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^^^^^^ ^^^°^:. ^ . , MINISTERIO DE ACAICULTURA DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA UI!111III III II I II III II IIIIIIII IIIIIIIIII II^ I I II IIIII II III IIII I II II II III II III I I II II II:II I:III:I II', I I I I II II I II II II II III II IIII II IIIIIIII II II IIiIIIIIIIIIII II IIIIIII II IIIIIII II I II II II II III II IIIII IIIII IIIIIIiIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIWIOW IWIIIIIIIIIIIIA h 0 J A S DIVULt ŝ ADORAS AÑO XXX I^ ABRIL 19^6 I^ NUM. 8 ^9s^art"^ ^_:}Y ^>;. ^^ . _-M^^ ^.^^?^ -am:_^ _1_ ŝYv^;^? ŭ+?v^^ °'+ ...L^ ` *^^,:^ ^^.^.^` .F^+^n., 'r^iYo^ Fomento de la cría del canario ^ ^ ^ I^^r: ^r. ^:. ^. l^,l canari^^ sul^resalc cnire ll^s lxíjarcls por la ^lttl-r,ttra <le stt r.tntu y mcloclia rlc sus trinos, p^^r cl hrillantc cr>lor dc su plu- maje ^- ^x>r su ru.u^se^liiml^rc ^^ familiari^lad. Sc ^n•odu^•c cu casi ^ tlxl:r I•:nruha, cnii^arejírn^ll^lo con jil^u^^rc^s, ^rinz^^ucs, silvia^ ^r .t h.rsta :;^^rrir^mcs, aclemás rlc stu licml^ras, sicnrl^re cr^n dc I^htrncr iniztili^a- ciuncs. 1)el ranario sc cucntan muchas varicda^lcs, 1^ c i- o, a^^artc dc las ciife- rcnrias <lc colllr, qtte cs lx>r l^^ clu^ lcs ^lis- tin^;ucn, s^ cstuclian princil^almenlc d o s rlases dc canarios : el vul^;ar c^ comtín y el holan<l^•s. , x, cstarsí ^>rientacla hacia (-)ricute. 1)urante cl cel^^ rllnvlene ^lejarl^^^ ;t3 ^ky tr.rnritiilli,, ctiirlar <le yuc siernpre sea la mism.r persona la ^iuc ^? objctu a fincs dc marzo, ^- l^ara emparc- jarlris hay quc aprovechv esta fecha hasYa mecliados ^le abril, yuc resulta la uicjr^r; ^^ivcn de rliez a c^uince rrñrrs, enjauladr,s, ^^ rlclrc t^ncrsc ^iemprc ^^resentc qtte la cYposiridn dc su jattla ,,;,.g ^ ^ ^,^^„ ^. ^ ^,^ ^ ^._._ ^^^.. ^ '- - . l^anari^l comtín. L^^s canaril^s sc enrclan lcs ^l< <lc cot»cr, no t^^c;u- lr>s hucvos ^lc la heml^ra ni lrts crías hasta ^nsados r^uincc <lías. 1?n sus jaulas, siernprc yuc scan <rn^^rlias, l^ucden ^ i^ ir eml^arejaclos machos ^' hcm- hras n r,rzcín ^lr un ^narhl^ ^x^r ctiatr^^ dc ]as íillimas, 4^ ^3^^` ^F'~~`^^f±<^*^^ .;^^^t^:+^^ ^ ^t^:^^^^^i#^^^^v Esras ahojaa^ se remiren graris a quien las pide al Servicio de Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agriculturo

UI!111III III II I II III II IIIIIIII IIIIIIIIII II^ I I ... · toda vez que así no se agria, o si ocurre, es a ii^ás largo plaz

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^^^^^^ ^^^°^:. ^ . ,

MINISTERIO DE ACAICULTURADIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA

UI!111III III II I II III II IIIIIIII IIIIIIIIII II^ I I II IIIII II III IIII I II II II III II III I I II II II:II I:III:I II', I I I I II II I II II II II III II IIII II IIIIIIII II II IIiIIIIIIIIIII II IIIIIII II IIIIIII II I II II II II III II IIIII IIIII IIIIIIiIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIWIOW IWIIIIIIIIIIIIA

h 0 J A S DIVULtŝ ADORASAÑO XXX I^ ABRIL 19^6 I^ NUM. 8

^9s^art"^ ^_:}Y

^>;.

^^ . _-M^^ ^.^^?^ -am:_^ _1_

ŝYv^;^? ŭ+?v^^ °'+...L^̀ *^^,:^

^^.^.^ .̀F^+^n.,'r^iYo^

Fomento de la cría del canario

^

^

^ I^^r: ^r. ^:. ^.

l^,l canari^^ sul^resalc cnire ll^s lxíjarcls por la ^lttl-r,ttra <le stt

r.tntu y mcloclia rlc sus trinos, p^^r cl hrillantc cr>lor dc su plu-

maje ^- ^x>r su ru.u^se^liiml^rc ^^ familiari^lad. Sc ^n•odu^•c cu casi^

tlxl:r I•:nruha, cnii^arejírn^ll^lo con jil^u^^rc^s, ^rinz^^ucs, silvia^ ^r.t

h.rsta :;^^rrir^mcs, aclemás rlc stu licml^ras, sicnrl^re cr^n

dc I^htrncr iniztili^a-

ciuncs. 1)el ranario

sc cucntan muchas

varicda^lcs, 1^ c i- o,

a^^artc dc las ciife-

rcnrias <lc colllr, qtte

cs lx>r l^^ clu^ lcs ^lis-

tin^;ucn, s^ cstuclian

princil^almenlc d o s

rlases dc canarios : el

vul^;ar c^ comtín y el

holan<l^•s.

, x,cstarsí ^>rientacla hacia (-)ricute. 1)urante cl cel^^ rllnvlene ^lejarl^^^ ;t3

^ky

tr.rnritiilli,, ctiirlar <le yuc siernpre sea la mism.r persona la ^iuc ^?

objctu

a fincs dc marzo, ^- l^ara emparc-

jarlris hay quc aprovechv esta fecha hasYa mecliados ^le abril,

yuc resulta la uicjr^r; ^^ivcn de rliez a c^uince rrñrrs, enjauladr,s,

^^ rlclrc t^ncrsc ^iemprc ^^resentc qtte la cYposiridn dc su jattla

,,;,.g ^ ^ ^,^^„^. ^ ^,^^ ^._._

^^^..̂ '- - .

l^anari^l comtín.

L^^s canaril^s sc enrclan

lcs ^l< <lc cot»cr, no t^^c;u- lr>s hucvos ^lc la heml^ra ni lrts crías

hasta ^nsados r^uincc <lías. 1?n sus jaulas, siernprc yuc

scan <rn^^rlias, l^ucden ^ i^ ir eml^arejaclos machos ^' hcm-

hras n r,rzcín ^lr un ^narhl^ ^x^r ctiatr^^ dc ]as íillimas,

4^

^3^^`̂ F'~~`^^f±<^*^^ .;^^^t^:+^^ ^ ^t^:^^^^^i#^^^^v

Esras ahojaa^ se remiren graris a quien las pide al Servicio de

Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agriculturo

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y se deberán colocar tantos nidos coino henibras haya. Las hembras

hacen tres posturas hasta el mes de agosto y de cada vez seis huevos,quc nacerl sucesivamcnte, contando de trece a catorce días entre la

postura del último hucvo hasta el nacimiento del priiner pájaro. Al

cabo de algunos días de haber abandonado los nidos y de comer solos

s'e separará a los nuevos pájaros de sus padres, a quienes se puede

hacer anidar nuevamenre.El canario holandés, ítnica especie

intcresantc diferente dc la comítn, sc

distin^ue por su i orn^a esbelta, tienc

ias pata^ ^nás larnas ^- ranta, c;csdc

luego, inucho inejor. Lata variedad cs

difícil de criar y- esi^e ma^•ores cui-

dados. I'rorcde de cruzainicntos selec-

tivos ^• sc ubtuvo pr^n^crainentc cn

1-loland.^, d^ ru}^a nacivn toilió el nom-

bre. llich;t raza de canarios está más

l;encralizada en Francia que en Ia-

paña, aunquc en nucstro país existen

c]c.^lplares preciosus.

S^^ r^•hroducción. - La primera

cucstión a resolver sobre este ptmto

es ]a fcrha más conveniente para ]a

reproducción, resullando ésta la de

inediados de abril. Yor tal época, los

inachos están encelaclos y las hembras

no padecen tanto con el frío.

Fig. i.-Yructoph}^llodes gloa^da^ri^ur^s,C. L. Koch, o ácaro dc las bárbu-las dc la phuna, tal como se prescn-ta en las plumas re^neras y timone-ras de] canario: 1^, raquis; B, bár-bulas de las plumas, y 1', ácaros au-merrtados cuarenta ^^eces del tamaño

natural.

La edad qu^ deberá^l tener los reproductores es otra cuestión esen-

cialísin^a. Los machos de entre dos y cinco años son los más estimados

ron destino a la reproducción. I^_s de observar que padres jóvenes pro-

ducen ^nás machos ^luc hembras, en general. A los machos hay que vigi-

larlos, porquc algunos resultan tan encelados que llegan a cansar a la

hcinbra ^• comprometcn la salud de aquélla y el resultado consiguicnte

de la rcl>roducción. I^.utre las variedades de canarios blancos y amari-

llos hay muchos más rel^roductores mediocres que en aquellos mixtos

de color verde. E] canto es índice setiuro de su potencialidad, y este ex-

trcmo dcbe ser tenid^^ en cuenta cuando se destinen machos a la re-

prodtucií^n.

Para obtener canarios de un inatir amarillo oro es necesario cruzar

tiua hembra amarilla hasta de c^lor pálido con un macho entre verde

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y- amarillo. Todas las crías no saldr^m amarillas, pero sí la mayoría, y

las que salgan alcanzarán ttna tonalidad espléndida. Los Ilamados mo-

ñudos, que ostcntan un pequeño moño de plumas sobre su cabeza, se

obticiien cruzando un macho de tal característica con tma pájara de

cabeza lisa. Sobre este extremo no admite discusión e] autor 13echst^ein,

hasta el punto de ahrmar que resulta mejor la combinación de cruza-

micnto cxl^^uesta a cruzar dos ptijaros moñudos ambos.

^^tro punto muy interesante en estc

l^i^;. 2.-.li^ulg^^s /^us.ci^^i^^ris (L.), o ácaro del plmnú>>.^larho vi;to de ^i^^rso: 1^:, eápinas; L, Icngiietas postc-rieres; l't, uiia tcrminal del í^ltimo ,c^mento; Ui, ui^aintcrna; l^;l^, cscu^lcte postcri^^r. (M^tty aumcntado.)

macho, yuc pasará a vivir con la otra

problema es el de la utilización

de dos hembras por e^

mismo macho. Para ello

ronvicne primeramente

colocar a las dos hem-

bras en la iuisma jaula

o jaulón para que se

familiaricen y pierdan

su [uerza de celo. Una;

vez consegttido esto, en

una jaula de dos com-

partimicntos scparados

por ttna ptterta practi-

cable, quc de tnomento

qucdar^^ cerrada, se co-

locau cn uno al macho,

con una hembra y en eP

otro a la otra hembra

sola. Cttando la hembra

a la quc aco^upaña e^

macho hag^a su puesta

de huevccillos sc levan-

ta la puerta quc separa

los dos compartimien-

tos para dejar paso ai

hembra, cuidando de cerrar lapuerta tras él. Cuando también la segunda hcmbra ponga sus huevosentonces queda levantada la puerta p<^ra que el macho estĉ en comu-niración con ]as clos hembras, sin ries^^ de que ellas se acometan. I?i

n^.acho se ocupar<í dc las clos, que estar<ín entregadas totalmente a larría de sus hijuclos. L?na hemhra puede hacer dos y hasta tres incuba-cirmes por año.

Crín.-I?n cl comedero, que sirvió para que se alimentasen los pa-

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dres, deberá ^^unerse ttn ruart^^ de huevo cocido y picado inezclado con

un poco de pan migaclo blanco y^nojado en leche. La madre se ^encarga

de transportar estc alimcntc^ a sus hijos. 1la}- quienes se j^ronun^ian

por colocar un huevv cocido cortado en dos partes, adoptando este

procec(imientu ronu, m^ís ventajoso para la conservación dcl alimento,

toda vez que así no se agria, o si ocurre, es a ii^ás largo plaz<^.

I)esptii^s <le quince día^ los jóvenes empezarán a couier ellos s^>los,

sin la a}^u^la ^lc sti n^adi•c. Sin embarg^o, el alimento de huevo ^_ociclo

debe continuar por unas srulanas más. Al comenzar a comer ^rano.

debe cuidarse que í•ste se<< blanco y de bttena calidad. Siempre es iin-

prescindibl^ la limpicza de las jaulas, pero e^i momentos en que se uti-

lice la pasta ^lel hucvu cociclo, bieil solo o cc^n pan moja<lo en leche, es

neccsario realizar diariamentc una severa

limpicza de la iaula para que el alimcnto

no sc agric }^ sc cr^ns^rvc fresco. ])csde

lue^o deb'e cvitarse cl dar a los canari^s

lechu^a, escarola ^- zanahoria o cualquie-

ra otra verdura fresca en tanto los pe-

e^ueñ<>s estén en el nido.

1?1 cañamún resuÍLa en cxtrenw ar-

dicnte para c1 canai-iu }- ^lesde lueg^o su

uso deberá ser muy moderaclo, siemhr^

mezclado en hcqtitcñas proporciones con

el alpiste y niachacado. I?1 canario ali-

mentado con rañan^ón ganar^^ en ^rasas

lo que pierda en caulo ^- se hallará más

propenso a cualquicr enfcrmedad.

Higie^ne ^del ca.^aario.-N^^ sólo es re-

cornendable, síno ai>solutaincnte prerisa

y ncccsaria la limpicza de las jaulas, jau-

lones y cuantos utulsilios se hallen a su ^'^z^^ 3^-ficml,ra ^,^^í^;c,-a ^-;^ta dedorso dcl ácaru dcl plum^ín :

servtcto. Se fregat^áu bien todos los co- h,, epigíneo (marc^, dcl orifici^^ demeCíeros y bcbeder^^s ^' se renovar^i stl l^uc>ta^ dcl huev^^); :A, ano. (Muy

agua una vcz al día, pol- lu me^ios. I.as^^^^"'cnia^l^^.)

cañas y palitos, que sc utilizaii para yue ducrma y salte el caiiario, tle-

berán ser reqiti^ados diari;irncnte ^- litnpia^l^^s, por<^^ue el llamado pi^jo

del canario-^Iel que nos c^cuparemos se;uiclainentc-, pasa ^le la caña

^al animal fácilnientc.

I^:L vulgarmentc llama<l^^ "piojo <Iel can,irio'" es un ácaro, que los

tĉcnicos, en l;is diversas ^xperiencias realizadas, han nombrado según

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su localizaciún en reniones distiut^is del cuerl^o del aninial. l)e esta (or-

ma ,e cunocc : cl ácaro dc las l^árbulas de la pluma (1-'rocto/^li-yllodrs

^/1^7.icdari^ii^^s, C. I_. Koch) ; el ácaro dcl plumí^n (fl^^aadges pcrsservnus, L.) ;

el ácaro ^lel cañón tle la plutna (Picob^ia bipecti.na^ta, G. Il^aller), y el

^ícnr^t chupador de sang^re (Dernarnaa_^^sszas galb^nae, Redi).

Los dos primeros ácaros se alimentan dc las materias grasosas y de

las escamaciones de la pluma del

canario ; eventualmente chupan

san^rc y s<ílo son molestos cuan-

do se multil^lican en forma ex-

traordinaria. Los otros dos son

m^ts dañinos, especialmente ei

D^^rirrna^^ss^^.r, verdadero asa]-

tante nocturno del pobre p^íjar<^,.

que no pucde resistir a sus ata-^

dues continuados y termina por

morir de extenuación.

T^e las observaciones efectua-

das se rcgistran los síntomas

siguicntcs en los canarios ataca-

dos dc cstos ácaros : Que lasan con frecuencia ;ulavc, se es ^p

F'ig. .}.-Plumas remerax clcl canario : A, ca-ñór^ de pluma sana; llm, disco^ medtilares; ^^uc demucstran intranCluiltdad yI^, cañón de pluma parasitado por el ácaro; agitación, tanto de día como deC, c,uión del cual Se 1ia extraído los pará-^^tos ; O, ombli^o ; B, b^írbu]as ; R, raquis. noche ; que tratan de bañarse

con frecuencia; que dejan de

cantar, pierden el apctito, se poncn tristes ^- cnHaquecen ; que cl pltui^aje

pierdc el lustre característico de las avcs sanas ; que los eatremos de

sus hlumas aparecen roid^^s ^• algunas veccs cl raquis está 1lendido ]on-

^^itudinalmentc, taltándole bárbulas ; y finalmentc, se observau daños

que se l^ro<lu^c el mism^ canario con su pico en su vauo intento de

1ihrarsc clc los ácaros.

F_l círa^^o d^^ las h^ír•bat.los clc^ ?a rhruro.-^Para avcriguar su csistcatcia

se toma el canario ^- se le extiende bien el ala, colocándnle frente a]a

luz, rnirando al trasluz sus plumas ,^randes ; a simple vista se notará

^luc a lo lar^^t dcl raquis o talln de las plumas remeras existcn algunos

perlueños cuerp^^s oscuros, colocados con ]n•eferencia del lado donde

las lr,írbulas son más lar^as ; estos cuerpos, al principio, se tomartín por

^^e^^ueñas partículas dc suciedad, pero mirándolas con más atención se

notará que se despla-r.an lentamente entre bárhula y bárbula (fi^. t.^).

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Fl ácaro del ph^^uaón.-Habita, con preferencia, en las bárbulas de

la base de las plumas y el plumón ; se observa a simple vista, y el macho

ilama la atención por el desarrollo tan extraordinario que tiene el tercer

par de patas y presenta una coloración cíe tinte marrón claro (figu-

ras 2.a y 3.g).El rir.aro qatie vive en el vnterio^r del catiaó^^^a de la plunia.-Fste ^ícaro

se encuentra siempre cn el interior del

cañbn de la pluma. I_as plumas parasita-

das presentan el cañón completamente

relleno de una masa amarillenta, lo que

les diferencia cíe las pltnnas no invadi-

das, que tienen el cañón hueco, translúri-

do y de color nacarado, y presentan lo^

discos medulares de trecho en trecho (fi-

gttra 4.a). Si se hac'e una incisión longitu-

dinal cn el cañón de la pluma parasitada

se extraerá wla masa pulvertilenta, de

color amarilicnto, formada por numero-

sos ácaros cle gran variedad de tamaños,

huevos, pelechos y excrementos. Hay

autor que afirma haber extraído hasta

36 ácaros de tm solo cañón de pluma

(figura ^.a).

El c'rrarn chzij^a•dor de san•qre.-Este

ácaro cs verdaderamente dañino, no so-

lamente por lo que debilita y agota al

canario, sino porque, dados sus hábitos

nocturnos, es más difícil el sorprenderle

en el animal, y cuando esto stuede ya stu

daños son irrcparables.

Se esconde durante el día en las jun-

turas de las jaulas, en el interior de las

cañas o perchas que se utilizan y en las

hendicluras dc las macleras de las paja-

reras, y solamente cuanclo se encuentran

en cantidad extraordinaria es posible ha-

llarlos de día sobre el cuerpo del cana-

rio. De noche asaltan al ave, dejándola

extenuacla por la sangre que la extraen

y por la falta de descanso. Este ácaro

I^ig. 5.-Hembra vista de clorsodel ácaro del cañón de la pluma(Y^icobia bipect^úraat¢, G. Haller).

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ataca, no solamcnte a las avcs, sino también al hombrc, al caballo, a

los vacunos, a la cabra, al conejo, al perro }^ al gato. l^orma colonias

dc tniles de individuos (fig. 6.^).

^1lodo de cumbatir a^ los ^ícaros.--iVluchas personas creen que una

jaula está bien lin^pia cuando lavan el piso, cainbian el agua de los

bchc^ieros }^ llcnan de scmillas los tlep^sitos para cl alpiste. 1?s necesa-

rio, sin embargo, prestar especial atención a las perchas o cai^as, donde

los ranarios clcsransan cle norhe y se apoyan de día; allí es donde ]os

:ícarus van a esconderse con preferencia, depositan sus httevos, efec-

túan sus inudas }^ sc reproduccil.

L;is me^lielas hi^ic^nicas más recomenclables son las si^uientes : una

._. M

A

Fig. 6. Urrmm,^et^ssus Galli^^ae (I:cdi): :^, i^enibra vi;la de dorso; E,, escudetc;

BM, mandíbula dc la hcmbra; C, rostro ^^i;to dc ^^icntre; P, halpos; I^4, man-

+líbtila; N;, c:^^ina; 1), cxtrcini^lad dc t^:ui hata; V, ^^esti^sa; T, tar:o.

lirnt^ieza l^erfecta cle las jaulas }- soportes, someti^ndoles a la acción del

ag^ua hirviendo, t^or lo inenos, una vez cada qt.iince días. Si la pajarera

es ^rande }• dc madera convienc: empaparla bien en las grictas y jun-

turas de ]as maderas ron aguarrás o nafta, o mujarla con una solurión

bien concentra<la de acaroina o con agua hirviendo.

]'ara lihrar a los ranarios de esos ácaros ha dado n^uy buenos re-

sulta^los cl si^tiiente l^rocedimiento : se toma al canario, se le coloca

de ^lorso sobrc la mcsa o tula suPerficic plana, con cl ala bien esten-

dida, y con un algod^ín emPahado en alrohol rertificado s^e hasa surive-

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mente sobrc las plumas remeras de las alas y las timoneras de la cola,

cuidando bien de no tacar con el algodón 1a piel del pájaro. De este

modo se observará que quedan adheridos al algodón los ácaros, pu-

diendo repctir esta operación tres veces en el intervalo de ocho días.

Co^ntra los ácaros del cañón de ]a pluma sólo cs dable aconsejar la

recolección y destrucción por el fuego de las plumas viejas, que ei

mism^o canario se arranca o que se desprenden espontáneamente en la

época de muda.

ENSEÑANZA DOMESTICO-AGRICOLA ^'^

NORMAS GENERALES

Por L. H. Rosx>rDO,

ingeniero Agrónomo.

I:n una nación como la nuestra, de vida agrícola y aun social tan

radicalmente distinta según regiones, querer abarcar cada maestra eI

conocimiento de la enseñanza doméstico-agrícola de toda F_spaña seríatan pesado como cíeficiente.

Las maestras tienen que orientarse en los cursos permanentes, según

la característica vicía de cada región española. Esto es, deben especiali-

zarse conforme a la vida agrícola peculiar de la región en que actúen.

EI progreso cíe un país se puede medir por el número de sus especia-listas y por lo concreto de sus especialidades.

Claro está que las que actú^en, por ejemplo, en el Noroeste y Norteatenderán particularmente a enseñanzas cle la lechería, mantequería y

quesería. T?n Levante destacarán las de floricultura. En el centro, las decunicultura y apicttltura.

Habrá enseñanzas que tengan carácter general, o sea aplicables a to-

das las regiones, como, por ejemplo, la avicultura.

Para que la asistencia de labradoras sea mayor se deben dar las con-

ferencias en aquellas épocas más adecuadas, según regiones. Eleg^ir los

días y horas más oportunas.

(i) Véanse las Holns Divut,cn^oRns números r, 3 y 5 de t936.

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t\provcchar el 1Lt^;ar lnás indicado Ilara quc sc^ítu las circLlustancias•

^lo tcn^an t-e^laro cn acu<lir. Unas vcccs scr^t cl calupo, otras las cscu^-

las n^tci^males, ^1 teatro, la sala ^le scsi^lnes clel .^^^untamicnto, la ^tlaza

^^úhlica ^• ]lasta cl salón <lc baile ^lel ^^tteblo.

1'ara yLle nu tcn^atl rccclo cn asistit• ha^ yue ha^erles sabcr de .ulte-

nlanu que esas conierencias na^la les vari a costrtr. c^tte son coln^^tleta-

IllCtll(' ^;t'1íL11Y1S.

I'ar^ caplar stt confianza, c^ue tcn^an entendi<lo que no tienen el

nlenor carácl^r p^llítico, sino cl de mejorar su cultura }', ^^clr tanta

SLl V1<Í1.

I?m^llcad cn la czposirión furmas roucisas, claras, huyctt^l<7 dc t^odo

t^^rlnincl ticnico ^- hasta utilizan^i^l ^^xlrtun^unctlte ^lalabl-as campcsillas.

^c^msejacllcs la asociación, ]a Ltni^^tl taut^o de ellas colll^l dc ellos.

Pero .^sociariones ^1 Sinclicatos quc no sean c^lmo mttchas que sólo exis-

ten cn el papel y quc viencn a scr como agua estancada, inírtil y a vcces

nlalsana, de la que no sc des^^renden tnás yue lniasmas ^^ fiebres. ^Ti

c^mlo oYros Sindicatos, qtte en su mo<lo de obrar son cotno torrentes

deshordados ^Iuc t^do lo arrollan y^lestru}^cn. Aconsejadles, cn cambio,

yue sc utlan como las gotas de a^ ua cle cau^lalosos rí^ls que, cncauzados

^^rlr l^ls iu^enier^^s, sc convierten en saltos de a^u1 que 1Ltc^o ]es ^lan fuer-

za para las nláquinas, ricgo para sus campos ^• ]ttz para sus casas.

llelnostra^lles qLlc las victot-i;ts conseguicl^ls por la fLlcrza, ^lor la vi^l-

lcncia, duran ^^occl. l,as ^^ermanentes, las se;;uras, son las runs^^Lli^las

Por la inteli^eucia y el amor.

1'r^cura<l cn vucstros ronscj^ls quc ohrcras y ^lropietarias no sc en-

frenten, subicudo las nlanos en fonua de amenaza, sino que las ranl-

p^_siuas bajen sus manos sclbre c1 corazón ^' las señ^lras sobre su b^llsillo.

Iata labot- social es in<lispensable base de la labor donl ĉstico-a^rícola,

y nadie mejor qtic la tnujer pLtede deslrrollar con eficacia, pues ha de

ser labor de paciencia, constante }' suave..., tan pr^lpia de vosotras.

1?n ruatltr> a cnligrarióll a l^mérira (attnque h^ty algo r^strin^i^la),

hacedles obscrvar que no sc fijan más yue en los quc vuelven ricos sc^ún

cllas, ^lues a veces esa riyueza consiste sbl^l en Llna cadena y un rel^li

^ic lncfal doraclo, un rev^ílver ^• cl mal ajustado traje que a^ust^> det

"^;^ancho" que al clesembarcar los ca-r.a, se cotnpr^^ en Ltna tienda ^le^

ropas hechas.

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- IO -

Nosotros hemos visto en varios puertos del Norte la enorme pro-

^orción de los que vuelven tan arruinados, que pudieron regresar gracias

:al pasajc gratis que le dió el Estado o, lo que es peor, tan enfermos, que

•vienen a... morir en su casiña.

Ahora bien ; si el pueblo cuenta con alguien verdaderamente enri-

^quecido en América o en cualquier otro país, conviene les pidan ellas,

.aún más quc ellos, pues sieinpre es más atrayente su voz, que subven-

,çionen instituciones de enseñanza agrícola en su pueblo, que precisamente

^por su incultura y atraso tuvieron que abandonar.

Y, en prueba de gratitud, gestionar después que Ayuntamiento 013stado les conceda honores (que es lo que suele agradar a los que }•a•disponen de ríquezas). ^

Muchos obreros agrícolas no abandonan el campo porque no encueu-

-tren trabajo, sino por la seducción de la vida de la capital, q^ue han po-

dido apreciar por su permanencia en el servicio militar o por viajes

:aislados o por referencias exageradas o equivocadas.

Ellos y ellas vieron ciudades que en la noche son como ascuas de^luz. Pero enseñadles desde e] campo el vaho iluminado que se posa sobre

la silueta de la ciudad y demostradles que ese vaho es conjunto de aire

viciado, de polvo y gases mefíticos, que engendra los seres pálidos, d ĉ-

•biles y enfermizos de las grandes capitales.

Ellos recuerdan los lujosos bares con sus "museos" de bebidas; pero

dadles datos de los efectos del alcoholismo y de su secuela de locos que

-pueblan los manicomios. I± llas aun escapan menos a la seducción de la

ciudad. Los vistosos escaparates les atraen como señuelo a los pájaros.

La primera vez que ven ]as elegantes mujeres abren ojos y boca con

extrañeza. Después las miran sombríamente con envidia. Magníficos ves-

-tidos y sombreros ; ricas joyas, estupendos automóviles, atra}-entes pcr-

fumes, lujo en todos los aspectos. Pero decidles a costa de qué es gran

-^parte de todo ello. De dilapidación que acaba en ruina, llenando asilos ;

de fraudes y robos, que pueblan las cárceles; de excesos de trabajo hon-

rado que acortan vidas y nutren cementerios, o de inconfesables ganan-

-cias del vicio que Ilenan hospitales.

Pero hay que evitar también la afluencia creciente a las ciudades, de

^os btn-gueses rurales. Muchos propietarios han reemplazado la agricul-

tura, hoy inquieta socialmente, por la m^ts inquieta industria en la ciudad

•o por el cómodo cobro del cupón. T.as mujeres suelen influir en esta au-

•sencia del campo por la atracción que para ellas tiene la ciudad.

Ese mediano propietario, agricultor acomodado, que pasa en el campo

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- II -

todo o casi todo el año, que dirige su explotación y que alterna en coti-

diano vivir con jornaleros y colonos, éste es el que puecle scr un gran

colaborador de la enseñanza rural, clada su mayor cultura, sobre la

cle los labrie^os }• e] constante coutacto con ellos. Conocemos al^;unos,

no sólo dc csos medianos agricultores, sino de ^raudes hrohietarios c^uc

viven todo el año en el campo y quc sc interesan p^r el pr^nreso cíc sus

^breros }- modestos convecinos.

La legislación rural debc tener la suficientc clasticidad 1>ara a^laptarsc

a todos ]os casos, si bien hemos de reconocer <^ue en l^sl>aña teneni^>s

tanta abuncíancia de legislación c^mo escasez ^le voluntacl para cuni-

1>]irla. Y c^ue en la cuesticín social a^rírola ha^^ al^^o cle e^oísn^r^ en los

^le arriba }^ en los de abajo. Por cllo en la camliaña dc enscñanza rural

^debeinos hrocurar por toclos los medios que el o^lio de clases sea reem-

^^^lazado por el cumplimiento del ^ran código quc no ticne más que estc

artículo :"AMnOS LOS UNOS A LOS OTI:OS".

La des^uiblación dcl campo cs también pro^lucida Por la crccicntc

`'c^^idcmia" cle ]a cmhlcomanía. No ya l^^s hij^>s clc los prol^ietarios

rigrícolas, sino las ^entes del caiuPo, busran un empleo como el que

]nisca una mina.

Ln al^unas regiones el ideal para muchas familias labra^lnras es tener

un hijo cttra. I?n gran número de casos no tiene ^ste vocación ; pero...

hay un parientc rico que ]e paga la carrera.

13n general, se utiliza al político para conse^uir un eniplco en el

I?stado, la I)iputación o, por lo nlcnos, cn el ^Iunicipio. I?sta ^raclación

en la petici^ín suele cl^ehencler clc los votos cle clue cíispon^a en las clec-

ciones el agricultor. A todos los que ambicionan tales em^^leos se ]es

^lebe mostrar la inestabilidad de muchos, debicla a los cacla vez más fi•c-

cuentes cainbios políticos. Y cuanclo se trata de cargos ^n:ís se^uros hor

pcrtenecer a un Cllerpo con escalafón, como se ^btienen l^^r concursos

a^ oposiciones, se debe en la propaganda rural n»strarles que para cua-

renta o cincuenta plazas se presentan tres mil ^ cuatro ^nil aspirantes,

volvicndo después ^stos a sus casas con un ^lesennaño más, bastante

i^linero men^s y la sonrisa bttrlona del pueblo.

Para ellos, y especialmente para cllas, a quicncs dedican^^s cste tra-

bajo, representaría esto evitar la cieserción de jóvenes que, en vez cle

harásitos clcl presupucsto, crearán cl día de mañaua la familia a^rirul-

tora y la riqueza patria.

* ^ *

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- I° -

Las supersticiones constitu}-en en graclo muy diverso, según rebiones,.

una valla mu^- gcneral en nuestro país }>ara el pro^reso ar;rícola, el

pecuario y el social.

I_a superstición ha disminuído, pero aíun subsiste, no sólo entre los^

i;;norantcs, sino quc ha^- agricultoras y agricultores acomodacíos ^^ con

alg^una cultura que son supersticiosos, aunque no lo manifiesten.

Lntrc las supersticiones de "culto indebido" eaiste en algunos sitios

la de tocar la canapa^ria de la-s iglesias cuan,do true^ia. Precisamente lo

quc sc hace con esto es poner en peligro la vida del ^c^ue toca, no sólo

llor la conductibilidad ^lue tienen los mctales para la électricidad, sino

también porque las i^lesias de las aldeas suclen estar aisladas y en sitios

altos ^^ el campanario terminado en punta, generalmente de hierro, cir-

cunstalicias favorables para atraer el rayo. Aforttmadamente, ya hoy

suclen estar dotadas las iglesias de pararray^os. ^

Otra práctica : cri^^ar con zataa llave ca^zde^zte la f rente cle persoraas^

^^^^ondidas ^or peyros su^^uestos r^abiosos. ^n cambio, no cauterizan las.

heridas de los mordicíos con un hierro cancíente o brasa de carbón des-puĉs <le hacer Sa11I' la sangre y lavar ^^ secar la herida. La enormidací

a principio expuesta debe combatirse. 13n cambio, aconsejar el separarse

a un lado cuando se vc venir al perro sospechoso y no hostigarle; de-

ridles que un perro rabioso, aunque no 1>resente baba, puede estar ata-

cado y que uno de los caracteres más fijos consiste en que su aullido

es lúgubre, ronco y en su acometividad contra los perros sanos. Final-mente, y sobre todo, que lo urg^ente es acudir a la vacunación antirrábica.

1:ntre las supersticiones de "Divinación" está la Inu^' generalizada

de ccl^ar las cartas. Nacía decimos cíe en qué consiste esto, pues es co-

nocidísimo, no sólo entre mujeres de aldea, sino entre disting^uidas "clien-

tes" de la ciudad. ^sta práctica recuerda la buenavcntuna de las gitanas.

1?n Galicia, desconliando mucho de éstas, son más dadas a la anterior

superstición que llaman "botar as cartas", muy extendida en 1 3 spaña.

Supcrsticiones dc diversas regiones son los malos agii^cros, como los

aullidos de los perros, los graznidos del huho, el ver la zorra en a}'u-

nas, las mariposas nc^ras alrededor de una luz, el graznar dc las ga-

llinas en ]a noche imitando al gallo, la ruptura de un ^espejo, etc.

I?ntre las supersticiones de "vana observancia" está el cultn de los

astros. I?n C^alicia creen yue la "estrela panadeira" (i) reparte la abtm-

dancia de pan hacia clonde aparece. 13n alg^unos puntos de Lu^o llegan a

(i) tic refieren a Venus.

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^ofi•ccerlc una t^^rta autes de aiiiasar el pan y dcspuis la dejan ^le n^i^^he

en la vcntana qu^ mire a(^riente. 1 no digaiuos nada clc lo quc en toda

I'.sliaña Ic "cuelban" a la luna.

Uel n^ismo grupu ^le su^^crsticiones es el ci^lto clel f^^ego, mu^- hcre-

da^lo de celtas ^^ fenicios. I^;n los partidos judiciales dc I^eceri-e^i }^ l.er-

^^^iutes I^^r^>vincia de Luaol encicncleii ^rau fue^o en el ho:;ar, e^i el

yuc echan gruesc^ cep^^ o leño que se ha de ni<intenei- sieinpi-e encen^li^lo

(,nlue todo de nochel. I'ara nosotros esto soluci^^ua sólr^ cl cunflict^^ de

nu teiicr rcrillas f_att^ic^jue c^mstitti^•a tin peli^ro de inccndio), ^^cro cllos

d.u^ carácter sanrad^^ al leñ^, cuyu resto conservan para harerlo ar^ler

cuando amenaza al^;una ^alamicla<l, coino un pe^li-isco ^^ una teii^l^estad.

I:ccorda^llcs quc hay Socie^lacles dc se^uros para estos ^i^1es.

Cultn .cr^C^^r.cli^ciusn cl^• /os ^írbc^l^^s.--.Aunc^uc Ix^c<^s, aún ha^• sitius cn

cl N^^r^^cst^ cii ^^u^ ^r,u•a curar las hcrnias ^lc lc,s niñus sr hien^lc ttn rnhlc

juven }^ el padrino le da el niño a la maclrina, hariciido ^^asar ires vcces

a 1<i crirttura ^>ui- la hcndi^lura, clc^^^.^lvirncl^>lo ^^tras tantas l;i ma^lrina,

r^ ^^itien^l^^ an^lx^s estas palahras :

l)oziclio qi^ebrn^clu.

l^^ícanru saai^o.

Juntan des^^u^s las ^los ^>artcs sc^>araclas ^lcl 1>cqurñr^ rohlc, li^ atan

c^m cui^l^t^l^^, ^ si se unen u prcnden, cl niri^^ rurará; cl^ l^^ contrari^^, r^m-

tinuará ^^uebra^lo. La facilidacl c^^u quc ruran p^n- sí s^>las las quchra-

^iaras dc los niños menores de tres años conyuista muchos rre^^entes

^^ a^lmit-adores ^lel "jovcn <loctot• K^^hle, csj^ecialista cn hernias".

I'er^^ cs prohia, nu súl^^ <le Galicia, sin<^ dc toda Lspaña, csta ^^re-

tcnsión <l^ curar por supersticiosos medios, no s^^lo enferine^lades hu-

man<is, sino tambi^n ^le aniinales <lomisticcis.

lIay^ labra^l^^res ^^ labra^l^^ras quc no cu^plc.u^ estos procc^limicutos,

l^^r^^ rcrurren... al curandcr^^. ^^ cn tíltiin<i instancia, ^^ ^ior tanto tar<lc.

vai^ a<londe ^n-imer^^ clebier^^n acudir, se^tín los rasos : al mí^^lico u a]

vcicrinario.

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RADIOESTESIA NOTABLE^'^Por. L. C^as^rroviEJo vL LLrQt^H..

(Conclusió^n.)

Medictina.-L;1 abate houly había dado una conferencia en Mons (13é1-

gica), en la que babló de sus estudios sobre la varita mágica y

los microbios. llespués de la confercncia vinieron a suplicarle que

ensayara su método en una anciana religiosa que estaba gravemen-

te enferma. I^.1 abate ]^ouly ^^ el mécíico tueron juntos al con-

vento. La pobre reli^iosa estaba en la cama, incapacitada de

hacer ningún movimicnto. ^1 cura de Hardelot (]3ouly) ]a hizo in-

corporarse, sosteni ĉndola otras dos religiosas, y le pasó su varita a todo^

el larao de la columna vertebral. Lnfrente de una de las vértebr.^^ la

varita se enderezó. "Fsta vértcbra corresponde al hígado", dijo el abate.

I^.1 médico hizo un siáno afirmativo. "lil hígado será seguramentc el

órgano eniermo y donde radica el maP'. "El hígado, corno todos los

dem<is órg^anos de la enterma, se encuentra en el mismo estado", replicó

el m^dico. "Si mi hipótesis es eaacta - dijo el abate Pouly , ^ qué

niicrobios cree usted que son los causantes }- q^ué remedios aplicaría

usted para combatirlos r" El médico nombró tma serie de bacilos, de

sueros, y propuso el mandar a buscarlos.

Cuando todo ese material estuvo clasificado y ordenado, el abate

Bouly colocó sucesivamente los bacilos y despu ĉs los remedios entre la

enferma ^^ el sol, cuyos ra^^os entraban por una ventana; después pasó

entre los remedios ^^ la cnferma ^on su varita en la mano. llelante de

uno dc los bacilos y una de 1as inyecciones la varita se enderezó. El

médico aceptó el aplicar el remedio indicado por la varita. lAlgunos días

clespués la religiosa estaba completamente iuera de peligro.

Hay que advertir quc el abate Bouly ha tenido el mismo éxito fa-

vorable en varias ocasiones operando sobre caballos y otros animales,

lo que aleja toda tentativa de culpar a la autosugestión.

Mr. Joseph Treyre, notable horticultor y uno de los m^is notables

pendulistas de l^ rancia, emplea con gran ĉxito el péndulo.

Con él obtiene los elementos que una planta necesita para su mejor

desarrollo, indic^mdole las enmiendas que debe hacer a los terrenos

para su cultivo. Asimismo, en Avicultura 11a tenido éxitos notables yue

(^) Véasc la Ho^n ll^[v^^i.rn^oRn número q dc r93^•

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Ia Víc a la Ca.ui/^a^^^^^^', en su nítmero 3^o de i93^, relata al haber con-

scgui^lo scñalai• c^^n cl péndulo aquellas aves que 11evaTi el g^crmeii del

bacilu <l^ la diarrea hlanca, epi<íemia tan ^levastadora, due causa scrios

herjuicios eu cualquier granjri avícola, y segúii la referenria de la ci--

ta^la revista, ha conseguid<^ yuc en la áranja avícola del conde Hubert

^lr ^7ai;;ref no ha^^a una s^^la ave portad^^ra dcl bacil^^ en dos años que

ha hccho la sclccción clc ]as avcs.

Par.i Ixxlcr rcroiu^rer la fccundi<lacl, vitalidad ^^ seso de l^^s hucvos:

antes ^le clarlos a la incuhaci^íi^, ta^nbién se ha recttrri^lo al ^>^ndulo, y^^

nusotrus l^^^demos aseverar este aserto p<^r ]as u^uchls veces <<u^ l^^ he-

^uos c^>inhr^^bacl^^, y.^Tr. I)osset, profesor de la Universida<l ^le Lau-

s<tnne, ha hccho ^^ publicad^^ stts etpericnrias sobi-c estos punt^^s.

11r. All^crt llamncn ĉ cscribc sobrc estu misino, clicicnclo ^^uc si bicn.

cs cicrlo, scg^ítn sc ^lc^prcucle clc e^perirncias rehetidas, quc cl hurv^^^

^lc la ^;allina llc^^a cl crubi-ií^n incsetual, cs dccir, sin scxu dctcrminaclc^„

h,asta ^I ^u^>zavo día no es iinposible que ]as re^icciunes clel pí^n^lulo her-

niitan . ulivinar cu^il scrá cl sezo dcl n^ismo por la ma^-^^r potcncia cn^i-

s^^ra ^^ttc tcn^a cl duminantc.

l^a mi^mo 1Ir. "Cre^^re clice qtte puede conocerse el seto ^- fecundidacl.

^lc un hucvo práctiramente por medio dcl péndulo, y q^ue ez^unin;uidu^^

r:urti^la<lcs pequet^as el acicrto es del ia> por ic^, ^^ero yuc l^ara can-

ticlacles de iiiiles clc htiet-c^s el trabajo es <i,obiador ^- Ilega ^^ fati^ar al

^^^^erador.

I?1 abatc Gabri^l, cn un artícttlo publicaclo poi- la i•cvista T^ie a la^ Com-

j^u^^y^c^, dicc quc para adivinar si los huevos est^ín ferundos, el péndul^r

puedc res^ilvei-lo ^le inmediato por el procedimiento siguiente: Un huevo^

intectui^lo q o pr^^duce nin^ún n^ovimieuto en el p^ndulo. Un huevo fe-^

ruu<l^o hr^xluce 1>iei^ sea una oscilaci^>n o una rotacicín.

I?n to^las las aplicaciunes clel p^ndulo el géner^^ masculinu es po-

sitivo }^ cl ^ĉnero fcnicnino nc^ativo.

Pur lo lanto, una influcncia macho prodtuc la misma reacción quc

cl p^^l^^ positivo clel electroimán ; tma influencia heml^ra produre las iuis-

mas r^acci^^nes d^l polo negativ^> del imíin.

Si nucstra man^^ cstá polarizada positivaiilciite, cl p^ndul^^ oscila si

cl hucvo ^l^be ^^rodticir un ^allo; si el ^^í^ndulo ^ira rotativamentc, c1

huevo clehe proclucir tuia ^;alliua.

^i nticsira man^i cstá j^olarizada negativainentc, interprcta coiltra-

riamentc cstos ^novin^ientos.

I^econiendaciúu esencial para obt^ener tin buen resulta<lo : evitar cui-

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^daclosamente cl dejarse sugestionar sobre el resultado que sc va a ob-

tener.

Yara prevenirse contra este pelig^ro, débese ensayar con alg^unos hue-

vos }' marcarlos en la cáscara con un signo los 1nac11os }' otros las llem-

bras, comprobando vuestra sensibilidad.

^ I;s que cualy^uier individuo puede servirse con éxito del péndulo :

I^,1 abate Merinet, la primera autoriclad en la materia, da la estadís-

tica siguiente : De Too individuos, cualesquiera quc sean, 3^ a^}o gor Ioo

sol) sujctos sensibles desdc el primer momento ; 35 a.}o por roo son igttal-

mente sensibles al cabo de una hora o dos quc ensayen, }^ el ^5 a 3o por

r(^o que quedan parecen refractarios a la in^ftuencia de la radioactividad.

^ Sin elnbargo, la experiencia ha demostrado quc esos individuos, des-

pués de aconsejados por persona idónea y haciendo algunos ejercicios

bajo la dirección de la misma, han llegado a ser sujetos receptores de

la radioactividad.

I?n resumen : todo el nnindo puede llegar a manejar e] péndulo, aun-

que no cludamos los hay más o nlenos sensibles.

Hay c^ue descartar en absoluto lo que se conoce por autosugestión.

I?1 operador debe completamcnte dejar de pensar en nada y observar

sin prejuicio el inovimiento que dé el p^ndulo.

1)on T^ ernando lloreno Zaldívar, en su obrita Sexoloyía, hace un

estudio acabado de las infinitas aplicaciones que tiene el péndulo, pre-

sentando más cle tres mil casos etiaminados tanto en la iecundidad y

sexo de los hucvos de las aves en general como en los capullos de los

^usanos ^,le seda, embarazo de las mujeres, etc.

LAS OBRAS 1 RE^'ISTAS REUNIDAS PARA SU TRABAdO I'OR EL

SERVICIO DF. PUBL[CACIONES ACRICOLAS I'UEDEN SER CONSUL-TADAS EN EL LOC:1L DEI, MISMO (DIINiSTER10 DE AGRICULTURA,

PASEO DF. :\'POCHA, 1 1' 3) TODOS LOS DIAS LABORABLF.S, DE

DIEZ A UNA.

Gráficas Uguina. Meléndez Valdés, !