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La historia de los celtas está cubierta de incertidumbres. Algunos historiadores suponen tribus de origen indoeuropeo que en el tercer milenio a. de C.
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TRIBU CELTAS
La evidencia arqueológica más cercana asociada con los celtas se sitúa en lo que
ahora es Francia y el oeste de Alemania a fines de la Edad de Bronce, alrededor
del año 1200 a.C. a principios de la Edad de Hierro se asociaban con la cultura
Halstatt (siglo VII - VI a.C.), llamado así por un lugar arqueológico en el norte de
Austria. Probablemente comenzaron a asentarse e las Islas Británicas durante ese
período. Entre el siglo V y I a.C. sus influencias se extendieron desde la actual
España hasta las costas del Mar Negro. Esta fase final de la Edad de Hierro es
llamada La Téne, por un lugar situado en Suiza. Con el tiempo los celtas
significaron un grupo étnico o subraza poseedor de una lengua distintiva.
La mitología celta es conocida por una serie de relatos de la religión de
los celtas durante la edad de hierro. Al igual que otras culturas
indoeuropeas durante este periodo, los primeros celtas mantuvieron
una mitología politeísta y una estructura religiosa. Entre el pueblo celta en
estrecho contacto con Roma, como los galos y los celtíberos, esta mitología no
sobrevivió al imperio romano, debido a su subsecuente conversión
al cristianismo y a la pérdida de sus idiomas originales, aunque irónicamente fue a
través de fuentes romanas y cristianas, contemporáneas, que conocemos detalles
sobre sus creencias. En contraste, la comunidad celta que mantuvo sus
identidades políticas o lingüísticas (tales como las tribus de escotos y bretones de
lasIslas Británicas) transmitió por lo menos vestigios remanentes de las mitologías
de la edad de hierro, las cuales fueron registradas a menudo en forma escrita
durante la Edad Media.
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Además del enorme territorio que ocuparon en el pasado, los celtas se
constituyeron en las raíces de los pueblos de Escocia, Irlanda, Gales, la isla de
Man, Cornualles, Bretaña, Galicia y parte del norte de Italia. Su cultura dejó una
notoria y silenciosa influencia en Occidente; esta profunda huella está
caracterizada principalmente por la relación que existe entre el celtismo y la
galleguidad (tema abordado por Manuel Castro).
Se trata de una familia de gentes que se movieron constantemente a lo largo de
su historia adaptándose constantemente a parámetros nuevos. Esto deja asentado
el gran poder de adaptación que tenían a las distintas culturas; debido a su rápido
movimiento y gran expansión geográfica; sin dejar de lado la gran disparidad que
existía entre los mismos celtas a través del tiempo y de los distintos lugares
físicos.
En la cultura celta podemos detectar una casta de hombres representante del
estrato superior de la sociedad, dicha casta constaba de cuatro categorías:
estudiantes (aspirantes a druidas), los adivinos, los vates, los bardos y finalmente
los verdaderos druidas, los únicos que vestían las famosas túnicas blancas.
Los celtas contaban con una cultura en la que se practicaban rituales de gran
importancia y gran sentido simbólico, a través de los cuales se lograba la
internalización de la cultura celta, en donde los mitos desempeñaban un papel
fundamental.
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Su carácter era sumamente guerrero y aunque en un principio formaban un pueblo
de pastores que conducían en sus emigraciones, después al hacerse sedentarios
tuvieron que luchar tanto por la conquista como por la defensa de los territorios ya
conquistados, de los cultivos y de sus rebaños.
Combate:
Eran impetuosos en el combate, pero su exaltación les impedía ser previsores y
proceder en la guerra con arreglo a un plan. Preferían la muerte a la pérdida de la
libertad y llevaban el orgullo del valor hasta desafiar la muerte desnudándose en
pleno combate o agrandándose las heridas recibidas, y si veían en peligro la vida
de sus hijos o esposas les daban muerte.
Características:
En la vida ordinaria eran sencillos y leales. Tenían afición al vino y eran
arrogantes, pendencieros y crédulos. Solían rasurarse la barba dejándose el
bigote y la cabellera larga como los germanos. Su vestimenta en un principio
estaba hecha de pieles, pero después comenzaron a usar una especie de túnica,
una capa de lana con capucha y bragas; se adornaban con joyas de oro, plata,
bronce, brazaletes, cadenas y otros adornos.
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Hablar de los idiomas celtas es conocer la expansión geográfica de estos pueblos,
manera en que expresaban sus idas y sentimientos, cuáles eran los modismos de
su idioma, su entonación y fonética, su estructura y sus reglas gramaticales, y todo
aquello que revele como era la concepción intelectual y espiritual de los celtas.
La disparidad existente entre los mismos celtas también se veía reflejada en su
idioma; por ejemplo, no fue semejante el idioma de los celtas en Irlanda en el siglo
VII al idioma en el mismo lugar trescientos años antes de Cristo; al igual que no
era idéntica la forma del castellano en la Castilla del Cantar del Mio Cid del siglo
XII, al que se habla, en esa misma zona en la actualidad.
También hay que considerar que nunca existió una unidad lingüística ni siquiera
en un mismo período de tiempo, había una innumerable cantidad de dialectos que
diferenciaban a los clanes celtas que habitaban el centro de Europa, el norte de la
península Ibérica, la Galia (constituida por el norte de Italia, Francia, los Países
Bajos y la zona alemana al oeste del Rhein), las Islas Británicas y parte de los
Balcanes.
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La ausencia de una tradición escrita:
La tradición oral de la cultura celta no se debe al desconocimiento de signos
gráficos utilizados para expresar significados, no es cierto que existiera una
ignorancia de la escritura, sino que pasa por el misterio de la esencia de los
“druidas”. Los druidas constituían el estrato superior de la sociedad celta, que eran
sacerdotes, filósofos, sabios y poetas ala vez, quienes conocían la escritura y
además sabían leer en griego y en latín. Así lo demuestra la existencia de un
alfabeto druídico secreto, del cual se hará referencia más adelante.
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La cuestión de la transmisión de valores, pautas y conocimientos esta ligada, en
los celtas, al carácter iniciático del druísmo.
El carácter oral en esta cultura se acompañaba de un complejo sistema ritual y
simbólico. Se apuntaba a una incorporación de los valores y los conocimientos con
una particular disciplina que remitía a un estado vivencial de las enseñanzas. El
iniciado al ingresar al múltiple lenguaje de signos, internalizaba la cultura celta, en
donde los mitos desempeñaban un papel fundamental.
Un legado lingüístico:
Para referirse al legado lingüístico de esta cultura se debe tener en cuenta que los
celtas ocuparon la parte central de Europa durante 800 años, entre 700 a.C. y el
año 100 d.C., y se extendieron desde Irlanda hasta las costas del Mar Negro. A lo
largo de su historia y como consecuencia de las guerras, hizo que fueran
acotándose sus territorios y que tuvieran que correrse a regiones ubicadas al
oeste de Europa, sobre el océano Atlántico, como la Bretaña, Asturias, Galicia,
norte de Portugal y las Islas Británicas. Otra consecuencia de estas luchas fue la
modificación de parte de sus costumbres, que en varios casos alcanzó a la
pérdida total de la lengua. Estos casos se dieron en el norte de las penínsulas
Ibérica e Itálica, centro de Europa, la mayor parte de la Galia, parte de los
Balcanes y el Asia Menor, donde sólo sobrevive la presencia lingüística en
algunos nombres y palabras, y en mayor abundancia en la toponimia.
En Italia ha dejado, como uno de sus legados, el nombre de la ciudad de Venecia,
el río Reno, y del valle donde se encuentra el Véneto, cuyo origen esta en el
nombre de la tribu celta de los Vénetos.
El legado lingüístico de los celtas alcanza gran importancia cuando se toma en
consideración que ha dado el nombre al país de Bélgica, propio de un clan celta
de esa región conquistado por Julio César.
En Galicia, la ciudad de Lugo proviene de "Lug o Lugus", un dios céltico, al igual
que Lugdunum, antiguo nombre de la ciudad francesa de Lyon.
A la suma de todos esos dialectos perdidos se los denominó como idioma "galo",
para los celtas occidentales; e idioma keltoi para los celtas orientales.
El alfabeto secreto
Este alfabeto secreto es conocido solo por druidas, es conocido como el
"alfabeto Ogham" (atribuido a Ogmios, un dios galo).
La huella que dejaron aún persiste en el idioma, pese a que la conquista vikinga
(aproximadamente en el año 1000) propició el nacimiento de un nuevo idioma; y
aunque esta estrechamente relacionado con el noruego medieval y con el
islandés, ha conservado palabras y formas celtas heredadas de los primeros
habitantes.
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En la actualidad las lenguas celtas que sobrevivieron son seis, y están divididas en
dos grandes grupos conocidos como la "q-céltica" y la "p-céltica". La descripción
de estos idiomas fue realizada según la ubicación geográfica, dividiéndolos en
"insulares" (la q-céltica) y en continentales (la p-céltica).
La q-céltica: también recibe el nombre de gaélico o simplemente "irlandés",
integrado a su vez por el irsh gaël, el scott gaël y el manx.
Irish gaël: Así se llamó a la lengua hablada en Irlanda, y esta caracterizada por
las variantes producidas en sus cuatro períodos históricos. Inscripciones
Oghámicas, entre los 300 y 500 d. C. Irlandés arcaico, entre el 600 y 900 d. C.
Irlandés medio, del 900 al 1200 d. C. Irlandés moderno desde el 1200 a nuestros
días. Cuando se cristianiza Irlanda sucede un acontecimiento fundamental: nada
menos que el registro escrito de la tradición oral en alfabeto latino, realizada por
los monjes celtas irlandeses.
Scott gaël: lengua hablada en Escocia, aprincipios de siglo se registraron 230.000
personas que hablaban el scott gaël; actualmente se registran aproximadamente
80.000 personas. Esta lengua desciende del irlandés antiguo y obtuvo, entre otras
cosas, tiempos verbales futuros, aspectos que el irish arcaico no poseía.
Manx: idioma propio de la Isla de Man. En 1909 había 4.419 personas que lo
hablaban, todos bilingües, por lo que se consideró extinguido al no existir quienes
lo utilicen como su único lenguaje.
La p-céltica: También llamado brython o sencillamente "británico", esta
compuesto por el cornish, el welsh y rl bretón que es el único lenguaje celta
continental, los otros pertenecen a los pueblos de las islas Británicas.
Welsh: lengua hablada en Gales; en el siglo VIII, época en que se estima que fue
su separación del tronco celta arcaico. Es hablado por 650.000 personas en Gales
y otros 50.000 en las colonias galesas en el extranjero. Se lo divide en tres
períodos antiguo, medio y moderno welsh).
Bretón : Fue originado en las costas de Bretaña por la combinación del cornish y
las primeras etapas del francés. Actualmente es utilizado por 45.000 personas
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¿Quiénes eran los celtas?
Procedían originariamente de Asia y formaron el tronco, como miembro del pueblo indogermánico, que se estableció en el occidente de Europa, en el siglo XX a.C. ya habitaban el centro y norte de Europa. Para el año 1000 a.C. se extendieron por las Islas Británicas, norte de Francia, parte de Suiza y norte de Italia. Invadieron España en el siglo IX a.C. Su lengua era indoeuropea, de la cual se
conservan escasos registros literarios.
¿Qué son pueblos Celtas?
Los celtas somos entusiastas degustadores de los placeres de la buena mesa. El vino era la bebida de las clases más altas pero el pueblo tomaba corma, que era cerveza de trigo mezclada con miel, muy utilizada en los banquetes, los cuales eran muy frecuentes en tiempos de paz. En estos festines los bardos tocaban sus liras y cantaban canciones sobre trágicos amores y héroes muertos en combate.
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Llegamos a la Noche del Calendario de Invierno, más conocida como Samhain o
en galés como "Nos Calan Gaef".
En el hemisferio Norte, el calendario gregoriano señala el 31 de octubre y en
Hemisferio Sur, señala el 30 de abril.
En nuestro calendario celta representa la conjunción entre el Agua y la Tierra.
En esta época, final del modo Samos y principio de Giamos, nuestros
antepasados ya habían regresado con sus rebaños de ganado de los verdes
pastos veraniegos.
Entre nuestros antepasados celtas, una de las formas de riqueza, se hallaba en
los rebaños y daban una importancia primordial a todo lo relacionado con sus
animales.
En la fiesta que seguía aquellos animales que por su excesivo número eran
difíciles de alimentar durante el invierno, eran candidatos al sacrificio, una ofrenda
especial para los espíritus de la Tierra en pago por su protección y cooperación
durante el período de Samos y como retribución adelantada para asegurar el
crecimiento de los cultivos y de los rebaños en el ciclo siguiente, de esta manera
el sacrificio a la vez útil y religioso era un acto de homenaje a las divinidades,
cuando la energía de la vida simbolizada por la sangre de sus animales, se filtraba
por la Tierra.
La tradición céltica indicaba en esta época, que toda cosecha debía estar
levantada, pues cualquier grano que hubiera quedado en los campos ya no
pertenecía a los humanos, sino a la "Cailleach".
La "Cailleach" era un hada vieja de aspecto poco agraciado, aunque se la conoce
con otros nombres, éste escocés, es el que más ha trascendido.
En Eire era la "Cally Berry", en Inglaterra "Black Anis", en Cornwall "Cailleach
Corca Duibhne", en la Isla de Man "Cailleach ny Groamch" y en Gales "Cailleach
Bolus".
La llegada de la Fiesta indicaba que el año agrícola había terminado y por lo tanto
toda tarea o actividad de Samos, había que abandonarla para dar paso a las
nuevas tareas, acciones y actitudes.
El contrato que la tribu tenía con la Tierra, en cuanto a los beneficios en frutos que
ella daba, promocionada por las divinidades, ya había vencido y no se renovaría
hasta Imbolc.
La Fiesta de Samhain, la fiesta más solemne, la fiesta de los muertos, de los
muertos del ciclo pasado se iniciaba en la víspera y como en la de Beltane, su
opuesta, se encendían hogueras en las cimas de las colinas aunque en esta
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ocasión era en el crepúsculo, en la oscuridad.
El ganado, -riqueza celta- se conducía hacia la hoguera principal con el fin de
iniciar el ritual de protegerlo y bendecirlo con su paso por entre las llamas y el
humo.
En los cuentos y leyendas celtas se relatan historias de cómo los pueblos de
Sidhe, es decir, el pueblo feérico también celebraba Samhain, o mejor dicho, lo
patrocinaban, pues también era su Fiesta.
Dicen algunas leyendas celtas que las hadas en esta fecha podían tomar maridos
mortales y todas las grutas y túmulos que daban acceso a su mundo permanecían
con sus senderos, antes casi impenetrables, accesibles para los mortales más
osados que quisieran echar un vistazo a su fabuloso Mundo encantado.
Cuando comenzaba el banquete, algunas tribus tenían por costumbre dejar un
hueco entre los comensales para los fallecidos que quisieran unirse al banquete.
Este gesto era algo más que reverencia por los fallecidos y antepasados, era la
firme creencia de que no había demasiada distinción entre el mundo visible de los
vivos y el invisible de los muertos. En otras tribus se creía que en esta primera
noche venían muchos visitantes del Otro Mundo, algunos incluso que no habían
sido invitados a la esfera humana, aún y así la hospitalidad que se imponían
nuestros antepasados rebasaba la acogida. Se abrían todos los portones y
ventanas con el fin de que entraran todos los espíritus que lo desearan y
participaran de la solemnidad de la fiesta, por esto mismo dejaban comida
preparada en un espacio a ellos destinado, con la terminante prohibición de que
nadie tocara, ni tomara esos alimentos, mientras durasen los festejos.
En Gales ésta comida recibía el nombre de "la comida para la embajada de los
muertos" (bwyd cennad y meirv), en Bretaña era "la comida para la fiesta de los
muertos" (boued gouel an Anaon).
Otra costumbre entre tribus celtas consistía en atribuir a ciertos personajes de la
tribu, normalmente los más empobrecidos, el papel simbólico de embajadores de
los muertos, conocidos con el nombre de "cenhadon y meirv" estos individuos iban
de hogar en hogar demandando la comida para los difuntos, que los anfitriones
preparaban para la ocasión, recibían el nombre de "tortas de almas" o "pice
rhanna"(Gales), las cuales comerían como representantes carnales de los
parientes difuntos del anfitrión, en este caso, la comida de los muertos no era
tabú, sino que al contrario se convertía en una manifestación de solidaridad, a la
par que un fortalecimiento de la tribu.
Cuando llegó el cristianismo este ritual, no desapareció sino que
sorprendentemente se fortaleció. Después de la cena, los celtas de antaño tiraban
a la hoguera de Samhain ofrendas y objetos que simbolizaban los anhelos o
padecimientos de las personas que querían que se cumplieran o sanaran. De esta
hoguera principal se encendían teas con las que se prendían las hogueras
caseras de la tribu. Con estas nuevas llamas se simbolizaban los proyectos y
nuevas esperanzas para el ciclo próximo que pretendían renacer.
En Eire se anunciaba el inicio de la fiesta con diversos juegos y carreras en honor
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de Tlachtga, una arcaica diosa madre, que era la misma que dio nombre a la
famosa Cailleach y a la Morrigan.
Así es que la Cailleach venía a presidir la Fiesta y celebraba el acontecimiento
acoplándose a El Dagda, otra arcaica divinidad celta y Dios del Draidecth,
fundador del druidismo, ambas divinidades representaban las primigenias fuerzas
antiguas, responsables de la muerte y del renacimiento.
A pesar de la cristianización posterior de los celtas, estas celebraciones se
mantuvieron, incorporándose a la nueva religión. Samhain se transformó en All
Hallows o "Noche de Todos los Santos", popularmente conocida hoy día por
Halloween. También en Inglaterra resucitó el viejo espíritu en la Fiesta
denominada "Guy Fawkes", que se celebra por todo el país con fogatas y fuegos
artificiales. Aquellos antiguos celtas que fabricaron el Calendario de Coligny, se
refirieron a la fiesta de Samhain como Trinouxtion Samonii, lo que implica que la
fiesta duraba 3 noches y ocurría en el mes de Samonios, que es el primer mes
según este calendario.