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INDICE PREFACIO INTRODUCCION. 7 fl 1. LA VOCACION DEL MINISTRO: ¿t'iírora o profesión? ....19 El 11 iiiiui relien L<j ai mirtistcriu La historia de la* profesiones El significado de prnTunnAal La criáis cu la vida profesional boy El miniHl.ro como un profesional a. LAS OPCIONES MORALES DEL MINISTRO: ¿Naturu lea o adq ni ridas? 47 Ser bueno: 1.a ética del carácter Hacer bien: La ética de la conducta Vivir bien; La ética de la integridad 3. LA VIDA PERSONAL DEL MINISTRO: ¿Incidental o intencional? .75 En relación consigo misino En relación wt la familia En relación con la* finanzas En relación con la sexual idad 4. LA CONGREGACION DEL MINISTRO: ¿Amiga o enemiga? 105 Liderazgo mi niatcriul: Autoridad y poder Deberes ministeriales: Funcione* y responsabilidades Transiciones ministeriales: Principio y conclusión Exito ministerial

Trull y Carter - Etica Ministerial (Caps 1 y 2 Incom)

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Introduccion y capitulo 1 del libro de James Trull y Jeo Carter acerca de la ética ministerial

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INDICE

PREFACIOINTRODUCCION.

7fl

1. LA VOCACION DEL MINISTRO:¿t'iírora o profesión? ....19

El 11 iiiiui relien L<j ai mirtistcriuLa historia de la* profesionesEl significado de prnTunnAalLa criáis cu la vida profesional boyEl miniHl.ro como un profesional

a. LAS OPCIONES MORALES DEL MINISTRO:¿Naturu lea o adq ni ridas? 47

Ser bueno: 1.a ética del carácterHacer bien: La ética de la conductaVivir bien; La ética de la integridad

3. LA VIDA PERSONAL DEL MINISTRO:¿Incidental o intencional? .75

En relación consigo misinoEn relación wt la familiaEn relación con la* finanzasEn relación con la sexual idad

4. LA CONGREGACION DEL MINISTRO:¿Amiga o enemiga? 105

Liderazgo mi niatcriul: Autoridad y poderDeberes ministeriales: Funcione* y responsabilidadesTransiciones ministeriales: Principio y conclusiónExito ministerial

6. LOS COLEOAS DEL MINISTRO;¿Cooperación o competencia?

Loa lidere* de Id ¡gloria localEl persona] do la iglesiaOtras ministrosOtra» ¡glosillaOtros profesionales

.....143

PREFACIO6. LA COM UNIDAD DEL MINISTRO:

¿Amo nn xu u opurlu nidad? 171

Bases para el involucra miento éticoServicio a la comunidadInvolucrara lento politicoMoralidad públicaRcapun*abil i dudes legales

Después de medio siglo de relativo silencio sobre el asunto, laúltima década he sido testigo de un interés renovado en la éticaministerial. Una razón para esta atención os nuestra culturarápidamente cambiante: la ética ministerial es más compleja onla sociedad do hoy. Otro factor contemporáneo os ol aumentoaparento de fallas morales on al ministerio.

Correcta o equivocadamente, la* iglesias anteriormente da¬ban por sentado que los rninialrra cristiano» eran persona* dointegridad en quienes so podía candar par su moralidad. Esta su¬posición ya no es posible.

Cómo un resultado, los seminario» teológicas y los colegiosrelacionados con las iglesias están reexaminando sus respon¬sabilidades para la formación ospiriLual y repensando su plan doestudios. La ensenarían de ética ministerial a estudiantes al mi¬nisterio es una nueva prioridad en muchos seminarios.

El prepósito de nuestro texto es doble. Primero, esto estudiointenta enseñar a los estudiantes al ministerio cristiano el sin'guiar papel moral del ministre y las responsabilidades éticas deesa vocación. Un segundo prepósito es más práctico; proveer a losministros nuevna y establecidos de una declaración clara de lasobligaciones áticaa que los ministros contemporáneos debenasumir en su vida personal y profesional-

Este trobájú es el ESFLLCno conjunto de das personas que hansido amigas desde las días de seminario y quienes se sienten sin¬gularmente vinculada!) por su fe cristiana, BU amor al ministerioy Su pensamiento afín. Hemps empleado la mayor parte de nues¬tras vidas adultas como pastorea: un copjunfo de más de cin¬cuenta y cinco aflea de ministerio en iglesias rurales, subur¬banas. de universidad y urbanas. Los dos servimos actualmentet'íl la orientación y entrenamiento de otros ministros en suvocación.

7. UN CODIGO DE ETICA MINISTERIAL:

¿Ayuda o estorbo?. .201

Lo» códigos en las profesionesUn código de ética mi ni Atería ICómo escribir un código de ótica

APENDICES. .245

1, Primereé) código» denominacicnale»[]- Códigos dennmi nacionales contemporáneosIII. Códrigun minieteriples y de grupos paraecleriásticosIV. Muestra de códigos áticos:

Código del pastor o ministro principalCódigo del ministro asociadoCódigo del consecre pastoralCódigo del capellán militar

7

ETICA MINISTERIAL

Aunque el profesor de seminario e* el flíltor do Ids capítulosde máA fundamenta del libra (1T 3, fl, 7 j y el líder denominacicinnllus más pndctifOfl (3. 4, Si, lodo e] trabajo el producto de Insmenu» do umbod, > hemos laborada juntas a través del proyecto.

Tiiirtbiro rtúu hemos esforzado mucho en procurar que todosst dientan incluidos. Caiucienten do nuestro propin perspectivade paitares bautistas, liemos tratado intencionalmente de dirt-fíimoH a todas loo ministros: voronw y mujered, pistón» y mi'ni«tros asociados, pastores en lu genmil y en miníatenos espe¬cial izados, en grupos étnicos y de varías tradicioncii cristianas.Aunque nuestro acerca miento teológico H deade lu tradiciónevangélica, esperamos que los ministras de cada dí?nr>mi naciónpuedan encontrar en este libro estímulo y ayuda para su propioministerio.

Como todas las buenas opciones éticas, esta libro es el resul¬tado de la amplia influencia de muchas personas. Numéranoscolegas, amigos y otros ministros, han hecho contribuciones sig¬nificativas. Cada tama trae a la mente muchos "buL-nu» mi-Eiiiftrus" que hamos conocido a través de los artos. Queremosagraden’! a cada una de ellos su contribución.

Jot- E. Trull agradece en particular al Seminario TeológicoBautista de Nuns Orlemtí por si permiso sabático en 19&1-1992para completar esta libra, al Seminario Teológico Unión enVirginia por invitarlo a ser Compañera de Investigación en sucampus durante ese tiempo, a la Fundación T. B. Mastcn porproporcionarle unp donación para ayudar en este proyecta y alfinada T. B. Mantón, amado mentor y profesor, cuya vida y lee*cieñen M reflejan con frecuencia en este trabpjo,

James E. Carter agradece particularmente a Las iglesiasdonde ha servida Curtió pastor a través de las año*. al ComitélijCítltiw de la Convención Bautista de Louisiana por su estimu¬ló para escribir, a las iglesias y ministra» bautistas de Louisianacon quienes es su privilegio trobqjur, y a T. B. Maston quien.aunque no fue su principal profesor, también tuvo una graninfluencia en la formación de au pensamiento ético.

Ambo» deseamos dar reconocímiento especial a log siguienteslaicos, profesores y miniatros que leyeron nuestro* manuscrito» yHUE dieron invaluable* consejan durante tn jomada: John Alley,Lurry Balter, Wayne Bunios, Cinlhia Beal, Cheryl Bums, RobertParham, Alien Reason» y Noll Bummer]in.

Por el [Lpciyu y d consejo Únicos que solamente una esposapuede brindar, nuestra gratitud personal a Audrs y Carolo

INTRODUCCION

La nuestra es una época de i ncertidumbre ética. En la novelade Walker Percy. The Thunala» Syndrome, un ministra seenfrenta a un dilema ética. Percy presunta en una cápsula de unalínea su confusión moral y la nuestra:"Esto IIU es la Edad del Es¬clarecimiento, sinu le edad de no aaber qué hacer.1'1 Un escritorllama a OBIíI cita un aforismo propio para nuestra odad y añade:

Can mayar frecuencia las político*, científicos, médico*, dirigentesde negocios, ciudadanos nmuiin y ministros. se encuentran enstluarimes donde realmente no saben qué hacer. Como multado,la élicn re ha convertida en una ortividad en MURO y el fracs»moral rn un fcnórticrw rogulordr primera pllU, I JI sabiduría oin-

vtntwrml parteo evídcotcmcnu- inadtcuad» Ihntí í nufiítmambientales, tecftalófti&W. politic**. ecnrtétnica* y

ewiftkí-3

Ya no se puede dar por untado la ética ministerial, Bí algu¬na v« w? pudo. I -ó, pregunta que sugiera la portada de este libro.“¿Cómo wr un buen ministra?". o* tan pertinente como loa ñuti¬da* matutinas. En una ciudad no lejoa áe. donde una de nosotrosvive, el pe*tar de una de la* iglesiaa de más rápida crecimientoen el país, fue arromado por contrabando de drogas. Confesóhaber traído cocaína desde Colombia por valor de 50 000 dólares.El ministra, cuya iglesia había ido a Lú cabeza ÜvL Estado til

bautismo* durante varios años, fue sentenciado a tras años deprisión y ae le impuso una multa de LO.WHl dólare*.

Hace poco una revista regional en un área metropolitana delsuroeste del pflfft. destacó una historia de pnrtada, Hl*a» e*ponasdf tus vecino*", que relataba loa aventuras mueles de un pas¬tor de una i píenla muy grande. El articulo decía que el dirigentecaríamático estaba obseAÍonadn con la riqueza, el poder y le posi¬ción. “Una mujer hermosa no era miliciente", dija un diácono,refiriéndose a la esposa del ministre. “La ensalzaron como a unhambre ideal. Lu adoraban, él se lo creyó y se destruyó.”5

9

ETICA MINISTERIAL

El capítulo nía* triH.tr de estas due noticias trágicas, fue tifinal* Ninguno do tos ministras caídos pareció tenor remurdi-miento cuando fue descubierto. ni estar arrepentido cuando se lesancionó. Después de una breve ausencia, ambos establecieronrongregaeioTtes nueva-" independientes en tas mismas ciudadesdonde habían pastoreado anteriormente.

Hoy día los fracasos morales en ef ministerio son demasiadocomunes. Chaucer preguntó: “Si et oro se enmohece, ¿qué lepajaró al pobre hierro?" Obviamente, también *e enmohece.Quizá mSfl rápidamente- “Porque ai el sacerdote* en quien conña-moa, KE contamina" continúa el autor de Lew cuentos de Can¬terbury, “¿quí asombra ai un lego cede a la codicia?"

La criáis presente en la ática ministerial ea tanto un reflejode nuestro tiempo como una influencia en nuestra sociedad. Elfracaso ático en el pulpito afecta a quienes están en las bancas.Al mismo tiempo, la moral de los ministros paróte reflejar la do-clmnrion general en La moralidad entre los láteos. Nuestro tilaestá cargado de enredos políticos* tratos secretos en el mercadode valores, escándalos en entidades ds ahorros y préstamos, yjuegos ¡Legales de figuras del departe. Insensibilizada par todaesta. IH gente pocas veces se conmueve cuando escucha de unministro inmoral.

Hace algunos años ol decano académico de un seminariopidió a uno de nosotros que desarrollara un cunto en ética minis¬terial* Aunque yo h&bin estado enseñando por poco tiempo, esta¬ba muy interesado ?.n la ética pastoral debido en parte al hechade que había llegado al seminario desde el pasturado. Duranteveinticinca añas había servida a congregaciones tan variadascomo una misión rural en el sur de Oklahoma, una iglesia en unapequeña comunidad en el norte de Texas, una congregación su¬burbana en Richmond, Virginia y la Primera Iglesia de El Pasa.Texas, en el centro de la ciudad. (El otro de nosotros ha servidoen nmgn'gariones de tamaño similar en Louisiana y Texas pormis de treinta años, antes de ser Director de RelacionesMinisterio tea y Eclesiásticas puní las bautistas de Luuisiana en19B8J Ambos Bobianio* por experiencia propia que los pasturesnecesitaban ayuda en lo relacionado con Ja ética peruana] y pro-(esianal-

E1 decano del seminario tenia otrae preocupaciones quesobrepasaban la ayuda normal que loa ministros necesitan enática pastoral. Los escándalos morales que involucraban n lele-vañgelistáif y prominente* Lideres religiosas, hacia poco habían«upado las páginas de las revistas USA Today, Timo yNewsweek. Estas historias vergonzosas crearon uno atmósfera

10 11Introducción

de deecanfianza y disguato hacia todos los ministros. Noobstante, em aún más alarmante la crisis en nuestras iglesias.Parecía que cada semana trata ótru tragedia fihalteflperinmi a lacecean, conforme SO levantaba la cortina para revelar una nuevahistoria de un ministro caída y de la terminación Tortada de auminiatern.

Un estudia de last destUucinnes de pastores de loe Bautistasdet Sur. rea ti nodo por Norris Smith, un eepecialista da la Juntade Kwaiehíi Dnm¡n leales de los Bautistas del Sur de las EstadosUnidos en el área de destituciones forzadas, reveló que La“inmoralidad" era la causa dominante de su destitución, segUrt-

dn en orden a “falta a abusa de comunicación". El estudio definíala "inmoralidad' como "mala conducta sexual, mentira* y ti malusa a desfalca de fondos de La iglesia”. Smith apuntaba a unafalta de responsabilidad y do cidros lincamiento* profesionalesentre loa pastores como contribuidores al fracaso ético.1

Estas eventos, aunque críticos , no justificaban por sí mismosun nuevo curso en el plan de estudios de! seminario. Se nece¬sitaban razonen más positiva*. Como un arqueólogo buceandopistas hada la tumba secreta del Faraón* empecé a examinar tasherramientas académicas de la ática pastoral. Surgieron troshechos significativo» que verificaron la necesidad crucial deeasañar ética profesional a los ministros de hoy.

El primer descubrimiento de hecha constituyó el razo¬namiento básico para el curso de ética ministerial y para estelibro- [lescuhrimiento uno: el ministro cristiano «upa un papelÚnico entro tqdaa las vocaciones. Esto es verdad nu sólo til

relación con otras ocupaciones sino también entre las profesionestradiciónaleu de Servicio. Ninguna otra vocación es tan deman¬dante áticamente como el ministerio cristiano. De ningún otroprofesional se espera que sea modelo de moralidad* como de unministro cristiano.

Los ministros de hey caminan sobre una cuerda floja de ética.En un momento pueden servir como profetas, sacerdotes o edu¬cadores: en el siguiente* pueden ser administradoras* consejero*o líderes de adoración. Cada uno de estos papeles suscita dile¬mas Éticos y expone a vulnerabilidad moral que no tienen queenfrentar los médicos* ahogados u Otros profesionales

Par ejemplo, la mdyOrta de los miembros de Id iglesia confió O

ain titubeos en quienes son “llamados de Dios" para ministrar.Pero esta relación íntima, que con frecuencia implica compartirel alma de un feligrés, hace vulnerable al ministra de la iglesia amuchas tentaciones sutiles* El peligra más evidente es la malaconducta sexual. Muchas catástrofes de los ministros compran-

íaIntroducción

senLa todos IDA accidentéis geográficos de sin lugar I. explicandoque loa problemas especificc* que enfrontan loa miúiatrH mo¬dernos "Min nervcillamente demasiado numerosa* y demasiadovírisdq#*,3 \jm cuatro lihros de ética ministerial fueron eBerilostambién desde una tradición liberal protestante, cuya Leologia yeclesiologia indudablemente influyeron en eu contenido y método.

Al iniciar el Seminario Bautista Teológico de Nueva Orleans,Estados Unidos, un curso Clamado "Etica Profesional para Minia-tros" en 1988, surgió una tercera realidad que subrayó la necesi¬dad critica de esta disciplina Al ir nwotroo doa hablando connuestros colegas y examinando otrop seminarios, ™ sorprendi¬mos al saber que poras escuelas en divinidades incluían un cursoen ética ministerial. El catálogo de uno de kw seis seminarios delos Bautista» del Sur de los Estados Unidos, listaba un curso enética immaterial.31' Un muestren representativo de otras Veinteseminarios protestantes revelaron que solamente tres ofrecíanun curso en ética pastoral idos du ellos eran enseñados por losautores de los textos más nuevos en este curtipul.11 Bastanteextraño ea que las escuelas de leyes, comercio y medicina. Oslan

añadiendo curso* de ética profesional 12

Entonces, no bay que asombrarse de que el nuestro sea undía critico para la ética pantoreí Con un entrenamiento de se¬minario en moralidad ministerial rara ver accesible, y con unacantidad mínima de literatura adecuada en loa estantes, se hadejado a lo» mimatro* de la» iglesia» trapazando y cayendo sinayuda, en un mar ético de trampas morales y tiburones malévo¬

la» mirist™ hacen muchas preguntas éticas difícilea. ¿Quérequiere de mi, moraimer le, el ser un ministro? ¿Qué significaconfidencial, Be debe cumplir siempre? ¿Cómo se abusa de Jaautoridad pastoral? ¿Cuándo se plagia la predicación? ¿Hay uíi

código de ética que todos los ministros deben seguir? Estos ymuchos otros interrogantes de loa ministro» merecen unarespuesta.

Por eauua de esta necesidad, se creé un curso de ética profe¬sional para miniatros, Después de tres años y una inscripción demás de doscientos estudiantes, se hizo notorio que se necesitabatambién un texto de ética ministerial adecuado, diseñado tenien¬do en mente al ministro evangélico.

Esta es la razón de este libra: queríamos crear un texto paraayudar a loa ministros a resolver los problemas profesionalescomplejos que enfrentan diariamente. Este volumen de ningunamanera es exhaustivo. EB un intento para proporcionar direc¬ción ético héHica o todas las personas involucradas en minia-

ETICA MINISTERIAL12

den acontecimiento» románticos-, uniones sexuales, UCUMI hemn-sexnale* y otras trunsgrosmnes sexuales.

Igualmente inmorales, aunque enn frecuencia se pasan poralto, son ciertos hábitos ministeriales que pueden ser aceptadoscumia parte de la 'descripción de trabajo". La Exageración en elpulp]to He acepta cuirlo un rasgo normal de loe predicadores. Concuánta frecuencia un miembro de la iglesia dice: “Bueno, sóloestá predicando'

Más seria es la Conducta falta de ética de un dirigenteautocráLico que hoce mal uso del poder, que manipula a las per¬sonas y practica el engaño y la deshonestidad. Pascal advirtió:'Los hombres nunca hacen el mal tan completa y alegrementecomo cuando lo hacen desde sus convicciones religiosas,*Nuestra cultura estimula en muchos predicadores el deseo detener éxito. Ser llamados como pastores de una iglesia grande,de prestigie, es la meta que ha llevado a muchos ministrasbuenos a sacrificar su integridad en el altar del éxito.

Una segunda sorpresa que encontré al explorar el desierto dela ética ministerial, fue La falla de Literatura sobra este asunto.Hace una década, en su clásico A Survey of Keeent ChristianEthics (Un estudio de la ética cristiana rocíente I, Edward LeroyInong, hijo, observó: "Prácticamente no se ha dado ninguna aten¬ción a los problemas éticos que se suscitan do la práctica del tni-nisteriu. aunque so ha debatido acaloradamente el papel de laiglesia en los problema* sociales."í Excepto Ministerial Ethicsand Etiquette (La ética ministerial y la etiqueta], de NolanHarmon (una publicación de 1926 en su dérimosegundu reim¬presión] y el folleto Preacher Behave! (¡Compórtale, predicador!),de Clark Hensley (ya dcscontinuuduí, pora había disponible cuino

un manual práctico para los ministros. Professional Ethics (La

ética profesional] de la profesora Karen LeBacqz, que es un exce¬lente texto académico que trata sobre conceptos básicos en laótica pastoral, era el único libro contemporáneo disponible,además de dos trabajos que tratan de ética profesional en jíene-rpl*

IBL

Afortunadamente, en Ion últimos artos han aparecido tresnueves libros y varios artículos en revistas.1 Aunque útiles enmucha» manera*, todas los testos nuevos parecen indecisas eadar dirección especifica y fallan en tratar en una forma prácticacon muchas áreas pertinentes de la ética ministerial. Cuandoestábamos escribiendo este libro, apareció una compilación deensayos escritos por miembros del Grupa de Estudio da Etica delArea de Chicago* Loa autoras de este último trabajo escogieronun “modela de mapa topográfico dol terreno' (mapa que ropre-

Introducción

El subtitula de nuestra libra sugiere que un ministerio éticona viene rápida o fácilmente. Vivimos en un "... mundo que no estan buena' el cual, como las canta» de la» Sirenas de ULiaes. TUMI

atraen fuera de nuestro sitio Discernir loa obstáculos peligroso»que nos acechan en este inundo meJlu-qucideal, como piedrasque caen en un camina montañoso, requiere visión aguda y vigi¬lancia canutante.

9. Aunque el carácter moral básico de los ministros ha sidaformado antes de entrar al seminario o principiar el ministerioen une iglesia, cada ministra necesita entrenamiento en ética yformación espiritual.13 Si el carácter personal y la conductatienen un lugar en la ática ministerial, el entrenamiento rota¬

cional debu por lo menos enfocar el problema. En la dácadu deloa setenta, la Asociación de Escuelas Teológicas se persuadió deque “el desarrollo espiritual de las pentonus preparándose parael ministerin'1 « “un asunto prioritario de dimensiones muyo-res.”N La Asociación inició dos estudios especiales diseñadospara llenar esta necesidad. El resultado fue et desarrollo de unnuevo modelo global de educación teológica, que integraba la for-moción espiritual en el plan de estudia» del seminario y en Lacomunidad. La formación espiritual ha llegado a ser un tema deinterés mayor entre'* loa instituciones religiosas de educaciónsuperior.,É

Todo esto no significa que Los ministros deben ser intelec¬tuales para sor morales. Walker Percy, módico y novelista, pusoen uno de sus personajes las siguientes palabras; "Obtuve califi¬caciones sobresalientes, pero fracasé en la vida."]T No obstante,el entrenamiento ético puede ayudar.

Para algunos predicadores, La educación teológica no es unaopciónÿ estos ministros deben volverse a otros recursos en buscade la sabiduría en ética que necesitan. Un sabio profeta nosenseñó B ambos, buce años, que la mayoría de los pastores no fra¬casan en el ministerio por doctrina imperfecta o predicaciónpobre. El éxito en el ministerio, dijo, depende de qué tan bien lellevas con la gente y qué tan semejante eres a Cristo. Estos dosrasgos son habilidades aprendidas, no dotes naturales.

4. Como la ética puede ser mejorada a través del estudio dili¬gente, bay un arte de hacer ética, uno que también puede apren¬derse. Antes de entrar al ministerio del evangelio, cada dirigenteordenado de la iglesia debe ser examinado por algún gruporesponsable para determinar su idoneidad moral y espiritual.

Ixis cristianos correctamente suponen que una personaapartada por una iglesia o denominación, llena las normas bíbli¬ca» enumeradas en 1 Timoteo 3:1-7. El término descriptivo que

15ETICA MINISTERIAL14

terio» en la iglesia local, no solamente pastores sino tambiénministran de educación, ministros de música, ministros dojóvenes, consejeros y otro» profesionales semejante».

Nueva Orleans es pantanoso, húmedo e inestable, mayor¬mente porque la ciudad se encuentra bajo el nivel del mar.Cuando se construye un edificio de cualquier tamaño, el con¬tratista debe llevar primeramente una máquina grande pareclavar pilotes y enterrar largos postes telefónico». E»lo» pilaresse convierten en el cimiento sobre el cual descansa la estructure.Pe otra manere, el edificio desaparecería lentamente en el lado,no teniendo un soporte adecuada.

Ambo* autores de este texto sostenernos ciertas suposicionesbásica», pilares fundaméntale» sobre los cuales Be edifica IBestructura de este libro. Como la ética treta de “deber”, proyec¬tamos discutir con uatedes ID que la» personas llamada» a serministros de Jesucristo deben ser y hacer. Pero antes quepodamos hacerla, los lectores necesitan entender nuestras pers¬pectivas teológica» búh-Lcas sobre el ministro, el ministerio y elmundo en que viven. Como el Credo de loe Apóstoles expresa laesencia de la creencia cristiana, asi esta» seis afirmacionesdeclaran nuestras convicciones básicas sobre la ética en el mi¬nisterio. Si los ministro» ban de ser éticamente saludables ysaludablemente éticos, es nuestra convicción que estos pilare» deverdad deben sostenerse vigorosos y profundos

1. Estamos convencidos de que la mayoría de los ministrosquieren ser personas de integridad, personas cuya vida profe¬sional sostenga los ideales éticos más elevados. El imperativomoral de Cristoen el Sermón del monte:“Sed, pues, VOHOI™ per¬fectos, como vuestro Padre que está en los cielo» e» perfecto’'(Mat- 5:4$). es un llamamiento a la madurez cristiana en todoslos discípulo". Esta "posibilidad imposible", como la llama Rein-hn3d Niebuhr, ea especialmente un reto pare el ministro cris¬tiano La meta de este libro es dar u los ministros Ayudo en ticumplimiento de este mandamiento de Cristo para serseguidores maduro», tanto en »u vida personal como profesional,como ministros del evangelio.

2. Ser buenos ministros sugiere que el desamólo de uncarácter moral y conducta es un proceso difícil. Ni la experienciade salvación ni el llamamiento ai ministerio aseguran la rectitudética. Todos los principales libros sobre ética en el ministeriohacen eco de un tema común: la necesidad de confiabilidad, pru¬dencia, veracidad e integridad en la vida de La persona llamadañ compartir#] mensgje de Dios. DesHi-mllar eJilos rangos requiereesfuerzo diligente,

Introducción

puerta dt isu oficina, an muchue maiunu apenas cm picu. Uncodi RCJ de ética pastoral incluye hábito* gamonales, decisiunenfinancieras, compromisos familiares, nsponBabilitUdai pasto-ralea, relacionen congregadorales, compromisos comunitarios ymucho más. Venimos estas tradiciones y trataremos de explicarcómo Ion ideales óticos críetianos impactan ei mundo del ministrileornemporáneo-

Por supuesto. nuestro esfuerzo pura responder a cetas pre¬guntas ce relativo a nuestras propias tradiciones y perspectivas,y no pretendemos tener todas las rapuestaR-

Para dar significado ótico al peregrinaje ministerial- hemosdibujado unos cuantos mapas. Como los cartógrafos saben hien,!OR mapas necesitan ponerse al día constantemente, y lo mismonecesitan nuestras observaciones limitada*.

Sin embargo, las estrellas por las cuales fijemos nuestrorumbo, han sido fijadas en los délos desde la creación. Si ustedse orienta regularmente can el divino compás del Creador, man¬teniendo sus ajos ñjaa en la estrella resplandeciente de lamañana- iApoc. 22:16}, llegará a su destino sin destrucción odesvio.

1?ETICA MINISTERIAL

se traduce 'obispa" a "pastor" en este pasaje, es episkopos (v. 1),una palabra griega que significa 'sobreveedor''. El título enfati¬za el papel administrativo del dirigente de la iglesia. Esta fun¬ción pustoral no está limitada at manejo hábil de los negocias dela iglusim también incluye la habilidad de analizar hechos, dis¬cernir juicios y hacer buenas elecciones morales. Es nuestra con¬vicción que hacer ótica es, en parte, una habilidad que puedeaprenderse y una que debe ser practicada por un ministro capaz.

6. La elección moral central que currents al ministre cris¬tiano es la misma que enfrentan todas las personas prefesio-ralea: ¿Seré un habititador o un explotador? L* Con» explicare¬mos en el primer capitulo, es la naturaleza de un profesionalprentar servicie» que planteen la posibilidad de vida o muertefmédicoj, pobreza o riqueza rabogadoJ y salvación o condenacióniminiatroj. El cliente-feligrés se encuentre en una posición dedependencia y es vulnerable a la explotación por el profesionalque pmiee este "peligro» conocimiento*. Los ministros, como losmédico* y Ion ahogados, deben asegurarse de que el servicia queprestan es para habilitar, no para manipular financiera o se¬xual mente, o en cualquier otra Turma.

8. Esta afirmación final puede sorprenderles: un código deética ministerial, si se usa apropiadamente, puede ser benéficotanta pera loe ministra como para las iglesias que sirven. Siuna vida de integridad moral es la meta de cada pastor delpueblo de Dicw, y si la comunidad criRtiana desea estimular ysostener use intento, un pacto ético escrito puede acrecentar esepropósito. SI, hay ri usgos envueltos en un código de ética estable¬cido para ministra; puro también hay peligros si el ministro notiene clama norma* de conducta. El capítulo final discutirá estosproblemas y prepone que cada ministro que lea este libre, comoun principio, escriba un código de ética personal. Este código deconducta nc es un credo moral fijo en concreto, sino un docu¬mento personal, dinámico, que reto a los ministros a mantener elmas alto entila de vida ético en cada aspecto do su llamamiento.También informará a la ¡gloria y a la comunidad de la ética pro-fesiunal que pueden esperar de IOR mínistra.

Desde tiempos bíblicas basta el presente, el carácter moraldel proclamador de] evangelio se esperaba que fuera ejemplar e"irreprensible* (1 Tim. 3:2). Ser un buen ministro siempre hasignificado más que mantener normas mínimas. Es un llamadaaun discipulado máximo. -Sur un evangelista del reino de Diosimplica señoría: el gobierno y el reinado de Dios sobre cada úreude nu vida.

La ética ministerial no termina cuando usted sale por lo

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Notas

1. W'jlktr Pkintf.TTwThuvtJwMyuíjraiwfEl "irrirotn# ThwiMoaJ rjjp" Tort:Ktinrar. ijlruiu A tiimui, IBS? I. TU.

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7. Ver CsyLuid Nuyte, PirlnnJ Elina: EVrfranmoJ Beapombrliliei lar theClero (Etka putonl: Reeponubdidadeu proAttonalei yarn 1» ttuttatmii \Mhvi I],- AMntriÿn, IflW i; Richard Bondi. leading God's Feofrie Ethicn forU*r I'rartin- nf JdinuiLty i Diriperdü a.I pueble de [hv Elia para I* pr*rt*a4rlmillL*ter>i> iMuhville: Abinjtdon. IBSUJ; Waller t. Wiest y Klwyn A. Smith,

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]H ETICA MINISTERIAL

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12. Vÿr S'IUI !iue KenU 'One Chowe at ft Time" lUim opeidn a la 'íIJ en The¡lay]nr Ur>r I "f pdiftnlmf , lifllk jrfpi. 18-23. pnrfl un women de loft fflFwr-flm dr urn univr-rÿidnrl pura ruifhar ¿tica rn IJU nrurbui dr rnimnnin, OK

memo, leves, periuduiJKi y nnu diftciplinu.13 VH.T Lrhin T Hdrnes II, HiAiolfr and I madiiKi I KTI iMinihternj e iiUAjfj-

rwridn 1 1 New Yerii; SmhuTy, L9ti I > y kjnntualny (wHinialry ( Espiritualidad|MITO rl tninirtiirón iSnn Fronrimn; Harper t Km», IWHfc Alfred Kughr*.E'rr-pnnng ÍI:T 1'hurvh Mmi’lry A IVarticnl (¡IíIILH- (m Spir.tiL;il FarmaLionf EYeyarinduor para cl mniiileria da IB Lgjma: Una fluía pnu tJL a o. la íbrrflÉ-eifln «spiritual Utanville, N J . Diíaetihion. líHm. y Adrian van TCaam.hnatil SpirimaLLty iFapiritWllidad fanaUdva 1. Val. I (Nnvi Y(n+:I'raÿHnud. IDKHL

14. “Report UTL ihc Tank Ferre on Splntusl Dnebpoantÿ ilnfmittt: aobfe ]a

comiitoti dr trahvo «ÿhne ] V-Hom.lln Eipintusli, 1-n A"ncmci<Jn Americana de

FMTWIM Tmtegicon. Thrnlnpefll Kdtiaitian, Y|]| I primavera, I97J K 3.I5L K sLnni'in i'n druilu cun nueHtru cnlrga. Dan Halcomb, y HU «denlo, "The

Spirit u;il Ptirmaund of Lhe MmLnter" HJI fdmunnlUL eHpinlual del ininmliui.

(tor «ate resumen.16 Ver Anne IMi y Rr-» ntl , Jr.. ede.,’Fomatinn tor i’hriatian Ministry’

iFrumnciin pnra rl ministerio cri*ti*ruH. 3*. fd. i Louisville, Ky.: Kavirw AHvpiMitiyr, 19HBI.

17 Walker F-'rrv. The twcinxt Cuaninfl 'Ll aejpinda '.raid»1 S'L-» Vnrk. Forma.SLISUB. ijtrtjua. lywij, 9G.

13 Tlerck. Jfl, diindr- n| *Li1nr define mmpILmienrtD omm 'tfl devncWim dr hnbi II-d.idr-. pnifi-sM.il :il>"> puní Ilnur laH TH.-cfeidadi'ÿ de liHiÿrupcM dediente*/, mulli ma initltina, pn rr el bien cum ILI i”

1

LA VOCACION DEL MINISTRO:¿Carrera o profesión?

Oliver Sacks inició su librcu The Man Who Miatuok HíH Wifefor a Hal (El Hombro quo ciml midió u MI aspoaa con un somÿ

brtfo), con la (aacinanto historia de una persona que sufría deagnosia.1 El t)r. P. («1 poci&ntej, era un músico distinguido y profosar en Berlín. Sue estudiantes pur primero vtí recanacierun suextraña comportamiento cuando no pudo identificar a las pwüuniui que conocía. Además, a menudo equivocaba objetos cómo

medidores de estacionamiento y toman de a£ua para incendios.confundiéndolo* con niños. Al concluir una sesión cOri el doctorSuck», el Dr. P.empezó a buscar au sombrera. Finalmente, alcan¬zó la cabezo de 9u cspo&a y trató de panórsela sabré la suya.

Agnosia es el Lórmina psiquiátrico para la perdida de lahabilidad de reconocer cbjctús familiares. La enfermedad del l)r.

P. le impedía reconocer personas, porque vola los rostros sala¬metití en partes y pedataa. Aunque retuvo una habilidad cognod'

ritivii abstracta superior, podía ver a los seres sólo romo formaspure mies. Increíble cama parezca, el Dr. P. pudo funcionar biena peeor de su incapacidad y pudo trabajar hasla el lin de su vida.

Gracioso, aunque trójficn, el caso del DT. P. se a-semeja alministerio y a la ótica ministerial.ÿ El ministro de boy tiene quousar muchos “sombreras”. Cada seminarista sabe que un lla¬ma míen Lo a ser el ministro de una iglesia es un llamamiento avarias tareas. Predicación, enseñanza, consejo, visitación, admi¬nistración, promoción, reciu tam LEí nto. dirección de la adoración yservicie a la comunidad, son únicamente unas cuantaa de las

19

La vocación del ministroETICA MINISTERIAL

responsabilidades. El peligro invisible para el trabajador reli¬gioso muy ocupado es ‘agnosia ministerial1', ¡convirtiéndose en elministro que confundió a un feligrés con uno de sus sombreros!En breve, las personas se pueden perder en medio de un minis*terio activo.

¿Que ha causado esta multiplicación de funciones queaumenta el riesgo de contraer agnosia ministerial y pasar poralto a las personas? James Gustafson ha observado tres desa¬rrollos primarios durante este siglo, que han precipitado estecambio de papel para los ministros:

El primero es el carácter voluntario de la religión en los EstadosUnidos, que en sus varias dimensiones hace a los ministros excep-nonalmente sensibles a los deseos y necesidades de los laicos y alos cambios en la cultura El segundo es el derrumbamiento de unsentido de autoridad independiente en los ministros; en ausencia

de aceptación amplia de Las bases tradicionales de su autoridad.los ministros buscan substituir formas de legitimarse•ti mismos.El tercero es el esfuerzo de los ministros por encontrar nuevas for¬mas de hacer la fe religiosa pertinente en patrones de cambiosocial y cultural.3

Estos cambios han conducido a los ministros a la confusión ya una condición que Gustafson llama anemia, una falla de deli¬ncación clara de la autoridad.4 El ministro típico está perplejo,no sólo sobre qué hacer sino también sobre a quién servir.¿Quién tiene la palabra final: el miembro de la iglesia, la con¬gregación. la denominación, o Dios? Como un prestidigitador decirco, el ministro nervioso trata de conservar en equilibrio estasautoridades en competencia.

La historia del Dr. P. es una parábola de lo que puede pasara cualquier sobreveedor de iglesia. Sin darse cuenta, los pastoresy otros ministros pueden deslizarse creyendo que todo está bienen tanto las “partes y pedazos1' de las personas son visibles. Elministerio puede llegar a ser muy impersonal. Los miembros dela iglesia empiezan a contemplarse como clientes orientados alconsumo, y la iglesia misma toma la apariencia de una corpo¬ración cuyo ejecutivo principal debe trabajar para manteneraltas las "ganancias* y felices a los “dientes". En medio de estaocupación, el propósito real del ministerio puede perderse.

Recientemente uno de nosotros estaba leyendo un artículo enun periódico denominacional de otro Estado, que trataba de unestudiante de seminario. La historia lo identificaba como pastorde “una de las iglesias de más rápido credmiento en Louisiana".Ambos conocemos muy hien la pequeña iglesia que pastorea. Elencabezamiento no parecía adecuado. Una revisión de loa archi-

212U

vos denominocionales de los últimos tres años confirmó nuestrostemores, l-a membresia de la iglesia ascendía a un poco más decien. Durante el año anterior, las listas de la iglesia informabanun gran porcentaje de disminución, seguido por un aumento si¬milar el arto siguiente. Si bien esto era “crecimiento", la asisten¬cia total parecía aer caai la misma que se había tenido durantevarios años.

No hay nada malo en los aumentas numéricos en una iglesia.Sin embargo, si los ministros se obsesionan de tal manera queadoran su propio éxito en lugar de adorar a Dios, exageran lasestadísticas y racionalizan prácticas carentes de ética. ¡1.4» diri¬gentes de la iglesia deben decir la verdad!

Gomo vamos a proponer en el siguiente capitulo, el idealmoral para el ministro es la integridad, una vida de cahalidadética y madurez moral. ¿Cómo puede la persona llamada porDios para servir a la iglesia lograr integridad de carácter y con¬ducta?

Los más ingenuos creen que como el ministro es apartado parDios, IB ética viene por sí misma, porque Dios llama solamente apersonas buenas. Otros suponen que quienes predican el evan¬gelio, seguramente deben vivir por los preceptos y principios dela Biblia. La mayoría de los laicos admiran la dedicación de aque¬llos que consagran sus vidas a una vocación cristiana y suponenque este compromiso les asegura un estilo de vida cristiano. Noobstante, la integridad ministerial no es ni sencilla ni automáti¬ca. La ética ministerial si principia con un entendimiento ade¬cuado de la vocación del ministre.

El propósito de este capítulo es reexaminar el papelcional de los ministros. Este principia con el entendimiento delministro del “llamamiento": ¿es una carrera o una profesión?Para responder a esta cuestión básica, debemos definir tambiénlo que queremos decir con “profesión". Una revisión breve de lahistoria de las profesiones, que se originaron en las órdenes reli¬giosas «que originalmenu- “profesaban" algoi, ayudará a nuestracomprensión del término.

Otro rasgo que explorar es un cambio significativo en los va¬lores culturales de nuestra sociedad, que ha precipitado una cri¬sis para los profesionales. Muchos creen que por causa de uncambio en la profesionalización de la sociedad americana, el mo¬delo de ética profesional es fundamentalmente inadecuado paralos ministros actuales. Finalmente, trataremos de determinar siel ministro es ciertamente un verdadero profesional y, si lo es.cómo el modelo de ética profesional puede ser un instrumentopara “hacer" ética ministerial.

TOM-

La vocación del ministro

l)e moda que surge nuevamente la pregunta: ¿A qué es ] Lti-mndu el ministro: a una carrera o u una profesión? ¿A una ocu¬pación o a una vocación única? Cada ministro debe también pre¬guntar: ¿A quién sirvo, a Cristo o a la congregación? O, para po¬nerlo en otra forma: ¿Estoy sirviendo a Cristo al servir a la con¬gregación? Construir un ministerio sobre la base de integridadrequiere que el sentido de llamamiento y el concepto de serviciode un ministro sean bíblicos, éticos y semejantes a Cristo.

La mayoría de los ministros evangélicos se identificarían conel relato de Jeremías de su llamamiento:

2322 ETICA MINISTERIAL

El llamamiento al ministerio

Un prerrequisito básico para un ministerio ético as un enten¬dimiento clam del llamamiento del ministro. ¿Cómo entro unapersona al servicio cristiano vocaciónal? ¿Recibe el candidato unllamamiento de Dios o simplemente escoge una carrera? ¿Es elministerio una ocupación o una profesión? ¿Qué es 3o que elcarpo en ti requiere del ordenado: una vida moral inspiradora, li¬derazgo eclesiástico efectivo, habilidades ministeriales nefínji-

dua, creencias teológico» «anua, conducta profesional inequívoca,o alguna combinación de esto» atributa» ministeriales?

H. Richard Niebuhr llamé si ministerio de su generación una"profesión perpleja". Hoy, la situación no ha mejorado, porquelofl ministros contemporáneos estén igualmente perplejoÿ. Comomariposas recién incubadas, los graduados de seminariorevolotean fuera del campus planeando volar muy alto, .Lcln paraestrellante contra la pared de ladrillo de la iglesia- I¿OS mi ústrefljóvenes descubren rápidamente que el ministerio pantoral es másoomo dirigir un negocio secular que la empresa espiritual queellos esperaban. La semana esté repleta de reuniones finan¬cieras, decisiones de publicidad, problemas de personal y quejasde los dientas. ¿Cuándo habrá tiempo para discusiones teológi¬cas. disciplinas espirituales y la verdadera misión de la iglesia?

Un estudio de graduados recientes, efectuado por dos miem¬bros de la facultad de un seminario, sorprendió a 1» investiga¬dores- Reveló que el interés principal de estos ministros primeri¬zos era hacer Frente a Ian meertidumbres respecto a quiénes eranellos en el minioterio. “Enccm tramos a ministros principiantescasi completamente u merced de las expectativas de su primeracongregación, sin demanda» que dieran equilibrio por parte de ladenominación o la profesión. La formación de La identidad mi¬nisterial dependía de satisfacer a la primera congregación.H|1

Si esto es verdad, qué impórtame es para el ministro prime¬rian tener un entendimiento clare de su papel. Cada iglesia tieneuna lista no escrita de expectativa» para BU ordenado y,en formasimilar, cada nuevo pastor llega con un cuaderno lleno conplanes y prioridades. Los dos rara vez coinciden. Mucha con¬trariedad y muchas tensiones durante los primerea años surgende tales malos entendidos. El resultado puede ser catastrófico:conflicto en aumento, fatiga ministerial e incluso terminaciónforrada, Et profesor de Vale, Gaylord Noyce, afirma: “El ago¬tamiento del ministre, del que tonto so publica, es máa un resul¬tado de una identidad pastoral confusa que de sobrecarga de tra¬bajo. La ética profesional bien ensebada, contrarresta esa clasede fatigo.ÿ

“Vino a mi' Is pol&fcro de Jetwvah, diciendo: Antes que yo teforman en el vientre, te conocí' y ante* que saliese* de lamatriz , te cuiwagn- y tedi por profeta a las nraxus*(,1er. 1J 4, Al

Este mensajero a Israel creyó que el soberano Señor planeóque él fuera vocero de Dios desde el principio de su existencia.De igual manera, los ministres cristianos deben estar confiadosen el plan de I>ios para sus vidas como se revele en su llama¬miento al ministerio Cristi ano. Esta convicción sobre la rejuntad

de Dios en más que la elección de carreras de acuerdo con inven¬tario» de peraonalidadEa; es un reconocimiento de una eleccióndivina.

Cómo Jehovah escogió a Abraham para dirigir a un nuevopueblo (Gén. 12:1-3) y envió a Moisés en una misión redentora(EXOL 3:10), así Dios llama y envía al ministro moderno. Nuestrarespuesta al llamamiento de Dios debe ser como la de Isaías:“Heme aquí, envíame u mí" f6;8l.

Loe profetas de Jehovah no sólo son llamado», sino que se le»do UEI mensqjc y una misión, como a Débom (Jue. 4—S), Isaíasi6:3. 9), Arnés (T:15> y Juan el Bautista i Juan 3:1-3). EL apóstolde Tarso estaba tan convencido de que Dios lo había elegido comoun misionero al mundo gentil, que escribió: "... porque me esimpuesta necesidad; pues iay de mi si no anuncio el evangelio!"(i Cor. 9:16}.

No puede haber duda, el ministro del evangelio de Jesucristoex apartado y enviado por Diiu pura cumplir una misión divina.El ministerio es una vocación, un “Llamamiento" do Dios.

Al mismo tiempo, el ministre generalmente cumple esta lla¬mamiento a través del servicio a una congregación del pueblo deDios. Este cuerpo de creyentes pngn el salario del dirigente de laiglesia y espera a cambio cierto tipo do servicio ministerial.¿Cómo interpreta una persona apartado por Dios para ministrarB la comunidad cristiana su relación con la iglesia?

Otro de los primaros dirigentes de la iglesia, Simón Pedro.

La vocación riel ministra

y unu currara especifica. El o «lia está cumpliendo un iLñrmunien-tu y nu itóla escogiendo una carrera. Pera involucra algo más.Este Llamamiento único a ser un ministra cristiano tiene rasgosCAiaclcnnlicoF que reHultan en obligaciones extraordinarias.

Como vamoh a ver, históricamente la palabra profesar sig¬nificaba '’testificar a nombre de11 D "sostener algo". Ser urt profe¬sional conllevaba implicaciones .sobre conocimiento y raspón -sabilidad moral. “El profesional conoce algo que beneficiará a lacomunidad más extenuó, y tiene una respnmsahilided de usar eseconocimiento para wnir a lo comunidad humana mayor’3*1Exploremos ahora cóma este concepto tradicional de un profe¬sional ne relaciona con la vocación del ministro

La historia de las profesiones

El orador dv capilla, durante una serie especial de conferen¬cia* subte evangclismo, estaba apelando a los estudiantes daseminario a una dedicación de Lodo corazón y al servicio sacri ri¬cial. -Ustedes nu son profesionales", concluyó, "ustedes ron sier¬vos de Jesucristo'. Uno de nosotros, que estaba en ese servicio,se sintió un poco incómodo, porque apenas una hora antes bahíaenseñado a una clase del seminario el significado de ser un mi¬nistro profesional.

El malentendido es común. El término “profcBionar es con'

s¡iterado por algunos cuma un título secular reservado para re'

verendos que están más preocupados de su posición y prestigioque del ministerio espiritual, f’era no es asi, Ue hecho, exacta¬mente lo opuesto deijv set Verdad.

Para que podamos entender el verdadero significado de LApalabra profesional, es importante revisar brevemente la histo¬ria de las profesiones, cómo principió La profesional ización y loscambios que han ocurrido a través de los arios. Esto es especial¬mente crucial para nuestra comprensión de la crisis del rifa pre¬sento que enfrentan todos loa profesionalea, incluyendo a loanumiitm.

Darrell fteeck cree que las raíces de nuestras profesiones con¬temporáneas ne pueden trazar hasta aquellas primeros sacer¬dotes, sanadoras y jefes, que promovían los Valores humanos enlúa sociedades primitiva*. A diferencia de la versión moderna,esto* "profesionales prutoli picúa’ no eran especial i¡codos y ge¬neral menu- se perpetuaban a través de la herencia más qUc- pormáritos. No obstante, estos imdicionu listas ai usaban sus habi¬lidades básicas para llenar necesidades humanas fundamentalesen sus grupos culturales.31

24 ETICA MINISTERIAL

escribió una palabra clara acerca de la responsabilidad pastoralhacia la ccclenia de Cristo:

Aprtccmsd rl mhftñn de Ibos que está n vuestro caigo, coi dándolonu pülf IJL fue«a. sihHh ¡b trtiuna viilmlLid Dusi- M por g*FUin-

risa deshanetfsj, risa de corazón; nu como teniendo «Aorta ubreLra que están a vuestro cargo, riña como ejemplo* para el rehartoi] Ped. 5:2. 3k

EE imponible hablar de \na minidmE y le que el Lew hacercomo algo uparte de la iglesia, porque lo que el mi niafro necesitamÓA es una función de Lo que la iglesia necesita mós.7

Muy al principio, de entra las filas de Iw bautizados, a la iglrris lepareció buena Humor a algunos de sus niirmbros para dirigir, paraayudar r La roagregarión a nutrirse dentro de ri misma de aque¬llas virtudesque V ni-rasliaban p*ra tn vida y rl trahqpn de la roía¬nla. Uórtlt-nst d<ri«vntra predicadora*. sari'Tdútes, prutortí,prufetaH, etc., fita t* mi vumriOn pamcujar: rdlfimr upa congre¬gación*

Aunque la printers Lealtad del ministro en a Dio;, eafa devo¬ción nunca debe ner una exeusa para eludir los deberes pas¬torales. El ministerio implica tanto privilegio cuma reaponsabj-I id¡id.. El llamamiento del ministro siempre debe tomar cuerpoen alguna clase de comunidad, generalmente una congregaciónlocal. Uno no puede Hervir a Cristo sin servir a la gente, porqueservir a La gente es servir a Cristo i Mat. 25:31-461.

Al buscar un entendímiento claro del llamamiento del mi¬nistro, debo notarse también que los términos "vocación’, "profe¬sión" y "carrera' tienen múltiples significados. William P. May,un profesor metodista estadounidense, ha sugerido que rata con¬fusión de terminología ha oreado tensiones. Primero señala querada cristiano tiene uno vocación, que iradicionalmente ha sig¬nificado un com promiso hacia Dios y el prójimo. Sin embargo.una carrera es alga más egoísta; an un medio para lograr lasmiras y propósitos privados de una, En lugar de preguntar cuáles le necesidad de la comunidad, una persona de carrera pre¬gunta qué EZ lo queyo quiera sur y a dónde quiero ir.11Si esta últi¬ma pregunta EZ la que cata en primer lugar en SU meiíU>, ¿noquerrá decir eso que usted esté buscando una currara y norespondiendo aun Llamamiento'.'

En el sentido bíblico, tanto Lulero romo Cal vino enfatizaronque todos Los cristianos son "llamados* a servir a Uiw en y através de su vocación. Los autores de este libro sostienen que elministro, como un profesional, se encuentra en un punto entreeste concepto generalizado de vocación para todas Los cristianos

La vocación dci ministro

epfslalBB paulinos (í Caí. 7:3Dh; 12:28; Ef 4jll; Rom 12:6ÿ1.

Amhib reformadores afirmaron que lok furma de trabajo dignaera un 'IkmBmúntu divino”. El labrador, el camereianle y elzapatero, TUJ adío cl «occrdote, Ionian también un llama mitin lo deDios para servir al mundo un BU (TBIIÿU.

Lotero, un poco más conservador, sentía que cada personadebía trabajar en EB misma ocupación de BUS ancestros. Culvi.nono estaba de acuerde. El enserió que el II amado a servir d Diuí y

IB gente era por medie de cualquier vocación que mejor le culi*

Viniera a esa person u. Este énfasis adicional de Calvino fue muysignificativo, porque implicaba que In admisión a una profesiónno sería en haw a herencia sino n méritos. IJI importancia deesta enserian/a paro la vida profesional « difícil de sobreeati-mur,

ZtETICA MINISTERIALiiS

En el Israel primitivo se desarrolló una clase especial de pro¬fesionales religi UHU5. B Saber, sacerdules y profetas. Estos deagrupos llegaron n Ser las autoridades supremas un ley y religión,y de igual manera realizaban algunas fuiu-ione» médicas. Losriera 'profesionales" del remcrcio y la politico eran castigadorpor profetas romo Amis por oprimir a Ira pobres mediante prác¬ticos do negocios deshonestos, El oonoeptodel profeta en el antiguoIsrael w UIíII “creación tvligi uso-culto ral dvl orden más elevado-.porque “presupone La fuente misma y el significado de IR vida delindividua y de la comunidad del pacto-

Para el tietnpu de Jesús, había surgido uno variedad de pro¬fesiones: SLLDcrdotL'S , m HCHI ros. ilbog&do», mediros y anidado» pro-lesiónales. Aunque Chato a menudo denunció a los religiosos yexpertos h-gutes de su día como hipócritas y legalistas, él mismofue conocido como un rabino de Galilea, un miembro de la profe¬sión do enseria riza. En los Evangelios y en el libro de Los Hechosencontramos también a otro profesional L el 'médico amado"Lucas, quien ministró a Pnbln y escribió dns libros del NuevoTestamento,

Durante el período do la Edad Media, particularmente en elmirle de Europa, ocurrió muy poco cambio. Con tu iglesia estable¬cida en control, loe clérigos constituyeron el grupo profesionaldominante. A través del control de la educación, los dirigentesreligiose* del periodo medieval escribieron loa reglas que go¬bernaban lu práctica do todun los otras profesiones. Hiilm algu-non beneficios de este centro], La medicina, la ley, los negocios yla enseñanza, todos existían dentro át un maree común de va¬lorea y creencias compartidos.

Fue también durante este tiempo y después, qUe muchas ocu¬paciones y grupos comereía les se organizaron en gremio*. L:HgremioB servían para mantener las normas, entrenar aprendicesy sujetar n los indisciplinados. Después de la Revolución Indus¬trial. algunos gremio* evolucionaron en profesiones.

Importante para nuestro entendimiento de la* profesionesmoderna* y del m misterio, fue el aviva miento de una doctrinaclave durante el período de la Elefbrmn. Dos reformadores religio¬sos clave del siglo dieciséis fueron Martin Lulero y Juan tfelvino,

Antes de este período, se concluía generalmente que las única*personas que recibían un divino" eran aquellasescogidas fH ir Dios para entrar en el camino monástico espi-rítuslmenle superior. Este 'llama mien to" ivocatio), era reserva¬do Milu mente para lúa profes ionuk-s religioso*.

Lulero y [.’alvino desodoran esta tradición, basados en laenserian*a bíblica de ‘“llamamiento4’ que era prominente en la*

Lu cultura juitnTríílitni, dotdc tiempos bíblico* hi«h luReforma, penned el unetpto dr pnbtlófl COTI el principio fflornl dtservicia tiimadci en ana visión religiosa de Dios tnihiijmdü juntaOía Is gente para i-l mejoramiento de toda IB creación. La doetri-njL di- la vocación o llnnuLmicntu llegó a ser el tema religioso ymoral que más iluminó el dignificado de Isa profesiones y del tra¬bajo protes»nal,13

liespifes del 1500, las profesiones se estancaron, per¬maneciendo pequeras y exclusivas, J*is miembros de las prnfe-jtínnps llevaban la 'buena vida” de caballerea desocupados,ganando una posición social elevada por medio de uu adhesión alrey y a su corte. El Irábajo que requería mano de obra era poralu* ebriorra; loa profeso i nales vivían lu vidu de refirm¡ilion lo éntra¬la» clases inri.- alto*.

Aun a la altura del siglo dieciocho, la educación y la eum po¬tencia de profesionales eran deplorables. Los médico» sabíanlatín y de los clásico» griego*, pero muy poco de ciencia o de cómotratar a lo gente enferma. LT profesión de leyes se había deterio¬rado desde tiempra medievales, ya que los estudiantes de h-yvaprincipalmente servían a la clase media.

La clerecía no dejó de ser afectada por ratas tendenciasBociele-t- En la Inglaterra del sigla dieciocho, el papel del minis¬tro era principalmente “un accesorio ocu paeional de posición doclase media”.H Para el siglo diecinueve, muchas de loa clérigunestaban ansiosos do sor eunsideradra como profesionales con fun¬cione* y deberes especifico». Lamentablemente, era difícil cum¬plir este deseo, ya que loe responsabilidades del ministro in-huían muchas funciones que no eran una parte de la ordenaciónsino mós relacionadas COTí su posición social como patriares de su

ETICA MINISTERIAL

parroquia rural. Cun frecuencia cl padtur inglés dr La localidadera también juei. doctor. Abogado, magistrado y muhitro. Ei

LEIS praii-yitiiics «1!a Ajm-rica colonial, sin embargo. Lomaronun nuevo carácter. Sin el impedimento de Ins restríceinnaa declaae social y de La herencia institucional, tan rígidas enInglaterra, el profesional americano “alegremente ignoraba talesdistinciones sjnüficadea. tomo entre un pasante de leyes y unabogada, o entre un farmacéutico y un médico. Los profesionaleseran juzgador por la competencia de Su ejercida y no por !uimpresionante de suu credenciales-. 14

Este singular desarrollo de las profesiones en América tam¬bién tuvo impacte significativo en la religión. Al principio hablarelativamente pocas profesiones, siendo los principales la medi-ciña, la» leyes y la clerecía. Como en tn Inglaterra rural, enmuchos pueblos en las nuevas colonias el ministro era el únicoprofesional, IEI persona a quien llamaban para ayudaren asuntosde ley y medicina, así como en religión. En ese tiempo todas tasprofesiones tenían no solamente un sentido de servicio a la comu¬nidad enlora , sino también creían t)iw su wmuu era a Dios.

Para el ministre, «ote sentido de llamamiento, de ser escogi¬do por Dios pura esta labor, era aún mita intenso. No obstante.e[ protestantismo con su tradición reformada, insistía tambiénen que cada ocupación era un llamamiento santo Esta genera¬lización de la idea de II ama miento llevó a muchas personas enAmérica A adoptar una actitud de Antiprofesinnaltamo.

predicudoTTí laico* qUecran jtpnuinniMrrttc llemadun |*ir DíOH,pepino wee viftirt <uft\ú «uperiucAS a un mioLiteno ordenada y edu¬cado, pero eaptritualmente tibio. £1 crecimiento de las iglesiasbauliutiLH, que empezaron n nobrepiÿjjir i>n número n In; dcnnmi-nacinnen protestantes estnHecidiu mita sniÍKuas ... cS uno indi¬cación dcc«ln Irndrncii.11

La vocación del minislre

visto lou servicios de los profesionales como otro nrticulo máspara venta d mejor posto r . A veces I un abogados se sienten comomatones contratados; los doctoren parecen más preocupados porla Tecnología y la economía que por los pacíanle»; los ministros St

perciben Mino esclavos de Las expectativa de los laicos.En 1991, un seminaría grande de los bautistas del sur de loa

Estados Unidos, hito un estudio entre laicos y ministros en ochoestadas en relación con el papel de Loe pastores. Cerca de tresmil doscientas personas respondieren. Los resultados indicarenexpectativas de lou pastores par parle de lúü laicos irrazonable¬mente altos, ssi como diferencias grandes de opinión entre Iwdos grupas.

I jin laico* que nüpunduünm irmsiramn una fuerte preferencia parLin i'sc i N> til- liHliTJLzflHh dinTUi. jigrvsivih. «m programas nrieataÓMi:H-CI tanta dm: lo<t miniÿLnM profe«ionotos dieren que valoraban"estile* compurtidoi de relación que muestran interés genuino"La gente de la congregación espera que lúe pasturo WHO iguid-mmlc competenien lirtualmonlo en lodos los ospoeta* del minie-Irrti . .. cuenón * lia laico**r lee hicu-run HIH pnymiLU *obre lucualidades del ntinitíerio pastare], “«IIM dieran twbiieaments quelas lGtteran im portantes. De im>do que no hay nada que no senimportante, lo cual en cierta manera ea muy irreal" ]Í1

Esta es parta de La crisis que los ministres enfrentan el díada hoy cuando buscan aclarar BU papel y definir su mintalerin enel mundo moderno.

¿A qué mnclusinnes podemos llegar de esta, brava historia deLas pniívsiiHIcs? El primar uso de la palabra profesión fuá enrelación cun quienes “profesaban- votas en uno urden religiosa.Los servicios esenciales previstos a la oocicdad por estas comu¬nidades religiosas incluían tanto Ja sagrada cuma Lo secular, yaque los monasterios llegaron a ser centros de cultura y edu¬cación De este modo «tas órdenes religiosas proporcionaban ala sociedad artistas y educadores, experta» en Ley y medicina,UHont políticos y dirigentes, asi como teólogos, sacerdotes yntmifltTtM.11*

Gradualmente, lun tres vacaciones de medicina. Ley ydivinidades, Regaron u considerarse como únicas. El término“JaiCíido" originalmente Sí refería a quienes no estaban entrena¬dos en estas tras profesiones por razón de sus fundumenbjs cle¬ricales A fines de la Edad Media, módicos y abogado» que nohabían tomado votan r?]igioor*i cataban practicando *us habí ti-dudes. Sin embargo, laa cualidades originales que lo» clérigos'profesaban*, continuaron definiendo al verdadero profesional.

La situación social diferente en América croó unb historiadiferente para lus profuaioimlcí. No hetbienóo una gen u i na clasp

noble, lo» módico», abogado» y ministro* w unieren a lo CIEU»media y ofrecieren a loa jóvenes una avenida de expresión ylogros.

El siglo veinte bu sido testigo de Una explosión de profesionesen el mundo. Uno da Las resultados positivas b& a ido un altograda da conucim ienLo y habilidades especializada», que hd crea¬do altan nivelen de vida a través de múltiples opciones de servi¬cios profesionales. Los arlodonristdi enderezan loa diente», Lo»neurocirujiuiDH corrigan las léflicrueH dé lli espina dorsal y twministros de música dirigen lo* taren de la iglesia. Sin embargo,con la orientación de mercado del capitalismo, a vece» no Kan

U vocación del minia LTD 31ETICA MINISTERIAL

Un ideal que emerge de vita herencia moral de vida profe¬sional, es un tema que Darrel I Rntk llama habilitación, "la devo¬ción de habilidades profesionales pura llenar las necesidades degrupos y, finalmente, para el bien centón’.ÿ

Lo opuesto de habíLitación es explotación. Heeck cree queuna prepjntfl crítica para todos los profesionales contemperó-nanu y especialmente para el ministro moderno, es esta: ¿Soy, enmi vida profesional, un habjlitadoro un explotador? Sin embar¬go, anle» que« pueda considerar totalmente esa pregunta, debe-m™ primero entender muy claramente k> que significa ser unprofesional y si ese término realmente se ajusta al papel del mi-metro hoy.

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la ejercen, comprehensiva y de autdgobiernoi un sito grado deautonomía algún códijpj de élií*

El sociólogo l'nraflr.t también argumentó ciertos obligacionesmorales, como competencia y falta de interés propia, rumo esen¬ciales para el cumplimiento de la función BOCíéLI de una profesión.

Preocupado por el nimbo moral en la medicina, un trabajadorde la salud sostiene que hay cuatro característicos invariables deleo profeaimes de ayuda:

Los cuatro rasgue, que wn fu ndnrncntaJr* n una verdadera profe¬sión,. Hü-TI: I J la naturaleza de Ins nwcsidodr* humírtM o JasCualesse dirige, !¿l el estado vulnerable dr Aquellos A quienes sirve. 3Umexpectativas do confianza que genera, y contrato social queimplica. Tcmad(ei crt conjunto, estos ra*taA fyan el idea1 tradi¬cional de urt* pmfrnfa aparte de úlru ocupaciones que imponendemandas al titulo.**

En un texto contemporáneo sobre ética profesional, MichaelBayles esboza tres rasgos centrales que son necesaria para queuna ocupación sen una profesión: (l) -entrenamiento extenso; <2)

un componente intelectual significativo en el entrenamiento; yí3) la habilidad entrenada proporciona un servido importante ensociedad. Este profesor también advierte que bey otros rasgoscomunes a muchos profesiones, a saber: credenciales, una orga¬nización de miemhros y autonomía en su trabpjo.36

Otras distinciones de profesional bochas por sociólogos, sonsimilares y enfatizan cuatro rasgos: entrenamiento especial LEA'

dn, un sentido de llamamiento para servir al público, autorregu¬lación incluyendo un eódigu de ótica y autonomía.36

Comparar estas líalas de características profesionales Con lavocación del ministro, es reconocer muchos punlon de identidad.LAB ministros parecen Llenar todos estos requisitos excepto dos:un código de ética y autonomía. los cuales llenan parcialmente enalgunas denominaciones,37

En relación con «1 primero, un código de ética, alguno* gru¬pos cristianos han desarrollado eme documento para HUB mi¬nistros; en tonto que otros no. Las razones para esta inconsis¬tencia y la dificultad que un código de ética plantea a les mi¬nistros, se van B explorar en el capítulo 7.

LH segunda característica es la dimensión más crítica en elanálisis de profesiones, la variable de autonomía, que es espe¬cialmente molesta para Ira ministros. La autonomía profesionaltiene su raíz en una autoridad basada en competencia superior.Se da por supuesto, por qjemplo, que un cirujano traumatólogo ex

El significado de profesional

En el lenguaje popular fe palabra profesional se usa en fonmax descuidadas que confunden. IAS atletas « a utodenomi na n"pros1- y ocupadones como fe de fumigadores y personas que tra¬bajan en solas de belleza, anuncian su trabajo como "profesiu-naT. Este uso común del término trata de producir en el públicotanto respeto como confianza, pero de hecho encubre el ver¬dadero significado de profesional.

Los sociólogos han escrito extensamente sobre la verdaderanaturaleza de las profesiones, la profesionalizatidn y el profe¬sional Lamo. Se ban desarrollado dos escuelas principales: la"escuela de Harvard" ejemplificada por Talcott Parsons, y la'escuela de Chicago" representada por Eliot Eried&on. La escuelade Harvard es funcional ista en su abarcamiento, viendo una pro¬fesión enmo une ocupación distinta, caracterizada por conoci¬miento complejo, importancia social y un alto grado de respon¬sabilidad.. La escuela de Chicago da por sentado el hecho de quela entogaría de profesional es una "construcción semt-milica',creada por miembros de una ocupación para obtener ventajasocial y económica.33

La definición funcional de profesión he sido aceptada por 1amayoría de los. investigadores romo básica y conceptualmentemás substancial. Usando la definición de Talcott Parsons romobase, James Adams caracteriza una profesión de esta manera:

ftoaliza un servicio «ocial único y esencial: requiere un larga perio¬do de entrenamiento general y especializado, generalmente enconexión ron una universidad; presupone habilidades que estánsujetos a análisis racional: el servicio a La comunidad, y no laEAFumria económica. *e mpoot *vr el motivo duimmirnc: las ñor-

nut deamptúnda tanMAtddi por una organización dr quienes

RTICA MINISTERIAL32 La Vocación del minist ni

La crisis en la vida profesional hoy &

Michael Bayles inició arriba* ediciones de su muy citado ycomeen fumines libro IWvtwiunuI Ethics £ Etica profesional J. cond siguiente párrafo:

La íticn de la amduL-ta pmteiiánial ruta *¡*ndu rtarniinanda wmununca antea m la historia. Ahofiadto, médiro*. inKi'mrnm, conta¬dora*y otro# pivEeiionalm, están Riendo ínliodút por no tener enfumlíi 1ed dcreehtw de loe dientes y el interés publico, ijuito loHKtedikd rielé reenmudera ndo el papel dr las prcfcspnnwi y de lo»|imf[-s¡ort4ilb‘N . Dr cnnJi|rnrr JHHJIHTJI. tanto Lux pftfruHiruilrj mhiu

rl público mlán en Flfnidildo IDüehoO KtM éticas difíciles. Drtdeque lo» prnfcHÍo¡n*t™ c*Un de*empeft» ndn pápele* importante* mle uodedul durante la ultima década dal ai||la veinte. todo* eiLánpreocupados raí la ética profesional.:Ll

Entre la Reforma y la profesiuilnli tócirin moderna, lardoctn-ras cristianas gemelas de vocación y pacta cambiaran decisiva-menh?. El sentido de "llamamiento* fue ampliado al de “saeerda-cía de todos los creyentes" y con el tiempo incluyó a cada indivi¬duo. La doctrina del pacto estimuló la formación de comunidadesreligiosas de disciplina, quienes creían servir los propósitos deDios sirviendo a otro*..

Sin rjiibjLrjjíh, en anas redmlín La idea de vocación ha sida rttmplacada por la idea de carrera «uno la noción gobernante de lavida prufaainnot. Y In idea de parte ha aide roeaiplarada per laidea de «intrato. "Carrera" viene de una palabra que se refería alestadio en el mundo romano antiguo. Es uno palabra que He

refiere a proeza mediante combate competitivo, saliendo adelantey tri un lando sobre otma. aun si dicha proeza involucra meramenteIr dando vueltos en circuito ... La petubm "contrato' HC rclirrc aItw convenios utilitario* entre parte* donde enlabíeteme* unarelación dar-y-toma r en lo cual loe bienes u neroriw se inteream-hita wobrv una b*** de mneeaione* rttotw*-

ERUI REíCUIO ri ración de la vocación y el pacto en carrera y con¬trato ha tunen u £¡id« renamente la recuperación de las virtudestradicionales del prnfesionniiBmo. Un módico. Edmund Pellegri-no, esti alarmado de que la idoü central de una profesión, servi¬cio altruista y desinterés de recompensa personal, actualmentecató minusvalorada. El cambín va en la dirección del autoi morcay el alejamiento de Ito compvomiaofl morales. El doctor Pellegrinocree que Las dcoerciones de carácter moral presenten, de muchosdoclores abogados, eienüfícoB e incluso ministros, constituyen unpeligro grave a la vida profesional y a nuestra sociedad actual.11

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competente en mi úrea de conocimiento especializado y. por lotanto, asumirá responsabilidad por aun decisiones profesionales.Este asunto de Lu JI utonomia profeaionHl ha llegado a ser una delas principales áreas de conflicto entre tn profesionales y lasorganizaciones en las cuales ellos ejercen . '**

LJI autonomía del ministro evangélico es mucho más limita¬da que la de otros profesionales, porque en La mayaría de la* igle¬sia* Los dientes i miembros l son también los directores y duettosde la organ launón en la cuál loe ministros ejercen. Ha habido nopocos conflictos en las iglesias en relación con la autoridad pan¬toral y el control congregational.

Uha de loa razones por que loa aúCÍólogoB H IPsieierl a incluira loe clérigos Como profesionales, es porque el papel pautoral H

ha convertido en un conjunto de tareas. No adió hay varías espe-ciaLiZaCÍOnc* como ministro de música, consejero do la iglcain,administrador de la Iglesia y ministro de la juventud, sino tam¬bién una multiplicidad de tareas en cada categoría.

El trshijo *i({ntficii coas* dlfertitLci pura diferente* pcnuifti.

dnpvadinndih de quiétier *ean "*to* pÿnmnn* j lo que hotrn. fVhecho. ]* imagen tiíat do Ito rrligimito aparset nirtfumi y, paromucho*. Unto dentro roma hiero tU-L minúlerío. nada atractiva.19

Otro equipo de investigación. CarT-Saundera y Wilson, en unvolumen de normes unhre las profesiones, excluyen a la iglesia desu consideración, porque "todas les funciones relacionadas conlos asuntos ordinarios de la vide ... que antea Llegaban a la igle¬sia, ahora han sido lomados por otras vocaciones. Lea funcionesque Le quedan o la iglesia son espirituales ..."ÿ

Una significarían crítica de una definición adecuad n de pro¬fesiones en el hecho de que “una de la* formas más reveladorasde entender el carácter de cualquier civilización es precía&mentepor medio del discernimiento de la orientación fundamental y loatipos de liderazgo que la civilización adopta"-51 Nuestra culturapodría ser juzgada por la forma en que raiata hoy tn vida profe¬sional. Se esta dcs&rrollandn una brecha cada vez más anchaentre 1a definición tradicional de una profesión y la forma en quelos profesiones funcionan al (inalizar el siglo veinte.

Antea de que podamus intentar determinar si el ministro esun verdadero profesional, entonces, quéde otra tarca. Es niff-

sería entender la criáis cultural que amenaza la vida profesionalel día de hay. Bien puede ser, debido si cambio de valore» en lasociedad moderna americana, que In posibilidad de que un mi¬nistro sea un profesional, ya no sea una opción.

Lit vocación del miniaLru

No teniendo nada verdaderamente significative en qué creerel ciudadano medio debe volverle a la realidad materiel para lajialvacinn. I-a* afirmaciones religiosas no tienen ningún sentidopara personas que creen que solamente *lo que es, es ahora, y yano es más". Cuando se trata de valores y virtudes, los americanosmodernos sen diferentes, desunidos y con frecuencia desintere¬sados, La columnista Ann Landers lo puso en un Lenguaje quetodos podemos entender: HEn cuanto a norman de moralidad.siento mucho decirlo, olvídenlas. Bar tren hace mucho tiempoque salid

Esta ¡ausencia de valores compartidos es un problema seriopara Las profesiones. Si lo actual sociedad estimula un pluralis¬mo de punto* de vista del mundo, y íi lodos estos puntos de vistay sus enseria rizas etican son de igual valor, ¿cómo puede alguienhacer juicios suba- acciones morales?

A inmoh que it pusdan hacer juicio* juilin- drfuiúAtH ntumlfji. mi

son decisiones nútrate*, Bino simplemente He la idiotin -eraría individual. La reflexión ótica requiere suposiciones Cara¬mente formutedjis a las cualea uno puede apelar cuondü it exa¬minan I» razones para La Mtiín.™

Desarrollar pautas de conducta ótica entre los profemonaleHrequiere algún consenso acerca de valores. La crisis social queenfrentan todos IOK profesionales hoy día un la falta en aumentode Valures compartidos en la sociedad actuul.

La ótica profesional hace frente también u una crisis quetiene dimensiones personales y sociales. En muchas miuleros esuna consecuencia y reflqjo de luí cambios sociales discutidosames. IJI autoridad e identidad do la persona profesional «stá enpeligra como nunca ante*. Tradicionalmenle, la autoridad dedoctoreo, abogados y ministran nunca so cuestionaba, debido a MU

COMPETENCIA vocacióna] y a su dedicación a servir.En nuPiltra mundo contemporáneo, sin embargo, el público

laten está desafiando at profesional en ambos puntos. Conformehombres y miares laicos han 1Legado a tener mayor conocimien¬to. han convertido en más críticos de la práctica profesional.El dcHcubri miento al público da médicos Ln more tes, abogadosincompetentes y ministras descarriada*, ha aumentado el escep¬ticismo de la SOcicdud. Las demandas Legales han aumentadodramáticamente, no sólo de loa clientes sino también entre losproferíanatea.

í-o falta de confianza pública en la competencia profesionalha igualado a la disminución de dedicación profesional. Históri¬camente. w confiaba en quienes practicaban la medicina, leyes y

ETICA MINISTERIAL

La criiis tiene tunlo una dimensión personal como social. Enel l&du personal, la Vida profesional contemporánea presentaciertos riesgos. Un investigador que ha estudiado las profesionesun la historia americana. hoce poca advirtió sobre Ion peligros déIB vida moderna profesional. “Los maestres, doctores, abogadosy pasture»-, escribió, "enfrentan tres peligras actuales: Hogar B

ser más confiados on Bí mismos, más orientados al éxito y másconvencido» do cuánto merecen." Este profesor de Nutre Dameconcluyó:

Ls iglL'Hia de t-rifllo no necesita prafrainnalea presumida*, preocu¬pados con el manejo de ñus propias «irruraa. La iglesia no neoasi-t,i miembros oriwiladoH at éxito, que solamente ministran a tríun-fodnres. Ls iglesia no necesita a quienes esperan la vida buenaporque Iruhujun muy duro. Los cristianos han da vivir el idealorigins! dr las profesiones: servir antes que ser servidos.W

Pnr otro lado, Dennis Campbell ha analizado algunas nuevasrealidades en la suciedad americana que amenazan el ucer-enmiente cristiano a una práctica profesional. Tres movimientosmayores en la cultura occidental que deterioran loa puntóles delprofesionalismo son la secularización, el pluralismo y el rela¬tivismo.17

Estados Unido» de América, cunio lo mayoría de Las nacionesdel mundo occidental, es dominantemente secular. l<a vida yn noestá modelado pof una vipírtn de Dios o de lo iglesia. Hay muchospunios de vista competitivos de la reolidod en el mercado dp lasideas y, de este mndo. ningún punto de vista domino 1a lealtadúltimo de nno gran mayoría de los americano*.

Durante lo Edad Medio, cuando estaban surgiendo los profe¬siones. prevalecía un punto de vista cristiane del mundo. Todoslo* aspectos de la vida personal y social estshan definidos por laiglesia y uno interpretación religiosa de la vida, la sociedad es-taha unificada por creencias religiosos comunes y valores com¬partidos. ixw conceptos de profesionalismo se donarml I aren du¬rante un tiempo cuando los valores morales cristianos eran acep¬tados ampliamente.

La secularización, cuma maleza én un jardín descuidada, so¬brepujó gradualmente el monopolio cristiano de la civilizaciónoccidental, Conformé nueves puntos de vista retaban a lüí tradi¬ciones del pasado, surgió un pluralismo tic ideas sobre el dignifi¬cado y valar de la vida. Este pluralismo creó muchos problema*pura la vida camón de los americanos, parque engendro nlromonstruo cultural: el relativismo. El relativismo sostiene que nohay un snlo punto de víala shaoluto de la realidad; por lo Lanío,

toda* loa perspectivas son iguale* en valar.

34 35

Lib votación del ministro 37ETICA MINISTERIAL

la religión, porque se dphn por neniado que eu úrico interés erael bienestar de aquellos a quienes servían. Hoy, la gente no catómuy secura de que ne pueda confiar en alguien que qjeroe unaprofesión. “Abundan infamies «obre cirugías innecesarias, prác¬tica dental indigna de confianza, consejo legal cuestionable yenseñanza da calidad pnhrí."w

Desde 1&77, la encuesta Gallup ha pedido al público que va¬lore la honestidad y las normas de las diferentes profesiones yocupaciones. En la encuesta mds reciente (19891 12 por cientodel pública dijo que loa religiosas alcanzaban "muy altan” normaséticas, y 43 por ciento Ies dio una calificación de "alto11. Una per¬sona de endn tres (35 por ciento) cree que loo religiosos son úni¬camente término medio. A la luz de muchos escándalos muralesentre ministros en los artos ochenta, loa eneuesladores sintieronque era un resultado muy positivo. Loa ministros han ocupado elprimero o segundo lugar entre las profesiones, desde que se ini¬ciaron las pruebaR. Actualmente los ministras tienen un 55 porciento de evaluación favorable, y van en segundo lugar despuésde los farmacéuticos (62 por cientob seguidos por los médicos ylos dentólas (52 por ciento). Los abogados alcanzaron un 22 porciento, justo nbnjih de los senadores \2A por ciento) y sobre Lospoliticen locales (21 por ciento!. En 1HH5 los religio-wa tuvieronau clasificación positiva más alta de 6? por ciento.

El punto es obvio. Loa doctorea, abogados, maestros e inclu¬so loe ministro», no Imponen el aura de respeta y admiración queantea ten ion. Loe profesionales mismos no comparten valorescomunes, Lo que sin duda ha contribuido a «ata cuestión de com¬petencia y dedicación.

Loa ministros en particular están confundidos sobre supropia identidad. James filasse infarmó hew dos décadas lo quetodavía parece ser verdad, que “la imagen del ministerio es ne¬bulosa, confusa y falta de atractivo".1* En particular observó quetros diferentes imágenes del minister» cavan una crisis de iden¬tidad para los ministros: el ministerio como ti) un llamamientoparo una clase o persona particular; Í2) un llamamiento de un»clase particular de institución; (3) ur> llamamiento a una claseparticular de trabajo,43 En un análisis del papel del ministro,.)mnfs Gustafson apuntó:

El problema one el ministro enfronta CO cualquier contexto norialüK el de determiner quién es 41 y qué está haciende dentro dé Lacomplejidad de aun funcionen. Gen Frecuencia carece, «tía que decualquier otra OM», de una conciencia de poro qué o#tá y, por latanto, no llene un foco central para la integracián de su» diversa»ortividllllfí.44

35

La criáis que enfrentan los ministras os semejante a la déOtros profpüionaleH, porque ambos han sido afectados significati¬vamente por lo» cambios en IDS valoren culturales en ente siglo.Quizá la situación lo resume mejor Martin Marty en un turtoactual de Ótica ministerial en Estados Unidos. Este muy respetado historiador sostiene que el contesto para la ótica ministerialha cambiada a "un entendimiento empresarial contraído más pri¬vadamente'. Hay cinco elementos que han inten niñeado lalarga tendencia de este siglo: ( 1) un punta de vista secular de lo»clérigos; O) la «ubordinaenón legal de la religión al Estado; <3j lamodernidad y la modernización; (4) la i-íptdaliución mora I deloo clérigos; y t5) la acomodación teológica. Usando un términodel mundo del teatro, Marty esplica que en tiempos pasado* laidentidad del ministre era determinada por ser parlé de una igle¬sia o denominación, peto quo aburo 'solamente eres tan buenocomo tu última acto’.44

Al explorar Ion factures qué ban contribuido a La crisis en lasprofesiones, hemos visto que la gente en general carece de unatradición moral compartida. Esto cambia cultural bu creado unacriáis social y personal para los profesionales. La ausencia de va¬lores compartidos en nuestro sociedad ha contribuido al escepti¬cismo donde fuera y a una crisis de identidad desde dentro. Enuna cultura secularizada, materialista, donde los valoreamuróles paro tantos son relativo», ¿qué debe ser y hacer un mi¬nistro?

Esto nos conduce, entonces, al punto de partido del asumo:¿Es el ministro un verdadero profesional o no? Si el miniatro ai

"profesa" algo, ¿qué es lo que y en qué forma enta '‘profesión''afecta In ética ministerial?

El mbilstro como un profesional

Para hacer un resumen, entonces, podemos definir un profe¬sional en este sentido contemporáneo: una persona a mpl iume rile

educada, de habilidad y conocimiento Dluy dcsántilIidea, quetrabaja en forma autónoma bajo lu disciplina do una ática desa¬rrollada y hecha valer por iguales, que rinde un servicio socialque es esencial y único, y quien hace juicios complejos que impli¬can consecuencias potencial mente peligrosa».47 El profesionalestá interesado principalmente en el interés público más queenel suyo, y más mleresfldo con loe servicio» que presta que con La*recompensas roonetaria0-,,B La pregunta que debemos contentarabara, es: ¿La vocación del ministro se ajusta a esta caracteri¬zación general de una profesión?

ETICA MINISTERIAL

La primera cosa que debemos admitir es que el concepto doun profesional no « qjusto nítidamente a los ministros, Por unlado, hay varias formas en que los ministros son muñas que pro¬fesionales. Mucho* ministros ordenados tienen un poce menosque educación superior y aún m ¿s «i recen de entrenamiento pro¬fesional 1teológico J. Aunque 3a religiosa es 3a matriz histórica D

la cual las profesiones modernas deben su origen, el entre¬namiento intelectual entre loe ministros modernos vaha grande'mente.

Otro esfera de diferencia es el papel social del ministro queactualmente incluya na sólo responsabilidades pastorales sinolambióA OlTOa muchas habilidades. El ministro contemporánea.por cjrjmplu, debe ser perito en administración dr negocios y rela¬ciones públicas. Para estas labores, la mayoría de Ion ministros noínlán cimentados un ninguna competencia técnica UEpeaficii.'* 1 Almismo tiempo. Ib educación teológica se ha alejado del estudio dulas divinidades paro ofrecer estudios en disciplinas especial iza¬das y una acumulación do habilidades profesionales al estilo de

Cüü demasiada frecuencia este esfuerza parpropunir ministros pura la multiplicidad de demandas vocn-cionales a las que hacen frente, es incompleto y superfieiul.

Peter Jams ha dado lugar a otro pregunta: ¿Es el ministeriouna ocupación, profesión o posición? El hizo ver dos dificultadesprincipales: el concepto de profesión ha sufrido una transforma'ción de una posición a una ocupación, y en segundo lugar, no hayCTÍtoriofl universa lm ante aceptados paro una profesión. Jarvisconcluyó que el ministro es algo menos que un profesional.porque: (11 el ministerio ea tan heterogéneo que es imposibleargumentar que ea una ocupación o profesión: y (2) el ministeriose ha convertido en una profesión sin ninguna posición socialalta y de este modo anacrónica en un mundo que enfatiza losIpgros y la especiulizaeión.*1

Aunque la falta de autonomía y especial izoción puedeimpedir que loa ministras sean considerados remo profesión ales.Jaren a cree que esto "no niega la posibilidad de que ministrosindividúalos sean profesionales, ni que puedan desarrollar peri¬cia que les haga sumamente hábiles"*11

Hüy también un sentida opuesto en el cual el ministra de unaiglesia cristiana es algo más que. o diferente de atro profesional.A semejanza de la distinción de Kierkegaard entre el apóstol y tigenio, hay un ingrediente "no- profesional*en la vocación del lla¬mamiento religioso, La vocación del ministro no es de estemundo.44

Esta distinción subraya la autoridad única del ministro, que

38 Lu vocación del ministro

na se basa fundamentalmente en competencia técnico, sino entradición religiosa y moral, Esto significa que el oficia clericalestá legitimado par su testimonia carfemáticn, que no mantienela tradición cultural tanto coma rechaza In Cultura dUtusufi-danto, trnyóndolu baja el juicio del Unico que transforma tanto nla iglesia como o la cultura.** Quizá por esto razón Jacques Ellulcontrastó la vocación y la profesión como un ‘divorcio total entrela que la sociedad incesantemente pide de nosotros y la ValuAtadde Dio*. Ei servicio a Dios no puede inscribirse dentro de unaprofesión,"™

Do# profesares de la Universidad Duke. Stanley Hauarwan yWilliam Williniun, también creen que el ministerio es algo másque una de 3as "profe*ione* de ayudo'. Se resistor a colocar elministerio er esta categoría por razón de la suposición que impli¬ca que el ministerio es sencillamente un asunta de llenar lasnecesidades de la puto. Este "sentimentalismo" hoce imposibleun minister,*! de integridad, porque la gente “no entrenada aquerer las CUBBE correctas correctamente" determinará el minis¬terio, en lugar de la narrativa del evangelio. “Ser un ministro(coma un pastor \ no os una vocación meramente para ayudar n lagente. Somos llamados a ayudar a la gente en el nombre deJesús-.1-*7

Habiendo admitidn estas formas en las cuales el ministromoderna del evangelio no es como el profesional tradicional,veamos ahora algunas formas en que la vocación ministerial co¬rresponde a esa designación.

Á diferencia de3 típico especialista de hoy, el ministra se preo¬cupa por fe píirsono totoh él (O ellaj tiene un amplio fondo educa¬tiva general, que es Iradicional mente un rasgo del profesional.Como la poaición de las profesionalvs depende de competonciutécnica en tm campo, el clérigo depende de competencia en cier¬tas, disciplina» teológicas, tonto teóricas coma práctica».** LosciérigíM de igluaid, ¡mi- ejemplo, deben estar cu pactladna paroexplicar vi significado del matrimonió cristiano, asi contó realizarun servido de matrimonio.

Como dirigentes on la colonia que existo como la comunidadredentora de Dios en el mundo, el servicio que prestan Ion pns-tnres y otras minintraa es único y esencial. El mensaje que pre¬dican y enseñan ea “conocimiento peligroso" < como ul de atmaprofesiones, parque revela el significado real y el propósito du lavida, uní coma vi conocimiento de Aqut-I que VB ‘ul canticio y IDverdad y la vida" rJuart J4:6).

Como un profesional, el ministro del evangelio está dedicadoa servir a otro?, la recompensa monetaria y la posición no san

39

La vocación de) ministro

en común. Pura identificar al ministro coma un profesional ,

Glust derivó la relación de doctor, abobada, maestra y ministro,B esto» factores.**

Adaptando el modelo de lílss*. Gaylord Noyce desarrollauna red que compara cinco profesiónes (él añade gerente de Peco¬rina I de igual manera, Aunque BU lista de element™ es similar,Noyce añade algunaji carácter!áticas nuevas. Par? él, un profe¬sional íl> HF educadn en un cuerpo de cnnocimiento; H J hace uncompronusci ds servicio’ (3) es parte de un grupo de iguales queestablece norman de practica; i 4 J » una matrii institucional quereclama lealtad; y {£> sirve metas inmediatas* en nombre de fún-deméntales, que son Í6? especifico* a la profesión,11

Reflexionando sobre la red, Noyce pareció llegar a la cotí'

ilusión de que el ministro pertenece a la categoría de un profe¬sional,

fil mimscrü urdenado aprende teología y entra m si nervirn: i-n

relación no «Lament* con una denominación y a través ds ella atodo lo iglesia, sino también con igualen en el ministerio ordena¬da, [JI entrado rn el mraptflfrinno se celebra cuando el ordena¬da promete participación y Imitad a Is iglesia Todo oalo estácLarolítente designada pmi* La tnijudn dr Cñuto y Ut ÉfrtftUinón de 1#ff trirtiflrtl, püir media de loa nwUi» inmediatas do cuidado pas¬toral y la edificación de Is iglesia.£2

En un artículo en The Christian Century titulado “El putares un profesional", el profesor de ética añade: “Asi, entendida co¬rrectamente, la etiqueta de profesional no ea destructiva. Per eltúntruna. Puedo afirmar nuestro sentido de propósito y nuestraCumprcuaión de cómo hacer la ubre del ministerio.'**-'*

Entonces, ¿qué podemos concluir honestamente? ¿Debe elministro de hoy ntaptar el titulo “profesional’o debe rechazarlo?Ntientra Convicción es que hay más que ganar que pender pare elmi nutro que asume cata designación de un profesional.

Esto no quiere decir que este titulo eneaje nítidamente o queno hay Otros inconvenientes a la propuesta. No obstante, comoGlmtt y muchos otros observan, hay dos rezones principalespara concluir que lúa ministras non profesional»: [a identifi¬cación tradicional y 1* definición racional. Por un Indo, muchosmihiatrus hoy si llenan la deacriprión tradicional en él sentidohistórico: educación universitaria, tiempo completa, rmidentan,ocupación del puesto y asalariados. Par otro lado, aun entre lasdenominations que permiten menos que estas norman. Lasexpectativas para lo» ministros continúan elevóodnte hacia nor¬mas profesionales en todas las categorías. La mayoría de los igle

41ETICA MINISTERIAL40

motivaciones principales; al ministro pane tas necesidades deotros antas que las propios, pues esta es lo que significa ser unministro “llamado- y un seguidor da Jesú*.

Muchos cuerpos ministeriales han desarrollado “Códigos deEtica" pare sus miembros. Como explicaremos en el capítulo 7,estos códigos generalmente son desarrollados por igual con olpropósito de dirigir ia conducta ministerial, particularmente enáreas do vulnerabilidad excepcionales. Al mismo tiempo, hayuna ausencia conspicua de códigos de ética para grandes gruposdo ministros-, particularmente aquel to$ de La tradición de la “igle¬sia libre' lio cual ES una explicación parcial?.

La defensa clásica del ministro crnno un profesional, La pre¬senta James Glass* en HU libro Profession: Minister rfVrfcsiin:Ministroi. Instando a los dirigente* de la iglesia a reafirmar suidentidad vocational como profesionales, Clflísr sugiere que unprofesional religo™ debo incorporar cinco caracteriflticaji impor¬tantes. El ministro cristiano es:

* Una persona educada, que domine algún cuerpo deconocimiento. Este conocimiento no ee ni esotérico ni mun¬dano, sinn información esencial al ministerio y accesible pormedio de instituciones educativas acreditadas.

* Una persona experta, que dumine un grupo especifico dehabilidades Estas habilidades, aunquerequieren algún talento, pueden tipreodeme y n-finanie através de In práctica y con supervisión.

* Una persona institucional. que se relacione con la wciedady Airea a ins personas a través de una ¡lUflitiurión social, dela run) el ministro es en parte siervo y en pario señor. Losministros sor también parte de una asociación de reli-gioflon. generalmente una denominación, a la cual sonresponsables en formo Única.

* Una persona respun&ubli-. alguien que “profesa' actuarcompetentemente en cualquier situación que requiere delservicio del ministro, que incluye las norman más altas deconducta ética.

* Una persona dedicada, quien también “profesa" propor¬cionar algo de gran valor para la sociedad. La dedicacióndel ministre a los valores del ministerio cristiano es la basefundamental para evaluar el servicio ministerial.**

Glass* construye NU concepto de "La perspectiva profesional"Sübre estos cinco puntos de base que todas las profeñinnes tienen

La vocación del ministro

mus. PKTO estamos coavanodos de que hay buenas razoneshistóricas y teológicas [Vira Eiscj.Hj.raf que el ministro cristiano Ofl

un profesional. Si catamos en lo correcto, entóneos la recupe¬ración del significado reí¡¡poso y social de la vocación y profesiónministeriales puede revitalizar a la iglesia, así como construir unfundamento para un ministerio ótico. Quizá Paul Camcnlach loresume mejor:

Yo tiÿunuAtariu que el modelo prafesLanal ¿tica « ilLil y apropiadü paro IOH miniatna como #üU. Visto poaLtLYunenbe como lasnormas que pitan a loa profeiLOna¡en en üLU rclacianes can losdientes y can la sociedad mas ¡ÿunde a la IUE de habilidades yconocimiento CHJMCIBI que reclaman tener, la meta diutintiva quepersiguen en su actividad profesional y el com premien moral niipi-fT. i que aspiran, la ética profesional pone un pino dcbqjn del cualno drben caer IDE miniatra."*

El cofuzón de cote libro verá un intento pora explicar lo quesignifica ente compromiso a un miniateno ático en las diversasarenas de la vida del ministro. Sin Ser legalista*, intentaremnüaplicar e ilustrar las demandas éticas del evangelio sobre la vidaprofesional del ministro cristiano. Es nuestra uspamitu quepura cuando hayamos llegado al último capitulo, el lector osturápreparado pare considerar emribir un código de ótica perwnnlcomo una guia para RU ido él o ella) propio ministerio.

Nuentm tarea inmediata en el siguiente capitulo es revisar elarte de in ética, ayudar al lector a pensar a través de *U propiométodo de hacer ética. Para evaluar la vida ética del ministro.¿etc debe tener primero un dani entendimiento del papel decarácter, conducta y visión moral en el proceso de hacer buenaselecciones morales.

*342 ETICA MINISTERIAL

sias evangélicas contemplan A SUS ministros fumo profesionales.sea que usen o no el título.*4

Si nosotros, los que somos ministros, nos Humamos profesio-11 n les. ¿qué significado tiene esto para nuestra ética ministerial?Reconociendo el peligro de ser redundantes, afirmemos una vezmás que si el ministro cristiano es un profesional, él o elle estácomprometido con ciertos ideales. Uü nnrnms de la práctica pro¬fesional que aplican al ministerio cristiano, incluyen estosobligaciones éticas:

L. Educación. El ministro se preparará para el servicio cris-liano hadándose con una educación general amplia, seguida porun entrenamiento especializado en teología y ministerio. Losministras estarán también comprometidos con un proceso deestudio de toda su vida y un crecimiento que los prepare para elservido continuado (2 Tim. 2:16).

2. Competente. El pastorde Efe iglesia desarrollará y retinarádones pastorales y habilidades vocacionales, para actuar compe-

tantoHoU en cualquier situación que requiera los servicios delministre íEf, 4:11, 12; 1 Cor, 12:7 y a,).

3. Aulunomls. El ministro es llamado u una vida de tuina dedecisiones responsable que implica potencialmenle consecuen¬cias peligrosas. Como un dirigente espiritual, el ministro tomarádecisiones y ejercitaré autoridad pastoral a lu luz del modelo delídtr-sicrvu ejemplificado por Cristo 1Juan 13:1-16),

4. Servicio. La motivación del ministra para el ministerio noserá posición social ni recompensa monetaria, sino el umor agapcpar» servir otros en nombre de Cristo 11Cor. 1ÜK

5. Fil'd tención. El miniatro “profesaT proporcionar a la socie¬

dad algo de gran valor, las "buenas nuevas- de la salvación deDios y la demostración del amur de Dies a través del ministeriocristiano. A estos Valores está dedicado el llamado de Dies i Rom,

1:11-17).

6. Etica- En relación con lu congregación, los colegas y lacomunidad, asi remoren la vida personal, el ordenado viviré buj-rjla disciplina de una ética que sostiene las normas más altos de lamoralidad cristiana (1 Tim. 3:1-7).

En conclusión, hemos argumentado que la vocación, en elsentido especifico de un llamamiento de Dios, es el elementoesencial que evita que el concepto de un ministro profesionaldegenere en un asunta pnvadu. pin hemos demandado que Uwminlitns ejemplifiquen la noción del profesional en todas las fnr-

Notfls

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ETIC’A MINISTERIAL46

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2

LAS OPCIONES MORALESDEL MINISTRO:en wtr capítulo parroc* wr qu«- et prrnficÿ

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65. CarnwniHch. 1.31.

¿Naturales o adquiridas?o no.

EL 31 de enero de 1872, e] renombrado ministro Henry WardBeecher viíyó a Vale pura presentar la primera de las Conferen¬cian Beectier sobre predicación. Su biógrafo escribid:

El había fd.HS.do una mala nuche, no untiíndane hien. Fue al hotel.comió y He íi-costó pura tomar nmi siesta. Como a las dos, HC li'vjin.-

U y empezó n. nAnUtnc, oirt haber podido hacer nlnjfún pbin de lacoo*renda que iba dar en una hora. Justo cuÿntto huhiaerjabonadu La cava y c.nidbn listo para rasurarse, la vino la ideacompleta como de La? nubes. Soltó la navaja, tomó el Lápiz yescribió de prisa Las notas para la conferencia y más tarde, dijo, secortó malamente mientras pon.-Mi.kn todo con cuidodo. 1

Un siglo después otro renombrado ministro, FrederickFJuechner, cnmsnü: ‘El viejo predicador pudo haberse cortadocon su navaja de rasurar porque porte de en mundo interior, delcual atingió su conferencia,.. era la profunda turbación en que ¡v

encontraba o la profunda turbación que estaba en -$1." * Loarumores sobre La relación dr Beecher con la esposa de un feligrés,habían sobrepasado lu etapa da murmuración, Habían salido ala superficie cartas embarazosas y confesiones llenas de lágri¬mas. Na estaba lejano un juicio publico por adulterio.

AHí que, cuando Beceher se miraba fijamente frente al espe¬jo del hotel, con jabón en el rostro y una navaja de afeitar en la

7

Las opciones morale* del ministro

Ademis a menudo low luiros dan pur sentado que Dios solamente1lü]Ti Li a personan da buen turíicier mural.

AJ desarrollar el miniatru sensibilidad mural a través da laeducación y IB «xperienciB, algunos own que para el tiempo desu ordenación, un experta articulado en ática camina hacia elfrente con credencia Lss en una mano y BU curriculum vitae en laOtra- Sin embargo, nadie sabe mejor que loa ministros que la sa¬biduría salomónica es rara, incluon entre loe religiosos. Para queU(1 ministro desarrolle habilidades en temar decisiones morales.debe entender la función de virtudes en el carácter, el lugar dekw valorea en la conducta y la forma de desarrollar integridad através de visión moral.*

A la lux de loe recientes fracasos morales de muchos predica¬dores prominentes, en sorprendente que haya quien crea que losministros E'stsn dotados en forma innata can carácter moral odiscernimiento. Nn obstante , en común escucharen los salones dedase de seminario a un joven teólogo diciendo: "¿Por qué tengoque tomar un curso de etica? Yo sé lo que en correcto. Tengo laBiblia. Estoy comprometida a hacer IB voluntad de Dios." Muchosministros experimentador también creen que no necesitan entre¬namiento especial en lomar decisiones morales. Creen que suconciencia iluminada, las Escrituras, o el sentido común, Lm vena sacar adelante.

Esto última afirmación suscita una pregunta ética básica:¿Quién, o qué. determina lo correcto o errónea para el ministro?Esta es la cuestión de autoridad ética. ¿Se encuentra la respues¬ta dentro de lo persona? ¿lío dudo Dios a loa ministrow una luzinterior confiable, una bnjjula moral que siempre apunto alnorte, hacia lo voluntad perfecta de Dios? Tomás de Aquino asílo pensó en su confianza en la rozón como muestre infalible.Joseph Sutler elevó la conciencia al papel de guia inequívoca.George Pox y loe cuáqueros buscaren dirección desde la ‘luzinterior' para decidir lo que era correcto o incorrecto.

Id mayoría die los ministros cristianos buscan allende si mis¬mo» algún compás ático confiable para navegar a través de hastormentas morales. Los ministros evangélicos normalmente vanprimero a La Biblia. Los adoradores con frecuencia escuchan usus ministres proclamar: 'Busquen en la Biblia. Tiene larespuesta para leda cuestión Ciertamente la mayoría dé losministros evangélicos aceptan la autoridad de la» Escriturascomo la fuente principal tangible, objetiva, para un conocimien¬to de La voluntad de Dio**,7 Peru a veces nuestro entendimientode las Esenturas es tan limitado, que sencillamente vemos elAntiguo Testamento como un libre de reglas morales y el NuevoTestamento como una ética avanzada dé principian.

4dETICA MINISTERIAL

mono, lo que vio no era él. Todo lo qué ál creía y sostenía y había¡do a Yale para hablar sobre alio, no so reflejaba un aquel espejo.

Henry Ward Beecher se corté con la navaja y «unribió nn ungircota* pata M* primera Cwfwrflti» flwebor porque, además detodo lo que é\ era o aspiraba, a jtr, t¡ era famosa per ser. era unhombre de carne y Rsngre, al ¡goal que todos 1m hombre» que através de IDS años viajaron a New Haven , después de ái, para pre¬sentar loa mismas, conferíendas.3

Sí, al igual que todos los ministros qué están «o pié tras pul¬pito* menos prominentia que el de Yale. Ellos también pueden“córtame peligrosamente". ¿Cómo conservan los minetros susrostros limpio» y sus vidas sin cicatrices de mala conducta? ¿Hayuna sola fórmula para aprender a hacer lo correcto? ¿Nacen asílos "buenos ministroa" o aprenden cómo tomar decisiones mora¬les Corréelos?

Ya estamos haciendo elecciones morales. Al punan son comu¬nes, como escoger entro recreación ron la familia o preparaciónde sermones. Otras son muy complejas. Una adolescente revelaen consejo pastoral que está embarazada, pero le pide que no lodiga a sus padres. ¿Qué hace usted? Cada día los ministras debenlomar decisiones que tocan las vidas de otras personas, así comolas suyas propias. Pero, incluso al decidir, a menudo nos pregun¬tamos:"¿Hice lo correcto?" ¿Cómo lo sabe? O, mucho más impor¬tante, ¿puede usted mejorar su habilidad para hacer las elec¬ciones correctos?

Un tema que se debate bastante en el día da hoy, en ai sepuede ensenar Id ético. En un artículo del Néw York Times,Mkhacl Levin afirmó: “Luí tu niOB do ático sort un íjenido total¬mente insubstancial... el conocimiento abstracto de lo correcto ylo equivocado no contribuye más al caráclor que el cenocimiéntúde la física ayuda a saber montar en bicicleta.-4 Los profesoresde ética respondieren vigorosamente. Reconociendo el argumen¬to de Levin que una vida recta es principalmente un asunto doinculcar buenos hábitos al corazón, de cualquier manera pregun¬taron: "¿No hay lugar para la razón? Una buena clase de ética,"decían, “logra tros «osas: estimula la imaginación moral, afila elanálisis moral y produce un sentido de obligación moral."1 Estastres meta.1» enfocan los propósitos de eote capitulo.

En lo» círculos religiosua el argumento en contra del apren¬dizaje de la ética tonta una forma diferente. Hay un mita popu¬lar qué loe ministros automáticamente saben la cosa correctapara hacer, Como hicimos ver en «1 capítulo 1, la mayoría do loaministres croen que su vocación es un llamamiento de Dios,

48

Las opciones morale# del ministre

Lewia ñmedea y Stanley Hauerwas. I ministros éticamenteserioK leerán Ion grandes libros que informan e inspiran bacíauna semejanza a Cristo.

Hay otros recurs™. La reflexión morel y ia capacidad de ana-lizar situaciones son ayudas muy importantes para lomar deci-sienes, l*a oreción es un vinculo vital con la mente de Dios y confrecuencia la forma final de confirmar la voluntad del Padre. Es¬to Fue verdad en la vida deJesús (Luc. (3:12: Mat. 2(3:42; Juan 171.En suma, Ion ministrort cristianos deben usar todos los medios asu alcance para descubrí r y hacer lo recto.

Estas lista# de recursos noa traen a la mente una diatindónimputante. ¿Es la ática un asunto de carácter o de mnducta?¿CJUL' son más importantes, las virtudes o los valores? ¿Lo que yo

determina lo que hago, o lo que yo hago determina quién soy?Lu respuesta a ambas pregu nías es, “íT. El ser afecta el hacer yel hacer determina el ser.

Aunque algunos profesores de ética creen que la clave pera lamoralidad es el desarrollo del carácter, un número igual aiyu-

mcilLú que el secreto para la conducta correcta ea cómo haceusted ática. Sin disminuir la importancia de ninguno de loa dos,nuestra convicción es que ambos, “ser bueno" I ca rácter i y “hacerbien” i conduela i son necesarios. Los dos elementan son interde-pendientes. Como el arco y el violín, trabajan juntos para produ¬cir la música que llamamos visión moral, un estilo de vida de “vi¬vir bien". La creencia profunda en la mente de ambos autores deeste texto es que la mejor palabra para describir la vida moraldel ministro es integridad, un término que es el Lema de este li¬bro y el elemento integrado: que unifica carácter, conducta yvisión moral en una vida digna del “llamamiento con que fuisteisllamados" Ef. 4:1) como ministros de Jesucristo.

No siempre es sencillo descubrir la voluntad de Dios y discer¬nir lo cornéelo para hacer hacer lo correcto es igualmente difícil,En El infierno ck Dante, el primer grupo que encuentra el poetaen el infierno son aquellos que no pudieron lomar una decisiónmoral. El proceso de aprendizaje de Lo que es moral para el m¡-niatnn cristiano, así como el desarrollo de la fortaleza para hacerlo correcto, es un reto de toda la vida. Crecer en la capacidad deanalizar cada situación correctamente: aplicar los principios yperspectiva# cristianos con sabiduría, y caminar en la senda queconduct bacía La voluntad suprema de Píos, enta e# la meta paralos opciones morales del ministro.

Al iniciar una discusión más amplia de la ética ministerial,asegurémonos de que entendemos lo fundamental de tomardecisiones cristianas. Hay tres componentes principales en esta

5150 ETICA MINISTERIAL

Un examen más cercano, sin embargo, revela que la Bibliaentera incluye forman diversas de hacer razonamiento moral.*Dos maestros de ética contemporáneos han apelado a sus colegasa racunaidünir el papel de la Biblia en la ática cristiana. En Bibleand Ethics in the Christian Life I Biblia y ética en ia vida cris¬tiana), Bruce Birch y Larry Rasmussen tienen un caso fuertepara la Biblia como la principal autoridad “formativa y normati¬va- para el desarrollo del carácter cristiano y para tomar deci¬sion's murales.9

No obstante, decir sencillamente: “Sigan la Biblia”, noresuelve todas nuestros cuestiones morales. Algunos problemaséticos como el divorcio y le guerra parecer estar tanto aprobadoscomo condenados en les Escrituras. También, un número daasuntos morales modernos, como la inseminación artificial y lamoralidad en los medios de comunicación masivos, no existían entiempo» bíblicos. Para aplicar propiamente Ian enseñanzas áti¬cas de las Escrituras á éstos y oíros problemas, se requiere unaeségásis hábil y una sana hermenéutica. La Biblia tiene unaveta rica de oro ético que puede extraer el ministro “que trazabien la palabra de verdad" \'¿ Ti m. 2:15).

La Biblia, entonces, es nuestra recurso primario para li¬ncamientos úILCUü. “Los escritores bíblicos SÍ ofrecen una direc¬ción útil. Sugieran qué tipo de acercamiento ético es apropiadopura ol cristiano, aun ai muchos de loa detalles faltan de serllenadas."" Una manera de “llenar los detalles" es a través de laobra det Espíritu Santa, el medio subjetivo de revelación- ComoCheto es el modelo para la moralidad, el Espíritu Santo eA elpoder que buce posible vivir IB vida resucitada i Rom. S;13, 14),

El apóstol Juan escribió: “Y cuando venga el Espíritu de verdadél o# guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). La palabra “verdadincluye supuestamente la verdad moral, la ayuda y dirección delEspíritu en opciones morales. El apóstol Roblo recordó a Losprimerea cristianos que el paracleto de Dios es la gula moral quemora en nosotros (Rom, S:R-14; 1Cor 6:IR, 20>,

Algunas veces nosotros limitamos la obra del Espíritu a unainspiración súbita o impulso directo a cierta acción. Bin disputarla dirección del Espíritu en esta manera, también creemos queda discernimiento a loe cristianos en medio de reflexión seriasobre decisiones morales.

¿Qué de nuestra tradición cristiana, tanto la herencia denuestra fe cristiana y la comunidad cristiana d día de boy?Algunas de las mejores percepciones sobre la vida cristiana lasencontremos en Eos escritos de personas como Agustín, Lotero yCalvino, así como en pensadores modernos como T. B. Muslon.

*

53I.»*" Dpciunm múrale* del nÚdítL»

dos, sino porque jugaban el popel de hipócriten tí>:2íi, 6:5)- AlbertKnudson íueltnla que Jesús sustentaba dos principios que todosloa cristianos acepten; el principio del amor y el de lu naturalezamoral Ulterior.» El primer principio es la virtud cristianasuprema {1 Cor. 13:13); el segundo es la Llave a la moralidadcristiana: carácter.

Aunque lodos tenemos una idea de Lo que queremos decir conel termino, carácter no es tan fácil do definir. El tcdlugo Sien leyHuuarwas describe el carácter como"la cualidad o determinaciónde nuestra propia Fuerza, Formada por nuestro tener ciertasintencione* tn v« do otras."11 William Willimon lo llama la

orientación nunl básica que da unidad, definición y dirección anuestras vidas. Furmandü nuestros habiten e intenciones en rae-delu significativos y predecibles que Kan sido determinados pornuestros convicciones dominantes.

De acuerdo con Wi]limón, el carácter se forma consciente oinconscientemente, en una comunidad o en un merco social.

Una definición en una sola oración o una descripción de unpárrafo, no pueden hacer justicia a La complejidad del conceptodecarácter. Más importante para la laborque tenemos en mano,sin embargo, es la necesidad de entender cómo »e forma el carác¬ter moral y cómo funciona en la vida ática del cristiano.

En los artos recientes, el enfoque para tomar decisiones hacambiado al papel del carácter y a la comunidad, el lugar de suorigen. Quizá ningún escritor moderno ha bocho más hincapiéen el papel del carácter en la ótica cristiana que StanleyKauerwas. En su punte de vista, lo que somos, es el determi¬nante último de lo que hacemos, El dice que los individuos no noacercan a una opción moral objetivamente; "más bien, cada per¬sona trae las disputaciones, experiencia, tradicionen, herencia yvirtudes que él o ella ha cultivado "l4 Estos 'hábitos del corazón”K desarrollan desda las comunidades a las cuales pertenecemos:nuestro familia, nuestra iglesia, nuestras escuelas y nuestrasociedad.

Si el carácter es esa ‘‘orientación moral" interior que confor¬ma nuestras vidas en "modelos significativos y predecibles", en¬tonces el ministro cristiano debe interiorizar "tanto las deman¬das y los limites de la vida profesional hasta el punto de compor¬tarse áticamente la mayor parte del tiempo como por instinto."117Esta realidad, que el ser da forma ul hacer, nos obliga u repensarnuestro uccrcamionto total a la ática personal y social. "La pri-mera tarta de la ótica social cristiana, por lo tanto, no es hacerel ‘mundo1 mejor o má* juste, sirvo ayudar a la gente cristiana aformar su comunidad consecuente cor BU convicción."14

ETICA MINISTERIAL

tarea: carácter, conducta y visión moral o integridad. Los profe¬sores de ática algunas veces usan, los términos virtudes, valoresy visión, pura definir estas tres dinámicas en la vida mural.11

"Sea un buen ministro an un mundo que no os tan bueno" os,obviamente, un asunto de ser; sin embargo, os también un asun¬to de hacer y un asunta de vivir. Court un taburete de tres patos,se necesita eada uno de estos soportes áticos para preservamosde caer y fallar en nuestras opciones morales.

Ser bueno: La ética deJ carácter

Henry Ward Reecher vio dos imágenes en el espejo del hotella luche anterior a las conferencias en Yale. Fijó la mirada enambas, el hombre que quena ser y la persona en la que se habíaconvertido, Aunque el reverendo Beecher tente una imagen idealde si mismo en la mente, el rostro que rio mientras se afeitaba lopreocupó. Sentía vergüenza de mirarse a si mismo a los ojos,porque eso significaba hacer frente a su propio fracaso y desati¬no. Quizá esa es la razón por la que ae enrió "peligrosa mente".

Beecher ciertamente no es el único predicador que sangra,“porque todos pecaron" (Rom. 3:23) En una forma u otra, cadaministro ha mentida el pesa de su propia humanidad. Todas noso¬tros nos hcmoQ cortado, si no en la carne, entonces en el espíritu.La pregunta no es: "¿he fu Iludo alguna va?" Más bien es:"¿cómovivo romo ser humano en el mundo sin ser controlado por misapetitos humanos?"

Oran parte de la respuesta la encontramos al combinar esasdos imágenes en el espejo: síntesis de la persora ideal que debe¬mos ser. con La persona real que somos capaces de llegar a ser.Todo principia con el desarrollo de la vida interior: eso que lla¬mamos carácter.

El significado da carácter

El carácter es básico paro todas las decisiones éticas. Quiénen usted, determina lo que usted hoce. Jesús dio importancia a

rdud en sus enseñanzas, especió!mente on el Sermón delmonte (Mat. 5-7 h. Lüs eruditos están de muerdo en que éste men¬saje monumental contiene la esencia de la ótica cristiana; ól hizohincapié una y otra vez en que el carácter precede a la conductoy que la moralidad es asunto del coraron i 5:3-48i. Jesús ensebóque es fútil orar o dar obsequios a los pobres para "ser honradospor los hombree" Í6:1'8J, porque loa mntivoa equivocados nulifi¬can las buenas acciones. Condenó la justicia superficial demuchos escribas y fariseos, no porque sua actos fueron equivoca-

c>:i -.H-

Las opciones mura tea del ministre 55ETICA MINISTERIAL

Oomo Beecher, non vemw en el espeje ceda mañana, wntem-plando doe imágenes. Una es clara y distinto: es la persona realque semcH l*a otra es una proyección vaga desde nuestro serinterior es la persona que esperamos ser En lugar de pregun¬tar siempre: “¿qué debo hacer?”, la cuestión primaria es: “¿quédebo serT

54

gaño. aceptando |p maldad bajo la apariencia de bien.” En nuce-tro celo por defender la ortodoxia y sostener Injusticia, a vetea

manipulamos la verdad para acomoda ría a nuestras propósitos,leemos datos con una predisposición, o usamos a la gente paralograr nuestras grandee metas.

A pesar de estos peligran que ]a rodean, el carácter H!gue Rien¬do el factor más importante en temor decisiones éticas. Las per¬sonas deben ser algo antes de poder hacer cualquier cono. Laepersonan de integridad no solamente dicen la verdad, sino non

veraces.Escribiendo a los ministros, Karen LeBacqz ahoga por dos

rasgos básicos del carácter: confiabilidad y prudencia. El carác¬ter ministerial requiere tibsol u mínente ron fi ubi I idad . Un minis¬tra debe ser "una peritotiu de integridad que no sálu Ilute k COsa

'correcta' sino que es una persono hui10nlbk",M L'oü Habilidad,escribió LeBacqr. dignifica que un ministra Cs un "sindico confia¬ble”, uno en quien se puede confiar que es honesto, justo, servi¬cial y no perjudicial. El ministra cristiano debe sor no comoJudas sino como Jesús,23

No puede existir verdadera ministerio cristiano sin la capaci¬dad de discernir la verdad--prudencia, es la palabra que usaLeBacqs. Esta virtud ayuda a los ministras a percibir lo que serequiere de ellos en cualquier situación. La prudencia o discemi-mtÉ'nto es la capacidad do tomar decisiones correctas y por lotonto, es central para tomar decisiones éticas.

Lewis Smedes esto de acuerdo. Un elemento clavé en tomar

La creación del carácter

Damfll Ftueck ha descrito la ótica del carácter come "éticaexpresiva7. La pregunta que Be plantea es: "¿Qué valores moralesdesea usted manifestar a través de su vida y prácticaí"111

El carácter consiste de esos rasgos de personalidad que sonmorales y que tradicional mente han sido llamados virtudes.ÿ*1 Através de la historia, La ética del carácter ha estimulado el culti¬vo de excelencias morales consideradas esenciales & la “buena7vida. I/J9 filÓBofoR griegos antiguos enumeraban cuatro r.iagos ovirtudes cardinales: prudencia o sabiduría, justicia, temperancia0 moderación y valor. Irfw teólogos cristianos como Aguaten yAquino aceptaron éstos rasgos eüencmLus como las virtudes supe¬riores que la humanidad podía descubrir a través de la raiuti. Aestas virtudes cardinales ellos añadieron las tres virtudes teolo¬gales de Te, esperan ES y amor, virtudes recibidas de la revelaciónde Dios.

Para I» griegos, como puro lo* cristiano», ln virtud ero el concep¬to central puro ln reflexión moral. Aunque no hahJa cwlJtonsu com-piel" sobro lo que <ntt*titoye la virtud cuáles virtudm deberíanransideroroc funóamentalrit, *•' aroptoha que la utuidtruidn dela moralidad empezaba con descripciones de la vida virtuosa.2 (

dcqiflinnGH cristianas, declara ai profesor del Seminario Fuller, es“la capfieldad de ver lo que nstá pasnndo, laa cosas pequeñasla diferenciu entra las COHBB.,. lo que es nuevo y lo que es excén¬trico... lo que es excelente y lo que solamente es bueno7.27

El profesor de Yale, Gaylord Noyce, bu enfocado reciente-mentc las respunsabII i dudes profesionales de los ministros en suLibra Pastoral Kthies i Etica paatín-al i. El rasgo de carácter bási¬co necesario un Iw ministres, eucribiú Noyée, OS "integridad fier.Un pastor responsable de Dios m- esfuerza por ser "una personade integridad religiosa, una persono do fe y de sabiduría rapi ri¬tual7.”1

Durante mucho* siglos la vida cristiana mora] no cenaidera¬ba mayormente un asunto de perseguir las virtudes correctos.Una vez que se Lograba la vida virtuosa, se creía que uno KU habíaconvertido en una “buena persona”

Si bien la virtud ha tenido un lugar imporianto en La éticacristiana desde el principio, también ha habido algo da sospechasobre ella. I*em reforrnadorea como Lotera vieran el peligra inhe¬rente en tal búsqueda. Mucha maldad viene de la corrupción delbien, y mucha vicio BP desarrolla de la perversión de la virtud.Lulero creía que la búsqueda misma de la moralidad, inevitable¬mente conducía a la autojuaticia. Rechazando la idea aristotélicade que k Ótica era un movimiento del vicio B IB virtud, el refor¬mador alemán dijo que, si hay un "movimiento-, LS del vicia y lavirtud B la gracia.33

Un teólogo moderno, Reinhold Niebuhr, nos ha recontado queLa no tura luía humana tiene una capacidad tremendo de nutnen-

Los profesores de Seminario. Walter Wiest y Elwyn Smith,han escrito un texto básico de ética ministerial en el cual centranpl ministerio ético alrededor del núcleo de verdad "que incluyetanto la veracidad como ser veraces7.114 Lo» ministras presbiteria¬nos erren que un requisito fundamental del m misiono Clerical Os

ser honesto cu cuanto a uno miSUJO, el evangelio que si predica yenseña, y el servicio pastoral.140

Las opciones murales del ministro

futurn de una peruana. Un ministro que ha probado aer digno deen nw relacionen eclesiásticas previas, par In general

puede contarse que continuará el mismo patrón en el futuro. Hayun canseneo dominante de que el carácter e* central al papel delministro. Hace artos, Nolan Harmon lo puso en forma sucinta:HE! ministro cristiano debe ser alguien artes de poder hacer algu¬na cosa ... Su trabajo depende de su carácter personal-"3*

Numerosos escritores a través de loo artoo han hecho sonar lamisma nota de conviceibo; "l-o que el ministro en «rí ou míagrande sermón;"33 “Lo que él hace a voces no es tan importantecoma lo que él es;"36 "Yo no simplemente desempeño un miníate¬

nos yo aoy un ministro.ÿ37 Aunque el ministerio ha cambiado através de los años, este lema de ser. no solamente hacer, ha per¬manecido un primera linea en la ética ministerial.

Un estudio de tres artos realizado por la Asociación deEutualas Teológicas, identificó las cual¡.dudes que la gente du laiglesia busca un loa ministros jóvenes. Cuatro de las cinco curuc-tcristieüB principales enfocan al ministro como uns persona. Demanera semejante, las tros imágenes que clasificaran como losmenos destables también tenían que ver con problemas de carác¬ter. Todas las Cuarenta y Ocho denominaciones estuvieron deacuerde en que el "servicio en humildad" es muy importante.LeBacqi croe que la ruase pone la fuerza en la humildad más queen el servicia, de tal modo que lo que afirma osu carácter, no sólola función, es central al papel del ministro.

Como Lo ha puntualizado Kectk, la ética dtl carácter habilitaa los ministros y a otros profesionales a cumplir su papel en dosformas: primera, "un cierto sentido de calma en hacer lo correctoy valor en resistir lo equivocado", y segunda, "una medida de dis¬creción" dejando "el juicio último el individuo",34*

Repelí admito también que en esta individualidad deaeansauna de las debilidades de La ótica del carácter LOA valones mora¬les sociales e instilucionaies no se basan con frecuencia en éticapersonal ; generalmente se basan en metas de supervivencia socialcomo la ganancia económica. Los ministros sabios, a la vez queretienen AUA convicciones intimas, deben aprender cómo manejarla« estructuran sociales dentro y fuera de la iglesia. La forma co¬rrecta de expresar loa virtudes minieiteri alea en liu Hi Lema* de lavida real, no siempre es clara. Por ejemplo, la confidencia puede

un rasgo al cual usted está comprometido en el ministerio,pero ai una persona que está siendo atxm Rejada amenaza con sui¬cidio, retener esa información ea más un vicio que una virtud.

Actuar áticamente implica más que el sóln tener un caráctermoral puro. Ciertamente rao es básico, pero la vida moral es má.H

57ETICA MINISTERIAL56

En el texto que recientemente produjo el Grupo de Estudio deEtica Ministerial del Area de Chicago. Dennis McCann ha pro¬puesto un rasgo de carácter único como el distintivo de la óticaministerial

Voy a argumentar que ana capacidad de antoaacrificlo es y debeser el primer principio inHispenBable para la ética mi material, sinhacer cose de tradiciones denominaciónales específicas, precisa¬mente porque el papel He loa ministre# en cualquier seriedad es serios portadores institucionales decualquier aprendizaje v ensefianzasobre el sacrificio que inevitablemente se da en esa sociedad 31

Aunque se dirige a la función social del ministerio, el profa¬nar de la Universidad DePaul argumenta que esta “capacidadpara autosacrifirio" debe ser La marca de la ética ministerial .

Aunque estas escritores difieren sobre qué es la virtud más]mportante de los ministros, están do acuerdo unánimemente onque le moralidad ministerial siempre principia curt el carácter.Lu vida moral dul ministro debe revelar un racimo de virtudessignificativa*.

El libro de Lewis Smedás, A Pretty Good Person (Una personabastante buena!,«ha una mirada incisiva al carácter. Para vivirla "Vida buena* y convertirse en una "persona bastante buena".se necesita vivir con cualidades comunes como "gratitud, coraje,integridad, autocontrol, discernimiento y amori1.3* No sólo loavirtudes individuales nos ayudan a ser majares personas, sinoque unidas en relación una con otra producen una pereona inte¬gra. Pora lograr un buen carácter. La integridad es importante.En este libro sobre el carácter. Smedes concluyó que el carácteres una red viviente que vincula todos las virtudes, cade unadependiendo de la otro,

Sin gratitud no puede haber integridad: la ingratitud falsifies lavida al comienzo. PITO la integridad necesita valor cuando la ho¬nestidad corre el riewe de dificultad, Y ti valor necesita d«cer-mmiefttii pera que (fchdamú*«r le que H-MIM pujando y saber cuán¬do la valentía nos llama a actuary cuándo nos llama a permanecerdonde estamos, tÿra el diocemimionlo wwétfl eutnwmtrnl.porque ruando pcrdrmcw rl juicio no iwdeffli* ver lo que estápflKArtdu¡ y Cuatido no pudrirme ver lo que está pasando, general-nu-n U' IrmimuiftiHc haciendo un ambrollo de HMAA.33

La centraJidad del carácter

La ética del carácter, entonces, ee básica a la ética ministe¬rial. La vestidura clerical nn garantiza conducta ética; lo queexiste bqjo ese atuendo afecte significativamente rada opciónmoral, De hecho, el carácter es el vínculo entre el pasadn y o)

Las opciones morolos del ministro

J. Clark Hensley ha c.writfl un manual práctico para minis¬tra» jóvenes titulado PnachiT Behave' (¡Compártate, predica¬dor!) Un capitulo está dedicado EL lu integridad, en el cual cL diri¬gente denurni nucioilal iden tífico Vüríui problemas coniu crucialesparticularmente para los ministros: La confidencia, la honestidadfinanciera, la competencia, la administración del tiempo, el len¬guaje, el plagio, lu tentación genual y la devoción. «

Con anterioridad hicimos notar que Wioal y Smith identificu-rtffl la veracidad come» el problema central de la ótica en el minis¬terio. Póra estos profesores, el principio de veracidad se aplicahoy B los ministras ordenados en cinco areas de ministerio: car¬tas de recomendación, plagio, diferencias teológicas con les lai¬cos. crecimiento teológico y confidencia.4-1

El punto de Lodós estos autores es óste. El comportamientoministerial ea on ingrediente crucial en el ejercicio del ministe¬rio. Actuar en Turmas tanto faltas de ótica como indiscretas, pue¬de comprometer seriamente la capacidad de una persona puraservir n la iglesia de Jesucristo.

Hace unos cuantos artos, un tcEcev&ngelista prominente fuefotografiado saliendo de un mulct con una prostituta. Después deuna confesión (con el rostro hartado en lágrimas) por televisión,él continuó su ministerio. Unos pocos meses después, un periódi¬co informé de un nuevu incidente. Una mujer que acompañaba aeste evangelista en su vehículo cuando recibió tres multas detránsito, dijo que era uno prostituta a quien el predicador habíarecogido para tener relación sexual con ella. Una semana des¬pués, él defendió su retomo al pulpito diciendo: "¡Dios me dijoque lo hiciera!" ¿Cómo puede este hombro sostener su credibili¬dad como ministro?

596H ETICA MINISTERIAL

que sencillamente uer una buena persona. Al lado de una salu¬dable integridad da ser. se necesita un método censlatente dehacer. AL carácter y a SUS virtudes deben añadirse la conducta ysus valores. Las perspectivas, obligaciones y aspiraciones queguían al ministra cristianó para hacer elecciones correctas.

Hacer bien: La ética de la conducta

El espejo de Hemy W. Beecher tal vez no estuviera roto, peraun examen de cerca seguramente hubiera revelado algunas frac¬turas. Al mirar fijamente ni espejo esa noche, observó algunasrayas*n el cspqjo del hulet. Estas imperfecciones distorsionaranla imagen que Vió, recordándole quizó que su propia vida catabaó punto do agrietarse como una falla geológica, disparando un te¬rremoto de gran magnitud.

Loa espejos de loa ministros tienen muchos puntos débilesque con frecuencia se rompen hqjo presión. Tradicional mente, loslibres dirigid™ a Ion pastores han enfocado ciertas áreas de con¬duela que parecen tentar a los ministren más que otren. Debidon la naturaleza de la profesión y a la vulnerabilidad union delministro, la mala conducta ética de Les ministras parece mayoren relación con el sexo, el dinero y el poder. Estos temas se discu¬tirán ampliamente en el capitulo 3.

El teólogo cuáquero Richard Foster ha Llamada la atención aestas tres tentaciones. Pidiendo a los cristianos que reconsiderenla búsqueda monástica de la espiritualidad, su libre revisa lalucha primera del ermitaño con la “m un danalidad" Fare renun¬ciar a loa valores materiales de la suciedad, el murqe tomaba unvoto de pobreta: pare huir de las locuras de la carne, el célibehacia voto de castidad: poro conquistar la voluntad interior, elrecluso prometía obediencia n la autoridad eclesiástica

Previniendo a nuestra generación a no juzgar mal los monas¬terios, Foster nos llama a reexaminar el dilema monástico. Enlugar de aceptar el ideul monástico sin critica, Foster desarrollasU Concepto de la Vida Cristiana disciplinada en oata búsquedumonástica y la hace pertinente para nuestra día. “Nos enfrcEita-moscon la necesidad de enmarcar una respuesta contemporáneaa los problemas del dinero, ct sexo y el poder."41'

Lo* ministros modernos aun especial mente vulnerables a es¬ta trilogía de tentación: tas tree están relacionada» en formaúnica. "El dinero IH manifiesta como poder. El srxo se usa paraadquirir diñara y poder. Y ol podar se le llama a moñudo 'el mejor

afrodisiaco.'"11 El mundo dei ministra con frecuencia se asemejaa un antiguo coliseo romano con tres leones vengue codicia,lujuria y poder

El significado de los valores

Como el sor se centra en virtudes, hacer gira en torno a loe va¬lores. ¿Qué queramos decir por valorea? Los valorea aun “bienesmorales que realizan en sociedad".44 Son los ideales y los con-repto* qUp cualquier grupo considera de gran valor. Pora los cris¬tianos, por qjemplo. la libertad y la justicia son valores im¬portantes. Una función de un valor es hacer ver tas consecuenciasdel comportamiento en la sociedad. Cuando alguien viola un va¬lor aceptado, amenaza las creencias unificadnras de esa comuni¬dad.

Las gentes de fe, la iglesia cristiana. han sido llamadas a seruna comunidad alternativa, “una Koeiodnd conformada e infor¬mada por el verdadera carácter del Dina que encontramos revela-

60 ETICA MINISTERIAL UR opciones morales del ministru

‘Amirii at Señar tu Dina can todo tu camión y can toda tu almay con leda tu mente Este es el grande y el primer mandamientoY el segunda es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a timismo* (Hat. 2M7-8&Í,

Estos do? mandan lento* de smor. une vertical y uno horizon¬tal aun el cumplimiento de toda la revelación del Antiguo Testa¬mento (v. 40). En otras palabras), el cristianimH] es una Fb Otica por¬que Jehovah, el Dios cuya nalursioza ce 'amor inmutable" ifJw.11:1-41. espera que c! pueblo de su pacto ame Curtíú di amó.

No obstante, Rcinhold Niebuhr ha recordado a los creyentescontemporáneas que el amor auto&aarifieial generalmente noFunciona en sociedad, debido a un juego diferente de valores enloa grupos sociales.. Como lo pone Niebuhr, loa individuos y losgrupos tienen diferente* posibilidades morales i como lo sugiereol título do su libro. Hombre moral y sociedad inmoral»7Aunque el amor ea el ideal para Las relacione* personales, en lasorganizaciones sociales con frecuencia la justicia es lo mejor quepueden lograr los humanos,11' Para los ministro* de La iglesiaesto es un recordatorio de que los grupos sociales (comités, lasiglesias, denominaciones i generalmente operan por un juego devalores diferente. El amor cristiano puede parecer estar ausentede las decisiones como quién posa las prestaciones médicas parael ministro la justicia es probablemente una meta más realista.

Los valoras morale*, enmu el amur y lu justicia, son una gulaprincipal para la conducta ética. Una de las formas un que dis¬cernimos lo "bueno', o* por medio de nuestro entendimiento de innaturaleza y la voluntad de Jehovah para la humanidad, Esto esfundamental. Nuestra nueva relación hacia Dios y el Creador dela comunidad redimida, "donde la gente lleva a cabo fielmente latarea de ser testigo de la realidad del Reino de Dios"45,« la basepara nuestra forma ética de vida.

LA cuestión de lo* ablqiKiane»

Después de determinar las perspectivas teológicas que rusarraigan, hay un segundu asunto. ¿Hay deberes que obligan alministroí ¿Hoy iíiiporfilivos morolos cjiic ti ministru dtrbc seguirsiempre? U cuestión deontelógicn es: "¿Qué deberes *un necesa¬rios para el ministro?- A voces, cuando se etiqueta La ética deobligación (del griego drantosi, este acercamiento busca definirlo? principian morale? a leyes que de necesidad deben ser obede-cídoH. Darrell RfeeeV puntualizó que "si una de las debilidades dela ética del carácter en especificar con claridad lo que una per¬sona debe hacer", entonce* "e*a deficiencia e* satisfecha hastacierto punto por la ética de obligación'.50

i

do en lus historias de Israel y Jesus'*5 Lo* escritora* bíblicos amenudo usan la palabra bueno pare identificar les valores mora-lee y espirituales.

¡Oh hombre, él te ha declarado lo que ea bueno! ¿'Qué requiere deti Jehovsb? Solamente hacer justicia, amar misericordia y cami¬nar humildemente nrt tu Dios iMiq. fi:SJ.

A través de los siglos, ciertos valores han permanecido comorecordatorios al puebla de Dios de que eran "cjttrapjcros residen¬tes-,- una colonia, una isla de una culture en medio de otra".4*5Esto? tienes* esentíale? revelaban la naturaleza y carácter deDin*, especialmente en la historia de Jesús en los Evangelios. Dee?tos valore? vienen la? perspectivas teológicas que nos arraigan,la? obligaciones que nos unen, Laa normas que nos guian y lasmetas que nos motivan

La pregunta teológica

Asi como la virtud hace hincapié en el carácter moral inter¬no; los valores enfatizan Los ideales morales que se realizan des¬de fuera. Al considerar el ministro el papel de los valores en lavida ética, la primera pregunta que surge es teológica: "¿Qué va¬lore? more Les estabilizan al ministro?"

Ppra la ética cristiana es básico nuestra entendimiento de lanaturaleza moral de Dio?. Levitim 19:2 e? el nhema df nuestracreencia ética: "Sed santos, porque yo, Jehovah vuestro Dios, soysanto' La fu bíblica ES una religión ética parque el uno y únicoverdadero Día* VH santo, recto y justo. El carácter moral de Diosse revela a lo largo de toda la Escritura, tanto en la forma en queDios se relaciona con su creación como en la conducta que se es¬pera de aquel los creadas a imagen de Dio? (Gén. Ií27).

El clima* de la revelación de Dios fue la encamación: la vida,muerte y resurrección de Jesucristo de Nozorat. "Y el Veri» sehizo carne y habitó entra nosotras, y contemplamos su gloria,como la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de ver¬dad" i Juan L:14). Tuda la vida de JKHJ* estuvo en perfecta armo¬nía con lo* ideales etico* que él ensebó. No hay ninguna otra re¬ligión en donde el fundador histórico e* él mismo la norma y lailustración de lo* valore* que profesa.

Una afirmación captura la esencia de la ética de Jesús. Es larespuesta a la pregunta del intérprete de la ley: “Maestra, ¿cuáles el gran mandamiento de la ley?" (Mat. S2;36). La respuesta delRabí de Nazarat se basó en dos pacajes clave del Antiguo Testa¬mento: DeuLeronanua 6:5 y Levitico 19:18:

Lad opciones inórales del ministro

lianas deben Eter. Estudian cómo actúan en cierta» situacionesquienes han sido captad™ por Jesucristo. normas híblicastambién informan al mundo incrédulo lo que deben esperar deloa discípulos de Jesús. I<as reglas tienen valor positivo.

¿Y qué de un código de ética para el profesional de la iglesia?Mucha» profesiones conllevan obligaciones específica», a menudoexpresada» en un código ético, lÿe doctores, abogados y científi¬cos, ejercen dentro de limites autoim puestos, normalmente ex¬presad™ en un código de ética sancionado por algún comité de vi¬gilancia.44 La naturaleza profesional do la labor del ministro, pa¬recería sugerir un juego similar de reglas de conducta mutua¬mente aceptadas. El Capítulo 7 tratará esa necesidad y propon¬drá la posibilidad de un código de ética para ministros.

En este punto, sin embargo, la cuestión de códigos ministe¬riales se relaciona con el valor de las reglas y los peligros de laética prescriptive. El legalismo ba sido siempre un virus de lareligión. En tiempos de Jesús, ks Leyes del sábado se habíanconvertido en restricciones gravosas. En su celo por mantener laletra de k Tora, los rabinos ortodoxos perdían el espiritu de kley. incluso acusando a Jesús de quebrantar la ley de Moisés(Mar. 2:23, 241, La casuística judia, con sus reglamentacionesmeticulosas, continúa reduciendo la fe de Abraham a una seriede reglas.

Los cristianos también son llevados hacia «1 legalismo. Lamayoría de Los evangélicos se oponen a los pronunciamientos píe

pales, los dogmas de la iglesia y los credos autorizados de conduc¬ta que eliminan el sacerdocio de cada creyente. Pero es fácil paralos ministros convertir la Biblia en un libro de reglas, descansaren los juicios de un héroe religioso, o permitir que alguna tradi¬ción de la iglesia se convierta en regla de fe. Los ministros debe¬rían tener más conocimiento, pero muchos de nosotros somos cul¬pables en ocasiones de regresión a alguna antigua lista de “hacery no hacer", en lugar de buscar la voluntad de Dios.

El legalismo es una base inadecuada para tomar decisiones,por varias razone». Primera, una lista de leyes nunca es suficien¬te. Un códign nunca puede cubrir toda circunstancia ponihle.También, para mantener algunas leye» se requiere quebrantarOtras. Páre Hálvar una vida, algunos haá sentido que ES nece¬sario decir una mentira (Eu. 1:19). Finalmente, y quizá esta cala más grande debilidad, el legalismo casi siempre estorba lamadurez moral y estimula el orgullo egoísta. El infante ético y elautqjuato. son extranjeros indocumentados en el reino de Dio».

Para guardarse del legalismo incluso subconsciente, el minis¬tro de la iglesia debe entender la relación entre las normas y loa

63ETICA MINISTERIAL

La Biblia no» da varios ejemplos do deberes déuntológicos.Las dos tabla» de la íey no fueron ni diez sugerencias ni opcionesde selección múltiple- I-n» Diez Mandamientos fueron absoluto»morale» (E*o- 20:1-17). Los imperativos morales del Nuevo Tes¬tamento. como la Regla de Ora (Mat- 7:12) y el Llamado a no ven¬garse (Mal. 5:38, 39), son “ideales étiws y principios que estánimplícitos en esa nueva relación con Dios a la cual entra un hom¬bre Cuando el reina so establece dentro da él".41

El filósofo cristiano Emanuel Kant es llamado a vece» el "de¬cano de los deo ntól ogos" Kant concluyó que hay absoluto» mora¬les universales. Los llamó “imperativos categórico»'; loa cualesdeben seguirás sin excepción. Uno fue el axioma de tratar siem¬pre a Las penspnaa como un fin, nunca como un medio.1’*

Un moralista más reciente, W. D. Rose, desarrolló su propialista de absolutos, a lus que llamó deberes prima facie. Las dospalabras latina» significan Hde primera aparienek" y sugierenpara Rus» lo» deberes que deben seguirse. Ejemplos de deberesprima facie son la fidelidad. IB gratitud, la justicia.1™ deberes debeneficencia (IB ayuda a quienes no pueden ayudarse por si mia¬mos) y el no hacer mal (no lastimar a otrw).u

Aplicando esto a los ministro», Karen LeBacqz escribió que“ciertos actos tienden a ser correctos por causa de la naturalezadel. acto mismo"/4 La profesora dn ática hizo una lista de Las si¬guientes responsabilidades como obligatoria» para los ministros,siendo iguales todas las Otras Cosas: Cumplir lúa promesas, decirIB verdad, no hacer TUB! y practicar la beneficencia y la justicia.*"

La» obligaciones también incluyen reglas. ¿Cóma debe enten¬der el ministro las normaa bíblicas, los código* de la iglesia y IOSedictos gubernamentales? Las leyes son Escritas para ser obede¬cidas. La Biblia da guía específica sobre muchos asuntos. “Temea Dios y guarda sus mandamientos, pues esto es el todo del hom¬bre" <Ecl, 12:13). Ambos Testamentos definen en detalle el com¬portamiento que se considera moral e inmoral. ¿Puede un profe¬ta de Dios tomar esto» mandamientos en serio sin convertirse enun fariaen legalista?

Primero, afirmempH que las regk-i si tienen valor, Lns ñor-mus bíblicas nos dan guía para las decisiones ordinarias, de to¬dos los día». Esto C» especialmente Cierto para Ion nuevo» cristia¬nos, que son niños moral y espiritualmcnte al principiar estanueva vida en Cristo (1 Cor, 3:1, 2). En ia» cartas paulina» apare¬cen varias listas de vicios y virtudes: los nuevos gentiles «uwerti-don en un mundo romano pagano, inmoral, necesitaban guía in¬mediata para sus vidas cotidianas.

Las reglas también describen ia clase de persona que lo» cri»-

62

Lae opciones morales del ministro

equivocadas. El apóstol Pablo a menudo evaluaba las cotiHecuen-

eias antee de lomar una decisión final. Una ves hizo un voto y serapó la cabeza, no por una obligación poliposa, sino probable*mente para conciliar a lea dirigentes judeo-chatianos (Hedí.

18:18 L práctica que siguió en otras ocasiones ( Hcch. 1&:1Í9; 1É:3J.

El resultado final de cualquier opción moral debe ser tomado encuenta como parte de la decisión total.

La cuestión ideológica surge generalmente cuando dos v&lo*rea parecen estar en Conflicto Cuando loa nacía llegaron tacandoa la puerta de Carrie ten Boom durante la Segunda Guerra Mun¬dial, la heroína del relato histórica El refugio secreto, enfrentó undilema. ¿Revelaría que h» judíos estaban encendidos en BU casa.o mentiría a la destapo? Su decisión implicaba cor HecuenclaH ;

decir la verdad significaba Auschwitz y IR "solución final". Conmucho valer y alpe de angustia, escogió un 'mal menor" paralograr un bien mayor:ella despidió a los soldados. Su decisión fuecomo IR de Rqjab cuando despistó al rey de Jerioó íJos, 2}o ei en*

gato de Elíseo a los soldados sirios \ 2 Rey. 6).

A voces un ministro debe decidir si revelar toda la verdad ha¬ría más daño que bien. Una esposa Le pregunta a su pastor, quienestá aconsejando a su maridó, si su esposo está teniendo unaaventura- ¿Es culpable el ministro de quebrantar el Octavo Man¬damiento si calla lo que él sabe?

Aunque pueda parecer ser lo mejor que usted puede hacer enalguna circunstancia singular, no olvidemos nunca que el "malmenor' es siempre un mal y no un bien. Un espíritu arrepentidoestá en orden- El ministro cristiano debe siempre deplorar lanecesidad de tal elección y debe esforzarse hasta el día cuandodichos conflictos puedan ser eliminados o, por lo menos, mi-nimitados.

Lewis Emedes nos recuerda que en los ‘caminos torcidos delmundo1" podemos engaitamos a nosotros mismos creyendo quenuestras mentiras "blancas" son galantes, cuando sólo puedenser una forma de salvamos de la dificultad-

fifi64 ETICA MINISTERIAL

valores. Cada regia bíblica expresa un valuta este valores la ra¬zón tras la regla. Por ejemplo, el séptimo mandamiento: 'No co¬meterás adulterio" fEso. 20:14), no condena el deseo sexual. Elpropósito de esta palabra de Dios era proteger el matrimonio y lavida familiar. Expresado como un principio, el séptimu manda¬miento en el Decálogo declaraba: "El matrimonio es una uniónsexual íntima que excluye a toda oirá pareja sexual que no sea elesposo y la esposa." El énfasis ético de la Biblia, como decía a me¬nudo T. B. Alaston a sua estudiantes, es sobre principio» múa quereglas.*7

LA cuestión de las consecuencias

laja valore* también tienen que ver con la teleología, la éticade aspiración que pregunta: "¿Cuál es el propósito n resultado fi¬nal de mí acción?" Telo* es la palabra griega para fin o meta. Es-le enfoque sobre las ennseeuencina ha suscitado atro problemaético: cóma actuar en tul forma que produzca un mejor estado decosas.

E3 filósofo social y reformador del siglo diecinueve, JohnStuart Mill, articuló una regla que llamó utilitarianisino. En bre¬ve, su meta era llevar el mayor bien al mayor número de perso¬nas. El valor del utilitarianisms es que fuerza a una persona aconsiderar todos los factores pertinentes en una decisión y sueconsecuencias. Su debilidad, por supuesto, ea que usted nuncasabe sobre seguro cuál pueda ser la consecuencia. Un ministropuede creer que una familia responderá punitivamente cuando Mié

le informe del problema de droga de un adolescente; sin embar¬go, puede ocurrir lo contrario.

Las LOn sccui-nciüH catán presentes tanto on él Antiguo tomo

en el Nuevo Testamentos.“ La literatura de la sabiduría raravez turna IJ forma imperativa, sino generalmente da consejopráctico sobre cómo lograr la vida buena 'Prov, 9:101. Las parle¬ras de loe hebreas que "temían a Dios" tama ron su decisión deengaitar al Faraón sobre la base de las consecuencias: salvar aloe bebés varones. Aparentemente, Dios aprobó su decisión (EíO.

MS-ÜIH

Jesús tuvo numeroso* conflictos con los lideres religioso* so¬bre la observancia de las leyes del sábado. El Betor del sábadoestaba preocupado de que no se perdiera en casuística judía elpropósito del dÍH de reposo, porque ~el sábado fue hecho para el1 Mimbre, y no L'l hombre puní el sobado" 'Mor. 2:2" i. En elSermón del monte. Cristo dio importancia a loe motives, hacien¬do ver que los buenos actos pueden ser corrompidos por razone»

Led rio a alguien una mentira 'blanca* no convierte a une personeínte*rs en mentirosa, más que lo que una nrt» equivocada cu-vierte a «TI violinista de «Adrríoc* visíinista de baile campeeínu.Pero ti v*N M acostumbra a tetar una nota equivocada, puedaLlagar a ser descuidado consigo mismo y convertirse en un violi¬nista más, mando pudo haber sido un artista 4®

Para «I ministro «F un buen ministro ea asunte dé aprendercómo hacer bien- Hacer bien es un asunto de valores, decidir québienes morales en la sociedad son dignas de preservarse y qué

GE ETICA MINISTERIAL

reglas, principien e ideales aplicar a cada cuestión moral, IJISpmpcdiruf toológirais sort báíicAi» b que noaatros memos so¬bre Dios como Creador, Redentor y Gobernante, induce on nuces-ira capacidad para tomar buena*aleccioné* morale*. Para oí mi-lÚHlru hay deberes morales quo dobe seguir, normas pertinentesa lais quo debo prestar atención y éorusecuBncias mdalES que debeconsiderar.

Pero nueva mente debemos decir que tomar buenas eleccionesmorales es más que ser una buena persona IcaricLcrl y hacer locorrecto i conducta ,L Hay también un tercer componente llamadovisión moral o integridod , que es el más singular de loa tres,porqué éste acercamiento a la toma de dariaione* crea una nue¬va forma de percibimos a nosotros mismos y a otrm.w Esta nue¬va visión moral no sólo cumpk-la la trilogía de componentes prin¬cipales en la toma ótica de decisiones sino que también unificatanto el carácter como la conducta en una totalidad da vida quece descrita mejor por el ideal moral de integridad,

Vivir bien; La ática da la integridad

En su cuarta de hotel, poco antee de sus conferencias en Vale,Henry Ward Beecher limpió la sangre de su rostro afeitado. Sehabía corlado porque en el espeja hizo fíente a una contradicciónentre la persona que vio y el mensaje que él predicaba.

En contraste vivido está IB hifltoria de otro pastor, FrederickW. Robcrteon, un bien conocido y altamente estimado predicadorde la Inglaterra del siglo diecinueve. La capacidad de Robertsonen el pulpito rivalizaba fínicamente cor su carácter y conductacristianos. Un tendero mostró a un cliente una fotografíe de Ro¬bertson que había colocado en una parad posterior. Cuando el co¬merciante se sentía tentado a dar menos cambio o engañar a loeclientes con artículos inferiores, iba al cuarto posterior a mirar elnostro del predicador.61

Integridad OR la palabra. Es un ideal moral, un monte Eve¬rest sobre el cual cada ministro tiene la esperanza de estar enpie. George Wharton Pepper, una de los pocos laicas que ha dadolas ConJé rancias Ytile sobra predicación, habló en notmbro dé loaLaicos cuando d ijo: ‘Es imposible exagerar el pvw que el hombreen la banca atribuye a la integridad del predicador.ÿ

De ningún otro profesional se espera que sea modelo de inte¬gridad como de un ministro de iglesia. "La mala conducta es in¬excusable entre profesionales, pero notoriamente i injustificadoentre los predicadores.ÿ53 Luego de desaliar la noción de que loeministros son sohrehumanou y no sujEtos a I ah falta» y flaquezashumanas normales, Karen [ÿEacqz no obstante, replica: