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Un análisis de las estructuras binarias en “Las Memorias de Mamá Blanca” de Teresa de la Parra. Literatura española Master, 2008 2009 Liesbeth Maes Promotor: Prof. Dr. E. Houvenaghel Master: español inglés

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  • Un análisis de las estructuras binarias en “Las Memorias

    de Mamá Blanca” de Teresa de la Parra.

    Literatura española

    Master, 2008 – 2009 Liesbeth Maes

    Promotor: Prof. Dr. E. Houvenaghel Master: español – inglés

  • 2

    Índice de materias

    Prólogo ..................................................................................................................................... 4

    I. PARTE INTRODUCTORIA

    Introducción .................................................................................................................. 5

    1. Biografía de Teresa de la Parra ................................................................................ 6

    2. Un esbozo histórico de Venezuela ........................................................................... 8

    2.1. La situación histórica de Venezuela hasta la independencia ..................... 8

    2.2. Venezuela en los siglos XIX y XX ........................................................... 9

    3. La obra de Teresa de la Parra en su contexto histórico-político ............................. 11

    3.1. La recepción mundial de “Las Memorias de Mamá Blanca” .................. 12

    3.2. Breve resumen de la obra investigada ..................................................... 14

    4. Estado de la cuestión .............................................................................................. 16

  • 3

    II. ANÁLISIS

    Las estructuras binarias en el contexto literario de “Las Memorias de Mamá Blanca” ......... 18

    1. Un análisis temático del contenido de “Las memorias de Mamá Blanca” ............. 18

    1.1. La infancia versus la edad adulta a través del recuerdo del

    paraíso perdido ............................................................................................... 18

    1.2. La barbarie opuesto a la civilización ....................................................... 20

    1.3. La mujer y el hombre, una representación de dos mundos distintos ....... 23

    2. Un análisis formal de “Las memorias de Mamás Blanca” ..................................... 30

    2.1. El género de la novela.............................................................................. 30

    2.2. Las estructuras binarias aplicadas en un análisis narratológico............... 32

    2.2.1. El narrador, ¿dos puntos de vista? ................................................. 32

    2.2.2. Pasado versus presente .................................................................. 37

    2.2.3. El espacio; el campo versus la ciudad ........................................... 41

    2.2.4. Los caracteres opuestos dentro de la novela .................................. 46

    3. La denuncia indirecta en la segunda obra de Teresa de la Parra ............................ 53

    3.1. Los temas denunciados en la obra ........................................................... 53

    3.2. ¿Cómo se presenta la denuncia en la novela? .......................................... 54

    Conclusión .......................................................................................................................... 59

    BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 61

  • 4

    Prólogo

    Al comienzo de una carrera universitaria empieza realmente el último nuevo capítulo de toda

    la carrera escolar. En aquel momento, se queda atrás la formación media y se puede elgir una

    formación en el campo de su ámbito de interés. Después de un increíble viaje por Guatemala

    cinco años pasados y varios viajes de verano en España, no me cupe la menor duda de

    dedicarme a los estudios filológicos en la universidad de Gante lo que hasta el momento sólo

    avivó mi interés para la lengua y la cultura española.

    Finalmente, para llevar la carrera a buen término y para demostrar que verdaderamente se

    merece el título de Master en Lenguas y Literaturas español e ingles, debemos elaborar una

    investigación científica en nuestro campo de estudios. En esta tesina de maestría examino un

    tema literario lo que sin duda requiere mucho de mi tiempo para leer, rebuscar y reunir

    información sobre mi tema de interés. A continuación, me dedico a la investigación de un

    tema que hasta ahora no ha sido investigado exhaustivamente. Llena de optimismo empiezo

    este trabajo extenso arodeada y apoyada por la compañía adecuada.

    Por eso, quiero dar las gracias en primer lugar a mi promotor que siempre me apoyó con

    buenos consejos. Además, siempre estaba disponible para cualquiera información

    suplementaria.

    En último lugar, quiero dar las gracias a mis padres por su apoyo incondicional durante mi

    carrera universitaria, la cual finalizo ahora con esta tesina de maestría. Además de eso, me

    han apoyado mucho a lo largo de este proceso intensivo.

  • 5

    I. PARTE INTRODUCTORIA

    Introducción

    Teresa de la Parra es indudablemente una de las autoras femeninas más destacadas de la

    literatura venezolana del siglo XX.1 En aquellos tiempos, no había muchas escritoras

    femeninas en el continente latinoamericano particularmente a causa de la situación histórica y

    política muy turbulenta. El machismo, introducido por los españoles después de la Conquista,

    reinaba varios siglos y tuvo gran impacto sobre la posición de la mujer en la sociedad

    venezolana. Tardó mucho tiempo hasta que la mujer fue tratada igual al hombre en cuanto a

    su aptitud para escribir una novela. Teresa de la Parra sin duda aceleró aquel proceso con sus

    pocas escrituras significantes. La breve biografía de la autora consiste en sólo dos grandes

    novelas que van complementadas de dos diarios, tres cuentos y algunas cartas y conferencias.

    Su última novela “Las Memorias de Mamá Blanca” forma el tema central de esta

    investigación.

    Después de ponerme al corriente del objetivo de esta tarea, empecé a dividir el trabajo en

    varias fases. Armada con unas informaciones de fondo sobre la vida de la autora, la situación

    histórica del país venezolano, así como información sobre la recepción mundial de la obra de

    la autora, pude dedicarme a un análisis detallado de la obra investigada. Durante esta primera

    fase que trato en la parte introductoria de este trabajo, pasé el mayor tiempo leyendo y

    observando lo que ya había sido escrito sobre Teresa de la Parra y sus escrituras. Saltaba a la

    vista que la información tratando esta autora era escasa y que consiguientemente debí ampliar

    mi dominio de investigación. Volveré sobre este particular en mi estado de la cuestión. Los

    datos personales encontrados en las pocas escrituras resultaron un aporte interesante para el

    análisis, particularmente por el carácter semi-autobiográfico de la novela. Estas informaciones

    me ayudaron además en la búsqueda de la historia auténtica de la vida de la escritora.

    Entonces, en la primera parte introductoria que sigue, el lector encontrará una exposición de

    la vida de Teresa de la Parra y sus obras situadas en los tiempos innovadores del siglo XX.

    1 Arteaga, Valmore Muñoz y Arria, Piero. Notas sobre Teresa de la Parra. [online] URL:

  • 6

    1. Biografía de Teresa de la Parra

    Teresa de la Parra, bautizada Ana Teresa de la Parra Sanojo, nació el 5 de Octubre 1889 en

    París, Francia2. Su padre, Rafael Parra Hernáiz, era cónsul de Venezuela en Berlín lo que

    explica la clase aristocrática de la familia. Cuando Teresa cumplió sus dos años, la familia

    decidió regresar a Venezuela donde vivieron cierto período en la hacienda de caña de azúcar

    de su padre, llamada „el Tazón‟. Gran parte de los recuerdos de la infancia están recogidos en

    su segunda y última novela “Las memorias de Mamá Blanca”. A pesar del hecho de que su

    obra es mínima consideramos Teresa de la Parra como una de las figuras femeninas más

    destacadas de las letras venezolanas. Su escritura nos da una clara representación de la

    sociedad venezolana entre los siglos XIX y XX.

    La vida de la familia cambió drásticamente cuando murió el padre. En aquel momento, Teresa

    sólo tenía ocho años. Por consecuencia de esta pérdida dolorosa, la madre decidió un año más

    tarde regresar a Europa. Se instalaron en la ciudad de Valencia en España donde las niñitas

    podían disfrutar de una educación. Teresa entró en el internado del colegio de las Madres del

    Sagrado Corazón de Jesús donde obtuvo una formación muy religiosa hasta cumplir sus

    dieciocho años. Fue en aquel lugar en el cual Teresa escribió sus primeros trabajos, trata

    particularmente de versos dedicados a la Beatificación de la Venerable Madre María Sofía

    Barat3.

    Al terminar sus estudios, Teresa se trasladó otra vez a Venezuela donde se sumergió en la

    vida copiosa de la alta burguesía. Ahí vivió algún tiempo en casa de doña Emilia Ibarra de

    Barrios, una amiga íntima e importante de Teresa de la Parra, en cuya casa encontró la

    inspiración para escribir su primera novela “Ifigenia”. La primera versión de esta novela fue

    publicada en 1922 bajo el título provisional “Diario de una señorita que escribió porque se

    fastidiaba”. Al principio, se publicó esta novela bajo su seudónimo „Frufrú‟. Un año más

    tarde, de vuelta a París, Teresa recibió un premio para su primera novela y entonces, ella

    decidió cambiar el título definitivamente.

    2 En algunos documentos oficiales, Teresa De La Parra pretende haber nacido en Venezuela el 6 de Octubre

    1896. El dato correcto es claramente el 5 de Octubre 1889. 3 Arteaga, Valmore Muñoz y Arria, Piero. Notas sobre Teresa de la Parra, [online] URL:

  • 7

    Teresa de la Parra nunca en su vida se casó pero mantuvo varias relaciones de gran amistad.

    Por eso, ella dedicó “Ifigenia” a su amiga Emilia Barrios que murió el mismo año de la

    publicación de la novela. Esta amistad muestra cierta correlación con la relación personal

    descrita en la primera parte de su segunda novela “Las memorias de Mamá Blanca”. Esta obra

    se caracteriza como su obra de madurez. Teresa escribió esas memorias en el año 1927 en

    París y añadió un año más tarde la primera parte introductoria, llamada „la Advertencia‟. A

    partir de la publicación de su segunda y última novela en el año 1928, Teresa viajó

    continuamente por países en Europa y América dónde dio varias conferencias tratando de

    temas como la posición de la mujer en la sociedad, y dónde se encontró con varios otros

    escritores. Sus cartas escritas demuestran más detalladamente algunas de estas relaciones

    íntimas.

    En 1932, cuando surgieron los primeros síntomas de la tuberculosis, Teresa dejó de escribir.

    A causa de esta enfermedad mortal ella decidió de dedicarse a “una perfección espiritual”,

    como la define Marina Gálvez Acero en la parte introductoria de la obra consultada..4 A partir

    de este período, sólo quedan sus escrituras en cartas. Teresa de la Parra murió en Madrid el

    día 23 de abril de 1936, a los 47 años. Los siguientes once años reinó un profundo silencio

    sobre la escritora y su literatura. Después de trasladar los restos mortales a Venezuela para

    reposar en el panteón de la familia Parra Sanojo, Teresa recibió la fama que merecía.

    4 De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca.(introducción y notas) Madrid: Editoral Castalia, S.A,

    pp.14.

  • 8

    2. Un esbozo histórico de Venezuela

    Antes de sumergirnos en el mundo de los recuerdos infantiles de Mamá Blanca resulta

    interesante echar un vistazo a la situación histórica del país natal de nuestra autora. El género

    autobiográfico de la novela requiere esta exposición de los hechos más importantes del pasado

    para poder situar la novela y su autora en su contexto histórico. Tras un breve resumen sobre

    la antigua Venezuela, dediquémonos más en detalle a la situación del país en el período en la

    que situamos la obra de Teresa de la Parra.

    2.1. La situación histórica de Venezuela hasta la independencia

    Venezuela se sitúa geográficamente en el norte de América del Sur y limita al norte al océano

    Atlántico y el mar de las Antillas. Los países limítrofes son Guayana, Brasil y Colombia.

    Fueron los españoles que descubrieron el país en agosto de 1498 y lo bautizaron tal vez

    sarcástico „ la pequeña Venecia‟ („Venezuela‟) porque las palafitas indígenas les recordaba

    mucho Venecia.5 La población nativa, es decir, los indios, se resistieron varios años a los

    conquistadores españoles. Esta lucha horrorosa se acabó finalmente en el año 1580 cuando los

    indios fueron consternados por una enfermedad incurable de aquellos tiempos, la viruela.

    Salvo algunas comunidades indígenas consiguieron sobrevivir en determinados ámbitos

    inaccesibles gracias a la envergadura enorme y la inaccesibilidad de Venezuela que en cierto

    modo ofreció protección a los nativos.

    Al principio, la colonización de Venezuela transcurrió más lentamente y desigual que otros

    países del imperio español a causa de la pobreza y las enfermedades tropicales que

    contaminaban a los conquistadores. Además, Venezuela ha sido cierto período territorio de

    los alemanes para liquidar de esta manera las deudas que existían entre la monarquía española

    y el imperio germano. Después de 1550, empezó por fin la colonización fundamentalmente

    basada en la agricultura, es decir, plantaciones de cacao y ganaderías extensivas. Muchos

    africanos fueron transportados a Venezuela para trabajar como esclavos en estas plantaciones

    o a lo mejor también como sirvientes en casa de un criollo. Finalmente, las guerras

    independentistas y los conflictos consiguientes pusieron fin a la esclavitud en Venezuela.

    5 Ferguson, James. Venezuela, pp. 10.

  • 9

    En 1811, se originó el primer movimiento independentista aunque fue inmediatamente

    oprimido por las autoridades coloniales. Estos movimientos combatieron por la independencia

    bajo el poder del famoso libertador Simón Bolívar y su ejército durante diez largos años. Sólo

    cuando Bolívar consiguió poner a los llaneros de su parte prometiéndolos tierra, los

    republicanos infligieron definitivamente la derrota a los españoles en el año 1821. La ayuda

    del líder de los llaneros, José Antonio Páez, fue imprescindible en esta lucha por la

    independencia. Venezuela constituyó parte de Gran Colombia y Simón Bolívar fue

    proclamado presidente.

    2.2. Venezuela en los siglos XIX y XX

    Los siglos XIX y XX se caracterizan como un largo período de gran inestabilidad política. La

    guerra independentista se cobró numerosas víctimas y destruyó varias partes del país. Sin

    embargo, cuando Paéz tomó el poder de Bolívar en el año 1829, no volvió la calma. Gran

    Colombia se fragmentó y Venezuela se hizo una república separada.

    Dentro de poco tiempo desapareció la autoridad central. El país fue realmente atormentado

    por la criminalidad y varios conflictos regionales. Entre 1830 y 1888, Venezuela se marcaba

    por 730 enfrentamientos armados y 26 revueltas directas6. La violencia política llegó a su

    punto culminante con la Guerra Federal (1858 - 1863). En esta lucha murieron 40 mil

    personas y la economía llegó a un punto muerto. A partir de 1870, algunos caudillos

    „nacionales‟ como Blanco y Castro por fin consiguieron poner en marcha la formación de una

    nación.

    La dictadura de Juan Vicente Gómez7 fue un primer paso en dirección del restablecimiento de

    la paz en Venezuela. Esta dictadura duró 27 años y coincidió con el descubrimiento del

    petróleo y la metamorfosis de Venezuela hacia una sociedad moderna. La división regional

    cambió definitivamente en un fuerte estado central, mantenido de pie por la industria petrolera

    y la opresión. La construcción de puertos, carreteras, edificios públicos, etc. en Caracas y

    alrededores, transformaron el prestigio del país. No obstante, el régimen dictatorial de Gómez

    fue implacable. Ni críticos, ni adversarios fueron tolerados porque si no serían sancionados a

    6 Ferguson, James. Venezuela, pp. 14.

    7 El dictador Juan Vicente Gómez reinaba el país venezolano desde 1908 hasta 1935, el año en el que murió.

  • 10

    una pena de prisión, de tortura, de asesinato o de destierro. Por supuesto, miles de exiliados

    políticos regresaron a Venezuela cuando la dictadura de Gómez tocó a su fin. Esto significó el

    inicio de un nuevo sistema parlamentario moderno. Después de una dictadura prolongada y

    asfixiante, floreció desde aquel momento una sociedad civil.

    El régimen democrático se efectuó irónicamente después de un golpe militar. Varias

    asociaciones que estaban más que hartas de la corrupción en Venezuela prepararon la caída

    del gobierno y convocaron elecciones. La Acción Democrática ganó aquellas elecciones y

    introdujo una serie de reformas económicas y sociales ambiciosas. El gobierno por ejemplo

    lanzó el sufragio universal bajo la dirección del presidente Rómulo Gallegos. Después de este

    breve período de cierta estabilidad, lógicamente se dejó sentir una protesta pública entre las

    diferentes asociaciones. La agitación social y las discusiones entre los partidos llegaron a más

    por lo que los militares decidieron intervenir. El ejército tomó el poder en noviembre del año

    1948 bajo la dirección del general Marcos Pérez Jiménez.

    Los siguientes diez años fueron otra vez gobernados por un dictador que sufría del delirio de

    grandeza. Jiménez anuló algunas reformas anteriores, prohibió los partidos políticos y oprimió

    cualquiera forma de oposición. Este período mostró semejanza con la dictadura de Gómez

    visto que las cárceles de nuevo fueron rellenadas de activistas políticos. Al otro lado, el país

    avanzó económicamente a grandes pasos. Pérez Jiménez aumentó la producción petrolera y

    puso en marcha la construcción de impresionantes obras públicas. Las ciudades se

    extendieron y la gente decidió establecerse en las metrópolis en perjuicio del campo. Al final,

    la corrupción y la incompetencia económica tuvieron un precio, lo que irremediablemente

    llevó al Punto Fijo - acuerdo. Este sistema de dos partidos políticos reinó hasta el año 1968 y

    se basó en la cooptación y el control, es decir, los detentadores fidelizaron a la gente

    ofreciéndolos favores.

    La segunda parte del siglo XX se caracteriza políticamente por el balancearse entre dos

    partidos. La Acción Democrática con su visión social-democrático colaboró 35 años con el

    COPEI, otro partido más conservativo y orientado hacia el mundo político de los negocios,

    aunque desde 1968 enturbiaron estas relaciones políticas hacia una postura más bien hostil.

  • 11

    3. La obra de Teresa de la Parra en su contexto histórico-político

    La bibliografía de Teresa de la Parra no consiste en un extenso repertorio de obras maestras,

    sino es notable prestar atención al trabajo de esta escritora. Teresa de la Parra es considerada

    la figura femenina más destacada de la literatura venezolana. Aparte de algunos diarios y

    cuentos, ella también dirijo varias cartas a sus amigos más íntimos. Estas cartas incluyen

    mucha información personal desde el punto de vista de la autora e informan sobre el círculo

    de amigos en el cual Teresa permaneció en aquellos tiempos.

    Además, se atribuyen sólo dos novelas a la escritura de Teresa de la Parra. Ambas novelas

    han recorrido largo trayecto antes de haber recibido el verdadero éxito que merecen. La

    primera novela “Ifigenia” se distingue particularmente en género literario de la segunda

    novela, “Las Memorias de Mamá Blanca”, que forma el tema central de esta tesina. La

    intención de la autora en su segunda y última novela tomó otro rumbo. Después de haber

    recibido mucha ostentación tras la publicación de su primera novela, Teresa decidió escribir

    de una manera menos directa. Optó por el género de las memorias en el cual se describe un

    pasado, es decir, algunos sucesos escogidos cuidadosamente con el intento de recuperar el

    ayer. Con este tipo de género se crea cierta distancia al pasado, lo que no se presenta en su

    “Ifigenia”. Aquel diario íntimo registra más bien descripciones de cosas que ocurren o a lo

    mejor describe emociones que importan al narrador. De todos modos, el género diario se

    desarrolla en el presente y por lo tanto no se distancia del tiempo.

    Por último, la biografía de Teresa de la Parra también contiene algunas conferencias que se

    dedican particularmente a la posición de la mujer en el continente latinoamericano. Parece

    que este tema tiene mucha importancia para ella, visto que se presenta frecuentemente en las

    obras de la autora. Como ya mencionamos anteriormente, la representación de este tema

    aparece de una manera indirecta en “Las Memorias de Mamá Blanca”, por lo que no recibió

    tanta resistencia como su primera novela.

    En general, para hacer un buen entendimiento de “Las Memorias de Mamá Blanca” de Teresa

    de la Parra, se necesita conocer los antecedentes de esta escritora.8 En lo que sigue,

    8 De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca. Edición Crítica coordinada por Velia Bosch, UNESCO,

    Colección Archivos, pp. 175.

  • 12

    abordamos en primer lugar la recepción de las memorias de Teresa en el contexto de la

    sociedad moderna, y después en el contexto latinoamericano.

    3.1. La recepción mundial de “Las Memorias de Mamá Blanca”

    La recepción de la obra de Teresa de la Parra ha sido bastante divergente. Lo que salta a la

    vista es que tardó mucho tiempo hasta que Teresa realmente recibió el elogio que merecía con

    sus obras en su continente nativo. Se puede explicar eso a partir de los temas de sus escrituras

    que a lo mejor no concordaban con la mentalidad del país en aquellos tiempos.

    Teresa de la Parra fue una mujer cosmopolita. Pasó su vida viajando continuamente entre la

    Europa y el continente latinoamericano. Experimentó principalmente la vida parisina al inicio

    del siglo XX, en el cual el modernismo estaba en pleno auge. La influencia de la sociedad

    moderna fue consecuentemente un influjo inevitable en su obra. En otras palabras, la ciudad

    de la luz,es decir París, se consideró como su hogar espiritual donde se encontró la inspiración

    para sus algunas escrituras. Además, Teresa recibió una buena educación y estuvo

    familiarizada con los gran escritores europeos como Marcel Proust, Romain Rolland, etc., los

    cuales también inspiraron a la autora. En realidad, toda su vida fue rodeada de libros

    europeos.

    Las ideas revolucionarias que se esconden entonces en la literatura de esta autora fueron bien

    recibidas en el continente europeo y conocieron ya poco después de la publicación del

    segundo libro unas traducciones. La versión francesa de “Las Memorias de Mamá Blanca”

    apareció casi simultáneamente con la versión castellana.9 El traductor de las memorias,

    Francis de Miomandre, no fue un extraño para Teresa, ya que este traductor tuvo una

    participación activa en el título definitivo de su primer libro. Él no sólo escribió el prólogo

    para esta novela, sino también sugirió cambiar el título “Diario de una señorita que escribió

    porque se fastidiaba” definitivamente por “Ifigenia”. Teresa de la Parra fue además de eso

    premiada por el manuscrito de “Ifigenia” con el título originario. Sin embargo, no se puede

    aferrar a la misma imagen en cuanto a la recepción de su literatura en el continente

    latinoamericano.

    9 De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca.(introducción y notas) Madrid: Editoral Castalia, S.A, pp.

    12.

  • 13

    La inestabilidad política prolongada en varios países latinoamericanos y particularmente en

    Venezuela, se encargó de que reinaba la censura en aquellos países. De ello resulta que miles

    de intelectuales se instalaron en el extranjero, por lo menos hasta el final de la larga dictadura

    de Juan Vicente Gómez. Consecuentemente, muchos latinoamericanos exiliados que pasaron

    cierto período en Europa sucumbieron a los encantos de la sociedad moderna. Esto también

    valió para Teresa de la Parra. Una vez sumergida en la vida moderna y sus costumbres

    modificados resultaba difícil adaptarse otra vez a las tradiciones de su país cuando regresaba.

    A causa de esta situación política desequilibrada pareció básicamente que la vida venezolana

    no había avanzado mucho desde los tiempos coloniales.

    Por supuesto, las imagenes revolucionarias como por ejemplo la de la mujer moderna que se

    caracteriza por los labios pintados, el cuerpo libre del corsí, la independencia, etc.10

    , no fueron

    agasajadas en el país venezolano donde todavía reinaba la idea del machismo. Teresa de la

    Parra, siendo ella misma una mujer moderna, prestaba mucha atención a las oposiciones entre

    estos dos mundos y las elaboró en su literatura. La resistencia que Teresa encontró después

    fue lógicamente inevitable. Estas estructuras binarias van a ser el foco de este trabajo que

    investigamos más en profundidad en lo que sigue.

    En general, ambas novelas de Teresa de la Parra no conocieron en absoluto en su región natal

    el éxito que habían recibido en los países europeos. Aunque, “Las Memorias de Mamá

    Blanca” nunca sintió la misma resistencia indoblegable como la primera novela “Ifigenia”.

    Esto se explica fácilmente por el género menos ofensivo de la segunda novela. La denuncia

    que Teresa comunica en esta obra se esconde de una manera indirecta lo que hace interesante

    investigar este fenómeno. Sin embargo, la escritora y su obra cayeron en el olvido después de

    su muerte, y duró ciertos años antes que la autora fuera realmente reivindicada como una

    escritora significativa de su tiempo.

    10

    Patout, Paulette. “Teresa de la Parra, París y las memorias”, pp. 164. En: De la Parra, Teresa. Las Memorias de

    Mamá Blanca. Edición Crítica coordinada por Velia Bosch, UNESCO, Colección Archivos.

  • 14

    3.2. Breve resumen de la obra investigada

    La novela “las memorias de Mamá Blanca” nos relata algunos recuerdos de la infancia de

    Mamá Blanca, la tercera de una familia de seis hijas. Ella los apuntó hacia el final de su vida y

    los dejó a una chica joven, en realidad la editora de „las memorias‟, con quien mantuvo una

    gran amistad. Todos los recuerdos están presentados por los ojos de Blanca Nieves, es decir,

    la joven Mamá Blanca cuando sólo tenía cinco años de edad.

    Dividido en ocho partes, sin contando la primera parte introductoria llamada „La advertencia‟,

    Blanca Nieves nos lleva a través de sus recuerdos más íntimos de la infancia. Trata de los

    primeros años de su vida pasados en la hacienda de caña de azúcar de su padre en Venezuela,

    sitúada en un pueblo muy cerca de Caracas. Cada parte acentúa en particular la inocencia y las

    travesuras de las niñas en la vida rural. Esto se opone a la vida urbana de Caracas después de

    haber vendido la hacienda y haber trasladado por la ciudad en la última parte.

    El capítulo inicial „La advertencia‟ presenta principalmente a la figura de Mamá Blanca desde

    el punto de vista de la verdadera editora de la obra. La editora nos cuenta de sus experiencias

    y su relación con la vieja Mamá Blanca quien aparece como la yo-narradora en los demás

    capítulos, aunque setenta años anteriores.

    Por el general, cada título ya descorre el velo del recuerdo relatado en el capítulo que sigue.

    Desde ahora, Blanca Nieves toma la palabra y nos cuenta de su ambiente familiar. Tras haber

    presentado a todas las personas que viven y trabajan en la hacienda, dedica casi cada parte a

    una persona en particular. Entre otros, presta mucha atención a la relación con su madre y el

    carácter social de su madre. Ella forma realmente el eslabón importante de la hacienda que

    lleva tal como están las cosas. En el capítulo llamado „María Moñitos‟, Blanca Nieves nos

    habla por ejemplo del evento diario con su madre al peinar su pelo negro y liso para que ella

    también tendría el pelo rizado como sus hermanitas. Durante este evento, la madre siempre

    contaba varios tipos de cuentos, los cuales aficionaban mucho a Blanca Nieves. Ella haría

    aquel evento diario porque sus hijas deberían ser impecables cada vez que llegaron huéspedes

    como por ejemplo el Primo Juancho y el amigo Vicente Cochocho. Ellos visitaban la hacienda

    frecuentemente. Se presenta estos huéspedes más detalladamente en la cuarta y quinta parte.

    La figura del padre al contrario no se presenta tanto como la de la madre o de las hermanas.

    Blanca Nieves habla particularmente de dos de sus hermanas en vez de hacer resaltar a su

  • 15

    padre. La relación con la hermana impetuosa Violeta sin duda ha dejado sus huellas sobre los

    recuerdos infantiles de Blanca Nieves. A causa de la desobediencia de Violeta quien gritó una

    mala palabra, las hermanitas no podían volver más al trapiche, es decir, el lugar donde Blanca

    Nieves pasó los tiempos más amenos de su vida. Sino, Blanca Nieves admite que esta pena

    probablemente ha contribuido mucho a los recuerdos inolvidables del trapiche donde siempre

    iban cuando se habían portado bien, o para bañarse, o jugar con cosas que hicieron ellas

    mismas.

    Al otro lado, la muerte inesperada de la hermana Aurora también dejó una impressión

    imborrable en la vida de la familia. De esto se habla en el último capítulo cuando la familia

    había trasladado a la cuidad de Caracas, fuera del campo. Las chicas ahora necesitaban

    adaptarse a la vida urbana lo que no fue una tarea fácil. Dominaba la melancolía de regresar a

    la hacienda, aunque una sola vez regresado al paraíso perdido encontraban un entorno

    totalmente cambiado. Finalmente, Mamá Blanca termina sus memorias con la idea de que lo

    único que realmente importa son los recuerdos.

  • 16

    4. Estado de la cuestión

    La sabia representación de un mundo infantil en la obra más importante de Teresa de la Parra,

    es decir, “Las Memorias de Mamá Blanca”, contribuyó según la crítica Natalia Cisternas Jara

    a una acogida favorable, contrariamente a su primera novela “Ifigenia”.11

    La escritora de la

    novela publicó esta segunda y última obra definitivamente en el año 1929, aunque ya había

    sido editada por entregas en la revista „Revue de l‟Amérique Latine‟ el año anterior.12

    Aquellas memorias forman el medio central de la investigación que sigue después.

    Antes de poder formular el estado de la cuestión de este trabajo, resulta imprescindible hacer

    un estudio preliminar. En otras palabras, se debe investigar todo lo que hasta ahora ya había

    sido escrito e investigado sobre la autora misma y sus escrituras. De esta manera, el

    investigador se encuentra con muchos temas interesantes a elaborar. A fin de cuentas, se debe

    deducir el tema más instructivo y el que ha sido menos analizado hasta ahora para examinarlo

    detenidamente en este trabajo. Yo también arrancó de la misma manera. En la parte anterior

    ya elaboré la información de fondo que necesitamos para seguir con la segunda fase de este

    trabajo, o sea, el análisis.

    Muy pronto, me pareció claro que no existían muchos estudios científicos en cuanto a Teresa

    de la Parra y su obra. Varios textos interesantes que me ayudaron en la búsqueda de la vida

    real de la autora, trataban diferentes aspectos tentadores aunque de una manera bastante

    superficial. En otras palabras, la mayoría de los textos presenta una breve biografía de la

    autora y elabora (alg)unos temas interesantes sin abordarlos más a fondo. La edición crítica

    coordinada por la escritora Velia Bosch contiene varias obras de este tipo subdivididos según

    el asunto central. Algunos textos por ejemplo se dedican paricularmente al estilo característico

    de Teresa de la Parra, mientras que otros abordan el aspecto histórico de la novela misma. Al

    otro lado, la obra de Elizabeth Garrels y la lectura crítica de Nelson Osorio sobre “Las

    memorias de Mamá Blanca” también incluyen temas instructivos que llevaron hasta el tema

    central de mi trabajo. Garrels menciona entre otros el aspecto femenino dentro de la obra y

    Osorio hizo referencia a la oposición entre presente y pasado por lo que a mí me pareció muy

    11

    Jara, Natalia Cisternas. “Memorias de Mamá Blanca: une reflexión sobre los modos de representación.” En:

    Revista Universum, 2001, No.16., Universidad de Talca [online] 12

    De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca.(introducción y notas) Madrid: Editoral Castalia, S.A,

    pp. 12.

  • 17

    interesante elaborar todas las estructuras binarias que se presentan en la novela de Teresa de la

    Parra.

    En “Las Memorias de Mamá Blanca” detectamos, además de la manera indirecta que se

    utiliza para presentar el carácter revolucionario de la obra, un montón de dualidades en la

    escritura que abruman la última obra de Teresa de la Parra. Hasta ahora, no existe ninguna

    investigación en la cual todas las oposiciones han sido incorporadas. Por eso, me dedico a un

    análisis detallado de estas estructuras y sus interrelaciones. En primer lugar, tratamos estas

    estructuras separadamente, después de lo cual llegamos automáticamente a los vínculos entre

    los diferentes dualismos estudiados. Distinguimos las siguientes oposiciones; la infancia

    versus la edad adulta, la barbarie versus la civilización, la mujer versus el hombre, la joven

    Blanca Nieves versus la vieja Mamá Blanca, el pasado versus el presente, el campo versus la

    ciudad y además algunos pares de personajes con caracteres opuestos.

    Las estructuras binarias se aplican además a varios niveles diferentes de la obra. En lo que

    sigue, investigamos en primer lugar las oposiciones presentadas en el nivel del contenido de la

    novela. Luego, aplicamos las estructuras binarias en un estudio narratológico enfocando

    particularmente en el narrador, el tiempo, el espacio y los personajes principales. Para esta

    parte me basé particularmente en la teoría de dos estructuralistas notables que hicieron mucha

    investigación en cuanto al aspecto narratológico, es decir, Gerard Genette y Mieke Bal. Las

    obras consultadas fueron “La introducción a la ciencia literaria” de Jürgen Pieters, profesor de

    la universidad de Gante, y “Teoría de la narrativa (una introducción a la narratología)” de

    Mieke Bal. En último lugar, examinamos la denuncia que se presenta indirectamente en “Las

    memorias de Mamá Blanca”. Salta a la vista que podemos encontrar las oposiciones de forma

    global en toda la obra, lo que ahora intentamos agrupar en este trabajo.

  • 18

    II. ANÁLISIS

    Las estructuras binarias en el contexto literario de “Las memorias de

    Mamá Blanca”

    1. Un análisis temático del contenido de “Las memorias de Mamá Blanca”

    1.1. La infancia versus la edad adulta a través del recuerdo del paraíso perdido

    Las memorias evocadas en la novela se remontan a tiempos pasados en la vida de la vieja

    Mamá Blanca. Trata en particular de algunos acontecimientos decisivos del período de la

    infancia. Blanca Nieves pasó la mayor parte de su niñez en la hacienda de sus padres „el

    Tazón‟, que se sitúa en un pueblo en el campo no muy lejos de la ciudad de Caracas. A partir

    de las memorias, se presenta este período como el tiempo más feliz de su vida en la cual las

    hermanas tenían toda libertad de divertirse y desvogarse en las extensas llanuras del campo.

    Nos relata por ejemplo de las algunas excursiones al trapiche, un lugar donde las hermanas

    iban cuando se habían portado bien, donde se bañaban o jugaban.

    No sé qué tal sería para mis hermanitas; por lo que a mí respecta, puedo asegurar que en el trapiche,

    esperando el momento propicio de soltar la molienda, chupando gajos de caña, con las manos pegajosas

    y con varios riachuelos de zumo corriéndome por el cuello y por los brazos, pasé los ratos más amenos

    de mi vida. (“Las memorias de Mamá Blanca”, pág. 171)13

    Además, los momentos que las niñas pasaron en el jardín jugando al juego infantil „La

    Candelita‟ fueron numerosos. Las hermanitas crecieron realmente en un ambiente natural

    donde pudieron disfrutar de mucha libertad y espacio para juguetear y cometer travesuras. En

    otras palabras, la infancia de las niñas se caracteriza por la inocencia, es decir, el período más

    ingenuo para cultivarse, el verdadero paraíso.

    Este espacio idílico desaparece totalmente en el último capítulo cuando el padre decidió

    vender la hacienda y toda la familia trasladaba por la ciudad de Caracas. Desde aquel

    momento, las niñas tuvieron que adaptarse a la vida urbana que es una vida más civilizada. Ya

    13

    De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca. Madrid: Editoral Castalia, S.A.

  • 19

    no tenían tanta libertad para desahogarse y tampoco podían disfrutar más del ambiente

    natural, visto que toda la ciudad estaba llena de edificios. Además, desde ahora las chicas

    podían gozar de una buena educación lo que no fue posible en el campo.

    [...] a vivir para siempre a Caracas. Allá tendremos una casa menos grande, ustedes no podrían bañarse

    en un chorrerón como aquí, ni verán el campo; no, allá las casas están pegadas unas de otras. No podrán

    correr y gritar libremente; pero, en cambio, verán con frecuencia a sus dos abuelitas, as sus tías, irán al

    colegio y tendrán amiguitas. (pág. 196)

    En general, se puede comparar la mudanza a la ciudad con el proceso de la maduración de las

    chicas haciéndose adultos responsables. El mundo de los adultos representa la realidad, es

    decir, un mundo en el cual la gente tiene la cabeza sobre los hombros y debe pensar antes de

    actuar. La adaptación a esas nuevas costumbres más estrictas no marchaba como la seda, ya

    que las hermanas fueron realmente campesinas en lenguaje y comportamiento. Una vez,

    Violeta y Blanca Nieves se involucraron en una lucha con algunos compañeros del colegio

    por lo que recibieron el reproche de ser verdaderas niñas del monte que no saben adaptarse y

    comportarse bien y civilizadas. Por supuesto, este proceso va acompañado de mucha

    melancolía y nostalgia al tiempo pasado en la hacienda de caña de azúcar.

    El día de nuestra segunda visita a la ciudad, como acertásemos a pasar frente a la catedral, su aspecto

    imponente y vasto, protegido por la torre, nos recordó mucho nuestro perdido trapiche, amparado de

    igual modo por su chimenea o torreón. Alguien gritó señalando con el dedo; - ¡Un trapiche! (pág. 200)

    El último regreso por la hacienda sólo confirmó que aquellos tiempos preciosos de la infancia

    se han acabado y que los recuerdos al paraíso perdido son los que ahora todavía importan.

    Durante este evento, las hermanas se dieron cuenta de que el ambiente natural de la hacienda

    había desaparecido. Todo se había cambiado en función del progreso, o sea, los pisos de los

    corredores ahora fueron hecho de cemento estéril, el trapiche tenía una multitud de puertas

    cerradas con las palabras “Se prohíbe la entrada” y “No se permite fumar”, el estanque del

    chorrerón cambió en una pared de mampostería, etc. Por eso, fue importante aferrarse a los

    suaves recuerdos del pasado pero al mismo tiempo aceptar que ese período ya no es.

    Mamá tenía razón: debemos alojar los recuerdos en nosotros mismos sin volver nunca a posarlos

    imprudentes sobre las cosas y seres que van variando con el rodar de la vida. Los recuerdos no cambian

    y cambiar es ley de todo lo existente. (pág. 209)

  • 20

    El mundo de la infancia se opone en las memorias al mundo de los adultos, siendo un mundo

    paradisíaco. Esta oposición también se presenta en el nivel de la estructura formal en cuanto a

    la investigación del narrador dentro de la historia. La nostalgia para aquel paraíso perdido se

    puede leer además como un interés para las tradiciones antiguas del país venezolano. Volveré

    sobre ello más tarde en este trabajo en la parte en la cual elaboro el aspecto de la denuncia

    indirecta.14

    1.2. La barbarie opuesto a la civilización

    La parte anterior que analiza el recuerdo de un paraíso perdido ya anuncia otra oposición

    dentro de la escritura de Teresa de la Parra. Trata de una clara distinción entre civilización y

    barbarie.15

    Se puede ligar esta estructura binaria a la oposición espacial que se presenta en la

    obra.

    La mayor parte de las memorias se desarrolla en una hacienda en el campo, salvo el último

    capítulo que tiene lugar en la ciudad de Caracas. El padre de la familia decidió trasladarse por

    la ciudad para que sus hijas podían recibir una buena educación. Al leer esta última parte se

    enfatiza varias veces la necesidad de civilizarse a las hermanitas.

    Con el objeto de civilizarnos lo antes posible, desde el siguiente día, desplegando inmensa actividad, la

    pobre Mamá nos había ya puesto en el colegio; [...] allí entre las dos señoritas distinguidas y las doce

    niñitas analfabetas tuvo lugar en forma rápida el proceso de nuestra civilización. (pág. 202)

    Las hijas no solo empezaron atender al colegio con regularidad, pero también descubrieron

    otros aspectos dentro de la ciudad como por ejemplo el valor de la moneda. Está a la vista en

    la lectura que este proceso de cultivarse no se manifestó sin problemas. En algún momento,

    Violeta y Blanca Nieves se mezclaban en una lucha con unos compañeros de clase. Aquel

    acontecimiento no parecía muy civilizado en cuanto como las chicas generalmente deberían

    comportarse. A fin de cuentas, la adaptación de una vida libre en plena naturaleza hacia un

    mundo controlado y en progreso causó mucho sentimiento de regresar a su paraíso perdido.

    14

    Véase; II. 3., pp.51-56. 15

    Alonso, Carlos J. “Civilización y barbarie.” En: Hispania, Vol.72., No 2, 1989, pp. 256-263 [online] URL:

  • 21

    De todos modos, se asocia la vida en la ciudad con la civilización y consiguientemente la vida

    en el campo con la barbaridad. La ciudad en las memorias parece mejor símbolo de progreso,

    mientras que la vida en el campo presenta más la idea de un mundo antiguo y pues menos

    civilizado. En toda la novela, las hermanitas se caracterizan por su temperamento impetuoso

    que deberían reprimir una vez llegada en la gran ciudad. Evidentemente, esto no ocurrió de un

    día para otro. Varios pasajes confirman el carácter rebelde de estas niñas. Particularmente, la

    desobediencia de las chicas predomina. Ellas por ejemplo se escondieron cada vez que venían

    visitas en vez de comportarse según es debido. Además, nunca cumplieron una orden de sus

    padres cuando estaban jugando. Siempre tardó hasta que la sirvienta Evelyn intervino, lo que

    demuestra el siguiente extracto:

    - Blanca Nieves, ven a hacerte los crespos. Pero Blanca Nieves nunca oía. [...] – Blanca Nieves, ¿estás

    sorda? ¡Que venga a hacerte los crespos! [..] Pero por desgracia mía y a honor de la vejada obediencia,

    la ópera no duraba nunca más de cinco minutos. Llena de ruidos sordos, Evelyn invadía el lugar [...]

    (pág. 96)

    En el segundo capítulo ya anunciaron la razón por esta desobediencia, ya que las niñas casi

    nunca fueron castigadas por las travesuras que cometían. Su papá, como la relata Blanca

    Nieves en las memorias, nunca reprendía a sus hijas. Él siempre tenía el fervoroso deseo de

    tener un hijo varón pero al revés tuvo seis hijas. Las amaba pero los sentimientos de

    desacuerdo nunca desaparecieron, lo que se manifestó por su actitud resignada frente a sus

    hijas. Al otro lado, Evelyn cada vez reinaba con mano dura e intervino las actividades de las

    hermanitas cuando era necesaria. Una vez, arrancó las niñas del rancho de Vicente Cochocho

    quien vivía junto con dos mujeres. Las niñas fueron realmente apasionadas por la persona de

    Vicente Cochocho, mientras que sus padres y la sirvienta le consideraron como un piojo al

    cual las niñas no podían acercarse. Una vez más, se representa la actitud desobediente de las

    hermanitas.

    La vida de las chicas cambió drásticamente en la ciudad de Caracas cuando ellas desde aquel

    momento debían obedecer las leyes del colegio y de toda la ciudad en general. Se presenta

    este proceso de civilizarse también en la manera de vestirse. Los sombreros que las niñas

    llevaban en el campo fueron hecho de cogollo y adornados con un lazo de gusto pastoril,

    mientras que los sombreros de la ciudad fueron objetos innecesarios cargados de adornos

    inútiles, como los describe Blanca Nieves. De esta manera, encontramos varias oposiciones

    semejantes en la obra, comparando el último capítulo con los anteriores. Sin embargo, la

  • 22

    adaptación de las hermanas no se manifestó inmediatamente y parece paralela al proceso de

    hacerse mayor.

    Esta estructura binaria oponiendo la civilización a la barbarie no sólo se aplica en el contenido

    de la novela, sino también se presenta en la vida de la autora misma. A pesar de su

    nacionalidad venezolana, Teresa de la Parra vivió largos tiempos de su vida en el continente

    europeo. La Europa de aquellos tiempos, es decir, a principios del siglo XX, se carácterizó

    principalmente por la imagen de progreso. Sobre todo, después de la primera guerra mundial

    la cual se marcaba por la decepción. Entonces, los años siguientes a la guerra provocaron la

    idea de avance en los cuales un cambio de mentalidad fue absolutamente necesario. Los

    edificios empezaron dominar la ciudad, nuevos objetos fueron inventados, etc., aunque, lo

    más importante fue probablemente la posición de la gente en la sociedad. Teresa de la Parra

    experimentó esencialmente un cambio en la mentalidad hacia las mujeres, lo que va a ser el

    punto de partida en algunas de sus obras.

    La Venezuela de aquellos tiempos al revés no conoció el progreso de la misma manera. Este

    país hispanoamericano había sufrido mucho a causa de las luchas independentistas y siempre

    estaba en busca de un gobierno democrático. Las dictaduras sucesivas retrasaron

    consiguientemente este proceso. Tardó hasta la segunda mitad del siglo XX hasta que el país

    encontró cierta forma de estabilidad. De todos modos, Venezuela siempre estaba atrasada al

    continente europeo en mentalidad y pensamiento. La oposición en este caso se aplica a los dos

    continentes diferentes en los cuales Teresa de la Parra pasó cierto período de su vida y pues

    experimentó ella misma la diferencia mental. La Europa presenta la imagen de civilización y

    progreso, mientras que el continente latinoamericano se caracteriza por la barbaridad y el

    atraso.

  • 23

    1.3. La mujer y el hombre, una representación de dos mundos distintos

    Antes de elaborar la posición de la mujer en la novela “Las memorias de Mamá Blanca”,

    resulta interesante echar un vistazo a la situación histórica de la mujer en el continente

    latinoamericano, y más particularmente en el país natal de la autora, es decir, Venezuela. A

    través de los siglos, la función de la mujer en la sociedad cambió varias veces drásticamente.

    Le voy a explicar estos hechos basándome en la obra conocida “Historia y sociología de la

    mujer latinamericana” del escritor y profesor Luis Vitale.

    Durante la época precolombina la mujer desempeñó un papel muy importante en las tribus, o

    sea, el régimen social de aquellos tiempos se basaba en el sistema matriarcado. Los hijos

    siempre recibieron la filiación del tótem de la madre y el marido debía establecerse en la casa

    de la familia de la mujer. 16

    Además, la mujer desempeñaba algunas tareas fundamentales en

    la comunidad; ella cultivaba la tierra, trabajaba la alfarería, incluso contribuyó al proceso de

    elaboración de los metales. Sin embargo, esta posición de la mujer en la sociedad cambió

    totalmente después de la Conquista. Poco antes de la época colonial ya señalamos el proceso

    de transición hacia un sistema patriarcado, lo que al final fue impuesto violentamente por los

    españoles. La mujer perdió los derechos que había disfrutado anteriormente y la trataban

    desde aquel momento como un menor en la sociedad. Luis Vitale lo describe de la siguiente

    manera acertada:

    “La mujer latinoamericana estaba sometida a un régimen de opresión; era mantenida

    en la ignorancia y marginada de la actividad política.”17

    Además de eso, muchas mujeres fueron abusadas sexualmente dentro de esta sociedad

    machista. Tardó efectivamente hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando las primeras

    luchas femeninas se iniciaron en favor de los derechos políticos de su sexo.

    En cuanto a la condición de la mujer en Venezuela en el siglo XX, debemos mencionar

    algunas mujeres importantes que han contribuido en la lucha por los mismos derechos del

    hombre. Carmen Clemente Traviese, quien combatió en la clandestinidad durante la larga

    dictadura de Juan Vicente Gómez por estos derechos, es apenas una de estas mujeres. Sino,

    antes del siglo XX, ya había algunas artistas femeninas que rechazaron aquella sociedad

    16

    Vitale, Luis. Historia y sociologia de la mujer latinoamericana, pp. 18. 17

    Vitale, Luis. Historia y sociologia de la mujer latinoamericana, pp. 23.

  • 24

    machista a través de sus obras. Teresa de la Parra formaba parte de este grupo acompañada

    por la pianista Teresa Carreño. El final de los tiempos oprimidos de la mujer se aceleró

    efectivamente en el año 1934 cuando se formó la primera Agrupación Cultural Femenina que

    publicó una carta en favor de la mujer venezolana.18

    Sin embargo, la mentalidad de la

    sociedad sólo cambiaba dentro de poco después de la muerte del dictador Juan Vicente

    Gómez un año más tarde. La participación de la mujer se estableció de nuevo poco a poco y

    varios congresos fueron organizados para exigir la igualdad entre hombre y mujer reclamando

    una reforma al Código civil y el derecho de divorcio. En los años „40, las agrupaciones

    femeninas lograron cambiar la ley del Código civil que impone la mujer de ser obediente a su

    marido, aunque la opresión femenina no desapareció inmediatamente después de este cambio.

    La mujer venezolana finalmente aprobó el derecho de voto en el año 1944. Algunas otras

    luchadoras del siglo XX fueron Olivia Olivo, Josefina Jordán, Francia Donda, etc. Todas estas

    mujeres se agruparon en pequeños grupos que siguieron luchando por la liberación de la

    mujer venezolana.

    De todos modos, el período en el cual Teresa de la Parra escribió sus “Memorias de Mamá

    Blanca” se caracterizaba por el machismo en Venezuela. Siendo ella misma una mujer

    cosmopolita que viajó frecuentemente por el continente europeo, experimentaba tanto la

    mentalidad europea como la mentalidad venezolana. Lo que le llamó la atención fue la

    diferencia enorme en cuanto a la posición de la mujer en la sociedad que distinguía ambos

    continentes. Esta oposición es consiguientemente un tema repetido en la obra de Teresa de la

    Parra. En lo que sigue, comparamos las dos mentalidades distintas que distinguen ambos

    continentes y su influencia en la segunda e igualmente última novela de la autora.

    Si comparamos la mentalidad de ambos continentes al inicio del siglo XX, detectamos dos

    sociedades distintas. En Venezuela, como ya mencionado anteriormente, reinaba el machismo

    y la mujer fue considerada inferior al hombre. La situación europea de aquellos tiempos fue

    totalmente opuesto a la de Venezuela. Los varios nuevos movimientos del modernismo al

    inicio del siglo XX, ya anunciaron las ideas de progreso e innovación. Aunque, la mentalidad

    de los europeos cambió tanto más después de la primera guerra mundial en el año 1918. Los

    años horrorosos de la guerra habían dejado su impronta sobre la memoria de la gente que

    simplemente querían olvidarlos lo antes posible. Entonces, los sentimientos de progreso,

    innovación y recuperación económica dominaron la sociedad. La mujer también desempeñó

    18

    Vitale, Luis. Historia y sociologia de la mujer latinoamericana, pp. 55.

  • 25

    un papel importante en aquellos tiempos, particularmente en contraste con la situación

    femenina en Venezuela. Teresa de la Parra experimentó la mentalidad libre de la mujer

    moderna, es decir, una mujer independiente que no fue considerada como la posesión del

    hombre y que podía disfrutar de la propia vida, entre otros, educándose. Las costumbres de

    emancipación surgieron desenfrenadamente en el continente europeo. Paulette Patout describe

    la mentalidad francesa de la siguiente manera:

    A lo largo de los años de guerra, en ausencia del padre o del esposo, la francesa tuvo que dirigir la casa,

    la tienda, los cultivos, la fábrica. Ahora, en tiempos de paz, para conservar algo de su independencia y

    responsabilidades, la mujer pide más derechos, profesionales, familiares, quiere escoger su vida y sus

    amores. La mujer moderna tiene sus símbolos: el cuerpo libre del corsé, el pelo corto, los labios

    pintados. Las jóvenes venezolanas, después de vivir algunos meses en estas costumbres trastornadas, al

    volver a su país, se encuentran otra vez sumidas en una sociedad que no ha cambiado desde los tiempos

    “coloniales”, fiel a las normas extraordinariamente rígidas en que mantienen a la mujer: antes del

    matrimonio, y aun después, ya que la mentalidad masculina no tiene interés en evolucionar para

    desprenderse de su autoritario machismo.19

    Esto también sucedió en la vida de Teresa de la Parra. Después de haber catado el ambiente

    europeo y la mentalidad libre de la cual la mujer disfruta, se formulaban unas consideraciones

    en cuanto a la mentalidad machista que aún reinaba el país venezolano. Este tema se presenta

    consiguientemente en sus obras y más particularmente, la escritora dio varias conferencias

    sobre la clasificación de la mujer en la sociedad.

    Esta oposición hombre versus mujer también se presenta en “Las Memorias de Mamá

    Blanca”, aunque salta a la vista que no se presenta tan directamente como la representación en

    su primera novela “Ifigenia”. “Ifigenia” nos relata la historia de una joven caraqueña, María

    Eugenia Alonso, que pasó un largo período en el continente europeo educándose. De vuelta

    en su país natal se siente otra vez una mujer sin voz propia en una sociedad que quiere la

    mujer que se calla, se casa y se someta al hombre. En otras palabras, la novela da una imagen

    de una mujer educada e independiente dentro de una sociedad opresora enfocando en las

    costumbres tradicionales de Venezuela. Por supuesto, la primera novela de Teresa de la Parra

    recibió mucha crítica a causa del tema central de la obra y por eso fue rechazado en el

    continente latinoamericano. “Ifigenia” sólo recibió el elogio que merecía tantos años después

    de la muerte de la autora.

    19

    Patout, Paulette. “Teresa de la Parra, París y las memorias”, pp. 163-164. En: De la Parra, Teresa. Las

    Memorias de Mamá Blanca. Edición Crítica coordinada por Velia Bosch, UNESCO, Colección Archivos.

  • 26

    A causa de este rechazo de su primera novela, Teresa de la Parra decidió abordar sus

    “Memorias de Mamá Blanca” de otra manera. La estructura binaria que se ocupa de la

    posición de la mujer frente al hombre también forma un tema interesante a investigar, ya que

    se presenta de una manera indirecta en la obra. La autora optó expresar su denuncia contra la

    mentalidad machista del país venezolano de una manera menos acusada, por lo que su obra no

    podía ser rechazada una vez publicada. Volveré sobre las denuncias que se presentan en la

    novela y la manera de presentarlas más tarde en este trabajo en la parte II.3. Seguimos

    primero con un análisis del método escogido por Teresa de la Parra para comunicar la

    siguiente oposición entre hombre y mujer.

    Los recuerdos que relatan la vida en la hacienda „el Tazón‟ presentan realmente un mundo

    femenino. Tanto es así que la mujer domina en casi cada anécdota. Particularmente, las

    travesuras y los pensamientos de las hermanas pasan a primer plano. Cuando Blanca Nieves

    presenta a la compañía que vive o trabaja en la hacienda, salta a la vista que la mayoría son

    mujeres. Habla de sus cinco hermanas, de la relación íntima con su madre, del

    comportamiento dictatorial de la cuidadora Evelyn y además de las varias sirvientas que

    ocupan de la hacienda, mientras que la figura del hombre siempre relega a segundo plano. El

    hombre también se presenta, aunque más al fondo de la lectura.

    Como he dicho ya, nosotras seis ocupábamos en escalera y sin discusión ninguna el centro de ese

    Cosmos. Sabíamos muy bien que empezando por Papá y Mamá hasta llegar a las culebras, después de

    haber pasado por Evelyn y Candelaria, todos, absolutamente todos, eran a nuestro lado seres y cosas

    secundarias creadas únicamente para servirnos. (pág. 80)

    Como demuestra el extracto anterior, las seis hermanitas comparan la hacienda y sus

    alrededores con el verdadero paraíso, siendo ellas mismas parecido a Adán y Eva, las

    residentes centrales. La figura del padre funciona entonces como el Dios del paraíso que al

    final de la auténtica historia expulsa a sus habitantes. Esto también ocurrió en el último

    capítulo cuando el padre decidió trasladarse por la ciudad con toda la familia. Lo que quedó

    de la vida en la hacienda parecía un paraíso perdido. Así que, a través de los ojos de las niñas,

    vemos al padre como un hombre autoritario, aunque queda controlado por la fuerza reinante

    de lo femenino. En otras palabras, las hermanitas le asumen el papel de Dios de la hacienda,

    aunque nunca reprendía a sus hijas cuando hicieron algo mal. Pues, lo femenino reina sobre lo

    masculino, o mejor dicho, las voces femeninas dominan todas las memorias. El hecho de que

    las chicas podían desobedecer impunemente a sus padres fue una ventaja que no tenían Adán

  • 27

    y Eva. Parece que la narradora juega de esta manera con las convenciones del paraíso, visto

    que las hermanitas podían disfrutar de varias ventajas sin estar castigadas cuando sería

    necesario.

    El pobre Papá, sin merecerlo ni sospecharlo, asumía a nuestros ojos el papel ingratísimo de Dios. Nunca

    nos reprendía, sin embargo, por instinto religioso, rendíamos a su autoridad suprema el tributo de un

    terror misterioso impregnado de misticismo. (pág. 81)

    La dominación femenina en la hacienda y el carácter rebelde de las niñas, ya es una manera

    indirecta para representar la idea de la mujer independiente con su voz propia. Además, el

    hecho de que trata de los recuerdos infantiles de Mamá Blanca se crea la imagen de un

    ambiente inocente en vez de leer las memorias como una reacción indirecta en contra la

    sociedad machista que reinó en la Venezuela de aquellos tiempos. En general, la vida de las

    mujeres en la hacienda no concordaba con la posición de la mujer en una sociedad machista

    típica de la mayoría de los países latinoamericanos del siglo XX.

    El padre no es el único hombre que se presenta en “Las Memorias de Mamá Blanca”. Blanca

    Nieves también dedica unos capítulos a dos huéspedes que frecuentemente visitaban la

    hacienda y al vaquero Daniel. Estos tres personajes se distinguen por sus caracteres bastante

    variables. Aunque son hombres, no llevan los característicos masculinos que tipifican el

    verdadero hombre. Lo masculino se presenta en la lectura por la mentalidad materialista, la

    rebeldía, la violencia, la intolerancia, etc. Estos rasgos no se aplican a aquellos hombres. Los

    personajes que sí representan las características masculinas son Papá, la cuidadora Evelyn, la

    hermana impetuosa Violeta y el nuevo dueño de la hacienda al final de las memorias. Salta a

    la vista que estos personajes siempre se involucraban con los caracteres más bien femeninos a

    causa de la mentalidad diferente. En algún momento, se forma un desacuerdo entre el padre y

    Vicente Cochocho, mientras que las hermanitas al otro lado le admiraban y se sentían unidas

    por su carácter espiritual y el amor por la naturaleza.

    - Oye, Vicente – dijo Papá terrible y todopoderoso - , óyeme bien. [...] Eres un bruto y más que bruto,

    criminal, ¡ya lo sabes! Atiéndeme bien ahora y que no se te olvide, es la última vez que te lo digo; [...]

    ¿Comprendiste? – Sí, Señor. Contestó Vicente humildemente, sin olvidar su puntillo y sus tres golpes de

    maraca. (pág. 153)

    Bajo el chocolate o la sopa, nuestro amor a Vicente subía de dos a tres grados. [...] Nuestro amor crecía.

    (pág. 144)

  • 28

    Otro desacuerdo se estableció entre el padre y sus hijas. El Papá siempre había querido un hijo

    varón que podía nombrar Juan Manuel, como él. Al revés, recibió cinco hijas.

    Pero en lugar de Juan Manuel, destilando poesía, habían llegado en hilera las más dulces

    manifestaciones de la naturaleza: “Aurora”; “Violeta”; “Blanca Nieves”; “Estrella”; “Rosalinda”; “Aura

    Flor”; y commo Papá no era poeta, ni tenía mal carácter, aguantaba aquella inundación florida, con una

    conformidad tan magnánima y con una generosidad tan humillada, que desde el primer momento nos

    hería con ellas en lo más vivo de nuestro amor propio y era irremisible: el desacuerdo quedaba

    establecido para siempre. (pág. 83)

    Lo femenino representa todo lo contrario de lo masculino, o sea, la indiferencia a lo material,

    la identificación con la naturaleza, la espiritualidad, etc. Los siguientes personajes, Blanca

    Nieves, Mamá, el vaquero Daniel y los huespedes el Primo Juancho y Vicente Cochocho

    llevan estas características femeninas. Sin embargo, no podemos clasificar cada personaje

    según sus característicos, o bien, femeninos, o bien, masculinos. La Mamá por ejemplo se

    caracteriza particularmente por lo femenino, aunque lleva el rasgo masculino en el sentido de

    que no es capaz de apreciar el lenguaje elocuente del peón Vicente Cochocho. Las hermanitas

    al revés admiraban su elocuencia e intentaban copiarla con gran disgusto de los padres.

    Sólo que Evelyn, en su intransigencia inglesa puritana, era incapaz de apreciar el refinamiento de

    aquella corteza rústica. Nosostros, sí. Ni ella, ni Mamá, ni Papá, ni nadie eran tampoco capaces de

    apreciar el buen sabor a español noble y añejo del vocabulario que empleaba Vicente. (pág. 145)

    Dentro de la lectura, son efectivamente Vicente Cochocho y la madre que sobresalen en la

    palabra hablada. En este sentido, se presentan indudablemente dentro de la feminidad. Otro

    ejemplo trata del vaquero Daniel. Este hombre de familia humilde se opone de clase al padre

    por lo que se caracteriza por lo femenino. Su identidad de poeta tradicional, como inventador

    de varios versos, fascinaba a la madre y otra vez acentúa su carácter femenino. Al otro lado,

    Vicente es un hombre astuto en la política del corralón, lo que le sitúa en lo masculino. El

    único personaje en las memorias que se caracteriza completamente por lo femenino, es la niña

    Blanca Nieves.

    Es bastante claro que de todo lo anterior los rasgos femeninos representan las tradiciones

    pasadas, mientras que las características masculinas relacionan con la mentalidad moderna, la

    cual se caracteriza particularmente por el progreso, la individualidad y el materialismo. De

    esta manera, la autora quería aclarar otra dimensión que distingue la mentalidad

  • 29

    latinoamericana con la europea, representando las características de ambas sociedades en sus

    personajes. Volveremos sobre la intención de la autora de atribuir las características

    tradicionales a lo femenino, y al revés, en la parte II.3. Este análisis va junto con la manera de

    expresar la denuncia que incorporó Teresa de la Parra en su obra.

    Otra última prueba de la dominación femenina en la novela, ya se presenta en el primer

    capítulo „La advertencia‟. La narradora en este capítulo nos da una imagen de Mamá Blanca

    cuando tenía más o menos setenta años de edad. Además, habla de su relación íntima con la

    vieja Mamá Blanca. Fue una relación bastante inhabitual, visto que la narradora es una chica

    de apenas doce años que visitaba frecuentemente el hogar de la vieja, donde pasaba largos

    ratos de su tiempo en su compañía.

    Sin sospecharlo me iba a buscarlo a todas horas en la paz de los paisajes campesinos en los ratos

    propicios en que florece el ensueño, en el mundo indefinido de la música y de los versos y en el encanto

    que emana dulcemente de las cosas e historias de otros tiempos. [...] En una palabra: Mamá Blanca me

    divertía. (pág. 68)

    Aquella relación femenina es bastante importante por el hecho de que esta chica publicó las

    memorias de Mamá Blanca.

    De todos modos, Teresa de la Parra tenía la intención de crear un espacio femenino por lo que

    incluso deformó la realidad. Su familia por ejemplo no sólo consistía de hijas, sino ella

    también tuvo hermanos, mientras que la protagonista de las memorias nos da una imagen de

    su vida en la hacienda con sus cinco hermanas. Este técnico se utiliza frecuentemente en las

    obras (semi-)autobiográficas, generalmente para acentuar la distancia entre la verdadera

    autora de la obra y la narradora de las memorias.20

    De esta manera, se crea la idea de una

    novela ficticia. Elaboramos este aspecto más en detalle en la siguiente parte.

    20

    Cosslett, Tess. Feminism and autobiography. Texts, Theories, Methods. London: Routledge, pp. 9-11

  • 30

    2. Un análisis formal de “Las memorias de Mamá Blanca”

    2.1. El género de la novela

    “Las memorias de Mamá Blanca” parece a primera vista una novela autobiográfica. Este

    género se caracteriza esencialmente por dos nociones básicas, es decir, „vida‟ y „sí mismo‟.21

    En otros términos, la autobiografía da la oportunidad al autor de tomar su propia vida como el

    asunto central de la obra, y consiguientemente a sí mismo como el personaje principal. La

    definición más conocida entre las muchas que circulan es la del francés Philippe Lejeune,

    quien define la autobiografía como:

    “un relato restrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia,

    en tanto que pone el acento sobre su vida individual, en particular sobre la historia de

    su personalidad.”22

    Se necesita hacer una distinción entre tres identidades específicas para reconocer una

    autobiografía. Trata en primer lugar del autor, la persona que escribe el libro, en segundo

    lugar del narrador, la persona que relata el texto, y en tercer lugar del protagonista, la persona

    cuya vida, emociones, estado personal, etc. constituyen el tema del relato. La semejanza entre

    el narrador y el protagonista se realiza mediante el uso del pronombre personal “yo”, lo que

    muestra que la persona que narra la historia y la persona principal de quien trata la historia es

    la misma. A continuación, cuando esta persona, es decir, el narrador del relato, coincide con

    el nombre propio del autor originario de la obra que figura en la portada del libro, se puede

    considerar aquel libro como una obra autobiográfica. En este caso, el lector supone que el

    escritor cuenta la verdad sobre su vida.

    En la novela “Las memorias de Mamá Blanca”, Mamá Blanca nos cuenta algunos de sus

    recuerdos más íntimos de su infancia. Una lectura autobiográfica resulta entonces bastante

    lógico, aunque no es enteramente correcto. Significa que no tenemos en cuenta algunas

    indicaciones explícitas del texto.23

    O sea, la narradora Mamá Blanca quien escribió estas

    21

    Cosslett, Tess. Feminism and autobiography. Texts, theories, method (introducción), pp. 5. 22

    Lejeune, Philippe (1996). Le pacte autobiographique, pp. 14. 23

    Osorio, Nelson. “Para una lectura crítica de Las memorias de Mamá Blanca”, pp. 308. En: Revista de crítica

    literaria latinoamericana, 1991, pp. 307 – 313.

  • 31

    memorias las apuntó hacia finales de su vida cuando tenía más o menos setenta y cinco años.

    Sin embargo, leemos las reminiscencias desde el punto de vista de Blanca Nieves, la joven

    Mamá Blanca cuando sólo tenía cinco años de edad. En algún momento dentro de la lectura,

    se hace referencia a la edad de su madre que en aquel momento tenía veinticuatro años y que

    nació en el año 1831.

    Una de esas ventajas consistía en tener a Mamá, que, dicho sea imparcialmente, con sus veinticuatro

    años, sus seis niñitas y sus batas llenas de volantes era un encanto. (“Las memorias de Mamá Blanca”,

    pág. 80)

    Es cierto que a nosotras casi nunca nos quedaron buenos, pero en cambio a Mamá, nacida por el año

    1831, le quedaban todos ellos como si fueran encajes o lazos de cinta, [...] (pág. 85)

    Esta información sitúa los acontecimientos consiguientemente en el año 1855 y pues supone

    que Blanca Nieves nació en 1850. Visto que, Teresa de la Parra nació en 1889, unos cuarenta

    años más tarde, no podemos considerar su segunda novela como una obra autobiográfica, sino

    es mejor clasificarla como una obra de ficción en la cual el lector debe hacer una distinción

    entre la persona fictica de la obra y la autora original. Fuera de eso, sí debemos interpretar la

    novela en el contexto histórico de la Venezuela en la que vivió Teresa de la Parra, y no en los

    años hacia 1855 como representado en la novela. Pues, cuando comparamos la intención de la

    autora para escribir esta novela con la situación histórica de Venezuela en el tiempo

    enunciado en la novela, está bastante claro que no hay equivalencia posible.

    Además, hay otros acontecimientos particulares que confirman el género no autobiográfico de

    “Las memorias de Mamá Blanca”. Blanca Nieves por ejemplo presenta a su familia como una

    familia de seis hijas, mientras que en realidad Teresa de la Parra también tenía hermanos en

    vez de solamente hermanas. La razón por haber deformado esta realidad es porque quería

    crear la idea de que ella misma no es la verdadera editora de las memorias, y que la chica

    joven de la parte introductoria que sí editó la novela cambió algunos de los hechos reales.

    De todos modos, “Las memorias de Mamá Blanca” es una novela ficticia con contenido

    autobiográfico en la cual una narradora relata algunos extensos recuerdos del pasado. Se

    distingue en este caso de la autobiografía por no abarcar una totalidad, sino de indicar algunas

    memorias bien escogidas que forman parte de una totalidad. Además, la narradora parece

    quedar en un papel secundario en el género de las memorias, mientras que una autobiografía

    siempre selecciona el narrador como el actor principal en la literatura. En el caso de la novela

  • 32

    seguimos toda la lectura desde el punto de vista de Blanca Nieves, aunque ella generalmente

    no ocupa la posición central. Cada capítulo de la novela enfoca en otra persona y además

    particularmente en lo que se desarrolla alrededor de Blanca Nieves.

    2.2. Las estructuras binarias aplicadas en un análisis narratológico

    2.2.1. El narrador, ¿dos puntos de vista?

    El narrador de una novela forma el concepto más central de un análisis narratológico. Bajo

    este término entendemos generalmente la siguiente definición; „el narrador es la entidad que

    cuenta o narra los acontecimientos de una obra literaria‟. Como ya mencionado anteriormente,

    debemos hacer una clara distinción entre la autora, el narrador y los personajes de una novela.

    Además, no se puede confundir el narrador con el focalizador. La función de ambos

    conceptos parece en gran parte similar, aunque necesitamos considerarlos claramente como

    dos términos distintos. Para comprender más a fondo la teoría de contar, nos hemos basado

    particularmente en la teoría de los estructuralistas Gérard Genette y Mieke Bal. Entonces,

    ¿Qué tipos de narradores podemos distinguir?

    Cuando analizamos la instancia que funciona como narrador en una novela, podemos partir

    de, o bien, el momento de narrar, o bien, del personaje que narra, según la teoría de Genette.

    Se distingue tres maneras para situar el momento de contar en una historia. En primer lugar, el

    narrador puede narrar los aconteciemientos después del momento que sucedieron. Esta

    manera es probablemente la más frecuentemente aplicada en las novelas. La inversa, en la

    cual el narrador cuenta los sucesos antes del momento que sucedieron, también es posible.

    Genette clasifica esta manera de narrar con un término de Todorov24

    , „prédictif‟. En la tercera

    posibilidad, el narrador narra los acontecimientos en el momento que suceden, lo que se

    define con el término „stream of consciousness‟25

    .

    La posición que toma el narrador en la historia, es otro aspecto muy importante a tener en

    cuenta. La voz que narra los acontecimientos de una historia puede encontrarse en el nivel

    más alto de la narración o puede ser él mismo sujeto de la narración contado por otra instancia

    24

    Tzvetan Todorov es un filósofo de identidad franco-búlgaro. Está muy conocido por sus obras y ensayos que

    tratan de la cultura, de la historia y de la teoría de lo narrativo. 25

    Varios escritores del siglo XIX y XX como Virginia Woolf Y James Joyce, utilizaron esta técnica literaria.

  • 33

    superior. En el primer caso hablamos de un narrador extradiegético y en el segundo caso de

    un narrador intradiegético. Después de haber analizado este primer aspecto, resulta interesante

    analizar la implicación del narrador en la historia narrada. Un narrador homodiegético relata

    una historia que experimentó él mismo y por consiguiente juega el papel de uno de los

    personajes en su historia. Además, aquel personaje puede ser el protagonista en la historia, lo

    que calificamos como „autodiegético‟. Este tipo de narrador aparece siempre en las obras

    autobiográficas. Cuando el narrador homodiegético no funciona como protagonista, le

    calificamos „allodiegético‟. En el caso contrario, un narrador heterodiegético toma una

    posición fuera de los acontecimientos relatados. Esta voz ocupa un nivel superior a la historia.

    Finalmente, se distingue el narrador a base de la persona gramatical que representa en la

    novela. Cuando el narrador cuenta su relato en primera persona, debemos partir de la idea de

    que nos relata su propia versión de lo ocurrido. Es decir, la voz que narra cuenta la historia de

    su vida. Estos tipos de narradores se presentan particularmente en las obras autobiográficas.

    La credibilidad deja que desear, o sea, varía en cada novela. La diferencia entre un narrador

    en primera persona y otro narrador que relata la historia en tercera persona, es el aspecto de

    distancia. Parece que este último crea una distancia espacial y temporal, con la cual da la

    impresión de ocupar una posición fuera de los aconteciemientos de la historia. Poco común es

    cuando el narrador aparece en segunda persona. En este último caso el lector se siente dado

    por aludido.

    “Las memorias de Mamá Blanca” se comporta como una novela autobiográfica, aunque no es

    así del todo. Es mejor clasificarla como una novela de ficción con contenido autobiográfico.

    De todos modos, suponemos la presencia de un narrador en primera persona que relata

    algunas memorias personales de su infancia. Bien, ¿qué tipo de narrador y técnico de narrar

    introdujo Teresa de la Parra en su segunda novela y por qué?

    La función del narrador en la novela forma un aspecto muy interesante a elaborar más en

    profundidad. Se distinguen particularmente dos narradores. El título de la novela ya anuncia

    que la obra trata de algunas memorias de la vida de Mamá Blanca. Inmediatamente, se plantea

    la pregunta, ¿quién es esta mujer? El primer capítulo „La advertencia‟ completa el dibujo

    dando una imagen de Mamá Blanca a finales de su vida, cuando tenía más o menos setenta y

    cinco años de edad. Esta descripción se presenta a través de los ojos de una chica joven que

    consideramos la primera narradora de la historia. La narradora nos habla de su relación íntima

    con la vieja cuando ella sólo tenía doce años de edad e intenta enfatizar el temperamento de

  • 34

    Mamá Blanca en aquellos días. Esta chica joven es además de narradora, también la editora de

    las memorias.

    Mamá Blanca, quien me legó al morir suaves recuerdos y unos quinientos pliegos de papel de hilo

    surcados por su fina y temblorosa letra inglesa, no tenía el menor parentesco conmigo. (pág. 63)

    En lo que sigue al extracto anterior, la narradora nos relata su encuentro con la vieja y los

    varios momentos divertidos que siguieron después. No teniendo el menor parentesco, Mamá

    Blanca decidió dejar las memorias de su infancia, las cuales apuntó a finales de su vida, a esta

    chica joven. Cuando llegó a la edad adulta, la narradora efectivamente revisó y publicó

    aquellas memorias. Esta primera narradora clasificamos consiguientemente como una

    narradora extradiegética que se encuentra en el nivel más alto de la narración. Además, la

    consideramos una narradora homodiegética, visto que la chica joven nos habla en la primera

    persona y relata de sus propias experiencias con Mamá Blanca.

    Los demás capítulos de la novela tratan de las memorias de la infancia en sí. Ya sabemos que

    Mamá Blanca las apuntó cuando tenía más o menos setenta y cinco años de edad. Sin

    embargo, la persona que relata las memorias mismas es la pequeña Mamá Blanca, es decir,

    Mamá Blanca cuando apenas tenía cinco años de edad. Desde aquel momento, vemos todos

    los acontecimientos a través de los ojos de Blanca Nieves. Ella forma realmente el personaje

    central dentro de la obra. Por consiguiente, esta segunda narradora es una narradora

    intradiegética y homodiegética porque nos relata sus propias memorias desde su punto de

    vista. Se presenta la historia otra vez en la primera persona. Además, aparte de que la

    narradora nos cuenta algunas de las memorias personales de su infancia, ella no siempre

    ocupa la posición central en estos acontecimientos. En otras palabras, cada capítulo enfoca en

    otro personaje importante que ha dejado una impresión imborrable en la vida de la vieja

    Mamá Blanca, aunque todo visto a través de los ojos de Blanca Nieves. Este tipo de narradora

    es lo que llamamos una narradora allodiegética.

    Siendo inseparables mi nombre y yo, formábamos juntos a todas horas un disparate ambulante que sólo

    la costumbre, son su gran tolerancia, aceptaba indulgemente sin hacer ironías fáciles ni pedir

    explicaciones (pág. 77)

    Visto que ambas narradoras evocan algunas reminiscencias de tiempos pasados, nos narran

    los acontecimientos después del momento en que realmente sucedían. De todos modos, la

  • 35

    función de las dos narradores es distinta. La historia propia son las memorias de Mamá

    Blanca, narrada por la niñita Blanca Nieves. La primera narradora al contrario da un prólogo a

    esas memorias y ocupa una posición fuera de la historia. Ella funciona más bien como el alter

    ego da la verdadera autora de la novela. De hecho, Teresa de la Parra sólo escribió „La

    advertencia‟ después de haber terminado sus memorias y lo hizo de una manera muy

    meditada. O sea, creando la idea de que la novela fue editada por otra persona quien

    sumamente probable deformó algo de los hechos reales de las memorias, Teresa de la Parra

    podía tomar distancia de su obra que contenía algunos recuerdos autobiográficos. De esta

    manera, subrayó la condición ficcional de la novela por lo que no podía ser considerado

    responsable por el contenido de su escritura después de la publicación. Entonces, no se puede

    igualar Teresa de la Parra con el personaje central de la novela que relata sus memorias.

    Siendo indiscreción tan en boga la de publicar Memorias y Biografías cortando aquí, añadiendo allá,

    según el capricho de biógrafos y editores, no he podido resistir más tiempo la corriente de mi época y he

    emprendido la tarea fácil y destructora de ordenar las primeras cien páginas de estas Memorias, que

    Mamá Blanca llamó “retrato de mi memoria” a fin de darlas a la publicidad. (pág. 73)

    En todo caso, debemos hacer una clara distinción entre la función de la autora, del narrador y

    de los personajes de una historia como he mencionado nítidamente anteriormente. Luego,

    tampoco podemos confundir el aspecto del narrador con el focalizador, o sea, el narrador de

    una novela relata la historia, mientras que el término de focalizador se aplica a aquella

    persona a través de cuyo punto de vista leemos los recuerdos.

    No obstante, resulta necesario estudiar más detenidamente este aspecto que trata el punto de

    vista en las memorias. En realidad, tenemos que distinguir dos puntos de vista particulares. Ya

    mencioné anteriormente que Mamá Blanca y el personaje central Blanca Nieves son la misma

    persona pero con diferencia de edad. O sea, esta misma persona funciona a la vez como autora

    y narradora de la historia. A principios, Mamá Blanca que apuntó sus recuerdos quería recrear

    el mundo infantil de la vida en la hacienda. Sin embargo, el momento en el cual escribió estas

    memorias personales, ella ya era una mujer adulta con sus propios valores y morales

    reafirmado en su convicción e inteligencia. Con esto se plantea lógicamente la oposición entre

    la realidad y la apariencia.26

    Nos preguntamos por ejemplo en qué medida Mamá Blanca

    podía recrear el mundo auténtico de la infancia sin hacer influir sus propias experiencias que

    26

    De la Parra, Teresa. Las Memorias de Mamá Blanca.(introducción y notas) Madrid: Editoral Castalia, S.A,

    pp. 40.

  • 36

    experimentó durante su vida. El mundo que se crea de aquel período infantil parece realmente

    un mundo idílico, o sea, el verdadero paraíso para pasar la infancia y crecer. La libertad, la

    naturaleza, las travesuras, etc. son algunos términos que armonizan frecuentemente con este

    mundo mágico en los capítulos de la novela que transcurren en la hacie