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TRANQUILIZANTES Son drogas depresoras cuyo uso se ha extendido. Grandes cantidades de tranquilizantes son prescritos por los médicos generales y en muchos países pueden conseguirse sin receta médica, para calmar a la gente, para reducir los niveles de ansiedad y en situaciones críticas sin llevar un control de estos medicamentos. En ocasiones son utilizados como relajantes musculares y como medicamentos de uso secundario en la epilepsia. Existen varios tipos de tranquilizantes; los más comunes y de mayor frecuencia en su consumo son: las benzodiacepinas y sus derivados. Sin embargo, de manera popular, aunque no se trate específicamente de tranquilizantes, muchas personas usan de manera indiscriminada los antidepresivos más populares como una alternativa para automedicarse y “controlar” situaciones de estrés o estados de tensión. Las manifestaciones clínicas en casos de intoxicación aguda incluyen: somnolencia, visión borrosa, movimiento rápido e involuntario de los ojos, visión doble, pupilas pequeñas, debilidad, zumbido de oídos disminución de reflejos, falta de coordinación, convulsiones en algunos casos, agresividad, hipotensión arterial, shock, coma, depresión respiratoria, muerte. I. DEFINICIÓN Los tranquilizantes provocan dependencia psíquica y dependencia física. El síndrome de abstinencia es muy parecido al de los barbitúricos, aunque menos severo. Los tranquilizantes pertenecen a los fármacos psicotrópicos, que se caracterizan por actuar sobre el psiquismo normal o patológico, sin importar si su efecto es beneficioso o perjudicial. A su vez pertenecen al grupo de fármacos psicolepticos o depresores del sistema nervioso central, estos disminuyen la actividad de los diversos centros nerviosos.

Tranquilizantes

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Farmacología. Psicofarmacología

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TRANQUILIZANTES

Son drogas depresoras cuyo uso se ha extendido. Grandes cantidades de tranquilizantes son prescritos por los médicos generales y en muchos países pueden conseguirse sin receta médica, para calmar a la gente, para reducir los niveles de ansiedad y en situaciones críticas sin llevar un control de estos medicamentos. En ocasiones son utilizados como relajantes musculares y como medicamentos de uso secundario en la epilepsia.

Existen varios tipos de tranquilizantes; los más comunes y de mayor frecuencia en su consumo son: las benzodiacepinas y sus derivados. Sin embargo, de manera popular, aunque no se trate específicamente de tranquilizantes, muchas personas usan de manera indiscriminada los antidepresivos más populares como una alternativa para automedicarse y “controlar” situaciones de estrés o estados de tensión.

Las manifestaciones clínicas en casos de intoxicación aguda incluyen: somnolencia, visión borrosa, movimiento rápido e involuntario de los ojos, visión doble, pupilas pequeñas, debilidad, zumbido de oídos disminución de reflejos, falta de coordinación, convulsiones en algunos casos, agresividad, hipotensión arterial, shock, coma, depresión respiratoria, muerte.

I. DEFINICIÓN

Los tranquilizantes provocan dependencia psíquica y dependencia física. El síndrome de abstinencia es muy parecido al de los barbitúricos, aunque menos severo.Los tranquilizantes pertenecen a los fármacos psicotrópicos, que se caracterizan por actuar sobre el psiquismo normal o patológico, sin importar si su efecto es beneficioso o perjudicial. A su vez pertenecen al grupo de fármacos psicolepticos o depresores del sistema nervioso central, estos disminuyen la actividad de los diversos centros nerviosos.

II. CLASIFICACIÓN

1. ANSIOLÍTICOS

También llamados tranquilizantes menores, ejercen una acción apaciguadora sobre la hiperexcitabilidad psíquica. Alivian o suprimen el síntoma de ansiedad. Su función principal es modificar los trastornos emocionales sin alterar la conciencia.En la mayoría de casos, la ansiedad puede ser controlada por el mismo sujeto, pero en ocasiones, es tan intensa que desborda el umbral de resistencia. Los síntomas de ansiedad se acompañan de depresión; y en especial, con trastorno distimico, pánico, agorafobia y otras fobias específicas, trastorno obsesivo compulsivo, alteraciones de la alimentación y trastornos de la personalidad, siendo entonces necesario el tratamiento ansiolítico, que incluye psicoterapia y, en ciertos casos, el uso de fármacos ansiolíticos.

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CLASIFICACIÓN:

1.1 BENZODIACEPINASSon psicofármacos que poseen cinco funciones principales: ansiolítico, sedante, hipnótico, anticonvulsionante y relajante muscular, lo que permite utilizarlas en una gran variedad de indicaciones psiquiátricas y no psiquiátricas.

1.1.1. Farmacoquímica:

Las benzodiazepinas están compuestas por un anillo bencénico (A) unido a un anillo diazepinico (B). La mayoría son 1,4 benzodiazepinas, aunque algunas tienen los N en 1,5 (Clobazam). Todas tienen sustituida la posición 7, además pueden tener sustituyentes en 1 y 3. La introducción de anillos adicionales ha dado lugar a series derivadas. No se ha establecido una correlación definitiva entre la estructura química y la acción farmacológica de estos derivados. Se sabe que los diversos sustituyentes inducen cambios relativos en el espectro y potencia farmacológica y en las propiedades farmacocinéticas que condicionan la distribución del fármaco y la duración de su efecto.

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1.1.2. Mecanismo de acción

El GABA, o ácido gamma amino butírico es un neurotransmisor del SNC cuya actuación se traduce en potenciales postsinápticos inhibidores. Las benzodiacepinas se unen a un sitio específico del receptor gabaergico y la consecuencia de esta unión es una mayor afinidad del GABA por sus sitio de acción que se traduce en un aumento de la frecuencia de la apertura del canal del cl- y por lo tanto un incremento de la transmisión inhibitoria GABAergica. Los barbitúricos, a diferencia de las benzodiazepinas a bajas dosis prolongan el tiempo de apertura del canal del cloro por acción del GABA mientras que a dosis altas abren directamente el canal. Esta diferencia hace que las benzodiazepinas no sean capaces de proporcionar una activación superior a la que lograría el propio GABA lo que explicaría su índice terapéutico superior al de los barbitúricos.

Los receptores de GABAa actúan como dianas farmacológicas dedistintos compuestos de utilidad clínica entre los que se encuentran lasBZD.El receptor GABAa es un miembro de la familia de receptoresasociados a canales iónicos, formados por una combinación de subunidadesproteicas. Las subunidades se unen formando canales iónicos conselectividad para el ion cloruro.La farmacología de un receptor GABA concreto depende de lasisoformas de las subunidades proteicas que lo constituye. Se conocen hasta7 clases distintas de subunidades con múltiples variantes (α1-α6, β1-β3,γ1-γ3,Ρ1-Ρ3,δ,ε y θ )

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En resumen, los efectos farmacológicos de las benzodiazepinas estánmediados por la activación de subtipos de receptores tipo A del GABA,requiriéndose la activación de receptores que contengan la subunidad α1para conseguir el efecto sedante, mientras que la acción ansiolítica estarámediada por receptores que contengan la subunidad α2, pero no porreceptores que contengan la subunidad 3.Las BZD clásicas interaccionan de forma indiscriminada con todos lostipos de receptores, por lo que cabe esperar de ellas todo el abanico deefectos.De los derivados utilizados en clínica en la actualidad sólo el zaleplón y elzolpidem (no tienen estructura benzodiazepínica) tienen una altaselectividad por receptores GABA que contienen la subunidad α1, razón porla cual ejercen un potente y eficaz efecto hipnótico.

1.1.3. Dependencia y tolerancia

Son eficaces en el alivio de la ansiedad, no obstante tienen dos desventajas:- Se desarrolla la tolerancia- Si se suspenden en forma súbita, aun después de un periodo corto, puede

desarrollarse síntomas de abstinencia .

La posibilidad de inducir dependencia, a pesar del uso extendido es rara. Lorazepam y alprazolam son las que presentan mayor poder adictivo. La sustitución de estos agentes por una benzodiacepina de acción más prolongada, brinda un efecto ansiolítico sostenido y facilita la supresión gradual del tratamiento.

1.2. ZOPICLONAEs un derivado de ciclopirrolona. Es usada principalmente como hipnótico, también posee propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes y miorrelajantes. Actua uniéndose al complejo receptor GABA en un sitio diferente a las benzodiacepinas.

Los médicos recetan zopiclona para los trastornos en el ritmo del sueño y para todas las formas de insomnio, especialmente cuando existen dificultades para conciliar el sueño, bien inicialmente o bien tras un despertar prematuro.En la mayoría de los casos sólo se necesita un tratamiento de corta duración con este medicamento que, en general, no debe superar las dos semanas

1.2.1. Riesgo de dependenciaEl uso de zopiclona puede conducir a una dependencia o abuso. Esto ocurre, principalmente, tras la toma de forma ininterrumpida del medicamento durante largo tiempo.

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Para reducir al máximo el riesgo de dependencia deben tenerse en cuenta estas precauciones:- La toma de zopiclona se hará solo bajo prescripción médica (nunca porque hayan dado resultado en otros pacientes) y nunca se aconsejarán a otras personas.- No aumentar en absoluto las dosis prescritas por el médico, ni prolongar el tratamiento más tiempo del recomendado.

Al cesar la administración de este medicamento, pueden aparecer síntomas de retirada.

1.3. ZOLPIDEM

Es un derivado de Imidazopiridina (análogo benzodiacepínico). Útil como hipnotico, carece de efectos anticonvulsionantes y miorrelajantes. Tiene poca acción sobre el sueño de personas normales, pero es efectivo en casos de insomnio y su efecto dura hasta 7 días después de suspender el fármaco.1.3.1. Dependencia

Cuando se ha utilizado zolpidem a dosis terapéuticas no se ha observado dependencia física o psíquica. El riesgo de dependencia aumenta con la dosis, la duración del tratamiento y la asociación con una benzodiacepina. El riesgo es también más importante en los pacientes que tienen antecedentes de dependencia alcohólica o de toxicomanía.

En caso de dependencia física, la interrupción súbita del tratamiento podrá acompañarse de síntomas de privación: insomnio, cefaleas, dolores musculares, ansiedad, tensión, agitación, confusión e irritabilidad.

En los casos severos, pueden aparecer los siguientes síntomas: desrealización, despersonalización, hiperacusia, entumecimiento y picazón de las extremidades, hipersensibilidad a la luz y a cualquier contacto físico, alucinaciones y crisis convulsivas.

1.4. BARBITÚRICOSDrogas hipnosedantes de origen sintético, derivadas del ácido barbitúrico o malonil urea, de amplio uso que han sido reemplazadas por las benzodiacepinas, excepto en algunos usos especializados ( anticonvulsionante). Como ansiolitocos se han empleado los de acción intermedia(amobarbital) y corta(secobarbital), pero actualmente han caído en desuso por la frecuencia con que provocan farmacodependencia, así como también por los riesgos de intoxicación aguda( como barbitúrico) y la inducción enzimática que provocan.

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1.4.1. Dependencia y Tolerancia

El consumo continuado facilita la instauración de dependencia y tolerancia. Si se disminuye o suprime la dosis habitual sobreviene un peligroso síndrome de abstinencia.

1.4.2. Síndrome de Abstinencia

La retirada brusca de la droga puede resultar peligrosa, su abandono debe realizarse de forma gradual. El síndrome de abstinencia se caracteriza por: aumento de la ansiedad, insomnio, irritabilidad, náuseas, dolor de cabeza, tensiones musculares, palpitaciones, disforia y, en casos muy graves, convulsiones y “estatus epilépticus”. Conlleva un riesgo vital serio y requiere, por tanto, atención médica puesto que puede llegar incluso a causar la muerte.

1.4.3. Efectos

Todos los barbitúricos son depresores del sistema nervioso central; sin embargo, existen distintas variedades (larga, media y corta duración) con diferentes efectos, vida media y toxicidad.

A dosis bajas, producen sensaciones de tranquilidad, ayudan a conciliar el sueño. También pueden provocar un estado eufórico, la “borrachera barbitúrica” parecida a la que se produce al ingerir alcohol, caracterizada por optimismo, trastornos del equilibrio, psicomotores y del habla.

Cantidades más elevadas disminuyen los reflejos y provocan adormecimiento, incluso estados próximos al coma.

2. NEUROLÉPTICOS O ANTIPSICÓTICOS

También llamados tranquilizantes mayores, utilizados en el tratamiento de las psicosis (esquizofrenia, ciclofrenia, psicosis tóxicas, etc)

Los neurolépticos más conocidos son buitirofenonas como el haloperidol (Haldol®, Haloperil®) o derivados fenotiacínicos como la clorpromazina (Largactil®, Clorpromacín®), la perfenacina (Leptopsique®) y la tioridacina (Melleril®). Entre los más nuevos se encuentran la clozapina (Leponex®, Clopsine®) y la risperidona (Risperdal®).

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II.1. Mecanismo de acción y formas de empleo

Los neurolépticos pueden administrarse por vía oral, sublingual o intramuscular. Al llegar al cerebro ocupan los receptores del neurotransmisor conocido como dopamina y en algunos casos también los de la serotonina. Actúan como antagonistas bloqueando sus efectos y producen un estado de tranquilidad e indiferencia inmediatas; es por esto que en 1952 el primer científico en experimentar con ellos los calificó de auténticos "lobotomizadores químicos"

II.2. Usos terapéuticos

Los psiquiatras los prescriben básicamente en cuadros clínicos de esquizofrenia, paranoia, psicosis orgánicas y funcionales. El haloperidol y la clorptomazina se administran también para detener los estados alterados de conciencia producidos por las llamadas drogas alucinógenas.

II.3. Dosis

El tratamiento con antipsicóticos se inicia con dosis moderadas que van aumentando hasta llegar a la dosis máxima que se mantiene durante varios meses y en ocasiones años. El empleo de la clorpromacina (Largactil®, Clorpromacín®), por ejemplo, puede comenzar con dosis diarias de 100 a 200 mg, y elevarse hasta alcanzar los 600 o los 1000 mg. Para sujetos sin tolerancia las dosis letales sobrepasan esta última cifra. La dosificación de haloperidol (Haldol®, Haloperil®) se calcula en función de la gravedad del episodio psicótico y se descontinúa en cuanto los síntomas desaparecen. Las dosis medias fluctúan entre 10 y 20 mg; las altas entre 30 y 40 mg. Más de esta cantidad en sujetos sin tolerancia puede ser letal.

En casos de psicosis funcionales provocadas por alucinógenos, estimulantes o alcohol, la dosificación de ambas sustancias se calcula en función de la gravedad del episodio psicótico y se discontinúa en cuanto los síntomas desaparecen.

II.4. Efectos psicológicos y fisiológicos

Los especialistas consideran que la mayor parte de los medicamentos antipsicóticos producen reacciones desagradables en los individuos normales, es decir, no psicóticos. Entre los pacientes psiquiátricos, generan un estado similar a la indiferencia emocional sin causar trastornos perceptivos ni alteración en las funciones intelectuales. Se experimentan liberación de la ansiedad, desinterés, falta de concentración y aumento del apetito. El Dr. Simón Brailowsky lo describe en los siguientes términos:

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el síndrome neuroléptico aparece como un cuadro de sedación, lentificación psicomoptora y emocional, supresión de movimientos espontáneos y de conductas complejas, reducción de la iniciativa y del interés en el medio (se dice que los estímulos externos "se resbalan" o "rebotan" en el paciente, sin que esto signifique que el sujeto no reaccione ante su medio: si se duerme se le puede despertar con relativa facilidad, contesta a las preguntas directas, mantiene sus funciones intelectuales, etc., además de que se preservan los reflejos espinales. Es decir, no es que el sujeto se encuentre sedado y por esta causa se produzcan los demás efectos... la agitación y la inquietud van desapareciendo; la misma tendencia se observa en el caso de las alucinaciones, delirios y desorganización del pensamiento.

Todos los antipsicóticos tienen efectos colaterales que van desde visión borrosa, congestión nasal, sequedad de boca, trastornos de peso, contracciones musculares involuntarias, retención urinaria, anemia, irregularidad menstrual, atrofia testicular, alergias cutáneas y vértigos; hasta destrucción de células en la sangre, obstrucción hepática con ictericia (que provoca una pigmentación amarilla característica), excitación paradójica, fotofobia, arritmias cardíacas, aumento de la temperatura corporal y parkinsonismo (temblor en extremidades, tronco, cabeza y lengua que ocasiona alteraciones en la coordinación motriz fina). La degradación en el deseo erótico y la disquinesia tardía (movimientos involuntarios de boca, tronco o extremidades que pueden aparecer después de terminado el tratamiento), llegan a ser irreversibles en tratamientos prolongados (más de dos años).

II.5. Potencial de dependencia

La tolerancia hacia los neurolépticos es considerable, aunque el peligro de dependencia es relativamente bajo ya que sus efectos psicológicos no resultan atractivos. Su administración prolongada tampoco genera una verdadera dependencia a nivel físico, por lo que una suspensión brusca sólo puede provocar ciertos signos de malestar como dolores musculares e insomnio, que desaparecen al cabo de algunos unos días.

BIBLIOGRAFÍA

1. Brailowski, Simón: Las sustancias de los sueños: neuropsicofarmacología, FCE-CONACYT, México, 1995

2. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo II, Alianza, España, 1995.

3. Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 11va. edición, Panamericana, Argentina, 2008

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4. Alvarado J. Apuntes de farmacología. 4ta edición, AMP ediciones,2015