BOLETÍN INFORMATIVO / ENERO – FEBRERO 2015

En Creación (tinta china y digitalización de imagen) de María Laura Maestri

TEMARIOPág. 2 – EditorialPág. 3 – Rincón LiterarioPág. 4 – Curiosidades Literarias

Pág. 6 – PerfilesPág. 10 – Escritores que debemos conocerPág. 12 – Convocatoria a Asamblea Extraordinaria

EDITORIAL

2016 abre una agenda y comienza una nueva partitura y SADE, sociedad abierta a los valores estéticos de la lengua, no puede estar al margen. Desde sus orígenes SADE de Tres de Febrero ha ido pasando- como toda institución que se proclama vital - por distintos períodos de avances y retrocesos propios de todo crecimiento. “Cuando un organismo evoluciona- dice George Steiner- modifica el medio ambiente de todos los otros organismos con los que interactúa”.

Comprometida en un trabajo que no permite claudicaciones, la comisión directiva, y en nombre de sus socios que la sueñan y la saben siempre renaciente, brinda en este 2016 por una SADE viviente y esperanzada.

En este primer ENTRELÍNEAS de 2016 y a la pregunta sobre qué puede ofrecer la SADE, traemos una primera reflexión. Más allá de todo ser viviente, la persona humana es un ser simbólico - lingüístico, único e irrepetible en este, nuestro planeta. Sin duda alguna, somos seres hablantes gracias a esa capacidad, a ese don de abstraer, de comprender, de sentir, de emocionarse ante lo bello como ante el horror, que nos constituye excepcionales, creadores de símbolos, de palabras, hablantes. Esta es la maravilla.

Esta primera reflexión nos va llevando a una serie de preguntas sobre el valor de la palabra. Ese preguntarnos qué decimos cuando decimos, qué escribimos cuando escribimos, qué pensamos cuando pensamos. Somos pensamiento-palabra. Nadie piensa en una lengua que no sea la propia. Nadie dice palabras que no sean suyas. Somos lo que decimos.

¿Qué puede, entonces, ofrecer la SADE? En primer lugar, la Comisión Directiva pone a disposición de la comunidad sus talleres literarios. Todo taller conlleva un

trabajo sostenido hasta llegar a la elaboración de un producto final. El taller literario es por lo tanto, ese momento privilegiado, de escucha, de lectura, de escritura, de comunicación desprejuiciada, de intercambio de opiniones, de sentires, para de este modo entablar un diálogo que irá adquiriendo cuerpo propio en tanto que cada quien vaya adueñándose del poder de la palabra, de su propia palabra, de su propio poder: “No para que todos sean artista, como expresa Gianni Rodari en su Gramática de la fantasía, sino para que nadie sea esclavo”. Algo así como ir descubriendo -a ejemplo de Ariadna- ese hilo oculto que permita a cada buscador liberar la palabra que cada uno lleva prisionera de los miedos.

¿Qué más ofrece SADE? Una serie de actividades a realizarse durante el año: tertulias literarias mensuales, juegos florales y juegos de otoño, presentaciones de libros, presentaciones de antologías de distintos talleres y autores; acompañamiento en cuanto a la diagramación, corrección y la publicación de libros; vínculos e Intercambio de experiencias con EMAC, ACATREF, bibliotecas y centros culturales; diálogo con expresiones artísticas cuyo eje no sea lo estrictamente lingüístico como la música, la danza, la plástica como por ejemplo, Por Amor al Arte, etc.

Como dije al comienzo, se abre una nueva partitura que implica, desde la definición de la música, una combinación armoniosa de los sentires, los decires, los silencios, del tiempo de la libertad de la palabra sobrevolando los miedos.

María Teresa DriPresidenta de SADE Tres de Febrero

RINCÓN LITERARIO

Detrás de tu ausenciareverbera el eco de los años pasados.

El olvido entre sombras amenaza mis ojoscaricatura absurdaque pretende hundir mis días en su nada. Mi cuerpo se hace piedra ante tu nombre,para desvanecerse luegoy cruzar llevado por el vientoel umbral de este mundo que es tu mundo.Que no te alcance el dolor, que no te alcance,que su garra no te clavea los caminos de tierra.Que no me olvide tu olor, que no me olvide,y en mis noches eternasy en tus días sin sombrami memoria atesore la forma de tus manos.

María José Piancatelli

CURIOSIDADES LITERARIAS

 El paso de la mujer en la historia de la literatura

Recorrieron un camino lleno de obstáculos. No les fue tarea sencilla abrirse paso en el arte de la escritura, territorio históricamente reservado a los varones, pero merced al desempeño puesto en demostrar lo valioso de lo creado, hoy caminan hombro a hombro con los mejores escritores.

Me gustaría hacer un poco de historia. En el siglo XIX, se vieron obligadas a ocultar la autoría de sus obras bajo el nombre de algún varón de la familia o, como en la mayoría de los casos, apelar al uso de un seudónimo, de lo contrario la

publicación de sus libros les hubiese estado vedada. Muestra manifiesta de ello es el caso de las hermanas Brontë, Emily escribió su famosa novela Cumbres Borrascosas con el seudónimo de Ellis Bell, a tiempo que  las otras dos mujeres firmaban como Currer Bell y Acton Bell sus poemas. Un dato curioso a citar y que da cuentas de lo vivido por esos momentos es que la escritora Jane Austen escondía sus textos cada vez que alguien se acercaba. George Sand fue el seudónimo elegido por la creadora Aurore Dupin para lograr que su extenso material literario fuera editado.

La lista podría enumerar a muchas mujeres más quienes padecieron el no poder ver sus verdaderos nombres en los escritos de su pertenencia, pero  entrado el siglo XX la cosa cambió, cuando una grande como Virginia Woolf ubica al género femenino en un mejor lugar dentro del mundo de las letras al comenzar a escribir profesionalmente en el Suplemento  Literario Times. Para complementar el nacimiento de esta nueva etapa, la belga Marguerite Yourcenar

inicia sobre la tercera década de este siglo su carrera literaria. Entre sus trabajos de destacan Memorias de Adriano y Opus Nigrun que muestra la Europa del siglo XVI. En este último su pluma da a su protagonista un final trágico, dejando por sentado que las mujeres no escribían solamente obras de corte romántico.

Sin dejar de observar el justo reconocimiento a cada una de ellas, me place rendir homenaje a la poetisa chilena Gabriela Mistral, quien se hizo merecedora a esta distinción en

el año 1945, de ella es la frase que dice "En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas".

En fin, las mujeres que aman plasmar su sentir por medio de las letras  dejan huella, no se dedican simplemente a  contar historias, ofrecen algo que puede ser semilla para cambiar el mundo.                                                                              Mónica Pino  

PERFILES

Del silencio y los muros, a la luz de las vocesUn perfil de María Teresa Dri

“Al jacarandá me lo poda un señor misionero. No cualquiera sabe hacerlo. Es que si no, la rama me quita la luz. La luz es fundamental para mí”, me dice desde su espaciosa cocina-comedor inundada por los rayos del sol de la tarde. Toda su casa, que ella diseñó, está repleta de luz y colmada de bibliotecas. Es un primer piso por escalera, que a pesar de sus ochenta y tres años, María Teresa Dri, sube y baja con agilidad.

Mientras busca unos vasos y la jarra con agua, me cuenta que cuando llegó a Argentina se hospedó en diferentes pensiones hasta que descubrió este lugar en Villa Bosch, donde vivía una pareja que había compartido con ella el exilio en Francia. La terraza servía para construir sobre ella. De a poco y con sus ahorros de cada mes fue haciendo cada rincón. Cuidó de que en ellos hubiera luz a raudales y muy pocas paredes.

“Ya demasiadas paredes y oscuridad hubo en la prisión y en el colegio La Inmaculada Concepción de Lomas de Zamora, donde estuve pupila desde los nueve años hasta los veinte, cuando tomé los votos”.

“Yo quería ser perfecta y lo único perfecto era ser santa porque para mi familia y mis creencias era lo máximo y entonces hice el noviciado: primer año como postulante, dos de novicia y después los votos”.

Su voz abandona los graves y se trepa ascendente por una escala de sostenidos e inesperados silencios de fusa, cuando habla de esa que fue Sor Marie Francine, una monja de los ’60 dedicada a la docencia.

Ejerció como maestra jardinera y directora de escuela primaria. También condujo escuelas secundarias en Córdoba. Introdujo cambios pedagógicos en esas instituciones al trabajar por áreas y desde el arte.

La invade una cadencia desconocida que se le desparrama por el cuerpo cuando recuerda el Cordobazo, el Concilio, los curas obreros, la movida en el seminario, las panfleteadas políticas por la noche y su posterior remoción de esas escuelas para trasladarla a Buenos Aires contra su voluntad. Su actividad social incomodaba. Frente a las imposiciones decidió renunciar a sus cargos. “Son muchas cosas las que me motivaron a dejar los hábitos, pero la realidad me marcaba otro camino”. Y entonces me cuenta de su ida a Resistencia, ya como seglar. Allí se reencontró con su hermano Rubén, que era sacerdote y trabajó en zonas marginales. Alfabetizó a campesinos, fue vendedora, administrativa. Es evidente que hizo otros votos, con otros compromisos, pero a esos nunca los dejó.

El sol de la tarde de Bosch le ilumina de lleno los ojos celestes, que ahora tintinean. Casi con el orgullo con el que supo mostrarme sus malvones y su pequeño jardín aéreo, me presenta su biblioteca o sus bibliotecas. Quizás toda su casa sean sus plantas, los libros y la luz que empapa las pocas paredes. “Tuve que aprovechar cada centímetro para poner mis libros y mis papeles”. Y Stravinsky le hace marco a sus palabras encendidas, que contrastan con el habitual silencio de María Teresa.

Sus palabras conducen por una casa poblada de libros y recalan en un estante especial en el que reposan, (quizás sea una ilusión óptica) sus propios volúmenes. Todo estaba en oreden, 1999, El Francotirador Ediciones, Bs. As.; El silencio va a mi lado, 2000, Bs. As. Editorial Nueva Generación; Se pronuncia el silencio, 2002, Línea abierta editores, Bs. As; Ese andar buscando, 2005, Ediciones Patagonia; Más allá de la palabra, 2008 Ediciones Patagonia; Los nombres o el himno sagrado de los cuerpos, 2010 Ediciones Patagonia; Más allá del asombre, 2014 Ediciones Patagonia.

El ballet La consagración de la primavera pareciera apimpollar la memoria o quizás el estar frente a los retoños, sea lo que le hace recordar su génesis. “Después vinieron dos detenciones, la persecución de la Triple A, un año en prisión y el exilio primero en España y luego en Francia, para regresar en 1986”.

Durante todo el tiempo la escritura pobló de manuscritos varias cajas con las que viajaba y que resguardó en silencio. Un silencio que comenzó en el horror, en esa concatenación de amaneceres grises, de exilios y desarraigos, de túneles negros y sin salida, de miedo como norma, de noches asesinas, de espanto, de gritos alejándose y preguntas invadiéndola, de traiciones y cárceles, presentados como instantáneas, casi como dentelladas en una recursividad de personajes que se desdoblan, se impregnan de una primera persona, y se resuelven en biografías paralelas.

“Una cosa es escribir y otra cosa es editar. Yo escribí desde siempre, amaba las composiciones de la escuela, pero -como todos- escribía en libretitas. Alguna vez publiqué algo en algunas revistas y después el profesorado me limó mucho para el tema de la escritura. Pero no hice el profesorado para escribir sino para enseñar. Sin embargo fue Laura Bonaparte, mi psicóloga, la que me dijo que tenía que escribir mis vivencias. María Teresa, vos sos la memoria. Tenés que editar. No venís más acá si no publicás. Y ahí empecé a escarbar y a seleccionar”. Es entonces cuando comienzan a ver la luz sus libros.

Hubo un hondo y ahuecado grito que nació en el silencio del exilio. Se hizo voz hace casi veinte años. Desde entonces María Teresa viene regalando su cosmovisión de compromiso y resistencia usando la noble azada de la metáfora y con la sola y trabajada semilla de la palabra.

Hace muy pocos días, el 20 de diciembre, la vimos llorar a María Teresa. Era de emoción. En Asamblea General, los escritores de la Seccional de SADE de Tres de Febrero la habían elegido como su presidente. El aplauso cerrado fue el reconocimiento para estos años de incesante y prestigioso trabajo literario. Pero eran también una nueva entrega al compromiso, a la responsabilidad y a su vocación de servicio, en momentos en que las aguas literarias del distrito se encuentran amenazadas por los remolinos de las apetencias de poder personal y las antiguas gestiones paternalistas.

La luz de las voces se ha instalado de lleno en sus silencios.

Graciela R. Montenegro

ESCRITORES QUE DEBEMOS CONOCER Yi Munyol

Luego de haber sido seleccionado junto al escultor Juan Carlos Mercurio, por las autoridades provinciales y artísticas de Koinche-Do, Corea del Sur, para representar a la Argentina en el Simposio Internacional de Escultura llevado a cabo en la localidad de I-Chon, tuve el honor de compartir este evento con artistas escultores de dieciséis países de Oriente y Occidente, elaborando cada uno de los participantes, esculturas de propio diseño y ejecución en bloques del noble granito coreano. Durante los veinte días que duró dicho encuentro, no fue solamente esculpir, también hubo fiestas, festejos, visitas a pagodas, antiquísimos templos budistas y a personalidades del

mundo de la cultura. Es aquí donde conocí para sorpresa mía, al más grande escritor de Corea: YI MUNYOL. En realidad su nombre de nacimiento es YONG-YANG. Y su nombre artístico por el cual se lo conoce en todo el mundo es YI MUN-YOL, que significa Pasión Por La Literatura. Nació el 18 de mayo de 1948 en Seúl. Por cuestiones políticas y la deserción paterna de Corea Del Norte, su familia sufrió persecuciones y pobreza. Aun así, pudo matricularse en Didáctica de Lengua Coreana, para luego seguir

sus estudios de modo autodidacta alcanzando un nivel de maestría único en su género. Fue catedrático de la universidad de Harvard y de Hankuk para Estudios Extranjeros. Hombre, tal como se declara él, no creyente, pero sí con una literatura (poesía, novela y ensayo) inmersa y conciente en religar el

amor por la naturaleza, la justicia por el ser humano y la paz de los pueblos, con la influencia cultural del budismo, el confucionismo y el cristianismo. Hablar de premios literarios y a la trayectoria, realmente ocuparía varias ediciones de ENTRELINEAS. Mas quienes lean a Munyol habrán comprendido la verdadera dimensión humana, el talento y la exquisita sensibilidad de este artista de la palabra. Decir de su extensa obra ocurriría otro tanto. Alas de Oro, El Invierno, Nuestro héroe desfigurado, Cantos bajo la fortaleza, son algunos títulos de su extensa producción literaria. Sin embargo, creo que no debemos omitir la novela que lo catapultó en uno de los novelistas más destacados de su país: Salven al Emperador, de intensa trama de imperios dominantes sobre Corea al final del siglo XIX, las pretensiones colonialistas del Japón, la dominación militar, hasta llegar con un quijotesco personaje y su microcosmos a la época moderna, elaborando así, la holística metáfora donde representa la sociedad humana en su totalidad. Sus obras fueron llevadas al cine, teatro y operas. Munyol es reconocido y apreciado como único en el mundo de las letras. Sabe bien donde recalar sus naves cuando dice: quienes viven a la deriva no son poetas, pero sí todos los poetas viven a la deriva. En el corazón de sus meditaciones llenas de inflexiones y autocríticas, nuestro escritor deja entrever los íntimos dolores de la historia coreana. En el vértigo de una disidencia esencial es reconocido por la crítica y sus pares como el más grande escritor de Corea. Como dijo de él

en el año 1992 D´Éditeur Actes Sud en Le Poète: “Solamente MUNYOL saca belleza de la mismísima aridez del barro, cuando con un par de versos, nos interpela con la desolación y la flor”:

Aunque se diga que no hay flores sobre tierra bárbara

cómo es posible que no haya flores en tierra bárbara

cómo es posible que no haya flores en la tierra.

Yi Mun-Yol

Rolando Ramondetta