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TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

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Nuevo poemario de Groenlandia, de Velpister. Con portada y contraportada de Luisa Fernández, con las aportaciones (prólogo y epílogo) de Vicente Muñoz Álvarez y Alfonso Xen Rabanal.

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“ T r a n s e ú n t e s d e l o l v i d o ” , p o r J e n s P e t e r J e n s e n S i l v a ( V e l p i s t e r ) © 2 0 1 0 V e l p i s t e r P r ó l o g o p o r V i c e n t e M u ñ o z Á l v a r e z E p í l o g o p o r A l f o n s o X e n R a b a n a l T o d o s l o s d e r e c h o s r e s e r v a d o s . E d i t a d o d i g i t a l m e n t e p o r G r o e n l a n d i a c o n p e r m i s o d e l a u t o r . D i r e c t o r a : A n a P a t r i c i a M o y a R o d r í g u e z D i s e ñ o : L u i s a F e r n á n d e z ( P o r t a d a y C o n t r a p o r t a d a ) \ V e l p i s t e r ( i l u s t r a c i o n e s d e l i n t e r i o r ) \ A n a P a t r i c i a M o y a D e p ó s i t o l e g a l : C O 7 1 5 - 2 0 1 0 C ó r d o b a , 2 0 1 0

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MMUUSSIICCOOPPLLAASSTTIIDDRRAAMMAA

Lo que nuestras creaciones y obras pueden dar de sí (el rumbo que puedan

tomar y el destino que puedan tener), es algo azaroso e imprevisible, que no

termina nunca de depararnos agradables sorpresas. Buen ejemplo de ello es

la historia de Cola para genocidio, el cuadro de VelpisterVelpister que adorna una de

las paredes del salón de mi casa. Todo comenzó hace algunos meses por

una generosa proposición de intercambio: un cuadro suyo a cambio de

algún libro mío. Inmediatamente dije que sí (conocía su obra a través de su

blog y me entusiasmó la propuesta) y le envié algunos de mis últimos títulos,

recibiendo pocos días después no uno, sino dos maravillosos cuadros

cuidadosamente embalados. De todo ello di cuenta entonces en una entrada

en mi blog: De cuadros intercambios y amigos o El fabuloso mundo de Peter.De cuadros intercambios y amigos o El fabuloso mundo de Peter.

Y a su vez él de la lectura de mis l ibros en otra del suyo: Pura Vida: Leyendo

a Vicente Muñoz Álvarez

Pura Vida: Leyendo

a Vicente Muñoz Álvarez .. Pero el asunto no terminó ahí. Sentado frente a

Cola para genocidio en el sofá, leyendo o ensoñando o videando viejas

películas al atardecer, mi cabeza no dejaba subconscientemente de

buscarle al cuadro palabras, como queriendo ponerle subtítulos, y casi

mecánicamente escribí para él un poema titulado del mismo modo: Cola

para genocidio

Cola

para genocidio .. Como nueva entidad, ya autónoma e independiente, cuadro

y poema comenzaron a rular por la red, generando a su vez otras entradas y

comentarios, hasta que algún tiempo después Velpister volvió a

sorprenderme con el siguiente correo:

Hola Vicente:

He montado un videopoema con tu poesía e imágenes del cuadro y una pieza que

compuse hace t iempo para la serie de Cola para genocidio. Al resultante me gusta

l lamarlo MUSICOPLASTIDRAMAMUSICOPLASTIDRAMA..

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Y así nació otra nueva criatura, ente o videocreación compartida, con una

banda sonora - Vals para muertos - que recuerda al mejor cine

expresionista alemán y unos primeros planos del cuadro subtitulados con

versos que se quedan grabados a fuego para siempre en la retina.

TTRRAANNSSEEÚÚNNTTEESS DDEELL OOLLVVIIDDOO

Aunque ése tampoco era el final de la historia. Más bien era sólo el

principio, y lo he util izado para introducir este poemario de Velpister,

Transeúntes del olvido, como carta de presentación y aval de su versatil idad

creativa: músico, pintor, narrador y poeta, además de videocreador,

blogger, escenógrafo y artista relacional. Siempre he admirado a este tipo

de creador total, capaz de cambiar a voluntad y según su estado de ánimo

de campo y estilo, competente en diversos terrenos y ámbitos. Y no tengo

ninguna duda de que Peter (Velpister) es uno de ellos. La literaria, sin

embargo, ha sido la última de las facetas suyas que he conocido,

básicamente por su blog y por las colaboraciones que en los últimos meses

me ha ido enviando para Hankover.Hankover. Y ahora, siguiendo la telaraña y el

juego, me veo escribiendo esta introducción a su primer poemario,

Transeúntes del olvido, un libro impactante y durísimo, tremendo y

demoledor, que no olvidaréis fácilmente. Poesía autobiográfica y narrativa,

o realista y crítica, son los primeros adjetivos que me vienen a la cabeza

tras su lectura. Pero también, inmediatamente después, traumática, visceral

y catártica, en cuanto que parte de un trauma o experiencia amarga

(escatológica incluso) y pretende, mediante su exteriorización, reconciliar al

poeta (y de rebote también al lector) con el entorno y el mundo. En el cine,

poema que abre el l ibro, ejemplifica a la perfección todo lo dicho: una

infancia traumática, un entorno hostil y una experiencia humillante, grabada

en la memoria del autor como una cicatriz, a modo de presentación del

poemario. Y Carcajadas enfermas a continuación... Y declaraciones de

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principios tan contundentes como Nada, Malo Blues, No vaya a ser, De lo

doméstico, Saga... verdaderos puñetazos al corazón del Sistema. Así se

suceden uno tras otro los poemas, noqueándonos, descolocándonos por

dentro y dejándonos un sabor amargo en la boca, pero también

deslumbrándonos por su intensidad y certeza y haciéndonos partícipes y

cómplices de su propuesta.

UUNNAA TTEEMMPPOORRAADDAA EENN EELL IINNFFIIEERRNNOO

Esa es la sensación que uno tiene al terminar de leer este libro: haber

viajado al infierno de la mano de Peter. El infierno de la incomunicación y

el odio, de la solead y el miedo, de la mentira y de la hipocresía, de la

frustración y el paro, del desamor y el tedio... El infierno, en suma, de la

sociedad (de bienestar, dicen algunos) en que vivimos. Aunque, no obstante

y pese a todo, pese a los malos tragos y los sueños rotos, y lejos de

victimismos o lamentaciones, ahí sigue el poeta: denunciando lo que ha

visto y sufrido y dejando rastros ( Cuando tu hijo te diga papá, papaíto, / ¿a

que los reyes sólo les traen regalos a los niños buenos? / No le mientas, /

no, / no lo hagas. / Dile la verdad: / no nene, / sólo les traen regalos a los

niños ricos ), previniendo y mostrando a los demás el camino, extrayendo

del trauma belleza y del dolor poesía, a mi juicio buena, muy buena poesía.

Os toca ahora a vosotros disfrutarla y sufrirla, como acabo de hacer yo,

para sacar después conclusiones

Será una estremecedora e inolvidable experiencia.

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A Susana, a quien odio y amo por igual.

A Vicente Muñoz por su confianza,

a Xen Rabanal por su vehemencia

y a mí mismo por no haber caído derrotado.

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PEOPLE

Hay ciertos detalles

De los cuerdos

Que me inspiran

Aversión:

Su mirada daltónica

Y oblicua

Sus parcos proyectos

Su transfiguración

Y conformismo.

Vicente Muñoz Álvarez

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EENN EELL CCIINNEE

Te levantas. Te miras en el espejo. Ves tu cara. Te acuerdas de una tarde de

verano. No recuerdas la película.

Los gritos e insultos hacían imposible escuchar los diálogos. Los ojos

clavados en la pantalla.

Risotadas.

La bizquera provocaba una imagen que exaltaba a los niños salvajes que se

encontraban a tu alrededor. Insultos bestiales. Carcajadas. Te acuerdas de

los escupitajos, de los objetos que volaban por los aires, latas de Fanta

vacías, cacahuetes…

¡Monstruo, feo, birollo hostia, me cago en la puta, qué feo es!

Risas, carcajadas enfermas.

Recuerdas el calor. El fr ío del sudor.

Procurabas de todos modos no perder detalle de la película. Pero no

consigues recordar el título.

Recuerdas aquella tarde.

La oscuridad de la sala hacía que la luz de la pantalla reflejase con mayor

crudeza la deformación y la fealdad. Poco a poco se iba calmando la

multitud exaltada.

Silencio.

Pero a veces alguien repetía:

¡Feo, hostia!, y todos de nuevo volvían durante otros interminables minutos

a gritar y a reírse.

Lo recuerdas, fue una tarde agobiante.

Recuerdas aquella tarde en concreto. No recuerdas la película.

Hoy, mirándote al espejo lo recuerdas con claridad. Ves tu cara, tu cara fea,

horrible, pero no deforme.

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Recuerdas las risotadas.

Tus risotadas. Insultabas y lanzabas latas vacías y escupitajos y te reías

salvajemente, con carcajadas enfermas.

No sabes por qué hoy te acordaste.

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CCAARRCCAAJJAADDAASS EENNFFEERRMMAASS

No sé si sabré manejar esta barca.

Me parece que siempre fui a la deriva.

Estoy tan solo.

Llevo tanto tiempo solo que

tus abrazos ya no me reconfortan.

Tengo tanta sed.

Llevo tanto tiempo sediento que

ya no puedo tragar.

Soy tan mayor.

Llevo tanto tiempo siendo mayor que

ya casi soy un viejo,

con la deriva a mis espaldas.

Un faro,

a lo lejos.

Siempre lo vi .

No sé.

No sé si alguna vez quise l legar hasta él.

Cerraré los ojos.

No.

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Aquí no hay paz ni alegría.

No hay calor ni una sonrisa.

Aquí sólo hay dolor y carcajadas enfermas.

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NNAADDAA

Estaba en la cola del supermercado. Llegó mi turno para pagar y me dí

cuenta de que no llevaba la cartera.

- ¡Ay!- le dije a la hermosa cajera. - Espera que me he olvidado la billetera

en el coche. Ve pasando las cosas que lo tengo ahí mismo.

Cuando salí fui a por el coche, pero cuando me iba acercando me dí cuenta

de que no tenía, me dí cuenta también de que tampoco tenía cartera, de

que no tenía con qué pagar, me dí cuenta entonces de que tampoco tenía

casa, de que no tenía nada, de que por vivir , no vivía ni en la calle. Y poco a

poco, casi sin asombro, me fui dando cuenta de que yo no era yo, ni tan

siquiera era y fui desapareciendo.

Hasta hoy.

No soy nada, no soy nadie, no tengo apellidos ni enemigos.

No se está mal así,

aunque echo de menos algunas cosas.

Dada mi situación lo que más añoro es un simple abrazo.

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FFAAMMIILLIIAA FFEELLIIZZ EENN 2255 PPAALLAABBRRAASS

No es tema de chismorreo pero,

de todos mis hermanos,

si a mi madre le dijeran

que un hijo ha muerto,

desearía que fuese yo.

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MMAALLOO BBLLUUEESS

He sido malo malo muy malo.

me han echado de la ciudad donde vivía

por ser malo malo muy malo malo

me han echado y ahora

no tengo a donde ir porque

he sido malo malo muy malo.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué?

Ah, sí ,

pues se l lamaba

la ciudad Hija Puta.

La más puta de todas las ciudades,

la madre más puta

de todas las ciudades putas.

La ciudad Hija Puta.

Ay, espera que no puedo hablar.

Ahora, ya tragué el whisky

de cuatro euros la botella

que me quemaba.

Cuidado,

aprovecha esa gota que queda,

de óleo,

y también la de whisky.

He sido malo malo muy malo.

(dedicado a mi antiguo tal ler del que fui echado)

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MMII MMEEMMBBRRAANNAA AADDOORRAADDAA

Estábamos en aquel bar mugriento.

A mí me gustaba, me gustaba el vino malo,

el mareo que me provocaba.

Pensaba que a ti también.

Estábamos all í .

Tú,

y después,

mucho después,

estaba yo.

Pequeño.

Nervioso.

Te contemplaba, te adoraba, te deseaba, te extrañaba.

Me sonreías, no sabías muy bien qué querías.

Yo te amaba.

Siempre habías sido virgen de membrana,

pero a mí ya no me importaba,

de verdad,

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ya no me importaba.

Si hubieses querido que sólo te metiese los dedos,

lo hubiese hecho hasta la muerte,

pero ya no querías ni siquiera eso.

Meses atrás te hacía reír a cada paso.

Me adorabas.

Virgen de membrana.

Teníamos que trabajarnos furtivamente en las esquinas,

a veces encontrábamos un lugar mejor,

algo más cómodo, pero igual de clandestino.

Me encantaba besarte las tetas,

tus pechos enormes y voluptuosos y turgentes y perfectos y suaves y míos,

míos, sólo míos,

virgen de membrana,

mi adorada.

No estaba ocurrente,

estabas tú,

y a un lado estaba yo,

aquel que en otras ocasiones te dominó casi por completo,

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excepto por lo de tu membranita de los cojones,

que ahora estaba dispuesto a proteger y a comprender.

Pero no,

sólo era un encuentro de amigos,

de putos amigos de los huevos,

y uno de ellos empalmado hasta el cuello.

Me levanté,

estaba haciendo todo lo posible por parecer duro e impertérrito,

fui al servicio.

Me metí dentro de ese lavabo infecto, pesti lente y oscuro,

había restos de caca en las paredes.

Alguien, después de l impiarse el culo con los dedos

se los restregó por la baldosa…

“Lola puta”

Rompí a llorar.

Sí ,

es cierto,

l loré de amor, de rabia, de celos, de impotencia, de amor.

De amor.

Intenté mear, me costó. Tenía una erección de caballo.

Mientras l loraba imploraba, deseaba, esperaba que volvieses conmigo.

Estaba dispuesto a lo que fuera,

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a dejarlo todo.

Dejaría,

sí ,

dejaría lo que más amaba,

dejaría el piano.

Era un pianista con futuro,

becas, altas calif icaciones, posibles premios, estudios en los EE.UU .

Renunciaría a todo por aquella virgen de membrana.

Me repuse.

Fue una ráfaga lacrimosa.

Respiré los vapores inmundos, tosí , hice muecas para relajar el gesto.

Salí del wáter,

seguía sentada,

era una diosa voluptuosa,

estaba hecha para ser amada,

en aquel instante,

en aquel tugurio repugnante,

l leno de moscas muertas,

con las paredes desconchadas y sucias,

con los lavabos inundados de mierda.

Me sonrió y se i luminó todo.

Yo seguía en sombra.

Caminé hacia ella,

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encogido,

pequeño,

con los ojos rojos,

compungido,

desvalido,

aburrido,

abandonado.

Dejé el piano.

Jamás volví a tocarla.

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FFAAMMIILLIIAA FFEELLIIZZ

Cuando me muera

hijo mío,

mi hijo querido,

quién,

¿eh?

¿quién te dará lo que yo te doy?

¿Eh, cariño?

¿Quién te dará,

por ejemplo,

estas pastil l itas de color azul

para que puedas dormir?

¿Eh, cabrón?

Cuando tú te mueras,

mamá,

mamaíta,

nunca,

nunca más necesitaré

pastil l itas

para dormir.

Por ejemplo.

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NNOO VVAAYYAA AA SSEERR

Cuidado.

Que no se te escape

como si fuera un arrebato

infantil .

No vaya a ser.

No pidas nada

a Dios.

No vaya a ser

que exista

el hijo puta.

y te lo quite todo.

Mira Haití ,

all í donde le rezan.

Le rezan tanto que

algunos obispos opinan

que aquí

estamos peor.

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LLOOSS CCEERRDDOOSS,, NNUUEESSTTRROOSS AAMMIIGGOOSS

Un olor nauseabundo.

Debe ser la desesperación,

la depresión,

la miseria.

Espero que no lo noten.

Es tan fuerte que me aturde.

Adelanto a un camión

que transporta cerdos.

Ah, bueno.

Pero nada cambia.

Ese se parece a un viejo amigo.

Se parece en todo.

Se los l levan apretados.

Nos los comeremos a todos.

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MMII MMIICCRROOOONNDDAASS

Tengo un microondas viejo y malo.

Calienta poco y por zonas.

Antes de entrar en su casa,

que ya no es la mía,

la de mis padres,

estoy como si hubiese estado cociéndome

en el microondas triste y viejo

de la pequeña cocina

de mi casa escasa.

All í l lego algo caliente,

depende de por qué parte.

Ellos tienen un gran microondas,

muy potente,

en su casa enorme y l lena

de cucarachas rubias.

Como sus hijos.

Rubios.

(Rubitos de pequeños).

Todo se puede quemar

en su interior.

Así me voy de all í ,

estropeado,

quemado.

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DDEE LLOO DDOOMMÉÉSSTTIICCOO

Hay mañanas especialmente frías,

demasiadas últimamente

piensas.

Procuráis permanecer si lenciosos

en diferentes puntos de vuestra casa escasa

para no encontraros.

Os cruzáis cuando no hay más remedio

en total si lencio,

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Page 27: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

sin miraros a los ojos.

Ninguno sabe el motivo del enfado,

de vuestro enorme mal humor,

de vuestras miradas esquivas

repletas de odio, de hastío.

De silencio.

Después de realizar cada uno sus tareas domésticas

aparecéis en el salón,

os sentáis en el sofá viejo

y sucio

sin hablar.

Silencio.

Os reconcil iáis con un polvo,

como siempre.

Folláis sin miraros a la cara.

Ella se corre la primera,

casi en silencio.

Antes le pedías que gritase:

¡Grita zorra, grita más!

Y tú empujabas salvajemente su frágil cuerpo.

Ahora no.

Siempre sabes cuando se va a correr y apuras el paso.

Termináis con el trámite eyaculando en su barriga,

también en silencio,

cada vez más silencioso.

Os incorporáis inmediatamente,

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cada uno en una esquina del sofá.

Os miráis algo más a los ojos.

No te preocupes.

Dijo él .

En cuanto encuentre trabajo me voy.

De acuerdo.

Dijo ella.

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MMII VVIIDDAA EENN EELL IINNFFIIEERRNNOO

Uno confía siempre en que llegará el día.

Todo saldrá bien,

todo acaba saliendo

medianamente bien.

Aquí seguimos,

¿no?

No nos ha partido un rayo,

ni mi madre ha vuelto a casa

convertida en una puta

y cubierta de excrementos,

tampoco he resultado ser un perro.

Y todo

a pesar

de lo que yo pueda pensar.

Aquí abajo vivimos bien

dentro de lo que cabe.

Otros están peor.

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Page 30: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

SSAAGGAA

Su padre sufrió

para alimentarlo.

Creció raquítico,

devorado por el hambre

y la enfermedad.

Se convirtió en un desconocido,

un don nadie,

padeció miserias,

no tuvo paz,

fue maltratado.

Tuvo un hijo,

sufrió para alimentarlo.

Creció raquítico

y devorado por el hambre,

padeció miserias.

No tuvo paz.

Tuvo un hijo.

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Page 31: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLLLUUEEVVEE

No deja de llover. Odio la l luvia, siento que todo se pega. Se pegan los recuerdos,

el sudor, el dolor, el cansancio, el hastío.

No encuentro atractivo en un cielo gris, oscurece la existencia,

le da ese tono desagradable.

Mis zapatos ya no consiguen achicar más agua por sus agujeros,

y entonces, así , como suele ser todo, aparece una imagen,

no muy luminosa.

Hay un niño mirando por la ventana.

Es un día como el de hoy, de l luvia, triste.

O no,

no triste, es otra cosa. Desolador.

Abre la ventana, en su cara también hay aguaceros y nubarrones.

Pero, es que es tan pequeño.

Ha abierto la ventana y el aire choca contra su cara mojada.

Se encarama ágil sobre el alféizar, fue un movimiento felino.

Abre la puerta su madre.

No lo encontró en la habitación.

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Page 32: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

SSIIMMPPLLIIFFIICCAACCIIÓÓNN DDEE VVEENNUUSS

Suave,

suave,

susurraba Olivia

mientras chasqueaba los dedos

mirando a la nada.

A un lado

se encontraba Popeye,

que se estaba metiendo

una lata

de hierba.

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Page 33: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

ENTRE LA MIERDA UNA FLOR

Entre toda la mierda que me rodea,

la que tengo dentro,

la que se desarrolla y crece

y se alimenta y me devora,

la que será.

Entre todo el caos y la porquería,

las inmundicias,

la suciedad y la falta de expectativas.

Entre todo eso,

aún se me ocurren cosas hermosas.

Muchísimas.

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Page 34: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MI LADO TRISTE

Mi lado de la cama

está sucísimo,

apestoso y mohoso.

El tuyo,

sin embargo,

está l impio,

muy limpio

y seco

y frío

y vacío.

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Page 35: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

FFEELLIICCEESS CCHHIISSMMAASS

Ahora que estamos en estas f iestas tan entrañables, tan riquiñas y adorables,

ahora que pasamos todos por aquí, aunque no queramos, aunque no podamos,

ahora vamos a dejar de contar mentiras.

No mientas, no te mientas. No lo hagas en esta ocasión.

Te mientes siempre:

las f iestas no te gustan,

no vas a dejar de fumar, como mucho cambiarás de marca,

no dejarás de beber whisky malo,

no serás mejor persona,

no serás feliz como no lo has sido nunca,

no te tocará, no te ha tocado, la lotería.

No te gustará jamás tu trabajo,

seguirás detestando a tus compañeros que no te entienden,

no dejarás de intentar explicarte, no podrás evitarlo,

no te gustan las reuniones familiares,

los chistes de siempre,

la pesadez de estómago,

la borrachera fuera de lugar,

los chismes, los malos recuerdos, las discusiones,

la falta de cariño,

la innecesaria pregunta de por qué todos los años lo mismo, para qué.

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Page 36: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Los reproches.

Cuando tu hijo te diga papá, papaíto,

¿a que los reyes sólo les traen regalos a los niños buenos?

No le mientas,

no,

no lo hagas.

Dile la verdad:

no, nene,

sólo les traen regalos a los niños ricos.

Que vaya aprendiendo,

de esta manera comprenderá porqué los reyes

pasan por el chino antes de dejar los regalos en su casa

y no por el Corte Inglés.

Todo esto lo pensarás,

seguramente,

mientras te tragas una botella de tinto venenoso

que venía en la cesta de navidad de tu empresa,

la única diferencia con el que bebes a diario

es que este viene en vidrio,

y lo bebes no con mayor placer,

pero con la misma avidez.

La cesta miserable

de tu miserable empresa

que no dudaría

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Page 37: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

un segundo

en mandarte al paro,

que te recuerda,

sin embargo,

que es Navidad,

que te da un sueldo miserable y hace que tu vida,

un año más,

sea también un poquito

más miserable.

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Page 38: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MMOORRBBOO PPOOLLÍÍTTIICCAASS MMOORRBBOO YY OONNAANNOOSS

Morbo,

morbo y onanismo

es lo que me producen algunas mujeres de la derecha.

De la derecha española,

que es tan peculiar,

tan rancia,

tan de toda la vida de Dios.

Políticas y,

especialmente,

periodistas.

Tienen esa cara tan l impia,

tan dignas,

tan bien peinadas,

tan bien vestidas,

de punta en blanco,

tan aromáticas,

tan virginales,

sensuales,

tan bien conservadas,

conocedoras de cual es su sitio de mujer,

de su argumentario,

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Page 39: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

tan reaccionarias,

su saber hacer,

su resignación ante la adversidad masculina.

Sí , es cierto,

es una de mis fantasías.

Una felación por una mujer de la derecha española.

La fantasía puede ser aún más atrevida:

me puedo imaginar una mamada en un trío con dos derechonas.

Mientras me la churrepetean cantaré en éxtasis:

¡¡¡Ah!!! ¡¡Qué rico!!

Chupad,

¡CHUPAD!

Chupad al obrero,

al artista,

al rojo,

¡¡AL POBRE!!

¡¡Ah!! ¡¡Qué rico!!

Y mientras me fumaré un canutil lo.

Estoy en éxtasis,

no veo,

mis ojos en blanco.

El resto del hachís se lo venderé,

a la salida del cole (del Opus),

a vuestros hijos.

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Page 40: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

¡¡¡HORROR!!

¡Haré que se conviertan en artistas,

en intelectuales de izquierdas!

Gallinero (óleo sobre tabla)

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Page 41: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

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¿¿CCLLIICC?? ((aauuttoorrrreettrraattoo))

Estaba sentado en una sil la, al sol enfermo de un mediodía de finales de Febrero.

Tomaba un té con leche.

Desde que dejé de fumar tomo té con leche

y tengo los dientes mas sucios que cuando fumaba frenéticamente.

Tomo té al calor del mediodía,

tomo el aire y también tomo una pastil la para el dolor de cabeza.

(Tengo una ligera resaca).

Oí un clic , o más bien un clac , o quien sabe, creo que llevaba “r”.

Sería un clarc.

(Igualito que Brick en “La gata sobre el tejado de Zinc”).

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Escuché de nuevo ese clic que ya conocía y de nuevo comprendí.

Jamás, pedazo de mierda, nunca. No serás feliz.

(Quizás).

Quizás algún minuto,

un instante,

algún momento que me llene los ojos de lágrimas,

pero por lo demás,

la felicidad está destinada a los triunfadores,

los que tienen pelo,

ropa variada que además les sienta bien,

una bodeguita,

qué sé yo,

esas cosas que te hacen comprender lo feliz que eres

y te hacen hablar de manera paternalista,

mostrando la importancia de la propiedad,

de la familia, de la integración social, de las buenas costumbres

y todas esas cosas maravil losas y trascendentales

que están destinadas a unos cuantos elegidos.

Pero, esos momentos de alegría.

(Ah, síí í í í í í í í) .

Recuerdo algunos.

Recuerdo una tarde muy calurosa de verano,

el olor de un canuto,

43

Page 44: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

serían las nueve y media de la tarde,

una clara helada,

recuerdo el olor del costo,

era muy malo, petrolero,

tenía plástico mezclado.

Acabábamos acostumbrándonos y hoy lo echo de menos,

echo de menos aquel olor nauseabundo.

(Recuerdo cuando escuché por primera vez a los Dire Straits).

Recuerdo aquella vez que volví del conservatorio

con una obra nueva para estudiar.

Una obra nueva era para mí un deseo cumplido,

para mis compañeros era una nueva tortura.

Recuerdo que era un preludio de Bach,

me puse a l lorar de placer al segundo compás.

(Stendhal hubiese vomitado, pero yo lloré).

Recuerdo a alguna chica.

Sí .

A alguna sí .

A más de una.

A casi todas.

A todas.

(¡Oh! Qué desgraciado me siento).

De alguna de ellas me enamoré perdidamente.

Era tan torpe, tan estúpido, tan mudo, tan inútil .

A menudo recordándolo me masturbo con rabia.

44

Page 45: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Podría correr como Edgar (Allan) hacia ellas de una en una,

l lorando pusilánime a pedirles que vuelvan conmigo,

por qué me abandonasteis,

me dejasteis y ahora estoy aquí, solo,

con las manos manchadas por mi imaginación solitaria. ¡SIJ!

(Recuerdo la furia de mi adolescencia).

Recuerdo una interpretación de Chopin,

un cuadro terminado,

una conversación,

un piti l lo,

un bocadillo de queso,

un paseo,

un polvo,

una canción,

una actuación,

una carcajada…

Tal vez la felicidad sea cuestión de los recuerdos.

De algunos.

De todos.

Yo escuché ese clic que me hizo comprender que jamás sería feliz

y aún así ,

no dejo de recordar.

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Page 46: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

AAMMOORR SSOORRDDOO

Es evidente que no te oye.

¿Verdad? Preguntas.

Ella asiente.

Sí , sí , ya, ya,

seguís con vuestra charla inútil .

No oyes lo que te dice,

pero también confirmas.

Cuando estáis afuera

nunca os ponéis de acuerdo

en vuestras conversaciones.

Peleáis a menudo,

así que vais a otro sitio

para asentir a lo que os decís.

All í os sonreís con ternura,

os besáis de vez en cuando,

os reís de vuestras ocurrencias,

46

Page 47: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

bebéis y continuáis profundizando

en vuestra relación perfecta.

De nuevo en la calle

camináis agarrados,

en silencio,

hasta el siguiente tugurio.

47

Page 48: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLOOCCOO

Idiota,

palurdo.

Ese es imbécil .

Loco.

Mira que cerdo.

Hubo que sufrirlo de por vida.

No se sabe si lo escuchabas.

El si lencio,

cuando entrabas en algún lugar.

Tu presencia.

Dabas miedo.

Estúpido.

Feo.

Anormal.

Piltrafa.

Eras escoria.

48

Page 49: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Un parásito de la sociedad.

Un artista.

Tu mal olor,

tu mirada franca.

El los eran muchos y tú

estabas solo.

Ellos,

gente anónima,

transeúntes del olvido.

Todos tenían la misma cara,

la del desconocido,

la del desdén.

Tú eras idiota Vincent,

pero ellos ya no existen.

Inexorablemente.

Todos muertos.

Muertos.

Ya no existen.

(para mi admirado e inefable Van Gogh)

49

Page 50: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

RREECCUUEERRDDOO MMAADDRRIIDD

Durante los años que viví en Madrid,

esa ciudad que aún odio,

viví en una buhardil la diminuta

en la calle Antonio Grilo,

número 9, 5º interior derecha.

Durante unos meses ocupó mi casa

un artista tit ir itero.

Titir itero de verdad.

Su vida era desastrosa,

pero manejaba de manera magistral

los hilos de sus muñecos,

que cobraban vida de manera mágica.

Una vida mil veces mejor

que la suya,

y que la mía.

Se quedó en el salón

50

Page 51: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

que era la mayor parte de la buhardil la.

Yo me reduje al dormitorio,

donde había que acceder a gatas

y a los espacios comunes

es decir ,

el pasil lo, donde estaba la cocina

y el baño sin puerta,

uno de los si l lones

y el breve espacio de mi piano.

Deshizo mi desorden,

se apoderó de mi soledad

de mi desesperación.

Hacía tanto frío,

tanta desolación,

tanto agotamiento que

cuando volvía apático

de la calle,

al entrar,

un golpe de desaliento

51

Page 52: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

con tufo a comida escasa

y a caries

me empujaba hacia afuera.

52

Page 53: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

HAY UN VIEJO SENTADO AL PIANO

Viejo, decrépito,

con el pelo grasiento y canoso mal recogido en una coleta.

Canta canciones horribles de manera espeluznante

y aporrea un piano eléctrico para acompañarse.

Su voz tiene un vibrato caprino propio de su edad,

y del alcohol y del tedio y del odio y del tiempo.

Grita con tanta soltura que pareciera que siempre cantó así.

Una cerveza a un lado, al otro un cenicero repleto de coli l las

apuradas hasta quemar la uña,

no hay glamour ni bohemia, ni siquiera sordidez,

sólo cutrez barata.

Le faltan muchos dientes de abajo,

se nota cuando acaba una frase con “a” o con “e”,

los que quedan son marrones, horribles, parecen colmillos,

bailan a cada alarido.

Los de arriba no se ven, los tapa el bigote.

Larga barba y bigotes blancos manchados de nicotina.

Fumador compulsivo, tiene artrosis en los dedos amaril los.

Viejo, decrépito,

pobre anciano sentado al piano que no me da pena.

Qué habrá sido de él todos estos años.

Joder, no me da pena.

Me lo pregunto cuando paso por la cristalera de la cafetería insulsa

donde trabaja.

Le veo desde la calle.

Tiene el volumen del piano y del micro demasiado alto,

53

Page 54: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

parece que molesta a los clientes.

Jamás entraría.

Una pantalla de plasma al fondo, algunos están pendientes del

fúrbol,

otros se le acercan borrachos, babeando el título de alguna

canción.

No me gusta,

no me gusta nada.

Me molesta.

No le desprecio, pero me pregunto quién soy,

o digo,

quién es.

Una buena amiga un día dijo a alguien:

- Es un artista de verdad, de los que no pasan por el aro.

Iba pensando en esto cuando vi al anciano del piano.

Pues me cago mucho en la puta.

Decidme:

¿qué coño es eso del aro, y dónde está? ¿Dónde está el aro?

Pasaré, no tengo miedo, pasaré,

cada vez tengo más canas, aún no termino las frases cantadas

como una cabra vieja, pero algún diente ya se me mueve.

Por favor,

¿dónde está el aro?

A lo mejor no puedo más.

Hay un hombre sentado al piano,

y le da la espalda.

( . . . )

Fue un momento de pánico

54

Page 55: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

((……))

Abro los ojos.

No reconozco.

No sé dónde.

No sé quién.

Me concentro.

Parpadeo con fuerza.

Me agito perplejo.

(…)

Ah,

ya.

55

Page 56: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

YYOO NNOO EESSTTOOYY

Suena el teléfono.

Ya no me produce ninguna

reacción.

Vivo

sin expectativas.

Hace tiempo no era así .

Siempre descolgaba

ansioso.

Alguien lo coge.

No

es

para

mí.

56

Page 57: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LA BOCA SECA LA BOCA SECA

Muchas veces me despierto,

no importa la hora que sea,

con la boca seca,

pensando en un instante

de mi vida.

Entonces ya no puedo

seguir durmiendo.

A veces son recuerdos antiguos,

muy antiguos.

Otros son de ayer.

Ya no puedo dormir.

De todos modos

yo no sueño,

sólo tengo pesadillas.

57

Page 58: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

NNEEWW YYOORRKK

Tengo una amiga.

Me dijo que se iba de viaje

a New York,

a pasar una semana.

Visitaría a sus viejos amigos,

volvería a pasear por Central Park

58

y recordaría los viejos tiempos.

Page 59: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Llenó sus días de una intensa vida social.

Quedó agotada,

me contó.

Si yo hubiese vuelto a New York,

a esa ciudad llena de oportunidades

perdidas,

a esa ciudad donde

nunca estuve,

seguiría igual

de solo.

59

Page 60: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

UUNN AADDUULLTTOO

Me recuerdo imberbe

atravesando este pasil lo.

Caminaba ágil y en silencio

por la madera pulida.

Hoy mi caminar resuena

en el parqué cansado.

Mi respiración no es silenciosa.

Soy un adulto

y el suelo cruje.

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Page 61: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

EELL AALLBBAAÑÑIILL AABBSSUURRDDOO

Construyo mi vida a base de puertas ciegas,

muros inútiles, pasadizos absurdos,

escaleras cortadas,

ventanas que miran a los muros inútiles,

puertas que l levan a los pasadizos absurdos,

pasadizos absurdos que acaban en puertas ciegas y

sigo construyendo y construyendo.

Hasta el cemento lleva demasiada arena,

cuando haya acabado se desmoronará todo,

por culpa del mortero.

Así de frágil ,

así de expuesta

es mi vida.

61

Page 62: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

AANNAACCOORREETTAA

No quiero encontrarme con nadie,

con ningún antiguo alumno que,

quizás,

en su momento sintió alguna admiración

por mí.

Yo era más joven,

estaba lleno de expectativas,

de sueños,

mi voz estaba viva.

No, no quiero que me vean,

después de tantos años,

con el mismo chubasquero,

los mismos zapatos,

los mismos pantalones agujereados

y sin botones.

Casi sin pelo,

ni esperanzas,

i lusiones,

casi sin sueños,

62

Page 63: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

sólo pesadil las.

Y ellos parecen valer tanto.

Y se parecen tan poco a mí.

63

Page 64: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

EELL MMEEDDIIDDOORR

Siempre midiendo las palabras,

aceptando lo inaceptable.

Callando.

Escuchando pequeñas mentiras

o enormes.

Sonriendo,

haciendo como que no escuchas,

tragando, callando, envenenándote,

recibiendo consejos.

Sonreír.

Hasta que un día estallas.

Entonces te quedas solo,

completamente solo

y comprendes

que nada ha cambiado.

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Page 65: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MMUUEERRTTOO

Estaba sentado en un banco

en el parque

dejando pasar el tiempo

muerto

esperando

un viejo en otro banco

del parque

dejaba pasar el t iempo

muerto

esperando

pasó caminando una chica

guapa

muy guapa

con un cuerpazo

no soy tan diferente

pensé

de aquel viejo

asqueroso

decrépito

65

Page 66: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

muerto.

También yo

miré babeante el culo

de aquella adolescente.

66

Page 67: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

QQUUEE CCUUNNDDAA EELL EEJJEEMMPPLLOO** QQ

Mujer soltera madre trabajadora Mujer soltera madre trabajadora

da papil la a la niña como siempre da papil la a la niña como siempre

corriendo sin tiempo para carantoñas casi corriendo sin tiempo para carantoñas casi

los cariños y los mimos vienen comprimidos los cariños y los mimos vienen comprimidos

entre cucharada y cucharada entre cucharada y cucharada

distraída en la TV, una noticia sorprendente distraída en la TV, una noticia sorprendente

fotografían hombre de mediana edad corbata fotografían hombre de mediana edad corbata

calvo alto cargo gobernante con aspecto tranquilo feliz calvo alto cargo gobernante con aspecto tranquilo feliz

satisfecho con bebé en brazos concil iando trabajo y vida familiar satisfecho con bebé en brazos concil iando trabajo y vida familiar

( . . . ) ( . . . )

bebé en brazos una criadora detrás y f lashes dando fe bebé en brazos una criadora detrás y f lashes dando fe

del ejemplo para madres y padres del mundo del ejemplo para madres y padres del mundo

por eso l leva a su bebé al trabajo con la criadora por eso l leva a su bebé al trabajo con la criadora

dice que necesita pasar más tiempo con él dice que necesita pasar más tiempo con él

qué bonito qué bonito

qué bonito qué bonito

también tu madre quisiera pasar más tiempo contigo también tu madre quisiera pasar más tiempo contigo

niña l inda niña l inda

niña l inda niña l inda

pero mierda de trabajo y sueldo lo impiden pero mierda de trabajo y sueldo lo impiden

come niña l inda come come niña l inda come

UUEE CCUUNNDDAA EELL EEJJEEMMPPLLOO**

67 * (Leer muy rápido y s in respirar ; ( . . . ) indica respiración)

Page 68: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MMUUYY MMAACCHHOO

Es curioso.

Todos los machos machotes que he conocido

(no demasiados y siempre obligado por las circunstancias)

tarde o temprano,

han demostrado ser unos auténticos cobardes.

Lo que ellos l lamarían unas nenazas.

Yo no soy nada machote,

soy tan poco macho-man que a veces me han tomado por gay.

Pues aún así ,

han sido muchas las veces en que el macho en cuestión

se ha escondido tras de mí

con los inmensos cojones encogidos,

muerto de miedo y temblando

(las circunstancias pueden ser innumerables).

Eso sí ,

con el paso del tiempo la escena siempre cambia al recordarla,

y cuando escucho al hombrón contando su versión de los hechos,

all í vuelvo a estar yo para cubrirle.

68

Page 69: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

69

Page 70: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

UUNN CCUUAADDRROO QQUUEE IILLUUSSTTRRAA UUNNAA PPOOEESSÍÍAA QQUUEE EEXXPPLLIICCAA UUNN CCUUEENNTTOO QQUUEE QQUUIIEERROO CCOONNTTAARR SSOOBBRREE

AALLGGOO QQUUEE PPAASSÓÓ HHAACCEE TTIIEEMMPPOO

70

Page 71: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLAA PPOOEESSÍÍAA

UUNN VVIIAAJJEE

Estaba solo en la sala de espera

de aquel lujoso hospital .

No me dejaron entrar.

No insistí.

La enfermera salió con una bolsa de plástico

negra.

Yo sé qué había en su interior.

La veía.

Veía a la enfermera con la bolsa negra

de basura.

Intentaba esconderla detrás de sus piernas

pero yo podía verla.

Días atrás el médico

inútil

negligente

cobarde

no se atrevió a decírnoslo

después de seis meses de consultas.

Nos mandó a urgencias y desde all í

emprendimos un largo viaje

71

Page 72: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

en secreto.

Ahora estoy aquí

solo

lejos de todo.

Cuando entré en la habitación

Susana tenía la mirada perdida.

Parecía un cuadro de Munch.

Fue un parto

repetía

fue como un parto.

Nos abrazamos.

Lloramos.

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Page 73: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

EL CUENTO

UNA HISTORIA REAL

Aquella fue una mañana fría. Seguramente no más que otras, pero la

recuerdo especialmente fría. Susana me contó una pesadilla.

(Soñé que era un monstruo sin brazos y sin piernas. Qué horror).

Las cosas no nos iban bien. Nada bien. Pero estábamos felices ante el

acontecimiento. Mi carácter optimista siempre me inclinaba a mirar hacia

adelante. No teníamos casi alumnos, no vendía ningún cuadro, ni nos

salía ningún concierto, ni posibil idades de ganar algún dinero. Pero yo

trabajaba frenéticamente, no paraba de pintar, eso me sostenía.

Había olvidado pronto la pesadilla. Susana la desterró de su memoria.

Días después teníamos la revisión de las 24 semanas.

(Seis meses).

Aún no teníamos nombre porque no sabíamos si sería niño o niña.

El doctor Michelena se jubilaba al día siguiente. Esta vez estuvo mucho

tiempo con la ecografía.

(Demasiado tiempo).

Cuando terminó, como si no pasara nada, nos mandó a la residencia para

que hiciesen una más precisa. Escribió: “especial atención a miembros”.

(Él ya lo sabia)

- Id mañana y volvéis por aquí.

(También sabía que no volveríamos, lo sabía. Cobarde)

Susana quiso ir enseguida. No querían atendernos por considerar que no

era una urgencia. Tenían prisa por irse a sus casas, o por otra cosa

cualquiera.

Insistimos.

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Page 74: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

La ginecóloga también se l lamaba Susana, lo recuerdo perfectamente

porque después de hacerle una ecografía vaginal, ya sentados frente a

frente, en la mesa de la consulta le dijo:

- Bueno Susana. Yo también me llamo Susana. Efectivamente el bebé

viene sin brazos y sin piernas.

Entonces…

Entonces.. .

Recuerdo.. .

Un revolti jo. Recuerdo mi aliento. Un viaje a Madrid (desde Ourense). El

espanto. Como en una huida, como delincuentes, en secreto. (Si no había

suerte, Barcelona, París) . Mi aliento. Ella esperaba que fuese un error.

(Siempre lo esperó). Solos. Miedo, horror, espanto, (espanto). Recuerdo.

Lágrimas. Es lo mejor. Se acariciaba. (Silencio, no se lo digáis a nadie). Mi

aliento. Es lo mejor, repetía. Desidia. Lágrimas. Recuerdo mi aliento

pesti lente durante días. Es lo mejor, (repetía mientras acariciaba su

barriga). Espanto. Prisa. Silencio. Horror. (No era un error). Más lágrimas.

Secreto. Impotencia. I legal, (i legal). Ya sin lágrimas. Solos. Rotos.

Recordé. No podíamos. Recordé sus pataditas de las que nos reíamos.

Sólo podían ser cabezazos. Sus pataditas. Cabezazos.

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Page 75: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

SSÓÓLLOO TTEENNGGOO UUNNAA CCOOSSAA QQUUEE DDEECCIIRR

Aquella esquina absorta de mis pensamientos

de la que escribía cuando tenía veinte años

sigue intacta.

Me quedaba ensimismado en la esquina de una pared.

Cuando era un niño también me ocurría

y recuerdo

que me despertaba súbitamente el hijo de la gran puta

del profesor con una colleja y gritando:

¡ESTÁS EN BABIA!

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Page 76: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLAA VVIIDDAA BBOOHHEEMMIIAA

La vida bohemia es muy complicada.

Hay que realizar diferentes trabajos para subsistir .

Soy,

entre otras cosas,

repartidor.

Reparto l ibros de un conocido círculo l iterario.

Se gana poco

(casi nada),

pero cualquier cosa vale.

En una ocasión una clienta me trató como a un perro.

No entraré en detalles,

sólo añadiré que no tenía dinero

y le pareció mal que yo no le dejase la mercancía.

No tenía ganas de decirle que no la conocía de nada,

que sólo cobraba unos céntimos por cada l ibro repartido,

que era muy fácil que se olvidase de pagar

y que por lo tanto yo tendría que hacerme cargo del contante…

Da igual,

no me pareció que mereciese la pena discutir ,

pero lo que ocurrió me hizo pensar en una cosa.

Si yo no fuese un simple repartidor

(con este aspecto, además, que tengo),

si fuera alguien que iba,

por ejemplo,

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Page 77: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

a destrozarle la vida,

eso sí ,

bien trajeado,

qué sé yo,

un inspector de Hacienda a requisarle todos sus bienes,

un político mentiroso que la amenazase o la chantajease,

un alistador a l levarse a su hijo a la guerra,

un hombre rico que mirase con desprecio como se arruinaba,

un médico negligente.

Entonces,

seguramente,

me habría tratado

con respeto.

Con mucho respeto.

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Page 78: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

PPUUTTAASS YY SSEECCRREETTOOSS No. Que no lo sepa nadie. Nadie. A lo hecho pecho. Sin excusas. Yo también estaba. All í . Así que no pondré excusas. Que no lo parezca si digo que fl ipé, que me asqueé, y no de las putas. Que no parezca una excusa, pero no sabía nada de las putas. Es cierto que soy muy observador, y aquella noche observé a las putas. Ofrecían simpatía, cariño y amor aparentemente, a aquellos hombres. A cambio de tan poca cosa como dinero. Quiero contarlo tal y como ocurrió. Nada grave pero, y que no parezca una excusa,

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Page 79: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

yo no animaba, no me lo pasé bien, no disfruté. Ni siquiera me empalmé. Fue una juerga de pijos, una despedida de soltero. Se le pagaba una puta al novio si nos quedábamos todos mirando. Que nadie se entere decían algunos a la salida de la función en el Puticlub asqueroso de carretera. Que no parezca una excusa, pero nunca me importó que se supiera. A mí no, pero otros se preocuparon, no de que se enterase la novia, que lo supo enseguida. No. Sino de que se supiese que ellos estaban all í jaleando como animales, como bestias babeantes y, que no parezca una excusa, yo observaba y pensaba por ejemplo en un poema. También pinté un cuadro, por si sirve como excusa.

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Page 80: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLAA CCAASSIITTAA DDEE TTAAMMAALLLLAANNCCOOSS

La casita de Tamallancos estaba rodeada

de excrementos de vaca y asediada

por moscas y pulgosos gatos

asilvestrados.

Era una casita de piedra encajonada

en una esquina hedionda y escondida.

Y así y todo, era una casita de cuento.

No sé

qué me pasó

all í .

All í

abandoné toda razón,

habrá sido la piedra.

El Radón.

Avancé en mi intención de convertirme

en un artista, ya para siempre,

maldito.

Atravesé esa l ínea que no permite

dar vuelta.

Acepté todas las penurias que hubiesen

de venir.

Acepté también las breves intenciones

de claudicación.

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Page 81: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

All í .

Encerrado en mi estudio de piedra

de la casita de Tamallancos,

seguramente contaminado por las radiaciones

emitidas por el granito de sus paredes,

acepté la incertidumbre,

acepté mi obra.

Me acepté.

All í .

También recuerdo aquellos

tomates.

Teníamos una pequeña huerta de tierra durísima

que alguna vez saché a pleno sol.

All í .

Satisfecho.

Cerveza,

canutos,

óleo,

tablas,

mi piano de cola de antes de la transformación,

nada de paz,

las primeras poesías guarras.

Y tú,

mi dulce Susana.

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Page 82: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

LLAA MMAATTIILLDDAA

Así se l lamaba el personaje más peculiar

y pintoresco de Bemposta,

la Ciudad de los Muchachos.

Siempre estaba presente,

vigilante y expectante.

Su silueta típica del desierto,

ocre rojizo,

chocaba violentamente

contra el paisaje de Galicia

verde intenso.

Era un ser l ibre,

seguramente uno de los más l ibres

que habitaba aquel penoso lugar.

En realidad era un dromedario,

pero para nosotros era la Matilda,

la camella de Bemposta.

A veces se iba de paseo a la ciudad,

Ourense,

que estaba a unos diez Km.

Siempre que ocurría

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Page 83: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

me imaginaba la cara de los conductores

que se la encontraban por la carretera,

parsimoniosa y sin prisas.

¡Un camello por la carretera,

un camello en la ciudad!

Otra de las cosas que recuerdo

era su gusto por el papel,

si le dábamos un folio,

se lo comía lenta y placenteramente.

También recuerdo

que no se le podía tocar el cuello.

Si se le ponía una mano ahí,

atacaba.

Por lo demás no era peligrosa.

No sé qué fue de ella.

Yo me fui de aquel lugar,

afortunadamente,

un día.

Hasta años después,

unos cuantos más,

no volví a tener más contactos

con ningún otro camello.

83

Page 84: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

RRAAZZOONNEESS DDEE MMÍÍ

Hace años acudí a un curso de grandes intérpretes de piano.

Sí , de grandes intérpretes se hacía l lamar y,

salvo excepciones, así era.

Los profesores eran importantes pianistas de la escena internacional.

Acudí a este curso con una carta de recomendación

de uno de los profesores del mismo.

Acudí porque en ese momento de mi vida

se ve que tenía tintes de futuro gran intérprete del piano.

Sí , así es.

Gran intérprete del piano.

Pero algo ocurrió.

No sé si quiero o puedo explicármelo pero,

seguramente,

por eso tengo diarrea crónica,

dermatitis seborreica que se acerca a la soriasis,

blefaritis,

es más,

blefaro-conjuntivitis,

alergia peri-anal que me obliga a ingerir pastillas cada dos o tres días

(depende del grado de tormento de la semana)

y también por eso,

supongo,

84

Page 85: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

pinto lo que pinto,

toco lo que toco

y escribo lo que escribo.

Toda esta enumeración de calamidades

porque aquello no cuajó,

porque el fracaso forma parte de mi vida.

Ya no me pesa

(aunque sí me pica),

y, si no,

¿cómo te explicas que me acabe de desnudar ante ti

que seguramente no te conozco

ni te conoceré nunca de nada?

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Page 86: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

NNOO SSIINN DDOOLLOORR

Cada tropiezo,

cada caída,

cada golpe.

Todos y cada uno de ellos

tienen una traducción al idioma

mezquino.

Imbécil

idiota

jodido

mediocre

¡a dónde vas!

i luso

capullo

payaso

loco.

Y yo sigo encajando

cada uno

cada uno de ellos

no sin dolor

¿eh?.

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Page 87: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MI TRAZO

Me preguntaban,

más bien me reprochaban, acerca de mi trazo.

Es cierto, yo no tengo trazo.

Del mismo modo en que nada tiene orden ni sentido

en mi vida

cuando, por ejemplo,

pinto una serie de líneas paralelas en un cuadro,

no guardan ningún sentido ni cumplen más función

que la de reafirmar el caos consiguiente.

Queda confirmado además

por la inutil idad de mi existencia.

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Page 88: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MMIIEERRDDAA YY SSAARRDDIINNAASS

Se l lamaba Chucho.

No era su nombre definitivo porque todos morían tarde o temprano,

así que les poníamos a todos el mismo hasta que cumplían dos años.

Entonces tendría el que sería su nombre para siempre,

pero eso nunca ocurrió.

Estaba tan famélico que cuando encontraba mierda en el suelo

la comía con avidez.

En una ocasión vimos como comía una caca suelta, no descompuesta,

pero cremosa.

La lamía parsimoniosamente con la lengua que cuando sacaba

mostraba los restos y estaba impregnada de un color ocre rojizo

que me recuerda a mis mejores óleos.

Parecía contento.

Poníamos cara de asco, pero al mismo tiempo

daba la impresión de que el perro disfrutaba de un suculento aperitivo.

A continuación íbamos al comedor donde nos servían,

como todos los días,

empanada de sardinas caducadas.

Cuando teníamos hambre parecíamos aquel perro.

Sacábamos la lengua y estaba impregnada de sardinas en mal estado.

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Page 89: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Poníamos cara de asco, pero al mismo tiempo, si nos viera Chucho

pensaría que estábamos disfrutando de un delicioso manjar.

De ahí las cagadas semi-descompuestas que hacíamos en el monte,

lugar mucho más limpio que los wáteres a nuestra disposición.

y éstas eran las que después los perros sin nombre fi jo se comían.

Y así pasaban algunos días en Bemposta.

Ciudad de los Muchachos.

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Page 90: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

TTEE LLLLAAMMOO

Aún es hoy el día en que me cuesta creerlo.

Me lo dij iste así , como si nada,

como si fuéramos amigas,

ni siquiera amigos,

ni siquiera ex-novios,

como si yo aún no te quisiera,

como si tú no lo supieras,

como si nada.

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Page 91: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Que ibas a estar esa noche con otro.

Con el otro, toda la noche.

Así, como si nada.

Cuando me acosté

derrotado,

pensé que sería imposible dormir,

pero lo conseguí a fuerza de whiskys

y de hachís.

A las pocas horas me desperté

y supe lo que estabas haciendo

en ese mismo instante

con toda claridad.

Supe hasta donde llegaba tu lengua

hasta donde tu mano izquierda.

Lo supe con toda claridad

en carne del otro.

Desde entonces no puedo dormir.

y aún es hoy la noche

en que me despierto

con la boca seca

llamándote.

Te l lamo zorra.

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Page 92: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

MMAALLOO

Qué extraño todo

lo que me concierne.

Cuando tenía que haber sido

malo,

muy malo,

cuando tocaba,

era tan bueno,

tan buen

chico.

Tan guapo y

tranquilo,

agazapado

entre las sombras.

Estaba

en esa nube.

Nada mitigaba

mi desdén.

Era tan

responsable.

Parecía un adulto

con cargas.

Y ahora parezco

un niño.

Ahora que debería ser

bueno,

92

Page 93: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

muy bueno,

que ya toca

que debería estar

integrado,

que debería ser más

ordenado,

vestir mejor.

Ahora que debería

l levar

a mis hijos

a los centros

comerciales

donde se guarecen

los progenitores

con sus crías

esperando a que pase

el día

donde se sienten

acogidos

arropados

por todas las cosas

que adoran,

todas juntas,

y que yo

detesto

porque soy

malo

ahora que debería

ser bueno.

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Page 94: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Ahora que no debería,

ahora cada vez soy más rebelde

cada vez menos cuerdo,

cada vez veo más doble

y cada día más malo.

¡Malo!

¡Malo!

Como decía mi madre.

Cada día más cabrón.

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Page 95: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

FFIINN

Y ya está.

Ya se acabó la euforia.

Sólo quedan los rastros de mi baba

en la que ahora me ahogo y

nadie viene a salvarme.

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Page 96: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Alguna vez lo vi, sí , Peter... Allá a lo lejos... Aunque más tarde supe que

estaba cerca, muy cerca... Era una luz que aparecía y desaparecía según las

olas te tragaran o te escupieran... Alguna vez, sí, un faro a lo lejos en la

deriva, perdido hasta de mí mismo... Aunque no sabía si quería llegar hasta

él... No creo en las casualidades, no existen las casualidades, y no es casual

que un titular en el que los de siempre nos insultan con prepotencia me haga

pensar en Velpister... Leo que los bancos han ganado quince mil millones en

el peor, eso dicen, año de la crisis... Y pienso en un artista que lucha, que

lleva luchando toda la vida como un auténtico luchador: primero contra uno

mismo en una sociedad que te castra y te arrastra en la miseria, y que ahora,

conociéndose, ya está preparado para arrostrar al contrario y tumbarlo, pues

ha salido victorioso de la lucha más importante, esa en la que pocos, muy

pocos, han tenido los arrestos suficientes para afrontar... Y pienso que este

primer poemario de Peter es eso: una crónica de una deriva en la que, aun

sin pretenderlo, y muchas veces alejándose de los vientos, la resaca le ha

llevado a él mismo, pese a esa prepotencia de los que dicen tener razón y sus

acólitos adocenados, los que trazan un estilo de vida que intenta capar al

que busca tener una voz propia,

lo que más añoro es un s imple abr azo

ser él mismo, luchando con t r a la sensac ión del f r acaso que r ecor r e la v ida

de un ar t is ta... La sensac ión de f r acaso que te inculcan pr imer o los que más

cer ca t ienes, los que sólo te queman y es t r opean... La sensación de f r acaso

que te ha de hacer r enegar de todo, tan sólo para in ten tar escuchar un

gr i to ahogado, ese que s iempr e ha s ido r epr imido, ese en el que in t uyes que

lo único que queda después de la demolic ión, y que sur ge de lo más

pr o f undo, en t r e e l pol vo y las lascas del der r umbe: er es t ú... Ése, e l gr i to...

96

* Ya que has l l egado has ta aqu í , c reo que no te pued o exp l i ca r l o que has l e ído s i no sa be s t ransc r ib i r l o d esd e tus ad en t ros . Cons id e ro , ya que he s id o am ab lem ente inv i tad o a e l l o , que es te es c r i to que v a a l f i na l , no pued e cum pl i r n i hace r las vece s de un p ró logo , pues és te ya es tá adm i ra b lem ente hecho por V icente Muñoz Á lva rez . Cua nd o c ie r ras un l i b ro , o aca ba s d e l ee r lo en un m ed io v i r tua l , l o que queda , e l ep í logo e t im o lóg ico , enc ima de esas pa la b ras que , s i n fa l ta r a la congrue nc ia , s e raz ona n d esde e l a lma , no es e l f ina l ; n i t an s iqu ie ra lo es es to que e s tás le ye nd o , no , tam poc o e s e l f i na l . Lo qu e qu eda son tus o jos m i rand o con ensoñac ión , pa ladeando men ta lmen te l o que a ca bas d e l ee r , e nga rz ánd o l o con t us e x pe r ie n c ias , c on tu s n o tas y tus s i l en c ios . Y s i cons igues l o que ha c ons e gu id o Pe t e r e n m í , es t o qu e lees , una f u ga i ns p i rad a e n s us v e r s os , cons t ru ida c on s us ve r s os , i n te g rá nd o los e n m í , t odo es to , a m i m od o de v e r , a dqu ie re s e nt id o . . . E l sen t id o que da e l pe ns a r que na da t i ene un f i n , tan só lo una t rans fo rmac ión . L o que has l e íd o .

Page 97: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

el que ya se ale ja de las en t r añas que lo ampar aron pudr iéndose, que es

como una var iac ión, una f uga en es te caso a var ias voces pues var ias son

las facetas ar t í s t icas que t iene Velpis ter de expr esar lo, gr i to que el ar t is t a

in t uye en ot r as f ugas, en ot r as v idas, en un mov imien to de Bach,

met iéndose en la pie l de Van Gogh, en un B lues, donde todo son

var iac iones, donde se impr ov isa inven tando en esas notas que sur gen la

der i va, que desconocen hac ia dónde van, aunque no impor te, pues es ese e l

momento, quizá e l único momento en el que te s ien tes l ibr e, que er es

plenamente t ú, en e l que te desgajas de toda la mier da seca que impide t u

a vance, la que se despr ende jus to an tes de dar te la hos t ia al r egr esar al

pen tagr ama... E l que or dena las notas... Aunque en ese momento cr eas

saber que jamás ser ás fe liz... Pero esa sonr isa, ese br il lo espec ial en los

ojos es lo único que nos llevamos, los r ecuer dos... La liber tad del c r eador, la

t uya, Peter, la que nos r ecuer das... La der i va... De t ugur io en t ugur io, e l

pac to de dos manos sor das en t r e las luces, en las sombr as, las de de uno

mismo, e l s ilenc io en t r e las notas, la der i va de los locos en t r e sus luces

ar t i f ic iales y nues t r as sombr as ver dader as,

¿Dónde es tá la l ínea del hor izon te?

¿Somos bes t ias domeñables que han de pasar por e l ar o?

No, en pr inc ipio ya tenemos bas tan te con nues t r as luchas in ter nas, con

todos los mur os que nos ahogan en el úl t imo r educ to de nues t r a

conc ienc ia... Por eso, pese a las pesadillas que sabemos que no calma es ta

soc iedad, ex is te quien l ibr emente ha dec idido no seguir las l íneas

pun teadas, los t r azos pr ede f inidos, como en los in fan t iles cuader nos de

vacac iones, que te da es ta soc iedad... Y aunque te conv ier tas en un albañil

absur do, er es e l au tén t ico cr eador... En un mundo lineal en e l que los que

sueñan lo hacen admir ando a Van Gogh, a Gaud í, pr ec isamente por eso,

por que quizá f ueron albañiles absur dos que en t r aron en los laber in tos de s í

mismos, ajenos a las v idas de decor ado y veloc idad, par a engañar al engaño

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Page 98: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

en el que ca yer on aquellos que ya es tán ine fablemente muer tos... y mir a

que par ec ían que val ían tan to, t ú... Mir a que hablaban... Nadie es tá exen to

de la culpa, ni tan s iquier a de esa culpa que te endilgan los que nunca

apos tar on por s í mismos, que en s í son los que e ter nizan un s is tema de

cas t r ados... Nadie es tá exento de los con t r apuntos dolor osos, aunque

necesar ios, que son las t r aic iones, los miedos que te hacen escor ar en la

der i va, a veces cons t r uyendo is las con ot r os c imien tos, quizá no los

pr opios, que son can tos de s ir ena que te embelesan, c r eyendo que apues tas

por t i a t r a vés de ot r os... Per o no ex is ten ot r os, pues sólo buscan hundir te

sal tando a ot r o barco cuando el vómi to te ahoga en una bar r a soli tar ia...

Nadie... Per o sólo unos pocos saben ver, aun dejándose la cabeza en muros

pr opios y ajenos, que de toda la mier da nace la f lor, la que es la única

ver dad, la desnuda... La iden t idad no ya per dida y s í encont r ada, por f in,

cuando se in tegr a el t r í t ono en la par t i t ur a, e l l ibr e, e l que llama a la car ne

a lo oscur o y par a los demás es disonan te, la Sombr a, y sur ge el ar t is ta s in

miedos, s iendo, por f in, é l mismo... En un poema desnudo...

Navega, Peter, pues hoy el océano lo construyes tú, tuyas son las sirenas y las

tormentas...

Ya sabes, lo sabes:

ningún Telémaco

al rescate...

Nadie...

Sólo tú en la deriva, tío grande...

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Page 99: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

VELPISTER (Jens Peter Jensen Si lva , 1970) Gallego nacido en Barcelona, de padre danés.

Toda su vida la recuerda unido a la mister iosa inf luencia de la contemplación, la lectura, la

música, la pintura y todo t ipo de obsesiones art íst icas y sexuales. L legó tarde a todo. A los

15 años decide comenzar la carrera de piano, realiza casi todos los cursos en muy pocos

años y poco después se va a Madrid a continuar los estudios pianísticos y a estudiar

Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. La

carrera no le gustaba nada, en real idad había empezado Geograf ía e Historia en Ourense,

pero conoció a una chica que vivía en Madrid y decidió dejar lo todo por el la. Sólo volvió a

verla una vez, a part ir de ese momento se encerró y odió esa ciudad inmunda. Al l í conoce a

otra chica que, aunque casi lo mata, hizo que se quedara durante varios años en la capital ,

estudiando y perdiendo el t iempo y la salud. Más adelante se enamora de otra chica que

estuvo a punto de transformarlo en un ser abyecto; aquel la hizo que se volviera a Ourense.

Al l í fundó un conservatorio y l levó una vida anodina y burguesa durante seis larguísimos

años. L levó a cabo una intensa labor pedagógica mientras continuó sus estudios superiores

de piano en A Coruña. Durante este t iempo fue alumno de destacados pianistas de la

escena internacional como Luiz de Moura Castro, Badura-Skoda, Gª Abri l y otros. Entonces

a los 30 años conoció a otra mujer y s in saber cómo abandonó su cómoda y algo adinerada

vida y decidió dejar lo todo para dedicarse a la pintura de manera profesional . L legaron

años de penuria máxima y fel ic idad extrema. Ahora s igue con aquel la mujer y s in

abandonar la música y la pintura ha decidido añadir a sus frustraciones la l i teratura. Ha

real izado exposiciones por diferentes lugares de Europa, le ha ido mejor que a Van Gogh

en lo que a las ventas se ref iere. En las exposiciones s iempre incluye recitales de música y

poesía, juntos o por separado. En sus conciertos de piano mezcla repertorio clásico y sus

propias composiciones e improvisaciones, decorando el escenario con sus creaciones

pictóricas. Acompaña con el piano a poetas de muy diferentes t ipos y condiciones. Ha co-

dir igido y coordinado dos espectáculos mult idiscipl inares que mezclaban música, danza,

teatro y pintura, dir igiendo a un elenco de más de una docena de art istas. En estos

espectáculos, además, part ic ipó como pianista sol ista y de cámara, encargándose asimismo

de la escenograf ía. Actualmente trabaja en diferentes proyectos, destacando un

espectáculo que está montando y que mezclará poesía, pintura y videocreación, el

MUSICOPLASTIDRAMA (s i no hay trabajas administrat ivas, ni otras dif icultades, saldrá de

gira por la geografía gal lega durante 2010 y 2011) .

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Page 100: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Transeúntes del olvido o el universo oscuro de Peter (prólogo de Vicente Muñoz Álvarez) 3

CARCAJADAS ENFERMAS

En el cine 10

Carcajadas enfermas 12

Familia feliz en veinticinco palabras 15

Malo Blues 16

Mi membrana adorada 17

Familia feliz 22

No vaya a ser 23

Los cerdos, nuestros amigos 24

Mi microondas 25

De lo doméstico 26

Mi vida en el infierno 29

Saga 30

Llueve 31

Simplificación de Venus 32

Entre la mierda, una flor 33

Mi lado triste 34

Felices Chismas 35

Morbo políticas morbo onanos 38

TRANSEÚNTES DEL OLVIDO

¿Clic? (Autorretrato) 42

Amor sordo 46

Loco 48

Recuerdo Madrid 50

Hay un viejo sentado al piano 53

(…) 55

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Page 101: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Yo no estoy 56

La boca seca 57

New York 58

Un adulto 60

El albañil absurdo 61

Anacoreta 62

El medidor 64

Muerto 65

Que cunda el ejemplo 67

Muy macho 68

RAZONES DE MÍ

Un cuadro que ilustra una poesía que explica un cuento que quiero contar… 70

La poesía, un viaje 71

El cuento, una historia real 73

Sólo tengo una cosa que decir 75

La vida bohemia 76

Putas y secretos 78

La casita de Tramallancos 80

La Matilda 82

Razones de mí 84

No sin dolor 86

Mi trazo 87

Mierda y sardinas 88

Te llamo 90

Malo 92

Fin 95

El pacto entre las luces (epílogo de Alfonso Xen Rabanal) 96

Sobre el autor 99

101

Page 102: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

Figuras (óleo plastificado sobre tabla, 100x120) 2

Gallinero (óleo sobre tabla, 110x120) 11

La mala madre (óleo plastificado sobre tabla, 120x110) 15

Flores (óleo sobre tabla, 100x156) 21

Rojo y verde, mapa del infierno (óleo plastificado sobre tabla, 115x110) 26

Simplificación de Venus (óleo sobre tabla, 110x150) 32

Autorretrato (óleo plastificado sobre tabla, 60x50) 42

Vals Mephisto (óleo sobre tabla, 110x80) 52

La ciudad de Dite II (óleo plastificado sobre tabla, 120x110) 58

Maternidad (óleo sobre tabla, 120x110) 70

Los adúlteros (óleo sobre tabla, 100x80) 77

Mujer (óleo sobre tabla, 121x83) 90

102

Page 103: TRANSEÚNTES DEL OLVIDO, por Velpister

103

“Un l ibro impactante y durísimo, tremendo y

demoledor, que no olvidaréis fáci lmente. Poesía

autobiográfica y narrativa, o realista y crít ica, son

los primeros adjetivos que me vienen a la cabeza

tras su lectura. Pero también, inmediatamente

después, traumática, visceral y catártica, en cuanto

que parte de un trauma o experiencia amarga

(escatológica incluso) y pretende, mediante su

exteriorización, reconcil iar al poeta (y de rebote

también al lector) con el entorno y el mundo”

(Vicente Muñoz Álvarez)

“Este primer poemario de Peter es eso: una crónica

de una deriva en la que, aun sin pretenderlo, y

muchas veces alejándose de los vientos, la resaca le

ha l levado a él mismo, pese a esa prepotencia de

los que dicen tener razón y sus acólitos

adocenados, los que trazan un esti lo de vida que

intenta capar al que busca tener una voz propia, /

lo que más añoro es un simple abrazo / ser él

mismo, luchando contra la sensación del fracaso

que recorre la vida de un artista. . .” (Alfonso Xen

Rabanal)

VELPISTER (Jens Peter Jensen Si lva ) . Art ista

polifacético (músico, pintor, poeta, videocreador,

narrador y escenógrafo) . Ha expuesto sus pinturas

en diversos países europeos y ha organizado

espectáculos donde se mezclan la danza, la

música, el teatro y la pintura. “Transeúntes del

olvido” es su primer poemario.