “no hay signo sin síntoma”. Pero lo que hace que el signo sea signo, no pertenece al síntoma, sino a una actividad que le viene de otra parte se establece el síntoma como elemento significante que significa el síntoma como la verdad inmediata de la enfermedad.”190 Es así como el síntoma traduce el contenido esencial de la enfermedad, es así como los síntomas del sujeto indigente de nombre Ricardo denotan y hacen referencia directa de la naturaleza de su enfermedad, que, en este caso, de los signos que se leen por mediación de la relación ce la mirada y el lenguaje se traduce que el mal que delata su condición existencial es de índole psicótica. El conjunto de simbolizaciones, efectos de la estructura cultural y simbólica, por mediación y orientación de la mirada se sirve la palabra, del lenguaje hecho forma, para atravesar el cuerpo y permitir filtrar la luminosidad necesaria para acceder a rozar la esencia y los fundamentos de los procesos mórbidos que materializados en síntomas, manifestación patente, los cuales re-presentan el o los contenidos latentes y embrionarios de la enfermedad. “No hay ejercicio del poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que funcionen en, y a partir de esta pareja. Estamos sometidos a la producción de la verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder más que a través de la producción de la verdad”191 Se institucionaliza la búsqueda de la verdad, del indagar, preguntarnos y registrarla. El poder produce saber y discursos con voluntad de verdad.

Una vez conformada la mirada en el proceso especular, recibirá luego la impronta de una estructura armada socialmente que se impondrá como la forma hegemónica de mirar de una sociedad dada, con variaciones más o menos importantes en los distintos grupos que conforman la sociedad. Esta estructura social y anónima en cada espacio y tiempo modela y hace coherente la visión a partir de ciertos principios que son previos al mirar del sujeto, es decir que el sujeto mira de acuerdo con dichos principios que tienen el valor de axiomas y hacen que la mirada se detenga en ciertos objetos y no pueda distinguir otros, que se mantienen en la opacidad y en la indistinción (…)

La mirada característica de la modernidad halla su espacio de conformación y legitimidad en el ámbito de la medicina imponiendo un forma de ver y enunciar lo visto e invade, al mismo tiempo, los más diversos campos de la cultura: se convierte en el elemento imprescindible de la sociedad disciplinaria, provoca modificaciones en el campo estético y literario y contribuye también a la producción de un tipo de percepción y sensibilidad propias de esta época en Occidente.192

Por lo cual, a partir de la mirada que visibiliza, que proporciona la luz necesaria para que el ojo pueda percibir las formas singulares, propias de la enfermedad mental, en el cuerpo objetivado, se dan las pautas para ejercer los procedimientos terapéuticos adecuados para combatir el trastorno. A partir de la observación y exploración clínico-psiquiátrica -el dispositivo psiquiátrico- se ha podido iluminar, se ha permitido visibilizar las características esenciales y representativas del fenómeno psíquico alienante, el cual es considerado como anómalo dada su esencia y sus fundamentos contaminados por la degeneración y el desorden mental, por lo que su forma de ser y de comportarse es desviada y anómala.193 Los ajustes deben ser efectuados con el propósito de prescribir las medidas de corrección

189 García Canal. Opus cit. 75 p.190 Foucault, Michel. “El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica”. Siglo XXI Editores. México. 1999.135 p.191 Foucault, Michel. “Microfísica del poder”. Ediciones La piqueta. Madrid. España. 1992. 140 p.192. García Canal. Opus cit. 87-88p193 Foucault. “El nacimiento de la clínica…” 131 p. “La enfermedad se presenta al observador de acuerdo con síntomas y signos. Los unos y los otros se distinguen por su valor semántico, así como por su morfología. El síntoma (…) es la forma bajo la cual se presenta la enfermedad: de todo lo que es visible, él es el más cercano a

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que se deben tomar, por lo que “Se recomienda que el paciente este bajo cuidado, con la finalidad de asegurar su medicación”194. El documento informativo estaba firmado por uno de los médicos del H. P. Fray Bernardino quien, en ese momento, era el responsable del quinto piso, sector especializado y destinado para el tratamiento de sujetos psicóticos del género masculino.

Queremos hacer hincapié que, en el articulo “En frío invierno, el calor humano” se señalaba que “Hay veces que el indigente no desea los servicios de este programa; [pero] siempre hay una labor de convencimiento por parte de los trabajadores sociales y de las autoridades que a veces van a los recorridos para recoger a los ambulantes, sin embargo, si la persona no acepta la ayuda, no se le puede obligar a ir ya que siempre es de manera voluntaria”195

El día 30 de agosto del año en curso, se recibe reporte vía telefónica de LOCATEL con número de folio EME15, en el cual reportan a un masculino de 50 años aproximadamente, ubicado en la calle Sur 75 No 46 Colonia Lorenzo Boturini Delegación Venustiano Carranza (…) Acude la T. S. M. Álvarez de PASE localizando a un masculino el cual no proporciona nombre (…)

Después de su actitud agresiva y sin motivo, y como ya habíamos mencionado, se le conduce del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez a la Casa Cuemanco, Ya que de acuerdo al perfil del Centro, dicho individuo pertenece y tiene el derecho de ser protegido por tal institución, por lo que se constituye en sujeto de Protección Social.

Casa Cuemanco: Área: Rehabilitación (…) Con esta fecha 06-Oct.-05 ingresa el usuario arriba mencionado quedando ubicado en –el- D8 C8 (Dormitorio 8 Cama 8) proveniente de PASE (…)196

En lo que respecta al caso de Eric C. S. (sujeto que dada su antigüedad en la institución, anteriormente, era denominado como beneficiario, es, uno de los inquilinos más viejos del lugar. Él llegó, al inicio, en el arranque del proyecto de reinserción social de la ex Casa 4 (actualmente denominada como Casa Cuemanco) quien hizo acto de presencia como sujeto de Protección Social ingresando a la Casa 2 (Plaza del Estudiante) el 08 de abril de 1988 197 por el motivo de haber sido captado en situación de vagancia, practicada en las calles del centro de la ciudad, y quien, además, reingreso varias veces a las Casas de Protección Social. Cada vez que fue captado, en la calle y viviendo en situación de indigencia fue canalizado y remitido al Centro de Asistencia Social ubicado en Cuemanco. Después de que PASE lo recogía en la calle, lo enviaban al Centro de Protección y Asistencia conocido como Plaza del Estudiante, para después mandarlo al lugar al que se consideraba éste correspondía (la Casa 4 o Cuemanco) a su perfil. La infracción social que le atribuía era por “dormir en la vía pública”198

080488 CPS2 “Motivo de ingreso: ingresa a esta institución (…) captado en el mercado de Mixcalco por elementos de Protección Social (…) En el D. F. no cuenta con ningún familiar (…) Diagnóstico social: adulto que no cuenta con familiares. Se quedaba a dormir afuera de un edificio, no cuenta con empleo (…) Se considera conveniente que permanezca en la institución para continuar seguimiento de caso199

lo esencial; y es la primera trascripción de la naturaleza inaccesible de la enfermedad.”194 Ídem,195 Comentario realizado por Omar Ramírez, funcionario de la Secretaria de Desarrollo Social. extraído del artículo de Zaragoza Salvador. Opus. Cit.196 Cf. Anexos sobre Ricardo G. P.197 Sujeto que en ese momento contaba con 29 años de edad, “aproximadamente; originario del estado de Michoacán” Nota del CPS2: Centro de Protección Social No 2 “Plaza del Estudiante”. Canalizado posteriormente a la actual Casa Cuemanco y quien hasta la fecha habita en tal institución.198 071190 “[re] Ingresa por dormir en la vía pública”199 Ver información contenida en Anexos sobre Eric C. S.

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280690 (…) Al sentirse mal comenzó a ingerir bebidas alcohólicas, fue cuando lo agarró la camioneta.

Del usuario Gerardo C. P. se informaba en una nota, del área de Trabajo social, que “Con esta fecha ingresa el usuario antes mencionado, el cual es derivado de Atención Emergente, siendo autorizado por la Lic. Marian R., llegando en el transcurso de la noche de ayer.” Por lo que “Pasa a formar parte de la población de esta institución quedando en D10 C9”200 Esta persona fue captada en el Zócalo de la Ciudad de México “por andar deambulando (…) sin rumbo fijo y en malas condiciones de aliño. Lo llevaron a Atención Emergente, [pero] al no tener un hogar, [fue que] lo canalizaron a esta institución (…)”

Asimismo, investigamos como -a través de una de las entrevistas que fueron realizadas durante la intervención-, uno de los usuarios, Jerónimo A., sujeto de esta investigación, quien a través de su relato nos narra e informa cómo fue que llegó al CAIS Cuemanco, éste nos expresó lo siguiente:

F: bueno, el chiste es que ya estas en la calle… ¿cómo dices?… platícame un poco de cómo llegaste aquí.

J: cuando bajé de la montaña… después de cinco días éste… había una éste… pues ¿cómo se llamaría? una ciudad… donde estaba todo de bajada. Estaba preguntando cómo podría llegar al Rosario y todo eso […] y éste… el chiste es que me dieron la información de un camión que salía hasta abajo y, yo esperando al camión, pues, me dio una convulsión y ya no supe pues ni que onda. (…) pues me trajo la camioneta. O sea, yo ya estaba sin consciencia en la calle (…) Ya no sabia de mi, del tiempo, de nada… y este, me recogió una camioneta y… este… me llevo a un lugar.201

Al respecto de lo declarado en el artículo de Zaragoza, el cual ya hemos citado, se hace mención de los comentarios formulados por Patricio Inhalan Gómez, director del Centro de Asistencia e Integración Social, CAIS Plaza del Estudiante (Centro del cual, dependiendo del perfil establecido, tiene entre sus responsabilidades la facultad de canalizar, de distribuir y facilitar el acomodo de los potenciales usuarios al CAIS que les corresponda).

Éste burócrata, por una parte, establece, partir de criterios causales por los cuales trata de dar cuenta de la etiología del complejo fenómeno denominado como indigencia. En sus declaraciones éste afirma que: “algunas de las causas por las que los adultos están en la calle son: desintegración familiar, problemas económicos, maltrato físico o psicológico de los familiares, abandono de los hijos, entre otras.”202Además no sólo sugiere sino que reconoce y determina que, intrínseco al problema de la indigencia están el o los cimientos y contenidos de la naturaleza generadora del crimen. Por un lado, se reconoce que la indigencia es un problema social difícil de resolver, pero, por el otro, se le articula, se le liga y deriva de ella como una de las partes fundantes y de constitución y conformación de la delincuencia.

Son estas causas las que orillan a las personas a existir y coexistir en la calle, donde encuentran toda una forma de vida. (…) La indigencia es un problema social que no se resuelve de manera fácil; de aquí derivan otros problemas de índole delictivo o drogadicción.203

200 Ver Anexos.201 Entrevista ubicada en Anexos. u-v pp.202 Zaragoza Andrade. Op. Cit.203 Ídem.

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Se menciona, por otra parte, que las autoridades cuentan con un registro de los principales puntos de encuentro de la población en situación de calle en las delegaciones. Se dice que, dichos individuos, están focalizados para poder actuar de manera favorable en caso de que estos lo necesiten. Los puntos de afluencia de los indigentes están debidamente ubicados es por ello que las camionetas de Protección Social saben en donde buscar. Zonas de gran conglomeración, sitios de gran afluencia de personas como estaciones del metro muy concurridas, centrales camioneras, grandes zonas comerciales, etc. Son los lugares visitados por los unos (los servidores públicos al servicio de la sociedad) y los otros (entre ellos, los indigentes).Tenerlos ubicados es “lo que permite trabajar con esta población de manera permanente”.Además, se indica que “Mediante este trabajo se brinda atención a la población que deambula en calle, ofreciéndoles servicios de salud, sitios de pernoctar, alimentos, ropa de abrigo y atención social. Pues, además, este sujeto que en este caso funge como el vocero de la Secretaria de Desarrollo Social menciona la aceptación del apoyo y asistencia de los sujetos en situación marginal.204

Y “sólo con una llamada basta para que los indigentes no duerman en la calle”, comenta la trabajadora social del PASE, María Luisa Gómez, quien recibe las emergencias que Locatel le proporciona sobre la gente en situación de calle.

Cuando Locatel pasa el reporte, lo evaluamos y si procede, acude una camioneta que posteriormente llevará al indigente al albergue más cercano, dependiendo de la delegación.(…) En la camioneta acude un trabajador social que evalúa al indigente y emite un perfil; este perfil es muy importante, ya que permite conocer las necesidades de las personas, si necesitan una ambulancia, de inmediato se llama al Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas para que traslade a la persona a algunos de los hospitales de urgencia del GDF; es decir, con la evaluación se canaliza a las personas a instituciones adecuadas para que sean atendidas según sus necesidades205.

Servicio de atención y asistencia social que “llevara al indigente al albergue más cercano, dependiendo de la delegación” Y yo me pregunto ¿Cuántos de ellos –los indigentes- han sido recogidos en delegaciones distintas a las que pertenecen geográfica y políticamente los CAIS y –misteriosamente- han ido a parar a muchos de ellos a Cuemanco, lugar “un poquito alejado” de la Delegación de captación? La ciudadanía ¿es o se habrá constituido en una especie de monstruo con millones de ojos, en vigilantes y soplones al servicio del ojo de Dios?, ¿en panópticos multiformes, móviles y anónimos que introyectados pretenden vigilar, castigar y unificar la mirada? Y a su vez, ¿se está al acecho, al servicio de las expectativas de la sociedad disciplinaria al haberse constituido la

204 Ídem. “nuestra obligación es invitarlos a que pernocten en nuestros centros. Si no aceptan les damos cobijas para que pasen menos frío” 205 Ídem.

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denuncia en un deber ser de carácter “humano o humanitario”?, ¿se tiene la tarea, introyectada, de la vigilancia, el castigo y el control constante sobre lo que es visto como anormal, en este caso sobre los indigentes, para, por un lado, poder localizarles e intentar encauzarles y normalizar -en las instituciones correspondientes- sus conductas -moralmente inadecuadas-, y por el otro, se tiende a hacerlo buscando no sólo su readaptación social o reaprendizaje moral sino que, también, tales denuncias, se efectúan por la población porque se considera que estos sujetos no solamente son anormales, sino además, por consecuencia de sus perversiones y los (pre)juicios estigmatizantes, se cree que éstos son o pueden ser nocivos y peligrosos ?. “El ojo disciplinario reemplazó el ojo de Dios y se hizo más efectivo, lo que buscaba era lograr una visión más completa de la totalidad”206 ¿estamos presenciando una especie de panoptismo construido, instituido –introyectado- en el diseño corporal de los sujetos y en la estructura psíquica del sujeto? ¿Es PASE una especie de mecanismo corporativo, un aparato o mecanismo panóptico móvil?

Por otra parte, y creemos que “es justo y necesario” señalar, es que, el programa no solamente tiene aspectos negativos, pues, algunas medidas y programas de asistencia social le han servido a algunas personas –muy pocas-, a unas sí les ha funcionado, pues, creen que si “co-rresponden” a parte de la dura crisis por la cual están atravesando. Algunos, por voluntad, aunque desafortunadamente, como ya hicimos referencia, no son la mayoría, aceptan el respaldo, la ayuda y los beneficios de los programas que la Sedesol ha instaurado y ejecutado por mediación de la dependencia denominada instituto de Asistencia e Integración Social. Los siguientes testimonios dan cuenta de algunas de las pequeñas ventajas, si así se les quiere ver, que posiblemente puede brindar la institución:

“Me siento feliz y afortunado”. Con lágrimas en los ojos y con aliento a alcohol, José Luis Selene afirma que se siente afortunado por la ayuda que le brinda los “patroncitos”. Comenta que su familia decidió no tener que ver con él y que llegó a pedir hospitalidad. “Hoy me siento muy afortunado de estar en este lugar, me tratan muy bien, además los “patroncitos” me dan de comer y no sé como pagárselos…, son muy buenos conmigo”.

“Me tratan bien”. Patricia es una mujer embarazada que tiene problemas mentales, pero que se siente feliz de platicar de lo que come en este albergue. Al principio un poco dudosa de hablar, platica que lleva dos años acudiendo al centro para comer todas las noches; “aquí me tratan bien, ahorita acabo de cenar chicharrón con salsita verde y un bolillito…, me gusta estar aquí, porque nadie te hace el feo y comes muy rico”.

Por último Patricio Inclán comentó en el artículo de Zaragoza Andrade que “El trabajo es arduo, pero al final se logra reincorporar a muchas personas indigentes, como personas económicamente activas, ya que las logran canalizar a otras dependencias del GDF, con quien se tiene convenio para que sean contratados”. ¿Esto último es una realidad o utopía, una ficción o es, solamente, una falsedad? Pero, porque no ver desde distintas perspectivas, las distintas caras de las monedas.

(…) un día platicando con un paciente, nos hablaba de su historia de vida donde en su adolescencia vivía con sus padres, en su casa había siempre problemas (…) esto ocasionaba que sus padres se pelearan y después se desquitaran con él y sus hermanos (…) yo me iba con mis amigos porque sentía que sólo les importaba a ellos, me invitaban a tomar y fumar, después nos drogábamos inhalando cemento hasta que un día mis padres se dieron cuenta, me corrían de mi casa después yo seguía con mis amigos drogándome, ya faltaba a mi casa hasta que un día mis padres ya no querían verme porque decían que era un problema y una vergüenza para ellos y lo único que les causaba era problemas, me cerraron las puertas de la casa y me dijeron que ya no querían volverme a ver; anduve en la calle mucho tiempo, dormía en las bancas de los jardines, en las terminales de camiones o donde cayera la noche, y yo seguía drogándome (…) trabajaba recogiendo cartón para venderlo o pedía dinero en las calles y así me la pase por mucho tiempo hasta que un día me recogió la camioneta y me llevaron a Casa 2 y de ahí me trajeron para acá (Casa 4) 207

206 García Canal. Opus. Cit. 75 p.

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Recuerdo (gracias a la huella-escritura efect-uada –efecto- en la memoria) que, hace algunos años, en una colonia popular, de la zona oriente de la Ciudad de México. En aquellos años, en los que no sabíamos –aun no lo sabemos- como transitar en o sobre una de esas múltiples y duras crisis de identidad -y de diferencia- que experimentamos a lo largo de la vida, pero que, de ello, quisiera narrar parte de la época en la que, particularmente, sentíamos que entrábamos en dichas problemáticas -instauradas en y por la cultura- como parte de una de las etapas por la que se suponía teníamos que pasar dada nuestra supuesta condición etal. Fue que, sucedió algo inesperado que marcó indefectiblemente nuestras vidas. Ocurrió que, una de tantas noches -mientras nos dedicábamos a planear entre varios adolescentes algo que hacer para salir de la rutina, un acto inesperado y “trascendental”, dio paso a pensar algunos de los problemas que en este momento nos ocupan y que derivaron en algunos de los móviles que implican este trabajo. Fue, en uno de esos momentos compartidos, mientras los miembros del pequeño grupo de camaradas platicábamos y deambulábamos (vagábamos) por las calles para ver que tendríamos que hacer para poder entretenernos ese u otro día, que se nos pasó el tiempo y, al no haber llegado a ningún acuerdo o solución, decidimos regresar a la calle donde vivíamos. Ya casi para arribar a nuestra cuadra, a lo lejos, advertimos algo desconocido, nos encontramos con una figura poco familiar, nos percatamos de la existencia de una persona extraña que en ese instante nos causo una impresión muy honda. Vimos, cómo dicho sujeto pasaba por nuestra calle. Era un personaje exótico del que se denotaba, aun a distancia, desde nuestra perspectiva de ese entonces, un aspecto radical. Estaba desaliñado, tenía la ropa muy desgastada, considerablemente sucia, ostentaba una larga cabellera de color negro mate (pensábamos que era por el abundancia de mugre), tenia la cara manchada, su ropa no era de su talla –era demasiado grande-, sus zapatos estaban rotos y tampoco tenían agujetas, usaba una gorra sobre otra, estaba muy desarreglado, se veía que utilizaba varias prendas encimadas las unas sobre las otras, era de complexión delgada, caminaba algo desgarbado y llevaba a cuestas un costal muy voluminoso del que no se alcanzaba a traslucir su contenido. Tal sujeto nos llamó muchísimo la atención porque, antes de ese momento, jamás en nuestra vida habíamos visto a un indigente, de hecho, hasta ese entonces todavía no conocíamos ni la palabra ni mucho menos sabíamos lo que esta significaba. Esta persona no solamente reclamó nuestra atención sino que, al mismo tiempo, despertó la curiosidad y el temor de los vecinos; generó toda una serie disposiciones, medidas, comentarios, de recomendaciones dirigidas a propios y a extraños –“normales”- e incentivo toda una serie de precauciones de índole preventiva por parte de la gente que habitaba en nuestra calle. Nos decían, los adultos, que tuviéramos cuidado, que nos alejáramos de él, pues, se veía “a leguas” que era una persona peligrosa y que además podría hacernos daño. No hicimos mucho caso de lo que ellos nos dijeron, no pensábamos ni en el supuesto daño o las probables consecuencias que podrían traer el no acatar las ordenes de no aproximación a tal “fenómeno”. Uno de adolescentes, miembro de nuestro grupo, nos hablaba del “pepenador” que se había ido a vivir al terreno baldío. Nos decía toda una serie de cosas sobre el pepenador sin nombre, sobre el sujeto que se había ido a habitar el lugar que ocasionalmente utilizábamos para ir a orinar. Nos decía que se drogaba, que era un ratero, y cuando se le presentó la oportunidad, espantaba a los más pequeños diciendo que era un “robachicos”. Algunos de nuestros vecinos se colmaban diciendo que talvez era una pobre persona que había caído en la peor desgracia así que había de tenerle compasión y un poco de misericordia. Que si alguien quería o podía le brindaran un poco de ayuda, la cual, consistía, de acuerdo a lo que escuchamos, en regalarle un poco de ropa y comida. La ropa que ya nadie quería o utilizaba, más que comida, los sobrantes que quedaban del ritual comunitario de compartir con propia familia la mesa. En ese momento, no interesaba mucho lo que pudiera decirse al respecto del “pepenador”, tampoco nos quitaba el sueño pensar lo que era o lo que sería de la vida de nuestro tan estrambótico e ilustre vecino, no se tomaba la importancia de lo dicho por las personas del vecindario. Lo que la gente pudiera decir –que la 207 Véase Oropeza García, Adriana. Reyes Casillas, Ramón Pascual. “Politiqueo en Casa 2”. Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Abril. 2000

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mayor parte de lo que se comentaba y decía de él era en su contra, eran, regularmente, comentarios negativos y peyorativos- en ese tiempo no importaba en absoluto. Pero, dirían unos, por las jugarretas del destino, y, sin darnos cuenta, llegó el día en el que–creo que fue una situación paradójica-, la indiferencia… se disolvió. Una de esas noches, un individuo, se acercó al “pepenador” y le preguntó: ¿Qué onda? ¿Y tú qué haces por aquí? Preguntas a las que dicho sujeto no respondió con palabras sino con una leve –y diría que hasta tímida- sonrisa. Al no obtener una respuesta verbal, aquel, comenzó a hacerle toda una serie de interrogatorios y burlas a éste. Los demás empezaron a participar de la chacota, lo semirodearon para impedirle el paso y así poder insultarlo y molestarle. Otras veces, le veíamos pasar casi perdido por los efectos del “activo”, caminaba tambaleándose rumbo a su hogar con una “mona” en una de sus manos; mientras con una moneaba, con la otra sujetaba su costal. Pasaron unos cuantos meses –no recuerdo cuantos- y empezamos a acostumbrarnos a su eventual presencia. En una ocasión llegaron al punto de ir a su refugio a arrojarle piedras para ver que era lo que éste haría al respecto, si se defendería, si gritaría, si quedaría pasmado, o impotente, o que se yo. Otra tarde, de las tantas en las que andábamos por la calle sin nada que hacer, se nos ocurrió ir al predio abandonado para explorar un poco y ver cómo era que vivía nuestro amigo el pepenador. Sabíamos que él no se encontraba a esa hora en el lugar por lo que creímos conveniente que era el momento preciso para investigar. Al acercarnos observamos un reducido claro situado entre montones de basura, tierra y varios tipos de plantas; desde la distancia echamos un vistazo su campamento, el cual, específicamente estaba ubicado al fondo del terreno, estaba un poco más cargado hacia el muro situado en el lado derecho. La tristeza nos inundó al advertir que su hogar constaba solamente de una cubierta de plástico transparente y empañado, probablemente por el uso; material que utilizaba como techo provisorio para poder guarecerse del temporal –en ese entonces era época de lluvias- el cual tenía aproximadamente 200 cm. de largo por 150 cm. de ancho; además, estaba soportado por unas ramas que servían de pilares y que asimismo permitían crear cierta espacialidad de apariencia profunda, un espacio intimo fabricado con las ramas y la artificiosa cubierta. Nos daba miedo que él regresara, pero aun así era más grande la curiosidad. Nos acercamos aun más y quedamos boquiabiertos cuando, con un trozo de madera -porque daba asco tocar el sucio plástico que cubría ligeramente el interior- recorrimos parte del singular cobertizo para poder descubrir el interior de lo que era su casa. Su morada no sólo estaba colocada entre plantas y basura sino que éste colocó -para recostarse y descansar- su cama a flor de tierra, en una superficie sobre la cual además habían colocado algunos cartones; arriba de ellos, montó como medida máxima de confort solamente una cobija, este último artefacto era utilizado para cubrirse de las inclemencias del tiempo y de la noche, estos objetos eran las únicas posesiones o pertenencias de “nuestro huésped.” Creíamos que esa situación era cruel. ¿Era todo? ¿Era lo único que él tenía? Además de lo ya hemos relatado, acompañaban a estos objetos de lecho, algunas latas del solvente que utilizaba para drogarse, unas cuantas botellas, dos prendas de vestir (una playera vieja y sucia y un pantalón de mezclilla desgastado). Nos preguntábamos: ¿Por qué vive así? ¿Por qué esta aquí? ¿Quién es él? ¿Cómo es que llegó a esto? ¿Tendrá familia? En ese momento, al compararnos con él, nos sentimos afortunados. A partir del examen realizado se efectuó una especie de lástima hacia ese sujeto. Tratamos de tener una actitud diferente con dicho individuo, queríamos hablar con él, pero no se presto la ocasión pues, él, no nos hacía mucho caso, le buscábamos la cara y parecía no importarle, así que, dejamos de intentarlo. En vista de estas circunstancias olvidamos nuestra flamante labor altruista y seguimos dedicándonos de nuevo a mi rutina de vida. Al pasar de los meses, la gente dejo de hablar un poco de él, pero no por ello dejaron de desconfiar. Se dio el caso de que, cada vez era menos probable, era cada vez más poco frecuente que nos encontráramos o viéramos al “pepenador”. Una mañana, mientras esperábamos a un amigo para ir a correr al deportivo que estaba más próximo, y ya de camino hacia el lugar de destino, nos dieron ganas orinar, por lo que, dada la hora pensamos: “pues ahorita no ha de estar” y como la pereza estaba a flor de piel nos metimos al baldío para proceder a desahogar nuestras incomodidades. Fue cuando vimos como del refugio se exteriorizaba una parte de sus pies y de sus piernas, miramos como se salían sus enjutas extremidades, parecía que estaba recostado bocabajo, en el interior del hogar-campamento. Creímos que éste aun dormía, por lo

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que tratamos de no hacer mucho ruido para que no despertara y salimos de allí. Sobrevino el ocaso, ya había anochecido. Al aproximarnos al terreno donde nuestro huésped vivía -esta situación fue el precedente por el cual nos dimos cuenta de lo que allí pasó-, nos percatamos que, una patrulla se hallaba estacionada a la altura de la entrada del provisional hogar del pepenador. Preguntamos qué era lo que estaba ocurriendo, que por qué estaba esa patrulla en el lugar, y para qué se habían introducido los policías al baldío. A lo que nos respondieron: “el chavo que se estaba quedando a dormir allí lo encontraron muerto, y, pues los policías sólo vinieron a verificar... los patrulleros ya llamaron a la ambulancia para que se lleven el cuerpo”. Ese fue el final de nuestro encuentro con el sujeto sin nombre, entonces, todavía, nos angustiaba la idea de pensar, de comprender, de comprender que pasó con él, sus cómos y porqués, pero por encima de ello quien, quien era él. Jamás podríamos saber quien había sido él, el extraño llamado por nosotros el pepenador. Vacío –uno de tantos- que siempre estará presente en nuestra existencia. Éste sujeto fue uno de los primeros hombres que, de alguna manera, dieron el impulso inicial y necesario para cuestionar nuestras propias vidas. Ante el temor y la expectativa de estar parados, enfrentados ante lo que creíamos desconocido, enfermo, inferior, su vida “anormal”, su excesiva diferencia nos llevó a desplazarle, excluirle, criticarle, atacarle y en otros momentos, por que no, llegamos hasta a odiarle.

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¿Cuál es el perfil-criterio de selección? Ingreso y re-ingreso.

En una ocasión, mientras revisaba unos expedientes los cuales debía actualizar, el Director del CAIS me fue a buscar al área de psicología para que recibiera a un usuario, a un “paciente” que se incorporaba por primera vez a la “nuestra” institución. Después de colocarme la bata, que regularmente no utilizaba, me dirigí al área de Medicina General en la que, además de encontrarse allí el potencial usuario, se hallaban a sus alrededores casi toda la plantilla del cuerpo técnico interdisciplinario.208 Y digo casi porque en el cerco se hallaban un Médico, un Rehabilitador, una Enfermera (o dos o tres), pero no estaban ni la Psiquiatra ni alguno de los Psicólogos que regularmente laboran allí, pues, como ya había hecho referencia, no había, en el turno vespertino, un psicólogo de planta, solamente estaba yo, el prestador de servicio social. Situación por la cual, al ser supuestamente mi ramo de formación profesional, fui requerido para realizar la evaluación psicológica del nuevo usuario. Al llegar y como no sabía que era lo que debía hacer me di a la tarea de deambular por el lugar observando al “usuario”, imitando lo que los demás hacían. Cada uno por su cuenta se dedicó a explorar primero con la mirada su aspecto físico para posteriormente bombardearlo con preguntas. Como a mi nadie me decía nada -y vi que una mujer esperaba en el mostrador del área destinada para dar informes en una especie de recepción del área médica-, a una señora que esperaba le pregunté: y usted ¿es la mamá o… es familiar de la… persona 209 que traen? Me miro de una forma que me incomodó para responderme: “¡No, yo vengo de PASE para traerlo aquí! Me aleje de ella un poco y empecé a platicar –también a evaluar pues ese era “mi trabajo”- con el casi usuario (quien es uno de los sujetos de investigación)

El Reglamento Interno para Usuarios del Centro de Asistencia e Integración Social para Hombres “Cuemanco” establece en sus Disposiciones Generales, específicamente en el Art. 4 que:

El Centro es una Unidad de Asistencia e Integración Social, especializada en la atención a varones indigentes, dependiente del Instituto de Asistencia e Integración Social, su principal función es otorgar servicios asistenciales que satisfagan necesidades básicas y acciones dirigidas a incrementar las capacidades físicas, mentales y sociales de los individuos que carecen momentáneamente de satisfactores básicos tales como: vivienda, alimentación, salud y empleo. 210

208 Arcos Rosales; Juárez López. Opus cit. “Cuando un sujeto llega al CAIS, lo recibe un equipo interdisciplinario conformado por un miembro de cada una de las áreas (psiquiatría, medicina, psicología, trabajo social, enfermería y rehabilitación). Este equipo decide si el sujeto se queda o no en el centro, esto en función de las condiciones físicas y de salud en que este se encuentre. (…) Si el psiquiatra no se encuentra (…) la mayoría de las veces es el área médica es quien recibe a los sujetos y les hace una evaluación general.(…) el equipo interdisciplinario que recibe al usuario determina el dormitorio que se le asignara, tomando en cuenta las características particulares de éste. La manera de clasificar en los diferentes dormitorios es establecida tomando como referencia si el sujeto es funcional o no, “casi no se habla de patologías”, nos dice un psicólogo (…) se toma en cuenta el grado de servicio que el usuario puede ofrecer a sus compañeros (…) se ubican de manera que se apoyen unos a otros”209 Dudé por un momento, un instante que se hizo muy, muy largo, porque no sabía cómo era que debía llamarle. (usuario, paciente, enfermo, etc.)210 Cf. Reglamento Interno para Usuarios del Centro de Asistencia e Integración Social para Hombres “Cuemanco”. Gobierno del Distrito Federal. Secretaria de Desarrollo Social. Instituto de Asistencia e Integración Social. 2006.

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En el enunciado anterior se hace referencia a las funciones específicas que corresponden al CAIS Cuemanco, sus facultades y campos de ingerencia, de los objetivos particulares y la finalidad en general del servicio de asistencia social, claro esta, dependiendo de la población considerada, que en este caso básicamente son personas en situación de indigencia. Todo esto, de acuerdo a los objetivos trazados por el Instituto de Asistencia e Integración Social. En el Artículo 6 se especifica que la población que acepta el CAIS ubicado en Cuemanco es un servicio de asistencia que, concretamente, da atención a usuarios de género masculino, demarcando y circunscribiendo aun más a quiénes esta destinado el servicio de asistencia en esta institución:

El centro es un establecimiento público de Asistencia e Integración Social que presta sus servicios a personas del sexo masculino que por encontrarse en situaciones de desventaja han sido marginados del desarrollo social.211

Por otra parte en el párrafo II se detallan los criterios (modelos) institucionales de admisión. Aquí se reinicia el proceso de identificarse delinear no solamente el perfil, sino las características sustanciales que deberán corresponden con los sujetos a los cuales esta destinado las cuales serán los criterios principales de selección, serán los códigos o marcas sociales que serán usados como los criterios sustanciales que se evaluaran y tomaran en cuenta para su incorporación. Los diseños simbólicos y de efecto representacional son los siguientes:

Los criterios generales para la admisión de un beneficiario serán los siguientes:

Ser varón y tener 18 años en adelante. Con Trastorno mental.

Abandono o rechazo familiar, desventaja riesgo o extravío.

Estar en situación de calle.

No contar con familia o recursos económicos.

De acuerdo al Artículo 10 el ingreso de los usuarios deberá ser:

a) Voluntario.

211 Ibíd.

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b) Referido por instituciones no gubernamentales.c) Referido por instituciones gubernamentales.d) Programa de Atención Social Emergente (PASE)e) Centros de Asistencia e Integración Social.f) Ministerio público y demarcaciones territoriales.g) Comunidad.

De acuerdo a los objetivos señalados en la Norma Oficial Mexicana 025, el campo de aplicación de esta disposición reglamentaria considera que “es de aplicación obligatoria en todas las Unidades que presten servicios de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica para enfermos agudamente perturbados y otros de estancia prolongada, de los sectores público, social y privado del país que conforman el Sistema Nacional de Salud.” De acuerdo a los criterios que se señalan esta Norma, se establece en el punto 3.1., que se entenderán como “Unidades que prestan servicios de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica a todos los establecimientos de salud que disponen de camas, y cuya función esencial es la atención integral de usuarios que padezcan de un trastorno mental.” Por otro lado, en el punto 3.2. se establece el perfil del sujeto que al hacer disponga de las instalaciones, medidas, planes terapéuticos de salud, las atenciones será denominado como usuario. “Usuario: Toda aquella persona que requiera y obtenga servicios de atención médico-psiquiátrica.”212Además, en esta norma se dan los criterios para poder definir y determinar que es lo que se considera como enfermedad mental.

3.3. Enfermedad Mental: Es aquella considerada como tal en la Clasificación Internacional de enfermedades mentales vigente, de la Organización Mundial de la Salud.213

De acuerdo a la Clasificación Internacional de las Enfermedades décima revisión (CIE 10) se entiende por psicótico:

“Psicótico” se ha mantenido como término descriptivo, en particular en F23214 (…) sin que el recurrir a él presuponga nada sobre posibles mecanismos psicodinámicos, capacidad de introspección o juicio de realidad. El concepto se usa simplemente para indicar la presencia de alucinaciones, de ideas delirantes o de un número limitado de comportamientos claramente anormales, tales como gran excitación o hiperactividad, aislamiento social grave y prolongado no debido a depresión o ansiedad, marcada inhibición psicomotriz y manifestaciones catatónicas.215

De acuerdo al párrafo denominado como Atención Integral Médico-Psiquiátrica: se considera que la atención integral psiquiatrita es: “el conjunto de servicios que se proporcionan al usuario con el fin de proteger, promover, restaurar y mantener su salud mental. Comprende las actividades preventivas, curativas y de rehabilitación integral.”216 Y por rehabilitación integral se entiende: “el conjunto de acciones y programas dirigidos a la utilización del potencial máximo de crecimiento personal de un individuo, que le permita superar o disminuir desventajas adquiridas a causa de su enfermedad en los principales aspectos de su vida diaria; tiene el objetivo de promover en el paciente, el reaprendizaje de sus habilidades para la vida cotidiana cuando las ha perdido, y la obtención y conservación de un

212 NOM. 025; 3.2.213 Ibíd. 214 Trastornos psicóticos agudos y transitorios.215 Trastornos Mentales y del Comportamiento de la Décima Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Organización Mundial de la Salud. SEP. 216 NOM. 025.

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ambiente de vida satisfactorio, así como la participación en actividades productivas y en la vida socio-cultural.”217

El ingreso de los usuarios a las Unidades que prestan servicios de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica podrá ser: voluntario, involuntario u obligatorio y se ajustará a los procedimientos siguientes218:

El ingreso voluntario requiere la solicitud del usuario y la indicación del médico a cargo del servicio de admisión de la Unidad, ambos por escrito, haciendo constar el motivo de la solicitud e informando a sus familiares o a su representante legal.219

El ingreso en forma involuntaria, se presenta en el caso de usuarios con trastornos mentales severos, que requieran atención urgente o representen un peligro grave o inmediato para sí mismos o para los demás. Requiere la indicación de un médico psiquiatra y la solicitud de un familiar responsable, tutor o representante legal, ambas por escrito. En caso de extrema urgencia, un usuario puede ingresar por indicación escrita del médico a cargo del servicio de admisión de la Unidad hospitalaria. En cuanto las condiciones del usuario lo permitan, deberá ser informado de su situación de internamiento involuntario, para que en su caso, su condición cambie a la de ingreso voluntario220.

4.5. El egreso del usuario del servicio de hospitalización podrá ser por los siguientes motivos:

4.5.1. Curación.4.5.2. Haberse cumplido los objetivos de la hospitalización.4.5.3. Mejoría.4.5.4. Traslado a otra institución.A solicitud del usuario, con excepción de los casos de ingresos obligatorios e involuntarios.221

4.5.9. Defunción>>222

217 Ibíd.218 4.4219 Ibíd. (4.4.1.)220 Ibíd. (4.4.2.)221 Ibíd. (4.5.5.)222 NOM 025

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De lo normal y lo patológico. El dispositivo SOAP. El borramiento del sujeto. La fuerza del diagnostico, el señorío de la enfermedad.

La llegada de Onan223.

Fueron dos los motivos por los cuales decidí, pedirle su autorización, o mejor dicho, para informarle al coordinador del área de psicología que ya debía ocupar el lugar que me correspondía como pasante de psicología -de acuerdo a lo pactado con el IASIS-: el de prestador de servicio y psicólogo comisionado al turno vespertino. El primero de ellos fue que juzgaba que, ya había, o debía concluir mi curso de inducción, pues opinaba que: no era necesario permanecer más tiempo en el turno matutino, ya que, pasaban y pasaban los días y no pasaba nada, sentía que sólo perdía el tiempo pues

223 Personaje Bíblico. El “primer” sujeto de la masturabación.

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no me enseñaban algo más; no había nada nuevo, ni en la teoría ni en la práctica; era lo mismo todos los días, momentos que se vivían como idénticos, calcos de otros momentos, la misma rutina día a día: al respecto de las actividades practicadas con y para los usuarios: dar pases de salida a quienes estuvieran autorizados, revisar los expedientes de los sujetos asignados al dormitorio que nos habían asignado; hacer dibujos con ellos –eso era lo que más hacíamos-; hacer acto de presencia en el comedor para supervisar que la ingesta de alimentos se llevara de la manera favorable y sin complicaciones, y si estas últimas se llegaban a suscitar, se estipulaba que se debía intervenir técnicamente para corregir, si era necesario, mediante las medidas terapéuticas más viables las cuales estaban aunadas a sanciones; pero lo que ya me había hartado era que, la mayor parte del tiempo que duro la supuesta inducción nos la pasábamos platicando en el área de psicología sin hacer nada, era actuar como si se actuara –en el sentido teatral, representábamos, realizábamos una actuación en la que se pretendía que llevábamos a cabo acciones, fingíamos como que… y creo que, desafortunadamente, aun es así. Esta situación me trajo a la memoria, me recordó, algo que un fragmento de un comentario muy controvertido declarado por Antonin Artaud al respecto del movimiento surrealista el cual decía:

es preciso tener toda la bajeza de espíritu (…) para tomarle mal a alguien una crítica sincera y justa pues su pretendido orgullo no es más que la finta de una conciencia alarmada por su blandura y que se encoleriza miserablemente. Algún día escribiré algo sobre toda esa podredumbre. Porque no hay nada que no hay nada que me produzca una náusea más violenta, una náusea espiritual, que la actividad persistente de un grupo, agotado hace ya tiempo, que no tiene nada que decir, esta especie de actividad en falso, esa mentira obstinada, ese empecinamiento en mantener el espíritu y los órganos del pensamiento en una actitud inhumana y que , ni en el orden del espíritu, ni en el orden de la vida, responden a nada desde hace tiempo.224

Estaba harto de representar una farsa en escena, quería desplazarme y moverme a actuar otro tipo de teatralidad mucho más móvil y seductora, prefería re-conocer un con-texto enrarecido y suspendido de la “pura” re-presentación.225 Una de tantas ocasiones en las que deambulaba por los alrededores de Casa 4, buscando por donde podría empezar a realizar no sólo el trabajo que me había encomendado la institución de seguridad social, pues quisiera o no, era parte del personal, era un elemento operativo comisionado a la plantilla técnica de servidores públicos del CAIS Cuemanco, por lo que se suponía debía prestar mis servicios a los usuarios de esta institución, pero también, deseaba iniciar, de inmediato, la recolección de la información que probablemente captaría en este espacio y que posteriormente utilizaría para ser analizada. Consideraba que mi diario de campo era uno de los instrumentos principales de los que me serviría para la problematización y las subsecuentes –posibles- reflexiones, pues para mi, tales registros constituían los ejes principales en los cuales se apoyaría la investigación e intervención que realizaba en el campo de trabajo, quería comenzar, inmediatamente, mi registro etnográfico, pues consideraba que dado que las situaciones que allí se desarrollaban -y se suscitarían-, debía registrarlas en su mayoría pues eran el material-registro que argumentaría mi intervención y nutrirían las inflexiones-reflexiones del pensamiento. Mientras caminaba haciendo como que trabajaba me encontré con una persona, que ese momento, me pareció, correspondía al perfil226, al tipo de sujeto que indicaba en mi planteamiento hipotético inicial y que abordaría para problematizar el posible proceso de psicotización de los indigentes; problematización al respecto de cómo era que este “sujeto de la psicosis”, desde una perspectiva cultural, se constituía como un posible resultado-producto de las tensiones y conflictos generados entre el sujeto y la sociedad a partir de la constitución de los binomios normal-patológico, salud-enfermedad e identidad y diferencia; supuestos que había establecido en el planteamiento del problema del trabajo de 224 Rodríguez, José Luis. “Antonin Artaud”. Editorial Bracanova. Barcelona. España. 1981. 43-44 pp. Nota: las cursivas son mías.225 Véase Artaud, Antonin. “El teatro de la crueldad”.226Puesto que el individuo emplazado sobre la explanada principal del centro asistencial tenía ciertas características que me impulsaron a pensar que se trataba de un sujeto que había estado viviendo en situación de indigencia. Esto me llevo a abordarlo de manera inmediata.

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investigación.227 Mientras vagaba por el lugar, mire a un sujeto de aspecto apacible, fornido, de talla alta, quien me recordó a un antiguo vecino amigo de la familia, y como yo, tenía poco de haber llegado a realizar mi tan elevada actuación en el servicio, creí que sería mucho más agradable conversar con él que hacer como que hacía, pues, me aburría muchísimo por no hacer nada, además de que consideraba que era lo más conveniente para mis intereses de investigación. Discretamente –pues, para no ser tan violento, pase varias veces por el lugar para que él me viera y se diera cuenta de mi presencia-, sin avisar, me aparecí de pronto frente a este sujeto, inmediatamente me presenté diciéndole: “Hola, creo que no me conoce, tiene poco de que yo llegué aquí, soy psicólogo… yo estoy aquí para servirle228… cuando tenga algún problema o necesite algo, cualquier cosa, vaya a buscarme a psicología, es allí (señalando donde estaba el área), ya sabe, estamos aquí para ayudarlo en lo que podamos. Él me miró, parecía que tenía la mirada perdida en no sé que punto del cielo. Me dijo con voz tenue y temblorosa: “Hola”. Le dije que iba a dar un recorrido, que si podíamos platicar más tarde y él me dijo que sí. Lo del recorrido lo inventé porque tenía que salir a la tiendita que esta en el exterior del CAIS para comprar unos cigarros de la marca Delicados por ser el producto que organizaba la interacción y el intercambio entre los usuarios, hasta este momento es lo que más solicitan estos sujetos, desde que llegué al lugar, tal parecía que sus vidas estaban organizadas y afectadas a partir de este elemento significante, por esta variedad muy particular de Kula.229 Después de abastecerme con mi dotación acostumbrada y necesaria de cigarrillos, volví al encuentro de mi posible sujeto de entrevista. Me senté junto a él, en una de las bancas metálicas de color verde bandera que están colocadas en la plazuela central del CAIS, y además, miraba que aunque había muchas personas alrededor, parecía que pasábamos inadvertidos, me daba la impresión de que, como ellos, pues también estoy atravesado por las abstracciones apriorísticas y los imaginarios monologizantes, nos habíamos convertido en una especie de fantasmas, estábamos allí nos-otros sin estar presentes para los otros. Nadie nos miraba, o eso era lo que yo creía. Yo, aparte de intentar entablar una conversación con mi amistoso compañero, me dedicaba a observar lo que pasaba alrededor, si alguien se acercaba o nos observaba, si se daban cuenta de lo que allí estaba pasando. Quería que, ellos, se acercaran un poco para ver lo que hacía, que se dieran cuenta de que el psicólogo nuevo no era como los demás. Mi narcisismo había sido herido a partir de esa fría indiferencia de la manera más llana y simple, y eso, era algo que me frustraba. Deje de en pensar esto y “regrese” –o

227 Me interesaba indagar sobre el probable proceso de composición-constitución del sujeto psicótico como un constructo social. En este trabajo no interesaba estudiar a la psicosis, y por consiguiente, a los psicóticos, aunque no nos pudimos desligar o sustraer de ello, pues el campo esta plagado de sujetos psicóticos y era inevitable que la psicosis estuviera presente a cada momento. Reconocíamos que le problema de la psicosis iba más allá de nuestra limitada comprensión y entendimiento. No negábamos ni afirmábamos, terminantemente, que existiera o no la psicosis (como una oscura e ininteligible estructura psíquica u orgánica o ambas), pues, como ya lo hemos dicho, nuestro punto de partida o de abordaje del problema no tenía que ver, directamente, con la psicosis propiamente dicha. Nuestro problema estaba en relación con el problema de lo que es considerado en la cultura como salud y enfermedad mental a partir de la oposición dualista establecida entre lo normal y lo patológico, problema en relación una pareja variable en constante oposición, nuestro problema estaba vinculado a o en referencia a la psicosis mas no taxativamente o directamente referido a ella. 228 Esto lo hice, también, porque como ya, en ocasiones anteriores, había intentado abordar a otros sujetos para platicar y no habían obtenido resultados favorables, por lo que, ante la cooperación de Ricardo, por su accesibilidad, creí conveniente utilizarlo como mediador entre los otros usuarios y yo. Esto ya lo había planeado en función de que Eric, también sujeto de investigación, no quiso cruzar ninguna palabra conmigo, me acercaba a él –pues, empezó a causarme conflicto, porque, además, Eric era uno de los sujetos a quien estaba obligado a entrevistar y tratar puesto que estaba asignado al dormitorio que me correspondía supervisar- y no sabía como hacerle para contactarlo, hable con uno de los psicólogos de nombre D. y me dijo que pasara junto a él y lo ignorara y talvez así se daría cuenta de mi indiferencia y, probablemente, al actuar así, esto mismo llamaría su atención hacia mi persona. Para mi esto no tenía sentido, ni siquiera lo puse en práctica, por ello buscaba un puente, un mediador, y quien mejor que uno de ellos mismos para ser el embajador que abriera la brecha que había entre nosotros. Pensaba que esto era necesario para que ellos –los usuarios- se relacionaran conmigo.229 Malinowsky, Brownislaw. “Los argonautas del Pacifico Sur”. (Falta)

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traté- con mi extraño acompañante, quien me platicaba de su familia, de la cual decía, vivía por el metro Indios Verdes, también de sus ocupaciones anteriores, de cómo era dura y difícil la vida en la calle, de los tiros que se había rifado para defenderse de los gandallas. Lo que ahora relato es lo poco que recuerdo gracias a las inscripciones en la memoria, no podría ahondar o hablar más de lo que él compartió conmigo, porque, de esa escritura solamente queda la huella, un vacío, una ausencia que estará presente siempre, la cual interpreto. Mientras Ricardo hablaba, yo de vez en vez, le interrumpía para ofrecerle un cigarro –era en esos momentos en los que los demás usuarios, como por arte de magia, aparecían y nos rodeaban. Se “materializaban” para pedir que les regalara un cigarro o, si no era posible, deseaban les regalara solamente, la bacha-; me platicaba su vida, así, sin habérselo exigido, sin habérselo pedido directamente. Cuando le pregunté cómo es que había llegado allí me respondió que él estaba durmiendo en la calle y, zas, cuando menos se lo esperó se le acercaron unas gentes a decirle que los acompañara, que lo iban a llevar a un lugar donde estuviera mucho mejor, a lo que él respondió que no quería. Y que como ellos –los de Protección Social- eran más que él, pues, que por eso lo pudieron subir a la camioneta; además, de que le daba miedo que se lo quisieran llevar a la delegación; que les estuvo mentando la madre e insultándolos de diversas maneras, pues de ninguna manera quería irse con ellos. También me comentó que como él ya había estado en la cárcel, pensaba que, si no se subía por la buena iban a llamar a una patrulla para encerrarlo de nuevo por estar en la calle. Me preguntaba si la comida era gratis, que qué tenía que hacer para ganársela, que cómo le iba a hacer para pagar todo lo que la habían dado allí en la institución –la ropa, el alimento y el hospedaje. Por mi parte, le decía que no tenía ninguna obligación de pagar algo, que ese centro estaba destinado a dar asistencia a personas que atravesaban por alguna situación difícil, ya fuera por pobreza extrema, indigencia o –fue cuando toque el tema- por estar afectados de sus facultades mentales. Al haber revelado esto le pregunté que cuanto tiempo tenía de estar ahí, a lo que me contestó: tiene poco que llegué, algunos días nada más. La pregunta siguiente fue obligada –o así lo creí-: ¿tiene alguna enfermedad mental? ¿tiene algún tipo de alucinación? ¿ve cosas, escucha voces? Me contestó que sí, que escuchaba voces. Le pregunté que le decían y me dijo: eh… muchas cosas. Me llamaba la atención que no describía lo que veía ni tampoco representaba en palabras, lo que –supuestamente- escuchaba, algo muy “común” que sucedía con algunos de los sujetos que estaban diagnosticados con esquizofrenia o paranoia o con cualquier otro tipo de psicosis. De ahí en adelante se hizo casi inseparable de mi persona, pues, yo le brindaba, cuando podía, que era casi siempre, uno o varios cigarros -regularmente varios- y una conversación sin muchos cuestionamientos. Siempre me llamaba “jefe” o “jefecito” o doctor, hasta que le aclaré que me llamaba Freddy y que era psicólogo, que no me dijera ni jefe ni doctor, que lo mejor era me llamara por mi nombre. A fuerza de insistir, llegó el día en que, Ricardo, llegó a interpelarme por mi nombre.

Juzgué apropiado rescatar las observaciones y evaluaciones consignadas en los documentos clínico-jurídicos del archivo, ya a punto de finalizar el servicio social, además de empezar a redactar las situaciones que se dieron en mi relación con él –y otros tantos- y que, parte de ellas, fueron registradas en mi diario de campo. Creía pertinente rescatar el registro de su experiencia institucional inscrita en el expediente que le fue realizado conjuntamente por las instituciones por las que transitó (HPFBA y CAIS Cuemanco).Lo que pude obtener para construir esta historia, claro esta, a partir de un trabajo interpretativo o de hermenéutica, fue lo siguiente: El 6 de Octubre del año 2005 ingresa Ricardo G. P. a Casa Cuemanco. En el documento administrativo de la Sedesol, fechado con el 6 de octubre del 2005, se asienta acta procedente del Programa de Atención Social Emergente, particularmente de la Coordinación de Atención Social Emergente y Enlace Interinstitucional (en el cual, se ostentaba en la esquina superior derecha el escudo del IASIS y en contraposición el sello del Gobierno del Distrito Federal), para notificar -en nota informativa, dirigida al área de Trabajo Social del CAIS Cuemanco- que: Se había recibido en el servicio de Locatel el reporte, por parte de una persona anónima -el día 30 de agosto del 2005-, de un masculino de edad madura en situación indigencia y estado de vagancia, lo cual, a su vez, fue notificado a las unidades de Protección Social correspondientes, para su localización. Después de ser

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ubicado por elementos de PASE en la calle Sur 75 No 46 Colonia Lorenzo Boturini Delegación Venustiano Carranza, se abordó a Ricardo, quien, además de no haber proporcionado su nombre a los miembros de protección social, al momento de su localización, también, se informó que, se torno agresivo y violento. Por lo que, dado su comportamiento y proceder fue puesto a disposición de las autoridades psiquiátricas y sanitarias del HPFBA para que evaluaran su situación y estado de salud mental.

masculino el cual no proporciona nombre, por las actitudes que presenta, es trasladado al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez por la trabajadora social A. H., quedando internado en el 5º piso.

Aunque, por un lado, se reconocía en el hospital psiquiátrico que él, era un “paciente [d]el cual desconocemos sus antecedentes tanto personales como psiquiátricos.” También se hacía referencia a que, el último –y el único- periodo de internamiento en el HPFBA había sido del 30 de Agosto del 2005 al 6 de Agosto del mismo año Por otro lado se valoraba, claro está, después de haberle construido, a partir del diagnóstico, el expediente en el que se explicitaban su condición psíquica anormal y las medidas terapéuticas que serían tomadas con él, pues, aunque no existían antecedentes psiquiátricos se pensó que “Sin embargo con el tratamiento empleado vimos respuesta adecuada con respecto a los síntomas que ocasionaron su internamiento.230 Antes de cumplir el tiempo de internamiento razonable, justificado y obligatorio, el cual consta de tres meses porque, en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, solamente -los pacientes diagnosticados como psicóticos- pueden permanecer durante este lapso de tiempo, ya que, de acuerdo al reglamento sólo se les puede dar estancia y atención a los enfermos psiquiátricos mientras atraviesan por los momentos más difíciles de la enfermedad, por lo que, solamente se les da el tratamiento necesario para controlar la crisis en su fase aguda, se les da este internamiento de tipo temporal a los pacientes que son catalogados como agudos, pues los comentarios de algunos de los trabajadores de este lugar nos dicen que, no se tiene ni el sitio ni la infraestructura como para aglutinar y dar servicio a los enfermos crónicos o incurables. Por lo que, unos, al pasar la fase aguda son egresados por adecuación a criterios normativos, y otros, por un lado, a los usuarios canalizados de otras instituciones sólo se les da atención durante la etapa del paroxismo mórbido psíquico, y por el otro, si al final del tratamiento no hay quien se responsabilice de ellos, son mandados a instituciones de asistencia y resguardo permanente. Los lugares más cercanos destinados para recibir a los pacientes crónicos o “desahuciados mentales” son los manicomios Samuel Ramírez Moreno –Sta. Catarina- y, en este caso la Casa Cuemanco, por mencionar algunos.231 Se mando este informe con la intención de solicitar su ingreso al CAIS Cuemanco del todavía paciente del HPFBA. Esto sucedió, aproximadamente, el día 21 de septiembre, después fue “dado de alta con el Dx Trastorno Psicótico en estudio y Pb

230 “tranquilo, cooperador, con ideas delirantes de referencia y persecución, niega alucinaciones auditivas; juicio desviado; afecto eutímico.” Nota: las cursivas son mías.231 Porque, en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, solamente -los pacientes diagnosticados como psicóticos- pueden permanecer durante este lapso de tiempo, ya que, de acuerdo al reglamento sólo se les puede dar estancia y atención a los enfermos psiquiátricos mientras atraviesan por los momentos más difíciles de la enfermedad, por lo que, solamente se les da el tratamiento necesario para controlar la crisis en su fase aguda, se les da este internamiento de tipo temporal a los pacientes que son catalogados como agudos, pues los comentarios de algunos de los trabajadores de este lugar nos dicen que, no se tiene ni el sitio ni la infraestructura como para aglutinar y dar servicio a los enfermos crónicos o incurables. Por lo que, unos, al pasar la fase aguda son egresados por adecuación a criterios normativos, y otros, por un lado, a los usuarios canalizados de otras instituciones sólo se les da atención durante la etapa del paroxismo mórbido psíquico, y por el otro, si al final del tratamiento no hay quien se responsabilice de ellos, son mandados a instituciones de resguardo permanente. Los lugares más cercanos destinados para recibir a los pacientes crónicos o “desahuciados mentales” son los manicomios Samuel Ramírez Moreno –Sta. Catarina- y, en este caso la Casa Cuemanco, por mencionar algunos. Aunque oficialmente, por su razón y función social oficial no se considera como un manicomio, queremos dar cuenta, por medio de nuestra investigación, cómo es que se transformó en este tipo de institución.

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Esquizofrenia Paranoide”232 También, se hace referencia a que al no contar con redes sociales o alguien solidario –familiar o amigo- que se hiciera cargo de él, se tomó la decisión no sólo de ampararlo y protegerlo, no solamente debía dársele asistencia social233, sino por considerarse un peligro potencial para la sociedad. Esto fue el “motivo por el cual se le solicita el ingreso al Licenciado Ch., (…) [quien] informó que por el momento no contaba con espacio, solicitando llamar en el transcurso de la semana.” El día 6 de octubre se llamó nuevamente al Centro, y éste, solicitó a PASE que presentara al masculino el día 7 de octubre a esta institución que ahora sí, podía recibirlo. Era necesario, pues son requisitos indispensables, que el sujeto en cuestión contara con un diagnóstico psiquiátrico, así como también de un expediente clínico –pues lo precisa el reglamento- para que pudiera dársele cabida en esta institución. Se le envió al área médica para ser valorado por el equipo interdisciplinario para examinarlo y juzgar si, de acuerdo a su dictamen, era candidato para ingresar al Centro. Las consideraciones -aunque le anteponen la palabra probable no dejan de tomar como referencia el diagnostico formulado en el HPFBA- a las que llegaron fueron las siguientes:

Dx. Psiquiátrico: Trastorno Psicótico Pb. Esquizofrenia.Institución que lo canaliza: PASE:Valoración médica: usuario consciente, orientado, responde a preguntas formuladas. Refiere que estuvo hospitalizado. En el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez en 5º piso.Valoración psicológica: paciente que se encuentra con FMS disminuidas al igual que su cognitivo –por- el cual ésta área no encuentra inconveniente en su ingreso.Valoración enfermería: (…) ingresa con probable Dx: Esquizofrenia. No centrado dentro de sus tres esferas psicológicas en tiempo y espacio. Aspecto regular. Ingresa con Tx. De Fray Bernardino (Flupazine 5 mg. 1-1-2, Sinogan 25 mg. 0-0-1, Akineton 2 mg. 1-0-0)Valoración de trabajo social: usuario de 53 años derivado del HPFBA. Ingresa sin valores, el cual es ubicado en el D8 C8 (…) se encuentra en regulares condiciones de higiene.Valoración rehabilitación: usuario que se encuentra en regulares condiciones de higiene y aliño. Es derivado de PASE, muestra una buena comunicación. Refiere algunos datos.234

Ya en el CAIS Cuemanco, al elaborársele su historia clínica, con fecha 7 de octubre del 2005, y después de ser entrevistado y examinado, y aunque se hace referencia a sus supuestos antecedentes no patológicos, se registra que Ricardo, al ser cuestionado sobre los datos de su nacimiento, responde desconocerlos. En seguida, se pasa a consignar y a señalar, de la inspección individual del usuario, que “desde hace tiempo su mamá lo llevaba a los hospitales y que en el hospital Fray Bernardino Álvarez ha ingresado dos veces” Ingresado dos veces, interpretación altamente contradictoria y violenta que cuestiona lo señalado en el documento del HPFBA, pues en el CAIS ubicado en Cuemanco se asentó que el sujeto de observación “refiere internamientos previos en hospitales incluyendo el Fray Bernardino Álvarez.” Ricardo dijo haber sido internado en hospitales, pero, no de atención psiquiátrica. Durante su estancia en la institución, se le valoró, en las distintas áreas disciplinarias, y ninguna de ellas escapó a la tarea de dar su evaluación, juicio y veredicto del tipo de una pericia médico legal psiquiátrica al respecto de su supuesta condición patológica. ¿Por

232 La esquizofrenia es considerada una de las más debilitantes enfermedades mentales conocidas, donde se cree que la persona actúa de una manera inapropiada e inusual o irracionalmente la mayor parte del tiempo. “Esquizofrenia significa una personalidad con pensamientos alterados. La persona encuentra difícil diferenciar lo que es real de lo que no es.” Definición estipulada en el documento citado del Instituto Nacional de Salud Mental.233 García Canal. Opus. cit 77 p. “El poder disciplinario utiliza el examen como técnica de vital importancia, por él se podrán determinar los niveles, las clasificaciones y categorías en que deberán ser ubicados los sujetos y, por tanto, el individuo se vuelve un objeto descriptible, analizable, que permite a su vez la comparación con los demás teniendo siempre un modelo, una idea elaborada de las características del sujeto ideal con el cual los comportamientos de todos los sujetos deben compararse.” 234 Formato Interdisciplinario para el Ingreso de Usuarios. Ver Anexos.

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qué cada una de las áreas tuvo que practicar y ejercitar la elaboración de un diagnostico del tipo psiquiátrico?

231105 (Nota 1 de Medicina General) Beneficiario Ricardo G. Se trata de paciente masculino de 52 años de edad, el cual es traído para valoración médica periódica. Es portador de Esquizofrenia Paranoide.

(Nota 2) Se trata de paciente masculino de talla alta, con buena coloración de tegumentos, bien hidratado, marcha normal, viste ropas de la institución en regulares condiciones de higiene y aliño, cooperador, con lenguaje coherente y congruente fuera del marco de la realidad, acepta alucinaciones auditivas, con ideas de referencia y de robo. Parcialmente orientado en las tres esferas, nula conciencia de enfermedad mental, con acatísia y movimientos gruesos de manos.235

El área de Rehabilitación reportó del usuario Ricardo G. que “[d]esde su ingreso a esta fecha el usuario se muestra renuente al baño, se le tiene que insistir para que lo haga; al comedor acude a la hora indicada. Se le seguirá observando su conducta”. ¿Era raro suponer que una persona que ha estado viviendo en situación de indigencia haya creado otro tipo de habitus, que las circunstancias lo constriñeron a actuar de una manera distinta, de que además haya desarrollado o, mejor dicho, creado otro tipo de formas de sociabilidad dependiendo de la situación, de la pertinencia y la necesidad que construyen valores distintos a los que ya han sido institucionalizados?. Desde un muy particular punto de vista pienso, que sentido tiene o tendría para una persona en situación de indigencia, dadas las caracterizaciones, que se bañen y se cambien diariamente de indumentaria, si es que, para estos sujetos esto fuera posible, porque, ya estando en esta tan difícil situación, el hecho de bañarse y cambiarse diario, por poner un ejemplo, de que le sirven o que necesidades satisfacen o cubren en este tipo de sujetos, cuando, posiblemente, al habitar un lugar –o varios- hostil en el que la violencia cotidiana amenaza día a día su existencia, no solamente en las calles, sino en cualquier entorno. lo que adquiere valor y se vuelve significativo, probablemente, puede ser una cosa muy distinta a lo que nosotros consideramos lo ideal y lo idóneo para poder sobrevivir ¿Qué al ser participes, afectados y afectantes de la sociedad, hayan constituido nuevas formas de sociabilización mucho más contingentes y situacionales?, ¿que talvez en su interrelación e interacción con el entorno, efecto compartido y mutuamente implicado, se dio, la creación de nuevas formas de relación y a su vez generó la producción o efectos de fabricación de nuevos productos de cultura?, ¿No podrían ser nuevas formas, distintas formas de relación e interacción simbólica?

El examen mental -realizado por el área de psicología- efectuado a Ricardo, determinaba que, dentro de los aspectos psíquicos “positivos”, que se comportaba adecuadamente, que este usuario tenía una conducta pasiva236, que su higiene y aliño eran aceptables por ser regulares, pues, la apariencia física y las condiciones de higiene en las que se presenta el sujeto son motivos altamente valorados y además son significativos para determinar si es que esta enfermo -mentalmente hablando- o no, la ausencia o falta de regularidad de los hábitos higiénicos (no bañarse seguido, no rasurarse habitualmente, el no cambiarse de ropa frecuentemente) equivale a estar en un alto grado de descuido

235 Las cursivas son mías.236 “Generalmente, tiene[n] dificultades con los demás, a veces se retraen, se aíslan. Otros responden en forma agresiva y hace que los demás se alejen de él. Otros asumen una actitud pasiva, siendo utilizados por los demás.(…) Una persona enferma no organiza su vida, no tiene metas para desempeñarse (…) Hay alteración en el desempeño de las funciones, en la vida familiar, social y ocupacional.” Fragmento extraído del cuadro explicativo y de contrastación entre lo que clínica y socialmente se considera –de acuerdo al Instituto Nacional de Salud Mental- lo que es la persona sana y lo que es la persona enferma, el cual, fue incluido en el material didáctico proporcionado por el organismo especializado en las problemáticas de la salud mental a los técnicos de Casa Cuemanco que asistieron al coloquio-seminario que era parte de un curso formativo y de actualización, el cual fue impartido por los Psiquiatras Honorio Delgado e Hideyo Noguchi

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e insatisfacción por su propia persona, a lo que llaman dromomanía, lo que, en pocas palabras, equivale a estar loco. En lo que respecta a las funciones mentales superiores del usuario, como por ejemplo, el cálculo y la síntesis, se valoraba que estaban parcialmente conservadas; sobre su comprensión y capacidad de abstracción se evaluaban como plenamente conservadas. Que su estado de ánimo era eutímico y el temperamento tranquilo. El problema más trascendental e importante, aunado a la etiquetación como esquizofrénico paranoideo, lo que dejaba aun más máculas en la evaluación psíquica de este sujeto era que, a éste le gustaba, le satisfacía mucho masturbarse y después de hacerlo se ponía a hablar con algunas personas sobre ello (con mi compañero de la UAM y conmigo). Pero, esto último, no fue algo que sucedió de manera espontánea, se dio después de cierto tiempo de estarnos tratando, de intentar no criticar, fue, de algún modo, parte del resultado o de los efectos de nuestro trabajo de aproximación a los sujetos del campo de investigación, después de que mi compañero de la UAM y yo conversamos en varias ocasiones durante varias semanas con él. Lo que para unos era un verdadero desastre para nosotros era un logro significativo. Pues para nosotros era una forma de diálogo, de punto de contacto con el otro. Los técnicos están acostumbrados a ver cosas “raras” que cuando consideran conveniente reprimen o castigan, pero, en esta ocasión, el rompió el cerco y se puso a hablar de más, sólo a un enfermo mental se le ocurriría hablar con los demás de lago tan personal. Hablar de esto era algo tan desagradable y perverso. No se si sea mi imaginación pero, Ricardo, quien tenía poco de habitar la casa, quien llegó casi aproximadamente al mismo tiempo que nosotros; quien, además, se acercaba constantemente a pedirnos cigarros y hablar “descaradamente” con nosotros, pues, al conocerlo, mi compañero le decía que con nosotros no había bronca -otras veces fue por bromear o “alburearse”- que si nos decían algo, cualquier cosa, no procederíamos a hacer sus comentarios públicos; que mucho menos los íbamos a juzgar por lo que dijeran, por lo que, talvez, creyó que todos éramos así, que, de todo lo que él dijera a cualquiera que se lo dijera no lo utilizaría en su contra. Al principio sus más íntimos comentarios sólo nos los decía a nosotros, después, se “descaro” y lo hizo con casi todos -con esto casi se hace referencia solamente a algunos de los técnicos, principalmente de psicología- los que tenía contacto cercano al respecto de las personas que laboran en el lugar, Ricardo hizo extensivos los comentarios sobre sus oscuras prácticas a un grupo heterogéneo de personas, los hizo “casi del dominio público”, situación que suscitó que los ojos de los expertos en la salud mental se posaran sobre él. Volviendo al tema del examen mental. Este dictamen es una de las partes que se considera de las más importantes y significativas en la evaluación psicológica y psiquiátrica del centro en general al respecto del sujeto, pues, se cree que, por ejemplo, y tomando como referencia el diagnóstico de este sujeto en particular, que en las exploraciones hechas por los técnicos –psiquiatra o psicólogo-, del análisis efectuado a partir de la exploración-observación, se puede dar cuenta a partir de la sintomatología, de la naturaleza del mal, de lo que se derivan los procedimientos y técnicas correctivas o de control que deben ser efectuadas para vencer el mal. En este examen se toma mucho en cuenta el o los discursos que se consideran están en referencia directa e indirecta a los pensamientos e ideas de tipo alucinatorios, pues, se cree que, como falsas percepciones, son significadas como efectos psicopatológicos generados por la enfermedad; las alucinaciones nos dicen, significan, en general, que la persona escucha, ver u huele algo que los demás no escuchan, no ven o no huelen. Además, en esta tecnología, se exploran síntomas psicopatológicos denominados como delusiones, que son consideradas como falsas creencias que no pueden ser cambiadas y que los demás no comparten. En la situación de Ricardo, sus ideas delirantes de referencia y persecución ¿tendrían que ver con la idea de sentirse perseguido por la no sólo por la policía sino también por otro tipo de protectores sociales de los marginados?, ¿podría ser que, por saberse constantemente vigilado, agredido, detenido, etc., su “idea paranoica de daño” surtiera efecto?, pues cono dice García Canal al respecto de la arquitectura panóptica: “los sujetos se saben observados constantemente, aunque sin saber en que momento preciso el vigía ha dirigido sobre ellos su mirada; por tanto, se controlaran a si mismos] por temor a ser descubiertos por alguien que no conocen, no saben si existe, ni si realmente hay alguien que los este observando.”237 Pero, esto es de acuerdo a una construcción de tipo panóptico, pero, si el 237 García Canal. Opus cit. 80 p.

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panóptico esta en la calle, es móvil, multiforme, si se ha constituido como una parte que se ha incorporado, se ha grabado en el cuerpo del sujeto normalizado?, ¿qué papel juegan las unidades de Protección Social denominadas PASE para la configuración de tal paranoia? posiblemente ¿se podrían tornar paranoicos por la persecución y vigilancia constantes, por el miedo o el temor al daño provocados? ¿por este efecto de la introyección de los efectos panópticos en los que se puede ser visto sin poder ver a aquel que nos vigila, que nos observa desde las sombras sin ser visto pero que se cree que esta ahí? ¿o es porque sí esta allí, en todas partes y ha adoptado otras formas, otros mecanismos de castigo y de control? En su no decir se decía algo al respecto del fantasma-susurro o murmullo discursivo que daba sentido a su silencio pero que se ocultaba en la supuesta conversación que, de alguna manera nos hacia participes del presente que éste vivía. En el momento de su captación, probablemente, les manifestaba a sus protectores, en el afonía enunciada por su discurso, un no dicho que afectaba su manera de ser, de decir y de comportarse que, de alguna manera también hacía referencia a los elementos de PASE, a las personas que lo sitiaron y violentaron, y a quien sabe que tantas cosas más. Probablemente, también, y desde su llegada no tuvo la confianza ni la voluntad de decírselo a sus nuevos tutores por motivos conscientes e inconscientes que no pudo o no quiso revelar. Aunque siempre negó alucinaciones auditivas se consideró que éste las tenía, evidenciadas a través de los supuestos comportamientos anómalos que él tenía dados sus extraños comportamientos y pararrespuestas de evidente juicio anormal o desviado.238 ¿Qué es lo que se considera una pararrespuesta? ¿Por qué este discernimiento discriminativo o juicio es considerado como desviado? La psicóloga que le examinó registró que solamente estaba orientado en persona -con esta prueba en particular se supone se debía corroborar que el usuario tiene consciencia de su propia persona, de que sabe quien es el mismo- pero también, ella anotó, que en la entrevista-examen no se habían podido valorar las otras esferas ( tiempo, espacio y circunstancia), punto clave y fundamental del que se parte para efectuar la valoración del supuesto estado patológico o anormal del sujeto y que se considera como uno de los aspectos más importantes del examen mental, pues en estos puntos, se registra si el individuo sabe donde está (en que lugar se encuentra y sus características), en que momento vive (momento histórico, año, mes y día) y si es que tiene o no conciencia de su enfermedad (si es que sabe de la enfermedad que padece). Curiosa situación porque la psicóloga que hizo esta nota, aparte de que tiene aproximadamente como seis años de trabajar ahí, ella es la encargada, pues le delegan la responsabilidad, de revisar y dar el visto bueno a las valoraciones y exámenes mentales que hacen los prestadores de servicio social de este CAIS. Con esto no queremos hacerla responsable del problema, pues, como componente de la estructura –elemento de ésta- ocupa un lugar o posición, un rol que le atribuye funciones y atributos, hace decir y hace actuar de cierta manera en la maquinaria social particular, pero, a pesar de ello, queremos hacer mención de un detalle que, cómo es que el poder de influencia y afectación del dispositivo que la atraviesa, condiciona su relación operativa en el contexto, pues en esta sujeto existe una gran implicación con la teoría psicoanalítica. Esta sujeto, el dispositivo psicoanalítico singularizado instruido en materia de psicosis, y en el cual aun se esta formando (dándose forma), hace que todo lo que lea y vea, lo que enuncia y visibiliza del sujeto, entre en relación vertical y constante con los códigos inscritos en el cuerpo, los cuales están afectados e influidos no sólo por las teorías psicoanalíticas sobre la psicosis, sino también por las prácticas cotidianas que se dan día a día en lo que se considera el cuerpo de la psicosis, materializado en el sujeto, que vinculadas y en constante afección, constituyen los nuevos saberes que graban y reinscriben dicho cuerpo. Conocimientos que se traducen, en este caso, en términos o palabras psicoanalíticas que pretenden ser los vehículos reveladores de las esencias y características de la enfermedad, asimismo, de proveer la posibilidad de inteligibilidad a partir de la clasificación y distinción de las formas y los contenidos que se han particularizado y se incorporan a las distintas clases y tipos que existen y que denotan que se trata de tal o cual enfermedad mental, y además, de incorporarse -dichas prácticas que se constituyen en saberes- como conocimientos innovadores que proporcionan mayor comprensión sobre ignorados fenómenos del mal y de las probables causas o 238“Los síntomas dejan transparentar la figura invariable, un poco en retirada, visible e invisible de la enfermedad.” Foucault. “El nacimiento de la clínica” 131 p.

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etiologías que producen las diversas psicopatologías humanas; como ya se dijo, fundan nuevos saberes sobre éstas y se han ido construyendo y constituyendo en los pilares acción del ejercicio del poder de las instituciones disciplinarias. De lo hablado por Ricardo, se toma en cuenta que: su lenguaje aunque emitido en tono y volúmen adecuados es parcialmente coherente y congruente. ¿A partir de que juicios o prejuicios se considera que el lenguaje, que en este sentido es considerado como vehículo de los contenidos del pensamiento, es coherente y congruente? El axioma y lenguaje esquizofrenizante239 se inscriben y significan en este cuerpo-objeto, por medio de los discursos en acción, se muestran las cualidades y formas inherentes de la personalidad anormal y sus efectos expresados en los pensamientos, los cuales han sido alter-ados por la enfermedad. Se cree que para este tipo de persona es difícil diferenciar lo que es real de lo que no es. Es como tener un sueño cuando se está despierto. Al no corresponder con los modos y modelos ideales, hegemónicos y normales se margina y descalifica lo que diga o pueda decir. Pero ¿qué es lo que aquí se considera como lo real?Finaliza estableciendo su propio diagnóstico Dx.: Trastorno Mental y del Comportamiento secundario al consumo de múltiples sustancias, pues, en la historia clínica de este sujeto se informó que había aceptado ser un toxicómano, de haber sido consumidor de drogas que regularmente fueron a base de marihuana e inhalantes, aproximadamente a los 22 años

Área: Psicología. (…) “Nombre: Ricardo G. P. (…) Edad: 52 (…) Contenido del pensamiento: (…) Otras: masturbatorias (…) Funciones Mentales Superiores: Cálculo: Conservado parcial; Síntesis: Conservada parcial; Abstracción: Conservada; Comprensión: Conservada (…) Estado de ánimo: Eutímico (…) Temperamento: tranquilo (…) EXAMEN MENTAL: Aspecto general: desaliñado. (…) Conducta: pasiva (…) Actitud: tranquila (…) Higiene y aliño: regular. (…) Conformación: adecuada. (…) Facie característica: normal. (…) Modales: adecuados. (…) Huellas (…) tabaquismo: Ninguna. (…) Marcha o movimientos anormales: No. (…) Orientación: Tiempo: No evaluado. Espacio: No evaluado. Persona: Sí. Circunstancia: No evaluada. (…) Memorias: Inmediata: conservada. Mediata: conservada. Remota: conservada. (…) Lenguaje: Tono y volumen: Adecuado. (…) Coherencia: parcial. (…) Congruencia: parcial. (…) Llega a metas: parcial. (…) Sigue una directriz: parcial. (…)Dx.: TMC240 sec. al consumo de diferentes sustancias. (Firma Psicóloga G. M.)

Eric241, es uno de los pocos sujetos, que hasta la fecha, aun quedan de la antigua estructura social denominada como Casa 4. El motivo por el que ingresó a esta institución fue, no solamente por estar en estado de ebriedad, sino además, por su aspecto desaliñado, por no tener trabajo y estar vagando por las calles del Centro de la Ciudad, muy cerca del mercado de Mixcalco. Captado por elementos de Protección Social242 se le canalizó a la Casa 2 (a la Plaza del Estudiante ingresó el 08 de abril de 1988) y posteriormente se le lleva al Hospital Rubén Leñero, del cual fue egresado por considerarse que dicho sujeto no ameritaba la hospitalización, ya que de acuerdo al médico, Eric sólo presentaba un Síndrome de Supresión Etílica, por lo que inmediatamente sale de esta institución. En los registros

239 Se considera que el psicótico puede conversar de una manera difícil de seguir, que su discurso no tiene sentido, se reconoce que es, aparentemente, complejo, pero, además que, no es lógico, ni coherente, que esta fijo en una idea absurda. También, por un lado, se determina que se dan los casos en los que se dicen o se pueden decir palabras inusuales o expresiones extrañas. Por el otro, se considera que también puede ser que se hable poco y por esta situación no sea posible conversar con él.240 Trastorno mental y del comportamiento.241 Este sujeto, originario del estado de Michoacán, en el momento de su captación, contaba con 29 años de edad, aproximadamente lleva, hasta la fecha, 18 años de estar bajo los cuidados de Asistencia Social. Los datos referidos están consignados en el expediente realizado en el CPS2 (Centro de Protección Social No 2 “Plaza del Estudiante) y que ahora es parte del archivo de Casa Cuemanco.242 “Motivo de ingreso: ingresa a esta institución (…) captado en el mercado de Mixcalco por elementos de Protección Social (…) En el D.F. no cuenta con ningún familiar (…) Diagnóstico social: adulto que no cuenta con familiares. Se quedaba a dormir afuera de un edificio, no cuenta con empleo (…) Se considera conveniente que permanezca en la institución para continuar seguimiento de caso”

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de la Casa no se dice que pasó con Eric inmediatamente después de su salida del hospital, pero se tiene nota de que, a un poco más de un mes, el 27 de Mayo, éste reingresa a la Casa 2, puesto que, nuevamente fue recogido y por el mismo motivo –vagancia- por la camioneta de Protección Social, ahora sobre las calles de Correo Mayor y República de Uruguay, de lo que la institución reporta, del todavía beneficiario, que: se quedaba a dormir afuera de un edificio muy cerca de un lote baldío, pero creemos que lo más importante y significativo es que, en este documento, se solicitó que se le efectuara una valoración psicológica. ¿Por qué o para qué? El 10 de junio de 1988 la Casa de Protección Social No 4 se reportó que Eric se encontraba hospitalizado en el INER (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias) y en el cual estaría internado por un periodo de tres meses por encontrarse probablemente afectado de Tuberculosis pulmonar243, se pensaba que era el tiempo necesario para poder controlar la enfermedad. Los estudios de baciloscopía realizados en el nosocomio al beneficiario fueron negativos por lo que se le dio de alta. En los documentos de la aun Casa 4 se hacía constar que le beneficiario Eric C. S. había ingresado a esta de manera voluntaria, y, en otro de los manuscritos de la misma institución, posteriores a su salida del INER, se registró que el beneficiario había tenido ya varios ingresos a Casas de Protección Social, pero, lo que más nos llamó la atención fue que en su expediente se da el dictamen y diagnóstico psíquicos, emitidos por el área médica, en los que se le declara como portador de Esquizofrenia Paranoide la cual, probablemente, fue causada por algún tipo de Síndrome Orgánico Cerebral. El 14 de septiembre del 88, el sujeto de protección social Eric, solicita su baja a la Trabajadora Social del CPS No 4 ya que éste consideraba que se ya encontraba en mejores condiciones y con la fuerza suficiente para irse de allí. Eric proporcionó el nombre y la dirección de la persona que dijo lo iba a emplear al salir de la Casa 4, por lo que, la servidor público le informó que era su deber cotejar e investigar la información proporcionada por el beneficiario. Pasados más de quince días Eric se tornó hostil con el personal del CPS 244 pues ya no desea permanecer más tiempo en la institución y se le intenta persuadir de su difícil situación personal, se le trata de convencer de que proporcione datos sobre sus familiares a lo que él se niega. Responde que

cuenta con familiares en E. U. y en D.F. pero que no desea proporcionar sus direcciones ya que no quiere recibir ayuda de ellos (…) Menciona que toda su familia es independiente; cada uno de sus miembros vive su vida y arregla sus problemas por si mismos sin ayuda de los demás.

Se le mencionó que debía “estar consciente que su enfermedad es contagiosa y que si no hay control puede infectar a otras personas a su alrededor.”, que “Cuando salga de aquí, de él es la responsabilidad de seguir con tal tratamiento. [Además de que] Debe pensar si podrá comprar los medicamentos.” El beneficiario “expresa su deseo de salir de la institución ya que piensa buscar trabajo y vivir en unión libre con alguna mujer para formar un hogar”. Se pensaba en lo grave de su situación, por un lado, por su supuesta condición enfermiza e infecciosa, que implicaba una epidemia potencial que se traducía en motivo suficiente y significativo por el cual no debía dejársele salir ya que si se le permitía esto podría constituirse en un factor patógeno de posible contaminación e infección que ulteriormente probablemente derivaría en un problema delicado de salud publica. Por el otro, se consideraba en su incapacidad para valerse por si mismo la cual se incrementaba por su deteriorada condición psíquica. Su deterioro mental se fundamentó en pretendidas incoherencias y contradicciones emitidas en su discurso. Lo que aparentemente él quería, en ese momento, era salir de allí, y como se le solicitaba, se le demandaba por parte de la institución a través de los técnicos un

243 100688 CPS4 (Centro de protección Social No 4 “Cuemanco”) “Motivo de ingreso: vagancia (…) Se encuentra hospitalizado en el INER desde el 08-06-88 por Dx. Hemoptisis prob. sec. T. B. (…) permanecerá aproximadamente 3 meses (…) dice tener esposa e hijos pero no sabe dirección.”“De acuerdo con Tx. Médico del Dr. del INER, éste, presenta Tuberculosis Pulmonar”244 “se entrevista a el beneficiario con el fin de explicarle su situación de estancia en esta institución ya que ha mostrado una actitud hostil, antisocial con el personal de Casa # 4.”

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plan y proyecto de vida, probablemente, Eric manifestó una u otra ideas que estaban en relación o que eran acordes a lo que las autoridades del CPS esperaban escuchar de éste sujeto. El reglamento y la normatividad vigentes todavía en el año de 1988 habilitaban al beneficiario para reclamar la baja “voluntaria.”.245

041088 Baja Voluntaria “Estoy enterado y de acuerdo que mi baja no es obligada por ningún miembro de esta Casa de Protección Social, y que por tal motivo y en virtud de que mi baja es solicitada por voluntad a partir de esta fecha (…) soy absolutamente responsable de mi persona, por lo que deslindo de toda responsabilidad a la CPS # 4 (…) dejo de ser sujeto de protección social”246

El día 27 de junio de 1989 se registró en los archivos de la Casa de Protección Social No 2 que: “Con esta fecha el beneficiario ingresa a esta institución, es derivado por vagancia, captado en Fray Servando y La Viga (…) Al entrevistar al beneficiario nos refiere que en el mes de junio se canaliza a la CPS # 4 de estancia prolongada247 de la cual desertó; también informa que no cuenta con familia que se responsabilice de él, encontrándose en malas condiciones de salud con un probable TV.(…) Pronóstico social: (…) canalización al Hospital INER y posteriormente con el tratamiento que se le indique. Se enviara a la Casa No 4”

071189 CPS2 “Se realiza visita al INER (…) conjuntamente con el Dr. Ávalos, jefe del Servicio Médico, ya que se tuvo reporte a través de Trabajo Social que el beneficiario presentaba problemas dentro de la institución, ya que no quería tomar los medicamentos, que era muy agresivo con el personal médico como con sus compañeros. Se habla con la Dra. Carvajal, persona responsable del tratamiento, quien indica que Eloy es una persona difícil de manejar ya que no quiere tomar sus medicamentos, pero que todavía esta mal de salud, que en cuanto salga de su baciloscopia negativa nos lo entregaran.Se habla con el beneficiario al cual se le hace ver la conveniencia de su estancia en la institución y de presentar buena conducta.Pronóstico: Beneficiario que se encuentra hospitalizado y que esta dando problemas de conducta (negativa)”

De acuerdo a la revisión que hice del expediente del usuario Jesús de Gortari (llegó al CAIS “por carecer de hogar y por padecer de sus facultades mentales” en el año de 1988) quien fue diagnosticado como RMM a P (Moderado a Profundo) y al considerar -uno de los médicos de la institución- que “no existe actividad psicótica aparente, ni tampoco estados de agitación psicomotriz, no se considera justificado el manejo con neurolépticos (...) por lo que se recomienda sólo modulador cortical248” De acuerdo a esto, el paciente no es considerado un paciente psicótico, entonces, ¿cual es el sentido del tratamiento farmacológico? En otra nota “se refiere que el paciente reportó alucinaciones auditivas y visuales por lo cual se instaló medicación con fármacos neurolépticos” ¿Cómo se sabe que esta alucinado? En las notas de las diversas áreas del centro –Psiquiatría, Psicología, Trabajo Social, Medicina, Enfermería, Rehabilitación- registran que el usuario solamente responde ¿no sé?, es la frase con la que contesta a la mayoría de las preguntas de los distintos

245 041088 CPS4 “El día de hoy se hizo una reunión con el equipo interdisciplinario y el beneficiario ya mencionado con el fin de ver su caso ya que él manifiesta el querer su baja voluntaria. Al entrevistarlo refiere diferentes cosas tales como: el querer ir con su patrón para pedirle trabajo, pero después, dice que no quiere trabajar. Se le pregunta en donde va a trabajar de comerciante en concreto. Es una persona incoherente e incongruente. Por acuerdo del equipo y porque el beneficiario no toma sus medicamentos y no coopera en la institución (aseo de dormitorio) se decide a darle la baja voluntaria. Se le da receta médica y la dirección del hospital INER (…) para que continúe su tratamiento”246 Las cursivas son mías.247 Pues en Plaza del Estudiante no se asilaba a los beneficiarios, sólo era un espacio donde se proporcionaba desayuno, cena y lugar para pernoctar. 248 Que en este caso fue Carbamazepina. Además de serle suministrados Tegretol y Rivotril, este último, utilizado para controlar las afecciones (Convulsiones) de los pacientes con Crisis Convulsivas Tónico Clónico Generalizadas (CCTCG).

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interrogatorios que se le han hecho. De acuerdo a lo redactado no hay registro alguno de otro tipo de comentario que fueran emitido por parte del sujeto en cuestión, por mi parte, no entiendo como llegaron a tales conclusiones ¿no que solamente les responde “no sé”? ¿No reportan que sólo emite sonidos guturales? Lo que expresaron diversos técnicos del centro era que sólo “emite monosílabos y sonríe de manera bobalicona” ¿Cómo se llegó a la “conclusión” de que alucina si no lo puede comunicar? ¿Es a partir de sus “síntomas”? Pues, además, como señalaban en sus notas –los profesionales de la salud mental- decían que existía -existe- un grave deterioro cognitivo por el cual, no existe la posibilidad de comunicación de manera óptima con el paciente mencionado, entonces ¿que sucede? Además sobre otro usuario del CAIS al que hemos nombrado como Carmelo, ingresado en el año de 1989, a lo largo de su estancia se le ha diagnosticado con los siguientes tipos de enfermedad mental: Síndrome Orgánico Cerebral, Demencia Moderada, Retraso Mental Moderado por Daño Orgánico Cerebral, Trastorno Mental y del Comportamiento sin especificación, Pb. Esquizofrenia Residual, TMC sec. a Disfunción Cerebral, Trastorno Mental y del Comportamiento Orgánico, Trastorno Psicótico Agudo con Ideas Delirantes. Pero la Psiquiatra actual señala que: su “Dx. no es posible ya que no se conocen factores que condicionen daño orgánico” De que se trata, de un ¿Quién da más?, ¿de quien le “atina” a lo que “probablemente tiene”?, ¿de ponerle una etiqueta a toda costa ¿de un ¿Adivina, adivina quien, juguemos a adivinar que tipo de loco es, y qué es lo que este tiene?

El examen mental integral denominado como SOAP es el recurso tecnológico utilizado para visibilizar, enunciar, es el instrumento clínico aplicado para interpretar, analizar y determinar la naturaleza de la enfermedad a partir de las sintomatologías del sujeto, además de establecer los procedimientos que serán usados para tratar de atacar, controlar y erradicar –temporalmente- las manifestaciones y problemas de la enfermedad mental. El dispositivo SOAP además es un instrumento reactivo que se usa para intentar contrarrestar e interrumpir las actividades psicóticas.En el dispositivo249 SOAP consta de cuatro partes, las cuales se dividen en: aspecto subjetivo o S, en el cual se busca incorporar en el examen para su posterior análisis la percepción global del individuo notificada por él mismo o por otras áreas. La categoría O, la más importante de todas o mejor conocida como examen mental, en esta parte se busca registrar, observar, dictaminar, diagnosticar a detalle cada una de las percepciones que se tengan de los aspectos físicos y psíquicos del sujeto de manera integral. Con preeminencia del aspecto psicológico. La siguiente clasificación es la A o también denominada como categoría de análisis integradora de los puntos S y O, de lo cual se emite el dictamen o síntesis evaluatoria (diagnóstico) de la condición psicosocial integral del usuario. Por último, el aspecto P o del plan o proyecto (del tratamiento o de la terapéutica) a seguir como recomendación de las acciones que deben ser llevadas a cabo las cuales se consideran necesarias para ser efectuadas como parte del procedimiento socializador en beneficio del proceso de curación o control. Así como también de establecerse en este punto el pronóstico de vida en los aspectos social e individual, en términos de positividad o negatividad, que se establecen a partir de los criterios del psicólogo por medio del análisis clínico, que implicaran si es susceptible, si es posible que se le permita su eventual salida. Foucault nos dice que: “(…) [el] examen percial psiquiátrico, hace que la sentencia (…) [implique] más o menos oscuramente, juicios de normalidad (…) y la sentencia que condena o absuelve no es simplemente un juicio de culpabilidad, una decisión legal que sanciona; lleva en sí una apreciación de normalidad y una prescripción técnica para una normalización posible

249 Ver Deleuze, Gilles. “¿Qué es un dispositivo? En: Michel Foucault, filósofo”. Gedisa Editorial. “Las dos primeras dimensiones de un dispositivo (…) son curvas de visibilidad y curvas de enunciación. Lo cierto es que los dispositivos son como (…) maquinas para hacer ver y para hacer hablar. La visibilidad no se refiere a una luz en general que iluminara objetos preexistentes; está hecha de líneas de luz que forman figuras variables e inseparables de este o aquel dispositivo. Cada dispositivo tiene su régimen de luz, la manera en que ésta cae, se esfuma, se difunde, al distribuir lo visible y lo invisible, al hacer nacer o desaparecer el objeto que no existe sin ella (…) si hay una historicidad de los dispositivos ella es la historicidad de los regímenes de luz, pero es también de los regímenes de enunciación.(…) Pertenecemos a ciertos dispositivos y obramos en ellos.”

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(…) [al psiquiatra] le toca decir si el sujeto es “peligroso”, de qué manera protegerse de él, como intervenir para modificarlo, y si es preferible tratar de reprimir o curar (…) tiene que sugerir una prescripción sobre lo que podría llamarse su “tratamiento médico-judicial” (…) la operación penal entera se ha cargado de elementos y de personajes extrajurídicos (…) castigamos, pero es como si dijéramos que queremos obtener una curación. La justicia criminal no funciona hoy ni se justifica sino por esta perpetua referencia a algo distinto de sí misma, por esta incesante reinscripción en sistemas no jurídicos y ha de tener esta calificación por el saber (…) Un saber, unas técnicas, unos discursos “científicos” se forman y se entrelazan con la práctica del pode de castigar250

El resumen de caso tiene la finalidad de generar y ser utilizado para establecer en una síntesis global la historia totalizada del sujeto (situación social, médica, psicológica, etc.) con la finalidad de establecer el perfil que atañe y así sea –como posibilidad- canalizado al centro que, de acuerdo a su tipo le corresponde. Los siguientes ejemplos nos muestran dos tipos distintos de examen mental que se utilizan en el CAIS. El primero de ellos es el examen que ha sido dejado a un lado hace algún tiempo porque, de acuerdo a las prácticas sociales que se han instituido y normativizado, y que se han hecho cotidianas a fuerza de uso, han dejado su lugar al SOAP, que es el examen del segundo ejemplo.

(Sin Fecha) Nombre: A. B. Armando. (…) Edad: 27 años.(…) Escolaridad: 6º año de primaria. (…) Ocupación: albañil. (…) Estado civil: soltero. I.- Aspectos Generales: (…) durante la aplicación lo observo consciente y tranquilo; por lapsos, con risas sin condicionante externo251, repitiéndose esta situación por tres ocasiones; siguiendo las órdenes que se le indican; cooperador a la misma, sin embargo, continuamente se le indicaban las instrucciones de las pruebas a realizar sin poder entenderlas el todo.II.-Aspectos intelectuales: Al explorar el área de inteligencia las instrucciones de las pruebas no fueron entendidas, por lo que al sujeto continuamente se le indicaban, realizando los ejercicios de control los cuales ejecutaba inadecuadamente descontinuándose el ARMY-BETA y DOMINO en los primeros ensayos, siendo las únicas pruebas de inteligencia con que se cuenta en estos momentos. Sin embargo, dadas las conductas manifiestas en su ejecución se observa a un sujeto con RMM. En la prueba de Bender se observaron francas alteraciones de tipo orgánico como: rotación, fragmentación, omisión, inconsistencia de movimiento, regresión, angulación, mal manejo de los espacios. Observándose un notable aumento de las figuras, expansivo, dibujándose una tarjeta en cada hoja en blanco. Las capacidades más interferidas son: comprensión, coordinación visomotora fina, memoria, abstracción y juicio, tanto en su aflicción como en su aspecto teórico se piensa que en su dotación intelectual real es mejor a la registrada, sin embargo su rendimiento intelectual diario se ve disminuido.III.- Aspectos emocionales: en las pruebas aplicadas sus conductas fueron regresivas realizando las figuras del Machover y HTP con una pobre imagen corporal así como en estructuras, observándose las siguientes características de personalidad: inseguridad, tendencias al retraimiento, poca tolerancia a la ansiedad, impulsividad, características regresivas, tendencias a las fantasías, su pensamiento es a nivel concreto, debilidad y vulnerabilidad, observándose en lo general características y rasgos infantiles.

Exámenes SOAP252

280398 CPS4 (Área: Psiquiatría) -Nota sobre Gabriel L.- Dx.: CCG253. RMM (…) Examen mental: se trata de paciente masculino (…) íntegro, bien conformado, facies bobaliconas, se encuentra en regulares condiciones de higiene y aliño. Actitud libremente escogida, es accesible a la entrevista, trata de ser cooperador, es abordable. Se encuentra orientado en persona, desorientado en tiempo y lugar. Su consciencia neurológica es clara, comprensión disminuida (…) Lenguaje mal articulado, parco, repetitivo, (…) menciona (…) frases “me trajo de allá de Nogales… no sé para qué (…) trabajaba con el señor Andrés y su esposa (…) limpiaba pisos” No se detectan alucinaciones en el 250 Foucault, Michel. “Vigilar y castigar” Siglo XXI Editores. Argentina. 2002. 19-29 pp.251 Cual es el sentido de decir sin condicionente externo. Esto es una variante de ¿Estimulo-respuesta?252 No los hemos integrado al trabajo de manera íntegra.253 Crisis Convulsivas Generalizadas.

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contenido del pensamiento, niega alteraciones sensopreceptuales. Afectivamente impresiona embotado, aunque refiere sentirse bien (…) no puede hacer cálculos mentales, ni saber (…) diferencias y semejanzas que se le preguntan, memorias parcialmente conservadas. CI impresiona subnormal. Juicio disminuido.

210306 (Nota de Actualización sobre Javier L.Q. realizada por mi compañero de la UAM) (…) O.- paciente de sexo masculino con 59 años de edad, estatura media, complexión robusta, tez clara, ojos verdes claro, cabello corto castaño con barba entrecana, íntegro físicamente y mal conformado. El señor Javier L. se encuentra consciente, alerta y cooperador al momento de la entrevista. Presenta marcha claudicante debido a lesión en su miembro inferior derecho (…) Se encuentra orientado en persona y lugar, mas no en tiempo. Su lenguaje es coherente y congruente en tono y volumen adecuados; sigue una directriz y llega a metas. Su memoria remota se encuentra parcialmente conservada mientras que la mediata y la inmediata se encuentran bien conservadas. Su proceso de pensamiento es abstracto. No presenta alteraciones en la sensopercepción y no las aparenta. Es consciente de enfermedad mental propia “pues si uno pierde la memoria, no ha de estar del todo bien”. Su heterojuicio se encuentra conservado.(…) A.- El señor Javier L. aunque no se ha integrado a ninguna actividad propia del CAIS ha logrado adaptarse a la vida institucional, teniendo buenos hábitos de higiene y aliño. El señor no ha logrado establecer vínculos sociales significativos aunque se muestre tolerante y hasta amable al momento de interactuar con sus compañeros. Por otra parte, el señor Javier L. se muestra bastante ansioso por conseguir cigarros, si se le observan las manos se ven marcas de cigarrillo. Desde que el Sr. Llego al CAIS se ha mostrado asintomático de acuerdo a su diagnostico psiquiátrico, es decir, a mi no me impresiona Esquizofrenia Paranoide ya que el tiempo que llevo frecuentándolo cotidianamente nunca he observado síntomas de enfermedad, por otro lado, creo que él se acostumbro a vivir en la calle y las circunstancias lo llevaron a actuar diferente mas no patológicamente.

Pedagogía y farmacología.

161205 254“(…) los usuarios Marcos E. (…) y Juan M. D. tuvieron una riña, (…) por causa de un cigarro. Juan dice que E. le pegó cuando, supuestamente, le reclamó un cigarro que E. le había vendido, el cual, no recibió. Juan estuvo conmocionado unos minutos por los golpes de E. Cuando me acerque para ver si respiraba y valorar si estaba o no consciente, le hablé y me respondió lo citado en las líneas anteriores. El Dr. D. –medicó de la institución- comentó que anteriormente ya se había comportado psicóticamente y tenido conductas agresivas con otros usuarios. La nota tiene la finalidad de informar para que se le de seguimiento a la situación referida entre ambos usuarios. Ya hablé con Juan (…) para marcarle límites, al otro usuario no pude encontrarlo. Por favor revisen y/o evalúen la situación”

A un individuo, de nombre Juan M. D., con el cual tuve contacto por primera vez, al darse uno de tantos recorridos generales que daba por la institución una situación de conflicto; suceso, del que di cuenta de la siguiente manera: mientras caminaba por los alrededores del lugar vi como uno usuarios, 254 Las notas tomadas en referencia a la bitácora del área de psicología –las fechas- serán registradas en cursivas para diferenciarlas de las fechas registradas en el diario de campo.

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de nombre Marcos E., estaba arrastrando fuera del dormitorio número tres a un sujeto al cual jalaba de los pies para poder transportarle, esa situación llamó mucho mi atención, pues, en ese instante, no sabía que había pasado, ni que pasaba, no tenía ni la más mínima idea de los motivos que tenía para hacer lo que hacía (y creo que ni lo sabré, de aquí en adelante lo que se diga al respecto es y será pura especulación). Mientras aquel depositaba a este en las inmediaciones del dormitorio, específicamente, en el espacio exterior que esta cubierto de pasto, que de alguna manera la hace de jardín, E. le remolcaba hacia el pequeño prado localizado en las proximidades del pabellón referido. De lo observado, empecé a buscar razones y conclusiones, deducciones o abstracciones sin fundamento, buscaba respuestas de lo que había sucedido, pensaba, antes de haber preguntado, que... talvez, esa circunstancia correspondía o estaba en función asistir, de brindarle auxilio al sujeto que yo percibía como en estado de inconsciencia, quien probablemente, al haber sufrido una crisis convulsiva se intentaba darle algún tipo de ayuda, imaginaba muchas cosas, ajustaba lo que pensaba con la situación vivida, pero, ¿realmente eso había sucedido? Cuando este personaje se percato de mi presencia, cuando vio que prestaba atención a lo que él hacía, y a su vez, al darse la vuelta, al girar su cabeza y echar un vistazo en la otra dirección, y mirar así otro de lados del dormitorio, advirtió que no solamente mi presencia, sino que además, uno de los Enfermeros, de nombre José C., asignado al turno había sido testigo de lo ocurrido, y quien al haberle visto le grito desde donde estaba: “¡¿Qué le hiciste?! Por lo que E., renunció a seguir arrastrándole, y le abandonado en el césped, para posteriormente, marcharse, alejándose así del lugar, para finalmente, retornar a su dormitorio, como si no hubiera pasado nada. El enfermero corrió a solicitar la ayuda de un doctor para que revisara al sujeto desvanecido. Al acercarme me percate, al inspeccionarle superficialmente, de lesiones en cara y cuerpo. Decidí entrar a preguntarle a E. que era lo que había pasado, pero, antes de poder acceder al dormitorio, antes de entrar, un sujeto, usuario del lugar me informó: “Le pego por un cigarro, lo pateo porque no quiso darle un cigarro”. Le pedí, a este individuo, que por favor se fuera a la enfermería por un doctor para darle atención médica al sujeto que habían vapuleado, decidí tomar esta medida como una estrategia para presionar al personal médico, pues, como en otras ocasiones, ya había pasado algún tiempo considerable (el servicio médico esta situado a menos de cien metros del lugar en cuestión, y por lo menos, en cada turno hay un galeno que –regularmente- permanece en alguno de los cubículos-consultorio del área. Por lo que después nos preguntamos: ¿Cuánto podrían o deberían tardarse los servidores públicos al servicio y cuidado de la salud en lo que podría considerarse es una emergencia? ¿Cómo saber o como saben cuando lo es y cuando no lo es?), aproximadamente 10 minutos –o más- y nadie llegaba; después, fui a cuestionarle a E. sobre su proceder, inicié un interrogatorio para saber e informarme sobre lo sucedido, sujeto quien en ese instante, no consintió en responder. Ante la negativa de tal individuo, salí de inmediato a asistir a Juan; volví a acercarme para verificar su estado físico y psíquico; primeramente, emprendí una exploración aparente, pues en realidad no sabía que hacer, con la mirada buscaba localizar contusiones y lesiones de cualquier tipo, no sabía para que, o talvez era para hacer como que hacía algo; en seguida, me di a la tarea de checar si estaba conciente o no, ¿eso era lo que correspondía con mi perfil disciplinario, con mi formación profesional? ¿No se atribuía a mi persona el papel, las responsabilidades y obligaciones del psicólogo? ¿Cuáles eran mis obligaciones, cual era mi rol en la institución, mi deber ser? Juan seguía tirado sobre la hierba, por lo que, para comprobar el estado en el que se encontraba, lo abordé preguntándole: “¡Oye!, oye… ¿cómo te llamas?, me respondió, con voz baja y sin dejar de quejarse, su nombre, además me decía que se sentía muy mala continuación. Le cuestione si se encontraba bien, de lo que exteriorizó: “me duele la cabeza…porque me dio patadas y patadas en la cabeza y el cuerpo” Pensaba que debía tranquilizarle y darle confianza por lo que le hice extensivo el siguiente comentario: “ahorita viene el médico para que valore tu estado de salud”. Casi en el mismo instante en que termine de decirle eso él se reincorporó diciéndome: “¡No, no, no! ¡Me van a inyectar!… Ya estoy bien. Le dije:” Sólo viene a ver que estés bien…no tengas miedo” Pero él se veía muy alterado, objetaba lo que le expresaba, me señalaba de forma insistente que no era así. “Eso dicen, pero no”. Cuando llegó uno de los médicos generales del turno –matutino- de apellido D. se aproximo a Juan y cuando le reconoció le dijo: “Aaah, conque eres tú” “¡No entiendes, desde hace varios días estas

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psicótico!”, elevo aun más el volúmen de su voz y de forma amenazante e imperativa exclamó: “¡Vas a ver, te voy a inyectar para que de una vez por todas entiendas!”. Se lo llevaron al área médica y ya no supe de él, por un lapso aproximado de una hora; Me lo encontré más tarde recostado, estaba descansando sobre el amarillo césped de la cancha de fútbol. Se veía tranquilo. Le pregunté si lo habían atendido, me respondió que sí, que ya estaba bien. Le dije que no se buscara problemas y que cuando alguien lo ofendiera o provocara me lo dijera –nos lo dijera a los psicólogos- para hablar con ellos y evitar así el posible conflicto.

Otro día, mientras platicaba con el Dr. J. –usuario del lugar- me informó que en medicina le llama fármaco a toda sustancia con fin terapéutico. ¿Fin terapéutico?, me comentaba que en Psiquiatría se usan los psicofármacos. La pena o medida de corrección, la aplicación del psicofármaco no esta destinada a sancionar la infracción cometida por el individuo sino que, ésta, esta destinada a neutralizar el supuesto estado peligroso del sujeto, se utiliza para controlar su disposición peligrosa. Foucault nos dice: “El recurso a la psicofarmacología y a diversos “desconectantes” fisiológicos, incluso si ha de ser provisional, se encuentra dentro de la lógica de esta penalidad incorpral (…) Aquí en este lugar se dedican a la polifarmacia, no saben ni lo que tienes y te recetan. Hay medicamentos que combinados con otros producen más daño que beneficio (…) Los médicos te tratan sintomáticamente” “Aquí los ve temblorosos porque están afectados de Parkinson Medicamentoso, es por el Haldol… tiemblan los pies y las manos. Con el Litio se quita el yodo… el temblor pasa porque deja sin yodo al cuerpo” “El síndrome de la rueda es a causa de los antipsicóticos (…) Entre los antipsicóticos se encuentran el Tegretol, la Carbamazepina, el Hadol o Haloperidol y el Roinol, aunque este último esta proscrito (…) Cuando uno esta impregnado no se pueden flexionar las articulaciones. El médico toma el brazo para saber si esta impregnado, si lo esta, el brazo no puede extenderse con facilidad, para evitar la rigidez se tiene que administrar un corrector, como el Akineton. (…) Con el Risperdal dan calambres y, a jijo, se sienten de la chingada. (…) El corrector disminuye los efectos secundarios del antipsicótico, entre ellos están el Artane, Akineton, el Disipal… El exceso de Akineton produce sordera. (…) Las dosis de antipsicóticos se aumentan para controlar la agresividad” “la Carbamazepina se utiliza en caso de conductas disruptivas. Con las ratas se experimentaba ese tipo de medicamentos los cuales atacan al hipotálamo para destruir o paralizar la agresividad” (Dr. J.)

El exhaustivo.

Cada mes se hacen revisiones exhaustivas en cada uno de los dormitorios. En la cual deben participar todos los técnicos de las distintas áreas –psiquiatría, medicina, psicología, trabajo social, enfermería, rehabilitación- I. me decía que los acompañara – a ella y al otro alumno de la UAM que también realizaba ahí su servicio- para que la Dra. B., la psiquiatra, quien además, tenía bajo su dirección la jefatura del área de psicología, no tuviera motivos para decir que yo no hacía nada por participar en las actividades del CAIS, pues ya me había hecho de una muy mala reputación.255 La tarea consistía en asegurar, limpiar y eliminar no sólo los objetos que se considera están prohibidos en la institución, sino también, los artefactos que son catalogados o considerados como basura, como por ejemplo: envases vacíos de refresco, ropa que guardan o esconden bajo sus colchones, particularmente, las prendas que han acumulado y que no están usando en ese preciso instante, cobijas extras, revistas, libros, bolsas de plástico, ropa sucia, platos, cubiertos, vasos desechables, comida, etc. Nada escapa a la norma que la institución ha establecido como medida de eliminación de los objetos considerados como inservibles. Sólo se permiten tener las mínimas posesiones y siempre se esta bajo la supervisión de los trabajadores de la institución. Aun manifestando que los objetos tienen algún tipo de utilidad o

255 Explicar por qué

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simplemente porque, como ellos dicen, son suyos, no se les permite conservar esos artefactos si no es bajo estricta autorización, puesto que, de no ser así durante el exhaustivo serán despojados de ellos.

Un ejemplo de lo anterior, podría ilustrarse con o que sucedió, durante mi estancia, a uno de los sujetos de protección y asistencia social de nombre Sergio T., quien tiene un diagnostico de paciente con Retraso Mental Moderado, situación en la cual estuve presente. Sergio tiene -dije tiene no tenía- la costumbre256 de recolectar y hacinar todo tipo de objetos los cuales coloca alrededor y sobre su cama, entre esas cosas, en el momento del exhaustivo, se encontraban, aproximadamente, catorce cobijas –esto me lo dijo uno de los psicólogos que efectuaba la revisión- sobre su cama, por lo que, durante la visita del equipo interdisciplinario, se juzgó que debían quitárselas a su supuesto dueño, porque por un lado debían lavarse, y por el otro, no esta permitido, pues, cada usuario sólo tiene derecho a tener dos cobijas. Sergio se negaba a entregar las cobijas argumentando que eran suyas, y aunque él no estaba de acuerdo que se las quitaran, procedieron a hacerlo los trabajadores de la plantilla técnica interdisciplinaria, comenzaron a recoger todos los cobertores que recubrían el lecho del usuario antes mencionado, por lo que este mostró su desacuerdo o desaprobación con coraje y furor, gritaba que no le quitaran sus cosas, después de eso, se lanzo sobre uno de los enfermeros intentando morderle, este último logró esquivarle, no obstante recibió varios rasguños por parte de Samuel, mientras los técnicos intentaban sujetarle. Se necesitó de cuatro individuos altos y corpulentos –dos enfermeros y dos sujetos de rehabilitación- para inmovilizarle pies y manos, y un quinto individuo –creo era enfermero- terminó con el procedimiento suministrándole, al usuario que se había tornado violento, una inyección de Haloperidol257. Esperaron unos minutos mientras el medicamento surtía efecto, después, hablaron con él para decirle que lo iban a soltar, que se calmara; le dejaron tendido en el lugar donde minutos antes Sergio se había resistido, sugiriéndole, que ya no se comportara de esa manera o tendrían la necesidad e inyectarle de nuevo. Pero como Sergio es muy corpulento y, creo, por su constitución física, el fármaco no le surtió de inmediato el efecto esperado. Le pregunte a uno de los enfermeros: “¿lo inyectaron?”, a lo que respondió que sí258, formulándole posteriormente y a raíz de su respuesta la siguiente pregunta: “entonces ¿Por qué esta como si nada?” y se me contestó: “es que, a veces, se hacen resistentes al químico y hay que darles dosis más

256Porque, por lo menos hasta este momento, que es parte de este instante, y en el cual, he redactado este escrito, momento en el que aun sigo realizando el servicio social, he observado, los días que voy a supervisar su dormitorio, que aun lo sigue -¿y lo seguirá?- haciendo. Almacena alrededor y sobre su cama montones de ropa, botes, juguetes, papeles y otras cosas que no siempre alcanzo a distinguir.257 La camisa de fuerza química. El Dr. J. Me contó que antes se utilizaba en los pacientes psiquiátricos la camisa de fuerza tradicional. Dicho atavío sujetaba e inmovilizaba los brazos del enfermo mental a su propio cuerpo, de manera que parecía que el enfermo se estaba abrazando solo. Las mangas eran tan largas como para poder darle vueltas alrededor del tórax y, además, algunas de ellas, incluían unos pequeños cinturones que les impedían aun más la movilidad del enfermo. Pero, de acuerdo a él –al Dr. J.-, eso ya se había quedado en el pasado. Las medidas de control y sometimiento del loco, con el paso de los años, han cambiado, ya que, ahora, lo que se estila es el uso de medicamentos o de químicos que actúan directamente en el sistema nervioso central y que inciden de manera mucho más eficaz en el loco que la vieja camisa de fuerza. Una simple inyección y listo, el loco queda neutralizado en un breve lapso de tiempo. Por lo que, especulamos, que se heredó parte del vocablo del viejo objeto de sujeción. Se elaboró una reinterpretación que codificó, que signó tal amalgama; y se produjo un desplazamiento semántico hacia otros elementos significantes. Puntos de contacto virtual y fantasmático dados entre el antiguo instrumento psiquiátrico de sujeción y el innovador y tecnológico fármaco que ahora es utilizado por la mayoría de los psiquiatras a cargo de enfermos mentales. Resignificación de la oración que vinculaba por analogías prácticas dos objetos heterogéneos pero que aparentemente son usados en circunstancias y fines que se consideran similares.

258 Arcos Rosales; Juárez López. Opus cit. “Enfermería se encarga de llevar a cabo las órdenes médicas, entre las cuales se encuentra, principalmente, suministrar el medicamento. En caso de que el sujeto tenga conductas agresivas y no se encuentre un psiquiatra que valore su situación, se le suministran ciertos medicamentos como Haldol, Sinogan o psicotrópicos”

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fuertes…pero, de todos modos hay que esperar a que surta efecto para ver que pasa”. A Sergio T., lo lograron dominar, sujetándolo, cada uno de ellos, individualmente, una a una, de sus extremidades. Un sujeto por cada una de sus extremidades, uno por cada brazo, uno por cada pierna. Aun así, Sergio, no desistía, por lo que mandaron, a uno de los enfermeros, quien observaba el conflicto que se suscitaba, que se dirigiera al área médica a conseguir una inyección para –por que no decirlo- poder controlarle, para poder disciplinarle. Finalmente, llegó el medicamento, y para poder suministrárselo fue necesario que el enfermero, quinto en la escena, y que había llevado el químico, le colocara una cobija en la cara, para poder aprisionar su rostro contra el piso e impedirle por ese conducto mover la cabeza, argumentándome después, porque fue cuestionado por mi persona, que así evitarían probables agresiones del mismo, puesto que, ya en ocasiones anteriores había mordido al personal médico por situaciones similares; después de haber sido tomadas todas esas medidas, Sergio, al fin fue sometido, no sin dejar de resistirse; aun con la inyección seguía ejerciendo fuerza, peleaba, no quería ser sujetado por lo que no les daba tregua a los trabajadores de la institución que sin doblegarse le asían. Se necesitaron cinco enfermeros, una cobija y una dosis generosa de Haloperidol, la camisa de fuerza química, para poder dominarle. De acuerdo a las medidas de atención de urgencias psiquiátricas en las cuales se establece que la tarea de la enfermera es participar junto con el médico para resolver las situaciones conductuales que presenta el usuario con trastorno mental y que evitan que el paciente se lesione y lesione a los demás evitando objetos a su alcance que dañen su integridad física. Dentro de las actividades consideradas como urgencias se encuentran de acuerdo a las normas institucionales del CAIS: las acciones encaminadas a controlar la esquizofrenia, medidas de acción contra la depresión, el delirio, además de que se considera que es importante obtener la historia clínica que aporte los detalles sobre los fármacos que el usuario esta tomando. También dentro de las acciones consideradas de urgencia se menciona la participación y asistencia clínicos que incidan favorablemente en el tratamiento de la agitación psicomotriz, de la ideación o del intento suicida. Las medidas terapéuticas a llevar acabo son, desde las acciones de tipo Farmacológico, de dar oportunamente los psicofármacos prescritos por el médico para coadyuvar al estado patológico del usuario. Desde la Psicoterapia: disposición de técnicas de psicoterapia individual como de grupo. Sobre las Técnicas de sujeción se dice que: son el conjunto de destrezas que se destinan a inmovilizar transitoriamente al usuario, con fines terapéuticos. “Impide la agresión física que puede provocar daño al paciente o [a] alguien del equipo multidisciplinario.” Así “la enfermera participa en la atención inmediata y oportuna cuando la salud e integración [?] física del usuario esta en peligro.”259

200106 “El día de hoy el usuario M. L. Ramón E. se mostró muy alterado por lo que fue necesario inyectarlo. Es importante mencionar que durante la semana no se le dejo salir por su comportamiento intolerante y agresivo que ha mostrado, por lo tanto, si solicita el pase de salida favor de decirle que se le dará a partir del día lunes 23 del presente” (Psicóloga Viridiana)

A Ramón E. no lo dejaron salir en más de dos semanas pues lo castigaron por salirse sucio y además por haber salido a la calle cuando quiere, esto es, sin autorización. A la psicóloga nueva, quien lo sancionó, se le olvido levantarle el castigo. Pero, lo que yo creí era que ya ni siquiera se acordaba de él. En la institución no es frecuente ese tipo de acción punitiva, pero como ella –quien fue reubicada de otro CAIS- determinó que así debía ser, y así se hizo. Ramón fue a pedirle un pase a J. –mi compañero Uamero-, éste se lo dio, pero, el policía ya tenía órdenes de no dejarle salir, el vigilante le impidió el paso y la salida. Ramón se enojó porque decía que no era justo lo que hacían con él, empezó a alzar la voz, pues ya estaba muy alterado, dijo que quería que le dieran su baja, que ya estaba harto de estar ahí. Viridiana, la psicóloga que lo castigó, quien, casualmente, pasaba por ahí, se acercó a ver que sucedía y se sorprendió de lo que allí pasaba, se quedó callada un rato y después nos dijo a Javier y a mi, como queriéndonos convencer, de que era natural, que: era esto era normal, pues se trataba de un paciente psiquiátrico, nosotros permanecimos callados observando lo que sucedía. A los otros psicólogos les dijo que éste se alteró sin motivo alguno y que para que entendiera sobre lo

259 Referir fuente de información y desarrollar tema.

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negativo de su proceder, además para castigarle, debía marcarle límites, por lo que la sanción se extendió hasta el lunes siguiente. Me dio coraje que, cuando el elevó el volúmen de su voz, se torno imperativo y exigió lo dejaran ir, por esa situación, le inyectaron Haldol a Ramón E. para tranquilizarlo, porque según ellos, andaba psicótico”260

El diagnostico psiquiátrico261 ¿justificación y legitimidad del encierro? Para defender la sociedad y al sujeto mismo.

260 220106 “Atención a Ramón E. (…) quien sigue mostrando actividad psicótica (alucinaciones auditivas) aunque sin mostrar agresividad ni irritabilidad” (Psicólogo P.) NOM 025. 4.6.2.:“El aislamiento del enfermo sólo se aplicará de manera excepcional y para proteger la salud y la integridad del propio enfermo y de quienes lo atienden y rodean, de acuerdo con el criterio del médico responsable.” Cabe aclarar que, al parecer, Ramón E. es un sujeto con estructura o condición psicótica.261 Los síntomas de la esquizofrenia de acuerdo a la psiquiatría aplicada en este lugar son:(Positivos y Negativos)Síntomas positivos: se considera desde la psiquiatría que esto significa que la función esta aumentada o es anormal. Están presentes al comienzo de la enfermedad y en la fase de recaída o crisis. Estos son: Alucinaciones: son percepciones falsas. Esto significa que la persona puede escuchar, ver u oler algo que los demás no escuchan, ven o huelen. Delusiones: son falsas creencias que no pueden ser cambiadas y que los demás no comparten, por ejemplo: creer que alguien esta tratando de hacerte daño, creer que tiene el remedio contra el SIDA, etc. Pensamiento desordenado o confuso: la persona se da cuenta de que no puede pensar con claridad, tiene dificultad para recordar cosas o concentrarse. Falta de sueño: la persona demora para quedarse dormida por las noches, se despierta antes de lo acostumbrado, se pasa la noche en “blanco” o su sueño es interrumpido por frecuentes sobresaltos. Intranquilidad o nerviosismo: esta se manifiesta, por ejemplo, cuando el paciente camina de un lado a otro sin un fin determinado, se frota constantemente las manos, etc.Síntomas negativos: son significados como las funciones que están disminuidas o ausentes. Son propios de la fase de recuperación, es decir, cuando los síntomas positivos se han superado parcial o totalmente. Estas son: Aislamiento social: que tiene poco contacto social, dificultad para establecer relaciones con los demás.

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El Dr. J. me dice: En el Fray Bernardino Álvarez son más humanitarios. Hay más higiene, más respeto al individuo, el respeto no se gana, se debe

dar, basta con ser un ser humano... No dejaron salir a Francisco ¿quien pone las normas? Ser enfermo mental no es motivo para retenerlo. Es como en el ajedrez, hay jerarquías (...) Sabe ¡hay que bañarse diario! Estoy enfermo y... me tratan de loco... me siento como preso...

Esta ..situación me esta desestructurando, fractura mi ser...

El día 24 de enero del 2006 Ricardo G. P., a más de un trimestre de haber llegado a la institución, había cambiado la actitud pasiva y poco irritable que lo había caracterizado. Empezó a tornarse violento. Por cualquier motivo, con o sin razón, agredía a los demás usuarios. Yo por mi parte había reportado que éste se comportaba de forma colérica y agresiva. Platiqué con él para cuestionarle el por qué de su actitud, a lo que respondió: “Ya me quiero ir… quiero mi baja… No soy un preso… ¡¿Por qué me quitan mi libertad?! Intente dialogar con él, diciéndole, por un lado, que iba a hablar con la psiquiatra para que le autorizara pases de salida, pero por el otro, le recomendaba que pensara las ventajas que tenía en la institución, pero él me respondió de forma tajante que si no lo dejaba salir me atuviera a las consecuencias. El blanco de la amenaza eran, en ese momento, mi persona y a los usuarios del centro. Me decía: “No diga que no se lo advertí”. Por lo que me dedique a seguirlo sin que se diera cuenta para ver que era lo que hacia, y vi como les gritaba y les pegaba a otros usuarios, quienes caminaban por donde él, también les quitaba sus cigarros, después de ver todo esto, inmediatamente, me fui a informar a la Psiquiatra (Dra. B.) sobre tal situación y quien me recomendó darle seguimiento a su problema por medio de alguna medida de terapia ocupacional –dado su carácter de sujeto funcional. También, en la nota, sin explicitar que tenía problemas con otro usuario, quien además había amenazado de muerte a Ricardo, y como circunstancia atenuante de su proceder, anote en la nota en la que informaba de su comportamiento, que en varias ocasiones le había encontrado “objetos peligrosos” –varillas filosas, piedras de tamaño considerable- que pretendía utilizar como “arma” en contra de sus posibles “agresores”, sin mencionar quienes o quien era ese posible agresor, sujeto que ya anteriormente había tenido roces con Ricardo. Registre en la bitácora de psicología que no siempre sus actitudes de agresión y ofensiva eran sin motivación, que a veces, actuaba así para defender su integridad física. Estas amenazas no se toman mucho en cuenta por el personal del centro ya que si se comunican, si es que se le cuentan a los psicólogos o a la psiquiatra, la mayor parte del tiempo, se atribuyen a la paranoia, a su condición de enfermo mental, a una crisis psicótica que los desliga de la realidad y altera su juicio; se consideran como alucinaciones o

Falta de motivación: no muestra interés para realizar una tarea, nada le llama la atención, ha perdido el interés por las cosas que antes le gustaba hacer y con las cuales disfrutaba. Lentitud: invierte mayor tiempo del esperado para realizar una tarea o muestra dificultad para realizarla de manera efectiva por muy simple que sea. Inactividad: no muestra iniciativa para realizar actividades en beneficio suyo o de los que le rodean. Indiferencia: la persona parece poco o nada sensible; su rostro está inexpresivo o poco expresivo. Falta de energía: se siente cansado todo el tiempo o se cansa al menor esfuerzo. Excesiva necesidad de dormir: duerme más tiempo del esperado en relación a su edad y la actividad que realiza.También se piensa que existen otros síntomas de la esquizofrenia:Problemas en el lenguaje: La persona puede conversar de una manera difícil de seguir, el discurso no tiene sentido, aparentemente complejo, pero no es lógico, coherente, esta fijo en una idea. Otras veces puede decir palabras inusuales o expresiones extrañas. Puede ser también que hable poco y no sea posible conversar con él.Cambios en las emociones y sentimientos: la persona parece poco o nada sensible, las emociones pueden estar fuera de lugar, por ejemplo: llorar de algo divertido; falta de respuesta afectiva para sus familiares, amigos u otras personas” Instituto Nacional de salud Mental.

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delusiones que tiene o por las que esta atravesando el usuario por consecuencia de su enfermedad y que son de naturaleza fantástica o falsa, son tomada como ideas de daño y referencia que manifiestan situaciones sin atributos y carácter de realidad. Las indicaciones y recomendaciones que registre en la bitácora del área fueron: a) Observar conducta. b) Evaluación de posible condición de crisis psicológica. C) y establecer un plan de acción por medio de evaluación individual. En el momento en el que se iniciaba un conflicto mayor, comencé a hacer uso de las herramientas de control y castigo que me proporcionaba la posición que ocupaba en esa estructura para ejercer así el poder, y coadyuvar a la terapéutica del sometimiento, al control y la normalización de este sujeto alter-ado . Después de esto Ricardo cumplió su “promesa” y encaró y retó uno de los enfermeros negándose a ingerir los medicamentos que se le suministraban, quiso enfrentarse a golpes José C., éste último, le sujetó e inmovilizó torciéndole un brazo, para posteriormente arrojarle al piso. A lo que Ricardo respondió pidiendo auxilio a los usuarios que veían lo que pasaba, les decía: ¡Compañeros háganme el paro! Lo que me hizo pensar, ¿Existe en él o en ellos alguna idea de “comunidad”? ¿Aquí, posiblemente, yo soy el otro? Me lo encontré días después en el comedor, y como quería saber que pasaba con él, me senté a platicar con él. Le .dije que no estaba en mis manos sacarlo de allí, que si lo que necesitaba era dinero para comprar refrescos o cigarros que yo podía ayudarle a emplearse en el Centro ayudando a los empleados de cualquiera de las áreas. Se levantó molesto y me dijo: “ya tengo trabajo y me dan cigarros y dinero por ayudar, yo lo que quiero es irme de aquí. Lo seguí para que me escuchara y mientras caminábamos le contesté que si por mi fuera yo lo sacaría de allí pero que no podía. Fue entonces cuando Ricardo me dijo: ¡Saquéese mucho a chingar a su madre! Y se alejó sin voltear a verme. Pensé en Ricardo “el psicótico” y sospechaba que, como no iba a actuar de esta forma que se consideraba violenta, el sólo defendía su derecho a la libertad, como no iba a actuar violentamente y a la defensiva si se había criado en la calle. Se reportó de varias áreas que Ricardo debía ser ingresado a observación. El 24 de enero del 2006

se revisa al usuario el cual se ha reportado varios días con tendencia a heteroagresividad física (…) No coopera, se muestra suspicaz, ansioso. Comenta que ya desea su egreso (…) Es necesario ingresarlo para mantener vigilancia estrecha (…) plan: 1.-haloperidol 5mg. amp. 21MDV; 2.-sujeción gentil de cuatro puntos y de cintura; 3.-mantener hasta mañana en el turno matutino; 4.- Valoración de egreso por médico general; 5.- Confirma el Tx. Indicado en Kardex; 6.- Intervención en psicología, manejo de terapia ocupacional

Las medidas terapéuticas y punitivas fueron aplicadas durante el transcurso de la tarde. Ricardo fue amarrado a una de las camas ubicadas en el área médica, en un cuarto de aproximadamente 2.00 m. por 1.50 m, se le sujetó de las extremidades para evitar que se lastimara el mismo, además de servir de medida de control para evitar dañar al personal médico y de enfermería que, le durante su crisis psicótica,262 le atendía. Los medicamentos, dado que no aceptaba su ingesta vía oral, tuvieron que ser aplicados por otras vías mediante otros procedimientos.

250106 Enterado del ingreso del beneficiario y del motivo de esto, se le encuentra sujeto en tres puntos y durante todo el turno se le encuentra irritable, más al momento de negarle ponerle en la boca cigarro. Se reportan sus vitales dentro de los valores normales y por la noche se aplica su medicación parenteral ya que no hay vía oral. Este, por la mañana se decide que se de la vía oral Haldol ya que no hay Flupazine más Akineton. Se mantiene por el momento con la sujeción y posteriormente su medico valorara el retiro de la misma y dosis subsecuente. No cambios en su manejo (Turno Médico Nocturno)

262 250106 Nota de alta “Enterado notas previas, se trata usuario que presenta un brote psicótico (…) con sujeción gentil cuatro puntos. Así como aplicación de Haldol (…) El día de hoy se encuentra tranquilo, cooperador, acepta dieta al 100 %(…) se da de alta con las medidas: 1.-dieta normal; 2.-Akineton 2mg. 1-0-0, Sinogan 25 mg. 0-0-1, Flupazine 5mg 1-1-2.; 3.-Apoyo A. psicológica.

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Ricardo no dejo de insistir que le dejaran irse de la institución que no era un preso, que no había robado ni matado y que no existía ninguna razón o motivo para retenerlo allí. Continúo mostrando su inconformidad por medio de sus agresiones a los usuarios.

270106 “El usuario G. P. Ricardo (…) se ha mostrado agresivo. El día de hoy se reporto por parte del área de Gericultura, así como compañeros de su dormitorio que golpeo a José J. sacándole sangre de la nariz, por lo que este último opto por cambiarse al D7.Favor de platicar con Ricardo y checar que este con su tratamiento médico. (Psicóloga Viridiana)

280106 Atención a Ricardo, al inicio amenazante, sin embargo, después (en cuanto vio que éramos dos los que lo abordamos) calmado, incluso aceptando normas. Es conveniente seguir reforzando esta orientación al lugar al que está. Ya que ha estado en cárceles, en ambientes hostiles (en la calle robaba, golpeaba y era golpeado) Favor de dar seguimiento a su conducta. Según él ya va a respetar a usuarios y personal ya que quiere trabajar y salir a comprar cosas. Se solicitó a bañeros –del turno- que lo ocupen en actividades. Veremos que tal se desempeña. Por otro lado, si esta con su Tx. (Psicólogo P.)

030206 “Durante la semana se ha platicado con Ricardo G. P. quien se ha mostrado tranquilo, sólo en dos ocasiones insistió en que se le autorice su pase de salida, a lo que se le respondió que esto lo tiene que tratar con su psicóloga asignado (Psicólogo P.) No se ha reportado agresión hacia sus compañeros, sin embargo se estuvo platicando con el psicólogo Freddy de turno vespertino quien menciono que le ha pedido pase de salida (…) Es importante mencionar que el día lunes 30 de enero, el usuario se mostró accesible, inclusive apoyó en la actividad de baño, mencionando que había acordado con su psicólogo apoyar en actividades; por lo tanto, durante la semana se continuara reforzando lo que se le asigne el fin de semana.En cuanto al pase de salida es una situación que sólo tú puedes valorara y decidir” (Nota de Viridiana dirigida a P.)

11/120206 Se dio pase de salida a Ricardo G. P. No regresó. Lo más probable es que para el lunes por la tarde lo ubiquen como deserción” (Psicólogo P.) 140205 “Con esta fecha se da de baja al paciente arriba mencionado por deserción.

Mientras mi compañera de servicio social, realizaba su taller –requisito obligatorio en la institución y que el prestador debe proyectar y desarrollar durante su estancia-, le cual, se trataba de un espacio dedicado a la lectura, con el objetivo de desarrollar los potenciales de la memoria o incidir en contra del deterioro de las capacidades residuales físicas y psíquicas. Ésta trabajaba con un grupo formado por cinco usuarios que se ocupaban de leer pequeños cuentos –pues además de anormales, desequilibrados y excéntricos, a los “psicóticos”, en la institución se les considera estúpidos y faltos de entendimiento, incapaces de comprender, pues, con esta idea que se ha ido formando por las prácticas cotidianas que se han acumulado en torno a ellos, y los saberes que dan cuenta no del carácter distinto en lo que respecta a las prácticas en y de los productos de la cultura por parte de los indigentes, sino que, se piensa que esto –en este caso-, que la falta de interés por la lectura, el no recordar los personajes y las situaciones dadas en los cuentos, estaban determinadas por el daño orgánico y neurológico en estos sujetos, y por ello, se tiene como consecuencia lógica, el notable deterioro de sus facultades mentales superiores. El Dr. J. (Hyde) – quien era asistente de su taller y mientras se leía el “Pulgarcito”, expresó en voz alta que pulgarcito estaba en la cárcel por violación. I. le decía: si… si J., pulgarcito esta en la cárcel. No dejo discutirle e interrumpir al Dr. J. para que éste le hiciera la aclaración de lo que decía o quería decir. Y no sólo a él, a todos los callaba para proseguir de la manera más adecuada y óptima con su taller de lectura. Cuando terminó y pude hablar con ella me comentó que no le daba la impresión de que éste usuario fuera Bipolar sino Esquizofrénico porque, ella insistía en que, no tenía sentido que el Dr. J. le dijera que pulgarcito

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estaba en la cárcel. Después, le dije: él no hablaba del personaje del cuento, se refería a Cesáreo Quesada, quien hace algunos años fue actor infantil y protagonizó en una película al personaje del cuento, a pulgarcito. Le decía: si no sabes de que habla por que no lo escuchas, porque no le preguntas. Se sonrojó y, a continuación, al hablar de ello me dijo: “Es que yo no vi la película”. Pero, de todos modos, el doctor J. no hablaba de ese sino del personaje del cuento, del que estábamos leyendo, él hablaba de éste pulgarcito. Después pensé: “aquí crean sus propias taxonomías psicopatológicas por conocimientos a partir de la experiencia apoyados en categorías que se determinan a priori. Los exámenes y las evaluaciones que hacia a los usuarios siempre estuvieron sustentados por el DSM-IV. I. todo lo ve en los términos de la clínica psiquiátrica, siempre en referencia directa a los conceptos y designaciones que además se han aunado a la “experiencia” que tiene el campo, no sé si sólo aquí se ha inventado o “descubierto” la Esquizofrenia Bipolar o el Trastorno Bipolar Paranoide. Esto lo pensaba con un alto grado de ironía pues, el Dr. J, estaba diagnosticado con psicosis maniaco depresiva o trastorno bipolar, situación y condición que había resignificado y valorado mi compañera como la evidencia de que éste padecía un nuevo síndrome psicótico de tipo esquizofrénico.

A modo de Conclusión.

Cuando hablamos de los homosexuales, de los locos, de los niños, de las mujeres, de los unos, de los que consideramos los otros –ahora en este caso nos tocó hablar-nos de los otros denominados como“indigentes”-, de estos y de aquellos, de los sujetos que nos parecen y consideramos como normales y, también, -porque recordemos que no hay uno sin él otro- de los otros quienes nos remiten

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a pensar lo contrario, regularmente, los ubicamos en el espacio y territorios de lo irregular, territorios que tratamos de normar, de domar; de lo extraño que deseamos conocer y que intentamos aprehender; de lo incomprensible a lo que buscamos comprender y darle sentido, nuestro sentido; de lo absurdo despojado del trabajo que implica el re-conocimiento, el reconocimiento de que estamos frente a frente con las múltiples singularidades de la diferencia. Cuando hablamos de normal y anormal, de patológico, hablamos, hablamos de ellos, no con ellos. ¿Desde que lugar estamos hablando?, ¿Quién habla?, ¿Quién nos habla? ¿Por qué nos parecen tan extraños y extravagantes? ¿Por qué pensamos en que la identidad nos aproxima, nos vincula a los otros cuando, al parecer, hace todo lo contrario? O ¿no es así? Una forma de etnocidio, de descalificación, de no re-conocimiento se insinúa entre los pliegues de lo que consideramos un diálogo con el otro, un diálogo que esta “ocupado”, por un discurso colonizador, por el discurso tiránico del ego-centrismo. Yo pienso, yo creo, yo considero que ellos dicen o quieren decir, sin desear saber al otro, sin desear comprenderlo, sin desear saber-nos realmente. Creo que, desafortunadamente –a estas alturas podemos permitirnos efectuar, se vale emitir juicios de valor, porque, quien que esta siendo “humano” no lo hace-, aun somos terriblemente modernos. Unos ególogos empedernidos. La construcción de la identidad y la alteridad se complejiza en este mundo revolucionado por las técnicas del simulacro y la virtualidad. La psicología surge también en estos contextos, no obstante, fue –y es- fundamental el papel del lenguaje que abandonó su transparencia representacional.263 Ni somos ni precisamente esto ni esencialmente lo otro. Somos una mixtura singularizada de lo uno y lo otro. Estamos habitados por lo otro y habitamos, nos cohabitamos mutuamente, día a día, en los márgenes. Las identidades y las alteridades son construcciones que se confirman en su carácter relacional y se afirman en la singularidad y la diferencia. La singularidad reclama necesariamente un exterior de confrontación que mida a la identidad en tanto y en cuanto son construcciones que inauguran el campo de lo humanamente posible.264 Nuestros compañeros, todos los otros, los teóricos, los docentes, los indigentes, los “psicóticos”, los “locos”, los alumnos de la UAM, familiares y extraños, que secretamente nos acompañaron y quienes también, nos con-vocaron a dialogar-nos265 y discutir-nos sobre el con-texto a

263 Silva; Víctor. “La compleja construcción contemporánea de la identidad: habitar el entre”. “Las multiplicidades dinamitan las identidades y por consiguiente a las alteridades. Las multiplicidades son "dispositivos" heterogéneos, híbridos, que se construyen especularmente en la simulación. Los "dispositivos" foucaultianos, como plantea Gilles Deleuze, son conjuntos multilineales, especie de ovillos o madejas. "Está compuesto de líneas de diferente naturaleza y esas líneas del dispositivo no abarcan ni rodean sistemas, cada uno de los cuales sería homogéneo por su cuenta (el objeto, el sujeto, el lenguaje), sino que siguen direcciones diferentes, forman procesos siempre en desequilibrio y esas líneas tanto se acercan unas a otras como se alejan unas de otras. Cada línea está quebrada y sometida a variaciones de dirección (bifurcada, ahorquillada) sometida a derivaciones. Los objetos visibles, las enunciaciones formulables, las fuerzas en ejercicio, los sujetos en posición son como vectores o tensores". Puede visualizarse la coincidencia que existe entre la figura del "dispositivo" y la del "rizoma". Como plantearon Gilles Deleuze y Félix Guattari, el "rizoma" conecta cualquier punto con otro cualquiera, no remitiendo cada uno de sus rasgos a elementos de la misma naturaleza. Es "un sistema acentrado, no jerárquico y no significante, sin General, ni memoria organizadora o autónoma central, definido únicamente por una circulación de estados". Puede plantearse una nueva coincidencia esta vez con Internet, la red de redes, que puede ser definida a partir de estas dos figuras.”

264 Ibíd. “La diferencia, presencia fantasmagórica de la singularidad, necesita poseer un 'locus' que también habilite y permita su existencia. Por tanto no hay identidad que no postule al mismo tiempo una alteridad: no hay el Mismo fuera del Otro, o bien LO MISMO y LO OTRO, (para aquellos que no depositan sus creencias en el sujeto) Las identidades pueden adquirir sentido en su construcción discursiva. Un discurso que construye una 'realidad', pero que también valida intelectualmente la creación identitaria y marca las fronteras con El Otro, el diferente, el qué está ubicado fuera de mis límites discursivos.”265 Silva; Victor. Opus. Cit. “El discurso (...) construye una realidad exterior con vistas a validarla. Se trata de una especie de tautología que esconde algo más importante: de qué manera este juego retórico fue instituido para justificar discursivamente lo que estaba pasando fuera del discurso, de qué manera el poder y las diferencias de clase fueron distribuidas, no desde la perspectiva de la explotación, sino de una verdad que se basaba en la

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través del diá-logo –acción y efecto de lenguaje de distanciamiento y acercamiento permanente- y que mantuvimos durante las diversas interpretaciones, codificaciones, decodificaciones, pero, principalmente, a la flexibilidad descentradora y no codificadora del CsO de la escritura. Re-conocer que estamos construidos en y con los otros, debemos reflexionar y re-conocer que no es un ego trascendental, no un yo unitario, absoluto, indiviso, el productor absoluto y único de realidad, de la sino pensar en construir el conocimiento a partir del reconocimiento del sujeto colectivo que nos constituye. Estamos atravesados por multitudes de voces, de sujetos anónimos o en el anonimato, de afectos silenciosos e inconscientes, por una –varias-multiplicidad(es) fantasmáticas; de diversas mixturas, efecto del vacío, del fantasma, de la huella y efectos dejados por el otro, ausencia que nos interpela, que nos atraviesa, que nos afecta a cada instante. Cree-mos que debemos rescatar los cuestionamientos efectuados por otros que están ausentes, pero que, no por ello, dejan de afectarnos y de transformarnos. Por un lado esta el “¿desde qué lugar escucharemos al sujeto? ¿De qué manera lo vamos a escuchar? ¿Qué significa escucharlo? ¿Deseamos escucharlo verdaderamente, o sólo pretendemos crear un monologo disfrazado de dialogo? (…) ¿cómo construir un dialogo reciproco lo menos asimétrico posible? (…) ¿cómo lograr que los sujetos compartan con nosotros su experiencia con nosotros en el encierro?” Compleja tarea –talvez repleja diría Lyotard- la de escuchar al otro, mucho más al estar ubicado en un solo lugar. El problema es talvez, un problema que, nosotros diríamos es a partir de la rigidez en la movilidad de la perspectiva de posición. Pero ¿cómo desplazar-nos no solo por la estructura sino además en los intersticios creados por las rupturas, por los distintos puntos de fuga que generan la posibilidad del entre en la estructura? De que manera escucharlo…pensamos que, posiblemente, para poder escucharlo hay que reflexionar, hacer un trabajo meticuloso de pensamiento para reflexionar, primero, en tratar de disolver nuestros propios supuestos, nuestras plácidas certidumbres, de los constantes prejuicios que nos hablan de ese algo que esta inmerso en nosotros mismos, del análisis de nuestras implicaciones –intereses y desintereses-, a través del saber de ruptura, a la necesidad de reconocimiento mutuo, del conocimiento que no concede tregua alguna al sentido re-presentativo del poder y saberes que se pretende absoluto y universal. Para construir un diálogo lo menos asimétrico posible creemos que, solamente podrá ser –entre tantas cosas- a partir del reconocimiento de la diferencia, de la distancia que hay entre los unos y los otros, a partir, no sólo de pretender darle la palabra sino además de escucharla.266 ¿Cómo hablar con el otro si sus palabras ya están atravesadas por nuestras “doctas interpretaciones” que saben qué es lo que, precisamente, nos

capacidad del discurso para construirla”, escribe Jenaro Talens. El discurso como productor de sentido implica la conceptualización de un 'lector' o lectoautor (…) (pero que puede extenderse a 'espectador', 'receptor') como coproductor de sentido y no como un simple y pasivo receptor. Para Talens el sentido a diferencia de la significación no surge de un desciframiento, es producto de una elaboración individualizada. La lectura significativa de un objeto cultural implica el conocimiento previo de una serie de códigos y subcódigos que les permiten ser descodificados, "de modo que la información de llegada fuese equivalente a la información de salida". El sentido es más activo y la significación no surge previamente sino con posterioridad. De ahí esa presencia del lectoautor. Para Marc Augé "el sentido social" se construye al instituir significaciones y simbolizaciones que implican la relación intelectual e ideológica entre uno y los demás. Para Deleuze y Guattari, visión con la que más concordamos, el sentido es una paradoja. Como se explícita en ¿Qué es la Filosofía?, esa paradoja se puede repetir al infinito, por cuanto un sentido reenvía a otro sentido, y un concepto a otro concepto, "el sentido es un ciervo, metáfora de la huida", señala Leopoldo Panero.

266 “(…) la locura nos asusto; la densidad de sus delirios, la oscuridad de sus palabras nos dejaba perplejas; en esos momentos aunque deseábamos escucharlos no podíamos hacerlo. Ante la intriga de sus contenidos delirantes no escapamos de intentar encuadrar bajo nuestra lógica lo que nos decían; esto sin duda obturó el diálogo (…) resulta para nosotras imprescindible reconocer la dificultad que conlleva establecer un diálogo con un psicótico” “el encuentro con nuestro sujeto “loco” resulto sumamente incierto, difícil; movió nuestras certezas, las despedazo (…) les hizo todo lo que quiso menos dejarlas inmutables (…) sustentamos nuestras estrategias de investigación en el interés de crear un dialogo con nuestro sujeto de investigación, en privilegiar lo que este nos quisiera decir”

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quieren decir? ¿esto es acaso partir del desconocimiento? ¿Podemos atrevernos a decir que hemos podido aprehender, y descifrar los contenidos del pensamiento? ¿Aun los de un “loco”? ¿Realmente se despedazaron nuestras certezas, realmente han mutado? ¿O sólo estamos dejándonos atravesar gregariamente por una relación más de poder y de saber, del poder y del saber que se ejercen en la UAM-X? por último, alguien sabe ¿Qué es la locura? Compartir la experiencia, cómo hacer para que comparten su experiencia, para nosotros creo, eso, compartir la experiencia es imposible solo nos queda intentar comprender los sentidos de esa narrativa singular que se traduce como experiencia. La experiencia ajena, la del otro ¿se puede compartir?267 Cuando se privilegia lo que el otro quiere decir ¿se puede decir que hay diálogo? Creo que, desde mi muy personal –singular- punto de vista, que debemos reconocer los límites del conocimiento, de la razón y además, de la interpretación. 268 Cómo hacer, crear, construir un dispositivo dialógico en el que no nos arroguemos el derecho de re-presentar y hablar por el otro? “El eje fundamental del dispositivo fue escuchar a nuestro sujeto loco”269 Sujeto loco… es que acaso esto se puede considerar diálogo. “Definitivamente, nuestra capacidad de escucha muchas veces se vio rebasada por la movilidad del campo.”270 Definitivamente.

Mauricio: Freddy, tú eres nuestro amigo… Freddy: si como no, es… porque les caigo bien o porque les doy cigarros… Roberto: no…no es por eso, es porque tu si nos comprendes… ¿realmente es así? (…) Mi intención era preguntar a donde iban a parar los expedientes de los usuarios que habían fallecido a lo que respondió el encargado del archivo: “Ah... Mmh... Se los llevan a la UNAM” Me quede pensando un momento, reaccione preguntando: “¿Con los estudiantes de medicina?, respondió afirmativamente, y recordé lo que me había dicho un día Mauricio. “ Freddy, cuando yo me muera me vas a enterrar...verdad que sí... y me pones mi cruz… así vas a poder visitarme... ¿verdad que me vas a visitar?... Así voy a poder descansar en paz...” Me quede sin palabras y empecé a experimentar una especie de nausea y tristeza. No sabía que hacer, que decir... en ese instante sentí asco, una profunda e inmensa repugnancia por lo que coloquialmente –gregariamente- llamamos: la humanidad.

Anexos

Entrevista con la Psiquiatra I. B. (Coordinadora Técnica del CAIS Cuemanco)

Codificación:P: PsiquiatraF: FreddyCursivas: creo que eso fue lo que dijo.[…]: Silencio corto.

267 “Todo aquello que produjo el choque (…) nos hablo de la experiencia del loco en el encierro, de la institución, y de nuestra propia implicación al sumergirnos en el campo (…) con la puesta siempre de escuchar al sujeto (…) Voces llenas de dolor, desesperanza, angustia, rechazo o seducción surgieron entre el silencio.”268 “(…) dada la tradición de la que veníamos, se hacía imprescindible problematizar el papel de las herramientas metodológicas (…) nuestro dispositivo se soporta en una condición de dialogo entre el sujeto investigado y el sujeto investigador (…) el sustento teórico y metodológico que amparó nuestra estrategia de indagación, no fue la aplicación rígida del dispositivo que previamente habíamos elaborado, sino la calidad del vínculo que se estableció entre los sujetos de investigación y nosotras”269 Las autoras de “la experiencia subjetiva de la locura” adjetivan a los sujetos de investigación al denominarlos, durante todo el trabajo, como locos miserables.270 Cf. Arcos Rosales & Juárez López. Opus. cit.

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(¿?): No se le entiende.

F: bueno, me gustaría… a ver si me podrías platicar un poco sobre, desde tu perspectiva, como ves el problema de la salud mental en México. Y otra sería, ¿cómo ves… o qué relación crees que tiene indigencia y, en este caso, psicosis? Porque a mi me llama la atención que muchas estas personas, de las personas que están aquí estuvieron viviendo en situación de calle. Y quisiera saber un poquito… ¿Cuál sería tu perspectiva con respecto a este problema?

P: pues […] fíjate que… los dos temas aunque parecen muy profundos y muy amplios y, vaya que lo son, pero, tienen un punto en común. El punto en común es que precisamente… El problema de la salud mental en México es que… eh… Son muy pocos los programas que se enfocan a trabajar con la familia y, a fin de cuentas, es la base fundamental de la sociedad. Entonces, al no trabajar con la familia, y en… ahí es donde se relaciona la psicosis con la indigencia. Al no trabajar con una familia, no integrarla, no hacerle conocer la necesidad de un acercamiento, en cuento a los conocimientos de salud mental, o sea, qué es la locura. Por que todo el mundo le tiene miedo al no me vayas a decir loco ¿no? y creen que es una falta de respeto la locura y eso, sin embargo es una característica que, ¿por qué le tenemos miedo a la locura? Por nuestro propio miedo a nuestra propia locura. Meramente esto lo que genera es un rechazo, es un rechazo de nosotros mismos hacia ese tipo de situaciones que cuando las vemos cristalizarse en alguien lo primero que hacemos es sacar, alejarse de ahí, porque es peligroso, porque es malo, porque todo… porque de hecho representa todo, si nos vamos hasta la historia, representa todo los endemoniados, todos esos que en la Inquisición se elegía en aplicarles castigos, en aplicar ese tipo de cuestiones. Siempre ha sido esa historia, la locura siempre hay que alejarse de ella. Porque es mala porque es cuestión del diablo, y sin embargo ese es un mito que sigue muy presente, aun en el siglo veintiuno, dentro de la misma familia. De hecho por eso los psiquiátricos los ubicaron en las afueras de la ciudad. De hecho, este centro, si tu lo ves, hace unos diez años, esto era afuera de la ciudad, bueno hace dieciocho años esto era afuera de la ciudad. O sea, en el canal, ahí donde nadie los vea, donde nosotros no tengamos nada que ver con ellos. Ese es el problema en el que se encuentra la salud mental actualmente. Que todavía seguimos queriendo… ya se logró mucho avanzando en nivel personal, se han hecho estudios en los psicóticos, se ha hecho un avance y todo eso pero, sin embargo, los estudios científicos dejan de lado toda esa parte social, toda esta parte familiar. No se ponen a conciencentizar, de hecho hay una cuestión que se llama psicoeducación que, precisamente, aborda temas en cuanto a que, tú como familiar, como ser humano debes de recibir pláticas, debes de recibir orientación por especialistas para ver qué es eso. O sea, ¿Por qué es la locura?, ¿qué es la esquizofrenia?, ¿qué es la depresión?, ¿qué es el trastorno bipolar? Tienes que manejar varias cosas con las que nosotros convivimos diariamente ¿no?, y sin embargo no, siempre loco, loco, loco y… fuera, fuera, fuera. Entonces, yo creo que ese es uno de los problemas actuales, que no se abarca esta, esa parte familiar, esa parte fundamental para la sociedad. Y por eso, por más que se quiere avanzar, y vaya que se ha avanzado en las investigaciones neurocientíficas, perdón… científicas en investigaciones neurobiológicas, no se podemos llegar más allá porque tenemos esa parte de también integrar a los familiares como parte de un tratamiento […] psiquiátrico. Porque obviamente el familiar no sabe que la psicosis, desde muchos puntos de vista, ya sean biológicos o hasta psicoanalíticos… la psicosis de una u otra manera es… ¡generada! por el mismo núcleo familiar. Desde el punto de vista biológico, ¿por qué?, por la genética. Si tú tienes genética para tener una cuestión de esquizofrenia… ¡claro que hay una predisposición genética para que tus hijos tengan determinado porcentaje para que ellos hereden, esa capacidad de generar la esquizofrenia! O sea, esa es una parte genética, y la otra parte quizá psicodinámica es todo ese fenómeno que se da en la… lo que antes era la madre esquizofrenizante… que ahora ya no se le echa la culpa a la madre, pero ahora ya involucra a más, a más enfermos. El enfermo es el síntoma más agudo de una familia enferma. Entonces es ahí donde vemos… la familia no es sana. Una familia sana a nivel psicodinámico no podría generara un enfermo psicótico. Porque si se supone que tiene todos los factores de protección, además de factores individuales de protección como es la resiliencia.

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Que es esta capacidad de… a pesar de las adversidades que tú puedas salir por todas… de todas formas de allí, despegar… de allí… eh, aparte de tus cuestiones genéticas, todo lo que ellos llaman el área libre de conflicto. O sea, es una cuestión que podemos entremezclar perfectamente a estas alturas los nuestros conocimientos de genética que tenemos, pero que sin embargo, insisto, como que la familia todavía no, no se lo logra integrar, no logramos nosotros mismos… integrarlos como parte del tratamiento de la misma psicosis. Entonces es, allí donde surge todo este fenómeno de indigencia, aparte de que el psicótico tiene toda esta cuestión que se llama dromomanía, o sea, tiene la manía de estar caminando, caminando, caminando. Y que la mente por su cuestión de que esta desorientada a veces, dependiendo del estado psicótico en el que se encuentre, si es muy agudo o digamos manejable se llega a perder y ya no sabe como regresar a casa. Y entonces, ¡boom!, se queda en la calle, y obviamente, pues, como esta en todo su fenómeno alucinatorio-delirante, pues, se le olvida, se le olvida y como aparte del delirio que tenga él puede este… estar pensando que en su casa le pueden estar haciendo daño o le están envenenando la comida, pues, y se salen. Entonces es ahí donde se da el fenómeno de la indigencia. La indigencia con la locura es totalmente corresponsable.

F: Entonces, ¿podría ser que, por un lado, el loco se hace indigente, pero también, por otro lado, también el indigente podría decirse que se hace loco?

P: No, no, no, no. El loco se hace indigente, pero el indigente se hace loco no. No, no, no. Yo creo que aquí tenemos también dos grupos de indigentes. Los indigentes que realmente son indigentes por esa situación de que no se pueden valer por sí mismos… lo que es el concepto en sí de la indigencia, este, pero debido a que su capacidad esta limitada, esta… su juicio es desviado, es nulo, entonces, por eso siguen en ese papel. Sin embargo también tenemos otro fenómeno de la indigencia, que es el indigente que él si también… podría ser que no tiene un trastorno psicótico, pero, este, tiene si un trastorno caracteriológico de personalidad. Digamos que yo… creo y, porque los he conocido… a los indigentes que, básicamente son indigentes por comodidad. Porque saben que se les va a proporcionar todo y además… ¡exigen que se les proporcione todo! Porque esa es su condición social, y entonces, ya son un grupo que… se presta al uso de drogas entre ellos, el uso de limosna como un ingreso y, entonces ya, esa indigencia pareciera ser que tiene como ganancias secundarias. De hecho, yo digo que el cien por ciento de los indigentes no son locos, digamos que la mitad sí. Y a los que yo creo que se les debiera dar atención es a esa mitad. A los locos indigentes. A los otros los deberíamos de… ¡también! ver esta cuestión del enlace familiar, para ver qué es lo que esta pasando, para ver cual es la característica funcional que hace que el cuate se vaya a vivir a la calle. También es caracterológico de personalidad… pero como tal, psicótico no.

F: es que a mí me llama la atención que… bueno… no sé, tengo la idea de que este centro fue, originalmente, planeado para darle atención a personas en estado de indigencia, pero al paso del tiempo ha tomado como que un giro y, como que la orientación y el tipo de sujeto que ahora se… esta aquí bajo protección social es otro tipo de sujeto. Que no es el mismo para el que originalmente se planeó el centro…

P: Lo que pasa es que… ¡estas en todo!, estas en toda la razón. Cuando originalmente llega a crearse este tipo de instituciones (en esta parte de la entrevista hicimos una interrupción porque llegó una enfermera a al oficina de la coordinadora. Posterior a la interrupción reanudamos con la misma pregunta) Ah… del origen de este tipo de institución… de hecho mira yo… he tratado de investigar historia de cómo se genera este tipo de casas, este, efectivamente, yo creo que la necesidad ha cambiado, ha ido cambiando todo el rumbo de las mismas instituciones. ¿Cómo?, por ejemplo: aquí se trataba de hacer… la atención a los indigentes como… lo mismo que pasa en Plaza del Estudiante, sin embargo, la visión, al inicio como que no, era, era: vamos a trabajar con indigentes y ya. No se tenía una conciencia de que… de que realmente estos indigentes tuvieran alguna condición psicótica, ¿no? Esto, de hecho, hasta ahorita es una cuestión que le cuesta trabajo a las autoridades identificar…

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¡que esto es una cuestión psicótica! Y que necesitan psiquiatras para atenderse, sin embargo, esto lo repletan de médicos… generales, lo repletan de personal no especializado, este, y de pronto, pues, empiezan, por el mismo fenómeno de la confusión de la psicosis se da esta situación de que… pues ya, la misma institución empieza a exigir que se haga, que se tenga mejor trato, tratamiento, vigilancias psiquiátricas. Entonces es donde ya se rebasa la visión inicial de un centro como este. Y es necesario dar un giro, en esta época, dar un giro a la atención de este tipo de pacientes. Porque aunque no queramos psiquiatrizar totalmente la centro… pero si necesitamos darle la atención de calidad y de vigilancia para el indigente (la palabra indigente la dice murmurándola, la pronuncia en voz baja), para el usuario.

F: ¿tú crees que la infraestructura y los programas y las políticas que se han establecido para este centro, hasta cierto punto, cumplen con las necesidades que hasta este momento tú consideras tiene, tiene la población de este lugar?

P: Yo creo que… cumplen con lo básico. O sea, con dar albergue, con dar alimento, con dar cobijo, eso si lo cumple. Pero dar una atención para el manejo específico de las cuestiones psicóticas, yo creo que todavía no. Pero estamos en vistas de eso, estamos tratando de, de integrar programas ya con más este, vigilancia para este tipo de cuestiones. Tanto hasta en el mismo manejo de farmacia, que el psicotrópico se maneje de una mejor manera. Se controle más la entrada, la salida. Se controle más la prescripción de antipsicóticos… ¡por el psiquiatra especializado!, o sea, esa es la idea que se espera. Hoy todavía estamos en vías de… poder tener una infraestructura que sea, cien por ciento eficaz para el manejo de estos pacientes.

F: ¿qué es lo que crees que le hace falta al centro para que, hasta cierto punto, eh… tuviera… pues no sé… los elementos para trabajar mejor con este tipo de sujetos?

P: Yo creo que psiquiatras, yo creo que psiquiatras que tengan no nada más una cuestión asistencial sino que tengan también ese… esa cuestión de poder dar… eh… pláticas psicoeducativas, que tengan también esta situación de… ¡integrar! ese es el plus que le falta a este lugar. Digo plus porque ahorita no lo tiene. Que sería muy bueno tenerlo. Es… que hubiera más psiquiatras que pudieran capacitar a más familias, para irles haciendo entender a las familias que la locura no es eso… endemoniado, ni que esta lleno de tantos mitos, que fue por una comida, brujería, cosas así que las tienen todavía muy arraigadas. Yo creo que necesitamos psiquiatras que puedan informar a la familia, a las familias de los mismos usuarios para que no haya una ruptura… de lazos entre ellos y la institución. Y de los pacientes que están aquí adentro. Yo creo que eso es lo que hace falta. Más psiquiatras que podamos manejar la cuestión psicoeducativa con familias, que se pudiera trabajar con familias realmente y que además también se integrase el área de, de psicología para manejar también cuestiones psicoeducativas en conjunto con el psiquiatra.

F: En ese sentido, bueno… no sé si aquí el papel de la familia, si ellos delegan la responsabilidad a este tipo de instituciones por esta idea que se tiene, por los mitos que se tienen alrededor de la locura, entonces, podría decirse que… tendría que empezarse como tú dices… tomando esta labor psicoeducativa o iniciarla en el seno familiar para que hicieran ellos algo al respecto.

P: ¡Exacto!… de hecho ellos delegan el cien por ciento de las responsabilidades y la institución, hasta el momento, no ha tenido la herramienta para poder quitarse cierta obligación. Entonces yo creo que la idea ahorita de la institución es armar un programa, de hecho, es como que la visión de ahorita. La visión de la institución es armar un programa que se pueda manejar de… cuestión psicoeducativa con familia para también mejorar ese lazo, y aparte mejo… lograr la reinserción de este usuario que ellos están excluyendo de misión. Y que pueda haber a futuro una reinserción en su núcleo familiar, que eso sería como ideal. Sería como rescatar al indigente de la calle y regresarlo a la familia, ¿no?, y cual

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es la barrera que hizo que este cuate fuera indigente pues, bueno, la locura. Entonces manejar la locura, para que pueda regresarse ¿no?, digo bueno, suena muy padre ¿no? y yo creo que es posible… pero sí necesitamos más infraestructura para poder tener más acceso a psiquiatras que puedan manejar temas, informar. Hablo de psiquiatras porque, de eso, somos los más informados en cuanto a los fenómenos de la salud mental, en cuanto a los fenómenos de los trastornos mentales. Yo creo que es mejor tener información de primera mano, que seguir generando con una información de segunda mano ya, este, más mitos y que de pronto surjan dudas y que de pronto surja también otro mito al respecto de una duda no resuelta ¿no? También es (¿?) entonces, tratar de estar lo más informado posible para poder informar a la familia; y que la familia baje la resistencia que tiene de tener a su (¿?) en su, en su núcleo.

F: al respecto de esa situación, bueno… sobre la capacitación ¿tú crees que la capacitación, entonces, hasta cierto punto, debería ser eh… el psiquiatra debería capacitar o todos deberían ellos deberían tomar ese tipo de capacitación… interna y externa para poder desarrollar mejor sus labores?

P: yo creo que… ¿todos ellos quienes? ¿el personal?

F: todo el personal médico, psicólogos…

P: yo creo que… que se necesita que todos ellos reciban una cap… tengan una capacitación externa… ¡primero! y que ya después operativamente se haga un seguimiento interno, o sea, una capacitación continua interna, pero ya con temas específicos de la misma institución, con las características de la institución. Porque a veces el problema de darse afuera es que te dan todo un panorama diferente al que manejas diario. En cambio, yo creo que… pero también es importante tener ese referente, o sea, esa referencia este… para poder dar un seguimiento interno ¿no? de una capacitación continua y eso, y, obviamente… este, yo creo que eso también sería muy importante. Tener esa capacitación… (Esto último pronunciado más tenuemente)

F: ¿crees que la… esta idea de reinserción social es… una… es una utopía, es una utopía, o, o existen posibilidades para la instauración de esa utopía que sería la reinserción social de este tipo de sujetos con problemas psiquiátricos?

P: yo creo que sí existen las posibilidades, no para el 100%, también hay que ver, dependiendo del diagnostico qué tipo de terapias, qué tipo de intervenciones vamos a poder manejar. Y también qué tipo de dinámicas familiares nos vamos a encontrar. Al cien por ciento no, sin embargo yo creo que, este, un porcentaje considerable aunque fuera un cinco por ciento, yo creo que ese sería un logro magnífico para una reinserción. No podemos hablar quizá de sean más porque hay muchos más fenómenos que impiden que el familiar tenga también al mismo paciente en casa. Pero, sin embargo, aun estando aquí lo que se lograría es que ellos estuvieran más al pendiente de la evolución, o sea, hacer una corresponsabilidad familia-institución. Para poder dar este puente, para que, para que el usuario camine sobre él y pueda estar… Yo creo que no es tan utópico, yo creo que si se puede pero necesitamos […] armar, armar un programa, armar un plan, armar una estrategia para que suceda.

F: ¿tú crees que ellos no están preparados para la sociedad o la sociedad no esta preparada para ellos?

P: es una buena pregunta. Yo creo que la sociedad no esta preparada para ellos. De hecho por eso están aquí, porque la sociedad no esta preparada para los locos. Porque la sociedad los relega… y estas instituciones surgen de reunir mucha gente relegada, y entonces hay que dar, también hay que ver sus derechos humanos, también hay que darles comida, también que darles cobijo, y como que la sociedad no esta preparada y, ellos… para la sociedad, yo creo que ellos si podrían […] si podrían estar en la sociedad. La sociedad es la que los rechaza. De hecho, se hacen los intentos, se… se

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capacita, se educan, se preparan para salir y, cuando salen, la gente es quien los rechaza. Aun ya no estando psicóticos o tan perdidos en sus delirios. La misma gente los rechaza por este tipo de mito… y… de cosas. Básicamente.

F: ¿habría que… primero tratar de… desintegrar, hasta cierto punto, el mito… para tener una posibilidad de reinserción?

P: entonces, yo creo que se tiene que hacer a la par. Porque si esperamos a que se desintegre el mito y entonces, hacemos algo… Yo creo que se tiene que hacer a la par, a la par, a la par. Tener que conforme como va rompiendo con el núcleo inicial de los que ya están afectados, a la par, los vas preparando para que ellos mismos los acepten en casa y ellos mismos defiendan esta posibilidad de que ellos mismos inviten… a ser portavoces de la salud mental ¿no? con más información, obviamente. Yo creo que ese es un fenómeno que se puede dar, pero… necesitamos empezar.

F: por ejemplo, de lo que estábamos hablando ayer, al respecto del diagnóstico. Creo que… la mayoría de ellos llegan a… Plaza del Estudiante y ¿ahí hay un psiquiatra que, hasta cierto punto, evalúe su… condición, eh… psíquica y de ahí pues, se considere que deben ser canalizados o no hacia cierto tipo de centros… y particularmente a este que, se supone trata a… pacientes psiquiátricos o personas…?

P: ¡No!, fíjate que, no, no. El problema de la institución es que no tiene tampoco esa visión de salud mental. Entonces, no hay un psiquiatra que haga eso. ¡Que sería ideal! también sería importante que no nada más en un centro se ubicara el psiquiatra. Ubicar al psiquiatra precisamente en el lugar que se llama PASE, que es el Programa de Atención Social Emergente. Que allí mismo en el PASE se valorara si ese paciente es candidato para nuestro centro o realmente si se puede trabajar con la familia desde el primer contacto que se tiene con el indigente… y hacer un seguimiento por medio de trabajo social, para ver sus… al área donde anda y ver si se puede localizar a sus familiares, o sea, sería lo ideal que desde PASE, desde ese programa que es el primer contacto, para ingresar a estos centros tienes que pasar por PASE. Para empezar, desde allí debiera haber personal suficientemente capacitado para determinar si realmente amerita… internación aquí o no. Pero no, no, ¡no hay!, porque el instituto todavía no lo ve… como una necesidad todavía, no se tiene esa conciencia. Aun después de… no sé, en este caso, en esta institución… aun después de dieciocho años y como que todavía les cuesta trabajo saber… que están trabajando pacientes mentales (¿?)

F: te digo, te hago esta pregunta porque digo: ¿que tanto si no existe un, un profesionista capacitado para evaluar la condición psíquica de un sujeto?… pues, ¿no llegaría en algún momento a confundirse por esa situación de que el indigente, hasta cierto punto, actúa de una manera poco social o antisocial… se llegara a confundir un indigente con un loco por toda esa manera que ha tenido de vivir, en la cual, hasta cierto punto, no comparte la misma manera de… relacionarse con los demás que nosotros, los autonombrados normales?

P: claro, este… fíjate que […] yo creo que no, yo creo que no se puede confundir porque aun cuando tienen quizás otras reglas para vivir en la calle, de una u otra manera, tienen esas reglas. Y como que el indigente que tiene un trastorno mental no conoce eso, yo creo que ahí se puede diferenciar. Pero es necesario que alguien lo haga, alguien que lo identifique.

F: por eso te digo, si no existe, o si hasta cierto punto es como muy… particular, hasta cierto punto, algo que… sería del privilegio de algunos centros como en este que estas tú. Si no hay un psiquiatra ¿no podría alguien hacer una lectura… a partir de una lectura superficial, establecer que uno de estos sujetos es un psicótico […] por no tener estas herramientas teóricas, por no tener la experiencia, como para poder…?

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P: pues de hecho eso es real, de hecho eso se hace. Hay alguien para dónde van los usuarios, dependiendo de, dependiendo de su, este… estado, pero este… pero precisamente nosotros aquí, lo volvemos a valorar al probable ingreso para realmente identificar si cubre los criterios de la institución.

F: ¿hacia dónde crees que va… o cuales, no sé, hasta cierto, a veces hacemos pronósticos al respecto de lo que probablemente pueda pasar con este tipo de sujetos, si no se toman las medidas adecuadas para intentar este…, concienciar a la familia y hacer programas que de alguna forma respondan a esta idea de reinserción social? ¿Hacia dónde crees que va el indigente loco?

P: yo creo que no es hacia dónde yo creo que va sino a donde realmente se está yendo. ¿A dónde es? Es a estar en lugares así, y esperar a los años, ver pasar a los años, fallecer e irse a la facultad de medicina como parte de un curso de experimentación para ver, no se… anatomía, no se, cosas de ese tipo. Es lo que ha pasado hasta ahorita, yo creo que es momento como de empezar a frenar ¿no? tener esa, respetar esa dignidad de loco […] que por añadidura es indigente […] yo creo que por eso se tendrían que modificar. Yo creo que esto es ya, porque los fenómenos se están dando, los fenómenos están abriendo espacios para poder… de hecho, el hecho de que ya hay un psiquiatra aquí aunque sea en esta parte, digo ya es una, habla de que ya están pasando cosas, esta habiendo exigencias de la sociedad y una demanda tácita para este tipo de, de estrategias que ya se deben de establecer.

F: desde tu punto de vista ¿cómo ves al psicótico, al indigente, al loco?

P: ¿cómo?

F:¿cómo, cómo lo ves?, o sea, hablas de sus derechos humanos, hasta cierto punto, cómo que nos hacemos una idea de que… pues es una persona que tiene estos derechos, yo lo veo distinto porque en mi experiencia y en mi contacto con él, no lo veo tan anormal, tan animal, tan distinto.

P: mjm […] bueno, yo cómo veo al psicótico, indigencia, o sea, las dos cosas, podríamos separarlos. El psicótico indigente, […] ¡híjole!... para mi… sigue teniendo los… derechos que tiene cualquier ser humano […] yo veo difícil que él pueda salir… solo. Allí, insisto que se necesita que las familias se integren, se necesita recuperar esos valores familiares, esa situación familiar; esa es una crisis de la sociedad también ¿no? pero, desde mi punto de vista, yo creo que si se puede mejorar la situación del loco si la familia coopera y si la sociedad lo permite también.

F: ¿tú crees que en la familia hay una crisis de valores o una pérdida de valores? Por toda esta situación alrededor del loco.

P: yo creo que en la familia a nivel general, independientemente de que seas loco o seas drogadicto o seas lo que seas hay una pérdida de valores. Yo creo que la familia ahorita… la sociedad no… como que ya no tiene muchas situaciones de valores importantes, y de hecho por eso están dando tantos fenómenos de delincuencia, o sea que, yo creo que la familia es la base absolutamente de todos los males y todos los bienes de la sociedad. Entonces, insisto, se tiene que trabajar con ellos. Digo, porque igual así como tratan al drogadicto, igual así al niño con Trastorno con Déficit de Atención, que es el niño latoso, que ya no lo aguanta nadie. Y el rechazo surge desde la familia, la violencia intrafamiliar. O sea, yo creo que la familia es algo muy importante para la sociedad y… si no se da el tratamiento pues no, vamos a seguir en esta pérdida.

F: Entonces la familia se ha deshumanizado…

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P: La familia […] se ha separado, […] se ha separado. Entonces… ya no podemos saber si se ha deshumanizado, porque esta tan separada que quién sabe qué pensara, que pensara el doctor ¿no? y es como que el enfoque egoísta actual […] tiene sus ventajas… porque a nivel productivo, pues bueno, generamos cuestiones económicas y muchas ganancias económicas para los que los manejan. Pero, a nivel familiar está, hay este resquebrajamiento, también hay una escisión dentro de la misma familia y parte de eso, pues es que vemos que los papás tienen que trabajar todo el día los dos y dejan a los niños a cargo de la televisión […] todo esto mejora la situación económica de la familia, pero pierde, este acercamiento, este contacto de los hijos hacia los principales objetos ¿no? papá y mamá. En la fortuna de que tengan los dos porque si hay nada más uno, todavía peor. Con sus problemas, sus características pero (¿?).

F: particularmente en este caso ¿por qué te inclinaste a estudiar psiquiatría y cuál es tu interés alrededor de este fenómeno de la locura?

P: yo creo que […] bueno (sonríe), esa es una buena pregunta… ja, ja, ja, este… yo creo que… en primera por estudiar medicina […] fue todo un fenómeno porque, dicen que todos los que estudian medicina, en general andan buscando… sanar algo de lo, de la misma personalidad ¿no? en su afán, o sea, el, al… ser médico te da el este furor curandis. Que puedes curar todo, mejorar todo, tu puedes poner todos los tabiques que le hacen falta a la pared, tu puedes rescatar de las manos de la muerte a los seres humanaos (sonríe irónicamente), en fin es toda una serie de fantasías que maneje el médico, por eso, cuando a ti te fallecen es una pérdida importante para tu narciso, así como que no soy tan omnipotente como yo creía. Entonces yo creo que esta omnipotencia viene también de todo un fenómeno de querer sanar algo individual, pero esto es a nivel general. A nivel particular bueno yo también, yo lo manejaría de qué es eso que quiero sanar, todavía no lo manejo, pero este sin embargo para estudiar medicina fue eso y si estudiar psiquiatría, es todavía una cercanía mucho más… a lo mejor el problema va más allá, ja, ja, ja, no nada más es físico ¿no? a lo mejor el problema es más allá más psíquico ja, ja, ja, como que se quiere resanar alguna parte que no está bien, o al menos que se percibe que no está bien estructurada, igual se quiere resanar. Hasta ahí, yo creo que todos buscamos, en todas las situaciones buscamos como que resanar esa parte, hacer eso que nosotros no podemos hacer para nosotros mismos, como que hacerlos para los otros ¿no? Eso es una parte muy, muy humana, yo creo que es por eso que se decide. En mi caso pues no creo ser la excepción, yo creo que sí, sí hay unos conflictos por hay que pues si de pronto generan ansiedad y cuestiones así y dices ahhhhh. Por algo es inconsciente, por dejarme meterme hasta allá. Yo creo que es esta situación, lo puedes ver, tanto… y nuevamente hablamos de la resiliencia, lo podemos ver positivo, lo puedes sacar a pesar de muchas cosas puedes hacer algo o, o de plano no hacer nada, e irte hacia el otro camino, o hacia los otros miles de caminos que de opción ¿no? Yo creo que en esa parte, este… igual hay algo de loco en todos lo que cuidan a los locos, pero igual, no a todos les cae mal la locura. O sea, yo creo que es trabajar con esa parte que hasta cierto punto, si la quieres ver, bueno yo la veo así, un poco divertida, ¿no? No me burlo de la locura, porque vaya, hay que tenerle respeto. Veo los estragos que causa como ser humana pero igual así, lo que pasa con la burla de la muerte ¿no? que todo mundo se burla de la muerte y de todos vamos para allá. Afortunadamente con la locura no todos vamos para allá, pero yo creo que es un fenómeno que si hay que meterse más allá. Igual eso está correlacionado con la omnipotencia que uno maneja ¿no? Entonces, yo creo que mi omnipotencia, ja, ja, ja, fue muy elevada y por eso me fui para psiquiatría. Ja, ja, ja.

F: ¿cuáles son… no se, los pros y los contras… las satisfacciones e insatisfacciones que has vivido hasta ahorita?P: fíjate que, ser psiquiatra, este… el a veces saber, el a veces saber lo… último porque, de verdad que se trata una carrera que puede ser terrible pero es padre a la vez… el manejo de […] conocer el… pues digamos que el diagnostico de la locura, tan sólo hacer consciencia del pronostico de la locura… desde ahí hay una insatisfacción, pues porque quisiéramos que la locura se curara ¿no? pero por otro

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sabemos que no, sabemos que eso no, no se va a dar así […] Sabemos que los pacientes, los menos agradecidos son los locos, porque ellos son los menos agradecidos de que tú les des pastillas, que los ubiques en su realidad… ¡peor! Es una insatisfacción […] pero, ¿cuáles son las satisfacciones? […] Las satisfacciones son, yo creo que, básicamente de tipo narcisista. Ja, ja, ja. Si, o sea yo creo que si, es como, como […] no se, este si es muy narciso, muy omnipotente, es, yo puedo con eso, yo lo se manejar, yo puedo yo hago, yo, yo rescato, yo salvo, aunque ya a nivel práctico tu de una u otra sabes porque así nos van educando para que no sintamos tan feo, ja, el darnos cuenta que no hay cura, pero este si te empieza a mejorar que vas a evitar recaídas, vas a evitar problemas… golpizas terribles que también a veces propinan, vas a evitar eh… disfunciones importantes a nivel de… la vida de él y de los que lo rodean. Entonces, yo creo eso es una parte de nuestra satisfacción, insisto, yo creo que es totalmente narcisista.

F: si la locura no se cura, entonces ¿qué debemos hacer con ella?

P: aprender a convivir y manejarla […] aprender a convivir, manejarla, y a… a manejarla […] yo creo que, le tienes miedo a lo que no conoces […] y a veces hay cosas que conoces y les tienes miedo, pero, de una u otra manera también manejar esa parte que es el miedo, yo creo que hay que manejarlo, hay que conocer, porque […] mmh, yo creo que es dependiendo de cada ser humano, pero, debes ver también tu parte loca cómo funciona ¿no? cómo lo po… que preferirías tú. O dejarte ir, perderte o aun en la locura tratar de tener… pues locuras que te hagan sentir lleno. Yo creo que hasta dentro de la locura puedes elegir, el sentirte bien o el sentirte mal. Yo creo que el psiquiatra al manejar a los pacientes de cerca puede manejar eso, que la locura de los pacientes no le sea tan desagradable, que mínimo lo dejen de perseguir, pero la otra onda de que se sienta algo superior, que lo viva bien ¿no? que se sienta bien, por él, pero que se deje de sentir perseguido, eso sería magnifico ¿no?

F: bueno hay… se me fue la pregunta… ¿hay algo que quieras agregar?

P: Ja, ja, ja, pues ¿qué quiero agregar? Mmh, (¿?) las preguntas estuvieron fuertes. Ja, ja, ja. Por eso se te fue. Debe haber otra más acá, a ver acuérdate.

F: La locura, la locura…

P: era de la locura, ¡híjole! La locura tiene… la historia de la locura en la humanidad a nivel cultural, tiene un bagaje extraordinario de literatura […] y de hecho deja huella en la literatura de todos los tiempos, la locura…

F: ya me acorde. ¿Crees que la locura, dice o quiere decirnos algo? ¿Qué te dice la locura a ti?

P: no pues si esta dura, espérame tantito (en este momento recibió una llamada que interrumpió la entrevista, por lo que al terminarla continuamos).

F: entonces, bueno, tomando en cuenta que talvez si el loco es un vehículo por el cual la palabra ha tomado… la locura ha tomado la palabra ¿qué crees que quiere decir la locura? Sería una interpretación talvez personal, talvez muy subjetiva pues…

P: la locura quiere decir que nos están vigilando aaaaaah, ja, ja, ja, (bromea). Eso es muy paranoide. La locura… no yo creo que no, no creo que nos quiera decir gran cosa […] yo creo que eso es algo muy poético, pero… definitivamente de lo único que habla es que… bueno a lo mejor ya le iré encontrando una idea, pero, yo creo que la locura nos invita a conocer más todo el fenómeno que tenemos dentro de nuestro cráneo, ¿no? esta cuestión que se llama cerebro. Nos ha permitido hacer

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muchas cosas y deshacer más, pero, yo creo que la locura es parte de eso, es como, a lo mejor es el precio que el ser humano ha tenido que pagar […] por tener ese tipo de… este frontalote que tenemos que es magnifico, pero, que es todo este fenómeno. Yo creo que es el precio de la locura. Que nos da precisamente en esa parte que hace al ser humano diferente de muchos.

F: entonces también podría…

P: (¿?) resulto poético, pero ni modo, yo creo que sí, yo creo que ese es el precio

F: ¿el precio de ser humano es también…?

P: el precio del ser humano es la locura. Por lo cual también yo creo que no debiéramos de tener miedo. A menos de que te vayan a golpear, pues corres y ya ¿no? Ja, ja, ja, pues ya qué. Pero también es su, el golpear, el fenómeno tiene todo un bagaje de cuestiones delirantes que sería muy interesante investigar ¿no? y precisamente yo creo que es eso. El humano llego a ser tan curioso que, que igual la locura es parte de esta cuestión curiosa, de curiosidad […] porque a fin de cuentas todos nos morimos exactamente iguales, el loco no se muere diferente al otro.

F: el precio sería o… ir un poquito más allá de la razón, todavía queriendo indagar más allá de la razón.

P: exacto, yo creo que a lo mejor hasta podría ser un límite para no irnos más allá […] y no caer en la autodestrucción…

F: algo que quisieras agregarme, ¿algo más?

P: no, yo creo que por el momento ya esta. Ja, ja, ja.

F: bueno, ¡muchísimas gracias!

P: ¡gracias!

Entrevista realizada a V. F. (Usuario de Casa Cuemanco)

Codificación:F: FreddyV: V.[…]: silencio corto de 0 a 5 segundos.

F: Hola, buenas tardes. ¿Cómo te llamas?V: Hola buenas tardes, V. M.F: V. M. ¿Cuántos años tienes?V: treinta y… cuarenta y dosF: ¿Cuándo naciste?

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V: el veintiuno de […] de Noviembre […] de 1964F: ¿por qué estas aquí?V: por borrachoF: por borracho (rió al parafrasear). ¿Cómo fue que llegaste aquí?V: por mi tía, ella fue la que me llevo al Fray Bernardino, enfermo… de… tanto tomar.F: de tanto tomar… a ver, me puedes platicar un poquito de eso.V: me agarro mi tía y me llevó al Fray Bernardino, por borracho, me llevo ebrio y me curaron en el Fray Bernardino y de ahí me pasaron para acá.F: ¿qué fue lo que te dijeron, por qué te trajeron para acá?V: porque no tenía a donde vivir.F: no tenías a donde vivir. V: no.F: ¿dónde vivías antes de vivir aquí?V: con mi abuelita. Pero murió y vendieron la casa […] y ahora no tengo donde vivir. Tengo, tengo mi tía pero… está indecisa en sacarme.F: ¿Por qué esta indecisa en sacarte?V: porque quiere, dice que… que vuelvo a tomar, le digo que no que ya no voy a tomar.F: ¿Tuviste problema con alguien más?V: no.F: ¿por tomar llegaste a hacer algún destrozo, o por qué piensan que si sales vas a hacer las cosas igual?V: porque voy a volver a tomar. Le digo que ya no […] que ya no vuelvo a tomar.F: ¿cómo te sientes aquí?V: pues está bien, tranquilo bien.F: hace cuanto tiempo que estás aquí.V: hace cinco… hace seis años yaF: hace seis años. ¿Cómo fue cuando llegaste aquí?V: me trasladaron del Fray Bernardino para acá.F: y luego cuando llegaste aquí ¿qué pensaste?, ¿te acuerdas?V: no […] me trajeron así nada más […] de la casa de cambio, en la Casa Cuatro, en la Casa de Cuemanco. Porque no tenía dónde vivir.F: ¿tú no llegaste a vivir en la calle?V: sí. Me quedaba en la calle abandonado, tomado […] por estado de ebriedad, caí a la delegación. Después de ahí ya salía y volvía a las mismas, a seguir tomando, pero ya no vuelvo a tomar. O sea, ya escarmenté, ya quiero salir de aquí.F: ¿no te permiten salir de aquí, entonces?V: no. {…} mi tía me quiere sacar también.F: si sales de aquí ¿qué harías?V: me ponía a trabajar. Me pongo a trabajar y ya no vuelvo a tomar.F: ¿te gustaba tomar o no te gustaba tomar?V: si me gustaba tomar mucho. […] ya de ahí caí en estado de ebriedad […] ya no dejaba de tomar hasta que me agarro mi tía. Y me agarro por enfermo del hígado y me llevo al Fray Bernardino, de ahí me curaron y de ahí me trajeron para acá, y ya no vuelvo a tomar. Ya escarmenté ya.F: ¿te gustaría entonces…? Bueno, ya, dices que ya escarmentaste. ¿Qué es escarmentar?V: si que ya cumplí, ya no quiero estar aquí. Porque ya no voy a volver a tomar.F: ¿por qué ya no quieres estar aquí?V: porque se siente feo encerrado, sin trabajar, sin hacer nada […], mi tía me va a dar un cuartito y ahí voy a vivir con ella. Ya me voy a portar bien, ya no voy a volver a tomar.F: ¿cuando estabas allá, cuando vivías con tu tía, tenías amigos, llegaste a juntarte con alguien?... llegaste, no se. Pues muchas veces hay personas que toman y pelean, ¿tú nunca llegaste a hacer eso?

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V: si, me juntaba con amigos y tomábamos, pero después este… nos decíamos adiós en la noche y yo me quedaba en la calle, porque mi abuelita vendió la casa, o sea que, murió y vendió mi tía la casa y ya no tenía dónde llegarle, por eso me trajeron para acá.F: ¿pero sí tienes familia?V: si tengo familia.F: y, ¿por qué cuando tu abuelita falleció y ya se vendió la casa por qué tu familia no se hizo cargo de ti?V: porque ya son casadas y no tienen donde tenerme […].F: ¿no tenías un trabajo, no hacías otra cosa aparte?V: tenía un trabajo, descargaba los traileres, pero deje el trabajo por el estado de ebriedad, por agarrar la borrachera.F: ¿el problema era porque tomabas mucho, o por qué tomabas y te perdías, o por que tomabas y no ibas a trabajar? O ¿por qué eran los problemas?V: porque tomaba… porque tomaba bastante, compraba diario mi botella y me emborrachaba.F: ¿qué era lo que te decían, te daban consejos?V: si, que dejara de tomar, que ya no tomara.F: ¿y tú que pensabas? V: les decía que si, que dejaba de tomar, pero no entendía… seguía tomando […]F: entonces, ¿tú si llegaste a vivir en la calle?V: si, me quedaba en las calles abandonadas.F: ¿cómo era cuando vivías en la calle? ¿Qué vivías, que pensabas, que sentías?V: no, pues, sentía feo […]F: sentías feo, ¿por qué?V: porque no tenía donde vivir […]F: ¿estabas solo?V: estaba solo, abandonado (al pronunciar esta última palabra se le quiebra la voz). Hasta que me agarro mi tía, me cambio de ropa y me baño y me llevó al Fray Bernardino. […] porque me enferme del hígado y de ahí me curaron y de ahí me trajeron para acá, porque no tenía donde vivir. Pero aquí me siento tranquilo y pienso salir de aquí ya.F: ¿Tú no tienes alucinaciones V., no ves cosas, ni escuchas voces ni nada?V: no.F: algunos de tus compañeros, si, si… bueno ¿tu qué piensas de este lugar?V: pues se siente feo estar encerrado. Yo no quisiera estar ya mucho tiempo aquí, ya me quiero ir de aquí.F: ¿te pesa vivir aquí?V: sí.F: ¿Qué es lo difícil de vivir aquí?V: no, pus, estar encerrado, ya me fastidie de tanto estar aquí.F: ¿no te dejan salir? ¿No has pedido que te dejen salir?V: si, si he pedido, pero no me quieren dejar salir.F: ¿qué te dicen, por qué no te dejan salir?V: No he platicado con mi psicólogo […], con el director no he platicado […] un día nos agarraron fumando marihuana aquí y ya nos querían correr, y ya me querían, nos dieron una oportunidad de dejarme… un tiempo aquí más. Pero, si corrieron a los cuates estos, corrieron a L., a este R.F: pero, entonces, ¿si no quieres estar aquí? Cuando te corrieron… ¿por qué no te fuiste? V: porque pedí otra oportunidad para estar aquí.F: ¿por qué te querías quedar?V: porque no tenía donde vivir.F: ah por eso te… si hubieras tenido dónde llegar ¿te hubieras ido de aquí?V: si, me hubiera idoF: ¿qué es este centro? Este centro… ¿sabes para qué sirve, cuál es la función de este lugar?

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V: es, es la casa Cuemanco, yo le digo así.F: y en la casa Cuemanco ¿qué, que tipo de personas atiende y para qué sirve? ¿Tienes alguna idea de eso?V: yo nada mas entiendo trabajo social y protección social. Yo creo que es así ¿no? Porque nos ayudan, nos dan de comer, donde dormir, de todo… no nos dejan salir a la calle […] F: ¿te gustaba de repente estar en la calle, vivir en la calle? ¿Había algo bueno? ¿Había, hay cosas buenas, pero también malas?V: si, había trabajo y había cosas buenas pero me gustaba más la borrachera.F: ¿qué era lo que te gustaba de estar borracho?V: pus sentirse… borracho, perdido no dejar no, no tener donde vivir. Se sentía… yo, yo me perdía borracho […] y no podía dejar la borrachera.F: ¿pero eso te trajo problemas?V: me trajo problemas, me llevó mi tía, me ayudo bastante, estoy muy agradecido […] pero ya quiero irme de aquí, ya quiero irme con ella. Me dijo que si pero… que me espere. Me estoy esperando hasta que ella quiera.F: cuando te fue a que buscar a la calle dices que te cambio ¿dónde estabas? ¿Cómo estabas?V: pues, estaba en mal estado, todo sucio con zapatos rotos […] me ayudo bastante mi tía.F: ¿cómo te ayudo?V: me saco del lugar donde estaba, ya no quiero tomar. Ya, ya, ya, ya, ya, ya, ya, no quiero nada.F: ¿en que lugar estabas, dónde estabas dónde te encontró? V: en una calle, atrás del mercado en el piso tirado. En estado de ebriedad me llevó al Fray Bernardino.F: ¿Qué te dijeron en el Fray Bernardino? ¿Cómo dices que te curaron?V: si me dieron pastillas… me daban diario pastillas, estuve tres meses. De ahí me trasladaron para acá y ya de hay ya… ya de hay ya no se nada. Aquí nada más me dan pastillas para dormir, me atienden bien… me siento tranquilo.F: ¿cuáles son los medicamentos que te dan V.? ¿Sabes?V: este… Rivotril, para dormirF: ¿nada más, es lo único que te dan?V: sí, en la noche… no me dan medicamento porque me sacaron sangre, me tomaron la presión y me siento bien,F: tienes manchas de tabaco en los dedos.V: si, de tabaco.F: aquí el cigarro cuesta mucho ¿no? El cigarro es como el oro, mjmV: si, cuesta mucho el tabaco.F: ¿Qué dirías sobre el cigarro aquí?V: que regalan la bacha por fumar… por fumar y ya no quiero fumar también.F: ya no quieres fumar, y fumas mucho.V: nomás fumo tantito, lo que me dan, la bacha.F: nomás poquito, porque no tienes como conseguirlo o…V: porque no tengo como conseguirlo, pero cuando me trae mi tía me trae de cajetillas y me duran.F: y cuando no tienes dinero para cigarros y nadie te trae, ¿cómo le haces? V: pus, hay me les pego a mis amigos y me regalan la bachita.F: ¿cualquiera te regala o sólo tus amigos?V: mis amigos hay […] me regalan la bacha, me regalan un buen tabaquito, hay me dan las tres y ya me conformo.F: ¿Cómo es que se hacen amigos, a partir de qué se hacen amigos?V: pus, de que nos discutimos el café, luego se discuten, tomamos cafecito una bachita… de cigarro y ya me estoy tranquilo. Y luego cuando viene mi tía yo también, yo también les doy.F: ¿a quién le dan café y cigarro y a quién no le dan café y cigarro?V: a varios, los que alcanzan los que no, no.

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F: ¿a cualquiera se le da? V: no. F: ¿a quién si le dan y a quién no le dan?V: pus, a varios que vienen, y consiguen, y quieren tabaco también y no hay y no les dan. Pero yo como estoy aquí pues luego me meto y hay me estoy y me dan la bachita, por eso me quemo los dedos.F: ¿Cuándo llegaste tenías así los dedos o así se te pusieron?V: se me pusieron aquí.F: y ¿no te arden, no duelen, no te molesta?V: no, ya son callos de la quemadura […] pero, ya también, luego dejo de fumar y namás me doy las tres, las tres y ya luego en la noche me regalan la bacha también las tres, pero no fumo mucho.F: entonces, ¿quieres salir de aquí?V: si, si me gustaría salir de aquí… ya estoy harto, ya.F: ¿no has intentado salirte…V: no.F: …así nadamás de barbas?V: no.F: ¿por qué?V: porque no, no hay donde pueda llegar a dormir.F: si tuvieras donde… bueno me estabas diciendo hace rato que si tuvieras a donde ¿llegar te saldrías?V: si.F: ¿tú crees que si ahorita te quisieras salir te podrías salir así de fácil?V: no, no me dejan.F: ¿quien no te deja?V: el guardia, trabajo social.F: ¿qué es lo que te dicen?V: que me espere hasta que haiga una… hasta que tenga mi tía donde tenerme […].F: pero por lo mientras aquí tienes donde comer, donde dormir, en lo que se arregla tu problema.V: si, estoy muy agradecido.F: bueno, ¡muchísimas gracias!

Entrevista realizada a R. M. (Usuario de Casa Cuemanco)

Codificación:F: FreddyR: R.[…]: silencio corto de 0 a 5 segundos.Cursivas: palabras personalizadas.

F: hola, buenas tardes, ¿Cuál es tu nombre?R: R. M.

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F: ¿Cuántos años tienes?R: veinte años.F: ¿por qué estas aquí M.?R: por… te digo por problemas en la casa.F: tenías problemas en tu casa.R: tuve problemas en mi casa.F: tuviste problemas en tu casa y por eso te mandaron para acáR: de hecho te digo estaba en el Fray. Me aventé dos meses quince días.F: ¿por qué… me habías platicado que te habían mandado para allá?R: porque… me puse agresivo. Lo que pasa es que fue una irritación de cigarros. Me puse agresivo, empecé agredir a las puertas, todo eso. No me drogo, simplemente, te digo que, patie a las puertas y me trajeron… me mandaron para acá.F: me habías platicado en ese entonces que tu mamá se había molestado… me decías algo de un trabajo.R: no ahorita no, no estoy trabajando, ahorita, ahorita tengo dos años sin trabajar.F: dos años sin trabajar ¿por eso tuviste problemas en tu casa?R: así es.F: ¿Qué era lo que te decía tu familia o tu mamá o quién, de que no trabajabas? R: no, es que lo que pasa, te digo que, no trabajaba y empezaba los problemas. Que ya me fuera a trabajar, que todo eso, ya no estuviera de güevon, ya le echara ganas. Lo que pasa es que namás, te digo que, me la paso fume y fume en mi casa y no, no, pus, ahora si que no hago nada, nada mas viendo tele.F: me platicaste que en una ocasión, rompiste los vidrios y, bueno, tuviste problemas con tu familia.R: así es.F: y de ahí ¿te mandaron al Fray?R: estuve dos meses, quince días y me mandaron para acá.F: pero ¿por qué te dijeron que te mandaron al Fray?R: no, de hecho ya, te digo que... de por si pertenezco allá arriba, ya he caído tres veces, de quince días. Me trajeron… quien sabe por qué me trajeron para acá.F: ¿tú no escuchas voces ni tienes alucinaciones?R: nada de eso.F: ¿qué te dijeron, qué cuanto tiempo ibas a estar aquí?R: ya, de hecho ya, yo ya hable, de hecho me dijeron que nadamás me quedan como quince días.F: ya quince días. Ya hablaste con tu familia.R: No, no he hablado con mi mamá pero de hecho ya sé que namás me quedan quince días.(Interrumpe otro de los usuarios)M: ¿Después de muerto que vas a hacer Freddy?F: No sé MM., nada. Entonces… ¿estabas cumpliendo una especie de tratamiento o estabas aquí castigado o…?R: castigado nadamás. Así es porque, te digo que no, no oigo ni voces ni nada de eso. Namás es castigado, por problemas en la familia…F: porque no trabajabas…R: porque no trabajaba, porque estaba de güevon, porque… te digo que fue por una irritación namás en la noche. Lo que pasa que, me altera un poco el cigarro, ya llevaba dos cajetillas y, y quería otra en la noche.F: bueno entonces…R: empezaron los problemas de ahí…F: ¿Qué vas a hacer cuando salgas de aquí?R: voy a empezar a trabajar, buscarme un trabajo y evitarme todos esos problemas ya con mi familia, olvidar todo eso y hacer nueva vida ¿no?F: ¿ya no quieres regresar aquí?

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R: no, ya no. No de hecho ya no, se que tengo recaídas también, puedo recaer otra vez por un problemita otra vez a la casa.F: ¿Qué impresión te queda de este lugar?R: son muchas, no, esta, esta canijo estar aquí.F: me podrías platicar algo.R: Sí, pues, me aburro. A veces tengo alteraciones, todo eso, me desespero un poco, pero desesperación… ya me quiero ir.F: ¿sabes que tipo d e institución es esta?R: se podría decir que… yo lo tomo como una casa ¿no? Pero me dicen que es un manicomio.F: ¿Quién te dijo que es un manicomio?R: hable con la psicóloga.F: la psicóloga, ¿cuál psicóloga?R: una de pelo güero.F: ah… es V.R: si de hecho ya, ya también ya hable con ella.F: ella te dijo que aquí es un manicomio. R: si ella es… lo trata como un manicomio, aquí.F: y ¿tu qué piensas? ¿Crees que sí es manicomio?R: no yo pienso que es una casa nada más.F: con tus compañeros ¿qué tipo de relación llevas?R: me llevo bien con mis compañeros, no tengo ni problemas, platicamos y todo, es buena relación.F: ¿Qué de bueno te llevas de aquí?R: pssss, ahora si que, ¿qué puedo llevarme de bueno? Nada.F: y de maloR: pues, sí, esta duro, esta duro ¿no? Esta duro la encerración. De por si ya voy a cumplir casi medio año… un mes y medio año encerrado.F: ¿te sientes como si hubiera estado en la cárcel?R: sí ¿no? Es… casi una correccional, podría decir de medio año. Si te digo que ya voy pa´ fuera. ¿Quién sabe, no? si me echen otro, un mes o no sé que… Según eran unos exámenes, pero… ahorita lo que estoy viendo no son exámenes…F: te dan medicamentos…R: medicamentos y ese medicamento pues no, no me hace nada bien. Quiero hablar por eso ya con esa doctora ya para decirle que ese medicamento no me hace nada bien, un poco de desesperación…F: ¿qué es lo que te hace el medicamento? R: me desespera. No puedo ni dormir, te digo, me da insomnio, me desespero en la noche, no, no puedo dormir. Duermo poco, dos horas lo máximo que duermo y ese de… lo dejo de tomar y no, no siento, no me siento ni desesperado ni nada.F: ¿Cuándo fuiste al Fray que te dijeron?R: te digo que ya hablé con los doctores de allá y de hecho me dijeron que necesitaba tranquilizantes. Me estaban dando puro tranquilizante.F: ¿le dijeron algo a tu mamá o tu mamá les dijo algo a ellos?R: no, no, no de hecho y ya, mi mamá ya hablo allá arriba. Ya lleva dos veces que habla.F: ¿para que te saquen de aquí?R: no, no es necesario, simplemente habla aquí mi mamá para que me saquen. De allá arriba no, no más me canalizaron, para acá y necesita mi mamá aquí y no allá arriba.F: ¿entonces ya casi te vas?R: sí, me faltan como quince días máximos. De hecho ya me dijo la psicóloga que poco tiempo. Si de hecho así estoy por que estoy castigado, es poco tiempo. Pero la psicóloga dice que me ponga a trabajar y que regrese a la casa, pero yo no lo veo así, yo quiero trabajar y regresar a mi destino, hacer nueva vida ¿no? Y olvidar ese problema que paso, no por eso cada rato que me altere, cada rato me

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van a estar trayendo ¿no? No me gusta eso. Y así lo veo, eso no me gusta, namás porque rompes un vidrio otra vez, a la casa. F: te enojaste, te alteraste, rompiste un vidrio…R: rompí dos de la cocina, estaban un poco grandes.F: y te dicen… bueno, y por eso te tiraron de loco.R: si me tiraron de loco y mi familia inventa que las quería yo, que las quería… con un cuchillo y que…F: y ¿por qué crees que dijeron eso?R: psss, psss, porque inventan, yo ni, ni agarre un cuchillo, nomás rompí los vidrios y como que reaccioné rápido, me arrepentí, de hecho quería pedirle una disculpa ahí a mi mamá, en la noche, namás que ya eran… ya era noche, eran como las tres de la mañana y mi mamá estaba dormida. Todavía caí en tribunales, llamaron… y ahí en la Álvaro Obregón me aventé seis horas. Todavía caí, hablaron a las patrullas, vinieron por mí y pus lógico ¿no? Pus, órale te vas a ir a tribunales, pus, órale me la aplico y, pues si te digo, estuve en tribunales seis horas, me sacaron hasta el ostro día.F: ¿cómo dices que llegaste aquí, te mandaron al Fray?R: no, me mandaron… de hecho salí y luego, luego me mandaron p’al Fray y ya hable, te digo, con los doctores y si, los doctores me dijeron que me iban a mandar a una casa de acá abajo y, yo iba tranquilo en la camioneta, se que iba a venir a una casa nadamás, a un castigo y aquí ya voy a cumplir tres meses, más bien ya son como tres meses los que llevo aquí.F: si pues a mi me tocó recibirte.R: si, si te vi. Y pues son tres meses los que llevo aquí… no sé cuanto me vaya a aventar más.F: Pero ya no quieres estar…R: no ya no. Ya, lo que ya quiero salir y ponerme a trabajar y olvidar ese problema, que no me traten más bien de... que me dicen haragán en mi casa, me la paso de haragán y que no tengo en otra cosa en que pensar, que nada más estoy pensando en problemas con mi familia. De hecho, si me altero, en la mañana le contesto a mi abuela, estoy de malas porque… es desesperación también estar en la casa nadamás, sin hacer nada, estar ahí nadamás viendo tele… y me salgo…F: ¿no trabajabas porque no querías o porque no podías?R: no, pus si, porque no, no trabajaba pero si podía, de hecho soy obrero y soy repartidor de leche, namás que estuve de concha namás dos años y eso le molesta a mi mamá… fuerte, es una molestia fuerte, no traigo ni gasto, nada, de hecho no salgo, namás me estoy ahí escuchando un poco de música.F: ¿tu familia es de origen humilde?R: sí, somos humildes […] así es.F: ¿tuvieron problemas por dinero entonces, también? R: sí, porque no aporto nada, no aporto ni gasto, nada. De hecho mi hermana tampoco trabaja, nos peleamos, porque nadie trae dinero para… ahora si que para mi mamá. Mamá sale adelante ahora si sola, trabaja namás de martes a jueves, le dan ciento treinta por día y eso provoca muchos problemas. También con mi hermana tengo problemas, nos insultamos, nos decimos de cosas, todo eso. Y si, te digo que ya, no quiero esos problemas, ya, suficientemente con que me ponga a trabajar y que traiga una moneda es más que suficiente. Salir adelante ya, eso es lo que quiero, nadamás, no tener problemas ya en la familia, de hecho también necesito hablar con mi familia, con mi abuela… pedirles una disculpa de lo que sucedió ese día. Ellas inventan que yo quería agredir, que las quería matar con, con un cuchillo. Yo ni siquiera nada de eso. Me arrepentí, como a los diez minutos me di cuenta de que la estaba regando ¿no? La estaba regando y si, me salí un rato al patio, recapacite, quería pedir disculpas, toque la ventana para que me abrieran… una disculpa, nadie me abrió. Ya cuando me enteré ya tenía las patrullas ahí… dos patrullas. Y te digo, me llevaron a tribunales, me aventé seis horas, me llamaron la atención también ahí, no hice caso, seguí… regrese a la casa, seguí alegando. En la noche ya me trasladaron al Fray. F: ¿Quién llamo a los del Fray Bernardino?R: ¡No!, me llevaron… amarrado. Todos mis tíos.

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F: Te amarraron tus tíos.R: sí, estaba de agresivo.F: ¿entre cuantos te sujetaron?R: entre tres, mis tíos.F: ¿y tú que hiciste cuando te sujetaron?R: no pues ya no pude hacer nada, nada. Me golpearon mis tíos.F: te pegaron.R: sí, me patiaron y… o sea, tuve golpes con mis tíos y, me llevaron amarrado en un vocho, en un taxi. Ya llegué y… ¡me canalizaron para acá abajo! ¿Quien sabe porque estoy aquí abajo? De hecho ya iba de salida allá arriba. Ya me faltaban nadamás como dos días ya pa´ salir. Me las vi duras… porque salgo en quince días, namás me revisan y… mas tarda en llegar que en lo que salgo… quince días namás es lo único que me aviento.F: ¿ya has ido al Fray otras veces?R: ¡no!, ni he ido ni a consulta ni nada de eso. Namás salgo y… y me siento tranquilo, salgo me siento tranquilo y, al rato otra vez empiezo con mis tonterías.F: ¿pero por qué entonces dices que… te quedas quince días y luego, luego sales?R: sí, me quedo quince días. Luego, luego salgo del internamiento…F: entonces sí has ido al Fray varias veces…R: No, namás tres veces. Namás de quince días.F: ¿y siempre ha sido por o mismo?R:¿por lo mismo? Pues sí, porque también agredía a mi mamá. Le puse una golpiza.F: ¿porque le pegaste?R: porque me desesperan las pastillas. No puedo ni dormir. Namás me la paso viendo tele. Me trato de dormir un rato y nada. Golpee a mi mamá también por desesperación. Ya no quiero tomar pastillas… ya… eso ya no, no es bueno para mí. Me desespera, me siento y no me puedo dormir. Por más que tomo té, ¿no? Tomo un montón de té a ver si puedo dormir y, pues, el sueño no se cumple.F: ¿te diagnosticaron aquí con algo?R: me las están dando… pero de hecho no me las tomo. De hecho les digo que no… No me las tomo. F: ¿no te dijeron que tienes… no sé… esquizofrenia, paranoia o algo así?R: no de hecho no, no me dijeron nada de eso. Yo platiqué con V. y no me dijo nada de eso.F: ¿entonces no sabes si tienes un diagnóstico?R: no, no sé si tengo un diagnóstico. No sé que pasa. Pero no, V. no me contó nada de eso.F: ¿ella es tu psicóloga?R: supuestamente no es mi psicóloga. Nadamás me entrevista… Me entrevistó V., pero no es mi psicóloga. Necesito yo, ora si que hablar con mi psicóloga. A ver que me dice ya. También ya me quiero ir. Ya estoy aburrido. Se que tengo salida ya pa´ echarle ganas. Pero ya también, ya estoy aburrido. Por eso te digo… me desespero. Ya me quiero ir de la casa también, pero no sé. Sé que si puedo pero […] no lo hago. F: ¿es todo lo que quieres decir al respecto?R: es todo lo que quiero decir.F: bueno, muchas gracias.

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Entrevista realizada a J. A. (Usuario de Casa Cuemanco)

Codificación:F: FreddyJ: J.[…]: silencio corto de 0 a 5 segundos.Cursivas: creo que eso fue lo que dijo.(¿?): No se le entiende.

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(La entrevista que presentamos a continuación tuvo que repetirse por haberse acabado la energía de las pilas, por lo que, muchos de los comentarios –que ya habían sido realizados- se retomaron. Eso genero cierta tensión durante el proceso, pues, no deseaba inducir o dirigir al entrevistado, pero, el hecho de conocer y el interés personal por varios de los comentarios me hicieron orientar, particularizar y señalar los aspectos que debían ser abordados en la continuación de la misma)

F: Bueno, ahora sí. ¿Me puedes platicar como era la relación con tu mamá?J: ahí mas o menos… pues… también por mi comportamiento ¿no? que me salía a hacer mi despapaye con mis amigos ¿no? F: pero, ¿qué era lo que no le gustaba a tu mamá? No puedes ser más específico ¿qué eran los despapayes que no le gustaban a tu mamá?J: me salía con un cuate a andar en las bicicletas… a… llegaba… llegaba ya noche […]F: ¿tienes más hermanos J.?J: si.F: tus hermanos… ¿son más chicos, son más grandes?J: una hermana más grande y uno más chico.F: tenías como 14 años entonces… tu hermana como 16… aproximadamente.J: ¿Cuándo?F: tenías 14 años cuando te saliste de tu casa.J: aja.F: ¿Qué te decía tu hermana cuando todavía estabas en tu casa? ¿No te regañaba o te decía algo?J: ya la tenía espantada de, je (se ríe), de, de […] mi forma de comportarme.F: ¿por donde vivías J.? ¿Por donde vivías?J: ¿Cuándo?F: ¿Cuándo tenías 14 años donde vivías?J: pues, con mi mamá.F: ¿pero por que colonia o lugar?J: en el Rosario. Azcapotzalco.F: Bueno, entonces tuviste problemas con tu mamá por tu manera de ser. J: sí.F: Después… me habías platicado ¿Qué fue lo que hiciste?J: me fui con mi tío. Por andar de güevon y todo eso… ya no me quiso aceptar mi tío ahí con él. Ya no me quiso aceptar mi tío. (Sonríe)F: ¿Qué era lo te decía tu tío? ¿Tenías responsabilidades ahí? ¿Te decía que tenías que hacer algo?J: pus, compró un camión para… según para, éste… acoplarlo para… vender tacos. Ahorita lo tiene, ahorita lo tiene… es de un sonido. F: ¿no le ayudabas en la casa a hacer el quehacer a, a…? ¿No le ayudabas a nada?J: no.F: y ¿Por qué no le ayudabas si el te estaba, si él te recibió en su casa?J: porque toda mi vida me dio güeva hacer el quehacer en la casa.F: no lo hacías en tu casa y no lo ibas a hacer en la casa de otro…J: je, je (se ríe) F: ¿entonces también igual comenzaste a tener problemas con él? ¿Y después?J: pues ya éste… terminamos peleándonos y… pues me salí de ahí de su casa… y fue cuando me fui a vivir en la calle.F: habías dicho que en una montaña hace rato. ¿Qué es una montaña?J: pues una montaña éste… je…F: una montaña de las montañas… montañas… (Sonreí)J: si así este… así… había árboles y todo y pasto… F: ¿y por dónde es eso?J: quien sabe

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F: ¿llegaste ahí y cómo?J: cuando bajé de la montaña… después de cinco días éste… había una éste… pues ¿cómo se llamaría? Una ciudad… donde estaba todo de bajada. Estaba preguntando cómo podría llegar al Rosario y todo eso […] y éste… el chiste es que me dieron la información de un camión que salía hasta abajo y, yo esperando al camión, pues, me dio una convulsión y ya no supe pues ni que onda.F: ¿Cuánto tiempo viviste en la calle? J: pues ya ni séF: ¿no te acuerdas?J: no, no me acuerdo.F: pero, ¿fue poco tiempo o mucho tiempo?J: yo digo que ha de haber sido como un mes.F: ¿andabas solo?J: aja F: ¿no te juntaste con nadie?J: noF: ¿cómo vivías J.? Vuelvo a lo mismo, me gustaría saber ¿dónde te cubrías, cómo comías, qué hacías?J: pues así namás, me acurrucaba en las esquinas de los edificios grandotes esos. Como el de Sears, Sanborns y todos esos […] éste… y, me despertaba con el frío de la mañana…F: ¿cómo comías?J: ya no me acuerdo.F: no te acuerdas ¿cómo conseguías dinero? Porque bueno, no andabas dinero… no te acuerdas cómo comías, pero comías ¿no? … ¿no te acuerdas?J: no… me acuerdo que a un chavo, por ahí por el Toreo, le pregunté de un trabajo de, de un, un éste… ¿cómo se llama? Un lava autos. Y pues sí me dio la información de que sí necesitaban personal y todo eso, pero pus, me perdí y ya no supe […]F: ¿las convulsiones te han creado problema en toda tu vida?J: pues en casi toda.F: ¿llegaste a mendigar a pedir limosna? …como me habías dicho el otro día, ¿pediste o llegaste a pedir dinero?J: pues que yo me acuerde, no.F: ¿no? hace rato me habías dicho que habías llegado a pedir dinero.J: ¿si? F: aja, que llegaste a pedir limosna. Por eso te digo... me extraña J: (se ríe) no pues, ya no me acuerdo.F: bueno, el chiste es que ya estas en la calle ¿cómo dices?… platícame un poco de cómo llegaste aquí.J: pues me trajo la camioneta. O sea, yo ya estaba sin consciencia en la calle, ya loquillo. Ya no sabia de mi, del tiempo, de nada… y este, me recogió una camioneta y… este… me llevo a un lugar. Lo único que recuerdo de ese lugar es que nos metían a bañar en un baño grandote… éste… azul, éste… ¿Cómo se llaman estas cosas, las que les ponen aquí en el piso?F: ¿mosaico?J: con mosaico azul, con agua fría a manguerazos y todo eso. Ya después me pasaron para acá, me trasladaron para acá y aquí fue donde empecé a recuperar la consciencia y todo eso.F: ¿cuál fue tu primera impresión cuando llegaste aquí?J: estuve un buen tiempo sin consciencia, poco a poco este, fui recuperando… conforme estuve aquí poco a poco fui recuperando la consciencia.F: ¿te gusta este lugar? ¿qué es lo bueno y qué es lo malo de aquí?J: que pasan así, muchos cuates así gritando y… que rompen vidrios. Se les va el avión, así.F: hace rato me habías platicado que para ti este lugar ¿qué era? para personas que ¿qué?J: para personas que… que no tienen donde vivir ¿no?

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F: ¿tu no tienes donde vivir? Nada más aquí…J: ya no me aceptan en las casas de mis familiaresF: si tú pudieras salir de aquí ¿qué harías J.?J: […] no sé la verdad […]F: ¿te gustaría salir de aquí o te gustaría salir de aquí?J: no, pues sí me gustaría salir de aquí. Estoy viendo lo de mis papeles de… para entrar a estudias y este… y poco a poco irme superando, y este ya, ya después, ya con estudios y todo pues encontrar un trabajo estable ¿no?F: ¿cuál es el diagnóstico que te dieron aquí?J: ¿de qué? ¿De la medicina?F: ¿qué es lo que tienes? ¿Cómo se llama tu enfermedad?J: […] crisis convulsivaF: aquí… bueno, se supone que tú tenías ciertos privilegios ¿no? podías salir a trabajar afuera.J: pues sí, le ayudo a un… a un cuate ahí enfrente, que se pone enfrente de la universidad, en la banqueta de la universidad, vende ropa y artículos de… ¿cómo se llama? De papelería.F: ¿me podrías platicar sobre el problema que tuviste el otro día con el señor del mercado?J: si, pues este… iba llegando de con mi tío, eran como las ocho de la noche… ya traíamos, ya traíamos piques de varias cosas atrás, de que tiraba la basura y este, yo creo ha de haber confundido las cosas que traía con basura, que eran ropa. Y este, me cerro la cortina en la cara y yo le hice una grosería en su cara y no se aguanto, entonces yo tampoco me aguante y lo empuje y pues, nos agarramos a trancazos ahí en el mercado. F: después de eso, bueno, ¿ahí termino el problema o continuo o en qué siguió?J: este pues… me suspendieron el trabajo durante quince días, en lo que se calmaba la bronca con el velador este. Me dice mi patrón qué es muy… muy este, rencoroso.F: ¡¿pero ya pasaron más de quince días?! No lo has ido a ver, no has platicado con él.J: ¿con el velador?F: no, con tu patrón o tu ex patrónJ: sí… este, ya el lunes voy a empezar a trabajar de nuevo.F: ¿qué fue lo que te dijeron a ti cuando el problema? Me habías dicho que habían venido los del mercado a reclamar. J: este… por lo que sé nada más vino mi patrón, ese día que paso la bronca este, vino a reclamar y dijo que ya no quería tenerme ahí con él para evitar problemas y todo eso. Y vino como tres días después, un domingo, para ver que versión tenía yo de lo que había pasado, entonces ya vio las cosas y me dijo que sí podía seguir trabajando con él.F: ¿qué fue lo que dijeron los del mercado? Me habías platicado la vez pasada que me platicaste sobre esto que los del mercado vinieron a quejarse al respecto de los que… guardaban aquí, algo así me habías dicho.J: no, no vinieron a quejarse, este… por lo que sé, hay un compañero aquí que toca la guitarra y este… cuando va ahí al mercado a comprar cosas o a tocar la guitarra […] pues, lo… pues lo batean… porque creen que todos somos iguales, o no sé...F: que todos son iguales ¿a qué te refieres?J: pues así de broncudos o acá ¿no?F: ¿ah, sí? […] bueno, volvemos a la misma. Regresamos un poquito cuando de… cuando ingresaste aquí. Te había preguntado hace rato si te hicieron algún tipo de exámenes diagnósticos, vino… te atendió un médico, te atendió la psiquiatra, ¿quién te atendió, qué te hicieron, qué te dijeron?J: por lo que sé si me atendieron y me recetaron Valproato y Carbamacepina.F: ¿ese es el tratamiento que llevas hasta ahora?J: si. Y este…el Risperdal ese no se para que sirva exactamente.F: Risperdal. Hace rato me habías dicho que ya habías estado, que ya habías ido al Fray Bernardino Álvarez. ¿ahí fue donde te dijeron…

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J: ah sí, mi tío me… mi tío y mi papá me metieron ahí al Fray Bernardino, estuve una semana, este… no se que diagnostico habrán dado ¿no? me sacaron a la semana y ya no supe ni que onda.F: ya paso (en voz tenue)J: mjm…F:¿cómo es tu vida aquí J.?J: […] hasta ahorita bien.F: si yo fuera un extraño, alguien que no ha entrado aquí y te preguntara ¿cómo es ahí donde vives? ¿Qué me contestarías?¿cómo tratarías de… de dibujarme, de ilustrarme cómo es este lugar?J: [...] yo creo estaría más nervioso ¿no?, no sé.F: ¿Cómo crees qué es aquí? a ver, imagina. Este lugar, no sé, mas o menos platícame algo sobre la institución. Hace rato me decías que te llama la atención que se ponen a gritar, que rompen vidrios.J: hay de todo ¿no? […] se ponen a cantar, luego unos andan gritando, pues saber de qué gritan o qué onda, rompen vidrios este… también hay peleas.F: ¿por qué se dan? J: porque a veces tratan de quitar suéteres o cosas así personales.F: ¿no has tenido problemas con alguien aquí?J: si, […] en el baño, cuando me estoy bañando… una vez uno me empujó cuando estaba en la regadera y, me quería sacar de la regadera a fuerzas y no me deje y pues, también nos agarramos allí a trancazos […]F: ¿se agarraron a trancazos?J: heyF: ¿y qué hicieron? Estaban tus compañeros, ¿nada más se agarraron a trancazos y ahí quedo?J: sí.F:¿nada más son ustedes o alguien más interviene?J: pues, cuando se dan cuenta los enfermeros o… personas que trabajan aquí pues sí, si se meten.F:¿y qué es lo que hacen, nada más lo separan?J: si, […]F: también este… bueno, el otro día uno de los usuarios tuvo un problema, se peleó, y se lo llevaron a la enfermería y lo inyectaron. ¿Tú sabes algo sobre eso? ¿A ti nunca te ha tocado que has tenido algún pleito, jamás te han inyectado para ponerte quieto?J: No. F: pero ¿si te has enterado que lo hacen…?J: sí… si les, este, ahorita no me acuerdo del nombre de la medicina…F: Haloperidol…J: Eh…F: Haloperidol, Haldol…J: Haldol creo…Este […] les inyectan esa, esa cosa y es como… como anestesia.F: ¿a ti nunca te ha tocado?J: no.F: entonces… ¿qué es lo bueno de aquí?J: pues que no estoy en la calle ¿no?F: que no estas en la calle… y ¿qué es lo malo? O ¿tu consideras que todo esta bien? Te gusta…J: pues que no estoy con mi familia.F: que no estas con tu familia, ¿te gustaría estar con tu familia?J: pues si pero… también por mi forma de comportarme… pues antes, este… ya los, ya los dejé medio… traumados ¿no?F: ¿medio traumados?J: ya no me quieren recibir, ya no me…F: ¿ya cuantos años tiene de eso?J: ¿de cual?F: que ya no estas con tu mamá y con tus hermanos.

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J: de que no estoy con mi mamá como diez años.F: y ¿que piensas, que sientes? ¿te vienen a ver, saben que estas aquí?J: si, (contesta suspirando) este… me […] pero pues no, no me vienen a ver.F: ¿y tú que piensas?J: pues que yo me lo busqué.F: que tú te lo buscaste (parafraseándolo). Pero ¿te gustaría regresar con ellos?J: si.F: tratar de hacer las cosas de otra forma…J: si.F: ¿Qué harías… si pudieras?J: comportarme mejor.F: ¿que es comportarte mejor?J: (ríe de la pregunta) […] pues… ya no salirme a… por ejemplo, estuve un tiempo también… drogándome y este… me salía con…con los cuates a conseguir la droga y todo eso.F: cuando estabas todavía con tu familiaJ: siF: ¿tu mamá se dio cuenta o alguien se dio cuenta?J: sí.F: ¿te llegaron a reclamar?J: […] pues, me… una vez me dijo: si no lo dejas, se acabaron las oportunidades, ya no puedes vivir aquí. y este, no lo deje y… me fui a vivir con mi papá que también es fármaco dependiente… y este, pues, también ahí vivíamos en la casa de alguno de sus amigos… y pues ahí llevaban también drogas y todo. nos drogábamos todos.F: ¿te gustaba estar con tu papá?J: pues más o menos.F: ¿qué te gustaba de estar con tu papá?J: […] este… él se salía a trabajar con la guitarra y pues, ganaba doscientos, doscientos cincuenta diarios y pues nunca nos faltaba nada. Pero, lo que no me gustaba era de que era muy necio, y se aferraba a lo que el decía. Quería que eso fuera pues. Y pues yo era más o menos igual y chocábamos.F: chocaban muchoJ: heyF: ¿con tu papá viviste después de tu mamá o después de tu tío?J: después de mi tíoF: ¿entonces, después de que tuviste problemas con tu papá fue que te fuiste a la calle?J: mjmF: o ¿Cuándo fue precisamente cuando te fuiste a la calle?J: después de que viví con mi papá.F: después de eso… entonces, cuando estabas en la calle no te molestaba la policía, porque ¿te dormías en la calle, no?, ¿nunca te dijeron nada, la gente como te trataba cuando estabas en la calle? J: pues ya ni me acuerdo, no pues te digo que perdí la noción.F: pero ¿por qué perdiste la noción, te seguías drogando, tomabas o… era el hambre que te dejó así? (río al preguntarle lo último)J: yo creo, ¿no?F: ¿entonces pasaste mucha hambre cuando estuviste en la calle?J: sí (duda)F: ¿no te acuerdas? (con voz tenue)J: […] en realidad no, no me acuerdo.F: J. ( lo nombro tratando de llamar su atención), como hace rato te había preguntado ¿crees que estas loco?J: je, je, je… no.F: ¿por qué no estas loco, qué es un loco?

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J: pues esos que andan gritando ahí, que andan como atrapando mariposas o rompiendo vidrios […]F: entonces este lugar… ¿Cómo a qué te suena? Hace rato habías dicho que aquí rompen vidrios y luego andan haciendo cosas raras.J: pues, sí, pero pus… he ido aprendiendo a comprenderlos.F: ¿cómo has ido aprendiendo a comprenderlos?J: […] pues, conforme al tiempo que he estado aquíF: ¿qué dirías de ellos? ¿Cómo hablarías de las personas que están aquí?J: ya están locos, muchos.F: ¿están locos?J: por eso hacen las cosas así, pues, ya que. Ya no, ya no entienden.F: ¿deveras crees que no entienden?J: pues quien sabe.F: por eso te digo: tu tienes muchos… no sé, más o menos ¿cuántos años llevas aquí?J: dosF: bueno, creo que en dos años ya… habrás aprendido algo de cada uno de ellos ¿no?... no sé… ¿qué es lo bonito de estar aquí con ellos, qué es lo feo?J: no, no, bonito no hay nada. No sé, namás cuando se ponen a gritar y así namás los… paso de largo, los tiro de a locos. Pus lo feo, se la pasan gritando y namás ahí te rompen los tímpanos y ves como gritan y todo eso.F: esta bien… esta bien aceptarlos como son… no sé… ¿qué le dirías a la gente sobre ellos? (un usuario se acerca a pedir un cigarro) ¿tú crees que todos los que están aquí están locos?J: no.F: ¿como quién… tu consideras, este no esta loco pero está aquí?J: por ejemplo como A., ese no esta loco. F: ¿Cuál A.?J: el de la silla de ruedasF: ah si, ¿por qué A.?J: pues quien sabe… creo que tuvo un accidente, se callo a las vías del metro y… se electrocuto y este… después de que lo operaron lo trajeron para acá.F: ¿tiene familia?J: no séF: él también… ¿a qué se dedicaba antes de llegar aquí?J: no seF: no sabes mucho de élJ: noF: el único problema es que no tiene familia y no tiene donde vivir.J: mjm F: y aparte está en silla de ruedasJ: heyF. alguien más que tú consideres no pus este tampoco se le van las cabrasJ: […] pues, este Horacio ¿no? pero, o sea, pero también este… de repente se le van las cabras, así como que decae, pero así como para estar loco no pues no.F: ¿qué crees que es un loco?J: pues, pierden la noción del tiempo de el día en que viven, todo.F: ¿a ti te han hecho exámenes para ver si sabes quien eres y dónde vives y que día es y todo eso? J: sí.F: y qué te dicen los psicólogos o los psiquiatras o los de aquí, ¿nunca preguntas qué piensan de ti?J: noF: algo más que quieras platicarme antes de terminar con la entrevistaJ: ¿como de qué?

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F: no sé lo que tu quisieras… al respecto de todo lo que hemos hablado. No sé tengo ganas de decir esto, eso ya es tu criterioJ: […](En esta parte de la entrevista se nos terminó la cinta, pero éste ya no agregó más).

Entrevista realizada a J. M. (Usuario de Casa Cuemanco)(incompleta)

Codificación:F: FreddyJ: J. M.[…]: silencio corto de 0 a 5 segundos.Cursivas: creo que eso fue lo que dijo.

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(¿?): No se le entiende.

F: Vamos a empezar con esta cosa acércate.J: mejor la arrimo (la silla).F: ¿Cómo te llamas?J: Pancho pistolasF: Pancho pistolas ¿alias?J: alias… J. M.F: J. M. ¿Cómo fue que llegaste aquí?J: me atropello un trailer y me dejo tirado, me atropello un pinche trailerF: te atropello un trailer… ¿dónde estabas, qué hacías cuando te atropello el trailer?J: cargando unas cajas de verdurasF: una caja de verduras ¿dónde estabas, dónde te atropello, en qué parte? Donde trabajabas, no sé, era una caja de verduras ¿qué estabas en la Merced o…?J: Tacubaya F: en Tacubaya, ¿qué era lo que hacías? ¿Trabajabas cargando cosas?J: tirando basuraF: ¿tirabas basura?

Bibliografía

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