12
Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro - TRAVESÍAS DE DON JUAN VALERA: RÍO DEJANEIRO Veinte años antes de que Phileas Fogg emprendiese su vuelta al mundo en contra del tiempo, el secretario de la Legación de España en Brasil, Juan Valera, lamentaba en cabeza ajena la "manía andariega" que, por entonces, se había apoderado de la humanidad 1 De su vivencia en Río deJaneiro nos informan las cartas conservadas de los años 1852 y 1853, mostrando además de forma palpable que la ubicación del escritor en el canon de las letras españolas cada vez más ha de depender precisamente de las inigualables epístolas que llenaron sus días, por encima de cualquier otro género que practicase 2 Nos informan, por ejemplo, de las razones de su viaje a esta orilla. No tanto las "ideas poéticas" (p. 175) que menciona a su madre, como el progreso en la carrera diplomática, según confiesa a su principal destinatario del momento, Serafín Estébanez Calderón. La queja se produce acto seguido: "pero no lo hubiera pedido si me hubiese enterado anticipadamente de lo mucho que me iba a aburrir, de lo caro del país en proporción al sueldo que me dan, de lo poco amables y francos que son los brasileños con los extranjeros y de la soledad y aislamiento en que vivo" (p. 215) 3 En estas líneas late la identidad que adopta el poeta diplomático en su período fluminense; el motivo de la existencia del mismo texto, i. e. el "consuelo" de dirigirse a amigos ausentes (p. 231 ); y hasta una parte de la explicación para la 1 Carta de 4-8-1853,JUAN VALERA, Correspondencia. T. 1: Años 1847-1861, eds. L. Romero Tobar, M. A. Ezama Gil y E. Serrano Asen jo, Castalia, Madrid, 2002, p. 240. Salvo indicación contraria, todas las citas de las cartas remiten a este tomo 1 de la Correspondencia valeriana. Las páginas que siguen a los pasajes reproducidos o aludidos pertenecen a dicha edición. Por otro lado, don Juan fue un temprano lector de Jules V erne, como evidencia en carta de 8-8-1867: "El género de Julio Ver ne me agrada en extremo. Es lo fantástico y maravilloso fundado en las ciencias físicas y matemáticas. Su Viaje al centro de la Tierra, su De la Tierra a la Luna, y Los hijos del capitán Grant están llenos de ingenio y de gracia", Correspondencia. T. 2: Años 1862-1875, eds. L. Romero Tobar, M. A. Ezama Gil y E. Serrano Asen jo, Castalia, Madrid, 2003, p. 308. 2 Cf. MANUEL BERMEJO MARCOS, "De las inimitables cartas de don Juan Valera'', en E. RUBIO CREMADES (ed.),]uan Valera, Taurus, Madrid, 1990, pp. 126-136. 3 Cf. JOSÉ LUIS CANO, "Don Juan Valera en el Brasil'', Cuadernos Americanos, 22 (1963), núm. 5, p. 279. ..... Centro Virtual Cervantes

Travesías de don juan Valera: Río de ... - cvc.cervantes.es · El caso es que dada la falta de grandes estudios acerca del mundo americano, al modo de un Niehbur y su Historia romana,

Embed Size (px)

Citation preview

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN VALERA: RÍO DEJANEIRO

Veinte años antes de que Phileas Fogg emprendiese su vuelta al mundo en contra del tiempo, el secretario de la Legación de España en Brasil, Juan Valera, lamentaba en cabeza ajena la "manía andariega" que, por entonces, se había apoderado de la humanidad1

• De su vivencia en Río deJaneiro nos informan las cartas conservadas de los años 1852 y 1853, mostrando además de forma palpable que la ubicación del escritor en el canon de las letras españolas cada vez más ha de depender precisamente de las inigualables epístolas que llenaron sus días, por encima de cualquier otro género que practicase2

• Nos informan, por ejemplo, de las razones de su viaje a esta orilla. No tanto las "ideas poéticas" (p. 175) que menciona a su madre, como el progreso en la carrera diplomática, según confiesa a su principal destinatario del momento, Serafín Estébanez Calderón. La queja se produce acto seguido: "pero no lo hubiera pedido si me hubiese enterado anticipadamente de lo mucho que me iba a aburrir, de lo caro del país en proporción al sueldo que me dan, de lo poco amables y francos que son los brasileños con los extranjeros y de la soledad y aislamiento en que vivo" (p. 215)3

• En estas líneas late la identidad que adopta el poeta diplomático en su período fluminense; el motivo de la existencia del mismo texto, i. e. el "consuelo" de dirigirse a amigos ausentes (p. 231 ); y hasta una parte de la explicación para la

1 Carta de 4-8-1853,JUAN VALERA, Correspondencia. T. 1: Años 1847-1861, eds. L. Romero Tobar, M. A. Ezama Gil y E. Serrano Asen jo, Castalia, Madrid, 2002, p. 240. Salvo indicación contraria, todas las citas de las cartas remiten a este tomo 1 de la Correspondencia valeriana. Las páginas que siguen a los pasajes reproducidos o aludidos pertenecen a dicha edición. Por otro lado, don Juan fue un temprano lector de Jules V erne, como evidencia en carta de 8-8-1867: "El género de Julio Ver ne me agrada en extremo. Es lo fantástico y maravilloso fundado en las ciencias físicas y matemáticas. Su Viaje al centro de la Tierra, su De la Tierra a la Luna, y Los hijos del capitán Grant están llenos de ingenio y de gracia", Correspondencia. T. 2: Años 1862-1875, eds. L. Romero Tobar, M. A. Ezama Gil y E. Serrano Asen jo, Castalia, Madrid, 2003, p. 308.

2 Cf. MANUEL BERMEJO MARCOS, "De las inimitables cartas de don Juan Valera'', en E. RUBIO CREMADES (ed.),]uan Valera, Taurus, Madrid, 1990, pp. 126-136.

3 Cf. JOSÉ LUIS CANO, "Don Juan Valera en el Brasil'', Cuadernos Americanos, 22 (1963), núm. 5, p. 279.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

384 ENRIQUE SERRANO ASENJO

imagen reticente de la ciudad que termina por transmitir su correspon-dencia. Al cabo, construye un espacio literaturizado, convertido en palabras con frecuencia ajenas, palabras presentadas como tales, palabras que se superponen a la realidad y en una gran medida la sustituyen.

Cualquier acercamiento a la experiencia brasileña de Valera ha de partir de los estudios básicos, documentados en detalle, de Concepción Piñero Valverde. Pues bien, esta autora ya subraya el hecho de que las cartas en cuestión son obra de un artista que transfigura su percepción del entorno4

• Por su parte, Fernando Ainsa en su propuesta de "geopoética" deja claro que habitar un lugar implica dotarlo de sentido, transformar el mundo en un universo simbólico, a la fuerza siempre de talante subjetivo5

• Exactamente eso es lo que lleva a efecto nuestro escritor errante, de forma que el análisis más eficaz de su Río de J aneiro necesariamente ha de partir de los trazos mismos con que el yo se dibuja en tal circunstancia, porque sólo desde ellos se podrá justipreciar el alcance de la única imagen directa de América Latina levantada por un intelectual que tanto hizo por establecer lazos culturales con el ámbito iberoamericano.

La pose adoptada por el sujeto es la del "desterrado" precisado del lenitivo de un interlocutor para aliviar el trago de sus soledades. "Así es que paso días enteros solo, encerrado en mi cuarto; leo, fumo y me entristezco" (p. 181). Mas no sólo requiere de compañía, siquiera sea en la distancia, porque las cartas tienen una función más palpable, de modo que llega a pedir a Estébanez ayuda a fin de lograr el traslado de Río, "si no quieren verme morir de tristeza, como Ovidio en el Ponto, aunque sea atrevida comparación" (p. 193). Un buen conocedor del género epistolar como Andrés Soria Olmedo subraya que en toda correspondencia es decisiva la figura del receptor6

• Pues bien, nuestro joven plumífero se dirige con decoro a otro escritor, ya consagrado y del que espera protección. Vale decir, don Juan apela al "Solitario" mediante un discurso lleno de referencias culturales, bien que sean osadas como la anterior, y de citas. Al respecto, no estará de más dejar sentado desde ahora que en la naturaleza de la imagen brasileña que Valera nos lega, pesa lo suyo el que las únicas cartas conservadas del período van

4 juan Valera y Brasil. Un encuentro pionero, Qüasyeditorial, Sevilla, 1995, p. 27. 5 FERNANDO AíNSA, Espacios del imaginario latinoamericano. Propuestas de

geopoética, Editorial de Arte y Literatura, La Habana, 2002, pp. 13 y 17; cf.JOSÉ LANDEIRA YRAGO, "El Río de Janeiro que vivió don Juan Valera", Revista de Cultura Brasileña, 31 (mayo de 1971), pp. 101-103.

6 "La memoria epistolar", El Fingidor, 18 (enero-abril de 2003), p. 24.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN V ALERA 385

destinadas a otros escritores, junto a Estébanez Calderón, el principal receptor con mucho, Heriberto García de Quevedo y Gabriel García Tassara7

Pesa en la correspondencia el tipo de destinatario y la experiencia del emisor:

Días y noches paso sin ver a nadie, y para consuelo y distracción me entro por los libros, como Santiago por los moros, y de la descripción de un raro anfibio, paso a las estrategias de Polibio; por lo cual me temo que vaya a volverme sabio, contra mi voluntad (p. 215).

La cita que aporta Valera, que vuelve a hallarse en el fragmento de su novela Don Lorenzo Tostadoª, contribuye a perfilar una realidad cotidiana del diplomático donde la lectura cuenta sobremanera y menos el contacto directo con las gentes y las cosas del país. La dimensión libresca de su perspectiva ya la había advertido algo antes:

poco o nada bueno se ha escrito en los últímos tiempos de las cosas del Brasil, y ... para enterarse de algo, a pesar de La Condamine y de los viandantes ingleses, lo mejor es recurrir a nuestros iberos de los siglos XVI y xvn, cuyos libros no se hallan de venta (p. 191).

En la recomendación bibliográfica entre bibliófilos pesa tanto la filiación iberista de quien escribe, como el casticismo de quien leerá complacido la reivindicación de la Edad de Oro.

El secretario abrumado por la "melancolía" (p. 215) lee pues; lee y escribe. El caso es que dada la falta de grandes estudios acerca del mundo americano, al modo de un Niehbur y su Historia romana, "puede el poeta sacar de él, cuando no verdades, maravillosas bellezas" (p. 204 ). En definitiva, si por el momento no escribe verdades de interés general

7 Tenemos constancia de la pérdida, hasta la fecha al menos, de cartas coetáneas a la familia, que Valera dice enviar (p. 208), así como otras a una de sus amadas brasileñas. En todo caso, en estas últimas se debía mantener el peso de lo literario, aunque por razones bien distintas a las de sus colegas: "Y la detenida y larga visita que esta linda dama (dígase mejor diosa) piensa hacer al Parnaso castellano, creo, aunque sea orgullosa creencia, que a mí se debe, por las flores que recogí en las faldas de aquel monte para engalanar con ellas mis epístolas amorosas" (p. 203).

8 Don Lorenzo Tostado, en Obras completas, est. pre!. Luis Arauja Costa, Aguilar, Madrid, 1968, t. 1, p. l.04lb; cf. CARMEN BRAVO-VILLASANTE, Biografía de don juan Valera, Aedos, Barcelona, 1959, p. 83.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

386 ENRIQUE SERRANO ASENJO

o público al respecto, algo que hará en 1855 con sus artículos "De la poesía del Brasil"9

, proclama que sí expone verdades particulares o privadas, y lo que sí pretende ahora es deleitar, como siempre, con su literatura. Deleitar desde el reducido espacio que conocerá del inmenso país, y es que Juan Valera en Río de Janeiro es un viajero varado, un tanto por los achaques de salud, mucho más por el mal endémico de su vida toda, la falta de lo que llama metales preciosos.

Por fortuna, aun sin salir de casa, son tantas y tan estupendas las cosas que en ella suceden, que siempre tengo a mano qué contar; y si lo que cuento no le parece a Vuestra Merced divertido, más se ha de achacar a defecto del historiador, que a las historias, las cuales suelen ser entretenidas, chistosas y ejemplares (p. 208).

Así entre bromas y veras que bien empiezan por uno mismo, Valera levanta un pequeño mundo a menudo limitado a la casa de su jefe José Delavat y Rincón, miniatura del Brasil según Concepción Piñero 10

• Y el lector actual percibe cómo el insatisfecho corresponsal se apropia de lo que tiene alrededor del único modo que tiene a su alcance 11

, esto es, con textos de varios orígenes, en una empresa algo quijotesca que nos ha traído a las mientes un conocido pasaje del discurso nerudiano en la recepción del premio Nobel: "Necesitamos colmar de palabras los confines de un continente mudo y nos embriaga esta tarea de fabular y

!l Sobre estos escritos se ha ocupado con rigor C. PI ÑERO V AL VERDE, "Don Juan Valera, crítico de la poesía brasileña", en MATILDE GALERA SÁNCHEZ (ed.), Actas del primer congreso internacional sobre donjuan Va lera. Conmemorativo del centenario de la publicación de "juanita la Larga", Ayuntamiento de Cabra-Diputación Provincial de Córdoba-Cajasur, Cabra, 1997, pp. 13-25; "Un pionero de los brasilianistas: Don Juan Valera", en DEREK FLITTER (ed.), Actas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas. IV, The U niversity of Birmingham, Birmingham, 1998, pp. 202-207, quien compara algunos juicios literarios expuestos en las cartas con los más reposados y suavizados del discurso ulterior. A este respecto, no ha de perderse de vista que Valera en 1855 tiene más perspectiva del mundo brasileiro, pues escribe desde Europa, amén de dirigirse al público y no a un individuo concreto. Cf. JOSÉ MANUEL CUENCA TORIBIO, "Donjuan Valera: Una reflexión iberoamericana", Cuadernos Hispanoamericanos, 543 (1995), pp. 121-132.

'ºJuan Valeray Brasil, pp. 85 ss.; y "Un pionero de los brasilianistas'', p. 202. 11 CLAUDIO GUILLÉN, Múltipks moradas. Ensayo de literatura comparada,

Tusquets, Barcelona, 1998, p. 185.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN V ALERA 387

de nombrar"12 • Por causas quizá no tan distintas, pero sin embriaguez alguna en el caso de Valera, pues no fue proclive a experiencias de esa clase, ambos dos paladines de lo cotidiano y su intrahistoria, uno desde sus versos y el otro desde sus cartas, poblaron sus Américas de lenguaje. Más concretamente, el creador de Pepita Jiménez procedió como sigue.

Juan Valera incorpora unos pocos textos íntegros a sus misivas. Se trata de "Amor del cielo" (pp. 197 ss.), "Plegaria" (pp. 236 ss.) y "En un álbum" (p. 247), poemas escritos por él mismo; y "Versos imperiales" (pp. 247 ss.), a cargo del emperador Pedro II, que compartieron lugar en el álbum de cierta señorita con algunos de los anteriores. Se ha de tener presente a la hora de leer tales composiciones que quien las incluía en su discurrir epistolar era un literato con un curriculum reducido al volumen Ensayos poéticos, de 1844, que cuando ingrese en la Real Academia en 1861, tan sólo habrá añadido al citado el libro Poesías, de 1858, y eso al margen de que sus cartas a Estébanez y pronto a Cueto desde Rusia le hubiesen ganado una fama justa de estilista. Valera a la sazón es poeta y así se lo quiere recordar a su valedor Serafín Estébanez Calderón. Aquí aparece como un poeta de circunstancias sobre todo, y a su altura. En todo caso, del conjunto destaca la "Plegaria", "casi" santa y "algo" teológica como señala su autor, que puede enmarcarse dentro del interés intelectual de Valera por el hecho religioso.

Más frecuentes y de mayor interés a nuestros efectos son las citas de fragmentos de textos de muy diversa procedencia con los que el autor va trufando continuamente su prosa. Un pasaje bien ilustrativo, que enlaza a la perfección con los poemas recién nombrados, puede ser éste:

No ha mucho escribí unos versos, en los cuales, entre mil garatusas fantásticas y meditabundas, iba engarzada la siguiente descripción: Me encontré al despertar en las remotas playas de Nieteroy ... do los montes asemejan titanes fulminados en el momento de escalar las nubes ...

La idea de comparar los montes con gigantes de piedra es muy de los poetas brasileños, y aun sin exageración se puede repetir en estilo pedestre (p. 185).

12 PABLO NERUDA, "Discurso de Estocolmo", en Obras completas. V. Nerudiana dispersa JI. 1922-1973, ed. Hernán Loyola, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2002, p. 339.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

388 ENRIQUE SERRANO ASENJO

Además de hallarnos ante un probable homenaje a Antonio Gom;:alves Dias13

, el procedimiento puesto en juego resulta ejemplar del papel de lo textual en el trato con la realidad, localizado sobre ella, buscando iluminarla para un cómplice competente en menesteres de poética, y todo ello además mezclado con las continuas comparaciones que establece el relator y toma especialmente de su gran formación clásica14

• El prodigio del verbo de esta manera funda una naturaleza casi virgen 15

, al mismo tiempo que la traduce a parámetros ajenos, ciertamente europeos; la revela a la par que la traiciona, o simplemente la interioriza.

Pero adviértase que cualquier fenómeno de su entorno puede someterse a dicho proceso de transformación. En efecto, sus lecturas de los poetas hispanoamericanos, Andrés Bello o José Mármol p. e., a los que acaba de citar extensamente (pp. 200 ss.), le sugieren estas reflexio-nes: "Ello es que de las poesías hispanoamericanas guardo en el alma vivas y agradables imágenes, que juntándose forman un concento divino, el cual se parece al canto de las Parcas en las bodas de Tetis. Y no se ría Vuestra Merced de tan extraña comparación, pues el tal concento vaticina a nuestra España, que al cabo tendrá hijos dignos de ella ... " (p. 203). Al igual, continúa, que las Parcas anunciaron las hazañas de Aquiles y reproduce a continuación varios versos de Catulo a modo de prueba16

• Anacreonte, Virgilio, Menandro, Petrarca, Dante, Byron o

13 C. PIÑERO VALVERDE, "Don Juan Valera y el indianismo romántico brasileño", en "Cosas de España" em Machado de Assis e outros temas hispano-brasUeiros, Editora Giordano, Sao Paulo, 2000, p. 130.

14 LEONARDO ROMERO TOBAR, "El espacio de la intimidad.Juan Valera, el escritor en sus cartas", en J. ÁLVAREZ BARRIENTOS (ed.), Espacios de la comunicación literaria, CSIC-Instituto de la Lengua Española, Madrid, 2002, p. 199.

15 Cf. ÜCTAVIO PAZ, "Literatura de fundación", en Puertas al campo, Seix Barral, Barcelona, 1989, p. 19; y ÁNGELES EZAMA GIL, "Construcción de la realidad y ficción narrativa en la prosa de Valera. De la correspondencia con Estébanez Calderón a la novela Genio y figura", en C. CUEVAS (ed.), juan Valera. Creación y crítica, Publicaciones del Congreso de Literatura Española Contemporánea, Málaga, 1995, p. 204.

16 Sobre Valera y lo hispanoamericano, véase ÁNGEL VALBUENA BRIONES, "La idea de América en Juan Valera", Acta Salmanticensia. Fil,osofíay Letras, 10 (1956), núm. 2, pp. 87-96. Por otro lado, los versos de Catulo pertenecen a su poema «Peliaco quondam prognatae vertice pinus», y son los siguientes: "accipe, quod !aeta tibi pandunt luce sorores,/ ueredicum oraclum: sed uos, quae fata sequuntur,/ currite ducentes subtegmina, currite, fusi". En traducción de Juan Manuel Rodríguez Toba!: "oye el verídico oráculo que a ti en este día de fiesta/ te revelamos. En tanto, que siga el destino su senda:/ Husos, corred sin descanso,

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN V ALERA 389

Leopardi entre otros ayudan al poeta desterrado en su tarea de modelar el Nuevo Mundo a imagen de su mirada letrada.

Los libros se citan, pero también se comentan y se cuentan, como la fundamental antología América poética (Valparaíso, 1846-1847) del argentino Juan María Gutiérrez, que da lugar a consideraciones como: "yo creo, leídas estas cosas todas, que a pesar de la anarquía y degrada-ción en que algunas de nuestras antiguas colonias han caído después de declararse independientes, aún les queda grande y hermoso porvenir, porque donde se piensa, se siente y se escribe por tan alta manera, hay mucho que esperar y señales de vida robusta" (p. 203). Valera propone una vía de comprensión de lo americano, en este caso lo hispanoamerica-no, a través de las construcciones literarias que dicha realidad genera. Estaríamos, pues, ante una suerte de percepción metonímica de las cosas, más concretamente de una geografía humana a la par lejana y próxima, que no se toma en sí, sino más bien por las creaciones intelectuales de sus habitantes.

De esta forma hemos llegado a una tercera presencia del lenguaje en las cartas brasileñas de donjuan.Junto a los poemas en varios apéndices y los fragmentos de composiciones en taracea desigual, el escritor cuenta libros, pero también anécdotas oídas a otros o recuerdos de diversas relaciones tomadas de su historia personal. Por ejemplo: "Adadus me refirió prolijamente cómo se había verificado este prodigio. No puedo dejar de acordarme que, cuando estuve la última vez en mi lugar, me creyeron todos los embustes que quise contar de Nápoles, pero nunca pude acabar con persona alguna del pueblo que se convenciese de que en N ápoles hay un monte que echa fuego y humo por la punta" (p. 234 ). Los juegos característicos del género epistolar entre ficción y no, pero siempre desde la ilusión de la no ficcionalidad 17

, tienen un apoyo impagable en pasajes como el recién reproducido. Por no hablar del personaje Adadus Calpe allí aludido, por verdadero nombre Antonio Deodoro de Pascual, una especie de embaucador o charlatán que acabará por convertirse en crítico literario de relieve. Pues bien, a él, como a las demás criaturas secundarias de las cartas, el diplomático poeta también lo dibuja desde la relación que el otro mantiene con el lenguaje, a través

tirando del hilo, corred", CATULO, Poesía completa, ed.J. M. Rodríguez Toba!, Hiperión, Madrid, 1991, pp. 180-181.

17 GUILLÉN, op. cit., p. 185.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

390 ENRIQUE SERRANO ASENJO

de lo que lee o escribe, de cómo habla, de lo que cuenta o de sus palabras características18

Pero pasar a los personajes de segundo rango en las cartas nos llevaría demasiado lejos y aquí hemos de conformarnos con atender al héroe del relato. Y conviene dejar constancia de algunos cuentos más insertados en sus desahogos epistolares. La última misiva fechada en Río hipertrofia el recurso hasta el punto de prácticamente hilvanar tres historias seguidas: la primera es tomada de otra relatada a su vez por Miguel de los Santos Álvarez, expone las triquiñuelas con que el tío Patiño quiso engañar a la Muerte y exhibe una vez más el tono lenguaraz tan bien manejado por el corresponsal; la segunda trata de los trescientos años que San Viril pasó sin percatarse oyendo el canto de un pajarillo celestial; mientras que la tercera consiste en el recuerdo de un diálogo del tiempo pasado por Valer a en N ápoles acerca del nepotismo en la carrera diplomática (pp. 252 ss.). Sea cual fuere la procedencia de las relaciones, siempre breves claro, el talante jocoso que aportan per se o a través del contexto no ofrece duda y evidencia el afán del escritor por agradar a su destinatario.

En último término, palabras o expresiones aisladas son llevadas a primer plano por Juan Valera para tratar de explorar el entorno. Pronto avisa del cuidado que se ha de tener en Río de J aneiro al hablar, "porque muchas palabras inocentísimas en otros países tienen aquí un significado obsceno o sucio, y si no le tienen, la malicia se le presta", preámbulo necesario para pintar una situación en la que decir "as de copas" causa furor cómico en la concurrencia. No en vano la expresión allí y entonces designaba, "Vuestra Merced dispense", al culo (pp. 181 ss.). Más alcance hermenéutico, si bien igualmente burlesco, tiene la meditación valeriana

18 Algo similar ocurre con el maravilloso José Delavat o el mismo emperador poeta ya nombrado. En todo caso, vayan un par de pistas sobre Calpe: "Mágico prodigioso, novelista, folletinista, polígrafo en fin" (p. 233 ), autor de obras como Treinta noches en el mundo espiritual o Los dos padres (id.), y creador del sistema nervo-sanguíneo-nutro-inhibitivo, cuya consecuencia práctica más notable es: "que no hay gusto como ahorcarse; y efectivamente él se ahorca tres o cuatro veces al día; y en vez de un ayuda de cámara, tiene un verdugo de cámara. Para volverle en sí, después de ahorcado, le aplica el verdugo a las narices un pomo de un espíritu etéreo-taumatúrgico" (p. 234 ).Pues bien, la horca en cuestión "no se llama horca, sino la Funifantasmagórica" (p. 235). Al respecto, véanse PIÑERO V ALVERDE,juan Valera y Brasil, pp. 64-67 y 182; y CARLOS SÁENZ DE TEJADA BENVENUTI,]uan Va lera, Serafín Estébanez Calderón. 18 50-1858. Crónica histórica y vital de Lisboa, Brasil, París y Dresde (como coyunturas históricas a través de un diplomático intelectual), Moneda y Crédito, Madrid, 1971, p. 145.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN V ALERA 391

sobre la inmoralidad de los pueblos primitivos de aquellas tierras a partir de acuñaciones léxicas. Le parece obvio que si una comunidad designa el concepto de virtud como "tupaná recóporacazaba" y el de virgen como "cuñá nitio rañé yaiba vaé", "ni las virtudes ni las vírgenes son indígenas del Brasil, y no se ha de achacar a pobreza del idioma la falta de estas palabras, cuando estoy viendo que las tienen cortas y muy del caso para significar puta, vicio, lujuria, etc." (p. 189).

En otras ocasiones, la risa pierde protagonismo aunque la dimensión reveladora de los vocablos permanezca. Como cuando con alguna incoherencia respecto a observaciones anteriores (v. p. 180) manifiesta la falta de poesía del lugar: "Hasta los nombres que dan a los singulares y magníficos objetos que le componen son tan prosaicos y feos, que destruyen toda la poesía de que los objetos naturalmente se muestran revestidos" (p. 210)19

• Verbi gratia: las montañas llamadas Pan de Azúcar o el Corcovado. En cualquier caso, ya hable el autor de los estrafalarios nombres grecorromanos que reciben los esclavos negros en un país donde apenas se leen folletines (p. 192); ya deshaga anfibologías en la lectura de los versos propios enviados a Estébanez (p. 242), se corrobora que el universo fluminense de donjuan en muy gran parte consistió en una construcción verbal. Construcción, por lo demás, en verdad entretenida. Y sin embargo: "A pesar de todas estas historias" (p. 246), quiere dejar el Brasil.

El creador novato que cruzó el mar con una buena mezcla de cálculos e imaginaciones a la hora de emprender tan gran viaje se ha desilusiona-do un tanto respecto del espacio nuevo20

• Sobre todo, reforzado por dicho malestar, ha canalizado una irrefrenable pulsión hacia la escritura mediante las cartas a los amigos, a veces tan largas que hasta atentan

19 Cf.JUAN VALERA, Genio y figura, ed. C. DeCoster, Cátedra, Madrid, 1982, p. 62.

2° Cf. JUAN V ALERA, "De la poesía del Brasil", en Obras completas, est. prel. Luis Arauja Costa, Aguilar, Madrid, 1961, t. 2, p. 30a. PIÑERO VAL VERDE alude, por un lado, a la desilusión de Valera respecto de la ciudad misma, "Demasiado grande era su contraste con el espléndido marco natural", en]uan Valera y Brasil, p. 39; pero también, por otro, a la que sintió el diplomático en un país que acaso mantenía unos lazos ambiguos en exceso con la civilización europea, p. 108.

..... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

392 ENRIQUE SERRANO ASENJO

contra la brevitas del género como él supo ver21• Y toma conciencia de lo

conseguido, claro, con más ecos librescos:

pero siendo todas ellas la verdad misma, sin alquimia alguna, no se puede negar que han de interesar, aunque no deleiten; y que a mí, por haberlas escrito con tanta puntualidad, se me debe un voto de gracias; y mis cartas merecen conservarse en un archivo, ya que no en el Narthecio de la !liada (p. 255).

La misma libertad expresiva, destacada por Leonardo Romero como baza esencial del género22 y cuyas habilidades comprobamos en relación, por ejemplo, al sexo, permite a Valera la inmodestia flagrante o la punta de ironía que niega la alquimia de un estilo con fuerte voluntad de existir, y todo ello surge inseparable de una erudición a la que será fiel hasta el final.

Desde esa vuelta del camino, el joven hace planes:

espero que (Dios mediante) no he de durar mucho en esta vida diplomática y vagabunda, sino que me he de retirar a Madrid, donde con grande espacio y sosiego trataré de hacer algo de provecho o de gusto en literatura; y para ello confío en Vuestra Merced" (p. 250).

La mixtura de interés y quimeras prosigue en su planteamiento de vida. El individuo percibe con claridad una vocación y desea llevarla a efecto. No cuenta suficientemente, empero, con una manifestación de las circunstancias de cuyos rigores algo empieza a saber, el dinero. J ean Frarn;:ois Botrel ha estudiado en un trabajo espléndido, tan inteligente como estremecedor, la relación de donjuan con el dinero a lo largo de su vida23

• El caso es que los planes citados del diplomático resultan una

21 Véase A. SO RIA OLMEDO, art. cit., sobre la brevitas. De la extensión epistolar escribe Valera: "Me temo que con mis largas cartas he de cansar a Vuestra Merced pero es tanto lo que tengo que contar para desahogarme, que le pido perdón si soy prolijo" (p. 183).

22 Art. cit., p. 196. 23 Al respecto un documento de gran crudeza es el artículo de donjuan "Del

dinero con relación a las costumbres y a la inteligencia de los hombres" (1865), donde leemos sentencias como la siguiente, que acaba siendo, vista en perspectiva, una especie de autocondena: "En resolución, el dinero es y tiene que ser la medida exacta del valer de una persona", CYRUS DECOSTER, Obras desconocidas de juan Valera, Castalia, Madrid, 1965, p. 582; cf. JOSÉ MARTÍNEZ Rmz, "Valera en sus cartas", enjuan Valera, pp. 46-50.

.... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

TRAVESÍAS DE DON JUAN V ALERA 393

especie de leitmotiv de su correspondencia, mas nunca se llevarán a la práctica y se verá obligado a trasladarse con frecuencia de corte en corte como representante de la política exterior española hasta muy avanzada su edad. Y todo a causa de lo que llama su enfermedad crónica de sindineritis24

Pero para llegar tan lejos el Padre Tiempo tenía todavía, a la altura de 1853, que realizar su trabajo infatigable. Juan Valera en Río de Janeiro es un escritor en el trance de probar su pluma en el plano público, mientras que ella crece prodigiosamente en el ámbito privado de las cartas. No sabe que las características de la vida contemporánea batirán duramente su compromiso de partidario de esa belleza aconseja-da como finalidad del arte a García de Quevedo (p. 221 )25. Sí ha vivido un desajuste entre deseo y realidad que las operaciones de leer y escribir acerca de las palabras le han ayudado a sobrellevar. Octavio Paz dejó dicho que: "Un paisaje nunca está referido a sí mismo sino a otra cosa, a un más allá. Es una metafísica, una religión, una idea del hombre y el cosmos"26

• Río de Janeiro representaría, pues, la idea del hombre y el mundo que sentía el Valera juvenil, vale decir: el mundo está hecho de lenguaje y el hombre, al menos el hombre Juan Valera, persigue la estética con él.

Sabedor de exilios, Fernando Aínsa explica los conceptos de centro y distancia:

Tu verdadera raíz estaría donde piensas, participas, amas y actúas individual o colectivamente. Podríamos decir que lo importante es el punto a través del cual mantienes una relación dinámica de tensión y resistencia con lo que nos interesa ...

La distancia no sería, entonces, el resultado de una descolocación geográfica, sino el de un desajuste de nuestro propio centro de gravedad personal y colectivo27

24 Cf.JEAN FRAN<;OIS BOTREL, "Sobre la condición del escritor en España en la segunda mitad del siglo XIX. Juan Valera y el dinero", en juan Valera, p. 109, n. 5.

25 FRANCISCO ABAD, "Las ideas estéticas de don] uan Valer a", enjuan Valera. Creación y crítica, p. 80.

26 "Paisaje y novela en México:Juan Rulfo", en Obras completas, ed. del autor, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2001, t. 3, p. 477.

27 Travesías.juegos a la distancia, Litoral, Málaga, 2000, p. 63.

.... Centro Virtual Cervantes

Actas XV Congreso AIH (Vol. III). ENRIQUE SERRANO ASENJO. Travesías de don juan Valera: Río de Janeiro-

394 ENRIQUE SERRANO ASENJO

Aplicado lo anterior a nuestro viajero decimonónico, nos enfrenta a una conclusión estupefaciente. Valera en su pequeño Brasil en absoluto es el desterrado que quiso encarnar, no en el sentido más profundo del término, y eso a pesar de su desasosiego real. Lo que termina por revelarnos precisamente ese descontento que infecta profusamente sus envíos es toda una vocación, una vocación de escritor. Vocación luego apabullada y domada por las circunstancias. Entonces el diplomático errante sí será un desterrado, aunque no tanto por el hecho de recorrer Dresde, San Petersburgo, Francfort, Lisboa, Washington, Bruselas o Viena, como por desviarse por ejemplo de su arraigado deseo de contar historias a través de las novelas o de componer versos, éstos sin duda no comercializables; pero a la altura de 1853 todo ello atañe al porvenir y la disciplina filológica no se ocupa del futuro. En todo caso, a nosotros ahora nos consuela que de una peripecia vital en cierto modo terrible, tan aleccionadora de los golpes con que los tiempos modernos obsequiaban a sus criaturas, quedan cartas quejumbrosas, largas, muy divertidas, y al menos ellas sí son textos libres.

ENRIQUE SERRANO ASENJO

Universidad de Zaragoza

.. Centro Virtual Cervantes