Upload
miguel-angel-pardo-b
View
571
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
El presente escrito pretende ser una síntesis comparativa, a la vez que bastante general, de las estructuras políticas que caracterizan - a priori- la estabilidad chilena y la discontinuidad peruana hacia el periodo 1990-2010.
Citation preview
ESTABILIDAD Y CAMBIO:
TRAYECTORIAS DIVERGENTES DE CHILE Y PERÚ (1990-2010)
-Miguel Ángel Pardo Benavidez-
El presente escrito pretende ser una síntesis comparativa, a la vez que bastante general,
de las estructuras políticas que caracterizan - a priori- la estabilidad chilena y la discontinuidad
peruana hacia el periodo 1990-2010.
La estabilidad chilena (1990-2010) En el escenario latinoamericano, Chile parece destacar por
su estabilidad en el periodo 1990-2010. Lo anterior se proyecta sobre la base de una serie de
recursos-país de carácter estructural, construidos durante el Gobierno Militar Chileno (1973-
1990), fundados en la combinación de una “democracia protegida”, un “exitoso” modelo
económico neoliberal con rumbo hacia una de social-mercado durante el periodo democrático, y
una sociedad de consumo jerarquizada y culturalmente conservadora. Los anteriores aspectos,
que encuentran relación estrecha e intima, serán los pilares conformadores de la estabilidad
chilena tras el retorno a la democracia en 1990.
La democracia chilena, que encuentra punto de retorno en el plebiscito del octubre de
1988, en donde la ciudadanía decide poner fin a las aspiraciones de Pinochet de continuar su
mandato, para dar paso al proceso de transición a la democracia, y que comenzaría formalmente
en marzo de 1990, con el democratacristiano (DC) Patricio Aylwin, abanderado de la coalición
concertacionista de partidos por la democracia (Concertación)1 y Presidente de la República de
Chile, se encontrará con los candado que la Constitución de 1980 entraña, y que asigna a los
militares una institución tutelar sobre la democracia, por tanto, activamente participes de las
instituciones republicanas, teniendo por fin impedir el acceso al poder de grupos que
amenazaran sus intereses, creando para ello el cargo de senadores designados y vitalicios 2, un
Consejo de Seguridad Nacional (COSENA) con mayoría militar, consagrando además la
imposibilidad del Presidente de la República de remover a los Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas. Todo lo anterior con el fin de impedir modificaciones constitucionales que
comprometieran el anterior régimen militar. Los escollos hacia la búsqueda de una democracia
plena, sólo fueron revertidas hacia el 11 de marzo del 2006, cuando entraron en vigor las
reformas constitucionales durante la administración del tercer presidente de la Concertación,
Ricardo Lagos Escobar (2000-2006). De ahí en más, la democracia chilena se ha caracterizo por
1 Actualmente la Concertación de Partidos por la Democracia (Concertación), está compuesto fundamentalmente por los siguientes partidos políticos: Partido Demócrata Cristiano (PDC), Partido Por la Democracia (PPD), Partido Socialista (PS) y el Partido Radical Social Demócrata (PRSD).2 Integrado incluso por el mismo Pinochet como senador vitalicio, una vez que dejó la comandancia en jefe del ejército, siendo el último de estos senadores el ex presidente de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
20 años de gobiernos concertacionistas de centro izquierda (1990-2010), interrumpida sólo por
el triunfo electoral de la Coalición por el Cambio3 -correspondiente a la derecha chilena- ,
encabezada por el actual presidente Sebastián Piñera. El cambio en la orientación política de
gobierno que revitaliza y democratiza la política nacional, es consecuencia tanto de un contexto
histórico que ha cambiado, como del desgaste y decadencia de los valores fundantes de la
concertación como coalición, y de sus partidos, pero al mismo tiempo, sintomático de una sana
competencia entre partidos.
La inestabilidad peruana (1990-2010) La trayectoria política democrática peruana, al igual
que el resto de Latinoamérica –incluido Chile-, está marcada por la antesala de los gobiernos
militares. No obstante, y a diferencia de Chile, el caso peruano presenta como característica un
alto grado de fragilidad estatal, algo que se hizo evidente durante el primer gobierno de Alan
García (1985-1990), quien lideraba hacia ese entonces la Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA), cuando el Perú entró en una fuerte crisis económica hiperinflacionaria que
terminó por negar las posibilidades reformista de corte social-popular, con un alto respaldo de la
centro-izquierda peruana, y que se habían convertido en uno de los buques insignia del APRA,
disminuyendo en tal sentido el respaldo del que gozaba. Tal desastre financiero terminó siendo
resuelto por un antipartidista Alberto Fujimori (1990-2000), quien en su primer periodo logró, a
un gran costo social, estabilizar la inflación, fomentando así mismo la inversión en el Perú, que
será clave para explicar la actual tasa de crecimiento que desde el 2005 supera el 6% promedio.
Pese a lo anterior, su segundo periodo estuvo marcado por un autogolpe, un mal manejo y
asesoramiento político, unido a episodios de corrupción flagrante durante su administración, que
hicieron que cayera en el descrédito ciudadano. Hacia el 2000-2001, el ejecutivo peruano será
sucedido provisoriamente por Valentín Paniagua. Tras él, Alejandro Toledo, fundador de Perú
Posible (PP), llega a la presidencia con un discurso de dialogo y consenso de derecha-izquierda.
Lo importante es señalar que el APRA, uno de los partidos de izquierda más antiguos de
Latinoamérica, se debate en el eclecticismo, alejándose de la izquierda para pasar a la centro-
derecha, bajo la estrategia de conseguir piso político necesario para levantar, como lo hace en su
segundo periodo, a Alan García (2006-2011), cuya preocupación principal está en sostener el
actual crecimiento económico del Perú, aliándose a los grupos empresariales peruanos de
derecha, e insistiendo en que la equidad se conseguirá no desde el Estado, sino desde un
crecimiento que permeará a los más pobres. Así, el APRA, como bien lo dice Martín Tanaka, se
mueve desde el voluntarismo exacerbado de sus primeros años, a un hiperrealismo sin ilusiones.
3 La Coalición por el Cambio está compuesta por los siguientes partidos políticos de centro-derecha: Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN) y Chile Primero (CH1).